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Génesis
Génesis
1

1 En el principio Dios creó los cielos y la tierra. 2 La tierra estaba sin forma y vacía. La oscuridad estaba sobre la superficie del abismo. El Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas. 3 Dios dijo: "Que haya luz," y hubo luz. 4 Dios vio la luz, que era buena. El dividió la luz de la oscuridad. 5 Dios llamó la luz "día," y la oscuridad la llamó "noche." Esto fue la tarde y mañana, el primer día. 6 Dios dijo: "Haya una expansin entre las aguas, y que ésta divida las aguas de las aguas." 7 Dios hizo la extensión y dividió las aguas que estaban debajo de la extensión de las aguas que estaban sobre la extensión. Y así fue. 8 Dios llamó la extensión "cielo." Esta fue la tarde y mañana, el segundo día. 9 Dios dijo: "Que las aguas debajo del cielo se reúnan en un solo lugar, y que aparezca la tierra seca." Y así fue. 10 Dios llamó a la tierra seca "tierra," y a las aguas reunidas Él llamó "mares." Él vio que esto era bueno. 11 Dios dijo: "Que la tierra brote vegetación: plantas que produzcan semillas y árboles frutales dando fruto cuyas semillas están dentro de la fruta, cada uno de acuerdo a su clase." Y así fue. 12 La tierra produjo vegetación, plantas produciendo semillas de su clase, y árboles produciendo fruto cuyas semillas estaban en él, de acuerdo a su clase. Dios vio que esto era bueno. 13 Esto fue la tarde y mañana, el tercer día. 14 Dios dijo: "Haya luces en el cielo para dividir el día de la noche y que ellas sean como señales, para estaciones, para días y años. 15 Que éstas sean luces en el cielo para alumbrar sobre la tierra." Y así fue. 16 Dios hizo las dos grandes lumbreras, la luz más grande para dominar el día y la luz más pequeña para dominar la noche. Él también hizo las estrellas. 17 Dios las colocó en el cielo para alumbrar sobre la tierra, 18 para reinar sobre el día y sobre la noche, y para dividir la luz de la oscuridad. Dios vio que era bueno. 19 Esto fue la tarde y noche, el cuarto día. 20 Dios dijo: "Llénense las aguas de grandes números de criaturas vivientes, y haya aves que vuelen sobre la tierra en la expansión del cielo." 21 Dios creó las grandes criaturas del mar, así como cada criatura viviente por su clase, criaturas que se mueven y que llenan las aguas en todo lugar, y toda ave alada según su especie. Dios vio que era bueno. 22 Dios los bendijo diciendo: "Sean fructíferos y multiplíquense, y llenen las aguas en los mares. Que las aves se multipliquen en la tierra." 23 Esto fue la tarde y mañana, el quinto día. 24 Dios dijo: "Que la tierra produzca criaturas vivientes, cada una de acuerdo a su propia especie, ganado, cosas que se arrastran, y bestias de la tierra, cada una de acuerdo a su propia especie." Y así fue. 25 Dios hizo las bestias de la tierra de acuerdo a su especie, el ganado según sus especies, y todo lo que se arrastra sobre el suelo según su especie. Él vio que era bueno. 26 Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, a nuestra semejanza. Dejen que tengan dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre el ganado, sobre toda la tierra, y sobre toda cosa rastrera que se arrastra sobre la tierra." 27 Dios creó al hombre a Su propia imagen. A Su propia imagen Él lo creo. Varón y hembra Él los creó. 28 Dios los bendijo y les dijo: "Sean fructíferos, y multiplíquense. Llenen la tierra, y sométanla. Tengan dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, y sobre toda cosa viviente que se mueve sobre la tierra." 29 Dios dijo: "Vean, Yo les he dado toda planta que da semilla la cual está sobre la superficie de toda la tierra, y todo árbol con fruto que tiene semilla en él. Ellos serán alimento para ustedes. 30 A cada bestia de la tierra, a cada ave de los cielos, y a toda cosa que se arrastra sobre la tierra, y a toda criatura que tiene aliento de vida, Yo les he dado toda planta verde como alimento." Y así fue. 31 Dios vio todo lo que había hecho. Miren, era muy bueno. Esto fue la tarde y mañana, el sexto día.

2

1 Entonces los cielos y la tierra fueron terminados, y todas las cosas vivientes que los llenaban. 2 En el séptimo día Dios llegó al final de Su trabajo que Él había hecho, y así descansó en el séptimo día de todo Su trabajo. 3 Dios bendijo el séptimo día y lo santificó, porque en él descansó de todo Su trabajo que Él había hecho en Su creación. 4 Estos fueron los eventos referentes a los cielos y la tierra, cuando estos fueron creados, en el día que el SEÑOR Dios hizo la tierra y los cielos. 5 Ningún arbusto del campo estaba aún en la tierra, y ninguna planta del campo había brotado aún, porque el SEÑOR Dios no había hecho llover sobre la tierra, y no había hombre para cultivar la tierra. 6 Pero un vapor subía de la tierra y rociaba toda la superficie de la tierra. 7 El SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló dentro de su nariz el aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente. 8 El SEÑOR Dios plantó un jardín hacia el este, en Edén, y ahí Él puso al hombre a quien Él había formado. 9 De la tierra el SEÑOR Dios hizo crecer todo árbol que es agradable a la vista y bueno para comer. Esto incluyó el árbol de la vida que estaba en el medio del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal. 10 Un río salía del Edén para regar el jardín. Desde ahí se dividía y se convertía en cuatro ríos. 11 El nombre del primero es Pisón. Es el que fluye a través de toda la tierra de Havila, donde hay oro. 12 El oro de esa tierra es bueno. También hay bedelio y la piedra de ónice. 13 El nombre del segundo río es Gihón. Este fluye a través de toda la tierra de Cus. 14 El nombre del tercer río es Tigris, el cual fluye al este de Asiria. El cuarto río es el Eufrates. 15 El SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso dentro del jardín del Edén para trabajarlo y mantenerlo. 16 El SEÑOR Dios ordenó al hombre, diciendo: "De todo árbol en el jardín tú puedes comer libremente. 17 Pero del árbol del conocimiento del bien y mal no puedes comer, porque en el día que comas de él, tú ciertamente morirás." 18 Entonces el SEÑOR Dios dijo: "No es bueno que el hombre deba estar solo. Yo le haré una ayudante adecuada para él." 19 De la tierra el SEÑOR Dios formó cada animal del campo y cada ave del cielo. Entonces Él los trajo al hombre para ver qué él los llamaría. Lo que el hombre llamara a cada criatura viviente, ése era su nombre. 20 El hombre dio nombres a todo el ganado, a todas las aves del cielo, y a toda bestia del campo. Pero para el hombre mismo no se encontró ninguna ayuda adecuada para él. 21 El SEÑOR Dios causó que un profundo sueño cayera sobre el hombre, así que el hombre durmió. El SEÑOR Dios tomó una de sus costillas y cerró la carne de donde Él tomó la costilla. 22 Con la costilla que el SEÑOR Dios había tomado del hombre, Él hizo una mujer y la trajo al hombre. 23 El hombre dijo: "Esta vez, ésta es hueso de mis huesos, y carne de mi carne. Ella será llamada 'varona,' porque ella fue sacada del varón." 24 Por lo tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, él será unido a su esposa, y ellos se convertirán en una carne. 25 Ellos estaban ambos desnudos, el hombre y su esposa, pero no estaban avergonzados.

3

1 Ahora la serpiente era más astuta que cualquier otra bestia del campo que el SEÑOR Dios había hecho. Él le dijo a la mujer: "¿Realmente Dios dijo: 'No debes comer de ningún árbol del jardín'?" 2 La mujer le dijo a la serpiente: "Podemos comer del fruto de los árboles del jardín, 3 pero en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios dijo: 'No podrán comerlo, ni podrásn tocarlo, o morirán.'" 4 La serpiente dijo a la mujer: "Seguramente no morirán. 5 Porque Dios sabe que el día que coman de él, sus ojos serán abiertos y serán como Dios, conociendo el bien y el mal." 6 Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para hacer a uno sabio, ella tomó algo de su fruto y lo comió. Entonces ella le dio también a su esposo que estaba con ella, y él se lo comió. 7 Los ojos de ambos fueron abiertos y supieron que estaban desnudos. Ellos cosieron hojas de higo y se hicieron cubiertas para sí mismos. 8 Ellos oyeron el sonido del SEÑOR Dios caminando en el jardín en el fresco del día, así que el hombre y su esposa se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del jardín. 9 El SENOR Dios llamó al hombre y le dijo: "¿Dónde estás?" 10 El hombre dijo: "Te oí en el jardín y tuve miedo porque estaba desnudo. Así que me escondí." 11 Dios dijo: "¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras?" 12 El hombre dijo: "La mujer a quien me diste para estar conmigo, ella me dio fruto del árbol y yo lo comí." 13 El SEÑOR Dios dijo a la mujer: "¿Qué es esto que has hecho?" La mujer dijo: "La serpiente me engañó y yo comí." 14 El SEÑOR Dios dijo a la serpiente: "Porque has hecho esto, maldita eres tú sola entre todo el ganado y todas las bestias del campo. Sobre tu vientre irás y será polvo lo que comerás todos los días de tu vida. 15 Pondré hostilidad entre tú y la mujer, y entre tu semilla y su semilla. Él herirá tu cabeza y tú herirás su talón." 16 A la mujer le dijo: "Multiplicaré grandemente tu dolor cuando tengas hijos; es con dolor que darás a luz a tus hijos. Tu deseo será para tu esposo, pero él dominará sobre ti." 17 A Adán le dijo: "Porque has escuchado la voz de tu esposa, y has comido del árbol del cual te ordené diciéndote: 'No puedes comer de él,' maldita es la tierra por tu causa; con trabajo doloroso comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Ella producirá espinos y cardos para ti, y comerás las plantas del campo. 19 Por el sudor de tu rostro comerás pan, hasta que regreses a la tierra, porque de ella fuiste tomado. Pues polvo eres, y al polvo regresarás." 20 El hombre llamó por nombre a su esposa Eva porque ella era la madre de todo lo viviente. 21 El SEÑOR Dios hizo para Adán y para su esposa vestiduras de pieles y los vistió. 22 El SEÑOR Dios dijo: "Ahora el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal. Así que, ahora no se le permitirá alcanzar con su mano, tomar del árbol de la vida, comerlo, y vivir para siempre." 23 Por lo tanto, el SEÑOR Dios lo echó fuera del jardín del Edén, para cultivar la tierra de la cual él había sido tomado. 24 Así que Dios echó al hombre fuera del jardín, y colocó querubines al este del jardín del Edén y una espada de fuego que giraba en toda dirección, para guardar el camino hacia el árbol de la vida.

4

1 El hombre durmió con Eva su esposa. Ella concibió y dio a luz a Caín. Ella dijo: "He producido un hombre con la ayuda del SEÑOR Dios." 2 Entonces ella dio a luz a su hermano Abel. Ahora Abel llegó a ser pastor, pero Caín trabajaba la tierra. 3 Sucedió que luego de un tiempo Caín trajo algunos de los frutos de la tierra como ofrenda al SEÑOR. 4 En cuanto a Abel, éste trajo algunos de los primogénitos de su rebaño y algo de la grosura. El SEÑOR aceptó a Abel y su ofrenda, 5 pero a Caín y su ofrenda, Él no aceptó. Así que Caín estaba muy enojado, y frunció el ceño. 6 El SEÑOR dijo a Caín: "¿Por qué estas enojado y por qué frunces el ceño? 7 Si haces lo correcto, ¿no serás aceptado? Pero si no haces lo correcto, el pecado se agacha a la puerta y desea controlarte, pero tú debes dominarlo." 8 Caín habló a Abel su hermano. Sucedió que mientras ellos estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató. 9 Entonces el SEÑOR habló a Caín: "¿Dónde está Abel tu hermano? Él dijo: "Yo no sé. ¿Soy yo el guardián de mi hermano? 10 El SEÑOR dijo: "¿Qué has hecho? La sangre de tu hermano Me está llamando desde la tierra. 11 Ahora maldito eres tú desde la tierra, la cual ha abierto su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. 12 Cuando tú cultives la tierra, de ahora en adelante ella no te concederá su fuerza. Fugitivo y vagabundo serás en la tierra." 13 Dijo Caín al SEÑOR: "Mi castigo es más grande de lo que puedo llevar. 14 Ciertamente, Tú me has echado en este día de esta tierra, y yo estaré escondido de Tu rostro. Yo seré un fugitivo y vagabundo en la tierra, y quien sea que me encuentre me matará." 15 El SEÑOR le dijo: "Si alguien matara a Caín, la venganza vendrá sobre él siete veces." Entonces puso el SEÑOR una marca sobre Caín, para que si alguien lo encontrara, esa persona no lo atacará. 16 Así que Caín se fue de la presencia del SEÑOR y vivió en la tierra de Nod, al este del Edén. 17 Caín durmió con su esposa y ella concibió. Ella dio a luz a Enoc. Caín construyó una ciudad y la nombró igual que su hijo Enoc. 18 A Enoc le nació Irad. Irad vino a ser el padre de Mehujael. Mehujael vino a ser el padre de Metusael. Metusael vino a ser el padre de Lamec. 19 Lamec tomó para sí dos esposas: el nombre de una fue Ada, y el nombre de la otra fue Zila. 20 Ada dio a luz a Jabal. Él fue el padre de aquellos que vivían en tiendas y tienen ganados 21 El nombre de su hermano fue Jubal. Él fue el padre de los que tocan el arpa y la flauta. 22 En cuanto a Zila, ella parió a Tubal Caín, el forjador de utensilios de bronce y hierro. La hermana de Tubal Caín fue Naama. 23 Lamec dijo a sus esposas: "Ada y Zila, escuchen mi voz; ustedes, esposas de Lamec, escuchen lo que les digo. Pues yo he matado a un hombre por herirme, un hombre joven por golpearme. 24 Si Caín es vengado siete veces, entonces Lamec será vengado setenta y siete veces." 25 Adán durmió con su esposa otra vez, y ella dio a luz otro hijo. Ella llamó su nombre Seth y dijo, "Dios me ha dado otro hijo en el lugar de Abel, porque Caín lo mato." 26 Un hijo le nació a Seth y él le llamó su nombre Enós. En ese tiempo, la gente comenzó a invocar el nombre del SEÑOR.

5

1 Este es el registro de los descendientes de Adán. El día que Dios creó a la humanidad, Él los hizo en Su propia semejanza. 2 Varón y hembra Él los creó. Él los bendijo y los llamó humanidad, cuando fueron creados. 3 Luego que Adán vivió 130 años, se convirtió en padre de un hijo en su propia semejanza, a su imagen, y le llamó por nombre Set. 4 Luego de que Adán llegara a ser el padre de Set, él vivió ochocientos años. El vino a ser el padre de más hijos e hijas. 5 Adán vivió 930 años, y luego murió. 6 Luego de Set haber vivido 105 años, se convirtió en el padre de Enós. 7 Luego de llegar a ser el padre de Enós, él vivió 807 años, y llegó a ser el padre de más hijos e hijas. 8 Set vivió 912 años, y luego murió. 9 Luego de Enós haber vivido noventa años, llegó a ser el padre de Cainán. 10 Luego de llegar a ser el padre de Cainán, Enós vivió 815 años. Él llego a ser el padre de más hijos e hijas. 11 Enos vivió 905 años, y luego murió. 12 Luego de Cainán haber vivido setenta años, él llegó a ser el padre de Mahalaleel. 13 Luego de llegar a ser el padre de Mahalaleel, Cainán vivió 840 años. Él llegó a ser el padre de más hijos y hijas. 14 Cainán vivió 910 años, y luego murió. 15 Luego de Mahalaleel haber vivido sesenta y cinco años, él llegó a ser el padre de Jared. 16 Luego de llegar a ser el padre de Jared, Mahalaleel vivió 830 años. Él llegó a ser el padre de más hijos e hijas. 17 Mahalaleel vivió 895 años, y luego murió. 18 Luego de Jared haber vivido 162 años, él llegó a ser el padre de Enoc. 19 Luego de llegar a ser el padre de Enoc, Jared vivió ochocientos años. Él llegó a ser el padre de más hijos e hijas. 20 Jared vivió 962 años, y luego murió. 21 Luego de Enoc haber vivido sesenta y cinco años, él llegó a ser el padre de Matusalén. 22 Enoc caminó con Dios trescientos años, luego de llegar a ser el padre de Matusalén. Él llego a ser el padre de más hijos e hijas. 23 Enoc vivió 365 años. 24 Enoc caminó con Dios, y luego desapareció, porque Dios se lo llevó. 25 Luego de Matusalén haber vivido 187 años, él llegó a ser el padre de Lamec. 26 Luego de llegar a ser el padre de Lamec, Matusalén vivió 782 años. Él llegó a ser el padre de más hijos y hijas. 27 Matusalén vivió 969 años. Luego él murió. 28 Luego de Lamec haber vivido 182 años, él llegó a ser el padre de un hijo. 29 Él le puso por nombre Noé, diciendo: "Éste nos dará descanso de nuestro trabajo y de la labor de nuestra manos, la cual debemos hacer debido a la tierra que el SEÑOR ha maldecido." 30 Lamec vivió 595 años, luego de llegar a ser el padre de Noé. Él llegó a ser el padre de más hijos e hijas. 31 Lamech vivió 777 años. Luego murió. 32 Luego de Noé haber vivido quinientos años, llegó a ser el padre de Sem, Cam y Jafet.

6

1 Sucedió que cuando los seres humanos comenzaron a multiplicarse en la tierra y les nacieron hijas, 2 los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran atractivas. Ellos tomaron para sí mismos esposas, cualquiera que ellos escogieran. 3 El SEÑOR dijo: "Mi Espíritu no permanecerá en la humanidad por siempre, pues ellos son carne. Ellos vivirán 120 años." 4 Gigantes estaban en la tierra en esos días, y también después. Esto sucedió cuando los hijos de Dios se casaron con las hijas de los hombres y tuvieron hijos con ellas. Estos fueron los poderosos hombres de antes, hombres de renombre. 5 El SEÑOR vio que la maldad de la humanidad era grande en la tierra, y que toda inclinación de los pensamientos de sus corazones, era solo de maldad continuamente. 6 El SEÑOR se arrepintió de haber creado la humanidad sobre la tierra, y le dolió mucho en Su corazón. 7 Entonces el SEÑOR dijo: "Voy a borrar a la humanidad que Yo creé de la superficie de la tierra, tanto a la humanidad como a los animales más grandes, y a las cosas que se arrastran y a las aves en los cielos, porque Yo me lamento de haberlos hecho." 8 Pero Noé encontró favor ante los ojos del SEÑOR. 9 Estos fueron los eventos concernientes a Noé. Noé era un hombre justo, y sin culpa entre las personas de su época, Noé caminó con Dios. No 10 Noé vino a ser el padre de tres hijos: Sem, Cam y Jafet. 11 La tierra estaba corrupta ante Dios, y estaba llena de violencia. 12 Dios vio la tierra; miren, estaba corrompida, pues toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. 13 Dios dijo a Noé: "Puedo ver que es tiempo de poner un final a toda carne, pues la tierra está llena de violencia por causa de ellos. Ciertamente Yo los voy a destruir con la tierra. 14 Haz para ti un arca de madera de ciprés. Haz recámaras en el arca, y cúbrelo con brea por dentro y por fuera. 15 Así es como la harás: el largo del arca será de 135 metros, el ancho de él 22. 5 metros, y su altura de 13. 5 metros. 16 Haz un techo para el arca, y termínalo a 45 centímetros del tope del lado. Coloca una puerta en el lado del arca y haz una más baja, una segunda, y una tercera cubierta. 17 Escucha, Yo estoy a punto de traer la inundación de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne que tiene en ella el aliento de vida debajo del cielo. Todo lo que está en la tierra morirá. 18 Pero Yo estableceré mi pacto contigo. Tú entrarás dentro del arca, tú y tus hijos, y tu esposa, y las esposas de tus hijos contigo. 19 De toda criatura viviente de toda carne, dos de cada especie tú debes traer dentro del arca, para mantenerlos vivos contigo, ambos macho y hembra. 20 De las aves de cada especie, y de los animales más grandes según su especie, de toda cosa que se arrastra de la tierra según especie, dos de cada especie vendrán a ti, para que preserves sus vidas. 21 Recoje para ti mismo toda clase de alimento que se come, y almacénalo, para que sea alimento para ti y para ellos." 22 Así que Noé hizo esto. Conforme a todo lo que Dios le había ordenado, así él hizo.

7

1 El SEÑOR le dijo a Noé: "Ven tú y toda tu familia, dentro del arca, por cuanto he visto que eres justo delante de Mí en esta generación. 2 De todo animal limpio traerás contigo siete machos y siete hembras. De los animales que no son limpios, trae dos de ellos: el macho y su pareja. 3 También de las aves del cielo, trae siete machos y siete hembras, para preservar su descendencia sobre la superficie de toda la tierra. 4 Porque en siete días causaré que llueva sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Destruiré de la superficie de la tierra todo ser viviente que he hecho." 5 Noé hizo todo lo que el SEÑOR le ordenó. 6 Noé tenía seiscientos años cuando vino el diluvio sobre la tierra. 7 Noé, sus hijos, su esposa, y las esposas de sus hijos entraron juntos al arca a causa de las aguas del diluvio. 8 Animales limpios y animales no limpios, aves, y todo lo que se arrastra sobre la tierra, 9 de dos en dos, macho y hembra, vinieron a Noé y entraron al arca, tal como Dios había mandado a Noé. 10 Sucedió que luego de los siete días, las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. 11 En el año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, en el día diecisiete del mes, en el mismo día, todas las fuentes del gran abismo se abrieron, y las ventanas de los cielos fueron abiertas. 12 La lluvia comenzó y cayó en la tierra por cuarenta días y cuarenta noches. 13 En ese mismo día Noé y sus hijos, Sem, Cam y Jafet, y la esposa de Noé, y las tres esposas de los hijos de Noé con ellos, entraron al arca. 14 Ellos entraron junto con cada animal salvaje según su especie, y cada tipo de ganado según su clase, y cada cosa que se arrastra sobre la tierra, según su especie, y todo tipo de ave, según su especie, cada clase de criatura con alas. 15 Dos de toda carne en el cual estaba el aliento de vida vinieron a Noé y entraron al arca. 16 Los animales que entraron eran macho y hembra de toda carne; ellos entraron tal como Dios le había ordenado. Entonces el SEÑOR cerró la puerta detrás de ellos. 17 Entonces la inundación vino sobre la tierra por cuarenta días, y el agua aumentó y levantó el arca y lo elevo sobre la tierra. 18 Las aguas cubrieron completamente sobre la tierra, y el arca flotó sobre la superficie del agua. 19-20 Las aguas se elevaron grandemente sobre la tierra de manera que todas las montañas altas que estaban debajo del cielo entero fueron cubiertas. Las aguas subieron quince codos sobre las cimas de las montañas. 21 Todos los seres vivientes que se movían sobre la tierra murieron: las aves, el ganado, los animales salvajes, todas las criaturas vivientes que vivían en grandes números sobre la tierra, y toda la humanidad. 22 Todos los seres vivientes que vivían en la tierra, que respiraban el aliento de vida a través de sus narices, murieron. 23 Así que toda cosa viviente que estaba sobre la superficie de la tierra fue aniquilada, desde la humanidad hasta los grandes animales, hasta las cosas que se arrastran, y hasta las aves del cielo. Todas fueron destruidas de la tierra. Sólo Noé y los que estaban con él en el arca, quedaron. 24 El agua prevaleció sobre la tierra por ciento cincuenta días.

8

1 Dios consideró a Noé, a todos los animales salvajes, y a todo el ganado que estaba con él en el arca. Dios hizo que soplara un viento sobre la tierra, y las aguas comenzaron a retroceder. 2 Las fuentes del abismo y las ventanas del cielo fueron cerradas, y dejó de llover. 3 Las aguas del diluvio retrocedieron lentamente de la tierra, y al finalizar ciento cincuenta días, las aguas habían bajado. 4 El arca vino a reposar en el séptimo mes, en el día diecisiete del mes, sobre las montañas de Ararat. 5 Las aguas continuaron bajando hasta el décimo mes. En el primer día del mes, los topes de las montañas aparecieron. 6 Sucedió después de cuarenta días que Noé abrió la ventana del arca que él había hecho. 7 Él envió afuera un cuervo y éste voló de ida y vuelta hasta que el agua se secó de la tierra. 8 Entonces él envió afuera una paloma para ver si las aguas habian descendido de la superficie de la tierra, 9 pero la paloma no encontró lugar dónde reposar su pata, y ella retornó a él en el arca, porque las aguas todavía cubrían toda la tierra. Él la alcanzó con la mano y la metió en el arca con él. 10 Él esperó otros siete días y nuevamente envió la paloma fuera del arca. 11 La paloma regresó a él al atardecer. Mira, en su pico había una hoja de oliva recién arrancada. Así que Noé supo que el agua se había retirado de la tierra. 12 Él esperó otros siete días, y nuevamente envió fuera la paloma. Ella no regresó nuevamente a él. 13 Aconteció que en el año seisientos uno, en el primer mes, en el día primero del mes, que las aguas se secaron de la tierra. Noé removió la cubierta del arca, miró afuera, y vio que, miren, la superficie de la tierra estaba seca. 14 En el segundo mes, en el día veintisiete del mes, la tierra estaba seca. 15 Dios le dijo a Noé: 16 "Salgan fuera del arca, tú, tu esposa, tus hijos, y las esposas de tus hijos. 17 Saca contigo toda criatura viviente de toda carne que está contigo, incluyendo las aves, los animales, y toda cosa rastrera que se arrastra sobre la tierra, de manera que abunden sobre la tierra, fructifiquen, y se multipliquen sobre la tierra." 18 Así que Noé salió con sus hijos, su esposa y las esposas de sus hijos con él. 19 Toda criatura viviente, toda cosa rastrera, y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra, según la familia a la que pertenecen, dejaron el arca. 20 Noé construyó un altar al SEÑOR. El tomó algunos de los animales limpios y algunas de las aves limpias, y ofreció ofrendas quemadas en el altar. 21 El SEÑOR olió el aroma agradable y dijo en Su corazón: "No volveré a maldecir la tierra por causa de la humanidad, a pesar de que su corazón está inclinado al mal desde su niñez. Ni jamás volveré a destruir todo lo que vive como lo he hecho. 22 Mientras la tierra permanezca, las épocas de siembra y cosecha, el frío y calor, el verano e invierno, y el día y noche no cesarán."

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1 Entonces Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo a ellos: "Sean fructíferos, multiplíquense, y llenen la tierra. 2 El miedo a ustedes y el pavor hacia ustedes estarán sobre todo animal viviente en la tierra, sobre toda ave en el cielo, sobre todo lo que se mueve bajito sobre la tierra, y sobre todos los peces del mar. Ellos te son dados en tus manos. 3 Toda cosa que se mueve y que está viva será alimento para ustedes. Tal como les di las plantas verdes, ahora les doy todo. 4 Pero no deben comer carne que tenga su vida-- la cual es su sangre-- dentro de ella. 5 Pero de la sangre de ustedes, la vida que está en su sangre, Yo requeriré un pago. De la mano de todo animal lo requeriré. De la mano de cualquier hombre, eso es, de la mano de aquél quien haya asesinado a su hermano, Yo le pediré cuentas por la vida de ese hombre. 6 Cualquiera que derrame la sangre de un hombre, por un hombre será su sangre derramada, porque fue en la imagen de Dios que Él hizo al hombre. 7 En cuanto a ustedes, sean fructíferos y multiplíquense, espárzanse a través de la tierra y multiplíquense sobre ella." 8 Entonces Dios le habló a Noé y a sus hijos con él, diciendo: 9 "En cuanto a Mí, ¡escuchen! Voy a establecer un pacto contigo y con tus descendientes después de ti, 10 y con toda criatura viva que está contigo, con las aves, con el ganado, y con toda criatura de la tierra contigo, de todo lo que salió del arca, hasta toda criatura viviente en la tierra. 11 Por la presente establezco mi pacto con ustedes, que nunca más toda carne será destruida por las aguas de un diluvio. Nunca más habrá un diluvio para destruir la tierra." 12 Dios dijo: "Esta es la señal de mi pacto, el cual hago entre ustedes y yo y toda criatura viviente que está con ustedes, para todas las futuras generaciones: 13 Yo he puesto mi arcoiris en la nube, y será la señal del pacto entre Yo y la tierra. 14 Y acontecerá cuando Yo traiga una nube sobre la tierra y el arcoiris sea visto en la nube, 15 entonces yo recordaré Mi pacto, el cual es entre Yo y ustedes y toda criatura viviente de toda carne. Las aguas nunca más se convertirán en un diluvio para destruir toda carne. 16 El arcoiris estará en las nubes y Yo lo veré, para así conmemorar el pacto eterno entre Díos y toda criatura viviente de toda carne que está sobre la tierra." 17 Entonces Dios dijo a Noé: "Ésta es la señal del pacto que Yo he establecido entre Yo y toda carne que está sobre la tierra." 18 Los hijos de Noé que salieron del arca eran Sem, Cam y Jafet. Cam fue el padre de Canaán. 19 Estos tres fueron los hijos de Noé, y de éstos, toda la tierra fue poblada. 20 Noé empezó a ser agricultor, y plantó una viña. 21 Él bebió algo del vino y se emborrachó. Estaba acostado sin cubrirse en su tienda. 22 Entonces Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre y lo dijo a sus dos hermanos afuera. 23 Entonces Sem y Jafet tomaron un manto y lo pusieron sobre los hombros de ambos, y caminaron de espaldas y cubrieron la desnudez de su padre. Sus caras estaban mirando hacia el otro lado, así que ellos no vieron la desnudez de su padre. 24 Cuando Noé despertó de su borrachera, supo lo que su hijo menor le había hecho. 25 Así él dijo: "Maldito sea Canaán. Que él sea sirviente de los sirvientes de sus hermanos." 26 También dijo: "Que el SEÑOR, el Dios de Sem, sea bendecido, y que Canaán sea su sirviente. 27 Que Dios extienda el territorio de Jafet, y le deje hacer su hogar en las tiendas de Sem. Que Canaán sea su sirviente." 28 Luego del diluvio, Noé vivió trescientos cincuenta años. 29 Todos los días de Noé fueron novecientos cincuenta años, y luego murió.

10

1 Estos fueron los descendientes de los hijos de Noé, eso es, Sem, Cam y Jafet. Les nacieron hijos a ellos después del diluvio. 2 Los hijos de Jafet eran Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras. 3 Los hijos de Gomer eran Askemaz, Rifat y Togarmá. 4 Los hijos de Javán eran Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim. 5 De estos, las personas de las costas se dividieron y se fueron a sus tierras, cada uno con su lenguaje propio, según sus familias, por sus naciones. 6 Los hijos de Cam eran Cus, Mizraim, Fut y Canaán. 7 Los hijos de Cus eran Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Los hijos de Raama eran Seba y Dedán. 8 Cus fue el padre de Nimrod, quien fue el primer conquistador de la tierra. 9 Él fue un cazador muy destacado delante del SEÑOR. Por eso es que se dice: "Como Nimrod, un cazador muy poderoso delante del SEÑOR." 10 Los primeros centros de su reino eran Babel, Erec, Acab y Calme, en la tierra de Sinar. 11 Desde esa tierra él fue a Asiria y construyó a Nínive, Rehobot, Ir, Cala, 12 y Resén, que estaba entre Nínive y Cala. Era una ciudad grande. 13 Mizraim fue el padre de los ludimitas, de los anamitas, de los lehabitas, naftuhimitas, 14 los patrusimitas, los casluhimitas (de donde salieron los filisteos) y de los caftorimitas. 15 Canaán fue el padre de Sidón, su primogénito, y de Het, 16 también de los jebuseos, de los amorreos, de los gereseos, 17 de los heveos, de los araceos, de los sineos, 18 los arvadeos, de los zemareos, y los hamateos. Después las familias de los cananeos se esparcieron. 19 La frontera de los cananeos era desde Sidón, hacía la dirección de Gerar, tan lejos como Gaza, y como uno va hacia Sodoma, Gomorra, Adma, y Zeboim, tan lejos como Lasa. 20 Estos eran los hijos de Cam, por sus familias, por sus lenguajes, en sus tierras, y en sus naciones. 21 También le nacieron hijos a Sem, el hermano mayor de Jafet. Sem también fue el antepasado de toda las personas de Heber. 22 Los hijos de Sem eran Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. 23 Los hijos de Aram eran Uz, Hul, Geter y Mas. 24 Arfaxad fue el padre de Sela y Sela fue el padre de Heber. 25 Heber tuvo dos hijos. El nombre de uno fue Peleg, porque en sus días la tierra estaba dividida. El nombre de su hermano era Joctán. 26 Joctán fue el padre de Almodad, Selef, Hazar Mavet, Jera, 27 Adoram, Uzal, Dicla, 28 Obal, Abimael, Seba, 29 Ofir, Havila y Jobab. Todos estos eran los hijos de Joctán. 30 Su territorio era desde Mesa hasta Sefar, la montaña del este. 31 Estos fueron los hijos de Sem, según sus familias, sus lenguajes, en sus tierras, según sus naciones. 32 Estas fueron las familias de los hijos de Noé, según sus geneaologías, por sus naciones. De estas las naciones se separaron y se esparcieron sobre la tierra después del diluvio.

11

1 Ahora toda la tierra hablaba una sola lengua y tenía las mismas palabras. 2 Mientrás ellos viajaban por el este, encontraron un llano en la tierra de Sinar y se establecieron allí. 3 Se decían el uno al otro: "Vengan, hagamos ladrillos y horneémoslos completamente." Tenían ladrillos en vez de piedra y brea en vez de mezcla. 4 Dijeron: "Vengan, construyámonos una ciudad y una torre cuya cima alcance hasta el cielo, y hagámonos un nombre para nosotros mismos. Si no lo hacemos, seremos dispersados por la superficie de toda la tierra." 5 Así que el SEÑOR descendió para ver la ciudad y la torre que habían construido los descendientes de Adán. 6 El SEÑOR dijo: "Miren, ¡son un solo pueblo con la misma lengua, y están comenzando a hacer esto! Pronto, nada de lo que intenten hacer, se les hará imposible. 7 Vengan, descendamos y confundamos su lengua allí, para que no se entiendan los unos a los otros." 8 Así que el SEÑOR los dispersó por toda la superficie de la tierra y dejaron de construir la ciudad. 9 Por lo tanto, se llamó su nombre Babel, porque allí el SEÑOR confundió la lengua de toda la tierra y desde ahí el SEÑOR los dispersó por la superficie de toda la tierra. 10 Estos fueron los descendientes de Sem. Sem tenía cien años y vino a ser el padre de Arfaxad dos años después del diluvio. 11 Sem vivió quinientos años después de que vino a ser el padre de Arfaxad. También fue el padre de otros hijos e hijas. 12 Cuando Arfaxad había vivido treinta y cinco años, vino a ser el padre de Sala. 13 Arfaxad vivió cuatrocientos tres años después de que vino a ser el padre de Sala. Tambien vino a ser el padre de otros hijos e hijas. 14 Luego de Sala haber vivido treinta años, vino a ser el padre de Heber. 15 Sala vivió cuatrocientos tres años luego de que vino a ser el padre de Heber. También vino a ser el padre de otros hijos e hijas. 16 Cuando Heber había vivido treinta y cuatro años, vino a ser el padre de Peleg. 17 Heber vivió cuatrocientos treinta años luego de que vino a ser el padre de Peleg. También fue el padre de otros hijos e hijas. 18 Cuando Peleg había vivido treinta años, vino a ser el padre de Reu. 19 Peleg vivió doscientos nueve años luego de que vino a ser el padre de Reu. También fue padre de otros hijos e hijas. 20 Cuando Reu había vivido treinta y dos años, él vino a ser el padre de Serug. 21 Reu vivió doscientos siete años cuando vino a ser el padre de Serug. También fue padre de otros hijos e hijas. 22 Cuando Serug había vivido treinta años, vino a ser el padre de Nacor. 23 Serug vivió doscientos años luego de que vino a ser el padre de Nacor. También fue el padre de otros hijos e hijas. 24 Cuando Nacor había vivido veintinueve años, vino a ser el padre de Taré. 25 Nacor vivió ciento diecinueve años luego de que fue el padre de Taré. También fue el padre de otros hijos e hijas. 26 Luego de que Taré había vivido setenta años, vino a ser el padre de Abram, Nacor y Harán. 27 Ahora estos fueron los descendientes de Taré. Taré vino a ser el padre de Abram, Nacor y Harán, y Harán vino a ser el padre de Lot. 28 Harán murió en la presencia de su padre Taré en su tierra natal, en Ur de los caldeos. 29 Abram y Nacor tomaron esposas. El nombre de la esposa de Abram fue Sarai y el nombre de la esposa de Nacor fue Milca, una hija de Harán, quien fue el padre de Milca e Isca. 30 Ahora Sarai era estéril, no tenía hijo. 31 Taré tomó a su hijo Abram, a Lot el hijo de su hijo Harán, y a Sarai su nuera, la esposa de Abram su hijo, y juntos salieron de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán. Pero llegaron a Harán y se quedaron allí. 32 Taré vivió doscientos cinco años y murió en Harán.

12

1 Ahora el SEÑOR dijo a Abram: "Sal de tu país, y de tu parentela, y de la familia de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Yo te convertiré en una gran nación, y te bendeciré, y haré tu nombre grande, y tú serás de bendición. 3 Bendeciré a los que te bendigan, pero quien te deshonre yo lo maldeciré. Por medio de ti, todas las familias de la tierra serán bendecidas." 4 Así que Abram salió, como el SEÑOR le dijo que hiciera, y Lot fue con él. Abram era de setenta y cinco años cuando salió de Harán. 5 Abram tomó a Sarai, su esposa, a Lot, el hijo de su hermano, todas sus posesiones que habían acumulado, y las personas que habían adquirido en Harán. Ellos salieron para ir a la tierra de Canaán y llegaron a la tierra de Canaán. 6 Abram pasó a través de la tierra hasta Siquem, hasta la encina de Moré. En ese tiempo los cananeos vivían en la tierra. 7 El SEÑOR le apareció a Abram, y le dijo: "A tus descendientes les daré esta tierra." Así que ahí Abram construyó un altar al SEÑOR, Quien se le había aparecido. 8 Desde allí se movió a la región de colinas al este de Betel, donde puso su tienda, con Betel al oeste y Hai al este. Ahí construyó un altar al SEÑOR e invocó el nombre del SEÑOR. 9 Entonces Abram continuó su viaje rumbo al Neguev. 10 Hubo hambre en la tierra, así que Abram bajó a Egipto para quedarse, pues el hambre era severa en la tierra. 11 Cuando estuvo a punto de entrar a Egipto, le dijo a su esposa Sarai: "Mira, sé que eres una mujer hermosa. 12 Cuando los egipcios te vean dirán: 'Ésta es su esposa,' entonces me matarán, pero a ti te mantendrán viva. 13 Di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y así mi vida será librada gracias a ti." 14 Sucedió que cuando Abram entró en Egipto, los egipcios vieron que Sarai era muy hermosa. 15 Los príncipes de Faraón la vieron, y la alabaron ante Faraón, y la mujer fue llevada a la casa de Faraón. 16 Faraón trató bien a Abram por causa de ella, y le dio ovejas, bueyes, asnos, esclavos, esclavas, burras y camellos. 17 Entonces el SEÑOR afligió a Faraón y su casa con grandes plagas por causa de Sarai, esposa de Abram. 18 Faraón llamó a Abram, y le dijo: "¿Qué es esto que me has hecho? ¿Por qué no me dijiste que ella era tu esposa? 19 ¿Por qué dijiste: 'Ella es mi hermana,' para que yo la tomara para ser mi esposa? Ahora pues, he aquí a tu esposa. Tómala y sigue tu camino." 20 Entonces Faraón le dio órdenes a sus hombres concerniente a él, y ellos lo enviaron fuera, con su esposa y todo lo que él tenía.

13

1 Abram subió de Egipto y fue hasta el Neguev, él, su esposa y todo lo que él poseía. Lot también fue con ellos. 2 Ahora Abram era muy rico en animales, en plata y en oro. 3 Él continuó su viaje desde el Neguev a Betel, hacia el lugar donde antes había puesto su tienda, entre Betel y Hai. 4 Él fue al lugar donde estaba el altar que él había construído antes. Aquí él clamó al nombre del SEÑOR. 5 Ahora Lot, que estaba viajando con Abram, también tenía rebaños, manadas, y tiendas. 6 La tierra no era capaz de mantenerlos a ambos viviendo allí juntos, porque sus posesiones eran muchas, de manera que ellos no podían permanecer juntos. 7 Hubo también una disputa entre los pastores que cuidaban los animales de Abram y los pastores que cuidaban los animales de Lot. Los cananeos y ferezeos estaban viviendo la tierra para ese tiempo. 8 Entonces Abram le dijo a Lot: "Que no haya discordia entre tú y yo, ni entre tus pastores y los míos; después de todo, somos familia. 9 ¿No está toda la tierra delante de ti? Ve adelante y sepárate de mí. Si tú vas hacia la izquierda, entonces yo iré hacia la derecha. O si tú vas hacia la derecha, entonces yo iré hacia la izquierda." 10 Entonces Lot miró alrededor, y vió que toda la llanura del Jordán estaba bien regada toda ella hasta Zoar, como el jardín del SEÑOR, como la tierra de Egipto. Esto fue antes de que el SEÑOR destruyera a Sodoma y Gomorra. 11 Así que Lot escogió para sí toda la llanura del Jordan y viajó hacia el este, y se separaron los parientes los unos de los otros. 12 Abram vivió en la tierra de Canaán, y Lot vivió entre las cuidades de la llanura. El estableció sus tiendas tan lejos como Sodoma. 13 Ahora los hombres de Sodoma eran pecadores muy malos contra el SEÑOR. 14 El SEÑOR dijo a Abram luego que Lot se había separado de él: "Mira desde el lugar en que estás parado hacia el norte, el sur, este y oeste. 15 Toda esta tierra que tú ves, te la daré a ti y a tus descendientes por siempre." 16 Y Yo haré que tus descendientes sean tan abundantes como el polvo de la tierra, de manera que si un hombre pudiera contar el polvo de la tierra, entonces tus descendientes podrían también ser contados. 17 Levántate, camina a través de lo largo y ancho de la tierra, porque te la daré a tí." 18 Así que Abram levantó su tienda, y vino y vivió cerca de las encinas de Mamre, las cuales están en Hebrón, y allí levantó un altar al SEÑOR.

14

1 Aconteció en los días de Amrafel, rey de Sinar, de Arioc, rey de Elasar, de Quedorlaomer, rey de Elam, y de Tidal, rey de Goyim, 2 que estos hicieron guerra contra Bera, rey de Sodoma, Birsa, rey de Gomorra, Sinab, rey de Adma, Semeber, rey de Zeboim, y el rey de Bela (llamado también Zoar). 3 Estos últimos cinco reyes se unieron en el Valle de Sidim, (llamado también el Mar Salado). 4 Ellos habían servido por doce años a Quedorlaomer, pero en el año trece se rebelaron. 5 Entonces en el año catorce, Quedorlaomer y los reyes que estaban con él, vinieron y atacaron a los refaías en Astarot Karnaim, a los zuzitas en Ham, a los emitas en Save Quiriataim, 6 y a los horeos en la colina de Seir, hasta El Parán, que está cercano al desierto. 7 Entonces ellos regresaron y llegaron a En Mispat (llamado también Cades) y derrotaron a todo el país de los amalecitas y también a los amorreos que vivían en Hazezon Tamar. 8 Entonces el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboim y el rey de Bela (llamado también Zoar) salieron y se prepararon para batallar 9 contra Quedorlaomer, rey de Elam, Tidal, rey de Goyim, Amrafel, rey de Sinar, Arioc, rey de Elasar; cuatro reyes contra los cinco. 10 Entonces el Valle de Sidim estaba lleno de pozos de brea, y mientras los reyes de Sodoma y Gomorra huyeron, ellos cayeron allí. Los que quedaron huyeron a las montañas. 11 Así que el enemigo tomó todos los bienes de Sodoma y Gomorra y todas sus provisiones, y siguieron su camino. 12 Cuando se fueron, también tomaron a Lot, hijo del hermano de Abram, quien estaba viviendo en Sodoma, junto con todas sus posesiones. 13 Uno que había escapado vino y se lo dijo a Abram el hebreo. Él estaba viviendo cerca de las encinas que pertenecían a Mamre, el amorreo, que era el hermano de Escol y Aner, quienes eran todos aliados de Abram. 14 Entonces cuando Abram oyó que los enemigos habían capturado a su familiar, él sacó a sus trescientos dieciocho hombres entrenados, que habían nacido en su casa, y los persiguió hasta Dan. 15 El dividió sus hombres en contra de ellos por la noche y los atacó, y los persiguió hasta Hoba, que está al norte de Damasco. 16 Entonces él trajo de regreso todas las posesiones, y también trajo de regreso a su familiar Lot y sus bienes, como a las mujeres y a la otra gente. 17 Luego que Abram regresó de derrotar a Quedorlaomer y a los reyes que estaban con él, el rey de Sodoma fue a reunirse con él en el Valle de Save (también llamado el Valle del Rey). 18 Melquisedec, rey de Salem, trajo pan y vino. Él era sacerdote del Dios Altísimo. 19 Él lo bendijo diciendo: "Bendecido sea Abram por el Dios Altísimo, Creador del cielo y la tierra. 20 Bendecido sea el Dios Altísimo, quien ha entregado en tu mano a tus enemigos." Entonces Abram le entregó el diezmo de todo. 21 El rey de Sodoma dijo a Abram: "Dame la gente y quédate tú con los bienes." 22 Abram dijo al rey de Sodoma: "Yo he levantado mi mano al SEÑOR, Dios Altísimo, Creador del cielo y de la tierra, 23 que yo no tomaré un hilo, ni una correa de sandalia, ni nada que es tuyo, para que así nunca podrás decir: 'Yo hice a Abram rico.' 24 Yo no tomaré nada excepto lo que los hombres jóvenes han comido y la porción de los hombres que fueron conmigo. Permite que Aner, Escol y Mamre tomen su porción."

15

1 Luego de estas cosas la palabra del SEÑOR vino a Abram en una visión, diciendo: "¡No temas, Abram! Yo soy tu escudo y tu muy grande recompensa." 2 Abram dijo: "SEÑOR, ¿qué me daras, ya que sigo sin tener hijos, y el heredero de mi casa es Eliezer de Damasco?" 3 Abram dijo: "Ya que no me has dado descendiente, mira, el mayordomo de mi casa es mi heredero." 4 Entonces, mira, la palabra del SEÑOR vino a él, diciendo: "Este hombre no será tu heredero; sino ese quien vendrá de tu propio cuerpo será tu heredero." 5 Entonces Él lo llevó afuera, y dijo: "Mira hacia el cielo, y enumera las estrellas, si puedes contarlas." Entonces le dijo: "Así serán tus descendientes." 6 Él le creyó al SEÑOR, y Él se lo contó como justicia. 7 Le dijo: "Yo soy el SEÑOR, Quien te sacó de Ur de los caldeos, para darte esta tierra para que la heredes." 8 Él Le dijo: "SEÑOR, ¿cómo sabré que la heredaré?" 9 Entonces Él le dijo: "Traéme una novilla de tres años, una cabra hembra de tres años, un carnero de tres años, una paloma, y un pichón." 10 Él Le trajo todos estos, y los cortó en dos, y puso cada pedazo opuesto al otro, pero él no dividió las aves. 11 Cuando las aves de rapiña vinieron sobre los cádaveres, Abram los espantó. 12 Entonces cuando el sol bajaba, Abram cayó dormido y, miren, una profunda y aterradora oscuridad lo rodeó. 13 Entonces EL SEÑOR le dijo a Abram: "Ten por seguro que tus descendientes serán extraños en una tierra que no es de ellos, y serán esclavizados y oprimidos por cuatrocientos años. 14 Yo juzgaré esa nación a la que le servirán, y luego ellos saldrán con abundantes posesiones. 15 Pero tú irás a tus padres en paz, y serás enterrado en buena vejez. 16 En la cuarta generación ellos regresarán aquí, porque la iniquidad de los amorreos aún no ha llegado a su límite." 17 Cuando el sol ya había bajado y estaba oscuro, mira, una olla de fuego humeante y una antorcha ardiente pasaron entre los pedazos. 18 En ese día el SEÑOR hizo un pacto con Abram, diciendo: "A tus descendientes, por lo presente, doy esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el Eufrates-- 19 los quenitas, los cenezeos, los cadmoneos, 20 los hititas, los ferezeos, los refaías, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos."

16

1 Ahora, Sarai, la esposa de Abram, no le había dado hijos a él, pero ella tenía una sirvienta, una egipcia, cuyo nombre era Agar. 2 Así que Sarai le dijo a Abram: "Mira, el SEÑOR me ha retenido de tener hijos. Ve y duerme con mi sirvienta. Puede ser que yo tenga hijos a través de ella." Abram escuchó a la voz de Sarai. 3 Fue después de que Abram viviera diez años en la tierra de Canaán que Sarai, esposa de Abram, le dio a Agar, su sirvienta egipcia, a su esposo como esposa. 4 Así que él tuvo relaciones con Agar, y ella concibió. Cuando ella vio que había concebido, miró con desprecio a su ama. 5 Entonces Sarai dijo a Abram: "Este mal sobre mí es por tu causa. Yo di mi sirvienta a tus brazos y cuando ella vio que había concebido, yo fui despreciada ante sus ojos. Que el SEÑOR juzgue entre tú y yo." 6 Pero Abram dijo a Sarai: "Mira aquí, tu sierva está en tu poder, haz con ella lo que mejor pienses." Así que Sarai la trató con dureza y ella huyó de su presencia. 7 El ángel del SEÑOR la encontró cerca de un manantial de agua en el desierto, el manantial que está en el camino hacia Shur. 8 Él dijo: "Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde viniste y a dónde vas?" Entonces ella dijo: "Yo estoy huyendo de mi ama Sarai." 9 El ángel del SEÑOR le dijo: "Regresa a tu ama y sométete a su autoridad." 10 Entonces el ángel del SEÑOR le dijo: "Multiplicaré grandemente a tus descendientes, de manera que serán demasiado numerosos para contarlos." 11 El ángel del SEÑOR también le dijo a ella: "Mira, tú estás embarazada, y darás a luz un varón, y le darás por nombre Ismael, porque el SEÑOR ha escuchado tu aflicción. 12 Él será un hombre como un burro salvaje. Él será hostíl contra todo hombre y todo hombre será hostíl contra él; y él vivirá separado de todos sus hermanos." 13 Entonces ella le dio un nombre al SEÑOR quien habló con ella: "Tú eres el Dios que me ve," porque ella dijo: "¿Yo realmente continúo viendo, aún después de que Él me ha visto?" 14 Por lo tanto el pozo fue llamado Beer Lajai Roi; miren, está entre Cades y Bered. 15 Agar dio a luz al hijo de Abram y Abram le puso nombre a su hijo, el que Agar le había dado, Ismael. 16 Abram tenía ochenta y seis años cuando Agar le dio a luz a Ismael.

17

1 Cuando Abram tenía noventa y nueve años de edad, el SEÑOR se le apareció a Abram y le dijo: "Yo soy Dios Todopoderos. Camina delante de Mí, y sé perfecto. 2 Entonces Yo confirmaré mi pacto ente Mí y tú, y te multiplicaré extremadamente." 3 Abram se inclinó con su rostro al suelo y Dios habló con él, diciendo: 4 "Por Mi parte, mira, Mi pacto es contigo. Tú serás el padre de una multitud de naciones. 5 Ya no será tu nombre Abram, sino que tu nombre será Abraham, porque te nombro para ser el padre de una multitud de naciones. 6 Te haré extremadamente fructífero, y haré naciones de ti, y reyes descenderán de ti. 7 Yo estableceré mi pacto contigo y con tus descendientes después de ti, a lo largo de sus generaciones para un pacto eterno, para ser Dios tuyo y para tus descendientes después de ti. 8 Te daré a ti, y a tus descendientes después de ti, la tierra en donde has estado viviendo, toda la tierra de Canaán, para posesión perpetua, y Yo seré su Dios." 9 Entonces Dios le dijo a Abraham: "En cuanto a ti, tienes que guardar Mi pacto, tú y tus descendientes después de ti a lo largo de sus generaciones. 10 Este es Mi pacto entre tú y Yo y tus descendientes después de ti, el cual tienes que guardar: cada varón entre ustedes tiene que ser circuncidado. 11 Ustedes deben ser circuncidados en la carne de su prepucio, y esto será la señal del pacto entre nosotros. 12 Cada varón entre ustedes que tenga ocho días de edad tiene que ser circuncidado, a lo largo de las generaciones de tu pueblo. Esto incluye a ese que es nacido en tu casa y a ese que es comprado con dinero de cualquier extranjero que no sea uno de tu descendencia. 13 Ese que nace en tu casa y ese que es comprado con tu dinero tiene que ser circuncidado. Así Mi pacto estará en la carne de ustedes como un pacto eterno. 14 Cualquier varón incircunciso que no está circuncidado en la carne de su prepucio será cortado de su pueblo. Él ha roto Mi pacto." 15 Dios le dijo a Abraham: "En cuanto a Sarai tu esposa, ya no la llames más Sarai. En su lugar, su nombre será Sara. 16 La bendeciré, y te daré un hijo de ella. La bendeciré, y ella se convertirá en la madre de naciones. Reyes de pueblos saldrán de ella." 17 Entonces Abraham se inclinó con su cara al suelo, y rió, y dijo en su corazón: "¿Puede un niño nacerle a un hombre que tiene cien años de edad? ¿Cómo puede Sara, que tiene noventa años de edad, dar a luz a un hijo?" 18 Abraham le dijo a Dios: "¡Oh que Ismael pueda vivir delante de Ti!" 19 Dios dijo: "No, pero Sara tu esposa dará a luz a tu hijo, y lo llamarás Isaac. Yo estableceré Mi pacto con él como un pacto eterno con sus descendientes después de él. 20 En cuanto a Ismael, te he oído. Mira, por lo presente, Yo lo bendigo, y lo haré fructífero, y lo multiplicaré abundantemente. Él será el padre de doce líderes de tribus, y Yo haré que él se convierta en una gran nación. 21 Pero Mi pacto lo estableceré con Isaac, a quien Sara dará a luz para ti en este tiempo el año que viene." 22 Cuando había terminado de hablar con él, Dios dejó a Abraham. 23 Entonces Abraham tomó a Ismael su hijo, y todos esos que nacieron en su casa, y todos esos que fueron comprados con su dinero, todo varón entre los hombres de la casa de Abraham, y les circuncidó la piel de sus prepucios en ese mismo día, como Dios le había dicho a él. 24 Abraham tenía noventa y nueve años de edad cuando fue circuncidado en la carne de su prepucio. 25 Ismael su hijo tenía trece años de edad cuando fue circuncidado en la carne de su prepucio. 26 En el mismo día Abraham e Ismael su hijo fueron circuncidados. 27 Todos los hombres de su casa fueron circuncidados con él, incluyendo a aquellos nacidos en su casa y aquellos comprados con dinero de un extranjero.

18

1 El SEÑOR se le apareció a Abraham por los robles de Mamre, mientras se sentaba en la puerta de la tienda al calor del día. 2 El miró hacia arriba, y mira, él vio a tres hombres de pie frente a él. Cuando él los vio, él corrió desde la puerta de la tienda a encontrarse con ellos y se inclinó hacia el suelo. 3 Él dijo: "Señor, si he encontrado favor a su vista, no pase de largo y deje a su siervo. 4 Déjenme traer un poco de agua, lavar sus pies y descansen debajo del árbol. 5 Déjenme traer un poco de comida, para que así se refresquen. Luego de eso pueden ir por su camino, ya que han venido a su siervo." Ellos respondieron: "Haz como has dicho." 6 Entonces Abraham rápidamente fue dentro de la tienda hacia Sara, y dijo: "Rápido, trae 40 litros de harina fina, amásala y haz pan." 7 Entonces Abraham corrió al corral, y tomó una ternera que era tierna y buena, y se la dio al sirviente, y él se apresuró y la preparó. 8 Él tomó requesón y leche, y la ternera que había sido preparada, y colocó la comida frente a ellos, y él se paró al lado de ellos debajo del árbol mientras ellos comían. 9 Ellos le dijeron a él: "¿Dónde está Sara tu esposa?" Él contestó: "Ahí, en la tienda." 10 Él dijo: "Yo ciertamente regresaré a ti en la primavera, y presta atención, Sara tu esposa tendrá un hijo." Sara estaba escuchando en la puerta de la tienda, la cual estaba detrás de él. 11 Ahora Abraham y Sara eran viejos, muy avanzados en edad, y Sara ya había pasado la edad cuando las mujeres podían tener hijos. 12 Así que Sara se rió para sí, diciéndose a sí misma: "Después de que me he desgastado y mi señor está viejo, ¿tendré ahora este placer?" 13 El SEÑOR dijo a Abraham: "¿Por qué Sara se rió y dijo: '¿Realmente tendré un hijo, cuando soy vieja'? 14 ¿Hay algo muy díficil para el SEÑOR? Al tiempo señalado por Mí, en la primavera, Yo regresaré a ti. Cerca de este tiempo el año próximo, Sara tendrá un hijo." 15 Entonces Sara lo negó y dijo: "Yo no me reí," pues ella tenía miedo. Él contestó: "No, tú sí te reíste." 16 Entonces los hombres se levantaron para irse y miraron hacia Sodoma. Abraham fue con ellos para despedirlos. 17 Pero El SEÑOR dijo: "¿Debo Yo esconder de Abraham lo que Yo estoy a punto de hacer, 18 ya que Abraham, en efecto, se convertirá en una gran y poderosa nación, y todas las naciones de la tierra serán bendecidas en él? 19 Pues Yo lo he escogido a él, para que él instruya a sus hijos y a su casa después de él, a mantener el camino del SEÑOR, a hacer virtud y justicia, para que así el SEÑOR pueda traer sobre Abraham lo que Él le ha dicho a él." 20 Entonces el SEÑOR dijo: "Porque el clamor contra Sodoma y Gomorra es tan grande, y porque su pecado es tan grave, 21 Yo ahora bajaré allí y veré el clamor contra ella que ha venido a Mí, si en verdad lo han hecho. Si no, Yo lo sabré." 22 Así que los hombres se volvieron de allí, y fueron hacia Sodoma, pero Abraham permaneció de pie frente al SEÑOR. 23 Entonces Abraham se acercó y dijo: "¿Destruirás los justos con los malvados? 24 Quizás allí haya cincuenta justos dentro de la ciudad. ¿Los destruirás y no perdonarás el lugar por el bien de los cincuenta justos que están allí? 25 Lejos esté de Ti hacer tal cosa, asesinar los justos con los malvados, para que así los justos sean tratados al igual que los malvados. ¡Lejos esté de Ti! ¿No hará el Juez de toda la tierra lo que es justo?" 26 El SEÑOR dijo: "Si encuentro en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, entonces Yo perdonaré todo el lugar por el bien de ellos." 27 Abraham contestó y dijo: "¡Mira, me he atrevido a hablar con mi Señor, aunque yo solo sea polvo y cenizas! 28 ¿Y qué si hay cinco menos que cincuenta justos? ¿Destruirás a toda la ciudad por la ausencia de cinco?" Entonces Él dijo: "Yo no la destruiré, si Yo encuentro allí cuarenta y cinco." 29 Él le habló a Él todavía otra vez, y dijo: "¿Y qué si allí se encuentran cuarenta?" Él contestó: "No lo haré por el bien de los cuarenta." 30 Él dijo: "Por favor, no Te enojes, Señor, para que así yo pueda hablar. Quizá treinta se encuentren allí." Él contestó: "Yo no lo haré, si encuentro treinta allí." 31 Él dijo: "¡Mira, me he atrevido a hablar con mi Señor! Quizás veinte se encontrarán allí." Él contestó: "Yo no la destruiré por el bien de los veinte." 32 Finalmente él dijo: "Por favor no Te enojes, Señor, y yo hablaré esta última vez. Quizá se encuentren diez allí." Entonces Él dijo: "Yo no la destruiré por el bien de los diez." 33 El SEÑOR siguió Su camino tan pronto como Él había terminado de hablar con Abraham, y Abraham regresó a casa.

19

1 Los dos ángeles vinieron a Sodoma al anochecer, mientras Lot estaba sentado en la entrada de Sodoma. Lot los vio, se levantó para encontrarse con ellos, y doblegó su rostro al suelo. 2 Él dijo: "Por favor mis amos, les insto que vayan a la casa de su siervo, quédense la noche, y laven sus pies. Entonces ustedes pueden levantarse temprano y seguir su camino." Ellos respondieron: "No, pasaremos la noche en la plaza del pueblo." 3 Pero él les instó fuertemente, así que ellos fueron con él, y entraron a su casa. Él preparó una comida y horneó pan sin levadura, y ellos comieron. 4 Pero antes de que ellos se acostaran, los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, rodearon la casa, tanto jóvenes como viejos, todos los hombres de toda parte de la ciudad. 5 Ellos llamaron a Lot, y le dijeron: "¿Dónde están los hombres que vinieron a ti esta noche? Tráelos fuera a nosotros, para que así nosotros podamos acostarnos con ellos." 6 Así que Lot salió a la puerta y cerró la puerta detrás de él. 7 Él dijo: "Les ruego, mis hermanos, no actúen tan malvadamente. 8 Miren, yo tengo dos hijas que no han dormido con ningún hombre. Permítanme, les ruego, traerlas a ustedes, y ustedes hagan con ellas cualquier cosa que sea buena a sus ojos. Solamente no le hagan nada a estos hombres, porque ellos han venido bajo la sombra de mi techo." 9 Ellos dijeron: "¡Apártate!" Ellos también dijeron: "Este vino aquí para vivir como un extranjero, ¡y ahora él se ha convertido en nuestro juez! Ahora trataremos peor contigo que con ellos." Ellos presionaron fuertemente contra el hombre, contra Lot, y estuvieron a punto de tumbar la puerta. 10 Pero los hombres extendieron sus manos hacia afuera y trajeron a Lot dentro de la casa con ellos y cerraron la puerta. 11 Entonces los visitantes de Lot atacaron con ceguera a los que estaban fuera de la puerta de la casa, tanto a jóvenes como a viejos, de manera que se agotaron cuando trataban de encontrar la puerta. 12 Entonces los hombres dijeron a Lot: "¿Tienes a alguien más aquí? Cualquier yerno, tus hijos y tus hijas, y cualquiera a quien tengas en la ciudad, sácalos de aquí. 13 Pues nosotros estamos a punto de destruir este lugar, porque las acusaciones contra ella delante del SEÑOR han venido a ser tan ruidosas que Él nos ha enviado a nosotros para destruirla." 14 Lot salió y habló con sus yernos, los hombres que habían prometido casarse con sus hijas, y dijo: "Rápido, salgan de este lugar, pues el SEÑOR está a punto de destruir la ciudad." Pero a sus yernos les pareció que él bromeaba. 15 Cuando amaneció, los ángeles instaron a Lot, diciendo: "Apúrate, toma a tu esposa y a tus dos hijas que están aquí, para que así tú no seas destruido en el castigo de la ciudad." 16 Pero él permaneció. Así que los hombres agarraron su mano, y la mano de su esposa, y las manos de sus dos hijas, porque el SEÑOR fue misericordioso con él. Ellos los sacaron y los colocaron fuera de la ciudad. 17 Cuando ellos los habían sacado, uno de los hombres dijo: "¡Corran por sus vidas! No miren atrás ni se queden en ningún lugar en la llanura. Escapen hacia las montañas para que así ustedes no sean destruidos." 18 Lot les dijo a ellos: "¡No, por favor, mis amos! 19 Su siervo ha encontrado favor a sus ojos, y ustedes me han mostrado gran amabilidad en salvar mi vida, pero yo no puedo escapar a las montañas, porque el desastre me alcanzará, y yo moriré. 20 Miren, aquella ciudad de allá está lo bastante cerca para huir hacia ella, y es una pequeña. Por favor, déjenme escapar hacia allá (¿no ven que es una pequeña?), y mi vida será salvada." 21 Él les dijo a ellos: "Está bien, les estoy concediendo esta petición también, que Yo no destruiré la ciudad que has mencionado. 22 ¡De prisa! Escapa allí, pues Yo no puedo hacer nada hasta que tú no llegues allí." Por lo tanto, la ciudad fue llamada Zoar. 23 El sol se había levantado sobre la tierra cuando Lot llegó a Zoar. 24 Entonces El SEÑOR hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego del SEÑOR que salía del cielo. 25 Él destruyó aquellas ciudades, y toda la llanura, y todos los habitantes de las ciudades, y las plantas que crecieron en el suelo. 26 Pero la esposa de Lot, quien estaba detrás de él, miró hacia atrás, y ella se convirtió en una estatua de sal. 27 Abraham se levantó temprano en la mañana y fue al lugar donde se había parado delante del SEÑOR. 28 Él miró abajo hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la tierra de la llanura. Él miró y, presten atención, humo subía de la tierra como el humo de un horno. 29 Así que cuando Dios destruyó las ciudades de la llanura, Dios se acordó de Abraham. Él envió a Lot fuera de la destrucción cuando Él destruyó las ciudades en las cuales Lot había vivido. 30 Pero Lot subió de Zoar para vivir en las montañas con sus dos hijas, porque él tenía temor de vivir en Zoar. Así que él vivió en una cueva, él y sus dos hijas. 31 La primogénita le dijo a la más joven: "Nuestro padre es viejo, y no hay hombre por ningún lado que duerma con nosotras de acuerdo a la manera de todo el mundo. 32 Ven, hagamos que nuestro padre tome vino, y nosotras dormiremos con él, para que así nosotras podamos extender el linaje de nuestro padre." 33 Así que hicieron que su padre bebiera vino esa noche. Entonces la primogénita entró y durmió con su padre; él no supo cuando ella se acostó, ni tampoco cuando ella se levantó. 34 Al siguiente día la primogénita le dijo a la más joven: "Escucha, anoche yo dormí con mi padre. Hagamos que beba vino esta noche también, y tú debes entrar y dormir con él, para que así nosotras podamos extender el linaje de nuestro padre." 35 Así que hicieron que su padre bebiera vino esa noche también, y la menor fue y durmió con él. Él no supo cuando ella se acostó, ni tampoco cuando ella se levantó. 36 Así que ambas hijas de Lot estaban embarazadas de su padre. 37 La primogénita dio a luz a un hijo, y lo nombró Moab. Él se convirtió en el ancestro de los moabitas de la actualidad. 38 En cuanto a la hija más joven, ella también dio a luz a un hijo, y lo nombró Ben-ammi. El se convirtió en el ancestro del pueblo de los amonitas de la actualidad.

20

1 Abraham viajó de ahí hacia la tierra del Neguev, y vivió entre Cades y Shur. Él fue un extranjero viviendo en Gerar. 2 Abraham dijo en referencia a su esposa Sara: "Ella es mi hermana." Entonces Abimelec, rey de Gerar, envió a sus hombres y tomaron a Sara. 3 Pero Dios vino a Abimelec en un sueño durante la noche, y le dijo: "Mira, eres un hombre muerto por causa de la mujer que has tomado, ya que ella es esposa de un hombre." 4 Ahora Abimelec no se había acercado a ella, y dijo: "Señor, ¿matarías hasta a una nación justa? 5 ¿Acaso él mismo no me dijo: 'Ella es mi hermana'? Hasta ella misma dijo: 'Él es mi hermano.' He hecho esto en la integridad de mi corazón y la inocencia de mis manos." 6 Entonces Dios le dijo en el sueño: "Sí, Yo también sé que hiciste esto en la integridad de tu corazón, y también te aparté de pecar contra Mí. Por eso no permití que la tocaras. 7 Por lo tanto, devuelve la esposa de ese hombre, porque él es profeta. Él orará por ti, y vivirás. Pero si no la restauras, sabes que tú y todos los que son tuyos sin duda morirán." 8 Abimelec se levantó temprano en la mañana y llamó a todos sus sirvientes a su presencia. Él les dijo todas estas cosas, y los hombres estaban muy asustados. 9 Entonces Abimelec llamó a Abraham y le dijo: "¿Qué nos has hecho? ¿Cómo yo he pecado contra ti, que has traído sobre mí y mi reino un gran pecado? Tú me has hecho lo que no se debe hacer." 10 Abimelec le dijo a Abraham: "¿Qué te llevó a hacer esta cosa?" 11 Abraham dijo: "Porque pensé: 'Seguramente no hay temor de Dios en este lugar y me matarán a causa de mi esposa.' 12 Además, ella sí es mi hermana, la hija de mi padre, pero no la hija de mi madre; y se convirtió en mi esposa. 13 Cuando Dios me hizo salir de la casa de mi padre y viajar de lugar en lugar, le dije a ella: 'Debes mostrarme esta lealtad como mi esposa: a cada lugar donde vayamos, di acerca de mí: ''Él es mi hermano.'" 14 Entonces Abimelec tomó ovejas y bueyes, y esclavos y esclavas, y se los dio a Abraham. Entonces le devolvió a Sara, su esposa, a él. 15 Abimelec dijo: "Mira, mi tierra está delante de ti. Establécete dondequiera que te agrade." 16 A Sara le dijo: "Mira, le he dado a tu hermano mil monedas de plata. Es para cubrir cualquier ofensa en contra tuya ante los ojos de todos los que están contigo, y ante todos, quedas completamente vindicada." 17 Entonces Abraham oró a Dios, y Dios sanó a Abimelec, su esposa, y sus sirvientas para que pudieran tener hijos. 18 Porque el SEÑOR había causado que todas las mujeres de la casa de Abimelec fueran completamente estériles, a causa de Sara, la esposa de Abraham.

21

1 El SEÑOR le prestó atención a Sara, como dijo que haría, y el SEÑOR hizo por Sara tal como había prometido. 2 Sara concibió y le dio un hijo a Abraham en su vejez, en el tiempo fijado que Dios le había hablado. 3 Abraham nombró a su hijo, el que le había nacido, el que Sara le había dado, Isaac. 4 Abraham circuncidó a su hijo Isaac cuando tenía ocho días, así como Dios le había ordenado. 5 Abraham tenía cien años cuando su hijo Isaac le nació. 6 Sara dijo: "Dios me ha hecho reír, todo el que oiga reíra conmigo." 7 Ella también dijo: "¡Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara amamantaría niños, ¡y, sin embargo, le he dado un hijo en su vejez!" 8 El niño creció y fue destetado, y Abraham hizo un gran banquete en el día en que Isaac fue destetado. 9 Sara vio al hijo de Hagar la egipcia, quien le había dado un hijo a Abraham, burlándose. 10 Entonces ella le dijo a Abraham: "Echa a esta esclava y a su hijo: porque el hijo de esta esclava no será heredero con mi hijo, con Isaac." 11 Esta cosa era muy grave para Abraham a causa de su hijo. 12 Pero Dios le dijo a Abraham: "No te angusties por el niño, ni por tu sierva. Escucha sus palabras en todo lo que ella te dice acerca de este asunto, porque es por medio de Isaac que tus descendientes serán nombrados. 13 Yó también haré del hijo de la sierva una nación, porque él es tu descendiente." 14 Abraham se levantó temprano en la mañana, tomó pan y un odre de agua, y se lo dio a Hagar, poniéndoselo en el hombro. Él le dio al muchacho y la envió lejos. Ella se fué y vagó por el desierto de Beerseba. 15 Cuando el agua del odre se les acabó, ella abandonó al muchacho debajo de uno de los arbustos. 16 Entonces ella se fue, y se sentó a una corta distancia de él, como a un tiro de arco de distancia, pues dijo: "Déjame no mirar la muerte del muchacho." Mientras ella estaba sentada frente a él, ella alzó su voz y lloró. 17 Dios oyó la voz del muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: "¿Qué te preocupa, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho donde está. 18 Levántate, alza al muchacho y aliéntalo; porque Yo haré de él una gran nación." 19 Entonces Dios abrió sus ojos, y ella vio un pozo de agua. Ella fue y llenó el odre de agua, y le dio al muchacho de tomar. 20 Dios estaba con el muchacho, y él creció. Él vivió en el desierto y se convirtió en arquero. 21 Vivió en el desierto de Parán, y su madre le consiguió una esposa de la tierra de Egipto. 22 Aconteció en ese tiempo que Abimalec y Ficol, el capitán de su ejército, hablaron a Abraham, diciendo: "Dios está contigo en todo lo que haces. 23 Ahora, por lo tanto, júrame por Dios que no harás trato falso conmigo, ni con mis hijos, ni con mis descendientes. Muéstrame a mí y a la tierra en donde habitas el mismo pacto de fidelidad que yo te he mostrado." 24 Abraham le dijo: "Lo juro." 25 Abraham también se quejó ante Abimael acerca de un pozo de agua que los siervos de Abimael le habían quitado. 26 Abimael dijo: "Yo no sé quién ha hecho esta cosa. Tú no me dijiste antes de ahora; yo no lo he escuchado hasta hoy." 27 Entonces Abraham tomó ovejas y bueyes y se los dio a Abimael, y los dos hombres hicieron un pacto. 28 Entonces Abraham apartó del rebaño a siete corderas. 29 Abimael le dijo a Abraham: "¿Cuál es el significado de estas siete corderas que has separado de las otras?" 30 Él respondió: "Estas siete corderas recibirás de mi mano, para que sea un testimonio para mí, que yo cavé este pozo." 31 Y él llamo a ese lugar Beerseba, porque ahí ambos hicieron un juramento. 32 Hicieron un pacto en Beerseba, y entonces Abimael y Ficol, el capitán de su ejército, regresaron a la tierra de los filisteos. 33 Abraham plantó un árbol de tamarisco en Beerseba. Ahí él adoró al SEÑOR, el Dios eterno. 34 Abraham continuó como extranjero en la tierra de los filisteos por muchos días.

22

1 Sucedió que después de estas cosas Dios probó a Abraham. Él le dijo a él: "¡Abraham!" Abraham dijo, "Aqui estoy." 2 Entonces Dios dijo: "Toma tu hijo, tu único hijo, a quien tú amas, Isaac, y ve a la tierra de Moriah. Ofrécelo allí como ofrenda quemada sobre una de las montañas allí, que yo te diré." 3 Así que Abraham salió muy temprano en la mañana, ensilló su burro, y tomó a dos de sus hombres jóvenes con él, junto a su hijo Isaac. El cortó la leña para la ofrenda quemada, entonces comenzó su viaje al lugar que Dios le había dicho. 4 Al tercer día Abraham miró hacia arriba y vio un lugar lejano. 5 Abraham le dijo a sus hombres jóvenes: "Quédense aquí con el burro, y yo y el muchaho iremos allá. Nosotros adoraremos y volveremos a ustedes." 6 Entonces Abraham tomó la madera para la ofrenda quemada y la puso sobre Isaac su hijo. El tomó en su propia mano el fuego y el cuchillo; y ambos se fueron juntos. 7 Isaac habló a Abraham su padre y dijo: "Padre mio," y él dijo: "Aquí estoy, hijo mio." Él dijo: "Mira, aquí están el fuego y la madera, ¿pero dónde está el cordero para la ofrenda quemada?" 8 Abraham dijo: "Dios mismo proveerá el cordero para la ofrenda quemada, hijo mio." Así que ellos se fueron, los dos juntos. 9 Cuando ellos llegaron al lugar que Dios le había hablado a él, Abraham construyó un altar allí y colocó la madera sobre él. Entonces el ató a su hijio Isaac, y lo acostó en el altar, sobre la madera. 10 Abraham extendió su mano y alzó el cuchillo para matar a su hijo. 11 Entonces el ángel del SEÑOR lo llamó desde el cielo y le dijo: "¡Abraham, Abraham!" y él dijo: "Aquí estoy." 12 Él dijo: "No pongas tu mano sobre el muchacho, ni hagas nada que lo lastime, porque ahora sé que temes a Dios, viendo que no has retenido a tu hijo, tu único hijo, de Mí." 13 Abraham levantó la vista y mira, detrás de él había un carnero atrapado por sus cuernos en los arbustos. Abraham fue y tomó el carnero y lo ofreció como ofrenda quemada en lugar de su hijo. 14 Así que Abraham llamó aquel lugar, "El SEÑOR proveerá," y se dice hasta el día de hoy, "En la montaña del SEÑOR, sera provisto." 15 El ángel del SEÑOR llamó a Abraham una segunda vez desde el cielo 16 y le dijo: "Esto es la declaracion del SEÑOR: "Por Mí mismo he jurado que por cuanto has hecho esta cosa, y no has retenido a tu propio hijo, tu único hijo, 17 Yo seguramente te bendeciré a ti y Yo multiplicaré grandemente tus descendientes como las estrellas de los cielos, y como la arena que está en la orilla del mar; y tus descendientes poseerán las puertas de sus enemigos. 18 A través de tu descendencia todas las naciones de la tierra seran bendecidas, porque tú has obedecido mi voz." 19 Así que Abraham regresó a sus hombres jóvenes, y ellos se fueron juntos a Beerseba, y él vivió en Beerseba. 20 Sucedió después de estas cosas que a Abraham se le dijo: "Milca ha dado a luz hijos, también, a tu hermano Nacor." 21 Eran ellos Uz su primogénito, Buz su hermano, Quemuel el padre de Aram, 22 Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel." 23 Betuel fue el padre de Rebeca. Estos fueron los ocho hijos que Milca dio a Nacor, el hermano de Abraham. 24 Su concubina, cuyo nombre fue Reúma, también tuvo hijos, Teba, Gaham, Tahas y Maaca.

23

1 Sara vivió ciento veintisiete años. Estos fueron los años de la vida de Sara. 2 Sara murió en Quiriat Arba, esto es, Hebrón, en la tierra de Canaán. Abraham llevó luto y lloró por Sara. 3 Entonces Abraham se levantó y dejó a su esposa muerta, y habló a los hijos de Het, diciendo: 4 "Yo soy un extranjero entre ustedes. Por favor, concédanme una propiedad para un lugar de entierro entre ustedes, para que así yo pueda enterrar a mi muerta." 5 Los hijos de Het le contestaron a Abraham, diciendo: 6 "Escúchenos, mi amo. Usted es un príncipe de Dios entre nosotros. Entierre a su muerta en la mejor de nuestras tumbas. Ninguno de nosotros le negará su tumba, para que así usted pueda enterrar a su muerta." 7 Abraham se levantó y se inclinó hacia las personas de la tierra, a los hijos de Het. 8 Él habló a ellos, diciendo: "Si ustedes están de acuerdo en que yo deba enterrar a mi muerta, entonces óiganme y aboguen con Efrón, hijo de Zohar, por mí. 9 Pídanle que me venda la cueva de Macpela, la cual le pertenece, y está al final de su terreno. Por el precio completo, dejen que él me la venda públicamente como una propiedad para un lugar de entierro." 10 Ahora Efrón estaba sentado entre los hijos de Het, y Efrón el hitita le contestó a Abraham a oídas de los hijos de Het, de todos aquellos quienes habían venido a la puerta de su ciudad, diciendo: 11 "No, mi amo, óigame. Yo le doy el terreno, y la cueva que está en él. Se lo doy en la presencia de los hijos de mi pueblo. Se lo doy para que entierre a su muerta." 12 Entonces Abraham se inclinó delante de las personas de la tierra. 13 Él habló a Efrón a oídas de las personas de la tierra, diciendo: "Pero si está dispuesto, por favor óigame. Yo pagaré por el terreno. Tome mi dinero, y yo enterraré a mi muerta allí." 14 Efrón le contestó a Abraham, diciendo: 15 "Por favor, mi amo, escúcheme. Un pedazo de tierra valorado en cuatrocientos siclos de plata, ¿qué es eso entre usted y yo? Entierre a su muerta." 16 Abraham escuchó a Efrón y Abraham pesó para Efrón la cantidad de plata que él había dicho a oídas de los hijos de Het, cuatrocientos siclos de plata, de acuerdo a la medida estándar de los comerciantes. 17 Así que el terreno de Efrón, el cual estaba en Macpela, la cual estaba próxima a Mamre, esto es, el terreno, la cueva que estaba en él, y todos los árboles que estaban en el terreno y todo alrededor de la frontera, pasó a ser 18 de Abraham, comprado en la presencia de los hijos de Het, delante de todos aquellos que habían venido a la puerta de su ciudad. 19 Después de esto, Abraham enterró a Sara su esposa en la cueva del terreno de Macpela, la cual está próxima a Mamre, esto es, Hebrón, en la tierra de Canaán. 20 Así que el terreno y la cueva en él pasaron a Abraham como una propiedad para un lugar de sepulcro comprados a los hijos de Het.

24

1 Ahora Abraham era muy viejo, y el SEÑOR había bendecido a Abraham en todas las cosas. 2 Abraham dijo a su sirviente, aquel que era el más viejo de su casa y quien estaba a cargo de todo lo que él tenía: "Pon tu mano debajo de mi muslo 3 y yo te haré jurar por EL SEÑOR, el Dios del cielo y el Dios de la tierra, que tú no traerás una esposa para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo hago mi hogar. 4 Pero tú irás a mi país, y a mis parientes, y traerás una esposa para mi hijo Isaac." 5 El sirviente le dijo a él: "¿Y qué si la mujer no está dispuesta a seguirme a esta tierra? ¿Debo yo tomar a tu hijo de vuelta a la tierra de donde viniste?" 6 Abraham le dijo a él: "¡Asegúrate de no llevar a mi hijo de vuelta allá! 7 El SEÑOR, el Dios del cielo, quien me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mis parientes, y quien me prometió con un solemne juramento diciendo: 'A tu descendencia Yo le daré esta tierra,' Él enviará Su ángel delante de ti, y tú le traerás una esposa para mi hijo de allí. 8 Pero si la mujer no está dispuesta a seguirte, entonces tú serás libre de mi juramento. Solamente que tú no llevarás a mi hijo de vuelta allá." 9 Así que el sirviente puso su mano debajo del muslo de Abraham su amo, y le juró a él sobre este asunto. 10 El sirviente tomó diez de los camellos de su amo y salió. Él también tomó con él todo tipo de regalos de su amo. Él salió y fue a la región de Aram Naharaim, a la ciudad de Nacor. 11 Él hizo que los camellos se arrodillaran en las afueras de la ciudad, por el pozo de agua. Era el atardecer, la hora en que las mujeres salían a sacar agua. 12 Entonces él dijo: "SEÑOR, Dios de mi amo Abraham, concédeme éxito hoy y muestra fidelidad del pacto a mi amo Abraham. 13 Mira, aquí estoy de pie al lado de la fuente de agua, y las hijas de los hombres de la ciudad están saliendo a sacar agua. 14 Deja que suceda de esta forma. Cuando yo le diga a una joven: 'Por favor, baja tu cántaro para que así yo beba, y ella me dice: 'Bebe, y yo daré agua a tus camellos también,' entonces deja que sea la que has señalado para tu siervo Isaac. Por esto yo sabré que Tú has mostrado fidelidad del pacto a mi amo." 15 Aconteció que aún antes de que él terminara de hablar, mira, Rebeca salió con su cántaro de agua en su hombro. Rebeca le nació a Betuel, hijo de Milca, la esposa de Nacor, el hermano de Abraham. 16 La joven era muy hermosa y una virgen. Ningún hombre había dormido con ella. Ella bajó a la fuente, llenó su cántaro, y subió. 17 Entonces el sirviente corrió a encontrarse con ella y dijo: "Por favor, deme un poco de agua de su cántaro." 18 Ella dijo: "Beba, mi amo," y ella rápidamente bajó su cántaro en su mano, y le dio de beber. 19 Cuando ella había terminado de darle de beber, ella dijo: "Sacaré agua para tus camellos también, hasta que ellos terminen de beber." 20 Así que ella se apresuró y vació su cántaro en el abrevadero, entonces corrió otra vez al pozo para sacar agua, y sacó agua para todos sus camellos. 21 El hombre la miró en silencio para ver si El SEÑOR había prosperado su viaje o no. 22 Y mientras los camellos terminaban de beber, el hombre sacó un anillo de oro para la nariz que pesaba la mitad de un siclo, y dos brazaletes de oro para sus brazos que pesaban diez siclos, 23 y le preguntó: "¿De quién eres hija? Dime por favor, ¿hay espacio en la casa de tu padre para pasar la noche?" 24 Ella le dijo a él: "Yo soy la hija de Betuel, hijo de Milca, a quien ella dio a luz para Nacor." 25 Ella también le dijo a él: "Tenemos mucho de ambos, paja y forraje, y también espacio para que usted pase la noche." 26 Entonces el hombre se inclinó y adoró al SEÑOR. 27 Él dijo: "Bendecido sea El SEÑOR, el Dios de mi amo Abraham, quien no ha abandonado Su pacto de fidelidad y Su confiabilidad hacia mi amo. En cuanto a mí, El SEÑOR me ha conducido directamente a la casa de los parientes de mi amo." 28 Entonces la joven corrió y le dijo a la familia de su madre sobre todas estas cosas. 29 Ahora Rebeca tenía un hermano, y su nombre era Labán. Labán corrió hacia el hombre que estaba afuera en el camino junto a la fuente. 30 Cuando él había visto el anillo de la nariz y los brazaletes en los brazos de su hermana, y cuando él oyó las palabras de Rebeca su hermana: "Esto es lo que el hombre me dijo," él fue hacia el hombre, y, mira, él estaba parado al lado de los camellos junto a la fuente. 31 Entonces Labán dijo: "Ven, tú bendecido del SEÑOR. ¿Por qué estás parado afuera? Yo he preparado la casa, y un lugar para los camellos." 32 Así que el hombre vino a la casa y él descargó los camellos. A los camellos les fueron dados paja y forraje, y agua fue provista para que lavara sus pies y los pies de los hombres que estaban con él. 33 Ellos pusieron comida delante de él para que comiera, pero él dijo: "Yo no comeŕe hasta que yo diga lo que tengo que decir." Así que Labán dijo: "Habla." 34 Él dijo: "Yo soy el sirviente de Abraham. 35 El SEÑOR ha bendecido a mi amo mucho y él se ha vuelto poderoso. Él le ha dado a él rebaños y manadas, plata y oro, sirvientes varones y sirvientes féminas, y camellos y asnos. 36 Sara, la esposa de mi amo, dio a luz a un hijo a mi amo cuando ella era anciana, y él le ha dado todo lo que él posee a él. 37 Mi amo me hizo jurar, diciendo: 'Tú no debes traer una esposa para mi hijo de las hijas de los cananeos, en la tierra en la cual yo hago mi hogar. 38 En cambio, tú debes ir a la familia de mi padre, y a mis parientes, y traer una esposa para mi hijo.' 39 Yo le dije a mi amo: 'Quizás la mujer no me seguirá.' 40 Pero él me dijo: 'El SEÑOR, delante de Quien yo camino, enviará Su ángel contigo y él prosperará tu camino, para que así tú obtengas una esposa para mi hijo de entre mis parientes y del linaje de mi padre. 41 Pero tú estarás libre de mi juramento si tú vas a mis parientes y ellos no te la dieran a ti. Entonces tú serás libre de mi juramento.' 42 Así que yo llegué hoy a la fuente, y dije: 'Oh SEÑOR, Dios de mi amo Abraham, por favor, si Tú en efecto tienes la intención de hacer que mi viaje sea exitoso, 43 aquí estoy, de pie al lado de la fuente de agua; deja que la joven que sale a sacar agua, la mujer a quien yo diga: "Por favor, deme un poco de agua de su cántaro para beber," 44 la mujer que me diga: "Beba, y yo también sacaré agua para sus camellos," deja que ella sea la mujer a quien Tú, SEÑOR, has escogido para el hijo de mi amo.' 45 Aún antes de que yo terminara de hablar en mi corazón, miren, Rebeca salió con su cántaro en su hombro y ella bajó a la fuente y sacó agua. Así que yo le dije a ella: 'Por favor dame de beber.' 46 Ella rápidamente bajó su cántaro de su hombro y dijo: 'Beba, y yo le daré a sus camellos agua también.' Así que bebí, y ella dio agua a los camellos también. 47 Yo le pregunté y dije: '¿De quién eres hija?' Ella dijo: 'La hija de Betuel, el hijo de Nacor, a quien Milca dio a luz para él.' Entonces yo puse el anillo en su nariz y los brazaletes en sus brazos. 48 Entonces yo me incliné y adoré al SEÑOR, el Dios de mi amo Abraham, quien me había dirigido por el camino correcto para encontrar la hija del pariente de mi amo para su hijo. 49 Ahora, por lo tanto, si ustedes están preparados para tratar a mi amo con fidelidad e integridad familiar, díganme. Pero si no, díganme, para que así yo pueda girar a la mano derecha, o a la izquierda." 50 Entonces Labán y Betuel le contestaron y dijeron: "La situación ha venido de parte del SEÑOR; nosotros no podemos hablarte ni mal ni bien. 51 Mira, Rebeca está delante de ti. Tómala y ve, para que ella pueda ser la esposa del hijo de tu amo, así como el SEÑOR ha dicho." 52 Cuando el sirviente de Abraham oyó sus palabras, él se inclinó al suelo ante el SEÑOR. 53 El sirviente sacó artículos de plata y artículos de oro, y ropa, y se los dio a Rebeca. Él también le dio regalos preciosos a su hermano y a su madre. 54 Entonces él y los hombres que estaban con él comieron y bebieron. Ellos pasaron ahí la noche, y cuando ellos se levantaron en la mañana, él dijo: "Envíenme a mi amo." 55 Su hermano y su madre dijeron: "Deja que la joven se quede con nosotros unos días más, al menos diez. Después de eso, ella se puede ir." 56 Pero él les dijo a ellos: "No me detengan, porque el SEÑOR ha prosperado mi camino. Envíenme para que pueda ir a mi amo." 57 Ellos dijeron: "Llamaremos a la mujer joven y le preguntaremos a ella." 58 Así que llamaron a Rebeca y le preguntaron: "¿Te irás con este hombre?" Ella respondió: "Yo iré." 59 Así que ellos enviaron a su hermana Rebeca, junto a su sierva, en su viaje con el siervo de Abraham y sus hombres. 60 Ellos bendijeron a Rebeca, y le dijeron a ella: "Hermana nuestra, que seas la madre de miles de diez miles, y tu descendencia posea las puertas de aquellos que los odian." 61 Entonces Rebeca se levantó, y ella y sus siervas montaron los camellos, y siguieron al hombre. Así el siervo tomó a Rebeca, y se fue por su camino. 62 Ahora Isaac estaba viviendo en el Neguev, y acababa de regresar de Beer Lajai Roi. 63 Isaac salió a meditar al campo en la tarde. Cuando él miró y vio, miren, ¡venían camellos! 64 Rebeca miró, y cuando ella vio a Isaac, ella saltó del camello. 65 Ella le dijo al siervo: "¿Quién es ese hombre que está caminando en el campo para encontrarse con nosotros?" El siervo le respondió: "Ese es mi amo." Así que ella tomó su velo y se cubrió a sí misma. 66 El siervo le contó a Isaac todas las cosas que él había hecho. 67 Entonces Isaac la trajo a la tienda de su madre Sara y tomó a Rebeca, y ella fue su esposa y él la amo. Así Isaac fue consolado después de la muerte de su madre.

25

1 Abraham tomó a otra esposa; su nombre era Cetura. 2 Ella dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa. 3 Jocsán se conviritió en el padre de Seba y Dedán. Los descendientes de Dedán fueron el pueblo asirio, letuseo y leumeo. 4 Los hijos de Madián fueron Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda. Todos ellos fueron los descendientes de Cetura. 5 Abraham le dio todo lo que tenía a Isaac. 6 Sin embargo, cuando aún vivía, le dio regalos a los hijos de sus concubinas y los envió a la tierra del este, lejos de Isaac, su hijo. 7 Estos fueron los días de los años de la vida que Abraham vivió: 175 años. 8 Abraham respiró su último aliento y murió en una buena edad avanzada, un hombre viejo con una vida plena, y fue llevado a su pueblo. 9 Isaac e Ismael, sus hijos, lo sepultaron en la cueva de Macpela, en el campo de Efrón, hijo de Zohar el hitita, el cual está cerca de Mamre. 10 Este campo Abraham se lo compró a los hijos de Het. Abraham fue sepultado allí con su esposa Sara. 11 Después de la muerte de Abraham, Dios bendijo a su hijo Isaac, e Isaac vivió cerca de Beer Lajai Roi. 12 Ahora, estos fueron los descendientes de Ismael, el hijo de Abraham, el que Agar la egipcia, sirvienta de Sara, le dio a Abraham. 13 Estos fueron los nombres de todos los hijos de Ismael, de acuerdo a su orden de nacimiento: Nebaiot, el primogénito de Ismael, Cedar, Adbeel, Mibsam, 14 Misma, Duma, Massa, 15 Hadar, Tema, Jetur, Nafis y Cedema. 16 Estos fueron los hijos de Ismael, y estos fueron sus nombres, de acuerdo a sus aldeas y campamentos; doce príncipes de acuerdo a sus tribus. 17 Estos fueron los años de la vida de Ismael: 137 años. Respiró su último aliento y murió, y fue llevado a su pueblo. 18 Ellos vivieron desde Havila hasta Shur, lo cual está cerca de Egipto, como yendo hacia Asiria. Ellos vivieron en hostilidad unos con otros. 19 Estos fueron los eventos referentes a Isaac, el hijo de Abraham. Abraham se conviritió en el padre de Isaac. 20 Isaac tenía cuarenta años cuando tomó por esposa a Rebeca, la hija de Betuel, el arameo de Padán Aram, y hermana de Labán el arameo. 21 Isaac le oró al SEÑOR a causa de su esposa, porque ella no tenía hijos y El SEÑOR contestó su oración y Rebeca, su esposa, concibió. 22 Los niños luchaban dentro de ella, y ella dijo: "¿Por qué me está pasando esto a mí?" Ella fue a preguntarle al SEÑOR acerca de esto. 23 EL SEÑOR le dijo a ella: "Dos naciones están en tu vientre, y dos pueblos serán separados desde dentro de ti. Un pueblo será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor." 24 Cuando llegó el tiempo de ella dar a luz, miren, había gemelos en su vientre. 25 El primero salió todo rojo como un ropaje peludo. Lo llamaron Esaú. 26 Después de eso, su hermano salió. Su mano estaba sujetando el talón de Esaú. Lo llamaron Jacob. Isaac tenía sesenta años cuando su esposa los parió. 27 Los muchachos crecieron, y Esaú se convirtió en un cazador diestro, un hombre del campo; pero Jacob era un hombre callado, quien pasaba su tiempo en las tiendas. 28 Ahora, Isaac amaba a Esaú porque él se comía los animales que cazaba, pero Rebeca amaba a Jacob. 29 Jacob cocinó un guiso. Esaú llegó del campo y estaba débil del hambre. 30 Esaú le dijo a Jacob: "Aliméntame con ese guiso rojo. Por favor, ¡estoy agotado!" Esa es la razón por la cual lo llamaron Edom. 31 Jacob dijo: "Primero, véndeme tu primogenitura." 32 Esaú dijo: "Mira, estoy a punto de morir. ¿Qué bien me hace la primogenitura?" 33 Jacob dijo: "Primero júramelo," así que Esaú hizo un juramento, y de esa manera él le vendió su primogenitura a Jacob. 34 Jacob le dio a Esaú pan y guisado de lentejas. Él comió y bebió, luego se levantó y siguió su camino. De este modo, Esaú despreció su primogenitura.

26

1 Entonces, una hambruna ocurrió en la tierra, aparte de la primera hambruna que había ocurrido en los días de Abraham. Isaac fue donde Abimelec, rey de los filisteos en Gerar. 2 Ahora, El SEÑOR se le apareció a él y le dijo: "No bajes a Egipto; vive en la tierra donde Yo te diré que vivas. 3 Permance en esta tierra y Yo estaré contigo y te bendeciré; porque a ti y a tus descendientes les daré todas estas tierras, y cumpliré el juramento que le juré a Abraham, tu padre. 4 Yo multiplicaré tus descendientes como las estrellas del cielo, y les daré a tus descendientes todas estas tierras. A través de tus descendientes todas las naciones de la tierra serán bendecidas. 5 Yo haré esto porque Abraham obedeció Mi voz y guardó Mis instrucciones, Mis mandamientos, Mis estatutos y Mis leyes." 6 Así que Isaac se estableció en Gerar. 7 Cuando los hombres del lugar le preguntaron a él acerca de su esposa, él dijo: "Ella es mi hermana." Él tuvo miedo de decir: "Ella es mi esposa," porque él pensó: "Los hombres de este lugar me matarán para obtener a Rebeca, ya que ella es tan hermosa." 8 Después que Isaac había estado allí por un largo tiempo, a Abimelec, rey de los Filisteos, se le ocurrió mirar por la ventana. Él vio, miren, que Isaac estaba acariciando a Rebeca, su esposa. 9 Abimelec llamó a Isaac y le dijo: "Mira, ciertamente ella es tu esposa. ¿Por qué dijiste, 'Ella es mi hermana'?" Isaac le dijo a él: "Porque pensé que alguien me mataría para obtenerla." 10 Abimelec dijo: "¿Qué es esto que nos has hecho a nosotros? Uno del pueblo pudo fácilmente haber dormido con tu esposa y tú habrías traído culpa sobre nosotros." 11 Así que, Abimelec le adviritió a todo el pueblo y dijo: "Cualquiera que toque a este hombre o a su esposa, ciertamente será condenado a morir." 12 Isaac plantó cultivos en esa tierra y cosechó cien veces más ese mismo año, porque El SEÑOR lo bendijo. 13 El hombre se volvió rico y creció más y más hasta que se volvió poderoso. 14 Él tenía muchas ovejas y ganado y una gran familia. Los filisteos lo envidiaban a él. 15 Ahora, todos los pozos que los sirvientes de su padre habían cavado en los días de Abraham, su padre, los filisteos los taparon llenándolos con tierra. 16 Abimelec le dijo a Isaac: "Vete lejos de nosotros, porque tú eres mucho más poderoso que nosotros." 17 Así que Isaac se fue de allí y se estableció en el Valle de Gerar, y ahí vivió. 18 Una vez más, Isaac cavó los pozos de agua, los cuales ellos habían cavado en los días de su padre Abraham. Los filisteos los habían tapado después de la muerte de Abraham. Isaac le puso a los pozos los mismos nombres que su padre los había nombrado. 19 Cuando los sirvientes de Isaac cavaron en el valle, ellos encontraron allí un pozo de agua fluyente. 20 Los pastores de Gerar discutieron con los pastores de Isaac, y dijeron: "Esta agua es de nosotros." Así que Isaac nombró a ese pozo Esek, porque ellos habían discutido con él. 21 Entonces, ellos cavaron otro pozo, y discutieron sobre ese también, así que le dieron el nombre de Sitna. 22 Él se fue de allí y cavaron otro pozo más, pero ellos no discutieron sobre ese. Así que él lo nombró Rehobot, y dijo: "Ahora EL SEÑOR ha hecho espacio para nosotros, y prosperaremos en la tierra." 23 Luego, Isaac subió desde allí hasta Beerseba. 24 El SEÑOR se le apareció a él esa misma noche y le dijo: "Yo soy el Dios de Abraham, tu padre. No tengas miedo, porque Yo estoy contigo y te bendeciré y multiplicaré tus descendientes, por causa de mi siervo Abraham." 25 Isaac construyó un altar allí e invocó el nombre del SEÑOR. Allí, él colocó su tienda y sus sirvientes cavaron un pozo. 26 Entonces, Abimelec fue hasta él desde Gerar, con Ahuzat, su amigo, y Ficol, el capitán de su ejército. 27 Isaac les dijo a ellos: "¿Por qué vienen donde mí, pues ustedes me odian y me han enviado lejos de ustedes?" 28 Entonces ellos dijeron: "Nosotros hemos visto claramente que El SEÑOR ha estado contigo. Así que decidimos que debe haber un juramento entre nosotros, sí, entre nosotros y tú. Así que, hagamos un pacto contigo, 29 que tú no nos harás daño, así como nosotros no te hemos hecho daño a ti y te hemos tratado bien enviándote lejos y en paz. Ciertamente, tú eres bendecido por El SEÑOR." 30 Así que Isaac hizo un banquete para ellos, y ellos comieron y bebieron. 31 Se levantaron temprano en la mañana y juraron un juramento el uno con el otro. Entonces, Isaac los despidió, y lo dejaron en paz. 32 Ese mismo día los sirvientes de Isaac llegaron y le dijeron acerca del pozo que ellos habían cavado. Ellos dijeron: "Hemos encontrado agua." 33 Él nombró el pozo Seba, el nombre de esa esa ciudad es Beerseba hasta el día de hoy. 34 Cuando Esaú tenía cuarenta años de edad tomó una esposa, Judit, la hija de Beeri el hitita, y también a Basemat, la hija de Elón el hitita. 35 Ellas trajeron tristeza a Isaac y a Rebeca.

27

1 Cuando Isaac estaba viejo y sus ojos estaban borrosos de manera que no podía ver, él llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: "Mi hijo." Él le dijo: "Aquí estoy." 2 Él dijo: "Mira aquí, yo estoy viejo. No conozco el día de mi muerte. 3 Por lo tanto, toma tus armas, tu aljaba y tu arco, y ve al campo y caza presas para mí. 4 Haz comida deliciosa para mí, la que yo amo, y tráemela para que yo la pueda comer y te bendiga antes de que yo me muera." 5 Ahora Rebeca lo escuchó cuando Isaac le habló a Esaú su hijo. Esaú fue al campo a cazar presas y a llevarlas de vuelta. 6 Rebeca habló a Jacob su hijo y dijo: "Mira aquí, yo escuché a tu padre hablar a Esaú tu hermano. Él dijo: 7 'Tráeme presas y hazme comida deliciosa, que yo la pueda comer y bendecirte en la presencia del SEÑOR antes de mi muerte.' 8 Ahora, por lo tanto, mi hijo, obedece mi voz según yo te mando. 9 Ve a la manada y tráeme dos buenos cabritos; y yo haré comida deliciosa de ellos para tu padre, así como la que él ama. 10 Tú la llevarás a tu padre, para que él la pueda comer, a fin de que él te pueda bendecir antes de su muerte." 11 Jacob le dijo a su madre Rebeca: "Mira, Esaú mi hermano es un hombre velludo, y yo soy hombre lampiño. 12 Quizá mi padre me toque, y yo le pareceré a él como engañador. Yo traeré a mí mismo una maldición y no una bendición." 13 Su madre le dijo: "Mi hijo, deja que caiga sobre mí cualquier maldición. Solamente obedece mi voz, y ve, tráemelos a mí." 14 Así que Jacob fue y trajo los cabritos a su madre, y su madre hizo comida deliciosa, tal como la que amaba su padre. 15 Rebeca tomó las mejores ropas de Esaú, su hijo mayor, que estaban con ella en la casa, y las puso sobre Jacob, su hijo menor. 16 Le puso las pieles de los cabritos en sus manos y en la parte lisa de su cuello. 17 Ella puso la comida deliciosa y el pan que había preparado en la mano de su hijo Jacob. 18 Jacob fue a su padre y le dijo: "Padre mío." Él le dijo: "Aquí estoy; ¿quién eres, hijo mío?" 19 Jacob le dijo a su padre: "Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho tal como me dijiste. Ahora siéntate y come de mis presas, para que me bendigas." 20 Isaac le dijo a su hijo: "¿Cómo es que las has encontrado tan rápidamente, hijo mío?" Él le dijo: "Porque el SEÑOR tu Dios me las trajo." 21 Isaac le dijo a Jacob: "Acércate para poderte tocar, hijo mío, y saber si eres o no mi verdadero hijo Esaú." 22 Jacob se acercó a su padre Isaac e Isaac lo tocó y dijo: "La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú." 23 Isaac no lo reconoció porque sus manos eran velludas como las manos de su hermano Esaú, así que Isaac lo bendijo. 24 Él dijo: "¿Eres verdaderamente mi hijo Esaú?" Y él le dijo: "Lo soy." 25 Isaac dijo: "Tráeme la comida y comeré de tus presas, para que pueda bendecirte." Jacob le trajo la comida. Isaac comió, y Jacob le trajo vino, y él bebió. 26 Entonces su padre Isaac le dijo: "Acércate ahora y bésame, hijo mío." 27 Jacob se acercó y lo besó, y olió el olor de sus ropas y lo bendijo. Él dijo: "Ves, el olor de mi hijo es como el olor de un campo que El SEÑOR ha bendecido. 28 Te dé Dios una porción del rocío del cielo, una porción de la grosura de la tierra, y abundantes granos y vino nuevo. 29 Que los pueblos te sirvan y las naciones se postren ante ti. Sé amo sobre tus hermanos, y que los hijos de tu madre se postren ante ti. Que todo el que te maldiga sea maldecido; que todo el que te bendiga sea bendecido." 30 Tan pronto Isaac había terminado bendiciendo a Jacob, y Jacob apenas había salido de la presencia de su padre Isaac, Esaú su hermano llegó de la cacería. 31 Él también preparó comida deliciosa y la trajo a su padre. Él le dijo a su padre: "Padre, levántate y come algo de las presas de tu hijo, para que me bendigas." 32 Isaac su padre le dijo: "¿Quién eres?" Él dijo: "Yo soy tu hijo, tu primogénito Esaú." 33 Isaac tembló muchísimo y dijo: "¿Quién fue el que cazó estas presas y me las trajo? Yo las comí todas antes de que tú vinieras, y lo he bendecido. Ciertamente, él será bendecido." 34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, lloró con llanto grande y amargo, y le dijo a su padre: "Bendíceme a mí también, padre mío." 35 Isaac le dijo: "Tu hermano ha venido aquí engañosamente y te ha quitado tu bendición." 36 Esaú dijo: "¿No ha sido Jacob nombrado correctamente? Porque me ha engañado estas dos veces. Me quitó mi primogenitura, y mira, ahora me ha quitado mi bendición." Entonces él dijo: "¿No has guardado una bendición para mí?" 37 Isaac respondió y dijo a Esaú: "Mira, yo lo he puesto como tu amo, y le he dado a todos sus hermanos como siervos y le he dado granos y vino nuevo. ¿Qué más puedo hacer para ti, hijo mío?" 38 Esaú dijo a su padre: "¿No tienes ni siquiera una bendición para mí, padre mío? Bendíceme a mí también, padre mío." Esaú lloró en alta voz. 39 Isaac su padre le respondió y le dijo: "Mira, el lugar donde vives estará lejos de la riqueza de la tierra, lejos del rocío del alto cielo. 40 Por tu espada vivirás, y servirás a tu hermano. Mas cuando te rebeles, sacudirás su yugo de tu cuello." 41 Esaú odió a Jacob debido a la bendición que su padre le había dado. Esaú dijo en su corazón: "Los días de luto por mi padre se acercan; después de eso mataré a mi hermano Jacob." 42 Las palabras de Esaú su hijo mayor les fueron dichas a Rebeca. Así que envió a llamar a su hijo Jacob su hijo menor y le dijo: "Mira, tu hermano Esaú se está consolando a si mismo planificando tu muerte. 43 Ahora, por lo tanto, hijo mío, obedéceme y huye a Labán, mi hermano, en Harán. 44 Quédate con él allá por un tiempo, hasta que se calme la furia de tu hermano, 45 hasta que la ira de tu hermano hacia ti se calme, y se olvide de lo que le has hecho. Entonces yo enviaré a traerte de allá. ¿Por qué he de perderlos a ambos en un día? " 46 Rebeca le dijo a Isaac: "Estoy hastiada de la vida debido a las hijas de Het. Si Jacob toma una de las hijas de Het por esposa, como estas mujeres, algunas de las hijas de la tierra, ¿para qué bien me servirá mi vida?"

28

1 Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le ordenó: "No debes tomar por esposa a una de las mujeres cananitas. 2 Levántate, ve a Padán Aram, a la casa de Betuel, el padre de tu madre, y toma una esposa de allí, una de las hijas de Labán, el hermano de tu madre. 3 Que Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fructífero y te multiplique, para que llegues a ser una multitud de pueblos. 4 Que Él te dé la bendición de Abraham, a ti y a tus descendientes después de ti, de manera que heredes la tierra donde has estado viviendo, que Dios le dio a Abraham." 5 Así que Isaac despidió a Jacob. Jacob fue a Padán Aram, a Labán, hijo de Betuel el arameo, el hermano de Rebeca, madre de Jacob y Esaú. 6 Ahora Esaú vio que Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padán Aram, para tomar esposa de allá. Él también vio que Isaac lo había bendecido y le había dado una orden diciendo: "No debes tomar esposa de las mujeres de Canaán." 7 Esaú también vio que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padán Aram. 8 Esaú vio que las mujeres de Canaán no agradaban a Isaac su padre. 9 Así que él fue a Ismael y tomó, además de las esposas que él tenía, a Mahalat, la hija de Ismael, hijo de Abraham, la hermana de Nebaiot, como su esposa. 10 Jacob salió de Beerseba y fue hacia Harán. 11 Llegó a cierto lugar y se quedó allí toda la noche, porque el sol se había puesto. Él tomó una de las piedras en ese lugar, la puso debajo de su cabeza, y se acostó en ese lugar para dormir. 12 Él soñó y vio una escalera levantada sobre la tierra. Su cima alcanzó hasta el cielo y los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. 13 Miren, EL SEÑOR estaba de pie sobre ella y dijo: "Yo soy EL SEÑOR, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac. La tierra donde estás acostado, Yo te la daré a ti y a tus descendientes. 14 Tus descendientes serán como el polvo de la tierra, y te dispersarás lejos al oeste, al este, al norte y al sur. Por medio de ti y de tus descendientes todas las familias de la tierra serán bendecidas. 15 Mira, Yo estoy contigo, y te guardaré dondequiera que vayas. Te traeré nuevamente a esta tierra porque no te dejaré. Yo haré todo lo que te he prometido." 16 Jacob despertó de su sueño y dijo: "Seguramente EL SEÑOR está en este lugar, y yo no lo sabía." 17 Él tuvo miedo y dijo: "¡Qué terrible es este lugar! Esto no es nada menos que la casa de Dios. Es la puerta del cielo." 18 Jacob se levantó temprano en la mañana y tomó la piedra que había puesto debajo de su cabeza. La levantó como un pilar y derramó aceite sobre ella. 19 Él llamó el nombre de ese lugar Betel, pero el nombre de la ciudad originalmente fue Luz. 20 Jacob juró un juramento diciendo: "Si Dios fuera conmigo y me protegiera en este camino sobre el que ando, y me diera pan para comer y ropa para vestir, 21 de manera que yo regrese sano y salvo a la casa de mi padre, entonces EL SEÑOR será mi Dios. 22 Entonces esta piedra que he puesto como un pilar será una piedra sagrada. De todo lo que me dieras, de seguro Te devolveré la décima parte."

29

1 Entonces Jacob se fue de viaje y llegó a la tierra de la gente del este. 2 Al mirar, él vio un pozo en el campo, y, mira, tres rebaños de ovejas estaban acostadas allí al lado. Porque de aquel pozo ellos daban agua a los rebaños, y la piedra sobre la boca del pozo era grande. 3 Cuando todos los rebaños se habían reunido allí, los pastores rodaban la piedra de la boca del pozo y le daban agua a las ovejas, y entonces ponían la piedra otra vez sobre la boca del pozo, de vuelta a su lugar. 4 Jacob les dijo: "Hermanos míos, ¿de dónde vienen?" Ellos respondieron: "Somos de Harán." 5 Él les dijo: ¿Conocen ustedes a Labán, hijo de Nacor?" Ellos dijeron: "Lo conocemos." 6 Él les dijo: "¿El está bien?" Ellos dijeron: "Él está bien, y, mira allí, Raquel su hija viene con las ovejas." 7 Jacob dijo: "Mira, es el mediodía. No es la hora de juntar a los rebaños. Deberían darle agua a las ovejas y entonces ir y apacentarlas." 8 Ellos dijeron: "No podemos darles agua hasta que todos los rebaños estén juntos. Los hombres entonces rodarán la piedra de la boca del pozo, y le daremos agua a las ovejas." 9 Mientras Jacob todavía hablaba con ellos, Raquel vino con las ovejas de su padre, porque ella las atendía. 10 Cuando Jacob vio a Raquel, la hija de Labán, el hermano de su madre, y las ovejas de Labán, el hermano de su madre, Jacob fue allí, rodó la piedra de la boca del pozo, y le dio agua al rebaño de Labán, el hermano de su madre. 11 Jacob besó a Raquel y lloró en voz alta. 12 Jacob le dijo a Raquel que él era pariente de su padre, y que él era hijo de Rebeca. Entonces ella corrió y se lo dijo a su padre. 13 Cuando Labán oyó las noticias acerca de Jacob el hijo de su hermana, él corrió a encontrarlo, lo abrazó, lo besó y lo llevó a su casa. Jacob le dijo a Labán todas estas cosas. 14 Labán le dijo: "Tú en verdad eres mi hueso y mi carne." Entonces Jacob se quedó con él por cerca de un mes. 15 Entonces Labán le dijo a Jacob: "Porque eres mi pariente, ¿deberías entonces servirme por nada? Dime, ¿qué sería tu paga?" 16 Ahora Labán tenía dos hijas. El nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor era Raquel. 17 Los ojos de Lea eran tiernos, pero Raquel era hermosa en forma y apariencia. 18 Jacob amaba a Raquel, así que dijo: "Te serviré siete años por Raquel, tu hija menor." 19 Labán dijo: "Es mejor que te la dé a ti, que dársela a otro hombre. Quédate conmigo." 20 Así que Jacob sirvió por siete años por Raquel; y para él fueron como solo unos días, por el amor que le tenía a ella. 21 Entonces Jacob le dijo a Labán: "Dame a mi esposa, porque mis días han sido completados para poder casarme con ella." 22 Entonces Labán reunió a todos los hombres del lugar e hizo un banquete. 23 En la noche, Labán tomó a Lea su hija y se la llevó a Jacob, quien durmió con ella. 24 Labán dio a su sirvienta Zilpa a su hija Lea como sirvienta. 25 En la mañana, mira, ¡era Lea! Jacob le dijo a Labán: "¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te serví yo por Raquel? ¿Por qué entonces me has engañado?" 26 Labán dijo: "No es nuestra costumbre dar a la hija menor antes que la primogénita. 27 Completa la semana matrimonial de esta hija, y te daremos la otra también a cambio de servirme por otros siete años." 28 Jacob así lo hizo, y completó la semana de Lea. Entonces Labán le dio a Raquel su hija también como esposa. 29 Labán también le dio a Bilha a su hija Raquel, para que fuera su sirvienta. 30 Así que Jacob se durmió con Raquel también, pero él amaba a Raquel más que a Lea. Entonces Jacob sirvió a Labán por otros siete años. 31 Él SEÑOR vio que Lea no era amada, así que Él abrió su vientre, pero Raquel era estéril. 32 Lea concibió y tuvo un hijo, y lo llamó Rubén. Pues ella dijo: "Porque el SEÑOR ha mirado mi aflicción; ahora seguramente mi esposo me amará." 33 Entonces ella concibió otra vez y tuvo un hijo. Ella dijo: "Porque El SEÑOR ha oído que yo no soy amada, Él, por lo tanto, me ha dado este hijo también," y ella llamó su nombre Simeón. 34 Entonces ella concibió otra vez y tuvo un hijo. Ella dijo: "Ahora esta vez mi esposo estará unido a mí, porque le he dado tres hijos." Entonces fue llamado Leví. 35 Ella concibió otra vez y tuvo un hijo. Ella dijo: "Esta vez alabaré al SEÑOR." Por lo tanto, ella llamó su nombre Judá; entonces dejó de tener hijos.

30

1 Cuando Raquel vio que no le daba hijos a Jacob, Raquel envidió a su hermana. Ella le dijo a Jacob: "Dame hijos, o moriré." 2 El enojo de Jacob ardió contra Raquel. Él dijo: "¿Estoy yo en el lugar de Dios, quien te ha negado el tener hijos?" 3 Ella dijo: "Mira, ahí está mi sirvienta Bilha. Duerme con ella, para que ella dé a luz a niños sobre mis rodillas, y yo tendré hijos por ella." 4 Así que ella le dio a su sirvienta Bilha como esposa, y Jacob durmió con ella. 5 Bilha concibió y le dio un hijo a Jacob. 6 Entonces Raquel dijo: "Dios ha juzgado en mi favor. Él ciertamente ha escuchado mi voz y me ha dado un hijo." Por esta razón ella llamó su nombre Dan. 7 Bilha, la sirvienta de Raquel, concibió otra vez y le dio a Jacob un segundo hijo. 8 Raquel dijo: "Con poderosa lucha he peleado con mi hermana y he prevalecido." Ella lo llamó por nombre Neftalí. 9 Cuando Lea vio que había dejado de tener hijos, tomó a Zilpa, su sirvienta, y se la dio a Jacob como esposa. 10 Zilpa, la sirvienta de Lea, le dio a Jacob un hijo. 11 Lea dijo: "¡Esto es afortunado!" así que ella lo llamó por nombre Gad. 12 Entonces Zilpa, la sirvienta de Lea, le dio a Jacob un segundo hijo. 13 Lea dijo: "¡Estoy felíz! Porque las hijas me llamarán feliz." Así que ella le llamó Aser. 14 Rubén fue en los días de la cosecha de trigo y encontró mandrágoras en el campo. Él las trajo a su madre Lea. Entonces Raquel le dijo a Lea: "Dame algunas de las mandrágoras de tu hijo." 15 Lea le dijo a ella: "¿Es un asunto pequeño para ti, que me has quitado a mi esposo? ¿Acaso ahora me quieres quitar las mandrágoras de mi hijo también?" Raquel le dijo: "Entonces él dormirá contigo esta noche, a cambio de las mandrágoras de tu hijo." 16 Jacob vino del campo al anochecer. Lea salió a recibirlo y dijo: "Debes dormir conmigo esta noche, porque te he contratado con las mandrágoras de mi hijo." Así que Jacob durmió con Lea esa noche. 17 Dios escuchó a Lea, y ella concibió y le dio a Jacob un quinto hijo. 18 Lea dijo: "Dios me ha dado mi pago, porque le di mi sirvienta a mi esposo." Y lo llamó por nombre Isacar. 19 Lea concibió otra vez y le dio un sexto hijo a Jacob. 20 Lea dijo: "Dios me ha dado un buen regalo. Ahora mi esposo me honrará, porque le he dado seis hijos." Ella llamó su nombre Zabulón. 21 Luego dio a luz a una hija y la llamó Dina. 22 Dios se acordó de Raquel y la escuchó. Él hizo que ella quedara embarazada. 23 Ella concibió y dio a luz un hijo. Ella dijo: "Dios ha quitado mi vergüenza." 24 Ella llamó su nombre José, diciendo: "EL SEÑOR me ha añadido otro hijo." 25 Luego que Raquel había dado a luz a José, Jacob le dijo a Labán: "Envíame lejos, para que yo pueda ir a mi propio hogar y a mi país. 26 Dame a mis esposas y a mis hijos por quienes te he servido, y déjame ir, porque tú sabes el servicio que te he dado." 27 Labán le dijo: "Si ahora he encontrado favor en tus ojos, espera, porque he conocido por adivinación que El SEÑOR me ha bendecido por tu causa." 28 Entonces él dijo: "Nombra tus salario, y yo te lo pagaré." 29 Jacob le dijo: "Tú sabes cómo te he servido, y cómo le ha ido a tu ganado conmigo. 30 Porque tenías poco antes de que yo viniera, y ha aumentado abundantemente. EL SEÑOR te ha bendecido en dondequiera que yo trabajé. Ahora, ¿cuándo proveeré yo para mi propia casa también?" 31 Entonces Labán dijo: "¿Qué te pagaré?" Jacob dijo: "Tú no me darás nada. Si haces esto por mí, yo volveré a alimentar tu rebaño y a cuidarlo. 32 Déjame caminar entre tu rebaño hoy, sacando de él toda oveja moteada y manchada, y cada oveja negra entre ellas, y las manchadas y moteadas entre las cabras. Estas serán mi salario. 33 Mi integridad testificará por mí luego, cuando tú vengas a revisar mi salario. Cada una que no sea moteada o manchada entre las cabras, y negras entre las ovejas, si alguna es encontrada conmigo, será considerada robada." 34 Labán dijo: "De acuerdo. Que sea de acuerdo a tu palabra." 35 Ese día Labán removió los cabros que eran rayados y manchados, y todas las cabras que eran moteadas y manchadas, cada una que tenía blanco en ella, y todas las ovejas negras entre las ovejas, y las dio en manos de sus hijos. 36 Labán también puso tres días de jornada entre él y Jacob. Así que Jacob se quedó atendiendo el resto de los rebaños de Labán. 37 Jacob tomó ramas recién cortadas de álamo, y del almendro y del plátano, y peló rayas blancas en ellas, e hizo que la madera blanca de adentro pareciera que estaba en los palos. 38 Entonces él puso los palos que había pelado frente a los rebaños, en frente de los abrevaderos donde venían a beber. Ellos concebían cuando venían a beber. 39 Los rebaños se reproducían en frente de los palos, y los rebaños producían crías rayadas, moteadas y manchadas. 40 Jacob separó estos corderos, pero hizo que el resto de ellos miraran hacia los animales rayados y todas las ovejas negras en el rebaño de Labán. Entonces él separó sus rebaños para sí mismo y no los juntó con los rebaños de Labán. 41 Cuando las ovejas más fuertes en el rebaño se estaban reproduciendo, entonces Jacob ponía los palos en los abrevaderos frente a los ojos del rebaño, para que concibieran entre los palos. 42 Pero cuando los animales mas débiles en el rebaño venían, él no les ponía los palos al frente de ellos. Así que los animales más débiles eran de Labán, y los mas fuertes eran de Jacob. 43 El hombre se volvió muy próspero. Tenía grandes rebaños, mujeres sirvientes y hombres sirvientes, y camellos y burros.

31

1 Ahora, Jacob escuchó las palabras de los hijos de Labán, que ellos dijeron: "Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y es de las posesiones de nuestro padre que él ha obtenido toda esta riqueza." 2 Jacob vio la mirada del rostro de Labán. El vio que su actitud hacia él había cambiado. 3 Entonces el SEÑOR le dijo a Jacob: "Vuelve a la tierra de tus padres y a tus parientes y Yo estaré contigo." 4 Jacob envió y llamó a Raquel y a Lea al campo de su rebaño 5 y les dijo: "Yo he visto que la actitud de su padre hacia mí ha cambiado, pero el Dios de mi padre ha estado conmigo. 6 Ustedes saben que es con todas mis fuerzas que yo he servido a su padre. 7 Su padre me ha engañado y cambiado mi sueldo diez veces, pero Dios no le ha permitido hacerme daño. 8 Si él decía: 'Los animales moteados serán tu salario,' entonces todo el rebaño daba crías moteadas. Si él decía: 'Las rayadas serán tu salario,' entonces todo el rebaño daba crías rayadas. 9 De esta manera Dios ha tomado los animales de su padre y me los ha dado a mí. 10 En una ocasión durante la temporada de apareamiento, yo vi en un sueño chivos que se apareaban con el rebaño. Los chivos eran rayados, moteados y manchados. 11 El ángel de Dios me dijo en el sueño: 'Jacob.' Yo dije: 'Aquí estoy.' 12 El dijo: 'Alza tus ojos y mira todos los chivos que se están apareando con el rebaño. Ellos son rayados, moteados y manchados, porque Yo he visto todo lo que Labán te está haciendo. 13 Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste un pilar, donde tú Me hiciste un voto. Ahora, levántate y deja esta tierra y regresa a la tierra donde naciste.'" 14 Raquel y Lea respondieron y le dijeron: "¿Hay alguna porción o herencia para nosotras en la casa de nuestro padre? 15 ¿Acaso no somos tratadas por él como extranjeras? Porque él nos ha vendido y también ha devorado completamente nuestro dinero. 16 Pues todas las riquezas que Dios le ha quitado a nuestro padre son ahora nuestras y de nuestros hijos. Ahora entonces, lo que sea que Dios te haya dicho, hazlo." 17 Entonces Jacob se levantó y colocó a sus hijos y a sus esposas sobre camellos. 18 Él dirigió todo su ganado delante de él, con toda su propiedad, incluyendo el ganado que él había adquirido en Padán Aram. Entonces él partió para ir a su padre Isaac a la tierra de Canaán. 19 Cuando Labán había salido a trasquilar sus ovejas, Raquel robó los dioses domésticos de su padre. 20 Jacob también engañó a Labán el arameo al no decirle que se iba. 21 Así que huyó con todo lo que tenía y rápidamente cruzó el Río, y se dirigió a la región montañosa de Galaad. 22 Al tercer día le fue dicho a Labán que Jacob había huído. 23 Así que él tomó a sus parientes con él para perseguirlo por siete días de viaje. Él lo alcanzó en la región montañosa de Galaad. 24 Ahora Dios vino a Labán el arameo en un sueño durante la noche y le dijo: "Cuídate de no hablarle a Jacob ni bien ni mal." 25 Labán alcanzó a Jacob. Ahora Jacob había colocado su tienda en la zona montañosa. Labán también acampó con sus parientes en la zona montañosa de Galaad. 26 Labán le dijo a Jacob: "¿Qué has hecho, que me has engañado y te has llevado a mis hijas como si fueran prisioneras de guerra? 27 ¿Por qué huiste secretamente y me engañaste y no me dijiste? Yo te hubiera despedido con celebración y con canciones, con panderos y arpas. 28 No me permitiste despedir con besos a mis nietos y mis hijas. Ahora has obrado neciamente. 29 Está en mi poder hacerte daño, pero el Dios de tu padre me habló anoche y dijo: 'Cuídate de no hablarle a Jacob ni bien ni mal.' 30 Ahora te has ido porque anhelaste regresar a la casa de tu padre. Pero, ¿por qué robaste mis dioses? 31 Jacob contestó y dijo a Labán: "Porque tuve miedo y pensé que tú me quitarías a tus hijas por la fuerza es que yo me fui secretamente. 32 Quien haya tomado tus dioses no continuará con vida. En la presencia de nuestros parientes, identifica cualquier cosa que yo tenga que sea tuya y tómala." Porque Jacob no sabía que Raquel los había robado. 33 Labán fue a la tienda de Jacob, a la tienda de Lea y a la tienda de las dos sirvientas, pero no los encontró. Él salió de la tienda de Lea y entró en la de Raquel. 34 Ahora Raquel había tomado los dioses domésticos, los colocó en un sillín de camello y se sentó sobre ellos. Labán buscó por toda la tienda pero no los encontró. 35 Ella dijo a su padre: "No se enoje, mi señor, si no me levanto frente a usted, es que yo estoy en mi período menstrual." Así que él buscó pero no encontró sus dioses domésticos. 36 Jacob estaba enojado y discutió con Labán. Él le dijo: "¿Cuál es mi ofensa? ¿Cuál es mi pecado, que me has perseguido acaloradamente? 37 Pues tú has buscado en todas mis posesiones. ¿Qué has encontrado de todos tus bienes domésticos? Colócalos aquí frente a nuestros parientes, para que ellos puedan juzgar entre nosotros dos. 38 Durante veinte años yo he estado contigo. Ni tus ovejas ni tus cabras han abortado ni he comido ningún carnero de tus rebaños. 39 Lo que fue desgarrado por las bestias no lo traje ante ti. En su lugar, yo asumí la pérdida. Siempre me hiciste pagar por cada animal perdido, fuera robado durante el día o durante la noche. 40 Allí estaba, en el día el calor me consumía y me helaba durante la noche y no dormía. 41 Estos veinte años yo he estado en tu casa. Yo trabajé catorce años por tus dos hijas y seis años por tu rebaño. Has cambiado mi salario diez veces. 42 Si no fuera porque el Dios de mi padre, el Dios de Abraham y al que teme Isaac, estuviera conmigo, seguramente me habrías despedido con las manos vacías. Dios ha visto mi opresión y cuan duro he trabajado y Él te reprendió anoche." 43 Labán respondió y le dijo a Jacob: "Las hijas son mis hijas, los nietos son mis nietos y los rebaños son mis rebaños. Todo lo que ves es mío. ¿Pero qué puedo hacer hoy a estas mis hijas o a sus hijos que ellas han parido? 44 Así que ahora, hagamos un pacto, tú y yo, y que sea un testimonio entre tú y yo." 45 Así que Jacob tomó una piedra y la estableció como un pilar. 46 Jacob dijo a sus parientes: "Junten piedras." Así que ellos tomaron piedras e hicieron una pila. Entonces ellos comieron allí al lado de la pila. 47 Labán lo llamó Jegar Sahaduta, pero Jacob lo llamó Galed. 48 Labán dijo: "Esta pila es un testimonio entre tú y yo hoy." Por lo tanto, su nombre será llamado Galed. 49 También es llamado Mizpa, porque Labán dijo: "Que el SEÑOR vigile entre tú y yo, cuando estemos fuera de la vista uno del otro. 50 Si tú maltratas a mis hijas o si tomas esposas además de mis hijas, aunque nadie más esté con nosotros, mira, Dios es testigo entre tú y yo." 51 Labán dijo a Jacob: "Mira esta pila y mira este pilar, que yo he puesto entre tú y yo. 52 Esta pila es testigo y este pilar es testigo, de que yo no pasaré más allá de esta pila hacia ti y que tú no pasarás de esta pila hacia mí para hacer daño. 53 Que el Dios de Abraham, y el Dios de Nacor, los dioses de su padre, juzguen entre nosotros." Jacob juró por el que temía su padre Isaac. 54 Jacob ofreció un sacrificio en la montaña y llamó a sus parientes a comer una comida. Ellos comieron y pasaron la noche entera en la montaña. 55 Temprano en la mañana Labán se levantó, besó a sus nietos y a sus hijas y los bendijo. Entonces Labán se fue y regresó a su casa.

32

1 Jacob también tomó su camino y los ángeles de Dios lo encontraron. 2 Cuando Jacob los vio, dijo: "Este es el campamento de Dios," así que llamó a ese lugar Mahanaim. 3 Jacob envió mensajeros delante de él a su hermano Esaú, en la tierra de Seir, en la región de Edom. 4 Él les ordenó, diciendo: "Esto es lo que dirán a mi señor Esaú: 'Esto es lo que su siervo Jacob dice: 'Estuve quedándome con Labán y he retrasado mi regreso hasta ahora. 5 Yo tengo bueyes, burros y rebaños, sirvientes y sirvientas. Yo le he enviado este mensaje a mi señor, para hallar favor ante esus ojos.'" 6 Los mensajeros regresaron a Jacob diciendo: "Fuimos donde tu hermano Esaú. Él viene a encontrarse contigo y cuatrocientos hombres están con él." 7 Entonces Jacob se atemorizó mucho y se perturbó. Así que dividió las personas que estaban con él en dos campamentos y también los rebaños, las manadas y los camellos. 8 Él dijo: "Si Esaú viene a un campamento y lo ataca, entonces el campamento que quede podrá escapar." 9 Jacob dijo: "Dios de mi padre Abraham y Dios de mi Ppdre Isaac, EL SEÑOR, quien me dijo: 'Regresa a tu país y a tus parientes y Yo te prosperaré.' 10 Yo no soy merecedor de todos Tus actos de misericordia ni de toda la fidelidad que le has mostrado a Tu siervo. Porque solo con mi cayado crucé sobre este Jordán y ahora he llegado a tener dos campamentos. 11 Por favor, rescátame de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque tengo miedo de él, de que él venga y me ataque a mí y a las madres con los hijos. 12 Pero Tú dijiste: 'Yo ciertamente te haré prosperar. Yo haré tu descendencia como la arena del mar, que no se puede contar por su número." 13 Jacob se quedó allí esa noche. Él tomó algo de lo que tenía con él como un regalo para Esaú, su hermano: 14 doscientas cabras, veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros, 15 treinta camellas con leche y sus crías, cuarenta vacas y diez toros, veinte asnas y diez burros. 16 Estos él los dio en las manos de sus sirvientes, cada manada por sí misma. Él le dijo a sus sirvientes: "Vayan delante de mí y pongan un espacio entre cada una de las manadas." 17 El instruyó al primer sirviente, diciendo: "Cuando mi hermano Esaú te encuentre y te pregunte diciendo: '¿A quién perteneces? ¿A dónde vas? ¿De quién son esos animales que van delante de ti?' 18 Entonces le dirás: 'Ellos son de tu siervo Jacob. Ellos son un regalo enviado a mi amo Esaú. Mira, él viene también detrás de nosotros.'" 19 Jacob también le dio instrucciones al segundo grupo, al tercero y a todos los hombres que seguían las manadas. Él dijo: "Ustedes le dirán lo mismo a Esaú cuando se encuentren con él. 20 Le dirán también: 'Tu sirviente Jacob viene detrás de nosotros.''' Porque él pensó: "Lo apaciguaré con los regalos que van delante de mí. Así cuando lo encuentre después, tal vez me reciba." 21 Así que los regalos fueron delante de él. Él mismo se quedó solo esa noche en el campamento. 22 Jacob se levantó durante la noche y tomó a sus dos esposas y a sus dos sirvientas y a sus once hijos. Él los envió al otro lado del vado de Jaboc. 23 De esta manera él los envió a través del arroyo junto con todas sus posesiones. 24 Jacob se quedó solo y un hombre luchó con él hasta el amanecer. 25 Cuando el hombre vio que no podía vencerlo, golpeó la cadera de Jacob. La cadera de Jacob fue dislocada mientras él luchaba con él. 26 El hombre dijo: "Déjame ir, porque ya está rompiendo el amanecer." Jacob dijo: ''Yo no te dejaré ir a menos que me bendigas." 27 El hombre le dijo: "¿Cuál es tu nombre?" Jacob contestó: "Jacob." 28 El hombre dijo: ''Tu nombre ya no será Jacob, sino Israel. Porque tú has luchado con Dios y con los hombres y has prevalecido." 29 Jacob le preguntó: "Dime tu nombre por favor." Él dijo: ''¿Porqué preguntas mi nombre?" Luego lo bendijo allí. 30 Jacob llamó ese lugar Peniel, porque dijo: "He visto a Dios cara a cara y mi vida es liberada." 31 El sol salió sobre Jacob mientras él pasaba Peniel. Él cojeaba por causa de su cadera. 32 Es por eso que hasta el día de hoy, el pueblo de Israel no come los ligamentos de la cadera que están en la coyuntura de la cadera, porque el hombre hirió esos ligamentos cuando le dislocó la cadera a Jacob.

33

1 Jacob miró hacia arriba y, miren, Esaú venía, y con él cuatrocientos hombres. Jacob dividió los hijos entre Lea, Raquel, y las dos sirvientas. 2 Entonces puso a las dos sirvientas y a sus hijos al frente, seguidos por Lea y sus hjos, y seguidos por Raquel y José detrás de todos. 3 Él mismo fue al frente de ellos. Él se inclinó hacia el suelo siete veces, hasta que se acercó a su hermano. 4 Esaú corrió a encontrarse con él, lo abrazó, le apretó el cuello, y lo besó. Entonces ellos lloraron. 5 Cuando Esaú levantó la mirada, él vio a las mujeres y a los niños. Él dijo: "¿Quiénes son estas personas contigo?" Jacob le dijo: "Los hijos quienes Dios ha dado generosamente a tu siervo." 6 Entonces las sirvientas vinieron adelante con sus hijos, y se inclinaron. 7 Después Lea también y sus hijos vinieron al frente y se inclinaron. Finalmente José y Raquel vinieron al frente y se inclinaron. 8 Esaú dijo: "¿Qué quieres decir con todos estos grupos que encontré?" Jacob dijo: "Para encontrar favor a la vista de mi señor." 9 Esaú dijo: "Tengo suficiente, mi hermano. Quédate con lo que tienes para ti mismo." 10 Jacob dijo: "No, por favor, si he encontrado favor en tu vista, entonces acepta mi regalo de mi mano, porque ciertamente, he visto tu rostro, y es como ver el rostro de Dios, y tú me has aceptado. 11 Por favor, acepta mi regalo que te fue traído, porque Dios me ha dado generosamente, y porque tengo suficiente." Así Jacob le insistió, y Esaú aceptó. 12 Entonces Esaú le dijo: "Vamos por nuestro camino. Yo iré delante de ti." 13 Jacob le dijo: "Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que las ovejas y las vacas están amamantando sus crías. Si los esforzamos fuertemente aunque sea un día, todos los animales morirán. 14 Por favor, deje que mi señor vaya delante de su siervo. Yo viajaré más lentamente, al paso del ganado que va delante de mí, y al paso de los niños, hasta que alcance a mi señor en Seir." 15 Esaú dijo: "Déjame dejar contigo algunos de los hombres quienes están conmigo." Pero Jacob dijo: "¿Por qué hacer eso? Mi awñor ya ha sido suficientemente amable conmigo." 16 Así que Esaú empezó ese día su viaje de regreso a Seir. 17 Jacob viajó a Sucot, se construyó a sí mismo una casa, e hizo establos para su ganado. Por lo tanto el nombre del lugar es Sucot. 18 Cuando Jacob vino desde Padán Aram, él llegó sin novedad a la ciudad de Siquem, la cual está en la tierra de Canaán. Él acampó cerca de la ciudad. 19 Entonces compró el pedazo de tierra donde había puesto su tienda de los hijos de Hamor, padre de Siquem, por cien piezas de plata. 20 Ahí levantó un altar y lo llamó El Elohe Israel.

34

1 Ahora Dina, la hija que Lea le dio a Jacob, salió a encontrarse con las mujeres jóvenes de la tierra. 2 Siquem, hijo de Hamor el heveo, el príncipe de la tierra, la vio y la tomó, la asaltó, y durmió con ella. 3 Él estaba atraído a Dina, la hija de Jacob. Él amó a la joven mujer y le habló tiernamente. 4 Siquem habló con su padre Hamor, diciendo: "Consígueme esta mujer joven como esposa para mí." 5 Ahora Jacob oyó que él había deshonrado a Dina su hija. Sus hijos estaban con su ganado en el campo, así que Jacob guardó silencio hasta que ellos llegaron. 6 Hamor el padre de Siquem salió a donde Jacob para hablar con él. 7 Los hijos de Jacob llegaron del campo cuando oyeron sobre el asunto. Los hombres estaban ofendidos. Estaban muy enojados porque él había avergonzado a Israel al forzarse sobre la hija de Jacob, porque tal cosa no debió haber sido hecha. 8 Hamor les habló, diciendo: "Mi hijo Siquem ama a su hija. Por favor dásela a él como esposa. 9 Emparéntense con nosotros, dénnos a sus hijas, y tomen a nuestras hijas para ustedes. 10 Vivirán con nosotros, y la tierra estará abierta para ustedes para vivir y comerciar, y para adquirir propiedad.'' 11 Siquem le dijo a su padre y a sus hermanos: "Déjenme encontrar favor en sus ojos, y lo que me digan se lo daré. 12 Pídanme el dote y regalo más grande que quieran, y yo les daré lo que me digan, pero denme a la mujer joven como esposa." 13 Los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a Hamor su padre con engaño, porque Siquem había deshonrado a Dina su hermana. 14 Ellos les dijeron: "No podemos hacer esta cosa, de darle a nuestra hermana a alguno que sea incircunciso; porque eso sería una desgracia para nosotros. 15 Solo bajo esta condición nos pondremos de acuerdo con ustedes: si ustedes se circuncidan como nosotros, si todo hombre entre ustedes es circuncidado. 16 Entonces les daremos nuestras hijas a ustedes, y nosotros tomaremos sus hijas para nosotros mismos, y viviremos con ustedes y nos volveremos un solo pueblo. 17 Pero si ustedes no nos escuchan para circuncidarse, entonces tomaremos a nuestra hermana y nos iremos. 18 Sus palabras complacieron a Hamor y a su hijo Siquem. 19 El hombre joven no se tardó en hacer lo que dijeron, porque él se deleitaba con la hija de Jacob, y porque él era la persona más honrada en toda la casa de su padre. 20 Hamor y Siquem su hijo fueron a la puerta de la ciudad y hablaron con los hombres de su ciudad, diciendo: 21 "Estos hombres están en paz con nosotros, así que déjenlos vivir en la tierra y que hagan negocios en ella porque, verdaderamente, la tierra es lo suficientemente grande para ellos. Tomemos a sus hijas como esposas, y démosles nuestras hijas. 22 Solo bajo esta condición los hombres aceptarán vivir con nosotros y llegar a ser un solo pueblo: si todo varón entre nosotros es circuncidado, como ellos son circuncisos. 23 Su ganado y su propiedad, todos sus animales, ¿no serán nuestros? Así que pongámonos de acuerdo con ellos, y ellos vivirán entre nosotros." 24 Todos los hombres de la ciudad escucharon a Hamor y a Siquem, su hijo. Todo hombre fue circuncidado. 25 Al tercer día, cuando todavía estaban adoloridos, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, cada uno tomó su espada y fueron a la ciudad que estaba confiada de su seguridad, y mataron a todos los hombres. 26 Ellos mataron a Hamor y a Siquem, su hijo, con el filo de la espada. Ellos tomaron a Dina de la casa de Siquem y se fueron. 27 Los otros hijos de Jacob vinieron a los cuerpos muertos y saquearon la ciudad, porque la gente había deshonrado a su hermana. 28 Tomaron sus rebaños, sus manadas, sus burros, y todo en la ciudad y en los campos de los alrededores con 29 todas sus riquezas. Todos sus niños y sus esposas, ellos los capturaron. Ellos hasta tomaron todo lo que había en las casas. 30 Jacob le dijo a Simeón y a Leví: "Ustedes han traído aflicción sobre mí, al hacer que yo apeste ante los habitantes de la tierra, los cananeos y los ferezeos. Mi familia es pequeña. Si ellos se juntan en contra mía y me atacan, entonces seré destruido, yo y mi casa." 31 Pero Simeón y Leví dijeron: "¿Debió Siquem tratar con nuestra hermana como con una prostituta?"

35

1 Dios le dijo a Jacob: "Levántate, ve a Betel, y quédate ahí. Construye allí un altar a Dios, quien se te apareció cuando huías de Esaú tu hermano." 2 Entonces Jacob dijo a los de su casa y a todos los que estaban con él: ''Pongan a un lado los dioses extranjeros que están entre ustedes, purifíquense a ustedes mismos, y cambien sus ropas. 3 Entonces salgamos y subamos a Betel. Yo le construiré un altar ahí a Dios, quien me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo dondequiera que he ido." 4 Así que le dieron a Jacob todos los dioses extranjeros que estaban en sus manos, y los anillos que estaban en sus orejas. Jacob los enterró bajo la encina que estaba cerca de Siquem. 5 Mientras viajaban, Dios hizo que el pánico cayera sobre las ciudades que estaban a su alrededor, de manera que esa gente no persiguió a los hijos de Jacob. 6 Asi que Jacob llegó a Luz (eso es, Betel), la cual está en la tierra de Canaán, él y todas las personas que estaban con él. 7 Él construyó un altar allí y llamó el lugar El Betel, porque ahí Dios se había revelado a Sí mismo a él, cuando estaba huyendo de su hermano. 8 Débora, la enfermera de Rebeca, murió. Ella fue enterrada más abajo de Betel debajo de un árbol de encina, así que fue llamado Alón Bacut. 9 Cuando Jacob vino de Padán Aram, Dios se le apareció otra vez y lo bendijo. 10 Dios le dijo a él: "Tu nombre es Jacob, pero tu nombre ya no será Jacob. Tu nombre será Israel." Entonces Dios llamó su nombre Israel. 11 Dios le dijo a él: "Yo soy Dios Todopoderoso. Sé fructífero y multiplícate. Una nación y una compañía de naciones vendrán de ti, y habrá reyes entre tus descendientes. 12 La tierra que Yo le di a Abraham y a Isaac, te la daré a ti. A tus descendientes después de ti también les doy la tierra." 13 Dios subió de él en el lugar donde le había hablado. 14 Jacob puso un pilar en el lugar donde Dios le había hablado, un pilar de piedra. Él derramó una ofrenda de bebida sobre él y derramó aceite sobre él. 15 Jacob llamó el nombre del lugar donde Dios habló con él, Betel. 16 Ellos viajaron desde Betel. Cuando todavía estaban a alguna distancia de Efrata, Raquel comenzó a dar a luz. Tuvo un parto difícil. 17 Mientras estaba en el momento más difícil del parto, la partera le dijo: "No temas, porque ahora tendrás otro hijo." 18 Mientras moría, con su último aliento ella lo llamó Benoni, pero su padre lo llamó Benjamín. 19 Raquel murió y fue sepultada en el camino a Efrata (eso es, Belén). 20 Jacob puso un pilar sobre su tumba. Esa es la marca de la tumba de Raquel hasta este día. 21 Israel siguió viajando y montó su tienda más allá de la torre de vigilancia del rebaño. 22 Mientras Israel estaba viviendo en esa tierra, Rubén durmió con Bilha la concubina de su padre, e Israel lo supo. Ahora Jacob tenía doce hijos. 23 Sus hijos por Lea fueron Rubén, el primogénito de Jacob, y Simeón, Leví, Judá, Isacar, y Zebulón. 24 Sus hijos por Raquel fueron José y Benjamín. 25 Sus hijos por Bilha, la sirvienta de Raquel, fueron Dan y Neftalí. 26 Los hijos de Zilpa, la sirvienta de Leah, fueron Gad y Aser. Todos estos son los hijos de Jacob quienes le nacieron en Padán Aram. 27 Jacob vino a Isaac, su padre, en Mamre en Quiriat Arba (lo mismo que Hebrón), donde Abraham e Isaac habían vivido. 28 Isaac vivió por ciento ochenta años. 29 Isaac suspiró su último aliento y murió, y fue recogido a sus ancestros, un viejo lleno de años. Esaú y Jacob, sus hijos, lo enterraron.

36

1 Estos fueron los descendientes de Esaú (también llamado Edom). 2 Esaú tomó sus esposas de entre los cananeos. Estas fueron sus esposas: Ada la hija de Elón el hitita, Aholibama hija de Aná, la nieta de Zibeón el heveo, 3 y Basemat, hija de Ismael, hermana de Nebaiot. 4 Ada dio a luz a Elifaz para Esaú, y Basemat dio a luz a Reuel. 5 Aholibama dio a luz a Jeús, a Jalaam, y a Coré. Estos fueron los hijos de Esaú quienes le nacieron en la tierra de Canaán. 6 Esaú tomó a sus esposas, sus hijos, sus hijas, y a todos los miembros de su casa, su ganado, todos sus animales, y todas sus posesiones, las cuales había acumulado en la tierra de Canaán, y se fue a una tierra lejos de su hermano Jacob. 7 Él hizo esto porque sus posesiones eran demasiadas para ellos quedarse juntos. La tierra en donde se habían establecido no podía mantenerlos a causa de su ganado. 8 Así que Esaú, también conocido como Edom, se estableció en la región montañosa de Seir. 9 Estos fueron los descendientes de Esaú, el ancestro de los edomitas en la región montañosa de Seir. 10 Estos fueron los nombres de los hijos de Esaú: Elifaz hijo de Ada, la esposa de Esaú; Reuel hijo de Basemat, la esposa de Esaú. 11 Los hijos de Elifaz eran Temán, Omar, Zefo, Gatam y Quenaz. 12 Timna, una concubina de Elifaz, hijo de Esaú, dio a luz a Amalec. Estos fueron los nietos de Ada, esposa de Esaú. 13 Estos eran los hijos de Reuel: Nahat, Zera, Sama y Miza. Estos fueron los nietos de Basemat, esposa de Esaú. 14 Estos fueron los hijos de Aholibama, esposa de Esaú, quien era la hija de Aná y la nieta de Zibeón. Ella dio a luz a Esaú, Jeús, Jaalam y Coré. 15 Estos fueron los clanes entre los descendientes de Esaú: los descendientes de Elifaz, el primogénito de Esaú: Temán, Omar, Zefo, Quenaz, 16 Coré, Gatam y Amalec. Estos fueron los clanes descendidos de Elifaz en la tierra de Edom. Ellos fueron los nietos de Ada. 17 Estos fueron los clanes de Reuel: hijo de Esaú: Nahat, Zera, Sama y Miza. Estos fueron los clanes descendidos de Reuel en la tierra de Edom. Estos fueron los nietos de Basemat, esposa de Esaú. 18 Estos fueron los clanes de Aholibama, esposa de Esaú: Jeús, Jaalam y Coré. Estos fueron los clanes que descendieron de la esposa de Esaú Aholibama, hija de Aná. 19 Estos fueron los hijos de Esaú, y estos fueron sus clanes. 20 Estos fueron los hijos de Seir el horeo, los habitantes de la tierra: Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, 21 Disón, Ezer y Disán. Estos fueron los clanes de los horeos, los habitantes de Seir en la tierra de Edom. 22 Los hijos de Lotán fueron Hori y Hemam, y Timna era hermana de Lotán. 23 Estos fueron los hijos de Sobal: Alván, Manahat, Ebal, Sefo y Onam. 24 Estos fueron los hijos de Zibeón: Aja y Aná. Este Aná fue quien encontró las aguas termales en el desierto, mientras pastoreaba los burros de Zibeón su padre. 25 Estos fueron los hijos de Aná: Disón y Aholibama, la hija de Aná. 26 Estos fueron los hijos de Disón: Hemdán, Esbán, Itrán y Querán. 27 Estos fueron los hijos de Ezer: Bilhán, Zaaván y Acán. 28 Estos fueron los hijos de Disán: Uz y Arán. 29 Estos fueron los clanes de los horeos: Lotán, Sobal, Zibeón, y Aná, 30 Disón, Ezer y Disán: estos son los clanes de los horeos, de acuerdo al listado de sus clanes en la tierra de Seir. 31 Estos fueron los reyes que reinaron en la tierra de Edom antes que algún rey reinara sobre los israelitas: 32 Bela hijo de Beor, reinó en Edom, y el nombre de su ciudad fue Dinaba. 33 Cuando Bela murió, entonces Jobab hijo de Zera de Bosra, reinó en su lugar. 34 Cuando Jobab murió, Husam de la tierra de los temanitas reinó en su lugar. 35 Cuando Husam murió, Hadad hijo de Bedad, quien derrotó a los madianitas en la tierra de Moab, reinó en su lugar. El nombre de su ciudad era Avit. 36 Cuando Hadad murió, entonces Samla de Masreca reinó en su lugar. 37 Cuando Samla murió, entonces Saúl de Rehobot junto al río reinó en su lugar. 38 Cuando Saúl murió, entonces Baal Hanán hijo de Acbor reinó en su lugar. 39 Cuando Baal Hanán hijo de Acbor, murió, entonces Hadar reinó en su lugar. El nombre de su ciudad era Pau. El nombre de su esposa era Mehetabel, la hija de Matred, la nieta de Mezaab. 40 Estos fueron los nombres de los líderes de los clanes de los descendientes de Esaú, de acuerdo a sus clanes y a sus regiones, por sus nombres: Timna, Alva, Jetet, 41 Aholibama, Ela, Pinón, 42 Quenaz, Temán, Mibsar, 43 Magdiel e Iram. Estos fueron los líderes de los clanes de Edom, de acuerdo a sus poblados en la tierra que poseían. Este fue Esaú, el padre de los edomitas.

37

1 Jacob vivió en la tierra donde su padre se estaba quedando, en la tierra de Canaán. 2 Estos fueron los eventos concernientes a Jacob. José, quien era un joven de diecisiete años de edad, estaba cuidando el rebaño con sus hermanos. El estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, las esposas de su padre. José trajo un informe desfavorable acerca de ellos a su padre. 3 Ahora Israel amaba a José más que a todos sus hijos porque él fue el hijo de su vejez. Él le hizo una hermosa prenda de vestir. 4 Sus hermanos vieron que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos. Ellos lo odiaban y no le hablaban cordialmente. 5 José soñó un sueño, y se lo contó a sus hermanos. Ellos lo odiaron aún más. 6 El les dijo a ellos: "Por favor escuchen este sueño que yo soñé. 7 Miren, nosotros estábamos atando manojos de grano en el campo y, miren, mi manojo se elevó y se puso derecho, y miren, los manojos de ustedes se pusieron alrededor y se inclinaron hacía mi manojo." 8 Sus hermanos le dijeron a el: "¿De verdad crees que tú reinarás sobre nosotros? ¿De veras que nos gobernarás?'' Ellos le odiaron aún más por sus sueños y por sus palabras. 9 Él tuvo otro sueño y se lo contó a sus hermanos. Él dijo: " Miren, yo tuve otro sueño: El sol y la luna y once estrellas se inclinaban ante mi." 10 El se lo contó a su padre así como a sus hermanos, y su padre lo reprendió. El le dijo: "¿Qué es este sueño que tú has soñado? ¿Tu madre y yo y tus hermanos realmente nos postraremos en tierra delante de ti?" 11 Sus hermanos estaban celosos de él, pero su padre mantuvo el asunto en su mente. 12 Sus hermanos fueron a cuidar el rebaño de su padre en Siquem. 13 Israel le dijo a José: "¿No están tus hermanos cuidando el rebaño en Siquem? Ven, y yo te enviaré a ellos." José le dijo a él: "Estoy listo." 14 Él le dijo: "Ve ahora, mira si está todo bien con tus hermanos y todo bien con el rebaño y tráeme noticias." Así que Jacob lo envió fuera del Valle de Hebrón y José fue a Siquem. 15 Cierto hombre encontró a José. Miren, José estaba vagando en un campo. El hombre le preguntó: "¿Que buscas?" 16 José dijo: "Estoy buscando a mis hermanos. Dígame, por favor, dónde están ellos cuidando el rebaño." 17 El hombre dijo: "Ellos dejaron este lugar, pues yo les oí decir: 'Vayamos a Dotán.'" José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. 18 Ellos lo vieron a la distancia, y antes de que él se acercara a ellos, ellos tramaron contra él para matarlo. 19 Sus hermanos dijeron unos a otros: " Miren, este soñador se está acercando. 20 Vengan ahora, por lo tanto, matémosle y echémosle en uno de los pozos. Diremos: 'Un animal salvaje lo ha devorado.' Nosotros veremos qué será de sus sueños." 21 Rubén lo escuchó y lo rescató de sus manos. El dijo: "No tomemos su vida." 22 Rubén les dijo: "No derramen sangre. Échenlo en este pozo que está en el desierto, pero no le pongan una mano sobre él," para él poder rescatarlo de sus manos y llevarlo a su padre de vuelta. 23 Sucedió que cuando José llegó donde sus hermanos, ellos lo despojaron de su hermosa prenda. 24 Lo tomaron y lo echaron en el pozo. El pozo estaba vacío sin agua en él. 25 Ellos se sentaron a comer pan. Ellos levantaron su vista y miraron, y miren, una caravana de ismaelitas venía de Galaad, con sus camellos cargando especias y bálsamo y mirra. Ellos estaban viajando para llevarlos a Egipto. 26 Judá le dijo a sus hermanos: "¿Qué provecho tenemos de matar a nuestro hermano y esconder su sangre? 27 Vengan, y vendámoslo a los ismaelitas y no pongamos nuestras manos sobre el. Porque él es nuestro hermano, nuestra carne." Sus hermanos lo escucharon. 28 Los mercaderes madianitas pasaron. Sus hermanos sacaron a José y lo subieron del pozo. Ellos vendieron a José a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Los ismaelitas se llevaron a José a Egipto. 29 Rubén regresó al pozo, y, miren, José no estaba en el pozo. El se rasgó sus vestiduras. 30 El regresó a sus hermanos y dijo: "¿Dónde está el muchacho? Y yo, ¿a dónde puedo ir? 31 Ellos mataron una cabra y entonces tomaron la prenda de José y la mojaron en la sangre. 32 Entonces ellos la trajeron a su padre y dijeron: "Nosotros encontramos esto. Por favor, mira a ver si es la ropa de tu hijo o no." 33 Jacob la reconoció y dijo: "Es la ropa de mi hijo. Un animal salvaje lo ha devorado. José ciertamente ha sido hecho pedazos." 34 Jacob se rasgó sus vestiduras y puso saco sobre sus lomos. El lloró por su hijo muchos días. 35 Todos sus hijos e hijas se levantaron a consolarlo, pero él rehusó ser consolado. El dijo: "Ciertamente yo bajaré al Seol lamentando a mi hijo." Su padre lloró por él. 36 Los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, un oficial de Faraón, el capitán de los guardaespaldas.

38

1 Sucedió para ese tiempo que Judá dejó a sus hermanos y se quedó con cierto adulamita, cuyo nombre era Hira. 2 Él conoció allí la hija de un hombre cananeo cuyo nombre era Súa. Él se casó con ella y durmió con ella. 3 Ella quedó embarazada y tuvo un hijo. Él fue llamado Er. 4 Ella quedó embarazada nuevamente y tuvo un hijo. Ella lo llamó Onán. 5 Ella nuevamente tuvo un hijo y lo llamó Sela. Fue en Quezib donde ella lo dio a luz. 6 Judá encontró una esposa para Er, su primogénito. Su nombre fue Tamar. 7 Er, el primogénito de Judá, era malo ante los ojos del SEÑOR. EL SEÑOR lo mató. 8 Judá le dijo a Onán: "Duerme con la esposa de tu hermano. Cumple el deber de un cuñado con ella, y cría un hijo para tu hermano." 9 Onán sabía que el hijo no sería de él. Cuando él dormía con la esposa de su hermano, él derramaba el semen en el suelo, para así no tener un hijo para su hermano. 10 Lo que él hizo fue malo ante los ojos del SEÑOR. EL SEÑOR también lo mató. 11 Entonces Judá le dijo a Tamar, su nuera: "Quédate viuda en la casa de tu padre hasta que Sela, mi hijo, crezca." Porque él temía: "Él podría también morir, así como sus hermanos." Tamar se fue y vivió en la casa de su padre. 12 Luego de un largo tiempo, la hija de Súa, la esposa de Judá, murió. Judá fue consolado y subió a los trasquiladores de sus ovejas en Timnat, él y su amigo Hira el adulamita. 13 Se le dijo a Tamar: "Mira, tu suegro está subiendo hacia Timnat para trasquilar sus ovejas." 14 Ella se quitó la ropa de su viudez y se cubrió con su velo y se envolvió. Se sentó a la puerta de Enaim, la cual está en el camino hacia Timnat. Pues ella vio que Sela había crecido pero ella no había sido entregada a él como esposa. 15 Cuando Judá la vio, él pensó que ella era una prostituta porque ella se había cubierto el rostro. 16 Él fue hacia ella en el camino y dijo: "Ven, por favor, déjame dormir contigo" pues él no sabía que ella era su nuera, y ella dijo: "¿Qué me darás para que tú puedas dormir conmigo?" 17 Él dijo: "Yo te enviaré un cabrito del rebaño." Ella dijo: "¿Me darás una prenda hasta que me lo envíes?" 18 Él dijo: "¿Qué prenda te puedo dar?" Ella respondió: "Tu sello, y tu cordón y el bastón que está en tu mano." Él se los dio a ella y durmió con ella y ella quedó embarazada de él. 19 Ella se levantó y se fue. Se quitó su velo y se puso la ropa de su viudez. 20 Judá envió el cabrito del rebaño con su amigo el adulamita para recibir la prenda de la mano de la mujer, pero él no la encontró. 21 Entonces el adulamita le preguntó a los hombres del lugar: "¿Dónde está la prostituta cúltica que estuvo en Enaim por el camino?" Ellos dijeron: "No ha habido una prostituta cúltica por aqui." 22 Él regresó hacia Judá y dijo: "No la encontré. También, los hombres del lugar dijeron: 'Aquí no ha estado una prostituta cúltica.'" 23 Judá dijo: "Deja que se quede con las cosas, para que no seamos puestos en vergüenza. Ciertamente, yo envié este cabrito joven, pero tú no la encontraste." 24 Sucedió que luego cerca de tres meses que le fue dicho a Judá: "Tamar tu nuera ha cometido prostitución, y en efecto, está embarazada del acto." Judá dijo: "Tráiganla aquí y dejen que sea quemada." 25 Cuando se le trajo afuera, ella le envió un mensaje a su suegro: "Por el hombre que posee estos yo estoy embarazada." Ella dijo: "Determine por favor de quién son estos: el sello, el cordón y el bastón." 26 Judá los reconoció y dijo: "Ella es más justa que yo, ya que yo no la di como esposa a mi hijo Sela." Él no volvió a dormir con ella. 27 Sucedió que en el tiempo para dar a luz, miren, eran gemelos en su vientre. 28 Ocurrió que cuando ella estaba dando a luz uno sacó una mano, y la partera sacó un hilo de escarlata y lo amarró en su mano y dijo: "Este salió primero." 29 Pero entonces él retiró su mano y, miren, su hermano salió primero. La partera dijo: "¡Cómo te has abierto tu camino!" Asi que fue llamado Fares. 30 Luego su hermano salió, el que tenía el hilo de escarlata en su mano, y fue llamado Zara.

39

1 José fue traído a Egipto. Potifar, un oficial de Faraón quien era capitán de la guardia y un egipcio, lo compró de los ismaelitas, quienes le trajeron hasta allí. 2 Él SEÑOR estaba con José y él vino a ser un hombre próspero. Él vivió en la casa de su amo egipcio. 3 Su amo vio que El SEÑOR estaba con él y que El SEÑOR prosperaba todo lo que él hacía. 4 José encontró favor ante su vista. Él sirvió a Potifar. Potifar hizo de José el encargado sobre su casa, y todo lo que él poseía lo puso bajo su cuidado. 5 Aconteció que desde el tiempo en que él lo hizo encargado de toda su casa y sobre todo lo que poseía, que EL SEÑOR bendijo la casa del egipcio por causa de José. La bendición del SEÑOR estaba sobre todo lo que Potifar tenía en la casa y en el campo. 6 Potifar puso todo lo que él tenía bajo el cuidado de José. Él no tenía que pensar en nada a excepción de la comida que comía. Ahora, José era hermoso y atractivo. 7 Sucedió después de esto que la esposa de su amo sintió lujuria por José. Ella dijo: "Duerme conmigo." 8 Pero él rehusó y le dijo a la esposa de su amo: "Mira, mi amo no le presta atención a lo que yo hago en la casa, y él ha puesto todo lo que le pertenece bajo mi cuidado. 9 Nadie es más grande que yo en esta casa. Él no ha retenido nada de mí excepto a ti, porque tú eres su esposa. ¿Cómo entonces puedo yo hacer esta gran maldad y pecar contra Dios? 10 Ella le hablaba a José día tras día, pero él se rehusaba a dormir con ella o estar con ella. 11 Sucedió un día que él fue a la casa para hacer su trabajo. Ninguno de los hombres de la casa estaban allí en la casa. 12 Ella lo agarró por sus ropas y dijo: "Duerme conmigo." El dejó su ropa en la mano de ella, huyó y salió fuera. 13 Aconteció que cuando ella vio que él había dejado su ropa en su mano y había huído fuera, 14 que ella llamó a los hombres de su casa y les dijo: "Mira, Potifar trajo a un hebreo para burlarse de nosotros. Él vino a mí para dormir conmigo y yo grité. 15 Sucedió que cuando él me escuchó gritar, él dejó su ropa conmigo, huyó y salió fuera." 16 Ella puso su rops a su lado hasta que su señor vino a la casa. 17 Ella le dio esta explicación: "El sirviente hebreo que tú trajiste a nosotros, vino a burlarse de mí. 18 Sucedió que cuando yo grité, él dejó su ropa conmigo y huyó fuera." 19 Sucedió que, cuando su señor oyó la explicación que su esposa le contó: "Esto es lo que tu siervo me hizo," él se enojó mucho. 20 El amo de José lo tomó y lo puso en prisión, el lugar donde los prisioneros del rey estaban confinados. Él estuvo allí en la prisión. 21 Pero el SEÑOR estaba con José y mostró un pacto de fidelidad hacia él. Él le dio favor ante los ojos del guardián de la prisión. 22 El guardián de la prisión puso en las manos de José a todos los prisioneros que estaban en la prisión. José estaba a cargo de cualquier cosa que ellos hacían allí. 23 El guardián de la prisión no se preocupaba por nada de lo que estaba en su mano, porque el SEÑOR estaba con él. Todo lo que él hacía, el SEÑOR lo prosperaba.

40

1 Sucedió que luego de estas cosas, el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor, el rey de Egipto. 2 Faraón estaba enojado con sus dos oficiales, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos. 3 Él los puso bajo custodia en la casa del capitán de la guardia, en la misma prisión donde José estaba confinado. 4 El capitán de la guardia asignó a José a ser su sirviente. Ellos permanecieron bajo custodia por algún tiempo. 5 Los dos de ellos soñaron un sueño, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban confinados en la prisión, cada hombre tuvo su propio sueño en la misma noche, y cada sueño tuvo su propia interpretación. 6 José vino a ellos en la mañana y les vio. Miren, estaban tristes. 7 Él preguntó a los oficiales de Faraón que estaban con él bajo custodia en la casa de su señor, diciendo: "¿Porque se ven tan tristes hoy?" 8 Ellos le dijeron: "Los dos hemos soñado un sueño y nadie lo ha podido interpretar." José les dijo: "¿No pertenecen las interpretaciones a Dios? Díganme, por favor." 9 El jefe de los coperos le dijo su sueño a José. Él le dijo: "En mi sueño, mira, una vid estaba frente a mí. 10 En la vid había tres ramas. Según brotaba, florecía y los racimos de uvas maduraban. 11 La copa de Faraón estaba en mi mano. Yo tomé las uvas y las exprimí en la copa de Faraón, y puse la copa en la mano de Faraón." 12 José le dijo: "Esta es la interpretación de él. Las tres ramas son tres días. 13 Dentro de tres días Faraón levantará su cabeza y lo restaurará a su posición. Us pondrá la copa de Faraón en su mano, así como cuando usted era su copero. 14 Pero piense en mí cuando le vaya bien, y por favor muéstreme bondad. Mencióneme ante Faraón y sáqueme de esta prisión. 15 Porque en verdad fui secuestrado de la tierra de los hebreos. Aquí tampoco he hecho nada para que me pongan en este calabozo." 16 Cuando el jefe de los panaderos vio que la interpretación era favorable, le dijo a José: "Yo también tuve un sueño, y, mire, tres cestas de pan que estaban sobre mi cabeza. 17 En la cesta de arriba había toda clase de cosas horneadas para Faraón, pero los pájaros se los comieron de la cesta sobre mi cabeza." 18 José respondió y dijo: "Esta es la interpretación. Las tres cestas son tres días. 19 En tres días Faraón levantará su cabeza de sobre usted y le colgará en un árbol. Los pájaros comerán la carne de su cuerpo." 20 Sucedió que al tercer día, era el día de cumpleaños de Faraón. Él hizo un banquete para todos sus sirvientes. Él levantó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del jefe de los panaderos, entre sus sirvientes. 21 Él restauró al jefe de los coperos a su responsabilidad, y puso la copa en la mano de Faraón otra vez. 22 Pero él ahorcó al jefe de los panaderos, así como José se lo había interpretado a ellos. 23 Pero el jefe de los coperos no se acordó de José. sino que se olvidó de él.

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1 Ocurrió que al final de dos años completos que Faraón tuvo un sueño. Miren, él se paró junto al Nilo. 2 Miren, siete vacas salían del Nilo, deseables y gordas y ellas pastaban en las cañas. 3 Miren, otras siete vacas salían del Nilo despues de ellas, indeseables y flacas. Ellas se pararon al lado de las otras vacas a la orilla del río. 4 Entonces las vacas no deseables y flacas se comieron a las siete vacas deseables y gordas. Entonces Faraón desperttó. 5 Entonces él durmió y soñó una segunda vez. Miren, siete espigas de grano salieron en un tallo, sano y bueno. 6 Miren, siete espigas, flacas y quemadas por el viento del este, brotaron después de ellas. 7 Las espigas flacas se tragaron a las siete espigas sanas y llenas. Faraón se despertó, y, miren, era un sueño. 8 Sucedió que en la mañana su espíritu estaba turbado. Él envió y llamó a todos los magos y hombres sabios de Egipto. Faraón les contó sus sueños, pero no había alguien que los pudiera interpretar a Faraón. 9 Entonces el jefe de los coperos dijo al Faraón: "Hoy estoy pensando acerca de mis ofensas. 10 Faraón estaba molesto con sus sirvientes, y me colocó bajo custodia en la casa de los capitanes de la guardia, al jefe panadero y a mí. 11 Nosotros tuvimos un sueño la misma noche, él y yo. Nosotros soñamos, cada uno, de acuerdo a la interpretación de su sueño. 12 Estaba con nosotros un joven hebreo, un sirviente del capitán de la guardia. Nosotros le dijimos a él y él nos interpretó nuestros sueños. Él interpretó a cada uno de nosotros de acuerdo a su sueño. 13 Según como él nos lo interpretó, así mismo sucedió. Faraón me restauró a mi puesto, pero al otro lo ahorcó." 14 Faraón envió y llamó a José. Ellos rápidamente lo sacaron del calabozo. Él se afeitó a sí mismo, se cambió su ropa y vino a Faraón. 15 El Faraón le dijo a José: "Yo tuve un sueño, pero no hay intérprete para el mismo. Pero yo he oído sobre ti, que cuando tú escuchas un sueño lo puedes interpretar." 16 José le contestó a Faraón diciendo: "No está en mi. Dios va a contestarle a Faraón con favor." 17 Faraón habló a José: "En mi sueño, miren, yo estaba parado en la orilla del Nilo. 18 Miren, siete vacas salieron del Nilo, gordas y deseables, y ellas pastaron entre las cañas. 19 Miren, otras siete vacas fueron después de ellas, débiles, muy indeseables y flacas. Yo nunca he visto en la tierra de Egipto unas vacas tan indeseables como ellas. 20 Las vacas flacas e indeseables se comieron a las primeras siete vacas gordas. 21 Cuando ellas se las habían comido, no se podía saber que se las habían comido, ya que ellas se quedaron tan indeseables como antes. Entonces desperté. 22 Yo miré en mi sueño, y, miren, siete espigas salieron en un tallo, lleno y bueno. 23 Miren, siete espigas más, marchitas, flacas y quemadas por el viento del este, brotaron después de ellas. 24 Las espigas flacas se tragaron a las siete espigas buenas. Yo le dije estos sueños a los magos, pero no había nadie que me los pudiera explicar." 25 José le dijo a Faraón: "Los sueños de Faraón son los mismos. Lo que Dios está por hacer, Él se lo ha declarado a Faraón. 26 Las siete vacas buenas son siete años, y las siete espigas buenas son siete años. Los sueños son los mismos. 27 Las siete vacas flacas e indeseables que salieron después de ellas son siete años, y también las siete espigas flacas y quemadas por el viento del este van a ser siete años de hambruna. 28 Esto es de lo que le hablé a Faraón. Lo que Dios está por hacer, Él se lo ha revelado a Faraón. 29 Mira, siete años de gran abundancia van a venir a lo largo de toda la tierra de Egipto. 30 Siete años de hambruna vendrán luego de ellos, y toda la abundancia va a ser olvidada en la tierra de Egipto, y la hambruna devastará la tierra. 31 La abundancia no va a ser recordada en la tierra por la hambruna que le seguirá, porque será muy severa. 32 Que el sueño fuera repetido a Faraón es porque el asunto ha sido establecido por Dios, y Dios pronto lo va a hacer. 33 Ahora que Faraón busque a un hombre que tenga discernimiento y sabiduría, y que lo ponga a cargo de la tierra de Egipto. 34 Que Faraón haga esto: que asigne supervisores sobre la tierra. Que ellos tomen una quinta parte de las cosechas de Egipto durante los siete años de abundancia. 35 Que ellos reúnan toda la comida de estos buenos años que van a venir y que guarden el grano bajo la autoridad de Faraón, para que la comida sea utilizada en las ciudades. Ellos deben preservarla. 36 La comida será una reserva para la tierra durante los siete años de hambruna que ocurrirán en la tierra de Egipto. De esta manera la tierra no será devastada por la hambruna." 37 Este consejo fue bueno ante los ojos de Faraón y ante los ojos de todos sus sirvientes. 38 Faraón dijo a sus sirvientes: "¿Podemos nosotros encontrar a un hombre como éste, en el cual esté el Espíritu de Dios?" 39 Así que Faraón le dijo a José: "Como Dios te ha mostrado todo esto, no hay quien tenga discernimiento ni sabiduría como tú. 40 Tú estarás sobre mi casa y de acuerdo a tu palabra todo mi pueblo será gobernado. Solamente en el trono yo seré mayor que tú." 41 El Faraón dijo a José: "Mira, yo te he puesto a cargo de toda la tierra de Egipto." 42 Faraón se quitó el anillo de sellar de su mano y lo colocó en la mano de José. Él lo vistió con ropa de lino fino y puso una cadena de oro en su cuello. 43 Lo hizo subir al segundo carro que él poseía. Los hombres gritaban ante él: "Doblen la rodilla." Faraón lo puso sobre toda la tierra de Egipto. 44 Faraón le dijo a José: ''Yo soy Faraón y aparte de ti, ningún hombre levantará su mano o su pie en toda la tierra de Egipto." 45 Faraón llamó a José "Zafnat Panea." Le dio a Asenat, la hija de Potifera, sacerdote de On, como esposa. José salió a toda la tierra de Egipto. 46 José tenía 30 años cuando él se paró frente a Faraón, rey de Egipto. José salió de la presencia de Faraón y fue por toda la tierra de Egipto. 47 En los siete años generosos la tierra produjo abundantemente. 48 Él reunió toda la comida de los siete años que había en la tierra de Egipto y puso la comida en las ciudades. Él puso en cada ciudad la comida de los campos que la rodeaban. 49 José guardó granos como la arena del mar, tanto que él paró de contar, porque era más de lo que se podía contar. 50 José tuvo dos hijos antes de los años de hambruna, quienes Asenat, la hija de Potifera sacerdote de On, le parió. 51 José llamó por nombre a su primogénito Manasés, porque él dijo: "Dios me ha hecho olvidar todos mis problemas y toda la familia de mi padre." 52 Él llamó por nombre a su segundo hijo Efraín, porque él dijo: "Dios me ha hecho fructífero en la tierra de mis aflicciones." 53 Los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto llegaron a su fin. 54 Los siete años de hambruna comenzaron, como José había dicho. Hubo hambruna en todas las tierras, pero en toda la tierra de Egipto había comida. 55 Cuando toda la tierra de Egipto estaba hambrienta, el pueblo clamó a Faraón para comida. Faraón le dijo a todos los egipcios: "Vayan a donde José y hagan todo lo que él diga." 56 La hambruna estaba en toda la faz de la tierra. José abrió todos los graneros y vendía a los egipcios. La hambruna fue severa en la tierra de Egipto. 57 Toda la tierra iba a Egipto para comprarle granos a José, porque la hambruna fue severa en toda la tierra.

42

1 Ahora Jacob supo que había grano en Egipto. Él le dijo a sus hijos: "¿Porqué se miran los unos a los otros?" 2 Él dijo: "Miren, yo he oído que hay grano en Egipto. Vayan allá y compren para nosotros de allí, para que nosotros podamos vivir y no morir." 3 Los diez hermanos de José fueron a Egipto para comprar grano. 4 Pero a Benjamín, hermano de José, Jacob no lo envió con sus hermanos, porque él temía que le podría suceder algún daño. 5 Los hijos de Israel vinieron a comprar entre aquellos que venían, porque la hambruna estaba en la tierra de Canaán. 6 Ahora José era gobernador sobre la tierra. Él era el que le vendía a todas las personas de la tierra. Los hermanos de José vinieron y se postraron delante de él con sus caras hacia el suelo. 7 José vio a sus hermanos y los reconoció, pero él se disfrazó a sí mismo y habló rudamente con ellos. Él les dijo:"¿De dónde han venido?" Ellos dijeron: "De la tierra de Canaán para comprar comida." 8 José reconoció a sus hermanos pero ellos no lo reconocieron a él. 9 Entonces José recordó los sueños que él había tenido acerca de ellos y él les dijo a ellos: "¡Ustedes son espías! Ustedes han venido a ver las partes indefensas de la tierra." 10 Ellos le dijeron: "No, mi amo. Tus sirvientes han venido para comprar comida. 11 Todos somos hijos de un hombre. Somos hombres honestos. Tus sirvientes no son espías." 12 Él les dijo a ellos: "No, ustedes han venido para ver las partes indefensas de la tierra." 13 Ellos dijeron: "Nosotros tus sirvientes somos doce hermanos, hijos de un hombre en la tierra de Canaán. Mire, el hermano más joven en este día está con nuestro padre, y un hermano ya no está vivo." 14 José les dijo: "Es lo que yo les dije; ustedes son espías. 15 Por esto ustedes serán probados. Por la vida de Faraón, ustedes no se van, al menos que su hermano menor venga a este lugar. 16 Envíen a uno de ustedes y dejen que él busque a su hermano. Ustedes permanecerán en prisión, que sus palabrsa sean probadas, a ver si hay verdad en ustedes." 17 Él los puso a todos bajo custodia por tres días. 18 José le dijo a ellos al tercer día: "Hagan esto y vivirán, porque yo le temo a Dios. 19 Si ustedes son hombres honestos, dejen que uno de sus hermanos sea confinado en esta prisión, pero ustedes vayan, carguen el grano para la hambruna de sus casas. 20 Traigan a su hermano menor a mí para que sus palabras sean verificadas y ustedes no morirán." Así ellos hicieron. 21 Ellos se dijeron unos a los otros: "Nosotros somos verdaderamente culpables con respecto a nuestro hermano, en que vimos la angustia de su alma cuando el rogó a nosotros y no escuchamos. Por lo tanto, esta angustia ha venido sobre nosotros." 22 Rubén le contestó a ellos: "¿Acaso no les dije 'No pequen contra el muchacho,' pero ustedes no escuchaban? Ahora, vean, su sangre es requerida de nosotros." 23 Ellos no sabían que José los entendía a ellos, porque había un intérprete en medio de ellos. 24 Él se apartó de ellos y lloró. Él regresó donde ellos y les habló. Él les quitó a Simeón de entre ellos y lo ató delante de sus ojos. 25 Luego José ordenó a sus sirvientes a que le llenaran las bolsas de sus hermanos de grano, y que devolvieran el dinero de cada hombre de vuelta a su saco, y que les dieran provisiones para el viaje. Fue hecho para ellos. 26 Los hermanos cargaron sus burros con su grano y se fueron de alli. 27 Al uno de ellos abrir su saco para darle a su burro de comer en el lugar de alojamiento, él vio su dinero. Miren, estaba en la apertura de su saco. 28 Él le dijo a sus hermanos: "Mi dinero ha sido devuelto. Mírenlo; está en mi saco." Sus corazones se hundieron y ellos se viraron temblorosamente los unos hacia los otros diciendo: "¿Qué es esto que Dios nos ha hecho a nosotros?" 29 Ellos fueron donde Jacob, su padre en la tierra de Canaán y le dijeron a él todo lo que les había sucedido. Ellos dijeron: 30 ''El hombre, el señor de aquella tierra, habló rudamente con nosotros y pensó que nosotros éramos espías en la tierra. 31 Nosotros le dijimos a él: 'Nosotros somos hombres honestos. Nosotros no somos espías. 32 Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre. Uno ya no vive, y el más joven este día está con nuestro padre en la tierra de Canaán.' 33 El hombre, señor de aquella tierra, nos dijo: 'Por esto yo voy a saber que ustedes son hombres honestos. Dejen a uno de sus hermanos conmigo, llévense el grano para la hambruna en sus casas y vayan por su camino. 34 Tráiganme a su hermano menor. Entonces yo voy a saber que ustedes no son espías, sino que son hombres honestos. Luego yo libraré a su hermano, y ustedes van a comerciar en la tierra." 35 Ocurrió que mientras ellos vaciaban sus sacos, que, miren, la bolsa de plata de cada hombre estaba en su saco. Cuando ellos y su padre vieron sus bolsas de plata, ellos temieron. 36 Jacob su padre les dijo: "Ustedes me han privado de mis hijos. José ya no está vivo, Simón no está, y ustedes se llevarán a Benjamín. Todas estas cosas están en mi contra." 37 Rubén habló con su padre diciéndole: "Tú podrás matar a mis dos hijos si yo no traigo de vuelta a Benjamín. Ponlo en mis manos, y yo te lo traeré de vuelta nuevamente." 38 Jacob dijo:" Mi hijo no va a ir con ustedes. Porque su hermano está muerto y solo él queda. Si algún daño le ocurre en el camino que vayan, entonces ustedes van a llevar mis canas con pena al Seol."

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1 La hambruna fue severa en la tierra. 2 Sucedió que cuando ellos se habían comido el grano que ellos habían traído de Egipto, su padre les dijo: ''Vayan otra vez, compren para nosotros comida." 3 Judá le dijo: "El hombre solemnemente nos advirtió: 'Ustedes no van a ver mi cara a menos que su hermano esté con ustedes.' 4 Si usted envía a nuestro hermano con nosotros, iremos y compraremos comida. 5 Pero si no lo envía, nosotros no iremos. Pues el hombre nos dijo a nosotros: 'Ustedes no verán mi cara a menos que su hermano esté con ustedes.'" 6 Israel dijo: "¿Por qué ustedes me trataron tan mal al decirle al hombre que ustedes tenían otro hermano?" 7 Ellos dijeron: "El hombre preguntó detalles sobre nosotros y nuestra familia. Él dijo: '¿Su padre todavía está vivo? ¿Ustedes tienen otro hermano?' Nosotros le contestamos de acuerdo a estas preguntas. ¿Cómo nosotros íbamos a saber que él diría: 'Traigan a su hermano?'" 8 Judá le dijo a Israel su padre: "Envíe al niño conmigo. Nos levantaremos e iremos para que vivamos y no perezcamos, tanto nosotros, usted, y también nuestros hijos. 9 Yo voy a ser una garantía para él. Usted me hará responsable. Si yo no lo traigo de vuelta a usted y lo presento ante usted, entonces, déjeme cargar la culpa para siempre. 10 Pues si no nos hubiéramos atrasado, seguramente ahora nosotros hubiéramos ido y venido por segunda vez." 11 Su padre Israel les dijo a ellos: "Si así fuera, entonces hagan esto. Llévense algunos de los mejores productos de la tierra en sus bolsas. Llévenle al hombre un regalo: algún bálsamo y miel, especias y mirra, nueces de pistacho y almendras. 12 Lleven el doble de dinero en sus manos. El dinero que fue devuelto en la apertura de sus sacos, llévenlo nuevamente en sus manos. Tal vez fue un error. 13 Llévense también a su hermano. Levántense y vayan nuevamente al hombre. 14 Que Dios Todopoderoso les dé misericordia delante del hombre, para que así él pueda liberarles a ustedes a su otro hermano y a Benjamín. Si he de ser privado de mis hijos, que así sea." 15 Los hombres se llevaron los regalos, y en sus manos llevaban el doble de dinero, junto a Benjamín. Ellos se levantaron y fueron a Egipto y se pararon frente a José. 16 Cuando José vio a Benjamín con ellos, le dijo al mayordomo de su casa: "Trae los hombres dentro de la casa, mata un animal y prepáralo, pues los hombres van a comer conmigo al mediodía." 17 Él mayordomo hizo como dijo José. Él trajo a los hombres a la casa de José. 18 Los hombres tenían miedo porque ellos fueron llevados a la casa de José. Ellos dijeron: "Es por el dinero que fue devuelto en nuestros sacos la primera vez que nos trajeron, para que él pueda buscar una oportunidad en contra nuestra. Él puede arrestarnos y tomarnos como esclavos y llevarse nuestros burros." 19 Ellos se acercaron al mayordomo de la casa de José y le hablaron en la puerta de la casa diciendo: 20 "Mi amo, nosotros vinimos la primera vez para comprar comida. 21 Sucedió que, cuando nosotros nos acercamos al lugar de alojamiento, que nosotros abrimos nuestros sacos y, mire, todo el dinero de cada hombre estaba en la apertura de su saco, nuestro dinero completo. Nosotros hemos venido a traerlo de vuelta en nuestras manos. 22 Otro dinero también hemos traído en nuestras manos para comprar comida. Nosotros no sabemos quién puso el dinero en nuestros sacos." 23 El mayordomo dijo: "Que la paz sea con ustedes, no teman. Su Dios y el Dios de su padre debió haber puesto su dinero en sus sacos. Yo recibí su dinero." El mayordomo entonces les trajo a Simeón donde ellos. 24 El mayordomo llevó a los hombres a la casa de José. Él les dio agua, y ellos se lavaron sus pies. Él les dio comida a sus burros. 25 Ellos prepararon los regalos para la venida de José al mediodía, porque ellos habían oído que ellos comerían allí. 26 Cuando José llegó a su casa, ellos trajeron dentro de la casa los regalos que tenían en sus manos y se inclinaron delante de él hacia el suelo. 27 Él les pregunto sobre su bienestar y dijo: "¿Su padre está bien, el hombre viejo de quien ustedes hablaron? ¿Él sigue vivo?" 28 Ellos dijeron: "Su sirviente nuestro padre está bien. Él sigue vivo." Ellos se postraron y se inclinaron. 29 Cuando él levantó su mirada él vio a BenjamÍn su hermano, el hijo de su madre, y él dijo: "¿Éste es su hermano menor de quien ustedes me hablaron?" Entonces él dijo: "Que la gracia de Dios sea contigo, mi hijo." 30 José se apresuró a salir de la habitación, pues él fue profundamente conmovido por su hermano. Él buscó algún lugar para llorar. Él fue a su recámara y lloró allí. 31 Él se lavó su cara y salió. Se controló a sí mismo diciendo: "Sirvan la comida." 32 Los sirvientes le sirvieron a José para él solo y a los hermanos para ellos aparte. Los egipcios allí comieron con él aparte porque los egipcios no podían comer pan con los hebreos, pues eso es detestable para los egipcios. 33 Los hermanos se sentaron delante de él, el primogénito de acuerdo a sus derechos de primogenitura, y el menor de acuerdo a su juventud. Los hombres estaban asombrados entre sí. 34 José envió de la comida delante de él porciones para ellos. Pero la porción de Benjamín era cinco veces más que la de cualquiera de sus hermanos. Ellos bebieron y estaban alegres con él.

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1 José le ordenó al mayordomo de su casa diciéndole: "Llena los sacos de los hombres con comida, todo lo que ellos puedan cargar, y pon el dinero de cada hombre en la apertura de su saco. 2 Pon mi copa, la copa de plata, en la apertura del saco del más joven y también su dinero para el grano." El mayordomo hizo como José le dijo. 3 Al amanecer, los hombres fueron despedidos, ellos y sus burros. 4 Cuando ellos ya estaban fuera de la cuidad, pero no muy lejos, José le dijo a su mayordomo: "Levántate, sigue a los hombres y cuando los alcances diles: '¿Por qué han devuelto mal por bien? 5 ¿No es ésta la copa de la cual mi señor bebe y la copa que él usa para adivinación? Ustedes han hecho lo malo, esta cosa que han hecho."' 6 El mayordomo los alcanzó y les habló estas palabras a ellos. 7 Ellos le dijeron a él: "¿Por qué mi amo habla palabras como éstas? Lejos esté de sus sirvientes que ellos hagan tal cosa. 8 Mire, el dinero que encontramos en la apertura de nuestros sacos, nosotros lo trajimos nuevamente a usted desde la tierra de Canaán. Entonces, ¿cómo podríamos nosotros robar de la casa de su señor plata u oro? 9 A cualquiera de sus sirvientes que se encuentre con el dinero, deje que muera, y nosotros también seremos esclavos de mi señor." 10 El mayordomo dijo: "Ahora, que suceda según sus palabras. Aquél a quien se le encuentre la copa será mi esclavo, y los otros serán inocentes." 11 Entonces cada hombre se apresuró y puso su saco en el suelo, y cada hombre abrió su saco. 12 El mayordomo buscó. Él comenzó con el mayor y terminó con el menor, y la copa fue encontrada en el saco de Benjamín. 13 Entonces, ellos rasgaron sus ropas. Cada hombre cargó su burro y regresaron a la cuidad. 14 Judá y sus hermanos fueron a la casa de José. Él todavía estaba allí, y ellos se postraron delante de él en el suelo. 15 José les dijo a ellos: "¿Qué es esto que ustedes han hecho? ¿Ustedes no saben que un hombre como yo practica adivinación?" 16 Judá dijo: "¿Qué le podremos decir a mi señor? ¿Qué podemos hablar? ¿O cómo podemos justificarnos a nosotros mismos? Dios ha encontrado la iniquidad de sus sirvientes. Mire, nosotros somos los esclavos de nuestro amo; tanto nosotros como él, en cuyas manos se ha encontrado la copa." 17 José dijo: "Que lejos esté de mí hacer eso. El hombre en cuyas manos la copa fue encontrada, esa persona será mi esclavo, pero en cuanto a los demás, suban en paz donde su padre." 18 Entonces Judá se acercó a él y le dijo: "Mi señor, por favor deje que su siervo hable una palabra a los oídos de mi señor, y no deje que su enfado se consuma en contra de su siervo porque usted es como Faraón. 19 Mi amo preguntó a sus siervos, diciendo: '¿Ustedes tienen un padre o un hermano?' 20 Nosotros le dijimos a mi señor: 'Nosotros tenemos un padre, un hombre viejo, y un niño de su vejez, un pequeño. Pero su hermano está muerto, y solo queda él de su madre, y su padre lo ama.' 21 Entonces usted le dijo a sus siervos: 'Tráiganmelo para que pueda verlo.' 22 Después de eso, le dijimos a mi señor: 'El niño no puede dejar a su padre. Porque si él dejara a su padre, su padre moriría.' 23 Entonces usted le dijo a sus siervos: "A menos que su hermano menor baje con ustedes, no volverán a ver mi rostro.' 24 Entonces aconteció que cuando subimos a donde su siervo mi padre, le dijimos las palabras de mi señor. 25 Nuestro padre dijo: "Vayan nuevamente, cómprennos comida.' 26 Entonces nosotros dijimos: 'Nosotros no podemos bajar. Si nuestro hermano menor está con nosotros, entonces nosotros bajaremos, porque nosotros no podremos ver la cara del hombre a menos que nuestro hermano esté con nosotros.' 27 Su siervo mi padre nos dijo: "Ustedes saben que mi esposa me dio dos hijos. 28 Uno de ellos se fue de mí y yo dije: 'Seguramente él está hecho pedazos, y yo no lo he visto desde entonces." 29 Ahora si ustedes se llevan a este también de mí y algún daño le pasa, ustedes bajarán mis canas con tristeza al Seol.' 30 Ahora, por lo tanto, cuando yo venga a su siervo mi padre y el muchacho no esté con nosotros, ya que su vida está ligada a la vida del muchacho, 31 pasará que cuando él vea que el muchacho no está con nosotros, él morirá. Sus siervos traerán las canas de su siervo nuestro padre con tristeza al Seol. 32 Porque su siervo se convirtio en una garantía del muchacho para mi padre, y dije: 'Si yo no se lo traigo, entonces cargaré la culpa de mi padre para siempre.' 33 Ahora, por lo tanto, por favor deje que su siervo se quede como esclavo de mi señor en el lugar del muchacho, y deje que el muchacho suba con sus hermanos. 34 Porque, ¿cómo puedo subir a donde mi padre si el muchacho no está conmigo? Tengo miedo de ver el mal que le vendría a mi padre."

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1 Entonces, José no se pudo controlar ante todos los sirvientes que estaban junto a él. Él dijo fuertemente: "Todos tienen que dejarme." Así que ningún sirviente se quedó junto a él cuando José se dio a conocer a sus hermanos. 2 Él lloró fuertemente, los egipcios lo oyeron y la casa de Faraón lo oyó. 3 José le dijo a sus hermanos: "Yo soy José. ¿Todavía está vivo mi padre?" Sus hermanos no pudieron contestarle, porque ellos estaban atónitos en su presencia. 4 Entonces, José le dijo a sus hermanos: "Acérquense a mí, por favor." Ellos se acercaron. Él dijo: "Yo soy José su hermano, a quien ustedes vendieron a Egipto. 5 Y ahora, no estén apenados o enojados con ustedes mismos porque me vendieron aquí, porque Dios me envió delante de ustedes para preservar vida. 6 Por estos dos años la hambruna ha estado en la tierra y todavía habrá cinco años más en los cuales no habrá arado ni cosecha. 7 Dios me envió frente a ustedes para preservarles como un remanente en la tierra y para mantenerlos con vida por medio de una gran liberación. 8 Así que, no fueron ustedes quienes me enviaron aquí, sino Dios; y Él me ha hecho un padre para Faraón, amo de toda su casa y gobernante sobre toda la tierra de Egipto. 9 Apúrense y suban donde mi padre y díganle: 'Esto es lo que tu hijo José dice: 'Dios me ha hecho amo de todo Egipto. Baja donde mí y no te demores. 10 Vivirás en la tierra de Gosén y estarás cerca de mí, tú, tus hijos, los hijos de tus hijos, tus rebaños, tus manadas y todo lo que tienes. 11 Yo te proveeré allí, porque todavía habrá cinco años de hambruna, para que no seas empobrecido; tú, tu familia y todo lo que tienes.'" 12 Miren, sus ojos ven, y los ojos de mi hermano Benjamín, que es mi boca la que les habla a ustedes. 13 Ustedes le dirán a mi padre sobre todo mi honor en Egipto y todo lo que han visto. Ustedes se apurarán y traeran a mi padre hasta aquí." 14 Él abrazó el cuello de su hermano Benjamín y lloró, y Benjamín lloró en el cuello de él. 15 Él besó a todos sus hermanos y lloró sobre ellos. Después de eso, sus hermanos hablaron con él. 16 Las noticias del asunto fueron dichas en la casa del Faraón: "Los hermanos de José han llegado." Eso agradó mucho a Faraón y a sus sirvientes. 17 Faraón le dijo a José: "Dile a tus hermanos: 'Hagan esto: carguen sus animales y vayan a la tierra de Canaán. 18 Tomen a su padre, a sus familiares y vengan donde mí. Yo les daré a ustedes lo bueno de la tierra de Egipto y comerán la grosura de la tierra.' 19 Ahora, tú estás ordenado: 'Hagan esto: tomen las carretas fuera de la tierra de Egipto para sus hijos y sus esposas. Tomen a su padre y vengan. 20 No se preocupen por sus posesiones, porque lo bueno de toda la tierra de Egipto es de ustedes."' 21 Los hijos de Israel lo hicieron así. José les dio carretas de acuerdo al mandato de Faraón y les dio provisiones para el viaje. 22 A todos ellos, él les dio a cada hombre cambios de ropa, pero a Benjamín le dio trescientas piezas de plata y cinco cambios de ropa. 23 Para su padre él le envió esto: diez burros cargados con las buenas cosas de Egipto y diez mulas cargadas con grano, pan y otros suministros para su padre para el viaje. 24 Así que él envió a sus hermanos y ellos se fueron. Él les dijo a ellos: "Vean que ustedes no discutan en el viaje." 25 Ellos subieron fuera de Egipto y llegaron a la tierra de Canaán donde Jacob su padre. 26 Ellos hablaron con él diciendol: "José todavía está vivo y es gobernante sobre toda la tierra de Egipto." Su corazón estaba asombrado, porque él no les creía lo que ellos le decían. 27 Ellos le dijeron a él todas las palabras que José les había dicho a ellos. Cuando Jacob vio las carretas que José había enviado para cargarlo a él, el espíritu de Jacob, su padre, revivió. 28 Israel dijo: "Es suficiente. José mi hijo aún está vivo. Iré a verlo antes de que yo muera."

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1 Israel hizo su viaje con todo lo que tenía y fue a Beerseba. Ahí él ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. 2 Dios le habló a Israel en una visión durante la noche, diciendo: "Jacob, Jacob." Él dijo: "Aquí estoy." 3 Él dijo: "Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No temas bajar a Egipto, porque allí Yo haré de ti una gran nación. 4 Yo bajaré contigo a Egipto, y Yo de seguro te traeré otra vez y José cerrará tus ojos con su propia mano." 5 Jacob se levantó de Beerseba. Los hijos de Israel transportaron a Jacob su padre, sus hijos, y sus esposas, en las carretas que Faraón había enviado para llevarlo a él. 6 Ellos se llevaron su ganado y sus posesiones que habían acumulado en la tierra de Canaán. Ellos entraron a Egipto, Jacob y todos sus descendientes con él. 7 Él trajo consigo a Egipto sus hijos y los hijos de sus hijos, sus hijas y las hijas de sus hijos, y todos sus descendientes. 8 Estos fueron los nombres de los hijos de Israel quienes vinieron a Egipto, Jacob y sus hijos: Rubén, el primogénito de Jacob; 9 los hijos de Rubén: Hanoc, Falú y Hezrón y Carmi. 10 Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar, y Saúl, el hijo de una mujer cananea. 11 Los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari. 12 Los hijos de Judá: Er, Onán, Sela, Fares y Zara, (pero Er y Onán habían muerto en la tierra de Canaán). Los hijos de Fares fueron Hezrón y Hamul. 13 Los hijos de Isacar: Tola, Fúa, Job y Simrón. 14 Los hijos de Zabulón: Sered, Elón y Jahleel. 15 Estos fueron los hijos que Lea le parió a Jacob en Padán Aram, con su hija Dina. Sus hijos y sus hijas enumeraban treinta y tres. 16 Los hijos de Gad fueron Zifión, Hagui, Suni, Ezbón, Eri, Arodi y Areli. 17 Los hijos de Aser: Imna, Isúa, Isúi, Bería, y Sera su hermana. Los hijos de Bería fueron Heber y Malquiel. 18 Estos fueron los hijos de Zilpa, quien Labán dio a su hija Lea. Estos hijos ella le parió a Jacob, dieciseis en total. 19 Los hijos de Raquel, esposa de Jacob fueron José y Benjamín. 20 En Egipto, Manasés y Efraín le nacieron a José por Asenat, la hija de Potifera, sacerdote de On. 21 Los hijos de Benjamín fueron Bela, Bequer, Asbel, Gera, Naamán, Ehi, Ros, Mupim, Hupim, y Ard. 22 Estos fueron los hijos de Raquel quienes le nacieron a Jacob, catorce en total. 23 El hijo de Dan fue Husim. 24 Los hijos de Neftalí fueron Jahzeel, Guni, Jezer y Silem. 25 Estos fueron los hijos nacidos a Jacob por Bilha, quien Labán dio a Raquel, su hija, siete en total. 26 Todos aquellos que fueron a Egipto con Jacob, que eran sus descendientes, sin contar las esposas de los hijos de Jacob; fueron sesenta y seis en total. 27 Con los dos hijos de José quienes le nacieron a él en Egipto, los miembros de su familia que fueron a Egipto fueron setenta en total. 28 Jacob envió a Judá delante de él a José para mostrar el camino ante él a Gosén, y ellos llegaron a la tierra de Gosén. 29 José preparó su carro y subió a encontrarse con Israel su padre en Gosén. Él lo vio, abrazó su cuello, y lloró sobre su cuello un largo rato. 30 Israel dijo a José: "Ahora déjame morir, ya que he visto tu rostro, que tú aún estás vivo." 31 José dijo a sus hermanos y a la casa de su padre: "Yo subiré y contaré a Faraón, diciendo: 'Mis hermanos y la casa de mi padre, quienes estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí. 32 Los hombres son pastores, puesto que han sido cuidadores de ganado. Ellos han traído sus rebaños, sus manadas, y todo lo que tienen.' 33 Sucederá que cuando Faraón les llame y pregunte: '¿Cuál es su ocupación?' 34 que ustedes deben decir: 'Tus sirvientes hemos sido cuidadores de ganado desde la juventud hasta ahora, tanto nosotros como nuestros antepasados.' Hagan esto para que ustedes puedan vivir en la tierra de Gosén, puesto que todo pastor es una abominación para los egipcios."

47

1 Entonces José entró y le dijo a Faraón: "Mi padre y mis hermanos, sus rebaños, sus manadas, y todo lo que poseen, han llegado de la tierra de Canaán. Mire, ellos están en la tierra de Gosén." 2 Él tomó a cinco de sus hermanos y se los presentó a Faraón. 3 Faraón le dijo a sus hermanos: "¿Cuál es su ocupación?" Ellos le dijeron a Faraón: "Sus sirvientes son pastores, como nuestros ancestros." 4 Entonces le dijeron a Faraón: "Venimos como residentes temporales en la tierra. No hay pastos para los rebaños de sus sirvientes porque la hambruna es severa en la tierra de Canaán. Así que ahora, por favor, deje a sus sirvientes vivir en la tierra de Gosén." 5 Entonces Faraón le habló a José, diciendo: "Tu padre y tus hermanos han venido a ti. 6 La tierra de Egipto está delante de ti. Establece a tu padre y a tus hermanos en la mejor región, la tierra de Gosén. Si conoces de algunos hombres capaces entre ellos, ponlos a cargo de mi ganado." 7 Entonces José trajo a Jacob su padre y se lo presentó a Faraón. Jacob bendijo a Faraón. 8 Faraón le dijo a Jacob: "¿Cuánto tiempo has vivido?" 9 Jacob le dijo a Faraón: "Los años de mis viajes son ciento treinta. Los años de mi vida han sido pocos y dolorosos. No han sido tan largos como los de mis ancestros." 10 Entonces Jacob bendijo a Faraón y se fue de su presencia. 11 Entonces José asentó a su padre y a sus hermanos. Él les dio un territorio en la tierra de Egipto, el mejor de la tierra, en la tierra de Ramsés, como Faraón había ordenado. 12 José proveyó comida para su padre, sus hermanos, y todos en la casa de su padre, de acuerdo al número de sus dependientes. 13 Ahora, no había comida en toda la tierra; porque la hambruna era severa. La tierra de Egipto y la tierra de Canaán se consumieron por la hambruna. 14 José recogió todo el dinero que había en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, al venderle grano a los habitantes. Entonces José trajo el dinero al palacio de Faraón. 15 Cuando todo el dinero de la tierra de Egipto y Canaán se gastó, todos los egipcios vinieron a José diciendo: "¡Danos comida! ¿Por qué deberíamos morir en tu presencia porque nuestro dinero se haya acabado?" 16 José dijo: "Si se les acabó el dinero, traigan su ganado y yo les daré comida en cambio por su ganado." 17 Así que le trajeron su ganado a José. José les dio comida a cambio de caballos, de rebaños, de manadas, y de burros. Él los alimentó con pan a cambio de todos sus ganados ese año. 18 Cuando ese año terminó, ellos vinieron a él el año siguiente y le dijeron: "No ocultaremos de mi señor que todo nuestro dinero se acabó, y los rebaños de ganado son de mi señor. No queda nada a la vista de mi señor, excepto nuestros cuerpos y nuestra tierra. 19 ¿Por qué hemos de morir ante tus ojos, tanto nosotros como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra a cambio de comida, y nosotros y nuestra tierra seremos siervos de Faraón. Danos semillas para que podamos vivir y no morir, y que la tierra no se vuelva desolada." 20 Entonces José compró toda la tierra de Egipto para Faraón. Porque todo egipcio vendió su campo, ya que la hambruna era muy severa. De esta manera, la tierra se volvió propiedad de Faraón. 21 En cuanto a la gente, él los hizo esclavos de un extremo de la frontera de Egipto hasta el otro. 22 Fue solo la tierra de los sacerdotes la que José no compró, porque los sacerdotes recibían una ración. Ellos comían de la parte que Faraón les daba. Por lo tanto, ellos no vendieron su tierra. 23 Entonces José le dijo a la gente: "Miren, los he comprado a ustedes y a su tierra hoy para Faraón. Ahora aquí hay semilla para ustedes, y ustedes sembrarán la tierra. 24 En la cosecha, ustedes deben darle una quinta parte a Faraón, y cuatro partes serán para ustedes, para la semilla del campo y para la comida de sus casas y sus niños." 25 Ellos dijeron: "Has salvado nuestras vidas. Que hallemos favor en tus ojos. Seremos siervos de Faraón." 26 Entonces José hizo un estatuto, el cual aún es efectivo en la tierra de Egipto hasta el día de hoy, que una quinta parte le pertenece a Faraón. Solo la tierra de los sacerdotes no llegó a ser de Faraón. 27 Así que Israel vivió en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén. Su pueblo adquirió posesiones allí. Ellos fueron fructíferos y se multiplicaron en gran manera. 28 Jacob vivió en la tierra de Egipto diecisiete años, así que los años de la vida de Jacob fueron ciento cuarenta y siete años. 29 Cuando el tiempo de morir se acercó a Israel, él llamó a su hijo José y le dijo: "Si ahora he encontrado favor en tu vista, pon tu mano debajo de mi muslo, y muéstrame fidelidad y confiabilidad. Por favor no me entierres en Egipto. 30 Cuando yo duerma con mis padres, me llevarás fuera de Egipto y me enterrarás en la tumba de mis ancestros." José dijo: "Haré como has dicho." 31 Israel dijo: "Júramelo," y José se lo juró. Entonces Israel se inclinó en el cabezal de su cama.

48

1 Aconteció después de estas cosas, que alguien le dijo a José: ''Mire, su padre está enfermo.'' Así que él tomó a sus dos hijos con él, Manasés y Efraín. 2 Cuando se le dijo a Jacob: ''Mire, su hijo José ha venido a verlo,'' Israel reunió fuerzas y se sentó en la cama. 3 Jacob le dijo a José: ''Dios Todopoderoso se me apareció en Luz en la tierra de Canaán. Él me bendijo 4 y me dijo: 'Mira, Yo te haré fructífero, y te multiplicaré. Yo haré de ti una multitud de naciones. Yo le daré esta tierra a tus descendientes como posesión eterna.' 5 Ahora tus dos hijos, quienes te nacieron en la tierra de Egipto antes de que yo viniera a ti en Egipto, ellos son míos. Efraín y Manasés serán míos, asi como Rubén y Simeón son míos. 6 Los hijos que tengas despúes de ellos serán tuyos; ellos serán puestos bajos los nombres de sus hermanos para su heredad. 7 Pero en cuanto a mí, cuando vine de Padán, para mi dolor Raquel murió en la tierra de Canaán en el camino, cuando todavía había alguna distancia para llegar a Efrata. Yo la enterré allí en el camino a Efrata" (esto es, Belén). 8 Cuando Israel vio los hijos de José, él dijo: ''¿De quién son estos?" 9 José le dijo a su padre: ''Ellos son mis hijos, quienes Dios me ha dado aquí. '' Israel dijo: ''Tráelos a mí, para yo bendecirles.'' 10 Ahora los ojos de Israel estaban fallando por su edad, de manera que él no podía ver. Así que José los acercó a él, y él los besó y los abrazó. 11 Israel le dijo a José: ''Yo nunca esperaba ver tu rostro otra vez, pero Dios hasta me ha permitido ver a tus hijos.'' 12 José los tomó a ellos de entre las rodillas de Israel, y él se inclinó con su rostro en tierra. 13 José los tomó a ambos, Efraín en su mano derecha hacia la mano izquierda de Israel, y Manasés en su mano izquierda hacia la mano derecha de Israel, y los llevó cerca de él. 14 Israel alcanzó con su mano derecha y la puso sobre la cabeza de Efraín, quien era el más joven, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés. Él cruzó sus manos, porque Manasés era el primogénito. 15 Israel bendijo a José diciendo: ''El Dios delante de Quien mis padres Abraham e Isaac caminaron, el Dios que ha tenido cuidado de mí hasta el día de hoy, 16 el ángel quien me ha protegido de todo daño, que Él bendiga a estos muchachos. Que mi nombre sea nombrado en ellos, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac. Que ellos puedan crecer a ser una multitud en la tierra.'' 17 Cuando José vio que su padre puso su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le desagradó. Él tomó la mano de su padre para moverla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés. 18 José le dijo a su padre: ''No así, mi padre; porque este es el primogénito. Pon tu mano derecha sobre su cabeza.'' 19 Su padre rehusó y dijo: ''Yo lo sé, mi hijo, lo sé. Él también llegará a ser un pueblo, y él también será grande. Sin embargo, su hermano menor será más grande que él, y sus descendientes serán una multitud de naciones.'' 20 Israel los bendijo a ellos ese día con estas palabras: ''El pueblo de Israel pronunciará bendiciones por los nombres de ustedes diciendo: 'Que Dios te haga como a Efraín y como a Manasés.'" De esta manera, Israel puso a Efraín antes de Manasés. 21 Israel le dijo a José: ''Mira, yo estoy a punto de morir, pero Dios estará con ustedes, y los traerá de vuelta a la tierra de sus padres. 22 A ti, como a uno que está sobre sus hermanos, yo te doy la ladera de la montaña que tomé de los amorreos con mi espada y mi arco.''

49

1 Entonces Jacob llamó a sus hijos, y dijo: "Júntense, y les diré lo que les pasará a ustedes en el futuro. 2 Reunánse y escuchen, hijos de Jacob. Escuchen a Israel, su padre. 3 Rubén, tú eres mi primogénito, mi poder, y el principio de mi fuerza, sobresaliente en dignidad, y sobresaliente en poder. 4 Incontrolable como una corriente de agua que corre, no tendrás la preeminencia, porque subiste a la cama de tu padre. Entonces la profanaste; tú fuiste hasta mi cama. 5 Simeón y Leví son hermanos. Armas de violencia son sus espadas. 6 Oh mi alma, no entre a su consejo; no te unas a sus reuniones, porque mi corazón tiene demasiado honor para eso. Porque en su enojo, ellos mataron hombres. Fue por placer que mutilaron bueyes. 7 Que su ira sea maldita, porque era feroz y su furia, porque era cruel. Yo los dividiré en Jacob y los regaré por Israel. 8 Judá, tus hermanos te alabarán. Tu mano estará en el cuello de tus enemigos. Los hijos de tu padre se inclinarán ante ti. 9 Judá es un cachorro de león. Mi hijo, has subido desde tus víctimas. Él se encorvó, se agachó como un león, como una leona. ¿Quién se atrevería a despertarlo? 10 El cetro no se apartará de Judá, ni el bastón de líder saldrá de entre sus pies, hasta que venga Siloh. Las naciones le obedecerán. 11 Amarrando su burro a la vid, y el potro de burro a la vid escogida, él ha lavado sus ropas en vino, y su capa en la sangre de las uvas. 12 Sus ojos serán tan oscuros como el vino, y sus dientes tan blancos como la leche. 13 Zabulón vivirá a las orillas del mar. Él será un puerto para barcos, y su frontera se extenderá hasta Sidón. 14 Isacar es un burro fuerte, acostándose entre los apriscos. 15 Él ve un buen lugar de descanso y la tierra placentera. Él doblará su hombro a la carga y se volverá en sirviente para la tarea. 16 Dan juzgará a su pueblo como una de las tribus de Israel. 17 Dan será una serpiente junto al camino, una serpiente venenosa en el camino que muerde las patas del caballo, para que su jinete se caiga hacia atrás. 18 Yo espero por tu salvación, SEÑOR. 19 Gad, jinetes lo atacarán, pero él los atacará a ellos en sus talones. 20 La comida de Aser será rica, y él proveerá delicias reales. 21 Neftalí es una cierva suelto, él tendrá hermosos cervatillos. 22 José es una rama llena de frutas, una rama fructífera cerca de un manantial, cuyas ramas suben por encima de la pared. 23 Los arqueros lo atacarán y le dispararán y lo acosarán. 24 Pero su arco se mantendrá firme, y sus manos serán diestras debido a las manos del Poderoso de Jacob, debido al nombre del Pastor, la Roca de Israel. 25 El Dios de tu padre te ayudará, y el Dios Todopoderoso te bendecirá con bendiciones del cielo arriba, bendiciones de la profundidad que está abajo, y bendiciones de los pechos y el vientre. 26 Las bendiciones de tu padre son más grandes que las bendiciones de las antiguas montañas o las cosas deseables de las antiguas colinas. Que ellas estén sobre la cabeza de José, incluso sobre la corona de la cabeza del príncipe de sus hermanos. 27 Benjamín es un lobo hambriento. En la mañana devorará la presa, y en la tarde dividirá el botín. 28 Estas son las doce tribus de Israel. Esto es lo que su padre les dijo cuando les bendijo. A cada uno bendijo con una bendición apropiada. 29 Entonces los instruyó y les dijo: "Estoy pronto a irme con mi pueblo. Entiérrenme con mis antepasados en la cueva que está en el campo de Efrón el hitita, 30 en la cueva que está en el campo de Macpela, la cual está cerca de Mamre en la tierra de Canaán, el campo que Abraham le compró a Efrón el hitita para ser lugar de sepultura. 31 Allí enterraron a Abraham y a Sara, su esposa; allí enterraron a Isaac y a Rebeca, su esposa; y allí yo enterré a Lea. 32 El campo y la cueva que está en él fueron comprados de la gente de Het." 33 Cuando Jacob terminó de darle estas instrucciones a sus hijos, él haló sus pies sobre la cama, respiró su último aliento, y se fue con su pueblo.

50

1 Entonces José estaba tan angustiado que colapsó sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él y lo besó. 2 José ordenó a sus sirvientes los médicos que embalsamaran a su padre. Así que los médicos embalsamaron a Israel. 3 Ellos tomaron cuarenta días, que era el tiempo completo para embalsamar. Los egipcios lloraron por él setenta días. 4 Cuando los días de luto terminaron, José habló a la corte real de Faraón, diciendo: "Si ahora yo he encontrado favor ante sus ojos, por favor hablen a Faraón diciendo: 5 'Mi padre me hizo jurar diciendo: "Vean, estoy por morir. Entiérrenme en mi tumba que yo cavé para mí en la tierra de Canaán. Allí ustedes me enterrarán." Ahora, déjenme subir y enterrar a mi padre, y entonces yo regresaré.'" 6 Faraón contestó: "Ve y entierra a tu padre, así como te hizo jurar." 7 José subió para enterrar a su padre. Todos los oficiales de Faraón fueron con él, los cortesanos de su casa, todos los oficiales de la tierra de Egipto, 8 con toda la casa de José y sus hermanos, y la casa de su padre. Pero sus hijos, sus rebaños y sus manadas fueron dejados en la tierra de Gosén. 9 Carros y jinetes también fueron con él. Era un grupo muy grande de personas. 10 Cuando llegaron al suelo de trillar de Atad al otro lado del Jordán, ellos se lamentaron con grande y dolorosa tristeza. Allí José realizó un duelo de siete días por su padre. 11 Cuando los habitantes de la tierra, los cananeos, vieron el duelo en el suelo de Atad, ellos dijeron: ''Esta es una ocasión muy triste para los egipcios." Fue por esto que el lugar fue llamado Abel Mizraim, el cual está mas allá del Jordán. 12 Así que sus hijos hicieron por Jacob justo como él les instruyó. 13 Sus hijos lo cargaron a la tierra de Canaán y lo enterraron en la cueva en el campo de Macpela, cerca de Mamre. Abraham había comprado la cueva con el campo para lugar de entierro. Él lo había comprado de Efrón el hitita. 14 Después de haber enterrado a su padre, José regresó a Egipto, él, junto a sus hermanos y todos los que le acompañaron a enterrar a su padre. 15 Cuando los hermanos de José vieron que su padre había muerto, ellos dijeron: "¿Que tal si José guarda ira contra nosotros y quiere devolvernos por completo todo el mal que nosotros le hicimos?" 16 Así que ellos solicitaron la presencia de José, diciendo: "Tu padre dio instrucciones antes de morir diciendo: 17 'Díganle a José esto: "Por favor, perdona la transgresión de tus hermanos y su pecado con el que ellos te hicieron mal."' Ahora, por favor, perdona los siervos del Dios de tu padre." José lloró cuando ellos le hablaron. 18 Sus hermanos también fueron y se postraron frente a él. Ellos dijeron: "Mira, nosotros somos tus siervos." 19 Pero José les respondió: "No tengan miedo. ¿Estoy yo en el lugar de Dios? 20 En cuanto a ustedes, ustedes pretendieron hacerme daño, pero Dios lo usó para bien, para preservar las vidas de muchas personas, como pueden ver hoy. 21 Así que, ahora no tengan miedo. Yo proveeré para ustedes y para sus pequeños hijos." Él los confortó de esta manera y les habló amablemente a sus corazones. 22 José vivió en Egipto, junto con la familia de su padre. Él vivió ciento diez años. 23 José vio los hijos de Efraín hasta la tercera generación. Él también vio los hijos de Maquir, hijo de Manasés, quienes fueron puestos en las rodillas de José. 24 José dijo a sus hermanos: "Yo estoy cercano a morir; pero Dios seguramente vendrá a ustedes y les guiará fuera de esta tierra a la tierra que Él juró dar a Abraham, a Isaac y a Jacob." 25 Entonces José hizo que el pueblo de Israel jurara un juramento. Él dijo: "Seguramente Dios vendrá a ustedes. En ese tiempo ustedes deberán cargar mis huesos desde aquí." 26 Así que José murió, 110 años de edad. Ellos lo embalsamaron y fue puesto en un ataúd en Egipto.

Éxodo
Éxodo
1

1 Estos son los nombres de los hijos de Israel quienes vinieron de Egipto con Jacob, cada uno con su familia: 2 Rubén, Simeón, Leví, Judá, 3 Isacar, Zabulón, Benjamín, 4 Dan, Neftalí, Gad y Aser. 5 Todos los que salieron con Jacob era un total de setenta personas. José estaba en Egipto. 6 Entonces José, todos sus hermanos y toda aquella generación murieron. 7 Los israelitas fueron fructíferos, se multiplicaron grandemente en número y vinieron a ser fuertes y la tierra estaba llena con ellos. 8 Entonces un nuevo rey comenzó a gobernar en Egipto, uno que no conocía de José. 9 Él le dijo a su pueblo, "Miren, los israelitas son más numerosos y fuertes que nosotros. 10 Vengan, tratémoslos sabiamente, de otra manera ellos continuarán creciendo en número, y si somos atacados, ellos se unirán a nuestros enemigos, peleando en contra de nosotros y abandonarán la tierra." 11 Así que ellos pusieron mayordomos que los oprimieran con labores fuertes. Los israelitas construyeron ciudades para Faraón: Pitón y Ramsés. 12 Pero mientras más los Egipcios los oprimían, mas los israelitas crecían en número y extensión. Así que, los Egipcios comenzaron a temerle a los israelitas. 13 Los egipcios hicieron trabajar a los israelitas rigurosamente. 14 Ellos hicieron sus vidas amargas con duro servicio con morteros y ladrillos, y toda clase de trabajo en los campos. Todo trabajo requerido era duro. 15 Entonces el rey de Egipto habló a las parteras hebreas; el nombre de una de ellas era Sifra, y la otra Puá. 16 El dijo: "Cuando ustedes asistan a las mujeres hebreas en su alumbramiento, observen cuando sea el nacimiento. Si es un niño, deben matarlo; pero si es una niña, dejénla vivir." 17 Pero las parteras temieron a Dios y no hicieron como el rey de Egipto les ordenó; en su lugar, dejaron que los niños vivieran. 18 El rey de Egipto citó a las parteras y les dijo a ellas: "¿Por qué han hecho esto y han permitido que los bebés varones vivan?" 19 Las parteras le contestaron al Faraón: "Las mujeres hebreas no son como las mujeres egipcias. Ellas son vigorosas y han terminado de dar a luz antes de que una partera llegue a donde ellas." 20 Dios protegió a estas parteras. El pueblo creció en número y se volvió muy fuerte. 21 Porque estas parteras temieron a Dios, Él les dio familias a ellas. 22 El Faraón le ordenó a todo su pueblo: "Tienen que lanzar a todo varón que nazca hacia el río, pero tienen que dejar vivir a toda mujer."

2

1 Ahora, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de Leví. 2 La mujer quedó embarazada y le dió a luz a un hijo. Cuando ella vio que él era un niño sano, ella lo escondió por tres meses. 3 Pero cuando ella no podía esconderlo más, ella tomó una canasta de papiro y la selló con betún y brea. Luego ella colocó al niño en la canasta y la colocó entre las cañas en las aguas de la orilla del río. 4 Su hermana se paró a la distancia para ver lo que le pasaba a él. 5 La hija del Faraón fue a bañarse en el río mientras sus asistentes caminaban a lo largo de la orilla del río. Ella vió la canasta entre las cañas y envió a sus asitentes a que la buscaran. 6 Cuando ella la abrió, ella vió al niño. Advirtió, que el bebé estaba llorando. Ella tuvo compasión de él y dijo: "Este ciertamente es un hijo de los Hebreos." 7 Luego la hermana del bebé le dijo a la hija del Faraón:"¿Debería yo ir y encontrarte una mujer hebrea para que cuide al niño para ti?" 8 La hija del Faraón le dijo a ella: "Ve." Así que la niña fue y buscó a la madre del bebé. 9 La hija del faraón le dijo a la mamá del bebé: "Toma este bebé y cuídalo por mí, y yo te pagaré un salario." Así que la mujer tomó el niño y lo cuidó. 10 Cuando el niño creció, ella lo llevó a la hija del faraón y él vino a ser su hijo. Ella lo llamó Moisés y dijo: "Porque yo lo saqué de las aguas." 11 Cuando Moisés creció, fue a su gente y observó su duro trabajo. El vió a un egipcio golpeando a un hebreo, uno de su propio pueblo. 12 Él miró a un lado y al otro lado y cuando él vió que no había nadie allí, él mató al egipcio y escondio su cuerpo en la arena. 13 Él salió al día siguiente, y, observó, dos hombres hebreos que estaban peleando. Él le dijo a aquel que estaba equivocado: "¿Porqué golpeas a tu compañero?" 14 Pero el hombre dijo: " ¿Quién te hizo líder y juez sobre nosotros? ¿Estás planificando matarme como mataste al egipcio? Entonces a Moisés le dio miedo y dijo: "Lo que yo hice ciertamente es conocido a otros." 15 Ahora cuando faraón escuchó esto, él intentó matar a Moisés. Pero Moisés huyó de faraón y se quedó en la tierra de Madián. Allí él se sentó cerca de un pozo. 16 Ahora, el sacerdote de Madián tenía siete hijas. Ellas vinieron, sacaron agua, y llenaron los abrevaderos de agua para el rebaño de su padre. 17 Los pastores vinieron e intentaron llevárselas, pero Moisés fue y las ayudó. Luego él hecho agua al rebaño. 18 Cuando las niñas fueron hacia Reuel su padre, él dijo, "¿Porqué están en casa tan temprano?" 19 Ellas dijeron, "Un egipcio nos rescató de unos pastores. Él incluso sacó agua para el rebaño." 20 Él le dijo a sus hijas, "Entonces, ¿Donde está él? ¿Porque dejaron al hombre? Llamenlo para que pueda comer con nosotros." 21 Moisés aceptó en quedarse con el hombre, quien le iba a dar a su hija Sefora en matrimonio. 22 Ella concibió un hijo, y Moisés lo llamó Gersón; él dijo, "Yo he sido un residente en una tierra extraña." 23 Un largo tiempo despúes, el rey de Egipto murió. Los Israelitas gimieron por el trabajo de esclavo. Ellos gimieron por ayuda, y sus suplicas subieron a Dios debido a su servidumbre. 24 Cuando Dios escuchó sus gemidos, Dios se recordó su pacto con Abraham, con Isaac y con Jacob. 25 Dios miró a los Israelitas, y Él comprendió su situación.

3

1 Ahora Moisés aún estaba pastoreando el rebaño de Jetro su sueggro, el sacerdote de Madián. Moisés dirigió el rebaño a la lejanía del desierto y llegó a Horeb, la montaña de Dios. 2 Allí el ángel del SEÑOR se le apareció en un llama en un arbusto. Moisés miró, y observo que el arbusto se estaba quemando, pero no se descomponía. 3 Moisés dijo, "Me hecharé a un lado y observaré esta cosa maravillosa, porque el arbusto no se quema." 4 Cuando el SEÑOR observó que se apartó para mirar, Dios lo llamó desde el arbusto y le dijo, "Moisés, Moisés." Moisés dijo, "Aquí estoy." 5 Dios dijo, "¡No te acerques! Quitate el calzado de tus pies, porque el lugar donde estas parado es tierra dedicada a Mí." 6 Él añadió, "Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob." Entonces Moisés se cubrió el rostro, pues él tuvo miedo de mirar a Dios. 7 El SEÑOR dijo, "Yo he visto el sufrimiento de mi pueblo quienes están en Egipto. Yo he escuchado sus ruegos por sus capataces, pues Yo conozco su sufrimiento. 8 Yo he venido para librarlos del poder de los Egipcios y traerles de esas tierras a una buena, y grande tierra, a una tierra donde fluye leche y miel; a las regiones de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. 9 Ahora los clamores de las personas de Israel me han llegado. Además, Yo he visto la opresión causada por los Egipcios. 10 Ahora entonces, Yo te enviaré a Faraón para que puedas traer a mi pueblo, los Israelitas, fuera de Egipto. 11 Pero Moisés le dijo a Dios, "¿Quién soy yo, que iré a Faraón y traeré a los Israelitas de Egipto?" 12 Dios contestó, "Yo ciertamente estaré contigo. Esto será por señal para ti de que te he enviado. Cuando saques a mi pueblo de Egipto, ustedes me adorarán en esta montaña." 13 Moisés le dijo a Dios, "Cuando vaya a los Israelitas y les diga 'El Dios de sus ancestros me ha enviado a ustedes,' y cuando ellos me pregunten, '¿Cuál es Su nombre?' ¿Qué les diré?" Dios le dijo, "YO SOY EL QUE SOY." 14 Dios le dijo, "Debes decirle a los Israelitas, 'EL YO SOY me ha enviado a ustedes.'" 15 Dios también le dijo a Moisés "Debes decirle a los Israelitas, 'El SEÑOR, el Dios de tus ancestros, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios e Jacob, me ha enviado a ustedes. Este es mi nombre por siempre, así permaneceré en la mente de todas las generaciones.' 16 Ve y junta a los ancianos de Israel. Dile a ellos, 'El SEÑOR, el Dios de sus ancestros, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, se me ha aparecido y me dijo, "Yo ciertamente los he observado y he visto lo que Egipto les ha hecho. 17 Yo he prometido sacarlos de la opresión de Egipto a las tierras de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos, una tierra donde fluye la leche y la miel.'" 18 Ellos te escucharán. Tu y los ancianos de Israel deberán ir delante del rey de Egipto, y deberás decirle, 'EL SEÑOR, el Dios de los Hebreos, se ha encontrado con nosotros. Así que vámonos tres días hacia el desierto, en orden que podamos sacrificarnos al SEÑOR, nuestro Dios.' 19 Pero yo sé que el rey de Egipto no les dejarpa ir, a menos que mano sea forzada. 20 Yo estrecharé mi mano contra ellos y atacaré a ls Egipcios con todos los milagros que haré entre ellos. 21 Yo les daré favor a este pueblo de los Egipcios, para cuando se vayan, no se vayan sin nada. 22 Cada mujer va a pedir joyas de oro y plata y ropa de sus vecinas las Egipcias y de cualquier mujer que se hospede allí. Ustedes las pondrán sobre sus hijos e hijas. De esta manera ustedes saquearán a los Egipcios."

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1 Moisés respondió: "¿Pero si no me creen o no me escuchan, pero en su lugar dicen: 'el SEÑOR no se te ha aparecido'?" 2 El SEÑOR le dijo a él: "¿Qué es éso en tu mano?" Moisés le dijo: "Una vara". 3 El SEÑOR le dijo: "Lánzala al suelo". Moisés la lanzó al suelo, y se convirtió en una serpiente. Moisés huyó de ella. 4 El SEÑOR le dijo a Moisés: "Alcánzala con tu mano y tómala por la cola". Entonces él la alcanzó y agarró la serpiente. Otra vez se convirtió en una vara en su mano. 5 "Esto es para que ellos puedan creer que el SEÑOR, el Dios de sus ancestros, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob, se te ha aparecido". 6 El SEÑOR también le dijo: "Ahora pon tu mano dentro de tu capa". Entonces Moisés puso su mano dentro de su capa. Cuando la sacó, contemplad, su mano estaba leprosa, tan blanca como la nieve. 7 El SEÑOR dijo: "Pon tu mano dentro de tu capa otra vez". Entonces Moisés puso su mano dentro de su capa, y cuando la sacó, él vió que estaba saludable otra vez, como el resto de su carne. 8 El SEÑOR dijo: "Si ellos no te creen --si ellos no prestan atención a la primera señal de Mi poder o creen en ella, entonces ellos creerán en la segunda señal. 9 Y si ellos no creen incluso en estas dos señales de Mi poder, ni te escuchan, entonces toma un poco de agua del río y derrámala sobre la tierra seca. El agua que tomes se convertirá en sangre en la tierra seca". 10 Entonces Moisés le dijo al SEÑOR: "Señor, yo nunca he sido eloquente, ni en el pasado ni desde que le hablaste a tu siervo. Yo soy lento en el hablar y lento de lengua". 11 El SEÑOR le dijo a él: "¿Quién fue el que hizo la boca del hombre? ¿Quién es el que hace a un hombre mudo, o sordo, o que pueda ver, o ciego? ¿No soy Yo, el SEÑOR? 12 Así que ahora ve y Yo estaré con tu boca y te enseñaré que decir". 13 Pero Moisés dijo: "Señor, por favor envía cualquier otra persona, a quien sea que desees enviar". 14 Entonces el SEÑOR se enojó con Moisés. Él dijo: "¿Qué tal Aarón, tu hermano, el Levita? Yo sé que él habla bien. Más aún, él viene a encontrarse contigo, y cuando te vea, él se alegrará en su corazón. 15 Tu le hablarás y pondrás las palabras a decir en su boca. Yo estaré con tu boca y con la boca de él, y Yo les mostraré a ambos qué hacer. 16 Él le hablará a la gente en tu lugar. Él será tu boca y tú le serás a él como Yo, Dios. 17 Tú llevarás en tu mano esta vara. Con ella tu harás las señales". 18 Entonces Moisés regresó a Jetro, su suegro, y le dijo: "Déjame ir, para poder regresar donde mis parientes quienes están en Egipto y ver si ellos aún están vivos". Jetro le dijo a Moisés: "Ve en paz". 19 El SEÑOR le dijo a Moisés en Madián: "Ve, regresa a Egipto, ya que todos los hombres que trataban de tomar tu vida están muertos". 20 Moisés tomó a su esposa y a sus hijos y los puso en un burro. Él regreso a la tierra de Egipto, y tomó la vara de Dios en su mano. 21 El SEÑOR le dijo a Moisés: "Cuando regreses a Egipto, ve que hagas ante Faraón todas las maravillas que he puesto en tu poder. Pero endureceré su corazón, y él no dejará ir al pueblo. 22 Debes decirle a Faraón: 'Esto es lo que dice el SEÑOR: Israel es Mi hijo, Mi primógenito, 23 y Yo te digo a ti: Deja ir a Mi hijo, para que él pueda adorarme. Pero como te haz negado a dejarle ir, Yo ciertamente mataré a tu hijo, tu primógenito'". 24 Ahora, en el camino, cuando ellos se detuvieron por la noche, el SEÑOR se encontró con Moisés e intentó matarlo. 25 Entonces Séfora tomó un cuchillo de piedra y le cortó el prepucio a su hijo, y lo puso a sus pies. Entonces ella dijo: "Ciertamente tu eres un novio para mí por la sangre". 26 Así que el SEÑOR lo dejó en paz. Ella dijo: "Tú eres un novio de sangre" a causa de la circuncisión. 27 El SEÑOR le dijo a Aarón: "Ve al desierto y encuéntrate con Moisés". Aarón fue a verlo, lo encontró en la montaña de Dios, y lo besó. 28 Moisés le dijo a Aarón todas las palabras que el SEÑOR que le había enviado a decir y todas las señales del poder del SEÑOR que Él le había ordenado hacer. 29 Entonces Moisés y Aarón fueron y juntaron a todos los ancianos de los israelitas. 30 Aarón les habló todas las palabras que el SEÑOR le había hablado a Moisés. Él también mostró las señales del poder del SEÑOR a la vista de las personas. 31 La gente creyó. Cuando ellos escucharon que el SEÑOR había observado a los israelitas y que había visto su opresión, entonces ellos inclinaron sus cabezas y Lo adoraron.

5

1 Después que estas cosas sucedieron, Moisés y Aarón fueron al Faraón y dijeron: "Esto es lo que el SEÑOR, el Dios de Israel, dice: 'Deja ir a mi pueblo, para que así ellos puedan tener una fiesta para Mí en el desierto.'" 2 Faraón dijo: "¿Quién es el SEÑOR? ¿Por qué debo escuchar Su voz y permitir a Israel irse? Yo no conozco a el SEÑOR; por otra parte, yo no permitiré que Israel se vaya." 3 Ellos dijeron: "El Dios de los hebreos se ha reunido con nosotros. Déjanos ir en un viaje de tres días hacia el desierto y sacrificar para el el SEÑOR nuestro Dios, para que así Él no nos ataque con plaga o con espada." 4 Pero el rey de Egipto les dijo: "Moisés y Aarón, ¿por qué están tomando al pueblo de su trabajo? Vuelvan a su trabajo." 5 Él también dijo: "Ahora hay muchos hebreos en nuestra tierra, y tú estás haciendo que detengan su trabajo." 6 En ese mismo día, Faraón dio una orden a los capataces de esclavos y los supervisores del pueblo. Él dijo: 7 "A diferencia de antes, ustedes ya no deben darle al pueblo paja para hacer ladrillos. Déjenlos ir y que junten paja por sí mismos. 8 Sin embargo, aun así ustedes deben demandar de ellos el mismo número de ladrillos que hacían antes. No acepten nada menos, porque ellos son perezosos. Es por esto que ellos están clamando y diciendo: 'Permítenos ir y sacrificar para nuestro Dios.' 9 Aumenten la carga de trabajo a los hombres para que así ellos se mantengan en eso y no presten más atención a las palabras engañosas." 10 Así que los capataces de esclavos y los supervisores salieron e informaron al pueblo. Ellos dijeron: "Esto es lo que Faraón dice: 'Ya no les daré mas paja. 11 Ustedes mismos deben ir y conseguir paja donde sea que la puedan encontrar, pero su carga de trabajo no será reducida.'" 12 Así que el pueblo se esparció a través de toda la tierra de Egipto para juntar manojos de paja. 13 Los capataces de esclavos seguían apresurándolos y diciendo: "Terminen su trabajo, así como cuando la paja les era dada a ustedes." 14 Los capataces de esclavos del Faraón golpeaban a los supervisores israelitas, aquellos mismos hombres a quienes ellos colocaron a cargo de los trabajadores. Los capataces de esclavos seguían preguntando: "¿Por qué ustedes no producen todos los ladrillos que se les requieren, ya sea ayer y hoy, como ustedes solían hacer en el pasado?" 15 Así que los supervisores israelitas vinieron donde el Faraón y se quejaron. Ellos dijeron: "¿Por qué estás tratando a tus sirvientes de esta manera? 16 Ya ninguna paja le está siendo dada a tus sirvientes, pero todavía ellos nos dicen: '¡Hagan más ladrillos!' Nosotros, tus sirvientes, incluso estamos siendo golpeados ahora, pero es la culpa de tu propio pueblo." 17 Pero Faraón dijo: "¡Ustedes son perezosos! ¡Ustedes son perezosos! Ustedes dicen: 'Permítenos ir a sacrificar para el el SEÑOR.' 18 Así que ahora vayan de vuelta a trabajar. Ninguna paja más les será dada a ustedes, pero todavía deben hacer el mismo número de ladrillos." 19 Los supervisores israelitas vieron que ellos estaban en problemas cuando se les dijo: "No deben reducir el número diario de ladrillos." 20 Ellos se encontraron con Moisés y Aarón, quienes estaban parados afuera del palacio, mientras ellos se fueron lejos del Faraón. 21 Ellos le dijeron a Moisés y Aarón: "Que el el SEÑOR los mire y los castigue, porque ustedes nos han hecho ofensivos a la vista del Faraón y sus sirvientes. Ustedes han puesto una espada en su mano para matarnos." 22 Moisés se tornó alel SEÑOR y dijo: "Señor, ¿por qué has causado problemas para este pueblo? ¿Por qué me enviaste en primer lugar? 23 Desde que yo vine al Faraón a hablarle en tu nombre, él ha causado problema para este pueblo, y tú no has liberado a tu pueblo en lo absoluto."

6

1 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "Ahora tú verás lo que Yo le haré a Faraón. Tú verás esto, pues él los dejará ir por mi mano fuerte. Por causa de mi mano fuerte, él los expulsará de su tierra." 2 DIOS habló a Moisés y le dijo: "Yo soy el SEÑOR. 3 Yo me le aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como DIOS todo poderoso; pero por Mi nombre, el SEÑOR, Yo no era conocido a ellos. 4 Yo también establecí un pacto con ellos, de manera que les daría la tierra de Canaan, la tierra donde no vivían como ciudadanos, la tierra en el cual ellos vagabundeaban. 5 Además, Yo he escuchado el gemido de los Israelitas a quienes los Egipcios han esclavizado, y he llamado a memoria Mi pacto. 6 Por lo tanto, dí a los Israelitas: 'Yo soy el SEÑOR. Yo los sacaré de la esclavitud bajo los Egipcios, y Yo los liberaré de su poder. Yo los rescataré a ustedes con una muestra de Mi poder, y con poderosos actos de juicio. 7 Yo los traeré a Mi como mi gente, y Yo seré su DIOS. Ustedes sabrán que Yo soy el SEÑOR su Dios, quien los sacó de la esclavitud bajo los Egipcios. 8 Yo los traeré a ustedes a la tierra que le juré a Abraham, a Isaac y a Jacob. Yo se la daré a a ustedes como posesión. Yo soy el SEÑOR. 9 Cuando Moisés le dijo esto a los Israelitas, ellos no lo escuchaban a el por causa del desánimo de su dura esclavitud. 10 Así el SEÑOR habló a Moisés y dijo: 11 "Vé y dí a Faraón, rey de Egipto, que deje ir a la gente de Israel de su tierra." 12 Moisés dijo al SEÑOR: "Si los Israelitas no me han escuchado a mí, ¿por qué el Faraón me escuchará, ya que no soy bueno hablando?" 13 El SEÑOR habló a Moisés y a Aarón. Él les dio una orden para los Israelitas y el Faraón, rey de Egipto, de sacar los Israelitas fuera de la tierra de Egipto. 14 Éstas eran las cabezas de las casas de sus padres: los hijos de Rubén, el primogénito de Israel, fueron Hanóc, Falú, Hezrón y Carmi. Éstos eran el clan los ancestros de Rubén. 15 Los hijos de Simeón eran Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar, y Saúl, el hijo de una mujer Cananea. Éstos eran el clan los ancestros de Simeón. 16 Aquí están enumerados los nombres de los hijos de Leví, junto con sus descendientes. Ellos fueron Gersón, Coat y Merari. Leví vivió hasta que tenía 137 años de edad. 17 Los hijos de Gersón fueron Libni y Simei. 18 Los hijos de Cohat fueron Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. Cohat vivió hasta que tenía 133 años de edad. 19 Los hijos de Merari fueron Mahli, Musi. Éstos se convirtierón en el clan ancestro de los Levitas, junto con sus descendientes. 20 Amram se casó con Jocabed, la hermana de su padre. Ella le dio a Aarón y a Moisés. Amram vivió 137 años y luego murió. 21 Los hijos de Izhar fueron Coré, Nefeg y Zicri. 22 Los hijos de Uziel fueron Misael, Elzafán y Sitri. 23 Aaron se casó con Eliseba, hija de Aminadab, hermana de Naasón. Ella le dio a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. 24 Los hijos de Coré fueron Asir, Elcana y Abiasaf. Éstos eran el clan los ancestros de los Coreítas. 25 Eleazar, hijo de Aaron, se casó con una de las hijas de Futiel. Ella le dio a el Finees. Éstos eran la cabeza de la casa de los padres entre los Levitas, junto con sus descendientes. 26 Éstos dos hombres eran el Aarón y Moisés a quien el SEÑOR dijo: "Saquen a los Israelitas de la tierra de los Egipcios, por sus grupos de guerreros." 27 Aarón y Moisés hablaron al Faraón, rey de Egipto, para que les permitiera sacar a los Israelitas de la tierra de Egipto. Éstos eran los mismo Moisés y Aarón. 28 Cuando el SEÑOR habló a Moisés en la tierra de Egipto, 29 Él le dijo: "Yo soy el SEÑOR. Dí a Faraón, rey de Egipto, todo lo que Yo te diga." 30 Pero Moisés le dijo al SEÑOR: "Yo no soy bueno hablando, ¿entonces por qué el Faraón me escuchará?

7

1 El SEÑOR le dijo a Moisés: "Mira, Yo te he hecho como un dios para Faraón. Aarón, tu hermano, será tu profeta. 2 Tú dirás todo lo que Yo te ordene que digas. Aarón, tu hermano, hablará a Faraón para que él deje salir de su tierra al pueblo de Israel. 3 Pero Yo endureceré el corazón de Faraón y Yo mostraré muchas señales de Mi poder, muchas maravillas, en la tierra de Egipto. 4 Pero Faraón no los escuchará a ustedes, así que Yo pondré mi mano sobre Egipto y sacaré a mis grupos de luchadores, mi pueblo, los descendientes de Israel, fuera de la tierra de Egipto con grandes actos de castigo. 5 Los egipcios sabrán que Yo soy el SEÑOR cuando los alcance con mi mano en Egipto y saque a los Israelitas de entre ellos." 6 Moisés y Aarón lo hicieron así; ellos hicieron justo como el SEÑOR les ordenó. 7 Moisés tenía ochenta años y Aarón tenía ochenta y tres años cuando ellos le hablaron a Faraón. 8 El SEÑOR le dijo a Moisés y a Aarón: 9 "Cuando Faraón les diga a ustedes: 'Hagan un milagro', tú le dirás a Aarón: 'Toma tu vara y lánzala delante de Faraón, para que se convierta en una serpiente.'" 10 Entonces Moisés y Aarón fueron donde Faraón, y ellos hicieron justo como el SEÑOR les había ordenado. Aarón lanzó su vara delante de Faraón y sus sirvientes, y ésta se convirtió en una serpiente. 11 Luego, Faraón llamó también a sus hombres sabios y hechiceros. Ellos hicieron lo mismo con su magia. 12 Cada hombre lanzó su vara, y las varas se convirtieron en serpientes. Pero la vara de Aarón se tragó las serpientes de ellos. 13 El corazón de Faraón fue endurecido y él no escuchó, justo como el SEÑOR había dicho. 14 El SEÑOR le dijo a Moisés: "El corazón de Faraón está duro, y él se niega a dejar ir al pueblo. 15 Vé al Faraón en la mañana cuando él vaya para el agua. Paraté a la orilla del río para que te encuentres con él, y toma en tu mano la vara que se había convertido en serpiente. 16 Dile a él: el SEÑOR, el Dios de los Hebreos, me ha enviado a ti para decirte: 'Deja ir a mi pueblo, para que me pueda adorar en el desierto. Hasta ahora tú no haz escuchado.' 17 El SEÑOR dice esto: 'Por esto conocerás que Yo Soy el SEÑOR. Yo voy a golpear el agua del Río Nilo con la vara que está en mi mano y el río se convertirá en sangre. 18 Los peces que están en el río morirán y el río apestará. Los Egipcios no podrán tomar agua del río.'" 19 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: "Dile ésto a Aarón: 'Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, y sobre sus ríos, arroyos, estanques y todas sus charcas, para que así sus aguas se conviertan en sangre. Haz esto para que haya sangre a través de toda la tierra de Egipto, incluso en los contenedores de madera y piedra."" 20 Moisés y Aarón hicieron como el SEÑOR les ordenó. Aarón levantó la vara y golpeó el agua en el río, a la vista de Faraón y sus sirvientes. Toda el agua en el río se convirtió en sangre. 21 Los peces en el río murieron y el río comenzó a apestar. Los Egipcios no podían tomar agua del río y la sangre estaba en todas partes de la tierra de Egipto. 22 Pero los magos de Egipto hicieron lo mismo con su magia, así que el corazón de Faraón fue endurecido y se negó a escuchar a Moisés y Aarón, justo como el SEÑOR había dicho que ocurriría. 23 Entonces, Faraón regresó y fue a su casa. Él ni tan siquiera le prestó atención a esto. 24 Todos los egipcios cavaron alrededor del río para tomar agua, pero ellos no podía tomar el agua del mismo río. 25 Siete días pasaron después que el SEÑOR atacó el río.

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1 Luego el SEÑOR habló a Moisés, "Ve al Faraon y dile: 'el SEÑOR dice: Deja ir a mi pueblo para que me adore. 2 Si te niegas a dejarlos ir, Yo afligiré todo tu país con ranas. 3 El río se llenará de ranas. Saldrán e irán dentro de sus casas, sus dormitorios y sus camas. Entrarán en las casas de sus sirvientes. Irán a tu gente, a tus hornos y a tus envases de amasar. 4 Las ranas te atacarán a tí, a tu gente y a tus sirvientes.'" 5 El SEÑOR dijo a Moisés: "Dile a Aarón: Extiende tu mano y tu vara sobre los ríos, arroyos y charcas, y haz que salgan ranas sobre la tierra de Egipto." 6 Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto y las ranas salieron y cubrieron la tierra de Egipto. 7 Pero los magos hicieron lo mismo con sus magias: ellos sacaron ranas sobre la tierra de Egipto. 8 Luego, Faraón llamó a Moisés y a Aarón y dijo: "Oren al SEÑOR para que saque las ranas de mí y de mi gente. Luego yo dejaré ir al pueblo, para que ellos puedan hacer sacrificio a Él. 9 Moisés dijo a Faraón: "Tú puedes tener el privilegio de decirme cuando debo orar por tí, tus siervos y tu gente, para que las ranas puedan ser sacadas de tí, tus casas y permanezcan solo en el río. 10 Faraón dijo: "Mañana." Moisés dijo: "Que sea como tu haz dicho, para que tu puedas saber que no hay nadie como el SEÑOR, nuestro Dios. 11 Las ranas se irán de tí, de tus casas y de tus sirvientes y de tu gente. Ellas permanecerán sólo en el río. 12 Moisés y Aarón salieron de la presencia de Faraón. Luego Moisés clamó al SEÑORconcerniente a las ranas que Él había traído al Faraón. 13 El SEÑOR hizo como Moisés pidió: los sapos murieron en las casas, las cortes y los campos. 14 La gente las reunió en pilas y la tierra apestaba. 15 Pero cuando Faraón vió que había alivio, endureció su corazón y no escuchó a Moisés ni a Aarón, así como el SEÑOR había dicho que haría. 16 El SEÑOR dijo a Moisés: "Dile a Aarón: 'Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que pueda convertirse en jejenes a través de toda la tierra de Egipto'". 17 Ellos hicieron así: Aarón extendió su mano y su vara. Golpeó el polvo de la tierra. Jejenes llegaron hasta los hombres y las bestias. Todo el polvo de la tierra se convirtió en jejenes a través de toda la tierra de Egipto. 18 Los magos trataron de producir los jejenes con su magia, pero no pudieron. Había jejenes sobre las personas y los animales. 19 Los magos le dijeron al Faraón: "Esto es el dedo de Dios." Pero el corazón de Faraón estaba endurecido, así que se negó a escucharlos. Era justo como el SEÑOR había dicho que el Faraón haría. 20 El SEÑOR dijo a Moisés: "Levántate temprano en la mañana y ponte en pie frente al Faraón cuando él salga para el río. Dile: 'el SEÑOR dice: "Deja ir a mi pueblo para que puedan adorarme. 21 Si no dejas ir a mi pueblo, yo enviaré enjambres de moscas a tí, a tus sirvientes, a tu gente y al interior de tus casas. Las casas de los egipcios estarán llenas de enjambres de moscas y toda la tierra que ellos estén estará llena de moscas. 22 Pero en ese día, Yo trataré la tierra de Gosén diferente, la tierra donde mi pueblo está vivendo, para que los enjambres de moscas no estén a allí. Esto lo haré para que ustedes sepan que Yo Soy el el SEÑOR en medio de esta tierra. 23 Haré una distinción entre mi gente y tu gente. Esta señal de mi poder tomará lugar mañana.'" 24 El el SEÑOR hizo así, y densos enjambres de moscas vinieron a la casa de Faraón y a las casas de sus siervos. A través de toda la tierra de Egipto, la tierra fue arruinada por causa de los enjambres de moscas. 25 Faraón llamó a Moisés y a Aarón y les dijo: "vayan y hagan sacrificio a su Dios en nuestra tierra." 26 Moisés dijo: "No está bien para nosotros que hagamos eso, porque los sacrificios que hacemos al SEÑOR nuestro Dios son asquerosos para los egipcios. Si hacemos sacrificios delante de sus ojos, que son asquerosos para los egipcios, ¿no nos apedrearán? 27 No, es un viaje de tres días por el desierto el que tenemos que hacer, para así ofrecer el sacrificio al nuestro Dios, como Él nos ha ordenado." 28 Faraón dijo: "yo les permitiré ir y hacer sacrificio al SEÑOR su Dios en el desierto. Solo que no deben ir muy lejos y orad por mí. 29 Moisés dijo: "Tan pronto salga de tu presencia yo oraré al SEÑOR para que los enjambres de moscas los dejen a tí, Faraón, a tus siervos y a tu gente mañana. Pero tu no debes tratarnos de forma engañosa impidiendo a nuestra gente salir a ofrecer sacrificios al SEÑOR. 30 Moísés salió de la presencia de Faraón y oró al SEÑOR. 31 El SEÑOR hizo como Moísés le pidió: removió los enjambres de moscas de Faraón, sus siervos y su gente. Ninguna permaneció. 32 Pero Faraón endureció su corazón también esta vez y no dejó ir al pueblo.

9

1 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: "Ve a donde Faraón y dile a él, 'el SEÑOR, el Dios de los Hebreos, dice esto: "Deja ir a Mi pueblo para que ellos puedan adorarme a Mí.' 2 Pero si tú te niegas a dejarlos ir, si tú aún los retienes, 3 entonces la mano del SEÑOR estará sobre tu ganado en los campos y en los caballos, asnos, camellos, manadas, y rebaños, y causará una terrible enfermedad. 4 El SEÑOR tratará el ganado de Israel y el ganado de Egipto diferente: ningún animal que le pertenezca a los israelitas morirá. 5 El SEÑOR ha establecido un tiempo; Él ha dicho: 'Será mañana que yo haré ésta cosa en la tierra.'" 6 El SEÑOR hizo esto al siguiente día: todo el ganado de Egipto murió. Pero ninguno de los animales de los Israelitas murió, ni un sólo animal. 7 Faraón investigó, y, contemplad, ni un sólo animal de los Israelitas murió. Pero su corazón era terco, así que no dejó ir al pueblo. 8 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés y a Aarón: "Toma algunos puñados de cenizas de la caldera. Tú, Moisés, debes lanzar las cenizas al aire mientras Faraón observa. 9 Ellas se convertirán en polvo fino sobre toda la tierra de Egipto. Ellas causarán ampollas e irritaciones que brotarán sobre la gente y animales a través de toda la tierra de Egipto." 10 Así que Moisés y Aarón tomaron cenizas de la caldera y se pararon frente a Faraón. Entonces Moisés arrojó las cenizas al aire. Las cenizas causaron que ampollas e irritaciones brotaran sobre la gente y los animales. 11 Los magos no podían resistir a Moisés por causa las ampollas, porque las ampollas estaban sobre ellos y sobre todos los demás egipcios. 12 El SEÑOR endureció el corazón de Faraón, así que Faraón no escuchó a Moisés ni a Aarón. Esto era justamente lo que el SEÑOR le dijo a Moisés que Faraón haría. 13 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: "Levántate temprano en la mañana, párate frente a Faraón, y dile a él: 'el SEÑOR, el Dios de los Hebreos, dice así: "Deja ir a Mi pueblo para que ellos me puedan adorar. 14 Porque para este tiempo Yo enviaré todas mis plagas sobre ti mismo, sobre tus sirvientes y tu pueblo. Yo haré esto para que tú sepas que no hay otro como Yo en toda la tierra. 15 A este punto, Yo pude haber extendido mi mano y haberte atacado a ti y a tu pueblo con enfermedades, y tú hubieras sido erradicado de la tierra. 16 Pero fue por esta razón que Yo permití que tú sobrevivieras: de manera que Yo pudiera mostrarte a ti Mi poder, para que Mi nombre pudiera ser proclamado a través de toda la tierra. 17 Tú todavía te estás levantando en contra de Mi pueblo al no dejarlos ir. 18 ¡Escucha! Mañana, para esta hora, Yo traeré una tormenta de granizo muy fuerte, como nunca antes ha sido vista en Egipto, desde el día que empezó hasta ahora. 19 Ahora pues, envía hombres y reúne tu ganado y todo lo que tienes en los campos en un lugar seguro. Todo hombre y animal que se encuentre en el campo y no es traído a casa --el granizo descenderá sobre ellos, y ellos morirán." 20 Entonces, aquellos sirvientes de Faraón quienes creyeron en el mensaje del SEÑOR se apresuraron a traer sus esclavos y ganado a sus casas. 21 Pero aquellos quienes no tomaron el mensaje del SEÑOR en serio dejaron sus esclavos y ganado en los campos. 22 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: "Extiende tu mano hacia el cielo para que haya granizo en toda la tierra de Egipto, sobre la gente, sobre animales, y sobre todas las plantas en los campos a través de la tierra de Egipto." 23 Moisés extendió con su vara hacia el cielo, y el SEÑOR envió truenos, granizo, y rayos al suelo. Él tambien hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto. 24 Así que hubo granizo y relámpagos mezclados con granizo, muy severo, tal como nunca había ocurrido en la tierra de Egipto desde que se convirtió en nación. 25 A través de toda la tierra de Egipto, el granizo golpeó fuertemente todos los campos, tanto personas como animales. Golpeó fuertemente cada planta en los campos y partió cada árbol. 26 Sólo en la tierra de Gosén, donde los Israelitas vivían, no hubo granizo. 27 Entonces Faraón envió hombres a citar a Moisés y a Aarón. Él le dijo a ellos: "Yo he pecado esta vez. El SEÑOR es justo, y yo y mi pueblo somos malvados. 28 Ora al SEÑOR, porque los poderosos relámpagos y granizo son demasiado. Yo los dejaré ir, y ustedes no se quedarán aquí más tiempo." 29 Moisés le dijo a él: "Tan pronto como yo deje la ciudad, yo extenderé mis manos hacia el SEÑOR. El trueno se detendrá, y no habrá más granizo. De esta manera sabrás que la tierra le pertenece al SEÑOR. 30 Pero en cuanto a ti y a tus sirvientes, yo sé que ustedes realmente no honran al SEÑOR Dios." 31 Ahora, el lino y la cebada fueron arruinados, porque la cebada estaba madurando en su espiga y el lino estaba floreciente. 32 Pero el trigo y el centeno no recibieron daño porque era una cosecha tardía. 33 Cuando Moisés dejó a Faraón y la ciudad, él extendió sus manos hacia el SEÑOR; el trueno y el granizo se detuvo, y la lluvia dejó de caer. 34 Cuando Faraón vió que la lluvia, el granizo, y el trueno habían cesado, él pecó otra vez y endureció su corazón, junto con sus sirvientes. 35 El corazón de Faraón estaba endurecido, así que el no dejó ir al pueblo de Israel. Esta era la manera que el SEÑOR le había dicho a Moisés que Faraón actuaría.

10

1 El el SEÑOR dijo a Moisés: "Ve a Faraón, pues he endurecido su corazón y los corazones de sus sirvientes. He hecho esto para mostrar las señales de mi poder entre ellos. 2 También he hecho esto para que le puedas contar a tus hijos y nietos las cosas que he hecho, cúan fuertemente he tratado a Egipto y cómo he dado varias señales de mi poder entre ellos. De esta forma sabrás que yo soy el el SEÑOR." 3 Así que Moisés y Aarón fueron a Faraón y le dijeron: "el SEÑOR, el Dios de los hebreos, dice esto: '¿Por cuánto tiempo te rehusarás a humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo para que me puedan alabar. 4 Pero si te rehúsas en dejar a mi pueblo ir, escucha, mañana enviaré langostas a tu tierra. 5 Estas cubrirán la superficie del suelo para que nadie pueda ver la tierra. Comerán los restos de lo que sea que haya escapado del granizo. Estas también comerán de todo árbol que crece para ti en los campos. 6 Estas llenarán tus casas, las de tus sirvientes y las de todos los egipcios—algo que ni tu padre ni tu abuelo jamás haya visto, nada que se haya visto desde el día que estuvieron en esta tierra hasta este día.''' Luego Moisés se fue y se retiró de Faraón. 7 Los sirvientes del Faraón le dijeron: "¿Por cuánto tiempo este hombre será una amenaza para nosotros? Deja ir a los israelitas para que alaben al SEÑOR su Dios. ¿Todavía no entiendes que Egipto está destruído?" 8 Moisés y Aarón fueron traídos otra vez al Faraón, quien les dijo: "Vayan y alaben al SEÑOR su Dios. Pero ¿qué pueblo irá?" 9 Moisés dijo: "Nos iremos con nuestros jóvenes y nuestros ancianos, con nuestros hijos y nuestras hijas. Nos iremos con nuestros rebaños y manadas, pues celebraremos un festival para el SEÑOR." 10 Faraón les dijo: "Que el SEÑOR esté con ustedes, si en algún momento los dejo ir y a sus pequeños. Miren, tienen malas intenciones. 11 ¡No! Vayan sólo con los hombres de entre ustedes y alaben al SEÑOR, pues eso es lo que quieren." Luego Moisés y Aarón fueron echados fuera de la presencia de Faraón. 12 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés: "Extiende con tu mano sobre la tierra de Egipto a las langostas, para que estas puedan atacar la tierra de Egipto y comer cada planta que hay en ella, todo lo que el granizo dejó." 13 Moisés extendió con su vara sobre la tierra de Egipto y el SEÑOR trajo un viento del este sobre la tierra todo ese día y esa noche. Cuando fue de mañana, el viento del este trajo las langostas. 14 Las langostas recorrieron toda la tierra de Egipto e infectaron todas sus partes. Nunca antes hubo un enjambre de langostas en la tierra y nada como esto vendrá después. 15 Cubrieron la superficie de toda la tierra para que hubiera oscuridad. Se comieron cada planta de la tierra y todas las frutas de los árboles que el granizo dejó. En toda la tierra de Egipto no quedó planta verde, ni árbol o planta en los campos. 16 Luego el Faraón rápidamente convocó a Moisés y Aarón y dijo: "He pecado contra el SEÑOR su Dios y contra ustedes. 17 Ahora bien, perdonen mi pecado esta vez y oren al SEÑOR su Dios para que él aparte de mí esta muerte." 18 Así que Moisés se apartó de delante del Faraón y oró al SEÑOR. 19 El SEÑOR trajo un fuerte viento del oeste que recogió todas las langostas y las arrastró al Mar Rojo; ni una langosta quedó en todo el territorio de Egipto. 20 Pero el SEÑOR endureció el corazón del Faraón y Faraón no dejó ir a los israelitas. 21 Luego el SEÑOR dijo a Moisés: "Extiende tu mano hacia el cielo para que haya oscuridad sobre la tierra de Egipto, oscuridad que pueda ser sentida." 22 Moisés extendió su mano hacia el cielo y hubo una densa oscuridad en toda la tierra de Egipto por tres días. 23 Nadie podía ver nada; ninguno salió de su casa por tres días. Sin embargo, todos los israelitas tenían luz en el lugar donde vivían. 24 Faraón convocó a Moisés y dijo: "Ve a alabar al SEÑOR. Hasta tus familias pueden ir contigo, pero tus rebaños y manadas se deben quedar." 25 Pero Moisés dijo: "Nos debes dar también animales para sacrificios y holocaustos para que los podamos sacrificar para el SEÑOR nuestro Dios. 26 Nuestro ganado también debe ir con nosotros; ni una pezuña de ellos se quedará atrás, pues nosotros debemos tomarlos para alabar al SEÑOR nuestro Dios. Pues nosotros no sabemos con qué debemos alabar al SEÑOR hasta que lleguemos allí." 27 Pero el SEÑOR endureció el corazón del Faraón y no los dejó ir. 28 Faraón dijo a Moisés: "¡Apártate de mí! Ten cuidado de una cosa, que no me vuelvas a ver, pues en el día que me veas el rostro, morirás." 29 Moisés dijo: "Tú mismo has hablado. Yo no volveré a ver tu rostro."

11

1 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: "Aún hay una plaga más que traeré sobre Faraón y Egipto. Después de esto, él te dejará ir de aquí. Cuando finalmente te deje ir, te guiará completamente fuera. 2 Instruye a tu pueblo para que todo hombre y toda mujer pida a su prójimo por artículos de plata y oro." 3 En este momento el SEÑOR había hecho que los Egipcios quisieran complacer a los israelitas. Más aún, el hombre, Moisés había logrado la aprobación a la vista de todos los sirvientes de Faraón y al pueblo de Egipto. 4 Moisés dijo: "El SEÑOR dice esto: 'A medianoche pasaré por Egipto. 5 Todo primogénito de la tierra de Egipto morirá, desde el primogénito de Faraón, sentado en su trono, hasta el primogénito de la mujer esclava que se sienta detrás del molino y el primogénito del ganado. 6 Habrá un gran clamor por toda la tierra de Egipto, como el que nunca ha habido y el que nunca volverá a haber. 7 Pero ni aún un perro ladrará contra el pueblo de Israel, ni contra hombre o bestia. De esta manera sabrán que estoy tratando a los egipcios y los israelitas de manera distinta'. 8 Todos tus sirvientes, Faraón, llegarán a mí y se inclinarán ante mí. Ellos dirán: '¡Vayan, ustedes y todo su pueblo que los persiguen!'. Luego de esto yo saldré." Luego él partió con gran ira de la presencia del Faraón. 9 El SEÑOR dijo a Moisés: "Faraón no te escuchará. Esto es por que yo haré muchas maravillas en la tierra de Egipto." 10 Moisés y Aarón hicieron maravillas ante Faraón. Pero el SEÑOR endureció el corazón de Faraón, y Faraón no dejó que el pueblo de Israel saliera de su tierra.

12

1 El SEÑOR habló a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto. Él dijo: 2 "Para ustedes este mes será el comienzo de meses, el primer mes del año para ustedes. 3 Digan a la asamblea de Israel: 'En el décimo día de este mes deben coger una oveja o un cabro jóven para ellos, cada familia haciéndo esto, una oveja para cada hogar. 4 Si el hogar es muy pequeño para un cordero, el hombre y su vecino deben coger suficiente carne de cordero o cabrito que sea suficiente para el número de personas. Debe ser suficiente para que todos coman, así que deben coger suficiente carne para alimentarlos a todos. 5 Tus corderos o cabritos debe estar sin defecto, un macho de un año. Ustedes pueden coger una oveja o cabros. 6 Lo deben mantener hasta el día catorce de ese mes. Después toda la asamblea de Israel debe matar estos animales en el crepúsculo. 7 Deben coger alguna de la sangre y ponerla en las jambas de puertas y los marcos de las puertas de las casas donde comerán la carne. 8 Deben comer la carne esa noche, luego de asarla sobre el fuego. Cómanla con pan hecho sin levadura, junto con hierbas amargas. 9 No se la coman cruda o hervida en agua. En vez deben asarla sobre el fuego con su cabeza, las patas, y sus partes internas. 10 No deben dejar que quede nada de él en la mañana. Deben quemar cualquier cosa que sobre en la mañana. 11 Así es como se debe comer: con tu correa amarrada, tus zapatos puestos en tus pies, tu callado en tu mano. Debes comerla rápido. Eso es la Pascua del SEÑOR. 12 El SEÑOR dice así: Iré a traves de la tierra de Egipto en la noche y atacaré a todo primogénito de hombre o animal en la tierra de Egipto. Traeré castigo a todos los dioses de Egipto. Yo soy el SEÑOR. 13 La sangre será señal en sus casas para Mi venida a ustedes. Cuando Yo vea la sangre, Yo pasaré sobre ustedes cuando ataque la tierra de Egipto. Esta plaga no vendrá a ustedes y no los destruirá. 14 Este día se convertirá en un día de recordatorio para ustedes, y que deben observar como un festival al SEÑOR. Siempre sera una ley para ustedes, a lo largo de las generaciones de su pueblo deben observar este día. 15 Comerán el pan sin levadura durante siete días. En el primer día removerán la levadura de sus casas. Cualquiera que coma levadura el pan desde el primer día hasta el séptimo día, esa persona será cortada de Israel. 16 En el primer día habrá una asamblea apartada para Mí, y en el séptimo día habrá una reunión. Ningún trabajo se hará en estos días, excepto cocinar para que todos coman. Ese debe ser el único trabajo hagan ustedes. 17 Deben observar este Festival del pan sin levadura porque es en este día en que habré traído a su pueblo, grupo armado por grupo armado, fuera de la tierra de Egipto. Así que deben observar este día a traves de las generaciones. Esta siempre será una ley para ustedes. 18 Deben comer pan sin levadura desde el crepúsculo del día catorce en el primer mes del año hasta el crepúsculo del día veintiuno del mes. 19 Durante estos siete días, no se encontrará levadura en sus casas. Cualquiera que coma pan hecho con levadura debe ser cortado de la comunidad de Israel, sea un extranjero o alguien nacido en tu tierra. 20 No deben comer nada con levadura. Dondequiera que vivan, deben comer pan sin levadura". 21 Luego Moisés convocó a los ancianos de Israel y les dijo: "Vayan y seleccionen ovejas o cabritos que sean suficientes para alimentar sus familias y maten al cordero de la Pascua. 22 Despues cojan un manojo de hisopo y mójenlo en la sangre que va a estar en la cuenca. Apliquen la sangre que está en la vasija en la parte alta del marco de la puerta y los dos postes de las puertas. Ninguno de ustedes debe salir por la puerta hasta que llegue la mañana. 23 Porque el SEÑOR pasará y atacará los Egipcios. Cuando Él vea la sangre en el marco de la puerta y en los postes de las puertas, Él pasará por sus puerta y no permitirá al destructor que entre en sus casas a atacarlos. 24 Deben observar este evento. Está siempre será una ley para ustedes y sus descendientes. 25 Cuando entren a la tierra que el SEÑOR les dará, así como les ha prometido, deben observar este acto de adoración. 26 Cuando sus hijos les pregunten: '¿Qué significa este acto de adoración?' 27 entonces ustedes tienen que decir: 'Es el sacrificio de la Pascua del SEÑOR, porque el SEÑOR pasó sobre las casas de los Israelitas en Egipto cuando atacó a los Egipcios. Él liberó a los Israelitas'". Entonces la gente se postró y adoró al SEÑOR. 28 Los Israelitas fueron y hicieron exactamente como el SEÑOR le había mandado a Moisés y Aarón. 29 Pasó a la media noche que el SEÑOR atacó a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón, quien se sentaba en su trono, hasta el primogénito de los que estaban en la cárcel y a todo primogénito del ganado. 30 Faraón se levantó de noche, él y todos los siervos y todos los Egipcios. Y hubó un gran lamento en Egipto, porque no había casa en donde no hubiera alguien muerto. 31 Faraón llamó a Moisés y a Aarón en la noche y dijo: "Levántense, y vállanse de mi pueblo, ustedes y los Israelitas. Vayan, adoren al SEÑOR, como han dicho que querían hacer. 32 Tomen también sus rebaños y sus manadas, como han dicho y váyanse, y también bendíganme". 33 Los Egipcios estaban en un gran apuro para sacarlos de la tierra, porque decían: "Todos somos muertos." 34 Entonces el pueblo cogió la masa sin añadirle ninguna levadura. Sus platos de amasar ya estaban amarrados, en sus ropas y en sus hombros. 35 Ahora el pueblo de Israel hiso lo que dijo Moisés. Y pidieron a los Egipcios objetos de plata, objetos de oro, y ropa. 36 El SEÑOR hizo que los Egipcios se sintieran ansiosos de complacer a los Israelitas. Así que Egipcios les dieron todo lo que ellos pidieron. De esta manera, los Israelitas saquearon a los Egipcios. 37 Los Iraelitas viajaron de Ramsés hasta Sucot. Ellos eran unos 600, 000 hombres a pie, en adición de las mujeres y los niños. 38 Una multitud mixta que no era de Israelitas también fue con ellos, junto con sus rebaños y manadas, una gran cantidad de ganado. Ellos hornearon pan sin levadura con la masa que trajeron de Egipto. 39 Era sin levadura porque habían sido sacados de Egipto y no podían retrasarse para preparar la comida. 40 Los Israelitas habían vivido en Egipto por 430 años. 41 Al final de los 430 años, ese mismo día, todos los groupos armados del SEÑOR salieron de la tierra de Egipto. 42 Esta fue la noche de permanecer despiertos, para el SEÑOR sacarlos de la tierra de Egipto. Esta fue la noche del SEÑOR para ser celebrada por todos los Israelitas a través de las generaciones del pueblo. 43 El SEÑOR dijo a Moisés y a Aarón: "Esta es la ordenanza de la Pascua: ningún extranjero puede participar de la comida. 44 Sin embargo, todo esclavo de Israelitas, comprado con dinero, podrá comerlo depués de que lo hayan circuncidado. 45 Los extranjeros y los jornaleros no pueden comer de ningun alimento. 46 La comida tiene ser comida en una casa. No puede sacar la carne fuera de la casa, y no puede partir ninguno de los huesos. 47 Toda la comunidad de Isreal debe celebrar el festival. 48 Si un extranjero reside con ustedes y quiere celebrar la Pascua para el SEÑOR, todos los familiares varones deben ser circuncidados. Entonces él puede venir y observarla. Vendrá a ser como la gente nacida en la tierra. Sin embargo, ninguna persona incircuncisa puede comer nada de la comida. 49 Esta misma ley se aplicará tanto para nativos como para extranjeros que vivan entre ustedes". 50 Así que todos los Israelitas hicieron exactamente como el SEÑOR había encomendado a Moisés y Aarón. 51 Y aquel mismo dia, el SEÑOR sacó a los Israelitas de la tierra de Egipto por sus ejércitos.

13

1 El SEÑOR habló a Moíses y dijo: 2 "Sepárame todo primogénito de Israel, hombres y animales. Los primogénitos me pertenecen. 3 Moíses dijó al pueblo: "Trae a la mente, el día en cuál ustedes salieron de Egipto, fuera de la casa de esclavitud, que por la mano fuerte de el SEÑOR te ha sacado de ese lugar. No comeras pan con levadura. 4 Ustedes saldrán de Egipto en este día, en el mes de Abib. 5 Cuando el SEÑOR te lleve a la tierra de los Cananeos, del Hitita, de los Amorreos, de los Heveos y del Jebuseo, la tierra cual juró a tus antepasados darte a ti, la tierra que fluye leche y miel, entonce debes observar este acto de adoración en este mes. 6 Por siete días debes comer pan sin levadura; en el séptimo día habrá una celebración en honor al SEÑOR. 7 Deberás comer pan sin levadura durante los siete días; no deberá ser visto pan con levadura entre ustedes. No deberá verse levadura con ustedes ni dentro de tus límites. 8 En ese día dirás a tus hijos: "Por lo que el SEÑOR hizo conmigo cuando salí de Egipto. 9 Éste será un recuerdo para tí en tus manos, y un recordatorio en tu frente. Esto es para que la ley de el SEÑOR esté en tu boca, porque con mano fuerte el SEÑOR te sacó de Egipto. 10 Por lo tanto deberás guardar esta ley en su tiempo designado, de año en año. 11 Y cuando el SEÑOR te lleve a la tierra del Cananeo, como Él te juró a tí y a tus antepasados y cuando Él te dé la tierra, 12 debes apartar para Él todo hijo primogénito y todo primogenito de tus animales. Los machos pertenecerán al SEÑOR. 13 Todo primogenito de asno comprarás de vuelta con un cordero. Si no lo compras de vuelta, entonces quebráras su cuello. Pero cada primogenito de entre tus hijos, deberás comprarlos de vuelta. 14 Cuando tus hijos te pregunten luego: ''¿Qué significa esto?" entonce dirás: "con mano fuerte te sacó de Egipto, de la casa de esclavitud. 15 Cuando el Faraón obstinadamente se negó a dejarnos ir, el SEÑOR mató a todo primogénito en la tierra de Egipto, ambos primogenitos, de hombre y animal. Por esta razón yo sacrifico al SEÑOR todo primogenito macho de animal, y por que yo compro de vuelta a todo primogénito de mis hijos.'' 16 Este será un recordatorio en tus manos, y un recordatorio en tu frente, porque fue con mano fuerte que el SEÑOR nos sacó de Egipto. 17 Cuando Faraón dejó ir al pueblo, Dios los llevó por el camino de la tierra de los Filisteos, aunque la tierra estaba cerca. Porque Dios dijo: "Quizas Mi pueblo se arrepienta cuando experimente la guerra y vuelvan a Egipto.'' 18 Así que Dios llevó a su pueblo por el desierto al Mar de cañas. Los Israelitas salieron de la tierra de Egipto armados para la batalla. 19 Moíses llevó los huesos de José con él, porque José le hizo jurar a los Israelitas cuando dijo: "Seguramente Dios los rescatará, y llevaran mis huesos con ustedes." 20 Los Israelitas viajaron de Sucot y acamparon en Etam al borde de el desierto. 21 El SEÑOR iba delante de ellos de día en una nube para guiarlos por el camino. Por la noche en una columna de fuego para darles luz. De esta forma ellos podían viajar por el día y por la noche. 22 El SEÑOR no quitó de frente del pueblo la columna de nube durante el día o la columna de fuego durante la noche.

14

1 El SEÑOR habló a Moíses y dijo, 2 "Dí a los Israeilitas que deben dar vuelta y acampar antes de Pi Hahirot, entre Migdol y el mar antes de Baal Zefón. Ustedes acamparan frente al mar opuesto a Pi Hahirot. 3 Faraón dirá de los Israelitas, ellos estan vagabundeando por la tierra. El desierto los ha encerrado. 4 Yo endureceré el corazón de Faraón, y el los perseguirá. Yo sere honrado por causa de faraón y todo su ejercito. Los Egipcios sabrán que Yo soy El SEÑOR." Así acamparon los Israeilitas según las instrucciones. 5 Cuando le dijeron al Rey de Egipto que los Israelitas habían huido, las mentes de Faraón y sus sirvientes se volvieron en su contra. Dijeron ellos "que hemos hecho al dejar a Israel libre de trabajar para nosotros?" 6 Entonces Faraón preparó sus carruajes y tomó su ejercito con él. 7 El tomó 600 carruajes escogidos y todos los otros carruajes de Egipto, con oficiales en todos ellos. 8 El SEÑOR endureció el corazón de Faraón, Rey de Egipto, y el Rey persiguió a los Israelitas. Ahora Los Israelitas se marcharon triunfantes. 9 Pero los Egipcios los perseguían a ellos, juntamente con todos sus caballos y carruajes, sus hombres de a caballo, y su ejercito. Ellos alcanzaron a los Israelitas acampando frente al mar al lado de Pi Hahirot, al lado de Baal Zefón. 10 Cuando Faraón se acercó, los Israelitas miraron hacia arriba y fueron sorprendidos. Los Egipcios marchaban detras de ellos, y estaban aterrorizados. Los Israeilitas clamaron al SEÑOR. 11 Le dijeron a Moisés, "Es porque no habían tumbas en Egipto, que tu nos sacas a morir en el desierto? Porqué nos tratas así, sacandonos de Egipto? 12 No fue esto lo que te dijimos en Egipto? Te dijimos, 'Dejanos tranquilos, que trabajemos para los Egipcios.' Hubiese sido mejor para nosostros trabajar para ellos que morir en el desierto." 13 Moisés le dijo a la gente, "No tengan miedo. Estén quietos y vean el rescate que El SEÑOR proveerá a ustedes hoy. Pues no verán más a los Egipcios que ven hoy. 14 El SEÑOR peleará por ustedes, y ustedes solo tendrán que estarse quietos" 15 Entonces El SEÑOR dijo a Moisés, "Porque estas tu, Moisés, continuamente llamandome? Dile a los Israelitas que marchen adelante. 16 Levanta tu vara, y extiendela sobre el mar y divÍdelo en dos, para que así la gente pase a través en tierra seca. 17 Ten presente que Yo endureceré el corazón de los Egipcios para que asi vayan tras ellos. Recibiré honra por causa de Faraón y todo su ejercito, sus caruajes, y sus hombres de a caballo. 18 Entonces los Egipcios sabrán que soy El SEÑOR cuando Yo haya recibido honra por causa de Faraón, sus carruajes y sus hombres de a caballo." 19 El angel de Dios, quien fue delante de los Israelitas, se movió y fue detras de ellos. La columna de nube se movió de delante de ellos y fue detras de ellos. 20 La nube vino entre el campamento de Egipto y el campamento de Israel. Era una nube oscura para los Egipcios, pero alumbraba la noche para los Israelitas, asÍ un lado no se acercaba al otro toda la noche. 21 Moisés extendió con su mano al mar. El SEÑOR echo hacia atras el mar por un viento fuerte del este toda esa noche y torno el mar en tierra seca. De esta manera las aguas fueron divididas. 22 Los Israelitas fueron al medio del mar en tierra seca. Las aguas formaron una pared para ellos a su mano derecha y a su izquierda. 23 Los Egipcios los perseguían. Fueron tras ellos en el medio del mar, todos los caballos de Faraón, carruajes, y hombres de a caballo. 24 Pero en las horas tempranas de la mañana, El SEÑOR miró al ejercito Egipcio entre la columna de fuego y nube. El causó pánico entre los Egipcios. 25 Las ruedas de sus carruajes se atascaron y los jinetes tenían dificultad. Así los Egipcios dijeron, "permítannos huir de Israel, porque El SEÑOR esta peleando por ellos en contra nuestra." 26 El SEÑOR dijo a Moisés, "extiende tu mano sobre el mar para que las aguas vuelvan a los Egipcios, sus carruajes, y sus hombres de a caballo." 27 Así que Moisés extendió su mano sobre el mar, y volvió a su curso normal cuando apareció la mañana. Los Egipcios huían en el mar y El SEÑOR los llevaba en medio de el. 28 Las aguas volvieron y cubrieron los carros de Faraón, hombres de a caballo, y su ejercito entero que seguía los carruajes al mar. Nadie sobrevivió. 29 Sin embargo, los Israelitas caminaron en tierra seca en medio del mar. Las aguas eran paredes para ellos a su mano derecha y a su izquierda. 30 Así El SEÑOR salvó a Israel aquel día de la mano de los Egipcios, y vio Israel los cuerpos de los Egipcios a la orila del mar. 31 Cuando Israel vio el poder que El SEÑOR uso contra los egipcios, la gente honró al SEÑOR, y ellos confiaron en El SEÑOR y en su siervo Moisés.

15

1 Entonces Moisés y el pueblo de Israel cantaron esta canción al SEÑOR. Ellos cantaron: '' Yo le canto al SEÑOR, porque Él triunfó gloriosamente; al caballo y el jinete Él los lanzó en el mar. 2 El SEÑOR es mi fuerza y canción, y Él se ha convertido en mi salvación. Éste es mi Dios, y yo le adoraré a Él, Dios de mi padre, y yo le exaltaré. 3 El SEÑOR es un guerrero; el SEÑOR es su nombre. 4 Él ha lanzado los carros y el ejercito del faraón en el mar. Los oficiales escogidos del Faraón fueron ahogados en el Mar de Las Cañas. 5 La profundidad los cubría; ellos bajaron a los más profundo como una piedra. 6 Tu mano derecha, oh SEÑOR, es gloriosa en poder; tu mano derecha, oh SEÑOR, ha destrozado al enemigo. 7 En tu gran majestad has derrotado aquellos que se han levantado contra Ti. Enviaste tu ira; los consumió como paja. 8 Por la sacudida de tu naríz las aguas se acumularon; las aguas fluyentes se detuvieron amontonadas; las aguas profundas fueron congeladas en el corazón de la mar. 9 El enemigo dijo: 'Yo perseguiré, yo alcanzaré, repartiré el saqueo; mi deseo se satisfacerá en ellos; dibujaré mi espada; mi mano los destruirá'. 10 Pero Tú soplaste con Tu viento, y el mar los cubrió; ellos se undieron como plomo en las poderosas aguas. 11 ¿Quién es como Tú, SEÑOR, entre los dioses? ¿Quién es como Tú, majestuoso en santidad, honrado en alabanzas, haciendo milagros? 12 Tú alcanzaste con Tu mano derecha, y la tierra se los tragó. 13 En Tu pacto leal has guiado al pueblo que rescataste. En Tu fuerza los has guiado al lugar santo donde Tú vives. 14 Los pueblos oirán, y ellos temblarán, el terror se apoderará de los habitantes de Filistea. 15 Entonces los jefes de Edom temerán; los soldados de Moab temblarán; y todos los habitantes de Canaán se dispersarán. 16 Terror y pavor caerán sobre ellos. Por el poder de Tu mano, ellos se volverán tan fijos como una roca hasta que Tu pueblo pase, SEÑOR, hasta que Tu pueblo que has rescatado pase. 17 Tú los traerás y los plantarás en la montaña de Tu herencia, el lugar, oh SEÑOR, que Tú has hecho para vivir en el, el santuario, nuestro Señor, que Tus manos han construido. 18 El SEÑOR reinará por siempre y siempre. 19 Porque los caballos de faraón fueron con sus carros y jinetes al mar. El SEÑOR envió de vuelta las aguas del mar sobre de ellos. Pero los israelitas caminaron en tierra seca en el medio del mar. 20 Miriam la profetiza, hermana de Arón, tomó una tamburina y todas las mujeres fueron con tamburinas, bailando junto a ella. 21 Miriam les cantó: 'Canten al SEÑOR, porque Él ha triunfado gloriosamente. Los caballos y jinetes Él a lanzado al mar." 22 Entonces Moisés guió a Israel hacia adelante desde el Mar de las Cañas. Ellos se fueron al desierto de Shur. Ellos viajaron por tres días dentro del desierto y no encontraron agua. 23 Luego llegaron a Mara, pero no pudieron beber agua ahí porque el agua era amarga. Así que llamaron a ese lugar Mara. 24 Así que el pueblo se quejó con Moisés y dijeron: "¿Qué podemos tomar?" 25 Moisés clamó al SEÑOR, y el SEÑOR le mostró un árbol. Moisés lo arrojó a las aguas, luego las aguas se volvieron dulces para tomar. Ahí fue donde el SEÑOR le dió a ellos las leyes estríctas, y fue ahí donde Él los probó. 26 Él les dijo: "Si ustedes atienden cuidadosamente la voz del SEÑOR su Dios, y hacen lo que es correcto ante Sus ojos, y si ustedes prestan oídos a sus mandamientos y obedecen todas sus leyes, Yo no pondré en ustedes ninguna de las enfermedades que Yo puse a los egipcios, pues Yo soy El SEÑOR quien los sana a ustedes." 27 Entonces el pueblo vino a Elim, donde habían doce fuentes de aguas y sesenta palmeras. Ellos acamparon allí junto a las aguas.

16

1 El pueblo viajó desde Elim y toda la comunidad de los israelitas vino al desierto de Sin, el cual está entre Elim y Sinaí, en el decimoquinto día del segundo mes luego de su partida de la tierra de Egipto. 2 Toda la comunidad de los israelitas se quejó contra Moisés y Aarón en el desierto. 3 Los israelitas les dijeron: "Si tan sólo hubiéramos muerto por la mano del SEÑOR en la tierra de Egipto cuando estábamos sentados junto a las ollas de carne y comiendo pan hasta saciarnos. Pero ustedes nos han traído hasta el desieto para matar de hambre a toda nuestra comunidad." 4 Luego el SEÑOR dijo a Moisés: "Yo haré llover pan desde el cielo para ustedes. El pueblo saldrá y recogerá una porción de un día cada día para yo probarlos y ver si caminarían en mi ley o no. 5 Será como en el sexto día, que ellos recogerán el doble de lo que hayan recogido cada día anterior a ese y cocinarán lo que hayan traído." 6 Luego Moisés y Aarón dijeron a todo el pueblo de Israel: "En la tarde sabrán que es el SEÑOR quien los ha sacado de la tierra de Egipto. 7 En la mañana verán la gloria del SEÑOR, pues Él escucha tu queja en su contra. ¿Quiénes somos nosotros para que ustedes se quejen contra nosotros?" 8 Moisés también dijo: "Ustedes sabrán esto cuando el SEÑOR les dé la carne en la tarde y el pan en la mañana hasta saciars, pues él ha escuchado las quejas que tienen contra él. ¿Quiénes somos Aarón y yo? Sus quejas no son en nuestra contra; son contra el SEÑOR." 9 Moisés le dijo a Aarón: "Dile a toda la comunidad del pueblo de Israel: 'Acérquense ante el SEÑOR, pues Él ha escuchado sus quejas.'" 10 Se produjo, mientras Aarón hablaba a toda la comunidad del pueblo de Israel, que ellos miraron hacia el desierto y, he aquí, la gloria del SEÑOR se apareció en la nube. 11 Luego el SEÑOR habló a Moisés y dijo: 12 "He escuchado las quejas del pueblo de Israel. Háblales y diles: 'En la tarde comerán carne y en la mañana serán saciados con pan. Luego sabrán que yo soy el SEÑOR, su Dios.'" 13 Surgió en la tarde que las codornices subieron y cubrieron el campamento. En la mañana el rocío se extendió alrededor del campamento. 14 Cuando el rocío había desaparecido, allí en la superficie del desierto habían finas escamas como escarcha en el suelo. 15 Cuando el pueblo de Israel lo vio, se dijeron el uno al otro: "¿Qué es eso?" Ellos no sabían qué era eso. Moisés les dijo: "Eso es pan que el SEÑOR les ha dado para que coman. 16 Este es el mandato que el SEÑOR ha dado: 'Deben recoger, cada uno de ustedes, la cantidad que ustedes necesiten para comer, dos litros por cada persona del número de su pueblo. Así es como lo recogerán: Recogan lo suficiente para comer, por cada persona que vive en su tienda.'" 17 El pueblo de Israel así lo hizo. Algunos tomaron más, otros tomaron menos. 18 Cuando lo midieron con una medida dos de litros, aquellos que recogieron mucho, no les sobró nada y aquellos que recogieron poco no les faltó. Cada persona recogió lo suficiente para cubrir su necesidad. 19 Entonces Moisés les dijo: "Ninguno debe dejar nada de eso hasta la mañana." 20 Sin embargo, ellos no escucharon a Moisés. Algunos de ellos dejaron algo hasta la mañana, pero le salieron gusanos y se echó a perder. Entonces Moisés se enojó con ellos. 21 Ellos lo recogían mañana tras mañana. Cada persona recogía lo suficiente para comer por ese día. Cuando el sol se volvió caliente, lo derritió. 22 Vino a ser que en el día sexto ellos recogieron el doble del pan, dos litros para cada persona. Todos los líderes de la comunidad llegaron a decirle esto a Moisés. 23 Él les dijo: "Ésto es lo que ha dicho el SEÑOR: 'Mañana es de solemne descanso, día de reposo en honor al SEÑOR. Horneen lo que quieran hornear, hiervan lo que quieran hervir. Todo lo que sobre, pónganlo aparte para ustedes hasta la mañana."' 24 Así que lo colocaron aparte hasta la mañana, como Moisés les instruyó. No se echó a perder ni hubo gusanos en él. 25 Moisés dijo: "Coman esa comida hoy, porque hoy es un día reservado como día de reposo en honor al SEÑOR. Hoy ustedes no lo encontrarán en los campos. 26 Ustedes lo recogerán durante seis días, pero el día séptimo es de reposo. En el día de reposo no habrá maná." 27 Vino a ser que el día séptimo, algunas personas salieron a recoger maná, pero ellos no encontraron nada. 28 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "¿Cuánto tiempo se rehusarán a guardar mis mandamientos y mis leyes? 29 Miren, el SEÑOR les ha dado el día de reposo. Así que en el día sexto Él les está dando pan para dos días. Cada uno de ustedes debe permanecer en su propio lugar; ninguno debe salir de su lugar en el día séptimo." 30 Así que las personas descansaron en el día séptimo. 31 El pueblo de Israel llamó a esa comida, "maná". Era blanco como la semilla del cilantro y su sabor era como hojuelas hechas con miel. 32 Moisés dijo: "Esto es lo que el SEÑOR ha ordenado: 'Dejen que un omer de maná sea preservado a través de las generaciones de tu pueblo, para que así tus descendientes puedan ver el pan con el cual Yo les alimenté en el desierto, después que los saqué de la tierra de Egipto."' 33 Moisés le dijo a Aarón: "Tomen una vasija y coloquen un omer de maná en él. Presérvenlo delante del SEÑOR para guardarlo a través de las generaciones." 34 Como el SEÑOR ordenó a Moisés, Aarón lo almacenó al lado de los decretos del pacto en el arca. 35 El pueblo de Israel comió maná cuarenta años hasta que llegaron a tierra habitada. Ellos lo comieron hasta que llegaron a la frontera de la tierra de Canaán. 36 Ahora un omer es una décima parte de un efa.

17

1 Toda la comunidad de los israelitas viajó desde el desierto de Sin, siguiendo las instrucciones del SEÑOR. Acamparon en Refidim, pero ahí no había agua para la gente bebiera. 2 Por lo cual, culparon a Moisés por su situación y dijeron: "Danos agua para beber." Moisés dijo: "¿Por qué pelean conmigo? ¿Por qué prueban al SEÑOR?" 3 La gente estaba bien sedienta, y se quejaron contra Moisés. Ellos dijeron: "¿Por qué nos has sacado fuera de Egipto? ¿Para matarnos a nosotros, nuestros hijos y nuestro ganado de sed?" 4 Entonces Moisés clamó al SEÑOR: "Qué debo hacer con esta gente? Están casi listos para apedrearme." 5 El SEÑOR dijo a Moisés: "Adelántate al pueblo, y llévate algunos ancianos de Israel contigo. Llévate la vara con la que golpeaste el río y vete. 6 Yo me pararé ante ti sobre la roca de Horeb, y tu golpearás la roca. Agua saldrá de ella para que tomen." Y así hizo Moisés ante los ojos de los ancianos de Israel. 7 El llamó al lugar Masah y Meriba por la queja de los israelitas y porque ellos habían probado al Señor diciendo: ¿Está el SEÑOR entre nosotros o no?" 8 Entonces un ejército del pueblo amalecita vino y atacó a Israel en Refidim. 9 Entonces Moisés le dijo a Josué: "Escoge algunos hombres y sal. Pelea con Amalec. Mañana me pararé sobre el tope de la colina con la vara de Dios en mi mano." 10 Josué peleó contra Amalec como Moisés le había instruido, mientras Moisés, Aarón y Hur subieron a la cumbre de la colina. 11 Mientras Moisés levantaba sus manos, Israel estaba ganando; cuando bajaba sus manos para descansar, Amalec comenzaba a ganar. 12 Cuando las manos de Moisés se ponían pesadas, Aarón y Hur tomaron una roca y la colocaron debajo de él para que pudiera sentarse. Al mismo tiempo, Aarón y Hur levantaron sus manos, uno a cada lado de él. Así las manos de Moisés fueron sostenidas firmes hasta que bajó el sol. 13 Así Josué derrotó al pueblo de Amalec con la espada. 14 El SEÑOR dijo a Moisés: "Escribe esto en un libro y léelo para que Josué lo oiga, porque borraré completamente la memoria de Amalec debajo de los cielos." 15 Entonces Moisés construyó un altar y lo llamó "El SEÑOR es mi estandarte." 16 Él dijo: "Pues una mano fue levantada al trono del SEÑOR, que el SEÑOR hará guerra con Amalec de generación a generación."

18

1 Jetro, el sacerdote de Madián, el suegro de Moisés, escuchó todo lo que Dios había hecho por Moisés y por Israel su pueblo. Él escuchó que el SEÑOR había sacado a Israel de Egipto. 2 Jetro, el suegro de Moisés, tomó a Séfora, la esposa de Moisés, después que él la había enviado a casa, 3 y a sus dos hijos; el nombre de un hijo era Gersón, pues Moisés había dicho: "Yo he sido un extranjero en una tierra extranjera." 4 El nombre del otro era Eliezer, pues Moisés había dicho: "El Dios de mis antepasados fue mi ayuda. Él me rescató de la espada del Faraón." 5 Jetro, el suegro de Moisés, vino con los hijos de Moisés y su esposa a Moisés en el desierto donde él acampó en la montaña de Dios. 6 Él le dijo a Moisés: "Yo, tu suegro Jetro, estoy viniendo a tí con tu esposa y sus dos hijos". 7 Moisés salió a encontrarse con su suegro, se inclinó, y lo besó. Ellos se preguntaron sobre el bienestar de cada uno y luego entraron a la tienda. 8 Moisés le dijo a su suegro todo lo que el SEÑOR había hecho al Faraón y a los egipcios por el bien de Israel, sobre todas las dificultades que habían venido a ellos a lo largo del camino, y cómo el SEÑOR los había rescatado. 9 Jetro se regocijó sobre todo lo bueno que el SEÑOR había hecho por Israel, en qué Él los había rescatado de la mano de los egipcios. 10 Jetro dijo: "Que el SEÑOR sea alabado, pues Él los ha rescatado de la mano de los egipcios y de la mano del Faraón, y ha liberado al pueblo de la mano de los egipcios. 11 Ahora yo sé que el SEÑOR es más grande que todos los dioses, porque cuando los egipcios trataron a los israelitas arrogantemente, Dios rescató a su pueblo." 12 Jetro, el suegro de Moisés, trajo una ofrenda de holocausto y sacrificios para Dios. Aarón y todos los ancianos de Israel vinieron a comer una comida delante de Dios con el suegro de Moisés. 13 Al siguiente día Moisés se sentó a juzgar al pueblo. El pueblo se paró alrededor de él, desde la mañana hasta la noche. 14 Cuando el suegro de Moisés vio todo lo que él había hecho por el pueblo, él dijo: "¿Qué es esto que estás haciendo con el pueblo? ¿Por qué es esto, que te sientas solo y todo el pueblo se para cerca de ti desde la mañana hasta la noche?" 15 Moisés dijo a su suegro: "El pueblo viene a mí para pedir por la dirección de Dios. 16 Cuando ellos tienen una disputa, ellos vienen a mí. Yo decido entre una persona y otra, y les enseño los estatutos y leyes de Dios." 17 El suegro de Moisés le dijo: "Lo que tú haces no es muy bueno. 18 Tú seguramente te desgastarás, tú y el pueblo que está contigo. Esta carga es muy pesada para ti. Tú no eres capaz de hacerlo por tí mismo. 19 Escúchame. Yo te daré consejo, y Dios estará contigo, porque tú eres el representante del pueblo ante Dios, y tú traes sus disputas a Él. 20 Tú debes enseñarles sus estatutos y leyes. Tú debes mostrarles el camino a caminar y el trabajo a hacer. 21 Además, tú debes escoger a hombres capaces de entre todo el pueblo, hombres que honren a Dios, hombres de verdad que odien ganancia injusta. Tú debes ponerlos sobre el pueblo, para ser líderes a cargo de miles, cientos, cincuenta y de decenas. 22 Ellos juzgarán al pueblo en todos los casos rutinarios, pero los casos difíciles ellos los traerán a ti. En cuanto a todos los casos pequeños, ellos pueden juzgarlos esos ellos mismos. De esta manera, será más fácil para tí, y ellos cargarán la carga contigo. 23 Si haces esto, y si Dios te que lo hagas, entonces tú serás capaz de soportar, y el pueblo entero será capaz de irse a casa satisfecho." 24 Así que Moisés escuchó las palabras de su suegro e hizo todo lo que él había dicho. 25 Moisés escogió a hombres capaces de entre todo Israel y los hizo cabezas sobre el pueblo, líderes a cargo de miles, cientos, cincuenta, y decenas. 26 Ellos juzgaban al pueblo en circunstancias normales. Los casos difíciles ellos los traían a Moisés, pero ellos mismos juzgaban todos los casos pequeños. 27 Entonces Moisés permitió a su suegro irse, y Jetro volvió a su propia tierra.

19

1 Al tercer mes de haber salido el pueblo de Israel de la tierra de Egipto, el mismo día, vinieron al desierto de Sinaí. 2 Salieron de Refidim y vinieron al desierto de Sinaí, acamparon en el desierto frente a la montaña. 3 Moíses fue a Dios. El SEÑOR lo llamó desde la montaña y le dijo: "Debes decirle a la casa de Jacob, el pueblo de Israel: 4 Han visto lo que yo hice a los egipcios, cómo en alas de águila los cargué y los traje a mí. 5 Ahora pues, si obedientemente oyeren mi voz y guardan mi pacto, entonces serán mi posesión especial de entre todos los pueblos, porque la tierra es toda mía. 6 Ustedes serán un reino de sacerdotes y nación santa para mí. Estas son las palabras que debes hablar al pueblo de Israel." 7 Entonces Moisés convocó a los ancianos del pueblo. Les presentó todas las palabras que el SEÑOR le había ordenado, 8 Todo el pueblo junto le contestó diciendo: "Haremos todo lo que el SEÑOR ha dicho." Entonces Moisés vino al SEÑOR e informó las palabras del pueblo al SEÑOR. 9 El SEÑOR dijo a Moisés: "Yo vendré a ti en una nube densa para que así el pueblo pueda oir cuando hable contigo y también puedan creerte para siempre." Entonces dijo Moisés las palabras del pueblo al SEÑOR. 10 El SEÑOR dijo a Moisés: "Ve al pueblo. Hoy y mañana, debes apartarlos para mí, y hazlos lavar sus ropas. 11 Estén preparados para el tercer día, porque al tercer día Yo, el SEÑOR, bajaré al Monte Sinaí. 12 Debes colocar límites alrededor de la montaña para las personas. Dile a ellos: 'Cuidado de no acercarse a la montaña o tocar su borde. Cualquiera que toque la montaña seguramente morirá'. 13 Nadie debe tocar tal persona. En cambio, deberá morir apedreado o a flecha. Sea animal o persona, debe morir. Cuando la trompeta suene con un sonido prolongado, ellos deben acercarse al pie de la montaña." 14 Entonces Moisés bajó de la montaña al pueblo. Apartó el pueblo para el SEÑOR y lavaron sus ropas. 15 Él le dijo al pueblo: "Estén listos al tercer día; no se acerquen a sus esposas." 16 En el tercer día, cuando era de mañana, allí hubo truenos y relámpagos y una nube espesa cubría la montaña, y el sonido alto de una trompeta. Todo el pueblo en el campamento tembló. 17 Moisés trajo al pueblo fuera del campamento para encontrarse con Dios, y se detuvieron al pie de la montaña. 18 El Monte Sinaí se llenó por completo de humo porque el SEÑOR descendió allí en fuego y humo. El humo subió como el de un horno, y toda la montaña tembló violentamente. 19 Cuando el sonido de la trompeta aumentó, Moisés habló, y Dios le contestó en voz audible. 20 El SEÑOR bajó al Monte Sinaí, a la cima de la montaña, y convocó a Moisés a la cima. Y subió Moisés. 21 El SEÑOR dijo a Moisés: "Baja y avísale al pueblo que no se acerquen para mirarme, o muchos perecerán. 22 Deja que los sacerdotes también se acerquen a mí para apartarse, que se preparen para mi llegada- para que así que Yo no los ataque." 23 Moisés dijo al SEÑOR: "El pueblo no puede acercarse a la montaña, pues ordenaste: 'Pon límites alrededor de la montaña y sepárala al SEÑOR.'" 24 El SEÑOR dijo: "Ve, baja de la montaña, y trae a Aarón contigo, pero no permitas que los sacerdotes y el pueblo cruzen los límites para venir a mí, o Yo los atacaré." 25 Así Moisés bajó al pueblo y les habló.

20

1 Habló Dios todas estas palabras: 2 "Yo Soy el SEÑOR tu Dios, que te sacó fuera de la tierra de Egipto, fuera de la casa de esclavitud. 3 No debes tener otros dioses ante Mí. 4 Ustedes no debem hacer para ti ninguna imagen tallada en semejanza a nada que esté arriba en el cielo, o que esté debajo de la tierra, o que esté debajo del agua. 5 Ustedes no se deben inclinar a ellas o adorarlas, porque Yo, el SEÑOR tu Dios, soy un Dios celoso. Yo castigo la maldad de los antepasados trayendo castigo a su descendencia, a la tercera y cuarta generación de los que me odian. 6 Pero Yo demuestro pacto de fidelidad a millares que a Mí me aman y guardan mis mandamientos. 7 Ustedes no deben tomar mi nombre, el SEÑOR su Dios, en vano, pues yo no dejaré por inocente a cualquiera que tome Mí nombre en vano. 8 Recuerda el día de reposo, y sepáralo para mí. 9 Debes trabajar y hacer todo el trabajo en seis días. 10 Pero el séptimo es el día de reposo para Mí, SEÑOR tu Dios. En ese día no debes hacer trabajo alguno, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que vive a tus puertas. 11 Porque en seis días Yo, el SEÑOR, hice los cielos, tierra, y mar, y todo lo que está en ellos, y descansé en el dia séptimo. Por eso Yo, el SEÑOR, bendije el día de reposo y lo separé para Mí. 12 Honra a tu padre y a tu madre, para que ustedes vivan largo tiempo en la tierra cual Yo, el SEÑOR tu Dios, les estoy dando. 13 Ustedes no deben asesinar a nadie. 14 Ustedes no deben cometer adulterio. 15 Ustedes no deben robar de nadie. 16 Ustedes no deben dar falso testimonio contra tu vecino. 17 Ustedes no deben codiciar la casa de su vecino; ustedes no deben codiciar la mujer de su vecino, su siervo varón, su sierva hembra, su buey, su burro, o cualquier cosa que pertenece a tu vecino." 18 Toda la gente vio la tormenta y los relámpagos, y escucharon la voz de la trumpeta, y vieron la montaña humeando. Cuando la gente lo vio, ellos temblaron y se pararon lejos. 19 Ellos dijeron a Moisés, "Habla a nosotros, y nosotros escucharemos; pero no permitas que DIOS hable a nosotros, o nosotros moriremos." 20 Moisés dijo a la gente, "No tengan miedo, pues DIOS ha venido a probarlos para que el honor de El este en ustedes, y así ustedes no pequen". 21 Así la gente se paró lejos, y Moisés se acercó a la densa oscuridad donde DIOS estaba. 22 El SEÑOR dijo a Moisés, "Esto es lo que tu debes decirle a los Israelitas: 'Ustedes mismos han visto que Yo he hablado con ustedes desde el cielo. 23 Ustedes no harán para ustedes otros dioses a mi lado, dioses de oro y dioses de plata. 24 Ustedes deben hacer un altar terrenal para Mi, y ustedes deben sacrificar sobre el sus ofrendas quemadas, ofrendas de compañerismo, ovejas, y bueyes. En cada lugar donde hago que Mi nombre sea honrado, 25 Yo vendré a ustedes y los bendeciré. Si me hacen un altar de piedra, no deben de contruirlo de piedras cortadas, pues si ustedes usan sus herramientas en el, lo habrán contaminado. 26 Ustedes no deben subir por escalones a Mi altar; esto es para evitar que expongan sus partes privadas."

21

1 "Ahora estos son los decretos que tú debes presentar delante de ellos: 2 'Si compran un siervo hebreo, él está para servir por seis años, y en el séptimo año él saldrá libre sin pagar nada. 3 Si él vino solo, él debe salir libre solo; si él está casado, entonces su esposa debe salir libre con él. 4 Si su amo le dio una esposa y ella le dio hijos o hijas, la esposa y sus hijos pertenecerán al amo de ella, y él debe salir libre solo. 5 Pero si el siervo claramente dice: "Yo amo mi amo, mi esposa y mis hijos; yo no saldré libre", 6 entonces su amo debe traerlo a Dios. El amo debe traerlo a una puerta o al marco de una puerta, y su amo debe agujerear su oreja con un punzón. Entonces el siervo le servirá por el resto de su vida. 7 Si un hombre vende su hija como una sierva, ella no debe salir libre, como los siervos varones lo hacen. 8 Si ella no complace a su amo, quien la ha designado para él mismo, entonces él debe dejar que sea comprada de vuelta. Él no tiene derecho para venderla a personas extranjeras. Él no tiene tal derecho, ya que él la ha tratado engañosamente. 9 Si su amo la designa como una esposa para su hijo, él debe tratarla igual como si fuera su hija. 10 Si él toma otra esposa para sí mismo, él no debe disminuir su comida, ropa, o sus derechos maritales. 11 Pero si él no provee estas tres cosas para ella, entonces ella pueda salir libre sin pagar ningún dinero. 12 Quien golpee a un hombre y este muere, ciertamente esa persona debe ser puesto a muerte. 13 Si el hombre no lo hizo con premeditación, pero en cambio por accidente, entonces yo arreglaré un lugar donde él pueda huir. 14 Si un hombre intencionalmente ataca a su vecino y lo mata de acuerdo a un plan astuto, entonces debe ser tomado, incluso si él está en el altar de Dios, para que él muera. 15 Cualquiera que golpea a su padre o madre debe ciertamente ser puesto a muerte. 16 Cualquiera que secuestre a una persona y la venda, o la persona es encontrada en su posesión, ese secuestrador debe ciertamente ser puesto a muerte. 17 Cualquiera que maldiga a su padre o a su madre debe ciertamente ser puesto a muerte. 18 Si los hombres pelean y uno golpea al otro con una piedra o con su puño, y esa persona no muere, pero está confinada a su cama; 19 entonces si él se recupera y es capaz de pasearse usando su bastón, el hombre que lo golpeó debe pagar por la pérdida de su tiempo; él debe también pagar por su completa recuperación. Pero ese hombre no es culpable de asesinato. 20 Si un hombre golpea a su siervo o sierva con un bastón, y si el siervo muere como resultado de la lesión, entonces ese hombre debe ser ciertamente castigado. 21 Sin embargo, si el sirviente vive por un día o dos, el amo no debe ser castigado, pues él habrá sufrido la pérdida del siervo. 22 Si hombres pelean y lastiman a una mujer embarazada y ella aborta, pero no hay ninguna otra lesión en ella, entonces el hombre culpable deber ser ciertamente multado, como el esposo de la mujer demande de él, y él debe pagar como lo determinen los jueces. 23 Pero si hay una lesión seria, entonces tú debes dar una vida por una vida, 24 un ojo por un ojo, un diente por un diente, una mano por una mano, un pie por un pie, 25 una quemadura por una quemadura, una herida por una herida, o un moretón por un moretón. 26 Si un hombre golpea el ojo de su siervo o sierva y lo destruye, entonces él debe permitir que el siervo salga libre en compensación por su ojo. 27 Si le saca un diente de su siervo o sierva, él debe permitir que el siervo salga libre como compensación por el diente. 28 Si un buey cornea a un hombre o una mujer a muerte, el buey debe ciertamente ser apedreado, y su carne no debe ser comida; pero el dueño del buey debe ser absuelto de culpa. 29 Pero si el buey tenía un hábito de cornear en el pasado, y su dueño estuvo advertido pero no lo mantuvo encerrado, y el buey ha matado un hombre o una mujer, ese buey debe ser apedreado, y su dueño también debe ser puesto a muerte. 30 Si un pago es requerido por su vida, él debe pagar lo que sea que le es requerido pagar. 31 Si el buey ha corneado al hijo o hija de un hombre, el dueño del buey debe hacer lo que este decreto le requiere hacer. 32 Si el buey cornea a un siervo o una sierva, el dueño del buey debe pagar 30 siclos de plata, y el buey debe ser apedreado. 33 Si un hombre abre un pozo, o si un hombre cava un pozo y no lo cubre, y un buey o asno cae en él, 34 el dueño del pozo debe pagar por la pérdida. Él debe darle dinero al dueño del animal muerto, y el animal muerto será suyo. 35 Si el buey de un hombre lastima al buey de otro hombre y muere, entonces ellos deben vender al buey vivo y dividir su precio, y ellos deben también dividir al buey muerto. 36 Pero si era conocido que el buey tenía un hábito de cornear en el pasado, y su dueño no lo ha mantenido dentro, él debe ciertamente pagar buey por buey, y el animal muerto se convertirá en el suyo.

22

1 Si una persona se roba un buey o una oveja, y la mata o la vende, entonces él pagará cinco bueyes por un buey y cuatro ovejas por una oveja. 2 Si un ladrón es encontrado violentando una propiedad, y si es herido y muere, en ese caso ninguna culpa de asesinato será aplicada en el caso. 3 Pero, si el sol ha salido antes de que él entre, será acusado de asesinato la persona que lo mate. Un ladrón tiene que reponer su daño. Si él no tiene nada, tiene que ser vendido por el valor de su robo. 4 Si el animal robado se encuentra vivo en su posesión, sea un buey, burro u oveja, él tiene que pagar el doble. 5 Si un hombre pastorea su ganado en una campo o viñedo y deja a sus animales sueltos y comen en el campo de otro hombre, el dueño tiene que reparar el daño con lo mejor de su propio campo o con lo mejor de su viñedo. 6 Si se desata un fuego y se propaga por las espigas, el granero, los sembrados de grano nuevo o si se consume el campo, la persona que comenzó el fuego tiene que ciertamente reponer el daño. 7 Si un hombre le da dinero o bienes a su vecino para guardarlos y es robado de la casa de su vecino, si se encuentra al ladrón, éste tiene que pagar el doble. 8 Si no se encuentra al ladrón, entonces el dueño de la casa tiene que ir ante los jueces para determinar si él puso su mano en la propiedad de su vecino. 9 Por cada controversia acerca de algo, sea un buey, un burro, oveja, ropa, o cualquier otra cosa perdida por la cual alguien diga: "Esto me pertenece a mí", la reclamación de ambas partes tiene que hacerse ante los jueces. La persona a quien los jueces encuentren culpable tiene que pagar el doble a su vecino. 10 Si un hombre le da a su vecino un asno, un buey, una oveja o cualquier animal para cuidarlo y el mismo se muere o sufre daño o se lo roban sin que nadie lo vea, 11 ambas partes tienen que ofrecer un juramento al SEÑOR, de que ninguno de los dos ha puesto sus manos en la propiedad de su vecino. El dueño tiene que aceptar esto y el otro no tendrá que reparar el daño. 12 Pero si le fue robado, el otro tiene que repararle el daño al dueño. 13 Si un animal es despedazado, permite que el otro hombre lo presente como evidencia. Él no tendrá que pagar por lo que fue despedazado. 14 Si una persona toma prestado cualquier animal de su vecino y el animal se lesiona o se muere sin que el dueño esté presente, el otro hombre tiene que ciertamente reponer el daño. 15 Pero si el dueño estaba presente, el otro hombre no tendrá que pagar; si el animal fue alquilado, será pagado el monto del alquiler. 16 Si un hombre seduce una mujer virgen que no está comprometida, y duerme con ella, él ciertamente tiene que hacerla su esposa pagando el precio de casamiento establecido. 17 Si el padre de ella se niega a dársela a él, el hombre tiene que pagar una suma de dinero igual al precio de la virginidad de la novia. 18 No puedes permitir que una hechicera viva. 19 Quien sea que duerma con una bestia ciertamente tiene que morir. 20 Cualquiera que ofrezca sacrificio a otro dios que no sea al SEÑOR tiene que ser completamente destruido. 21 No puedes maltratar a un extranjero ni oprimirlo, pues tú fuiste extranjero en la tierra de Egipto. 22 No puedes maltratar a ninguna viuda o huérfano. 23 Si los afliges y si ellos me claman a Mí, El SEÑOR, Yo de seguro oiré su clamor. 24 Mi ira se encenderá y los mataré a ustedes con la espada; sus esposas se convertirán en viudas y sus hijos en huérfanos. 25 Si le prestas dinero a cualquiera de mi pueblo que sea pobre, no puedes ser como un prestamista con él o cobrarle interéses. 26 Si tú tomas prestado una manta, tienes que devolvésela antes de la puesta del sol, 27 porque ésa es su única pieza para cubrirse; es su vestimenta para su cuerpo. ¿Qué otra cosa usará para dormir? Cuando él me llame a Mí, Yo lo oiré, porqueYo soy compasivo. 28 No puedes blasfemarme a Mí, Dios, ni maldecir al gobernante de tu pueblo. 29 No puedes retener las ofrendas de tus cosechas o de tus lagares. Tienes que darme a Mí el primero de tus hijos. 30 También tienes que hacer lo mismo con tus bueyes y ovejas. Por siete días se quedarán con sus madres, pero al octavo día tienes que dármelos a Mí. 31 Ustedes serán el pueblo separado para Mí. Así que no pueden comer carne que fue despedazada por los animales en el campo. En cambio, tienen que echarlo a los perros.

23

1 No puedes dar un informe falso acerca de nadie. No te unas a un hombre malvado para ser un testigo deshonesto. 2 No puedes seguir una multitud para hacer el mal, ni ser un testigo influenciado por la multitud para así pervertir la justicia. 3 No puedes favorecer a un hombre pobre en su demanda. 4 Si encuentras el buey de tu enemigo o su asno perdido, tienes que llevarlo de vuelta a él. 5 Si ves el asno de alguien que te odia caer al suelo por el peso de la carga, no puedes dejar a esa persona. Ciertamente tienes que ayudarlo con su asno. 6 No puedes pervertir la justicia cuando ésta debería ir hacia tu pobre pueblo en la demanda de un hombre pobre. 7 No te unas a otros en hacer falsas acusaciones, y no mates al inocente o al recto, porque Yo no absolveré al malvado. 8 Nunca tomes una extorsión, porque una extorsión ciega aquellos quienes ven, y pervierte las palabras de una persona honesta. 9 No puedes oprimir al extranjero, ya que ustedes conocen la vida de un extranjero, porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto. 10 Por seis años sembrarás semilla en tu tierra y recogerás su producto. 11 Pero en el séptimo año lo dejarás descansar y sin sembrar, para que los pobres de entre tu pueblo puedan comer. Lo que ellos dejen, los animales salvajes lo comerán. Harás lo mismo con tus viñedos y huerto de olivos. 12 Durante seis días harás tu trabajo, pero en el séptimo día tienes que descansar. Haz esto para que tu buey y tu asno puedan descansar, y para que el hijo de tu esclava y cualquier extranjero pueda descansar y refrescarse. 13 Pon atención a todo lo que te estoy diciendo. No menciones los nombres de otros dioses, ni dejes que los nombres de ellos sean escuchados de entre tu boca. 14 Debes viajar para darme un festival tres veces al año. 15 Debes observar el Festival de los Panes sin Levadura. Como te ordené, tu comerás pan sin levadura durante siete días. En ese tiempo, tu aparecerás delante de Mí en el mes de Abib, el cual es estipulado para ese propósito. Fue en este mes que saliste de Egipto. No debes aparecer delante de Mí con las manos vacías. 16 Debes observar la Fiesta de la Cosecha, el primer fruto de tu trabajo cuando cosechas semillas en tus campos. También tienes que observar la Fiesta de la Siega al final del año, cuando recoges el producto de tus campos. 17 Todos tus varones deben aparecer delante de Mí, el SEÑOR, tres veces al año. 18 No puedes ofrecer la sangre de sacrificios hechos para Mí con pan que contenga levadura. La grosura de los sacrificios en mis festivales no puede permanecer toda la noche hasta la mañana. 19 Tienes que traer lo primero de las cosechas de tu tierra a mi casa, la casa de el SEÑOR, tu Dios. No debes hervir al joven cordero en la leche de su madre. 20 Yo voy a enviar un ángel delante de ti para guardarte en tu camino, y para llevarte al lugar que Yo he preparado. 21 Sé atento con él y obedécelo. No lo provoques, porque no perdonará tus transgresiones. Mi nombre está sobre él. 22 Si en verdad obedeces su voz y haces todo lo que Yo te diga, entonces Yo seré un enemigo a tus enemigos y un adversario a tus adversarios. 23 Mi Ángel irá delante de ti y te traerá a los Amorreos, Hititas, Ferezeos, Cananitas, Hetitas y Jebuseos. Yo los destruiré. 24 No debes inclinarte ante sus dioses, adorarlos, o hacer como ellos hacen. En vez de esto, debes derribarlos completamente y destruir sus pilares de piedra en pedazos. 25 Tienes que adorarme a Mí, al SEÑOR, tu Dios. Si lo haces, Yo te bendeciré tu pan y agua. Yo quitaré la enfermedad de en medio de ti. 26 Ninguna mujer será estéril o abortará su criatura en tu tierra. Te daré larga vida. 27 Yo enviaré temor de Mí mismo sobre aquellos de cuya tierra tú avances. Yo mataré a toda la gente que conozcas. Yo haré que todos tus enemigos vuelvan su espaldas hacia ti en terror. 28 Yo enviaré avispas delante de ti que harán huir a los Heveos, Cananeos y a los Hititas de delante de ti. 29 Yo no los quitaré de delante de ti en un año, o la tierra sería abandonada, y los animales salvajes serían demasiados para ti. 30 En su lugar, Yo los sacaré poco a poco de delante de ti hasta que seas lleno de fruto y heredes la tierra. 31 Yo arreglaré tus fronteras desde el Mar Rojo hasta el Mar de los Filisteos, y desde el desierto al Río Éufrates. Yo te daré la victoria sobre los habitantes de la tierra. Tú los echarás de delante de ti mismo. 32 Tú no puedes hacer pacto con ellos o con sus dioses. 33 Ellos no pueden vivir en tu tierra, o ellos los harán pecar a ustedes en contra Mía. Si tu adoras a sus dioses, esto ciertamente se convertiría en una trampa para ti."

24

1 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés: "Sube hacia mí, tú, Aarón, Nadab, Abiú y setenta de los ancianos de Israel, y adórenme a una distancia. 2 Solamente Moisés puede acercarse a Mí. Los demás no pueden acercarse a Mí, ni el pueblo puede subir con él." 3 Moisés fue y le dijo al pueblo todas las palabras de el SEÑOR y los decretos. Todo el pueblo respondió con una sola voz y dijo: "Nosotros haremos todas las palabras que el SEÑOR ha dicho." 4 Entonces, Moisés escribió todas las palabras de el SEÑOR. Temprano en la mañana, Moisés construyó un altar a los pies de la montaña y organizó doce pilares de piedra, para que las piedras pudieran representar las doce tribus de Israel. 5 Él envió algunos jóvenes israelitas para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas de comunión de bueyes al SEÑOR. 6 Moisés recolectó la mitad de la sangre y la puso en tazones; él esparció la otra mitad en el altar. 7 Él tomó el Libro del Pacto y lo leyó en voz alta al pueblo. Ellos dijeron: "Nosotros haremos todo lo que el SEÑOR ha hablado. Nosotros seremos obedientes." 8 Luego, Moisés recolectó la sangré y la esparció sobre el pueblo. Él dijo: "Esta es la sangre del pacto que el SEÑOR ha hecho con ustedes, dándoles esta promesa con todas estas palabras." 9 Luego Moisés, Aarón, Nadab, Abiú y setenta de los ancianos de Israel subieron a la montaña. 10 Ellos vieron al Dios de Israel. Debajo de Sus pies había un pavimento hecho de piedra de zafiro, tan claro como el mismo cielo. 11 Dios no puso su mano de ira sobre los líderes israelitas. Ellos vieron a Dios, y ellos comieron y bebieron. 12 El SEÑOR le dijo a Moisés: "Sube donde Mí en la montaña y permanece allí. Yo te daré las tabletas de piedra y la ley y los mandamientos que Yo he escrito, para que tú puedas enseñarlos." 13 Así que Moisés salió con su asistente Josué y subió a la montaña de Dios. 14 Moisés le había dicho a los ancianos: "Permanezcan aquí y esperen por nosotros hasta que nosotros vayamos a donde ustedes. Aarón y Hur estáran con ustedes. Si alguno tiene una disputa, déjenlo que vaya a donde ellos." 15 Así que Moisés subió a la montaña, y la nube la cubrió. 16 La gloria del SEÑOR se estableció en el Monte Sinaí, y la nube cubrió lo cubrió por seis días. Al séptimo día Él llamó a Moisés desde adentro de la nube. 17 La apariencia de la gloria del SEÑOR era como un fuego devorador en la cima de la montaña ante los ojos de los israelitas. 18 Moisés entró en la nube y subió a la montaña. Él estuvo arriba de la montaña por cuarenta días y cuarenta noches.

25

1 El SEÑOR habló a Moisés y le dijo: 2 "Dile a los Israelitas que tomen una ofrenda para Mí de todo aquél cuyo corazón le mueva a hacerlo. Tú tomarás estas ofrendas por Mí. 3 Y éstas son las ofrendas que debes recibir de ellos: oro, plata y bronce; 4 tela azul, púrpura y escarlata, lino fino, pelo de cabra, 5 pieles de carnero teñidas de rojo, pieles de marsopa, y madera de acacia; 6 aceite para el santuario, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático; 7 piedras de ónice y otras piedras de engaste para el efod y para el pectoral. 8 Deja que Me hagan un santuario, para que Yo habite entre ellos. 9 Debes hacerlo exactamente como te voy a mostrar en los planos para el tabernáculo y para todo su equipo. 10 Harán también un arca de madera de acacia. Su longitud debe ser de dos y medio codos; su anchura uno y medio codos y su altura será de un codo y medio. 11 La revestiriás por dentro y afuera de oro puro, y le debes hacer una moldura de oro alrededor del tope. 12 Debes moldear cuatro argollas de oro para ella, y las pondrás en las cuatro esquinas del arca, dos argollas a un lado y dos argollas al otro lado. 13 También harás varas de madera de acacia y las revestirás de oro. 14 Meterás las varas por las argollas a los lados del arca, para cargar el arca. 15 Las varas permanecerán en las argollas del arca, no serán quitadas de ella. 16 Y pondrás en el arca los decretos del pacto que Yo te daré. 17 Harás además la tapa del propiciatorio de oro puro. Su longitud será de dos y medio codos y su anchura será de un y medio codos. 18 Harás también dos querubines de oro para los dos extremos de la tapa del propiciatorio. 19 Harás un querubín en un extremo de la tapa del propiciatorio y otro querubín en el otro extremo. Deben ser hechos como si fueran una solo pieza con la tapa del propiciatorio. 20 Los querubines deben extender sus alas hacia arriba, y cubrir la tapa propiciatorio con ellas. Los querubines deben estar uno frente al otro y mirar hacia el centro de la tapa del propiciatorio. 21 Pondrás la tapa del propiciatorio encima del arca, y dentro del arca pondrás los decretos del pacto que Yo te estoy dando. 22 Es en el arca que me encontraré contigo. Hablaré contigo desde mi posición sobre la tapa del propiciatorio. Será de entre los dos querubines sobre el arca del testimonio que te hablaré acerca de todos las ordenes que te daré para los Israelitas. 23 Harás asimismo una mesa de madera de acacia. Su longitud será de dos codos, y su ancho de un codo y su altura será de un codo y medio. 24 La revestirás de oro puro y harás una moldura de oro alrededor del tope. 25 Le harás también aldrededor un borde de palmo de ancho, y harás una moldura de oro aldrededor del borde. 26 Le harás cuatro argollas de oro, y pondrás argollas en las cuatro esquinas, donde estaban sus cuatro patas. 27 Las argollas deben estar sujetas al borde para proveer lugar a las varas, a fin de llevar la mesa. 28 Harás las varas de madera de acacia y las revestirás de oro para que la mesa pueda ser cargada por ellos. 29 Harás también los platos, cucharas, jarros y sus tazones para usarlos al servir la bebida de las ofrendas. De oro puro los harás. 30 Y regularmente pondrás el pan de la presencia en la mesa delante de Mí. 31 Entonces harás un candelabro de oro puro. El candelabro se hará con su base y su caña. Sus copas, sus cálices y sus flores serán todos hechos de una sola pieza con él. 32 Y saldrán de sus lados seis brazos --tres brazos deben extenderse de un lado del candelabro, y tres brazos del candelabro deben extenderse del otro lado. 33 El primer brazo debe tener tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, con un cáliz y una flor; y tres copas en forma de flor de almendro en el otro brazo, con un cáliz y una flor. Así debe ser en todos los seis brazos que salen del candelabro. 34 En la caña del centro del candelabro, habrán cuatro copas en forma de flor de almendro, con sus cálices y sus flores. 35 Habrá un cáliz debajo de los dos primeros brazos --hechos como una sola pieza, y un cáliz debajo del segundo par de brazos-- también hechos como una sola pieza. De la misma manera, debe haber un cáliz debajo del tercer par brazos, hechos como una sola pieza. Debe ser así para todos los seis brazos que se extienden fuera del candelabro. 36 Sus cálices y brazos deben todos ser una sola pieza con él, una sola pieza labrada en oro puro. 37 Entonces harás el candelabro y sus siete lámparas; y pondrás sus lámparas para que alumbren y den luz del candelabro. 38 Sus tenazas y platillos serán de oro puro. 39 Usa un talento de oro puro para hacer el candelabro y sus accesorios. 40 Asegúrate que los hagas según el diseño que te ha sido mostrado en la montaña.

26

1 Contruirás el tabernáculo con diez cortinas hechas de lino fino, y lana azul, púrpura y escarlata con diseños de querubines. Este será el trabajo de un artesano calificado. 2 El largo de cada cortina debe ser de veintiocho codos, el ancho de cuatro codos. Todas las cortinas deben ser del mismo tamaño. 3 Cinco cortinas deben estar unidas una con otra, las otras deben estar unidas unas con otras también. 4 Le harás lazos de tela azul alrededor de el borde exterior. De la misma manera, deben hacer lo mismo con el borde exterior de la cortina al final en el segundo conjunto. 5 Harás cincuenta lazos en la primera cortina, y harás cincuenta lazos en la cortina que está al final en el segundo conjunto. Hagan esto de manera que queden opuestos el uno del otro. 6 Deben hacer cincuenta broches de oro y unir las cortinas con los mismos para que el tabernáculo quede como una misma unidad. 7 Harás cortinas de pelo de cabra con la forma de tienda de campaña sobre el tabernáculo. Debes hacer once de estas cortinas. 8 El largo de cada cortina debe ser de treinta codos, y el ancho de cada cortina debe ser de cuatro codos. Cada una de las once cortinas debe ser del mismo tamaño. 9 Deben unir cinco cortinas una con otra y las otras seis también. La sexta cortina la doblarás al frente de la tienda de campaña. 10 Harás cincuenta lazos en el borde de la cortina del primer conjunto, y cincuenta lazos en el borde de la cortina al final que une el segundo conjunto. 11 Fabricarás cincuenta broches de bronce y los unirás a los lazos. Unirás toda la tienda de manera que sea un todo. 12 El sobrante de la cortina, es decir, la parte que sobresale de la tienda de campaña debe colgar sobre la parte trasera del tabernáculo. 13 Debe haber un codo de cortina a un lado y otro codo de cortina al otro lado --aquel que sobra del largo de la cortina de la tienda de campaña debe colgar sobre el otro lado del tabernáculo a un lado y al otro lado, para cubrirlo. 14 Harás para el tabernáculo una cubierta de piel de carnero teñido de rojo, y otra cubierta de piel fina para ponerla sobre él. 15 Harán un marco en posición vertical hecho de madera de acacia para el tabernáculo. 16 El largo de cada armazón debe ser diez codos, y de ancho codo y medio. 17 Usarás dos clavijas de madera en cada armazón para unir uno con el otro. Construirás todos los armazones de esta manera. 18 Cuando los construyan para el tabernáculo, deben hacer veinte armazones para el lado sur. 19 Construirán cuarenta bases de plata que van debajo de veinte armazones. Debe haber dos bases debajo del primer armazón que serviran de pedestal para ellos y también dos bases debajo de los otros armazones para sus dos pedestales. 20 Para el segundo lado del tabernáculo, al lado norte, deben hacer veinte armazones 21 y sus cuarenta bases de plata. Deben haber dos bases debajo del primer armazón, dos bases debajo del próximo armazón, y así sucesivamente. 22 Para la parte posterior del tabernáculo al lado oeste, deben construir seis armazones. 23 Deben hacer dos para las esquinas posteriores del tabernáculo. 24 Estos armazones deben estar separados en la parte inferior, pero unidos en la parte superior, por el mismo anillo. Lo harán así para ambos esquinas posteriores. 25 Deben haber ocho armazones, unidos a sus bases de plata. Deben haber dieciséis bases en total. Dos debajo del primer armazón, dos marcos debajo del próximo armazón, y así subsiguientemente. 26 Harán barras transversales de madera de acacia --cinco para los armazones de un lado del tabernaculo, 27 cinco barras transversales para los armazones del otro lado del tabernáculo, y cinco barras transversales para los armazones en el lado oeste del tabernáculo. 28 La barra transversal en el centro de los armazones es decir, a mitad de la barra, debe alcanzar de un extremo al otro. 29 Cubrirán los armazones con oro. Fabricarán anillos de oro, para ellos que sirvan de sujetadores para las barras transversales, y cubrirán las barras con oro. 30 Deben configurar el tabernáculo siguiendo el plan que se les enseñó en la montaña. 31 Harán una cortina de tela de lana fina azul, púrpura, y escarlata, con diseños de querubines, el trabajo de un artesano diestro. 32 Deben colgarla en cuatro pilares de madera de acacia cubiertas de oro. Estos pilares deben tener ganchos de oro en cuatro bases de plata. 33 Deben colgar la cortina debajo de broches, y deben traer el arca del testimonio. La cortina es para separar el Lugar Santo del Lugar Santísimo. 34 Colocarán la cubierta de arca de expiación sobre el arca del testimonio, el cual está en el lugar santísimo. 35 Colocarán la mesa afuera de la cortina. El candelero debe ser colocado en el lado opuesto a la mesa en el lado sur del tabernáculo. La mesa debe estar en el lado norte. 36 Harás un tápiz para la entrada a la tienda de campaña. Lo harán de tela azul, púrpura, y escarlata y lino fino torcido, trabajo de un bordador. 37 Para colgarlo, deben hacer cinco pilares de acacia cubiertos de oro. Los ganchos deben ser de oro, y deben fundir bases de bronce para ellos.

27

1 Debes hacer el altar de madera de acacia, cinco codos de largo y cinco codos de ancho. El altar nesecita ser cuadrado de tres codos de alto. 2 Debes hacer las extenciones de las cuatro esquinas en forma de cuernos de buey. Los cuernos serán de una pieza con el altar, y tu deberás cubrirlos con bronce. 3 Debes hacer el equipo para el altar: un caldero para los cenizas, y tambien palas, tazones, tenedor para carne y braseros. Debes hacer todos estos utencilios con bronce. 4 Debes hacer rejas para el altar, una red de bronce. Haz argollas de bronce para cada una de sus cuatro esquinas. 5 Debes poner las rejas debajo del borde del altar, desde la mitad hacia abajo. 6 Debes hacer varas para el altar, varas de madera acacia, y debes revestirlas con bronce. 7 Las varas deben de meterlas en las argollas, y las varas deben estar en los dos lados de altar, para cargar. 8 Debes hacer el altar hueco, de tablas. Debes hacerlo de la misma manera como se te mostró en el monte. 9 Debes hacer un patio para el tabernáculo. Debe haber cortinas en el lado sur del patio, cortinas de lino fino de cien codos de largo. 10 Las cortinas tienen que tener postes, con veinte bases de bronce. También debe haber ganchos amarrados a los postes, como también barras de plata. 11 Así también a lo largo del lado norte, debe haber cortinas de cien codos de largo con veinte postes, veinte bases de bronce, ganchos atados a los postes, y barras de plata. 12 A lo largo del patio en el lado oeste debe haber una cortina de cincuenta codos de largo. Debe haber diez postes y diez bases. 13 El patio también debe ser cincuenta codos de largo en el lado este. 14 Las cortinas para un lado de la entrada debe ser de quince codos de largo. Deben tener tres postes con tres bases. 15 El otro lado también debe tener cortinas de quince codos de largo. Debe tener tres postes y tres bases. 16 El portón del patio debe ser una cortina de veinte codos de largo. La cortina debe estar hecha de material azul, púrpura, y escarlata y lino fino torcido, el trabajo de un tejedor. Debe tener cuatro postes con cuatro bases. 17 Todos los postes del patio deben tener barras de plata, ganchos de plata, y bases de bronce. 18 El largo del patio debe ser de cien codos, la anchura debe ser de cincuenta codos, y la altura de cinco codos con cortinas de lino fino torcido por todo el largo, y bases de bronce. 19 Todo el equipo a ser usado en el tabernáculo, y todos las diez estacas para el tabernáculo y el patio debe estar hechas de bronce. 20 Debes ordenar al pueblo de Israel que traigan aceite de oliva, puro y presionado, para las lámparas para que puedan arder contínuamente. 21 En la tienda de reunión, afuera de la cortina que está al frente del tabernáculo que contiene el arca del testimonio, Aarón y sus hijos deben mantener las lámparas ardiendo ante el SEÑOR, desde el anochecer hasta la mañana. Este requisito debe ser un ordenanza para siempre a través de las generaciones del pueblo de Israel.

28

1 Llama a tu hermano Aarón y sus hijos Nadab, Abiú, Eleazar, e Itamar, para que los israelitas me puedan servir como sacerdotes. 2 Debes hacer para tu hermano, Aarón, las vestiduras que son separadas para mí. Estas vestiduras serán para su honor y esplendor. 3 Deberás hablar a toda persona sabia de corazón, a aquellos que he llenado con espíritu de sabiduría, para que ellos puedan hacer las vestiduras de Aarón y separarlo para que me sirva como mi sacerdote. 4 Las vestiduras que ellos han de hacer serán, un pectoral, un efod, un manto, un abrigo tejido, un turbante, y un cinturón. Ellos deberán hacer estas vestimentas que los separarán para mí. Serán para tu hermano Aarón y sus hijos para que puedan servirme como sacerdotes. 5 Los artesanos deberán usar lino fino, que sea oro, azul, púrpura, y escarlata. 6 Ellos deberán hacer el efod de oro, de azul, púrpura, lana escarlata, y de lino fino torcido. Debe ser el trabajo de un artesano adiestrado. 7 Debe tener dos piezas para los hombros atados a las dos esquinas superiores. 8 El cinturón finamente tejido debe ser como el efod, debe hacerse con un pedazo del efod, hecho de lino fino torcido que sea oro, azul, púrpura y escarlata. 9 Debes tomar dos piedras de ónice y grabarles los nombres de los doce hijos de Israel. 10 Seis de sus nombres deben estar sobre una piedra, y seis nombres deben estar en la otra piedra, en orden del nacimiento de los hijos. 11 Con el trabajo de un joyero que grabe sobre piedra, como un grabado sellado, debes grabar dos piedras con los nombres de los doce hijos de Israel. 12 Deberás montar sobre el engaste el grabado en oro. Deberás colocar las dos piedras sobre las piezas del hombro del efod, para que el SEÑOR recuerde a los hijos de Israel. Aarón cargará sus nombres delante del SEÑOR sobre sus dos hombros como recordatorio a él. 13 Tu engastarás en oro 14 y trenzarás dos cadenas de oro puro como cuerdas, y atarás las cadenas al engaste. 15 Debes hacer un pectoral para tomar decisiones, será el trabajo de un artesano diestro, como la obra del efod. Hazlo de oro, de azul, púrpura y lana escarlata y de lino fino. 16 Deberá ser cuadrado. Debes doblar el pectoral en dos. Debe ser un palmo de largo y un palmo de ancho. 17 Deberás colocarlo en cuatro filas de joyas preciosas. La primera fila debe tener un rubí, un topacio, y una esmeralda. 18 La segunda fila debe tener una turquesa, un zafiro y un diamante. 19 La tercera fila debe tener un jacinto, una ágata y una amatista. 20 La cuarta fila debe tener un berilo, y un ónice, y un jaspe. Deben estar montadas sobre engastes de oro. 21 Las piedras deben estar ordenadas según los doce nombres de los hijos de Israel, todos ordenados por nombres. Deben estar grabados en el sello el nombre representativo de cada una de las doce tribus. 22 Debes hacer en el pectoral cadenas como cuerdas, un trabajo trenzado de oro puro. 23 Debes tener dos anillos de oro para el pectoral y debes pegarlos a las dos puntas del pectoral. 24 Debes pegar las dos cadenas de oro a las dos esquinas del pectoral. 25 Debes pegar las puntas de las cadenas trenzadas a los dos engastes. Entonces, debes pegar las piezas de los hombros en el frente del efod. 26 Debes hacer dos anillos de oro, y debes colocarlos en las otras dos esquinas del pectoral cerca del borde interior. 27 Debes hacer dos anillos de oro adicionales, y los debes adherir abajo en las dos piezas de los hombros al frente y, cerca de la costura encima del cinturón tejido del efod. 28 Debes amarrar el pectoral por sus anillos a las anillos del efod con un cordón azul, para que pueda ser pegado sobre el cinturón tejido. Esto es para que el pectoral no se pueda desprender del efod. 29 Cuando Aarón entre al lugar santo, debe cargar los nombres de los hijos de Israel sobre su corazón en el pectoral de la toma de decisiones, como un contínuo recordatorio delante del SEÑOR. 30 Debes poner el Urim y el Tumim en el pectoral de la toma de decisones, para que pueda estar sobre el corazón de Aarón cuando el vaya delante del SEÑOR. Pues Aarón siempre cargará los medios para poder tomar las decisiones del pueblo de Israel sobre su corazón delante del SEÑOR. 31 Debes hacer el manto del efod completamente de tela púrpura. 32 Debe tener una abertura en el centro para la cabeza. La abertura debe tener una orilla redonda tejida que no se rompa. Esto debe ser el trabajo de un tejedor. 33 En su borde inferior, debes de hacer granadas de tela azul, púrpura y lana escarlata todo alrededor. 34 Deben haber campanas doradas entre todas. Debe de haber una campana dorada y una granada, una campana dorada y una granada, y así sucesivamente, alrededor del ruedo del manto. 35 El manto debe estar sobre Aarón cuando el sirva, para que el sonido pueda ser escuchado cuando el entre al lugar santo delante del SEÑOR y cuando el salga. Esto es para que él no muera. 36 Deberás hacer una placa de oro puro y grabar en ella, como el grabado en el engaste. "Santo para el SEÑOR". 37 Debes pegar esta placa con un cordón azul al frente del turbante. 38 Debe estar en la frente de Aarón, él debe cargar cualquier culpa que pudiera estar atada a las ofrendas sagradas que los israelitas pudieran apartar para el SEÑOR. El turbante siempre debe estar sobre su cabeza para que el SEÑOR pueda aceptar sus presentes. 39 Debes hacer la túnica con lino fino y debes hacer un turbante de lino fino. También deberás hacer un cinturón, trabajo de un tejedor. 40 Para los hijos de Aarón debes hacer túnicas, cinturones, y cintas para su honor y esplendor. 41 Vestirás a Aarón tu hermano, y a sus hijos con él. Los debes ungir, ordenarlos y apartarlos para mí, para que me puedan servir como sacerdotes. 42 Deben hacer para ellos ropa interior para cubrir sus cuerpos desnudos, lo cual cubrirá desde la cintura hasta los muslos. 43 Aarón y sus hijos deberán usar estas vestimentas cuando entren a la tienda de reunión o cuando se acerquen al altar para servir en la lugar santo. Esto lo deberán hacer para no tener culpa, de lo contrario morirán. Esto es una ley permanente para Aarón y sus descendientes.

29

1 Ahora, esto es lo que tienes hacer para separarlos para Mí y para que me sirvan a Mí como sacerdotes. Tomen un toro joven y dos carneros sin mancha, 2 panes sin levadura y tortas sin levadura y mézclenlas con aceite. También, toma obleas sin levadura frotadas con aceite. Haz las obleas usando harina de trigo fina. 3 Tienes que colocarlos en una sola canasta, llevarlos en la canasta y presentarlos junto al toro y los dos carneros. 4 Tienes que presentar a Aarón y a sus hijos a la entrada de la tienda de reunión. Tienes que lavar en el agua a Aarón y a sus hijos. 5 Tienes que llevar las vestiduras y vestir a Aarón con el manto, la falda del efot, el efot y el pectoral, amarrando el cinto de tejido fino del efot alrededor de de su torso. 6 Tienes que colocar el turbante en su cabeza y ponerle la corona santa encima del turbante. 7 Luego toma el aceite para ungir y derrámarlo en su cabeza, y de esta forma estará ungido. 8 Tienes que traer a sus hijos y colocar túnicas sobre ellos. 9 Tienes que vestir a Aarón y a sus hijos con fajas y ponerles una cintas en sus cabezas. El trabajo sacerdotal le pertenecerá a ellos como ley permanente. De esta forma, tienes que consagrar a Aarón y a sus hijos para que ellos me sirvan. 10 Tienes que traer al toro ante la tienda de reunión, y Aarón y sus hijos tienen que posar sus manos en la cabeza de éste. 11 Tienes que matar al toro delante de Mí, el SEÑOR, en la entrada de la tienda de reunión. 12 Tienes que tomar parte de la sangre del toro y ponerla en los cuernos del altar con tu dedo, y tienes que derramar el resto de la sangre en la base del altar. 13 Tienes que tomar toda la grasa que cubre los órganos, y también tomar la cubierta del hígado y los dos riñones con la grasa que está en ellos; quémalo todo en el altar. 14 Pero en cuanto a la carne del toro, así como su piel y el excremento, tienes que quemarlas fuera del campamento. Esto será una ofrenda por el pecado. 15 También tienes que tomar un carnero y Aarón y sus hijos tienen que posar sus manos en la cabeza del carnero. 16 Tienen que matar el carnero, luego tomar su sangre y rociarla en todas las partes del altar. 17 Tienes que cortar el carnero en piezas, lavar sus órganos y sus piernas, tomar sus órganos junto con sus pedazos y la cabeza, y colocarlas 18 en el altar. Luego quemar el carnero completo. Será una ofrenda quemada para Mí, el SEÑOR. Producirá un dulce aroma para Mí; será una ofrenda hecha para Mí por el fuego. 19 Entonces, tienes que tomar al otro carnero y Aarón y sus hijos tienen que posar sus manos en la cabeza del carnero. 20 Luego tienes que matar al carnero y tomar un poco de su sangre. Colócala en el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, en el lóbulo de la oreja derecha de cada uno de sus hijos, en el pulgar de sus manos derechas y en el dedo gordo de sus pies derechos. Luego tienes que esparcir la sangre contra cada lado del altar. 21 Tienes que tomar un poco de la sangre que está en el altar y un poco del aceite para ungir y esparcirla toda sobre Aarón, sus vestiduras y también sobre sus hijos y sus vestiduras. Así, Aarón estará separado para Mí, así como sus vestiduras, sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él. 22 Tienes que tomar la grasa del carnero, la grasa de su rabo, la grasa que cubre sus órganos, la cobertura del hígado, los dos riñones y la grasa que hay en ellos y la cadera derecha, ya que este carnero es la consagración del sacerdote para Mí. 23 Tomarás una hogaza de pan, una torta de pan hecho con aceite y una oblea fuera de la canasta del pan sin levadura, delante de Mí, el SEÑOR. 24 Tienes que poner esto en manos de Aarón y en las manos de sus hijos y agitarlos delante de Mí como una ofrenda movida delante de el SEÑOR. 25 Luego tienes que tomar la comida de sus manos y quemarla en el altar con la ofrenda quemada. Esto producirá un dulce aroma para Mí; será una ofrenda hecha para Mí por fuego. 26 Tienes que tomar la pechuga del carnero de Aarón para la dedicación y agitarlos como una ofrenda de movimiento delante de el SEÑOR y ésta será tu parte. 27 Tienes que separar para Mí la pechuga de la ofrenda que ha sido agitada y la cadera que es la contribución para los sacerdotes, la pechuga que ha sido agitada y la cadera que ha sido contribuida para Aarón y sus hijos. 28 Estas porciones de carne dadas por los Israelitas tienen que siempre pertenecer a Aarón y a sus descendientes. Por las regulaciones de las ofrendas de comunión, estas ofrendas serán para los sacerdotes escogidos por los Israelitas, ofrendas presentadas a Mí, el SEÑOR. 29 Las santas vestiduras de Aarón también tienen que ser reservadas para su descendencia. Ellos serán ungidos en ellas y serán ordenados por Mí en ellas. 30 El sacerdote que lo herede de entre sus hijos, quien entre en la tienda de reunión para servirme a Mí en el lugar santo, tendrá que llevar las vestiduras por siete días. 31 Tienes que tomar al carnero de la instalación de los sacerdotes para Mí y hervir su carne en el lugar santo. 32 Aarón y sus hijos tienen que comer la carne del carnero y el pan que está en la canasta en la entrada de la tienda de reunión. 33 Ellos tienen que comer la carne y el pan que les fue dado para expiarlos y ordenarlos, para que fueran separados para Mí. Nadie más puede comer esa comida, porque tienen que tratarla como consagrada para Mí, servida por Mí. 34 Si alguna de esta carne de la ofrenda de ordenación, o cualquier pan, permaneciere hasta la mañana siguiente, entonces tienes que quemarla. No puede comerse, porque ha sido separada para Mí. 35 De esta manera, siguiendo todo lo que Yo te he ordenado a ti que hagas, tienes que tratar a Aarón y a sus hijos. Por siete días tienes que prepararlos. 36 Cada día tienes que ofrecer un toro como ofrenda de pecado para la expiación. Tienes que purificar el altar haciendo expiación por el mismo, y tienes que ungirlo para separarlo para Mí. 37 Por siete días tienes que hacer la expiación del altar y separarlo para el SEÑOR. Luego el altar estará completamente separado para Mí. Cualquier cosa que toque el altar estará separado para el SEÑOR. 38 Tienes que regularmente ofrecer en el altar, cada día, dos corderos de un año. 39 Tienes que ofrecer un cordero en la mañana y el otro cordero deberán ofrecerlo al atardecer. 40 Con el primer cordero, ofrece una décima de harina fina mezclada con la cuarta parte de un litro de aceite de olivos prensados y la cuarta parte de un litro de vino como ofrenda de bebida. 41 Deberán ofrecer el segundo cordero al atardecer. Deberán ofrecer el mismo grano que ofrecieron en la mañana y la misma ofrenda de bebida. Esto producirá un dulce aroma para Mí; será una ofrenda hecha para Mí por el fuego. 42 Éstas deben ser ofrendas quemadas que se hagan regularmente a través de las generaciones. Deberán hacerlas en la entrada de la tienda de reunión delante de Mí, el SEÑOR, donde me encontraré con ustedes para hablarles. 43 Allí será donde me encontraré con los Israelitas, en la tienda que ha sido separada para Mí por mi gloria. 44 Yo separaré la tienda de reunión y el altar para esos que se encuentren conmigo a solas. También separaré a Aarón y a sus hijos para que me sirvan como sacerdotes. 45 Yo viviré entre los Israelitas y seré su Dios. 46 Ellos conocerán que yo soy el SEÑOR, su Dios, quien los sacó de la tierra de Egipto para que Yo pueda vivir entre ellos. Yo soy el SEÑOR, su Dios.

30

1 Ustedes harán un altar para quemar incienso. Lo harán con madera de acacia. 2 Su largo debe ser de un codo y su ancho de un codo. Debe ser cuadrado y su altura debe ser de dos codos. Sus cuernos deben ser hechos de una sola pieza. 3 Deben cubrir el altar de incienso con oro puro- su tope, sus lados, y sus cuernos. Deben hacer una frontera circundante de oro para ello. 4 Deben hacer dos anillos de oro para atarlos a este por debajo de su borde en sus dos lados opuestos. Los anillos deben ser portadores de postes para cargar el altar. 5 Deben hacer los postes de madera de acacia y deben cubrirlos con oro. 6 Deben colocar el altar de incienso delante de la cortina que está al lado del arca del testimonio. Estará antes de la tapa de la expiación que está sobre el arca del testimonio, donde Me encontraré con ustedes. 7 Aarón debe quemar incienso fragante cada mañana. Debe quemarlo cuando prepare las lámparas. 8 Cuando Aarón encienda las lámparas nuevamente al anochecer, deberá quemar el incienso en el altar del incienso. Este debe ser quemado de forma regular ante mí, el SEÑOR, a lo largo de todas las generaciones de tu pueblo. 9 Pero ustedes no ofrecerán ningún otro incienso en el altar del incienso, ni ninguna ofrenda quemada u ofrenda de grano. No derramarán ninguna ofrenda de bebida sobre ello. 10 Aarón debe hacer expiación en los cuernos del altar del incienso una vez al año. Él deberá hacer esto usando la sangre de la ofrenda de pecado de la expiación. El sumo sacerdote debe hacer esto durante todas las generaciones de tu pueblo. Esta ofrenda será separada completamente para Mí, el SEÑOR." 11 el SEÑOR habló a Moises y dijo: 12 "Cuando hagas un censo de los Israelitas, entonces cada persona debe dar un rescate por su vida al SEÑOR. Debes hacer esto luego de contarlos, para que no haya ninguna plaga entre ellos cuando los cuentes. 13 Todo el que es contado durante el censo debe pagar un siclo de plata de acuerdo al peso del ciclo del santuario ( el ciclo es igual a veinte gerahs). Este medio ciclo será una ofrenda para Mí, el SEÑOR. 14 Todo el que sea contado, de veinte años hacia arriba, deberá darme esta ofrenda a Mí. 15 Cuando las personas Me den esta ofrenda para hacer expiación por sus vidas, los ricos no deben dar más de medio ciclo, y los pobres no deben dar menos. 16 Deberás recibir este dinero de la expiación de los Israelistas y debes asignarlo al trabajo de la tienda de la reunión. Debe ser un recordatorio a los Israelitas ante Mí, el hacer expiación por sus vidas." 17 El SEÑOR habló a Moises y dijo: 18 "También debes hacer una vasija de bronce con un soporte de bronce, una vasija para el lavado. Lo debes colocar entre la tienda de la reunión y el altar, y debes colocar agua en el. 19 Aarón y sus hijos deben lavar sus manos y sus pies con el agua dentro de ella. 20 Cuando entren a la tienda de la reunión o cuando estén cerca del altar para servirme quemando una ofrenda, deben lavarse con agua para que no mueran. 21 Deberán lavar sus manos y pies para que ellos no mueran. Esto debe ser una ley permanente para Aarón y sus descendientes a lo largo de todas las generaciones de su gente." 22 El SEÑOR le habló a Moisés y dijo: 23 "Toma estas especias finas: quinientos siclos de mirra que fluye, 250 siclos de canela dulce y olorosa, 250 siclos de caña dulce y olorosa, 24 quinientos siclos de casia, medidos por el peso del siclo del santuario, y un hin de aceite de oliva. 25 Harás aceite de unción santo con estos ingredientes, el trabajo de un perfumista. Será aceite de unción santo reservado para Mí. 26 Deberás ungir la tienda de reunión con este aceite, también el arca del testimonio, 27 la mesa y todos sus utensilios, el candelabro y su equipo, el altar del incienso, 28 el altar para quemar ofrendas con todo su equipo, y la vasija con su estante. 29 Deberás separarlos para Mí para que sean santos para Mí. Cualquier cosa que los toque también será santo. 30 Deberás ungir a Aarón y a sus hijos y ponerlos aparte para Mí para que Me sirvan como sacerdotes. 31 Deberás decirle a los Israelitas: 'Este deberá ser un aceite de unción el cual es separado para el SEÑOR a lo largo de las generaciones de tu pueblo. 32 No debe ser aplicado a la piel de la gente, ni podrá hacerse ningún aceite como éste con la misma fórmula, porque está separado para el SEÑOR. Deberás considerarlo de esta manera. 33 Cualquiera que haga perfume como éste, o cualquiera que se lo unte a alguien, esa persona deberá ser separada de su pueblo.'" 34 El SEÑOR dijo a Moisés: "Toma especias- estacte, uña aromática, y gálbano - especias dulces junto al incienso puro, ambos en cantidades iguales. 35 Hazlo en forma de incienso, mezclado por un perfumista, sasonado con sal, puro y ponlo aparte. 36 Lo vas a moler en una mezcla muy fina. Coloca parte enfrente del arca del testimonio, el cual está ubicado en la tienda de reunión, donde Me encontraré contigo. Lo considerarás como muy sagrado para Mí. 37 En cuanto a este incienso que tú harás, no debes hacer ninguno con la misma fórmula para ustedes mismos. Debe ser de lo más sagrado para tí. 38 Quienquiera haga algo similar para usar como un perfume debe ser separado de su pueblo."

31

1 El SEÑOR habló a Moisés y dijo: 2 "Mira, he llamado por nombre a Bezalel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá. 3 He llenado a Bezalel con Mi Espíritu, para darle sabiduría, entendimiento y conocimiento, para todo tipo de artesanía, 4 para hacer diseños artísticos y para trabajar en oro, plata y bronce; 5 también para cortar y colocar piedras y tallar madera, para hacer todo tipo de artesanía. 6 Ademas de él, he nombrado a Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan. He puesto habilidad en los corazones de todos los que son sabios para que puedan hacer todo lo que yo te he mandado. Esto inlcuye 7 la tienda de reunión, el arca del testimonio, la tapa de expiación sobre el arca y todos los muebles de la tienda: 8 la mesa y sus utensilios, el candelabro puro con todo su equipo, 9 el altar de incienso, el altar para ofrendas quemadas con todo su equipo, y la basija grande con su base. 10 Esto también incluye las vestiduras finamente tejidas: las vestiduras santas para Aarón el sacerdote y las de sus hijos, reservados para Mí para que puedan servir como sacerdotes. 11 Esto también incluye el aceite de unción y el incienso dulce para el lugar santo. Estos artesanos harán todas estas cosas justo como Yo te he mandado. 12 El SEÑOR habló a Moisés y dijo: 13 "Dile a los Israelitas: 'ciertamente guardarán los días de Reposo del SEÑOR, porque ésto será una señal entre Él y ustedes a través de las generaciones de sus pueblos para que ustedes sepan que él es el SEÑOR, quien los separa para Sí mismo. 14 Así que guardarán el Día de Reposo, porque tiene que ser tratado por ustedes como santo, reservado para Él. Todo el que lo deshonre ciertamente tendrá que ser puesto a muerte. Todo el que trabaje en el Día de Reposo, esa persona ciertamente deberá ser cortada de su gente. 15 El trabajo se hará por seis días pero el séptimo día será un día de completo Reposo, santo, reservado para el honor del SEÑOR. Cualquiera que haga cualquier trabajo en el Día de Reposo, ciertamente deberá ser puesto a muerte. 16 Por lo tanto, los Israelitas tendrán que guardar el Día de Reposo. Lo tendrán que observar a través de las generaciones de su gente como una ley permanente. 17 El Día de Reposo siempre será una señal entre el SEÑOR y los Israelitas, ya que en seis días el SEÑOR hizo el cielo y la tierra, y en el séptimo día descansó y fue refrescado." 18 Cuando Dios hubo terminado de hablar con Moisés en el Monte Sinaí, le dio dos tablas de decretos de pacto, echas de piedra, escritas con Su propia mano.

32

1 Cuando el pueblo vió que Moisés se demoraba en bajar de la montaña, ellos fueron con Aarón y le dijeron: "Ven, haznos un ídolo para que vaya delante de nosotros. Porque de este tal Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no se sabe qué ha pasado con él. 2 Así que Aarón les dijo: "Quiten las argollas de oro de sus mujeres, hijos e hijas, y entreguenmelas." 3 Todas las personas se quitaron las argollas de oro que tenían en sus orejas y las trajeron a Aarón. 4 Él recibió el oro de ellos, lo fundió en un molde y lo hizo en forma de becerro. Entonces el pueblo dijo: "Israel, este es tu dios que te saco de la tierra de Egipto." 5 Cuando Aarón vió esto, construyó un altar ante el becerro e hizo una proclamación; él dijo: "Mañana será el festival en honor al SEÑOR." 6 El pueblo se levantó temprano al próximo día y ofreció ofrendas quemadas y trajeron ofrenda de paz. Entonces se sentaron a comer y a beber, y luego se levantaron a parrandear en celebración salvaje. 7 Entonces el SEÑOR habló a Moisés: "Vé rápido, porque tu pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto, se ha corrompido. 8 Han abandonado rápidamente el camino que le ordené. Han formado un becerro y lo han adorado con sacrificios. Han dicho: 'Israel, éste es tu dios el que te saco de la tierra de Egipto.'" 9 Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "He visto este pueblo. Míralo, son un pueblo altivo. 10 Ahora, no trates de detenerme. Mi furia ardera fuerte en contra ellos, así que lo destruiré. Entonces haré de tí una gran nación." 11 Pero Moisés trató de calmar al SEÑOR su Dios. Le dijo: "SEÑOR, ¿por qué tu furia arde en contra de tu pueblo, el cual sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con asombrosa mano? 12 ¿Porque deberían decir los Egipcios: 'Él los saco con maléfica intención, para matarlos en las montañas y destruírlos de la faz de la tierra?' Vuélvete de tu furia ardiente y arrepiéntete de este castigo contra tu pueblo. 13 Acuérdate de Abraham, Isaac y de Israel, tus siervos, a quienes juraste por tí mismo y les dijiste: 'Haré a tu descendencia como las estrellas de los cielos, y le daré a tus descendientes toda esta tierra de la cual le he hablado. Ellos la heredarán para siempre.'" 14 Entonces el SEÑOR cedió del castigo que dijo le inflijaría a su pueblo. 15 Entonces Moisés se volteó y bajó de la montaña, cargando en sus manos las dos tablas de los decretos del pacto. Las dos tablas fueron escritas en ambos lados, por frente y por detrás. 16 Las tablas eran el propio trabajo de Dios, y la escritura era la propia escritura de Dios, grabada en ellas. 17 Cuando Josué escuchó el alboroto del pueblo que gritaba, le dijo a Moisés: "Hay un alboroto de combate en el campamento." 18 Pero Moisés le dijo: "No es el sonido de victoria y tampoco de un pueblo en derrota, sino más bien el sonido de cánticos el que escucho." 19 Cuando Moisés se acercó al campamento, vió a el becerro y al pueblo danzando también. Él se enojó mucho. Tiró las tablas de sus manos y las rompió al pié de la montaña. 20 Tomó el becerro que el pueblo hizo, lo quemó, lo molió en polvo, y lo derramó en el agua. Entonces hizo que el pueblo de Israel bebiera del agua. 21 Luego Moisés le preguntó a Aarón: "¿Qué te hizo este pueblo, que le haz traído tan grande pecado sobre ellos?" 22 Aarón le contestó: "No dejes que tu furia arda, mi señor. Tú conoces este pueblo, y cómo se confabulan para hacer el mal. 23 Ellos me dijeron: 'Haznos un dios que vaya delante de nosotros. De este tal Moisés, el hombre que nos saco de la tierra de Egipto, no sabemos qué ha sucedido con él. 24 Así que les dijé, 'todo aquél que tuviese oro puesto que se lo quitara.' Ellos me dieron el oro y yo lo tiré al fuego, y salió este becerro." 25 Moisés vió que el pueblo corría salvajemente (dado que Aarón los había dejado salirse de control, causando que sus enemigos se burlaran de ellos). 26 Entonces Moisés se detuvo a la entrada del campamento y dijo: "Todo aquél que esté del lado del SEÑOR, venga conmigo." Entonces todos los Levitas se reunieron a su lado. 27 Entonces él les dijo: "El SEÑOR, el Dios de Israel, dice así: Que cada hombre saque su espada y vaya de entrada a entrada através del campamento, y mate con esta a su hermano, a su acompañante, y a su vecino." 28 Los Levitas hicieron lo que Moisés les ordenó. Ese día murieron cerca de tres mil personas. 29 Entonces Moisés dijo a los Levitas: "Ustedes han sido ubicados hoy al servicio del SEÑOR, dado que cada uno ha tomado acción en contra de su hijo y de su hermano, por lo cual el SEÑOR entregará una bendición hoy." 30 Al próximo día Moisés le dijo al pueblo: "Ustedes han cometido un gran pecado. Ahora subiré donde el SEÑOR. Quizás pueda hacer una expiación por su pecado." 31 Moisés regresó donde el SEÑOR y dijo: "Óh, este pueblo ha cometido un gran pecado y se ha hecho un ídolo de oro. 32 Ahora bien, perdona su pecado; más si no lo haces, sácame del libro que haz escrito." 33 El SEÑOR le contestó a Moisés: "Todo aquél que haya pecado contra mí, esa persona será borrada de mi libro. 34 Así que ahora ve, guía a mi pueblo hasta el lugar que he hablado. Fíjate, mi ángel irá delante de tí. Pero en el día que los castigue, los castigaré por su pecado." 35 Entonces el SEÑOR envió una plaga al pueblo porque había hecho un becerro, el que Aarón formó.

33

1 El SEÑORé habló a Moisés: "Sal de aquí, tú y la gente a quien haz traído de la tierra de Egipto. Vayan a la tierra acerca de la cual hice un juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob, cuando les dije: 'Yo se la daré a tus descendientes.' 2 Yo enviaré un ángel delante de ustedes, y sacaré a los Cananeos, Amorreos, Hititas, Ferezeos, Heveos y Jebuseos. 3 Vayan a la tierra, que está fluyendo con leche y miel, pero no iré con ustedes, porque son personas tercas. Yo podría destruirles en el camino." 4 Cuando la gente escuchó estas palabras preocupantes, hicieron duelo y nadie se puso joya alguna. 5 El SEÑOR le había dicho a Moisés: "Dile a los Israelitas: 'Ustedes son personas tercas. Si Yo fuera entre ustedes tan sólo un momento, Yo los destruiría. Así que ahora, quiten sus joyas para decidir qué hacer con ustedes." 6 Así que los Israelitas no usaron ninguna joya desde el Monte Horeb en adelante. 7 Moisés tomó una tienda de campaña y la colocó fuera del campamento, lejos del campamento. La llamó la tienda de la reunión. Todo aquel que le pedía algo a el SEÑOR iba a la tienda de la reunión, fuera del campamento. 8 Cuando Moisés iba a la tienda de campaña, toda la gente se paraba a la puerta de su tienda y miraba a Moisés hasta que entraba a la tienda. 9 Cada vez que Moisés entraba a la tienda, bajaba la columna de nube y se situaba a la entrada de la tienda, y el SEÑOR hablaba con Moisés. 10 Cada vez que toda la gente veía la columna de nube en la entrada de la tienda, se levantaban y adoraraban, cada hombre a la entrada de su tienda. 11 El SEÑORhablaba con Moisés cara a cara, como un hombre habla con su amigo. Luego Moisés regresaba al campamento, pero su siervo Josué hijo de Nun, un hombre jóven, se quedaba en la tienda. 12 Moisés le dijo al SEÑOR: "Mira, Me haz dicho: 'Lleva a esta gente en su viaje,' pero no me has dicho a quién enviarás conmigo. Haz dicho: 'te conozco por tu nombre, y además haz encontrado favor ante mi vista.' 13 Ahora si he encontrado favor ante tu vista, muéstrame Tus caminos para que Te pueda conocer y siga encontrando favor ante tu vista. Recuerda que esta nación es tu pueblo. 14 El SEÑOR contesto: "Mi propia presencia irá contigo, y Yo te daré descanso." 15 Moisés le dijo: "Si tu presencia no va con nosotros, no nos saques de aquí. 16 Porque de lo contrario, ¿cómo se sabrá que tu pueblo y yo hemos encontrado favor ante tu vista? ¿No será solamente si tú vas con nosotros para que tu pueblo y yo seamos diferentes de todos los demás que están sobre la faz de la tierra?" 17 El SEÑOR le dijo a Moisés: "También haré esto que me haz pedido, por que haz encontrado favor ante mi vista, y te conozco por tu nombre." 18 Moisés dijo: "Por favor enséñame tu gloria." 19 El SEÑOR dijo: "Haré que toda mi bondad pase frente a tí, y proclamaré mi nombre 'El SEÑOR' ante tí. Seré compasivo con el que seré compasivo, y mostraré misericordia a quien le muestre misericordia." 20 Pero el SEÑOR dijo: "No podrás ver mi rostro, ya que nadie me puede ver y vivir." 21 El SEÑOR dijo: "Mira, aquí hay un lugar cerca de Mí; tú te pondrás en pie sobre esta roca. 22 Mientras Mi gloria pase, Yo te pondré en una hendidura de la roca y te cubriré con Mi mano hasta que Yo haya pasado. 23 Después quitaré mi mano, y verás mi espalda, pero Mi rostro no será visto."

34

1 El SEÑOR le dijo a Moisés: "Corta dos tablas de piedra como las primeras tablas. Yo escribiré en estas tablas las palabras que estaban escritas en las primeras tablas, las tablas que tú rompiste. 2 Esté listo en la mañana y sube al Monte Sinaí, y preséntate allí a Mí en la cima de la montaña. 3 Nadie podrá subir contigo. No permitas que nadie más sea visto en ningún lugar de la montaña. Ningún rebaño o manada ni siquiera pueden comer frente de la montaña." 4 Así que Moisés cortó dos tablas de piedra como las primeras, y se levantó temprano en la mañana y subió al Monte Sinaí, como el SEÑOR le instruyó. Moisés cargó las tablas de piedra en su mano. 5 El SEÑOR bajó en la nube y se paró junto a Moisés allí, y pronunció el nombre "SEÑOR." 6 El SEÑOR pasó frente a él y proclamó: "SEÑOR, SEÑOR, Dios es misericordioso y gentil, lento para enfadarse, y abundante en fidelidad de pacto e integridad, 7 manteniendo la fidelidad de pacto por miles de generaciones, perdonando iniquidades, transgresiones y pecados. Pero Él por ningún medio perdonará al culpable. Él traerá castigo por los pecados de los padres en sus hijos y en los hijos de sus hijos, tan lejos como la tercera y cuarta generación." 8 Moisés rápidamente bajó su cabeza hacia el suelo y adoró. 9 Luego él dijo: "Si ahora he encontrado favor en tu vista, mi Señor, por favor ve con nosotros, porque este pueblo es obstinado. Perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos como tu herencia." 10 El SEÑOR dijo: "Observa, Yo estoy apunto de hacer un pacto. Ante todo tu pueblo, Yo haré maravillas como no se han hecho en toda la tierra ni en nación alguna. Todas las personas de entre ustedes verán mis obras, porque algo temible es lo estoy haciendo con ustedes. 11 Obedece lo que te ordeno hoy. Yo estoy apunto de expulsar ante ustedes a los Amorreos, Cananeos, Hititas, Ferezeos, Heveos, y Jebuseos. 12 Tengan cuidado de no hacer pacto con los habitantes de las tierras a donde irán, o ellos se convertirán en una trampa entre ustedes. 13 En su lugar, tienen que romper los altares de ellos, aplastar sus pilares de piedra, y cortar sus postes de Asera. 14 Porque no pueden adorar a ningún otro dios, pues Yo, el SEÑOR, cuyo nombre es 'Celoso', soy un Dios celoso. 15 Así que ten cuidado de no hacer pacto con los habitantes de la tierra, pues se prostituyen a sí mismos para sus dioses y se sacrifican a sus dioses. Entonces uno de ellos te invitará y tú comerás algo de sus sacrificios, 16 e incluso tú tomarás algunas de sus hijas para tus hijos, y sus hijas se prostituirán a sí mismas para sus dioses, y ellos harán que tus hijos se prostituyan a sus dioses. 17 No hagan para ustedes mismos dioses de metal fundido. 18 Tienes que mantener el Festival de los Panes sin Levadura. Como Yo te ordené, tú tienes que comer pan sin levadura por siete días en el tiempo señalado en el mes de Abib, porque fue en el mes de Abib que saliste de Egipto. 19 Todos los primeros en nacer son Míos, hasta los machos primerizos del ganado, tanto el buey como la oveja. 20 Tienes que volver a comprar el primer nacido de un burro y un cordero, pero si no lo vuelves a comprar, entonces tienes que romper su cuello. Tienes que volver a comprar todos los primerizos de tus hijos. Nadie puede presentarse ante Mí con las manos vacías 21 Tienes que trabajar por seis días, pero al séptimo día tienes que descansar. Incluso en el tiempo de arar y en el de la cosecha, tienes que descansar. 22 Tienes que observar el Festival de la Semana con el primer rendimiento de la cosecha del trigo, y tienes que observar el Festival de la Cosecha al final del año. 23 Todos tus hombres tienen que presentarse ante Mí, el SEÑOR, el Dios de Israel, tres veces cada año. 24 Pues yo traeré a las naciones delante de ti y expandiré tus fronteras. Nadie deseará invadir tus tierras y tomarlas cuando vengas ante Mí, el SEÑOR tu Dios, tres veces cada año. 25 No puedes ofrecer la sangre de Mi sacrificio con ninguna levadura, ni ninguna carne del sacrificio del Festival de la Pascua puede quedarse hasta la mañana. 26 Tienes que traer lo mejor de los primeros frutos de tus campos a Mi casa. No puedes hervir a un cabrito en la leche de su madre." 27 El SEÑOR le dijo a Moisés: "Escribe estas palabras, porque Yo mismo prometo estas palabras que he hablado, y he hecho un pacto contigo y con Israel." 28 Moisés estuvo ahí con el SEÑOR por cuarenta días y noches; él no comió ninguna comida ni tomó agua alguna. Él escribió en las tablas las palabras del pacto, los diez Mandamientos. 29 Cuando Moisés bajó del Monte Sinaí con las dos tablas del pacto del decreto en sus manos, él no sabía que la piel de su cara se había vuelto resplandeciente mientras estaba hablando con Dios. 30 Cuando Aarón y los Israelitas vieron a Moisés, la piel de su cara estaba brillando, y ellos tuvieron temor de acercarce a él. 31 Pero Moisés los llamó, y Aarón y todos los líderes de la comunidad subieron donde él. Luego Moisés habló con ellos. 32 Después de esto, todo el pueblo de Israel subió donde Moisés, y él les dijo todos los mandamientos que el SEÑOR le había dado en el Monte Sinaí. 33 Cuando Moisés había terminado de hablar con ellos, se puso un velo sobre su rostro. 34 Cada vez que Moisés se presentaba ante el SEÑOR para hablar con Él, éste se removía el velo hasta que salía. Cuando él salía, le decía a los Israelitas lo que se le había ordenado a decir. 35 Cuando los Israelitas vieron el rostro de Moisés brillar, éste se ponía el velo sobre su rostro ora vez hasta que volvía y entraba a hablar con el SEÑOR.

35

1 Moisés reunió a toda la comunidad de los israelitas y les dijo: "Estas son las cosas que el SEÑOR les ha ordenado hacer a ustedes. 2 En seis días trabajo se puede hacer, pero para ustedes, el séptimo día debe ser un día santo, un día sábado de completo descanso, santo para el SEÑOR. Quienquiera que haga cualquier trabajo en ese día debe ser puesto a muerte. 3 Ustedes no deben encender un fuego en ninguno de sus hogares en el día de reposo." 4 Moisés habló a toda la comunidad de los israelitas, diciendo: "Esta es la cosa que el SEÑOR ha ordenado. 5 Tomen una ofrenda para el SEÑOR, todos ustedes que tienen un corazón dispuesto. Traigan una ofrenda al SEÑOR, oro, plata, bronce, 6 azul, violeta, y lana escarlata y lino fino; cabello de cabras; 7 pieles de carnero pintadas de rojo y cueros de marsopa; madera de acacia; 8 aceite para las lámparas del santuario, especias para el aceite ungido y el incienso fragante, 9 piedras de ónice y otras piedras preciosas para que sean fijadas al efod y pectoral. 10 Todo hombre hábil entre ustedes vendrá, y harán todo lo que el SEÑOR ha ordenado, 11 el tabernáculo con su tienda, su cubierta, sus ganchos, marcos, barras, postes y bases; 12 también el arca con sus astas, la tapa de expiación, y la cortina para sellarla. 13 Ellos trajeron la mesa con sus astas, todos sus utensilios, y el pan de la presencia; 14 el candelabro para las luces, con sus accesorios, sus lámparas, y el aceite para las lámparas; 15 el incienso del altar con sus astas, el aceite ungido y el incienso fragante; el colgante para la entrada del tabernáculo; 16 el altar para los holocaustos con su reja de bronce y sus astas y utensilios; y la cuenca grande con su base. 17 Ellos trajeron los colgantes para el patio con sus astas y bases, y la cortina para la entrada del patio; 18 y las estacas de tienda para el tabernáculo y patio, junto con sus cuerdas. 19 Ellos trajeron las vestiduras finamente tejidas para servir en el lugar santo, las vestiduras santas para Aarón el sacerdote y sus hijos, para que ellos sirvieran como sacerdotes." 20 Entonces todas las tribus de Israel se fueron lejos de la presencia de Moisés. 21 Todo a quien su corazón lo animó y a quien su espíritu hizo dispuesto a venir y traer una ofrenda para el SEÑOR para la construcción del tabernáculo, para todos los elementos de servicio en el, y para las vestiduras santas. 22 Ellos vinieron, ambos hombres y mujeres, todos quienes tenían un corazón dispuesto. Ellos trajeron broches, aretes, anillos, y ornamentos, todo tipo de joyería de oro. Ellos todos presentaron ofrendas de oro como una ola de ofrenda al SEÑOR. 23 Todo aquel que tenía lana azul, violeta o escarlata, lino fino, cabello de cabra, piel de carnero pintada de rojo, o pieles de marsopa, los trajeron. 24 Todos haciendo una ofrenda de plata o bronce, las trajeron como una ofrenda al SEÑOR, y todos los que tenían madera de acacia para cualquier uso en el trabajo, las trajeron. 25 Toda mujer hábil hiló lana con sus manos y trajo lo que ella había hilado, lana azul, violeta, o escarlata, o lino fino. 26 Todas las mujeres, a quienes sus corazones las animaron y quienes tenían destreza para hilar cabello de cabras. 27 Los líderes trajeron piedras de ónice y otras gemas para ser fijadas al efod y al pectoral; 28 ellos trajeron especias y aceite para las lámparas, para el aceite ungido, y para el incienso fragante. 29 Los israelitas trajeron una ofrenda voluntaria al SEÑOR; todo hombre y mujer, quien su corazón estaba dispuesto, trajo materiales para todo el trabajo que el SEÑOR había ordenado a través de Moisés para ser hecho. 30 Moisés le dijo a los israelitas: "Miren, el SEÑOR ha llamado por nombre en Bezalel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá. 31 Él ha llenado a Bezalel con su Espíritu, para darle sabiduría, entendimeinto y conocimiento, para todos los tipos de artesanía, 32 para hacer diseños artísticos y para trabajar en oro, plata y bronce; 33 también para cortar y fijar piedras y para tallar madera, para hacer todo tipo de diseño y artesanía. 34 Él lo ha puesto en su corazón para enseñar, ambos él y Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan. 35 Él ha los ha llenado con destreza para hacer todo tipo de trabajo, para trabajar como artesanos, como grabadores, como bordadores en lana azul, violeta, y escarlata y lino fino, y como tejedores. Ellos son artesanos en todo tipo de trabajo, y ellos son diseñadores artísticos.

36

1 Así que Bezalel y Aholiab y toda persona hábil a quien el SEÑOR le ha dado destreza y habilidad para conocer cómo hacer cualquier trabajo en la construcción del lugar santo, están para hacer el trabajo de acuerdo a todo lo que el SEÑOR había ordenado." 2 Moisés llamó a Bezael, Aholiab y a toda persona hábil en cuya mente el SEÑOR había dado talento, y cuyo corazón se revolvía dentro de él para ir y hacer el trabajo. 3 Ellos recibieron de Moisés todas las ofrendas que los israelitas habían traído para la construcción del lugar santo. La gente todavía traía ofrenda voluntarias cada mañana a Moisés 4 Así que toda la gente habilidosa trabajando en el lugar santo vino del trabajo que habían estado haciendo. 5 Los artesanos le dijeron a Moisés: "La gente está trayendo más de lo necesario para hacer el trabajo que el SEÑOR nos a ordenado hacer". 6 Entonces Moisés ordenó a que nadie en el campamento debería traer ninguna otra ofrenda para la construcción del lugar santo. Entonces la gente dejó de traer estos regalos. 7 Ellos tenían material más que suficiente para todo el trabajo. 8 Entonces todos los artesanos entre ellos construyeron el tabernáculo con diez cortinas hechas de lino fino y lana azul, púrpura, y escarlata con diseños de querubines. Éste esta el trabajo de Bezael, un artesano muy talentoso. 9 El largo de cada cortina era de veíntiocho codos, el ancho de cuatro codos. Todas las cortinas eran del mismo tamaño. 10 Bezael unió cinco cortinas una con la otra, y las otras cinco cortinas él también las unió la una con la otra. 11 Él hizo nudos de azul a lo largo de los bordes al final de un par de cortinas, e hizo lo mismo a lo largo del borde al final del segundo par de cortinas. 12 Él hizo cincuenta nudos en la primera cortina y cincuenta nudos en el borde al final del segundo par. Así que los nudos estaban opuestos el uno al otro. 13 Él hizo cincuenta corchetes de oro y unió las cortinas con ellos para que el tabernáculo se uniera. 14 Bezael hizo cortinas de pelo de cabra para una tienda sobre el tabernáculo; él hizo once de estas cortinas. 15 El largo de cada cortina era de treinta codos, y el ancho de cada cortina era de cuatro codos. Cada una de las once cortinas era del mismo tamaño. 16 Él unió cinco cortinas a cada una y otras seis cortinas a cada una. 17 Él hizo cincuenta nudos en el borde al final de la cortina del primer grupo, y cincuenta nudos a lo largo del borde al final de la cortina que se unía al segundo grupo. 18 Bezalel hizo cincuenta broches de bronce para unir la carpa para para que esta fuera una sola pieza. 19 Él hizo para el tabernáculo unas cubiertas de piel de carnero teñidas de rojo y otras cubiertas de piel fina que colocó sobre de esta. 20 Bezalel hizo los armazones verticales en madera de acacia para el tabernáculo. 21 El largo de cada marco era diez codos y el ancho de uno y medio codos. 22 Cada marco tenía dos clavijas de madera para unir los marcos. Hizo esto para todos los armazones del tabernáculo. 23 Él hizo todos los armazones para el tabernáculo de esta manera: veinte marcos para el lado sur. 24 Bezalel hizo cuarenta bases de plata para colocar debajo de los veinte marcos. Había dos bases bajo cada marco para unirlas, además dos bases debajo de cada uno de los otros marcos para mantenerlos unidos. 25 Para el segundo lado del tabernáculo, en el lado norte, el construyó veinte marcso 26 y sus cuarenta bases de plata. Habían dos bases debejo del primer marco, dos bases debajo del segundo marco y así sucesivamente. 27 Para la parte posterior del tabernáculo en la parte oeste, Bezalel hizo seis marcos. 28 Hizo dos marcos para las esquinas de la parte de atrás del tabernáculo. 29 Estos marcos estaban separados en la parte inferior, pero unidos en la parte superior por un anillo. Él hizo dos de esta manera para las dos esquinas. 30 Habían ocho marcos, juntos con sus bases en plata. Habían dieciseis bases por todo, dos bases debajo del primer marco, y dos bases debajo del próximo marco y así sucesivamente. 31 Bezalel hizo barras cruzadas de madera de acacia, cinco marcos en un lado del tabernáculo, 32 cinco barras cruzadas para los marcos de la otra parte del tabernáculo, y cinco barras cruzadas para los marcos de la otra parte del tabernáculo al área oeste. 33 Él hizo las barras cruzadas del centro de los marcos, esto es, mitad para arriba, para alcanzar de extremo a extremo. 34 Él cubrió los marcos con oro. Él hizo los anillos de oro, para que sirvieran de sostén para las barras cruzadas y él cubrió las barras de oro. 35 Bezalel hizo la cortina de azul, violeta, y lana escarlata, y de lino fino, con diseños de querubín, la obra de un trabajador habilidoso. 36 Él hizo para la cortina cuatro pilares de madera de acacia, y él las cubrió con oro. Él también hizo ganchos de oro para los pilares, y él fundió para ellos cuatro bases de plata. 37 Él hizo un tápiz para la entrada de la tienda. La hizo de tela azul, púrpura, lana escarlata, usando lino fino, trabajo de un bordador. 38 Él tambien hizo cinco pilares corgantes con ganchos. Cubrió las superficies y varillas con oro. Sus cinco bases fueron fabricadas de bronce.

37

1 Bezalel hizo el arca de madera de acacia. Su largo era de dos y medio codos; su anchura era de un codo y medio; y su altura era de un codo y medio. 2 Él lo cubrió por dentro y por afuera con oro puro e le hizo un borde de oro alrededor de la parte superior. 3 Él fundió cuatro anillos de oro para los cuatro pies, con dos anillos en un lado de él, y dos anillos en el otro lado. 4 El hizo varas de madera de acacia y las cubrió con oro. 5 El colocó las varas dentro de los anillos de los lados del arca, para poder llevar el arca. 6 El hizo una tapa de oro puro para el propiciatorio. Su largo era de dos codos y medio, y su anchura era un codo y medio. 7 Bezalel hizo dos querubines de oro martillado para las dos tapas del propiciatorio. 8 Un querubín era para un extremo de la tapa del propiciatorio, y el otro querubín era para el otro extremo. Eran hechos como una sola pieza con la tapa del propiciatorio. 9 El querubín extendía sus alas hacia arriba y hacía sombra sobre la tapa del propiciatorio. Los querubines estaban de frente el uno al otro y mirando hacia el centro de la tapa del propiciatorio. 10 Bezalel hizo la mesa de madera de acacia. Su longitud era de dos codos, su anchura era un codo, y su altura era un codo y medio. 11 Él lo cubrió con oro puro y colocó un borde de oro puro alrededor de la tapa. 12 Él hizo un marco alrededor de un palmo de ancho, con un borde de oro alrededor para el marco. 13 El fundió cuatro anillos de oro y unió los anillos a las cuatro esquinas, donde estaban los cuatro pies. 14 Los anillos estaban unidos al marco para proveer lugar para las varas, de manera que se pudiera cargar la mesa. 15 Él hizo las varas de madera de acacia y las cubrió con oro, de manera que pudiera cargar la mesa. 16 Él hizo los objetos que estuvieran en la mesa: los platos, cucharas, basijas y jarras a ser usados para derramar las ofrendas. Él los hizo de oro puro. 17 Él hizo el candelero de puro oro martillado. Él hizo el candelero con su base y asta. Sus tazones, sus cálices y sus flores fueron hechos todos de una pieza con el. 18 Seis brazos se extendían hacia afuera en los lados, tres brazos de un lado, y tres brazos del candelero extendida del otro lado. 19 El primer brazo tenia tres tazones hechos como flor de almendro, con una base de cálices y una flor, y tres tazones hechos de flor de almendro en el otro brazo, con una base de cáliz y una flor. Era igual para todos los seis brazos que se extienden hacia afuera del candelero. 20 En el candelero mismo, el asta central, habia cuatro tazones hechos de flor de almendro, con sus bases de cálices y de flores. 21 Había una base de cáliz debajo del primer par de brazos, hechos de una sola pieza, y una base de cáliz debajo del segundo par de brazos, también hechos como una sola pieza con el. De la misma manera había una base de cáliz debajo del tercer par de brazos, hecho de un sola pieza con el. Era lo mismo con todos los seis brazos extendiéndose fuera del candelero. 22 Sus cálices y sus brazos eran todos una sola pieza con el, una sola pieza de trabajo labrada a martillo de oro puro. 23 Bezalel hizo el candelero y sus siete lámparas, sus pinzas y sus bandejas de oro puro. 24 Él hizo el candelero y sus accesorios con un talento de oro puro. 25 Bezalel hizo el altar de incienso. Él lo hizo con madera de acacia. Su longitud era de un codo, y sus anchura de un codo. Era cuadrado, y su altura era de dos codos. Sus cuernos eran hechos de una sola pieza con el. 26 Él cubrió el altar de incienso con oro puro, su parte superior, sus lados, y sus cuernos. Él también hizo un borde alrededor de oro para el. 27 Él hizo dos anillos dorados para ser pegados a el debajo de su borde en sus dos lados opuestos. Los anillos eran los que sostendrían las varas para calgar el altar. 28 Él hizo las varas de madera de acacia, y las cubrió con oro. 29 Él hizo el aceite sagrado de la unción y el incienso puro fragante, el trabajo de un perfumista.

38

1 Bezalel hizo el altar para las ofrendas quemadas de madera de acacia. Era de cinco codos de largo y cinco codos de ancho---un cuadrado--- y tres codos de alto. 2 Él hizo extenciones de sus cuatro esquinas con forma de cuernos de buey. Los cuernos fueron hechos de una pieza junto con el altar, y él lo cubrió con bronce. 3 Él hizo todas las herramientas para el altar--recipientes para las cenizas, palas, tazones, tenedores para carne y parrillas. Él hizo todas estas herramientas con bronce. 4 Él hizo una rejilla para el altar, una red de bronce para que fuera ubicada debajo del estante, hasta la mitad del fondo. 5 Él fundió cuatro anillos para las cuatro esquinas de la rejilla de bronce, como sostenedores para las varas. 6 Bezalel hizo varas de madera de acacia y las cubrió con bronce. 7 Él puso las varas a través de los anillos a los lados del altar, para cargarlo. Él hizo el altar hueco, de tablones. 8 Bezalel hizo el gran tazón de bronce con un soporte de bronce. Él hizo el tazón de espejos pertenecientes a la mujer que servía a la entrada de la tienda de encuentro. 9 Él también hizo el patio. Los cortinajes en el lado sur del patio eran de lino fino, cien codos de largo. 10 Los cortinajes tenían veinte postes, con veinte bases de bronce. Habían ganchos unidos a los postes, como también varillas de plata. 11 Igualmente, a lo largo del lado norte habían cortinajes de cien codos de largo con veinte postes, veinte bases de bronce, ganchos unidos a los postes, y varillas de plata. 12 Los cortinajes del lado oeste eran de cincuenta codos de largo con diez postes y bases. Los ganchos y varillas de los postes eran de plata. 13 El patio también era de cincuenta codos de largo en el lado este. 14 Los cortinajes para un lado de la entrada eran de cincuenta codos de largo. Tenían tres postes con tres bases. 15 En el otro lado de la entrada del patio también habían cortinajes de quince codos de largo, con tres postes y tres bases. 16 Todos los cortinajes de alrededor del patio fueron hechos de lino fino. 17 La bases para los postes fueron hechas de bronce. Los ganchos y varillas para los postes fueron hechas de plata, y la cubierta para la partes de arriba de los postes también fueron hechas de plata. Todos los postes del patio estaban cubiertos con plata. 18 La cortina en la entrada del patio era de veinte codos de largo. La cortina fue hecha de azul, púrpura y lino escarlata, lino fino torcido y era de veinte codos de largo. Eran veinte codos en longitud y cinco codos en altura, como las cortinas (cortinajes) del patio. 19 Tenía cuatro bases de bronce y ganchos de plata. La cubierta para sus partes de arriba y sus varillas fueron hechas de plata. 20 Todas las estacas de tienda de campaña para el tabernáculo y el patio fueron hechas de bronce. 21 Este es el inventario del tabernáculo, el tabernáculo del decreto del pacto, como fue tomado siguiendo las instrucciones de Moisés. Fue el trabajo de los levitas bajo la dirección de Itamar, hijo de Aarón, el sacerdote. 22 Bezalel, hijo de Urim, hijo de Hur, de la tribu de Judá, hizo todo lo que el SEÑOR le había ordenado a Moisés. 23 Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan, trabajó con Bezalel como un grabador, como un trabajador habilidoso, y como un bordador en azul, púrpura, lana escarlata y en lino fino. 24 Todo el oro que fue usado para el proyecto, en todo el trabajo conectado con el lugar santo--el oro de la ofrenda de movimiento--fue de veintinueve talentos y 730 siclos, medido por el estándard del siclo del santuario. 25 La plata dada por la comunidad pesó cien talentos y 1, 775 siclos, de acuerdo al siclo del santuario, 26 o un becá por cada hombre, lo cual es medio siclo, medido por el siclo del santurario. Esta cifra fue alcanzada basada en cada persona que fue contada en el censo, aquellos de veinte años para arriba---603, 550 hombres en total. 27 Cien talentos de plata fueron fundidos para las bases del lugar santo y las bases de las cortinas: cien bases, un talento por cada base. 28 Con el restante de los 1, 775 siclos de plata, Bezalel hizo los ganchos para los postes, cubrió las partes de arriba de los postes, e hizo las varillas con ellos. 29 El bronce de la ofrenda de movimiento pesó setenta talentos y 2, 400 siclos. 30 Con esto él hizo las bases para la entrada de la tienda de encuentro, el altar de bronce, su rejilla de bronce, todas las herramientas para el altar, 31 las bases para el patio, las bases para la entrada del patio, todas las estacas de tienda de campaña para el tabernáculo y todas las estacas de tienda de campaña para el patio.

39

1 Con el azúl, púrpura y lana escarlata ellos hicieron vestimentas de tejido fino para el servicio en el lugar santo. Ellos hicieron las vestimentas de Aarón para el lugar santo, como el SEÑOR le había ordenado a Moisés. 2 Bezalel hizo el efod de oro, de azúl, púrpura y lana escarlata y de lino fino torcido. 3 Ellos martillaron láminas de oro y las cortaron en cables para atarlas con el azúl, púrpura y lana escarlata y al lino fino, el trabajo de un obrero habilidoso. 4 Ellos hicieron hombreras para el efod, juntas a sus dos esquinas superiores. 5 Su cinto de tejido fino era como el efod; fue hecho de una sola pieza con el efod, hecho de lino fino torcido que era oro, azúl, púrpura y escarlata, justo como el SEÑOR le había ordenado a Moisés. 6 Ellos elaboraron las piedras de ónice, contenidas en marcos de oro, establecidas con grabados como en un sello, y grabados con los nombres de los doce hijos de Israel. 7 Bezalel las puso en las hombreras del efod como piedras para recordar al SEÑOR los doce hijos de Israel; como el SEÑOR le había ordenado a Moisés. 8 El hizo el pectoral, el trabajo de un trabajador diestro, diseñado como el efod. Lo hizo en oro, de lana azúl, púrpura y escarlata y de lino fino. 9 Era cuadrado. Ellos, doblaron el pectoral doble. Era un palmo de largo y palmo de ancho. 10 Le colocaron cuatro hileras de piedras preciosas. La primera hilera tenía un rubí, un topacio y un granate. 11 La segunda hilera tenía una esmeralda, un safiro y un diamante. 12 La tercera hilera tenía un jacinto, una ágata y una amatista. 13 La cuarta hilera tenía un berilo, un ónice y un jaspe. Las piedras fueron montadas en un engaste de oro. 14 Las piedras eran ordenadas según los nombres de las doce tribus de Israel, todos en orden por sus nombres. Eran como grabados en un anillo de sello, cada nombre significaba una de las doce tribus. 15 En el pectoral hicieron cadenas como cuerdas, trabajo trenzado de puro oro. 16 Hicieron dos engastes de oro y dos anillos de oro y pegaron los dos anillos a las esquinas del pectoral. 17 Ellos pusierom dos cadenas trenzadas de oro en los dos anillos en las esquinas del pectoral. 18 Ellos unieron las otras dos esquinas de las cadenas trenzadas a los dos marcos. Ellos las unieron a las piezas de las hombreras de efod como su principio. 19 Ellos hicieron dos anillos de oro y los pusieron en las otras dos esquinas del pectoral, en el borde a lado del borde interno. 20 Ellos hicieron dos anillos más de oro y los unieron en la parte baja de las piezas de las hombreras frente al efod, cercano a la costura por encima de la cintura finamente tejida de efod. 21 Ellos unieron el pectoral por su anillos a los anillos del efod con un cable azúl, para que así pudiese estar unido arriba de la cintura finamente tejida de efod. Esto era para que el pectoral no se desamarrara del efod. Esto fue hecho como el SEÑOR le había ordenado a Moisés. 22 Bezalel hizo el manto del efod completamente de tela púrpura, el trabajo de un tejedor. 23 Tenía una apertura para la cabeza en el medio. La apertura tenía un borde tejido circularmente para que no se rompiera. 24 En la parte baja del dobladillo, ellos hicieron granadas de azúle, púrpura, hilo escarlata y lino fino. 25 Ellos hicieron campanas de oro puro y ellos pusieron esas campanas entre las granadas alrededor de la parte baja del manto. 26 Una campana y una granada, una campana y una granada, en el borde del manto de Arón. Esto era como el SEÑOR le había ordenado a Moisés. 27 Ellos hicieron los abrigos de lino fino para Arón y para sus hijos. 28 Ellos hicieron un turbante de lino fino, los ornamentos en la banda de la cabeza de lino fino, ropa interior de lino fino, 29 y la faja de lino fino de azúl, púrpura y lana escarlata, el trabajo de un bordador. Esto fue hecho como el SEÑOR le había ordenado a Moisés. 30 Ellos hicieron el plato de la corona santísima de oro puro; ellos grabaron en él, como el grabado en un sello, "Santidad al SEÑOR." 31 Ellos le amarraron al turbante un cable azul a la parte superior del turbante. Esto fue como el SEÑOR le había ordenado a Moisés. 32 Así que el trabajo en el tabernáculo, la tienda de reuniones, fue terminado. Las personas de Israel hicieron todo. 33 Ellos siguieron todas las instrucciones que el SEÑOR le había dado a Moisés. Ellos le trajeron el tabernáculo a Moisés: la tienda y todo su equipo, sus broches, marcos, barras, postes y bases; 34 la cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo, la cubierta de cuero de vaca marina, y la cortina encubrir 35 el arca del testimonio, así como los polos y la tapa de expiación. 36 Ellos trajeron la mesa, todo sus utensilios, y el pan de la presencia, 37 el candelabro de oro puro y sus lámparas en una fila, con sus accesorios y el aceite para las lámparas; 38 el altar de oro, el aceite de unción y el inciencio fragante; el colgante para la entrada del tabernáculo; 39 el altar de bronce con su rejilla de bronce y sus postes y utencilios y su cuenca grande con su base. 40 Ellos trajeron los colgantes para el patio con sus postes y bases, y las cortinas para la entrada del patios; sus sogas y sus estacas para tiendas; y todo el equipo para el servicio del tabernáculo, la tienda de reuniones. 41 Ellos trajeron prendas tejidas finas para servir en el lugar santo, las prendas santas para Arón el sacerdote y sus hijos, para que ellos le sirvan como sacerdotes. 42 Así las personas de Israel hicieron todo el trabajo como el SEÑOR había ordenado a Moisés. 43 Moisés examinó todo el trabajo, y, vean, ellos lo habían hecho. Como el SEÑOR le había ordenado, de esa manera ellos lo hicieron. Luego Moisés los bendijo.

40

1 Entonces Yavhé le habló a Moisés y dijo: 2 "En el primer día del primer mes del nuevo año ustedes deben preparar el tabernáculo, la tienda de reunión. 3 Debes colocar el arca del testimonio en el, y tú debes de proteger el arca con una cortina. 4 Debes de traer la mesa y colocar en orden las cosas que pertenecen a ella. Entonces tú debes de traer el candelabro y preparar las lámparas. 5 Debes colocar el altar dorado de incienso delante del arca del testimonio, y tú debes colocar la cortina en la entrada del tabernáculo. 6 Debes de colocar el altar para las ofrendas quemadas delante de la entrada del tabernáculo, la tienda de reunión. 7 Debes colocar un recipiente grande entre la tienda de reunión y el altar y debes colocar agua en el. 8 Debes preparar un patio alrededor, y debes colgar la cortina en la entrada del patio. 9 Debes tomar el aceite ungido y ungir el tabernáculo y todo lo lo que hay en el. Tú debes separarlo y todo su mobiliario para Mí; entonces será santo. 10 Tú debes ungir el altar de las ofrendas quemadas y todos sus utensilios. Tú debes separar el altar para Mí y se volverá en algo bien santo para Mí. 11 Debes ungir el recipiente de bronce y su base y separarlo para Mí. 12 Tú traerás a Aarón y a sus hijos a la entrada de la tienda de reunión y tú les lavarás con agua. 13 Tú vestirás a Aarón con las vestiduras que han sido separadas para Mí, úngelo y separalo para que él me sirva como Mi sacerdote. 14 Tú Me traerás a sus hijos y los vestirás con abrigos. 15 Tú los ungirás como ungiste a su padre para que así ellos Me sirvan como sacerdotes. Su ungimiento hará de ellos un sacerdocio permanente a través de las generaciones de su gente." 16 Esto fue lo que hizo Moisés; él siguió todo lo que Yavhé le ordenó a el. Él hizo todas estas cosas. 17 Así que el tabernáculo estaba preparado el primer día en el primer mes en el segundo año. 18 Moisés preparó el tabernáculo, colocó sus bases en su lugar, colocó sus marcos, unió sus barras y colocó sus pilares y sus postes. 19 El esparció la cubierta sobre el tabernáculo y colocó la tienda sobre el, como Yavhé le ordenó. 20 Él tomó los decretos del pacto y los colocó dentro del arca. Él también colocó los postes en el arca y colocó la tapa de expiación en ella. 21 Él trajo el arca dentro del tabernáculo. Colocó la cortina para protejer el arca del testimonio, como Yavhé le había ordenado. 22 Él colocó la mesa dentro de la tienda de reunión, en lado norte del tabernáculo, fuera de la cortina. 23 El colocó el pan en orden en la mesa delante de Yavhé, como Yavhé le había ordenado. 24 Él colocó el candelabro dentro de la tienda de reunión, al otro lado de la mesa, en el lado sur del tabernáculo. 25 Iluminó las lámparas delante de Yavhé, así como Yavhé le había ordenado. 26 Él colocó el altar dorado de incienso dentro de la tienda de reunión delante de las cortinas. 27 Quemó incienso fragante en él, así como Yavhé le había ordenado. 28 Él colgó la cortina en la entrada del tabernáculo. 29 Colocó el altar para la ofrenda quemada en la entrada del tabernáculo, la tienda de reunión. Ofreció en el la ofrenda quemada y la ofrenda del grano, como Yavhé le había ordenado a él. 30 Él colocó el recipiente entre la tienda de reunión y el altar, y él colocó agua en ella para lavarse. 31 Moisés, Aarón, y sus hijos se lavaban sus manos y sus pies en el recipiente 32 cada vez que ellos iban a entrar a la tienda de reunión y cada vez que ellos iban al altar. Ellos se lavaban a sí mismos, como Yavhé le había ordenado a Moisés. 33 Moisés preparó el patio alrededor del tabernáculo y el altar. El colocó la cortina en la entrada del patio. De esta forma, Moisés terminó el trabajo. 34 Entonces la nube cubrió la tienda de reunión, y la gloria de Yavhé llenó el tabernáculo. 35 Moisés no era capaz de entrar en la tienda de reunión porque la nube se había posado en ella, y porque la gloria de Yavhé había llenado el tabernáculo. 36 Cada vez que la nube era quitada de sobre el tabernáculo, el pueblo de Israel se pondría en marcha en su viaje. 37 Pero si la nube no se levantaba del tabernáculo, entonces el pueblo no viajaba. Ellos permanecían hasta el día que se levantará. 38 Porque la nube de Yavhé estaba sobre el tabernáculo en el día, y su fuego estaba sobre el por la noche, delante de todo el pueblo de Israel a través de su viaje.

Levítico
Levítico
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1 El SEÑOR llamó a Moisés y le habló desde la tienda de reunión, diciendo: 2 "Habla al pueblo de Israel y diles: 'Cuando cualquier hombre de entre ustedes trae una ofrenda al SEÑOR, trae como ofrenda uno de sus animales, ya sea de tu ganado o de su rebaño. 3 Si su ofrenda es una ofrenda quemada del ganado, él debe ofrecer un macho sin defecto. Él lo ha de ofrecer en la entrada de la tienda de reunión, para que pueda ser aceptada ante el SEÑOR. 4 Él ha de poner su mano en la cabeza de la ofrenda quemada, y entonces será aceptada en su lugar como expiación por sí mismo. 5 Luego él debe matar el toro ante el SEÑOR. Los hijos de Aarón, los sacerdotes, presentarán la sangre y la esparcirán sobre el altar que está a la entrada de la tienda de reunión. 6 Después él debe pelar la piel de la ofrenda quemada y cortarla en pedazos. 7 Luego los hijos de Aarón el sacerdote pondrán el fuego en el altar y pondrán madera para alimentar el fuego. 8 Los hijos de Aarón, los sacerdotes, han de poner las piezas, la cabeza y la grasa, en orden sobre la madera que está en el fuego que está sobre en el altar. 9 Pero sus partes internas y sus piernas deben lavar con agua. Luego los sacerdotes quemarán todo lo que está en el altar como una ofrenda quemada. Esto producirá un dulce aroma para Mí; esto será una ofrenda hecha a Mí por fuego. 10 Si su ofrenda quemada es del rebaño, una de las ovejas o una de las cabras, él debe ofrecer un varón sin defecto. 11 Él debe matarlo en el lado norte del altar ante el SEÑOR. Los hijos de Aarón, los sacerdotes, esparcirán la sangre en cada lado del altar. 12 Después él debe cortarlo en pedazos, con su cabeza y su grasa, y los sacerdotes lo pondrán en orden sobre la madera que está en el fuego, que está en el altar, 13 pero las partes internas y las piernas él debe lavar con agua. Luego el sacerdote ofrecerá todo, y lo quemará en el altar. Es una ofrenda quemada, y esta producirá un dulce aroma para el SEÑOR; será una ofrenda hecha para Él por fuego. 14 Si su ofrenda al SEÑOR es una ofrenda quemada de aves, entonces debe traer como su ofrenda o una tórtola o una paloma jóven. 15 El sacerdote debe traerlo al altar, retorcer su cabeza, y quemarlo en el altar. Luego su sangre debe ser vaciada fuera en el lado del altar. 16 Él debe remover su buche con su contenido, y tirarlo al lado este del altar, en el lugar para las cenizas. 17 Él debe cortarlo abierto por las alas, pero él no debe separarlo en dos partes. Luego el sacerdote lo quemará en el altar, sobre la madera que está en el fuego. Esto será una ofrenda quemada, y esto producirá un aroma dulce para el SEÑOR; será una ofrenda hecha para Él por fuego.

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1 Cuando alguien traiga una ofrenda de grano al SEÑOR, su ofrenda debe ser harina fina, y él deberá derramar aceite sobre ella y poner incienso sobre ella. 2 Él deberá llevar su ofrenda a los hijos de Aarón, los sacerdotes, y allí un sacerdote tomará un puñado de la harina fina con el aceite y el incienso sobre ella. Luego, el sacerdote quemará la ofrenda en el altar como una ofrenda representativa. Ella producirá un aroma dulce para el SEÑOR; ésta será una ofrenda hecha para Él por fuego. 3 Lo que sea que sobre de la ofrenda de grano le pertenecerá a Aarón y a sus hijos. Es muy santo para el SEÑOR de las ofrendas al SEÑOR hechas en fuego. 4 Cuando tú ofrezcas una ofrenda de grano sin levadura que está horneada en un horno, debe ser pan suave de harina fina mezclado con aceite, o pan duro sin levadura, que esté rociado con aceite. 5 Si tu ofrenda de grano está horneada en un sartén de hierro, debe ser de harina fina, sin levadura, que esté mezclada con aceite. 6 Tú debes dividirlo en pedazos y echar aceite sobre él. Esta es una ofrenda de grano. 7 Si tu ofrenda de grano está cocinada en un sartén, debe estar hecho con harina fina y aceite. 8 Tú debes traer la ofrenda de grano, hecha de estas cosas al SEÑOR, y será presentada al sacerdote, quien la traerá al altar. 9 Luego, el sacerdote tomará algunas de las ofrendas de grano como una ofrenda en su lugar, y él la quemará en el altar. Será una ofrenda hecha por fuego, y producirá un dulce aroma al SEÑOR. 10 Lo que queda de la ofrenda de grano le pertenecerá a Aarón y a sus hijos. Es muy santo para el SEÑOR de las ofrendas al SEÑOR hechas en fuego. 11 Ninguna ofrenda de grano que ustedes ofrezcan al SEÑOR debe ser hecha con levadura, porque ustedes no deben quemar ninguna levadura, ni ninguna miel, como una ofrenda hecha en fuego para el SEÑOR. 12 Ustedes la ofrecerán al SEÑOR como una ofrenda de primeros frutos, pero no serán usadas para producir un dulce aroma en el altar. 13 Ustedes deben sazonar cada una de tus ofrendas de grano con sal. Ustedes nunca deben permitir que la sal del pacto de su Dios falte en sus ofrendas de grano. Con todas sus ofrendas ustedes deben ofrecer sal. 14 Si ustedes ofrecen una ofrenda de grano de sus primeros frutos al SEÑOR, ofrezcan grano fresco, que estén tostados con fuego y luego aplastados en comida. 15 Luego, debes poner aceite e inicienso sobre ella. Esto es una ofrenda de grano. 16 Luego el sacerdote quemará parte de la ofrenda aplastada y el aceite y el inicienso como una ofrenda en su lugar. Esto es una ofrenda hecha por fuego para el SEÑOR.

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1 Si alguien ofrece un sacrificio el cual es una ofrenda de paz de un animal de una manada, ya sea macho o hembra, debe ofrecer un animal sin defecto ante el SEÑOR. 2 Él podrá su mano sobre la cabeza de su ofrenda y la matará en la puerta de la tienda de reunión. Luego los hijos de Aarón el sacerdote rociará su sangre sobre los lados del altar. 3 El hombre ofrecerá el sacrificio de una ofrenda de paz por fuego para el SEÑOR. La grasa que cubre o está conectada a las parte internas, 4 y los dos riñones y la grasa que está sobre ellos por los lomos, y en el hígado, con los riñones él removerá todo esto. 5 Los hijos de Aarón quemarán eso sobre el altar con la ofrenda quemada, la cual está sobre la madera que está en el fuego. Esto producirá un aroma dulce para el SEÑOR; será una ofrenda hecha para Él por fuego. 6 Si el sacrificio del hombre de una ofrenda de paz para el SEÑOR es del rebaño; macho o hembra, él debe ofrecer un sacrificio sin defecto. 7 Si él ofrece un cordero como su sacrificio, entonces él debe ofrecerlo ante el SEÑOR. 8 Él pondrá su mano sobre la cabeza de su sacrificio y lo matará delante de la tienda de reunión. Luego los hijos de Aarón rociarán la sangre en los lados del altar. 9 El hombre ofrecerá el sacrificio de las ofrendas de paz como una ofrenda hecha por fuego para el SEÑOR. La grasa, toda la grasa de la cola debe cortarse cerca a la columna vertebral, y la grasa que cubre todas las partes internas y toda la grasa que está cerca de las partes internas, 10 y los dos riñones y la grasa que está con ellos, la cual está por los lomos y el hígado, con los riñones él removerá todo esto. 11 Luego, el sacerdote lo quemará todo sobre el altar como una ofrenda de comida quemada al SEÑOR. 12 Si la ofrenda del hombre es una cabra, entonces él la ofrecerá ante el SEÑOR. 13 Él debe poner su mano sobre la cabeza de la cabra y la matará delante de la tienda de reunión. Luego los hijos de Aarón rociará la sangre sobre los lados del altar. 14 El hombre ofrecerá su sacrificio hecho por fuego al SEÑOR. Él removerá la grasa que cubre las partes internas, y toda la grasa cerca de las partes internas. 15 Él también removerá los dos riñones y la grasa que está con ellos, la cual está por los lomos, y el hígado con los riñones. 16 El sacerdote quemará todo eso sobre el altar como una ofrenda quemada de comida, para producir un aroma dulce. Toda la grasa le pertenece al SEÑOR. 17 Será un estatuto permanente a través de las generaciones de tu pueblo en cada lugar que ustedes hagan su hogar, que ustedes no pueden comer grasa ni sangre.'"

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1 El SEÑOR habló a Moisés, diciendo: 2 "Dile al pueblo de Israel: 'Cuando alguien peque sin querer pecar, haciendo cualquiera de las cosas que el SEÑOR ha ordenado que no se haga, y si él hace algo que está prohibido, debe hacerse lo siguiente. 3 Si es el sumo sacerdote quien peca, de manera que trae culpa sobre el pueblo, entonces él debe ofrecer por su pecado que ha cometido, un toro joven sin mancha al SEÑOR como una ofrenda por el pecado. 4 Él debe traer el toro a la entrada de la tienda de reunión delante del SEÑOR, colocar su mano sobre su cabeza, y matar el toro delante del SEÑOR. 5 El sacerdote ungido tomará un poco de la sangre del toro y la llevará a la tienda de reunión. 6 El sacerdote hundirá su dedo en la sangre y rociará un poco de ella siete veces delante del SEÑOR, ante la cortina del lugar más santo. 7 Entonces el sacerdote pondrá un poco de la sangre sobre los cuernos del altar de incienso fragante delante del SEÑOR, el cual está en la tienda de reunión, y él derramará el resto de la sangre del toro en la base del altar para las ofrendas quemadas, el cual está en la entrada de la tienda de reunión. 8 El cortará toda la grasa del toro de la ofrenda de pecado; la grasa que cubre las partes internas, toda la grasa que está adjunta a las partes internas, 9 los dos riñones y la grasa que está sobre ellos, la cual está por los lomos, y el hígado, con los riñones él cortará todo esto. 10 Él lo cortará todo, así como él lo corta del toro del sacrificio de las ofrendas de paz. Luego, el sacerdote quemará estas partes sobre el altar para ofrendas quemadas. 11 La piel del toro y toda la carne restante, con su cabeza y sus patas y sus partes internas y su estiércol, 12 todo el resto de las partes del toro, él cargará todas estas partes fuera del campamento a un lugar que ellos han limpiado para Mí, donde derraman las cenizas; ellos quemarán esas partes allí en la madera. Ellos deben quemar esas partes donde ellos derramaron las cenizas. 13 Si toda la asmablea de Israel peca sin querer pecar, y la asamblea no sabe que ellos han pecado y que han hecho cualquiera de las cosas que el SEÑOR ha mandado no hacer, y si son culpables, 14 entonces, cuando el pecado que ellos han cometido sea conocido, entonces la asamblea debe ofrecer un toro joven para una ofrenda por el pecado y traerlo delante de la tienda de reunión. 15 Los ancianos de la asamblea pondrán sus manos sobre la cabeza del toro delante del SEÑOR, y el toro será matado delante del SEÑOR. 16 El sacerdote ungido traerá un poco de la sangre del toro a la tienda de reunión, 17 y el sacerdote hundirá su dedo en la sangre y la rociará siete veces delante del SEÑOR, ante la cortina. 18 Él colocará un poco de la sangre en los cuernos del altar que está delante del SEÑOR, el cual está en la tienda de reunión, y él derramará toda la sangre en la base del altar para las ofrendas quemadas, la cual está a la entrada de la tienda de reunión. 19 Él cortará toda la grasa y la quemará en el altar. 20 Eso es lo que él debe hacer con el toro. Así como él hizo con el toro de la ofrenda por el pecado, así también él hará con este toro, y el sacerdote hará expiación por el pueblo, y ellos serán perdonados. 21 Él cargará al toro fuera del campamento y lo quemará así como quemó el primer toro. Esta es la ofrenda del pecado para la asamblea. 22 Cuando un gobernante peca sin la intención de pecar, haciendo cualquiera de las cosas que el SENOR su Dios ha mandado que no hiciera, y él es culpable, 23 entonces su pecado el cual él ha cometido sea conocido, él debe traer para su sacrificio un cabro, un macho sin mancha. 24 Él pondrá su mano sobre la cabeza del cabro y lo matará en el lugar donde ellos matan la ofrenda quemada delante del SEÑOR. Esta es una ofrenda de pecado. 25 El sacerdote tomará la sangre de la ofrenda de pecado con su dedo y la pondrá sobre los cuernos del altar para ofrendas quemadas, y él derramará su sangre en la base del altar de la ofrenda quemada. 26 Él quemará toda la grasa sobre el altar, así como la grasa del sacrificio de las ofrendas de paz. El sacerdote hará expiación por el gobernante respecto a su pecado, y el gobernante será perdonado. 27 Si cualquier persona común peca sin la intención de pecar, haciendo cualquiera de las cosas que el SEÑOR le ha ordenado que no sea hecha, y cuando él se de cuenta de su culpa, 28 entonces su pecado el cual ha cometido, es reconocido por él, entonces él traerá una cabra para su sacrificio, una hembra sin defecto, por el pecado que él ha cometido. 29 Él pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda del pecado y matará la ofrenda del pecado en el lugar de la ofrenda quemada. 30 El sacerdote tomará un poco de sangre con su dedo y la pondrá sobre los cuernos del altar para ofrendas quemadas. Él derramará todo el resto de la sangre en la base del altar. 31 Él cortará toda la grasa, así como la grasa es cortada del sacrificio de las ofrendas de paz. El sacerdote la quemará sobre el altar para producir un aroma dulce para el SEÑOR. El sacerdote hará expiación por el hombre, y él será perdonado. 32 Si el hombre trae un cordero como su sacrificio para una ofrenda de pecado, él traerá una hembra sin defecto. 33 Él pondrá su mano sobre la ofrenda de pecado y lo matará para una ofrenda de pecado en el lugar donde ellos mataron la ofrenda quemada. 34 El sacerdote tomará un poco de la sangre de la ofrenda del pecado con su dedo y la pondrá sobre los cuernos del altar para una ofrenda quemada, y él derramará toda su sangre en la base del altar. 35 Él cortará toda la grasa, así como la grasa del cordero es cortada del sacrificio de las ofrendas de paz, y el sacerdote la quemará sobre el altar encima de las ofrendas del SEÑOR hechas por fuego. El sacerdote hará expiación por el pecado que él ha cometido y el hombre será perdonado.

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1 Si alguien peca porque no testifica cuando ha dado testimonio de algo sobre lo cual se requiere que él testifique, sea que él haya visto o escuchado sobre eso, él será responsable. 2 O si alguien toca algo que Dios ha señalado como impuro, ya sea el cadáver de un animal salvaje inmundo o el cadáver de cualquier ganado que haya muerto, o de un animal que se arrastra, incluso si la persona no tenía la intención de tocarlo, él es inmundo y culpable. 3 O si él toca la impuresa de alguien, cualquiera que sea esa inmundicia, y si él no está consciente de ella, entonces él será culpable cuando se entere de esto. 4 O si alguien jura bruscamente con sus labios para hacer maldad, o para hacer bien, lo que sea que ese hombre jura bruscamente con un juramento, incluso si él no está consciente de eso, cuando él se entere de eso, entonces él será culpable, en cualquiera de estas cosas. 5 Cuando alguien es culpable de alguna de estas cosas, él debe confesar cualquier pecado que él haya cometido. 6 Entonces él debe traer su ofrenda por la culpa al SEÑOR por el pecado que él ha cometido, un animal hembra del rebaño, sea una oveja o una cabra, para una ofrenda por el pecado, y el sacerdote hará expiación por él, concerniente a su pecado. 7 Si él no puede comprar un cordero, entonces él puede traer como ofrenda por su pecado dos tórtolas o dos palomas jóvenes al SEÑOR, una para ofrenda por el pecado y la otra para una ofrenda quemada. 8 Él debe traerlos al sacerdote, quien ofrecerá uno para la ofrenda por el pecado primero, él le torcerá la cabeza de su cuello pero no la cortará completamente del cuerpo. 9 Después él rociará un poco de sangre de la ofrenda por el pecado en el lado del altar, y él vaciará el resto de la sangre a la base del altar. Esto es una ofrenda por el pecado. 10 Después él debe ofrecer la segunda ave como ofrenda quemada, como está descrito en las instrucciones, y el sacerdote hará expiación por él, por el pecado que él ha cometido, y la persona será perdonada. 11 Pero si no puede comprar dos tórtolas o dos palomas jóvenes, entonces él deberá traer como su sacrificio por su pecado 3. 7 kg. de harina fina para una ofrenda de pecado. Él no debe poner aceite o ningún incienso en ella, pues es una ofrenda por el pecado. 12 Él debe traerla al sacerdote, y el sacerdote tomará un puñado de ella como representación de la ofrenda después quemarlo en el altar, encima de las ofrendas hechas por fuego para el SEÑOR. Esto es una ofrenda por el pecado. 13 El sacerdote hará expiación por cualquier pecado que la persona haya cometido, y esa persona será perdonada. Las sobras de la ofrenda pertenecerán al sacerdote, así como la ofrenda de granos." 14 Después el SEÑOR le habló a Moisés, diciendo: 15 "Si alguien viola un mandamiento y peca contra las cosas que pertenecen al SEÑOR, pero lo hizo sin intención, entonces él deberá traer su ofrenda por la culpa al SEÑOR. Esta ofrenda debe ser un carnero sin mancha del rebaño; su valor debe ser valorado en 11. 4 kg. de plata, como una ofrenda por la culpa. 16 Él debe satisfacer al SEÑOR por lo que él haya hecho mal en conección con lo que es santo, y él debe añadir una quinto parte y dárselo al sacerdote. Entonces el sacerdote hará expiación por él con el carnero de la ofrenda por la culpa, y esa persona será perdonada. 17 Si alguien peca y hace cualquier cosa que el SEÑOR ha mandado que no se haga, incluso si no estaba consciente de eso, sigue siendo culpable y debe cargar su propia culpa. 18 Él debe traer un carnero sin mancha fuera del rebaño, valorado en el valor actual, como ofrenda por la culpa al sacerdote. Entonces el sacerdote hará expiación por él concerniente al pecado que él ha cometido, del cual él no estaba consciente, y él será perdonado. 19 Es una ofrenda por la culpa, y él es ciertamente culpable ante el SEÑOR."

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1 El SEÑOR habló a Moisés, diciendo: 2 "Si alguien peca y rompe un mandato en contra del SEÑOR, tal como tratar falsamente a su vecino, respecto a algo confiado a él, o si le hace trampa o le roba, o ha oprimido a su vecino, 3 o ha encontrado algo que su vecino perdió y miente acerca de ello, y jura la mentira, o en asuntos como estos en los que la gente peca, 4 entonces sucederá que si ha pecado y es culpable, debe restaurar lo que sea que tomó por robo o a la fuerza, o tomó de lo que le fue confiado a él o la cosa perdida que encontró. 5 O si mintió por cualquier asunto, él deberá restaurarlo completamente y debe añadir un quinto más para pagarle a aquel a quien le debe, en el día que es hallado culpable. 6 Luego, debe traer su ofrenda de culpa al SEÑOR: un carnero sin mancha del rebaño que vale el valor actual, como una ofrenda de culpa al sacerdote. 7 El sacerdote hará expiación por él delante del SEÑOR, y él será perdonado en relación a lo que lo ha hecho culnpable de hacer." 8 Luego el SEÑOR le habló a Moisés, diciendo: 9 Ordena a Aarón y a sus hijos, diciendo: 'Esta es la ley de las ofrendas quemadas: La ofrenda quemada debe estar sobre el altar toda la noche hasta la mañana, y el fuego del altar se mantendrá ardiendo. 10 El sacerdote se pondrá su ropa de lino, y también se pondrá su ropa interior de lino. El recogerá las cenizas que sobren después de que el fuego haya consumido la ofrenda quemada en el altar, y el pondrá las cenizas al lado del altar. 11 Él se quitará sus vestiduras y se pondrá otras vestiduras para llevar las cenizas afuera del campamento, a un lugar que esté limpio. 12 El fuego del altar se mantendrá ardiendo. No debeberá apagarse, y el sacerdote quemará madera en el mismo, todas las mañanas. Él arreglará la ofrenda quemada en él, como se le requiere, y quemará en él la grasa de las ofrendas de paz. 13 El fuego debe seguir ardiendo en el altar continuamente. Él no deberá apagarse. 14 Ésta es la ley de la ofrenda de grano. Los hijos de Aarón la ofrecerán ante el SEÑOR, delante de altar. 15 El sacerdote tomará un puñado de la harina fina de la ofrenda de grano y del aceite y del inicienso, el cual está en la ofrenda de grano, y él la quemará en el altar para producir un dulce aroma como una ofrenda por ellos. 16 Aarón y sus hijos comerán lo que sea que quede de la ofrenda. Debe ser comido sin levadura en el lugar santo. Ellos lo comerán en el patio de la tienda de reunión. 17 No deberá ser horneado con levadura. Lo he dado como parte de mis ofrendas hechas en fuego. Es tan santo como las ofrendas de pecado y las ofrendas de culpa. 18 Para que todo el tiempo por venir a través de las generaciones de tu pueblo, todo varón descendiente de Aarón pueda comerlo como su porción, tomado de las ofrendas del SEÑOR, hechas por fuego. Quien sea que las toque se volverá santo." 19 Así que, el SEÑOR habló a Moisés otra vez, diciendo, 20 "Esta es la ofrenda de Aarón y sus hijos, la cual ellos ofrecerán al SEÑOR en el día cuando todo hijo sea ungido: unos 3. 7kg de harina fina como una ofrenda de grano regular, mitad de ella en la mañana y mitad en la tarde. 21 Será hecha con aceite en un sartén para hornear. Cuando esté empapada, tú la traerás adentro. En pedazos horneados las ofrecerás como ofrenda de grano para producir un aroma dulce para el SEÑOR. 22 El hijo del alto sacerdote quien se esté volviendo en el nuevo alto sacerdote de entre sus hijos lo ofrecerá. Como es ordenado por siempre, todo ello debe ser quemado al SEÑOR. 23 Cada ofrenda de grano del sacerdote debe ser completamente quemada. No debe ser comida. 24 El SEÑOR le habló a Moisés otra vez, diciendo: 25 "Háblale a Aarón y a sus hijos y diles: 'Esta es la ley de la ofrenda de pecado: La ofrenda de pecado debe ser matada en el lugar donde la ofrenda es quemada delante del SEÑOR. Es muy santo. 26 El sacerdote que la ofrezca por pecado se la comerá. Debe ser comido en un lugar santo en el patio de la tienda de reunión. 27 Lo que sea que toque su carne se volverá santo, y si la sangre es rociada en cualquier vestidura, debes lavarla, la parte donde fue rociada, en un lugar santo. 28 Pero la olla de barro en donde fue hervida debe romperse. Si es hervida en una olla de bronce, debe ser restregada y secada limpia en agua. 29 Cualquier varón entre los sacerdotes puede comer un poco ello, porque es más santo. 30 Pero cualquier ofrenda de pecado, cuya sangre sea traída a la carpa de reunión para hacer expiación en el lugar santo, no debe ser comida. Debe ser quemada.

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1 Esta es la ley de la ofrenda de la culpabilidad. Es lo más santo. 2 Ellos deben matar la ofrenda de la culpabilidad en el lugar para matarla, y ellos deben rocíar la sangre sobre cada lado del altar. 3 Toda la grasa en ella debe ser ofrecida: la grasa del rabo, la grasa que está sobre las partes internas, 4 los dos riñones y la grasa en ellos, la cual esta junto a los lomos, y que cubre el hígado, con los riñones, todo esto debe ser removido. 5 El sacerdote debe quemar estas partes en el altar como una ofrenda hecha con fuego al SEÑOR. Esta es la ofrenda de la culpabilidad. 6 Cada hombre entre los sacerdotes puede comer parte de este sacrificio. Debe ser comido en un lugar santo porque es lo más santo. 7 La ofrenda del pecado es como la ofrenda por la culpa. La misma ley se aplica a ambos. Ellas le pertenecen al sacerdote que haga expiación con ellas. 8 El sacerdote que ofrezca la ofrenda quemada de cualquiera, puede tener para sí mismo el cuero de esa ofrenda. 9 Cada ofrenda de grano que es horneada en un horno, y como tal cada ofrenda que es cocinada en un sartén de freir o en un sartén de hornear le pertenecera al sacerdote que lo ofrezca. 10 Cada ofrenda de granos, sea seca o mezclada con aceite, le pertenecerá por igual a los hijos de Aarón. 11 Esta es la ley del sacrificio de las ofrendas de paz, las cuales la gente ofrecerá al SEÑOR. 12 Si alguno la ofrece para dar gracias, entonces él debe ofrecerla con un sacrificio de pan hecho sin levadura, pero mezclado con aceite, de panes hechos sin levadura, pero esparcidos con aceite, y de panes hechos con harina fina que es mezclada con aceite. 13 También, con el propósito de dar gracias, él debe ofrecer con su ofrenda de paz piezas de pan hechas con levadura. 14 Él va a ofrecer uno de cada tipo de estos sacrificios como una ofrenda presentada al SEÑOR. Ella le pertenecerá a los sacerdotes que rocíen la sangre de la ofrenda de paz en el altar. 15 La persona presentando una ofrenda de paz para el propósito de dar gracias, debe comer la carne de su ofrenda en el día del sacrificio. Él no debe dejar nada de ella hasta la mañana siguiente. 16 Pero si el sacrificio de su ofrenda es por el propósito de un voto, o por el propósito de una ofrenda de libre voluntad, la carne debe ser comida en el día que él ofrezca el sacrificio, pero lo que quede de ella puede ser comido en el próximo día. 17 Sin embargo, cualquier carne del sacrificio que quede en el tercer día debe ser quemada. 18 Si algo de la carne del sacrificio de la ofrenda de paz de alguien es comida en el tercer día, no será aceptada, ni tampoco será tomada en cuenta a quien la ofreció. Será una cosa asquerosa, y la persona que la coma cargará la culpa de su pecado. 19 Cualquier carne que toque una cosa impura no debe ser comida. Debe ser quemada. Mientras con el resto de la carne, cualquiera que esté limpio puede comerla. 20 Sin embargo, una persona impura que coma cualquier carne del sacrificio de una ofrenda de paz que le pertenece al SEÑOR esta persona debe ser cortada de su gente. 21 Si alguno toca cualquier cosa impura sea impura de hombre, o de bestia inmunda, o de alguna cosa inmunda y asquerosa, y si él entonces come algo de la carne de un sacrificio de ofrenda de paz que le pertenece al SEÑOR, esa persona debe ser cortada de su pueblo.'" 22 Entonces el SEÑOR le habló a Moisés, diciendo: 23 "Háblale a la gente de Israel y diles: 'Ustedes no deben comer grasa de buey o de oveja o de cabra. 24 La grasa de un animal que murió sin ser sacrificado, o la grasa de un animal despedazado por animales salvajes, puede ser usada para otros propósitos, pero ustedes ciertamente no deben comerla. 25 Cualquiera que coma la grasa de un animal que los hombres pueden ofrecer como un sacrificio por fuego al SEÑOR, esa persona debe ser cortada de su pueblo. 26 Ustedes no deben comer nada de sangre en ninguna de sus casas, sea de pájaro o de un animal. 27 Cualquiera que coma alguna sangre, esa persona debe ser cortada de su pueblo.'" 28 Entonces el SEÑOR le habló a Moisés y dijo: 29 "Háblale a la gente de Israel y diles: 'Aquel que ofrezca el sacrificio de una ofrenda de paz al SEÑOR debe traer parte de su sacrificio al SEÑOR. 30 La ofrenda para el SEÑOR debe ser hecha por fuego, sus propias manos deben traerla. Él debe traer la grasa con el pecho, para que el pecho sea mecido como una ofrenda mecida ante el SEÑOR. 31 El sacerdote debe quemar la grasa en el altar, pero el pecho le pertenecerá a Aarón y a sus hijos 32 Ustedes deben darle el muslo derecho al sacerdote como una ofrenda presentada fuera del sacrificio de sus ofrendas de paz. 33 El sacerdote, uno de los hijos de Aarón, quien ofrece la sangre de las ofrendas de paz y la grasa él tendrá el muslo derecho como su parte de la ofrenda. 34 Pues Yo he tomado de la gente de Israel, el pecho de la ofrenda mecida, y el muslo que es la contribución, y ellos han sido entregados a Aarón el sacerdote y a sus hijos como su porción regular. 35 Esta es la porción para Aarón y sus hijos de las ofrendas para el SEÑOR hechas por fuego, en el día cuando Moisés los presentó para servir al SEÑOR en el trabajo de sacerdote. 36 Esta es la porción que el SEÑOR ordenó que le fuera entregada a ellos del pueblo de Israel, en el día que Él ungió a los sacerdotes. Siempre será su porción a través de todas las generaciones. 37 Esta es la ley de la ofrenda quemada, de la ofrenda de granos, de la ofrenda por el pecado, de la ofrenda de la culpabilidad, de la ofrenda de consagración, y del sacrificio de las ofrendas de paz, 38 sobre las cuales el SEÑOR dio mandatos a Moisés en el Monte Sinaí, en el día que Él le ordenó a la gente de Israel a ofrecer sus sacrificios al SEÑOR en el desierto de Sinaí.

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1 El Señor habló a Moisés, diciendo: 2 "Toma a Aarón y a sus hijos con él, las vestiduras y el aceite de la unción, el toro para las ofrendas por el pecado, los dos carneros, y la canasta del pan sin levadura. 3 Reúne a toda la asamblea en la entrada de la tienda de reunión." 4 Así que Moisés hizo lo que el SEÑOR le había mandado, y la asamblea vinieron juntos a la entrada de la tienda de reunión. 5 Entonces Moisés dijo a la asamblea: "Esto es lo que el SEÑOR ha ordenado que se haga." 6 Moisés trajo a Aarón y a sus hijos y los lavó a ellos con agua. 7 Le puso a Aarón la túnica y le amarró la faja alrededor de la cintura, lo vistió con el manto y puso el efod sobre él, y después le amarró el efod alrededor de él con el cinto finamente tejido y lo ligó a él. 8 Él colocó el pectoral en él, y en el pectoral puso el Urim y el Tumim. 9 El colocó el turbante en su cabeza, y en el turbante, en frente, él colocó el plato dorado, la santa corona, como el SEÑOR había ordenado. 10 Moisés tomó el aceite de la unción, ungió el tabernáculo y todo lo que había en el y lo apartó para el SEÑOR. 11 El roció el aceite sobre el altar siete veces, y ungió el altar y todos sus utensilios, y el lavabo y su base, para apartarlos para EL SEÑOR. 12 El derramó parte del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón y lo ungió para consagrarlo. 13 Moisés trajo a los hijos de Aarón y los vistió con túnicas. El amarró fajas alrededor de sus cinturas y envolvió telas de lino sobre sus cabezas, como el SEÑOR había ordenado. 14 Moisés trajo el toro para la ofrenda por el pecado, y Aarón y sus hijos colocaron sus manos sobre la cabeza del toro que habían traído para la ofrenda por el pecado. 15 Él lo mató, y tomó sangre y la puso sobre los cuernos del altar con su dedo, purificó el altar, derramó la sangre en la base del altar y lo consagró para Dios a fin de hacer expiación por ello. 16 El tomó toda la grasa que estaba en las partes interiores, cubriendo el hígado, y los dos riñones y su grasa, y Moisés lo quemó todo en el altar. 17 Pero el toro, su cuero, su carne y su estiércol los quemó fuera del campamento, como el SEÑOR había ordenado. 18 Moisés presentó el carnero para la ofrenda quemada, y Aarón y sus hijos colocaron sus manos sobre la cabeza del carnero. 19 Él lo mató y roció su sangre a cada lado del altar. 20 Él cortó el carnero en piezas y quemó la cabeza y las piezas y la grasa. 21 Lavó las partes interiroes y las piernas con agua, y él quemó todo el carnero sobre el altar. Esto era una ofrenda quemada y produjo un aroma agradable, una ofrenda hecha mediante fuego para el SEÑOR como el SEÑOR había ordenado a Moisés. 22 Entonces Moisés presentó el otro carnero, el carnero de la consagración, y Aarón y sus hijos colocaron sus manos sobre la cabeza del carnero. 23 Aarón lo mató y Moisés tomó parte de su sangre y la puso sobre en la punta de la oreja derecha de Aarón, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el dedo gordo de su pie derecho. 24 El trajo a los hijos de Aarón, y puso parte la sangre sobre el la punta de la oreja derecha, el pulgar derecho y el dedo gordo del pie derecho de cada uno de ellos. entonces Moisés roció la sangre a cada lado del altar. 25 Moisés tomó la grasa, la cola gorda, toda la grasa que estaba sobre las partes interiores, la cubierta del hígado, los dos riñones con su grasa y el muslo derecho. 26 De la canasta del pan sin levadura que estaba delante del Señor, él tomó una rebanada de pan sin levadura, y una pieza de pan engrasado y una tortilla, y las colocó sobre la grasa y sobre el muslo derecho. 27 El puso todo en las manos de Aarón y en las manos de sus hijos y lo ondearon delante del SEÑOR como ofrenda mecida. 28 Entonces Moisés tomó de las manos de ellos y lo quemó en el altar de la ofrenda quemada. Esto fue una ofrenda consagrada y produjo un aroma agradable. Era una una ofrenda mediante fuego al SEÑOR. 29 Moisés tomó la pechuga y la ondeó como una ofrenda mecida al SEÑOR. Esta fue la porción del carnero que Moisés compartió para la ordenación de los sacerdotes, como el SEÑOR había madado. 30 Moisés tomó parte del aceite de la unción y de la sangre que estaba en el altar; la roció sobre Aarón, sobre sus ropas, sobre sus hijos y sobre las ropas de sus hijos. De esta manera consagró a Aarón y sus ropas, y a sus hijos y sus ropas para el SEÑOR. 31 Así que Moisés dijo a Aarón y a sus hijos, "Hiervan la carne a la entrada de la tienda de reunión, y allí cómanla y el pan que está en la canasta de la consagración, como yo lo he ordenado, diciendo, 'Aarón y sus hijos lo comerán.' 32 Los restos de la carne y del pan ustedes deben quemarlo. 33 Y ustedes no saldrán de la entrada de la tienda de reunión por siete días, hasta que los días de su ordenación estén completos. Porque el SEÑOR los consagrará a ustedes por siete días. 34 Lo que se ha hecho este día, el SEÑOR ha ordenado que se haga expiación por ustedes. 35 Estarán por siete días y siete noches a la entrada de la tienda de reunión, y guardarán el mandamiento del SEÑOR, para que no mueran, porque esto es lo que se me ha ordenado.'' 36 Así Aarón y sus hijos hicieron todas las cosas las cuales el SEÑOR había mandado a ellos a través de Moisés.

9

1 En el octavo día, Moisés llamó a Aarón, a sus hijos y a los ancianos de Israel. 2 Él le dijo a Aarón: "Toma un becerro del rebaño para una ofrenda por el pecado, y un cordero sin mancha para una ofrenda quemada, y ofrécelos ante el SEÑOR. 3 Tú debes hablarle a la gente de Israel y decirles: 'Tomen un macho cabrío para ofrenda por el pecado y un becerro y un ternero, ambos de un año de edad y sin mancha, para una ofrenda quemada; 4 también toma un buey y un cordero para la ofrenda de paz para sacrificarlos ante el SEÑOR, y una ofrenda de grano mezclada con aceite, porque hoy el SEÑOR se aparecerá ante ustedes.'" 5 Así que ellos trajeron todo lo que Moisés ordenó a la tienda de reunión, y toda la asamblea de Israel se acercó y se paró ante el SEÑOR. 6 Entonces Moisés dijo: "Esto es lo que el SEÑOR les ordena a ustedes hacer, para que Su gloria pueda aparecer ante ustedes." 7 Moisés le dijo a Aarón: "Ven cerca del altar y ofrece tu ofrenda por el pecado y tu ofrenda quemada. y haz expiación por ti mismo y por la gente, y ofrece el sacrificio por la gente para hacer expiación por ellos, como el SEÑOR ha ordenado." 8 Entonces Aarón fue cerca del altar y mató al becerro para la ofrenda por el pecado, la cual era para sí mismo. 9 Los hijos de Aarón le presentaron a él la sangre, y él mojó su dedo en ella y la puso en los cuernos del altar; entonces él regó la sangre en la base del altar. 10 Sin embargo, él quemó la grasa, los riñones, y el hígado en el altar como una ofrenda por el pecado, tal como el SEÑOR le había ordenado a Moisés. 11 La carne y el cuero, él los quemó fuera del campamento. 12 Aarón mató la ofrenda quemada, y sus hijos le dieron a él la sangre, la cual él salpicó sobre cada lado del altar. 13 Entonces ellos le dieron a él la ofrenda quemada, pedazo por pedazo, junto con la cabeza, y él los quemó en el altar. 14 Él lavó las partes interiores y las piernas y las quemó encima de la ofrenda quemada en el altar. 15 Aarón presentó el sacrificio de la gente el macho cabrío, entonces lo tomó como el sacrificio por su pecado y lo mató; él lo sacrificó por el pecado, como él había hecho con la primera cabra. 16 Él presentó la ofrenda quemada y la ofreció como el SEÑOR había ordenado. 17 Él presentó la ofrenda de grano; él llenó su mano con ella y la quemó en el altar, junto con las ofrendas quemadas de la mañana. 18 Él mató al buey y al cordero, el sacrificio de la ofrenda de paz, la cual era para la gente. Los hijos de Aarón le dieron a él la sangre, la cual él salpicó a cada lado del altar. 19 Sin embargo, ellos cortaron la grasa del toro y del cordero, la grasa del rabo, la grasa que cubre las partes internas, los riñones, y el hígado. 20 Ellos tomaron las partes que fueron cortadas y pusieron estas con los pechos, y entonces Aarón quemó la grasa en el altar. 21 Aarón meció los pechos y el muslo derecho como una ofrenda mecida ante el SEÑOR, como Moisés había ordenado. 22 Entonces Aarón levantó sus manos hacia la gente y los bendijo; entonces él bajó de ofrecer la ofrenda por el pecado, la ofrenda quemada, y la ofrenda de paz. 23 Moisés y Aarón entraron en la tienda de reunión, entonces salieron otra vez y bendijeron a la gente, y la gloria del SEÑOR se le apareció a toda la gente. 24 Fuego salió del SEÑOR y consumió la ofrenda quemada y la grasa en el altar. Cuando toda la gente vió esto, ellos gritaron y se hincaron cara al suelo

10

1 Nadab y Abiú, hijos de Aarón, cada uno tomó su incensario, pusieron fuego en él y luego incienso. Después ellos ofrecieron fuego no aprobado ante el SEÑOR, lo cual Él no le había ordenado a ellos ofrendar. 2 Así que fuego salió delante del SEÑOR y los consumió a ellos y ellos murieron ante el SEÑOR. 3 Entonces Moisés le dijo a Aarón: "Esto es lo que el SEÑOR estaba hablando cuando Él dijo: 'Yo les revelaré mi santidad a aquellos que se acercan a Mí. Seré glorificado delante de todo el pueblo.'" Aarón no dijo nada. 4 Moisés llamó a Misael y a Elzafán, los hijos de Usiel, el tío de Aarón, y les dijo: "Vengan aquí y cargen a sus hermanos fuera del campamento de delante del tabernáculo." 5 Así que, ellos se acercaron y los cargaron, todavía vistiendo sus túnicas sacerdotales, fuera del campamento, como Moisés le había instruído. 6 Luego, Moisés le dijo a Aarón y a Eleazar y a Itamar, sus hijos: "No permitan que los cabellos en sus cabezas estén sueltos, y no se rasguen sus vestiduras, para que no se mueran y para que el SEÑOR no se enoje con toda la asamblea. Pero permitan que sus parientes, la casa entera de Israel, lloren por aquellos que el fuego del SEÑOR ha incendiado. 7 Ustedes no podrán salir por la entrada de la tienda de reunión, o morirás, ya que el aceite ungido del SEÑOR está sobre ustedes." Así que ellos actuaron de acuerdo a las intrucciones de Moisés. 8 El SEÑOR habló a Aarón, diciendo: 9 "No beban vino o bebida fuerte, tú o tus hijos, quienes permanecen contigo, cuando entren a la tienda de reunión, para que así no mueran. Esto será un mandamiento permanente a través de las generaciones de tu pueblo, 10 para distinguir entre lo santo y lo común, y entre lo impuro y lo puro, 11 para que le puedas enseñar al pueblo de Isarel todos los mandamiento que el SEÑOR ha ordenado a través de Moisés." 12 Moisés habló a Aarón y a Eleazar y a Itamar, sus últimos hijos: "Toma la ofrenda de granos que queda de las ofrendas al SEÑOR hechas por fuego, y cómela sin levadura junto al altar, pues esta es más santa. 13 Debes comértela en un lugar santo, porque es tu parte y la parte de tus hijos de la ofrenda al SEÑOR hecha por fuego, pues es lo que lo que me han ordenado decirles. 14 El pecho y la cadera que fueron agitados y presentados al SEÑOR, los debes comer en un lugar puro, aceptable para Dios. Tú y tus hijos e hijas contigo deberán comer esas porciones, ya que son dadas como tu parte y la parte de tus hijos fuera de los sacrificios de la ofrenda de paz del pueblo de Israel. 15 La cadera que es presentada y el pecho que es agitado deben ser traídos con las ofrendas de grasa hechas por fuego, para agitarlas ante el SEÑOR. Ellas serán siempre tu parte y la de tus hijos como el SEÑOR ha ordenado." 16 Entonces, Moisés preguntó por el macho cabrío para la ofrenda de pecado, y descubrió que ya estaba quemado. Así que él se molestó con Eleazar e Itamar, los últimos hijos de Aarón; y dijo: 17 "¿Por qué no se han comido la ofrenda de pecado en el área del tabernáculo, ya que es lo más sagrado, y ya que el SEÑOR la ha dado a ustedes para quitarle la maldad de la asamblea, y hacer expiación para ellos ante Él? 18 Miren, su sangre no fue traída dentro del tienda de reunión, así que ciertamente ustedes debieron habérsela comido en el área del tienda de reunión, como yo ordené." 19 Entonces Aarón contestó a Moisés: "Ves, hoy ellos han hecho sus ofrendas de pecado y sus ofrendas quemadas ante el SEÑOR, y esta cosa me ha pasado hoy. Si yo hubiese comido la ofrenda de pecado hoy, ¿hubiese sido agradable ante los ojos del SEÑOR?" 20 Cuando Moisés escuchó eso, él estuvo satisfecho.

11

1 El SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 ''Habla al pueblo de Israel, diciendo: 'Estas son las cosas vivientes que ustedes puedan comer de entre todos los animales que están en la tierra. 3 Ustedes pueden comer cualquier animal que tenga pezuña dividida y que también mastica el bolo alimenticio. 4 Sin embargo, algunos animales, ya sea que mastiquen el bolo alimenticio o que tengan la pezuña dividida, no los debes comer, animales tales como el camello, porque mastica el bolo alimenticio pero no tiene la pezuña dividida. Así que el camello es impuro para ustedes. 5 Tambien el tejón de roca, porque mastica el bolo alimenticio pero no tiene pezuña dividida, tambien es impuro para ustedes. 6 El conejo, porque mastica el bolo alimenticio, pero no tiene pezuña dividida, es impuro para ustedes. 7 El cerdo, a pesar de que tiene la pezuña dividida, no mastica el bolo alimenticio, es impuro para ustedes. 8 Ustedes no deben comer ninguna de sus carnes, ni tocar sus cadáveres. Ellos son impuros para ustedes. 9 Los animales que viven en el agua que ustedes pueden comer son todos esos que tienen aletas y escamas, ya sean del océano o en los ríos. 10 Pero todas las criaturas vivientes que no tienen aletas y escamas en los océanos o ríos, incluyendo todo lo que se mueve en el agua y todas las criaturas vivas que están en el agua ellos deben ser detestadas por ustedes. 11 Ya que deben ser detestadas, ustedes no deben comer de su carne; también sus cadáveres deben ser detestados. 12 Todo lo que no tiene aletas o escamas en el agua debe ser detestado por ustedes. 13 Las aves que debes detestar y las que no pueden comer son estas; el águila, el buitre, 14 el milano, todo tipo de falcón, 15 todo tipo de cuervo, 16 el búho cornudo y la lechuza campestre, la gaviota, y cualquier clase de halcón. 17 Ustedes también deben detestar al pequeño búho y al gran búho, al cormorán, 18 el búho blanco y la lechuza común, el quebrantahuesos, 19 la cigueña, cualquier clase de garza, la abubilla, y también el murciélago. 20 Todos los insectos alados que caminan en cuatro patas serán detestables para ustedes. 21 Aún así, ustedes pueden comer cualquiera de los insectos voladores que también caminan en cuatro patas si estos tienen patas articuladas para saltar en el suelo. 22 Pueden comer también cualquier tipo de langosta, grillos, o saltamontes. 23 Pero todos los insectos voladores que tienen cuatro patas deben ser detestados por ustedes. 24 Ustedes serán impuros hasta el atardecer por estos animales si ustedes tocan el cadáver de uno de ellos. 25 Quien sea que recoja uno de sus cadáveres deben lavar su ropa y permanecerá impuro hasta el atardecer. 26 Cada animal que tenga una pezuña dividida que no esté completamente dividida o que no mastique el bolo alimenticio, es impuro para ustedes. Todo el que los toque será impuro. 27 Lo que sea que camine en sus garras de entre todos los animales que caminan en sus cuatro patas, ellos son impuros para ustedes. Quienquiera que toque tal cadáver estará impuro hasta el atardecer. 28 Quienquiera que recoja tal cadáver debe lavar sus ropas y será impuro hasta el atardecer. Estos animales serán impuros para ustedes. 29 De los animales que se arrastran en el suelo, estos son los animales que serán impuros para ustedes: el topo, la rata, toda clase de lagarto grande, 30 el geco, el lagarto monitor, el lagarto, reptiles y el camaleón. 31 De todos los animales que se arrastran, estos son los animales los cuales serán impuros para ustedes. Quienquiera que los toque cuando estén muertos será impuro hasta el atardecer. 32 Si alguno de ellos muere y cae sobre cualquier cosa, esa cosa será impura, sea que esté hecha de madera, paño, cuero, o saco. Lo que sea y para lo que sea su uso, debe ser puesto en agua; eso será impuro hasta el atardecer. Entonces será limpio. 33 Para toda vasija de barro dentro o sobre en la cual cualquier animal impuro cae, lo que sea que esté en la vasija será impuro, y ustedes deben destruir esa vasija. 34 Toda comida que es limpia y permitida ser comida, pero en la cual el agua de una vasija impura ha caído, entonces será impura. Todo lo que pueda ser bebido de tales vasijas será impuras. 35 Todo en lo que alguna parte del cadáver de un animal impuro caiga, entonces será impuro, sea en un horno o vasijas de cocinar. Deben ser rotas en pedazos. Es impuro y debe ser impuro para ustedes. 36 Una fuente o cisterna de donde se recoge agua se mantendrá limpia si tal criatura cae en ella. Pero si alguno tocara el cadáver de un animal impuro en el agua, él será impuro. 37 Si cualquier parte de un cadáver impuro cae sobre alguna semilla para plantío, esas semillas seguirán siendo limpias. 38 Pero si se pone agua en las semillas, y si cualquier parte de un cadáver impuro cae en ella, entonces serán impuras para ustedes. 39 Si algún animal que puedas comer muere, entonces quien toque el cadáver será impuro hasta el atardecer. 40 Quien coma algo de ese cadáver debe lavar sus ropas y será impuro hasta el atardecer. Quien levante tal cadáver lavará sus ropas y será impuro hasta el atardecer. 41 Todo animal que se arrastre en el suelo será detestado; no se podrá comer. 42 Lo que sea que se arrastre sobre su vientre, y lo que sea que camine en todas sus cuatro patas, o lo que tenga muchos pies- todos los animales que se arrastran en el suelo, estos no los deben comer, porque son para ser detestados. 43 Ustedes no se harán impuros a ustedes mismos con cada criatura viviente que se arrastre; ustedes no se harán a ustedes mismos impuros con ellos, que ustedes deban ser hechos impuros por ellos. 44 Porque Yo soy el SEÑOR tu Dios. Ustedes se mantendrán a sí mismos santos, por lo tanto, sean santos, porque Yo soy santo. Ustedes no se deben contaminar a sí mismos con cualquier tipo de animal que se mueva en el suelo. 45 Porque Yo soy el SEÑOR, quien les trajo fuera de la tierra de Egipto, para ser tu Dios. Ustedes por lo tanto sean santos, porque Yo soy santo. 46 Esta es la ley acerca de los animales, las aves, toda criatura viviente que se mueve en las aguas, y toda criatura que se arrastra en el suelo, 47 para que se haga una distnción entre lo impuro y lo puro, y entre las cosas vivientes que se deben comer y las cosas vivientes que no se puedan comer.'"

12

1 El SEÑOR le dijo a Moisés: 2 "Háblale al pueblo de Israel, diciendo: 'Si una mujer concibe y da a luz un hijo varón, entonces ella estará inmunda por siete días, tal como cuando ella está impura durante los días de su período mensual. 3 En el octavo día la carne del prepucio del bebé tiene que ser cortada. 4 Entonces la purificación de la madre de su sangrado continuará por treinta y tres días. Ella no deberá tocar ninguna cosa santa o entrar al área del tienda de reunión hasta que los días de su purificación estén terminados. 5 Pero si ella da a luz a una niña, entonces ella estará impura por dos semanas, como cuando está en su período. Entonces la purificación de la madre continuará por sesenta y seis días. 6 Cuando los días de la purificación hayan terminado, por un hijo o por una hija, ella debe traer un cordero de un año de edad como una ofrenda quemada, y una paloma jóven o tórtola como una ofrenda de pecado, a la entrada de la tienda de reunión, al sacerdote. 7 Entonces él lo ofrecerá ante el SEÑOR y hará expiación por ella, y ella será limpiada del flujo de su sangre. Esta es la ley acerca de una mujer que de a luz a un varón o a una niña. 8 Si ella no es capaz de comprar un cordero, entonces ella debe llevar dos tórtolas o dos palomas jóvenes, uno como una ofrenda quemada y otro como una ofrenda por el pecado, y el sacerdote hará expiación por ella; entonces ella será limpia.'"

13

1 El SEÑOR habló a Moisés y a Aarón diciendo: 2 "Cuando alguien tiene en la piel de su cuerpo una hinchazón o costra o una mancha brillosa y se vuelve infectado y hay una enfermedad de la piel en su cuerpo, entonces él debe ser llevado a Aarón el alto sacerdote, o a uno de sus hijos, los sacerdotes. 3 Luego el sacerdote va a examinar la enfermedad de la piel de su cuerpo. Si el pelo en el lugar se ha vuelto blanco, y si la enfermedad parece ser más profunda que simplemente en la piel, entonces es una enfermedad infecciosa. Después que el sacerdote lo examine, él debe pronunciarse a sí mismo como impuro. 4 Si la mancha brillosa en su piel es blanca, y la aparencia de la misma no es más profunda que la piel y si el pelo en el lugar de la enfermedad no se ha puesto blanco, entonces el sacerdote debe aislar a el de la enfermedad por siete días. 5 En el séptimo día, el sacerdote debe examinarlo a él para ver en su opinión si la enfermedad no ha empeorado, y si no se ha extendido en la piel. Si no, entonces el sacerdote debe aislarlo siete días más. 6 El sacerdote lo va a examinar otra vez en el séptimo día para ver si la enfermedad ha mejorado y si no se ha extendido más allá en la piel. Si no, entonces el sacerdote lo va a pronunciar a él como limpio. Es una erupción en la piel. Él debe lavar su ropa, y luego él está limpio. 7 Pero si la erupción se ha extendido en la piel después que él se había enseñado él mismo al sacerdote para su limpieza, él debe entonces presentarse al sacerdote otra vez. 8 El sacerdote lo va a examinar a él para ver si la erupción se ha extendido más allá en la piel. Si se ha regado, entonces el sacerdote debe pronunciarlo a él como impuro. Es una enfermedad infecciosa. 9 Cuando una enfermedad infecciosa de la piel está en alguien, entonces él debe ser llevado al sacerdote. 10 El sacerdote va a examinarlo a él para ver si hay una hinchazón blanca en la piel, si el pelo se ha vuelto blanco o si hay carne cruda en la hinchazón. 11 Si lo hay, entonces es una enfermedad crónica de la piel, y el sacerdote debe pronunciarlo a él como impuro. No lo va a aislar, porque él ya es impuro. 12 Si la enfermedad brota ampliamente en la piel y cubre toda la piel de la persona con la enfermedad desde la cabeza hasta los pies, en lo que le parece al sacerdote, 13 entonces el sacerdote debe examinarlo a él para ver si la enfermedad ha cubierto todo su cuerpo. Si lo ha hecho, entonces el sacerdote debe pronunciar a la persona quien tiene la enfermedad como pura. Si todo está se ha vuelto blanco, entonces él es puro. 14 Pero si carne cruda aparece en él, él va a ser impuro. 15 El sacerdote debe mirar la carne cruda y pronunciarlo a él como impuro porque la carne cruda es impura. Es una enfermedad infecciosa. 16 Pero si la carne cruda se vuelve blanca otra vez, entonces la persona tiene que ir con el sacerdote. 17 El sacerdote debe examinarlo a él para ver si la carne se ha vuelto blanca. Si lo ha hecho entonces el sacerdote debe declarar a la persona pura. 18 Cuando una persona tiene una úlcera en la piel y ha sanado, 19 y en el lugar de la úlcera hay una inchazón blanca o una mancha brillante, blanca--rojiza, entonces debe ser mostrado al sacerdote. 20 El sacrdote lo va a examinar para ver si aparece más profundo de la piel, y si su pelo se ha vuelto blanco. Si lo ha hecho, el sacerdote debe pronunciarlo a él como impuro. Es una enfermedad infecciosa, si se ha desarrollado en un lugar donde la úlcera estaba. 21 Pero si el sacerdote la examina y ve que no hay pelos blanco en ella y que no está bajo la piel pero se ha desvanecido, entonces el sacerdote debe aislarlo a él por siete días. 22 Si se esparce ampliamente en la piel, entones el sacerdote debe declararlo como impuro. 23 Pero si la mancha brillante se queda en su lugar y no se ha regado, entonces es una cicatriz de la úlcera y el sacerdote debe pronunciarlo a él como puro. 24 Cuando la piel tiene una quemadura y la carne cruda de la quemadura se ha convertido blanca rojiza o mancha blanca, 25 entonces el sacerdote va a examinarlo para ver si el pelo en la mancha se ha vuelto blanco y si aparece ser más profunda que la piel. Si lo ha hecho, entonces es una enfermedad infecciosa. Se ha extendido en la quemadura y el sacerdote debe declararlo como impuro. Es una enfermedad infecciosa. 26 Pero si el sacerdote lo examina y encuentra que no hay pelos blanco en la mancha, y que no está debajo de la piel pero se ha desvanecido, entonces el sacerdote debe aislarlo a él por siete días. 27 Entonces e sacerdote debe examinarlo en el séptimo día. Si se ha extendido ampliamente en la piel, entonces el sacerdote debe declararlo a él como impuro. Es una enfermedad infecciosa. 28 Si la mancha se queda en su lugar y no se ha extendido pero se ha desvanecido, entonces es una hinchazón de la quemadura y el sacerdote debe pronunciarlo como puro, pues no es nada más que la cicatriz de la quemadura. 29 Si un hombre o mujer tiene una enfermedad infecciosa en su cabeza o barbilla, 30 entonces el sacerdote debe examinar a la persona para una enfermedad infecciosa para ver si aparece más profunda que la piel, y si hay pelos finos amarillos en él. Si lo hay, entonces el sacerdote debe declararlo a él como impuro. Es una picazón, una enfermedad infecciosa en su cabeza o barbilla. 31 Si el sacerdote examina la enfermedad de picazón y ve que no es debajo de la piel y que no hay pelo negro en él, entonces el sacerdote va a aislar a la persona con la enfermedad de picazón por siete días. 32 En el séptimo día el sacerdote va a examinar la enfermedad para ver si se ha extendido. Si no hay pelos amarillos y si la enfermedad sólo aparece en la piel, 33 entonces él debe ser afeitado pero el lugar de la enfermedad no puede ser afeitado y el sacerdote debe aislar a la persona con la enfermedad de picazón por siete días más. 34 En el séptimo día el sacerdote va a examinar la enfermedad para ver si ha dejado de extenderse en la piel. Si no aparece ser más profunda que la piel, entonces el sacerdote debe declararlo como puro. La persona debe lavar su ropa y entonces él será puro. 35 Pero si la enfermedad de picazón se ha extendido ampliamente en la piel después que el sacerdote dijo que él estaba limpio, 36 entonces el sacerdote debe examinarlo a él otra vez. Si la enfermedad se ha regado en la piel, el sacerdote no necesita buscar por pelos amarillos. La persona es impura. 37 Pero si en la vista del sacerdote la enfermedad de picazón ha dejado de extenderse y pelo negro ha crecido en el lugar, entonces la enfermedad ha sanado. Él es puro, y el sacerdote debe declararlo como puro. 38 Si un hombre o mujer tiene manchas blancas en la piel, 39 entonces el sacerdote debe examinar a la persona para ver si las manchas son blanca opaco, cual es solamente una erupción que ha salido en la piel. Él está puro. 40 Si el pelo de un hombre se le ha caido de la cabeza, él es calvo pero el está limpio. 41 Si su pelo se ha caído de la parte de en frente de la cabeza y su frente está calva, él está limpio. 42 Pero si hay una llaga rojiza-blanca en su cabeza calva o frente, esto es una enfermedad infecciosa que ha brotado. 43 Entonces, el sacerdote debe examinarlo a él para ver si la hinchazón del área de la enfermedad en su cabeza calva o frente es rojiza-blanca, como la apariencia de una enfermedad infecciosa en la piel. 44 Si lo es, entonces él tiene una enfermedad infecciosa y él es impuro. El sacerdote debe seguramente declarado a él impuro por la enfermedad en su cabeza. 45 La persona que tiene una enfermedad infecciosa debe usar ropa rasgada, su pelo debe colgar holgamente, y él debe cubrir su cara hasta su nariz y gritar: 'Impuro, impuro.' 46 Todos los días que él tenga la enfermedad infecciosa él estará impuro. Porque él es impuro con una enfermedad que puede extendersse, él debe vivir solo. Él debe vivir fuera del campamento. 47 Una prenda que es contaminada con plaga de lepra, sea lana o prenda de lino, 48 o lo que sea entrelazado o tejido de lana o lino, o cuero o cualquier cosa hecha con cuero 49 si hay una contaminación verdoza o rojiza en la prenda, el cuero, el material trenzado o tejido, o cualquier cosa hecha de cuero, entonces es lepra que se riega; debe ser mostrado al sacerdote 50 El sacerdote debe examinar la prenda por si hay plaga; él debe aislar cualquier cosa que tenga plaga por siete días. 51 Él debe examinar la lepra otra vez en el séptimo día. Si se ha extendido en la prenda o lo que sea trenzada o tejida de lana o material de lino, o cuero o cualquier cosa en la cual el cuero es usado, entonces es lepra dañina y los artículos son impuros. 52 Él debe quemar la prenda, o cualquier cosa que sea trenzada o tejida de material de lana o lino, o cuero cualquier cosa que sea hecha con cuero, cualquier cosa en lo cual se encuentre plaga dañina, pues puede conducir a una enfermedad. La prenda debe ser quemada completamente. 53 Si el sacerdote examina las prendas y ve que la plaga no se ha extendido en las prendas o material trenzado o tejido de tela o lino, o productos de cuero, 54 entonces él va a ordenarles a ellos a limpiar las prendas en los cuales se encontró lepra, y él debe aislarlo por siete días más. 55 Entonces el sacerdote examinará las prendas después que la prenda fue lavada. Si la plaga no cambió su color, aunque no se haya extendido, es impura. Tú debes quemar la prenda, sin importar donde la plaga la ha contaminado. 56 Si el sacerdote examina la prenda y ve que la plaga se ha descolorado después que fue lavado, entonces él debe romper la parte contaminada de la prenda o del cuero, o del material trenzado o tejido. 57 Si la plaga todavía aparece en la prenda, sea en el material trenzado o tejido, o en cualquier cosa que sea hecha de cuero, se está extendiendo. Tú debes quemar cualquier prenda que tenga plaga 58 La prenda o todo lo que sea trenzado o tejido, o cuero o cualquier cosa hecha con cuero si tu lavas el artículo y la plaga se va, entonces el artículo debe ser lavado una segunda vez y va a ser puro. 59 Esta es la ley sobre la plaga en una prenda de lana o lino o cualquier cosa que sea de material trenzado o tejido, o cuero o lo que sea hecho con cuero, para que ustedes puedan pronunciarlo como puro o impuro."

14

1 El SEÑOR habló a Moisés, diciendo: 2 "Esta será la ley para la persona enferma en el día de su limpieza. Él debe ser traído al sacerdote. 3 El sacerdote saldrá del campamento para examinar la persona a ver si la enfermedad infecciosa de la piel está sanada. 4 Luego el sacerdote ordenará que el que vaya a ser limpiado deba tomar dos aves vivas limpias, madera de cedro, hilo escarlata e hisopo. 5 El sacerdote le ordenará matar una de las aves sobre agua fresca que esté en una vasija de barro. 6 El sacerdote entonces tomará el ave viva y la madera de cedro, y el hilo escarlata y el hisopo, y él hundirá todas estas cosas, incluyendo al ave viva, en la sangre del ave que fue matado sobre el agua fresca. 7 Luego el sacerdote rociará esta agua siete veces sobre la persona quien va a ser limpiada de la enfermedad, y entonces el sacerdote lo pronunciará limpio. Luego el sacerdote liberará al ave viva en los campo abiertos. 8 La persona quien está siendo limpiada lavará sus ropas, rapará todo su cabello, y se bañará en agua, y entonces él será limpio. Después de eso debe venir al campamento, pero él vivirá fuera de su tienda por siete días. 9 En el séptimo día él debe afeitarse todo el cabello de su cabeza, y también debe afeitarse su barba y cejas. Debe afeitarse todo su cabello, y él debe lavar sus ropas y bañarse en agua; entonces él será limpio. 10 En el octavo día él debe tomar dos corderos machos sin mancha, un cordero hembra de un año de edad sin mancha, y 11. 1kg. de harina fina mezclada con aceite como una ofrenda de grano, y una taza de aceite. 11 El sacerdote quien lo limpia parará a la persona quien será limpiada, junto a esas cosas, delante del SENOR en la entrada de la tienda de reunión. 12 El sacerdote tomará uno de los corderos machos y lo ofrecerá como una ofrenda de culpa, junto con una taza de aceite; él los mecerá para una ofrenda agitada delante del SEÑOR. 13 Él debe matar al cordero macho en el lugar donde ellos matan las ofrendas por el pecado y las ofrendas quemadas, en el área del la tienda de reunión, pues la ofrenda por el pecado le pertenece al sacerdote, así como la ofrenda de culpa, porque es muy santa. 14 El sacerdote tomará un poco de sangre de la ofrenda de culpa y lo pondrá en la punta del lóbulo de la oreja de la persona quien será limpiada, en el pulgar de su mano derecha, y en el dedo grande del pie derecho. 15 Entonces el sacerdote tomará aceite de la taza y lo derramará en la palma de su propia mano izquierda, 16 y hundirá su dedo derecho en el aceite que está en su mano izquierda, y rociará un poco del aceite con su dedo siete veces delante del SEÑOR. 17 El sacerdote colocará el resto del aceite en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha de la persona que va a ser limpiada, sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el dedo grande del pie derecho. El debe colocar este aceite encima de la sangre de la ofrenda de culpabilidad. 18 En cuanto al resto del aceite que está en la mano del sacerdote, él la pondrá en la cabeza de la persona que va a ser limpiada, y el sacerdote hará expiación por él delante del SEÑOR. 19 Entonces el sacerdote ofrecerá la ofrenda de pecado y hará expiación por él, quien va a ser limpiado a causa de su impureza, y después él matará la ofrenda quemada. 20 Entonces el sacerdote ofrecerá la ofrenda quemada y la ofrenda de grano sobre el altar. El sacerdote hará expiación por la persona, y entonces él será limpio. 21 Sin embargo, si la persona es pobre y no puede costear estos sacrificios, entonces él debe tomar un cordero macho como una ofrenda de culpabilidad para que sea mecido, para hacer expiación para él mismo, y 3. 7kg. de harina fina mezclada con aceite como una ofrenda de grano, y un litro de aceite, 22 junto con dos tórtolas o dos palomas jóvenes, según como él las pueda obtener; un ave será una ofrenda de pecado y la otra una ofrenda quemada. 23 En el octavo día él debe traerlas para su limpieza al sacerdote, en la entrada de la tienda de reunión, delante del SEÑOR. 24 El sacerdote tomará el cordero para una ofrenda, y él lo tomará con el litro de aceite de oliva, y él los levantará alto mientras él los presenta al SEÑOR. 25 Él matará al cordero para la ofrenda de culpabilidad, y él tomará un poco de sangre de la ofrenda de culpabilidad y lo pondrá sobre el lóbulo de la oreja derecha del que va a ser limpiado, sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el dedo grande de su pie derecho. 26 Luego el sacerdote derramará un poco del aceite en la palma de su propia mano izquierda, 27 y él rociará con su dedo derecho un poco del aceite que está en su mano izquierda siete veces delante del SEÑOR. 28 El sacerdote entonces pondrá un poco del aceite que está en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que va a ser limpiado, en el pulgar de su mano derecha, y en el dedo grande del pie derecho, y los mismos lugares donde el puso la sangre de la ofrenda de culpa. 29 Él pondrá el resto del aceite que está en su mano sobre la cabeza del que va a ser limpiado para hacer expiación por él delante del SEÑOR. 30 Él debe ofrecer una de las tórtolas o palomas jóvenes, según como la persona haya podido obtener-- 31 una como una ofrenda de pecado y el otro como una ofrenda quemada, junto con la ofrenda de grano. Luego el sacerdote hará expiación por el que va a ser limpiado delante del SEÑOR. 32 Esta es la ley para una persona en quien hay una enfermedad infecciosa de la piel, quien no puede pagar las ofrendas comunes para su limpieza." 33 El SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 34 "Cuando hayas entrado a la tierra de Canaán la cual les di como una posesión, y si pongo plaga que se esparza en una casa en la tierra de su posesión, 35 entonces el que sea dueño de la casa debe venir y decírselo al sacerdote. Él debe decir: 'Me parece que hay algo como plaga en mi casa.' 36 Luego el sacerdote ordenará que ellos vacíen la casa antes de que él entre a ver la evidencia de la plaga, para que nada en la casa sea hecho impuro. Después el sacerdote debe entrar para ver la casa. 37 Él debe examinar la plaga para ver si está en las paredes de la casa, y para ver si aparece verdoso o rojizo en las superficies de la pared. 38 Si la casa sí tiene plaga entonces el sacerdote saldrá de la casa y cerrará la puerta de la casa por siete dias. 39 Entonces el sacerdote regresará otra vez en el séptimo día y la examinará para ver si la plaga se ha extendido en las paredes de la casa. 40 Si lo ha hecho, entonces el sacerdote ordenará que ellos saquen las piedras en las cuales la plaga se ha encontrado y las tiren en un lugar impuro fuera de la ciudad. 41 Él requerirá que todas las paredes de la casa sean raspadas, y ellos deben tomar el material contaminado que ha sido raspado fuera de la ciudad y tirarlo en el lugar impuro. 42 Ellos deben tomar otras piedras y colocarlas en el lugar de las piedras que fueron removidas, y ellos deben usar nuevo barro para cubrir la casa. 43 Si la plaga vuelve otra vez e invade la casa en la cual las piedras han sido removidas y las paredes han sido raspadas y recubiertas, 44 entonces el sacerdote debe entrar y examinar la casa para ver si la plaga se ha esparcido en la casa. Si lo ha hecho, entonces es plaga dañina, y la casa es impura. 45 Esta casa debe ser derribada. Las piedras, madera, y todo el enyesado de la casa debe ser llevado fuera de la ciudad a un lugar impuro. 46 En adición, quien sea que entre a la casa durante el tiempo que esté cerrada será impuro hasta el atardecer. 47 Cualquiera que durmió en la casa debe lavar sus ropas, y cualquiera quien coma en la casa debe lavar sus ropas. 48 Si el sacerdote entra en la casa para examinarla a ver si la plaga se ha esparcido dentro de la casa después que la casa fue cubierta, entonces, si la plaga se ha ido, él declarará la casa limpia. 49 Entonces el sacerdote debe tomar dos aves para limpiar la casa, y madera de cedro e hilo escarlata, e hisopo. 50 Él matará una de las aves sobre agua fresca en una jarra de barro. 51 Él tomará la madera de cedro, el hisopo, el hilo escarlata, y el ave viva, y los hundirá en la sangre del ave muerta, en el agua fresca, y rociará la casa siete veces. 52 Él limpiará la casa con la sangre del ave y con agua fresca, con el ave viva, la madera de cedro, el hisopo, y el hilo escarlata. 53 Pero él dejará la ave viva ir fuera de la ciudad a los campos abiertos. De esta manera él debe hacer expiación para la casa, y ésta será límpia. 54 Esta es la ley para todo tipo de enfermedad infecciosa de la piel y cosas que causan tal enfermedad, y para picazón, 55 y para plaga en la ropa y en una casa, 56 para hinchazón, para una erupción, y para una mancha brillosa, 57 para determinar cuando cualquiera de estos casos es impuro o cuando es puro. Esta es la ley para enfermedades infecciosas de la piel y plaga"

15

1 El SEÑOR le habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 "Hablen al pueblo de Israel, y díganles: 'Cuando cualquier hombre tiene un fluido infectado que sale de su cuerpo, él se vuelve inmundo. 3 Su impureza es debido a este fluido infectado. Ya sea si su cuerpo fluye con fluido o es detenido, es impuro. 4 Toda cama en la que él se recuesta será impura, y en todo lo que él se siente será impuro. 5 Quien sea que toque su cama debe lavar su ropa y bañarse a sí mismo en agua, y será impuro hasta el atardecer. 6 Cualquiera que se siente sobre cualquier cosa en la cual el hombre con el fluido infectado se sentó, esa persona debe lavar sus ropas y bañarse a sí mismo en agua, y él será impuro hasta el atardecer. 7 Cualquiera quien tocase el cuerpo de aquel que tiene un flujo de fluido infectado debe lavar sus ropas y bañarse a sí mismo en agua, y será impuro hasta el atardecer. 8 Si la persona quien tiene tal flujo de fluido escupe en alguien quien está limpio, entonces esa persona debe lavar sus ropas y bañarse en agua, y él será impuro hasta el atardecer. 9 Cualquier silla de montar en cual aquel que tiene un flujo se monta en ella será impura. 10 Cualquiera que toque algo que estaba bajo esa persona será impuro hasta el atardecer, y cualquiera que cargue esas cosas debe lavar sus ropas y bañarse a sí mismo en agua; él será impuro hasta el atardecer. 11 Quien sea aquél quien tiene tal flujo toca sin primero haber enjuagado sus manos en agua, la persona que fue tocada debe lavar sus ropas y bañarse en agua, y él será impuro hasta el atardecer. 12 Cualquier vasija de barro que aquel con tal flujo de fluido toca debe ser quebrada, y todo contenedor de madera debe ser enjuagado en agua. 13 Cuando aquel que tiene un flujo es limpiado de su flujo, entonces él debe contar para sí mismo siete días por su limpieza; después él debe lavar sus ropas y lavar su cuerpo en agua con corriente. Entonces él será limpio. 14 En el octavo día él debe tomar dos tórtolas o dos palomas jóvenes y venir delante del SEÑOR en la entrada de la tienda de reunión; ahí él tendrá que dar las aves al sacerdote. 15 El sacerdote debe ofrecerlas, una como ofrenda de pecado y la otra como ofrenda quemada, y el sacerdote debe hacer expiación por él delante del SEÑOR por su fluido. 16 Si algún hombre tiene una emisión de semen, entonces él debe lavar todo su cuerpo en agua; él será impuro hasta el atardecer. 17 Toda vestimenta o cuero en donde hay semen debe ser lavado con agua; será impuro hasta el atardecer. 18 Y si una mujer y un hombre duermen juntos y hay una transferencia de semen a ella, deben ambos bañarse en agua; ellos serán impuros hasta el atardecer. 19 Cuando una mujer mestrúa, su impureza continuará por siete días, y quienquiera que la toque será impuro hasta el atardecer. 20 En todo lo que ella se recueste durante su periodo será impuro; todo aquello en que ella se siente también será impuro. 21 Cualquiera que toque su cama debe lavar sus ropas y bañarse en agua; esa persona será impura hasta el atardecer. 22 Cualquiera que toque algo en que ella se haya sentado debe lavar sus ropas y bañarse en agua; esa persona será impura hasta el atardecer. 23 Sea que está en la cama o algo en lo que ella se sienta, si él lo toca, esa persona será impura hasta el atardecer. 24 Si algún hombre duerme con ella, y si su flujo impuro lo toca, él será impuro por siete días. Toda cama en la cual él se recueste será impura. 25 Si una mujer tiene un flujo de sangre por muchos días que no es en su tiempo de su menstruación, o si ella tiene un flujo fuera del tiempo de su menstruación, durante todos los días del flujo de su impureza, ella será como si estuviera en los días de su periodo. Ella es impura. 26 Toda cama en donde ella se recueste, todo, durante su flujo de sangre será para ella tal como la cama en donde ella se recuesta durante su menstruación, y todo en donde ella se siente será impuro, justo como la impureza de su menstruación. 27 Quienquiera que toque cualquiera de esas cosas será impuro; él debe lavar sus ropas y bañarse en agua, y él será impuro hasta el atardecer. 28 Pero si ella es limpiada de su flujo de sangre, entonces ella contará para sí misma siete días, y después de eso ella será limpia. 29 En el octavo día ella tomará dos tórtolas o dos palomas jóvenes y los llevará al sacerdote a la entrada de la tienda de reunión. 30 El sacerdote ofrecerá un ave como una ofrenda por el pecado y la otra como una ofrenda quemada, y él hará expiación por ella delante del SEÑOR por su impuro flujo de sangre. 31 Así es cómo ustedes deben separar al pueblo de Israel de su impureza, para que así ellos no mueran debido a su impureza, al profanar mi tienda de reunión, donde Yo vivo entre ellos. 32 Estas son las regulaciones para cualquiera que tenga un flujo de fluido, por cualquier hombre cuyo semen sale de él y lo hace impuro, 33 por cualquier mujer que tiene un periodo menstrual, por cualquiera con un flujo de fluidos, sea hombre o mujer, y por cualquier hombre que duerme con una mujer impura.'"

16

1 El SEÑOR le habló a Moisés--esto fue luego de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando ellos se acercaron al SEÑOR y entonces murieron. 2 El SEÑOR le dijo a Moisés: "Háblale a Aarón, tu hermano, y dile que no venga al lugar más santo dentro de la cortina a cualquier momento, ante la tapa de la expiación que está en el arca. Si él lo hace, él morirá, porque Yo apareceré en una nube sobre la tapa de la expiación. 3 Así es como Aarón tiene que entrar al lugar más santo. Él debe entrar con un toro joven como una ofrenda al pecado, y un carnero como una ofrenda quemada. 4 Él debe ponerse la santa túnica de lino, y él mismo debe ponerse la ropa interior de lino, y él debe vestir la faja de lino y el turbante de lino. Él debe lavar su cuerpo en agua y entonces vestirse a sí mismo en estas ropas. 5 Él debe tomar de la asamblea de la gente de Israel dos chivos como ofrenda al pecado y un cordero como una ofrenda quemada. 6 Luego, Aarón debe presentar el toro como una ofrenda por el pecado, la cual será para él mismo, para hacer expiación por sí mismo y su familia. 7 Entonces él debe tomar los dos chivos y ponerlos ante el SEÑOR a la entrada de la tienda de reunión. 8 Luego, Aarón debe echar suertes por dos machos cabríos, uno por EL SEÑOR y otro por la expación 9 Aarón, entonces, debe presentar el macho cabrío al cual le cayó la suerte por el SEÑOR, y ofrecer ese macho cabrío como ofrenda al pecado. 10 Pero el macho cabrío al que le cayó la suerte para la expiacion debe ser traído vivo ante el SEÑOR, para hacer expiación al mandarlo lejos como macho cabrío expiatorio al desierto. 11 Luego, Aarón debe presentar el toro como ofrenda por el pecado, la cual será para sí mismo. Él debe hacer expiación por sí mismo y por su familia, por lo tanto él debe matar al toro como una ofrenda por el pecado para sí mismo. 12 Aarón debe quitar un incensario lleno de carbones del fuego del altar delante del SEÑOR, con sus manos llenas de incienso dulce finamente molido, y traer estas cosas dentro de la cortina. 13 Ahí, él debe poner el incienso en el fuego ante el SEÑOR para que la nube del incienso pueda cubrir la tapa de expiación sobre los decretos del pacto. Él debe hacer esto para que él no muera. 14 Entonces, él debe tomar algo de la sangre del toro y rocíarla con su dedo al frente de la tapa de la expiación. Él debe rocíar algo de la sangre con su dedo siete veces ante la tapa de expiación. 15 Luego, él debe matar al macho cabríoo por la ofrenda por el pecado que es por la gente y traer su sangre dentro de la cortina. Ahí él debe hacer con la sangre como hizo con la sangre del toro: él debe rocíarla en la tapa de expiación y entonces ante la tapa de la expiación. 16 Él debe hacer expiación por el lugar más santo por las acciones inmundas de la gente de Israel, y por la rebelión y todos sus pecados. Él también debe hacer esto en la tienda de reunión, donde el SEÑOR vive entre ellos, en la presencia de sus acciones inmundas. 17 Nadie debe estar en la tienda de reunión cuando Aarón entre en ella para hacer expiación en el lugar más santo, y hasta que salga y haya terminado de hacer expiación por sí mismo y por su familia, y por toda la asamblea de Israel. 18 Él debe salir del altar que está delante del SEÑOR y hacer expiación por él, y él debe tomar algo de la sangre del toro y algo de la sangre del macho cabrío y ponerla en los cuernos del altar en todo alrededor. 19 Él debe rocíar algo de la sangre en él con su dedo, siete veces para limpiarlo, y separarlo para el SEÑOR, lejos de las acciones inmundas de la gente de Israel. 20 Cuando él haya terminado la expiación por el lugar más santo, la tienda de reunión, y el altar, él debe presentar al macho cabrío. 21 Aarón debe poner ambas manos en la cabeza del macho cabrío y confesar sobre él toda la maldad de la gente de Israel, toda su rebelión, y todos sus pecados. Entonces él debe poner ese pecado en la cabeza del macho cabrío y mandarlo lejos, al cuidado de un hombre que esté listo para llevar el macho cabrío al desierto. 22 El cabro debe llevar en sí mismo todo el pecado de la gente a un lugar solitario. Ahí en el desierto, el hombre debe dejar al cabro en libertad. 23 Luego, Aarón debe regresar a la tienda de reunión y quitarse las vestiduras de lino que se puso antes de entrar en el lugar más santo, y él debe dejar esas vestiduras ahí. 24 Él debe lavar su cuerpo en agua en el lugar más santo, y ponerse sus vestiduras normales; entonces él debe salir y ofrecer su ofrenda quemada y la ofrenda quemada de la gente, y en esta manera hacer expiación por sí mismo y por la gente. 25 Él debe quemar la grasa de la ofrenda por el pecado en el altar. 26 El hombre que deje libre al macho cabrío expiatorio debe lavar sus ropas y lavar su cuerpo en agua; luego de eso, él puede regresar al campamento. 27 El toro de la ofrenda por el pecado y el macho cabrío de la ofrenda por el pecado, cuya sangre se haya traido para hacer expiación en el lugar más santo, deben ser llevados fuera del campamento. Ahí deben quemar sus pieles, carne y excremento. 28 El hombre que queme esas partes debe lavar su ropa y lavar su cuerpo en agua; luego de eso, él puede regresar al campamento. 29 Siempre será un estuto para ustedes en el séptimo mes, en el décimo día del mes, ustedes deben humillarse y no trabajar, ni el nativo ni el extranjero que vive entre ustedes. 30 Esto es porque en este día, la expiación será hecha para ustedes, para limpiarlos de sus pecados, para que ustedes esten limpios ante el SEÑOR. 31 Es un solemne Día de Reposo para ustedes, y ustedes deben humillarse a sí mismos y no trabajar. Esto siempre será un estatuto entre ustedes. 32 El alto sacerdote, el que será ungido y ordenado para ser alto sacerdote en lugar de su padre, él debe hacer esta expiación y ponerse las vestiduras de lino, esas son, las vestiduras santas. 33 Él debe hacer expiación por el lugar más santo; él debe hacer expiación por la tienda de reunión y por el altar, y él debe hacer expiación por los sacerdotes y por toda la gente de la asamblea. 34 Esto será un estuto para ti, el hacer expiación por la gente de Israel por todos sus pecados, una vez al año." Esto fue hecho como el SEÑOR le ordenó a Moisés.

17

1 El SEÑOR habló a Moisés, diciendo: 2 "Háblale a Aarón y a sus hijos, y a todo el pueblo de Israel. Diles lo que el SEÑOR ha ordenado: 3 'Cualquier hombre de Israel que mate a un buey, cordero o cabra en el campamento, o que lo mate fuera del campamento, para sacrificarlo -- 4 si él no lo trae a la entrada de la tienda de reunión, para ofrendarlo como sacrificio al SEÑOR ante su su tabernáculo, ese hombre es culpable de derramamiento de sangre. Él ha derramado sangre, y ese hombre deberá ser cortado de entre su pueblo. 5 El propósito de este mandato es que el pueblo de Israel traiga sus sacrificios al SEÑOR a la entrada de la tienda de reunión, al sacerdote, para ser sacrificado como ofrenda de compañerismo al SEÑOR, en vez de ofrecer sacrificos en un campo abierto. 6 El sacerdote rociará la sangre en el altar del SEÑOR, a la entrada de la tienda de reunión; él quemará la grasa para que produzca un aroma dulce al SEÑOR. 7 El pueblo ya no deberá ofrecer sus sacrificios a ídolos, por lo cual ellos actúan como prostitutas. Esto será un estatuto permanente para ellos a través de todas sus generaciones.' 8 Tu debes decirle a ellos: 'Cualquier varón de Israel, o cualquier extranjero que vive entre ellos, que ofrezca una ofrenda quemada o sacrificio, 9 y no lo traiga a la entrada de la tienda de reunión para sacrificarlo al SEÑOR, ese varón debe ser cortado de su pueblo. 10 Y cualquiera de Israel, o cualquier extranjero que vive entre ellos, quien consume cualquier sangre, yo pondré mi rostro en contra de esa persona, cualquiera que consume sangre; yo lo cortaré de entre su pueblo. 11 Pues la vida de un animal está en su sangre. Yo les he dado su sangre a ustedes para hacer expiación en el altar por sus vidas, porque es la sangre que hace expiación, pues es la sangre la que expía para la vida. 12 Por lo tanto, yo le dije al pueblo de Israel que ninguno entre ustedes deben comer sangre, ni tampoco ningún extranjero que viva entre ustedes debe comer sangre. 13 Y ninguno del pueblo de Israel, o ninguno de los extranjeros que viven entre ellos, que cazan y matan un animal o un ave que pueda ser comido; esa persona debe derramar la sangre y cubrir la sangre con tierra. 14 Pues la vida de cada criatura es su sangre. Por esto es que le dije al pueblo de Israel, "Ustedes no deben comer la sangre de ninguna criatura, pues la vida de toda criatura viviente es su sangre. Quien sea que la come debe ser cortado. 15 Toda persona que coma un animal que haya muerto o haya sido desgarrado por animales salvajes, ya sea que la persona sea nativo nacido o extranjera, viviendo entre ustedes, él debe lavar sus ropas y bañarse en agua, y él será impuro hasta la tarde. Entonces el estará limpio. 16 Pero si él no lava sus ropas o baña su cuerpo, entonces él deberá cargar su culpa."'

18

1 El SEÑOR le habló a Moisés diciendo: 2-3 "Habla al pueblo de Israel y dile: 'Yo soy el SEÑOR tu Dios. Tu no tienes que hacer las cosas que la gente hace en Egipto, donde ustedes vivieron previamente. Ustedes no tienen que hacer las cosas que la gente de Canaán hace, la tierra a la cual Yo los estoy llevando. No sigan sus costumbres. 4 Mis leyes son lo que ustedes deben hacer y mis mandamientos son los que ustedes deben guardar, para que ustedes caminen en ellos, porque Yo soy el SEÑOR tu Dios. 5 Por lo tanto, ustedes tienen que guardar mis decretos y mis leyes. Si una persona los obedece, él vivirá a causa de ellos. Yo soy el SEÑOR. 6 Nadie debe acostarse con nadie de quien él es pariente cercano. Yo soy el SEÑOR. 7 No deshonren a su padre al acostarse con su madre. ¡Ella es tu madre! Tú no debes deshonrarla. 8 No te acuestes con ninguna de las esposas de tu padre; tú no debes deshonrar a tu padre de esa manera. 9 No te acuestes con ninguna de sus hermanas, sea que ella sea la hija de tu padre o la hija de tu madre, sea que ella fuera criada en tu casa o distante de tí. Tú no debes acostarse con sus hermanas. 10 No te acuestes con las hijas de sus hijos o las hijas de sus hijas. Esto sería tu propia vergüenza. 11 No te acuestes con la hija de la esposa de tu padre, quien nació de tu padre. Ella es tu hermana y tú no debes acostarse con ella. 12 No te acuestes con la hermana de su padre. Ella es una pariente cercana de tu padre. 13 No se acuesten con la hermana de tu madre. Ella es una pariente cercana de tu madre. 14 No deshonren al hermano de tu padre al acostarte con su esposa. No te acerques a ella con ese próposito; ella es tu tía. 15 No te acuestes con tus nueras. Ella es la esposa de tu hijo; no te acuestes con ella. 16 No te acuestes con el hermano de tu esposa; no lo deshonres de esta manera. 17 No se acuesten con una mujer y su hija, ni con la hija del hijo de ella ni con la hija de la hija de ella. Ellos son parientes cercanos a ella y acostarse con ellos sería malvado. 18 Tú no te casarás con la hermana de tu esposa como una segunda esposa y dormir con ella mientras tu primera esposa está viva. 19 No te acuestes con una mujer durante su menstruación. Ella es impura durante ese tiempo. 20 No te acuestes con la esposa de tu vecino y te profanes tú mismo con ella de esta manera. 21 Ustedes no deben dar a ningunos de sus hijos para ponerlos en el fuego, para que ustedes los sacrifiquen a Moloc, porque ustedes no deben profanar el nombre de su Dios. Yo soy el SEÑOR. 22 No te acuestes con otros hombres como con una mujer. Esto sería malvado. 23 No te acuestes con ningún animal y te profanes tú mismo con esto. Ninguna mujer debe considerar el acostarse con ningún animal. Esto sería una perversión. 24 No se profanen a ustedes mismos en ninguna de estas maneras, pues en todas estas maneras las naciones son profanadas, las naciones que Yo sacaré de delante de ustedes. 25 La tierra se volvió profana, entonces Yo castigué su pecado, y la tierra vomitó sus habitantes. 26 Tú, por lo tanto, debes guardar mis mandamientos y decretos, y tú no debes hacer ninguna de estas cosas detestables, ni los israelitas, ni los extranjeros quienes viven entre ustedes. 27 Pues esta es la maldad que la gente en la tierra ha cometido, aquellos quienes vivieron aquí antes que ustedes y ahora la tierra esta contaminada. 28 Por lo tanto, tengan cuidado para que la tierra no los vomite a ustedes también después que ustedes la hayan contaminado, como esta vomitó la gente quienes estaban antes que ustedes. 29 Cualquiera que haga alguna de estas cosas detestables, las personas quienes hagan estas cosas serán cortadas de su pueblo. 30 Por lo tanto, ustedes deben guardar mi mandamiento de no practicar ninguna de estas costumbres detestables, las cuales fueron practicadas aquí antes de ustedes, para que ustedes no se contaminen ustedes con dichas practicas. Yo soy el SEÑOR su Dios.'"

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1 El SEÑOR habló a Moisés, diciendo: 2 "Háblale a toda la asamblea del pueblo de Israel y diles: 'Ustedes deben ser santos, ya que Yo el SEÑOR tu Dios soy santo. 3 Todos deben respetar a su madre y su padre, y deben guardar mis Días de Reposo. Yo soy el SEÑOR tu Dios. 4 No se vuelvan a ídolos indignos, ni tampoco se hagan para ustedes mismos dioses de metal. Yo soy el SEÑOR su Dios. 5 Cuando ofrezcan un sacrificio de ofrendas de paz al SEÑOR, deben ofrecerla para que sean aceptados. 6 Debe ser comida el mismo día que la ofrecieron, o al día siguiente. Si sobra algo hasta el tercer día, debe ser quemada. 7 Si es comida en el tercer día, está contaminada. No debe ser aceptada, 8 pero todo aquel que la coma debe llevar su propia culpa porque ha deshonrado lo que era santo para el SEÑOR. Esa persona debe ser cortada de su pueblo. 9 Cuando cosechen la cosecha de su tierra, no deberán cosechar completamente las esquinas de tu campo, ni tampoco juntarán todo el producto de tu cosecha. 10 No deberán juntar todas las uvas de su viñedo, ni tampoco las uvas que caen al suelo en sus viñedos. Las deben dejar para los pobres y para los extranjeros. Yo soy el SEÑOR tu Dios. 11 No debes robar. No deberás mentir. No se engañen unos a otros. 12 No deben jurar por mi nombre falsamente ni profanar el nombre del SEÑOR tu Dios. Yo soy el SEÑOR. 13 No debes oprimir a tu vecino ni robarle. El salario de un siervo contratado no debe permanecer contigo toda la noche hasta la próxima mañana. 14 No debes maldecir al sordo ni ponerle un bloque de tropiezo frente a un ciego. En cambio, debes temer a tu Dios. Yo soy el SEÑOR. 15 No debes provocar falso juicio. Tú no debes mostrar favoritismo a alguien porque él sea pobre, ni tú tampoco debes mostrar favoritismo a alguien porque él es importante. Por el contrario, juzga tu vecino justamente. 16 No debes caminar regando falsas murmuraciones entre tu pueblo, pero busca proteger la vida de tu vecino. Yo soy el SEÑOR. 17 No odies a tu hermano en tu corazón. Tú debes reprender honestamente a tu vecino para no compartir pecado por causa de él. 18 No debes tomar venganza ni guardar rencor contra cualquiera de tu pueblo, en cambio ama a tu vecino como a ti mismo. Yo soy el SEÑOR. 19 Ustedes deben guardar mis mandamientos. No traten de cruzar sus animales con diferentes tipos de otros animales. No mezcles dos diferentes tipos de semillas cuando siembres en tu tierra. No uses vestiduras hechas de dos tipos de material mezclado junto. 20 Quien se acueste con una joven esclava que está prometida a un marido, pero que no ha sido redimida o dada su libertad, debe ser castigado. Ellos no deben ser puestos a muerte porque ella no era libre. 21 Un hombre debe traer su ofrenda de culpa al SEÑOR a la entrada de la tienda de reunión- un carnero como ofrenda de culpa. 22 Luego, el sacerdote hará expiación para él con el carnero por la ofrenda de culpa ante el SEÑOR, por el pecado que él ha cometido. Entonces, el pecado que él ha cometido será perdonado. 23 Cuando entres a la tierra y hayas plantado todo tipo de árboles para alimento, entonces debes considerar el fruto producido como prohibido para comerlo. Este fruto debe ser prohibido a ustedes por tres años. No debe ser comido. 24 Pero en el cuarto año toda la fruta será santa, una ofrenda de alabanza al SEÑOR. 25 En el quinto ustedes pueden comer la fruta, habiendo esperado para que así los árboles puedan producir más. Yo soy el SEÑOR tu Dios. 26 No comas ninguna carne que aún contenga sangre en ella. No consultes los espíritus acerca del futuro, y no busques controlar a otros a través de poderes sobrenaturales. 27 No sigas hábitos paganos tales como, razurarse los lados de la cabeza o recortar las orillas de tu barba. 28 No cortes tu cuerpo para los muertos o pongas marcas tatuadas en tu cuerpo. Yo soy el SEÑOR. 29 No deshonren a su hija convirtiéndola en prostituta, o la nación caerá a la prostitución y la tierra se llenará de maldad. 30 Ustedes deben guardar mis Días de Reposo y honrar el santuario de mi tienda de reunión. Yo soy el SEÑOR. 31 No recurran donde aquellos que hablan con los muertos o con espíritus. No los busquen porque ellos los contaminarán a ustedes. Yo soy el SEÑOR tu Dios. 32 Deben ponerse de pie ante las personas con canas y honrar la presencia de un anciano. Debes temer a tu Dios. Yo soy el SEÑOR. 33 Si un extrajero vive entre ustedes en sus tierras, no deben hacerle ningún daño. 34 El extranjero que vive con ustedes debe ser para ustedes como un israelita de nacimiento que vive entre ustedes, lo deben amar como a ustedes mismos, porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto. Yo soy el SEÑOR tu Dios. 35 No utilicen medidas falsas cuando midan la longitud, peso o cantidad. 36 Deben usar balanzas justas, pesas justas, y medidas de capacidad justas. Yo soy el SEÑOR su Dios, quien los sacó de la tierra de Egipto. 37 Deben obedecer todos mis decretos y todas mis leyes, y hacerlas. Yo soy el SEÑOR.'"

20

1 El SEÑOR habló a Moisés, diciendo: 2 "Dile al pueblo de Israel: 'Cualquiera entre el pueblo de Israel, o cualquier extranjero que vive en Israel que le dé cualquiera de sus hijos a Moloc, debe, ciertamente, ser puesto a muerte. La gente en la tierra debe apedrearlo. 3 Yo también pondré mi rostro en contra de este hombre, y lo cortaré de entre su pueblo porque ha dado su hijo a Moloc, porque ha contaminado Mi lugar santo y ha profanado Mi santo nombre. 4 Si la gente de la tierra cierra sus ojos a ese hombre cuando le de cualquiera de sus hijos a Moloc, si no lo ponen a muerte, 5 entonces Yo mismo pondré mi rostro en contra de ese hombre y su clan, Y Yo lo cortaré a él y todos aquellos que se prostituyan a sí mismos, para hacerse una prostituta con Moloc. 6 La persona que se vuelva a aquellos que hablan con los muertos, o aquellos que hablan con espíritus para prostituírse a sí mismos con ellos, yo pondré mi rostro en contra de ellos; yo lo cortaré a él de entre su pueblo. 7 Por lo tanto, conságrense a ustedes mismos y sean santos, porque Yo soy el SEÑOR su Dios. 8 Ustedes deben guardar mis mandamientos y llevarlos a cabo. Yo soy el SEÑOR, quien los separa como santos. 9 Todo los que maldigan a su padre o a su madre deben seguramente ser puestos a muerte. Él ha maldecido a su padre o a su madre, así que es culpable y merece morir. 10 El hombre que cometa adulterio con la esposa de otro hombre, esto es, cualquiera que cometa adulterio con la esposa de su vecino-- el adúltero y la adúltera ambos deben ser puestos a muerte. 11 El hombre que se acueste con la esposa de su padre para dormir con ella ha deshonrado a su propio padre. Ambos, tanto el hijo y la esposa de su padre deben, ciertamente, ser puestos a muerte. 12 Si un hombre duerme con su nuera, ambos deben, ciertamente, ser puestos a muerte. Ellos han cometido perversión. Ellos son culpables y merecen morir. 13 Si un hombre duerme con otro hombre, como con una mujer, ambos han hecho algo detestable. Ellos deben, seguramente, ser puestos a muerte. Ellos son culpables y merecen morir. 14 Si un hombre se casa con una mujer y también se casa con su madre, esto es maldad. Deben ser quemados, ambos, él y la mujer, para que no haya maldad entre ustedes. 15 Si un hombre duerme con un animal, seguramente, debe ser puesto a muerte, y ustedes deben matar al animal. 16 Si una mujer se acerca a cualquier animal para dormir con él, ustedes deben matar a la mujer y al animal. Ellos deben, ciertamente, ser puestos a muerte. Ellos son culpables y merecen morir. 17 Si un hombre duerme con su hermana, tanto la hija de su padre, o la madre de su hija-- si el duerme con ella y ella con el, es una cosa vergonzosa. Ellos deben ser cortados de la presencia de su pueblo, porque él ha dormido con su hermana. Él debe cargar su culpa. 18 Si un hombre duerme con una mujer durante su período menstrual y ha dormido con ella, él ha descubierto el flujo de su sangre, la fuente de su sangre. Ambos, el hombre y la mujer, deben ser cortados de entre su pueblo. 19 Ustedes no deben dormir con la hermana de su madre, o con la hermana de su padre, porque ustedes deshonrarían a su pariente cercano. Ustedes deberán cargar su propia culpa. 20 Si un hombre duerme con su tía, ha deshonrado a su tío. Cuando ellos mueran, los castigaré a ambos, y cuando ellos mueran, Yo tomaré cualquier herencia que sus hijos puedieran recibir de sus padres. 21 Si un hombre se casa con la esposa de su hermano cuando su hermano todavía vive, esto es vergonozoso. Él ha deshonrado a su hermano, y yo tomaré de sus hijos cualquier propiedad que ellos puedieran heredar de sus padres. 22 Ustedes por lo tanto, deben mantener todos mis estatutos y todos mis decretos; ustedes deben obedecerlos para que la tierra a la que yo los estoy trayendo para vivir no los vomite a ustedes. 23 Ustedes no deben caminar en las costumbres de las naciones que voy a sacar delante de ustedes, pues ellos han hecho todas estas cosas, y yo los detesto. 24 Yo le dije a ustedes: "Ustedes herederán la tierra; Yo se las daré a ustedes para poseerla, una tierra que fluye de leche y miel. Yo soy el SEÑOR su Dios, quien los ha separado a ustedes de otros pueblos. 25 Ustedes deben entonces distinguir entre los animales limpios y los impuros, y entre las aves impuras y las limpias. Ustedes no se deben contaminar con animales o aves impuras o con cualquier criatura que se arrastra en el suelo, los cuales he separado como impuros para ustedes." 26 Ustedes deben ser santos, pues Yo, el SEÑOR, soy santo, y yo los he separado a ustedes de los otros pueblos, pues ustedes me pertenecen a mí. 27 Un hombre o una mujer que habla con los muertos o que habla con espíritus, deben ciertamente ser puestos a muerte. El pueblo debe apedrearlos. Ellos son culpables y merecen morir.'"

21

1 El SEÑOR dijo a Moisés: "Habla a los sacerdotes, los hijos de Aarón, y diles a ellos: 'Ninguno entre ustedes se hará a sí mismo impuro por aquellos que mueren entre su pueblo, 2 excepto por sus parientes más cercanos su madre, su padre, su hijo, su hija, su hermano, 3 o su hermana virgen que es dependiente de él, ya que ella no tiene esposo por ella, él se puede hacer impuro a sí mismo. 4 Pero él no debe hacerse impuro por otros parientes y así profanarse. 5 Sacerdotes no deben afeitarse sus cabezas o afeitarse las esquinas de sus barbas, o cortar sus cuerpos. 6 Ellos deben ser santos a su Dios y no deben deshonrar el nombre de su Dios, porque los sacerdotes ofrecen al SEÑOR ofrendas de comidas, el pan de su Dios. Por lo tanto, los sacerdotes deben ser santos. 7 Ellos no se deben casar con ninguna mujer que es una prostituta y que esté profanada, y ellos no deben casarse con una mujer divorciada de su esposo, pues ellos están separados para su Dios. 8 Tú lo separarás, pues él es quien le ofrenda pan a su Dios. Él debe ser santo a ti, porque Yo, el SEÑOR, quien te hace santo Yo también soy santo. 9 Cualquier hija de cualquier sacerdote que se profane a sí misma por convertirse en una prostituta desgracia a su padre. Ella debe ser quemada. 10 Aquel que es el Sumo Sacerdote entre sus hermanos, en cuya cabeza se ha vertido el aceite de la unción, y quien ha sido consagrado para usar los vestidos del alto sacerdote, no usará su cabello suelto o rasgará sus ropas. 11 Él no debe ir a ningún lugar en el que esté presente un cuerpo muerto, y que se contamine a sí mismo, aún por su padre o su madre. 12 El alto sacerdote no debe dejar el área del santuario de la tienda de reunión o profanar el santuario de su Dios, porque él ha sido consagrado como alto sacerdote por el aceite de la unción de su Dios. Yo soy el SEÑOR. 13 El alto sacerdote debe casarse con una virgen como su esposa. 14 Él no debe casarse con una viuda, con una mujer divorciada, o una mujer que es una prostituta. Él no se casará con este tipo de mujeres. Él sólo se casará con una virgen de su propia gente, 15 así que, él no contaminará a sus hijos entre su gente, pues yo soy el SEÑOR, quien lo hace santo. 16 El SEÑOR le habló a Moisés, diciendo: 17 "Háblale a Aarón y dile a él: 'Quien sea de tus descendientes a través de sus generaciones que tenga un defecto corporal, el no debe acercarse a ofrendar la comida a su Dios. 18 Cualquier hombre que tenga un defecto corporal no debe acercarse al SEÑOR, tal como un hombre ciego, o un hombre que no esté capaz para caminar, uno que esté desfigurado o deformado, 19 un hombre con una mano o pie lisiado, 20 un hombre que tenga una joroba en su espalda, o es anormalmente flaco o de baja estatura, o un hombre con un defecto en sus ojos, o con alguna enfermedad, dolor, costras en la piel, o cuyos testículos hayan sido aplastados. 21 Ningún hombre entre los descendientes de Aarón el sacerdote con un defecto corporal; él no deberá acercarse a ofrendar pan a su Dios. 22 Él podrá comer la comida de su Dios, ya sea alguna de la más santa o alguna de la santa. 23 Sin embargo, él no deberá entrar adentro de la cortina o entrar cerca del altar, porque el tiene un defecto corporal, para que él no contamine Mi lugar santo, pues Yo soy el SEÑOR, quien los hace a ellos santo."' 24 Así que, Moisés habló estas palabras a Aarón, a sus hijos, y a todo el pueblo de Israel.

22

1 El SEÑOR habló a Moisés, diciendo: 2 "Habla a Aarón y a sus hijos, dile a ellos que se mantengan lejos de las cosas santas del pueblo de Israel, las cuales ellos han apartado para Mí. Ellos no deben profanar Mi santo nombre. Yo soy el SEÑOR. 3 Dile a ellos: 'Si alguno de sus descendientes a través de sus generaciones se acerca a las cosas santas que el pueblo de Israel ha apartado para el SEÑOR, mientras él es impuro, esa persona debe ser cortada de delante de Mí: Yo soy el SEÑOR. 4 Ninguno de los descendientes de Aarón quien tenga una enfermedad infecciosa de la piel, o una infección fluyendo en su cuerpo, puede comer ninguno de los sacrificios hechos al SEÑOR hasta que él sea limpio. Cualquiera que toque algo impuro mediante el contacto con muertos, o por contacto con un hombre que tiene un flujo de semen, 5 o cualquiera que toque cualquier animal que se arrastre, que lo haga impuro, o cualquier persona que lo haga a él impuro, cualquier tipo de impureza que pueda ser- 6 entonces el sacerdote que toque cualquier cosa impura, va a ser impuro hasta la tarde. Él no debe comer ninguna de las cosas santas, a menos que él se haya bañado su cuerpo en agua. 7 Cuando el sol se haya puesto, entonces él será límpio. Después del atardecer él puede comer de las cosas santas, porque estas son su comida. 8 Él no debe comer nada encontrado muerto o matado por animales salvajes, por lo cual él se profanaría a sí mismo. Yo soy el SEÑOR. 9 Los sacerdotes deben seguir mis instrucciones, o ellos serán culpables de pecado y pueden morir por profanarme a Mí. Yo soy el SEÑOR quien los hace santos. 10 Nadie fuera de la familia sacerdotal, incluyendo invitados de un sacerdote o sus sirvientes a los servicio, pueden comer algo que es santo. 11 Pero si un sacerdote compra algún esclavo con su propio dinero, el esclavo puede comer de las cosas apartadas para el SEÑOR. Los miembros de la familia sacerdotal y los esclavos nacidos en su casa, ellos también pueden comer con él de esas cosas. 12 Si la hija de un sacerdote se casa con alguien que no es un sacerdote, ella no puede comer nada de las contribuciones santas ofrendadas. 13 Pero si la hija del sacerdote es una viuda o divorciada, y si ella no tiene hijo, y ella vuelve a vivir en la casa de su padre como en su juventud, ella puede comer de la comida de su padre. Pero nadie que no esta en la familia sacerdotal puede comer de la comida del sacerdote. 14 Si un hombre come comida santa sin saberlo, entonces él debe reembolsarle al sacerdote por ella; él deberá añadirle una quinta parte a este y devolverselo al sacerdote. 15 El pueblo de Israel no puede deshonrar las cosas santas que ellos ha levantado en alto y presentado al SEÑOR, 16 y causar que ellos mismo carguen el pecado que los haría a ellos culpables de comer la comida santa, pues Yo soy el SEÑOR quien los hace a ellos santos.'" 17 El SEÑOR habló a Moisés diciendo: 18 "Habla a Aarón y sus hijos, y a todo el pueblo de Israel. Dile a ellos: "Cualquier israelita, o extranjero viviendo en Israel, cuando ellos presenten un sacrificio--sea para cumplir un voto o sea una ofrenda voluntaria, o ellos presenten al SEÑOR una ofrenda quemada, 19 para que puede ser aceptada, ellos tienen que ofrecer un animal macho sin defecto del ganado, oveja o cabra. 20 Pero tú no debes ofrecer lo que tenga defecto. Yo no lo aceptaré de parte tuya. 21 Cualquiera que ofresca un sacrificio de ofrenda de compañerismo del rebaño, al SEÑOR para cumplir un voto, o como una ofrenda voluntaria, debe ser sin defecto para ser aceptada. No puede haber ningún defecto en el animal. 22 Ustedes no deben ofrecer animales que son ciegos, discapacitados o mutilados, o que tengan berrugas, llagas, o costras. Ustedes no deben ofrecer estos al SEÑOR como un sacrificio por fuego sobre el altar. 23 Ustedes pueden presentar como una ofrenda voluntaria un buey o un cordero que es deformado o pequeño, pero una ofrenda como esa no será aceptada para un voto. 24 No ofrezcan ningún animal al SEÑOR que tenga testiculos magullados, aplastados, estropeados, o cortados. No hagan esto dentro de su tierra. 25 Ustedes no deben presentar el pan de su Dios de la mano de un extranjero. Esos animales son deformados y tienen defectos en ellos, ellos no te serán aceptados.'" 26 El SEÑOR habló a Moisés y dijo: 27 "Cuando un becerro o una oveja o una cabara es nacido, tiene que permanecer siete días con su madre. Entonces, desde el octavo día en adelante, este podrá ser aceptado como un sacrificio por una ofrenda hecha por fuego al SEÑOR. 28 No mates una vaca u oveja junto a con su cria, ambos en el mismo día. 29 Cuando ustedes sacrifiquen una ofrenda de gratitud al SEÑOR, ustedes deben sacrificarla de manera aceptable. 30 Esta debe ser comida en el mismo día que fue sacrificada. Ustedes no deben dejar nada de ella para el día siguiente. Yo soy el SEÑOR. 31 Así que, ustedes deben guardar mis mandamientos y llevarlos a cabo. Yo soy el SEÑOR. 32 Ustedes no deben deshonrar Mi santo nombre. Yo debo ser reconocido como santo por el pueblo de Israel. Yo soy el SEÑOR, quien los hace a ustedes santos, 33 quien los sacó a ustedes de la tierra de Egipto para ser su Dios: Yo soy el SEÑOR."

23

1 El SEÑOR le habló a Moisés: 2 "Háblale a la gente de Israel, y dile a ellos: 'Estos son los festivales asignados por el SEÑOR, los cuales ustdes deben proclamar como asambleas santas; ellos son mis festivales regulares. 3 Ustedes pueden trabajar por seis días, pero el séptimo día es un Día de Reposo completo, una santa asamblea. Ustedes no deben hacer trabajo, porque es un Día de Reposo para el SEÑOR en todos los lugares donde ustedes viven. 4 Estos son los festivales señalados por el SEÑOR, las asambleas santas que ustedes deben anunciar en sus tiempos señalados: 5 en el primer mes, en el día catorce del mes al anochecer, es la Pascua del SEÑOR. 6 En el día quince del mismo mes, es el Festival de los Panes sin Levadura para el SEÑOR. Por siete días, ustedes deben comer pan sin levadura. 7 Ustedes deben separar el primer día para reunirse; ustedes no harán nada de su trabajo regular. 8 Ustedes presentarán una ofrenda de comida al SEÑOR por siete días. El séptimo día es una asamblea separada para el SEÑOR, y en ese día ustedes no deben hacer ningún trabajo regular.'" 9 El SEÑOR le habló a Moisés, diciendo: 10 "Háblale a la gente de Israel y dile a ellos: 'Cuando hayan venido a la tierra que Yo les daré, y cuando hayan levantado su cosecha, entonces ustedes deben traer una parte de sus primicias al sacerdote. 11 Él levantará la primicia ante el SEÑOR y se lo presentará a Él, para que sea aceptado en nombre de ustedes. Es en el día después del Día de Reposo que el sacerdote lo levantará y lo presentará a Mí. 12 En el día que ustedes levanten las primicias y lo presenten a Mí, ustedes deben ofrecer un cordero de un año de edad y sin macha como una ofrenda quemada al SEÑOR. 13 La ofrenda de grano debe ser tres cuartos de harina fina mezclada con aceite, una ofrenda hecha por fuego al SEÑOR, para producir un dulce aroma, y con ella una ofrenda de un litro y medio de vino, 14 Ustedes no deben comer ningún pan, ni tostado ni grano fresco, hasta el mismo día que hayan traído esta ofrenda a su Dios. Esto será un estatuto permanente a través de las generaciones de su gente, en cada lugar en que ustedes vivan. 15 Empezando desde el día luego del Día de Reposo ese era el día que ustedes trajeron las primicias de la ofrenda mecida cuenten siete semanas completas. 16 Ustedes deben contar cincuenta días, el cual será el día luego del séptimo Día de Reposo. Entonces, ustedes deben presentarle una ofrenda de grano nuevo al SEÑOR. 17 Ustedes deben sacar de sus casas dos piezas grandes de pan hechas con dos tres cuartos de harina. Ellas deben estar hechas de harina fina y horneadas con levadura; ellas serán una ofrenda mecida de las primicias para el SEÑOR. 18 Ustedes deben presentar con el pan, siete corderos de un año de edad y sin mancha, un toro joven y dos carneros. Ellos deben ser una ofrenda quemada al SEÑOR, con sus ofrendas de grano y sus ofrendas de bebidas, una ofrenda hecha con fuego y produciendo un dulce aroma para el SEÑOR. 19 Ustedes deben ofrecer un macho cabrío, una ofrenda por el pecado, y dos corderos de un año para un sacrificio, como ofrendas de paz. 20 El sacerdote debe mecerlos junto con el pan de las primicias ante el SEÑOR, y preséntarselos a Él como una ofrenda con los dos corderos. Ellos serán ofrendas santas al SEÑOR para el sacerdote. 21 Ustedes deben hacer una proclamación en ese mismo día. Habrá una santa asamblea, y ustedes no deben hacer trabajo ordinario. Esto será un mandamiento permanente a través de las generación es de su gente en todos los lugares donde ustedes vivan. 22 Cuando levanten la cosecha de su tierra, ustedes no deben completamente cosechar los bordes de sus campos, y ustedes no deben levantar las espigas de su cosecha. Ustedes deben dejarlas para los pobres y para el extranjero. Yo soy el SEÑOR su Dios.'" 23 El SEÑOR le habló a Moisés, diciendo: 24 "Háblale a la gente de Israel y diles: 'En el séptimo mes, el primer día de ese mes, será un solemne descanso para ustedes, un recordatorio con el sonido de trompetas, y una santa asamblea. 25 Ustedes no deben hacer trabajo ordinario, y ustedes deben ofrecer un sacrificio hecho por fuego al SEÑOR.'" 26 Entonces el SEÑOR le habló a Moisés, diciendo: 27 "Ahora, en el décimo día de este séptimo mes en el Día de la Expiación. Es una santa asamblea, y ustedes deben humillarse a sí mismos y presentarle al SEÑOR una ofrenda de fuego. 28 Ustedes no deben hacer trabajo en ese día porque es el Día de la Expiación, para hacer expiación por ustedes mismos ante el SEÑOR su Dios. 29 Cualquiera que no se humille a sí mismo ese día, deberá ser cortado de su gente. 30 Cualquiera que haga algún trabajo en ese día, Yo, el SEÑOR, lo destruiré de entre su gente. 31 Ustedes no deben hacer ningún tipo de trabajo en ese día. Esto será un estatuto permanente a través de las generaciones de su gente en todos los lugares donde ustedes vivan. 32 Este día debe ser para ustedes un Día de Reposo solemne, y ustdes deben humillarse a sí mismos el noveno día del mes en la tarde. De tarde a tarde, ustedes están para celebrar su Día de Reposo." 33 El SEÑOR le habló a Moisés diciendo: 34 "Háblale a la gente de Israel, diciedo: 'En el día quince del séptimo mes será el Festival de los Tabernáculos para el SEÑOR. Durará siete días. 35 En el primer día debe haber una santa asamblea. Ustedes no deben hacer trabajo ordinario. 36 Por siete días ustedes deben ofrecer un sacrificio hecho por fuego al SEÑOR. En el octavo día debe haber una santa asamblea, y ustedes deben hacer un sacrificio ofrecido con fuego al SEÑOR. Esto es una asamblea solemne, y ustedes no deben hacer ningún trabajo ordinario. 37 Estos son los festivales señalados para el SEÑOR, los cuales ustedes deben proclamar como asambleas santas para ofrecerle sacrificio por fuego al SEÑOR, una ofrenda quemada y una ofrenda de grano, sacrificios y ofrendas de bebida, cada una en su día. 38 Estos festivales serán añadidos a los Días de Resposo del SEÑOR y sus regalos, todos sus votos, y todas las ofrendas voluntarias que ustedes le dan al SEÑOR. 39 De acuerdo al Festival de los Tabernáculos, en el día quince del séptimo mes, cuando ustedes hayan recogido los frutos de la tierra, ustedes deben mantener este festival por siete días. El primer día será un solemne descanso, y el octavo día también será un descanso solemne. 40 En el primer día, ustedes deben tomar la mejor fruta de los árboles, ramas de palma, ramas frondosas de los árboles gruesos, y sauces de los arroyos, y ustedes se alegrarán ante el Señor su Dios por siete días. 41 Por siete días cada años, ustedes deben celebrar este festival para el SEÑOR. Esto será un mandamiento permanente a través de las generaciones de su gente en todos los lugares donde ustedes vivan. Ustedes deben celebrar este festival en el séptimo mes. 42 Ustedes deben vivir en pequeños refugios por siete días. Todos los nativos israelitas deben vivir en pequeños refugios por siete días, 43 para que sus descendientes, generación tras generación, puedan aprender como Yo hice que la gente de Israel viviera en refugios cuando los saqué fuera de la tierra de Egipto. Yo soy el SEÑOR su Dios.'" 44 De esta manera, Moisés anunció a la gente de Israel los festivales asignados por el SEÑOR.

24

1 El Señor habló a Moisés diciendo: 2 "Ordena al pueblo de Israel a traerte aceite de olivos puro machacado para ser usado en las lámparas, que su luz pueda arder continuamente. 3 Fuera de la cortina ante el decreto del pacto en la tienda de reunión, Aarón debe continuamente, desde la tarde hasta la mañana, mantener la lámpara encendida ante el SEÑOR. Esto será un mandamiento permanente a través de las generaciones del pueblo. 4 El alto sacerdote debe mantener siempre las lámparas encendidas ante el SEÑOR, las lámparas en los candelero de oro puro. 5 Ustedes tomarán harina fina y hornearán 12 piezas de pan grandes con ella. Debe haber tres cuartos de harina en cada pieza. 6 Luego, ustedes deben ponerlas en dos hileras, seis en cada hilera, en la mesa de oro puro ante el SEÑOR. 7 Ustedes deben poner incienso puro a lo largo de cada hilera de pan como una ofrenda representativa. Éste incienso deberá ser quemado para el SEÑOR. 8 Cada día de reposo el alto sacerdote debe regularmente colocar el pan ante el SEÑOR en favor del pueblo de Israel, como señal de un pacto eterno. 9 Esta ofrenda será por Aarón y sus hijos, y ellos lo comerán en un lugar que es santo, porque es una porción de las ofrendas al Señor hechas por fuego.'' 10 Ahora sucedió que el hijo de una mujer israelita, cuyo padre era un egipcio, fue entre el pueblo de Israel. Este hijo de la mujer israelita luchó contra un hombre israelita en el campamento. 11 El hijo de la mujer israelita blasfemó el nombre del SEÑOR y maldijo a Dios, así que, la gente lo trajo ante Moisés. El nombre de su madre era Selomit, la hija de Dibri, de la tribu de Dan. 12 Ellos lo tomaron en custodia hasta que el SEÑOR por sí mismo les declarara su voluntad a ellos. 13 Entonces el SEÑOR habló a Moisés, diciendo: 14 "Toma al hombre que ha maldecido a Dios fuera del campamento. Todos quienes lo han oído deben poner sus manos sobre su cabeza, y entonces toda la asamblea debe apedrearlo. 15 Ustedes deben explicarle al pueblo de Israel y decirle: 'Cualquiera que maldiga su Dios deberá cargar su propia culpa. 16 Aquel que blasfeme el nombre del SEÑOR seguramente deberá ser puesto a muerte. Toda la asamblea debe ciertamente apedrearlo, así sea un extranjero o un nativo-israelita. Si cualquiera blasfema el nombre del SEÑOR, él deberá ser puesto a muerte. 17 Si alguno mata a otro ser humano, él ciertamente debe ser puesto a muerte. 18 Si alguno mata el animal de alguien, él debe pagarle, vida por vida. 19 Si alguno lastima a su vecino, se le debe hacer a él como el hizo a su vecino: 20 fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente. Así como él ha causado una lesión a una persona, se le debe hacer a él. 21 Cualquiera que mate un animal debe pagarlo, y cualquiera que mate a una persona debe ser puesto a muerte. 22 Deben tener la misma ley para ambos el extranjero y el nativo-Israelita, porque Yo soy el SEÑOR tu Dios.''' 23 Así que, Moisés habló al pueblo de Israel, y el pueblo trajo el hombre fuera del campamento, el que había maldecido al SEÑOR. Lo apedrearon. Él pueblo de Israel llevó a cabo el mandato del SEÑOR a Moisés.

25

1 El SEÑOR habló a Moisés en el Monte Sinaí diciendo: 2 "Habla al pueblo de Israel y dile a ellos: 'Cuando tú entren a la tierra que Yo te doy, entonces la tierra debe ser hecha para mantener un Día de Reposo para el SEÑOR. 3 Tú debes sembrar tu campo por seis años, y por seis años tú debes podar tú viña y recoger el producto. 4 Pero en el séptimo año, un Día de Reposo de descanso solemne para la tierra debe ser observado, un Día de Reposo para el SEÑOR. Tú no debes sembrar tú campo o podar tú viña. 5 Tú no conducirás una cosecha organizada de cualquier cosa que crezca por sí mismo, y tú no debes conducir una cosecha organizada de cualquier clase de uvas que crezca en tú viña sin podar. Este será un año de descanso solemne para la tierra. 6 Lo que sea que la tierra sin trabajar produzca durante ese Año de Reposo será alimento para ti. Tú, tus sirvientes varones y siervientes mujeres, tus sirvientes contratados y los forasteros que viven contigo podrán recoger comida. 7 Y tú ganado y también tus animales salvajes pueden comer lo que sea que la tierra produzca. 8 Tú debes contar siete años de Reposo, eso es, siete veces siete años, así que, habrán siete años de Reposo, totalizando cuarentinueve años. 9 Entonces tú debes sonar fuertemente una trompeta en todo lugar en el décimo día del séptimo mes. En el Día de Expiación debes sonar la trompeta a través de toda tú tierra. 10 Tu debes separar el quincuagésimo año al SEÑOR y proclamar libertad a través de la tierra a todos sus habitantes. Será un Jubileo para ti, en cuya propiedad y esclavos deben retornar a sus familias. 11 El quincuagésimo año será de Jubileo para ti. Tu no debes sembrar o conducir una cosecha organizada. Come lo que crezca por sí mismo, y recoge las uvas que crecen en las viñas sin podar. 12 Por cuanto es un Jubileo, el cual será santo para ti. Tú debes comer el producto que crece sólo fuera del campo. 13 Tu debes regresar a todos a su propia propiedad en este año de Jubileo. 14 Si tú vendes alguna tierra a tu vecino o compras cualquier tierra de tú vecino, tú no debes hacer trampa o engañar el uno al otro. 15 Si tú compras tierra de tu vecino, considera el número de años y cosechas que pueden ser recogidas hasta el próximo Jubileo. Tu vecino vendiendo la tierra debe considerar eso también. 16 Un número mayor de años hasta el próximo Jubileo aumentará el valor de la tierra, y y un número de años menor hasta el próximo Jubileo bajará el valor, porque el número de cosechas que la tierra produce para el nuevo dueño está relacionado al número de años antes del próximo Jubileo. 17 Tú no debes hacer trampa o engañar uno al otro, en vez de eso, tú debes honrar a tu Dios, pues Yo soy el SEÑOR tu Dios. 18 Por lo tanto tú debes obedecer mis decretos, mantener mis leyes y llevarlas a cabo. Entonces, tú vivirás en la tierra en seguridad. 19 La tierra rendirá su producto, y tú comerás tú porción y vivirás allí en seguridad. 20 Tú podrás decir: "¿Qué comeremos durante el séptimo año? Mira, no podemos sembrar ni recoger nuestro producto. 21 "Yo mandaré mi bendición sobre ti en el sexto año, y producirá cosecha suficiente para tres años. 22 Tú sembrarás en el octavo año y continurás comiendo productos de los años previos y de comida almacenada. Hasta que la cosecha del noveno año venga, tú podrás comer de las provisiones almacenadas en los años previos. 23 La tierra no debe ser vendida a un nuevo dueño permanente, porque la tierra es mía. Todos ustedes son forasteros y residentes temporales en mi tierra. 24 Tú debes observar el derecho de redención para toda la tierra que tú adquieres; tú debes permitir que la tierra la vuelva a comprar la familia de quien tú la compraste. 25 Si tu compañero israelita se volvió pobre y por esa razón vendió parte de su propiedad, entonces su familiar más cercano puede venir y volver a comprar la propiedad que él te vendió a ti. 26 Si un hombre no tiene familia que redima su propiedad, pero si ha prosperado y tiene la habilidad para redimirla, 27 entonces él debe calcular los años desde que la tierra fue vendida y pagar la proporcion al hombre a quien él la vendió. Entonces él puede regresar a su propiedad. 28 Pero si él no es capaz de recuperar la tierra por sí mismo, entonces la tierra que él ha vendido permanecerá en posesión de quien la compró hasta el año de Jubileo. En el año de Jubileo, la tierra será regresada al hombre que la vendió, y el dueño original regresará a su propiedad. 29 Si un hombre vende una casa en una ciudad amurallada, entonces el puede volverla a comprar dentro de un año después de venderla. Por un año completo tendrá el derecho de rescatarla. 30 Si la casa no es rescatada dentro de un año completo, entonces la casa en la ciudad amurallada será propiedad permanente del hombre que la compró, a través de las generaciones de sus descendientes. Esa casa no será devuelta en el año del Jubileo. 31 Pero las casas de las aldeas que no tienen murallas alrededor de ellas serán consideradas como el campo de la tierra. Ellas pueden ser rescatarlas, y ellas deben ser regresadas durante el año de Jubileo. 32 Sin embargo, las casas perteneciente a los Levitas en sus ciudades pueden ser rescatadas en cualquier momento. 33 Si uno de los Levitas no rescata una casa que el vendió, entonces la casa que fue vendida en la ciudad donde está localizada debe ser regresada en el año del Jubileo, por cuanto las casa de las ciudades de los Levitas son su propiedad entre el pueblo de Israel. 34 Pero los campos alrededor de sus ciudades no pueden ser vendidas, porque ellas son la propiedad permanente de los Levitas. 35 Si tu compatriota se vuelve pobre, de modo que ya no puede proveer para él mismo, entonces tú debes ayudarlo como ayudarías a un forastero o cualquiera viviendo como un extranjero entre ustedes. 36 No le cobres interés o trates de obtener ganancia de él en cualquier manera, pero honra a Dios para que tu hermano siga viviendo contigo. 37 Tú no debes darle a él un préstamo de dinero y cobrarle interés, ni venderle a él tu comida para obtener ganancia. 38 Yo soy EL SEÑOR tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto, de manera que Yo te dé la tierra de Canaán, y que Yo sea tu Dios. 39 Si tu compatriota se ha vuelto pobre y se vende a sí mismo a tí, tú no debes hacerlo trabajar como esclavo. 40 Trátalo como un siervo empleado. Él debe ser como alguién que vive contigo temporeramente. Él te servirá hasta el año de Jubileo. 41 Entonces, se irá lejos de ti, él y sus hijos con él, y él regresará a su propia familia y a la propiedad de su padre. 42 Por cuanto ellos son mis sirvientes a quienes Yo saqué de la tierra de Egipto. Ellos no serán vendidos como esclavos. 43 No debes gobernar sobre ellos duramente, pero tú debes honrar a tú Dios. 44 En cuanto a tus esclavos y esclavas, a quienes tú puedes obtener de las naciones que viven alrededor de tí, puedes comprar esclavos de ellos. 45 Ustedes también pueden comprar esclavos de los forasteros que están viviendo entre ustedes, eso es, de sus familias quienes están contigo, hijos que han sido nacidos en tu tierra. Ellos pueden convertirse en tu propiedad. 46 Ustedes pueden proveer tales esclavos como una herencia para tus hijos después de ellos, para mantenerlos como propiedad. De ellos ustedes siempre pueden comprar sus esclavos, pero ustedes no deben gobernar sobre sus hermanos entre el pueblo de Israel con dureza. 47 Si un forastero o alguien viviendo contigo temporeramente se ha vuelto rico, y si uno de tus compatriotas israelitas se ha vuelto pobre y se vende a sí mismo a ese forastero, o a alguien en una familia forastera, 48 después que tu compatriota israelita ha sido comprado, el puede ser comprado de vuelta. Alguien en su familia lo podrá rescatar. 49 Puede ser que el tío de la persona, o el hijo de su tío, quien lo rescata, o alguien quien es un pariente cercano de su familia. O, si él se ha vuelto próspero, él puede resctarlo. 50 Él debe negociar con el hombre quien lo compró; ellos deben contar los años desde el año que él se vendió a sí mismo a su comprador hasta el año de Jubileo. El precio de su rescate debe ser calculado manteniendo el sueldo pagado a un sirviente contratado, por el número de años que él puede continuar trabajando para el que lo compró. 51 Si aún hay muchos años hasta el año del Jubileo, él debe pagarle para atrás, como el precio por su rescate, una cantidad de dinero que es en proporción al número de años. 52 Si sólo hay unos pocos años hasta el año del Jubileo, entonces el debe negociar con su comprador para reflejar el número de años que quedan antes del año de Jubileo, y él debe pagar por su rescatar estando en armonía con el número de años. 53 Él debe ser tratado como un hombre contratado año por año. Tú debes asegurarte que él no es tratado con dureza. 54 Si él no es rescatado por este medio, entonces él debe servir hasta el año del Jubileo, él y sus hijos con él. 55 Para Mí el pueblo de Israel son sirvientes. Ellos son mis sirvientes quienes Yo saqué fuera de la tierra de Egipto. Yo soy El SEÑOR tu Dios.

26

1 "Ustedes no deben hacer ídolos, ni tampoco deben levantar una figura tallada, o un pilar de piedra sagrada, y no deben colocar ninguna imagen tallada en piedra en su tierra para la cual se inclinen, pues Yo soy el SEÑOR su Dios. 2 Ustedes deben mantener el Día de Reposo y honrar mi santurario. Yo soy el SEÑOR. 3 Si ustedes caminan en mi leyes y mantienen mis mandamientos y los obedecen, 4 entonces les daré lluvia en su temporada; la tierra rendirá su producto, y los árboles del campo rendirán su fruto. 5 Su trilla continurá en el tiempo de la cosecha de la uva, y la cosecha de uva se extenderá a la temporada de siembra. Ustedes comerán su pan al máximo y vivirán seguros donde hagan sus hogares en la tierra. 6 Yo les daré paz en la tierra; ustedes se acostarán sin nada que les dé miedo. Yo tomaré a los animales peligrosos lejos de la tierra, y la espada no pasará a través de su tierra. 7 Ustedes perseguirán a sus enemigos, y ellos caerán ante ustedes por la espada. 8 Cinco de ustedes perseguirán lejos a cientos, y cien de ustedes perseguirán a diez mil; sus enemigos caerán ante ustedes por la espada. 9 Yo los miraré a ustedes con favor, y los haré fructíferos y los multuplicaré; Yo establecere mi pacto con ustedes. 10 Ustedes comerán comida guardada por mucho tiempo. Ustedes tendrán que sacar la comida guardada porque ustedes necesitarán el espacio para la nueva cosecha. 11 Yo colocaré mi tienda de reunión entre ustedes, y Yo no los detestaré. 12 Yo caminaré entre ustedes y seré su Dios, y ustedes serán Mi pueblo. 13 Yo soy el SEÑOR su Dios, quien los sacó de la tierra de Egipto, para que ustedes no fueran sus esclavos. Yo he roto las barreras de su yugo y les hice caminar de pie, rectos. 14 Pero si ustedes no me escuchan, y no obedecen todos estos mandamientos, 15 y si ustedes rechazan mis decretos y detestan mis leyes, para que no obedezcan todos mis mandaamientos, sino que rompen mi pacto 16 si hacen estas cosas, entonces les haré esto: Yo provocaré terror en ustedes, enfermedades y fiebres que les destruirán los ojos y que drenarán sus vidas. Ustedes plantarán sus semillas para nada, porque sus enemigos se comerán su producto. 17 Yo pondré mi rostro en contra de ustedes, y ustedes serán dominados por sus enemigos. Hombres que los odian gorbernarán sobre ustedes, y ustedes huirán, incluso cuando nadie los esté persiguiendo. 18 Si ustedes no escuchan mis mandamientos, entonces Yo los castigaré siete veces, tan severamente como sus pecados. 19 Yo les romperé el orgullo en su poder. Yo haré el cielo sobre ustedes como hierro y su tierra como bronce. 20 Su fuerza será agotada para nada, porque su tierra no producirá su cosecha, y sus árboles en la tierra no producirán su fruto. 21 Si ustedes caminan en contra mía, y no me escuchan, Yo les treré golpes, siete veces más sobre ustedes, en proporción a sus pecados. 22 Yo les enviaré animales peligrosos en contra de ustedes, quienes les robarán a sus hijos, destruirám sus ganados, y les harán pocos en número. Así que, sus caminos se volverán desiertos. 23 Si a pesar de estas cosas, ustedes todavía no aceptan mi corrección y continúan caminando en oposición a Mí, 24 entonces Yo también caminaré en oposición a ustedes, y Yo mismo los castigaré siete veces más por sus pecados. 25 Yo traeré una espada a ustedes que ejecutará venganza por romper el pacto. Ustedes se reunirán dentro de sus ciudades, y Yo les enviaré enfermedad entre ustedes allí, y entonces ustedes serán entregados a la mano de sus enemigos. 26 Cuando Yo les corte la provisión de comida, diez mujeres todavía serán capaces de hornear su pan en un horno, y ellas le distribuirán su pan por peso. Ustedes comerán pero no serán satisfechos. 27 Si ustedes no me escuchan, a pesar de estas cosas, pero continúan caminando en contra mía, 28 entonces Yo caminaré en contra de ustedes en enojo, y Yo los castigaré incluso siete veces más, tanto más por sus pecados. 29 Ustedes comerán la carne de sus hijos; ustedes comerán la carne de sus hijas. 30 Yo destruiré sus lugares altos, cortaré sus altares de inicienso, y tiraré sus cadáveres sobre los cadáveres de sus ídolos, y Yo mismo los aborreceré. 31 Yo cambiaré sus ciudades en ruinas y destruiré sus santurios. Yo no estaré agradado con el aroma de sus ofrendas. 32 Yo detruiré la tierra. Sus enemigos, que vivirán allí, estarán asustados por la destruccion. 33 Yo los esparciré entre las demás naciones, y Yo sacaré mi espada y los perseguiré. Su tierra será abandonada, y sus ciudades serán arruinadas. 34 Luego, la tierra disfrutará su Día de Reposo, mientras permanezca abandonada y ustedes estén en la tierras de sus enemigos. Durante ese tiempo, la tierra descansará y disfrutará su Día de Reposo. 35 Mientras permanezca abandonada, tendrá descanso, el cual será el descanso que no tuvo en los Días de Reposo de ustedes, cuando ustedes vivían en ella. 36 En cuanto a ustedes, los que queden en las tierras de sus enemigos, Yo enviaré miedo a los corazones, para que incluso el sonido de una hoja sonando en el viento los asuste a ustedes, y ustedes huyan como si le estuvieran huyendo a la espada. Ustedes caerán, incluso cuando nadie los esté persiguiendo. 37 Ustedes tropezarán entre ustedes como si ustedes estuvieran corriendo de la espada, incluso cuando nadie los esté persiguiendo. Ustedes no tendrán poder para pararse ante sus enemigos. 38 Ustedes perecerán entre las naciones, y la tierra de sus enemigos se los comerá a ustedes por sí misma. 39 Aquellos que queden entre ustedes, se consumirán en sus propios pecados, ellos están en la tierra de sus enemigos, y por los pecados de sus padres ellos se consumirán de igual manera. 40 Todavía si confiesan sus pecados y los pecados de sus padres, y su traición por la cual fueron infieles a Mí, y también el caminar en contra mía 41 lo que haré es que andaré en contra de ellos y los traeré a la tierra de sus enemigos-- si sus corazones incircuncisos se humillan, y si ellos aceptan el castigo por sus pecados, 42 entonces Yo traeré a mi mente el pacto con Jacob, mi pacto con Isaac, y mi pacto con Abraham; también, Yo llamaré la tierra a mi mente. 43 La tierra será abandonada por ellos, así que estará en agrado con sus Días de Reposo mientras permanezca abandonada sin ellos. Ellos tendrán que pagar la penalidad por sus pecados porque ellos mismos han rechazado mis mandamientos y han desechado mis leyes. 44 Todavía, a pesar de todo esto, cuando ellos estén en la tierra de sus enemigos, Yo no los rechazaré, tampoco Yo los separaré para destruirlos por completo, y acabar con mi pacto con ellos, pues Yo soy el SEÑOR su Dios. 45 Pero por su bien, Yo traeré a mi mente el pacto con sus antepasados, a quienes yo traje de la tierra de Egipto a la vista de las naciones, para que yo pueda ser su Dios. Yo soy el SEÑOR" 46 Estos son los mandamientos, ordenes y leyes que el SEÑOR hizo entre el mismo y el pueblo de Israel en el Monte Sinaí a través de Moisés.

27

1 El Señor habló a Moisés y dijo: 2 "Háblale al pueblo de Israel y dile a ellos: 'Si alguien hace un voto especial al SEÑOR, use las siguientes valoraciones. 3 El valor estándar de un varón de veinte a sesenta años de edad debe ser cincuenta monedas de plata, según la moneda del santuario. 4 Para una mujer de las mismas edades, el valor estándar debe ser de treinta monedas de plata. 5 Desde los cinco años hasta los veinte años de edad, tu valor estándar para un varón debe ser de veinte monedas de plata, y para la varona, diez monedas de plata. 6 Desde un mes de edad hasta los cinco años de edad, tu valor estándar para un varón debe ser de cinco monedas de plata, y para una varona, tres monedas de plata. 7 Desde los sesenta años o más, para un varón, tu valor básico debe ser de quince monedas de plata, para una mujer, diez monedas de plata. 8 Pero si la persona haciendo el voto no puede pagar el valor básico, entonces la persona que se entrega debe ser presentada al sacerdote, y el sacerdote valolará a la persona por la cantidad que la persona haciendo el voto puede pagar. 9 Si alguien quiere sacrificarle un animal al SEÑOR, y si el SEÑOR lo acepta, entonces ese animal debe ser separado para Él. 10 La persona no debe alterar o cambiar a tal animal, uno bueno por uno malo o uno malo por uno bueno. Si él cambia al animal por otro, entonces ambos, ese y el animal por el cual se está cambiando, se vuelven santos. 11 Sin embargo, si lo que la persona ha jurado darle al SEÑOR es de hecho inmundo, para que el SEÑOR no lo acepte, entonces la persona debe traerle el animal al sacerdote. 12 El sacerdote evaluará el valor del animal en el mercado. Cualquier valor que el sacerdote ponga en el animal, ese será su valor. 13 Si el sacerdote desea rescatarlo, entonces un cino por ciento de su valor será añadido al precio del rescate. 14 Cuando un hombre separe su casa como un regalo santo al SEÑOR, entonces el sacerdote pondrá su valor como bueno o como malo. Cualquier valor que le ponga el sacerdote, eso será. 15 Pero si el dueño que separó su casa desea rescatarla, él debe añadir un cino por ciento de su valor a su precio de rescate, y le pertenecerá a él. 16 Si un hombre separa algo de su propia tierra, entonces el precio de ella será en proporción a la cantidad de semilla que se requiere para plantarla, 370 lts. de cebada será valorado en cincuenta monedas de plata. 17 Si el separa su campo durante el año del Jubileo, el precio se mantendrá. 18 Pero si el separa su campo luego del año del Jubileo, entonces el sacerdote debe calcular el valor del campo por el número de años que queden hasta el próximo año del Jubileo, y el precio de él será rebajado. 19 Si el hombre que separa el campo desea rescatarlo, entonces él debe añadir un cinco por ciento al precio, y le pertenecerá. 20 Si él no rescata el campo, o si él lo ha vendido a otro hombre, ya no puede ser rescatarlo. 21 En su lugar, el campo, cuando sea liberado en el año del Jubileo, será un regalo santo al SEÑOR, como los campos que han sido completamente dados al SEÑOR. Le pertenecerá al sacerdote. 22 Si un hombre separa un campo que él ha comprado, pero ese campo no es parte de la tierra de su familia, 23 entonces el sacerdote calculará el valor de él hasta el año del Jubileo, y el hombre deberá pagar su valor en ese día como un regalo santo al SEÑOR. 24 En el año del Jubileo, el campo regresará al hombre de quien fue comprado, al dueño de la tierra. 25 Todos las valoraciones deben ser puestos por el peso de la moneda de plata del santuario. que equivale a 20 veces la medida de. 57gms. 26 Nadie debe separar el primogénito entre los animales, ya que el primogénito le pertenece al SEÑOR; sea buey o oveja, es del SEÑOR. 27 Si es un animal inmundo, entonces el dueño puede comprarlo de vuelta al valor de él, una quinta parte debe ser añadido a ese valor. Si el animal no es rescatado, entonces será vendido al valor fijado. 28 Pero nada que un hombre consagra al SEÑOR, de todo lo que tiene, sea humano o animal, o la tierra de su familia, puede ser vendido o rescatado. Todo lo que sea consagrado es muy santo para el SEÑOR. 29 Ningún rescate que sea pagado por la persona que es consagrada para la destrucción. Esa persona debe ser asesinada. 30 Todo el diezmo de la tierra, sea de grano crecido en la tierra o fruto de los árboles, es del SEÑOR. Es santo para el SEÑOR. 31 Si un hombre redime algo de su diezmo, él debe añadir un quinto a su valor. 32 Para cada décimo de una manada o rebaño, lo que sea que pase bajo la vara del pastor, una décima debe ser separada para el SEÑOR. 33 El pastor no debe buscar los mejores o los peores animales, y él no debe sustituirlos por otro. Si él lo cambia del todo, entonces ambos, ese y aquel por el cual se cambió, se vuelve santo. Ya no puede ser rescatado.'" 34 Estos son los mandamientos que el SEÑOR dio en el Monte Sinaí a Moisés para la gente de Israel.

Números
Números
1

1 El SEÑOR le habló a Moisés en la tienda de reunión en el desierto de Sinai. Esto sucedió en el primer día del segundo mes durante el segundo año después que el pueblo de Israel salió de la tierra de Egipto. El SEÑOR dijó, 2 "Realicen un censo de todos los hombres de Israel en cada clan, en las familias de sus padres. Cuenten cada hombre, cada hombre 3 que sea mayor de veinte años de edad. Cuenten a todos los que puedan pelear como soldados de Israel. Tú y Aarón deben anotar el número de los hombres en sus grupos armados. 4 Un hombre de cada tribu, una cabeza del clan, te deberá servir como jefe de su tribu. Cada jefe deberá diriguir a los hombres que pelearán por su tribu. 5 Éstos son los nombres de los jefes que deberán pelear contigo. De la tribu de Rubén, Elizur, hijo de Sedeur; 6 de la tribu de Simeón, Selumiel, hijo de Zurisadai, 7 de la tribu de Judá, Naasón, hijo de Aminadab; 8 de la tribu de Isacar, Natanael, hijo de Zuar; 9 de la tribu de Zabulón, Eliab, hijo de Helón; 10 de la tribu de Efraín, hijo de José, Elisama, hijo de Amiud; de la tribu de Manasés, Gamaliel, hijo de Pedazur; 11 de la tribu de Benjamín, Abidán, hijo de Gedeoni. 12 de la tribu de Dan, Ahiezer, hijo de Amisadai; 13 de la tribu de Aser, Pagiel, hijo de Ocrán; 14 de la tribu de Gad, Eliasaf, hijo de Deuel; 15 y de la tribu de Neftalí, Ahira, hijo de Enán." 16 Éstos fueron los hombres nombrados del pueblo. Ellos dirigieron las tribus de sus antepasados. Ellos eran los jefes de las tribus de Israel. 17 Moisés y Aarón tomaron a estos hombres, quienes fueron anotados por nombre, 18 y junto con estos hombres, ellos reunieron a todos los hombres de Israel en el primer día del segundo mes. Luego, cada hombre de veinte años o más identificó sus antepasados. Él tenía que nombrar las tribus y las familias descendientes de sus antepasados. 19 Entonces Moisés registró sus nombres en el desierto de Sinaí, como EL SEÑOR le había ordenado. 20 De los descendientes de Rubén, el primogénito de Israel, fueron contados todos los nombres de cada hombre de veinte años o más hábil para ir a la guerra, de los registros de las tribus y familias de sus antepasados. 21 Contaron 46, 500 hombres de la tribu de Rubén. 22 De los descendientes de Simeón fueron contados todos los nombres de cada hombre de veinte años o más habil para ir a la guerra, de los registros de las tribus y familias de sus antepasados. 23 Ellos contaron 59, 300 hombres de la tribu de Simeón. 24 De los descendientes de Gad fueron contados todos los nombres de cada hombre de veinte años o más hábil para ir a la guerra, de los registros de las tribus y familias de sus antepasados. 25 Ellos contaron 45, 650 hombres de la tribu de Gad. 26 De los descendientes de Judá fueron contados todos los nombres de cada hombre de veinte años o más hábil para ir a la guerra, de los registros de las tribus y familias de sus antepasados. 27 Ellos contaron 74, 600 hombres de la tribu de Judá. 28 De los descendientes de Isacar fueron contados todos los nombres de cada hombre de veinte años o más hábil para ir a la guerra, de los registros de las tribus y familias de sus antepasados. 29 Ellos contaron 54, 400 hombres de la tribu de Isacar. 30 De los descendientes de Zabulón fueron contados todos los nombres de cada hombre de veinte años o más hábil para ir a la guerra, de los registros de las tribus y familias de sus antepasados. 31 Ellos contaron 57, 400 hombres de la tribu de Zabulón. 32 De los descendientes de Efraín, hijo de José, fueron contados todos los nombres de cada hombre de veinte años o más hábil para ir a la guerra, de los registros de las tribus y familias de sus antepasados. 33 Ellos contaron 40, 500 hombres de la tribu de Efraín. 34 De los descendientes de Manasés, hijo de José, fueron contados todos los nombres de cada hombre de veinte años o más hábil para ir a la guerra, de los registros de las tribus y familias de sus antepasados. 35 Ellos contaron 32, 200 hombres de la tribu de Manasés. 36 De los descendientes de Benjamín fueron contados todos los nombres de cada hombre de veinte años o más hábil para ir a la guerra, de los registros de las tribus y familias de sus antepasados. 37 Ellos contaron 35, 400 hombres de la tribu de Benjamín. 38 De los descendientes de Dan fueron contados todos los nombres de cada hombre de veinte años o más hábil para ir a la guerra, de los registros de las tribus y familias de sus antepasados. 39 Ellos contaron 62, 700 de la tribu de Dan. 40 De los descendientes de Aser fueron contados todos los nombres y cada hombre de veinte años o más hábil para ir a la guerra, de los registros de las tribus y familias de sus descendientes. 41 Ellos contaron 41, 500 hombres de la tribu de Aser. 42 De los descendientes de Neftalí fueron contados todos los nombres de cada hombre de veinte años o más hábil para ir a la guerra de los registros de las tribus y familias de sus antepasados. 43 Ellos contaron 53, 400 de la tribu de Neftalí. 44 Moisés y Aarón contaron todos estos hombres, juntos con los doce hombres que estaban dirigiendo las doce tribus de Israel. 45 Por tanto, todos los hombres de Israel de veinte años o más, todos los que podían pelear en la guerra, fueron contados en cada una de sus familias. 46 Ellos contaron 603, 500 hombres. 47 Pero los hombres que eran descendientes de Leví no fueron contados, 48 porque El SEÑOR le dijo a Moisés: 49 "Tú no deberás contar los de la tribu de Leví ni incluirlos en el total del pueblo de Israel. 50 En su lugar, pon a los levitas al cuidado de la tienda de reunión de las leyes del pacto, y al cuidado de todos los muebles en la tienda de reunión y por todo lo que está dentro de él. Los levitas deberán cargar el tabernáculo, ellos cargarán los muebles de la tienda de reunión. Cuidarán la tienda de reunión y harán campamento alrededor de él. 51 Cuando la tienda de reunión sea movido a otro lugar, los levitas deben desmontarla. Cuando haya que montar la tienda de reunión, los levitas la deberán montar. Cualquier extranjero que se acerque a la tienda de reunión debe ser muerto. 52 Cuando el pueblo de Israel monte sus tiendas, cada hombre debe montar cerca de la bandera que pertenece a su grupo armado. 53 Sin embargo, los levitas deben montar sus tiendas alrededor de la tienda de reunión de las leyes del pacto para que mi enojo no venga sobre el pueblo de Israel. Los levitas deben cuidar la tienda de reunión de las leyes del pacto." 54 El pueblo de Israel hizo todas estas cosas. Ellos hicieron todo lo que El SEÑOR le había ordenado a través de Moisés.

2

1 El SEÑOR habló otra vez a Moisés y Aarón. Él dijo: 2 "Cada uno de los israelitas tiene que acampar alrededor de su estandarte, con las banderas de las casas de sus padres. Ellos acamparán alrededor de la tienda de reunión a cada lado. 3 Los que estarán acampando al este de la tienda de reunión, por donde el sol sale, son el campamento de Judá y estarán acampando debajo de su estandarte. Naasón, hijo de Aminadab, es el jefe de la gente de Judá. 4 El número de la gente de Judá es 74, 600. 5 La tribu de Isacar tiene que acampar al lado de Judá. Natanael, hijo de Zuar, tiene que dirigir el ejército de Isacar. 6 El número en su división es 54, 400 hombres. 7 La tribu de Zabulón tiene que acampar al lado de Isacar. Eliab, hijo de Helón, tiene que dirigir el ejército de Zabulón. 8 El número en su división es 57, 400. 9 Todo el número del campamento de Judá es 186, 400. Ellos se establecerán primero. 10 En el lado sur estará el campamento de Rubén debajo de su estandarte. El jefe del campamento de Rubén es Elisur hijo de Sedeur. 11 El número en su división es 46, 500. 12 Simeón está acampando al lado de Rubén. El jefe de la gente de Simeón es Selumiel hijo de Zurisadai. 13 El número en su división es 59, 300. 14 La tribu de Gad es la próxima. El jefe del pueblo de Gad es Eliasaf, hijo de Deuel. 15 El número en su división es 45, 650. 16 Todos aquellos contados en el campamento de Rubén, de acuerdo a sus divisones, son 151, 450. Ellos se pondrán en segundo lugar. 17 Luego, la tienda de reunión tiene que ir fuera del campamento con los levitas en medio de todos los campamentos. Ellos tienen que ir fuera del campamento en el mismo orden que entraron al campamento. Cada hombre tiene que estar en su lugar, junto a su bandera. 18 Las divisiones del campamento de Efraín debajo de su estandarte. El jefe de la gente de Efraín es Elisama, hijo de Amiud. 19 El número en su división es 40, 500. 20 Junto a ellos está la tribu de Manasés. El jefe de Manasés es Gamaliel, hijo de Pedasur. 21 El número en su división es 32, 200. 22 Después, estará la tribu de Benjamín. El jefe de Benjamín es Abidán, hijo de Gedeoni. 23 El número en su división es 35, 400. 24 Todos aquellos contados en el campamento de Efraín son 108, 100. Ellos se pondrán en tercer lugar. 25 Al norte estarán las divisiones del campamento de Dan. El jefe de la gente de Dan es Ahiezer, hijo de Amisadai. 26 El número en su división es 62, 700. 27 La gente de la tribu de Aser acampa al lado de Dan. El jefe de Aser es Pagiel, hijo de Ocrán. 28 El número en su división es 41, 500. 29 La tribu de Neftalí es la próxima. El jefe de Neftalí es Ahira, hijo de Enán. 30 El número en su división es 53, 400. 31 Todos aquellos contados en el campamento con Dan son 157, 600. Ellos saldrán del campamento en último lugar, debajo de su bandera." 32 Estos son los israelitas, contados de acuerdo a sus familias. Todos aquellos contados en sus campamentos, por sus divisiones, son 603, 550. 33 Pero Moisés y Aarón no contaron a los levitas de entre el pueblo de Israel. Esto fue como EL SEÑOR le había ordenado a Moisés. 34 El pueblo de Israel hizo todo lo que EL SEÑOR le había ordenado a Moisés. Acamparon junto a sus banderas. Salieron del campamento por sus tribus, en el orden de las familias de sus antepasados.

3

1 Ahora esta es la historia de los descendientes de Aarón y Moisés cuando EL SEÑOR habló con Moisés en el Monte Sinaí. 2 Los nombres de los hijos de Aarón eran Nadab el primogénito, y Abiú, Eleazar e Itamar. 3 Estos son los nombres de los hijos de Aarón, los sacerdotes que fueron ungidos y que fueron ordenados a servir como sacerdotes. 4 Pero Nadab y Abiú cayeron muertos ante EL SEÑOR cuando ofrecieron a Él fuego inaceptable en el desierto de Sinaí. Nadab y Abiú no tenían hijos, así que solo Eleazar e Itamar sirvieron como sacerdotes con Aarón su padre. 5 El SEÑOR le habló a Moisés. Y Él dijo: 6 "Trae la tribu de Leví y preséntalos a Aarón el sacerdote para que ellos le ayuden a él. 7 Ellos deben hacer las tareas a nombre de Aarón y en beneficio de la comunidad completa delante de la tienda de reunión. Ellos deben servir en la tienda de reunión. 8 Ellos deben cuidar de los muebles en la tienda de reunión, y ellos deben ayudar a las tribus de Israel para llevar a cabo el servicio de la tienda de reunión. 9 Debes darle los levitas a Aarón y a sus hijos. Ellos han sido dados completamente para ayudarlo a servir al pueblo de Israel. 10 Debes nombrar a Aarón y a sus hijos como sacerdotes, pero cualquier extranjero quien se acerque debe morir." 11 El SEÑOR le habló a Moisés. Él dijo: 12 "Mira, Yo he escogido a los levitas de entre el pueblo de Israel. Yo he hecho esto en vez de escoger cada hombre primogénito que ha nacido entre el pueblo de Israel. Los levitas me pertenecen a Mí. 13 Todos los primogénitos me pertenecen. En el día que Yo ataqué a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, Yo separé para Mí a todos los primogénitos en Israel, ambos gente y animales. Ellos me pertenecen. Yo soy EL SEÑOR." 14 El SEÑOR le habló a Moisés en el desierto de Sinaí. Y Él dijo: 15 "Cuenta los descendientes de Leví en cada familia, en la casa de sus antepasados. Cuenta cada hombre que tienga un mes y mayores." 16 Moisés los contó, siguiendo la palabra del SEÑOR, de la manera como le fue ordenado a hacer. 17 Los nombres de los hijos de Leví fueron Gersón, Coat y Merari. 18 Las familias de los hijos de Gersón fueron Libni y Simei. 19 Las familias de los hijos de Coat eran Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. 20 Las familias de Merari fueron Mahli y Musi. Estos son las familias de los Levitas, enumerados familia por familia. 21 Las familias de los libnitas y los simeitas vienen de Gersón. Estos son las familias de los gersonitas. 22 Todos los hombres de un mes y mayores fueron contados, totalizando 7, 500. 23 Las familias de los gersonitas deben acampar en el lado oeste de la tienda de reunión. 24 Eliasaf, hijo de Lael, debe guiar las familias de los descendientes de los gersonitas. 25 La familia de Gersón debe cuidar la tienda de reunión. Deben cuidar la tienda, su cubierta y la cortina usada como entrada a la tienda de reunión. 26 Deben cuidar de la cortina del patio, la cortina del patio de entrada-- el patio que rodea el santuario y el altar. Deben cuidar de las cuerdas de la tienda de reunión y de todo lo que hay en ella. 27 Estas familias vienen de Coat: la familia de los amramitas, la familia de los izharitas, la familia de los hebronitas y la familia de los uzielitas. Estas familias pertenecen a los coatitas. 28 8, 600 hombres han sido contados de edad de un mes y mayores para cuidar de las cosas del SEÑOR. 29 Las familias de los descendientes de Coat deben acampar en el lado sur de la tienda de reunión. 30 Elizafán, hijo de Uziel, debe guiar las familias de los coatitas. 31 Ellos deben cuidar del arca, la mesa, el candelabro, los altares, las cosas santas que son usadas en el servicio, la cortina y todo el trabajo alrededor. 32 Eleazar, hijo de Aarón el sacerdote, debe guiar los hombres que guian a los levitas. Él debe supervisar a los hombres que cuidan el lugar santo. 33 Dos familias de Merari: la familia de los mahlitas y la familia de los musitas. Estas familias vienen de Merari. 34 6, 200 hombres han sido contados de edad de un mes y mayores. 35 Zuriel, hijo de Abihail, debe guiar las familias de Merari. Deben acampar en el lado norte de la tienda de reunión. 36 Los descendientes de Merari deben cuidar la estructura de la tienda de reunión, las barras cruzadas, postes, bases, todo los utensilios y todo lo relacionado a ellos, incluyendo 37 los pilares y postes del patio que rodean la tienda de reunión, con sus bases, sus estacas y cuerdas. 38 Moisés y Aarón y sus hijos deben acampar al lado este de la tienda de reunión, al frente, hacia el amanecer. Son responsables de cumplir las tareas del santuario en beneficio del pueblo de Israel. Cualquier extranjero que se acerque al santuario debe morir. 39 Moisés y Aarón contaron todos los hombres en las familias de Leví de edad de un mes y mayores, de la manera como EL SEÑOR mandó. Contaron veintidos mil hombres. 40 El SEÑOR dijo a Moisés: "Cuenta todos los hombres primogénitos del pueblo de Israel de edad de un mes y mayores. Haz una lista de sus nombres. 41 Debes tomar los levitas para Mí- Yo soy EL SEÑOR- en lugar de todos los primogénitos del pueblo de Israel, y el ganado de los levitas en vez del primogénito del ganado de los descendientes de Israel." 42 Moisés contó todos los primogénitos del pueblo de Israel como EL SEÑOR le había mandado a hacer. 43 Contó todos los hombres primogenitos por nombre, edad desde un mes y mayores. Él contó 22, 273 hombres. 44 Otra vez, EL SEÑOR le habló a Moisés. Y Él dijo: 45 "Toma los levitas en vez de todos los primogénitos entre el pueblo de Israel, y toma el ganado de los levitas en vez del ganado del pueblo. Los levitas me pertenece a Mí- Yo soy EL SEÑOR. 46 Debes recoger cinco siclos para la redención de cada uno de los 273 primogenitos del pueblo de Israel que excedan el número de los levitas. 47 Debes usar el siclo del santuario como peso. El siclo es igual a once gramos de plata. 48 Debes dar el precio de la redención que tú pagues a Aarón y a sus hijos." 49 Así Moisés recogió el pago de redención de aquellos que excedían en número de aquellos redimidos por los Levitas. 50 Moisés recogió el dinero de los primogénitos del pueblo de Israel. Él recogió 1, 365 siclos, pesándolo con el siclo del santuario. 51 Moisés dió el dinero de la redención a Aarón y a sus hijos. Moisés hizo todo lo que le dijo la palabra del SEÑOR, como el SEÑOR le había ordenado.

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1 El SEÑOR le habló a Moisés y a Aarón. Y Él dijo: 2 "Hagan un censo de los hombres descendientes de Coat de entre los levitas, por sus familias y las familias de sus antepasados. 3 Cuenten a todos los hombres que tengan entre treinta y cincuenta años de edad. Estos hombres tienen que unirse para servir en el tienda de reunión. 4 Los descendientes de Coat tienen que cuidar de las cosas más santas reservadas para Mí en la tienda de reunión. 5 Cuando el campamento se prepare para seguir adelante, Aarón y sus hijos tienen que entrar en la tienda, quitar la cortina que separa el lugar más santo del lugar santo y cubrir el arca del testimonio con la cortina. 6 Tienen que cubrir el arca con pieles de tejón. Tienen que extender una tela azul sobre la misma. Tienen que poner las varas para cargarla. 7 Extenderán la tela azul sobre la mesa del pan de la presencia. Sobre la tela azul tienen que poner los platos, cucharas, tazones y jarras para derramar. El pan tiene que estar siempre sobre la mesa. 8 Tienen que cubrilos con telas rojas y de nuevo con pieles de tejón. Tienen que poner varas para cargar la mesa. 9 Tienen que tomar una tela azul y cubrir el candelabro, junto con sus lámparas, agarraderas, bandejas, y todos los contenedores de aceite para las lámparas. 10 Tienen que poner las lámparas y todos sus accesorios en una cortina de piel de tejón, y tienen que ponerlo en una estructura de carga. 11 Tienen que colocar una tela azul sobre el altar de oro. Tienen que cubrirlo con pieles de tejón, y luego poner las varas de carga. 12 Tienen que tomar todos los utencilios para el trabajo en el lugar santo y envolverlos con una tela azul. Tienen que cubrirlos con pieles de tejón y colocarlos sobre la estructura de carga. 13 Tienen que quitar todas la cenizas del altar y extender una tela morada sobre el altar. 14 Tienen que colocar en una estructura de carga todos los utencilios que ellos usan en el trabajo del altar. Estos objetos son las parrillas, tenedores, palas, tazones, y todos los otros utensilios para el altar. Tienen que cubrir el altar con pieles de tejón y después poner las varas de carga. 15 Cuando Aarón y sus hijos hayan cubierto completamente el lugar santo y todos sus utensilios, y cuando el campamento se mueva, entonces los descendientes de Coat tienen que venir a cargar el lugar santo. Si ellos tocan los utensilios santos, morirán. Éste es el trabajo de los descendientes de Coat, cargar los muebles de la tienda de reunion. 16 Eleazar, hijo de Aarón el sacerdote supervisará el cuidado del aceite para las luces, el incienso dulce, el grano regular para ofrendar y el aceite para ungir. Él supervisará el cuidado de la tienda de reunión completa y las cosas que están en él, el lugar santo y sus utensilios." 17 EL SEÑOR le habló a Moisés y a Aarón. 18 Y Él dijo: "No permitas que las familias de Coat sean quitados de entre los levitas. 19 Protéganlos, para que ellos vivan y no mueran, al hacer esto. Cuando se acerquen a las cosas más santas 20 no podrán entrar a ver el lugar más santo ni por un momento, o morirán. Aarón y sus hijos tienen que entrar, y luego tienen que asignarle a cada uno de los coatitas su trabajo, sus tareas especiales." 21 El SEÑOR le habló de nuevo a Moisés. Y Él dijo: 22 "Haz un censo de los descendientes de Gersón, por las familias de sus antepasados, y por sus familias. 23 Cuenta aquellos que tienen de treinta a cincuenta años de edad. Cuenta a todos los que se unirán para servir en la tienda de reunión. 24 Éste es el trabajo de las familias de los gersonitas, cuando sirvan y carguen. 25 Tienen que cargar las cortinas del tabernáculo, la tienda de reunión, sus cubiertas, la cubierta de piel de tejón que está sobre el mismo y las cortinas de la entrada de la tienda de reunión. 26 Tienen que cargar las cortinas del patio, la cortinas de la entrada del portón del patio, la cual está cerca de la tienda de reunión y cerca del altar, sus cuerdas, y todos los utencilios para su servicio. Lo que sea que deba hacerse con estas cosas, ellos tienen que hacerlo. 27 Aarón y sus hijos tienen que dirigir el servicio de los descendientes de los gersonitas, en todo lo que ellos transporten, y en todo su servicio. Tú tienes que asignarles todas sus responsabilidades. 28 Este es el servicio de las familias de los descendientes de los gersonitas para la tienda de reunión. Itamar, hijo de Aarón el sacerdote tiene que dirigirlos en su servicio. 29 Tú tienes que contar los descendientes de Merari por sus familias, y ordenarlos por las familias de sus antepasados, 30 desde treinta años hasta los cincuenta años de edad. Cuenta a todos los que van a unirse y servir en la tienda de reunión. 31 Esta es su responsabilidad y su trabajo en todo su servicio para la tienda de reunión. Tienen que cuidar la estructura de la tienda de reunión, sus varas, postes, y bases, 32 junto con los postes del patio alrededor de la tienda de reunión, sus bases, estacas, y sus cuerdas, con todos sus utensilios. Enlista por nombre todos los artículos que ellos tienen que transportar. 33 Este es el servicio de las familias de la descendencia de Merari, lo que harán para la tienda de reunión, bajo la dirección de Itamar hijo de Aarón el sacerdote." 34 Moisés y Aarón y los jefes de la comunidad contaron los descendientes de los coatitas por las familias de sus ancestros. 35 Los contaron desde treinta hasta cincuenta años de edad. Contaron a todos los que se unirían a servir en la tienda de reunión. 36 Contaron 2, 750 hombres por sus familias. 37 Moisés y Aarón contaron a todos los hombres en las familias de los coatitas quienes servirían en la tienda de reunión. Haciendo esto, obedecieron lo que EL SEÑOR les ordenó hacer a través de Moisés. 38 Los descendientes de Gersón fueron contados en sus familias, por las familias de sus ancestros, 39 desde treinta a cincuenta años de edad, a todos los que unirían para servir en la tienda de reunión. 40 Todos los hombres, contados por sus familias y las familias de sus antepasados, fueron 2, 630. 41 Moisés y Aarón contaron las familias de los descendientes de Gersón quienes servirían en la tienda de reunión. Haciendo esto, obedecieron lo que EL SEÑOR les ordenó hacer a través de Moisés. 42 Los descendientes de Merari fueron contados en sus familias por las familias de sus ancestros, 43 desde treinta hasta cincuenta años de edad, a todos los que se unirían para servir en la tienda de reunión. 44 Todos los hombres, contados por sus familias y las familias de sus antepasados, fueron 3, 200. 45 Moisés y Aarón contaron a todos estos hombres, los descendientes de Merari. Haciendo esto, obedecieron lo que EL SEÑOR les ordenó hacer a través por medio de Moisés. 46 Así que Moisés, Aarón y los jefes de Israel contaron a todos los levitas por las familias en las familias de sus antepasados 47 desde treinta hasta cincuenta años de edad. Contaron a todos los que harían trabajos en la tienda de reunión, y que cargarían y cuidarían los utensilios en la tienda de reunión. 48 Contaron 8, 580 hombres. 49 A la orden del SEÑOR, Moisés contó a cada hombre, manteniendo cuenta de cada uno por el tipo de trabajo que era asignado hacer. Él contó a cada hombre por el tipo de responsabilidad que podía cargar. Haciendo esto, obedecieron lo que EL SEÑOR les ordenó hacer a través de Moisés.

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1 El SEÑOR habló a Moisés. Él le dijo: 2 "Manda al pueblo de Israel a enviar fuera del campamento a todos los que tengan una enfermedad infecciosa de piel, y a todos los que tengan una herida abierta, y cualquier otro que este sucio por tocar un cuerpo muerto. 3 Ya sea hombre o mujer, deben enviarlos fuera de campamento. No deben manchar el campamento, por que Yo vivo en el." 4 El pueblo hizo como se le mandó. Los enviaron fuera del campamento, como EL SEÑOR mandó a Moisés. El pueblo de Israel obedeció a EL SEÑOR. 5 Otra vez El SEÑOR habló a Moisés. Él dijo: 6 "Habla al pueblo de Israel. Cuando un hombre o mujer cometa algún pecado como los que cometen de una persona a otra, y es infiel a Mí, esa persona es culpable. 7 Entonces deberá confesar el pecado que ha hecho. Deberá pagar completamente el precio de su culpa y agregar al precio una quinta parte. Debe dar esto a la persona que él trató injustamente. 8 Pero si la persona a quién trató injustamente no tiene parientes cercanos para recibir su pago, debe pagar el precio de su culpa a Mí por medio del sacerdote, junto con un carnero para expiar su pecado. 9 Cada ofrenda del pueblo de Israel, las cosas que son puestas a un lado y llevadas al sacerdote por el pueblo de Israel, les pertenecerán a él. 10 Las ofrendas de todas las personas serán para el sacerdote; si alguno da alguna cosa al sacerdote, serán de su propiedad." 11 Otra vez, El SEÑOR habló a Moisés. Él dijo: 12 "Habla al pueblo de Israel. Diles: 'supongamos que la esposa de un hombre le da la espalda y peca en contra de su esposo. 13 Entónces supongamos que otro hombre durmió con ella. En ese caso, ella está sucia. Aún cuando su esposo no lo vea o sepa de esto, y si nadie la atrapa en el acto y si no hay testigo alguno en su contra, 14 como sea, un espíritu de celos le informa a su esposo que su esposa esta sucia. Sin embargo, un espíritu de celos puede llegar falsamente sobre un hombre cuando su esposa no está sucia. 15 En ese caso, el hombre deberá traer a su esposa al sacerdote. El esposo deberá traer una bebida como ofrenda para ella. Él deberá traer dos litros de harina de cebada. Él no deberá vertir aceite o incienso por que es una ofrenda de grano por celos, una ofrenda de cereal es un indicador posiblemente de pecado. 16 El sacerdote deberá traerla cerca y colocarla ante El SEÑOR. 17 El sacerdote deberá tomar una vasija del agua santa y tomar polvo del suelo de la tienda de reunion. El deberá poner el polvo en el agua. 18 El sacerdote pondrá a la mujer ante El SEÑOR y el soltará el cabello de la cabeza de la mujer. Él pondrá en las manos de ella la ofrenda memorial de grano, que es el grano que se ofrece por sospecha. El sacerdote sostendrá en sus manos el agua amarga que puede traer maldición. 19 El sacerdote pondrá a la mujer bajo juramento y le dirá: 'Si ningún otro hombre ha tenido relaciones sexuales contigo, y si tú no te has descarriado y cometido impureza, entonces serás libre del agua amarga que puede traerte una maldición. 20 Pero si tú, una mujer bajo su esposo te has descarriado, si tú estás sucia, y si otro hombre ha dormido contigo,' 21 entonces, ( el sacerdote deberá hacer a la mujer decir un juramento que traerá una maldición sobre ella, y después seguirá hablándole)' El SEÑOR traerá maldición sobre ti que será mostrada al pueblo como tal. Esto pasará si El SEÑOR causa que tú no puedas tener hijos y tú abdomen se hinche. 22 Esta agua que trae la maldición entrará en tu estómago y hará que tu abdomen se hinche y tú no puedas tener hijos.' La mujer responderá: 'Si, deja que pase eso, si soy culpable.' 23 El sacerdote deberá escribir estas maldiciones sobre un rollo, y después debe lavar las maldiciones escritas en el agua amarga. 24 El sacerdote deberá hacer que la mujer beba el agua amarga que trae maldición. El agua que trae maldición entrará en ella y se amargará. 25 El sacerdote deberá quitar la ofrenda de grano por celos de la mano de la mujer. Él debe tomar en alto la ofrenda de grano ante El SEÑOR y llevarla al altar. 26 El sacerdote tomará un puñado con su mano de la ofrenda de grano como una ofrenda representativa, y la quemará en el altar. Después el dará a la mujer el agua amarga para beber. 27 Cuando él le dé el agua para beber, si ella está sucia por que ha cometido un pecado en contra de su esposo, entonces el agua que trae maldición entrará en ella y se amargará. Su abdomen se hinchará y no podrá tener hijos. La mujer será maldita entre su pueblo. 28 Pero si la mujer no está sucia y si está limpia, entonces será libre. Ella podrá tener hijos. 29 Esta es la ley de celos. Está es la ley para una mujer que se aleja de su esposo y se ensucia así misma. 30 Está es la ley para el hombre con espíritu de celos cuando él está celoso de su esposa. Él debe traer a la mujer ante El SEÑOR, y el sacerdote debe hacerle a ella todo lo que la ley de celos describe. 31 El hombre será libre de culpa por traer a su esposa al sacerdote. La mujer debe soportar cualquier culpa que ella tal vez tenga."

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1 El SEÑOR hablo a Moisés. Él dijo: 2 "Habla al pueblo de Israel. Diles: "cuando un hombre o mujer se dedique al SEÑOR por un voto especial de Nazareo, 3 él debe abstenerse de vino y bebida fermentada. No debe beber vinagre de vino o de bebida fermentada. Él no deben beber jugo de uva o comer uvas o pasas frescas. 4 En todos los días que esté dedicado a Mí, no debe comer nada hecho con uvas, incluyendo cualquier cosa hecha desde la semilla hasta la piel de la uva. 5 Durante todo el tiempo de su voto de dedicación, no se cortará el cabello de su cabeza hasta que los días de su dedicación al SEÑOR sean cumplidos. Debe apartarse para El SEÑOR. Deberá dejar crecer su cabello sobre su cabeza. 6 Durante todo el tiempo que se dedique a El SEÑOR, no debe estar cerca de muerto alguno. 7 No debe contaminarse, ni por su padre, madre, hermano o hermana, si mueren. Esto es por que él está dedicado a Dios, como todos lo ven por su cabello largo. 8 Durante todo el tiempo de su dedicación él es santo, reservado para EL SEÑOR. 9 Si alguien repentinamente muere a su lado y contamina su cabeza consagrada, entonces tendrá que rapar su cabeza en el día de su purificación - en el día séptimo deberá raparse. 10 En el octavo día, deberá traer dos tórtolas o dos pichones de paloma al sacerdote en la entrada de la tienda de reunión. 11 El sacerdote deberá ofrecer un ave como ofrenda por pecado y el otro como ofrenda quemada. Esto pagará su pecado por estar cerca de un cuerpo muerto. Deberá consagrar su cabeza otra vez en ese día. 12 Él deberá apartarse para EL SEÑOR por los días de su dedicación. Deberá traer un cabrito macho de un año de edad como ofrenda por la culpa. Los días antes no se contarán, porque su dedicación fue contaminada. 13 Esta es la ley del Nazareo para cuando los días de su dedicación se cumplan. Deberá ser llevado a la entrada de la tienda de reunión. 14 Deberá presentar su ofrenda a EL SEÑOR. Deberá ofrecer como ofrenda quemada un cordero de un año de edad sin defecto. Deberá traer como ofrenda de pecado una corderita de un año de edad sin defecto. Deberá traer un carnero como ofrenda de paz sin defecto. 15 También deberá traer una canasta de pan sin levadura, panes de buena harina fina amasada con aceite, pedazos de pan sin levadura con aceite, junto con su ofrenda de grano y su ofrenda de bebida. 16 El sacerdote deberá presentarlas ante EL SEÑOR. Deberá ofrecer sus ofrendas por el pecado y ofrendas quemadas. 17 Con la canasta de panes sin levadura, debe presentar el carnero como sacrificio, la ofrenda de paz al SEÑOR. El sacerdote deberá presentar también la ofrenda de grano y la ofrenda de bebida. 18 El Nazareo deberá rapar su cabeza indicando la separación para Dios a la entrada de la tienda de reunión. Deberá tomar el cabello de su cabeza y la pondrá en el fuego que está debajo del sacrificio de la ofrenda de paz. 19 El sacerdote deberá tomar la espaldilla hervida del carnero, un pedazo de pan sin levadura de la canasta, y un pedacito de pan sin levadura. Deberá colocarlos en las manos del Nazareo después de que haya rapado su cabeza indicando la separación. 20 El sacerdote debe mecerlas como una ofrenda ante EL SEÑOR. Una porción sagrada para el sacerdote, junto con el pecho que fue mecido y el muslo que fue presentado para el sacerdote. Después de todo esto, el Nazareo puede tomar vino. 21 Esta es la ley del Nazareo que hace voto de ofrenda al SEÑOR por su separación. Cualquiera otra cosa que él dé, debe mantener la obligación del voto que ha hecho, para mantener la promesa indicada por la ley del Nazareo.'" 22 Otra vez El SEÑOR hablo a Moisés. Él dijo: 23 "Habla a Aarón y sus hijos y diles: 'Ustedes deben bendecir de esta manera al pueblo de Israel. Ustedes deben decirles: 24 "Que EL SEÑOR te bendiga y te guarde. 25 Que El SEÑOR haga brillar su luz sobre ustedes, y sea su gracia sobre ustedes. 26 Que El SEÑOR te vea favorable y te de paz." 27 "Es de esta manera que ellos deben pronunciar mi nombre al pueblo de Israel. Entonces Yo los bendeciré."

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1 En el día que Moisés completó la tienda de reunión, la ungió con aceite y la apartó para El SEÑOR, junto con todos sus muebles. Hizo lo mismo para el altar y todos sus utensilios. Los ungió con aceite y lo apartó para El SEÑOR. 2 En ese día, los jefes de Israel, las cabezas de sus familias de sus antepasados, ofrecieron sacrificios. Estos hombres dirigian a las tribus. Ellos dirigieron las cuentas de los hombres en los censos. 3 Trajeron sus ofrendas ante El SEÑOR. Trajeron seis carros cubiertos y doce bueyes. Trajeron una carreta por cada dos jefes, y cada jefe trajo un buey. Presentaron estas cosas frente a la tienda de reunión. 4 Después El SEÑOR habló a Moisés. El dijo: 5 "acepta las ofrendas de ellos y usa las ofrendas para el trabajo en la tienda de reunión. Da las ofrendas a los Levitas, a cada uno según su trabajo lo requiera." 6 Moisés tomo las carretas y los bueyes, y los dio a los Levitas. 7 Dio dos carretas y cuatro bueyes a la descendencia de Gersón, por lo que el trabajo necesitaba. 8 Dio cuatro carretas y ocho buyes a la descendencia de Merari, al cuidado de Itamar hijo de Aarón el sacerdote. Hizo esto por qué el trabajo de ellos lo requería. 9 Pero no dio nada de esas cosas a la descendencia de Coat, por que el trabajo de ellos relacionado a las cosas que le pertenecen al SEÑOR debian cargarlo en sus propios hombros. 10 Los jefes ofrecieron sus bienes para la dedicación del altar en el día que Moisés ungió el altar. Los jefes ofrecieron sus sacrificios frente del altar. 11 El SEÑOR dijo a Moisés: "cada jefe deberá ofrecer en su propio día su sacrificio para la dedicación del altar." 12 En el primer día, Naasón hijo de Aminadab, de la tribu de Judá, ofreció su sacrificio. 13 Su sacrificio fue una fuente de plata pesando 130 siclos y un tazón de plata pesando setenta siclos, conforme al peso del siclo en el santuario. Ambos de los objetos estaban llenos de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano. 14 El dio un resipiente de oro de 114 gramos en peso, lleno de incienso. 15 Dio como ofrenda quemada un toro joven, un carnero, y una cordero de un año de edad. 16 Dio un cabrito como ofrenda por el pecado. 17 Dio dos yuntas, cinco carneros, cinco cabritos, y cinco corderos que fueran de un año de edad, como sacrificio de ofrenda de paz. Éste fue el sacrificio de Naasón hijo de Aminadab. 18 En el segundo día, Natanael hijo de Zuar, jefe de Isacar, ofreció su sacrificio. 19 Ofreció como su sacrificio una fuente de plata de 1. 48 kilos y un tazón de plata de 798 gramos, conforme al peso del siclo en el santuario. Ambos de los objetos estaban llenos de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano. 20 Tambien dio un recipiente de oro de 114 gramos en peso, lleno de incienso. 21 Dio como ofrenda quemada un becerro, un carnero, y un cordero de un año de edad. 22 Dio un cabrito como ofrenda por el pecado. 23 Dio dos yuntas, cinco carneros, cinco cabritos, y cinco corderos que fueran de un año de edad, como sacrificio de ofrenda de paz. Éste fue el sacrificio de Natanael hijo de Zuar. 24 En el tercer día, Eliab hijo de Helón, jefe de la tribu de Zebulón, ofreció su sacrificio. 25 Su sacrificio fue una fuente de plata de 1. 48 kilos y un tazón de plata de 798 gramos, conforme al peso del siclo en el santuario. Ambos de los objetos estaban llenos de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano. 26 Tambien dio un recipiente de oro de 114 gramos en peso, lleno de incienso. 27 El dio como ofrenda quemada un toro joven, un carnero, y una cordero de un año de edad. 28 Dio un cabrito como ofrenda por el pecado. 29 Dio dos yuntas, cinco carneros, cinco cabritos, y cinco corderos que fueran de un año de edad, como sacrificio de ofrenda de paz. Éste fue el sacrificio de Eliab hijo de Helón. 30 En el cuarto día, Elisur hijo de Sedeur, jefe de la tribu de Rubén, ofreció su sacrificio. 31 Su sacrificio fue una fuente de plata de 1. 48 kilos y un tazón de plata de 798 gramos, conforme al peso del siclo en el santuario. Ambos objetos estaban llenos de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano. 32 Tambien dio un resipiente de oro de 114 gramos en peso, lleno de incienso. 33 Dio como ofrenda quemada un becerro, un carnero, y un cordero de un año de edad. 34 Dio un cabrito como ofrenda por el pecado. 35 Dio dos yuntas, cinco carneros, cinco cabritos, y cinco corderos que fueran de un año de edad, como sacrificio de ofrenda de paz. Éste fue el sacrificio de Elisur hijo de Sedeur. 36 En el quinto día, Selumiel hijo de Zurisadai, jefe de la tribu de Simeón, ofreció su sacrificio. 37 Su sacrificio fue una fuente de plata de 1. 48 kilos y un tazón de plata de 798 gramos, conforme al peso del siclo en el santuario. Ambos objetos estaban llenos de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano. 38 Tambien dio un recipiente de oro de 114 gramos en peso, lleno de incienso. 39 Dio como ofrenda quemada un becerro, un carnero, y un cordero de un año de edad. 40 Dio un cabrito como ofrenda por el pecado. 41 Dio dos yuntas, cinco carneros, cinco cabritos, y cinco corderos que fueran de un año de edad, como sacrificio de ofrenda de paz. Éste fue el sacrificio de Elisur hijo de Sedeur. 42 En el día sexto, Eliasaf hijo de Deuel, jefe de la tribu de Gad, ofreció su sacrificio. 43 Su sacrificio fue una fuente de plata de 1. 48 kilos y un tazón de plata de 798 gramos, conforme al peso del siclo en el santuario. Ambos objetos estaban llenos de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano. 44 Tambien dio un recipiente de oro de 114 gramos en peso, lleno de incienso. 45 Dio como ofrenda quemada un becerro, un carnero, y un cordero de un año de edad. 46 Dio un cabrito como ofrenda por el pecado. 47 Dio dos yuntas, cinco carneros, cinco cabritos, y cinco corderos que fueran de un año de edad, como sacrificio de ofrenda de paz. Éste fue el sacrificio de Eliasaf hijo de Deuel. 48 En el séptimo día, Elisama hijo de Amiud, jefe de la tribu de Efraín, ofreció su sacrificio. 49 Su sacrificio fue una fuente de plata de 1. 48 kilos y un tazón de plata de 798 gramos, conforme al peso del siclo en el santuario. Ambos objetos estaban llenos de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano. 50 Tambien dio un resipiente de oro de 114 gramos en peso, lleno de incienso. 51 Dio como ofrenda quemada un becerro, un carnero, y un cordero de un año de edad. 52 Dio un cabrito como ofrenda por el pecado. 53 Dio dos yuntas, cinco carneros, cinco cabritos, y cinco corderos que fueran de un año de edad, como sacrificio de ofrenda de paz. Éste fue el sacrificio de Elisama hijo de Amiud. 54 En el octavo día, Gamaliel hijo de Pedasur, jefe de la tribu de Manasés, ofreció su sacrificio. 55 Su sacrificio fue una fuente de plata de 1. 48 kilos y un tazón de plata de 798 gramos, conforme al peso del siclo en el santuario. Ambos objetos estaban llenos de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano. 56 Tambien dio un recipiente de oro de 114 gramos en peso, lleno de incienso. 57 Dio como ofrenda quemada un becerro, un carnero, y un cordero de un año de edad. 58 Dio un cabrito como ofrenda por el pecado. 59 El dio dos yuntas, cinco carneros, cinco cabritos, y cinco corderos que fueran de un año de edad, como sacrificio de ofrenda de paz. Éste fue el sacrificio de Gamaliel hijo de Pedasur. 60 En el noveno día, Abidán hijo de Gedeoni, jefe de la tribu de Benjamín, ofreció su sacrificio. 61 Su sacrificio fue una fuente de plata de 1. 48 kilos y un tazón de plata de 798 gramos, conforme al peso del siclo en el santuario. Ambos objetos estaban llenos de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano. 62 Tambien dio un recipiente de oro de 114 gramos en peso, lleno de incienso. 63 Dio como ofrenda quemada un becerro, un carnero, y un cordero de un año de edad. 64 Dio un cabrito como ofrenda por el pecado. 65 El dio dos yuntas, cinco carneros, cinco cabritos, y cinco corderos que fueran de un año de edad, como sacrificio de ofrenda de paz. Éste fue el sacrificio de Abidán hijo de Gedeoni. 66 En el décimo día, Ahiezer hijo de Amisadai, jefe de la tribu de Dan, ofreció su sacrificio. 67 Su sacrificio fue una fuente de plata de 1. 48 kilos y un tazón de plata de 798 gramos, conforme al peso del siclo en el santuario. Ambos objetos estaban llenos de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano. 68 Tambien dio un recipiente de oro de 114 gramos en peso, lleno de incienso. 69 Dio como ofrenda quemada un becerro, un carnero, y un cordero de un año de edad. 70 Dio un cabrito como ofrenda por el pecado. 71 Dio dos yuntas, cinco carneros, cinco cabritos, y cinco corderos que fueran de un año de edad, como sacrificio de ofrenda de paz. Éste fue el sacrificio de Ahiezer hijo de Amisadai. 72 En el onceavo día, Pagiel hijo de Ocrán, jefe de la tribu de Aser, ofreció su sacrificio. 73 Su sacrificio fue una fuente de plata de 1. 48 kilos y un tazón de plata de 798 gramos, conforme al peso del siclo en el santuario. Ambos objetos estaban llenos de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano. 74 Tambien dio un recipiente de oro de 114 gramos en peso, lleno de incienso. 75 Dio como ofrenda quemada un becerro, un carnero, y un cordero de un año de edad. 76 Dio un cabrito como ofrenda de pecado. 77 Dio dos yuntas, cinco carneros, cinco cabritos, y cinco corderos que fueran de un año de edad, como sacrificio de ofrenda de paz. Éste fue el sacrificio de Pagiel hijo de Ocrán. 78 En el doceavo día, Ahira hijo de Enán, jefe de la tribu de Neftalí, ofreció su sacrificio. 79 Su sacrificio fue una fuente de plata de 1. 48 kilos y un tazón de plata de 798 gramos, conforme al peso del siclo en el santuario. Ambos objetos estaban llenos de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de grano. 80 Tambien dio un recipiente de oro de 114 gramos en peso, lleno de incienso. 81 Dio como ofrenda quemada un becerro, un carnero, y un cordero de un año de edad. 82 Dio un cabrito como ofrenda de pecado. 83 Dio dos yuntas, cinco carneros, cinco cabritos, y cinco corderos que fueran de un año de edad, como sacrificio de ofrenda de paz. Éste fue el sacrificio de Ahira hijo de Enán. 84 Los jefes de Israel colocaron estás cosas aparte en el día que Moisés bendijo el altar. Colocaron aparte las doce fuentes de plata, doce tazones de plata y doce recipientes de oro. 85 Cada fuente de plata pesaba 1. 48 kilos y cada tazón de plata 798 gramos. Todos los recipientes de plata pesaron 27. 4 kilos, conforme al peso del siclo en el santuario. 86 Cada uno de los doce recipientes de oro, llenos de incienso, pesaron 114 gramos de acuerdo al peso del siclo en el santuario. Todos los utencilios de oro pesaron 1. 4 kilos. 87 Colocaron aparte a todos los animales para la ofrenda quemada, doce becerros, doce carneros, y doce corderos de un año de edad. Dieron sus ofrendas de grano. Dieron doce cabritos como ofrenda por el pecado. 88 De todo su ganado, dieron veinticuatro becerros, sesenta carneros, sesenta cabrios, y sesenta corderos de un año de edad, como sacrificio de ofrenda de paz. Esto fue por la dedicación del altar despues de ser bendecido. 89 Cuando Moisés se adentro a la tienda de reunión para hablar con El SEÑOR, el escuchó su voz hablándole. El SEÑOR le habló del propiciatorio sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines. Le habló.

8

1 El SEÑOR le habló a Moisés. Y Él dijo: 2 "Háblale a Aarón. Dile a él: 'Las siete lámparas alumbrarán al frente del candelabro cuando lo enciendas.'" 3 Aarón hizo esto. Encendió las lámparas del candelabro para dar luz frente al candelabro, como EL SEÑOR le ordenó a Moisés. 4 El candelabro estaba hecho de esta forma y EL SEÑOR le mostró a Moisés el modelo. Era para hacerlo de oro martillado desde su base hasta su tope, con copas martilladas como flores. 5 Otra vez, EL SEÑOR le habló a Moisés. Y Él dijo: 6 "Toma a los levitas de entre la gente de Israel y purifícalos. 7 Haz esto para purificarlos: rocía agua de la expiación sobre ellos. Haz que ellos se afeiten el cuerpo entero, laven sus ropas, y de esta manera quedarán purificados. 8 Entonces, haz que tomen un becerro y su ofrenda de grano de harina fina amasada con aceite. Deja que tomen otro becerro como ofrenda por el pecado. 9 Tú traerás a los levitas al frente de la tienda de reunión y convocarás a toda la congregación de la gente de Israel. 10 Cuando traigas a los levitas ante EL SEÑOR, la gente de Israel debe poner sus manos sobre los levitas. 11 Aarón debe ofrecer a los levitas ante EL SEÑOR, como una ofrenda mecida de la gente de Israel, para que ellos puedan hacer el servicio al SEÑOR. 12 Los levitas deben poner sus manos sobre las cabezas de los becerros. Tú debes ofrecer un becerro como una ofrenda por el pecado y otro becerro como una ofrenda quemada a Mí, para expiar a los levitas. 13 Presenta a los levitas ante Aarón y ante sus hijos, y levántalos como una ofrenda mecida a Mí. 14 De esta manera debes separar a los levitas de entre la gente de Israel. Los levitas me pertenecerán a Mí. 15 Luego de esto, los levitas deben ir a servir en la tienda de reunión. Debes purificarlos. Debes ofrecerlos como una ofrenda mecida. 16 Haz esto, porque son completamente míos de entre la gente de Israel. Ellos ocuparán el lugar de cada niño varón que abra el vientre, el primógenito de todos los descendientes de Israel. Yo he tomado a los levitas para Mí. 17 Todos los primógenitos nacidos entre la gente de Israel son míos, tanto de la gente como de los animales. En el día que Yo tomé las vidas de todos los primógenitos en la tierra de Egipto, Yo los separé para Mí. 18 Yo he tomado a los levitas de entre la gente de Israel, en lugar de todos los primógenitos. 19 Yo he dado a los levitas como regalo a Aarón y a sus hijos. Yo los he tomado a ellos de entre la gente de Israel para hacer el trabajo de la gente de Israel en la tienda de reunión. Yo los he dado a ellos para expiar la gente de Israel para que ninguna plaga lastime a la gente cuando se acerquen a lugar santo. 20 Moisés, Aarón, y toda la comunidad de la gente de Israel hizo esto con los levitas. Hicieron todo lo que EL SEÑOR le había ordenado a Moisés acerca de los levitas. La gente de Israel hizo esto con ellos. 21 Los levitas quedaron purificados y lavaron sus ropas, y Aarón los presentó como una ofrenda mecida al SEÑOR e hizo expiación por ellos para limpiarlos. 22 Luego de eso, los levitas fueron a hacer su servicio en la tienda de reunión ante Aarón y ante los hijos de Aarón. Esto fue como EL SEÑOR le había ordenado a Moisés acerca de los levitas. Trataron a todos los levitas de esta manera. 23 El SEÑOR le habló otra vez a Moisés. Y Él dijo: 24 "Todo esto es para los levitas que son de veinticinco años o más. Deben unirse para servir en la tienda de reunión. 25 Deben dejar de servir en esta manera a la edad de los cincuenta años. A esa edad ellos ya no deben servir. 26 Pueden ayudar a sus hermanos que continuan trabajando en la tienda de reunión, pero ellos ya no deben servir. Tú debes dirigir a los levitas en todos estos asuntos."

9

1 El SEÑOR le habló a Moisés en el desierto de Sinaí, en el primer mes del segundo año luego que salieron de la tierra de Egipto. Y Él dijo: 2 "Deja que el pueblo de Israel celebre la Pascua así como está señalado para este tiempo del año. 3 En el día catorce de este mes, en la tarde, van a celebrar la Pascua así como está arreglado para este tiempo del año. La deben celebrar, siguiendo todas las instrucciones, y obedecer todos las leyes que están relacionadas a esto." 4 Entonces, Moisés le dijo a la gente de Israel que debían celebrar la Fiesta de la Pascua. 5 Así celebraron en el primer mes, en el día catorce del mes, en la tarde, en el desierto de Sinaí. La gente de Israel obedeció todo lo que EL SEÑOR le mandó a Moisés que hiciera. 6 Había ciertos hombres que se contaminaron por causa del cuerpo de un hombre muerto. No podían celebrar la Pascua en ese día. Fueron ante Moisés y Aarón ese mismo día. 7 Esos hombres le dijeron a Moisés: "Estamos contaminados por causa del cuerpo de un hombre muerto. ¿Por qué no nos permites ofrecer sacrificio en el tiempo fijado del año entre la gente de Israel?" 8 Moisés les dijo:"Esperen a que oiga lo que EL SEÑOR me instruya sobre ustedes." 9 El SEÑOR le habló a Moisés. Y Él dijo: 10 "Habla al pueblo de Israel. Dile: 'Si alguno de ustedes o sus descendientes están contaminados por causa de un cuerpo muerto, o si están en un largo viaje, todavía puede celebrar la Pascua del SEÑOR.' 11 Deben celebrar la Pascua en el segundo mes, en el día catorce, en la tarde. Deben comerla con pan sin levadura y con hierbas amargas. 12 No deben dejar nada para el dia siguiente, ni romper ninguno de sus huesos. Deben seguir todas las instrucciones de la Pascua. 13 Pero cualquier persona que esté limpia y no esté de viaje, pero que falle en celebrar la Pascua, esa persona debe ser cortada de su pueblo porque no ha ofrecido el sacrificio que EL SEÑOR requiere en el tiempo establecido del año. Ese hombre debe cargar su pecado. 14 Si un extraño vive entre ustedes y celebra la Pascua en honor al SEÑOR, él debe seguir todos los mandamientos, manteniendo las reglas de la Pascua, y obedeciendo las leyes para eso. Debes tener las mismas leyes para el extranjero y para todos los que han nacido en la tierra.'' 15 En el día en que la tienda de reunion fue levantada, la nube la cubrió, la tienda del pacto. Al atardecer la nube estaba sobre la tienda de reunión. Se aparecía sobre ella como fuego hasta la mañana. 16 Continuaba de esa manera. La nube cubría la tienda de reunión y aparecía como fuego en la noche. 17 Cuando la nube se levantaba de la tienda, el pueblo de Israel debía seguir su viaje. Donde quiera que la nube se detuviera, el pueblo debía acampar. 18 Al mando del SEÑOR, el pueblo de Israel debía viajar, y a su mandato, debían acampar. Mientras la nube se detenía sobre la tienda de reunion, ellos debían permanecer en su campamento. 19 Cuando la nube permanecía en la tienda de reunion por muchos días, entonces el pueblo de Israel debía obedecer las instrucciones del SEÑOR y no viajar. 20 Algunas veces la nube permanecía algunos días sobre la tienda de reunión. En ese caso, debían obedecer los mandamientos del SEÑOR-- debían acampar y entonces viajar nuevamente a Su mandato. 21 Algunas veces la nube estaba presente en el campamento desde la tarde hasta la mañana. Cuando la nube se levantaba en la mañana, viajaban. Si la nube continuaba por un día y por una noche, sólo cuando la nube se levantaba podían continuar el viaje. 22 Si la nube estaba en la tienda de reunión por dos días, un mes, o un año, mientras se mantuviera allí, el pueblo de Israel debía permanecer en el campamento y no viajar. Pero si la nube se levantaba, podían continuar su viaje. 23 Acampaban al mandato del Señor, y viajaban por Su mandato. Obedecieron al mandato del SEÑOR dado a través de Moisés.

10

1 El SEÑOR habló a Moisés. Él dijo: 2 "Haz dos trompetas de plata. Martilla la plata para hacerlas. Debes usar las trompetas para reunir a la comunidad y para llamar a la comunidad a mover sus tiendas. 3 Los sacerdotes deben sonar las trompetas para llamar a toda la comunidad frente a la entrada de la tienda de reunión. 4 Si los sacerdotes suenan solamente una trompeta entonces, los jefes, de las cabezas de las familias de Israel, deben reunirse contigo. 5 Cuando toques una señal fuerte, los campamentos del lado este deben comenzar su marcha. 6 Cuando suenes la señal fuerte por segunda vez, los campamentos del sur deben comenzar su marcha. Ellos deben sonar una señal fuerte para su marcha. 7 Cuando la comunidad está toda reunida suenen las trompetas, pero no muy fuerte. 8 Los hijos de Aarón, los sacerdotes, deberán sonar las trompetas. Esto será siempre una regla para ustedes por sus generaciones. 9 Cuando salgan a la guerra en su tierra contra su adversario que les oprime, entonces ustedes deben tocar una alarma con las trompetas. Yo, El SEÑOR su Dios, los recordaré y los salvaré de sus enemigos. 10 También, en los tiempos de celebración, tanto en sus fiestas regulares y al principio de los meses, deberán sonar las trompetas en honor a sus ofrendas quemadas y sobre los sacrificios de sus ofrendas de paz. Estos actos servirán como un recordatorio de ustedes a Mí, su Dios. Yo soy El SEÑOR su Dios." 11 En el segundo año, en el segundo mes, en el día veinte del mes, se levantó la nube de la tienda de reunion. 12 La gente de Israel entonces marchó del desierto de Sinaí. La nube se detuvo en el desierto de Parán. 13 Hicieron su primer viaje, siguiendo las instrucciones del SEÑOR dadas a través de Moisés. 14 El campamento bajo la bandera de los descendientes de Judá salieron primero, moviendo sus ejércitos. Naasón, hijo de Aminadab, dirigió el ejército de Judá. 15 Natanael, hijo de Zuar, dirigió el ejército de los descendientes de la tribu de Isacar. 16 Eliab, hijo de Helón, dirigió el ejército de los descendientes de la tribu de Zabulón. 17 Los descendientes de Gersón y de Merari, quienes cuidaban la tienda de reunion, la desmontaron y comenzaron su viaje. 18 Luego, los ejércitos bajo la bandera de Rubén comenzaron su viaje. Elisur, hijo de Sedeur, dirigió el ejército de Rubén. 19 Selumiel, hijo de Zurisadai, dirigió el ejército de los descendientes de la tribu de Simeón. 20 Eliasaf, hijo de Deuel, dirigió el ejército de los descendientes de la tribu de Gad. 21 Los coatitas comenzaron su marcha. Cargaron todo el equipo sagrado del santuario. Otros montarían la tienda de reunión antes que los coatitas llegaran al próximo campamento. 22 Los ejércitos bajo la bandera de los descendientes de Efraín marcharían luego. Elisama, hijo de Amiud, dirigió el ejército de Efraín. 23 Gamaliel, hijo de Pedasur, dirigió el ejército de los descendientes de la tribu de Manasés. 24 Abidán, hijo de Gedeoni, dirigió el ejército de los descendientes de la tribu de Benjamín. 25 Los ejércitos que acamparon bajo la bandera de los descendientes de la tribu de Dan fueron los últimos en salir. Aheizer, hijo de Amisadai, dirigió el ejército de Dan. 26 Pagiel, hijo de Ocrán, dirigió el ejército de los descendientes de la tribu de Aser. 27 Ahira, hijo de Enán, dirigió el ejército de los descendientes de la tribu de Neftalí. 28 Esta es la manera en que los ejércitos del pueblo de Israel comenzaban su marcha. 29 Moisés le habló a Hobab, hijo de Reuel, el madianita. Reuel era el padre de la esposa de Moisés. Moisés le habló a Hobab y dijo: "Estamos viajando a un lugar que El SEÑOR describió. El SEÑOR dijo: 'Yo se lo daré a ustedes.' Vengan con nosotros y le haremos bien. El SEÑOR ha prometido hacerle bien a Israel." 30 Pero Hobab le dijo a Moisés: "Yo iré a mi propia tierra y a mi propia gente." 31 Entonces Moisés contestó: "Por favor no nos dejes. Tú sabes como acampar en el desierto. Tú debes vigilar por nosotros. 32 Si vas con nosotros, haremos por ti el mismo bien que El SEÑOR hace por nosotros." 33 Viajaron desde la montaña del SEÑOR por tres días. El arca del pacto del SEÑOR iba frente a ellos por tres días para hallar un lugar de descanso. 34 La nube del SEÑOR estaba por encima de ellos durante el día mientras viajaban. 35 Cuando el arca del pacto salía Moisés decia: "Levántate, SEÑOR. Esparce a tus enemigos. Haz que aquellos que Te odian huyan de Ti." 36 Cuando el arca se detenía, Moisés decia: "Regresa, SEÑOR, a las muchas decenas de miles de Israel."

11

1 Un dia las personas se quejaron de sus problemas mientras EL SEÑOR escuchaba. El SEÑOR escuchó a las personas y se molestó. Fuego del SEÑOR ardió entre ellos y consumió parte del campamento en sus esquinas. 2 Luego las personas llamaron a Moisés, así que Moisés oró al SEÑOR, y el fuego se detuvo. 3 Aquel lugar fue llamado Tabera, porque el fuego del SEÑOR ardió entre ellos. 4 Algunas personas extranjeras comenzaron a acampar con los desendientes de Israel. Ellos querían mejor comida para comer. Luego el pueblo de Israel comenzó a llorar y a decir: "¿Quién nos dará carne para comer?" 5 Nosotros recordamos los pescados que comimos libremente en Egipto, los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y ajos. 6 Ahora, nuestro apetito se ha ido, porque todo lo que nosotros podemos ver es este maná." 7 El maná era como semilla de cilantro. Parecía resina. 8 El pueblo caminaba y lo recogia. Ellos lo molían en molinos, lo machacaban en morteros, lo herbían en ollas, y lo hacían pan. Sabía como aceite de oliva fresco. 9 Cuando el rocío caía sobre el campo en la noche, el maná también caía. 10 Moisés escuchó al pueblo y a sus familias llorar, y cada hombre estaba en la entrada de su tienda. El SEÑOR estaba muy enojado, y ante los ojos de Moisés sus quejas estaban mal. 11 Moisés dijo al SEÑOR: "¿Por qué Tú has tratado a tu siervo tan mal? ¿Por qué no estás complacido conmigo? Tú haces que yo cargue todo este pueblo. 12 ¿Acaso yo concebí a todas estas personas? ¿Les he dado a luz para que Tú me digas a mí, 'Cárgalos cerca de tu pecho como un padre carga a su bebé'? ¿Debería yo cargarlos a ellos a la tierra que Tú juraste a sus antepasados darles? 13 ¿Dónde puedo yo encontrar carne para darle a todas estas personas? Ellos están llorando frente a mí y están diciendo: 'Danos carne para comer.' 14 Yo no puedo soportar a todas estas personas solo. Ellos son demasiado para mí. 15 Ya que me estás tratando de esta manera, mátame ahora, si eres bueno conmigo, y llévate mi miseria." 16 El SEÑOR le dijo a Moisés: "Tráeme setenta ancianos de Israel. Asegúrate que ellos sean ancianos y oficiales del pueblo. Tráelos a ellos a la tienda de reunión para pararse allí contigo. 17 Yo bajaré y hablaré contigo allí. Yo voy a tomar un poco del Espíritu que está en ti y lo pondré sobre ellos. Ellos van a cargar la carga del pueblo contigo. Tú no vas a tener que soportarla solo. 18 Dile al pueblo: 'Conságrense para mañana y ustedes comerán carne, pues ustedes han llorado y EL SEÑOR los ha escuchado. Usteden dijeron: '¿Quién nos dará a nosotros carne para comer? Fue bueno para nosotros estar en Egipto.' Por lo tanto, EL SEÑOR les dará a ustedes carne, y se la comerán. 19 Ustedes no comerán carne por sólo un día, dos días, cinco días, diez días o veinte días, 20 sino que ustedes comerán carne por un mes entero hasta que se les salga por su nariz. Les va a dar asco porque ustedes han rechazado al SEÑOR, que está entre ustedes. Ustedes han llorado ante Él. Ustedes dijeron: '¿Por qué nos fuimos de Egipto?"" 21 Luego Moisés dijo: "Yo estoy con 600, 000 personas, y Tú has dicho 'Yo voy a darle a ellos carne para comer por un mes entero.' 22 ¿Deberíamos nosotros matar rebaños y manadas para satisfacerlos a ellos? ¿Deberíamos nosotros atrapar todos los peces en el mar para satisfacerlos a ellos?" 23 El SEÑOR le dijo a Moisés: "¿Acaso Mi mano es pequeña? Ahora ustedes van a ver si Mi palabra es verdad o no." 24 Moisés salió y le dijo al pueblo las palabras del SEÑOR. Reunió a setenta ancianos del pueblo y los puso alrededor de la tienda. 25 El SEÑOR bajó en una nube y habló a Moisés. El SEÑOR tomó un poco del Espíritu que estaba en Moisés y lo puso en los setenta ancianos. Cuando el Espíritu descansó en ellos, ellos profetizaron pero sólo en aquella ocasión y no otra vez. 26 Dos hombres se quedaron en el campamento, llamados Eldad y Medad. El Espíritu también descansó en ellos. Sus nombres fueron escritos en la lista, pero ellos no habían salido de la tienda. Sin embargo, ellos profetizaron en el campamento. 27 Un hombre joven en el campamento corrió y le dijo a Moisés: "Eldad y Medad están profetizando en el campamento." 28 Josué hijo de Nun, el ayudante de Moisés, uno de sus hombres escogidos, dijo a Moisés: "Mi amo Moisés, deténlos a ellos." 29 Moisés le dijo a él: "¿Tienes celos por mi? ¡Yo desearía que todas las personas del SEÑOR fueran profetas y que Él pusiera Su Espíritu en todos ellos!" 30 Luego Moisés y los ancianos de Israel regresaron al campamento. 31 Luego un viento del SEÑOR vino y trajo codornices desde el mar. Cayeron cerca del campamento, un día de viaje en un lado y un día de viaje al otro lado. Las codornices rodearon el campamento casi un metro sobre la tierra. 32 El pueblo estuvo ocupado recogiendo las codornices todo aquel día, toda la noche y todo el día siguiente. Nadie reunió menos de diez homeres de codornices. Compartieron las codornices a través de todo el campamento. 33 Mientras la carne estaba todavía entre sus dientes, mientras ellos estaban masticándola, EL SEÑOR se molestó con ellos. Atacó al pueblo con una gran enfermedad. 34 Aquel lugar fue llamado Kibrot Hataava, porque allí ellos enterraron a las personas quienes habían deseado carne. 35 Desde Kibrot Hataava las personas viajaron hasta Hazerot, donde se quedaron.

12

1 Entonces Miriam y Aarón hablaron contra Moisés porque se había casado con una mujer cusita. 2 Dijeron: "¿Ha hablado EL SEÑOR sólo con Moisés? ¿No ha hablado también con nosotros?" Ahora EL SEÑOR escuchó lo que dijeron. 3 Moisés era muy humilde, más humilde que cualquiera en la tierra. 4 En seguida EL SEÑOR habló a Moisés, Aarón y Miriam: "Salgan, ustedes tres, a la tienda de reunión. Así que, los tres salieron. 5 Entonces EL SEÑOR bajó en una columna de nube. Se puso en la entrada de la tienda de reunión y llamó a Aarón y a Miriam. Ambos se acercaron. 6 El SEÑOR dijo: "Ahora escucha mis palabras. Cuando un profeta mio está con ustedes, Yo me revelaré a él en visiones y hablaré a él en sueños. 7 mi siervo Moisés no será así. Él es fiel en toda mi casa. 8 Yo hablo a Moisés directamente, no con visiones o acertijos. Él ve mi forma. Así que, ¿por qué no tuvieron temor de hablar contra mi siervo Moisés?" 9 La ira del SEÑOR se encendió contra ellos, y EL SEÑOR se fue. 10 La nube se elevó de sobre la tienda, y Miriam de pronto estaba leprosa, estaba tan blanca como la nieve. Cuando Aarón se volvió hacia Miriam, vio que estaba leprosa. 11 Aarón dijo a Moisés: "Oh, mi Señor, por favor no pongas este pecado en contra de nosotros. Hemos hablado tontamente y hemos pecado. 12 Por favor, no dejes que ella sea como un recién nacido muerto cuya carne está consumida cuando sale del vientre de su madre." 13 Así que, Moisés clamó al SEÑOR. Él dijo: "Por favor sánala, Dios." 14 El SEÑOR dijo a Moisés: "Si su padre hubiera escupido en su rostro, ella sería desgraciada por siete días. Expúlsala fuera del campamento durante siete días. Después de eso tráela dentro nuevamente." 15 Así que, Miriam fue expulsada del campamento por siete días. El pueblo no viajó hasta que ella regresó al campamento. 16 Después de eso, el pueblo viajó de Hazerot y acampó en el desierto de Parán.

13

1 Luego EL SEÑOR le habló a Moisés. Y Él dijo: 2 "Envía algunos hombres a investigar la tierra de Canaán, la cual Yo he dado a la gente de Israel. Envía un hombre de cada tribu de sus antepasados. Cada hombre debe ser un jefe entre ellos." 3 Moisés los envío desde el desierto de Parán, para que ellos pudieran obedecer el mandato del SEÑOR. Todos ellos eran jefes entre el pueblo de Israel. 4 Estos eran sus nombres: de la tribu de Rubén, Samúa hijo de Zacur; 5 de la tribu de Simeón, Safat hijo de Hori; 6 de la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone; 7 de la tribu de Isacar, Igal hijo de José; 8 de la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nún; 9 de la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú; 10 de la tribu de Zabulón, Gadiel hijo de Sodi; 11 de la tribu de José (es decir, de la tribu de Manasés), Gadi hijo de Susi; 12 de la tribu de Dan, Amiel hijo de Gemali; 13 de la tribu de Aser, Setur hijo de Micael; 14 de la tribu de Neftalí, Nahbi hijo de Vapsi; 15 de la tribu de Gad, Geuel hijo de Maqui. 16 Estos eran los nombres de los hombres que Moisés envió a explorar la tierra. Moisés llamó a Oseas hijo de Nun por el nombre de Josué. 17 Moisés los envió a explorar la tierra de Canaán. Él les dijo a ellos: "Acérquense por el Neguev y suban a la región montañosa. 18 Exploren la tierra para ver como es. Observen la gente que viven allí, si son fuertes o débiles, y si son muchos o pocos. 19 Miren como es la tierra donde viven. ¿Si es buena o mala? ¿Qué ciudades hay allí? ¿Si son como campamentos, o son ciudades fortificadas? 20 Miren como es la tierra, si es buena para cultivar o no, y si hay árboles allí o no. Sean valientes y traigan muestras del producto de la tierra." Ahora es el tiempo la época de las primeras uvas maduras. 21 Así que los hombres subieron y exploraron la tierra del desierto de Zin hasta Rehob, cerca de Lebo Hamat. 22 Subieron del Neguev y llegaron a Hebrón. Ahimán, Sesai, y Talmai, las tribus que descendieron de Anac, estan allí. Hebrón había sido construída siete años antes de Zoán en Egipto. 23 Cuando ellos llegaron al valle de Escol, cortaron una rama con un racimo de uvas. Lo cargaron en una vara entre dos de su grupo. También trajeron granadas e higos. 24 Aquel lugar fue llamado el valle de Escol, debido al racimo de uvas que la gente de Israel cortó allí. 25 Después de cuarenta días, volvieron de explorar la tierra. 26 Volvieron a Moisés, Aarón, y a toda la comunidad del pueblo de Israel en el desierto de Parán, en Cades. Trajeron palabra a ellos y a toda la comunidad, y les enseñaron el producto de la tierra. 27 Dijeron a Moisés, "Llegamos a la tierra a donde nos enviaste. Ciertamente fluye leche y miel. Aquí hay algo del producto de ella. 28 Sin embargo, las personas que hacen sus casas allí son fuertes. Las ciudades son fortificadas y muy grandes. También vimos desendientes de Anac allí. 29 Los amalecitas viven en el Neguev. Los hititas, jebuseos, y amorreos tienen sus casas en la región montañosa. Los cananeos viven por el mar y a lo largo del río Jordán." 30 Luego Caleb calló a la gente quienes estaban frente a Moisés y dijo: "Déjanos ir y subir y tomar posesión de la tierra, pues nosotros podemos conquistarla." 31 Pero los otros hombres que habían ido con él dijeron: "Nosotros no podemos atacar esa gente porque ellos son más fuertes que nosotros." 32 Así que ellos dijeron un informe desalentador al pueblo de Israel acerca de la tierra que ellos exploraron. Ellos dijeron:"La tierra que vimos es una tierra que come a sus habitantes. Todas las personas que vimos allí son personas de gran altura. 33 Allí vimos gigantes, decendientes de Anac, personas que vinieron de gigantes. En nuestra propia vista éramos como saltamontes en comparación con ellos, y así éramos a sus ojos, también.

14

1 Esa noche, toda la comunidad lloró en voz alta. 2 Todo el pueblo de Israel criticó a Moisés y Aaron. Toda la comunidad les dijo: "¡Nosotros deseariamos haber muerto en la tierra de Egipto, o aquí en este desierto! 3 ¿Por qué EL SEÑOR nos trajo a esta tierra para morir a espada? Nuestras esposas y nuestros pequeños serán víctimas. ¿No es mejor para nosotros regresar a Egipto?" 4 Ellos se dijeron unos a otros: "Déjennos escoger otro jefe, y déjennos regresar a Egipto." 5 Entonces Moisés y Aaron se acostaron bocabajo frente a toda la asamblea de la comunidad del pueblo de Israel. 6 Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran algunos de los enviados a explorar la tierra, rompieron su ropa. 7 Hablaron a toda la comunidad del pueblo de Israel. Dijeron: "La tierra por la que pasamos y exploramos es una tierra muy buena. 8 Si EL SEÑOR está complacido con nosotros, entonces Él nos llevará a esta tierra y nos la dará a nosotros. De la tierra fluye leche y miel." 9 Pero no se rebelen contra EL SEÑOR, y no le teman al pueblo de esta tierra. Nosotros los consumiremos a ellos tan fácil como a la comida. Su protección será removida de ellos, porque EL SEÑOR está con nosotros. No les teman." 10 Pero toda la comunidad los amenazó con apedrealos hasta la muerte. Entonces la gloria del SEÑOR apareció en la tienda de reunión a todo el pueblo de Israel. 11 El SEÑOR le dijó a Moisés: "¿Cuánto tiempo más este pueblo me despreciará? ¿Cuánto tiempo más fallarán en confiar en mi, a pesar de toda las señales de mi poder que he hecho en medio de ellos? 12 Los atacaré con plagas, los desheredaré, haré de tu propia familia una nación que será más grande y poderosa de lo que ellos son." 13 Moisés le dijo al SEÑOR: "Si tú haces esto, entonces los egipcios escucharán esto, porque Tú rescastaste de ellos a este pueblo con Tú poder. 14 Ellos se lo dirán a los habitantes de esta tierra. Ellos han escuchado que Tú SEÑOR, estás con estas personas, porque has sido visto cara a cara. Tu nube está sobre Tu pueblo. Tú vas delante de ellos en una columna de nube en el día y en una columna de fuego por la noche." 15 Ahora si matas a este pueblo como a un hombre, entonces todas las naciones que han escuchado de tu fama hablarán y dirán: 16 "Porque EL SEÑOR no puede llevar a este pueblo a la tierra que Él juró darles, los ha matado en el desierto." 17 Ahora, te suplico, usa tu gran poder. Pues Tú has dicho: 18 "El SEÑOR es lento para enojarse y grande en misericordia. Perdona la maldad y la rebeldia. De ninguna manera, tendra por inocente al culpable cuando traiga el castigo de los pecados de los antepasados en sus descendientes, a la tercera y cuarta generación.' 19 Perdona, te ruego, el pecado de este pueblo, por la grandeza de tu misericordia, así como siempre has perdonado a este pueblo desde el tiempo que estuvieron en Egipto hasta ahora. 20 El SEÑOR dijo: "Yo los he perdonado a ellos, de acuerdo a tu petición, 21 pero de verdad, como Yo vivo, y como toda la tierra será llena de mí gloria, 22 todas aquellas personas que vieron mi gloria y las señales de poder que Yo hice en Egipto y en el desierto, ellos aún me han tentado estas diez veces y no han escuchado mi voz. 23 Así que, Yo digo que no verán la tierra, que juré a sus antepasados. Ninguno de aquellos que me han despreciado la verán, 24 excepto por mi siervo Caleb, porque tenía otro espíritu. Él me ha seguido completamente; yo lo traeré a la tierra que fue a explorar. Sus descendientes la poseerán. 25 (Ahora los amalecitas y los cananeos viven el el valle.) Mañana vuelve y ve al desierto, por el camino del Mar de Juncos." 26 El SEÑOR le habló a Moisés y a Aaron. Y Él dijo: 27 "¿Cuánto tiempo debo Yo tolerar a esta comunidad malvada que me critica? He escuchado la queja del pueblo de Israel en contra mía." 28 Diles: 'Como vivo Yo' dice EL SEÑOR ' como han hablado a mis oidos, haré esto a ustedes: 29 Sus cuerpos muertos caerán en este desierto, todos ustedes que se quejaron en contra mía, ustedes que fueron contados en el censo, el número completo de las personas de veinte años en adelante. 30 Ustedes no entrarán a la tierra que prometí hacer su hogar, excepto Caleb, hijo de Jefone y Josué, hijo de Nun. 31 Pero sus pequeños, aquellos que dijeron que serían víctimas, Yo los llevaré a la tierra. ¡Ellos conocerán la tierra que ustedes han rechazado! 32 En cuanto a ustedes, sus cuerpos muertos caerán en el desierto. 33 Sus hijos serán pastores en el desierto por cuarenta años. Ellos llevarán las consecuencias de sus actos de rebelión hasta que todos ustedes mueran en el desierto. 34 Así como los días que exploraron la tierra, cuarenta días, ustedes deberán igualmente llevar las consecuencias de sus pecados por cuarenta años, un año por cada día, y deben saber que se siente ser mi enemigo. 35 Yo, EL SEÑOR he hablado. Yo, ciertamente, haré esto a toda esta comunidad malvada que se han juntado contra mí. Serán completamente cortados, y aquí morirán."' 36 Así que, los hombres que Moisés habia enviado a explorar la tierra, todos murieron por la plaga, delante del SEÑOR. 37 Estos fueron los hombres que habían regresado y trajeron un mal reporte acerca de la tierra. Esto hizo que toda la comunidad se quejara contra Moisés. 38 De esos hombres que fueron a explorar la tierra, solo Josué, hijo de Nun y Caleb, hijo de Jefone quedaron con vida. 39 Cuando Moisés reportó estas palabras a todo el pueblo de Israel, lloraron profundamente. 40 Se levantaron temprano en la mañana y fueron a lo alto de la montaña y dijeron: "Mira, estamos aquí, y nosotros iremos al lugar que EL SEÑOR ha prometido, pues nosotros hemos pecado." 41 Pero Moisés dijo: "¿Por qué desobedecen el mandamiento del SEÑOR? Ustedes no tendrán éxito. 42 No vayan, porque EL SEÑOR no está con ustedes para evitar que sean derrotados por sus enemigos. 43 Los amalecitas y los cananeos están allí, y morirán por la espada porque se volvieron de seguir al SEÑOR. Así que, Él no estará con ustedes." 44 Pero ellos insistieron en subir a la montaña; sin embargo, ni Moisés ni el arca del pacto del SEÑOR dejó el campamento. 45 Luego los amalecitas bajaron, al igual que los cananeos, quienes vivían en esas montañas. Atacaron a los israelitas y los vencieron en todo el camino a Horma.

15

1 Luego EL SEÑOR le habló a Moisés. Y Él dijo: 2 "Háblale al pueblo de Israel y diles a ellos: 'Cuando vayan a la tierra donde vivirán, la cual EL SEÑOR les dará, 3 prepararán una ofrenda por fuego al SEÑOR, ya sea una ofrenda quemada o un sacrifico para cumplir un voto o una ofrenda voluntaria, o una ofrenda en sus fiestas, para producir un aroma agradable para EL SEÑOR, de la manada o del rebaño. 4 Tienen que ofrecerle al SEÑOR una ofrenda quemada, al igual que una ofrenda de cereal de una décima de una efa de harina fina amasada con un cuarto de litro de aceite. 5 Tú también tienes que ofrecer una ofrenda quemada, o para el sacrificio, un cuarto de litro de vino para la ofrenda de bebida por cada cordero. 6 Si están ofreciendo un carnero, tienen que preparar una ofrenda de grano, dos décimas de una efa de harina fina amasada con un tercio de un litro de aceite. 7 Para las ofrendas de bebidas, deben ofrecer un tercio de un litro de vino. Producirá un aroma agradable para EL SEÑOR. 8 Cuando preparen un toro como una ofrenda quemada o como un sacrificio para cumplir un voto, o como una ofrenda de paz para EL SEÑOR, 9 luego tienen que ofrecer con el toro una ofrenda de grano de tres décimas de un efa de harina fina amasada con un litro de aceite. 10 Ustedes tienen que ofrecerla como la ofrenda de bebida medio litro de vino, como una ofrenda hecha por fuego, para producir un aroma agradable para EL SEÑOR. 11 Tiene que ser hecho de esta manera por cada toro, por cada carnero y por cada cordero o cabrito. 12 Cada sacrificio que prepraren y ofrezcan tiene que ser hecho como está descrito aquí. 13 Todos los que son nativos israelitas tienen que hacer estas cosas de esta manera, cuando cualquiera traiga una ofrenda hecha por fuego, para producir un aroma que sea agradable para EL SEÑOR. 14 Si un extranjero se está quedando con ustedes, o quien sea que viva entre ustedes por las generaciónes de su pueblo, tiene que hacer una ofrenda hecha por fuego, para producir un aroma agradable para EL SEÑOR. Tiene que actuar como ustedes actúan. 15 Tiene que haber la misma ley para la comunidad y para el extranjero que se quede con ustedes, una ley permanente para las generaciones de su pueblo. Como ustedes son, así también tiene que ser el viajero que se quede con ustedes. Él tiene que actuar como ustedes actúan ante EL SEÑOR. 16 La misma ley y decreto tiene que aplicarse a ustedes y al extranjero que se está quedando con ustedes.'" 17 Otra vez EL SEÑOR habló a Moisés. Él dijo: 18 "Habla al pueblo de Israel y diles: 'Cuando vayan a la tierra donde Yo los llevaré, 19 cuando coman la comida producida en la tierra, tienen que ofrecer una ofrenda y presentármela a Mí. 20 Desde su primera masa tienen que ofrecer una rebanada para levantarla como una ofrenda levantada del suelo de trillar. Tienen que levantarla de esta manera. 21 Tienen que dármela a Mí como una ofrenda levantada por las generaciones de su pueblo, desde la primera masa. 22 Algunas veces pecarán sin intención de hacerlo, cuando no obedezccan todas estas órdenes que Yo he hablado a Moisés-- 23 todo lo que Yo les he ordenado a través de Moisés desde el día que Yo comencé a darles órdenes y en adelante por las generaciones su pueblo. 24 En el caso de pecado sin intención sin el conocimiento de la comunidad, entonces toda la comunidad tiene que ofrecer un becerro como una ofrenda quemada para producir un aroma agradable para EL SEÑOR. Junto con esto tiene que ser hecha una ofrenda de grano y ofrenda de bebida, como ordenado por la ley, y un macho cabrío como una ofrenda de pecado. 25 El sacerdote tiene que hacer una expiación por toda la comunidad del pueblo de Israel. Serán perdonados porque el pecado fue un error. Han traído sus sacrificios, una ofrenda hecha por fuego para Mí. Han traído su ofrenda por el pecado ante Mí por su error. 26 Luego toda la comunidad del pueblo de Israel será perdonada, y también los extranjeros que se estén quedando con ellos, porque todo el pueblo cometió el pecado sin intención. 27 Si una persona peca sin intención, entonces debe ofrecer una cabra de un año como una ofrenda por el pecado. 28 El sacerdote tiene que hacer una expiación ante EL SEÑOR por la persona que peque sin intención. La persona será perdonada cuando la expiación haya sido hecha. 29 Tienen que tener la misma ley para el que haga algo sin intención, la misma ley para el que es nativo entre el pueblo de Israel y para los extranjeros que se estén quedando entre ustedes. 30 Pero la persona que haga algo en desafío, ya sea el nativo o un extranjero, me blasfema a Mí. Esa persona debe ser cortada de su pueblo. 31 Porque ha despreciado Mi palabra y ha roto Mi mandamiento, esa persona debe ser cortada completamente. Su pecado va a estar sobre él.'" 32 Mientras el pueblo de Israel estaba en el desierto, encontraron a un hombre juntando leña en el día de reposo. 33 Aquellos que lo encontraron lo trajeron a Moisés, a Aarón y a toda la comunidad. 34 Lo mantuvieron en custodia porque no había sido declarado lo que debía hacerse con él. 35 Luego EL SEÑOR dijo a Moisés: "El hombre ciertamente debe morir. Toda la comunidad debe apedrearlo con piedras fuera del campamento." 36 Así que, toda la comunidad lo llevó fuera del campamento y lo apedreó hasta la muerte como EL SEÑOR le había ordenado a Moisés. 37 Otra vez EL SEÑOR habló a Moisés. Él dijo: 38 "Háblale a los descendientes de Israel y ordénales que se hagan flecos para que cuelguen de los bordes de sus ropas, para colgarlas de cada borde con un cordón azúl. Deben hacer esto por las generaciones de su pueblo. 39 Esto será un recordatorio especial para ustedes de todos mis mandamientos cuando los vean, para que no vean sus propios corazones, y sus propios ojos y se prostituyan. 40 Hagan esto para que puedan traer a la memoria y obedecer todos mis mandamientos, y para que puedan ser santos, apartados para Mí, su Dios. 41 Yo soy EL SEÑOR su Dios, quien los sacó de la tierra de Egipto, para convertirme en su Dios. Yo soy EL SEÑOR su Dios."

16

1 Coré, hijo de Izhaer, hijo de Coat, hijo de Leví, junto a Datán y Abiram, hijos de Eliab, y On, hijo de Pelet, descendientes de Rubén, reunieron algunos hombres. 2 Se levantaron en contra de Moisés, junto con otros hombres del pueblo de Israel, doscientos cincuenta jefes de la comunidad, que eran muy conocidos en la comunidad. 3 Se reunieron en asamblea juntos para confrontar a Moisés y Aarón. Les dijeron: "¡Ustedes han ido muy lejos! Toda la comunidad está separada para EL SEÑOR, cada uno de ellos, y EL SEÑOR está entre ellos. ¿Por qué ustedes se levantan por encima del resto de la comunidad del SEÑOR? 4 Cuando Moisés escuchó eso, se acostó, rostro en tierra. 5 Habló a Coré y a todos los que estaban con él: "En la mañana EL SEÑOR dará a conocer quién le pertenece a Él y quién está separado de Él. Él traerá a esa persona cerca de Él. Al que Él escoja, Él lo atraerá cerca de Sí mismo. 6 Haz esto, Coré y todo tu grupo. Toma incensarios 7 mañana y coloca fuego y pon incienso en ellos ante EL SEÑOR. El que EL SEÑOR escoja, ese hombre será apartado para EL SEÑOR. Ustedes han ido muy lejos, ustedes descendientes de Leví." 8 Otra vez, Moisés dijo a Coré: "Ahora escuchen, descendientes de Leví: 9 ¿es para ustedes cosa pequeña que el Dios de Israel los haya separado de la comunidad de Israel, para atraerlos cerca de Él, para hacer trabajo en la tienda reunión del SEÑOR, y para estar en pie ante la comunidad para servirles? 10 Él te ha traído cerca, y todos tus hermanos, los descendientes de Leví, contigo, ¡aún así estás buscando el sacerdocio también! 11 Eso es porque tú y todo tu grupo se ha reunido en contra del SEÑOR. ¿Así que por qué te estás quejando de Aarón, quien obedece al SEÑOR?" 12 Entonces Moisés llamó a Datán y Abiram, los hijos de Eliab, pero ellos dijeron: "Nosotros no iremos. 13 ¿Es una cosa pequeña que tú nos hayas sacado de una tierra que fluye leche y miel, para matarnos en el desierto? ¡Ahora quieres hacerte gobernante sobre nosotros! 14 Ademas, tú no nos has traído a una tierra que fluye leche y miel, ni nos has dado campos y viñas como herencia. ¿Ahora quieres cegarnos con promesas vacías? Nosotros no iremos a ti." 15 Moisés estaba muy enojado y le dijo al SEÑOR: "No respetes su ofrenda. No he tomado un asno de ellos, y no he dañado a ninguno de ellos." 16 Entonces Moisés le dijo a Coré: "Mañana tú y tu companía debe ir ante EL SEÑOR-- tú y ellos, y Aarón. 17 Cada uno de ustedes debe tomar su incesario y colocar incienso en él. Entonces cada hombre debe traer ante EL SEÑOR su incensario, doscientos cincuenta incensarios. Tú y Aarón, también, debe cada uno traer su insensario." 18 Así que cada hombre tomó su incensario, colocó fuego en él, y puso incienso en él, y se detuvieron a la entrada de la tienda de reunión con Moisés y Aarón. 19 Coré reunió toda la comunidad en contra de Moisés y Aarón a la entrada de la tienda de reunión, y la gloria del SEÑOR apareció a toda la comunidad. 20 Entonces EL SEÑOR le habló a Moisés y a Aarón: 21 "Sepárense ustedes de entre esta comunidad para que Yo los consuma a ellos inmediatamente." 22 Moisés y Aarón se acostaron boca abajo y dijeron: "Dios, Dios de los espíritus de toda la humanidad, si un hombre peca, ¿debes Tú estar enojado con toda la comunidad?" 23 El SEÑOR respondió a Moisés. Y Él dijo: 24 "Habla a la comunidad. Diles: 'Aléjense de la tienda de Coré, Datán y Abiram.'" 25 Entonces Moisés se levantó y fue a Datán y Abiram; los ancianos de Israel lo siguieron. 26 Él habló a la comunidad y dijo: "Ahora dejen las tiendas de estos hombres malvados y no toquen nada de ellos, o ustedes serán consumidos por todos sus pecados." 27 Así que la comunidad de todos los lados de las tiendas de Coré, Datán y Abiram los dejaron. Datán y Abiram salieron y se detuvieron a la entrada de sus tiendas, con sus esposas, hijos y sus pequeños. 28 Entonces Moisés dijo: "De esta manera ustedes sabrán que EL SEÑOR me ha enviado a hacer todos estos trabajos, por cuanto no los he hecho por mi propia cuenta. 29 Si estos hombres mueren de muerte natural como normalmente ocurre, entonces EL SEÑOR no me ha enviado a mí. 30 Pero si EL SEÑOR crea una abertura en la tierra que se los trague como una boca grande, junto a todas sus familias, y si bajan vivos al Seol, entonces ustedes deben comprender que estos hombres han despreciado al SEÑOR." 31 Tan pronto Moisés terminó de hablar estas palabras, la tierra se abrió debajo de estos hombres. 32 La tierra abrió su boca y se los tragó a ellos, sus familias y toda la gente que pertenecía a Coré, como también todas sus posesiones. 33 Ellos, y todos en sus familias, bajaron vivos al Seol. La tierra se cerró sobre ellos, y de esta manera perecieron de en medio de la comunidad. 34 Todo Israel alrededor de ellos huyeron de sus gritos. Ellos exclamaron: "¡La tierra puede tragarnos a nosotros también!" 35 Entonces fuego salió del SEÑOR y devoró a los 250 hombres que habían ofrecido incienso. 36 Otra vez EL SEÑOR le habló a Moisés y ÉL dijo: 37 "Habla a Eleazar, hijo de Aarón el sacerdote, y permítele tomar los incensarios de las llamas, por cuanto los incensarios son separados para Mí. Entonces, déjale regar los carbones encendidos a una distancia. 38 Toma los incensarios de aquellos que perdieron sus vidas por su pecado. Deja que sean hechos platos amartillados como una cubierta sobre el altar. Esos hombres los ofrecieron delante de Mí, así que están separados para Mí. Serán una señal de mi presencia al pueblo de Israel." 39 Eleazar el sacerdote tomó los incensarios de bronce que habían usado los hombres que fueron quemados, y fueron amartillados en una cubierta para el altar, 40 para ser un recordatorio al pueblo de Israel, para que ningún forastero que no fuera descendiente de Aarón pudiera venir a quemar incienso delante del SEÑOR, para que no vinieran a ser como Coré y su grupo-- tal como EL SEÑOR lo había mandado a través de Moisés. 41 Pero la siguiente mañana toda la comunidad del pueblo de Israel se quejó contra Moisés y Aarón. Ellos dijeron: "Ustedes han matado a la gente del SEÑOR." 42 Entonces ocurrió, cuando la comunidad se reunió en contra de Moisés y Aarón, que miraron hacia la tienda de reunión y, he aquí, la nube la estaba cubriendo. La gloria del SEÑOR apareció, 43 y Moisés y Aarón vinieron al frente de la tienda de reunión. 44 Entonces EL SEÑOR le habló a Moisés. Y Él dijo: 45 "Aléjate del frente de esta comunidad para que Yo pueda consumirlos inmediatamente." Entonces Moisés y Aarón se acostaron boca abajo. 46 Moisés le dijo a Aarón: "Toma el incensario, pon fuego en él del altar, pon incienso en él, llévalo rápidamente a la comunidad, y haz expiación por ellos, porque ira está viniendo del SEÑOR. La plaga ha comenzado." 47 Así que Aarón hizo según Moises le indicó. Corrió al centro de la comunidad. La plaga había comenzado a extenderse entre la gente, así que él puso incienso e hizo expiación por el pueblo. 48 Aarón se paró entre los muertos y los vivos; de esta forma la plaga se detuvo. 49 Aquellos muertos por la plaga fueron 14, 700 en número, además de aquellos muertos en el asunto de Coré. 50 Aarón regresó a Moisés en la entrada de la tienda de reunión, y la plaga cesó.

17

1 El SEÑOR le habló a Moisés. Y Él dijo: 2 "Habla al pueblo de Israel y consigue varas de ellos, una por cada tribu ancestral, doce varas. Escribe el nombre de cada hombre en su vara. 3 Debes escribir el nombre de Aarón en la vara de Leví. Debe haber una vara por cada jefe de la tribu de sus antepasados. 4 Debes colocar las varas en la tienda de reunión al frente de la ley del pacto, donde yo me reuno contigo. 5 Pasará que la vara del hombre que Yo escoja florecerá. Yo haré que las quejas del pueblo de Israel se detengan, los que están hablando en contra de tí." 6 Así que Moisés habló al pueblo de Israel. Todos los jefes de las tribus le dieron varas, una vara por cada jefe, seleccionada de cada tribu ancestral, doce varas en total. La vara de Aarón estaba entre ellas. 7 Entonces Moisés puso las varas delante del SEÑOR en la tienda de los decretos del pacto. 8 Al siguiente día, Moisés entró a la tienda de las leyes del pacto y, he aquí, la vara de Aarón para la tribu de Leví había florecido. ¡Le crecieron brotes y produjo flores y almendras maduras! 9 Moisés trajo fuera todas las varas de delante del SEÑOR a todo el pueblo de Israel, y cada hombre tomó su vara. 10 El SEÑOR le dijo a Moisés: "Pon la vara de Aarón al frente de las leyes del pacto. Manténla como una señal de culpa en contra del pueblo que se rebeló, de manera que termines las quejas en mi contra, o ellos morirán." 11 Moisés hizo tal como EL SEÑOR le había mandado. 12 El pueblo de Israel habló a Moisés y dijo: "Nosotros moriremos aquí. ¡Nosotros todos pereceremos! 13 Todos los que vengan, que se acerquen a la tienda de reunión del SEÑOR, morirán. ¿Debemos todos perecer?"

18

1 El SEÑOR le dijo a Aaron: "Tú, tus hijos, y la familia de tus antepasados serán responsables por todos los pecados cometidos en contra del santuario. Pero solo tú y tus hijos serán responsables por los pecados cometidos por cualquiera en el sacerdocio. 2 En cuanto a tus compañeros, miembros de la tribu de Leví, la tribu de tus antepasados, debes traerlos contigo para que ellos se unan a ti y te ayuden cuando tú y tus hijos sirvan frente a la tienda de las leyes del pacto. 3 Deben servirte a ti y a toda la tienda. Sin embargo, no deben acercarse a nada del lugar santo o relacionado al altar, o ellos y tú también, morirán. 4 Deben unirse a ti y cuidar de la tienda de reunión, para todo el trabajo relacionado a la tienda. Un extranjero no debe acercarse a ustedes. 5 Tú debes tomar la responsabilidad del lugar santo y del altar, para que mi enojo no esté sobre el pueblo de Israel otra vez. 6 Mira, yo mismo he escogido a tus compañeros, de los levitas de entre los descendientes de Israel. Ellos son un regalo para ti, dado a mi para hacer el trabajo relacionado a la tienda de reunión. 7 Pero sólo tú y tus hijos pueden ejercer el sacerdocio, relacionado a el altar y todo lo de dentro de la cortina. Deben llenar estas responsabilidades. Les estoy dando el sacerdocio como un regalo. Cualquier extranjero que se acerque se debe morir." 8 Luego El SEÑOR le dijo a Aarón: "Mira, Yo te he dado la tarea de manejar las ofrendas levantadas a mí, y todas las santas ofrendas que el pueblo de Israel me dé a Mí. Yo les he dado estas ofrendas a tí y a tus hijos como su porción para siempre. 9 Estas son las cosas muy santas, llevadas al fuego: de toda ofrendas de ellos, toda ofrenda de granos y toda ofrenda de culpa, ellas son muy santas para ti y para tus hijos. 10 Estas ofrendas son muy santas, todo varón debe comerlas, pues son santas para ti. 11 Estas son las ofrendas que pertences a ti: sus regalos, todas las ofrendas mecidas del pueblo de Israel. Te las he dado a ti, y a tus hijos y a tus hijas, como su porción para siempre. Todos los que estén limpios en tu familia puede comer cualquiera de estas ofrendas. 12 Todo lo mejor del aceite, todo lo mejor del vino nuevo y grano, las primeras frutas que el pueblo me dé a Mí- todas estas cosas las he dado a ti. 13 Los primeros productos maduros de todo lo que hay en su tierra, que traen a mi, serán tuyos. Todos los que están limpios en tu familia pueden comer estas cosas. 14 Toda cosa dedicada en Israel, será tuya. 15 Todo lo que abre el vientre, todos los primogénitos, los que el pueblo ofrece al SEÑOR, tanto de hombre y animal, será tuyo. Pero, el pueblo debe pagar de nuevo todo hijo primogénito, y deben pagar de nuevo el primogénito varón de animales impuros. 16 Aquellos que serán pagados de nuevo por el pueblo deben ser pagados de nuevo después de cumplir un mes. Luego la gente podrá pagarlos de nuevo, por el precio de cinco siclos, por el peso estándar del siclo santuario, lo que equivale a veinte geras. 17 Pero el primogénito de una vaca, o el primogénito de una oveja, o el primogénito de una cabra- no debes pagar de nuevo estos animales; serán apartados para Mi. Debes rociar su sangre en el altar y quemar su grasa como una ofrenda de fuego, un aroma agradable al SEÑOR. 18 Su carne será tuya. Como el pecho levantado y muslo derecho, su carne será para ti. 19 Todas las santas ofrendas que el pueblo de Israel presentó al SEÑOR, yo te las he dado a ti, y a tus hijos y a tus hijas contigo, como porción para siempre. Es un pacto eterno de sal, un pacto de unión para siempre, delante del SEÑOR tanto para ti y para tus descendientes contigo." 20 El SEÑOR le dijo a Aarón: "Tú no tendrás ninguna herencia en la tierra del pueblo, ni tampoco tendrás ninguna porción de propiedad en medio del pueblo. Yo soy tu porción y tu herencia en medio del pueblo de Israel." 21 A los descendientes de Leví,, yo les he dado todos los diezmos en Israel como su herencia en cambio del servicio que ha provisto trabajando en la tienda de reunión. 22 De ahora en adelante el pueblo de Israel no debe acercarse a la tienda de reunión, o serán responsables por este pecado y morirán. 23 Los levitas deberán hacer el trabajo relacionado a la tienda de reunión. Serán responsables de cualquier pecado relacionado a esto. Esto será ley para siempre a través de las generaciones de tu pueblo. Dentro del puebo de Israel no deben tener ninguna herencia. 24 Por los diezmos del pueblo de Israel, lo que ofrecen como contribución a mi - es esto lo que les he dado a los levitas como su herencia. Es por esto que les he dicho: 'No deben tener herencia dentro del pueblo de Israel.' 25 El SEÑOR le habló a Moisés y ÉL dijo: 26 "Tú deberás hablar con los levitas y decirles: Cuando recibas del pueblo de Israel los diezmos que te he dado de ellos como tu herencia, debes presentar una contribución al SEÑOR, un décimo del diezmo. 27 Tu contribución debe ser considerada por ti como si fuera un décimo del grano de la era o de la producción de vino." 28 Así que, tú también deberás hacer una contribución al SEÑOR de todos los diezmos que tú recibas del pueblo de Israel. Ellos deberás dar su contribución a Aarón, el sacerdote. 29 De todos los regalos que recibas, deberás hacer un regalo al SEÑOR. Esto deberás hacerlo de todo las mejores y santísimas cosas que sean dadas a ti.' 30 Por lo tanto, debes decirle a ellos: 'Cuando presentes lo mejor de ello, entonces debe ser de los levitas, como producto de la era y del vino. 31 Tú puedes comer el resto de tus regalos en cualquier lugar, tú y tus familias, porque es tú paga en cambio de tu trabajo en la tienda de reunión. 32 Tú no debes incurrir en culpa al comerlo y beberlo, si has presentado al SEÑOR lo mejor de lo que has recibido. Pero no debes profanar las santas ofrendas del pueblo de Israel, o morirás."'

19

1 El SEÑOR le habló a Moisés y a Aarón. Y Él dijo: 2 "Esto es un estatuto, una ley que Yo les estoy ordenando: Digan a la gente de Israel que deben traer a ustedes una novilla roja sin defecto o mancha, y que nunca ha llevado un yugo. 3 Entreguen la novilla a Eleazar el sacerdote. Debe traerla fuera del campamento, y alguien debe matarla frente a él. 4 Eleazar el sacerdote debe tomar parte de la sangre con su dedo y rocíarla siete veces frente a la tienda de reunión. 5 Otro sacerdote debe quemar la novilla a su vista. Debe quemar su cuero, su carne y su sangre con su estiércol. 6 El sacerdote debe tomar madera de cedro, hisopo y lana escarlata, y arrojarlo todo en medio del fuego en que arde la novilla. 7 Entonces, debe lavar sus ropas y bañarse en agua. Entonces, puede entrar al campamento, en donde permanecerá inmundo hasta la noche. 8 El que haya quemado la novilla debe lavar sus ropas en agua y bañarse en agua. Quedará inmundo hasta el atardecer. 9 Alguien que esté limpio debe recoger las cenizas de la novilla y ponerlas fuera del campamento en un lugar limpio. Estas cenizas deben ser guardadas para la comunidad de la gente de Israel. Ellos mezclarán las cenizas con agua para la purificación de pecado, ya que las cenizas fueron una ofrenda por el pecado. 10 El que recoja las cenizas de la novilla debera lavar sus ropas. Permanecerá inmundo hasta el atardecer. Esto será una ley para siempre para la gente de Israel y los extranjeros que se queden con ellos. 11 Cualquiera que toque el cuerpo muerto de cualquier hombre será inmundo por siete días. 12 Tal persona debe purifícarse a sí mismo en el tercer día y en el séptimo día. Entonces será limpio. Pero si no se purifíca a sí mismo en el tercer día, entonces no será limpio en el séptimo día. 13 Cualquiera que toque una persona muerta, el cuerpo de un hombre que haya muerto, y no se limpie a sí mismo-- esta persona contamina la tienda de reunión del SEÑOR. Esa persona deberá ser cortada de Israel porque el agua de la impureza no fue rocíada sobre él. Quedará inmundo, su impureza permanecerá en él. 14 Esta es la ley para cuando alguien muera en una tienda. Cualquiera que entre en la tienda y cualquiera que ya esté en la tienda será inmundo por siete días. 15 Cada envase abierto sin tapa se volverá inmundo. 16 Similarmente, cualquiera fuera de la tienda quien toque a alguien que haya sido asesinado por la espada, cualquier otro cuerpo muerto, hueso humano, o tumba-- esa persona será inmunda por siete días. 17 Haz esto por la persona inmunda: toma algo de ceniza de la ofrenda por el pecado quemada y mézclalas en una jarra con agua fresca. 18 Alguien que esté limpio debe tomar hisopo, mojarlo en el agua, y rociarlo en la tienda, en todos los envasess de la tienda, en las personas que estuvieron ahí, y sobre cualquiera que tocó hueso, el que fue asesinado, el que haya muerto, o la tumba. 19 En el tercer día y en el séptimo día, la persona limpia debe rociar la persona inmunda. En el séptimo día la persona inmunda debe purifícarse a sí mismo. Él debe lavar sus ropas y bañarse en agua. En la noche, él se volverá limpio. 20 Pero cualquiera que permanezca inmundo, quien no quiera purificarse a sí mismo-- esa persona será cortada de la comunidad, porque él ha contaminado el santuario del SEÑOR. El agua para la impureza no será rociada en él; él quedará inmundo. 21 Esto será una ley para siempre sobre estas situaciones. El que rocíe el agua para la impureza debe lavar sus ropas. El que toque el agua para la impureza se volverá inmundo hasta el atardecer. 22 Lo que sea que la persona inmunda toque se volverá inmundo. La persona que lo toque se volverá inmunda hasta el atardecer."

20

1 Así que todo el pueblo de Israel, toda la comunidad, fue al desierto de Zin en el primer mes; se quedaron en Cades. Allí, Miriam murió y fue enterrada. 2 No había agua para la comunidad, así que se reunieron en contra de Moisés y Aarón. 3 El pueblo se quejó contra Moisés. Decían: "¡Hubiera sido mejor si hubiéramos muerto cuando nuestros compañeros Israelitas murieron frente al SEÑOR! 4 ¿Por qué has traído la comunidad del SEÑOR a este desierto para morir aquí, nosotros y nuestros animales? 5 ¿Por qué nos has hecho salir de Egipto para traernos a este horrible lugar? Aquí no hay semilla, higos, viñas o granadas, y no hay agua para beber.'' 6 Así que Moisés y Aarón se fueron de en frente de la asamblea. Fueron a la entrada de la tienda de reunión y se acostaron boca abajo. Allí la gloria del SEÑOR se les apareció a ellos. 7 El SEÑOR habló a Moisés y dijo: 8 ''Agarra la vara y reúne a la comunidad, tú, y Aarón, tu hermano. Háblale a la roca ante sus ojos, y ordénale que fluya agua. Tú producirás agua para ellos de esa roca, y tienes que dársela a la comunidad y a su ganado para beber.'' 9 Moisés agarró la vara de delante del SEÑOR, como EL SEÑOR le había ordenado que hiciera. 10 Entonces Moisés y Aarón reunieron a la asamblea frente a la roca. Moisés les dijo: ''Escuchen ahora, ustedes rebeldes. ¿Tenemos que sacar agua de esta roca para ustedes?'' 11 Luego Moisés levantó su mano y golpeó la roca dos veces con su vara, y mucha agua salió. La comunidad bebió, y su ganado bebió. 12 Entonces EL SEÑOR le dijo a Moisés y a Aarón: "Porque no confiaron en Mí ni Me honraron como Santo ante los ojos del pueblo de Israel, ustedes no llevaran esta asamblea a la tierra que Yo les he dado.'' 13 Este lugar fue llamado las aguas de Meriba, porque el pueblo de Israel había discutido con EL SEÑOR allí, y Él se mostró a Sí mismo a ellos como Santo. 14 Moisés envió mensajeros desde Cades al rey de Edom: Tu hermano Israel dice esto:"Tú sabes todas las dificultades que nos han ocurrido a nosotros. 15 Tú sabes que nuestros antepasados bajaron a Egipto y vivieron en Egipto por un largo tiempo. Los egipcios nos trataron duramente y también a nuestros antepasados. 16 Cuando nosotros clamamos al SEÑOR, Él escuchó nuestra voz y envió un ángel y nos sacó de Egipto. Mira, estamos en Cades, una ciudad en la frontera de tu tierra. 17 Te estoy pidiendo que nos dejes pasar por tu tierra. Nosotros no pasaremos por tus campos o viñedos, ni beberemos las aguas en tus pozos. Iremos por el camino de los reyes. No nos desviaremos ni a mano derecha ni a la izquierda hasta que hayamos pasado tus fronteras.'' 18 Pero el rey de Edom le contestó a él: ''Tú no puedes pasar por aquí. Si lo haces, yo vendré con espada a atacarte.'' 19 Entonces el pueblo de Israel le dijo a él: "Iremos por el camino principal. Si nosotros o nuestro ganado bebe de tu agua, pagaremos por ella. Sólo déjanos caminar a pie, sin hacer nada más.'' 20 Pero el rey de Edom respondió: "Ustedes no podrán pasar.'' Así que el rey de Edom vino contra Israel con mano dura con muchos soldados. 21 El rey de Edom se negó a dejar a Israel cruzar por su frontera. A causa de esto, Israel se alejó de la tierra de Edom. 22 Así el pueblo viajó desde Cades. El pueblo de Israel, toda la comunidad, vino al Monte Hor. 23 El SEÑOR habló a Moisés y Aarón en el Monte Hor, en la frontera de Edom. Él dijo: 24 "Aarón tiene que ser reunido a su gente, porque él no entrará a la tierra que le he dado al pueblo de Israel. Esto es porque ustedes dos se rebelaron contra Mi palabra en las aguas de Meriba. 25 Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y súbelos al Monte Hor. 26 Quítale a Aarón las vestiduras sacerdotales y pónselas a Eleazar su hijo. Aarón tiene que morir y ser reunido a su gente ahí.'' 27 Moisés hizo lo que EL SEÑOR mandó. Subieron al Monte Hor a la vista de toda la comunidad. 28 Moisés tomó las vestiduras sacerdotales de Aarón y se las puso a su hijo Eleazar. Aarón murió allí en la cima de la montaña. Entonces Moisés y Eleazar bajaron. 29 Cuando toda la comunidad vio que Aarón estaba muerto, la nación entera lloró a Aarón por treinta días.

21

1 Cuando el Rey cananeo de Arad que vivía en el Neguev, escuchó que el pueblo de Israel estaba pasando por el camino hacia Atarim, el peleó contra Israel y tomó algunos de ellos cautivos. 2 Israel se acostó boca abajo al SEÑOR y dijo: "Si nos das la victoria sobre estas personas, entonces nosotros destruiremos sus cuidades completamente." 3 El SEÑOR escuchó la voz de Israel y Él le dió la victoria sobre los cananeos. Ellos destruyeron sus ciudades completamente. El lugar fue llamado Horma. 4 Ellos viajaron desde el Monte Hor por el camino hacia el Mar de Juncos para ir alrededor de la tierra de Edom. El pueblo se sintió muy desanimado en el camino. 5 El pueblo habló contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos has traído fuera de Egipto para morir en el desierto? No hay pan, no hay agua y detestamos esta comida miserable." 6 Entonces El SEÑOR envió serpientes venenosas entre el pueblo. Las serpientes mordieron a la gente; muchos murieron. 7 El pueblo fue a Moisés y le dijeron: "Hemos pecado porque hemos hablado contra El SEÑOR y contra ti. Ora a El SEÑÓR para que Él aleje las serpientes de nosotros." Así oró Moisés para su pueblo. 8 El SEÑOR le dijo a Moisés: "Haz una serpiente y átala a un poste. Sucederá que todo el que fuera mordido sobrevivirá, si la ve." 9 Así que, Moisés hizo una serpiente de bronce y la ató a un poste. Cuando una serpiente mordía a una persona si él veia la serpiente, él sobrevivía. 10 El pueblo de Israel continuó viajando y acamparon en Obot. 11 Viajaron desde allí y acamparon en Ije Abarim en el desierto frente a Moab hacia el este. 12 Desde allí viajaron y acamparon en el Valle de Zered. 13 Desde allí continuaron su marcha y acamparon al otro lado del Río Arnón, que está en el desierto que se extiende desde la frontera de los Amorreos. El Río Arnón forma la frontera entre Moab y los Amorreos. 14 Por eso se dice en el rollo de las Guerras de El SEÑOR: "Vaheb está en Sufa, en los valles de Arnón, 15 la pendiente de los valles que descansan en el pueblo de Ar y baja hacia la frontera de Moab. 16 De allí continuaron hacia Beer, donde está el pozo donde El SEÑOR le dijo a Moisés: "Reune al pueblo para darle agua." 17 Entonces cantó Israel este cántico: "Levántate, pozo". Canten sobre él. 18 El pozo que nuestros jefes cavaron, el pozo que los nobles cavaron con su cetro y sus varas." Desde el desierto viajaron a Mataná. 19 Desde Mataná viajaron a Nahaliel, y de Nahaliel a Bamot, 20 y de Bamot a un valle en la tierra de Moab. Allí es donde la cima del Monte Pisga mira hacia abajo al desierto. 21 Entonces Israel envió mensajeros al Rey Sehón de los Amorreos diciendo: 22 "Déjanos pasar por tu tierra. No nos desviaremos a ningún campo o viña. No tomaremos las aguas de sus pozos. Viajaremos por el camino del Rey hasta que crucemos tu fronteras." 23 Pero el Rey Sehón no permitiría que Israel pasara por sus fronteras. En su lugar, Sehón reunió todo su ejército y atacaron a Israel en el desierto. Él vino a Jahaza, donde peleó contra Israel. 24 Israel atacó el ejército de Sehón a filo de espada y tomó sus tierras desde Arnón hasta el río Jaboc, tan lejos como la tierra del pueblo de los amonitas. Ahora la fronteras de los amonitas estaba fortificada. 25 Israel tomó todas las ciudades de los Amorreos y vivió en todas, incluyendo Hesbón y todas sus aldeas. 26 Hesbón era la ciudad del Rey Sehón de los amorreos, quien había peleado contra el rey anterior de Moab. Sehón había tomado toda su tierra desde su territorio hasta el Río Arnón. 27 Por eso aquellos que hablan en proverbios diciendo: "Vengan a Hesbón. Dejen que la ciudad de Sehón sea reconstruída y establecida nuevamente. 28 Fuego salió de Hesbón, una llama desde la ciudad de Sehón que devoró Ar de Moab, y los dueños de los lugares altos de Arnón. 29 ¡Ay de ti, Moab! Ustedes han perecido, pueblo de Quemos. Él ha hecho que sus hijos sean fugitivos y sus hijas sean prisioneras del rey Sehón de los amorreos. 30 Pero nosotros hemos conquistado Sehón. Hesbón está devastada hasta Dibón. Nosotros los hemos derrotado hasta Nofa, que llega hasta Medeba." 31 Así que, comenzó Israel a vivir en la tierra de los amorreos. 32 Entonces Moisés envió hombres a observar a Jazer. Tomaron sus aldeas y expulsaron a los amorreos que estaban allí. 33 Luego dieron vuelta y subieron por el camino de Basán. Og, el rey de Basán, salió en contra de ellos, él y todo su ejército, para pelear en Edrei. 34 Entonces El SEÑOR dijo a Moisés: "No le temas, porque Yo te he dado victoria sobre él, sus ejércitos y sus tierras. Hazle a él como le hiciste al rey de los amorreos, Sehón, que vivió en Hesbón." 35 Lo mataron a él, sus hijos y todo su ejército hasta que no quedó nadie vivo. Y se apoderaron de sus tierras.

22

1 La gente de Israel continuó viajando hasta que acamparon en los llanos de Moab cerca de Jericó, en el otro lado del río Jordán desde la ciudad. 2 Balac hijo de Zipor vió todo lo que Israel le había hecho a los amorreos. 3 Moab estaba muy asustado de la gente porque eran muchos, y Moab estaba en terror del pueblo de Israel. 4 El rey de Moab dijo a los ancianos de Madián: "Esta multitud se comerá todo lo que está alrededor nuestro así como un buey come la hierba en un campo." Balac hijo de Zipor era rey de Moab en aquél tiempo. 5 Él envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en Petor que está por el río Éufrates, en la tierra de su nación y su gente. Él lo llamó y dijo: "Mira, una nación ha venido aquí desde Egipto. Ellos cubren toda la tierra y están ahora mismo aqui junto a mí. 6 Así que, por favor ven ahora y maldice esta nación por mí, porque ellos son muy fuertes para mí. Tal vez entonces pueda lograr atacarlos y sacarlos de la tierra. Sé que todo el que bendigas será bendito, y cualquiera que maldigas será maldito." 7 Así que, los ancianos de Moab y los anciaos de Madián se fueron, tomando el pago para la adivinación. Ellos vinieron a Balaam y habló a ellos las palabras de Balac. 8 Balaam dijo a ellos: "Quédense aquí esta noche. Yo traeré a ustedes lo que EL SEÑOR me diga." Así que, los jefes de Moab se quedaron con Balaam esa noche. 9 Dios vino a Balaam y dijo: "¿Quienes son estos hombres que vinieron a ti?" 10 Balaam le respondió a Dios: "Balac hijo de Zipor, rey de Moab, los ha enviado a mí. Él dijo: 11 'Mira, la gente que vino desde Egipto cubren toda mi tierra. Ahora, ven y maldícelos por mí. Tal vez yo logre luchar contra ellos y sacarlos.' 12 Dios respondió a Balaam: "Tú no debes ir con esos hombres. Tú no debes maldecir la gente de Israel porque ellos han sido bendecidos." 13 Balaam se levantó en la mañana y dijo a los jefes de Balac: "Vuelvan a su tierra pues EL SEÑOR se rehúsa a permitirme ir con ustedes." 14 Así que, los jefes de Moab se fueron y se volvieron a Balac. Ellos dijeron, "Balaam se rehúso a venir con nosotros." 15 Balac envió entonces más jefes que eran más honrados que el primer grupo. 16 Ellos vinieron a Balaam y le dijeron: "Balac hijo de Zipor dice esto 'Por favor no permitas que nada te detenga de venir a mí, 17 porque yo te pagaré extremadamente bien y te daré gran honor, y haré todo lo que me digas que haga. Así que, por favor ven y maldice a esta gente por mí.'" 18 Balaam respondió y dijo a los hombres de Balac: "Aún si Balac me diera su palacio lleno de plata y oro, no puedo ir más allá de la palabra del SEÑOR, mi Dios, y hacer menos o más de lo que Él me dice. 19 Ahora pues, por favor esperen aquí esta noche tambíen, para que yo pueda aprender algo más de lo que EL SEÑOR me dice." 20 Dios vino a Balaam de noche y le dijo: "Ya que estos hombres vinieron a convocarte, levántate y ve con ellos. Pero haz solo lo que Yo te diga que hagas." 21 Balaam se levantó en la mañana, ensilló a su burra, y fue con los jefes de Moab. 22 Pero como fue, la ira de Dios se encendió. El ángel del SEÑOR se puso en medio del camino como un enemigo hacia Balaam, que estaba montando sobre su burra. Los dos sirvientes de Balaam también estaban con él. 23 La burra vió el ángel del SEÑOR parado en el camino con su espada desenvainada en su mano. La burra giró fuera del camino y se fue dentro de un campo. Balaam golpeó a la burra para que girára hacia el camino. 24 Entonces el ángel del SEÑOR se paró en una parte angosta del camino entre algunos viñedos, con una pared a su lado derecho y otra pared a su lado izquierdo. 25 La burra vió al ángel del SEÑOR de nuevo. Fue contra la pared y atoró el pie de Balaam contra ella. Balaam la golpeó de nuevo. 26 El ángel del SEÑOR fue más allá y se paró en otro lugar angosto donde no había manera de girar a ningún lado. 27 La burra vió al ángel del SEÑOR, y se acostó bajo Balaam. La ira de Balaam se encendio, y golpeó a la burra con su vara. 28 Entonces EL SEÑOR abrió la boca de la burra para que pudiera hablar. Ella dijo a Balaam: "¿Qué te he hecho que te ha provocado a golpearme estas tres veces?" 29 Balaam le respondió a la burra: "Es porque actuaste tan estúpidamente conmigo. Deseo que hubiera una espada en mi mano. Si hubiera una, ya te habría matado." 30 La burra dijo a Balaam: "¿Acaso no soy yo la burra en quien te haz montado toda tu vida hasta presente dia? ¿Alguna vez he hecho tales cosas anteriormente?" Balaam dijo: "No." 31 Luego EL SEÑOR abrió los ojos de Balaam, y el vió que el ángel del SEÑOR en el camino con su espada desenvainada en su mano. Balaam bajó su cabeza y su acostó boca abajo. 32 El ángel del SEÑOR le dijo: "¿Por qué haz golpeado a tu burra estas tres veces? Mira, he venido a ti como un enemigo porque tus acciones hacia Mí han sido malvadas. 33 La burra me vió y se desvió de Mí estas tres veces. Si ella no se hubiese desviado de Mí, Yo ciertamente te hubiera matado y perdonado la vida de ella." 34 Balaam dijo al ángel del SEÑOR: "Yo he pecado. Yo no sabía que Tú estabas parado contra mí en el camino. Así que, ahora yo me regresaré." 35 Pero el ángel del SEÑOR dijo a Balaam: "Ve delante con esos hombres. Pero tú debes hablar las palabras que Yo te diga." Así que, Balaam fue con los jefesde Balac. 36 Cuando Balac escuchó que Balaam había venido, fue afuera a recibirlo a una ciudad en Moab en el Arnón, que está en la frontera. 37 Balac dijo a Balaam: "¿Acaso yo no te envié hombres a convocarte? ¿Por qué no viniste a mí? ¿Acaso no soy capaz de honrarte?" 38 Entonces Balaam respondió a Balac: "Mira, he venido a ti. ¿Acaso tengo ahora poder para decir algo? Yo sólo puedo decir las palabras que Dios pone en mi boca." 39 Balaam fue con Balac, y llegaron a Quiriat Huzot. 40 Entonces Balac sacrificó bueyes y ovejas y dio algo de carne a Balaam y a los jefes que estaban con él. 41 En la mañana, Balac llevó a Balaam al lugar alto de Baal. De ahí Balaam podía ver solo una parte de los israelitas en su campamento

23

1 Balaam le dijo a Balac: "Construye siete altares aquí para mi y prepara siete toros y siete corderos." 2 Así que, Balac hizo lo que Balaam pidió. Luego Balac y Balaam ofrecieron un toro y un cordero en cada altar. 3 Luego Balaam le dijo a Balac: "Párate junto a tu ofrenda quemada y yo me iré. Tal vez EL SEÑOR va a venir a encontrarme. Lo que sea que Él me muestre yo te lo diré." Así que, él se fue lejos a una cima sin árboles. 4 Mientras él estaba en la cima, Dios lo encontró, y Balaam le dijo: "Yo he construido siete altares, y yo he ofrendado un toro y un cordero en cada uno." 5 El SEÑOR puso un mensaje en la boca de Balaam y dijo: "Regresa a donde Balac y habla a él." 6 Así que, Balaam regresó a Balac, que estaba parado junto a su ofrenda quemada, y todos los jefes de Moab estaban con él. 7 Luego Balaam comenzó a hablar su profecía y dijo: "Balac me has traído a mí desde Aram, el rey de Moab de las montañas orientales. 'Ven, maldice a Jacob para mí' dijiste. 'Ve, desafía a Israel.' 8 ¿Cómo puedo yo maldecir a aquellos a quienes Dios no ha maldecido? ¿Cómo puedo yo oponerme a aquellos a los que EL SEÑOR no se ha opuesto? 9 Pues de arriba de la roca yo lo veo a él; de las colinas yo lo miro a él. Mira, hay un pueblo que vive apartado y no se consideran a ellos mismos como una nación ordinaria. 10 ¿Quién puede contar el polvo de Jacob o el número de sólo un cuarto de Israel? ¡Déjame morir la muerte de una persona justa, y deja que mi vida termine como la de él!" 11 Balac le dijo a Balaam: "¿Qué me has hecho? Yo te traje para que maldigas a mis enemigos, pero mira, tú los has bendecido." 12 Balaam le contestó y le dijo: "¿No debería yo de tener cuidado de decir sólo lo que EL SEÑOR pone en mi boca?" 13 Así que Balac le dijo: "Por favor, ven conmigo a otro lugar donde los puedas ver. Sólo ves a los más cercanos de ellos, no a todos. Allí tú los vas a maldecir por mi." 14 Así que, él se llevó a Balaam al campo de Zofim, a la cima del Monte de Pisga, y contruyó siete altares más. Él ofrecio un toro y un cordero en cada altar. 15 Luego Balaam le dijo a Balac: "Párate aquí junto a tus ofrendas quemadas, mientras yo me encuentro con EL SEÑOR por allá." 16 Así que, EL SEÑOR se encontró con Balaam y puso un mensaje en su boca. Él dijo: "Vuelve a Balac y dale Mi mensaje." 17 Balaam volvió a él, y miró, él estaba parado junto a sus ofrendas quemadas, y los jefes de Moab estaban con él. Luego Balac le dijo a él: "¿Qué ha dicho EL SEÑOR?" 18 Balaam comenzó su profecía. Él dijo: "Levántate, Balac y escucha. Escúchame a mi, tú hijo de Zipor. 19 Dios no es un hombre, que deba mentir, ni un ser humano, que deba cambiar Su mente. ¿Él ha prometido algo sin haberlo cumplido? 20 Mira, yo he sido mandado a bendecir. Dios ha dado una bendición, y yo no puedo regresarla. 21 Él no ha visto ninguna dificultad en Jacob ni problemas en Israel. El SEÑOR su Dios está con ellos, y grita por su rey que está entre ellos. 22 Dios los sacó de Egipto con fuerza como la de un buey salvaje. 23 No hay ninguna brujería que funcione contra Jacob, y no hay adivinación que haga daño a Israel. Por el contrario, debe ser dicho sobre Jacob e Israel: '¡Mira lo que Dios ha hecho!' 24 Mira, el pueblo se levantó como una leona, como un león emerge y ataca. Él no se acuesta hasta que él se come a su victima y se bebe la sangre de lo que él ha matado." 25 Luego Balac le dijo a Balaam: "No los maldigas ni los bendigas en nada." 26 Pero Balaam contestó y dijo a Balac: "¿No te dije que yo debo decir todo lo que EL SEÑOR me diga?" 27 Así que, Balac le contestó a Balaam: "Ven ahora, yo voy a llevarte a otro lugar. Tal vez va a placerle a Dios que tú los maldigas por mi. 28 Así que, Balac llevó a Balaam a la cima del Monte Peor, el cual mira hacia bajo al desierto. 29 Balaam le dijo a Balac: "Constrúyeme siete altares aquí y prepara siete toros y siete corderos." 30 Así que, Balac construyo como Balaam había dicho; ofreció un toro y un cordero en cada altar.

24

1 Cuando Balaam vio que complacía al SEÑOR el bendecir a Israel, no fue, como en las otras ocasiones, para usar hechicería. En vez de eso, miró hacia el desierto. 2 Alzó sus ojos y vio que Israel estaba acampado, cada uno en su propia tribu, y el Espíritu de Dios vino sobre él. 3 Él recibió esta profecía y dijo: "Balaam hijo de Beor estás a punto de hablar, el hombre cuyos ojos están muy abiertos. 4 Habla y escucha las palabras de Dios. Ve visión del Todopoderoso, ante quien se acuesta boca abajo con sus ojos abiertos. 5 Cuan bellas son tus tiendas, Jacob, el lugar donde vives, ¡Israel! 6 Como valles se esparcieron, como jardines al lado del río, como áloes plantados por EL SEÑOR, como cedros junto a las aguas 7 Agua fluye de sus baldes, y su semilla es bien regada con agua. Su rey está por ser más engrandecido que Agag, y su reino será honrado. 8 Dios lo trae fuera de Egipto, con fuerza como de un buey salvaje. Se comerá a las naciones que luchan contra él. Romperá sus huesos en pedazos. Les disparará con sus flechas. 9 Se agacha como un león, como una leona. ¿Quién se atreve a molestarlo? Que todo aquél que lo bendiga sea bendito; que todo aquél que lo maldiga sea maldito." 10 La ira de Balac se encendió hacia Balaam y golpeó sus manos juntas en enojo. Balac dijo a Balaam: "Yo te llamé a maldecir a mis enemigos, pero mira, tú los has bendecido tres veces. 11 Así que déjame ahora mismo y vete a tu casa. Yo dije que te recompenzaría grandemente a ti, pero EL SEÑOR te ha guardado de tener cualquier recompensa." 12 Después Balaam respondió a Balac: "Yo dije a los mensajeros que enviaste a mí, 13 'Aún si Balac me diera su palacio lleno de plata y oro, yo no podría ir más allá de la palabra del SEÑOR y cualquier cosa buena o mala, o cualquier cosa que yo tal vez quisiera hacer. Yo solo puedo decir lo que EL SEÑOR me dice que diga.' ¿Acaso no dije esto a ellos? 14 Así que ahora, mira, yo volveré a mi pueblo. Pero primero déjame advertirte lo que este pueblo hará a tu pueblo en los próximos días." 15 Balaam comenzó esta profecía. Él dijo: "Balaam hijo de Beor habla, El hombre cuyos ojos están muy abiertos. 16 Esta es una profecía de alguien que escucha palabras de Dios, quien tiene conocimiento del Altísimo, quien tiene visiones del Todopoderoso, ante quien se acuesta boca abajo con los ojos abiertos. 17 Lo veo, pero no está aquí ahora. Yo lo veo, pero no está cerca. Una estrella saldrá de Jacob, y un cetro se levantará de Israel. Él destruirá a los jefes de Moab y destruirá a todos los decendientes de Set. 18 Después Edom vendrá ser una posesión de Israel, y Seir también se volverá su posesión, enemigos de Israel, quienes Israel conquistará con fuerza. 19 Fuera de Jacob un rey vendrá quien tendrá dominio, y él destruirá los sobrevivientes de sus ciudades." 20 Balaam miró a Amalec y comenzó su profecía. Él dijo: "Amalec fue una vez el más grandioso de las naciones, pero su final será destrucción." 21 Entonces Balaam miró hacia los Quenitas y comenzó su profecía. Él dijo: "El lugar donde tú vives es fuerte, y tu nido es en las rocas. 22 Sin embargo Caín será arruinado cuando Asiria te lleve cautivo." 23 Luego Balaam comenzó su profecía final. Él dijo: "¡Ay! ¿Quién sobrevivirá cuando Dios haga esto? 24 Naves vendrán de la costa de Quitim; atacarán a Asiria y conquistarán a Heber, pero ellos, también, terminarán en destrucción." 25 Entonces Balaam se levantó y se fue. Se volvió a su casa, y Balac también se fue.

25

1 Israel se quedó en Sitim, y los hombres comenzaron a prostituirse con las mujeres de Moab, 2 pues los moabitas habían invitado al pueblo a los sacrificos de sus dioses. Así qué, el pueblo comió y se acostó boca abajo a los dioses moabitas. 3 Los hombres de Israel, se unieron a adorar a Baal de Peor, y el enojo del SEÑOR se encendió contra Israel. 4 El SEÑOR le dijo a Moisés: "Mata a todos los jefes del pueblo y cuélgalos delante de Mí para exponerlos a la luz del día, para que mi fuerte enojo pueda volverse de Israel." 5 Así que, Moisés le dijo a los jefes de Israel: "Cada uno de ustedes debe ejecutar a las personas que se han unido a adorar a Baal de Peor." 6 Luego, uno de los hombres de Israel vino y trajo entre su familia a una mujer madianita. Esto pasó ante la vista de Moisés y de toda la comunidad del pueblo de Israel, mientras estaban llorando en la entrada de la tienda de reunión. 7 Cuando Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón el sacerdote, vio esto, se levantó de entre la comunidad y tomó una lanza en su mano. 8 Siguió al varón israelita a la tienda y empujó la lanza a través de los cuerpos, del varón israelita y de la mujer. Así que, una plaga que Dios había enviado al pueblo de Israel se detuvo. 9 Aquellos que muerieron por la plaga fueron veinticuatro mil en número. 10 El SEÑOR le habló a Moisés y Él le dijo: 11 "Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón el sacerdote, alejó mi furia del pueblo de Israel porque fue apasionado con mi celo entre ellos. Así que, no he consumido al pueblo de Israel en mi furia. 12 Por lo tanto dí: 'El SEÑOR dice: "Miren, le estoy dando a Finees mi pacto de paz. 13 Para él y sus descendientes después de él, será un pacto de un sacerdocio eterno, porque fue celoso por mi, su Dios. Él ha expiado al pueblo de Israel."' 14 El nombre del varón israelita que fue muerto con la mujer madianita, era Zimri hijo de Salu, un jefe de una familia de antepasados entre los simeonitas. 15 El nombre de la mujer madianita que fue muerta era Cozbi, hija de Zur, que era cabeza de una tribu y familia en Madián. 16 Así que, EL SEÑOR habló a Moisés y le dijo: 17 "Trata a los madianitas como enemigos y atácalos, 18 pues te han tratado como enemigo con su desprecio. Ellos te condujeron al mal en el caso de Peor y en el caso de su hermana Cozbi, la hija de un jefe en Madián, que fue muerta en el día de la plaga en el asunto de Peor."

26

1 Sucedió después de la plaga que EL SEÑOR habló a Moisés y Eleazar hijo de Aarón el sacerdote. Él dijo: 2 "Cuenta toda la comunidad del pueblo de Israel, de veinte años hacia arriba, por los antepasados de sus familias, todos los que pueden ir a la guerra por Israel." 3 Así que Moisés y Eleazar el sacerdote les hablaron en las planicies de Moab por el Jordán en Jericó y dijo: 4 "Cuenta la gente, de veinte años hacia arriba, como EL SEÑOR mandó a Moisés y al pueblo de Israel, que salió de la tierra de Egipto." 5 Rubén era el primogénito de Israel. De su hijo Enoc vino la familia de los enoquitas. De Falú vino la familia de los faluitas. 6 De Hezrón vino la familia de los hezronitas. De Carmi vino la familia de los carmitas. 7 Estas fueron las familias de los descendientes de Rubén, que sumaban 43, 730 hombres. 8 Eliab era un hijo de Falú. 9 Los hijos de Eliab fueron Nemuel, Datán y Abiram. Éstos eran los mismos Datan y Abiram quienes siguieron a Coré cuando ellos desafiaron a Moisés y a Aarón y se rebelaron contra EL SEÑOR. 10 La tierra abrió su boca y se los tragó junto con Coré cuando sus seguidores murieron. En ese tiempo, el fuego devoró 250 hombres, quienes se volvieron una señal de advertencia. 11 Pero la línea de Coré no murió. 12 Las familias de los descendientes de Simeón eran estos: por Nemuel, la familia de los nemuelitas, por Jamín, la familia de los jaminitas, por Jaquín, la familia de los jaquinitas, 13 por Zera, la familia de los zeraítas, por Saúl, la familia de los saulitas. 14 Estas fueron las familias de los descendientes de Semeón, que sumaban 22, 200 hombres. 15 Las familias de los descendientes de Gad fueron estas: por Zefón, la familia de los zefonitas, por Hagui, la familia de los haguitas, por Suni, la familia de los sunitas, 16 por Ozni, la familia de los oznitas, 17 por Eri, la familia de los eritas, 18 por Arod, la familia de los aroditas, por Areli, la familia de los arelitas. Estos fueron los descendientes de Gad, que sumaban 40, 500 hombres. 19 Los hijos de Judá fueron Er y Onán, pero estos hombres murieron en la tierra de Canaán. 20 Las familias de los otros descendientes de Judá fueron estas: por Sela, la familia de los selaítas, por Fares, la familia de los faresitas, y por Zera, la familia de los zeraítas. 21 Los descendientes de Fares fueron estos: por Hezrón, la familia de los hezronitas, por Hamul, la familia de los hamulitas. 22 Estas fueron las familias de los descendientes de Juda, que sumaban 76, 500 hombres. 23 Las familias de los descendientes de Isacar fueron estas: por Tola, la familia de los tolaítas, por Fúa, la familia de los funitas, 24 por Jasub, la familia de los jasubitas, por Simrón, la familia de los simronitas. 25 Estas fueron las familias de Isacar, que sumaban 64, 300 hombres. 26 Las familias de los descendientes de Zabulón fueron estas: por Sered, la familia de los sereditas, por Elón, la familia de los elonitas, por Jahleel, la familia de los jahleelitas. 27 Estas fueron las familias de los zabulonitas, que sumaban 60, 500 hombres. 28 Las familias de los descendientes de José eran Manasés y Efraín. 29 Los descendientes de Manasés eran estos: por Maquir, la famila de los maquiritas (Maquir era el padre de Galaad), por Galaad, la familia de los galaaditas. 30 Los descendientes de Galaad fueron estos: por Jezer, la familia de los jezeritas, por Helec, la familia de los helequitas, 31 por Asriel, la familia de los asrielitas, por Siquem, la familia de los siquemitas, 32 por Semida, la familia de los semidaítas, por Hefer, la familia de los heferitas. 33 Zelofehad hijo de Hefer no tuvo hijos, sólo hijas. Los nombres de sus hijas fueron Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa. 34 Estas fueron las familias de Manasés, que sumaban 52, 700 hombres. 35 Las familias de los descendientes de Efraín eran estas: por Sutela, la familia de los sutelaítas, por Bequer, la familia de los bequeritas, por Tahán, la familia de los tahanitas. 36 Los descendientes de Sutela fueron, por Erán, la familia de los eranitas. 37 Estas eran las familias de los descendientes de Efrían, que sumaban 32, 500 hombres. Estos eran los descendientes de José, sumados por cada una de sus familias. 38 Las familias de los descendientes de Benjamín eran estas: por Bela, la familia de los belaítas, por Asbel, la familia de los asbelitas, por Ahiram, la familia de los ahiramitas, 39 por Sufam, la familia de los sufamitas, por Hufam, la familia de los hufamitas. 40 Los hijos de Bela eran Ard y Naamán. De Ard vino la familia de los arditas, y de Naamán vino la familia de los naamitas. 41 Estas fueron las familias de los descendientes de Benjamín. Que sumaban 45, 600 hombres. 42 Las familias de los descendientes de Dan eran, por Súham, las familias de los suhamitas. Estas eran las familias de los descendientes de Dan. 43 Todas las familias de los suhamitas sumaban 64, 400 hombres. 44 Las familias de los descendientes de Aser eran estas: por Imna, la familia de los imnitas, por Isúi, la familia de los isuítas, por Bería, la familia de los beritas. 45 Los descendientes de Bería eran estos: por Heber, la familia de los heberitas, por Malquiel, la familia de los malquielitas. 46 El nombre de la hija de Aser era Sera. 47 Estas eran las familias de los descendientes de Aser, que sumaban 53, 400 hombres. 48 Las familias de los descendientes de Neftalí eran estas: por Jahzeel, el clan de los jahzeelitas, por Guni, el clan de los gunitas, 49 por Jezer, el clan de los jezeritas, por Silem, el clan de los silemitas. 50 Estas eran las familias de los descendientes de Neftalí, que sumaban 45, 400 hombres. 51 Esta era la cantidad completa de los hombres entre el pueblo de Israel: 601, 730. 52 El SEÑOR habló a moisés y dijo: 53 "La tierra debe ser dividida entre estos hombres como una herencia de acuerdo al número de sus nombres. 54 A las familias más grandes debes darle más herencia, y a las familias más pequeñas debes darle menos herencia. A cada familia debes darle una herencia de acuerdo al número de hombres que fueron contados. 55 Sin embargo, la tierra debe ser dividida por suerte. Ellos deben heredar la tierra según sea dividida entre los antepasados de las tribus. 56 Su herencia debe ser dividida entre las familias más grandes y las familias más pequeñas, distribuída entre ellos por suerte." 57 Las familias de los levitas, contados familia por familia, eran estos: por Gersón, la familia de los gersonitas, por Coat, la familia de los coatitas, por Merari, la familia de los meraritas. 58 Las familias de Leví eran estos: la familia de los Libnitas, la familia de los Hebronitas, la familia de los mahlitas, la familia de los musitas, y la familia de los Coreítas. Coat era el antepasado de Amram. 59 El nombre de la esposa de Amram era Jocabed, descendiente de Leví, que nació a los Levitas en Egipto. Ella dio a luz a Amram sus hijos, que eran Aarón y Moisés, y su hermana Miriam. 60 A Aarón le nació Nadab y Abiú, Eleazar e Itamar. 61 Nadab y Abiú murieron cuando ofrecieron delante del SEÑOR fuego inaceptable. 62 Los hombres que fueron contados entre ellos fueron veintitres mil, todos hombres de un mes de edad hacia arriba. Pero no fueron contados entre los descendientes de Israel porque no se le dio herencia a ellos entre el pueblo de Israel. 63 Estos fueron los contados por Moisés y Eleazar el sacerdote. Contaron al pueblo de Israel en las planicies de Moab por el Jordán en Jericó. 64 Pero entre estos no habia hombre que hubiera sido contado por Moisés y Aarón el sacerdote cuando los descendientes de Israel fueron contados en el desierto de Sinaí. 65 Por cuanto EL SEÑOR había dicho que toda esa gente ciertamente morirían en el desierto. No quedó un sólo hombre entre ellos, excepto Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun.

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1 Luego a Moisés vinieron las hijas de Zelofehad hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de Manasés, hijo de José. Estos fueron los nombres de sus hijas: Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa. 2 Ellas se pararon frente a Moisés, Eleazar el sacerdote, los jefes y ante toda la comunidad en la entrada de la tienda de reunión. Ellas dijeron: 3 "Nuestro padre murió en el desierto. Él no estaba entre aquellos quienes conspiraron en contra del SEÑOR en la compañía de Coré. Él murió por su propio pecado, y él no tuvo hijos. 4 ¿Por qué el nombre de nuestro padre debería ser quitado de entre los miembros de su familia porque no tuvo hijos? Danos tierra de entre los parientes de nuestro padre." 5 Así que Moisés llevó su caso ante EL SEÑOR. 6 El SEÑOR habló a Moisés y dijo: 7 "Las hijas de Zelofehad están hablando correctamente. Ciertamente, debes darles la tierra como una herencia de entre los parientes de su padre, y debes asegurarte que la herencia de su padre se pase a ellas. 8 Debes hablarle al pueblo de Israel y decirles: "Si un hombre muere y no tiene hijos, entonces ustedes deben hacer que su herencia pase a sus hijas. 9 Si no tiene hija, entonces ustedes deben darle su herencia a sus hermanos. 10 Si no tiene hermanos, entonces deben darle su herencia a los hermanos de su padre. 11 Si su padre no tiene hermanos, entonces ustedes deben darle su herencia al pariente más cercano en su familia, y él debe tomarla para sí mismo. Esta será la ley establecida por orden para el pueblo de Israel, como EL SEÑOR me ha ordenado a mí."' 12 El SEÑOR dijo a Moisés: "Sube a las montañas de Abarim y mira la tierra que Yo le he dado al pueblo de Israel. 13 Después que la hayas visto, tú también debes reunirte con tu pueblo, como Aarón tu hermano. 14 Esto va a pasar porque ustedes dos se rebelaron en contra de Mi mandato en el desierto de Zin. Allí, cuando el agua fluyó de la roca, en tu enojo fallaste de hornarme como santo ante los ojos de toda la comunidad." Estas son las aguas de Meriba de Cades en el desierto de Zin. 15 Entonces Moisés habló al SEÑOR y dijo: 16 "Que puedas Tú, SEÑOR, el Dios de todos los espíritus de toda la humanidad, escoger a un hombre sobre toda la comunidad, 17 un hombre que pueda salir y entrar ante ellos y los guíe para salir y los traiga, para que Tu comunidad no sea como una oveja que no tiene pastor." 18 El SEÑOR dijo a Moisés: "Toma a Josué hijo de Nun, un hombre en quien mi Espíritu vive, y pon tu mano sobre él. 19 Ponlo delante de Eleazar el sacerdote y delante de toda la comunidad, y ordénalo a él ante los ojos de ellos para que los dirija. 20 Tú debes poner algo de tu autoridad sobre él, para que toda la comunidad del pueblo de Israel pueda obedecerlo. 21 Él va a ir delante de Eleazar el sacerdote a buscar Mi voluntad para él conforme a las decisiones de Urim. Estará bajo su mandato que la gente salga y entre, tanto él como todo el pueblo de Israel, toda la comunidad." 22 Así que Moisés hizo como EL SEÑOR le había ordenado. 23 Tomó a Josué y lo puso delante de Eleazar el sacerdote y toda la comunidad. Puso sus manos sobre él y le ordenó dirigir, como EL SEÑOR le había ordenado hacer.

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1 El SEÑOR le habló a Moisés y le dijo: 2 "Ordena al pueblo de Israel y diles: 'Ustedes deben ofrecerme sacrificos en el tiempo acordado, las ofrendas de comida hechas por fuego para producir un aroma agradable para mí.' 3 También debes decirles: 'Esta es la ofrenda, hecha por fuego que deben ofrecerle al SEÑOR- corderos machos de un año sin mancha, dos cada día, como una ofrenda quemada normal. 4 Deben ofrecer un cordero en la mañana, y deben ofrecer el otro cordero en la tarde. 5 Deben ofrecer un décimo de una efa de harina fina, como una ofrenda de grano, amasada con un cuarto de hin de aceite batido. 6 Esta es la ofrenda quemada normal, que fue ordenada en el Monte Sinaí para producir un aroma agradable, una ofrenda hecha por fuego al SEÑOR. 7 La ofrenda de bebida con ella debe ser un cuarto de hin por uno de los corderos. Deben derramar en el lugar santo una ofrenda de bebida fermentada al SEÑOR. 8 El otro cordero, deben ofrecerlo en la tarde junto con otra ofrenda de grano, como la ofrecida en la mañana. Deben también ofrecer otra ofrenda de bebida con ella, una ofrenda hecha en fuego, para producir un aroma agradable para el SEÑOR. 9 En el día de reposo deben ofrecer dos corderos machos, cada uno de un año, sin defecto, y dos décimos de un efa de harina fina, como una ofrenda de grano, amasada con aceite, y una ofrenda de bebida con ella. 10 Esta debe ser la ofrenda quemada cada día de reposo, ademas de la ofrenda quemada normal y la ofrenda de bebida con ella. 11 En el comienzo de cada mes, deben ofrecer una ofrenda quemada al SEÑOR. Deben ofrecer dos becerros, un carnero, y siete corderos machos de un año sin defecto. 12 También deben ofrecer tres décimos de una efa de harina fina como una ofrenda de grano amasada con aceite por cada becerro, y dos décimos de harina fina como una ofrenda de grano amasada con aceite, para un carnero. 13 También deben ofrecer un décimo de una efa de harina fina amasada con aceite como una ofrenda de grano por cada cordero. Esta será la ofrenda quemada, para producir una aroma agradable, una ofrenda hecha por fuego para EL SEÑOR. 14 Las ofrendas de bebida del pueblo deben ser mitad de un hin de vino por un becerro, un tercio de hin por un carnero, y un cuarto de hin por un cordero. Esta será la ofrenda por cada mes, a través de los meses del año. 15 Un macho cabrío, como una ofrenda por el pecado se debe ofrecer al SEÑOR. Esto será ademas de las ofrendas quemadas normales y las ofrenda de bebida con ellas. 16 Durante el primer mes, en el día catorce del mes, es la Pascua del SEÑOR. 17 En el día quince de este mes, una fiesta se debe celebrar. Por siete días, pan sin levadura debe ser comido. 18 En el primer día debe haber una asamblea santa para honrar al SEÑOR. Ustedes no deben realizar trabajo normal en este día. 19 Sin embargo, deben ofrecer un sacrificio hecho en fuego, una ofrenda quemada para EL SEÑOR. Deben ofrecer dos becerros, un carnero, y siete corderos de un año, sindefecto. 20 Junto con el becerro, deben ofrecer una ofrenda de grano de tres décimos de una efa de harina fina amasada con aceite, y junto con el carnero, dos décimos. 21 Con cada uno de los siete corderos, deben ofrecer un décimo de una efa de harina fina amasada con aceite, 22 y un macho cabrío como una ofrenda por el pecado, para hacer expiación por ustedes. 23 Deben ofrecer esto además de las ofrendas normales requeridas cada mañana. 24 Como se ha descrito aquí, deben ofrecer estos sacrificios diariamente, por los siete días de la Pascua, la comida de las ofrendas hechas en fuego, un aroma agradable al SEÑOR. Debe ser ofrecido además de las ofrendas quemadas normales y las ofrendas de bebida con ellas. 25 En el día séptimo deben tener una asamblea santa para honrar al SEÑOR, y no deben tener trabajo normal en este día. 26 De igual manera, en el día de los primeros frutos, cuando ofrescan una nueva ofrenda de granos al SEÑOR en el Festival de las Semanas, debes tener una asamblea santa para honrar al SEÑOR, y no deben hacer trabajo normal en ese día. 27 Deben ofrecer una ofrenda quemada para producir un aroma agradable al SEÑOR. Deben ofrecer dos becerros, un carnero, y siete corderos machos de un año. 28 Ofrezcan también ofrendas de grano para acompañarlos: harina fina amasada con aceite, tres décimos de una efa de harina fina con aceite por cada becerro y dos décimos para el carnero. 29 Ofrezcan un décimo de una efa de harina fina amasada con aceite por cada siete corderos, 30 y un macho cabrío para hacer expiación por ustedes. 31 Cuando ofrezcan esos animales sin defecto, junto con sus ofrendas de bebida, esto debe ser además de las ofrendas quemadas normales y las ofrendas de granos con ellas."

29

1 "En el séptimo mes, en el primer día del mes, deben tener una asamblea santa para honrar al SEÑOR. No deben hacer trabajos normales en ese día. Será un día cuando ustedes toquen trompetas. 2 Deben ofrecer una ofrenda quemada para producir un aroma agradable para EL SEÑOR. Deben ofrecer un becerro, un carnero y siete corderos de un año de edad, cada uno sin defecto. 3 Deben ofrecer con ellos una ofrenda de grano, harina fina amasada con aceite, tres décimas de una efa para el becerro, dos décimas para el carnero, 4 y una-décima para cada cordero de los siete corderos. 5 Deben ofrecer un macho cabrio como una ofrenda por el pecado para hacer una expiación por ustedes mismos. 6 Hagan estas ofrendas en el séptimo mes además de todas las ofrendas que ustedes harán en el primero de cada mes: las ofrendas quemadas especiales y las ofrendas de grano irán con ellas. Estas deben ser además de las ofrendas quemadas normales, sus ofrendas de grano y las ofrendas de bebida. Mientras hacen estas ofrendas, obedecerán lo que ha sido ordenado que produzca un aroma agradable, una ofrenda hecha por fuego al SEÑOR. 7 En el día décimo del séptimo mes deben tener una asamblea santa para honrar al SEÑOR. 8 Deben humillarse y no trabajar. Ustedes deben ofrecer una ofrenda para producir un aroma agradable para EL SEÑOR. Deben ofrecer un becerro, un carnero y siete corderos de un año. Cada uno debe ser sin defecto. 9 Deben ofrecer con ellos una ofrenda de grano, harina fina amasada con aceite, tres décimas de efa para el becerro, dos décimas para el carnero, 10 y una décima de una efa para cada uno de los siete corderos. 11 Deben ofrecer un macho cabrío como una ofrenda por el pecado. Esto será además de la ofrenda por el pecado de expiación, la ofrenda quemada normal, la ofrenda de grano y la ofrenda de bebida. 12 En el décimo quinto día del séptimo mes deben tener una asamblea santa para honrar al SEÑOR. No deben hacer trabajo normal en ese día, y deben celebrar el festival para Él por siete días. 13 Deben ofrecer una ofrenda quemada, un sacrificio hecho por fuego para producir un aroma agradable para EL SEÑOR. Deben ofrecer trece becerros, dos carneros y catorce corderos de un año. Cada uno debe ser sin defecto. 14 Deben ofrecer con ellos una ofrenda de grano, harina fina amasada con aceite, tres décimas de una efa para cada uno de los trece becerros, dos décimas por cada carnero de los dos carneros, 15 y una décima de una efa para cada uno de los catorce corderos. 16 Deben ofrecer un macho cabrío como una ofrenda por el pecado además de la ofrenda quemada normal, su ofrenda de grano y la ofrenda de bebida con ella. 17 En el segundo día de la asamblea, deben ofrecer doce becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, cada uno sin defecto. 18 Deben hacer con ellos una ofrenda de grano y la ofrenda de bebida para los becerros, para los carneros y para los corderos, haciendo todas las ofrendas como fueron ordenadas. 19 Deben ofrecer un macho cabrío como una ofrenda por el pecado además de la ofrenda quemada normal, su ofrenda de grano y sus ofrendas de bebida. 20 En el tercer día de la asamblea, deben ofrecer once becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, cada uno sin defecto. 21 Deben hacer con ellos una ofrenda de grano y la ofrenda de bebida para los becerros, para los carneros y para los corderos, haciendo todas las ofrendas como fueron ordenadas. 22 Deben ofrecer un macho cabrío como una ofrenda por el pecado además de la ofrenda quemada normal, su ofrenda de grano y sus ofrendas de bebida. 23 En el cuarto día de la asamblea, deben ofrecer diez becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, cada uno sin defecto. 24 Deben hacer con ellos una ofrenda de grano y las ofrendas de bebida para los becerros, para los carneros y para los corderos, haciendo todas las ofrendas como fueron ordenadas. 25 Deben ofrecer un macho cabrío como una ofrenda por el pecado además de la ofrenda quemada normal, su ofrenda de grano y sus ofrendas de bebida. 26 En el quinto día de la asamblea, deben ofrecer nueve becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, cada uno sin defecto. 27 Ustedes deben hacer con ellos una ofrenda de grano y la ofrenda de bebida para los becerros, para los carneros y para los corderos, haciendo todas las ofrendas como fueron ordenadas. 28 Deben ofrecer un macho cabrio como una ofrenda por el pecado ademas de las ofrendas quemadas normales, su ofrenda de grano y sus ofrendas de bebida. 29 En el sexto día de la asamblea, deben ofrecer ocho becerros, dos carneros y catorce corderos de un año, cada uno sin defecto. 30 Deben hacer con ellos una ofrenda de granos y una ofrenda de bebida para los becerros, los carneros y los corderos, haciendo todas las ofrendas como fueron ordenadas. 31 Deben ofrecer un macho cabrío como ofrenda por el pecado además de la ofrenda quemada normal, la ofrenda de granos y la ofrenda de bebidas. 32 En el séptimo día de la asamblea, deben ofrecer siete becerros, dos carneros, y catorce corderos de un año, cada uno sin defecto. 33 Deben hacer con ellos una ofrenda de grano y ofrenda de bebida para el becerro, los carneros y los corderos, haciendo todas las ofrendas como fue ordenado. 34 Deben ofrecer un macho cabrío como una ofrenda por el pecado ademas de la ofrenda quemada normal, la ofrenda de granos y la ofrenda de bebida. 35 En el octavo día deben tener una asamblea solemne. No deben hacer trabajo normal en ese día. 36 Deben hacer una ofrenda quemada, una ofrenda hecha por fuego para producir un aroma agradable para EL SEÑOR. Deben ofrecer un becerro, un carnero y siete corderos de un año, cada uno sin defecto. 37 Deben ofrecer una ofrenda de grano y su ofrenda de bebida para el becerro, para el carnero y para los corderos, haciendo todas las ofrendas como fueron ordenadas. 38 Deben ofrecer un macho cabrío como ofrenda por el pecado, además de la ofrenda quemada normal, a la ofrenda de granos y a la ofrenda de bebida. 39 Esto es lo que deben ofrecer al SEÑOR en sus festivales establecidos. Estas deben ser añadidas a sus votos y ofrendas de libre voluntad. Deben ofrecer estas cosas como sus ofrendas quemadas, ofrendas de granos, ofrendas de bebida y ofrendas de compañerismo." 40 Moisés le dijo al pueblo de Israel todo lo que EL SEÑOR le había ordenado decir.

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1 Moisés habló a los jefes de las tribus del pueblo de Israel. Él dijo: "Esto es lo que EL SEÑOR ha mandado. 2 Cuando alguien hace un pacto con EL SEÑOR, o hace un juramento se obliga con una promesa, no debe romper su palabra. Debe mantener su promesa para cumplir todo lo que sale de su boca. 3 Cuando una mujer jóven viva en casa de su padre y hace un juramento al SEÑOR se obliga a sí misma con una promesa, 4 si su padre escucha el juramento y la promesa por la cual ella se ha obligado, y si él no dice nada para que dé marcha atrás, entonces todos sus juramentos permaneceran vigentes. Toda promesa por la cual ella se ha obligado permanecerá vigente. 5 Pero si su padre escucha acerca de sus votos y su promesa, y si él no le dice nada a ella, entonces todos los votos y las promesas que ella misma hizo van a permanecer vigentes. 6 Sin embargo, si su padre escucha todos los votos que ella hizo y su solemne promesa con la cual se ha obligado a sí misma, y si él la cancela ese mismo día, entonces no van a permanecer vigentes. El SEÑOR va a perdonarla porque su padre la ha cancelado. 7 Si ella se casa con un hombre mientras ella está bajo una promesa precipitada con las cual se obliga a sí misma, esas obligaciones van a permanecer vigentes. 8 Pero si su esposo la detiene en el día que él escucha sobre eso, entonces él cancela los votos que ella había hecho, las conversaciones precipitadas de sus labios las cuales la obligan a si misma. El SEÑOR la va a librar. 9 Pero para una viuda o una mujer divorciada, todo con lo que se ha obligado va a permanecer vigente contra ella. 10 Y si una mujer hace un voto con la casa de su esposo o se obliga a tomar un pacto, 11 y su esposo escucha pero no le dice nada a ella y él se opone a ella, entonces todos los votos deben permanecer y las obligaciones que ella había hecho deben permanecer vigentes. 12 Pero si su esposo los cancela, en el día que él escucha sobre ellos, entonces todo lo que sale de los labios de ella a cerca de los votos o promesas no van a permanecer vigentes. Su esposo los ha cancelado. El SEÑOR la va a librar. 13 Cada voto o pacto que una mujer toma que la obliga a negarse a sí misma puede ser confirmado o cancelado por su esposo. 14 Pero si él no le dice nada en el día tras día, entonces él confirma todos los votos de ella y la obliga a las promesas que ha hecho. Él las ha confirmado porque él no le ha dicho nada a ella en el tiempo que él escuchó a cerca de ellos. 15 Y si el esposo de ella trata de cancelar los votos de su esposa un tiempo después de que haya escuchado sobre los mismos, entonces él va a ser responsable de los pecados de ella." 16 Estos son los estatutos que EL SEÑOR le ha ordedado a Moisés para anunciar--leyes entre un hombre y su esposa y entre un padre y su hija cuando ella está en su juventud en la familia de su padre.

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1 El SEÑOR habló a Moisés y dijo: 2 "Toma venganza de los madianitas por lo que ellos le hicieron a los israelitas. Después de hacer esto, morirás y serás reunido a tu pueblo." 3 Así que, Moisés habló al pueblo. Él dijo: "Arma a algunos de tus hombre para la guerra para que puedan ir contra Madián y puedan llevar a cabo la venganza del SEÑOR sobre ella. 4 Toda tribu de Israel debe enviar mil soldados para la guerra." 5 Así que, de los miles y miles de hombres de Israel, mil eran provistos de cada tribu para la guerra, doce mil hombres en todo. 6 Entonces Moisés los envió a la batalla, mil de cada tribu, junto con Finees hijo de Eleazar el sacerdote, y con algunos artículos del lugar santo y las trompetas en su posesión para tocar señales. 7 Lucharon contra Madián, así como EL SEÑOR le ordenó a Moisés. 8 mataron a todos los hombres. Mataron a los reyes de Madián junto con el resto de sus muertos: Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, los cinco reyes de Madián. También mataron a Balaam hijo de Beor, con la espada. 9 El ejército de Israel tomó cautivas las mujeres de Madián, sus hijos, todo su ganado, todos sus rebaños, y todos sus bienes. Tomaron esto como botín. 10 Quemaron todas sus ciudades donde vivían y todos sus campamentos. 11 Tomaron todo su botín y sus prisioneros, tanto personas como animales. 12 Trajeron a sus prisioneros, su botín, y las cosas capturadas a Moisés, a Eleazar el sacerdote, y a la comunidad del pueblo de Israel. Trajeron estos al campamento en los llanos de Moab, por el Jordán cerca de Jericó. 13 Moisés, Eleazar el sacerdote, y todos los jefes de la comunidad fueron a encontrarlos fuera del campamento. 14 Pero Moisés estaba muy molesto con los oficiales del ejército, los comandantes de miles y los capitanes de cientos, que vinieron de la batalla. 15 Moisés les dijo: "¿Han dejado a todas las mujeres vivir? 16 Miren, estas mujeres hicieron a la gente de Israel, a través del consejo de Balaam, cometer pecado contra EL SEÑOR en el asunto de Peor, cuando la plaga se propagó en la comunidad del SEÑOR. 17 Ahora pues, mata a todo hombre entre los pequeños, y mata a toda mujer que ha estado con un hombre. 18 Pero tomen para ustedes todas las mujeres jóvenes que no se han acostado con un hombre. 19 Deben acampar fuera del campamento de Israel por siete días. Todos los que han matado a alguien o han tocado un persona muerta--- deben purificarse en el tercer día y en el séptimo día- y sus prisioneros. 20 Deben purificar todo vestido y todo lo hecho de piel de animal y de pelo de cabra, y todo lo hecho de madera." 21 Eleazar el sacerdote dijo a los soldados que habían ido a la guerra: "Esta es una ley ordenada que EL SEÑOR había dado a Moisés: 22 El oro, plata, bronce, hierro, estaño, y plomo, 23 y todo lo que resiste el fuego, lo debes poner al fuego, y se volverá limpio. Tú después debes purificar esas cosas con el agua de la impureza. Cualquier cosa que no puedo pasar por el fuego limpiala con esa agua. 24 Deben limpiar su ropa en el día séptimo, y entonces se volverán limpios. Después de esto podrán entrar al campamento de Israel." 25 Luego EL SEÑOR habló a Moisés y dijo: 26 "Cuenten todo el botín que fue tomado, tanto la gente y los animales. Tú, Eleazar el sacerdote, y los jefes de la comunidad de las familias de los antepasados 27 deben dividir el botín en dos partes. Divídelo entre los soldados que fueron a batallar y entre el resto de la comunidad. 28 Luego impon un impuesto para ser dado a Mí de los soldados que fueron a batalla. Este impuesto debe ser uno de cada quinientos, sean personas, ganado, burros, ovejas, o cabras. 29 Toma este impuesto de su mitad y dáselo a Eleazar el sacerdote para una ofrenda para ser presentada a Mí. 30 También de la mitad del pueblo de Isarel, debes tomar uno de cada cincuenta---de las personas, ganado, burros, ovejas, o cabras. Da esto a los levitas que cuidan de mi tienda de reunión." 31 Así que, Moisés y Eleazar el sacerdote hicieron como EL SEÑOR le había ordenado a Moisés. 32 El botín que quedaba de lo que los soldados habían tomado era 675, 000 ovejas, 33 setenta y dos mil bueyes, 34 sesenta y un mil burros, 35 y treinta y dos mil mujeres que nunca se habían acostado con ningún hombre 36 La mitad que se separó para los soldados sumaba 337, 000 ovejas. 37 La parte del SEÑOR de las ovejas era 675. 38 Los bueyes eran treinta y seis mil de los cuales el impuesto del SEÑOR era setenta y dos. 39 Los burros eran 30, 500 de los cuales la parte del SEÑOR eran sesenta y uno. 40 Las personas eran diez y seis mil mujeres de las cuales el impuesto del SEÑOR era treinta y dos. 41 Moisés tomó el impuesto que era para ser la ofrenda presentada al SEÑOR. ÉL lo dió a Eleazer el sacerdote, como EL SEÑOR había ordenado a Moisés. 42 Mientras que la mitad del pueblo de Israel que Moisés había tomado de los soldados que habían ido a la guerra--- 43 la mitad de la comunidad era 337, 500 ovejas, 44 trenta y seis mil bueyes, 45 30, 500 burros, y diez 46 y seis mil mujeres. 47 De la mitad del pueblo de Israel, Moisés tomó uno de cada cincuenta, tanto de personas como de animales. Él los dió a los levitas que cuidaban de la tienda de reunión del SEÑOR, como EL SEÑOR le había ordenado que hiciera. 48 Luego los oficiales del ejército, los comandantes de miles y los capitanes de cientos, vinieron a Moisés. 49 Le dijeron: "tus sirvientes han contado los soldados que estaban bajo nuestro mando, y ni un hombre ha faltado. 50 Hemos traído la ofrenda del SEÑOR, lo que cada hombre encontró, artículos de oro, brazaletes, aros de sello, aretes, y collares, para hacer expiación por nosotros ante EL SEÑOR." 51 Moisés y Eleazar el sacerdote recibieron de ellos el oro y todos los artículos de artesanía. 52 Todo el oro de las ofrendas que dieron al SEÑOR---las ofrendas de los comandantes de miles y los capitanes de cientos---pesó 16, 750 de plata. 53 Cada soldado había tomado botín, cada hombre para sí mismo. 54 Moisés y Eleazar el sacerdote tomaron el oro de los comandantes de los miles y de los capitanes de los cientos. Lo tomaron para la tienda de reunión como recordatorio del pueblo de Israel para el SEÑOR.

32

1 Los descendientes de Rubén y de Gad tenían grandes cantidades de ganado. Cuando ellos vieron la tierra de Jazer y Galaad, la tierra era un maravilloso lugar para el ganado. 2 Así que los descendientes de Gad y Rubén vinieron y hablaron a Moisés, a Eleazar el sacerdote, y a los jefes de la comunidad. Dijeron: 3 "Esta es una lista de los lugares que hemos visto: Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón. 4 Estas son las tierras que EL SEÑOR atacó ante la comunidad de Israel, y son buenos lugares para el ganado. Nosotros, tus sirvientes, tenemos mucho ganado." 5 Dijeron: "Si nosotros hemos hallado favor ante tu vista, deja que esta tierra sea dada a nosotros, tus sirvientes, como una posesión. No nos hagas cruzar el Jordán." 6 Moisés le respondió a los descendientes de Gad y Rubén: "¿Deberían sus hermanos ir a la guerra mientras ustedes se establecen aquí abajo? 7 ¿Por qué desalentar los corazones de la gente de Israel de ir a la tierra que EL SEÑOR les ha dado? 8 Sus padres hicieron la misma cosa cuando yo los envié de Cades Barnea a explorar la tierra. 9 Subieron al Valle de Escol. Vieron la tierra y entonces deslalentaron los corazones de la gente de Israel así que se rehusaron a entrar en la tierra que EL SEÑOR les había dado. 10 El enojo del SEÑOR se encendió en aquel día. Él hizo un juramento y dijo: 11 'Ciertamente, ninguno de los hombres que salieron de Egipto, de veinte años de edad en adelante, verán la tierra sobre la que Yo le juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque no me han seguido a Mí completamente, excepto por 12 Caleb, hijo de Jefone el cenezeo, y Josué, hijo de Nun. Solo Caleb y Josué me han seguido completamente.' 13 Entonces el enojo del SEÑOR se encendió en contra de Israel. Él los hizo vagar cuarenta años por el desierto, hasta que toda la generación que había hecho el mal ante Su vista fue destruída. 14 Miren, ustedes se han levantado en lugar de sus padres, como hombres más pecadores, para añadirle al ardiente enojo del SEÑOR hacia Israel. 15 Si ustedes se alejan de seguirlo a Él, Él dejará a Israel en el desierto otra vez y ustedes habrán destruído a toda su pueblo." 16 Entonces, se acercaron a Moisés y dijeron: "Permítenos construir unas cercas aquí para nuestro ganado y ciudades para nuestras familias. 17 Sin embargo, nosotros estaremos listos y armados para ir con el ejército de Israel hasta que los hayamos llevado hasta su lugar. Pero nuestras familias vivirán en las ciudades fortificadas, por las otras personas que aún viven en esta tierra. 18 Nosotros no regresaremos a nuestras casas hasta que cada una de las personas de Israel haya obtenido su herencia. 19 Nosotros no heredaremos la tierra con ellos al otro lado del Jordán, porque nuestra herencia está aquí en el lado este del Jordán." 20 Entonces, Moisés les respondió: "Si ustedes hacen lo que dicen, si ustedes se arman para ir ante EL SEÑOR a la guerra, 21 entonces cada uno de sus hombres armados debe cruzar sobre el Jordán ante EL SEÑOR, hasta que Él haya expulsado a sus enemigos de delante de Él 22 y la tierra sea domada ante Él. Entonces, después, pueden regresar. Estarán sin culpa ante EL SEÑOR y ante Israel. Esta tierra será su posesión ante EL SEÑOR. 23 Pero si no lo hacen, habrán pecado en contra del SEÑOR. Estén seguros que su pecado los encontrará. 24 Construyan ciudades para su familia y corrales para sus ovejas; entonces hagan lo que han dicho." 25 Los descendientes de Gad y Rubén le hablaron a Moisés y dijeron: "Tus siervientes harán como tú, nuestro amo, ordenas. 26 Nuestros pequeños, nuestras esposas, nuestros rebaños, y todo nuestro ganado se quedará allí en las ciudades de Galaad. 27 Sin embargo, nosotros, tus sirvientes, cruzaremos delante del SEÑOR para la batalla, cada hombre que esté armado para la guerra, como tú, nuestro amo, dice." 28 Así que Moisés dio instrucciones acerca de ellos a Eleazar el sacerdote, a Josué hijo de Nun, y a los jefes de las familias de los antepasados en las tribus del pueblo de Israel. 29 Moisés les dijo: "Si los descendientes de Gad y Rubén cruzan el Jordán con ustedes, cada hombre que esté armado para la batalla delante del SEÑOR, y si la tierra es domada ante ustedes, entonces ustedes les darán la tierra de Galaad como una posesión. 30 Pero si no cruzan con ustedes armados, entonces adquirirán sus posesiones entre ustedes en la tierra de Canaán." 31 Entonces los descendientes de Gad y Rubén respondieron y dijeron: "Como EL SEÑOR nos ha dicho a nosotros, tus sirvientes, esto es lo que nosotros haremos. 32 Nosotros cruzaremos armados delante del SEÑOR hacia la tierra de Canaán, pero nuestra herencia poseída se quedará con nosotros en este lado del Jordán." 33 Así, a los descendientes de Gad y Rubén, y también a la mitad de la tribu de Manasés, hijo de José, Moisés les dio el reino de Sehón, rey de los amorreos, y de Og, rey de Basán. Él les dio la tierra, y les distribuyó a ellos todas las ciudades con sus fronteras, las cuidades de la tierra alrededor de ellos. 34 Los descendientes de Gad reconstruyeron Dibón, Atarot, Aroer, 35 Atarot Sofán, Jazer, Jogbeha, 36 Bet Nimra, Bet Arán como ciudades fortificadas con corrales para ovejas. 37 Los descendientes de Rubén reconstruyeron Hesbón, Eleale, Quiritiaim, 38 Nebo, Baal Meón --sus nombres fueron luego cambiados, -- y Sibma. Le dieron otros nombres a las ciudades que reconstruyeron. 39 Los descendientes de Maquir, hijo de Manasés, fueron a Galaad y se la quitaron a los amorreos que estaban en ella. 40 Entonces Moisés le dio Galaad a Maquir, hijo de Manasés, y su gente se estableció allí. 41 Jair, hijo de Manasés, fué y capturó sus pueblos y los llamó Havot Jair. 42 Noba fué y capturó Kenat y sus villas, y lo llamó Noba, como su propio nombre.

33

1 Estas fueron las rutas del pueblo de Israel luego que salieron de la tierra de Egipto por sus grupos armados bajo la dirección de Moisés y Aarón. 2 Moisés escribió los lugares desde donde salieron hasta donde fueron, como mandó EL SEÑOR. Estas fueron sus rutas, salida tras salida. 3 Viajaron desde Ramsés durante el primer mes, saliendo en el día quince del primer mes. En la mañana después de la Pascua, el pueblo de Israel se fue abiertamente, ante los ojos de los egipcios. 4 Esto sucedió mientras los egipcios estaban enterrando a todos sus primogénitos, esos que EL SEÑOR había matado de entre ellos, porque Él tambien había castigado a sus dioses. 5 El pueblo de Israel salió de Ramsés y acampó en Sucot. 6 Salieron de Sucot y acampó en Etam, en las orillas del desierto. 7 Salieron de Etam y regresaron a Pi Hahirot, el cual está frente a Baal Zefón, donde ellos acamparon frente a Migdol. 8 Entonces partieron del lado contrario de Pi Hahirot y pasaron por en medio del mar hacia el desierto. Viajaron una jornada de tres días hacia el desierto de Etam y acamparon en Mara. 9 Partieron de Mara y llegaron a Elim. En Elim había doce manantiales de agua y setenta palmeras. Ahí fue donde acamparon. 10 Salieron de Elim y acamparon junto al Mar de Juncos. 11 Ellos salieron del Mar de Juncos y acamparon en el desierto de Sin. 12 Salieron del desierto de Sin y acamparon en Dofca. 13 Salieron de Dofca y acamparon en Alús. 14 Salieron de Alús y acamparon en Refidim, donde no encontraron agua para que la gente bebiera. 15 Salieron de Refidin y acamparon en el desierto de Sinaí. 16 Salieron del desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot Hataava. 17 Salieron de Kibrot Hataava y acamparon en Hazerot. 18 Salieron de Hazerot y acamparon en Ritma. 19 Salieron de Ritma y acamparon en Rimón Perez. 20 Salieron de Rimón Perez y acamparon en Libna. 21 Salieron de Libna y acamparon en Rissa. 22 Salieron de Rissa y acamparon en Ceelata. 23 Salieron de Ceelata y acamparon en el Monte Sefer. 24 Salieron del Monte Sefer y acamparon en Harada. 25 Salieron de Harada y acamparon en Macelot. 26 Salieron de Macelot y acamparon en Tahat. 27 Salieron de Tahat y acamparon en Tara. 28 Salieron de Tara y acamparon en Mitca. 29 Salieron de Mitca y acamparon en Hasmona. 30 Salieron de Hasmona y acamparon en Moserot. 31 Salieron de Moserot y acamparon en Bene Jaacán. 32 Salieron de Bene Jaacán y acamparon en Hor Haggidgad. 33 Salieron de Hor Haggidgad y acamparon en Jotbata. 34 Salieron de Jotbata y acamparon en Abrona. 35 Salieron de Abrona y acamparon en Ezión Geber. 36 Salieron de Ezión Geber y acamparon en el desierto de Zin en Cades. 37 Salieron de Cades y acamparon en el Monte Hor, al borde de la tierra de Edom. 38 Aarón el sacerdote subió al Monte Hor a la orden del SEÑOR y murió allí en el año cuarenta luego que el pueblo de Israel salió de la tierra de Egipto, en el quinto mes, en el primer día del mes. 39 Aarón era de 123 años de edad cuando murió en el Monte Hor. 40 El cananeo, el rey de Arad, que vivía al sur del desierto en la tierra de Canaán, escuchó que venía el pueblo de Israel. 41 Salieron del Monte Hor y acamparon en Zalmona. 42 Salieron de Zalmona y acamparon en Punón. 43 Salieron de Punón y acamparon en Obot. 44 Salieron de Obot y acamparon en Ije Abarim, en el borde de Moab. 45 Salieron de Ije Abarim y acamparon en Dibón Gad. 46 Salieron de Dibón Gad y acamparon en Almón Diblataim. 47 Salieron de Almón Diblataim y acamparon en las montañas de Abarim, frente al Nebo. 48 Salieron de las montañas de Abarim y acamparon en llanuras de Moab por el Jordán en Jericó. 49 Acamparon por el Jordán, desde Bet Jesimot, a Abel Sitim en las llanuras de Moab. 50 El SEÑOR habló a Moisés en la llanuras de Moab por el Jordán en Jericó y dijo: 51 ''Habla al pueblo de Israel y diles: 'Cuando ustedes crucen el Jordán a la tierra de Canaán, 52 entonces deben sacar a todos los habitantes de la tierra de delante de ustedes. Deben destruir todas sus figuras talladas. Deben destruir todas sus figuras fundidas y demoler todos sus lugares altos. 53 Deben tomar posesión de la tierra y establecerse en ella porque Yo les he dado la tierra para que la posean. 54 Deben heredar la tierra por lotes, de acuerdo a cada familia. A la familia más grande se le debe dar una parte mayor de la tierra, y a las familias más pequeñas les debes dar una parte menor de tierra. Dondequiera que el lote caiga a cada familia, esa tierra le pertenecerá. Ustedes heredarán la tierra de acuerdo a las tribus de sus antepasados. 55 Pero si no sacan de las tierras a los que habitaban delante de ustedes, entonces la gente a la que les permitan quedarse se volverán como aguijones en sus ojos y espinas en sus costados. Harán sus vidas difíciles en la tierra donde se establezcan. 56 Entonces sucederá que lo que Yo tengo intención de hacerle a esa gente, Yo se los haré también a ustedes."

34

1 El SEÑOR habló a Moisés y dijo: 2 "Manda al pueblo de Israel y diles, 'Cuando entres a la tierra de Canaán, la tierra que te pertenecerá, la tierra de Canaán y sus fronteras, 3 tu frontera sur se extenderá desde el desierto de Zin a lo largo de la frontera de Edom. El extremo este de la frontera sur estará en una línea que termina en el extremo sur del Mar Salado. 4 Tu frontera girara al sur desde la colina de Acrabim y pasa a lo largo del desierto de Zin. De ahí, pasará al sur de Cades Barnea y continúa a Hasaradar y mas allá hasta Asmón. 5 De ahí, la frontera pasará de Asmón hacia el arroyo de Egipto y sigue al mar. 6 La frontera occidental será la costa del Mar Grande. Esta será tu frontera occidental. 7 Tu frontera al norte se extenderá a lo largo de una línea que tu debes marcar desde el Mar Grande hasta el Monte Hor, 8 entonces del Monte Hor a Lebo Hamat, de ahí a Zedad. 9 Entonces la frontera continuará a Zifrón y terminará en Hazar Enán. Esta será tu frontera al norte. 10 Entonces debes marcar tu frontera oriental desde Hazar Enán al sur de Sefam. 11 Entonces la frontera oriental bajará desde Sefam a Ribla, al lado oriental de Aín. La frontera continuará a lo largo del lado oriental del Mar de Cineret. 12 Entonces la frontera continuará a lo largo del Río Jordán hasta el Mar Salado y continuará descendiendo por la frontera del Mar Salado. Esta será tu tierra, siguiendo sus fronteras alrededor." 13 Entonces Moisés mandó al pueblo de Israel y dijo: "Esta es la tierra que recibirás por suerte, la cual EL SEÑOR ha mandado a dar a las nueve tribus y a la media tribu. 14 La tribu de los descendientes de Rubén, siguiendo la asignación de la propiedad a la tribu de sus antepasados, y la tribu de los descendientes de Gad, siguiendo la asignación de la propiedad de la tribu de sus antepasados, y la media tribu de Manasés todos han recibido sus tierras. 15 Las dos tribus y la media tribu han recibido su parte de la tierra mas allá del Jordán al oriente de Jericó, hacia la salida del sol. 16 El SEÑOR habló a Moisés y dijo: 17 "Estos son los nombres de los hombres que dividirán la tierra para tu herencia: Eleazar el sacerdote y Josué hijo de Nun. 18 Debes escoger un jefe de cada tribu para dividir la tierra por familias. 19 Estos son los nombres de los hombres: de la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone. 20 De la tribu de los descendientes de Simeón, Semuel hijo de Amiud. 21 De la tribu de Benjamín, Elidad hijo de Quislón. 22 De la tribu de los descendientes de Dan un jefe, Buqui hijo de Jogli. 23 De los descendientes de José, de la tribu de los descendientes de Manasés un jefe, Haniel hijo de Efod. 24 De la tribu de los descendientes de Efraín un jefe, Kemuel hijo de Siftán. 25 De la tibu de los descendientes de Zabulón un jefe, Elizafán hijo de Parnac. 26 De la tribu de los descendientes de Isacar un jefe, Paltiel hijo de Azán. 27 De la tribu de los descendientes de Aser, Ahiud hijo de Selomi. 28 De la tribu de los descendientes de Neftalí un jefe, Pedael hijo de Amiud. 29 El SEÑOR mandó a estos hombres a dividir la tierra de Canaán y darle a cada una de las tribus de Israel su porción.

35

1 El SEÑOR habló a Moisés en los llanos de Moab junto al Jordán en Jericó y dijo: 2 "Ordénale al pueblo de Israel a dar algunas de sus porciones de la tierra a los Levitas. Deben darle a ellos ciudades donde vivir y pastizales rodeando esas ciudades. 3 Los Levitas van a tener estas ciudades para vivir. Los pastizales van a ser para sus ganados, sus rebaños y todos sus animales. 4 Los pastizales alrededor de las ciudades que ustedes les van a dar a los Levitas deben extenderse desde las murallas de la ciudad por 450 metros en cada dirección. 5 Deben medir 900 metros desde las afueras de la ciudad en el lado este y 900 metros al lado sur, 900 metros al lado oeste y 900 metros al lado norte. Estos serán los pastizales para sus ciudades. Las ciudades estarán en el centro. 6 Seis de las ciudades que les van a dar a los Levitas deben servir como ciudades de refugio. Ustedes Deben proveer éstas como lugares a los que una persona que haya matado a alguien pueda huir. También, provee otras cuarenta y dos ciudades. 7 Las ciudades que les den a los levitas van a ser en total cuarenta y dos. Deben darles sus pastizales con ellas. 8 Las tribus más grandes del pueblo de Israel, las tribus que tienen más tierra, deben proveer más ciudades. Las tribus pequeñas van a proveer menos ciudades. Cada tribu debe proveer para los Levitas de acuerdo a la parte que han recibido." 9 Luego EL SEÑOR habló a Moisés y dijo: 10 "Habla al pueblo de Israel y diles: 'Cuando crucen el Jordán a la ciudad de Canaán, 11 entonces deben escoger las ciudades para servir como ciudades de refugio para ustedes, un lugar en el cual una persona que haya matado a alguien sin intención, pueda escapar. 12 Éstas ciudades deben ser su refugio de los vengadores, de manera que el hombre que ha sido acusado no pueda ser muerto sin antes comparecer a juicio delante de la comunidad. 13 Deben escoger seis ciudades como ciudades de refugio. 14 Deben proveer tres ciudades más allá del Jordán y tres en las tierras de Canaán. Éstas van a ser las ciudades de refugio. 15 Para que el pueblo de Israel, los extranjeros, para cualquiera que está viviendo entre ustedes, estas seis ciudades servirán como refugio para cualquier persona que haya matado a alguien sin intención, pueda escapar. 16 Pero si un hombre acusado ha golpeado a su víctima con un instrumento de hierro, y si su víctima muere, entonces el acusado es ciertamente un asesino. Él ciertamente debe ser muerto. 17 Si un hombre acusado ha golpeado a su víctima con una piedra en su mano que pueda matar a la víctima, y si la víctima muere, entonces el acusado es ciertamente un asesino. Él ciertamente debe ser muerto. 18 Si un hombre acusado a golpeado a su víctima con una arma de madera que pueda matar a la victima, y si la víctima muere, entonces el acusado es ciertametne un asesino. Él ciertamente debe ser muerto. 19 El vengador de la sangre, puede dar muerte al asesino. Cuando él lo encuentre, él puede darle muerte. 20 Y si un hombre acusado maltrata a alguien en odio o tira algo hacia él, mientras se esconde para emboscarlo, para que su víctima muera, 21 o si él lo ataca en odio con sus manos para que la víctima muera, entonces el acusado que lo golpeó ciertamente debe ser muerto. Él es un asesino. El vengador de la sangre puede dar muerte al asesino cuando se encuetre con él. 22 Pero si un hombre acusado de repente golpea a una víctima sin odio premeditado o lanza algo que golpea a la víctima sin acechar 23 o si lanza una piedra que podría matar a la victima sin haber visto a la víctima, entonces el acusado no era enemigo de la victima; no estaba tratando de lastimar a la víctima. Esto es lo que haces cuando la víctima muere de todas maneras. 24 En este caso, la comunidad debe juzgar entre el acusado y el vengador de la sangre con base en estas reglas. 25 La comunidad debe rescatar al acusado del poder del vengador de la sangre. La comunidad debe regresar al acusado a la ciudad de refugio a la cual había huído originalmente. Debe vivir allí hasta la muerte del alto sacerdote actual, que fue ungido con el aceite santo. 26 Pero si el hombre acusado en cualquier tiempo va más allá de la frontera de la ciudad de refugio a la cual él había huído, 27 y si el vengador de la sangre lo encuetra fuera de las fronteras de su ciudad de refugio, y si mata al hombre acusado, el vengador de la sangre no va a ser culpable por la muerte. 28 Esto es porque el hombre acusado debía permanecer en la ciudad de refugio hasta la muerte del alto sacerdote. Después de la muerte del alto sacerdote, el hombre acusado puede volver a la tierra donde tiene su propiedad. 29 Éstas leyes deben ser estatutos para ustedes a través de las generaciones de su pueblo en todos los lugares donde ustedes viven. 30 Quien sea que mate a una persona, el asesino debe ser muerto, como lo atestigüe la palabra de los testigos. Pero una sola palabra de los testigos no puede hacer que ninguna persona sea muerta. 31 También, ustedes no deben acepar ningún rescate por la vida del asesino que ha sido culpable de muerte. Debe ciertamente ser muerto. 32 Y no deben aceptar ningún rescate por la persona que ha huído a la ciudad de refugio. No deben de esta manera permitirle que viva en su propiedad hasta que el alto sacerdote muera. 33 No contaminen de esta manera la tierra donde viven, porque la sangre de un asesino contamina la tierra. Ninguna expiación puede ser hecha por la tierra cuando la sangre ha sido derramada en ella, excepto por la sangre de quien la ha derramado. 34 Así que, no deben profanar la tierra en la cual viven porque Yo estoy viviendo en ella. Yo, EL SEÑOR, vivo entre el pueblo de Israel."'

36

1 Luego, los jefes de la familia de los antepasados de la familia de Galaad, hijo de Maquir (que era hijo de Manasés), que eran de la familia de los descendientes de José, vinieron y hablaron delante de Moisés y delante de los jefes que eran las cabezas de la familia de los antepasados del pueblo de Israel. 2 Dijeron: "El SEÑOR te ordenó, nuestro amo, dar una porción de la tierra por lote al pueblo de Israel. Fuiste ordenado por EL SEÑOR para darle la porción de Zelofehad, nuestro hermano, a sus hijas. 3 Pero si sus hijas se casan con hombres de otra tribu del pueblo de Israel, entonces su porción de tierra, será quitada de la porción de nuestros antepasados. Será añadida a la porción de la tribu a la que se unan. 4 En ese caso, será quitada la porción de nuestra herencia asignada. En ese caso, cuando el año del jubileo del pueblo de Israel venga, entonces su porción será añadida a la porción de la tribu a la que se hayan unido. De esta forma, su porción será tomada de la porción de la tribu de nuestros antepasados. 5 Así que, Moisés dio una orden al pueblo de Israel, en la palabra del SEÑOR. Él dijo: "Lo que la tribu de los descendientes de José dicen es correcto. 6 Esto es lo que EL SEÑOR ordena, sobre las hijas de Zelofehad. Él dice: 'Deja que se casen con quien piensen que sea mejor, pero sólo deben estar casadas entre los de la tribu de su padre.' 7 Ninguna porción del pueblo de Israel debe cambiar de una tribu a otra. Cada uno del pueblo de Israel debe continuar con la porción de tribu de su antepasado. 8 Cada mujer del pueblo de Israel, a quien le pertenezca una porción en su tribu debe casarse con alguien de las familias pertenecientes a la tribu de su padre. Esto es para que todos los del pueblo de Israel sean dueños de una herencia de sus antepasados. 9 Ninguna porción debe cambiar de manos de una tribu a otra. Todas las tribus del pueblo de Israel deben mantener su propia herencia." 10 Así que, las hijas de Zelofehad hicieron como EL SEÑOR le había ordenado a Moisés. 11 Maala, Tirsa, Hogla, Milca y Noa, las hijas de Zelofehad, se casaron con descendientes de Manasés. 12 Se casaron dentro de las familias de los descendientes de Manasés, hijo de José. De esta manera, sus herencias se mantuvieron en la tribu a la cual pertenecía la familia de su padre. 13 Estos son las ordenanzas y las leyes que EL SEÑOR dio a través de Moisés al pueblo de Israel en las llanuras de Moab, junto al Jordán, en Jericó.

Deuteronomio
Deuteronomio
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1 Estas son las palabras que Moisés habló a todo Israel mas allá del río Jordán en el desierto, en la parte plana del valle del río Jordán frente a la tierra de Suf, entre las tierras de Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab. 2 Son once días de camino desde el Monte Horeb camino al Monte Seir rumbo a la tierra de Cades Barnea. 3 Despues de cuarenta años en el mes once, en el primer día del mes que salieron de Egipto, que Moisés habló al pueblo de Israel, diciéndoles todo lo que el SEÑOR le había ordenado a él acerca de ellos. 4 Esto fue después que el SEÑOR había atacado a Sehón el rey de los Amorreos, quién vivía en Hesbón, y a Og, el rey de Basán, quien vivía en Astarot en Edrei. 5 Mas allá del Jordán, en la tierra de Moab, Moisés comenzó a anunciar estas instrucciones, diciendo: 6 '"EL SEÑOR nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: 'Ustedes han vivido mucho tiempo en estas montañas. 7 Caminene pues a las montañas de los Amorreos y a todos los lugares cerca de allí en las planicies del valle del río Jordán, en la zona montañosa, en la tierra baja, en el Neguev, y por la costa— la tierra de los cananeos, y en el Líbano, tan lejos como hasta el gran río, el Éufrates. 8 Miren, he puesto la tierra delante de ustedes; entren y posean la tierra que EL SEÑOR le juró a sus padres—a Abraham, a Isaac, y a Jacob—para darles a ellos y a sus descendientes después de ellos.' 9 Yo hablé a ustedes en ese tiempo, diciendo: ' Yo solo no puedo sostenerlos a ustedes. 10 EL SEÑOR su Dios los ha multiplicado, y miren hoy, ustedes son muchos como las estrellas del cielo. 11 ¡Qué EL SEÑOR, el Dios de sus padres, los haga mil veces más de lo que son, y los bendiga, como Él les ha prometido! 12 Pero, ¿cómo puedo yo solo llevar sus cargas, sus aflicciones y sus desacuerdos? 13 Tomen hombres sabios, hombres entendidos, y hombres de buena fama en el pueblo, de cada tribu, y los haré cabezas sobre ustedes.' 14 Ustedes me respondieron y dijeron: 'La cosa que has hablado es bueno para que nosotros lo hagamos.' 15 Así que, tomé las cabezas de sus tribus, hombres sabios, y hombres de buena fama, y los hice cabezas sobre ustedes, jefes de mil hombres, capitanes de cien, jefes de cincuenta, jefes de diez, y oficiales, tribu por tribu. 16 Yo ordené a sus jueces en ese tiempo, diciendo: "Escuchen los desacuerdos entre sus hermanos, y juzguen rectamente entre un hombre y su hermano, y el extranjero quien está con él. 17 Ustedes no mostrarán preferencia por nadie en ningun desacuerdo; escucharán al pequeño y al grande del mísmo modo. No tendrán miedo de nadie, porque el juicio es de Dios. El desacuerdo que sea muy difícil para ustedes, lo traerán a mí, y yo la escucharé.' 18 Yo les ordené a ustedes en ese tiempo todas las cosas que debían hacer. 19 Viajamos lejos desde Horeb y fuimos por medio de todo el gran y terrible desierto que ustedes vieron, de camino a la zona montañosa de los amorreos, como EL SEÑOR nuestro Dios nos había ordenado; y llegamos a Cades Barnea. 20 Les dije: 'Han venido a la zona montañosa de los amorreros, la cual EL SEÑOR nuestro Dios nos está dando. 21 Miren, el SEÑOR su Dios ha puesto la tierra delante de ustedes; suban, tomen posesión, como EL SEÑOR, el Dios de sus padres, les ha hablado a ustedes; no tengan miedo, ni tampoco se desanimen.' 22 Cada uno de ustedes vino a mí y dijo: 'Déjanos enviar hombres delante de nosotros, para que ellos puedan explorar la tierra por nosotros, y nos traigan palabra acerca del camino por el cual deberíamos atacar, y acerca de las ciudades en las cuales entraremos.' 23 El consejo me pareció bien; tomé doce hombres de entre ustedes, un hombre por cada tribu. 24 Ellos se fueron y subieron a la zona montañosa, llegaron al valle de Escol y lo exploraron. 25 Tomaron de los frutos que dió la tierra en sus manos y nos la trajeron. Y también nos dijeron: 'Es una buena tierra la que EL SEÑOR nuestro Dios nos está dando.' 26 Aún así, ustedes no quisieron atacar, sino que no obedecieron la orden del SEÑOR su Dios. 27 Se quejaron en sus tiendas y dijeron: 'Es porque EL SEÑOR nos odió que Él nos ha traido fuera de la tierra de Egipto, para entregarnos en la mano de los amorreos para destruirnos. 28 ¿A dónde podremos ir ahora? Nuestros hermanos han hecho que nuestros corazones se llenen de miedo, diciendo: 'Esas personas son grandes y más altás que nosotros; sus ciudades son grandes y están rodeada totalmente de paredes muy altas hasta los cielos; y sobre todo, hemos visto a los hijos de Anac allí.''' 29 Luego les dije a ustedes: 'No se aterroricen, ni tampoco tengan miedo de ellos. 30 EL SEÑOR su Dios, quien va delante de ustedes, Él peleará por ustedes, como todo lo que hizo por ustedes en Egipto ante sus ojos, 31 y también en el desierto, en donde han visto cómo EL SEÑOR su Dios los sostuvo, como un hombre carga a su hijo, a todo lugar que ustedes fueron hasta que llegaron a este lugar.' 32 Pero a ustedes no les importó La Palabra de SU SEÑOR y no creyeron en EL SEÑOR SU DIOS 33 quien fue delante de ustedes para encontrar lugar donde acampar, en fuego por la noche y en nubes de día. 34 EL SEÑOR escuchó el sonido de sus palabras y estaba enojado; Él juró y dijo: 35 'Ciertamente ninguno de estos hombres de esta generación perversa verá la buena tierra que juré darle a sus antepasados, 36 excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá. A él daré la tierra que ha pisado, y a sus hijos, porque él ha seguido enteramente a Dios.' 37 También, EL SEÑOR estaba enojado conmigo por culpa de ustedes, diciendo: 'Tú tampoco entrarás allí; 38 Josué hijo de Nun, quien está de pie delante de tí, él entrará allí; anímalo, porque él guiará a Israel a heredarla. 39 Además, tus pequeños hijos, los cuales dijiste que serían víctimas, quienes hoy no tienen conocimiento del bien o el mal—ellos entrarán allí. A ellos se la daré, y ellos la poseerán. 40 Pero en cuanto a ti, regresa y comienza tu viaje en el desierto a lo largo del camino al Mar Rojo.' 41 Luego ustedes respondieron y me dijeron: 'Hemos pecado contra EL SEÑOR; subiremos y pelearemos, y seguiremos todo lo que EL SEÑOR nuestro Dios nos ha ordenado hacer'. Cada hombre de entre ustedes se puso sus armas de guerra, y estaban listos para atacar la zona montañosa. 42 EL SEÑOR me dijo: 'Diles a ellos: ''No ataquen y no peleen, porque Yo no estaré con ustedes, y serán derrotados por sus enemigos.' 43 Yo les hablé de esta manera, pero no escucharon. Ustedes se rebelaron contra el mandato del SEÑOR; ustedes fueron arrogantes y atacaron la zona montañosa. 44 Pero los amorreos, quienes vivían en esa zona montañosa, salieron en contra de ustedes y los persiguieron como abejas, y los hirieron en Seir, tan lejos como hasta Horma. 45 Ustedes regresaron y lloraron ante El SEÑOR, pero EL SEÑOR no escuchó sus voces, ni les prestó atención a ustedes. 46 Así que se que quedaron en la tierra de Cades muchos días, todos los días que pasaron allí.

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1 Después dimos la vuelta y tomamos nuestro viaje al desierto por el camino hacia el Mar Rojo, como EL SEÑOR me ha hablado; nosotros fuimos alrededor del Monte Seir por muchos días. 2 El SEÑOR habló conmigo, diciéndo: 3 "Ustedes han ido alrededor de esta montaña por mucho tiempo; den vuelta hacia el norte. 4 Ordena a la gente, diciendo: "Ustedes pasarán la frontera de sus hermanos, los descendientes de Esaú, que viven en Seir; ellos te tendrán miedo. Por eso, ten cuidado 5 de no pelear con ellos, porque Yo no te daré nada de su tierra, no, ni siquiera lo suficiente que la planta de un pie pueda pisar; porque Yo le he dado el Monte Seir a Esaú como una posesión. 6 Ustedes comprarán comida de ellos por dinero, para que puedan comer; también comprarán agua de ellos por dinero, para que puedan beber. 7 Porque EL SEÑOR TU DIOS te ha bendecido en todo el trabajo de tus manos; ÉL ha sabido de tu caminar a través de este gran desierto. Por estos cuarenta años EL SEÑOR TU DIOS a estado contigo, y no te ha faltado nada. 8 Y pasamos de lado de la tierra de nuestros hermanos, los decendientes de Esaú que vivían en Seir, lejos del camino de Arabá, de Elat y de Ezión Geber. Luego dimos vuelta y pasamos por el camino del desierto de Moab. 9 El SEÑOR me dijo: 'No molesten a Moab, y no luchen con ellos en batalla. Porque no les daré esta tierra para su posesión, porque Yo le he dado la Ciudad de Ar a los descendientes de Lot, para su posesión.' 10 (Los Emitas vivieron allí anteriormente, un pueblo tan grandioso, eran muchos, y tan altos como los Anaceos; 11 estos también son considerados como los Refaítas, como los Anaceos; pero los Moabitas los llamaban los Emitas. 12 Los Horeos también vivían en Seir antes que ellos, pero los descedientes de Esaú los sucedieron. Ellos los destruyeron a ellos y vivieron en su lugar, como Israel hizo con la tierra de su posesión que El SEÑOR les dio a ellos.) 13 '"Ahora levántate y ve al arroyo Zered.' Así que fuimos al arroyo Zered. 14 Ahora, los días que pasaron desde que venimos de la tierra de Cades Barnea hasta que cruzamos el arroyo Zered, fueron treinta y ocho años. Fué desde ese momento hasta ahora, que toda esa generación de los hombres del pueblo aptos para la guerra, habian muerto, como EL SEÑOR le había jurado a ellos. 15 Además, la mano DEL SEÑOR estaba en contra de esa generación, con el fin de destruirlos de entre la gente, hasta que murieron. 16 Así que sucedió que cuando todos los hombres aptos para la lucha estaban muertos, y se fueron de entre la gente, 17 que El SEÑOR me habló, diciendo: 18 "Hoy vas a pasar por la Ciudad de Ar, la frontera de Moab. 19 Cuando te acerques al pueblo de Amón, no los molestes y no pelees con ellos; porque YO no les daré nada de la tierra del pueblo de Amón como una posesión; porque YO se les he dado a los hijos de Lot esa tierra como posesión. 20 También es conosida esa tierra como la tierra de los Refaim. Los Refaitas vivían ahí anteriomente, pero los Amonitas los llamaban Zomzomeos, que significa Gigantes. 21 un pueblo tan grande y numeroso, y tan altos como los Anaceos. Pero EL Señor los destruyó delante de los Amonitas, triunfando sobre ellos y vivieron en su lugar. 22 Esto también hizo EL SEÑOR a la gente de Esaú, quienes vivían en Seir, cuando ÉL destruyó a los Horeos delante de ellos, y los hijos de Esaú triunfaron sobre ellos y han vivido en su lugar hasta el día de hoy. 23 Para los Aveos que vivían en las aldeas tan lejos como Gaza, los Caftoreos, quienes vinieron de Caftor, los destruyó y se establecieron en su lugar. 24 "Ahora levántense, vayan en su camino y pasen por el Valle de Arnón; miren, les he dado en su mano a Sehón el Amorreo, rey de Hesbón, y su tierra. Comiencen a poseerlo, y peleen con él en batalla. 25 Hoy comenzaré a ponerles miedo y terror de ustedes en los pueblos que están debajo de todo el cielo; ellos oirán las noticias de ustedes y temblarán, estarán en angustia a causa de ustedes". 26 Yo mandé mensajeros desde el desierto de Cademot hacia Sehón, rey de Hesbón con palabras de paz, diciendo: 27 "Déjame pasar por tu tierra; iré por el camino; no iré a la derecha ni a la izquierda. 28 Me venderás comida por dinero, para que así pueda yo comer; dame agua por dinero, para que yo pueda tomar; solamente déjame pasar a pie; 29 como los hijos de Esaú que viven en Seir, y como los moabitas que viven en la Ciudad de Ar, hicieron por mí; hasta que pase sobre el Jordán a la tierra que EL SEÑOR Dios nos está dando". 30 Pero Sehón, rey de Hesbón, no nos permitió pasar por su tierra; porque El SEÑOR DIOS endureció su mente y su terco su corazón, que Él pueda derrotarlo y entregarlo en tus manos, como lo ha hecho hoy. 31 El Señor me dijo: "Mira, he comenzado a entregar a Sehón y su tierra delante de ustedes; empiezen a poseerla, para que así puedas heredar su tierra." 32 Entonces Sehón vino en contra de nosotros, él y toda su gente, para pelear en Jahaza. 33 ELSEÑOR DIOS lo entregó a nosotros y lo derrotamos; lo golpeamos hasta la muerte, a sus hijos, y toda su gente. 34 Tomamos todas sus ciudades en ese momento y destruimos completamente cada ciudad; hombre, mujer y también a los pequeños; no dejamos ningún sobreviviente. 35 Solamente tomamos el ganado como nuestro botín, junto con el botín de las ciudades que habíamos capturado. 36 Desde Aroer, que está a la orilla del Valle de Arnón, y de la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no había ninguna ciudad inalcanzable para nosotros. El SEÑOR nuestro DIOS nos dió la victoria sobre todos los enemigos que teníamos por delante. 37 Fue solo a la tierra de los descendientes de Amón que no fuiste, como a todo el lado del río Jaboc, y las ciudades del monte, donde sea que EL SEÑOR nuestro DIOS nos prohibió ir.

3

1 Luego regresamos y subimos a Basán. Og, el rey de Basán, vino y nos atacó, él y todo su pueblo para pelear en la Ciudad de Edrei. 2 EL SEÑOR me dijo a mí: "No le temas; porque te YO te he dado la victoria sobre él y te he puesto todo su pueblo y tierra bajo tu control. Tú le harás como le hiciste a Sehón, rey de los Amorreos, quien vivía en Hesbón." 3 Así que EL SEÑOR nuestro DIOS también nos dio victoria sobre Og el rey de Basán, y todo su pueblo fue puesto bajo nuestro control. Los herimos hasta que ninguno de su pueblo permaneció. 4 En ese tiempo le quitamos todas sus ciudades; no hubo ni una ciudad que no le hayamos quitado: sesenta ciudades, todas en la región de Argob, el reino de Og en Basán. 5 Estas fueron todas ciudades reforzadas con sus altas murallas, puertas y barras; esto estaba al lado de muchas aldeas sin amurallar. 6 Nosotros las destruimos por completo, como le hicimos a Sehón el rey de Hesbón, destruyendo completamente cada ciudad; los hombres, mujeres y los pequeños. 7 Pero todo el ganado y el botín de las ciudades, lo tomamos como botines para nosotros. 8 En ese tiempo tomamos la tierra de la mano de los dos reyes de los Amorreos, quienes estaban más allá del Jordán, desde el Valle de Arnón hasta el Monte Hermón. 9 (El Monte Hermón los Sidonios lo llaman Sirión, y los Amorreos lo llaman Senir) 10 y todas las ciudades de la llanura, todo Galaad y todo Basán, todo el camino hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán." 11 (Porque del remanente de Refaim gente de gigantes, solamente Og rey de Basán había permanecido. ¡Miren! Su cama era una cama de hierro. ¿No estaba su cama en Rabá, donde lo descendientes de Amón vivían? Era de nueve codos o cuatro metros y media de largo y cuatro codos o dos metros de ancho, pues hera de esta forma en codos, la forma en que la gente medía.) 12 "Esta tierra que tomamos en posesión para ese tiempo, desde Aroer, que es por el Valle de Arnón, y la mitad de la zona montañosa de Galaad y sus ciudades. Yo se las di a los Rubenitas y a los Gaditas. 13 El resto de Galaad y todo Basán, el reino de Og, yo se los di a la mitad de la tribu de Manasés: toda la región de Argob y todo Basán. (Este mismo territorio se llama la tierra de Refaim). 14 Jair, un descendiente de Manasés, tomó toda la región de Argob hasta la frontera de los Gesuritas y los Maacateos. Él llamó a la región, incluyendo Basán, por su propio nombre, Havot Jair, hasta este día. 15 Yo le entregué Galaad a Maquir. 16 A los Rubenitas y a los Gaditas les di territorio desde Galaad hasta el valle de Arnón, el centro del valle es la frontera del territorio hasta el Río Jaboc, el cual es la frontera con los descendientes de Amón. 17 Otra de sus fronteras es también la llanura del valle del Río Jordán, desde Cineret hasta el Mar de Arabá (que es el Mar Salado) hasta las cuestas del Monte Pisga al este. 18 Yo les ordené en ese tiempo, diciendo: "El SEÑOR su DIOS les ha dado esta tierra para poseerla; ustedes, todos los hombres de guerra, pasarán armados ante sus hermanos, el pueblo de Israel. 19 Pero sus esposas, sus pequeños y sus ganados (yo sé que tienen mucho ganado), se quedarán en sus cuidades que yo les he dado, 20 hasta que EL SEÑOR les de descanso a sus hermanos, así como lo ha hecho con ustedes, hasta que ellos también posean la tierra que EL SEÑOR su DIOS les está dando más allá del Jordán; luego regrasará todo hombre de ustedes, a la propiedad que les he entregado". 21 Yo le ordené a Josué en ese tiempo, diciendo: "Tus ojos han visto todo lo que EL SEÑOR tu DIOS le ha hecho a estos dos reyes; EL SEÑOR le hará lo mismo a todos los reinos que pasares por encima. 22 No temerás a ellos, porque EL SEÑOR tu Dios es quien peleará por tí". 23 Yo le rogué al SEÑOR en ese tiempo diciendo: 24 "Oh SEÑOR, Tú has empezado a enseñarle a tu siervo tu grandeza y tu mano fuerte; porque, ¿Qué dios hay en el cielo o en la tierra que pueda hacer las mismas obras que Tú has hecho y los mismo actos poderosos? 25 Dejame ir allá, te suplico, y ver la buena tierra que está más allá del Jordán, esa buena zona montañosa y también el Líbano". 26 Pero EL SEÑOR estaba molesto conmigo por culpa de ustedes; ÉL no me escuchó a mí. EL SEÑOR me dijo: ''Deja que esto sea suficiente para tí, no me hables más a Mí sobre este tema: 27 sube al Monte Pisga y alza tus ojos hacia el oeste, norte, sur y este; mira con tus ojos, porque no pasaras el Jordán. 28 En su lugar, prepara a Josué, anímalo y fortalécelo, porque él irá allá delante de estas personas y el les guiará a heredar la tierra que tú verás". 29 Y nosotros permanecimos en el valle opuesto a Bet-Peor.

4

1 Ahora Israel, escucha las reglas y los decretos que estoy a punto de enseñarte, para que los hagas; para que puedas vivir, entrar y poseer la tierra que EL SEÑOR, EL DIOS de tus padres, te está dando. 2 Tú no le añadirás a las palabras que yo te he encomendado, tampoco las diminuirás, para que tú puedas guardar los mandamientos que YO EL SEÑOR TU DIOS, estoy a punto de ordenarte. 3 Tus ojos han visto lo que el SEÑOR hizo a causa de Baal Peor; porque todos los hombres que siguieron a Baal-Peor, EL SEÑOR TU DIOS los ha destruido a ellos de entre ustedes. 4 Pero ustedes que no se separaron del SEÑOR SU DIOS están vivos hoy, cada uno de ustedes. 5 Mira, yo te he enseñado leyes y decretos, como EL SEÑOR MI DIOS me había encomendado que lo hicieras en medio de la tierra, a la cual estás entrando para que puedas poseerla. 6 Por lo tanto, guárdalos y hazlos; porque esto es tu sabiduría y tu entendimiento a la vista de las personas, quienes escucharán acerca de todos estos estatutos y dirán: "Seguramente esta gran nación es un pueblo sabio y entendido". 7 ¿Pues cuál otra gran nación hay que tenga un dios tan cercano a ellos, como EL SEÑOR nuestro DIOS lo está de nosotros cuando lo llamamos? 8 ¿Qué otra gran nación hay que tenga leyes y decretos tan justos como toda esta ley que estoy colocando ante ti hoy? 9 Solamente presta atención y con cuidado guárdate, para que no se te olviden las cosas que tus ojos han visto, para que no se vayan de tu corazón todos los días de tu vida. Enseñalas a tus hijos y a los hijos de tus hijos. 10 En ese día que estuviste parado delante DEL SEÑOR TU DIOS en Horeb, cuando EL SEÑOR me dijo: "Reune a las personas, y yo los haré escuchar mis palabras, para que puedan aprender a temerme todos los días que ellos vivan en la tierra, y para que ellos puedan enseñarles a sus hijos". 11 Tú te acercaste y te paraste al pie de la montaña. La montaña se quemó con fuego que subió hasta el cielo, formando una nube de espesa oscuridad. 12 El SEÑOR habló a ustedes desde enmedio del fuego; tú oíste la voz de sus palabras, pero no viste forma ni imagen alguna; tú solamente escuchaste Su Voz. 13 ÉL declaró su Pacto que ordenó a ustedes obedecer, los Diez Mandamientos. ÉL los escribió en dos tablas de piedra. 14 EL SEÑOR me ordenó en ese tiempo a enseñarles estatutos y ordenanzas, para que ustedes puedan obedecerlas en la tierra que están cruzando para tomar posesión de ella. 15 Así que tengan cuidado porque ustedes no vieron ninguna figura en el día que el SEÑOR les habló en Horeb en medio del fuego-- 16 que no se corrompan ustedes mismos ni hagan una figura en la semejanza de alguna criatura, o en forma de hombre ó mujer, 17 o en la semejanza de cualquier bestia que esté en la tierra, o en la semejanza de cualquier animal con alas que vuele en los cielos, 18 o a la semejanza de cualquier cosa que se arrastra en el suelo, o ni en la semejanza de cualquier pez que esté en el agua debajo de la tierra. 19 Tú no levantarás tus ojos a los cielos para adorar el sol, la luna o las estrellas ni a todos los ejercitos de los cielos, y ser atraídos a alabarlos y adorarlos, de todas esas cosas en las cuales El SEÑOR TU DIOS les ha dado una parte a todas las personas que están bajo el cielo. 20 Pero El SEÑOR los ha tomado y los llevó afuera del horno de hierro, de Egipto, para ser un pueblo de su propia herencia, como ustedes lo son hoy. 21 El SEÑOR estaba molesto conmigo por ustedes; Él juró que yo no debería cruzar el rio Jordán, y que yo no debería entrar a la buena tierra, la tierra que El SEÑOR TU DIOS te está dando como herencia. 22 En lugar de eso, yo debo morir en esta tierra; yo no debo ir al Jordán; pero tu pasarás y poseerás esa tierra buena. 23 Presten atención, para que no olviden el pacto que El SEÑOR TU DIOS ha hecho con ustedes, y tallen para ustedes una imagen en la forma de cualquier cosa que EL SEÑOR TU DIOS te ha prohibido hacer. 24 Pues el SEÑOR TU DIOS es un fuego devorador, un DIOS celoso. 25 Cuando hayas tenido hijos e hijos de hijos, y cuando hayas estado en la tierra por mucho tiempo, si te corrompes a ti mismo y si tallas una figura en forma de cualquier cosa y haces lo que es malo a la vista del SEÑOR TU DIOS para provocarlo a enojarse. 26 Yo llamo hoy al cielo y la tierra para que sean titestigos contra tí, que pronto perecerás por completo de la tierra que ustedes van a pasar por el Jordán para poseer, no vas a prolongar tus días en ella, pero vas a hacer completamente destruido. 27 El SEÑOR los llevará entre los pueblos y quedarán pocos en número entre las naciones, donde El SEÑOR los llevará lejos. 28 Ahí ustedes servirán a otros dioses, dioses de madera y piedra, que son hechos por la mano del hombre, los cuales son dioses que no pueden ver, escuchar, comer ni oler. 29 Pero desde ahí, buscarás al SEÑOR TU DIOS, y lo encontrarás, cuando lo busques con todo tu corazón y toda tu alma. 30 Cuando estés en apuros, y cuando todas estas cosas vengan sobre ti, en esos dias de tu vejez, regresarás al SEÑOR TU DIOS y escucharás su voz. 31 Porque el SEÑOR tu Dios es un DIOS Misericordioso; ÉL no te fallará ni te destruirá, ni olvidará el Pacto que juró a tus Padres. 32 Pregunta ahora pues, sobre los días que pasaron, quien fué creado antes de tí: ¿Desde el día que DIOS creó al hombre en la tierra y desde un extremo de los cielos al otro, pregunta si ha habido algo como esta gran cosa, o si algo como esto se ha escuchado? 33 ¿Alguna vez una persona ha escuchado la voz de DIOS hablar de en medio del fuego, como lo has escuchado, y vivido? 34 ¿O alguna vez Dios ha intentado ir y coger para Él mismo una nación de en medio de otra nación, por juicios, por señales, por maravillas, por guerra, por una poderosa mano, por un brazo extendido, y por grandes terrores; como todo lo que el SEÑOR TU DIOS hizo por tÍ en Egipto ante tus ojos? 35 Para ti estas cosas fueron mostradas, para que sepas que el SEÑOR es DIOS, y que no hay nadie más que él. 36 Fuera de los cielos ÉL te hizo oír su voz, para que así ÉL pudiera instruirte; en la tierra que ÉL te hizo ver Su gran fuego; tu escuchaste Su voz en medio del fuego. 37 Porque ÉL amó tus padres, ÉL escogió sus descendientes después de ellos y te trajo fuera de Egipto con su presencia, con su gran poder; 38 para expulsar delante de tí naciones más grandes y más poderosas que tú, para traerte como hoy y darte su tierra como una herencia. 39 Por tanto conoce esto hoy y ponlo en tu corazón, que el SEÑOR es DIOS arriba en los cielos y abajo en la tierra; no hay nadie más. 40 Tú mantendrás sus estatutos y mandamientos que yo te mando hoy, para que te vaya bien a tí y a tus hijos después de tí, y que tú puedas prolongar tus días en la tierra que el SEÑOR tu Dios te está dando para siempre. 41 Luego, Moisés seleccionó tres ciudades en el lado este del Jordán, 42 que ahí fuera cualquiera que matara a algun hombre sin intención, sin haber sido enemigos antes de esto; y escondiendose en alguna de estas ciudades, el salvara su vida. 43 Estas eran: Beser en el desierto, el país llano, para los Rubenitas; Ramot en Galaad, para los Gaditas; y Golán en Basán, para los Manasitas. 44 Esta es la ley que Moisés colocó delante del pueblo de Israel; 45 estos son los decretos del Pacto, leyes y otros decretos que él habló al pueblo de Israel cuando ellos salieron de Egipto, 46 cuando ellos estaban al este del Jordán, en el valle opuesto a Bet-Peor, en la tierra de Sehón, rey de los amorreos, que habían vivido en Hebrón, a quien Moisés y el pueblo de Israel habían derrotado cuando ellos salieron de Egipto. 47 Ellos tomaron su tierra como una posesión, y la tierra de Og rey de Basán. Estos, los dos reyes de los amorreos, quienes estaban más allá del Jordán hacia el este. 48 Este territorio iba desde el Aroer, en el borde del valle de Arnón, hasta el Monte Sion (o Monte Hermón), 49 e incluyó toda la llanura del valle del Río Jordán, más allá del este del Jordán, al Mar de Arabá, a las cuestas del Monte Pisga.

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1 Moisés llamó a todo Israel y dijo: "Escucha Israel, los estatutos y decretos que yo hablo a tus oídos hoy, para que ustedes puedan aprenderlos y guardarlos. 2 EL SEÑOR DIOS hizo un pacto con nosotros en Horeb. 3 EL SEÑOR no ha hecho un pacto con nuestros antepasados, pero sí con todos nosotros, vivos aquí hoy. 4 El Señor habló con ustedes cara a cara en el monte en medio del fuego. 5 (Yo me paré enmedio del SEÑOR y ustedes en ese tiempo, para revelarles Su Palabra, pero ustedes estaban asustados por el fuego, y no quisieron subir a la montaña). EL SEÑOR dijo: 6 Yo soy EL SEÑOR su DIOS, quien les sacó de Egipto, fuera de la casa de la esclavitud. 7 Ustedes no tendrán otros dioses fuera de Mí. 8 No harán para ustedes alguna figura ni nada que se le parezca a lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra, o de lo que está debajo de la tierra. 9 No se arrodillarán o los servirán, porque yo El SEÑOR TU DIOS soy un Dios celoso. Yo castigué la maldad de los antepsados, trayendo castigo a sus niños, hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me odian, 10 y enseñando un pacto de Misericordia a miles, a aquellos que me aman y guardan mis mandamientos. 11 No tomarás EL Nombre del SEÑOR TU DIOS en vano, pues EL SEÑOR no dejará sin culpa al que tome SU Nombre en vano. 12 Guarden el día de Reposo y mantengalo Santo, como EL SEÑOR les ha ordenado. 13 Por seis días trabajarán y harán todo su trabajo; 14 pero el séptimo día es un Día de Reposo para El SEÑOR SU DIOS. En él no harán ningún trabajo, ni ustedes, ni su hijo, ni su hija, ni su sirviente varón, ni su sirvienta mujer, ni su buey, ni su burro, ni ninguno en su ganado, ni ningún extranjero que este dentro de sus puertas. Esto es para que su sirviente varón y su sirvienta mujer puedan descansar tan bien como ustedes. 15 Ustedes recordarán que fueron esclavos en la tierra de Egipto, y EL SEÑOR SU DIOS les sacó con su Mano Poderosa y con su Brazo estirado. Por lo tanto, EL SEÑOR SU DIOS a ordenado guardar el Día de Reposo. 16 Honren a su Padre y a su Madre, como El SEÑOR SU DIOS les a ordenado hacer, para que puedan vivir una vida larga en la tierra que El SEÑOR SU DIOS les da, y para que les pueda ir bien. 17 Tú no matarás. 18 Tú no cometerás adulterio. 19 Tú no robarás. 20 Tú no darás falso testimonio en contra de tu prójimo. 21 Tú no codiciarás la mujer de tu prójimo, tú no codiciarás la casa de tu prójimo, o su campo, o su sirviente varón, o su sirvienta mujer, o su buey, o su burro, o cualquier cosa que pertenezca a tu prójimo. 22 Estas Palabras EL SEÑOR habló en voz alta a toda tu asamblea en la montaña de en medio del fuego, de las nubes, y de las densas tinieblas; ÉL no añadió más palabras. Y ÉL las escribió en dos tablas de piedra y me las dió. 23 Y sucedió, que cuando ustedes oyeron la Voz saliendo de en medio de las tinieblas, mientras las montañas se quemaban, cuando se acercaron a mí, todos tus ancianos y los jefes de tus tribus. 24 Tú dijiste: "Mira, El SEÑOR nuestro DIOS nos enseñó su Gloria y su Grandeza, y nosotros hemos escuchado su Voz salir de en medio del fuego; nosotros hemos visto hoy que cuando DIOS habla con su pueblo, ellos pueden vivir. 25 Pero ¿Por qué vamos a morir? Porque este gran fuego nos consumirá; si ecuchamos la Voz del SEÑOR nuestro DIOS por más tiempo, nosotros moriremos. 26 ¿Quién además de nosotros está entre toda persona que ha escuchado la Voz del DIOS VIVIENTE hablar de en medio del fuego y ha vivido, así como nosotros lo hemos echo? 27 Así que tú debes ir y escuchar lo que EL SEÑOR nuestro DIOS dice; repítenos a nosotros todo lo que EL SEÑOR nuestro DIOS te diga a tí; lo escucharemos y lo obedeceremos". 28 El SEÑOR TU DIOS escuchó tus palabras cuando hablaste conmigo. Él me dijo: "He escuchado las palabras de este pueblo, lo que ellos te dijeron a tÍ. Lo que ellos dijeron que es bueno. 29 ¡Oh, que ellos tuvieran tal corazón que Me Horaran, y siempre obedecieran todos mis mandamientos, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre! 30 Ve y diles a ellos; ''Regresen a sus tiendas". 31 Pero en cuanto a tí, párate aquí al lado mío, y yo te diré todos los mandamientos, los estatutos y los decretos que le vas a enseñar a ellos, para que ellos la cumplan en la tierra que yo les daré para que posean. 32 Tú guardarás por tanto, lo que EL SEÑOR TU DIOS te ha ordenado; tú no te desvíes hacia la mano derecha ni a la izquierda. 33 Tú caminarás en todo los caminos que EL SEÑOR TU DIOS te ha mandado, para que puedas vivir, para que puedas salir bien y para que tus días se prolonguen en la tierra que tú poseerás.

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1 Ahora estos son los mandamientos, estatutos, y decretos que ELSEÑOR SU DIOS me ha mandado para enseñarles, para que puedan mantenerlos en la tierra que ustedes van pasando por el Jordan para poseerla; 2 para que puedan honrar AL SEÑOR SU DIOS, para que mantengan todos los estatutos y mandamientos que yo estoy ordenándoles, a ustedes, a sus hijos, y los hijos de sus hijos, todos los días de sus vidas, para que tus días puedan ser prolongados. 3 Por eso escúchalos Israel, y quedate con ellos, para que te vaya bien y te multipliques de gran manera, en una tierra que fluye leche y miel, como El SEÑOR DIOS, EL DIOS de tus Padres, les ha prometido. 4 Escucha Israel: EL SEÑOR NUESTRO DIOS UNO ES. 5 Tu vas a amar AL SEÑOR TU DIOS con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. 6 Estas palabras que estoy ordenándote hoy, van a estar en tu corazón, 7 y tú vas diligentemente a enseñarselas a tus niños, tu vas a hablar de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes en el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. 8 Tu las atarás como una señal en tus manos y ellas te servirán como insignias en medio de tus ojos. 9 Tu vas a escribirlas en los marcos de las puertas de tu casa y en las puertas de tu ciudad. 10 Cuando El SEÑOR TU DIOS te trajo a la tierra que juró a tus padres, a Abraham, a Isaac y a Jacob; que ÉL te daría, con grandes y buenas cuidades que tu no construiste, 11 y casas llenas de cosas buenas que no hiciste, pozos que no cavaste, viñas y olivos que tú no plantaste. Tu comerás y estarás satisfecho, 12 entonces ten cuidado que no te olvides DEL SEÑOR quien te sacó de la tierra de Egipto, fuera de la casa de esclavitud. 13 Ustedes honrarán AL SEÑOR SU DIOS, a ÉL ustedes adorarán y jurarán por Su Nombre. 14 No irán detrás de otros dioses, los dioses de las personas que están alrededor de ustedes; 15 pues EL SEÑOR SU DIOS que está en medio de ustedes es un DIOS celoso. Si lo hacen, la ira del SEÑOR SU DIOS será encendida en contra suya y ÉL los destruirá de la superficie de la tierra. 16 No tentarán al SEÑOR TU DIOS como lo tentáste en Masah. 17 Guardarán diligentemente los mandamientos DEL SEÑOR SU DIOS, Sus mandatos Gloriodsos, y Sus estatútos, que ÉL les ha ordenado a ustedes. 18 Harán lo que es correcto y bueno a la vista DEL SEÑOR, para que les vaya bien a ustedes, y para que puedan ir y poseer la buena tierra que EL SEÑOR le juró a sus padres, 19 para que saquen a todos sus enemigos de delante de ustedes, como ELSEÑOR ha dicho. 20 Cuando tu hijo te pregunte en el tiempo que vendrá, diciendo: "¿Cuáles son los decretos del Pacto, los estatútos, y otros decretos que EL SEÑOR nuestro DIOS les ordenó a ustedes?". 21 Entonces le dirás a tu hijo: "Nosotros eramos esclavos del Faraón en Egipto; EL SEÑOR nos sacó fuera de Egipto con Mano Poderosa, 22 y Él mostró señales y maravillas, grandes y serias en Egipto, en casa de Faraón, delante de nuestros ojos; 23 y ÉL nos trajo fuera desde allí, para que así ÉL pudiera traernos aquí y darnos la tierra que ÉL le juró a nuestros Padres. 24 El SEÑOR nos ordenó que siempre guardemos todos estos estatútos, que le temamos al SEÑOR nuestroDIOS para nuestro bien, y así ÉL nos pueda mantener vivos, así como lo estamos hoy. 25 Si guardamos todos estos mandamientos delante del SEÑOR nuestro DIOS, como ÉL nos ha ordenado, esto será nuestra justicia".

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1 Cuando EL SEÑOR TU DIOS te traiga a la tierra que vas a poseer, y saque delante de tí muchas naciones: los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos; siete naciones mayores y más poderosas que ustedes. 2 Y cuando EL SEÑOR TU DIOS te dé la victoria sobre ellos, cuando los conozcas en batalla, debes atacarlos, después debes destruirlos completamente. Tú no harás pacto con ellos, ni mostrarás misericordia hacia ellos. 3 Tampoco arreglarás matrimonios con ellos; no les darás tus hijas a sus hijos y no tomarás sus hijas para tus hijos. 4 Pues ellos harán que tus hijos dejen de seguirme para que ellos puedan adorar a otros dioses. Así que el enojo del SEÑOR será encendido en contra de ustedes y ÉL te destruirá rápidamente. 5 Así es como tú los tratarás a ellos: tú les romperás sus altares, destrozarás sus pilares de piedra en pedazos, detruiras sus imágenes de la diosa Asera y quemarás sus moldes de ídolos. 6 Porque tú eres una nación que está apartada para EL SEÑOR TU DIOS. ÉL te ha escogido para ser un pueblo Suyo, más que todos los otros pueblos que están en la faz de la tierra. 7 EL SEÑOR no ha puesto su amor sobre tí, ni te escogió porque eres más en número que otro pueblo, porque tú fuiste menos que todos los pueblos, 8 pero porque Él te ama, y deseó mantener el juramento que le juró a tus padres. Por esto es que EL SEÑOR te ha sacado fuera con Su Poderosa Mano y te redimió fuera de la casa de esclavitud, de la mano del Faraón, rey de Egipto. 9 Por tanto, conoce que EL SEÑOR TU DIOS, ÉL ES DIOS, EL DIOS FIEL, quien mantiene su Pacto y Fidelidad por miles de generaciones con aquellos que lo aman y guardan sus mandamientos, 10 pero le paga cara a cara a aquellos a quienes lo odian, para destruirlos; Él no será indulgente con quien lo odia; Él se lo devolverá en su cara. 11 Tú por tanto, mantendrás los mandamientos, los estatutos y los decretos que YO te mando hoy hacer. 12 Si tú escuchas estos decretos, los guardas y los haces; sucederá que el SEÑOR tu DIOS cumplirá el pacto que hizo contigo y la fidelidad que ÉL juró a tus padres. 13 ÉL te amará, te bendecirá y te multiplicará; incluso bendecirá el fruto de tu cuerpo y el fruto de tu suelo, tu grano, tu nuevo vino y tu aceite, la multiplicación de tu ganado y las crías de tu rebaño, en la tierra que Él juró a tus padres dar. 14 Tú serás más bendecido que todas las otras personas; no habrá un varón sin hijos o mujer estéril entre ustedes o entre tu ganado. 15 EL SEÑOR alejará de tí toda enfermedad; ninguna de las enfermedades malignas de Egipto que tú has conocido las pondrá en ustedes, pero ÉL las pondrá sobre aquellos que te odian. 16 Tú conquistaras todo el grupo de personas que EL SEÑOR TU DIOS te dé en victoria. Y tu ojo no le tendrá lástima. Y tú no adorarás sus dioses falsos, pues eso será una trampa para ti. 17 Si dices en tu corazón: " Estas naciones son más numerosas que yo; ¿Cómo puedo conquiatarlas?". 18 No le tengan miedo a ellos; te acordarás de lo que EL SEÑOR TU DIOS le hizo al Faraón y a todo Egipto; 19 los grandes sufrimientos que tus ojos vieron, las señales, las maravillas, la poderosa mano, y el brazo extendido por cual EL SEÑOR TU DIOS te sacó. EL SEÑOR ETU DIOS hará lo mismo a toda las personas a quienes temes. 20 Por otra parte, EL SEÑOR TU DIOS enviará el avispón entre ellos, hasta que aquellos que se quedaron y se esconden de tí, perezcan de tu presencia. 21 Tú no estarás asustado de ellos, pues EL SEÑOR TU DIOS está entre ustedes, UN GRAN Y TEMIBLE DIOS. 22 EL SEÑOR TU DIOS sacará esas naciones delante de tÍ poco a poco. Tú no los derrotarás a todos de inmediato, para que no se multipliquen los animales salvajes a tu alrededor. 23 Pero EL SEÑOR TU DIOS te dará la victoria sobre ellos cuando los conozcas en batalla; ÉL los confundirá grandemente hasta que sean destruidos. 24 Él pondrá sus reyes bajo tu poder, y tú harás sus nombres perecer desde abajo del cielo. Nadie podrá pararse delante de tí, hasta que los hayas destruido. 25 Tú quemarás las figuras talladas de sus dioses falsos. No codicies la plata o el oro que los cubre y lo tomes para ti mismo, porque si lo haces, serás atrapado por ellos, pues eso es una abominación para EL SEÑORTU DIOS. 26 Tú no traerás ninguna abominación a tu casa para que no comiences a adorarlos. Tú lo detestarás absolutamente y aborrecerás, porque está separado para destrucción.

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1 Ustedes tienen que mantener todos los mandamientos que yo les estoy dando hoy para que ustedes puedan vivir y multiplicarse, y entrar y poseer la tierra que ELSEÑOR juró a sus padres. 2 Ustedes recordarán todos los caminos que EL SEÑOR TU DIOS los ha llevado estos cuarenta años en el desierto, para que así ÉL pueda hacerlos humildes, pueda probarlos para conocer lo que estaba en su corazón, en cuanto si ustedes mantendrían sus mandamientos ó no. 3 ÉL los humilló, les hizo tener hambre, y los alimentó con maná, el cual ustedes no han conocido y sus padres no han conocido. ÉL hizo esto para hacerles saber que no es por pan solamente que las personas viven; en cambio, es por todo lo que procede fuera de la boca DEL SEÑOR que las personas viven. 4 Sus ropa no se desgastó y ni se les cayó, y sus pies no se hincharon durante aquellos cuarenta años. 5 Ustedes pensarán en su corazón sobre, que así como un hombre disciplina a su hijo, así EL SEÑOR SU DIOS los disciplinó a ustedes. 6 Ustedes mantendrán los mandamientos DEL SEÑOR SU DIOS, para que ustedes puedan caminar en sus caminos y honrarlo. 7 Pues EL SEÑOR SU DIOS los está trayendo a una buena tierra, una tierra de arroyos de agua, de fuentes y manantiales, que fluye a los valles y entre las montañas; 8 una tierra de trigo y cebada, de vinos, higueras, y granadas; una tierra de olivos y miel 9 Es una tierra en la cual ustedes comerán pan sin falta, y donde ustedes no se irán sin nada; una tierra en donde las piedras son hechas de hierro, y en sus colinas ustedes pueden cavar cobre. 10 Ustedes comerán y serán llenos, y ustedes bendecirán AL SEÑOR TU DIOS por la buena tierra que ÉL les ha dado. 11 Tengan cuidado de no olvidar AL SEÑOR SU DI, y que ustedes no descuiden sus mandamientos, sus ordenanzas, y sus estatutos que yo estoy ordenádoles hoy, 12 sino, cuando coman y estén llenos, y cuando constrúyan casas buenas y vivan en ellas, y sus corazones se animen. 13 Tengan cuidado cuando sus rebaños y manadas se multipliquen y cuando tu plata y tu oro aumenten, y todo lo que tienes se multiplique, 14 entonces tu corazón se levantará y tu olvidarás AL SEÑOR TU DIOS, quien te sacó de la tierra de Egipto, fuera de la casa de esclavitud. 15 No olvides a El que te guió a través del gran y aterrador desierto, con sus serpientes ardientes y sus escorpiones y terreno sediento donde no había agua, Quien te sacó agua de la roca del pedernal. 16 ÉL te alimentó en el desierto con maná del que tus antepasados no sabían, para que ÉL pueda humillarte y ponerte a prueba, para que hagas bien al final, 17 pero tú no debes decir en tu corazón, "Mi poder y la fuerza de mi mano adquirió toda esta riqueza". 18 Pero te acordarás DEL SEÑOR TU DIOS porque es ÉL quien te da el poder para obtener riquezas; para que ÉL pueda establecer su Pacto que juró a tus padres, como es hoy. 19 Sucederá que si tú olvidas a EL SEÑOR TU DIOS y caminas tras otros dioses y los adoraras, y los reverencías, yo testifico en contra tuya hoy que seguramente perecerás. 20 Como las naciónes que EL SEÑOR está haciendo perecer delante de tí, así perecerás, porque tú no escuchaste la voz de EL SEÑOR TU DIOS.

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1 Escucha Israel; tú estas a punto de cruzar sobre el Jordan hoy, e ir a conquistar naciones más grandes y poderosas que tú, y ciudades que son grandes y reforzadas hasta el cielo, 2 una gente grande y alta, los hijos de los anaceos, a quienes tú conoces, y de quien has escuchado a la gente decir: "¿Quién puede estar ante los hijos de Anac?". 3 Conoce, por lo tanto, que hoy EL SEÑOR TU DIOS es el que va delante de tí como un fuego devorador; ÉL los destruirá ante tí, y ÉL los someterá ante tí; entoces tú los expulsarás y los harás perecer rápidamente, como EL SEÑOR te ha dicho. 4 No digas en tú corazón, después que EL SEÑOR TU DIOS los a empujado afuera ante tí: "Fue por mi justicia que EL SEÑOR me ha traído en posesión esta tierra", porque fue por la malicia de estas naciones que EL SEÑOR los está sacando de delante de tÍ. 5 No es por tu justicia o la nobleza de tu corazón que vas a ir a poseer su tierra, es por la malicia de las naciones que tu DIOS los está sacando de delante de tí, y para que ÉL pueda cumplir la palabra que le juró a tus antepasados, a Abraham, a Isaac, y a Jacob. 6 Conoce por lo tanto, que EL SEÑOR TU DIOS no te está dando esta tierra buena para poseer por tu justicia, porque eres un pueblo obstinado. 7 Acuérdense y no olviden como provocaron la ira al SEÑOR SU DIOS en el desierto; desde el día que salieron de la tierra de Egipto hasta que llegaron a este lugar, ustedes han sido rebeldes contra EL SEÑOR. 8 También en Horeb ustedes provocaron al SEÑOR a la ira, y el SEÑOR estaba lo muy molesto con ustedes para destruirlos. 9 Cuando yo subí a la montaña para recibir las tablas de piedra, las tablas del Pacto que EL SEÑOR hizo con ustedes, yo me quedé en la montaña cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni tome agua. 10 El SEÑOR me dió las dos tablas de piedra escritas con su dedo; en ellas estaban escritas todas las palabras que el SEÑOR MI DIOS les anuncio a ustedes en la montaña desde en medio del fuego en el día de la asamblea. 11 Y aconteció al final de esos cuarenta días y cuarenta noches que EL SEÑOR me dió las dos tablas de piedra, las tablas del pacto. 12 El SEÑOR me dijo: "Levantate, y vete rápido de aquí, porque tú gente, quienes sacaste de Egipto, se han corrompido. Ellos rápidamente se han salido del camino que Yo les mandé. Ellos se han hecho una figura moldeada". 13 Además, EL SEÑOR me habló y dijo: "Yo he visto a esta gente; ellos son gente terca. 14 Déjame solo, para que Yo pueda destruirlos y borrar sus nombres de debajo del cielo, y hare de ti una nación mas poderosa y grande que el de ellos". 15 Entonces me giré y bajé de la montaña, y la montaña ardía en llamas. Las dos tablas del pacto estaban en mis manos. 16 Mire, y he aquí, ustedes habían pecado en contra del SEÑOR TU DIOS. Han hecho para sí mismos un becerro. Ustedes rápidamente se salieron del camino queEL SEÑOR les había mandado. 17 Yo tomé las dos tablas y las tiré fuera de mis manos. Yo las rompí delante de sus ojos. 18 Otra vez me incliné delante del SEÑOR por cuarenta días y cuarenta noches; yo no comí pan ni bebí agua, por causa de todos los pecados que ustedes cometieron, haciendo eso que era malo a los ojos de el SEÑOR, para provocarlo a ira. 19 Porque yo temía de la ira y del abrazador disgusto con el cual EL SEÑOR estaba lo suficientemente molesto contra ustedes para destruirlos. Pero EL SEÑOR me escucho aquella vez también. 20 El SEÑOR estaba tan furioso con Aarón como para querer destruirlo; Yo oré también por Aarón al mismo tiempo. 21 Yo tomé su pecado, el becerro que hicieron, y lo queme, lo batí, y lo molí bien pequeño, hasta que fuera fino como el polvo. Yo tiré el polvo a la corriente que bajaba de la montaña. 22 En Tabera, en Masah y en Kibrot Hataava, ustedes le provocaron la ira al SEÑOR. 23 Cuando EL SEÑOR los mandó de Cades Barnea y dijo,: "Suban y tomen posesión de la tierra que les he dado,", entonces ustedes se rebelaron en contra de los mandamientos del SEÑOR DIOS, y ustedes no creyeron o escucharon a su voz. 24 Ustedes has sido rebeldes en contra del SEÑOR desde el día en que los conocí. 25 Así que me incliné delante del SEÑOR por esos cuarenta días y esas cuarenta noches, porque ÉL ha dicho que los destruiría. 26 Yo oré al SEÑOR y dije: "Oh SEÑOR DIOS, no destruyas a tu gente ni a tu herencia quienes has redimido con tu grandeza, que tú has sacado de Egipto con mano poderosa. 27 Llama a memoria tus Padres Abraham, Isaac y Jacob; no mires a la terquedad de esta gente, tampoco a su malicia, ni su pecado, 28 así que la tierra de donde nos sacaste diría: "Porque EL SEÑOR no podía traerlos a la tierra que EL les prometió a ellos, y porque ÉL los odiaba, ÉL los ha sacado para matarlos en el desierto.'' 29 Todavía ellos son tu gente y tu herencia, quienes tu traiste fuera por tu gran fuerza y por la muestra de tu poder".

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1 En ese tiempo EL SEÑOR me dijo: "Talla dos tablas de piedra como la primera, y ven a Mí en la montaña, y haz un arca de madera. 2 Yo escribiré en las tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que tú rompiste, y tú las colocarás en el arca". 3 Así que hice un arca con madera de acacia y talle dos tablas de piedra como las primeras y fuí a la montaña teniendo las dos tablas en mi mano. 4 ÉL escribió en las tablas como en la primera escritura, los Diez Mandamientos que EL SEÑOR me había hablado en la montaña desde en medio del fuego en el día de la asamblea; entonces EL SEÑOR me las dió a mí. 5 Yo me volví y baje de la montaña, y coloque las tablas en el arca que yo había hecho; allí están, como EL SEÑOR me ordenó. 6 (La gente de Israel viajó desde Beerot Bene Jaacán hacia Mosera. Allí murió Aarón, y allí fue sepultado; Eleazar su hijo sirvió como sacerdote en su lugar. 7 Desde allí ellos viajaron a Gudgoda, y de Gudgoda a Jotbata, la tierra de las corrientes de agua. 8 En ese tiempo EL SEÑOR escogió la tribu de Leví para cargar el arca del Pacto del SEÑOR, para que estuvieran delante del SEÑOR para servirle a ÉL y para bendecir a la gente en su nombre, como hasta hoy. 9 Por otro lado Leví no tenía porción ni herencia de tierra con sus hermanos; El SEÑOR sería su herencia, como EL SEÑOR SU DIOS les había hablado.) 10 "Yo me mantuve en la montaña como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches. El SEÑOR me escuchó en ese tiempo también; EL SEÑOR no quería destruirte. 11 EL SEÑOR me dijo: "Levantate, ve delante del pueblo para que los dirijas en su viaje; ellos irán y poseerán la tierra que yo juré darle a sus antepasados". 12 Ahora Israel, ¿Qué pide de tí EL SEÑOR TU DIOS? Excepto temer al SEÑOR TU DIOS, caminar en Sus pasos, amar y adorar al SEÑOR TU DIOS con todo tu corazón y toda tu alma, 13 guardar los mandamientos del SEÑOR y Sus estatutos, que te estoy ordenando hoy por tu propio bien? 14 He aquí, al SEÑOR TU DOS le pertenece el cielo y el cielo de los cielos; la tierra con todo lo que está en ella. 15 Solamente EL SEÑOR tomó placer en tus padres para amarlos y escogió a sus descendientes después de ellos, más que cualquiera de los otros pueblos, como Él lo hace hoy. 16 Por tanto, circuncida el prepucio de tu corazón y ya no seas más terco. 17 Porque EL SEÑOR TU DIOS, ÉL es DIOS de dioses y SEÑOR de señores, EL GRAN DIOS, EL PODEROSO y EL TEMIBLE, quien no favorece a nadie y no acepta sobornos. 18 ÉL hace justicia para el huérfano y la viuda, y ÉL muestra su amor para el extranjero dándole comida y ropa. 19 Por tanto, ama al extranjero; porque ustedes eran extranjeros en la tierra de Egipto. 20 Le temerás al SEÑOR TU DIOS; a ÉL le adorarás. A ÉL debes aferrarte y por Su Nombre jurarás. 21 ÉL es tu alabanza y ÉL es TU DIOS, quien te ha hecho estas grandes y temibles cosas, las cuales tus ojos han visto. 22 Tus padres bajaron a Egipto como setenta personas; ahora EL SEÑOR TU DIOS te ha hecho tantos como las estrellas de los cielos.

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1 Por lo tanto van a amar al SEÑOR TU DIOS y siempre guardarán sus instrucciones, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos. 2 Noten que yo no hablo a sus hijos, quienes no han conocido ni han visto el castigo del SEÑOR TU DIOS, su grandeza, su mano poderosa o su brazo extendido, 3 las señales y obras que ÉL hizo en medio de Egipto al Faraón, rey de Egipto, y a toda su tierra. 4 Tampoco vieron lo que le hizo al ejército de Egipto, a sus caballos o a sus carruajes, cómo ÉL hizo que el agua del Mar Rojo los sobrecogiera mientras los estaban persiguiendo y como EL SEÑOR los destruyó hasta hoy 5 o lo que ÉL hizo por ustedes en el desierto hasta que ustedes llegaron a este lugar. 6 Ellos no han visto lo que EL SEÑOR le ha hecho a Datán y Abiram, los hijos de Eliab, hijo de Rubén; como la tierra abrió su boca y los tragó, sus casas, sus tiendas y todos los seres vivientes que les seguían, en medio de Israel. 7 Pero sus ojos han visto todas las grandes obras que EL SEÑOR ha hecho. 8 Por lo tanto guarda todos los mandamientos que YO les estoy ordenando hoy, para que sean fuertes y vayan y posean la tierra donde ustedes van a poseerla 9 y que ustedes puedan alargar sus días en la tierra que EL SEÑOR prometió dársela a sus padres y a sus decendientes, una tierra que fluye con leche ycon miel. 10 Pero la tierra que ustedes van a poseer, no es como la tierra de Egipto, desde donde vinieron, donde ustedes plantaban sus semillas y las regaban con tu pie, como un jardín de hierbas; 11 pero la tierra, donde van a ir a poseer, es una tierra de colinas y valles y bebe agua de la lluvia de los cielos, 12 una tierra que EL SEÑOR SU DIOS cuida; los ojos del SEÑOR SU DIOS siempre están sobre ella, desde el principio del año hasta el final del año. 13 Sucederá, que si ustedes escuchan diligentemente mis mandamientos que yo les ordeno hoy, para amar al SEÑOR SU DIOS y servirle a ÉL con todo su corazón y con toda su alma, 14 que yo les daré la lluvia de su tierra en su temporada, la lluvia primera y la última lluvia, para que ustedes puedan reunir su grano, su nuevo vino y su aceite. 15 Yo les daré pasto en sus campos para sus ganados y ustedes comerán y se llenarán. 16 Pongan atención a ustedes mismos para que su corazón no sea engañado, y ustedes se vuelvan y adoren otros dioses y se inclinen a ellos; 17 para que el enojo del Señor no se encienda contra ustedes; y así el no cerrará los cielos para que no vuelva a llover, y la tierra no produzca su fruto, y ustedes perezcan rápidamente al acabarse todo el bien de la tierra que EL SEÑOR te ha dado. 18 Por lo tanto pongan estas palabras mías en su corazón, en su alma, amarralas como un signo en su mano y dejénlas en sus frentes entre sus ojos. 19 Ustedes las enseñarán a sus hijos y hablarán de ellas cuando se sienten en su casa, cuando hablen en las calles, cuando se acuesten y cuando se levanten. 20 Ustedes las escribirán en los marcos de las puertas y en las entradas de las ciudades, 21 que tus días y los días de tus hijos sean multiplicados en la tierra que EL SEÑOR juró a tus antepasados darles por el tiempo en que los cielos estén sobre la tierra. 22 Pero si ustedes diligentemente mantienen todos estas ordenanzas que yo les he dado, así haciéndolas, amando al SEÑOR TU DOS, para caminar en todos SUS caminos, y para mantenerte unido a él, 23 entonces EL SEÑOR sacará todas estas naciones de delante de tí y tu destruirás naciones más grandes y más poderosas que ustedes. 24 Todo lugar donde la planta de sus pies pisaren será suyo; desde el desierto del Líbano, desde el río Eufrates, hasta el mar del oeste sera su borde. 25 Ningún hombre será capaz de mantenerse delante de ustedes. El SEÑOR TU DIOS dejará el miedo de ustedes y el terror de ustedes sobre toda la tierra que ustedes pisaren, así como ÉL les ha dicho a ustedes. 26 Mirén, Yo pongo delante de ustedes hoy una bendición y una maldición: 27 La bendición, si ustedes obedecen las ordenanzas del SEÑOR TU DIOS que yo les ordeno hoy, 28 y la maldición, si ustedes no obedecen las ordenanzas del SEÑOR TU DIOS, pero si se salen del camino que yo les ordeno hoy, para ir detrás de otros dioses que ustedes no conocen. 29 Sucederá, cuando EL SEÑOR TU DIOS traiga sobre la tierra que ustedes van a poseser, que ustedes establecerán la bendición del Monte Gerizim, y la maldición del Monte Ebal. 30 ¿No están ellos más allá del Jordán, al oeste del camino occidental, en la tierra de los cananeos quienes viven en el Araba, al frente de Gilgal, junto a los robles de Moré? 31 Así que ustedes cruzarán por el Jordán para ir a poseer la tierra que EL SEÑOR TU DIOS les está dando, y ustedes la poseerán y vivirán en ella. 32 Ustedes mantendrán estos estatutos y los decretos que yo establezco delante de ustedes hoy.

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1 Estos son los estatutos y los decretos que tú vas a mantener en la tierra que EL SEÑOR, EL DIOS de tus padres, te ha dado para poseer, todos los días que tú vivas en la tierra. 2 Tú seguramente destruíras todos los lugares donde las naciones que tu conquiataste adoraron a sus dioses, en montañas altas, en colinas, y debajo de cada árbol verde. 3 Y tú romperás sus altares y harás pedazos sus pilares de piedra, y quemarás sus imágenes de la diosa Asera; tú cortarás las figuras talladas de sus dioses y destruirás sus nombres de ese lugar. 4 No adorarán al SEÑOR SU DIOS así. 5 Pero ese lugar que EL SEÑOR SU DIOS escogerá de todas sus tribus para poner su Nombre, ese será el lugar dónde ÉL vivira, y es ahí donde tú irás. 6 Es ahí dónde traerás tus ofrendas quemadas, tus sacrificios, tus diezmos, y las ofrendas presentadas por tu mano, tus ofrendas por votos, tus ofrendas voluntarias, y el primogénito de tus ganados y de tus rebaños. 7 Es ahí donde vas a comer ante EL SEÑOR TU DIOS y elegrarte en todo lo que has puesto tu mano, tú y tu casa, donde EL SEÑOR TU DIOS te ha bendecido. 8 Tu no harás todas las cosas que estamos haciendo aquí hoy, ahora todo el mundo está haciendo lo que es correcto en sus propios ojos, 9 porque tú no has llegado aún al descanso, a la herencia que SEÑOR TU DIOS te esta dando. 10 Pero cuando ustedes pasen por el Jordán y vivan en la tierra que EL SEÑOR SU DIOS está haciendo que ustedes hereden, y cuando ÉL les dé descanso de todo sus enemigos a su alrededor, para que ustedes vivan en seguridad, 11 entonces sucederá que al lugar donde EL SEÑOR TU DIOS escogerá para hacer que su Nombre viva, ahí traerán todo lo que yo les mande: sus ofrendas quemadas, sus sacrificios, sus diezmos, y la ofrenda presentada de sus manos, toda las ofrendas que ustedes escojan como votos que ustedes darán como votos al SEÑOR. 12 Ustedes se alegraran ante el SEÑOR SU DIOS: tú, tus hijos, tus hijas, tus sirvientes varones, tus sirventas mujeres, y el levita que está entre tus puertas, porque él no tiene porción o herencia entre ustedes. 13 Préstense atención a ustedes mismos que no le ofrezcan su ofrenda quemada en todo lugar que vean; 14 pero será en el lugar que EL SEÑOR va a escoger entre una de sus tribus que ustedes ofrecerán sus ofrendas quemadas, y ahí ustedes harán todo lo que yo les mande. 15 Sin embargo, ustedes pueden matar y comer a los animales dentro de todos tus puertas, como deseen, recibiendo las bendiciones del SEÑOR TU DIOS por todo lo que Él les ha dado; las personas impuras y las personas puras, pueden comer de esto por igual, animales como la gacela y el venado. 16 Pero ustedes no se tomarán la sangre; ustedes la derramarán sobre la tierra como agua. 17 No puedes comer dentro de tus puertas de los diezmos de tu grano, tu vino nuevo, tu aceite, o el primogénito de tu ganado o rebaño; y no puedes comer de cualquier carne que sacrifiques junto con cualquiera de los votos que haces, ni ése que ofredas libremente, ni de las ofrendas que presentas con tus manos. 18 En cambio, vas a comerlos delante del SEÑOR TU DIOS en el lugar que el SEÑOR TU DIOS escogerá; tú, tus hijos, tus hijas, tus sirviente varón, tus sirviente mujer, y el Levita quien está entre tus puertas; se alegrarán ante EL SEÑOR TU DIOS acerca de todo lo que pongas tu mano. 19 Pon atención de tí mismo para que no abandones al Levita mientras viva en tu tierra. 20 Cuando EL SEÑOR TU DIOS agrande tus fronteras, como ÉL te ha prometido, y tú digas: "Yo comeré carne", a causa de tu deseo de comer carne, tú podrás comer carne, como tu alma desee. 21 Si el lugar que EL SEÑOR TU DIOS selecciona para colocar Su Nombre está muy lejos de tí, entonces matarás parte de tu ganado y tu rebaño que EL SEÑOR te ha dado, como yo te he ordenado, podrás comer dentro de tus puertas, como sus almas deseen. 22 Como la gacela y el venado son comidos, así comerás de ellas; las personas limpias y no limpias pueden comer de ellas por igual. 23 Solo asegúrate de no consumir la sangre, pues la sangre es la vida; no comerás la vida con la carne. 24 No la comerás; la derramarás en la tierra como el agua. 25 No te la comerás, para que te pueda ir bien a tí, y a tus hijos después de tí, cuando hagas lo que es correcto a los ojos del SEÑOR. 26 Pero las cosas que le pertenecen al SEÑOR que tú tienes y las ofrendas por tus votos, estas tomarás e irás al lugar que EL SEÑOR escoga. 27 Allí ofrecerás tus ofrendas quemadas, la carne y la sangre, en el altar del SEÑOR TU DIOS; la sangre de tus sacrificios será derramada en el altar del SEÑOR TU DIOS, y comerás la carne. 28 Guarda y escucha todas estas palabras que YO te ordeno, para que te pueda ir bien a tí y a tus hijos después de tí para siempre, cuando hagas lo que es bueno y correcto a los ojos del SEÑOR TU DIOS. 29 Cuando EL SEÑOR TU DIOS corte las naciones de delante de tí, cuando entres para disponerlas, y dispongas de ellas, y vivas en la tierra de ellos, 30 presta atención de tí mismo, que no seas atrapado al seguirlos, después que ellos sean destruidos de delante de tí, engañados al investigar sus dioses, y preguntando: "¿Cómo estas naciones adoran a sus dioses? Yo haré lo mismo". 31 No puedes adorar al SEÑOR TU DIOS de esa manera, pues todo lo que es abominación para EL SEÑOR, las cosas que ÉL odia, ellos han hecho estas con sus dioses; ellos incluso queman a sus hijos y a sus hijas en fuego para sus dioses. 32 Lo que sea que YO te ordene, observálo. No le añadas ni le quites de ello.

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1 Si de alguno de ustedes sale un profeta o un soñador de sueños, y si el te da una señal o maravilla, 2 y si la señal o maravilla viene, de quien hablo a ustedes y dijo: "Dejanos ir después a los otros dioses, que tu no has conocido, y dejanos adorarlos". 3 No escuches a las palabras de ese profeta, o a ese soñador de sueños; El SEÑOR TU DIOS te esta probando a ver si tu amas al SEÑOR TU DIOS con todo tu corazón y con toda tu alma. 4 Tu caminarás detrás del SEÑOR TU DIOS, hónralo, guarda sus mandamientos, y obedece Su voz, y tu lo adorarás y dependerás de ÉL. 5 Ese profeta o ese soñador de sueños será puesto a muerte, porque él ha hablado rebelión contra El SEÑOR TU DIOS, quien te sacó de la tierra de Egipto, quien te redimió fuera de la casa de esclavitud. Ese profeta quiere sacarte fuera del camino que El SEÑOR TU DIOS te ordena a caminar. Así que saca la maldad de entre ustedes. 6 Supón que tu hermano, el hijo de tu madre, o tu hijo, o tu hija, o la esposa amada, o tu amigo que es para tí como tu alma, secretamente te seduce y te dice, "Vayamos y adoremos otros dioses que tú no conoces, ni tú ni tus antepasados, 7 ninguno de los dioses de la gente que esta alrededor de tí, cerca de tí o lejos de tí, desde un lado de la tierra hasta el otro lado de la tierra". 8 No consientas con él o le escuches a él. Ni tan siquiera tu ojo le tenga lástima, tampoco lo condenes ni lo consueles. 9 En lugar de eso, tu debes seguramente matarlo; tu mano será la primera sobre él para matarlo, y luego la mano de todas las personas. 10 Lo apedrearás a muerte a él con piedras, porque él ha tratado de llevarte lejos del SEÑOR TU DIOS, quien te sacó de la tierra de Egipto, fuera de la casa de esclavitud. 11 Todo Israel escuchará y temerá, y no continuará haciendo esta clase de maldad entre ustedes. 12 Si escuchas a alguien diciendo acerca de una de tus ciudades, que el SEÑOR TU DIOS te de para que vivas: 13 "Algunos compañeros malvados han salido de entre ustedes y han llevado lejos los habitantes de sus ciudades y dicen: Vamos y adoremos a otros dioses que ustedes no concen." 14 Entonces examinarás la evidencia, harás busqueda, y la investigarás cuidadosamente. Cuando descubras que es verdad y cierto que cosa tan abominable se ha hecho entre ustedes, entonces tomarás acción. 15 De seguro atacarás los habitantes de esa ciudad con el filo de la espada, la destruirás completamente y a toda la gente que esté en ella, junto con todo su ganado, con el filo de la espada. 16 Tú juntarás todo el botín de ella en medio de sus calles y quemarás la ciudad, como así también su botín, para EL SEÑOR TU DIOS. La ciudad será un montón de ruinas para siempre; nunca podrá ser construirda de nuevo. 17 Ninguna de esas cosas separadas para destrucción pueden pegarse en tu mano. Este tiene que ser el caso, para que ELSEÑOR se arrepienta de la furia de su ira, muestre misericordia, tenga compasión de tí, y te haga crecer en números, así como ÉL ha jurado a tus padres. 18 Él hará esto porque estás escuchando la voz DEL SEÑOR TU DIOS, para mantener todos sus mandamientos que yo te estoy ordenando hoy, para hacer lo que es correcto a los ojos del SEÑOR TU DIOS.

14

1 Ustedes son el pueblo DEL SEÑOR SU DIOS. No se corten, no se afeiten ninguna parte de su cara por los muertos. 2 Pues ustedes son una nación apartada para EL SEÑOR SU DIOS, y EL SEÑOR los ha escogido como su posesión, mas que a cualquier otro pueblo en la faz de la tierra. 3 No coman ninguna cosa abominable. 4 Estos son los animales que ustedes pueden comer: el buey, la oveja y la cabra; 5 el ciervo, la gacela, el corzo y la cabra salvaje; el íbice y el antílope, y el carnero de monte. 6 Pueden comer todo animal que tenga pezuña, estos son, los que tienen pezuñas y estas están divididas en dos, y rumien. 7 Sin embargo, ustedes no deben comer algunos animales que rumien o que tengan las pezuñas divididas en dos: el camello, el conejo, y el damán; porque rumien pero no tienen la pezuña dividida, estos no están limpios para ustedes. 8 El puerco no es limpio para ustedes porque tiene pezuñas pero no rumea; es impuro para ustedes. No coman carne de puerco, y tampoco toquen sus cadáveres. 9 Todas las cosas que estén en el agua pueden comer: todos los que tengan aletas y escamas; 10 pero si no tienen aletas y escamas no la coman; son impuros para ustedes. 11 Toda ave limpia tu podrás comer. 12 Pero estas son las aves que tu no debes comer: el águila, el buitre, el águila pescadora, 13 el buitre rojo y el buitre negro, cualquier especie de halcón. 14 Tu no debes comer cualquier tipo de cuervo, 15 y el avestruz, y el halcón nocturno, la gaviota, cualquier especie de halcón, 16 el búho pequeño, el gran búho, el búho blanco, 17 el pelicano, el buitre carroñero, el cormorán. 18 Tu no debes comer la cigueña, cualquier tipo de garza, la abubilla, y los murciélagos. 19 Toda cosa alada, enjambrada son inmundas para ti; no deben ser consumidas. 20 Tu puedes comer toda cosa voladora limpia. 21 Ustedes no deben comer nada que muere por si solo; tu lo debes dar al extranjero que está en tus pueblos, que él pueda comerlo; o tu puedas venderlo a un extranjero. Pues tu eres una nación apartada para EL SEÑOR TU DIOS. Tu no debes hervir una cabra joven en la leche de su madre. 22 Tu seguramente debes diezmar de la cosecha de toda tu semilla, de la cual sale del campo año tras año. 23 Tu debes comer ante EL SEÑOR TU DIOS, en el lugar que el escoja como su santuario, el diezmo de tu grano, de tu vino nuevo y de tu aceite, y de los primogénitos de tu manada y rebaño; así ustedes aprendan a siempre honrar a EL SEÑÓR TU DIOS 24 Si el camino es muy largo para tí y no eres capaz de llevarlo, porque el lugar que Dios escogió para tí como su santuario es muy lejano, entonces, cuando EL SEÑOR te bendiga, 25 tú convertirás la ofrenda en dinero, ata el dinero en tu mano, y ve al lugar que EL SEÑOR TU DIOS escogerá. 26 Allí podrás usar el dinero para cualquier cosa que desees: bueyes, o para ovejas, o para vino, o para bebidas fuertes, o para cualquier cosa que tu desees; allí tu comerás ante EL SEÑÓR TU DIOS, y te alegrarás, tu y tu casa. 27 El levita quien está dentro de tus puertas, no lo abandones, pues él no tiene porción ni herencia contigo. 28 Al final de cada tres años, tu presentarás todo el diezmo de tu producción en el mismo año, y tu almacenarás dentro de tus puertas; 29 y el levita, pues no tiene porción ni herencia contigo, y el extranjero, y los huerfanos y la viuda quienes están dentro de tus puertas, vendrán y comerán y estarán satisfechas. Haz esto para que EL SEÑOR TU DIOS te bendiga en todo el trabajo que hagan tus manos.

15

1 Al final de cada siete años, tu debes cancelar deudas. 2 Ésta es la manera de la liberación: cada acreedor cancelará lo que por lo cual él haya prestado a su vecino; él no demandará a su vecino o a su hermano porque la cancelación de deudas de EL SEÑOR ha sido proclamada. 3 De un extranjero tu podías demandarlo; pero cualquier cosa que sea de ustedes es con tu hermano que tu mano debe liberar. 4 Sin embargo, no debería haber pobres entre ustedes (para EL SEÑOR seguramente serás bendecido en la tierra que ÉL te da como una herencia para poseer), 5 si solo tu diligentemente escuchas la voz de EL SEÑOR TU DIOS, para guardar todos estos mandamientos que yo te estoy mandando a tí hoy. 6 Pues EL SENOR TU DIOS te bendecirá, así como ÉL te ha prometido; tu prestarás a muchas naciones, pero tu no vas a pedir prestado; tu reinarás sobre muchas naciones, pero ellos no reinarán sobre tí. 7 Si hay un hombre pobre entre ustedes, uno de tus hermanos, dentro de cualquiera de sus puertas en tu tierra que EL SEÑOR TU DIOS te está dando, tu no debes endurecer tu corazón ni cerrar tu mano de tu pobre hermano; 8 pero tu seguramente debes abrir tu mano a él y seguramente prestarle suficiente para su necesidad. 9 Ten cuidado de no tener un pensamiento malvado en tu corazón, diciendo: "En el año séptimo, el año de la liberación, está cerca", para que tu no seas tacaño en considerar a tu hermano pobre y no darle nada; el podría clamar al SEÑOR acerca de tí, y eso podría ser pecado para tí. 10 Tu seguramente debes darlo a él, y tu corazón no debe estar triste cuando tu le das a él, porque en cambio por ésto, EL SEÑOR TU DIOS te bendecirá a tí en todo tu trabajo y en todo lo que tú pusiste tu mano. 11 El pobre nunca cesará de existir en la tierra; por lo tanto, YO te mando y te digo: "Tu seguramente debes abrir tu mano a tu hermano, a tu necesitado, y a tu pobre en tu tierra." 12 Si tu hermano, un hombre hebreo, o una mujer hebrea, se te vende a tí y te sirven por séis años, luego en el año séptimo tu debes dejarlo ir libre de tí. 13 Cuando tu los liberas a ellos de tí, tu no debes dejarlos ir con las manos vacías. 14 Tu debes liberalmente proveer a él de tu rebaño, de tu piso trillado, y de tu lagar. Como EL SEÑOR TU DIOS te ha bendecido, tu debes darlo a él. 15 Tu debes recordar que tu eras un esclavo en la tierra de Egipto, y que EL SENOR TU DIOS te ha redimido; por lo tanto Yo te estoy mandando hoy a hacer ésto. 16 Ésto pasará que si él te dice a tí: "No me iré de tí," porque él ama a tí y a tu casa, y porque él esta bien contigo, 17 entonces tu debes tomar un punzón y perforar su oreja en el marco de una puerta, y él será tu siervo para siempre. Y también a tu sierva le harás lo mismo. 18 Eso no debe ser difícil el dejarlo libre de tí, porque él te ha servido por séis años y te ha dado el doble del valor de una persona contratada. EL SEÑOR TU DIOS te bendecirá en todo lo que haces. 19 Todo los primogénitos machos en tu manada y en tu rebaño deben ser apartados para EL SEÑOR TU DIOS. Tu no trabajarás con el primogénito de tu manada ni esquilar el primogénito de tu rebaño. 20 Tu debes comer el primogénito ante EL SEÑOR TU DIOS año tras año en el lugar que EL SEÑOR escogerá, tú y tu casa. 21 Si tienen cualquier defecto, por ejemplo, si es cojo o ciego, o tiene cualquier defecto lo que sea, tu no debes sacrificarlo a EL SEÑOR TU DIOS. 22 Tu lo comerás dentro de tus puertas; las personas sucias y limpias igual lo deben comer, como tu podrías comer a una gacela o un venado. 23 Solamente no debes comer su sangre; tu debes derramar su sangre en el suelo como agua.

16

1 Observen el mes de Abib, y mantengan la Pascua para EL SEÑOR SU DIOS, pues en el mes de Abib EL SEÑOR SU DIOS les sacó de Egipto por la noche. 2 Ustedes sacrifiquen la Pascua para EL SEÑOR SU DIOS con algunas ofrendas de sus rebaños y manadas en el lugar que EL SEÑOR escogerá como su santuario. 3 No deberán comer pan con levadura; siete días comerán pan sin levadura, el pan de aflicción; por que ustedes salieron aprisa de la tierra de Egipto. Hagan esto todos los días de sus vidas para que así traígan a memoria del día cuando salieron de la tierra de Egipto. 4 No debe ser hallada levadura entre todas tus fronteras durante siete dias; tampoco ninguna de la carne que sacrifiques en la tarde del primer día debe permanecer hasta la mañana. 5 No podrás sacrificar la Pascua dentro de cualquiera de las puertas de la ciudad que el SEÑOR tu Dios te está dando. 6 En cambio, sacrifiquen en el lugar que EL SEÑOR TU DIOS escogió como su santuario. Ahí harás el sacrificio de la Pascua en la tarde mientras baja el sol, en el tiempo del año en que saliste de Egipto. 7 La cocinarás y la comerás en el lugar que EL SEÑOR TU DIOS escogerá; en la mañana darás la vuelta y regresarás a tu habitación. 8 Por seis días comerás pan sin levadura; en el séptimo día harán una asamblea solemne para EL SEÑOR TU DIOS; en el día no harán ningún trabajo. 9 Tú contarás siete semanas por ustedes mismos; desde el momento que comienzas a poner la hoz del grano parado y desde ahí comienzas a contar siete semanas. 10 Mantendrás el Festival de Semanas para ELSEÑOR TU DIOS con la contribución de la ofrenda voluntaria de tu mano que le brindarás, de acuerdo comoEL SEÑOR TU DOS te ha bendecido. 11 Y tú te regocijarás ante EL SEÑOR TU DIOS; tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, los Levitas quienes habitan en tus ciudades, los extranjeros, los huerfános, y la viuda cerca de tí, en el lugar que EL SEÑOR TU DIOS escogió para su santuario. 12 Deberán traer a memoria cuando eran esclavos en Egipto; ustedes deben observar y hacer estos estatutos. 13 Tu debes guardar la Fiesta de losTabernáculos por siete días, después de haber recogido de la cosecha de tu suelo trillado y de tu lagar. 14 Te alegrarás durante tu Fiesta, tú, tu hijo, tu hija, tu sirviente, tu sirvienta, el Levita, y el extranjero, y los huerfanos y las viudas que estan dentro de tus puertas. 15 Por siete días tu debes observar La Fiesta para EL SEÑOR TU DIOS en el lugar que EL SEÑOR escogerá, porque EL SEÑOR TU DIOS te bendecirá en todas tus cosechas y en todo el trabajo de tus manos, y tu debes estar completamente alegre. 16 Tres veces al año todos tus hombres deben mostrarse ante EL SEÑOR TU DIOS en el lugar que ÉL escogerá: en La Fiesta del Pan sin Levadura, en La Fiesta de las Semanas, y en La Fiesta de los Refugios; y no van a mostrarse ante EL SEÑOR con las manos vacías; 17 en cambio, todo hombre dará según pueda, para que puedas saber las bendiciones que EL SEÑOR TU DIOS te ha dado. 18 Tu debes nombrar jueces y oficiales dentro de todas las puertas de las ciudades que EL SEÑÓR TU DIOS te esta dando; ellos serán tomados de cada una de sus tribus, y ellos deben enjuiciar al pueblo con juicio justo. 19 Tu no debes tomar justicia por la fuerza; tu no debes mostrar parcialidad ni tomar soborno, pues el soborno ciega los ojos del justo y pervierte las palabras de los justos. 20 Tú debes seguir la justicia, solo la justicia, para que puedas vivir y heredar la tierra que EL SEÑOR TU DIOS te está dando. 21 Ustedes no deben hacer para ustedes mismos imágenes de la diosa Asera, cualquier clase de imagen, al lado del altar de EL SÑOR TU DIOS que hagas para tí. 22 Tampoco debes edificar para tí mismo cualquier imagen de piedra sagrada, los que EL SEÑOR TU DIOS odia.

17

1 Tu no debes sacrificar a EL SEÑOR TU DIOS un buey o una oveja el cual tenga algún defecto o cualquier cosa mala, pues eso podría ser una abominación a EL SEÑOR TU DIOS. 2 sii ahí es encontrado entre ustedes, dentro de cualquiera de las puertas de tu ciudad que EL SEÑOR TU DIOS te ha dado, cualquier hombre o mujer que es malvado en la vista de EL SEÑOR TU DIOS y transgrede su pacto, 3 nadie que va y adora a otros dioses y se han arrodillado ante ellos, ya sea el sol, la luna, o cualquiea de loe ejercitos de los cielos, nada que Yo Hé mandado, 4 y si te han dicho sobre ésto, o si tu has escuchado de esto, entonces tu debes hacer una investigación cuidadosa. Si es verdad y es cierto que tal abominación ha sido hecho en Israel; 5 entonces tu debes traer a ese hombre o aesa mujer quien ha hecho esta cosa malvada, a las puertas de tu ciudad, ese mismo hombre o mujer, tu debes apedrear hasta la muerte. 6 la boca de dos, o de tres testigos, aquel o aquellos que deben morir, seran llevados a la muerte; pero por la boca de solamente un testigo, éllos no deberán estar expuestos a la muerte. 7 Las manos de los testigos deben ser los primeros en darle muerte a pedradas, después la mano de todo el pueblo los apedreará; y ustedes eliminarán la maldad de entre ustedes. 8 Si pasa algo que es muy difícil para tí de juzgar, quizás una pregunta de homicidio, o muerte accidental, o del derecho de una persona y los derechos de otra, o una pregunta de un tipo de daño hecho u otro tipo de asunto, o asuntos de diferencias dentro de las puertas de tu ciudad, entonces tu debes ir al lugar que EL SEÑOR TU DIOS escogerá como Su Santuario. 9 Tu debes ir a los sacerdotes, a los descendientes de Leví y al juez quien sirva en ese tiempo; tu buscarás sus consejos y ellos te darán su veredicto. 10 Tu debes seguir la ley dada a tí, en el lugar que EL SEÑOR escogerá como su Santuario. Tu tendrás cuidado en hacer todo lo que ellos te dirijan en qué hacer. 11 Sigue la ley que ellos te enseñan y lo harás de acuerdo a las decisiones que ellos te dan. No te desvíes de lo que te dicen, a la mano derecha o a la izquierda. 12 Cualquiera que actúe arrogantemente en no escuchar al sacerdote quien está en pie ante EL SEÑOR TU DIOS, o en no escuchar al juez, ese hombre debe morir. Tú hecharás fuera la maldad de Israel. 13 Todo el pueblo debe escuchar, temer y no actuar más arrogantemente; (ser humilde para escuchar y obedecer la ley). 14 Cuando tu hayas venido a la tierra que EL SEÑOR TU DIOS te ha dado, cuando tomes posesión de ella y empieces a vivir en ella, y entonces tu digas: "Yo pondré un rey sobre mí mismo, como todas las naciones que están a mi alrededor", 15 entonces tu debes seguramente poner como rey sobre tí a alguien quien EL SEÑOR TU DIOS escogerá. Tu debes poner como rey sobre tí a alguien de entre tus hermanos. Tu no puedes poner a un extranjero, quien no es tu hermano, sobre tí. 16 Pero él no debe multiplicar caballos para él mismo o hacer que las personas regresen a Egipto para que él pueda multiplicar caballos, pues EL SEÑOR te ha dicho: "Tu no debes desde ahora para siempre regresar por ese camino otra vez". 17 Y él no debe multiplicar esposas para él mismo, para que su corazón no se aleje de EL SEÑOR; tampoco él debe multiplicar extremadamente para si mismo plata u oro. 18 Cuando él se siente en el trono de su reino, él debe escribir para él mismo en un libro una copia de esta ley, de la ley que es ante los sacerdotes, quienes son levitas. 19 El libro debe estar con él y él debe leerlo en todos los días de su vida, para que él pueda aprender a honrar a EL SEÑOR TU DIOS, así como para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos para observarlos. 20 Él debe hacer ésto así para que su corazón no se levante por encima de sus hermanos y así él no se aleje de los mandamientos a la mano derecha o a la izquierda; para el propósito que él pueda prolongar los días en su reino, él y sus hijos en medio de Israel.

18

1 Los sacerdotes quienes son levitas, y toda la tribu de Leví, no tendrán ninguna porción ni herencia con Israel; ellos deberán comer las ofrendas del SEÑOR hechas por fuego como su herencia. 2 No deberán tener herencia entre sus hermanos; el Señor es su herencia, como Él les dijo. 3 Este será el derecho de los sacerdotes de parte de su pueblo, de aquellos que ofrecen un sacrificio, sea buey u oveja: deberán dar al sacerdote el hombro, las dos mejillas y las partes internas. 4 Los primeros frutos de tu grano, de tu vino nuevo y de tu aceite, y la primera lana de tu oveja le debes dar. 5 Porque el SEÑOR TU DIOS lo ha escogido de entre todas tus tribus para pararse a servir en el nombre del SEÑOR, ÉL y sus hijos para siempre. 6 Si un levita viene de cualquiera de tus pueblos fuera de todo Israel de donde está viviendo, y desea con toda su alma venir al lugar que EL SEÑOR escogerá, 7 entonces él deberá servir en el nombre del SEÑOR SU DIOS como todos sus hermanos los levitas hacen, quienes están parados allí ante ELSEÑOR. 8 Deberán tener porciones similares para comer, aparte de lo que venga de la venta de la herencia de su familia. 9 Cuando hayas venido a la tierra que el SEÑOR TU DIOS te está dando, deberáS aprender a no observar las abominaciones de esas naciones. 10 No se debe encontrar entre ustedes ninguno que ponga a su hijo o su hija en el fuego, ninguno que use adivinación, ninguno que practique augurios, o ningún encantador, o ningún brujo, 11 ningún hechicero, ninguno que hable con los muertos, o cualquiera que hable con espíritus. 12 Quien sea que haga estas cosas es abominación al SEÑOR; es por estas abominaciones que EL SEÑOR TU DIOS los expulsa fuera de delante de ustedes. 13 Ustedes deben estar sin culpa delante del SEÑOR TU DIOS. 14 Estas naciones que vas a despojar escuchan a aquellos quienes practican la hechicería y la adivinación; pero en cuanto a ustedes, EL SEÑORTU DIOS no te ha permitido hacerlo. 15 El SEÑOR TU DIOS levantará un Profeta de entre ustedes, uno de tus hermanos, como yo. Ustedes deben escucharlo. 16 Esto es lo que ustedes pidieron al SEÑOR TU DIOS en Horeb en el día de la asamblea, diciendo: "No escuchemos nuevamente la Voz del SEÑOR NUESTRO DIOS, no veamos más este gran fuego, o moriremos". 17 El SEÑOR me dijo: "Lo que ellos han dicho es bueno. 18 Yo levantaré un Profeta para ellos de entre sus hermanos, como ustedes. Yo pondré mis Palabras en su boca, y él hablará a ellos todo lo que YO le mande. 19 Esto sucederá que si cualquiera no escucha a las palabras Mías que él habla en mi Nombre, yo le pediré cuentas. 20 Pero el profeta que hable una palabra arrogantemente en mi nombre, una palabra que yo no le he mandado a hablar, o quien hable en el nombre de otros dioses, ese profeta debe morir". 21 Esto es lo que debes decir en tu corazón: "¿Cómo reconoceremos un mensaje que el SEÑOR no ha hablado?" 22 Tú reconocerás un mensaje que EL SEÑOR ha hablado cuando un profeta hable en el nombre del SEÑOR. Si esto no ocurre o no sucede, entonces eso es algo que EL SEÑOR no há hablado y el profeta lo ha hablado arrogantemente, y ustedes no deben temer de él.

19

1 Cuando EL SEÑOR TU DIOS quite las naciones, aquellas cuyas tierras EL SEÑOR TU DIOS le está dando a ustedes, y cuando ustedes vengan después de ellos y vivan en sus ciudades y casas, 2 ustedes deben seleccionar tres ciudades para ustedes mismos en medio de la tierra que EL SEÑOR TU DIOS está dándoles a ustedes para que posean. 3 Ustedes deben construir un camino y dividir los bordes de la tierra en tres partes, la tierra que EL SEÑOR TU DIOS les está dando a heredar, para que así todo quien mate a otra persona pueda huir allá. 4 Esta es la ley para aquel que mate a otro y huya allá para vivir: cualquiera que mate a su vecino sin querer, y no lo odiaba previamente, 5 como cuando un hombre va al bosque con su vecino a cortar madera y su mano tira con el acha para cortar un árbol, y la cabeza se desliza del eje y golpea a su vecino y él muere, entonces ese hombre debe huir a una de estas ciudades y vivir. 6 De otra forma el vengador de la sangre irá detrás de aquel quien tomó una vida, y ardiendo en cólera le alcance porque fue un largo viaje. Y él le golpee y le mate, aunque ese hombre no merecía morir; y él no merece la pena de muerte ya que él no odiaba a su vecino antes de que esto sucediera. 7 Por consiguiente, Yo ordeno que seleccionen tres ciudades para ustedes mismos. 8 Si EL SEÑOR TU DIOS extiende tus fronteras, como ÉL había jurado a tus antepasados hacer, y te dé toda la tierra que ÉL prometió dar a tus antepasados; 9 Y si tú mantienes todos estos mandamientos para hacerlos, los cuales yo estoy ordenando a ustedes hoy, mandamientos para amar al SEÑOR TU DIOS y para siempre caminar en sus caminos, entonces ustedes deben añadir tres ciudades más para ustedes mismos, además de estas tres. 10 Haz esto para que sangre inocente no sea derramada en medio de la tierra que EL SEÑOR TU DIOS les está dando a ustedes como una herencia, de tal forma que no se derrame culpa de sangre sobre ustedes. 11 Si alguno odia a su vecino, lo acecha, se levanta y le hiere mortalmente de tal forma que muera, y si entonces huye a una de estas ciudades, 12 entonces los ancianos de su ciudad lo mandaran traer de vuelta de allí, y lo entregarán en las manos de algún pariente responsable de la víctima, así el puede morir. 13 Tu ojo no sienta pena por él, sino que debes erradicar la sangre del culpable de Israel, para que te vaya bien. 14 No debes remover el punto de referencia del terreno de tu vecino que se estableció hace largo tiempo atrás, en la heredad que tu Dios te dió para que poseas. 15 Un solo testigo no se levantará en contra de una persona por alguna iniquidad, o pecado, en ningún asunto que pecare, de la boca de dos o tres testigos debe ser confirmado cualquier asunto. 16 Imagina que un testigo injusto se levante a testificar falsamente en contra de cualquiera, de que hizo mal. 17 Entonces ambos hombres, entre los que existe la controversia, deben venir delante del SEÑOR, delante de los sacerdotes y de los jueces que sirven en esos días. 18 Los jueces deberán investigar diligentemente; ver si el testigo es falso y ha testificado falsamente contra su hermano, 19 entonces debes hacerle a él lo que quiso hacerle a su hermano y removerás el mal de entre ustedes. 20 Entonces los que queden escucharán y temerán y no desearán cometer semejante maldad entre ellos. 21 No tengas misericordia; vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

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1 Cuando marches hacia la batalla en contra de tus enemigos, y veas caballos, carros, y gente más numerosa que tú, no tengas miedo de ellos; porque EL SEÑOR TU DIOS está contigo, el que te sacó de la tierra de Egipto. 2 Cuando estés a punto de entrar a la batalla, el sacerdote debe acercarse y hablarle a la gente. 3 El debe decirles: "Oye, Israel, vas a la guerra contra tus enemigos. No desmaye tu corazón. No temas o tiembles. No tengas miedo de ellos. 4 Porque EL SEÑOR TU DIOS es el que vá contigo, a pelear por tí en contra de tus enemigos y salvarte". 5 Los oficiales deben hablarle a la gente y decirles: "Hay algún hombre que haya construido una casa y no ha vivido en ella? Déjenle regresar a su casa, no sea que muera en batalla y otro hombre la estrene. 6 Hay alguno que haya plantado una viña y no haya disfrutado de su fruto? Déjelo que vaya a casa, no sea que muera en batalla y otro hombre disfrute su fruto. 7 Qué hombre hay que esté comprometido en matrimonio pero no se ha casado aún? Déjenle ir a casa no sea que muera en batalla y otro se case con ella". 8 Los oficiales deben hablarle al pueblo y decirle: "¿Hay algún hombre que es miedoso o que desfallece? Déjenle regresar a casa no sea que el corazón de su hermano desfallezca igual que su propio corazón". 9 Cuando los oficiales hayan terminado de hablarle a la gente, deben nombrar comandantes sobre ellos. 10 Cuando ustedes marchen para atacar una ciudad, háganles una oferta de paz a esas personas. 11 Si ellos aceptan tu oferta y te abren sus puertas, todas las personas que se encuentren allí serán forzados a trabajar para ustedes y deben servirte. 12 Pero si no hacen una oferta de paz, y en cambio hacen guerra contra ustedes, entonces ustedes deben sitiarla, 13 y cuando EL SEÑOR TU DIOS te dé la victoria y los ponga bajo tu control, ustedes deben matar a todo hombre en el pueblo. 14 Pero a las mujeres, a los pequeños, al ganado, y todo lo que está en la ciudad, y todas las cosas de valor, ustedes tomarán como botín para ustedes mismos. Consumirán el botín de tu enemigos, los cuales EL SEÑOR TU DIOS te ha dado. 15 Debes actuar de esta manera contra todas las ciudades que están muy lejos de tí, ciudades que no son las ciudades de las siguientes naciones. 16 En las ciudades de estas personas que EL SEÑOR TU DIOS te está dando como herencia, NO debes mantener vivo nada que respire. 17 En cambio, debes destruirlos completamente: al hitita y el amorreo, el cananeo, el ferezeo, el heveos y el jebuseo, como EL SEÑOR TU DIOS te ha ordenado. 18 Haz esto para que ellos no te enseñen a actuar en ninguna de sus maneras abominables, como ellos han hecho con sus dioses. Si lo haces, pecarás contra EL SEÑOR TU DIOS. 19 Cuando sitees una ciudad por un largo tiempo, mientras le haces guerra contra ella para capturarla, ustedes no deben destruir sus árboles empuñando un hacha contra ellos. Pues ustedes pueden comer de ellos, así que no debes derribarlos. ¿Pues es el árbol del campo como un hombre a quien debas sitiar? 20 Solamente los árboles que ustedes conozcan que no son árboles para comida, ustedes pueden destruir y derribar; ustedes construirán obras de asedio contra la ciudad que hizo guerra con ustedes, hasta que caiga.

21

1 Si alguien es hallado muerto en la tierra que EL SEÑOR TU DIOS te está dando para poseer, acostado en el campo, y no se sabe quién lo atacó; 2 entonces tus ancianos y jueces deberán salir, y deberán medir hasta las ciudades que estén alrededor de el que ha sido asesinado. 3 Entonces los ancianos del pueblo más cercano al cuerpo del hombre muerto deberán tomar una novilla de la manada, una que nunca haya sido puesta a trabajar, y que no haya llevado yugo. 4 Entonces deberán llevar la novilla abajo a un valle con aguas corriendo, un valle que no haya sido arado ni sembrado, y allí en el valle deberán romper el cuello de la novilla. 5 Los sacerdotes, descendientes de Leví, deberán acercarse; pues a quellos que EL SEÑOR TU DIOS ha escogido para que le sirvan y para bendecir a las personas en el nombre del SEÑOR; escuchen a sus consejos, pues sus palabras serán el veredicto en toda disputa y caso de asalto. 6 Todos los ancianos de la ciudad más cercana al hombre muerto deberán lavar sus manos sobre la novilla cuyo cuello fue roto en el valle; 7 y deberán responder al caso y decir: "Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos la han visto. 8 Perdona, SEÑOR, a tu pueblo Israel, a quien tú has redimido, y no pongas culpa por sangre inocente derramada en medio de tu pueblo Israel". Entonces la sangre derramada les será perdonada. 9 De esta manera quitarás la sangre inocente de en medio de tÍ, cuando hagas lo que es correcto ante los ojos del SEÑOR. 10 Cuando tu salgas a la batalla en contra de tus enemigos EL SEÑOR TU DIOS te da la victoria y los pone bajo tu control, y tu te los lleves como cautivos, 11 si tu ves entre los cautivos una mujer hermosa y tu tienes un deseo por ella y deseas tomarla para tí como una esposa, 12 entonces tú la llevarás al hogar de tu casa; ella rapará su cabeza y cortará sus uñas. 13 Entonces ella se quitará la ropa que ella vestía cuando ella fue tomada cautiva y ella permanecerá en tu casa y llorará por su padre y su madre un mes completo. Después de eso tu puedes dormir con ella y ser su esposo, y ella será tu esposa. 14 Pero si no encuentras deleite en ella, entonces tú puedes dejarla ir a donde ella desee. Pero tú no debes venderla en absoluto por dinero, y tú no debes tratarla como una esclava, porque tú la has humillado. 15 Si un hombre tiene dos esposas y una es amada y la otra es odiada, y ambas le han dado a él hijos, tanto la esposa amada y la esposa odiada, si el hijo primogénito es de esa que es odiada, 16 entonces el día que el hombre reparta a sus hijos la heredad que él posee, él no puede hacer el hijo de la esposa amada el primogénito antes del hijo de la esposa odiada, el hijo quien es ciertamente el primogénto. 17 En cambio, él debe reconocer el primogénito, el hijo de la esposa odiada, dándole a él una doble porción de todo eso que él posee; ya que ese hijo es el inicio de su fuerza; el derecho de la primogenitura pertenece a él. 18 Si un hombre tiene un hijo terco y rebelde que no obedece la voz de su padre o la voz de su madre, y quien aún aunque ellos lo corrijan no los escucha a ellos; 19 entonces su padre y su madre deberán agarrarlo y llevarlo afuera a los ancianos de su ciudad y a la puerta de su ciudad. 20 Ellos deben decir a los ancianos de su ciudad: "Este hijo de nosotros es terco y rebelde; él no obedece nuestra voz; él es un glotón y un borracho". 21 Entonces todos los hombres de esa ciudad deberán apedrearlo hasta morir con piedras; y tu removerás la maldad de entre tí. Todo Israél escuchará de esto y temerá. 22 Si un hombre ha cometido un pecado digno de muerte y se le ha dado muerte, y tu lo cuelgas a él de un árbol, 23 entonces su cuerpo no debe permanecer toda la noche en el árbol. En cambio, tú debes seguramente enterrarlo el mismo día; quien sea colgado es maldito por DIOS. Obedece este mandamiento, de esta forma tu no contaminarás la tierra que EL SEÑOR TU DIOS te está dando en heredad.

22

1 No debes mirar el buey de tu compañero israelita o a su oveja ir por mal camino y ocultarlo de ellos; seguramente debes devorvérselos. 2 Si tu compañero israelita no está cerca de tí, o si no lo conoces, entonces debes llevarte el animal a tu casa, y debes estar con él hasta que lo busque, y después se lo debes devolver a él. 3 Debes hacer lo mismo con su burro; debes hacer lo mismo con sus prendas; debes hacer lo mismo con cada cosa perdida de tu compañero israelita, lo que sea que él haya perdido y tú hayas encontrado; no debes esconderlo para ti mismo. 4 No debes mirar al burro o el buey de tu compañero israelita caído en el camino y esconderte de ellos; tu debes seguramente ayudarlo a levantarlo otra vez. 5 Una mujer no debe vestir lo que le pertenece a un hombre, y tampoco un hombre debe ponerse ropa de mujer; pues quien haga una de estas cosas es una abominación para el SEÑOR tu Dios. 6 Si ocurre que un nido de un ave está delante tuyo en el camino, en cualquier árbol o en el suelo, con crías o huevos en él, y la madre está sentada en las crías o sobre los huevos, no debes llevarte a la madre junto con sus crías. 7 Seguramente debes dejar a la madre ir, pero a sus crías las puedes tomar para ti mismo. Obedece este mandato para que que te vaya bien, y que puedas prolongar tus días. 8 Cuando tú construyes una casa nueva, entonces debes hacer una baranda para tu techo para que no traigas sangre sobre tu casa si cualquiera se cae de allí. 9 No debes plantar tu viñedo con dos tipos de semillas, para que la cosecha completa no sea confiscada por el lugar santo, la semilla que tú has sembrado y el rendimiento del viñedo. 10 No debes arar con un buey y un burro juntos. 11 No debes ponerte ropas hechas de lana y lino juntos. 12 Tienes que hacerte flecos en las cuatro esquinas del manto con en el cual tú te vistes. 13 Suponiendo que un hombre toma a una esposa, duerme con ella, y después la odia, 14 y luego la acusa de cosas vergonzosas y le pone una mala reputación en ella, y dice: "Yo tomé a esta mujer, pero cuando me acerqué a ella, no encontré prueba de virginidad en ella." 15 Luego el padre y la madre de la niña tienen que llevar pruebas de su virginidad a los ancianos en la puerta de la ciudad 16 El padre de la niña tiene que decirle a los ancianos: "Yo le dí mi hija a este hombre como esposa, y él la odia. 17 Vean, él la ha acusado a ella de cosas vergonzosas y dijo: "Yo no encontré en tu hija prueba de virginidad.'' Pero aquí está la prueba de la virginidad de mi hija.' Entonces ellos deben extender la vestimenta ante los ancianos de la ciudad. 18 Los ancianos de esa ciudad tienen que llevarse a ese hombre y castigarlo; 19 y ellos tienen que multarle cien monedas de plata, y dárselo al padre de la niña, porque el hombre ha causado una mala reputación para una virgen de Israel. Ella tiene que ser su esposa; él no puede enviarla lejos durante todos sus días. 20 Pero si esta cosa es cierta, que la prueba de virginidad no fue encontrada en la niña, 21 entonces ellos deben traer a la niña a la puerta de la casa del padre, y los hombres de su ciudad tienen que apedrearla a muerte, porque ella ha cometido una acción vergonzosa en Israel, actuar como una ramera en la casa de su padre; y tu removerás el mal de entre ustedes. 22 Si un hombre es encontrado durmiendo con una mujer que está casada con otro hombre, entonces ambos deben morir, el hombre que estaba durmiendo con la mujer y la misma mujer; y tú removerás el mal de entre ustedes. 23 Si hay una mujer que es virgen, comprometida con un hombre, y otro hombre la encuentra en la ciudad y duerme con ella, 24 llévenlos a ambos a la puerta de la ciudad y apedréenlos hasta la muerte. Tú debes apedrear a la niña, porque ella no clamó, aunque ella estaba en la ciudad. Debes apedrear al hombre, porque él ha violado a la esposa del vecino; y tú removerás el mal de entre ustedes. 25 Pero si el hombre encuentra a la chica comprometida en el campo, y si él la toma y duerme con ella, entonces solamente el hombre que durmió con ella debe morir. 26 Pero a la niña no debes hacerle nada; porque no hay pecado digno de muerte en la niña. Para este caso es como cuando un hombre ataca a su vecino y lo mata. 27 Porque la encontró en el campo, la chica comprometida clamó, pero no había nadie para salvarla. 28 Si un hombre encuentra a una mujer que es virgen pero no está comprometida, y si él la toma y duerme con ella y ellos son descubiertos, 29 entonces el hombre que durmió con ella tiene que dar cincuenta monedas de plata al padre de la niña, y ella debe de convertirse en su esposa, porque él la ha humillado. Él no puede enviarla lejos durante todos sus días. 30 Un hombre no puede tomar la esposa de su padre como suya; él no puede quitar los derechos del matrimonio de su padre.

23

1 Ningún hombre herido por aplastamiento o cortado podrá entrar a la asamblea del SEÑOR. 2 Ningún niño ilegítimo podrá pertenecer a la asamblea del SEÑOR, tan lejos como hasta la décima generación de sus descendientes, ninguno de ellos podrá pertenecer a la asamblea del SEÑOR. 3 Un amonita o moabita no podrá pertenecer a la asamblea del SEÑOR; tan lejos como hasta la décima generación de sus descendientes, ninguno de ellos podrá pertenecer a la asamblea del SEÑOR. 4 Esto es porque ellos no salieron a tu encuentro con pan y con agua en el camino cuando ustedes salieron de Egipto, y porque ellos contrataron en contra tuya a Balaam hijo de Beor, de Petor en Aram-naharaim para maldecirte. 5 Pero EL SEÑOR TU DIOS no escuchó a Balaam; en cambio, EL SEÑOR TU DIOS cambió la maldición en bendición para tí, porque EL SEÑOR TU DIOS te amó. 6 Nunca puedes buscar la paz o prosperidad de ellos, durante todos tus días. 7 No puedes detestar a un edomita, porque es tu hermano, no puedes aborrecer al egipcio, porque fuiste extranjero en su tierra. 8 Los descendientes de la tercera generación que les nazcan podrán pertenecer a la asamblea del SEÑOR. 9 Cuando marches fuera como un ejército en contra de tus enemigos, entonces tendrás que guardarte de cualquier cosa maligna. 10 Si hay en medio de tÍ un hombre que esté impuro por causa de lo que le pasó en la noche, entonces él tiene que salirse fuera del campamento del ejército; no podrá regresar al campamento. 11 Cuando llegue la tarde, él tiene que bañarse en agua; cuando el sol caiga, puede volver a entrar al campamento. 12 También tienes que tener un lugar fuera del campamento al cual vayas; 13 y tendrás algo entre tus herramientas para cavar; cuando te agaches para hacer tus necesidades, tienes que cavar con eso y luego volver a poner la tierra y cubrir aquello que salió de ti. 14 Porque EL SEÑOR TU DIOS camina en medio de tu campamento para darte la victoria y para entregarte tus enemigos a tí. Por lo tanto, tu campamento tiene que ser santo para que ÉL no pueda ver ninguna cosa inmunda en medio de tií y se aparte de tí. 15 Tú no puedes devolverle a su amo un esclavo que ha escapado de su amo. 16 Déjalo vivir con ustedes, en cualquier pueblo que él escoga. No lo opriman. 17 No puede haber ninguna prostituta de culto entre cualquiera de las hijas de Israel, tampoco puede haber prostituta de culto entre los hijos de Israél. 18 No puedes traer el salario de una prostituta o el salario de un perro a la casa del SEÑOR TU DIOS para cualquier voto; pues ambos son abominación para EL SEÑOR TU DIOS. 19 No puedes exigir intereses a tu compañero israelita, intereses de dinero, intereses de comida, o intereses de cualquier cosa que se exiga interés. 20 A un extranjero le puedes exigir intereses; pero a tu hermano israelita no le puedes exigir intereses, para que EL SEÑOR TU DIOS pueda bendecirte con todo a lo que le has puesto tu mano, en la tierra la cual vas a poseer. 21 Cuando hagas un voto al SEÑOR DIOS, no puedes ser lento en cumplirlo, porque EL SEÑOR TU DIOS ciertamente lo requerirá de tÍ; sería pecado para tÍ el no cumplirlo. 22 Pero si te abstienes de hacer un voto, no habrá pecado en medio de tÍ. 23 Eso que ha salido de tus labios tienes que cuidar y hacer; de acuerdo a lo que hayas prometido al Señor TU DIOS, cualquier cosa que libremente hayas prometido con tu boca. 24 Cuando vayas al viñedo de tu vecino, podrás comer todas las uvas que desees, pero no pongas alguna en tu cesto. 25 Cuando vayas a la cosecha de tu vecino, podrás arrancar las cabezas del grano con tu mano, pero no podrás poner una hoz a la mies de su vecino.

24

1 Cuando un hombre toma a una esposa y se casa con ella, si ella no encuentra favor ante sus ojos porque ha encontrado algo inadecuado en ella, entonces el debe escribirle un certificado de divorcio, ponerlo en sus manos, y mandarla fuera de su casa. 2 Cuando ella se haya ido fuera de su casa, ella puede irse y ser la esposa de otro hombre. 3 Si el segundo hombre la odia y le escribe un certificado de divorcio, lo pone en sus manos, y la manda fuera de su casa; o si el segundo esposo muere, el hombre quien la tomó para ser su esposa, 4 entonces su esposo anterior, el que la echó por primera vez, no puede tomarla de nuevo como esposa, después de convertirse en impura; pues eso sería una abonimación al SEÑOR. No debes causar que la tierra sea culpable, la tierra que el SEÑOR TU DIOS te está dando como herencia. 5 Cuando un hombre toma a una nueva esposa, él no ira a guerra con el ejército, tampoco puede ser ordenado a ir a un trabajo forzado; el será libre de estar en su hogar por un año y animará a su esposa a la cual él ha tomado. 6 Ningún hombre puede tomar un molino o una piedra de molino superior como garantía, pues eso sería tomar la vida de una persona como garantía. 7 Si un hombre es hallado secuestrando alguno de sus hermanos entre el pueblo de Israél, y lo trata como un esclavo y lo vende, ese ladrón deber morir; y tú removerás la maldad entre ustedes. 8 Toma atención en cuanto a cualquier plaga de lepra, para que puedas observar cuidadosamente y seguir cada instrucción dada a tí la cual los sacerdotes, los Levitas, te enseñen; como YO les ordené, para que actúes. 9 Traigan a la mente lo que EL SEÑOR TU DIOS le hizo a Miriam mientras salías de Egipto. 10 Cuando le haces a tu vecino algún tipo de préstamo, no debes entrar a su casa a extraer su garantía. 11 Te pararás afuera, y el hombre a quien le prestaste te traerá la garantía a tí afuera. 12 Si él es un hombre pobre, no debes dormir con su garantía en tu poder. 13 Tu verdaderamente debes restaurarle su garantía a la puesta del sol, para que pueda dormir en su manto y bendecirte; será justicia para tí delante del SEÑOR TU DIOS. 14 No debes oprimir a un sirviente contratado quien es pobre y necesitado, sea un compañero Israelita, o de extranjeros que están en tu tierra dentro de los ppuertas de tu ciudad; 15 Cada día debe darle su ganancia; no debe bajar el sol en este asunto no resuelto, pues él es pobre y está contando con eso. Haz esto para que él no llore en contra tuya al SEÑOR, y para que no sea un pecado que hayas cometido. 16 N o deberán hacer morir a los padres por sus hijos, ni deberán hacer lmorir a los hijos por sus padres. En vez, todos deben morir por sus propios pecados. 17 No debes usar fuerza para quitar la justicia que se debe al extranjero o a los huérfanos, ni tomar el manto de la viuda como una garantía. 18 En su lugar, debes traer a memoria que fuiste un esclavo en Egipto, y queEL SEÑOR TU DIOS te rescató de allí. Por lo tanto YO te instruyo a que obedezcas este mandato. 19 Cuando recojas tu cosecha en tu campo, y si se te ha olvidado la gavilla en el campo, no debes ir por ella a buscarla; debe ser para el extranjero, para los huérfanos, o para la viuda, para queEL SEÑÓR TU DIOS pueda bendecirte en todo el trabajo de tus manos. 20 Cuando sacudas tu árbol de olivo, no debes ir de nuevo a las ramas; será para el extranjero, para el huérfano, o para la viuda. 21 Cuando reúnas las uvas de tu viña, no deberás recogerla otra vez. Lo que sobre será para el extranjero, para el huérfano, y para la viuda. 22 Debes llevar en mente que fuiste un esclavo en la tierra de Egipto; por lo tanto YO te instruyo a que obedezcas este mandato.

25

1 Si hay disputa entre hombres y ellos van a la corte, y el juez los juzga a ellos, entonces los justos seran liberados y condenarán al malvado. 2 Si el hombre culpable merece que sea golpeado, luego el juez hará que él se acueste y sea golpeado en su presencia con la orden de golpes, como haya sido su crimen. 3 El juez puede darle a él cuarenta golpes, pero él no podrá exceder ese número; por cuanto si el excede el número y lo golpea con muchos más golpes, entonces tus compañeros Isrealitas serán humillados ante tus ojos. 4 Tú no debes colocarle un bozal al buey cuando pisa el grano. 5 Si hermanos viven juntos y uno de ello muere, sin tener hijos, entoces la esposa del hombre muerto no puede casarse con otro fuera de la familia. En vez de esto, el hermano de su esposo debe dormir con ella y tomarla a ella para él como una esposa, y toma el lugar de esposo para ella. 6 Esto es así para que el primogénito que ella tenga pueda tener éxito en el nombre del hermano muerto de ese hombre, para que su nombre no desaparezca de Israél. 7 Pero si el hombre no desea tomar la esposa de su hermano para él, entoces la esposa de su hermano debe ir a la puerta de los ancianos y decir; "El hermano de mi esposo rehusa criar para su hermano un nombre en Israél; El no cumplirá el deber del hermano de un esposo para mí". 8 Entonces los ancianos de su ciudad deben llamarlo a él y hablar con él. Pero suponiendo que él insista y diga, "Yo no deseo tomarla a ella". 9 Entonces la esposa de su hermano debe acercarse a él en la presencia de los ancianos, quitarle sus sandalias de sus pies, y escupirle la cara. Ella debe de responderle a él y decir, "Esto es lo que se le hace a un hombre que no construye la casa de su hermano." 10 Su nombre será llamado en Israél, "La casa del cual sus sandalias fueron removidas." 11 Si los hombres pelean entre ellos, y la esposa de uno llega al rescate de su esposo fuera de la mano de aquel que lo golpeó, y si ella extiende su mano y lo toma por sus partes privadas, 12 entoces tu tienes que cortarle su mano; tus ojos no pueden tenerle lástima. 13 Tu no debes tener en tu bolsa diferentes pesos, uno grande y uno pequeño. 14 Tú no debes tener en tu casa diferentes medidas, una grande y una pequeña. 15 Un perfecto y justo peso tu debes tener; una perfecta y justa medida tu debes tener, para que tus días puedan ser largos en la tierra que EL SEÑOR TU DIOS te dió a tí. 16 Por cuanto todos los que hacen tales cosas, todo ese acto injustamente, son una abominacíon al SEÑOR TU DIOS. 17 Trae a tu memoria lo que Amalec te hizo a tí en el camino cuando tú saliste de Egipto, 18 como él te conoció a tí en el camino y atacó a los que estaban en la retaguardia, todos los que fueron débiles en la retaguardia, cuando estabas débil y cansado; él no honró a nuestro DIOS. 19 Por lo tanto, cuando EL SEÑOR TU DIOS te ha dado descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra de EL SEÑOR TU DIOS te esta dando para poseer como herencia, tú no debes de olvidar que tú tienes que borrar el recuerdo de Amalec de debajo del cielo.

26

1 Cuando ustedes hayan entrado a la tierra que EL SEÑOR TU DIOS les está dando como herencia, y cuando ustedes la posean y vivan en ella, 2 entonces ustedes deben tomar algo de lo primero de toda la cosecha de la tierra que ustedes han traído de la tierra que EL SEÑOR TU DIOS les está dando. Deben ponerla en una canasta e ir al lugar que EL SEÑOR TU DIOS escogerá como su santuario. 3 Ustedes deben ir donde el sacerdote quién estará sirviendo en aquellos días y decirle: "Yo reconozco hoy al DEÑOR TU DIOS que yo he venido a la tierra que EL SEÑOR juró a nuestros antepasados que nos daría". 4 El sacerdote debe tomar la canasta fuera de tu mano y colocarla delante del altar del SEÑOR TU DIOS. 5 Usteden deben decir ante EL SEÑOR TU DIOS: "Mi antepasado era un arameo ambulante. Él descendió a Egipto y se quedó ahí, y su pueblo eran pocos en número. Ahí él se convirtió en una gran, poderosa y poblada nación. 6 Los egipcios nos trataron mal y nos afligieron. Ellos nos hicieron hacer el trabajo de esclavos. 7 Nosotros clamamos al SEÑOR, EL DIOS de nuestros padres, y ÉL escuchó nuestra voz y vio nuestra aflicción, nuestra labor y nuestra opresión. 8 EL SEÑOR nos sacó fuera de Egipto con una mano poderosa, con un brazo extendido, con gran terror, con señales y con maravillas; 9 y ÉL nos ha traído a este lugar y nos ha dado esta tierra, una tierra que fluye con leche y miel. 10 Ahora miren, yo he traído lo primero de la cosecha de la tierrra que TÚ SEÑOR me haz dado. Ustedes deben colocarla delante del SEÑOR SU DIOS y adorar delante de ÉL; 11 y ustedes deben alegrase en todo lo bueno que EL SEÑOR SU DIOS ha hecho por ustedes, por tu casa, tú y el levita, y el extranjero quien está entre ustedes. 12 Cuando ustedes hayan terminado de dar todo el diezmo de su cosecha en el tercer año, esto es, el año de diezmar, entonces ustedes deben darlo al levita, al extranjero, al huérfano de pobre y a la viuda, para que ellos puedan comer dentro de las puertas de tu ciudad y ser llenos. 13 Ustedes debes decir delante del SEÑOR SU DIOS: "Yo he traído de mi casa las cosas que le pertenecen al SEÑOR, y las he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, de acuerdo a todos tus mandamientos que TÚ me has dado. Yo no he transgredido ninguno de tus mandamientos, ni tampoco yo los he olvidado. 14 Yo no he comido nada de eso en mi luto, ni tampoco yo la he puesto en otro lugar donde yo era impuro, ni tampoco yo he dado algo de ellas en honor a los muertos. Yo he escuchado a la voz del SEÑOR MI DIOS; yo he obedecido todo lo que tú me has mandado a hacer. 15 Mira hacia abajo desde el Lugar Santo donde TÚ vives, desde el cielo bendice a tu pueblo Israél, y la tierra que TÚ nos has dado, así como has jurado a nuestros padres, una tierra fluyendo con leche y miel". 16 Hoy EL SEÑOR TU DIOS les está mandando a ustedes a obedecer estos estatutos y decretos; ustedes por lo tanto los mantendrán y los harán con todo su corazón y con toda su alma. 17 Ustedes han reconocido hoy que EL SEÑOR es SU DIOS, y que ustedes caminarán en SUS caminos y mantendrán SUS estatutos, SUS mandamientos y SUS decretos y que ustedes escucharán su VOZ. 18 Y hoy EL SEÑOR ha reconocido que ustedes son un pueblo quienes son su propia posesión, como ÉL ha prometido a ustedes hacerles, y que ustedes deben mantener todos sus mandamientos. 19 El SEÑOR ha reconocido hoy que ÉL los pondrá por encima de todas las otras naciones que ÉL ha hecho, como ejemplo para alabanza, para reputación y para Honra. Ustedes serán un pueblo que estará apartado para EL SEÑOR SU DIOS, justo como ÉL dijo.

27

1 Moisés y los ancianos de Israel le ordenaron al pueblo y dijeron: "Mantengan todos los mandamientos que yo les ordeno hoy. 2 En el día cuando ustedes pasen sobre el Jordán a la tierra que EL SEÑOR SU DIOS les está dando, deben colocar unas piedras grandes y empañetarlas con yeso. 3 Deben escribir sobre ellas todas las palabras de esta ley cuando hayan cruzado; que puedan ir a la tierra que EL SEÑOR SU DIOS les está dando, una tierra fluyendo con leche y miel, según EL SEÑOR, EL DIOS de sus antepasados, les ha prometido. 4 Cuando ustedes hayan pasado sobre el Jordán, pongan estas piedras sobre las cuales les estoy ordenando hoy, en el Monte Ebal, y empañétenlas con yeso. 5 Ahí deberán construir un altar al SEÑOR SU DIOS, un altar de piedras; pero no deberán levantar ninguna herramienta de hierro para trabajar las piedras. 6 Deberán construir el altar del SEÑOR SU DIOS de piedras no trabajadas; deberán ofrecer ofrendas quemadas sobre él al SEÑOR SU DIOS, 7 y sacrificarán ofrendas de hermandad y comerán ahí; se alegrarán ante EL SEÑOR TU DIOS. 8 Escribirán sobre las piedras todas las palabras de esta ley muy claramente". 9 Moisés y los sacerdotes, los levitas, hablaron a todo Israél y dijeron: "Estén callados y escuche Israel: Hoy ustedes se han convertido en el pueblo del SEÑOR SU DIOS. 10 Deberán por lo tanto obedecer la VOZ del SEÑOR SU DIOS y obedecer sus mandamientos y estatutos que yo les estoy ordenando hoy". 11 Moisés le ordenó al pueblo el mismo día y dijo: 12 "Estas tribus se pararán sobre el Monte Gerizim para bendecir al pueblo después que hayas pasado sobre el Jordán: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín. 13 Estas son las tribus que se pararán sobre el Monte Ebal para pronunciar maldiciones: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí". 14 Los levitas contestarán y dirán a todos los hombres de Israel en una voz alta: 15 "Maldito sea el hombre que haga una figura tallada o fundida, una abominación al SEÑOR, el trabajo de las manos de un artesano y al que la levante en secreto". Entonces todo el pueblo deberá contestar y decir: "Amén". 16 "Será maldito el hombre que deshonre a su padre o a su madre". Y todo el pueblo tiene que decir: "Amén". 17 "Será maldito el hombre que le quite la tierra a su vecino.". Y todo el pueblo tiene que decir: "Amén". 18 "Será maldito el hombre que haga al ciego apartarse de su camino". Y todo el pueblo tiene que decir: "Amén". 19 "Será maldito el hombre que use la fuerza para quitarle la justicia al extranjero, huérfano, o viuda". Y todo el pueblo tiene que decir: "Amén". 20 "Será maldito el hombre que se acueste con la esposa de su padre, porque le ha quitado los derechos de su padre". Y todo el pueblo tiene que decir: "Amén". 21 "Será maldito el hombre que se acueste con cualquier tipo de bestia". Y todo el pueblo tiene que decir: "Amén". 22 "Será maldito el hombre que duerma con su hermana, la hija de su padre; o con la hija de su madre". Y todo el pueblo tiene que decir: "Amén". 23 "Será maldito el hombre que duerma con su suegra". Y todo el pueblo tiene que decir: "Amén". 24 "Será maldito el hombre que mate a su vecino en secreto". Y todo el pueblo tiene que decir: "Amén". 25 "Será maldito el hombre que acepte un soborno para matar a una persona inocente". Y todo el pueblo tiene que decir: "Amén". 26 "Será maldito el hombre que no confirme las palabras de esta ley para obedecerlas". Y todo el pueblo tiene que decir: "Amén".

28

1 Si escuchan cuidadosamente la voz DEL SEÑOR SU DIOS para guardar todos sus mandamientos que YO les Estoy ordenando hoy, EL SEÑOR SU DIOS los pondrá sobre todas las naciones de la tierra. 2 Todas estas bendiciones vendrán sobre ustedes y les sucederán, si escuchan la voz DEL SEÑOR SU DIOS. 3 Benditos serán en la ciudad, y benditos serán en el campo. 4 Bendito será el fruto de su cuerpo, y el fruto de su tierra, y el fruto de sus bestias, el aumento de su ganado y las crías de su rebaño. 5 Bendita será su cesta y su amasador. 6 Benditos serán cuando ustedes entren, y benditos serán cuando salgan. 7 El SEÑOR causará que los enemigos que se levanten contra de ustedes sean derrotados delante de ustedes; ellos saldrán en su contra por un camino, pero huirán ante ustedes por siete caminos. 8 El SEÑOR le ordenará a las bendiciones que vengan sobre ustedes, en sus graneros y en todo lo que pongan sus manos; Él los bendecirá a ustedes en la tierra que ÉL les está dando. 9 El SEÑOR les establecerá como un pueblo que es separado para sí mismo, como ÉL les ha jurado a ustedes, si guardan los mandamientos del SEÑOR SU DIOS, y caminan en sus caminos. 10 Todos los pueblos de la tierra verán que ustedes son llamados por el nombre del SEÑOR, y ellos tendrán miedo de ustedes. 11 El SEÑOR los hará muy prósperos en el fruto de su cuerpo, en el fruto de su ganado, en el fruto de su tierra, en la tierra que ÉL le juró a sus antepasados que les daría. 12 El SEÑOR les abrirá a ustedes su almacén de los cielos para dar lluvia a la tierra de ustedes en el tiempo correcto, y para bendecir todo el trabajo de sus manos; le prestarán a muchas naciones, pero ustedes no tomarán prestado. 13 El SEÑOR les hará ser cabeza, pero no ser la cola; sólo estarán por encima, y nunca estarán por debajo, si escuchan los mandamientos del SEÑOR SE DIOS que YO les estoy ordenando hoy, para que los observen y los hagan, 14 y si ustedes no se apartan de ninguna de las palabras que YO les estoy ordenando hoy, a la mano derecha o a la izquierda, ni van detrás de otros dioses para servirles. 15 Pero si ustedes no escuchan la VOZ del SEÑOR SU DIOS para seguir todos Sus mandamientos y Sus estatutos que yo les estoy ordenando hoy, entonces todas estas maldiciones vendrán sobre ustedes y les sucederán. 16 Maldito serás en la ciudad, y maldito serás en el campo. 17 Maldita será tu canasta y tu artesa. 18 Maldito será el fruto de tu cuerpo, el fruto de tu tierra, el aumento de tu ganado, y las crías de tu rebaño. 19 Maldito serás cuando entres, y maldito serás cuando salgas. 20 El SEÑOR enviará sobre tí maldiciones, confusión, y reprimendas en todo lo que pongas tu mano, hasta que seas destruído, y hasta que perezcas rápidamente a causa de tus acciones malvadas por las cuales tu me has abandonado. 21 El SEÑOR hará que la plaga se adhiera a tí hasta que ÉL te destruya en las afueras de la tierra que vas camino a poseer. 22 El SEÑOR te atacará con enfermedades infecciosas, con fiebre, con inflamación, y con sequía y calor abrasador, y con intensos vientos y moho. Estas te perseguirán hasta que perezcas. 23 Los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de tí será de hierro. 24 El SEÑOR convertirá la lluvia de tu tierra en polvo y ceniza; desde los cielos caerán a tí, hasta que seas destruído. 25 El SEÑOR causará que seas derribado ante tus enemigos; tu saldrás por un camino contra ellos pero huirán ante ellos por siete caminos. Serás arrojado y esparcido por entre todos los reinos de la tierra. 26 Tu cadaver será alimento para todas las aves de los cielos y para las bestias de la tierra; no habrá quien los aleje. 27 El SEÑOR te atacará con los tumores de Egipto y con úlceras, sarna, y picazón, de los cuales no podrás ser sanado. 28 El SEÑOR te atacará con locura, con ceguera, y con confusión mental. 29 Irás a tientas durante el día como el ciego que tantea en la oscuridad, y no prosperarás en tus caminos; serás siempre oprimido y robado, y no habrá nadie para salvarte. 30 Tu te comprometerás con una mujer, pero otro hombre la tomará y la violará. Construirás una casa pero no vivirás en ella; tu plantarás un viñedo pero no disfrutarás su fruto. 31 Tu buey será descuartizado delante de tus ojos, pero no comerás su carne; tu burro será tomado por la fuerza ante tí y no te será restituido. Tu oveja será dada a tus enemigos, y tu no tendras a nadie para ayudarte. 32 Tus hijos y tus hijas serán dados a otras personas; tus ojos los buscarán todo el día, pero fallarán en las ansias por ellos. No habrá fuerza en tu mano. 33 La cosecha de tu tierra y de todas tus labores la comerá una nación que tu no conoces; siempre serás oprimido y aplastado, 34 así que te volverás loco por lo que tendrás que ver pasar. 35 Él SEÑOR te atacará en tus rodillas y piernas con llagas dolorosas de las cuales no podrás ser curado, desde la planta de tus pies hasta el tope de tu cabeza. 36 Él SEÑOR te llevará a tí, y al rey a quien escojerás sobre tí, a una nación que tú no conoces, ni tú ni tus ancestros; allí adorarás otros dioses de madera y piedra. 37 Tú te convertirás en una fuente de horror, un proverbio, y en un dicho, entre toda la gente donde Él SEÑOR te guiará lejos. 38 Tú sembrarás mucha semilla en tus campos, pero recogerás poca semilla, porque las langostas la consumirá. 39 Tú plantarás viñedos y los cultivarás, pero no tomarás ningun vino ni tampoco recogerás las uvas, porque los gusanos se las comerán. 40 Tú tendrás árboles de olivo por todo tu territorio, pero no aplicarás de su aceite en ti, porque tus árboles de olivo dejarán caer sus frutos. 41 Tú tendrás hijos e hijas, pero no permanecerán tuyos, porque se irán en cautividad. 42 Todos tus árboles y los frutos de tu tierra, las langostas los tomarán. 43 El extranjero que esta entre ustedes se levantará sobre ti alto y más alto; tú mismo bajarás bajo y más bajo. 44 Él te prestará a ti y tú no le prestarás a él; él será la cabeza, y tú serás la cola. 45 Todas estás maldiciones vendrán sobre tí y te perseguirán y te sucederán hasta que tú seas destruido. Esto sucederá porque tú no escuchaste la voz del SEÑOR TU DIOS, para guardar Sus mandamientos y Sus estatutos que ÉL te mandó. 46 Estas maldiciones serán en ti como señales y maravillas, y en tus descendientes por siempre. 47 Porque tu no adoraste al SEÑOR TU DIOS con alegria y contentamiento de corazón cuando estabas en prosperidad, 48 por lo tanto servirás a los enemigos que el SEÑOR enviará en contra tuya; les servirás en hambruna, sediento, en desnudez y en pobreza. El pondrá un yugo de hierro en tu cuello hasta que te destruya. 49 El SEÑOR traerá desde lejos una nación en contra de tí, desde los confines de la tierra, como un águila vuela hacia su víctima, una nación cuya lengua tú no comprendes; 50 una nación con un rostro feroz que no respeta al viejo y no muestra favor al joven. 51 Ellos comerán las crías de tu ganado y el fruto de tu tierra hasta que seas destruído. Ellos no te dejarán ningún grano, vino nuevo, o aceite, ninguna cría de tu ganado ni de tu rebaño, hasta que hayan causado que perezcas. 52 Ellos te rodearán en todas las puertas de tu ciudad, hasta que tus altos y fortificados muros caigan en toda tu tierra, muros en los que has confiado. Ellos te sitiarán dentro de todas las puertas de tu ciudad a través de toda la tierra que el SEÑOR TU DIOS te ha dado. 53 Comerás el fruto de tu propio cuerpo, la carne de tus hijos y de tus hijas, quienes el SEÑOR TU DIOS te dió, en el asedio y en la angustia las cuales tus enemigos pondrán sobre tí. 54 El hombre que es tierno y muy delicado entre ustedes, será envidioso de su hermano y de su propia querida esposa, y de cualquier hijo que haya dejado. 55 Así que no dará a ninguno de ellos la carne de sus propios hijos porque el vá a comer solo, porque no le quedará nada para sí mismo en el asedio y la angustia que tu enemigo pondrá sobre tí dentro de todas las puertas de la ciudad. 56 La mujer tierna y delicada entre ustedes, que no se aventure a poner la parte inferior de su pie en el suelo por delicadeza y ternura, será envidiosa de su propio querido esposo, de su hijo, y de su hija, 57 y de su propio recién nacido que nace de entre sus piernas, y de los hijos a quienes ella soportará. Ella los comerá en privado por falta de cualquier otra cosa, durante el asedio y en la angustia, las cuales tu enemigo pondrá sobre tí dentro de las puertas de tu ciudad. 58 Si ustedes no guardan todas las palabras de esta ley y que están escritas en este libro, para honrar Su Glorioso y Temeroso Nombre; EL SEÑOR SU DIOS, 59 entonces el SEÑOR hará que sus plagas sean terribles, y sobre aquellos de sus desendientes; esas serán grandes plagas de larga duración, y enfermedades severas, de larga duración. 60 ÉL enviará sobre ustedes otra vez todas las enfermedades de Egipto, a las que les temían, ellas se pegarán a ustedes. 61 Además, toda enfermedad y plaga que no esté escrita en el libro de esta ley, estas también EL SEÑOR les enviará, hasta que estén destruídos. 62 Ustedes quedarán pocos en número, aunque eran numerosos como estrellas en el cielo, porque no escucharon a la voz del SEÑOR SU DIOS. 63 Como EL SEÑOR se alegró una vez sobre ustedes en hacerles bien, y en multiplicarles, así se alegrará en ustedes, haciéndoles perecer y destruyéndoles. Serán arrancados de la tierra que poseerán. 64 El SEÑOR los dispersará entre todos los pueblos desde un extremo de la tierra al otro extremo de la tierra; allí adorarán otros dioses que no han conocido ni ustedes, ni sus ancestros, dioses de madera y piedra. 65 Entre estas naciones no encontrarán descanso, y allí no habrá reposo para la planta de sus pies; en cambio, EL SEÑOR les dará allí un corazón tembloroso, ojos que fallan, y un alma que llora. 66 Su vida colgará en duda ante ustedes; temerán toda noche y día, y no tendrán certeza de toda su vida. 67 En las mañanas ustedes dirán: "¡desearíamos que fuera de noche!"y en las noches dirán: "¡desearíamos que fuera de mañana!" por el miedo en sus corazones y las cosas que sus ojos tendrán que ver. 68 El SEÑOR les llevará a Egipto otra vez en barcas, por la ruta en la cual yo les dije: "No verán a Egipto otra vez". Allí ustedes se ofrecerán a la venta a sus enemigos como hombres y mujeres esclavos, pero nadie les comprará.

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1 Estas son las palabras que EL SEÑOR le ha mandado a Moisés decirle al pueblo de Israél en la tierra de Moab, palabras que fueron añadidas al Pacto que ÉL ha hecho con ellos en Horeb. 2 Moisés llamó a todo Israél y les dijo: "Ustedes han visto todo lo que EL SEÑOR hizo ante tus ojos en la tierra de Egipto al Faraón, a todos sus sirvientes y a toda su tierra, 3 los grandes sufrimientos que sus ojos vieron, las señales y aquellas grandes maravillas. 4 Pero hasta hoy EL SEÑOR no les há dado a ustedes un corazón para conocer, ojos para ver u oídos para escuchar. 5 Yo los he guiado a ustedes por cuarenta años en el desierto; sus vestiduras no se desgastaron en ustedes y sus sandalias no se desgastaron en sus pies. 6 Ustedes no comieron nada de pan y no bebieron ningún vino u otras bebidas alcohólicas, para que así ustedes pudieran conocer que yo soy EL SEÑOR TU DIOS. 7 Cuando ustedes llegaron a este lugar, Sehón el rey de Hesbón, y Og el rey de Basán, salieron en contra de ustedes para pelear y nosotros los derrotamos. 8 Nosotros tomamos su tierra y la dimos como una herencia a los rubenitas, a los gaditas y a la mitad de la tribu de Manasés. 9 Por lo tanto, mantengan las palabras de este Pacto y háganlas, para que así ustedes puedan prosperar en todo lo que ustedes hagan. 10 Ustedes se paran hoy, todos ustedes, delante del SEÑOR SU DIOS; sus jefes, sus tribus, sus ancianos y sus oficiales, todos los hombres de Israél, 11 sus pequeños, sus esposas y el extranjero que está entre ustedes en su campamento, desde aquel que corta su madera hasta aquel que saca su agua. 12 Ustedes están aquí para que así entren al Pacto del SEÑOR SU DIOS y entren al juramento que el SEÑOR SU DIOS está haciendo con ustedes hoy, 13 para que así ÉL pueda hacerlos hoy un pueblo para ÉL mismo, y para que ÉL pueda ser DIOS para ustedes, así como ÉL habló a ustedes y así como ÉL juró a tus antepasados, a Abraham, a Isaac y a Jacob. 14 Y no es solamente con ustedes que estoy haciendo este Pacto y este juramento, 15 con todo el que esté parado aquí con nosotros hoy delante del SEÑOR NUESTRO DIOS, pero también con aquellos que no están aquí con nosotros hoy. 16 Ustedes saben cómo nosotros vivimos en la tierra de Egipto y cómo nosotros pasamos por medio de las naciones por las cuales ustedes pasaron. 17 Has visto sus cosas desagradables, sus ídolos de madera y piedra, plata y oro, que estaban entre ellos. 18 Asegúrense que no haya entre ustedes ningún hombre, mujer, familia, o tribu cuyo corazón se esté alejando hoy del SEÑOR NUESTRO DIOS, para ir a adorar los dioses de esas naciones. Asegúrense que no haya entre ustedes ninguna raíz que produzca hiel y ajenjo. 19 Cuando esa persona oiga las palabras de esta maldición, él se bendecirá en su corazón y dirá: "yo tendré paz, a pesar de caminar en la terquedad de mi corazón". Esto podría destruir lo mojado junto con lo seco. 20 Él SEÑOR no le perdonará a él, pero el enojo del SEÑOR y Su celo arderá contra ese hombre, y todas las maldiciones que están escritas en este libro vendrán sobre él, y EL SEÑOR borrará su nombre de debajo del cielo. 21 El SEÑOR lo separará aparte para desastre de todas las tribus de Israél, en acuerdo con todas las maldiciones del pacto que estan escritas en los libros de la ley. 22 La generación que vendrá, tus hijos quienes se levantarán después de tí, y el extranjero que viene de una tierra distante, hablarán cuando vean las plagas en esta tierra y las enfermedades con las que EL SEÑOR lo ha enfermado, 23 y cuando ellos vean que toda la tierra se ha convertido en azufre y sal ardiente, donde nada se siembra o produce fruto, donde ninguna vegetación crece, como la destrucción de Sodoma y Gomorra, Adma y Zeboim, que EL SEÑOR destruyó en Su enojo e ira. 24 Ellos dirán juntos con todas las otras naciones: "¿Porque ha hecho EL SEÑOR esto a esta tierra? ¿Que significará el ardor de esta gran ira?" 25 Entonces la gente dirá: "Es porque ellos abandonaron el pacto del SEÑOR, EL DIOS de sus antepasados, que ÉL hizo con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto, 26 y porque ellos fueron y sirvieron a otros dioses y se inclinaron ante ellos, dioses que ellos no habían conocido y que ÉL no se los había dado. 27 Por lo tanto, la ira del SEÑOR ha sido encendida contra esta tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones que están escritas en este libro. 28 El SEÑOR los ha desarraigado de sus tierras en enojo, en ira, y en gran furia, y los ha lanzado en otra tierra, hasta hoy". 29 Las cosas secretas solo pertenecen al SEÑOR NUESTRO DIOS; pero las cosas que son reveladas pertenecen para siempre a nosotros y a nuestros descendientes, para que hagamos todas las Palabras de esta ley.

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1 Cuando todas estas cosas vengan a ustedes, las bendiciones y las maldiciones que yo he puesto ante ustedes, y cuando las recuerdes entre todas las demás naciones donde EL SEÑOR TU DIOS te ha llevado, 2 y cuando regreses al SEÑOR TU DIOS y obedezcan SU voz, siguiendo todo lo que les he ordenado hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, 3 entonces EL SEÑOR TU DIOS revertirá su cautiverio y tendrá compasión en ustedes; ÉL regresará y los reunirá de todos los pueblos de donde EL SENOR SU DIOS los ha esparcido. 4 Si alguna de las personas exiliadas están en los lugares lejanos debajo de los cielos, de allí EL SEÑOR TU DIOS los reunirá, y de allí ÉL los traerá. 5 El SEÑOR TU DIOS te traerá a la tierra que tus antepasados poseyeron, y tú la poseerás nuevamente; ÉL te hará bien y te multiplicará aun más de lo que ÉL hizo a tus antepasados. 6 El SEÑOR TU DIOS circuncidará sus corazones y los corazones de sus descendientes, entonces amarás al SEÑORTU DIOS con todo tu corazón y con toda tu alma, para que puedas vivir. 7 El SEÑOR TU DIOS pondrá todas estas maldiciones en tus enemigos y en aquellos que te odian, aquellos que te persiguieron. 8 Tú regresarás y obedecerás la Voz del SEÑOR, y tú harás todos los mandamientos que te estoy ordenando hoy. 9 EL SEÑOR TU DIOS te hará abundante en todos los trabajos de tu mano, y en los frutos de tu cuerpo, en los frutos de tu ganado, y en los frutos de tu suelo, para prosperidad; porque EL SEÑOR se alegrará sobre tí por la prosperidad, así como se alegró con tus padres. 10 ÉL hará esto si ustedes obedecen la Voz del SEÑOR TU DIOS, a fin de guardar sus mandamientos y regulaciones que están escritas en este libro de la ley, si te vuelves al SEÑOR TU DIOS con todo tu corazón y toda tu alma. 11 Porque este mandamiento que estoy ordenándoles hoy no es tan dificíl para ustedes, tampoco está tan lejos para ustedes para alcanzar. 12 No está en el cielo, para que puedan decir: "¿Quién irá arriba a los cielos por nosotros y lo traerá abajo a nosotros y nos hará poder oirlo, para que podamos hacerlo?" 13 Tampoco está más allá del mar, para que puedan decir: "¿Quien irá sobre el mar por nosotros y lo traerá a nosotros y nos hará oírlo, para poder hacerlo?" 14 Pero la palabra está bien cerca de ustedes, en su boca y en su corazón, para que puedan hacerlo. 15 Vean, hoy he puesto ante ustedes la vida y el bien, la muerte y el mal. 16 Si ustedes obedecen los decretos del SEÑOR SU DIOS, a quien yo les ordeno hoy que amen al SEÑOR SU DIOS, a caminar en sus caminos, y a guardar sus mandamientos, sus regulaciones, y sus estatutos, ustedes vivirán y se multiplicarán, y el SEÑOR SU DIOS los bendecirá en la tierra que van a entrar a poseer. 17 Pero si su corazón se aleja, y si ustedes no escuchan, pero en cambio son atraídos y se inclinan a otros dioses y los adoran, 18 entonces YO les anuncio hoy que de seguro perecerán; YO no prolongaré sus días en la tierra que ustedes están pasando sobre el Jordán para entrar en ella y poseer. 19 YO llamo al cielo y a la tierra a testificár contra ustedes hoy que YO he puesto delante de ustedes la vida y la muerte, las bendiciones y las maldiciones; por tanto escojan la vida para que puedan vivir, ustedes y sus descendientes. 20 Hagan esto para amar al SEÑOR SU DIOS, para obedecer su Voz y aferrarse a ÉL. Pues ÉL es su vida y la duración de sus días; hagan esto para que entonces puedan vivir en la tierra que EL SEÑOR juró a sus antepasados, a Abraham, a Isaac, y a Jacob, para entregarles.''

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1 Moises fue y habló estas palabras a todo Israél. 2 Les dijo: "Ahora tengo ciento veinte años de edad; ya no puedo ir o venir; EL SEÑOR me ha dicho: "Tú no pasarás el Jordán.' 3 El SEÑOR TU DIOS, ÉL pasará antes que ustedes; ÉL destruirá estas naciones delante de ustedes, y podrán disponer de ellas. Josué, él pasará antes que ustedes, como el SEÑOR ha hablado. 4 El SEÑOR les hará a ellos como ÉL hizo con Sehón y Og, reyes de los amorreos, y a su tierra, a quienes ÉL destruyó. 5 El SEÑOR les dará victoria sobre ellos cuando ustedes los ecuentren en batalla, y harán con ellos todo los que les he mandado. 6 Sean fuertes y valientes, sin temor, no teman; y no tengan temor de ellos; porque EL SEÑOR TU DIOS, ÉL es quien va con ustedes; ÉL no les fallará ni los abandonará." 7 Moisés llamó a Josué y le dijo delante de toda Israél: "Sean fuertes y valientes, porque ustedes irán con este pueblo a la tierra que EL SEÑOR ha prometido darle a sus antepasados; y que ustedes heredarán. 8 El SEÑOR, ÉL es quien va delante de ustedes; ÉL estará con ustedes; ÉL no les fallará ni tampoco los abandonará; no tengan miedo, ni se desanimen." 9 Moisés escribió esta ley y se la dio a los sacerdotes, a los hijos de Leví, quienes cargaban el Arca del Pacto del SEÑOR; ÉL también le dió copias de la ley a todos los ancianos de Israél. 10 Moisés les ordenó y dijo: "Al final de cada siete años, al tiempo fijado para la cancelación de deudas, durante La Fiesta de los Refugiados, 11 cuando todo Israél haya venido para presentarse delante del SEÑOR TU DIOS en el lugar que ÉL escogerá para su Santuario, leerás esta ley delante de todo Israél en su audiencia. 12 Reuniras al pueblo, los hombres, las mujeres, y a los pequeños, y tu extranjero quien está dentro de las puertas de tú ciudad, así que ellos puedan escuchar y aprender, y así que ellos puedan honrar al SEÑOR TU DIOS y guardar todas las palabras de esta ley. 13 Hagan esto para que sus hijos, quienes no han conocido, pudieran oír y aprender a honrar al SEÑOR TU DIOS, mientras vivas en la tierra que tú vas a pasar sobre el Jordán a poseer". 14 El SEÑOR dijo a Moisés: "Mira, el día está llegando cuando tú debes morir; llama a Josué y preséntense ustedes mismos en la carpa de reunión, para que yo pueda darle un mandamiento". Moisés y Josué fueron y se presentaron ellos mismos en la carpa de reunión. 15 El SEÑOR apareció en la carpa en una columna de nube; la columna de nube se paró en la puerta de la carpa. 16 El SEÑOR dijo a Moisés: "Mira, tu dormirás con tus padres; este pueblo se levantará y actuará como una prostituta persiguiendo a los dioses extraños de la tierra a donde va yendo. Ellos me van a abandonar y van a romper el Pacto que YO he hecho con ellos. 17 Después, en ese día, mi enojo será encendido contra ella, y YO voy a abandonarlos. YO voy a esconder Mi Cara de ellos, y ellos serán devorados. Muchos desastres y problemas encontrarán, para que ellos digan en ese día: "¿Me han encontrado estos desastres porque nuestro DIOS no está en medio de nosotros?" 18 Yo seguramente esconderé mi cara de ellos en ese día por toda la maldad que ellos han hecho, porque se han vuelto a otros dioses. 19 Ahora por lo tanto escribe esta canción para ustedes mismos y enseñala a las personas de Israél. Pónlo en sus bocas, para que esta canción pueda ser testigo para Mí en contra del pueblo de Israél. 20 Para que cuando YO lo haya traído a la tierra que Yo juré darlo a sus antepasados, una tierra fluyendo con leche y miel, y cuando él haya comido y se haya satisfecho y engordado, entonces él se alejará a otros dioses y ellos los servirán; ellos me van a despreciar y él romperá mi pacto. 21 Cuando muchas maldades y problemas encuentran a este pueblo, esta canción testificará ante ellos como un testigo; porque no será olvidada de la boca de sus descendientes; porque YO sé los planes que ellos están formando hoy, incluso antes que YO los trajera a la tierra que yo he jurado." 22 Así que Moisés escribió esta canción el mismo día y la enseñó al pueblo de Israél. 23 El SEÑOR entregó a Josué hijo de Nun una orden y dijo: "Sé fuerte y de buen valor; porque tú vas a traer el pueblo de Israél a la tierra que yo he jurado a ellos, y voy a estar con ustedes." 24 Pasó que cuando Moisés hubo terminado de escribir estas palabras de esta ley en un libro, 25 que él dió un mandamiento a los levitas quienes llevaron el Arca del Pacto del SEÑOR; él dijo: 26 "Toma este libro de la ley y ponlo por el lado del Arca del Pacto del SEÑOR TU DIOS, para que ahí haya un testigo contra ustedes. 27 Porque yo sé tu rebelión y tu terquedad; mira, mientras yo todavía estoy vivo contigo incluso hoy, tú has sido rebelde contra EL SEÑOR; ¿cuánto más después de mi muerte? 28 Reúneme a todos los ancianos de tus tribus, y tus oficiales, para que yo pueda hablar estas palabras en sus oídos y pueda llamar al cielo y la tierra para testificar contra ellos. 29 Porque yo sé que después de mi muerte ustedes se corromperán absolutamente y se alejarán del camino que yo he mandado a ustedes; desastres vendrán hacia ustedes en los próximos días. Esto sucederá porque ustedes harán lo que es malvado a los ojos del SEÑOR, para así provocarlo en enojo mediante el trabajo de tus manos". 30 Moisés recitó en los oídos de toda la asamblea de Israél las palabras de su canción hasta que la canción termino.

32

1 Den oídos los cielos, Dejenme hablar. Deja que la tierra escuche las palabras de MI boca. 2 Deja que mis enseñanzas caigan como la lluvia, deja que mi sermón destile como el rocío, como la gentil lluvia en la tierno pasto, y como las duchas en las plantas. 3 Pues yo proclamo el Nombre del SEÑOR, atribuir grandeza a nuestro DIOS. 4 La Roca, Su Trabajo es Perfecto; pues Sus caminos son Justos. ÉL es EL DIOS FIEL, sin iniquidad. ÉL Es Justo y Recto. 5 Ellos han actuado de manera corrupta en contra de ÉL. Ellos no son Sus hijos, son Su desgracia. Ellos son generacion pervertida y torcida. 6 ¿Tu recompensas al SEÑOR de esta manera? Gente tonta y sin sentido. ¿No es ÉL Tu Padre, el que te creó? El te hizo y te establecio. 7 Llama a tu mente los dias de antiguos tiempos, piensa en los años de muchos años pasados. Pide a tu padre y él te demostrará, a tus ancianos y ellos te dirán. 8 Cuando el mas Alto dio a las naciones su herencia, cuando ÉL dividió toda humanidad, y dio límites de la gente, como también arregló el número de sus dioses. 9 Pues la porción del SEÑOR es Su pueblo; Jacobo es Su herencia repartida. 10 El lo encontró en una tierra desierta y en el desierto árido y aullador; ÉL lo cubrió y cuidó de él, lo guardó como la niña de Sus ojos. 11 Como águila que guarda su nido y revolotea sobre los más jovenes, EL SEÑOR abre Sus alas y los cogio, y los cargó en Sus alas. 12 El SEÑOR solo le guió, no un dios extranjero estuvo con él. 13 Lo hizo montar en lugares altos de la tierra, y le alimentó de las frutas del campo; lo nutrió con miel de la roca, y aceite del peñasco. 14 El comió mantequilla de la manada y bebió leche del rebaño, con grasas de corderos y carneros de Basán y machos cabr[ios, con el mejor trigo, y tu bebiste vino espumoso hecho del jugo de uvas. 15 Pero Jesurún engordó y pateó, engordaste, estabas muy gordo y haz comido hasta llenarte. Él abandonó al DIOS quien lo hizo, y él rechazo la Roca de Su Salvación. 16 Hicieron al SEÑOR celoso por sus raros dioses; con su abonimación y lo enfurecieron. 17 Ellos sacrificaron a demonios, los cuales no son DIOS, dioses que ellos no habían conocido, dioses que aparecieron recientemente, dioses a los que tus padres no temían. 18 Tú has abandonado La Roca, quien hizo a tu Padre, y olvidaste al DIOS que te dió nacimiento. 19 El SEÑOR vio esto y ÉL los rechazó a ellos, porque Sus hijos y Sus hijas así lo provocaron. 20 "Yo esconderé Mi Cara de ellos", Él dijo: "Y YO veré lo que será su final; porque son una generación perversa, hijos que son infieles. 21 Me han hecho celoso con lo que no es dios y Me han enojado por sus cosas sin valor. YO los haré envidiosos por esos que no son un pueblo; con una nación tonta los haré enfurecerse. 22 Porque un fuego se ha encendido por Mi ira y está quemando hasta lo profundo del Seol; está devorando la tierra y su cosecha; está encendiendo en fuego los cimientos de las montañas. 23 Yo acumularé desastres sobre ellos; Yo dispararé todas Mis flechas sobre ellos. 24 Ellos serán debilitados por el hambre y devorados por el calor ardiente y amarga destrucción; Yo enviaré sobre ellos los dientes de animales salvajes, con el veneno de cosas que se arrastran en el polvo. 25 Afuera la espada traerá luto, y en las habitaciones el terror hará lo mismo. Destruirá tanto al hombre joven como a la virgen, al recién nacido como al hombre de cabellos grises. 26 YO dije que los dispersaría muy lejos, que YO haría que la memoria de ellos desapareciera de entre la humanidad. 27 No es que tema la provocación del enemigo y que sus enemigos puedan juzgar erróneamente, y que ellos digan: "Nuestra mano es exaltada", Yo habría hecho todo esto. 28 Porque Israel es una nación falta de sabiduría, y no hay entendimiento en ellos. 29 ¡Oh, que ellos fueran sabios, que ellos entendieran esto, que ellos consideraran su futuro venidero! 30 ¿Cómo uno puede perseguir a mil, y dos poner a dos mil a volar, a no ser que su Roca los haya vendido, y EL SEÑOR los haya entregado? 31 Porque la roca de nuestros enemigos no es como nuestra Roca, así como incluso nuestros enemigos lo admiten. 32 Porque el vino viene de la viña de Sodoma y de los campos de Gomorra; sus uvas son uvas de veneno; sus racimos son amargos. 33 Su vino es el veneno de serpientes y el cruel veneno de áspides. 34 ¿No es este plan guardado secretamente por Mí, sellado entre Mis tesoros? 35 "La venganza es Mía para darla, y recompensa en el tiempo en que sus pies resbalen; porque el día del desastre para ellos está cerca, y las cosas que están por venir sobre ellos se apresurán en suceder." 36 Porque EL SEÑOR dará justicia a Su pueblo, y ÉL tendrá piedad de Sus siervos. ÉL verá que la fuerza de ellos se ha ido, y nadie queda, ni esclavos o gente libre. 37 Entonces ÉL dirá: "¿Dónde están sus dioses, la roca en quienes ellos se refugiaron? 38 ¿Los dioses que comieron la grasa de sus sacrificios y tomaban el vino de sus ofrendas de bebida? Déjalos que se levanten y les ayuden; déjenles ser su protección. 39 Vean ahora que YO, incluso YO, SOY DIOS, y que no hay dios aparte de Mí; YO mato, y YO hago vida; YO hiero, y YO sano, y no hay alguno que pueda salvarlos de Mi Poder. 40 Porque YO levanto Mi Mano al cielo y digo: "Así como vivo por siempre, Yo actuaré. 41 Cuando YO afilo Mi brillante espada, y cuando Mi Mano comienza a traer justicia, YO rendiré venganza sobre Mis enemigos, y les pagaré de vuelta a aquellos que Me odian. 42 YO emborracharé Mis flechas con sangre, y Mi espada devorará la carne con la sangre de los muertos y los cautivos, y de las cabezas de los líderes del enemigo." 43 Alegrense ustedes naciones, con el pueblo de DIOS, porque ÉL vengará la sangre de sus siervos; ÉL dará venganza sobre Sus enemigos, y Él hará purificación por Su tierra, por Su pueblo. 44 Moisés vino y recitó todas las palabras de esta canción en los oídos del pueblo, él y Josué hijo de Nun. 45 Luego, Moisés terminó de recitar todas estas palabras a todo Israel. 46 Él les dijo a ellos: "Fijen su mente en todas las palabras que YO les he testificado a ustedes hoy, para que puedan ordenarle a sus hijos a guardarlas, todas las palabras de esta ley. 47 Porque esto no es un asunto trivial para ustedes, porque es su vida, y a través de esta cosa ustedes prolongarán sus días en la tierra que van a cruzar por el Jordán para poseer." 48 El SEÑOR habló a Moisés en ese mismo día y dijo: 49 "Sube hasta esta parte de las montañas de Abarim, arriba del Monte Nebo, el cual está en la tierra de Moab, opuesto a Jericó. Tú mirarás la tierra de Canaán, la cual les estoy dando al pueblo de Israel como su posesión. 50 Tú morirás en la montaña que subirás, tú serás reunido con tu gente, así como Aarón, tú compañero israelita, murió en el Monte Hor y fue reunido con su gente. 51 Esto sucederá porque ustedes fueron infieles a Mí entre el pueblo de Israel en las aguas de Meriba en Cades, en el desierto de Sin; porque ustedes no Me trataron con honor y respeto entre el pueblo de Israel. 52 Por tanto verás la tierra ante ti, pero no irás allí, a la tierra que Le estoy dando al pueblo de Israel."

33

1 Esta es la bendición con la cual Moisés, el hombre de Dios, bendijo a la gente de Israel antes de su muerte. 2 Él dijo: "El SEÑOR vino del Sinaí y se levantó desde Seir contra ellos. ÉL brilló desde el Monte Parán, y ÉL vino con diez mil de los santos. En Su Mano derecha La Ley con destellos de relámpagos. 3 Verdaderamente, Él ama los pueblos; todos Sus santos están en Su mano, y ellos se inclinaron a Sus pies; ellos recibieron Tus palabras. 4 Moisés nos ordenó una ley, una herencia para la asamblea de Jacob. 5 Entonces, hubo un rey en Jesurún, cuando los líderes de la gente se reunieron, todas la tribus de Israel juntas. 6 Permitan que Rubén viva y no muera, pero que sus hombres sean pocos. 7 Esta es la bendición para Judá. Moisés dijo: Escucha SEÑOR a la voz de Judá y tráelo a su pueblo otra vez. Pelea por él; sé su ayuda contra sus enemigos. 8 Acerca de Leví, Moisés dijo: Tu Tumim y tu Urim pertenecen al que te es leal, al que probaste en Masah, con quien luchaste en las aguas de Meriba. 9 El hombre que dijo acerca de su padre y su madre: ''No los he visto''. Ni tampoco reconoció a sus hermanos, ni tomó en consideración a sus propios hijos. Porque obedeció Tu palabra y guardó Tu pacto. 10 Él le enseña a Jacob Tus decretos y a Israel Tu ley. Él pondrá incienso delante de Ti y ofrendas quemadas enteras en Tu altar. 11 Bendice SEÑOR, sus posesiones y acepta el trabajo de sus manos. Destroza las entrañas de esos quienes se levantan en contra de él, y esos de la gente quienes lo odian, para que no se levanten otra vez. 12 Acerca de Benjamín, Moisés dijo: "El amado por EL SEÑOR vive seguro junto a ÉL; EL SEÑOR lo escuda todo el día y él vive entre los brazos del SEÑOR." 13 Acerca de José, Moisés dijo: "Que su tierra sea bendecida por EL SEÑOR con las cosas preciosas del cielo, con rocío, con lo profundo que está debajo de ella." 14 Que su tierra sea bendecida con las cosas preciosas de la cosecha del sol, con las cosas preciosas del producto de los meses, 15 con las mejores cosas de las antiguas montañas, y con las cosas preciosas de las colinas eternas. 16 Que su tierra sea bendecida con las cosas preciosas de la tierra y su abundancia, y con la buena voluntad de aquel que estaba en el arbusto. Deja que la bendicion venga sobre la cabeza de José, y sobre la cabeza de aquel que fue príncipe sobre sus hermanos. 17 El primogénito de un buey, majestuoso es él, y sus cuernos son los cuernos de un buey salvaje. Con ellos el empujará a los pueblos, a todos ellos, a los confines de la tierra. Estos son los diez miles de Efraín; estos son los miles de Manasés. 18 Acerca de Zebulón, Moisés dijo: "Alégrate Zebulón, en tu salida, y tú Isacar, en tus tiendas. 19 Ellos llamarán a los pueblos a las montañas. Allí ellos ofrecerán sacrificios de justicia. Porque ellos chuparán la abundancia de los mares, y de la arena en la orilla del mar. 20 Acerca de Gad, Moisés dijo: Bendito sea el que enaltece a Gad. Él vivirá ahí como una leona, y él arrancará un brazo o una cabeza. 21 Él tomó la mejor parte para sí mismo, porque ahí estaba la porción de tierra reservada para el líder. Él vino con las cabezas del pueblo. Él llevó a cabo la justicia del SEÑOR y Sus decretos con Israel. 22 Acerca de Dan, Moisés dijo: Dan es un cachorro de león que salta de Basán. 23 Acerca de Neftalí, Moisés dijo: "Neftalí, satisfecho con favor y lleno de la bendición del SEÑOR, toma posesión de la tierra al oeste y al sur. 24 Acerca de Aser, Moisés dijo: Bendito sea Aser más que los otros hijos; deja que sea aceptable a sus hermanos, y deja que moje su pie en aceite de oliva. 25 Que las barras de tu ciudad sean de hierro y bronce; según de largo sean tus días, así de largo sea tu seguridad. 26 No hay nadie como Dios, Jesurún, el honrado, quien monta por los cielos a tu ayuda, y en Su majestad en las nubes. 27 El Dios eterno es un refugio y debajo estan los brazos eternos. ÉL expulsa al enemigo de delante de ti, y ÉL dijo: "¡Destruye!" 28 Israel vivió en seguridad. La fuente de Jacob estaba segura en una tierra de grano y vino nuevo; de hecho, deje su cielo soltar rocío sobre él. 29 ¡Tus bendiciones son muchas, Israel! ¿Quién es como tú, un pueblo salvado por el SEÑOR, el escudo de tu ayuda, y la espada de tu majestad? Tus enemigos vendrán a ti temblando; tú derribarás sus lugares altos.

34

1 Moisés subió de las planicies de Moab al Monte Nebo, a lo alto del Pisga, el cual está opuesto a Jericó. Y EL SEÑOR Le mostró toda la tierra de Galaad tan lejos como Dan, 2 y todo Neftalí, y la tierra de Efraín y Manasés, y toda la tierra de Judá, al mar occidental, 3 y el Neguev, y la planicie del valle de Jericó, la Ciudad de Palmas, tan lejos como Zoar. 4 El SEÑOR le dijo: "Esta es la tierra que juré a Abraham, a Isaac, y a Jacob, diciendo: Yo la daré a tus descendientes. Te he permitido mirarla con tus ojos, pero tú no irás allá". 5 Así que Moisés el siervo del SEÑOR, murió allí en la tierra de Moab, como la palabra del SEÑOR prometió. 6 EL SEÑOR lo enterró en el valle en la tierra de Moab opuesto a Bet-peor, pero nadie sabe dónde está su tumba hasta este día. 7 Moisés era de cientoveinte años cuando murió; su ojo no se había apagado, ni su fuerza natural se había acabado. 8 El pueblo de Israel lloró por Moisés en las planicies de Moab por treinta días, y entonces los días de luto por Moisés se terminaron. 9 Josué hijo de Nun estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había colocado sus manos sobre él. El pueblo de Israel le escuchó e hizo lo que EL SEÑOR había mandado a Moisés. 10 No se ha levantado un profeta desde entonces en Israel como Moisés, a quien EL SEÑOR conocía Cara a cara. 11 Nunca ha habido algún profeta como él en todas las señales y maravillas que EL SEÑOR le envió a hacer en la tierra de Egipto, a Faraón, y a todos sus sirvientes, y a toda su tierra. 12 Nunca ha habido Profeta alguno como él en todos los grandes y temibles actos que Moisés hizo a la vista de todo Israel.

Josué
Josué
1

1 Sucedió que después de la muerte de Moisés, el siervo del EL SEÑOR, EL SEÑOR le habló a Josué el hijo de Nun, el asistente en jefe de Moisés, diciendo: 2 "Moisés, mi siervo, está muerto. Por lo tanto, levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que Yo les estoy dando, al pueblo de Israel. 3 Yo les he dado cada lugar donde la planta de sus pies pisare. Te lo he dado a ti, igual que se lo prometí a Moisés. 4 Desde el desierto y el Líbano, tan lejos como el gran río Eufrates, toda la tierra de los hititas y hasta el Mar Mediterráneo, donde el sol se mete, hasta alli será tu tierra. 5 Nadie será capaz de enfrentarse delante de ti en todos los días de tu vida. Yo estaré contigo como estuve con Moisés. No te abondonaré ni te dejaré. 6 Sé fuerte y valiente. Tú harás que este pueblo herede la tierra que Yo le prometí a sus antepasados que le daría. 7 Sé fuerte y muy valiente. Sé atento en obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te ordenó. No te desvies de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas victoria donde quiera que vayas. 8 Hablarás siempre acerca de este libro de la ley. Pensarás en él, de día y de noche, para que puedas obedecer todo lo que está escrito en él. Entonces, serás feliz y victoioso 9 ¿No fue así que te lo ordené? ¡Sé pues fuerte y valiente! No tengas miedo. No te desanimes. EL SEÑOR tu DIOS está contigo dondequiera que vayas". 10 Entonces, Josué ordenó a los líderes del pueblo: 11 "Vayan por el campamento y ordenen al pueblo: 'Preparen provisiones porque, en tres días cruzarán este Jordán, entrarán y se adueñarán de la tierra que EL SEÑOR su DIOS les está dando para ser dueños" 12 A los rubenitas, los gaditas y a la media tribu de Manasés, Josué les dijo: 13 "Recuerden la palabra que Moisés, el siervo del SEÑOR, les ordenó cuando dijo: El SEÑOR su DIOS les está dando nuevo aliento y Él les le da esta tierra.' 14 Sus esposas, sus pequeños y sus ganados se quedarán en la tierra que Moisés les dio más allá del Jordán. Pero tus guerreros irán con tus hermanos y los ayudarán, 15 hasta que EL SEÑOR les haya dado a tus hermanos descanso, así como Él se los ha dado a ustedes. Entonces, ellos también se adueñaran de la tierra, que EL SEÑOR su DIOS, les da. Entonces ustedes regresarán a su propia tierra y la gobernarán. La tierra que Moisés, el siervo de EL SEÑOR, les dió más allá del Jordán, donde el sol sale" 16 Y le contestaron a Josué diciendo: "Todo lo que nos has ordenado, lo haremos, y dondequiera que nos envíes, iremos. 17 Te obedeceremos así como nosotros obedecimos a Moisés. Solamente que EL SEÑOR tu DIOS esté contigo, así como estuvo con Moisés. 18 Cualquiera que se rebele contra tus órdenes y desobedezca tus palabras será muerto. Solamente sé fuerte y valiente."

2

1 Entonces Josué, hijo de Nun, envió en oculto a dos hombres de Sitim como observadores. Él les dijo: "Vayan, miren la tierra, especialmente a Jericó." Ellos salieron y llegaron a la casa de una prostituta llamada Rahab, y allí se quedaron. 2 Le dijeron al rey de Jericó: "Mira, hombres de Israel han venido a observar la tierra." 3 El rey de Jericó mando a decirle a Rahab: "Saca a los hombres que han venido a ti, que entraron a tu casa, pues han venido a observar nuestra tierra." 4 Pero la mujer se había llevado a los dos hombres y los escondio. Y la mujer dijo: "Sí; los hombres vinieron a mí, pero no sabía de donde venían. 5 Ellos se marcharon al anochecer, cuando es el momento en que las puertas de la ciudad se cierran. No sé, a dónde fueron. Tú, puedes alcanzarlos, si te apuras y vas tras ellos." 6 Pero ella los había llevado al techo y escondido con los tallos de lino que ella había tendido en el techo. 7 Así que los hombres los perseguieron en el camino que se dirige a los vados del Jordán. Y las puertas fueron cerradas tan pronto los perseguidores salieron. 8 Los hombres no se habían dormido, cuando ella subió a verlos. 9 Ella les dijo: "Yo sé que EL SEÑOR les ha dado ésta tierra y que el temor a ustedes ha venido sobre nosotros. Todos aquellos que viven en ésta, tierra serán dominados por ustedes." 10 Hemos oido, cómo EL SEÑOR secó el agua del Mar de las Cañas (Mar Rojo) para que pasaran cuando salieron de Egipto. Y oimos lo que ustedes le hicieron a los dos reyes amorreos al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a quienes ustedes mataron. 11 Tan pronto nosotros oimos sobre esto, se lleno de temor nuestro corazón y nuestra valentía se acabó, pues EL SEÑOR su DIOS, ÉL es DIOS arriba en los cielos y abajo en la tierra. 12 Ahora entonces, por favor, júrenme por EL SEÑOR que, como he sido buena con ustedes, ustedes también serán buenos con la casa de mi padre. Dénme una señal segura 13 de que ustedes protegeran la vida: de mi padre, madre, hermanos, hermanas y todas sus familias, y que ustedes nos salvarán de la muerte." 14 Los hombres le repondieron: "¡Te prometemos por nuestra vida! Que si tú, no hablas sobre nuestros planes, entonces; cuando EL SEÑOR nos entregue esta tierra, nosotros seremos compasivos y fieles para con ustedes." 15 Así que ella los bajo por la ventana utilizando una cuerda. La casa en la cual ella vivía estaba hecha en los muros de la ciudad. 16 Ella les dijo: "Vayan a las montañas y escóndanse o los perseguidores los encontrarán. Escóndanse allí por tres días, hasta que los perseguidores hayan regresado. Después podrán seguir su camino." 17 Los hombres le dijeron a ella: "Nosotros no cumpliremos nuestra promesa que te dijimos" que tú, nos has hecho jurar, si tú no haces lo siguiente. 18 Cuando nosotros lleguemos a esta tierra, tú debes amarrar un pedaso de tela roja en la ventana de donde nos permitiste bajar, y tú juntaras en la casa a tu padre y madre, a tus hermanos y toda la casa de tu padre. 19 Cualquiera que salga fuera de las puertas de tu casa hacia la calle, moriran por su propia desición y nosotros no seremos culpables. Pero si una mano es puesta sobre cualquiera de los de tu casa, nosoros seremos muertos por no cumplir nuestra promesa. 20 Pero si ustedes hablan sobre nuestros planes, nosotros no seremos culpables del juramento que nos pediste hacer." 21 Rahab respondió: "Que lo que hayas dicho se cumpla." Ella los despidió y se marcharon. Entonces ella amarro un pedazo de tela rojo en la ventana. 22 Ellos se marcharon hacia las montañas y se quedaron allí por tres días hasta que los perseguidores regresaron. Los perseguidores buscaron por todos lados del camino y no encontraron nada. 23 Los dos hombres bajaron de la montaña y regresaron con Josué, hijo de Nun, y le contaron todo lo que les había sucedido. 24 Y le dijeron a Josué: "Ciertamente EL SEÑOR nos ha dado esta tierra. Todos los habitantes de la tierra están temerosos a causa nuestra."

3

1 Josué se levantó temprano en la mañana y salieron de Sitím. Fueron al Río Jordán, él y todo el pueblo de Israel, y acamparon ahí antes de cruzar el río. 2 Después de tres días, los oficiales recorrieron el campamento; 3 le pidieron a la gente: "Cuando vean el arca del pacto del SEÑOR su DIOS, y los sacerdotes de los levitas cargándola, deben seguirla. 4 Debe haber un espacio entre ustedes y ella de noventa metros. No se le acerquen a ella, para que puedan ver hacia donde ir, ya que no conocen este camino." 5 Josué le dijo a la gente: ''Conságrense ustedes mismos mañana, porque EL SEÑOR va a hacer maravillas entre ustedes.'' 6 Luego Josué le dijo a los sacerdotes: ''Sostengan el arca del pacto, y pasen delante de la gente.'' Así que sostuvieron el arca del pacto y fueron delante de la gente. 7 El SEÑOR le dijo a Josué: ''Este día te haré un gran hombre a los ojos de Israel. Sabrán que así como estuve con Moisés, así también estaré contigo. 8 Tú ordenarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto: 'Cuando hayan llegado a la orilla de las aguas del Jordán --deben mantenerse firmes en el Río Jordán--" 9 Entonces Josué le dijo a la gente de Israel: ''Vengan aquí, y esuchen las palabras del SEÑOR su DIOS. 10 Despues de ésto sabrán que EL DIOS viviente está entre ustedes y sacarán de adelante de ustedes a los cananeos, los hititas, los heveos, los ferezeos, los gergeseos, los amorreos y los jebuseos. 11 ¡Mira! El arca del pacto del Señor de toda la tierra, cruzará al otro lado delante de ustedes en el Jordán. 12 Ahora escojan doce hombres de las tribus de Israel, uno de cada una. 13 Cuando la planta de los pies de los sacerdotes que cargan el arca del SEÑOR de toda la tierra, toque las aguas del Jordán, las aguas del Jordán van a ser detenidas, su corriente de arriba se detendrá y se pararán en seco y las aguas de abajo del río también detendra su corriente 14 Entonces, cuando la gente fue a cruzar el Jordán, los sacerdotes que cargaban el arca del pacto fueron delante de la gente. 15 Despues de que aquellos que cargaban el arca llegaron al Jordán, y sus pies estuvieron mojados a la orilla del agua (ahora el Jordán se desborda de sus cauces a lo largo del tiempo de cosecha), 16 las aguas que corren desde río arriba se levantaron en un muro de agua. El agua dejó de correr desde una gran distancia desde Adán, la cuidad que está junto a Saretán, bajando hasta el mar de Néguev, el Mar Salado. Y la gente cruzó hacia el otro lado cerca Jericó. 17 Los sacerdotes que cargaban el arca del pacto del SEÑOR, se pararon en tierra seca en el medio del Jordán hasta que toda la gente de Israel cruzó al otro lado.

4

1 Cuando todas las personas cruzaron el Jordán, EL SEÑOR le dijo a Josué: 2 "Elije doce hombres de entre el pueblo, un hombre de cada tribu. 3 Dales este mandamiento: "Toma doce piedras del centro del Jordán, donde los sacerdotes están parados en el suelo seco, y llévalas contigo, y ponlas en el lugar donde pasarán la noche." 4 Luego, Josué llamó a los doce hombres que había seleccionado de las tribus de Israel, uno de cada tribu. 5 Josué les dijo: "Pasen delante del arca del SEÑOR su DIOS al centro del Jordán. Cada uno de ustedes levantará una piedra en su hombro, según el número de las tribus de las personas de Israel. 6 Esto servirá de señal, para cuando sus hijos les pregunten en los días que vendrán: '¿Qué significan estas piedras para ti?' 7 Entonces le dirás a ellos: 'Las aguas del Jordán fueron divididas ante el arca del pacto del SEÑOR. Cuando esta pasó sobre el Jordán, las aguas del Jordán fueron divididas. Así que estas piedras serán un altar a las personas de Israel para siempre". 8 El pueblo de Israel hicieron como Josué les mandó, y ellos recogieron doce piedras del centro del Jordán, como EL SEÑOR le dijo a Josué. Ellos colocaron las piedras de acuerdo al numero de las tribus del pueblo de Israel. Llevaron las piedras con ellos al lugar donde acamparon y las dejaron ahí. 9 Luego Josué colocó doce piedras en el centro del Jordán, en el lugar donde los pies de los sacerdotes que cargaron el arca del pacto se pararon. Y este altar está allí hasta el día de hoy. 10 Los sacerdotes que cargaron el arca se parararon en el centro del Jordán hasta que todo lo que EL SEÑOR ordenó a Josué decir al pueblo fue completado, según todo lo que Moisés le ordenó a Josué. Las personas se apresuraron y cruzaron. 11 Cuando toda la gente terminó de cruzar, el arca del SEÑOR y los sacerdotes cruzaron delante del pueblo. 12 La tribu de Rubén, la tribu de Gad, y la media tribu de Manasés pasaron delante del pueblo de Israel formados como un ejercito, así como Moisés les dijo. 13 Cerca de cuarenta mil hombres equipados para la guerra, pasaron ante EL SEÑOR para la batalla en los llanos de Jericó. 14 En ese día EL SEÑOR hizo a Josué poderoso ante todos los ojos de todo Israel. Ellos lo respetaron, así como respetaron a Moisés- todos sus días. 15 Luego EL SEÑOR habló a Josué: 16 "Ordena a los sacerdotes que cargan el arca del testimonio que salgan fuera del Jordán." 17 Así que, Josué ordenó a los sacerdotes: "Salgan afuera del Jordán.'' 18 Cuando los sacerdotes que cargaban el arca del pacto del SEÑOR salieron del centro del Jordán, y sus pies tocaron el suelo seco, entonces las aguas del Jordán volvieron a fluir como fue cuatro días antes. 19 Las personas salieron del Jordán en el día diez del primer mes. Se quedaron en Gilgal, al este de Jericó. 20 Las doce piedras que sacaron del Jordán, Josué las colocó en Gilgal. 21 Él le dijo al pueblo de Israel: "Cuando sus descendientes pregunten a sus padres en los tiempos por venir: '¿Qué son estas piedras? 22 Dile a tus hijos: "Aquí es donde Israel cruzó el Jordán en suelo seco." 23 El SEÑOR tu DIOS secó las aguas del Jordán para ti, hasta que tú cruzaras, así como ELSEÑOR tu DIOS le hizo al Mar de las Cañas (Mar Rojo), el cual Él secó por nosotros hasta que lo pasamos, 24 de manera que, todas las personas de la tierra sepan que la mano del SEÑOR es poderosa, y que ustedes honrarán al SEÑOR DIOS de ustedes por siempre."

5

1 Cuando todos los reyes de los amorreos del lado occidental del Río Jordán y todos los reyes de los cananeos quienes habitaban en la costa del Mar Mediterráneo escucharon que EL SEÑOR había secado las aguas del Río Jordán hasta que el pueblo de Israel hubo cruzado al otro lado, sus corazones se llenaron de temor y ya no tenian deseos de pelear, por causa del pueblo de Israel. 2 En ese tiempo EL SEÑOR le dijo a Josué: "Haz cuchillos de piedra y circuncida a todos los hombres de Israel." 3 Entonces Josué hizo cuchillos de piedra y circuncidó a todos los hombres de Israel en la colina de Aralot. 4 Este es el motivo por el cual Josué los circuncidó: todos los varones que habían salido de Egipto, habían muerto en el desierto después de salir de Egipto. 5 A pesar de que todos los hombres que salieron de Egipto eran circuncidados, ninguno de los niños nacidos en el desierto habían sido circuncidados. 6 pueblo de Israel caminó en el desierto por cuarenta años hasta que toda la gente, es decir, todos los guerreros quienes habían salido de Egipto murieron, porque no obedecieron la voz del SEÑOR. EL SEÑOR juró que no les dejaría ver la tierra que les juró darle a sus antepasados, tierra abundante en leche y miel. 7 Los hijos de ellos, fueron los que EL SEÑOR puso en su lugar, los que Josué circuncidó, porque no habían sido circuncidados en el camino. 8 Cuando fueron todos circuncidados, se quedaron todos en el campamento hasta que todos sanaron. 9 Y EL SEÑOR le dijo a Josué: "En este día YO he quitado la desgracia de Egipto que había sobre ustedes." Así es que el nombre de ese lugar es llamado Gilgal hasta hoy día. 10 El pueblo de Israel acampó en Gilgal. Celebraron la Pascua el día catorce del mes, por la tarde, mientras acampaban en la llanos de Jericó. 11 El día después de la Pascua, ese mismo día, comieron de los productos de la tierra, pan sin levadura, y cereal tostado. 12 El maná acabo ese mismo día, después de comer de lo que la tierra producía. Ya no había más maná para la gente de Israel, pero ese año comieron lo que la tierra de Canaán producía. 13 Cuando Josué estaba cerca de Jericó, él levantó sus ojos y miró, y vio a un hombre que estaba de pie enfrente de él; con su espada agarrada en su mano. Josué fue a él y le dijo: "¿Estás con nosotros o con nuestros enemigos?" 14 Él le contestó: "De ninguno. YO SOY el comandante del ejército del SEÑOR. Por eso he venido." Entonces Josué se acosto con la cabeza hacia la tierra ante ÉL con reverencia y le dijo: "¿Tiene algo que mandarme?", soy su siervo 15 El jefedel ejército del SEÑOR le dijo a Josué: "Quita las sandalias de tus pies, porque el lugar que estás pisando, es santo." Y así lo hizo Josué.

6

1 Ahora, todas las entradas de Jericó estaban cerradas por motivo del ejército israelita. Nadie salía y nadie entraba. 2 EL SEÑOR le dijo a Josué: "Date cuenta, te he entregado Jericó en tus manos, su rey y sus soldados guerreros". 3 Tienen que marchar alrededor de la ciudad, todos los hombres de guerra irán alrededor de la ciudad cada día. Deben hacer esto por seis días. 4 Siete sacerdotes deben cargar siete trompetas de cuernos de carnero delante del arca. En el séptimo día, marcharán alrededor de la ciudad siete veces, y los sacerdotes deben hacer sonar las trompetas. 5 Ellos deben dar un sonido largo con los cuernos de carnero, y cuando escuchen el sonido de la trompeta toda la gente gritarán con mucha fuerza, y la pared de la ciudad caerá. Los hijos de Israel atacarán, cada uno caminando de frente." 6 Entonces Josué hijo de Nun, llamó a los sacerdotes y les dijo: "Carguen el arca del pacto, y dejen a siete sacerdotes cargar siete trompetas de cuernos de carnero delante del arca del SEÑOR." 7 Y le dijo al pueblo: "Vayan y marchen alrededor de la ciudad, y los hombres de guerra irán delante del arca del SEÑOR." 8 Tal como Josué le había dicho al pueblo, los siete sacerdotes cargaron las siete trompetas de cuernos de carnero delante del SEÑOR. Según caminaban sonaban las trompetas. El arca del pacto del SEÑOR iba detrás de ellos. 9 Hombres de guerra caminaban delante de los sacerdotes, y ellos hacían sonar sus trompetas, y también detrás del arca caminaban los sacerdotes sonando sus trompetas continuamente. 10 Pero Josué ordenó al pueblo, diciéndole: "Marchen en silencio, hasta el día que yo les diga que griten. Solo entonces deben gritar." 11 Así Josué hizo que el arca del SEÑOR fuera alrededor de la ciudad una vez ese día. Luego entraron a su campamento y pasaron la noche allí. 12 Entonces Josué se levantó temprano en la mañana y los sacerdotes cargaron el arca del SEÑOR. 13 Y los siete sacerdotes que cargaban las siete trompetas de cuernos de carnero delante del arca del SEÑOR, y que caminaban firmemente, iban sonando sus trompetas. Los soldados guerreros iban delante de ellos, los demas caminaba detrás del arca del SEÑOR, y las trompetas sonaban continuamente. 14 El segundo día marcharon alrededor de la ciudad una vez y regresaron al campamento. Ellos hicieron esto durante seis días. 15 Y fue en el séptimo día que se levantaron al salir del sol, y marcharon alrededor de la ciudad como lo hicieron antes, pero esta vez lo hicieron siete veces. Fue en este día que marcharon alrededor de la ciudad siete veces. 16 Fue en el séptimo día, cuando los sacerdotes sonaron sus trompetas, que Josué le mando al pueblo diciendo: "¡Griten!, Porque EL SEÑOR les ha entregado la ciudad." 17 EL SEÑOR ordenó, que toda la ciudad y lo que hay en ella, será destruido. Solamente vivirá Rahab la prostituta --ella y todos los que estén con ella en su casa-- porque ella escondió los hombres que envíamos. 18 Pero ustedes, estén atentos de las cosas que son separadas, para la destrucción, no tomen ninguna de ellas. Si lo hacen, traeran la maldición y desgracia al campamento de Israel entonces debe ser destruido. 19 Toda la plata, el oro y las cosas hechas de bronce y hierro serán separadas para EL SEÑOR. Estos deben ir a la tesorería del SEÑOR." 20 Cuando el pueblo oyó el sonido de la trompeta, gritaron todos juntos y la barda cayó y ellos entraron a la ciudad, cada uno camino directo hacia el frente. Y se apoderaron de la ciudad. 21 Destruyeron completamente todo lo que estaba en la ciudad con la de espada --hombre y mujer, joven y anciano, bueyes, ovejas y burros. 22 Luego Josué le dijo a los dos hombres que habían observado la tierra: "Vayan a la casa de la prostituta. Saquen a la mujer y a todos los que estén con ella, como ustedes lo prometieron" 23 Así que los jóvenes que habían observado la tierra entraron y sacaron a Rahab. Ellos sacaron a su padre, madre, hermanos y a todos los parientes que estaban con ella. Los llevaron a un lugar fuera del campamento de Israel. 24 Y quemaron la ciudad y todo lo que había en ella. Solamente la plata, el oro y las vasijas de bronce y hierro se guardaron en la tesorería de la casa del SEÑOR. 25 Y Josué permitió que Rahab la prostituta, la casa de su padre y todo lo que estaba con ella, vivieran. Su desendencia vive en Israel hasta el día de hoy, porque ella escondió a los hombres que Josué mandó a obsrvar en Jericó. 26 Entonces Josué les ordenó en ese momento con un juramento y dijo: "Maldito delante de DIOS el hombre que vuelva a contruir esta ciudad de Jericó. Su primer hijo sea hechado en los cimientos y su hijo menor morirá a las puertas." 27 Y EL SEÑOR estaba con Josué y su nombre se conoció por la tierra.

7

1 Pero los Israelitas obraron deshonestamente respecto a las cosas que se habían apartado para la destrucción. Acán, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomaron cosas que estaban apartadas para la destrucción, y EL SEÑOR se enojó en contra del pueblo de Israel. 2 Josué envió hombres desde Jericó a Hai, que está cerca de Bet Avén al este de Betel. Él les dijo: "Vayan y miren la tierra". Así que los hombres fueron y miraron Hai. 3 Cuando ellos regresaron a donde Josué, le dijeron: "No envíes a todo el pueblo para Hai. Envía solo dosmil o tresmil hombres para que vayan y ataquen a Hai. No hagas que trabajen todos en la batalla, porque ellos son pocos en número." 4 Así que sólo cerca de tres mil hombres fueron del ejército, pero estos huyeron de los hombres de Hai. 5 Porque los hombres de Hai mataron como a treinta y seis hombres de guerra mientras los perseguían hasta la puerta de la ciudad, tan lejos como las canteras y los mataron mientras bajaban la colina. Y el pueblo tuvo temor en sus corazones y su valor los dejo. 6 Después Josué rompió sus vestidos. Él y los ancianos de Israel pusieron polvo en sus cabezas, inclinándose frente al arca del SEÑOR, permaneciendo allí hasta el atardecer. 7 Después Josué dijo: "¡Ah, SEÑOR DIOS! ¿Por qué permitiste que éste pueblo cruzara el Jordán? ¿Para entregarnos en las manos de los Amorreos para qué nos destruyan? ¡Si solo nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán! 8 ¡ SEÑOR! ¿Qué puedo decir, ahora que Israel ha sido derrotado y qué salió huyendo delante de sus enemigos? 9 Ahora los Cananeos y todos los habitantes de la tierra escucharán ésto. Ellos nos rodearán y harán que la gente de la tierra olvide nuestro nombre. Entonces, ¿Qué harás tu por tu gran nombre?" 10 El SEÑOR le dijo a Josué, "¡Levántate! ¿Por qué estás inclinado con el rostro en el suelo? 11 Israel ha pecado. Ellos no cumplieron el pacto que yo les ordené. Robaron algunas cosas que estaban apartadas. Ellos han robado y también han escondido su pecado, poniendo lo que han robado junto a sus pertenencias. 12 Por eso, los Israelitas no pueden vencer a sus enemigos. Y han huido de sus enemigos, porque ellos mismos provocaron su propia destrucción. Sólo estaré con ustedes hasta que destruyan las cosas que debieron haber destruido y las tienen escondidas. 13 ¡Levántate! Prepara al pueblo para mí y diles: 'Preparence, límpience, ustedes mismos para mañana. Por que EL SEÑOR, EL DIOS de Israel dice: "Hay cosas que fueron separadas para ser destruidas y todavía están entre ustedes, Israel, no pueden enfrentar a sus enemigos hasta que quiten todas las cosas que fueron apartadas para destrucción." 14 "En la mañana, tienen que presentarse todos por tribus. La tribu que EL SEÑOR elija vendrá por familias. La familia que el SEÑOR elija debe presentarse todos lo hombre uno por uno. 15 Y pasará que la que sea seleccionada y tenga las cosas que fueron robadas; éste será quemado, él, toda su casa y todo lo que tiene, porque ha roto el pacto del SEÑOR y ha cometido pecado en Israel." 16 Así que, Josué se levantó temprano en la mañana y trajo a Israel cerca, tribu por tribu, y la tribu de Judá fue elegida. 17 Josué trajo las familias de Judá cerca, y la familia de Zera fue elegida. Y trajo a la familia de Zera uno por uno y Zabdi fue elegido. 18 Él trajó la familia de Zabdi, persona por persona, y Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, fue elegido. 19 Entonces Josué dijo a Acán: "Mi hijo, di la verdad frente EL SEÑOR, EL DIOS de Israel, y da tu confesión a ÉL. Por favor, dime ¿Qué has hecho? No escondas nada de mí." 20 Acán contestó: "Verdaderamente, he pecado en contra del SEÑOR, EL DIOS de Israel. Esto es lo que hice: 21 Cuando vi entre el botín un hermoso manto de Babilonia, doscientas monedas de plata, y una barra de oro que pesaba más de medio kilo, los codicie y los tomé. Están escondidos en el suelo en el centro de mi tienda de acampar, con las monedas de plata debajo." 22 Josué envió mensajeros, que corrieron a la tienda de acampar y allí estaban las cosas. Cuando miraron, las encontraron escondidas en la tienda de acampar y debajo estaban las monedas de plata. 23 Ellos tomaron las cosas de en medio de la tienda de acampar y las trajeron a Josué y a todo el pueblo de Israel. Ellos las colocaron frente al SEÑOR. 24 Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán hijo de Zera, la plata, el manto y la barra de oro, sus hijos e hijas, sus bueyes, sus mulas, sus ovejas, su tienda de acampar y todo lo que él tenía, y los llevaron a todos al valle de Acor. 25 Entonces Josué dijo: "¿Por qué nos has traido desgracia? El SEÑOR traerá desgracia a ti hoy." Todo Israel los apedrearon y los quemaron. 26 Ellos levantaron sobre el una gran montaña de piedras que está ahí hasta hoy. Entonces EL SEÑOR quitó su ardiente enojo. Por eso, este es el nombre de ese lugar, hasta el dia de hoy, 'el valle de Acor'.

8

1 EL SEÑOR le dijo a Josué: "No sientas miedo; no te desanimes. Toma contigo a toda la gente de guerra. Sube a Hai. Mira, Yo te he entregado en las manos al rey de Hai, su pueblo, su ciudad y su tierra. 2 Le harás a Hai y a su rey como le has hecho a Jericó y a su rey, pero ahora tomarán el botín y el ganado para ustedes. Tiéndeles una tampa detrás de la ciudad." 3 Así que Josué se levantó y llevó a todos sus hombres de guerra a Hai. Entonces Josué eligió treinta mil hombres, hombres fuertes y valientes, y los envió afuera en la noche. 4 Él les ordenó: "Miren, tenderán una trampa en contra de la ciudad, detrás de ella. No se vayan muy lejos de la ciudad, pero todos ustedes estén listos. 5 Yo y todos los hombres que me acompañan, nos acercaremos a la ciudad. Y cuando salgan para atacarnos, correremos alejándonos de ellos como antes. 6 Saldrán corriendo detrás de nosotros hasta que los hayamos alejado de la ciudad. Entonces dirán: 'Ellos están huyendo de nosotros como la última vez'. Así que correremos huyendo. 7 Entonces ustedes saldrán del lugar de escondite y atrapar la ciudad. El SEÑOR su DIOS entregará la ciudad en sus manos. 8 Cuando capturen la ciudad, la encenderán en fuego. Harán todo esto cuando obedezcan la orden dada por la palabra del SEÑOR. Mirad, yo se los he ordenado." 9 Josué los envió y ellos se fueron al lugar de la trampa, y se escondieron entre Betel y Hai, al oeste de Hai. Pero Josué durmió esa noche entre el pueblo. 10 Josué se levantó temprano en la mañana y se aseguró de que sus soldados estuvieran listos, Josué y los ancianos de Israel, y ellos atacaron al pueblo de Hai. 11 Todos los hombres de guerra que estaban con él se levantaron y se acercaron a la ciudad. Ellos se acercaron a la ciudad y acamparon en el lado norte de Hai. Ahora, había un valle entre ellos y Hai. 12 Él tomó a cinco mil hombres y los puso en la trampa en el lado oeste de la ciudad entre Betel y Hai. 13 Ubicaron a todos sus soldados, al ejército principal en el lado norte, de la ciudad, y el resto del ejercito en el lado oeste de la ciudad. Josué pasó esa noche en el valle. 14 Cuando el rey de Hai lo vio, él y su ejército se levantaron temprano y avanzaron el ataque contra Israel, frente al valle del Río Jordan. Él, no sabía que le esperaba una trampa para atacar a la ciudad desde atrás. 15 Josué y todo Israel se hicieron pasar como derrotados ante ellos y huyeron hacia el desierto. 16 Todos los que estaban en la ciudad fueron llamados para perseguirlos, fueron tras Josué y se alejaron de la ciudad. 17 No quedó hombre en Hai y Betel que no haya ido detrás de Israel. Abandonaron la ciudad y la dejaron abierta al perseguir a Israel. 18 El SEÑOR dijo a Josué: "Apunta la lanza que está en tus manos hacia Hai, porque te daré a Hai en tus manos." Josué apuntó la lanza que estaba en sus manos hacia la ciudad. 19 Los soldados que se escondían en el lugar de la trampa, avanzaron y salieron al verlo apuntar hacia allá. Ellos corrieron, entraron a la ciudad y la capturaron y prendieron fuego a la ciudad rápidamente. 20 Los hombres de Hai se voltearon y miraron hacia atrás. Vieron el humo que salía de la ciudad hacia el cielo y no pudieron escapar hacia ningún lado. Pues los soldados israelitas que huyeron hacia el desierto regresaron y los enfrentaron. 21 Cuando Josué y todo Israel vieron que los de la trampa había capturado la ciudad con el humo elevándose, ellos regresaron y mataron a los hombres de Hai. 22 Los otros soldados de Israel, aquellos que habían entrado a la ciudad, salieron a atacarlos. Así que, los hombres de Hai fueron atrapados entre el ejército de Israel, algunos por un lado y otros por el otro lado. Israel atacó a los hombres de Hai; ninguno sobrevivió o escapó. 23 Mantuvieron al rey de Hai vivo a quien habían capturado y lo trajeron delante de Josué. 24 Resultó ser que cuando Israel culminó la matanza de todos los habitantes de Hai, en el terreno cerca del desierto a donde habían sido perseguidos, y cuando todos, hasta el último de ellos, había caído a filo de espada, todo Israel regresó a Hai. Ellos la atacaron a filo de espada. 25 Todos los que cayeron ese día, hombres y mujeres, fueron doce mil, todo el pueblo de Hai. 26 Josué no bajó la mano, la que había extendido sujetando la lanza, hasta que destruyeron por completo el pueblo de Hai. 27 Israel solo tomó las reses y el botín de la ciudad, como le había ordenado EL SEÑOR a Josué. 28 Josué quemó a Hai y la convirtió en ruinas para siempre. Es un lugar abandonado hasta el día de hoy. 29 Colgó al rey de Hai en un árbol hasta la tarde. Cuando el sol se ocultaba, Josué dio la orden y bajaron el cuerpo del rey del árbol y lo tiraron frente los portones de la ciudad. Allí, hicieron una montaña de piedras encima del mismo. Esa montaña de piedras permanece ahí hasta el día de hoy. 30 Entonces Josué construyó un altar al SEÑOR, EL DIOS de Israel, en el Monte Ebal, 31 justo como Moisés el siervo del SEÑOR había ordenado al pueblo de Israel, como estaba escrito en el libro de la ley de Moisés: "Un altar de piedras enteras, sobre las cuales nadie había moldeado con una herramienta de hierro." Y ofreció en éste ofrendas quemadas al SEÑOR, y sacrificaron ofrendas de paz. 32 Y allí, en la presencia del pueblo de Israel, él escribió sobre las piedras, una copia de la ley de Moisés. 33 Todo Israel, sus ancianos, oficiales y sus jueces se pararon a ambos lados del arca ante los sacerdotes y los levitas quienes cargaban el arca del pacto del SEÑOR, los extranjeros como los nativos, la mitad de ellos se pararon al frente del Monte de Gerizim y la otra mitad se paró al frente del Monte Ebal. Ellos bendijeron al pueblo de Israel, justo como Moisés el siervo del SEÑOR les había ordenado al principio. 34 Después de todo, Josué leyó todas las palabras de la ley, las bendiciones y las maldiciones, justo como habían sido escritas en el libro de la ley. 35 No hubo palabra, de todas las que Moisés hubiera ordenado, que Josué no leyó frente a la asamblea de Israel, incluyendo a las mujeres, los niños y los extranjeros que vivían entre ellos.

9

1 Todos los reyes que vivían cerca del Jordán, en las montañas y en los llanos, cerca de la costa del Mar Mediterráneo, hacia el Líbano, los Hititas, Amorreos, Cananeos, Ferezeos, Heveos y los Jebuseos, 2 se unieron bajo un comando para hacer guerra contra Josué e Israel. 3 Cuando los habitantes de Gabaón escucharon lo que Josué había hecho a los de Jericó y a los de Hai, 4 ellos actuaron con un astuto plan. Se hicieron pasar como mensajeros. Ellos tomaron ropas viejas y sacos usados y se los pusieron a los burros. También usaron odres viejos de vinos, deteriorados, estropeados y remendados. 5 Se pusieron sandalias viejas y remendadas en sus pies, y se vistieron con ropas viejas y gastadas. Todo el pan en sus provisiones estaba seco y mohoso. 6 Ellos fueron al campamento de Josué en Gilgal y le dijeron a él y a los hombres de Israel: "Nosotros hemos viajado de un país lejano, así que ahora haz un pacto con nosotros." 7 Los hombres de Israel le dijeron a los Hititas: "Quizás ustedes viven cerca de nosotros.¿Cómo vamos a hacer un pacto con ustedes?" 8 Ellos le dijeron a Josué: "Nostros somos tus siervos." Josué les preguntó: "¿Quiénes son? ¿De dónde vienen?" 9 Ellos le dijeron: "Tus siervos han venido de una tierra muy lejana hasta aquí, a causa del nombre del SEÑOR tu DIOS. Hemos escuchado un informe sobre ÉL y todo lo que hizo en Egipto 10 ; y de todo lo que le hizo a los dos reyes de los amorreos en el otro lado del Jordán, a Sehón rey de Hesbón, y a Og rey de Basán, que estaba en Astarot. 11 Los ancianos y todos los habitantes de nuestro país nos dijeron: 'Llévense provisiones en sus manos para el viaje. Reúnanse con ellos y díganles: "Somos tus siervos hagan un trato con nosotros." 12 Este es nuestro pan, estaba todavía caliente cuando lo tomamos de nuestras casas en el día que salimos para acá. Pero ahora, ve, que está seco y mohoso. 13 Estos odres de vino eran nuevos cuando los llenamos, y mira, ahora están rotos. Nuestras ropas y nuestras sandalias están gastadas del largo viaje.'" 14 Los israelitas tomaron algunas de sus provisiones, pero no consultaron la dirección del SEÑOR. 15 Josué hizo la paz con ellos e hizo un pacto con ellos, para dejarlos vivir. Los líderes de su pueblo también hicieron un pacto con ellos. 16 Tres días después que los israelitas hicieron pacto con ellos, se enteraron que ellos eran sus vecinos y vivían cerca. 17 Entonces el pueblo de Israel se fue a sus ciudades en el tercer día. Sus ciudades eran Gabaón, Cafira, Beerot y Quiriat Jearim. 18 Los israelitas no les atacaron porque sus líderes habían jurado con ellos ante EL SEÑOR, EL DIOS de Israel. Todos los israelitas estaban murmurando en contra de sus líderes. 19 Pero todos los líderes le dijeron a toda la gente: "Nosotros les hicimos un juramento por EL SEÑOR, EL DIOS de Israel, y ahora no podemos hacerles daño. 20 Esto es lo que haremos con ellos: para evitar cualquier ira que venga sobre nosotros a causa del juramento que hicimos, los dejaremos vivir. 21 Los líderes le dijeron a su gente: "Dejémosles vivir." Así que los gabaonitas vinieron a ser los leñadores y los que llevaban el agua a todos los israelitas, así como sus líderes dijeron sobre ellos. 22 Josué los llamó y les dijo: "¿Por qué nos engañaron cuando nos dijeron: "Nosotros somos de muy lejos de aquí, cuando ustedes viven muy cerca de nosotros? 23 Ahora, por esto, son malditos y muchos de ustedes serán esclavos, aquellos que cortan la leña y llevan el agua para la casa de mi DIOS. 24 Ellos le contestaron a Josué: "Porque le fue dicho a tus sirvientes que EL SEÑOR tu DIOS, ordenó a su siervo Moisés darle toda la tierra, y destruir a todos los habitantes de esas tierras, así que teníamos miedo por nuestras vidas a causa de ti. Por eso fue que hicimos esto. 25 Ahora, mira, estamos bajo tu poder. Cualquier cosa que parezca buena o correcta para ti hacernos, hazlo." 26 Así que Josué hizo esto por ellos: los removió del control de la gente de Israel, y los israelitas no los mataron. 27 Ese día Josué hizo a los gabaonitas ser cortadores de leña y recogedores de agua para la comunidad, y para el altar del SEÑOR, hasta el día de hoy, en el sitio que EL SEÑOR escogió.

10

1 Ahora Adonisedec, rey de Jerusalén, escuchó que Josué había capturado a Hai y la había destruido por completo, así como había hecho con Jericó y su rey. Y él escuchó cómo la gente de Gabaón habían hecho la paz con Israel y estaban viviendo entre ellos. 2 El pueblo de Jerusalén tenía mucho miedo porque Gabaón era una ciudad grande, como una de las ciudades reales. Era más grande que Hai y todos sus hombres eran poderosos guerreros. 3 Así que Adonisedec, rey de Jerusalén, envió un mensaje a Hoham rey de Hebrón, a Piream rey de Jarmut a Jafía rey de Laquis y a Debir rey de Eglón: 4 "Vengan a mí y ayúdenme. Ataquemos a Gabaón porque ellos hicieron paz con Josué y con el pueblo de Israel." 5 Los cinco reyes de los amorreos; el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis, y el rey de Eglón vinieron, ellos y todos sus ejércitos. Se posicionaron contra Gabaón y la atacaron. 6 El pueblo de Gabaón envió un mensaje a Josué y al ejército en Gilgal. Le dijeron: "¡Apúrense! No abandonen a sus siervos. Vengan a nosotros rápido y sálvennos. Ayúdenos, porque todos los reyes de los amorreos que viven en la montaña se han juntado para atacarnos." 7 Josué subió a Gilgal, él y todos los hombres de guerra con él, y todos los guerreros. 8 El SEÑOR le dijo a Josué: "No tengas miedo de ellos. Los he puesto en tus manos. Ninguno de ellos, será capaz de detener tu ataque." 9 Josué vino sobre ellos de repente, habiendo marchado toda la noche desde Gilgal. 10 Y EL SEÑOR confundió al enemigo delante de Israel, quien los mató con una gran mortandad en Gabaón, y los persiguió en el camino que sube hacia Bet Horón, y los mató en el camino hacia Azeca y Maceda. 11 Mientras ellos huían de Israel, bajando la montaña de Bet Horón, EL SEÑÓR lanzó grandes piedras desde el cielo sobre ellos todo el camino hacia Azeca, y murieron. Fueron más, quienes murieron a causa del granizo, que aquellos que fueron asesinados con la espada por los hombres de Israel. 12 Luego Josué habló con EL SEÑOR en el día que EL SEÑOR le dio a los hombres de Israel la victoria sobre los amorreos. Esto fue lo que dijo Josué delante de Israel: "! Sol, detente en Gabaón y luna, en el Valle de Ajalón¡." 13 El sol se detuvo, y la luna dejó de moverse hasta que la nación tomó venganza de sus enemigos. ¿No está esto escrito en el Libro de Jaser? El sol se detuvo en medio del cielo; y no se puso, casi por todo un día completo. 14 Nunca ha habido un día como éste antes o después de éste, cuando EL SEÑOR atendió la voz de un ser humano. Porque EL SEÑOR estaba haciendo guerra a favor de Israel. 15 Josué y todo Israel con él, regresaron al campamento en Gilgal. 16 Ahora los cinco reyes se habían escapado y escondido en la cueva en Maceda. 17 Le fue dicho a Josué: "¡Ellos fueron encontrados! Los cinco reyes escondidos en la cueva en Maceda!" 18 Josué dijo: "Rueden grandes piedras contra la boca de la cueva y coloquen soldados allí, para vigilarlos. 19 No se queden ustedes mismos. Persigan a sus enemigos y atáquenlos por atrás. No les permitan entrar a sus ciudades, porque EL SEÑÓR su DIOS se los ha dado en sus manos." 20 Josué y los hijos de Israel terminaron de matarlos con gran mortandad, hasta que estuvieron casi completamente destruidos; solo unos pocos sobrevivientes que escaparon, alcanzaron las ciudades fortificadas. 21 Luego el ejército entero, regresó en paz a Josué al campamento en Maceda. Y nadie se atrevió a decir una sola palabra en contra de ninguno del pueblo de Israel. 22 Luego Josué dijo: "Abran la entrada de la cueva y tráiganme a estos cinco reyes." 23 Ellos hicieron como él les dijo. Le trajeron a los cinco reyes de la cueva; el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de Eglón. 24 Y cuando ellos le trajeron los reyes a Josué, él convocó a cada hombre de Israel, y les dijo a los comandantes de los soldados que fueron a la guerra con él: "Pongan sus pies sobre sus cuellos." Así que ellos vinieron y pusieron sus pies sobre sus cuellos. 25 Luego les dijo: "No tengan miedo ni se asusten. Sean fuertes y valientes. Esto es lo que EL SEÑOR hará con todos los enemigos con los que ustedes pelearán." 26 Luego Josué atacó y mató a los reyes. Los colgó en cinco árboles. Los colgó en los árboles hasta la tarde. 27 Cuando llegó el atardecer, Josué dio órdenes, y los descolgó de los árboles y los tiró dentro de la cueva en la que ellos se habían escondido. Pusieron grandes piedras en la entrada de la cueva. Esas piedras permanecen hasta el día de hoy. 28 De esta manera, Josué capturó Maceda en ese día y mató a todos allí con espada, incluyendo a su rey. Los destruyó completamente y a toda criatura viviente allí. No dejó ningún sobreviviente. Le hizo al rey de Maceda, así como él le había hecho al rey de Jericó. 29 Josué y todo Israel pasaron desde Maceda a Libna. Él fue a batalla contra Libna. 30 EL SEÑOR también los entregó en manos de Israel; junto con su rey. Josué atacó a toda criatura viviente con la espada. No dejó ningún sobreviviente. Le hizo al rey lo mismo que él le había hecho al rey de Jericó. 31 Luego Josué y todo Israel con él pasaron desde Libna a Laquis. Él acampó allí e hicieron guerra en contra de ellos. 32 EL SEÑOR entregó a Laquis en manos de Israel. Josué los capturó en el segundo día. Él atacó con su espada a toda criatura viviente que había allí, así como había hecho con Libna. 33 Luego Horam, rey de Gezer, vino a ayudar a Laquis. Josué lo atacó a él y a su ejército hasta que no quedó ningún sobreviviente. 34 Luego Josué y todo Israel pasaron desde Laquis a Eglón. Ellos acamparon allí e hicieron guerra en contra de ellos, 35 y los capturaron ese mismo día. Ellos los hirieron con espada y destruyeron completamente a todos, así como Josué había hecho a Laquis. 36 Luego Josué y todo Israel pasaron desde Eglón a Hebrón. Hicieron guerra en contra de ellos. 37 Les capturaron y los hirieron a todos con la espada, incluyendo al rey y a todas las villas que estaban alrededor. Destruyeron completamente toda criatura viviente allí, sin dejar sobrevivientes, así como Josué había hecho a Eglón. Él lo destruyó completamente y a toda criatura viviente en él. 38 Luego Josué regresó, y todo el ejército de Israel con él, y pasaron por Debir e hicieron guerra en contra de ellos. 39 Él los capturó a ellos y a su rey, y a todas las villas cercanas. Los hirieron con la espada y destruyeron completamente toda criatura viviente que estaba allí. Josué no dejó sobrevivientes, así como él había hecho a Hebrón y su rey, y así como había hecho a Libna y su rey. 40 Josué conquistó toda la tierra, las montañas, el Néguev, los llanos y las laderas. De todos los reyes, no dejó sobreviviente. Destruyo completamente todo ser viviente, así como EL SEÑOR, EL DIOS de Israel, había ordenado. 41 Josué los hirió con la espada desde Cades Barnea hasta Gaza y todo el país de Gosén hasta Gabaón. 42 Josué capturó todos estos reyes y sus tierras de una vez porque EL SEÑOR, EL DIOS de Israel, luchó por Israel. 43 Luego Josué, y todo Israel con él, regresaron al campamento en Gilgal.

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1 Cuando Jabín, el rey de Hazor, escuchó esto, le envió un mensaje a Jobab, el rey de Madón, al rey de Simrón y al rey de Acsaf. 2 También envió el mensaje a los reyes que estaban en las colinas del norte, en el valle del Río Jordán al sur de Cineret, en los llanos, y en las montañas de Dor hacia el oeste. 3 También envió el mensaje a los Cananeos al este y al oeste, los amorreos, los hititas, los ferezeos, los jebuseos en la región montañosa y los heveos junto al Monte Hermón en la tierra de Mizpa. 4 Todos sus ejércitos salieron con ellos, un gran número de soldados, era en número como la arena a la orilla del mar. Tenían un gran número de caballos y carros. 5 Todos estos reyes se encontraron a la hora señalada, y ellos acamparon junto a las aguas de Merom para hacer guerra con Israel. 6 El SEÑOR le dijo a Josué, "No tengas miedo en su presencia, porque mañana a esta hora voy a entregarlos todos a Israel como hombres muertos. Desjarretarás sus caballos y quemarás sus carros." 7 Josué y todos los guerreros vinieron. Llegaron de pronto a las aguas de Merom, y atacaron al enemigo. 8 El SEÑOR entregó al enemigo en la mano de Israel, y los hirieron con la espada y los persiguieron a Sidón, Misrefot Maim, y al valle de Mizpa al este. Los hirieron hasta no dejar sobrevivientes. 9 Josué les hizo así como EL SEÑOR le dijo. Desjarretó los caballos y quemó los carros. 10 Josué regresó en ese tiempo y capturó a Hazor. Hirió a su rey con la espada. (Hazor había sido el cabecilla de todos esos reinos.) 11 Hirieron con la espada a cada criatura viviente que había allí, y los puso aparte para ser destruidos, así que no hubo criatura viviente. Entonces él quemó a Hazor. 12 Josué capturó a todas las ciudades de estos reyes. También capturó a todos sus reyes y los hirió con la espada. Los destruyó por completo con la espada, así como Moisés el siervo del SEÑOR había mandado. 13 Israel no quemó a ninguna de las ciudades edificadas sobre colinas, excepto Hazor. Solo a esta quemó Josué. 14 El ejército de Israel tomó para sí mismo todo el botín de estas ciudades juntamente con el ganado. Ellos mataron a todo ser humano con la espada hasta que todos murieron. No dejaron con vida a ninguna criatura. 15 Así como EL SEÑOR había mandado a su siervo Moisés, de la misma manera, Moisés mandó a Josué, Y así, Josué lo hizo. Él no dejó sin resolver nada, de todo lo que EL SEÑOR le mandó hacer a Moisés. 16 Josué tomó toda esa tierra, la región montañosa, todo el Néguev, toda la tierra de Gosén, las tierras bajas, el valle del Río Jordán, la región montañosa de Israel, y las llanuras. 17 Desde el Monte Halac cerca de Edom, y yendo tan al norte como Baal Gad en el valle cerca del Líbano abajo del Monte Hermón, el capturó a todos sus reyes y los mató. 18 Josué hizo guerra por un largo tiempo con todos los reyes. 19 Ni una ciudad hizo paz con el ejército de Israel excepto los heveos que viven en Gabaón. Israel capturó todas las demás ciudades en batalla. 20 Porque fue EL SEÑOR quien había endurecido sus corazones para que vinieran e hicieran guerra contra Israel, para que ÉL pudiera destruirlos completamente, y no mostrarles misericordia, así como instruyó a Moisés. 21 Entonces Josué vino en ese tiempo y destruyó los anaceos. Esto hizo en la región montañosa en Hebrón, Debir, Anab y en toda la región montañosa de Judá, y en toda la región montañosa de Israel. Josué los destruyó completamente y sus ciudades. 22 Ninguno de los anaceos quedaron en la tierra de Israel excepto en Gaza, Gat, y Asdod. 23 Así capturó Josué toda la tierra, así como EL SEÑOR dijo a Moisés. Josué lo dio como una heredad a Israel, asignado a cada uno de sus tribus. Entonces la tierra tuvo descanso de las guerras.

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1 Ahora, estos son los reyes de la tierra, que los hombres de Israel conquistaron. Los israelitas tomaron posesión de las tierras del este del Jordán, desde donde sale el sol, desde el Valle del Río Arnón hasta el Monte Hermón, y todo el Arabá hacia el este. 2 Sehón, rey de los amorreos, vivió en Hesbón. El reinó desde Aroer, el cual está al borde del Valle de Arnón, desde la mitad del valle, y mitad de Galaad hasta el Río Jaboc en el borde de los amonitas. 3 Sehón reinó también sobre el Arabá hasta el Mar de Cineret, hacia el este, hasta el Mar de Arabá (el Mar Salado) hacia el este, hasta Bet Jesimot y hacia el sur, hasta las laderas del Monte Pisga. 4 Og, rey de Basán, uno de los que aún quedaban de los refaítas, vivió en Astarot y Edrei. 5 Él reinó sobre el Monte Hermón, Salca y todo Basán, hasta la frontera del pueblo gesureo y los maacateos, y la mitad de Galaad, hasta la frontera de Sehón, rey de Hesbón. 6 Moisés el siervo del SEÑOR, y el pueblo de Israel los vencieron, y Moisés el siervo del SEÑOR, le dio la tierra como posesión a los rubenitas, a los gaditas, y a la media tribu de Manasés. 7 Estos son los reyes de la tierra a quienes Josué y el pueblo de Israel derrotaron al oeste del Jordán, desde Baal Gad en el Valle del Líbano hasta el Monte Halac cerca de Seir. Josué entregó las tierras a las tribus de Israel para que las poseyeran. 8 Él les entregó los montes, los valles, el Arabá, las laderas de las montañas, el desierto, y el Neguev, la tierra de los hititas, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos. 9 Los reyes incluían al rey de Jericó, el rey de Hai que está al lado de Betel, 10 el rey the Jerusalén, el rey de Hebrón, 11 el rey de Jarmut, el rey de Laquis, 12 el rey de Eglón, el rey de Gezer, 13 el rey de Debir, el rey de Geder, 14 el rey de Horma, el rey de Arad, 15 el rey de Libna, el rey de Adulam, 16 el rey de Maceda, el rey de Betel, 17 el rey de Tapúa, el rey de Hefer, 18 el rey de Afec, el rey de Sarón, 19 el rey de Madón, el rey de Hazor, 20 el rey de Simron Merón, el rey de Acsaf, 21 el rey de Taanac, el rey de Meguido, 22 el rey de Cedes, el rey de Jocneam del Carmelo, 23 el rey de Dor en las alturas de Dor, el rey de Goyim en Gilgal 24 y el rey de Tirsa. El número de los reyes era treinta y uno en total.

13

1 Ahora Josué estaba muy anciano cuando EL SEÑOR le dijo: "Estás muy anciano, pero todavía hay mucha tierra para conquistar." 2 Esta es la tierra que aún queda: todas las regiones de los filisteos y todas las de los gesuritas, 3 (desde Sihor, que está al este de Egipto, y al norte hacia la frontera de Ecrón, que se considera propiedad de los cananeos; los cinco gobernantes de Filistea: los de Gaza, Asdod, Ascalón, Get y Ecrón, los territorios de los aveos). 4 En el sur, todavía están todas las tierras de los cananeos, y Mehara que le pertenece a los sidonios, hasta Afec, hasta la frontera de los amorreos; 5 la tierra de los giblitas, todo el Líbano hacia el Oriente, desde Baal Gad debajo del Monte Hermón hasta Lebo Hamat. 6 También, todos los habitantes de la parte montañosa del Líbano hasta Misrefot Maim, incluyendo toda la gente de Sidón. Los llevaré afuera delante del ejército de Israel. Asegúrense de asignar la tierra a Israel como herencia, como se los he encomendado. 7 Dividan esta tierra como herencia a las nueve tribus y a la media tribu de Manasés." 8 Con la otra media tribu de Manasés, los rubenitas y los gaditas recibieron la herencia que Moisés les dio al este del Jordán, 9 desde Aroer, que está en la esquina del Valle del Río Arnón (incluyendo la ciudad que está en el medio del valle), hasta la meseta de Medeba y tan lejos como Dibón; 10 todas las ciudades de Sehón, rey de los amorreos, que reinó en Hesbón, hasta la frontera con los amonitas; 11 Galaad, y la región de los gesuritas y maacateos, todo el Monte Hermón, todo Basán hasta Salca; 12 todo el reino de Og en Basán, que reinó en Astarot y en Edrei (esto es lo que quedaba del remanente de los refaítas) Moisés los hirió y los expulsó. 13 Pero el pueblo de Israel no expulsó a los gesuritas o a los maacateos. Al contrario, Gesur y Maaca viven entre el pueblo de Israel hasta este día. 14 A la tribu de Leví solamente Moisés no les dio herencia. Las ofrendas del SEÑOR, EL DIOS de Israel, hechas por fuego, son su herencia, como dijo DIOS a Moisés. 15 Moisés dio una herencia a la tribu de Rubén, clan por clan. 16 Su territorio era desde Aroer, en la esquina del Valle del Río Arnón, y la ciudad que estaba en el medio del valle, y toda la llanura de Medeba. 17 Rubén también recibió a Hesbón, y todas las ciudades que están en la llanura, Dibón, Bamot Baal y Bet Baal Meón, 18 y Jahaza, y Cademot, y Mefaat, 19 y Quiriataim, y Sibma, y Zaret Sahar en la colina del valle. 20 Rubén también recibió a Bet Peor, las laderas de Pisga, Bet Jesimot, 21 todas las ciudades de la meseta, y todo el reino de Sehón, rey de los Amorreos, que reinó en Hesbón, quien Moisés venció junto con los líderes de Madián, Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, los príncipes de Sehón, que habitaron en las tierras. 22 El pueblo de Israel también mató con la espada a Balaam hijo de Beor, quien practicaba la adivinación, junto con el resto de los que ellos habían matado. 23 La frontera de la tribu de Rubén es el Río Jordán; este es su borde. Esta era la herencia de la tribu de Rubén, dado a cada uno de los clanes, con sus ciudades y aldeas. 24 Esto es lo que Moisés le dio a la tribu de Gad, clan por clan: 25 Su territorio era Jazer, todas las ciudades de Galaad y la mitad de la tierra de los amonitas, hasta Aroer, que está al este de Rabá, 26 desde Hesbón hasta Ramat Mizpa y Betonim, desde Mahanaim hasta el territorio de Debir. 27 En el valle, Moisés les dio a Bet Aram, Bet Nimra, Sucot y Zafón, el resto del reino de Sehón, rey de Hesbón, con el Jordán como frontera, hasta la parte baja del Mar de Cineret, al este más allá del Jordán. 28 Esta es la herencia de la tribu de Gad, clan por clan, con sus ciudades y aldeas. 29 Moisés dio una herencia a la media tribu de Manasés. Fue asignado a la media tribu de la gente de Manasés, de acuerdo a sus clanes. 30 Su territorio era desde Mahanaim, todo Basán, todo el reino de Og rey de Basán, y todas las ciudades de Jair, que están en Basán, sesenta ciudades; 31 la mitad de Galaad, y Astarot y Edrei (ciudades del reino de Og en Basán). Estas fueron asignadas al clan de Maquir hijo de Manasés (la mitad de la gente de Maquir, dada a cada una de las familias). 32 Esta es la herencia que Moisés le asignó a ellos en las llanuras de Moab, más allá del Jordán al este de Jericó. 33 Moisés no le dio herencia a la tribu de Leví. El SEÑOR, DIOS de Israel, es su herencia, justo como les dijo a ellos.

14

1 Estas son las áreas de la tierra que el pueblo de Israel recibió como su herencia en la tierra de Canaán, asignadas a ellos por Eleazar el sacerdote, por Josué hijo de Nun, y por los líderes de las tribu de las familias de sus ancestros dentro del pueblo de Israel. 2 La herencia de ellos fue seleccionada por suerte para las nueve tribus, y para la media tribu, tal como EL SEÑOR había ordenado mediante la mano de Moisés. 3 Porque Moisés le había dado herencia a las dos tribus y media más allá del Jordán, pero a los levitas no les dio herencia. 4 La tribu de José era en realidad dos tribus, Manasés y Efraín. Y ninguna porción de la herencia le fue dada a los levitas en la tierra, sino solamente ciertas ciudades para vivir, con sus tierras para ganado y para sus propios recursos materiales. 5 El pueblo de Israel hizo como EL SEÑOR le había ordenado a Moisés, así que ellos asignaron la tierra. 6 Luego, la tribu de Judá vino a donde Josué en Gilgal. Caleb, hijo de Jefone, el cenezeo, le dijo a él: "Tú sabes lo que EL SEÑÓR le dijo a Moisés, el hombre de DIOS, acerca de ti y de mí en Cades Barnea. 7 Yo tenía cuarenta años de edad cuando Moisés, el sirviente del SEÑOR, me envió desde Cades Barnea para espíar en la tierra. Yo le traje un reporte, como estaba en mi corazón hacerlo. 8 Pero mis hermanos quienes subieron conmigo hicieron que el corazón de las personas se derritiera con miedo. Pero yo seguí completamente al SEÑOR mi DIOS. 9 Moisés juró en ese día, diciendo: "Seguramente la tierra en la cual tu pie ha caminado será una herencia para ti y para tus hijos para siempre, porque tú completamente has seguido al SEÑOR mi DIOS." 10 ¡Ahora, mira! EL SEÑOR me ha mantenido vivo estos cuarenta y cinco años, tal como Él dijo, desde el tiempo en que EL SEÑOR habló esta palabra a Moisés, mientras Israel caminó en el desierto. ¡Ahora, observa! Hoy tengo ochenta y cinco años de edad. 11 Este día todavía soy igual de fuerte como lo estaba en el día que Moisés me envió fuera. Mi fuerza ahora está como estaba entonces, para la guerra y para ir y venir. 12 Ahora, por lo tanto, dame esta tierra montañosa, la cual EL SEÑOR me prometió en ese día. Porque tú oíste en ese día, que los anaceos estaban allí con grandes ciudades fortificadas. Puede ser que EL SEÑOR esté conmigo y que yo los eche fuera, tal como dijo EL SEÑOR." 13 Luego, Josué lo bendijo y le dio Hebrón como una herencia a Caleb hijo de Jefone. 14 Por lo tanto, Hebrón se convirtió en la herencia de Caleb, hijo de Jefone el enezeo hasta este día, porque él completamente siguió al SEÑOR, EL DIOS de Israel. 15 Ahora, el nombre de Hebrón antes era Quiriat Arba. (Arba ha sido el mejor hombre entre los anaceos.) Entonces la tierra descansó de la guerra.

15

1 La designación de la tierra para la tribu del pueblo de Judá, dada a sus clanes, se extendía al sur de la frontera de Edom, con el desierto de Zin, siendo el punto más lejano al sur. 2 Su frontera en el sur corría desde el final del Mar Salado, desdes la bahía que da hacia el sur. 3 Su próximo límite salía al sur de la montaña de Acrabim y pasaba junto a Zin, y subía hacia el sur de Cades Barnea, junto a Hezrón, y arriba hasta Adar, donde volvía hasta Carca. 4 Pasaba junto a Asmón, iba por el arroyo de Egipto y llegaba a su final en el mar. Este era su límite sur. 5 El borde este era el Mar Salado, en la desembocadura del Jordán. La frontera en el norte, corría desde la bahía del mar en la desembocadura del Jordán. 6 Subía hasta Bet Hogla pasando junto al norte de Bet Arabá. Entonces, subía hasta la Piedra de Bohán hijo de Rubén. 7 Entonces la frontera subía hasta Debir desde el valle de Acor, y también hacia el norte, girando hacia Gilgal, el cual era al lado opuesto de la colina de Adumín, el cual está en el lado sur del valle. Luego, la frontera pasaba junto a los manatiales de Semes e iba hasta Rogel. 8 Luego, subía por el Valle de Ben Hinom hacia el lado sur de la ciudad de Jebús (que es Jerusalén). Entonces subía hasta el tope de la colina que se extiende sobre el valle de Hinom, en el oeste, el cual está al norte donde termina el valle de Refaim. 9 Entonces, la frontera se extendía desde el tope de las colinas hasta el manantial de Neftoa, y de ahí salía hacia las ciudades del Monte Efrón. Entonces, doblaba alrededor de Baala (lo mismo que Quiriat Jearim). 10 Entonces, la frontera circundaba hacia el oeste de Baala hacia el Monte Seir, y pasaba cerca del lado del Monte Jearim al norte (el mismo que Quesalón), bajando a Bet Semes, y cruzando sobre Timna. 11 La frontera salía junto a la colina del norte de Ecrón, circundando hacia Sicrón y pasaba a lo largo del Monte de Baala, desde allí hasta Jabneel. La frontera terminaba en el mar. 12 El límite hacia el oeste era el Mar Grande y su costa. Esta era la frontera alrededor de la tribu de Judá, clan por clan. 13 Para cumplir el mandato del SEÑOR a Josué, Josué le dio a Caleb, hijo de Jefone, una asignación de tierra en medio de la tribu de Judá, Quiriat Arba, que es Hebrón (Arba fue padre de Anac). 14 Caleb expulsó de allí a los tres hijos de Anac: Sesai, Ahimán y Talmai, descendientes de Anac. 15 Desde allí subió contra los habitantes de Debir (Debir que se llamaba Quiriat Séfer) 16 Caleb dijo: '"El hombre que ataque Quiriat Séfer y lo capture, a él le daré mi hija Acsa como esposa". 17 Cuando Otoniel hijo de Quenaz, hermano de Caleb, la capturó, Caleb le dio a su hija Acsa como esposa. 18 Poco después, Acsa vino a Otoniel y le instó para que le pidiera a su padre un pedazo de tierra. Y cuando ella se bajó del burro, Caleb le dijo a su hija: "¿Qué quieres?" 19 Acsa le respondió: "Hazme un favor especial, ya que me diste la tierra del Néguev, dame también algunos manantiales de agua". Y Caleb le dio los manantiales de agua de las partes altas y bajas. 20 Esta fue la herencia de la tribu de Judá, que se le dio a sus clanes. 21 Las ciudades pertenecientes a la tribu de Judá en el extremo sur, hacia la frontera de Edom, eran Caseel, Edar, Jagur, 22 Cina, Dimona, Adda, 23 Cedes, Hazor, Itnán, 24 Zif, Telem, Bealot. 25 Hazor Hadata, Queriot Hezrón, (es decir Hazor), 26 Aman, Sema, Molada, 27 Hazar Gada, Hesmón, Bet, Pelet, 28 Hazar Sual, Beerseba, Bizotia. 29 Baala, Iim, Esem, 30 Eltolad, Quesil, Horma, 31 Siclag, Madmana, Sansana, 32 Lebaot, Silhim, Aín, y Rimón; en total veintinueve ciudades con sus aldeas. 33 En la parte baja montañosa hacia el oeste, estaban Estaol, Zora, Asena, 34 Zanoa, En Ganim, Tapúa, Enam, 35 Jarmut, Adulam, Soco, Azeca, 36 Saaraim, Aditaim, y Gedera (que es Gederotaim). Eran catorce ciudades en número, incluyendo sus aldeas. 37 Zenán, Hadasa, Migdal, 38 Dileán, Mizpa, Jocteel, 39 Laquis, Boscat, Eglón. 40 Cabón, Lahmam, Quitlis, 41 Gederoth, Bet Dagón, Naama y Maceda. Estas eran dieciséis ciudades en número, incluyendo sus aldeas. 42 Libna, Eter, Asán, 43 Jifta, Asena, Nezib, 44 Keila, Aczib y Maresa. Estas eran nueve ciudades, incluyendo sus aldeas. 45 Ecrón, con sus pueblos circundantes y aldeas; 46 desde Ecrón hasta el Gran Mar, todo los asentamientos que estaban cerca de Asdod, incluyendo sus aldeas. 47 Asdod, y sus pueblos circundantes y aldeas; Gaza, sus pueblos circundantes y aldeas; hacia el arroyo de Egipto, y hacia el Gran Mar con su costa. 48 En la parte montañosa, Samir, Jatir, Soco, 49 Dana, Quiriat Sana (esta es Debir), 50 Anab, Estemoa, Anim, 51 Gosén, Holón y Gilo. Había once ciudades, incluyendo sus aldeas. 52 Arab, Duma, Esán, 53 Janum, Bet Tapúa, Afeca, 54 Humta, Quiriat Arba, (esta es, Hebrón), y Zior. Estas eran nueve ciudades, incluyendo sus aldeas. 55 Maón, Carmel, Zif, Juta, 56 Jezreel, Jocdeam, Zanoa, 57 Caín, Guibeá, y Timna. Estas eran diez ciudades, incluyendo sus aldeas. 58 Halhul, Bet Sur, Gedor, 59 Maarat, Bet Anot y Eltecón. Estas eran seis ciudades, inluyendo sus aldeas. 60 Quriat Baal, (es decir Qiriat Jearim), y Rabá. Estas eran dos ciudades, incluyendo sus aldeas. 61 En el desierto, estaban Bet Arabá, Midín, Secaca, 62 Nibsán, la Ciudad de Sal y Engadi. Estas eran seis ciudades, incluyendo sus aldeas. 63 Pero en cuanto a los jebuseos, habitantes de Jerusalén, la tribu de Judá, no los pudieron expulsar, por lo que los jebuseos habitan allí con la tribu de Judá hasta el día de hoy.

16

1 La designación de la tierra para la tribu de José se extendió desde el Jordán en Jericó, al este de los manantiales de Jericó, entrando al desierto, subiendo desde Jericó a través de la ciudad montañosa de Betel. 2 Y desde Betel hasta Luz pasando a lo largo de Atarot, el territorio de los arquitas. 3 Bajando hacia el oeste al territorio de los jafletitas, hasta el territorio bajo de Bet Horón y luego hasta Gezer; terminando en el océano. 4 Fue de esta forma que las tribus de José, Manasés y Efraín recibieron su heredad. 5 El territorio de la tribu de Efraín que fue asignado a sus clanes fue como sigue: la frontera de su herencia al este fue desde Atarot Adar hasta Bet Horón de arriba 6 y desde allí continuó al mar. Desde Micmetat, al norte, circundaba hacia el este hasta Tanat Siló y pasaba más allá al este de Janoa. 7 Desde Janoa bajó hasta Atarot y Naarat hasta alcanzar Jericó, finalizando en el Jordán. 8 Desde Tapúa, la frontera fue hacia el oeste de la quebrada de Caná y finalizó en el mar. Esta era la herencia de la tribu de Efraín, asignada a sus clanes, 9 junto con las ciudades que fueron escogidas para la tribu de Efraín dentro de la herencia de la tribu de Manasés, todas las ciudades, así como sus aldeas. 10 Ellos no echaron fuera a los cananeos quienes vivían en Gezer, así que los cananeos viven dentro de Efraín hasta este día, pero estas personas fueron obligadas a realizar trabajos forzados.

17

1 Esta fue la designación de tierra para la tribu de Manasés (quien fue el primero de los hijos de José), esto es, por Maquir, quien fue el primer hijo de Manasés y quien él mismo fue el padre de Galaad. Los desendientes de Maquir fueron asignados a la tierra de Galaad y Basán, porque Maquir había sido un hombre de guerra. 2 La tierra fue asignada al resto de la tribu de Manasés dada a sus clanes, Abiezer, Helec, Asriel, Siquem, Hefer y Semida. Estos fueron los descendientes varones de Manasés, hijo de José, presentado por sus clanes. 3 Ahora, Zelofehad, hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, no tuvo hijos sino solo hijas. Los nombres de sus hijas fueron Malaa, Noa, Hogla, Milka y Tirsa. 4 Ellas se acercaron a Eleazar el sacerdote, a Josué hijo de Nun, y a sus líderes y les dijeron: "EL SEÑOR le ordenó a Moisés darnos una herencia junto con nuestros hermanos." Así que, siguiendo el mandato del SEÑOR, él le dio a esas mujeres una herencia junto con los hermanos de su padre. 5 Diez parcelas de tierra fueron asignadas a Manasés en Galaad y Basán el cual está en el otro lado del Jordán, 6 porque las hijas de Manasés recibieron una herencia junto con sus hijos. La tierra de Galaad fue asignada al resto de la tribu de Manasés. 7 El territorio de Manasés se extendía desde Aser hasta Micmetat, el cual estaba al este de Siquem. Entonces, la frontera estaba al sur de los que vivían cerca de Tapúa. 8 (La tierra de Tapúa le pertenecía a Manasés, pero el pueblo de Tapúa en la frontera de Manasés, le pertenecía a la tribu de Efraín.) 9 La frontera descendía al arroyo de Caná. Estas cuidades al sur del arroyo entre los pueblos de Manasés le pertenecían a Efraín. La frontera de Manasés era en el lado norte del arroyo, y terminaba en el mar. 10 La tierra al sur le pertenecía a Efraín, y la tierra del norte a Manasés; el mar era la frontera. En el lado norte, Aser podía ser alcanzado y al este, Isacar. 11 También en Isacar y en Aser, Manasés poseía Bet Seán y sus aldeas, Ibleam y sus aldeas, los habitantes de Dor y sus aldeas, los habitantes de Endor y sus aldeas, los habitantes de Tanaac y sus aldeas, y los habitantes de Meguido y sus aldeas (y la tercera cuidad es Náfet). 12 Pero la tribu de Manasés no pudo tomar posesión de aquellas cuidades, porque los cananeos continuaban viviendo en esta tierra. 13 Cuando las personas de Israel se hicieron mas poderosos, ellos forzaron a los cananeos a trabajo mas duro, pero no los expulsaron completamente. 14 Entonces, los descendientes de José le dijeron a Josué, diciendo: "¿Por qué nos has dado solamente una asignación de tierra y una porción por heredad, si nosotros somos muchos en número, y a todos juntos EL SEÑOR nos ha bendecido?" 15 Josué les dijo: "Si ustedes son un pueblo grande en número, vayan ustedes mismos al bosque y allí despejen la tierra por ustedes mismos en la tierra de los ferezeos y la de los refaías. Hagan esto, ya que el campo de Efraín es muy pequeño para ustedes.'' 16 Los descendientes de José dijeron: "La región montañosa no es suficiente para nosotros. Pero todos los cananeos que viven en el campo tienen carros de guerra de hierro, tanto los que están en Bet Seán y sus aldeas, como aquellos quienes están en el valle de Jezreel." 17 Entonces, Josué le dijo a la casa de José, a Efraín y Manasés: "Tú eres un pueblo grande en número y tienes mucho poder. Tú no puedes tener solo una parte de tierra asignada para ti. 18 La región montañosa también será tuya. Aunque es un bosque, lo despejarás y tomarás posesión del mismo hasta los límites más lejanos. Echarás fuera a los cananeos, aunque ellos tengan carros de guerra de hierro, y aunque ellos sean fuertes."

18

1 Entonces toda la asamblea del pueblo de Israel se reunió en Silo. Ellos establecieron la carpa de las reuniones allí y conquistaron la tierra delante de ellos. 2 Todavía había siete tribus entre la gente de Israel que no se le había repartido su herencia. 3 Josué le dijo a la gente de Israel: "¿Cuánto más van a esperar para entrar en la tierra que EL SEÑOR, EL DIOS de sus antepasados, les ha entregado?" 4 Elijan tres hombres de cada tribu, y yo los enviaré. Ellos saldrán e inspeccionarán la tierra de arriba a abajo. Ellos escribirán una descripción de lo que vean de sus herencias, y luego volverán a mí. 5 Ellos la dividirán en siete partes. Judá permanecerá en su territorio en el sur, y la casa de José permanecerá en su territorio en el norte. 6 Ustedes describirán el territorio en siete partes y me traerán la descripción aquí. Yo echaré suerte por ustedes aquí delante del SEÑOR nuestro DIOS. 7 Los levitas no tienen parte entre ustedes, porque el sacerdocio del SEÑOR es su herencia. Gad, Rubén y la media tribu de Manasés han recibido su herencia, más allá del Jordán. Esta es la herencia que Moisés, el siervo del SEÑOR, les dio." 8 Así que los hombres se levantaron y se fueron. Josué ordenó a los que fueron a escribir la descripción de la tierra, diciendo: "Vayan de arriba a abajo en la tierra y escriban una descripción de ella y regresen a mí. Yo echaré la suerte por ustedes aquí ante EL SEÑOR en Silo." 9 Los hombres se fueron y caminaron de arriba a bajo en la tierra y escribieron una descripción de ella en un rollo por sus ciudades en siete partes, enumerando las ciudades en cada parte. Entonces ellos regresaron a Josué, en el campamento de Silo. 10 Entonces Josué echó la suerte para ellos en Silo delante del SEÑOR. Y allí Josué repartió la tierra a la gente de Israel, a cada uno se le dio su porción de la tierra. 11 El encargo de la tierra para la tribu de Benjamín fue dado a cada uno de sus clanes. El territorio de su tierra asignada estaba localizado entre los descendientes de Judá y los descendientes de José. 12 En el lado del norte, su frontera comenzaba en el Jordán. La frontera subió por el filo al norte de Jericó, y luego subió por las colinas hacia el oeste. Ahí llegó al desierto de Bet-avén. 13 De ahí la frontera pasó a lo largo del sur en la dirección de Luz (el mismo lugar que Betel). Entonces la frontera descendió hasta Atarot-Adar, por la montaña que está al sur de Bet-Horón. 14 La frontera entonces se dirigió en otra dirección: al lado oeste bajó hacia el sur, dirigiéndose a la montaña al frente a Bet-Horón. Esta frontera terminó en Quiriat-Baal (es decir, Quiriat-jearim), una ciudad que le perteneció a la tribu de Judá. Esto formó la frontera en el lado oeste. 15 El lado sur empezó justo fuera de Quiriat-Jearim. La frontera iba de ahí a Efrón, al estanque de las aguas de Neftoa. 16 La frontera entonces bajó hasta el borde de la montaña que estaba opuesta al valle de Ben-Hinom, el cual estaba al extremo norte del valle de Refaim. Entonces bajó al valle de Hinom, al sur de la ladera de los Jebuseos, y continuó bajando a En-Rogel. 17 Subió hacia el norte, yendo en dirección de En-semes, y desde ahí salió hacia Geliot, el cual estaba opuesto a la subida de Adumín. Entonces bajó hacia la piedra de Bohán, el hijo de Rubén. 18 Pasó hacia el norte del risco de Bet-arabá y bajó hasta el Arabá. 19 La frontera pasó al risco norte de Bet-hogla. La frontera terminó en la bahía norte del Mar Salado, al extremo sur del Jordán. Este fue el límite en el sur. 20 El Jordán formó su límite en el lado este. Esta fue la herencia de la tribu de Benjamín, y le fue dada a cada uno de sus clanes, límite tras límite, a todo alrededor. 21 Ahora las ciudades de la tribu de Benjamín, según sus clanes eran: Jericó, Bet Hogla, Emec Casis, 22 Bet Arabá, Zemaraim, Betel, 23 Avim, Pará, Ofra, 24 Quefar Haamoni, Ofni y Geba. Eran doce ciudades, incluyendo sus aldeas. 25 También estaban las ciudades de Gabaón, Ramá, Beerot, 26 Mizpa, Cafira, Mozah, 27 Requem, Irpeel, Tarala, 28 Zela, Elef, Jebús (la misma que es Jerusalén), Guibeá y Quiriat. Había catorce ciudades, incluyendo sus aldeas. Esta fue la herencia de Benjamín para sus clanes.

19

1 La segunda suerte le tocó a Simeón para cada una de las tribus. Su herencia fue en medio de la herencia que pertenecía a la tribu de Judá. 2 Tenían como herencia, Berseba, Seba, Molada, 3 Hazar Sual, Bala, Ezem, 4 Eltolad, Betul y Horma. 5 También Simeón tenía Silcag, Bet-marcabot, 6 Bet-lebaot, y Saruhén. Estas fueron trece ciudades, con sus aldeas. 7 Simeón tenía Ain, Remón, Eter, y Asán. Estas fueron cuatro ciudades, con sus aldeas. 8 Estas con sus aldeas llegaban hasta Baalat-beer (que es Ramat en el Néguev). Esta fue la herencia de la tribu de Simeón dada a sus clanes. 9 La herencia de la tribu de Simeón formó parte del territorio de la tribu de Judá. Por ser tan grande la tierra dada a la tribu de Judá, Simeón recibió su herencia de en medio de la tribu de Judá. 10 La tercera suerte le tocó a la tribu de Zabulón y fue dada a sus clanes. La frontera de su herencia llegaba hasta Sarid. 11 Su frontera llegaba hasta el oeste hacia Marala, tocaba Debeset y hasta el arroyo frente a Jocneam. 12 De Sarid la frontera giraba hacia el este, la frontera de Quislot Tobar. De ahí hacia Deberat luego hasta Jafía. 13 De ahí siguió al oriente hacia Garat Jefer, y luego hacia Ita-Cazin; luego hacia Rimón rodeando hacia Nea. 14 La frontera hizo un rodeo al norte hacia Hanatón y terminó en el valle de Jefte 15 Esta región incluyó las ciudades de Katat, Naalal, Simrón, Idala, y Belén. Habían doce ciudades, incluyendo sus aldeas. 16 Esta fue la herencia de la tribu de Zabulón que fue dada a sus clanes, las ciudades, incluyendo sus aldeas. 17 La cuarta suerte le tocó a Isacar, y fue dada a sus clanes. 18 su territorio incluyó Jezreel, Quesulot, Sunem, 19 Hafaraim, Sihón, y Anaharat. 20 También incluía Rabit, Quisión, Abez, 21 Remet, En Ganim, En Hada y Bet Pases. 22 También su frontera tocaba Tabor, Sahazima, y Bet Semes, y terminaba en el Jordán. Habían dieciséis ciudades incluyendo sus aldeas. 23 Esta fue la herencia de la tribu de Isacar, y fue dada sus clanes, las ciudades, incluyendo sus aldeas. 24 La quinta suerte le tocó a la tribu de Aser, y fue dada a sus clanes. 25 Su territorio incluyó Helcat, Halí, Beten, Acsaf, 26 Alamelec, Amad, y Miseal. En el oeste la frontera extendía hasta Monte Carmelo y Sihor Libnat. 27 Luego volteó hacia el oriente Bet Dagon y fue tan lejos, hasta Zabulón, y luego al valle de Jefte. El norte hasta Bet Emec y Neiel. 28 Luego continuó hasta Cabul, hacia el norte. Entonces continuó a Hebrón, Rehob, Hamón, y Caná, hasta Sidón. 29 La frontera dobló hacia Ramá, y luego hacia la ciudad fortificada de Tiro. Luego la frontera doblaba hacia Hosa y terminó en el mar, en la región de Aczib, 30 Uma, Afec, y Rehob. Habían veintidós ciudades incluyendo sus aldeas. 31 Esta fue la herencia de la tribu de Aser, y fue dada a sus clanes, las ciudades, incluyendo sus aldeas. 32 La sexta suerte cayó sobre la tribu de Neftalí, y fue dada a sus clanes. 33 Su frontera corría desde Helef, desde la encina de Saananim, hacia Adami Neceb y Jabneel, tan lejos como Lacum; terminó en el Jordán. 34 La frontera volteó al oeste a Aznot Tobar y fue a Hucoc; tocó a Zabulón por el sur, y alcanzó Aser en el oeste y Judá en el este del Río Jordán. 35 Las ciudades fortificadas eran Sidim, Zer, Hamat, Racat, Cineret, 36 Adama, Ramá, Hazor, 37 Cedes, Edrei, y En Hazor. 38 También estaban Irón, Migdal El, Horem, Bet Anat, y Bet Semes. Habían diecinueve ciudades, incluyendo sus aldeas. 39 Esta fue la herencia de la tribu de Neftalí, y fue dada a sus clanes, las ciudades, incluyendo sus aldeas. 40 El séptimo lanzamiento de suerte cayó sobre la tribu de Dan, y le fue dada a sus clanes. 41 El territorio de su herencia incluyó a Zora, Estaol, Irsemes, 42 Saalabín, Ajalón y Jetla. 43 También incluía a Elón, Timnat, Ecrón, 44 Elteque, Gibetón, Baalat, 45 Jehúd, Bene Berac, Gat Rimón, 46 Mejarcrón y Racón, junto con el territorio que cruza desde Jope. 47 Cuando faltó territorio a la tribu de Dan; Dan atacó Lesem, luchó en contra de ella y la capturó. Ellos mataron a todos con espada, tomaron posesión de ella y se establecieron alli. Ellos renombraron a Lesem, la llamaron Dan, debido a su antecesor. 48 Esta fue la herencia de la tribu de Dan, y les fue dada a sus clanes, las ciudades, incluyendo sus aldeas. 49 Cuando ellos terminaron la distribución de la tierra como una herencia, el pueblo de Israel dio una herencia de entre ellos mismos a Josué, hijo de Nun. 50 Por el mandato del SEÑOR, ellos le dieron a él la ciudad que él pidió, Timnat Sera en la zona montañosa de Efraín. Él reconstruyó la ciudad y vivió allí. 51 Estas son las herencias que Eleazar el sacerdote, Josué hijo de Nun, y los líderes de tribu de las familias de sus antepasados entre el pueblo de Israel, asignaron por suerte en Silo, ante EL SEÑOR, en la entrada de la tienda de encuentro. Así que ellos terminaron de asignar la tierra.

20

1 Entonces EL SEÑOR le dijo a Josué: 2 "Háblale al pueblo de Israel diciendo: 'Escojan las ciudades de refugio de las cuales Yo les dije a través de las escrituras de Moisés. 3 Hagan esto para que la persona que asesine a otra sin intención pueda refugiarse allí. Estas ciudades serán un lugar de refugio para quien sea buscado por el vengador de la sangre derramada de una persona que haya sido asesinada. 4 Él correrá hacia una de esas ciudades y se pondrá en la entrada de la puerta de la ciudad, y explicará su caso a los ancianos de esa ciudad. Entonces ellos lo llevarán dentro de la ciudad y le darán un lugar para vivir entre ellos. 5 Y si alguno viene a tratar de vengar la sangre de la persona que fue asesinada, entonces las personas de la ciudad no entregarán a las autoridades a la persona que lo asesinó. Ellos no deben hacer esto, porque él asesinó a su projimo sin intención y sin odio premeditado hacia él. 6 Él debe quedarse en esa ciudad hasta que haya enfrentado a la asamblea para juicio, hasta la muerte del que esté sirviendo como sumo sacerdote en esos días. Entonces el que accidentalmente asesinó a la persona podrá regresar a su pueblo, al pueblo de donde huyó."' 7 Así que los israelitas escogieron a Cedes en Galilea entre los montes de Neftalí, Siquem entre los montes de Efraín y Quiriat-arba (lo mismo que Hebrón) entre los montes de Judá. 8 Más allá del Jordán al este de Jericó, escogieron a Beser en el desierto sobre la meseta de la tribu de Rubén; Ramot en Galaad de la tribu de Gad; y Golán en Basán de la tribu de Manasés. 9 Estas fueron las ciudades seleccionadas para todos los israelitas y para los extranjeros que residen entre ellos, para que cualquiera que asesinara a una persona sin intención pudiera correr hacia ellas para seguridad. Esta persona no moriría a mano del que quisiera vengar la sangre que fue derramada, hasta que la persona acusada se presentara delante de la asamblea.

21

1 Entonces los jefes de los clanes de los levitas vinieron al sacerdote Eleazar, a Josué hijo de Nun y a los líderes de las familias de sus ancestros dentro del pueblo de Israel. 2 Les dijieron a ellos en Silo en la tierra de Canaán: "EL SEÑOR les ordenó, a través de Moisés, que nos den a nosotros ciudades en donde vivir, con tierras de pastizales para nuestros ganados." 3 Así por mandamiento del SEÑOR, los israelitas dieron a los levitas de su heredad las siguientes ciudades, incluyendo sus pastizales. 4 Y este fue el resultado de hechar a la suerte los clanes de los coatitas: los sacerdotes -los descendientes de Aarón que eran levitas, recibieron trece ciudades entregadas de la tribu de Judá, de la tribu de Simeón y de la tribu de Benjamín. 5 El resto del clan de los Coatitas recibieron por suerte diez ciudades de los clanes de la tribu de Efraín, Dan y la media tribu de Manasés. 6 Y a los descendientes de Gersón fueron dados por suerte trece ciudades de los clanes de las tribus de Isacar, Aser, Neftalí y la media tribu de Manasés en Basán. 7 Los descendientes de Merari recibieron doce ciudades de las tribus de Rubén, Gad y Zabulón. 8 Los israelitas dieron por suerte a los levitas estas ciudades, incluyendo sus pastizales, como EL SEÑOR había ordenado a través de Moisés. 9 De las tribus de Judá y Simeón, les asignaron tierras de las siguientes ciudades, aquí mencionadas por nombres. 10 Estas ciudades fueron entregadas a los descendientes de Aarón, que estaban entre los clanes de Coatitas, que a su vez eran de la tribu de Leví. Porque ellos fueron los primeros en salir sorteados. 11 Los israelitas le dieron Quiriat Arba (Arba había sido el padre de Anac), el mismo sitio de Hebrón, entre los montes de Judá, alrededor de los pastizales. 12 Pero los campos de la ciudad y sus aldeas ya habían sido dados a Caleb, hijo de Jefone, como su posesión. 13 A los descendientes del sacerdote Aarón, le dieron Hebrón, con sus pastizales, que era una ciudad de refugio a cualquiera que asesinara sin intención, y Libna con sus pastizales, 14 Jatir con sus pastizales y Estemoa con sus pastizales. 15 También le dieron Holón con sus pastizales, Debir con sus pastizales, 16 Aín con sus pastizales, Juta con sus pastizales y Bet Semes con sus pastizales. Eran nueve ciudades que fueron dadas de estas dos tribus. 17 De la tribu de Benjamín dieron a Gabaón con sus pastizales, Geba con sus pastizales, 18 Anatot con sus pastizales y Almón con las afueras de la ciudad, cuatro ciudades. 19 Las ciudades entregadas a los sacerdotes, descendientes de Aarón, eran trece ciudades en total, incluyendo sus pastizales. 20 Al igual que al resto de la familia de Coat, los levitas que pertenecían a la familia de Coat, tenían ciudades entregadas a ellos a la suerte, de la tribu de Efraín. 21 A ellos les fueron entregada Siquem con sus pastizales entre los montes de Efraín, una ciudad de refugio para cualquiera que asesinara a otro sin intención, Gezer con sus pastizales, 22 Kibsaim con sus pastizales y Bet Horón con sus pastizales, cuatro ciudades en total. 23 De la tribu de Dan, al clan de Coat le fue entregado Elteque con sus pastizales, 24 Ajalón con sus pastizales y Gat Rimón con sus pastizales, cuatro ciudades en total. 25 De la media tribu de Manasés, al clan de Coat le fue entregado Taanac con sus pastizales y Gat Rimón con sus pastizales, dos ciudades. 26 Habían diez ciudades en total para el resto de los clanes de los Coalitas, incluyendo sus pastizales. 27 De la media tribu de Manasés, a los clanes de Gersón, estos eran otros clanes levitas y ellos entregaron Golán en Balsán con sus pastizales, una ciudad de refugio para cualquiera que asesinara a otro sin intención, acompañado de Beestera con sus pastizales, dos ciudades en total. 28 A los clanes de Gersón también entragaron Cisón de la tribu de Isacar, acompañado de sus pastizales, Daberat con sus pastizales, 29 Jarmuth con sus pastizales y En-ganim con sus pastizales, cuatro ciudades. 30 De la tribu de Aser, entregaron Miseal con sus pastizales, Abdón con sus pastizales, 31 Helcat con sus pastizales y Rehob con sus pastizales, cuatro ciudades en total. 32 De la tribu de Neftalí, entregaron los clanes de Gersón Cedes en Galilea con sus pastizales, una ciudad refugio para cualquiera que asesinara a otro sin intención; Hamot-dor con sus pastizales y Cartán con sus pastizales, tres ciudades en total. 33 Habían trece ciudades en total, de todos los clanes de Gersón, incluyendo sus pastizales. 34 Al resto de los levitas, del clan de Merari, fueron entregados de la tribu de Zabulón: Jocneam con sus pastizales, Carta con sus pastizales, 35 Dimna con sus pastizales y Naalal con sus pastizales, cuatro ciudades en total. 36 A los clanes de Merari se les entregaron de la tribu de Rubén: Beser con sus pastizales, Jahaza con sus pastizales, 37 Cademot con sus pastizales y Mefaat con sus pastizales, cuatro ciudades. 38 De la tribu de Gad, se le dio Ramot en Galaad con sus pastizales, una ciudad de refugio para cualquiera que asesinaba a otro involuntariamente, y Mahanaim con sus pastizales. 39 A los clanes de Merari les fueron también dados a Hesbón, con sus pastizales, y Jazer con pastizales. Estas fueron cuatro ciudades en total. 40 Todas estas fueron las ciudades de varios clanes de Merari, quienes eran de la tribu de Leví, doce ciudades en total les fueron dadas a ellos al lanzar las suertes. 41 Las ciudades de los levitas tomadas desde el centro de la tierra propiedad del pueblo de Israel, fueron cuarenta y ocho ciudades, incluyendo sus pastizales. 42 Cada una de estas ciudades, tenían alrededor sus pastizales. Así fue con todas estas ciudades. 43 Así que EL SEÑOR le dio a Israel toda la tierra que ÉL juró darle a sus antepasados. Los israelitas tomaron posesión de ella y se establecieron allí. 44 Luego EL SEÑOR les dio descanso en cada lado, tal como Él le había jurado a sus antepasados. Ni uno de sus enemigos podía derrotarlos. EL SEÑOR les entrego a sus enemigos en sus manos. 45 Ni una cosa, entre todas las buenas promesas que EL SEÑOR le había hablado a la casa de Israel, falló en hacerse realidad. Todo se cumplió.

22

1 Para ese tiempo Josué llamó a los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés. 2 Él les dijo: "Ustedes han hecho todo lo que Moisés el siervo del SEÑOR les encomendó. Ustedes han obedecido mi voz en todo lo que les ordené. 3 Ustedes no han abandonado a sus hermanos todos estos días, hasta hoy. Y han cumplido con los deberes requeridos por los mandamientos del SEÑOR su DIOS. 4 Ahora EL SEÑOR su DIOS les ha dado descanso a sus hermanos, justo lo que les prometió. Por lo tanto regresen a sus tiendas en las tierras que les pertenecen, las cuales Moisés el siervo del SEÑOR les dio al otro lado del Jordán. 5 Solo tengan cuidado en cumplir los mandamientos y la ley que Moisés el siervo del SEÑOR les encomendó, de amar al SEÑOR tu DIOS, de caminar en todos sus caminos, de guardar sus mandamientos, y de seguirlo y adorarlo con todo su corazón y con toda su alma. 6 Así que Josué los bendijo y los despidió, y ellos volvieron a sus tiendas. 7 Ahora, para la media tribu de Manasés, Moisés les había dado una herencia en Basán, pero a la otra mitad, Josué les dio herencia junto a sus hermanos en la tierra del oeste del Jordán. Josué los envió hacia sus tiendas; él los bendijo 8 y les dijo: "Vuelvan a sus tiendas con dinero, ganado, plata, oro, bronce, hierro, y muchos vestidos. Dividan el botín de todos sus enemigos con sus hermanos." 9 Así que los descendientes de Rubén, los descendientes de Gad y la media tribu de Manasés retornaron a casa, dejando al pueblo de Israel en Silo, el cual está en la tierra de Canaán. Ellos se fueron a la región de Galaad, a su propia tierra, la cual les pertenecia, en obediencia al mandamiento del SEÑOR, por la mano de Moisés. 10 Cuando ellos vinieron al Jordán que está en la tierra de Canaán, los rubenitas y los gaditas y la media la tribu de Manasés construyeron un altar al lado del Jordán, un altar muy grande y prominente. 11 El pueblo de Israel oyó sobre esto y dijo: "¡Miren! El pueblo de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés han edificado un altar en la parte frontal de la tierra de Canaán, en Galaad, en la región cerca del Jordán, en el lado que pertenece al pueblo de Israel." 12 Cuando el pueblo de Israel escuchó de esto, toda la asamblea del pueblo de Israel se reunió juntos en Silo para subir y hacer guerra en contra de ellos. 13 Luego el pueblo de Israel envió mensajeros a los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad. Ellos también enviaron a Finees hijo de Eleazar, el sacerdote, 14 y con él diez líderes, uno de cada una de las familias ancestrales de Israel, y cada uno de ellos era la cabeza de un clan dentro del pueblo de Israel. 15 Ellos vinieron al pueblo de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad y les dijeron: 16 "Toda la asamblea del SEÑOR dice esto: '¿Qué es esta infidelidad que ustedes han cometido en contra del DIOS de Israel, apartándose en este día de seguir al SEÑOR, haciendose un altar para ustedes en este día en rebelión en contra del SEÑOR? 17 ¿No fue nuestro pecado en Peor suficiente para nosotros? Todavía no nos hemos purificado de él. Por este pecado vino una plaga en la asamblea del SEÑOR. 18 ¿Debían también ustedes apartarse de seguir al SEÑOR en este día? Si también se rebelan en contra del SEÑOR hoy, mañana ÉL estará molesto con toda la asamblea de Israel. 19 Si la tierra que ustedes poseen está contaminada, entonces ustedes deben pasar a la tierra donde está el tabernáculo del SEÑÓR levantado y tomar para ustedes una posesión entre nosotros. Sólo no se rebelen en contra del SEÑOR, ni se rebelen en contra de nosotros edificando un altar para ustedes aparte del altar del SEÑOR nuestro DIOS. 20 ¿Acaso Acán hijo de Zera no faltó a su palabra en cuanto a aquellas cosas que habían sido reservadas para DIOS? Y ¿no cayó la ira en el pueblo de Israel? Ese hombre no pereció solo por su iniquidad.'" 21 Entonces las tribus de Rubén, Gad, y la media tribu de Manasés contestaron en respuesta a los líderes de los clanes de Israel: 22 "¡EL SEÑOR, DIOS, TODOPODEROSO! ¡EL SEÑOR, DIOS. TODOPODEROSO! ¡ÉL sabe y hace saber a Israel mismo! Si fue en rebelión o si faltamos a nuestra palabra en contra del SEÑOR, no nos libres en este día 23 por haber construido un altar para apartarnos de seguir al SEÑOR. Si nosotros construimos ese altar para ofrecer en él, ofrenda quemada, de granos o de paz, entonces que EL SEÑOR nos haga pagar por ello. 24 ¡No! Lo hicimos por temor que en el tiempo por venir sus hijos pudiesen decir a nuestros hijos: '¿Qué tienen ustedes que ver con EL SEÑOR, EL DIOS de Israel? 25 Puesto que EL SEÑOR ha hecho al Jordán una frontera entre nosotros y ustedes. Ustedes pueblo de Rubén y pueblo de Gad, no tienen nada que ver con EL SEÑOR.' Así que sus hijos podrían hacer que nuestros hijos dejaran de adorar al SEÑOR. 26 Así que nosotros dijimos, 'Construyamos ahora un altar, no para quemar ofrenda ni para sacrificios, 27 sino para ser testigo entre nosotros y ustedes, y entre nuestras generaciones después de nosotros, que cumplamos con el servicio del SEÑOR delante de ÉL, con nuestra ofrenda quemada y con nuestros sacrificios y con nuestras ofrendas de paz, para que vuestros hijos nunca digan a nuestros hijos en el tiempo por venir: "No tienen parte en EL SEÑOR'". 28 Así que dijimos: 'Si esto fuere dicho a nosotros o a nuestros descendientes en el tiempo por venir, nosotros diríamos: "¡Miren! Esta es una copia del altar del SEÑOR, el cual nuestros ancestros hicieron, no para quemar ofrenda, ni para sacrificios, sino como un testimonio entre nosotros y ustedes. 29 Que esté lejos de nosotros rebelarnos en contra del SEÑOR, y hoy apartarnos de seguirle a ÉL construyendo un altar para ofrenda quemada, ofrenda de granos o sacrificio, aparte del altar del SEÑOR nuestro DIOS que está delante de su tabernáculo.'" 30 Cuando Finees el sacerdote y los líderes del pueblo, que son, las cabezas de los clanes de Israel que estaban con él, escucharon las palabras que el pueblo de Rubén, Gad y Manasés dijeron, les parecieron buenas ante sus ojos. 31 Finees, hijo de Eleazar el sacerdote, dijo al pueblo de Rubén, Gad y Manasés: "Hoy sabemos que EL SEÑOR está entre nosotros, porque ustedes no han cometido traición en contra de ÉL. Ahora, ustedes han rescatado al pueblo de Israel de la mano del SEÑOR." 32 Entones Finees, hijo del sacerdote Eleazar, y los líderes regresaron de los rubenitas y de los gaditas, fuera de la tierra de Galaad, de regreso a la tierra de Canaán, al pueblo de Israel, y trajeron de vuelta palabra a ellos. 33 Su reporte fue bueno ante los ojos del pueblo de Israel. El pueblo de Israel bendijo a DIOS y no habló más sobre hacer guerra en contra de los rubenitas y los gaditas, para destruir la tierrra en donde ellos se habían establecido. 34 Los rubenitas y los gaditas llamaron al altar "Testigo", pues ellos dijeron: "Es un testigo entre nosotros, que ELSEÑOR es DIOS."

23

1 Y después de muchos días, cuando EL SEÑOR le había dado descanso a Israel de todos sus enemigos que los rodeaban, Josué era muy mayor. 2 Josué llamó a todo Israel, a sus ancianos, a sus líderes, a sus jueces y a sus oficiales y les dijo: "Yo estoy muy viejo. 3 Ustedes han visto todo lo que EL SEÑOR su DIOS ha hecho con todas la naciones por su bien, porque ha sido EL SEÑOR su DIOS quien ha peleado por ustedes. 4 ¡Miren! Yo les he asignado a ustedes las naciones que quedan por ser conquistadas como herencia para sus tribus, junto con todas las naciones que ya yo he destruido, desde el Jordán hasta el Mar Grande en el oeste. 5 EL SEÑOR tu DIOS los echará fuera. ÉL los empujará afuera por ustedes. ÉL tomará su tierra, y ustedes se apoderaran de ella, como EL SEÑOR vuestro DIOS les ha prometido. 6 Sean muy fuertes, para que mantengan y hagan todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin voltear a mano derecha ni a mano izquierda, 7 para que no se mezclen con estas naciones que se quedaron con ustedes o mencionen los nombres de sus dioses, juren por ellos, los adoren o se inclinen a ellos. 8 Mejor, ustedes deben inclinarse al SEÑOR su DIOS como han hecho hasta este día. 9 Porque EL SEÑOR ha echado de delante de ustedes grandes, fuertes naciones. Y en cuanto a ustedes, a ninguna le ha sido posible pararse ante ustedes hasta este día. 10 Cualquier hombre de entre ustedes hará que miles corran huyendo, porque EL SEÑOR su DIOS, es ÉL que pelea por ustedes, como ÉL, se los ha prometido. 11 Presten particular atención, para que puedan amar al SEÑOR su DIOS. 12 Pero si le dan la espalda y se inclinan a los sobrevivientes de estas naciones quienes son un remanente entre ustedes, o si ustedes se casan con ellos, o si ustedes se juntan con ellos y ellos con ustedes, 13 entonces, sepan de seguro que EL SEÑOR su DIOS ya no sacará estas naciones de entre ustedes. En cambio, ellos serán un lazo y trampa para ustedes, látigos en sus espaldas y espinas en sus ojos, hasta que ustedes mueran de esta buena tierra que EL SEÑOR su DIOS les ha dado a ustedes. 14 Y ahora yo me voy del camino de toda la tierra, y ustedes saben con todos sus corazones y sus almas que no ha fallado ni una palabra en volverse realidad para todas las cosas buenas que EL SEÑOR su Dios les ha prometido sobre ustedes. Todas estas cosas han llegado para ustedes. Ninguna ha fallado. 15 Pero así como toda palabra que EL SEÑOR su DIOS les ha prometido, así EL SEÑOR les traerá sobre ustedes todas la cosas malas hasta que ÉL los haya destruido de esta buena tierra que EL SEÑOR su DIOS les ha dado. 16 ÉL hará esto si ustedes rompen el pacto del SEÑOR su DIOS, el cual ÉL te ordenó mantener. Si ustedes van y adoran otros dioses y se inclinan a ellos, entonces la ira del SEÑOR se encenderá contra de ustedes, y ustedes morirán rápidamente en la buena tierra que ÉL les ha dado."

24

1 Luego Josué reunió a todas las tribus de Israel en Siquem y llamó a los ancianos de Israel, a sus líderes, a sus jueces, y a sus oficiales, y ellos se presentaron ante DIOS. 2 Josué dijo a todas las personas: "Esto es lo que EL SEÑOR, EL DIOS de Israel, dice: 'Sus ancestros hace mucho tiempo vivieron más allá del Río Eufrates, Taré, el padre de Abraham y el padre de Nacor, y ellos adoraban otros dioses. 3 Pero yo tomé tu padre desde más allá del Eufrates y lo llevé a la tierra de Canaán, y le di muchos descendientes mediante su hijo Isaac. 4 Y a Isaac yo le di a Jacob y Esaú. A Esaú le di la región montañosa de Seir como propiedad, pero Jacob y sus hijos fueron hacia Egipto. 5 YO envié a Moisés y a Aarón, y afligí a los egipcios con plagas. Después de eso, te saque de ahí. 6 YO traje a tus ancestros fuera de Egipto, y vinieron al mar. Los egipcios los persiguieron con carruajes y jinetes tan lejos como el Mar Rojo. 7 Cuando sus antepasados clamaron al SEÑOR, ÉL puso oscuridad entre ustedes y los egipcios. ÉL trajo el mar para que viniera sobre ellos y los ahogaran. Ustedes vieron lo que YO hice en Egipto. Luego ustedes vivieron en el desierto por mucho tiempo. 8 YO los traje a la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán. Ellos pelearon con ustedes y se los entregué en sus manos. Ustedes tomaron posesión de su tierra, y YO los destruí ante ustedes. 9 Luego Balac hijo de Zipor, rey de Moab, se levantó y atacó a Israel. Él envió y clamó por Balaam, hijo de Beor, para maldecirlos. 10 Pero YO no escuché a Balaam. De hecho, él los bendijo. Así que los rescaté de su mano. 11 Ustedes fueron sobre el Jordán y llegaron a Jericó. Los líderes de Jericó pelearon encontra de ustedes, junto a los amorreos, los ferezeos, los cananeos, los hititas, los gergeseos, los heveos, y los jebuseos. YO les di victoria sobre ellos y los puse bajo su control. 12 Yo envié las avispas delante de ustedes, quienes las llevaron a ellos y a los dos reyes de los amorreos, para que huyera. Esto no sucedió por su espada o su arco. 13 YO les di tierra en la cual no habían trabajado y ciudades que ustedes no habían construido, y ahora viven en ellas. Ustedes comen las frutas de viñas y sembradíos de olivas que no plantaron. 14 Ahora teman al SEÑOR y adórenle con toda integridad y fidelidad; deshaganse de los dioses que sus ancestros adoraban más allá del Eufrates y en Egipto, y adoren al SEÑOR. 15 Si parece incorrecto ante sus ojos adorar al SEÑOR, escogan por ustedes mismos este día, a quién van a servirle, si a los dioses que sus antepasados adoraban más allá del Eufrates, o a los dioses de los amorreos, en la tierran en la cual viven "Pero en cuanto a mí y mi casa, nosotros adoraremos al SEÑOR". 16 El pueblo contestó y dijo: "Nosotros nunca abandonaremos al SEÑOR por servir a otros dioses, 17 es EL SEÑOR nuestro DIOS quien nos trajo a nosotros y a nuestros antepasados de la tierra de Egipto, de la esclavitud y quien hizo aquellas grandes señales a nuestra vista y quien nos preservó en todo el camino que fuimos, y de entre todas las naciones que nosotros atravesamos. 18 Y EL SEÑOR sacó delante de nosotros a todas las personas, los amorreos que vivían en esta tierra. Así que nosotros también adoraremos al SEÑOR, pues ÉL es nuestro DIOS." 19 Pero Josué le dijo al pueblo: "Ustedes no pueden servirle al SEÑOR, porque ÉL es un DIOS santo; ÉL es un DIOS celoso; ÉL no les perdonará sus transgresiones y pecados. 20 Si ustedes abandonan al SEÑOR y adoran a dioses extranjeros, entonces ÉL se pondra en contra y les hará daño. ÉL los consumirá, después de haberles hecho bien." 21 Pero el pueblo le dijo a Josué: "No; nosotros adoraremos al SEÑOR." 22 Entonces, Josué le dijo a al pueblo: "Ustedes son testigos en contra de ustedes mismos, que han escogido por sí mismos, al SEÑOR, para adorarle." Ellos dijeron: "Somos testigos." 23 Josué les dijo: "Ahora, pongan a un lado a los dioses extranjeros que están con ustedes, y vuelvan su corazón al SEÑOR, DIOS de Israel." 24 El pueblo le dijo a Josué: "Nosotros adoraremos al SEÑOR nuestro DIOS. Nosotros escucharemos su voz." 25 Josué hizo un pacto con el pueblo ese día. Él puso en lugares decretos y leyes en Siquem. 26 Josué escribió estas palabras en el libro de la ley de DIOS. Él tomó una gran piedra y la colocó allí, debajo del árbol de roble que estaba al lado del santuario del SEÑOR. 27 Josué le dijo a todo el pueblo: "Miren, esta piedra será testimonio contra nosotros. Han escuchado todas las palabras que EL SEÑOR nos ha dicho a nosotros. Así que será un testigo en contra de ustedes, si alguna vez niegan a su DIOS." 28 Entonces Josué envió al pueblo lejos, cada uno a su propia herencia. 29 Luego de estas cosas, Josué hijo de Nun, el siervo del SEÑOR, murió, teniendo 110 años. 30 Ellos lo enterraron en la frontera de su propia herencia, en Timnat Sera, la cual está en la zona montañosa de Efraín, al norte del Monte Gaas. 31 Israel adoró al SEÑOR todos los días de Josué, y todos los días de los ancianos que vivieron más que Josué; aquellos que habían experimentado todo lo que EL SEÑOR había hecho por Israel. 32 Los huesos de José, los cuales el pueblo de Israel sacó fuera de Egipto, los enterraron en Siquem, en el pedazo de tierra que Jacob había comprado de los hijos de Hamor, el padre de Siquem. Él lo compró por cien piezas de plata, y se convirtió en una herencia para los descendientes de José. 33 Eleazar hijo de Aarón también murió. Ellos lo enterraron en Guibeá, la ciudad de Finees su hijo, la cual le había sido dada a él. Estaba en la zona montañosa de Efraín.

Jueces
Jueces
1

1 Después de la muerte de Josué, el pueblo de Israel preguntó al SEÑOR, diciendo: "¿Quién atacará primero a los cananeos por nosotros para pelear contra ellos?" 2 El SEÑOR dijo: "Judá atacará. He aquí, les he dado control de esta tierra." 3 Los hombres de Judá dijeron a los hombres de Simeón, sus hermanos: "Vengan con nosotros a la tierra que nos fue dada para que juntos podamos pelear en contra de los cananeos. Y nosotros igualmente iremos con ustedes al territorio que les fue asignado." Así que la tribu de Simeón fue con ellos. 4 Los hombres de Judá atacaron, y el SEÑOR les dio victoria sobre los cananeos y los ferezeos. Mataron a diez mil de ellos en Bezec. 5 Hallaron a Adoni Bezec en Bezec, y lucharon contra él y derrotaron a los cananeos y ferezeos. 6 Pero Adoni Bezec huyó, y lo persiguieron y lo capturaron, y le cortaron los dedos pulgares de las manos y de los pies. 7 Adoni Bezec dijo: "Setenta reyes, cuyos dedos pulgares de sus manos y de sus pies fueron cortados, juntaban su comida debajo de mi mesa. Así como yo hice, así mismo Dios ha hecho conmigo." Lo trajeron a Jerusalén y murió allí. 8 Los hombres de Judá lucharon contra la ciudad de Jerusalén y la tomaron. La atacaron a filo de espada y quemaron la ciudad. 9 Después de esto, los hombres de Judá bajaron a luchar contra los cananeos que vivían en la montaña, en el Neguev, y en las colinas al oeste. 10 Judá avanzó contra los cananeos que vivían en Hebrón (el nombre de Hebrón era anteriormente Quiriat Arba), y derrotaron a Sesai, a Ahimán y a Talmai. 11 Desde ahí, los hombres de Judá avanzaron contra los habitantes de Debir (el nombre de Debir era anteriormente Quiriat Séfer). 12 Caleb dijo: "Al que ataque a Quiriat Séfer y conquiste la ciudad, le daré a Acsa, mi hija, para ser su esposa." 13 Otoniel, hijo de Quenaz, (el hermano menor de Caleb) capturó a Debir, así que Caleb le dio a Acsa, su hija, para ser su esposa. 14 Tan pronto Acsa llegó a Otoniel, y ella le insistió a él que le pidiera a su padre un campo. Mientras ella se bajaba de su asno, Caleb le preguntó: "¿En qué te puedo ayudar?" 15 Ella le dijo: "Dame una bendición. Ya que me has dado la tierra del Neguev, dame también las fuentes de agua." Así que Caleb le dio las fuentes de arriba y las de abajo. 16 Los descendientes del ceneo suegro de Moisés, subieron de la Ciudad de las Palmas con el pueblo de Judá, al desierto de Judá, el cual es el Neguev, a vivir con el pueblo de Judá cerca de Arad. 17 Y los hombres de Judá fueron con los hombres de Simeón, sus hermanos, y atacaron a los cananeos que habitaban en Sefat y lo destruyeron completamente. El nombre de la ciudad era llamada Horma. 18 El pueblo de Judá también capturó a Gaza y la tierra a su alrededor, a Ascalón y la tiera a su alrededor, y a Ecrón y la tierra a su alrededor. 19 El SEÑOR estaba con el pueblo de Judá y les ayudó a conquistar la tierra montañosa, pero no pudieron sacar a los habitantes de la llanura porque ellos tenían carretas de hierro. 20 Hebrón fue dado a Caleb (como lo había dicho Moisés), y él expulsó de allí a los tres hijos de Anac. 21 Pero el pueblo de Benjamín no echo fuera a los jebuseos que habitaban en Jerusalén. Así que los jebuseos han vivido con el pueblo de Benjamín en Jerusalén hasta este día. 22 La casa de José se preparó para atacar a Betel, y el SEÑOR estaba con ellos. 23 Ellos enviaron hombres para espiar en Betel (la ciudad que anteriomente se llamaba Luz). 24 Los espías vieron a un hombre saliendo de la ciudad, y le dijeron: "Muéstranos, por favor, cómo entrar a la ciudad y seremos amables contigo." 25 Él les mostró un camino de entrada a la ciudad. Y ellos atacaron la ciudad con espada en la mano, pero dejaron que el hombre y toda su familia se fueran. 26 Y el hombre se fue a la tierra de los Hititas y construyó una ciudad y la llamó Luz, que es su nombre hasta el día de hoy 27 El pueblo de Manasés no expulsó a los moradores de las ciudades de Bet Seán y sus aldeas, o de Taanac y sus aldeas, o de aquellos que moraban en Dor y sus aldeas, o los que vivían en Ibleam y sus aldeas, o de aquellos que estaban en Meguido y sus aldeas, porque los cananeos estaban decididos a vivir en esa tierra. 28 Cuando Israel se hizo fuerte, ellos obligaron a los cananeos a servirles con trabajo forzoso, pero nunca los expulsaron por completo. 29 Efraín no expulsó a los cananeos que vivían en Gezer, así que los cananeos continuaron viviendo en Gezeer entre ellos. 30 Zabulón no expulsó a la gente que vivía en Quitrón, o a los que vivían en Naalal, y así los cananeos continuaron viviendo entre ellos, pero Zabulón forzó a los cananeos a servirles con trabajos forzados 31 Aser no expulsó a la gente que vivía en Aco, ni a la que vivía en Sidón, ni a los que vivían en Ahlab, Aczib, Helba, Afec, y Rehob. 32 Así que la tribu de Aser vivió entre los cananeos (los moradores de la tierra), porque ellos no los expulsaron. 33 La tribu de Neftalí no echo fuera a los que estaban viviendo en Bet Semes, ni a los que vivían en Bet Anat. Así que la tribu de Neftalí vivió entre los cananeos (las personas que estaban viviendo en esa tierra). Sin embargo, los habitantes de Bet Semes y Bet Anat fueron obligados a trabajo pesado para Neftalí. 34 Los amorreos forzaron a la tribu de Dan a vivir en la región montañosa, sin permitirles bajar a la llanura. 35 Así que los amorreos vivieron en el Monte Heres, en Ajalón, y en Saalbim, pero el ejército de la casa de José los conquistó y ellos fueron obligados a servirles con trabajo forzado. 36 La frontera de los amorreos iba desde la colina de Acrabim en Sela, hasta la región montañosa.

2

1 El ángel del SEÑOR subió de Gilgal a Boquim, y dijo: "Los saqué de Egipto, y los he traído a la tierra que le juré dar a sus padres. Y les dije: 'Yo nunca romperé mi pacto con ustedes. 2 Ustedes no deben hacer ningún pacto con aquellos que viven en estas tierras. Ustedes deben derribar sus altares.' Pero ustedes no han escuchado mi voz. ¿Qué es esto que han hecho? 3 Por esto ahora digo: 'Yo no expulsaré a los Cananeos delante de ustedes, sino que ellos serán espinas en sus costados, y sus dioses serán una trampa para ustedes.'" 4 Cuando el ángel del SEÑOR habló estas palabras a todo el pueblo de Israel, el pueblo gritó y lloró. 5 Ellos llamaron ese lugar Boquim. Allí ellos ofrecieron sacrificios al SEÑOR. 6 Entonces cuando Josué había despedido al pueblo; el pueblo de Israel fue a su lugar señalado, a tomar posesión de su tierra. 7 El pueblo sirvió al SEÑOR durante el tiempo en que Josué vivió y el de los ancianos que le sobrevivieron a él, aquellos que vieron todos los grandes milagros que el SEÑOR había hecho por Israel. 8 Josué hijo de Nun, el siervo del SEÑOR, murió a la edad de 110 años. 9 Ellos le enterraron entre los límites de las tierras que le fueron asignada a él en Timnat Sera, en las tierras montañosas de Efraín, al norte de Monte Gaas. 10 Toda esa generación fue convocada por sus padres. Otros descendientes se levantaron luego de ellos, que no conocían al SEÑOR ni lo que Él había hecho por Israel. 11 El pueblo de Israel hizo lo que era malo ante los ojos del SEÑOR y sirvieron a los Baales. 12 Ellos se alejaron del SEÑOR, el Dios de sus padres, quien los había sacado de las tierras de Egipto. Ellos fueron en busca de otros dioses, los mismos dioses de la gente que les rodeaba, y se inclinaron delante de ellos. Esa conducta hizo que se enojara el SEÑOR 13 al apartarse del SEÑOR y adorar a Baal y a Astarot. 14 La ira del SEÑOR se encendió en contra de Israel, y el los entregó a invasores que les robaron sus posesiones. Él los vendió como esclavos que fueron capturados por la fuerza de sus enemigos que les rodeaban, así que ellos no pudieron defenderse más en contra de sus enemigos. 15 Dondequiera que Israel salía afuera a luchar, la mano del SEÑOR estuvo en contra de ellos para vencerlos, así como Él había jurado hacer. Y ellos estaban en sufriendo terriblemente. 16 Entonces El SEÑOR levantó jueces, quienes los salvaron de las manos de aquellos que les robaban sus posesiones. 17 Aun así ellos no escucharon a los jueces. Sino que fueron infieles al SEÑOR y se entregaron como prostitutas a otros dioses y les adoraron. Rapidamente se apartaron de la manera que sus padres habían vivido; aquellos que habían obedecido los mandamientos del SEÑOR, pero ellos mismos no hicieron esto. 18 Cuando el SEÑOR levantó jueces para ellos, El SEÑOR ayudó a los jueces y los rescató de las manos de sus enemigos todos los días que vivieron. El SEÑOR tuvo misericordia de ellos mientras clamaron por causa de aquellos que los maltrataron fuertemente y los lastimaron. 19 Pero cuando el juez moría, ellos se volvían y hacían cosas aún más corruptas que las que sus padres habían hecho. Ellos iban detrás de otros dioses para servirles y adorarles. Ellos se negaron a dejar sus malas prácticas y sus caminos tercos. 20 La ira del SEÑOR se encendió en contra de Israel, y dijo: "Porque esta nación ha quebrantado los términos de mi pacto que Yo había establecido con sus padres; porque ellos no han escuchado mi voz; 21 de ahora en adelante, no expulsaré ninguna de las naciones que Josué dejó cuando murió. 22 Yo haré esto para probar si Israel seguirá o no mis caminos y caminará en ellos, como sus padres los hicieron." 23 Por esto es que el SEÑOR dejó esas naciones y no las sacó rapidamente y las entregó en la mano de Josué.

3

1 Ahora el SEÑOR dejó a estas naciones para probar a Israel, es decir a todos los que en Israel no habían experimentado las guerras luchadas en Canaán. 2 (Él hizo esto para enseñar la guerra a los descendientes de los israelitas que no la habían conocido.) 3 Estas son las naciones: los cinco reyes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que vivían en las montañas del Líbano, desde el Monte de Baal Hermón hasta Lebo Hamat. 4 Estas naciones se quedaron allí para ser el intrumento el cual el SEÑOR usaría para probar a Israel, para confirmar si ellos obedecerían los mandamientos que Él le dio a sus antepasados a través de Moisés. 5 Así que el pueblo de Israel vivió entre los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos. 6 A sus hijas, ellos las tomaron para que fueran sus esposas, y a sus propias hijas, ellos las dieron a sus hijos, y ellos sirvieron a sus dioses. 7 El pueblo de Israel hizo lo que era malo antes los ojos del SEÑOR y olvidó al SEÑOR su Dios. Ellos adoraron a los Baales y a las Aseras. 8 Por lo tanto, la ira del SEÑOR se incendió en contra de Israel, y Él los vendió en manos de Cusán Risataim, rey de Aram Naharaim. El pueblo de Israel sirvió a Cusán Risataim por ocho años. 9 Cuando el pueblo de Israel clamó al SEÑOR, el SEÑOR levantó a alguien que ayudaría al pueblo de Israel, y quien los rescataría: Otoniel, hijo de Quenaz (el hermano menor de Caleb). 10 El Espíritu del SEÑOR lo ayudó y le dió cualidades de gran líder, y él juzgó a Israel y salió a la guerra. El SEÑOR le dio la victoria sobre Cusán Risataim, rey de Aram. La mano de Otoniel derrotó a Cusán Risataim. 11 La tierra tuvo paz por cuarenta años. Entonces Otoniel, hijo de Quenaz murió. 12 Después de esto, los israelitas hicieron otra vez lo malo ante los ojos del SEÑOR, y el SEÑOR le dio fuerza a Eglón, rey de Moab, para dominar a los israelitas. 13 Eglón se unió con los amonitas y los amalecitas, y ellos fueron y derrotaron a Israel, y ellos tomaron posesión de la Ciudad de las Palmeras (Jericó). 14 El pueblo de Israel sirvió a Eglón, el rey de Moab, por dieciocho años. 15 Cuando el pueblo de Israel clamó al SEÑOR, el SEÑOR levantó a alguien que los ayudaría, Aod, hijo de Gera, un benjamita, un hombre zurdo. El pueblo de Israel lo envió, con el pago de su tributo, a Eglón, rey de Moab. 16 Aod se hizo una espada que tenía dos filos, de un cuarenta y seis centímetros de largo; y la ató a su muslo derecho debajo de su ropa. 17 Él dio el pago de tributo al rey Eglón de Moab. (Ahora Eglón era un hombre muy obeso.) 18 Después de que Aod había presentado el pago de tributo, él se fue con aquellos que lo habían cargado. 19 En cuanto a Aod, cuando él llegó al lugar donde habían hecho las imágenes cerca de Gilgal, se volteó y regresó, y dijo: "Tengo un mensaje secreto para usted, mi rey." Eglón dijo: "¡Silencio!" Así que todos aquellos sirviéndole salieron del cuarto. 20 Aod vino a él. El rey estaba sentado, solo en la frescura del cuarto de arriba. Aod dijo: "Tengo un mensaje de Dios para usted." El rey se levantó de su asiento. 21 Aod alcanzó con su mano izquierda la espada de su muslo derecho, y la clavó en el cuerpo del rey. 22 Y la empuñadura de la espada también entró en él tras la cuchilla, la punta de la misma salió por su espalda, y la grasa se cerró sobre la cuchilla, pues Aod no sacó la espada de su estómago. 23 Entonces Aod salió al porche y cerró las puertas del cuarto de arriba tras sí y las aseguró. 24 Después de que Aod se había ido, los sirvientes del rey vinieron; ellos vieron que las puertas del cuarto superior estaban aseguradas, así que ellos pensaron: "Seguramente él se está aliviando en la frescura del cuarto superior." 25 Ellos estaban cada vez más preocupados, hasta que sintieron que estaban descuidando su deber, ya que el rey todavía no abría las puertas del cuarto superior. Así que ellos tomaron la llave y las abrieron, ahí estaba su amo, acostado en el piso, muerto. 26 Mientras los sirvientes estaban esperando, preguntándose lo que debían hacer, Aod escapó y pasó más allá del lugar donde estaban las imágenes cinceladas de ídolos, y así escapó a Seirat. 27 Cuando llegó, hizo sonar una trompeta en la región montañosa de Efraín. Entonces desde las colinas el pueblo de Israel descendió con él, y él los estaba dirigiendo. 28 Él les dijo a ellos: "Síganme, pues el SEÑOR está a punto de derrotar a sus enemigos, los moabitas." Ellos lo siguieron y ellos tomaron los orillas del Jordán al otro lado de los moabitas, y ellos no permitieron a nadie que cruzara el río. 29 En ese momento ellos mataron cerca de diez mil hombres de Moab, y todos eran fuertes y hombres capaces. Ninguno escapó. 30 Así que ese día, Moab fue sometida por la fuerza de Israel. Y la tierra había descansado por ochenta años. 31 Después de Aod, el siguiente juez fue Samgar, hijo de Anat, quien mató 600 hombres de los filisteos con un palo usado para picar el ganado. Él también liberó a Israel del peligro.

4

1 Luego de que Aod murió, el pueblo de Israel una vez más hizo lo que era malo ante los ojos del SEÑOR. 2 El SEÑOR los entregó en las manos de Jabín rey de Canaán quien reinaba en Hazor. El capitán de su ejército se llamaba Sísara, y el vivió en Haroset Goyim. 3 El pueblo de Israel clamó al SEÑOR por ayuda, por que Sísara tenía novecientos carros de hierro y había lastimado fuertemente al pueblo de Israel por veinte años. 4 Ahora Débora, una profetisa (la esposa de Lapidot), era jueza principal en Israel para ese tiempo. 5 Ella usualmente se sentaba debajo de la palmera de Débora entre Ramá y Betel en la región montañosa de la ciudad de Efraín, y las personas de Israel iban donde ella para resolver sus pleitos. 6 Ella envió por Barac hijo de Abinoam de Cedes en Neftalí. Ella le dijo, el ''Señor, el Dios de Israel, te ordena, 'Ve al Monte Tabor, y lleva contigo diez mil hombres de Neftalí y Zabulón. 7 Yo llevaré a Sísara, el comandante del ejercito de Jabín, para que te encuentre en el rio Kishon, con sus carros y su ejercito, y yo te daré la victoria ante el.'' 8 Barac le dijo a ella, "si tu vas conmigo, yo iré, pero si tu no vas conmigo, yo no iré." 9 Ella dijo, ciertamente iré contigo. Más tu no recibiras la honra de esto, porque el Señor entregará a Sísara en la mano de una mujer." Luego Débora se levantó y fue con Barac a Cades. 10 Barac llamó a los hombres de Zabulón y Neftalí que fueran juntos a Cades. Diez mil hombres lo siguieron, y Débora fué junto con el. 11 Ahora Heber (el Quenita) se separó de los Quenitas- estos eran los descendientes de Hobab (suegro de Moisés) - y él puso su tienda junto al roble en Zaanaim, cerca de Cades. 12 Cuando ellos le dijeron a Sísara que Barac hijo de Abinoam se había ido a Monte Tabor, 13 Sísara llamó a todos sus carros, novecientos carros de hierro, y todos los soldados que estaban con el, desde Haroset Goyim hasta el Río Cisón. 14 Débora le dijo a Barac: "¡Ve! Porque hoy es el día en el que El SEÑOR te ha dado la victoria ante Sísara. "¿No está El SEÑOR liderandote?" Así que Barac bajó del Monte Tabor con diez mil hombres siguiéndole. 15 El SEÑOR confundió el ejército de Sísara, a todos sus carros de hierro, y a todo su ejército. Los hombres de Barac los atacaron y Sísara se bajó de su carro de hierro y huyó a pie. 16 Pero Barac persiguió los carros de hierro y el ejército hasta Haroset Goyim, y todo el ejército de Sísara fué derrotado a filo de espada, y ni un hombre quedó vivo. 17 Pero Sísara huyó a pie hacia la tienda de Jael, la esposa de Heber el Quenita, pues había paz entre Jabín rey de Hazor, y la casa de Heber el Quenita. 18 Jael salió al encuentro de Sísara y le dijo, "Ven, mi maestro; ven a mí y no tengas miedo." Así el fué hacia ella y entró a la tienda, y ella lo cubrió con una manta. 19 El le dijo a ella, "Por favor dame un poco de agua para beber, por que estoy sediento." Ella abrió su bolso de cuero con leche y le dió de beber, y luego ella lo cubrió nuevamente. 20 El le dijo a ella, "Párate ante la entrada de la tienda. Si alguien viene y te pregunta, '¿Hay alguien aquí?', dile que 'No'." 21 Luego Jael (la esposa de Heber) tomó una estaca de la tienda y un martillo en su mano y fué secretamente a donde Sísara, pues el estaba muy dormido, y ella le martilló la estaca a un lado de la cabeza, lo atravesó, y así murió. 22 Como Barac estaba persiguiendo a Sísara, Jael salió a su encuentro y le dijo, "Ven, te mostraré el hombre que estas buscando." Así que el fué con ella, y encontró a Sísara muerto, con la estaca en su cabeza. 23 Así que ese día Dios derrotó a Jabín, rey de Canaán, delante del pueblo de Israel. 24 Y el poder del pueblo de Israel se hizo más fuerte ante Jabín el rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.

5

1 En aquel día Débora y Barac hijo de Abinoam, cantaron esta canción: 2 "Cuando los líderes tomaron el mando de Israel, cuando la gente voluntariamente se ofreció para la guerra-- nosotros alabamos al SEÑOR! 3 Oigan, reyes! Presten atención, líderes! Yo cantaré al SEÑOR; cantaré alabanzas al SEÑOR, el Dios de Israel. 4 El SEÑOR, cuando saliste de Seir, cuando te marchaste de Edom, la tierra tembló, y los cielos también se estremecieron; aún las nubes destilaron agua. 5 Las montañas temblaron delante del rostro del Señor; aún el Monte Sinaí tembló delante del rostro del Señor, el Dios de Israel. 6 En los días de Samgar (hijo de Anat), en los días de Jael, los principales caminos fueron abandonados, y aquellos que los caminaron solo usaban caminos torcidos. 7 Había pocos guerreros en Israel, hasta que Yo, Débora, tomé control-- una madre tomó control en Israel. 8 Cuando ellos escogieron nuevos dioses, hubo guerra en las puertas de la ciudad y sin embargo no se veían escudos ni lanzas entre cuarenta mil en Israel. 9 Mi corazón simpatiza con los comandantes de Israel, juntamente con los que voluntariamente se ofrecieron-- nosotros bendecimos al Señor por ellos! 10 Piensa en esto-- tú que cabalgas en asnos blancos sentados en mantas para montar, y tú que caminas junto al camino. 11 Escucha las voces de aquellos que cantan en los abrevaderos. Allí se cuentan nuevamente sobre las obras justas del Señor, y las acciones justas de sus guerreros en Israel. Entonces el pueblo del Señor descendió a las puertas de la ciudad. 12 Despierta, despierta, Débora! Despierta, despierta, canta un cántico! Levántate, Barac, y captura tus prisioneros, tú hijo de Abinoam. 13 Entonces los que no murieron marcharon hacia los nobles; el pueblo del Señor vino a mí con los guerreros. 14 Vinieron de Efraín aquellos establecidos en Amalec; el pueblo de Benjamín te siguió. De Maquir descendieron sus comandantes y de Zabulón aquellos que cargaban el bastón de autoridad. 15 Y mis príncipes de Isacar estaban con Débora; e Isacar estaba con Barac, yendo tras él hacia el valle bajo su mandato. Entre los grupos de familias de Rubén batallaban para decidir. 16 Por qué te sientas en las fogatas, a escuchar los sonidos del rebaño? En cuanto a los grupos de familias de Rubén batallaban para decidir. 17 ¿Galaad se quedó al otro lado del Jordán; y Dan, por qué se quedó pensativo al lado de los barcos? Aser se mantuvo en la costa y vivió cerca de sus muelles. 18 Zabulón fue una tribu que arriesgaba sus propias vidas incluso hasta la muerte, y Neftalí, tambien, en el campo de batalla. 19 Los reyes llegaron, pelearon; los reyes de Canaan pelearon en Taanac junto a las aguas de Meguido. Pero no se llevaron nada de plata como botín. 20 Desde el cielo las estrellas pelearon, desde sus caminos a través del cielo pelearon contra Sísara. 21 El Río Cisón los barrió, ese viejo río, el Río Cisón. Marcha adelante mi alma, es fuerte! 22 Entonces sonaron los cascos de los caballos-- galopando, el galope de sus valientes. 23 ¡Maldice a Meroz! dijo el ángel del SEÑOR. 'Ciertamente maldice a sus habitantes! -- porque ellos no acudieron a la ayuda del SEÑOR-- a la ayuda del SEÑOR en la batalla en contra de los guerreros fuertes. 24 Jael es bendecida mas que todas las demás mujeres, Jael (la esposa de Heber el Quenita), ella es más bendecida que todas las mujeres que viven en tiendas. 25 El hombre pidió agua y ella le dió leche; ella le trajo mantequilla en platos para príncipes. 26 Ella puso su mano sobre la estaca de su tienda, y su mano derecha sobre el martillo del trabajador; con el martillo golpeó a Sísara, y destrozó su cabeza. Ella aplastó su cráneo en pedazos cuando lo atravesó por el lado de su cabeza. 27 El se desmayó entre sus pies, el cayó acostado allí. Entre sus pies el cayó cojeando. El lugar donde desmayó es donde el murió violentamente. 28 Fuera de una ventana ella miró-- la madre de Sísara miró a través del enrejado y clamó en tristeza, '¿Por qué su carro tarda tanto tiempo en venir? ¿Por qué los golpes de los cascos de los caballos que halan sus carros se han tardado?' 29 Sus mas sabias princesas, respondieron y ella les dio la misma respuesta: 30 '¿Ellos no han encontrado ni dividido el saqueo? -- ¿Una matriz, dos matrices para cada hombre; el botín de tela teñida para Sísara, el botín de tela teñida y bordada, dos piezas de tela teñida y bordada para los cuellos de aquellos que robaron?' 31 Así que todos tus enemigos morirán, ¡SEÑOR! Pero tus amigos serán como el sol cuando se eleva en su poder." y la tierra tuvo paz por cuarenta años.

6

1 La gente de Israel hizo lo malo delante del SEÑOR y los entregó en las manos de los madianitas por siete años. 2 El poder de Madián lastimó fuertemente a Israel. Por causa de Madian los israelitas se hicieron escondites en las colinas, las cuevas y otros lugares de refugio. 3 Sucedió que cada vez que los Israelitas sembraban sus cosechas, los madianitas y los amalecitas y la gente del oriente atacaban a los israelitas. 4 Ellos ponían su ejército en la tierra y destruían la cosecha, todo el camino hasta Gaza. No dejaban comida en Israel, ni ovejas, tampoco ganado o burros. 5 Siempre que ellos y su ganado y sus tiendas de campañas subían, ellos venían como una gran cantidad de langostas, y era imposible contar las personas o sus camellos. Ellos invadieron la tierra para destruírla. 6 Madián debilitó a los israelitas tan severamente, que el pueblo de Israel clamó al SEÑOR. 7 Cuando el pueblo de Israel clamó al SEÑOR por causa de Madián, 8 el SEÑOR envió un profeta al pueblo de Israel. El profeta les dijo: "Esto es lo que el SEÑOR, el Dios de Israel dice: 'Te saqué de Egipto, te saqué de la casa de la esclavitud. 9 Te rescaté de la mano de los Egipcios, y de la mano de todos los que te lastimaban fuertemente. Los eché de delante de ustedes y les entregué a ustedes sus tierras. 10 Yo te dije: "Yo soy el SEÑOR tu Dios; yo te ordené que no adoraras los dioses de los amorreos, en cuya tierra tú estás viviendo." Pero no has obedecido mi voz."" 11 Ahora el ángel del SEÑOR vino y se sentó debajo de un árbol grande en Ofra, que pertenecía a Joás (el de Abiezer), mientras Gedéon, hijo de Joás, estaba separando el trigo sacudiéndolo en el piso, en el lugar donde ellos pisaban las uvas para hacer vino, para esconderlo de los madianitas. 12 El ángel del SEÑOR se le apareció a él y dijo a él: "¡EL SEÑOR está contigo, guerrero fuerte!" 13 Gedeón le dijo a él, "Oh, mi Señor; si el SEÑOR esta con nosotros, ¿Entonces, por qué nos ha sucedido todo eso? ¿Dónde están todas sus maravillosas obras, las cuales nuestros padres nos contaron, cuando ellos dijeron, '¿No nos sacó el SEÑOR de Egipto?' Pero ahora el SEÑOR nos ha abandonado y entregado en manos de Madián." 14 El SEÑOR lo miró a él y dijo: "Ve en la fuerza que ya tú tienes. Libera a Israel de la mano de Madian. ¿No te he mandado yo?" 15 Gedeón le dijo a él, "Por favor, Señor, ¿cómo puedo yo liberar a Israel? Ves, mi familia es la más débil en Manasés, y yo soy el menos importante en la casa de mi padre." 16 El SEÑOR le dijo a él, "Yo estaré contigo, y tú derrotarás el ejército madianita como a un solo hombre." 17 Gedeón le dijo a él, "Si te agradas de mi, entonces dame una señal que eres tú el que me está hablando. 18 Por favor, no te marches de aquí, hasta que yo venga a ti y traiga mi regalo y lo ofrezca a ti." El SEÑOR dijo, "Yo esperaré hasta que tú regreses." 19 Gedeón fue y preparó un cabrito e hizo de un barril de veintidós litros de harina, e hizo pan sin levadura. Él puso la carne en una cesta, y puso el caldo en un caldero y los trajo a él debajo del árbol grande, y los presentó. 20 El Ángel de Dios le dijo a él: "Toma la carne y el pan sin levadura y colócalos sobre esta roca, y derrama el caldo sobre ellos." Y Gedeón lo hizo así. 21 Entonces El Ángel del SEÑOR extendió su mano para alcanzarla con la punta de la vara. Con ella Él tocó la carne y el pan sin levadura; un fuego subió de la roca y consumió la carne y el pan sin levadura. Entonces el Ángel del SEÑOR se marchó y Gedeón no pudo verlo más. 22 Gedeón entendió que este era El Ángel del SEÑOR. Gedeón dijo, 23 "¡Ah, Señor! ¡Pues he visto El Ángel del SEÑOR cara a cara!" El SEÑOR le dijo a él, "¡Paz a ti! No tengas miedo, tú no morirás." 24 Así que Gedeón construyó un altar ahí para el SEÑOR. Él lo llamó, "El SEÑOR es Paz." Hasta este día todavía está en pie en Ofra del grupo de familias de Abiezer. 25 Esa noche el SEÑOR dijo a él, "Toma el toro de tu padre, y un segundo toro que tiene siete años de edad, y derriba el altar de Baal que pertenece a tu padre, y corta el palo de adoración de la diosa Asera que está a su lado. 26 Construye un altar al SEÑOR tu Dios sobre este lugar de refugio, y constrúyelo de la manera correcta. Ofrece el segundo toro como una ofrenda quemada, usando la madera de la Asera que cortaste." 27 Así que Gedeón tomó diez de sus siervos e hizo como el SEÑOR le había dicho. Pero porque él estaba demasiado temeroso de la familia de la casa de su padre y los hombres del pueblo para hacerlo durante el día, él lo hizo en la noche. 28 En la mañana cuado los hombres del pueblo se levantaron, el altar de Baal estaba derribado, y el palo de Asera que estaba a su lado estaba cortado, y el segundo toro había sido ofrecido sobre el altar que había sido construido. 29 Los hombres de la ciudad se dijeron unos a otros, "¿Quién ha hecho esto?" Cuando ellos hablaron unos con otros y buscaron respuestas, ellos dijeron, "Gedeón hijo de Joás ha hecho esta cosa." 30 Entonces los hombres del pueblo dijeron a Joás, "Saca a tu hijo para que muera, porque él derribó el altar de Baal, y porque él cortó el palo de Asera a su lado." 31 Joás dijo a todos lo que se le oponían a él, "¿Alegarás tú el caso por Baal? ¿Lo salvarás tú? El que alegue el caso por él, que éste sea muerto mientras todavía es de mañana. Si Baal es dios, déjenlo a él defenderse él mismo cuando alguien derriba su altar." 32 Por lo tanto en ese día ellos llamaron a Gedeón "Jerobaal," porque él dijo, "Deja que Baal se defienda él mismo contra él," porque Gedeón derribó el altar de Baal. 33 Ahora todos los madianitas, los amalecitas, y la gente del este se juntaron. Cruzaron el Jordán y acamparon en el valle de Jezreel. 34 Pero el Espíritu del SEÑOR vino sobre Gedeón. Gedeón sonó una trompeta, llamando al grupo de familias de Abiezer, para que ellos pudieran seguirlo. 35 Él envió mensajeros a través de todo Manasés, y ellos también fueron llamados a seguirlo. Él también envió mensajeros a Aser, Zabulón, y Neftalí, y ellos subieron a encontrarse con él. 36 Gedeón dijo a Dios, "Si tu intención es usarme para salvar a Israel, según tú has dicho- 37 Mira, yo estoy poniendo una piel de lana de oveja en el suelo. Si hay sólo rocío sobre la lana, y todo el suelo está seco, entonces yo sabré que tú me usarás para salvar a Israel, según tú dijiste." 38 Esto es lo que pasó--Gedeón se levantó temprano la siguiente mañana, él presionó la lana, y exprimió el rocío de la lana, suficiente para llenar con agua un recipiente. 39 Entonces Gedeón dijo a Dios, "No te enojes conmigo, yo hablaré una vez más. Por favor permíteme una prueba más utilizando la lana. Esta vez haz a la lana seca, y permite que haya rocío sobre el suelo alrededor de ella." 40 Dios hizo lo que él le pidió esa noche. La lana estaba seca, y había rocío sobre todo el suelo a su alrededor.

7

1 Entonces Jerobaal ( que es, Gedeón) se levantó temprano, y todas las personas que estaban con él, y acamparon junto al manantial de Harod. El campamento de Madián estaba al norte en el valle cerca de la montaña de More. 2 SEÑOR dijo a Gedeón: ''Hay demasiados soldados para yo darte la victoria sobre Madián, para que así Israel no presuma delante de mi, diciendo: 'Nuestro propio poder nos ha salvado'. 3 Ahora por lo tanto, proclama en los oídos de la gente y di, 'Quien tenga miedo, quien tiemble, dejenlo regresar desde el Monte Galaad. Así que 22, 000 personas se regresaron y 10, 000 permanecieron. 4 EL SEÑOR dijo a Gedeón, ''Aún siguen siendo muchos. Llévalos a beber agua, y yo haré que sean menor cantidad para ti. Si te digo a ti, 'Este irá contigo,' él irá contigo; pero si digo, 'Este no irá contigo,' él no irá.'' 5 Así que Gedeón los llevó al agua, y EL SEÑOR le dijo a él, ''Separa a todo el que lame el agua, como los perros lamen, de aquellos que se arrodillan a beber.'' 6 Trescientos hombres lamieron. El resto de los hombres se arrodilló a beber agua. 7 EL SEÑOR dijo a Gedeón, ''Con los trescientos hombres que lamieron, yo te rescataré y te daré la victoria sobre los Madianitas. Deja que los otros hombres vuelvan a su propio lugar.'' 8 Así que aquellos quienes fueron elegidos, tomaron sus alimentos y sus trompetas. Gedeón envió a todos los hombres de Israel, cada hombre a su tienda de acampar, pero se quedó con los trescientos hombres. Ahora el campamento de Madián estaba más abajo de él, en el valle. 9 Esa misma noche EL SEÑOR le dijo a él: ''Levántate! Ataca el campamento, pues Yo te daré la victoria sobre ellos. 10 Pero si tienes miedo de descender, ve abajo al campamento con Fura tu sirviente, 11 y escucha lo que ellos están diciendo, y tu valentía se fortalecerá para atacar el campamento.'' Así que Gedeón fue con Fura su sirviente, a los puestos de guardias del campamento. 12 Los Madianitas, los Amalecitas, y todas las personas del este se habian ubicado a lo largo del valle, y eran tan grueso como una nube de saltamontes. Sus camellos eran más de lo que se podía contar; Ellos eran más en número que los granos de arena en la orilla del mar. 13 Cuando Gedeón llegó allí, un hombre estaba contando un sueño a su acompañante. El hombre decía: ''Mira! tuve un sueño, y vi un pan de cebada que rodaba en el campamento de Madián. Llegó a la tienda de acampar y la golpeó tan fuerte que la volteó, y quedó aplastada. 14 El otro hombre dijo: ''Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón (el hijo de Joás), el Israelita. Dios le ha dado victoria sobre Madián y todo su ejército.'' 15 Cuando Gedeón escuchó sobre su sueño y su interpretación, él se postró en alabanza. El fue al campamento de Israel y dijo: ''Levántense! el SEÑOR les ha dado la victoria sobre el ejército Madianita.'' 16 Él dividió los trecientos hombres en tres grupos, y les dio a todos trompetas y vasijas vacías, con antorchas dentro de cada vasija. 17 Él les dijo a ellos: ''Mírenme a mi y hagan como yo hago. Observen! Cuando yo llegue por el borde del campo, ustedes deben hacer como yo hago. 18 Cuando yo, y todos los que están conmigo, sonemos la trompeta, entonces ustedes suenen sus trompetas también en todo el campo y griten, 'Por el SEÑOR y por Gedeón!'' 19 Así que Gedeón y los cien hombres que estaban con él vinieron a la orilla del campamento, justo al principio de la media noche. Y justo cuando los Madianitas estaban cambiando de guardia, ellos sonaron sus trompetas y rompieron las vasijas que estaban en sus manos. 20 Los tres grupos de hombres sonaron las trompetas y rompieron las vasijas. Ellos sostuvieron las antorchas en su mano derecha para soplarlas. Ellos gritaron, ''La espada del SEÑOR y de Gedeón.'' 21 Cada hombre se mantuvo en su lugar alrededor del campo y todo el ejército Madianita corrió. Ellos gritaron y huyeron. 22 Cuando ellos sonaron las trescientas trompetas, el SEÑOR colocó cada espada de los Madianitas en contra de sus compañeros y en contra de todo su ejército. El ejército huyó hasta Bet Sita en dirección a Zerera, hasta la frontera de Abel Mehola, cerca de Tabat. 23 Los hombres de Israel desde Neftalí, Aser, y todo Manasés fueron llamados afuera, y fueron tras Madián. 24 Gedeón envió mensajeros a través de todas las colinas del país de Efraín, diciendo: ''Desciendan en contra de Madián y tomen control del río Jordán, hasta Bet Bara, para detenerlos.'' Así todos los hombres de Efraín se reunieron y tomaron control de las aguas, hasta Bet Bara y el río Jordán. Ellos capturaron los dos principes de Madián, Oreb y Zeeb. 25 Ellos mataron a Oreb en las rocas de Oreb, y a Zeeb en el lugar donde se pisan las uvas para hacer vino de Zeeb. Ellos fueron tras los Madianitas, y ellos trajeron las cabezas de Oreb, y Zeeb a Gedeón, quien estaba en el otro lado del Jordán.

8

1 Los hombres de Efraín le dijeron a Gedeón, "Qué es esto que nos has hecho a nosotros? No nos llamaste cuando peleaste contra Madián?" Y lo discutieron con él violentamente. 2 Él les dijo a ellos: "¿Qué he hecho yo comparado con ustedes? ¿No son las sobras de las uvas de Efraín mejores que la cosecha completa de uvas de Abiezer? 3 ¡Dios les ha dado a ustedes la victoria sobre los príncipes de Madián--Oreb y Zeeb! ¿Qué he logrado yo comparado con ustedes? El enojo de ellos se calmó cuando él dijo esto. 4 Gedeón vino al Jordán y lo cruzó, él y los trescientos hombres que estaban con él. Ellos estaban cansados, pero continuaron la persecución. 5 Él le dijo a los hombres de Sucot: "Por favor, dénle pan a las personas que me siguen, porque ellos están cansados y yo estoy persiguiendo a Zeba y Zalmuna, los reyes de Madián." 6 Y los oficiales dijeron: "¿Ahora las manos de Zeba y Zalmuna están en tu mano? ¿Por qué deberíamos darle pan a tu ejército?" 7 Gedeón dijo: "Cuando el SEÑOR nos de la victoria sobre Zeba y Zalmuna, yo rasgaré la piel de ustedes con arbustos espinosos y zarzas del desierto." 8 Él subió desde allí hasta Peniel y le habló al pueblo que estaba allí de la misma manera, pero los hombres de Peniel contestaron como los hombres de Sucot habían contestado. 9 Él también les habló a los hombres de Peniel y les dijo: "Cuando venga de nuevo en paz, yo derribaré ésta torre." 10 Ahora, Zeba y Zalmuna estaban en Karkor con su ejército, como quince hombres, todos los que quedaron de todo el ejército del pueblo del Este, porque habían caído 120, 000 hombres quienes habían sido entrenados para pelear con espada. 11 Gedeón subió por el camino que los habitantes de tiendas de campaña tomaron, pasó Noba y Jogbeha. Él derrotó al ejército enemigo, porque no estaban esperando un ataque. 12 Zeba y Zalmuna huyeron, y mientras Gedeón los perseguía, él capturó a los dos reyes de Madián- Zeba y Zalmuna- y le causó mucho miedo a todo el ejército de ellos. 13 Gedeón, hijo de Joás, regresó de la batalla yendo por el paso de Heres. 14 Él se encontró con un joven del pueblo de Sucot y le pidió consejo. El joven le describió a él los líderes de Sucot y a sus ancianos, setenta y siete hombres. 15 Gedeón vino a donde los hombres de Sucot y dijo: "Miren a Zeba y a Zalmuna, por los cuales ustedes se burlaron de mí y dijeron: '¿Ya has conquistado a Zeba y a Zalmuna? No sabemos si deberíamos darle pan a tu ejército.'" 16 Gedeón tomó a los ancianos de la ciudad y castigó a los hombres de Sucot con los arbustos espinosos y zarzas del desierto. 17 Y derribó la torre de Peniel y mató a los hombres de esa ciudad. 18 Luego, Gedeón le dijo a Zeba y Zalmuna: "¿Qué clase de hombres ustedes mataron en Tabor?" Ellos contestaron: "Como eres tú, así eran ellos. Cada uno de ellos parecía un hijo de un rey. 19 Gedeón dijo: "Ellos eran mis hermanos, los hijos de mi madre. Vive El SEÑOR, si ustedes hubieran salvado sus vidas, yo no los mataría a ustedes." 20 Él le dijo a Jeter (su primogénito): "¡Levántate y mátalos!" Pero el joven no sacó su espada porque tenía miedo, porque aun era un muchacho joven. 21 Entonces Zeba y Zalmuna dijeron: "¡Levántate tú mismo y mátanos!" Porque según sea el hombre, así es su fuerza." Gedeón se levantó y mató a Zeba y a Zalmuna. Y también tomó los adornos en forma de media luna que estaban en los cuellos de sus camellos" 22 Luego, los hombres de Israel le dijeron a Gedeón: "Gobierna sobre nosotros- tú, tu hijo y tu nieto- porque tú nos has salvado de la mano de Madián. 23 Gedeón les dijo: "Yo no gobernaré sobre ustedes, ni mi hijo gobernará sobre ustedes. El SEÑOR gobernará sobre ustedes. 24 Gedeón les dijo: "Permítanme hacerles una petición: que cada uno de ustedes me de los aretes de su botín." (Los madianitas tenían aretes de oro porque ellos eran ismaelistas.) 25 Ellos respondieron: "Estamos contentos de dártelos." Ellos extendieron una capa y cada hombre lanzó sobre ella los aretes de su botín. 26 El peso de los aretes de oro que él pidió fue de 18. 7 kilogramos de oro. Este botín fue adicional a los adornos de media luna, los aretes, la ropa púrpura que vestían los reyes de Madián, y adicional a las cadenas que habían estado alrededor del cuello de sus camellos. 27 Gedeón hizo una pieza de vestimenta con los aretes y lo puso en su ciudad, en Ofra, y todo Israel se prostituyó al adorarlo allí. Esto se convirtió en una trampa para Gedeón y para los de su casa. 28 Así pues, Madián quedó bajo el dominio del pueblo de Israel y nunca volvieron a revelarse otra vez. Y la tierra tuvo paz por cuarenta años, en los días de Gedeón. 29 Jerobaal (Gedeón), hijo de Joás, fue y habitó en su propia casa. 30 Gedeón tuvo setenta hijos quienes eran sus descendientes, porque él tenía muchas esposas. 31 Su concubina, quien estaba en Siquem, le dio un hijo y Gedeón le dio el nombre de Abimelec. 32 Gedeón, hijo de Joás, murió a buena edad y fue enterrado en Ofra, en la tumba de su padre Joás, del grupo de familias de los Abiezeritas. 33 Y sucedió, que tan pronto murió Gedeón, el pueblo de Israel nuevamente se volvió y ellos pecaron contra EL SEÑOR adorando a los baales. Ellos hicieron de Baal Berit su dios. 34 El pueblo de Israel no recordó honrar al SEÑOR, su Dios, quien los había rescatado de la mano de sus enemigos en derredor. 35 Ellos no guardaron sus promesas a la casa de Jerobaal (es decir, Gedeón), a cambio de todo el bien que él había hecho en Israel.

9

1 Abimelec, hijo de Jerobaal fue a la casa de los parientes de su madre en Siquem y les dijo a ellos y a todos los del grupo de familias de su madre: 2 "Por favor digan esto, para que todos los líderes de Sequem puedan oir: '¿Qué es mejor para ustedes: el tener a todos los setenta hijos de Jerbobaal gobernando sobre ustedes, o que solo uno gobierne sobre ustedes?' Acuerdense que yo soy de su misma familia. 3 Los parientes de su madre hablaron por él a los líderes de Siquem, y estuvieron de acuerdo en seguir a Abimelec, pues dijeron: "Él es nuestro hermano." 4 Le dieron casi un kilo de plata de la casa de Baal Berit, y Abimelec las usó para contratar hombres problemáticos y de caracter valiente, quienes le seguían. 5 Abimelec fue a la casa de su padre en Ofra, y sobre una piedra él mató a sus diecisiete hermanos, los hijos de Jerobaal. Solo Jotam quedo con vida, el hijo menor de Jerobaal, porque él se escondió. 6 Todos los líderes de Siquem y Bet Milo se juntaron y ellos se fueron e hicieron a Abimelec rey, junto al árbol grande cerca del pilar que está en Siquem. 7 Cuando a Jotam le contaron acerca de esto, fue y se paró en la cima del Monte Gerizim. Él gritó y dijo: "Escúchenme, ustedes líderes de Siquem, para que Dios los escuche a ustedes. 8 Los árboles fueron una vez a ungir a un rey sobre ellos. Y ellos le dijeron al árbol de olivo, 'Reina sobre nosotros.' 9 Pero el árbol de olivo les dijo: '¿Debo yo dar de mi aceite, el cual es usado para honrar dioses y hombres, para que yo pueda regresar, solo para inclinarme sobre los otros árboles?' 10 Los árboles le dijeron al árbol de higo: 'Ven y reina sobre nosotros.' 11 Pero el árbol de higo le dijo: '¿Debo yo renunciar a mi dulzura y mi buen fruto, solo para que y yo pueda regresar he de inclinarme sobre los otros árboles?' 12 Los árboles le dijeron al viñero: 'Ven y reina sobre nosotros.' 13 El viñero le dijo: '¿Debo yo dejar de dar mi nuevo vino, el cual ánima dioses y hombres, y regresar e inclinarme sobre otros árboles?' 14 Luego dijeron todos los árboles a la zarza: 'Ven y reina sobre nosotros.' 15 La zarza le dijo a los árboles: 'Si ustedes realmente quieren ungirme como rey sobre ustedes, entonces vengan y encuentren seguridad debajo de mi sombra. Si no, entonces dejen que el fuego salga fuera de la zarza y déjenlo que queme los cedros del Líbano.' 16 Ahora mientras tanto, si ustedes han actuado en verdad y honestidad, cuando ustedes hicieron a Abimelec rey, y si ustedes han hecho bien en cuanto a Jerobaal y su casa, y si ustedes lo han castigado a él como él merece- 17 -- y pensar que mi padre peleó por ustedes, arriesgó su vida, y los rescató de la mano de Madián-- 18 pero hoy ustedes se han levantado contra la casa de mi padre y han matado a sus hijos, setenta personas, sobre una piedra. Ademas ustedes han hecho a Abimelec, hijo de su sirviente femenina, rey sobre los líderes de Siquem, porque él es su pariente. 19 Si ustedes han actuado con honestidad e integridad a Jerobaal, entonces regocígense en Abimelec, y déjenlo también regocijarse en ustedes. 20 Pero si no, dejen que el fuego salga de Abimelec y queme a los hombres de Siquem y Bet Milo. Dejen que el fuego salga de los hombres de Siquem y Bet Milo, para quemar a Abimelec." 21 Jotam huyó y corrió lejos, y se fue para Beer. Vivió allí, porque era muy lejos de Abimelec, su hermano. 22 Abimelec reinó sobre Israel por tres años. 23 Dios envió un espíritu malo entre Abimelec y los líderes de Siquem. Los líderes de Siquem traicionaron la confianza que ellos tenían con Abimelec. 24 Dios hizo esto para que la maldad hecha a los diecisiete hermanos de Jerobaal pudiera ser vengada y Abimelec su hermano tuviera que ser responsable por la matanza de ellos, y los hombres de Siquem fueran detenidos responsables porque ellos lo ayudaron a matar a sus hermanos. 25 Entonces los líderes de Siquem pusieron hombres para esperar en las colinas y emboscar, y robaron a todo al que pasara por ese camino. Esto fue reportado a Abimelec. 26 Gaal hijo de Ebed, vino con sus parientes y ellos se fueron a Siquem. Los líderes de Siquem tenían confianza en él. 27 Ellos se fueron al campo y recogieron y pisaron las uvas de los viñedos. Ellos tuvieron un festival en la casa de su dios, donde ellos comieron y bebieron, y ellos maldijeron a Abimelec. 28 Gaal hijo de Ebed, dijo: "¿Quién es Abimelec, y quién es Siquem, que debemos servirle? ¿No es él el hijo de Jerobaal? ¿Y no es Zebul su ayudante? ¡Sirvan a los hombres de Hamor, el padre de Siquem! ¿Porqué debemos nosotros servir a Abimelec? 29 ¡Desearía que esta gente estuviera bajo mis órdenes! Así quitaría a Abimelec. Yo le diría a Abimelec: 'saca a todo tu ejército.' 30 Cuando Zebul, el oficial de la ciudad, escuchó las palabras de Gaal hijo de Ebed su coraje fue muy grande. 31 Él envió mensajeros a Abimelec a fin de engañarlo, diciendo: "Mira, Gaal hijo de Ebed y sus parientes vienen a Siquem, y ellos están alborotando a la ciudad en contra tuya. 32 Ahora, levantate durante la noche, tú y los soldados contigo, y prepara una emboscada en los campos. 33 Luego en la mañana, tan pronto salga el sol, levantate temprano y entra en la ciudad. Y cuando él y la gente que esta con él salgan en contra tuya, hazles todo lo que puedas." 34 Entonces Abimelec se levantó durante la noche, él y todos sus hombres, prepararon una emboscada contra Siquem--dividiéndose en cuatro grupos. 35 Gaal hijo de Ebed salió y se paró en la entrada de la puerta de la ciudad. Abimelec y los hombres que estaban con él salieron fuera de sus escondites. 36 Cuando Gaal vió a los hombres, él dijo a Zebul:"¡Mira, los hombres vienen bajando de las colinas! Zebul le dijo: "Ustedes están viendo las sombras de las colinas como si fueran hombres." 37 Gaal habló otra vez y dijo: "Miren, los hombres están bajando del medio de la tierra, y un grupo viene por el camino de los árboles grandes de los adivinos." 38 Luego Zebul le dijo: "¿Donde están tus palabras orgullosas ahora?, tú quien dices, ¿Quién es Abimelec que nosotros debemos servirle a él?" ¿Estos no son los hombres que tú despreciaste? Sal ahora y pelea en contra de ellos." 39 Gaal salió liderando los hombres de Siquem, y peleó en contra de Abimelec. 40 Abimelec lo siguió, y Gaal huyó delante de él. Muchos cayeron con heridas mortales ante la entrada a la puerta de la ciudad. 41 Abimelec se quedó en Aruma. Zebul forzó a Gaal y a sus parientes fuera de Siquem. 42 Al día siguiente la gente de Siquem salió al campo y esto fue reportado a Abimelec. 43 Él tomó a su gente, los dividió en tres grupos, y ellos prepararon una emboscada en los campos. Él miró y vió la gente saliendo de la ciudad. Y él los atacó y los mató. 44 Abimelec y sus grupos que estaban con él atacaron y cerraron la entrada de la ciudad. Los otros dos grupos atacaron a todos los que estaban en el campo y los mataron. 45 Abimelec peleó en contra de la ciudad todo el día. Él capturó la ciudad, y mató las personas que estaban en ella. Él derribó la paredes de la ciudad y hecho sal sobre ella. 46 Cuando todos los líderes de la torre de Siquem escucharon esto, ellos entraron a la fortaleza de la casa de El Berit. 47 Abimelec fue dicho que todos los líderes se habían reunido juntos en la torre de Siquem. 48 Abimelec fue hacia arriba al monte de Salmón, él y todos los hombres que estaban con él. Abimelec tomó un hacha y cortó sus ramas. Las puso en su hombro y ordenó a los hombres que estaba con él: "Apúrensen y hagan lo mismo que me han visto hacer." 49 Entonces cada uno cortó ramas y siguió a Abimelec. Ellos las amontonaron contra la pared de la torre, y les prendieron fuego, para que así todas las personas de la torre de Siquem también murieran, como mil hombres y mujeres. 50 Luego Abimelec fue a Tebes, y él acampo contra Tebes y lo capturó. 51 Pero ahí habia una torre fuerte en la ciudad, y todos los hombres y mujeres y todos los líderes de la ciudad huyeron hacia la torre y se encerraron adentro. Luego ellos subieron al techo de la torre. 52 Abimelec vino a la torre y peleó contra ella, se acerco a la puerta de la torre para quemarla. 53 Pero una mujer dejó caer una piedra de molino sobre la cabeza de Abimelec y le rompió su cráneo. 54 Luego él llamó urgentemente a su hombre más joven quien era su cargador de armadura, y le dijo: "Saca tu espada y mátame, para que nadie diga de mí: 'Una mujer lo mató." Entonces el joven lo atravezo, y Abimelec murió. 55 Cuando los hombres de Israel vieron que Abimelec estaba muerto, se fueron a su casa. 56 Y así Dios vengó la maldad que Abimelec le hizo a su padre al haber matado a sus setenta hermanos. 57 Dios hizo que toda la maldad de los hombres de Siquem se volteara sobre sus propias cabezas y sobre ellos vino la maldición de Jotam hijo de Jerobaal.

10

1 Después de Abimelec, se levantó Tola hijo de Púa, hijo de Dodo, varón de Isacar que vivia en Samir en las montañas de Efrain, para salvar a Israel. 2 Él juzgó a Israel por veintitres años. Murió y fue sepultado en Samir. 3 Le sucedió Jair el Galaadita. Él juzgó a Israel por veitidos años. 4 Él tuvo treinta hijos que montaban treinta burros y ellos tenían treinta ciudades en la tierra de Galaad, que se llaman Havot Jair hasta estos dias. 5 Jair murió y fue sepultado en Camón. 6 El pueblo de Israel añadieron a su maldad ante los ojos del SEÑOR, y adoraron los Baales, Astarot, los dioses de Aram, los dioses de Sidón, los dioses de Moab, los dioses del pueblo de Amón y los dioses de los Filisteos. Ellos abandonaron al SEÑOR y ya no lo adoraban. 7 El SEÑOR se enojó fuertemente con Israel y los entregó en mano de los Filisteos y en mano de los Amonitas. 8 Ellos entristecieron y lastimaron fuertemente al pueblo de Israel ese tiempo y por dieciocho años ellos oprimieron a todo el pueblo de Israel que estaba más allá del Jordán en tierra de los amorreos, que es Galaad. 9 Y los amonitas cruzaron el Jordán para luchar contra Judá, contra Benjamín y contra la casa de Efraín, así que Israel sufrió mucho. 10 Entonces el pueblo de Israel clamó al SEÑOR diciendo, "Hemos pecado contra tí, porque hemos abandonado a nuestro Dios y hemos adorado a los Baales". 11 El SEÑOR le dijo al pueblo de Israel, "¿No los liberé de los Egipcios, de los Amorreos, de los Amonitas, de los Filisteos 12 y de los Sidonios?" Los Amalecitas y los Maonitas los lastimaron fuertemente y ustedes clamaron a mí y yo los liberé de su poder. 13 Y aún así ustedes me abandonaron y adoraron a otros dioses. Por tanto, no los seguiré liberando. 14 Vayan y clamen a los dioses que ustedes adoraron. Dejen que ellos los rescaten cuando estén en problemas. 15 El pueblo de Israel dijo al SEÑOR, "Hemos pecado. Haz con nosotros lo que creas justo. Solamente, pedimos, que nos rescates este dia. 16 Ellos se volvieron de los dioses ajenos que tenían y adoraron al SEÑOR. Y Él se volvió impaciente ante la miseria de Israel. 17 Luego, los Amonitas se reunieron y acamparon en Galaad. Los Israelitas se reunieron y acamparon en Mizpa. 18 Los líderes del pueblo de Galaad se decian unos a otros, "¿Quién es el hombre que comenzará la batalla contra los Amonitas? Él se convertirá en el líder de aquellos que viven en Galaad.

11

1 Ahora, Jefté el galaadita era un guerrero poderoso, pero era hijo de una prostituta. Su padre era Galaad. 2 La esposa de Galaad dió a luz sus otros hijos. Cuando los hijos de la esposa crecieron, ellos forzaron a Jefté a irse de la casa y le dijeron, "Tu no vas a heredar nada de nuestra familia. Tu eres hijo de otra mujer." 3 Así que Jefté se alejó de sus hermanos y se fué a vivir a la tierra de Tob. Este se juntó a hombres corruptos y se fueron con el. 4 Algunos días más tarde, el pueblo amonita se levantó en guerra en contra de Israel. 5 Cuando los amonitas vinieron en guerra en contra de Israel, los ancianos de Galaad fueron a buscar a Jefté para traerlo de vuelta de la tierra de Tob. 6 Ellos dijeron a Jefté: "Ven y sé nuestro líder para que podamos pelear con la gente de Amón". 7 Jefté le respondió a los líderes de Galaad, "Ustedes me odiaron y me forzaron a abandonar la casa de mi padre. Porqué vienen a mi ahora, cuando están en problemas? 8 Los ancianos de Galaad le contestaron a Jefté, "Por eso es que nos volvimos a tí ahora, ven con nosotros y pelea en contra de los amonitas, y te convertirás en el líder sobre todos los que viven en Galaad. 9 Jefté le dijo a los ancianos de Galaad, "Si ustedes me traen de vuelta a casa para pelear en contra de los amonitas, y si El SEÑOR nos dá la victoria sobre ellos, Yo seré su líder." 10 Los ancianos respondieron a Jefté, "Que El SEÑOR sea nuestro testigo entre nosotros si no hacemos como te hemos dicho!" 11 Así que Jefté volvió con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo hizo líder y comandante sobre ellos. Cuando fueron ante El SEÑOR en Mizpa, Jefté repitió todas las promesas hechas. 12 Entonces Jefté envió mensajeros al rey de los amonitas, diciendo: "¿Cuál es el problema entre nosotros? ¿Porque han venido con fuerza a tomar nuestra tierra?" 13 El rey de los amonitas respondió a los mensajeros de Jefté: "Porque cuando Israel vino de Egipto, ellos se apoderaron de nuestras tierras desde Arnón hasta Jaboc, hasta el Jordán. Ahora devuélvanos nuestras tierras en paz." 14 Una vez más Jefté envió mensajeros al rey de los amonitas 15 y él dijo: "Esto es lo que Jefté dice: Israel no tomó la tierra de Moab y la tierra de los amonitas, 16 pero vinieron de Egipto, e Israel fue a través del desierto hasta el Mar Rojo y hacia Cades. 17 Cuando Israel envió mensajeros al rey de Edom, diciendo: 'Por favor permítanos pasar a través de su tierra,' el rey de Edom no los escuchó. También enviaron mensajeros al rey de Moab, pero no quiso. Así que Israel se quedó en Cades. 18 Entonces fueron a través del desierto y se alejaron de la tierra de Edom y la tierra de Moab, y fueron por el lado este de la tierra de Moab y acamparon en el otro lado de Arnón. Pero ellos no entraron en el terrirorio de Moab, porque el Arnón era la frontera de Moab. 19 Israel envió mensajeros a Sehón, rey de los amonitas, quien gobernaba en Hesbón; Israel le dijo: 'Por favor, déjanos pasar por tu tierra a nuestro lugar.' 20 Pero Sehón no confió en Israel para pasar por su territorio. Así que Sehón reunió a todo su ejército y lo movió a Jahaza, y allí, él peleó contra Israel. 21 Y el SEÑOR, el Dios de Israel, puso a Sehón y a toda su gente en manos de Israel y ellos los vencieron. Así que Israel tomó toda la tierra de los amoritas que vivían en aquella región. 22 Ellos tomaron todo lo que estaba dentro del territorio de los amonitas, desde el Arnón hasta el Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán. 23 Entonces el SEÑOR, el Dios de Israel, ha sacado fuera a los amonitas ante su pueblo Israel, y ¿Debes tú ahora tomar posesión de su tierra? 24 ¿No has tomado tu la tierra que Quemos, tu dios, te ha dado? Así que cualquier tierra que el SEÑOR nuestro Dios nos ha dado, nosotros tomaremos. 25 Ahora, ¿eres tú realmente mejor que Balac hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Acaso él se atrevió a dar razón en contra de Israel? ¿Alguna vez se atrevió a hacer guerra contra ellos? 26 Mientras Israel vivió por trescientos años en Hesbón y en sus aldeas, y en Aroer y sus aldeas, y en todas las ciudades que están cerca de los bancos de Arnón-- ¿Porqué entonces tú no los retomaste durante ese tiempo? 27 Yo no te he hecho mal a ti, pero tú me estás haciendo mal atacándome. El SEÑOR, el juez, va a decidir hoy entre el pueblo de Israel y el pueblo de Amón. 28 Pero el rey del pueblo de Amón rechazó el aviso que Jefté le envió. 29 Entonces el Espíritu del SEÑOR vino sobre Jefté, y él pasó por Galaad y Manasés, y paso por Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad él pasó hacia el pueblo de Amón. 30 Jefté hizo un juramento al SEÑOR y dijo: "Si tú me das la victoria sobre el pueblo de Amón, 31 entonces lo que sea que salga de las puertas de mi casa a encontrarse conmigo cuando yo regrese en paz del pueblo de Amón pertenecerá al SEÑOR, y yo lo ofreceré como ofrenda quemada.'' 32 Así que Jefté pasó hacia el pueblo de Amón para pelear en contra de ellos, y el SEÑOR le dio victoria. 33 Él los atacó y causó una gran matanza desde Aroer hasta tan lejos como Minit-- veinte ciudades-- y hasta Abel Keramim. Así que el pueblo de Amón fue puesto bajo el control del pueblo de Israel. 34 Jefté vino a su casa en Mizpa, y allí su hija salió a encontrarse con él con panderos y danzas. Ella era su única hija, y aparte de ella él no tenía ni hijo ni hija. 35 Tan pronto él la vio, rasgó su ropa y dijo: "¡Oh! ¡Mi hija! ¡Tú me has lastimado con una terrible tristeza, y tú te has convertido en una que me causa dolor! Pues yo he hecho un pacto al SEÑOR, y yo no puedo volver atrás en mi promesa." 36 Ella le dijo: "Mi padre, tú has hecho un juramento al SEÑOR, haz de mí todo lo que tú prometiste, porque el SEÑOR ha tomado venganza para tí en contra de tus enemigos, los amonitas." 37 Ella le dijo: "Deja que esta promesa se mantenga para mí. Déjame sola por dos meses, que yo pueda marcharme y bajar a las colinas y dolerme sobre mi virginidad, yo y mis compañeras." 38 Él respondió: "Vete." La envió fuera por dos meses. Ella lo dejó, ella y sus compañeras, y lloraron por su virginidad en las colinas. 39 Al final de dos meses, regresó a su padre, quien hizo con ella de acuerdo a la promesa del juramento que había hecho. Ahora ella nunca había dormido con un hombre, y se hizo costumbre en Israel 40 que las hijas de Israel cada año, por cuatro días, para recordar la historia de la hija de Jefté el galaadita.

12

1 Un llamado salió a los hombres de Efraín; ellos pasaron por Zafón y dijeron a Jefté, "¿Por qué tu pasaste para pelear en contra del pueblo de Amón y no nos avisaste para que fuéramos contigo? Quemaremos tu casa sobre ti." 2 Jefté le dijo a ellos, "Yo y mi pueblo estabamos en un gran conflicto con el pueblo de Amón. Cuando te llamé, tu no me rescataste de ellos. 3 Cuando ví que no me rescataste, puse mi vida en mi propia fuerza sobre el pueblo de Amón, y el SEÑOR me dió la victoria. ¿Por qué has venido a pelear contra mi hoy?" 4 Jefté juntó todos los hombres de Galaad y peleó contra Efraín. Los hombres de Galaad atacaron a los hombres de Efraín porque ellos dijeron, "Ustedes Galaaditas son fugitivos en Efraín-- en Efraín y Manasés." 5 Los Galaaditas capturaron las orillas del Jordán que conducen a Efraín. Cuando alguno de los sobrevivientes de Efraín decía, "Déjame pasar sobre el río," los de Galaad le preguntaban, "¿Eres tu un Efrateo?" si el decía, "No," 6 entonces ellos le decían a él, "di: Shibolet." Y si él decía "Sibolet" (pues él no podía pronunciar la palabra correctamente) los Galaaditas lo atrapaban y lo mataban en las orillas del Jordan. Cuarenta y dos mil Efrateos fueron asesinados en ese tiempo. 7 Jefté sirvió como juez sobre Israel por seis años. Luego Jefté el Galaadita murió y fue sepultado en una de las ciudades de Galaad. 8 Luego de él, Ibzán de Belén sirvió como juez sobre Israel. 9 Él tuvo treinta hijos. Él entregó treinta hijas en matrimonio, y él trajo de fuera, treinta hijas de otros hombres para sus hijos. El juzgó a Israel por siete años. 10 Ibzán murió y fué sepultado en Belén. 11 Despues de él, Elón el Zabulonita sirvió como juez sobre Israel. El juzgó a Israel por diez años. 12 Elón el Zabulonita murió y fué sepultado en Ajalón en la tierra de Zabulón. 13 Despues de él, Abdón hijo de Hilel el Piratonita sirvió como juez sobre Israel. 14 Él tuvo cuarenta hijos y treinta nietos. Ellos montaron sobre setenta asnos, y él juzgó a Israel por ocho años. 15 Abdón hijo de Hilel el Piratonita murió y fué sepultado en Piratón en la tierra de Efraín en el país montañoso de los Amalecitas.

13

1 Los hijos de Israel nuevamente hicieron lo malo a la vista del SEÑOR, y Él los entregó en manos de los Filisteos por cuarenta años. 2 Había un hombre de Zora, de la familia de los Danitas, cuyo nombre era Manoa. Su esposa no podía embarazarse y por eso no había dado a luz. 3 El ángel del SEÑOR se le apareció a la mujer y le dijo a ella: "Ahora mira, no has podido quedar embarazada, y tú no has dado a luz, pero quedarás embarazada y darás a luz a un hijo. 4 Ahora ten cuidado de no tomar vino o bebida fuerte, y no comas cualquier cosa contaminad. 5 Mira, tú quedarás embarazada y darás a luz a un hijo. Ninguna navaja será usada sobre su cabeza, pues el niño será un Nazareo para Dios desde el vientre, y él comenzará a librar a Israel de la mano de los Filisteos." 6 Entonces la mujer vino y le dijo a su esposo: "Un hombre de Dios vino a mí y su apariencia era como la de un ángel de Dios, muy terrible. No le pregunté de dónde vino, y Él no me dijo su nombre. 7 Él me dijo: '¡Mira! Quedarás embarazada, y darás a luz un hijo. Así que no bebas vino o bebida fuerte, y no comas cualquier comida que la ley declara que es contaminada, porque el niño será un Nazareo para Dios desde el momento que esté en tu vientre hasta el día de su muerte." 8 Entonces Manoa oró al SEÑOR y dijo: "Oh, Dios, por favor deja que el hombre de Dios que enviaste regrese a nosotros para que pueda enseñarnos lo que debemos hacer por este niño que pronto va a nacer." 9 Dios contestó la oración de Manoa, y el ángel de Dios vino a la mujer otra vez cuando ella estaba sentada en el campo. Pero Manoa su esposo no estaba con ella. 10 Entonces la mujer corrió rápido y le dijo a su esposo: "¡Mira! El hombre se me apareció- el que vino a mí el otro día!" 11 Manoa se levantó y siguió a su esposa. Cuando vino al hombre, le dijo: "¿Eres tú el hombre que le habló a mi esposa?" El hombre le dijo: "Yo soy." 12 Entonces Manoa dijo: " Que tus palabras se hagan realidad ahora. ¿Cuáles serán las reglas para el niño, y cuál será su trabajo?" 13 El Ángel del SEÑOR dijo a Manoa: "Ella deberá hacer cuidadosamente todo lo que le he dicho. 14 Ella no deberá comer nada que sea fruto de la vid, y no la dejes tomar vino o bebida fuerte; no la dejes comer comida que la ley declara contaminada. Ella debe obedecer todo lo que le he mandado hacer." 15 Manoa le dijo al Ángel del SEÑOR: "Por favor quédate un rato, y danos tiempo de preparar un cabrito jóven para ti." 16 El ángel del SEÑOR le dijo a Manoa: "Aunque me quede no comeré tu comida. Pero si tú preparas una ofrenda quemada, ofrécela al SEÑOR." (Manoa no sabía que él era el Ángel del SEÑOR.) 17 Manoa le dijo al Ángel del SEÑOR: "¿Cuál es tu nombre, para que podamos honrarte cuando tus palabras se hagan realidad?" 18 El Ángel del SEÑOR le dijo: "¿Por qué preguntas mi nombre? ¡Es maravilloso!" 19 Entonces Manoa cogió un cabrito jóven junto con la ofrenda de grano y los ofreció sobre la roca al SEÑOR. Él hizo algo maravilloso mientras Manoa y su esposa miraban. 20 Cuando la fuego subió desde el altar hacia el cielo, el Ángel del SEÑOR subió en el fuego del altar. Manoa y su esposa vieron esto y se postraron con su cara en la tierra. 21 El Ángel del SEÑOR no volvió a aparecer otra vez a Manoa o a su esposa. Entonces Manoa supo que Él era el Ángel del SEÑOR. 22 Manoa le dijo a su esposa: "¡Seguramente moriremos, porque hemos visto a Dios!" 23 Pero su esposa le dijo: "Si el SEÑOR nos quisiera matar, Él no habría recibido la ofrenda quemada y la ofrenda de grano que le ofrecimos. Él no nos habría mostrado todas estas cosas, ni en este tiempo nos hubiera permitido escuchar tales cosas." 24 Más adelante la mujer dio a luz a un hijo, y llamó su nombre Sansón. El niño creció y el SEÑOR lo bendijo. 25 El Espíritu del SEÑOR comenzó a manifestarse en él en Majané Dan, entre Zora y Estaol.

14

1 Sansón descendió a Timnat, y allí vió a una mujer, una de las hijas de los filisteos. 2 Cuando regresó, le dijo a su padre y a su madre: "Yo ví una mujer en Timnat, una de las hijas de los filisteos. Busquenla para que sea mi esposa." 3 Su padre y su madre le dijeron: "¿No hay una mujer entre las hijas de tus parientes, o entre todo nuestra gente? ¿Vas a tomar esposa de los filisteos incircuncisos?" Sansón le dijo a su padre: "Consígela para mí, porque cuando la miro, ella me agrada." 4 Pero su padre y su madre no sabían que esto provenia del SEÑOR, porque Él deseaba crear conflicto con los filisteos (porque durante ese tiempo los filisteos gobernaban sobre Israel). 5 Entonces Sansón descendió a Timnat con su padre y su madre, y llegaron a los viñedos de Timnat. Y he aquí, un cachorro de lenón vino hacia él ruguiéndole. 6 Él Espíritu del SEÑOR de repente vino sobre él, y él despedazó al león tan fácilmente como si él hubiese despedazado un pequeño cabrito. Pero él no le dijo a su padre ni a su madre lo que había hecho. 7 Él fue y habló con la mujer, y cuando él la miró a ella, ella le agradó a Sansón. 8 Unos días después cuando regresó para casarse con ella, él se salió del camino para buscar el cadáver del león. Y, he aquí, había un panal de abejas y miel en lo que quedaba del cuerpo del león. 9 Él raspó la miel con sus manos y siguió su camino, comiendo la miel mientras caminaba. Cuando llegó a donde su padre y su madre, él les dio un poco a ellos, y ellos comiéron. Pero no les dijo a ellos que él había sacado la miel de lo que quedó del cuerpo del león. 10 El padre de Sansón fue a donde estaba la mujer, y Sansón dió un gran banquete allí, pues esta era la costumbre de los hombres jóvenes. 11 Tan pronto como lo vieron los parientes de ella, ellos le trajeron treinta de sus amigos para estar con él. 12 Sansón le dijo a ellos: "Dejenmé decirles una adivinanza. Si uno de ustedes lo descifra y me dice la contestación durante los siete días de la fiesta, yo repartiré treinta túnicas de lino y treinta conjuntos de ropa. 13 Pero si ustedes no me pueden contestar, entonces ustedes me darán treinta túnicas de lino y treinta conjuntos de ropa." Ellos le dijeron: "Dinos tu adivinanza, para que podamos escucharla." 14 Él les dijo: "Del que come salió algo de comer; del fuerte salió algo dulce." Pero sus invitados no pudieron encontrar la contestación en tres días. 15 El día cuarto le dijeron a la esposa de Samsón: "Engaña a tu esposo para que él nos diga la contestación del acertijo, o te quemaremos a ti y a la casa de tu padre. ¿Acaso nos invitaste aquí para hacernos pobres?" 16 La esposa de Sansón empezó a llorar en frente de él; ella dijo: "¡Tu solo me odias! Tú no me amas. Tú le dijeste una adivinanza a algunos de mi pueblo, pero no me has dicho lo que significa." Sansón le dijo a ella: "Mira, si no se la he dicho ni a mi padre ni a mi madre, ¿te lo voy a decir a ti?" 17 Ella lloró durante los siete días que duró su fiesta. En el día séptimo él le dijo la contestación porque ella lo presionó mucho. Ella le dijo la contestación a los parientes de su pueblo. 18 Y los hombres de la ciudad le dijeron en el día séptimo antes de ponerse el sol: "¿Qué es más dulce que la miel? ¿Qué es más fuerte que un león?" Sansón les dijo a ellos: "Si no hubrieran presionado a mi esposa, ustedes no hubieran contestado mi adivinanza." 19 Entonces el Espíritu del SEÑOR de repente vino a Sansón con poder. Sansón bajó a Ascalón y mató a treinta hombres de entre ese pueblo. Él tomó el botín de ellos, y le dió los conjuntos de ropa a los que habían contestado su adivinanza. Él estaba furioso, y se fue a la casa de su padre. 20 Y su esposa fue dada a su mejor amigo.

15

1 Luego de varios días, durante el tiempo de la cosecha del trigo, Sansón tomó un cabrito y fue a visitar su esposa. Él se dijo a sí mismo, "Yo voy al cuarto de mi esposa." Pero su padre no le permitía entrar. 2 El padre de ella dijo, "Yo realmente pensé que tú la odiabas, así que se la entregué a tu amigo. Su hermana menor es más bella que ella, ¿no lo es? Tómala a ella en su lugar." 3 Sansón le dijo a ellos, "En este momento yo seré inocente en cuanto a los filisteos cuando los lastime." 4 Sansón fue y capturó trescientos zorros y los amarró en pares, cola con cola. Después él cogió antorchas y las amarró en medio de cada par de colas. 5 Cuando él tenía preparadas las antorchas con fuego, él dejó que los zorros fueran a los granos recogidos de los filisteos, y ellos prendieron fuego tanto a los granos recogidos como al que estaba en el campo, así como a los viñedos y los olivares. 6 Los filisteos preguntaron, "¿Quién hizo esto?" A ellos les fue dicho, "Sansón, el yerno del timnateo, hizo esto porque el timnateo tomó la esposa de Sansón y se la dio a su amigo." Luego los filisteos fueron y la quemaron a ella y a su padre. 7 Sansón le dijo a ellos, "Si es esto lo que ustedes hicieron, yo tomaré mi venganza en contra de ustedes, y después que esto sea hecho, yo me detendré." 8 Luego él los cortó en pedazos, cadera y muslo, con gran violencia. Luego él bajó y vivió en una cueva en la colina de Etam. 9 Luego los filisteos subieron y se prepararon para la batalla en Judá y prepararon su ejército en Lehi. 10 Los hombres de Judá dijeron, "¿Por qué han subido a atacarnos?" Ellos dijeron, "Nosotros estamos atacando para poder capturar a Sansón, y hacerle a él lo que él nos ha hecho a nosotros." 11 Luego tres mil hombres de Judá descendieron a la cueva en la colina de Etam, y ellos dijeron a Sansón, "¿Tú no sabes que los filisteos gobiernan sobre nosotros? ¿Qué es esto que nos has hecho a nosotros?" Sansón les dijo a ellos, "Ellos me lo hicieron a mi, y por eso yo se los he hecho a ellos." 12 Ellos le dijeron a Sansón, "Nosotros hemos bajado a amarrarte y entregarte en manos de los filisteos." Sansón les dijo a ellos, "Prométanme a mí que no me matarán ustedes mismos." 13 Ellos le dijeron a él, "No, nosotros sólo te amarraremos con cuerdas y te entregaremos en sus manos. Nosotros prometemos que no te mataremos." Luego ellos lo amarraron con dos sogas nuevas y lo subieron de la roca. 14 Cuando él vino a Lehi, los filisteos vinieron gritando mientras le encontraron. Luego el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con poder. Las cuerdas en sus brazos se hicieron como tela quemada, y se cayeron de sus manos. 15 Sansón encontró una quijada fresca de burro, y él la tomó y mató a mil hombres con ella. 16 Sansón dijo, "Con una quijada de burro, montones sobre montones, con una quijada de burro yo maté a mil hombres." 17 Cuando Sansón terminó de hablar, tiró la quijada y llamó el lugar Ramat Lehi. 18 Sansón tenía mucha sed y llamó al SEÑOR y dijo, "Tú has dado esta gran victoria a tu siervo. ¿Pero ahora yo voy a morir de sed y caer en las manos de esos incircuncisos?" 19 Y Dios abrió el lugar hueco que está en Lehi, y el agua salió de allí. Cuando él bebió, su fuerza volvió y se reanimó. Entonces él llamó el nombre de ese lugar En Hacore, y está en Lehi hasta este día. 20 Sansón juzgó a Israel en los días de los filisteos por veinte años.

16

1 Sansón fue a Gaza y vio a una prostituta allí, y él tuvo relaciones sexuales con ella. 2 A los habitantes de Gaza se les dijo: "Sansón ha venido aquí". Ellos rodearon el lugar y, en secreto, lo esperaron toda la noche en la puerta de la ciudad. Se mantuvieron en silencio toda la noche. Habían dicho: "Esperemos hasta la luz del día, y luego vamos a matarlo". 3 Sansón permaneció acostado en la cama hasta la medianoche. A la medianoche él se levantó y él tomó la puerta de la ciudad y sus dos postes. Él los arrancó de la tierra, barra y todo, los puso sobre sus hombros, y los cargó hasta el tope de la colina, en frente de Hebrón. 4 Después de esto, Sansón vino a amar a una mujer que vivía en el valle de Sorec. Su nombre era Dalila. 5 Los gobernantes de los filisteos fueron hasta donde ella estaba, y le dijeron: "Engaña a Sansón para ver de dónde proviene su gran fuerza, y de qué manera podremos dominarlo a él, para que podamos atarlo a fin de que lo humillemos. Haz esto, y cada uno de nosotros te daremos 1, 100 piezas de plata." 6 Y Dalila le dijo a Sansón: "Por favor dime, ¿cómo es que tú eres tan fuerte, y cómo alguien podría atarte para que puedas ser controlado?" 7 Sansón le dijo a ella: "Si ellos me atan con siete cuerdas de arcos frescas que no se hayan secado, entonces me debilitaré y seré como cualquier otro hombre." 8 Entonces, los gobernantes de los filisteos le trajeron a Dalila siete cuerdas de arco frescas que no se habían secado, y ella ató a Sansón con ellas. 9 Ahora, ella tenía hombres escondidos en secreto, quedándose en su habitación interior. Ella le dijo a él: "¡Los filisteos están sobre ti, Sansón!" Pero el rompió las cuerdas de arco como hilo de tejer cuando toca el fuego. Y ellos no supieron el secreto de su fuerza. 10 Luego, Dalila le dijo a Sansón: "Así es como me has engañado y me has dicho mentiras. Por favor, dime cómo puedes ser dominado". 11 Él le dijo a ella: "Si ellos me atan con cuerdas nuevas las cuales nunca se hayan usado para trabajar, yo me volveré débil y como cualquier otro hombre." 12 Así que Dalila agarró cuerdas nuevas y lo ató con ellas, y le dijo: "¡Los filisteos están sobre ti, Sansón!" Los hombres acostados en espera, estaban en la habitación interior. Pero Sansón rompió las cuerdas de sus brazos como si fuesen un pedazo de hilo. 13 Dalila le dijo a Sansón: "Hasta ahora tú me has engañado y me has dicho mentiras. Dime cómo puedes ser dominado." Sansón le dijo a ella: "Si tú tejes siete mechones de mi cabello a una tela en un telar, y luego lo clavas al telar, yo seré como cualquier otro hombre." 14 Mientras él dormía, Dalila tejió siete mechones de su cabello a una tela en un telar y lo clavó al telar, y ella le dijo: "¡Los filisteos están sobre ti, Sansón!" Él se despertó de su sueño y arrancó la tela y la clavija del telar. 15 Ella le dijo a él: "¿Cómo puedes decir, 'Te amo', cuando no compartes tus secretos conmigo? Tú te has burlado de mí estas tres veces y no me has dicho que te hace tan fuerte." 16 Cada día ella lo presionaba duramente con sus palabras, y lo presionaba tanto que él deseaba morir. 17 Así que Sansón le contó todo y le dijo a ella: "Yo nunca he tenido una navaja que corte el cabello de mi cabeza, porque yo he sido un nazareno, dedicado a Dios desde el vientre de mi madre. Si mi cabeza es afeitada, entonces mis fuerzas me abandonarán, y me debilitaré y seré como cualquier otro hombre." 18 Cuando Dalila vio que él le había dicho la verdad sobre todo, ella envió y llamó a los gobernantes de los filisteos, diciendo: "Suban nuevamente, porque él me ha dicho todo." Entonces, los gobernantes de los filisteos subieron hasta donde ella, trayendo la plata en sus manos. 19 Ella lo tenía dormido en su falda. Ella mandó a llamar a un hombre para que le afeitara los siete mechones de su cabeza, y ella comenzó a dominarlo, porque sus fuerzas lo habían abandonado. 20 Ella dijo: "¡Los filisteos están sobre ti, Sansón!" Él se despertó de su sueño y dijo: "Yo saldré como las otras veces y me liberaré sacudiéndome." Pero él no sabía que el SEÑOR lo había dejado. 21 Los filisteos lo capturaron y le sacaron los ojos. Lo bajaron hasta Gaza y lo ataron con grilletes de bronce. Él giraba la piedra de molino en la prisión. 22 Pero el cabello en su cabeza comenzó a crecer nuevamente después que había sido afeitado. 23 Los gobernantes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a Dagón su dios, y para regocijarse. Ellos dijeron: "Nuestro dios ha conquistado a Sansón, nuestro enemigo, y lo ha puesto en nuestras manos." 24 Cuando las personas lo vieron, ellos alabaron a su dios, porque dijeron: "Nuestro dios ha conquistado a nuestro enemigo y nos lo entregó-- el destructor de nuestro país, quien mató a muchos de nosotros." 25 Cuando ellos estaban celebrando, ellos dijeron: "Llamen a Sansón, para que él nos pueda hacer reír." Ellos llamaron a Sansón fuera de la prisión y se burlaron de el. Ellos lo hicieron pararse en medio de los pilares. 26 Sansón le dijo al niño quien le sostenía la mano: "Permíteme tocar los pilares sobre las cuales descansa el edificio, para poder recostarme sobre ellas." 27 Ahora, la casa estaba llena de hombres y mujeres. Todos los gobernantes de los filisteos estaban allí. Habían en el techo cerca de tres mil hombres y mujeres, quienes estaban mirando mientras Sansón estaba entreteniéndolos. 28 Sansón llamó al SEÑOR y dijo: "¡SEÑOR Dios, acuérdate de mí! Por favor, dame fuerzas sólo en esta ocasión, Dios, para que yo pueda vengarme de un sólo golpe de los filisteos por sacarme mis dos ojos." 29 Sansón se agarró de los dos pilares del medio sobre los cuales el edificio descansaba, y él se inclinó sobre ellas, un pilar con la mano derecha, y el otro con su izquierda. 30 Sansón dijo: "¡Déjame morir con los filisteos!" Él se estiró con su fuerza y el edificio cayó sobre los gobernantes y sobre toda las personas que estaban dentro del mismo. Así que los muertos que el mató cuando el murió fueron más que aquellos que él mató durante su vida. 31 Luego, sus hermanos y toda la casa de su padre bajaron. Lo tomaron, lo llevaron de regreso y lo enterraron entre Zora y Estaol, en el lugar de entierro de Manoa, su padre. Sansón había gobernado a Israel por veinte años.

17

1 Había un hombre en la zona montañosa de Efraín, y su nombre era Micaía. 2 Él le dijo a su madre: "Las 1, 100 piezas de plata que te fueron robadas, sobre las cuales declaraste una maldición, y la cual yo escuché-- ¡He aquí! Yo tengo la plata. Yo la robé." Su madre dijo: "¡Qué el SEÑOR te bendiga, mi hijo!" 3 Él devolvió las 1, 100 monedas de plata a su madre y su madre dijo: "Yo separé esta plata al SEÑOR, para que mi hijo haga figuras talladas y moldes de metal. Así que ahora, te la devuelvo a ti." 4 Cuando él le devolvió el dinero a su madre, su madre tomó doscientas monedas de plata y se las dio a un trabajador de metal quien las hizo figuras talladas y moldes de metal, y ellas fueron colocadas en la casa de Micaía. 5 Este hombre Micaía tenía una casa de ídolos y él hizo un efod y dioses caseros, y él contrató a uno de sus hijos para que se volviera su sacerdote. 6 En aquellos días no había rey en Israel, y todos hacían lo que estaba bien en sus propios ojos. 7 Ahora, había un hombre joven de Belén en Judá, de la familia de Judá, quien era un Levita. Él se quedó allí para cumplir sus deberes. 8 El hombre se fue de Belén en Judá para ir y encontrar un lugar donde vivir. Mientras viajaba, él llegó a la casa de Micaía en la zona montañosa de Efraín. 9 Micaía le dijo a él: "¿De dónde vienes tu?" El hombre le dijo a él: "Yo soy un Levita de Belén en Judá, y estoy viajando para encontrar un lugar en donde pueda vivir." 10 Micaía le dijo a él: "Quédate conmigo, y sé para mí un padre y un sacerdote. Yo te daré diez piezas de plata al año, un conjunto de ropas, y comida." Así que el Levita entró a su casa. 11 El Levita estaba contento de vivir con el hombre, y el hombre joven se volvió para Micaía como uno de sus hijos. 12 Micaía separó al Levita para deberes sagrados, y el hombre joven se volvió su sacerdote, y estaba en la casa de Micaía. 13 Entonces, Micaía dijo: "Ahora sé que el SEÑOR me hará bien a mí, porque este Levita se ha vuelto mi sacerdote."

18

1 En esos días no había rey en Israel. La tribu de los descendientes de Dan estaba buscando un territorio donde vivir, pues hasta ese día no había recibido ninguna herencia de entre las tribus de Israel. 2 El pueblo de Dan envió cinco hombres de entre todos los de la tribu, hombres que eran guerreros con mucho conocimiento de Zora y de Estaol, para hacer un reconocimiento de la tierra a pie y observarla. Ellos le dijeron, "Vayan y miren la tierra". Ellos llegaron a la zona montañosa de Efraín, a la casa de Micaías, y pasaron la noche allí. 3 Cuando ellos estaban cerca de la casa de Micaías, ellos reconocieron el hablar de un joven levita. Así que ellos se pararon y le preguntaron, "¿Quién te trajo aquí? ¿Qué estás haciendo en este lugar? ¿Por qué estás aquí? 4 Él le dijo a ellos, " Esto es lo que Micaías ha hecho por mi: Él me ha contratado para ser su sacerdote." 5 Ellos le dijeron, " Por favor busca el consejo de Dios, para que nosotros sepamos si el viaje que vamos a hacer será exitoso." 6 El sacerdote le dijo a ellos, "Vayan en paz. EL SEÑOR les dirigirá en el camino que deben ir." 7 Entonces los cinco hombres se fueron y llegaron a Lais, y vieron que la gente que estaba allí vivían sin molestias- de la misma forma los Sidonios vivían sin molestias y seguros. No había nadie que los conquistara en la tierra, o que les molestara de alguna forma. Ellos vivian lejos de los Sidonios, y no tenían tratos con nadie. 8 Ellos regresaron a su tribu en Zora y Estaol. Sus parientes les preguntaron, ¿Cúal es su reporte? 9 Ellos dijeron, "¡Vengan! ¡Vamos a atacarlos!" Hemos visto la tierra y es muy buena. ¿No están haciendo nada? No sean lentos en atacar y conquistar la tierra. 10 ¡Cuando vayan, ustedes irán a personas que piensan que están seguros, y la tierra es amplia! Dios se la ha dado a ustedes - un lugar al que no le falta nada en la tierra." 11 Seiscientos hombres de la tribu de Dan, armados con armas de guerra, partieron de Zora y Estaol. 12 Ellos subieron y acamparon en Quiriat Yearín, en Judá. Esta es la razón por la cual la gente le llamó a ese lugar Majané Dan hasta este día; este está al oeste de Quiriat Yearín. 13 Se fueron desde allí para la región montañosa de Efraín y llegaron a la casa de Micaías. 14 Entonces los cinco hombres que se habían ido a explorar la tierra de Lais le dijeron a sus parientes, "¿Ustedes saben que en estas casas hay un efod, dioses domésticos, una imagen tallada, y una figura fundida de metal? Decidan ahora lo que harán." 15 Así que se acercaron allí y vinieron a la casa del joven levita, en la casa de Micaías, y lo saludaron. 16 Ahora los seiscientos Danitas, armados con armas de guerra, se pararon en la entrada del portón. 17 Los cinco hombres que se habían ido a explorar la tierra fueron allí y tomaron la figura tallada, el efod, los dioses domésticos, y la figura fundida de metal, mientras el sacerdote se paraba al lado de la entrada del portón con los seiscientos hombres armados con armas de guerra. 18 Cuando éstos entraron a la casa de Micaías y tomaron la figura tallada, el efod, los dioses domésticos, y la figura fundida de metal, el sacerdote les dijo a ellos, " ¿Qué están haciendo ustedes?" 19 Ellos le dijeron a él "¡Silencio! Pon tu mano en tu boca y ven con nosotros, y sé para nosotros un padre y un sacerdote. ¿Es mejor para ti que seas sacerdote para la casa de un hombre, o que seas sacerdote para una tribu y clan de Israel?" 20 El corazón del sacerdote se alegró. El tomó el efod, los dioses domésticos, y la figura tallada y se fue juntamente con ellos. 21 Así que se voltearon y se fueron. Ellos pusieron a los niños pequeños al frente de ellos, así como al ganado y sus posesiones. 22 Cuando ellos estaban a una buena distancia de la casa de Micaías, los hombres que estaban en las casas cercanas a la casa de Micaías fueron llamados a reunirse, y alcanzaron a los danitas. 23 Ellos le gritaron a los danitas, y ellos se voltearon y le dijeron a Micaías, "¿Por qué se les llamó a ustedes a reunirse?" 24 El dijo, "Tú robastes los dioses que yo hice, haz tomado a mi sacerdote, y te vas a ir. ¿Qué más me queda? Cómo me preguntas a mi, ' ¿Qué te molesta?'" 25 El pueblo de Dan le dijo, "Tú no debes hablarnos así a nosotros, o algún hombre muy enojado te atacará, y tú y tu familia serán asesinados." 26 Entonces los hombres de Dan se fueron por su camino. Cuando Micaías vió que ellos eran demasiado fuertes para él, se volvió y se fue de regreso a su casa. 27 La gente de Dan tomó lo que Micaías hizo, y también a su sacerdote, y vinieron a Lais, ante gente que estaban tranquilos y seguros y, ellos los mataron a espada y quemaron la ciudad. 28 No había quien los rescatara porque estaban a un largo camino de Sidón, y no tenían trato con ninguno. Esto fue en el valle que está cerca de Bet Rejob. Los Danitas reconstruyeron la ciudad y vivieron allí. 29 Ellos nombraron a la ciudad Dan, el nombre de Dan su ancestro, quien fue uno de los hijos de Israel. Pero el nombre de la ciudad solía ser Lais. 30 El pueblo de Dan levantó la imagen tallada para ellos mismos. Y Jonatán, hijo de Gersón, hijo de Moisés, él y sus hijos fueron sacerdotes para la tribu de los danitas hasta el día del cautiverio de la tierra. 31 Así que adoraron la figura tallada que Micaías hizo mientras que la casa de Dios estuvo en Siló.

19

1 En esos días, cuando no había rey en Israel, había un hombre, un Levita, viviendo por un tiempo en una zona remota en la región montañosa de Efraín. El tomó como segunda mujer, a una mujer de Belén en Judá. 2 Pero su segunda mujer le fue infiel; ella lo dejó y regresó a la casa de su padre en Belén de Judá. Ella se quedó allí por cuatro meses. 3 Luego su esposo se levantó y fue tras de ella para tratar de convencerla a ella de que regresara. Su sirviente estaba con él, y un par de asnos. Ella lo hizo entrar a la casa de su padre. Cuando el padre de la mujer lo vio, él se alegró. 4 Su suegro, el padre de la mujer, lo convenció a él para que se quedara por tres días. Ellos comieron y bebieron, y pasaron la noche allí. 5 En el cuarto día ellos se levantaron temprano y él se preparó para marcharse, pero el padre de la mujer le dijo a su yerno, "Cobra fuerzas con un poco de pan, luego te puedes ir." 6 Así que ellos dos se sentaron a comer y a beber juntos. Luego el padre de la mujer dijo, "Por favor disponte a quedarte la noche y pasar un buen tiempo." 7 Cuando el Levita se levantó para marcharse, el padre de la joven mujer le insistió a quedarse, así que él cambió su plan y pasó la noche allí nuevamente. 8 En el quinto día él se levantó temprano para marcharse, pero el padre de la mujer dijo, "Cobra fuerzas, y espera hasta la tarde." Así que los dos comieron. 9 Cuando el Levita, su segunda mujer y su sirviente se levantaron para partir, su suegro, el padre de la mujer le dijo, "Ves, ahora el día avanza hacia el atardecer. Por favor quédate una noche más, y pasa un buen tiempo. Tú puedes levantarte temprano mañana y volver a tu casa." 10 Pero el Levita no estaba dispuesto a quedarse la noche. Él se levantó y se marchó. Él fue hacia Jebús (eso es Jerusalén). Él tenía un par de asnos ensillados-- y su segunda mujer estaba con él. 11 Cuando ellos estaban cerca de Jebús, el día estaba a punto de terminar, y el sirviente le dijo a su amo, "Ven, desviémonos hacia la ciudad de los jebuseos para pasar la noche en ella." 12 Su amo le dijo, "No nos desviaremos hacia una ciudad de extranjeros que no pertenecen al pueblo de Israel. Seguiremos hasta Guibeá." 13 El Levita le dijo a su joven hombre, "Ven, vamos a uno de esos otros lugares, y pasemos la noche en Guibeá o en Ramá." 14 Y ellos continuaron, y el sol se puso a medida que se acercaban a Gabaa, en el territorio de Benjamín 15 Se desviaron allí para pasar la noche en Gabaa. Fueron y se sentaron en la plaza de la ciudad, pero nadie los llevó a su casa a pasar la noche. 16 Pero luego un viejo hombre estaba regresando de su trabajo en el campo esa tarde. El era de la colina montañosa de Efraín, y él se estaba quedando por un tiempo en Guibeá. Pero los hombres que vivían en ese lugar eran benjamitas. 17 Él levantó sus ojos y vio al viajero en la plaza de la ciudad. El viejo hombre dijo, "¿Para dónde van? ¿De dónde vienen? 18 El Levita le dijo, "Estamos en camino desde Belén en Judá hacia la más remota parte de la colina montañosa de Efraín, que es de donde yo vengo. Fui a Belén en Judá, y voy a la casa del SEÑOR, pero no hay nadie que me ha invitado a su casa. 19 Nosotros tenemos paja y alimento para nuestros asnos, y hay pan y vino para mí y para tu sirvienta aquí, y para este joven con sus sirvientes. No necesitamos nada." 20 El viejo hombre los saludó, "¡Paz sea con ustedes! Yo cuidaré de todas sus necesidades. Sólo no pasen la noche en la plaza de la ciudad." 21 Así que el hombre llevó al Levita a su casa y alimentó los asnos. Ellos lavaron sus pies, comieron y bebieron. 22 Mientras hacían sus corazones felices, algunos hombres de la ciudad, hombres sin valor, rodearon la casa, golpeando la puerta. Ellos hablaron al viejo hombre, el dueño de la casa, diciendo, "Trae afuera al hombre que entró a tu casa, para que nosotros podamos tener sexo con él." 23 El hombre, el dueño de la casa, salió afuera hacia ellos y les dijo a ellos, "No, mis hermanos, por favor, ¡no hagan esta cosa malvada! Ya que este hombre es un huésped en mi casa, ¡no hagan esta cosa perversa! 24 Miren, mi hija virgen y la segunda mujer de él están aquí. Déjenme sacarlas ahora. Viólenlas y hagan con ellas lo que ustedes quieran. ¡Pero no le hagan esta cosa malvada a este hombre!" 25 Pero los hombres no le escucharon, así que el hombre se apoderó de su segunda mujer y la sacó afuera a ellos. Ellos se apoderaron de ella, la violaron y abusaron de ella durante la noche, al amanecer ellos la dejaron ir. 26 Al amanecer la mujer vino y cayó en la puerta de la casa del hombre donde estaba su amo, y ella se quedó allí hasta que fué de día. 27 Su dueño se levantó en la mañana y abrió las puertas de la casa y salió a tomar su rumbo. El pudo ver a su segunda mujer acostada allí en la puerta, con sus manos en la entrada. 28 El Levita le dijo, "Levántate. Vámonos." Pero no hubo respuesta. El la puso en el asno, y el hombre se preparó para ir a su casa. 29 Cuando el Levita llegó a su casa, él tomó un cuchillo, y la tomó y la cortó a ella, miembro a miembro, en doce pedazos, y envió las piezas a todas partes en todo Israel. 30 Todos los que vieron esto dijeron: "Tal cosa nunca se hizo ni se vio desde el día en que el pueblo de Israel salió de la tierra de Egipto hasta el presente. ¡Piénselo! ¡Díganos qué hacer! "

20

1 Luego todo el pueblo de Israel salió como un sólo hombre, desde Dan hasta Beerseba, incluyendo la tierra de Galaad también, y ellos se reunieron juntos ante el SEÑOR en Mizpa. 2 Los líderes de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, tomaron su lugar en la reunión del pueblo de Dios--400, 000 hombres a pie, quienes estaban listos para pelear con espada. 3 Ahora la gente de Benjamín escuchó que el pueblo de Israel se levantó en Mizpa. El pueblo de Israel dijo: "Dinos como sucedió esta cosa maligna." 4 El Levita, esposo de la mujer que había sido asesinada, contestó: "Yo vine a Guibeá en el territorio que pertenece a Benjamín, Yo y mi segunda mujer, a pasar la noche." 5 Durante la noche, los líderes de Guibeá me atacaron, rodearon mi casa e intentaron matarme. Ellos raptaron y violaron a mi segunda mujer y murió. 6 Yo tomé mi a mi segunda mujer y partí su cuerpo en pedazos, y los envié a ellos dentro de cada región de la heredad de Israel, porque ellos han cometido tal ofensa y cruel acto en Israel. 7 Ahora, todos ustedes Israelitas, den su pensar y consejo aquí." 8 Toda el pueblo se levantó como un solo hombre, y ellos dijeron: "¡Ninguno de nosotros irá a su tienda de acampar, y ninguno de nosotros regresará a su casa! 9 Pero ahora esto es lo que haremos a Guibeá: nosotros vamos a atacarlos como la suerte nos dirija. 10 Nosotros vamos a escoger diez de cien hombres de entre todas las tribus de Israel, y cien de mil, y mil de diez mil, para que traigan provisiones para el pueblo, para que así cuando ellos vengan a Guibeá en Benjamín, castiguen a estas personas por la maldad que hicieron en Israel." 11 Entonces todos los guerreros de Israel se reunieron en contra de la ciudad, como un solo hombre. 12 Las tribus de Israel enviaron hombres hacia toda la tribu de Benjamín, diciendo: "¿Qué es la maldad que fue hecha en contra tuya? 13 Por lo tanto, danos a esos hombres malignos de Guibeá, para que podamos matarlos, y así será completamente removida esta maldad de Israel." Pero los Benjamitas no escucharon la voz de sus hermanos, el pueblo de Israel. 14 Luego el pueblo de Benjamín salió junto desde sus ciudades a Guibeá para prepararse a pelear en contra del pueblo de Israel. 15 El pueblo de Benjamín juntó en aquél día veintiseis mil soldados de sus ciudades quienes fueron entrenados para pelear con la espada. Además, habían setecientos de los hombres escogidos que habitaban de Guibeá. 16 Entre todos estos soldados habían setecientos hombres escogidos que eran zurdos. Cada uno de ellos podía lanzar una piedra a un cabello y no fallar. 17 El pueblo de Israel, sin contar el número de los de Benjamín, sumaban 400, 000 hombres, que fueron entrenados para pelear con espada. Todos estos eran hombres de guerra. 18 El pueblo de Israel se levantó, subió a Betel, y preguntó por consejo de Dios. Ellos preguntaron: "¿Quién de nosotros atacará primero al pueblo de Benjamín?" El SEÑOR dijo: "Judá va a atacar primero." 19 El pueblo de Israel se levantó en la mañana y movieron su campamento cerca de Guibeá. 20 El pueblo de Israel fue a pelear en contra de Benjamín. Ellos se prepararon en las posiciones de batalla en contra de ellos en Guibeá. 21 El pueblo de Benjamín salió de Guibeá, y mataron a veintidosmil hombres del ejército de Israel en aquel día. 22 Pero el pueblo de Israel se fortalecieron unos a otros, y formaron la línea de batalla en el mismo lugar que ellos habían tomado posiciones en el primer día. 23 Y el pueblo de Israel se levantó y lloró ante SEÑOR hasta el atardecer. Ellos buscaron la dirección del SEÑOR: "¿Debemos ir de nuevo y pelear contra nuestros hermanos, el pueblo de Benjamín?" Y el SEÑOR dijo: "¡Atáquenlos!" 24 Entonces el pueblo de Israel fue en contra de los guerreros de Benjamín el segundo día. 25 En el segundo día, Benjamín vino en contra de ellos desde Guibeá y mataron dieciocho mil hombres del pueblo de Israel. Todos eran hombres que habían sido entrenados para pelear con espada. 26 Luego todos los guerreros de Israel y todas las personas subieron a Betel y lloraron, y allí se sentaron ante el SEÑOR y ellos ayunaron ese día hasta el atardecer y ofrecieron ofrendas de fuego y ofrendas de paz ante el SEÑOR. 27 El pueblo de Israel preguntó al SEÑOR--porque el arca del pacto de Dios estaba allí en aquellos días, 28 y Finees, hijo de Eleazar hijo de Aarón, estaba sirviendo ante el arca en aquellos días--"¿Debemos ir afuera a la batalla una vez más en contra del pueblo de Benjamín, nuestros hermanos, o nos detenemos? El SEÑOR dijo: "Ataquen, pues mañana Yo voy a ayudarlos a vencerlos." 29 Entonces Israel preparó hombres en lugares secretos alrededor de Guibeá. 30 El pueblo de Israel peleó en contra del pueblo de Benjamín por tercer día, y ellos formaron la línea de batalla contra Guibeá así como lo habían hecho antes. 31 El pueblo de Benjamín fue y peleó contra Israel, y ellos se alejaron de la ciudad. Ellos comenzaron a pelear y matar algunas personas. Habían como treinta hombres de Israel quienes murieron en el campo y en el camino. Uno de los caminos iba subiendo hacia Betel, y el otro iba a Guibeá. 32 Luego el pueblo de Benjamín dijo: "Ellos están derrotados y están corriendo lejos de nosotros, como en el principio." Pero los guerreros de Israel dijeron: "Deja que nosotros corramos hacia atrás y alejemósles de la ciudad hacia los caminos." 33 Todo el pueblo de Israel se levantó de sus lugares y se formaron en líneas de batalla en Baal Tamar. Luego los soldados de Israel quienes ya se habían escondido en lugares secretos salieron de sus lugares en Maareh Geba. 34 Vinieron en contra de Guibeá diez mil hombres escogidos de todo Israel, y la pelea fue fuerte, pero los Benjamitas no sabían que el desastre estaba cerca de ellos. 35 El SEÑOR derrotó a Benjamín ante Israel. En aquel día, los guerreros de Israel mataron 25, 100 hombres de Benjamín. Todos esos que murieron eran aquellos que habían sido entrenados para pelear con espada. 36 Así que los guerreros de Benjamín vieron que estaban derrotados. Los hombres de Israel le dieron terreno a Benjamín, porque ellos estaban contando con los hombres que ellos habían puesto en las posiciones secretas fuera de Guibeá. 37 Luego los hombres que se estaban escondiendo se levantaron y se apresuraron y entraron en Guibeá. Y con sus espadas mataron a todo aquel que vivía en la ciudad. 38 La señal acordada entre los guerreros de Israel y los hombres que estaban en secreto sería que una gran nube de humo se levantaría de la ciudad. 39 Cuando la señal fue enviada los guerreros de Israel se regresaron de la batalla. Ahora Benjamín comenzó a atacar y ellos mataron como treinta hombres de Israel, y ellos dijeron: "Es seguro que ellos serán derrotados ante nosotros, así como en la primera batalla." 40 Pero cuando la columna de humo empezó a levantarse desde la ciudad, los Benjamitas miraron atrás y vieron el humo que subía al cielo desde la ciudad. 41 Luego el pueblo de Israel se volvió contra ellos. Los hombres de Benjamín tenían mucho miedo, porque ellos vieron el desastre que había venido sobre ellos. 42 Así que ellos corrieron huyendo del pueblo de Israel, escapando por el camino hacia el desierto. Pero la batalla los tomó. Los guerreros de Israel vinieron fuera de la ciudad y los mataron donde ellos estaban. 43 Ellos rodearon a los Benjamitas y fueron tras ellos. Y ellos los encerraron en Noha y los mataron por el camino hacia el este de Guibeá. 44 De la tribu de Benjamín, dieciocho mil personas murieron, todos ellos hombres que eran buenos en batalla. 45 Ellos regresaron y huyeron en dirección del desierto hacia la roca de Rimón. Los Israelitas mataron a cinco mil más de ellos a lo largo de los caminos. Continuaron tras ellos, siguiéndolos de cerca por el camino hasta Gidón, y allí fueron muertos dos mil más. 46 Todos los guerreros de Benjamín quienes cayeron aquel día fueron veinticinco mil-- hombres quienes fueron entrenados para pelear con espada; todos ellos fueron buenos en batalla. 47 Pero seiscientos hombres regresaron y huyeron al desierto, cerca de la piedra de Rimón. Y se quedaron en la roca de Rimón por cuatro meses. 48 Los guerreros de Israel se volvieron en contra del pueblo de Benjamín y los atacaron y mataron-- a toda la ciudad, el ganado, y a todo lo que encontraron. También quemaron todo pueblo que encontraron en el camino.

21

1 Ahora los hombres de Israel habían hecho una promesa en Mizpa: "Ninguno de nosotros dará a su hija para casarse con un Benjamita." 2 Entonces las personas fueron a Betel y se sentaron delante de Dios hasta la tarde, y lloraron amargamente a grandes voces. 3 Ellos gritaron: "¿Por qué SEÑOR, Dios de Israel; le ha pasado esto a Israel, que una de nuestras tribus hoy se pierda?'' 4 Al siguiente día el pueblo se levantó temprano y construyeron un altar allí y ofrecieron ofrendas quemadas y ofrendas de paz. 5 Las personas de Israel dijeron: "¿Cuáles de las tribus de Israel no vinieron a la asamblea del SEÑOR?" Porque ellos habían hecho una promesa importante sobre cualquier persona que no viniera delante del SEÑOR en Mizpa. Ellos dijeron: "A él ciertamente se le dará muerte." 6 El pueblo de Israel tuvo compasión de su hermano Benjamín. Ellos dijeron: "Hoy una tribu ha sido cortada de Israel. 7 ¿Quién proveerá esposas para aquellos que queden, ya que hemos hecho una promesa al SEÑOR que no dejaremos que ninguno de ellos se case con nuestras hijas?" 8 Ellos dijeron: "¿Cuáles de las tribus de Israel, no vinieron delante del SEÑOR en Mizpa?" Y encontraron que nadie asistió a la asamblea de los de Jabes Galaad. 9 Porque cuando el pueblo se colocó de manera ordenada, ninguno de los habitantes de Jabes Galaad estuvo allí. 10 La asamblea envió doce mil de sus hombres más valientes con instrucciones de ir a Jabes Galaad y atacarlos, y matarlos, incluso a las mujeres y niños. 11 "Hagan esto: deben matar todo hombre y a toda mujer que haya dormido con hombre." 12 Los hombres encontraron entre aquellos que estaban viviendo en Jabes Galaad, cuatrocientas mujeres jóvenes que nunca habían dormido con hombres, y se las llevaron al campamento en Silo, en Cannán. 13 Toda la asamblea envió un mensaje y le dijeron al pueblo de Benjamín que estaban en la roca de Rimón que ellos le ofrecían paz. 14 Los Benjamitas regresaron en ese momento y se les entregó las mujeres de Jabes Galaad, pero no había suficientes mujeres para todos ellos. 15 Las personas lamentaban lo que le habia seucedidó a Benjamín, porque el SEÑOR creó división entre las tribus de Israel. 16 Entonces los líderes de la asamblea dijeron: "¿Cómo escogeremos esposas para los Benjamitas que queden, ya que las mujeres de Benjamín han sido asesinadas?" 17 Ellos dijeron: "Debe de haber una heredad para los sobrevivientes de Benjamín, para que la tribu no sea borrada de Israel. 18 No podemos darles por esposas a nuestras hijas, porque el pueblo de Israel ha hecho una promesa, 'Maldito aquel que le de una esposa a Benjamín.'" 19 Así que ellos dijeron: "Sabes que hay una fiesta para el SEÑOR cada año en Silo (que queda al norte de Betel, al este del camino que va desde Betel a Siquem y al sur de Lebona)." 20 Ordenaron a los hombres de Benjamín, diciendo: "Vayan y escóndansen en secreto y esperen en los viñedos. 21 Atentos al momento que las mujeres de Silo salgan a danzar, luego salgan de prisa de los viñedos y cada uno de ustedes escoja a una esposa de las mujeres de Silo, luego vuelvan a la tierra de Benjamín. 22 Cuando sus padres o sus hermanos vengan a protestarnos, les diremos a ellos: '¡Muéstrenos favor! Déjenlas quedarse porque no obtuvimos esposas para cada hombre durante la guerra. Tú eres inocente, ya que no diste tus hijas a ellos.'" 23 El pueblo de Benjamín lo hizo así. Tomaron el número de esposas que necesitaban de las mujeres que danzaban, y se las llevaron para ser sus esposas. Ellos fueron y regresaron al lugar de su heredad; reconstruyeron las ciudades, y vivieron en ellas. 24 Entonces el pueblo de Israel se fue de ese lugar y volvieron a casa, cada uno a su propia tribu y familia, y cada uno a su propia heredad. 25 En esos días no había rey en Israel. Todos hacían lo que era correcto ante sus propios ojos.

Ruth
Ruth
1

1 Sucedió en los días cuando los jueces gobernaban que hubo una hambruna en la tierra, y un cierto hombre de Belén de Judá fue al campo de Moab con su esposa y sus dos hijos. 2 El nombre del hombre era Elimelec, y el nombre de su esposa era Noemí. Los nombres de sus dos hijos eran Mahlón y Quelión, que eran Efrateos de Belén de Judá. Llegaron al campo de Moab y vivieron allí. 3 Entonces Elimelec, el esposo de Noemí, murió, y ella quedó con sus dos hijos. 4 Estos hijos tomaron esposas de las mujeres de Moab; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra era Rut. Vivieron allí alrededor de diez años. 5 Entonces, ambos, Mahlón y Quelión murieron, quedando Noemí sin su esposo y sin sus dos hijos. 6 Entonces Noemí decidió irse de Moab con sus nueras y regresar a Judá porque había escuchado en la región de Moab que EL SEÑOR había ayudado a su pueblo en necesidad y les había dado alimentos. 7 Así que dejó el lugar donde había estado con sus dos nueras, y emprendieron el camino de regreso a la tierra de Judá. 8 Noemí le dijo a sus dos nueras, "Vayan, regresen, cada una de ustedes, a la casa de su madre. Que el SEÑOR muestre bondad hacia ustedes, según ustedes le han mostrado bondad hacia los muertos y hacia mí. 9 Que el Señor les conceda que encuentren descanso, cada una de ustedes en la casa de otro esposo. Entonces ella las besó, y ellas alzaron sus voces y lloraron. 10 Ellas le dijeron: "¡No! Nosotras regresaremos contigo a tu gente." 11 Pero Noemí dijo: "¡Vuélvanse, mis hijas! ¿Por qué habrían de regresar conmigo? ¿Acaso todavía tengo hijos en mi vientre para ustedes, que puedan convertirse en sus esposos? 12 Vuélvanse, mis hijas, vayan por su propio camino, porque soy muy vieja para tener un esposo. Si dijera: 'espero tener un esposo esta noche,' y entonces pariera dos hijos, 13 ¿esperarían ustedes a que crecieran? ¿Esperarían y no se casarían con hombres ahora? ¡No, mis hijas! Me aflige mucho; mucho más de lo que les aflige a ustedes, porque la mano del SEÑOR se ha tornado en contra de mí." 14 Entonces sus nueras alzaron sus voces y lloraron nuevamente. Orfa se despidió de su suegra con un beso, pero Rut se aferró a ella. 15 Noemí dijo: "Escucha, tu cuñada ha regresado a su gente y a sus dioses. Regresa con tu cuñada." 16 Pero Rut dijo, "No me hagas alejarme de ti, pues donde tú vayas, yo iré; donde tú te quedes, yo me quedaré; tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. 17 Donde mueras, moriré, y ahí seré sepultada. Que me castigue el SEÑOR, y aún más, si algo más que la muerte nos separe jamás." 18 Cuando Noemí vio que Rut estaba determinada a ir con ella, dejó de discutir con ella. 19 Así que las dos viajaron hasta que llegaron al pueblo de Belén. Sucedió que cuando llegaron a Belén, el pueblo entero estaba muy emocionado por ellas. Las mujeres dijeron, "¿Es esta Noemí?" 20 Pero ella les dijo, "No me llamen Noemí. Llámenme Amargura, porque el Todopoderoso ha tenido un trato muy amargo conmigo. 21 Salí llena, pero el SEÑOR me ha regresado de nuevo a casa vacía. Así que, ¿por qué me llaman Noemí, viendo que el SEÑOR me ha condenado; que el Todopoderoso me ha aflijido?" 22 Así que Noemí y Rut, la Moabita, su nuera, regresaron del campo de Moab. Llegaron a Belén al principio de la cosecha de cebada.

2

1 Ahora el esposo de Noemí, Elimelec, tenía un pariente, Booz, quien era un hombre rico e influyente. 2 Rut, la moabita, dijo a Noemí: "Ahora déjame ir y recoger espigas de grano detrás de los cosechadores en los campos. Yo seguiré detrás de aquel ante cuyos ojos encuentre yo favor." Así que Noemí le dijo: "Ve, mi hija." 3 Rut fue y recogió el grano que quedaba en los campos detrás de los segadores. Sucedió que ella vino a la porción de los campos que pertenecían a Booz, quien era familia de Elimelec. 4 He aquí, Booz vino de Belén y le dijo a los segadores: "¡Que el SEÑOR esté con ustedes!" Ellos le contestaron: "¡Que el SEÑOR te bendiga!" 5 Entonces Booz le dijo a su siervo que estaba supervisando a los segadores: ¿A qué hombre le pertenece esta joven?" 6 El siervo supervisor de los segadores contestó y dijo: "Es la joven moabita que regresó con Noemí de la tierra de Moab. 7 Ella me dijo: 'Por favor déjeme recoger granos detrás de los segadores.' Así que ella vino aquí y ha trabajado desde la mañana hasta ahora, solo descansó un poco en la casa." 8 Entonces Booz le dijo a Rut: "¿Me estás escuchando, mi hija? No vayas y recojas grano en otro campo; no dejes mi campo. En lugar de eso, quédate aquí y trabaja con mis jóvenes trabajadoras. 9 Mantén tus ojos solamente en el campo donde los hombres están cosechando y sigue detrás a las otras mujeres. ¿No les he dado instrucciones a los hombres para que no te toquen? Y cuando tengas sed, puedes ir a las vasijas de agua y beber el agua que los hombres han sacado." 10 Entonces ella se inclinó delante de Booz, tocando su cabeza al suelo. Ella le dijo: "¿Por qué he encontrado favor a su vista, para que usted deba estar preocupado por mí, una extranjera?" 11 Booz le contestó y le dijo: "Se me ha informado todo lo que tú has hecho desde la muerte de tu esposo. Tú has dejado a tu padre, madre y la tierra de tu nacimiento para seguir a tu suegra y venir a donde unas personas que no conoces. 12 Que el SEÑOR te recompense por tu obra. Que recibas pago completo de el SEÑOR, el Dios de Israel, en quien bajo sus alas has encontrado refugio." 13 Entonces ella dijo: "Déjeme encontrar favor a su vista, mi amo, pues usted me ha consolado, y usted me ha hablado amablemente, aunque yo no sea una de sus siervas." 14 A la hora de la comida Booz le dijo a Rut: "Ven aquí, y come algo de pan, y sumerge tu bocado en el vinagre de vino." Ella se sentó junto a los segadores, y él le ofreció algo de grano tostado. Ella comió hasta que estuvo satisfecha y dejó el resto. 15 Cuando ella se levantó para recoger granos, Booz le ordenó a sus hombres, diciendo: "Déjenla recoger grano incluso entre las gavillas, y no le digan nada malo a ella. 16 Y ustedes también tienen que sacar algunas gavillas para ella de los manojos, y déjenlas para que ella las recoja. No la reprendan." 17 Así que ella recogió en el campo hasta el atardecer. Entonces ella separó los granos que había recogido, y el grano era como 13 kilos de cebada. 18 Ella lo levantó y fue a la ciudad. Entonces su suegra vio lo que ella había recogido. Rut también sacó el grano tostado que ella dejó de su comida y se lo dio. 19 Su suegra le dijo: "¿Dónde has recogido granos hoy? ¿A dónde fuiste a trabajar? Que el hombre que te ayudó sea bendecido." Entonces Rut le contó a su suegra sobre el hombre que era dueño del campo donde ella había trabajado. Ella dijo: "El nombre del hombre que es dueño del campo donde yo trabajé hoy es Booz." 20 Noemí le dijo a su nuera: "Que él sea bendecido por el SEÑOR, quien no ha dejado de lado su lealtad a los vivos y a los muertos." Noemí le dijo: "Ese hombre es nuestro pariente, uno de nuestros parientes redentores." 21 Rut la moabita dijo: "En efecto, él me dijo: 'Debes mantenerte cerca de mis hombres hasta que ellos hayan terminado toda mi cosecha.'" 22 Noemí le dijo a Rut, su nuera: "Es bueno, mi hija, que tú salgas con sus jóvenes trabajadoras, para que no te hagas daño en cualquier otro campo." 23 Así que ella se quedó cerca de las trabajadoras de Booz para así recoger granos hasta el fin de la cosecha de la cebada y la cosecha del trigo. Y ella estaba viviendo con su suegra.

3

1 Noemí, su suegra, le dijo: "Mi hija, ¿no debería yo buscar un lugar para que tú descanses, para que las cosas puedan ir bien para ti? 2 Ahora Booz, el hombre con cuyas trabajadoras has estado, ¿no es él nuestro pariente? Mira, él estará aventando cebada en la campo esta noche. 3 Por lo tanto, lávate, úngete, ponte tus mejores ropas y baja al campo. Pero no te des a conocer al hombre hasta que él termine de comer y beber. 4 Y asegúrate, que cuando él se acueste, recuerdes el lugar donde él se acostó para que después puedas ir a él, destapar sus pies, y acostarte allí. Entonces él te dirá qué hacer." 5 Rut le dijo a Noemí: "Yo haré todo lo que tú digas." 6 Así que ella bajó al campo, y siguió las instrucciones que su suegra le había dado. 7 Cuando Booz hubo comido y bebido y su corazón estaba alegre, él se fue a acostar al final de la pila de grano. Entonces ella vino suavemente, destapó sus pies y se acostó. 8 Sucedió a medianoche que el hombre estaba sorprendido. Él se dio la vuelta, ¡y ahí mismo una mujer estaba acostada a sus pies! 9 Él dijo: "¿Quién eres?" Ella contestó: "Soy Rut, tu sierva. Esparce tu manto sobre tu sierva, pues tú eres un pariente cercano. " 10 Booz dijo: "Mi hija, que seas bendecida por el SEÑOR. Me has mostrado más amabilidad al final que al principio, pues no has ido detrás de ninguno de los hombres jóvenes, sean pobres o ricos. 11 Y ahora, mi hija, ¡no temas! Yo haré por ti todo lo que tú digas, porque toda la gente de mi pueblo sabe que eres una mujer digna. 12 Ahora es verdad que soy un pariente cercano; sin embargo, hay un pariente más cercano que yo. 13 Quédate aquí esta noche, y en la mañana, si él realizara para ti el deber de un pariente, bien, permítele hacer el deber del pariente. Pero si él no hiciera el deber de un pariente para ti, entonces yo lo haré, por la vida del SEÑOR. Acuéstate hasta la mañana." 14 Así que ella se acostó a sus pies hasta la mañana. Pero se levantó mientras todavía estaba en oscuridad. Pues Booz había dicho: "Que no sea conocido que la mujer vino al campo." 15 Entonces Booz dijo: "Trae tu manto y sosténlo." Cuando ella lo hizo, él midió seis largas medidas de cebada y puso la carga sobre ella. Entonces él fue a la ciudad. 16 Cuando Rut vino a su suegra, ella dijo: "¿Cómo hiciste, mi hija?" Entonces Rut le contó todo lo que el hombre había hecho por ella. 17 Ella dijo: "Estas seis medidas de cebada son las que él me dio, pues él dijo: 'No vayas vacía a tu suegra.'" 18 Entonces Noemí dijo: "Quédate aquí, mi hija, hasta que tú sepas cómo el asunto saldrá, pues el hombre no descansará hasta que él haya terminado esta cosa hoy."

4

1 Ahora Booz subió a la puerta y se sentó allí. Pronto, el pariente cercano de quien Booz había hablado se acercó. Booz le dijo: "Mi amigo, acércate y siéntate aquí." El hombre se acercó y se sentó. 2 Entonces Booz tomó diez hombres de los ancianos de la ciudad y dijo: "Siéntense aquí." Así que ellos se sentaron. 3 Booz dijo al pariente cercano: "Noemí, quien ha regresado del país de Moab, está vendiendo la parcela de tierra que era de nuestro hermano Elimelec. 4 Yo pensé en informarte y decirte: 'Cómprala en la presencia de aquellos que están sentados aquí, y en la presencia de los ancianos de mi pueblo.' Si tú deseas redimirla, redímela. Pero si no deseas redimirla, entonces dime, para que yo sepa, pues no hay nadie para redimirla a parte de ti, y yo estoy después de ti." Entonces el otro hombre dijo: "Yo la redimiré." 5 Entonces Booz dijo: "En el día que tú compres el campo de la mano de Noemí, debes también tomar a Rut la moabita, la esposa del hombre muerto, en orden de levantar el nombre del muerto en su herencia." 6 Entonces el pariente cercano dijo: "Yo no puedo redimirla para mí mismo sin dañar mi propia herencia. Tú toma mi derecho de redención para ti mismo, pues yo no puedo redimirla." 7 Ahora esta era la costumbre en tiempos antiguos en Israel concernientes a la redención e intercambio de bienes. Para confirmar todas las cosas, un hombre quitaba su calzado y se lo daba a su vecino; esta era la manera de hacer acuerdos legales en Israel. 8 Así que el pariente cercano le dijo a Booz: "Cómpralo para ti mismo." Y él se quitó su calzado. 9 Entonces Booz le dijo a los ancianos y a todas las personas: "Ustedes son testigos hoy que yo he comprado todo lo que era de Elimelec y todo lo que era de Quelión y Mahlón de la mano de Noemí. 10 Además acerca de Rut la moabita, la esposa de Mahlón: Yo también la he adquirido para ser mi esposa, en orden que yo pueda levantar el nombre del hombre muerto en su herencia, para que así su nombre no sea sacado de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Ustedes son testigos hoy." 11 Todas las personas que estaban en la puerta y los ancianos dijeron: "Nosotros somos testigos. Que el SEÑOR haga a la mujer que ha entrado a tu casa como Raquel y Lea, las dos que construyeron la casa de Israel. Y que prosperes en Efrata y seas renovado en Belén. 12 Que tu casa sea como la casa de Fares, a quien Tamar dio a luz a Judá, por medio de la descendencia que el SEÑOR te dará con esta joven." 13 Así que Booz tomó a Rut, y ella se convirtió en su esposa. Él durmió con ella, y el SEÑOR le permitió embarazarse, y ella dio a luz un hijo. 14 Las mujeres le dijeron a Noemí: "Que el SEÑOR sea bendecido, que no te ha dejado hoy sin un pariente cercano, este bebé. Que su nombre sea famoso en Israel. 15 Que él sea para ti un restaurador de vida y un sustentador en tu vejez, pues tu nuera, quien te ama, quien es para ti mejor que siete hijos, lo ha dado a luz." 16 Entonces Noemí tomó al niño, lo acostó en su pecho, y cuidó de él. 17 Y sus vecinas, le dieron un nombre, diciendo: "Un hijo le ha nacido a Noemí." Ellas lo nombraron Obed. Él fue el padre de Isaí, quien fue el padre de David. 18 Ahora estos fueron los descendientes de Fares: Fares fue el padre de Hezrón, 19 Hezrón fue el padre de Ram, Ram fue el padre de Aminadab, 20 Aminadab fue el padre de Naasón, Naasón fue el padre de Salmón, 21 Salmón fue el padre de Booz, Booz fue el padre de Obed, 22 Obed fue el padre de Isaí, e Isaí fue el padre de David.

1 Samuel
1 Samuel
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1 Había un hombre en Ramataim de Zofim, del país montañoso de Efraín, su nombre era Elcana, hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, un efrateo. 2 Él tenía dos esposas; el nombre de la primera era Ana, y el nombre de la segunda era Penina. Penina tenía hijos, pero Ana no tenía. 3 Este hombre venía de su ciudad, año tras año, a adorar y sacrificar para El SEÑOR de los ejércitos en Silo. Los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes del SEÑOR, estaban ahí. 4 Cuando llego el día en el que Elcana iba a ofrecer sacrificios, como cada año, siempre daba porciones de la carne a Penina su esposa, y a todos sus hijos e hijas. 5 Pero él siempre le daba el doble de porción a Ana, porque amaba a Ana, aunque El SEÑOR no le había dado hijos. 6 Su rival (Penina) la molestaba muy constantemente con el fin de humillarla, porque El SEÑOR no le había dado hijos. 7 Entonces año tras año, cuando ella subía a la casa del SEÑOR con su familia, su rival (Penina) siempre la molestaba. Es por eso que ella lloraba y no comía nada. 8 Elcana su esposo siempre le decía: "Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Por qué está tu corazón triste? ¿No soy yo mucho mejor para ti que diez hijos?" 9 En una de esas ocasiones, Ana se levantó después de haber comido y bebido en Silo. Elí el sacerdote estaba sentado en su silla por la entrada de la puerta de la casa del SEÑOR. 10 Ella estaba muy triste; ella oró al SEÑOR y lloró amargamente. 11 Ella hizo una promesa y dijo: "SEÑOR de los ejércitos, si Tú miraras la tristeza de tu sierva y la escucharas, no olvidando a tu sierva, pero dando a tu sierva un hijo, entonces yo lo daré al SEÑÓR todos los días de su vida, y jamás se cortará su cabello." 12 Mientras ella oraba al SEÑOR, Elí observaba su boca. 13 Ana habló en su corazón. Sus labios se movieron, pero su voz no se escuchó. Por tanto Elí pensó que ella estaba borracha. 14 Elí le dijo: "¿Hasta cuando estarás borracha? ¡Ya deja tu vino! 15 Ana le contestó: "No mi señor, soy una mujer con espíritu entristecido. No he tomado vino ni alguna otra bebida fuerte, pero he estado rogando con mi alma ante El SEÑOR." 16 "No pienses que tu sierva es una mujer sin vergüenza; he estado hablando de la abundancia de mi gran angustia y humillación." 17 Luego Elí le constestó y le dijo: "Vete en paz; que el Dios de Israel cumpla la petición que le has hecho." 18 Ella dijo: "Deja que tu sierva encuentre favor delante de ti." Luego la mujer siguió su camino y comió; su cara ya no estaba triste. 19 Ellos se levantaron temprano en la mañana y adoraron ante El SEÑOR, y después ellos regresaron de nuevo a su casa en Rama. Elcana durmió con Ana su esposa, y el SEÑOR escuchó su petición. 20 Cuando el tiempo pasó, Ana quedó embarazada y dió a luz un hijo varón. Le puso por nombre Samuel diciendo: "Porque se lo pedí al SEÑOR". 21 Una vez más, Elcana y toda su familia, subieron a ofrecer al SEÑOR sus sacrificios del año y pagar su promesa. 22 Pero Ana no fue; ella dijo a su esposo: "Yo no iré hasta que el niño deje mi pecho; entonces lo llevaré, para que así él pueda estar ante El SEÑOR y vivir allí para siempre." 23 Elcana su esposo le dijo a ella: "Haz lo que te parezca mejor. Espera hasta que le destetes; solo, sea que El SEÑOR confirme su palabra." Entonces la mujer se quedó y cuidó a su hijo hasta que lo destetó. 24 Cuando ella lo destetó, tomó al niño, junto con un toro de tres años, 22 litros de carne, y una botella de vino, trayéndolo a la casa del SEÑOR en Silo. Entonces el niño era aún pequeño. 25 Ellos mataron al toro y trajeron el niño a Elí. 26 Ella dijo: "Oh, mi señor! Así como vives, mi señor, yo soy la mujer que estaba aquí orando junto a ti al SEÑOR. 27 Por este niño yo oré y El SEÑOR escuchó mi petición. 28 Yo lo he dado al SEÑOR; mientras él viva, está prestado al SEÑOR." Y adoró al SEÑOR allí.

2

1 Ana oró y dijo: "Mi corazón se alegra en el SEÑOR. Mi fortaleza es engrandecida en el SEÑOR. Mi boca presumió sobre mis enemigos, porque yo me alegro en Su salvación. 2 No hay nadie más santo que El SEÑOR, no hay nadie además de ti, no hay roca como nuestro DIOS." 3 No presumas tan orgullosamente, no dejes que el desprecio salga de tu boca. Pues El SEÑOR es un DIOS de conocimiento; y por Él nuestras acciones son juzgadas. 4 Los hombres poderosos serán quebrados como arcos, pero Él hará a los débiles fuertes. 5 Aquellos que no tenían hambre trabajaron por pan; los que estaban hambrientos dejaron de tener hambre. Incluso la estéril dio a luz a siete, pero la mujer que tuvo muchos hijos, se debilitó. 6 El SEÑOR mata y da vida. Él hace bajar hasta el Seol y levanta. 7 El SEÑOR hace al pobre y Él hace al rico. Él humilla, pero también engrandece. 8 Él levanta al pobre del polvo. Él levanta al necesitado de las cenizas para sentarlos con los príncipes y heredar el asiento de honor. Porque las columnas de la tierra son del SEÑOR y Él ha puesto el mundo sobre ellas. 9 Él cuidará los pies de Su pueblo fiel, pero los malvados serán puestos en silencio en la oscuridad, porque nadie se sostendrá por sus fuerzas. 10 Aquellos que estén en contra del SEÑOR, serán hechos pedazos; Él tronará en contra de ellos desde el cielo. El SEÑOR juzgará los rincones de la tierra. Él dará fuerza a Su rey y engrandecerá el poder de Su ungido. 11 Luego, Elcana se fue a Rama, a su casa. El niño servía al SEÑOR en la presencia de Elí el sacerdote. 12 Ahora, los hijos de Elí eran hombres malos. Ellos no conocían al SEÑOR. 13 La costumbre de los sacerdotes con el pueblo era que cuando cualquier hombre ofrecía un sacrificio, los sirvientes del sacerdote llegaban con un tenedor de tres dientes en su mano mientras la carne se cocía. 14 Él podría meter el tenedor dentro de la cacerola, olla o caldera. Todo lo que el tenedor recogía, el sacerdote podía quedárselo para él mismo. Ellos hacían esto en Silo con todos los Israelitas que iban allí. 15 En su lugar, antes de quemar la grasa, el sirviente del sacerdote llegaba y decía al hombre que ofrecía el sacrificio: "Dále al sacerdote carne para asar; porque él no aceptará carne hervida de ti, sino carne cruda." 16 Si el hombre le decía a él: "Quemen la grasa primero, y después tomen tanto como puedan." Luego él diría: "No, tu me la darás ahora, si no, lo tomaré por la fuerza". 17 El pecado de estos hombres jóvenes era muy grande delante del SEÑOR, porque despreciaban las ofrendas del SEÑOR. 18 Pero Samuel, de niño le servía al SEÑOR vestido con ropa sacerdotal de lino. 19 Su madre le hacía una túnica pequeña y se la traía a él cada año cuando ella subía con su marido para ofrecer el sacrificio anual. 20 Elí bendecía a Elcana y a su esposa y decía: "Que el SEÑOR te de más hijos de esta mujer, por la petición que ella le hizo al SEÑOR". Después, ellos regresaban a sus casas. 21 El SEÑOR nuevamente ayudó a Ana, y otra vez quedó embarazada. Ella dió a luz a tres hijos y dos hijas. Mientras tanto, el niño Samuel crecía delante del SEÑOR. 22 Ahora, Elí era ya muy viejo, y escuchó todo lo que sus hijos le estaban haciendo a todo Israel, y cómo ellos dormían con las mujeres que servían en la entrada de la tienda de reunión. 23 El le dijo a sus hijos: "¿Por qué están haciendo tales cosas?" Porque de todas estas personas he escuchado acerca de sus malas acciones. 24 No, mis hijos; porque no es un bueno lo que escuché. Ustedes hacen que el pueblo del SEÑOR desobedezca. 25 "Si un hombre peca en contra de otro hombre, DIOS lo juzgará, pero si un hombre peca en contra del SEÑOR, ¿quién hablará por él?" Pero ellos no escuchaban las palabras de su padre porque El SEÑOR tenía planeado que murieran. 26 El joven Samuel crecía y aumentaba en favor delante del SEÑOR y también delante de los hombres. 27 Ahora, un hombre de DIOS llegó a donde Elí y le dijo: "El SEÑOR dice: '¿No me le revelé Yo a la familia de tu antepasado cuando ellos estaban en Egipto bajo el mando de la casa de Faraón? 28 Yo lo escogí de entre todas las tribus de Israel para ser Mi sacerdote, para ir a Mi altar y quemar incienso, para vestir ropas sacerdotales delante de Mí. Yo le di a la casa de tu antepasado todas las ofrendas del pueblo de Israel hechas con fuego. 29 Entonces, ¿por qué desprecias Mis sacrificios y las ofrendas que Yo pido en el lugar donde vivo? ¿Por qué honras a tus hijos antes que a Mí, haciéndose ustedes gordos con lo mejor de cada ofrenda de Mi pueblo Israel?' 30 Porque el SEÑOR, el DIOS de Israel, dice: 'Prometí que tu casa y la casa de tu antepasado caminaría delante de Mí para siempre.' Pero ahora el SEÑOR dice: 'No haré esto, porque yo honraré a los que me honran, pero aquellos que me desprecian serán poco estimados. 31 Mira, los días están llegando, cuando Yo quitaré tu fuerza y la fuerza de la casa de tu padre, para que no hayan personas ancianas en tu casa. 32 Verás angustia en el lugar donde Yo vivo. Aunque bien le será dado a Israel, no habrán personas ancianas en tu casa. 33 A cualquiera de ustedes que Yo no eche fuera de Mi altar, Yo haré que sus ojos no vean y causaré dolor a sus vidas. Todos los hombres que nazcan en tu familia morirán. 34 Esta será la señal para ti, que vendrá sobre tus dos hijos, Ofni y Finees: los dos morirán el mismo día. 35 Yo levantaré para Mí mismo un sacerdote fiel, quien hará lo que está en Mi corazón y Mi alma. Le construiré una casa segura; y caminará delante de mi rey ungido para siempre. 36 Todo el que se quede vivo en tu casa, vendrá y se inclinará delante de él, rogando por una pieza de plata y un pedazo de pan y dirá: "Por favor, dame uno de los trabajos de los sacerdotes para que pueda comer una pieza de pan."

3

1 El niño Samuel le servía al SEÑOR observado por Elí. Las palabras del SEÑOR no eran comunes en aquellos días; no había visiones frecuentemente. 2 En ese tiempo, cuando Elí, que comenzaba a quedarse ciego y no podía ver bien, estaba acostado en su propia cama. 3 La lámpara de DIOS aún no se había apagado, y Samuel se estaba acostando para dormir en la casa del SEÑOR donde estaba el arca de DIOS. 4 El SEÑOR llamó a Samuel, quien dijo: "Aquí estoy". 5 Samuel corrió hasta Elí y dijo: "Aquí estoy, me has llamado" Elí dijo, "Yo no te he llamado, vuelve a acostarte." Entonces Samuel fue y se acostó. 6 El SEÑOR llamó de nuevo: "Samuel." Nuevamente Samuel fue hasta Elí y dijo: "Aquí estoy, me has llamado." Elí respondió: " Yo no te he llamado, hijo; vuelve a acostarte." 7 En ese tiempo Samuel aún no tenía ninguna experiencia del SEÑOR, tampoco había tenido algún mensaje que le haya revelado El SEÑOR. 8 El SEÑOR volvió a llamar a Samuel por tercera vez. De nuevo Samuel se levantó y fue a Elí y dijo: "Aquí estoy, me has llamado." Luego Elí comprendió que El SEÑOR llamaba al muchacho. 9 Después Elí dijo a Samuel: "Ve y acuéstate; si Él te llama de nuevo, tu debes decir: "Habla SEÑOR, tu siervo te está escuchando." Entonces Samuel fue y se acostó en su lugar una vez más. 10 El SEÑOR vino y se presentó; el llamó como las otras veces: "Samuel, Samuel." Luego Samuel dijo: "Habla, que tu siervo te está escuchando." 11 El SEÑOR dijo a Samuel: "Mira, Yo estoy por hacer algo en Israel, y los oídos de todos los que escuchen van a temblar. 12 En ese día Yo cumpliré contra Elí todo lo que dije sobre su casa, desde el principio hasta el fin. 13 Yo le dije que Yo soy quien juzga completamente sobre su casa por el pecado que el conocía, porque sus hijos han traído maldición sobre ellos mismos y él no los detuvo. 14 Por causa de esto yo he jurado a la casa de Elí, que los pecados de su casa no serán perdonados por medio de sacrificio u ofrenda. 15 Samuel se acostó hasta la mañana; luego el abrió las puertas de la casa del SEÑOR. Pero Samuel tuvo miedo de decirle a Elí sobre la visión. 16 Luego Elí llamó a Samuel y dijo: "Samuel, hijo." Samuel contestó: "Aquí estoy." 17 El dijo: "¿Que fue la palabra que Él te habló a ti?" Por favor no la escondas de mi. Sea DIOS quien haga lo mismo contigo y aún más, si tu ocultas alguna cosa de mi de las palabras que Él te habló a ti. 18 Samuel le dijo todo; él no le escondió nada. Elí dijo: " Es El SEÑOR. Sea hecho lo que a Él mejor le parezca." 19 Samuel creció, y El SEÑOR estaba con él y no dejó que ninguna de sus palabras proféticas quedaran sin cumplirse. 20 Todo Israel desde Dan hasta Beerseba sabía que Samuel era elegido para ser un profeta del SEÑOR. 21 El SEÑOR se apareció nuevamente en Silo, porque se mostró a Samuel en Silo, por su palabra.

4

1 Samuel habló a todo Israel. Ahora Israel salió a la batalla contra los filisteos. Ellos acamparon en Ebenezer, y los filisteos acamparon en Afec. 2 Los filisteos se prepararon para la batalla en contra de Israel. Cuando la batalla comenzó, los filisteos derrotaron a Israel y mataron alrededor de cuatro mil hombres en el campo de batalla. 3 Cuando las personas llegaron al campamento, los ancianos de Israel dijeron: "¿Por qué el SEÑOR nos hizo perder hoy delante de los filisteos? Traigamos el arca del pacto del SEÑOR aquí desde Silo, que este aquí con nosotros, para que nos proteja de la mano de nuestros enemigos." 4 Entonces el pueblo envío hombres a Silo; desde ahí ellos trajeron el arca del pacto del SEÑOR de los ejércitos, quien se sienta arriba del querubín. Los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, estaban ahí con el arca del pacto de DIOS. 5 Cuando el arca del pacto del SEÑOR llegó al campamento, todo el pueblo de Israel dio un fuerte grito, y la tierra tembló. 6 Cuando los filisteos escucharon el gran grito, dijeron: "¿Qué significa este grito tan fuerte que viene del campamento de los hebreos?" Entonces ellos se dieron cuenta que el arca del SEÑOR estaba en el campamento. 7 Los filisteos estaban asustados; dijeron: "DIOS ha llegado al campamento." Ellos dijeron: "¡Ay de nosotros!" ¡Nada parecido a esto había pasado antes! 8 ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos protegerá de la fuerza de estos dioses poderosos? Estos son los dioses que atacaron a los egipcios con muchos tipos de plagas en el desierto. 9 Sean valientes, y sean hombres, ustedes filisteos, o serán esclavos de los hebreos, así como ellos lo han sido para ustedes. Sean hombres y peleen." 10 Los filisteos pelearon e Israel fue derrotado. Cada hombre huyó a su casa, y la matanza fue muy grande; pues treinta mil soldados de Israel cayeron. 11 El arca de DIOS fue robada y los dos hijos de Elí, Ofni y Finees murieron. 12 Un hombre de la tribu de Benjamín corrió del frente de batalla y vino a Silo el mismo día, llegando con sus ropas rotas y tierra sobre su cabeza. 13 Cuando él llegó, Elí estaba sentado en su silla a un lado del camino observando porque su corazón estaba angustiado por el arca de DIOS. Cuando el hombre entró en la ciudad y dio las noticias, la ciudad completa gritó. 14 Cuando Elí escuchó el ruido de los gritos, él dijo: "¿Cuál es el significado de este escándalo?" El hombre rápidamente fue y le contó a Elí. 15 Ahora, Elí tenía noventa y ocho años de edad; sus ojos estaban ciegos, y él no podía ver. 16 El hombre le dijo a Elí: "Yo soy quien llegó del frente de batalla. Yo huí de la batalla hoy." Y él dijo: "¿Cómo nos fue, hijo mío?" 17 El hombre que trajo las noticias contestó y dijo: "Israel huyó de los filisteos. También hubo una gran derrota entre el pueblo. Tus dos hijos, Ofni y Finees, están muertos, y el arca de DIOS ha sido robada." 18 Cuando él habló del arca de DIOS, Elí cayó hacia atrás de su silla a un lado de la puerta. Su cuello se rompió, y murió, por que era viejo y muy gordo. Él había juzgado a Israel por cuarenta años. 19 Ahora su nuera, la esposa de Finees, estaba embarazada y a punto de dar a luz. Cuando escuchó las noticias, que el arca de DIOS fue robada y que su suegro y esposo estaban muertos, ella se arrodilló y dió a luz, porque le dieron dolores de parto. 20 Al momento de su muerte, las mujeres que la ayudaban dijeron: "No temas, porque has dado a luz a un varón." Pero ella no contestó ni puso atención. 21 Ella nombró al niño Icabod, diciendo: "¡La gloria se ha ido de Israel!", porque el arca de DIOS ha sido robada, y por la muerte de su suegro y de su esposo. 22 Y ella dijo: "La gloria se ha ido de Israel, porque el arca de DIOS ha sido robada."

5

1 Los filisteos robaron el arca de DIOS, y la llevaron de Ebenezer a Asdod. 2 Los filisteos tomaron el arca de DIOS, y la metieron dentro de la casa de Dagón, poniéndola al lado de Dagón. 3 Cuando el pueblo de Asdod se levantó temprano al siguiente día, he aquí, Dagón había caído de frente al suelo ante el arca del SEÑOR. Así que ellos tomaron a Dagón y lo pusieron en su lugar de nuevo. 4 Pero cuando ellos se levantaron temprano la mañana siguiente, he aquí, Dagón había caído de frente al suelo ante el arca del SEÑOR. La cabeza de Dagón y sus dos manos estaban sobre el suelo, cortadas, en la entrada. Sólo el tronco de Dagón quedó. 5 Es por eso, que hasta hoy, los sacerdotes de Dagón y cualquiera que entra en la casa de Dagón, no pisan la entrada de Dagón en Asdod. 6 La mano del SEÑOR fue severa sobre el pueblo de Asdod. Él los destruyó y los hirió con tumores, en Asdod y sus territorios. 7 Cuando los hombres de Asdod se dieron cuenta de lo que estaba pasando, ellos dijeron: "El arca del DIOS de Israel no debe quedarse con nosotros, porque su mano es severa contra nosotros y contra Dagón nuestro dios." 8 Así que ellos mandaron buscar a todos los gobernantes de los filisteos; ellos le dijeron: "¿Qué debemos hacer con el arca del DIOS de Israel?" Ellos contestaron: "Dejen que el arca del DIOS de Israel sea llevada a Gat." Y ellos llevaron el arca del DIOS de Israel. 9 Pero al llevarla a Gat, la mano del SEÑOR estaba sobre la ciudad, causando una gran confusión. Él hirió a los hombres de la ciudad, a pequeños y grandes; y les salieron tumores. 10 Entonces enviaron el arca de DIOS a Ecrón. Pero tan pronto como el arca de DIOS entró a Ecrón, los ecronitas dijeron fuertemente: "Han traído a nosotros el arca del DIOS de Israel para matarnos a nosotros y a nuestro pueblo." 11 Así que ellos mandaron a buscar a todos los gobernantes de los filisteos; ellos les dijeron: "Saquen de aquí el arca del DIOS de Israel, y regrésenla a su lugar, para que no nos mate a nosotros y a nuestro pueblo." Pues hubo un pánico aterrador por toda la ciudad; la mano de DIOS fue muy severa allí. 12 Los hombres que no murieron fueron heridos con tumores, y el llanto de la ciudad subió hasta los cielos.

6

1 El arca del SEÑOR estuvo en la ciudad de los Filisteos por siete meses. 2 Luego los Filisteos llamaron a los sacerdotes y los adivinos; les dijeron: ¿Que deberíamos hacer con el arca del SEÑOR? Dígannos como podríamos regresarla a su ciudad." 3 Los sacerdotes y adivinos dijeron: "Si ustedes envían el arca del DIOS de Israel, no la envíen sin una ofrenda por la culpa. Luego, ustedes serán sanados, y sabrán porque su mano no ha sido apartada de ustedes hasta ahora." 4 Luego ellos dijeron: "¿Qué ofrenda por la culpa podemos llevar cuando regresemos el arca?" Ellos respondieron: "Cinco tumores de oro y cinco ratones de oro, cinco siendo el mismo número de los gobernantes de los Filisteos. Por la misma plaga que los ha herido a ustedes y a sus gobernantes. 5 Entonces, ustedes deben hacer figuras de sus tumores y sus ratones que han causado daño al pueblo, y dar gloria al DIOS de Israel. Tal vez Él quitará su mano de sobre ustedes, de sus dioses y de su tierra. 6 ¿Por qué deberían ustedes endurecer sus corazones, como los egipcios y Faraón? Cuando el DIOS de Israel los trató severamente; ¿Acaso los egipcios no liberaron al pueblo y ellos salieron? 7 Ahora pues, preparen una carreta nueva con dos vacas con crías, que nunca hayan llevado yugo. Aten las vacas a la carreta, pero lleven a sus terneros a casa, lejos de ellas. 8 Luego tomen el arca del SEÑOR y pónganla en la carreta. Pongan las figuras de oro como ofrenda por la culpa dentro de una caja a un lado de ella. Luego déjenla ir por su camino. 9 Luego miren; si va por el camino a su tierra a Bet Semes, entonces es El SEÑOR quién ha ejecutado este mal tan grande. Pero si no, entonces ustedes sabrán que no es su mano que nos ha herido; sino que fue por casualidad." 10 Los hombres hicieron como ellos les dijeron; tomaron dos vacas con crías, las ataron a la carreta y encerraron a sus becerros en casa. 11 Pusieron el arca del SEÑOR en la carreta, junto a la caja que contenía los ratones de oro y las figuras de sus tumores. 12 Las vacas fueron derecho en dirección a Bet Semes. Fueron a lo largo del camino, bajando mientras iban, y no se apartaron a la derecha o a la izquierda. Los gobernantes de los Filisteos las siguieron después hasta el borde de Bet Semes. 13 La gente de Bet Semes estaba cosechando su trigo en el valle. Cuando ellos levantaron sus ojos y vieron el arca, se alegraron. 14 La carreta entró al campo de Josué del pueblo de Bet Semes y se detuvo ahí, donde había una piedra grande, partieron la madera de la carreta, y ofrecieron las vacas como ofrendas quemadas al SEÑOR. 15 Los Levitas bajaron el arca del SEÑOR y la caja que estaba junto a ella, donde estaban las figuras de oro, y las pusieron en la piedra grande. Los hombres de Bet Semes dieron ofrendas quemadas e hicieron sacrificios el mismo día para El SEÑOR. 16 Cuando los cinco gobernadores de los Filisteos vieron esto, regresaron ese día a Ecrón. 17 Estos fueron los tumores de oro que los Filisteos dieron a El SEÑOR como ofrenda por la culpa: uno por Asdod, uno por Gaza, uno por Ascalón, uno por Gat y uno por Ecrón. 18 Los ratones de oro fueron los mismos en número como el número de todas las ciudades de los Filisteos que pertenecen a los cinco gobernantes, tanto de ciudades fortificadas y pueblos. La piedra grande, sobre la cual ellos pusieron el arca del SEÑOR, permanece como testigo de este día en el lugar de Josué el Bet Semita. 19 El SEÑOR hirió a los hombres de Bet Semes, porque ellos miraron dentro de su arca. Él dió muerte a cincuenta mil setenta hombres. El pueblo lloró porque El SEÑOR hizo morir a muchos. 20 Los hombres de Bet Semes dijeron: " "¿Quién podrá estar en la presencia de El SEÑOR, el Dios Santo? Y a quién le enviaremos el arca desde aquí?" 21 Ellos enviaron mensajeros a los habitantes de Quiriat Jearim, diciendo: "Los Filisteos han devuelto el arca del SEÑOR; bájenla y llevenla con ustedes"

7

1 Los hombres de Quiriat Jearim vinieron por el arca del SEÑOR, y la llevaron a la casa de Abinadab en la colina. Ellos santificaron a su hijo Eleazar para guardar el arca del SEÑOR. 2 Desde ese día, el arca permaneció en Quirat Jearim, pasó mucho tiempo, veinte años. Toda la casa de Israel lloraba y deseaba regresar al SEÑOR. 3 Samuel dijo al pueblo de Israel: "Si ustedes regresan al SEÑOR de todo corazón, y quitan los dioses extraños y a Astarot de entre ustedes, si vuelven sus corazones al SEÑOR y lo adoran sólo a Él, los salvará de la mano de los Filisteos." 4 Entonces, el pueblo de Israel quitó a los Baales y a Astarot y adoraron sólo al SEÑOR. 5 Luego Samuel dijo: "Reúnan a todo Israel en Mizpa, y yo oraré al SEÑOR por ustedes". 6 Ellos se reunieron en Mizpa, sacaron agua y la derramaron delante del SEÑOR. Ayunaron ese día y dijeron: "Hemos pecado contra Él SEÑOR." y allí juzgó Samuel al pueblo de Israel. 7 Cuando los Filisteos escucharon que el pueblo de Israel estaba reunido en Mizpa, los gobernantes de los Filisteos atacaron a Israel. Cuando el pueblo de Israel escuchó esto, tuvieron miedo de los Filisteos. 8 Entonces la gente de Israel dijo a Samuel: "No dejes de orar por nosotros al SEÑOR, para que Él nos salve de la mano de los Filisteos. 9 Samuel tomó un cordero lactante y lo ofreció como un sacrificio al SEÑOR. Luego Samuel oró al SEÑOR de Israel, y El SEÑOR le respondió. 10 Mientras Samuel ofrecía el sacrificio, los Filisteos se acercaron para atacar a Israel; pero la voz de El SEÑOR tronó con un fuerte sonido ese día en contra de los Filisteos y los atemorizó, y así fueron derrotados ante Israel. 11 Los hombres de Israel se fueron de Mizpa, persiguieron a los Filisteos y los hirieron mas allá de Bet Car. 12 Luego Samuel tomó una piedra y la puso entre Mizpa y Sen. El nombró aquel lugar Ebenezer, diciendo: "Hasta aquí El SEÑOR nos ha ayudado". 13 Entonces los Filisteos fueron dominados y ellos no cruzaron la frontera de Israel. La mano del SEÑOR estuvo en contra de los Filisteos todos los días que Samuel vivió. 14 Las ciudades que los Filisteos tomaron de Israel fueron regresadas a Israel, desde Ecrón hasta Gat; Israel recuperó su territorio de mano de los Filisteos. Entonces, hubo paz entre Israel y los Amorreos. 15 Samuel juzgó a Israel todos los días de su vida. 16 Cada año el visitaba desde Bethel a Gilgal y hasta Mizpa. El juzgaba a Israel en todos esos lugares. 17 Entonces, él volvía a Rama, porque su casa estaba ahí; y también ahí él juzgaba a Israel. Él, además, construyó ahí un altar para El SEÑOR.

8

1 Cuando Samuel se hizo viejo, él nombró a sus hijos jueces sobre Israel. 2 El mayor de sus hijos se llamaba Joel, y el nombre de su segundo hijo era Abías. Ellos eran jueces en Beerseba. 3 Sus hijos no siguieron el ejemplo de su padre y desobedecieron a Dios, si no que andaban detrás del dinero y regalos deshonestos, y no hacían justicia. 4 Entonces todos los ancianos de Israel se reunieron con Samuel en Ramá. 5 Y le dijeronl: "Mira, tu eres viejo, y tus hijos no siguen tu ejemplo. Danos un rey que nos juzgue a nosotros como en todas las naciones." 6 Esto no le gustó a Samuel cuando dijeron: "Danos un rey para que nos juzgue." Así que Samuel oró al SEÑOR. 7 El SEÑOR dijo a Samuel: "Dále a tu pueblo lo que pide; porque ellos no te han despreciado a ti, sino que me han despreciado a Mí como su Rey. 8 Se comportan ahora, igual como lo hicieron el día que YO los liberé de Egipto, despreciándome y adorando otros dioses, y así también hacen contigo. 9 Así que hazles caso; pero adviérteles y hazles saber de que forma el rey gobernará sobre ellos. 10 Así que, Samuel dijo todas las palabras del SEÑOR al pueblo que pedía un rey. 11 Dijo: "Esta es la forma como el rey gobernará sobre ustedes. Él tomara de ustedes hijos y los escogerá para sus carros de guerra, para ser sus jinetes ó para correr al frente de sus carros de guerra. 12 Escogerá capitanes para miles de soldados, y capitanes de cincuenta soldados. Él hará a algunos arar sus tierras, algunos cosechadores, y otros cuantos para hacer armas de guerra y equipo para sus carros de guerra. 13 Tomará de ustedes, sus hijas para hacer perfumes, cocineras, y panaderas. 14 Tomará lo mejor de sus tierras, sus viñedos, y sus huertos de olivo, y se los dará a sus sirvientes. 15 Tomará el diez por ciento de sus granos y de sus viñedos y los dará a sus oficiales y sirvientes. 16 Tomará de ustedes los mejores sirvientes y sirvientas, sus mejores hombres jóvenes y sus burros; los pondrá a trabajar a todos para él. 17 El tomará el diez por ciento de sus rebaños y ustedes serán sus esclavos. 18 Entonces, en ese día, se quejarán con llanto por el rey que ustedes escogieron para ustedes mismos; pero Él SEÑOR no les contestara ese día. 19 Pero el pueblo se rehusó a escuchar a Samuel; Dijeron: "¡No! Queremos un rey sobre nosotros 20 para así poder ser iguales que las otras naciones, y para que nuestro rey nos juzgue y vaya al frente de nosotros y luche nuestras batallas. 21 Cuando Samuel escuchó todas las palabras del pueblo, él repitió estas palabras en oración al SEÑOR. 22 El SEÑOR dijo a Samuel: "hazles caso y elige un rey para ellos" Así que Samuel dijo a los hombres de Israel: "todo hombre debe regresar a su ciudad."

9

1 Había un hombre de la tribu de Benjamín, un hombre poderoso. Su nombre era Cis, hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, el hijo de un Benjamita. 2 El tenía un hijo llamado Saúl, un joven de buen parecer. No había otro hombre entre la gente de Israel que fuera más hermoso que él. Desde sus hombros hacia arriba él era más alto que las otras personas. 3 Los burros de Cis, padre de Saúl, estaban perdidos. Así que, Cis le dijo a su hijo Saúl: "Lleva uno de los sirvientes contigo; prepárense y vayan y busquen los burros. 4 Entonces Saúl pasó a través de la región montañosa de la ciudad de Efrain y fue a través de la tierra de Salisa, pero ellos no los encontraron. Luego pasaron por la tierra de Saalim, pero no estaban ahí. Después él pasó a través de la tierra de los Benjamitas, pero ellos no los encontraron. 5 Cuando ellos llegaron a la tierra de Zuf, Saúl dijo a su sirviente que estaba con él: "Ven, regresemos, o mi padre dejará de preocuparse por los burros y comenzará a preocuparse por nosotros. 6 ''Pero el sirviente le dijo: "Escucha, hay un hombre de DIOS en esta ciudad. Él es un hombre de honor; todo lo que él dice se hace realidad. Permítenos ir ahí, tal vez él nos diga qué camino podríamos tomar en nuestro viaje." 7 Luego Saúl le dijo a su sirviente: "Pero si vamos, ¿qué podemos darle al hombre? Porque nuestro pan se ha terminado, y no tenemos ningún regalo para darle al hombre de DIOS. ¿Qué tenemos nosotros?" 8 El sirviente respondió a Saúl y dijo: "Aquí tengo conmigo unos tres gramos de plata que daré al hombre de Dios, para que nos diga por cuál camino deberíamos ir". 9 (Antiguamente en Israel, cuando un hombre iba a consultar a Dios, el decía: "Ven, vayamos con el vidente." El profeta de hoy era llamado vidente.) 10 Después Saúl dijo a su sirviente: "Bien dicho. Ven, vayamos". Entonces, ellos subieron a la ciudad donde estaba el hombre de Dios. 11 Cuando ellos subieron las colinas a la ciudad, ellos encontraron unas mujeres jóvenes que regresaban de sacar agua; Saúl y su sirviente les dijeron, "¿Está aquí el vidente?" 12 Ellas respondieron: "Aquí está; miren, él está enfrente de ustedes. Dénse prisa, él está yendo a la ciudad, porque el pueblo está sacrificando en el lugar alto. 13 Tan pronto como entren a la ciudad, lo encontrarán, antes que él se vaya al lugar alto a comer. El pueblo no comerá hasta que él llegue, porque él bendecirá el sacrificio; después comerán los invitados. Ahora vayan, para que lo encuentren de inmediato". 14 Entonces ellos subieron a la ciudad. Mientras entraban en la ciudad, vieron a Samuel que venía hacia ellos, para subir al lugar alto. 15 Ahora, el día antes que Saúl viniera, el SEÑOR le había revelado a Samuel: 16 "Mañana a esta hora YO te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín, y tú lo ungirás para que sea el principe sobre Mi pueblo Israel. Él salvará Mi pueblo de la mano de los filisteos. Porque he mirado a Mi pueblo con compasión, porque su clamor ha llegado delante de Mí." 17 Cuando Samuel vio a Saúl, El SEÑOR le dijo: "¡Ahí está el hombre que te he dicho! Él es quien gobernará sobre mi pueblo." 18 Entonces, Saúl se acercó a Samuel en la puerta y dijo: "Dime: ¿dónde está la casa del vidente?" 19 Samuel respondió a Saúl y dijo: "Yo soy el vidente. Sube delante de mí al lugar alto, pues hoy comerás conmigo. En la mañana yo te dejaré ir, y te diré todo lo que esta en tu corazón. 20 No te preocupes por los burros que se perdieron hace tres días, porque esos han sido encontrados. ¿Sobre quien están puestos todos los deseos de Israel? No es sobre ti y sobre todos los de la casa de tu padre?" 21 Saúl respondió y dijo: "¿No soy yo un benjamita, de la mas pequeña de las tribus de Israel? ¿No es mi familia la última de las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué entonces me hablas de esta forma? 22 Entonces Samuel tomó a Saúl y a su siervo, los llevó a la sala, y los sentó a ellos a la cabecera de aquellos que fueron invitados, que eran unas treinta personas. 23 Samuel dijo al cocinero: "Trae la porción que te di, de la cual te dije: 'Pon aparte.'" 24 Entonces el cocinero tomó el pernil que había sido ofrecido en sacrificio y lo que iba con el, y lo sirvió delante de Saúl. Luego, Samuel dijo: "¡Mira lo que ha sido reservado para tí! Come, porque esto fue guardado para ti, para esta ocasión; desde el momento en que dije: "He invitado al pueblo". Así que Saúl comió con Samuel ese día. 25 Cuando bajaron del lugar alto a la ciudad, Samuel habló con Saúl en la terraza. 26 Entonces al amanecer, Samuel llamó a Saúl en la terraza y dijo: "Levántate, para que te despida". Entonces Saúl se levantó, y ambos, él y Samuel salieron a la calle. 27 Mientras se dirigían a las afueras de la ciudad, Samuel dijo a Saúl: "Di al sirviente que vaya delante de nosotros (y el fue adelante), pero tu quédate, para que yo pueda darte el mensaje de DIOS para ti."

10

1 Entonces, Samuel tomó un frasco de aceite, dejó caer aceite sobre la cabeza de Saúl, y le besó diciendo: "¿No es El SEÑOR el que te ha ungido como gobernante sobre su pueblo? 2 Cuando me dejes hoy, encontrarás a dos hombres junto a la tumba de Raquel, en el territorio de Benjamín de Selsa. Ellos te dirán: "Los burros que andabas buscando, los encontramos. Tu padre ha dejado de preocuparse por los burros, y ahora está preocupado por ti, diciendo: "¿Qué debo hacer con mi hijo? 3 Entonces, irás más lejos de allí, y llegarás a la encina de Tabor. Allí te encontrarás con tres hombres que van a adorar a DIOS en Betel, uno cargando tres cabritos jóvenes, otro cargando tres pedazos de pan, y otro cargando un odre con vino. 4 te saludarán y te darán dos pedazos de pan, los cuales tomarás de sus manos. 5 Después de eso, tu irás a la montaña de Dios, donde está la guarnición de los Filisteos. Cuando llegues a la ciudad, te encontrarás con un grupo de profetas bajando de los lugares altos con arpa, tambor, flauta y lira; ellos estarán profetizando. 6 El Espíritu del SEÑOR vendrá rápido sobre ti, y profetizarás con ellos, y serás cambiado en un hombre diferente. 7 Cuando todas estas señales vengan a ti, haz lo que venga a tus manos hacer, pues DIOS está contigo. 8 Ven a reunirte conmigo en Gilgal. Entonces yo iré a ti, para quemar ofrendas y a sacrificar ofrendas de paz. Espera siete días hasta que yo vaya a reunirme contigo para decirte lo que debes hacer. 9 Cuando Saúl se dio vuelta para dejar a Samuel, Dios le dio otro corazón. Entonces todas las señales se cumplieron ese día. 10 Cuando llegaron a la montaña, un grupo de profetas se juntaron, y el Espíritu de DIOS rápidamente descendió sobre él para que profetizara con ellos. 11 Los que le habían conocido antes observaron que profetizaba con los profetas, las personas se empezaron a decir entre ellos: "¿Qué le ha pasado al hijo de Cis? ¿Es Saúl uno de los profetas ahora?'' 12 Un hombre del mismo lugar contestó: "¿Y quién es su padre?" Por esto, se convirtió en un dicho: "¿Es Saúl uno de los profetas?" 13 Cuando terminó de profetizar, se fue al lugar alto. 14 Entonces, el tío de Saúl le dijo a él y a su sirviente: "¿A dónde te fuiste? y él respondió: " A buscar a los burros; cuando no los encontramos, fuimos a ver a Samuel." 15 El tío de Saúl dijo: "Por favor, dime lo que Samuel te dijo." 16 Saúl le respondió a su tío: "Él nos dijo claramente que los burros habían sido encontrados." Pero él no le dijo a su tío sobre el tema del reino, del cual Samuel le habló. 17 Después, Samuel reunió al pueblo ante el SEÑOR en Mizpa; 18 dijo al pueblo de Israel: "Esto es lo que El SEÑOR, El DIOS de Israel dice: Yo liberé a Israel de Egipto, los rescaté de la mano de los Egipcios, y de las manos de todos los reinos que los oprimían.' 19 Pero hoy, ustedes han rechazado a su DIOS, quien los salva de todos sus males y sus angustias; diciéndole: 'Elige un rey sobre nosotros.' Así que preséntense delante del SEÑOR por sus tribus y sus familias." 20 Samuel hizo que se acercaran todas las tribus de Israel y la tribu de Benjamín fue elegida. 21 De la tribu de Benjamín hizo que se acercaran a el por familias; y la familia de los Matrí fue elegida, y Saúl hijo de Cis fue escogido. Pero cuando le buscaron, no lo encontraron. 22 Entonces, el pueblo quiso hacerle a Dios más preguntas: "¿Ya llegó el hombre?" Él SEÑOR contestó: "Él se ha escondido entre el equipaje. 23 ''Entonces corrieron y sacaron a Saúl del lugar. Cuando se paró en medio del pueblo, era más alto que todos, de los hombros para arriba. 24 Entonces, Samuel dijo al pueblo: "¿Han visto al hombre a quien Él SEÑOR ha escogido? ¡No hay nadie como él entre todo el pueblo! El pueblo grito: "¡Larga vida al rey!" 25 Entonces, Samuel dijo al pueblo las costumbres y reglas del reino, las escribio en un libro, y las presentó ante Él SEÑOR. Samuel entonces, despidió todo el pueblo, cada hombre fue a su propia casa. 26 Saúl también regresó a su casa en Guibeá, y con el algunos hombres fuertes, cuyos corazones DIOS tocó. 27 Pero algunos hombres malvados dijeron: "¿Cómo puede este hombre salvarnos?" Estas personas despreciaban a Saúl y no le llevaron ningún regalo. Pero Saúl permaneció en silencio.

11

1 Entonces Nahas el Amonita fue y rodeó a Jabes de Galaad y todos los hombres de Jabes dijeron a Nahas, "haz un pacto con nosotros y te serviremos." 2 Nahas el amonita respondió: "Con esta condición haré pacto con ustedes, que yo saque el ojo derecho a todos ustedes, y de esta forma traiga desgracia sobre todo Israel.'' 3 Entonces los ancianos de Jabes le respondieron: "Déjanos solos por siete días, para poder enviar mensajeros a todos los territorios de Israel. Entonces, si no hay nadie quien nos salve nos rendirémos delante de ti." 4 Los mensajeros llegaron a Guibeá, donde Saúl vivía, y dijeron al pueblo lo que habia pasado. Todo el pueblo lloró a gritos. 5 Saúl venía del campo detrás de los bueyes. Saúl dijo: "¿Qué le pasa al pueblo que está llorando?" Ellos le dijeron a Saúl lo que los hombres de Jabes habían dicho. 6 Cuando Saúl escuchó lo que ellos decían, Él Espíritu de DIOS descendió rápidamente sobre él, y él se enojó mucho. 7 tomó un par de bueyes, los cortó en pedazos y los envió por todos los territorios de Israel con los mensajeros. Él dijo: "Cualquiera que no salga a pelear delante de Saúl y Samuel, así se les hará a sus bueyes." Así que el terror del SEÑOR cayó sobre los pueblos y ellos se juntaron como un solo hombre. 8 Cuando Saúl los contó en Bezec, la gente de Israel eran trescientos mil, y los hombres de Judá treinta mil. 9 Ellos dijeron a los mensajeros que vinieron: "Les dirán a los hombres de Jabes de Galaad: 'Mañana, cuando caliente el sol serán rescatados.'" Así que los mensajeros fueron y lo dijeron a los hombres de Jabes y ellos se alegraron. 10 Entonces los hombres de Jabes dijeron a los de Nahas: "Mañana nos rendiremos a ustedes, y pueden hacer lo que les parezca bien con nosotros." 11 Al siguiente día, Saúl separó al pueblo en tres grupos. Y entraron al campamento durante la madrugada y atacaron y derrotaron a los Amonitas hasta el calor del día. Aquellos que sobrevivieron fueron dispersados, así no quedaron dos de ellos juntos. 12 Entonces el pueblo dijo a Samuel: "¿Quién fue el que dijo? '¿Saúl gobernará sobre nosotros?' trae a los hombres para matarlos." 13 Pero Saúl dijo: "Nadie debe morir hoy, porque hoy El SEÑOR ha salvado a Israel." 14 Entonces Samuel dijo al pueblo: "Vengan, iremos a Gilgal y renovemos el reino allí. 15 ''Así que el pueblo fue a Gilgal e hicieron a Saúl rey delante del SEÑOR en Gilgal. Allí ellos sacrificaron ofrendas de paz delante del SEÑOR y Saúl y todos los hombres de Israel se alegraron grandemente.

12

1 Samuel dijo a todo Israel: "He escuchado todo lo que me dijeron, y he puesto un rey sobre ustedes. 2 Ahora, aquí está el rey caminando ante ustedes; yo soy viejo y lleno de canas, y mis hijos están con ustedes. He caminado delante de ustedes desde mi juventud hasta hoy. 3 Aquí estoy; declaren contra mí, ante El SEÑOR y ante su ungido. ¿Qué bueyes he tomado? o ¿Qué burras he tomado? ¿A quién he defraudado? ¿A quién he oprimido? ¿De qué mano he tomado un regalo deshonesto para cegar mis ojos? Declaren en contra mía y yo se los restituiré." 4 Ellos dijeron: "No no has engañado, oprimido, o robado nada de mano de ningún hombre." 5 Él les dijo a ellos: "El SEÑOR es testigo en contra de ustedes, y su ungido es testigo hoy de que ustedes no encontraron nada en mi mano". Y ellos respondieron: "El SEÑOR es testigo." 6 Samuel dijo al pueblo: "Es El SEÑOR quien estableció a Moisés y Aarón, y quien trajo a sus padres de la tierra de Egipto. 7 Ahora pues, preséntense a sí mismos, delante del SEÑOR, para que yo discuta con ustedes respecto a todas las cosas buenas que el SEÑOR hizo para ustedes y para sus padres. 8 Cuando Jacob vino a Egipto, y sus padres clamaron al SEÑOR. El SEÑOR envió a Moisés y Aarón, quienes dirigieron a sus padres fuera de Egipto y ellos los llevaron a este lugar. 9 Pero ellos olvidaron al SEÑOR su DIOS; y fueron entregados a mano de Sísara, capitán del ejército de Hazor, a mano de los Filisteos, y a mano del rey de Moab; todos estos pelearon con sus antepasados. 10 Ellos clamaron al SEÑOR y dijeron: 'Nosotros hemos pecado, porque hemos abandonado al SEÑOR y hemos servido a Baales y a Astarot. Pero ahora líbranos del poder de nuestros enemigos, y nosotros te serviremos.' 11 Entonces El SEÑOR envió a Jerobaal, a Bedán, a Jefté y a Samuel, y les dio la victoria sobre sus enemigos alrededor de ustedes, así que vivieron en seguridad. 12 Cuando ustedes vieron que Nahas el rey del pueblo de los Amonitas vino en su contra, me dijeron: '¡No! Mejor que reine un rey sobre nosotros', a pesar de que El SEÑOR, su DIOS, era su rey. 13 Ahora aquí está el rey a quien ustedes eligieron, quien ustedes pidieron y quien El SEÑOR nombró como rey sobre ustedes. 14 Si ustedes temen al SEÑOR, sírvanle, obedezcan su voz, y no se rebelen en contra del mandato de Dios, entonces, ambos, ustedes y el rey quien reina sobre ustedes, serán seguidores del SEÑOR su DIOS. 15 Si ustedes no obedecen la voz del SEÑOR, sino que se rebelan en contra de los mandatos del SEÑOR, la mano del SEÑOR será en contra de ustedes, como fue en contra de sus padres. 16 Incluso ahora ustedes mismos vean esta gran cosa que el SEÑOR hará ante sus ojos. 17 ¿No es ahora la cosecha del trigo? Clamaré al SEÑOR para que Él envíe truenos y lluvia. Entonces, ustedes sabrán y verán que su maldad es grande, a la vista del SEÑOR, al pedir para ustedes un rey." 18 Entonces Samuel oró al SEÑOR; y ese mismo día El SEÑOR envió truenos y lluvia. Luego todo el pueblo tuvo miedo del SEÑOR y de Samuel. 19 Entonces, toda la gente dijo a Samuel: "Ora por tus sirvientes al SEÑOR tu Dios, para que no muramos. Porque nosotros añadimos a todos nuestros pecados este mal, de pedir un rey sobre nosotros. 20 Samuel respondió: "No tengan miedo. Ustedes han hecho todo este mal, pero no se aparten del SEÑOR, sirvan al SEÑOR con todo su corazón. 21 No se aparten detrás de cosas falsas que ni sirven ni salvan a ustedes, porque esas cosas son inútiles. 22 Por causa de su gran nombre, el SEÑOR no rechazará a su pueblo, porque El SEÑOR se alegra al tomarlos como pueblo Suyo. 23 Por mi parte, lejos esté de mí pecar contra el SEÑOR, dejando de orar por ustedes, en lugar de ello, les enseñaré lo que es bueno y recto. 24 Sólo teman al SEÑOR y sírvanle en verdad con todo su corazón. Vean las grandes cosas que hizo por ustedes. 25 Pero si siguen en hacer el mal, ustedes y su rey serán destruídos.

13

1 Saúl tenía treinta años de edad cuando comenzó a reinar; cuando él había gobernado cuarenta años sobre Israel, 2 él escogió tres mil hombres de Israel. Dos mil estaban con él en Micmas y en las montañas de Betel, Mientras que mil hombres estaban con Jonatán en Geba de Benjamín. Al resto de los soldados los envió a casa, cada uno a su tienda. 3 Jonatán derrotó al ejército de los Filisteos que estaban en Geba y los Filisteos escucharon esto. Así que Saúl sonó trompeta por todo lugar, diciendo: "Escuchen Hebreos." 4 Israel escuchó que Saúl había derrotado al ejército de los Filisteos, y también que Israel era odioso para los Filisteos. Así que los soldados fueron llamados para juntarse con Saúl en Gilgal. 5 Los Filisteos se agruparon para pelear contra Israel: tres mil carros de batalla, seis mil hombres para manejar los carros de batalla, y tropas numerosas como la arena de la orilla del mar. Ellos subieron y acamparon en Micmas, al este de Bet Avén. 6 Cuando los hombres de Israel se dieron cuenta que estaban en problemas -el pueblo estaba afligido, se escondó en cuevas, debajo de matorrales, en las rocas, en pozos y en hoyos. 7 Algunos de los hebreos fueron sobre el Jordán a las tierras de Gad y de Galaad. Pero Saúl permanecía en Gilgal y todo el pueblo lo seguía con gran miedo. 8 El esperó siete días, el tiempo que Samuel había establecido. Pero Samuel no llegó a Gilgal, y las personas se separaban de Saúl. 9 Saúl dijo: "Traigan las ofrendas quemadas y las ofrendas de paz." Así que él ofreció las ofrendas quemadas. 10 pronto como él terminó de ofrecer las ofrendas quemadas Samuel llegó. Samuel fue a encontrarse con él y a saludarlo. 11 Entonces Samuel dijo: "¿Qué es lo que has hecho? Saúl respondió: "Cuando vi que el pueblo me dejaba, y que tú no llegabas en el tiempo acordado, y que los filisteos se habían establecido en Micmas, 12 yo dije: 'Ahora los filisteos bajarán contra mí en Gilgal, y no he implorado el favor del SEÑOR.' Así que me obligué a ofrecer las ofrendas quemadas." 13 Entonces Samuel dijo a Saúl: "has actuado como un tonto. Tú no has obedecido el mandato que el SEÑOR tu DIOS te dió. 14 Pues fue El SEÑOR quien estableció tu gobierno sobre Israel por siempre. Pero ahora tu reinado no seguirá. El SEÑOR ha buscado a un hombre conforme a su corazón, Y El SEÑOR lo ha escogido a él para ser príncipe sobre su pueblo, porque tú no obedeciste lo que Él te ordenó." 15 Después Samuel se levantó y subió de Gilgal a Guibea de Benjamín. Después Saúl contó a los hombres que estaban presentes con él, como seiscientos hombres. 16 Saúl, su hijo Jonatán y la gente que estaba presente con ellos, se quedaron en Geba de Benjamín. Pero los Filisteos acampaban en Micmas. 17 Asaltantes venían del campamento de los Filisteos en tres grupos. Un grupo fue a Ofra a la tierra de Sual. 18 Otro grupo fue a Bet Horón y otro grupo fue a los bordes con vista al valle de Zeboim hacia el desierto. 19 No había ni un herrero por todos los alrededores de Israel, porque los filisteos decían: "De otro modo los hebreos harían espadas o lanzas para ellos mismos." 20 Todos los hombres de Israel dependían de los filisteos para afilar su escardilla, su pico, su hacha y su hoz. 21 El precio era dos tercios de granos de siclos por la escardilla, y el pico, y un tercio de grano de plata por afilar hachas y por arreglar las hoces. 22 Así que, en el día de batalla, no se encontraba espada o lanza en las manos de ningún soldado que estaba con Saúl y Jonatán; solamente Saúl y su hijo Jonatán tenían espadas. 23 El ejército de los filisteos salió para atravezar el paso de Micmas.

14

1 Un día, Jonatán hijo de Saúl, dijo a su joven escudero: "Ven vamos al otro lado, al campamento de los Filisteos." Pero él no le dijo a su padre. 2 Saúl estaba en los límites de Guibeá, debajo del árbol de granadas que estaba en Migrón. Con él estaban cerca de seiscientos hombres, 3 incluido Ahías, hijo de Ahitob, hijo de Finees, hijo de Elí, el sacerdote del SEÑOR en Silo, quien vestía ropas sacerdotales. El pueblo no sabía que Jonatán se había ido. 4 En el paso, por el que Jonatán intentaba cruzar el campamento de los Filisteos, había un barranco rocoso a un lado y un barranco rocoso al otro lado. El nombre de un barranco era Boses y el nombre del otro era Sene. 5 Uno de los barrancos inclinados se levantaba en el norte de la frontera de Micmas, y el otro al sur frente a Geba. 6 Jonatán dijo al joven escudero: "Ven, vamos a cruzar el campamento de estos incircuncisos. Quizá El SEÑOR obre en nuestro favor, ya que nada puede detener al SEÑOR para salvarnos de mano de mucha o de poca gente." 7 Su escudero respondió: "Haz lo que hay en tu corazón. Sigamos adelante, yo estoy contigo para obedecer todos tus mandatos." 8 Jonatán dijo: "Nosotros cruzaremos a donde están estos hombres, y nos mostraremos a ellos. 9 Si ellos nos dicen: 'Esperen ahí hasta que nosotros lleguemos hasta ustedes' entonces nosotros nos quedaremos en nuestro lugar y no cruzaremos a ellos. 10 Pero si ellos responden: 'Vengan hacia nosotros', entonces nosotros cruzaremos a ellos: porque El SEÑOR los ha entregado en nuestras manos. Esta será la señal para nosotros. 11 Cuando ambos se mostraron al ejército de los Filisteos. Los Filisteos dijeron: "Miren, los hebreos salen de las cuevas donde ellos estaban escondidos." 12 Entonces los hombres del ejército gritaron a Jonatán y a su escudero, y dijeron: "Vengan hacia nosotros, y les mostraremos algo." Jonatán dijo a su escudero: "Sigue después de mi porque El SEÑOR los ha entregado en las manos de Israel". 13 Jonatán escaló con sus manos y pies, y su escudero siguió detrás de él. Los Filisteos caían muertos ante Jonatán, y su escudero mataba a los que venían detrás de él. 14 En ese primer ataque que Jonatán y su escudero hicieron, asesinaron cerca de veinte hombres dentro de un área de quince metros cuadrados de tierra. 15 Hubo terror en el campamento, en los campos y entre el pueblo. Aún los soldados y los guerreros tuvieron miedo. La tierra tembló, y hubo un gran pánico. 16 Entonces, los vigilantes de Saúl en Guibeá de Benjamín vieron que la multitud de soldados Filisteos estaba dispersa, y ellos estaban yendo de un lado a otro. 17 Entonces Saúl dijo al pueblo que estaba con él: "Cuenten y vean quién falta entre nosotros." Cuando ellos contaron, Jonatán y su escudero faltaban. 18 Saúl dijo a Ahías: "Trae el arca de Dios aquí" (en aquel tiempo el arca estaba con los Israelitas.) 19 Mientras Saúl hablaba con el sacerdote, la conmoción en el campamento de los Filisteos continuaba y se incrementaba. Entonces Saúl dijo al sacerdote, "Saca tu mano." 20 Saúl y todo el pueblo que estaba con él, se reunió y fueron a la batalla. Cada espada de los Filisteos fue en contra de sus compañeros de guerra, y hubo una gran confusión. 21 Aquellos hebreos quienes habían estado con los Filisteos, y quienes se habían ido con ellos al campamento, incluso ellos, se unieron con los Israelitas que estaban con Saúl y Jonatán. 22 Cuando todos los hombres de Israel quienes se mantuvieron encubiertos en las colinas cerca de Efraín, escucharon que los Filisteos estaban huyendo, incluso ellos los persiguieron detrás en batalla. 23 Entonces El SEÑOR salvó a Israel ese día, y la batalla llegó más alla de Bet Avén. 24 Ese día los hombres de Israel estaban afligidos porque Saúl había puesto al pueblo bajo juramento diciendo: "Maldito sea el hombre que coma antes del anochecer y yo sea vengado sobre mis enemigos." Así que nadie de sus tropas probó alimento. 25 Entonces todo el pueblo entró en el bosque y había miel sobre la tierra. 26 Cuando el pueblo entró al bosque, la miel fluía, pero nadie llevó su mano a su boca porque el pueblo tenía miedo de la maldición. 27 Pero Jonatán no había escuchado que su padre había puesto al pueblo bajo juramento. Él extendió la punta de la lanza que tenía en su mano y la sumergió en el panal. Él llevó su mano a su boca, y sus ojos brillaron. 28 Entonces uno del pueblo respondió: "Tu padre puso estrictamente al pueblo bajo juramento, diciendo: 'Maldito sea el hombre que coma en este día', aun cuando el pueblo era débil por causa del hambre." 29 Jonatán dijo: "Mi padre ha traído dificultades a esta tierra. Mira como mis ojos se han vuelto brillantes porque probé un poco de esta miel. 30 ¿Cuánto más si el pueblo hubiera comido libremente hoy del botín que hallaron de sus enemigos? Porque ahora la matanza no ha sido buena entre los Filisteos". 31 Ellos atacaron a los Filisteos ese día desde Micmas hasta Ajalon. El pueblo estaba muy cansado. 32 Se apresuró deseoso sobre el botín y tomaron ovejas, bueyes y corderos, y los mataron en el suelo. El pueblo los comió junto con la sangre. 33 Después ellos dijeron a Saúl: "Mira, el pueblo está pecando en contra del SEÑOR porque están comiendo junto con la sangre". 34 Saúl dijo: "Han actuado infielmente. Ahora, rueden una gran piedra hasta aquí para mí." Saúl dijo: "Salgan entre el pueblo y díganles, "Todo hombre traiga su buey y su oveja, mátenlos aquí y coman. No pequen de nuevo contra el SEÑOR comiendo junto con la sangre''. Entonces cada uno del pueblo trajo su buey con él esa noche y los mataron allí. 35 Saúl construyó un altar al SEÑOR, el cual fue el primer altar que él construyó para El SEÑOR. 36 Luego Saúl dijo: "Persigamos esta noche a los Filisteos y despojémosles hasta la mañana. No dejémos ninguno de ellos con vida". Ellos respondieron: "Hágase como mejor te parezca". Pero el sacerdote dijo: "Acerquémonos a Dios aquí." 37 Saúl quiso consultar a Dios con más preguntas, "¿Debería de persigir a los Filisteos? ¿Los entregarás en las manos de Israel? Pero Dios no le respondió ese día. 38 Entonces Saúl dijo: "Acérquense todos los líderes del pueblo; conozcan y miren como este pecado ha sucedido hoy. 39 Porque vive El SEÑOR quién salva a Israel, aún si este pecado está en mi hijo Jonatán, él seguramente morirá." Pero ninguno de los hombres dentro de todo el pueblo le respondió. 40 Después él dijo a todo Israel: "Ustedes están en un lado, y yo y mi hijo Jonatán estaremos en el otro." El pueblo dijo a Saúl: "Haz como mejor te parezca." 41 Por tanto Saúl dijo al SEÑOR, el Dios de Israel: "Muestra el Tumim." Jonatán y Saúl fueron elegidos por suerte, y el pueblo se libró de ser escogido. 42 Entonces Saúl dijo: "Echen suertes entre mi hijo Jonatán y yo." Entonces Jonatán fue elegido por suerte. 43 Entonces Saúl dijo a Jonatán: "Dime lo que has hecho" Jonatán le dijo: "He probado un poco de miel con la punta de la vara que estaba en mi mano. Aquí estoy; Moriré''. 44 Saúl dijo: "Dios haga esto y más también para mí, si tú no mueres, Jonatán." 45 Entonces el pueblo dijo a Saúl: "Debería morir Jonatán, quien ha completado esta gran victoria para Israel? No sea así. Conforme vive El SEÑOR que ninguno de los cabellos de su cabeza caiga al suelo porque él ha trabajado con Dios hoy." Entonces el pueblo rescató a Jonatán para que él no muriera. 46 Entonces Saúl dejó de preseguir a los Filisteos, y los Filisteos fueron a su propia tierra. 47 Cuando Saúl comenzó a gobernar sobre Israel, peleó en contra de todos sus enemigos en cada sitio. Él peleó contra Moab, el pueblo de Ammon, Edom, los reyes de Soba, y los Filisteos. Donde quiera que él volteaba, él causaba daño en ellos. 48 Él actuaba con gran valor y derrotó a los Amalecitas. Él salvó a Israel de mano de aquellos quienes los habían saqueado. 49 Los hijos de Saúl fueron Jonatán, Isúi, y Malquisúa. Los nombres de sus dos hijas fueron Merab, la mayor, y Mical, la menor. 50 El nombre de la esposa de Saúl fue Ahinoam; ella fue la hija de Ahimaas. El nombre del capitán de su ejercito fue Abner hijo de Ner, tío de Saúl. 51 Cis fue el padre de Saúl; y Ner, el padre de Abner, era el hijo de Abiel. 52 Hubo fuerte guerra en contra de los Filisteos todos los días de Saúl. Cuando Saúl veía algún hombre fuerte o algún hombre valiente, lo unía a él.

15

1 Samuel dijo a Saúl: "El SEÑOR me envió para elegirte rey sobre el pueblo de Israel. Ahora escucha las palabras del SEÑOR. 2 Esto es lo que el SEÑOR de los ejércitos dice: 'Yo me he dado cuenta de lo que Amalec hizo en Israel oponiéndose a mi pueblo en su camino, cuando venian de Egipto. 3 Ahora ve y ataca a Amalec y destruye completamente todo lo que tienen. No tengas misericordia, pero mata a ambos, hombre y mujer, niño y bebé, buey y oveja, camello y burro. 4 Saúl reunió al pueblo y los contó en la ciudad de Telaim: Doscientos mil hombres a pie, y diez mil hombres de Juda. 5 Entonces, Saúl llegó a la ciudad de Amalec y esperó en el valle. 6 Entonces Saúl dijo a los Quenitas: "Salgan, apártense de los Amalecitas, para que no los destruya con ellos. Porque tu has mostrado bondad a todo el pueblo de Israel, cuando ellos vinieron de Egipto." Así que los Quenitas salieron lejos de los Amalecitas. 7 Entonces Saúl atacó a los Amalecitas desde Havila hasta Shur, que está al oriente de Egipto. 8 Saúl tomó vivo a Agag, rey de los Amalecitas; él destruyó completamente a todo el pueblo a filo de espada. 9 Saúl y el pueblo preservaron a Agag, al igual que lo mejor de las ovejas, los bueyes, el ganado gordo, y los corderos. Todo lo que era bueno, no lo destruyeron. Pero destruyeron completamente todo lo que era despreciable e inútil. 10 Entonces la palabra del SEÑOR vino a Samuel, diciendo: 11 "Lamento haber hecho rey a Saúl, porque se ha alejado de Mí y no ha obedecido Mis mandamientos." Samuel se conmovió tanto, que lloró al SEÑOR toda la noche. 12 Samuel se levantó muy temprano para encontrarse con Saúl en la mañana. A Samuel le dijeron: "Saúl vino a Carmel y levantó un monumento de él mismo, y luego volvió y bajó a Gigal." 13 Entonces Samuel vino a Saúl, y Saúl le dijo: "¡Bendito eres por El SEÑOR! Yo he cumplido el mandato del SEÑOR. 14 Samuel dijo: "¿Qué es entonces este bramido de ovejas en mis oídos, y el mugido de bueyes que escucho?" 15 Saúl respondió: "Ellos lo han traido de los Amalecitas. Porque el pueblo ha conservado lo mejor de las ovejas y los bueyes para sacrificar a El SEÑOR tu DIOS. El resto lo hemos destruido completamente." 16 Entonces Samuel dijo a Saúl: "Espera, y te diré lo que El SEÑOR me ha dicho esta noche." Saúl le dijo: "Habla". 17 Samuel dijo: "¿Aunque eras pequeño ante tus propios ojos, no fuiste hecho la cabeza sobre las tribus de Israel? El SEÑOR te ha ungido como rey sobre Israel; 18 Y el SEÑOR te ha enviado diciendo: 'Vé y destruye completamente a los pecadores, los Amalecitas, y pelea en contra de ellos hasta que estén destruidos''. 19 Por qué no has obedecido la voz del SEÑOR, en lugar de eso, tú has tomado el botín e hiciste lo que es abominable a los ojos del SEÑOR?" 20 Entonces Saúl le dijo a Samuel: "Yo si he obedecido la voz del SEÑOR, y he seguido en el camino que Él SEÑOR me envió. Yo he capturado a Agag, el rey de Amalec, y he destruido por completo a los Amalecitas. 21 Pero el pueblo tomó algo del botín, ovejas y bueyes, lo mejor de las cosas destinadas a destrucción, para sacrificar al SEÑOR tu DIOS en Gilgal." 22 Samuel respondió: "¿Acaso El SEÑOR se deleita más de ofrendas quemadas y sacrificios que de obedecer la voz del SEÑOR? Obediencia es mejor que sacrificio, y escuchar es mejor que la grasa de carneros. 23 La rebelión es como el pecado de adivinación, y la desobediencia es como maldad e idolatría. Porque has rechazado las palabras del SEÑOR, Él también te ha rechazado a ti para ser rey." 24 Entonces Saúl dijo a Samuel: "Yo he pecado; por que he desobedecido el mandato de El SEÑOR y tus palabras, porque tenía miedo del pueblo y obedecí su voz. 25 Ahora, por favor perdona mi pecado, y regresa conmigo para que yo pueda adorar al SEÑOR". 26 Samuel dijo a Saúl: "Yo no regresaré contigo; porque tú has rechazado la palabra del SEÑOR, y El SEÑOR te ha rechazado a ti para seguir siendo rey sobre Israel." 27 Tan pronto como Samuel se daba vuelta para irse, Saúl se agarró de su manto y el manto se rasgó. 28 Samuel le dijo: "El SEÑOR, hoy ha quitado de ti el reino de Israel y lo dará a otra persona, uno que es mejor que tú. 29 Además la Fuerza de Israel no miente ni cambia de parecer; porque Él no es hombre para cambiar de parecer." 30 Entonces Saúl dijo: "He pecado, pero por favor hónrame ahora ante los ancianos del pueblo y ante Israel. Regresa conmigo para que adore al SEÑOR tu DIOS." 31 Samuel regresó detrás de Saúl y Saúl adoró al SEÑOR. 32 Samuel dijo: "Trae a Agag el rey de los Amalecitas a mi." Agag llego a él atado con cadenas y dijo: "Seguramente la amargura de muerte ha pasado." 33 Samuel respondió: "Como tu espada ha dejado a las mujeres sin hijos, así tu debes morir dejando a tu madre sin hijo." Entonces Samuel cortó Agag en pedazos ante El SEÑOR en Gilgal. 34 Samuel fue a Ramá, y Saúl subió a su casa en Guibéa de Saúl. 35 Samuel no volvió a ver a Saúl hasta el día de su muerte, porque clamaba por Saúl. Y El SEÑOR estaba arrepentido de haber hecho a Saúl rey sobre Israel.

16

1 El SEÑOR dijo a Samuel: "¿Hasta cuando te afligirás por Saúl, desde que lo he rechazado como rey sobre Israel? Llena tu cuerno con aceite y ve. Te enviaré a Isaí de Belén, porque he escogido para Mí un rey de entre sus hijos." 2 Samuel dijo: "¿Cómo puedo ir yo? Si Saúl lo escucha, él me matará." El SEÑOR dijo: "Toma una vaca recién nacida contigo y dí, ''He venido a sacrificarla al SEÑOR''. 3 Llama a Isaí al sacrificio, y yo te mostraré que debes hacer. Tú ungirás por Mí a quién Yo te diga." 4 Samuel hizo como El SEÑOR dijo y fue a Belén. Los ancianos de la ciudad estaban temblando cuando ellos fueron a recibirlo y dijeron: "¿Vienes en paz?" 5 El dijo: "Vengo en paz; He venido para hacer sacrificio al SEÑOR. Conságrense al SEÑOR para el sacrificio y vengan conmigo." Entonces él apartó a Isaí y a sus hijos y los invitó al sacrificio." 6 Cuando ellos vinieron, él miró a Eliab y se dijo a sí mismo que el ungido del SEÑOR ciertamente estaba de pie ante él. 7 Pero El SEÑOR dijo a Samuel: "No mires su apariencia, o lo alto de su estatura; porque Yo lo he rechazado. Porque El SEÑOR no mira como mira el hombre; el hombre mira la apariencia exterior, pero El SEÑOR mira el corazón. 8 Entonces Isaí llamó a Abinadab, y lo hizo pasar ante Samuel. Y Samuel dijo: "Tampoco El SEÑOR ha elegido a éste." 9 Después Isaí hizo pasar a Sama. Y Samuel dijo: "Tampoco El SEÑOR ha elegido a éste." 10 Isaí hizo pasar a siete de sus hijos ante Samuel. Y Samuel dijo a Isaí: El SEÑOR no ha elegido a ninguno de ellos." 11 Entonces Samuel dijo a Isaí: "Son todos estos tus hijos?" El respondió: "Queda aún el más joven, pero él está cuidando a las ovejas." Samuel dijo a Isaí: "Envía por él y tráelo; porque no nos sentaremos hasta que él venga." 12 Isaí envió por él y lo trajo. Ahora, este hijo era de buena presencia y tenía ojos hermosos y una apariencia atractiva. El SEÑOR dijo: "Levántate, úngelo; porque él es el elegido''. 13 Entonces Samuel, tomó el cuerno con aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. El Espíritu del SEÑOR estuvo sobre David desde ese día en adelante. Después Samuel se levantó y fué a Ramá. 14 El Espíritu del SEÑOR dejó a Saúl y un espíritu malo de parte del SEÑOR lo atormentaba. 15 Los sirvientes de Saúl le dijeron: "Mira, un espíritu malo de parte del SEÑOR te atormenta. 16 Ordena que nuestro jefe, quien manda a tus sirvientes, quienes estamos delante de ti, busque a un hombre que sea hábil tocando el arpa. Entonces, cuando el espíritu malo de parte de Dios esté en ti, él la tocará y te sentirás bien. 17 Saúl dijo a sus sirvientes: "Encuéntrenme a un hombre que pueda tocar bien y tráiganlo a mí." 18 Entonces uno de los hombres jovenes respondió y dijo: "He visto un hijo de Isaí de Belén, quien es hábil tocando, fuerte, valiente, hombre de guerra, prudente al hablar, de buen parecer; y El SEÑOR está con él. 19 Entonces Saúl envió mensajeros a Isaí y dijeron: "Envíame a tu hijo David, quien está con las ovejas." 20 Isaí tomó un burro cargado con pan, y una vasija de vino, y un cabrito, y los envió con su hijo David a Saúl. 21 Entonces David vino a Saúl y entró a su servicio. Saúl le amó mucho, y lo hizo su escudero. 22 Saúl envió a Isaí diciendo: "Deja que David esté ante mi, porque él ha hallado favor en mis ojos. 23 Cuando el espíritu malo de parte de Dios estaba sobre Saúl, David tomaba el arpa y la tocaba. Y el espíritu malo se apartaba de él y así Saúl se sentía mejor.

17

1 Los Filisteos reunieron sus ejércitos para la batalla. Ellos se juntaron en Soco, el cual pertenece a Judá. Ellos acamparon entre Soco y Azeca, en Efes Damim. 2 Saúl y los hombres de Israel se reunieron y acamparon en el valle de Ela, y formaron sus líneas de batalla para pelear con los Filisteos. 3 Los Filisteos se detuvieron a un lado de la montaña e Israel se detuvo en una montaña al otro lado, con un valle entre ellos. 4 Un hombre fuerte salió del campamento de los Filisteos llamado Goliat de Gat, cuya estatura era de tres metros. 5 Tenía un casco de bronce sobre su cabeza, y estaba armado con una cota de malla. La cota pesaba lo mismo que casi sesenta kilos de bronce. 6 Él tenía una armadura de bronce sobre sus piernas y una jabalina de bronce entre sus hombros. 7 El mango de su lanza era largo, con un rodillo de cordón para tirar, como el cordón de las agujas. La punta de la espada pesaba casi siete kilos de hierro. Su escudero estaba delante de él. 8 Él se paró y gritó a los soldados de Israel: "¿Por qué han salido ustedes para tener una batalla? ¿No soy un Filisteo, y ustedes no son sirvientes de Saúl? Escojan a un hombre y dejen que venga hasta mí. 9 Si él es capaz de pelear conmigo y matarme, entonces nosotros seremos sus sirvientes. Pero si yo lo derroto y lo mato, entonces ustedes serán nuestros esclavos y nos servirán." 10 Otra vez el Filisteo dijo: "Hoy desafío a los soldados de Israel. Dénme un hombre para pelear juntos." 11 Saúl y todo Israel escuchó lo que el Filisteo decía, ellos estaban desanimados y muy aterrados. 12 David era el hijo del Efrateo de Belén en Judá, cuyo nombre era Isaí. Él tenia ocho hijos. Isaí era un hombre anciano en los días de Saúl, grande en edad sobre los hombres. 13 Los tres hijos más grandes habían seguido a Saúl a la batalla. Los nombres de sus tres hijos que fueron a la batalla eran Eliab su primogénito, el segundo Abinadab, y el tercero Sama. 14 David era el más joven. Los tres más grandes seguían a Saúl. 15 David iba y venía entre el ejercito de Saúl y las ovejas de su padre en Belén, para poder alimentarlas. 16 Por cuarenta días el hombre fuerte Filisteo se acercaba, en la mañana y por la tarde, para presentarse a sí mismo para la batalla. 17 Entonces Isaí dijo a su hijo David: "Lleva a tus hermanos un Efa (veintidós litros) de este grano tostado y estos diez panes, y ve rápido al campamento a tus hermanos. 18 También lleva estos diez quesos para los capitanes de miles. Mira como están tus hermanos y trae alguna prueba de que están bien. 19 Tus hermanos están con Saúl y todos los hombres de Israel en el valle de Elá, peleando con los Filisteos." 20 David se levantó en la madrugada y dejó a su rebaño al cuidado de un pastor. Él tomo el alimento y se fue, como Isaí le ordenó. Él llegó al campamento cuando el ejército salía al campo de batalla gritando voces de guerra. 21 Entonces Israel y los Filisteos se alinearon para la batalla, ejército contra ejército. 22 David dejó sus alimentos con el encargado del equipaje, corrió a la línea de combate y saludó a sus hermanos. 23 Mientras hablaba con ellos, el hombre fuerte, el Filisteo de Gat, llamado Goliat, salió de la línea de los Filisteos, y dijo las mismas palabras que antes, y David las escuchó. 24 Cuando todos los hombres de Israel vieron al hombre, huyeron de él y estaban aterrados. 25 Los hombres de Israel dijeron: "¿Has visto a este hombre que salió? Él ha venido a retar a Israel. Y el rey le dará al hombre que lo mate grandes riquezas, le dará su hija en matrimonio, y hará la casa de su padre libre de impuestos en Israel." 26 David dijo al hombre que estaba con él: "¿Qué se le hará al hombre, que mate a este Filisteo y quite la desgracia de Israel? ¿Quien es este incircunciso Filisteo, que desafía los ejércitos del DIOS viviente? Entonces las personas le repitieron lo que ellos decían y le dijeron: 27 Así será hecho al hombre que lo mate." 28 Eliab su hermano mayor escuchó cuando David habló con el hombre. El enojo de Eliab fue mucho contra David y le dijo: "¿Por qué has bajado aquí? ¿Con quién has dejado esas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu orgullo y la maldad de tu corazón; porque tú has bajado para ver la batalla." 29 David dijo: "¿He hecho algo malo? ¿No fué sólo una pregunta?" 30 Entonces se alejó de él para ir con otro y habló en la misma manera. Las personas le contestaron la misma cosa de antes. 31 Cuando las palabras que dijo David fueron escuchadas, los soldados se las repitieron a Saúl, y él envió a buscar a David. 32 David le dijo a Saúl: "No dejes que ningún hombre se desanime por causa de ese Filisteo; tu servidor irá y peleará con él." 33 Saúl dijo a David: "Tú no eres capaz de ir a pelear en contra de este Filisteo porque eres solo un muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud." 34 Pero David dijo a Saúl: "Tu servidor cuidaba a las ovejas de su padre. Cuando un león o un oso venía y tomaba alguna oveja del rebaño, 35 yo iba tras él y lo atacaba, y rescataba la oveja de su boca. Y cuando se levantaba para atacarme, lo tomaba de su pelo, le pegaba y lo mataba. 36 Tu siervo ha matado tanto a un león como a un oso. Este incircunciso Filisteo será como uno de ellos, por que ha desafiado a los ejército del DIOS viviente." 37 David dijo: "El SEÑOR me ha rescatado de las garras del león y de las garras del oso. Él me rescatará de las manos de este Filisteo." Entonces Saúl dijo a David: "Ve, y que EL SEÑOR esté contigo." 38 Saúl vistió a David con su ropa militar. Él puso un casco de bronce sobre su cabeza y lo vistió con una coraza. 39 David puso su espada en su armadura. Pero no podía caminar, porque no había sido entrenado con ellas. Entonces David dijo a Saúl: "Yo no puedo salir a pelear con esto, porque no he tenido entrenamiento." Así que David se quitó la armadura. 40 Tomó sus cosas en su mano y escogió del arroyo cinco piedras lisas; las puso en su bolso de pastor. Su honda estaba en su mano mientras se acercaba al Filisteo. 41 El Filisteo llegó y se acercó a David, con su escudo llevándolo enfrente de él. 42 Cuando el Filisteo miró alrededor y vió a David, lo despreció, porque era sólo un niño, rubio y con un buen parecer. 43 El Filisteo le dijo a David: "¿Acaso soy un perro, que vienes a mí con palos?" Y el Filisteo maldijo a David por sus dioses. 44 El Filisteo dijo a David: "Ven a mí, y yo daré tu cuerpo a las aves de los cielos y a las bestias del campo." 45 David le respondió al Filisteo: "Tú vienes a mi con una espada, una lanza y una jabalina. Pero yo vengo a tí en El nombre del SEÑOR de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. 46 El SEÑOR me dará la victoria sobre tí, y yo te mataré y te quitaré la cabeza de tu cuerpo. Hoy yo daré los cuerpos de los ejércitos Filisteos a las aves de los cielos y a las bestias salvajes de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay DIOS en Israel, 47 y para que todos aquí presentes sepan que El SEÑOR no da la victoria con espada ó lanza. Porque la batalla es de El SEÑOR, y Él nos ayudará a derrotarlos." 48 Cuando el Filisteo se levantó y se acercó para enfrentarse con David; David corrió rápidamente hacia el ejército enemigo para enfrentarse al Filisteo. 49 David metió su mano en su bolso, tomó una piedra y la lanzó, y golpeó la frente del Filisteo. La piedra se hundió en la frente del Filisteo, y él cayó sobre su cara a la tierra. 50 David derrotó al Filisteo con una honda y con una piedra. Él golpeo al Filisteo y lo mató. No hubo espada en la mano de David. 51 David corrió y se paró sobre el Filisteo y tomó su espada, la sacó de su funda, lo mató, y le cortó la cabeza. Cuando los Filisteos vieron que su hombre fuerte estaba muerto, ellos huyeron. 52 Entonces los hombres de Israel y de Judá se levantaron con un grito, y persiguieron a los Filisteos hasta el valle y las puertas de Ecrón. Y los Filisteos muertos se hallaban tirados por el camino a Saaraim, todo el camino hasta Gat y Ecrón. 53 El pueblo de Israel regresó de perseguir a los Filisteos, y ellos robaron su campamento. 54 David tomó la cabeza del Filisteo y la llevó a Jerusalén, pero puso su armadura en su tienda. 55 Cuando Saúl vio a David saliendo en contra de los Filisteos, él dijo a Abner, el capitán del ejército: "Abner, ¿Hijo de quién es éste joven?" Abner dijo: "Como tú vives, rey, yo no lo sé." 56 El rey dijo: "pregunta a aquellos quienes sepan, de quién es hijo éste joven." 57 Cuando David regresó de matar a los Filisteos, Abner lo tomó, y lo trajo frente a Saúl con la cabeza del Filisteo en su mano. 58 Saúl le dijo: "¿Hijo de quién eres tú, joven? David respondió: "Yo soy hijo de tu siervo Isaí de Belén."

18

1 Cuando él terminó de hablar con Saúl, el alma de Jonatán fue unida al alma de David, y Jonatán lo amó como a su propia alma. 2 Saúl tomó a David a su servicio ese día; él no lo dejó regresar a la casa de su padre. 3 Entonces Jonatán y David hicieron un pacto de amistad porque Jonatán lo amó como a su propia alma. 4 Jonatán se quitó la túnica que llevaba puesta, y se la dió a David junto con su armadura, así como su espada, arco y cinto. 5 David salía donde quiera que Saúl lo enviaba, y tenía éxito. Saúl lo puso sobre los hombres de guerra. Esto agradaba a los ojos del pueblo, incluso, a la vista de los siervos de Saúl. 6 Cuando ellos volvieron a casa después de derrotar a los Filisteos, las mujeres de todas las ciudades de Israel vinieron, cantando y danzando, para ver al Rey Saúl, con tamborines, con gozo y con instrumentos musicales. 7 Las mujeres tocaban y cantaban unas a las otras. Ellas cantaban: "Saúl mató a sus miles, y David a sus diez miles." 8 Saúl estaba muy enojado, y no le gustaba ese canto. Él dijo: "Ellos le han dado a David diez miles, pero a mi sólo me dan miles. ¿Qué más va a tener él sino el reino? 9 Y Saúl miró a David con sospecha desde ese día en adelante. 10 Al día siguiente un espíritu malo de parte de Dios cayó sobre Saúl. Y él deliraba dentro de la casa. Entonces David tocó su instrumento, como él hacía cada día. Saúl tenía su lanza en su mano. 11 Saúl lanzó su lanza, porque él pensaba: "Clavaré a David a la pared." Pero David escapó de la presencia de Saúl dos veces. 12 Saúl tuvo miedo de David, porque El SEÑOR estaba con él, pero ya no estaba más con Saúl. 13 Entonces Saúl lo quitó de su presencia y lo nombró jefe de mil soldados. De esta forma, David salía y entraba al frente del pueblo. 14 David prosperaba en todos sus caminos, porque El SEÑOR estaba con él. 15 Cuando Saúl vió que él prosperaba, quedo asombrado de él. 16 Pero todo Israel y Judá amaba a David, porque él entraba y salía al frente de ellos. 17 Entonces Saúl dijo a David: "Aquí está mi hija mayor, Merab. Te la daré como esposa. Solo sé valiente para mí y pelea las batallas del SEÑOR." Porque Saúl pensaba: "No lo mataré yo, sino la mano de los Filisteos." 18 David dijo a Saúl: "¿Quien soy yo, y qué es mi vida, o la familia de mi padre en Israel, para que yo sea el yerno del rey? 19 Pero en el tiempo cuando Merab, la hija de Saúl debería haber sido entregada a David, ella fue dada a Adriel, el meholatita como esposa. 20 Pero Mical, hija de Saúl, amó a David. Le dijeron a Saúl, y ésto le agradó. 21 Entonces pensó: "Se la daré a él, para que ella sea una trampa para él, y que la mano de los Filisteos esté en su contra." Entonces Saúl dijo a David por segunda vez: "Tú serás mi yerno." 22 Saúl ordenó a sus sirvientes: "Hablen con David en privado, y digan: ''Mira, el rey te estima y todos sus sirvientes te aman. Ahora pues, vuélvete yerno del rey." 23 Así que los sirvientes de Saúl hablaron estas palabras a David. Y David dijo: "¿Es esto sencillo para ustedes, que sea el yerno del rey, siendo yo un hombre pobre y de poca estima?" 24 Los sirvientes de Saúl le informaron las palabras que David habló. 25 Entonces Saúl dijo: "Así dirán a David: 'El rey no desea ninguna dote, sólo cien prepucios de los Filisteos, para ser vengado de sus enemigos.'" Ahora, Saúl pensó hacer que David cayera por mano de los Filisteos. 26 Cuando sus sirvientes dijeron a David estas palabras, éstas agradaron a David para ser el yerno del rey. 27 Antes que aquellos días terminaran, David vino con sus hombres y mató a doscientos Filisteos. David trajo sus prepucios, y los dió completos al rey, porque ésto lo haría ser el yerno del rey. 28 Así que Saúl le dió a su hija Mical como esposa. Cuando Saúl vió y supo que El SEÑOR estaba con David; y que Mical, la hija de Saúl, lo amaba. 29 Saúl tuvo aún más temor de David. Saúl continuaba siendo el enemigo de David. 30 Entonces los príncipes de los Filisteos salieron a la batalla, y como cada vez que ellos salían, David tenía más éxito que todos los sirvientes de Saúl, entonces, el nombre de David fue altamente apreciado.

19

1 Saúl le dijo a Jonatán su hijo y a todos sus sirvientes que ellos debían matar a David. Pero Jonatán, hijo de Saúl, amaba a David. 2 Así que Jonatán le dijo a David, "Saúl mi padre busca matarte. Por lo tanto ponte en guardia en la mañana y escóndete en un lugar secreto. 3 Yo saldré afuera y me pararé al lado de mi padre en el campo donde tú estás, y yo hablaré con mi padre acerca de ti. Si yo me entero de algo, yo te lo diré." 4 Jonatán habló bien de David a Saúl su padre y le dijo a él, "No dejes que el rey peque contra su siervo David. Pues él no ha pecado en contra de ti, y sus hechos te han traído bien. 5 Pues él mató al Filisteo. El SEÑOR trajo una gran victoria para todo Israel. Tú lo viste y te regocijaste. ¿Por qué pecar en contra de sangre inocente matando a David sin razón alguna?" 6 Saúl escuchó a Jonatán. Saúl juró, "Vive el SEÑOR, él no morirá." 7 Entonces Jonatán llamó a David, y Jonatán le dijo todas estas cosas. Jonatán trajo a David a Saúl, y él estaba en su presencia como antes. 8 Y hubo guerra otra vez, y David salió y peleó con los Filisteos y los derrotó con una gran matanza. Ellos huyeron delante de él. 9 Un espíritu malo de parte del SEÑOR vino sobre Saúl cuando él estaba sentado en su casa con la lanza en su mano, mientras David tocaba su instrumento 10 Saúl intentó clavar a David a la pared con la lanza, pero él se quitó de la presencia de Saúl, de manera que Saúl clavó la lanza en la pared. David huyó y escapó esa noche. 11 Saúl envió mensajeros a la casa de David para vigilarlo de modo que pudiera matarlo en la mañana. Mical, la esposa de David, le dijo a él, "si tú no salvas tu vida esta noche, mañana te matarán." 12 Así que Mical dejó bajar a David por la ventana. Él salió y huyó, y escapó. 13 Mical tomó un ídolo casero y lo acostó en la cama. Entonces ella puso una almohada de pelo de cabra a su cabeza, y lo cubrió con ropa. 14 Cuando Saúl envió mensajeros para tomar a David, ella dijo: "El está enfermo." 15 Entonces Saúl envió a los mensajeros para ver a David; él dijo: "Tráiganlo hasta mí en la cama, para que yo pueda matarlo. 16 Cuando los mensajeros entraron, miraron, y el idolo de la casa estaba en la cama y la almohada de pelo de cabra en su cabeza. 17 Saúl dijo a Mical: "¿Por qué me has engañado y has dejado a mi enemigo escapar?" Mical respondió a Saúl: Él me dijo: 'Déjame ir. O te mato" 18 David corrió lejos y escapó, y fue a Samuel en Ramá, y le dijo todo lo que Saúl había hecho con él. Entonces él y Samuel fueron y permanecieron en Naioth. 19 Eso fue dicho a Saúl, diciendo: "Mira, David está en Naiot en Ramá. 20 Entonces Saúl envió mensajeros para capturar a David. Cuando ellos vieron la compañía de los profetas profetizando, y Samuel estando a la cabeza de ellos, el Espíritu de Dios vino sobre los mensajeros de Saúl, y ellos también profetizaron. 21 Cuando a Saúl se le dijo esto, él envió otros mensajeros, y ellos también profetizaron. Así que Saúl envió mensajeros nuevamente la tercera vez, y ellos también profetizaron. 22 Entonces él también fue a Ramá y vino al pozo profundo que está en Secú. Él preguntó, "¿Dónde están Samuel y David?" Alguien dijo, "Ves, ellos están en Naiot en Ramá." 23 Saúl fue a Naiot en Ramá. Y el Espíritu de Dios vino sobre él también, y mientras iba, él profetizaba, hasta que vino a Naiot en Ramá. 24 Y él, también, se quitó su ropa, y él también profetizó delante de Samuel y se postró desnudo todo ese día y toda esa noche. Por esto ellos dicen, "¿está Saúl también entre los profetas?"

20

1 Entonces David salió de Naiot en Ramá y vino y le dijo a Jonatán: "¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi maldad? ¿Cuál es mi pecado ante tu padre para que busque tomar mi vida?" 2 Jonatán le respondió a David: "Lejos de eso; no morirás. Mi padre no hará nada ni grande ni pequeño sin decírmelo. ¿Por qué mi padre escondería esto de mí? No será así." 3 Pero David volvió a jurar diciendo: "Tu padre sabe muy bien que he hayado favor ante tus ojos. Y ha dicho: 'No dejen que Jonatán sepa esto, porque se entristecerá.' Pero tan cierto como vive el SEÑOR, y como vives tú, hay solo un paso entre la muerte y yo." 4 Entonces Jonatán le dijo a David: "Cualquier cosa que digas, yo la haré por ti." 5 David le dijo a Jonatán: "Mañana es la luna nueva, y yo debo sentarme a comer con el rey. Pero déjame ir, para esconderme en el campo hasta el tercer día en la noche. 6 Si tu padre me extraña, entonces le dirás: ''David me rogó que le dejara ir para correr hacia su ciudad de Belén; para celebrar el sacrificio anual que ofrece toda su familia." 7 Si él contesta: 'Esta bien,' tu siervo estará en paz. Pero si se enoja mucho, entonces sabrás que se ha decidido por el mal. 8 Por lo tanto ten misericordia de tu siervo. Porque has llevado a tu siervo a un pacto del SEÑOR contigo. Pero si hay pecado en mí, mátame tu mismo; ¿por qué entonces habrías de llevarme a tu padre?" 9 Jonatán dijo: "¡Lejos esté esto de ti! Si yo supiera que mi padre ha decidido hacerte daño, ¿no te lo diría yo?" 10 Entonces David dijo a Jonatán: "¿Quién me dirá en caso que tu padre te conteste bruscamente?" 11 Jonatán dijo a David: "Ven y vayamos al campo." Y salieron ambos al campo. 12 Entonces Jonatán dijo a David: "Que El SEÑOR, Dios de Israel, sea testigo. Cuando le pregunte a mi padre mañana a esta misma hora o al tercer día, mira, que si hay buena voluntad para David, ¿entonces no te llamaré y te dejaré saber? 13 Si le complace a mi padre hacerte daño, que El SEÑOR le haga a Jonatán, y más también, si no te dejo saber y te envío lejos para que vayas en paz. Que El SEÑOR esté contigo, como ha estado con mi padre. 14 Si aún estuviera vivo, ¿no me mostrarías el pacto de misericordia del SEÑOR, para que no muera? 15 No cortes el pacto de misericordia con mi casa para siempre, ni cuando El SEÑOR haya destruido todos los enemigos de David sobre la faz de la tierra." 16 Entonces Jonatán hizo un pacto con la casa de David y dijo: "Que El SEÑOR demande cuentas de las manos de los enemigos de David." 17 Jonatán hizo que David jurara otra vez por el amor que le tenía, porque le amaba como a su propia alma. 18 Entonces Jonatán le dijo: 19 "Mañana es la luna nueva. Tú serás extrañado porque tu asiento estará vacío. Cuando hayas estado ausente tres días bajarás rápidamente y vendrás del lugar donde te escondiste el día que todo pasó y te quedarás por la piedra de Ezel. 20 Yo dispararé tres flechas al lado como si estuviera disparando al blanco. 21 Y enviaré a mi sirviente y le diré: 'Ve y busca las flechas.' Si le digo al joven: 'Mira, las flechas están a este lado tuyo; ven y búscalas,' entonces ven; porque habrá seguridad para ti y no daño, según vive el SEÑOR. 22 "Pero si yo digo al joven: 'Mira, las flechas están más allá de ti,' entonces te irás lejos, pues El SEÑOR te ha enviado lejos. 23 En cuanto al acuerdo que tú y yo hablamos, mira, El SEÑOR esté entre tú y yo por siempre." 24 Entonces David se escondió en el campo. Cuando la luna nueva salió, el rey se sentó a comer. 25 El rey se sentó en su silla, como de costumbre, en el asiento cerca de la pared. Jonatán se levantó, y Abner se sentó al lado de Saúl. Pero el lugar de David estaba vacío. 26 Saúl no dijo nada ese día, porque pensó: "Algo le ha acontecido. Él no está limpio; seguramente él no está limpio." 27 Pero al segundo día, el día después de la luna nueva, el lugar de David estaba vacío. Saúl le dijo a Jonatán su hijo: "¿Por qué el hijo de Isaí no ha venido a la comida, ni ayer ni hoy?" 28 Jonatán le contestó a Saúl: "David me pidió permiso para ir a Belén. 29 Él me dijo: 'Por favor déjame ir. Pues nuestra familia tiene sacrificio en la ciudad y mi hermano me ha ordenado que esté allá. Ahora, si he hallado favor delante de tus ojos, por favor déjame ir a ver a mis hermanos.' Por esta razón no ha venido a la mesa del rey." 30 Entonces el enojo de Saúl fue mucho en contra de Jonatán, y le dijo: "¡Tú, hijo de mujer mala y rebelde! ¿Crees tú que no sé que has escojido al hijo de Isaí, para tu propia vergüenza y la vergüenza de la desnudez de tu madre? 31 Mientras el hijo de Isaí viva sobre la tierra, ni tú, ni tu reino serán establecidos. Ahora pues, envía y traémelo a mí, porque él ciertamente tiene que morir." 32 Jonatán le contestó a Saúl su padre: "¿Por qué razón debe de morir él? ¿Qué ha hecho él?" 33 Entonces Saúl le arrojó su lanza para matarlo. Entonces Jonatán supo que su padre estaba decidido a matar a David. 34 Jonatán se levantó de la mesa con un fuerte enojo y no comió nada el segundo día del mes, porque estaba muy triste sobre David, porque su padre le había deshonrado. 35 En la mañana, Jonatán salió al campo para su encuentro con David y un hombre joven le acompañaba. 36 Le dijo su sirviente: "Corre y encuentra las flechas que dispare." Y mientras el hombre joven corría, él disparó una flecha más allá de él. 37 Cuando el joven llegó al sitio donde cayó la flecha que Jonatán disparó, Jonatán llamó al joven, y le dijo: "¿No está la flecha más allá de ti?" 38 Y Jonatán llamó al hombre joven: "¡Apurate, sé rápido, no te quedes!" El hombre joven de Jonatán juntó las flechas y regresó a su amo. 39 Pero el hombre joven no sabía nada. Solo Jonatán y David conocían del asunto. 40 Jonatán le dio las armas al hombre joven y le dijo: "Vé, llévalas a la ciudad." 41 Tan pronto el joven se fue, David se levantó de detrás de la montículo, se tiró boca abajo en tierra, y se inclinó tres veces. Se besaron uno al otro y lloraron juntos, pero David lloró más. Jonatán le dijo a David: "Ve en paz, porque ambos hemos jurado en el nombre del SEÑOR diciendo: 'Que El SEÑOR esté entre tú y yo, y entre mi descendencia y tu descendencia para siempre." 42 Entonces David se levantó y se fue, y Jonatán regresó a la ciudad.

21

1 Entonces David vino a Nob para ver al sacerdote Ahimelec. Ahimelec vino tembloroso al encuentro con David y le dijo, "¿Por qué estás solo y no tienes a nadie contigo?" 2 David le dijo al sacerdote Ahimelec, "El rey me ha enviado en una misión y me ha dicho, 'No dejes saber a nadie el asunto al cual te envÍo y a lo que te he mandado'. He dirijido a los hombres jóvenes a otro lugar. 3 Ahora ¿qué tienes a la mano? Dame cinco rebanadas de pan, o lo que tengas aquí." 4 El sacerdote le contestó a David y dijo, "No hay pan común a la mano, pero hay pan santo--si es que los hombres se han guardado de mujeres." 5 David le contestó al sacerdote, "Ciertamente nos hemos guardado de mujeres en estos tres días, como es mi costumbre cuando salimos en camino. Las cosas que pertenencen a los hombres han sido apartadas aún en misiones comunes. ¡Cuanto más hoy separarán lo que les pertenece!" 6 Así que el sacerdote le dió el pan que fue separado. Por que no había pan allí, excepto el pan de la presencia, que fue removido de delante del SEÑOR, para que pudieran colocar pan caliente en su lugar en el día que fue removido. 7 Ahora uno de los siervos de Saúl estaba allí ese día, detenido ante El SEÑOR. Su nombre era Doeg el edomita, jefe de los pastores de Saúl. 8 David le dijo a Ahimelec, "¿No habrá aquí alguna lanza o espada a la mano? Porque no traje ni espada ni arma conmigo por la urgencia del asunto del rey" 9 El sacerdote dijo, "La espada de Goliat el Filisteo, a quien tú mataste en el valle de Elá, está aquí envuelta en una tela detrás del efod (ropa sacerdotal). Si la aceptas, llévatela, porque aquí no hay otra arma." David dijo, "No hay otra espada como esa; dámela." 10 David se levantó y huyó ese día de Saúl y fue a Aquis, el rey de Gat. 11 Los siervos de Aquis le dijeron, "¿No es este David, rey de la tierra? ¿No cantaban acerca de él unos a otros en sus danzas, 'Saúl ha matado sus miles, y David sus diez miles?' 12 David llevó estas palabras al corazón y temía mucho a Aquis, el rey de Gat. 13 Cambió su manera de comportarse delante de ellos y se hizo pasar por loco en su presencia; escribió marcas en las puertas del portón y dejó su saliva bajar por su barba. 14 Entonces Aquis dijo a sus sirvientes, "Miren, no ven ustedes que el hombre está loco. ¿Por qué me lo han traído a mí? 15 ¿Acaso me faltan locos, para que me hayan traído este que se comporte como uno en mi presencia? ¿Realmente vendrá este a entrar a mi casa?

22

1 David se fue de allí y se escapó a la cueva de Adulam. Cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, ellos bajaron hacia allá con él. 2 Todos los que estaban afligidos, todos los que estaban endeudados y todos los que estaban descontentos-- todos ellos se reunieron con él. David se convirtió en el capitán sobre ellos. Habían cuatrocientos hombres con él. 3 Entonces David se fue de allí hacia Mizpa en Moab. Él le djo al rey de Moab: "Por favor deja a mi padre y a mi madre irse contigo hasta que yo sepa lo que Dios hará por mí. 4 Él los dejó con el rey de Moab. Su padre y madre se quedaron con él todo el tiempo que David estuvo en su refugio. 5 Luego el profeta Gad le dijo a David: "No te quedes en tu refugio. Sal y ve a la tierra de Judá." Así que David se fue de allí y entró al bosque de Haret. 6 Saúl escuchó que David había sido descubierto, junto con los hombres que estaban con él. Ahora Saúl estaba sentado en Guibeá, debajo de un árbol de tamarisco en Ramá, con su lanza en la mano, y todos sus sirvientes estaban de pie alrededor de él. 7 Saúl le dijo a sus sirvientes quienes estaban de pie alrededor de él: "¡Escuchen ahora, gente de Benjamín! ¿El hijo de Isaí le dará a cada uno de ustedes campos y viñas? ¿Los hará a todos ustedes capitanes de miles y capitanes de cientos, 8 a cambio de que todos ustedes conspiren en contra de mí? Ninguno de ustedes me ha informado cuando mi hijo ha hecho un pacto con el hijo de Isaí. Ninguno de ustedes tiene pena por mí. Ninguno de ustedes me informa que mi hijo ha incitado a mi siervo David en contra mía. Hoy él se esconde y espera por mí para poder atacarme." 9 Entonces Doeg el edomita, quien estaba junto a los sirvientes de Saúl, respondió: "Yo vi al hijo de Isaí venir a Nob, a Ahimelec hijo de Ahitob. 10 Él oró al SEÑOR para que Él pudiera ayudarlo, y le dió alimentos y la espada de Goliat el Filisteo." 11 Entonces el rey envió a alguien a llamar al sacerdote Ahimelec, hijo de Ahitob y toda la familia de su padre, los sacerdotes que estaban en Nob. Todos ellos vinieron al rey. 12 Saúl dijo: "Escuche ahora, hijo de Ahitob." Él contestó: "Aquí estoy, mi señor." 13 Saúl le dijo a él: "¿Por qué has conspirado en contra de mí, tú y el hijo de Isaí, en que tú le has dado pan y una espada y has orado a Dios para que Él lo ayude, para que se levante contra mí, para esconderse en secreto como él ha hecho hoy?" 14 Entonces Ahimelec le contestó al rey y dijo: "¿Quién entre todos tus sirvientes es tan fiel como David, quien es el yerno del rey, jefe de tu guardia y es honrado en tu casa?" 15 ¿Es hoy la primera vez que yo he orado a Dios para ayudarlo? ¡Lejos esté esto de mí! No deje el rey culpar de algo a su siervo ni a toda la familia de mi padre. Porque su siervo no sabe nada sobre este asunto." 16 El rey contestó: "Tú seguramente morirás, Ahimelec, tú y toda la familia de tu padre." 17 El rey le dijo a la guardia que estaba de pie alrededor de él: "Dense vuelta y maten los sacerdotes del SEÑOR. Porque la mano de ellos también está con David, y porque ellos sabían que él había huído, pero no me lo dijeron." Pero los sirvientes del rey no mataron a los sacerdotes del SEÑOR. 18 Entonces el rey le dijo a Doeg: "Date vuelta y mata a los sacerdotes." Así que Doeg el edomita giró y atacó los sacerdotes; él mató a ochenta y cinco personas que vestían un efod (ropas sacerdotales) de lino ese día. 19 Con el filo de la espada, él atacó a Nob, la ciudad de los sacerdotes, tanto hombres como mujeres, niños e infantes, y bueyes y burros y ovejas. Él los mató a todos con el filo de la espada. 20 Pero uno de los hijos de Ahimelec, hijo de Ahitob, llamado Abiatar, escapó y huyó tras David. 21 Abiatar le dijo a David que Saúl había matado a los sacerdotes del SEÑOR. 22 David le dijo a Abiatar: "Ese día yo sabía que cuando Doeg el edomita estaba allí, que él seguramente le diría a Saúl. ¡Yo soy responsable por cada muerte en la familia de tu padre! 23 Quédate conmigo y no tengas miedo. Porque el que busca tu vida, busca la mía también. Tú estarás seguro conmigo."

23

1 Le dijeron a David: "Mira, los Filisteos están peleando en contra de Keila y están robando las eras." 2 Así que David le oró al SEÑOR por ayuda y le preguntó: "¿Debo ir y atacar a estos Filisteos?" El SEÑOR le dijo a David: "Ve y ataca a los Filisteos y salva a Keila." 3 Los hombres de David le dijeron a él: "Mira, tenemos miedo aquí en Judá. ¿Cuánto más entonces, si nosotros vamos a Keila en contra del ejército de los Filisteos?" 4 Entonces David oró al SEÑOR por ayuda una vez más. El SEÑOR le contestó: "Levántate, baja a Keila. Porque yo te daré victoria sobre los Filisteos." 5 David y sus hombres fueron a Keila y pelearon con los Filisteos. Él llevó lejos su ganado y los atacó con un gran matanza. Así que David salvó los habitantes de Keila. 6 Cuando Abiatar, hijo de Ahimelec, huyó hacia David en Keila, él bajó con un efod (ropa sacerdotal) en su mano. 7 Saúl fue avisado que David había ido a Keila. Saúl dijo: "Dios me lo ha entregado en mis manos. Pues él está encerrado, porque ha entrado a una ciudad que tiene puertas y barras." 8 Saúl convocó todas sus fuerzas para batalla, para bajar a Keila, para cercar a David y sus hombres. 9 David supo que Saúl estaba planeando daño en su contra. Él le dijo a Abiatar el sacerdote: "Trae el efod (ropa sacerdotal) aquí." 10 Entonces David dijo: "SEÑOR, Dios de Israel, tu siervo en efecto ha oído que Saúl busca venir a Keila, para destruir la ciudad por mi causa. 11 ¿Acaso los hombres de Keila, me entregarán en su mano? ¿Vendrá Saúl, como tu siervo ha oído? SEÑOR, el Dios de Israel, te suplico, por favor dile a tu siervo." El SEÑOR dijo: "Él vendrá." 12 Entonces David dijo: "¿Acaso los hombres de Keila, me entregarán a mis hombres y a mí en manos de Saúl?" El SEÑOR dijo: "Ellos te entregarán." 13 Entonces David y sus hombres, quienes eran como seiscientos, se levantaron y se alejaron de Keila, y fueron de un lugar a otro. Le dijeron a Saúl que David había escapado de Keila, y él detuvo su persecución. 14 David se quedó en los refugios en el desierto, en la zona montañosa, en el desierto de Zif. Saúl lo buscó cada día, pero Dios no se lo entregó en su mano. 15 David vió que Saúl había salido a quitarle la vida; ahora David estaba en el desierto de Zif en Hores. 16 Entonces Jonatán, hijo de Saúl, se levantó y fue donde David en Hores, y lo fortaleció a confiar en Dios. 17 Él le dijo: "No tengas miedo. Pues la mano de Saúl, mi padre, no te encontrará. Serás rey sobre Israel, y yo estaré junto a ti. Saúl, mi padre, también sabe esto." 18 Ellos hicieron un pacto ante El SEÑOR. David permaneció en Hores, y Jonatán se fue a casa. 19 Entonces los zifeos vinieron a Saúl en Guibeá y dijeron: "¿Acaso no está David escondiéndose entre nosotros en los refugios de Hores, en la colina de Haquila, la cual está al sur de Jesimón? 20 ¡Baja ahora, rey! ¡De acuerdo a tu deseo, baja! Nuestra parte será entregarlo en las manos del rey." 21 Saúl dijo: "Que sean bendecidos por El SEÑOR. Porque han tenido compasión de mí. 22 Vayan, asegúrense aún más. Busquen y descubran dónde está el lugar de su escondite y quién lo ha visto allí. Me han dicho que él es muy astuto. 23 Así que miren, y busquen todos los lugares en donde él se esconde. Vuelvan a mí con información verdadera, y entonces yo regresaré con ustedes. Si él está en la tierra, yo lo buscaré entre todos los hombres de Judá." 24 Se levantaron y fueron a Zif delante de Saúl. Ahora David y sus hombres estaban en el desierto de Maón, en el Arabá al sur de Jesimón. 25 Saúl y sus hombres fueron en su busca. Y a David le dijeron de ello, así que bajó a una colina rocosa y vivió en el desierto de Maón. Cuando Saúl escuchó de ello, él persiguió a David en el desierto de Maón. 26 Saúl iba por un lado de la montaña y David y sus hombres iban por el otro lado de la montaña. David se apuró para alejarse de Saúl. Mientras Saúl y sus hombres estaban rodeando a David y sus hombres para capturarlos, 27 un mensajero vino a donde estaba Saúl y le dijo: "Apúrate y ven, porque los Filisteos han atacado tu país." 28 Así que Saúl regresó de perseguir a David y fue en contra de los Filisteos. Por lo tanto ese lugar fue llamado la Roca de Escape. 29 David subió de allí y vivió en los refugios de En Gadi.

24

1 Cuando Saúl regresó de perseguir a los Filisteos, le dijeron: "David está en el desierto de En Gadi." 2 Entonces Saúl tomó a tres mil hombres escogidos de todo Israel y se fue a buscar a David y a sus hombres en los peñascos de las cabras monteses. 3 Él llegó a un corral de ovejas por el camino, en donde había una cueva. Saúl se fue adentro de la cueva para hacer sus necesidades. Ahora, David y sus hombres estaban sentados bien atrás dentro de la cueva. 4 Los hombres de David le dijeron a él: "Este es el día del cual El SEÑOR habló, cuando él te dijo: 'Yo te entregaré a tu enemigo en tus manos, para que hagas con él como tú quieras." Luego, David se levantó y silenciosamente se arrastró hacia adelante y cortó el borde del manto de Saúl. 5 Despúes de esto, el corazón de David lo afligió porque él le había cortado el borde del manto de Saúl. 6 Él le dijo a sus hombres: "Qué El SEÑOR no permita que yo haga tal cosa a mi rey, el ungido del SEÑOR, que yo le haga daño, viendo que él es el ungido del SEÑOR." 7 Así que David regañó a sus hombres con estas palabras, y no les dejó atacar a Saúl. Saúl se puso de pie, salió de la cueva, y continuó su camino. 8 Después de esto, David también se puso de pie, dejó la cueva, y llamó a Saúl: "Mi señor rey." Cuando Saúl miró detrás de él, David se inclinó con su rostro hacia la tierra y le mostró sus respetos. 9 David le dijo a Saúl: "¿Por qué escuchas a los hombres que dicen: 'Mira, ¿David está buscando lastimarte?' 10 Hoy tus ojos han visto cómo El SEÑOR te puso en mi mano cuando estábamos en la cueva. Algunos me dijeron que te matara, pero yo te perdoné. Yo dije: 'Yo no haré algo en contra de mi rey; porque es el ungido del SEÑOR.' 11 Mira, padre mío, mira el borde de tu manto en mis manos. Porque por el hecho de que corté el borde de tu manto y no te maté, tú puedes saber y ver que no hay maldad o traición en mi mano, y yo no he pecado contra ti, a pesar de que tú buscas mi vida para matarme. 12 Qué El SEÑOR juzgue entre tú y yo, y que El SEÑOR me vengue en contra de ti, pero mi mano no estará en contra de ti. 13 Como el proverbio de los antiguos dice: ´De entre los malvados viene la maldad. ´ Pero mi mano no estará en contra de ti. 14 ¿Detrás de quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¡A un perro muerto! ¡A una pulga! 15 Qué El SEÑOR sea el juez y juzgue entre tú y yo, y lo vea, y defienda mi causa y me permita escapar de tu mano." 16 Cuando David había terminado de hablar estas palabras a Saúl, Saúl dijo: "¿Es ésta tu voz, mi hijo David?" Saúl levantó su voz y lloró. 17 Él le dijo a David: "Tú eres más justo de lo que yo soy. Porque me has pagado con bien, cuando yo te he pagado con mal. 18 Tú has declarado hoy cómo me has hecho bien, pues no me mataste cuando El SEÑOR me puso en tu mano. 19 Porque si un hombre encuentra a su enemigo, ¿lo dejará ir a salvo? Qué El SEÑOR te recompense con bien por lo que me has hecho hoy. 20 Yo sé que seguramente tú serás rey y que el reino de Israel será establecido en tu mano. 21 Júrame por El SEÑOR que no matarás a mi familia, y que tú no destruirás mi nombre fuera de la casa de mi padre." 22 Así que David le hizo un juramento a Saúl. Después Saúl se fue a su casa, pero David y sus hombres subieron a su escondite.

25

1 Samuel murió. Todo Israel se reunió y lloró por él, y ellos lo sepultaron en su casa en Ramá. Luego David se levantó y bajó al desierto de Parán. 2 Hubo un hombre en Maón, cuya riqueza estaba en Carmel. El hombre era muy rico. Él tenía tres mil ovejas y mil cabras. Él estaba trasquilando sus ovejas en Carmel. 3 El nombre del hombre era Nabal, y el nombre de su esposa era Abigail. La mujer era inteligente y hermosa en apariencia. Pero el hombre era duro y malo en sus tratos. Él era descendiente de la casa de Caleb. 4 David escuchó en el desierto que Nabal estaba trasquilando sus cabras. 5 Así que David envió diez hombres jóvenes, "Suban a Carmel, vayan a Nabal, y salúdenlo en mi nombre. 6 Ustedes le dirán, 'Vive en prosperidad. Paz sea para ti y paz a tu casa, y paz sea a todo lo que tienes. 7 Escuché que tienes esquiladores. Tus pastores han estado con nosotros, y no les hicimos daño, y ellos no perdieron nada en todo el tiempo que estuvieron en Carmel. 8 Pregúntale a tus sirvientes, y ellos te dirán. Ahora deja que mis sirvientes encuentren gracia ante tus ojos, pues hemos llegado en un día festivo. Por favor ofrece lo que tienes a la mano a tus sirvientes y a tu hijo David.'" 9 Cuando los hombres jóvenes de David llegaron, ellos le dijeron todo esto a Nabal de parte de David y luego esperaron. 10 Nabal contestó a los sirvientes de David, "¿Quién es David? ¿Y quién es el hijo de Isaí? Hay muchos sirvientes en estos días que huyen de sus amos. 11 ¿Debería yo tomar mi pan y mi agua y mi carne la que he matado para mis esquiladores, y dárselas a hombres que vienen de no sé donde?" 12 Así que los hombres jóvenes de David regresaron, y le dijeron todo lo que les fue dicho. 13 David les dijo a sus hombres, "Cada hombre amarre su espada". Y cada hombre se amarró su espada. David también se amarró su espada. Como cuatrocientos hombres siguieron detrás de David, y doscientos se quedaron con el equipaje. 14 Pero uno de los hombres jóvenes le dijo a Abigail, la esposa de Nabal; él dijo, "David envió mensajeros hacia el desierto para saludar a nuestro amo, y él los insultó. 15 Sin embargo los hombres fueron muy buenos con nosotros. Nosotros no fuimos dañados y no perdimos nada mientras estuvimos con ellos cuando estábamos en los campos. 16 Ellos fueron una protección para nosotros día y noche, mientras estábamos con ellos atendiendo a las ovejas. 17 Por lo tanto conoce esto y piensa lo que harás, puesto que mal se ha tramado en contra de nuestro amo, y en contra de toda su casa. Él es un hombre despreciable con quien uno no puede razonar." 18 Luego Abigail se apresuró y tomó doscientos panes, dos botellas de vino, cinco ovejas ya preparadas, cinco medidas de granos tostados, cien racimos de pasas, y doscientos panes de higos, y los puso en los burros. 19 Ella le dijo a sus sirvientes, "Vayan primero que yo, y yo iré tras de ustedes." Pero ella no le dijo a su esposo Nabal. 20 Mientras ella montó en su burro y bajaba de la montaña, David y sus hombres bajaron hacia ella, y ella se encontró con ellos. 21 Ahora David había dicho, "Ciertamente en vano yo he guardado todo lo que este hombre tiene en el desierto, para que nada se perdiera de todo lo que le pertenece a él, y él me ha devuelto mal por bien. 22 Que Dios me lo haga a mí, David, y más también, si en la mañana queda con vida un varón de todo lo que pertenece a él." 23 Cuando Abigail vió a David, ella se apuró y bajó de su burro y se inclinó ante David y postró su cabeza en el suelo. 24 Ella se puso a sus pies y dijo, "Sólo sobre mí, mi amo, sea la culpa. Por favor deja que tu sirviente hable, y escucha las palabras de tu sirvienta. 25 No dejes que mi amo considere a este hombre despreciable, Nabal, pues como es su nombre, así es él. Nabal es su nombre, y la locura está con él. Pero yo, tu sirvienta no ví a los hombres jóvenes de mi amo, a quienes tú enviaste. 26 Ahora pues, mi amo, así como El SEÑOR vive, y tú vives, que El SEÑOR te ha evitado de derramar sangre, y de vengarte tú mismo con tu propia mano, ahora deja que tus enemigos, y aquellos que buscan hacer mal a mi amo, sean como Nabal. 27 Este regalo que tu sirvienta ha traido a mi amo que sea entregado a los sirvientes que siguen a mi amo. 28 Por favor perdona el pecado de tu sirviente, puesto que El SEÑOR ciertamente hará una casa segura a mi amo, porque mi amo está peleando las batallas del SEÑOR; y mal no será encontrado en tí mientras vivas. 29 Y aunque los hombres se levantan a perseguirte y quitarte la vida, aun así la vida de mi amo estará guardada en el grupo de los que viven por El SEÑOR tu Dios; y Él lanzará lejos las vidas de tus enemigos, como del bolsillo de una honda. 30 Cuando El SEÑOR haya hecho por mi amo todas las cosas buenas que Él te ha prometido, y te haya hecho el líder sobre Israel, 31 este asunto no te traerá tristeza, no será ofensa a mi amo, pues no has derramado sangre sin causa, y no te has vengado tú mismo. Y cuando El SEÑOR haga lo bueno para mi amo, recuerda a tu sirvienta." 32 David le dijo a Abigail, "Que El SEÑOR, Dios de Israel, sea bendecido, Él quien te envió a mi encuentro. 33 Y tu sabiduría es bendecida, y tú eres bendecida, porque no me has permitido derramar sangre sin causa, y tomar venganza con mi propia mano. 34 Ciertamente como El SEÑOR, el Dios de Israel, vive, El que me ha impedido hacerte daño, a no ser que tú te apresuraras a encontrarme, ciertamente no hubiera quedado varón o niño a Nabal en la mañana." 35 Así que David recibió de su mano lo que ella le había traído; él le dijo a ella, "Sube en paz a tu casa; Yo he escuchado tu voz y te he aceptado a tí." 36 Abigail volvió a Nabal; miren, él estaba celebrando un banquete en su casa, como el banquete de un rey; y el corazón de Nabal estaba alegre con él mismo, pues él estaba muy borracho. Así que ella no le dijo nada hasta la luz de la mañana. 37 Fue en la mañana, cuando a Nabal se le habían pasado los efectos del vino, que su esposa le dijo estas cosas; su corazón murió en él, y él se volvió como una piedra. 38 Fue como diez días más tarde que El SEÑOR hirió a Nabal así que murió. 39 Y cuando David escuchó que Nabal estaba muerto, el dijo, "Que El SEÑOR sea bendecido, quien ha tomado la causa de mi insulto de las manos de Nabal, y ha guardado su siervo de mal. Y Él le devolvió la acción malvada a Nabal sobre sí". Luego David envió y habló a Abigail, para tomarla como su esposa. 40 Cuando los sirvientes de David llegaron donde Abigail en Carmel, ellos hablaron a ella y dijeron, "David nos envió hacia tí para tomarte para él como su esposa." 41 Ella se levantó, se inclinó con su rostro a tierra, y dijo, "Mira, tu sierva es una sirvienta para limpiar los pies de los siervos de mi amo." 42 Abigail se apresuró y se levantó, y montó en un burro con cinco sirvientas de ella quienes la siguieron; y ella siguió a los mensajeros de David y se volvió su esposa. 43 David también tomó a Ahinoam de Jezreel como esposa; ambas se volvieron sus esposas. 44 También, Saúl le había entregado a Mical su hija, esposa de David, a Palti hijo de Lais, que era de Galim.

26

1 Los zifeos vinieron a Saúl en Guibeá y dijeron: "¿No está David escondiendose en la colina de Haquila, que está antes de Jesimón?" 2 Entonces Saúl se levantó y bajó hacia el desierto de Zif, teniendo tres mil hombres escojidos de Israel con él, para buscar a David en el desierto de Zif. 3 Saúl acampó en la colina de Haquila, que está antes de Jesimón, en el camino. Pero David se estaba quedando en el desierto, y él vió que Saúl venía tras de él en el desierto. 4 Así que David envió espías y supó que Saúl ciertamente había venido. 5 David se levantó y fue al lugar donde Saúl había acampado; el vió el lugar donde estaban acostados Saúl y Abner hijo de Ner, el general de su ejército; Saúl se acostó en el campamento, y la gente acampó alrededor de él, todos dormían. 6 Entonces David le dijo a Ahimelec el hitita, y a Abisai hijo de Sarvia, hermano de Joab: "¿Quién irá abajo conmigo hacia Saúl en el campamento?" Abisai dijo: "¡Yo! Yo iré abajo contigo." 7 Así es que David y Abisai fueron hacia el ejército en la noche. Y allí estaba Saúl dormido adentro del campamento, con su lanza enterrada en la tierra al lado de su cabeza. Abner y sus soldados estaban acostados alrededor de él. 8 Entonces Abisai dijo a David: "Hoy Dios ha puesto tu enemigo en tu mano. Ahora por favor déjame que lo clave a la tierra con la lanza con tan solo un golpe. No le golpearé por segunda vez." 9 David le dijo a Abisai: "No lo destruyas; porque ¿quién puede levantar su mano contra el ungido del SEÑOR y ser inocente?" 10 David dijo: "Como vive El SEÑOR, El SEÑOR lo matará, o su día de muerte vendrá, o él irá a la batalla y morirá." 11 Que El SEÑOR no deje que yo levante mi mano contra Su ungido; pero ahora, yo te ruego, toma la lanza que está a su cabeza y la jarra de agua, y vámonos." 12 Así que David tomó la lanza y la jarra de agua que estaban cerca de la cabeza de Saúl, y se escaparon. Nadie los vió ni supieron de esto, tampoco nadie se despertó, porque todos estaban durmiendo, porque un sueño profundo del SEÑOR había caído sobre ellos. 13 Entonces David fue al otro lado y se paró en la cima de la montaña a lo lejos; había una gran distacia entre ellos. 14 David gritó a la gente y a Abner hijo de Ner; él dijo: "¿No contestas, Abner?" Entonces Abner contestó y dijo: "¿Quién eres tú que estás gritándole al rey?" 15 David dijo a Abner: "¿No eres tú un hombre valiente? ¿Quién es como tú en Israel? ¿Por qué entonces no guardaste vigilia sobre tu amo el rey? Pues alguien vino a matar a tu amo el rey. 16 Esto que has hecho no es bueno. Como vive El SEÑOR, tú mereces morir porque tú no has guardado vigilia sobre tu amo, el ungido del SEÑOR. Y ahora mira dónde está la lanza del rey, y la jarra de agua que estuvo junto a su cabeza." 17 Saúl reconoció la voz de David y dijo: "¿Es esa tu voz, David hijo mío?" David dijo: "Es mi voz, mi amo, rey." 18 Él dijo: "¿Por qué persigue mi amo a su siervo? ¿Qué he hecho yo? ¿Qué maldad hay en mi mano? 19 Ahora por lo tanto, te ruego, permita mi amo el rey escuchar las palabras de su siervo. Si ha sido El SEÑOR quien te ha puesto en mi contra, permita Él aceptar una ofrenda; pero si es de hombres, que sean malditos a la vista del SEÑOR, porque hoy me han expulsado, para que no tenga parte de la herencia del SEÑOR; ellos me han dicho: 'Ve a adorar otros dioses.' 20 Ahora por lo tanto, no permitas que mi sangre caiga en tierra lejos de la presencia del SEÑOR; porque el rey de Israel ha salido en búsqueda de la pulga como cuando uno caza una perdiz en las montañas." 21 Entonces dijo Saúl: "Yo he pecado. Regresa, David, hijo mío; porque no te haré daño de aquí en adelante, porque hoy ha sido estimada mi vida preciosa ante tus ojos. Mira, yo he actuado como un tonto y he cometido un error muy grave." 22 David contestó y dijo: "¡Ve, tu lanza está aquí, rey! Permite que uno de los hombres jóvenes venga acá y la busque y te la lleve. 23 Que El SEÑOR pague a cada hombre por su justicia y su fidelidad; porque El SEÑOR te puso en mi mano hoy, pero yo no heriría a Su ungido. 24 Y mira, como tu vida fué preciosa en mis ojos hoy, que así mi vida sea muy valorada en los ojos del SEÑOR, y que Él me rescate de toda dificultad." 25 Entonces Saúl le dijo a David: "Que seas bendecido, David hijo mío, de tal manera que hagas grandes cosas, y que en todo tengas éxito." Así David fue por su camino, y Saúl regresó a su lugar.

27

1 David dijo en su corazón: "Un día moriré por manos de Saúl; no hay nada mejor para mí que escapar a la tierra de los Filisteos; Saúl se dará por vencido en buscarme más adentro de todas las fronteras de Israel; de esta manera escaparé fuera de su mano." 2 David se levantó y se fue con los seiscientos hombres que estaban con él, a Aquis hijo de Maoc, rey de Gat. 3 David vivió con Aquis en Gat, él y sus hombres, cada cual con su propia casa y David con sus dos esposas, Ahinoam la Jezreelita, y Abigail la de Carmel, esposa de Nabal. 4 Le dijeron a Saúl que David había huído a Gat, así que no lo buscó más. 5 David le dijo a Aquis: "Si he hallado gracia en tus ojos, permite que me den un lugar en una de las ciudades en el campo, para que yo pueda vivir allí: ¿Porqué, para qué debe de vivir tu siervo contigo en la ciudad real?" 6 Así que Aquis le entregó Siclag aquel día; por eso es que Siclag pertenece a los reyes de Judá hasta este día. 7 El número de días que David vivió en la tierra de los Filisteos fue un año completo y cuatro meses. 8 David y sus hombres atacaron varios lugares y tomando propiedades contra los guesuritas, los guerzitas, y los amalecitas; porque de esas naciones eran los habitantes de la tierra de Shur, tan lejos como la tierra de Egipto. Ellos habían estado viviendo allí en la tierra desde tiempos antiguos. 9 David atacaba la tierra y no salvaba ni hombre ni mujer vivos; se llevaba las ovejas, los bueyes, los burros, los camellos, y las ropas; y regresaba otra vez a Aquis. 10 Aquis diría, "¿En contra de quién has tomado propiedades hoy?" David contestaba, "En contra del sur de Judá," o "En contra del sur de Jerameel," o "En contra del sur de los quenitas." 11 David no se quedaba ni con hombre ni con mujer vivos para traerlos a Gat, diciendo, "Para que no puedan hablar sobre nosotros, 'David hizo tal y tal." Esto era lo que él hacía todo el tiempo que vivió en el país de los Filisteos. 12 Aquis le creyó a David, diciendo, "Él ha provocado que su pueblo de Israel lo aborrezca completamente; por lo tanto él será mi sirviente para siempre."

28

1 Y sucedió en aquellos días que los Filisteos reunieron sus ejércitos para hacer batalla con el pueblo de Israel. Aquis le dijo a David, "Ten por cierto que tú saldrás conmigo en el ejército, tú y tus hombres." 2 David le dijo a Aquis, "Así sabrás lo que tu siervo puede hacer." Aquis le dijo a David, "Entonces te haré mi guardaespaldas por siempre." 3 Ahora Samuel había muerto, y todo Israel lo había lamentado y sepultado en Ramá, en su propia ciudad. También, Saúl había echado de la tierra a aquellos que hablaban con los muertos o con espíritus. 4 Entonces los Filisteos se reunieron y vinieron y acamparon en Sunem; y Saúl reunió a todo Israel, y ellos acamparon en Gilboa. 5 Cuando Saúl vio el ejército de los Filisteos, él tenía miedo, y su corazón tembló mucho. 6 Saúl oró al SEÑOR por ayuda, pero El SEÑOR no le contestó-- ni en sueños, ni por el Urim, ni por profetas. 7 Entonces Saúl dijo a sus siervos, "Encuentren para mí una mujer que habla con los muertos, para que yo vaya a ella y encuentre consejo en ella. "Sus siervos le dijeron, "Mira, hay una mujer en Endor que dice que habla con los muertos." 8 Saúl se disfrazó, se puso otras ropas, y fueron dos hombres con él; ellos fueron a la mujer en la noche. Él le dijo, "Adivina para mí, te suplico, con un espirítu, y tráeme quien sea que yo te nombre." 9 La mujer le dijo, "Tú sabes lo que Saúl ha hecho, como él ha prohibido en el país aquellos que hablan con los muertos o los espíritus. Entonces ¿por qué pones una trampa a mi vida, para que muera?" 10 Saúl le juró a ella por El SEÑOR y le dijo, "Así como vive El SEÑOR, ningún castigo te sucederá a ti por esto." 11 Entonces la mujer dijo, "¿A quién te debo traer?" Saúl dijo, "Trae a Samuel para mí." 12 Cuando la mujer vio a Samuel, ella lloró en voz alta y habló a Saúl, diciendo, "¿Por qué me has engañado? Tú eres Saúl." 13 El rey le dijo a ella, "No tengas miedo. ¿Qué ves?" la mujer le dijo a Saúl, "veo a un dios que sube desde la tierra." 14 Él le dijo a ella, "¿Cómo se ve él?" Ella dijo, "Un hombre viejo está subiendo; está vestido con una túnica." Saúl percibió que era Samuel, y se postró con su cara en el suelo y le mostró respeto. 15 Samuel le dijo a Saúl, "¿Por qué me has perturbado y me has traído arriba?" Saúl contestó, "Estoy muy preocupado, pues los FIlisteos están haciendo guerra contra mí, y Dios me ha dejado y no me ha contestado más, ni por los profetas, ni por sueños. Por lo tanto te he llamado a tí, para que me digas qué debo hacer." 16 Samuel dijo, "¿Para qué entonces me preguntas a mí, si El SEÑOR te ha dejado, y Él ha llegado a ser tu enemigo? 17 El SEÑOR te ha hecho a ti lo que Él dijo que haría. El SEÑOR ha arrebatado el reino de tu mano y lo ha entregado a alguien más a David''. 18 Porque tú no obedeciste la voz del SEÑOR y no llevaste a cabo su venganza sobre Amalec, Él entonces te ha hecho ésto hoy. 19 Más aún, El SEÑOR entregará a Israel y a tí en las manos de los Filisteos. Mañana tú y tus hijos estarán conmigo. El SEÑOR también entregará el ejército de Israel en la mano de los Filisteos." 20 Entonces Saúl inmediatamente cayó al suelo y tenía mucho miedo por las palabras de Samuel. No había fuerzas en él, pues no había comido en todo aquel día, ni tampoco aquella noche. 21 La mujer vino a Saúl y vió que él estaba muy preocupado, ella le dijo, "Mira, tu sierva ha esuchado tu voz; Y he puesto mi vida en peligro y yo he escuchado las palabras que me has hablado. 22 Ahora, te ruego a ti, escucha también la voz de tu sierva, y déjame poner un poco de comida delante de ti. Come para que puedas recuperar fuerzas para cuando te vayas en tu camino. 23 Pero Saúl negó y dijo, "Yo no comeré." Pero sus siervos, junto con la mujer, le insistían, y él escuchó sus voces. Así que él se levantó del suelo y se sentó en la cama. 24 La mujer tenía un becerro gordo en la casa; ella se apresuró y lo mató; ella tomó harina, la amasó, horneó un pan sin levadura. 25 Ella lo trajo ante Saúl y sus siervos, y ellos comieron. Entonces ellos se levantaron y se fueron esa noche.

29

1 Los Filisteos reunieron todo su ejército en Afec; los Israelitas acamparon junto a la corriente de agua que está en Jezreel. 2 Los príncipes de los Filisteos se dividieron por cientos y por miles; David y sus hombres pasaban a la guardia trasera con Aquis. 3 Entonces el príncipe de los Filisteos dijo, "¿Qué están haciendo estos hebreos aquí?" Aquis le dijo a los otros príncipes de los FIlisteos: "¿No es éste David, el siervo de Saúl, el rey de Israel, que ha estado conmigo en estos días, o más bien estos años, y yo no he encontrado ninguna falta en él desde que llegó a mí hasta este día?" 4 Pero los príncipes de los Filisteos estaban molestos con él; ellos le dijeron: "Haz que ese hombre se vaya, para que regrese al lugar que tú le has dado; no lo dejes ir con nosotros a la batalla, para que él no se convierta en enemigo nuestro durante la batalla. Porque ¿de qué otra forma podrá él estar en paz con su señor? ¿No será más bien con la cabeza de nuestros hombres? 5 ¿No es éste el David, de quien cantaban uno al otro danzando, diciendo: 'Saúl ha matado a sus miles, y David a sus diez mil'?" 6 Entonces Aquis llamó a David y le dijo: "Así como El SEÑOR vive, tú has sido bueno, y tu salir y entrar conmigo en el ejército es bueno delante de mis ojos; pues no he encontrado nada malo contigo desde el día que viniste a mí, hasta éste mismo día. Sin embargo, los príncipes no están a favor tuyo. 7 Así que ahora regresa y ve en paz, para que no molestes a los príncipes de los Filisteos. " 8 David le dijo a Aquis, "¿Pero qué he hecho? ¿Qué has encontrado en tu siervo desde el tiempo que he estado ante tí hasta este día, que no puedo ir a pelear en contra de los enemigos de mi señor el rey?" 9 Aquis contestó y le dijo a David: "Yo sé que no tienes falta ante mis ojos, como un ángel de Dios; sin embargo, los príncipes de los Filisteos han dicho: "Él no debe subir con nosotros a la batalla.' 10 Así que ahora levántate temprano en la mañana con los siervos de tu señor que han venido contigo; tan pronto te levantes temprano en la mañana y tengas luz, vete." 11 Así que David se levantó temprano, él y sus hombres, para irse en la mañana, para regresar a la tierra de los Filisteos. Pero los Filisteos subieron a Jezreel.

30

1 Surgió, que cuando David y sus hombres habían llegado a Siclag en el tercer día, que los amalecitas habían hecho un ataque sobre el Neguev y en Siclag. Ellos atacaron a Siclag, lo quemaron, 2 y capturaron las mujeres y todo el que estaba en ella, tanto pequeños y grandes. No mataron a nadie, pero se los llevaron mientras seguían su camino. 3 Cuando David y sus hombres llegaron a la ciudad, estaba quemada, y sus esposas, sus hijos, y sus hijas fueron llevados cautivos. 4 Entonces David y la gente que estaba con él gritaron y lloraron hasta no tener más fuerza para llorar. 5 Las dos esposas de David fueron llevadas cautivas, Ahinoam la jezreelita y Abigail la esposa de Nabal el carmelita. 6 David estaba muy angustiado, ya que la gente estaba hablando de apedrearlo, ya que toda la gente estaba en amargura de espíritu, cada hombre por sus hijos e hijas; pero David se fortaleció en El SEÑOR, su Dios. 7 David le dijo a Abiatar hijo de Ahimelec, el sacerdote: "Te ruego, trae el efod (ropa sacerdotal) aquí para mí." Abiatar trajo el efod a David. 8 David oró al SEÑOR por dirección, diciendo: "Si persigo esta tropa, ¿los alcanzaré?" El SEÑOR le contestó: "Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y con seguridad recobrarás todo." 9 Así que David fue, él y los seiscientos hombres quienes estaban con él; ellos llegaron al torrente Besor, donde algunos se quedaron ahí. 10 Pero David continuó persiguiéndoles, él y cuatrocientos hombres; ya que doscientos se quedaron atrás, quienes estaban tan débiles que ellos no podían cruzar sobre el torrente Besor. 11 Encontraron un egipcio en un campo y lo trajeron a David; le dieron pan, y él comió; le dieron agua para beber; 12 y ellos le dieron un pedazo de pan de higos y dos racimos de pasas. Cuando él hubo comido, recobró fuerzas, ya que no había comido pan ni bebido agua por tres días y tres noches. 13 David le dijo: ¿A quién perteneces tú? ¿De dónde vienes? Él dijo: "Yo soy un hombre joven de Egipto, sirviente de un amalecita; mi amo me dejó porque hace tres días yo caí enfermo. 14 Hicimos un ataque en el Neguev de los cereteos, y lo que le pertenece a Judá, y el Neguev de Caleb, y nosotros quemamos a Siclag. 15 David le dijo: "¿Me llevarás donde los asaltantes? El egipcio dijo: "Júrame por Dios que tú no me matarás o traicionarás en manos de mi amo, y yo te llevaré a estos asaltantes. 16 Cuando el egipcio hubo llevado a David, los asaltantes estaban dispersos por todo el terreno, comiendo y bebiendo y bailando por todo el botín que ellos habían tomado de la tierra de los Filisteos y de la tierra de Judá. 17 David los atacó desde la puesta de sol hasta el atardecer del próximo día. Ni un hombre escapó con excepción de cuatrocientos hombres jóvenes, quienes montaron en camellos y escaparon. 18 David recobró todo lo que los amalecitas habían tomado; y David rescató sus dos esposas. 19 Nada faltaba, ni pequeño ni grande, ni hijos ni hijas, ni botín, ni cosa alguna que los asaltantes habían tomado para ellos mismos. David trajo todo de regreso. 20 David tomó todos los rebaños y manadas, los cuales los hombres llevaban delante del otro ganado. Ellos dijeron: "Éste es el botín de David." 21 David vino donde estaban los doscientos hombres quienes habían estado muy débiles para seguirlo, los que se habían quedado en el torrente Besor. Estos hombres siguieron adelante para encontrarse con David y la gente que estaba con él. Cuando David vino a estas personas, él los saludó. 22 Entonces todos los hombres malvados y compañeros sin valor entre aquellos quienes habían ido con David dijeron: "Por que estos hombres no fueron con nosotros, no les daremos nada del botín que hemos recobrado. Excepto que cada hombre puede tomar su esposa e hijos, llevárselos, e irse." 23 Entonces David dijo: "Ustedes no deben actuar de esta manera, mis hermanos, con lo que El SEÑOR nos ha dado. Él nos ha cuidado y entregado en nuestra mano los asaltantes quienes vinieron en contra de nosotros. 24 ¿Quién los escuchará a ustedes sobre este asunto? Por cuanto la parte es para cualquiera que entre en batalla, así también será la parte para cualquier persona que espera en el equipaje; ellos compartirán de forma igual." 25 Ha sido así desde ese día hasta hoy, pues David lo hizo una ley y una norma para Israel. 26 Cuando David vino a Siclag, él envió algo del botín a los ancianos de Judá, a sus amigos, diciendo: "Aquí hay un regalo para ustedes del botín de los enemigos del SEÑOR." 27 Él también envió algo a los ancianos quienes estaban en Betel, y a aquéllos quienes estaban en Ramot del sur, y para aquellos quienes estaban en Jatir, 28 y para aquellos quienes estaban en Aroer, y para aquellos quienes estaban en Sifmot, y para aquellos quienes estaban en Estemoa. 29 Él también envió algo a los ancianos quienes estaban en Racal, y a aquéllos quienes estaban en las ciudades de los Jerameelitas, y para aquéllos quienes estaban en las ciudades de los Quenitas, 30 y para aquéllos quienes estaban en Horma, y para aquéllos quienes estaban en Corasán y para aquéllos quienes estaban en Atac, 31 y para aquéllos quienes estaban en Hebrón, y en todos los lugares donde David mismo y sus hombres habitualmente fueron.

31

1 Los Filisteos pelearon contra Israel. Los hombres de Israel huyeron ante los Filisteos y cayeron muertos en el Monte Gilboa. 2 Los FIlisteos persiguieron a Saúl y sus hijos de cerca. Los Filisteos mataron a Jonatán, Abinadab, y Malquisúa, sus hijos. 3 La batalla fué fuerte contra Saúl, y los arqueros lo hirieron. Él estaba con fuerte dolor por lo que ellos habían hecho. 4 Luego Saúl dijo al portador de su armadura, "Saca tu espada y atraviésame con ella. Si no, estos incircuncisos vendrán y abusarán de mí." Pero su escudero no lo hacía, pues él estaba muy asustado. Así que Saúl tomó su propia espada y se dejó caer sobre ella. 5 Cuando su escudero vió que Saúl estaba muerto, él de la misma manera cayó sobre su espada y murió con él. 6 Así que Saúl murió, sus tres hijos, y el escudero; estos hombres murieron todos juntos el mismo día. 7 Cuando los hombres de Israel que estaban en el otro lado del valle, y aquéllos más allá del Jordán, vieron que los hombres de Israel habían huído, y que Saúl y sus hijos estaban muertos, ellos abandonaron sus ciudades y huyeron, y los Filisteos vinieron y vivieron en ellas. 8 Sucedió el siguiente día, cuando los Filisteos vinieron a despojar los muertos, que ellos encontraron a Saúl y a sus tres hijos muertos en el Monte Gilboa. 9 Ellos cortaron su cabeza y le quitaron su armadura, y enviaron mensajeros por toda la tierra de los Filisteos para que llevaran la noticia a los templos de sus ídolos y al pueblo. 10 Ellos colocaron su armadura en el templo de Astarot, y ataron su cuerpo al muro de la ciudad de Bet Sán. 11 Cuando los habitantes de Jabes Galaad escucharon lo que los Filisteos le habían hecho a Saúl, 12 se levantaron todos los hombres valientes y caminaron toda la noche y tomaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet Sán. Ellos fueron a Jabes y los quemaron allí. 13 Entonces ellos tomaron sus huesos y los sepultaron debajo de un árbol de tamarisco en Jabes, y ayunaron por siete días.

2 Samuel
2 Samuel
1

1 Después de la muerte de Saúl, David regresó de atacar a los amalecitas y permaneció en Siclag por dos días. 2 Al tercer día, un hombre llegó desde el campamento de Saúl con sus vestiduras rotas y con tierra en su cabeza. Cuando él llegó donde David, se acostó de cara al suelo y se postró. 3 David le dijo: "¿De dónde vienes tú?" Él contestó: "Yo escapé del campamento de Israel." 4 David le respondió: "Por favor, dime cómo fueron las cosas." Él contestó: "El pueblo huyó de la batalla. Muchos han caído y muchos están muertos. Saúl y Jonatán, su hijo, también están muertos." 5 David le dijo al joven: " ¿Cómo sabes tú que Saúl y Jonatán, su hijo, están muertos?" 6 El joven contestó: "Por casualidad yo estaba en el Monte Gilboa, y allí Saúl estaba rescostado en su lanza y los carruajes y jinetes estaban a punto de alcanzarlo. 7 Saúl se volteó, me vio y me llamó. Yo contesté: 'Aquí estoy.' 8 Él me dijo a mí: '¿Quién eres?' Yo le contesté: "Soy un amalecita.' 9 Él me dijo: 'Por favor, párate sobre mí y mátame, pues gran sufrimiento me ha sobrecogido, pero la vida está en mí todavía. 10 Así que me paré sobre él y lo maté, porque yo sabía que él no viviría después de haber caído. Entonces, tomé la corona que estaba sobre su cabeza y la banda que estaba en su brazo y las traje aquí ante usted, mi señor." 11 Entonces, David desgarró sus vestiduras, y todos los hombres con él hicieron lo mismo. 12 Ellos se lamentaron, lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl, porJonatán su hijo, por el pueblo del SEÑOR, y por la casa de Israel, porque ellos habían caído por medio de la espada. 13 David le dijo al joven: "¿De dónde eres?" Él contestó: "Soy el hijo de un extranjero en la tierra, un amalecita." 14 David le dijo: "¿Por qué no tuviste miedo de matar al rey ungido del SEÑOR con tu propia mano?" 15 David llamó a uno de los jóvenes y dijo: "Ve y mátalo." Así que ese hombre fue y lo hirió, y el amalecita murió. 16 Luego, David le dijo al amalecita muerto: "Tu sangre está sobre tu cabeza porque tu propia boca ha testificado en contra tuya y dijo: 'He matado al rey ungido del SEÑOR.'" 17 Luego David cantó ésta canción de funeral acerca de Saúl y Jonatán, su hijo. 18 Él le ordenó al pueblo que enseñara la Canción del Arco a los hijos de Judá, la cual ha sido escrita en El Libro de Jaser. 19 "¡Tu gloria, Israel, está muerta, asesinada en tus lugares altos! ¡Cómo han caído los poderosos! 20 No lo digas en Gat, no lo proclames en las calles de Ascalón, para que las hijas de los filisteos no se regocijen, para que las hijas de los incircuncisos no celebren. 21 Montañas de Gilboa, no haya rocío o lluvia en ti, ni campos dando granos para las ofrendas, pues allí el escudo de los poderosos fue profanado. El escudo de Saúl ya no está ungido con aceite. 22 De la sangre de aquellos que fueron asesinados, de los cuerpos de los poderosos, el arco de Jonatán no retrocedió, y la espada de Saúl no regresó vacía. 23 Saúl y Jonatán fueron amados y amables en la vida, y en sus muertes no fueron separados. Ellos eran más veloces que las águilas, eran más fuertes que los leones. 24 Ustedes, hijas de Israel, lloren sobre Saúl, quien las vistió en escarlata así como con joyas, y quien puso ornamentos de oro en sus vestidos. 25 ¡Cómo han caído los poderosos en medio de la batalla! Jonatán es asesinado en tus lugares altos. 26 Yo estoy angustiado por ti, mi hermano Jonatán. Tú fuiste muy apreciado por mí. Tu amor para mí fue maravilloso, excediendo el amor de las mujeres. 27 ¡Como los poderosos han caído, y las armas de guerra perecieron!"

2

1 Luego de esto, David le preguntó al SEÑOR y dijo: "¿Debo yo subir a una de las ciudades de Judá?" El SEÑOR le respondió a él: "Sube." David dijo: "¿A qué ciudad debo yo ir?" El SEÑOR respondió: "A Hebrón." 2 Entonces David subió con sus dos esposas, Ahinoham de Jezreel, y Abigail de Carmel, la viuda de Nabal. 3 David trajo los hombres que estaban con él, cada uno de los cuales trajo a su familia, a las ciudades de Hebrón, donde ellos empezaron a vivir. 4 Entonces, hombres de Judá vinieron y ungieron a David rey sobre la casa de Judá. Ellos le dijeron a David: "Los hombres de Jabes Galaad han sepultado a Saúl." 5 Así que David envió mensajeros a los hombres de Jabes Galaad y les dijo a ellos: "Ustedes son bendecidos por el SEÑOR, ya que ustedes han mostrado esta lealtad a su amo Saúl y lo han sepultado. 6 Ahora, que el SEÑOR les muestre a ustedes pacto de lealtad y fidelidad. Yo también les mostraré a ustedes esta bondad porque ustedes han hecho esta cosa. 7 Ahora pues, que sus manos sean fuertes; sean valerosos pues Saúl su amo está muerto, y la casa de Judá me ha ungido como rey sobre ellos." 8 Pero Abner, hijo de Ner, comandante del ejército de Saúl, tomó a Isboset, hijo de Saúl, y lo trajo a Mahanaim. 9 Él hizo a Isboset rey sobre Galaad, Gesuri, Jezreel, Efraín, Benjamín, y sobre todo Israel. 10 Isboset, hijo de Saúl, tenía cuarenta años cuando comenzó a reinar sobre Israel, y reinó dos años. Pero la casa de Judá siguió a David. 11 El tiempo que David fue rey en Hebrón sobre la casa de Judá fue siete años y seis meses. 12 Abner, hijo de Ner, y los sirvientes de Isboset, hijo de Saúl, salieron desde Mahanaim a Gabaón. 13 Joab, hijo de Sarvia, y los sirvientes de David salieron y los encontraron a ellos en el estanque de Gabaón. Allí ellos se sentaron, un grupo a un lado del estanque y el otro al otro lado. 14 Abner le dijo a Joab: "Deja que los hombres jóvenes se levanten y compitan ante nosotros." Entonces Joab dijo: "Que se levanten." 15 Entonces los hombres jóvenes se levantaron y se juntaron, doce para Benjamín e Isboset hijo de Saúl, y doce de los sirvientes de David. 16 Cada hombre agarró a su oponente por la cabeza y enterró su espada en el costado de su oponente, y ellos cayeron juntos. Por lo tanto, ese lugar fue llamado en hebreo: "Helcat Hazurim," o "Campo de las Espadas," el cual está en Gabaón. 17 La batalla fue muy severa ese día y Abner y los hombres de Israel fueron derrotados delante de los sirvientes de David. 18 Los tres hijos de Sarvia estaban allí: Joab, y Abisai y Asael. Asael era rápido sobre sus pies como una gacela salvaje. 19 Asael persiguió a Abner de cerca y lo siguió sin desviarse en ninguna dirección. 20 Abner miró detrás de él y dijo: "¿Ese eres tú, Asael?" Él le respondió: "Soy yo." 21 Abner le dijo: "Vira a tu derecha o a tu izquierda, y agarra a uno de los hombres jóvenes y toma su armadura." Pero Asael no quiso desviarse. 22 Abner le dijo otra vez a Asael: "Deja de perseguirme. ¿Por qué habría yo de derribarte al suelo? ¿Cómo entonces podría mirar de frente a Joab, tu hermano?" 23 Pero Asael no quiso dejar de hacerlo, así que Abner lo apuñaló en el cuerpo con la punta chata de la lanza, de manera que la lanza salió del otro lado. Asael cayó y murió allí. Así que cualquiera que llegaba al lugar donde Asael cayó y murió, se detenía y se quedaba quieto. 24 Pero Joab y Abisai persigueron a Abner. Cuando el sol estaba bajando, ellos vinieron a la colina de Amma, la cual está cerca de Gía por el camino al desierto de Gabaón. 25 Todos los hombres de Benjamín se juntaron detrás de Abner y se pararon en la cima de la colina. 26 Entonces Abner llamó a Joab y dijo: "¿Debe la espada devorar para siempre? ¿No sabes que al final será amargo? ¿Cuánto tiempo pasará antes de que tú le digas a tus hombres que dejen de perseguir a sus hermanos?" 27 Joab respondió: "¡Vive Dios, si no hubieras dicho eso, mis soldados hubieran perseguido a sus hermanos hasta la mañana!" 28 Así que, Joab sonó la trompeta, y todos sus hombres se detuvieron y no persiguieron más a Israel, ni tampoco pelearon más. 29 Abner y sus hombres viajaron toda esa noche a través del Arabá. Ellos cruzaron el Jordán, marcharon toda la mañana siguiente, y entonces llegaron a Mahanaim. 30 Joab regresó de perseguir a Abner. Él reunió a todos sus hombres, de los cuales faltaban Asael y diecinueve de los soldados de David. 31 Pero los hombres de David habían matado 360 hombres de Benjamín con Abner. 32 Entonces ellos tomaron a Asael y lo sepultaron en la tumba de su padre, que estaba en Belén. Joab y sus hombres viajaron toda la noche y les cayó el día en Hebrón.

3

1 Había una larga guerra entre la casa de Saúl y la casa de David. David se hizo más y más fuerte, pero la casa de Saúl se hizo más y más débil. 2 Le nacieron hijos a David en Hebrón. Su primer hijo fue Amnón, por Ahinoam de Jezreel. 3 Su segundo hijo, Quileab, nació de Abigail, la vuida de Nabal de Carmel. El tercero, Absalón, era el hijo de Maaca, hija de Talmai, rey de Gesur. 4 El cuarto hijo de David, Adonías, era el hijo de Haguit. Su quinto hijo era Sefatías hijo de Abital, 5 y el sexto, Itream, era el hijo de la esposa de David, Egla. Estos fueron los hijos nacidos a David en Hebrón. 6 Pasó que durante la guerra entre la casa de Saúl y la casa de David que Abner se hizo fuerte a sí mismo en la casa de Saúl. 7 Saúl tenía una concubina que se llamaba Rizpa, la hija de Aja. Isboset le dijo a Abner: "¿Por qué tú has dormido con la concubina de mi padre?'' 8 Entonces Abner estaba muy molesto por las palabras de Isboset y dijo: "¿Soy yo la cabeza de un perro que pertenece a Judá? Hoy yo estoy mostrando fidelidad a la casa de Saúl, tu padre, a sus hermanos, y a sus amigos, por no entregarte a tí a las manos de David. ¿Pero ahora tú me acusas de una ofensa acerca de esta mujer? 9 Así me haga Dios a mí, Abner, y aún más, si yo no hago a David como el SEÑOR ha jurado a él, 10 que transfiera el reino de la casa de Saúl y establezca el trono de David sobre Israel y sobre Judá desde Dan hasta Beerseba." 11 Isboset no pudo contestarle a Abner otra palabra, porque él le temía. 12 Entonces Abner envió mensajeros a David para que hablaran por él diciendo: "¿De quién es esta tierra? Haz un pacto conmigo, y tú verás que mi mano está contigo, para traer a todo Israel a ti. 13 David contestó: "Bien, yo haré un pacto contigo. Pero una cosa te digo, que no podrás verme hasta que me traigas a Mical, hija de Saúl." 14 Entonces David envió mensajeros a Isboset, hijo de Saúl, diciendo: "Dame mi esposa Mical, por quien yo pagué precio de cien prepucios de Filisteos." 15 Así que Isboset envió por Mical y la tomó de su esposo, Paltiel hijo de Lais. 16 Su esposo fue con ella, llorando mientras iba, y la siguió hasta Bahurim. Entonces Abner le dijo a él: "regresa a tu casa ahora". Así que él regresó. 17 Abner habló con los ancianos de Israel diciendo: "En el pasado ustedes estaban tratando de tener a David como rey sobre ustedes. 18 Ahora háganlo. Pues el SEÑOR ha dicho de David: 'por la mano de mi siervo David yo salvaré a mi pueblo Israel de la mano de los filisteos y de la mano de todos sus enemigos.'" 19 Abner también habló personalmente al pueblo de Benjamín. Entonces Abner fue también a hablar con David en Hebrón para explicar todo lo que Israel y toda la casa de Benjamín deseaba realizar. 20 Cuando Abner y veinte de sus hombres llegaron a Hebrón a ver a David, David tenía un banquete preparado para ellos. 21 Abner le explicó a David: "Yo me levantaré y reuniré todo Israel a tí, mi señor el Rey, para que ellos hagan un pacto contigo, para que puedas reinar sobre todo lo que tú desees.'' Así que David despidió a Abner, y Abner se fue en paz. 22 Entonces los soldados de David y Joab vinieron de una redada y trajeron mucho botín con ellos. Pero Abner no estaba con David en Hebrón. David lo había enviado lejos, y Abner se había ido en paz. 23 Cuando llegó Joab con todo su ejército, ellos le dijeron a Joab: "Abner hijo de Ner vino al rey, y el rey lo despidió y Abner se fue en paz." 24 Entonces Joab vino al Rey y dijo: "¿Qué has hecho tú? ¡Mira, Abner vino a ti! ¿Por qué tú lo has despedido, y él se ha ido? 25 ¿No sabes tú que Abner hijo de Ner vino a engañarte y descubrir tus planes y a aprender todo lo que estás haciendo?'' 26 Cuando Joab dejó a David, él envió a sus mensajeros tras Abner, y ellos lo trajeron de vuelta del pozo de Sira, pero David no sabía esto. 27 Cuando Abner regresó a Hebrón, Joab lo llevó a un lado por el medio del portón para hablar con él silenciosamente. Ahí Joab lo apuñaló en el estómago y lo mató. De esta manera, Joab vengó la sangre de Asael su hermano. 28 Cuando David escuchó sobre esto dijo: "Yo y mi reino somos inocentes delante del SEÑOR para siempre respecto a la sangre de Abner hijo de Ner. 29 Que la culpa de la muerte de Abner caiga sobre la cabeza de Joab y sobre toda la casa de su padre. Que nunca falte en la familia de Joab alguien que tenga una llaga con fluído, o enfermedad en la piel o que sea cojo y tenga que caminar con un bastón o quien muera a espada o quien se quede sin comida." 30 Así que Joab y Abisai su hermano mataron a Abner, porque él había matado a su hermano Asael en la batalla en Gabaón. 31 David dijo a Joab y a todo el pueblo que estaba con él: "Desgarren su ropa, pónganse tela de saco, y lamenten delante del cuerpo de Abner." Ahora el Rey David caminó detrás del cuerpo en la procesión funeraria. 32 Ellos enterraron a Abner en Hebrón. El rey lloró y gritó fuerte en la tumba de Abner, y todo el pueblo también lloró. 33 El rey se lamentó por Abner y cantó: "¿Debía Abner morir como un tonto muere? 34 Tus manos no estaban atadas. Tus pies no estaban encadenados. Como un hombre cae ante los hijos de la injusticia, así tú has caido." Una vez más todo el pueblo lloró sobre él. 35 Todo el pueblo vino para hacer que David comiera mientras era todavía de día, pero David juró: "Que así haga Dios conmigo, y aún me añada, si pruebo pan o cualquier otra cosa antes de que el sol se ponga.'' 36 Todo el pueblo notó la pena de David, y les complació a ellos, así como todo lo que el rey hacía les agradaba a ellos. 37 Así que, todo el pueblo y todo Israel entendió ese día que no era el deseo del rey matar a Abner hijo de Ner. 38 El rey le dijo a sus siervos: ''¿No saben ustedes que un príncipe y un gran hombre ha caído en este día en Israel? 39 Ahora, yo estoy débil hoy, aunque yo soy un rey ungido. Estos hombres, hijos de Sarvia, son muy crueles para mí. Que el SEÑOR pague al malvado castigándole por su maldad, como se merece".

4

1 Cuando, Isboset, hijo de Saúl, escuchó que Abner había muerto en Hebrón, se debilitó, y todo Israel estuvo preocupado. 2 Ahora, el hijo de Saúl tenía dos hombres quienes eran capitanes de grupos de soldados. El nombre de uno era Baana y el otro Recab, hijos de Rimón el beerotita de la tribu de Benjamín (pues Beerot también es considerado parte de Benjamín, 3 y los beerotitas huyeron a Gitaím y han estado viviendo allí hasta este mismo tiempo). 4 Jonatán, hijo de Saúl, tenía un hijo que estaba incapacitado de sus pies. Cuando tenía cinco años de edad y las noticias acerca de Saúl y Jonatán llegaron desde Jezreel, su niñera lo tomó para huir, y mientras corrían el hijo de Jonatán se cayó y quedó inválido. Su nombre era Mefiboset. 5 Así que los hijos de Rimón el beerotita, Recab y Baana, viajaron durante el calor del día hacia la casa de Isboset, mientras él descansaba en la tarde. 6 La mujer que guardaba la puerta se quedó dormida mientras limpiaba el trigo, y Recab y Baana entraron silenciosamente y le pasaron de largo a ella. 7 Así que después que entraron a la casa, lo atacaron y lo mataron mientras estaba acostado en su cama en su habitación. Entonces, le cortaron la cabeza y se la llevaron, viajando por el camino toda la noche hacia Arabá. 8 Le llevaron la cabeza de Isboset a David en Hebrón, y ellos le dijeron al rey: "Mira, esta es la cabeza de Isboset hijo de Saúl, tu enemigo, quien procuró tu vida. Hoy el SEÑOR ha vengado a nuestro señor el rey en contra de Saúl y sus descendientes." 9 David le contestó a Recab y a Baana su hermano, los hijos de Rimón el beerotita; él les dijo: "Vive el SEÑOR quien rescató mi vida de cada problema, 10 cuando alguien me dijo: 'Mira, Saúl está muerto', pensando que traía buenas noticias, yo lo agarré y lo maté en Siclag. Esa fue la recompensa que le dí por sus noticias. 11 Cuánto más a los hombres malvados que han matado a una persona inocente en su propia casa, en su cama, ¿no debería yo demandar ahora su sangre de las manos de ustedes, y removerlos de la tierra?" 12 Entonces David le dio órdenes a los jóvenes, y ellos los mataron y les cortaron las manos y los pies y los colgaron al lado del estanque en Hebrón. Pero tomaron la cabeza de Isboset y la enterraron en la tumba de Abner en Hebrón.

5

1 Entonces, todas las tribus de Israel vinieron a David en Hebrón y dijeron:"Mira, nosotros somos tu carne y huesos. 2 En el pasado reciente, cuando Saúl era rey sobre nosotros, eras tú quien dirigió el ejército Israelí. el SEÑOR dijo: 'Tu pastorearás Mi pueblo de Israel, y tu te convertirás en el gobernante sobre Israel." 3 Asi que todos los ancianos de Israel vinieron al rey en Hebrón, y el Rey David hizo un pacto con ellos delante del SEÑOR. Ellos ungieron a David como rey sobre Israel. 4 David tenía treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años. 5 En Hebrón él reinó sobre Judá siete años y seis meses, y en Jerusalén él reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá. 6 El rey y sus hombres fueron a Jerusalén contra los Jebusitas, los habitantes de la tierra. Ellos le dijeron a David:" Tu no vendrás aquí excepto para ser echado de aquí por el ciego y el cojo. David no puede venir aquí." 7 Sin embargo, David capturó a la fortaleza de Zión, la cual es ahora la ciudad de David. 8 En ese tiempo David dijo: "Aquellos que ataquen a los Jebusitas tendrán que ir a través de tunel de agua para alcanzar los 'cojos y los ciegos' quienes son los enemigos de David." Por eso es que la gente dice: " El 'ciego y el cojo' no entrará al palacio. 9 Asi que David vivió en la fortaleza y la llamó la ciudad de David. El fortificó alrededor de ella, desde la terraza hacia adentro. 10 David se hizo muy poderoso porque el SEÑOR, el Dios de los ejércitos, estaba con él. 11 Entonces Hiram rey de Tiro envió mensajeros a David, y árboles de cedro, carpinteros, y albañiles. Ellos construyeron una casa para David. 12 David sabía que el SEÑOR le había establecido como rey sobre Israel, y que Él habia exaltado su reino por causa de su pueblo Israel. 13 Luego que David salió de Hebrón y vino a Jerusalén, él tomó más concubinas y esposas en Jerusalén, y más hijos e hijas le nacieron. 14 Estos fueron los nombres de los hijos que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, 15 Ibar, Elisúa, Nefeg, Jafía, 16 Elisama, Eliada, y Elifelet. 17 Ahora cuando los filisteos oyeron que David había sido ungido como rey sobre Israel, salieron a buscarle. David se enteró de eso y bajó a la fortaleza. 18 Y los filisteos llegaron y se esparcieron por el valle de Refaim. 19 Entonces David le pidió ayuda al SEÑOR. él dijo: "¿Debo atacar a los filisteos? ¿Nos darás la victoria sobre ellos? El SEÑOR le dijo a David:" Ataca, porque Yo ciertamente te daré la victoria sobre los filisteos." 20 Así que, David atacó en Baal Perazim, y allí él los derrotó. Él comentó:" El SEÑOR ha irrumpido sobre mis enemigos ante mi como una corriente de agua impetuosa." Así que el nombre de ese lugar se llamó Baal Perazim. 21 Los filisteos dejaron sus ídolos allí, y David y sus hombres los llevaron fuera. 22 Entonces los filisteos volvieron y se esparcieron una vez más en el valle de Refaim. 23 Así que David buscó ayuda del SEÑOR nuevamente, y el SEÑOR, le dijo: "Tu no debes atacar su frente, mas bien, circula alrededor de ellos, y llega a ellos por detrás a través de las balsameras. 24 Cuando oigas el sonido de marcha en el viento soplando a través de las copas de los árboles, entonces ataca con fuerza. Haz esto porque el SEÑOR habrá salido delante de ti a atacar el ejército de los filisteos". 25 Así hizo David como el SEÑOR le había ordenado. Él mató filisteos desde Geba todo el camino hasta Gezer.

6

1 Ahora, David nuevamente juntó a todos los hombres escogidos de Israel, treinta mil. 2 David se levantó y fue con todos sus hombres que estaban con él desde Baala en Judá para traer desde ahí el arca de Dios, el cual es llamado por el nombre del SEÑOR de los ejércitos que se sienta entronado sobre los querubines. 3 Pusieron el arca de Dios en un carro nuevo. Ellos la sacaron fuera de la casa de Abinadab, la cual estaba en una colina. Uza y Ahío, sus hijos, estaban guiando el carro nuevo. 4 Ellos sacaron el carro fuera de la casa de Abinadab que estaba en la colina con el arca de Dios sobre el. Ahío estaba caminando frente al arca. 5 Entonces David y toda la casa de Israel comenzaron a tocar ante el SEÑOR, celebrando con instrumentos de madera, arpas, liras, panderetas, cascabeles y címbalos. 6 Cuando llegaron a los sembradíos de Nacón, los bueyes tropezaron, y Uza extendió su mano para agarrar el arca de Dios, y la sostuvo. 7 Entonces el enojo del SEÑOR se encendió contra Uza. Dios lo atacó ahí por su pecado. Uza murió ahí junto al arca de Dios. 8 David estaba enojado porque el SEÑOR había atacado a Uza, y él llamo el nombre de ese lugar Pérez Uza. Ese lugar es llamado Pérez Uza hasta este día. 9 David se atemorizó del SEÑOR ese día. Él dijo: "¿Cómo puede el arca del SEÑOR venir a mí?" 10 Así que David no estaba dispuesto a llevar el arca del SEÑOR con él dentro de la ciudad de David. En lugar de esto, él la puso hacia el lado en la casa de Obed Edom el geteo. 11 El arca del SEÑOR permaneció en la casa de Obed Edom el geteo por tres meses. Así que el SEÑOR lo bendijo a él y a toda su casa. 12 Cuando le dijeron al rey David: "El SEÑOR ha bendecido la casa de Obed Edom y todo lo que le pertenece a él a causa del arca de Dios," fue y trajo el arca de Dios desde la casa de Obed Edom a la ciudad de David con gozo. 13 Cuando los que estaban cargando el arca del SEÑOR habían dado seis pasos, él sacrificó un buey y un becerro gordo. 14 David bailó ante el SEÑOR con toda su fuerza; él solo vestía un efod de lino. 15 Así que, David y toda la casa de Israel trajeron el arca del SEÑOR con aclamación y sonido de trompetas. 16 Ahora, mientras el arca del SEÑOR entraba a la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, miró fuera de la ventana. Ella vio al rey David saltando y bailando ante el SEÑOR. Entonces ella lo despreció en su corazón. 17 Ellos llevaron adentro el arca del SEÑOR y la pusieron en su lugar, en medio de la tienda que David había levantado para ella. Entonces, David ofreció ofrendas quemadas y ofrendas de paz ante el SEÑOR. 18 Cuando David hubo terminado de sacrificar las ofrendas quemadas y las ofrendas de comunión, él bendijo al pueblo en el nombre del SEÑOR de los ejércitos. 19 Entonces él distribuyó entre toda la gente, la multitud completa de Israel, tanto hombres y mujeres, un pan, una porción de carne, y un pastel de pasas. Entonces toda la gente se fue; cada uno regresó a su propia casa. 20 Entonces, David regresó para bendecir a su familia. Mical, la hija de Saúl, salió para encontrarse con David y dijo: "¡Que honorable estuvo departe del rey de Israel hoy, quien se desvistió ante los ojos de las criadas de sus sirvientes, como uno de esos tipos vulgares que desvergonzadamente se desvisten así mismos!" 21 David le respondió a Mical: "Yo hice eso ante el SEÑOR, Quien me escogió sobre tu padre y sobre toda su familia, quien me nombró a mí líder sobre el pueblo del SEÑOR, sobre Israel. ¡Ante el SEÑOR yo estaré gozoso! 22 Yo seré aún más indigno que esto, y seré humillado en mis propios ojos. Pero por estas criadas de las cuales hablaste, yo seré honrado." 23 Así que Mical, la hija de Saúl, no tuvo hijos hasta el día de su muerte.

7

1 Ocurrió, que después que el rey se estableció en su casa, y después que el SEÑOR le había dado descanso de todos sus enemigos circundantes, 2 el rey le dijo a Natán el profeta: "Mira, yo estoy viviendo en una casa de cedro, pero el arca de Dios está quedándose en el medio de una tienda." 3 Entonces Natán le dijo al rey: "Ve, haz lo que está en tu corazón, porque el SEÑOR está contigo." 4 Pero esa misma noche la palabra del SEÑOR vino a Natán y dijo: 5 "Ve y dile a David, mi siervo, 'Esto es lo que el SEÑOR dice: ¿Me construirás una casa en la cual viva? 6 Porque Yo no he vivido en una casa desde el día que saqué al pueblo de Israel fuera de Egipto hasta este presente día; en cambio, Yo me he estado moviendo en una tienda, un tabernáculo. 7 En todos los lugares donde me he movido entre todo el pueblo de Israel, ¿alguna vez le dije algo a algún líder de Israel a quien Yo escogí para pastorear mi pueblo Israel, diciendo: "Por qué tú no me has construido una casa de cedro?"' 8 Ahora entonces, dile a mi siervo David: "Esto es lo que el SEÑOR de los ejércitos dice: 'Yo te tomé del prado, de seguir a las ovejas, para que fueras gobernante sobre mi pueblo Israel. 9 Yo he estado contigo donde quiera que fuiste y he quitado a todos tus enemigos de delante de ti. Y Yo haré tu nombre grande, como el nombre de los grandes de la tierra. 10 Yo escogeré un lugar para mi pueblo Israel y los plantaré ahí, para que ellos puedan vivir en su propio lugar y ya no estén preocupados. Las personas malvadas ya no los oprimirán a ellos, como lo hicieron antes, 11 como ellos lo estaban haciendo desde los días que Yo le ordené a los jueces estar sobre mi pueblo Israel. Ahora, Yo te daré descanso de todos tus enemigos. Más aún, Yo, el SEÑOR, te declaro que Yo te haré una casa. 12 Cuando tus días sean cumplidos y duermas con tus padres, Yo levantaré un descendiente después de ti, uno que saldrá de tu cuerpo, y Yo estableceré su reino. 13 Él construirá una casa para mi nombre, y Yo estableceré el trono de su reino para siempre. 14 Yo seré un padre para él, y él será mi hijo. Cuando él peque, Yo lo disciplinaré con la vara de hombres y con los azotes de los hijos de los hombres. 15 Pero mi pacto de fidelidad no lo dejará a él, como lo tomé de Saúl, a quien removí de delante de ti. 16 Tu casa y reino serán confirmados para siempre delante de ti. Tu trono será establecido para siempre.'" 17 Natán le habló a David y le reportó a él todas estas palabras, y él le dijo sobre la visión entera. 18 Luego David, el rey, entró y se sentó ante el SEÑOR; él dijo: "¿Quién soy yo, SEÑOR Dios, y qué es mi familia que me has traído hasta este punto? 19 Ahora, esto fue una cosa pequeña a tu vista, Señor Dios. ¡Tú incluso has hablado acerca de la familia de tu siervo en un tiempo por venir, y me has mostrado generaciones futuras, Señor Dios! 20 ¿Qué más puedo yo, David, decirte a Ti? Tú has honrado a tu siervo, Señor Dios. 21 Por amor a tu palabra, y para cumplir Tu propio propósito, Tú has hecho esta gran cosa y la revelaste a tu siervo. 22 Por lo tanto, Tú eres grande, Señor Dios. Porque no hay ninguno como tú, y no hay Dios aparte de ti, así como nosotros hemos escuchado con nuestros propios oidos. 23 ¿Y qué nación es como tu pueblo Israel, la única nación en la tierra a quien Tú, Dios, fuiste y rescataste para ti mismo? Tú hiciste esto para que ellos se convirtieran en un pueblo para Ti mismo, para hacer un nombre para ti mismo, y para hacer cosas grandes y temibles por tu tierra. Tú expulsaste naciones y sus dioses de delante de tu pueblo, a quienes rescataste de Egipto. 24 Tú estableciste a Israel como tu propio pueblo para siempre, y Tú, SEÑOR, te convertiste en su Dios. 25 Así que ahora, SEÑOR Dios, que la promesa que Tú hiciste acerca de tu siervo y su familia sea establecida para siempre. Haz como has hablado. 26 Que tu nombre sea grande para siempre, para que la gente diga, 'el SEÑOR de los ejércitos es el Dios de Israel,' mientras la casa mía, la de David, tu siervo, es establecida delante de Ti. 27 Porque Tú, SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel, le has revelado a tu siervo que Tú le construirás a él una casa. Esto es por lo que yo, tu siervo, he encontrado la valentía para orarte a ti. 28 Ahora, Señor Dios, Tú eres Dios, y tus palabras son confiables, y Tú has hecho esta buena promesa a tu siervo. 29 Ahora pues, que te complazca bendecir la casa de tu siervo, para que continúe para siempre delante de Ti. Porque Tú, Señor Dios, has dicho estas cosas, y con tu bendición la casa de tu siervo será bendecida para siempre."

8

1 Después de esto aconteció que David atacó a los filisteos y los derrotó. Así que David tomó a Gat y sus villas y las liberó del control de los filisteos. 2 Después el derrotó a Moab y midió sus hombres con una línea al hacerlos acostarse en el suelo. Él midió dos líneas para ejecutar, y una línea entera para mantenerlos vivos. Así que los moabitas se convirtieron en siervos de David y empezaron a pagarle tributo. 3 David entonces derrotó a Hadad Ezer hijo de Rehob, el rey de Soba, mientras Hadad-Ezer estaba viajando para recuperar su dominio junto al río Eufrates. 4 David capturó de él 1, 700 carruajes y veinte mil soldados a pie. David desjarretó todo los caballos que tenían carruajes, pero reservó bastantes de ellos para cien carruajes. 5 Cuando los arameos de Damasco vinieron a ayudar a Hadab-Ezer rey de Soba, David mató veintidos mil hombres arameos. 6 Entonces David puso guarniciones en Aram de Damasco, y los arameos se convirtieron en siervientes de él y le trajeron tributo. El SEÑOR le daba la victoria a David dondequiera que iba. 7 David tomó los escudos de oro que le pertenecían a los siervos de Hadab-Ezer y los trajo a Jerusalén. 8 Desde Beta a Berotai, ciudades de Hadab-Ezer, el rey David tomó mucho bronce. 9 Cuando Toi, rey de Hamat, oyó que David había derrotado a todo el ejército de Hadad-Ezer, 10 Toi mandó a Joram su hijo al rey David a saludarlo y bendecirlo, porque David había peleado en contra de Hadah-Ezer y lo derrotó, y porque Hadad-Ezer declaró la guerra contra Toi. Joram trajo consigo objetos de plata, oro, y bronce. 11 El rey David separó estos objetos a Jehová, junto con la plata y el oro de todas las nationes que él conquistó 12 -desde Aram, Moab, el pueblo de Amón, los filisteos, y los amalecitas, junto con todo el botín de Hadad-Ezer hijo de Rehob, el rey de Soba. 13 El nombre de David fue bien reconocido cuando él regreso de conquistar a los arameos en el valle de Sal, con sus dieciocho mil hombres. 14 Él puso guarniciones atravez de todo Edom, y todos los edomitas se convirtieron en siervos de él. El SEÑOR le dió la victoria a David donde quiera que iba. 15 David reinó sobre todo Israel, y él administró justicia y derecho a todo su pueblo. 16 Joab hijo de Sarvia era el comandante del ejército, y Josafat hijo de Ahilud era el cronista. 17 Sadoc hijo de Ahitob y Ahimelec hijo de Abiatar eran sacerdotes, y Seraía era escriba. 18 Benaía hijo de Joiada estaba a cargo de los cereteos y peleteos, y los hijos de David fueron los líderes de los consejeros del rey.

9

1 David dijo: "Queda alguien en la familia de Saúl a quien yo pueda mostrar bondad por amor a Jonatán? 2 Había en la familia de Saúl, un siervo de nombre Siba, al cual llamaron para ver a David. El rey le preguntó: "¿Eres tú Siba?" El respondió, "Si, soy yo, su siervo". 3 Entonces el rey le preguntó: "¿No queda alguien en la familia de Saúl a quien yo pueda mostrar la bondad de Dios?" Siba le respondió al rey: "aún queda un hijo de Jonatán que es lisiado de sus pies". 4 El rey le dijo: "¿Dónde está él?" Siba le respondió al rey: "Mira, el está en la casa de Maquir hijo de Amiel en Lodebar". 5 Entonces el Rey David mandó a traerlo de la casa de Maquir hijo de Amiel de Lodebar. 6 Así que, Mefiboset hijo de Jonatán, hijo de Saúl, vino ante David y se inclinó y postró su rostro en tierra en señal de honra hacia David. David le dijo: "Mefiboset". El respondió: "¡Mira, yo soy tu siervo!" 7 David le dijo: "No temas, porque de cierto te mostraré bondad por amor a tu padre Jonatán, y te devolveré toda la tierra de Saúl tu abuelo, y siempre comerás en mi mesa". 8 Mefiboset se inclinó y dijo: ''¿Quién es tu siervo para que le mire con bondad siendo yo un perro muerto?". 9 Entones el rey llamó a Siba, siervo de Saúl, y le dijo: "Todo lo que le perteneció a Saúl y a su familia Yo se lo regreso al nieto de tu amo. 10 Tú, tus hijos y tus siervos cultivarán la tierra para él y recogerán las cosechas, para que el nieto de tu amo tenga comida que comer. Pues Mefiboset, el nieto de tu amo, siempre comerá en mi mesa". Ahora Siba tenia quince hijos y veinte siervos. 11 Entonces Siba le respondió al rey: "Tu siervo hará todo lo que mi amo y rey mande." El rey agregó: "En cuanto a Mefiboset él comerá en mi mesa como uno de los hijos del rey." 12 Mefiboset tenía un hijo el cual se llamaba Micaía. Y todos los que vivían en la casa de Siba eran siervos de Mefiboset. 13 Así que, Mefiboset vivió en Jerusalén y siempre comió en la mesa del rey aunque lisiado de ambos pies.

10

1 Pasó después, que el rey del pueblo de Amón murió, y Hanún, su hijo, se convirtió en rey en su lugar. 2 David dijo: "Mostraré bondad a Hanún, hijo de Nahas, pues su padre me mostró bondad a mí." Así que David envió a sus siervos a consolar a Hanún acerca de su padre. Sus siervos entraron a la tierra del pueblo de Amón. 3 Pero los líderes del pueblo de Amón le dijeron a Hanún, su amo: "¿Tú realmente piensas que David está honrando a tu padre porque ha enviado hombres a consolarte? ¿No, te ha enviado David a sus siervos para ver la ciudad y espiarla, en orden de destruirla?" 4 Así que Hanún tomó a los siervos de David, afeitó la mitad de sus barbas, cortó sus vestiduras a la altura de sus nalgas, y los envió lejos. 5 Cuando ellos le explicaron esto a David, él envió para encontrarse con ellos, pues los hombres estaban profundamente avergonzados. El rey dijo: "Quédense en Jericó, hasta que sus barbas hayan crecido de vuelta, y entonces regresen." 6 Cuando el pueblo de Amón vió que se habían convertido en una peste para David, el pueblo de Amón envió mensajeros y tomó a sueldo a los Arameos de Bet Rehob y a los Arameos de Soba, veinte mil soldados a pie, y el rey de Maaca con mil hombres y los hombres de Tob con doce mil soldados. 7 Cuando David escuchó de ésto, él envió a Joab y a todo el ejército de soldados. 8 Los amonitas salieron y fomaron una línea de batalla en la entrada de la puerta de la ciudad, mientras que los arameos de Soba y Rehob y los hombres de Tob y Maaca, permanecían solos en los campos abiertos. 9 Cuando Joab vio las líneas de batalla frente a él, tanto delante como detrás, él escogió algunos de los mejores luchadores de Israel, y los ubicó en contra de los arameos. 10 En cuanto al resto del ejército, lo puso bajo el mando de Abisai, su hermano, y él los puso en líneas de batalla en contra del ejército de Amón. 11 Joab dijo, "Si los arameos son muy fuertes para mí, entonces tú, Abisai, me debes rescatar. Pero si el ejército de Amón es muy fuerte para ti, entonces yo vendré y te rescataré. 12 Sé fuerte, y mostrémonos fuertes por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios, pues el SEÑOR hará lo que es bueno para su propósito." 13 Así que, Joab y los soldados de su ejército avanzaron a la batalla en contra de los arameos, quienes fueron forzados a huír ante el ejército de Israel. 14 Cuando el ejército de Amón vio que los arameos habían huído, ellos también huyeron de Abisai, y regresaron a la ciudad. Luego Joab regresó del pueblo de Amón, y fue de vuelta a Jerusalén. 15 Y cuando los arameos vieron que estaban siendo derrotados por Israel, ellos se juntaron otra vez. 16 Luego Hadad Ezer envió por las tropas arameas de más allá del Río Éufrates. Ellos regresaron a Helam con Sobac, el comandante del ejército de Hadad Ezer a la cabeza. 17 Cuando a David se le dijo ésto, el reunió a todo Israel, cruzaron el Jordán, y llegaron a Helam. 18 Los arameos se formaron en líneas de batalla en contra de David y le enfrentaron. Los arameos huyeron de Israel. David mató a setecientos soldados arameos de carruaje y a cuarenta mil soldados de a caballo. Sobac, el comandante de su ejército fue herido y murió allí. 19 Cuando todos los reyes que fueron siervos de Hadad Ezer vieron que fueron derrotados por Israel, ellos hicieron paz con Israel y se volvieron sus súbditos. Así que los arameos por miedo nunca mas ayudaron al pueblo de Amón.

11

1 Llegando la primavera, en el tiempo cuando los reyes normalmente van a la guerra, David envió a Joab su siervo y a todo el ejército de Israel. Ellos destruyeron al ejército de Amón y sitiaron a Rabá. Pero David se quedó en Jerusalén. 2 Sucedió que una noche David se levantó de su cama y caminó en el terrado de su palacio, desde ahí vió a una mujer quien estaba bañándose y la mujer era muy hermosa a la vista. 3 Entonces, David envió y él preguntó a personas que supieran de la mujer. Alguien dijo: "¿No es esa Betsabé, la hija de Eliam, y no es ella la esposa de Urías el hitita?" 4 David envió mensajeros y la trajeron. Ella se presentó ante él, y él durmió con ella (porque ella se había purificado así misma de la mestruación). Entonces ella regresó a su casa. 5 La mujer concibió y envió mensaje a David diciendo: "Estoy embarazada." 6 Entonces David envió a Joab diciendo: "Envíame a Urías el hitita." Entonces Joab envió Urías a David. 7 Cuando Urías llegó, David le preguntó cómo estaba Joab, cómo estaba el ejército y cómo iba la guerra. 8 David le dijo a Urías: "Baja a tu casa, y lava tus pies." Así que Urías se fue del palacio del rey, y el rey le envió un regalo a Urías cuando él se fué. 9 Pero Urías durmió a la puerta del palacio del rey con todos los siervientes de su amo, y él no bajó a su casa. 10 Cuando le dijeron a David, "Urías no bajó a su casa," David le dijo a Urías, "¿No has llegado tú de un viaje? ¿Por qué no bajaste a tú casa?" 11 Urías le respondió a David, "El arca, e Israel y Judá se están quedando en tiendas, y mi señor Joab y los siervientes de mi señor están acampando en un campo abierto. ¿Cómo entonces puedo yo entrar en mi casa a comer y a beber, y a dormir con mi esposa? Tan cierto como que tú estas vivo, yo no haré esto." 12 Así que, David le dijo a Urías, "Quédate aquí hoy también, y mañana yo te dejaré ir." Entonces Urías se quedó en Jerusalén ese día y el siguiente día. 13 Cuando David lo llamó, él comió y bebió ante él, y David lo hizo emborracharse. En la noche, Urías salió a dormir en su cama con las sirvientas de su señor; él no bajó a su casa. 14 Entonces en la mañana David le escribió una carta a Joab y la envió por la mano de Urías. 15 David escribió en la carta diciendo: "Pon a Urías en el mismo frente de la batalla más intensa y entonces retírate de él para que sea golpeado y asesinado." 16 Entonces mientras Joab miraba la ciudad rodeada él asignó a Urías al lugar donde él sabía que los soldados enemigos más fuerte estarían peleando. 17 Cuando los hombres de la ciudad salieron y pelearon contra el ejército de Joab, algunos de los soldados de David cayeron, y Urías el hitita también fue asesinado allí. 18 Cuando Joab envió palabra a David sobre todo lo concerniente a la guerra, 19 él ordenó al mensajero, diciendo: "Cuando hayas terminado de decirle al rey todas las cosas concernientes a la guerra, 20 puede ser que el rey se enoje, y él te dirá a ti: '¿Por qué fuiste tan cerca de la ciudad a pelear? ¿Acaso no sabías que ellos dispararían desde la pared? 21 ¿Quién mató a Abimelec, hijo de Jerobaal? ¿Acaso una mujer no arrojó la piedra superior del molino sobre él desde la pared, para que muriera en Tebes? ¿Por qué te acercaste tanto al muro?' Entonces tú debes responder: 'Tu sirviente Urías el hitita también está muerto.'" 22 Entonces el mensajero salió y fue a David y le dijo todo lo que Joab le había mandado a decir. 23 Y el mensajero le dijo a David: "El enemigo era más fuerte de lo que nosotros eramos al principio; ellos salieron a nosotros en el campo, pero les hicimos regresar de vuelta a la entrada de la puerta. 24 Y sus arqueros le dispararon a tus soldados desde el muro y algunos de los sirvientes del rey fueron asesinados y tu sirviente Urías el hitita lo mataron también." 25 Entonces David le dijo al mensajero: "Dile esto a Joab: 'No dejes que esto te incomode porque la espada devora a uno tanto como al otro. Haz tu batalla aún más fuerte contra la ciudad, y derrótala.' Y alienta a Joab." 26 Entonces, cuando la esposa de Urías escuchó que Urías su esposo estaba muerto, ella se lamentó profundamente por su esposo. 27 Cuando su pena pasó, David la envió a buscar y la trajo a vivir a su palacio, y ella se convirtió en su esposa y le dió un hijo. Pero lo que David había hecho disgustó a el SEÑOR.

12

1 Entonces, el SEÑOR envió a Natán a donde David. Él vino a él y dijo: "Había una vez dos hombres en una ciudad. Un hombre era rico y el otro pobre. 2 El hombre rico tenía grandes cantidades de rebaño y ganado, 3 pero el pobre hombre nada tenía, excepto una pequeña cordera, la cual habia comprado, alimentado y criado. Esta creció junto con él y con sus hijos. La cordera tambien comía con él y bebia de la misma copa que él, y dormía en sus brazos y era como una hija para él. 4 Un día un visitante llegó donde el hombre rico, pero el hombre rico no estaba dispuesto a agarrar un animal de su propio rebaño y ganado para proveerse comida. En cambio, él agarró a la corderita del hombre pobre y la cocinó para su visitante." 5 David se enfureció en contra del hombre rico, y él le gritó a Natán: "Yo declaro, tan cierto como el SEÑOR vive, que el hombre que haya hecho esto merece ser ejecutado. 6 Él debe pagar la cordera cuatro veces por haber hecho él tal cosa, y porque no tuvo pena por el hombre pobre." 7 Luego Natán le dijo a David: "¡Tú eres ese hombre! El SEÑOR, el Dios de Israel, dice: 'Yo te ungí como rey sobre Israel, y te rescaté de la mano de Saúl. 8 Yo te di la casa de tu amo, y las esposas de tu amo en tus brazos. También te di la casa de Israel y Judá. Y si eso hubiera sido muy poco, Yo te hubiese dado muchas otras cosas más. 9 Así que, ¿por qué has despreciado las ordenanzas del SEÑOR, para hacer lo que es malo a su vista? Tú has matado a Urías el hitita con la espada y has tomado su esposa para que sea tu propia esposa. Tú lo mataste con la espada del ejército de Amón. 10 Así que, ahora la espada nunca dejará tu casa, porque me has despreciado y has tomado la esposa de Urías el hitita como tu esposa.' 11 El SEÑOR dice: 'Mira, Yo levantaré desastre en contra tuya de tu propia casa. Ante tus propios ojos, Yo tomaré tus esposas y se las daré a tu vecino, y él dormirá con tus esposas en plena luz del día. 12 Pues tú cometiste tu pecado secretamente, pero Yo haré esto ante todo Israel, a la luz del sol.'" 13 Entonces David le dijo a Natán: "Yo he pecado en contra del SEÑOR." Natán le respondió a David: "El SEÑOR también ha pasado por alto tu pecado. Tú no morirás. 14 Sin embargo, por ésto que has hecho has ofendido al SEÑOR, y el hijo que nazca ciertamente morirá." 15 Luego Natán se marchó y se fue a casa. El SEÑOR atacó al niño que la esposa de Urías le dio a David, y él estaba muy enfermo. 16 David entonces le imploró a Dios por el niño. David ayunó y se fue adentro y se acostó toda la noche en el suelo. 17 Los ancianos de su casa se levantaron y se pararon al lado de él, para levantarlo del suelo, pero él no se levantaba, y no comía con ellos. 18 Ocurrió que en el séptimo día el hijo murió. Los sirvientes de David estaban asustados de decirle a él que el hijo estaba muerto, porque ellos dijeron: "Miren, mientras el hijo estaba vivo le hablamos, y él no escuchó nuestra voz. ¿¡Qué se podría hacerse a sí mismo si le decimos que el niño está muerto?! 19 Pero cuando David vio que sus sirvientes estaban murmurando entre ellos, David percibió que el niño estaba muerto. Él le dijo a sus sirvientes: "¿El niño está muerto?" Ellos contestaron: "Él está muerto." 20 Entonces, David se levantó del suelo y se lavó, se ungió a sí mismo y se cambió sus vestiduras. Él se fue al tabernáculo del SEÑOR y adoró allí, y luego él regresó a su propio palacio. Cuando él lo pidió, ellos pusieron comida delante de él, y él comió. 21 Luego, sus sirvientes le dijeron a él: "¿Por qué ha hecho esto? Usted ayunó y lloró por el niño mientras estaba vivo, pero cuando el niño murió, usted se levantó y comió." 22 David contestó: "Mientras el niño estaba vivo yo ayuné y lloré. Yo dije: '¿Quién sabe si el SEÑOR sea misericordioso conmigo, y el niño quizas vivá?' 23 Pero ahora que él está muerto, ¿por qué debería ayunar? ¿Puedo traerlo de regreso? Yo iré a él, pero él no regresará a mí."' 24 David consoló a Betsabé, su esposa, y fué a ella y se acostó con ella. Después ella dio a luz a un hijo, y el niño fue nombrado Salomón. El SEÑOR lo amaba 25 y Él envió palabra a través de Natán, el profeta para que lo nombrara Jedidías, porque el SEÑOR lo amaba. 26 Ahora, Joab peleó en contra de Rabá, la ciudad real del pueblo de Amón, y capturó su fortaleza. 27 Así que Joab le envió mensajeros a David y dijo: "He peleado en contra de Rabá, y he tomado el sumisitro de agua de la ciudad. 28 Ahora, por lo tanto, reúne al resto del ejército y acampa contra la ciudad y tómala, porque si yo tomo la ciudad, será le pondra mi nombre 29 Así que David reunió a todo el ejército y se fue a Rabá; peleó contra la ciudad y la capturó. 30 David tomó la corona de la cabeza de su rey--pesaba un talento de oro, y había una piedra preciosa en ella. La corona fue colocada en la propia cabeza de David. Luego, él sacó el botín de la ciudad en grandes cantidades. 31 Él trasladó a las personas que estaban en la ciudad y las forzó a que trabajaran con serruchos, picos de hierro y hachas; él también los hizo trabajar en hornos de ladrillos. David le requirió a todas las ciudades del pueblo de Amón a hacer esta labor. Luego, David y todo el ejército regresaron a Jerusalén.

13

1 Sucedió, después de esto, que Amnón, hijo de David, estaba muy atraído a su hermosa media-hermana Tamar, quien era hermana completa de Absalón, otro de los hijos de David. 2 Amnón estaba tan frustrado que se enfermó por causa de su hermana Tamar. Ella era virgen, y le parecía imposible a Amnón hacerle cosa alguna a ella. 3 Pero Amnón tenía un amigo cuyo nombre era Jonadab hijo de Simea, hermano de David. Jonadab era un hombre muy perspicaz. 4 Jonadab le dijo a Amnón: "Por qué, hijo del rey, estás tú deprimido cada mañana? ¿No me lo dirás?" Así que Amnón le contestó: "Yo amo a Tamar, la hermana de mi hermano Absalóm." 5 Entonces Jonadab le dijo a él: "Acuéstate en tu cama y finge estar enfermo. Cuando tu padre venga a verte, pregúntale: '¿Podrías por favor enviar a mi hermana Tamar a darme algo de comer y que lo cocine ante mí, de manera que yo pueda verlo y comérmelo de su mano?"'' 6 Así que Amnón se acostó y fingió estar enfermo. Cuando el rey vino a verlo, Amnón dijo al rey: "Por favor envía a mi hermana Tamar a preparar alguna comida para mi enfermedad en frente de mí para que yo pueda comer de su mano." 7 Entonces David envió palabra a Tamar en su palacio, diciendo: "Ve ahora a la casa de tu hermano Amnón y prepara comida para él." 8 Así que Tamar fue a la casa de su hermano Amnón donde él estaba acostado. Ella tomó masa y la amasó y formó pan a su vista, y entonces lo horneó. 9 Ella tomó la sartén y le dio el pan a él, pero él se negó a comérselo. Entonces Amnón le dijo a los otros presentes: "Saca a todos, lejos de mí." Así que todos salieron lejos de él. 10 Así que Amnón le dijo a Tamar: "Trae la comida dentro de mi cuarto para poder comer de tu mano." Así que Tamar tomó el pan que ella había hecho, y lo trajo dentro del cuarto de Amnón su hermano. 11 Cuando le trajo la comida, él la agarró y le dijo a ella: "Ven, duerme conmigo, mi hermana." 12 Ella le contestó: "No, mi hermano, no me obligues, pues nada así debe hacerse en Israel. No hagas esta cosa lamentable. 13 ¿Cómo podría yo deshacerme de mi verguenza? ¿Qué de ti? ¡Tu serías como uno de los necios de Israel! Ahora, por favor habla al rey, pues el no me negará a ti". 14 Sin embargo Amnón no la escuchó. Como él era más fuerte que Tamar, se apoderó de ella y él durmió con ella. 15 Entonces Amnón odió a Tamar con odio extremo. Él la odió aún más de lo que la había deseado. Amnón le dijo a ella: "Levántate y vete." 16 Pero ella le respondió a él: "¡No! Porque este gran mal de hacerme marcharme es aún peor que lo me hiciste a mí!" Pero Amnón no la escuchó a ella. 17 por el contrario, él llamó a su sirviente personal y dijo: "Lleva a esta mujer lejos de mí, y tranca la puerta tras ella." 18 Entonces su sirviente la sacó afuera y trancó la puerta tras ella. Tamar vestía una túnica muy decorada porque las hijas del rey que eran vírgenes vestían de esa manera. 19 Tamar puso cenizas en su cabeza y rasgó su túnica. Ella puso sus manos en su cabeza y se alejó caminando, llorando en voz alta mientras se iba. 20 Absalón su hermano le dijo a ella: "¿Ha estado tu hermano Amnón contigo? Pero ahora quédate callada, mi hermana. Él es tu hermano. No tomes esto en serio." Así que Tamar permaneció sola en la casa de su hermano Absalón. 21 Pero cuando el rey David oyó de todas estas cosas, él estaba muy enojado. 22 Absalón no le dijo nada a Amnón, pues Absalón lo odió por lo que él le había hecho a ella y cómo había deshonrado a su hermana Tamar. 23 Sucedió luego de dos años que Absalón tenía esquiladores de ovejas trabajando en Baal Hazor, lo cual es cerca de Efraín, y Absalón invitó a todos los hijos del rey a que visitaran allí. 24 Absalón fue al rey y dijo: "Mira ahora, tu sirviente tiene esquiladores de ovejas. Por favor, que el rey y sus sirvientes vayan conmigo, tu sirviente." 25 El rey le contestó a Absalón: "No, mi hijo, todos nosotros no debemos ir porque seríamos una carga para ti." Absalón animó al rey, pero él no quería ir, pero sí bendijo a Absalón. 26 Luego, Absalón dijo: "Si no, por favor deja a mi hermano Amnón ir con nosotros." Así que el rey le dijo a él: "¿Por qué debe Amnón ir contigo?" 27 Absalón presionó a David, y así que él dejó a Amnón y a todos sus hijos ir con él. 28 Absalón ordenó a sus sirvientes diciendo: "Escuchen atentamente. Cuando Amnón comience a estar ebrio con vino, y cuando yo les diga: 'Ataquen a Amnón,' entonces mátenlo. No tengan miedo. ¿No les he ordenado yo? Tengan ánimo y sean valientes." 29 Así que los sirvientes de Absalón hicieron a Amnón según él les había ordenado a ellos. Entonces todos los hijos del rey se levantaron, y todo hombre montó su mula y huyó. 30 Sucedió que mientras ellos estaban en el camino que la noticia le llegó a David diciendo: "Absalón ha matado a todos los hijos del rey y no queda ni uno de ellos." 31 Entonces el rey se levantó, rasgó sus ropas y se acostó en el piso; todos sus sirvientes estuvieron a su lado con sus ropas rasgadas. 32 Jonadab hijo de Simea, hermano de David, contestó y dijo: "Que no crea mi amo que ellos han matado a todos los hombres jóvenes que son hijos del rey, pues solamente Amnón está muerto. Absalón ha planificado ésto desde el día que Amnón violó a su hermana Tamar. 33 Por tanto no tome mi amo el rey este informe en serio, y no crea que todos sus hijos están muertos, pues solamente Amnón está muerto." 34 Absalón salió huyendo. Un sirviente que vigilaba alzó sus ojos y vio mucha gente llegando en el camino en la ladera al oeste de él. 35 Luego, Jonadab le dijo al rey: "Mira, los hijos del rey vienen. Es justo según dijo tu siervo." 36 Sucedió tan pronto él había terminado de hablar que los hijos del rey llegaron, alzaron sus voces y lloraron. Y el rey y todos sus sirvientes también lloraron amargamente. 37 Pero Absalón huyó y fue a Talmai, hijo de Amiud, el rey de Gesur. David tuvo luto por su hijo cada día. 38 Así que Absalón huyó y fue a Gesur dónde estuvo por tres años. 39 La mente del rey David anhelaba salir y ver a Absalón pues yá estaba consolado concerniente a Amnón y su muerte.

14

1 Joab hijo de Sarvia percibió que el corazón del rey deseaba ver a Absalón. 2 Así que Joab envió palabra a Tecoa e hizo traer a una mujer sabia ante él. Él le dijo: "Por favor pretende que estás de duelo y ponte ropa de luto. Por favor no te unjas con aceite, pero sé como una mujer que ha estado de luto por mucho tiempo por el muerto. 3 Entonces ve donde el rey y háblale sobre lo que te describiré." Así que Joab le dijo las palabras que ella debía decir al rey. 4 Cuando la mujer de Tecoa habló al rey ella se postró sobre su rostro en el suelo y dijo: "Ayúdame rey." 5 El rey le dijo a ella: "¿Qué te sucede?" Ella contestó: "La verdad es que soy una viuda y mi esposo está muerto. 6 Yo tu sierva tenía dos hijos y ellos pelearon entre sí en el campo y no hubo nadie que los separara. Uno golpeó al otro y lo mató. 7 Y ahora la tribu completa se ha levantado contra tu sierva y ellos dicen: 'Danos al hombre que golpeó a su hermano para que podamos hacerlo morir y que pague por la vida de su hermano al que mató.' Y así también ellos destruirán al heredero. Así ellos apagarán la ascua ardiente que me ha quedado y no dejarán para mi esposo ni nombre ni descendencia en la superficie de la tierra."' 8 Así que el rey le dijo a la mujer: "Ve a tu casa y yo ordenaré que se haga algo por ti." 9 La mujer de Tecoa dijo al rey: "Mi señor rey la culpa sea sobre mí y sobre la casa de mi padre. El rey y su trono están sin culpa." 10 El rey respondió: "Quien te diga algo a ti tráemelo y él no te molestará más." 11 Entonces ella dijo: "Por favor, que el rey traiga a su memoria al SEÑOR su Dios para que el vengador de sangre no destruya más a ninguno, para que ellos no destruyan a mi hijo." El rey respondió: ''Te prometo, así como Vive el SEÑOR, que ni un pelo de tu hijo caerá a tierra." 12 Entonces, la mujer dijo: "Por favor deja a tu sierva hablar una palabra más a mi Señor el rey. Él dijo: "Habla." 13 Así que la mujer dijo: "¿Por qué entonces usted ha ideado tal cosa contra el pueblo de Dios? Porque al decir ésto el rey es como alguien que es culpable pues el rey no ha traído a casa de vuelta a su hijo desterrado. 14 Pues todos moriremos y somos como agua derramada en la tierra que no se puede recoger de nuevo. Pero Dios no quitará vida, en cambio Él encuentra una forma para que esos que fueron echados fuera sean restaurados. 15 Ahora entonces, viendo que he venido a hablar esta cosa a mi señor el rey, es porque el pueblo me ha llenado de miedo. Así que tu sierva se dijo a sí misma: 'Hablaré ahora al rey. Podrá ser que el rey lleve a cabo la petición de su sierva. 16 Pues el rey me escuchará a mí, de manera que entregue a su siervo de la mano del hombre que me destruiría a mí y a mi hijo juntos, de la herencia de Dios.' 17 Entonces tu sierva oró: "SEÑOR, por favor permite que la palabra de mi señor el rey me brinde alivio porque como un ángel de Dios es mi señor el rey para discernir el bien del mal. Sea el SEÑOR tu Dios contigo." 18 Entonces el rey respondió y dijo a la mujer: "Por favor no escondas de mí nada de lo que te pregunte." La mujer respondió: "Que mi señor el rey hable ahora." 19 El rey dijo: "¿No está la mano de Joab contigo en todo esto?" La mujer respondió y dijo: "Mientras viva, mi señor el rey, nadie puede escapar a la mano derecha o a la izquierda de nada de lo que mi señor ha hablado. Fue tu siervo Joab quien me mandó y me dijo que dijera estas cosas que tu sierva ha hablado. 20 Tu siervo Joab ha hecho ésto para cambiar el curso de lo que está pasando. Mi señor es sabio, como la sabiduría de un ángel de Dios, y el sabe todo lo que está sucediendo en la tierra." 21 Así que el rey dijo a Joab: "Mira ahora, yo haré esta cosa. Ve entonces, y trae al joven Absalón de vuelta." 22 Así que Joab se postró sobre su rostro en tierra en honor y gratitud al rey. Joab dijo: "Hoy tu siervo sabe que yo he encontrado favor ante tus ojos, mi señor, rey, en que el rey ha llevado a cabo la petición de su siervo." 23 Así que Joab se levantó, fue a Gesur, y trajo de vuelta a Absalón a Jerusalén. 24 El rey dijo: "Él puede regresar a su propia casa, pero no podrá ver mi rostro." Así que Absalón regresó a su propia casa, pero no vio la cara del rey. 25 Ahora en todo Israel no había nadie alabado por su belleza más que Absalón. Desde la planta de sus pies hasta el tope de su cabeza no había defecto en él. 26 Cuando él se cortaba el pelo de su cabeza al final de cada año, porque era pesado sobre él, él pesaba su cabello; esté pesaba alrededor de doscientos siclos, que se mide por el peso real. 27 A Absalón le nacieron tres hijos y una hija, cuyo nombre era Tamar. Ella era una hermosa mujer. 28 Absalón vivió dos años en Jerusalén sin ver al rey. 29 Entonces Absalón envió palabra a Joab para enviarlo al rey pero Joab no venía a él. Así que Absalón envió palabra una segunda vez pero Joab tampoco vino. 30 Así que Absalón le dijo a sus sirvientes, " Vean, el campo de Joab que está cerca del mío, él tiene cebada ahí. Vayan y préndanle fuego." Así que, los siervos de Absalón prendieron fuego al campo. 31 Entonces Joab se levantó y vino a casa de Absalón y le dijo: "¿Por qué tus siervos han prendido fuego a mi campo?" 32 Absalón le respondió a Joab: "Mira, yo te envié palabra diciendo: 'Ven aquí para yo enviarte al rey a decir: ¿Por qué yo vine de Gesur? Sería mejor para mí todavía estar allá. Ahora, por lo tanto déjame ver la cara del rey y si yo soy culpable deja que él me mate."' 33 Así que Joab fue al rey y le dijo. Cuando el rey llamó por Absalón, él vino al rey y se postró en tierra ante el rey, y el rey besó a Absalón.

15

1 Acontenció después de ésto que Absalón preparó un carruaje y caballos para sí mismo con cincuenta hombres para que corrieran delante de él. 2 Absalón se levantaba temprano y se paraba al lado del sendero que guiaba a la puerta de la ciudad. Cuando cualquier hombre tenía una disputa y venía ante el rey para juicio, Absalón lo llamaba y le decía: "¿De qué ciudad has venido?" Entonces el hombre respondía: "Tu sirviente es de una de las tribus de Israel." 3 Entonces Absalón le decía a él: "Mira tu caso es bueno y correcto pero no hay ninguno nombrado por el rey para que escuche tu caso.'' 4 Absalón añadió: "¡Yo desearía que me hicieran juez en esta tierra para que cada hombre que tenga una disputa o causa pueda venir a mí y yo le traería justicia!'' 5 Acontenció que cuando cualquier hombre iba a Absalón para honrarle él extendía su mano, lo agarraba y lo besaba. 6 Absalón actuaba de esta manera con todo Israel que venía ante él rey para juicio. Así que Absalón robó el corazón de los hombres de Israel. 7 Acontenció que al final de cuatro años Absalón le dijo al rey: ''Por favor déjame ir y pagar un voto que yo le había hecho al SEÑOR en Hebrón. 8 Pues tu sirviente hizo un voto mientras vivía en Gesur en Aram, diciendo: 'Si el SEÑOR me trae otra vez a Jerusalén entonces yo adoraré al SEÑOR.'" 9 Así que el rey le dijo a él: " Ve en paz." Entonces Absalón se levantó y se fue a Hebrón. 10 Pero después Absalón envió espías a través de todas las tribus de Israel diciendo: "Tan pronto escuchen el sonido de la trompeta tienen que decir: 'Absalón es rey en Hebrón.''' 11 Con Absalón fueron doscientos hombres desde Jerusalén quienes fueron invitados. Ellos fueron en su inocencia sin saber nada de lo que Absalón había planificado. 12 Mientras Absalón ofrecía sacrificios él envió por Ahitofel desde su pueblo Gilo. Él era el consejero de David. La conspiración de Absalón era fuerte, pues el pueblo que seguía a Absalón estaba constantemente aumentando. 13 Un mensajero vino donde David diciendo: "Los corazones de los hombres de Israel están siguiendo a Absalón." 14 Así que David le dijo a todos sus sirvientes que estaban con él en Jerusalén: "Levántense y déjennos salir o ninguno de nosotros escapará de Absalón. Prepárense para irse de inmediato o él se nos adelantará rápidamente, traerá desastre sobre nosotros y atacará la ciudad con el borde de la espada." 15 Los sirvientes del rey le dijeron: "Mira, tus sirvientes están listos para hacer lo que sea que nuestro amo el rey decida." 16 El rey se fue y toda su familia detrás de él pero dejó a diez mujeres quienes eran concubinas para guardar el palacio. 17 Después que el rey salió y todo el pueblo detrás de él se detuvieron en la última casa. 18 Todo su ejército marchó con él y delante de él fueron todos los cereteos, peleteos, y todos los geteos - seiscientos hombres quienes lo siguieron desde Gat. 19 Luego el rey le dijo a Itai el geteo: "¿Por qué tú vendrías con nosotros? Regresa y quédate con el rey pues tú eres extranjero y un exiliado. Regresa a tu propio lugar. 20 Ya que te fuiste ayer, ¿Por qué debería yo hacerte deambular a todas partes con nosotros? Yo ni tan siquiera sé a dónde voy. Así que regresa y toma a tus compratriotas de regreso. Que la lealtad y la fidelidad vayan contigo." 21 Pero Itai le contestó a el rey y dijo: "Mientras el SEÑOR viva, y mientras mi amo el rey viva, ciertamente a cualquier lugar donde vaya mi amo el rey, allí también su sirviente irá aunque eso signifique vivir o morir." 22 Así que David le dijo a Itai: "Ve adelante y continúa con nosotros.'' Así que Itai el geteo marchó con el rey junto con todos sus hombres y todas las familias que estaban con él. 23 Todo el país lloró en voz alta mientras todo el pueblo pasaba por valle de Cedrón, y mientras el rey mismo cruzaba. Todo el pueblo viajó por el sendero hacia el desierto. 24 Incluso Sadoc con todos los levitas cargando el arca del pacto de Dios estaban presentes. Ellos bajaron el arca de Dios y Abiatar se les unió. Ellos esperaron hasta que todo el pueblo pasara fuera de la ciudad. 25 El rey le dijo a Sadoc: "Carga el arca de Dios de vuelta a la ciudad. Si encuentro favor en los ojos del SEÑOR me traerá de vuelta aquí y me mostrará otra vez el arca y el lugar donde Él vive. 26 Pero si Él dice: 'Yo no estoy complacido contigo, mira aquí estoy que me haga lo que le parezca bien a Él." 27 El rey también le dijo a Sadoc el sacerdote: "¿No eres tú un vidente? Regresa a la ciudad en paz y tus dos hijos contigo, Ahimaas tu hijo, y Jonatán hijo de Abiatar. 28 Mira, yo esperaré en los vados de Arabá hasta que la palabra venga de ti para informarme. 29 Así que Sadoc y Abiatar cargaron el arca de Dios de vuelta a Jerusalén y ellos se se quedaron allí. 30 Pero David ascendió descalzo y llorando al Monte de los Olivos y tenía su cabeza cubierta. Cada hombre del pueblo que estaba con él cubrió su cabeza y ellos subieron llorando mientras caminaban. 31 Alguien le dijo a David: "Ahitofel está entre los conspiradores con Absalón.'' Así que David oró: ''Oh SEÑOR, por favor convierte el consejo de Ahitofel en tonterías." 32 Aconteció que cuando David llegó al tope del sendero, donde se acostumbraba a adorar a Dios, Husai el arquita llegó a encontrarlo con su abrigo desgarrado y tierra en su cabeza. 33 David le dijo a él: ''Si tú viajas conmigo, entonces serás una carga para mí. 34 Pero si regresas a la ciudad y le dices a Absalón: 'Yo, rey, seré tu sirviente como he sido de tu padre en el tiempo pasado, así ahora yo seré tu sirviente,' entonces confundirás el consejo de Ahitofel para mí. 35 ¿No tendrás al sacerdote Sadoc y Abiatar contigo? Así que, cualquier cosa que escuches en el palacio del rey tienes que decirle a Sadoc y Abiatar, los sacerdotes. 36 Mira, ellos tienen allí con ellos sus dos hijos, Ahimaas, hijo de Sadoc, y Jonatán, hijo de Abiatar. Tú tienes que enviarme por sus manos todo lo que escuches"'. 37 Así que Husai, amigo de David, fue a la ciudad mientras Absalón llegaba y entraba a Jerusalén.

16

1 Cuando David había llegado un poco más allá de la cumbre de la montaña, Siba el siervo de Mefiboset salió a su encuentro con un par de asnos ensillados; sobre éstos había doscientos hogazas de pan, cien racimos pasas, y cien racimos de higos, y un odre de vino. 2 El rey le dijo a Siba: "¿Por qué trajiste estas cosas?" Siba respondió: "Los asnos son para que los parientes del rey los monten, el pan y los panes de higos para que tus hombres los coman y el vino es para que todo aquel que esté débil en el desierto tome." 3 El rey dijo: "¿Y en dónde está el nieto de tu amo? Siba le respondió al rey: "Mira, él se quedó en Jerusalén, por que dijo: 'Hoy la casa de Israel restaurará el reino de mi padre para mí." 4 Entonces el rey le dijo a Siba: "Mira, todo lo que perteneció a Mefiboset ahora te pertenece a ti." Siba respondió: "Me inclino en humildad ante ti, mi amo, rey. Déjeme encontrar favor delante de ti." 5 Cuando el rey David llegó a Bahurim, salió de allí un hombre del clan de Saúl, cuyo nombre era Simei, hijo de Gera. Él salió maldiciendo mientras caminaba. 6 El lanzó piedras hacia David, y a todos los oficiales del rey, a pesar del ejército y los guardaespaldas que estaban a la derecha y a la izquierda del rey. 7 Simei gritó maldiciendo, "¡Vete, vete de aquí, tu villano, tu hombre de sangre! 8 El SEÑOR les ha pagado a todos ustedes por la muerte de la familia de Saúl, en cuyo lugar tú has reinado. El SEÑOR le ha entregado el reino a las manos de Absalón, tu hijo. Y ahora tú, estás arruinado, porque eres un hombre de sangre." 9 Luego Abisai, hijo de Seruvia, le dijo al rey: "¿Por qué debería este perro muerto maldecir a mi señor, el rey? Por favor, déjame ir y cortarle la cabeza." 10 Pero el rey dijo: "¿Qué tengo que ver con ustedes, hijos de Seruvia? Quizá me maldice porque Él SEÑOR le dijo: 'Maldice a David.' Quién entonces le puede decir a Él, '¿Por qué maldices al rey?" 11 Así que, David le dijo a Abisai, y a todos sus siervos, "Mira, mi hijo, quien nació de mi cuerpo quiere tomar mi vida. ¿Cuánto más este Benjamita ahora desea mi ruina? Déjalo sólo, y deja que maldiga, pues El SEÑOR, le ha ordenado que lo haga. 12 Quizá El SEÑOR, vea la miseria desatada sobre mí, y quiera pagarme con bien por él maldecirme hoy." 13 Así que David y sus hombres viajaron en la calle, mientras Simei iba a su lado en la ladera, maldiciéndole y lanzándole polvo y rocas mientras iba. 14 Luego el rey y toda la gente que estaba con él, se debilitarón, y el descansó cuando ellos se detuvieron por la noche. 15 En cuanto a Absalón, y todos los hombres de Israel que estaban con él, ellos llegaron a Jerusalén, y Ahitofel estaba con él. 16 Y aconteció que cuando Husai, el arquita, amigo de David, vino a Absalón, que Husai le dijo a Absalón: "¡Larga vida al rey!, ¡Larga vida al rey!" 17 Absalón le dijo a Husai: "¿Es ésta tu lealtad a tu amigo? ¿Por qué no te fuiste con él?" 18 Husai le dijo a Absalón: "¡No! En cambio, aquel a quien El SEÑOR y su pueblo y todos los hombres de Israel han escogido, ese es el hombre a quien le perteneceré, y me quedaré con él. 19 Además, ¿a qué hombre debo servir? ¿No debería servir en la presencia de su hijo? Así como he servido en presencia de tu padre, serviré en tu presencia." 20 Luego, Absalón le dijo a Ahitofel: "Danos tu consejo acerca de lo que debemos hacer." 21 Ahitofel le respondió a Absalón: "Ve a dormir con las esposas esclavas de tu padre, a quienes ha dejado para mantener el palacio, y todo Israel esuchará que te has convertido en pestilencia para tu padre. Luego, las manos de todos los que están contigo serán fuertes." 22 Así que abrieron una tienda para Absalón en el techo del palacio, y Absalón se acostó con las esposas esclavas de su padre a la vista de todo Israel. 23 Ahora el consejo que Ahitofel dio en esos días, fue como si un hombre lo hubiera escuchado de la boca del mismo Dios. Así fue como todo el consejo de Ahitofel fue visto por ambos, David y Absalón.

17

1 Luego Ahitofel dijo a Absalón: "Ahora déjame escoger doce mil hombres y subiré y perseguiré a David esta noche. 2 Yo vendré sobre él mientras está cansado y débil y lo sorprenderé con temor. Las personas que están con él huirán y yo atacaré sólo al rey. 3 Yo traeré de vuelta a todas las personas a ti, como una novia viniendo a su esposo, y todo el pueblo estará en paz debajo de ti." 4 Lo que Ahitofel dijo agradó a Absalón y todos los ancianos de Israel. 5 Luego Absalón dijo: "Ahora, tambien llama a Husai el Arquita, y déjanos oir lo que él dice." 6 Cuando Husai hubo venido a Absalón, Absalón le explicó a él lo que Ahitofel había dicho y luego preguntó a Husai: "¿Debemos nosotros hacer lo que Ahitofel ha dicho? Si no, dinos lo que recomiendas." 7 Así que Husai dijo a Absalón: "La recomendación que Ahitofel ha dado esta vez no es buena." 8 Husai añadió: "Tú sabes que tu padre y sus hombres son guerreros fuertes, y que ellos son furiosos como una osa a la que se le ha robado sus cachorros en el campo. Tu padre es un hombre de guerra; él no dormirá con el ejército esta noche. 9 Mira, ahora mismo él está probablemente escondido en algún hoyo o en algún otro lugar. Sucederá que cuando algunos de tus hombres hayan sido asesinados al comienzo del ataque, que quien lo escuche dirá, 'Una matanza se ha llevado a cabo entre los soldados que siguen a Absalón.' 10 Luego los soldados más valientes, cuyos corazones son como el de león, tendrán miedo porque todo Israel sabe que tu padre es un hombre poderoso, y que los hombres que están con él son muy fuertes. 11 Así que yo te recomiendo que todo Israel debe reunirse junto a ti, desde Dan a Beerseba, cual numeroso como las arenas que están junto al mar, y que tú vayas a la batalla en persona. 12 Luego nosotros vendremos sobre él donde quiera que él se encuentre, y nosotros los cubriremos como el rocío cae en la tierra. No dejaremos aun uno de sus hombres, o él mismo, vivo. 13 Si él se retira a una ciudad, luego todo Israel traerá sogas a esa ciudad y nosotros la arrastraremos al río, hasta que no haya ni una piedra pequeña ahí." Luego Absalón y los hombres de Israel dijeron: 14 "El consejo de Husai el Arquita es mejor que el de Ahitofel." El SEÑOR había ordenado el rechazo del buen consejo de Ahitofel para traer destrucción a Absalón. 15 Luego Husai dijo a los sacerdotes Sadoc y Abitatar: "Ahitofel aconsejó a Absalón y los ancianos de Israel de tal y tal manera, pero yo he recomendado otra cosa. 16 Entonces ahora, ve rápidamente e informa a David; dile a él, 'No acampes esta noche en los vados de Arabá, pero por todos los medios crúzalo, o el rey será tragado junto con toda la gente que está con él."' 17 Ahora Jonatán y Ahimaas estaban quedándose en el manantial de En- Rogel. Una sirvienta solía ir e informarles a ellos lo que ellos necesitaban saber, puesto que ellos no podían arriesgar el ser vistos entrando a la ciudad. Cuando el mensaje llegó, luego ellos debían ir y decirle al rey David. 18 Pero un joven los vio esta vez y le dijo a Absalón. Así que Jonatán y Ahimaas se fueron rápidamente y llegaron a la casa de un hombre en Bahurim quien tenía un pozo en su patio, dentro del cual ellos descendieron. 19 La esposa del hombre tomó la cubierta para el pozo y la extendió sobre la abertura del pozo y roció granos sobre éste, así que nadie sabía que Jonatán y Ahimaas estaban en el pozo. 20 Los hombres de Absalón vinieron a la mujer de la casa y dijeron: "¿Dónde están Ahimaas y Jonatán?" La mujer le dijo a ellos: "Ellos han cruzado el río." Así que después de ellos haberlos buscado alrededor y no haberlos encontrados, regresaron a Jerusalén. 21 Sucedió que después que ellos se habían ido, Jonatán y Ahimaas subieron para salir fuera del pozo. Ellos fueron a reportarse al rey David; ellos le dijeron a él: "Levántate y cruza rápidamente sobre el agua porque Ahitofel ha dado tal y cual consejo sobre ti." 22 Luego David subió y toda la gente que estaba con él, y ellos cruzaron sobre el Jordán. En la luz de la mañana ninguno de ellos había dejado de cruzar sobre el Jordán. 23 Cuando Ahitofel vio que su consejo no se había seguido, él ensilló su burro y se fue. Él fue a su hogar a su propia ciudad, puso sus asuntos en orden y el mismo se colgó. De esta manera él murió y fue enterrado en la tumba de su padre. 24 Luego David vino a Mahanaim. En cuanto a Absalón, él cruzó sobre el Jordán, él y todos los hombres de Israel con él. 25 Absalón había puesto a Amasa sobre el ejército en vez de Joab. Amasa era el hijo de Itra el ismaelita, quien había dormido con Abigail, quien era la hija de Nahas y hermana de Sarvia, la madre de Joab. 26 Entonces Israel y Absalón acamparon en la tierra de Galaad. 27 Acontenció que cuando David había llegado a Mahanaim, que Sobi hijo de Nahas de Rabá de los amonitas, y Maquir hijo de Amiel de Lodebar, y Barzilai el Galaadita de Rogelim, 28 trajo colchonetas para dormir y cobijas, tazones y potes, y trigo, harina de cebada, granos rostizados, frijoles, lentejas, 29 miel, mantequilla, ovejas, y cuajada de leche, para que David y las personas con él comieran. Estos hombres habían dicho: "El pueblo está hambriento, cansado y sediento en el desierto"

18

1 David contó los soldados que estaban con él y fijó capitanes de miles y capitánes de cientos sobre ellos. 2 Luego, David envió el ejército, un tercio bajo el mando de Joab, otro tercio bajo el mando de Abisai hijo de Sarvia, hermano de Joab, y aún otro tercio bajo el mando Itai el geteo. El rey le dijo al ejército: "Ciertamente yo también iré contigo. 3 Pero los hombres dijeron: "Usted no debe ir a la batalla, pues si nosotros huímos a ellos no les importará o si la mitad de nosotros morimos a ellos no les importará. ¡Pero usted vale diez mil de nosotros! Por lo tanto, es mejor que usted esté listo para ayudarnos desde la ciudad. 4 Así que el rey le contestó: "Yo haré lo que mejor les parezca a ustedes. El rey se paró en la puerta de la ciudad mientras todo el ejército salía por cientos y por miles. 5 El rey mandó a Joab, Abisai, y a Itai diciendo: "Traten con gentileza, por mi bien, con el jóven Absalón." Todo el pueblo oyó que el rey había dado este mando acerca de Absalón. 6 Así que el ejécito salió para el campo en contra de Israel; la batalla se expandió hacia el bosque de Efraín. 7 El ejército de Israel fue derrotado ahí delante de los soldados de David; allí hubo una gran matanza ese día de veinte mil hombres. 8 La batalla se expandió a través de todo el campo y más hombres fueron consumidos por el bosque que por la espada. 9 Le ocurrió a Absalón que se encontró con algunos de los soldados de David. Absalón montaba su mula y pasó debajo de unas ramas gruesas de un árbol de roble grande, y su cabeza se le quedó atrapada en las ramas del árbol. Quedó suspendido entre la tierra y el cielo mientras la mula que montaba seguía adelante. 10 Alguien vio ésto y se lo dijo a Joab, "¡Mira, yo ví a Absalón colgando en un árbol de roble!" 11 Joab le dijo al hombre que le contó de Absalón, "¡Mira! ¡Tú lo viste! ¿Por qué no le pegaste para derribarlo a la tierra? Yo te hubiera dado diez moneda de plata y un cinturón. 12 El hombre le contestó a Joab, "Ni aunque recibiera mil monedas de plata, aun así, yo no hubiera levantado mi mano en contra del hijo del rey porque todos nosotros oímos que el rey ordenó a ti, a Abisai, y a Itai, diciendo, 'Nadie debe tocar al joven Absalón.' 13 Si yo hubiera arriesgado mi vida por falsedad (y no hay nada escondido ante el rey), tú me hubieras abandonado." 14 Entonces Joab dijo: "Yo no esperaré por tí." Así que Joab agarró tres jabalinas en sus manos y se las atravesó en el corazón a Absalón mientras el aún estaba vivo y colgando del roble. 15 Entonces, diez jóvenes que cargaban con la armadura de Joab rodearon a Absalón, lo atacaron y lo mataron. 16 Entonces, Joab sonó la trompeta y el ejército regresó de perseguir a Israel pues Joab detuvo el ejército. 17 Ellos tomaron a Absalón y lo echaron dentro de un pozo grande en el bosque; enterraron su cuerpo debajo de un montón de piedras, mientras todo Israel escapaba cada hombre a su propio hogar. 18 Ahora Absalón, mientras estaba vivo, se construyó para él un gran pilar de roca en el Valle del Rey, pues él dijo: "Yo no tengo ningún hijo que pueda llevar la memoria de mi nombre." El nombró el pilar en honor de su propio nombre, así que se llamó ''Monumento de Absalón'' hasta hoy día. 19 Entonces Ahimaas, hijo de Sadoc dijo: "Déjame ahora correr al rey con las buenas noticias de cómo El SEÑOR lo ha rescatado de la mano de sus enemigos. 20 Joab le contestó: "Tú no serás el portador de las noticias hoy; tú deberás hacerlo otro día. Este día tú no llevarás las noticias porque el hijo del rey está muerto." 21 Luego, Joab le dijo al cusita: "Anda, dile al rey lo que has visto." El cusita se inclinó a Joab y corrió. 22 Luego, Ahimaas hijo de Sadoc dijo otra vez a Joab: "Independientemente de lo que pueda pasar por favor déjame seguir al cusita."Joab le contestó: "¿Porqué tu quieres correr, mi hijo, viendo que tu no tendrás recompensa por las noticias?" 23 "Lo que sea que pase," dijo Ahimaas: Yo correré." Así que Joab le respondió: "Corre." Luego Ahimaas corrió por el camino de la llanura y le pasó al cusita. 24 Ahora David estaba sentado entre la puerta interior y exterior. El vigilante se había subido al techo de la puerta a la pared y alzó sus ojos. Mientras él miraba él vio a un hombre acercándose, corriendo sólo. 25 El vigilante gritó y se lo dijo al rey. Luego, el rey dijo: "Si el está solo hay noticias en su boca." El corredor llegó cerca y se acercó a la ciudad. 26 Entonces el vigilante notó otro hombre corriendo y el vigilante llamó al portero; él dijo: "Mira, hay otro hombre corriendo con él." El rey dijo: "El también está trayendo noticias." 27 Así que el vigilante dijo: "Yo pienso que la forma de correr del que está en frente se parece a la forma de correr de Ahimaas hijo de Sadoc." El rey dijo: "Él es un buen hombre y viene con buenas noticias." 28 Luego Ahimaas llamó y le dijo al rey: "¿Está todo bién." Y él se inclinó delante del rey con la cara hacia el suelo y dijo: "Bendecido es el SEÑOR tu Dios, quien liberó los hombres que han alzado sus manos contra mí amo, el rey." 29 Así que el rey contestó: "¿Está todo bien con el joven Absalón?" Ahimaas contestó: "Cuando Joab, el siervo del rey, me envió a usted, rey, yo ví una gran perturbación pero yo no ví lo que era. 30 Luego, el rey dijo: "Vuélvete y párate aquí." Así Ahimaas se volvió al lado, y se paró quieto. 31 Inmediatamente llegó el cusita y dijo: "Hay buenas noticias para mi amo el rey, pues el SEÑOR lo ha vengado este día de todo el que se levantó contra usted." 32 Luego, el rey dijo al cusita: "¿Está todo bien con el joven Absalón? El cusita contestó: "Los enemigos de mi amo el rey, y todo el que se levanta en contra suya para hacerle daño, sean como ese joven." 33 Entonces, el rey estuvo profundamente angustiado, y se fue arriba a la habitación encima de la puerta. Mientras se iba, se afligía: "¡Mi hijo Absalón, mi hijo, mi hijo! ¡Yo deseo haber muerto en tu lugar Absalón, mi hijo, mi hijo!"

19

1 A Joab se le dijo: "Mira, el rey está llorando y de luto por Absalón." 2 Así que la victoria ese día se tornó en luto para todo el ejército, pues el ejército escuchó decir ese día: "El rey está de luto por su hijo." 3 Los soldados tuvieron que escabullirse silenciosamente en la ciudad ese día, como gente que está avergonzada se escabuye cuando ellos corren de la batalla. 4 El rey cubrió su cara y gritó en voz alta: "¡Mi hijo Absalón, Absalón, mi hijo, mi hijo!" 5 Luego Joab entró en la casa donde estaba el rey y le dijo: "Hoy tu has avergonzado los rostros de todos tus soldados quienes salvaron tu vida y las vidas de tus hijos, de tus hijas y las vidas de tus esposas y las vidas de tus esposas esclavas. 6 Porque tu amas a esos quienes te odian y tu odias a esos quienes te aman. Pues hoy has demostrado que los comandantes y soldados son nada para ti. Hoy yo creo que si Absalón hubiera vivido y todos nosotros hubiéramos muerto entonces eso te hubiera agradado. 7 Ahora entonces levántate y sal afuera y háblale bondadosamente a tus soldados pues juro por El SEÑOR que si no vas ni un hombre se quedará contigo esta noche. Eso sería peor para ti que todos los desastres que te han ocurrido desde tu juventud hasta ahora." 8 Así que el rey se levantó y se sentó en la puerta de la ciudad y le fue dicho a todos los hombres: "Miren, el rey está sentado en la puerta." Luego todo el pueblo vino ante el rey. Pero Israel huyó cada hombre a su hogar. 9 Todo el pueblo estaba discutiendo, los unos con los otros, entre todas las tribus de Israel diciendo: "El rey nos rescató de la mano de nuestros enemigos. Él nos salvó de la mano de los filisteos, pero ahora ha huído del país a causa de Absalón. 10 Y Absalón, a quien nosotros ungimos sobre nosotros, está muerto en batalla. Así que, ¿por qué no estamos hablando acerca de traer al rey de vuelta?" 11 El rey David envió a Sadoc y Abiatar los sacerdotes diciendo: "Hablen a los ancianos de Judá diciendo: '¿Por qué son ustedes los últimos en traer al rey de vuelta a su palacio, cuando el hablar de todo Israel favorece al rey para traerlo de vuelta a su palacio? 12 Ustedes son mis hermanos, mi carne y hueso. ¿Por qué entonces son los últimos en traer al rey de vuelta?' 13 Y dile a Amasa: '¿No eres tú mi carne y hueso? Me haga ésto Dios a mí, o más, si no eres el capitán de mi ejército de ahora en adelante en lugar de Joab.'" 14 Y él ganó el corazón de todos los hombres de Judá, como un sólo hombre, y así ellos enviaron al rey diciendo: "Regresa tú y todos tus hombres." 15 Así que el rey regresó y vino al Jordán y los hombres de Judá vinieron a Gilgal para ir a encontrarse con el rey para escoltarlo al otro lado del Jordán. 16 Simei, hijo de Gera, el benjamita, quien era de Bahurim, se apresuró junto a los hombres de Judá para encontrarse al rey David. 17 Habían mil hombres de Benjamín con el y Siba siervo de Saúl y sus quince hijos y veinte siervos con él. Ellos cruzaron el Jordán en presencia del rey. 18 Cruzaron para traer a toda la familia del rey y para hacer lo él pensara que fuera bueno. Simei, hijo de Gera, se inclinó ante el rey justo antes de comenzar a cruzar el Jordán. 19 Simei le dijo al rey: "No me considere culpable mi amo o traiga a memoria lo que su siervo obstinadamente hizo ese día que mi señor el rey dejó Jerusalén. Por favor, que el rey no lo lleve a su corazón. 20 Pues tu siervo sabe que yo he pecado. Verás, por eso es que he venido aquí hoy como el primero de toda la familia de José en venir a encontrarme con mi amo, el rey." 21 Pero Abisai, hijo de Sarvia, le respondió y dijo: "¿No debería Simei ser ejecutado por ésto, porque maldijo al ungido del SEÑOR?" 22 Luego David dijo: "¿Qué tengo que ver con ustedes, hijos de Sarvia, para que hoy deban ser adversarios para mí? ¿Será algún hombre ejecutado hoy en Israel? ¿Pues no sabré yo que hoy soy rey sobre Israel?" 23 Así que el rey le dijo a Simei: "No morirás." Así el rey se lo prometió con un juramento. 24 Luego Mefiboset, hijo de Saúl, descendió a encontrarse con el rey. No vistió sus pies ni recortó su barba ni lavó sus ropas desde el día que el rey se fue hasta el día que regresó a casa en paz. 25 Así que, cuando vino de Jerusalén a encontrarse al rey, el rey le dijo a él: "¿Por qué no te fuiste conmigo, Mefiboset?" 26 El les respondió: "Mi amo el rey, mi siervo me engañó; pues dije: 'Voy a ensillar un burro para montarlo e irme con el rey pues tu siervo es lisiado.' 27 Mi siervo Siba me ha difamado ante mi amo el rey. Pero mi amo, el rey, es como un ángel de Dios. Por lo tanto, haz lo que es bueno en tus ojos. 28 Pues toda la casa de mi padre eran hombres muertos ante mi amo, el rey, pero tú sentaste a tu siervo junto con los que comen en tu propia mesa. ¿Qué derecho tengo entonces, para seguir rogando más al rey?" 29 Luego el rey le dijo a él: "¿Por qué continuar explicando más? He decidido que Siba y tú se dividirán los campos." 30 Así que, Mefiboset le respondió al rey: "Sí, deje que él lo tome todo ya que mi amo el rey ha regresado a salvo a su propia casa." 31 Luego Barzilai, el galaadita, descendió desde Rogelim para cruzar sobre el Jordán con el rey y lo acompañó sobre el Jordán. 32 Ahora Barzilai era un hombre muy viejo de ochenta años de edad. Él había equipado al rey con provisiones, mientras se quedó en Mahanaim, porque el era un hombre muy rico. 33 El rey le dijo a Barzilai: "Ven conmigo y yo proveeré para ti para que te quedes conmigo en Jerusalén." 34 Barzilai le respondió al rey: "¿Cuántos días más restan en los años de mi vida para que deba yo subir con el rey a Jerusalén? 35 Yo tengo ochenta años de edad. ¿Puedo distinguir entre el bien y el mal? ¿Puede tu siervo probar lo que yo como o bebo? ¿Puedo escuchar la voz de hombres y mujeres cantantes? ¿Por qué entonces tu sirviente debería ser una carga para mi amo el rey? 36 A tu siervo solo le gustaría ir sobre el Jordán con el rey. ¿Por qué el rey debe pagarme con tal recompensa? 37 Por favor, deja que tu siervo regrese a casa, para que yo pueda morir en mi propia ciudad, al lado de la tumba de mi padre y mi madre. Pero mira, aquí está su siervo Quimam. Que el cruce con mi amo, el rey, y haga por él lo que te parezca bien a ti." 38 El rey respondió: "Quimam irá conmigo y haré por él lo que te parezca bueno a ti y lo que sea que desees de mí yo haré eso por ti." 39 Luego toda la gente cruzó el Jordán, y el rey cruzó sobre él, y el rey besó a Barzilai y lo bendijo. Luego Barzilai regresó a su propia casa. 40 Así que el rey cruzó a Gilgal y Quimam cruzó con él. Todo el ejército de Judá trajo al rey y también a la mitad del ejército de Israel. 41 Pronto todos los hombres de Israel comenzaron a venir al rey y le decían: "¿Por qué nuestros hermanos, los hombres de Judá, te robaron y trajeron al rey y su familia sobre el Jordán y todos los hombres de David con él?" 42 Así que, los hombres de Judá respondieron a los hombres de Israel: "Es porque el rey está más estrechamente relacionado con nosotros. ¿Por qué están ustedes molestos con esto? ¿Hemos comido algo por lo que el rey ha tenido que pagar? ¿Nos ha dado él algún regalo a nosotros?" 43 Los hombres de Israel le respondieron a los hombres de Judá: "Tenemos diez tribus relacionadas con el rey, así que tenemos aún más derecho a David que ustedes. ¿Por qué ustedes nos desprecian? ¿No fue nuestra propuesta de traer de regreso al rey la primera en ser escuchada?" Pero las palabras de los hombres de Judá eran más duras que las palabras de los hombres de Israel.

20

1 Allí también ocurrió, que en el mismo lugar, había un alborotador cuyo nombre era Seba, hijo de Bicri, un benjamita. Él sonó la trompeta y dijo: "Nosotros no tenemos parte en David, ni tampoco tenemos herencia con el hijo de Isaí. Dejen que todo hombre regrese a su hogar, Israel." 2 Así que todos los hombres de Israel abandonaron a David y siguieron a Seba, hijo de Bicri. Pero los hombres de Judá siguieron de cerca a su rey, todo el camino, desde el Jordán hasta Jerusalén. 3 Cuando David llegó a su palacio, en Jerusalén, él tomó a las diez esposas esclavas a quienes había dejado atendiendo el palacio y las puso en una casa bajo vigilancia. Él proveyó por sus necesidades pero ya no durmió más con ellas. Así que ellas fueron encerradas hasta el día de sus muertes, viviendo como si fueran viudas. 4 Entonces el rey le dijo a Amasa: "Llama a los hombres de Judá a reunirse dentro de tres días, tu también tienes que estar ahí." 5 Así que Amasa se fue a llamar a los hombres de Judá a reunirse pero él se quedó más tiempo del que el rey le había ordenado a él. 6 Así que David le dijo a Abisai: "Ahora Seba hijo de Bicri nos hará a nosotros más daño del que hizo Absalón. Toma a los sirvientes de tu amo, mis soldados, y persíguelo o él encontrará ciudades fortificadas y escapará fuera de nuestra vista." 7 Luego los hombres de Joab fueron detrás de él junto con los cereteos, los pereteos y todos los poderosos guerreros. Ellos dejaron Jerusalén para perseguir a Seba, hijo de Bicri. 8 Cuando ellos estaban en la gran piedra, la cual está en Gabaón, Amasa vino a encontrarlos. Joab estaba vistiendo la armadura de batalla, que se había puesto, la cual incluía un cinturón alrededor de su cintura con una espada envainada amarrada a él. Mientras él caminaba hacia al frente la espada se cayó. 9 Así que, Joab le dijo a Amasa: "¿Estás bien, mi primo?" Joab cariñosamente tomó a Amasa por la barba con su mano derecha para besarlo. 10 Amasa no notó la daga que estaba en la mano izquierda de Joab. El apuñaló a Amasa en el estómago y sus intestinos se derramaron en el suelo. Joab no lo hirió otra vez, y Amasa murió. Entonces Joab y Abisai, su hermano, persiguieron a Seba, hijo de Bicri. 11 Entonces, uno de los hombres de Joab se paró junto a Amasa y el hombre dijo: "Aquel que favorezca a Joab, aquel que esté por David, déjelo que siga a Joab." 12 Amasa quedó revolcándose en su sangre en el medio del camino. Cuando el hombre vio que todas las personas se quedaron quietas, él cargó a Amasa fuera del camino y dentro de un campo. Él arrojó una prenda sobre él porque vio que todo el que pasó cerca de él se quedo quieto. 13 Después que Amasa fue quitado del camino todos los hombres sigueron detrás de Joab en persecusión de Seba, hijo de Bicri. 14 Seba pasó a través de todas las tribus de Israel hasta Abel de Bet Maaca, y a través de toda la tierra de los bicritas, quienes se unieron y también persiguieron a Seba. 15 Ellos lo alcanzaron y lo rodearon en Abel de Bet Maaca. Ellos construyeron una rampa de cerco contra la ciudad sobre la pared. Todo el ejército que estaba con Joab golpeó la pared para derribarla. 16 Entonces una mujer sabia gritó hacia afuera de la ciudad: "¡Escucha, por favor, escucha Joab! ¡Ven cerca de mí para yo poder hablar contigo!" 17 Así que Joab vino cerca de ella y la mujer dijo: "¿Eres tu Joab?" Él le respondió: "Lo soy." Entonces ella le dijo a él: "Escucha las palabras de tu sierva." Él respondió: "Estoy escuchando." 18 Entonces ella habló: "Ellos solían decir en los tiempos antiguos: 'Seguramente busca consejo en Abel,' y ese consejo terminaría el asunto. 19 Nosotros somos una ciudad de las más pacíficas y fieles de Israel. Tu estas tratando de destruir una ciudad que es una madre en Israel. ¿Por qué quieres tragarte la herencia del SEÑOR?" 20 Entonces Joab le respondió y dijo: "Lejos esté, lejos esté de mí que yo tragué o destruya. 21 Eso no es verdad. Pero un hombre de la zona montañosa de Efraín, llamado Seba, hijo de Bicri, ha levantado su mano contra el rey, contra David. Entrégalo a él solamente y yo me retiraré de la ciudad." La mujer le dijo a Joab: "Su cabeza será arrojada a ti sobre la pared." 22 Entonces la mujer fue a toda la gente con su sabiduría. Ellos le cortaron la cabeza a Seba, hijo de Bicri, y se la arrojaron fuera a Joab. Entonces él sonó la trompeta y los hombres de Joab dejaron la ciudad, cada hombre a su casa. Y Joab regresó a Jerusalén a su rey. 23 Ahora Joab estaba sobre todo el ejército de Israel y Benaía, hijo de Joiada estaba sobre los cereteos y los peleteos. 24 Adoram estaba sobre los hombres que hacían trabajos forzados y Josafat, hijo de Ahilud era el cronista. 25 Seva era escriba y Sadoc y Abiatar eran sacerdotes. 26 Ira el jaireo era jefe ministro de David.

21

1 Hubo una hambruna en el tiempo de David por tres años seguidos, y David buscó la cara del SEÑOR. Así que el SEÑOR dijo: "Esta hambruna está sobre ti a causa de Saúl y su familia asesina, porque él puso a los gabaonitas a muerte." 2 Los gabaonitas no eran del pueblo de Israel; ellos eran de los que habían permanecido de los amorreos. El pueblo de Israel había jurado no matarlos a ellos, pero Saúl intentó matarlos de todas maneras en su celo por el pueblo de Israel y Judá. 3 Así que el rey David reunió a los gabaonitas y les dijo: "¿Qué debería hacer por ustedes? ¿Cómo puedo remover el pecado para que ustedes puedan bendecir al pueblo del SEÑOR, quien hereda sus bondades y promesas? 4 Los gabaonitas le respondieron a él: "No es una cuestión de plata u oro entre nosotros y Saúl o su familia. Igual, no está en nosotros darle muerte a cualquier hombre en Israel." David respondió: "Lo que sea que ustedes pidan, eso es lo que yo haré por ustedes." 5 Ellos le contestaron al rey: "El que intentó matarnos a todos, quien conspiró en contra de nosotros, para que ahora estemos destruídos y no tengamos lugar entre las fronteras de Israel- 6 permita que siete hombres de los descendientes de él sean entregados a nosotros y nosotros los colgaremos ante el SEÑOR en Guibeá de Saúl, el elegido por el SEÑOR." Así que el rey dijo: "Yo se los entregaré a ustedes." 7 Pero el rey perdonó a Mefiboset, hijo de Jonatán, hijo de Saúl a causa del pacto del SEÑOR entre ellos, entre David y Jonatán hijo de Saúl. 8 Pero el rey tomó los dos hijos de Rizpa hija de Aja, hijos que tuvo con Saúl-- los dos hijos se llamaron Armoni y Mefiboset; y David también tomó a los cinco hijos de Mical hija de Saúl, quien dio a luz a Adriel hijo de Barzilai el meholatita. 9 Él los entregó a las manos de los gabaonitas. Ellos los colgaron en la montaña ante el SEÑOR, y todos los siete murieron juntos. Ellos fueron puestos a muerte durante el tiempo de cosecha, durante los primeros días en el comienzo de la cosecha de cebada. 10 Luego Rizpa, la hija de Aja, agarró tela de saco y ella misma la extendió en la montaña al lado de los cuerpos muertos desde el comienzo de la cosecha hasta que la lluvia cayó sobre ellos desde el cielo. Ella no permitió que los pájaros del cielo perturbaran los cuerpos durante el día o los animales salvajes por la noche. 11 Le fue dicho a David lo que Rizpa, la hija de Aja, la esposa esclava de Saúl, había hecho. 12 Así que David fue y tomó los huesos de Saúl y los huesos de Jonatán, su hijo, de los hombres de Jabes de Galaad, quienes se los habían robado de la plaza pública de Bet Sán, donde los filisteos los habían colgado despúes de los filisteos haber matado a Saúl en Gilboa. 13 David se llevó desde allí los huesos de Saúl y los huesos de Jonatán su hijo, y ellos reunieron los huesos de los siete hombres que también habían colgado. 14 Ellos enterraron los huesos de Saúl y Jonatán, su hijo, en la región de Benjamín en Zela, en la tumba de Cis, su padre. Ellos hicieron todo lo que el rey ordenó. Después de que Dios contestara sus oraciones por la tierra. 15 Entonces los filisteos tuvieron guerra nuevamente con Israel. Así que David bajó con su ejército y peleó en contra de los filisteos. David se agotó con la fatiga de la batalla. 16 Isbi Benob, un descendiente de los gigantes, cuya lanza de bronce pesaba trescientos siclos y quien estaba armado con una nueva espada, intentó matar a David. 17 Pero Abisai, hijo de Sarvia, rescató a David, atacó al filisteo y lo mató. Luego los hombres de David le juraron a él, diciendo: "No debes ir más con nosotros a la batalla para que no apagues la lámpara de Israel." 18 Acontenció después de ésto que hubo otra vez una batalla con los filisteos en Gob, cuando Sibecai el husatita mató a Saf, quien era uno de los descendientes de Refaim. 19 Ocurrió que otra vez en una batalla con los filisteos en Gob, Elhanán hijo de Jaare Oregim el betlemita, mató a Goliat el geteo, la vara cuya lanza era como la barra de un tejedor. 20 Acontenció en otra batalla en Gat que había un hombre de gran peso que tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, veiticuatro en número. Él también había descendido desde el Refaim. 21 Y cuando él se burló de Israel, Jonatán hijo de Simea hermano de David, lo mató. 22 Estos eran descendientes de Refaim de Gat, y ellos fueron matados por la mano de David y por la mano de sus soldados.

22

1 David le cantó al SEÑOR las palabras de ésta canción en el día que El SEÑOR lo rescató de la mano de sus enemigos, y de las manos de Saúl. 2 El oró: "El SEÑOR es mi roca, mi fortaleza, Él que me rescata." 3 Dios es mi roca. Yo encuentro refugio en Él. Él es mi escudo, el cuerno de mi salvación, mi fortaleza, y mi refugio, El que me salva de violencia. 4 Yo llamaré al SEÑOR, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos. 5 Pues las olas de la muerte me han rodeado, las aguas apresuradas de destrucción me abruman. 6 Las cuerdas del Seol me rodean; las trampas de las muerte me han atrapado. 7 En mi angustia yo llamé al SEÑOR; Yo llamé a mi Dios; Él escuchó mi voz desde Su templo y mi llamada de ayuda fue hasta Sus oídos. 8 Luego la tierra se estremeció y tembló. El fundamento de los cielos tembló y fue conmovido porque Dios estaba molesto. 9 Humo salió de su naríz y fuego ardiente salió de su boca. Carbones fueron encendidos por él. 10 Él abrió los cielos y bajó y espesa oscuridad estaba bajo sus pies. 11 Él montó en un querubín y voló. Fue visto sobre las alas del viento. 12 Y Él hizo de la oscuridad una carpa a su alrededor reuniendo pesadas nubes de lluvia en los cielos. 13 Desde el relámpago frente a Él caían carbones de fuego. 14 Él SEÑOR tronó desde el cielo. El Altísimo gritó. 15 Él lanzó flechas y esparció sus enemigos, rayos y los dispersó. 16 Luego los canales de agua aparecieron; los fundamentos del mundo fueron expuestos al grito de batalla del SEÑOR a la explosión del aliento de su naríz. 17 ¡El me alcanzó desde arriba y me tomó! Me sacó de la creciente agua. 18 Me rescató de mi fuerte enemigo, de aquellos que me odiaron, pues eran muy fuertes para mi. 19 Vinieron en mi contra en el día de mi angustia, pero El SEÑOR era mi apoyo. 20 Él también me trajo a un lugar espacioso. El me salvó porque se agradó de mi. 21 El SEÑOR me ha recompensado a la medida de mi justicia; Él me ha restaurado a la medida de la limpieza de mis manos. 22 Pues he guardado los caminos del SEÑOR y no he actuado con maldad apartándome de mi Dios. 23 Pues todos sus justos decretos han estado frente a mi, al igual que sus estatutos, yo no me he apartado de ellos. 24 De igual manera, yo he sido inocente delante de Él y me he guardado del pecado. 25 Por ésto, El SEÑOR me ha restaurado a la medida de mi justicia, al grado de mi limpieza a su vista. 26 A alguien que sea fiel Tú te muestras a Ti mismo fiel, a un hombre inocente, Tú te muestras a Ti mismo inocente. 27 Con el puro Tú te muestras a Ti mismo puro, pero eres sagaz con los perversos. 28 Tú has afligido a nuestra gente, pero Tus ojos están en contra de los orgullosos y Tú los derribas. 29 Pues Tú eres mi lámpara, SEÑOR. El SEÑOR ilumina mi oscuridad. 30 Por Ti yo puedo correr sobre un obstáculo; por mi Dios puedo saltar sobre una pared. 31 En cuanto a Dios, Su camino es perfecto. La palabra del SEÑOR es pura. Él es un escudo a todos los que se refugian en Él. 32 Pues ¿quién es Dios excepto El SEÑOR? ¿Y quién es la roca excepto nuestro Dios? 33 Dios es mi refugio y Él guía a las personas inocentes en Su camino. 34 Él hace mis pies rápidos como el ciervo y me coloca en las colinas altas. 35 El entrena mis manos para la guerra y mis brazos para doblar un arco de bronce. 36 Tú me has dado el escudo de Tu salvación y tus favores me han hecho bien. 37 Tú has hecho un lugar amplio bajo mis pies para que no resbalen. 38 Yo perseguí a mis enemigos y los destruí. No volví atrás hasta que fueron destruídos. 39 Yo los devoré y los aplasté, ellos no se pueden levantar. Han caído debajo de mis pies. 40 Tú pones fuerza en mí como un cinturón para la batalla; Tú pones debajo de mí a aquellos que se levantan en mi contra. 41 Tú me diste la parte de atrás del cuello de mis enemigos; yo aniquilé a aquellos que me odiaron. 42 Ellos clamaron por ayuda, pero nadie los salvó; ellos clamaron al SEÑOR, pero Él no les contestó. 43 Yo los golpeé en pedazos pequeños, como polvo en el suelo, yo los pulvericé como barro en la calle. 44 Tú también me has rescatado de las disputas de mi propio pueblo. Tú me has mantenido como la cabeza de las naciones. Gente que no he conocido me sirve. 45 Extranjeros fueron forzados a inclinarse a mi. Tan pronto escucharon de mi, ellos me obedecieron. 46 Los extranjeros vinieron temblando afuera de sus fuertes. 47 ¡Él SEÑOR vive! Que mi roca sea alabada. Que Dios sea exaltado, la roca de mi salvación. 48 Éste es el Dios que ejecuta venganza por mí, el que derriba a las gentes debajo de mí. 49 Él me libra de mis enemigos. Verdaderamente, Tú me has levantado por encima de esos que se levantaron en mi contra. Me has rescatado de hombres violentos. 50 Por ésto, Te daré gracias a Ti, SEÑOR, entre las naciones; Cantaré alabanzas a Tu nombre. 51 Dios da gran victoria a su rey y Él muestra lealtad a Su pacto con el ungido, a David y sus descendientes por siempre."

23

1 Ahora estas fueron las últimas palabras de David - David hijo de Isaí, el hombre que fue altamente honrado, el que fue ungido por el Dios de Jacob, el dulce salmista de Israel. 2 ''El Espíritu del SEÑOR habló por mí, y Su palabra estaba en mi lengua. 3 El Dios de Israel habló, la Roca de Israel me dijo: 'El que con justicia gobierna sobre los hombres, quien gobierna en el temor de Dios. 4 El será como la luz de la mañana cuando el sol se levanta, una mañana sin nubes, cuando la tierna hierba se levanta de la tierra mediante la luz del sol después de la lluvia. 5 Ciertamente, ¿No es mi familia como ésto delante de Dios? ¿No ha hecho Él un pacto eterno conmigo, ordenado y seguro en todo? ¿Acaso el no aumenta mi salvación y cumple cada uno de mis deseos? 6 Pero los indignos serán todos como espinos para ser echados fuera porque ellos no pueden ser reunidos por la mano de uno. 7 El hombre que los toque a ellos deberá usar una herramienta de hierro o el asta de una lanza. Ellos deben ser quemados donde ellos yacen." 8 Estos son los nombres de los soldados selectos de David: Joseb Basebet el Tacmonita era el líder de los soldados selectos. El mató ochocientos hombres en una ocasión. 9 Después de él estaba Eleazar hijo de Dodo, hijo de un ahohita, uno de los tres hombres grandes de David. Él estuvo presente cuando ellos desafiaron a los filisteos que se habían reunido para hacer batalla y cuando los hombres de Israel se habían retirado. 10 Eleazar se levantó y peleó a los filisteos hasta que su mano se cansó y quedó endurecida al agarre de su espada. El SEÑOR trajo una gran victoria ese día. El ejército regresó, después de Eleazar, solo a tirar los cuerpos. 11 Después de él estaba Sama hijo de Age el ararita. Los filisteos se reunieron juntos donde había un campo de lentejas y el ejército huyó de ellos. 12 Pero Sama se detuvo en el medio del campo y lo defendió. El mató los filisteos y el SEÑOR les trajo una gran victoria. 13 Tres de los treinta soldados bajaron donde David en el tiempo de la cosecha, a la cueva de Adulam. El ejército de los filisteos acampaban en el valle de Refaím. 14 En ese tiempo David estaba en su fortaleza, una cueva, mientras los filisteos se establecieron en Belén. 15 David anhelaba agua y dijo: "¡ Si tan solo alguien me diera de beber agua del pozo de Belén, el pozo que está por la entrada! " 16 Así que esos tres hombres valientes se abrieron paso a través del ejército de los filisteos y sacaron agua del pozo de Belén que estaba en la entrada. Ellos tomaron el agua y la llevaron a David, pero el rehusó tomarla. En cambio, él la derramó para el SEÑOR. 17 Luego, el dijo: "Lejos esté de mí, SEÑOR, que yo beba ésto. ¿Debo tomar la sangre de los hombres que arriesgaron sus vidas?" Así que rechazó tomarla. Esas fueron cosas que los tres poderosos hombres hicieron. 18 Abisai, hermano de Joab hijo de Sarvia, era capitán sobre los tres. Él una vez peleó con su lanza contra trescientos y los mató. Él era frecuentemente mencionado con los tres soldados. 19 ¿No era él, más famoso que los tres? Él fue hecho su capitán. En cambio su fama no era igual a la fama de los tres soldados más famosos. 20 Benaía de Cabseel era hijo de Joiada; él era un hombre fuerte que hacía poderosas hazañas. El mató a los dos hijos de Ariel el de Moab. Él también bajó en medio de un foso y mató un león mientras estaba nevando. 21 Y el mató a un egipcio bien grande. El egipcio tenía una lanza en la mano, pero Benanía peleó contra él, con sólo una vara. El se apoderó de la lanza de la mano del egipcio y luego lo mató con su propia lanza. 22 Benanía el hijo de Joiada hizo esas hazañas, y fue nombrado junto a los tres hombres valientes. 23 Él era altamente más considerado que a los treinta soldados en general, pero no era considerado como los tres soldados más selectos. Sin embargo, David lo puso a cargo de sus guardaespaldas. 24 Los treinta incluían a los siguientes hombres: Asael hermano de Joab, Elhanán hijo de Dodo de Belén, 25 Sama el harodita, Elica el harodita, 26 Heles el paltita, Ira hijo de Iques el tecoíta, 27 Abiezer el anatotita, Mebunai el husatita, 28 Salmón el Ahohíta, Maharai el netofatita; 29 Heleb hijo de Baana el netofatita, Itai hijo de Ribai de guibeá de los benjamitas, 30 Benaía el piratonita, Hidai de los valles de Gaas, 31 Abi Albón el arbatita, Azmavet el barhumita, 32 Eliaba el saalbonita, los hijos de Jasén, Jonatán hijo de Sama el ararita; 33 Ahíam, hijo de Sarar el ararita, 34 Elifelet hijo de ahasbai el maaca, Eliam hijo de Ahitofel el gilonita, 35 Hesraí el carmelita, Paarai el arbita, 36 Igal hijo de Natán de Soba, Bani de la tribu de Gad, 37 Selec el amonita, Naharai el beherotita, escuderos de Joab hijo de Sarvia, 38 Ira el itrita, Gareb el itrita, 39 Urías el hitita- treinta y siete por todos.

24

1 Otra vez la ira del SEÑOR se encendió contra Israel y Él incitó a David en contra de ellos diciendo: ''Ve, cuenta a Israel y a Judá". 2 El rey le dijo a Joab, el comandante del ejército, quien estaba con él: "Ve por todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Beerseba, y cuenta todas las personas para que yo sepa el número total de hombres listos para la batalla." 3 Joab le dijo al rey: ''Que el SEÑOR tu Dios multiplique el número de personas cien veces y que los ojos de mi amo, el rey, lo vean tomar lugar. Pero, ¿porqué mi amo, el rey, quiere hacer esto?" 4 Aún así, la palabra del rey era final en contra de Joab y de los comandantes del ejército. Así que Joab y los comandantes se fueron de la presencia del rey para contar al pueblo de Israel. 5 Ellos cruzaron sobre el Jordán y acamparon cerca de Aroer al sur de la cuidad en el valle. 6 Luego ellos viajaron por medio de Gad a Jazer. Ellos vineron a Galaad y a la tierra de Tahtim Hodshi, luego a Dan Jaán y alrededor de Sidón. 7 Alcanzaron la fortaleza de Tiro y todas las cuidades de los heveos y los cananeos. Entonces ellos salieron fuera al Neguev en Judá en Beerseba. 8 Cuando ellos habían ido por toda la tierra, ellos volvieron de regreso a Jerusalén al final de nueve meses y veinte días. 9 Luego Joab reportó el total de la cuenta de los hombre de guerra al rey. Habían en Israel 800, 000 hombres valientes quienes sacaron la espada y los hombres de Judá eran 500, 000 hombres. 10 Entonces el corazón de David se afligió después que él había contado los hombres. Así que él dijo al SEÑOR: "Yo he pecado grandemente por haber hecho ésto. Ahora, SEÑOR, llevaté la culpa de tu sirviente porque he actuado muy tontamente.'' 11 Cuando David se levantó en la mañana, la palabra del SEÑOR vino al profeta Gad, vidente de David, diciendo: 12 "Ve dile a David: 'Esto es lo que dice el SEÑOR: "Yo te estoy dando tres opciones. Escoge una de ellas."' 13 Así que Gad fue donde David y le dijo a él: "¿Vendrán tres años de hambruna a tu tierra? ¿O huirás tres meses de tus enemigos mientras ellos te persiguen? ¿ O habrán tres días de plaga en tu tierra? Ahora decide que respuesta yo le debo llevar a Él quien me envió." 14 Luego David le dijo a Gad: "Yo estoy en un profundo problema. Déjanos caer en las manos del SEÑOR, que en las manos del hombre, pues Sus actos misericordiosos son muy grandes." 15 Así que el SEÑOR envió una plaga a Israel desde la mañana hasta una hora acordada, y setenta mil personas murieron desde Dan a Beerseba. 16 Cuando el ángel extendió con su mano hacia Jerusalén para destruirla el SEÑOR cambió de opinión, por el daño que eso causaría, y le dijo al ángel que estaba destruyendo a las personas: "¡Suficiente! Ahora retira tu mano." En ese momento el ángel del SEÑOR estaba parado en el trillo de Arauna el jebuseo. 17 Luego David habló al SEÑOR cuando él vio el ángel que había atacado a las personas y dijo: "Yo he pecado y yo actué perversamente. Pero estas ovejas, ¿qué han hecho? ¡Por favor, deja que Tú mano castigue a la familia de mi padre y a mi!" 18 Entonces vino Gad a David ese día y le dijo: "Sube y construye un altar para el SEÑOR en el trillo de Aruana el jebuseo." 19 Así que David subió, como le indicó Gad, como Dios había demandado. 20 Aruana miró afuera y vio a el rey y sus sirvientes acercándose. Así que Aruana salió y se inclinó al rey con su cara al suelo. 21 Luego Arauna dijo: ''¿Porqué mi amo, el rey, ha venido a su siervo?" David contestó: "Para comprar tu trillo, así yo podré construir un altar para el SEÑOR para que la plaga sea removida del pueblo." 22 Arauna le dijo a David: ''Tómala para ti mismo, mi amo, el rey. Haz lo que te parezca bien a tu vista. Mira, aquí están unos bueyes para la ofrenda quemada y trineos de trillar y los yugos de los bueyes para la madera. 23 Todo ésto, mi rey, yo Arauna, te entregaré." Luego él dijo al rey: "Que el SEÑOR tu Dios te acepte." 24 El rey le dijo a Arauna: "No, yo insisto en comprarlo a un precio. Yo no ofreceré ofrenda quemada al SEÑOR que no me cueste nada." Así que David compró el trillo y los bueyes por cincuenta siclos de plata. 25 David construyó allí un altar para el SEÑOR y ofreció en él ofrendas quemadas y ofrendas de paz. Entonces ellos suplicaron al SEÑOR de parte de la tierra y Él causó que la plaga cesara a travéz de Israel.

1 Reyes
1 Reyes
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1 Cuando el rey David era muy viejo, ellos lo cubrieron con mantas, pero él no podía su cuerpo entrar en calor. 2 Así que sus sirvientes le dijeron a él: "Déjanos buscar a una joven soltera para nuestro amo el rey. Déjela servir al rey y cuidar de él. Déjela acostarse en sus brazos para que nuestro amo el rey pueda entibiar su cuerpo." 3 Así que ellos buscaron una joven hermosa dentro de los límites de Israel. Y encontraron a Abisag la sunamita y se la trajeron al rey. 4 La joven era muy hermosa. Ella sirvió al rey y lo cuidó, pero el rey no tuvo relaciones sexuales con ella. 5 En ese tiempo, Adonías, hijo de Haguit, se enorgulleció a sí mismo diciendo: "Yo seré rey." Así que él preparó para sí mismo carruajes y jinetes con cincuenta hombres para correr delante de él. 6 Su padre nunca lo molestó diciendo: "¿Por qué has hecho esto o aquello?" Adonías también era un hombre muy guapo, nacido después de Absalón. 7 Él pidi[o consejo con Joab, hijo de Sarvia, y con Abiatar el sacerdote. Ellos siguieron a Adonías y le ayudaron. 8 Pero Sadoc el sacerdote, Benaía, hijo de Joiada, Natán el profeta, Simei, Rei y los hombres poderosos que le pertenecían a David no siguieron a Adonías. 9 Adonías sacrificó ovejas, bueyes y becerros engordados en la piedra de Zohélet, la cual está al lado de En Rogel. Él invitó a todos sus hermanos, los hijos del rey y a todos los hombres de Judá, los siervos del rey. 10 Pero él no invitó a Natán el profeta, a Benaía, a los hombres poderosos, ni a su hermano Salomón. 11 Entonces Natán le habló a Betsabé, la madre de Salomón, diciendo: "¿No has escuchado que Adonías, hijo de Haguit, se ha vuelto rey, y David nuestro amo no lo sabe? 12 Ahora, por lo tanto, déjame aconsejarte, para que puedas salvar tu propia vida y la vida de tu hijo Salomón. 13 Ve al rey David; y dile: 'Mi amo el rey, ¿acaso no juraste a tu sierva, diciendo: "Ciertamente Salomón, tu hijo, reinará después de mí, y se sentará en mi trono?" ¿Por qué entonces Adonías está reinando?' 14 Mientras tú estés ahí hablando con el rey, yo entraré después de ti y asegurar[e que tus palabras son verdad." 15 Entonces Betsabé entró en el cuarto del rey. El rey era muy viejo, y Abisag la sunamita estaba sirviendo al rey. 16 Betsabé se inclinó y se postró ante el rey. Y el rey dijo: "¿Qué deseas?" 17 Ella le dijo a él: "Mi amo, tú juraste a tu sierva por el SEÑOR tu Dios, diciendo: 'Ciertamente Salomón, tu hijo, va a reinar después de mí, y él se sentará en mi trono.' 18 Ahora, mira, Adonías es rey, y tú, mi amo el rey, no lo sabes. 19 Él ha sacrificado bueyes, becerros engordados, y ovejas en abundancia, y ha invitado a todos los hijos del rey, a Abiatar el sacerdote y a Joab el capitán del ejército, pero no ha invitado a Salomón tu siervo. 20 Mi amo el rey, los ojos de todo Israel están en ti, esperando para que tú les digas a ellos quién se sentará en el trono después de ti, mi amo. 21 Si no, pasará que cuando mi amo el rey muera mi hijo Salomón y yo seremos tratados como criminales. 22 Mientras ella todavía hablaba con el rey, Natán el profeta entró. 23 Los sirvientes le dijeron al rey: "Natán el profeta está aquí." Cuando él entró ante el rey, se postró ante el rey con su rostro hasta el suelo. 24 Natán dijo: "Mi amo el rey, ¿has dicho: 'Adonías reinará después de mi, y él se sentará en mi trono?' 25 Porque él ha bajado hoy y sacrificado bueyes, becerros engordados, y ovejas en abundancia, y ha invitado a todos los hijos del rey, a los capitanes del ejército, y a Abiatar el sacerdote. Ellos están comiendo y bebiendo ante él, y diciendo: '! Larga vida al rey Adonías!' 26 Pero a mí, tu siervo, a Sadoc el sacerdote, a Benaía, hijo de Jodaía, y a tu siervo Salomón, él no nos ha invitado. 27 ¿Mi amo el rey ha hecho esto sin decirnos a nosotros, tus siervos, quién debería sentarse en el trono después de él?" 28 Entonces el rey David respondió y dijo: "Llama a Betsabé de regreso a mí." Ella vino a la presencia del rey y se paró ante el rey. 29 El rey hizo un juramento y dijo: "Así como vive el SEÑOR, Quién me ha redimido de todo problema, 30 y como te prometí por el SEÑOR, Dios de Israel, diciendo: 'Salomón tu hijo reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en mi lugar,' yo haré esto hoy." 31 Entonces Betsabé se inclinó con su rostro al suelo y se postró a sí misma ante el rey y dijo: "¡Que mi amo, el rey David, viva para siempre!" 32 El rey David dijo: "Llámame a Sadoc el sacerdote, a Natán el profeta, y a Benaía, hijo de Joíada." Entonces ellos vinieron ante el rey. 33 El rey les dijo: "Lleven con ustedes a los sirvientes de su amo, y hagan que Salomón mi hijo monte en mi mula y llévenlo abajo a Gihón. 34 Déjen a Sadoc el sacerdote y a Natán el profeta ungirlo rey sobre Israel, y suenen la trompeta, y digan: '¡Larga vida al rey Salomón!' 35 Entonces ustedes vendrán detrás de él, y él vendrá y se sentará en mi trono; porque él será rey en mi lugar. Yo lo he nombrado para ser gobernante sobre Israel y Judá." 36 Benaía, hijo de Joíada respondió al rey y dijo: "¡Que así sea! Que el SEÑOR, el Dios de mi amo y rey, lo confirme. 37 Como el SEÑOR ha estado con mi amo el rey, así también esté con Salomón, y que haga su trono más grande que el trono de mi amo, el rey David." 38 Entonces Sadoc el sacerdote, Natán el profeta, Benaía, el hijo de Joíada, y los cereteos y los peleteos bajaron con Salomón montado sobre la mula del rey David; y lo trajeron a Gihón. 39 Sadoc el sacerdote sacó el cuerno de aceite fuera de la tienda y ungió a Salomón. Entonces ellos sonaron la trompeta, y toda la gente dijo: "¡Larga vida al rey Salomón!" 40 Entonces todo el pueblo subió tras él, y la gente tocó flautas y se regocijaron con gran alegría, tanto que la tierra tembló con el estruendo. 41 Adonías y todos los invitados que estaban con él, lo escucharon cuando terminaban de comer. Cuando Joab escuchó el sonido de la trompeta, él dijo: "¿Por qué hay escándalo en la ciudad?" 42 Mientras él estaba todavía hablando, Jonatán, hijo de Abiatar el sacerdote, vino. Adonías dijo: "Entra, porque eres un hombre honesto y traes buenas noticias." 43 Jonatán respondió y dijo a Adonías: "Nuestro amo, el rey David, ha hecho rey a Salomón. 44 Y el rey ha enviado con él a Sadoc el sacerdote, a Natán el profeta, a Benaía, hijo de Joíada, y a los cereteos y a los pereteos. Ellos tuvieron a Salomón montado en la mula del rey. 45 Sadoc el sacerdote y Natán el profeta, poniéndole aceite lo han nombrado rey en Gihón, y han venido desde allí regocijándose, por eso hay un escándalo en la ciudad. Este es el sonido que ustedes han escuchado. 46 También, Salomón está sentado en el trono del reino. 47 Aún más, los sirvientes del rey vinieron a bendecir a nuestro amo, el rey David, diciendo: 'Que tu Dios haga el nombre de Salomón mejor que tu nombre, y que haga su trono más grande que tu trono.' Y el rey se inclinó en la cama. 48 El rey también dijo: 'Bendito sea el SEÑOR, el Dios de Israel, Quien ha dado una persona que se siente en mi trono este día, y que mis propios ojos puedan verlo." 49 Entonces todos los invitados de Adonías estaban aterrorizados. Ellos se levantaron y cada hombre se fue por su camino. 50 Adonías tenía miedo de Salomón y se levanto, y fue y se aferró de los cuernos del altar. 51 Entonces, le fue dicho a Salomón, diciendo: "Mira, Adonías tiene miedo del rey Salomón, porque él ha agarrado los cuernos del altar, diciendo: 'Dejen al rey Salomón primero jurarme que él no matará a su siervo con la espada." 52 Salomón dijo: "Si él se muestra como un hombre confiable, ni un cabello suyo caerá en la tierra, pero si se encuentra en él maldad, él morirá." 53 Entonces el rey Salomón envió hombres, quienes trajeron a Adonías bajándolo del altar. Él vino y se inclinó ante el rey Salomón, y Salomón le dijo: "Vete a tu casa."

2

1 Como los días de la muerte de David se aproximaban, él mandó a Salomón, su hijo, diciendo: 2 "Pronto voy a morir, por tanto se fuerte. 3 Guarda los mandatos del SEÑOR tu Dios para caminar en sus caminos, para obedecer sus leyes, sus mandamientos, sus decisiones y sus decretos de pacto, teniendo cuidado de hacer lo que está escrito en la ley de Moisés, para que puedas prosperar en todo lo que hagas, dondequiera que tú vayas, 4 para que el SEÑOR pueda cumplir Su palabra la cual habló sobre mí, diciendo: 'Si tus hijos cuidan su conducta, para caminar delante de mí fielmente con todo su corazón y con toda su alma, tú nunca dejarás de tener un hombre en el trono de Israel.' 5 Tú sabes también lo que Joab, hijo de Sarvia me hizo a mí, y lo que él hizo a los dos comandantes de los ejércitos de Israel, a Abner hijo de Ner, y Amasa hijo de Jeter, a quienes mató. Él derramó la sangre de guerra en tiempo de paz y puso la sangre de guerra en el cinturón alrededor de su cintura y en los zapatos sobre sus pies. 6 Trata con Joab conforme a la sabiduría que tú has aprendido, pero no dejes que en la vejez baje a la tumba en paz. 7 Sin embargo, muestra bondad a los hijos de Barzilai el galaadita, y déjalos estar entre aquellos que comen a tu mesa, porque ellos vinieron a mí cuando huí de Absalón tu hermano. 8 Mira, ahí está contigo Simei hijo de Gera, el benjamita de Bahurim, quien me maldijo con una maldición violenta en el día que yo fui a Mahanaim. Simei bajó a encontrarme en el Jordán, y yo le juré por el SEÑOR, diciendo: 'Yo no te expondré a muerte con la espada.' 9 Ahora, pues, no lo dejes ir libre del castigo. Tú eres un hombre sabio, y tú sabrás lo que tú debes hacerle a él. Bajarás su cabeza gris a la tumba con sangre." 10 Entonces David durmió con sus antepasados y fue enterrado en la ciudad de David. 11 Los días que David reinó sobre Israel fueron cuarenta años. Él habia reinado por siete años en Hebrón y por treinta y tres años en Jerusalén. 12 Entonces Salomón se sentó en el trono de su padre David, y su autoridad fue firmemente establecida. 13 Luego Adonías, hijo de Haguit vino a Betsabé, la madre de Salomón. Ella dijo: "¿Vienes tú en paz?" Él respondió: "En paz." 14 Luego él dijo: "Yo tengo algo que decirte." Así que ella respondió: "Habla." 15 Adonías dijo: "Tú sabes que el reino era mío, y que todo Israel esperaba que yo fuera rey. Sin embargo, el reino ha cambiado y ha venido a ser de mi hermano, porque era suyo de parte del SEÑOR. 16 Ahora yo te tengo un pedido, no me lo rehuses." Betsabé le dijo a él: "Habla." 17 Él dijo: "Por favor, habla a Salomón el rey, porque él no te lo negará, para que él me dé a Abisag la sunamita como mi esposa." 18 Betsabé dijo: "Muy bien, yo hablaré con el rey." 19 Betsabé, por lo tanto, fue al rey Salomón para hablarle a él por Adonías. El rey se levantó para encontrarse con ella y se inclinó a ella. Luego él se sentó en su trono e hizo traer un trono para la madre del rey. Ella se sentó a su mano derecha. 20 Luego ella dijo: "Yo te pido un favor, no me lo rehuses." El rey le contestó a ella: "Pide, madre mía, pues no te lo rehusaré." 21 Ella dijo: "Deja que Abisag la sunamita sea dada a Adonías, tu hermano, como su esposa." 22 El rey Salomón contestó y dijo a su madre: "¿Por qué pides a Abisag la sunamita para Adonías? ¿Por qué no pides tú el reino para él también, puesto que él es mi hermano mayor - para él, para Abiatar el sacerdote, y para Joab hijo de Sarvia?" 23 Entonces el rey Salomón juró por el SEÑOR, diciendo: "Que Dios así me haga a mí, y aún más, si Adonías no ha hablado esta palabra en contra de su propia vida. 24 Ahora por tanto, vive el Señor, quien me ha establecido y puesto en el trono de David mi padre, y quien me ha hecho una casa como prometió, ciertamente Adonías será puesto a muerte hoy." 25 Así el rey Salomón envió a Benaía hijo de Joiada, y Benaía encontró a Adonías y lo mató. 26 Después el rey dijo a Abiatar el sacerdote: "Ve a Anatot, a tus propios campos. Eres digno de muerte, pero yo no te mataré en este momento, porque tú cargaste el arca del SEÑOR Dios delante de David mi padre y sufriste en toda forma que mi padre sufrió. 27 Así que Salomón despidió a Abiatar de ser sacerdote del SEÑOR, para que él pudiese cumplir la palabra del SEÑOR, la cual habló concerniente a la casa de Elí en Silo. 28 Las nuevas llegaron a Joab, ya que Joab había apoyado a Adonías, aunque no había apoyado a Absalón. Así que, Joab huyó a la tienda del SEÑOR y agarró los cuernos del altar. 29 Se le informó al rey Salomón que Joab había huido a la tienda del SEÑOR y estaba ahora al lado del altar. Entonces Salomón envió a Benaía hijo de Joiada, diciendo: "Vé, ejecútalo." 30 Así que Benaía vino a la tienda del SEÑOR y le dijo: "El rey dice: 'Ven fuera.'" Joab contestó, "No, moriré aquí." Así que Benaía volvió al rey, diciendo: "Joab dijo que él quería morir en el altar." 31 El rey le dijo a él: "Haz como él ha dicho. Mátalo y entiérralo para que tú puedas quitar de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab derramó sin causa. 32 Que el SEÑOR devuelva su sangre sobre su propia cabeza, porque él atacó dos hombres más justos y mejores que él mismo y los mató con la espada, Abner hijo de Ner, el capitán del ejército de Israel, y Amasa hijo de Jeter, el capitán del ejército de Judá, sin que mi padre David lo supiiera. 33 Así que su sangre se vuelva sobre la cabeza de Joab y sobre la cabeza de sus descendientes para siempre. Pero para David y sus descendientes, para su casa, y su trono, que haya paz para siempre de parte del SEÑOR." 34 Entonces Benaía hijo de Joiada subió y atacó a Joab y lo mató. Él fue enterrado en su propia casa en el desierto. 35 El rey puso a Benaía hijo de Joiada sobre el ejército en su lugar, y puso a Sadoc el sacerdote en lugar de Abiatar. 36 Luego el rey envió y llamó a Simei, y le dijo: "Construye para ti una casa en Jerusalén y vive ahí, y no salgas de ahí para cualquier otro lugar. 37 Porque el día que salgas, y pases sobre el valle de Cedrón, sepas tú, de cierto, que tú, seguramente morirás. Tu sangre será sobre tu propia cabeza." 38 Así que Simei dijo al rey: "Lo que tú dices es bueno. Como mi señor el rey ha dicho, así tu siervo hará." Así que Simei vivió en Jerusalén por muchos días. 39 Pero al final de tres años, dos de los sirivientes de Simei huyeron a Aquís, hijo de Maaca, el rey de Gat. Así que se lo contaron a Simei, diciendo: "Mira, tus siervos están en Gat." 40 Entonces Simeí se levantó, ensilló su asno y fue a Aquís en Gat para buscar sus sirvientes. Él fue y trajo sus sirvientes de vuelta desde Gat. 41 Cuando se le dijo a Salomón que Simei había ido de Jerusalén a Gat y había regresado, 42 el rey envió a llamar a Simei y le dijo: "¿No te hice jurar por el SEÑOR y te testifiqué diciendo: 'Sepas de cierto que en el día que tú salgas y vayas a cualquier otro lugar, ciertamente morirás y tu dijiste estar de acuerdo. 43 ¿Por qué rompiste tu juramento al SEÑOR y el mandato que te di?" 44 El rey también le dijo a Simei: "Sabes en tu corazón toda la maldad que le hiciste a mi padre David. Por lo tanto, el SEÑOR devolverá tu maldad sobre tu cabeza. 45 Pero el rey Salomón será bendecido y el trono de David será establecido ante el SEÑOR para siempre." 46 Así que el rey mandó a Benaías hijo de Joiada, él salió y mató a Simeí. Así que el dominio estuvo bien establecido en la mano de Salomón.

3

1 Salomón se hizo pariente del Faraón, rey de Egipto, al tomar a la hija de Faraón en matrimonio y la trajo a la ciudad de David hasta que hubo terminado de construir su propia casa y la casa del SEÑOR, y el muro alrededor de Jerusalén. 2 El pueblo estaba sacrificando en lugares altos, porque ninguna casa había sido construida todavía, al nombre del SEÑOR. 3 Salomón mostró su amor por el SEÑOR al caminar en los estatutos de David, su padre, excepto que él sacrificó y quemó incienso en lugares altos. 4 El rey fue a Gabaón para sacrificar allí, pues era el mas importante lugar alto. Salomón ofreció mil ofrendas quemadas en ese altar. 5 El SEÑOR apareció en Gabaón a Salomón en un sueño en la noche; Él le dijo: "¡Pide lo que tu quieras para dártelo! 6 Así que Salomón dijo: " Has sido fiel a tu siervo David mi padre, porque él caminó delante de ti en confianza, en justicia y en rectitud de corazón. Tú has guardado para él este gran pacto de fidelidad y le has dado un hijo para sentarse en su trono hoy. 7 Y ahora, SEÑOR mi Dios, me has hecho rey en lugar de David, mi padre, aunque yo soy sólo un joven, y no sé como conducirme como un rey. 8 Tu siervo está en medio del pueblo que has escogido, un pueblo muy numeroso para ser contado. 9 Así que dale a tu siervo un corazón comprensivo para juzgar a tu pueblo, para que yo pueda distinguir entre el bien y el mal. Pues, ¿quién es apto para juzgar a este pueblo tuyo?" 10 Esta petición de Salomón agradó al Señor. 11 Así que Dios le dijo: "Porque has pedido esta cosa, y no has pedido para ti larga vida o riquezas, o la vida de tus enemigos, pero has pedido para ti entendimiento para hacer justicia, 12 mira, ahora haré todo lo que pediste. Te daré un corazón sabio y comprensible, para que no haya nadie como tú antes de ti, y nadie como tú se levantará después de ti. 13 También te he dado lo que no has pedido, tanto riquezas como honor, para que no haya ninguno de entre los reyes como tú en todos tus días. 14 Si tú caminas en mis caminos para manetener mis estatutos y mis ordenanzas, como tu padre David caminó, entonces alargaré tus días.'' 15 Entonces, Salomón despertó y vió que fue un sueño. El fue a Jerusalén y se paró frente al Arca del Pacto del Señor. El ofreció ofrendas quemadas y ofrendas de paz, e hizo un festín para todos sus siervos. 16 Luego, dos mujeres que eran prostitutas vinieron al rey y se pararon frente a él. 17 Una mujer dijo: "Oh, mi amo, esta mujer y yo vivimos en la misma casa, y yo di a luz a un niño cuando ella estaba en casa. 18 Acontenció al tercer día después de dar a luz que esta mujer también dio a luz. No había nadie más con nosotras en esa casa. 19 Entonces el hijo de esta mujer murió en la noche, porque ella se acostó sobre él. 20 Así que, ella se levantó a media noche y tomó a mi hijo de mi lado. mientras tu sierva dormía, y lo tendió en su pecho, y tendió a su hijo muerto en mi pecho. 21 Cuando me levanté en la madrugada para amamantar a mi hijo, él estaba muerto. Pero cuando lo miré con cuidado en la mañana, no era mi hijo, a quien yo di a luz." 22 Luego, la otra mujer dijo: "No, el que vive es mi hijo, y el muerto es tu hijo." Luego la primera mujer dijo: "No, el muerto es tu hijo, y el vivo es mi hijo." Así es como ellas hablaron ante el rey. 23 Entonces el rey dijo: "Una de ustedes dice: 'Éste es mi hijo que está vivo, y tu hijo está muerto', y la otra dice: 'No, tu hijo es el muerto y mi hijo es el vivo.'" 24 El rey dijo: "Tráedme una espada." Así que, trajeron una espada ante el rey. 25 Entonces el rey dijo: "Divide al niño vivo en dos, y dale una mitad a esta mujer, y la otra mitad a la otra." 26 Entonces la mujer cuyo hijo estaba vivo, le habló al rey, pues su corazón estaba lleno de compasión por su hijo, y dijo: "Oh, mi amo, dale a ella el niño vivo, y por nungún motivo lo mate." Pero la otra mujer dijo: "El no será ni mío, ni tuyo. Divídelo." 27 Entonces el rey respondió diciendo: ''Denle a la primera mujer el niño vivo, y por ningún motivo lo maten. Ella es su madre.'' 28 Cuando todo Israel escuchó del juicio el cual el rey prestó, ellos temieron al rey, porque vieron que la sabiduría de Dios estaba en él al dar juicios.

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1 El rey Salomón era rey sobre todo Israel. 2 Estos eran sus oficiales: Azarías hijo de Sadoc era el sacerdote. 3 Elihoref y Ahías, hijos de Sisa, eran secretarios. Josafat hijo de Ahilud era el cronista. 4 Benaía hijo de Joiada estaba sobre el ejército. Sadoc y Abiatar eran sacerdotes. 5 Azarías hijo de Natán estaba sobre los oficiales. Zabud hijo de Natán era un sacerdote y el amigo del rey. 6 Ahisar estaba sobre la casa. Adoniram hijo de Abda estaba sobre los hombres que eran sometidos a trabajo forzoso. 7 Salomón tenía doce oficiales sobre todo Israel, quienes proveían comida para el rey y su casa. Cada hombre tenía que hacer provisión por un mes en el año. 8 Estos eran sus nombres: Ben Hur, en la zona montañosa de Efraín; 9 Ben Decar en Macaz, Saalbim, Bet Semes y Elón Bet Hanán; 10 Ben Hesed, en Arubot (a él le pertenecía Soco y toda la tierra de Hefer); 11 Ben Abinadad, en todo el distrito de Dor (él tenía a Tafat la hija de Salomón como su esposa); 12 Baana hijo de Ahilud, en Taanac y Meguido, y todo Bet Seán que está al lado de Saretán abajo de Jezreel, desde Bet Seán hasta Abel Mehola tan lejos como el otro lado de Jocmeam; 13 Ben Geber en Ramot de Galaad (a él le pertenecían los pueblos de Jair hijo de Manasés, que están en Galaad, y la región de Argob le pertenecía a él, la cual está en Basán, sesenta grandes ciudades con paredes y barras de bronce para las puertas); 14 Ahinadab hijo de Iddo, en Mahanaim; 15 Ahimaas, en Neftalí (él también tomó a Basemat la hija de Salomón como su esposa); 16 Baana hijo de Husai, en Aser y Bealot; 17 Josafat hijo de Parúa, en Isacar; 18 Simei, hijo de Ela, en Benjamín; 19 y Geber, hijo de Uri, en la tierra de Galaad, el país de Sehón, rey de los amorreos, y de Og rey de Basán, y él era el único oficial que estaba en la tierra. 20 Judá e Israel eran tan numerosos como la arena junto al mar. Ellos estaban comiendo y bebiendo y estaban felices. 21 Salomón reinó sobre todos los reinos desde el Río hasta la tierra de los Filisteos, y hasta el borde de Egipto. Ellos trajeron tributo y sirvieron a Salomón todos los días de su vida. 22 La provisión de un día para Salomón era treinta recipientes de 220 litros cada uno de harina fina y sesenta recipientes de 220 litros de harina cada uno 23 diez bueyes gordos, veinte bueyes de los pastos, y cien ovejas, además de ciervos, gacelas, corzos y aves engordadas. 24 Pues él tenía dominio sobre toda la región en este lado del Río, desde Tifsa hasta tan lejos como Gaza, sobre todos los reyes en este lado del Río, y él tenía paz por todos lados alrededor de él. 25 Judá e Israel vivían en seguridad, cada hombre debajo de su parra y debajo de su árbol de higo, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón. 26 Salomón tenía cuarenta mil establos de caballos para sus carros, y doce mil jinetes. 27 Esos oficiales proveían comida para el rey Salomón y para todos los que llegaban a la mesa de Salomón, cada hombre en su mes. No dejaban que nada faltara. 28 Ellos también trajeron a su propio lugar cebada y heno para los caballos de los carros y los caballos de montar, cada uno trayendo lo que podía. 29 Dios le dio a Salomón gran sabiduría y entendimiento, y amplitud de entendimiento como la arena a la orilla del mar. 30 La sabiduría de Salomón excedía la sabiduría de toda la gente del este y toda la sabiduría de Egipto. 31 Él era más sabio que todos los hombres--más que Etán el Ezraíta, Hemán, Carcol y Darda, los hijos de Mahol--y su fama alcanzó todas las naciones que le rodeaban. 32 Él pronunció tres mil proverbios y sus canciones fueron mil cinco en número. 33 Él describió las plantas, desde el cedro que está en el Líbano hasta el hisopo que crece en la pared. Explicó además acerca de las bestias, aves, cosas que se arrastran y peces. 34 La gente venía de todas las naciones para escuchar la sabiduría de Salomón. Vinieron de todos los reyes de la tierra quienes habían escuchado de su sabiduría.

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1 Hiram, rey de Tiro, envió a sus sirvientes a Salomón porque él había escuchado que ellos le habían ungido como rey en lugar de su padre; pues Hiram siempre había amado a David. 2 Salomón envió palabra a Hiram, diciendo: 3 "Tú sabes que David, mi padre, no pudo construir una casa al nombre del SEÑOR su Dios debido a las guerras que lo rodearon, porque durante su vida el SEÑOR estaba poniendo a sus enemigos bajo la planta de sus pies. 4 Pero ahora, el SEÑOR mi Dios me ha dado descanso por todos lados. No hay enemigo, ni desastre. 5 Así que yo intento construir un templo para el nombre del SEÑOR mi Dios, como el SEÑOR le habló a David, mi padre, diciendo: 'Tu hijo, a quien Yo pondré en tu trono en tu lugar, construirá el templo a mi nombre.' 6 Ahora, por lo tanto, ordena que ellos corten cedros del Líbano para mí. Mis sirvientes se unirán a tus sirvientes, y yo te pagaré el salario justo por lo que has acordado hacer. Porque sabes que no hay ninguno entre nosotros quien sepa cómo cortar madera como los sidonios." 7 Cuando Hiram escuchó las palabras de Salomón, él se regocijó grandemente y dijo: "Qué el SEÑOR sea bendecido hoy, Quien le ha dado a David un hijo sabio sobre este gran pueblo." 8 Hiram le envió palabra a Salomón, diciendo: "Yo he escuchado el mensaje que me has enviado. Yo te proveeré toda la madera de cedro y ciprés que deseas. 9 Mis sirvientes bajarán los árboles desde el Líbano hasta el mar, y yo les haré balsas para ir al lugar que tú me dirijas. Yo romperé las balsas allí, y tú te los llevaras lejos. Tú cumplirás mi voluntad al dar comida para mi familia." 10 Así que Hiram le dio a Salomón toda la madera de cedro y abeto que él deseo. 11 Salomón le dio a Hiram veinte mil medidas de harina de comida para su casa y veinte medidas de aceite puro. Salomón le dio esto a Hiram año tras año. 12 El SEÑOR le dio sabiduría a Salomón, como él le había prometido. Hubo paz entre Hiram y Salomón y los dos hicieron un pacto. 13 El rey Salomón reclutó a la fuerza trabajadores de Israel. Los trabajadores forzados eran treinta-mil hombres. 14 Él los envió al Líbano, diez mil al mes en turnos. Un mes ellos estaban en Líbano y dos meses en casa. Adoniram estaba sobre los hombres quienes estaban sujetos a trabajos forzados. 15 Salomón tenía setenta mil quienes llevaban cargas y ochenta mil quienes eran canteros en las montañas, 16 además de los 3, 300 oficiales líderes de Salomón quienes estaban sobre el trabajo y supervisaban a los trabajadores. 17 Por orden del rey, ellos extrajeron grandes piedras de alta calidad con las cuales pondrían los simientos templo. 18 Así que, los constructores de Salomón y los constructores de Hiram y los gebalitas hicieron los cortes y prepararon la madera y las piedras para construir el templo.

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1 Así Salomón comenzó a construir el templo del SEÑOR. Esto aconteció en el año 480 después que el pueblo de Israel salió de la tierra de Egipto, en el cuarto año del reinado de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, el cuál es el segundo mes. 2 El templo que el rey Salomón construyó para el SEÑOR fue de veintisiete metros de largo, nueve metros de ancho, y trece y medio metros de alto. 3 El pórtico en frente del pasillo principal del templo era de nueve metros metros de largo, igual a la anchura del templo, y cuatro y medio metros de profundidad al frente del templo. 4 Para la casa él hizo las ventanas con los marcos que las hacían más estrechas en la parte de afuera que adentro. 5 Contra las paredes de la cámara principal él construyó cuartos alrededor Él construyó cuartos por todos los lados alrededor. 6 El piso más bajo tenía dos metros y 25 centímetros de ancho, el del medio era de dos metros veintisiete centimetros de ancho, y el tercero era tres metros y quince centímetros de ancho. Por fuera el hizo repisas en la pared de la casa todo alrededor así que las vigas no estarían insertadas en las paredes de la casa. 7 La casa estaba construida de piedras de cantera ya termminadas. No se escuchó martillo, hacha, o cualquier herramienta de hierro en la casa mientras se estaba construyendo. 8 En la parte sur del templo había una entrada en el nivel bajo, después una subía por las escaleras al nivel medio, y desde el medio al tercer nivel. 9 Así que Salomón construyó el templo y lo completó, el cubrió la casa con vigas y tablones de cedro. 10 Él construyó el lado de los cuartos contra las cámaras interiores del templo, cada lado dos metros con veinticinco centímetros de alto; estaban unidas a la casa con maderas de cedro. 11 La palabra del SEÑOR vino a Salomón, diciendo: 12 "Respecto a este templo el cual estás contruyendo, si caminas en mis estatutos y haces justicia, mantienes todos mis mandamientos y caminas en ellos, entonces yo confirmaré mi promesa contigo que le hice a tu padre David. 13 Yo viveré entre el pueblo de Israel y no los abandonaré." 14 Así que Salomón construyó la casa y la terminó. 15 Luego él construyó el interior de las paredes de la casa con tablas de cedro. Desde el piso de la casa al techo, él los cubrió con madera por dentro y él cubrió el piso de la casa con tablas de ciprés. 16 Él construyó nueve metros en la parte posterior de la casa con tablas de cedro desde el piso al techo. Él construyó este cuarto para que fuera el lugar santísimo. 17 el cuarto principal que es el lugar santo era de dieciocho metros de largo. 18 Había cedro dentro de la casa, tallado en la forma de calabaza y flores abiertas. Todo era cedro dentro. Ninguna piedra era visible desde afuera. 19 Salomón preparó el cuarto interior dentro de la casa para poner el arca del pacto del SEÑOR allí. 20 El cuarto interior era de nueve metros de largo, nueve metros de anchura, y nueve metros de altura. Salomón cubrió las paredes con oro puro y cubrió el altar con madera de cedro. 21 Salomón cubrió el interior del templo con oro puro, y cerró por fuera con cadenas de oro a y cubrió el frente con oro. 22 Él cubrió todo el interior con oro hasta que todo el templo se terminó. cubrió también con oro todo el altar que le pertenecia al cuarto interior. 23 Salomón hizo dos querubines de madera de olivo, cada uno de cuatro y medio metros de alto, para el cuarto interior. 24 Una ala del primer querubín tenía dos metros y veinticinco centímetros de largo y la otra ala tambíen era de dos metros y veinticinco centímetros de largo. Así que desde la punta de una de las alas a la punta de la otra había una distancia de cuatro metros y medio. 25 El otro querubín el tamaño de sus alas era de cuatro metros y medio. Ambos querubines eran de la misma dimensión y forma. 26 La altura de un querubín era de cuatro metros y medio y el otro querubín era igual. 27 Salomón puso los querubines en el cuarto santísimo. Las alas de los querubines estaban estiradas, así que el ala de uno tocaba una pared y el ala del otro querubín tocaba la otra pared. Sus alas se tocaban una a otra en el medio del lugar santisimo 28 Salomón cubrió los querubines con oro. 29 Él talló todas las palabras de la casa alrededor con figuras de querubín, árboles de palmas, y flores abiertas, dentro y fuera de los cuartos. 30 Salomón cubrió el piso de la casa con oro, ambos, dentro y fuera de los cuartos. 31 Salomón hizo puertas de madera de olivo para la entrada del cuarto interior. El dintel y los marcos de la puerta tenían cinco secciones. 32 Así que él hizo dos puerta de madera de olivo, y él hizo en ellas tallado de querubines, palmas y flores abiertas. Él las cubrió con oro y él les puso oro en los querubines y en las palmeras. 33 De esta manera, hizo también, marcos para la entrada del templo de madera de olivo con cuatro secciones lisas y con dos puertas de madera de ciprés. 34 Las dos hojas de una de las puertas se doblaban y también las dos hojas de la otra puerta se doblaban. 35 Él talló en ellas querubines, palmeras y flores abiertas, y cubrió con oro el trabajo tallado. 36 Él construyó la parte interior con tres filas de piedra cortada y una fila de vigas de cedro. 37 Los cimientos de la casa del SEÑOR fueron hechos en el cuarto año, en el mes de Zif. 38 En el año once, en el mes de Bul, el cual es el mes ocho, la casa fue terminada en todas sus partes y conforme a todas las especificaciones. A Salomón le tomó siete años construir el templo.

7

1 Solomón se tomó trece años para construir su casa. 2 Él construyó el Palacio de los Bosques de Líbano. Su largo era de cuarenta y cinco metos, su ancho era de veintidos metros y medio, y su altura era de trece metros y medio. El palacio fue construido con cuatro filas de columnas de cedro, con vigas de cedro sobre las columnas. 3 La casa fue techada con cedro que descansaba en las vigas. Esas vigas estaban soportadas por columnas. Habían cuarenta y cinco vigas, quince en cada fila. 4 Habían tres hileras de ventanas, y cada ventana opuesta a otra ventana en tres conjuntos. 5 Todas las puertas y postes fueron hechos cuadrados con vigas, y las ventanas estaban opuestas en tres conjuntos. 6 Había una columna de veintidos metros y medio de largo y trece metros y medio de ancho, con un pórtico en frente, pilares y un techo. 7 Solomón construyó el salón del trono donde él iba a juzgar, el salón del juicio estaba cubierto con cedro del piso al techo. 8 La casa de Solomón, en la cual él iba a vivir, en otro patio dentro de las tierras del palacio, fue diseñada de manera similar. Él también construyó una casa como esta para la hija del Faraón, la cual él había tomado como esposa. 9 Estos edificios estaban adornados con piedras costosas, talladas, con precisión, medidas y cortadas con una sierra y alisadas en todos los lados. Estas piedras fueron utilizadas desde la base hasta de arriba, y también afuera hacia el gran patio. 10 La base fue construída con piedras muy grandes y costosas de tres metros y sesenta centimetros y de cuatro y medio metros de largo. 11 Encima habían piedras costosas, talladas con precisión y cortadas a la medida y vigas de cedro. 12 El gran patio que rodeaba el palacio, tenía tres filas de piedras cortadas y una fila de vigas de cedro, como el patio interior del templo del SEÑOR y el pórtico del templo. 13 El rey Solomón envió a buscar a Hiram y lo trajo desde Tiro. 14 Hiram era el hijo de una viuda de la tribu de Neftalí; su padre fue un hombre de Tiro, un artesano en bronce. Hiram estaba lleno de sabiduría y entendimiento y habilidad para hacer grandes obras con bronce. Él vino al rey Salomón para trabajar con bronce para el rey. 15 Hiram formó los dos pilares de bronce, cada uno de ocho metros y diez centímetros de alto y cinco metros y cuarenta centímetros en circunferencia. 16 Él hizo dos capiteles de bronce pulido para ponerlo encima de los pilares. La altura de cada capitel era de dos metros y veinticinco centímetros. 17 El enrejado y las coronas de cadena, servían a los capiteles para decorar la parte superior de los pilares, siete para cada capitel. 18 Así Hiram hizo dos filas de granadas alrededor del tope de cada pilar para decorar sus capiteles. 19 Los capiteles en los topes de los pilares del pórtico fueron decorados con lirios de uno metro y ocho centímetros de alto. 20 Los capiteles en estos dos pilares también incluían, cerca del mismo tope, docientas granadas en filas en todo alrededor. 21 Él levantó los pilares en el pórtico del templo. El pilar a la derecha fue nombrado Jaquín, y el pilar a la izquierdo fue nombrado Boaz. 22 En el tope de los pilares había decoraciones como lirios. La creación de los pilares fue hecha de esta manera. 23 Hiram hizo el mar redondo de metal fundido, cuatro y medio metros de borde a borde. Su altura era de dos metros y veinticinco centímetros, y el mar fue trece y medio metros de circunferencia. 24 Debajo del borde rodeando el mar, habian calabazas, diez en cada codo, fundidas en una pieza con el mar, cuando el mar mismo fue fundido. 25 El mar estaba sobre doce bueyes, tres mirando hacia al norte, tres mirando hacia el oeste, tres mirando hacia el sur, y tres mirando hacia el este. El mar estaba puesto encima de ellos, y todas sus traseros estaban hacia dentro. 26 El grosor del mar era como de ocho centímetros, y el borde fue trabajado como el borde de una taza como o una flor de lirio. El mar contenía cuarenta y cuatro mil litros de agua. 27 Hiram hizo los diez carros de bronce. Cada carro era de un metro y ochenta centímetros de largo y un metro treinta centímetros de ancho, y la altura era de un metro y treinta centimetros codos. 28 El trabajo de los carros era así. Ellos tenían paneles que estaban entre bastidores, 29 y en los bastidores habían leones, bueyes, y querubines. Encima y debajo de leones y bueyes habían coronas de trabajo martillado. 30 Cada carro tenía cuatro ruedas de bronce y ejes, y sus cuatro esquinas tenían soportes debajo de la cuenca. Los soportes estaban fundidos con las coronas al lado de cada uno. 31 La apertura era redonda como un pedestal, de sesenta y siete centímetros de ancho, y estaba dentro de una corona que se levantaba cuarenta y cinco centímetros. En la apertura habían grabados, y sus paneles eran cuadrados, no redondos. 32 Las cuatro ruedas estaban debajo de los paneles, y lo ejes de las ruedas y sus basas estaban en el carro. La altura de una rueda era sesenta y siete centímetros. 33 Las ruedas estaban forjadas como las ruedas de un carruaje. Sus basas, llantas, anilla y radios fueron todos fundidos de metal. 34 Habían cuatro agarraderas trabajadas en las cuatro esquinas de cada carro. 35 En la parte superior del carro había una banda redonda de veintidos y medio centimetros de profundidad, y encima del carro sus soportes y paneles estaban unidos. 36 En las superficie de los soportes y en los paneles, Hiram grabó querubines, leones, y árboles de palmas que cubrían el espacio disponible, y ellos estaban rodeados por coronas. 37 Él hizo los diez carros de esta manera. Todos ellos fueron fundidos en los mismos moldes, y ellos tenían un tamaño, y la misma forma. 38 Hiram hizo diez cuencas de bronce. Una cuenca podía aguantar ochocientos ochenta litros de agua. Cada cuenca era de un metro y ochenta centimetros de ancho y había una cuenca en cada uno de los diez carros. 39 Él hizo cinco carros en el lado que miraba al sur del templo y cinco en el lado que miraba al norte del templo. Él puso el mar en la esquina del este, mirando hacia el sur del templo. 40 Hiram hizo las cuencas y las palas y las vasijas de rociar. Entonces, él terminó todo el trabajo que hizo para el rey Solomón en el templo del SEÑOR: 41 los dos pilares, y los dos capiteles parecidos a las vasijas que estaban en lo alto de los dos pilares, y los dos pares de enrejado decorativo para cubrir las dos vasijas que estaban encima de los pilares. 42 Él hizo cuatrocientas granadas para los dos pares de enrejado decorativo: dos filas de granadas por cada par de enrejado para cubrir los dos capiteles que parecían vasijas que estaban en los pilares, 43 los diez carros, y las diez vasijas en los carros. 44 Él hizo el mar y los doces bueyes debajo; 45 también las vasijas, palas, lavabos, y todo los otros instrumentos. Hiram los hizo de bronce pulido, para el rey Solomón, para el templo del SEÑOR. 46 El rey los había hecho fundir en la llanura del Jordán, en la tierra de barro entre Sucot y Saretán. 47 Solomón no pesó todos los utensilios porque eran demasiados para pesar, porque el peso del bronce no podía ser medido. 48 Solomón hizo todo los muebles que estaban en el templo del SEÑOR de oro: el altar dorado y la mesa en la cual el pan de la presencia iba a ser colocado. 49 Los candelabros, cinco en el lado derecho y cinco en el lado izquierdo, al frente del cuarto interior, eran de oro puro, y las flores, las lámparas, y las tenazas eran de oro. 50 Las copas, las despabiladeras, los lavabos, las cucharas, y los quemadores de incienso eran todos hecho de oro puro. También las bisagras de las puertas del cuarto interior, el cual era el lugar santísimo, y de las puertas del salón principal del templo, todas fueron hechas de oro. 51 De esta manera, todo el trabajo que el rey Solomón hizo para la casa del SEÑOR fue terminado. Así que Solomón trajo las cosas que fueron separadas por David, su padre, y la plata, el oro, y los muebles, y los puso en los almacenes de la casa del SEÑOR.

8

1 Entonces Salomón congregó a los ancianos de Israel, todas los jefes de las tribus, y los líderes de las familias del pueblo de Israel delante de él en Jerusalén, para subir el arca del pacto del SEÑOR desde la ciudad de David, que es Sion. 2 Todos los hombres de Israel se congregaron ante el rey Salomón en la fiesta, en el mes de Etanim, el cual es el séptimo mes. 3 Todos los ancianos de Israel vinieron, y los sacerdotes tomaron el arca. 4 Ellos subieron el arca del SEÑOR, la tienda de encuentro y todos los muebles santos que estaban en la tienda. Los sacerdotes y los levitas subieron estas cosas. 5 El rey Salomón y toda la asamblea de Israel se juntaron ante el arca, sacrificando ovejas y bueyes que no podían ser contados. 6 Los sacerdotes entraron el arca del pacto del SEÑOR a su lugar, a la habitación de más adentro de la casa, el lugar más santo, debajo de las alas de los querubines. 7 Pues los querubines extendían sus alas al lugar del arca, y ellos cubrían el arca y las barras por las cuales era cargado. 8 Las barras eran tan largas que sus bordes eran vistos desde el lugar santo en frente de la habitación de más adentro, pero ellos no podían ser vistos desde afuera. Ellos están ahí hasta este día. 9 No había nada en el arca excepto las dos tablas de piedra que Moisés había puesto allí en Horeb, cuando el SEÑOR hizo un pacto con el pueblo de Israel cuando salieron de la tierra de Egipto. 10 Aconteció que cuando los sacerdotes salieron del lugar santo, la nube llenó el templo del SEÑOR. 11 Los sacerdotes no pudieron pararse a servir por causa de la nube, pues la gloria del SEÑOR llenó Su casa. 12 Entonces Salomón dijo: "El SEÑOR ha dicho que Él viviría en oscuridad espesa, 13 pero yo Te he construido un lugar lujoso para que Tú vivas en él por siempre." 14 Entonces el rey se dio la vuelta y bendijo a toda la asamblea de Israel, mientras la asamblea de Israel estaba de pie. 15 Él dijo: "Que el SEÑOR, el Dios de Israel, sea alabado, quien a cumplido con sus propias manos lo que habló a David mi padre, diciendo: 16 ''Desde el día que saqué a mi pueblo de Egipto, no escogí ciudad de entre todas las tribus de Israel en la cual construir una casa, de manera que Mi nombre esté allí. Sin embargo, Yo escogí a David para gobernar sobre mi pueblo Israel.'' 17 Y estaba en el corazón de David, mi padre, el construir una casa para el nombre del SEÑOR, el Dios de Israel. 18 Pero el SEÑOR dijo a David mi padre: ' Hiciste bien el haber tenido en tu corazón contruir una casa para mi nombre 19 Sin embargo, tú no construirás la casa; sino, tu hijo, uno que nacerá de tus entrañas construirá la casa para mi nombre.' 20 El SEÑOR ha cumplido la palabra que Él había dicho, pues yo me he levantado en el lugar de David, mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, como el SEÑOR prometió. Yo he construido la casa para el nombre del SEÑOR, el Dios de Israel. 21 Yo he hecho un lugar para el arca ahí, en el cual está el pacto del SEÑOR, el cual Él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto." 22 Salomón se paró frente al altar del SEÑOR, ante toda la asamblea de Israel, y extendió sus manos hacia los cielos. 23 Y dijo: "SEÑOR, Dios de Israel, no hay Dios como Tú arriba en los cielos o abajo en la tierra, que mantiene su pacto de fidelidad con sus siervos quienes caminan delante de Ti con todo su corazón; 24 Tú, que has cumplido lo que le prometiste a tu siervo David, mi padre, Sí, tú hablaste con tu boca y lo has cumplido con tu mano hasta hoy. 25 Ahora entonces, SEÑOR, Dios de Israel, cumple lo que le has prometido a tu siervo David, mi padre, cuando dijiste: 'Si tus descendientes tienen cuidado de caminar delante de Mí, como tú lo has hecho, nunca te faltará uno de tus hijos que se siente en el trono de Israel' 26 Ahora entonces, Dios de Israel, yo oro para que la promesa que Tú hiciste a tu siervo David, mi padre, se haga realidad. 27 Pero, ¿vivirá en realidad Dios en la tierra? mira, el universo entero y el cielo mismo no te pueden contener-- ¡cuánto menos lo puede hacer este templo que he construido! 28 Aún así, por favor, oye esta oración de tu siervo y su petición, SEÑOR mi Dios; escucha el llanto y la oración que tu siervo ora delante de ti hoy. 29 Que Tus ojos estén abiertos hacia este templo noche y día, al lugar del cual Tú has dicho: 'Mi nombre y Mi presencia estarán ahí'-- para que escuches las oraciones que tu siervo y tu pueblo orarán en este lugar. 30 Así que escucha la petición de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oremos en este lugar. Escucha desde el lugar donde Tú vives, desde los cielos; y cuando escuches, perdona. 31 Si un hombre peca en contra de su vecino y se le exige hacer un juramento, y si él viene y hace el juramento ante tu altar en esta casa, 32 escucha en los cielos y actúa y juzga a tus siervos, condenando al malvado, para llevar su conducta sobre su propia cabeza, y declara al justo inocente, para darle la recompensa por su justicia. 33 Cuando tu pueblo Israel sea derrotado por un enemigo porque hayan pecado en contra de Ti, si ellos regresan a Ti, confiesan Tu nombre, oran y piden tu perdón desde este templo-- 34 entonces, por favor, escucha en los cielos y perdona el pecado de tu pueblo Israel; regrésalos a la tierra que Tú le diste a sus antepasados. 35 Cuando los cielos sean cerrados y no haya lluvia porque el pueblo haya pecado en contra de Ti--- si ellos oran en este lugar, confiesan Tu nombre, y se vuelven de su pecado cuando Tú los hayas afligido--- 36 entonces escucha en el cielo y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, cuando les enseñes el buen camino en el cual ellos deban caminar. Envía lluvia a tu tierra, la cual Tú le has dado a tu pueblo como una herencia. 37 Supongamos que hay una hambruna en la tierra, o supongamos que hay enfermedad, plaga u hongo, langostas u orugas; o supongamos que un enemigo ataca las puertas de la ciudad en su tierra, o que hay cualquier plaga o enfermedad-- 38 y supongamos entonces que las oraciones y las peticiones son hechas por una persona o por todo tu pueblo Israel-- cada uno conociendo su plaga en su propio corazón mientras él extiende sus manos hacia este templo. 39 Entonces, escucha desde el cielo, el lugar donde Tú vives, perdona y actúa, y recompensa a cada persona por todo lo que él hace; Tú conoces su corazón, porque Tú y sólo Tú conoces los corazones de todos los seres humanos. 40 Haz esto para que ellos puedan temerte todos los días que ellos vivan en la tierra que Tú le diste a nuestros antepasados. 41 Además, en cuanto al extranjero que no pertenece a tu pueblo Israel: cuando él venga desde un país distante a causa de tu nombre-- 42 porque ellos escucharán de tu gran nombre, tu mano poderosa, y tu brazo alzado-- cuando él venga y ore en este templo, 43 entonces, por favor, escucha desde el cielo, el lugar donde Tú vives, y haz lo que el extranjero pida de Ti. Haz esto para que todos los pueblos en la tierra puedan conocer Tu nombre y te teman a Ti, como lo hace tu propio pueblo Israel. Haz esto para que ellos puedan conocer que esta casa que yo he construido es llamada por tu nombre. 44 Supongamos que Tu pueblo sale a batalla en contra de un enemigo, por cualquier camino que Tú los envíes, y supongamos que ellos oran a ti, SEÑOR, hacia la ciudad que Tú has escogido, y hacia la casa que yo he construido para tu nombre. 45 Entonces, escucha en los cielos su oración, su petición, y ayuda su causa. 46 Supongamos que ellos pecan contra Ti, ya que no hay nadie que no peque, y supongamos que Tú estás enojado con ellos y los entregas al enemigo, de modo que el enemigo se los lleva cautivos a su tierra, ya sea distante o cercana. 47 Luego supongamos que se dan cuenta que están en la tierra donde han sido exiliados, y supongamos que se arrepientan y buscan favor de Ti desde la tierra de sus captores. Supongamos que digan: 'Nosotros hemos actuado perversamente y pecado. Nos hemos comportado malvadamente.' 48 Supongamos que regresan a Ti con todo su corazón y con toda su alma en la tierra de sus enemigos quienes los capturaron, y supongamos que oran a Ti hacia su tierra, la cual Tú le diste a sus antepasados, y hacia la ciudad que Tú escogiste, y hacia la casa que yo he construido para Tu nombre. 49 Entonces escucha su oración, sus peticiones en los cielos, en el lugar donde Tú vives, y ayuda a su causa. 50 Perdona a Tu pueblo, que ha pecado contra ti, y todos sus pecados con los cuales han transgredido en contra de tus mandamientos. Ten compasión de ellos delante de sus enemigos quienes los llevaron cautivos, para que sus enemigos puedan también tener compasión de tu pueblo. 51 Ellos son tu pueblo a quienes Tú has escogido, a quienes Tú rescataste de Egipto, de en medio del horno de hierro forjado. 52 Yo oro para que tus ojos puedan estar abiertos a la petición de tu siervo y a las peticiones de tu pueblo Israel, para escucharlos cuando sea que ellos lloren a ti. 53 Pues Tú los separaste de entre todos los pueblos de la tierra para pertenecerte a Ti y recibir tus promesas, tal como Tú explicaste por medio de Moisés tu siervo, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto, SEÑOR." 54 Así fue que cuando Salomón había terminado esta oración y petición al SEÑOR, se levantó de sus rodillas de delante del altar del SEÑOR, con sus manos extendidas hacia los cielos. 55 Se levantó y bendijo a toda la asamblea de Israel en voz alta, diciendo: 56 "Qué el SEÑOR sea alabado, pues le ha dado descanso a su pueblo Israel, ninguna palabra ha fallado, cumpliendo así las promesas que Él hizo con Moisés, su siervo. 57 Qué el SEÑOR nuestro Dios esté con nosotros, como Él estuvo con nuestros antepasados. 58 Qué Él nunca nos deje ni nos abandone, que Él pueda inclinar nuestros corazones a Él, para vivir en todos sus caminos y guardar sus mandamientos, regulaciones y estatutos, los cuales Él ordenó a nuestros padres. 59 Y que estas palabras que he hablado, por las cuales he hecho petición delante del SEÑOR, estén cerca del SEÑOR nuestro Dios día y noche, para que Él ayude a la causa de su siervo y a la causa de su pueblo Israel, según cada día lo requiera; 60 que todos los pueblos de la tierra puedan conocer que el SEÑOR, es Dios, ¡y no hay otro Dios! 61 Por lo tanto, que tu corazón sea fiel al SEÑOR nuestro Dios, para caminar en sus estatutos y mantener sus mandamientos, como en este día." 62 Así que el rey y todo Israel con él ofrecieron sacrificios al SEÑOR. 63 Salomón ofreció ofrendas de paz, el cual ofreció al SEÑOR: veintidós mil bueyes y ciento veintemil ovejas. Así que el rey y todo el pueblo de Israel dedicaron la casa del SEÑOR. 64 El mismo día el rey dedicó el medio del patio frente al templo al SEÑOR, pues allí ofreció las ofrendas quemadas, las ofrendas de grano y lo gordo de las ofrendas de paz, porque el altar de bronce que estaba ante el SEÑOR era demasiado pequeño para recibir la ofrenda quemada, la ofrendas de granos y lo gordo de las ofrendas de paz. 65 Así que Salomón llevó a cabo el festín en ese tiempo, y todo Israel con él, una gran asamblea, desde Lebo Hamat hasta el arroyo de Egipto, delante del SEÑOR nuestro Dios por siete días y también por otros siete días, un total de catorce días. 66 Al octavo día él envió al pueblo lejos, y ellos bendijeron al rey y se fueron a sus casas con corazones gozosos y contentos por todas las bondades que el SEÑOR le había mostrado a David, su siervo, y a Israel, su pueblo.

9

1 Después que Salomón había terminado de construir la casa del SEÑOR y el palacio del rey, y después que había logrado todo lo que él quería hacer, 2 el SEÑOR se le apareció a Salomón una segunda vez, según se le había aparecido a él en Gabaón. 3 Entonces el SEÑOR le dijo a él: "He escuchado tu oración y petición que has hecho ante mí. He separado esta casa, la cual has construido para mi, para poner mi nombre ahí para siempre. Mis ojos y mi corazón estarán ahí todo tiempo. 4 En cuanto a ti, si caminas delante de mí como David tu padre caminó en nobleza e integridad de corazón, obedeciendo todo lo que te he ordenado y guardando mis estatutos y mis decretos, 5 entonces estableceré el trono de tu reino sobre Israel para siempre, según prometí a David tu padre, diciendo: 'Un hijo tuyo nunca faltará en el trono de Israel.' 6 Pero si te alejas, o tus hijos, y no guardan mis mandamientos y mis estatutos que yo he puesto delante de ustedes, y si van y adoran otros dioses y se inclinan a ellos, 7 entonces yo cortaré a Israel de sobre la tierra que les he dado; y esta casa que he separado a mi nombre, la arrojaré fuera de mi vista, e Israel se convertirá en un ejemplo de burla y en un objeto de ridiculización entre todos los pueblos. 8 Y aunque este templo es tan lujoso ahora, todos los que pasen por su lado se sorprenderán y silbarán. Ellos preguntarán: '¿Por qué ha hecho el SEÑOR esto a esta tierra y a esta casa?' 9 Otros contestarán, 'Porque abandonaron al SEÑOR, su Dios, que había sacado a sus antepasados de la tierra de Egipto, y echaron mano de otros dioses y se inclinaron a ellos y los adoraron. Por eso es que el SEÑOR ha traído todo este desastre sobre ellos.''' 10 Sucedió que al final de veinte años, Salomón había terminado de construir los dos edificios, el templo del SEÑOR y el palacio del rey. 11 Hiram, el rey de Tiro, le había proporcionado a Salomón el cedro, los árboles de ciprés y el oro; todo lo que Salomón deseó. Así que Salomón le dio a Hiram veinte ciudades en la tierra de Galilea. 12 Hiram llegó desde Tiro para ver las ciudades que Salomón le había dado, pero ellas no fueron de su agrado. 13 Así que Hiram dijo: ''¿Qué ciudades son estas las cuales me has dado, hermano?" Hiram las llamó la Tierra de Cabul, las cuales todavía se llaman así hoy. 14 Hiram había envido al rey cerca de cuatro mil kilos de oro. 15 Esta es la razón para los trabajos forzados que el rey Salomón impuso: para construir el templo del SEÑOR y su propio palacio, para construir el Milo y el muro de Jerusalén, y para construir las defenzas de Hazor, Meguido y Gezer. 16 Faraón rey de Egipto había subido y tomado Gezer, lo quemó y mató a los cananeos en la ciudad. Entonces Faraón le dio la ciudad a su hija, la esposa de Salomón, como un regalo de bodas. 17 Así que Salomón reconstruyó Gezer y Bet Horón de Abajo, 18 Baalat y Tadmor en el desierto en la tierra de Judá, y todas las ciudades de alamacenaje que él poseía, 19 y las ciudades para sus carros y las ciudades para sus jinetes, y todo lo que él deseó construir para su placer en Jerusalen, en el Líbano y en todas las tierras bajo su dominio. 20 En cuanto a toda la gente que quedó de los amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos, que no eran del pueblo de Israel, 21 y sus descendientes que se quedaron en la tierra después de ellos, a los cuales la gente de Israel no pudo destruir totalmente -- Salomón los hizo obreros de trabajos forzados, y esto continúa hasta el día de hoy. 22 Sin embargo, Salomón no hizo obreros forzados del pueblo de Israel. En vez de eso, ellos se convirtieron en sus soldados, ayudantes, funcionarios, oficiales, comandantes de sus carros de combate y sus jinetes de caballos. 23 De éstos, quinientos cincuenta eran oficiales principales que manejaban las supervisiones sobre los trabajos de Salomón. 24 La hija de Faraón se mudó de la ciudad de David a la casa que Salomón le había construido a ella. Más adelante, Salomón construyó el Milo. 25 Tres veces cada año Salomón ofrecía ofrendas quemadas y ofrendas de paz en el altar que él construyó para el SEÑOR, quemando incienso para prometer amistad al SEÑOR. Así él completó el templo y era utilizado. 26 El rey Salomón construyó una flota de barcos en Ezión Geber, el cual está cerca de Elot a la orilla del Mar Rojo, en la tierra de Edom. 27 Hiram envió sirvientes a las flotas de Salomón, marineros que entendían el mar, con los sirvientes propios de Salomón. 28 Ellos fueron a Ofir con sirvientes de Salomón. Desde ahí ellos trajeron de vuelta catorce mil docientos ochenta kilos de oro para el Rey Salomón.

10

1 Cuando la reina de Sabá escuchó de la fama de Salomón, por el nombre del SEÑOR, ella vino a probarlo con preguntas difíciles. 2 Ella vino a Jerusalén con una caravana muy larga, con camellos cargados de especias, mucho oro, y muchas piedras preciosas. Cuando llegó, le dijo a Salomón todo lo que estaba en su corazón. 3 Salomón respondió todas sus preguntas. No hubo nada que ella preguntara que el rey no respondiera. 4 Cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, el palacio que él había construído, 5 la comida en su mesa, el asiento de sus empleados, el trabajo de sus siervos y sus ropas, también sus coperos, y la manera de él de ofrecer ofrendas quemadas en la casa del SEÑOR, quedó asombrada 6 Ella le dijo al rey: ''Es verdad, todo lo que escuché en mi propia tierra de tus palabras y tu sabiduría. 7 No creí lo que escuché hasta que vine aquí, y ahora mis ojos lo han visto. ¡Ni la mitad me fue dicho acerca de tu sabiduría y riquezas! Has sobrepasado la fama de la que escuché. 8 Cuan bendecidas son tus servidores y tus trabajadores, quienes constantemente están frente a ti, escuchando tu sabiduría. 9 Qué el SEÑOR tu Dios sea alabado, quien a ha agradado de ti y te puso en el trono de Israel. ¡Porque El SEÑOR amó a Israel para siempre, Él te ha hecho rey, para que tú hagas justica y derecho! 10 Ella le dio al rey mas de cuatro mil kilos de oro y una gran cantidad de especias y piedras preciosas. No se le volvió a dar mayor cantidad de especias como ésta que la reina de Sabá le dio al rey Salomón. 11 La flota de Hiram, trajo oro de Ofir y también una gran cantidad de madera de sándalo y piedras preciosas. 12 El rey hizo pilares de madera de sándalo para el templo del SEÑOR y para el palacio del rey arpas y liras para los cantantes. Nunca más tal cantidad de madera de sándalo ha sido vista hasta el día de hoy. 13 El rey Salomón le dio a la reina de Sabá todo lo que ella deseó, todo lo que ella pidió, además de lo que Salomón ya le había dado. Después ella regresó a su propia tierra con los que la servían. 14 El peso de oro que recibía Salomón cada año era de mas de veintidosmil kilos, 15 aparte del oro que los comerciantes y los mercaderes traían. Todos los reyes de Arabia y los gobernantes en el país, también trajeron oro y plata a Salomón. 16 El rey Salomón hizo doscientos escudos grandes de oro batido de poco mas de seis kilos y medio cada uno. 17 Él también hizo trescientos escudos de oro batido de kilo y medio cada escudo; el rey los puso en el palacio del Bosque del Líbano. 18 Luego el rey hizo un gran trono de marfil y lo cubrió con el oro más fino. 19 Había seis escalones hacia el trono, y la parte de atrás de éste tenía un tope circular. tenía descansabrazos a cada lado del asiento, y dos leones parados al lado de los descansabrazos. 20 Doce leones se pararaban en los escalones, uno a cada lado de los seis escalones. No había ningún trono como éste en otro reino. 21 Todas las copas para beber de Salomón eran de oro, y todas las copas para beber en el Palacio del Bosque del Líbano eran de oro puro. Ninguna era de plata, porque la plata no era considerada valiosa en lo días de Salomón. 22 El rey tenía en el mar una flota de barcos de alta mar, junto con la flota de Hiram. Una vez cada tres años la flota traía oro, plata, y marfil, al igual que simios y mandriles. 23 Así que el rey Salomón sobrepasó a todos los reyes del mundo en riquezas y sabiduría. 24 Toda la tierra buscaba la presencia de Salomón, para poder esuchar su sabiduría, la cual Dios había puesto en su corazón. 25 Aquellos que visitaban traían tributo, vasijas de plata y oro, ropas, armaduras y especias, al igual que caballos y mulas, año tras año. 26 Salomón reunió a carros y jinetes. Tenía mil cuatrocientos carros y doce mil jinetes los cuales estacionaba en las ciudades de carros y con él mismo, en Jerusalén. 27 El rey tenía plata en Jerusalén, tanto como las piedras en el suelo. El hizo que la madera de cedro fuera tan abundante como los arboles de higo que están en las tierras bajas. 28 Salomón tenía caballos que habian sido traidos de Egipto y de Coa. El comprador del rey los compraba por rebaños, cada rebaño a un precio. 29 Los carros eran comprados de Egipto por seiscientas monedas de plata cada uno, y los caballos por ciento cincuenta monedas cada uno. Muchos de éstos eran luego vendidos a todos los reyes de los hititas y Aram.

11

1 Ahora, el Rey Salomón amaba a muchas mujeres extranjeras: la hija del faraón y mujeres de los moabitas, amonitas, edomitas, sidonitas, e hititas- 2 naciones sobre las cuales el SEÑOR le había dicho al pueblo de Israel: "Ustedes no irán y se casarán con ellas, tampoco ellas vendrán a ti, porque ciertamente tornarán tu corazón hacia sus dioses," Pero Salomón amó estas mujeres. 3 Salomón tenía setecientas esposas de la realeza y trescientas concubinas. Sus esposas desviaron su corazón. 4 Salomón se hizo viejo, sus esposas volvieron su corazón hacia otros dioses; pues su corazón no estaba completamente rendido al SEÑOR su Dios, como estuvo el corazón de su padre David. 5 Pues, Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y él siguió a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. 6 Salomón hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; él no siguió completamente al SEÑOR, como lo hizo David su padre. 7 Entonces Salomón construyó un lugar alto para Quemos, el detestable ídolo de Moab, en las colinas al este de Jerusalén, y también para Moloc, el detestable ídolo de la gente de Amón. 8 Él también construyó lugares altos para todas sus esposas extranjeras, quienes quemaban incienso y hacían sacrificios a sus dioses en ellos. 9 El SEÑOR estaba enojado con Salomón, porque su corazón se había alejado de Él, el Dios de Israel, aún cuando Él se le había aparecido dos veces 10 y le había ordenado acerca de esto, que no debía ir tras otros dioses. Pero Salomón no obedeció lo que El SEÑOR le ordenó. 11 Por lo tanto El SEÑOR le dijo a Salomón: "Porque has hecho ésto y no has guardado mi pacto y mis estatutos que te he ordenado, Yo romperé tu reinado y lo daré a tu siervo. 12 Sin embargo, por causa de tu padre David, no lo romperé en tu tiempo, pero lo arrancaré de la mano de tu hijo. 13 Aún así no romperé todo el reino; le daré una tribu a tu hijo por causa de David mi siervo, y por causa de Jerusalén, la cual he escogido." 14 Entonces, El SEÑOR levantó un adversario a Salomón, Hadad el edomita. El era de la familia real de Edom. 15 Cuando David estuvo en Edom, Joab el capitán del ejército salió a enterrar a los muertos, todos los hombres que fueron muertos en Edom. 16 Joab y todo Israel habitaron ahí por seis meses hasta que mataron a todo varón en Edom. 17 Pero Hadad fue sacado con otros edomitas por los siervos de su padre a Egipto, ya que Hadad era aún un niño pequeño. 18 Ellos dejaron Madián y vinieron a Parán donde tomaron hombres y llegaron a Egipto a Faraón rey de Egipto, quién les dió casa, tierra y comida. 19 Hadad encontró gran favor a la vista de Faraón, así que Faraón le dió una esposa, la hermana de su esposa, la hermana de la reina Tahpenes. 20 La hermana de Tahpenes dio a luz al hijo de Hadad. Le llamaron Genubat. Tahpenes lo crió en el palacio del Faraón. Así que, Genubat vivió en el palacio del Faraón entre los hijos del Faraón. 21 Mientras estaba en Egipto, Hadad escuchó que David había muerto y que Joab el capitán de sus ejércitos había muerto, Hadad le dijo a Faraón:" Déjame partir, así iré a mi propio pueblo." 22 Luego, Faraón le dijo: "¿Pero, qué te ha faltado conmigo, que buscas ir a tu propio pueblo? Hadad contestó:" Nada. Por favor déjame ir." 23 Dios también levantó otro adversario para Salomón, Rezón hijo de Eliada, quién había huído de su señor Hadad Ezer, rey de Soba. 24 Rezón reunió gente y se hizo capitán sobre un pequeño grupo, cuando David derrotó los hombres de Sobá. Los hombres de Rezón fueron a Damasco y vivían allí, y Rezón controlaba Damasco. 25 Él era un enemigo de Israel en los días de Salomón, junto con los problemas que Hadad causó. Rezón aborrecía a Israel y reinaba sobre Aram. 26 Entonces Jeroboam hijo de Nabat, efrateo de Sereda, oficial de Salomón, cuya madre se llamaba Zerúa y era viuda, levantó su mano contra el rey. 27 La razón por la cual levantó su mano contra el rey fue porque Salomón construyó el lugar en Milo y cerró la brecha en la pared del muro de la ciudad de David su padre. 28 Jeroboam era un poderoso hombre de valor. Salomón vio que el joven era trabajador, le dió el comando sobre la casa de José. 29 En ese tiempo cuando Jeroboam salió de Jerusalén, el profeta Ahías el silonita lo encontró en el camino. Ahías se había vestido con una ropa nueva y los dos hombres estaban solos en el campo. 30 Luego, Ahías agarró su túnica nueva que tenía puesta y la rasgó en doce piezas. 31 Él le dijo a Jeroboam:" Toma diez piezas, porque el SEÑOR, el Dios de Israel, dice:' Mira, Yo arrancaré el reino de la mano de Salomón y Yo te daré diez tribus a ti 32 pero Salomón tendrá una tribu, por amor a David mi siervo y por amor a Jerusalén- la ciudad que Yo he escogido de todas las tribus de Israel, 33 porque ellos me han abandonado y han adorado a Astoret, la diosa de los sidonios, a Quemos el dios de Moab, y Milcom el dios del pueblo de Amón. Ellos no han caminado en mis caminos, para hacer lo que es correcto ante mis ojos, y para guardar mis estatutos y decretos, como hizo David su padre. 34 Sin embargo, no quitaré todo el reino de la mano de Salomón. En cambio, lo dejaré reinar todo el tiempo de los días de su vida, por amor a David mi siervo a quién escogí, el que guardó mis mandamientos y mis estatutos. 35 Pero quitaré el reinado de las manos de sus hijos y te daré a ti, diez tribus. 36 Yo le daré una tribu al hijo de Salomón, de modo que mi siervo David siempre tenga una lámpara ante mí en Jerusalén, la ciudad que he escogido para poner mi nombre. 37 Y te tomaré, y reinarás para cumplir todo lo que desees, y serás rey sobre todo Israel. 38 Si escuchas todo lo que te mando, y si caminas en mis caminos y haces lo que es correcto ante mis ojos, para mantener mis estatutos y mis mandamientos, como David mi siervo hizo, entonces estaré contigo y construiré una casa segura, así como la construí para David, y te daré a Israel. 39 Yo castigaré los descendientes de David, pero no para siempre." 40 Así que Salomón trató de matar a Jeroboam. Pero Jeroboam se levantó y huyó a Egipto, a Sicac rey de Egipto, y él permaneció en Egipto hasta la muerte de Salomón. 41 En cuanto a los demás hechos relacionados a Salomón, todo lo que él hizo y su sabiduría, ¿No están todos escritos en el Libro de los Hechos de Salomón? 42 Salomón reinó en Jerusalén sobre todo Israel por cuarenta años. 43 El murió y fue enterrado con sus atepasados en la cuidad de David su padre. Roboam su hijo reinó en su lugar.

12

1 Roboam fue a Siquem, porque todo Israel estaba viniendo a Siquem para hacerlo rey. 2 Ocurrió que Jeroboam, hijo de Nabat, escucho esto (porque él todavía estaba en Egipto, a donde él había huído de la presencia del rey Salomón), porque Jeroboam se había asentado en Egipto. 3 Así que ellos enviaron y lo llamaron, y Jeroboam y todos los de la asamblea de Israel vinieron y le dijeron a Roboam: 4 "Tu padre hizo nuestro yugo pesado. Ahora alivia el duro trabajo de tu padre y alivia el yugo pesado que él nos puso, y te serviremos." 5 Roboam les dijo: "Váyanse por tres días, entonces regresen a mí." Así que la gente se fué. 6 El rey Roboam consultó con los ancianos que habían estado ante Salomón, su padre, mientras estaba vivo, y él les dijo: "¿Cómo me aconsejan que responda a esta gente?" 7 Ellos le hablaron y dijeron: "Si tú fueras un sirviente hoy para esas personas y les sirvieras, y les respondes diciendoles buenas palabras, entonces ellos siempre serán tus sirvientes." 8 Pero Roboam ignoró el consejo que los ancianos le habían dado y él consultó con los jóvenes quienes habían crecido con él y se pararon ante él. 9 Él les dijo: ¿Qué consejo me dan ustedes que podamos responder a la gente que me habló y dijo: 'Alivia el yugo que tu padre nos puso a nosotros'?" 10 Los jóvenes quienes habían crecido con Roboam le hablaron, diciendo: "Habla a estas personas que te dijeron que tu padre Salomón hizo su yugo pesado pero que tú debes hacerlo liviano. Tú deberías decirles a ellos: 'Mi dedo meñique es más grueso que la cintura de mi padre. 11 Entonces, aunque mi padre los cargó con un yugo pesado, yo les añadiré a su yugo. Mi padre los castigó con látigos, pero yo los castigaré con escorpiones.'" 12 Jeroboam y toda la gente vino a Roboam en el tercer día, como el rey les había dicho: "Regresen a mí en el tercer día." 13 El rey le respondió a la gente duramente e ignoró el consejo que los ancianos le habían dado. 14 Les habló siguiendo el consejo de los jóvenes, dijo: "Mi padre los cargó con un yugo pesado, yo le añadiré a su yugo. Mi padre los castigó con látigos, pero yo los castigaré con escorpiones." 15 El rey no escuchó a la gente, ya que eran una serie de eventos dispuestos por el SEÑOR, para que se cumpliera la palabra que Él le había dado a Jeroboam hijo de Nabat por medio de Ahías el silonita. 16 Cuando todo Israel vió que el rey no los escuchaba, la gente le respondió y le dijo: "¿Qué parte tenemos nosotros en David? ¡Nosotros no tenemos herencia en el hijo de Isaí! Vayan a sus tiendas, Israel. Ahora mira por tu propia casa, David." Así Israel se fué de regreso a sus tiendas. 17 Pero para la gente de Israel quienes vivían en las ciudades de Judá, Roboam se convirtió en rey sobre ellos. 18 Entonces el rey Roboam envió a Adoram, que estaba a cargo de los trabajos forzados, pero todo Israel lo apedreó hasta la muerte. El rey Roboam huyó rápidamente en su carruaje a Jerusalén. 19 Así Israel ha estado en rebelión contra la casa de David hasta este día. 20 Sucedió que cuando todo Israel escuchó que Jeroboam había regresado, ellos fueron y lo llamaron a su asamblea y lo hicieron rey sobre todo Israel. No había nadie quien siguiera la familia de David, excepto la tribu de Judá. 21 Cuando Roboam llegó a Jerusalén, él convocó toda la casa de Judá y la tribu de Benjamín; allí había ciento ochenta mil hombres escogidos quienes eran soldados, para luchar contra la casa de Israel, para restaurar el reino a Roboam, hijo de Salomón. 22 Pero la palabra de Dios vino a Semaías, hombre de Dios; diciendo: 23 "Habla a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá, a toda la casa de Judá y Benjamín, y al resto de la gente; di: 24 'El SEÑOR dice esto: Ustedes no deben atacar o pelear contra sus hermanos, la gente de Israel. Cada hombre debe regresar a su casa, porque ésta serie de eventos ha sido hecha por Mí.'" Entonces ellos escucharon la palabra del SEÑOR, se dieron vuelta y fueron por su camino, y obedecieron Su palabra. 25 Entonces Jeroboam construyó Siquem en el país montañoso de Efraín, y vivió allí. Salió de allí y construyó Penuel. 26 Jeroboam pensó en su corazón: "Ahora el reino regresará a la casa de David. 27 Si estas personas suben a ofrecer sacrificios en el templo del SEÑOR en Jerusalén, entonces los corazones de estas personas se regresarán otra vez a Roboam, rey de Judá. Ellos me matarán y regresarán a Roboam, rey de Judá." 28 Así que el rey Jeroboam buscó consejo e hizo dos becerros de oro; él le dijo al pueblo: "Es mucho para ustedes subir hasta Jerusalén. Mira, estos son tus dioses Israel, que los sacaron de la tierra de Egipto." 29 Él colocó uno en Betel y el otro en Dan. 30 Así este acto se volvió pecado. La gente iba a uno o al otro, todo el camino hasta Dan. 31 Jeroboam hizo casas en lugares altos y él también hizo sacerdotes de entre toda la gente, que no estaban entre los hijos de Leví. 32 Jeroboam ordenó un festín en el día quince del mes octavo, como la fiesta que se hace en Judá, y subió hasta el altar. Lo hizo en Betel, sacrificando a los becerros que él había hecho, y llevó a Betel los sacerdotes de los lugares altos que él había hecho. 33 Jeroboam subió al altar que él había hecho en Betel en el día quince del mes octavo, en el mes que él había planeado en su propia mente; él ordenó la fiesta para la gente de Israel y subió al altar para quemar incienso.

13

1 Un hombre de Dios salió de Judá a Betel en obediencia a la palabra del SEÑOR. Jeroboam, estaba parado en el altar para quemar incienso. 2 Él hombre de Dios lloraba en contra del altar por la palabra del SEÑOR: '' '¡Altar, altar!' Esto es lo que dice El SEÑOR: 'Mira, un hijo llamado Josías, nacerá de la familia de David, y en ti sacrificará a los sacerdotes de los lugares altos, que ahora queman incienso. Quemarán huesos humanos.''' 3 Entonces, el hombre de Dios dio una señal ese mismo día, diciendo: ''Ésta es la señal que El SEÑOR ha hablado: 'Mira, el altar se partirá en dos, y las cenizas encima de él serán derramadas.' 4 Cuando el rey escuchó lo que dijo el hombre de Dios, que lloraba contra el altar en Betel. Jeroboam extendió su mano desde el altar dicendo, 'Agárrenlo'. Luego la mano que extendió contra el hombre de Dios, se secó, así que no pudo regresarla hacia él mismo. 5 El altar también se partió en dos, y las cenizas se derramaron del altar, como fue descrito por el hombre de Dios que dio la palabra del SEÑOR. 6 El rey Jeroboam le respondió y dijo al hombre de Dios: '' Ruega por el favor del SEÑOR tu Dios y ora por mi, para que mi mano sea restaurada.'' Así que, el hombre de Dios oró al SEÑOR, y la mano del rey fue restaurada, y volvió a ser como era antes. 7 El rey le dijo al hombre de Dios: "Ven a casa conmigo y refréscate, y te daré una recompensa." 8 El hombre de Dios le dijo al rey: ''Incluso si me dieras la mitad de tus bienes, no iré contigo, ni comeré comida, ni beberé agua en este lugar, 9 porque El SEÑOR me ordenó por su palabra: 'Tu no comerás pan ni beberás agua, ni regresarás por el camino que viniste.''' 10 Así que, el hombre de Dios se fue por otro camino y no regresó a su casa el camino por el que había llegado a Betel. 11 Había un viejo profeta viviendo en Betel, y uno de sus hijos vino y le dijo todas las cosas que el hombre de Dios hizo ese día en Betel. Sus hijos también le dijeron las palabras que el hombre de Dios le había hablado al rey. 12 Su padre les dijo: ''¿Por cuál camino se fue?'' sus hijos le señalaron el camino por el cual el hombre de Dios de Judá se había ido. 13 Así que, le dijo a sus hijos: ''Ensillen al burro para mi.'' Así que, ellos ensillaron el burro, y cabalgó en él. 14 El viejo profeta fue detrás del hombre de Dios y lo encontró sentado debajo de un árbol de roble; y le dijo: ''¿Eres tú el hombre de Dios que vino desde Judá? '' le respondió: ''Yo soy.'' 15 Entonces, el profeta le dijo a él: ''Ven a casa conmigo y come comida.'' 16 El hombre de Dios respondió: ''No puedo regresar ni entrar contigo, y tampoco comeré comida o beberé agua en este lugar, 17 porque me fue ordenado por la palabra del SEÑOR: 'Tú no comerás ninguna comida ni beberás agua allí, ni regresarás por el camino en que viniste.''' 18 Así que, el viejo profeta le dijo: ''Yo también soy profeta, como lo eres tú, y un ángel me habló palabra del SEÑOR diciendo: 'Tráelo de regreso contigo a tu casa, para que él pueda comer comida y beber agua.''' Pero él le mentía al hombre de Dios. 19 Así que, el hombre de Dios regresó con el viejo profeta y comió comida en su casa y bebió agua. 20 Mientras ellos estaban sentados a la mesa, la palabra del SEÑOR vino al profeta que lo había traído de vuelta, 21 y se lamentó delante del hombre de Dios que vino de Judá, diciendo: ''El SEÑOR dice 'Porque haz sido desobendiente a la palabra del SEÑOR y no haz guardado el mandamiento que El SEÑOR tu Dios te dio, 22 sino que, viniste y has comido comida y bebido agua en el lugar que El SEÑOR te dijo que no comieras comida ni bebieras agua, tu cuerpo no será enterrado en la tumba de tus padres.''' 23 Después que había comido, y bebido, el profeta ensilló un burro para el hombre de Dios, el hombre que había regresado con él. 24 Cuando el hombre de Dios se había ido, un león lo encontró en la calle y lo mató, y su cuerpo fue dejado en la calle. Entonces el burro estuvo al lado de él, y el león también estuvo al lado del cuerpo. 25 Cuando hombres pasaron y vieron el cuerpo dejado en la calle, y el león al lado del cuerpo, ellos vinieron y lo dijeron en la ciudad donde vivía el viejo profeta. 26 Cuando el profeta que lo había traído de vuelta del camino lo escuchó, dijo: ''Es el hombre de Dios que desobedeció la palabra del SEÑOR. Por lo tanto, El SEÑOR lo entregó al león, quien lo destrozó y lo mató, así como la palabra de Dios lo advirtió.'' 27 Así que, el viejo profeta le habló a sus hijos, diciendo: ''Ensillen a mi burro'', y ellos lo ensillaron. 28 Él fue y encontró el cuerpo dejado en la calle, y el burro y león al lado del cuerpo. El león no se había comido el cuerpo, ni atacó al burro. 29 El profeta tomó el cuerpo del hombre de Dios, lo puso encima del burro, y lo trajo de vuelta. Vino a su propia ciudad para lamentarse y enterrarlo. 30 Puso el cuerpo en su propia tumba, y luego se lamentó sobre él diciendo: ''Ay, mi hermano!'' 31 Entonces, después de enterrarlo, el viejo profeta le habló a sus hijos diciendo: ''Cuando yo muera, entiérrenme en la tumba donde el hombre de Dios está enterrado. Pongan mis huesos al lado de sus huesos. 32 Pues el mensaje que él declaró por la palabra del SEÑOR, en contra del altar en Betel y en contra de todas las casas en los lugares altos en las ciudades de Samaria, ciertamente ocurrirá. 33 A pesar de ésto, Jeroboam nunca se volvió de su mal camino, sino que continuó nombrando sacerdotes comunes para los lugares altos, entre todo tipo de gente. Cualquiera que sirviera, él lo consagraba como sacerdote. 34 Éste asunto se convirtió en pecado para la familia de Jeroboam, y causó que su familia fuera destruída y fuera exterminada de la faz de la tierra.

14

1 En aquel tiempo Abías, hijo de Jeroboam, se puso muy enfermo. 2 Jeroboam le dijo a su esposa: "Por favor levántate y disfrázate, para que no seas reconocida como mi esposa, y ve a Silo, porque Ahías el profeta está ahí; él es el que habló de mí, diciendo que yo me convertiría en rey sobre este pueblo. 3 Toma contigo diez hogazas, algunos pasteles y una jarra de miel, y ve a Ahías. Él te dirá lo que sucederá con el niño." 4 La esposa de Jeroboam hizo así; salió y fue a Silo y llegó a la casa de Ahías. Ahías no podía ver, porque su visión fallaba a causa de su edad. 5 El SEÑOR dijo a Ahías, "Mira, la esposa de Jeroboam viene a buscar consejo de ti en relación a su hijo, porque está enfermo. Dile tal y cual a ella, porque cuando venga, actuará como si fuese alguna otra mujer." 6 Cuando Ahías escuchó el sonido de los pies de ella cuando entraba por la puerta, él dijo: "Entra, esposa de Jeroboam. ¿Por qué pretendes ser alguien que no eres? He sido enviado a ti con malas noticias. 7 Ve, dile a Jeroboam que el SEÑOR, el Dios de Israel, dice: 'Yo te levanté de entre el pueblo para hacerte el líder sobre mi pueblo Israel. 8 Arranqué el reino de la familia de David y te lo di a ti, pero tú no has sido como mi siervo David, quien guardó mis mandamientos y me siguió con todo su corazón, para hacer sólo lo que estaba correcto en mis ojos. 9 En lugar de esto, has hecho lo malo, más que todos los que estuvieron antes que tú. Has hecho otros dioses, y tienes imágenes de metal fundido para provocarme a enojo, y me has dado la espalda. 10 Por lo tanto, traeré desastre sobre tu familia; cortaré de ti todo niño varón en Israel, sea esclavo o libre, y quitaré completamente tu familia, como alguien quien quema estiércol hasta que se acaba. 11 Cualquiera que pertenece a tu familia que muera en la ciudad será comido por perros, y cualquiera que muera en el campo será comido por los pájaros de los cielos, pues Yo, el SEÑOR, lo he dicho.' 12 Así que levántate, esposa de Jeroboam, y ve de vuelta a tu hogar; cuando tus pies entren en la ciudad, el niño Abías morirá. 13 Todo Israel lamentará por él y lo enterrará. Él es el único de la familia de Jeroboam que será enterrado, porque solo en él, fue hallado algo bueno a la vista del SEÑOR, el Dios de Israel, en la casa de Jeroboam, 14 También, el SEÑOR levantará un rey de Israel quien cortará la familia de Jeroboam en ese día. Hoy mismo es ese día. 15 Pues el SEÑOR, sacudirá a Israel como una caña que se agita en el agua, y él sacará de raiz a Israel fuera de esta tierra buena que Él dió a sus antepasados. Él los esparcirá más allá del río Eufrates, porque han hecho sus imágenes de Asera y han provocado el enojo SEÑOR. 16 Él entregará a Israel por los pecados de Jeroboam, los pecados que él ha cometido y a través de los cuales ha dirigido a Israel a pecar." 17 Así que la esposa de Jeroboam se levantó y se fue, y vino a Tirsa. Cuando ella llegó al umbral de la casa, el niño murió. 18 Todo Israel lo enterró e hizo luto por él, así como fue dicho a ellos por la palabra del SEÑOR la cual Él habló por su siervo Ahías el profeta. 19 En cuanto a los otros asuntos sobre Jeroboam, las guerrras que el hizo y como reinó, están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Israel. 20 Jeroboam reinó veintidos años y luego murió, fue sepultado con sus antepasados, y Nadab su hijo se convirtió en rey en su lugar. 21 Ahora Roboam, hijo de Salomón, estaba reinando en Judá. Roboam tenía cuarenta y un años cuando él se convirtió en rey, y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que el SEÑOR había escogido de todas las tribus de Israel en la cual pondría su nombre. El nombre de su madre era Naama la amonita. 22 Judá hizo lo malo a la vista del SEÑOR; lo provocaron a Él a celos con los pecados que cometieron, más que todo lo que sus padres habían hecho. 23 Pues también construyeron para sí mismos lugares altos, columnas de piedra, e imágenes de Asera en cada colina alta y debajo de cada árbol verde. 24 También habían prostitutos masculinos en estos lugares de adoración. Ellos hacían las mismas prácticas despreciables como las de las naciones que el SEÑOR había sacado del pueblo de Israel. 25 Sucedió en el quinto año del rey Roboam que Sisac rey de Egipto, subió contra Jerusalén. 26 Él se llevó los tesoros de la casa del SEÑOR, y los tesoros de la casa del rey. Se llevó todo; también se llevó todos los escudos de oro que Salomón había hecho. 27 El rey Roboam hizo escudos de bronce en su lugar y los encomendó en las manos de los comandantes de la guardia, quienes guardaban las puertas de la casa del rey. 28 Sucedió que cuando el rey entraba a la casa del SEÑOR, los guardias los cargaban; luego ellos los traían de vuelta a la casa de guardia. 29 En cuanto a los otros asuntos referente a Roboam, y todo lo que él hizo, ¿no están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Judá? 30 Hubo guerra constante entre la casa de Roboam y la casa de Jeroboam. 31 Así que Roboam murió y fue sepultado con sus antepasados en la ciudad de David. El nombre de su madre era Naama la amonita. Abiam su hijo se convirtió en rey en su lugar.

15

1 En el año dieciocho del rey Jeroboam, hijo de Nabat, Abiam comenzó a reinar sobre Judá. 2 Él gobernó por tres años en Jerusalén. El nombre de su madre era Maaca. Ella era la hija de Abisalom. 3 Él caminó en todos los pecados que su padre había cometido antes de él; su corazón no se habia dedicado completamente al SEÑOR su Dios como el corazón de David, su antepasado, lo había estado. 4 Sin embargo, por amor a David, el SEÑOR su Dios le dio una lámpara en Jerusalén al levantarle a su hijo después de él para fortalecer Jerusalén. 5 Dios hizo esto porque David había hecho lo que era correcto a Sus ojos; en todos los días de su vida, él no se había apartado de cosa alguna que Él le ordenó, excepto sólo en el asunto de Urías el hitita. 6 Y hubo guerra entre Roboam y Jeroboam todos los días de la vida de Abiam. 7 En cuanto a los otros asuntos de Abiam, todo lo que él hizo, ¿no está escrito en El Libro de los Eventos de los Reyes de Judá? Hubo guerra entre Abiam y Jeroboam. 8 Abiam murió y fue sepultado con sus antepasados, y ellos lo enterraron en la ciudad de David. Asa, su hijo, reinó en su lugar. 9 En el año veinte de Jeroboam rey de Israel, Asa comenzó a reinar sobre Judá. 10 Él gobernó cuarenta y un años en Jerusalén. El nombre de su abuela era Maaca, la hija de Abisalom. 11 Asa hizo lo que era correcto a los ojos del SEÑOR, como David, su antepasado, había hecho. 12 Él expulsó los prostitutos masculinos de los lugares de adoración y removió todos los ídolos que sus antepasados habían hecho. 13 También removió a Maaca, su abuela, de ser reina, porque ella había hecho una figura despreciable de la diosa Asera. Asa derribó la figura despreciable y la quemó en el valle de Cedrón. 14 Pero los lugares altos no fueron quitados. Sin embargo, el corazón de Asa estubo completamente dedicado al SEÑOR todos sus días. 15 Él llevó adentro de la casa del SEÑOR las cosas que fueron dedicadas por su padre, y las cosas y las vasijas que él mismo había dedicado, que fueron hechas de plata y oro. 16 Había guerra entre Asa y Baasa rey de Israel, durante todo su reinado. 17 Baasa rey de Israel, actuó agresivamente en contra de Judá y construyó Ramá, para no permitirle a ninguna persona salir o entrar a la tierra de Asa rey de Judá. 18 Entonces, Asa tomó toda la plata y el oro que había quedado en los almacenes de la casa del SEÑOR, y en los almacenes del palacio del rey. Él lo puso en las manos de sus sirvientes y lo envió a Ben Adad hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, el rey de Aram, que vivía en Damasco. Él dijo: 19 "Permite que haya un pacto entre yo y tú, como lo hubo entre mi padre y tu padre. Mira, yo te he enviado un regalo de plata y oro. Rompe tu pacto con Baasa, rey de Israel, para que él me deje tranquilo" 20 Ben Adad escuchó al rey Asa y envió los comandantes de sus ejércitos, y ellos atacaron las ciudades de Israel. Atacaron a Ijón, Dan, Abel de Bet Maaca y todo Cineret, junto con toda la tierra de Neftalí. 21 Sucedió que cuando Baasa escuchó esto, él dejó de construir Ramá y regresó a Tirsa. 22 Luego el rey Asa hizo una proclamación a toda Judá. Nadie fue exento. Ellos cargaron fuera las piedras y madera de Ramá con las cuales Baasa había estado construyendo la ciudad. Entonces el rey Asa usó ese material de construcción para construir Geba de Benjamín y Mizpa. 23 En cuanto a los otros asuntos de Asa, todo su poder, todo lo que él hizo, y las ciudades que construyó, ¿no están escritas en el libro de los eventos de los reyes de Judá? Pero durante sus años de vejez, él estaba enfermo de sus pies. 24 Entonces, Asa murió y fue sepultado con sus antepasados en la ciudad de David su padre. Josafat, su hijo, se volvió rey en su lugar. 25 Nadab, hijo de Jeroboam, comenzó a reinar sobre Israel en el segundo año de Asa, rey de Judá; él reinó sobre Israel dos años. 26 Él hizo lo que era malo a la vista del SEÑOR y caminó en los pecados de su padre, y en su propio pecado, por el cual dirigió a Israel a pecar. 27 Baasa, hijo de Ahías, de la familia de Isacar, conspiró en contra de Nadab; Baasa lo mató en Gibetón, el cual pertenecía a los filisteos, pues Nadab y todo Israel tenían acorralado a Gibetón. 28 En el tercer año de Asa, rey de Judá, Baasa mató a Nadab y se convirtió en rey en su lugar. 29 Tan pronto Baasa, fue rey mató a toda la familia de Jeroboam. Él no dejó a ninguno de los descendientes de Jeroboam vivos; de esta manera destruyó su linaje real, justo como el SEÑOR había hablado por su profeta Ahías el Silonita, 30 por los pecados de Jeroboam los cuales él había cometido y por los cuales había dirigido a Israel a pecar, porque él provocó al SEÑOR, el Dios de Israel, a enojo. 31 En cuanto a los otros asuntos con respecto a Nadab, y todo lo que él hizo, ¿no están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Israel? 32 Hubo guerra entre Asa y Baasa, rey de Israel durante todo su reinado. 33 En el tercer año de Asa, rey de Judá, Baasa, hijo de Ahías, comenzó a reinar sobre todo Israel en Tirza y él reinó veinticuatro años. 34 Él hizo lo que era malo a la vista del SEÑOR y caminó en el camino de Jeroboam y en su pecado por el cual dirigió a Israel a pecar.

16

1 La palabra del SEÑOR vinó a Jehú hijo de Hananí en contra de Baasa, diciendo: 2 "A pesar de que yo te levanté desde el polvo y te hice líder sobre el pueblo de Israel, tú haz caminado en el camino de Jeroboam y haz hecho pecar a mi pueblo Israel, para así provocar mi ira con sus pecados. 3 Yo barreré completamente a Baasa y a su familia y le haré a su familia como a la familia de Jeroboam, hijo de Nabat. 4 Los perros se comerán a todos los que pertenecen a la casa de Baasa que mueran en la cuidad, y los pájaros del cielo se comerán a todos los que mueran en los campos.'' 5 En cuanto a los otros asuntos sobre Baasa, lo que el hizo, y su poder ¿no estan escritos en el libro de los eventos de los reyes de Israel? 6 Baasa murió y fue sepultado con sus antepasados en Tirsa, y Ela su hijo se convirtió en rey en su lugar. 7 Así que la palabra del SEÑOR vino por el profeta Jehú hijo de Hananí en contra de Baasa y su familia, por todo lo malo que hizo a la vista del SEÑOR provocando su enojo, por el trabajo de sus manos, como la familia de Jeroboam, y también porque él había matado a toda la familia de Jeroboam. 8 En el año veintiséis del rey Asa de Judá, Ela hijo de Baasa comenzó a reinar sobre Israel de Tirsa, él reinó dos años. 9 Su sirviente Zimri, capitán de la mitad de sus carruajes conspiró contra él. Ahora Ela estaba en Tirsa, bebiendo y emborrachándose en la casa de Arsa. 10 Zimri entró, lo atacó y lo mató, en el año veintisiete de Asa rey de Judá, y se convirtió en rey en su lugar. 11 Cuando Zimri comenzó a reinar y fue sentado en su trono, él mató a toda la familia de Baasa. No dejó vivo a ningún hombre perteneciente a la casa de Baasa, parientes o amigos. 12 Así que, Zimri destruyó toda la familia de Baasa, conforme a la palabra del SEÑOR la cual él habló en contra de Baasa por Jehú el profeta, 13 por todos los pecados de Baasa y los pecados de Ela su hijo, que ellos cometieron, y por los cuales ellos condujeron a Israel a pecar, así que ellos provocaron con sus ídolos el enojo del SEÑOR el Dios de Israel. 14 En cuanto a otros asuntos concernientes a Ela, todo lo que él hizo, ¿no está escrito en el libro de los eventos de los reyes de Israel? 15 En el año veintisiete de Asa rey de Judá, Zimri reinó sólo por siete años en Tirsa. Ahora el ejército acampó por Gibetón, el cual le pertenecía a los filisteos. 16 El ejército acampó allí y escuchó decir: "Zimri conspiró y mató al rey." Así que, ese día en el campamento, todo Israel declaró a Omri, el comandante del ejército, rey sobre Israel. 17 Omri subió de Gibetón y todo Israel con él, y ellos sitiaron Tirsa. 18 Así que Zimri vio que la cuidad había sido tomada, él fue a la fortaleza del palacio del rey y le prendió fuego al edificio; de ésta manera el murió en las llamas. 19 Ésto fue por los pecados que él cometió haciendo lo que era malo a la vista del SEÑOR, por caminar en el camino de Jeroboam y en el pecado que él había cometido, por guiar a Israel a pecar. 20 En cuanto a los otros hechos concernientes a Zimri, y la traición que él llevó acabo, ¿no están escritos en el libro de eventos de los reyes de Israel? 21 Entonces el pueblo de Israel fue dividido en dos partes. Una mitad del pueblo seguía a Tibni hijo de Ginat, para hacerlo rey, y la otra mitad seguía a Omri. 22 Pero el pueblo que seguía a Omri era más fuerte que el pueblo que seguía al hijo de Ginat. Así que Tibni murió, y Omri se convirtió en rey. 23 Omri comenzó a reinar sobre Israel en el año treinta y uno de Asa rey de Judá, y reinó doce años. Él reinó desde Tirsa por seis años. 24 Y compró a Semer una colina por sesenta y seis kilos de plata. Él construyó una ciudad en la colina y llamó a la ciudad Samaria, en honor de Semer, el anterior dueño de la colina. 25 Omri hizo lo que es malo a la vista del SEÑOR y actuó más perversamente que todos los que estaban antes que él. 26 Él caminó en todos los caminos de Jeroboam, hijo de Nabat y en sus pecados con los cuales él guió a Israel al pecado, provocando el enojo del SEÑOR, el Dios de Israel, con sus ídolos sin valor. 27 En cuanto a los demás asuntos concernientes a Omri, los cuales él hizo, y el poder que él mostró, ¿no están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Israel? 28 Así que, Omri murió y fue sepultado con sus antepasados en Samaria y Acab su hijo se convirtió en rey en su lugar. 29 En el año treinta y tres del rey Asa de Judá, Acab hijo de Omri comenzó a reinar sobre Israel. Acab hijo de Omri reinó sobre Israel en Samaria veintidos años. 30 Acab, hijo de Omri, hizo lo que era malo a la vista del SEÑOR, más que todos los anteriores a él. 31 Fue para Acab una cosa sin importancia caminar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, así que él tomó como esposa a Jezabel la hija de Etbaal, rey de los sidonios; él fue a adorar a Baal y se inclinaba ante él. 32 Él construyó un altar para Baal en el templo que le edificó a Baal, en Samaria. 33 Acab también hizo una imagen de Asera. Acab hizo aun más para provocar el enojo del SEÑOR, el Dios de Israel, más que todos los reyes de Israel que estuvieron antes que él. 34 Durante el reinado de Acab, Hiel de Betel reconstruyó Jericó. Hiel pusó los cimientos de la cuidad a costa de la vida de Abiram su hijo primogénito y Segub, su hijo más joven perdió su vida mientras construía las puertas de la cuidad, cumpliéndose la palabra del SEÑOR, la cual habló por Josué, hijo de Nun.

17

1 Elías de la ciudad de Tisba en Galaad, le dijo a Acab: "Vive el SEÑOR, el Dios de Israel y ante quien estoy parado, que no habrá rocío o lluvia en estos años, a menos que yo lo diga." 2 La palabra del SEÑOR vino a Elías diciendo: 3 "Vete de aquí y ve hacia el este; escóndete al lado del arroyo de Querit, al este del Jordán. 4 Beberás del arroyo, y Yo he ordenado a los cuervos que te alimenten allí." 5 Así que, Elías fue e hizo como la palabra del SEÑOR ordenó. Él fue a vivir al arroyo de Querit, al este del Jordán. 6 Los cuervos le traían pan y carne en la mañana y pan y carne en la tarde, y él bebía del arroyo. 7 Pero después de un tiempo, el arroyo se secó porque no había lluvia en la tierra. 8 La palabra del SEÑOR vino a él, diciendo: 9 "Levántate y ve a Sarepta, que pertence a Sidón, y vive allí. Le he ordenado a una viuda que provea para ti." 10 Así que, él se levantó y fue a Sarepta, y cuando llegó a la puerta de la ciudad, una viuda estaba allí recogiendo leña. Así que él la llamó y le dijo: "Por favor, tráeme un poco de agua en un vaso, para que pueda tomar." 11 Mientras ella iba a buscar el agua, él la llamó y le dijo: "Por favor, tráeme un pedazo de pan en tu mano." 12 Ella le contestó: "Como El SEÑOR Tu Dios vive, yo no tengo ningún pan, sino sólo un puñado de harina en un frasco y un poco de aceite en una jarra. Verás, estoy recogiendo dos leños para que pueda ir adentro y cocinar para mí y para mi hijo, para que podamos comerlo y morir.'' 13 Elías le dijo a ella: "No tengas miedo. Ve y haz como dijiste, pero házme un poco de pan primero y tráemelo. Después harás más para tu hijo y para ti. 14 Pues el SEÑOR, el Dios de Israel, dice: 'El frasco de harina no se vaciará, ni la jarra de aceite dejará de fluir, hasta el día que El SEÑOR envíe lluvia sobre la tierra." 15 Así que ella hizo lo que Elías le dijo, y los tres comieron por muchos días. 16 El frasco de harina no se vació, ni la jarra de aceite dejó de fluir, tal como la palabra del SEÑOR había dicho, como Él había hablado por medio de Elías. 17 Después de éstas cosas, el hijo de la mujer, a quien le pertenecía la casa, cayó enfermo. Su enfermedad era tan severa que ya no había aliento en él. 18 Así que, su madre le dijo a Elías: "¿Qué tienes en contra mía, hombre de Dios? ¿Has venido a recordarme mi pecado y a matar a mi hijo?" 19 Luego, Elías respondió: "Dame a tu hijo." Tomó al niño de sus brazos y lo cargó hasta arriba, a la habitación donde él se estaba quedando, y tendió al niño en su cama. 20 Y clamó al SEÑOR y dijo: "SEÑOR mi Dios, ¿también has traído desastre a ésta viuda, con la que me estoy quedando, al matar a su hijo?" 21 Luego Elías se tendió sobre el niño tres veces; y clamó al SEÑOR y dijo: "SEÑOR mi Dios, yo te suplico, por favor, deja que la vida de éste niño regrese a él. " 22 El SEÑOR escuchó la voz de Elías; la vida del niño regresó a él, y revivió. 23 Elías tomó al niño y lo bajó de la habitación y lo entregó a su madre y dijo: "Mira, tu hijo está vivo." 24 La mujer le dijo a Elías: "Ahora sé que eres un hombre de Dios, y que la palabra del SEÑOR en tu boca, es verdad."

18

1 Así que, después de muchos días la palabra del SEÑOR vino a Elías, en el tercer año de la sequía, diciendo: "Ve, muéstrate a Acab y Yo enviaré lluvia sobre la tierra." 2 Elías fue a mostrarse a Acab; había hambruna severa en Samaria. 3 Acab llamó a Abdías, quien estaba a cargo del palacio. Abdías veneraba al SEÑOR, 4 porque cuando Jezabel estaba matando a los profetas del SEÑOR, Abdías tomó cien profetas y los escondió de cincuenta en cincuenta en una cueva y los alimentó con pan y agua. 5 Acab dijo a Abdías: "Ve a través de la tierra a todos los pozos de agua y arroyos. Quizás nosotros encontraremos pastos y salvaremos los caballos y las mulas vivos, para que no perdamos a todos los animales." 6 Así que dividieron la tierra entre ellos para pasar a través de ella y buscar agua. Acab fue por un camino y Abdías fue por el otro camino. 7 Mientras Abdías estaba en el camino, Elías inesperadamente se lo encontró. Abdías lo reconoció y se postró bocabajo en el suelo. Él dijo: "¿Eres tú mi amo Elías?" 8 Elías le respondió a él: "Lo soy. Ve dile a tu amo: 'Mira, Elías está aquí.'" 9 Abdías respondió: ¿Cómo he pecado, para que tú entregues a tu siervo en la mano de Acab, para que él me mate? 10 Vive el SEÑOR tu Dios, que no hay nación o reino donde mi amo no haya mandado hombres a buscarte. Cuando una nación o reino dice: 'Elías no está aquí,' Acab los hace hacer una promesa, jurando que ellos no pudieron encontrarte. 11 Aun así tú me dices: 'Ve, dile a tu amo que Elías está aquí." 12 Tan pronto como me haya ido, el Espíritu del SEÑOR te llevará a algún lugar que yo no conozco. Luego, cuando vaya y le diga a Acab, y cuando él no pueda encontrarte, me matará. Pero yo, tu siervo, he adorado al SEÑOR desde mi juventud. 13 ¿No se te han dicho, mi amo, lo que yo hice cuando Jezabel mató a los profetas del SEÑOR, cómo escondí a cien profetas del SEÑOR de cincuenta en cincuenta en una cueva y los alimenté a ellos con pan y agua? 14 Y ahora tú dices: 'Ve, dile a tu amo que Elías está aquí,' para que él me mate." 15 Entonces, Elías respondió: "Vive el SEÑOR de los ejércitos, ante Quien estoy parado, que ciertamente me mostraré a Acab hoy." 16 Así que Abdías fue a encontrarse con Acab, y le informó lo que Elías dijo. Y el rey fue a encontrarse con Elías. 17 Cuando Acab vio a Elías, dijo: "¿Eres tú? ¡Tú, alborotador de Israel!" 18 Elías contestó: "Yo no he afligido a Israel, pero tú y la familia de tu padre son los alborotadores por abandonar los mandamientos del SEÑOR y por seguir los ídolos de Baal. 19 Ahora entonces, envía palabra y reúne para mí a todo Israel en el Monte Carmelo, junto con los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y los cuatrocientos profetas de Asera quienes comen en la mesa de Jezabel." 20 Así que Acab envió palabra a todo el pueblo de Israel y reunió a los profetas en el Monte Carmelo. 21 Elías se acercó al pueblo y dijo: "¿Cuánto tiempo más ustedes seguirán cambiando de opinión? Si el SEÑOR es Dios, sigánlo a Él. Pero si Baal es dios, entonces sigánlo a él." Aun así la gente no le respondió a él ni una palabra. 22 Entonces Elías dijo al pueblo: " sólo yo, quedo como profeta del SEÑOR, pero los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta hombres. 23 Así que dejen que ellos nos den dos toros. Dejen que ellos escojan un toro para ellos y lo corten en pedazos, y lo pongan sobre la madera, pero no pongan fuego debajo de él. Entonces yo prepararé al otro toro, y lo pondré en la madera, y no pondré fuego debajo de él. 24 Luego ustedes clamarán en el nombre de su dios, y yo clamaré en el nombre del SEÑOR, y el que responda por fuego, entonces que él sea Dios." Así que todo el pueblo contestó y dijo: "Esto es bueno." 25 Así que Elías dijo a los profetas de Baal: "Escojan un toro para ustedes y prepárenlo primero, porque ustedes son muchos. Entonces clamen en el nombre de su dios, pero no pongan fuego debajo del toro." 26 Ellos tomaron el toro que les fue dado y lo prepararon, y clamaron en el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: "Baal, escúchanos." Pero no había voz, ni alguien que respondiera. Ellos danzaron alrededor del altar que habían hecho. 27 A mediodía, Elías se burló de ellos y dijo: "¡Griten más alto! ¡Él es un dios! Quizás está pensando, o esté ocupado o está de viaje en una travesía, o quizás él está durmiendo y tiene que ser despertado." 28 Así que ellos gritaron más alto, y se cortaron a sí mismos, como usualmente hacían, con espadas y lanzas, hasta que su sangre fluía sobre ellos mismos. 29 El mediodía pasó, y ellos todavía estaban delirando hasta el tiempo de ofrecer el sacrificio de la tarde, pero no había voz o alguien que contestara, no había nadie quien le prestara atención a sus ruegos. 30 Entonces, Elías le dijo a todo el pueblo: "Vengan, acérquense y todas las personas se acercaron a él. Entonces él reparó el altar del SEÑOR que estaba destruido. 31 Elías tomó doce piedras, cada piedra representando una de las tribus de los hijos de Jacob porque fue a Jacob a quien el SEÑOR le habló diciendo "Tu nombre será Israel." 32 Con las piedras él contruyó un altar en el nombre del SEÑOR y excavó una zanja alrededor del altar, suficientemente grande para contener dos medidas de semillas. 33 Él colocó la madera para el fuego y cortó el toro en pedazos, y extendió los pedazos en la madera. Y dijo: "Llenen cuatro jarras de agua y derrámenlas sobre la ofrenda quemada y sobre la madera." 34 Y dijo: "Háganlo una segunda vez," y ellos lo hicieron una segunda vez. Entonces él dijo: "Háganlo una tercera vez," y ellos lo hicieron una tercera vez. 35 El agua corrió alrededor del altar y llenó la zanja. 36 Y ocurrió al tiempo de la ofrenda del sacrificio de la tarde, que Elías el profeta se acercó y dijo: "SEÑOR, el Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, deja que se sepa este día que Tú eres el Dios de Israel, y que soy tu siervo, y que he hecho todas estas cosas por tu palabra. 37 Escúchame, SEÑOR, escúchame, que este pueblo pueda saber que Tú, el SEÑOR, eres Dios, y que has hecho volver sus corazones de regreso a ti." 38 Entonces, el fuego del SEÑOR cayó y consumió la ofrenda quemada, así como la madera, las piedras, y el polvo, y lamió el agua que estaba en la zanja. 39 Cuando todo el pueblo vio esto, ellos se postraron boca abajo en el suelo, y dijeron: "¡El SEÑOR, Él es Dios! ¡El SEÑOR Él es Dios!" 40 Entonces Elías le dijo a ellos: "Agarren a los profetas de Baal. No dejen que ni uno escape." Así que ellos los agarraron, y Elías bajó a los profetas de Baal al arroyo de Cisón y ahí los mató. 41 Elías le dijo a Acab: "Levántate, come y bebe, pues hay sonido de mucha lluvia." 42 Así que Acab subió a comer y a beber. Entonces, Elías subió al tope del Carmelo, se inclinó a sí mismo en la tierra y puso su rostro entre sus rodillas. 43 Él le dijo a su siervo: "Sube ahora, mira hacia el mar." Su siervo subió y miró y dijo: "No hay nada." Entonces Elías le dijo: "Ve otra vez, siete veces." 44 A la séptima vez, el siervo le dijo: "Mira, hay una nube subiendo desde el mar, tan pequeña como la mano de un hombre." Elías respondió: "Sube y dile a Acab: 'Prépara tu carruaje y baja antes que la lluvia te detenga.'" 45 Sucedió que en un poco de tiempo los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Acab montó y fue a Jezreel, 46 pero la mano del SEÑOR estaba sobre Elías. Él metió su túnica en su cinturón y corrió detrás de Acab hasta la entrada de Jezreel.

19

1 Acab le dijo a Jezabel todo lo que Elías había hecho y como él había matado a todos los profetas con la espada, 2 Entonces Jezabel envió un mensajero a Elías, diciendo: "Así me hagan los dioses, y más, si yo no hago con tu vida lo que tu hiciste a estos profetas muertos para mañana a esta hora." 3 Cuando Elías escuchó eso, se levantó y huyó por su vida y vino a Beerseba, la cual pertenece a Judá, y dejó a su sirviente allí. 4 Y el se fue por el desierto a un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro. queriendo morir y dijo:" Es suficiente, ahora SEÑOR toma mi vida, porque no soy mejor que mis antepasados muertos." 5 Así que se acostó y durmió debajo del enebro. Repentinamente un ángel le tocó y le dijo:" Levántate y come." 6 Elías miró, y cerca de su cabeza había pan que había sido cocido en carbón y una jarra de agua. Así que comió y bebió y se acostó de nuevo. 7 El ángel del SEÑOR vino por segunda vez, le tocó y dijo: "Levántate y come, porque la jornada será demasiado para ti." 8 Así que se levantó comió, bebió, y viajó fortalecido con esa comida cuarenta días y cuarenta noches hacia Horeb, la monte de Dios. 9 Fue a una cueva y se quedó en ella. Entonces la palabra del SEÑOR vino a él y le dijo: "¿Qué estás haciendo aquí Elías?" 10 Elías respondió:" He estado muy celoso por el SEÑOR, Dios de los ejércitos, porque el pueblo de Israel ha abandonado tu pacto, han destruido tus altares, y matado a tus profetas con la espada. Sólo yo, he quedado y ellos también tratan de quitarme la vida." 11 El SEÑOR replicó:" Sal, párate en la montaña y preséntate ante Mi." Entonces el SEÑOR pasó por allí y un fuerte viento golpeó las montañas y rompió las rocas delante del SEÑOR, pero el SEÑOR no estaba en el viento. Después del viento, vino un terremoto, pero el SEÑOR no estaba en el terremoto. 12 Luego del terremoto vino un fuego, pero el SEÑOR no estaba en el fuego. Entonces después del fuego, vino un susurro. 13 Cuando Elías escuchó la voz, cubrió su cara con su manto, salió, y se detuvo en la entrada de la cueva. Entonces una voz vino a él que dijo: "¿Qué estás haciendo aquí, Elías?" 14 Elías le respondió:" Yo estuve muy celoso por el SEÑOR, Dios de los ejércitos, porque el pueblo de Israel ha abandonado tu pacto, destruido tus altares, y matado tus profetas con espada. Sólo yo he quedado y han tratado de tomar mi vida." 15 Entonces el SEÑOR le dijo:" Ve, regresa por tu camino al desierto de Damasco, y cuando llegues tú ungirás a Hazael para ser rey sobre Aram, 16 y ungirás a Jehú hijo de Nimsi para ser rey sobre Israel, y ungirás a Eliseo hijo de Safat de Abel Mehola para ser profeta en tu lugar. 17 Sucederá que Jehú matará, a cualquiera que escape de la espada de Hazael, y que Eliseo matará a cualquiera que escape de la espada de Jehú. 18 Pero Yo dejaré para mí siete mil personas de Israel, cuyas rodillas no se han doblado ante Baal, y cuyas bocas no lo han besado." 19 Así que Elías salió de allí y encontró a Eliseo hijo de Safat, que estaba arando con doce yuntas de bueyes delante de él, y él estaba arando con la última de las yuntas. Elías caminó a donde él estaba y le echó su manto encima. 20 Entonces Eliseo dejó los bueyes y corrió detrás de Elías; él le dijo: " Por favor deja que vaya a besar a mi padre y a mi madre, y después te seguiré." Entonces Elías le dijo: "Ve pero recuerda lo que te he hecho." 21 Así que Eliseo dejó a Elías y tomó la yunta de bueyes, mató los animales, y cocinó la carne con la madera de la yunta. Entonces él se la dio a la gente y ellos comieron. Se levantó, fue tras Elías y le servía.

20

1 Ben Adad de Aram, reunió a todo su ejército. Habían treinta y dos reyes menores con él, caballos y carros. Él subió, sitió Samaria y peleó contra ella. 2 Él envió mensajeros a la ciudad de Acab, rey de Israel y le dijo: "Ben Adad dice ésto: 3 'Tu plata y tu oro son míos. De igual manera, tus esposas e hijos, los mejores de ellos, ahora son míos.'" 4 El rey de Israel le respondio: "Sea como tú dices, mi amo, mi rey. Yo soy tuyo con todo lo que tengo." 5 Los mensajeros vinieron otra vez y le dijeron: "Ben Adad dice ésto: ' Te envié un palabra diciendo que debes entregarme tu plata, oro, esposas e hijos. 6 "Además te enviaré mis siervos mañana, a ésta hora, y tomarán con sus propias manos de tu casa y de la casa de tus siervos lo que les sea agradable.'" 7 Entonces, el rey de Israel llamó a los ancianos de la tierra y dijo: "Por favor, tomen nota y vean como éste hombre busca problemas. Él me ha enviado una palabra, para tomar a mis esposas, hijos, plata y oro, y yo no me he negado." 8 Todos los ancianos y toda la gente le dijo a Acab, "No lo escuches, o consientas sus demandas." 9 Así que, Acab le dijo a los mensajeros de Ben Adad: "Dile a mi amo, el rey 'Estoy de acuerdo con todo lo que enviaste a tu siervo a hacer la primera petición, pero no puedo aceptar la segunda.'" Así que los mensajeros se fueron y llevaron la respuesta a Ben Adad. 10 Entonces, Ben Adad le envió su respuesta a Acab, y le dijo: "Así me hagan los dioses y más, si quedan aún suficientes cenizas en Samaria para que la gente que me sigue tenga un puñado cada uno." 11 El rey de Israel respondió y dijo: "Dile a Ben Adad, 'Nadie que se esté poniéndo la armadura, debe declararse vencedor como el que se la está quitando.'" 12 Ben Adad escuchó éste mensaje mientras bebía con sus reyes menores en sus tiendas. Ben Adad ordenó a éstos hombres: "Fórmense y prepárense para la batalla"' Así que, ellos se prepararon en posición de batalla, para atacar la ciudad. 13 Entonces, he aquí, un profeta vino a Acab, rey de Israel, y dijo: "El SEÑOR dice: '¿Haz visto éste gran ejército? Mira, Yo los voy a poner en tus manos hoy, y sabrás que Yo soy El SEÑOR'" 14 Acab respondió: "¿Por medio de quién?" El SEÑOR respondió y dijo: "Por los oficiales jóvenes, que sirven a los gobernantes de los municipios" Luego Acab dijo: "¿Quién comenzará la batalla?" El SEÑOR respondió: "Tú." 15 Luego Acab reunió a los oficiales jóvenes, que servían a los gobernantes de los munipios. Ellos eran doscientos treinta y dos. Luego Acab reunió a los soldados, todo el ejército de Israel; siete mil en número. 16 Salieron en la tarde. Ben Adad había estado bebiendo y emborrachándose en su tienda, él y sus treinta y dos reyes menores que lo apoyaban. 17 Los oficiales jóvenes que servían a los gobernadores de los municipios avanzaron primero. Entonces, Ben Adad fue informado por espíás que él había envíado: "Están viniendo hombres desde Samaria." 18 Ben Adad dijo: "Aunque hayan salido por paz o por guerra, tómalos vivos." 19 Así que, los jóvenes oficiales que sirvieron a los gobernantes de los municipios salieron de la ciudad y el ejército los siguió. 20 Cada uno mató a su enemigo y los arameos huyeron. Israel los siguió. Ben Adad, el rey de Aram escapó en un caballo junto con algunos jinetes. 21 Entonces, el rey de Israel salió y atacó a los caballos y a los carros, y mató a los arameos en una gran matanza. 22 Así que, el profeta vino al rey de Israel y le dijo: "Ve, fortalécete, entiende y planifica qué harás, porque a la vuelta del año, el rey de Aram vendrá en contra tuya otra vez." 23 Los siervos del rey de Aram le dijeron a él: "Su dios es el dios de las montañas. Es por ésto que eran más fuertes que nosotros. Pero ahora déjanos pelear en contra de ellos en lo plano, y seguramente seremos más fuerte que ellos." 24 Y haz ésto: remueve a los reyes; toma a todo el mundo fuera de su comando y pon capitanes del ejército en su lugar. 25 Levanta un ejército como el ejército que perdiste, caballo por caballo y carro por carro, y pelearemos otra vez en contra de ellos en lo plano. Entonces seguramente seremos más fuertes que ellos." Así que, Ben Adad escuchó su consejo, e hizo como ellos recomendaron. 26 Después del inicio del nuevo año, Ben Adad reunió a los arameos y subió a Afec a pelear en contra de Israel. 27 El pueblo de Israel fue reunido y preparado para pelear en contra de ellos. El pueblo de Israel acampó entre ellos como dos pequeños rebaños de cabras, pero los arameos llenaron el campo. 28 Entonces un hombre de Dios vino cerca y le habló al rey de Israel y dijo:'El SEÑOR dice: 'Porque los arameos han dicho que El SEÑOR es el dios de las montañas, pero Él no es el dios de los valles, Yo pondré a éste gran ejército en tus manos, y tú sabrás que Yo Soy El SEÑOR.'" 29 Así que, los ejércitos acamparon uno frente al otro por siete días. Entonces, en el séptimo día la batalla comenzó. El pueblo de Israel mató a cien mil siervos arameos en un día. 30 El resto huyó a Afec, adentro de la ciudad, y la muralla cayó sobre veintisiete mil hombres que restaban. Ben Adad huyó y entró a la ciudad, escondiéndose de una habitación a otra. 31 Los siervos de Ben Adad le dijeron: "Mira ahora, hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes misericordiosos. Por favor, déjanos poner ropas ásperas alrededor de nuestras cinturas y cuerdas alrededor de nuestras cabezas, y salir al rey de Israel. Quizás, él perdone tu vida." 32 Así que, se pusieron ropas ásperas en sus cinturas y cuerdas alrededor de sus cabezas y luego fueron al rey de Israel diciendo: "Tu siervo Ben Adad dijo: 'Por favor, déjame vivir.'" Acab dijo: "¿Él sigue vivo? Él es mi hermano." 33 Ahora los hombres estaban atentos a cualquier señal de Acab, así que rápidamente le contestaron: "Sí, tu hermano Ben Adad está vivo." Entonces Acab dijo: "Vayan y tráiganlo." Ben Adad vino a él, y Acab lo hizo subir a su carruaje. 34 Ben Adad le dijo a Acab: "Voy a restituirte, las ciudades que mi padre le quitó a tu padre, y tú haz mercados para tí en Damasco, como mi padre hizo en Samaria." Acab respondió: "Te dejaré ir con éste pacto." Así que Acab hizo un pacto con él y luego lo dejó ir. 35 Cierto hombre, uno de los hijos de lo profetas, le dijo a uno de sus compañeros profetas por la palabra del SEÑOR: "Por favor, golpéame." Pero el hombre se rehusó a golpearlo. 36 Luego el profeta le dijo a su compañero profeta: "Porque tú no haz obedecido la palabra del SEÑOR, tan pronto me dejes, un león te matará." Y tan pronto ese hombre lo dejó, un león vino sobre él y lo mató. 37 Entonces el profeta encontró a otro hombre y dijo: "Por favor, golpéame." Así que el hombre lo golpeó y lo hirió. 38 Entonces el profeta se fue y esperó al rey en la calle; él se había disfrazado con un vendaje sobre sus ojos. 39 Mientras el rey pasaba, el profeta clamó al rey y dijo: "Tu siervo salió al calor de la batalla, y un soldado se detuvo y me trajo a un enemigo y dijo: 'Vigila a éste hombre. Si por cualquier motivo, él se perdiera, entonces tu vida será dada por su vida, o de otra manera pagarás 3000 monedas de plata.' 40 Pero porque tu siervo estaba ocupado yendo aquí y allá, el soldado enemigo escapó." Luego, el rey de Israel le dijo a él: "Ésto es lo que tu castigo será- tú mismo lo haz decidido." 41 Entonces, el profeta rápidamente se removió el vendaje de sus ojos, y el rey de Israel reconoció que él era uno de los profetas. 42 El profeta le dijo al rey: "El SEÑOR dice: 'Porque has soltado de tu mano al hombre que yo tenía sentenciado a muerte, tu vida tomará el lugar de su vida, y tu pueblo por su pueblo.'" 43 Así que, el rey de Israel fue a su casa resentido y enojado, y llegó a Samaria.

21

1 Algún tiempo después, Nabot que era de Jezreel tenía un viñedo cerca del palacio de Acab, rey de Samaria. 2 Acab habló a Nabot, diciendo: "Dame tu viñedo, para que pueda tenerlo como un jardín de vegetales, porque está cerca de mi casa. A cambio, te daré un mejor viñedo o, si tú prefieres, te pagaré su valor en dinero." 3 Nabot le respondió a Acab: "Que el SEÑOR no permita que que te de la herencia de mis antepasados." 4 Así que Acab entró a su palacio resentido y enojado a causa de la respuesta que Nabot el jezreelita le dio a él cuando dijo: "No te daré la herencia de mis antepasados." Él se acostó en su cama, boca abajo y se negó a comer. 5 Jezabel, su esposa, llegó donde él y le dijo: ¿Por qué tu corazón está tan triste, que no comes?" 6 Él le respondió: "Le hablé a Nabot el jezreelita y le dije: 'Dame tu viñedo por dinero, o si te place, te daré otro viñedo para que sea tuyo.' Entonces él me contestó: 'Yo no te daré mi viñedo.'" 7 Así que Jezabel, su esposa, le respondió: "¿No gobiernas el reino de Israel? Levántate y come; que tu corazón esté feliz. Yo obtendré por ti el viñedo de Nabot el jezreelita. 8 Así que Jezabel escribió cartas en nombre de Acab, las selló con el sello de él y las envió a los ancianos y los ricos quienes se sentaban con él en reuniones, y quienes vivían cerca de Nabot. 9 Ella escribió las cartas, diciendo: "Proclamen un ayuno y sienten a Nabot delante del pueblo. 10 También coloquen a dos hombres deshonestos con él y dejen que testifiquen en su contra, diciendo: 'Tú maldijiste a Dios y al rey.' Luego llévenlo fuera y apedréenlo a muerte. 11 Así que los hombres, los ancianos y los ricos quienes vivían en su ciudad, hicieron como Jezabel había dicho en las cartas que les envió a ellos. 12 Proclamaron un ayuno y sentaron a Nabot delante del pueblo. 13 Los dos hombres deshonestos entraron y se sentaron ante Nabot; ellos testificaron en contra de Nabot en la presencia del pueblo, diciendo: "Nabot maldijo tanto a Dios como a el rey." Entonces ellos lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon. 14 Los ancianos enviaron palabra a Jezabel, diciendo: "Nabot ha sido apedreado y está muerto." 15 Y así que cuando Jezabel escuchó que Nabot había sido apedreado y estaba muerto, ella dijo a Acab: "Levántate y toma posesión del viñedo de Nabot el jezreelita, el cual se negó a darte por dinero, pues Nabot no está vivo, sino muerto." 16 Cuando Acab escuchó que Nabot estaba muerto, se levantó y bajó al viñedo de Nabot el jezreelita y tomó posesión del mismo. 17 Entonces la palabra del SEÑOR vino a Elías el tisbita, diciendo: 18 "Levántate y ve a encontrarte con Acab rey de Israel, que vive en Samaria. Él está en el viñedo de Nabot, donde él ha ido a tomar posesión del mismo. 19 Tienes que hablarle a y decirle que el SEÑOR dice: '¿Has matado y también tomado posesión?' Y tú le dirás a él que el SEÑOR dice: 'En el lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán tu sangre, sí, tu propia sangre.'" 20 Acab dijo a Elías: ¿Me has encontrado, enemigo mío?" Elías contestó: "Yo te he encontrado, porque tú te has vendido a ti mismo a hacer lo malo a la vista del SEÑOR. 21 El SEÑOR te dice esto: 'Mira, Yo traeré desastre sobre ti y consumiré completamente y cortaré de ti cada niño varón, al esclavo y al hombre libre en Israel. 22 Yo haré de tu familia como la familia de Jeroboam, hijo de Nabat, y como la familia de Baasa hijo de Ahías, porque tú me has provocado a enojo y has dirigido a Israel a pecar.' 23 El SEÑOR también ha hablado en cuanto a Jezabel, diciendo: 'Los perros comerán a Jezabel al lado del muro de Jezreel.' 24 Quien sea que pertenezca a Acab y muera en la ciudad los perros lo comerán. Y quien sea que muera en el campo los pájaros del cielo lo comerán." 25 Nadie hubo como Acab, quien se vendió a sí mismo para hacer lo que era malo en la vista del SEÑOR, a quien Jezabel su esposa incitó a pecar. 26 Acab hizo obras asquerosas para los ídolos que él seguía, justo como todos los amorreos habían hecho, aquellos a quienes el SEÑOR había removido delante del pueblo de Israel. 27 Cuando Acab escuchó estas palabras, él se rasgó sus vestiduras y puso ropa áspera en su cuerpo y ayunó, y se cubrió en ropa áspera y se puso muy triste. 28 Entonces, la palabra del SEÑOR llegó a Elías el tisbita, diciendo: "¿Ves cómo Acab se humilla delante de Mí? 29 Porque él se humilla delante de Mí Yo no traeré el desastre en sus días; es en los días de su hijo que yo traeré el desastre sobre su familia."

22

1 Tres años pasaron sin que hubiera guerra entre Aram e Israel. 2 Entonces sucedió que en el tercer año, Josafat el rey de Judá descendió al rey de Israel. 3 Ahora el rey de Israel le dijo a sus siervos:" ¿Saben que Ramot de Galaad es nuestro, pero que no hemos hecho nada para tomarla de la mano del rey de Aram?" 4 Así que él le dijo a Josafat:"¿Irás conmigo a la guerra a Ramot de Galaad?" Josafat respondió al rey de Israel: "Yo soy como tú, mi pueblo es como tu pueblo, y mis caballos son como tus caballos." 5 Josafat dijo al rey de Israel:" Por favor pide dirección de la palabra del SEÑOR sobre qué debes hacer primero." 6 Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, cuatrocientos hombres, y les dijo:" ¿Debo ir o no a Ramot de Galaad a la batalla?" Ellos le dijeron: "Ataca, porque el Señor la entregará en las manos del rey." 7 Pero Josafat dijo:"¿No hay aún aquí otro profeta del SEÑOR de quien podamos pedir consejo?" 8 El rey de Israel le dijo a Josafat:" Aún hay un hombre del que podemos pedir consejo del SEÑOR para ayuda, Micaías hijo de Imla, pero lo odio porque él no profetiza nada bueno sobre mí, sólo dificultades." Pero Josafat dijo:" No diga eso el rey." 9 Entonces el rey de Israel llamó a un oficial y le ordenó:"Trae a Micaías hijo de Imla, ahora mismo." 10 Ahora Acab el rey de Israel y Josafat el rey de Judá estaban sentados cada uno en un trono, vestidos en sus ropas reales, afuera, a la entrada de la puerta de Samaria, y todos los profetas estaban profetizando delante de ellos. 11 Sedequías hijo de Quenaana se hizo cuernos de hierro y dijo:" El SEÑOR dijo esto:' Con éstos, ustedes acornearán a los arameos hasta que sean consumidos.'" 12 Y todos los profetas profetizaban lo mismo, diciendo:" Ataca a Ramot de Galaad y gana, porque el SEÑOR los ha puesto en las manos del rey." 13 El mensajero que fue a llamar a Micaías le habló diciendo:" Ahora mira, que las palabras de los profetas le declaran cosas buenas al rey a una voz. Por favor que tu palabra sea como la de uno de ellos y diga cosas buenas." 14 Micaías dijo:" Así como el SEÑOR vive, que lo que el SEÑOR diga es lo que diré." 15 Cuando vino ante el rey, el rey le dijo:"¿Micaías debemos ir a Ramot de Galaad a la batalla, o no? Micaías le contestó:" Ataca y gana. El SEÑOR la dará en la mano del rey." 16 Entonces él rey le dijo:" ¿Cuántas veces te he pedido que jures decirme sólo la verdad en el nombre del SEÑOR? 17 Así que Micaías le dijo:"Yo vi a todo Israel dispersado hacia las montañas, como ovejas que no tienen pastor, y el SEÑOR dijo: 'Estos no tienen pastor. Dejemos que cada hombre vuelva a su casa en paz." 18 Así que el rey de Israel le dijo a Josafat:" ¿No te dije que él no iba a profetizar bien sobre mí, sino sólo desastre?" Entonces Micaías dijo:" 19 Por lo tanto escucha la voz del SEÑOR: Yo vi al SEÑOR sentado en Su trono, y todas las huestes del cielo estaban de pie ante Él a su mano derecha y a su izquierda. 20 El SEÑOR dijo: '¿Quién persuadirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot Galaad?' Uno de ellos decía esto, y otro decía aquello. 21 Entonces un espíritu vino al frente, se paró delante del SEÑOR, y dijo: 'Yo le persuadiré a él.' El SEÑOR le dijo: '¿Cómo?' 22 El espíritu contestó: 'Yo saldré y seré un espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas.' El SEÑOR respondió: ' Tú lo tentarás, y tú también serás exitoso. Ve ahora y hazlo.' 23 Ahora mira, el SEÑOR ha puesto un espíritu de mentira en la boca de todos estos profetas tuyos, y el SEÑOR ha decretado desastre para ti." 24 Entonces Sedequías hijo de Quenaana subió, golpeó a Micaías en la mejilla, y dijo:" ¿Cuál camino tomó el Espíritu del SEÑOR para irse de mí a hablarte a tí? 25 Micaías dijo: " Mira, tú lo sabrás en ese día, cuando corrás de habitación en habitación para esconderte." 26 Él rey de Israel dijo a su sirviente:" Agarra a Micaías y llévalo donde Amón, el gobernador de la ciudad, y a Josías, mi hijo. 27 Dile a él: 'El rey dice: Pon a éste hombre en prisión y aliméntalo sólo con un poco de pan y un poco de agua, hasta que yo venga seguro.'" 28 Luego Micaías dijo:" Si tú regresas seguro, entonces el SEÑOR no ha hablado por mí." Y él añadió: "Escuchen ésto, todos ustedes pueblo." 29 Así que Acab, rey de Israel, y Josafat, el rey de Judá, subieron a Ramot de Galaad. 30 El rey de Israel le dijo a Josafat:" Yo me disfrazaré, e iré a la batalla, pero tú te pondrás tus ropas reales." Así que el rey de Israel se disfrazó y fue a la batalla. 31 Ahora el rey de Aram había ordenado a los treinta y dos capitanes de sus carruajes, diciendo:" No ataquen a soldados importantes y no importantes. En cambio, sólo ataquen al rey de Israel." 32 Sucedió que cuando los capitanes de los carruajes vieron a Josafat ellos dijeron:" Seguramente este es el rey de Israel." Se volvieron a atacarlo, así que Josafat gritó. 33 Sucedió que cuando los comandantes de los carruajes vieron que no era el rey de Israel, ellos se regresaron. 34 Pero cierto hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel entre las uniones de su armadura. Entonces Acab le dijo al que manejaba su carruaje:" Da vuelta y sácame de la batalla porque estoy muy malherido." 35 La batalla se puso peor ese día y el rey fue retenido en su carruaje frente a los Arameos. Él murió esa tarde. La sangre de su herida corrió hasta el suelo de su carruaje. 36 Entonces cuando el sol estaba bajando, un lamento se levantó a través del ejército diciendo:" ¡Cada hombre debe irse a su ciudad; y cada hombre debe volver a su región!" 37 Así que el Rey Acab murió y fue traído a Samaria, y ellos le enterraron en Samaria. 38 Ellos lavaron el carruaje en el estanque de Samaria, y los perros lamieron su sangre (éste era el lugar donde la prostitutas se bañaban), justo como la palabra del SEÑOR había declarado. 39 En cuanto a las otras cosas concernientes a Acab, todo lo que él hizo, la casa de marfil que él construyó, y todas las ciudades que él construyó, ¿no están todas escritas en el libro de los eventos de los reyes de Israel? 40 Así que Acab murió y fue sepultado con sus antepasados, y Ocoziás su hijo se convirtió en rey en su lugar. 41 Entonces Josafat hijo de Asa comenzó a reinar sobre Judá en el cuarto año de Acab rey de Israel. 42 Josafat era de treinta y cinco años cuando él comenzó a reinar, y él reinó en Jerusalén veinticinco años. El nombre de su madre era Azuba, hija de Silhi. 43 Él caminó en la forma de su padre Asa; él no se desvió de ellos; él hizo lo que era bueno ante los ojos del SEÑOR. Todavía los lugares altos no habían sido removidos. El pueblo seguía sacrificando y quemando incienso en los lugares altos. 44 Josafat tuvo paz con el rey de Israel. 45 En cuanto a los demás hechos concernientes a Josafat, y el poder que él mostró y las historias de sus guerras, ¿no están escritas en los libros de los hechos de los reyes de Judá? 46 Él removió de la tierra el resto de las prostitutas de culto que habían permanecido en los días de su padre Asa. 47 No había rey en Edom, pero un administrador gobernaba allí. 48 Josafat construyó naves marítimas; ellas debían ir a Ofir por oro, pero ellos no fueron porque los barcos se destrozaron en Ezión Geber. 49 Entonces Ocozías hijo de Acab le dijo a Josafat:" Deja a mis siervos navegar con tus siervos en los barcos." Pero Josafat no lo permitió. 50 Josafat murió y fue sepultado con sus antepasados en la ciudad de David, su ancestro; Joram su hijo se hizo rey en su lugar. 51 Ocozías hijo de Acab comenzó a reinar sobre Israel en Samaria en el año diecisiete de Josafat rey de Judá y él reinó dos años sobre Israel. 52 Él hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR y caminó en los caminos de su padre, en los caminos de su madre, y en los caminos de Jeroboam hijo de Nabat, por el cual hizo pecar a Israel. 53 Él sirvió a Baal y le adoró y así provocó el enojo del SEÑOR, el Dios de Israel, de la misma manera como su padre había hecho.

2 Reyes
2 Reyes
1

1 Moab se rebeló en contra de Israel después de la muerte de Acab. 2 Luego, Ocozías se cayó a través del enrejado de su cuarto superior en Samaria, y se lesionó. Así que él envió mensajeros y les dijo a ellos: "Vayan, pregunten a Baal Zebub, dios de Ecrón, si yo me voy a recuperar de esta lesión." 3 Pero el Ángel del SEÑOR le dijo a Elías el tisbita: "Levántate, sube a encontrar los mensajeros del rey de Samaria, y pregúntale a ellos: '¿Es que no hay Dios en Israel, para que ustedes vayan a consultar con Baal Zebub, el dios de Ecrón? 4 Por tanto, el SEÑOR dice: "De la cama donde estas, tú no te levantarás; sino que, tú ciertamente morirás.'"" Luego Elías se fue. 5 Cuando los mensajeros regresaron a Ocozías, él dijo a ellos: "¿Por qué ustedes han regresado?" 6 Ellos le dijeron a él: "Un hombre llegó a encontrarnos el cual nos dijo: 'Vayan de vuelta al rey quien los envió a ustedes y díganle a él: "El SEÑOR dijo esto: '¿Es qué no hay Dios en Israel que tú enviaste hombres a consultar con Baal Zebub, el dios de Ecrón? Por tanto, de la cama en que tú estás, no te levantarás; sino que, tú ciertamente morirás." 7 Ocozías dijo a sus mensajeros: "¿Qué tipo de hombre era él, el que llegó a encontrarlos a ustedes y dijo estas palabras?" 8 Ellos respondieron: "Él vestía con una pieza hecha de pelo y un cinturón de piel alrededor de su cintura." Así que el rey respondió: "Este es Elías el tisbita." 9 Luego el rey envió al capitán con cincuenta soldados a Elías. El capitán subió donde Elías quien estaba sentado al tope de una colina. El capitán le habló a él: "Tú, hombre de Dios, el rey ha dicho: 'Ven baja.'" 10 Elías contestó y dijo al capitán: "Si yo soy hombre de Dios, que fuego baje del cielo y los consuma a ti y a tus cincuenta hombres." Luego fuego bajó del cielo y lo consumió a él y a sus cincuenta hombres. 11 Otra vez el rey Ocozías envió a Elías otro capitán con cincuenta soldados. El capitán también dijo a Elías: "Tú hombre de Dios, el rey dice: 'Ven baja rápidamente.'" 12 Elías constestó y les dijo a ellos: "Si yo soy hombre de Dios, que fuego baje del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta hombres." Otra vez, fuego de Dios bajó del cielo y los consumió a él y a sus cincuenta hombres. 13 Una vez más, el rey envió un tercer grupo de cincuenta guerreros. Este capitán subió, cayó en sus rodillas ante Elías y le imploró y dijo a él: "Tú, hombre de Dios, te pido, deja que mi vida y la vida de estos cincuenta siervos tuyos sea preciosa en tu vista. 14 Ciertamente, fuego bajó del cielo y consumió los primeros dos capitanes con sus hombres, pero ahora deja que mi vida sea preciosa a tu vista." 15 El ángel del SEÑOR dijo a Elías: "Ve baja con él. No le tengas miedo a él." Así que Elías se levantó y bajó con él hacia el rey. 16 Entonces Elías dijo a Ocozías: "Esto es lo que el SEÑOR a dicho: 'Por cuanto tú has enviado mensajeros a consultar con Baal Zebub, el dios de Ecrón. ¿Es que no hay Dios en Israel a quien tú puedas consultar? Por tanto, de tú cama no te levantarás; sino que, tú ciertamente morirás.'" 17 Así que el rey Ocozías murió de acuerdo a la palabra del SEÑOR que Elías había hablado. Joram comenzó a reinar en su lugar, en el segundo año de Joram, hijo de Josafat rey de Judá, porque Ocozías no tenía hijo. 18 En cuanto a los otros hechos de Ocozías, ¿acaso no están escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel?

2

1 Acontenció cuando el SEÑOR iba a subir a Elías en un torbellino al cielo, que Elías se fue con Eliseo de Gilgal. 2 Elías le dijo a Eliseo: "Quedaté aquí, por favor, porque el SEÑOR me ha enviado a Betel." Eliseo respondió: "Así como el SEÑOR vive, y así como tú vives, yo no te dejaré." Así que se fueron a Betel. 3 Los hijos de los profetas quienes estaban en Betel fueron a Eliseo y le dijeron a él: "¿Sabes que el SEÑOR se va a llevar a tu amo de ti hoy?" Eliseo respondió: "Sí, lo sé, pero no hables de eso." 4 Elías le dijo a él: "Eliseo, espera aquí, por favor, porque el SEÑOR me envió a Jericó." Luego Eliseo respondió: "Como el SEÑOR vive, y como tú vives, yo no te dejaré." Así que ellos se fueron a Jericó. 5 Entonces los hijos de los profetas quienes fueron a Jericó vinieron a Eliseo y le dijeron a él: ''¿Sabes que el SEÑOR se llevará a tu amo de ti hoy?" Eliseo respondió: " Sí, lo sé, pero no hables de eso." 6 Luego Eliseo le dijó a él: "Quédate aquí, por favor, el SEÑOR me ha enviado al Jordán." Eliseo respondió: "como el SEÑOR vive, y tú vives, yo no te dejaré." Así que los dos sigueron. 7 Mas tarde, cincuenta de los hijos de los profetas se mantuvieron frente a ellos a distancia; mientras los dos se detuvieron junto al Jordán. 8 Elías tomó su capa, la enrolló y le dio al agua con ella. El río se dividió en ambos lados, así que los dos pudieron cruzar sobre tierra seca. 9 Aconteció, después que ellos cruzaron, que Elías le dijo a Eliseo: "Pregúntame qué hago por ti antes que sea quitado de ti." Eliseo contestó: "Por favor deja que una doble porción de tu espíritu venga sobre mí." 10 Elías respondió: "Tú has pedido por una cosa difícil. Sin embargo, si me ves cuando yo sea tomado de ti, así te sucederá, pero si no, no sucederá." 11 Mientras ellos iban y hablaban, un carro de fuego y de caballos de fuego apareció, el cual separó a los dos hombres de cada uno, y Elías subió al cielo en un torbellino. 12 Eliseo lo vio y gritó: "¡Padre mío, padre mío, los carros de Israel y su gente de a caballo!" Y él nunca más vio a Elías; y tomando él su propia ropa, la rompió en dos pedazos. 13 Él recojió la capa de Elías que se le había caído, y regresó y se paró a la orilla del Jordán. 14 Él golpeó el agua con la capa de Elías que se le había caído y dijo: "¿Dónde está el SEÑOR, el Dios de Elías?" Cuando él golpeó las aguas, se dividieron en ambos lados y Eliseo cruzó. 15 Cuando los hijos de los profetas que estaban en Jericó, lo vieron al otro lado, ellos dijeron: "¡El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo!" Así que vineron a encontrarse con él, y se inclinaron al suelo delante de él. 16 Ellos le dijeron a él: "Mira, aquí hay cincuenta hombres fuertes, entre tus siervos. Déjalos ir, te pedimos, a buscar a tu amo, en caso que el espíritu del SEÑOR lo haya tomado y lo haya tirado en alguna montaña o en algún valle." Eliseo contestó: "No, no los envíen." 17 Pero como ellos insistieron, que Eliseo se avergonzó, y él dijo: "Envíenlos." Luego ellos enviaron cincuentas hombres, y buscaron por tres días, pero no lo encontraron. 18 Ellos regresaron a Eliseo, mientras él estaba en Jericó, y él le dijo a ellos: "¿No les dije a ustedes: 'no vayan'?'' 19 Los hombres de la cuidad le dijeron a Eliseo: "Mira, te presentamos esta situación, el lugar donde está la cuidad es agradable, como mi señor puede ver, pero el agua es mala y la tierra no da fruto." 20 Eliseo contestó: "Tráiganme una vasija nueva y pongan sal en ella," así que ellos se la trajeron a él. 21 Eliseo salió afuera al manantial de agua y echó la sal en ella, entonces él dijo: "El SEÑOR dice esto: 'Yo he sanado estas aguas. Desde ahora en adelante, no habrá más muerte o tierra sin fruto.'" 22 Así que las aguas fueron sanadas en este día, por la palabra que Eliseo habló. 23 Luego Eliseo subió desde allí hasta Betel. Mientras él subía por el camino, unos jovenes salieron de la cuidad y se burlaron de él; ellos le dijeron a él: ''¡Ve, sube, tú calvo!" "'¡Sube, tú calvo!" 24 Eliseo miró atrás y los vio; él los maldijo en el SEÑOR. Luego dos osos hembras salieron del bosque e hirieron a cuarenta y dos de los jovenes. 25 Luego Eliseo fue de allí al Monte Carmelo, y desde allí él regreso a Samaria.

3

1 Ahora, en el año dieciocho de Josafat, rey de Judá, Joram, hijo de Acab, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria; él reinó por doce años. 2 Él hizo lo que era malo en los ojos del SEÑOR, pero no como su padre y su madre; porque él removió el pilar de piedra sagrado de Baal que su padre había hecho. 3 Sin embargo, él se aferró a los pecados de Roboam, hijo de Nabal, quien hiso a Israel pecar; él no se alejó de ellos. 4 Ahora, Mesa, rey de Moab, criaba ovejas. Él tenía que darle al rey de Israel 100, 000 ovejas y la lana de 100, 000 corderos. 5 Pero luego que Acab murió, el rey de Moab se rebeló en contra del rey de Israel. 6 Entonces, el rey Joram dejó Samaria en aquel tiempo para mover a todo Israel a la guerra. 7 Él envió un mensaje a Josafat, rey de Judá, diciendo: "El rey de Moab se ha rebelado en mi contra. ''¿Irás tú conmigo a la batalla en contra de Moab?" Josafat respondió: "Yo iré. Yo soy como tú eres, mi gente es como tu gente, mis caballos son como tus caballos." 8 Entonces él dijo: "¿Por qué camino deberíamos nosotros atacar?" Josafat respondió: "Por el camino al desierto de Edom." 9 Entonces los reyes de Israel, Judá, y Edom marcharon en un semicírculo por siete días. No encontraron agua para su ejército, ni para sus caballos, ni los otros animales. 10 Entonces el rey de Israel dijo: "¿Qué es esto? ¿Ha llamado el SEÑOR a tres reyes para darlos en las manos de Moab?" 11 Pero Josafat dijo: "¿No hay aquí un profeta del SEÑOR, que podamos consultar a el SEÑOR a través de él?" Uno de los sirvientes del rey de Israel dijo: "Eliseo, hijo de Safat está aquí, quien derramaba agua en las manos de Elías." 12 Josafat dijo: "La palabra del SEÑOR está con él." Entonces el rey de Israel, Josafat, y el rey de Edom bajaron hacia él. 13 Eliseo le dijo al rey de Israel: "¿Qué tengo que ver yo contigo? Ve a los profetas de tu padre y madre." Entonces el rey de Israel le dijo a él: "No, porque el SEÑOR ha llamado a estos tres reyes juntos a darlos en la mano de Moab." 14 Eliseo respondió: "Tal como el SEÑOR de los ejércitos vive, ante quien estoy de pie, ciertamente si no fuera por el hecho que yo honro la presencia de Josafat, rey de Judá, yo no te prestaría ninguna atención, ni siquiera te miraría. 15 Pero ahora tráeme a un músico." Y sucedió que cuando el harpista tocó, la mano del SEÑOR vino sobre Eliseo. 16 Él dijo: "El SEÑOR dice esto: 'Hagan muchos estanques en este valle seco.' 17 Porque el SEÑOR dice esto: "Ustedes no verán el viento, ni tampoco verán la lluvia, pero este valle será lleno con agua, y ustedes beberán, ustedes y su ganado y todos sus animales.' 18 Esto es una cosa fácil en los ojos del SEÑOR. Él también les dará victoria sobre los moabitas. 19 Ustedes atacarán cada ciudad fortificada y cada buena ciudad, cortarán todo buen árbol, cegarán todos los pozos de agua, y arruinarán con rocas cada porción de tierra." 20 Así que en la mañana, cerca de la hora de la ofrenda del sacrificio, vino agua desde la dirección de Edom; la tierra se llenó de agua. 21 Ahora, cuando todos los moabitas escucharon que los reyes habían venido a pelear en contra de ellos, ellos se unieron así mismos juntos, todos los que fueron capaces de ponerse la armadura, y ellos se pararon en la frontera. 22 Ellos se despertaron temprano en la mañana y el sol se reflejó en el agua. Cuando los moabitas vieron el agua frente a ellos, se veía tan roja como la sangre. 23 Ellos exclamaron: "¡Esto es sangre! ¡Los reyes ciertamente han sido destruídos, y se han matado unos a otros! ¡Entonces ahora, Moab, vamos a saquearlos!" 24 Cuando ellos vinieron al campo de Israel, los israelitas los sorprendieron y atacaron a los moabitas, quienes huyeron ante ellos. El ejército de Israel llevó a los moabitas a través de la tierra, matándolos. 25 Israel destruyó las ciudades, y en cada buen pedazo de tierra, cada hombre arrojó una roca y llenaron los campos fértiles. Ellos secaron todos los pozos de agua y cortaron todos los buenos árboles. Solamente en Kir Hareset dejaron las rocas en su lugar. Pero los soldados armados con hondas la atacaron y destruyeron. 26 Cuando el rey Mesa de Moab vió que la batalla estaba perdida, el tomó consigo setecientos espadachines para abrir camino hasta el rey de Edom, pero ellos fallaron. 27 Entonces él tomó a su hijo mayor, quien debió haber reinado después de él, y lo ofreció como ofrenda quemada sobre la muralla. Entonces hubo un gran enojo en contra de Israel; y el ejército israelita dejó al rey Mesa y regresaron a su propia tierra.

4

1 Ahora la esposa de uno de los hijos de los profetas vino llorando a Eliseo, diciendo: "Tu siervo mi esposo esta muerto, y tu sabes que tu siervo temía al SEÑOR. Ahora los acreedores han venido a llevarse mis dos niños como esclavos." 2 Así que Eliseo le dijo a ella: "¿Que puedo hacer por ti?, ¿Dime que tienes tu en la casa? Ella dijo: "Tu sierva no tiene nada en la casa, excepto una vasija de aceite. 3 Entonces Eliseo dijo: "Ve afuera a tomar vasijas prestadas de tus vecinos, vasijas vacías. Toma prestado las más posible. 4 Entonces tu irás adentro y cerrarás la puerta detrás de ti y tus hijos, y derrama aceite dentro de todas esas vasijas; pon a un lado las vasijas que estén llenas. 5 Así que ella dejó a Eliseo y cerró la puerta detrás de ella y sus hijos. Ellos le trajeron las vasijas, y ella las llenó con aceite. 6 Cuando los recipientes fueron llenados, ella le dijo a su hijo: "Trae otra vasija." Pero él le dijo a ella, "No hay mas vasijas." Entonces el aceite dejó de fluir. 7 Entonces ella vino y le dijo al hombre de Dios. El dijo, "Ve, vende el aceite paga tus deudas, y con lo que resta, vive con tus hijos. 8 Un día Eliseo caminó a Sunem donde una mujer importante vivía; Ella le instó a comer con ella. Así que, a menudo mientras Eliseo pasaba por allí, el debía detenerse allí a comer. 9 La mujer le dijo a su esposo: "vez, ahora yo me doy cuenta que éste es un hombre santo de Dios que siempre pasa por aquí. 10 "Vamos a hacer un cuarto pequeño en el techo para Eliseo, y vamos a poner adentro una cama, una mesa, y una lámpara. Entonces cuando él venga a nosotros, él se quedara ahí. 11 Así cuando llegó otra vez el dia en que Eliseo paró allí, el se quedó en el cuarto y descansó ahí. 12 Eliseo dijo a Giezi su siervo: "Llama esta Sunamita." Cuando el la llamó, ella se paró en frente de él. 13 Eliseo le dijo a él: "Dile a ella: 'Tu has pasado por tantos problemas para cuidar de nosotros. ¿Qué se puede hacer por ti? ¿Podemos hablar por ti al rey o al comandante del ejército?'" Ella contestó: "Yo vivo entre mi propia gente." 14 Así que Eliseo dijo: "¿Entonces qué podemos hacer por ella?" Giezi contestó: "De hecho, ella no tiene hijos, y su esposo es viejo. 15 "Así que Eliseo le respondió: "Llámala." Cuando él la hubo llamado, ella se paró en la puerta. 16 Eliseo dijo: "En esta época del año, en un año, tu estarás sosteniendo un hijo." Ella dijo: "No, señor mio, hombre de Dios, no le mientas a tu sierva. 17 Pero la mujer concibió y dió a luz un niño al mismo tiempo al año siguiente, como Eliseo le había dicho a ella. 18 Cuando el niño creció, un día él salió afuera a su padre, que estaba con los segadores. 19 Él le dijo a su padre: "Mi cabeza, mi cabeza." Su padre le dijo a su siervo: "Llévalo a su madre." 20 Cuando el siervo lo recogió y lo llevó a su madre, el niño se sentó sobre su rodillas hasta el medio día y entonces se murió. 21 Así que la mujer se paró y acostó al niño en la cama del hombre de Dios, cerró la puerta, y salió. 22 Ella llamó a su esposo, y le dijo: "Por favor envíeme a unos de los siervos y uno de los burros para poder apresurarme al hombre de Dios y entonces regresar. 23 El esposo dijo: "¿Por qué tu quieres ir a él hoy? No es luna nueva ni sábado. Ella respondió: "Va a estar todo bien." 24 Entonce ella encilló un burro y le dijo al siervo: "Conduce rápido; no disminuyas la velocidad por mi, a menos que yo te diga. 25 Así que ella se fué y vino al hombre de Dios en el Monte Carmelo. Así que cuando el hombre de Dios la vio en la distancia, él le dijo a Giezi su siervo: 26 "Mira, aquí viene la mujer Sunamita. Por favor corre a su encuentro y dile a ella: '¿Esta todo bién contigo y tu esposo y niño?'" Ella le contestó: "Todo esta bién". 27 "Cuando ella vino al hombre de Dios a la montaña, ella se arrojó a sus pies. Giezi se acercó para apartarla pero el hombre de Dios dijo: "Déjala tranquíla, pues ella esta muy angustiada, y el SEÑOR me ha ocultado el problema, y no me a dicho nada. 28 Entonces ella dijo: "¿Te pedí yo un hijo, señor mio? No te dije yo: '¿No me engañes?" 29 Entonces Eliseo le dijo a Giezi: "Vístete para viajar y coge mi bastón en tu mano. Ve a su casa. Si tu te encuentras con algún hombre, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le contestes. Pon mi bastón sobre la cara del niño". 30 Pero la madre del niño dijo: "Así como vive el SEÑOR, y mientras tu vivas, Yo no te dejaré." Así que Eliseo se levantó y la siguió. 31 Giezi se apresuró adelante de ellos y puso el bastón sobre la cara del niño, pero el niño no habló ni escuchó. Así que, Giezi regresó ha encontrarse con Eliseo y le dijo: "El niño no despierta." 32 Cuando Eliseo llegó a la casa, el niño estaba muerto y todavía estaba en la cama. 33 Así que Eliseo entró y cerró la puerta tras ambos y oró al SEÑOR. 34 Él subió y se acostó sobre el niño; puso su boca sobre su boca, sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre sus manos. Se estiró sobre el niño, y el cuerpo del niño empezó a calentarse. 35 Entonces Eliseo se levantó y caminó alrededor del cuarto y otra vez subió y se estiró sobre el niño. El niño estornudó siete veces y entonces abrió su ojos! 36 Así que Eliseo llamó a Giezi y dijo: "Llama la sunamita" Así que la llamó, y cuando ella entró en el cuarto, Eliseo dijo: "Toma a tu hijo." 37 Entonces ella, cayó en sus pies y se inclinó en la tierra, y entonces tomó a su hijo y salió. 38 Entonces Eliseo volvió a Gilgal otra vez. Había calamidad en la tierra, y los hijos de los profetas estaban sentados delante de él. El dijo a su siervo: "Pon la olla grande en el fuego y cocina guiso para los hijos de los profetas. 39 Uno de ellos salió al campo para recoger vegetales. El encontró una viña silvestre y recogió bastante calabazas silvestre para llenar su manto. Ellos las cortaron y las pusieron en el guisado, pero no sabían de que clase eran. 40 Así que ellos sirvieron el guisado para que los hombres comieran. Mas tarde, mientras ellos comían, ellos gritaron y dijeron: "Hombre de Dios, hay muerte en la olla!" Y no pudieron comer más. 41 Pero Eliseo dijo: "Traigan un poco de harina." El la hechó en la olla y dijo: "sírvanlo a la gente, para que puedan comer." Y ya no había nada dañino en la olla. 42 Un hombre vino de Baal Salisa al hombre de Dios y trajo veinte panes de cebada, en su saco de su primera cosecha, y unas espigas de granos frescos. El dijo: "Dale esto a la gente para que ellos puedan comer." 43 Su siervo dijo: "¿Cómo pondre esto en frente de cien hombres? Pero Eliseo dijo, dale esto a la gente para que ellos puedan comer, porque así dice el SEÑOR: 'Ellos comerán y les sobrará.'" 44 Así que su siervo lo puso en frente de ellos; ellos comieron, y sobró como la palabra que el SEÑOR prometió.

5

1 Ahora, Naamán, comandante del ejército del rey de Aram, era un gran y honorable hombre en los ojos de su amo, porque por medio de él, El SEÑOR le había dado victoria a Aram. Él también era hombre fuerte y valiente, pero era un leproso. 2 Los arameos habían salido a atacar en bandas y habían tomado a una muchacha de la tierra de Israel. Ella servía a la esposa de Naamán. 3 La muchacha le dijo a su señora: "¡Yo desearía que mi amo estuviera con el profeta que está en Samaria! Entonces el sanaría a mi amo de su lepra." 4 Así que, Naamán entró y le dijo al rey lo que esa muchacha de la tierra de Israel había dicho. 5 Así que el rey de Aram dijo: "Ve ahora, y yo enviaré una carta al rey de Israel." Naamán se fue y agarró con él diez talentos de plata, seis mil piezas de oro, y diez cambios de ropa. 6 Él también llevó la carta al rey de Israel que decía: "Ahora cuando esta carta sea traída a ti, tú verás que he enviado a Naamán mi siervo, a ti, para que tú puedas curarlo a él de su lepra." 7 Cuando el rey de Israel leyó la carta, se rasgó su ropa y dijo: "¿Soy yo Dios, para matar y para hacer vivir, que este hombre quiere que yo cure a un hombre de su lepra? Parece que está buscando iniciar un pleito conmigo." 8 Así que, cuando Eliseo, el hombre de Dios, escuchó que el rey de Israel había rasgado sus ropas, él envió palabra al rey diciendo: "¿Por qué has rasgado tus ropas? Deja que él venga a mí ahora, y él sabrá que hay un profeta en Israel." 9 Así que, Naamán vino con sus caballos y sus carros, y se paró frente a la puerta de la casa de Eliseo. 10 Eliseo envió un mensajero diciendo: "Ve y sumérgete en el Jordán siete veces, y tu carne será restaurada; tú serás limpio." 11 Pero Naamán estaba enojado y se fue y dijo: "Mira, yo pensaba que él seguramente iba llegar a mí, se pararía y llamaría al nombre del SEÑOR su Dios, y agitaría su mano sobre el lugar y sanaría mi lepra. 12 ¿No son Abaná y Farfar, los ríos de Damasco, mejor que todas las aguas de Israel? ¿No me podría bañar en ellos y ser limpio?'' Así que se viró y se fue en ira. 13 Luego, los sirvientes de Naamán se acercaron y le hablaron a él: "Padre mío, si el profeta le hubiera ordenado a hacer algo difícil, ¿no lo hubieses hecho? ¿Cuánto más entonces, cuando simplemente te dice: 'sumérgete y sé limpio?'" 14 Entonces, él bajó y se sumergió siete veces en el Jordán, obedenciendo las instrucciones del hombre de Dios. Su carne fue restaurada otra vez, como la carne de un niño pequeño, y él fue sanado. 15 Naamán regresó al hombre de Dios, él y toda su compañía, y llegó y se puso frente a él. Él dijo: "Ahora yo sé que no hay Dios en toda la tierra, excepto en Israel. Así que, por lo tanto, por favor, ten un regalo de tu siervo." 16 Pero, Eliseo respondió: "Vive el SEÑOR, delante de quien estoy parado, yo no recibiré nada." Naamán le insistió a Eliseo tomar el regalo, pero él se negó. 17 Así que Naamán dijo: "Si no, entonces te pido que le sea dado a tu siervo dos mulas cargadas de tierra, porque desde ahora, tu siervo no ofrecerá ni ofrendas quemadas ni sacrificos a cualquier dios, sino al SEÑOR. 18 Que en esta única cosa SEÑOR perdone a tu siervo, que cuando mi rey vaya a la casa de Rimón para adorar allí, y él se apoye en mi mano y yo me incline en la casa de Rimón, que SEÑOR perdone a tu siervo en este asunto." 19 Eliseo le dijo a él: "Ve en paz." Así que Naamán se fue. 20 Él había viajado sólo una corta distancia cuando Giezi, el siervo de Eliseo, el hombre de Dios, se dijo a sí mismo: "Mira, mi amo ha dispensado este Naamán, el arameo, al no recibir de su mano regalos que él trajo. Vive el SEÑOR, que yo correré tras él y recibiré algo de él." 21 Así que, Giezi siguió detrás de Naamán. Cuando Naamán vio a alguien corriendo detrás de él, él se bajó de su propio carro para encontrarlo y dijo: "¿Está todo bien?" 22 Giezi dijo: "Todo está bien, mi amo me ha enviado, diciendo: 'Verás, ahora han llegado a mí, desde la zona montañosa de Efraín dos jóvenes de los hijos de los profetas. Por favor, dáles un talento de plata y dos cambios de ropa.'" 23 Naamán respondió: "Estoy muy feliz de darte dos talentos." Naamán le insistió a Giezi y amarró dos talentos de plata en dos bolsas, con dos cambios de ropa, y las tendió sobre dos de sus sirvientes, quienes cargaban las bolsas frente a Giezi. 24 Cuando Giezi llegó a la colina, él tomó las bolsas de sus manos, y las escondió en la casa; él envió a los siervos lejos, y ellos se fueron. 25 Cuando Giezi entró y se puso frente a su amo, Eliseo le dijo a él: "¿De dónde has venido, Giezi?" Él contestó: "Tú siervo no fue a ningún lado." 26 Eliseo dijo a Giezi: "¿No fue mi espíritu contigo, cuando el hombre regresó su carro para encontrarte? ¿Es este un tiempo para aceptar dinero y ropas, huertos de olivo y viñedos, ovejas y bueyes, y siervos y siervas? 27 Así que, la lepra de Naamán estará sobre ti y tu desendencia para siempre." Así que Giezi se fue de su presencia, un leproso blanco como la nieve.

6

1 Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: "El lugar donde nosotros vivimos contigo es muy pequeño para todos nosotros. 2 Por favor déjanos ir al Jordán, y deja que cada hombre corte un árbol ahí, y deja que construyamos un lugar ahí donde podamos vivir." Eliseo contestó: "Ustedes pueden ir adelante." 3 Uno de ellos dijo: "Por favor ve con tus siervos." Eliseo contestó: "Yo iré." 4 Así que él fue con ellos y cuando ellos llegaron al Jordán ellos comenzaron a cortar árboles. 5 Pero mientras uno cortaba, la cabeza del hacha cayó en el agua; él gritó y dijo: "¡Oh no, mi maestro, era prestada!" 6 Así que el hombre de Dios dijo: "¿Dónde cayó?" El hombre mostró a Eliseo el lugar. Él luego cortó un palo, lo lanzó en el agua, e hizo que el hierro flotara. 7 Eliseo dijo: "Tómalo." Así que el hombre extendió su mano y la agarró. 8 Ahora el rey de Aram estaba librando batalla en contra de Israel. Él consultó con sus siervos, diciendo: "Mi campamento estará en tal y cual lugar." 9 Así que el hombre de Dios envió al rey de Israel diciendo: "Ten cuidado de no pasar por ese lugar, puesto que los arameos van bajando por ahí." 10 Luego el rey de Israel envió hombres al lugar sobre el cual el hombre de Dios le había advertido a él. Mas de una o dos veces, el rey fue allá, él estuvo en guardia. 11 El rey de Aram estaba muy turbado sobre esta advertencia, y él llamó a sus sirvientes y les dijo a ellos: "¿No me dirán ustedes quién entre nosotros está a favor del rey de Israel?" 12 Así que uno de sus sirvientes dijo: "¡No, rey, señor mío, sino que el profeta Eliseo en Israel dice al rey de Israel las palabras que usted habla en su propio dormitorio!" 13 El rey contestó: "Vé y mira donde Eliseo está para que yo pueda enviar hombres y lo capturen a él." Se le dijo a él: "Mira, él está en Dotán." 14 Así que el rey envió a Dotán caballos, carros y un ejército grande. Ellos vinieron de noche y rodearon la ciudad. 15 Cuando el sirviente del hombre de Dios se hubo levantado temprano y salió fuera, he aquí, un gran ejército con caballos y carros rodearon la ciudad. Y su sirviente le dijo: "¡Oh, señor mío amo! ¿Qué haremos nosotros?" 16 Eliseo contestó: "No temas, por cuanto los que están con nosotros son más que aquellos que están con ellos." 17 Eliseo oró y dijo: "SEÑOR, yo te ruego que tú abras sus ojos para que él pueda ver." Luego el SEÑOR abrió los ojos de su sirviente y él vio. ¡He aquí, la montaña estaba llena de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo! 18 Cuando los arameos bajaron a él, Eliseo oró al SEÑOR y dijo: "Golpea a estas personas con ceguera, Yo te lo pido." Así el SEÑOR los cegó, como Eliseo le había pedido. 19 Luego Eliseo le dijo a los arameos: "Este no es el camino, ni es esta la ciudad. Síganme, y yo los llevaré al hombre a quien ustedes buscan." Y él los dirigió a Samaria. 20 Aconteció que cuando ellos llegaron a Samaria, Eliseo dijo: "SEÑOR, abre los ojos de estos hombres para que ellos puedan ver." El SEÑOR abrió sus ojos y ellos vieron y, he aquí, ellos estaban en medio de la ciudad de Samaria. 21 El rey de Israel dijo a Eliseo, cuando los vio: "¿Padre mío, debo yo matarlos? ¿Debo matarlos?" 22 Eliseo le contestó: "No los debe matar a ellos. ¿Matarías a aquellos a quienes tú hayas tomado cautivos con tu espada y arco? Pon pan y agua frente a ellos, para que ellos puedan comer y beber, e ir donde su señor." 23 Así que el rey preparó mucha comida para ellos y cuando ellos habían comido y bebido, él los envió, y ellos fueron de vuelta a su señor. Estas bandas de soldados arameos no regresaron por un largo tiempo a la tierra de Israel. 24 Luego después de esto Ben Adad rey de Aram reunió todo su ejército y atacó a Samaria y lo sitió. 25 Por lo que hubo una gran calamidad en Samaria. He aquí, ellos la sitiaron hasta que la cabeza de un burro se vendía por ochenta piezas de plata, y la cuarta parte de 1. 23 litros de estiércol de paloma por cinco piezas de plata. 26 Mientras el rey de Israel iba pasando por la muralla, una mujer le gritó a él diciendo: "Ayuda, rey, señor mío, el rey." 27 Él dijo: "Si el SEÑOR no te ayuda, ¿cómo te puedo ayudar yo? ¿Habrá algo que trillar o en la prensa de vino?" 28 El rey continuó: "¿Qué te está molestando?" Ella contestó: "Esta mujer me dijo a mí: 'Dame tu hijo para que nosotros podamos comerlo hoy, y nos comeremos a mi hijo mañana." 29 Así que hervimos a mi hijo y lo comimos, y le dije a ella al próximo día: "Dame tu hijo para que podamos comerlo, pero ella ha escondido su hijo." 30 Así que cuando el rey escuchó las palabras de la mujer, razgó sus ropas (ahora él estaba pasando el muro), y el pueblo miró y vio que él tenía ropa de saco contra su piel. 31 Luego él dijo: "Así me haga Dios a mi, y más también, si la cabeza de Eliseo hijo de Safat permanece en él hoy." 32 Pero Eliseo estaba sentado en su casa y los ancianos estaban sentados con él. El rey envió un hombre delante de él, pero antes que el mensajero viniera a Eliseo, él dijo a los ancianos: "Miren, ¿cómo este hijo de asesino ha enviado a llevarse mi cabeza? Miren, cuando el mensajero llegue, cierren la puerta, y manténgan la puerta cerrada tras él. ¿No está el ruido de los pies de su amo detrás de él?" 33 Mientras él aun estaba hablando con ellos, he aquí, el mensajero bajó donde él. El rey había dicho: "He aquí, este problema viene de SEÑOR. ¿Por qué yo debería esperar más tiempo al SEÑOR?"

7

1 Eliseo dijo: ''Escuchen la palabra del SEÑOR. Esto es lo que dice el SEÑOR: 'Mañana a esta hora una medida de harina fina será vendida por un ciclo, y dos medidas de cebada por un ciclo, en la puerta de Samaria."' 2 Luego el capitán, sobre quien el rey había inclinado su mano para estar a cargo, le contestó al hombre de Dios, y le dijo: "Mira, aún si el SEÑOR hiciera ventanas en los cielos, ¿puede esto pasar?" Eliseo respondió: "Mira, tu lo verás pasar con tus propios ojos, pero no comerás nada de eso." 3 Ahora había cuatro hombres con lepra justo fuera de la puerta de la cuidad. Ellos se dijeron unos a otros: "¿Por qué nos sentamos aquí hasta morir?'' 4 Si decimos que vamos a la cuidad, entonces la hambruna esta en la cuidad, y moriremos allí. Pero si nos quedamos aquí, como quiera moriremos. Ahora pues, vayamos al ejército de los arameos. Si ellos nos mantienen con vida, nosotros viviremos, y si ellos nos matan, nosotros solo moriremos." 5 Así que ellos se levantaron al atardecer para ir al campamento arameo; luego ellos llegaron a la parte mas lejana del campamento, no había nadie allí. 6 Porque el SEÑOR hizo que el ejército arameo escuchará el ruido de carros y ruido de caballos - el ruido de otro gran ejército, y ellos se dijeron los unos a los otros: "El rey de Israel contrató al rey de los hititas y los egipcios para que vengan contra nosotros." 7 Así que los soldados se levantarón y huyeron en el atardecer; ellos dejaron sus tiendas, sus caballos, sus burros, y el campamento como estaba, y huyeron por sus vidas. 8 Cuando los hombres con lepra vinieron de la parte más lejana del campamento, ellos fueron a una de las tiendas y comieron y bebieron, y cargaron con plata y oro y ropa, ellos fueron y lo escondieron. Ellos regresaron y entraron a otra tienda y saquearon de ahí también, y fueron y lo escondieron. 9 Luego ellos se dijeron los unos a los otros: "No estamos haciendo lo correcto." Este día es el día de buenas noticias, pero nos estamos quedando callados sobre esto. Si esperamos hasta el amanecer, castigo vendrá sobre nosotros. Ahora pues, vamos a decirle a la casa del rey." 10 Así que ellos fueron y llamaron a los guardas de la ciudad. Ellos le dijeron: "Nosotros fuimos al campamento de los arameos, pero no había nadie allí, ni el sonido de nadie, pero estaban ahí los caballos amarrados, y los burros amarrados, y las tiendas estaban allí." 11 Luego los guardas gritaron las noticias, y luego fue dicho dentro de la casa del rey. 12 Luego el rey se levantó por la noche y le dijo a sus sirvientes: ''Yo les diré ahora lo que los arameos nos han hecho. Ellos saben que nosotros estamos hambrientos, así que ellos fueron afuera del campamento para esconderse en los campos. Ellos están diciendo: "Cuando ellos salgan de la ciudad, nosotros los tomaremos vivos y los entraremos a la ciudad."' 13 Uno de los sirvientes del rey contestó y les dijo: "yo te ruego, deja que algunos hombres tomen cinco de los caballos que quedan, que son los que quedaron en la ciudad. Ellos son como el resto de la población que queda de Israel, (muchos han muertos ya); déjanos enviarlos y veremos." 14 Así que ellos tomaron dos carros con caballos, y el rey los envió al campamento del ejército de los arameos, diciendo: "Vayan y vean." 15 Ellos fueron detrás de ellos al Jordán, y todo el camino estaba lleno de ropa y equipo que los arameos habían dejado con su prisa. Así que los mensajeros regresaron y le contaron al rey. 16 El pueblo salió y saquearon el campamento de los arameos. Así que la medida de harina fina era vendida por un ciclo, y dos medidas de cebada por un ciclo, justo como la palabra del SEÑOR había dicho. 17 El rey asignó al capítan, sobre cuyo brazo él se apoyaba, para estar a cargo de la puerta, y el pueblo lo atropelló en la puerta. El murió como el hombre de Dios había dicho, quien habló cuando el rey vino a él. 18 Sucedió tal como el hombre de Dios le había dicho al rey, diciendo: "Mañana a esta hora una medida de harina fina será vendida por un ciclo, y dos medidas de cebada por un ciclo, en la puerta de Samaria." 19 El capitán había contestado al hombre de Dios y dijo: "Mira, aún si el SEÑOR hiciera ventanas en los cielos, ¿puede esto pasar?" Eliseo respondió: "Mira, tu lo verás pasar con tus propios ojos, pero no comerás nada de eso." 20 Esto fue exactamente lo que le pasó a él, porque el pueblo lo atropelló a la entrada de la ciudad, y allí mismo murió.

8

1 Ahora, Eliseo habló con la mujer cuyo hijo había resucitado. Él le dijo a ella: "Levántate, y ve con tu casa, y quédate en donde puedas, en otra tierra, porque El SEÑOR ha llamado una hambruna, la cual vendrá a ésta tierra por siete años." 2 Así que, la mujer se levantó y obedeció la palabra del hombre de Dios. Ella fue con su casa y vivió en la tierra de los filisteos por siete años. 3 Y pasó que al final de los siete años en que la mujer regresó de la tierra de los filisteos, ella fue al rey para rogarle por su casa y por su tierra. 4 Ahora, el rey estaba hablando con Giezi, el siervo del hombre de Dios, diciendo: "Por favor, dime todas las cosas que Eliseo ha hecho." 5 Luego, mientras él le estaba diciendo al rey cómo Eliseo había resucitado al niño que estaba muerto, la misma mujer, cuyo hijo había sido resucitado, vino a rogar al rey por su casa y su tierra. Giezi dijo: "Rey, señor mío, ésta es la mujer, y éste es su hijo, a quien Eliseo resucitó." 6 Cuando el rey le preguntó a la mujer acerca de su hijo, ella se lo explicó a él. Así que el rey le ordenó a cierto oficial por ella, diciendo: "Devuélvele a ella todo lo que era de ella, y todas las cosechas de sus campos, desde el día que se fue hasta ahora." 7 Eliseo vino a Damasco, donde Ben Hadad, el rey de Aram estaba enfermo. Le fue dicho al rey: "El hombre de Dios ha venido aquí." 8 El rey le dijo a Hazael: "Toma un regalo en tu mano, y ve a ver al hombre de Dios, y consulta con El SEÑOR a través de él diciendo: '¿Me voy yo a recuperar de ésta enfermedad?'" 9 Así que, Hazael fue a verlo, y se llevó un regalo con él, de todo tipo de bienes de Damasco, cargados por cuarenta camellos. Así que, Hazael vino y se puso frente a Eliseo y dijo: "Tu hijo Ben Hadad rey de Aram me ha enviado a tí, diciendo '¿Me voy a recuperar de ésta enfermedad?'" 10 Eliseo le dijo a él: "Ve, dile a Ben Hadad, 'seguramente te vas a recuperar', pero El SEÑOR me ha mostrado que él ciertamente morirá." 11 Luego Eliseo miró a Hazael, hasta que él se avergonzó, y el hombre de Dios lloró. 12 Hazael le preguntó: "¿Por qué lloras, señor mío?" El respondió: "Porque yo sé el mal que tu le harás a la gente de Israel. Tu incendiarás sus casas, y tu matarás a sus jóvenes con la espada, quebrarás en pedazos a sus pequeños y desgarrarás a sus embarazadas." 13 Hazael respondió: "¿Quién es tu siervo, que puede hacer ésta gran cosa? Él es sólo un perro." Eliseo respondió: "El SEÑOR me ha mostrado que tu serás rey sobre Aram." 14 Luego Hazael dejó a Eliseo y vino a su amo, quien le dijo: "¿Qué te dijo Eliseo a ti?" Él respondió: "Él me dijo que tu ciertamente te recuperarás." 15 Luego, al siguiente día, Hazael tomó la cobija y la mojó en agua, y la extendió sobre la cara de Ben Adad, de manera que murió. Luego Hazael se convirtió en rey en su lugar. 16 En el quinto año de Yoram, hijo de Acab, rey de Israel, Joram comenzó a reinar. Él era el hijo de Josafat, rey de Judá. El comenzó a reinar cuando Josafat era rey de Judá. 17 Joram tenía treinta y dos años de edad cuando comenzó a reinar, y reinó por ocho años en Jerusalén. 18 Joram caminó en los caminos de los reyes de Israel, haciendo como la casa de Acab; pues tenía a la hija de Acab como esposa, e hizo lo malo ante la vista del SEÑOR. 19 Sin embargo, por causa de su siervo David, El SEÑOR no quería destruir a Judá, pues el le había dicho que siempre le daría desendencia. 20 En los días de Joram, Edom se rebeló bajo la mano de Judá, y pusieron un rey sobre ellos mismos. 21 Luego, Joram pasó con sus comandantes y todos sus carros. Y se levantó de noche y atacó y abrumó a los edomitas, quienes lo habían rodeado a él y a los comandantes de los carros. Entonces, el ejército de Joram escapó a sus casas. 22 Así que, Edom ha estado en rebelión en contra del gobierno de Judá hasta el presente. Libna también se rebeló al mismo tiempo. 23 Por los demás asuntos concernientes a Joram, todo lo que hizo, ¿No están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Judá? 24 Joram murió y descansó con sus padres, fue enterrado con sus padres en la ciudad de David. Luego Ocozías, su hijo, se convirtió en rey en su lugar. 25 En el año 12 de Joram, hijo de Acab, rey de Israel, Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá, comenzó a reinar. 26 Ocozías tenía veintidos años de edad cuando comenzó a reinar; él reinó por un año en Jerusalén. El nombre de su madre fue Atalía; ella era hija de Omri, rey de Israel. 27 Ocozías caminó en los caminos de la casa de Acab; él hizo lo que era malo ante la vista del SEÑOR, como la casa de Acab estaba haciendo, pues Ocozías era yerno de la casa de Acab. 28 Ocozías fue con Joram, hijo de Acab, a pelear en contra de Hazael, rey de Aram, en Ramot de Galaad. Los arameos hirieron a Joram. 29 El rey Joram regresó para ser curado en Jezreel de las heridas que los arameos le dieron en Ramot, cuando peleó en contra de Hazael, rey de Aram. Así que, Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá, bajó a Jezreel a ver a Joram, hijo de Acab, porque Joram había sido herido.

9

1 Eliseo el profeta llamó a uno de los hijos de los profetas y dijo a él: "Vístete para viajar, entonces toma esta pequeña botella de aceite en tu mano y ve a Ramot de Galaad. 2 Cuando tú llegues, busca a Jehú hijo de Josafat, hijo de Nimsi, y entra y hazlo levantarse de entre sus compañeros, y condúcelo a una cámara interior. 3 Entonces toma la botella de aceite y derrámala sobre su cabeza y di: "Así dice El SEÑOR: "Yo te he ungido rey sobre Israel."' Entonces abre la puerta y corre; no te demores." 4 Así que el joven, profeta, fue a Ramot de Galaad. 5 Cuando él llegó, he aquí, los capitanes del ejército estaban sentados. Así que el joven profeta dijo, "Yo he venido en una encomienda a ti, capitán." Jehú respondió: "¿A cuál de nosotros?" El profeta joven contestó: "A ti, capitán." 6 Así que Jehú se levantó y entró a la casa, y el profeta derramó el aceite sobre su cabeza y dijo a Jehú: "El SEÑOR, el Dios de Israel, dice esto: 'Yo te he ungido rey sobre el pueblo del SEÑOR, sobre Israel. 7 Darás muerte a la familia de Acab, tu señor, para que yo pueda vengar la sangre de mis siervos, los profetas, y la sangre de todos los siervos del SEÑOR, que fueron asesinados por la mano de Jezabel. 8 Pues la familia entera de Acab perecerá, y yo cortaré de Acab todo niño varón, sea éste un esclavo o una persona libre. 9 Yo haré la casa de Acab como la casa de Jeroboam, hijo de Nabat, y como la casa de Baasa, hijo de Ahías. 10 Los perros comerán a Jezabel en Jezreel, y no habrá nadie para enterrarla."' Entonces el profeta abrió la puerta y corrió. 11 Entonces Jehú salió fuera a los siervos de su señor, y uno dijo a él, "¿Está todo bien? ¿Por qué vino este compañero loco a ti?" Jehú les contestó a ellos: "Ustedes conocen al hombre y las clases de cosas que él dice." 12 Ellos dijeron, "Eso es una mentira. Dinos." Jehú contestó: "Él me dijo esto y aquello, y él también dijo, 'Esto es lo que El SEÑOR dice: Yo te he ungido como rey sobre Israel."' 13 Entonces cada uno de ellos se quitó rápidamente su vestimenta exterior y la puso debajo de Jehú arriba en los escalones. Ellos soplaron la trompeta y dijeron, "Jehú es rey." 14 En esta manera Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsi, conspiró contra Joram. Ahora, Joram había estado defendiendo Ramot Galaad, él y todo Israel, por causa de Hazael, rey de Aram, 15 pero el rey Joram había ido de regreso a Jezreel para ser sanado de las heridas que los a Arameos le habían dado cuando él había peleado en contra de Hazael, rey de Aram. Jehú dijo a los siervos de Joram: "Si están de acuerdo, entonces no dejen a nadie escapar y salir fuera de la ciudad, para ir a decir esta noticia en Jezreel." 16 Así que Jehú montó en un carro hasta Jezreel; pues Joram estaba descansando ahí. Ahora, Ocozías, rey de Judá, había bajado para ver a Joram. 17 El atalaya estaba parado en la torre en Jezreel, y él vio la compañía de Jehú mientras llegaba a la distancia; él dijo: "Yo veo venir un grupo de hombres." Joram dijo, "Toma un jinete, y envíalo fuera para encontrarse con ellos; dile que diga: '¿Vienen ustedes en paz?"' 18 Así que un hombre montado en caballo fue enviado para encontrarse con él; él dijo: "El rey dice esto: ¿'Vienes tú en paz?"' Así que Jehú dijo: "¿Qué tienes tú que ver con la paz? Gira y cabalga detrás de mí." Entonces el atalaya dijo al rey, "El mensajero se ha encontrado con ellos, pero él no regresa." 19 Entonces él envió fuera un segundo hombre montado a caballo, quien vino a ellos y dijo, "El rey dice esto: '¿Vienen ustedes en paz?"' Jehú contestó: "¿Qué tienes tú que ver con la paz? Gira y cabalga detrás de mí." 20 Otra vez el atalaya informó: "Él se ha encontrado con ellos, pero él no regresa. Y la forma en que el carro está siendo conducido es según conduce Jehú, hijo de Nimsi, pues él está conduciendo salvajemente." 21 Así que Joram dijo: "Prepara mi carro." Ellos prepararon su carro, y Joram, rey de Israel y Ocozías, rey de Judá, salieron, cada uno en su carro, para encontrarse con Jehú. Ellos lo encontraron en la propiedad de Nabot el jezreelita. 22 Cuando Joram vio a Jehú, él dijo: "¿Vienes tú en paz, Jehú?" Él contestó: "¿Qué paz hay, cuando los actos idólatras de prostitución y brujería de tu madre, Jezabel, son tantos?" 23 Así que Joram volteó su carro y huyó y dijo a Ocozías: "Hay traición, Ocozías." 24 Entonces Jehú sacó su arco con todas sus fuerzas y le disparó a Joram entre sus hombros; la flecha traspasó su corazón, y él se cayó en su carro. 25 Entonces Jehú dijo a Bidcar, su capitán, "Levántalo y arrójalo en el campo de Nabot el jezreelita. Recuerda cómo, cuando tú y yo cabalgamos juntos tras de Acab, su padre, el SEÑOR dió esta profecía en contra de él: 26 'Seguramente, ayer he visto yo la sangre de Naboth y la sangre de sus hijos, dice el SEÑOR, y yo te recompensaré en este campo," dice el SEÑOR. Ahora, entonces, llévalo y arrójalo dentro de ese lugar, de acuerdo a la palabra del SEÑOR." 27 Cuando Ocozías, el rey de Judá vio esto, él huyó hacia arriba, al camino hacia Bet Hagan. Pero Jehú lo siguió, y dijo: "Mátenlo a él también en el carro," y le hierieron en el ascenso de Gur, el cual está al lado de Ibleam. Ocozías huyó a Meguido y murió ahí. 28 Sus siervos cargaron su cuerpo en un carro a Jerusalén y lo enterraron en su tumba con sus padres en la ciudad de David. 29 Ahora, fue en el año once de Joram, hijo de Acab, que Ocozías había comenzado a reinar sobre Judá. 30 Cuando Jehú vino a Jezreel, Jezabel oyó acerca de esto, y ella pintó sus ojos, arregló su cabello y miró fuera de la ventana. 31 Mientras Jehú entraba por la puerta, ella le dijo a él, "¿Vienes tú en paz, eres tú como Zimri, asesino de tu señor?" 32 Jehú miró arriba a la ventana y dijo, "¿Quién está de mi lado? ¿Quién?" Entonces dos o tres eunucos miraron hacia fuera. 33 Así que Jehú dijo: "Arrójenla abajo." Así que ellos arrojaron a Jezabel abajo, y alguna de su sangre salpicó en la pared y los caballos, y Jehú la pisoteó bajo los pies. 34 Cuando Jehú entró al palacio, él comió y bebió. Entonces él dijo, "Atiende ahora esta mujer maldita y entiérrala, pues ella es hija de un rey." 35 Ellos fueron a enterrarla, pero ellos no encontraron nada más de ella que el cráneo, los pies, y las palmas de sus manos. 36 Así que regresaron y lo dijeron a Jehú. Él dijo, "Esta es la palabra del SEÑOR la cual Él habló por su siervo Elías el tisbita, diciendo: 'En la tierra de Jezreel los perros se comerán la carne de Jezabel, 37 y el cuerpo de Jezabel será como el escremento sobre los campos en la tierra de Jezreel, para que nadie pueda decir: "Esta es Jezabel.'"

10

1 Ahora, Acab tuvo setenta descedientes en Samaria. Jehú escribió cartas y se las envió a Samaria, a los gobernantes de Jezreel, incluyendo a los ancianos y a los cuidadores de los descendientes de Acab, diciendo: 2 "Los descendientes de tu señor están con ustedes, y ustedes también tienen carros y caballos y una ciudad fortificada y armas. Así que, tan pronto como esta carta llegue a ustedes, 3 seleccionen el mejor y más merecedor de los descendientes de su señor y pónganlo en el trono de su padre, y peleen por la línea real de su señor." 4 Pero ellos estaban aterrorizados y dijeron entre ellos: "Mirad, los dos reyes no pudieron hacerle frente a Jehú. Entonces, ¿cómo podremos nosotros enfrentarlo?" 5 Entonces el hombre quien estaba a cargo del palacio, y el hombre quien estaba sobre la ciudad, y los ancianos también, y ellos quienes criaron a los hijos, enviaron palabra de vuelta a Jehú, diciendo: "Nosotros somos tus siervos. Nosotros haremos todo lo que nos ordenes. Nosotros no haremos a ningún hombre rey. Haz lo que es bueno ante tus ojos." 6 Entonces Jehú escribió una carta la segunda vez a ellos, diciendo: "Si ustedes están de mi lado, y si ustedes escuchan mi voz, ustedes deben tomar las cabezas de los hombres de los descendientes de su señor, y vengan a mí a Jezreel, mañana a esta hora." Ahora, los descendientes del rey, setenta en número, estaban con los hombres importantes de la ciudad, quienes los criaban. 7 Entonces cuando la carta llegó a ellos, ellos tomaron los hijos del rey y los mataron, setenta personas, pusieron sus cabezas en canastas y las enviaron a Jehú en Jezreel. 8 Un mensajero vino a Jehú, diciendo: "Ellos han traído las cabezas de los hijos del rey." Entonces él dijo: "Pónganlas en dos pilas a la entrada de la puerta hasta la mañana." 9 En la mañana, Jehú salió y se paró, y le dijo a toda la gente: "Ustedes son inocentes. Mirad, yo conspiré en contra de mi señor y lo maté, pero, ¿quién mató a todos estos? 10 Ahora, ustedes deberían ciertamente notar que ninguna parte de la palabra del SEÑOR, la palabra que Él habló en cuanto a la familia de Acab, caerá al suelo, porque el SEÑOR ha hecho lo que ha hablado a través de su siervo Elías." 11 Entonces Jehú mató a todo el que quedaba en la familia de Acab en Jezreel, y a todos sus hombres importantes, sus amigos cercanos, y a sus sacerdotes, hasta que no quedó ninguno de ellos. 12 Entonces Jehú se levantó y se fue; él fue a Samaria. Mientras él llegaba a Bet Eked de los pastores, 13 él encontró hermanos de Ocozías, rey de Judá. Jehú les dijo a ellos: "¿Quiénes son ustedes?" Ellos respondieron: "Somos hermanos de Ocozías, y vamos bajando para presentarnos a los hijos del rey y los hijos de la reina Jezabel." 14 Jehú le dijo a sus propios hombres: "Agárrenlos vivos." Entonces ellos los agarraron vivos y los mataron en el pozo de Bet Eked, a todos los cuarenta y dos hombres. Él no dejó a ninguno de ellos vivo. 15 Cuando Jehú se había ido de allí, él se encontró con Jonadab, hijo de Recab, saliendo a recibirlo. Jehú lo saludo y le dijo a él: "¿Está tu corazón conmigo, como el mío está contigo?" Jonadab respondió: "Lo está." Jehú dijo: "Si lo está, dame tu mano." Y Jonadab le dio su mano, entonces Jehú lo subió con él en el carro. 16 Jehú dijo: "Ven conmigo y mira mi celo por el SEÑOR." Así que él hizo a Jonadab ir con él en su carro. 17 Cuando él vino a Samaria, Jehú mató a todo quien quedaba de los descendientes de Acab en Samaria, hasta que él hubo destruído la línea real de Acab, tal como se les dijo antes por la palabra del SEÑOR, la cual Él le dijo a Elías. 18 Entonces Jehú reunió a toda su gente y les dijo a ellos: "Acab sirvió a Baal un poco, pero Jehú le servirá mucho. 19 Ahora, por lo tanto, traigan a mí todos los profetas de Baal, a todos sus adoradores, y a todos sus sacerdotes. No dejen que nadie se quede afuera, porque yo tengo un gran sacrificio que ofrecerle a Baal. Quienquiera que no venga, no vivirá." Pero Jehú hizo esto falsamente, con la intención de matar a los adoradores de Baal. 20 Jehú dijo: "Póngan una hora para tener una asamblea para Baal." Entonces ellos lo anunciaron. 21 Entonces Jehú envió a través de todo Israel y todos los adoradores de Baal vinieron, así no quedo hombre que no vino. Ellos entraron al templo de Baal, y estaba lleno de un lado a otro. 22 Jehú le dijo al hombre quien guardaba la vestidura de los sacerdotes: "Saca las ropas de todos los adoradores de Baal." Entonces el hombre les sacó las ropas a ellos. 23 Entonces Jehú fue con Jonadab, hijo de Recab, dentro de la casa de Baal, y él le dijo a los adoradores de Baal: "Busquen y asegúrense que no hay nadie aquí con ustedes de los siervos del SEÑOR, sino sólo los adoradores de Baal." 24 Entonces, ellos entraron a ofrecer sacrificios y ofrendas quemadas. Ahora, Jehú había escogido ochenta hombres quienes estaban parados afuera, y él les dijo: "Si alguno de los hombres quienes traigo a sus manos escapa, quien sea que deje a ese hombre escapar, su vida será tomada por la vida de aquel que escapó." 25 Así, entonces, tan pronto Jehú terminó de ofrecer la ofrenda quemada, él le dijo al guardia y a los capitanes: "Entren y mátenlos. No dejen a nadie salir." Entonces ellos los mataron a filo de espada, y el guardia y los capitanes los arrojaron afuera y entraron en el salón interior de la casa de Baal. 26 Y ellos sacaron afuera los pilares de piedra que estaban en la casa de Baal, y los quemaron. 27 Ellos derribaron el pilar de Baal, y destruyeron la casa de Baal y la hicieron una letrina, la cual todavía lo es. 28 Así es como Jehú destuyó a Baal y sacó su adoración de Israel. 29 Pero Jehú no dejó los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, por los cuales él hizo a Israel pecar --eso es, la adoración de becerros dorados en Betel y en Dan. 30 Entonces el SEÑOR le dijo a Jehú: "Porque has hecho bien en hacer lo que está recto ante mis ojos, y has hecho a la casa de Acab de acuerdo a todo lo que estaba en mi corazón, tus descendientes se sentarán en el trono de Israel hasta la cuarta generación." 31 Pero Jehú no tuvo cuidado de caminar en la ley del SEÑOR, el Dios de Israel, con todo su corazón. Él no se volvió de los pecados de Jeroboam, por los cuales él hizo a Israel pecar. 32 En esos días el SEÑOR empezó a cortar de las regiones de Israel, y Hazeal derrotó a los israelitas en las fronteras de Israel, 33 desde el este del Jordán, toda la tierra de Galaad, los gaditas, y los rubenitas, y los manasitas, desde Aroer, lo cual es el valle de Arnón, desde Galaad hasta Basán. 34 Acerca de los asuntos concernientes a Jehú, y a todo los que hizo, y a todo su poder, ¿no están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Israel? 35 Jehú durmió con sus ancenstros, y ellos lo enterraron en Samaria. Entonces, Joacaz, su hijo, se volvió rey en su lugar. 36 El tiempo que Jehú reinó sobre Israel en Samaria fue veíntiocho años.

11

1 Ahora, cuando Atalía la madre de Ocozías, vio que su hijo estaba muerto, ella se levantó y mató a los hijos de la familia real. 2 Pero Josaba, una hija del rey Joram y hermana de Ocozías, tomó a Joás, hijo de Ocozías y lo escodió lejos de entre los hijos que fueron asesinados, junto con su criada; ella los puso adentro de una habitación. Ellos lo escondieron de Atalía, para que no fuera asesinado. 3 Y Joás estaba con Josaba, escondido en la casa del SEÑOR, por seis años, mientras Atalía reinaba sobre la tierra. 4 En el séptimo año, Joiada envió mensajes y trajo comandantes de cientos de cariteos y de la guardia, y los trajo a sí mismo, adentro del templo del SEÑOR. Él hizo un pacto con ellos, y les hizo jurar un juramento en la casa del SEÑOR. Y luego él les mostró al hijo del rey. 5 Él les ordenó diciendo: "Ésto es lo que deben hacer. Un tercio de ustedes que vengan en el sábado, van a mantener vigilancia en la casa del rey, 6 y un tercio de ustedes estarán en la puerta sur, y un tercio en la puerta detrás de la casa de la guardia." 7 Y los otros dos grupos, aquellos que no estarán sirviendo en el sábado, deben mantener vigilancia sobre la casa de Dios junto al rey. 8 Ustedes deben rodear al rey, cada hombre con sus armas en las manos. Cualquiera que entre dentro de sus rangos, que sea asesinado. Ustedes deben quedarse con el rey, cuando él salga y cuando él entre. 9 Así que los comandantes de los cientos obedecieron todo lo que el sacerdote Joiada ordenó. Cada uno tomó a sus hombres, aquellos que iban a servir en el sábado, y aquellos que iban a dejar de servir en el sábado; y ellos vinieron a Joiada, el sacerdote. 10 Luego Joiada, el sacerdote, le dio a los comandantes de los cientos las lanzas y escudos que habían sido del rey David, las cuales estaban en la casa del SEÑOR. 11 Así que los de la guardia estuvieron de pie, cada hombre con sus armas en sus manos, desde el lado derecho del templo, hasta el lado izquierdo del templo, rodeando al rey. 12 Luego Joiada trajo al hijo del rey, Joás, puso la corona sobre él, y le dio los decretos del pacto. Luego lo hicieron rey, y lo ungieron. Ellos aplaudieron sus manos y dijeron: "¡Larga vida al rey!" 13 Cuando Atalía escuchó el ruido de los guardias y del pueblo, ella vino a la gente en la casa del SEÑOR. 14 Ella miró, y contempló, el rey se paraba al lado del pilar, como era la costumbre, y los capitanes y los trompetistas estaban al lado del rey. Toda la gente de la tierra estaba regocijándose y sonando trompetas. Luego Atalía se rasgó la ropa y gritó: "¡Traición, traición!" 15 Luego, Joiada, el sacerdote, ordenó a los comandantes de los cientos, que estaban sobre el ejército; él les dijo a ellos: "Sáquenla entre las dos filas de los guardas. Todo el que la siga, mátenlo a espada." Pues el sacerdote había dicho: "No dejen que sea asesinada en la casa del SEÑOR." 16 Así que, hicieron camino para ella, y ella fue por el camino de la puerta del caballo, a la casa del rey, y allí la mataron. 17 Luego, Joiada hizo un pacto entre El SEÑOR y el rey y el pueblo, que ellos serían el pueblo del SEÑOR, y así también entre el rey y el pueblo. 18 Así que, todo el pueblo de la tierra fue a la casa de Baal y la derribaron. Ellos aplastaron los altares de Baal y sus figuras de ídolos, y ellos mataron a Matán, el sacerdote de Baal, frente de esos altares. Luego el sacerdote nombró guardias sobre el templo del SEÑOR. 19 Joiada tomó a los comandantes de los cientos, los cariteos, la guardia y toda la gente de la tierra. Ellos bajaron al rey de la casa del SEÑOR y entraron por la puerta de los guardias a la casa del rey. Así que Joás se sentó en el trono de los reyes. 20 Así que toda la gente de la tierra se regocijó, y la ciudad estaba callada. En cuanto a Atalía, ellos la mataron con la espada en el palacio del rey. 21 Joás tenía siete años cuando comenzó a reinar.

12

1 En el séptimo año de Jehú, el reinado de Joás comenzó; él reinó por cuarenta años en Jerusalén. El nombre de su madre era Sibia, de Beerseba. 2 Joás hizo lo que estaba bien ante los ojos del SEÑOR todo el tiempo, porque Joiada el sacerdote lo instruyó a él. 3 Pero los lugares altos no fueron quitados. El pueblo seguía haciendo sacrificios y quemaban incienzo en los lugares altos. 4 Joás le dijo a los sacerdotes:" Todo el dinero que se trae como ofrenda sagrada a la casa de El SEÑOR, el dinero por el que cada persona es juzgado, así sea el dinero recolecatado de los censos, o el dinero recibido de votos personales y todo el dinero dado para el templo por gente motivada por El SEÑOR en sus corazones para dar-- 5 los sacerdotes deben recibir el dinero de los tesoreros y reparar cualquier daño encontrado en el templo." 6 Pero para el año veintitrés del rey Joás, los sacerdotes no habían reparado nada en el templo. 7 Luego el rey Joás llamó a Joiada el sacerdote y a los otros sacerdotes; él les dijo a ellos: "¿Por qué no han reparado nada en el templo? Ahora, no tomen más dinero de los contribuyentes, sino tomen lo que ya ha sido recolectado para las reparaciones del templo y dénlo a los hombres que pueden hacer las reparaciones." 8 Así que los sacerdotes consintieron en no tomar más dinero de la gente y en no reparar el templo por sí mismos. 9 En cambio, Joiada el sacerdote tomó un cofre, y le hizo un agujero en la tapa, y lo colocó junto al altar al lado derecho, así como uno viene a la casa del SEÑOR. Los sacerdotes que estaban guardando la entrada del templo ponían ahí todo el dinero que se traía a la casa del SEÑOR. 10 Cuando ellos veían que había mucho dinero en el cofre, el escriba del rey y el sumo sacerdote venían y ponían el dinero en bolsas y lo contaban, el dinero encontrado en el templo del SEÑOR. 11 Ellos dieron el dinero que fue pesado a los manos de los hombres que cuidarían del templo del SEÑOR. Ellos le pagaron a los carpinteros y a los constructores quienes trabajarían en el templo del SEÑOR, 12 y a los albañiles y a los cortadores de piedras, para que comprarán madera y piedra de corte para reparar el templo del SEÑOR, y todo lo que necesitaran pagar para repararlo. 13 Pero el dinero que fue traído a la casa del SEÑOR no pagaría para hacer ninguna taza de plata, cortadores de lámparas, cuencas, trompetas, o algunos muebles de oro o plata. 14 Ellos dieron este dinero a esos que hicieron las reparaciones de la casa del SEÑOR. 15 Además, ellos no requirieron el dinero pagado para las reparaciones para ser contabilizado por los hombres quienes lo recibieron y lo pagaron a los trabajadores, porque esos hombres eran honestos. 16 Pero el dinero de las ofrendas de las culpas y las ofrendas por los pecados no eran traídas al templo del SEÑOR, porque pertenecía a los sacerdotes. 17 Entonces Hazael rey de Aram atacó y peleó contra Gat, y la tomó. Hazael entonces se volvió para atacar Jerusalén. 18 Joás rey de Judá tomó todas las cosas que Josafat y Joram y Ocozías sus padres, reyes de Judá habían separado, y que él había dejado aparte, y todo el oro que fue encontrado en el cuarto de depósito de las casas del SEÑOR y del rey, él las envió a Hazael rey de Aram. Entonces Hazael se fue de Jerusalén. 19 En cuanto a los otros asuntos concernientes a Joás, todo lo que hizo, ¿No estan escritas en el libro de los eventos de los reyes de Judá? 20 Sus siervos se levantaron y conspiraron juntos; ellos mataron a Joás en Beth Millo, en el camino que descendía a Sila. 21 Josacar hijo de Simeat, y Jozabad hijo de Somer, sus siervos, le atacaron a él y él murió. Ellos enterraron a Joás con sus ancestros en la ciudad de David, y Amasías su hijo, se hizo rey en su lugar.

13

1 En el año veintitrés de Joás hijo de Ocozías rey de Judá, Joacaz hijo de Jehú comenzó a reinar sobre Israel en Samaria; él reinó diecisiete años. 2 Él hizo lo que era malo a la vista del SEÑOR y siguió los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo que Israel pecará; y Joacaz no se apartó de ellos. 3 El enojo del SEÑOR ardía contra Israel, y él los entregó continuamente en mano de Hazael rey de Aram y en mano de Ben Hadad hijo de Hazael. 4 Así Joacaz le imploró al SEÑOR, y el SEÑOR lo escuchó porque veía la opresión de Israel, como el rey de Aram los oprimia. 5 Así que el SEÑOR le dio a Israel un salvador, y ellos escaparon de la mano de los arameos, y el pueblo de Israel comenzó a vivir en sus casas como ellos lo hacían antes. 6 Sin embargo, ellos no se apartaron de los pecados de la casa de Jeroboam, quien hizo que Israel pecara, y ellos continuaron en ellos; y el poste de asera permaneció en Samaria. 7 Los arameos dejaron a Joacaz con sólo cincuenta hombres de a caballo, diez carros, y diez mil hombres de a pie, pues el rey de Aram los había destruidos y los hizo como paja en tiempo de trilla. 8 Para todos los demás asuntos conforme a Joacaz, y todo lo que él hizo y su poder, ¿no están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Israel? 9 Así Joacaz durmió con sus antepasados, y ellos lo enterraron en Samaria. Joás su hijo se hizo rey en su lugar. 10 En el año treinta y siete de Joás rey de Judá, el reino de Joás, hijo de Joacaz, comenzó a gobernar sobre Israel en Samaria; él reinó dieciséis años. 11 Él hizo lo que era malo en la vista del SEÑOR. El no dejó atrás ninguno de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, por lo cual él hizo a Israel pecar, pero él caminó en ellos. 12 los demás asuntos concernientes a Joacaz, y todo lo que él hizo, y su poder por el cual él peleó en contra de Amasías rey de Judá, "'¿no están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Israel?" 13 Joacaz durmió con sus antepasados, y Jeroboam se sentó sobre su trono. Joás fue enterrado en Samaria con los reyes de Israel. 14 Ahora Eliseo se enfermó con una enfermedad por la cual él moriría después, asi que Joás el rey de Israel descendió a él y lloró sobre él. Él le dijo: "Padre mío, Padre mío, los carros de Israel y sus hombres de a caballos te están llevando!'' 15 Eliseo le dijo: ''Toma un arco y algunas flechas," así que Joás tomó un arco y algunas flechas. 16 Eliseo le dijo al rey de Israel: "Pon tu mano en el arco," así que el pusó su mano en el. Entonces Eliseo posó sus manos sobre las manos del rey. 17 Eliseo dijo: "Abre la ventana hacia el este," así que él las abrió. Entonces Eliseo dijo: "¡Dispara!" y el disparó. Eliseo dijo: ''Esta es la flecha de la victoria del SEÑOR, la flecha de la victoria sobre Aram, porque tu atacarás a los arameos en Afec hasta que los hayas consumidos." 18 Luego Eliseo dijo: "Toma las flechas," así que Joás las tomó. Él dijo al rey de Israel: "Golpea el suelo con ellas," y él golpeo el suelo tres veces, luego paró. 19 Pero el hombre de Dios se molestó con él y dijo;" Tu debiste golpear el suelo cinco o seis veces. Entonces herirías a Aram hasta que los aniquilaras, pero ahora lo derrotaras Aram solo tres veces." 20 Entonces Eliseo murió, y ellos lo enterraron. Los grupos de moabitas invadían la tierra al comienzo del año. 21 Mientras ellos estaban enterrando a un cierto hombre, ellos vieron un grupo de moabitas, así que ellos tiraron el cuerpo a la tumba de Eliseo. Tan pronto el hombre tocó los huesos de Eliseo, el revivió y se paró sobre sus propios pies. 22 Hazael rey de Aram oprimió a Israel todo los días de Joacaz. 23 Pero el SEÑOR tuvo gracia con Israel, y tenía compasión sobre ellos y se preocupó por ellos, por causa de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Por esto el SEÑOR no los destruyó, y no los echó de Su presencia. 24 Hazael rey de Aram murió, y Ben Adad su hijo se convirtió en rey en su lugar. 25 Joás, hijo de Joacaz, tomó de vuelta de Ben Adad, hijo de Hazael, las cuidades que fueron tomadas de Joacaz su padre en la guerra. Joacaz lo atacó tres veces, y él recuperó esas ciudades de Israel.

14

1 En el segundo año de Joás, hijo de Joacaz rey de Israel, Amasías hijo de Joás, rey de Judá, comenzó a reinar. 2 Él era de venticinco años de edad cuando él comenzó a reinar; él reinó ventinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre era Joadán, de Jerusalén. Él hizo lo que estaba correcto en los ojos del SEÑOR, aunque no como David su padre. 3 Él hizo todo lo que Joás, su padre, había hecho. 4 Pero los aposentos altos no habían sido quitados. El pueblo todavía sacrificaba y quemaba incienso en los aposentos altos. 5 Sucedió que tan pronto su gobierno estaba bien establecido, él mató a los sirvientes que habían asesinado a su padre, el rey. 6 Pero no puso a los hijos de los asesinos a muerte; en cambio, él actuó de acuerdo a lo que estaba escrito en la Ley, en El Libro de Moisés, como el SEÑOR había ordenado, diciendo: "Los padres no pueden ser puestos a muerte por sus hijos, tampoco los hijos pueden ser puestos a muerte por sus padres. En cambio, cada persona tiene que ser puesta a muerte por su propio pecado." 7 Él mató a diez mil soldados de Edom en el valle de Sal; él también tomó Sela en guerra y la llamó Joctel, que es como se llama hasta este día. 8 Luego, Amasías envió mensajeros a Joás hijo de Joacaz hijo de Jehú rey de Israel, diciendo: "Ven, encontrémonos cara a cara en batalla." 9 Pero Joás, el rey de Israel, envió mensajeros de regreso a Amasías, rey de Judá, diciendo: "Un cardo que estaba en Líbano envió un mensaje a un cedro en Líbano, diciendo: 'Dale tu hija a mi hijo por esposa,' pero una bestia salvaje en Líbano caminó y aplastó al cardo. 10 Tú ciertamente has atacado Edom, y tu corazón te ha levantado. Toma orgullo en tu victoria, pero permanece en casa, pues ¿por qué deberías causarte problemas a tí mismo y caer, tanto tú y Judá contigo?" 11 Pero Amasías no escuchó. Así que Joás, rey de Israel, atacó; él y Amasías, rey de Judá, se encontraron cara a cara en Bet Semes, la cual pertenece a Judá. 12 Judá fue derrotada por Israel, y cada hombre huyó a casa. 13 Joás, rey de Israel, capturó a Amasías, rey de Judá hijo de Joás hijo de Ocozías, en Bet Semes. Él llegó a Jerusalén y derrumbó el muro de Jerusalén desde la Puerta de Efraín hasta la Puerta de la Esquina, cuatrocientos codos en distancia. 14 Él agarró todo el oro y plata, todos los objetos que fueron encontrados en la casa del SEÑOR, y las cosas de valor en el palacio del rey, con rehenes también, y regresó a Samaria. 15 En cuanto a los otros asuntos relacionados a Joás, todo lo que él hizo, su poder y cómo él peleó con Amasías, rey de Judá, ¿no están escritos ellos en el libro de los eventos de reyes de Israel? 16 Luego Joás durmió con sus ancestros y fue enterrado en Samaria con los reyes de Israel, y Jeroboam, su hijo, se volvió rey en su lugar. 17 Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, vivió quince años después de la muerte de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel. 18 En cuanto a los otros asuntos relacionados a Amasías, ¿no están ellos escritos en el libro de los eventos de los reyes de Judá? 19 Ellos hicieron una conspiración en contra de Amasías en Jerusalén, y el huyó a Laquis. Él huyó a Laquis, pero ellos enviaron hombres detrás de él a Laquis y lo mataron allí. 20 Ellos lo trajeron de regreso en caballos y él fue enterrado con sus ancestros en la ciudad de David. 21 Todo el pueblo de Judá tomó a Azarías, quien tenía diéciseis años de edad, y lo hicieron rey en lugar de su padre Amasías. 22 Fue Azarías quien reconstruyó Elat y lo restauró a Judá, después que el rey Amasías durmió con sus ancestros. 23 En el año quince de Amasías hijo de Joás, rey de Judá, Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, comenzó a reinar en Samaria; él reinó cuarenta y un años. 24 Él hizo lo que era malo a la vista del SEÑOR. Él no se separó de ninguno de los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel. 25 Él restauró la frontera de Israel desde Lebo Hamat hasta el Mar de Arabá, siguiendo los mandamientos de la palabra del SEÑOR, el Dios de Israel, los cuales Él había hablado a través de su siervo Jonás, hijo de Amitai, el profeta, quien era de Gat Hefer. 26 Porque el SEÑOR vio el sufrimiento de Israel, que era muy amargo para todos, tanto esclavo como libre, y que no había un salvador para Israel. 27 Así que, el SEÑOR dijo que Él no borraría el nombre de Israel debajo del cielo; en su lugar, Él los salvó por la mano de Jeroboam, hijo de Joás. 28 En cuanto a los otros asuntos relacionados a Jeroboam, todo lo que él hizo, su poder, cómo él condujo la guerra y recuperó Damasco y Hamat, las cuales pertenecían a Judá, para Israel, ¿no están ellos escritos en el libro de los eventos de los reyes de Israel? 29 Jeroboam durmió con sus ancestros, con los reyes de Israel, y Zacarías, su hijo, se volvió rey en su lugar.

15

1 En el año veintisiete de Jeroboam rey de Israel, comenzó el reinado de Azarías hijo de Amasías, rey de Judá. 2 Azarías era de dieciseis años de edad cuando él comenzó a reinar. Él reinó por cincuenta y dos años en Jerusalén. El nombre de su madre era Jecolía, de Jerusalén. 3 Él hizo lo correcto ante los ojos del SEÑOR, siguiendo el ejemplo de su padre y haciendo como Amasías había hecho. 4 Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados. Las personas aún sacrificaban y quemaban incienso en los lugares altos. 5 El SEÑOR afligió al rey, de modo que él fue un leproso hasta el día de su muerte y vivió en una casa aparte. Jotam, el hijo del rey, estaba sobre el palacio y gobernó el pueblo de la tierra. 6 ¿En cuanto a los otros asuntos acerca de Azarías, todo lo que él hizo, ¿no están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Judá? 7 Así que, Azarías durmió con sus padres; ellos lo enterraron con sus ancestros en la ciudad de David. Jotam, su hijo, se convirtió en rey en su lugar. 8 En el año treinta y ocho de Azarías rey de Judá, Zacarías hijo de Jeroboam reinó sobre Israel en Samaria por seis meses. 9 Él hizo lo que era malo ante los ojos del SEÑOR, como sus padres habían hecho. Él no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, quien había hecho pecar a Israel. 10 Salum hijo de Jabes conspiró en contra de Zacarías, lo atacó frente al pueblo y lo mató. Luego él se convirtió en rey en su lugar. 11 En cuanto a los otros asuntos sobre Zacarías, están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Israel. 12 Esta era la palabra del SEÑOR que Él habló a Jehú diciendo: "Tus descendientes se sentarán en el trono de Israel hasta la cuarta generación." Y así sucedió. 13 Salum hijo de Jabes comenzó a reinar en el año treinta y nueve de Azarías rey de Judá y él reinó sólo un mes en Samaria. 14 Manahem hijo de Gadi subió de Tirsa a Samaria. Ahí él atacó a Salum hijo de Jabes en Samaria. Él lo mató y se convirtió en rey en su lugar. 15 En cuanto a los otros asuntos relacionados a Salum y la conspiración que él formó, están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Israel. 16 Luego Manahem atacó a Tifsa y todos los que estaban ahí, y las fronteras alrededor de Tirsa porque ellos no abrieron la ciudad para él. Así que él la atacó y desgarró todas las mujeres embarazadas en esa aldea. 17 En el año treinta y nueve del año de Azarías rey de Judá comenzó el reinado de Manahem hijo de Gadi sobre Israel; él reinó diez años en Samaria. 18 Él hizo lo malo en la vista del SEÑOR. Por toda su vida, él no se apartó de los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, quien había hizo que Israel pecara. 19 Luego Pul, rey de Asiria vino en contra de la tierra, y Manahem dio a Pul mil talentos de plata, para que el apoyo de Pul estuviera con él para fortalecer el reino de Israel en su mano. 20 Manahem obtuvo este dinero de Israel exigiendo que cada uno de los hombres adinerados, pagara cincuenta siclos de plata a él para darlo al rey de Asiria. Así que el rey de Asiria se dio vuelta y no permaneció ahí en la tierra. 21 En cuanto a los otros asuntos sobre Manahem, y todo lo que él hizo, ¿no están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Israel? 22 Así que Manahem durmió con sus ancestros y Pekaía su hijo se convirtió en rey en su lugar. 23 En el año cincuenta de Azarías rey de Judá, Pekaía hijo de Manahem comenzó a reinar sobre Israel en Samaria; él reinó dos años. 24 Él hizo lo que era malo ante los ojos del SEÑOR. Él no abandonó los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, por medio de los cuales él hizo que Israel pecara. 25 Pekaía tenía un oficial llamado Peka, hijo de Remalías, quien conspiró en contra él. Junto con 50 hombres galaaditas y con Argog y Arie, Peka hirió a Pekaía, en Samaria en la ciudadela del palacio del rey. Peka mató a Pekaía y se convirtió en rey en su lugar. 26 En cuanto a los otros asuntos relacionados a Pekaía, todo lo que él hizo, están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Israel. 27 En el año cincuenta y dos de Azarías rey de Judá, Peka hijo de Remalías comenzó a reinar sobre Israel en Samaria; él reinó veinte años. 28 Él hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR. Él no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, quien había hecho pecar a Israel. 29 En los días de Peka rey de Israel, Tiglat Pileser rey de Asiria vino y tomó a Ijón, Abel Bet Maaca, Janoa, Cedes, Hazor, Galaad, Galilea y toda la tierra de Neftalí. Él se llevó el pueblo a Asiria. 30 Así que Oseas hijo de Ela formó una conspiración en contra de Peka hijo de Remalías. Él lo atacó y lo mató. Luego él se convirtió en rey en su lugar, en el año veinte de Jotam hijo de Uzías. 31 En cuanto a los otros asuntos relacionados a Peka, todo lo que él hizo, están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Israel. 32 En el segundo año de Peka hijo de Remalías, rey de Israel, comenzó el reinado de Jotam hijo de Azarías, rey de judá. 33 Él era de veinticinco años de edad cuando comenzó a reinar; él reinó dieciseis años en Jerusalén. El nombre de su madre era Jerusa; Ella era la hija de Sadoc. 34 Jotam hizo lo que era correcto a los ojos del SEÑOR. Él siguió el ejemplo de todo lo que su padre Azarías había hecho. 35 Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados. El pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. Jotam construyó la puerta superior de la casa del SEÑOR. 36 En cuanto a los otros asuntos relacionados a Jotam y todo lo que él hizo, ¿no están escritos en el libro de los eventos de los reyes de Judá? 37 En esos días el SEÑOR comenzó a enviar en contra de Judá a Rezin rey de Aram y Peka hijo de Remalías. 38 Jotam durmió con sus ancestros y fue enterrado con sus ancestros en la ciudad de David, su ancestro. Luego Acaz, su hijo, se convirtió en rey en su lugar.

16

1 En el año diecisiete de Peka, hijo de Remalías, Acaz, hijo de Jotam, rey de Judá, comenzó a reinar. 2 Acaz tenía veinte años cuando él comenzó a reinar, y reinó por diéciseis años en Jerusalén. Él no hizo lo que era correcto a los ojos del SEÑOR su Dios, como David su ancestro había hecho. 3 En cambio, él caminó en el camino de los reyes de Israel; de hecho, él puso a su hijo en el fuego como una ofrenda quemada, siguiendo las detestables prácticas de las naciones, las cuales el SEÑOR había sacado de delante del pueblo de Israel. 4 Él ofreció sacrificios y quemó incienso en los lugares altos, en las cimas, y bajo cada árbol verde. 5 Luego, Rezín, rey de Aram, y Peka, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron a Jerusalén a atacar. Ellos sitiaron a Acaz, pero ellos no pudieron conquistarlo. 6 En ese tiempo, Rezín, rey de Aram, recuperó Elat para Aram y sacó a los hombres de Judá fuera de Elat. Entonces los arameos vinieron a Elat, en donde ellos han vivido hasta este día. 7 Así que, Acaz envió mensajeros a Tiglat Pileser, rey de Asiria, diciendo: "Yo soy tu siervo y tu hijo. Sube, y sálvame de la mano del rey de Aram y de la mano del rey de Israel, quienes me han atacado." 8 Entonces, Acaz tomó la plata y el oro que fue encontrado en la casa del SEÑOR y entre los tesoros del palacio del rey y los envió como regalo al rey de Asiria. 9 Luego, el rey de Asiria lo escuchó a él, y el rey de Asiria subió de Damasco, lo conquistó y llevó a su pueblo como prisioneros a Kir. Él también mató a Rezín, el rey de Aram. 10 El rey Acaz fue a Damasco a conocer a Tiglat Pileser, rey de Asiria. En Damasco, él vio un altar. Él le envió a Urías, el sacerdote, un modelo del altar y su réplica, y el diseño de lo que los trabajadores necesitaban. 11 Así que, Urías, el sacerdote, construyó un altar que fuese tal como los planos que el rey Acaz había enviado desde Damasco. Él lo terminó antes de que el rey Acaz regresara de Damasco. 12 Cuando el rey llegó desde Damasco, él vio el altar; el rey se acercó al altar e hizo ofrendas sobre él. 13 Él hizo su ofrenda quemada y su ofrenda de grano, derramó su ofrenda de bebida, y roció la sangre de su ofrenda de paz en el altar. 14 El altar de bronce, que estaba delante del SEÑOR, él lo trajo desde el frente del templo, de entre medio del altar y el templo del SEÑOR y lo puso al lado norte de su altar. 15 Luego, el rey Acaz ordenó a Urías el sacerdote diciendo: "En el gran altar quema la ofrenda de la mañana y la ofrenda de grano de la tarde, y la ofrenda del rey y su grano, con la ofrenda de toda la gente de la tierra, y su ofrenda de grano y su ofrenda de bebida. Rocíen sobre el la sangre de la ofrenda, y toda la sangre del sacrificio. Pero el altar de bronce será para que yo pida la ayuda de Dios." 16 Urías, el sacerdote, hizo justo lo que el rey Acaz ordenó. 17 Entonces el rey Acaz removió los paneles y los tazones de los carros portátiles; él también bajó el mar de los bueyes de bronce que estaban debajo de él y lo pusó en un pavimento de piedra. 18 Él removió el camino cubierto para el sábado que ellos habían construido en el templo, junto con la entrada del rey afuera del templo del SEÑOR, por causa del rey de Asiria. 19 En cuanto a los otros asuntos relacionados a Acaz y lo que él hizo, ¿no están ellos escritos en el libro de los eventos de los reyes de Judá? 20 Acaz durmió con sus ancestros y fue enterrado con sus ancestros en la ciudad de David. Ezequías, su hijo, se volvió rey en su lugar.

17

1 En el duodécimo año del Acaz, rey de Judá, el reinado de Oseas, hijo de Ela, comenzó. Él gobernó en Samaria, sobre Israel por nueve años. 2 Él hizo lo que era malo a los ojos del SEÑOR, aunque no como los reyes de Israel que estuvieron antes que él. 3 Salmanasar, rey de Asiria lo atacó, y Oseas se hizo su siervo y le trajo tributo. 4 Luego, el rey de Asiria se dio cuenta que Oseas había estado conspirando en contra de él, pues, Oseas había enviado mensajeros a So, rey de Egipto; también, él no pagó tributo al rey de Asiria, como había hecho año tras año. Así que, el rey de Asiria lo encerró y lo ató en la prisión. 5 Luego, el rey de Asiria atacó a través de toda la tierra, y atacó Samaria y la sitió por tres años. 6 En el noveno año del rey Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria y llevó Israel a Asiria. El los puso en Halah, en el río Habor de Gozán, y en las ciudades de los medos. 7 Esta cautividad ocurrió porque el pueblo de Israel había pecado en contra del SEÑOR su Dios, quien los había subido de la tierra de Egipto, desde debajo de la mano de Faraón, rey de Egipto. El pueblo había estado adorando a otros dioses 8 y caminando en las prácticas de las naciones que el SEÑOR había sacadode delante del pueblo de Israel, y en las prácticas que los reyes de Israel habían hecho. 9 El pueblo de Israel hizo, secretamente-- en contra del SEÑOR su Dios- cosas que no eran correctas. Ellos construyeron para ellos lugares altos en todas sus ciudades, desde la torre de vigilanca hasta el fuerte. 10 Ellos también establecieron pilares de roca y postes de Asera en cada colina alta y debajo de cada árbol verde. 11 Allí ellos quemaban incienso en todos los lugares altos, como las naciones habían hecho, aquellos a quienes El SEÑOR había llevado de delante de ellos. Los israelitas realizaron cosas malas para provocar el enojo del SEÑOR; 12 ellos adoraron ídolos, de los cuales el SEÑOR les había dicho: "No harán tal cosa." 13 El SEÑOR le había testificado a Israel y Judá por cada profeta y cada vidente, diciendo: "Vuélvanse de sus malos caminos y guarden mis mandamientos y mis estatutos y sean cuidadosos en guardar toda la ley que ordené a sus padres, y que Yo les envié a ustedes por medio de mis siervos los profetas." 14 Pero ellos no escucharon; en cambio fueron muy tercos, como sus padres, quienes no confiaron en el SEÑOR su Dios. 15 Ellos rechazaron sus estatutos y el pacto que él había hecho con sus ancestros, y los decretos del pacto que Él les había dado. Ellos siguieron prácticas inútiles y ellos mismos se volvieron inútiles. Ellos siguieron las naciones paganas que estaban a su alrededor, aquellos que el SEÑOR les había ordenado que no imitaran. 16 Ellos ignoraron todos los mandamientos del SEÑOR su Dios. Ellos hicieron figuras de metal fundido de dos terneros para adorar. Ellos hicieron un poste de Asera, y ellos adoraron todas las estrellas de los cielos y a Baal. 17 Ellos pusieron a sus hijos e hijas en el fuego, usaron adivinación y encantamientos, se vendieron a sí mismos para hacer lo que era malo en la vista del SEÑOR, y Lo provocaron a enojo. 18 Por lo tanto, Dios estaba muy enojado con Israel y los removió de Su vista. Nadie quedaba, sólo la tribu de Judá. 19 Incluso Judá no guardó los mandamientos del SEÑOR su Dios, sino que siguieron las mismas prácticas paganas que Israel estaba siguiendo. 20 Así que el SEÑOR desechó a todos los descendientes de Israel; Él los afligió y los dio a la mano de aquellos quienes tomaron sus posesiones como botín, hasta que los había echado fuera de Su vista. 21 El desgarró a Israel de la línea real de David, e hicieron a Jeroboam, hijo de Nabat, rey. Jeroboam llevó a Israel lejos de seguir al SEÑOR y los hizo cometer gran pecado. 22 El pueblo de Israel siguió todos los pecados de Jeroboam y ellos no se apartaron de ellos, 23 así que el SEÑOR removió a Israel de Su vista, como Él había dicho a través de todos sus siervos, los profetas, que Él haría. Así que Israel fue llevado fuera de su propia tierra, a Asiria, y es así hasta el día de hoy. 24 El rey de Asiria trajo gente desde Babilonia y desde Cuta, y desde Ava, y desde Hamat y desde Sefarvaim, y los colocó en las ciudades de Samaria, en lugar del pueblo de Israel. Ellos se adueñaron de Samaria y vivieron en sus ciudades. 25 Ocurrió que al inicio de su resdencia allí, que ellos no honraron al SEÑOR. Así que el SEÑOR envió leones entre ellos, los cuales mataron a algunos de ellos. 26 Así que, ellos hablaron al rey de Asiria, diciendo: "Las naciones que has llevado afuera y colocado en las ciudades de Samaria no saben las prácticas requeridas por el dios de la tierra. Así que, él ha enviado leones entre ellos y verás, los leones están matando gente allí porque ellos no saben las prácticas requeridas por el dios de la tierra." 27 Luego, el rey de Asiria ordenó, diciendo: "Toma a uno de los sacerdote allí, a quien hayas traído de allí, y déjalo ir y vivir allí, y déjalo enseñar allí las prácticas requeridas por el dios de la tierra." 28 Así que uno de los sacerdotes, a quien ellos habían llevado desde Samaria, vino y vivió en Betel; él les enseñó como debían honrar al SEÑOR. 29 Cada grupo étnico hizo dioses por su cuenta, y los pusieron en los lugares altos que los samaritanos habían hecho-- cada grupo étnico en las ciudades donde ellos vivían. 30 El pueblo de Babilonia hizo a Sucot Benot; la gente de Cuta hizo a Nergal; la gente de Hamat hizo a Asima; 31 los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac. Los sefarditas quemaron a sus hijos en el fuego para Adramelec y Anamelec, los dioses de Sefarvaím. 32 Ellos también honraron al SEÑOR, y escogieron de entre ellos sacerdotes de los lugares altos, quienes sacrificaban por ellos en los templos en los lugares altos. 33 Ellos honraban al SEÑOR y también adoraban a sus propios dioses, en las costumbres de las naciones de entre quienes ellos habían sido sacados. 34 Hasta este día de hoy ellos persisten en sus viejas costumbres. Ellos ni honran al SEÑOR, ni siguen los estatutos, decretos, la ley, o los mandamientos que El SEÑOR le dio al pueblo de Jacob-- 35 a quien el llamó Israel-- y con quienes el SEÑOR había hecho un pacto y les ordenó: "No temerán a otros dioses, ni se inclinarán a ellos, ni los adorarán a ellos, ni les sacrificarán a ellos." 36 Pero el SEÑOR, quien los subió de la tierra de Egipto con gran poder y un brazo levantado, es a Él que tiene que honrar; es a Él a quien se postrarán, y es para Él que sacrificarán. 37 Los estatutos y los decretos, la ley y los mandamientos que Él les escribió a ustedes, ustedes los guardarán por siempre. Así que ustedes no pueden temer a otros dioses, 38 y el pacto que he hecho con ustedes, no olvidarán; y tampoco honrarán a otros dioses. 39 Pero, el SEÑOR su Dios a quien ustedes honrarán. Él los rescatará del poder de sus enemigos." 40 Ellos no escucharon, porque ellos continuaron haciendo lo que habían hecho en el pasado. 41 Así que, estas naciones temieron al SEÑOR, y ellos también adoraron figuras talladas, y sus hijos hicieron lo mismo, así como los hijos de sus hijos. Ellos continuaron haciendo lo que sus ancestros hicieron, hasta el día de hoy.

18

1 Ahora, en el año tercero de Oseas, hijo de Ela, rey de Israel, Ezequías, hijo de Acaz, comenzó su reino. 2 Él tenía veinticinco años cuando él comenzó a reinar, él reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre era Abi; ella era la hija de Zacarías. 3 Él hizo lo correcto ante los ojos del SEÑOR, siguiendo el ejemplo de todo lo que David, su ancestro, había hecho. 4 Él removió los lugares altos, destruyó los pilares de piedra, y cortó los postes de Asera. Él rompió en pedazos la serpiente de bronce que Moisés había hecho, porque en esos días la gente de Israel le estaba quemando incienso; y la llamaban "Nehustán." 5 Ezequías confiaba en el SEÑOR, el Dios de Israel, de tal manera, que después de él no había nadie como él entre todos los reyes de Judá, ni entre los reyes quienes estaban antes de él. 6 Porque él se aferró al SEÑOR. Él no dejó de seguirle, pero guardó sus mandamientos, los cuales el SEÑOR ordenó a Moisés. 7 Pues el SEÑOR estaba con Ezequías, y a donde quiera que él iba, prosperaba. Él se rebeló contra el rey de Asiria y no le servía. 8 Él atacó a los filisteos hasta Gaza y las fronteras alrededor, desde las torres de los guardias a la ciudad fortificada. 9 En el cuarto año del rey Ezequías, el cual era el séptimo año de Oseas, hijo de Ela, rey de Israel, Salmanasar, rey de Asiria, subió contra Samaria y la sitió. 10 Al final de tres años ellos la tomaron, en el sexto año de Ezequías, el cual era el noveno año de Oseas, rey de Israel; en esta forma Samaria fue capturada. 11 Entonces el rey de Asiria se llevó a Israel para Asiria y los puso en Hala y en el río Habor en Gozán y en las ciudades de los medos. 12 Él hizo esto porque ellos no obedecían la voz del SEÑOR su Dios, pero ellos violaron los términos de Su pacto, y todo lo que Moisés, el siervo del SEÑOR, ordenó. Ellos se negaron a escucharlo o hacerlo. 13 Entonces, en el décimocuarto año del rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, atacó todas las ciudades fortificadas de Judá y las capturó. 14 Entonces Ezequías, rey de Judá, le envió palabra al rey de Asiria, quien estaba en Laquis, diciendo: "Yo te he ofendido. Retírate de mí. Lo que sea pongas en mí, yo lo soportaré." El rey de Asiria le requirió a Ezequías, rey de Judá, pagar trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro. 15 Entonces Ezequías le dio a él toda la plata que se encontró en la casa del SEÑOR y en la tesorería del palacio del rey. 16 Entonces, Ezequías cortó el oro de las puertas del templo del SEÑOR y de los pilares que él había sobrepuesto; él le dio el oro al rey de Asiria. 17 Pero el rey de Asiria movilizó su gran ejército, enviándole a Tartán y a Rabsaris y al jefe comandante de Laquis al rey Ezequías a Jerusalén. Ellos subieron por los caminos y llegaron afuera de Jerusalén. Ellos se acercaron al conducto del estanque superior, en el camino del campo de los lavadores, y se pararon al lado. 18 Cuando habían llamado al rey Ezequías, Elakim, hijo de Hilcías, quien estaba sobre la casa, y Sebna el escriba, y Joa, hijo de Asaf, el cronista, salieron a recibirlos. 19 Entonces, el jefe comandante les dijo a ellos que le dijeran a Ezequías que el gran rey, el rey de Asiria, dijo: "¿Cuál es la fuente de tu confianza? 20 Tú hablas solo palabras inútiles, diciendo que hay aliados y fuerzas para la guerra. Ahora, ¿en quién confias? ¿Quién te ha dado coraje para rebelarte en contra mía? 21 Mira, tú confías en el bastón de caminar de esta maltratada caña de Egipto, pero si un hombre se recuesta en ella, se le clavará en la mano y la traspasará. Eso es lo que Faraón, rey de Egipto, es para todo aquel que confíe en él. 22 Pero si ustedes me dicen: 'Nosotros estamos confiando en el SEÑOR, nuestro Dios,' ¿no es Él, Aquel cuyos lugares altos y altares Ezequías ha quitado, y le ha dicho a Judá y a Jerusalén: 'ustedes deben adorar ante este altar en Jerusalén'? 23 Ahora entonces, quiero hacerles una buena oferta de parte de mi señor, el rey de Asiria. Yo les daré dos mil caballos, si ustedes son capaces de encontrar jinetes para ellos. 24 ¿Cómo pueden ustedes siquiera resistir un capitán de los menores de los sirvientes de mi amo? ¡Ustedes han puesto su confianza en Egipto para carros y jinetes! 25 ¿He subido yo aquí sin el SEÑOR para pelear en contra de este lugar y destruirlo? El SEÑOR me dijo a mí: 'Ataca este lugar y destrúyelo.'" 26 Entonces, Eliaquim, hijo de Hilcías, y Sebna, y Joá le dijeron al jefe comandante: "Por favor, háblale a tus siervos en el lenguaje arameo, porque nosotros lo entendemos. No hables con nosotros en el lenguaje de Judá en los oidos de la gente quienes están en la muralla." 27 Pero el jefe comandante les dijo a ellos: "¿Me ha enviado mi señor a su señor y a ustedes para hablar estas palabras? ¿No me ha enviado a los hombres que se sientan en la muralla, quienes tendrán que comer su propio excremento y a beberse su propia orina con ustedes?" 28 Entonces, el jefe comandante se paró y gritó en voz alta en el lenguaje de los judíos, diciendo: "Escuchen las palabras del rey de Asiria. 29 El rey dice: 'No dejen que Ezequías los engañe, porque él no será capaz de rescatarlos a ustedes con mi poder. 30 No dejen que Ezequías los haga confiar en el SEÑOR, diciendo: "El SEÑOR ciertamente nos rescatará a nosotros, y ésta ciudad no será dada en la mano del rey de Asiria.'" 31 No escuchen a Ezequías, porque esto es lo que dice el rey de Asiria: 'Hagan la paz conmigo y vengan a mí. Entonces cada uno de ustedes comerá de su propio vino y de su propia higuera, y beberá del agua en su propia cisterna. 32 Ustedes harán esto hasta que yo venga y los lleve a una tierra como su propia tierra, una tierra de grano y vino nuevo, una tierra de pan y viñedos, una tierra de olivos y miel, para que puedan vivir y no morir.' No escuchen a Ezequías cuando los trate de persuadir a ustedes diciendo: "El SEÑOR nos rescatará." 33 ¿Alguno de los dioses ha rescatado a la gente de la mano del rey de Asiria? 34 ¿Dónde están los dioses de Hamat y Arfad? ¿Dónde están los dioses de Serfavaim, Hena y Iva? ¿Cuándo ellos han rescatado a Samaria fuera de mi mano? 35 Entre todos los dioses de la tierra, ¿hay algún dios quien haya rescatado su tierra de mi poder? ¿Cómo podría el SEÑOR salvar a Jerusalén de mi fuerza? 36 Pero la gente se quedó en silencio y no respondió, porque el rey ordenó: "No le respondan." 37 Entonces Eliaquim, el hijo de Hilcías, quien estaba sobre la casa, Sebna el escriba; y Joá, hijo de Asaf, el cronista, vinieron a Ezequías con sus ropas rasgadas, y le reportaron a él las palabras del jefe comandante.

19

1 Sucedió que cuando el rey Ezequías escuchó su informe, él rasgó su ropa, se cubrió en tela de saco y fue a la casa del SEÑOR. 2 Él envió a Eliaquim, quien era el mayordomo, y Sebna el escriba, y los ancianos de los sacerdotes, todos cubiertos con tela de saco, a Isaías el profeta hijo de Amoz. 3 Él dijo a él: "Ezequías dice: 'Este día es un día de aflicción, reproche y deshonra, porque los hijos han llegado al tiempo de nacimiento, pero no hay fuerza para que ellos nazcan. 4 Puede ser que el SEÑOR tu Dios escuchará todas las palabras de este comandante principal, a quien el rey de Asiria su señor ha enviado a desafiar al Dios vivo, y reprenderá las palabras que el SEÑOR tu Dios ha escuchado. Ahora levanta tu oración por el remanente que aún está aquí.'" 5 Así que los siervos del rey Ezequías vinieron a Isaías, 6 e Isaías les dijo: "Di a tu señor: 'Así dice el SEÑOR: "No tengas temor por las palabras que has escuchado, con las cuales los sirvientes del rey de Asiria me han insultado a mí. 7 Mira, yo pondré un espíritu en él, y él escuchará cierto reporte y volverá a su propia tierra. Yo haré que él caiga por la espada en su propia tierra." 8 Luego el comandante principal regresó y encontró al rey de Asiria peleando contra Libna, porque él había escuchado que el rey había salido de Laquis. 9 Luego Senaquerib escuchó que Tirhaca, rey de Etiopía, y Egipto se habían movilizado para pelear en contra suya, así que él envió mensajeros otra vez a Ezequías con un mensaje: 10 "Di a Ezequías rey de Judá: 'No dejes que tu Dios en quien confías te engañe diciendo: "Jerusalén no será entregada en la mano del rey de Asiria." 11 Mira, tú has escuchado lo que los reyes de Asiria han hecho a todas las tierras destruyéndolos completamente. ¿Serás tú rescatado? 12 ¿Han rescatado los dioses de las naciones, las naciones que mis padres destruyeron: Gozán, Harán, Reset y el pueblo de Edén en Telasar? 13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de las ciudades de Sefarvaim, de Hena y de Iva?"' 14 Ezequías recibió esta carta de los mensajeros y la leyó. Luego, él subió a la casa del SEÑOR y la extendió ante Él. 15 Luego Ezequías oró ante el SEÑOR y dijo: "SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, Tú que te sientas sobre el querubín, Tú solo eres Dios sobre todos los reinos de la tierra. Tú hiciste los cielos y la tierra. 16 Torna tu oído, SEÑOR, y escucha. Abre tus ojos SEÑOR y mira, y escucha las palabras de Senaquerib, las cuales él ha enviado a burlarse del Dios vivo. 17 Verdaderamente, SEÑOR, los reyes de Asiria han destruido las naciones y sus tierras. 18 Ellos han puesto sus dioses al fuego, porque ellos no eran dioses sino el trabajo de mano de hombres, sólo madera y piedra. Así que los asirios los han destruido. 19 Ahora, SEÑOR Dios nuestro, sálvanos, yo te imploro a Ti, de este poder, para que todos los reinos de la tierra puedan saber que Tú, SEÑOR, eres solo Dios." 20 Luego Isaías hijo de Amoz envió un mensaje a Ezequías diciendo: "Así dice el SEÑOR, el Dios de Israel: 'Porque lo que has orado a Mí en relación a Senaquerib rey de Asiria, Yo te he escuchado. 21 Esta es la palabra que el SEÑOR ha hablado sobre él: "La hija virgen de Sión te menosprecia y se ríe en desprecio. La hija de Jerusalén sacude su cabeza tras de ti. 22 ¿A quién has desafiado e insultado? ¿Y en contra de quien has exaltado tu voz y alzado tus ojos con orgullo? ¡En contra del Santo de Israel! 23 Por medio de tus mensajeros has desafiado al Señor, y has dicho: 'Con la multitud de mis carros yo he subido a las alturas de las montañas, a las elevaciones más altas del Líbano. Yo cortaré los altos cedros y los árboles escogidos de ciprés ahí. Yo entraré a sus partes más lejanas, su bosque más fructífero. 24 Yo he cavado pozos y he tomado aguas del extranjero. Yo he secado todos los ríos de Egipto bajo la suela de mis pies.' 25 ¿No has escuchado que yo lo determiné hace mucho tiempo, y lo resolví en tiempos antiguos? Ahora Yo lo estoy llevando a cabo. Tú estás aquí para reducir ciudades impenetrables a montones de ruinas. 26 Sus habitantes, de poca fuerza, están destrozados y avergonzados. Ellos son plantas en el campo, hierba verde, la hierba en el techo o en el campo, quemados antes de haber crecido. 27 Pero yo conozco tu sentar, tu salida, tu entrada, y tu furia en mi contra. 28 Por tu furia en mi contra, y porque tu arrogancia ha alcanzado mis oidos, Yo pondré mi anzuelo en tu nariz, y mi freno en tu boca; Yo te haré volver por el camino que tú viniste." 29 Esta será la señal para ti: Este año comerás lo que crece silvestre, y en el segundo año lo que crece de eso. Pero en el tercer año tú debes plantar y cosechar, plantar viñedos y comer su fruto. 30 El remanente de la casa de Judá que sobreviva otra vez echará raiz y dará su fruto. 31 Porque de Jerusalén un remanente saldrá, del Monte Sión sobrevivientes vendrán. El celo del SEÑOR de los ejércitos hará esto. 32 Por tanto el SEÑOR dice esto sobre el rey de Asiria: "Él no vendrá a esta ciudad ni disparará una flecha aquí. Tampoco él vendrá ante ella con escudo o construirá rampa de asedio en contra de ella. 33 El camino por el cual él llegó será el mismo por donde él se irá; él no entrará en esta ciudad. Esta es la declaración del SEÑOR." 34 Porque Yo voy a defender esta ciudad y rescatarla por mi propio bien y por el bien de mi siervo David.'" 35 Sucedió aquella noche que el ángel del SEÑOR salió y atacó el campamento de asirios, matando a 185, 000 soldados. Cuando los hombres se levantaron temprano en la mañana, cuerpos muertos estaban tendidos por todas partes. 36 Así que Senaquerib rey de Asiria dejó a Israel y se fue a casa y permaneció en Nínive. 37 Más tarde, mientras él estaba adorando en la casa de Nisroc su dios, sus hijos Adramelec y Sarezer lo mataron con la espada. Luego ellos se escaparon a la tierra de Ararat. Luego Esar Hadón su hijo se convirtió en rey en su lugar.

20

1 En esos días Ezequías estaba enfermo al punto de morir. Así que, Isaías, hijo de Amoz, el profeta vino a él y le dijo a él: "El SEÑOR dice: 'Pon tu casa en orden; pues morirás, y no vivirás.'" 2 Luego Ezequías volvió su cara a la pared y oró al SEÑOR, diciendo: 3 "Por favor, SEÑOR, trae a la mente como he caminado fielmente ante Tí con todo mi corazón, y como he hecho lo que es bueno ante tu vista." Y Ezequías lloró en voz alta. 4 Antes de que Isaías saliera al patio central, la palabra del SEÑOR vino a él, diciendo: 5 "Vuélvete, y dile a Ezequías, líder de mi pueblo: 'Esto que lo que el SEÑOR, el Dios de David, tu ancestro, dice: "He oído tu oración, y he visto tus lágrimas. Yo te sanaré. Al tercer día, tú subirás a la casa del SEÑOR. 6 Yo voy a añadir quince años a tu vida, y voy a rescatarte a tí y a ésta ciudad de la mano del rey de Asiria, y yo voy a defender ésta ciudad por mi propio bien y por el bien de mi siervo David."'" 7 Así que, Isaías dijo: "Tomen un terrón de higo." Ellos lo hicieron así y lo pusieron en su llaga, y se recuperó. 8 Ezequías le dijo a Isaías: "¿Cuál será la señal de que el SEÑOR me sanará, y de que yo subiré al templo del SEÑOR en el tercer día?" 9 Isaías contestó: "Ésta será la señal para tí del SEÑOR, que el SEÑOR hará aquello que Él ha hablado. ¿Acaso la sombra puede avanzar diez pasos, o retroceder diez pasos?" 10 Ezequías contestó: "Es cosa fácil que la sombra avance diez pasos. No, que la sombra retroceda diez pasos." 11 Así que, Isaías, el profeta clamó al SEÑOR, y Él trajo la sombra diez pasos atrás, desde donde ésta se había movido en las escaleras de Acaz. 12 En aquel tiempo, Berodac Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y un regalo a Ezequías, pues había escuchado que Ezequías había estado enfermo. 13 Ezequías escuchó a aquellas cartas, y luego le enseñó a los mensajeros todo el palacio, y sus cosas valuables, la plata, el oro, las especias, los aceites preciosos, y el almacén de sus armas, y todo lo que se encontraba en sus almacénes. No hubo nada en la casa, ni en todo el reino, que Ezequeías no le mostrara a ellos. 14 Luego Isaías, el profeta vino al rey Ezequías y le preguntó: "¿Qué te dijeron éstos hombres? ¿De dónde vienen?" Ezequías dijo: "Vinieron del país distante de Babilonia." 15 Isaías preguntó: "¿Qué ellos han visto en tu casa?" Ezequías respondió: "Ellos han visto todo en mi casa. No hay nada entre mis cosas valuables que yo no les haya enseñado a ellos." 16 Así que, Isaías le dijo a Ezequías: "Escucha la palabra del SEÑOR: 17 'Mira, vinen días, y están apunto de venir cuando todo en tu palacio, las cosas que tus ancestros guardaron aparte hasta este día presente, será llevado a Babilonia. Nada quedará, dice el SEÑOR. 18 Y los hijos nacidos de tí, a quienes tú mismo haz engendrado, ellos se los llevarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia.'" 19 Entonces Ezequías le dijo a Isaías: "La palabra del SEÑOR que haz hablado es buena." Pues el pensó: "¿No habrá paz ni estabilidad en mis días?" 20 En cuanto a otros asuntos concernientes a Ezequías, y todo su poder y cómo construyó un estanque y un conducto, y cómo trajo agua a la ciudad, ¿no están escritos en el libro de lo eventos de los reyes de Judá? 21 Ezequías durmió con sus ancestros, y Manasés su hijo se convirtió en rey en su lugar.

21

1 Manasés tenía doce años cuando él comenzó a reinar; él reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén. Su madre era Hepsiba. 2 Él hizo lo malo a los ojos del SEÑOR, como las cosas abomilables de las naciones de quienes el SEÑOR había sacado antes al pueblo de Israel. 3 Porque él reconstruyó los lugares altos que Ezequías, su padre, había destruido, y él construyó altares para Baal, hizo un poste de Asera, como Acab, rey de Israel, había hecho, y él se inclinó ante todas las estrellas del cielo y las adoró. 4 Manasés construyó altares paganos en la casa del SEÑOR, a pesar de que el SEÑOR había ordenado: "Es en Jerusalén que mi nombre estará para siempre." 5 Él construyó altares para todas las estrellas del cielo en dos patios de la casa del SEÑOR. 6 Él pasó su hijo en el fuego; él hizo adivinación y brujería y consultó con aquellos quienes hablaban con los muertos y con aquellos que hablaban con espíritus. Él practicó mucha maldad ante los ojos del SEÑOR y provocó a ira Dios. 7 La figura tallada de Asera que él había hecho, él la pusó en la casa del SEÑOR. Era sobre esta casa que el SEÑOR le había hablado a David y a Salomón, su hijo, él había dicho: "Es en esta casa y en Jerusalén, la que he escogido de todas las tribus de Israel, que pondré mi nombre para siempre. 8 Yo no haré que los pies de Israel deambulen más fuera de la tierra que le dí a sus antepasados, si ellos sólo fueran cuidadosos en obedecer todo lo que he ordenado a ellos, y a seguir toda la ley que mi siervo Moisés les ordenó." 9 Pero el pueblo no escuchó, y Manasés los guió a hacer el mal, aún más que las naciones que el SEÑOR había destruído ante el pueblo de Israel. 10 Así que el SEÑOR habló por sus siervos, los profetas, diciendo: 11 "Porque Manasés, rey de Judá, ha hecho estas cosas abominables, y ha actuado con más maldad que todos los amorreos quienes estaban antes que él, y también hizo a Judá pecar con sus ídolos, 12 por lo tanto, el SEÑOR, el Dios de Israel, dijo esto: "Mira, Yo voy a traer tanto mal a Jerusalén y a Judá que cualquiera que lo escuche, ambos oídos le zumbarán. 13 Yo extenderé sobre Jerusalén el cordel de medida usada en contra de Samaria, y la plomada usada encontra de la casa de Acab; 14 Yo limpiaré a Jerusalén, como un hombre limpia un plato, limpiándolo y girándolo de arriba a abajo. Yo abandonaré el remanente de mi herencia y los entregaré a la mano de sus enemigos. Ellos se convertirán en víctimas y serán saqueados por todos sus enemigos, 15 porque ellos han hecho lo malo en Mi vista, y Me han procovado la ira, desde el día que sus antepasados salieron de Egipto, hasta este día." 16 Más aún, Manasés derramó mucha sangre inocente, hasta que llenó a Jerusalén desde un extremo a otro con muerte. Esto fue en adición al pecado por el cuál él hizo a Judá pecar, cuando ellos hicieron lo que era malo ante los ojos del SEÑOR. 17 En cuanto otros asuntos sobre Manasés, todo lo que él hizo, y el pecado que él cometió, ¿no estan escritos en el libro de los eventos de los reyes de Judá?' 18 Manasés durmió con sus antepasados y fue enterrado en el jardín de su propia casa, en el jardín de Uza. Amón, su hijo, se convirtió en rey en su lugar. 19 Amón tenía veintidos años cuando comenzó a reinar; él reinó dos años en Jerusalén. Su madre llamada Mesulemet; ella era la hija de Haruz de Jotba. 20 Él hizo lo que era malo a la vista del SEÑOR, como Manasés, su padre, había hecho. 21 Amón siguió todo el camino que su padre había caminado y adoró los ídolos que su padre adoró, y se inclinó a ellos. 22 Él abandonó a el SEÑOR, el Dios de sus padres, y no caminó en el camino del SEÑOR. 23 Los sirvientes de Amón conspiraron en contra de él y mataron al rey en su propia casa. 24 Pero la gente de la tierra mató todos aquellos que habían conspirado en contra del rey Amón, y ellos hicieron a Josías, su hijo, rey en su lugar. 25 En cuanto a los otros asuntos concernientes a Amón, lo que él hizo, ¿no estan escritos en el libro de los eventos de los reyes de Judá? 26 El pueblo lo enterró en su tumba en el jardín de Uza, y Josías, su hijo, se convirtió en rey en su lugar.

22

1 Josías era de ocho años cuando él comenzó a reinar; él reinó por treinta y un años en Jerusalén. El nombre de su madre era Jedida (ella era la hija de Adaía de Boscat). 2 Él hizo lo que era correcto ante los ojos del SEÑOR. Él caminó en la misma manera que David su ancestro, y él no se apartó ni a derecha ni a la izquierda. 3 Sucedió que en el año dieciocho del rey Josías, él envió a Safán hijo de Azalía, hijo de Mesulam, el escriba, a la casa del SEÑOR, diciendo: 4 "Sube a donde Hilcías el sumo sacerdote y dile que cuente el dinero que ha sido traído a la casa del SEÑOR, el cual los guardas han recaudado del pueblo. 5 Que sea puesto en las manos de los trabajadores que están a cargo de la casa del SEÑOR, y dejen que ellos lo den a los trabajadores que están en la casa del SEÑOR, para que ellos hagan las reparaciones a los daños en el templo. 6 Dejen que le den dinero a los carpinteros, los constructores, y a los albañiles, y también para comprar madera y piedras cortadas para reparar el templo." 7 Pero no se requirió contabilizar el dinero que se les dio a ellos, porque ellos lo manejaban fielmente. 8 Hilcías el sumo sacerdote le dijo a Safán el escriba:" Yo encontré El Libro de la Ley en la casa del SEÑOR." Así que Hicías le dió el libro a Safán, y él lo leyó. 9 Safán fue y llevó el libro al rey, y también le informó a él diciendo:" Tus siervos han usado el dinero que fue encontrado en el templo y lo han dado en las manos de los trabajadores que supervisan el cuidado de la casa del SEÑOR." 10 Entonces Safán el escriba le dijo al rey:" Hicías el sacerdote me ha dado un libro." Entonces Safán lo leyó al rey. 11 Sucedió, que cuando el rey escuchó las palabras de la ley, él rasgo sus ropas. 12 El rey le ordenó a Hilcías, el sacerdote, Ahicam, hijo de Safán, Acbor, hijo de Micaías, Safán, el escriba, y Asaías, su propio siervo, diciendo: 13 "Ve y consulta con el SEÑOR por mí, y por el pueblo y por todo Judá, debido a las palabras de éste libro que ha sido encontrado. Pues grande es el enojo del SEÑOR que ha sido encendido en nuestra contra. Es grande, pues nuestros ancestros no han escuchado las palabras de éste libro, como para obedecer todo lo que está escrito concerniente a nosotros." 14 Así que, Hilcías el sacerdote, Ahicam, Acbor, Safán y Asaías fueron a Hulda, la profetisa, la esposa de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, encargado del vestuario (ella vivía en Jerusalén en el segundo cuartel), y ellos hablaron con ella. 15 Ella les dijo a ellos: "Ésto es lo que el SEÑOR, el Dios de Israel, dice: 'Dile a éste hombre, que te envió a mí, 16 "ésto es lo que dice el SEÑOR: 'Verás, Yo estoy a punto de traer desastre a éste lugar y a sus habitantes, según todas las palabras del libro que el rey de Judá ha leído. 17 Porque ellos me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses, y así poder provocarme a enojo, con todos las andanzas que han cometido. Por lo tanto, mi enojo ha sido encendido en contra de éste lugar, y no será extinguido."' 18 Pero para el rey de Judá, quien te envió para preguntar la voluntad del SEÑOR, ésto es lo que le dirás: "El SEÑOR, el Dios de Israel dice ésto acerca de las palabras que haz escuchado, 19 por cuanto tu corazón fue tierno, y porque te has humillado a tí mismo ante el SEÑOR, cuando escuchaste lo que tenía en contra de éste lugar y sus habitantes, que ellos se convertirían en una desolación y una maldición, y porque te has rasgado las ropas y haz llorado delante de Mí, Yo también te he escuchado. Ésta es la declaración del SEÑOR. 20 Verás, y te juntaré a tí con tus ancestros; serás reunido en tu tumba en paz, ni tu ojos verán nada del desastre que traeré en éste lugar, y a sus habitantes.""" Así que el hombre llevó éste menaje de vuelta al rey.

23

1 Así que el rey envió mensajeros quienes le reunieron a él todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. 2 Luego, el rey subió a la casa del SEÑOR, y todos los hombres de Judá y todos los habitantes de Jerusalén con él, y los sacerdotes, profetas, y todo el pueblo, desde el pequeño hasta el grande. Él luego leyó en la reunión todas las palabras del Libro del Pacto que había sido encontrado en la casa del SEÑOR. 3 El rey se paró junto al pilar e hizo un pacto delante del SEÑOR, de caminar en pos del SEÑOR y mantener Sus mandamientos, Sus regulaciones, y Sus estatutos, con todo su corazón y toda su alma, para confirmar las palabras de este pacto que habían sido escritas en este libro. Así que todo el pueblo estuvo de acuerdo en confirmar el pacto. 4 El rey le ordenó a Hilcías el sumo sacerdote, a los sacerdotes bajo él, y a los porteros, a sacar del templo del SEÑOR todas las vasijas que fueron hechas para Baal y Asera, y para todas las estrellas del cielo. Él las quemó fuera de Jerusalén en los campos, en el Valle Cedrón y cargó sus cenizas a Betel. 5 Él se deshizo de los sacerdotes idólatras a quienes los reyes de Judá habían escogido para quemar incienso en los lugares altos en las ciudades de Judá y en los lugares alrededor de Jerusalén-- aquellos que quemaron incienso a Baal, al sol y a la luna, a los planetas, y a todas las estrellas del cielo. 6 Él sacó el poste de Asera del templo del SEÑOR, fuera de Jerusalén al Valle Cedrón y lo quemó allí. Él lo hizo polvo y lanzó ese polvo en las tumbas de las personas comunes. 7 Él limpió las habitaciones de las prostitutas cúlticas quienes estaban en el templo del SEÑOR, donde las mujeres vestían ropas para Asera. 8 Josías trajo a todos sacerdotes fuera de la ciudad de Judá y contaminó los lugares altos donde los sacerdotes habían quemado incienso, desde Geba hasta Beerseba. Él destruyó los lugares altos en las puertas que estaban en la entrada de la puerta de Josué (el gobernador de la ciudad), al lado izquierdo de la puerta de la ciudad. 9 Aunque los sacerdotes de aquellos lugares altos no se les permitía servir en el altar del SEÑOR en Jerusalén, ellos comieron pan sin levadura entre sus hermanos. 10 Josías contaminó a Tofet, el cual está en el valle de Ben Hinom, para que nadie pudiera poner a su hijo o su hija en el fuego como sacrificio a Moloc. 11 Él se llevó los caballos que los reyes de Judá le habían dado al sol. Ellos habían estado en un área en la entrada al templo del SEÑOR, cerca de la habitación de Natán Melec, el noble de la cámara. Josías quemó los carros del sol. 12 Josías, el rey, destruyó los altares que estaban en el techo de la habitación superior de Acaz, la cual los reyes de Judá le habían hecho, y los altares que Manasés había hecho en las dos cortes del templo del SEÑOR. Josías los destrozó en pedazos y los lanzó al Valle de Cidrón. 13 El rey arruinó los lugares altos al este de Jerusalén, al sur del monte de corrupción que Salomón, el rey de Israel, había construido para Astoret, el detestable ídolo de los sidonios; para Quemos, el detestable ídolo de Moab; y para Milcom, el detestable ídolo del pueblo de Amón. 14 Él rompió los pilares de piedra en pedazos y cortó los postes de Asera y llenó esos lugares con los huesos de seres humanos. 15 Josías también destruyó completamentne el altar que estaba en Betel y el lugar alto que Jeroboam, hijo de Nabat (el que hizo que Israel pecara), había construido. Él también quemó el altar y el lugar alto y los hizo polvo. Él también quemó el poste de Asera. 16 Mientras Josías miraba sobre el área, él notó las tumbas que estaban en la ladera. Él envió hombres a coger los huesos de las tumbas; luego él los quemó en el altar, lo que lo contaminó. Esto fue de acuerdo a la palabra del SEÑOR, la cual el hombre de Dios había hablado, el hombre que habló estas cosas de antemano. 17 Luego él dijo: "¿Qué monumento es ése que veo?" Los hombres de la ciudad le dijeron a él: "Esa es la tumba del hombre de Dios quien vino desde Judá y habló acerca de estas cosas que tú acabas de hacer en contra del altar de Betel." 18 Así que Josías dijo: "Déjalo en paz. Nadie debe mover sus huesos." Así que ellos dejaron sus huesos en paz, junto con los huesos del profeta que había venido desde Samaria. 19 Y Josías removió todas las casas en los lugares altos que estaban en las ciudades de Samaria, las cuales los reyes de Israel habían hecho, y le provocaron enojo al SEÑOR. Él les hizo a ellos exactamente lo que había sido hecho en Betel. 20 Él masacró a todos los sacerdotes de los lugares altos sobre los altares y quemó huesos humanos sobre ellos. Luego, él regresó a Jerusalén. 21 Luego, el rey le ordenó a todo el pueblo, diciendo: "Guarden la Pascua al SEÑOR su Dios, como está escrito en este Libro del Pacto." 22 Tal celebración de Pascua nunca había sido hecha desde los días de los jueces quienes gobernaron Israel, ni en todos los días de los reyes de Israel o Judá. 23 Pero esta pascua fue celebrada en el año dieciocho del rey Josías; para el SEÑOR en Jerusalén. 24 Josías también desterró aquellos quienes hablaban con los muertos o con espíritus. Él también desterró a los amuletos, los ídolos y todas las cosas asquerosas que estaban siendo vistas en la tierra de Judá y en Jerusalén, para confirmar las palabras de la Ley, las cuales estaban escritas en el libro que Hilcías, el sacerdote, había encontrado en la casa del SEÑOR. 25 Anterior a Josías, no hubo rey como él, quien se volvió al SEÑOR con todo su corazón, toda su alma, y toda su mente, quien siguió toda la Ley de Moisés. Ni ningún rey como Josías se levantó después de él. 26 Aún así, el SEÑOR no se volvió del furor de su gran ira, la cual había sido encendida en contra de Judá por toda la adoración pagana con la cual Manasés Lo había provocado. 27 Así que el SEÑOR dijo: "Yo también quitaré a Judá fuera de mi vista, como Yo quité a Israel, y echaré fuera esta ciudad que Yo he escogido, Jerusalén, y la casa de la cual Yo dije: 'Mi nombre estará allí.'" 28 En cuanto a los otros asuntos relacionado a Josías, todo lo que él hizo, ¿no están ellos escritos en El Libro de los eventos de los Reyes de Judá? 29 En sus días, Faraón Necao, rey de Egipto, fue a pelear en contra del rey de Asiria en el Río Éufrates. El rey Josías fue a encontrarse con Necao en batalla, y Necao lo mató en Meguido. 30 Los siervos de Josías lo cargaron muerto en un carro desde Meguido, lo llevaron a Jerusalén y lo enterraron en su propia tumba. Luego, el pueblo de la tierra tomó a Joacaz, hijo de Josías, lo ungieron y lo hicieron rey en el lugar de su padre. 31 Joacaz tenía ventitrés años de edad cuando él comenzó a reinar, y él reinó tres meses en Jerusalén. El nombre de su madre era Hamutal; ella era la hija de Jeremías de Libna. 32 Joacaz hizo lo que era malo ante los ojos del SEÑOR, como todos sus ancestros habían hecho. 33 Faraón Necao lo puso en cadenas en Ribla en la tierra de Hamat, para que él no pudiera reinar en Jerusalén. Luego, Necao multó a Judá con cien talentos de plata y un talento de oro. 34 Faraón Necao hizo a Eliaquim, hijo de Josías, rey en lugar de Josías su padre, y cambió su nombre a Joacim. Pero él se llevó a Joacaz lejos a Egipto, y Joacaz murió allí. 35 Joacim pagó la plata y el oro a Faraón. Él impuso un impuesto a la tierra para pagar el dinero, y obedecer la orden de Faraón. Él forzó a cada hombre de entre las personas de la tierra a pagar plata y oro, para dárselos a Faraón Necao. 36 Joacim tenía venticinco años de edad cuando él comenzó a reinar, y él reinó once años en Jerusalén. El nombre de su madre era Zeduba; ella era la hija de Pedaías de Ruma. 37 Joacim hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, como todo lo que sus ancestros habían hecho.

24

1 En los días de Joacim, Nabucodonosor, rey de Babilonia, atacó a Judá; Joacim se convirtio en su siervo por tres años. Entonces Joacim se tornó atrás y se rebeló contra Nabucodonosor. 2 El SEÑOR envió en contra de Joacim bandas de caldeos, arameos, moabitas y amonitas; él los envió en contra de Judá para destruirla. Esto estaba conforme a la palabra del SEÑOR que había sido hablada a través de sus siervos los profetas. 3 Fue ciertamente por boca del SEÑOR que esto sobrevino a Judá, para quitarlos fuera de su vista, por los pecados de Manasés, todo lo que él hizo, 4 y también por la sangre inocente que él derramó, pues él llenó a Jerusalén de sangre inocente. El SEÑOR no estuvo dispuesto a perdonar eso. 5 En cuanto a los otros asuntos concernientes a Joacim, y todo lo que él hizo, ¿no están ellos escritos en el libro de los eventos de los reyes de Judá? 6 Joacim durmió con sus ancestros, y Joaquín, su hijo, se convirtió en rey en su lugar. 7 El rey de Egipto no atacó nunca más fuera de su tierra porque el rey de Babilonia había conquistado todas las tierras que habían sido controladas por el rey de Egipto, desde el arroyo de Egipto hasta el Río Eufrates. 8 Joaquín tenía dieciocho años cuando él comenzó a reinar; él reinó en Jerusalén tres meses. El nombre de su madre era Nehusta; ella era la hija de Elnatán de Jerusalén. 9 Él hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; él hizo todo aquéllo que su padre había hecho. 10 En aquel tiempo el ejército de Nabucodonosor, rey de Babilonia, atacó Jerusalén y rodeó la ciudad. 11 Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a la ciudad mientras sus soldados la estaban rodeando, 12 y Joaquín, el rey de Judá, salió al rey de Babilonia, él, su madre, sus siervos, sus príncipes y sus oficiales. El rey de Babilonia lo capturó a él en el año octavo de su propio reinado. 13 Nabucodonosor sacó de allí todas las cosas de valor de la casa del SEÑOR, y aquéllas en el palacio del rey. Él cortó en pedazos todos los objetos de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho en el templo del SEÑOR, según el SEÑOR había dicho habría de pasar. 14 Él llevó al exilio a toda Jerusalén, a todos los líderes, y a todos los hombres de pelea, diez mil cautivos, y todos los artesanos y los herreros. Nadie quedó excepto la gente más pobre en la tierra. 15 Nabucodonosor llevó a Joaquín al exilio en Babilonia, como también a la madre del rey, esposas, oficiales y los hombres jefes de la tierra. Él los llevó al exilio desde Jerusalén a Babilonia. 16 Todos los hombres de pelea, el número de siete mil, y mil artesanos y herreros, todos ellos aptos para pelear -- el rey de Babilonia trajo a estos hombres al exilio en Babilonia. 17 El rey de Babilonia hizo a Matanías, el hermano del padre de Joaquín, rey en su lugar, y cambió su nombre a Sedequías. 18 Sedequías tenía veintiún años cuando él comenzó a reinar; él reinó por once años en Jerusalén. El nombre de su madre era Hamutal; ella era la hija de Jeremías de Libna. 19 Él hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; él hizo todo aquéllo que Joacim había hecho. 20 Por la ira del SEÑOR, todos estos eventos ocurrieron en Jerusalén y Judá hasta que los echó fuera de su presencia. Entonces Sedequías se rebeló en contra del rey de Babilonia.

25

1 Sucedió que en el año noveno del reino del Rey Sedequías, en el mes décimo, y en el décimo día del mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino con todo su ejército contra Jerusalén. Acampó al frente de ella y construyeron un muro de asedio alrededor de ella. 2 Así que la ciudad fue sitiada hasta el undécimo año del reinado del Rey Sedequías. 3 En el noveno día del cuarto mes de ese año, la hambruna fue tan severa en la ciudad que no había comida para el pueblo de la tierra. 4 Entonces se invadió la ciudad, y todos los hombres guerreros huyeron de noche por el camino de la puerta entre los dos muros, al lado del jardín del rey, aunque los caldeos estaban alrededor de la ciudad. El rey se fue en dirección del Arabá. 5 Pero el ejército de los caldeos persiguió al Rey Sedequías y lo alcanzó en los llanos del valle del Río Jordán cerca de Jericó. Todo su ejército fue dispersado lejos de él. 6 Ellos capturaron al rey y lo subieron al rey de Babilonia en Ribla, donde le impusieron sentencia. 7 En cuanto a los hijos de Sedequías, los masacraron delante de sus ojos. Entonces el rey de Babilonia le sacó sus ojos, lo ató con cadenas de bronce, y lo trajo a Babilonia. 8 Ahora en el quinto mes, en el séptimo día del mes, el cual fue el décimonoveno año del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nabuzaradán, un siervo del rey de Babilonia y comandante de sus guardaespaldas, vino a Jerusalén. 9 Él quemó la casa del SEÑOR, el palacio del rey, y todas las casas de Jerusalén; también quemó todo edificio importante en la ciudad. 10 En cuanto a todas las murallas alrededor de Jerusalén, todo el ejército de los babilonios que estaban bajo el comandante de los guardaespaldas las destruyeron. 11 En cuanto al resto de la gente que fue dejada en la ciudad, aquellos que habían desertado al rey de Babilonia, y el remanente de la población, Nabuzaradán, el comandante de la guardaespalda, los llevó al exilio. 12 Pero el comandante de la guardaespalda sí dejó a algunos de los más pobres de la tierra para trabajar las viñas y los campos. 13 En cuanto a los pilares de bronce que estaban en la casa del SEÑOR, y las bases y el mar de bronce que estaban en la casa del SEÑOR, los caldeos los hicieron pedazos y cargaron el bronce a Babilonia. 14 Las ollas, palas, lámparas, cucharas, y todos los utensilios de bronce con los cuales los sacerdotes habían servido en el templo, los caldeos se los llevaron. 15 Las ollas para remover las cenizas y los tazones que fueron hechos de oro, y aquellos hechos de plata, el capitán de la guardia del rey se los llevó también. 16 Los dos pilares, el mar, y las bases que Salomón había hecho para la casa del SEÑOR contenían más bronce que podía ser pesado. 17 La altura del primer pilar fue de dieciocho codos, y un capitel de bronce estaba encima de él. El capitel era de tres codos de alto, con un diseño de malla y granadas todo alrededor del capitel, todo hecho de bronce. El otro pilar y su diseño de malla fue igual que el primero. 18 El comandante del guardaespalda se llevó a Seraías el principal sacerdote, junto a Sofonías, el segundo sacerdote, y los tres guardas de las puertas. 19 De la ciudad él se llevo prisionero a un oficial que estaba a cargo de soldados, y a cinco hombres que aconsejaban al rey, que estaban todavía en la ciudad. Él también tomó como prisionero al oficial de ejército del rey responsable de alistar a hombres para el ejército, junto a sesenta hombres importantes de la tierra que estaban en la ciudad. 20 Entonces Nabuzaradán, el comandante del guardaespalda, los llevó y los trajo al rey de Babilonia en Ribla. 21 El rey de Babilonia los llevó a la muerte en Ribla en la tierra de Hamat. De esta manera, Judá salió de su tierra al exilio. 22 En cuanto a la gente que se quedaron en la tierra de Judá, aquellos que Nabucadonosor rey de Babilonia había dejado atrás, él puso a Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán a cargo de ellos. 23 Ahora cuando todos los comandantes de los soldados, ellos y sus hombres, oyeron que el rey de Babilonia había puesto a Gedalías como gobernador, ellos fueron donde Gedalías a Mizpa. Estos hombres fueron Ismael, hijo de Netanías, Johanán, hijo de Carea, Seraías, hijo de Tanhumet el netofatita, y Jaazanías, hijo del Maacateo, ellos y sus hombres. 24 Gedalías hizo un juramento a ellos y a sus hombres, y les dijo a ellos: "No teman a los oficiales caldeos. Vivan en la tierra y sirvan al rey de Babilonia y les irá bien." 25 Pero sucedió que en el séptimo mes, Ismael, hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la familia real, vino con diez hombres y atacó a Gedalías. Gedalías murió, junto a los hombres de Judá y de los babilonios que estaban con él en Mizpa. 26 Entonces toda la gente, desde el menor hasta el mayor, y los comandantes de los soldados, se levantaron y se fueron a Egipto, porque temían a los babilonios. 27 Sucedió luego en el año treinta y siete del exilio de Joaquín, hijo de Judá, en el duodécimo mes, en el día veintisiete del mes, que Evil Merodac, rey de Babilonia, liberó a Joaquín, rey de Judá, de la prisión. Esto sucedió en el año que Evil Merodac comenzó a reinar. 28 Él le habló amablemente y le dio un asiento más honorable que a los otros reyes que estaban con él en Babilonia. 29 Evil Merodac removió las ropa de prisión de Joaquín, y Joaquín comió con regularidad en la mesa del rey por el resto de su vida. 30 Y una porción regular de comida le fue dada a él cada día por el resto de su vida.

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1 Adán, Set, Enós, 2 Cainán, Mahalaleel, Jared, 3 Enoc, Matusalén, Lamec. 4 Los hijos de Noé fueron Sem, Cam y Jafet. 5 Los hijos de Jafet fueron Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras. 6 Los hijos de Gomer fueron Askenaz, Difat y Togarmá. 7 Los hijos de Javán fueron Elisa, Tarsis, Quitim y Rodanim. 8 Los hijos de Cam fueron Cus, Mizrayin, Fut y Canaán. 9 Los hijos de Cus fueron Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Los hijos de Raama fueron Seba y Dedán. 10 Cus fue el padre de Nimrod, que fue el primer conquistador en la Tierra. 11 Mizrayin se convirtió en el ancestro de los Luditas, Anamitas, Leabitas, Neftuitas, 12 Patrusitas, Casluitas (de donde vinieron los filisteos) y los Caftoritas. 13 Canaán fue el padre de Sidón, su primer hijo, y de Het. 14 Él también se convirtió el ancestro de los Jebusitas, Amoreos, Gergeseos, 15 Heveos, Araceos, los Sineos, 16 Arvadeos, Zemareos y los Hemateos. 17 Los hijos de Sem, fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud, Aram, Uz, Hul, Geter y Mesec. 18 Arfaxad fue el padre de Sela y Sela se convirtió en el padre de Eber. 19 Eber tuvo dos hijos. El nombre de uno fue Peleg, porque en sus días la Tierra fue dividida. El nombre de su hermano fue Joctán. 20 Joctán se convirtió en el padre de Almodad, Selef, Hazar Mavet, Jera, 21 Adoram, Uzal, Dicla, 22 Ebal, Abimael, Seba, 23 Ofir, Havila y Jobab; todos estos fueron desendientes de Joctán. 24 Sem, Arfaxad, Sela, 25 Heber, Peleg, Reu, 26 Serug, Nacor, Taré, 27 Abram, que fue Abraham. 28 Los hijos de Abraham fueron Isaac e Ismael. 29 Estos fueron sus hijos: el primer hijo de Ismael fue Nebaiot, Cedar, Adbeel, Mibsam, 30 Misma, Duma, Massa, Hadad, Tema, 31 Jetur, Nafis y Cedema. Estos fueron los hijos de Ismael. 32 Los hijos de Cetura, concubina de Abraham, fueron Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa. Los hijos de Jocsán, fueron Seba y Dedán. Los hijos de 33 Madián fueron Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda. Todos estos fueron los descendientes de Cetura. 34 Abraham fue el padre de Isaac. Los hijos de Isaac fueron Esaú e Israel. 35 Los hijos de Esaú fueron Elifaz, Reuel, Jeús, Jaalam y Coré. 36 Los hijos de Elifaz fueron Temán, Omar, Zefí, Gatam, Quenaz, Timna y Amalec. 37 Los hijos de Reuel fueron Nahat, Zera, Sama y Miza. 38 Los hijos de Seir fueron Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, Disón, Ezer y Disán. 39 Los hijos de Lotán fueron Hory y Homam, y Timna fue la hermana de Lotán. 40 Los hijos de Sobal fueron Alián, Manahat, Ebal, Sofi y Onam. Los hijos de Zibeón fueron Aja y Aná. 41 El hijo de Aná fue Disón. Los hijos de Disón fueron Amram, Esbán, Itrán y Queran. 42 Los hijos de Ezer fueron Bilhán, Zaaván y Jaacán. Los hijos de Disán fueron Uz y Arán. 43 Estos fueron los reyes que reinaron en la tierra de Edom antes que cualquier rey reinara sobre los israelitas: Bela hijo de Beor y el nombre de su ciudad era Dinaba. 44 Cuando Bela murió, Jobab, hijo de Zera de Bosra, reinó en su lugar. 45 Cuando Jobab murió, Husam de la tierra de los temanitas reinó en su lugar. 46 Cuando murió Husam, Hadad hijo de Bedad, que derrotó a los madianitas en la tierra de Moab, reinó en su lugar. El nombre de su ciudad era Avit. 47 Cuando Hadad murió, Samla de Masreca reinó en su lugar. 48 Cuando Samla murió, Saúl de Rehobot Hanahar reinó en su lugar. 49 Cuando Saúl murió, Baal Hanán hijo de Acbor reinó en su lugar. 50 Cuando Baal Hanan hijo de Acbor murió, Hadad reinó en su lugar. El nombre de su ciudad era Pai. El nombre de su esposa era Mehetabel, hija de Matred, hija de Mezaab. 51 Hadad murió. Los jefes de los clanes en Edom fueron Timna, Alya, Jetet, 52 Aholibama, Elá, Pinón, 53 Quenaz, Temán, Mibzar, 54 Magdiel e Iram. Estos eran los jefes de los clanes de Edom.

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1 Estos eran los hijos de Israel: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, 2 Dan, José, Benjamín, Neftalí, Gad y Aser. 3 Los hijos de Judá fueron: Er, Onán y Sela, que le fueron nacidos a él por la hija de Bet Súa, la cananita. Er, el primogénito de Judá, era malvado a la vista del SEÑOR, y el SEÑOR lo mató. 4 Tamar, su nuera, le dio a luz a Pérez y Zera. Judá tuvo cinco hijos. 5 Los hijos de Pérez eran Hezrón y Hamul. 6 Los hijos de Zera eran Zimri, Etán, Hemán, Calcol y Dara, cinco en total. 7 El hijo de Carmi fue Acar, que le trajo problemas a Israel cuando él le robó lo que estaba reservado a Dios. 8 Etán era el hijo de Azarías. 9 Los hijos de Hezrón fueron Jerameel, Ram y Quelubai. 10 Ram se convirtió en el padre de Aminadab y Aminadab se convirtió en el padre de Naasón, un líder de entre los desendientes de Judá. 11 Naasón se convirtió en el padre de Salmón y Salmón se convirtió en el padre de Booz. 12 Booz se convirtió en el padre de Obed y Obed se convirtió en el padre de Isaí. 13 Isaí se convirtió padre de su primogénito Eliab, Abinadab el segundo, Simea el tercero, 14 Natanael el cuarto, Radai el quinto, 15 Ozem el sexto y David el séptimo. 16 Sus hermanas eran Sarvia y Abigail. Los hijos de Sarvia eran Abisai, Joab y Asael, tres de ellos. 17 Abigail dio a luz a Amasa, cuyo padre fue Jeter el ismaelita. 18 Caleb, hijo de Hezrón, se convirtió en el padre de los hijos de Azuba, su esposa y de Jeriot. Sus hijos fueron Jeser, Sobab y Ardón. 19 Azuba murió, luego Caleb se casó con Efrata que dio a luz a Hur. 20 Hur se convirtió en el padre de Uri y Uri se convirtió en el padre de Bezalel. 21 Luego Hezrón (cuando él tenía sesenta años de edad) se casó con la esposa de Maquir, el padre de Galaad. Ella dio a luz a Segub. 22 Segub se convirtió en el padre de Jair, que controló a veintitres ciudades en la tierra de Galaad. 23 Gesur y Aram tomaron los pueblos de Jair y Kenat, como también sesenta pueblos de los alrededores. Todos estos habitantes eran desendientes de Maquir, el padre de Galaad. 24 Luego de la muerte de Hezrón, Caleb se acostó con Efrata, la esposa de su padre Hezrón. Ella le dio a luz a Azur, el padre de Tecoa. 25 Los hijos de Jerameel, el primogénito de Hezrón, fueron Ram el primogénito, Buna, Orén, Ozem y Ahías. 26 Jerameel tenía otra esposa, cuyo nombre era Atara. Ella era la madre de Onam. 27 Los hijos de Ram, el primogénito de Jerameel, fueron Maaz, Jamín y Equer. 28 Los hijos de Onam fueron Samai y Jada. Los hijos de Samai eran Nadab y Abisur. 29 El nombre de la esposa de Abisur era Abinail, y ella dio luz a Ahbán y Molid. 30 Los hijos de Nadab eran Seled y Apaim, pero Seled murió sin hijos. 31 El hijo de Apaim era Isi. El hijo de Isi era Sesán. El hijo de Sesán era Ahlai. 32 Los hijos de Jada, el hermano de Samai, fueron Jeter y Jonatán. Jeter murió sin hijos. 33 Los hijos de Jonatán fueron Pelet y Zaza. Estos eran desendientes de Jerameel. 34 Ahora Sesán no tuvo hijos, sólo hijas. Sesán tenía un sirviente, una egipcio, que su nombre era Jarha. 35 Sesán dio a su hija a Jarha su sirviente como su esposa. Ella le dio a luz a Atai. 36 Atai se convirtió en el padre de Natán, y Natán se convirtió en el padre de Zabad. 37 Zabad se conrvitió en el padre de Eflal y Eflal se convirtió en el padre de Obed. 38 Obed se convirtió en el padre de Jehú y Jehú se convirtió en el padre de Azarías. 39 Azarías se convirtió en el padre de Heles y Heles se convirtió en el padre de Elasa. 40 Elasa se convirtió en el padre de Sismai y Sismai se convirtió en el padre de Salum. 41 Salum se convirtió en el padre de Jecamías y Jecamías se conrvitió en el padre de Elisama. 42 Los hijos de Caleb, hermano de Jerameel, eran Mesa, su primogénito, que era padre de Zif. Su segundo hijo, Maresa, era el padre de Hebrón. 43 Los hijos de Hebrón eran Coré, Tapúa, Requem y Sema. 44 Sema se convirtió en el padre de Raham, el padre de Jorcoam. Requem se convirtió en el padre de Samai. 45 El hijo de Samai era Maón, y Maón era el padre de Bet Sur. 46 Efa, la concubina de Caleb, dio a luz a Harán, Mosa y Gazez. Harán se convirtió en el padre de Gazez. 47 Los hijos de Jahdai fueron Regem, Jotam, Gesam, Palet, Efa y Saaf. 48 Maaca, concubina de Caleb, dio a luz a Seber y Tirhana. 49 Ella también dio a luz a Saaf, el padre de Madmana, a Seva, el padre de Macbena y el padre de Gibea. La hija de Caleb era Acsa. Estos eran los desendientes de Caleb. 50 Estos eran los hijos de Hur, el primogénito de Efrata: Sobal el padre de Quiriat Jearim, 51 Salma, padre de Belén, y Haref el padre de Bet Gader. 52 Sobal, el padre de Quiriat Jearim, tenía descendientes: Haroe, mitad del pueblo manahetita 53 y los clanes de Quiriat Jearim: los Itritas, los Futitas, los Sumatitas y los Misraítas. Los Zoratitas y los Estaolitas descendieron de éstos. 54 Los clanes de Salma fueron los siguientes: Belén, los Netofatitas, Atrot Bet Joab y la mitad de los Manahetitas-- los Zoraítas, 55 los clanes de los escribas que vivían en Jabes: los Tirateos, Simeateos y los Sucateos. Éstos eran los Quenitas, quienes descendieron de Hamat, el ancestro de los Recabitas.

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1 Ahora, éstos son los hijos de David, que le nacieron a él en Hebrón: el primer hijo fue Amnón, por Ahinoam de Jezreel; el segundo fue Daniel, por Abigail de Carmelo; 2 el tercero fue Absalón, cuya madre fue Maaca, hija de Talmai, rey de Gesur. El cuarto fue Adonías, hijo de Haguit; 3 el quinto fue Sefatías, hijo de Abital; el sexto fue Itream, por Egla, su esposa. 4 Estos seis le fueron nacidos a David en Hebrón, donde reinó por siete años y seis meses. Él después reinó treinta y tres años en Jerusalén. 5 Estos cuatro hijos, por Betsúa, hija de Amiel, le fueron nacidos a él en Jerusalén: Simea, Sobab, Natán y Salomón. 6 Los otros nueve hijos de David fueron: Ibhar, Elisama, Elifelet, 7 Noga, Nefeg, Jafía, 8 Elisama, Eliada y Elifelet. 9 Estos fueron los hijos de David, sin incluir sus hijos con las concubinas. Tamar era hermana de ellos. 10 El hijo de Salomón fue Roboam. El hijo de Roboam fue Abías. El hijo de Abías fue Asa. El hijo de Asa, Josafat. 11 El hijo de Josafat fue Joram. El hijo de Joram fue Ocozías. El hijo de Ocozías fue Joás. 12 El hijo de Joás fue Amasías. El hijo de Amasías fue Azarías. EL hijo de Azarías fue Jotam. 13 El hijo de Jotam fue Acaz. El hijo de Acaz fue Ezequías. El hijo de Ezequías fue Manasés. 14 El hijo de Manasés fue Amón. El hijo de Amón fue Josías. 15 Los hijos de Josías fueron primero su hijo Johanán, su segundo hijo Joacim, su tercer hijo Sedequías, y su cuarto hijo Salum. 16 Los hijos de Joacim fueron Jeconías y Sedequías. 17 Los hijos de Jeconías, el cautivo, fueron Salatiel, 18 Malquiram, Pedaías, Senazar, Jecamías, Hosama, Nedabías. 19 Los hijos de Pedaías fueron Zorobabel y Simei. Los hijos de Zorobabel fueron Mesulam y Hananías; Selomit fue su hermana. 20 Sus otros cinco hijos fueron Hasuba, Ohel, Berequías, Hasadías y Jusab Hesed. 21 Los hijos de Hananías fueron Pelatías y Jesaías. Su hijo fue Refaías, y sus otros descendientes fueron Arnán, Abdías y Secanías. 22 El hijo de Secanías fue Semaías. Los hijos de Semaías fueron Hatús, Igal, Barías, Nearías y Safat. 23 Los tres hijos de Nearías fueron Elioenai, Ezequías y Azricam. 24 Los siete hijos de Elioenai fueron Hodavías, Elisaib, Pelaías, Acub, Johanán, Dalaías y Anani.

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1 Los descendientes de Judá eran Pérez, Hazrón, Carmi, Hur, y Sobal. 2 Sobal fue el padre de Reaía. Reaía fue el padre de Jahat. Jahat fue el padre de Ahumai y de Lahad. Éstos fueron los ancestros de los clanes de los zoratitas. 3 Éstos fueron los ancestros de las clanes en la ciudad de Etam: Jezreel, Isma e Ibdas. El nombre de su hermana era Hazelelponi. 4 Penuel era el antecesor de las clanes en la ciudad de Gedor. Ezer fue el creador de las clanes en Husa. Éstos fueron las descendientes de Hur, el primer hijo de Efrata y el creador de Belén. 5 Asur el padre de Tecoa tuvo dos esposas, Hela y Naara. 6 Naara dio luz a Ahuzam, Hefer, Temeni y Ahatsari. Éstos fueron los hijos de Naara. 7 Los hijos de Hela fueron Zeret, Izhar, Etnán, 8 y Cos, que se convirtió en padre de Anub, Zobeba y los de las clanes descendientes de Aharhel hijo Harum. 9 Jabes era más respetado que sus hermanos. Su madre lo llamó Jabes. Ella dijo: "Porque lo parí con dolor." 10 Jabes llamó al Dios de Israel y dijo: "¡Si tan sólo tú puedieras verdaderamente bendecirme, expande mi territorio y tu mano estara conmigo. Cuando Tu hagas esto me cuidarás de daño, entonces yo seré libre de dolor!" Entonces Dios le concedió su oración. 11 Quelub, hermano de Súa, se convirtió el padre de Mehir, que fue en el padre de Estón. 12 Estón se convirtió en el padre de Bet Rafa, Paseah y Tehina, que empezó la ciudad de Nahas. Éstos fueron hombres que vivieron en Reca. 13 Los hijos de Quenaz fueron Otoniel y Seraías. Los hijos de Otoniel fueron Hatat y Meonotai. 14 Meonotai se convirtió en el padre de Ofra, y Seraías se convirtió en padre de Joab, el creador de Gue Jarasim, que su pueblo era artesano. 15 Los hijos de Caleb hijo de Jefone eran Iru, Ela y Naam. El hijo de Ela fue Quenaz. 16 Los hijos de Jehalelel fueron Zif, Zifa, Tirías y Asareel. 17 Los hijos de Esdras fueron Jeter, Mered, Efer y Jalón. La esposa egipicia de Mered le dio a luz a Miriam, Samai y a Isba, que se convirtió en el padre de Estemoa. Éstos eran los hijos de Bitia, hija de Faraón, con quien se casó Mered. 18 La esposa judía de Mered le dio a luz a Jered, que se convirtió en el padre de Gedor; Heber que se convirtió en el padre de Soco; y Jecutiel, que se convirtió en el padre de Zanoa. 19 De los dos hijos de la esposas Hodías, hermana de Naham, uno se convirtió en el padre de Keila el garmita. El otro fue Estemoa el maacateo. 20 Los hijos de Simón fueron Amnón, Rina, Ben Hanán y Tilón. Los hijos de Isi fueron Zohet y Benzohet. 21 Los decendients de Sela, hijo de Judá, fueron Er, padre de Leca, Laada, padre de Maresa y padre de los clanes que trabajan el lino en Bet Asbea, 22 Joacim, los hombres de Cozeba y Joás y Saraf, que tenían propiedad en Moab, pero que volvieron a Belén. (Esta información es de los registros de los antepasados.) 23 Algunas de estas personas fueron los alfareros que vivieron en Netaím y Gedera y trabajaron para el rey. 24 Los descendientes de Simeón fueron Nemuel, Jamín, Jarib, Zera y Saúl. 25 Salum era hijo de Saúl, Mibsam era hijo de Salum y Misma era hijo de Mibsam. 26 Los descendientes de Misma fueron Hamuel su hijo, Zacur su nieto, Simei su bisnieto. 27 Simei tuvo dieciseis hijos y seis hijas. Sus hermanos no tuvieron tantos hijos, para que sus clanes no crecieran en gran manera según el pueblo de Judá lo hizo. 28 Ellos vivieron en Beerseba, Molada y hazar Sual. 29 Ellos también vivieron en Bilha, Ezem, Tolad, 30 Betuel, Horma, Siclag, 31 Bet Marcabot, Hazar Susim, Bet Birai y Saaraim. Éstas fueron sus ciudades hasta el reinado de David. 32 Sus cinco villas fueron Etam, Aín, Rimón, Toquén y Asán, 33 juntamente con las villas que estaban tan como Baal. Éstas fueron sus colonias y ellos guardaron sus registros genealógicos. 34 Los líderes del clan fueron Mesobab, Jamlec, Josías hijo de Amasías, 35 Joel, Jehú hijo de Josibías hijo de Seraías hijo de Asiel. 36 Elioenai, Jaacoba, Jesohaía, Asaías, Adiel, Jesimiel, Benaía 37 y Ziza hijo de Sifi, hijo de Alón, hijo de Jedaías hijo de Simri, hijo de Semaías. 38 Éstos, mencionados por nombre, eran líderes en sus clanes, y sus clanes crecieron grandemente. 39 Ellos fueron cerca de Gedor, en el lado este del valle, para buscar pastos para sus ganados. 40 Ellos encontraron pasto bueno y abundante. La tierra era grande, tranquila y pacífica. Los hamitas estaban formalmente viviendo allí. 41 Estos clanes, listados por nombre, vinieron en días de Ezequías rey de Judá y atacaron los colonias hamita y los meunitas, que estaban allí también. Ellos los destruyeron completamente y vivieron allí porque ellos encontraron pastos para su ganado. 42 Quinientos hombres de la tribú de Simeón fueron al Monte Seir, con sus líderes Pelatías, Nearías, Refaías y Uziel, hijos de Isi. 43 Ellos derrotaron el resto de los refugiados de Amalec, y vivieron allí hasta este día.

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1 Los hijos de Rubén, el primer hijo de Israel-- ahora bien, Rubén era el primogénito de Israel, pero su derecho de nacimiento le fue dado a los hijos de José hijo de Israel porque Rubén había contaminado la cama de su padre. Por lo que él no se registra como el hijo mayor. 2 Judá fue el más fuerte de sus hermanos, y el líder vendría de él. Pero el derecho de nacimiento era de José-- 3 los hijos de Rubén, el primer hijo de Israel, fueron Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi. 4 Los descendientes de Joel fueron estos: El hijo de Joel fue Semaías. El hijo de Semaías fue Gog. El hijo de Gog fue Simei. 5 El hijo de Simei fue Micaía. El hijo de Micaía fue Reaía. El hijo de Reaía fue Baal. 6 El hijo de Baal fue Beera, a quien Tilgat Pilneser, rey de Asiria, llevó al exilio. Beera fue un líder en la tribu de Rubén. 7 Los familiares de Beera por sus clanes son los siguientes, enlistados en sus registros genealógicos: Jeiel el mayor, Zacarías y 8 Bela hijo de Azaz, hijo de Sema, hijo de Joel. Ellos vivieron en Aroer, tan lejos como Nebo y Baal Meón, 9 y al oriente hasta la entrada del desierto que se extiende al Río Éufrates. Esto fue así porque ellos tenían mucho ganado en la tierra de Galaad. 10 En los días de Saúl, la tribu de Rubén atacó a los Agarenos y los derrotaron. Ellos vivieron en las tiendas de campaña agarenas a través de toda la tierra al este de Galaad. 11 Los miembros de la tribu de Gad vivieron cerca de ellos en la tierra de Basán tan lejos como Salca. 12 Sus líderes fueron Joel que fue un jefe de clan y Safán fue jefe de otro clan, y Janaai y Safat en Basán. 13 Sus familiares, por sus familias paternas, fueron Micael, Mesulam, Seba, Jorai, Jacán, Zía, y Heber-- siete en total. 14 Estas personas nombradas arriba fueron los descendientes de Abihail, y Abihail fue el hijo de Huri. Huri fue el hijo de Jaroa. Jaroa fue el hijo de Galaad. Galaad fue el hijo de Micael. Micael fue el hijo de Jesisai. Jesisai fue el hijo de Jahdo. Jahdo fue el hijo de Buz. 15 Ahí hijo de Abdiel hijo Guni, fue jefe de sus familias paternas 16 Ellos vivieron en Galaad, en Basán, en sus pueblos, y en todas las tierras de pastar de Sharón tan lejos como sus fronteras. 17 Todos estos fueron enlistados por registros genealógicos en los días de Jotam, rey de Judá y de Jeroboam rey de Israel. 18 Los rubenitas, los gaditas, y la media tribu de Manasés tenían cuarenta y cuatro mil soldados entrenados para la guerra, que cargaron escudo y espada, y que tiraron del arco. 19 Ellos atacaron a los Agarenos, Jetur, Nafis y Nodab. 20 Ellos recibieron ayuda divina contra ellos. De esta manera, los agarenos y todos los que estaban con ellos fueron derrotados. Esto fue porque los israelitas clamaron a Dios en la batalla y Él le respondió a ellos, porque ellos pusieron su confianza en Él. 21 Ellos capturaron sus animales, incluyendo cincuenta mil camellos, 250, 000 ovejas, dos mil burros y 100, 000 hombres. 22 Porque Dios peleó por ellos, ellos mataron muchos de los enemigos. Ellos vivieron en su tierra hasta el cautiverio. 23 La media tribu de Manasés vivió en la tierra de Basán tan lejos como Baal Hermón y Senir (que es Monte Hermón). 24 Estos fueron los líderes de sus familias: Efer, Isi, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Jahdiel. Ellos fueron hombres fuertes y valientes, hombres famosos, líderes de sus familias. 25 Pero ellos fueron infieles al Dios de sus ancestros. En cambio, ellos adoraron los dioses de los pueblos de la tierra, a quienes Dios había destruído antes de ellos. 26 El Dios de Israel incitó a Pul, rey de Asiria (también llamado Tilgat Pileser, rey de Asiria). Él llevó al exilio a los rubenitas, gaditas, y la media tribu de Manasés. Él los llevó a Halah, Habor, Hara y al río de Gozán, donde ellos permanecen hasta este día.

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1 Los hijos de Leví fueron Gersón, Coat y Merari. 2 Los hijos de Coat fueron Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. 3 Los hijos de Amram fueron Aarón, Moisés y Miriam. Los hijos de Aarón fueron Nadab, Abuí, Eleazar e Itamar. 4 Eleazar fue padre de Finees, y Finees fue padre de Abisúa. 5 Abisúa fue padre de Buqui y Buqui fue padre de Uzi. 6 Uzi fue padre de Zeraías y Zeraías fue padre de Meraiot. 7 Meraiot fue padre de Amarías, y Amarías fue padre de Ahitob. 8 Ahitob fue padre de Zadoc, y Zadoc fue padre de Ahimaas. 9 Ahimaas fue padre de Azarías, y Azarías fue padre de Johanán. 10 Johanán fue padre de Azarías, que sirvió en el templo que Salomón construyó en Jerusalén. 11 Azarías fue padre de Amarías, y Amarías fue padre de Ahitob. 12 Ahitob fue padre de Zadoc, y Zadoc fue padre de Salum. 13 Salum fue padre de Hilcías e Hilcías fue padre de Azarías. 14 Azarías fue padre de Seraías, y Seraías fue padre de Josadac. 15 Josadac fue llevado al cautiverio cuando el SEÑOR exilió a Judá y Jerusalén por la mano de Nabucodonosor. 16 Los hijos de Leví fueron Gersón, Coat y Merari. 17 Los hijos de Gersón fueron Libni y Simei. 18 Los hijos de Coat fueron Amram, Izhar, Hebrón, y Uziel. 19 Los hijos de Merari fueron Mahli y Musi. Estos se convirtieron en el clan de los Levitas por las familias paternas. 20 Los descendientes de Gersón comenzaron con su hijo Libni. El hijo de Libni fue Jahat. Su hijo fue Zima. 21 Su hijo fue Joa. Su hijo fue Iddo. Su hijo fue Zera. Su hijo fue Zeatrai. 22 Los descendientes de Coat comenzaron con su hijo Aminadab. Su hijo fue Coré. Su hijo fue Asir. 23 Su hijo fue Elcana. Su hijo fue Ebiasaf. Su hijo Asir. 24 Su hijo fue Tahat. Su hijo fue Uriel. Su hijo fue Uzías. Su hijo fue Saúl. 25 Los hijos de Elcana fueron Amasai. Ahimot, y Elcana. 26 El hijo de este segundo Elcana fue Zofai. Su hijo fue Nahat. 27 Su hijo fue Eliab. Su hijo fue Jeroham. Su hijo fue Elcana. 28 Los hijos de Samuel fueron Joel, el primogénito y Abías el segundo. 29 El hijo de Merari fue Mahli. Su hijo fue Libni. Su hijo fue Simei. Su hijo fue Uza. 30 Su hijo fue Simea. Su hijo fue Haguía. Su hijo fue Asaías. 31 Estos son los nombres de los hombres que David puso a cargo de la música en la casa del SEÑOR, después que el arca se colocó allí. 32 Ellos sirvieron cantando delante de el tabernáculo, la tienda de reunión, hasta que Salomón edificó la casa del SEÑOR en Jerusalén. Ellos realizaron sus tareas según a las instrucciones que le fueron dadas. 33 Estos fueron aquellos que sirvieron con sus hijos. Del clan de los coatitas llegó Hemán, el músico. Retrocediendo en el tiempo, estos son sus antepasados: Hemán fue el hijo de Joel. Joel fue hijo de Samuel. 34 Samuel fue hijo de Elcana. Elcana fue el hijo de Jeroham. Jeroham fue hijo de Eliel. Eliel fue hijo de Toa. 35 Toa fue hijo de Zuf. Zuf fue el hijo de Elcana. Elcana fue el hijo de Mahat. Mahat fue el hijo de Amasai. Amasai fue el hijo de Elcana. 36 Elcana fue el hijo de Joel. Joel fue el hijo de Azarías. Azarías fue hijo de Sofonías. 37 Sofonías fue el hijo de Tahat. Tahat fue hijo de Asir. Asir fue el hijo de Abiasaf. Abiasaf fue el hijo de Coré. 38 Coré fue el hijo de Izhar. Izhar fue el hijo de Coat. Coat fue el hijo de Leví. Leví fue el hijo de Israel. 39 El colega de Hemán era Asaf, se colocó a su mano derecha. Asaf fue el hijo de Berequías. Berequías fue el hijo de Simea. 40 Simea fue el hijo de Micael. Micael fue el hijo de Baasías. Baasías fue el hijo de Malquías. 41 Malquías fue el hijo de Etni. Etni fue el hijo de Zera. Zera fue el hijo de Adaía. 42 Adaía fue el hijo de Etán. Etán fue el hijo de Zima. Zima fue el hijo de Simei. 43 Simei fue el hijo de Jahat. Jahat fue el hijo de Gersón. Gersón fue el hijo de Leví. 44 A la mano izquierda de Hemán estaban sus colegas hijos de Merari. Ellos incluyeron a Etán hijo de Quisi. Quisi fue el hijo de Abdi. Abdi fue el hijo de Maluc. 45 Maluc fue el hijo de Hasabías. Hasabías fue el hijo de Amasías. Amasías fue el hijo de Hilcías. 46 Hilcías fue el hijo de Amsi. Amsi fue el hijo de Bani. Bani fue el hijo de Semer. 47 Semer fue el hijo de Mahli. Mahli fue el hijo de Musi. Musi fue el hijo de Merari. Merari fue el hijo de Leví. 48 Sus asociados, los levitas, fueron asignados para hacer todo el trabajo del tabernáculo, la casa del SEÑOR. 49 Aarón y sus hijos llevaban las ofrendas al altar para las ofrendas quemadas; y la ofrenda del altar de incienso para todo el trabajo en el lugar más santo. Estas ofrendas hicieron expiación para Israel, de acuerdo a todo lo que Moisés, el siervo de Dios, había ordenado. 50 Los descendientes reconocidos de Aarón son los siguientes: el hijo de Aarón fue Eleazar. El hijo de Eleazar fue Finees. El hijo de Finees fue Abisúa. 51 El hijo de Abisúa fue Buqui. El hijo de Buqui fue Uzi. El hijo de Uzi fue Zeraías. 52 El hijo de Zeraías fue Meraiot. El hijo de Meraiot fue Amarías. El hijo de Amarías fue Ahitob. 53 El hijo de Ahitob fue Zadoc. El hijo de Zadoc fue Ahimaas. 54 Estos son los lugares donde fueron asignados los descendientes de Aarón para vivir, eso es, para los descendientes de Aarón que fueran del clan de los Coatitas (el primer lote era para ellos). 55 A ellos les fue dado Hebrón en la tierra de Judá con sus pastizales, 56 pero los campos de la cuidad y sus villas fueron dadas a Caleb, hijo de Jefone. 57 A los descendientes de Aarón le dieron: Hebrón (una cuidad de refugio), y Libna, con sus pastizales, Jatir, Estemoa con sus pastizales, 58 Hilén con sus pastizales, y Debir con sus pastizales. 59 A los descendientes de Aarón: Asán con sus pastizales y Bet Semes con sus pastizales; 60 y de la tribu de Benjamín les fue dado Geba con sus pastizales, Alemet con sus pastizales, y Anatot con sus pastizales. Y todas sus cuidades enumeraban trece. 61 Al resto de los descendientes de los coatitas le dieron por lote diez cuidades de la mitad de la tribu de Manases. 62 A los descendientes de Gersón, en sus muchos clanes, les fueron dadas trece cuidades de las tribus de Isacar, Aser, Neftalí y la mitad de la tribu de Manases en Basán. 63 A los descendientes de Merari le fueron dadas doce cuidades, de acuerdo a sus clanes, desde la tribu de Rubén, Gad y Zabulón. 64 Así, el pueblo de Israel le dió estas cuidades con sus pastizales a los levitas. 65 Ellos asignaron por lote los pueblos mencionados anteriormente desde las tribus de Judá, Simeón y Benjamín. 66 A algunos clanes de los coatitas les dieron cuidades de la tribu de Efraín. 67 Les dieron: Siquem (una cuidad de refugio) con sus pastizales en la colina campestre de Efraín, Gezer con sus pastizales, 68 Jocmeam con sus pastizales, Bet Horón con sus pastizales, 69 Ajalón con sus pastizales, y Gat Rimón con sus pastizales. 70 La mitad de la tribu de Manasés le dio a los coatitas: Aner con sus pastizales y Bileam con sus pastizales. Estas se convirtieron en las posesiones del resto de los clanes de los coatitas. 71 A los descendientes de Gersón, dentro de la mitad de la tribu de Manasés, les dieron: Golán en Basán con sus pastizales y Astarot con sus pastizales. 72 La tribu de Isacar le dio a los descendientes de Gersón: Cedes con sus pastizales, Daberat con sus pastizales, 73 Ramot con sus pastizales, y Anem con sus pastizales. 74 Isacar recibió de la tribu de Aser: Masal con sus pastizales, Abdón con sus sus pastizales, 75 Hucoc con sus pastizales, Rehob con sus pastizales. 76 Ellos recibieron de la tribu de Neftalí: Cedes en Galilea con sus pastizales, Hamón con sus pastizales y, Quiriataim con sus pastizales. 77 Al resto de los levitas, los descendientes de Merari, les fueron dados de la tribu de Zabulón: Rimón con sus pastizales y Tabor con sus pastizales. 78 A ellos también le fue dado, al otro lado del Jordán en Jericó, al lado este del río: Beser en el desierto con sus pastizales, Jaza con sus pastizales, 79 Cademot con sus pastizales, Mefaat con sus pastizales. Estas fueron dadas por la tribu de Rubén. 80 Los levitas recibieron de la tribu de Gad: Ramot en Galaad con sus pastizales, Mahanaim con sus pastizales, 81 Hesbón con sus pastizales, y Jazer con sus pastizales.

7

1 Los cuatro hijos de Isacar fueron Tola, Fúa, Jasub y Simrón. 2 Los hijos de Tola fueron Uzi, Refaías, Jeriel, Jahmai, Jibsam y Samuel. Ellos fueron las jefes de las casas paternas, de los descendientes de Tola y fueron enlistados como poderosos guerreros entre su generación. Su número era 22, 600 en los días de David. 3 El hijo de Uzi fue Israhías. Sus hijos eran Micael, Obías, Joel e Isías, todos los cinco de ellos eran líderes de clanes. 4 Junto con ellos tenían treinta y seis mil tropas para batalla, de acuerdo a las listas que pertenecian a los clanes de sus ancestros, porque tenían muchas esposas e hijos. 5 Sus hermanos, la tribu de Isacar, tenían ochenta y siete mil hombres de guerra, de acuerdo a la listas que pertenecian a los clanes de sus ancestros. 6 Los tres hijos de Benjamín eran Bela, Bequer y Jediael. 7 Los cinco hijos de Bela eran Ezbón, Uzi, Uziel, Jerimot e Iri. Ellos eran soldados y originadores de clanes. Su gente sumaban 22, 034 hombres de guerra, de acuerdo a la listas que pertenecían a los clanes de sus ancestros. 8 Los hijos de Bequer fueron Zemira, Joás, Eliezer, Elioenai, Omri, Jeremot, Abías, Anatot y Alamet. Todos estos eran sus hijos. 9 Las listas de sus clanes enumeraban 20, 200 líderes de familia y hombres de guerra. 10 El hijo de Jediael fue Bilhán. Los hijos de Bilhán fueron Jeús, Benjamín, Aod, Quenaana, Zetán, Tarsis y Ahisahar. 11 Todos estos eran hijos de Jediael. Enlistado en sus listas del clan habían 17, 200 líderes y hombres de guerra aptos para el servicio militar. 12 (Supim y Hupim eran hijos de Hir, y Husim era hijo de Aher.) 13 Los hijos de Neftalí fueron Jahzeel, Guni, Jezer y Salum. Estos fueron nietos de Bilha. 14 Manasés tuvo un hijo varón llamado Asriel, a quien su concubina aramea dio a luz. Ella también dio a luz a Maquir, padre de Galaad. 15 Maquir tomó una esposa de Hupim y Supim. El nombre de una hermana era Maaca. Otro descendiente de Manasés era Zelofehad, que solo tuvo hijas. 16 Maaca, esposa de Maquir, dio a luz un hijo y lo llamó Peres. El nombre de su hermano fue Seres, y sus hijos fueron Ulam y Requem. 17 El hijo de Ulam fue Bedán. Estos eran los descendientes de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés. 18 Hamolequer, hermana de Galaad, dio a luz a Isod, Abiezer y Mahala. 19 Los hijos de Semida fueron Ahián, Siquem, Likhi y Aniam. 20 Los descendientes de Efraín fueron asi: El hijo de Efraín era Sutela. El hijo de Sutela era Bered. El hijo de Bered era Tahat. El hijo de Tahat era Elada. 21 El hijo de Elada era Tahat. El hijo de Tahat fue Zabad. El hijo de Zabad era Sutela. (Ezer y Elad fueron muertos por hombres de Gat, nativos en la tierra, cuando ellos fueron a robar su ganado. 22 Efraín, su padre, hizo duelo por ellos por muchos días, y sus hermanos vinieron a consolarlo. 23 Él durmió con su esposa. Ella concibió y dio a luz a un hijo. Efraín lo llamó Bería, porque la tragedia había llegado a su familia. 24 Su hija fue Seera, quien edificó a Bet Horón Baja, Bet Horón Alta y Uzen Seera.) 25 Su hijo fue Refa. El hijo de Refa fue Resef. El hijo de Resef fue Telah. El hijo de Telah fue Tahán. 26 El hijo de Tajan fue Laadán. El hijo de Laadán fue Amiud. El hijo de Amiud fue Elisama. 27 El hijo de Elisama fue Nun. El hijo de Nun fue Josué. 28 Sus posesiones y residencias fueron Betel y sus aldeas de alrededor. Se extendieron hacia el oriente hasta Naarán y hacia el occidente hasta Gezer y sus aldeas, y a Siquem con sus aldeas hasta Aya y sus villas. 29 En la frontera con Manasés estaban Bet Seán y sus aldeas, Taanac y sus aldeas, Meguido y sus aldeas, y Dor y sus aldeas. En estos pueblos vivieron los descendientes de José, hijo de Israel. 30 Los hijos de Aser fueron Imna, Isúa, Isúi, y Bería. Sera era su hermana. 31 Los hijos de Bería fueron Heber y Malquiel, que fue el padre de Birzavit. 32 Los hijos de Heber fueron Jaflet, Somer, y Hotam. Súa era su hermana. 33 Los hijos de Jaflet fueron Pasac, Bimhal y Asvat. Estos fueron los hijos de Jaflet. 34 Somer, hermano de Jaflet, tuvo a estos hijos: Rohga, Jehúba y Aram. 35 El hermano de Somer, Helem, tuvo estos hijos: Zofa, Imna, Seles y Amal. 36 Los hijos de Zofa fueron Súa, Harnefer, Súal, Beri e Imra, 37 Beser, Hod, Sama, Silsa, Itrán y Beera. 38 Los hijos de Jeter fueron Jefone, Pispa y Ara. 39 Los hijos de Ula fueron Ara, Haniel y Rezia. 40 Todos estos fueron descendientes de Aser. Ellos eran los ancestros de los clanes, líderes de sus familias, hombres distinguidos, hombres guerreros, y jefes entre los líderes. Había veintiseis mil hombres en lista que eran aptos para el servicio militar, de acuerdo a sus listas enumeradas.

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1 Los cinco hijos de Benjamín fueron, su primogenito Bela, Asbel, Ahara, 2 Noha y Rafa. 3 Los hijos de Bela fueron Adar, Gera, Abiud, 4 Abisúa, Naamán, Ahoa, 5 Gera, Sefufán e Hiram. 6 Estos eran los desendientes de Aod quienes eran los jefes de los clanes de los habitantes de Geba, que fueron obligados a mudarse a Manahat: 7 Naamán, Ahías y Gera. El último, Gera, los guió cuando se mudaron. Él era el padre de Uza y Ahiud. 8 Saharaim se convirtió en el padre de hijos en la tierra de Moab, después que se había divorciado de sus esposas Husim y Baara. 9 Por su esposa Hodes, Saharaim se convirtió en el padre de Jobab, Sibia, Mesa, Malcam, 10 Jeúz, Saquías y Mirma. Estos fueron sus hijos, jefes en sus clanes. 11 Él ya se había convertido en el padre de Abitob y Elpaal de Husim. 12 Los hijos de Elpaal fueron Heber, Misam y Semed (que construyeron Ono y Lod con sus aldeas cercanas). 13 También estaban Bería y Sema. Ellos fueron jefes de clanes que vivían en Ajalón, que expulsaron los habitantes de Gat. 14 Bería tuvo estos hijos: Ahío, Sasac, Jeremot, 15 Zebadías, Arad, Ader, 16 Micael, Ispa, y Joha. 17-18 Elpaal tuvo estos hijos: Zebadías, Mesulm, Hizqui, Heber, Ishmerai, Jezlías y Jobab. 19 Simei tuvo estos hijos: Jaquim, Zicri, abdi, 20 Elienai, Ziletai, Eliel, 21 Adaías, Beraías y Simrat. 22 Sasac tuvo estos hijos: Ispán, Heber, Eliel, 23 Abdón, Zicri, Hanán, 24 Hananías, Elam, Anatonías, 25 Ifdaías y Peniel. 26 Jeroham tuvo estos hijos: Samserai, Seharías, Atalías, 27 Jaresías, Elías y Zicri. 28 Estos eran jefes de los clanes y líderes que vivieron en Jerusalén. 29 El padre de Gabaón, Jehiel, cuyo nombre de su esposa fue Maaca, vivía en Gabaón. 30 Su primer hijo era Abdón, seguido de Zur, Cism Baal, Nadab, 31 Gedor, Ahío y Zequer. 32 Otro de los hijos de Jehiel Miiclot, que se convirtió en el padre de Simea. También vivieron cerca de sus familiares en Jerusalén. 33 Ner era el padre de Cis. Cis el padre de Saúl. Saúl fue el padre de Jonatán, Malquisúa, Abinadab y Es Baal. 34 El hijo de Jonatán fue Merib Baal. Merib Baal fue el padre de Micaía. 35 Los hijos de Micaía fueron Pitón, Melec, Tarea y Acaz. 36 Acaz se convirtió en el padre de Joada. Joada fue el padre de Alemet, Azmavet y Zimri. Zimri fue el padre de Mosa. 37 Mosa el padre de Bina. Bina fue el padre de Rafa. Rafa fue el padre de Eleasa. Eleasa fue el padre de Azel. 38 Azel tuvo seis hijos: Azricam, Bocru, Ismael, Searías, Obadías y Hanán. Todos estos fueron hijos de Azel. 39 Los hijos de Esec; su hermano, fueron Ulam, su primer hijo, Jehús el segundo y Elifelet el tercero. 40 Los hijos de Ulam fueron guerreros y arqueros. Tuvieron muchos hijos y nietos, un total de 150. Todos estos pertenecían a los descendientes de Benjamín.

9

1 Así que todo Israel fue registrado en genealogías. Ellos fueron registrados en el libro de los reyes de Israel. En cuanto a Judá, ellos fueron llevados en exilio a Babilonia por sus pecados. 2 Los primeros en ser reubicados en sus ciudades fueron algunos israelitas, sacerdotes, Levitas, y siervos del templo. 3 Algunos descendientes de Judá, Benjamín, Efraín, y Manasés vivían en Jerusalén. 4 Las reubicaciones incluían a Utai hijo de Amiud, hijo de Omri hijo de Imri, hijo de Bani, uno de los descendientes de Pérez hijo de Judá. 5 Entre los Silonitas estaba Asaías el primer hijo y sus hijos. 6 De entre los descendientes de Zera estaba Jeuel. Sus descendientes eran 690. 7 Entre los descendientes de Benjamín estaba Salú hijo de Mesulam, hijo de Hodavías hijo de Asenúa. 8 También estaba Ibenías hijo de Jeroham; Ela, hijo de Uzi, hijo de Micri; y Mesulam hijo de Sefatías hijo de Reuel hijo de Ibnías. 9 Sus parientes escritos en las listas de genealogías eran 956. Todos estos hombres eran líderes en los clanes de sus ancestros. 10 Los sacerdotes eran Jedaías, Joiarib, y Jaquín. 11 También estaba Azarías hijo de Hilcías hijo de Mesulam hijo de Sadoc hijo de Meraiot hijo de Ahitob, el que estaba a cargo de la casa de Dios. 12 Ahí estaba Adaía hijo de Jeroboam, hijo de Pasur, hijo de Malquías. Ahí estaba también Masai hijo de Adiel, hijo de Jazera, hijo de Mesulam, hijo de Mesilemit, hijo de Imer. 13 Sus parientes, que fueron líderes en el clan de sus ancestros, eran 1, 760. Ellos fueron hombres muy capaces en el trabajo en la casa de Dios. 14 Entre los levitas estaba Semaías, hijo de Hasub, hijo de Azricam, hijo de Hasabías, entre los hijos de Merari. 15 También estaba Bachacar, Heres, Galal y Matanías hijo de Micaía, hijo de Zicri, hijo de Asaf. 16 También estaba Obadías, hijo de Semaías, hijo de Galal, hijo de Jedutún y Berequías hijo de Asa, hijo de Elcana que vivió en las aldeas de los Netofatitas. 17 Los porteros eran Salum, Acub, Talmón, Ahimán y sus descendientes. Salum era su líder. 18 Anteriormente ellos hicieron guardia en las puertas del lado este para los campos de los descendientes de Leví. 19 Salum hijo de Coré hijo de Ebiasafel que era hijo de Corá, y sus parientes de la casa de su padre, los Coraítas, estaban a cargo del trabajo del servicio, ellos guardaban la puerta de la tienda, asi como sus ancestros habían guardado el campamento del SEÑOR, y ellos también guardaban la entrada. 20 Finees hijo de Eleazar estuvo a cargo de ellos en el pasado, y el SEÑOR estuvo con él. 21 Zacarías hijo de Meselemías era guardia de la entrada al templo," la carpa de reunión." 22 Todos los que fueron escogidos como guardianes de las entradas contaban 212. Sus nombres fueron registrados en los archivos del pueblo en sus villas. David y Samuel el vidente los pusieron en sus posiciones de confianza. 23 Asi que ellos y sus niños guardaban las puertas de la casa del SEÑOR, el tabernáculo. 24 Los guardianes eran puestos en los cuatro lados, hacia el este, oeste, norte, y sur. 25 Sus hermanos, quienes vivían en sus villas, vinieron en turnos de rotaciones de siete-días. 26 Pero los cuatro líderes de los guardias de las entradas que eran Levitas, eran asignados a guardar los cuartos y almacenes en la casa de Dios. 27 Ellos debían pasar la noche en sus puestos alrededor de toda la casa de Dios, ya que eran responsables de guardarla. Ellos la abrirían cada mañana. 28 Algunos de ellos estaban a cargo del equipamiento del templo; ellos contaban los artículos cuando eran traídos y cuando eran sacados fuera. 29 Algunos de ellos también eran asignados para cuidar las cosas sagradas, los utencilios y los suministros incluyendo la harina fina, el vino, el aceite, el incienso y las especias. 30 Algunos de los hijos de los sacerdotes mezclaban las especias. 31 Matatías, uno de los Levitas, que era el primer hijo de Salum Coreíta, estaba a cargo de preparar el pan para las ofrendas. 32 Algunos de sus hermanos, descendientes de los Coatitas, estaban a cargo del pan de la presencia, para prepararlo cada Sábado. 33 Los cantantes y los líderes de la familia Levita vivían en cuartos en el santuario cuando ellos estaban libres del trabajo porque ellos tenían que llevar a cabo sus tareas asignadas día y noche. 34 Estos eran líderes de familia entre los Levitas como estaba mencionado en los registros genealógicos. Ellos vivían en Jerusalén. 35 El padre de Gabaón, Jehiel, cuya esposa se llamaba Maaca, vivía en Gabaón. 36 Su primogenito fue Abdón y sus hijos Zur, Cis, Baal, Ner, Nadab, 37 Gedor, Ahío, Zacarías y Miclot. 38 Miclot fue el padre de Simeam. Ellos también vivían cerca de sus hermanos en Jerusalén. 39 Ner fue el padre de Cis. Cis fue el padre de Saúl. Saúl fue el padre de Jonatán, Malqisúa, Abinadab; y Esbaal. 40 El hijo de Jonatán fue Meril Baal. Meril Baal fue el padre de Micaía. 41 Los hijos de Micaía fueron Pitón, Melec, Tarea y Acaz. 42 Acaz fue el padre de Jara, Jara fue el padre de Alemet, Azmavet, y Zimri. Zimri fue el padre de Mosa. 43 Mosa fue el padre de Bina. Bina fue el padre de Refaías. Refaías fue el padre de Eleasa. Eleasa fue el padre de Azel. 44 Los seis hijos de Azel Azricam, Bocru, Ismael, Searías, Obadías, y Hanán. Estos fueron los hijos de Azel.

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1 Ahora, los filisteos pelearon contra Israel. Cada hombre de Israel huyó delante los filisteos y cayó muerto en el Monte Gilboa. 2 Los filisteos persiguieron de cerca a Saúl y sus hijos. Los filisteos mataron a Jonatán, Abinabad y Malquisúa, sus hijos. 3 La batalla fue difícil en contra de Saúl, y los arqueros lo dominaron. Él estaba en un dolor severo por causa de los arqueros. 4 Luego, Saúl le dijo a su escudero: "Saca tu espada y traspásame con ella. Sino, estos incircuncisos vendrán y me abusarán." Pero su escudero no quería hacerlo porque él tenía mucho miedo. Así que Saúl agarró su propia espada y cayó sobre ella. 5 Cuando su escudero vio que Saúl estaba muerto, él al igual que Saúl cayó sobre su espada y murió. 6 Así que Saúl murió, sus tres hijos y todos los miembros de su casa murieron juntos. 7 Cuando cada hombre de Israel en el valle vio que ellos habían huído, y que Saúl y sus hijos estaban muertos, ellos abandonaron sus ciudades y huyeron. Luego los filisteos vinieron y vivieron en ellas. 8 Y ocurrió que al siguiente día, cuando los filisteos fueron a despojar a los muertos, ellos encontraron a Saúl y a sus hijos caídos en el Monte Gilboa. 9 Ellos lo desnudaron y tomaron su cabeza y su armadura. Ellos enviaron mensajeros por Filistea a llevar las noticias a sus ídolos y a la gente. 10 Ellos pusieron su armadura en el templo de sus dioses y ataron su cabeza en el templo de Dagón. 11 Cuando todo Jabes de Galaad escucharon todo lo que los filisteos le habían hecho a Saúl, 12 todos los hombres guerreros fueron y se llevaron el cuerpo de Saúl y de sus hijos y los llevaron a Jabes. Ellos enterraron sus huesos bajo el árbol de cedro en Jabes y ayunaron por siete días. 13 Así murió Saúl porque le fue infiel al SEÑOR. Él no obedeció las instrucciones del SEÑOR, si no que pidió consejo de alguien que hablaba con los muertos. 14 Él no busco la dirección del SEÑOR, entonces el SEÑOR lo mató y le entregó el reino a David, hijo de Isaí.

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1 Luego todo Israel vino a David en Hebrón y dijo: "Mira, nosotros somos tu carne y hueso. 2 En el pasado reciente, cuando Saúl fue rey sobre nosotros, fuiste tú quien guió al ejército israelita. El SEÑOR tu Dios te dijo: 'Tú pastorearás mi pueblo Israel y tú te volverás un gobernante sobre mi pueblo Israel.'" 3 Así que todos los ancianos de Israel fueron al rey en Hebrón y David hizo un juramento con ellos ante el SEÑOR. Ellos ungieron a David rey sobre Israel. De esta manera, la palabra del SEÑOR que había sido declarada por Samuel se volvió realidad. 4 David y todo Israel fueron a Jerusalén (que es, Jebús). Los jebuseos, los habitantes de la tierra, estaban allí. 5 Los habitantes de Jebús le dijeron a David: "No vendrás aquí." Pero David tomó la fortaleza de Sión, o seas, la ciudad de David. 6 David había dicho: "Quien sea que ataque los jebuseos primeros se volverá un comandante." Así que Joab hijo de Sarvia atacó primero y fue declarado comandante. 7 Luego David comenzó a vivir en la fortaleza asi que la llamaron la ciudad de David. 8 Él fortificó la ciudad desde Milo hasta el muro que ya la rodeaba. Joab fortificó el resto de la ciudad. 9 David se volvió más y más grandioso porque el SEÑOR de los ejércitos estaba con él. 10 Estos fueron los líderes que David tenía que se demostraron fuertes con él en su reino junto con todo Israel, para hacerlo a él rey, obedeciendo la palabra del SEÑOR en cuanto a Israel. 11 Ésta es una lista de los soldados exclusivos de David: Jasobeam, el hijo de Hacmoni, fue comandante de los treinta. Él mató a trescientos hombres con su lanza en una ocasión. 12 Después de él estaba Eleazar hijo de Dodo, el ahohíta, que fue uno de los tres hombres poderosos. 13 Él estaba con David en Pasdamim, y allí los filisteos se reunieron todos juntos para la batalla, donde había un campo de cebada y el ejército huyó de los filisteos. Ellos se pararon en medio del campo. 14 Ellos lo defendieron y disminuyeron a los filisteos y el SEÑOR los rescató con una gran victoria. 15 Luego, tres de los treinta líderes bajaron hacia la roca donde estaba David, en la cueva de Adulam. El ejército de los filisteos estaba acampando en el Valle de Refaim. 16 En ese tiempo David estaba en su fortaleza, en la cueva, mientras los filisteos habían establecido su campamento en Belén. 17 David anhelaba agua y dijo: "¡Si tan sólo alguien me diera agua para beber del pozo en Belén, el pozo que está en la puerta!" 18 Así que estos tres hombres poderosos entraron a través del ejército de los filisteos y sacaron agua del pozo de Belén, el pozo en la puerta. Ellos tomaron el agua y se le llevaron a David, pero él se negó a beberla. En cambio, él la derramó al SEÑOR. 19 Luego él dijo: "SEÑOR, aleja ésto, lejos esté mí, que yo beba eso. ¿Debería beber de la sangre de hombres que han arriesgado sus vidas?" Porque ellos habían puesto sus vidas en riesgo, él se negó a beberla. Estas son las cosas que los tres hombres poderosos hicieron. 20 Abisai hermano de Joab, fue capitán sobre los Tres. Una vez él usó su lanza en contra de trescientos hombres y los mató. Él es mencionado junto con los Tres. 21 De los Tres, a él se le dio doble honor y se convirtió en su capitán. Aunque él no era uno de ellos. 22 Benaía hijo de Joiada fue un hombre fuerte que hizo grandes acciones. Él mató a los dos hijos de Ariel de Moab. El también bajó al foso y mató un a león mientras estaba nevando. 23 Él incluso mató a un egipcio, un hombre de cinco codos de alto. El egipcio tenía una lanza como la viga de un tejedor, pero él lo confrontó a él con sólo una vara. Él arrebató la lanza de la mano del egipcio y lo mató con su propia lanza. 24 Benaía hijo de Joiada hizo estas grandes acciones, y él fue nombrado junto a los tres hombres poderosos. 25 Él fue más reconocido que los treinta soldados en general, pero él no fue reconocido tan altamente reconocido como los tres soldados exclusivos. Aún así David lo puso a cargo de su guardaespaldas. 26 Los hombres poderosos eran Asael hermano de Joab, Elhanan hijo de Dodo de Belén, 27 Samot el harodita, Heles el pelonita, 28 Ira hijo de Iques el tecoíta, Abiezer el anatotita, 29 Sibecai el husatita, Ilai el ahoíta, 30 Maharai el netofatita, Heled hijo de Baana el netofatita, 31 Itai hijo de Ribai de Guibeá de los descendientes de Benjamín, Benaía el piratonita, 32 Hurai de los arroyos de Gaas, Abiel el arbatita, 33 Azmavet el barhumita, Eliaba el saalbonita, 34 los hijos de Hasem el gizonita, Jonatán hijo de Sage el ararita, 35 Ahíam hijo de Sacar el ararita, Elifal hijo de Ur, 36 Hefer el megueratita, Ahías el pelonita, 37 Hezro el carmelita, Naarai hijo de Ezbai, 38 Joel hermano de Natán, Mibhar hijo de Hagrai, 39 Selec el amonita, Naharai el beerotita (el escudero de Joab hijo de Sarvia), 40 Ira el itrita, Gareb el itrita, 41 Urías el hitita, Zabad hijo de Ahlai, 42 Adina hijo de Siza el rubenita (un jefe de los rubenitas) y treinta con ellos, 43 Hanan hijo de Maaca, y Josafat el mitnita, 44 Uzías el astarotita, Sama y Jeheil hijos de Hotam el aroerita, 45 Jediael hijo de Simri, Joha (su hermano el tizita), 46 Eliel el mahavita, Jerebai y Josavía hijos de Elnaam, Itm el moabita, 47 Eliel, Obed y Jaasiel el mesobaíta.

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1 Estos fueron los hombres que vinieron a David a Siclag, mientras él aún estaba desterrado de la presencia de Saúl, hijo de Cis. Ellos estaban entre los soldados, sus ayudadores en batalla. 2 Ellos estaban armados con arcos y podían usar tanto la mano derecha como la izquierda, en lanzar piedras y disparar flechas del arco. Ellos eran benjamitas, compañeros de tribu de Saúl. 3 El jefe fue Ahiezer, luego Joás, ambos hijos de Semaa el guibeatita. Allí estaban Jeziel y Pelet, hijos de Azmavet. También estaban Beraca y Jehú el anonita, 4 Ismaías el gabaonita, un soldado entre los treinta (y en comando de los treinta); Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad el gederatita, 5 Eluzai, Jerimot, Bealías, Semarías, Sefatías el harufita, 6 los coreítas Elcana, Isías, Azareel, Joezer, Jasobeam, y 7 Joela y Zebadías hijos de Jeroham de Gedor. 8 Algunos gaditas se unieron a David en la fortaleza en el desierto. Ellos fueron hombres de guerra, hombres entrenados para batalla, que podían manejar un escudo y lanza; cuyas caras eran tan feroces como las caras de los leones. Ellos eran tan rápidos como gacelas en las montañas. 9 Allí estaban Ezer el líder, Obadías el segundo, Eliab el tercero, 10 Mismana el cuarto, Jeremías el quinto, 11 Atai el sexto, Eliel el séptimo, 12 Johanán el octavo, Elzabad el noveno, 13 Jeremías el décimo, Macbanai el undécimo. 14 Estos hijos de Gad fueron líderes del ejército. El más insignificante dirigió cien y el mejor dirigió mil. 15 Ellos cruzaron el Jordán en el primer mes, cuando se desbordó sus riveras, y persiguieron a todos los que vivían en los valles, tanto hacia el este como hacia el oeste. 16 Algunos de los hombres de Benjamín y Judá vinieron a la fortaleza de David. 17 David salió a reunirse con ellos y se dirigió a ellos: "Si ustedes han venido en paz a mí para ayudarme, ustedes pueden unirse a mí. Pero si ustedes han venido a traicionarme a mis adversarios, que el Dios de nuestros ansestros vea y los reprenda a ustedes, ya que yo no he hecho nada malo." 18 Luego el Espíritu vino a Amasai, que fue jefe de los treinta. Amasai dijo: "Nosotros somos tuyos, David. Nosotros estamos de tu lados, hijo de Isaí. Paz, que la paz sea con quien te ayude. Que la paz sea con tus ayudadores, pues tu Dios te está ayudando." Luego David los recibió a ellos y los hizo a ellos comandantes sobre sus hombres. 19 Algunos de Manasés también desertaron para unirse a David cuando él vino con los filisteos en contra de Saúl a batalla. Sin embargo, no ayudaron a los filisteos porque los señores de los filisteos consultaban entre ellos para alejar a David. Ellos dijeron: "Él nos abandonará para ir con su amo Saúl a riesgo de nuestras vidas." 20 Cuando él fue a Siclag, los hombres de Manasés que se unieron a él fueron Adnas, Jozabad, Jediaiel, Micael, Jozabad, Eliú, y Ziletai, capitanes sobre miles de Manasés. 21 Ellos ayudaron a David a pelear contra las bandas de ladrones, pues ellos fueron hombres de guerra. Luego ellos se convirtieron en comandantes en el ejército. 22 Día tras día, hombres venían a David para ayudarle a él, hasta que tuvieron un gran ejército, como el ejército de Dios. 23 Este es el registro de los soldados armados para la guerra, que vinieron a David en Hebrón, para entregarle el reino de Saúl a él, lo que cumplió la palabra del SEÑOR. 24 De Judá aquellos que cargaron escudo y lanza fueron 6, 800 armados para la guerra. 25 De los simeonitas habían 7, 100 hombres de guerra. 26 De los levitas habían 4, 600 hombres de guerra. 27 Joiada fue el líder de los descendientes de Aarón, y con él habían 3, 700. 28 Con Sadoc, un hombre joven, fuerte y valiente, habían veintidos líderes de la familia de su padre. 29 De Benjamín, tribu de Saúl, habían tres mil. La mayoría de ellos habían permanecido fieles a Saúl hasta este tiempo. 30 De los efraimitas habían 20, 800 hombres de guerra, hombres famosos en las familias de sus padres. 31 De la media tribu de Manasés habían dieciocho mil hombres famosos que vinieron para hacer a David rey. 32 De Isacar habían doscientos líderes que tenían el entendimiento de los tiempos y sabían lo que Israel había jurado hacer. Todos sus parientes estaban bajo sus comandos. 33 De Zabulón habían cincuenta mil hombres de guerra, preparados para la batalla con todas las armas de guerra y listos para dar completa fidelidad. 34 De Neftalí habían mil oficiales y con ellos treintisiete mil hombres con escudos y lanzas. 35 De los danitas habían 28, 600 hombres preparados para la batalla. 36 De Aser habían cuarenta mil hombres preparados para la batalla. 37 Del otro lado del Jordán, de los rubenitas, gaditas y la mitad de la tribu de Manasés habían 120, 000 hombres armados con todo tipo de armas para la batalla. 38 Todos estos soldados equipados para la batalla vinieron a Hebrón con intenciones firmes de hacer a David rey sobre todo Israel. Todo el resto de Israel estaba también de acuerdo para hacer a David rey. 39 Ellos estaban allí con David tres días comiendo y bebiendo pues sus parientes les habían enviado provisión. 40 Ademas, aquellos que estaban cerca de ellos, como Isacar, Zebulón y Neftalí trajeron pan en burros, camellos, mulas y bueyes, ademas de pasteles de higos, racimos de pasas, vino, aceite, bueyes, y ovejas, pues Israel estaba celebrando.

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1 David consultó con los comandantes de miles y cientos con cada líder. 2 David dijo a toda la asamblea de Israel: "Si les parece bien a ustedes y si esto viene del SEÑOR nuestro Dios, permítanos enviar mensajeros a todas partes a nuestros hermanos que permanecen en todas la regiones de Israel y a los sacerdotes y levitas que están es sus ciudades. Díganle que se unan a nosotros. 3 Permítanos traer el arca de nuestro Dios de vuelta a nosotros, porque nosotros no buscamos su voluntad en los días del reinado de Saúl. " 4 Toda la asamblea estuvo de acuerdo con hacer estas cosas, porque les pareció correcto ante los ojos de todas las personas. 5 Entonces David reunió y unió a todo Israel, desde el río Sihor en Egipto ha Hamat, para traer el arca de Dios desde Quiriat Jearim. 6 David y todo Israel subieron a Baala, que es, Quiriat Jearim, que pertence a Judá, para traer desde el arca de Dios, que es llamada por el nombre del SEÑOR, SEÑOR, que se sienta en el trono sobre los querubines. 7 Entonces ellos colocaron el arca de Dios en una carreta nueva. Ellos la trajeron de la casa de Abinadab. Uza y Ahío estaban guiando la carreta. 8 David y todo Israel estaban celebrando ante Dios con todas sus fuerzas. Ellos estaban cantando con instrumentos de cuerda, tamborines, címbalos y trompetas. 9 Cuando ellos vinieron al campo de trillar de Quidón, Uza extendió su mano para agarrar el arca porque los bueyes tropezaron. 10 Entonces la ira del SEÑOR ardió en contra de Uza y el SEÑOR lo mató, porque Uza había extendido su mano al arca. Él murió allí ante Dios. 11 David estaba enojado porque el SEÑOR había atacado a Uza. Ese lugar es llamado Pérez Uza hasta este día. 12 David le temió a Dios ese dia. Él dijo: "¿Cómo yo puedo traer el arca de Dios a casa conmigo?" 13 Así que David no movió el arca a la ciudad de David, pero la puso a un lado en la casa de Obed Edom el Geteo. 14 El arca de Dios permaneció en la casa de Obed Edom por tres meses. Entonces el SEÑOR bendijo su casa y todo lo que él poseía.

14

1 Entonces Hiram, el rey de Tiro, envió mensajeros a David y árboles de cedro, carpinteros y albañiles. Ellos construyeron una casa para él. 2 David sabía que el SEÑOR lo había establecido como rey de Israel y que su reino fue exaltado en lo alto por el bien de su pueblo de Israel. 3 En Jerusalén, David tomó más esposas y se convirtió en el padre de más hijos e hijas. 4 Estos fueron los nombres de los hijos que le nacieron a él en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, 5 Ibhar, Elisúa, Elpelet, 6 Noga, Nefeg, Jafía, 7 Elisama, Belliada y Elifet. 8 Ahora cuando los filisteos escucharon que David había sido ungido como rey sobre todo Israel, todos ellos fueron en busca de él. Pero David escuchó sobre ello y fue en contra de ellos. 9 Los filisteos habían venido y saquearon el valle de Refaim. 10 Entonces David pidió ayuda a Dios. Él dijo: "¿Debería de atacar a los filisteos? ¿Me entregarás victoria sobre ellos?" El SEÑOR le dijo: "Ataca, porque Yo ciertamente te los entregaré a ti." 11 Así que ellos subieron a Baal Perazim y allí él los venció. Él comentó: "Por mi mano el SEÑOR ha penetrado a mis enemigos como un torrente de agua." Así que el nombre de ese sitio se convirtió en Baal Perazim. 12 Los filisteos abandonaron a sus dioses allí y David dio una orden que debían de ser quemados. 13 Entonces los filisteos saquearon el valle una vez más. 14 Así que David le pidió a Dios ayuda otra vez. Dios le dijo a él: "No debes de atacarlos de frente, sino más bien rodealos por detrás y ven sobre ellos a través de los bosques de bálsamo. 15 Cuando escuches el sonido de marcha en el viento que sopla a través de las copas de árboles de bálsamo, luego ataca con fuerza. Haz esto porque Dios habrá salido por delante de ustedes para atacar al ejército de los filisteos." 16 Así que David hizo como Dios ordenó. Él venció el ejército de los filisteos desde Gabaon todo el camino hasta Gezer. 17 Entonces la fama de David se extendió por todas las tierras y el SEÑOR provocó que todas las naciones le temieran.

15

1 David construyó casas para si mismo en la ciudad de David. Él preparó un lugar para el arca de Dios y levantó una tienda para ella. 2 Entonces David dijo: "Sólo los levitas pueden cargar el arca de Dios porque ellos han sido escogidos por el SEÑOR para cargar el arca del SEÑOR y para servirle a Él por siempre." 3 Entonces David reunió a todo Israel en Jerusalén para subir el arca del SEÑOR al lugar que él había preparado para ella. 4 David reunió a los descendientes de Aarón y los levitas. 5 Desde los descendientes de Coat estaba Uriel, el líder, y sus parientes, 120 hombres. 6 De los descendientes de Merari estaba Asaías, el líder, y sus parientes, 220 hombres. 7 De los descendientes de Gersón estaba Joel, el líder, y sus parientes, 130 hombres. 8 De los descendientes de Elizafán estaba Semaías, el líder, y sus parientes, 200 hombres. 9 De los descendientes de Hebrón estaba Eliel, el líder, y sus parientes, ochenta hombres. 10 De los descendientes de Uziel estaba Aminadab, el líder, y sus parientes, 112 hombres. 11 David llamó a Sadoc y Abiatar, los sacerdotes; y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab. 12 Él les dijo: "Ustedes son los líderes de las familias levitas. Santifíquense a sí mismos, a ustedes y sus hermanos, para que puedan subir el arca del SEÑOR, el Dios de Israel, al lugar que yo le he preparado a ella. 13 Ustedes no la cargaron la primera vez. Por eso fue que el SEÑOR estalló contra nosostros, porque nosotros no lo buscamos a Él ni obedecimos su decreto." 14 Así que los sacerdotes y los levitas se consagraron a sí mismos para poder subir el arca del SEÑOR, el Dios de Israel. 15 Entonces los levitas cargaron el arca de Dios con las barras sobre sus hombros, como Moisés había ordenado-- siguiendo las reglas dadas por la palabra del SEÑOR. 16 David habló a los líderes de los levitas para asignarle a sus hermanos que fueran músicos con instrumentos músicales, intrumentos de cuerda, harpas y címbalos, tocando en voz alta y levantando sus voces con alegría. 17 Entonces los levitas nombraron a Hemán, hijo de Joel, y a uno de sus hermanos, Asaf, hijo de Berequías. Ellos también nombraron parientes de los descendientes de Merari y Etán, hijo de Cusaías. 18 Con ellos estaban sus parientes de segundo rango: Zacarías, Jaazielm Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Benaía, Maasías, Matatías, Elifelehu, Micnías, Obed Edom y Jeiel, los guardianes. 19 Los músicos Hemán, Asaf y Etán fueron ordenados que tocaran en voz alta címbalos de bronze. 20 Zacarías, Aziel, Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Maasías, Benaía tocaron los instrumentos de cuerda, preparados para Alamot. 21 Matatías, Elifelehu, Micnías, Obed Edom, Jeiel y Azazías dirijieron el camino con las arpas preparadas para Seminit. 22 Quenaías, líder de los levitas, él era el director de canto porque era maestro de música. 23 Berequías y Elcana eran guardianes del arca. 24 Sebanías, Josafat, Natanael, Amasai, Zacarías, Nebaía y Eliezer, los sacerdotes, tocarían las trompetas ante el arca de Dios. Obed Edom y Jehías eran guardianes del arca. 25 Entonces David, los ancianos de Israel y los comandantes sobre miles fueron a sacar el arca del pacto del SEÑOR de la casa de Obed Edom con gozo. 26 Mientras Dios ayudaba a los levitas que cargaban el arca del pacto del SEÑOR, ellos sacrificaron siete bueyes y siete carneros. 27 David estaba vestido con una túnica de lino fino, como lo estaban los levitas que cargaban el arca, los cantantes y Quenanías, el líder de la canción, con los cantantes. David estaba usando un efod de lino. 28 Entonces todo Israel subió el arca del pacto del SEÑOR con gritos de alegría, y con el sonido de cuernos, con címbalos y con intrumentos de cuerdas y arpas. 29 Pero cuando el arca del pacto del SEÑOR vino a la ciudad de David, Mical, la hija de Saúl, miró por la ventana. Ella vió al rey David bailando y celebrando. Entonces ella lo despreció en su corazón.

16

1 Ellos trajeron el arca de Dios y la pusieron en el medio de la tienda que David había arreglado para ella. Entonces ellos ofrecieron ofrendas quemadas y ofrendas de paz. 2 Cuando David terminó de sacrificar las ofrendas quemadas, bendijo las personas en el nombre del SEÑOR. 3 Él distribuyó a todo israelita, a ambos, mujeres y hombres, un pedazo de pan, un pedazo de carne y un pastel de pasas. 4 David señaló a ciertos levitas para servir frente al arca del SEÑOR, para celebrar, agradecer y alabar al SEÑOR el Dios de Israel. 5 Estos levitas fueron Asaf, el líder, y el segundo después de él, Zacarías, Jeiel, Semiramot, Jehiel, Matatias, Eliab, Benaía, Obed-Edom y Jeiel. Estos debían tocar instrumentos de cuerda y arpas. Asaf hacía sonar los címbalos fuertemente. 6 Benaía y Jahaziel, los sacerdotes, sonaban los cuernos regularmente frente al arca del pacto de Dios. 7 Entonces, en ese día, David primero señaló a Asaf y a sus hermanos para cantar este cántico de agradecimiento al SEÑOR. 8 Den gracias al SEÑOR, invoquen su nombre; den a conocer sus obras entre las naciones. 9 Cánten a Él, cánten alabanzas a Él; hablen de todas sus obras maravillosas. 10 Gloríense en su santo nombre; que el corazón de aquellos que buscan al SEÑOR se regocije. 11 Busquen al SEÑOR y su fuerza; busquen su presencia contínuamente. 12 Recuerden las cosas maravillosas que Él ha hecho, sus milagros y los decretos de su boca, 13 ustedes descendientes de Israel sus siervos, ustedes pueblo de Jacob, sus elegidos. 14 Él es el SEÑOR nuestro Dios. Sus decretos están en toda la Tierra. 15 Mantengan su pacto en mente por siempre, la palabra que Él ordenó para mil generaciones. 16 Recuerden el pacto que Él hizo con Abraham y su juramento a Isaac. 17 Esto fue lo que Él confirmó a Jacob como estatuto y a Israel como su pacto eterno. 18 Él dijo: "Yo les daré la tierra de Canaán como parte de su herencia." 19 Yo dije esto cuando ustedes eran pocos en números, muy pocos y extranjeros en la tierra. 20 Ellos iban de nación en nación, de un reino a otro. 21 Él no permitió que nadie los oprimiera; Él castigó a reyes por su bien. 22 Él dijo: "No toquen a mis ungidos y no le hagan daño a mis profetas". 23 Canten al SEÑOR, toda la Tierra; anuncien su salvación día tras día. 24 Declaren su gloria entre las naciones, sus maravillosas obras entre las naciones. 25 Porque el SEÑOR es grande y debe ser alabado grandemente y debe ser temido sobre todos los otros dioses. 26 Porque todos los dioses de las naciones son ídolos, pero Él es el SEÑOR que hizo los cielos. 27 Esplendor y majestad hay en su presencia. Fuerza y gozo en su lugar. 28 Den al SEÑOR, ustedes los clanes de personas, den al SEÑOR gloria y fuerza; 29 Den al SEÑOR la gloria que merece su nombre. Traigan una ofrenda y vengan delante de Él. Inclínense delante del SEÑOR en su santo esplendor. 30 Tiemble delante de Él, toda la Tierra. El mundo también es establecido; no puede ser sacudido. 31 Que los cielos se alegren y que la Tierra se regocije; que digan entre las naciones: "El SEÑOR reina." 32 Que ruja el mar y todo lo que lo llena grite de alegría. Que los campos se alegren y todo lo que hay en ellos. 33 Entonces dejen que los árboles del bosque griten de alegría delante del SEÑOR, porque Él viene a juzgar la Tierra. 34 Denle gracias al SEÑOR, porque Él es bueno, porque la fidelidad de su pacto dura para siempre. 35 Entonces digan: "Sálvanos, Dios de nuestra salvación. Júntanos y rescátanos de las otras naciones, para que podamos dar gracias a tu santo nombre y gloria en tus alabanzas." 36 Que el SEÑOR, Dios de Israel, sea alabado desde la eternidad hasta la eternidad. Todo el pueblo dijo: "Amen" y alabaron al SEÑOR. 37 Así que David dejó a Asaf y a sus hermanos allí frente al arca del pacto del SEÑOR, para servir contínuamente frente al arca, de acuerdo a su trabajo requerido a diario. 38 Obed-Edom con los sesenta y ocho familiares estaban incluidos. Obed-Edom, hijo de Jedutún, juntamente con Hosa, fueron los porteros. 39 Sadoc, el sacerdote, y sus compañeros sacerdotes estaban para servir frente al tabernáculo del SEÑOR en el lugar alto en Gabaón. 40 Ellos tenian que ofrecer ofrendas quemadas al SEÑOR contínuamente mañana y noche, de acuerdo con todo lo escrito en la ley del SEÑOR, que fue entregada como mandato a Israel. 41 Hemán y Jedutún estaban con ellos juntamente con el resto que fueron escogidos por nombre, para dar gracias al SEÑOR, por su eterno pacto de fidelidad. 42 Hemán y Jedutún estaban a cargo de tocar las trompetas, címbalos y otros instrumentos para la música sagrada. Los hijos de Jedutún guardaban la puerta. 43 Entonces todo el pueblo regresó a sus casas y David regresó y bendijo a su propia familia.

17

1 Pasó que después que el rey había arreglado su casa, él le dijo a Natán el profeta: "Mira, yo estoy viviendo en una casa de cedro, pero el arca del pacto del SEÑOR se está quedando bajo una tienda." 2 Entonces Natán le dijo a David: "Ve, haz lo que está en tu corazón, pues Dios está contigo." 3 Pero aquella misma noche la palabra de Dios vino a Natán diciendo: 4 "Ve y dile a David mi siervo: 'Esto es lo que el SEÑOR dice: Tú no vas a construirme una casa en la cual vivir. 5 Pues Yo no he vivido en una casa desde el día que Yo traje a Israel hasta el día presente. De lo contrario, Yo he estado viviendo en una tienda, un tabernáculo, en varios lugares. 6 En todos los lugares yo me he movido entre todo Israel, ¿Acaso yo alguna vez dije algo a alguno de los líderes de Israel a quienes Yo he determinado como pastor de mi pueblo diciendo:"¿Por qué no me has construido una casa de cedro?"" 7 "Entonces, dile a mi siervo David: 'Esto es lo que el SEÑOR de los ejércitos dice: Yo te saqué de los pastizales, de pastoriar ovejas, para que tú fueras el gobernante sobre mi pueblo de Israel. 8 Yo estuve contigo dondequiera que fuiste y derroté a todos tus enemigos delante de tí, y Yo voy a hacer un nombre para ti como el nombre de los grandes que están en la Tierra. 9 Yo te asignaré un lugar para mi pueblo Israel y voy a plantarlos a allí para que ellos puedan vivir en su propio lugar y no sean más molestados. No serán más oprimidos por personas malvadas, como lo hacían antes, 10 como ellos lo hicieron desde los días que Yo ordené jueces sobre mi pueblo Israel. Entonces Yo voy a dominar a todos tus enemigos. Además, Yo te digo que Yo, el SEÑOR, voy a construirte una casa. 11 Sucederá que cuando tus días se cumplan para que vayas a tus padres, Yo voy a levantar a un desendiente después de ti; y a uno de tus propios desendientes, Yo voy a establecer su reino. 12 Él me va a construir una casa, y Yo voy a establecer su trono para siempre. 13 Yo voy a ser un padre para Él y Él será mi Hijo. Yo no voy a quitar mi pacto de fidelidad de Él, como lo quité de Saúl, que reinó antes de ti. 14 Yo lo estableceré sobre mi casa y en mi reino para siempre, y su trono será establecido para siempre."' 15 Natán le habló a David y le reportó todas estas palabras, y él le contó sobre la visión completa. 16 Entonces David el rey entró y se sentó ante el SEÑOR; él dijo: "¿quién soy yo, SEÑOR Dios, y qué es mi familia para que tú me hallas traído hasta este punto? 17 Pues esto era una asunto pequeño en tu vista, Dios. Tú has hablado de la familia de tu siervo sobre un gran tiempo por venir, y me has mostrado futuras generaciones, SEÑOR Dios. 18 ¿Qué más yo, David, puedo decirte a Ti? Tú has honrado a tu siervo. Tú le has dado a tu siervo un reconocimiento especial. 19 SEÑOR, por el bien de tu siervo, y para cumplir tu propio propósito, tú has hecho esta gran cosa de revelar todas tus grandes obras. 20 SEÑOR, no hay nadie como tú, y no hay nadie fuera de ti, justo como nosotros hemos escuchado siempre. 21 Pues ¿qué nación en la Tierra es como tu pueblo Israel, quien como tú, Dios; los rescataste de Egipto como personas solo para tí, para hacer un nombre para tí mediante grandes y asombrosas obras? Tú sacaste naciones delante de tu pueblo, a quienes tú rescataste de Egipto. 22 Tú hiciste de Israel tu propio pueblo para siempre, y tú, SEÑOR, te convertiste en su Dios. 23 Así que, SEÑOR, que la promesa que tú hiciste conforme a tu siervo y su familia sea establecida por siempre. Haz como tú has hablado. 24 Que tu nombre sea establecido para siempre y sea grande, para que la gente diga: 'El SEÑOR de los ejércitos es el Dios de Israel', mientras mi casa, David, tu siervo sea establecida delante de tí. 25 Pues tú, mi Dios, has revelado a tu siervo que tú le construirás una casa. Es por esto que yo, tu siervo, he encontrado valor para orarte a tí. 26 Ahora, SEÑOR, Tú eres Dios, y has hecho esta buena promesa a tu siervo: 27 Te ha complacido bendecir la casa de tu siervo, para que continúe por siempre delante tí. Tú, SEÑOR, la has bendecido, y será bendecida para siempre."

18

1 Después de esto, acontenció que David atacó los a filisteos y los derrotó. Él tomó a Gat y sus aldeas fuera del control de los filisteos. 2 Luego él derrotó a Moab, y los moabitas se volvieron sirvientes de David y le pagaron tributo. 3 Luego, David derrotó a Haded Ezer, rey de Soba en Hamat, mientras Hadad Ezer estaba viajando para establecer su gobierno en el río Éufrates. 4 David se apoderó de mil carros, siete mil hombres de a caballo y veintemil sirvientes de Haded. David laceró una pata a todos los caballos de los carruajes, pero reservó suficientes de ellos para cien carruajes. 5 Cuando los arameos de Damasco vinieron a ayudar a Hadad Ezer rey de Soba, David mató veintidos mil hombres arameos. 6 Luego David puso tropas en Aram de Damasco, y los arameos se convirtieron en sirvientes de él y le trajeron tributo a él. El SEÑOR le dio la victoria a David por donde quiera que él iba. 7 David tomó los escudos de oro que estaban sobre los sirvientes de Hadad Ezer y los trajeron a Jerusalén. 8 Desde Tibhat y Cun, ciudades Hadad Ezer, David tomó muchísimo bronce. Fue con este bronce que Salomón luego hizo el mar de bronce, los pilares y las herramientas de bronce. 9 Cuando Tou, rey de Hamat, escuchó que David había derrotado a todo el ejército de Hadad Ezer rey de Soba, 10 Tou mandó Adoram, su hijo, al rey David para saludarlo y bendecirlo porque David peleó contra Hadad Ezer y lo derrotó y porque Hadad Ezer había preparado guerra contra Tou. Adoram trajo con él objetos de plata, oro y bronce. 11 El rey David separó estos objetos para el SEÑOR junto con la plata y el oro que él cargó desde todas las naciones: Edom, Moab, la gente de Amón, los filisteos y Amalec. 12 Abisai, hijo de Sarvia, mató dieciocho mil edomitas en el Valle de Sal. 13 Él ubicó tropas en Edom y todos los edomitas se volvieron sirvientes de David. El SEÑOR le dio victoria a David por donde quiera que él iba. 14 David reinó sobre todo Israel y él administró justicia y juicio a todo su pueblo. 15 Joab, hijo de Sarvia, fue el comandante del ejército y Josafat, hijo de Ahilud, fue registrador. 16 Sadoc, hijo de Ahitob, y Abimelec, hijo de Abiatar, fueron sacerdotes y Savsá fue escriba. 17 Benaía, hijo de Joiada, estuvo sobre los cereteos y peleteos, y los hijos de David fueron los consejeros principales del rey.

19

1 Ocurrió que después de esto Nahas, rey de los Amonitas murió, y su hijo fue rey en su lugar. 2 David dijo: "Mostraré bondad a Hanún hijo de Nahas porque su padre demostró bondad conmigo." Así que David envió mensajeros a él para consolarlo respecto a su padre. Los siervos de David entraron a la tierra de los Amonitas y fueron a Hanún, para poder consolarlo. 3 Pero los príncipes de los amonitas dijeron a Hanún: "Crees tú que David está honrando a tu padre porque envió hombres a consolarte? ¿No será que sus siervos vienen a ti para explorar y examinar la tierra para derrocarla?" 4 Así que Hanún agarró a los siervos de David, los rapó, cortó sus ropas desde la cintura hasta la cadera y los envió de regreso. 5 Cuando le explicaron esto a David, envió a mensajeros para que se ruenieran con ellos con un mensaje porque los hombres estaban profundamente avergonzados. El rey dijo: "Quédense en Jericó hasta que sus barbas crezcan otra vez, y entonces regresen." 6 Cuando los amonitas se dieron cuenta que se habían convertido en una molestia para David, Hanún y los amonitas enviaron mil talentos de plata para alquilar carruajes arameos y hombres de a caballo de Aram, Maaca y de Soba. 7 Ellos le alquilaron a los arameos treintidos mil carruajes con el rey de Maaca y su gente, que vinieron y acamparon antes de Medeba. Los amonitas se reunieron y juntos desde sus ciudades salieron para la guerra. 8 Cuando David escuchó sobre esto, él envió a Joab y su ejército completo para encontrarse con ellos. 9 La gente de Amón salieron y se alinearon para la batalla en la puerta de la ciudad mientras los reyes que habían venido estaban solos en el campo. 10 Cuando Joab vio las filas de batalla al frente y en la retaguardia, escogió algunos de los mejores guerreros de Israel y los organizó contra los arameos. 11 En cuanto al resto del ejercito, él puso al mando a Abisai su hermano y los puso en filas de batalla en contra del ejército de Amón. 12 Joab dijo: "Si los arameos son muy fuertes para mi, entonces tú, Abisai, debes rescatarme. Pero si el ejército de Amón es demasiado fuerte para ti, entonces yo vendré y te rescataré. 13 Sé fuerte y deja que nosotros demostremos ser fuerte para nuestro pueblo y para las ciudades de Dios porque el Señor hará lo que es bueno para su propósito." 14 Así que Joab y los soldados de su ejército avanzaron a la batalla en contra de los arameos, que fueron forzados a huir del ejército de Israel. 15 Cuando el ejército de Amón vio que los arameos habían huído, ellos también huyeron del hermano de Joab, Abisai, y regresaron a la ciudad. Entonces Joab regresó de la gente de Amón y regresó a Jerusalén. 16 Cuando los arameos vieron que ellos estaban siendo derrotados por Israel, ellos enviaron por refuerzos desde el Rio Eufrates con Sofac el comandante de Hadad Ezer. 17 Cuando esto le fue dicho a David, el reunió a todo Israel y juntos cruzó el Jordán y vino sobre ellos. Él organizó el ejército para la batalla en contra de los arameos y ellos pelearon contra él. 18 Los arameos huyeron de Israel, y David mató a siete mil arameos de los carruajes y cuarenta mil soldados de a pie. También mató a Sofac, el comandante del ejército. 19 Cuando todos los reyes que eran siervos de Hadad Ezer vieron que habían sido derrotados por Israel, ellos hicieron la paz con David y le sirvieron. Así que el pueblo de Aram ya no estaba dispuesto a ayudar a los amonitas.

20

1 Y sucedió que en la primavera, en el tiempo en que normalmente los reyes van a la guerra, Joab guió el ejército a la batalla y devastó la tierra de los amonitas. Él fue y sitió a Rabá. David se quedó en Jerusalén. Joab atacó a Rabá y la derrotó. 2 David tomó la corona de la cabeza del rey de ellos y notó que pesaba treinta y cuatro kilogramos de oro y que en ella había piedras preciosas. La corona fue puesta en la cabeza de David y él sacó el botín de la cuidad en grandes cantidades. 3 Él sacó a la gente que estaba en la cuidad afuera y los forzó a trabajar con sierras, picos de hierro y hachas. David le exigió a todas las ciudades de la gente de Amón a hacer este trabajo. Entonces David y todo el ejército regresó a Jerusalén. 4 Y sucedió que después de esto hubo una batalla en Gezer con los filisteos. Sibecai, el husatita, mató a Sipai, uno de los descendientes de los gigantes; y los filisteos fueron dominados. 5 Pasó otra vez en una batalla con los filisteos en Gob, que Elhanán, hijo de Jair el betlemita, mató a Lahmi, hermano de Goliat el hitita, de que el bastón de su lanza era como una viga de tejer. 6 Y sucedió que en otra batalla en Gat había un hombre de gran altura que tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie. Él también fue descendiente de los gigantes. 7 Cuando él se burló del ejército de Israel, Jonatán, hijo de Simea, hermano de David, lo mató. 8 Estos eran descendientes de los gigantes de Gat; y ellos fueron asesinados por la mano de David y por la mano de sus soldados.

21

1 Un adversario se levantó contra Israel e incitó a David a hacer un conteo de Israel. 2 David le dijo a Joab y a los comandantes del ejército: "Vayan y hagan conteo del pueblo de Israel desde Beerseba hasta Dan y reportenló a mí para que yo sepa su número." 3 Joab dijo: "Que el Señor haga su ejército cien veces mayor de lo que es. Pero mi amo, el rey, ¿no le sirven todos a mi amo? ¿Por qué mi amo desea esto? ¿Por qué traer culpa sobre Israel?" 4 Pero al final la palabra del rey fue en contra Joab. Por tanto, Joab se fué y cruzó por todo Israel. Entonces, él regresó a Jerusalén. 5 Entonces Joab reportó el total de el conteo de de todos guerreros de David. Habían en Israel 1, 100, 000 hombres que sacaban la espada. Judá sólo tenía 470, 000 soldados. 6 Pero Leví y Benjamín no estaban contados entre ellos, ya que la orden del rey había disgustado a Joab. 7 Dios se ofendió por esta acción, por lo tanto atacó a Israel. 8 David le dijo a Dios: "Yo he pecado grandemente al hacer esto. Ahora quíta la culpa de tu siervo porque he actuado muy neciamente." 9 El Señor dijo a Gad, profeta de David: 10 "Ve dile a David: 'Esto es lo que el Señor dice: Te voy a dar tres alternativas. Escoje una de ellas."' 11 Entonces Gad fue a David y le dijo: "El Señor dice esto: 'Escoje uno de estos: 12 tres años de hambruna, tres meses siendo perseguido por sus enemigos y siendo atrapados por sus espadas, o tres días de la espada del Señor, eso es, una plaga en la tierra, con el ángel del Señor destruyendo toda la tierra de Israel.' Ahora pues, decide cual respuesta le llevaré al que me envió." 13 Entonces David le dijo a Gad: "Yo tengo un grave problema. Déjame caer en la mano del SEÑOR en vez de la mano del hombre ya que Sus acciones de misericordia son muy grandes." 14 Por lo tanto, el SEÑOR envió una plaga sobre Israel y setenta mil personas murieron. 15 Dios envió un ángel a Jerusalén para destruirlo. Cuando ya estaba a punto de destruirla, el SEÑOR miró y cambió de parecer sobre el daño. Le dijo al ángel destructor: "¡Basta! Ahora retirá tu mano." En ese momento el ángel del SEÑOR estaba parado en el campo de trillar de Ornán, el Jebuseo. 16 David alzó su mirada y vió al ángel del SEÑOR parado entre la Tierra y el cielo; tenía en su mano una espada extendida sobre Jerusalén. Entonces David y los ancianos, vestidos de cilicio, se acostaron boca abajo sobre la tierra. 17 David le dijo Dios: "¿No fui yo el que ordenó que el ejército fuese contado? Yo hice esta cosa malvada. ¿Pero estas ovejas, qué han hecho? ¡SEÑOR mi Dios! Deja que tu mano me golpee a mí y a mi familia, pero que tu plaga no repose sobre tu pueblo." 18 Entonces el ángel del SEÑOR ordenó a Gad que le dijera a David, que David debería subir y edificar un altar para el SEÑOR en el campo de trillar de Ornán, el Jebuseo. 19 Entonces David subió tal como Gad le instruyó que hiciera en el nombre del SEÑOR. 20 Mientras Ornán trillaba el trigo, se giró y vió al ángel. Él y sus cuatro hijos se escondieron. 21 Cuando David vino a Ornán, Ornán miró y vió a David. Él dejó el campo de trillar y se inclinó a David con su rostro sobre tierra. 22 Entonces David dijo a Ornán: "Véndeme este el campo de trillar para que yo pueda edificar un altar para el SEÑOR. Yo pagaré el precio completo para que la plaga pueda ser removida de mi pueblo." 23 Ornán le dijo a David: "Tómalo como tuyo, mi amo el rey. Haz con él lo que es bueno antes tus ojos. Mira, te daré bueyes para las ofrendas quemadas, y los trineos de trillar para madera, y trigo para la ofrenda de grano; te lo daré todo a ti." 24 El rey David le dijo a Ornán: "No, yo insisto en comprarlo por el precio completo. No tomaré lo que es tuyo y ofrecerlo como ofrenda quemada al SEÑOR si no me cuesta nada." 25 Por tanto, David pagó seis siclos de oro por el lugar. 26 David edificó un altar para el SEÑOR allí y ofreció sobre el ofrendas quemadas y ofrendas de paz. Llamó al SEÑOR, que le contestó con fuego desde el cielo sobre el altar para las ofrendas quemadas. 27 Entonces el SEÑOR dió una orden al ángel, y el ángel regresó su espada a la vaina. 28 Cuando David vió que el SEÑOR le había contestado en el campo de trillar de Ornán, el Jebuseo, él llevó a cabo el sacrificio allí a la misma vez. 29 Para ese tiempo, el tabernáculo del SEÑOR que Moisés había hecho en el desierto y en el altar para las ofrendas quemadas, estaban en el lugar alto en Gabaón. 30 Sin embargo, David no podía ir allí para pedir la dirección de Dios porque le temía a la espada del ángel del SEÑOR.

22

1 Entónces David dijo:" Aquí es donde la casa del SEÑOR Dios va a estar con el altar para las ofrendas quemadas de Israel." 2 Así que, David ordenó a sus siervos que reunieran a todos los extranjeros que estaban viviendo en la tierra de Israel. Él los asignó como cortadores de piedras para cortar bloques de piedra con el fin de construir la casa de Dios. 3 David suplió una gran cantidad de hierro para los clavos de las puertas que van en las entradas y para las bisagras. Él también suplió más bronce del que se podían pesar, 4 y más árboles de cedro de los que se podían contar. (Los sidonios y los tirios trajeron a David muchos troncos para contar.) 5 David dijo:" Mi hijo Salomón es joven y sin experiencia, y la casa que se va a construir para el SEÑOR debe ser especialmente magnífica, para que sea famosa y gloriosa en todas las otras tierras. Así que, yo me prepararé para su construcción." Así que David hizo extensos preparativos antes de su muerte. 6 Entónces él llamó a Salomón, su hijo, y le encargó que construyera una casa para el SEÑOR, el Dios de Israel. 7 David le dijo a Salomón:"Hijo mio, era mi intención construir la casa yo mismo para el nombre del SEÑOR mi Dios. 8 Pero el SEÑOR vino a mi y me dijo: 'Tú haz derramado mucha sangre y haz peleado muchas batallas. Tú no construirás casa en Mi nombre porque a mi vista, has derramado mucha sangre en la tierra. 9 Sin embargo tendrás un hijo que será un hombre de paz. Le daré descanso de todos sus enemigos por todos lados. Su nombre será Salomón y le daré paz y quietud a Israel en sus días. 10 Él construirá una casa para Mi nombre. Él será Mi hijo y Yo seré su Padre. Yo estableceré el trono de su reino sobre Israel por siempre.' 11 Hijo mio, El SEÑOR esté contigo y te permita tener éxito. Que puedas construir la casa para el SEÑOR tu Dios así como Él dijo que harías. 12 Soló el SEÑOR podrá darte visión y entendimiento para que puedas obedecer la ley del SEÑOR tu Dios cuando Él te ponga a cargo sobre Israel. 13 Entonces tú tendrás éxito, si tú cuidadosamente obedeces los estatutos y decretos que el SEÑOR le dió a Moisés concernientes a Israel. Se fuerte y valiente. No tengas temor ni te desanimes. 14 Mira, con gran esfuerzo he preparado para la casa del SEÑOR 3, 400 toneladas métricas de oro, 34, 000 toneladas métricas de plata, y bronze y hierro en grandes cantidades. También he provisto madera y piedra. Tú debes añadir más a todo esto. 15 Tú tienes muchos trabajadores contigo: cortadores de piedras, carpinteros, albañiles y numerosos artesanos diestros de cada tipo, 16 que pueden trabajar con oro, plata, bronze y hierro. Así que comienza a trabajar y que el SEÑOR esté contigo." 17 David también ordenó a todos los líderes de Israel que ayudaran a Salomón su hijo, diciendo: 18 "El SEÑOR tú Dios está contigo y te ha dado paz en todos lados. Él me ha dado el poder sobre los habitantes de la región. La región estará sometida ante el SEÑOR y Su pueblo. 19 Busca al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y tu alma. Levántate y construye el lugar santo del SEÑOR tu Dios. Entonces, tú podrás traer el arca del pacto del SEÑOR y las cosas que pertenecen a Dios a la casa que se construirá para el nombre del SEÑOR."

23

1 Cuando David estaba viejo y cerca del fin de su vida, hizo a Salomón, su hijo, rey sobre Israel. 2 Él reunió a todos los líderes de Israel, con los sacerdotes y levitas. 3 Los levitas que tenían 30 años o más fueron contados. Su total fue de treinta y ocho mil. 4 "De estós, veinticuatro mil les tocaba vigilar el trabajo de la casa del SEÑOR y seis mil eran oficiales y jueces. 5 Cuatro mil eran guardianes y cuatro mil les tocaba adorar al SEÑOR con los instrumentos que yo hice para adorar", dijo David. 6 Él los dividió a ellos en grupos que correspondían a los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari. 7 Laadán y Simeí eran de los clanes descendientes de Gersón. 8 Habían tres de los hijos de Laadán: Jehiel, el líder, Zetam y Joel. 9 Habían tres de los hijos de Simeí: Selomit, Haziel y Harán. Estos fueron los líderes de los clanes de Laadán. 10 Habían cuatro de los hiijos de SImeí: Jahat, Zina, Jeús y Beríá. 11 Jahat fue el mayor y Zina el segundo, pero Jeús y Bería no tuvieron muchos hijos asi que fueron considerados como un mismo clan con las mismas responsabilidades. 12 Habían cuatro de los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebró y Uziel. 13 Estos fueron los hijos de Amram: Aarón y Moises. Aarón fue escogido para separar las cosas más sagradas y él y sus descensientes ofrecerían incienso ante el SEÑOR, para servirle a Él y para bendecir su nombre por siempre. 14 Pero en cuanto a Moisés, el hombre de Dios, sus hijos fueron considerados ser levitas. 15 Los hijos de Moisés eran Gersón y Eliezer. 16 Los descendientes de Gersón era Sebuel, el mayor. 17 El descendiente de Eliezer fue Rehabías. Eliezer no tenía más hijos, pero Rehabías tuvo muchos descendientes. 18 El hijo de Izhar fue Selomit, el líder. 19 Los descendientes de Hebrón fueron Jerías, el mayor, Amarías, el segundo, Jahaziel, el tercero y Jecamán, el cuarto. 20 Los hijos de Uziel fueron Micaía, el primero e Isaía, el segundo. 21 Los hijos de Merari fueron Mahli y Musi. Los hijos de Mahli eran Eleazar y Cis. 22 Eleazar murió sin tener ningún hijo. Soló tuvo hijas. Los hijos de Cis se casaron con ellas. 23 Los hijos de Musi fueron Mahli, Eder y Jeremot. 24 Estos fueron los descendientes de Leví correspondiente a sus clanes. Ellos eran los líderes, contados y listados por nombres, de los clanes que hicieron el trabajo en la casa del SEÑOR, de veinte años y más. 25 Por cuanto David dijo: "El SEÑOR, el Dios de Israel, le ha dado descanso a su pueblo. Él hace su hogar en Jerusalén para siempre. 26 Los levitas no tendrán que cargar más el tabernáculo ni todo el equipo utilizado en su servicio." 27 Por las últimas palabras de David los levitas de veinte años y más fueron contados. 28 Su deber fue asistir a los descendientes de Aarón en el servicio de la casa del SEÑOR. Ellos iban a cuidar de los patios, los cuartos, la ceremonia de purificación de todas las cosas que le pertenecían al SEÑOR y otros trabajos en la casa de Dios. 29 También se encargaban del pan de la precencia, la harina fina para las ofrendas de trigo, el pan sin levadura, las ofrendas horneadas, las ofrendas mescladas con aceite y todas las medidas de los tamaños y las cantidades de las cosas. 30 También ellos se levantaban cada mañana para agradecer y adorar al SEÑOR. También hacían esto todas las tardes 31 y cada vez que ofrecieran ofrendas quemadas al SEÑOR en el día de reposo y en los festivales de luna nueva y días de fiestas. Un número fijo asignado por decreto siempre tenía que estar presente ante el SEÑOR. 32 Ellos estaban a cargo de la tienda de reunión, el lugar santo, y ayudaban a sus parientes descendientes de Aarón en el servicio de la casa del SEÑOR.

24

1 Los grupos de trabajo basados en los descendientes de Aarón fueron estos: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. 2 Nadab y Abiú murieron antes que su padre muriera. No tuvieron hijos así que Eleazar e Itamar sirvieron como sacerdotes. 3 David, junto con Sadoc, un descendiente de Eleazar, y Ahimelec, un descendiente de Itamar, los dividió en grupos para su trabajo como sacerdotes. 4 Habían más hombres líderes entre los descendientes de Eleazar que entre los descendientes de Itamar así que ellos dividieron los descendientes de Eleazar en dieciséis grupos. Ellos hicieron esto por las jefes de clanes y por los descendientes de Itamar. Estas divisiones eran ocho en número, correspondiente a sus clanes. 5 Ellos los dividieron imparcialmente por lote porque ellos eran oficiales santos y oficiales de Dios de ambos descendientes de Eleazar y descendientes de Itamar. 6 Semaías, hijo del escriba Natanael, un levita, escribió sus nombres en la presencia del rey, los oficiales, Sadoc el sacerdote, Ahimelec, hijo de Abiatar, y los líderes de las familias sacerdotales y levitas. Un clan fue tomado al hechar suerte entre los descendientes de Eleazar y entonces el próximo sería tomado al hechar suerte entre los descendientes de Itamar. 7 El primer sorteo de suerte le tocó a Joiarib, el segundo a Jedaías, 8 el tercero a Harim, el cuarto a Seorim, 9 el quinto a Malquías, el sexto a Mijamín, 10 el séptimo a Cos, el octavo a Abías, 11 el noveno a Jesúa, el décimo a Secanías, 12 el undécimo a Eliasib, el duodécimo a Jaquim, 13 el decimotercero a Hupa, el decimocuarto a Jesebeab, 14 el decimoquinto a Bilga, el decimosexto a Imer. 15 el decimoséptimo a Hezir, el decimoctavo a Afisés, 16 el decimonoveno a Petaías, el vigésimo a Hezequiel, 17 el vigesimoprimero a Jaquín, el vigesimosegundo a Gamul, 18 el vigesimotercero a Delaía, y el vigesimocuarto a Maazías. 19 Éste fue el orden de su servicio cuando ellos venían a la casa del Señor siguiendo el procedimiento dado a ellos por Aarón, su ancestro, según el Señor, el Dios de Israel, le había instruído a él. 20 Estos fueron el resto de los levitas: de los hijos de Amram, Subael; de los hijos de Subael, Jehedías. 21 Los hijos de Rehabías: de los hijos de Rehabías, Isías el líder. 22 De los Izharitas, Selomot; de los hijos de Selomot Jahat. 23 Los hijos de Hebrón: Jerías, el líder, Amarías el segundo, Jahaziel el tercero, y Jecamán el cuarto. 24 Los hijos de los descendientes de Uziel incluía a Micaía. Los descendientes de Micaía incluía a Samir. 25 El hermano de Micaía fue Isías. De los hijos de Isías incluían a Zacarías. 26 Los hijos de Merari: Mahli y Musi. El hijo de Jaazías, Beno. 27 Los hijos de Merari: Jaasías, Beno, Soham, Zacur e Ibri. 28 Los hijos de Mahli: Eleazar, que no tenía hijos. 29 Los hijos de Cis, los hijos de Cis: Jerameel 30 Los hijos de Musi: Mahli, Edar y Jerimot. Estos fueron los levitas enlistados según sus familias. 31 Estos hombres que fueron los jefes de cada casa paterna y cada uno de sus hermanos más jóvenes echaron suerte delante de la presencia del rey David, de Sadoc y Ahimelec, junto a los líderes de las familias de los sacerdotes y los levitas. Echaron suerte tal y como los descendientes de Aarón habían hecho.

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1 David y los líderes del trabajo del tabernáculo seleccionaron a algunos de los hijos de Asaf, Hemán y Jedutún para este trabajo. Estos hombres profetizaban con arpas, instrumentos de cuerdas y címbalos. Aquí está una lista de hombres que hicieron este trabajo. 2 De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela, bajo la dirección de Asaf, que profetizaban bajo la supervisión del rey. 3 De los hijos de Jedutún: Gedalías, Zeri, Jesaías, Simei, Hasabías y Malatatías, seis en total, bajo la dirección de su padre Jedutún, que tocaba el arpa para darle gracias y alabando al SEÑOR. 4 De los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel, Jeremot, Hananías, Hananí, Eliata, Gidalti, Romanti Ezer, Josbecasa, Maloti, Hotir y Mahaziot. 5 Todos estos fueron los hijos de Hemán, rey de los profetas. Dios le dio a Hemán catorce hijos y tres hijas con el fin de honrarlo. 6 Todos estos estaban bajo la dirección de su padre. Ellos eran músicos en la casa del SEÑOR con címbalos e intrumentos de cuerdas mientras ellos servían en la casa de Dios. Asaf, Jedutún y Hemán estaban bajo la supervisión del rey. 7 Ellos y sus hermanos que fueron expertos y entrenados para hacerle música al SEÑOR sumaron a 288. 8 Ellos echaron suerte a sus tareas, todas iguales, las mismas para los jóvenes así como para los ancianos, los maestros asi como para los estudiantes. 9 Respecto a los hijos de Asaf: la primera suerte cayó sobre familia de José; la segunda sobre familia de Gedalías, doce personas en total; 10 la tercera cayó sobre Zacur, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 11 la cuarta cayó sobre Izri, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 12 la quinta cayó sobre Netanías, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 13 la sexta cayó sobre Buquías, sus hijos y sus parintes, doce personas en total; 14 la séptima cayó sobre Jesarela, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 15 la octava cayó sobre Jesahías, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 16 la novena cayó sobre Matanías, sus hijos y sus parientes doce personas en total; 17 la décima cayó sobre Simei, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 18 la undécima cayó sobre Azareel, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 19 la duedécima cayó sobre Hasabías, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 20 la décimotercera sobre Subabel, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 21 la décimocuarta cayó sobre Matatías, sus hijos y a sus parientes, doce personas en total; 22 la décimoquinta cayó sobre Jeremot, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 23 la décimosexta cayó sobre Hananías, sus hijos y parientes, doce personas en total; 24 la decimoséptima cayó sobre Josbecasa, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 25 la decimoctava cayó sobre Hananí, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 26 la decimonovena cayó sobre Maloti, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 27 la vigésima cayó sobre Eliata, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 28 la vigesimoprimera cayó sobre Hotir, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 29 la vigesimosegunda cayó sobre Gidalti, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 30 la vigesimotercera cayó sobre Mahaziot, sus hijos y sus parientes, doce personas en total; 31 la vigesimocuarta cayó sobre Romanti, sus hijos y sus parientes, doce personas en total.

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1 Estas fueron las divisiones de los porteros: desde los coreítas, 2 Meselemías, hijo de Coré, un descendiente de Asaf. Meselemías tuvo hijos: Zacarías el primer hijo, Jediael el segundo, Zebadías el tercero, Jatniel el cuarto, 3 Elam el quinto, Johanán el sexto, Elioneai el séptimo. 4 Obed-Edom tuvo hijos: Semaías, el primer hijo, Jozabad el segundo, Joa el tercero, Sacar el cuarto, Natanael el quinto, 5 Amiel el sexto, Isacar el séptimo, y Paultai el octavo porque Dios había bendecido a Obed-Edom. 6 A Semaías, su hijo, le nacieron hijos que se enseñorearon sobre sus familias; ellos fueron hombres con muchas habilidades. 7 Los hijos de Semaías fueron Otni, Rafael, Obed y Elzabad. Sus parientes Eliú y Samaquías fueronn también hombres con muchas habilidades. 8 Todos estos eran descendientes de Obed-Edom. Ellos y sus hijos y sus parientes fueron hombres capaces de hacer sus deberes en el servicio del tabernáculo. Habían sesenta y dos de ellos relacionados a Obed-Edom. 9 Meselamías tuvo hijos y parientes, hombres capaces, dieciocho en total. 10 Hosa, un descendiente de Merari, tuvo hijos: Simri, el líder (aunque él no fue el primer hijo, su padre lo hizo líder), 11 Hilcías el segundo, Tebalías el tercero y Zacarías el cuarto. Todos los hijos de Hosa y sus parientes fueron trece en total. 12 Estas divisiones de los porteros, según sus líderes, tenían responsabilidades, así como sus parientes, para servir en la casa del SEÑOR. 13 Ellos echaron suerte tanto a jóvenes como a ancianos, correspondiendo a sus familias, para cada puerta. 14 Cuando la suerte fue echada por la puerta del este, cayó sobre Selemías. Ellos luego echaron suerte para la puerta del norte; la suerte cayó sobre Zacarias, su hijo, un consejero prudente. 15 A Obed-Edom le fue asignada la puerta del sur y a sus hijos le fueron asignados los almacenes. 16 Supim y Hosa estaban asignados a la puerta del este, cerca de la puerta de Salequet, en la carretera superior. Vigilias fueron establecidas para cada familia. 17 En el este habían seis levitas, en el norte, cuatro por día, en en el sur, cuatro por día y en los almacenes, dos pares. 18 En la corte al oeste fueron puestos cuatro, cuatro en el camino y dos en la corte. 19 Estas fueron las divisiones de los porteros. Fueron llenas por los descendientes de Coré y Merari. 20 Entre los levitas, Ahías estaba a cargo de los tesoros de la casa de Dios y de los tesoros de las cosas que pertenecían al SEÑOR. 21 Los descendientes de Laadán que descendieron de Gersón por medio de él y que fueron líderes de las familias de Laadán, el gersonita, fueron Jehieli y sus hijos, 22 Zetam y su hermano Joel, que supervisaron el almacén de la casa de SEÑOR. 23 También había guardias de los clanes de Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. 24 Sebuel, hijo de Gersón, hijo de Moisés, fue supervisor sobre los almacenes. 25 Sus parientes del clan de Eliezer fueron sus hijos Rehabías, el hijo de Rehabías, Jesaías, el hijo de Jesaías, Joram, el hijo de Joram, Zicri y el hijo de Zicri, Selomit. 26 Selomit y sus parientes fueron sobre todos los almacenes guardando las cosas que le pertenecían al SEÑOR, que el rey David, los líderes de las familias, comandantes sobre miles y cientos y los comandantes del ejército habían separado. 27 Ellos separaron el botín ganado en las batallas para el mantenimiento de la casa de SEÑOR. 28 Ellos también estaban a cargo de todo lo que estaba separado para el SEÑOR por el profeta Samuel, Saúl hijo de Cis, Abner hijo de Ner y Joab hijo de Sarvia. Todo aquello que estaba separado para el SEÑOR estaba bajo la guardia de Selomit y sus parientes. 29 De los desciendentes de Izhar, Quenanías y sus hijos estuvieron a cargo de casos civiles de Israel. Ellos fueron oficiales y jueces. 30 De los descendientes de Hebrón, Hasabías y sus hermanos, 1, 700 hombres capaces, estuvieron a cargo del trabjo del SEÑOR y del trabajo del rey. Ellos estuvieron en el lado oeste del Jordán. 31 De los descendientes de Hebrón, Jerías fue el líder de sus descendientes, contados de las listas de sus familias. En el decimocuarto año del reinado de David ellos examinaron los registros y encontraron entre ellos hombres de habilidad en Jazer de Galaad. 32 Jerías tenía 2, 700 parientes que fueron líderes de familia capaces. David los hizo supervisores sobre las tribus de rubenitas, gaditas y la mitad de la tríbu de Manasés, por cada asunto perteciente a Dios y por los asuntos del rey.

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1 Esta es la lista de los líderes de las familias israelitas, comandantes de miles y cientos, así también como oficiales del ejército que sirvieron al rey de varias maneras. Cada división militar sirvió mes tras mes durante el año. Cada división tenía veiticuatro mil hombres. 2 Sobre la división para el primer mes estaba Jasobeam hijo de Zabdiel. En su división fueron veinticuatro mil hombres. 3 Él estaba entre los descendientes de Pérez y a cargo de todos los oficiales del ejército por el primer mes. 4 Sobre la división para el segundo mes estaba Dodai, del clan descendiente de Ahoa. Miclot era segundo en rango. En su división habían veinticuantro mil hombres. 5 El comandante del ejército para el tercer mes era Benaía, hijo de Joiada, un sacerdote y líder. En su división habían veinticuatro mil hombres. 6 Este es el Benaía que fue el líder de los treinta y sobre los treinta. Amisabad su hijo estaba en su división. 7 El comandante para el cuarto mes fue Asael, hermano de Joab. Zebadías, su hijo, se volvió comandante después de él. En su división habían veinticuatro mil hombres. 8 El comandante para el quinto mes fue Samhut, un descendiente de Izra. En su división habían veinticuatro mil hombres. 9 El comandante para el sexto mes fue Ira hijo de Iques, de Tecoa. En su división habían veitucuatro mil hombres. 10 El comandante para el séptimo mes fue Heles el pelonita, del pueblo de Efraín. En su división habían veinticuatro mil hombres. 11 El comandante para el octavo mes fue Sibecai el husatita, del clan descendiente de Zera. En su división habían veinticuatro mil hombres. 12 El comandante para el noveno mes fue Abiezer el anatotita, de la tribu de Benjamín. En su división habían veinticuatro mil hombres. 13 El comandante para el décimo mes fue Maharai de la ciudad de Netofa, del clan descendente de Zera. En su división habían veinticuatro mil hombres. 14 El comandante para el undécimo mes fue Benaía de la ciudad de Piratón, de la tribu de Efraín. En su división habían veinticuatro mil hombres. 15 El comandante para el duodécimo mes fue Heldai de la ciudad de Netofa, del clan descendente de Otoniel. En su división habían veinticuatro mil hombres. 16 Estos fueron los líderes de las tribus de Israel: para la tribu de Rubén, Eliezer, hijo de Zicri, fue el líder. Para la tribu de Simeón, Sefatías, hijo de Maaca, fue el líder. 17 Para la tribu de Leví, Hasabías, hijo de Kemuel, fue el líder y Sadoc lideró a los descendientes de Aarón. 18 Para la tribu de Judá, Eliú, uno de los hermanos de David, fue el líder. Para la tribu de Isacar, Omri, hijo de Micael, fue el líder. 19 Para la tribu de Zabulón, Ismaías, hijo de Abdías, fue el líder. Para la tribu de Neftalí, Jerimot hijo de Azriel fue el líder. 20 Para la tribu de Efraín, Oseas, hijo de Azazías, fue el líder. Para la mitad de la tribu de Manasés, Joel, hijo de Pedaías, fue el líder. 21 Para la mitad de la tribu de Manasés en Galaad, Iddo, hijo de Zacarías, fue el líder. Para la tribu de Benjamín, Jaasiel, hijo de Abner, fue el líder. 22 Para la tribu de Dan, Azareel, hijo de Jeroham, fue el líder. Estos fueron los líderes de las tribus de Israel. 23 David no contó aquellos de veinte años de edad o más jóvenes porque el SEÑOR había prometido aumentar a Israel como las estrellas del cielo. 24 Joab, hijo de Sarvia, comenzó a contar a los hombres, pero no terminó. La ira cayó sobre Israel por esto. Este número no fue escrito en las Crónicas del Rey David. 25 Azmavet, hijo de Adiel, estaba a cargo de las tesorerías. Jonatán, hijo de Uzías, estaba a cargo de los almacenes en los campos, en las ciudades y en las aldeas, y en las torres fortificadas. 26 Ezri, hijo de Quelub, estaba a cargo de los granjeros, aquellos que araban la tierra. 27 Simei de Ramá estaba a cargo de los viñedos, y Zabdi de Sifmot estaba a cargo de las uvas y las bodegas de vino. 28 A cargo de los árboles de olivo y los árboles de sicómoro que estaban en las tierras bajas estaba Baal Hanán de Geder, y a cargo de los almacenes de aceite estaba Joás. 29 A cargo de las manadas que eran pastoreadas en Sarón estaba Sitrai, de Sarón, y a cargo de las manadas que estaban en los valles estaba Safat, hijo de Adlai. 30 A cargo de los camellos estaba Obil el ismaelita, y a cargo de las asnas estaba Jehedías, de Meronot. A cargode los rebaños estaba Jaziz, el agareno. 31 Todos estos fueron encargados de la propiedad del rey David. 32 Jonatán, tío de David, fue un consejero ya que él fue un hombre sabio y un escriba. Jehiel, hijo de Hacmoni, y cuidó a los hijos del rey. 33 Ahitofel fue el consejero del rey, y Husai, del pueblo arquita, fue consejero privado del rey. 34 La posición de Ahitofel fue tomada por Joiada hijo de Benaía, y por Abiatar. Joab fue un comandadnte del ejército del rey.

28

1 David reunió a todos los oficiales de Israel en Jerusalén: los oficiales de las tribus, los oficiales de las divisiones que servían al rey en sus trabajos asignados, los comandantes de miles y de cientos, los administradores de todas las propiedades y posesiones del rey y sus hijos, y los oficiales y hombres de guerra incluyendo a los más hábiles de ellos. 2 Entonces David, el rey, se puso de pie y dijo: "Escúchenme, mis hermanos y mi gente. Fue mi intención el construir un templo para el arca del pacto del SEÑOR, un banquillo para nuestro Dios y yo he hecho las preparaciones para construirlo. 3 Pero Dios me dijo: 'Tú no construirás un templo para Mi nombre porque eres un hombre de guerra y has derramado sangre.' 4 Sin embargo, el SEÑOR, Dios de Israel, me escogió a mí entre toda la familia de mi padre para ser rey sobre Israel para siempre. Él ha escogido a la tribu de Judá como líder. En la tribu de Judá y en la casa de mi padre, de entre todos los hijos de mi padre, Él me ha escogido a mí para ser rey sobre todo Israel. 5 De los muchos hijos que el SEÑOR me ha dado, Él escogió a Salomón, mi hijo, para sentarse en el trono del reino del SEÑOR, sobre Israel. 6 Él me dijo a mí: 'Salomón, tu hijo, me construirá mi casa y mis patios porque Yo lo he escogido para que sea mi hijo, y yo seré su Padre. 7 Yo estableceré su reino por siempre, si él se mantiene comprometido a obedecer mis mandamientos y decretos, como estás tú en este día.' 8 Entonces, a la vista de todo Israel, esta reunión para el SEÑOR, y en la presencia de nuestro Dios, todos ustedes deben mantener y tratar de cumplir todos los mandamientos del SEÑOR su Dios. Hagan esto para que ustedes puedan poseer esta buena tierra y dejarla como una herencia a sus niños después de ustedes para siempre. 9 En cuanto a ti, Salomón mi hijo, obedece al Dios de tu padre y sírvele a Él con todo tu corazón y con un espíritu dispuesto. Haz esto porque el SEÑOR busca en todos los corazones y entiende cada motivación en los pensamientos de todos. Si tú lo buscas, Él será encontrado por ti, pero si tú lo abandonas, Él te rechazará permanentemente. 10 Date cuenta que el SEÑOR te ha escogido a ti para construir este templo como su sanctuario. Se fuerte y hazlo." 11 Entonces David le dio a Salomón su hijo los planos para la entrada del templo, los edificios del templo, los almacenes, los cuartos superiores, los cuartos interiores, y el cuarto con la tapa de la expiación. 12 Él le dio los planos que había dibujado de los patios de la casa del SEÑOR, todos los cuartos de alrededor, los almacenes de la casa de Dios y las tesorerías para las cosas que le pertenecen al SEÑOR. 13 Él le dio órdenes para las divisiones de los sacerdotes y los levitas, para las responsabilidades asignadas para el servicio de la casa del SEÑOR y para todos los objetos para el servicio en la casa del SEÑOR. 14 Él le dio el peso de todas las vasijas de oro para cada tipo de servicio y de todas las vasijas de plata, para todos los objetos de cada tipo de servicio. 15 Estos detalles fueron dados por peso incluyendo los detalles para los candelabros y lámparas de oro, los detalles según el peso de cada candelabro, para los candelabros de plata y los detalles para el uso adecuado de cada candelabro. 16 Él dio el peso del oro para las mesas del pan de la presencia, para cada mesa y el peso de la plata para las mesas de plata. 17 Él dio el peso del oro puro para los tenedores de carne, vasijas y copas. Él dio el peso de cada uno de los envases de oro y el peso de cada uno de los envases de plata. 18 Él dio el peso del oro refinado para el altar de incienso y del oro para el diseño de los querubines que extienden sus alas y cubren el arca del pacto del SEÑOR. 19 David dijo: "He puesto todo esto en este escrito como el SEÑOR me dirigió y me dio el entendimiento respecto al diseño." 20 David le dijo a Salomón su hijo: "Se fuerte y valiente. Haz el trabajo. No tengas miedo o ansiedad porque el SEÑOR Dios, mi Dios, está contigo. Él no te dejará ni te abandonará hasta que todo el trabajo para el servicio del templo del SEÑOR esté terminado. 21 Mira, aquí están las divisiones de los sacerdotes y levitas para todo el servicio en el templo de Dios. Ellos estarán contigo, junto con todos los hombres dispuestos y diestros, para asistirte en el trabajo y realizar el servicio. Los oficiales y toda la gente están listas para seguir tus órdenes."

29

1 El rey David le dijo a toda la asamblea: "Salomón, mi hijo, a quien solo Dios ha escogido, todavía es joven y sin experiencia, y la tarea es grande. Porque el templo no es para la gente sino para el SEÑOR Dios. 2 Así que yo he hecho lo mejor para proveer para el templo de mi Dios. Estoy dando oro para las cosas hechas de oro, plata para las cosas hechas de plata, bronce para las cosas hechas de bronce, hierro para las cosas hechas de hierro y madera para las cosas hechas de madera. También estoy dando piedras de ónice, piedras para ser puestas, piedras de varios colores para incrustar --todo tipo de piedras preciosas-- y piedra de mármol en abundancia. 3 Ahora, debido a mi deleite en la casa de mi Dios, yo estoy dando mi tesoro personal de oro y plata para eso. Estoy haciendo esto en adición a todo lo que he preparado para este santo templo: 4 tres mil talentos de oro de Ofir y siete mil talentos de plata refinada, a fin de que se revistan las paredes de los edificios. 5 Estoy donando oro para las cosas que serán hechas de oro, plata para las cosas que serán hechas de plata y cosas para todo tipo de trabajo que sean hechos por los artesanos. ¿Quién más quiere hacer una contribución al SEÑOR hoy y darse a sí mismo a Él?" 6 Entonces ofrendas voluntarias fueron hechas por los líderes de las familias de los ancestros, los líderes de la tribus de Israel, los comandantes de miles y cientos, y por los oficiales sobre el trabajo del rey. 7 Ellos dieron para el servicio de la casa de Dios cinco mil talentos y diez mil dracmas de oro, diez mil talentos de plata, dieciocho mil talentos de plata y 100, 000 talentos de hierro. 8 Aquellos que tenían piedras preciosas las dieron para el tesoro de la casa del SEÑOR, bajo la supervisión de Jehiel, un descendiente de Gersón. 9 El pueblo se regocijó por estas ofrendas voluntarias porque habían contribuído de todo corazón al SEÑOR. El rey David también se regocijó grandemente. 10 David bendijo al SEÑOR delante de toda la asamblea. Él dijo: "Que Tú seas alabado, SEÑOR, Dios de Israel nuestro ancestro, por siempre y siempre. 11 Tuya, SEÑOR, es la grandeza, el poder, la gloria, la victoria, y la majestad. Porque todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo. Tuyo es el reino, SEÑOR, y Tú eres exaltado como soberano sobre todo. 12 Las riquezas y el honor vienen de ti, y tú reinas sobre toda la gente. En tu mano está el poder y la fortaleza. Tú posees la fuerza y el poder para hacer al pueblo grande y para dar fuerzas a cualquiera. 13 Ahora pues, nuestro Dios, nosotros te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre. 14 ¿Pero quién soy yo, y quién es mi pueblo, que debamos ser capaces de ofrecer tan voluntariamente estas cosas? En verdad, todas las cosas vienen de ti, y nosotros simplemente te hemos devuelto lo que es tuyo. 15 Porque nosotros somos extranjeros y peregrinos ante ti, como todos nuestros ancestros lo fueron. Nuestros días en la tierra son como sombra y no hay esperanza de mantenernos en la tierra. 16 SEÑOR nuestro Dios, hemos recogido toda esta riqueza a fin de construir un templo en honor de tu santo nombre-- viene de ti y te pertenece a ti. 17 Yo sé también, mi Dios, que tú examinas el corazón y te complaces en la rectitud. En cuanto a mí, en la rectitud de mi corazón he ofrecido voluntariamente todas estas cosas, y ahora observo con gozo a tu pueblo que está aquí presente ofrecer voluntariamente ofrendas a ti. 18 SEÑOR, el Dios de Abraham, Isaac e Israel --nuestros ancestros-- mantén esto para siempre en los pensamientos de las mentes de tu pueblo. Dirige sus corazones hacia ti. 19 Dale a Salomón mi hijo un deseo sin reservas de cumplir tus mandamientos, tus decretos del pacto y tus estatutos, y llevar a cabo todos estos planes para construir el palacio por el cual yo he hecho provisión." 20 David dijo a toda la asamblea: "Ahora bendigan al Señor su Dios." Toda la asamblea bendijo al SEÑOR, el Dios de sus ancestros, inclinaron sus cabezas y adoraron al SEÑOR y se postraron ante el rey. 21 Al siguiente día, ellos hicieron sacrificios al SEÑOR y ofrecieron ofrendas quemadas a Él. Ofrecieron mil toros, mil carneros y mil ovejas, con sus ofrendas de vino y sacrificios en abundancia para todo Israel. 22 En ese día, ellos comieron y bebieron delante del SEÑOR con gran celebración. Ellos hicieron a Salomón, hijo de David, rey por segunda vez y lo ungieron con la autoridad del SEÑOR para ser gobernante. También ungieron a Sadoc como sacerdote. 23 Entonces Salomón se sentó en el trono del SEÑOR como rey en vez de David su padre. Él prosperó y todo Israel lo obedeció. 24 Todos los líderes, soldados y los hijos de David juraron alianza al rey Salomón. 25 El SEÑOR honró grandemente a Salomón ante todo Israel y le otorgó a él mayor poder del que jamás le haya dado a otro rey ante él en Israel. 26 David, hijo de Jesé, reinó sobre todo Israel. 27 David había sido rey de Israel por cuarenta años. Él reinó por siete años en Hebrón y treinta y tres años en Jerusalén. 28 Él murió en buena vejez luego de disfrutar una larga vida, riqueza y honor. Salomón su hijo lo sucedió a él. 29 Los logros del rey David están escritos en la historia de Samuel el profeta, en la historia de Natán el profeta y en la historia de Gad el profeta. 30 Registrados allí, están los hechos de su gobierno, sus logros y los sucesos que lo afectaron a él, a Israel y a todos los reinos de otras tierras.

2 Crónicas
2 Crónicas
1

1 Salomón, hijo de David, fue fortalecido en su reinado y el SEÑOR su Dios estaba con él y lo hizo muy poderoso. 2 Salomón le habló a todo Israel, a los comandantes de miles y cientos, y a los jueces y a todos los príncipes en todo Israel, los jefes de las casas paternas. 3 Así que Salomón y toda la asamblea con él fueron al lugar alto que estaba en Gabaón, porque allí estaba la tienda de reunión de Dios la cual Moisés, el siervo del SEÑOR, había hecho en el desierto. 4 Pero David había traído el arca de Dios de Quiriat Jearim al lugar que él había preparado para ella, porque él había levantado una tienda para ella en Jerusalén. 5 Además, el altar de bronce hecho por Bezalel, hijo de Uri, hijo de Hur, estaba allí delante del tabernáculo del SEÑOR; Salomón y la asamblea se acercaron a él. 6 Salomón fue allí, al altar de bronce delante del SEÑOR, que estaba en la tienda de reunión y ofreció mil ofrendas quemadas en él. 7 Dios se le apareció a Salomón esa noche y le dijo: "¡Pide! ¿Qué debería darte Yo?" 8 Salomón le dijo a Dios: "Has mostrado una gran fidelidad al pacto con mi padre David y me has hecho rey en su lugar. 9 Ahora, SEÑOR Dios, permite que tu promesa a mi padre David sea cumplida, porque me has hecho rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra. 10 Ahora dame sabiduría y conocimiento para que yo pueda guiar este pueblo, porque ¿quién puede juzgar a tu pueblo, que son tantos en número? 11 Dios le dijo a Salomón: "Porque esto estaba en tu corazón y porque no me has pedido riquezas, ni bienes, u honor, ni por la vida de aquellos que te odian, ni por vida en abundancia para ti, pero has pedido por sabiduría y conocimiento para ti, para que puedas guiar a mi pueblo, de los que te he hecho rey, y esto es lo que Yo haré. 12 Ahora yo te daré sabiduría y conocimiento. También te daré riquezas, bienes y honor, como ninguno de los reyes antes de ti, ni después de ti tendrán." 13 Así que Salomón vino a Jerusalén desde el lugar alto que estaba en Gabaón, de delante de la tienda de reunión, y él reinó sobre Israel. 14 Salomón juntó carruajes y jinetes y tenía mil cuatrocientos carruajes y doce mil jinetes que él colocó en las ciudades de los carruajes y consigo mismo, el rey en Jerusalén. 15 El rey hizo que la plata y el oro en Jerusalén fueran tan comunes como las piedras, y la madera de cedro tan común como los árboles de sicómoro que están en las tierras bajas. 16 En cuanto a la importación de caballos de Egipto y Coa para Salomón, sus mercaderes los traían de Coa a un precio. 17 Ellos importaban un carruaje de Egipto por seiscientos siclos de plata y un caballo por 150 siclos. Ellos también los exportaban a los reyes hititas y a los arameos.

2

1 Ahora Salomón ordenó la construcción de una casa para el nombre del SEÑOR y la construcción de un palacio para su reino. 2 Salomón asignó setenta mil hombres para llevar la carga, y ochenta mil hombres como carpinteros en las montañas y 3, 600 hombres para supervisarlos a ellos. 3 Salomón envió un mensaje a Hiram, el rey de Tiro, diciendo: "Como hiciste con David mi padre, enviándole a él maderos de cedro para construir una casa en la cual vivir, haz lo mismo conmigo. 4 Mira, yo estoy a punto de construir una casa para el nombre del SEÑOR mi Dios, para consagrarla a Él, para quemar incienso de especias aromáticas delante de Él, para poner el pan de la presencia, y para las ofrendas quemadas mañana y tarde, en el Sábado y en las lunas nuevas, y en las fiestas designadas para el SEÑOR nuestro Dios. Para Israel, esto es para siempre. 5 La casa que yo voy a construir será muy grande, pues nuestro Dios es más grande que todos los demás dioses. 6 Pero ¿quién es capaz de construirle a Dios una casa, ya que el universo entero y el cielo mismo no lo pueden contener? ¿Quién soy yo para construirle una casa, excepto para quemarle sacrificios para Él? 7 Así que, envíame a un hombre que sea experto en el trabajo de oro, plata, bronce, hierro y en lana púrpura, carmesí y lana azul, un hombre quien sepa hacer todo tipo de grabado en madera. Él va a estar con los hombres expertos quienes están conmigo en Judá y Jerusalén, quienes David mi padre proveyó. 8 Envíame también árboles de cedro, ciprés y sándalo del Líbano, pues yo sé que tus siervos saben como cortar madera en el Líbano. Mira, mis siervos van a ser tus siervos, 9 con el fin de prepararme madera en abundancia, pues la casa la cual yo estoy a punto de construir va a ser grandiosa y maravillosa. 10 Mira, yo voy a darle a tus siervos, los hombres quienes van a cortar la madera, veinte mil coros de trigo molido, veinte mil coros de cebada, veinte mil batos de vino, y veinte mil batos de aceite." 11 Entonces Hiram, rey de Tiro, contestó por escrito, el cual le envió a Salomón: "Porque el SEÑOR ama a su pueblo, él te ha hecho rey sobre ellos." 12 Además, Hiram dijo: "Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel quien ha hecho los cielos y la tierra, quien le ha dado a David el rey un hijo sabio, bendecido con prudencia y entendimiento, quién le va a construir una casa para el SEÑOR y una casa para su reino. 13 Ahora, yo he enviado a un hombre con habilidades, bendecido con entendimiento, Hiram Abí, mi experto. 14 Él es el hijo de una mujer de las hijas de Dan. Su padre fue un hombre de Tiro. Él es experto en el trabajo con oro, plata, bronce, hierro, piedra y en madera, lana púrpura, lana azul, carmesí, y lino fino. Él también es experto haciendo cualquier tipo de grabado y haciendo cualquier tipo de diseño. Deja que un lugar sea hecho para él entre tus trabajadores expertos y con aquellos de mi señor, David, tu padre. 15 Ahora entonces, el trigo y la cebada, el aceite y el vino de los cuales mi señor ha hablado, envía estas cosas a sus siervos. 16 Nosotros vamos a cortar madera del Líbano, tanta madera como necesites. Nosotros te la vamos a llevar como balsa por mar a Jope y tú la cargarás hasta Jerusalén." 17 Salomón contó todos los extranjeros quienes estaban en la tierra de Israel, siguiendo el método que David, su padre, les había contado a ellos. Se encontró que ellos eran 153, 600. 18 Él le asignó a 70, 000 de ellos que llevaran las cargas, 80, 000 que fueran carpinteros en las montañas y 3, 600 que fueran supervisores para poner a las personas a trabajar.

3

1 Entonces, Salomón comenzó a construir la casa del SEÑOR en Jerusalén en el Monte Moriah, donde el SEÑOR se le apareció a David su padre. Él preparó el lugar que David había planificado para ello, en el piso de trillar de Ornán el jebusita. 2 Él comenzó a construir en el segundo día del segundo mes, en el cuarto año de su reinado. 3 Ahora estas eran las dimensiones del fundamento que Salomón preparó para la casa de Dios. Usando el estilo antiguo de codo, el largo de sesenta codos y de anchura era veinte codos. 4 La longitud del pórtico frente a la casa era de veinte codos, igual a el ancho del edificio. Su altitud era también veinte codos, y Salomón cubrió su interior con oro puro. 5 Él diseñó el techo del salón principal con cipreses, el cual cubrió con oro fino y lo esculpió con palmas y cadenas. 6 Él decoró la casa con piedras preciosas; el oro era oro de Parvaim. 7 Él también cubrió las vigas, los umbrales, las paredes y las puertas con oro; él esculpió querubines en sus paredes. 8 Él construyó el Lugar Santísimo. Su longitud era igual a la anchura de la casa, veinte codos, y su anchura era también veinte codos. Él lo cubrió con oro fino, que sumaba a seiscientos talentos. 9 El peso de los clavos era de cincuenta ciclos de oro. Él cubrió las superficies altas con oro. 10 Él hizo dos imágenes de querubines para el Lugar Santísimo; los artesanos los cubrieron con oro. 11 Las alas de los querubines eran de veinte codos de largo todo junto; las alas de un querubín eran de cinco codos de largo, alcanzando la pared de la habitación; la otra ala era igualmente de cinco codos, alcanzando la otra ala del otro querubín. 12 El ala del otro querubín era también de cinco codos, alcanzando la pared de la habitación; su otra ala era también de cinco codos, tocando el ala del primer querubín. 13 Las alas de esos querubines se extendían a un total de veinte codos. Los querubines estaban de pie, con sus rostros en dirección al salón principal. 14 Él hizo una cortina de lana azul, púrpura y carmesí, y de lino fino; y él diseño querubines en ella. 15 Salomón hizo también dos columnas, cada una de treinta y cinco codos de alto, para el frente de la casa; los capiteles que estaban sobre ellas eran de cinco codos de altitud. 16 Él hizo cadenas para las columnas y las colocó en la parte superior de éstas; él también hizo cien frutas de granada y las unió a las cadenas. 17 Él colocó las columnas frente al templo, una a mano derecha y otra a mano izquierda; el nombró la columna de la mano derecha Jaquín y la columna de la mano izquierda Boaz.

4

1 Además, él hizo un altar de bronce; su largo era veinte codos, de ancho era veinte codos. Su altura era de veinte codos. 2 Él también hizo el mar redondo de metal fundido, diez codos de borde a borde. Su altura era de cinco codos, y el mar era de treinta codos en circunferencia. 3 Bajo el borde circulando el mar había toros, diez por cada codo, fundidos en una sola pieza con el mar cuando el mar mismo fue fundido. 4 El mar descansaba sobre doce bueyes, tres mirando hacia el norte, tres mirando hacia el oeste, tres mirando hacia el sur, y tres mirando hacia el este. El mar estaba sobre ellos, y toda la parte trasera de ellos estaba en dirección al interior. 5 El mar era tan grueso como el ancho de una mano, y su borde fue forjado como el borde de una copa, como un lirio florecido. El mar aguantó tres mil batos de agua. 6 Él hizo también diez vasijas para lavar las cosas; él puso cinco en la mano derecha, y cinco en la izquierda; cosas utilizadas para el acto de las ofrendas quemadas eran para lavarse allí. El mar, sin embargo, era para que el sacerdote se lavara en él. 7 Él hizo los diez candelabros de oro que fueron hechos a partir de las instrucciones de su diseño; él los ubicó en el templo, cinco a la mano derecha y cinco a la mano izquierda. 8 Él hizo diez mesas y las ubicó en el templo, cinco en el lado derecho, y cinco en el izquierdo. Él hizo cien tazones hondos de oro. 9 Además, él hizo la corte para los sacerdotes y la gran corte, y las puertas para la corte; él cubrió las puertas con bronce. 10 Él ubicó el mar en el lado derecho de la casa, en el este, mirando hacia el sur. 11 Hiram hizo los calderos, las palas, y los tazones de rociar. Así que Hiram terminó el trabajo que él hizo para el rey Salomón en la casa de Dios: 12 las dos columnas, los capiteles como cuencos que estaban sobre las dos columnas, y dos pares de celosías decorativas para cubrir los dos capiteles como cuencos que estaban sobre las columnas. 13 Él había hecho cuatrocientas frutas de granada para los dos pares de celosías decorativas: dos filas de granadas para cada celosía para cubrir los dos capiteles como cuencos que estaban sobre las columnas. 14 Él también hizo los estantes y los tazones que iban en los estantes; 15 un mar y los doce toros bajo él, 16 también las ollas, palas, tenedores para carnes, y todos los demás utensilios. Hiram el experto los hizo para el rey Salomón, para la casa del SEÑOR, de bronce pulido. 17 El rey los había fundido en la llanura del Jordán, en el barro del suelo entre Sucot y Seredata. 18 Así Salomón hizo todas las vasijas en gran abudancia; ciertamente, el peso del bronce no se podía saber. 19 Salomón hizo todo el mobiliario que estaba en la casa del SEÑOR, el altar dorado también, y las mesas en las cuales el pan de la presencia estaba ubicado; 20 el candelabro con sus lámparas, que estaban designadas a quemarse ante el cuarto interno--estas eran hechas de oro puro; 21 y las flores, las lámparas, y las tenazas, de oro puro. 22 También los recortadores de mecha de las lámparas, vasijas, cucharas y el quemador de incienso fueron todos hechos de oro puro. Así como la entrada a la casa, sus puertas interiores hacia el lugar santísimo y las puertas de la casa, esto es, del templo, fueron hechas de oro.

5

1 Cuando todo el trabajo que Salomón hizo por la casa del SEÑOR estuvo completo, Salomón trajo adentro las cosas que David, su padre, había separado para este próposito, incluyendo la plata, el oro, y todos los muebles-- él los puso dentro de los tesoros de la casa de Dios. 2 Entonces Salomón convocó a los ancianos de Israel, todas las cabezas de las tribus y a todos los líderes de las familias del pueblo de Israel, en Jerusalén, para subir el arca del pacto del SEÑOR de la ciudad de David, que es, Sion. 3 Todos los hombres de Israel se reunieron ante el rey en un festín, el cual fue en el séptimo mes. 4 Todos los ancianos de Israel vinieron, y los levitas tomaron el arca. 5 Ellos subieron el arca, la tienda de reunión, y todos los santos muebles que estaban en la tienda. Los sacerdotes quienes eran de la tribu de Leví subieron estas cosas. 6 El rey Salomón y toda la asamblea de Israel se juntaron ante el arca, sacrificando ovejas y bueyes que no pudieron ser contados. 7 Los sacerdotes subieron el arca del pacto del SEÑOR a su lugar, en el cuarto interior de la casa, al Lugar Santísimo, bajo las alas de los querubines. 8 Para que los querubines extendieran sus alas sobre el lugar del arca, ellos cubrían el arca y las barras por las cuales era cargada. 9 Las barras eran tan largas que sus puntas eran vistas desde el lugar santo, al frente del cuarto interno, pero no podían ser vistas desde afuera. Ellas están ahí hasta éste día. 10 No había nada en el arca, excepto las dos tablas que Moisés había puesto ahí en Horeb, cuando el SEÑOR hizo un pacto con la gente de Israel, cuando ellos salieron de Egipto. 11 Y sucedió, que los sacerdotes salieron del Lugar Santo. Todos los sacerdotes que estaban presentes se habían santificado a sí mismos al SEÑOR, no ordenándose a sí mismos de acuerdo a sus divisiones. 12 También los levitas quienes eran los cantores, todos ellos, incluyendo a Asaf, Hemán, Jedutún y a sus hijos y hermanos, vestidos en lino fino y tocando címbalos, arpas y liras, se pararon al lado este del altar. Con ellos habían 120 sacerdotes soplando trompetas. 13 Y pasó que los trompetistas y cantores hicieron música juntos, haciendo que un sonido se escuchara para alabar y agradecer al SEÑOR. Ellos levantaron sus voces con las trompetas y címbalos y otros instrumentos, y ellos alabaron al SEÑOR. Ellos cantaron: "Porque Él es bueno, porque su pacto de lealtad dura para siempre." Entonces la casa; la casa del SEÑOR, se llenó con una nube. 14 Los sacerdotes no podían pararse para servir por la nube, porque la gloria del SEÑOR llenó Su casa.

6

1 Entonces Salomón dijo: " el SEÑOR ha dicho que Él iba a vivir en una oscuridad gruesa 2 pero yo te he construído para tí una noble residencia, un lugar para ti en que vivas siempre." 3 Luego el rey se volteó y bendijo a toda la asamblea de Israel, mientras toda la asamblea de Israel estaba en pie. 4 Él dijo: "Que el SEÑOR, el Dios de Israel, sea alabado, quien habló a David mi padre, y lo ha cumplido con sus propias manos, diciendo: 5 'Desde el día que Yo traje a mi pueblo fuera de la tierra de Egipto, Yo no escogí ninguna ciudad fuera de todas las tribus de Israel en la cual construir una casa, con el fin de que mi nombre esté allí. Yo tampoco escogí a cualquier hombre para ser príncipe sobre mi pueblo Israel. 6 Sin embargo, Yo he escogido a Jerusalén, para que mi nombre pueda estar allí, y yo he escogido a David para que esté sobre mi pueblo Israel.' 7 Ahora, estaba en el corazón de David mi padre, el construir una casa para el nombre del SEÑOR, el Dios de Israel. 8 Pero el SEÑOR le dijo a David mi padre: 'En el sentido de que estaba en tu corazón construir una casa para mi nombre, hiciste bien en tenerlo en tu corazón. 9 No obstante, tú no debes construir la casa; en lugar de ello, tu hijo, uno que vendrá de tus lomos, va a construir la casa para Mi nombre.' 10 El SEÑOR ha cumplido la palabra que Él ha dicho, pues yo me he levantado en el lugar de David mi padre, y me siento en el trono de Israel, como el SEÑOR prometió. Yo he construído la casa para el nombre del SEÑOR, el Dios de Israel. 11 Yo he colocado el arca allí, en la cual está el pacto del SEÑOR, el cual Él hizo con el pueblo de Israel." 12 Salomón se paró ante el altar del SEÑOR en la presencia de toda la asamblea de Israel y extendió sus manos. 13 Pues él había hecho una plataforma de bronce, cinco codos de largo, cinco codos de ancho y tres codos de alto. Él la colocó en el medio del patio. Él se paró en ella y se arrodilló ante toda la asamblea de Israel, y luego él extendió sus manos hacia los cielos. 14 Él dijo: "SEÑOR, Dios de Israel, no hay Dios como tú en los cielos ni en la tierra, quien mantiene el pacto y firme amor a sus servidores quienes caminan ante ti con todo su corazón; 15 Tú quien has mantenido a tu siervo David mi padre, lo que le prometiste. Sí, tú has hablado con tu boca y lo has cumplido con tu mano, así como es hoy. 16 Ahora entonces, SEÑOR, Dios de Israel, cumple lo que le prometiste a tu siervo David mi padre, cuando Tú dijiste: 'Tú no fallarás en tener a un hombre en mi vista para que esté sentado en el trono de Israel, si solo tus descendientes son cuidadosos de caminar en mi ley, así como tú has caminado delante de mí.' 17 Ahora entonces, Dios de Israel, yo oro que la promesa que tú hiciste a tu siervo David se haga realidad. 18 Pero ¿Realmente vivirá Dios con la humanidad en la tierra? Mira, el universo entero y el cielo mismo no pueden contenerte--¡Mucho menos este templo que yo he construido! 19 Aún por favor respeta esta oración de tu siervo y su pedido, SEÑOR mi Dios; escucha el llanto y la oración que tu siervo clama delante de Ti. Que Tus ojos puedan estar abiertos hacia este templo día y noche, el lugar donde Tú prometiste poner Tu nombre. 20 Escucha, pues la oración que tu siervo clama hacia este lugar. 21 Así que, escucha las peticiones de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando nosotros orermos hacia este lugar. Sí, escucha desde el lugar donde Tú vives, desde los cielos; y cuando Tú escuches, perdona. 22 Si un hombre peca contra su vecino y se requiere que jure un juramento, y si él viene y jura un juramento delante de tu altar en esta casa, 23 entonces oye desde los cielos y actúa y juzga a tus siervos, pagándole al malvado, al traer su conducta sobre su propia cabeza. Declara al justo inocente, para darle a él su recompensa por su justicia. 24 Cuando Tu pueblo Israel sea derrotado por un enemigo, porque ellos hayan pecado contra Ti, si ellos se vuelven a Ti, confiesan Tu nombre, y oran y piden perdón delante de Ti en este templo-- 25 entonces por favor, escucha desde los cielos y perdona los pecados de tu pueblo Israel; tráelos de vuelta a la tierra que Tú le has dado a ellos y a sus ancestros. 26 Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia porque el pueblo ha pecado contra ti-- si ellos oran hacia este lugar, confiesan Tú nombre, y se vuelven de sus pecados cuando Tú los hayas afligido-- 27 entonces escucha en los cielos y perdona los pecados de tus siervos y de todo tu pueblo Israel, cuando Tú los dirijas a ellos al buen camino en el cual ellos deben caminar. Envía lluvia sobre tu tierra, la cual Tú has dado a tu pueblo como heredad. 28 Supongamos que hay hambruna en la tierra o supongamos que haya enfermedad, tizón u hongos, langostas u orugas; o supongamos que sus enemigos ataquen las puertas de la ciudad en sus tierrras o que allí haya cualquier plaga o enfermedad-- 29 y supongamos luego que oraciones y las peticiones sean hechas por una persona o por todo el pueblo de Israel-- cada uno sabiendo la plaga y sufrimiento en su propio corazón según extiende sus manos hacia el templo. 30 Entonces escucha desde los cielos, el lugar donde Tú vives; perdona y recompensa cada persona por todos sus caminos; Tú conoces su corazón, porque Tú y solamente Tú conoces los corazones de los seres humanos. 31 Haz esto para que ellos puedan temerte, para que ellos puedan caminar en Tus caminos todos los días que ellos vivan en la tierra que Tú le entregaste a nuestros ancestros. 32 En cuanto al extranjero quien no pertenece a tu pueblo Israel, pero quien-- por Tu gran nombre, Tu mano misericordiosa, y Tu mano extendida-- venga y ore hacia esta casa, 33 entonces por favor oye desde los cielos, el lugar donde vives, y haz todo lo que los extranjeros te pidan a Ti, así que, todos los pueblos de la tierra puedan conocer Tú nombre y temerte a Ti, así como lo hiciste con tu pueblo Israel y que ellos puedan saber que esta casa que yo he construído es llamada por Tu nombre. 34 Supongamos que Tu pueblo vaya a la batalla contra sus enemigos, por cualquier camino que Tú pudieras enviarlos, y supongamos que ellos te oren a Ti dirigidos a esta ciudad que Tu has escogido, y hacia la casa que yo te he construído para Tu nombre. 35 Entonces oye desde los cielos sus oraciones, sus peticiones y ayúdalos en su causa. 36 Supongamos que ellos pequen contra Ti-- ya que no hay nadie que no peque-- y supongamos que Tú estás enojado con ellos y los entregaste en las manos de sus enemigos, para que así el enemigo los lleve lejos y los tome como cautivos en sus tierras, sean distantes o cercanas. 37 Entonces, supongamos que ellos se den cuenta que ellos están en la tierra donde ellos hayan sido exiliados y supongamos que ellos se arrepienten y buscan favor de Ti en la tierra de su cautividad. 38 Supongamos que ellos dijeren: 'Nosotros hemos actuado perversamente y hemos pecado. Nosotros nos hemos comportado malvadamente.' Supongamos que ellos se volvieren a Ti con todos sus corazones y con toda sus almas en la tierra de su cautividad, donde a ellos los tomaron como cautivos, y supongamos que ellos oran hacia su tierra, la cual Tú le diste a sus ancestros y hacia la ciudad que Tú escogiste y hacia la casa que yo he construído para Tu nombre. 39 Entonces, oye desde los cielos, el lugar donde Tú vives, a sus oraciones y a sus peticiones y ayuda su causa. Perdona a Tu pueblo, quien ha pecado contra Ti. 40 Ahora, mi Dios, yo te ruego, deja que Tus ojos sean abiertos, y deja que Tus oídos estén atentos a la oración que es hecha en este lugar. 41 Ahora entonces, levántate, SEÑOR Dios, a Tu lugar de descanso, Tú y el arca de tu fuerza. Deja que tus sacerdotes, SEÑOR Dios, sean vestidos con salvación y permite que tus santos se regocijen en tu bondad. 42 SEÑOR Dios, no voltees la cara de tu ungido lejos de Ti. Mantén en tu mente tus actos del pacto leal para David, tu siervo."

7

1 Ahora, cuando Salomón había terminado de orar, fuego bajó desde el cielo y consumió las ofrendas quemadas y sacrificios, y la gloria del SEÑOR llenó la casa. 2 Los sacerdotes no podían entrar a la casa del SEÑOR, porque Su gloria llenó Su casa. 3 Todo el pueblo de Israel vio cuando el fuego bajó y la gloria del SEÑOR estaba sobre la casa. Ellos se inclinaron con sus rostros hacia el suelo en el pavimento de piedra, adoraron y dieron gracias al SEÑOR. Ellos dijeron: "Porque Él es bueno, porque Su lealtad al pacto permanece para siempre." 4 Así, el rey y todo el pueblo ofrecieron sacrificios al SEÑOR. 5 El rey Salomón ofreció un sacrificio de 22, 000 bueyes y 120, 000 ovejas y cabras. Así, el rey y todo el pueblo dedicaron la casa al SEÑOR. 6 Los sacerdotes se pusieron en pie, cada uno parado donde ellos servían; los levitas también con los instrumentos de música del SEÑOR, los cuales David el rey había hecho para dar gracias al SEÑOR en la canción: "Porque su fidelidad al pacto permanece para siempre." Todos los sacerdotes sonaron trompetas delante de ellos y todo el pueblo se puso en pie. 7 Salomón separó el medio del patio en frente de la casa del SEÑOR. Allí él ofreció las ofrendas quemadas y la grasa de las ofrendas de paz, porque el altar de bronce que él había hecho no era capaz de sostener las ofrendas quemadas, las ofrendas de grano y la grasa. 8 Así fue que, Salomón llevó a cabo el festival en ese tiempo por siete días, y todo Israel con él, y una asamblea grande, desde Lebo Hamat hasta el arroyo de Egipto. 9 En el octavo día ellos llevaron a cabo una reunión solemne, porque ellos mantuvieron la dedicación del altar por siete días y el festín por siete días. 10 En el vigésimo tercer día del mes séptimo, Salomón envió al pueblo a sus hogares con corazones contentos y gozosos por la bondad que el SEÑOR había demostrado a David, Salomón e Israel, su pueblo. 11 Así, Salomón terminó la casa del SEÑOR y su propia casa. Todo lo que vino al corazón de Salomón para hacer en la casa del SEÑOR y en su propia casa, él lo completó exitosamente. 12 El SEÑOR se le apareció a Salomón en la noche y le dijo a él: "Yo he escuchado tu oración, y Yo he escogido este lugar para Mí mismo como una casa de sacrificio. 13 Supongan que Yo cierre los cielos para que no haya lluvia, o si ordeno a las langostas devorar la tierra, o si envío una enfermedad entre mi pueblo, 14 entonces si mi pueblo, quienes son llamados por Mi nombre, se humillan a sí mismos, oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus caminos malvados, Yo escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra. 15 Ahora, Mis ojos estarán abiertos y Mis oídos atentos a las oraciones que son hechas en este lugar. 16 Porque Yo ahora he escogido y separado esta casa para que Mi nombre pueda estar ahí para siempre. Mis ojos y Mi corazón estarán ahí cada día. 17 En cuanto a ti, si caminas delante de Mí como David tu padre caminó, obedeciendo todo lo que Yo te he ordenado y guardando Mis estatutos y Mis decretos, 18 luego Yo estableceré el trono de tu reino, como dije en un pacto con David tu padre, cuando dije: 'Un descendiente tuyo nunca fallará en ser gobernante de Israel.' 19 Pero si te alejas, y abandonas Mis estatutos y Mis mandamientos que Yo he colocado delante de ti, y si vas y adoras otros dioses y te inclinas a ellos, 20 entonces Yo los arrancaré de raíz de Mi tierra que Yo les he dado a ellos. Esta casa que Yo he separado para Mi nombre, yo la echaré lejos de Mí, y Yo la haré un proverbio y una broma entre los pueblos. 21 Aunque este templo está tan elevado ahora, todo el que pase por él estará sorprendido y murmurará. Ellos preguntarán: '¿Por qué el SEÑOR ha hecho esto a esta tierra y a esta casa?' 22 Otros contestarán: 'Porque ellos abandonaron al SEÑOR, su Dios, quien había traído a sus ancestros fuera de la tierra de Egipto, y ellos se sujetaron de otros dioses y se inclinaron a ellos y los adoraron. Este es el por qué el SEÑOR ha traído todo este desastre sobre ellos.'"

8

1 Ocurrió que al cabo de veinte años, durante los cuales Salomón había construído la casa del SEÑOR y su propia casa, 2 que Salomón reconstruyó los pueblos que Hiram le había dado a él, y estableció al pueblo de Israel en ellos. 3 Salomón atacó a Hamat y la derrotó. 4 Él construyó a Tadmor en el desierto, y todos las ciudades de almacenamiento, las cuales construyó en Hamat. 5 También él construyó a Bet Horón de arriba y a Bet Horón de abajo, ciudades fortificadas con paredes, puertas y barras. 6 Él construyó a Baalat y todas las ciudades de almacenamiento que él poseía, y todas las ciudades para sus carruajes y las ciudades para sus jinetes, y cualquier cosa que él deseó construir para su placer en Jerusalén, en Líbano, y en todas las tierras bajo su dominio. 7 En cuanto a todas las personas que habían quedado de los hititas, amorreos, ferezeos, heveos y los jebuseos, quienes no pertenecían a Israel, 8 sus descendientes quienes fueron dejados después de ellos en la tierra, a quienes el pueblo de Israel no había destruído--Salomón los hizo obreros forzados, lo cual son hasta este día. 9 Sin embargo, Salomón no hizo obreros forzados del pueblo de Israel. En cambio, ellos se hicieron sus soldados, sus comandantes, sus oficiales y comandantes de sus fuerzas de carruajes y sus jinetes. 10 Estos también eran oficiales líderes dirigiendo a los supervisores quienes pertenecían al rey Salomón, 250 de ellos, quienes supervisaban a las personas que hacían el trabajo. 11 Salomón trajo a la hija de Faraón fuera de la ciudad de David a la casa que él había construído para ella, porque él dijo: "Mi esposa no debe vivir en la casa de David, rey de Israel, porque donde sea que el arca del SEÑOR ha estado es santo." 12 Entonces Salomón ofreció ofrendas quemadas al SEÑOR en su altar que él había construído al frente de la puerta. 13 Él ofreció sacrificios tal como se requería a diario; él los ofreció, siguiendo las instrucciones encontradas en los mandamientos de Moisés, en los días Sábados, las lunas nuevas y en los festivales establecidas tres veces cada año: el Festival del Pan sin Levadura, el Festival de las Semanas, y el Festival de los Tabernáculos. 14 Manteniendo los decretos de su padre David, Salomón asignó las divisiones de los sacerdotes para su trabajo, y los levitas para sus posiciones, para alabar a Dios y servir ante los sacerdotes, como se requerí a diario. Él también asignó porteros por sus divisiones para cada puerta, porque David, el hombre de Dios, también había ordenado esto. 15 Estas personas no se apartaban de los mandamientos del rey para los sacerdotes y levitas en cuanto a cualquier asunto, o en cuanto a los almacenes. 16 Todo el trabajo ordenado por Salomón fue completado, desde el día que los fundamentos de la casa del SEÑOR fueron colocados hasta que fue terminada. La casa del SEÑOR fue completada. 17 Luego Salomón fue a Ezión Geber y Elot, en la costa en la tierra de Edom. 18 Hiram le envió barcos dirigidos por oficiales quienes eran marineros con experiencia. Ellos navegaron con los siervos de Salomón a Ofir. Ellos llevaron de allí 450 talentos (16, 000 kilogramos) de oro los cuales ellos trajeron al rey Salomón.

9

1 Cuando la reina de Sabá escuchó de la fama de Salomón, ella vino a Jerusalén para probarlo con preguntas difíciles. Llegó con una larga caravana, con camellos cargados con especies, mucho oro, y muchas piedras preciosas. Cuando ella hubo llegado a Salomón, ella le dijo todo lo que había en su corazón. 2 Salomón le contestó todas sus preguntas; nada era muy difícil para Salomón; no había ninguna pregunta que él no contestara. 3 Cuando la reina de Sabá vió la sabiduría de Salomón y el palacio que él había edificado, 4 la comida sobre la mesa, el acomodo de sus siervos, el trabajo de sus sirvientes y sus vestiduras, también sus coperos y sus vestiduras, y la manera en la cual ofrecía ofrenda quemada en la casa del SEÑOR, no había más espíritu en ella. 5 Ella le dijo al rey: "Es verdad, el reporte del cual escuché en mi propia tierra de tus palabras y sabiduría. 6 Yo no creía lo que había escuchado hasta que vine aquí, y ahora mis ojos lo han visto. ¡Ni la mitad se me dijo de tu sabiduría y tus riquezas! Tú has excedido la fama que yo he escuchado. 7 Cuán bendecido es tu pueblo, y cuán bendecidos son tus siervos quienes constantemente están de pie ante ti, porque ellos escuchan tu sabiduría. 8 "Bendecido sea el SEÑOR tu Dios, quien tiene complaciencia en ti, quien te colocó en su trono, para ser rey para el SEÑOR tu Dios. Porque tu Dios amó a Israel, con el fin de establecerlos para siempre, Él te hizo rey sobre ellos, para que hagas justicia y rectitud". 9 Ella le dió al rey 120 talentos (4, 080 kilogramos) de oro y una cantidad grande de especias y piedras preciosas. Ninguna cantidad mayor de especias como estas que la reina de Sabá le dio al rey Salomón alguna vez le fue dada a él otra vez. 10 Los sirvientes de Hiram y los sirvientes de Salomón, quienes trajeron oro de Ofir, también compraron madera de sándalo y piedras preciosas. 11 Con la madera de sándalo, el rey hizo gradas para la casa del SEÑOR y para su casa y también arpas y liras para los músicos. Ninguna madera como esta había sido vista anteriormente en la tierra de Judá. 12 El rey Salomón le dió a la reina de Sabá todo lo que ella deseaba, todo lo que ella pidiera, sumado a aquello que ella le había traído al rey. Así que ella regresó a su propia tierra, ella y sus sirvientes. 13 Ahora el peso del oro que había llegado a Salomón en un año fue de 666 talentos (23, 000 kilogramos) de oro, 14 aparte del oro que los comerciantes y mercaderes habían traído. Todos los reyes de Arabia y los gobernadores en el país también le trajeron oro y plata a Salomón. 15 El rey Salomón hizo doscientos escudos grandes de oro batido. Seiscientos siclos de oro estaban contenidos en cada uno. 16 Él también hizo trescientos escudos de oro batido. Tres siclos de oro estaban contenidos en cada escudo; el rey los colocó en el Palacio del Bosque del Líbano. 17 Entonces el rey hizo un gran trono de márfil, y lo cubrió con el oro más fino. 18 Habían seis gradas hacia el trono, y el tope del trono era redondo atrás. Habían reposabrazos en cada lado del asiento, y dos leones de pie al lado de los reposabrazos. 19 Doce leones estaban parados en las gradas, uno a cada lado de cada una de las seis gradas. No había otro trono como éste en ningún otro reino. 20 Todas las copas de beber del rey Salomón eran de oro y todas las copas para beber en la Casa del Bosque del Líbano eran de oro puro. Ninguna era de plata porque la plata no era considerada valiosa en los días de Salomón. 21 El rey tenía en el mar una flota de barcos de alta mar, junto con la flota de Hiram. Cada tres años la flota traía oro, plata y marfil, así como simios y mandríles. 22 Así que, el rey Salomón excedió a todos los reyes en riquezas y en sabiduría. 23 Toda la tierra buscaba la presencia de Salomón para así escuchar su sabiduría, la cual Dios había puesto en su corazón. 24 Aquellos que visitaban traían tributo, vasijas de plata y de oro, vestiduras, armas, y especias, así también como caballos y mulas, año tras año. 25 Salomón tenía cuatro mil establos para caballos y carruajes, y doce mil jinetes, los cuales él situó en las ciudades para los carruajes con él mismo en Jerusalén. 26 El reinó sobre todos los reyes desde el río Eufrates hasta la tierra de los filisteos y hasta la frontera de Egipto. 27 El rey tenía plata en Jerusalén, tanto como las piedras en el piso. Hizo que la madera de cedro fuera tan abundante como los sicómoros que estaban en las tierras bajas. 28 Ellos trajeron caballos para Salomón desde Egipto y de todas las tierras. 29 En cuanto a los otros asuntos concernientes a Salomón, primero y último, ¿No están escritos en la historia de Natán el profeta, en la profecía de Ahías el silonita, y en las visiones de Iddo el vidente, concerniente a Jeroboam hijo de Nabat? 30 Salomón reinó en Jerusalén sobre todo Israel por cuarenta años. 31 Él durmió con sus ancestros y el pueblo lo enterró en la ciudad de David su padre. Roboam, su hijo, se convirtió en rey en su lugar.

10

1 Roboam fue a Siquem, porque todo Israel iba a Siquem para hacerlo rey. 2 Sucedió que Jeroboam hijo de Nabat, escuchó de esto (porque el estaba en Egipto, de donde él había huído de la presencia del rey Salomón, pero Jeroboam regresó de Egipto). 3 Así que enviaron por él y lo llamaron y Jeroboam y todo Israel vinieron; le hablaron a Roboam y dijeron: 4 "Tu padre hizo nuestro yugo difícil. Por lo tanto, ahora haz el trabajo de tu padre más fácil y aligera el yugo pesado que colocó sobre nosotros y nosotros te serviremos." 5 Roboam les dijo a ellos: "Vengan otra vez a mi luego de tres días." Así que el pueblo se fue. 6 El rey Roboam consultó con los ancianos que habían estado delante de Salomón su padre, mientras él estaba vivo; el dijo: "¿Cómo me aconsejan para traer una respuesta a estas personas?" 7 Ellos le hablaron a él y dijeron: "Si eres bueno con este pueblo y los complaces y les dices palabras buenas a ellos, entonces ellos siempre serán tus sirvientes." 8 Pero Roboam ignoró los consejos que le habían dado a él los ancianos y consultó con los hombres jóvenes que habían crecido con él, que estaban delante de él. 9 Él les dijo a ellos: "¿Qué consejo me dan para que nosotros podamos contestarle a las personas que me hablaron y dijeron: 'Aligera el yugo que tu padre colocó sobre nosotros'?" 10 Los hombres jóvenes que habían crecido con Roboam le hablaron, diciendo: "Así es como tú deberás hablarle a las personas que te dijeron que tu padre Salomón les hizo su yugo difícil, pero que tú debes hacerlo ligero. Esto es lo que debes decirle a ellos, 'Mi dedo pequeño es más grueso que la cintura de mi padre. 11 Así que ahora, aunque mi padre los cargó con un yugo difícil, yo añadiré a su yugo. Mi padre los castigó con látigos, pero yo los castigaré con escorpiones.'" 12 Así que Jeroboam y todo su pueblo vinieron a Roboam en el tercer día, como el rey dijo: "Vuelve a mí en el tercer día." 13 Roboam les habló a ellos fuertemente, ignorando el consejo de los ancianos. 14 Él les habló a ellos siguiendo el consejo de los hombres jóvenes, diciendo: "Mi padre les hizo su yugo difícil, pero yo le añadiré a él. Mi padre los castigó con latigos, pero yo los castigaré con escorpiones." 15 Así que el rey no escuchó al pueblo, porque era un giro de eventos provocados por Dios, para que el SEÑOR cumpliera su palabra que Ahías el Silonita había hablado a Jeroboam hijo de Nabat. 16 Cuando todo Israel vió que el rey no los escuchó, el pueblo le contestó diciendo: "¿Qué parte tenemos en David? ¡No tenemos ninguna heredad en el hijo de Isaí! Cada uno de ustedes debe volver a su tienda, Israel. Ahora cuida a tu propia casa, David." Así que todo Israel regresó a sus tiendas. 17 Pero en cuanto al pueblo de Israel que vivía en las ciudades de Judá, Roboam reinó sobre ellos. 18 Entonces el rey Roboam envió a Adoram, quien estaba sobre los trabajadores forzados, pero el pueblo de Israel lo apedreó hasta la muerte con piedras. El rey Roboam huyó rápidamente en su carruaje a Jerusalén. 19 Así que Israel ha estado en rebelión contra la casa de David hasta este día.

11

1 Cuando Roboam llegó a Jerusalén, él reunió la casa de Judá y Benjamín, 180, 000 hombres escogidos quienes eran soldados, para pelear contra Israel, para restaurar el reino a Roboam. 2 Pero la palabra del SEÑOR vino a Semaías, el hombre de Dios, diciendo: 3 "Dile a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá, y a todo Israel en Judá y Benjamín: 4 'El SEÑOR dice esto: "Tú no debes atacar o hacer guerra contra tus hermanos. Todos deben regresar a su propia casa, porque Yo he causado que esto suceda.'" Así que ellos obedecieron las palabras del SEÑOR y retrocedieron de atacar a Jeroboam. 5 Roboam vivió en Jerusalén y construyó ciudades en Judá para defensa. 6 Él construyó a Belén, Etam, Tecoa, 7 Bet Sur, Soco, Adulam, 8 Gat, Maresa, Zif, 9 Adoraim, Laquis, Azeca, 10 Zora, Ajalón y Hebrón. Estas son ciudades fortificadas en Judá y Benjamín. 11 Él fortificó las fortalezas y puso comandantes en ellas, con almacenes de comida, aceite y vino. 12 Él puso escudos y lanzas en todas las ciudades y las hizo muy fuertes. Así que Judá y Benjamín le pertenecían a él. 13 Los sacerdotes y levitas quienes estaban en todo Israel fueron a él desde dentro de sus fronteras. 14 Pues los levitas dejaron sus pastizales y propiedades para ir a Judá y Jerusalén, porque Jeroboam y sus hijos los habían sacado, así que ellos ya no podían realizar los deberes sacerdotales para el SEÑOR. 15 Jeroboam asignó para sí mismo sacerdotes para los lugares altos y para los ídolos de cabra y becerro que él había hecho. 16 Personas de todas las tribus de Israel vinieron tras ellos, aquellos quienes establecieron en sus corazones buscar al SEÑOR, el Dios de Israel; ellos vinieron a Jerusalén para sacrificar al SEÑOR, el Dios de sus padres. 17 Así que ellos fortalecieron el reinado de Judá e hicieron a Roboam, hijo de Salomón, fuerte durante tres años, y ellos caminaron durante tres años en el camino de David y Salomón. 18 Roboam tomó una esposa para sí mismo: Mahalat, la hija de Jerimot, hijo de David, y de Abigail, la hija de Eliab, hijo de Jesé. 19 Ella le dio hijos: Jeús, Semarías y Zaham. 20 Después de Mahalat, Roboam tomó a Maaca, hija de Absalón; ella le dio a luz a Abías, Atai, Ziza y Selomit. 21 Roboam amó a Maaca, la hija de Absalón, más que a todas sus otras esposas y sus concubinas (él tomó dieciocho esposas y sesenta concubinas, y fue el padre de veintiocho hijos y sesenta hijas). 22 Roboam escogió a Abías, hijo de Maaca, para ser jefe, un líder entre sus hermanos; él tenía el pensamiento de hacerlo rey. 23 Roboam gobernó sabiamente; él distribuyó a todos sus hijos por toda la tierra de Judá y Benjamín, por cada ciudad fortificada. También les dio comida en abundancia y buscó muchas esposas para ellos.

12

1 Ocurrió, cuando el reino de Roboam fue establecido y él era fuerte, que él abandonó la ley del SEÑOR-- y todo Israel con él. 2 Y sucedió en el quinto año del rey Roboam, que Sisac, rey de Egipto, vino contra Jerusalén, porque el pueblo le había sido infiel al SEÑOR. 3 Él vino con mil docientos carruajes y sesenta mil jinetes. Soldados sin número vinieron con él desde Egipto: libios, suquienos y etíopes. 4 Él conquistó las ciudades fortificadas que le pertenecían a Judá y vino a Jerusalén. 5 Ahora, Semaías el profeta vino a Roboam y a los líderes de Judá quienes se habían reunido en Jerusalén a causa de Sisac. Semaías les dijo a ellos: "Esto es lo que el SEÑOR dice: 'Ustedes me han dejado, así que Yo también los he entregado en las manos de Sisac.'" 6 Luego los príncipes de Israel y el rey se humillaron a sí mismos y dijeron: "El SEÑOR es recto." 7 Cuando el SEÑOR vio que ellos se habían humillado a sí mismos, la palabra del SEÑOR vino a Semaías, diciendo: "Ellos se han humillado a sí mismos. Yo no los destruiré a ellos; Yo los rescataré hasta cierto punto, y mi ira no se derramará sobre Jerusalén por medio de las manos de Sisac. 8 Sin embargo, ellos serán sus siervos, para que puedan entender lo que es servirme a Mí, y servir a los gobernantes de otras naciones." 9 Así que Sisac, rey de Egipto, vino contra Jerusalén y tomó los tesoros de la casa del SEÑOR, y los tesoros de la casa del rey. Él se llevó todo; también se llevó los escudos de oro que Salomón había hecho. 10 El rey Roboam hizo escudos de bronce en su lugar y los confió en las manos de los comandantes de la guardia, quienes protegían las puertas de la casa del rey. 11 Y sucedía que cada vez que el rey entraba en la casa del SEÑOR, los guardias los cargaban con ellos; luego, ellos los traerían de vuelta a la casa de los guardas. 12 Cuando Roboam se humilló a sí mismo, la ira del SEÑOR se alejó de él, para no destruirlo completamente; además, todavía quedaba algún bien para ser encontrado en Judá. 13 Así que el rey Roboam hizo su reinado fuerte en Jerusalén, y así reinó. Roboam tenía cuarenta y un años cuando comenzó a reinar, y reinó por diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que el SEÑOR había escogido de todas las tribus de Israel para Él poner Su nombre allí. El nombre de su madre era Naama, la amonita. 14 Él hizo lo malo, porque no dispuso su corazón para buscar al SEÑOR. 15 En cuanto a los otros asuntos concernientes a Roboam, primeros y postreros, ¿no están escritos en los libros de Semaías el profeta y de Iddo el vidente, quién también tiene registros de genealogías y las constantes guerras entre Roboam y Jeroboam? 16 Roboam durmió con sus ancestros y fue enterrado en la ciudad de David; Abías su hijo vino a ser rey en su lugar.

13

1 En el décimo octavo año del rey Jeroboam, Abías comenzó a reinar sobre Judá. 2 Él reinó por tres años en Jerusalén; el nombre de su madre era Micaías, la hija de Uriel de Guibeá. Y hubo guerra entre Abías y Jeroboam. 3 Abías fue a la batalla con un ejército de soldados fuertes y valientes, 400, 000 hombres escogidos. Jeroboam se alineó contra él con 800, 000 hombres escogidos, soldados fuertes y valientes. 4 Abías se levantó en el monte Zemaraim, el cual está en el país montañoso de Efraín, y dijo: "¡Eschúchenme, Jeroboam y todo Israel! 5 ¿No saben ustedes que el SEÑOR, Dios de Israel, le dio el dominio a David sobre Israel por siempre, a él y a sus hijos por medio de un pacto oficial? 6 Aún así, Jeroboam, hijo de Nabat, el siervo de Salomón, hijo de David, se levantó y se rebeló en contra de su amo. 7 Hombres indignos, compañeros corruptos, se unieron a él. Ellos vinieron en contra de Roboam, hijo de Salomón, cuando Roboam era joven e inexperto, y no podía resistirlos. 8 Ahora, ustedes dicen que pueden resistir el poder soberano del SEÑOR en la mano de los descendientes de David. Ustedes son un ejército grande, y con ustedes están los becerros dorados que Jeroboam hizo como dioses para ustedes. 9 ¿No han sacado a los sacerdotes del SEÑOR, los descendientes de Aarón y a los levitas? ¿No han hecho sacerdotes para ustedes en la forma de los pueblos de otras tierras? Cualquiera que venga a santificarse a sí mismo con un novillo y siete carneros, puede convertirse en sacerdote de lo que no son dioses. 10 Pero para nosotros, el SEÑOR es nuestro Dios, porque no lo hemos abandonado. Nosotros tenemos sacerdotes, descendientes de Aarón, sirviendo al SEÑOR, y a los levitas, quienes hacen su trabajo. 11 Cada mañana y cada tarde, ellos queman para el SEÑOR ofrendas quemadas y dulce incienso. Ellos también ponen el pan de la presencia en la mesa pura; ellos también ponen los candelabros de oro con sus lámparas, para que ellas se quemen cada tarde. Nosotros mantenemos los mandamientos del SEÑOR, nuestro Dios, pero ustedes lo han abandonado. 12 Miren, Dios está con nosotros, a nuestra cabeza, y sus sacerdotes están aquí con las trompetas para sonar la alarma contra ustedes. Pueblo de Israel, no peleen en contra del SEÑOR, el Dios de sus ancestros, porque ustedes no ganarán." 13 Pero Jeroboam preparó una emboscada detrás de ellos, su ejército estaba en frente de Judá, y la emboscada estaba atrás de ellos. 14 Cuando Judá miró hacia atrás, he aquí, la pelea estaba al frente y detrás de ellos. Ellos clamaron al SEÑOR, y los sacerdotes sonaron las trompetas. 15 Entonces los hombres de Judá dieron un grito, mientras gritaban, sucedió que Dios golpeó a Jeroboam y todo Israel delante de Abías y Judá. 16 La gente de Israel huyó ante Judá, y Dios los entregó a ellos en la mano de Judá. 17 Abías y su ejército los mató con una gran masacre; 500, 000 hombres escogidos de Israel cayeron muertos. 18 De esta manera, el pueblo de Israel fue sometido en aquel tiempo, el pueblo de Judá ganó porque ellos confiaron en el SEÑOR, el Dios de sus ancestros. 19 Abías persiguió a Jeroboam; él (Abías) tomó ciudades de él (Jeroboam): Betel con sus aldeas, Jesana con sus aldeas y Efraín con sus aldeas. 20 Jeroboam nunca recuperó poder otra vez durante los días de Abías; el SEÑOR lo golpeó, y él murió. 21 Pero Abías se volvió poderoso; él tomó catorce esposas y se convirtió en el padre de veintidós hijos y diesciséis hijas. 22 El resto de los hechos de Abías, su comportamiento y palabras, están escritos en la narración del profeta Iddo.

14

1 Abías durmió con sus ancestros, y lo enterraron en la cuidad de David. Asa, su hijo, se convirtió en rey en su lugar. En sus días la tierra estuvo tranquila por diez años. 2 Asa hizo lo que era bueno y correcto ante los ojos del SEÑOR su Dios, 3 porque él quitó los altares extranjeros y los lugares altos. El rompió los pilares de piedra y derribó las columnas de Asera. 4 Él ordenó a Judá buscar al SEÑOR, el Dios de sus ancestros, y que llevaran a cabo la ley y los mandamientos. 5 También, él quitó los lugares altos y los altares de incienso de todas la ciudades de Judá. El reino tuvo descanso bajo él. 6 Él construyó cuidades fortificadas en Judá, porque la tierra estuvo tranquila, él no tuvo guerra en aquellos días, porque el SEÑOR le había dado paz. 7 Asa le dijo a Judá: "Vamos a construir estas ciudades y hacer los muros alrededor de ellas, y torres, puertas, y barrotes; la tierra aún es nuestra porque hemos buscado al SEÑOR nuestro Dios. Nosotros lo hemos buscado, y Él nos ha dado paz en cada lado." Así que ellos construyeron y tuvieron éxito. 8 Asa tenía un ejército que cargaba escudos y espadas; de Judá él tenía 300, 000 hombres, y de Benjamín tenía 280, 000 hombres quienes cargaron escudos y tensaron arcos. Todos estos hombres fuertes y valientes. 9 Zera el etíope vino contra ellos con un ejército de un millón de soldados y trescientos carruajes; él vino a Maresa. 10 Entonces, Asa salió a encontrarlo, y formaron las líneas de batalla en orden en el Valle de Sefata en Maresa. 11 Asa gritó al SEÑOR, su Dios, y dijo: "SEÑOR, no hay nadie, sino Tú para ayudar a uno que no tiene fuerzas cuando está enfrentando a muchos. Ayúdanos, SEÑOR nuestro Dios, porque dependemos de Tí, y en Tu nombre hemos venido contra este vasto número. SEÑOR, Tú eres nuestro Dios; no dejes que el hombre te derrote." 12 Así que el SEÑOR derrotó a los etíopes delante de Asa y Judá; los etíopes huyeron. 13 Asa y los soldados con él los persiguieron hasta Gerar. Así que muchos etíopes sintieron que no se podían recuperar, porque estaban completamente destruídos ante el SEÑOR y su ejército. El ejército cargó con mucho botín. 14 El ejército destruyó todas las aldeas alrededor de Gerar, porque el terror del SEÑOR había venido sobre los habitantes. El ejército saqueó todas las aldeas, y era mucho botín. 15 El ejército también destruyó el asentamiento de las tiendas de los nómadas que pastoreaban; ellos cargaron con ovejas en abundancia, como también camellos y luego regresaron a Jerusalén.

15

1 El espíritu de Dios vino sobre Asarías hijo de Obed. 2 Él salió a encontrarse con Asa y le dijo a él: "Escúchame a mí, Asa, y toda Judá y Benjamín: El SEÑOR está contigo, mientras tú estés con Él. Si lo buscas a Él, Él será encontrado por ti; pero si tú lo abandonas a Él, Él te abandonará a ti. 3 Ahora por un periodo de tiempo largo, Israel estuvo sin un verdadero Dios, sin un sacerdote maestro y sin la ley. 4 Pero cuando en aflicción, ellos se volvieron al SEÑOR, el Dios de Israel, y lo buscaron, Él fue hallado por ellos. 5 En esos tiempos no había paz para aquél que viajaba, ni para aquél que viajó hasta aquí; en lugar de ello, grandes problemas estaban sobre los habitantes de las tierras. 6 Estaban rotos en pedazos, nación contra nación, y ciudad contra ciudad, porque Dios los perturbó con todo tipo de sufrimiento. 7 Pero sean fuertes, y no permitas que tus manos sean débiles, porque tu trabajo será recompensado. 8 Cuando Asa oyó estas palabras, la profecía de Obed el profeta, él tomó valentía y quitó las cosas repugnantes de toda tierra de Judá y Benjamín, y de las ciudades que él había capturado de la zona rural montañosa de Efraín, y él reconstruyó el altar del SEÑOR, que estaba de frente al pórtico de la casa del SEÑOR. 9 Él reunió a toda Judá y Benjamín, y aquellos que se quedaron con ellos -- personas de Efraín, Manasés y Simeón. Porque ellos vinieron de Israel a él en grandes números, cuando vieron que el SEÑOR su Dios estaba con él. 10 Así que, se reunieron en Jerusalén en el mes tercero, en el décimo quinto año del reinado de Asa. 11 En ese día le sacrificaron al SEÑOR parte del saqueo que ellos habían traído: setecientos bueyes y siete mil ovejas y cabras. 12 Ellos entraron dentro de un pacto para buscar al SEÑOR, el Dios de sus ancestros, con todo su corazón y con toda su alma. 13 Ellos estaban de acuerdo que cualquiera que no buscara al SEÑOR, el Dios de Israel, debería de morir, aunque la persona fuera pequeña o grande, aunque fuera hombre o mujer. 14 Ellos juraron al SEÑOR con una voz fuerte, con gritos, y con trompetas y cuernos. 15 Toda Judá se regocijó con el juramento, porque ellos habían jurado con todo su corazón, y buscaban a Dios con todo su deseo, y Él fue encontrado por ellos. El SEÑOR les dió paz por todas partes a su alrededor. 16 También removió a Maaca, su abuela, de ser reina, porque ella había hecho una figura repugnante de Asera. Asa cortó la figura repugnante, la pulverizó y la quemó en el arroyo de Cedrón. 17 Pero los lugares altos no fueron sacados de Israel. Sin embargo, el corazón de Asa estaba completamente consagrado todos sus días. 18 Él trajo a la casa de Dios las cosas de su padre y sus propias cosas que le pertenecián al SEÑOR: objetos de oro y plata. 19 No hubo más guerras hasta el trigésimo quinto año del reinado de Asa.

16

1 En el año treinta y seis del reinado de Asa, Baasa, rey de Israel, actuó agresivamente contra Judá y construyó Ramá, para no dejar que nadie saliera o entrara en la tierra de Asa, rey de Judá. 2 Entonces Asa trajo la plata y oro fuera de los almacenes en la casa del SEÑOR y de la casa del rey, y lo envió a Ben Adad, rey de Aram, quien vivía en Damasco. Él dijo: 3 "Hagamos un pacto entre tú y yo, así como lo hubo entre mi padre y tu padre. Mira, yo te he enviado plata y oro. Rompe tu pacto con Baasa, rey de Israel, para que él me deje tranquilo." 4 Ben Adad escuchó al rey Asa y envió los comandantes de sus ejércitos contra las ciudades de Israel. Ellos atacaron Ijón, Dan, Bel Maín y todos los lugares de almacenamiento en las ciudades de Neftalí. 5 Sucedió que cuando Baasa escuchó esto, él detuvo la construcción de Ramá, e hizo que el trabajo cesara. 6 Entonces Asa el rey llevó a toda Judá con él. Ellos llevaron fuera las piedras y troncos de Ramá con los cuales Baasa estaba construyendo la ciudad. Entónces el rey Asa usó ese material para levantar a Geba y Mizpa. 7 En ese tiempo Hananí el vidente fue donde Asa, rey de Judá, y le dijo:"Porque tú has confiado más en el rey Aram, y no has confiado en el SEÑOR tu Dios, el ejército del rey de Aram ha escapado fuera de tu mano. 8 ¿No eran los etíopes y los libios un gran ejército, con muchísimas carrozas y hombres de caballo? Aún así porque confiaste en el SEÑOR, Él te dio la victoria sobre ellos. 9 Porque los ojos del SEÑOR recorren todo lugar a través de toda la tierra, para mostrarse a Sí mismo fuerte en nombre de todos aquellos cuyos corazones son perfectos delante de Él. Pero tú has actuado tontamente en este asunto. Desde ahora en adelante, tendrás guerra." 10 Entonces Asa se enojó con el vidente; lo puso en la cárcel, porque estaba enojado con él sobre todo este asunto. Al mismo tiempo, Asa oprimió algunos del pueblo. 11 He aquí los hechos de Asa, desde el primero hasta el último, están escritos en el libro de los reyes de Judá e Israel. 12 En el año treinta y nueve de su reinado, Asa tenía una enfermedad en sus pies; su enfermedad era muy severa. Aún así, él no pidió ayuda del SEÑOR, sólo de los médicos. 13 Asa durmió con sus ancestros; el murió en el año cuarenta y uno de su reinado. 14 Ellos lo enterraron en su propia tumba, la que él había cavado para sí mismo en la ciudad de David. Ellos lo pusieron en un féretro que estaba lleno de olores dulces y varias clases de especias preparadas por perfumistas diestros. Entonces ellos hicieron un gran fuego en su honor.

17

1 Josafat, hijo de Asa, se convirtió en rey en su lugar. Josafat se fortaleció a sí mismo en contra de Israel. 2 Él colocó fuerzas en todas las ciudades fortificadas de Judá, y puso guarniciones en la tierra de Judá y en las ciudades de Efraín, las cuales su padre Asa había capturado. 3 El SEÑOR estaba con Josafat porque él caminó en los primeros caminos de su padre David, y no buscó a los baales. 4 En su lugar, él confió en el Dios de su padre, y caminó en sus mandamientos, no tras el comportamiento de Israel. 5 Así que, el SEÑOR estableció el reinado en su mano; toda Judá le trajo tributo a Josafat. Él tenía riquezas y honor en abundancia. 6 Su corazón estaba comprometido con los caminos del SEÑOR. Él también removió los lugares altos y los postes de Asera de Judá. 7 En el tercer año de su reinado, él envió a sus oficiales Ben Hail, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías a enseñar en las ciudades de Judá. 8 Con ellos estaban los levitas: Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías; y con ellos estaban los sacerdotes Elisama y Joram. 9 Ellos enseñaron en Judá, teniendo el libro de la ley del SEÑOR con ellos. Ellos fueron a través de todas las ciudades de Judá y enseñaron entre la gente. 10 El temor del SEÑOR cayó sobre todos los reinos de la tierra que estaban alrededor de Judá, así que ellos no hicieron guerra en contra de Josafat. 11 Algunos de los filisteos trajeron regalos a Josafat, y plata como tributo. Los árabes también le trajeron rebaños, 7, 700 carneros y 7, 700 cabras. 12 Josafat se volvió muy poderoso. Él construyó fortalezas y ciudades de almacenaje en Judá. 13 Él tenía muchos suministros en las ciudades de Judá, y soldados --hombres fuertes y valientes-- en Jerusalén. 14 Aquí hay una lista de ellos, en orden por el nombre de las casas de sus padres: de Judá, los comandantes de miles; Adnas el comandante, y con él 300, 000 hombres de guerra; 15 junto a él, Jonahán el comandante, y con él 280, 000 hombres; 16 junto a él, Amasías, hijo de Zicri, quien voluntariamente se ofreció a servirle al SEÑOR; y con él, 200, 000 hombres de guerra. 17 De Benjamín: Eliada, un poderoso hombre de valor, y con él, 200, 000 armados con arcos y escudos; 18 junto a él, Jozabad, y con él, 180, 000 listos para la guerra. 19 Estos fueron aquellos que sirvieron al rey, además de aquellos quienes el rey puso en ciudades fortificadas a través de Judá.

18

1 Ahora, Josafat tenía grandes riquezas y honores; él mismo se alió con Acab al casar a uno de su familia con una de sus hijas. 2 Luego de unos años, él bajó donde Acab en Samaria. Acab mató muchas ovejas y bueyes para él y las personas quienes estaban con él. Acab también lo persuadió a él a atacar a Ramot Galaad con él. 3 Acab, rey de Israel, le dijo a Josafat, rey de Judá: "¿Irás conmigo a Ramot Galaad?" Josafat le contestó: "Yo soy como tú y mi pueblo es como tu pueblo; nosotros estaremos contigo en la guerra." 4 Josafat le dijo al rey de Israel: "Por favor, primero busca la palabra del SEÑOR para tu respuesta." 5 Entonces, el rey de Israel reunió a los profetas, cuatrocientos hombres y les dijo: "¿Deberíamos ir a Ramot Galaad a la guerra, o yo no debería?" Ellos dijeron: "Ataca, porque Dios los entregará en la mano del rey." 6 Pero Josafat dijo: "¿No hay aquí todavía otro profeta del SEÑOR con quien podamos buscar consejo?" 7 El rey de Israel le dijo a Josafat: "Todavía queda un hombre por el cual nosotros podemos buscar consejo del SEÑOR, Micaías hijo de Imla, pero lo odio porque nunca profetiza bien concerniente a mí, sino siempre maldad." Pero Josafat dijo: "El rey no debería decir eso." 8 Entonces el rey de Israel llamó a un oficial y dijo: "Rápido, trae a Micaías hijo de Imla." 9 Ahora Acab el rey de Israel y Josafat el rey de Judá estaban sentados cada uno en un trono, vestidos en sus túnicas, en un lugar abierto en la entrada de las puertas de Samaria y todos los profetas estaban profetizando ante ellos. 10 Sedequías hijo de Quenaana se hizo cuernos de hierro y dijo: "El SEÑOR dijo esto: 'Con éstos ustedes empujarán los arameos hasta que ellos sean consumidos.'" 11 Todos los profetas profetizaron lo mismo, diciendo: "Ataca a Ramot Galaad y gana, pues el SEÑOR los ha entregado en las manos del rey." 12 El mensajero que fue a llamar a Micaías le habló diciendo: "Ahora mira, las palabras de los profetas declaran cosas buenas al rey con una boca. Por favor, deja que tu palabra sea como las de una de ellos y diga cosas buenas." 13 Micaías respondió: "Mientras el SEÑOR viva, lo que Dios diga es lo que diré." 14 Cuando el vino al rey, el rey le dijo a él: "Micaías, ¿debemos nosotros ir a Ramot Galaad para guerra o no?" Micaías le respondió: "¡Ataquen y sean victoriosos! Porque será una gran victoria." 15 Entonces el rey le dijo a él: "¿Cuántas veces tengo yo que requerir de ti que jures para decirme la verdad en el nombre del SEÑOR?" 16 Así que Micaías dijo: "Vi a todo Israel disperso en las montañas, como ovejas que no tienen pastor y el SEÑOR dijo: 'Estos no tienen pastor. Permite que cada hombre regrese a su casa en paz.'" 17 Así que, el rey de Israel le dijo a Josafat: "¿No te dije yo que él no iba a profetizar bien concerniente a mí, sino sólo desastre?" 18 Entonces Micaías dijo: "Por lo tanto, todos ustedes escuchen la voz del SEÑOR: Yo vi al SEÑOR sentado en su trono y todos los ejércitos del cielo estaban de pie a su mano derecha y a su izquierda. 19 El SEÑOR dijo: '¿Quién puede seducir a Acab, rey de Israel, para que él suba y caiga en Ramot Galaad?' Uno dijo esto y otro aquello. 20 Y entonces un espíritu vino y se puso en pie ante el SEÑOR y dijo: 'Yo voy a seducirlo.' El SEÑOR le dijo a él: '¿Cómo?' 21 El espíritu contestó: 'Yo iré y me convertiré en un espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas.' El SEÑOR respondió: 'Tú lo seducirás y también serás exitoso. Ve ahora y hazlo.' 22 Ahora, el SEÑOR ha puesto un espíritu de mentira en la boca de estos profetas tuyos y el SEÑOR ha decretado desastre para ti." 23 Entonces Sedequías hijo de Quenaana, vino, golpeó a Micaías en la mejilla y le dijo: "¿De qué manera el Espíritu del SEÑOR se fue de mí para hablarte a ti?" 24 Micaías dijo: "Mira, tú sabrás eso en ese día, cuando corras a una habitación interior para esconderte." 25 El rey de Israel le dijo a unos sirvientes: "Ustedes tomen a Micaías y llévenlo a Amón, el gobernador de la ciudad y a Joás, mi hijo. 26 Ustedes le dirán a él: 'El rey dijo: Pongan a este hombre en prisión y sólo aliméntenlo con un poco de pan y sólo un poco de agua, hasta que yo regrese en paz.' 27 Entonces Micaías dijo: "Si tú regresas en paz, entonces el SEÑOR no ha hablado a través de mi." Y luego añadió: "Escuchen esto, todos ustedes." 28 Así que, Acab, el rey de Israel y Josafat, el rey de Judá, fueron en contra de Ramot Galaad. 29 El rey de Israel le dijo a Josafat: "Yo me disfrazaré e iré a la batalla, pero tú vístete con tus túnicas reales." Así que, el rey de Israel se disfrazó a sí mismo y ellos fueron a la batalla. 30 Ahora, el rey de Aram había ordenado a los capitanes de sus carruajes, diciendo: "No ataquen los soldados insignificantes o importantes. En lugar de ello, sólo ataquen al rey de Israel." 31 Sucedió que cuando los capitanes de los carruajes vieron a Josafat dijeron: "Ese es el rey de Israel." Se voltearon para atacarlo, pero Josafat clamó y el SEÑOR lo ayudó. Dios los alejó de él. 32 Sucedió que cuando los comandantes de los carruajes vieron que no era el rey de Israel, dejaron de perseguirlo. 33 Pero cierto hombre sacó su arco al azar y le disparó al rey de Israel entre las articulaciones de su armadura. Entonces, Acab le dijo al conductor de su carruaje: "Da la vuelta y llévame fuera de la batalla, porque estoy gravemente herido." 34 La batalla empeoró ese día y el rey de Israel estuvo retenido en su carruaje enfrentándose a los arameos hasta la tarde. Para el tiempo en que el sol estaba bajando, él murió.

19

1 Josafat el rey de Judá regresó en paz a su casa en Jerusalén. 2 Entonces Jehú hijo de Hananí, el vidente, fue a encontrarlo y le dijo al rey Josafat: "¿Debes estar ayudando al malvado? ¿Debes amar aquellos que odian al SEÑOR? Por tus obras, ira del SEÑOR es sobre ti. 3 Sin embargo, hay algo bueno en ti, en que has quitado los postes de Asera fuera de la tierra, y tú has dispuesto tu corazón para buscar a Dios." 4 Josafat vivía en Jerusalén; y él salió nuevamente entre el pueblo desde Beerseba hasta la región montañosa de Efraín y los trajo de nuevo al SEÑOR, el Dios de sus padres. 5 Él puso jueces en la tierra en todas las ciudades fortificadas de Judá, ciudad por ciudad. 6 Él le dijo a los jueces: "consideren lo que deben hacer, porque no están juzgando para el hombre, sino para el Señor; Él está con ustedes en el acto de juzgar. 7 Ahora entonces, dejen que el temor del Señor sea sobre ustedes. Sean cuidadosos cuando juzguen, porque no hay iniquidad con el Señor, ni ninguna clase de favoritismos o toma de sobornos." 8 Además, en Jerusalén Josafat designó a algunos de los levitas y de los sacerdotes, y algunos de los jefes de las casas ancestrales de Israel, para llevar a cabo el juicio por el SEÑOR, y por el bien de los conflictos. Ellos vivían en Jerusalén. 9 Él les instruyó, diciendo: "ustedes deben servir con reverencia al SEÑOR, fielmente, y con todo su corazón. 10 Cuando cualquier pleito venga a ustedes desde sus hermanos quienes viven en sus ciudades, ya sea sobre derramamiento de sangre, ya sea sobre leyes y mandamientos, estatutos o decretos, ustedes deben advertirles, para que ellos no vengan a ser culpables delante del SEÑOR, o ira venga hacia ustedes y hacia sus hermanos. Ustedes deben hacer esto y no serán culpables. 11 Miren, Amarías el jefe de los sacerdotes está sobre ustedes en todos los asuntos del SEÑOR. Zebadías hijo de Ismael, el líder de la casa de Judá, está a cargo de todos los asuntos del rey. También, los levitas serán oficiales sirviéndoles a ustedes. Sean fuertes y obedezcan sus instrucciones, y que el SEÑOR sea con aquellos quienes son buenos."

20

1 Acontenció después de esto, que el pueblo de Moab y Amón, y con ellos algunos meunitas vinieron en contra de Josafat para batallar. 2 Entonces vinieron algunos a Josafat, diciendo: "Una gran multitud viene contra ti de más allá del Mar Muerto, de Edom. Mira, ellos están en Hazezon Tamar", esto es, En Gadi. 3 Josafat se asustó y se propuso buscar al SEÑOR. Él proclamó un ayuno en toda Judá. 4 Toda Judá se reunió para buscar al SEÑOR; ellos vinieron a buscar al SEÑOR desde todas las ciudades de Judá. 5 Josafat estuvo de pie en la asamblea de Judá y Jerusalén, en la casa del SEÑOR, en frente del nuevo patio. 6 Él dijo: "El SEÑOR, el Dios de nuestros ancestros, ¿acaso no eres Dios en el cielo? ¿Acaso no eres el gobernador sobre todos los reinos de las naciones? Poder y fuerza están en Tu mano, así que nadie es capaz de resistirte. 7 Nuestro Dios, ¿no sacaste Tú a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y se la diste para siempre a los descendientes de Abraham? 8 Ellos vivieron en ella y en ella te construyeron un lugar para Tu nombre, diciendo: 9 'Si desastre viene a nosotros--la espada, juicio, o enfermedad, o hambruna--nosotros nos vamos a levantar delante de esta casa, y delante de Ti (pues Tu nombre está en esta casa) y nosotros clamaremos en nuestra aflicción, y Tú nos oirás y nos salvarás.' 10 Mira ahora, aquí está el pueblo de Amón, Moab y Monte Seir a quienes Tú no dejaste que Israel invadiera cuando ellos salieron de la tierra de Egipto; de lo contrario, Israel se alejó de ellos y no los destruyó. 11 Mira como ellos nos recompensan; ellos están viniendo para sacarnos de Tu tierra, la que nos has dado como herencia. 12 Nuestro Dios, ¿no los vas a juzgar? Pues nosotros no tenemos poder contra este gran ejército que viene contra nosotros. Nosotros no sabemos que hacer, pero nuestros ojos están en Ti." 13 Toda Judá estuvo de pie delante del SEÑOR, con sus pequeños, esposas e hijos. 14 Entonces en el medio de la asamblea, el espíritu del SEÑOR vino sobre Jahaziel, hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, el levíta, uno de los hijos de Asaf. 15 Jahaziel dijo: "Escuchen, toda Judá y ustedes habitantes de Jerusalén, y el rey Josafat. Esto es lo que el SEÑOR le dice a ustedes: 'No tengan miedo; no estén desanimados por este gran ejército, pues esta batalla no les pertenece a ustedes, sino a Dios. 16 Ustedes deben enfrentarse mañana contra ellos. Miren, ellos están subiendo por el paso de Sis. Usteden los encontrarán a ellos al final del valle, antes del desierto de Jeruel. 17 Ustedes no van a necesitar pelear en esta batalla. Párense en sus posiciones, estén quietos y verán el rescate del SEÑOR con ustedes, Judá y Jersualén. No tengan miedo ni estén desanimados. Vayan contra ellos mañana, pues el SEÑOR está con ustedes." 18 Josafat inclinó su cabeza con su rostro hacia el suelo. Toda Judá y los habitantes de Jerusalén se inclinaron delante del SEÑOR adorándole a Él. 19 Los levitas, aquellos de la descendencia de los Coatitas y los Coretitas, se pusieron de pie para adorar al SEÑOR, el Dios de Israel, con una voz muy fuerte. 20 Temprano en la mañana ellos se levantaron y fueron al desierto de Tecoa. Mientras ellos salían, Josafat se levantó y dijo: "¡Escúchenme a mí, Judá y ustedes habitantes de Jerusalén! Confíen en el SEÑOR su Dios, y ustedes serán respaldados. Confíen en sus profetas, y ustedes serán exitosos." 21 Cuando él hubo consultado con el pueblo, él señaló a aquellos quienes cantarían al SEÑOR y darían a Él adoración por su gloria santa, mientras ellos salían precediendo al ejército, y diciendo: "Den gracias al SEÑOR, porque su fidelidad al pacto perdura para siempre." 22 Cuando ellos comenzaron a cantar y a adorar, el SEÑOR estableció hombres en una emboscada contra el pueblo de Amón, Moab y Monte Seir, quienes vinieron contra Judá. Ellos fueron derrotados. 23 Pues el pueblo de Amón y Moab se levantaron a pelear con los habitantes de Monte Seir, a fin de matarlos completamente y destruirlos. Cuando ellos terminaron con los habitantes de Monte Seir, todos ellos ayudaron a destruirse el uno al otro. 24 Cuando Judá llegó a un lugar con vista al desierto, ellos miraron hacia el ejército. He aquí, ellos estaban muertos, caídos al suelo; ninguno había escapado. 25 Cuando Josafat y su pueblo fueron a tomar el botín de ellos, encontraron bienes en abundancia, ropa, y artículos de valor, los cuales ellos tomaron para sí mismos, más de lo que ellos podían cargar. Les tomó tres días para cargar todo el botín, había mucho de ello. 26 En el cuarto día ellos se reunieron en el Valle de Beraca. Allí ellos adoraron al SEÑOR, así que el nombre de aquel lugar es el "Valle de Beraca" hasta este día. 27 Luego ellos regresaron, todo hombre de Judá y Jerusalén, y Josafat frente a ellos, para ir otra vez a Jerusalén con alegría, pues el SEÑOR los había hecho regocijarse sobre sus enemigos. 28 Ellos fueron a Jerusalén y a la casa del SEÑOR con liras, arpas y trompetas. 29 El terror de Dios estaba en todos los reinos de las naciones cuando ellos escucharon que el SEÑOR había peleado contra los enemigos de Israel. 30 Así que, el reino de Josafat estaba tranquilo, porque su Dios le dio paz en todo sus alrededores. 31 Josafat reinó sobre Judá; Él tenía treinta y cinco años de edad cuando comenzó a reinar, y él reinó en Jerusalén por veinticinco años. El nombre de su madre era Azuba, la hija de Silhi. 32 Él caminó en los caminos de Asa, su padre; él no se alejó de ellos; él hizo lo que era correcto ante los ojos del SEÑOR. 33 Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados. Las personas aún no habían dirigido sus corazones al Dios de sus ancestros. 34 En cuanto a los otros asuntos concernientes a Josafat, primero y último, mirad, ellos fueron escritos en las historias de Jehú hijo de Hananí, las cuales están registradas en el libro de los reyes de Israel. 35 Después de esto Josafat, rey de Judá, se alió con Ocozías, rey de Israel, quien cometió mucha maldad. 36 Se alió con él para construir barcos que fueran a Tarsis. Ellos construyeron los barcos en Ezión Geber. 37 Entonces, Eliezer hijo de Dodava de Maresa, profetizó contra Josafat; él dijo: "Porque tú te has aliado con Ocozías, el SEÑOR ha destruído tus proyectos." Los barcos fueron destruídos así que ellos no fueron capaces de navegar a Tarsis.

21

1 Josafat durmió con sus ancestros y fue sepultado con ellos en la ciudad de David; Joram, su hijo, vino a ser rey en su lugar. 2 Joram tenía hermanos, hijos de Josafat: Azarías, Jehiel, Zacarías, Azaryahu, Micael y Sefatías. Todos ellos eran hijos de Josafat, rey de Israel. 3 Su padre les había entregado grandes regalos de plata, oro y otras cosas preciosas, también fortificó ciudades en Judá, pero le entregó el trono a Joram, porque él era su primer hijo. 4 Ahora cuando Joram se levantó sobre el reino de su padre y se estableció con firmeza como rey, él asesinó a todos sus hermanos con espada y también a otros varios líderes de Israel. 5 Joram tenía treinta y dos años de edad cuando comenzó a reinar y reinó por ocho años en Jerusalén. 6 Él caminó en los caminos de los reyes de Israel, como lo estaba haciendo la casa de Acab, porque él tenía como esposa a la hija de Acab, y él hizo lo que era malo a la vista del SEÑOR. 7 Sin embargo, el SEÑOR no deseó destruir la casa de David, por causa del pacto que había hecho con David; Él le prometió que siempre le daría vida a él y a sus descendientes. 8 En los días de Joram, Edom se reveló contra el control de Judá, y ellos pusieron un rey sobre ellos mismos. 9 Entonces Joram cruzó con sus comandantes y todos sus carruajes. Era de noche cuando se levantó y peleó contra los edomitas quienes lo habían rodeado a él y a sus comandantes de carruajes. 10 Así Edom ha estado en rebelión contra el control de Judá hasta este día presente. Libna también se rebeló al mismo tiempo contra su control, porque Joram había abandonado al SEÑOR, el Dios de sus ancestros. 11 Además, Joram también construyó lugares altos en las montañas de Judá y él hizo que los habitantes de Jerusalén vivieran como prostitutas, y guió a Judá por el mal camino. 12 Una carta del profeta Elías vino a Joram. Ésta decía: "Esto es lo que el SEÑOR, Dios de David, tu ancestro, dice: 'Porque tú no has caminado en los caminos de Josafat, tu padre, ni en los caminos de Asa, rey de Judá, 13 pero has caminado en los caminos de los reyes de Israel, y has hecho que Judá y los habitantes de Jerusalén actúen como prostitutas, como lo hizo la casa de Acab-- y porque también mataste a tus hermanos en la familia de tu padre con espada, hombres quienes eran mejores que tú-- 14 mira, el SEÑOR herirá con una gran plaga a tu pueblo, tus hijos, tus esposas y toda tu riqueza. 15 Tú mismo tendrás mucha dolencia a causa de una enfermedad en tus intestinos, hasta que tus intestinos se salgan a causa de la enfermedad, día tras día." 16 El SEÑOR agitó en contra de Joram los espíritus de los filisteos y de los árabes quienes estaban cerca de los etíopes. 17 Ellos atacaron Judá, la invadieron, y se llevaron todas las riquezas que habían hallado en la casa del rey. Ellos también se llevaron a sus hijos y a sus esposas. Ningún hijo se le dejó, excepto Joacaz, su hijo menor. 18 Después de todo esto, el SEÑOR lo hirió en sus intestinos con una enfermedad incurable. 19 Vino a ser a su debido tiempo, al final de dos años, que sus intestinos se salieron por causa de su enfermedad, y él murió con severo dolor. Su pueblo no hizo fuego en su honor como lo habían hecho por sus ancestros. 20 Él había comenzado a reinar cuando tenía trenta y dos años de edad; el reinó en Jerusalén por ocho años, y murió sin que nadie lo lamentara. Ellos lo enterraron en la ciudad de David, pero no en las tumbas de la realeza.

22

1 Los habitantes de Jerusalén hicieron a Ocozías (Joacaz), hijo más joven de Joram, rey en su lugar, porque la banda de hombres que vinieron con los árabes al campamento habían matado a sus hijos mayores. Así que Ocozías (Joacaz) hijo de Joram, rey de Judá, se hizo rey. 2 Ocozías (Joacaz) era de veintidos años cuando él comenzó a reinar; él reinó por un año en Jerusalén. El nombre de su madre era Atalía; ella era la hija de Omri. 3 Él también anduvo en los caminos de la casa de Acab porque su madre era su consejera en hacer las cosas malas. 4 Ocozías (Joacaz) hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, como la casa de Acab había hecho, porque ellos eran sus consejeros después de la muerte de su padre, hasta su destrucción. 5 Él también siguió sus consejos; él fue con Joram el hijo de Acab, rey de Israel, a pelear contra Hazael, rey de Aram, en Ramot de Galaad. Los Arameos hirieron a Joram. 6 Joram regresó a ser curado en Jezreel de las heridas que le habían dado en Ramot, cuando peleó contra Hazael, rey de Aram. Así que Ocozías (Joacaz) hijo de Joram, rey de Judá, bajó a Jezreel a ver a Joram hijo de Acab, porque Joram había sido herido. 7 Ahora la destrucción de Ocozías (Joacaz) fue traída por Dios por su visita a Joram. Cuando él llegó, él fue con Joram a atacar a Jehú, hijo de Nimsi, a quien el SEÑOR había escogido para destruir la casa de Acab. 8 Sucedió, que cuando Jehú estaba llevando a cabo la justicia de Dios en la casa de Acab, que él encontró a los líderes de Judá y los hijos del hermano de Ocozías (Joacaz), que servían a Ocozías (Joacaz); por lo tanto, Jehú los mató. 9 Jehú buscó a Ocozías (Joacaz); ellos lo encontraron escondido en Samaria, lo trajeron a Jehú, y lo mataron. Entonces ellos lo enterraron, porque él dijo: "Él es un hijo de Josafat, quien buscó al SEÑOR con todo su corazón. "Así la casa de Ocozías (Joacaz) no tuvo más poder para gobernar el reino. 10 Ahora cuando Atalía, la madre de Ocozías (Joacaz), vió que su hijo estaba muerto, ella se levantó y mató a todos los niños de la realeza en la casa de Judá. 11 Pero Josabet, la hija del rey, tomó a Joás, un hijo de Ocozías (Joacaz) y lo sacó a escondidas de entre los hijos del rey que habían sido muertos. Ella lo puso a él y a su nodriza en un cuarto. Así Josabet, una hija del rey Joram, la esposa de Joiada, el sacerdote (porque ella era hermana de Ocozías), lo escondió de Atalía para que no lo matara. 12 Él estuvo, con ellos, escondido en la casa de Dios por seis años, mientras Atalía reinaba sobre la tierra.

23

1 En el séptimo año, Joiada demostró su fuerza y entró en un pacto con los comandantes de cientos: Azarías hijo de Jeroham, Ismael hijo de Johanán, Azarías hijo de Obed, Maasías hijo de Adaía y Elisafat hijo de Zicri. 2 Ellos entraron en Judá y reunieron a los levitas de todas las ciudades de Judá, como también a los jefes de las casas ancestrales de Israel, y ellos vinieron a Jerusalén. 3 Toda la asamblea hizo un pacto con el rey en la casa de Dios. Joiada les dijo: "Miren, el hijo del rey reinará, como el SEÑOR había dicho en cuanto a los descendientes de David. 4 Esto es lo que tienen que hacer: un tercio de sus sacerdotes y de los levitas que vienen a servir en el Sábado, serán los guardias en las puertas. 5 Otro tercio estará en la casa del rey, y el otro tercio estará en la Puerta del Fundamento. Todo el pueblo estará en el patio de la casa del SEÑOR. 6 No permitan entrar a nadie en la casa del SEÑOR, excepto a los sacerdotes y los levitas quienes están sirviendo. Ellos pueden entrar porque ellos están consagrados, pero todas las demás personas tienen que obedecer los mandamientos del SEÑOR. 7 Los levitas tienen que rodear al rey en todos lados, cada hombre con su arma en su mano. A quien sea que entre en la casa, dejen que sea asesinado. Permanezcan con el rey cuando él entre y cuando él salga." 8 Así que los levitas y todo Judá sirvieron en toda forma de la manera que ordenó Joiada el sacerdote. Cada uno tomó sus hombres, aquellos quienes iban a entrar a servir en el Sábado, y aquellos quienes se iban por haber servido en el Sábado, porque Joiada, el sacerdote, no había excusado a ninguna de sus divisiones. 9 Luego Joiada, el sacerdote, les trajo a los comandantes lanzas y escudos pequeños y grandes que habían sido del Rey David que estaban en la casa de Dios. 10 Joiada colocó a todos los soldados, cada hombre con su arma en su mano, desde el lado derecho del templo hasta el lado izquierdo del templo, junto al altar y el templo, rodeando al rey. 11 Entonces, ellos trajeron al hijo del rey, pusieron la corona sobre él, y le dieron los decretos del pacto. Entonces ellos lo hicieron rey, y Joiada y sus hijos lo ungieron. Entonces ellos dijeron: "Larga vida al rey." 12 Cuando Atalía escuchó el ruido del pueblo corriendo y alabando al rey, ella vino al pueblo en la casa del SEÑOR. 13 Y ella vió, y, contempló al rey que estaba de pie junto a los pilares en la entrada, y los comandantes y los trompeteros estaban junto al rey. Todo el pueblo de la tierra se estaba regocijando y sonando trompetas, y los cantores estaban tocando instrumentos musicales y liderando la canción de alabanza. Entonces, Atalía desgarró sus vestiduras y gritó: "¡Traición! ¡Traición!" 14 Entonces Joiada, el sacerdote, trajo a los comandantes de cientos quienes estaban sobre el ejército y les dijo: "Tráiganla de entre las filas; cualquiera que la siga a ella, dejadlo que sea asesinado con espada." Porque el sacerdote había dicho: "No la maten en la casa del SEÑOR." 15 Así que ellos hicieron camino para ella, y ella fue por el camino de la Puerta de los Caballos a la casa del rey, y allí ellos la mataron. 16 Entonces Joiada hizo un pacto entre él, todo el pueblo y el rey, que ellos serían el pueblo del SEÑOR. 17 Así que todo el pueblo fue a la casa de Baal y la derribaron. Ellos rompieron los altares de Baal y sus imágenes en pedazos, y ellos mataron a Matán, el sacerdote de Baal, en frente de aquellos altares. 18 Joiada asignó oficiales para la casa del SEÑOR bajo el mando de los sacerdotes, quienes eran levitas, a quienes David había asignado para la casa del SEÑOR, para ofrecer las ofrendas quemadas al SEÑOR, como estaba escrito en la ley de Moisés, juntos con regocijo y canto, como David había dado dirección. 19 Joiada estableció guardias en las puertas de la casa del SEÑOR, para que nadie que no estuviese limpio de ninguna manera pudiera entrar. 20 Joiada se llevó con él a los comandantes de cientos, los hombres nobles, los gobernadores del pueblo y todas las personas de la tierra. Él bajó al rey de la casa del SEÑOR; el pueblo vino a través de la Puerta Superior de la casa del rey y sentó al rey en el trono del reino. 21 Así que todas las personas de la tierra se regocijaron, y la ciudad estaba quieta. En cuanto a Atalía, ellos la habían matado con la espada.

24

1 Joás tenía siete años cuando comenzó a reinar; el reinó cuarenta años en Jerusalén. El nombre de su madre era Sibia de Beerseba. 2 Joás hizo lo recto en los ojos del SEÑOR todos los días de Joiada, el sacerdote. 3 Joiada tomó para él dos esposas, y él se convirtió en padre de hijos e hijas. 4 Sucedió después de esto, que Joás decidió restaurar la casa del SEÑOR. 5 Él reunió a los sacerdotes y los levitas, y les dijo: "Vayan cada año a las ciudades de Judá y reúnan de todo Israel dinero para reparar la casa de su Dios. Asegúrense de empezar de inmediato." Los levitas no hicieron nada al principio. 6 Así que el rey llamó a Joiada, el sacerdote principal, y le dijo: "¿Por qué no has requerido de los levitas que traigan desde Judá y Jerusalén los impuestos asignados por Moisés el siervo del SEÑOR y por la asamblea de Israel, para la tienda de los decretos del pacto?" 7 Por cuanto los hijos de Atalía, esa perversa mujer, habían destrozado la casa de Dios y habían dado todas las cosas santas de la casa del SEÑOR a los Baales. 8 Así que el rey ordenó, e hicieron un cofre y lo colocaron fuera en la entrada a la casa del SEÑOR. 9 Entonces hicieron una proclamación a través de Judá y Jerusalén, para que la gente trajera para el SEÑOR el recaudo que Moisés el siervo de Dios impuso sobre Israel en el desierto. 10 Todos los líderes y todo el pueblo se regocijaron y trajeron dinero y lo colocaron en el cofre hasta que terminaron de llenarlo. 11 Sucedió que cuando el cofre era traído a los oficiales del rey en manos de los levitas, y siempre que veían que había mucho dinero en él, el escriba del rey y el oficial del sacerdote principal venían, vaciaban el cofre, y lo tomaban y lo llevaban de regreso a su lugar. Ellos hicieron esto día tras día, reuniendo grandes cantidades de dinero. 12 El rey y Joiada dieron el dinero a aquellos que hicieron el trabajo sirviendo en la casa del SEÑOR. Estos hombres contrataron albañiles y carpinteros para restaurar la casa del SEÑOR, y también aquellos que trabajaban el hierro y bronce. 13 Así que los obreros hicieron su trabajo, y el trabajo de reparar progresó en sus manos; ellos levantaron la casa de Dios en su diseño original y la fortalecieron. 14 Cuando terminaron, trajeron el resto del dinero al rey y a Joiada. Este dinero fue usado para hacer muebles para la casa del SEÑOR, utensilios con los cuales servir y hacer ofrendas- cucharas y utensilios de oro y plata. Ellos ofrecieron ofrendas quemadas en la casa del SEÑOR continuamente durante todos los días de Joiada. 15 Joiada envejeció y estaba lleno de días, y entonces murió; él tenía 130 años cuando murió. 16 Ellos lo enterraron en la ciudad de David entre los reyes, porque él había hecho bien en Israel, hacia Dios y a la casa de Dios. 17 Ahora después de la muerte de Joiada, los líderes de Judá vinieron y honraron al rey. Entonces el rey les escuchó. 18 Ellos deshonraron la casa del SEÑOR, el Dios de sus ancestros, y adoraron los dioses de Asera y sus ídolos. La ira de Dios vino sobre Judá y Jerusalén por este mal de ellos. 19 Aún así Él les envió profetas para atraerlos nuevamente al SEÑOR; los profetas testificaron en contra de la gente, pero ellos se negaron a escuchar. 20 El Espíritu de Dios vino sobre Zacarías hijo de Joiada el profeta; Zacarías se levantó sobre el pueblo y les dijo: "Dios dice así: ¿Por qué quebrantan los mandamientos del SEÑOR, de manera que ustedes no puedan prosperar? Por cuanto ustedes han abandonado al SEÑOR, Él también los ha abandonado." 21 Pero ellos conspiraron contra él; a la orden del rey, ellos lo apedrearon en el patio de la casa del SEÑOR. 22 De esta manera, Joás, el rey, ignoró la bondad que Joiada, padre de Zacarías, le había hecho a él. En vez de esto, él mató al hijo de Joiada. Cuando Zacarías estaba muriendo, él dijo: "Que el SEÑOR vea esto y te llame a cuentas." 23 Ocurrió al final del año que el ejército de Aram se levantó en contra de Joás. Ellos vinieron a Judá y Jerusalén; ellos mataron a todos los líderes del pueblo y enviaron todo el botín de ellos al rey de Damasco. 24 El ejército de los arameos había venido con un pequeño ejército, pero el SEÑOR les dio victoria sobre un gran ejército, porque Judá había abandonado al SEÑOR, el Dios de sus ancestros. De esta manera los arameos trajeron juicio sobre Joás. 25 Para el tiempo que los arameos se habían ido, Joás había sido severamente herido. Sus propios siervos conspiraron contra él debido al asesinato de los hijos de Joiada, el sacerdote. Lo mataron en su cama, y murió; lo enterraron en la ciudad de David, pero no en las tumbas de los reyes. 26 Estas fueron las personas que conspiraron contra él: Zabad hijo de Simeat, la amonita, y Jozabad hijo de Simrit, la moabita. 27 Ahora los hechos acerca de sus hijos, las importantes profecías que fueron habladas acerca de él, y la reconstrucción de la casa de Dios, están escritos en el comentario del libro de los reyes. Amasías su hijo vino a ser rey en su lugar.

25

1 Amasías tenía veinticinco años de edad cuando él comenzó a reinar; él reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre era Joadán de Jerusalén. 2 Él hizo lo que estaba correcto ante los ojos del SEÑOR, pero no con un corazón perfectamente devoto. 3 Ocurrió que tan pronto como su gobierno estaba bien establecido, él mató a los sirvientes que habían asesinado a su padre, el rey. 4 Pero él no puso a los hijos de los asesinos a muerte, pero actuó de acuerdo a lo que estaba escrito en la ley, en el libro de Moisés, como el SEÑOR había ordenado: "Los padres no pueden morir por sus hijos, ni los hijos pueden morir por sus padres. En cambio, cada persona tiene que morir por su propio pecado." 5 Además, Amasías reunió a Judá y los registró según las casas de sus ancestros, bajo los comandantes de miles y comandantes de cientos, todos los de Judá y Benjamín. El los contó desde veinte años de edad en adelante, y encontró que eran 300, 000 hombres escogidos, capaces para ir a la batalla, quienes podían manejar lanza y escudo. 6 Él contrató también 100, 00 hombres de guerra de Israel por cien talentos de plata. 7 Pero un hombre de Dios vino a él y dijo: "Rey, no permita que el ejército de Israel vaya con usted, porque el SEÑOR no está con Israel, y ninguno del pueblo de Efraín. 8 Pero aún si usted va y es valiente y fuerte en batalla, Dios lo derribará delante del enemigo, porque Dios tiene poder para ayudar y poder para lanzar." 9 Amasías le dijo al hombre de Dios: "¿Pero qué haremos con la gran cantidad de plata que yo le he dado al ejército de Israel?" El hombre de Dios contestó: "el SEÑOR es capaz de darte mucho más que eso." 10 Así que, Amasías separó el ejército que había venido a él desde Efraín; y lo envió a casa otra vez. Así que, la ira de ellos fue grandemente encendida en contra de Judá, y ellos regresaron a casa en ira feroz. 11 Amasías tomó valentía y lideró a su pueblo para salir al Valle de la Sal; allí él derrotó a diez mil hombres de Seir. 12 El ejército de Judá cargó vivos a otros diez mil. Ellos los llevaron al tope del acantilado y los lanzaron hacia abajo desde allí, para que todos ellos fueran despedazados. 13 Pero los hombres del ejército el cual Amasías envió de regreso, para que ellos no pudiesen ir con él a batallar, atacaron las ciudades de Judá desde Samaria hasta Bet Horón. Ellos atacaron a tres mil del pueblo y agarraron mucho botín. 14 Ahora, acontenció, que después que Amasías había regresado de la masacre de los edomitas, que él trajo a los dioses del pueblo de Seir, y los estableció para que fuesen sus propios dioses. Él se inclinó ante ellos y les quemó incienso. 15 Así que, la ira del SEÑOR fue encendida en contra de Amasías. Él envió un profeta a él, quien dijo: "¿Por qué has buscado a los dioses de un pueblo quienes ni siquiera salvaron a su propio pueblo de tu mano?" 16 Ocurrió que mientras el profeta estaba hablando con él, el rey le dijo: "¿Te hemos hecho un consejero del rey? ¡Detente! ¿Por qué habrías de ser muerto?" Luego el profeta se detuvo y dijo: "Yo sé que Dios ha decidido destruirte porque has hecho esta acción y no has escuchado mi consejo." 17 Entonces, Amasías rey de Judá consultó con sus consejeros y envió mensajeros a Joás hijo de Joacaz hijo de Jehú, rey de Israel diciendo: "Ven, encontrémonos cara a cara en batalla." 18 Pero Joás el rey de Israel envió mensajeros a Amasías rey de Judá, diciendo: "Un cardo que estaba en Líbano le envió un mensaje a un cedro en Líbano, diciendo: 'Dale tu hija a mi hijo por esposa,' pero una bestia salvaje en Líbano pasó y aplastó al cardo. 19 Tú has dicho: 'Mira, yo he golpeado a Edom.' y tu corazón te ha engrandecido. Toma orgullo en tu victoria, pero permanece en casa, pues ¿por qué deberías causarte problemas a ti mismo y caer, ambos, tú como Judá contigo?" 20 Pero Amasías no escuchó, porque este evento era de Dios, para que Él pudiera entregar al pueblo de Judá en la mano de sus enemigos, porque ellos habían buscado consejo de los dioses de Edom. 21 Así que, Joás, rey de Israel, atacó; él y Amasías, rey de Judá, se encontraron cara a cara en Bet Semes, la cual le pertenece a Judá. 22 Judá fue golpeado ante Israel, y cada hombre huyó a casa. 23 Joás, rey de Israel, capturó a Amasías hijo de Joás hijo de Joacaz, rey de Judá, en Bet Semes. Él lo trajo a Jerusalén y derribó el muro de Jerusalén desde la Puerta de Efraín hasta la Puerta del Ángulo, cuatrocientos codos de distancia. 24 Él tomó todo el oro y plata, todos los objetos que fueron encontrados en la casa de Dios con Obed Edom, y las cosas de valor en la casa del rey, también con rehenes, y regresó a Samaria. 25 Amasías hijo de Joás, rey de Judá, vivió quince años después de la muerte de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel. 26 En cuanto a los otros asuntos relacionados a Amasías, primero y último, mirad, ¿no están escritos en el libro de los reyes de Judá e Israel? 27 Ahora, desde el tiempo que Amasías se alejó de seguir al SEÑOR, ellos comenzaron a hacer una conspiración en contra de él en Jerusalén. Él huyó a Laquis, pero ellos enviaron hombres detrás de él hasta Laquis y lo mataron allí. 28 Ellos lo trajeron de regreso en caballos y lo enterraron con sus ancestros en la ciudad de Judá.

26

1 Toda la gente de Judá tomó a Uzías, quien tenía dieciséis años de edad, y lo hicieron rey en lugar de su padre, Amasías. 2 Fue él quien reconstruyó Elot y lo restauró a Judá. Luego de eso, el rey durmió con sus ancestros. 3 Uzías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar. Él reinó por cincuenta y dos años en Jerusalén. El nombre de su madre era Jecolías; ella era de Jerusalén. 4 Él hizo lo correcto en los ojos del SEÑOR, siguiendo el ejemplo de su padre, Amasías, en todo. 5 Él se propuso a sí mismo el buscar a Dios en los días de Zacarías, quien le dio instrucciones para obedecer a Dios. Mientras él buscó al SEÑOR, Dios lo hizo prosperar. 6 Uzías salió y peleó en contra de los filisteos. Él derribó los muros de la ciudad de Gat, Jabnia y Asdod; él construyó ciudades en el país de Asdod y entre los filisteos. 7 Dios lo ayudó en contra de los filisteos, en contra de los árabes que vivían en Gurbaal y en contra de los meunitas. 8 Los amonitas le pagaron tributo a Uzías, y su fama se esparció, hasta la entrada de Egipto, porque él se estaba volviendo más poderoso. 9 Además, Uzías construyó torres en Jerusalén, en la Puerta del Ángulo, en la Puerta del Valle y en la esquina de la muralla, y las fortificó. 10 Él construyó torres de vigilancia en el desierto y cavó muchas cisternas, porque él tenía mucho ganado, tanto en las tierras bajas como en las llanuras. Él tenía agricultores y labradores de viñas en el terreno montañoso y en los campos fructíferos, porque a él le encantaba sembrar. 11 Además, Uzías tenía un ejército de hombres de guerra que iban a la guerra en grupos, los cuales estaban organizados por su número, que eran contados por Jeiel, el escriba, y Maasías, el oficial, bajo la autoridad de Hananías, uno de los comandantes del rey. 12 La suma total de los líderes de las familias ancestrales, hombres de guerra, era de 2, 600. 13 Bajo su mando, había un ejército de 307, 500 hombres que hacían guerra con gran poder para ayudar al rey contra el enemigo. 14 Uzías preparó para ellos-- para todo el ejército-- escudos, lanzas, cascos, capas de malla, arcos, y piedras para lanzar. 15 En Jerusalén, él construyó máquinas, inventadas por hombres hábiles, para estar en las torres y en las murallas, con las cuales disparar flechas y piedras grandes. Su fama se dispersó a tierras distantes, porque él fue enormemente ayudado hasta que se volvió muy poderoso. 16 Pero cuando Uzías se había vuelto poderoso, su corazón se enorgulleció tanto que actuó corruptamente; él pecó en contra del SEÑOR, su Dios, porque él entró en la casa del SEÑOR a quemar incienso en el altar de incienso. 17 Azarías, el sacerdote, fue detrás de él, y con él ochenta sacerdotes del SEÑOR, quienes eran hombres valientes. 18 Ellos resistieron a Uzías, el rey, y le dijeron: "No es para ti, Uzías, el quemarle incienso al SEÑOR, pero para los sacerdotes, los hijos de Aarón, quienes están santificados para quemar incienso. Sal fuera del lugar santo, porque has sido infiel y no serás honrado por el SEÑOR Dios. 19 Entonces, Uzías se enojó. Él estaba sosteniendo un incensario en su mano para quemar incienso. Mientras él estaba molesto con los sacerdotes, lepra brotó de su frente ante los sacerdotes en la casa del SEÑOR, al lado del altar de incienso. 20 Azarías, el jefe de los sacerdotes, y todos los sacerdotes lo miraron, y vieron, que se había vuelto leproso en su frente. Ellos rápidamente lo sacaron de allí. En efecto, él se apresuró a salir, porque el SEÑOR lo había golpeado. 21 Uzías, el rey, fue leproso hasta el día de su muerte y vivió en una casa separada ya que era leproso, porque él fue cortado de la casa del SEÑOR. Jotam, su hijo, estuvo sobre la casa del rey y gobernó a las personas de su tierra. 22 En cuanto a otros asuntos acerca de Uzías, lo primero y lo último, están en lo que Isaías, hijo de Amoz, el profeta, escribió. 23 Así que, Uzías durmió con sus ancestros; ellos lo enterraron con sus ancestros en un terreno cerca del cementerio el cual le pertenecía a los reyes, porque ellos dijeron: "Él era un leproso." Jotam, su hijo, llegó a ser rey en su lugar.

27

1 Jotam tenía veinticinco años de edad cuando él comenzó a reinar; él reinó dieciséis años en Jerusalén. El nombre de su madre era Jerusa; ella era la hija de Sadoc. 2 Él hizo lo que era correcto ante los ojos del SEÑOR, siguiendo el ejemplo de su padre, Uzías, en todo. Él también se abstuvo de entrar al templo del SEÑOR. Pero el pueblo todavía se comportaba de manera malvada. 3 Él construyó la puerta superior de la casa del SEÑOR, y en la colina de Ofel él construyó mucho. 4 Además él construyó ciudades en la zona montañosa de Judá, y en los bosques él construyó castillos y torres. 5 Él peleó también con el rey del pueblo de Amón y los derrotó. En ese mismo año, el pueblo de Amón le dio alrededor de cien talentos de plata, diez mil medidas de harina, diez mil medidas de cebada. El pueblo de Amón le dio lo mismo en el segundo y tercer año. 6 Así que Jotam se volvió poderoso porque él caminó firmemente ante el SEÑOR su Dios. 7 En cuanto a los otros asuntos en relación a Jotam, todas sus guerras, y sus caminos, vean, ellos están escritos en el libro de los reyes de Israel y Judá. 8 Él tenía veinticinco años de edad cuando comenzó a reinar; él reinó por dieciséis años en Jerusalén. 9 Jotam durmió con sus ancestros, y ellos lo enterraron en la ciudad de David. Acaz, su hijo se volvió rey en su lugar.

28

1 Acaz tenía veinte años cuando el comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén. Él no hizo lo que era correcto a los ojos del SEÑOR, como David su ancestro había hecho. 2 En cambio, el caminó en los caminos de los reyes de Israel; él también hizo figuras fundidas de metal para los Baales. 3 Además, él quemó incienso en el Valle de Ben Hinom y colocó a sus hijos en el fuego, de acuerdo a las prácticas idólatras de la gente que el SEÑOR forzó a salir de sus tierras delante del pueblo de Israel. 4 Él sacrificó y quemó incienso en los lugares altos y en los montes y debajo de cada árbol verde. 5 Por lo tanto el SEÑOR, el Dios de Acaz, le entregó en la mano del rey de Aram. Los aramitas lo vencieron y se llevaron de él una gran multitud de prisioneros, trayéndolos a Damasco. Acaz también había sido entregado en las manos del rey de Israel quien lo venció en una gran masacre. 6 Pues Peka hijo de Remalías, mató en Judá 120, 000 soldados en un día, todos ellos hombres valientes, porque habían abandonado al SEÑOR, el Dios de sus ancestros. 7 Zicri, un hombre poderoso de Efraín, mató a Maasías hijo del rey Azricam, el oficial del palacio, y Elcana, quien era próximo al rey. 8 El ejército de Israel se llevó cautivos de sus familiares 200, 000 esposas, hijos e hijas. Ellos también tomaron mucho botín, que llevaron de vuelta a Samaria. 9 Pero un profeta del SEÑOR estaba allí, su nombre era Obed. Él salió a recibir al ejército que venía a Samaria. Él les dijo a ellos: "Porque el SEÑOR, el Dios de sus ancestros, estaba enojado con Judá, Él se los entregó en sus manos. Pero ustedes los han masacrado en una furia que llegó hasta los cielos. 10 Ahora ustedes intentan quedarse con los hombres y mujeres de Judá y Jerusalén como sus esclavos. Pero, ¿no eres culpable de tus propios pecados en contra del SEÑOR tu Dios? 11 Ahora pues, escúchenme a Mí: Envíen a los prisioneros de vuelta, aquellos que ustedes han tomado de sus propios hermanos, porque la ira del SEÑOR está sobre ustedes." 12 Entonces ciertos líderes de la gente de Efraín--Azarías hijo de Johanán, Berequías hijo de Mesilemot, Ezequías hijo de Salum, y Amasa, hijo de Hadlai, se levantaron en contra de aquellos que regresaron de la guerra. 13 Ellos le dijeron a ellos: "Ustedes no deben traer a los prisioneros aquí, porque ustedes intentan algo que traerá sobre nosotros pecado contra el SEÑOR, para añadir a nuestros pecados y transgresiones, porque nuestra transgresión es grande, y hay ira feroz contra Israel." 14 Así que, los hombres armados dejaron los prisioneros y el botín ante los líderes y toda la asamblea. 15 Los hombres que eran asignados por nombre se levantaron y tomaron a los prisioneros, y los vistieron a todos los que estaban desnudos entre ellos con el botín. Los vistieron y les dieron sandalias. Les dieron comida para comer y bebida. Ellos curaron sus heridas y colocaron los débiles sobre asnos. Los llevaron de regreso a sus familias en Jericó, (llamada la Ciudad de las Palmeras). Entonces ellos regresaron a Samaria. 16 En aquel tiempo el Rey Acaz envió mensajeros a los reyes de Asiria para pedirles ayuda. 17 Porque una vez más los edomitas habían venido y habían atacado a Judá, llevando prisioneros con ellos. 18 Los filisteos también invadieron las ciudades de las tierras bajas y del Neguev de Judá. Ellos tomaron a Bet Semes, Ajalón, Gederot y Soco con sus aldeas, Timna con sus aldeas, y también Gimzo con sus aldeas. Ellos fueron a vivir en esos lugares. 19 Pues el SEÑOR trajo humillación a Judá por Acaz, rey de Israel; pues él había actuado con maldad en Judá y había pecado contra el SEÑOR muy fuertemente. 20 Tilgat Pilneser, rey de Asiria, vino a él y lo perturbó en vez de fortalecerlo. 21 Pues Acaz había saqueado la casa del SEÑOR y las casas del rey y de los líderes, para darle las cosas valiosas a los reyes de Asiria. Pero hacer esto no lo benefició a él. 22 Este mismo rey Acaz pecó aún más contra el SEÑOR en su tiempo de sufrimiento. 23 Pues, él sacrificó a los dioses de Damasco, dioses que lo habían derrotado. él dijo: "Porque los dioses de los reyes de Aram los ayudaron, yo sacrificaré a ellos, para que ellos me ayuden." Pero ellos fueron la ruina de él y de todo Israel. 24 Acaz reunió todo el mobiliario de la casa de Dios y lo cortó en pedazos. Él cerró las puertas de la casa del SEÑOR y él hizo para sí mismo altares en cada esquina de Jerusalén. 25 En cada ciudad de Judá él hizo lugares altos para quemar sacrificios a otros dioses. Él provocó al SEÑOR, el Dios de sus ancestros, a ira. 26 Ahora, el resto de sus hechos, y de todos sus caminos, primeros y postreros, mirad, están escritos en el libro de los reyes de Judá e Israel. 27 Acaz durmió con sus ancestros, y ellos lo enterraron en la ciudad, en Jerusalén, pero ellos no lo trajeron adentro de las tumbas de los reyes de Israel. Ezequías, su hijo, fue rey en su lugar.

29

1 Ezequías comenzó a reinar cuando tenía veinticinco años de edad; él reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre era Abías; ella era la hija de Zacarías. 2 Él hizo lo que era bueno ante los ojos del SEÑOR; tal como su padre David había hecho. 3 En el primer año de su reinado, en el primer mes, Ezequías abrió las puertas de la casa del SEÑOR y las reparó. 4 Él trajo a los sacerdotes y a los levitas, y los reunió en el patio del lado este. 5 Él les dijo: "¡Escúchenme, ustedes levitas! Santifíquense a ustedes mismos y santifíquen la casa del SEÑOR, el Dios de sus ancestros, y llevénse lejos la suciedad de este lugar santo. 6 Porque nuestros ancestros pecaron e hicieron lo malo a la vista del SEÑOR, nuestro Dios; ellos lo abandonaron a Él, voltearon sus rostros del lugar donde el SEÑOR vive, y le dieron sus espaldas. 7 También, ellos cerraron las puertas de la entrada y apagaron las lámparas; ellos no quemaron incienso ni ofrecieron ofrendas quemadas en el lugar santo al Dios de Israel. 8 Por lo tanto, la ira del SEÑOR había caído sobre Judá y Jerusalén, y Él los ha hecho un objeto de terror, de horror y de desprecio, como ustedes pueden ver con sus propios ojos. 9 Por esto es que nuestros padres han caído por la espada, y nuestros hijos, nuestras hijas y nuestras esposas están en cautividad por esto. 10 Ahora, está en mi corazón el hacer un pacto con el SEÑOR, el Dios de Israel, para que su feroz enojo pueda irse lejos de nosotros. 11 Mis hijos, no sean perezosos ahora, porque el SEÑOR los ha escogido a ustedes para estar ante Él, para adorarlo a Él, para que ustedes sean sus siervos y quemen incienso." 12 Entonces, los levitas se levantaron: Mahat, hijo de Amasai, y Joel, hijo de Azarías, de la gente de los coatitas; y de la gente de Merari, Cis, el hijo de Abdi, y Azarías, hijo de Jehalelel; y de los gersonitas, Joa, hijo de Zima, y Edén, hijo de Joa; 13 y de los hijos de Elizafán, Simri y Jeiel, y de los hijos de Asaf, Zacarías y Matanías; 14 de los hijos de Hemán, Jehiel y Simei; y de los hijos de Jedutún, Semaías y Uziel. 15 Ellos reunieron a sus hermanos, ellos se santificaron a sí mismos, y ellos entraron, tal como el rey ordenó, siguendo las palabras del SEÑOR, para limpiar la casa del SEÑOR. 16 Los sacerdotes entraron al interior de la casa del SEÑOR para limpiarla; ellos sacaron toda la inmundicia que encontraron en el templo del SEÑOR al patio de la casa. Los levitas lo tomaron para cargarlo al arroyo de Cedrón. 17 Ahora, ellos comenzaron la santificación en el primer día del mes primero. Para el octavo día del mes, ellos llegaron al pórtico del SEÑOR. Entonces, por ocho días más, ellos santificaron la casa del SEÑOR. En el día dieciséis del primer mes, ellos terminaron. 18 Entonces, ellos fueron a Ezequías, el rey, dentro del palacio y dijeron: "Nosotros hemos limpiado la casa del SEÑOR, el altar para las ofrendas quemadas con todos sus instrumentos, y la mesa del pan de la presencia, con todos sus instrumentos. 19 Así hemos preparado y hemos santificado todos los objetos que el rey Acaz removió cuando actuó deslealmente durante su reino. Ahora, ellos están al frente del altar del SEÑOR." 20 Entonces, Ezequías, el rey, se levantó temprano en la mañana y reunió a todos los líderes de la ciudad; él subió a la casa del SEÑOR. 21 Ellos trajeron siete toros, siete carneros, siete ovejas y siete machos cabríos como una ofrenda por el pecado del reino, por el santuario, y por Judá. Él ordenó a los sacerdotes, los hijos de Aarón, a ofrecerlos en el altar del SEÑOR. 22 Entonces, ellos mataron a los toros, y los sacerdotes recibieron la sangre y la salpicaron en el altar. Ellos mataron a los carneros y salpicaron la sangre en el altar; ellos también mataron a las ovejas y salpicaron la sangre en el altar. 23 Ellos trajeron los machos cabríos para la ofrenda por el pecado ante el rey y la asamblea; ellos pusieron sus manos sobre ellos. 24 Los sacerdotes los mataron, y ellos hicieron una ofrenda por el pecado con su sangre (la de los machos cabríos) en el altar para hacer expiación por todo Israel, porque el rey había ordenado que una ofrenda quemada y una ofrenda por el pecado fuera hecha por todo Israel. 25 Ezequías puso a los levitas en la casa del SEÑOR con címbalos, arpas, liras, organizándolos por la orden de David, Gad, el vidente del rey, y Natán, el profeta, ya que la orden venía del SEÑOR por medios de sus profetas. 26 Los levitas se pararon con los instrumentos de David, y los sacerdotes con las trompetas. 27 Ezequías les ordenó a ellos el ofrecer una ofrenda quemada en el altar. Cuando la ofrenda quemada comenzó, la canción del SEÑOR también comenzó, con las trompetas, junto con los instrumentos de David, el rey de Israel. 28 Toda la asamblea adoró, los cantores cantaron, y los trompetistas tocaron; todo esto continuó hasta que la ofrenda estuvo terminada. 29 Cuando ellos habían terminado las ofrendas, el rey y todos los que estaban presentes con él se inclinaron y adoraron. 30 Más aún, Ezequías, el rey, y los líderes ordenaron a los levitas que cantaran alabanzas al SEÑOR con las palabras de David y de Asaf, el vidente. Ellos cantaron alabanzas con alegría, y ellos se inclinaron y adoraron. 31 Entonces, Ezequías dijo: "Ahora, ustedes se han santificado a ustedes mismos al SEÑOR. Vengan aquí y traigan sacrificios y ofrendas de agradecimiento a la casa del SEÑOR." La asamblea trajo sacrificios y ofrendas de agradecimiento, y todo el que tenía un corazón dispuesto trajo ofrendas quemadas. 32 El número de las ofrendas quemadas que la asamblea trajo era setenta toros, cien carneros y doscientos corderos machos. Todos estos eran para una ofrenda quemada al SEÑOR. 33 Las ofrendas santificadas eran seiscientos bueyes y tres mil ovejas. 34 Pero los sacerdotes eran muy pocos para despellejar todas las ofrendas quemadas, así que sus hermanos, los levitas, los ayudaron hasta que el trabajo estaba hecho, y hasta que los sacerdotes pudieron santificarse a sí mismos, porque los levitas habían sido más cuidadosos que los sacerdotes al santificarse a sí mismos. 35 Además, habían muchísimas ofrendas quemadas; ellas fueron hechas con la grasa de las ofrendas de hermandad, y hubo ofrendas de vino para cada ofrenda quemada. Así que, el servicio de la casa del SEÑOR fue puesto en orden. 36 Ezequías se alegró, y toda la gente también, por lo que Dios había preparado para la gente, porque el trabajo había sido hecho rápidamente.

30

1 Ezequías envió mensajeros a todo Israel y Judá, y también escribió cartas a Efraín y Manasés, que ellos pudieran venir a la casa del SEÑOR en Jerusalén, para celebrar la Pascua al SEÑOR, el Dios de Israel. 2 Porque el rey, sus líderes, y toda la asamblea en Jerusalén lo habían consultado juntos, decidiendo celebrar la Pascua en el segundo mes. 3 Ellos no podían celebrarla de inmediato, porque no habían suficientes sacerdotes que estuviesen consagrados, ni el pueblo se había reunido en Jerusalén. 4 Esta propuesta pareció correcta a los ojos del rey y de toda la asamblea. 5 Así que, ellos acordaron hacer la proclamación por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan, que el pueblo pudiera venir a celebrar la Pascua al SEÑOR, el Dios de Israel, en Jerusalén. Pues ellos no la habían observado con grandes números de personas, de acuerdo a lo que estaba escrito. 6 Así que, mensajeros fueron con las cartas del rey y sus líderes por todo Israel y Judá, por el mandato del rey. Ellos dijeron: "Ustedes, pueblo de Israel, regresen al SEÑOR, el Dios de Abraham, Isaac e Israel, para que Él pueda regresar al remanente de ustedes quienes han escapado de la mano de los reyes de Asiria. 7 No sean como sus ancestros o sus hermanos, quienes pecaron contra el SEÑOR, el Dios de sus ancestros, que los entregó a la destrucción, como ustedes ven. 8 Ahora, no sean tercos, como sus ancestros lo fueron; en cambio, entrégense al SEÑOR y vengan a Su lugar santo, el cual Él ha consagrado para siempre, y adoren al SEÑOR su Dios, para que Su ira feroz pueda alejarse de ustedes. 9 Porque si ustedes regresan al SEÑOR, sus hermanos e hijos encontrarán compasión ante aquellos que los llevaron lejos como prisioneros, y ellos regresarán a su tierra. Porque el SEÑOR su Dios, es misericordioso y lleno de gracia, y no alejará Su rostro de ustedes, si regresan a Él." 10 Así que, los mensajeros pasaron de ciudad en ciudad por todas las regiones de Efraín y Manasés, todo el camino hacia Zabulón, pero el pueblo se rió y burló de ellos. 11 Sin embargo, ciertos hombres de Aser y Manasés y de Zebulón se humillaron y vinieron a Jerusalén. 12 La mano de Dios también vino sobre Judá, para darles un corazón, para cumplir el mandamiento del rey y líderes por la palabra del SEÑOR. 13 Muchas personas, una gran asamblea, se reunieron en Jerusalén para celebrar el Festival de los Panes Sin Levadura en el segundo mes. 14 Ellos se levantaron y quitaron los altares que estaban en Jerusalén, y todos los altares para incienso; ellos los arrojaron al arroyo de Cedrón. 15 Luego, ellos mataron los corderos de la Pascua en el día catorce del segundo mes. Los sacerdotes y Levitas estuvieron avergonzados, así que se consagraron y trajeron ofrendas quemadas a la casa del SEÑOR. 16 Ellos estuvieron de pie en sus lugares por sus divisiones, siguiendo las instrucciones dadas en la ley de Moisés, el hombre de Dios. Los sacerdotes rociaron la sangre que ellos recibieron de la mano de los Levitas. 17 Porque habían muchos en la asamblea quienes no habían sido consagrados. Por lo tanto, los Levitas mataron los corderos de la Pascua para todo aquel que no estaba purificado y no podía consagrar su sacrificio al SEÑOR. 18 Pues una gran multitud del pueblo, muchos de ellos de Efraín y Manasés, Isacar y Zabulón, no se habían purificado, aún así comieron de la comida de la Pascua, en contra de las instrucciones escritas. Porque Ezequías había orado por ellos, diciendo: "Que el buen SEÑOR perdone a todo aquel 19 que establezca en su corazón buscar a Dios, el SEÑOR, el Dios de sus ancestros, aunque no esté purificado por los criterios de purificación del lugar santo." 20 Así que, el SEÑOR escuchó a Ezequías y sanó al pueblo. 21 El pueblo de Israel que estaba presente en Jerusalén mantuvo el Festival de los Panes Sin Levadura por siete días con gran gozo. Los Levitas y los sacerdotes alabaron al SEÑOR día tras día, cantando con intrumentos ruidosos al SEÑOR. 22 Ezequías habló animadamente a todos los Levitas quienes entendieron el servicio del SEÑOR. Así que ellos comieron durante todo el festival por siete días, ofreciendo sacrificios de ofrendas de paz, y haciendo confesiones al SEÑOR, el Dios de sus ancestros. 23 Toda la asamblea luego decidió celebrar por otros siete días, y ellos lo hicieron con gozo. 24 Pues, Ezequías rey de Judá le dio a la asamblea mil toros y siete mil ovejas como una ofrenda; y los líderes le dieron a la samblea mil toros y diez mil ovejas y cabras. Un gran número de sacerdotes se consagraron. 25 Toda la asamblea de Judá, junto con los sacerdotes y los Levitas, y todo el pueblo que se reunió de Israel, así como los extranjeros quienes vinieron desde la tierra de Israel y aquellos quienes vivián en Judá--todos ellos se regocijaron. 26 Así que, había gran gozo en Jerusalén, porque desde el tiempo de Salomón hijo de David, rey de Israel, no había habido nada como esto en Jerusalén. 27 Luego, los sacerdotes y los Levitas, se levantaron y bendijeron al pueblo. Sus voces fueron escuchadas, y sus oraciones subieron al cielo, el santo lugar donde Dios vive.

31

1 Ahora cuando todo esto estuvo terminado, todo el pueblo de Israel que estaba allí, salieron a las ciudades de Judá y rompieron en pedazos los pilares de piedra y cortaron las columnas de Asera, y rompieron los lugares altos y los altares en toda Judá y Benjamín, y en Efraín y Manasés, hasta que lo destruyeron todo. Entonces todo el pueblo de Israel regresó cada uno a su posesión y a su propia ciudad. 2 Ezequías asignó las divisiones de los sacerdotes y los Levitas organizados por sus divisiones, cada hombre asignado a su trabajo, ambos sacerdotes y Levitas. Él les asignó que hicieran ofrendas quemadas y ofrendas de hermandad, para servir, para dar gracias, y para alabar en las puertas del templo del SEÑOR. 3 Él también asignó la porción del rey para las ofrendas quemadas, de sus propias posesiones, eso es, para las ofrendas quemadas de la mañana y de la tarde, y las ofrendas quemadas de los días de reposo, las lunas nuevas y los festivales fijos, como estaban escritos en la ley del SEÑOR. 4 Más aún, él ordenó que el pueblo que vivía en Jerusalén diera la porción para los sacerdotes y para los Levitas, para que así ellos se pudieran concentrar en obedecer la ley del SEÑOR. 5 Tan pronto como salió la orden, el pueblo de Israel dio generosamente sus primeros frutos de cereal, vino nuevo, aceite, miel y de todo lo que habían cosechado en el campo. Ellos traían un diezmo de todo, lo cual era una gran cantidad. 6 El pueblo de Israel y Judá, que vivían en las ciudades de Judá, también trajeron el diezmo del ganado y ovejas, y el diezmo de las cosas sagradas que fueron apartadas para el SEÑOR su Dios, y las amontonaron en montones. 7 Fue en el tercer mes cuando ellos comenzaron a amontonar sus contribuciones en montones, y terminaron en el séptimo mes. 8 Cuando Ezequías y los líderes vinieron y vieron los montones, ellos bendijeron al SEÑOR y a su pueblo Israel. 9 Entonces Ezequías cuestionó a los sacerdotes y los Levitas acerca de los montones. 10 Azarías, el sumo sacerdote, de la casa de Zadoc, le contestó y dijo: "Desde que la gente comenzó a traer ofrendas a la casa del SEÑOR, hemos comido y tenido lo suficiente, y muchísimos sobrantes, ya que el SEÑOR ha bendecido a su pueblo. Lo que ha sobrado es esta gran cantidad. 11 Entonces Ezequías ordenó que los almacenes fueran preparados para la casa del SEÑOR y ellos lo prepararon. 12 Entonces ellos fielmente trajeron sus ofrendas, diezmos y las cosas que pertenecían al SEÑOR. Conanías, el Levita, era el encargado de ellos y Simei, su hermano, era segundo a él. 13 Jehiel, Azarías, Nahat, Asael, Jerimot, Jozabad, Eliel, Ismaquías, Mahat y Benaía eran los encargados bajo el mando de Conanías y Simei su hermano, asignado por Ezequías, el rey, y Azarías, el oficial sobre la casa de Dios. 14 Coré, hijo de Imna el Levita, el portero de la puerta del este, estaba sobre la ofrenda voluntaria de Dios, a cargo de distribuir las ofrendas al SEÑOR y las ofrendas más sagradas. 15 Bajo su mando estaban Edén, Miniamín, Jesúa, Semaías, Amarías, y Secanías, en las ciudades de los sacerdotes. Ellos ocupaban puestos de confianza, para así dar estas ofrendas a sus hermanos división por división, tanto para importantes como para no importantes. 16 Ellos también dieron a los varones de tres años en adelante, quienes estaban puestos en los archivos de sus ancestros que entraban a la casa del SEÑOR, como era requerido diariamente, para trabajar en sus puestos y en sus divisiones. 17 Ellos distribuyeron a los sacerdotes de acuerdo a los archivos de sus ancestros, y lo mismo a los Levitas de veinte años o más, de acuerdo a sus puestos y sus divisiones. 18 Ellos incluyeron a sus niños pequeños, sus esposas, sus hijos y sus hijas, por toda la comunidad, ya que eran fieles manteniéndose santos ellos mismos. 19 Para los sacerdotes, los descendientes de Aarón, quienes estaban en los campos de las aldeas pertenecientes a las ciudades, o en cada ciudad, habían hombres asignados por nombre para dar porciones a los varones entre los sacerdotes, y a todos los que estaban anotados en los archivos de sus ancestros como estando entre los Levitas. 20 Ezequías hizo esto en toda Judá. Él realizó lo que era bueno, correcto y fiel ante el SEÑOR, su Dios. 21 En cada proyecto que él comenzó en el servicio de la casa de Dios, la ley, y los mandamientos, para buscar a su Dios, él actuó con todo su corazón, y tuvo éxito.

32

1 Después de todas estas cosas, y de estos actos de fidelidad, Senaquerib, rey de Asiria, vino y entró en Judá. Él acampó para atacar las ciudades fortificadas, pues tenía el próposito de capturarlas para sí mismo. 2 Cuando Ezequías vió que Senaquerib había venido y que quería luchar contra Jerusalén, 3 él consultó con sus líderes y sus hombres poderosos para detener las aguas de los manantiales que estaban fuera de la ciudad; ellos le ayudaron a hacerlo. 4 Tanta gente se juntó y detuvo toda el agua de los manantiales y arroyos, que estaban fluyendo a través del centro de la tierra. Ellos dijeron: "¿Por qué deberían los reyes de Asiria venir y encontrar mucha agua?" 5 Ezequías tomó valentía y construyó toda la muralla que había sido destruída. Él construyó las torres altas, y también la otra muralla afuera. Él también fortificó El Milo en la ciudad de David, y él hizo una gran cantidad de armas y escudos. 6 Él colocó comandantes militares sobre el pueblo. Él los reunió junto a él en el lugar ancho a la puerta de la ciudad y les habló animadamente a ellos. Él dijo: 7 "Sean fuertes y de buena valentía. No tengan miedo ni se desalienten a causa del rey de Asiria y todo el ejército que está con él, porque Alguien está con nosotros que es más grande que los que están con él. 8 Con él sólo hay un brazo de carne, pero con nosotros está el SEÑOR, nuestro Dios, para ayudarnos, y para pelear nuestras batallas." Entonces las personas se consolaron entre ellas con las palabras de Ezequías, rey de Judá. 9 Después de esto, Senaquerib, rey de Asiria, envió a sus siervos a Jerusalén (ahora él estaba en frente de Laquis, y todo su ejército estaba con él), a Ezequías, rey de Judá, y a todo Judá que estaba en Jerusalén. Él dijo: 10 "Esto es lo que Senaquerib, rey de Asiria, dice: '¿En qué están confiando para que soporten un sitio en Jerusalén? 11 ¿No está Ezequías engañándolos, para entregarlos a ustedes a morir de hambre y de sed, cuando él les dice: 'El SEÑOR, nuestro Dios, nos rescatará de la mano del rey de Asiria?' 12 ¿Éste mismo Ezequías no ha quitado sus lugares altos y sus altares y ordenado a Judá y Jerusalén, 'En un altar deben adorar, y sobre él ustedes deben quemar sus sacrificios?' 13 ¿No saben ustedes lo que yo y mis ancestros hemos hecho a todos los pueblos de estas tierras? ¿Fueron los dioses de estos pueblos capaces en alguna manera de rescatar su tierra de mi poder? 14 Entre todos los dioses de esas naciones que mis ancestros completamente destruyeron, ¿hubo algún dios que pudiera rescatar a su gente de mi mano? ¿Por qué su Dios podría ser capaz de rescatarlos de mi poder? 15 Ahora, no dejen que Ezequías los engañe o los convenza de esta manera. No le crean, porque ningún dios de ninguna nación o reino ha sido capaz de rescatar a su pueblo de mi mano, o de la mano de mis ancestros. ¿Cuánto menos su Dios los rescatará a ustedes de mi mano?" 16 Los siervos de Senaquerib hablaron aún más en contra del SEÑOR Dios y contra su siervo Ezequías. 17 Senaquerib también escribió cartas para burlarse del SEÑOR, el Dios de Israel, y para hablar en Su contra. Él dijo: "Como los dioses de las naciones de la tierra no han rescatado a sus pueblos de mi mano, así el Dios de Ezequías no rescatará a Su pueblo de mi mano." 18 Ellos gritaron en el lenguaje de los judíos al pueblo de Jerusalén que estaba en la muralla, para asustarlos y molestarlos, para que así ellos pudieran capturar la ciudad. 19 Ellos hablaron del Dios de Jerusalén como habían hablado de otros dioses de otros pueblos de la tierra, que son meramente el trabajo de las manos de los hombres. 20 Ezequías, el rey, e Isaías, hijo de Amoz, el profeta, oraron por esta situación y él clamó a los cielos. 21 El SEÑOR envió un ángel, quien mató a los hombres de guerra, a los comandantes y a los oficiales del rey en el campo. Entonces, Senaquerib regresó avergonzado a su propia tierra. Cuando él entró en la casa de su dios, algunos de sus propios hijos lo mataron allí con la espada. 22 De esta manera, el SEÑOR salvó a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de la mano de Senaquerib, el rey de Asiria, y de la mano de todos los otros y les dió descanso por todos lados. 23 Muchos trajeron ofrendas al SEÑOR en Jerusalén, y regalos preciosos a Ezequías rey de Judá, así que fue levantado en los ojos de todas las naciones desde ese tiempo en adelante. 24 En esos días, Ezequías estaba enfermo a punto de morir. Él oró al SEÑOR, quien le habló y le dió una señal que sería sanado. 25 Pero Ezequías no le agradeció al SEÑOR por la ayuda que le dió, porque su corazón estaba enorgullecido. Así que la ira vino sobre él, y sobre Judá y Jerusalén. 26 Sin embargo, Ezequías luego se humilló a sí mismo por el orgullo en su corazón, tanto él, como los habitantes de Jerusalén, así que, la ira del SEÑOR no vino sobre ellos durante los días de Ezequías. 27 Ezequías tuvo muchas riquezas y mucho honor. Él se proveyó a sí mismo con almacenes para plata, oro y piedras preciosas, y para especias, también para escudos y para todo tipo de objetos valiosos. 28 Él también tenía almacenes para la cosecha de grano, vino nuevo, y aceite, y establos para toda clase de animales. Él también tenía rebaños en sus corrales. 29 Además, él se proveyó a sí mismo con ciudades y posesiones de rebaños y manadas en abundancia, porque Dios le había dado muchísimas riquezas. 30 Fue este mismo Ezequías quien también detuvo el alto manantial de las aguas de Gihón, y quien las trajo directamente abajo en el lado oeste de la ciudad de David. Ezequías tuvo éxito en todos estos proyectos. 31 Sin embargo, en el asunto de los embajadores de los príncipes de Babilonia, quienes fueron enviados a él solo para hacer preguntas a los que sabían, sobre la señal milagrosa que había sido hecha en la tierra, Dios lo dejó a él, para probarlo, y para saber qué había en su corazón. 32 En cuanto a otros asuntos acerca de Ezequías, incluyendo sus acciones de lealtad al pacto, ustedes pueden ver que están escritos en la visión del profeta Isaías, hijo de Amoz, y en el libro de los reyes de Judá e Israel. 33 Ezequías durmió con sus ancestros, y ellos lo enterraron en la colina de las tumbas de los descendientes de David. Todo Judá y los habitantes de Jerusalén lo honraron en su muerte. Manasés su hijo reinó en su lugar.

33

1 Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar; el reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén. 2 Hizo lo malo a la vista del SEÑOR, como las cosas desagradables de las naciones que el SEÑOR había echado de delante de la gente de Israel. 3 Pues el reconstruyó los lugares altos que su padre Ezequías había derribado, y construyó altares para los Baales, hizo postes a Asera, e hizo reverencia a todas las estrellas de los cielos y las adoró. 4 Manasés construyó altares paganos en la casa del SEÑOR, aunque el SEÑOR había ordenado: "Es en Jerusalén que mi nombre será conocido para siempre." 5 El construyó altares para todas las estrellas del cielo en dos atrios de la casa del SEÑOR. 6 En el Valle de Ben Hinom el echó a sus hijos en el fuego. El practicó la adivinación y la brujería; leyó augurios; y consultó con aquellos que hablaban con los muertos y con aquellos que hablaban con los espíritus. Practicó mucha maldad a la vista del SEÑOR y provocó la ira de Dios. 7 La figura tallada de Asera que él había hecho, la colocó en la casa de Dios. Fue acerca de esta casa que Dios había hablado a David y Salomón su hijo; Él había dicho: "Es en esta casa y en Jerusalén, que Yo he escogido de todas las tribus de Israel, que Yo pondré mi nombre para siempre. 8 Yo no moveré a la gente de Israel fuera de la tierra que Yo asigné a sus ancestros, si ellos sólo tienen cuidado de guardar todo lo que He ordenado, siguiendo todas las leyes, estatutos, y decretos que Yo le di a ellos a través de Moisés." 9 Manasés guió a Judá y a los habitantes de Jerusalén a hacer lo malo aún más que las naciones que el SEÑOR había destruído ante el pueblo de Israel. 10 El SEÑOR habló a Manasés, y a su pueblo, pero ellos no prestaron atención. 11 Así que el SEÑOR trajo sobre ellos los comandantes del ejército del rey de Asiria, quien tomó a Manasés en cadenas, amarrándolo con grilletes, y lo llevó a Babilonia. 12 Cuando Manasés estaba angustiado, el imploró al SEÑOR, su Dios, y se humilló a sí mismo grandemente ante el Dios de sus ancestros. 13 El oró al SEÑOR; y Dios fue conmovido por éste, y Dios escuchó su ruego y lo trajo de vuelta a Jerusalén, a su reino. Entonces Manasés supo que el SEÑOR era Dios. 14 Después de esto, Manasés construyó una pared externa a la ciudad de David, en el lado oriental de Gihón, en el valle, a la entrada de la Puerta del Pescado. El rodeó el monte de Ofel con ella y elevó la pared a una muy grande altura. Él puso comandantes valientes en todas las ciudades fortificadas de Judá. 15 Eliminó los dioses extranjeros, el ídolo fuera de la casa del SEÑOR, y todos los altares que él había construído en el monte de la casa del SEÑOR y en Jerusalén, y los lanzó fuera de la ciudad. 16 Él reconstruyó el altar del SEÑOR y ofreció en él sacrificios de paz y ofrendas de gratitud; el ordenó a Judá servir al SEÑOR el Dios de Israel. 17 Sin embargo, la gente todavía sacrificaba en los lugares altos, pero sólo al SEÑOR, su Dios. 18 En cuanto a los otros asuntos concernientes a Manasés, su oración a su Dios, y las palabras de los videntes que le hablaron en el nombre del SEÑOR, el Dios de Israel, están escritas entre los hechos de los reyes de Israel. 19 En esa narración está la historia de su oración, y como Dios fue movido por ella. También hay una narración de todos sus pecados y sus transgresiones, y los lugares donde el había construído lugares altos y levantado los postes de Asera y tallado figuras, antes de humillarse a sí mismo, están escritas en las Crónicas de los videntes. 20 Manasés durmió con sus ancestros, y ellos lo enterraron en su propia casa. Amón, su hijo, vino a ser rey en su lugar. 21 Amón tenía veintidos años cuando comenzó a reinar; el reinó dos años en Jerusalén. 22 Él hizo lo malo a los ojos del SEÑOR, como Manasés, su padre había hecho. Amón sacrificó a todas las figuras talladas que Manasés su padre había hecho, y las adoró. 23 Él no se humilló a sí mismo ante el SEÑOR, como Manasés su padre había hecho. En su lugar, este mismo Amón transgredió más y más. 24 Sus siervos conspiraron contra él y lo mataron en su propia casa. 25 Pero la gente de la tierra mató a todos los que habían conspirado contra el Rey Amón, y ellos hicieron a Josías, su hijo, rey en su lugar.

34

1 Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar; él reinó treinta y un años en Jerusalén. 2 Él hizo lo correcto ante los ojos del SEÑOR, y caminó en los caminos de David su ancestro, y no se volvió ni a la derecha ni a la izquierda. 3 Porque en el año octavo de su reinado, mientras aún era jóven, él comenzó a buscar al Dios de David, su ancestro. En el año duodécimo, él comenzó a limpiar Judá y Jerusalén de los lugares altos, los postes de Asera, las figuras talladas y figuras de metal fundido. 4 El pueblo destruyó los altares de los Baales en su presencia; él cortó en pedazos los altares de incienso que estaban sobre ellos. El rompió en pedazos los palos de Asera y las figuras talladas, y las figuras de metal fundido hasta que fueron polvo. Él esparció el polvo en las tumbas de aquellos que habían sacrificado a ellos. 5 Él quemó los huesos de sus sacerdotes en sus altares. De esta manera, él limpió a Judá y Jerusalén. 6 Él hizo lo mismo en las ciudades de Manasés, Efraín y Simeón, hasta Neftalí, y en las ruinas que las rodeaban. 7 Él destruyó los altares, golpeó los postes de Aseras y las imágenes talladas hasta convertirlas en polvo, y quitó todos los altares de incienso a través de toda la tierra de Israel; entonces regresó a Jerusalén. 8 Ahora en el décimo octavo año de su reinado, después que Josías había limpiado la tierra y el templo, él envió a Safán hijo de Azalía, y a Maasías, el gobernador de la ciudad, y a Joa, hijo de Joacaz el secretario, para reparar la casa del SEÑOR su Dios. 9 Ellos fueron a Hilcías, el sumo sacerdote, y le confió a él el dinero que se había traído a la casa de Dios, que los Levitas, los guardias de las puertas, habían recogido de Manasés y Efraín, de todos el remanente de Israel, de toda Judá y Benjamín, y los habitantes de Jerusalén. 10 Ellos le confiaron el dinero a los hombres que supervisaban el trabajo en el templo del SEÑOR. Estos hombres le pagaron a trabajadores quienes repararon y restauraron el templo. 11 Ellos le pagaron a los carpinteros y constructores para comprar cortes de piedras y madera para los soportes, y para hacer columnas para las estructuras que algunos reyes de Judá habían permitido que se decayeran. 12 Los hombres hicieron el trabajo fielmente. Sus supervisores Jahat y Abdías, los Levitas, de los hijos de Merari; y Zacarías y Mesulam, de los hijos de lo Coat. Otros Levitas, todos los cuales eran muy buenos músicos, dirigieron a los trabajadores de cerca. 13 Estos Levitas estaban a cargo de los que cargaban materiales de construcción y todos los otros hombres que trabajaban de alguna manera. También habían Levitas que eran secretarios, administradores y guardias de puertas. 14 Cuando ellos trajeron el dinero que habÍa sido llevado a la casa del SEÑOR, Hilcías el sacerdote encontró el Libro de la Ley del SEÑOR que se habían entregado a través de Moisés. 15 Hilcías le dijo a Safán el escriba: "He encontrado el Libro de la Ley en la casa del SEÑOR." Hilcías le trajo el libro a Safán. 16 Safán le llevó el libro al rey, y también le reportó, diciendo: "Tus siervos están haciendo todo lo que se les ha confiado a ellos. 17 Han vaciado el dinero que se había encontrado en la casa del SEÑOR, y se lo entregaron en las manos de los supervisores y de los trabajadores." 18 Safán el escriba le dijo al rey: "Hilcías el sacerdote me ha entregado un libro." Entonces Safán lo leyó al rey. 19 Aconteció que cuando el rey hubo escuchado las palabras de la Ley, rompió sus vestiduras. 20 El rey le ordenó a Hilcías, Ahicam hijo de Safán, a Abdón hijo de Micaías, Safán el escriba y Asaías, su propio sirviente, diciendo: 21 "Vayan y pregunten acerca de la voluntad de Dios para mí, y para aquellos que queden en Israel y en Judá, debido a las palabras del libro que ha sido encontrado. Porque es grande la ira del SEÑOR que ha sido derramada sobre nosotros. Es grande, porque nuestros ancestros no han escuchado a las palabras de este libro para obedecer todo lo que fue escrito en él." 22 Así que, Hilcías y aquellos a quienes el rey había ordenado, fueron a Hulda la profetiza, la esposa de Salum hijo de Ticva hijo de Harhas, guardador de vestimentas (ella vivía en Jerusalén en el segundo distrito) y ellos hablaron con ella de este asunto. 23 Ella les dijo: "Esto es lo que el SEÑOR, el Dios de Israel, dice: Dile al hombre que los envió a mí, 24 Esto es lo que el SEÑOR dice: 'Mira, Yo estoy a punto de traer desastre sobre este lugar y sobre sus habitantes, todas las maldiciones que han sido escritas en el libro que ellos han leído ante el rey de Judá. 25 Porque ellos me han abandonado y han quemado incienso para otros dioses, así que, ellos me provocaron a Mí al enojo con todas sus andanzas que ellos han cometido, por lo tanto mi enojo va a ser derramado en este lugar, y no va a ser extinguido.' 26 Pero para el rey de Judá, quien los ha enviado a ustedes a preguntarle al SEÑOR lo que él debía hacer, esto es lo que ustedes le van a decir a él, el SEÑOR, el Dios de Israel dice esto: 'Acerca de las palabras que tú has escuchado, 27 porque tu corazón es tierno, y tú te has humillado a tí mismo ante Dios cuando escuchaste Su palabra contra este lugar y sus habitantes, y porque te has humillado a tí mismo ante Mí y has roto tu ropa y has gemido ante Mí, Yo también te he escuchado,' esta es la declaración del SEÑOR. 28 'Mira, Yo voy a reunirte con tus ancestros. Tú vas a ser recogido a tu sepulcro en paz, y tus ojos no van a ver ninguno de los desastres que Yo voy a traer a este lugar y sus habitantes.' " Los hombres llevaron este mensaje de vuelta al rey. 29 Luego el rey envió mensajeros y reunió a los ancianos de Judá y Jerusalén. 30 Entonces, el rey subió a la casa del SEÑOR, y todos los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, y los sacerdotes, Levitas, y todas las personas, de grande a pequeños. Luego él leyó en presencia del pueblo todas las palabras del libro del Pacto que había sido hallado en la casa del SEÑOR. 31 El rey se puso en pie en su lugar e hizo un pacto ante el SEÑOR, de caminar tras el SEÑOR, y de mantener Sus mandamientos, Sus regulaciones, y Sus estatutos, con todo su corazón y con toda su alma, para obedecer las palabras del pacto que habían sido escritas en este libro. 32 Él hizo que todos quienes habían sido encontrados en Jerusalén y Benjamín se unieran al pacto. Los habitantes de Jerusalén actuaron en obediencia al pacto de Dios, el Dios de sus ancestros. 33 Josías quitó todas las cosas asquerosas de las tierras que le pertenecían al pueblo de Israel. Él hizo que todos en Israel adoraran al SEÑOR, su Dios. Por todos sus días, ellos no se alejaron de seguir al SEÑOR, el Dios de sus ancestros.

35

1 Josías celebró la Pascua al SEÑOR en Jerusalén y mataron los corderos de la Pascua en el décimo cuarto día del primer mes. 2 Él colocó los sacerdotes en sus posiciones y los animó en el servicio de la casa del SEÑOR. 3 Él le dijo a los Levitas que enseñaban a todo Israel y quienes estaban apartados para Él SEÑOR: "Pongan el arca sagrada en la casa que Salomón hijo de David, rey de Israel edificó. No la lleven alrededor de sus hombros más. Ahora adoren al SEÑOR su Dios, y sirvan al pueblo de Israel. 4 Organícense ustedes mismos por el nombre de las casas de sus ancestros y sus divisiones, siguiendo las instrucciones escritas de David, rey de Israel, y aquellas de Salomón, su hijo. 5 Párense en el lugar santo, tomen sus posiciones con sus divisiones entre las casas de los ancestros de sus hermanos, descendientes del pueblo, y tomen sus lugares con sus divisiones entre las casas de los ancestros de los Levitas. 6 Maten los corderos para la Pascua, conságrense ustedes mismos, preparen los corderos para sus hermanos, para hacer de acuerdo a la palabra del SEÑOR que fue dada por las manos de Moisés. 7 Josías dió a todo el pueblo treinta mil corderos y cabritos del rebaño para la ofrenda de la Pascua a todos los que estaban presentes. Él también dió tres mil toros; éstos eran de las posesiones del rey. 8 Sus líderes dieron una ofrenda voluntaria al pueblo, sacerdotes, y Levitas. Hilcías, Zacarías, y Jehiel, los oficiales encargados de la casa de Dios, dieron a los sacerdotes para la ofrenda de la Pascua dos mil seiscientos becerros y trescientos bueyes. 9 También Conanías, Semaías y Natanael, su hermano, y Hasabías, Jeiel y Josabad, el jefe de los Levitas le dió a los Levitas para la ofrenda de la Pascua cinco mil becerros y quinientos bueyes. 10 Así que, el servicio fue preparado, y los sacerdotes se pararon en sus lugares, con los Levitas por sus divisiones, en respuesta a las órdenes del rey. 11 Ellos mataron los corderos de la Pascua y los sacerdotes rociaron la sangre que ellos recibieron de las manos de los Levitas y los Levitas deshollaron a los corderos. 12 Ellos removieron las ofrendas quemadas, para poder distribuirlas a las divisiones de las tiendas de los ancestros del pueblo, para ofrecerlas a Él SEÑOR, como está escrito en el libro de Moisés. Ellos hicieron lo mismo con los toros. 13 Ellos asaron los corderos de la Pascua con fuego siguiendo las instrucciones. En cuanto a las ofrendas de consagración, ellos las hirvieron en ollas, calderos y sartenes y rápidamente ellos los llevaron a la gente. 14 Ellos más tarde prepararon ofrendas por ellos mismos y por los sacerdotes, porque los sacerdotes, los descendientes de Aarón, estaban ocupados ofreciendo los holocaustos y la grasa hasta que cayó la noche, así que los Levitas prepararon las ofrendas por ellos mismos y por los sacerdotes, los descendientes de Aarón. 15 Los cantores, los descendientes de Asaf, estaban en su lugar, como fue indicado por David, Asaf, Heman y Jedutún el vidente del rey, y los guardias estaban en todas las puertas. Ellos no tenían que dejar sus puestos, porque sus hermanos los Levitas hicieron preparación para ellos. 16 Así que, para ese tiempo el servicio completo del SEÑOR fue entregado para la celebración de la Pascua y para ofrecer las ofrendas quemadas en el altar del SEÑOR, como ordenó el rey Josías. 17 El pueblo de Israel que estaba presente celebró la Pascua, en ese tiempo, y luego la Fiesta de los Panes Sin Levadura por siete días. 18 Tal celebración de la Pascua nunca había sido llevada acabo en Israel desde los días del profeta Samuel, ni ningún otro rey de Israel celebró una Pascua como lo hizo Josías, junto con los sacerdotes, Levitas y todo el pueblo de Judá e Israel que estaban presentes, y los habitantes de Jerusalén. 19 Esta Pascua se llevó a cabo en el décimo octavo año del reinado de Josías. 20 Después de todo esto, después que Josías dejó el templo en orden, Neco, el rey de Egipto, subió a pelear contra Carquemis en el Río Eufrates y Josías fue a pelear contra él. 21 Pero Necao le envió embajadores diciendo: ¿Qué tengo yo que ver contigo, rey de Judá? Yo no vengo contra ti hoy, sino contra la casa con la cual estoy haciendo guerra. Dios me ha ordenado avanzar, por tanto, deja de interferir con Dios, que está conmigo, o él puede destruirte". 22 Sin embargo, Josías rehusó retirarse de él. Él se disfrazó a sí mismo para pelear con él. Él no escuchó las palabras de Necao que vinieron de la boca de Dios; así que, él fue a pelear en el valle de Meguido. 23 Arqueros le dispararon al rey Josías, y el rey le dijo a sus sirvientes: "Llévenme aparte, porque estoy malamente herido." 24 Así que, sus sirvientes lo sacaron de su carruaje y lo pusieron en un carruaje adicional. Ellos lo llevaron a Jerusalén, donde él murió. Él fue enterrado en la tumba de sus ancestros. Toda Judá y Jerusalén se lamentó por Josías. 25 Jeremías se lamentó por Josías; todos los cantores masculinos y femeninos se lamentaron por Josías hasta este día. Estas canciones se convirtieron en costumbres en Israel; miren, ellas están escritas en las canciones de lamentaciones. 26 Sobre los otros asuntos concernientes a Josías, y sus buenas obras hechas en obediencia a lo escrito en la Ley del Señor- 27 y sus obras, desde el principio hasta el fin, están escritas en el libro de los reyes de Judá e Israel.

36

1 Luego las personas de la tierra tomaron a Joacaz hijo de Josías, y lo hicieron rey en el lugar de su padre en Jerusalén. 2 Joacaz tenía veintitres años cuando él comenzó a reinar, y el reinó tres meses en Jerusalén. 3 El rey de Egipto lo removió de Jerusalén, y multó a la tierra por mil talentos de plata y un talento de oro. 4 El rey de Egipto hizo a Eliaquim, su hermano, rey sobre Judá y Jerusalén, y cambió su nombre a Joacim. Luego Necao tomó al hermano de Eliaquim y lo llevó a Egipto. 5 Joacim tenía veinticinco años de edad cuando él comenzó a reinar, y él reinó once años en Jerusalén. Él hizo lo que era malo ante la vista del SEÑOR su Dios. 6 Luego, Nabucodonosor, rey de Babilonia, lo atacó y lo ató en cadenas para llevarselo a Babilonia. 7 Nabucodonosor también se llevó algunos de los objetos de la casa del SEÑOR a Babilonia, y las puso en su palacio en Babilonia. 8 En cuanto a los otros asuntos concernientes a Joacim, las cosas asquerosas que él hizo, y lo que fue encontrado en contra de él, vean, ellas están escritas en el libro de reyes de Judá e Israel. Luego, Joaquín, su hijo, se convirtió en rey en su lugar. 9 Joaquín tenía ocho años de edad cuando él comenzó a reinar; el reinó tres meses y diez días en Jerusalén. Él hizo lo que era malo a la vista del SEÑOR. 10 En la primavera, el rey Nabucodonosor envió a hombres y lo trajo a Babilonia, con las cosas de valor de la casa del SEÑOR, e hizo a Sedequías, su pariente, rey sobre Judá y Jerusalén. 11 Sedequías tenía veintiún años de edad cuando él comenzó a reinar; él reinó once años en Jerusalén. 12 Él hizo lo que era malo ante la vista del SEÑOR su Dios. Él no se humilló a sí mismo ante Jeremías el profeta, quien hablaba de la boca del SEÑOR. 13 Sedequías también se rebeló contra el rey Nabucodonosor, quien lo había hecho jurar su lealtad ante Dios. Pero Sedequías endureció su cuello y endureció su corazón contra el SEÑOR, el Dios de Israel. 14 Además, todos los líderes de los sacerdotes y las personas eran horrorosamente infieles, y ellos seguían las prácticas asquerosas de las naciones. Ellos contaminaron la casa del SEÑOR la cual Él había consagrado en Jerusalén. 15 El SEÑOR, el Dios de sus ancestros, envió una palabra a ellos por sus mensajeros una y otra vez, porque Él tenía compasión de su pueblo y del lugar donde Él vive. 16 Pero ellos se burlaban de los mensajeros de Dios, despreciaban Su palabra, y se burlaban de sus profetas, hasta que la ira del SEÑOR se levantó contra su pueblo, hasta que no hubo ayuda para ellos. 17 Así que, Dios les trajo al rey de los Caldeos, quien mató a sus jóvenes con la espada en el santuario, y no tuvo compasión de los jóvenes o las vírgenes, viejos o los de pelo gris. Dios entregó a todos en su mano. 18 Todos los objetos de la casa de Dios, grandes y pequeños, los tesoros de la casa del SEÑOR, y los tesoros del rey y sus oficiales, todas estas cosas él se las llevó a Babilonia. 19 Ellos quemaron la casa de Dios, rompieron las paredes de Jerusalén, quemaron todos sus palacios, y destruyeron todas las cosas hermosas que estaban en ella. 20 El rey se llevó a Babilona a aquellos quienes se habían escapado de la espada. Ellos se convirtieron en sirvientes para él y sus hijos hasta el dominio del reino de Persia. 21 Esto pasó para el cumplimiento de la palabra del SEÑOR por la boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo disfrutado de su dia de reposo. Ésta observó sus días de reposo durante todo el tiempo que permaneció abandonada, de manera que pasaran setenta años de esta forma. 22 Ahora, en el primer año de Ciro, rey de Persia, para que la palabra del SEÑOR por la boca de Jeremías se llevara a cabo, el SEÑOR motivó al espíritu de Ciro, rey de Persia, para que él hiciera proclamaciones a través de todo su reino, y las pusiera también por escrito. Él dijo: 23 "Esto es lo que Ciro, rey de Persia, dice: 'el SEÑOR, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. Él me ha ordenado construirle una casa para Él en Jerusalén, la cual está en Judá. Quienquiera de entre ustedes que sea de Su pueblo, suba a la tierra, y que el SEÑOR su Dios sea con él.' "

Esdras
Esdras
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1 En el primer año de Ciro, rey de Persia, el SEÑOR cumplió Su palabra que salió de la boca de Jeremías y movió el espíritu de Ciro. La voz de Ciro se escuchó sobre su reino entero. Ésto es lo que fue escrito y hablado: 2 Ciro, rey de Persia dice: "El SEÑOR, Dios del cielo, me dió todos los reinos de la tierra y Él me señaló para construir para Él una casa en Jerusalén en Judea. 3 Cualquiera que sea de Su pueblo (que su Dios sea con él) puede subir a Jerusalén y construir una casa para el SEÑOR, Dios de Israel, quien es el Dios de Jerusalén. 4 Personas de cualquier parte del reino donde estén viviendo sobrevivientes de esa tierra deben proveerles plata y oro, posesiones y animales, como tambien una ofrenda voluntaria para la casa de Dios en Jerusalén." 5 Entonces los jefes de los clanes ancestrales de Judá y Benjamín, los sacerdotes y los Levitas, y todo aquel cuyo espíritu Dios despertó para ir y construir Su casa se levantó. 6 Aquellos alrededor de ellos apoyaron su trabajo con objetos de plata y oro, posesiones, animales, cosas de valor y ofrendas voluntarias. 7 También el rey Ciro sacó los objetos de la casa del Señor que Nabucodonosor había traído desde Jerusalén y había puesto en las casas de sus dioses. 8 Ciro los puso en la mano de Mitrídates el tesorero, quien los contó para Sesbasar, dirigente de Judea. 9 Éste fue su número: treinta vasijas de oro, mil vasijas de plata, veintinueve otras vasijas, 10 treinta tazones de oro, cuatrocientos diez tazones pequeños de plata, y mil objetos adicionales. 11 Había cinco mil cuatrocientos objetos de oro y plata en total. Sesbasar los trajo todos cuando los exilados fueron de Babilonia a Jerusalén.

2

1 Ésta es la gente en la provincia que subió de la cautividad del Rey Nabucodonosor quien los exilió en Babilonia, la gente que regresó a cada una de sus ciudades de Jerusalén y en Judea. 2 Ellos vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvai, Rehum y Baana. Este es el registro de los hombres del pueblo de Israel. 3 Los descendientes de Paros: dos mil ciento setenta y dos 4 Los descendientes de Sefatías: trescientos setenta y dos. 5 Los descendientes de Ara: setecientos setenta y cinco. 6 Los descendientes de Pahat Moab, por medio de Jesúa y Joab: dos mil ochocientos doce. 7 Los descendientes de Elam: mil doscientos cincuenta y cuatro. 8 Los descendientes de Zatu: novecientos cuarenta y cinco. 9 Los descendientes de Zacai: setecientos sesenta. 10 Los descendientes de Bani: seiscientos cuarenta y dos. 11 Los descendientes de Bebai: seiscientos veintitrés. 12 Los descendientes de Azgad: mil doscientos veintidos. 13 Los descendientes de Adonicam: seiscientos sesenta y seis. 14 Los descendientes de Bigvai: dos mil cincuenta y seis. 15 Los descendientes de Adín: cuatrocientos cincuenta y cuatro. 16 Los hombres de Ater por medio de Ezequías: noventa y ocho. 17 Los descendientes de Bezai: trescientos veintitrés. 18 Los descendientes de Jora: ciento doce. 19 Los hombres de Hasum: doscientos veintitrés. 20 Los hombres de Gibar: noventa y cinco. 21 Los hombres de Belén: ciento veintitrés. 22 Los hombres de Netofa: cincuenta y seis. 23 Los hombres de Anatot: ciento veintiocho. 24 Los hombres de Azmavet: cuarenta y dos. 25 Los hombres de Quiriat Jearim, Cafira y Beerot: setecientos cuarenta y tres. 26 Los hombres de Ramá y Geba: seiscientos veintiuno. 27 Los hombres de Micmas: ciento veintidos. 28 Los hombres de Betel y Hai: doscientos veintitrés. 29 Los hombres de Nebo: cincuenta y dos. 30 Los hombres de Magbis: ciento ciencuenta y seis. 31 Los hombres del otro Elam: mil doscientos cincuenta y cuatro. 32 Los hombres de Harim: trescientos veinte. 33 Los hombres de Lod, Hadid y Ono: setecientos veinticinco. 34 Los hombres de Jericó: trescientos cuarenta y cinco. 35 Los hombres de Senaa: tres mil seiscientos treinta. 36 Los sacerdotes: descendientes de Jedaías, de la casa de Jesúa: novecientos setenta y tres. 37 Los descendientes de Imer: mil cincuenta y dos. 38 Los descendientes de Pasur: mil doscientos cuarenta y siete. 39 Los descendientes de Harim: mil diecisiete. 40 Los levitas: descendientes de Jesúa y Cadmiel, descendientes de Hodavías: Setenta y cuatro. 41 Los cantores del templo, descendientes de Asaf: ciento veinticocho. 42 Los descendientes de los porteros: descendientes de Salum, Ater, Talmón Acub, Hatita y Sobai: ciento treinta y nueve en total. 43 Aquellos que fueron nombrados para servir en el templo: descendientes de Ziha, Hasufa, Tabaot, 44 Queros, Siaha, Padón, 45 Lebana, Hagaba, Acub, 46 Hagab, Salmai y Hanán. 47 Los descendientes de Gidel, Gahar, Reaía, 48 Rezín, Necoda, Gazam, 49 Uza, Paseah, Besai, 50 Asena, Mehunim, y Nefusim. 51 Los descendientes de Bacbuc, Hacufa, Harhur, 52 Bazlut, Mehida, Harsa, 53 Barcos, Sísara, Tema, 54 Nezía y Hatifa. 55 Los descendientes de los sirvientes de Salomón: descendientes de Sotai, Soferet, Peruda, 56 Jaala, Darcón, Gidel, 57 Sefatías, Hatil, Poqueret Hazebaim, y Ami. 58 Hubo un total de 392 descendientes de aquellos nombrados a servir en el templo y descendientes de los sirvientes de Salomón. 59 Aquellos que partieron de Tel Mela, Tel Harsa, Querub, Addán e Imer, pero que no pudieron probar su linaje de Israel, 60 incluyeron a seiscientos cincuenta y dos descendientes de Delaía, Tobías y Necoda. 61 Además, de los descendientes del sacerdote: los descendientes de Habaía, Cos, y Barzilai (quien tomó su esposa de las hijas de Barzilai de Gilead y fue llamado por su nombre). 62 Ellos buscaron sus registros genealógicos pero no los encontraron, así que fueron excluídos del sacerdocio como inmundos. 63 Así que el gobernador les dijo que ellos no debían comer ninguno de los sacrificios sagrados hasta que un sacerdote con Urim y Tumim lo aprobara. 64 El grupo entero era un total de cuarenta y dos mil trescientos sesenta, 65 sin incluir a sus sirvientes y sus sirvientas (éstos eran siete mil trescientos treinta y sieta) y sus cantores y cantoras del templo (doscientos). 66 Sus caballos: Setecientos treinta y seis. Sus mulas: Doscientos cuarenta y cinco. 67 Sus camellos: Cuatrocientos treinta y cinco. Sus asnos: Seis mil setecientos veinte. 68 Cuando ellos fueron a la casa del SEÑOR en Jerusalén los jefes patriarcas ofrecieron ofrendas voluntarias para construir la casa. 69 Ellos dieron de acuerdo a su capacidad para los fondos de la obra: sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil minas de plata y cien túnicas sacerdotales. 70 Así que los sacerdotes y los levitas, el pueblo, los cantores del templo y los porteros, y aquellos nombrados a servir en el templo habitaron sus ciudades. Todo la gente en Israel estaban en sus ciudades.

3

1 Fue el séptimo mes después que el pueblo de Israel regresó a sus ciudades, cuando se reunieron juntos como un solo hombre en Jerusalén. 2 Jesúa, hijo de Josadac y sus hermanos los sacerdotes y Zorobabel, hijo de Salatiel y sus hermanos se levantaron y construyeron el altar del Dios de Israel para ofrecer ofrendas quemadas como se ordena en la ley de Moisés, el hombre de Dios. 3 Entonces ellos establecieron el altar sobre su base, porque el temor estaba sobre ellos a causa de la gente de la tierra. Ellos ofrecieron ofrendas quemadas al SEÑOR al amanecer y al anochecer. 4 Ellos también observaron la Fiesta de las cabañas como está escrito y ofrecieron ofrendas quemadas día tras día según el decreto, el deber de cada día en su día. 5 En conformidad hubo ofrendas quemadas diarias y mensuales y ofrendas para todas las fiestas fijas del SEÑOR, junto a las ofrendas voluntarias. 6 Ellos comenzaron a ofrecer ofrendas quemadas al SEÑOR en el primer día del séptimo mes, aunque el fundamento del templo no había sido puesto. 7 Así que dieron plata a los canteros y a los artesanos; y comida, bebida y aceite a la gente de Sidón y Tiro, para que enviaran árboles de cedro desde el Líbano a Jope por mar, conforme les fue autorizados por Ciro, Rey de Persia. 8 Entonces en el segundo mes del segundo año después que vinieron a la casa del SEÑOR en Jerusalén, Zorobabel, Jesúa, hijo de Josadac, el resto de los sacerdotes, los levitas, y aquellos que vinieron de la cautividad de vuelta a Jerusalén, comenzaron el trabajo. Ellos asignaron a los levitas de veinte años y mayores a supervisar la obra de la casa del SEÑOR. 9 Jesúa puso a sus hijos y a sus hermanos, Cadmiel y sus hijos y los descendientes de Judá a supervisar a la gente haciendo la obra en la casa de Dios. Junto a ellos estaban los descendientes de Henadad, sus descendientes y también sus compañeros levitas. 10 Los constructores pusieron el fundamento para el templo del SEÑOR. Esto permitió a los sacerdotes a pararse, con sus vestimentas y trompetas, y a los levitas, hijos de Asaf, a alabar al SEÑOR con címbalos, así como la mano de David, rey de Israel había ordenado. 11 Ellos cantaron con alabanza y acción de gracias al SEÑOR, "¡Él es bueno! Su pacto, fiel a Israel, permanece para siempre." Todo el pueblo clamó con un gran grito de júbilo en alabanza al SEÑOR porque los fundamentos del templo se habían puesto. 12 Pero muchos de los sacerdotes, levitas, jefes patriarcas y ancianos que habían visto la primera casa, cuando los fundamentos de esta casa fueron puestos delante de sus ojos, ellos lloraron en alta voz. Pero muchos daban gritos de gozo con alegría y un sonido emocionante. 13 Como resultado la gente no pudo distingir los sonidos gozosos y alegres del sonido del llanto de la gente, porque la gente estaba clamando con gran gozo y el sonido se escuchó desde lejos.

4

1 Ahora algunos enemigos de Judá y Benjamín escucharon que el pueblo que había sido llevado al exilio ahora estaban construyendo un templo para el SEÑOR, el Dios de Israel. 2 Entonces se acercaron a Zorobabel y a los jefes de las familias de sus ancestros. Ellos les dijeron: "Déjannos construir con ustedes, pues, igual que ustedes, nosotros buscamos a su Dios y hemos sacrificado a Él desde los días cuando Esar Hadón, rey de Asiria, nos trajo a este lugar." 3 Pero Zorobabel, Jesúa y los jefes de las casas de sus ancestros dijeron: "No son ustedes, sino nosotros, quienes debemos construir la casa de nuestro Dios, pues somos nosotros quienes construiremos para el SEÑOR, el Dios de Israel, tal como el Rey Ciro de Persia ordenó." 4 Así que el pueblo de la tierra hicieron debilitar las manos de los de Judá; Ellos hicieron que los de Judá tuvieran miedo de construir. 5 Ellos también sobornaron a consejeros para que frustraran sus planes. Ellos hicieron esto durante todos los días de Ciro y hasta el reinado de Darío, Rey de Persia. 6 Entonces al principio del reinado de Asuero ellos escribieron una acusación en contra de los habitantes de Judá y Jerusalén. 7 Fue durante los días de Artajerjes que Bislam, Mitrídates, Tabeel y sus compañeros escribieron a Artajerjes. La carta fue escrita en arameo y traducida. 8 Rehum el comandante y Simsai el escriba escribieron de esta manera a Artajerjes acerca de Jerusalén. 9 Entonces Rehum, Simsai y sus compañeros, quienes eran jueces y otros oficiales en el gobierno de Erec, Babilonia y Susa en Elam, ellos escribieron una carta 10 y se les unieron el pueblo que el gran y noble Asnapar obligó a asentarse en Samaria, junto a los demás que estaban en la Provincia más Allá del Río. 11 Esta es una copia de la carta que ellos enviaron a Artajerjes: "Sus siervos, hombres al otro lado del río, escriben esto: 12 Que sepa el rey que los judíos que salieron de usted se han levantado contra nosotros en Jerusalén para construir una ciudad rebelde. Ellos han completado los muros y han reparado los fundamentos. 13 Ahora que sepa el rey que si esta ciudad es construida y el muro es completado, ellos no darán ningún tributo ni impuestos, sino que le harán daño a los reyes. 14 Ciertamente por cuanto nosotros hemos comido de la sal del palacio, no es apropiado que nosotros veamos que ninguna deshonra le acontezca al rey. Es debido a esto que estamos informando al rey 15 para que investigue en el registro de su padre y constate que ésta es una ciudad rebelde que le hará daño a reyes y provincias. Ha causado muchos problemas a los reyes y provincias. Ha sido un centro para la rebelión desde hace mucho tiempo. Fue por esta razón que la ciudad fue destruida. 16 Le estamos informando al rey que si esta ciudad y muralla son construidas, entonces no quedará nada para ti más allá de la provincia del rio." 17 Entonces el rey envió una respuesta a Rehum y Simsai y a sus compañeros en Samaria y al resto que estaban más allá del Río: "Que la paz sea vuestra. 18 La carta que ustedes me enviaron ha sido traducida y leida ha mi. 19 Por lo tanto, ordené una investigación y descubrí que en días anteriores ellos se habían rebelado y sublevado contra reyes. 20 Poderosos reyes han gobernado sobre Jerusalén y tuvieron poder sobre todo más allá del Río. Se les pagaron tributos e impuestos. 21 Ahora, decreten para que estos hombres se detengan y no construyan esta ciudad hasta que yo haga un decreto. 22 Tengan cuidado de no ser negligentes en esto. ¿Para qué permitir que crezca esta amenaza y cause más pérdida para los intereses reales? 23 Cuando el decreto del Rey Artajerjes fue leido ante Rehum, Simsai y sus compañeros, ellos salieron rápidamente a Jerusalén y obligaron a los judíos a detener la construcción. 24 Así que la obra en la casa de Dios en Jerusalén se detuvo hasta el segundo año del reinado de Darío, Rey de Persia.

5

1 Entonces Hageo el profeta y Zacarías, hijo de Iddo el profeta, profetizaron en el nombre del Dios de Israel a los judíos en Judá y Jerusalén. 2 Zorobabel, hijo de Salatiel y Jesúa, hijo de Josadac, se levantaron y comenzaron a construir la casa de Dios en Jerusalén con los profetas que los animaron. 3 Entonces Tatnai, el gobernador de la provincia Más Allá del Río, Setar Boznai y sus compañeros vinieron y les dijeron: "¿Quién les dio un decreto para construir esta casa y completar estas murallas?" 4 Ellos también dijeron: "¿Cuáles son los nombres de los hombres que están construyendo este edificio?" 5 Pero el ojo de Dios estaba sobre los ancianos judíos y sus enemigos no les detuvieron. Ellos estaban esperando que se le enviara una carta al rey y que un decreto se les regresara concerniente a ésto. 6 Ésta fue la carta de Tatnai, Setar Boznai y sus compañeros oficiales a Darío el Rey. 7 Ellos enviaron un informe escribiéndole ésto al Rey Darío: "Sea suya toda la paz. 8 Dejen saber al rey que nosotros fuimos a Judá a la casa del gran Dios. Se está construyendo con grandes piedras y maderas puestas en las murallas. Esta obra se está haciendo exhaustivamente y está progresando bien en sus manos. 9 Nosotros les preguntamos a los ancianos: '¿Quién les dio un decreto para construir esta casa y estas murallas?' 10 Nosotros también les preguntamos sus nombres para que tu pudieras saber el nombre de cada hombre que les ha dirigido. 11 Ellos respondieron y dijeron: 'Nosotros somos siervos de Aquél que es el Dios del cielo y la tierra y estamos reconstruyendo esta casa que había sido construida hace muchos años cuando el gran rey de Israel lo construyó y lo completó. 12 Sin embargo, cuando nuestros ancestros se enfurecieron con Dios del cielo, Él los entregó en la mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, quien destruyó esta casa y llevó al pueblo al exilio en Babilonia. 13 No obstante, en el primer año en que Ciro fue rey de Babilonia, Ciro emitió un decreto para reconstruir la casa de Dios. 14 El Rey Ciro también devolvió el oro y los objetos de plata pertenecientes a la casa de Dios que Nabucodonosor había traido del templo en Jerusalén al templo en Babilonia. Él los restauró a Sesbasar, a quien él hizo gobernador. 15 Él le dijo: "Toma estos objetos. Vé y colócalos en el templo en Jerusalén. Que la casa de Dios sea reconstruida allí." 16 Entonces este Sesbasar vino y puso el fundamento para la casa de Dios en Jerusalén; y se está construyendo pero aún no está completa.' 17 Ahora, si le agrada al rey, que sea investigado en la casa de los archivos en Babilonia si un decreto del Rey Ciro existe allí para construir esta casa de Dios en Jerusalén. Entonces que el rey envíe su decisión a nosotros."

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1 Entonces el Rey Darío ordenó una investigación en la casa de los archivos en Babilonia. 2 En la ciudad amurallada de Acmeta en Media un rollo fue encontrado; éste fue el registro: 3 En el primer año del Rey Ciro, él proclamó un decreto acerca de la casa de Dios en Jerusalén: "Que se reconstruya la casa como un lugar para el sacrificio. Que se coloquen sus fundamentos. Que su altura sea de sesenta codos y su anchura de sesenta codos, 4 con tres hileras de piedras grandes y una hilera de madera nueva. Y que el costo sea pagado por la casa del rey. 5 Además, regresen el oro y los objetos de plata pertenecientes a la casa de Dios que Nabucodonosor trajo del templo en Jerusalén al templo en Babilonia. Envíenlos al templo en Jerusalén y deposítenlos en la casa de Dios.' 6 Ahora Tatnai, Setar Boznai, y sus compañeros oficiales que están más allá del Río, manténganse lejos. 7 No molesten la obra de esta casa de Dios. El gobernador y los ancianos judíos construirán esta casa de Dios en ese lugar. 8 Estoy ordenando que ustedes tienen que hacer lo siguiente para estos ancianos judíos que construyen la casa de Dios: Fondos del tributo del rey más allá del Río serán usados para pagar a estos hombres para que no tengan que detener su labor. 9 Lo que se necesite, novillos, carneros, o corderos para los sacrificios quemados al Dios del Cielo, trigo, sal, vino o aceite según el comando de los sacerdotes en Jerusalén, denles estas cosas cada día sin fallar. 10 Hagan esto para que ellos traigan la ofrenda al Dios del Cielo y oren por mí, el rey, y mis hijos. 11 Estoy ordenando que si alguno quebranta este decreto, una viga debe ser sacada de su casa y esa persona será traspasada con ella. Su casa entonces deberá ser convertida en una pila de escombros debido a ésto. 12 Que el Dios que mora allí derroque cualquier rey y pueblo que profane esta casa de Dios en Jerusalén. Yo, Darío, estoy ordenando ésto. ¡Que sea hecho diligentemente!" 13 Entonces Tatnai, Setar Boznai, y sus compañeros hicieron todo lo que el Rey Darío había ordenado. 14 Así que los ancianos judíos construyeron a la manera que Hageo y Zacarías habían instruido mediante la profecía. La construyeron de acuerdo al decreto del Dios de Israel y Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia. 15 La casa fue completada en el tercer día del mes de Adar, en el sexto año del reinado del Rey Darío. 16 El pueblo israelita, los sacerdotes, los Levitas y el resto de los cautivos celebraron la dedicación de esta casa de Dios con gozo. 17 Ellos ofrecieron cien toros, cien carneros, y cuatrocientos corderos para la dedicación de la casa de Dios. Doce machos cabríos también fueron ofrecidos como ofrenda por el pecado de todo Israel, uno por cada tribu de Israel. 18 Ellos también asignaron a sacerdotes y Levitas para trabajar por divisiones para el servicio de Dios en Jerusalén, como estaba escrito en el Libro de Moisés. 19 Así que aquellos que habían estado en el exilio celebraron la Pascua en el día catorce del primer mes. 20 Los sacerdotes y los Levitas todos se purificaron a sí mismos y mataron los sacrificios de la Pascua por todos aquellos que habían estado en el exilio, incluyéndose a si mismos. 21 Los Israelitas que comieron algo de la carne de la Pascua fueron aquellos que habían regresado del exilio y se habían separado de la impureza de la gente de la tierra y buscaron al SEÑOR, el Dios de Israel. 22 Ellos celebraron gozosamente la Fiesta de los Panes Sin Levadura por siete días, pues el SEÑOR les había traído gozo y había convertido el corazón del rey de Asiria para fortalecer sus manos en la obra de Su casa, la casa del Dios de Israel.

7

1 Ahora después de esto, durante el reinado de Artajerjes, rey de Persia, Esdras subió de Babilonia. Los ancestros de Esdras fueron Seraías, Azarías, Hilcías, 2 Salum, Sadoc, Ahitob, 3 Amarías, Azarías, Meraiot, 4 Zerahías, Uzi, Buqui, 5 Abisúa, Finees, Eleazar, quien fue el hijo de Aarón el sumo sacerdote. 6 Esdras subió desde Babilonia y él era un escriba diestro en la ley de Moisés que el SEÑOR, el Dios de Israel, había dado. El rey le dio cualquier cosa que él pidiera ya que la mano del SEÑOR estaba con él. 7 Algunos de los descendientes de Israel y los sacerdotes, los Levitas, los cantores del templo, los porteros, y los que estaban asignados para servir en el templo también subieron a Jerusalén en el séptimo año del Rey Artajerjes. 8 Él llegó a Jerusalén en el quinto mes del mismo año. 9 Él salió de Babilonia en el primer día del primer mes. Fue en el primer día del quinto mes que él llegó a Jerusalén, puesto que la mano buena de Dios estaba con él. 10 Esdras había dispuesto su corazón para estudiar, poner por obra y enseñar los estatutos y decretos de la ley del SEÑOR. 11 Este fue el decreto que el Rey Artajerjes le dió a Esdras el sacerdote y escriba de los mandamientos y estatutos del SEÑOR para Israel: 12 "El Rey de reyes Artajerjes, al sacerdote Esdras, un escriba de la ley del Dios del cielo: 13 Yo estoy ordenando que cualquiera de Israel dentro de mi reino, junto a los sacerdotes y Levitas, que desee ir a Jerusalen, puede ir contigo. 14 Yo, el rey, y mis siete consejeros, les enviamos a todos ustedes a investigar acerca de Judá y Jerusalén conforme a la ley de Dios que ustedes entienden, 15 y a traer a Jerusalén, su morada, la plata y el oro que ellos han ofrendado libremente al Dios de Israel. 16 Den libremente toda la plata y el oro que toda Babilonia ha dado junto a lo que libremente es ofrendado por el pueblo y los sacerdotes para la casa de Dios en Jerusalén. 17 Pues compra todo lo necesario de bueyes, carneros, corderos, trigo y ofrendas de bebidas. Ofrécelos en el altar que está en la casa de tu Dios en Jerusalén. 18 Haz con el resto de la plata y el oro lo que les parezca bien a ti y a tus hermanos, para agradar a su Dios. 19 Coloca los objetos que te fueron dados libremente delante de Él para el servicio de la casa de tu Dios en Jerusalén. 20 Cualquier otra cosa que se necesite para la casa de tu Dios que requieras, toma su costo de mi tesoro. 21 Yo, Rey Artajerjes, proclamo un decreto a todos los tesoreros más allá del Rio, que cualquier cosa que Esdras pida de ustedes, debe dársele completamente, 22 hasta cien talentos de plata, cien coros de trigo, cien batos de vino, cien batos de aceite, y también sal sin límites. 23 Cualquier cosa que venga del decreto del Dios del Cielo, háganlo con devoción para su casa. Pues, ¿por qué ha de caer su ira sobre el reino mío y de mis hijos? 24 Nosotros les estamos informando a ellos acerca de ustedes para que no les impongan ningún tributo o impuestos sobre ninguno de los sacerdotes, Levitas, músicos, porteros, ni sobre el pueblo asignado al servicio del templo y sirvientes de la casa de este Dios. 25 Esdras, con la sabiduría que Dios te ha dado, tienes que nombrar jueces y hombres con discernimiento para servir a todo el pueblo más allá del Río, y para servir a cualquiera que conoce la ley de tu Dios. Tienes que enseñar a aquellos que no conocen la ley. 26 Castiga a cualquiera que no obedezca completamente la ley de Dios o la ley del rey, sea por muerte, destierro, confiscando sus bienes, o encarcelamiento." 27 Esdras dijo: "Alaben al SEÑOR, el Dios de nuestros ancestros, Quien puso ésto en el corazón del rey para glorificar la casa del SEÑOR en Jerusalén, 28 y Quien extendió su pacto fiel a mí delante del rey, sus consejeros y todos sus poderosos ofiiales. Yo he sido fortalecido por la mano del SEÑOR mi Dios y reuní jefes de Israel para ir conmigo."

8

1 Estos son los líderes de las familias de sus antepasados quienes salieron de Babilonia conmigo durante el reinado del Rey Artajerjes. 2 De los descendientes de Finees, Gersón. De los descendientes de Itama, Daniel. De los descendientes de David, Hatús, 3 quien era de los descendientes de Secanías, que era de los descendientes de Paros; y Zacarías, y con el fueron anotados ciento cincuenta varones enumerados en los registros de su genealogía. 4 De los descendientes de Pahat Moab: Elioenai, hijo de Zerahías. Con él fueron registrados doscientos varones. 5 De los descendientes de Secanías: Ben Jahaziel. Con él fueron registrados trescientos varones. 6 De los descendientes de Adín: Ebed, hijo de Jonatán. Con él fueron registrados cincuenta varones. 7 De los descendientes de Elam: Jesaías, hijo de Atalías. Con él fueron registrados setenta varones. 8 De los descendientes de Sefatías: Zebadías, hijo de Micael. Con él fueron registrados ochenta varones. 9 De los descendientes de Joab: Obadías, hijo de Jehiel. Con él fueron registrados doscientos dieciocho varones. 10 De los descendientes de Selomit, hijo de Josifías. Con él fueron registrados ciento sesenta varones. 11 De los descendientes de Bebai: Zacarías, hijo de Bebai. Con él fueron registrado veintiocho varones. 12 De los descendientes de Azgad: Johanán, hijo de Hacatán. Con él fueron registrado ciento diez varones. 13 Aquellos de los descendientes de Adonicam vinieron luego. Estos fueron sus nombres: Elifelet, Jeiel, y Semaías. Con ellos vinieron sesenta varones. 14 De los descendientes de Bigvai: Utai y Zabud. Con él fueron registrados setenta varones. 15 Esdras dijo: "Yo reuní a los viajeros en el canal que sale hacia Ahava, y acampamos allí tres días. Examiné al pueblo y a los sacerdotes, pero no pude encontrar descendientes de Leví allí. 16 Entonces mandé a buscar a Eliezer, Ariel, Semaías, Elnatán, Jarib y Elnatán y Natán, Zacarías, y Mesulam, quienes eran jefes y a Joiarib y el Natán, quienes eran maestros. 17 Entonces los envié a Iddo, el jefe en Casifia. Yo les dije qué decirle a Iddo y a sus parientes, los sirvientes del templo que vivían en Casifia, ésto es, que nos enviaran sirvientes para la casa de Dios. 18 Así que nos enviaron por medio de la bondadosa mano de nuestro Dios un hombre llamado Serebías, un hombre prudente. Él era descendiente de Mahli, hijo de Leví, hijo de Israel. Él vino con dieciocho hijos y hermanos. 19 Con él vino Hasabías. También estaban Jesaías, uno de los hijos de Merari, con sus hermanos y sus hijos, veinte hombres en total. 20 De aquellos asignados para servir en el templo, a quienes David y sus oficiales dieron para que sirvieran a los Levitas: doscientos veinte cada uno de ellos asignado por nombre. 21 Entonces yo proclamé un ayuno en el Canal de Ahava para humillarnos delante de Dios, para buscar un camino recto de parte de Él para nosotros, nuestros pequeños y todas nuestras posesiones. 22 Sentí vergüenza de pedirle al rey un ejército o caballería para protegernos contra enemigos en el camino, ya que le habíamos dicho al rey: 'La mano de nuestro Dios está sobre aquellos que lo buscan para el bien, mas su poder e ira están sobre todos los que lo olvidan.' 23 Así que ayunamos y buscamos a Dios acerca de ésto y le rogamos. 24 Entonces yo seleccioné a doce hombres de entre los oficiales sacerdotales: Serebías, Hasabías y diez de sus hermanos. 25 Pesé para ellos plata, oro y los objetos y ofrendas para la casa de Dios que el rey, sus consejeros y oficiales y todo Israel habían ofrecido libremente. 26 Así que pesé en su mano seiscientos cincuenta talentos de plata, cien talentos de objetos de plata, cien talentos de oro, 27 veinte tazones valorados en mil dáricos y dos vasijas de bronce bien pulidas, preciosas como el oro. 28 Entonces yo les dije: 'Ustedes están consagrados al SEÑOR y estos objetos también. Y esta plata y oro son una ofrenda voluntaria al SEÑOR, el Dios de sus ancestros. 29 Vélenlos y guárdenlos hasta que ustedes los pesen delante los oficiales sacerdotales, los Levitas, y los jefes de las familias de los ancestros de Israel en Jerusalén en las cámaras de la casa de Dios. 30 Los sacerdotes y los Levitas aceptaron la plata y el oro pesados y los objetos a fin de llevarlos a Jerusalén, a la casa de nuestro Dios. 31 Salimos del Canal de Ahava en el duodécimo día del primer mes para ir a Jerusalén. La mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros; Él nos protegió de la mano del enemigo y de los que deseaban tendernos una emboscada por el camino. 32 Entonces entramos a Jerusalén y nos quedamos allí por tres días. 33 Entonces en el cuarto día la plata, el oro, y los objetos fueron pesados en la casa de nuestro Dios en la mano de Meremot, hijo de Urías el sacerdote. Con él estaban Eleazar, hijo de Finees, Jozabad, hijo de Jesúa, y Noadías, hijo de Binúi el Levita. 34 El número y el peso de todo fue determinado; todo el peso fue anotado en ese tiempo. 35 Los que regresaron del cautiverio, el pueblo del exilio, ofrecieron ofrendas quemadas al Dios de Israel: doce novillos por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos y doce machos cabríos como ofrenda por el pecado. Todo fue una ofrenda quemada para el SEÑOR. 36 Entonces ellos le dieron los decretos del rey a los altos oficiales del rey y a los gobernadores más allá del Río y ellos ayudaron al pueblo y a la casa de Dios.

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1 Cuando estas cosas fueron acabadas, los oficiales se me acercaron y dijeron: 'El pueblo de Israel, los sacerdotes y los Levitas no se han separado de los pueblos de las otras tierras y de sus abominaciones: cananeos, hititas, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos. 2 Pues ellos han tomado algunas de sus hijas e hijos y han mezclado el pueblo santo con los pueblos de otras tierras. Y los oficiales y jefes han sido los primeros en esta infidelidad.' 3 Cuando oí esto, rasgué mi ropa y manto y halé el pelo de mi cabeza y barba, y me senté, devastado. 4 Todos los que temblaron ante las palabras del Dios de Israel acerca de esta infidelidad se reunieron junto a mí mientras estaba sentado avergonzado hasta la hora del sacrificio de la tarde. 5 Pero durante la ofrenda de la tarde, me levanté de mi posición de humillación en mis ropas y manto rasgados, y me arrodillé y levanté mis mando al SEÑOR mi Dios. 6 Dije: 'Mi Dios, estoy avergonzado y deshonrado de levantar mi rostro hacia ti, porque nuestros pecados aumentan sobre nuestra cabeza, y nuestra culpa crece hasta los cielos. 7 Desde los días de nuestros ancestros hasta ahora hemos estado en gran culpa. En nuestros pecados, nosotros, nuestros reyes, y nuestros sacerdotes fuimos entregados en las manos de los reyes de este mundo, a la espada, al cautiverio, y al saqueo y rostros avergonzados, como lo estamos hoy. 8 Sin embargo, ahora por un corto tiempo, la misericordia del SEÑOR nuestro Dios ha venido para dejarnos unos pocos sobrevivientes y para darnos un punto de apoyo en su lugar santo. Esto fue para que nuestro Dios alumbrara nuestros ojos y para darnos un poco de alivio en nuestra esclavitud. 9 Porque somos esclavos, pero nuestro Dios no nos ha olvidado sino que ha extendido su fidelidad hacia nosotros. Él ha hecho esto en la vista del rey de Persia a fin de darnos nuevas fuerzas, para que pudiéramos reconstruir la casa de nuestro Dios y levantar sus ruinas. Él hizo esto para que pudiera darnos un muro de seguridad en Judá y Jerusalén. 10 Pero ahora, nuestro Dios, ¿qué podemos decir luego de esto? Nosotros hemos olvidado tus mandamientos, 11 Los mandamientos que tú diste a tus siervos los profetas cuando dijiste: "Esta tierra a la que ustedes están entrando para poseer es una tierra inmunda. Está contaminada por los pueblos de las tierras con sus abominaciones. Ellos la han llenado de un extremo a otro con su inmundicia. 12 Así que, ahora, no den las hijas de ustedes a los hijos de ellos; no tomen las hijas de ellos para los hijos de ustedes, y no procuren su paz y bienestar duraderos, para que ustedes sean fuertes y coman del bien de la tierra, para causar que sus hijos la posean para siempre." 13 Aún después de todo lo que nos ha sobrevenido por nuestros actos malvados y por nuestra gran culpa, ya que Tú, nuestro Dios, has retenido lo que nuestros pecados merecen y nos has concedido sobrevivientes, 14 ¿violaremos nuevamente Tus mandamientos y formaremos matrimonios mixtos con estos pueblos abominables? ¿No te enojarás y nos aniquilarás hasta que no quede nadie, que no haya quien escape? 15 SEÑOR, Dios de Israel, Tú eres justo, pues hemos quedado como unos pocos sobrevivientes hasta este día. ¡Mira! Estamos aquí delante de ti, en nuestra culpa, pues no hay quien pueda estar delante de ti debido a esto."

10

1 Mientras Esdras oraba y se confesaba, él lloró y se postró delante de la casa de Dios. Una gran asamblea de hombres, mujeres y niños israelitas se unieron a él, pues la gente estaba llorando muy fuertemente. 2 Secanías, hijo de Jehiel de los descendientes de Elam, dijo a Esdras: "Nosotros hemos sido infieles a nuestro Dios y nos hemos casado con mujeres extranjeras de la gente de las otras tierras. Pero, a pesar de esto, todavía hay esperanza para Israel. 3 Pues, ahora hagamos un pacto con nuestro Dios para echar fuera a todas las mujeres y sus hijos según las instrucciones del Señor y las instrucciones de aquellos que tiemblan ante los mandamientos de nuestro Dios, y que sea hecho de acuerdo a la ley. 4 Levántate, pues este asunto es para que tú la cumplas, y nosotros estamos contigo. Sé fuerte y haz esto." 5 Entonces Esdras se levantó y obligó a los oficiales sacerdotales, los Levitas y a todo Israel prometer a actuar de esta manera. Asi que todos hicieron un juramento solemne. 6 Entonces Esdras se levantó de delante de la casa de Dios y fue a las habitaciones de Johanán, hijo de Eliasib. Él no comió ningún pan ni tomó agua, ya que estaba haciendo duelo por la infidelidad de aquellos que habían estado en el cautiverio. 7 Entonces enviaron palabra en Judá y Jerusalén a todo el pueblo regresado del exilio a reunirse en Jerusalén. 8 Cualquiera que no viniera en tres días conforme a las instrucciones de los oficiales y ancianos perdería todas sus posesiones y sería excluido de la gran asamblea del pueblo que había regresado del exilio. 9 Así pues, todos los hombres de Judá y Benjamín se reunieron en Jerusalén en tres días. Era el noveno mes y el día veinte del mes. Todo el pueblo estaba de pie en la plaza frente a la casa de Dios y temblaban debido a la palabra y la lluvia. 10 Esdras el sacerdote se levantó y dijo: "Ustedes mismos han cometido traición. Ustedes vivieron con mujeres extranjeras para así aumentar la culpa de Israel. 11 Mas ahora den alabanza al SEÑOR, el Dios de sus ancestros, y hagan su voluntad. Sepárense del pueblo de la tierra y de las mujeres extranjeras." 12 Toda la asamblea contestó con voz fuerte: "Nosotros haremos como has dicho. 13 Sin embargo, hay mucha gente, y es la temporada de lluvia. No tenemos fuerzas para estar de pie afuera, y esto no es solamente uno o dos días de trabajo, ya que hemos pecado grandemente en este asunto. 14 Deja, pues, que nuestros oficiales representen a toda la asamblea. Que todos los que han permitido que mujeres extranjeras vivan en nuestras ciudades vengan a la hora que será fijada con los ancianos de las ciudades y los jueces de las ciudades hasta que la ira furiosa de nuestro Dios se aparte de nosotros." 15 Jonatán, hijo de Asael y Jahazías, hijo de Ticva se opusieron a esto, y Mesulam y Sabetai el Levita los apoyaron. 16 Entonces el pueblo que regresó del exilio hizo ésto. Esdras el sacerdote seleccionó hombres, los líderes en sus clanes y casas ancestrales- todos ellos por nombre- y vieron el asunto en el primer día del décimo mes. 17 Para el primer día del primer mes ellos habían terminado de descubrir cuáles hombres habían vivido con mujeres extranjeras. 18 Entre los descendientes de los sacerdotes había unos que habían vivido con mujeres extranjeras. Entre los descendientes de Jesúa, hijo de Josadac, y sus hermanos estaban Maasías, Eliezer, Jarib y Gedalías. 19 Asi que determinaron enviar fuera a sus esposas. Ya que eran culpables, ellos ofrecieron un carnero de su rebaño por su culpa. 20 Entre los descendientes de Imer: Hananí y Zebadías. 21 Entre los descendientes de Harim: Maasías, Elías, Semaías, Jehiel, y Uzías. 22 Entre los descendientes de Pasur: Elioenai, Maasías, Ismael, Natanael, Jozabad y Elasa. 23 Entre los Levitas: Jozabad, Simei, Kelaía, es decir, Kelita, Petaías, Judá, y Eliezer. 24 Entre los cantores: Eliasib. Entre los porteros: Salum, Telem, y Uri. 25 Entre el resto de los israelitas, entre los descendientes de Paros: Ramía, Jezías, Malquías, Mijamín, Eleazar, Malquías, y Benaía. 26 Entre los descendientes de Elam: Matanías, Zacarías, Jehiel, Abdi, Jeremot, y Elías. 27 Entre los descendientes de Zatu: Elioenai, Eliasib, Matanías, Jeremot, Zabad, y Aziza. 28 Entre los descendientes de Bebai: Johanán, Hananías, Zabai, y Atlai. 29 Entre los descendientes de Bani: Mesulam, Maluc, Adaía, Jasub, y Seal Ramot. 30 Entre los descendientes de Pahat Moab: Adna, Quelal, Benaía, Maasías, Matanías, Bezalel, Binúi, y Manasés. 31 Entre los descendientes de Harim: Eliezer, Isías, Malquías, Semaías, Simeón, 32 Benjamín, Maluc, y Semarías. 33 Entre los descendientes de Hasum: Matenai, Matata, Zabad, Elifelet, Jeremai, Manasés y Simei. 34 Entre los descendientes de Bani: Madai, Amram, Uel, 35 Benaía, Bedías, Quelúhi, 36 Vanías, Meremot, Eliasib, 37 Matanías, Matenai, y Jaasai. Entre los descendientes de Binúi: Simei 38 Bani, Binúi, Simei, 39 Selemías, Natán, Adaía, 40 Macnadebai, Sasai, Sarai, 41 Azareel, Selemías, Semarías, 42 Salum, Amarías, y José. 43 Entre los descendientes de Nebo: Jeiel, Matatías, Zabad, Zebina, Jadau, Joel, y Benaía. 44 Todos estos habían tomado mujeres extranjeras y habían tenido hijos con algunas de ellas.

Nehemias
Nehemias
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1 Las palabras de Nehemías, hijo de Hacalías: Ahora, ocurrió en el mes de Quisleu, en el año vigésimo, mientras estaba en la ciudad fortificada de Susa 2 que uno de mis hermanos, Hananí, vino con algunas personas de Judá y yo les pregunté acerca de los judíos que habían escapado, el remanente de los judíos que estaban allí y acerca de Jerusalén. 3 Ellos me dijeron: "Aquellos en la provincia que sobrevivieron a la cautividad están en un gran problema y desgracia, porque el muro de Jerusalén ha sido derribado y sus puertas han sido quemadas." 4 Tan pronto como yo escuché estas palabras, yo me senté y lloré, y por días continué lamentando y ayunando y orando ante el Dios del cielo. 5 Luego yo dije: "Tú eres EL SEÑOR, Dios del cielo, el Dios que es grande e impresionante, quien guarda el pacto de amor firme con aquellos quienes lo aman y guardan sus mandamientos. 6 Escucha mi oración y abre tus ojos, para que puedas escuchar la oración de tu siervo que ahora ora delante de ti día y noche por el pueblo de Israel, tus siervos. Estoy confesando los pecados del pueblo de Israel, quienes hemos pecado en contra de ti. Ambos, yo, y la casa de mi padre hemos pecado. 7 Hemos actuado muy perversamente en contra tuya y no hemos guardado tus mandamientos, los estatutos y las reglas que Tú le ordenaste a tu siervo Moisés. 8 Por favor, trae a tu mente las palabras que le ordenaste a tu siervo Moisés, 'Si actúas de manera infiel, te dispersaré entre las naciones, 9 pero si regresas a Mí y sigues mis mandamientos y los llevas a cabo, aunque tu pueblo sea esparcido bajo los cielos más lejanos, Yo los recogeré de allí y los traeré al lugar que Yo he escogido para que mi nombre permanezca.' 10 Ahora, ellos son tus siervos y tu pueblo, a quienes Tú has rescatado por tu gran poder y por tu mano poderosa. 11 SEÑOR, yo te suplico, escucha ahora la oración de tu siervo y la oración de tus siervos quienes se deleitan en honrar tu nombre. Ahora, da éxito a tu siervo y concédele misericordia ante los ojos de este hombre." Yo servía como copero del rey.

2

1 En el mes de Nisán, en el año vigésimo de Artajerjes el rey él seleccionó vino y yo agarré el vino y se lo di al rey. Ahora, yo nunca había estado triste en su presencia. 2 Pero el rey me dijo a mí: "¿Por qué tu rostro está tan triste? Tu no aparentas estar enfermo. Ésto tiene que ser tristeza del corazón." Entonces tuve mucho miedo. 3 Yo le dije al rey: "¡Que el rey viva para siempre! ¿Por qué mi rostro no debería estar triste? La ciudad, el lugar de la tumba de mis padres, está en ruinas y sus puertas han sido destruídas por fuego." 4 Luego el rey me dijo a mí: ''¿Qué quieres que haga?" Así que yo oré al Dios del cielo. 5 Yo le respondí al rey: "Si le parece bien al rey y si su siervo ha hecho bien delante de sus ojos, usted me puede enviar a Judá, a la ciudad de las tumbas de mis padres, para que yo pueda reconstruirla." 6 El rey me contestó (y la reina también estaba sentada al lado de él): "¿Cuánto tiempo estarás fuera y cuándo regresarás?'' El rey estuvo contento de enviarme cuando yo le indiqué las fechas. 7 Entonces yo le dije al rey: "Si le place al rey permita que las cartas me sean dadas a mí para los gobernadores más allá del Río para que ellos me permitan pasar a través de sus territorios en mi camino hacia Judá. 8 Permita que también haya una carta para Asaf, el guardián del bosque del rey, para que me pueda dar madera para hacer vigas para las puertas de la fortaleza al lado del templo, para el muro de la ciudad, y para la casa en la cual yo viviré." Así que, a causa de que la buena mano de Dios estaba sobre mí, el rey me concedió mis solicitudes. 9 Yo fui a los gobernadores más allá del Río y les di las cartas del rey. Ahora el rey había enviado conmigo oficiales del ejército y jinetes. 10 Cuando Sanbalat el Horonita y Tobías el sirviente Amonita escucharon ésto estuvieron grandemente disgustados porque alguien había venido buscando ayudar al pueblo de Israel. 11 Así que fui a Jerusalén y estuve allí tres días. 12 Me levanté en la noche y algunos hombres conmigo. No le dije a nadie lo que mi Dios había puesto en mi corazón que hiciera por Jerusalén. No había ningún animal conmigo, aparte del que yo estaba montando. 13 Salí de noche por la Puerta del Valle, hacia la Fuente del Chacal y hacia la Puerta del Estiércol e inspeccioné los muros de Jerusalén, las cuales habían sido abiertas y rotas y las verjas de madera fueron destruídas por fuego. 14 Luego fui a la Puerta de la Fuente y al Estanque del Rey. El lugar era muy reducido para el animal que yo estaba cabalgando para poder pasar. 15 Así que yo subí esa noche por el valle e inspeccioné el muro, regresé y entré por la Puerta del Valle y así regresé. 16 Los gobernantes no sabían a dónde fui ni tampoco lo que hice y todavía yo no le había informado a los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los nobles, ni a los gobernantes, ni al resto quienes habían hecho el trabajo. 17 Yo les dije a ellos: "Ustedes ven el problema en el que estamos, cómo Jerusalén está en ruinas y sus puertas fueron destruídas por fuego. Vengan, vamos a reconstruir el muro de Jerusalén, para que ya no estemos en vergüenza." 18 Yo les dije a ellos que la mano buena de mi Dios estaba sobre mí y también acerca de las palabras que el rey me había hablado a mí. Ellos dijeron: "Permítenos levantarnos y reconstruir." Así que ellos fortalecieron sus manos para el buen trabajo. 19 Pero cuando Sanbalat el Horonita y Tobías el sirviente Amonita y Gesem el Árabe escucharon acerca de ésto se burlaron y nos ridiculizaron y dijeron: "¿Qué están haciendo? ¿Ustedes se están rebelando en contra el rey?" 20 Entonces yo les contesté a ellos: "El Dios del cielo nos dará el éxito. Nosotros somos sus sirvientes y nos levantaremos y construiremos. Pero ustedes no tienen acciones ni derecho y ninguna reclamación histórica en Jerusalén."

3

1 Entonces Eliasib, el sumo sacerdote, se levantó con sus hermanos sacerdotes y ellos construyeron la Puerta de las Ovejas. Ellos la consagraron y estabecieron las puertas en su lugar. Ellos la consagraron tan lejos como desde la Torre de los Cien hasta la Torre de Hananeel. 2 Próximo a él los hombres de Jericó trabajaron y junto a ellos trabajó Zacur, hijo de Imri. 3 Los hijos de Senaa construyeron la Puerta del Pescado. Ellos colocaron sus vigas en su lugar y establecieron sus puertas y sus cerrojos y sus barras. 4 Meremot reparó la próxima sección. Él es el hijo de Urías hijo de Cos. Y próximo a ellos Mesulam reparaba. Él es el hijo de Berequías hijo de Mesezabeel. Próximo a ellos Sadoc reparó. Él es el hijo de Baana. 5 Y próximo a ellos los Tecoítas reparaban, pero sus líderes se rehusaron a hacer el trabajo ordenado por sus supervisores. 6 Joiada hijo de Paseah y Mesulam hijo de Besodías repararon la Puerta Vieja. Ellos establecieron las vigas y sus puertas y sus cerrojos y sus barras. 7 Próximo a ellos Melatías el Gabaonita y Jadón el Meronotita, quienes eran hombres de Gabaón y de Mizpa, hicieron reparaciones en la porción donde el gobernador de la provincia vivía, más allá del Río. 8 Próximo él Uzie, hijo de Harhaía, uno de los orfebres, reparó, y junto a él estaba Hananías, un hacedor de perfumes. Ellos reconstruyeron Jerusalén tan lejos como hasta la Muralla Ancha. 9 Próximo a ellos Refarías, hijo de de Hur, reparaba. Él era el gobernante de la mitad del distrito de Jerusalén. 10 Próximo a ellos, Jedaías, hijo de Harumaf, reparaba al lado de su casa. Próximo a él reparaba Hatús hijo de Hasabnías. 11 Malquías hijo de Harim y Hasub hijo de Pahat Moab reparaba otra sección en conjunto con la Torre de Hornos. 12 Próximo a ellos Salum, hijo de Halohes, el gobernante de la mitad del distrito de Jerusalén, reparaba en conjunto con sus hijas. 13 Hanún y los habitantes de Zanoa reparaban la Puerta del Valle. Ellos lo reconstruyeron y pusieron sus puertas, sus cerrojos y sus barras. Ellos repararon mil codos tan lejos hasta la Puerta del Muladar. 14 Malquías hijo de Recab, dirigente del distrito de Bet Haquerem, reparó la Puerta del Muladar. Él la construyó y estableció sus puertas, sus cerrojos y sus barras. 15 Salum hijo de Col Hoze, el gobernante del distrito de Mizpa, reconstruyó la Puerta de la Fuente. Él la construyó y puso una cubierta sobre ella y estableció sus puertas y sus cerrojos y sus barras. Él también reconstruyó el muro del Estanque de Siloé cerca del jardín del rey, tan lejos como hasta las escaleras que descienden de la ciudad de David. 16 Nehemías hijo de Azbuc, el gobernante de la mitad del distrito de Bet Sur, reparó hasta el lugar de a través de la tumba de David, hasta el estanque hecho por el hombre y hasta la casa de los hombres poderosos. 17 Después de él, los Levitas repararon, incluyendo a Rehum hijo de Bani y próximo a él, Hasabías el gobernante de la mitad del distrito de Keila, para su distrito. 18 Después de él, sus compatriotas repararon, incluyendo a Bavai hijo de Henadad, el gobernante de la mitad del distrito de Keila. 19 Próximo a él reparaba Ezer hijo de Jesúa, el gobernante de Mizpa, quien reparó otra sección opuesta a la subida al arsenal, en la esquina del muro. 20 Después de él, Baruc hijo de Zabai con devoción reparó otra sección, desde la esquina de la muralla hasta la puerta de la casa de Eliasib, el sumo sacerdote. 21 Después de él, Meremot hijo de Urías hijo de Cos, reparó otra sección, desde la puerta de la casa de Eliasib hasta el final de la casa de Eliasib. 22 Próximo a él los sacerdotes, los hombres del área alrededor de Jerusalén repararon. 23 Después de ellos Benjamín y Hasub repararon opuesto a sus propias casas. Después de ellos Azarías hijo de Maasías hijo de Ananías, reparó próximo a su propia casa. 24 Después de él Bunúi hijo de Henadad reparó otra sección, desde la casa de Azarías hasta la esquina del muro. 25 Palal hijo de Uzai reparó contra la esquina de la pared y la torre que se extiende desde la casa superior del rey en el patio del vigilante. Después de él Pedaías hijo de Faros reparó. 26 Ahora los siervos del templo que vivían en Ofel repararon hasta el punto opuesto de la Puerta de Aguas al este de la torre sobresaliente. 27 Después de él los Tecoítas repararon otra sección, opuesta a la gran torre que sobresalía, tan lejos como hasta la muralla de Ofel. 28 Los sacerdotes repararon arriba de la Puerta de los Caballos, cada uno opuesto a su propia casa. 29 Después de ellos Sadoc hijo de Imer reparó la sección opuesta a su propia casa. Y después de él, Semaías hijo de Secanías, el portero de la puerta del este, reparó. 30 Después de él Hananías hijo de Selemías, y Hanún el sexto hijo de Salaf, reparó otra sección. Después de ellos Mesulam hijo de Berequías reparó al lado opuesto de sus viviendas. 31 Después de él, Malquías, uno de los orfebres, reparó hasta la casa de los sirvientes del templo y de los mercaderes que estaban opuesto a la Puerta de la Inspección y a las viviendas superiores en la esquina. 32 Los orfebres y los mercaderes repararon entre vivendas superiores de la esquina y la Puerta de las Ovejas.

4

1 Ahora cuando Sanbalat oyó de que estábamos construyendo la muralla, algo se encendió dentro de él y estaba muy furioso y comenzó a burlarse de los Judíos. 2 En presencia de sus hermanos y del ejército de Samaria, él dijo: ¿Qué están haciendo estos débiles Judíos? ¿Podrán restaurar la cuidad ellos mismos? ¿Podrán ofrecer sacrificios? ¿Podrán terminar el trabajo en un día? ¿ Podrán traer a la vida las piedras de los montones de ruinas que resultaron cuando fueron quemadas? 3 Tobías el Amonita estaba con él y dijo:"Si solo una zorra se sube a donde ellos están construyendo, derribaría su muralla de piedra". 4 Escucha, nuestro Dios, que nos menosprecian. Devuelve sus burlas a sí mismos y entrégalos a que sean saqueados en la tierra donde son prisioneros. 5 No cubras su iniquidad ni borres sus pecados delante de Tí, porque ellos han provocado a ira a los que construyen. 6 Así que construimos el muro y todo estaba construido hasta la mitad de su altura porque la gente tenía deseos de trabajar. 7 Pero cuando Sanbalat, Tobías, los Árabes, los Amonitas y los Asdodeos oyeron que el trabajo de reconstrucción del muro de Jerusalén avanzaba y que las partes rotas estaban siendo cerradas, una gran ira se encendió en ellos. 8 Todos se juntaron para conspirar y vinieron a pelear en contra de Jerusalén y a causar confusión en ella. 9 Pero nosotros oramos a nuestro Dios y asignamos a un guardia para protegernos de ellos día y noche a causa de sus amenazas. 10 Luego la gente de Judá dijo:" La fuerza de los que transportan la carga se está debilitando. Hay demasiado escombros y no somos capaces de reconstruir la muralla." 11 Y nuestros enemigos dijeron:" Ellos no sabrán ni verán hasta que vayamos a ellos y los matemos y detengámos el trabajo 12 En ese tiempo los Judíós que vivían cerca de ellos vinieron de todas direcciones y hablaron con nosotros diez veces, advirtíendonos de los esquemas que estaban tramando en contra de nosotros. 13 Entonces yo coloqué personas en la parte más baja de la muralla, en las áreas expuestas. Coloqué a cada familia con sus espadas, lanzas y arcos. 14 Y yo miré, me levanté y les dije a los nobles, a los dirigentes y al resto del pueblo: "No le tengan miedo". Traigan a su memoria al Señor, quién es grande e impresionante. Luchen por sus familias, por sus hijos e hijas, sus esposas y sus casas. 15 Sucedió que cuando nuestros enemigos oyeron que sus planes fueron revelados a nosotros y Dios había frustrado sus planes, todos nosotros volvimos al muro cada uno a su tarea. 16 Así que para ese tiempo la mitad de mis siervos trabajaron sólo en la reconstrucción del muro, la otra mitad sostenían lanzas, escudos, arcos y usaban armadura, mientras los líderes se mantenían detrás de todo el pueblo de Judá. 17 Entonces los mismos trabajadores que estaban construyendo el muro y llevando la carga también vigilaban sus posiciones. Todos trabajaban con una mano y con la otra sostenía sus armas. 18 Todo constructor portaba su espada en su lado y así era que trabajaban. El que tocaba la trompeta se quedaba en mi lado. 19 Yo le dije a los nobles, a los oficiales y al resto del pueblo: "El trabajo es grande y extensivo y estamos separados en el muro lejos uno del otro. 20 Deben moverse rápido al sitio donde oigan el sonido de trompeta y reunirse allí. Nuestro Dios peleará por nosotros. 21 Así nosotros estábamos haciendo la obra. La mitad de nosotros sosteníamos las espadas desde el amanecer hasta que salida de las estrellas. 22 También le dije al pueblo:" Permitan a cada hombre y su sierviente pasar la noche dentro de Jerusalén, para que nos sirva de guardia durante la noche y constructor durante el día. 23 Así que ni yo, ni mis hermanos, ni mis sirvientes, ni los hombres de la guardia que me siguen, ninguno de nosotros cambió nuestras ropas, cada uno de nosotros cargó sus armas, aún si fuéramos a buscar agua.

5

1 Entonces los hombres y sus esposas levantaron una gran clamor en contra de sus compañeros judíos. 2 Pues habían algunos allí que dijeron: "Con nuestros hijos e hijas somos muchos. Así que permítanos obtener grano para que podamos comer y mantenernos vivos." 3 Habían otros más que dijeron: "Estamos empeñando nuestros campos, nuestros viñedos, y nuestras casas para obtener grano durante la hambruna." 4 Otros también dijeron: "Hemos tomado dinero prestado para pagar los impuestos del rey sobre nuestros campos y nuestros viñedos. 5 Todavía ahora nuestra carne y sangre es la misma como la de nuestros hermanos y nuestros hijos son los mismos como sus hijos. Somos forzados a vender nuestros hijos y nuestras hijas para que sean esclavos. Algunas de nuestras hijas ya han sido esclavizadas. Pero no está en nuestro poder ayudar, porque otros hombres ahora poseen nuestros campos y nuestros viñedos." 6 Yo estaba muy airado cuando escuché su gran clamor y estas palabras. 7 Entonces yo pensé sobre ésto y levanté cargos contra los nobles y oficiales. Les dije a ellos: "Ustedes están exigiendo interés, cada uno de su propio hermano." Llevé a cabo una gran asamblea contra ellos 8 y les dije a ellos: "Nosotros, tanto como somos capaces, hemos vuelto a comprar de la esclavitud a nuestros hermanos judíos, quienes han sido vendidos a las naciones, porque incluso ustedes venden sus hermanos y hermanas para que ellos puedan ser vendidos de vuelta a nosotros!" Ellos estaban en silencio y nunca encontraron una palabra para decir. 9 También dije: "Lo que ustedes están haciendo no es bueno. ¿No deberían andar en el temor de nuestro Dios para prevenir las burlas de las naciones que son nuestras enemigas? 10 Yo y mis hermanos y mis siervos les estamos prestando dinero y grano a ellos. Pero debemos parar de cobrar interés sobre estos préstamos. 11 Devuélvanle en este mismo día sus campos, sus viñedos, sus olivares y sus casas y el porcentaje del dinero, el grano, el vino nuevo y el aceite que ustedes exigieron de ellos." 12 Luego ellos dijeron: "Devolveremos lo que tomamos de ellos y no requeriremos nada de ellos. Haremos como usted dice." Entonces llamé a los sacerdotes y los hice jurar hacer como ellos habían prometido. 13 Yo sacudí el pliegue de mi túnica y dije: "Que Dios sacuda fuera de su casa y posesiones a todo hombre que no mantiene su promesa. Que él sea sacudido y vaciado." Toda la asamblea dijo: "Amén", y ellos alabaron a EL SEÑOR. Y el pueblo hizo como ellos habían prometido. 14 Así que desde el tiempo que fui señalado para ser su gobernador en la tierra de Judá, desde el año veinte hasta el año treintidos de Artajerjes el rey, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos la comida provista por el gobernador. 15 Pero los antiguos gobernadores que estuvieron antes de mí, pusieron cargas pesadas sobre el pueblo y tomaron de ellos cuarenta siclos de plata para su porción diaria de comida y vino. Incluso sus siervos oprimieron al pueblo. Pero yo no lo hice, por el temor a Dios. 16 Yo continué trabajando en el muro, y no compramos tierras. Y todos mis siervos se reunieron allí para el trabajo. 17 En mi mesa estaban los judíos y los oficiales, ciento cincuenta hombres, aparte de aquellos que vinieron a nosotros de entre las naciones que nos rodeaban. 18 Ahora lo que estaba preparado cada día era un buey, seis ovejas escogidas y también aves y cada diez días toda clase de vino en abundancia. Y aún para todo ésto yo no exigí la remesa de alimento del gobernador, porque las exigencias eran demasiado pesadas sobre el pueblo. 19 Trae a mi memoria, mi Dios, para bien, por todo lo que he hecho por este pueblo.

6

1 Ahora cuando Sanbalat, Tobías y Gesem el Árabe y el resto de nuestros enemigos escucharon que yo había reconstruído el muro y que ya no quedaba ninguna sección rota, aunque todavá yo no había puesto las puertas. 2 Sanbalat y Gesem me enviaron a decir: "Vengan, vamos a encontarnos en algún lugar en el llano Ono." Pero ellos intentaron hacerme daño. 3 Yo envié mensajeros a donde ellos diciendo: "Estoy haciendo una gran obra y no puedo bajar. ¿Por qué la obra debería detenerse mientras la dejo para bajar a donde ustedes?" 4 Ellos me enviaron el mismo mensaje cuatro veces, y yo les contesté de la misma forma cada vez. 5 Sanbalat envió su sirviente a donde mí de la misma manera la quinta vez, con una carta abierta en su mano. 6 En ella estaba escrito: "Ha sido reportado entre las naciones, y Gesem también lo dice, que tú y los Judíos están planificando rebelarse, por eso es que están reconstruyendo el muro. Según lo que dice este reporte, tú serás el rey de ellos. 7 Y tú también has designado profetas que proclamen acerca de ti en Jerusalén, diciendo: '¡Hay rey en Judá!' Tú puedes estar seguro que el rey escuchará estos reportes. Por lo tanto, permítannos hablar los unos con los otros." 8 Entonces yo envié palabra a él diciendo: "Ninguna que tales cosas han ocurrido como tú dices, porque dentro de tu corazón tú las inventaste." 9 Porque todos querían hacer que tuviéramos miedo, pensando: "Ellos dejarán de hacer el trabajo, y no será hecho." Pero ahora, Dios, por favor fortalece mis manos. 10 Yo fui a la casa de Semaías, hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, que estaba confinado en su casa. Él dijo: "Vamos a reunirnos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque ellos vienen a matarte. En la noche ellos vendrán a matarte." 11 Yo respondí: "¿Un hombre como yo huiría? Y un hombre como yo, ¿entraría al templo sólo para poder vivir? Yo no entraré!" 12 Me di cuenta que no fue Dios quien lo envió, sino que él había profetizado en mi contra. Tobías y Sanbalat lo habían contratado. 13 Ellos lo contrataron para que yo tuviera miedo, para que yo hiciera lo que él decía y pecara, para que así ellos pudieran desacreditarme y de esta manera humillarme. 14 Trae a tu mente a Tobías y Sanbalat, mi Dios, y todo lo que ellos hicieron. También trae a tu mente la profetiza Noadías y al resto de los profetas quienes trataron de intimidarme. 15 Así que el muro fue terminado en el día veinticinco del mes de Elul, después de cincuenta y dos días. 16 Cuando todos nuestros enemigos escucharon de ésto, todas las naciones alrededor nuestro se sintieron atemorizados y ellos decayeron grandemente en su propia estima. Porque sabían que la obra había sido hecha con la ayuda de nuestro Dios. 17 En este tiempo los nobles de Judá enviaron muchas cartas a Tobías, y las cartas de Tobías llegaron a ellos. 18 Porque habían muchos en Judá quienes estaban atados a él por un juramento, porque él era el yerno de Secanías hijo de Ara. Su hijo Johanán había tomado como su esposa a la hija de Mesulam hijo de Berequías. 19 Ellos también me hablaron acerca de sus buenas obras y reportaron mis palabras a él. Cartas de Tobías fueron enviadas a mí para asustarme.

7

1 Cuando la muralla fue terminada y yo coloqué las puertas en su lugar, y los porteros, y los cantantes y los levitas fueron designados, 2 Puse a mi hermano Hananí a cargo sobre Jerusalén, junto a Hananías, quien tenía la vigilancia de la fortaleza, pues él era un hombre fiel y temía a Dios más que muchos. 3 Y yo le dije a ellos: "No abran las puertas de Jerusalén hasta que caliente el sol. Mientras los porteros estén de guardia, pueden cerrar y asegurar las puertas. Designen guardias de los que viven en Jerusalén, algunos en la estación de guardia, y algunos en frente de sus casas." 4 Ahora, la ciudad era amplia y grande, pero había poca gente adentro de ella, y ninguna casa se había reconstruído. 5 Mi Dios puso en mi carazón que reuniera los nobles, los oficiales y el pueblo para enlistarlos por sus familias. Yo encontré El Libro de la Genealogía de aquellos que regresaron primero y encontré lo siguiente escrito en él. 6 "Estas son la personas de la provincia que subieron de la cautividad de esos exiliados a quien Nabucodonosor, el rey de Babilonia, tomó cautivo. Ellos regresaron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad. 7 Ellos vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Azarías, Raamías, Nahamani, Mardoqueo, Bilsán, Misperet, Bigvai, Nehum y Baana. El número de los hombres del pueblo de Israel incluía lo siguiente: 8 Los descendientes de Paros, dos mil ciento setenta y dos. 9 Los descendientes de Sefatías, trescientos setenta y dos. 10 Los descendientes de Ara, seiscientos cincuenta y dos. 11 Los descendientes de Pahat Moab, a través de los descendientes de Jesúa y Joab, dos mil ochocientos dieciocho. 12 Los descendientes de Elam, mil doscientos cincuentra y cuatro. 13 Los descendientes de Zatu, ochocientos cuarenta y cinco. 14 Los descendientes de Zacai, setecientos sesenta. 15 Los descendientes de Binúi, seiscientos cuarenta y ocho. 16 Los descendientes de Bebai, seiscientos veintiocho. 17 Los descendientes de Azgad, dos mil trescientos veintidós. 18 Los descendientes de Adonicam, seiscientos sesenta y siete. 19 Los descendientes de Bigvai, dos mil sesenta y siete. 20 Los descendientes de Adín, seiscientos cincuenta y cinco. 21 Los descendientes de Ater, de Ezequías, noventa y ocho. 22 Los descendientes de Hasum, trescientos veintiocho. 23 Los descendientes de Bezai, trescientos veinticuatro. 24 Los descendientes de Harif, ciento doce. 25 Los descendientes de Gabaón, noventa y cinco. 26 Los hombres de Belén y Netofa, ciento ochenta y ocho. 27 Los hombres de Anatot, ciento veintiocho. 28 Los hombres de Bet Azmavet, cuarenta y dos. 29 Los hombres de Quiriat Jearim, Cafira y Beerot, setecientos cuarenta y tres. 30 Los hombres de Ramá y Geba seiscientos veintiúno. 31 Los hombres de Micmas, ciento veintidós. 32 Los hombres de Betel y Hai, ciento veintitrés. 33 Los hombres del otro Nebo, cincuenta y dos. 34 El pueblo del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro. 35 Los hombres de Harim, trescientos veinte. 36 Los hombres de Jericó, trescientos cuarenta y cinco. 37 Los hombres de Lod, Hadid y Ono, setecientos veintiúno. 38 Los hombres de Senaa, tres mil novecientos treinta. 39 Los sacerdotes: Los descendientes de Jedaías (de la casa de Jesúa), novecientos setenta y tres. 40 Los descendientes de Imer, mil cincuenta y dos. 41 Los descendientes de Pasur, mil doscientos cuarenta y siete. 42 Los descendientes de Harim, mil diecisiete. 43 Los Levitas: los descendientes de Jesúa, de Cadmiel, de Binui y de Hodavías, setenta y cuatro. 44 Los cantantes: los descendientes de Asaf, ciento cuarenta y ocho. 45 Los porteros de los descendientes de Salum, los descendientes de Ater, los descendientes de Talmón, los descendientes de Acub, los descendientes de Hatita, los descendientes de Sobai, ciento treinta y ocho. 46 Los sirvientes del templo: los descendientes de Ziha, los descendientes de Hasufa, los descendientes de Tabaot, 47 los descendientes de Queros, los descendientes de Siaha, los descendientes de Padón, 48 los descendientes de Lebana, los descendientes de Hagaba, los desciendientes de Salmai 49 los descendientes de Hanán, los descendientes de Gidel, los descendientes de Gahar. 50 Los descendientes de Reaía, los descendientes de Rezín, los descendientes de Necoda, 51 los descendientes de Gazam, los descendientes de Uza, los descendientes de Paseah, 52 los descendientes de Besai, los descendeintes de Mehunim, los descendientes de Nefisesim. 53 Los descendientes de Bacbuc, los descendientes de Hacufa, los descendientes de Harhur, 54 los descendientes de Bazlut, los descendientes de Mehída, los descendientes de Harsa, 55 los descendientes de Barcos, los descendientes de Sísara, los descendientes de Tema, 56 los descendientes de Nezía, los descendientes de Hatifa. 57 Los descendientes de los siervos de Salomón: los descendientes de Sotai, los descendientes de Soferet, los descendientes de Perida, 58 los descendientes de Jaala, los descendientes de Darcón, los descendientes de Gidel, 59 los descendientes de Sefatías, los descendientes de Hatil, los descendientes de Poqueret- hazebaim, los descendientes de Amón. 60 Todos los sirvientes del templo y los descendientes de los sirvientes de Salomón, eran trescientos noventa y dos. 61 Estas fueron las personas que subieron de Tel-Mela, Tel-Harsa, Querub, Adón e Imer. Pero ellos no pudieron probar que ellos o que las familias de sus antepasados eran descendientes de Israel: 62 los descendientes de Delaía, los descendientes de Tobías y los descendientes de Necoda, 642. 63 Y eran de los sacerdotes: Los descendientes de Habaía, Cos y Barzilai (quien tomó a su esposa de las hijas de Barzilai de Galaad y era llamado por sus nombres). 64 Estos buscaron sus registros entre los enlistados por su genealogía, pero ellos no pudieron ser encontrados, así que fueron excluídos del sacerdocio como inmundos. 65 Y el gobernador les dijo que a ellos no se les debía permitir comer de la porción de comida de los sacerdotes de los sacrificios hasta que allí se levantara un sacerdote con Urim y Tumim. 66 La asamblea completa era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta, 67 aparte de sus siervos y sus siervas, de los cuales allí había siete mil tres cientos treinta y siete. Ellos tenían doscientos cuarenta y cinco cantantes hombres y mujeres. 68 Sus caballos eran setecientos treinta y seis en número, sus mulas, doscientos cuarenta y cinco, 69 sus camellos, cuatrocientos treinta y cinco, y sus burros, seis mil setecientos veinte. 70 Algunos de entre los jefes de de las familias de los antepasados dieron regalos por el trabajo. El gobernador dio al tesoro, mil dracmas de oro, cincuenta tazones y quinientos treinta vestiduras sacerdotales. 71 Algunos de los jefes de las familias de los ancestros dieron al tesoro por el trabajo, veinte mil dracmas de oro y dos mil doscientos minas de plata. 72 El resto del pueblo dio veinte mil dracmas de oro y dos mil minas de plata y sesenta y siete túnicas para los sacerdotes. 73 Así que los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantantes, algunos del pueblo, los sirvientes del templo y todo Israel vivió en sus ciudades. Para el séptimo mes, el pueblo de Israel estaba establecido en sus ciudades."

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1 Todo el pueblo se reunió como un solo hombre en el área abierta al frente de la Puerta de Agua. Le preguntaron a Esdras el escriba que trajera El Libro de la Ley de Moisés, el cual EL SEÑOR había dado a Israel. 2 En el primer día del séptimo mes, Esdras el sacerdote trajo la ley ante la reunión del pueblo, tanto hombres como mujeres y todos los que podían oír y entender. 3 Él se colocó frente al área abierta de frente a la Puerta de Agua y leyó de el desde temprana mañana hasta mediodía, ante hombres, mujeres y cualquiera que pudiera entender. Y toda la gente escuchaba atentamente el Libro de la Ley. 4 Y Esdras, el escriba, se paró sobre una plataforma alta la cual el pueblo había hecho con ese propósito. Parados al lado de él estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías, a su derecha y Pedadías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam estaban parados a su izquierda. 5 Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo, ya que él estaba parado por encima del pueblo y cuando él lo abrió toda la gente se levantó. 6 Esdras dió gracias a EL SEÑOR, el gran Dios, y todo el pueblo levantó sus manos y contestaron: "¡Amen! ¡Amen¡" Entonces ellos bajaron sus cabezas y alabaron a EL SEÑOR con sus rostros en el suelo. 7 También Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán, Pelaías y los levitas ayudaron al pueblo a entender la ley, mientras el pueblo permanecía en su lugar. 8 Leyeron en el libro, La Ley de Dios, haciéndola clara con interpretación y dando el significado para que el pueblo entendiera la lectura. 9 Nehemías el gobernador y Esdras el sacerdote y escriba y los levitas quienes estaban interpretando al pueblo, le dijeron al pueblo: "Este día es santo para EL SEÑOR tu Dios. No se entristezcan ni lloren." Pues el pueblo lloró cuando escucharon las palabras de la ley. 10 Entonces Nehemías le dijo a ellos: "Vayan, coman la grasa y tomen algo dulce, y envíen un poco a uno que no tiene nada preparado, ya que este día es santo para nuestro Señor. No se entristezcan, ya que el gozo de EL SEÑOR es nuestra fortaleza. 11 Entonces los levitas hicieron que el pueblo hiciera silencio diciendo: "¡Callen!" ya que este día es santo. No se entristezcan." 12 Y todo el pueblo se fue por su camino para comer, tomar, compartir alimentos y a celebrar con gran gozo porque entendieron las palabras que le fueron enseñadas. 13 En el segundo día los líderes de los ancestros de las familias de todo el pueblo, los sacerdotes y los levitas, llegaron juntos a Esdras, el escriba, para ganar entendimiento de las palabras de la ley. 14 Y ellos encontraron escritas en la ley cómo EL SEÑOR había ordenado a través de Moisés que el pueblo de Israel debería vivir en tiendas durante el festival del séptimo mes. 15 Deberían hacer una proclamación en todas sus ciudades y en Jerusalén, diciendo: "Salgan a los montes y traigan de regreso ramas de olivos, de olivo silvestre, de mirto, de palmeras y árboles de sombra, para hacer refugios temporeros, como está escrito." 16 Y el pueblo salió y regresaron con las ramas y se hicieron tiendas para ellos mismos, en sus propios techos, en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en el área abierta cerca de la Puerta de Agua y en la plaza de la Puerta de Efraín. 17 Toda la asamblea de aquellos que habían regresado de la cautividad hicieron sus tiendas y vivieron en ellas. Desde los días de Josué, hijo de Nun, hasta ese día, el pueblo de Israel no había celebrado este festival. Y su gozo era muy grande. 18 También día tras día, desde el primer día hasta el último, Esdras leyó del Libro de la Ley de Dios. Y mantuvieron el festival por siete días y en el octavo hubo una asamblea solemne, en obediencia al decreto.

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1 Ahora en el día veinticuatro del mismo mes, el pueblo de Israel fue convocado y estaban ayunando vestidos de cilicio y se pusieron polvo en sus cabezas. 2 Los descendientes de Israel se separaron de todos los extranjeros. Se pararon y confesaron sus propios pecados y las acciones malignas de sus antepasados. 3 Se pararon en sus sitios y durante una cuarta parte del día leyeron del Libro de la Ley de EL SEÑOR su Dios. Durante otra cuarta del día estuvieron confesando y inclinándose ante EL SEÑOR su Dios. 4 Los levitas, Jesúa, Bani, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebías, Bani y Quenani se pararon en los escalones y clamaron en voz alta a EL SEÑOR su Dios. 5 Entonces los levitas, Jesúa y Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías, dijeron: "Levántense y den alabanza a EL SEÑOR su Dios por siempre y para siempre." "Que bendigan Tu glorioso nombre, y que sea exaltado sobre toda bendición y alabanza. 6 Tú eres EL SEÑOR. Solo tú. Tú has hecho el cielo, los más altos cielos, con todo su ejército y la tierra con todo lo que está en ella. Sus mares y lo que está en el. Tu das vida a todos ellos y el ejército del cielo te adora. 7 Tú eres el SEÑOR, el Dios que escogió Abram y lo sacó de Ur de los caldeos y le diste el nombre Abraham. 8 Encontraste que su corazón era fiel ante Ti, e hiciste con él un pacto de darle a sus descendientes la tierra de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los ferezeos, de los jebuseos y de los gergeseos. Tú has cumplido tu promesa porque Tú eres Justo. 9 Tú viste la aflicción de nuestros antepasados en Egipto y oíste sus llantos junto al Mar de las Cañas. 10 Diste señales y maravillas contra Faráon, todos sus sirvientes y sobre toda la gente de su tierra, porque Tú sabías que los egipcios actuaron con arrogancia contra ellos. Pero Tú te hiciste un nombre que permanece hasta este día. 11 Entonces, Tú dividiste el mar delante de ellos, para que ellos pasaran por el medio del mar en tierra seca y arrojaste a aquellos que los perseguían a las profundidades, como una piedra en aguas profundas. 12 Los guíaste con una columna de nube durante el día y con una columna de fuego durante la noche, para alumbrales el camino y que así pudieran caminar en su luz. 13 En el Monte Sinaí Tú bajaste y hablaste con ellos desde el cielo y les diste decretos justos y verdaderas leyes, buenos estatutos y mandamientos. 14 Les hiciste conocer Tu santo día de reposo y les diste mandamientos, estatutos y una ley por medio de Tu siervo Moisés. 15 Les diste pan del cielo para su hambre y agua de una roca para su sed y les dijiste que fueran a poseer la tierra que juraste en juramento darle a ellos. 16 Pero ellos y nuestros ancestros actuaron sin respeto y fueron tercos, no escucharon Tus mandamientos. 17 Ellos rehusaron escuchar y no pensaron en las maravillas que habías hecho entre ellos, sino que se volvieron testarudos, y en su rebelión nombraron un líder para regresar a su esclavitud. Pero Tú eres un Dios que estás lleno de perdón, clemente y compasivo, lento para la ira y abundante en constante amor. Tú no los abandonaste. 18 Tú no los abandonaste ni si quiera cuando hicieron un becerro de metal fundido y dijeron: "Éste es tú Dios que te sacó de Egipto," mientras ellos cometían grandes blafemias. 19 Tú, en tu compación, no los abandonaste en el desierto. La columna de nube para guíarlos por el camino no los dejó durante el día, ni tampoco la columna de fuego de noche para iluminarles el camino por donde caminarían. 20 Tú diste tu buen Espíritu para que los instruyera y no retiraste tu maná de sus bocas, le diste agua para su sed. 21 Por cuarenta años Tú les proveíste en el desierto y no les faltó nada. Sus ropas no se desgastaron y sus pies no se hincharon. 22 Les diste reinos y pueblos y les asignaste tierras en cada esquina distante. Así que tomaron posesión de la tierra de Sehón, rey de Hesbón, y la tierra de Og, rey de Basán. 23 Tú hiciste a sus hijos tan numerosos como las estrellas del cielo y los trajiste a la tierra. Le dijiste a sus antepasados que entraran y la poseyeran. 24 Así que el pueblo fue y poseyó la tierra y Tú sometiste ante ellos los habitantes de la tierra, los cananeos. Tú se los entregaste en sus manos, con sus reyes y los pueblos de la tierra, para que Israel hiciera con ellos como quisieran. 25 Ellos capturaron las ciudades fortificadas y una tierra productiva y capturaron casas llenas de muchas cosas buenas, cisternas ya excavadas, viñedos y huertos de olivo y árboles de frutas en abundancia. Así que comieron y se llenaron y estuvieron satisfechos y se deiletaron en Tu gran bondad. 26 Entonces ellos se volvieron desobedientes y se revelaron contra Ti. Echaron Tú Ley detrás de sus espaldas. Ellos mataron a Tus profetas, quienes les advirtieron que regresaran a Ti, ellos cometieron grandes blasfemias. 27 Así que Tú los entregaste en las manos de sus enemigos quienes los hicieron sufrir. Y durante el tiempo de su sufrimiento ellos clamaron a Ti y Tú los oíste desde el cielo y muchas veces Tú los rescataste de la mano de sus enemigos por causa de tus grandes misericordias. 28 Pero después de ellos haber descansado volvieron a hacer lo malo ante Ti, y Tú los abandonaste en las manos de sus enemigos, así que sus enemigos gobernaron sobre ellos. Pero cuando ellos regresaron y clamaron a Ti, los escuchaste desde el cielo y muchas veces por Tú compasión los rescataste. 29 Tú les advertiste para que pudieran que regresar a Tu ley. Pero actuaron con arrogancia y no escucharon Tus mandamientos. Ellos pecaron contra Tus decretos, los cuales dan vida a cualquiera que los obedezca. Ellos no los obedecieron, sino que no le pusieron atención y ellos rehusaron escuchar. 30 Por muchos años tu los soportaste y les avisaste por tu Espíritu mediante tus profetas. Sin embargo ellos no escucharon. Así que los entregaste en las manos de los pueblos vecinos. 31 Pero en tus grandes misericordias tu no los terminaste por completo, ni los abandonaste porque eres un Dios compasivo y misericordioso. 32 Ahora pues, nuestro Dios, el grande, el poderoso, y el increíble Dios, el que mantiene su pacto y constante amor, no dejes que todas estas aflicciones que nos han sobrevenido a nosotros, a nuestros reyes, príncipes, sacerdotes, profetas; y sobre nuestros ancestros, y toda Tu gente desde los días de los reyes de Asiria hasta hoy, parezcan insignificantes ante Ti. 33 Tú eres justo en todas las cosas que nos han sobrevenido, pues Tú has actuado con fidelidad y nosotros hemos actuado con maldad. 34 Nuestros reyes, principes, sacerdote, y ancestros no han mantenido tu ley, ni han puesto atención a tus mandamientos o a los decretos de tu pacto por los cuales Tu les advertiste. 35 Hasta en su propio reino, mientras gozaban de tu gran benevolencia hacia ellos, en la grande y productiva tierra que Tu pusiste ante ellos, no te sirvieron ni se regresaron de sus malos caminos. 36 Ahora somos esclavos, en la tierra que le diste a nuestros ancestros para disfrutar de sus frutos y sus buenos regalos, ¡ahora somos esclavos en ella! 37 El gran rendimiento de nuestra tierra va a los reyes que Tú has puesto sobre nosotros por causa de nuestros pecados. Ellos gobiernan sobre nuestros cuerpos y sobre nuestro ganado como ellos quieren. Estamos en gran angustia. 38 Por causa de todo esto, nosotros hicimos un pacto firme por escrito. En el documento sellado están los nombres de nuestros princípes, levitas y sacerdotes."

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1 Los que pusieron sus nombres en los documentos sellados fueron: Nehemías, hijo de Hacalías, el gobernador, y los sacerdotes que firmaron fueron Sedequías, 2 Seraías, Azarías, Jeremías, 3 Pasur, Amarías, Malquías, 4 Hatús, Sebanías, Maluc, 5 Harim, Meremot, Obadías, 6 Daniel, Ginetón, Baruc, 7 Mesulam, Abíás, Mijamín, 8 Maazías, Bilgaí, y Semaías. Estos eran los sacerdotes. 9 Los Levitas eran: Jesúa, hijo de Azanías, Binúi, de la familia de Henadad, Cadmiel; 10 y sus compañeros Levitas, Sebanías, Hodías, Kelita, Pelaías, Hanán, 11 Micaía, Rehob, Hasabías, 12 Zacur, Serebías, Sebanías, 13 Hodías, Bani y Beninu. 14 Los líderes del pueblo eran: Paros, Pahat, Moab, Elam, Zatu, Bani, 15 Buni, Azgad, Bebai, 16 Adonías, Bigvai, Adín, 17 Ater, Ezequías, Azur, 18 Hodías, Hasum, Bezai, 19 Harif, Anatot, Nebai, 20 Magpías, Mesulam, Hezir, 21 Mesezabeel, Sadoc, Jadúa, 22 Pelatías, Hanán, Anaías, 23 Oseas, Hananías, Hasub, 24 Halohes, Pilha, Sobec, 25 Rehum, Hasabna, Maasías, 26 Ahías, Hanán, Anán, 27 Maluc, Harim y Baana. 28 Y el resto del pueblo que eran sacerdotes, Levitas, porteros, cantores, sirvientes en el templo, y todos los que se habían separado de los pueblos de las tierras vecinas y habían jurado lealtad a la ley de Dios, incluyendo a sus esposas, sus hijos e hijos, todos los que tienen conocimiento y entendimiento, 29 se reunieron con sus hermanos, sus nobles y se comprometieron igualmente con una maldición como con un voto para caminar en la ley de Dios la cual fue dada por Moisés el siervo de Dios y para observar y obedecer todos los mandamientos de el SEÑOR nuestro Dios, sus decretos y sus estatutos. 30 Nosotros prometimos que no daríamos a nuestras hijas a los pueblos de la tierra ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos. 31 También prometimos que si los pueblos de la tierra traen bienes o cualquier grano para vender en el día de reposo, no le compraríamos ni en el día de reposo ni ningún día santo. Cada séptimo año dejaremos que descansen nuestras tierras y cancelaremos todas las deudas contraídas por otros Judíos. 32 Aceptamos los mandatos de dar un tercio de un siclo cada año para el servicio de la casa de nuestro Dios, 33 para proveer para el pan de la presencia, la ofrenda regular de grano, las ofrendas quemadas en los días de reposo, las fiestas de luna nueva y las fiestas señaladas, para las ofrendas santas y las ofrendas de pecado para hacer expiación por Israel, igualmente por todo el trabajo de la casa de nuestro Dios. 34 Y los sacerdotes, los Levitas y el pueblo echaron suertes para la ofrenda de madera. Las suertes seleccionarían cuáles de nuestras familias traerían la madera a la casa de nuestro Dios en los tiempos señalados cada año. La madera sería quemada en el altar de EL SEÑOR nuestro Dios, como está escrito en la ley. 35 Prometimos traer a la casa de EL SEÑOR los primeros frutos cultivados de nuestra tierra, y los primeros frutos de todo árbol cada año. 36 Y tal como está escrito en la ley, nosotros prometimos traer a la casa de Dios y a los sacerdotes que allí sirven, los primeros de nuestros hijos y de nuestras manadas y rebaños. 37 Nosotros traeremos lo primero de nuestra masa de harina y nuestras ofrendas de granos, y el fruto de todo árbol, y el vino nuevo y el aceite traeremos a los sacerdotes, a las despensas de la casa de nuestro Dios. Traeremos a los Levitas los diezmos de nuestra tierra porque los Levitas recogen los diezmos en todos los pueblos donde trabajamos. 38 Un sacerdote, un descendiente de Aarón, debe estar con los Levitas cuando ellos reciban los diezmos. Los Levitas deben traer una décima parte de los diezmos a la casa de nuestro Dios a las despensas del tesoro. 39 Porque el pueblo de Israel y los descendientes de Leví han de traer las contribuciones de grano, vino nuevo, y aceite a las despensas donde se guardan los utensilios del santuario y donde los sacerdotes que están sirviendo, y los porteros, y los cantores se quedan. No descuidaremos la casa de nuestro Dios.

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1 Los líderes del pueblo vivían en Jerusalén y el resto del pueblo echaban suertes para traer uno de diez a vivir en Jerusalén, la ciudad santa, y los otros nueve permanecían en otros pueblos. 2 Y el pueblo bendecía a todos los que de buena voluntad se ofrecían para vivir en Jerusalén. 3 Estos son los oficiales de provincia que vivían en Jerusalén. Sin embargo, en los pueblos de Judá todo el mundo vivía en su propia tierra, incluyendo a algunos Israelitas, sacerdotes, Levitas, sirvientes del templo y descendentes de los sirvientes de Salomón. 4 En Jerusalén vivían algunos de los descendientes de Judá y algunos de los descendientes de Benjamín. La gente de Judá incluía: Ataías, hijo de Uzías, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo de Sefatías, hijo de Mahalaleel, un descendiente de Fares. 5 Y estaba Maasías, hijo de Baruc, hijo de Col Hoze, hijo de Hazaías, hijo de Adaías, hijo de Joiarib, hijo de Zacarías, el hijo de la Silonita. 6 Todos los hijos de Fares que vivían en Jerusalén eran 468. Eran hombres sobresalientes. 7 Estos son de los descendientes de Benjamín: Salú, hijo de Mesulam, hijo de Joed, hijo de Pedaías, hijo de Colaías, hijo de Maasías, hijo de Itiel, hijo de Jesaías. 8 Y después de él, Gabai y Salai, un total de novecientos veintiocho hombres. 9 Joel, hijo de Zicri, fue su supervisor, y Juda, hijo de Senúa, fue el segundo en mando sobre la ciudad. 10 De entre los sacerdotes: Jedaías, hijo de Joiarib, Jaquín, 11 Seraías, hijo de Hilcias, hijo de Mesulam, hijo de Sadoc, hijo de Meraiot, hijo de Ahitob, jefe de la casa de Dios, 12 y sus asociados que hicieron el trabajo para la casa, ochocientos veintidoós hombres, junto a Adaías, hijo de Jeroham, hijo de Pelalías, hijo de Amsi, hijo de Zacarías, hijo de Pasur, hijo de Malquías. 13 Sus hermanos eran jefes de familias, doscientos cuarenta y dos hombres, y Amasai, hijo de Azareel, hijo de Azai, hijo de Mesilemot, hijo de Imer, 14 y sus hermanos, valientes hombres de guerra, 128 en total; su oficial dirigente fue Zabdiel, hijo de Gedolim. 15 Y de los Levitas: Semaías, hijo de Hasub, hijo de Azricam, hijo de Hasabías, hijo de Buni, 16 y Sabetai y Jozabad, quienes eran de los jefes de los Levitas y estaban a cargo de la obra exterior de la casa de Dios. 17 Estaba Matanías, hijo de Micaía, hijo de Zabdi, un descendiente de Asaf, quien era el director que comenzó la acción de gracias en oración, y Bacbuquías, el segundo entre sus asociados, y Abda, hijo de Samúa, hijo de Galal, hijo de Jedutún. 18 En toda la ciudad santa habíá doscientos ochenta y cuatro Levitas. 19 Los porteros: Acub, Talmón, y sus asociados, que velaban en las puertas, ciento setenta y dos hombres. 20 Y el resto de Israel y de sus sacerdotes y de los Levitas estaban en todos los pueblos de Judá. Cada uno vivía en su propia propiedad heredada. 21 Los trabajadores del templo vivían en Ofel, y Ziha y Gispa estaban a cargo de ellos. 22 El jefe oficial sobre los Levitas, que estaban sirviendo en Jerusalén, era Uzi, hijo de Bani, hijo de Hasabías, hijo de Matanías, hijo de Micaía, de los descendientes de Asaf, quienes eran cantores sobre la obra en la casa de Dios. 23 Ellos estaban bajo las órdenes del rey y órdenes firmes fueron dadas para los cantores según requería cada día. 24 Y Petaías, hijo de Mesezabeel, un descendiente de Zera, hijo de Judá, estaba al lado del rey en todos los asuntos que concernían al pueblo. 25 En cuanto a las aldeas y sus campos, alguna de la gente de Judá vivía en Quiriat Arba y sus aldeas, y en Dibón y sus aldeas, y en Jecabseel y sus aldeas. 26 Ellos también vivían en Jesúa, en Molada, Bet Pelet, 27 Hazar Sual, y Beerseba y sus aldeas. 28 Y vivían en Siclag, Mecona y sus aldeas, 29 En Rimón, Zora, Jarmut, 30 Zanoa, Adulam y sus aldeas, en Laquis, sus campos y Azeca y sus aldeas. Así que vivían desde Beerseba hasta el valle de Hinom. 31 La gente de Benjamín tambíén vivían desde Geba en adelante, en Micmas, Aía, Betel y sus aldeas. 32 También vivían en Anatot, Nob, Ananías, 33 Hazor, Ramá, Gitaim, 34 Hadid, Seboim, Nebalat, 35 Lod y Ono, el valle de los artesanos. 36 Algunos de los Levitas que vivían en Judá fueron asignados a la gente de Benjamín.

12

1 Estos fueron los sacerdotes y Levitas que subieron con Zorobabel, hijo de Salatiel y con Jesúa: Seraías, Jeremías, Esdras, 2 Amarías, Maluc, Hatús, 3 Secanías, Rehum, Meremot, 4 Estaban Iddo, Ginetón, Abías, 5 Mijamín, Maadías, Bilga, 6 Semaías, y Joiarib, Jedaías, 7 Salú, Amoc, Hilcías, y Jedaías. Estos fueron los jefes de los sacerdotes y sus asociados en los días de Jesúa. 8 Los Levitas fueron Jesúa, Binúi, Cadmiel, Serebías, Judá y Matanías, quienes estaban a cargo de las canciones de acción de gracias, junto a sus asociados. 9 Bacbuquías y Uni, sus asociados, se pararon frente a ellos durante el servicio. 10 Jesúa fue el padre de Joiacim, Joiacim, fue el padre de Eliasib, Eliasib fue el padre de Joiada, 11 Joiada fue el padre de Jonatán, y Jonatán fue el padre de Jadúa. 12 En los días de Joiacim, éstos fueron los sacerdotes, los jefes de familias: Meraías fue el jefe de Seraías, Hananías fue el jefe de Jeremías, 13 Mesulam fue el jefe de Esdras, Johanán fue el jefe de Amarías, 14 Jonatán fue el jefe de Melicú, y José fue el jefe de Sebanías. 15 Para continuar, Adna fue el jefe de Harim, Helcai fue el jefe de Meraiot, 16 Zacarias fue el jefe de Iddo, Mesulam fue el jefe de Ginetón, y 17 Zicri fue el jefe de Abías... de Miniamín. Piltai fue el jefe de Moadías. 18 Samúa fue el jefe de Bilga, Jonatán fue el jefe de Semaías, 19 Matenai fue el jefe de Joiarib, Uzi fue el jefe de Jedaías, 20 Calai fue el jefe de Salai, Eber fue el jefe de Amoc, 21 Hasabías fue el jefe de Hilcías, y Natanael fue el jefe de Jedaías. 22 En los días de Eliasib, los Levitas Eliasib, Joiada, Johanán y Judúa fueron inscritos como jefes de familias, y los sacerdotes fueron inscritos durante el reinado de Darío el Persia. 23 Los descendientes de Leví y sus jefes de familias fueron inscritos en el Libro de las Crónicas hasta los días de Johanán, hijo de Eliasib. 24 Los jefes de los Levitas eran Hasabías, Serebías y Jesúa hijo de Cadmiel, con sus asociados quienes se pararon frente a ellos para dar alabanza y dar gracias, respondiendo sección por sección, en obediencia al mandato de David, el hombre de Dios. 25 Matanías, Bacbuquías, Obadías, Mesulam, Talmón y Acub eran los porteros vigilando en los almacenes junto a las puertas. 26 Ellos sirvieron en los días de Joiacim hijo de Jesúa hijo de Josadac, y en los días de Nehemíás el gobernador y de Esdras el sacerdote y escriba. 27 En la dedicación del muro de Jerusalén, el pueblo buscó a los Levitas dondequiera que vivían, para traerlos a Jerusalén para celebrar con gozo la dedicación, con acciones de gracias, cantando con címbalos, arpas y con liras. 28 La fraternidad de cantores se reunió del distrito alrededor de Jerusalén y de las aldeas de los Netofatitas. 29 También vinieron de Bet Gilgal y de los campos de Geba y Azmavet, pues los cantores se habían construído aldeas alredeor de Jerusalén. 30 Los sacerdotes y los Levitas se purificaron, y luego purificaron al pueblo, las puertas y el muro. 31 Entonces hice que los jefes de Judá supieron a la cima del muro, y yo nombré dos coros grandes para que dieran gracias. Uno fue a la derecha en el muro hacia la Puerta del Muladar. 32 Osaías y la mitad de los jefes de Judá les siguieron, 33 y tras de ellos iban Azarías, Esdras, Mesulam, 34 Judá, Benjamín, Semaías, Jeremías, 35 y algunos de los hijos de los sacerdotes con trompetas, y Zacarías, hijo de Jonatán hijo de Semaías, hijo de Matanías, hijo de Micaías, hijo de Zacur, un descendiente de Asaf. 36 También estaban los parientes de Zacarías, Semaías, Azareel, Milalai, Gilalai, Maai, Natanael, Judá, Hanani, con los instrumentos de la música de David el hombre de Dios. Escras el escriba iba delante de ellos. 37 Por la Puerta de la Fuente subieron directo por las escaleras de la ciudad de David en la subida del muro, sobre el palacio de David, a la Puerta de las Aguas al oriente. 38 Y el otro coro de los que daban gracias fue en la otra dirección. Yo los seguí encima del muro con la mitad de la gente, sobre la Torre de los Hornos, al Muro Ancho, 39 y sobre la Puerta de Efraín, y por la Puerta Vieja, y por la Puerta del Pescado y la Torre de Hananeel, y la Torre de los Cien, hasta la Puerta de las Ovejas, y se detuvieron en la Puerta de la Guardia. 40 Así que ambos coros de los que daban gracias tomaron sus lugares en la casa de Dios, y yo también tomé mi lugar con la mitad de los oficiales conmigo. 41 Y los sacerdotes tomaron sus lugares: Eliacim, Maasías, Miniamín, Micaías, Elioenai, Zacarías y Hananías, con las trompetas, 42 Maasías, Semaías, Eleazar, Uzi, Johanán, Malquías, Elam y Ezer. Los cantores cantaban con Izrahías como director. 43 Ellos ofrecieron grandes sacrificios ese día, y se regocijaron, porque Dios hizo que se regocijaran con gran gozo. También las mujeres y los niños se regocijaron. De manera que el gozo de Jerusalén se oía desde lejos. 44 Ese día fueron nombrados hombres para estar a cargo de los almacenes para las contribuciones, las primicias y los diezmos, para recogerlos en las porciones requeridas por la ley para los sacerdotes y para los Levitas. Cada uno fue asignado para trabajar en los cambos cerca de los pueblos. Pues Judá se regocijó sobre los sacerdotes y los Levitas que estaban delante de ellos. 45 Ellos ministraron el servicio de su Dios, y el servicio de la purificaión, según el mandato de David y de Salomón su hijo, y así lo hicieron los cantores y porteros. 46 Por mucho tiempo, en los días de David y Asaf, había directores de los cantores, y había canciones de alabanzas y de acción de gracias. 47 En los días de Zorobabel y en los días de Nehemías, todo Israel daba las porciones diarias para los cantores y los porteros. Separaban la porción que era para los Levitas, y los Levitas apartaban una porción para los descendientes de Aarón.

13

1 Ese día leyeron el Libro de Moisés a oídos del pueblo. Se halló escrito en él que ningún Amonita ni Moabita debía entrar jamás en la asamblea de Dios. 2 Esto se debió a que no habían venido al pueblo de Israel con pan y agua, sino que habían contratado a Balaam para maldecir a Israel. Sin embargo, nuestro Dios convirtió la maldición en bendición. 3 Tan pronto oyeron la ley sacaron de Israel a toda persona extranjera. 4 Ahora, antes de esto, Eliasib el sacerdote, fue encargado sobre los almacenes de la casa de nuestro Dios. Era pariente de Tobías. 5 Eliasib preparó para Tobías un almacén grande, donde antes guardaban la ofrenda de granos, el incienso, los artículos, y los diezmos del grano, del vino nuevo y del aceite, que estaban designados para los Levitas, los cantores, los porteros y las contribuciones para los sacerdotes. 6 Pero en todo este tiempo, yo no estaba en Jerusalén. Porque en el año treinta y dos de Artajerjes, rey de Babilonia, yo fui al rey. Después de algún tiempo, le pedí permiso al rey para salir, 7 y regresé a Jerusalén. Yo entendí el mal que Eliasib había hecho al darle a Tobíás un almacén en los atrios de la casa de Dios. 8 Me enfadé grandemente y eché todos los artículos caseros de Tobías fuera del almacén. 9 Dí la orden de que purificaran los almacenes y coloqué alli nuevamente los artículos de la casa de Dios, las ofrendas de granos y el incienso. 10 Y me enteré de que las porciones asignadas para darle a los Levitas no se les había distribuído, y que cada uno se fue a su campo, los levitas y los cantores que hicieron el trabajo. 11 Así que confronté a los oficiales y dije: "¿Por qué está descuidada la casa de Dios?" Los reuní y los asigné a sus puestos. 12 Entonces todo Judá trajo el diezmo de los granos, del vino nuevo y del aceite a los almacenes. 13 Designé como tesoreros sobre los almacenes a Selemías, el sacerdote y a Sadoc, el escriba, y de los Levitas, a Pedaías. Al lado de ellos estaba Hanán, hijo de Zacur, hijo de Matanías, porque se les consideró confiables. Sus deberes eran distribuir las provisiones a sus asociados. 14 Acuérdate de mí, mi Dios, acerca de ésto y no borres las buenas obras que he hecho por la casa de mi Dios y sus servicios. 15 En aquellos días yo vi en Judá a personas pisando los lagares en el día de reposo y trayendo montones de grano y cargándolos sobre los asnos, y también vino, uvas, higos y toda clase de cargas pesadas, que traían dentro de Jerusalén en el día de reposo. Yo protesté que estaban vendiendo alimentos en ese día. 16 ¡Hombres de Tiro que vivían en Jerusalén trajeron pescado y toda clase de víveres, y los vendían en el día de reposo a la gente de Judá y en la ciudad! 17 Entonces confronté a los jefes de Judá: "¿Cuál es este mal que ustedes están haciendo, profanando el dia de reposo? 18 ¿No hicieron esto sus padres? Y nuestro Dios, ¿no trajo todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? Ahora ustedes están trayendo más ira sobre Israel al profanar el dia de reposo." 19 Tan pronto anocheció en las puertas de Jerusalén antes del día de reposo, mandé que las puertas fueran cerradas y que no se debían abrir hasta después del día de reposo. Estacioné a algunos de mis sirvientes en las puertas para que ninguna carga pudiera ser traída en el día de reposo. 20 Los mercaderes y vendedores de toda clase de mercancías acamparon fuera de Jerusalén una o dos veces. 21 Pero yo les advertí: "¿Por qué acampan fuera del muro? Si lo vuelven a hacer, los agarraré con mis manos!" Desde ese día en adelante, no volvieron en el día de reposo. 22 Y mandé a los Levitas a que se purificaran, y vinieran a vigilar las puertas, para santificar el día de reposo. Acuérdate de mí por esto también, mi Dios, y ten misericordia de mí por la fidelidad que tienes hacia mí por causa del pacto. 23 En aquellos días también vi a Judíos que se habían casado con mujeres de Asdod, Amón y Moab. 24 La mitad de sus hijos hablaba la lengua de Asdod, pero no podíán hablar la lengua de Judá, sino solo la lengua de uno de los otros pueblos. 25 Y los confronté, los maldije, le pegué a algunos de ellos, y les arranqué el pelo. Les hice jurar por Dios, diciendo: "No darán las hijas de ustedes a sus hijos, ni tomarán sus hijas para los hijos de ustedes ni para ustedes mismos. 26 ¿No pecó Salomón, rey de Israel, por causa de estas mujeres? Entre muchas naciones, no había rey como él, y fue amado por su Dios. Y Dios lo puso por rey sobre todo Israel. No obstante, sus esposas extranjeras le hicieron pecar. 27 ¿Debemos, entonces, escucharlos a ustedes y hacer este gran mal, actuando deslealmente en contra de nuestro Dios al casarnos con mujeres extranjeras?" 28 Uno de los hijos de Joiada, hijo de Eliasib, el sumo sacerdote, era yerno de Sanbalat el Horonita. Por lo tanto, lo removí físicamente de mi presencia. 29 Acuérdate de ellos, mi Dios, porque han profanado el sacerdocio, y el pacto del sacerdocio y de los Levitas. 30 Así, los purifiqué de toda cosa extranjera, y establecí los deberes de los sacerdotes y de los Levitas, cada uno a su propia tarea. 31 Hice provisión de leña para la ofrenda de madera para los tiempos designados y para las primicias. Acuérdate de mí, Dios mío, para bien.

Ester
Ester
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1 En los días de Asuero (este es el Asuero que reinaba desde la India hasta tan lejos como Etiopía, sobre ciento veintisiete provincias), 2 en aquellos días el Rey Asuero se sentó en su trono real en la fortaleza de Susa. 3 En el tercer año de su reinado, él dio un banquete a todos sus oficiales y sirvientes. El ejército de Persia y Media, los nobles y los gobernadores de las provincias estaban en su presencia. 4 Él mostró la riqueza del esplendor de su reino y el honor de la gloria de su grandeza por muchos días, por ciento ochenta días. 5 Cuando se completaron estos días, el rey ofreció un banquete que duró siete días. Fue para todas las personas del palacio de Susa desde el más grande hasta el menos significante. Fue celebrada en el patio del jardín del palacio del rey. 6 El patio del jardín estaba decorado con cortinas de algodón blanco y violeta, con cordones de lino fino y púrpura, colgados en unos anillos de plata en pilares de mármol. Había sofás de oro y plata en un pavimento de mosaico de porfirio, mármol, madreperla (nácar) y de adoquines. 7 Las bebidas eran servidas en copas de oro. Cada copa era única y había mucho vino real a causa de la generosidad del rey. 8 El tomar del vino se llevó a cabo de acuerdo al decreto: "No se debe obligar." El rey le había dado órdenes a todo el personal de su palacio de hacer por los invitados lo que cada uno deseara. 9 Tambíen la Reina Vasti había ofrecido un banquete para las mujeres del palacio real del Rey Asuero. 10 En el día séptimo, cuando el corazón del rey se estaba sintiendo alegre por el vino, él le dijo a Mehuman, Bitza, Harbona, Bigta, Abagta, Zetar y a Carcas (los siete oficiales que servían en presencia del rey), 11 que trajeran ante él a la Reina Vasti con su corona real. Él quería mostrarle a la gente y a sus oficiales su belleza, pues sus facciones eran impresionantes. 12 Pero, la Reina Vasti se negó a obedecer al mandato del rey que había sido traído por los oficiales. Entonces el rey se enojó mucho, su rabia se encendió dentro de él. 13 Así que el rey consultó con los hombres quienes eran reconocidos como sabios, los que entendían los tiempos (porque éste era el procedimiento del rey hacia todos los que eran expertos en la ley y el juicio). 14 Ahora, los que eran más cercanos al rey eran Carsena, Setar, Admata, Tarsis, Meres, Marsena y Memucán, los siete príncipes de Persia y Media. Ellos tenían acceso al rey y ejercían los mayores oficios dentro del reino. 15 "En cumplimiento de la ley, ¿qué habría de hacerle a la Reina Vasti por no querer obedecer el mandato del Rey Asuero, que le fue llevado por los oficiales?" 16 Memucan dijo en presencia del rey y los oficiales: "No sólo en contra del rey la Reina Vasti ha hecho mal, sino también en contra de todos los oficiales y las personas que viven en todas las provincias del Rey Asuero. 17 Porque el asunto de la reina será conocido a todas las mujeres. Causará que ellas traten a sus esposos con menosprecio. Ellas dirán: 'El Rey Asuero ordenó que la reina fuese llevada delante de él, pero ella se negó.' 18 Antes de que terminara ese día, las mujeres nobles de Persia y Media quienes hayan oído del asunto de la reina, le dirán lo mismo a todos los oficiales del rey. Habrá mucho desprecio y enojo. 19 Si le complace al rey, permita que se envíe un decreto real de su parte, y que sea escrito en las leyes de los Persas y Medas, el cual no será removido, que Vasti ya no pueda venir delante de usted. Que el rey de la posición de reina a otra mujer que sea mejor que ella. 20 Cuando el decreto del rey sea proclamado en todo su vasto reino, todas las esposas harán honor a sus maridos, desde los más grandes a los menos significativos." 21 El rey y sus príncipes estaban complacidos por este consejo, y el rey hizo como Memucan propuso. 22 El envió cartas a todas las provincias reales, a cada provincia en su propia escritura. Él ordenó que cada hombre fuese amo de su propia casa. Este decreto fue dado en el idioma de cada pueblo del imperio.

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1 Después de éstas cosas, cuando el enojo del Rey Asuero disminuyó, el pensó en Vasti y en lo que ella había hecho. Él también pensó sobre el decreto que él había hecho en contra de ella. 2 Entonces los hombres jóvenes que servían al rey dijeron: "Que se haga una búsqueda de bellas jóvenes vírgenes para el rey. 3 Permite que el rey asigne oficiales en todas las provincias de su reino, para reunir a todas las bellas jóvenes para el harén en el palacio en Susa. Deja que sean puestas bajo el cuidado de Hegai, el oficial del rey, quien está a cargo de las mujeres y que les dé sus cosméticos. 4 Deja que la joven que agrade al rey se convierta en la reina en lugar de Vasti." Este consejo le agradó al rey, y así lo hizo. 5 Había cierto judío en la ciudad de Susa cuyo nombre era Mardoqueo hijo de Jair, hijo de Simei hijo de Cis, quien era Benjamita. 6 Él había sido alejado de Jerusalén con los exiliados, en conjunto con aquellos deportados con Jeconías, rey de Judá, a quien Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautivo. 7 El estaba cuidando a Hadasa, eso es, Ester, la hija de su tío, porque ella no tenía ni padre ni madre. La joven mujer tenía una bella figura y era de hermosa apariencia. Mardoqueo la tomó como su propia hija. 8 Cuando la orden del rey y su decreto fue proclamado, muchas mujeres jóvenes fueron llevadas al palacio en Susa. Fueron colocadas bajo el cuidado de Hegai. Ester también fue llevada al palacio del rey y puesta bajo el cuidado de Hegai, encargado de las mujeres. 9 La joven le agradó a él, y ella ganó su favor. Inmediatamente él le proveyó a ella cosméticos y su porción de comida. Él le asignó a ella siete sirvientas del palacio del rey y la movió a ella y a sus sirvientas al mejor lugar en la casa de las mujeres. 10 Ester no le había dicho a nadie cuál era su pueblo o sus parientes, porque Mardoqueo le había instruido que no lo dijera. 11 Cada día Mardoqueo caminaba de un lado a otro al frente del patio del jardín, fuera de la casa de las mujeres, para saber sobre el bienestar de Ester, y qué pasaría con ella. 12 Cuando le llegó el turno a cada joven de ir al Rey Asuero, obedeciendo las regulaciones para las mujeres, cada joven tenía que completar doce meses de tratamientos de belleza, seis meses con aceite de mirra, y seis con perfumes y cosméticos- 13 cuando una joven mujer iba a donde al rey, cualquier cosa que ella deseara se le daba de la casa de las mujeres, para que ella lo llevara al palacio. 14 Al atardecer ella entraba, y en la mañana regresaba a la segunda casa de las mujeres, y a la custodia de Saazgaz, el oficial del rey, quien estaba a cargo de las concubinas. Ella no regresaría al rey otra vez a menos que él hubiera quedado grandemente complacido con ella y la llamara otra vez. 15 Ahora, cuando llegó el tiempo para que Ester (hija de Abihail, el tío de Mardoqueo, quien la había tomado a ella como su propia hija) fuera al rey, ella no pidió nada excepto lo que Hegai el oficial del rey, quien estaba a cargo de las muejeres, le sugirió. Ahora, Ester ganó el favor de todos los que la veían. 16 Ester fue llevada al Rey Asuero dentro de la residencia real en el décimo mes, el cual es el mes de Tebet, en el séptimo año de su reinado. 17 El rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres y ella ganó favor y bondad delante de él, más que todas las otras vírgenes, así que puso la corona real sobre la cabeza de ella y la hizo reina en lugar de Vasti. 18 El rey dio un gran banquete para todos sus oficiales y sus sirvientes, "el banquete de Ester", y concedió alivio de impuestos a las provincias. También dió regalos con generosidad real. 19 Ahora, cuando las vírgenes habían sido reunidas una segunda vez, Mardoqueo estaba sentado a la puerta del rey. 20 Ester aún no le había dicho a nadie acerca de sus familiares o su pueblo, como Mardoqueo le había instruído. Ella continuó siguiendo el consejo de Mardoqueo, como ella había hecho cuando fue criada por él. 21 En esos días, mientras Mardoqueo estaba sentado a la puerta del rey, dos de los oficiales del rey, Bigtán y Teres, quienes guardaban la entrada, se enojaron y buscaron hacerle daño al Rey Asuero. 22 Cuando el asunto fue revelado a Mardoqueo, él le dijo a la Reina Ester, y Ester le habló al rey en nombre de Mardoqueo. 23 El informe fue investigado y confirmado y ambos hombres fueron colgados en la horca. Y el suceso fue escrito en el Libro de las Crónicas en la presencia del rey.

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1 Después de estas cosas, el Rey Asuero promovió a Amán hijo de Hamedata el Agagueo, y lo colocó en asiento de autoridad sobre todos los oficiales que estaban con él. 2 Todos los siervos del rey que estaban en la puerta del rey siempre se arrodillaban y se postraban ante Amán, como el rey había ordenado que hicieran. Pero Mardoqueo ni se arrodilló ni se postró. 3 Entonces los siervos del rey que estaban en la puerta del rey le dijeron a Mardoqueo: "¿Por qué desobedeces la orden del rey?" 4 Ellos hablaban con él día tras día, pero él se negaba a obedecer sus demandas. Así que ellos hablaron con Amán sobre el asunto de Mardoqueo para ver si se quedaba así, ya que Mardoqueo les había dicho que él era judío. 5 Cuando Amán vió que Mardoqueo no se arrodilló ni se postró ante él, Amán se llenó de ira. 6 El consideró la idea de matar sólo a Mardoqueo, ya que el siervo del rey le había dicho quien era el pueblo de Mardoqueo. Amán quería exterminar a todos los judíos, el pueblo de Mardoqueo, que estaban en el reino de Asuero. 7 En el primer mes (que es el mes de Nisán) en el año duo-décimo del rey Asuero, ellos echaron el Pur, es decir echaron la suerte ante Amán, suerte para cada día y mes, hasta que la suerte calló sobre el duo-décimo mes (el mes de Adar). 8 Entonces Amán le dijo al rey Asuero: "Hay cierto pueblo esparcido y disperso entre todas tus provincias de tu reino. Sus leyes son diferentes a las de otros pueblos, y no obedecen los decretos del rey, por lo cual no es conveniente dejarlos que se queden. 9 Si le complace al rey, dé la orden para matarlos, y yo pagaré diez mil talentos de plata en las manos de aquellos que están encargados de los negocios del rey para ponerlos en los tesoros del rey." 10 Entonces el tomó el anillo de sellar de su mano y se lo dió a Amán hijo de Hamedata el Agagueo, enemigo de los judíos. 11 El rey le dijo a Amán: "Veré que el dinero se te devuelva a tí y a tu pueblo. Tu harás con el como tu quieras." 12 Entonces los escribas del rey fueron convocados en el día trece del primer mes, y fue escrito un decreto que contenía todo lo que Amán había ordenado a todos los gobernadores de las provincias del rey, aquellos que estaban sobre las provincias, a los gobernadores de todos los puebos y a los oficiales de todos los pueblos, a cada provincia en su idioma y a cada pueblo en su propio lenguaje. Fue escrito en el nombre del rey Asuero y sellado con su anilo. 13 Los decretos fueron entregados por correo a todas las provincias del rey, para aniquilar, matar, y destruir a los judíos, desde los pequeños hasta los ancianos, niños y mujeres, en un día - el décimo tercer día del duo-décimo mes (el cual es el mes de Adar) y saquearles sus posesiones. 14 Una copia del decreto fue hecha ley en cada provincia. En cada provincia fue conocido a todo el pueblo que ellos deberían prepararse para ese día. 15 Los corredores salieron a toda prisa para distribuir las órdenes del rey. El decreto también fue distribuído en el palacio de Susa. El rey y Amán se sentaron a tomar, pero la ciudad de Susa estaba en gran confusión.

4

1 Cuando Mardoqueo supo todo lo que se había hecho, se desgarró la ropa y se puso cilicio y cenizas. El salió al centro de la ciudad, y gritó con un grito fuerte y amargo. 2 El sólo fue hasta el portón del rey, porque no se permitía a nadie entrar vestido en ropa de cilicio. 3 En todas las provincias donde la ordenanza y el decreto del rey llegaban, había un gran luto entre los judios, con ayuno, duelo y lamento. Muchos de ellos estaban acostados en cilicio y cenizas. 4 Cuando las mujeres jóvenes y las sirvientas de Ester vinieron a ella y se lo dijeron, la reina se angustió. Ella envió vestiduras a Mardoqueo (para que se quitara su cilicio), pero él no las aceptó. 5 Entonces, Ester llamó a Hatac, uno de los oficiales del rey que habia sido asignado a servirle. Ella le ordenó que fuera a Mardoqueo para investigar que había pasado y cuál era el significado. 6 Entonces Hatac fué a Mardoqueo en la plaza al frente del portón del rey. 7 Mardoqueo le reportó lo que le había pasado, y la cantidad de plata que Amán había prometido pesar y poner en el tesoro del rey para conseguir matar a los judios. 8 También le dió una copia del decreto que fué dado en Susa para la destrucción de los judíos. Hizo esto para que Hatac pudiera mostrárselo a Ester, y hacerla responsable de ir al Rey a rogar en su favor, y suplicarle en favor de su pueblo. 9 Entonces Hatac fué y le dijo a Ester lo que Mardoqueo había dicho. 10 Y Ester habló con Hatac y le dijo que regresara a Mardoqueo. 11 También le dijo: "Todos los sirvientes del Rey, y el pueblo de las provincias del Rey, saben que cualquier hombre o mujer que entra al patio interior sin ser convocado, una sola ley hay al respecto: tiene que morir - a menos que el Rey le extendiere el cetro de oro para que el viva. Yo no he sido llamada para que vaya al Rey en los ultimos treinta días." 12 Entonces Hatac le reportó las palabras de Ester a Mardoqueo. 13 Mardoqueo envió este mensaje:"Tu no debes pensar que por vivir en el palacio del Rey, tu escaparás sobre todos los otros judios. 14 Si tu te quedas callada en este tiempo, alivio y rescate subirá para los judios de otro sitio, pero tu y la casa de tu padre perecerá. ¿Quién sabe si tu has venido a esta posición real para un tiempo como éste?" 15 Entonces Ester envió este mensaje a Mardoqueo, 16 "ve y reune a todos los judíos que viven en Susa, y ayunen por mi. No coman ni beban por tres días, noche y día. Mis muchachas jóvenes y yo, ayunaremos de la misma manera. Entonces yo iré al rey, aunque sea contra la ley. Y si yo perezco, que perezca." 17 Mardoqueo se fue, e hizo todo lo que Ester le dijo que hiciera.

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1 Después de tres días, Ester se puso sus ropas reales y estuvo de pie en el jardin interior del palacio del rey, en frente de la casa del rey. El rey estaba sentado en su trono real, en la casa real, de frente a la entrada de la casa. 2 Cuando el rey vió a la Reina Ester de pie en la corte, se ganó su favor. El extendió el cetro de oro que tenía en su mano hacia ella. Ester se acercó y tocó la punta del cetro. 3 Luego el rey le dijo a ella: "¿Qué quieres, Reina Ester? ¿Cúal es tu petición? Hasta la mitad de mi reino te será dado." 4 Ester dijo: "Si le place al rey, permita que el rey y Amán vengan hoy a un banquete que tengo preparado para el rey." 5 Luego el rey dijo, "Traigan a Amán rápidamente, para hacer lo que Ester dice." Así que el rey y Amán fueron al banquete que Ester había preparado. 6 Mientras el vino estaba siendo servido en el banquete, el rey le dijo a Ester: "¿Cúal es tu petición? Ésta te será concedida. ¿Cuál es tu solicitud? Hasta la mitad del reino te será entregado." 7 Ester contestó: "Mi petición y solicitud es ésta: 8 si he hallado favor ante los ojos del rey y si le place al rey conceder mi petición y honrar mi solicitud, venga el rey y Amán al banquete que prepararé mañana para ustedes, entonces contestaré la pregunta del rey." 9 Amán salió aquel día gozoso y con corazón contento. Pero cuando Amán vio a Mardoqueo en el portón del palacio del rey, y éste ni se levantó ni se atemorizó ante él, Amán se llenó de ira contra Mardoqueo. 10 Sin embargo, Amán se controló y se fue a su casa. Envió a buscar a sus amigos y los reunió con su esposa, Zeres. 11 Amán les contó sobre el esplendor de sus riquezas, el número de sus muchos hijos, todas las promociones con que el rey lo habia honrado; y cómo él había superado a todos los oficiales y sirvientes del rey. 12 Amán dijo: "La Reina Ester no ha invitado a otra persona, sino a mí, para ir con el rey al banquete que ella preparó. E incluso mañana, volví a ser invitado por ella para estar junto al rey. 13 Pero todo esto no vale nada para mí mientras vea a Mardoqueo el Judío sentado en el portón del palacio del rey." 14 Y le dijeron Zeres su esposa y todos sus amigos: "Que construyan una horca de cincuenta codos de alto. En la mañana habla al rey para que cuelguen a Mardoqueo en ella. Luego vete gozoso con el rey al banquete." Esto complació a Amán e hizo que se construyera la horca.

6

1 Esa noche el rey no pudo dormir y ordenó a sus siervos traerle los archivos de los eventos de su reino, y estaban siendo leídos en voz alta al rey. 2 Se encontró grabado allí que Mardoqueo había dicho acerca de Bigtán y Teres, dos de los oficiales del rey que guardaban la entrada, que habían intentado hacerle daño al rey Asuero. 3 El rey preguntó: "¿Qué fue hecho para darle honor o reconocimiento a Mardoqueo por haber hecho esto?" Entonces los hombres jóvenes del rey, sus siervos, dijeron: "Nada fue hecho por él." 4 El rey dijo: "Quién está en el patio?" En ese momento Amán había entrado a los atrios del patio de la casa del rey para hablar con él acerca del ahorcamiento de Mardoqueo en la horca que él había preparado. 5 Los siervos del rey le dijeron: "Amán está parado en el patio." El rey djo: "Déjenlo que entre." 6 Cuando Amán entró, el rey le dijo: "¿Qué se le debería hacer al hombre en quién el rey tiene complacencia en honrar?" Entonces Amán dijo en su corazón: "¿A quién le complacería al rey honrar más que a mí?" 7 Amán le dijo al rey: " Para el hombre en quien el rey tiene complacencia en honrar, 8 que le traigan vestidos reales, vestiduras que el rey ha vestido, y un caballo en el que el rey haya cabalgado y en cuya cabeza está la diadema real. 9 Entonces que los vestidos y el caballo sean dados al más noble de los oficiales del rey. Dejen que vistan al hombre en quien el rey tiene placer en honrar y que lo escolten a caballo por las calles de la ciudad. Que proclamen ante él: '¡Esto es lo que se hace a aquel en quien el rey toma placer en honrar!'" 10 Entonces el rey le dijo a Amán: "De prisa, toma las vestiduras y el caballo, como tu has dicho, y haz esto a Mardoqueo, el judío que está en la puerta del rey. No falles en un detalle de lo que tu hayas dicho." 11 Entonces Amán tomó las vestiduras y el caballo. Vistió a Mardoqueo y lo escoltó a caballo por las calles de la ciudad. Y proclamó ante él: "¡Esto es lo que se hace a aquel en quien el rey toma placer en honrar!" 12 Mardoqueo regresó a la puerta del rey. Pero Amán se apresuró a su casa, lamentandose, con su cabeza cubierta. 13 Amán dijo a Zeres, su esposa, y a todos sus amigos todo lo que le había sucedido. Entonces sus hombres que eran conocidos por su sabiduría, y su esposa Zeres, le dijeron: "Si Mardoqueo, ante el cual has comenzado a caer, es judío, no podrás con él, pero ciertamente caerás ante él." 14 Mientras hablaban con él, llegaron los oficiales del rey, y se apresuraron a llevar a Amán al banquete que Ester había preparado.

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1 Así que el rey y Amán fueron al banquete con la Reina Ester. 2 En este segundo día, mientras estaban sirviendo vino, el rey le dijo a Ester: "¿Cuál es tu petición, Reina Ester? Te será concedido. ¿Cuál es tu solicitud? Hasta la mitad del reino te será concedido." 3 Entonces la Reina Ester respondió: "Si he hallado gracia en tus ojos, rey, y si te complace, que mi vida me sea dada a mí- esta es mi petición, y pido esto también para mi pueblo. 4 Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para ser destruidos, asesinados y aniquilados. Si sólo hubiéramos sido vendidos a esclavitud, como esclavos varones y hembras, yo hubiera permanecido callada, pues ninguna aflicción como ésta, justificaría molestar al rey." 5 Entonces el Rey Asuero le dijo a Ester, la reina: "¿Quién es? ¿Dónde se halla esa persona que ha llenado su corazón para hacer tal cosa?" 6 Ester dijo: "¡El hombre hostil, ese enemigo, es éste malvado Amán!" Entonces Amán estaba aterrorizado ante el rey y la reina. 7 El rey, enfurecido, se puso de pie del lugar donde bebían vino en el banquete, y se fue al jardín del palacio pero Amán se quedó para rogarle por su vida a la Reina Ester. El se dio cuenta que el desastre estaba siendo decidido en contra suya. 8 Entonces el rey regresó desde el jardín del palacio al salón donde el vino se había sido servido. Amán acababa de caer sobre el sofá donde Ester estaba. El rey dijo: "¿Él atacará a la reina en mi presencia, en mi propia casa?" Tan pronto como estas palabras salieron de la boca del rey los siervos cubrieron el rostro de Amán. 9 Entonces Harbona, uno de los oficiales que servía al rey, dijo: "Una horca de cincuenta codos de alto se levanta al lado de la casa de Amán. El la levantó para Mardoqueo, el que habló para proteger al rey." El rey dijo: "Cuélguenlo en ella." 10 Así que ellos colgaron a Amán en la horca que él había preparado para Mardoqueo. Entonces el enojo del rey se redujo.

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1 En ese día el rey Asuero le dio a la reina Ester la propiedad de Amán, el enemigo de los judíos. Y Mardoqueo comenzó a servir delante del rey, porque Ester le dijo al rey cómo Mardoqueo estaba relacionado con ella. 2 El rey tomó su anillo de sellar, el cual él había recuperado de Amán, y se lo dio a Mardoqueo. Ester designó a Mardoqueo estar a cargo de la propiedades de Amán. 3 Entonces Ester le habló otra vez al rey. Ella se postró boca abajo en tierra y lloró mientras le suplicaba a él ponerle fin al plan malvado de Amán el Agagueo, al que él había ideado en contra de los judíos. 4 Entonces el rey extendió su cetro dorado a Ester, ella se levantó y se puso de pie delante del rey. 5 Ella dijo: "Si agrada al rey, y si he hallado favor ante tus ojos, si esto pareciere correcto ante el rey, y yo soy agradable ante tus ojos, que se escriba un decreto para revocar las cartas escritas por Amán, hijo de el Hamedata el Agagueo, las cartas que él escribió para destruir a los Judíos quienes están en todas las provincias del rey. 6 Porque, ¿cómo podría yo resistir y ver desastre caer sobre mi pueblo? ¿Cómo podría yo soportar viendo la destrucción de mis familiares?" 7 El rey Asuero le dijo a la reina Ester y a Mardoqueo, el Judío: "Mira, le he dado a Ester la casa de Amán, y ellos lo han colgado en la horca, porque él iba a atacar a los Judíos. 8 Escribe otro decreto para los Judíos en nombre del rey y séllalo con el anillo de sellar del rey. Porque el decreto que ya ha sido escrito en nombre del rey y sellado con el anillo del rey no puede ser revocado." 9 Luego los escribas del rey fueron llamados en ese tiempo, en el tercer mes, el cual es el mes de Siván, en el día veintitrés del mes. Un deccreto fue escrito conteniendo todo lo que Mardoqueo estaba ordenando sobre los Judíos. Estaba escrito para los gobernadores de las provincias, los gobernadores y oficiales de las provincias que estaban localizados desde India hasta Etiopía, 127 provincias, a cada provincia escrito en su propia escritura, y a cada pueblo en su idioma, y a los Judíos en su propia escritura e idioma. 10 Mardoqueo escribió en nombre del rey Asuero y lo selló con el anillo de sellar del rey. Él envió los documentos con mensajeros montados sobre caballos veloces que eran usados en el servicio del rey, criado por el semental real. 11 El rey le dio a los judíos quienes estaban en cada ciudad, permiso para reunirse y ponerse de pie para proteger sus vidas: para aniquilar, para matar, y destruir cualquier fuerza armada de cualquier pueblo o provincia que pudiera atacarlos, niños y mujeres incluídos, o saquear sus posesiones. 12 Esto estaría en efecto en todas las provincias del rey Asuero, en el día trece del duodécimo mes, el cual es el mes de Adar. 13 Una copia del decreto debía ser emitido como una ley y públicamente expuesto a todas las personas. Los judíos debían estar listos ese día para tomar venganza sobre sus enemigos. 14 Así que los mensajeros corrieron sobre los caballos reales que eran usados en el servicio del rey. Ellos fueron sin demora. El decreto del rey también fue emitido desde el palacio de Susa. 15 Entonces Mardoqueo dejó la presencia del rey vestido de ropas reales de azul y blanco, con una gran corona de oro y una túnica púrpura de lino fino. Y la ciudad de Susa gritó y se regocijó. 16 Los judíos tenían luz y contentamiento, gozo y honor. 17 En cada provincia y en cada ciudad, dondequiera que llegó el decreto del rey, había contentamiento y gozo entre los judíos, un banquete y día de fiesta. Muchos de entre la variedad de personas de la tierra se volvieron judíos, porque el miedo de los judíos había caído sobre ellos.

9

1 Ahora, en el duodécimo mes, el cual es el mes de Adar, en el décimo tercer día, cuando la ley del rey y su decreto estaban a punto de ejecutarse, en el día cuando los enemigos de los judíos anhelaban ganar poder sobre ellos, fue revertida. Los judíos ganaron poder sobre aquellos que los odiaban a ellos. 2 Los judíos se reunieron en sus ciudades a través de todas las provincias del rey Asuero, para poner sus manos sobre aquellos quienes intentaron traer desastre sobre ellos. Nadie podía estar de pie en contra de ellos, ya que el temor de ellos había caído sobre todos los pueblos. 3 Todos los oficiales de las provincias, los gobernadores de las provincias, los gobernadores y los administradores del rey, ayudaron a los judíos porque el temor de Mardoqueo había caído sobre ellos. 4 Pues Mardoqueo era grande en la casa del rey, y su fama se había esparcido a través de todas las provincias, porque el hombre Mardoqueo se estaba engrandeciendo. 5 Los judíos atacaron a sus enemigos con la espada, matando y destruyéndolos e hicieron lo que deseaban con aquellos que los odiaban. 6 En la misma fortaleza de Susa, los judíos mataron y destruyeron a quinientos hombres. 7 Ellos mataron a Parsandata, Dalfón, Aspata, 8 Porata, Adalía, Aridata, 9 Parmasta, Arisai, Aridai, Vaizata 10 y los diez hijos de Amán hijo de Hamedata, el enemigo de los judíos. Pero ellos no tomaron botín alguno. 11 Aquel día el número de los que mataron en Susa, la ciudad fortificada, fue reportado al rey. 12 El rey le dijo a la reina Ester: "Los judíos han matado a quinientos hombres en la ciudad de Susa, incluyendo a los diez hijos de Amán. ¿Qué pues han hecho ellos en el resto de las provincias del rey? Ahora, ¿cuál es tu petición? Te será concedida a ti. ¿Cuál es tu solicitud? Te será concedida." 13 Ester dijo: "Si le place al rey, permita que los judíos que están en Susa les sea permitido llevar a cabo este decreto mañana también, y permita que los cuerpos de los hijos de Amán sean colgados en la horca." 14 Así que el rey ordenó que esto fuera hecho. El decreto fue dado en Susa, y colgaron a los diez hijos de Amán. 15 Los judíos que estaban en Susa se juntaron en el décimocuarto día del mes de Adar, y mataron trescientos hombres más en Susa, pero no echaron mano sobre los bienes. 16 El resto de los judíos que estaban en las provincias del rey se juntaron para defender sus vidas, y se aliviaron de sus enemigos y mataron setenta y cinco mil de aquellos quienes los odiaban, pero ellos no echaron mano sobre los objetos de valor de aquellos quienes mataron. 17 Esto ocurrió en el día trece del mes de Adar. En el día catorce ellos descansaron e hicieron de ese un día de banquetes y de regocijo. 18 Pero los judíos que estaban en Susa se reunieron en el décimotercer y décimocuarto día. En el décimoquinto día ellos descansaron e hicieron día de banquete y regocijo. 19 Es por esto que los judíos de la aldeas, quienes hacían sus casas en áreas rurales, observaban el décimocuarto día del mes de Adar como un día de regocijo y de banquete, y como un día en el cual ellos se enviaban regalos de alimentos los unos a los otros. 20 Mardoqueo registraba estas cosas y enviaba cartas a todos los judíos que estaban en todas las provincias del rey Asuero, tanto cercano como lejano, 21 obligándolos a guardar los días catorce y quince de Adar todos los años. 22 Estos fueron los días cuando los judíos se aliviaron de sus enemigos y el mes cuando su tristeza se convertía en gozo y su luto en un día de celebración. Debían de hacerlos días de banquete y de regocijo y de enviarse regalos de alimentos los unos a los otros y regalos a los pobres. 23 Así que los judíos continuaron la celebración que habían comenzado, haciendo lo que Mardoqueo les había escrito a ellos. 24 Para ese tiempo, Amán el hijo de Hamedata, el enemigo de todos los judíos, había conspirado en contra los judíos para destruirlos, él echó la Pur (esto es que echó la suerte), para arruinar y destruirlos. 25 Pero cuando el asunto llegó ante el rey, él dio órdenes por cartas de que el plan malvado que Aman había desarrollado en contra de los judíos debería recaer sobre su propia cabeza, y que sus hijos debían ser colgados en la horca. 26 Por lo tanto llamaron estos días Purim, por el nombre Pur. A causa de todo lo que estaba escrito en esta carta, y todo lo que ellos habían visto y que les había sucedido a ellos, 27 los judíos aceptaron una nueva costumbre y tarea. Esta costumbre sería para ellos mismos, sus descendientes, y todos los que se unieran a ellos. Sería que ellos celebrarían estos dos días cada año. Lo celebrarían de cierta manera y al mismo tiempo cada año. 28 Estos días eran para ser celebrados y observados en cada generación, cada familia, cada provincia, y cada ciudad. Estos judíos y sus descendientes no dejarían de observar fielmente estos días del Purim, para que así nunca se olvidaran. 29 La reina Ester, hija de Abihail y Mardoqueo el judío escribieron con plena autoridad y confirmaron esta segunda carta acerca de Purim. 30 Cartas fueron enviadas a todos los judíos a las 127 provincias del reino de Asuero, deseando para los judíos seguridad y verdad. 31 Estas cartas confirmaron los días del Purim en su tiempo asignado, como Mardoqueo el judío y la reina Ester obligaron a los judíos. Los judíos aceptaron esta obligación para ellos mismos y sus descendientes, como también aceptaron los tiempos de ayuno y de lamentaciones. 32 La orden de Ester confirmó estas regulaciones concernientes al Purim, y fue escrita en el libro.

10

1 Luego el rey Asuero impuso un impuesto en la tierra y en la zona costera a lo largo del mar. 2 Todos los logros de su fuerza y poderío, junto con toda la cuenta de la grandeza de Mardoqueo a quien el rey había levantado, están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Media y Persia. 3 Mardoqueo, el Judío, era el segundo en rango al rey Asuero. Él era grande entre los Judíos y popular con sus muchos hermanos Judíos, pues el buscó el bienestar de su gente y habló para la paz de toda su gente.

Job
Job
1

1 Había un hombre en la tierra de Uz cuyo nombre era Job; y Job era sin culpa y recto, uno que le temía a Dios y se apartaba del mal. 2 Le nacieron a él siete hijos y tres hijas. 3 Él poseía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientos pares de bueyes, quinientos burros y muchísimos siervos. Este hombre era el más grande de toda la gente del este. 4 En el día asignado de cada hijo, él daría un festín en su casa. Ellos mandaban a buscar y a llamar a sus tres hermanas para comer y beber con ellos. 5 Cuando los días del festín se acababan, Job enviaba por ellos y él los consagraba. Él se levantaba temprano en la mañana y ofrecía ofrendas quemadas por cada uno de sus hijos, porque él decía: "Puede ser que mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones." Job siempre hacía esto. 6 Y entonces vino el día en que los hijos de Dios vinieron a presentarse a sí mismos ante el SEÑOR. Satanás vino también con ellos. 7 El SEÑOR le dijo a Satanás: "¿De dónde vienes?" Entonces Satanás le respondió al SEÑOR, y dijo: "De vagar por la tierra, y de ir de un lado a otro en ella." 8 El SEÑOR le dijo a Satanás: ¿Has considerado a mi siervo Job? Porque no hay nadie como él en la tierra, un hombre sin culpa y recto, uno que le teme a Dios y se aparta del mal." 9 Entonces Satanás le respondió al SEÑOR y dijo: "¿Acaso Job le teme a Dios sin razón? 10 ¿No has puesto una barrera alrededor de él, alrededor de su casa, y alrededor de todo lo que es suyo por todos lados? Tú has bendecido la obra de sus manos, y su ganado has aumentado en la tierra. 11 Pero extiende tu mano ahora y toca todo lo que él posee, y ve si él no te maldice en Tu rostro." 12 El SEÑOR le dijo a Satanás: "Mira, todo lo que él tiene, está en tu mano. Solo no extiendas tu mano contra el mismo." Entonces Satanás se fue de la presencia del SEÑOR. 13 Y pasó que en cierto día, sus hijos e hijas estaban comiendo y bebiendo vino en la casa de su hermano mayor. 14 Un mensajero vino a Job y dijo: "Los bueyes estaban arando y los burros estaban comiendo junto a ellos. 15 Los sabeos los atacaron y se los llevaron. De hecho, ellos han matado a los siervos a filo de espada. Solo yo escapé para decirtelo." 16 Mientras él todavía hablaba, otro también vino y dijo: "El fuego de Dios cayó de los cielos y quemó a las ovejas y a los siervos. Solo yo he escapado para decirtelo." 17 Mientras él todavía hablaba, otro también vino y dijo: "Los caldeos formaron tres grupos, atacaron los camellos, y se los han llevado. Sí, y ellos han matado a los siervos con el filo de la espada. Solo yo he escapado para decirtelo." 18 Mientras él todavía hablaba, otro también vino y dijo: "Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en la casa de su hermano mayor. 19 Un gran viento vino del desierto y golpeó las cuatro esquinas de la casa. Esta cayó sobre los jóvenes, y ellos muerieron. Solo yo he escapado para decirtelo." 20 Entonces Job se levantó, rasgó su túnica, afeitó su cabeza, se acostó boca abajo en el suelo, y adoró a Dios. 21 Él dijo: "Yo estaba desnudo cuando vine del vientre de mi madre, y estaré desnudo cuando regrese allá. Es el SEÑOR quien dió, y es el SEÑOR quién ha quitado. Que sea el nombre del SEÑOR bendecido." 22 Y en todo este asunto, Job no pecó, ni acusó a Dios de hacer lo malo.

2

1 Entonces ocurrió el día cuando los hijos de Dios llegaron a presentarse ante el SEÑOR. Satanás vino también entre ellos para presentarse ante el SEÑOR. El SEÑOR le dijo a Satanás: "¿De dónde vienes?" 2 Entonces Satanás respondió al SEÑOR y dijo: "De vagar sobre la tierra, de ir y venir en ella." 3 El SEÑOR le dijo a Satanás: "¿Has considerado a mi siervo Job? Pues nadie hay como él sobre la tierra, un hombre sin culpa y recto, uno que teme a Dios y se aparta del mal. Él todavía se mantiene firme en su integridad, aunque me incitaste para actuar contra él, para destruirlo sin causa." 4 Satanás le contestó al SEÑOR y dijo: "Piel por piel, ciertamente; un hombre dará todo lo que tiene por su vida. 5 Pero extiende tu mano ahora y toca sus huesos y su carne, y ve si él no te maldice en Tu rostro." 6 El SEÑOR le dijo: "Mira, él está en tu mano; es sólo que debes preservar su vida." 7 Así que Satanás se fue de la presencia del SEÑOR. El golpeó a Job con llagas severas desde la planta de sus pies hasta el tope de su cabeza. 8 Job tomó un pedazo de cerámica rota para rasparse a sí mismo con ella, y se sentó en medio de cenizas. 9 Luego, su esposa le dijo: "¿Todavía te aferras a tu integridad? Maldice a Dios y muérete." 10 Pero él le dijo a ella: "Tú hablas como una mujer tonta. ¿Deberíamos recibir el bien de Dios y no recibir el mal?" En todo este asunto, Job no pecó con sus labios. 11 Ahora, cuando tres amigos de Job escucharon de todo este mal que había venido sobre él, cada uno de ellos vino desde su propio lugar: Elifaz el temanita, Bildad el suhita y Zofar el naamatita. Ellos establecieron una hora para venir y llorar con él y consolarlo. 12 Cuando ellos levantaron sus ojos a la distancia, ellos no le reconocieron. Ellos alzaron sus voces y lloraron; cada uno rasgó su ropa y arrojaró polvo al aire y sobre su propia cabeza. 13 Entonces ellos se sentaron con él sobre la tierra siete días y siete noches. Nadie le habló una palabra, pues ellos vieron que su pena era muy grande.

3

1 Después de esto, Job abrió su boca y maldijo el día en que nació. 2 Él dijo: 3 "Que el día en el cual yo nací perezca, la noche que dijo: 'Un niño ha sido concebido.' 4 Que ese día sea oscuro; que Dios desde arriba no lo llame a memoria, ni que los rayos del sol brillen sobre él. 5 Que la oscuridad y la sombra de muerte lo reclamen para sí. Que una nube viva sobre él; que todo lo que hace al día negro verdaderamente lo aterrorice. 6 En cuanto a aquella noche, que la densa oscuridad la agarre. Que no se regocije entre los días del año; que no se cuente en el número de los meses. 7 Vean, que esa noche sea estéril; que ninguna voz alegre entre en ella. 8 Puedan ellos maldecir ese día, aquellos quienes saben cómo despertar a Leviatán. 9 Puedan las estrellas del amanecer de aquel día ser oscuras. Que ese día busque luz, pero no la encuentre; ni pueda ver los párpados del amanecer, 10 porque no cerró las puertas del útero de mi madre, ni escondió problema a mis ojos. 11 ¿Porqué no morí cuando salí del vientre? ¿Porqué no rendí mi espíritu cuando mi madre me dio a luz? 12 ¿Porqué sus rodillas me dieron la bienvenida? ¿Porqué sus pechos me recibieron para que yo mamara? 13 Pues ahora yo hubiese estado acostado calladamente. Yo hubiese dormido y estado en descanso 14 con los reyes y los consejeros de la tierra, quienes construyeron tumbas para ellos que ahora están en ruinas. 15 O hubiese estado acostado con príncipes, quienes alguna vez tuvieron oro, quienes habían llenado sus casas con plata. 16 O quizás hubiese nacido muerto, como los infantes que nunca ven la luz. 17 Allí, el malvado cesa de ser problema; allí los fatigados están en descanso. 18 Allí, los prisioneros están relajados juntos; ellos no escuchan la voz del encargado de los esclavos. 19 Allí están ambos, las personas pequeñas y grandes; allí el siervo es libre de su amo. 20 ¿Porqué la luz le es dada a él quien está en miseria? ¿Porqué la vida le es dada al que es amargado en el alma; 21 a alguien que anhela la muerte sin que venga; a alguien que cava por la muerte más que por un tesoro escondido? 22 ¿Porqué la luz le es dada a alguien que se regocija mucho y se complace cuando halla la tumba? 23 ¿Porqué la luz le es dada a un hombre de quien su camino está escondido, un hombre a quien Dios ha cercado? 24 Pues mi suspiro ocurre en lugar de comer; mi gemir es derramado como agua. 25 Pues la cosa que yo temía ha venido sobre mí; de lo que yo tenía miedo ha llegado a mí. 26 No estoy tranquilo, no estoy callado, y no tengo descanso, en lugar de eso tengo problemas.

4

1 Entonces, Elifaz el temanita le contestó y dijo: 2 "Si cualquiera trata de hablar contigo, ¿serás impaciente? Pero, ¿quién puede impedirse a sí mismo de hablar? 3 Mira, tú has instruído a muchos; tú has fortalecido a manos débiles. 4 Tus palabras lo han sostenido a quien estaba cayendo, tú has hecho firme las rodillas débiles. 5 Pero ahora que el problema ha venido a ti, y estas cargado; te toca y estás atribulado. 6 ¿No es tu temor confianza, y la integridad de tus caminos tu esperanza? 7 Piensa sobre esto, por favor: ¿quién ha perecido siendo inocente? O ¿cuándo los rectos fueron cortados? 8 Basado en lo que yo he observado, aquellos que aran iniquidad y siembran problemas, los cosechan. 9 Por el aliento de Dios ellos perecen; por la explosión de Su ira ellos son consumidos. 10 El rugir del león, la voz del león feroz, los dientes de los leones jóvenes - ellos son rotos. 11 El león viejo perece por falta de víctimas; los cachorros de la leona son esparcidos por todos lados. 12 Ahora, un cierto asunto fue secretamente traído a mí, y mi oído recibió un susurro acerca del ello. 13 Entonces vinieron pensamientos de visiones en la noche, cuando el sueño profundo cae sobre la gente. 14 Fue en la noche cuando el miedo y el temblor vinieron sobre mí, e todos mis huesos estremecieron. 15 Luego un espíritu pasó ante mi cara y el pelo de mi carne se levantó. 16 El espírtu se quedó quieto, pero yo no pude discernir su apariencia. Una forma estaba ante mis ojos; había silencio, y escuché una voz que dijo: 17 "¿Puede un hombre mortal ser más justo que Dios? ¿Puede un hombre ser más puro que su Creador? 18 Mira, si Dios no pone confianza en sus siervos; si Él acusa a sus ángeles de insensatez, 19 ¿cuánto más es esto cierto de aquellos quienes viven en casas de barro, quienes su fundamento está en el polvo, quienes son aplastados más rápido que una polilla? 20 Entre la mañana y la tarde ellos son destrozados; ellos perecen para siempre sin que alguno los note. 21 ¿No son las cuerdas de sus tienda arrancadas de ellos? Ellos mueren; ellos mueren sin sabiduría.

5

1 Clama ahora; ¿hay alguien que te contestará? ¿A quién de los santos recurrirás? 2 Pues la ira mata al hombre insensato; los celos matan al tonto. 3 Yo he visto a una persona insensata echando raíces, pero de repente yo maldije su hogar. 4 Sus hijos están lejos de la seguridad; ellos son aplastados en la puerta de la ciudad. Nadie hay para rescatarlos. 5 Los hambrientos se comen sus cosechas; ellos aun las toman de entre los espinos. Los sedientos suspiran por sus riquezas. 6 Pero las dificultades no surgen de la suelo; ni el problema brota de la tierra. 7 En cambio, la humanidad nace para el problema, así como las chispas vuelan hacia arriba. 8 Pero, en cuanto a mí, recurriré a Dios mismo; a Él yo encomendaría mi causa-- 9 Él quien hace cosas grandes y profundas, cosas maravillosas sin número. 10 Él da lluvia sobre la tierra y envía agua sobre los campos. 11 Él lo hace para colocar en lugares altos a aquellos que están en lugares bajos; para hacer subir a seguridad a quienes están de luto. 12 Él rompe las planes de la gente astuta, para que sus manos no puedan tener éxito. 13 Él atrapa a la gente sabia en sus propias astucias; los planes de la gente torcida se apresuran a su fin. 14 Ellos encuentran oscuridad en pleno día, y al mediodía andan a tientas como si fuese de noche. 15 Pero Él salva a la persona pobre de la espada en sus bocas y a la persona necesitada de la mano de la gente poderosa. 16 Para que el pobre tenga esperanza, y la injusticia cierre su propia boca. 17 Mira, el hombre a quien Dios corrige es bendecido; por lo tanto, no desprecies la corrección del Todopoderoso. 18 Porque Él hiere y luego venda; Él hiere y luego Sus manos sanan. 19 Él te rescatará de seis problemas; ciertamente, en siete problemas ningún mal te tocará. 20 En hambruna Él te rescatará de la muerte, y en la guerra de las manos de aquellos quienes usan la espada. 21 Tú serás escondido del azote de la lengua; y no tendrás miedo de la destrucción cuando venga. 22 Tú te reirás de la destrucción y la hambruna, y no tendrás miedo de las bestias salvajes. 23 Pues tú tendrás un pacto con las piedras en tu campo, y las bestias del campo estarán en paz contigo. 24 Tú sabrás que tu tienda está a salvo; visitarás tu redil y nada te faltará. 25 Tú también sabrás que tu semilla será grande, que tu descendencia será como el pasto sobre la tierra. 26 Tú vendrás a tu tumba a una edad completa, como una pila de gavillas que sube a su tiempo. 27 Mira, hemos examinado este asunto; es así; escúchalo, y conócelo por ti mismo."

6

1 Entonces Job contestó y dijo: 2 "Oh, si solo mi angustia fuera pesada; ¡si solo toda mi calamidad fuera puesta en la balanza! 3 Porque ahora sería más pesada que la arena de los mares. Es por esto que mis palabras fueron imprudentes. 4 Pues las flechas del Todopoderoso están en mí, mi espíritu bebe el veneno; los terrores de Dios se han arreglado en conjunto contra mí. 5 ¿Acaso el asno salvaje rebuzna en desespero cuando él tiene pasto? ¿O acaso muge el buey con hambre cuando tiene forraje? 6 ¿Puede eso que no tiene sabor ser comido sin sal? ¿O hay algún sabor en la clara de un huevo? 7 Me rehuso a tocarlos; ellos son como comida asquerosa para mí. 8 Oh, si yo pudiera tener mi pedido; oh, si Dios me concediera lo que ahnelo: 9 ¡si se complaciera Dios en aplastarme de una vez, si Él dejara soltar su mano y me cortara de esta vida! 10 Pueda ésta todavia ser mi consolación—aún si yo me regocijo en dolor que no disminuye: que yo no he rechazado las palabras del Santo. 11 ¿Qué es mi fuerza, que yo debo intentar esperar? ¿Cuál es mi final, para que yo deba prolongar mi vida? 12 ¿Mi fuerza es la fuerza de las piedras? ¿O es mi carne hecha de bronce? 13 ¿No es verdad que yo no tengo ayuda en mí mismo, y que la sabiduría ha sido sacada fuera de mí? 14 Para la persona que está a punto de desmayarse, la fidelidad debe ser mostrada por su amigo; aún para aquel que abandona el temor del Todopoderoso. 15 Pero mis hermanos han sido tan fieles a mí, así como un lecho de arroyo del desierto, como canales de agua que pasan a ser nada, 16 los cuales son oscurecidos a causa del hielo sobre ellos, y a causa de la nieve que se esconde a sí misma en ellos. 17 Cuando ellos se descongelan, se desvanecen; cuando está caliente, ellos se derriten de su lugar. 18 Las caravanas que viajan por su camino se desvían por agua; ellos vagan en tierra estéril y luego perecen. 19 Caravanas desde Tema miraron allí, mientras compañías de Sabá tenían esperanza en ellos. 20 Ellos estaban desilusionados porque habian estado confiados en encontrar agua. Ellos fueron allá, pero ellos fueron engañados. 21 Ahora, ustedes amigos son nada para mí; ustedes ven mi terrible situación y están asustados. 22 ¿Le dije yo, 'Demen algo;' u, 'ofrézcanme un regalo de sus riquezas;' 23 o 'sálvenme de la mano de mi adversario;' o, 'rescátenme de la mano de mis opresores?' 24 Enséñenme, y yo voy a mantener mi paz; háganme entender dónde yo he estado equivocado. 25 ¡Cuán dolorosas son las palabras verdaderas! Pero sus argumentos, ¿cómo es que realmente me reprenden? 26 ¿Ustedes planifican ignorar mis palabras, tratando las palabras de un hombre desesperado como al viento? 27 Ciertamente, ustedes echan suertes por un niño sin padre, y regatean sobre su amigo como por mercancía. 28 Ahora, por lo tanto, por favor mírenme, pues seguramente yo no mentiría en sus caras. 29 Cedan, yo les ruego; no permitan que haya injusticia en ustedes. De hecho, cedan, pues mi causa es justa. 30 ¿Hay maldad en mi lengua? ¿No puede mi boca detectar cosas malignas?

7

1 ¿No tiene el hombre dura labor en la tierra?¿No son sus días como los días de un hombre contratado? 2 Como un esclavo ansiosamente anhela las sombras de la tarde, como un hombre contratado mira por su paga— 3 así, he sido hecho para soportar meses de miseria; me han sido dadas noches llenas de problemas. 4 Cuando me acuesto, me digo a mí mismo: ¿Cuándo me levantaré y cuándo se irá la noche? Estoy cansado de dar vueltas hasta que amanece. 5 Mi carne esta cubierta de gusanos y de costra de polvo; las llagas en mi piel se endurecen luego se disuelven y supuran. 6 Mis días son mas rápidos que la lanzadera del tejedor; se pasan sin esperanza. 7 Dios, recuerda que mi vida es solo un respiro; mis ojos no verán mas el bien. 8 El ojo de Dios, quien me ve, no me verá más; los ojos de Dios estarán sobre mi, pero yo no existiré. 9 Como la nube es consumida y se desvanece, así el que baja al Seol no subirá más. 10 Él no volverá más a su casa; ni su lugar le conocerá otra vez. 11 Por lo tanto no refrenaré mi boca; yo hablaré en la angustia de mi espíritu; yo me quejaré en la amargura de mi alma. 12 ¿Soy yo el mar o un monstruo marino para que tú pongas guardia sobre mí? 13 Cuando yo digo: 'Mi cama me consolará, y mi lecho suavizará mi queja,' 14 entonces, tú me asustas con sueños y me aterrorizas a través de visiones; 15 así que, yo escogería el estrangulamiento y la muerte en lugar de preservar estos huesos míos. 16 Yo detesto mi vida; no desearía estar vivo para siempre; déjenme solo porque mis días son inútiles. 17 ¿Quién es el hombre para que Tú le prestes atención, para que te acuerdes de él, 18 para que Tú lo observes cada mañana y lo pruebes cada momento? 19 ¿Cuánto tiempo pasará antes de que quites Tu mirada de mí, antes de que me dejes solo el tiempo suficiente para que trague mi propia saliva? 20 Aún si he pecado, ¿qué te haria eso a Tí, Tú que vigilas a los hombres? ¿Porqué has hecho de mi un blanco, hasta convertirme en una carga para Tí? 21 ¿Porqué no perdonas mi transgresión y quitas mi iniquidad? Pues pronto me acostaré en el polvo; Tú me buscarás cuidadosamente, pero yo no existiré.

8

1 Entonces Bildad el suhita respondió y dijo: 2 "¿Hasta cuándo dirás tú estas cosas? ¿Hasta cuándo las palabras de tu boca serán viento poderoso? 3 ¿Pervierte Dios la justicia? ¿Pervierte el Todopoderoso la rectitud? 4 Tus hijos han pecado contra Él; nosotros sabemos esto, por cuanto Él los entregó en las manos de sus pecados. 5 Pero supón que tú diligentemente buscaste a Dios y presentaste tu pedido al Todopoderoso. 6 Si tú eres puro y recto, entonces Él seguramente se moveriá a tu favor y te restaurariá a tu justo lugar. 7 Aunque tu comienzo fue pequeño, aún así tu condición final sería más grande. 8 Por favor, pregunta a las generaciones pasadas, y dale tu atención a lo que nuestros ancestros aprendieron. 9 (Nosotros solo nacimos ayer y nada sabemos porque nuestros días en la tierra son una sombra). 10 ¿No te enseñarán ellos y te dirán? ¿No hablarán palabras de sus corazones? 11 ¿Puede el papiro crecer sin pantano? ¿Pueden las cañas crecer sin agua? 12 Mientras ellas aún están verdes y no cortadas, ellas se marchitan antes que cualquier otra planta. 13 Así tambien son los senderos de todos los que se olvidan de Dios, la esperanza de los impíos perecerá. 14 Su confianza se romperá, y su seguridad es tan débil como una telaraña. 15 El se recuesta sobre su casa, pero ella no le sostendrá; él la agarra, pero ésta no se sostiene. 16 Debajo del sol él es verde, y sus brotes salen sobre todo su jardín. 17 Sus raíces están entrelazadas alrededor de montones de piedras; ellas buscan buenos lugares entre las rocas. 18 Pero si esta persona es destruída fuera de su lugar, entonces ese lugar lo negará y dirá: 'Yo nunca te vi.' 19 Mira, este es el "gozo" de la conducta de tal persona; otras plantas germinarán de la misma tierra en su lugar. 20 Mira, Dios no desechará a un hombre inocente; tampoco tomará la mano de malhechores. 21 Él aún llenará tu boca de risa, tus labios con gritos de júbilo. 22 Aquellos que te odian serán vestidos de vergüenza; la tienda de los malvados ya no será más.

9

1 Entonces Job contestó y dijo: 2 "Yo verdaderamente sé que esto es así. Pero, ¿cómo una persona puede estar en lo correcto con Dios? 3 Si él quiere discutir con Dios, no puede contestarle una vez en mil veces. 4 Dios es sabio de corazón y poderoso en fuerza; ¿quién alguna vez se ha endurecido contra Él y ha tenido éxito? — 5 Él quien remueve las montañas sin avisar a nadie, cuando Él las vuelca en Su ira— 6 Él, que sacude la tierra fuera de su sitio y pone sus soportes a temblar. 7 Es el mismo Dios que le dice al sol que no se levante, y no lo hace; y el que cubre las estrellas, 8 el que por Sí solo extiende los cielos y pisotea las olas del mar, 9 quien hace a la Osa, al Orión, las Pleyades, y las constelaciones del sur. 10 Es el mismo Dios que hace cosas grandes, cosas incomprensibles—de hecho, cosas maravillosas sin número. 11 Mira, Él pasa cerca de mí, y yo no lo veo; además, Él pasa de largo, pero no lo percibo. 12 Si Él quita algo, ¿quién lo puede detener? ¿Quién le puede decir a Él: '¿Qué estás haciendo?' 13 Dios no retirará su irá; los ayudantes de Rahab se humillan delante de Él. 14 ¿Cuánto menos podría contestarle, podría elegir palabras para razonar con Él? 15 Aunque yo fuera justo, no podría contestarle; solamente podría rogar por misericordia a mi Juez. 16 Aún si yo llamara y Él me respondiera, yo no creería que Él estuviera escuchando mi voz. 17 Porque Él me quiebra con una tempestad y multiplica mis heridas sin causa. 18 Él ni siquiera me permite recuperar mi aliento, en cambio, Él me llena con amargura. 19 Si es un asunto de fuerza, ¡miren, Él es poderoso! Si es un asunto de justicia, ¿quién puede convocarlo? 20 Aunque yo estoy en lo correcto, mi propia boca me condenaría; y aunque estoy libre de culpa, mis palabras me probarían ser culpable. 21 No soy culpable, pero ya no tengo cuidado de mi mismo; yo desprecio mi propria vida. 22 No hace diferencia, por eso es que digo que Él destruye a la gente inocente junto a la gente impía. 23 Si una plaga de repente matara, Él se reiría ante las aflicciones de personas inocentes. 24 La tierra es puesta en la mano de los impíos; Dios cubre las caras de sus jueces. Si no es Él quien lo hace, entonces, ¿quién? 25 Mis días son más veloces que un mensajero que corre; mis días huyen; ellos no ven nada bueno en ningún sitio. 26 Son tan rápidos como botes hechos de caña de papiro, y tan rápidos como el águila que se lanza hacia bajo encima de sus víctimas. 27 Si yo dijera que yo me olvidaría de mis quejas, que me quitaría mi cara triste y sería feliz, 28 yo tendría miedo de todas mis penas porque yo sé que tú no me considerarás inocente. 29 Yo seré condenado; entonces, ¿porqué yo trataría en vano? 30 Si me lavara a mí mismo con agua de nieve e hiciera mis manos tan, tan limpias, 31 Dios me hundiría en una zanja, y mis propias ropas estarían disgustadas conmigo. 32 Porque Dios no es un hombre, como yo, que yo pudiera contestarle, que pudíeramos venir juntos a la corte. 33 No hay juez entre nosotros que pueda posar su mano sobre los dos. 34 No hay otro juez que pueda quitar la vara de Dios de encima de mí, que pueda impedir que Su terror me espante. 35 Entonces, yo hablaría y no le temería. Pero como están las cosas ahora, yo no puedo hacer eso.

10

1 Estoy hastiado de mi vida. Daré rienda suelta mi queja. Hablaré en la amargura de mi alma. 2 Le diré a Dios: 'No solamente me condenes; enséñame porque me acusas. 3 ¿Te parece bien que me oprimas, despreciar la obra de tus manos mientras te sonries de los planes de los malvados? 4 ¿Tienes ojos de carne? ¿Vez Tú como ve el hombre? 5 ¿Son tus días como los días de la humanidad o tus años como los años de las personas, 6 que Tú inquieres sobre mi iniquidad y andas tras mi pecado, 7 aunque Tú sabes que yo no soy culpable y no hay nadie quien me pueda rescatar de tu mano? 8 Tus manos me han enmarcado y han formado mi entorno, y todavia me estás destruyendo. 9 Recuérdate, yo te ruego, que como barro me formastes; ¿me llevarás Tú al polvo otra vez? 10 ¿No me has derramado Tú, como leche y como queso me cuajaste? 11 Tú me has vestido con piel y carne, y me tejiste con huesos y tendones. 12 Me has concedido vida y fidelidad de pacto; Tu ayuda ha guardado mi espíritu. 13 Sin embargo, estas cosas escondiste en tu corazón—Yo sé que esto es lo que estabas pensando: 14 que si yo pecaba, Tú lo notarías; Tú no me absolverías de mi iniquidad. 15 Si yo fuese malvado,! ay de mí! aunque yo fuera justo, yo no podría levantar mi cabeza, ya que estoy lleno de desgracia y mirando mi propio sufrimiento. 16 Si mi cabeza misma se levanta, Tú me cazas como león; una vez más, Tú te muestras poderoso para mi. 17 Tú traes nuevos testigos contra mí y aumentas Tu enojo contra mí; me atacas con nuevos ejércitos. 18 ¿Porqué pues, me sacaste de la matriz? Yo desearia que yo hubiera dado mi espíritu y que ningún ojo me hubiera visto. 19 Yo hubiera sido como si yo nunca hubiese existido. Habría sido cargado de la matriz al sepulcro. 20 ¿No son mis días sólo unos pocos? Detente entonces, déjame solo, para que yo pueda tener un poco de descanso 21 antes que yo vaya a de donde no regresaré, a la tierra de oscuridad y de la sombra de muerte, 22 la tierra que es oscura como la media noche, la tierra de sombras de muerte, sin ningun orden, donde la luz es como la media noche."

11

1 Entonces Zofar el naamatita contestó y dijo: 2 "¿No debería tal multitud de palabras ser contestada? ¿Debería este hombre, tan lleno de palabras, ser creído? 3 ¿Debería tu jactancia hacer que otros permanezcan en silencio? Cuando te burlas de nuestras enseñanzas, ¿nadie hará que te sientas avergonzado? 4 Pues le dices a Dios: 'Mis creencias son puras, soy sin culpa ante Tus ojos.' 5 Oh, pero si Dios hablara y abriera Sus labios en contra de ti; 6 ¡que te enseñara los secretos de la sabiduría! Pues Él es grande en entendimiento. Conoce entonces, que Dios demanda de ti menos de lo que tu iniquidad merece. 7 ¿Puedes entender a Dios buscándolo? ¿Puedes comprender al Todopoderoso perfectamente? 8 El asunto es tan alto como el cielo; ¿que puedes hacer tú? Es más profundo que el Seol; ¿que puedes saber tú? 9 Su medida es más largo que la tierra, y más ancho que el mar. 10 Si Él pasa y calla a cualquiera, si Él llama a juicio a cualquiera, entonces ¿quién lo puede detener? 11 Pues Él conoce a la gente falsa; ¿cuando Él ve iniquidad, no la nota? 12 Pero la gente tonta no tiene entendimiento; ellos lo tenderán cuando un burro salvaje dé a luz a un hombre. 13 Pero supón que hubieras puesto tu corazón en el lugar correcto y hubieras estirado tus manos hacia Dios; 14 supón que la iniquidad estuviera en tu mano, pero que entonces la pones muy lejos de ti, y no permitiste que la injusticia viviera en tus tiendas. 15 Entonces seguramente levantarías tu rostro sin un signo de vergüenza; en efecto, estarías firme y no temerías. 16 Olvidarías tu miseria; la recordarías solo como aguas que han fluído y se fueron. 17 Tu vida sería más brillante que el mediodía; aunque hubiese oscuridad, se convertiría como la mañana. 18 Tú estarías seguro porque hay esperanza; en efecto, encontrarías seguridad alrededor de ti y tomarías tu descanso en seguridad. 19 También te acostarías en descanso, y nadie te asustaría; de hecho, muchos buscarían tu favor. 20 Pero los ojos de la gente malvada fallarán; no tendrán manera de escapar; su única esperanza será un último suspiro de vida.

12

1 Entonces Job contestó y dijo: 2 "No hay duda que ustedes son el pueblo; la sabiduría morirá con ustedes. 3 Pero yo tengo entendimiento al igual que ustedes; No soy inferior a ustedes. Ciertamemente, ¿quién no conoce cosas tales cómo éstas? 4 Yo soy algo para que mi vecino se ría—yo, uno que llamó a Dios, ¡y quien fue respondido por Él! Yo, un justo y hombre sin culpa—yo, ahora soy algo de que reírse. 5 En el pensamiento de alguien que está cómodo, hay desprecio por la desgracia; él piensa de una forma que trae más desgracia para aquellos cuyo pie se esta resbálando. 6 Las tiendas de los ladrones prósperan, y aquellos que provocan a Dios se sienten seguros; sus propias manos son sus dioses. 7 Pero ahora, pregúntenle a las bestias, y ellas les enseñarán a ustedes; pregúntenle a los pájaros de los cielos, y ellos les dirán a ustedes. 8 O háblenle a la tierra, y les enseñará a ustedes; los peces del mar les declararán a ustedes. 9 ¿Qué animal entre todos estos no conoce que la mano del SEÑOR ha hecho esto? 10 En Su mano esta la vida de toda cosa viviente y el aliento de toda la humanidad. 11 ¿No prueba el oído las palabras tal como el paladar saborea su comida? 12 Con los hombres ancianos esta la sabiduría; en la largura de días está el entendimiento. 13 Con Dios están la sabiduría y el poder; Él tiene consejo y entendimiento. 14 Mira, Él derrumba, y no puede ser construido de nuevo; si Él encarcela a alguien, no puede haber liberación. 15 Mira, si Él aguanta las aguas, ellas se secan; y si Él las envía fuera, ellas cubren la tierra. 16 Con Él están la fuerza y la sabiduría; las personas que son engañadas y el engañador están ambos en Su poder. 17 Él guía a los consejeros lejos, descalzos en pena; Él convierte a los jueces en tontos. 18 Él quita la cadena de autoridad de los reyes; Él envuelve un paño alrededor de sus cinturas. 19 Él lleva lejos a los sacerdotes, descalzos en pena y destituye a gente poderosa. 20 Él remueve el discurso de aquellos que han sido de confianza y quita el entendimiento de los ancianos. 21 Él derrama menosprecio sobre los príncipes y desata el cinturón de los fuertes. 22 Él revela cosas profundas de la oscuridad y saca a la luz las sombras donde están las personas muertas. 23 Él hace a las naciones fuertes, y Él también las destruye; Él engradece a las naciones, y Él también los guía como prisioneros. 24 Él quita el entendimiento de los líderes de las personas de la tierra; Él los hace vagar en un desierto donde no hay camino. 25 Ellos andan a tientas en la oscuridad sin luz; Él los hace tambalear como un hombre borracho.

13

1 Mira, mi ojo ha visto todo esto; mi oído ha escuchado y lo entendió. 2 Qué tú sabes, lo mismo sé yo tambien; yo no soy inferior a tí. 3 De todas formas, yo preferiría hablar con el Todopoderoso; yo deseo razonar con Dios. 4 Pero ustedes blanquean la verdad con mentiras; ustedes todos son médicos sin valor. 5 ¡Oh, si todos ustedes se mantuvieran en silencio! Eso sería su sabiduría. 6 Ahora escuchen mi propio razonamiento; presten atención a los argumentos de mis propios labios. 7 ¿Hablarán ustedes injustamente por Dios, y hablarás engañosamente por Él? 8 ¿Ustedes le mostrarían realmente bondad a Él? ¿Ustedes argumentarían realmente en corte como abogados por Dios? 9 ¿Sería bueno realmente para ustedes cuándo ÉL los investigue? ¿Podrán ustedes engañarlo como ustedes engañan a los hombres? 10 Él seguramente los reprobaría a ustedes si en secreto mostraran parcialidad. 11 ¿No te haría Su majestuosidad estar asustado? ¿No caería Su miedo sobre ustedes? 12 Los dichos memorables de ustedes son proverbios hechos de cenizas; sus defensas son defensas hechas de arcilla. 13 Mantengan silencio, déjenme solo, para que así yo pueda hablar, que suceda lo que me tenga que suceder. 14 Yo tomaré mi propia carne en mis dientes; yo tomaré mi vida en mis manos. 15 Miren, si Él me mata, no tendré esperanza; no obstante, defenderé mis caminos ante Él. 16 Esta será la razón para mi absolución, que yo no vengo ante Él como un hombre impío. 17 Dios, escucha cuidadosamente a mi discurso; permite que mi declaración llegue a tus oídos. 18 Míra ahora, yo he puesto mi defensa en orden; yo se que soy inocente. 19 ¿Quién es el que argumentaría en mi contra en la corte? Si Tu vienes a hacerlo, y si fuese probado que estoy equivocado, entonces estaría en silencio y rendiría mi vida. 20 Dios, solo haz dos cosas por mí, y entonces no me esconderé de tu rostro: 21 quita Tu mano opresora de sobre mi, y no permitas que tus terrores me me causen miedo. 22 Entonce llámame, y contestaré; o dejame hablarte a Tí, y Tú contéstame. 23 ¿Cuántas son mis iniquidades y pecados? Dejame saber mis transgresiones y mis pecados. 24 ¿Porqué escondes Tu rostro de mi y me tratas como Tu enemigo? 25 ¿Perseguirás Tú una hoja suelta? ¿Buscarás Tú matojos secos? 26 Pero Tú escribes amargas cosas contra mí; Tu me haces heredar las iniquidades de mi juventud. 27 Tambien pusiste mis pies en el cepo; Tú vigilas de cerca mis caminos; Tú examinas la tierra donde las plantas de mis pies han caminado; 28 si bien, soy como una cosa pudrida que se deshace, como una vestimenta que la polilla ha comido.

14

1 El hombre, quien es nacido de mujer, vive solamente unos pocos días y está lleno de problema. 2 Él brota desde el suelo como una flor y es cortado; él huye como una sombra y no permanece. 3 ¿Tú miras a cualquiera de estos? ¿Tú me traes a juicio contigo? 4 ¿Quién puede sacar algo limpio de algo no sucio? Nadie. 5 Los días del hombre están determinados. El número de sus meses está contigo; Tú has señalado sus límites para que él no puede pasar. 6 Aparta Tu mirada de él, para que él pueda descansar, para que él pueda disfrutar su día como un hombre contratado, si es que lo puede hacer. 7 Puede haber esperanza para un árbol; si es cortado, podría brotar de nuevo, para que su tallo tierno no desaparezca. 8 Aunque su raíz envejece en la tierra y su tocón muere en el suelo, 9 aún así, si tan solo huele agua, brotará y sacará sus ramas como una planta. 10 Pero el hombre muere; él se vuelve débil; en efecto, el hombre deja de respirar, y luego, ¿dónde está él? 11 Como el agua desaparece de un lago y como un río pierde agua y se seca, 12 así las personas se acuestan y no se levantan otra vez. Hasta que los cielos no sean más, ellos no se despertarán ni tampoco se levantarán de su sueño. 13 ¡Oh, que Tú me escondieras en el Seol lejos de los problemas, y que Tú me mantuvieras en privado hasta que Tu ira se acabe, que Tú me establecíeras un tiempo fijado para permanecer allí y que luego te acuerdes de mí! 14 Si un hombre muere, ¿vivirá de nuevo? Si es así, desearía esperar todo mi tiempo agotador allí hasta que mi liberación deba venir. 15 Tú llamarías, y yo te contestaría. Tú tendrías un deseo para el trabajo de Tus manos. 16 Tú numerarías y cuidarías mis pisadas; Tú no mantendrías registro de mi pecado. 17 Mi transgresión sería sellada en un saco; Tú cubrirías mi iniquidad. 18 Pero aún las montañas caen y se vuelven nada; aún las rocas son movidas de su lugar; 19 las aguas desgasatan las piedras; sus inundaciones lavan el polvo de la tierra. De esta manera, Tú destruyes las esperanzas del hombre. 20 Tú siempre lo derrotas, y él muere; Tú cambias su rostro y lo despides para que muera. 21 Si sus hijos son honrados, él no lo sabe; y si ellos son humillados, él no lo ve. 22 Él solamente siente el dolor de su propio cuerpo, y se lamenta por sí mismo.

15

1 Entonces Elifaz el temanita contestó y dijo: 2 "¿Debe un hombre sabio responder con conocimiento inútil y llenarse a sí mismo con el viento del este? 3 ¿Debe razonar él con habladurías sin sentido o con discursos con los cuales no puede hacer ningún bien? 4 En efecto, tú disminuyes el respeto hacia Dios; tú obstruyes la devoción hacia Él, 5 pues tu iniquidad le enseña a tu boca; tú escoges tener la lengua de un hombre astuto. 6 Tu propia boca te condena, no la mía; de hecho, tus propios labios testifican en tu contra. 7 ¿Eres tú el primer hombre que nació? ¿Fuiste traído a existencia antes que los montes? 8 ¿Has escuchado el conocimiento secreto de Dios? ¿Limitas la sabiduría a ti mismo? 9 ¿Qué sabes tú que nosotros no sabemos? ¿Qué entiendes tú que no está también en nosotros? 10 Con nosotros están ambos, los hombres de cabellera gris y los de mucha edad, quienes son mucho más viejos que tu padre. 11 ¿Son las consolaciones de Dios demasiado pequeñas para ti, las palabras que son tiernas para contigo? 12 ¿Porqué te arrebata tu corazón? ¿Porqué tus ojos destellan, 13 para que tú tornes tu espíritu contra Dios y salgan tales palabras de tu boca? 14 ¿Qué es el hombre para que deba ser limpio? ¿Qué es aquel quién es nacido de mujer para que deba ser justo? 15 ¡Ves, Dios no pone confianza ni aún en Sus santos; de hecho, los cielos no están limpios a Su vista; 16 cuán menos limpio es uno que es abominable y corrupto, un hombre que bebe iniquidad como agua! 17 Yo te mostraré; escúchame; Yo te anunciaré las cosas que Yo he visto, 18 las cosas que hombres sabios han pasado de sus padres, las cosas que sus ancestros no escondieron. 19 Estos eran sus ancestros, a quienes solamente se les dio la tierra, y entre los cuales ningún extraño pasó nunca. 20 El hombre malvado se retuerce en su dolor todos sus días, el número de años que son añadidos para que el opresor sufra. 21 El sonido de terrores está en sus oídos; mientras él está en prosperidad, el destructor vendrá sobre él. 22 Él no piensa que él regresará de la oscuridad; la espada espera por él. 23 Él va a varios lugares por pan, diciendo: '¿Donde está?' Él sabe que el día de oscuridad está cerca. 24 Ansiedad y angustia le hacen temer; ellos prevalecen en contra de él, como un rey listo para la batalla. 25 Porque él ha extendido su mano contra Dios y se ha conducido arrogantemente en contra del Todopoderoso, 26 este hombre malvado corre hacia Dios con un cuello rígido, con un escudo grueso. 27 Esto es verdad, aunque él ha cubierto su rostro con su grosura y juntó grasa en sus lomos, 28 y ha vivido en ciudades desoladas; en casas en las cuales ningún hombre habita ahora y que estaban listas para convertirse en ruinas. 29 Él no será rico; su riqueza no durará; ni siquiera su sombra durará en la tierra. 30 Él no saldrá de la oscuridad; una llama secará sus tallos; al aliento de la boca de Dios él se irá. 31 Que no confíe en cosas vanas, engañándose a sí mismo, pues, la vanidad será su recompensa. 32 Ocurrirá antes de que deba llegar su tiempo para morir; su rama no estará verde. 33 El dejará caer sus uvas verdes como una vid; el sacudirá sus flores como a un árbol de olivo. 34 Pues la compañia de personas impías será estéril; el fuego consumirá sus tiendas de soborno. 35 Ellos conciben malicia y dan a luz iniquidad; su vientre concibe engaño."

16

1 Luego, Job respondió y dijo: 2 "Yo he escuchado muchas cosas como esas; todos ustedes son consoladores miserables. 3 ¿Será que las palabras inútiles tendrán un final? ¿Qué les pasa a ustedes, que ustedes responden así? 4 Yo también podría hablar como ustedes, si ustedes estuvieran en mí lugar; yo podría coleccionar y juntar palabras contra ustedes y sacudir mi cabeza en burla. 5 ¡Oh, cómo yo los alentaría con mi boca! ¡Cómo el consuelo de mis labios podría aligerar su dolor! 6 Si yo hablo, mi dolor no es disminuído; si yo evito hablar, ¿cómo soy ayudado? 7 Pero ahora, Dios, Tú me has agotado; Tú has hecho a toda mi familia desolada. 8 Tú me has hecho secar, lo que por si mismo es un testigo en mi contra; la flacura de mi cuerpo se levanta en mi contra, y testifica contra mi cara. 9 Dios me ha desgarrado en Su ira y me ha perseguido; Él me ha rechinado con Sus dientes; mi enemigo sujeta sus ojos en mí, mientras me destroza. 10 La gente se ha quedado asombrada y boquiabierta hacia mí; me han golpeado reprochablemente en la mejilla; ellos se han reunido en mi contra. 11 Dios me entrega a gente impía, y me lanza a las manos de la gente malvada. 12 Yo estaba a gusto, y Él me rompió. Ciertamente, Él me ha tomado por el cuello, y me aplastó en pedazos; y Él también me estableció como Su objetivo. 13 Sus arqueros me rodean por todo mi alrededor; Dios perfora mis riñones y no se apiada de mi; y derrama mi bilis sobre el suelo. 14 Él rompe a través de mi pared una y otra vez; Él corre hacia mí como un guerrero. 15 He cocido cilicio sobre mi piel; he empujado mi cuerno dentro del suelo. 16 Mi cara está roja con el llanto; en mis párpados está la sombra de muerte 17 aunque no hay violencia en mis manos, y mi oración es pura. 18 Tierra, no cubras mi sangre; no dejes que mi llanto tenga lugar de descanso. 19 Incluso ahora, verás, mi Testigo está en el cielo; Él, quien testifica por mí, está en lo alto. 20 Mis amigos se burlan de mí, pero mi ojo derrama lágrimas para Dios. 21 ¡Yo pido por ese testigo en el cielo, que argumente por este hombre con Dios, como lo hace un hombre con su vecino! 22 Pues cuando algunos años hayan pasado, yo iré a un lugar del cual yo no regresaré.

17

1 Mi espíritu esta consumido, y mis días están terminados; la tumba está lista para mi. 2 Seguramente hay burladores conmigo; mi ojo debe siempre ver su provocación. 3 Dame una promesa, sé Tú una garantía para mí contigo; ¿quién más está ahí que pueda ayudarme? 4 Porque Tú, Dios, has aislado sus corazones del entendimiento; por lo tanto, Tú no los exaltarás a ellos sobre mi. 5 Aquel que denuncia sus amigos por una recompensa, los ojos de sus niños fallarán. 6 Pero Él me ha convetido un dicho de la gente; ellos escupen en mi cara. 7 Mi ojo también está nublado por la pena; todas las partes de mi cuerpo estan tan delgadas como sombras. 8 Los hombres rectos estarán aturdidos por esto; el hombre inocente se volcará contra los hombres impíos. 9 El hombre recto se mantendrá en su camino; aquel que tiene manos límpias se volverá fuerte y más fuerte. 10 Pero en cuanto a todos ustedes, vengan ahora; yo no encontraré un hombre sabio entre ustedes. 11 Mis días son pasado; mis planes están destrozados, y así están los deseos de mi corazón. 12 Estas personas, estos burladores, cambian la noche en día; la luz está cerca de la oscuridad. 13 Desde que miré al Seol como mi hogar; desde que he tendido mi cama en la oscuridad; 14 desde que dije al pozo: 'Tú eres mi padre,' y al gusano: ' Tú eres mi madre o mi hermana,' 15 ¿Entonces dónde está mi esperanza? ¿En cuanto a mi esperanza, quién puede ver alguna? 16 Puede la esperanza bajar conmigo a las puertas del Seol cuando descendamos al polvo? "

18

1 Luego Bildad el suhita contestó y dijo: 2 "¿Cuándo vas a detener tu hablar? Considera, y después nosotros vamos a hablar. 3 ¿Porqué somos considerados como bestias; porqué nos hemos convertido estúpidos en tu visión? 4 Tú quién te desgarras a ti mismo en tu enojo, ¿Debe la tierra ser abandonada por ti o las rocas ser removidas fuera de sus lugares? 5 En efecto, la luz de las personas malvadas va a ser apagada; la chispa de su fuego no va a brillar. 6 La luz va a ser oscura en su tienda; su lámpara sobre él va a ser apagada. 7 Los pasos de su fuerza se harán cortos; sus propios planes van a derrumbarlo. 8 Pues él va a ser echado en una red por sus propios pies; él va a caminar a la trampa. 9 Una trampa lo va a tomar por el talón; un lazo lo sujetará. 10 Una soga está escondida para él en la tierra; y una trampa para él en el camino. 11 Terrores lo harán temer en cada lado; ellos van a perseguirlo en sus talones. 12 Su riqueza va a convertirse en hambre, y la calamidad va a estar preparada a su lado. 13 Las partes de su cuerpo van a ser devoradas; en efecto, el primer hijo de muerte va a devorar sus partes. 14 Él es arrancado de la seguridad de su tienda y hecho marchar hacia el rey de los terrores. 15 No su propria gente va a vivir en su tienda después de que ellos vean que el azúfre es dispersado en su casa. 16 Sus raíces se secarán debajo; arriba se cortarán sus ramas. 17 Su memoria va a perecer de la tierra; él no tendrá nombre en la calle. 18 Él será conducido de la luz a la oscuridad y será expulsado fuera de este mundo. 19 Él no tendrá hijo o hijo de sus hijos de entre su gente, ni ningún pariente restante donde el se había quedado. 20 Aquellos quienes viven en el oeste van a ser horrorizados con lo que le pasará a él un día; aquellos quienes vivan en el este van a ser asustados por esto. 21 Seguramente así son las casas de las personas injustas, los lugares de aquellos quienes no conocen a Dios."

19

1 Entonces Job respondió y dijo: 2 "¿Cuánto más ustedes me harán sufrir y me romperán en pedazos con palabras? 3 Estas diez veces que ustedes me han reprochado; ustedes no se avergüenzan de haberme tratado duramente. 4 Si ciertamente es verdad que yo he errado, mi error sigue siendo mi propia preocupación. 5 Ciertamente si ustedes se enaltecen a sí mismos sobre mí y usan mi humillación en contra mía, 6 entonces ustedes deben saber que Dios me ha hecho mal a mí y me ha atrapado en su red. 7 Miren, yo clamo: '¡Violencia!' pero yo no recibo respuesta. Yo grito por ayuda, pero no hay justicia. 8 Él ha amurallado mi camino para que yo no pueda pasar, y Él ha puesto oscuridad en mi camino. 9 Él me ha despojado de mi gloria, y Él ha quitado la corona de mi cabeza. 10 Él me ha derribado en cada lado, y yo estoy destruido; Él ha arrancado mis esperanzas como a un árbol. 11 Él también ha encendido su ira en mi contra; Él me considera como a uno de sus adversarios. 12 Sus tropas vienen juntas; ellas forman colinas de asedio en contra mía y acampan alrededor de mi tienda. 13 Ha puesto a mis hermanos lejos de mí; mis conocidos están completamente enajenados de mí. 14 Mis parientes me han fallado; mis amigos cercanos me han olvidado. 15 Aquellos que una vez se quedaron como huéspedes en mi casa, y mis siervas me consideran como a un extraño; soy un extranjero a su vista. 16 Yo llamo a mi siervo, pero él no me da respuesta, a pesar de que yo le suplique con mi boca. 17 Mi aliento es ofensivo para mi esposa; incluso soy asqueroso a aquellos que nacieron del vientre de mi madre. 18 Hasta los niños jóvenes me desprecian; si yo me levanto para hablar, ellos hablan en mi contra. 19 Todos mis amigos cercanos me aborrecen, aquellos a quienes yo amo se han vuelto en mi contra. 20 Mis huesos se pegan a mi piel y a mi carne; yo sobrevivo solamente por la piel de mis dientes. 21 Tengan piedad de mí, tengan piedad de mí, mis amigos, porque la mano de Dios me ha tocado. 22 ¿Por qué me persiguen como si ustedes fueran Dios? ¿Por qué ustedes no están satisfechos con consumir mi carne? 23 ¡Oh, que mis palabras sean ahora escritas! ¡Oh, que ellas sean inscritas en un libro! 24 ¡Oh, que con un lápiz de hierro y plomo sean grabadas en una roca para siempre! 25 Pero en cuanto a mí, yo sé que mi Redentor vive, y que al final Él se parará sobre la tierra; 26 después de mi piel, eso es, este cuerpo, sea destrozado, entonces en mi carne yo veré a Dios. 27 Yo lo veré con mis propios ojos—yo, y no alguien más. Mi corazón falla dentro de mí. 28 Si ustedes dicen: '¡Cómo nosotros lo perseguiremos a él! La raíz de sus problemas están en él,' 29 entonces tengan miedo de la espada, porque la ira trae el castigo de la espada, para que ustedes puedan saber que hay un juicio."

20

1 Entonces Zofar el naamatita respondió y dijo: 2 "Mis pensamientos me hacen responder rápidamente a causa de la preocupación que está en mí. 3 Yo escucho una reprensión que me deshonra, pero un espíritu de mi entendimiento me contesta. 4 ¿No conoces este hecho de tiempos antiguos, cuando Dios colocó al hombre en la tierra: 5 el triunfo de un hombre malvado es corto, y el gozo de un hombre impío dura solamente un momento? 6 Aunque su altura alcance los cielos, y su cabeza alcance las nubes, 7 aún así, tal persona perecerá permanentemente como sus propias heces; aquellos quienes lo han visto dirán: '¿Dónde está él?' 8 Él desaparecerá como un sueño y no será encontrado; ciertamente, él será perseguido como a una visión de la noche. 9 El ojo que lo vio no lo verá más; su hogar no lo verá más. 10 Sus hijos se disculparán con las personas pobres; sus manos tendrán que devolver su riqueza. 11 Sus huesos están llenos de fuerza juvenil, pero ella será enterrada con él en el polvo. 12 A pesar de que la maldad es dulce en su boca, a pesar de que él la esconde debajo de su lengua, 13 a pesar de que él la sostiene allí y no la deja ir pero la mantiene todavía en su boca-- 14 la comida en sus intestinos se vuelve amarga; se convierte en el veneno de áspides dentro de él. 15 Él traga riquezas, pero él las vomitará otra vez; Dios las sacará de su estómago. 16 Él chupará el veneno de áspides; la lengua de víbora lo matará. 17 Él no gozará las corrientes, las torrentes de miel y mantequilla. 18 Él devolverá el fruto de su labor y no será capaz de comerlo; él no gozará la riqueza ganada por su comercio. 19 Pues él ha oprimido y ha descuidado a las personas pobres; él ha tomado violentamente casas que él no construyó. 20 Porque él no ha conocido satisfacción en sí mismo, él no será capaz de salvar nada en lo cuál él tome placer. 21 No queda nada que él no haya devorado; por lo tanto su prosperidad no será permanente. 22 En la abundancia de su riqueza él caerá en tribulación; la mano de todos quienes están en pobreza vendrán en contra de él. 23 Cuando él esté a punto de llenar su estómago, Dios lanzará la ferocidad de Su ira sobre él; Dios la hará llover sobre él mientras esté comiendo. 24 Aunque ese hombre huirá del arma de hierro, un arco de bronce le disparará. 25 La flecha le perforará a través de su espalda y surgirá; ciertamente, la punta brillante saldrá a través de su hígado; terrores vienen sobre él. 26 Completa oscuridad está reservada para sus tesoros; un fuego no avivado lo devorará; consumirá lo que quede en su tienda. 27 Los cielos revelarán su iniquidad y la tierra se levantará contra él como un testigo. 28 La riqueza de su casa se desvanecerá; sus bienes fluirán en el día de la ira de Dios. 29 Esta es la porción del hombre malvado de parte de Dios, la herencia reservada para él por Dios."

21

1 Entonces Job contestó y dijo: 2 "Escucha cuidadosamente mis palabras y permite que éstas sean el consuelo que tú me ofreces a mí. 3 Sopórtame y yo también hablaré; después de que yo haya hablado, sigue mofándote. 4 En cuanto a mí, ¿es mi queja a una persona? ¿Por qué yo no debería ser impaciente? 5 Mírame y espántate y coloca tu mano sobre tu boca. 6 Cuando yo pienso acerca de mis sufrimientos, yo estoy aterrorizado, y temblores se apoderan de mi cuerpo. 7 ¿Por qué gente malvada continúa viviendo, envejecen, y crecen podesoros en poder? 8 Sus descendientes están establecidos con ellos a su vista y su descendencia está establecida delante de sus ojos. 9 Sus casas están protegidas del temor; tampoco está la vara de Dios sobre ellos. 10 Su toro engendra; no falla al hacerlo; su vaca pare y no pierde su becerro prematuramente. 11 Ellos envían a sus pequeños como a un rebaño y sus hijos bailan. 12 Ellos cantan al tamborín y al arpa y se regocijan con la música de la flauta. 13 Ellos pasan sus días en prosperidad y ellos bajan silenciosamente al Seol. 14 Ellos le dicen a Dios: 'Aléjate de nosotros porque no deseamos ningún conocimiento de Tus caminos. 15 ¿Qué es el Todopoderoso, que nosotros deberíamos adorarlo? ¿Qué ventaja nosotros tendríamos si oramos a Él? 16 Ves, ¿no está su prosperidad en sus propias manos? Yo no tengo nada que ver con el consejo de personas malvadas. 17 ¿Cuán a menudo es que la lámpara de personas malvadas se apaga, o que su calamidad viene sobre ellos? ¿Cuán a menudo ocurre que Dios distribuye penas a ellos en Su ira? 18 ¿Cuán a menudo es que ellos se vuelven como el residuo de la cosecha delante del viento o como paja que la tormenta se lleva lejos? 19 Tú dices: 'Dios amontona la culpa de uno para que sus hijos paguen.' 20 Deja que él mismo la pague para que él pueda conocer su culpa. Deja que sus ojos vean su propia destrucción y deja que él beba de la ira del Todopoderoso. 21 Pues, ¿qué le importa a él su familia después de él, cuando el número de sus meses se ha cortado? 22 ¿Puede alguien enseñarle a Dios conocimiento, puesto que Él es quien juzga incluso a aquellos que están en lo alto? 23 Un hombre muere en su completa fuerza, estando completamente callado y en quietud. 24 Su cuerpo está lleno de leche y la médula de sus huesos está húmeda y en buena salud. 25 Otro hombre muere en amargura de su alma, uno quien nunca ha experimentado nada bueno. 26 Ellos se acuestan igual en el polvo; los gusanos los cubren a ambos. 27 Ves, yo conozco tus pensamientos y las maneras en las cuales tú deseas hacerme daño. 28 Pues tú dices: '¿Dónde está ahora la casa del príncipe? ¿Dónde está la tienda en la cual el hombre malvado una vez vivió?' 29 ¿Nunca le has preguntado a personas viajeras? ¿No conoces la evidencia que ellos pueden contar, 30 que el hombre malvado es guardado del día de calamidad, y que él es llevado lejos del día de la ira? 31 ¿Quién condenará el camino del hombre malvado a su cara? ¿Quién le pagará el mal que él ha hecho? 32 Sin embargo, él será llevado al sepulcro; hombres mantendrán vigilancia sobre su tumba. 33 Los terrones del valle les serán dulce; todas las personas seguirán tras él, así como hubo innumerables personas delante de él. 34 ¿Cómo entonces tú me consuelas con tonterías, si en tus respuestas no hay nada más que falsedad?"

22

1 Entonces Elifaz el temanita contestó y dijo: 2 "¿Puede un hombre ser útil para Dios? ¿Puede un hombre sabio ser útil para Él? 3 ¿Es de placer para el Todopoderoso si eres recto? ¿Es de ganancia para Él si haces tus caminos sin culpa? 4 ¿Es a causa de tu reverencia hacia Él que te reprende y te lleva a juicio? 5 ¿No es tu maldad grande? ¿No hay fin a tus iniquidades? 6 Pues tú has demandado garantía de un préstamo de tu hermano sin razón y has quitado ropa de los desnudos. 7 Tú no has dado agua a la gente cansada para que beba; has retenido pan de la gente hambrienta 8 aunque tú, un hombre fuerte, poseíste la tierra, aunque tú, un hombre de honor, viviste en ella. 9 Has echado a las viudas lejos y sin nada; los brazos de los huérfanos han sido rotos. 10 Por lo tanto, hay trampas a tu alrededor, y el miedo repentino te aflige. 11 Hay oscuridad, para que no puedas ver; una abundancia de aguas te cubre. 12 ¿No está Dios en las alturas del cielo? ¡Mira la altura de las estrellas, cuán alto están! 13 Tú dices, '¿Qué sabe Dios? ¿Puede Él juzgar a través de la espesa oscuridad? 14 Las nubes espesas son una cobertura para Él para que no nos vea; Él camina en la bóveda del cielo.' 15 Guardarás el antiguo camino que los hombres malvados han caminado- 16 aquellos que fueron arrebatados antes de su tiempo, aquellos cuyos cimientos se han eliminado como un río, 17 aquellos que dijeron a Dios: 'Apártate de nosotros;' aquellos que dijeron: '¿Qué nos puede hacer el Todopoderoso a nosotros?' 18 Sin embargo, Él llenó sus casas de cosas buenas; los planes de la gente malvada están lejos de mí. 19 La gente recta ve su destino y está alegre; la gente inocente se ríe de ellos con desdén. 20 Ellos dicen: 'Seguramente aquellos que se levantaron en contra de nosotros son cortados; el fuego ha consumido sus posesiones.' 21 Ahora ponte de acuerdo con Dios y ten paz con Él; de esa manera, el bien vendrá a ti. 22 Recibe, te suplico, instrucciones de Su boca; guarda Sus palabras en tu corazón. 23 Si regresas al Todopoderoso, serás edificado, si pones la injusticia lejos de tus tiendas. 24 Deposita tu tesoro en el polvo, el oro de Ofir entre las piedras de los arroyos, 25 y el Todopoderoso será tu tesoro, plata preciosa para ti. 26 Pues entonces tendrás placer en el Todopoderoso; levantarás tu rostro a Dios. 27 Harás tu oración a Él y Él te escuchará; pagarás tus votos a Él. 28 Tú también decretarás cualquier cosa y será confirmada para ti; la luz brillará en tus caminos. 29 Dios humilla a un hombre orgulloso y salva al que tiene sus ojos bajos. 30 Él rescatará hasta al hombre que no es inocente; quien será rescatado a través de la limpieza de tus manos."

23

1 Entonces Job contestó y dijo: 2 "Incluso hoy mi queja es amarga; mi mano es pesada a causa de mi gemir. 3 ¡Oh, si yo supiera dónde yo pudiera encontrarlo! ¡Oh, que yo pueda venir a Su lugar! 4 Yo pondría mi caso en orden delante de Él y llenaría mi boca con argumentos. 5 Yo aprendería las palabras con las cuales Él me contestaría y entendería lo que Él me diría a mí. 6 ¿Él argumentaría en mi contra en la grandeza de su poder? No, Él me prestaría atención a mí. 7 Allí la persona recta puede argumentar con Él. En esta manera yo sería perdonado para siempre por mi juez. 8 Vean, yo voy hacia el este, pero Él no está ahí, y hacia el oeste, pero yo no Lo puedo percibir. 9 Al norte, donde Él está trabajando, pero yo no puedo verlo, y al sur, donde Él se esconde para que yo no pueda verlo. 10 Pero Él conoce el camino que yo tomo; cuando Él me ha probado, yo saldré como el oro. 11 Mi pie se ha mantenido rápido a Sus pasos; yo me he mantenido en Su camino y no me he volteado a un lado. 12 Yo no he retrocedido del mandamiento de Sus labios; yo he atesorado las palabras de Su boca más que mi porción de comida. 13 Pero Él es único en su clase, ¿quién puede hacerle cambiar? Lo que Él desea, Él hace. 14 Pues Él lleva a cabo Su decreto en contra de mí; hay muchos como esos. 15 Por lo tanto, yo estoy aterrorizado en Su presencia; cuando yo pienso en Él, yo tengo miedo de Él. 16 Pues Dios ha hecho mi corazón débil; el Todopoderoso me ha aterrorizado. 17 Yo no he sido llevado a un final por causa de la oscuridad, a causa de la oscuridad espesa que cubre la melancolía de mi rostro.

24

1 ¿Por qué los tiempos para juzgar a la gente malvada no son establecidos por el Todopoderoso? ¿Por qué aquellos que son fieles a Dios no ven venir Sus días de jucio? 2 Hay personas malvadas que remueven los marcadores de límites; hay personas malvadas que se llevan los rebaños a la fuerza y los ponen en sus propios pastos. 3 Ellos se llevan el burro de aquellos sin padres; ellos se llevan al buey de la viuda como seguridad. 4 Ellos fuerzan a la gente necesitada afuera de su senda; la gente pobre de la tierra se esconde a sí mismos de ellos. 5 Mira, esta gente pobre sale a sus trabajos como burros salvajes en el desierto, buscando cuidadosamente por comida; quizás los árabes le provean comida para sus hijos. 6 La gente pobre recoge en la noche en los campos de otras personas, ellos espigan uvas de la cosecha de aquella gente malvada. 7 Ellos se acuestan desnudos toda la noche sin ropa; ellos no tienen cubierta en el frío. 8 Ellos están mojados con las lluvias de las montañas; ellos se acuestan al lado de grandes rocas porque no tienen refugio. 9 Hay gente malvada que arranca a los huérfanos del pecho de sus madres, y gente malvada quienes llevan niños como seguridad de la gente pobre. 10 Pero la gente pobre anda desnuda, sin ropa; aunque andan hambrientos, ellos cargan las gavillas de granos de otros. 11 La gente pobre hace aceite dentro de las paredes de aquellos hombres malvados; ellos pisan los lagares de los hombres malvados, pero ellos mismos sufren sed. 12 En la ciudad la gente gime; la gente herida llora, pero Dios no presta atención a sus oraciones. 13 Algunos de esos hombres malvados se rebelan en contra de la luz; ellos no conocen sus caminos; ni tampoco ellos se quedan en sus senderos. 14 Antes de la luz del día el asesino se levanta y mata a la gente pobre y a la gente necesitada; en la noche él es como un ladrón. 15 También, el ojo del adúltero espera por el atardecer; él dice: 'Ningún ojo me verá.' Él disfraza su rostro. 16 En la oscuridad la gente malvada busca en las casas; pero ellos se encierran en el día; a ellos no les importa la luz. 17 Para todos ellos, la gruesa oscuridad es como la mañana; pues ellos son amigos con los terrores de la gruesa oscuridad. 18 Rápidamente ellos fallecen, sin embargo, como espuma en la superficie de las aguas; su porción de la tierra está maldita; nadie va a trabajar en sus viñedos. 19 Como la sequía y el calor derriten la nieve en aguas, así el Seol se lleva a aquellos quienes han pecado. 20 El vientre que lo concibió lo olvidará; el gusano se alimentará dulcemente de él, él no será recordado más; de esta forma, la maldad será rota como un árbol. 21 El malvado devora a la mujer estéril que no ha concebido hijos; él no hace ningún bien a la viuda. 22 Aún Dios arrastra a la gente poderosa con Su poder; Él se levanta y no los fortalece en su vida. 23 Dios les permite pensar que están seguros, y ellos están felices acerca de eso, pero Sus ojos están en sus caminos. 24 Estas personas son exaltadas; aún, en sólo poco tiempo, ellos se irán; ciertamente, ellos serán traídos abajo; ellos serán reunidos como todos los demás; ellos serán cortados como las puntas de orejas de grano. 25 Si no es así, ¿quién puede probarme ser un mentiroso?; ¿quién puede hacer que mi discurso no valga nada?"

25

1 Luego Bildad el suhita contestó y dijo: 2 "Dominio y temor están con Él; Él hace orden en los lugares del cielo. 3 ¿Hay algún final para el número de Sus ejércitos? ¿Sobre quién Su luz no brilla? 4 ¿Cómo entonces el hombre puede ser justo con Dios? ¿Cómo puede el que es nacido de una mujer ser limpio, aceptable para Él? 5 Mira, hasta la luna no tiene resplandor para Él; las estrellas no son puras en Su vista. 6 ¡Cuánto menos el hombre, quien es un gusano-- un hijo de hombre, quien es un gusano!"

26

1 Luego Job contestó y dijo: 2 "¡Cómo tú has ayudado a uno quien no tiene poder! ¡Cómo tú has salvado el brazo que no tiene fuerza! 3 ¡Cómo tú has aconsejado a uno quien no tiene sabiduría y anunciaste a él el sonido del conocimiento! 4 ¿Con la ayuda de quién tu has hablado estas palabras? ¿De quién fue el espíritu que vino de ti? 5 Los muertos son hechos para temblar, aquellos quienes están debajo de las aguas y todos los que habitan en ellas. 6 El Seol está desnudo ante Dios, destrucción en sí misma no tiene cobertura contra Él. 7 Él expande los cielos del norte sobre los espacios vacíos, y Él cuelga la tierra sobre nada. 8 Él une las aguas en sus gruesas nubes, pero las nubes no se rasga bajo ellas. 9 Él cubre la superficie de la luna y esparce sus nubes en ella. 10 Él ha grabado una frontera circular en la superficie de las aguas como la línea entre luz y oscuridad. 11 Los pilares de los cielos tiemblan y están sorprendidos en Su reprensión. 12 Él calma el mar con su poder; por su entendimiento Él destrozó a Rahab. 13 Por su aliento Él hizo los cielos despejados; Su mano perforó a la serpiente que huía. 14 Mira, estos son solo los márgenes de sus caminos; ¡Cuán pequeño el susurro que nosotros escuchamos de Él! ¿Quién puede entender el estruendo de Su poder?"

27

1 Job continuó hablando y él dijo: 2 "Tan cierto como que Dios vive, Quien se ha llevado mi justicia, el Todopoderoso, Quien hizo mi vida amarga, 3 mientras mi vida todavía esté en mí, y el aliento de Dios está en mi naríz, esto es lo que haré. 4 Mis labios no hablarán maldad, tampoco mi lengua hablará engaño; 5 yo nunca admitiré que ustedes tres tienen la razón; hasta que yo muera nunca negaré mi integridad. 6 Yo me mantendré firme a mi justicia y no la dejaré ir; mis pensamientos no me reprocharán mientras yo viva. 7 Que mi enemigo sea como un hombre malvado; que él, quien se levanta en mí contra, sea como un hombre injusto. 8 Pues, ¿cuál es la esperanza de un hombre impío cuando Dios lo corta, cuando Dios se lleva su vida? 9 ¿Escuchará Dios su llanto cuando el problema venga sobre él? 10 ¿Se deleitará él mismo en el Todopoderoso y clamará a Dios en todo tiempo? 11 Yo le enseñaré a ustedes acerca de la mano de Dios; yo no ocultaré los pensamientos del Todopoderoso. 12 Miren, todos ustedes han visto esto ustedes mismos; ¿por qué entonces han hablado todas estas tonterías? 13 Este es el destino de un hombre malvado con Dios, la herencia del opresor que él recibe del Todopoderoso: 14 Si sus hijos se multiplican, es por la espada; sus descendientes nunca tendrán comida suficiente. 15 Aquellos quienes le sobrevivan serán enterrados por plaga, y sus viudas no harán lamento por ellos. 16 Aunque el hombre malvado acumule plata como el polvo y acumule ropa como barro, 17 él puede acumular ropa, pero las personas justas se las pondrán, y las personas inocentes dividirán la plata entre ellos. 18 Él construye su casa como una araña, como un refugio que un guardia hace. 19 Él se acuesta en cama de rico, pero él no seguirá haciéndolo así; él abre sus ojos y todo se ha ido. 20 Los terrores le alcanzan como las aguas; una tormenta se lo lleva en la noche. 21 El viento del este se lo lleva lejos y él se va; lo barre fuera de su lugar. 22 Este se lanza a sí mismo sobre él y no se detiene; él intenta huir fuera de su mano. 23 Aplaude sus manos a él en burla; lo saca de su lugar con silbidos.

28

1 Seguramente hay una mina de plata, un lugar donde ellos refinan oro. 2 El hierro es sacado de la tierra; el cobre es fundido fuera de la piedra. 3 Un hombre pone fin a la oscuridad y busca hasta los límites más lejanos, las piedras en oscuridad y densa tiniebla. 4 Él abre pozos lejos de donde viven las personas, lugares que son olvidados por el pie de cualquiera. Él se queda lejos de la gente; él se columpia de un lado a otro. 5 En cuanto a la tierra, de la cual viene el pan, se voltea debajo como por fuego. 6 Sus piedras son el lugar donde los safiros son encontrados, y su polvo contiene oro. 7 Ninguna ave de rapiña conoce el camino hacia él, ni el ojo del falcón le ha visto. 8 Los animales orgullosos no han caminado tal camino, ni el león feroz ha pasado por ahí. 9 Un hombre pone su mano en la roca del pedernal; Él vuelca las montañas por sus raíces. 10 Él corta los canales entre las rocas; Su ojo ve toda cosa de valor allí. 11 Él ata las corrientes para que no puedan correr; lo que está escondido allí, Él lo trae a la luz. 12 ¿Dónde será encontrada la sabiduría? ¿Dónde está el lugar del entendimiento? 13 El hombre no sabe su precio; ni se encuentra en la tierra de los vivientes. 14 Las aguas profundas bajo la tierra dicen: 'No está en mí;' el mar dice: 'No está conmigo.' 15 No puede ser obtenido por oro; ni tampoco puede la plata ser medida como su precio. 16 No puede ser valorada con el oro de Ofir, con preciado ónix o safiro. 17 El oro y el cristal no puede igualarlo en valor; tampoco puede ser cambiado por joyas de oro fino. 18 Ninguna mención es digna de hacerse del coral o jazpe; ciertamente, el precio de la sabiduría es más que los rubíes. 19 El topacio de Etiopía no la iguala; tampoco puede ser valuado en términos de oro puro. 20 ¿De dónde, pues, viene la sabiduría? ¿Dónde está el lugar del entendimiento? 21 La sabiduría está escondida de los ojos de todas las cosas vivientes y se mantiene escondida de las aves de los cielos. 22 La Destrucción y la Muerte dicen: 'Nosotros hemos escuchado solo un rumor sobre eso con nuestros oídos.' 23 Dios entiende el camino hacia eso; Él conoce su lugar. 24 Pues Él mira los confines de la tierra y ve bajo todos los cielos. 25 Él hizo la fuerza de los vientos y la cantidad de agua por medida. 26 Él hizo un decreto a la lluvia y un camino al rayo del trueno. 27 Entonces Él vió sabiduría y la anunció; la estableció, de hecho, y Él la examinó. 28 A personas Él dijó: 'Vean, el temor del Señor- que es sabiduría; para apartarse del mal es entendimiento.'

29

1 Job continuó y dijo: 2 "Oh, si pudiera estar como en los pasados meses cuando Dios cuidaba de mí, 3 cuando Su lámpara brilló sobre mi cabeza, y cuando caminé entre la oscuridad por Su luz. 4 ¡Oh, que yo fuera como en la madurez de mis días, cuando la amistad de Dios estaba en mi carpa, 5 cuando el Todopoderoso todavía estaba conmigo, y mis hijos estaban alrededor mío, 6 cuando mi camino estuvo cubierto de crema, y las piedras me brotaban corrientes de aceite! 7 Cuando iba a la puerta de la ciudad, cuando yo me sentaba en mi lugar en la plaza de la ciudad, 8 los hombres jóvenes me miraban y mantenían su distancia de mí en respeto, y la gente envejecida se levantaban y se paraban por mí. 9 Los príncipes se abstenían de hablar cuando yo venía; ellos ponían sus manos sobre sus bocas. 10 Las voces de los nobles fueron silenciadas, y sus lenguas se pegaban al techo de sus bocas. 11 Pues, después que sus oidos me oían, ellos luego me bendecían; después que sus ojos me veían, luego ellos daban testimonio de mí, y me aprobaban 12 porque yo rescaté a aquel que era pobre cuando clamó, y aquel que no tenía padre cuando no tenía quien le ayudara. 13 La bendición de aquel quien estaba a punto de perecer, vino a mí; yo causaba que el corazón de la viuda cantara por gozo. 14 Me puse justicia y me cubrió; mi justicia fue como una túnica y turbante. 15 Fui ojos para personas ciegas; fui pies para personas cojas. 16 Fui un padre de personas con necesidad; yo examinaba el caso de personas quienes aún yo no conocía. 17 Yo quebré las quijadas de los hombres injustos. Yo le saqué a la víctima de entre sus dientes. 18 Luego dije: 'Yo moriré en mi nido; yo multiplicaré mis días como los granos de arena. 19 Mis raíces están esparcidas hacia las aguas, y el rocío se encuentra toda la noche en mis ramas. 20 El honor en mí es siempre fresco, y el arco de mi fuerza es siempre nuevo en mi mano.' 21 A mí los hombres me escuchaban; ellos esperaban por mí; ellos se quedaban en silencio para escuchar mi consejo. 22 Después que mis palabras terminaban, ellos no hablaban más; mi discurso caía como agua sobre ellos. 23 Ellos siempre esperaron por mí como ellos esperaban por la lluvia; ellos abrieron ampliamente sus bocas para beber mis palabras, como harían con la lluvia tardía. 24 Yo sonreí sobre ellos cuando ellos no se lo esperaban; ellos no rechazaron la luz de mi rostro. 25 Yo decidía su camino y me senté como su jefe; viví como un rey en su ejército, como uno que consuela a los que sufren.

30

1 Ahora aquellos que son más jóvenes que yo no tienen nada sino burlas para mí, estos jóvenes a cuyos padres yo reusaría permitir que trabajaran al lado de los perros de mi rebaño. 2 En realidad, ¿cómo podría ayudarme la fuerza de las manos de sus padres, hombres quiénes a causa de su edad avanzada su fuerza ha perecido? 3 Ellos estaban flacos a causa de su pobreza y hambre; ellos roían la tierra seca en la oscuridad del desierto y la desolación. 4 Ellos arrancaban yerbas amargas y hojas de arbustos; las raíces de retama eran su alimento. 5 Ellos fueron expulsados de entre los pueblos quienes gritaron detrás de ellos como uno lo haría detrás de un ladrón. 6 Así que ellos tuvieron que vivir en los valles de los ríos, en hoyos en la tierra y en las rocas. 7 Entre los arbustos ellos rebuznaban como burros; se reunían bajo los arbustos. 8 Ellos eran hijos de tontos, en realidad, hijos de gente sin nombre. Ellos fueron expulsados de la tierra a latigazos 9 Pero ahora, para sus hijos yo he venido a ser motivo de una canción de burla; en efecto, ahora yo soy una broma para ellos. 10 Ellos me aborrecen y se paran lejos de mí; ellos no se retraen de escupir en mi cara. 11 Pues Dios ha aflojado la cuerda a mi arco y me ha afligido, y aquellos que se burlan de mí lo hacen en mí cara sin ninguna restricción. 12 Sobre mi mano derecha se levanta la chusma; ellos me llevan lejos y apilan contra mí sus montículos de asedio. 13 Ellos destruyen mi camino; y empujan hacia adelante el desastre para mí, hombres quienes no tienen a nadie que los detenga. 14 Ellos vinieron contra mí como un ejército a través de un hoyo ancho en el muro de una ciudad; en medio de la destrucción ellos rodaron sobre mí. 15 El terror se tornó sobre mí; mi honor es llevado lejos como por el viento; mi prosperidad se discipa como una nube. 16 Ahora mi vida se está derramando en mí; muchos días de sufrimiento me han agarrado. 17 En la noche mis huesos son perforados; los dolores que roen en mí no descansan. 18 La gran fuerza de Dios ha agarrado mis vestidos; me ha envuelto como el collar de la túnica. 19 Él me ha lanzado al lodo; he venido a ser como polvo y cenizas. 20 Yo ruego a Tí, pero Tú no me respondes; me pongo de pie, y Tú apenas me miras. 21 Tú has cambiado y has sido cruel conmigo; con la fuerza de tu mano me persigues. 22 Tú me has levantado al viento y haces que me lleve lejos; me tiras adelante y hacia atrás en la tormenta. 23 Pues yo se que Tú me llevarás a la muerte, a la casa destinada para todas las cosas vivientes. 24 Sin embargo, ¿quién no extiende sus manos para rogar por ayuda cuando cae? ¿Quién en problemas no pide ayuda? 25 ¿No lloré yo por el que estaba en problemas? ¿No me afligí por el hombre en nesecidad? 26 Cuando yo buscaba el bien, entonces vino el mal; cuando yo esperaba la luz, en su lugar vino oscuridad. 27 Mi corazón está angustiado y no descanza; días de aflicción me han sobrevenido. 28 Yo he ido de aquí para allá como uno que estaba viviendo en la obscuridad, pero no a causa del sol; Yo me levanté en la asamblea y grité por ayuda. 29 Yo soy un hermano para los chacales, una compañía de avestruces. 30 Mi piel es negra y se me cae; mis huesos están quemados con calor. 31 Por lo tanto, mi arpa esta afinada para canciones de luto, mi flauta para el canto de aquellos que lloran.

31

1 He hecho yo un pacto con mis ojos; ¿cómo debo mirar con deseo una virgen? 2 Pues, ¿cuál es la porción del Dios de arriba, la heredad del Todopoderoso en las alturas? 3 Yo pensaba que la calamidad es para personas injustas, y el desastre para los hacedores de maldad. 4 ¿No ve Dios mis caminos y cuenta todos mis pasos? 5 Y si he caminado con falsedad, y si mis pies se han apresurado al engaño, 6 déjame ser juzgado honestamente para que Dios conozca mi integridad. 7 Si mis pasos se han vuelto fuera del camino recto, si mi corazón se fue detrás de mis ojos, si alguna mancha ha contaminado mis manos, 8 entonces, déjame sembrar y permite que otro coma; de hecho que la cosecha sea arrancada de mi campo. 9 Si mi corazón ha sido engañado por una mujer, si he estado esperando a la puerta de mi vecino, 10 entonces, deja que mi esposa muela grano para otro, y deja que los otros se postren ante ella. 11 Lo que sería un terrible crimen; de hecho, sería un crimen para ser castigado por los jueces. 12 Porque eso es un fuego que consume todo para el Seol y que quemaría toda mi cosecha. 13 Si yo ignoré el pedido por justicia de parte de mi sirviente masculino o femenino cuando ellos discuteron conmigo, 14 ¿entonces, qué podré hacer cuando Dios se levante para acusarme a mí? ¿Cuándo Él venga a juzgarme, cómo le voy a contestar a Él? 15 ¿Acaso el que me hizo en el vientre de mi madre no los hizo a ellos tambien? ¿No fue el mismo quien nos moldeó a todos en el vientre? 16 Si yo he impedido el deseo de los pobres, o he causado que los ojos de la viuda se oscurezcan de tanto llorar, 17 o si he comido mi bocado solo y no he permitido que aquellos sin padres lo puedan comer también- 18 porque desde mi infancia el huérfano creció conmigo como con un padre, y he guiado a su madre, una viuda, desde el vientre de mi madre. 19 ¡Si he visto a alguien perecer por falta de ropa, o si he visto que un hombre necesitado no tenía ropa; 20 si en su corazón no me ha bendecido porque él no ha sido calentado con la lana de mis ovejas, 21 si he levantado mi mano contra personas huérfanas porque he visto mi apoyo en la puerta de la ciudad, entonces traigan cargos contra mí! 22 Si yo he hecho estas cosas, entonces dejen que mi hombro se caiga del omóplato, y dejen que mi brazo sea roto de su articulación. 23 Porque temía la destrucción por parte de Dios; por Su majestad, no fuí capaz de hacer esas cosas. 24 ¡Si he hecho del oro mi esperanza, y si he dicho al oro fino, 'Tú eres en quien confio;' 25 si yo me he regocijado porque mi salud es grandiosa, porque mi mano ha obtenido muchas posesiones, entonces traigan cargos contra mí! 26 Si yo he visto el sol cuando brilló, o la luna caminando en su brillantez, 27 y si mi corazón ha sido secretamente atraído, de modo que mi boca ha besado mi mano en adoración a ellos- 28 esto también sería un crimen a ser castigado por los jueces, por cuánto yo he negado el Dios de las Alturas. 29 ¡Si yo me he regocijado ante la destrucción de alguien que me odie o yo he sentido felicidad cuando un desastre le ha sobrevenido a él, entonces traigan cargos contra mí! 30 De hecho, yo nunca he permitido que mi boca peque pidiendo que en su vida le vaya mal. 31 Si los hombres de mi carpa nunca han dicho, '¿quién puede encontrar uno que no haya sido llenado con los alimentos de Job?' 32 (aún el extranjero nunca ha tenido que quedarse en la plaza de la ciudad, porque yo siempre he abierto mis puertas al viajero), y si eso no es así, ¡entonces traigan cargos contra mí! 33 Si, como la humanidad, yo he escondido mis pecados por ocultar mi culpa en mi túnica 34 (porque tuve temor de las grandes multitudes, porque el desprecio de las familias me aterroriza, así que me quedé callado y no salí afuera), ¡entonces traigan acusaciones contra mí! 35 ¡Oh, si yo tuviera alguien que me escuche! Ves, aquí esta mi firma; deja que el Todopoderoso me conteste! ¡Si yo solo tuviera la acusación que mi oponente ha escrito! 36 Seguramente yo lo cargaría abiertamente en mi hombro; yo me lo pondría como una corona. 37 Yo le declararía a Él una suma de mis pasos; como príncipe confidente yo iría a Él. 38 Si mi tierra siempre llora contra mí, y sus surcos lloran juntos, 39 y si he comido sus cosechas sin haber pagado por ellas o he causado que sus dueños pierdan la vida, 40 entonces deja que crezcan cardos en lugar de trigo y hierba en lugar de cebada." Las palabras de Job son finales.

32

1 Así que estos tres hombres dejaron de contestarle a Job porque él era recto en sus propios ojos. 2 Entonces se encendió la ira de Eliú, hijo de Baraquel el buzita, de la familia de Ram; se encendió en contra de Job porque él se justificó a sí mismo en vez de a Dios. 3 La ira de Eliú también se encendió en contra de sus tres amigos porque no encontraron contestación para Job, y aún así ellos habían condenado a Job. 4 Ahora Eliú había esperado para hablar con Job porque los otros hombres eran mayores que él. 5 Sin embargo, cuando Eliú vió que no había contestación en las bocas de estos tres hombres, su ira se encendió. 6 Entonces Eliú, hijo de Baraquel el buzita, habló y dijo: "Yo soy joven, y ustedes son muy viejos. Es por eso que me aguanté y no me atreví a decirles mi propia opinión. 7 Dije: "El largo de los días debería hablar; una multitud de años debería enseñar sabiduría. 8 Pero hay un espíritu en un hombre; el aliento del Todopoderoso le da entendimiento. 9 No es solo la gente grandiosa que es sabia, ni la gente envejecida los únicos que entienden la justicia. 10 Por lo tanto, les digo a ustedes: 'Escúchenme a mí; yo también les diré mi conocimiento.' 11 Vean, esperé por sus palabras; yo atendí sus argumentos mientras ustedes pensaban qué decir. 12 Ciertamente, les presté atención, pero, vean, no hubo ninguno de ustedes que pudiera convencer a Job o que pudiera responder a sus palabras. 13 Tengan cuidado de no decir: '¡Hemos encontrado la sabiduría!' Dios tendrá que derrotar a Job; meramente el hombre no puede hacerlo. 14 Pues Job no ha dirigido sus palabras en contra de mí, así que no le contestaré con las palabras de ustedes. 15 Estos tres hombres están pasmados; ya no pueden contestarle a Job; no tienen una palabra más que decir. 16 ¿Debería yo esperar porque no están hablando, porque están ahí parados en silencio y no contestan más? 17 No, yo también contestaré de mi parte; yo también les diré mi conocimiento. 18 Pues estoy lleno de palabras; el espíritu dentro de mí me obliga. 19 Vean, mi pecho es como el vino fermentándose sin ventilación; como odres nuevos, está listo para estallar. 20 Yo hablaré para que así pueda ser refrescado; abriré mis labios y contestaré. 21 No mostraré favoritismo; ni tampoco otorgaré títulos honoríficos a cualquier hombre. 22 Pues yo no sé cómo otorgar tales títulos; si así lo hiciera, mi Hacedor pronto me llevaría.

33

1 Así que ahora, Job, yo te ruego, escucha mi discurso; atiende a todas mis palabras. 2 Mira ahora, yo he abierto mi boca; mi lengua ha hablado en mi boca. 3 Mis palabras salen de la rectitud de mi corazón; mis labios hablan conocimiento puro. 4 El Espíritu del Señor me ha hecho; el aliento del Todopoderoso me ha dado vida. 5 Si tú puedes, contéstame; pon en orden tus palabras ante mí y párate. 6 Mira, yo soy igual que tú a la vista de Dios; yo también he sido formado del barro. 7 Mira, el terror de mí no te dará miedo; tampoco mi presión va a ser pesada sobre ti. 8 Tú ciertamente has hablado en mi escuchar; yo he escuchado el sonido de tus palabras diciendo: 9 'Yo soy limpio y sin transgresión; Yo soy inocente, y no hay pecado en mí. 10 Mira, Dios encuentra oportunidades para atacarme; Él me considera como su enemigo. 11 Él pone mis pies en trampas; Él vigila todos mis caminos.' 12 Mira, en esto tú no tienes la razón--Yo te voy a contestar, pues Dios es más grande que el hombre. 13 ¿Por qué tú luchas contra Él? Él no rinde cuenta por cualquiera de sus acciones. 14 Pues Dios habla una vez-- sí, dos, aunque el hombre no lo note. 15 En un sueño, en una visión de la noche, cuando el sueño profundo cae sobre los hombres, en el sueño en la cama-- 16 entonces Dios abre los oídos de los hombres, y los asusta con amenazas, 17 con el fin de sacar al hombre de sus propósitos pecaminosos, y mantener el orgullo lejos de él. 18 Dios mantiene la vida del hombre lejos del abismo, su vida de cruzar a la muerte. 19 El hombre es castigado también con dolor sobre su cama, con constante agonía en sus huesos, 20 para que su vida aborrezca la comida, y su alma aborrezca las delicias. 21 Su carne es consumida para que no pueda ser vista; sus huesos, que no se veían, ahora sobresalen. 22 Ciertamente, su alma se acerca al abismo, su vida hacia aquellos quienes desean destruirla. 23 Pero si hay un ángel quien pueda ser un mediador para él, un mediador, uno de entre los miles de ángeles, para demostrarle a él lo que es correcto hacer, 24 y si el ángel es amable con él y le dice a Dios: 'Salva a esta persona de caerse al abismo; yo he encontrado un rescate para él,' 25 entonces su carne va a convertirse más fresca que la de un niño; él volverá a los días de la fuerza de su juventud. 26 Él va a orarle a Dios, y Dios será amable con él, para que él vea la cara de Dios con gozo. Dios le dará a la persona su triunfo. 27 Luego esa persona cantará frente a otras personas y dirá: 'Yo pequé y pervertí eso que era correcto, pero mi pecado no fue castigado. 28 Dios ha rescatado mi alma de irse por el abismo; mi vida seguirá viendo la luz.' 29 Mira, Dios hace todas estas cosas con una persona, dos, sí, incluso tres veces, 30 para traer de regreso su alma del abismo, para que él pueda ser iluminado con la luz de vida. 31 Presta atención, Job, y escúchame a mí; guarda silencio y yo hablaré. 32 Si tienes algo que decir, contéstame; habla, pues yo deseo probar que tú estás en lo correcto. 33 Si no, entonces escúchame a mí; permanece en silencio, y yo te enseñaré sabiduría."

34

1 Por otra parte, Eliú continuó hablando: 2 "Escuchen a mis palabras, ustedes hombres sabios; escúchenme, ustedes que tienen conocimiento. 3 Pues el oído trata palabras como el paladar prueba comida. 4 Escogeremos para nosotros mismos lo que es justo: descubramos entre nosotros mismos lo que es bueno. 5 Pues Job ha dicho: 'Yo soy justo, pero Dios se ha llevado mis derechos. 6 Independientemente de mis derechos, yo soy considerado un mentiroso. Mi herida es incurable, aunque yo estoy sin pecado.' 7 ¿Cúal hombre es como Job, que bebe burla como agua, 8 que camina en la compañía de aquellos que hacen mal, y que camina con hombres malvados? 9 Pues él ha dicho: 'Es inútil para una persona tomar placer en hacer lo que Dios quiere.' 10 Así que escúchenme, ustedes hombres de entendimiento: lejos esté de Dios que Él haga maldad; lejos esté del Todopoderoso que Él cometa pecado. 11 Pues él devuelve el trabajo de una persona; Él hace a cada hombre encontrar la recompensa de sus propios caminos. 12 En efecto, Dios no hace nada malvado, y el Todopoderoso nunca pervierte la justicia. 13 ¿Quién lo puso a cargo sobre la tierra? ¿Quién puso el mundo entero bajo Él? 14 Si alguna vez Él estableció sus intenciones solamente en Él mismo, y si Él alguna vez juntó para sí mismo Su espíritu y Su aliento, 15 entonces toda carne perecería junta; la humanidad regresaría al polvo de nuevo. 16 Si ahora tú tienes entendimiento, escucha ésto; escucha el sonido de mis palabras. 17 ¿Puede uno que odie justicia gobernar? ¿Tú condenarías a Dios, quien es justo y poderoso? 18 Dios, quien le dice a un rey: 'Tú eres vil', o dice a nobles: '¿Ustedes son malvados?' 19 Dios, quien no muestra favoritismo a líderes y no reconoce a personas ricas más que a las pobres, pues todos ellos son el trabajo de sus manos. 20 En un momento ellos morirán; a medianoche las personas serán sacudidas y pasarán; personas poderosas serán llevadas lejos, pero no por manos humanas. 21 Pues los ojos de Dios están sobre los caminos de una persona; Él ve todos sus pasos. 22 No hay oscuridad, ni espesa penumbra donde los hacedores de iniquidad puedan esconderse a sí mismos. 23 Pues Dios no necesita examinar más a una persona; no hay necesidad para que cualquier persona tenga que ir delante de Él en juicio. 24 Él quiebra a hombres poderosos en pedazos pues por sus caminos no se necesita más investigación; Él pone a otros en sus lugares. 25 De esta manera Él tiene conocimineto de sus obras; Él derroca a estas personas en la noche; ellos son destruidos. 26 A la vista de otros, Él los mata como criminales, por sus obras malvadas 27 porque ellos se alejaron de seguirle y se negaron a reconocer cualquiera de sus caminos. 28 De esta manera, ellos hicieron que el llanto de personas pobres vinieran a Él; Él escuchó el llanto de personas afligidas. 29 Cuando Él se mantiene en silencio, ¿quién lo puede condenar? Si Él esconde su rostro, ¿quién puede percibirlo? Él gobierna sobre nación e individuo por igual, 30 para que así un hombre impío no pueda gobernar, para que así no pueda haber ninguno que entrampe a las personas. 31 Supongamos que alguien le dice a Dios: 'Yo soy ciertamente culpable, pero yo no pecaré más nunca, 32 enséñame lo que no puedo ver; yo he cometido pecado, pero yo no lo haré más.' 33 ¿Ustedes piensan que Dios castigará el pecado de esa persona, ya que a ustedes le desagrada lo que Dios hace? Ustedes deben escoger, no yo. Así que digan qué es lo que ustedes saben. 34 Hombres de entendimiento me dirán, en efecto, cada hombre sabio que me escucha dirá: 35 'Job habla sin conocimiento; sus palabras son sin sabiduría.' 36 Si tan solo Job estuviera puesto en juicio en los más pequeños detalles de su caso a causa de su hablar como hombre malvado. 37 Pues él añade rebelión a su pecado; en medio nuestro él aplaude sus manos en burla; él amontona palabras contra Dios."

35

1 Además Eliu continuó diciendo: 2 "¿Crees que esto es justo cuando dices: 'Mi derecho delante de Dios'? 3 Pues preguntas, '¿Qué útil es esto para mí? y, '¿Estaría yo mejor si hubiera pecado?' 4 Yo les contestaré, a ambos, a tí y a tus amigos. 5 Alza tu vista al cielo, y míralo; observa el cielo, el cual es más alto que tú. 6 Si tú has pecado, que daño le haces a Dios? ¿Si tus transgresiones se amontonan alto, que le haces a Él? 7 ¿Si tú eres recto, qué le puedes dar a Él? ¿Qué recibirá Él de tu mano? 8 Tú maldad puede dañar a un hombre, así como tú eres un hombre, y tu rectitud puede beneficiar a otro hijo de hombre. 9 Debido a muchos actos de opresión, el pueblo grita; ellos claman por ayuda de manos de hombres poderosos. 10 Pero ninguno dice: '¿Dónde está Dios mi Hacedor, quién da canciones en la noche, 11 quién nos enseña más a nosotros que a las bestias de la tierra, y quién nos hace más sabios que las aves del cielo?' 12 Allí ellos claman, pero Dios no da respuesta por el orgullo del hombre malvado. 13 Dios ciertamente no escuchará un clamor tonto; el Todopoderoso no prestará atención a él. 14 ¡Cuánto menos te escuchará Él si dices que no lo ves, que tu caso está delante de Él, y que estás esperando por Él! 15 Cuánto menos te responderá Él si tú dices que Él nunca castiga a alguno en ira, y que Él no esta muy preocupado por el orgullo del pueblo. 16 Así que Job sólo abre su boca para hablar tonterias; él acumula palabras sin conocimiento."

36

1 Eliú continuó y dijo: 2 "Permíteme hablar un poco más, y yo te mostraré algunas cosas porque yo tengo un poco más que decir en defensa de Dios. 3 Yo obtendré mi conocimiento desde lejos; yo reconoceré que la justicia le pertenece a mi Creador. 4 Porque de hecho, mis palabras no serán falsas; alguien que es maduro en conocimiento está contigo. 5 Mira, Dios es poderoso, y no desprecia a nadie; Él es poderoso en fuerza de entendimiento. 6 Él no preserva la vida de la gente maligna pero en su lugar, hace lo que es correcto para aquellos quienes sufren. 7 Él no quita sus ojos de la gente justa pero en su lugar, los pone en tronos como reyes por siempre, y ellos son levantados. 8 Si ellos están amarrados en cadenas y atrapados en cuerdas de sufrimiento, 9 entonces Él les revela a ellos lo que han hecho, y sus transgresiones y su orgullo. 10 Él también les abre sus oídos a Sus instrucciones, y les ordena a ellos a alejarse de la iniquidad. 11 Si ellos lo escuchan y lo adoran a Él, ellos pasarán sus días en prosperidad, sus años en alegría. 12 Sin embargo, si ellos no escuchan, ellos morirán por la espada; ellos morirán porque no tienen conocimiento. 13 Esos que son impíos de corazón guardan su enojo; ellos no claman por ayuda aún cuando Dios los amarra. 14 Ellos mueren en su juventud; sus vidas terminan entre las prostitutas de culto. 15 Dios rescata a la gente afligida por medio de sus aflicciones; Él abre sus oídos por medio de su opresión. 16 De hecho, a Él le gustaría sacarlos de la angustia a un amplio lugar donde no hay dificultades y donde su mesa sería preparada con comida llena de grasa. 17 Pero tú estás lleno de juicio en las personas malignas; juicio y justicia te han atrapado a ti. 18 No dejes que tu enojo te lleve a burlarte, o que la grandeza de un rescate te lleve a un lado. 19 ¿Puede tu riqueza beneficiarte, para que no pases angustias, o puede todo el poder de tus fuerzas ayudarte? 20 No desees la noche, para cometer pecado en contra de otros, cuando la gente es cortada en su lugar. 21 Ten cuidado de no girarte al pecado porque estás siendo probado al sufrir para que te mantengas alejado del pecado. 22 Mira, Dios es exaltado en Su poder; ¿Quién es un maestro como Él? 23 ¿Quién alguna vez lo ha instruído a Él en su camino? ¿Quién puede alguna vez decirle a Él: 'Tú has cometido injusticia?' 24 Recuerda alabar Sus obras, de las cuales ha cantado la gente. 25 Toda las personas han mirado esas obras, pero ellos ven esas obras solo desde muy lejos. 26 Mira, Dios es grande, pero nosotros no lo entendemos bien a Él; el número de sus años es incalculable. 27 Pues Él dibuja las gotas de agua que Él filtra como lluvia de Su vapor, 28 la cual las nubes echan abajo y caen en abundancia sobre la humanidad. 29 De hecho, ¿puede alguien entender la extensa cantidad de las nubes y el trueno desde su choza? 30 Mira, Él esparce Su rélampago sobre él y cubre las raíces del mar. 31 En Su camino, Él juzga la gente y da comida en abundancia. 32 Él llena Su mano con el relámpago hasta que Él le ordena que caíga contra su objetivo. 33 Su trueno advierte de la tormenta, el ganado también escucha que viene.

37

1 En efecto, mi corazón tiembla ante esto; y se mueve de su lugar. 2 Oye, oh, oye el ruido de su voz, el sonido que sale de su boca. 3 Él lo envia bajo todo el cielo, y manda su relámpago a los bordes de la Tierra. 4 Una voz ruge detrás de el; truena con la voz de su majestad; no contiene los rayos cuando se escucha su voz. 5 Dios truena maravillosamente con Su voz; Él hace grandes cosas que no podemos comprender. 6 Pero Él le dice a la nieve. 'Cae sobre la tierra'; igual a la lluvia, 'Conviértete en una gran lluvia.' 7 Él detiene la mano de todos de trabajar, para que la gente, que Él ha hecho, pueda ver Sus obras. 8 Entonces, la bestias se van a esconder y se quedan en sus refugios. 9 La tormenta sale de su cámara en el sur y el frío de los vientos dispersados en el norte. 10 Por el aliento de Dios, el hielo es dado; la expansión de la aguas congeladas son como metal. 11 Ciertamente, Él pesa la densa nube con la humedad; Él esparse sus relámpagos a través de las nubes. 12 Él mueve las nubes bajo su dirección, para que ellas hagan lo que Él les manda sobre la superficie del mundo entero. 13 Él hace que todo esto suceda; a veces sucede para correción, a veces para su tierra, y a veces como actos de fidelidad para el convenio. 14 Escucha esto, Job; detente y piensa de los hechos maravillosos de Dios. 15 ¿Sabes tú como Dios obliga su voluntad sobre las nubes y hace que los rayos destellen en ellos? 16 ¿Tú entiendes como flotan las nubes, las obras maravillosas de Dios, que es perfecto en conocimiento? 17 ¿Tú entiendes como tus ropas se ponen caliente cuando la tierra está quieta porque el viento viene del sur? 18 ¿Puedes tu extender el firmamento como Él puede- el cielo que es tan fuerte como un espejo de metal? 19 Enséñanos lo que debemos decirle, porque nosotros no podemos exponer nuestros argumentos en orden a causa de la oscuridad de nuestras mentes. 20 ¿Debo decirle que deseo hablar con Él? ¿Habrá una persona que desea ser tragada? 21 Ahora, la gente no puede mirar al sol cuando brilla en el cielo después que el viento pasa a través de las nubes y lo despeja. 22 Del norte viene el dorado esplandor - sobre Dios es majestad temible. 23 En cuanto al Tododeroso, ¡no podemos encontrarlo! Él es grande en poder; Él no oprime la justicia y abundante rectitud. 24 Por eso, la gente Le teme. Él no le presta atención aquellos que son sabios en sus propios pensamientos.

38

1 Luego, el SEÑOR llamó a Job desde una tormenta feroz y dijo: 2 "¿Quién es este que trae oscuridad a los planes por medio de palabras sin conocimiento? 3 Ahora, ciñe tus lomos como un hombre, pues yo te haré preguntas y tú tienes que contestarme. 4 ¿Dónde estabas tú cuando Yo establecí los cimientos de la tierra? Dime, si tienes tanto entendimiento. 5 ¿Quién determinó sus dimensiones? Dime, si tú sabes. ¿Quién estiró la línea de medida sobre ella? 6 ¿Sobre qué fueron establecidos sus cimientos? ¿Quién estableció su piedra angular 7 cuando las estrellas de la mañana cantaron unidas y todos los hijos de Dios gritaron de alegría? 8 ¿Quién cerró al mar con puertas cuando estalló, como si hubiese salido del vientre--- 9 cuando Yo le hice a las nubes sus vestidos, y a la densa oscuridad sus envolturas de vendas? 10 Eso fue cuando Yo le marqué al mar Mi límite, y cuando Yo coloqué sus barras y puertas, 11 y cuando Yo le dije: "Tú puedes llegar hasta aquí, pero no más lejos; aquí es donde Yo pondré Mi límite al orgullo de tus olas.' 12 ¿Alguna vez, desde que tus propios días comenzaron, le has dado órdenes a la mañana para que comience y causado al amanecer de la mañana saber su lugar en la esquema de las cosas, 13 para que pueda sostener los lados de la tierra a fin de que las personas malvadas puedan ser sacudidas fuera de ella? 14 La tierra es cambiada en apariencia como el barro cambia bajo un sello; todas las cosas sobre ésta sobresalen claramente como los dobleces de una pieza de vestidura. 15 De las personas malvadas su 'luz' le es quitada; su brazo levantado es roto. 16 ¿Has ido a las fuentes de las aguas del mar? ¿Has caminado en las partes más bajas de la profundidad? 17 ¿Las puertas de la muerte te han sido reveladas? ¿Has visto las puertas de la sombra de la muerte? 18 ¿Has entendido a la tierra en su expansión? Dime, si lo sabes todo. 19 ¿Dónde está el camino al lugar de descanso de la luz--- en cuanto a la oscuridad, dónde está su lugar? 20 ¿Puedes tú guiar a la luz y a la oscuridad a sus lugares de trabajo? ¿Puedes tú encontrar el camino de regreso a sus casas por ellos? 21 Sin lugar a dudas tú sabes, pues habías nacido entonces; ¡el número de tus días es tan grande! 22 ¿Has entrado a las casas de almacén para la nieve, o has visto las casas de almacén para el granizo, 23 estas cosas que Yo he guardado para tiempos de problema, para días de batalla y guerra? 24 ¿Cuál es el camino a donde los relámpagos son distribuídos o donde los vientos son esparcidos desde el este sobre la tierra? 25 ¿Quién ha creado los canales para las inundaciones de lluvia, o quién ha hecho las rutas para los estruendos de rayo, 26 para causar que llueva sobre tierras donde ninguna persona existe, y sobre el desierto, en el cual no hay nadie, 27 para así encontrar las necesidades de las regiones estériles y solitarias, y para hacer brotar a la hierba tierna? 28 ¿Hay un padre de la lluvia? ¿Quién ha engendrado las gotas de rocío? 29 ¿Del vientre de quién el hielo provino? ¿Quién dio a luz a la escarcha blanca del cielo? 30 Las aguas se esconden y se vuelven como una piedra; la superficie de las profundidades se congela. 31 ¿Puedes atar las cadenas sobre las Pléyades o deshacer las cuerdas de Orión? 32 ¿Puedes guiar a las constelaciones para aparecer en sus propios tiempos? ¿Puedes guiar a la Osa con sus hijos? 33 ¿Sabes las regulaciones del cielo? ¿Podrías poner en lugar la regla del cielo sobre la tierra? 34 ¿Puedes levantar tu voz hacia las nubes para que una abundancia de agua de lluvia pueda cubrirte? 35 ¿Puedes enviar rayos de relámpago para que puedan salir, que ellos te digan, 'Aquí estamos?' 36 ¿Quién ha puesto sabiduría en las nubes o ha dado entendimiento a las neblinas? 37 ¿Quién puede numerar las nubes por su destreza? ¿Quién puede derramar cántaros de agua del cielo 38 cuando el polvo se vuelve una masa dura y los terrones de tierra se aglomeran apretadamente juntos? 39 ¿Puedes tú cazar una víctima para una leona o satisfacer el apetito de sus cachorritos 40 cuando ellos están rugiendo en sus guaridas y refugiándose, escondiéndose para reposar y esperar? 41 ¿Quién provee víctimas para los cuervos cuando sus jovencitos claman a Dios y se tambalean por falta de comida?

39

1 ¿Sabes tú en qué tiempo las cabras salvajes en las rocas llevan a sus pequeños? 2 ¿Pueden ustedes ver luego las ciervas teniendo sus cervatillos? ¿Puedes tú contar los meses que ellos gestan? ¿Sabes tú el tiempo cuando llevan a sus pequeños? 3 Ellas se agachan hacia abajo y dan a luz sus pequeños, y luego ellas terminan sus dolores de parto. 4 Sus pequeños se hacen fuertes y crecen en los campos abiertos; ellos salen y no regresan de nuevo. 5 ¿Quién permitió que el burro salvaje fuera libre? ¿Quién ha desatado los lazos del burro veloz, 6 cuya casa Yo he hecho en Arabah, su casa en la tierra salada? 7 Él ríe con indiferencia a los ruidos en la ciudad; él no escucha los gritos del conductor. 8 Él vaga por las montañas como sus pastos; allí él busca por cada planta verde para comer. 9 ¿Podrá el buey salvaje ser feliz de servirte? ¿Podrá él aceptar quedarse en tu pesebre? 10 ¿Con una cuerda puedes tú controlar el buey salvaje para arar los surcos? ¿Podrá él recorrer los valles por ti? 11 ¿Podrás tú confiar en él porque su fuerza es grande? ¿Podrás tú dejar tu trabajo para él hacerlo? 12 ¿Podrás tú depender en él para traer tu grano a casa, para reunir el grano para tu piso de trilla? 13 ¿Las alas del avestruz aletean orgullosamente, pero ellos son piñones y plumaje de amor? 14 Porque ella deja sus huevos en la tierra, y ella deja que ellos se mantengan calientes en el polvo; 15 ella olvida que un pie puede aplastarlos o que una bestia salvaje pueda pisotearlos. 16 Ella trata a sus pequeños rudamente, como si ellos no fueran de ella; ella no teme que su trabajo puede haber sido en vano, 17 porque Dios la ha privado de sabiduría y no le ha dado a ella ningún entendimiento. 18 Cuando ella corre rápidamente, ella se ríe con indiferencia hacia el caballo y su jinete. 19 ¿Le has dado tú al caballo su fuerza? ¿Has vestido tú su cuello con su fluída melena? 20 ¿En algún momento tú lo has hecho brincar como una langosta? La majestad de su resoplido es temible. 21 Él patea con poder y se regocija en su fortaleza; él se apresura para enfrentar las armas. 22 Él se burla del temor y no desmaya; él no retrocede de la espada. 23 La bolsa de las flechas se estremece contra sus flancos, junto con la lanza parpadeando y la jabalina. 24 Él se traga el suelo con furia y coraje; en el sonido de la trompeta, él no puede mantenerse en un solo lugar. 25 Cuando la trompeta suena, él dice, '¡Aja!' Él huele la batalla desde muy lejos-- los estruendosos gritos de los comandante y los gritos de batalla. 26 ¿Es por tu sabiduría que el águila vuela, que ella expande sus alas para el sur? 27 ¿Es a tus órdenes que el águila sube y crea su nido en lugares altos? 28 Él vive en las colinas y hace su casa en la punta de los acantilados, una fortaleza. 29 Desde ahí él busca por víctimas; sus ojos las ven desde lo muy lejano. 30 Sus pequeños también beben sangre; donde las personas muertas están, allí está él."

40

1 El SEÑOR continuó hablándole a Job; Él le dijo: 2 "¿Debe alguno quien desea criticar, tratar de corregir al Todopoderoso? El que discute con Dios, deje que Él le conteste.'' 3 Entonces Job le contestó al SEÑOR y dijo: 4 "Mira, yo soy insignificante; ¿cómo puedo yo contestarte? Yo pongo mi mano sobre mi boca. 5 Yo hablé una vez, y no contestaré; de hecho, dos veces, pero no procederé mas allá.'' 6 Entonces el SEÑOR le contestó a Job desde la tormenta feroz y dijo: 7 "Ahora ciñe tus lomos como un hombre, porque Yo preguntaré, y tú me debes contestar. 8 ¿En realidad dices que Yo soy injusto? ¿Me condenarás para poder decir que estás en lo correcto? 9 ¿Tienes tú un brazo como el de Dios? ¿Puedes tronar con una voz como Él? 10 Ahora vístete a ti mismo en gloria y dignidad; arréglate a ti mismo en honor y majestad. 11 Esparce alrededor el exceso de tu ira; mira a todo el que sea soberbio y derríbalo. 12 Mira a todo el que es soberbio y tráelo abajo; pisotea a la gente malvada donde se para. 13 Entierrálos en la tierra juntos; aprisiona sus rostros en el lugar escondido. 14 Entonces Yo también te reconoceré a ti que tu propia mano derecha puede salvarte. 15 Mira ahora al Behemot, al que Yo hice como te hice a ti; él come pasto como un buey. 16 Mira ahora, su fuerza está en sus lomos; su poder está en los músculos de su vientre. 17 Él mueve su rabo como un cedro; los músculos de sus muslos están unidos. 18 Sus huesos son como tubos de bronce; sus piernas son como barras de hierro. 19 Él es el jefe de las criaturas de Dios. Solo Dios, quien lo hizo, puede derrotarlo. 20 Pues las colinas le proveen alimento; las bestias del campo juegan cerca. 21 Él descansa bajo las plantas de loto en los refugios de las cañas, en los pantanos. 22 Las plantas de loto lo cubren con su sombra; los sauces del arroyo lo rodean a él. 23 Mira, si las corrientes del río inunda sus bancos, él no tiembla; él tiene confianza, aunque el río Jordán pueda surgir hasta su hocico. 24 ¿Podrá alguien capturarlo con un gancho, o perforar su naríz a través de una trampa?

41

1 ¿Puedes tú sacar al Leviatán con un anzuelo? O, ¿amarrar sus quijadas con una cuerda? 2 ¿Puedes poner una soga en su nariz, o perforar su quijada con un anzuelo? 3 ¿Hará él muchos ruegos a ti? ¿Hablará él palabras suaves a ti? 4 ¿Hará él un pacto contigo, para que tú debas tomarlo a él por un sirviente para siempre? 5 ¿Jugarás con él como jugarías con un ave? ¿Lo amarrarás para tus siervas? Los grupos de pescadores, ¿negociarán por él? 6 ¿Lo dividirán para intercambiarlo entre los mercaderes? 7 ¿Puedes tú llenar su piel con arpones o su cabeza con lanzas de pescar? 8 Pon tu mano sobre él solo una vez, y tú recordarás la batalla y no lo harás más. 9 Mira, la esperanza de cualquiera que haga eso es una mentira; ¿no será arrojado al suelo cualquiera con solo verlo? 10 Ninguno es tan feroz que se atreva agitar al Leviatán; ¿quién, entonces, es aquel que pueda pararse frente a Mí? 11 ¿Quién Me ha dado algo a Mí primero de manera que tenga Yo que pagarle? Lo que sea que esté debajo de todo el cielo es Mío. 12 Yo no me mantendré en silencio con relación a las piernas del Leviatán, ni acerca del asunto de su fuerza, ni acerca de su forma elegante. 13 ¿Quién puede desnudarlo de su cubierta exterior? ¿Quién puede penetrar su armadura doble? 14 ¿Quién puede abrir las puertas de su rostro, anillado con sus dientes, los cuáles son un terror? 15 su espalda está hecha de hileras de escudos, apretados juntos como con un sello cerrado. 16 Uno está tan cerca del otro que ningún aire puede venir entre ellos. 17 Ellos están unidos unos a otros; ellos se mantienen juntos, para que así ellos no puedan ser separados. 18 La luz destella de su resoplo; sus ojos son como los párpados del amanecer. 19 Fuera de su boca salen antorchas encendidas, chispas de fuego saltan fuera. 20 De sus fosas nasales sale humo como una olla hirviendo en un fuego que ha sido abanicado para estar muy caliente. 21 Su aliento enciende carbones en llamas; fuegos salen de su boca. 22 En su cuello hay fuerza, y el terror baila frente a él. 23 Los dobleces de su carne están unidos; ellos están firmes sobre él; ellos no pueden ser movidos. 24 Su corazón es tan duro como una piedra, de hecho, tan duro como una piedra de molino inferior. 25 Cuando él se levanta, incluso los dioses se vuelven miedosos; por causa del miedo, se retiran. 26 Si una espada le golpea, no hace nada, ni tampoco lo hace una lanza, una flecha, o cualquier otra arma puntiaguda. 27 Él piensa del hierro como si fuera paja, y del bronce como si fuera madera podrida. 28 Una flecha no puede hacerlo huir; para él las piedras de hondas se vuelven paja. 29 Los mazos son considerados como paja; él se ríe del zumbido del vuelo de una lanza. 30 Sus partes bajas son como pedazos filosos de vasijas rotas; él deja un rastro que separa el lodo como si fuera un trineo de trilla. 31 Él hace la profundidad espumarse como una olla de agua hirviendo; él hace del océano una olla de ungüento. 32 Él hace una brillante estela detrás de él; uno pensaría que la profundidad tenía cabello gris. 33 En la tierra no hay ninguno igual a él, el que ha sido hecho para vivir sin miedo. 34 Él ve todo lo que es orgulloso; él es rey sobre todos los hijos del orgullo."

42

1 Entonces Job le contestó al SEÑOR y dijo: 2 "Yo sé que Tú puedes hacer todas las cosas, que ningún propósito Tuyo puede ser detenido. 3 '¿Quién es este que sin conocimiento encubre planes?' En efecto, yo he hablado cosas que no entendía, cosas muy difíciles para yo entenderlas, de las cuales yo no sabía. 4 Tú me dijiste: 'Escucha, ahora, y Yo hablaré; Te preguntaré cosas, y tú me dirás.' 5 Yo había escuchado de Ti por el oír de mis oídos, pero ahora mi ojo te ve. 6 Así que me desprecio; me arrepiento en polvo y cenizas." 7 Sucedió que después de haber dicho estas palabras a Job, el SEÑOR le dijo a Elifaz el temanita: "Mi ira se ha encendido contra ti y en contra de tus dos amigos, pues no han hablado de Mí lo correcto, como Mi siervo Job ha hecho. 8 Ahora por lo tanto, traigan para ustedes mismos siete toros y siete carneros, vayan a Mi siervo Job, y ofrezcan para ustedes mismos una ofrenda quemada. Mi siervo Job orará por ustedes, y Yo aceptaré su oración, para que así Yo no tenga que tratar con ustedes luego de su disparate. Ustedes no han dicho lo que es correcto sobre Mí, como Mi siervo Job ha hecho." 9 Así que Elifaz el temanita, Bildad el suhita y Zofar el naamatita fueron e hicieron como el SEÑOR los había ordenado, y el SEÑOR aceptó a Job. 10 Cuando Job oró por sus amigos, el SEÑOR restauró sus fortunas. El SEÑOR le dio el doble tanto como él había poseído antes. 11 Entonces todos los hermanos de Job, y todas sus hermanas, y todos aquellos que habían sido sus conocidos antes- fueron donde él y comieron alimento con él en su casa. Ellos se afligieron con él y lo consolaron por todos los desastres que el SEÑOR había traído sobre él. Cada persona le dio a Job un pedazo de plata y un anillo de oro. 12 El SEÑOR bendijo la parte final de la vida de Job más que la primera; tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yugos de bueyes, y mil burras. 13 También tuvo siete hijos y tres hijas. 14 Nombró a la primera hija Jemina, a la segunda Cesia, y a la tercera Keren Hapuc. 15 En toda la tierra no fueron encontradas mujeres tan hermosas como las hijas de Job. Su padre les dio una herencia junto a sus hermanos. 16 Luego de esto, Job vivió 140 años; vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, hasta cuatro generaciones. 17 Entonces Job murió, siendo viejo y lleno de días.

Salmos
Salmos
1

1 ¡Bienaventurado es el hombre que no camina en el consejo del malvado, o camina en el sendero con pecadores, o se sienta en la asamblea de burladores. 2 Pues su deleite está en la ley del SEÑOR, y en su ley, él medita de día y de noche! 3 Él será como un árbol plantado junto a las corrientes de agua, que produce su fruto en su temporada, cuyas hojas no se marchitan; lo que sea que Él hace, prosperará. 4 No así los malvados, que son como la paja que el viento se lleva lejos. 5 Así que los malvados no se mantendrán en el juicio, ni tampoco los pecadores en la asamblea de los rectos. 6 Pues el SEÑOR aprueba el camino de los rectos, pero el camino de los malvados perecerá.

2

1 ¿Por qué están las naciones en tumulto, y por qué las personas hacen conspiraciones que fallarán? 2 Los reyes de la tierra se posicionan juntos y los gobernantes se juntan para conspirar contra el SEÑOR y contra Su Mesías, diciendo: 3 "Arrancanquémonos los grilletes que ellos nos pusieron y lanzar lejos sus cadenas." 4 Aquel que se sienta en los cielos se burlará de ellos; el Señor se burla de ellos. 5 Entonces Él les hablará en Su enojo y los aterrorizará en Su furor, diciendo: 6 "Yo mismo he ungido a Mi rey en Sion, Mi monte santo." 7 Yo anunciaré el decreto del SEÑOR. Él me dijo: "¡Tú eres mi hijo! Yo soy tu padre. 8 Pídeme, y Yo te daré las naciones para tu herencia y las regiones más lejanas de la tierra para tu posesión. 9 Tú las quebrarás con una vara de hierro; como una jarra de un alfafero, tú los aplastarás en pedazos." 10 Así que ahora, ustedes reyes, sean advertidos; sean corregidos, ustedes gobernantes de la tierra. 11 Adoren al SEÑOR en temor y regocíjense con temblor. 12 Honra el hijo o él se enojará contigo, y ustedes morirán en el camino cuando Su enojo queme por solo un momento. Cuán bendecidos son todos aquellos que buscan refugio en Él.

3

1 SEÑOR, ¡cuántos son mis enemigos! Muchos se han levantado en mi contra. 2 Muchos dicen sobre mí: "No hay ayuda de Dios para él." 3 Pero Tú, SEÑOR, eres un escudo a mi alrededor, mi gloria, y Aquel que levanta mi cabeza. 4 Yo levanto mi voz al SEÑOR, y Él me contesta desde su colina santa. 5 Yo me acosté y dormí; me desperté, pues el SEÑOR me protegió. 6 Yo no tendré miedo de las multitudes de personas que se han puesto a sí mismas en contra mi a mi alrededor. 7 ¡Levántate, SEÑOR! ¡Sálvame, mi Dios! Pues Tú golpearás a todos mis enemigos en la quijada; Tú romperás los dientes de los malvados. 8 La salvación viene del SEÑOR. Que tus bendiciones sean sobre tu pueblo.

4

1 Contéstame cuando yo llame, Dios de mi justicia; dame espacio cuando yo esté cercado. Ten misericordia de mí y escucha mi oración. 2 Ustedes pueblos, ¿por cuánto tiempo volverán mi honor en vergüenza? ¿Por cuánto tiempo amarán lo que no tiene valor e irán tras las mentiras? 3 Pero conozcan que el SEÑOR separa al piadoso para Él mismo. El SEÑOR escuchará cuando yo le llame. 4 Tiemblen de miedo, ¡pero no pequen! Mediten en su corazón, en su cama, y callen. 5 Ofrezcan sacrificios de justicia y pongan su confianza en el SEÑOR. 6 Muchos dicen: "¿Quién nos mostrará algo bueno?" SEÑOR, levanta la luz de tu rostro sobre nosotros. 7 Tú haz dado a mi corazón más felicidad, que la que otros tienen cuando su grano y vino nuevo abundan. 8 Es en paz que yo me acostaré y dormiré, pues solamente Tú, SEÑOR, me haces estar seguro y me guardas.

5

1 Escucha mi llamado a tí, SEÑOR; piensa sobre mis gemidos. 2 Escucha al sonido de mi llamado, mi Rey y mi Dios, pues es a Tí a quien yo oro. 3 SEÑOR, en la mañana Tú escuchas mi llanto; en la mañana yo traeré mi petición a Tí y expectante esperaré. 4 Ciertamente Tú no eres un Dios que apruebas la maldad; las personas malvadas no serán tus invitados. 5 El arrogante no se mantendrá en tu presencia; Tú odias a todos los que se comportan malvadamente. 6 Tú destruirás a los mentirosos; el SEÑOR desprecia a los hombres violentos y engañadores. 7 Pero en cuanto a mí, a causa de Tu gran pacto de fidelidad, yo entraré a Tu casa; en reverencia me inclinaré hacia Tu santo templo. 8 Oh Señor, dirígeme en Tu justicia a causa de mis enemigos; haz Tu sendero derecho delante de mí. 9 Pues no hay verdad en su boca; su ser interior es malvado; su garganta es una tumba abierta; ellos halagan con su lengua. 10 Decláralos culpables, oh Dios; ¡que sus planes sean su caída! Sácalos por sus muchas transgresiones, pues ellos se han rebelado contra tí. 11 Pero que todos aquellos que toman refugio en Tí, se regocijen; permite que ellos siempre griten de alegría, porque Tú los defiendes; permite que ellos estén gozosos en Tí, aquellos que aman tu nombre. 12 Pues Tú bendecirás al recto, SEÑOR; Tú los rodearás con favor como con un escudo.

6

1 SEÑOR, no me reprendas en Tu enojo o ni me disciplines en Tu ira. 2 Ten misericordia de mí, SEÑOR, pues yo soy frágil; sáname, SEÑOR, pues mis huesos están temblando. 3 Mi alma también está muy atribulada. Pero tú, SEÑOR, ¿por cuánto tiempo continuará ésto? 4 ¡Regresa, SEÑOR! Rescátame. ¡Sálvame a causa de tu fidelidad al pacto! 5 Pues en la muerte no hay recuerdo de Tí. ¿Quién te dará gracias en el Seol? 6 Yo estoy fatigado con mi gemido. Toda la noche yo empapo mi cama con mis lágrimas; yo lavo mi lecho con mis lágrimas. 7 Mis ojos se oscurecen por mi dolor; ellos se debilitan a causa de todos mis adversarios. 8 Aléjence de mí, todos ustedes que practican la iniquidad; pues el SEÑOR ha escuchado el sonido de mi llanto. 9 El SEÑOR ha escuchado mi reclamo por misericordia; el SEÑOR ha aceptado mi oración. 10 Todos mis enemigos serán avergonzados y atribulados grandemente. Ellos retrocederán y serán humillados repentinamente.

7

1 SEÑOR mi Dios, ¡yo tomo refugio en ti! Sálvame de todos aquellos que me persiguen, y rescátame. 2 Si no, ellos me destrozarán como un león, desgarrándome en pedazos, sin nadie más capaz de llevarme a seguridad. 3 SEÑOR, mi Dios, yo nunca hice lo que mis enemigos dicen que hice; no hay injusticia en mis manos. 4 Nunca he hecho mal a nadie que está en paz conmigo, o sin sentido lastimado a cualquiera que está en mi contra. 5 Si no estoy diciendo la verdad, entonces deja que mi enemigo persiga mi vida y la tome; déjalo pisotear mi cuerpo viviente en el suelo y que me deje derribado deshonrado en el polvo. 6 Levántate, SEÑOR, en tu enojo; levántate en contra de la ira de mis enemigos; despiértate por mi bien y lleva a cabo los decretos rectos que Tú has ordenado para ellos. 7 Los países están reunidos en asamblea alrededor de Tí; toma una vez más el lugar que te corresponde sobre ellos. 8 SEÑOR, juzga las naciones; reinvindícame, SEÑOR, porque yo soy recto e inocente, oh Altísimo. 9 Que las obras malignas de los malvados lleguen a un fin, pero establece las personas rectas, Dios recto, Tú, quien examinas corazones y mentes. 10 Mi escudo viene de Dios, aquel que salva al íntegro de corazón. 11 Dios un juez recto, un Dios que se indigna cada día. 12 Si una persona no se arrepiente, Dios afilará su espada y preparará su arco para la batalla. 13 Él se prepara para usar armas en contra de él; Él hace sus flechas llameantes. 14 Piensa sobre aquel que está preñado con maldad, que concibe planes destructivos, que da a luz mentiras dañinas. 15 Él cava un pozo y lo ahueca y entonces cae al hoyo que él ha hecho. 16 Sus propios planes destructivos regresan a su propia cabeza, pues su violencia se cae en su propia cabeza. 17 Yo daré gracias al SEÑOR por su justicia; Yo cantaré alabanza al SEÑOR, el Altísimo.

8

1 Oh SEÑOR, nuestro Dios, cuán magnífico es Tu nombre en toda la tierra, Tú que revelas tu gloria arriba en los cielos. 2 De la boca de los bebés e infantes Tú has creado alabanza a causa de tus adversarios, a fin de silenciar a ambos, al vengador y al enemigo. 3 Cuando yo miro a tus cielos, los cuales tus dedos han hecho, la luna y las estrellas, las cuales Tú has acomodado en su lugar. 4 ¿De qué importancia es la raza humana para que Tú la notes, o la humanidad para que Tú le prestes atención? 5 Sin embargo, Tú los has hecho un poco menores que los seres celestiales y los has coronado con gloria y honor. 6 Tú lo haces gobernar sobre las obras de tus manos; Tú has puesto todas las cosas bajo sus pies: 7 todas las ovejas y bueyes e incluso los animales del campo, 8 las aves de los cielos y los peces del mar, todo lo que pasa a través de las corrientes de los mares. 9 ¡Oh SEÑOR nuestro Dios, cuán magnífico es tu nombre en toda la tierra!

9

1 Yo le daré gracias al SEÑOR con todo mi corazón; yo hablaré sobre todas tus maravillosas obras. 2 Yo estaré contento y me regocijaré en Tí; ¡yo cantaré alabanza a tu nombre, oh Altísimo! 3 Cuando mis enemigos retroceden, ellos tropiezan y perecen delante de Tí. 4 Pues Tú has defendido mi causa justa; ¡Tú te sientas sobre tu trono, juez justo! 5 Tú reprendes a las naciones; Tú has destruido a los malvados; Tú has borrado su nombre por siempre y para siempre. 6 El enemigo se desmorona como ruinas cuando tu derribas sus ciudades. Todo recuerdo de ellos ha perecido. 7 Pero el SEÑOR permanece por siempre; Él ha establecido su trono por justicia. 8 Él juzgará el mundo con justicia, y Él ejecutará juicio para las naciones con rectitud. 9 El SEÑOR será una fortaleza para el oprimido, una fortaleza en tiempos de problemas. 10 Aquellos que conocen Tu nombre confían en Tí, pues Tú, SEÑOR, no abandonas a aquellos que te buscan. 11 Canten alabanzas al SEÑOR, quien gobierna en Sion; díganle a las naciones lo que Él ha hecho. 12 Pues el Dios que venga el derramamiento de sangre, lo recuerda; Él no olvida el llanto del oprimido. 13 Ten misericordia de mí, oh SEÑOR; ve cómo yo soy oprimido por aquellos que me odian, Tú puedes arrebatarme de las puertas de la muerte. 14 Oh, que yo pueda proclamar toda tu alabanza. ¡En las puertas de la hija de Sion yo me regocijaré en tu salvación! 15 Las naciones se han hundido en el pozo que ellas han hecho; sus pies están atrapados en la red que ellos escondieron. 16 El SEÑOR se ha hecho a Sí mismo conocido; Él ha ejecutado juicio; el malvado es atrapado por sus propias acciones. 17 Los malvados son regresados y enviados al Seol, el destino de todas las naciones que olvidan a Dios. 18 Pues los necesitados no serán siempre olvidados, ni tampoco las esperanzas del oprimido serán defraudadas para siempre. 19 Levántate, oh SEÑOR; no permitas que el hombre gane contra Tí; que las naciones sean juzgadas a Tu vista. 20 Aterrorízalos, SEÑOR; que las naciones conozcan que ellos son solo hombres.

10

1 ¿Por qué, SEÑOR, te quedas lejos? ¿Por qué te escondes a Ti mismo en tiempos de problemas? 2 A causa de su arrogancia, las personas malvadas persiguen a los oprimidos; pero por favor deja que el malvado sea atrapado por sus propios esquemas, los que ellos han ideado. 3 Pues la persona malvada presume de sus deseos más profundos; él bendice a los codiciosos y maldice e insulta al SEÑOR. 4 El hombre malvado tiene un rostro alzado; él no busca a Dios. Él nunca piensa sobre Dios, porque a él no le interesa para nada Él. 5 Él está seguro en todo tiempo, pero Tus decretos rectos son muy altos para él; él desprecia a todos sus enemigos. 6 Él dice en su corazón: "Yo nunca fallaré; a través de todas las generaciones yo no encontraré adversidad." 7 Su boca está llena de maldiciones y de engaños, fraude; su lengua lastima y destruye. 8 Él espera en emboscada cerca de las aldeas; en los lugares secretos él asesina al inocente; sus ojos buscan alguna víctima indefensa. 9 Él acecha en secreto como un león en el matorral; él se recuesta en espera de atrapar al oprimido. Él atrapa al oprimido cuando él saca su red. 10 Sus víctimas son aplastadas y derrotadas; ellos caen en sus fuertes redes. 11 Él dice en su corazón: "Dios se ha olvidado; él cubre su rostro; él no se molestará en mirar." 12 ¡Levántate, SEÑOR! ¡Levanta tu mano, oh Dios! No olvides al oprimido. 13 ¿Por qué el hombre malvado rechaza a Dios y dice en su corazón: "Tú no me pedirás cuentas"? 14 Tú has tomado nota, pues Tú siempre ves aquel que inflige la miseria y pena. Los indefensos se confían a sí mismos a Tí; Tú rescatas al que no tiene padre. 15 Rompe el brazo del hombre malvado y malo. Házlo responsable de sus obras malvadas, las cuales él pensó que Tú no descubrirías. 16 El SEÑOR es Rey por siempre y para siempre; las naciones son sacadas de su tierra. 17 SEÑOR, Tú has escuchado las necesidades del oprimido; Tú fortaleces su corazón, Tú escuchas su oración; 18 Tú defiendes al que no tiene padre y al oprimido para que ningún hombre en la tierra cause terror otra vez.

11

1 Me refugio en el Señor; ¿Cómo me dirás: "Huye como un pájaro a la montaña"? 2 ¡Miren! Los malvados preparan sus arcos. Preparan sus flechas en las cuerdas para disparar en la oscuridad a los justos de corazón. 3 Porque si los cimientos se arruinan, ¿qué pueden hacer los justos? 4 El Señor está enSu santo templo; Sus ojos examinan a los hijos de los hombres. 5 El Señor examina tanto a los justos como a los malvados, pero Él odia a los que aman hacer violencia. 6 Él llueve carbones encendidos y azufre sobre los malvados; un viento abrasador será la porción de Su copa para ellos. 7 Porque el Señor es justo y Él ama la justicia; los rectos verán Su rostro.

12

1 Ayuda, oh SEÑOR, pues el piadoso ha desaparecido; el fiel se ha desvanecido. 2 Todos dicen palabras vacías a su vecino; todos hablan con labios halagadores y un doble corazón. 3 SEÑOR, corta todos los labios halagadores, cada lengua que habla grandes cosas. 4 Estos son aquellos quienes han dicho: "Con nuestras lenguas nosotros prevaleceremos. Nuestros labios dirán: ¿quién puede ser señor sobre nosotros? 5 "Por causa de la violencia en contra del pobre, por causa de los gemidos del necesitado, Yo me levantaré," dice el SEÑOR. "Yo proveeré la seguridad la cual ellos anhelan." 6 Las palabras del SEÑOR son palabras puras, como plata purificada en un horno sobre la tierra, refinada siete veces. 7 ¡Tú eres SEÑOR! Tú los mantienes. Tú guardas a las personas piadosas de esta generación malvada y para siempre. 8 El malvado camina en cada lado cuando el mal es exaltado entre los hijos de los hombres.

13

1 ¿Cuánto tiempo, oh SEÑOR, seguirás olvidándote de mí? ¿Cuánto tiempo esconderás Tu rostro de mí? 2 ¿Cuánto tiempo tengo que preocuparme y tener tristeza en mi corazón todo el día? ¿Cuánto tiempo mi enemigo triunfará sobre mí? 3 ¡Mírame y contéstame, oh SEÑOR Dios mío! Da luz a mis ojos o dormiré de muerte. 4 No permitas que mi enemigo diga: "Yo lo he derrotado a él", para que mi enemigo no pueda decir: "Yo he prevalecido sobre mi adversario," de lo contrario mis enemigos se regocijarán cuando yo sea derribado. 5 Pero yo he confiado en Tu pacto de fidelidad; mi corazón se regocija en Tu salvación. 6 Yo cantaré al SEÑOR porque Él me ha tratado muy generosamente.

14

1 El necio dice en su corazón: "No hay Dios." Ellos son corruptos y han hecho iniquidades abominables, no hay ninguno que haga el bien. 2 El SEÑOR mira hacia abajo desde el cielo a los hijos de los hombres para ver si hay alguno que entienda, alguien que lo busque a Él. 3 Todos ellos se han vuelto atrás. Ellos juntos se han vuelto corruptos. No hay ninguno que haga el bien, no hay ni uno solo. 4 ¿Ellos no saben nada, aquellos que cometen iniquidad, aquellos que se comen a mi pueblo como si comieran pan, y que no llaman al SEÑOR? 5 ¡Ellos tiemblan de pavor, pues Dios está con la asamblea de los justos! 6 Ustedes quieren humillar a las personas pobres a pesar de que el SEÑOR es su refugio. 7 ¡Oh, si la salvación de Israel viniera de Sión! ¡Cuando el SEÑOR traiga a su pueblo de regreso de la cautividad, entonces Jacob se regocijará e Israel estará gozoso!

15

1 Señor, ¿quién habitará en Tu tabernáculo? ¿Quién puede vivir en Tu monte santo? 2 Quienquiera que camine sin culpa, haga lo que es correcto y hable verdad desde su corazón. 3 El que no calumnia con su lengua, el que no hace daño a otros, y el que no insulta a su vecino. 4 La persona malvada es despreciada en sus ojos, pero él honra aquellos que temen al Señor. Él jura por su propia desventaja y no toma de vuelta sus promesas. 5 Él no carga con intereses cuando presta dinero. Él no toma chantaje para testificar en contra del inocente. El que haga estas cosas nunca será sacudido.

16

1 Protégeme, Dios, pues yo tomo refugio en Ti. 2 Yo digo al SEÑOR: "Tú eres mi Señor; mi bondad es nada fuera de Ti. 3 En cuanto a las personas santas quienes están sobre la tierra, ellos son personas nobles; todo mi deleite está en ellos. 4 Será aumentados las aflicciones, de aquellos quienes buscan otros dioses. Yo no derramaré ofrendas de bebida de sangre a sus dioses o elevaré sus nombres con mis labios. 5 SEÑOR, Tú eres mi porción escogida y mi copa. Tú sostienes mi futuro. 6 Las cuerdas de medición han sido puestas para mí en lugares agradables; ciertamente es hermosa mi herencia. 7 Yo bendeciré al SEÑOR, quien me consuela; aún en la noche mi mente instruye. 8 ¡Al SEÑOR he puesto delante de mí en todo tiempo, así yo no seré quitado de Su mano derecha! 9 Por lo tanto, mi corazón está contento; mi gloria es regocijarme. Verdaderamente yo viviré en seguridad. 10 Pues Tú no abandonarás mi alma al Seol. No dejarás que Tu fiel vea al hoyo. 11 ¡Tú me enseñas el camino de vida; gozo abundante reside en Tu presencia; deleites permanecen en Tu mano derecha para siempre!"

17

1 ¡Escucha a mi súplica por justicia, oh SEÑOR; presta atención a mi llamada por ayuda! Dale oído a mi oración de unos labios sin engaño. 2 ¡Qué mi vindicación venga de Tu presencia; que Tus ojos vean lo que es correcto! 3 Tú pruebas mi corazón, Tú vienes a mí en la noche, me purificas y no encuentras ningún plan malvado; mi boca no transgredirá. 4 En cuanto a las obras de la humanidad, por la palabra de Tus labios, yo me he guardado de los caminos del ilegal. 5 Mis pasos se han mantenido firmes a Tus caminos; mi pies no han resbalado. 6 Yo clamo a Tí, pues Tú me contestas, oh Dios; vuelve Tu oído hacia mí y escucha cuando yo hablo. 7 ¡Muestra tu pacto de fidelidad de una manera maravillosa, Tú Quien salvas por medio de Tu mano derecha a aquellos quienes toman refugio en Tí de sus enemigos! 8 Protégeme como la pupíla de tu ojo; escóndeme bajo la sombra de Tus alas 9 de la presencia de los malvados quienes me atacan, mis enemigos que me rodean. 10 Ellos no tienen misercordia de nadie; sus bocas hablan con orgullo. 11 Ellos han rodeado mis pasos. Ellos establecieron sus ojos para herirme hasta el suelo. 12 Ellos son como león ansioso por una víctima, como cachorro de león agachándose en lugares escondidos. 13 ¡Levántate, oh SEÑOR! ¡Atácalos! ¡Derríbalos con sus caras para abajo! ¡Rescata mi vida del malvado por Tu espada! 14 ¡Rescátame de los hombres por Tu mano, oh SEÑOR, de los hombres de este mundo cuya prosperidad está en esta vida solamente! Tú llenas sus vientres con lo atesorado de Tus riquezas; ellos tendrán muchos hijos y dejarán sus riquezas a sus hijos. 15 En cuanto a mí, yo veré Tu cara en rectitud; yo estaré satisfecho, cuando me levante, y vea tu semblante.

18

1 Te amo, SEÑOR, mi fuerza. 2 El SEÑOR es mi roca, mi fortaleza, Quien me lleva a la seguridad; Él es mi Dios, mi roca; yo tomo refugio en Él. Él es mi escudo, el cuerno de mi salvación y mi fuerte. 3 Yo clamo al SEÑOR, Quien es digno de ser adorado, y yo seré salvado de mis enemigos. 4 Las cuerdas de muerte me rodearon, y la corriente de las aguas de iniquidad me inundaron. 5 Las cuerdas del Seol me rodearon; las trampas de la muerte me atraparon. 6 En mi aflicción clamé al SEÑOR; yo clamé por ayuda a mi Dios. Él escuchó mi voz desde Su templo; mi clamor de ayuda entró en Su presencia; entró en Sus oídos. 7 Luego la tierra se agitó y tembló; las fundaciones de las montañas también temblaron y fueron estremecidas porque Dios estaba enojado. 8 El humo salió de Sus fosas nasales y un fuego intenso salió de Su boca. Los carbones fueron encendidos por Él mismo. 9 Él abrió los cielos y bajó; y una oscuridad gruesa estaba bajo Sus pies. 10 Él se montó sobre un querubín y voló; Él se deslizó sobre las alas del viento. 11 Él hizo de la oscuridad una tienda alrededor de Él, pesadas nubes de lluvia en los cielos. 12 Piedras de granizo y carbones de fuego cayeron desde el rayo delante de Él. 13 ¡El SEÑOR resonó desde los cielos! La voz del Más Alto gritó. 14 Él disparó Sus flechas y esparció Sus enemigos; muchos rayos los dispersaron a ellos. 15 Luego los canales de agua aparecieron; las fundaciones del mundo fueron expuestas a Tu reprensión. Oh SEÑOR, a la explosión del aliento de Tus fosas nasales. 16 ¡Él extendió Su mano desde arriba; Él me agarró! Él me sacó del agua creciente. 17 Él me rescató de mi enemigo fuerte, de aquellos quienes me odiaban, pues ellos eran demasiado fuertes para mí. 18 ¡Ellos vinieron en contra mía en el día de mi aflicción, pero el SEÑOR fue mi apoyo! 19 Él me libertó en un lugar amplio y abierto; Él me salvó porque Él estaba complacido conmigo. 20 El SEÑOR me ha recompensado a causa de mi rectitud; Él me ha restaurado porque mis manos estaban limpias. 21 Pues yo he guardado los caminos del SEÑOR y no me he apartado malvadamente de mi Dios. 22 Pues todos Sus decretos rectos han estado delante de mí; en cuanto a Sus estatutos, yo no me he apartado de ellos. 23 Yo también he sido inocente delante de Él, y me he guardado del pecado. 24 Por lo tanto, el SEÑOR me ha restaurado a causa de mi rectitud, porque mis manos estaban limpias ante Sus ojos. 25 A cualquiera que es fiel, Tú te muestras fiel; a un hombre que es libre de culpa, Tú te muestras libre de culpa. 26 A cualquiera que es puro, Tú te muestras puro; pero Tú eres listo hacia cualquiera que es torcido. 27 ¡Porque Tú salvas a las personas afligidas, pero Tú humillas aquellos que son orgullosos, de ojos levantados! 28 Pues Tú das luz a mi lámpara; el SEÑOR mi Dios ilumina mi oscuridad. 29 Porque por Ti yo puedo correr sobre una barrera; por medio de mi Dios yo puedo saltar sobre un muro. 30 En cuanto a Dios: Su camino es perfecto. ¡La palabra del SEÑOR es pura! Él es un escudo a todo aquel que toma refugio en Él. 31 Pues, ¿quién es Dios sino el SEÑOR? ¿Quién es una roca sino nuestro Dios? 32 Es Dios Quien pone fuerza sobre mí como un cinturón, Quien coloca a la persona libre de culpa en Su camino. 33 ¡Él hace mis pies ligeros como un venado y me coloca en las alturas! 34 Él entrena mis manos para la guerra y mis brazos para tensar un arco de bronce. 35 Tú me has dado el escudo de Tu salvación. Tu mano derecha me ha apoyado, y Tu favor me ha hecho grande. 36 Tú has hecho un lugar amplio para mis pies debajo de mí, así mis pies no se han resbalado 37 Yo perseguí a mis enemigos y los atrapé; yo no regresé hasta que ellos fueron destrozados. 38 Yo los hice añicos para que no pudieran levantarse; ellos han caído bajo mis pies. 39 Pues Tú pusiste fuerza sobre mí como un cinturón para la batalla; Tú pusiste debajo de mí aquellos quienes se levantaron en contra mía. 40 Tú me diste la parte de atrás de los cuellos de mis enemigos; yo aniquilé aquellos quienes me odiaban. 41 Ellos clamaron por ayuda, pero nadie los salvó; ellos clamaron al SEÑOR, pero Él no les contestó. 42 Yo los molí a piezas finas como polvo delante del viento; yo los tiré en las calles como barro. 43 Tú me rescataste de las disputas de la gente. Tú me has hecho cabeza sobre las naciones. Personas que no he conocido me sirven. 44 Tan pronto ellos escucharon de mí, me obedecieron; extranjeros fueron forzados a inclinarse ante mí. 45 Los extranjeros vinieron temblando de sus fortalezas. 46 El SEÑOR vive; que mi roca sea alabada. Que el Dios de mi salvación sea exaltado. 47 Él es el Dios que ejecuta venganza por mí, Quien somete a las naciones debajo de mí. 48 ¡Yo soy libertado de mis enemigos! Ciertamente, ¡Tú me levantaste por encima de aquellos quienes se levantaron en contra mía! Tú me rescataste de los hombres violentos. 49 Por lo tanto, ¡yo te daré las gracias a Tí, SEÑOR, entre todas las naciones; yo cantaré alabanzas a Tu nombre! 50 Dios da gran victoria a Su rey, y Él le muestra Su pacto de lealtad a Su ungido, a David y a sus descendientes para siempre.

19

1 ¡Los cielos declaran la gloria de Dios, los cielos dan a conocer su obra! 2 Día tras día el discurso se derrama; noche tras noche revela conocimiento. 3 No hay discurso o palabras habladas; su voz no se escucha. 4 Aunque sus palabras van por toda la tierra, y su discurso hasta el fin del mundo. Él ha puesto una tienda para el sol entre ellos. 5 El sol es como un novio saliendo de su cuarto y como un hombre fuerte que se alegra cuando corre su carrera. 6 El sol se levanta desde un horizonte y cruza el cielo hasta el otro; nada escapa de su calor. 7 La ley del SEÑOR es perfecta, restaurando el alma; el testimonio del SEÑOR es confiable, haciendo sabios a los simples. 8 Las instrucciones del SEÑOR son correctas, alegrando el corazón; el mandato del SEÑOR es puro, trayendo luz a los ojos. 9 El temor al SEÑOR es puro, dura para siempre; ¡los justos decretos del SEÑOR son verdaderos y completamente correctos! 10 Son de más valor que el oro, hasta más que mucho oro fino; son más dulces que la miel y la miel que gotea del panal. 11 Sí, por ellos tu siervo es advertido; en obedecerlos hay gran recompensa. 12 ¿Quién puede discernir sus propios errores? Límpiame de errores ocultos. 13 Retén a tu siervo también de los pecados arrogantes; no los dejes que gobiernen sobre mí. Entonces yo seré perfecto, y seré inocente de muchas transgresiones. 14 Que las palabras de mi boca y los pensamientos de mi corazón sean aceptables a Tu vista, SEÑOR, mi Roca y mi Redentor.

20

1 Que el SEÑOR te ayude en el día de dificultades; que el nombre del Dios de Jacob te proteja 2 y envíe ayuda desde el lugar santo para apoyarte desde Sion. 3 Que Él recuerde todas tus ofrendas y acepte tu sacrificio quemado. 4 Que te conceda los deseos de tu corazón y complete todos tus planes. 5 Entonces Él se alegrará en tu victoria, y, en el nombre de nuestro Dios, levantáremos bandera. Que el SEÑOR conceda tus peticiones. 6 Ahora yo sé que el SEÑOR rescatará a Su ungido; Él le responderá desde Su santo cielo con la fuerza de Su mano derecha que puede rescatarlo. 7 Algunos confían en carros y otros en caballos, pero nosotros clamamos al SEÑOR, nuestro Dios. 8 Ellos serán derribados y caerán, ¡pero nosotros nos levantáremos y estaremos erguidos! 9 SEÑOR, rescata al rey; ayúdanos cuando nosotros llamemos.

21

1 ¡El rey se alegra en Tu fuerza, oh SEÑOR! ¡Que mucho se alegra en la salvación que Tú provees! 2 Le has dado los deseos de su corazón y no haz retenido la petición de sus labios. 3 Porque Tú le traes ricas bendiciones; has puesto en su cabeza una corona del más puro oro. 4 Él te pidió vida; Tú se la diste; Tú le diste largos días por siempre y para siempre. 5 Su gloria es grande por Tu victoria; Tú has puesto sobre él esplendor y majestad. 6 Pues Tú le concedes bendiciones duraderas; Tú lo alegras con el gozo de Tu presencia. 7 Pues el rey confía en el SEÑOR; a través de la fidelidad del pacto del Altísimo, él no será movido. 8 Tu mano tomará a todos Tus enemigos; Tu mano derecha tomará a aquellos que Te odian. 9 Al momento de Tu enojo, Tú los quemarás a ellos como en un horno ardiente. El SEÑOR los consumirá a ellos en su ira, y el fuego los devorará. 10 Tú destruirás a sus retoños de la tierra y a sus descendientes de entre la raza humana. 11 Porque ellos pretendieron el mal en tu contra; ¡ellos concibieron una conspiración con la cual no tuvieron éxito! 12 Pues Tú los hará huir; Tú tirarás Tu arco contra ellos. 13 Se exaltado, oh SEÑOR, en Tu fuerza; nosotros cantaremos y alabaremos Tu poder.

22

1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me haz abandonado? ¿Por qué estás tan lejos de sálvarme y lejos de las palabras de mi angustia? 2 Dios mío, yo clamó de día, pero Tú no me contestas, ¡y en la noche no estoy en silencio! 3 Pero Tú aún eres Santo; Tú te sientas como Rey con las alabanzas de Israel. 4 Nuestros ancestros confíaron en Ti, ellos confíaron en Ti, y Tú los rescatastes. 5 Ellos clamaron a Ti y ellos fueron rescatados. Ellos confíaron en Ti y no fueron decepcionados. 6 Pero yo soy un gusano y no un hombre, una desgracia para la humanidad y despreciado por la gente. 7 Todos esos que me ven, me insultan; ellos se burlan de mí; ellos sacuden sus cabezas a mí. 8 Ellos dicen: "Él confió en el SEÑOR, deja que lo rescate el SEÑOR. Deja que Él lo rescate, porque él se deleita en Él." 9 Pues Tú me traíste desde el vientre; Tú me hiciste confíar en Tí cuando yo estaba en los pechos de mi madre. 10 He sido entregado a Tí desde el vientre; ¡Tú eres mi Dios desde que yo estaba en el vientre de mi madre! 11 No estés lejos de mí, porque los problemas están cerca; no hay nadie que ayude. 12 Muchos toros me rodean; fuertes toros de Basán me rodean. 13 Ellos abren sus anchas bocas en contra mía, como un léon rugiente despedázando sus víctimas. 14 Estoy siendo derramado como agua, y todos mis huesos son dislocados. Mi corazón es como cera; se derrite junto con mis partes internas. 15 Mi fuerza se ha secado como un pedazo de barro; mi lengua se pega al paladar de mi boca. Me haz puesto en el polvo de la muerte. 16 Pues los perros me han rodeado; una compañía de malhechores me ha cercado; ellos han traspazado mis manos y mis pies. 17 Puedo contar todos mis huesos. Ellos me miran y observan. 18 Ellos dividen mis ropas entre ellos, ellos hechan suertes por mi ropa. 19 No estés muy lejos, oh SEÑOR; ¡por favor, apúrate a ayudarme, mi Fortaleza! 20 Rescata mi alma de la espada, mi única vida de las garras de los perros salvajes. 21 Sálvame de la boca del león; réscatame de los cuernos del buey salvaje. 22 Yo declararé Tu nombre a mis hermanos; en medio de la asamblea yo te alabaré a Ti. 23 ¡Ustedes los que temen al SEÑOR, alábenlo! ¡Todos ustedes descendientes de Jacob, honrénlo a Él! ¡Estén asombrados de Él, todos ustedes descendientes de Israel! 24 Porque Él no ha despreciado, ni aborrecido, el sufrimiento del afligido; el SEÑOR no ha escondido Su rostro de él; cuando el afligido clamó a Él, Él escuchó. 25 Mi alabanza será por Tí en la gran asamblea; yo cumpliré mis votos ante los que le temen a Él. 26 El oprimido comerá y será satisfecho, aquellos quienes buscan al SEÑOR lo alabarán a Él. ¡Viva para siempre sus corazónes! 27 Toda la gente de la tierra recordará y volverá al SEÑOR; todas las familias de las naciones se inclinarán ante Tí. 28 Porque el reino es del SEÑOR; Él es el gobernante sobre todas las naciones. 29 Toda la gente próspera de la tierra comerá y adorará; todos los que descienden al polvo se inclinarán ante Él, aún esos que no pueden preservar sus propias vidas. 30 La generación que viene le servirá a Él, ellos le hablarán a la próxima generación sobre el SEÑOR. 31 Ellos vendrán y hablarán de Su justicia; ¡ellos dirán a gente que aún no ha nacido lo que Él ha hecho!

23

1 El SEÑOR es mi pastor; no me faltará nada. 2 Él hace que me recueste en pastos verdes; Él me guía al lado de aguas tranquilas. 3 Él trae de vuelta mi vida; él me guía a través de caminos correctos por el bien de Su nombre. 4 Aunque camine por un valle de sombra más oscura, no temeré al daño ya que Tú estás conmigo, tu vara y tu bastón me confortan. 5 Tú preparas mesa delante de mí, en presencia de mis enemigos; Tú haz ungido mi cabeza con aceite; mi copa rebosa. 6 Seguramente la bondad y la fidelidad del pacto me perseguirán todos los días de mi vida, ¡y yo viviré en la casa del SEÑOR por muy largo tiempo!

24

1 La tierra es del SEÑOR, y su plenitud, el mundo y todo lo que vive en él. 2 Él lo fundó sobre los mares y lo estableció en los ríos. 3 ¿Quién subirá al monte del SEÑOR? ¿Quién se pondrá en pie en Su lugar santo? 4 Aquel que tiene las manos limpias y el corazón puro; quien no se ha levantado en falsedad y no ha jurado un juramento con la intención de engañar. 5 Él recibirá bendición del SEÑOR y justicia del Dios de su salvación. 6 Así es la generación de aquellos que lo buscan a Él, aquellos quienes buscan el rostro del Dios de Jacob. 7 ¡Levanten sus cabezas, ustedes puertas; sean levantadas, puertas eternas, para que el Rey de gloria pueda entrar! 8 ¿Quién es éste Rey de gloria? El SEÑOR fuerte y poderoso; el SEÑOR, poderoso en batalla. 9 ¡Levanten sus cabezas, ustedes puertas; sean levantadas, puertas eternas, para que el Rey de gloria pueda entrar! 10 ¿Quién es éste Rey de gloria? El SEÑOR de los ejércitos, él es el Rey de gloria.

25

1 ¡A tí, SEÑOR, yo levanto mi vida! 2 Mi Dios, yo confío en Ti. No permitas que sea humillado; no permitas que mis enemigos se regocigen triunfantes sobre mí. 3 ¡Que ninguno que tiene su esperanza en Ti sea deshonrado, que aquellos que actúan traicioneramente sin causa sean avergonzados! 4 Hazme conocer Tus sendas, oh SEÑOR; enséñame Tus caminos. 5 Guíame en Tu verdad y enséñame, porque Tú eres el Dios de mi salvación; en Ti espero todo el día. 6 Trae a memoria, oh SEÑOR, Tus actos de compasión y Tu pacto de fidelidad; porque ellos han existido siempre. 7 ¡No pienses en los pecados de mi juventud o en mi rebeldía; piensa en mí con pacto de fidelidad por causa de tu bondad, oh SEÑOR! 8 El SEÑOR es bueno y recto; por lo tanto le enseña el camino a los pecadores. 9 Él guía al humilde en lo que es correcto y le enseña Su camino. 10 Todos los caminos del SEÑOR son firmes en amor y fidelidad para aquellos que guardan Su pacto y sus mandamientos solemnes. 11 Por causa de tu nombre, SEÑOR, perdona mi pecado, porque es grande. 12 ¿Quién es el hombre que teme al SEÑOR? El SEÑOR lo instruirá en el camino que debe escoger. 13 Su vida será próspera y sus descendientes heredarán la tierra. 14 La amistad del SEÑOR es para aquellos que le honran y les hace conocer Su pacto. 15 Mis ojos están siempre en el SEÑOR, porque Él librara mis pies de la red. 16 Vuélvete a mí y ten misericordia porque estoy solo y afligido. 17 ¡Las angustias de mi corazón se han engrandecido; sácame de mi angustia! 18 Mira mi aflicción y mi fatiga; perdona mis pecados. 19 Mira mis enemigos, porque ellos son muchos; ellos me odian con odio cruel. 20 ¡Proteje mi vida y rescátame; no permitas que sea humillado, porque en Ti me refugio! 21 Que la integridad y la rectitud me preserven; porque en Ti confío. 22 Rescata a Israel, oh Dios, de todas sus dificultades.

26

1 Júzgame, SEÑOR, porque he andado en integridad; yo he confiado en el SEÑOR sin dudar. 2 ¡Examíname, oh SEÑOR, pruébame; prueba la puerza de mis íntimos pensamientos y de mi corazón! 3 Pues Tu pacto de fidelidad está ante mis ojos y yo camino en tu fidelidad. 4 No me asocio con gente engañadora, tampoco me uno con gente deshonesta. 5 Odio la reunión de los malhechores y no vivo con el malvado. 6 Lavo mis manos en inocencia y así caminaré alrededor de tu altar, oh SEÑOR, 7 para cantar en voz alta una canción de alabanza y declarar todos tus hechos maravillosos. 8 oh SEÑOR, yo amo la casa donde vives, el lugar donde habita Tu gloria. 9 No me barras junto con los pecadores, o mi vida con la gente que está sedienta de sangre, 10 en cuyas manos hay conspiración y cuya mano derecha está llena de sobornos. 11 Pero en cuanto a mí, yo caminaré en integridad; redímeme y ten misericordia de mí. 12 Mi pie está sobre tierra firme; en la asamblea bendeciré al SEÑOR.

27

1 El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿a quien yo debo temer? El SEÑOR es el refugio de mi vida; ¿A quién debería temer? 2 Cuando los hacedores de maldad se acercaron a mí para devorar mi carne, mis adversarios y mis enemigos tropezaron y cayeron. 3 Aunque un ejercito acampe contra mí, mi corazón no temerá; aunque guerra se levante en mi contra, aún así yo me mantendré confiado. 4 Una cosa yo le he pedido al SEÑOR, y yo buscaré esto: que yo pueda vivir en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para ver la belleza del SEÑOR y para meditar en Su templo. 5 Pues en los días de dificultades Él me esconderá en Su refugio; en la cobertura de Su tienda el me esconderá. ¡Él me levantará alto en una roca! 6 ¡Entonces mi cabeza será levantada en alto sobre mis enemigos alrededor de mí, y yo ofreceré sacrificios de alegría en Su tienda! ¡Yo cantaré y haré canciones al SEÑOR! 7 ¡Oye, oh SEÑOR, mi voz cuando yo a Ti clamo! ¡Ten misericordia de mí, y contéstame! 8 Mi corazón dice de Tí: "Busca Su rostro" ¡Tu rostro yo busco, oh SEÑOR! 9 ¡No escondas Tu rostro de mí, no apartes a Tu siervo en ira! ¡Tu has sido mi ayudador, no me dejes ni me abandones, Dios de mi salvación! 10 Aún si mi padre y madre me dejaren, El SEÑOR me tomará. 11 ¡Enséñame Tus caminos, oh SEÑOR! Guíame por sendas llanas a causa de mis enemigos. 12 ¡No me entregues a los deseos de mis enemigos, porque falsos testigos se han levantado contra mí, y ellos respiran violencia! 13 ¿Qué me hubiera pasado si yo no hubiera creído que yo vería la bondad del SEÑOR en la tierra de los vivientes? 14 ¡Espera al SEÑOR; se fuerte, y que tu corazón sea valiente! ¡Espera al SEÑOR!

28

1 A tí, oh SEÑOR, yo clamo, roca mía, no me ingnores. Si Tu no me respondes, yo acompañaré a aquellos que bajan a la sepultura. 2 ¡Escucha el sonido de mi súplica cuando pido por Tu ayuda, cuando yo levanto mis manos hacia Tu lugar santísimo! 3 No me arrastres lejos con los malvados, aquellos que hacen iniquidad, quienes hablan paz con sus vecinos pero tienen maldad en sus corazones. 4 Dale a ellos lo que sus obras merecen y págales lo que su maldad demanda, págales por el trabajo de sus manos y devuelve a ellos lo que se merecen. 5 Porque ellos no entienden las obras del SEÑOR o el trabajo de Sus manos, Él los derrumbará y nunca los reconstruirá. 6 ¡Bendito sea El SEÑOR porque ha escuchado el sonido de mi ruego! 7 El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; mi corazón confía en Él, y yo soy ayudado. Por esto mi corazón se regocija grandemente, y yo Le adoraré con canciones. 8 El SEÑOR es la fuerza de su pueblo y Él es el refugio de salvación de Su ungido. 9 Salva a Tu pueblo y bendice Tu heredad. Sé su pastor y guíalos por siempre.

29

1 ¡Den alabanzas al SEÑOR, ustedes hijos de Dios! Den alabanzas al SEÑOR por su gloria y su fortaleza. 2 Den al SEÑOR la gloria que su nombre merece. Inclínense ante el SEÑOR en el esplendor de la santidad. 3 La voz del SEÑOR es escuchada sobre las aguas; la gloria de Dios truena, El SEÑOR truena sobre muchas aguas. 4 La voz del SEÑOR es poderosa; la voz del SEÑOR es majestuosa. 5 La voz del SEÑOR rompe los cedros; el SEÑOR rompe en pedazos los cedros del Líbano. 6 Él hace al Líbano saltar como un becerro y a Sirión como un búfalo joven. 7 La voz del SEÑOR envía llamas de fuego. 8 La voz del SEÑOR estremece el desierto; el SEÑOR estremece el desierto de Cades. 9 La voz del SEÑOR hace que los robles se tuerzan y desnuda el bosque. Todos en Su templo dicen: "¡Gloria!" 10 El SEÑOR se sienta como el Rey sobre la inundación; el SEÑOR se sienta como el Rey para siempre. 11 El SEÑOR da fuerza a su pueblo; el SEÑOR bendice a su pueblo con paz.

30

1 Yo te exaltaré, oh SEÑOR, porque me has levantado y no has permitido que mis enemigos se alegren sobre mí. 2 SEÑOR, mi Dios, yo clamé a Ti por ayuda, y Tú me sanaste. 3 SEÑOR, Tú has levantado mi alma del Seol; haz guardado mi vida de bajar a la tumba. 4 ¡Canten alabanzas al SEÑOR, ustedes su gente fiel! Den gracias cuando ustedes recuerden Su santidad. 5 Porque Su enojo dura solo un momento; pero Su favor es para toda la vida. El llanto viene por una noche, pero en la mañana viene la alegría. 6 Confiadamente dije: "Jamás seré sacudido." 7 SEÑOR, por Tu favor me has establecido a mí como una montaña fuerte; pero cuando escondíste Tu rostro, yo estaba turbado. 8 ¡Yo clamé a Ti, oh SEÑOR, y el favor de mi SEÑOR busqué! 9 ¿Qué ventajas hay allí en mi muerte, si yo bajo a la tumba? ¿Te alabará el polvo? ¿Declarará Tu confiabilidad? 10 Escucha, oh SEÑOR, ¡ten misericordia de mí! SEÑOR, sé Tú mi Ayudador. 11 Has cambiado mi luto por baile; has removido mi tela de saco y me haz vestido con alegría. 12 Por tanto así ahora cantaré gloria mía alabanzas a Tí y no estaré callado; SEÑOR Dios mío, ¡por siempre te daré gracias a Tí!

31

1 En Tí, SEÑOR, yo tomo refugio; jamás me dejes ser humillado. Réscatame en tu justicia. 2 Escúchame, réscatame pronto; se mi Roca de refugio, una fortaleza para salvarme. 3 Porque Tú eres mi Roca y mi fortaleza; por lo tanto, por el bien de Tu nombre, llévame y guíame. 4 Sácame de la red que han escondido para mí, porque tú eres mi refugio. 5 En tus manos yo encomiendo mi espíritu; Tú me redimirás, oh SEÑOR, Dios digno de confianza. 6 Yo odio a aquellos quienes sirven a ídolos inútiles, pero yo confío en el SEÑOR. 7 Yo me alegraré y gozozaré en la fidelidad de tu pacto, pues Tú viste mi aflicción; Tú conocías la angustia de mi alma. 8 Tú no me has entregado a la mano de mi enemigo. Tú has plantado mis pies en un lugar ancho y abierto. 9 Ten misericordia de mí, oh SEÑOR, pues estoy angustiado; se consumen de pena mis ojos, mi alma y mi cuerpo. 10 Pues mi vida está gastada de tristeza y mis años en suspiros. Mis fuerzas fallan por causa de mi pecado, y mis huesos se desgastan. 11 Debido a mis enemigos, la gente me rechaza; mis vecinos se asombran con mi situación, y aquellos que me conocen están horrorizados. Aquellos que me ven en las calles huyen de mí. 12 Estoy olvidado como un muerto en quien nadie piensa. Soy como un vaso roto. 13 Pues he escuchado las murmuraciones de muchos, espantosas noticias desde todos lados, mientras ellos hacen planes en mi contra. Ellos conspiran para quitarme la vida. 14 Pero yo confío en Tí, oh SEÑOR; yo digo: "Tú eres mi Dios." 15 Mi destino está en tus manos. Réscatame de las manos de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. 16 Haz Tu rostro resplandecer sobre tu siervo; sálvame en la fidelidad de tu pacto. 17 No permitas que sea yo humillado, oh SEÑOR; ¡pues estoy clamando a Ti! ¡Que los malvados sean humillados! Que ellos estén silenciados en el Seol. 18 Que los labios mentirosos que desafiantemente hablan en contra de los justos con arrogancia y desprecio, sean silenciados. 19 ¡Cuan grande es Tu bondad, que Tú haz guardado para esos quienes te reverencian, que Tú haces por aquellos quienes toman refugio en Tí, ante todos los hijos de los hombres! 20 En el refugio de Tu presencia, Tú los escondes de las conspiraciones de los hombres. Tú los escondes en un refugio de la violencia de las lenguas. 21 Bendito sea el SEÑOR, pues me enseñó Su maravillosa fidelidad del pacto cuando yo estaba en ciudad sitiada. 22 Aunque yo diga en mi prisa: "Yo estoy cortado de Tus ojos," aún así Tú escuchas mi súplica por ayuda cuando a Tí clamo. 23 Oh, amen al SEÑOR, todos ustedes fieles seguidores. El SEÑOR protege a los fieles, pero Él paga abundantemente a los arrogantes. 24 Sean fuertes y seguros, todos ustedes quienes confían y esperan por la ayuda del SEÑOR.

32

1 Bendita es la persona cuya transgresión es la perdonado, cuyo pecado es cubierto. 2 Bendito es el hombre a quien el SEÑOR no le reconoce culpa y en cuyo espíritu no hay engaño. 3 Cuando permanecí callado, mis huesos se gastaron, mientras me quejaba todo el día. 4 De día y noche Tu mano estaba pesaba sobre mí. Mi fuerza se marchitó como en sequía de verano. 5 Entonces reconocí mi pecado ante Tí, y ya no oculté mi iniquidad. Yo dije: "Confesaré mis trasgresiones al SEÑOR," y Tú perdonaste la culpa de mi pecado. 6 Por esto, todos los que son piadosos ore a Tí en tiempos de gran angustia. Entonces, cuando las aguas crecientes se desborden, estas no alcanzarán a estos. 7 Tú eres mi refugio; Tú me guardarás del problema. Tú me rodearás con canciones de victoria. 8 Yo te instruiré y te enseñaré el camino que debes seguir. Yo te instruiré con Mi ojo sobre ti. 9 No seas como un caballo o como una mula, que no tienen entendimiento; es solo con freno y embocadura para controlarlos que ellos irán a donde tú quieres que vayan. 10 Los malvados tienen muchas penas, pero la fidelidad del pacto del SEÑOR rodeará a aquellos que confían en Él. 11 Alégrensen en el SEÑOR, y regocígense, ustedes los justos; griten de alegría, todos ustedes que son rectos de corazón.

33

1 Regocígense en el SEÑOR, ustedes los justos; la alabanza es apropiada para los rectos. 2 Dénle gracias al SEÑOR con el arpa; cántenle alabanzas a Él con el arpa de diez cuerdas. 3 Cántenle a Él una nueva canción; toquen hábilmente y canten con alegría. 4 Pues la palabra del SEÑOR es recta, y todo lo que Él hace es justo. 5 Él ama la rectitud y la justicia. La tierra está llena del pacto de fidelidad del SEÑOR. 6 Por la palabra del SEÑOR los cielos fueron hechos, y todas las estrellas del cielo fueron hechas por el aliento de Su boca. 7 Él junta las aguas del mar como con una pila; Él pone los óceanos en almacenes. 8 Que toda la tierra le tema al SEÑOR; que todos los habitantes del mundo se admiren frente de Él. 9 Pues Él habló y fué hecho; Él ordenó, y todo se colocó en su lugar. 10 El SEÑOR frustra las alianzas de las naciones; Él derroca los planes de los pueblos. 11 Los planes del SEÑOR son eternos, los planes de Su corazón para todas las generaciones. 12 Bendita es la nación cuyo Dios es el SEÑOR, el pueblo que Él ha escogido como Su propia herencia. 13 El SEÑOR mira desde el cielo; Él ve a toda la gente. 14 Desde el lugar donde Él vive, Él mira abajo a todos los que viven en la tierra. 15 Él, Quien da forma a los corazones de todos ellos, observa todas sus obras. 16 El rey no se salva por un enorme ejército; un guerrero no se salva por su gran fuerza. 17 Un caballo es seguridad falsa para la victoria en; a pesar de su gran fuerza, él no puede rescatar. 18 Mira, el ojo del SEÑOR está sobre aquellos que le temen, en aquellos que cuentan con su pacto de fidelidad 19 para rescatar sus vidas de la muerte y mantenerlos vivos en tiempos de hambruna. 20 Nosotros esperamos en el SEÑOR; Él es nuestra ayuda y nuestro escudo. 21 Nuestros corazones se regocijan en Él; porque nosotros confiamos en Su santo nombre. 22 Deja que Tu pacto de fidelidad, oh SEÑOR, esté con nosotros mientras ponemos nuestra esperanza en Tí.

34

1 Yo alabaré al SEÑOR en todos los tiempos, Su alabanza estará por siempre en mi boca. 2 ¡Yo alabaré al SEÑOR! Que los oprimidos escuchen y se regocigen. 3 Alaben al SEÑOR conmigo, vamos a levantar juntos Su nombre. 4 Yo busqué al SEÑOR y Él me respondió, y Él me dió la victoria sobre todos mis temores. 5 Los que Lo miraron quedaron radiantes, y sus rostros no será avergonzados. 6 Éste hombre oprimido clamó y lo escuchó el SEÑOR y lo salvó de todos sus dificultades. 7 El ángel del SEÑOR acampa alrededor de aquellos que Le temen y los rescata. 8 Prueben y vean que el SEÑOR es bueno. Bendito es el hombre que toma refugio en Él. 9 Teman al SEÑOR, ustedes Sus santos. Nada le falta a aquellos que Le temen. 10 Los leones jóvenes a veces les falta comida y sufren hambre, pero a esos que buscan al SEÑOR no les faltará nada bueno. 11 Vengan, hijos, escúchenme. Yo les enseñaré a ustedes el temor del SEÑOR. 12 ¿Qué hombre hay que desee vida y ame muchos días, para que él pueda ver lo bueno? 13 Entonces, guarda tu lengua del mal y guarda tus labios de hablar mentiras. 14 Aléjate del mal y haz el bien. Busca la paz y ve tras ella. 15 Los ojos del SEÑOR están sobre los justos y Sus oídos están dirigidos hacia sus llantos. 16 El rostro del SEÑOR está contra aquellos que hacen maldad, para cortar la memoria de ellos de la tierra. 17 Los justos claman y el SEÑOR les escucha y Él los rescata de todos sus dificultades. 18 El SEÑOR está cerca de los quebrantados de corazón, y Él salva a aquellos que están abatidos en espíritu. 19 Muchas son las dificultades de los justos, pero el SEÑOR los libra de todos ellos. 20 Él guarda todos sus huesos, ni uno solo de ellos será roto. 21 El mal matará a los malvados. Esos que odian a los justos serán condenados. 22 El SEÑOR rescata la vida de Sus siervos. Ninguno de los que toman refugio en Él serán condenados.

35

1 SEÑOR, trabaja contra aquellos quienes trabajan en mi contra; pelea contra aquellos quienes pelean contra mí. 2 Agarra Tu escudo pequeño y escudo grande; levántate y ayúdame. 3 Usa Tu lanza y hacha de batalla contra aquellos quienes me persiguen; dile a mi alma, "Yo soy tu salvación." 4 Haz que aquellos quienes persiguen mi vida sean avergonzados y deshonrados. Haz que aquellos quienes planifican dañarme se vuelvan atrás y confudidos. 5 Que ellos sean como paja frente al viento, cuando el ángel del SEÑOR los expulse. 6 Que su camino sea oscuro y resbaladizo, cuando el angel del SEÑOR los persiga. 7 Sin causa me pusieron una red; sin causa cavaron un pozo para mi vida. 8 Que la destrucción se les adelante por sorpresa. Que la red que pusieron los atrape. Que caigan en ella, hacia su destrucción. 9 Pero me alegraré en el SEÑOR y me regocijaré en su salvación. 10 Todos mis huesos dirán: "SEÑOR, quien como tú, quien rescata al oprimido de aquellos quienes son muy fuertes para ellos y al pobre y al necesitado de aquellos quienes tratan de robarles?" 11 Testigos injustos se levantaron; ellos me acusaron falsamente. 12 Ellos me pagaron mal por bien. Yo estoy en tristeza. 13 Pero, cuando ellos estaban efermos, yo vestí ropa de saco; yo ayuné por ellos con mi cabeza inclinada sobre mi pecho. 14 Me dolí como por mi hermano; me incline en luto como por mi madre. 15 Pero cuando yo tropecé, ellos se regocijaron y se juntaron, se juntaron en mi contra y yo fui sorprendido por ellos. Ellos me desgarraron sin parar. 16 Sin respeto alguno se mofaron de mí; ellos rechinaron sus dientes contra mi. 17 Señor, ¿Hasta cuando mirarás? Rescata mi alma de sus ataques destructivos, mi vida de los leones. 18 Entonces yo te agradeceré en la gran asamblea; te alabaré entre muchas personas. 19 No dejes que mis enemigos engañosos se regocijen sobre mí; no dejes que lleven a cabo sus planes malvados. 20 Porque ellos no hablan paz, ellos inventan palabras engañosas contra aquelllos en nuestra tierra quienes viven en paz. 21 Ellos abren sus bocas anchas en mi contra; ellos dicen: "Ajá, ajá, nuestros ojos han visto ésto." 22 Tú lo haz visto, SEÑOR, no hagas silencio; Señor, no estés lejos de mí. 23 Despierta y levántate en mi defensa; Dios mío y Señor mío, defiende mi causa. 24 Defiéndeme, SEÑOR Dios mío, por causa de tu justicia; no dejes que se regocijen sobre mí. 25 No permitas que digan en su corazón: "Ajá, tenemos lo que queremos."No permitas que digan: "lo hemos devorado." 26 Llévalos a verguenza y confunde a aquellos quienes quieren hacerme daño. Que aquellos que se burlaron de mí sean cubiertos de vergüenza y deshonra. 27 Que aquellos que desearon mi vindicación griten de alegría y se gocen; que digan continuamente: "El SEÑOR sea alabado, El que se deleita en el bienestar de su siervo." 28 Entonces yo hablaré de tu justicia y te alabaré todo el día.

36

1 Un hombre malvado habla de su pecado desde lo profundo de su corazón; no hay temor de Dios en sus ojos. 2 Pues él se conforta a sí mismo, pensando que su pecado no será descubierto y odiado. 3 Sus palabras son pecaminosas y engañosas; no quiere ser sabio ni hacer el bien. 4 Mientras se acuesta en su cama, él planifica formas de pecar; él se encamina por un camino malvado; él no rechaza lo malo. 5 Tu pacto de fidelidad, SEÑOR, llega hasta los cielos; Tu lealtad llega hasta las nubes. 6 Tu justicia es como las montañas de Dios; Tus juicios son como el gran abismo. SEÑOR, Tú preservas a ambos, seres humanos y los animales. 7 ¡Cuán precioso es Tu pacto de fidelidad, Dios! La humanidad se refugia bajo la sombra de Tus alas. 8 Ellos seran abundantemente saciados con la riqueza de la comida de Tu casa; Tú los dejarás beber del río de Tus preciosas bendiciones. 9 Porque contigo está la fuente de vida; en Tu luz nosotros veremos luz. 10 Extiende Tu pacto de fidelidad completamente a aquellos que Te conocen, Tu defensa a los rectos de corazón. 11 No dejes que el pie del hombre arrogante se acerque a mí. No dejes que la mano del malvado me ahuyente. 12 Allí los malvados han caído; ellos son derribados y no son capaces de levantarse.

37

1 No seas irritado por causa de los malhechores; no tengas envidia de aquellos que actúan injustamente. 2 Porque ellos pronto se secarán como la yerba y se marchitarán como las plantas verdes. 3 Confía en el SEÑOR y haz lo que es bueno; establécete en la tierra y apacienta en fidelidad. 4 Entonces deléitate en el SEÑOR y Él te dará los deseos de tu corazón. 5 Entrégale tus caminos al SEÑOR; confía en Él y Él actuará en tu favor. 6 Él exhibirá tu justicia como la luz del día y tu inocencia como el día al medioda. 7 Está quieto delante del SEÑOR y espera pacientemente por Él. No te enojes si alguien tiene éxito en lo que hace, o cuando hace conspiraciones malvadas. 8 No te enojes ni te frustres. No te preocupes. Ésto solo crea problemas. 9 Los malhechores serán cortados, pero los que esperan por el SEÑOR heredarán la tierra. 10 En poco tiempo, el hombre malvado desaparecerá; mirarás su lugar, pero el se habrá ido. 11 Pero los mansos heredarán la tierra y se deleitarán en gran prosperidad. 12 El hombre perverso conspira contra el recto y cruje los dientes contra él. 13 El Señor se ríe de él, porque Él ve que su día está llegando. 14 Los malvados han sacado sus espadas y han tensado sus arcos para derribar al oprimido y al necesitado, para matar a aquellos que son rectos. 15 Sus espadas atravesarán sus propios corazones y sus arcos serán rotos. 16 Mejor es lo poco que tiene el justo que la abundancia de muchas personas malvadas. 17 Pues las armas de las personas malvadas se romperán, pero el SEÑOR sostiene a las personas justas. 18 El SEÑOR vela por los inocentes día tras día y su herencia será para siempre. 19 Ellos no serán avergonzados cuando los tiempos sean malos. Cuando venga la hambruna, ellos tendrán suficiente para comer. 20 Pero los hombres malvados perecerán. Los enemigos del SEÑOR serán como la gloria de los pastos; serán consumidos y desaparecerán en el humo. 21 La persona perversa toma prestado pero no devuelve, mas la persona recta es generosa y da. 22 Aquellos que son bendecidos por Dios heredarán la tierra; aquellos que son maldecidos por Él serán cortados. 23 Es por el SEÑOR que los pasos del hombre son establecidos, el hombre cuyo camino es admirable a la vista de Dios. 24 Aunque él tropiece, no caerá, porque el SEÑOR lo está sosteniendo con su mano. 25 Yo fui joven y ahora soy viejo; yo nunca he visto a una persona justa abandonada o sus hijos mendigando pan. 26 Durante todo el día él es amable y presta, y sus hijos vienen a ser una bendición. 27 Apártate del mal y haz lo que es bueno; entonces estarás seguro por siempre. 28 Porque el SEÑOR ama la justicia y no abandona a sus fieles seguidores. Ellos son preservados por siempre, pero los descendientes de los perversos serán cortados. 29 Los justos heredarán la tierra y vivirá allí por siempre. 30 La boca de la persona justa habla sabiduría y aumenta la justicia. 31 La ley de su Dios está en su corazón; sus pies no resbalarán. 32 La persona perversa vela a la persona justa y busca cómo matarle. 33 El SEÑOR no lo abandonará a la mano de la persona malvada ni lo condenará cuando sea juzgado. 34 Espera por el SEÑOR y guarda Su camino y Él te levantará para poseer la tierra. Verás cuando los malvados sean cortados. 35 Yo he visto a la persona perversa y aterradora extendida como un árbol verde en su terreno nativo. 36 Pero cuando pasé nuevamente, él no estaba. Lo busqué pero no pudo ser hallado. 37 Observa el hombre de integridad y fíjate en el recto; hay un buen futuro para un hombre de paz. 38 Los pecadores serán totalmente destruidos; el futuro del hombre perverso es cortado. 39 La salvación de los justos viene del SEÑOR; Él los protege en los tiempos de problemas. 40 El SEÑOR les ayuda y los rescata. Él los rescata de los hombres malvados y los salva porque ellos se han refugiado en Él.

38

1 SEÑOR, no me reprendas en Tu enojo; no me castigues en Tu ira. 2 Pues Tus flechas me traspasan, y Tu mano me presiona hacia abajo. 3 Todo mi cuerpo está enfermo por causa de Tu enojo; no hay salud en mis huesos por causa de mi pecado. 4 Pues mis iniquidades me abruman; ellas son una carga muy pesada para mí. 5 Mis heridas están infectadas y huelen mal por mis pecados tontos. 6 Yo estoy encorvado y humillado cada día; yo me estoy lamentando durante todo el día. 7 Porque dentro de mí, yo estoy lleno de ardor, no hay salud en mi carne. 8 Estoy adormecido y completamente destrozado; yo gimo por la angustia de mi corazón. 9 SEÑOR, Tú entiendes los ahnelos más profundos de mi corazón, y mis gemidos no están escondidos de Ti. 10 Mi corazón palpita, mi fuerza se desvanece, y mi vista se oscurece. 11 Mis amigos y compañeros me esquivan por mi condición; mis vecinos se quedan muy lejos. 12 Esos que buscan mi vida me ponen trampas. Aquellos que buscan hacerme daño hablan palabras destructivas y dicen palabras engañosas todo el día. 13 Pero yo, yo soy como un hombre sordo y no oigo nada; yo soy como un hombre mudo que no dice nada. 14 Yo soy como un hombre que no oye y que no tiene ninguna respuesta. 15 Ciertamente espero por Ti, SEÑOR; Tú responderas, SEÑOR mi Dios. 16 Yo digo esto para que mis enemigos no se jacten sobre mí. Si mi pie resbala, ellos me harán terribles cosas. 17 Pues estoy a punto de tropezar, y yo estoy en dolor constante. 18 Yo confieso mi culpa; yo estoy preocupado por mi pecado. 19 Pero mis enemigos son numerosos; esos que me odian equivocadamente son muchos. 20 Ellos me pagan mal por bien; ellos me lanzan acusaciones aunque yo he procurado lo que es bueno. 21 No me abandones, SEÑOR; mi Dios, no permanezcas alejado de mí. 22 Ven rápido a ayudarme, SEÑOR, mi salvación.

39

1 Decidí: "Yo velaré por lo que digo, para no pecar con mi lengua. Yo amordazaré mi boca mientras esté en la presencia de un hombre malvado." 2 Mantuve silencio; mantuve mis palabras aún de decir lo bueno, y mi dolor empeoró. 3 Mi corazón se hizo ardiente; cuando pensé en estas cosas, se quemaba como un fuego. Entonces, finalmente hablé. 4 "SEÑOR, hazme saber cuando será el final de mi vida y la extensión de mis días. Muéstrame cuán fugaz soy. 5 Mira, Tú has hecho mis días tan sólo como el ancho de mi mano, y mi vida es como nada frente a Ti. Ciertamente, cada hombre es sólo un aliento. 6 Ciertamente, cada hombre camina por la vida como una sombra. Ciertamente todos se apresuran a acumular riquezas aunque ellos no saben quien las recibirá. 7 Ahora, SEÑOR, ¿por qué estoy esperando? Tú eres mi única esperanza. 8 Rescátame de mis pecados; no me conviertas en el reproche de los tontos. 9 Estoy callado y no puedo abrir mi boca, porque eres Tú quien lo ha hecho. 10 Deja de herirme; estoy agobiado por el golpe de Tu mano. 11 Cuando Tú disciplinas a la gente por su pecado, Tú consumes las cosas que ellos desean como una polilla; ciertamente, toda la gente son nada sino vapor. 12 Oye mi oración, SEÑOR, y escúchame; ¡escucha mi lamento! No seas sordo hacia mí, pues soy como un extranjero Contigo, un refugiado como mis ancestros lo fueron. 13 Vuelve Tu mirada hacia mí, para que yo pueda sonreír otra vez antes de morir.

40

1 Esperé pacientemente al SEÑOR; Él me escuchó y oyó mi llanto. 2 Él me sacó del horrible pozo, fuera del fango arcilloso, y Él puso mis pies sobre la roca e hizo mis pasos seguros. 3 Él ha puesto una canción nueva en mi boca, alabanzas a nuestro Dios. Muchos lo verán y lo honrarán a Él y confiarán en el SEÑOR. 4 Bendito el hombre que pone en el SEÑOR su confianza y no honra a los orgullosos ni a aquellos que se vuelven de Él a la mentira. 5 Muchas, SEÑOR mi Dios, son las maravillosas obras que Tú has hecho, y Tus pensamientos acerca de nosotros no pueden ser contados; si yo los declaro y los hablo, ellos serían más de lo que se pueden contar. 6 Tú no te deleitas en sacrificios u ofrendas, pero Tú has abierto mis oídos; Tú no has pedido ofrendas quemadas ni sacrificios por el pecado. 7 Entonces, yo dije: "Mira, yo he venido; está escrito acerca de mí en el rollo del documento. 8 Yo me deleito en hacer Tu voluntad, mi Dios; Tus leyes están en mi corazón." 9 Yo he proclamado las buenas noticias de Tu justicia en la gran asamblea; SEÑOR, Tú sabes que mis labios no se han detenido de hacer esto. 10 Yo no he ocultado Tu justicia en mi corazón; yo he declarado Tu lealtad y Tu salvación; yo no he ocultado de la gran asamblea Tu fidelidad al pacto ni Tu confiabilidad. 11 No mantegas lejos de mí Tus actos de misericordia, SEÑOR; deja que Tu fidelidad al pacto y Tu confiabilidad siempre me preserven. 12 Innumerables problemas me rodean; mis iniquidades me han alcanzado, pues ya no soy capaz de ver nada; ellas son más que los pelos de mi cabeza, y mi corazón me ha fallado. 13 Complácete, SEÑOR, en rescatarme; apúrate para ayudarme, SEÑOR. 14 Deja que ellos estén avergonzados y completamente decepcionados, esos que persiguen mi vida para tomarla. Deja que se vuelvan y sean puestos en deshonor, esos que se deleitan en lastimarme. 15 Deja que sean sorprendidos a causa de su vergüenza, esos que me dicen a mí: "¡Ajá, ajá!" 16 Pero que todos esos que Te buscan se alegren y se regocijen en Ti; deja que todo el que ama Tu salvación diga continuamente: "Sea el SEÑOR alabado." 17 Yo soy pobre y necesitado; sin embargo, el SEÑOR piensa en mí. Tú eres mi Ayuda y Tú vienes a rescatarme; no te tardes, mi Dios.

41

1 Bendito es él que se preocupa por los débiles; en el día del problema, el SEÑOR lo rescatará. 2 El SEÑOR lo preservará y lo mantendrá vivo, y él será bendito en la tierra; el SEÑOR no lo entregará a sus enemigos. 3 El SEÑOR lo sostendrá en la cama del sufrimiento; Tú convertirás su cama de enfermedad en una cama de sanación. 4 Yo digo: "SEÑOR, ¡ten misericordia de mí! Sáname, pues he pecado contra Ti." 5 Mis enemigos hablan el mal en contra mía, diciendo: '¿Cuándo morirá y su nombre perecerá?' 6 Si mi enemigo viene a verme, él me dice cosas inútiles; su corazón recoge mi desastre por sí mismo; cuando él se aleja de mí, él le habla a otros de ello. 7 Todos los que me odian susurran juntos en mi contra; juntos ellos esperan mi dolor. 8 Ellos dicen: "Una enfermedad maligna se agarra fuertemente de él; ahora que él está acostado, ya no se levantará." 9 De hecho, aún mi amigo más cercano, en quien confiaba, que comió mi pan, él ha levantado su talón en mi contra. 10 Pero Tú, SEÑOR, ten misericordia de mí y levántame para que yo pueda responderles. 11 Por esto sé que Tú estás complacido en mí, para que mi enemigo no triunfe sobre mí. 12 Mientras tanto, Tú me apoyas en mi integridad y me mantienes en Tu presencia por siempre. 13 Sea el SEÑOR, Dios de Israel, alabado por siempre y para siempre. Amén y amén. Segundo libro.

42

1 Así como el ciervo anhela los arroyos de agua, así yo tengo sed de Ti, Dios. 2 Yo tengo sed de Dios, del Dios viviente, ¿cuándo vendré y apareceré delante de Dios? 3 Mis lágrimas han sido mi comida día y noche, mientras que mis enemigos siempre me están diciendo: "¿Dónde está tu Dios?" 4 Estas cosas traigo a mi mente mientras derramo mi alma: cómo yo fui con la multitud y los dirigí a la casa de Dios con la voz de gozo y alabanza, una multitud celebrando una fiesta. 5 ¿Por qué te postras, mi alma? ¿Por qué estás molesta conmigo? Espera en Dios, porque otra vez yo lo alabaré quien es mi salvación. 6 Mi Dios, mi alma está postrada dentro de mí, por lo tanto, te traigo a mi memoria desde la tierra del Jordán, desde los tres picos del Monte Hermón, y desde la colina de Mizar. 7 La profundidad llama a la profundidad al ruido de tus cataratas; todas tus ondas y tus olas se han venido sobre mí. 8 Mas el SEÑOR mandará su misericordia durante el día; en la noche Su canción estará conmigo, una oración al Dios de mi vida. 9 Yo diré a Dios, mi roca: "¿Por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué sigo de luto debido a la opresión del enemigo?" 10 Como con una espada en mis huesos, mis adversarios me reprenden, mientras me dicen siempre: "¿Dónde está tu Dios?" 11 ¿Por qué estás postrada, alma mía? ¿Por qué estás molesta conmigo? Espera en Dios, porque una vez más lo alabaré a quien es mi salvación y mi Dios.

43

1 Tráeme justicia, Dios, y defiende mi causa en contra de una nación impía. 2 Pues Tú eres el Dios de mi fuerza. ¿Por qué me has rechazado? ¿Por qué iré de luto debido a la opresión del enemigo? 3 Oh, envía Tu luz y Tu verdad, deja que me dirijan. Que me lleven a Tu monte santo y a Tu morada. 4 Entonces yo iré al altar de Dios, a Dios quien es mi gozo supremo. Yo Te alabaré con el arpa, Dios, mi Dios. 5 ¿Por qué estás postrada, alma mía? ¿Por qué estás confundida dentro de mí? Espera en Dios, porque lo volveré a alabar quien es mi salvación y mi Dios.

44

1 Nosotros hemos escuchado con nuestros oídos, Dios; nuestros padres nos han contado la obra que Tú hiciste en sus días, en los días de antaño. 2 Tú sacaste las naciones con Tu mano, pero estableciste nuestro pueblo; Tú afligiste a los pueblos, pero extendiste a nuestro pueblo a través de la tierra. 3 Pues ellos no obtuvieron la tierra para su posesión por su propia espada, ni tampoco los salvó su propio brazo; sino que Tu mano derecha, Tu brazo y la luz de Tu presencia, porque fuiste favorable a ellos. 4 Dios, Tú eres mi Rey; ordena la victoria para Jacob. 5 Por medio de Ti nosotros someteremos a nuestros adversarios; por medio de Tu nombre los pisotearemos, los que se levanten contra nosotros. 6 Pues yo no confiaré en mi arco, ni tampoco me salvará mi espada. 7 Pero Tú nos has salvado de nuestros adversarios, y has puesto en vergüenza a aquellos que nos odian. 8 En Dios nos hemos gloriado todo el día, y daremos gracias a Tu nombre por siempre. 9 Pero ahora Tú nos has rechazado y nos has traído deshonra, y Tú no sales con nuestros ejércitos. 10 Tú nos haces volver del adversario; y aquellos que nos odian toman despojos para sí. 11 Tú nos has hecho como ovejas destinadas a ser alimento y nos has dispersado entre las naciones. 12 Tú vendes a Tu pueblo por nada; no has aumentado Tu riqueza al hacerlo así. 13 Tú nos haces motivo de reproche ante nuestros vecinos, burlados y mofados por aquellos alrededor nuestro. 14 Tú nos haces un insulto entre las naciones, algo por lo cual los pueblos mueven sus cabezas. 15 Todo el día entero mi deshonra está delante de mí, y la vergüenza de mi rostro me ha cubierto 16 debido a la voz de Aquel que me reprende y me insulta, debido al enemigo y al vengador. 17 Todo esto nos ha sobrevenido; sin embargo, nosotros no Te hemos olvidado ni hemos obrado falsamente con Tu pacto. 18 Nuestro corazón no se ha retractado; nuestros pasos no se han ido de Tu camino. 19 Mas Tú nos has quebrantado severamente en el lugar de chacales y nos has cubierto con la sombra de la muerte. 20 Si nos hemos olvidado del nombre de nuestro Dios o levantado nuestras manos a un dios extraño, 21 ¿no lo sabría Dios? Pues Él conoce los secretos del corazón. 22 Ciertamente, por causa Tuya nos están matando todo el día entero; se nos considera como ovejas para el matadero. 23 Despierta, ¿por qué duermes, Señor? Levántate, no nos rechaces permanentemente. 24 ¿Por qué escondes Tu rostro y Te olvidas de nuestra aflicción y nuestra opresión? 25 Porque nos hemos derretido en el polvo; nuestros cuerpos están aferrados a la tierra. 26 Levántate para ayudarnos y redímenos por causa de Tu fidelidad al pacto.

45

1 Mi corazón se emociona con un tema bueno; yo leeré en voz alta las palabras que he compuesto acerca del Rey; mi lengua es la pluma de un escritor que está presto. 2 Tú eres más hermoso que los hijos de la humanidad; la gracia es derramada sobre Tus labios; por lo tanto, nosotros sabemos que Dios Te ha bendecido para siempre. 3 Pon Tu espada a Tu lado, Poderoso, en Tu gloria y Tu majestad. 4 En Tu majestad cabalga adelante triunfalmente debido a la confiabilidad, la mansedumbre y la justicia; Tu mano derecha Te enseñará cosas grandes y terribles. 5 Tus flechas son afiladas; los pueblos caen debajo de Ti; Tus flechas están en los corazones de los enemigos del rey. 6 Tu trono, Dios, es para siempre y siempre; un cetro de justicia es el cetro de Tu reino. 7 Tú has amado la justicia y has odiado la maldad; por lo tanto, Dios, Tu Dios, Te ha ungido con el aceite de alegría más que a Tus compañeros. 8 Todas tus vestimentas huelen a mirra, áloe y casia; desde palacios de marfil Te han alegrado instrumentos de cuerdas. 9 Las hijas de reyes están entre Tus mujeres honorables; a Tu mano derecha está de pie la reina vestida de oro de Ofir. 10 Escucha, hija, considera e inclina tu oído; olvida tu propio pueblo y la casa de tu padre. 11 De esta manera el Rey deseará tu belleza; Él es tu Señor, muéstrale reverencia. 12 La hija de Tiro estará allí con un obsequio; los ricos entre el pueblo rogarán por tu favor. 13 La hija real en el palacio es toda gloriosa; su ropa está trabajada con oro. 14 Ella será llevada al Rey en traje bordado; las vírgenes, las compañeras que la siguen, serán traídas a Ti. 15 Ellas serán llevadas con alegría y regocijo; ellas entrarán al palacio del Rey. 16 En el lugar de Tus padres estarán Tus hijos a quienes Tú harás príncipes en toda la tierra. 17 Yo haré que Tu nombre sea recordado en todas las generaciones; por lo tanto, los pueblos Te darán las gracias por siempre y siempre.

46

1 Dios es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda muy presente en los problemas. 2 Por lo tanto, nosotros no temeremos, aunque la tierra pueda cambiar, aunque las montañas fueran sacudidas hasta el corazón de los mares, 3 aunque sus aguas rujan y se enfurezcan y aunque las montañas tiemblen con su hinchazón. 4 Hay un río, cuyas corrientes hacen alegrar la ciudad de Dios, el lugar santo de los tabernáculos del Altísimo. 5 Dios está en el medio de ella; ella no será movida; Dios la ayudará, y lo hará al amanecer. 6 Las naciones se enfurecieron y los reinos fueron sacudidos; Él alzó Su voz, y la tierra se derritió. 7 El SEÑOR de los ejércitos está con nosotros; el Dios de Jacob es nuestro refugio. 8 Vengan, contemplen las obras del SEÑOR, la destrucción que Él ha causado en la tierra. 9 Él hace que las guerras cesen hasta los fines de la tierra; Él rompe el arco y parte la lanza en pedazos; Él quema los escudos. 10 Hagan silencio y conozcan que Yo soy Dios; Yo seré exaltado entre las naciones; Yo seré exaltado en la tierra. 11 El SEÑOR de los ejércitos está con nosotros; el Dios de Jacob es nuestro refugio.

47

1 Aplaudan con sus manos, ustedes todos los pueblos; griten a Dios con el sonido de triunfo. 2 Porque el SEÑOR Altísimo es terrible; Él es un gran Rey sobre toda la tierra. 3 Él somete a los pueblos debajo de nosotros y naciones debajo nuestros pies. 4 Él escoge nuestra herencia para nosotros, la gloria de Jacob a quien Él amó. 5 Dios ha subido con un grito, el SEÑOR con el sonido de una trompeta. 6 Canten alabanzas a Dios, canten alabanzas; canten alabanzas a nuestro Rey, canten alabanzas. 7 Porque Dios es el Rey sobre toda la tierra; canten alabanzas con entendimiento. 8 Dios reina sobre las naciones; Dios se sienta en Su trono santo. 9 Los príncipes de los pueblos se han reunido con el pueblo del Dios de Abraham; pues los escudos de la tierra le pertenecen a Dios; Él es exaltado grandemente.

48

1 Grande es el SEÑOR y digno de ser alabado, en la ciudad de nuestro Dios en Su monte santo. 2 Hermoso en su elevación, la alegría de toda la tierra, es el Monte de Sion, a los lados del norte, la ciudad del gran Rey. 3 En sus palacios, Dios se ha hecho conocer como un refugio. 4 Pues, mira, los reyes se reunieron ellos mismos, ellos pasaron juntos. 5 Ellos lo vieron; entonces ellos se asombraron, se espantaron y avanzaron a huir. 6 Temblor se apoderó de ellos allí, dolor como cuando una mujer está de parto. 7 Con el viento del este Tu rompiste los barcos de Tarsis. 8 Como hemos oído, así hemos visto en la ciudad del SEÑOR de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; Dios la establecerá para siempre. 9 Hemos pensado en tu misericordia, Dios, en medio de Tu templo. 10 Así como tu nombre es, Dios, así es tu alabanza hasta los fines de la tierra; Tu mano derecha está llena de justicia. 11 Que el Monte Sion se alegre, que las hijas de Judá se regocijen a causa de tus justos decretos. 12 Caminen alrededor del Monte de Sion, rodéenlo; cuenten sus torres, 13 noten sus muros, y vean a sus palacios para que así puedan contarlo a la siguiente generación. 14 Pues este Dios es nuestro Dios para siempre y siempre; Él será nuestro guía hasta la muerte.

49

1 Escuchen esto, ustedes todos los pueblos; presten oído, 2 ambos bajos y altos, ricos y pobres juntamente. 3 Mi boca hablará sabiduría y la meditación de mi corazón será de entendimiento. 4 Yo inclinaré mi oído a la parábola; comenzaré mi parábola con el arpa. 5 ¿Por qué yo debería temer los días de maldad, cuándo la iniquidad me rodee mis talones? 6 ¿Por qué he de temer a los que confían en sus riquezas y alardean acerca de la cantidad de sus riquezas? 7 Es cierto que nadie puede redimir a su hermano ni dar a Dios rescate por él, 8 pues la redención de una vida es costosa, y nadie puede pagar lo que nosotros debemos. 9 Nadie puede vivir para siempre para que su cuerpo no decaiga. 10 Pues el verá decaimiento. El hombre sabio muere; el tonto y el necio igualmente perecen y dejan su riqueza a otros. 11 Su pensamiento interno es que sus familias continuarán para siempre, y los lugares donde ellos viven, para todas las generaciones; ellos llaman sus tierras por sus nombres. 12 Pero el hombre, teniendo riquezas, no permanece vivo; él es como las bestias que perecen. 13 Este, su camino, es su locura; y aun luego de éstos, también los hombres que aprueban sus dichos. 14 Como ovejas ellos están designados para el Seol, y la muerte será su pastor. Los rectos gobernarán sobre ellos en la mañana, y sus cuerpos serán consumidos en el Seol, sin un lugar para ellos vivir. 15 Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol; Él me recibirá. 16 No temas cuando alguien se vuelva rico, y la gloria de su casa aumente. 17 Pues cuando él muera, él no se llevará nada; su gloria no bajará detrás de él. 18 Él bendijo su alma mientras él vivía, y los hombres te alaban cuando vives para tí mismo, 19 él irá a la generación de sus padres y ellos no verán la luz otra vez. 20 Uno que tiene riqueza pero no entendimiento es como las bestias, las cuales perecen.

50

1 El Poderoso, Dios, SEÑOR, ha hablado y ha llamado a la tierra desde la salida del sol hasta su ocaso. 2 Desde Sion, la perfección de la belleza, Dios ha brillado. 3 Nuestro Dios viene y no se queda en silencio; un fuego devora delante de Él, y es muy tormentoso a su alrededor. 4 Él llama a los cielos arriba y a la tierra, para que así Él pueda juzgar su pueblo: 5 "Reúnan a mis fieles a Mí, aquellos que han hecho un pacto conmigo por sacrificio." 6 Los cielos declararán su rectitud, pues Dios mismo es juez. 7 "Escuchen, mi pueblo, y Yo hablaré; Yo soy Dios, tu Dios. 8 Yo no te reprobaré por tus sacrificios; tus ofrendas quemadas están siempre delante de Mí. 9 Yo no sacaré ningún toro de tu casa, o cabros de tus rediles. 10 Pues cada bestia del bosque es mía, y el ganado en unas mil colinas. 11 Yo conozco todas las aves de las montañas, y las bestias salvajes del campo son mías. 12 Si estuviese hambriento, yo no te lo diría; pues el mundo es mío, y todo lo que está en él. 13 ¿Comeré yo la carne de toros o beberé la sangre de las cabras? 14 Ofrece a Dios el sacrificio de acción de gracias, y paga tus votos al Altísimo. 15 Llámame en el día de problemas; Yo te rescataré, y Tú me glorificarás." 16 Pero a los malvados Dios les dice: "¿Qué tienes que ver con declarar mis estatutos, que has tomado mi pacto en tu boca, 17 ya que tú odias la instrucción y tiras mis palabras? 18 Cuando tú ves un ladrón, tú te pones de acuerdo con él; tú participas con aquellos que cometen adulterio. 19 Tú le das tu boca al mal, y tu lengua expresa engaño. 20 Tú te sientas y hablas contra tu hermano; tú calumnias a los propios hijos de tu madre. 21 Tú has hecho estas cosas, pero yo he mantenido silencio, así que tú pensaste que Yo era alguien igual a ti. Pero yo te reprobaré y traeré, justo delante de tus ojos, todas las cosas que tú has hecho. 22 Considera esto cuidadosamente, tú que olvidas a Dios, de otra manera te haré pedazos, ¡y no habrá nadie que venga a ayudarte! 23 Aquel que ofrece un sacrificio de acción de gracias me alaba, y cualquiera que planifica su camino en la manera correcta, Yo le mostraré la salvación de Dios."

51

1 Ten misericordia de mí, Dios, a causa de tu fidelidad; por el bien de la multitud de tus acciones misericordiosas, borra mis transgresiones. 2 Lávame por completo de mi iniquidad y límpiame de mi pecado. 3 Pues yo reconozco mis transgresiones, y mi pecado está siempre delante de mí. 4 Contra ti, contra ti solamente, yo he pecado y he hecho lo que es malo a tu vista; Tú estás en lo correcto cuando hablas; Tú estás en lo correcto cuando juzgas. 5 Ves, yo nací en iniquidad; tan pronto como mi madre me concibió, yo estuve en pecado. 6 Ves, Tú deseas integridad en mi corazón; en mi corazón Tú me harás conocer sabiduría. 7 Purifícame con hisopo, y yo seré limpio; lávame, y yo seré más blanco que la nieve. 8 Házme escuchar gozo y alegría para que así los huesos que tú has quebrado puedan regocijarse. 9 Esconde tu rostro de mis pecados y borra todas mis iniquidades. 10 Crea en mí un corazón limpio, Dios, y renueva un espíritu recto dentro de mí. 11 No me saques de tu presencia, y no quites tu Espíritu Santo de mí. 12 Restáurame el gozo de tu salvación, y sosténme con un espíritu dispuesto. 13 Entonces yo le enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores serán convertidos a Ti. 14 Perdóname por derramar sangre, Dios de mi salvación, y yo gritaré por el gozo de tu rectitud. 15 Señor, abre mis labios, y mi boca expresará tu alabanza. 16 Pues Tú no te deleitas en sacrificio, o yo lo daría; Tú no tienes placer en ofrendas quemadas. 17 Los sacrificios de Dios son un espíritu quebrantado. Tú, Dios, no despreciarás un corazón quebrantado y contrito. 18 Haz bien en tu benevolencia a Sion; reconstruye las murallas de Jerusalén. 19 Entonces Tú te deleitarás en los sacrificios de rectitud, en ofrendas quemadas y ofrendas quemadas completamente; entonces nuestro pueblo ofrecerá toros en tu altar.

52

1 ¿Por qué te enorgulleces en crear problemas, tú hombre poderoso? La misericordia de Dios viene cada día. 2 Tu lengua planifica destrucción así como una navaja afilada, trabajando engañosamente. 3 Tú amas el mal más que el bien y mientes en lugar de hablar justicia. 4 Tú amas todas las palabras que devoran a otros, tu lengua engañosa. 5 Dios igualmente te destruirá por siempre; él te levantará y te sacará de tu tienda y te desalojará de la tierra de los vivos. 6 El recto también lo verá y temerá; ellos se reirán de él y dirán: 7 "Vean, este es un hombre que no hizo de Dios su refugio, sino que él confió en la abundancia de su riqueza, y él era fuerte cuando él destruía a otros." 8 Pero en cuanto a mí, yo soy como un árbol de olivo verde en la casa de Dios; yo confiaré en la misericordia de Dios por siempre y para siempre. 9 Yo te daré gracias por siempre por lo que tú has hecho. Yo esperaré por tu nombre, porque es bueno, en la presencia de tu pueblo piadoso.

53

1 Un tonto dice en su corazón: "No hay Dios." Ellos son corruptos y han hecho iniquidad abominable; no hay nadie que haga lo bueno. 2 Dios mira desde el cielo a los hijos de la humanidad para ver si hay alguno que entiende, que lo busca a Él. 3 Ellos todos se han desviado. Juntos se han vuelto corruptos. No hay uno que haga el bien, ni siquiera uno. 4 ¿Acaso aquellos que cometen iniquidad no tienen entendimiento, aquellos que devoran a mi pueblo como si ellos estuvieran comiendo pan, y ellos no llaman a Dios? 5 Ellos tuvieron gran temor, aunque no había razón para temer; pues Dios esparcirá los huesos de quienquiera que acampe contra ti; tal pueblo será avergonzado porque Dios los ha rechazado. 6 ¡Oh, que la salvación de Israel viniera de Sion! Cuando Dios traiga de vuelta a su pueblo del cautiverio, entonces Jacob se regocijará e Israel estará contento!

54

1 Sálvame, Dios, por tu nombre, y júzgame en tu poderío. 2 Escucha mi oración, Dios; da oído a las palabras de mi boca. 3 Pues los extranjeros se han levantado contra mí y hombres despiadados han buscado mi vida; ellos no han puesto a Dios delante de ellos. 4 Vean, Dios es mi ayudador; el Señor es aquel que me sostiene. 5 Él le pagará a mis enemigos con maldad; ¡en tu fidelidad, destrúyelos! 6 Yo sacrificaré a ti con una ofrenda voluntaria; yo le daré gracias a tu nombre, SEÑOR, porque es bueno. 7 Pues Él me ha rescatado de todo problema; mi ojo ha mirado en triunfo sobre mis enemigos.

55

1 Presta oído a mi oración, Dios; y no te escondas a Ti mismo de mi ruego. 2 Préstame atención y respóndeme; yo no tengo descanso en mis problemas 3 por la voz de mis enemigos, por la opresión de los malvados; pues ellos me traen problemas y me persiguen en enojo. 4 Mi corazón tiembla dentro de mí, y los terrores de la muerte han caído sobre mí. 5 Miedo y temblor han venido a mí, y el horror me ha agobiado. 6 Yo digo: "¡Oh, si tan sólo tuviera alas como una paloma! Entonces yo volaría lejos y descansaría. 7 Mira, entonces yo vagaría muy lejos; me quedaría en el desierto. 8 Yo me apresuraría a un refugio del viento tormentoso y la tempestad." 9 Devóralos a ellos, SEÑOR, ¡confunde su lenguaje! Pues he visto violencia y contienda en su ciudad. 10 Día y noche ellos salen de sus murallas; la iniquidad y malicia están en medio de ella. 11 La maldad está en el medio de ella; la opresión y el engaño no dejan sus ciudades. 12 Pues no fue un enemigo quien me reprendió, entonces yo hubiera podido soportarlo; ni tampoco fue uno que me odiaba quien se levantó en mi contra; entonces yo me hubiera ocultado de él. 13 Pero fuiste tú, un hombre igual a mí, mi compañero y amigo cercano. 14 Hemos tenido un dulce compañerismo juntos, nosotros hemos caminado en la casa de Dios con la muchedumbre. 15 Deja que la muerte venga a ellos repentinamente; déjalos que bajen vivos al Seol, pues la maldad es en donde viven, justo entre ellos. 16 En cuanto a mí, yo llamaré a Dios, y el SEÑOR me salvará. 17 En la noche, en la mañana y al mediodía yo me quejaré y gemiré, Él escuchará mi voz. 18 Él seguramente salvará mi alma de la batalla que estaba en mi contra; pues esos que pelearon en mi contra eran muchos. 19 Dios, el que gobierna desde la eternidad, los escuchará y los humillará a ellos. Ellos nunca cambian, y ellos no le temen a Dios. 20 Mi amigo ha levantado sus manos en contra de esos que estaban en paz con él; él no ha respetado el pacto que él tenía. 21 Su boca era suave como la mantequilla, pero su corazón era hostil; sus palabras eran más suaves que el aceite, sin embargo realmente eran espadas desenvainadas. 22 Pon tus cargas en el SEÑOR, y Él te sostendrá; Él jamás permitirá que la persona justa se tambalee. 23 Pero Tú, Dios, llevarás a los malvados al foso de la destrucción; hombres sanguinarios y engañosos no vivirán ni la mitad de mucho que otros, pero yo confío en Ti.

56

1 Ten piedad de mí, Dios, ¡pues los hombres me atacan! Todo el día esos que me pelean lanzan su asalto. 2 Mis enemigos me atropellan todo el día; pues hay muchos que arrogantemente luchan en contra de mí. 3 Cuando tengo miedo, pongo mi confianza en Ti. 4 En Dios, cuya palabra yo alabo-- en Dios he puesto mi confianza; yo no tendré miedo; ¿qué puede hacerme a mí un simple hombre? 5 Todo el día ellos tuercen mis palabras; todos sus pensamientos están en mi contra para el mal. 6 Ellos se juntan a sí mismos, ellos se ocultan a sí mismos y ellos marcan mis pasos, tal como han esperado por mi vida. 7 No los dejes escapar haciendo iniquidad. Derriba a la gente en Tu enojo, Dios. 8 Tú enumeras mis andanzas y pones mis lágrimas en una botella; ¿no están ellas en Tu libro? 9 Entonces mis enemigos se volverán en el día que yo clame a Ti; esto lo sé, que Dios está por mí. 10 En Dios --cuya palabra yo alabo-- en el SEÑOR --cuya palabra yo alabo-- en Dios yo confío, 11 yo no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre? 12 El deber de cumplir mis votos a Ti está en mí, Dios; te daré ofrendas de agradecimiento a Ti. 13 Pues has rescatado mi vida de la muerte; Tú has evitado que mis pies caigan, para que yo pueda caminar delante de Dios en la luz de los vivos.

57

1 Sé misericordioso conmigo, Dios, sé misericordioso conmigo, pues yo tomo refugio en Tí hasta que estos problemas se acaben. Yo me quedo bajo tus alas por protección hasta que esta destucción se termine. 2 Yo clamaré al Dios Altísimo, a Dios, Quien hace todas las cosas por mí. 3 Él mandará ayuda del cielo y me salvará, Él está molesto con esos quienes me destruyen. Dios mandará Su amorosa bondad y Su lealtad. 4 Mi vida está entre leones; yo estoy entre esos que están listos para devorarme. Yo estoy entre gente cuyos dientes son lanzas y flechas, y cuyas lenguas son espadas filosas. 5 Sé exaltado, Dios, sobre los cielos; deja que Tu gloria sea sobre toda la tierra. 6 Ellos extienden una red para mis pies; estaba afligido. Ellos cavaron un pozo frente a mí. ¡Ellos mismos han caído en medio de él! 7 Mi corazón está fijo, Dios, mi corazón está fijo; yo cantaré, sí, yo cantaré alabanzas. 8 Despierta, mi honrado corazón; despierta, flauta y arpa; yo levantaré el amanecer. 9 Te daré las gracias, SEÑOR, entre la gente; yo te cantaré alabanzas a Ti entre las naciones. 10 Pues grande es Tu amor constante, alcanzando los cielos; y Tu fidelidad a las nubes. 11 Sé exaltado, Dios, sobre los cielos; que Tu gloria sea exaltada sobre toda la tierra.

58

1 ¿Acaso ustedes, gobernantes, hablan justicia? ¿Acaso juzgan rectamente, ustedes pueblo? 2 No, ustedes cometen maldad en su corazón; ustedes distribuyen la violencia a través de la tierra con sus manos. 3 Los malvados se desvían hasta cuando estaban en el vientre; ellos se desvían desde el nacimiento, hablando mentiras. 4 Su veneno es como el veneno de una serpiente; ellos son como una víbora sorda que cierra sus oídos, 5 que no le prestan atención a la voz de los encantadores, no importa qué tan habilidosos sean. 6 Rómpeles los dientes en sus bocas, Dios; saca los grandes dientes de la boca de los jóvenes leones, SEÑOR. 7 Déjalos que se derritan como agua que corre; cuando ellos disparen sus flechas, déjalas ser como si no tuvieran puntas. 8 Déjalos ser como un caracol que se derrite y muere, como el niño de una mujer nacido prematuramente que nunca ve la luz del sol. 9 Antes que tus envases puedan sentir el calor ardiente de la espina, él los llevará lejos con un torbellino, las espinas verdes y las espinas ardientes por igual. 10 El justo se alegrará cuando vea la venganza de Dios; él lavará sus pies en la sangre de los malvados, 11 para que los hombres digan: "Verdaderamente, hay recompensa para las personas justas; verdaderamente hay un Dios que juzga la tierra."

59

1 Rescátame de mis enemigos, mi Dios; pónme en lo alto lejos de esos quienes se levantan en contra mía. 2 Mantenme a salvo de los trabajadores de iniquidad, y sálvame de los hombres sanguinarios. 3 Pues, mira, ellos esperan en emboscada para tomar mi vida. Los poderosos malechores se juntan a sí mismos en mí contra, pero no por mi transgresión o mi pecado, SEÑOR. 4 Ellos se preparan para correr hacia mí aunque yo no tengo culpa; despierta, ayúdame y ve. 5 Tu, SEÑOR Dios de los ejércitos, el Dios de Israel, levántate y castiga a todas las naciones, no seas misericordioso con ningún transgresor malvado. 6 Ellos regresan en la noche, ellos aúllan como perros y van por la ciudad. 7 Mira, ellos eructan con sus bocas; espadas hay en sus labios, pues ellos dicen: "¿Quién nos escucha?" 8 Pero Tú, SEÑOR, te ríes de ellos; Tú aguantas a todas las naciones en burla. 9 Dios, mi fuerza, yo te prestaré atención a Ti, Tú eres mi torre alta. 10 Mi Dios me encontrará con Su misericordia; Dios me dejarás ver mi deseo en mis enemigos. 11 No los mates, o mi gente se olvidará. Espárcelos con Tu poder y hazlos caer, SEÑOR nuestro escudo. 12 Por los pecados de sus bocas y las palabras de sus labios, déjalos ser capturados en su orgullo, y por las maldiciones y mentiras que ellos expresan. 13 Consúmelos en ira, consúmelos para que ellos no sean más; déjalos saber que Dios gobierna en Jacob y hasta los confines de la tierra. 14 En la noche ellos regresan, aullando como perros llendo alrededor de la ciudad. 15 Ellos vagan buscando comida y ellos gruñen como un perro si no están satisfechos. 16 Pero yo cantaré sobre Tu fuerza, ¡y en la mañana yo cantaré sobre Tu firme amor! Pues Tú has sido mi torre alta y un refugio en los días de mi angustia. 17 A Ti, mi Fuerza, yo cantaré alabanzas; pues Dios es mi torre alta, el Dios que me muestra misericordia.

60

1 Dios, Tú nos has expulsado; Tú has roto nuestras defensas; Te has airado; restáuranos otra vez. 2 Tú has hecho temblar la tierra; Tú la has deshecho; sana sus grietas, pues está temblando. 3 Tú has hecho ver cosas difíciles a Tu pueblo; nos has hecho beber del vino que te hace tambalear. 4 Para aquellos que Te honran, Tú has puesto un estandarte para ser mostrado contra aquellos que llevan el arco. 5 Para que aquellos que Tú amas puedan ser rescatados, rescátanos con Tu mano derecha y contéstame. 6 Dios ha hablado en Su santidad: "Yo me regocijaré; Yo dividiré a Siquem y mediré el Valle de Sucot. 7 Galaad es Mío, y Manasés es Mío; Efraín también es Mi casco; Judá es Mi cetro. 8 Moab es mi lavamanos; sobre Edom lanzaré Mi zapato; Clamaré en triunfo a causa de Filistea." 9 ¿Quién me llevará a la ciudad fuerte? ¿Quién me conducirá a Edom? 10 Pero Tú, Dios, ¿no nos has rechazado? Tú no entras en batalla con nuestro ejército. 11 Danos ayuda contra el enemigo, porque la ayuda del hombre es inútil. 12 Nosotros triunfaremos con la ayuda de Dios; Él pisoteará a nuestros enemigos.

61

1 Oye mi clamor, Dios; atiende mi oración. 2 Desde los confines de la tierra yo Te llamaré cuando mi corazón esté abrumado; dirígeme a la roca que es más alta que yo. 3 Pues Tú has sido un refugio para mí, una torre fuerte en contra del enemigo. 4 ¡Déjame vivir en Tu tabernáculo para siempre! Déjame refugiarme bajo el abrigo de Tus alas. 5 Pues Tú, Dios, has oído mis votos, Tú me has dado la herencia de aquellos que honran Tu nombre. 6 Tú prolongarás la vida del rey; sus años serán como muchas generaciones. 7 Él permanecerá ante Dios para siempre. 8 Yo cantaré alabanza a Tu nombre para siempre para que yo pueda cumplir mis votos todos los días.

62

1 Yo espero en silencio por Dios solamente; mi salvación viene de Él. 2 Él sólo es mi roca y mi salvación; Él es mi torre alta; yo no seré movido grandemente. 3 ¿Por cuánto tiempo, ustedes, atacarán a un hombre, para hacerlo caer como una pared inclinada o una cerca temblorosa? 4 Ellos consultan con él sólo para derribarlo de su posición honorable; ellos aman decir mentiras; ellos lo bendicen con sus bocas, pero en sus corazones lo maldicen. 5 Yo espero en silencio por Dios solamente; pues mis esperanzas están puestas sobre Él. 6 Él sólo es mi roca y mi salvación; Él es mi torre alta; yo no seré movido. 7 Con Dios está mi salvación y mi gloria; la roca de mi fortaleza y mi refugio están en Dios. 8 Confía en Él en todo tiempo, oh pueblo; derrama tu corazón delante de Él; Dios es un refugio para nosotros. 9 Seguramente los hombres de baja condición son vanidad; y los hombres de alta condición son una mentira; ellos pesarán livianamente en la balanza; pesados juntos, son más livianos que cualquier cosa. 10 No confíen en la opresión ni en el robo; y no esperen inútilmente en las riquezas, porque ellas no llevarán ningún fruto; no fijen su corazón en ellas. 11 Dios ha hablado una vez, dos veces yo he oído esto: el poder le pertenece a Dios. 12 También a Ti, Señor, pertenece la misericordia, pues Tú le devolverás a cada persona según lo que ha hecho.

63

1 ¡Dios, Tú eres mi Dios! Yo Te busco fervientemente, mi alma tiene sed de Ti, y mi carne Te desea, en una tierra seca y agotada donde no hay agua. 2 Así como Te he mirado en medio del santuario para ver Tu poder y Tu gloria. 3 Porque Tu misericordia es mejor que la vida, mis labios Te alabarán. 4 Así que yo Te bendeciré mientras viva; yo levantaré mis manos en Tu nombre. 5 Será como si yo comiera una comida de tuétano y grosura; con labios jubilosos mi boca Te alabará, 6 cuando yo piense en Ti sobre mi cama y medite en Ti en las horas nocturnas. 7 Pues Tú has sido mi ayuda, y a la sombra de Tus alas me regocijo. 8 Yo me aferro a Ti; Tu mano derecha me sostiene. 9 Pero aquellos que procuran destruir mi vida bajarán a las partes más bajas de la tierra; 10 ellos serán entregados a aquellos cuyas manos usan la espada, y llegarán a ser comida para los chacales. 11 Pero el rey se regocijará en Dios; todos los que juran por Él estarán orgullosos de Él, pero la boca de aquellos que hablan mentiras será cerrada.

64

1 Oye mi voz, Dios, escucha mi queja; preserva mi vida del temor a mis enemigos. 2 Escóndeme de las tramas secretas de los malhechores, del escándalo de los hacedores de iniquidad. 3 Ellos han afilado sus lenguas como espadas; ellos han apuntado sus flechas, palabras amargas, 4 para que puedan disparar desde lugares secretos a alguien que es inocente; de repente le disparan a él y no temen nada. 5 Ellos se motivan a sí mismos con un plan malvado; ellos consultan juntos en privado a fin de poner trampas; ellos dicen: "¿Quién nos verá?" 6 Ellos inventan planes pecaminosos: "Nosotros hemos terminado," ellos dicen, "un plan cuidadoso." Los pensamientos internos y los corazones del hombre son profundos. 7 Pero Dios les disparará; de repente ellos serán heridos con Sus flechas. 8 Se les hará tropezar, ya que sus propias lenguas están en contra de ellos; todos los que los vean menearán sus cabezas. 9 Toda la gente temerá y declarará las obras de Dios. Ellos pensarán sabiamente sobre lo que Él ha hecho. 10 Los justos se alegrarán acerca del SEÑOR y se refugiarán en Él; todos los rectos de corazón se enorgullecerán de Él.

65

1 Para Ti, Dios en Sion, nuestra alabanza espera; nuestros votos serán cumplidos en Ti. 2 Tú que oyes la oración, a Ti vendrá toda carne. 3 Las iniquidades prevalecen contra nosotros; en cuanto a nuestras transgresiones, Tú las perdonarás. 4 Bendecido es el hombre a quien Tú escoges para acercarlo a Ti para que pueda vivir en Tus atrios. Nosotros estaremos satisfechos con la bondad de Tu casa, Tu santo templo. 5 En justicia Tú nos responderás haciendo cosas maravillosas, Dios de nuestra salvación; Tú que eres la confianza de todos los confines de la tierra y de aquellos que están lejos al otro lado del mar. 6 Porque eres Tú quien hizo firmes a las montañas, Tú quien estás ceñido de fortaleza. 7 Eres Tú quien aquietas el rugido de los mares, el rugido de sus olas, y la conmoción de los pueblos. 8 Aquellos que viven en las partes más remotas de la tierra temen la evidencia de Tus obras; Tú haces que el este y el oeste se regocijen. 9 Tú vienes a ayudar a la tierra; Tú la riegas; Tú la enriqueces grandemente; el río de Dios está lleno de agua; Tú le provees grano a la humanidad cuando has preparado la tierra. 10 Tú riegas sus surcos abundantemente; aplanas sus surcos; Tú los ablandas con aguaceros; Tú bendices los brotes entre ellos. 11 Tú coronas el año con Tu bondad; las huellas detrás de Tu carro dejan caer grosura abajo a la tierra. 12 Los pastos en el desierto destilan rocío, y las colinas están vestidas de gozo. 13 Los pastizales están vestidos con rebaños; los valles también están cubiertos de grano; gritan de júbilo, y cantan.

66

1 Hagan un sonido gozoso a Dios, toda la tierra. 2 Canten fuerte la gloria de Su nombre; hagan su alabanza gloriosa. 3 Digan a Dios: ¡Cuán terribles son Tus obras! Por la grandeza de Tu poder Tus enemigos se someterán a Ti. 4 Toda la tierra Te adorará y cantará a Ti; ellos cantarán a Tu nombre." 5 Vengan y vean las obras de Dios; Él es temible en Sus obras hacia los hijos de la humanidad. 6 Él convirtió el mar en tierra seca; ellos atravesaron el río a pie; ahí nos regocijamos en Él. 7 Él gobierna para siempre por Su poder; Sus ojos observan las naciones; que los rebeldes no se exalten a sí mismos. 8 Bendigan a Dios, ustedes pueblos, que se oiga el sonido de Su alabanza. 9 Él nos mantiene entre los vivos, y no permite que nuestros pies resbalen. 10 Pues Tú, Dios, nos has probado; Tú nos has probado como se prueba la plata. 11 Tú nos metiste en una red; Tú pusiste una carga severa sobre nuestras cinturas. 12 Hiciste que gente cabalgara sobre nuestras cabezas; nosotros pasamos por fuego y agua, pero Tú nos sacaste a un lugar espacioso. 13 Yo entraré a Tu casa con ofrendas quemadas; yo Te pagaré mis votos 14 que mis labios prometieron y mi boca habló cuando yo estuve en aflicción. 15 Yo Te ofreceré ofrendas quemadas de animales engordados con el aroma dulce de machos cabríos; yo ofreceré toros y cabras. 16 Vengan y escuchen, todos ustedes que temen a Dios, y yo declararé lo que Él ha hecho por mi alma. 17 Yo clamé a Él con mi boca, y Él fue alabado con mi lengua. 18 Si yo hubiera visto pecado dentro de mi corazón, el Señor no me habría escuchado. 19 Pero Dios ciertamente ha oído; Él ha prestado atención a la voz de mi oración. 20 Bendecido sea Dios, quien no ha rechazado mi oración ni ha apartado de mí Su misericordia.

67

1 Que Dios sea misericordioso con nosotros y nos bendiga y haga que Su rostro brille sobre nosotros, 2 de manera que Tus caminos sean conocidos en la tierra, Tu salvación entre todas las naciones. 3 Que Te alaben los pueblos, Dios; que todos los pueblos Te alaben. 4 Oh, que las naciones se alegren y canten con gozo, pues Tú juzgarás a los pueblos con justicia y gobernarás a las naciones en la tierra. 5 Que los pueblos Te alaben, Dios; que todos los pueblos Te alaben. 6 La tierra ha entregado su cosecha y Dios, nuestro Dios, nos ha bendecido. 7 Dios nos ha bendecido, y todos los confines de la tierra Le honran.

68

1 Que Dios se levante; que Sus enemigos sean dispersados; que también aquellos que Lo odian huyan de delante de Él. 2 Así como se esparce el humo, así sean esparcidos; así como se derrite la cera delante del fuego, así perezcan los malvados en la presencia de Dios. 3 Pero que los justos se alegren; que se regocijen delante de Dios; que se regocijen y estén alegres. 4 ¡Canten a Dios! Canten alabanzas a Su nombre! ¡Alaben a Aquel que cabalga a través de las llanuras del valle del Río Jordán! ¡Regocíjense delante de Él! 5 Un padre de huérfanos, un juez de las viudas, es Dios en el lugar santo donde Él vive. 6 Dios coloca a los solitarios en familias; Él saca a los prisioneros con cánticos; mas los rebeldes viven en tierra seca. 7 Dios, cuando Tú saliste frente a Tu pueblo, cuando marchaste por el desierto, 8 la tierra tembló; los cielos también dejaron caer lluvia en la presencia de Dios, en la presencia de Dios cuando Él vino a Sinaí, en la presencia de Dios, el Dios de Israel. 9 Tú, Dios, enviaste una lluvia abundante; Tú fortaleciste Tu heredad cuando estuvo cansada. 10 Tu pueblo vivió en ella; Tú, Dios, diste de Tu bondad a los pobres. 11 El Señor dio las órdenes, y aquellos que las anunciaron eran un gran ejército. 12 Los reyes de ejércitos huyen, ellos huyen, y las mujeres esperando en casa dividen el botín: palomas cubiertas de plata con alas de oro amarillo. 13 Cuando algunos de ustedes, pueblo, quedaron entre los rediles, ¿por qué hicieron esto? 14 El Todopoderoso dispersó a reyes allí, fue como cuando nevó en el Monte Salmón. 15 Una montaña poderosa es la tierra de colinas de Basán; una montaña alta es la tierra de colinas de Basán. 16 ¿Por qué miras con envidia, tú, tierra de colinas altas, a la montaña que Dios desea como el lugar donde vivir? Ciertamente, el SEÑOR vivirá en ella para siempre. 17 Los carros de Dios son veinte mil, miles sobre miles; el Señor está entre ellos en el lugar santo, como en el Sinaí. 18 Tú has ascendido a lo alto; Tú has conducido fuera a los cautivos; Tú has recibido presentes de entre los hombres, aún de aquellos que pelearon contra Ti, para que Tú, SEÑOR Dios, pudieras vivir allí. 19 Bendecido sea el Señor, quien a diario lleva nuestras cargas, el Dios que es nuestra salvación. 20 Nuestro Dios es un Dios que salva; el SEÑOR es el que puede rescatarnos de la muerte. 21 Pero Dios golpeará las cabezas de Sus enemigos, las cabezas peludas de aquellos que caminan en ofensas contra Él. 22 El Señor dijo: "Yo traeré de vuelta a Mis enemigos desde Basán; Yo los traeré de vuelta de las profundidades del mar 23 para que ustedes puedan aplastar a sus enemigos, mojando su pie en sangre, y para que las lenguas de sus perros puedan tener su porción de sus enemigos." 24 Ellos han visto Tus procesiones, Dios, las procesiones de mi Dios, mi Rey, entrando al lugar santo. 25 Los cantores fueron primero, los cantores siguieron luego, y en el medio estaban las jóvenes solteras tocando panderos. 26 Bendigan a Dios en la asamblea; alaben al SEÑOR, ustedes verdaderos descendientes de Israel. 27 Está primero Benjamín, la tribu más pequeña, luego los líderes de Judá y sus multitudes, los líderes de Zabulón y los líderes de Neftalí. 28 Tu Dios, Israel, ha decretado tu fortaleza; revela a nosotros Tu poder, Dios, como lo has revelado en tiempos pasados. 29 Revela Tu poder a nosotros desde Tu templo en Jerusalén, donde los reyes Te traen presentes. 30 Griten en batalla contra las bestias salvajes entre las cañas, contra los pueblos, esa multitud de toros y becerros. Humíllalos y hazlos traerte presentes; dispersa a los pueblos que aman hacer la guerra. 31 Príncipes saldrán de Egipto; Etiopía se apresurará para extender sus manos a Dios. 32 Canten a Dios, ustedes reinos de la tierra; Canten alabanzas al SEÑOR. 33 A Aquel que cabalga sobre los cielos de los cielos, que existen desde tiempos antiguos; ve, Él levanta Su voz con poder. 34 Atribuyan fuerza a Dios; Su majestad está sobre Israel, y Su fuerza está en los cielos. 35 Dios, Tú eres temible en Tu lugar santo; el Dios de Israel, Él da fuerza y poder a Su pueblo. Bendito sea Dios.

69

1 Sálvame, Dios; porque las aguas han puesto mi vida en peligro. 2 Me hundo en pantano profundo, donde no hay lugar para estar de pie; he llegado a aguas profundas, donde las inundaciones fluyen sobre mí. 3 Estoy cansado de mi llanto; mi garganta está seca; mis ojos me fallan mientras yo espero por mi Dios. 4 Aquellos que me odian sin una causa son más que los cabellos sobre mi cabeza; aquellos que me cortarían, siendo mis enemigos por razones equivocadas, son poderosos; lo que no robé, me hacen devolver. 5 Dios, Tú conoces mi necedad, y mis pecados no están escondidos de Ti. 6 Que aquellos que esperan por Ti no sean avergonzados por mi causa, SEÑOR de los Ejércitos; que aquellos que Te buscan no sean traídos a la deshonra por causa mía, Dios de Israel. 7 Por Tu causa he sufrido insultos; la vergüenza ha cubierto mi rostro. 8 He llegado a ser un extraño para mis hermanos, un ajeno para los hijos de mi madre. 9 Pues el celo de Tu casa me comió, y las reprensiones de los que Te reprenden han caído sobre mí. 10 Cuando lloré y no comí alimentos, ellos me insultaron. 11 Cuando hice del cilicio mi ropa, me convertí en el objeto de un proverbio para ellos. 12 Aquellos que se sientan en la puerta de la ciudad hablan de mí; yo soy una canción de borrachos. 13 Pero en cuanto a mí, mi oración es para Ti, SEÑOR, en un tiempo que Tú aceptarás; contéstame en la confianza de Tu salvación. 14 Sácame del pantano, y no me dejes hundir; déjame alejarme de aquéllos que me odian y ser rescatado de las aguas profundas. 15 No permitas que las inundaciones de aguas me cubran, ni tampoco permitas que la profundidad me trague. No dejes que el abismo me encierre en su boca. 16 Respóndeme, SEÑOR, porque Tu pacto de fidelidad es bueno; porque Tus misericordias para mí son muchas, vuélvete a mí. 17 No escondas Tu rostro de Tu siervo, pues estoy en aflicción; respóndeme rápido. 18 Ven a mí y redímeme. Por causa de mis enemigos, rescátame. 19 Tú conoces mi reprensión, mi vergüenza, y mi deshonra; mis adversarios están todos delante de Ti. 20 La reprensión ha roto mi corazón; estoy lleno de pesadez; yo busqué a alguien que se compadeciera de mí, pero no había ninguno; busqué consoladores, pero no encontré a ninguno. 21 Ellos me dieron veneno como alimento; en mi sed ellos me dieron a beber vinagre. 22 Que su mesa delante de ellos se convierta en trampa; cuando piensen que están seguros, que les sea una trampa. 23 Que sus ojos sean oscurecidos para que no puedan ver; y haz siempre que sus lomos tiemblen. 24 Derrama Tu indignación sobre ellos, y deja que la intensidad de Tu ira les alcance. 25 Que su lugar sea una desolación; que nadie viva en sus tiendas. 26 Pues ellos persiguieron al que Tú derribaste. Ellos volvieron a contar la historia de dolor de aquellos que Tú heriste. 27 Acúsalos de haber cometido iniquidad tras iniquidad; no permitas que entren en Tu justa victoria. 28 Deja que sean borrados del Libro de la Vida y que no sean escritos junto a los justos. 29 Pero yo soy pobre y afligido; deja que Tu salvación, Dios, me ponga en alto. 30 Yo alabaré el nombre de Dios con una canción y Lo exaltaré con acción de gracias. 31 Eso agradará al SEÑOR mejor que el sacrificio de un buey o un toro que tiene cuernos y pezuñas. 32 Los mansos lo han visto y están alegres; ustedes que buscan a Dios, dejen que sus corazones vivan. 33 Pues el SEÑOR oye a los necesitados y no desprecia a Sus prisioneros. 34 Que el cielo y la tierra Lo alaben, los mares y todo lo que se mueve dentro de ellos. 35 Porque Dios salvará a Sion y reconstruirá las ciudades de Judá; el pueblo vivirá allí y lo tendrán como posesión. 36 Los descendientes de Sus siervos lo heredarán, y aquellos que aman Su nombre vivirán allí.

70

1 ¡Sálvame, Dios! SEÑOR, ven pronto y ayúdame. 2 Que aquellos que tratan de quitarme la vida sean avergonzados y humillados; que los devuelvan y sean llevados a deshonra, aquellos que se complacen en mi dolor. 3 Que sean vueltos atrás por causa de su vergüenza, aquellos que dicen: "¡Ajá, ajá!" 4 Que todos aquellos que Te buscan se regocijen y estén alegres en Ti; que aquellos que aman Tu salvación siempre digan: "Alabado sea Dios." 5 Pero yo soy pobre y necesitado; apresúrate hacia mí, Dios; Tú eres mi ayuda y Tú me rescatas. SEÑOR, no tardes.

71

1 En Ti, SEÑOR, me refugio; jamás me dejes ser avergonzado. 2 Rescátame y hazme estar seguro en Tu justicia; inclina a mí Tu oído y sálvame. 3 Sé para mí una roca de refugio a donde yo pueda siempre ir; Tú has dado una orden para salvarme, porque Tú eres mi roca y mi fortaleza. 4 Rescátame, mi Dios, de la mano de los malvados, de la mano de los injustos y crueles. 5 Pues Tú eres mi esperanza, SEÑOR. Yo he confiado en Ti desde que fui niño. 6 Por Ti he sido sostenido desde el vientre; Tú eres Aquel que me sacó del vientre de mi madre; mi alabanza será siempre acerca de Ti. 7 Yo soy un ejemplo para mucha gente; Tú eres mi refugio fuerte. 8 Mi boca será llena de Tu alabanza, todo el día con Tu honor. 9 No me alejes en mi tiempo de vejez; no me abandones cuando mi fuerza falle. 10 Porque mis enemigos están hablando de mí; aquellos que vigilan mi vida están conspirando juntos. 11 Ellos dicen: "Dios lo ha abandonado; persíganlo y tómenlo, porque no hay ninguno que lo salve." 12 Dios, no estés lejos de mí; mi Dios, apresúrate a ayudarme. 13 Que sean avergonzados y destruídos aquellos que son hostiles hacia mi vida; que sean cubiertos de reprensión y deshonra aquellos que buscan lastimarme. 14 Pero yo siempre esperaré en Ti y Te alabaré más y más. 15 Mi boca contará acerca de Tu justicia y Tu salvación todo el día, aunque yo no pueda entenderlo. 16 Yo vendré con las obras poderosas del SEÑOR; yo haré mención de Tu justicia, solo la Tuya. 17 Dios, Tú me has enseñado desde mi juventud; aún ahora yo declaro Tus obras maravillosas. 18 Ciertamente, aún cuando yo sea viejo y lleno de canas, Dios, no me abandones, ya que yo he estado declarando Tu fuerza a la próxima generación, Tu poder a todo el que ha de venir. 19 Tu justicia también, Dios, es muy alta; Tú que has hecho grandes cosas, Dios, ¿quién es como Tú? 20 Tú, que nos has mostrado muchas dificultades severas, nos resucitarás otra vez y nos levantarás de las profundidades de la tierra. 21 Aumenta mi honor; vuelve y consuélame. 22 Yo también Te daré las gracias con el arpa por Tu confiabilidad, mi Dios; a Ti yo cantaré alabanzas con el arpa, Santo de Israel. 23 Mis labios gritarán de gozo cuando yo cante alabanzas a Ti, aún mi alma, la cual Tú has redimido. 24 Mi lengua también hablará acerca de Tu justicia todo el día; pues han sido avergonzados y están confundidos aquellos que buscaban mi sufrimiento.

72

1 Da al rey Tus decretos justos, Dios, Tu justicia al hijo del rey. 2 Que él juzgue a Tu pueblo con rectitud y a los pobres con justicia. 3 Que las montañas produzcan paz para el pueblo; que las colinas produzcan justicia. 4 Que Él juzgue a los pobres del pueblo; que Él salve a los niños de los necesitados y rompa en pedazos al opresor. 5 Que Te honren mientras perdure el sol, y mientras dure la luna a lo largo de las generaciones. 6 Que Él baje como la lluvia sobre la hierba cortada, como aguacero que riega la tierra. 7 Que los justos florezcan durante sus días, y que haya una abundancia de paz hasta que la luna no sea más. 8 Que Él tenga dominio de mar a mar, y desde el Río hasta los confines de la tierra. 9 Que aquellos que viven en el desierto se inclinen ante él; que sus enemigos laman el polvo. 10 Que los reyes de Tarsis y de las islas rindan tributo; que los reyes de Sabá y Seba ofrezcan regalos. 11 Ciertamente, que todos los reyes se postren delante de Él; que todas las naciones le sirvan. 12 Porque Él ayuda a la persona necesitada que clama y a la persona pobre que no tiene a ningún otro ayudador. 13 Él tiene piedad de los pobres y necesitados y Él salva la vida de las personas necesitadas. 14 Él redime sus vidas de la opresión y la violencia, y la sangre de ellos es preciosa ante su vista. 15 ¡Que Él viva! Que el oro de Sabá le sea dado. Que el pueblo siempre ore por él; que Dios lo bendiga todo el día. 16 Que haya abundancia de grano en la tierra; en las cimas de las montañas que se mesan sus cosechas. Que su fruto sea como el Líbano; que el pueblo florezca en las ciudades como la hierba del campo. 17 Que su nombre perdure para siempre; que su nombre continúe mientras dure el sol; que la gente sea bendecida en él; que todas las naciones lo llamen bendecido. 18 Que el SEÑOR Dios, el Dios de Israel, sea bendito, el único que hace cosas maravillosas. 19 Que Su nombre glorioso sea bendecido para siempre, y que la tierra entera sea llena de Su gloria. Amén y Amén. 20 Las oraciones de David, hijo de Isaí, están terminadas. Tercer libro.

73

1 Ciertamente Dios es bueno con Israel, con aquellos de un corazón puro. 2 Pero en cuanto a mí, mis pies por poco resbalan; mis pies por poco se resbalaron de debajo de mí 3 porque yo tuve envidia de los arrogantes cuando yo vi la prosperidad de los malvados. 4 Porque ellos no tienen ningún dolor hasta su muerte, sino que están fuertes y bien alimentados. 5 Están libres de las cargas de otros hombres; no están afligidos como otros hombres. 6 El orgullo los adorna como un collar alrededor de su cuello; la violencia los viste como una túnica. 7 De tal ceguera viene el pecado; pensamientos malvados pasan a través de sus corazones. 8 Ellos se burlan y hablan maliciosamente; en su arrogancia ellos amenazan con la opresión. 9 Dirigen sus bocas contra los cielos, y sus lenguas pasean a través de la tierra. 10 Por lo tanto, Su pueblo se vuelve a ellos y abundantes aguas les son suplidas. 11 Ellos dicen: "¿Cómo Dios lo sabe? ¿Hay conocimiento con el Altísimo?" 12 Tomen nota: estas personas son malvadas; siempre están despreocupadas, haciéndose más y más ricas. 13 Seguramente es en vano que yo haya guardado mi corazón y lavado mis manos en inocencia. 14 Pues todo el día he sido afligido y disciplinado cada mañana. 15 Si yo hubiera dicho: "Yo diré estas cosas," entonces yo habría traicionado a la generación de Tus hijos. 16 Aunque yo traté de entender estas cosas, fue demasiado difícil para mí. 17 Entonces yo fui al santuario de Dios y pude entender su destino. 18 Seguramente Tú los pones en lugares resbaladizos; Tú los arrojas a la ruina. 19 ¡Cómo se convierten en desierto en un instante! Llegan a su fin y terminan en terrores espantosos. 20 Ellos son como un sueño después que uno despierta; Señor, cuando Tú te levantes, Tú no pensarás nada de esos sueños. 21 Pues mi corazón estaba atribulado, y yo estaba profundamente herido. 22 Yo era ignorante y me faltaba entendimiento; yo era como un animal sin sentido delante de Ti. 23 Sin embargo, yo siempre estoy contigo; Tú sostienes mi mano derecha. 24 Tú me guiarás con Tu consejo y después me recibirás en gloria. 25 ¿A quién tengo yo en el cielo sino a Ti? No hay nadie en la tierra que yo deseo sino a Ti. 26 Mi carne y mi corazón se debilitan, pero Dios es la fuerza de mi corazón para siempre. 27 Aquellos que están lejos de Ti perecerán; Tú destruirás a todos aquellos que sean infieles a Ti. 28 Pero en cuanto a mí, todo lo que necesito hacer es acercarme a Dios. Yo he hecho del SEÑOR mi refugio. Yo declararé todas Tus obras.

74

1 Dios, ¿por qué nos has rechazado para siempre? ¿Por qué arde Tu ira en contra de las ovejas de Tu redil? 2 Trae a memoria a Tu pueblo, el cual Tú compraste en tiempos antiguos, la tribu que Tú has redimido para ser Tu propia heredad, y el Monte Sion, donde Tú vives. 3 Ven, mira las ruinas total, todo el daño que el enemigo ha hecho en el Lugar Santo. 4 Tus adversarios rugieron en el medio de Tu lugar de reunión; levantaron sus banderas de batalla. 5 Arrebataron con hachas como en un bosque espeso. 6 Ellos hicieron añicos y rompieron todos los grabados; ellos los rompieron con hachas y martillos. 7 Ellos encendieron Tu santuario; ellos profanaron donde Tú vives, tumbándolo a la tierra. 8 Ellos dijeron en sus corazones: "Nosotros los destruiremos a todos." Ellos quemaron todos Tus lugares de reunión en la tierra. 9 Nosotros no vemos más señales; ya no hay más profeta, y nadie entre nosotros sabe cuánto tiempo durará esto. 10 ¿Por cuánto tiempo, Dios, lanzará el enemigo insultos a Ti? ¿Blasfemará el enemigo Tu nombre para siempre? 11 ¿Por qué retienes Tu mano, Tu mano derecha? Saca Tu mano derecha de Tu vestimenta y destrúyelos. 12 Sin embargo, Dios ha sido mi rey desde tiempos antiguos, trayendo la salvación a la tierra. 13 Tú dividiste el mar con Tu fuerza; Tú aplastaste las cabezas de los monstruos marinos en las aguas. 14 Tú aplastaste las cabezas de Leviatán; lo diste de comer a aquellos que vivían en el desierto. 15 Tú abriste manantiales y arroyos; Tú secaste ríos caudalosos. 16 El día es Tuyo, y la noche es Tuya también; Tú estableciste el sol y la luna en su lugar. 17 Tú has establecido todas las fronteras de la tierra; Tú has hecho el verano y el invierno. 18 Trae a memoria cómo el enemigo Te lanzó insultos, SEÑOR, y que un pueblo necio ha blasfemado Tu nombre. 19 No le entregues la vida de Tu paloma a un animal salvaje. No olvides la vida de Tu pueblo oprimido para siempre. 20 Recuerda Tu pacto, pues las regiones oscuras de la tierra están llenas de lugares de violencia. 21 No permitas que los oprimidos vuelvan en vergüenza; que los pobres y oprimidos alaben Tu nombre. 22 Levántate, Dios; defiende Tu propio honor; trae a memoria cómo los necios Te insultan todo el día. 23 No olvides la voz de Tus adversarios o el escándalo de aquellos que continuamente Te desafían.

75

1 Nosotros damos gracias a Ti, Dios; damos gracias porque Tú revelas Tu presencia; la gente cuenta Tus obras maravillosas. 2 En el tiempo señalado Yo juzgaré justamente. 3 Aunque la tierra y todos los habitantes tiemblen de miedo, Yo hago firme los pilares de la tierra." 4 Yo dije a los arrogantes: "No sean arrogantes," y a los malvados: "No levanten el cuerno. 5 No levanten el cuerno de ustedes a las alturas; no hablen con un cuello insolente." 6 No es ni del este ni del oeste, y no es del desierto de donde viene el levantamiento. 7 Pero Dios es el juez; Él derriba y Él levanta. 8 Porque el SEÑOR sostiene en Su mano una taza de vino fermentado, el cual es mezclado con especias, y lo sirve. Ciertamente todos los malvados de la tierra lo beberán hasta la última gota. 9 Pero yo continuamente contaré lo que Tú has hecho; yo cantaré alabanzas al Dios de Jacob. 10 Él dice: "Yo cortaré todos los cuernos de los malvados, mas los cuernos de los justos serán levantados."

76

1 Dios se ha hecho conocido en Judá; Su nombre es grande en Israel. 2 Su tienda es en Salem; Su casa es en Sión. 3 Allí el rompió las flechas del arco, el escudo, la espada y las otras armas de guerra. 4 Tú brillas resplandecientemente y revelas Tu gloria, mientras desciendes desde las montañas, donde mataste a tus víctimas. 5 Los de corazón valiente fueron saqueados; ellos se quedaron dormidos. Todos los guerreros estaban indefensos. 6 A tu reprensión, el Dios de Jacob, ambos el jinete y el caballo se quedaron dormidos. 7 Tú, si Tú, haz de ser temido; ¿Quién puede de pie ante Tu vista cuando Tu estás enojado? 8 Desde el cielo hiciste escuchar Tu juicio; la tierra estaba asustada y silenciosa 9 cuando Tú, Dios, te levantaste a ejecutar jucio y a salvar a todos los oprimidos de la tierra. 10 Ciertamente tu juicio de ira en contra de la humanidad te traerá alabanzas; Te ciñez con lo que queda de tu ira. 11 Hagan votos al SEÑOR su Dios y cúmplanlos. Que todo el que Lo rodee traiga regalos a Él, quien debe ser temido. 12 Él corta el espíritu de los príncipes; Él es temido por los reyes de la tierra.

77

1 Con mi voz clamaré a Dios, con mi voz llamaré a Dios y mi Dios me escuchará. 2 En el día de mi problema yo busqué al Señor; en la noche yo estiré mis manos, y ellas no se cansaron. Mi alma se negaba a ser consolada. 3 Yo pensaba en Dios mientras gemía; pensaba en Él mientras desmayaba. 4 Tu sostienes mis ojos abiertos; yo estaba demasiado preocupado para hablar. 5 Yo pensaba en los días pasados, sobre el tiempo pasado. 6 Durante la noche yo recordaba la canción que una vez canté. Yo pensé cuidadosamente y traté de entender lo que había pasado. 7 ¿El Señor me rechazará por siempre? ¿Nunca más me mostrará favor? 8 ¿Su pacto de fidelidad se ha ido por siempre? ¿A fallado a Su promesa para siempre? 9 ¿Ha olvidado Dios ser misericordioso? ¿Su enojo ha apagado su compasión? 10 Yo dije: "Esta es mi pena: el cambio de la mano derecha del Altísmo en contra de nosotros." 11 Pero yo recordaré Tus obras, SEÑOR; pensaré sobre Tus grandiosas obras del pasado. 12 Yo ponderaré todas tus obras y meditaré en ellas. 13 Tu camino, Dios, es santo; ¿Qué dios se compara a nuestro gran Dios? 14 Tú eres el Dios que hace maravillas; Tú revelas tu fuerza entre los pueblos. 15 Tú das a tu pueblo victoria por Tu gran poder, los descendientes de Jacob y José. 16 Las aguas Te vieron, Dios; las aguas Te vieron, y ellas tuvieron temor; las profundidades temblaron. 17 Las nubes dejaron caer agua; el cielo nublado daba voces; Tus flechas volaron. 18 Tu voz estruendosa se escuchaba en el viento; los truenos iluminaron al mundo; la tierra tembló y se estremeció. 19 Tu senda fue a través del mar y Tu camino a través de las aguas crecientes, pero tus huellas no se veían. 20 Tú guiaste a Tu pueblo como una manada por la mano de Moisés y Aarón.

78

1 Oigan mi enseñanza, pueblo mío, escuchen las palabras de mi boca. 2 Yo abriré mi boca en parábolas; yo cantaré acerca de cosas escondidas del pasado. 3 Estas son cosas que nosotros hemos oído y aprendido, cosas que nuestros antepasados nos han contado. 4 No las ocultaremos de sus descendientes. Nosotros le contaremos a la próxima generación acerca de las obras elogiables del SEÑOR, Su fuerza, y las maravillas que Él ha hecho. 5 Pues Él estableció decretos de pacto en Jacob y señaló una ley en Israel. Él ordenó a nuestros antepasados a que los enseñaran a sus hijos. 6 Él ordenó esto para que aquella generación que viniera conociera Sus decretos, los niños aún sin nacer, quienes a su vez los deberían contar a sus propios hijos. 7 Entonces ellos pondrían su esperanza en Dios y no olvidarían Sus obras, sino que guardarían Sus mandamientos. 8 Entonces ellos no serían como sus antepasados, quienes eran una generación terca y rebelde, una generación cuyos corazones no eran rectos, y cuyos espíritus no estaban comprometidos ni fieles a Dios. 9 Los efrainitas estaban armados con arcos, pero retrocedieron en el día de la batalla. 10 Ellos no guardaron el pacto con Dios, y rehusaron obedecer Su ley. 11 Ellos olvidaron Sus obras, las cosas maravillosas que Él les había mostrado. 12 Ellos olvidaron las cosas maravillosas que Él hizo a la vista de sus antepasados en la tierra de Egipto, en la tierra de Zoán. 13 Él dividió el mar y los condujo a través de él; Él hizo levantarse las aguas como murallas. 14 Durante el día Él los dirigió con una nube y toda la noche con la luz del fuego. 15 Él partió las rocas en el desierto, y les dio agua abundantemente, lo suficiente para llenar las profundidades del mar. 16 Él hizo fluir arroyos de la roca e hizo fluir el agua como ríos. 17 Mas ellos continuaron pecando contra Él, rebelándose en contra del Altísimo en el desierto. 18 Ellos retaron a Dios en sus corazones pidiendo alimento para satisfacer sus apetitos. 19 Ellos hablaron en contra de Dios; dijeron: "¿Puede Dios realmente poner una mesa para nosotros en el desierto? 20 Vean, cuando Él golpeó la roca, las aguas salieron a chorro y los arroyos se desbordaron. ¿Pero puede Él dar pan también? ¿Proveerá Él carne para Su pueblo?" 21 Cuando el SEÑOR oyó esto, Él se enfadó; así que Su fuego ardió en contra de Jacob, y Su ira atacó a Israel 22 porque ellos no creyeron en Dios y no confiaron en Su salvación. 23 Sin embargo, Él ordenó a los cielos arriba y abrió las puertas del cielo. 24 Él llovió maná para que ellos comieran, y les dio el grano del cielo. 25 La gente comió el pan de ángeles. Él les envió comida en abundancia. 26 Él causó que el viento del este soplara en el cielo, y por Su poder Él guió el viento del sur. 27 Él llovió carne sobre ellos como el polvo, aves tan numerosas como las arenas del mar. 28 Ellas caían en medio de su campamento, todas alrededor de sus tiendas. 29 Así que ellos comieron y estaban llenos. Él les dio de lo que desearon. 30 Pero ellos aún no se habían llenado; su comida todavía estaba en sus bocas. 31 Entonces la ira de Dios los atacó y mató a los más fuertes de ellos. Él derribó a los hombres jóvenes de Israel. 32 A pesar de esto, ellos continuaron pecando y no creyeron en Sus obras maravillosas. 33 Por lo tanto, Dios cortó sus días; sus años fueron llenos de terror. 34 Cuando Dios los afligía, ellos comenzaban a buscarlo a Él, y regresaban y Lo buscaban sinceramente. 35 Ellos traían a la memoria que Dios era su roca y que el Altísimo era su rescatador. 36 Pero ellos Lo exaltaban con su boca y Le mentían con sus palabras. 37 Pues sus corazones no estaban firmemente fijos en Él, y no eran fieles a Su pacto. 38 Sin embargo Él, siendo misericordioso, perdonaba su iniquidad y no los destruía. Sí, muchas veces Él detenía Su enojo y no agitaba toda Su ira. 39 Él traía a memoria que ellos eran hechos de carne, un viento que pasa y no regresa. 40 ¡Cuán a menudo ellos se rebelaron contra Él en el desierto y Lo afligían en las regiones estériles! 41 Una y otra vez ellos retaban a Dios y ofendían al Santo de Israel. 42 Ellos no pensaban acerca de Su poder, cómo Él los había rescatado del enemigo 43 cuando llevó a cabo Sus señales temibles en Egipto y Sus maravillas en la región de Zoán. 44 Él convirtió los ríos de los egipcios en sangre de manera que no podían beber de sus arroyos. 45 Él envió enjambres de moscas que los devoraron y ranas que infestaron su tierra. 46 Él entregó sus cosechas al saltamonte y su trabajo a la langosta. 47 Él destruyó sus vides con granizo y sus árboles sicómoros con más granizo. 48 Él llovió granizo sobre sus reses y lanzó rayos a su ganado. 49 La intensidad de Su ira azotó contra ellos. Él envió ira, furia y problemas como agentes que traen desastre. 50 Él aplanó un camino para Su enojo; Él no los liberó de la muerte sino que los entregó a la plaga. 51 Él mató a todos los primogénitos en Egipto, los primogénitos de su fortaleza en las tiendas de Cam. 52 Él sacó a Su propio pueblo como ovejas y los guió a través del desierto como una manada. 53 Él los guió seguros y sin temor, pero el mar abrumó a Sus enemigos. 54 Entonces Él los trajo a la frontera de Su tierra santa, a esta montaña que Su mano derecha adquirió. 55 Él expulsó a las naciones de delante de ellos y les asignó su herencia. Él instaló a las tribus de Israel en sus tiendas. 56 Sin embargo ellos retaron y desafiaron al Dios Altísimo y no guardaron Sus mandamientos solemnes. 57 Ellos eran infieles y actuaron a traición como sus padres; ellos eran poco confiables como un arco defectuoso. 58 Pues Lo enojaron con sus lugares altos y Lo provocaron a ira celosa con sus ídolos. 59 Cuando Dios oyó esto, Él se enojó y rechazó completamente a Israel. 60 Él abandonó el santuario de Silo, la tienda donde Él había vivido entre la gente. 61 Él permitió que Su fuerza fuera capturada y dio Su gloria en la mano del enemigo. 62 Él entregó Su pueblo a la espada, y se enojó con Su heredad. 63 El fuego devoró a sus hombres jóvenes, y sus doncellas no tuvieron canciones de boda. 64 Sus sacerdotes cayeron por la espada, y sus viudas no pudieron llorar. 65 Entonces el Señor despertó como uno del sueño, como un guerrero que grita debido al vino. 66 Él hizo retroceder a Sus adversarios; Él los llevó a la vergüenza eterna. 67 Él rechazó la tienda de José, y no escogió la tribu de Efraín. 68 Él escogió la tribu de Judá y el Monte Sion que Él amó. 69 Él construyó Su santuario como los cielos, como la tierra que Él ha establecido para siempre. 70 Él escogió a David, Su siervo, y lo sacó de los rediles. 71 Él lo sacó de estar cuidando las ovejas hembras con sus crías, y lo trajo a ser pastor de Jacob, Su pueblo, y de Israel, Su heredad. 72 David los pastoreó con la integridad de su corazón, y los guió con la destreza de sus manos.

79

1 Dios, naciones extranjeras han venido a Tu heredad; ellos han contaminado Tu santo templo; ellos han tornado a Jerusalén en un montón de ruinas. 2 Ellos han dado los cuerpos muertos de tus siervos como alimento a las aves del cielo; los cuerpos de Tu pueblo fiel a las bestias de la tierra. 3 Ellos han derramado su sangre como agua alrededor de Jerusalén, y no había nadie que los enterrara. 4 Nos hemos convertido en un reproche para nuestros vecinos, burlas y mofas de aquellos que están a nuestro alrederor. 5 ¿Hasta cuándo, SEÑOR? ¿Hasta cuándo Tu ira celosa quemará como fuego? 6 Derrama Tu ira sobre las naciones que no Te conocen y en los reinos que no invocan Tu nombre. 7 Pues ellos han devorado a Jacob y destruído sus aldeas. 8 No retengas los pecados de nuestros antepasados en nuestra contra; que Tus obras misericordiosas vengan a nosotros, pues estamos muy débiles. 9 Ayúdanos, Dios de nuestra salvación, por el bien de la gloria de Tu nombre; sálvanos y perdona nuestros pecados por el bien de Tu nombre. 10 ¿Por qué las naciones dirán: "Dónde esta su Dios?" Que la sangre de Tus siervos, que fue derramada, sea vengada en las naciones frente a nuestros ojos. 11 Que los quejidos de los prisioneros vengan delante de Tí; con la grandeza de Tu poder mantén vivos a los hijos de la muerte. 12 Págale de vuelta a nuestros países vecinos siete veces tanto como los insultos que ellos Te han insultado, Señor. 13 Así nosotros, Tu pueblo y ovejas de Tu pasto, Te daremos gracias por siempre. Nosotros diremos Tus alabanzas a todas las generaciones.

80

1 ¡Presta atención, Pastor de Israel, Tú que diriges a José como una manada; Tú que Te sientas sobre los querubines, resplandece en nosotros! 2 A la vista de Efraín y Benjamín y Manáses, derrama Tu poder; vén y sálvanos. 3 Dios, restáuranos; haz brillar Tu rostro sobre nosotros, y nosotros seremos salvos. 4 SEÑOR Dios de los ejércitos, ¿cuánto tiempo estarás enojado contra Tu pueblo cuando ellos oran? 5 Los has alimentado con pan de lágrimas y le has dado a beber lágrimas en grandes cantidades. 6 Nos has hecho objeto de discusión entre nuestros vecinos, y nuestros enemigos se ríen de nosotros entre ellos. 7 Dios de los ejercitos, restáuranos; haz que Tu rostro brille en nosotros, y seremos salvos. 8 Tú sacaste una vid fuera de Egipto; Tú expulsas naciones y las transplantas. 9 Tu limpiaste la tierra para ella; ella hizo raíces y llenó la tierra. 10 Las montañas se cubrieron con su sombra y los cedros de Dios con sus ramas. 11 Ella echó sus ramas tan lejos como el mar y sus brotes hasta el Río Eufrates. 12 ¿Por qué has derribado sus paredes para que todos los que pasen tomen sus frutas? 13 Los puercos del monte la arruinan, y las bestias del campo se alimentan de ella. 14 Vuélvete, Dios de los cielos; mira abajo desde los cielos y toma en cuenta y ten cuidado de esta viña. 15 Esta es la raíz que Tu mano derecha plantó, el brote que has hecho crecer. 16 Esta ha sido quemada y cortada; ellos perecen debido a tu reprensión. 17 Que tu mano esté sobre el Hombre a Tu mano derecha, el Hijo del Hombre que hiciste fuerte para Tí. 18 Entonces no nos apartaremos de Tí; revívenos, y nosotros clamaremos a Tu nombre. 19 SEÑOR Dios de los ejércitos, restáuranos; haz que tu rostro resplandezca sobre nosotros, y seremos salvos.

81

1 Canten en voz alta a Dios, nuestra fuerza; aclamen con gozo al Dios de Jacob. 2 Canten una canción y toquen el pandero, la lira placentera con el arpa. 3 Soplen el cuerno del macho cabrío en el día de la luna nueva, en el día de la luna llena, cuando comienza nuestro día de fiesta. 4 Pues es un estatuto para Israel, un decreto dado por el Dios de Jacob. 5 Él la emitió como regla en José cuando Él fue en contra de la tierra de Egipto, donde yo oí una voz que yo no reconocí: 6 "Yo removí la carga de su hombro; sus manos fueron libradas de sostener la canasta. 7 En tu aflicción llamaste, y Yo te ayudé; Yo te contesté desde un nubarrón oscuro. Yo te probé en las aguas de Meriba. 8 Escucha, pueblo Mío, pues Yo te advertiré, Israel, ¡si solamente me escucharas! 9 No puede haber ningún dios extranjero entre ustedes; no pueden adorar a ningún dios extranjero. 10 Yo soy el SEÑOR tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto. Abre tu boca bien grande y Yo la llenaré. 11 Pero Mi pueblo no escuchó Mis palabras; Israel no Me obedeció. 12 Asi que Yo los entregué a su propio camino de terquedad para que pudieran hacer lo que les parecía bien a ellos. 13 Oh, que Mi pueblo Me escuchara; oh, que Mi pueblo anduviera en Mis caminos. 14 Entonces Yo rápidamente dominaría a sus enemigos y volvería Mi mano en contra de sus opresores. 15 ¡Que aquellos que odian al SEÑOR se encojan de miedo delante de Él! Que sean humillados para siempre. 16 Yo alimentaría a Israel con el trigo más fino; Yo les saciaría a ustedes con miel sacada de la roca."

82

1 Dios está de pie en la divina asamblea; entre los dioses Él pronuncia juicio. 2 ¿Por cuánto tiempo juzgarán ustedes injustamente y mostrarán favoritismo a los malvados? 3 Defiendan a los pobres y huérfanos; mantengan los derechos de los afligidos y desamparados. 4 Rescaten a los pobres y necesitados; sáquenlos de la mano de los malvados. 5 Ellos ni saben ni entienden; ellos vagan por la oscuridad; todos los cimientos de la tierra se desmoronan. 6 Yo dije: "Ustedes son dioses, y todos ustedes hijos del Altísimo. 7 No obstante, ustedes morirán como hombres y caerán como uno de los príncipes." 8 Levántate, Dios, juzga la tierra, pues Tú tienes una heredad en todas las naciones.

83

1 Dios, ¡no guardes silencio! No nos ignores y Te quedes indiferente, Dios. 2 Mira, Tus enemigos hacen un alboroto, y aquellos que Te odian han levantado sus cabezas. 3 Ellos conspiran en contra de Tu pueblo y planifican juntos en contra de Tus protegidos. 4 Ellos han dicho: "Vengan, y destruyámoslos como una nación. Entonces el nombre de Israel ya no se recordará." 5 Ellos han maquinado juntos con una estrategia; en contra de Ti ellos han hecho una alianza. 6 Esto incluye las tiendas de Edom y los ismaelitas, el pueblo de Moab y los agarenos, quienes traman juntos con 7 Gebal, Amón, Amalec; también incluye a Filistea y los habitantes de Tiro. 8 Asiria también está aliada con ellos; ellos están ayudando a los descendientes de Lot. 9 Hazle a ellos como le hiciste a Madián, como le hiciste a Sísara y a Jabín en el Río Cisón. 10 Ellos perecieron en Endor y se convirtieron como estiércol para la tierra. 11 Hazle a sus nobles como a Oreb y Zeeb, y todos sus príncipes como Zeba y Zalmuna. 12 Ellos dijeron: "Tomemos para nosotros mismos las pasturas de Dios." 13 Mi Dios, hazlos como remolino de polvo, como paja frente al viento, 14 como el fuego que quema el bosque, y como la llama que enciende las montañas en fuego. 15 Persíguelos con Tu viento fuerte, y aterrorízalos con Tu vendaval. 16 Llena sus rostros de vergüenza de manera que busquen Tu nombre, SEÑOR. 17 Que sean avergonzados y aterrorizados para siempre, que perezcan en desgracia. 18 Entonces ellos sabrán que Tú solo, SEÑOR, eres el Altísimo sobre toda la tierra.

84

1 ¡Cuán hermoso es el lugar donde Tú vives, SEÑOR de los ejércitos! 2 Yo anhelo los atrios del SEÑOR, mi deseo por ellos me ha agotado. Mi corazón y todo mi ser claman por el Dios viviente. 3 Aún el gorrión se ha encontrado una casa y la golondrina un nido para sí misma donde ella pueda poner sus crías cerca de Tus altares, SEÑOR de los ejércitos, mi Rey y mi Dios. 4 Bendecidos son ellos que viven en Tu casa; ellos Te alaban continuamente. 5 Bendecido es el hombre cuya fuerza está en Ti, en cuyo corazón están los caminos hacia Sion. 6 Pasando a través del Valle de Lágrimas, ellos encuentran arroyos de agua para beber. Las lluvias tempranas los cubren de bendiciones. 7 Ellos van de fuerza en fuerza; cada uno de ellos aparece delante de Dios en Sion. 8 ¡SEÑOR, Dios de los ejércitos, oye mi oración; Dios de Jacob, escucha lo que yo estoy diciendo! 9 Dios, vela por nuestro escudo; muestra preocupación por Tu ungido. 10 Pues un día en Tus atrios es mejor que mil en otro lugar. Mejor yo sería ser un portero en la casa de mi Dios, que vivir en las tiendas de los malvados. 11 Pues el SEÑOR es nuestro sol y escudo; el SEÑOR dará gracia y gloria; Él no retiene ninguna cosa buena de aquellos que caminan en integridad. 12 SEÑOR de los ejércitos, bendecido es el hombre que confía en Ti.

85

1 SEÑOR, Tú has mostrado favor a Tu tierra; Tú has restaurado el bienestar de Jacob. 2 Tú has perdonado el pecado de Tu pueblo; Tú has cubierto todos sus pecados. 3 Tú has quitado toda Tu ira; has desistido de Tu enojo ardiente. 4 Restáuranos, Dios de nuestra salvación, y deja ir tu desagrado con nosotros. 5 ¿Estarás enojado con nosotros para siempre? ¿Permanecerás enojado a través de las futuras generaciones? 6 ¿No nos avivarás nuevamente? Entonces Tu pueblo se regocijará en Ti. 7 Muéstranos Tu fidelidad de pacto, SEÑOR, concédenos Tu salvación. 8 Yo escucharé lo que el SEÑOR Dios dice, pues Él hará la paz con Su pueblo, sus fieles seguidores. Mas ellos no deberán volver otra vez a los caminos necios. 9 Ciertamente Su salvación está cerca de aquellos que Le temen; entonces la gloria permanecerá en nuestra tierra. 10 La misericordia y la honradez se han encontrado; la justicia y la paz se han besado. 11 La honradez surge de la tierra, y la justicia mira hacia abajo desde el cielo. 12 Sí, el SEÑOR dará sus buenas bendiciones, y nuestra tierra dará sus cosechas. 13 La justicia irá delante de Él y hará un camino para Sus pisadas.

86

1 Escucha, SEÑOR, y contéstame, pues yo soy pobre y oprimido. 2 Protégeme, pues yo soy leal; mi Dios, salva a Tu siervo que confía en Ti. 3 Ten piedad de mí, Señor, pues yo clamo a Ti todo el día. 4 Alegra a Tu siervo, pues a Ti, Señor, yo oro. 5 Tú, Señor, eres bueno, y presto para perdonar, y Tú muestras gran misericordia a todos aquellos que claman a Ti. 6 SEÑOR, escucha mi oración; oye el sonido de mis plegarias. 7 En el día de mi angustia yo Te llamo, pues Tú me responderás. 8 No hay nadie que se compare contigo entre los dioses, Señor. No hay obras como Tus obras. 9 Todas las naciones que Tú has hecho vendrán y se doblarán delante de Ti, Señor. Ellos honrarán Tu nombre. 10 Pues Tú eres grande y haces cosas maravillosas; Tú solo eres Dios. 11 Enséñame Tus caminos, SEÑOR. Entonces yo andaré en Tu verdad. Unifica mi corazón para reverenciarte. 12 Señor, mi Dios, yo Te alabaré con todo mi corazón; yo glorificaré Tu nombre para siempre. 13 Porque grande es Tu fidelidad hacia mí; Tú has rescatado mi vida de las profundidades del Seol. 14 Dios, los arrogantes se han levantado contra mí. Una pandilla de hombres violentos buscan mi vida. No Te tienen ninguna consideración. 15 Pero Tú, Señor, eres un Dios misericordioso y de gracia, lento para enojarte, y abundante en misericordia y confiabilidad. 16 Vuélvete hacia mí y ten misericordia de mí; da Tu fuerza a Tu siervo; salva al hijo de Tu sierva. 17 Muéstrame una señal de Tu favor. Entonces aquellos que me odian lo verán y serán avergonzados porque Tú, SEÑOR, me has ayudado y consolado.

87

1 Sobre el monte santo está la ciudad que Él fundó; 2 el SEÑOR ama las puertas de Sion más que todas las tiendas de Jacob. 3 Cosas gloriosas se dicen de ti, ciudad de Dios. 4 "Yo les menciono a Rahab y Babilonia a mis seguidores. Vean, ahí están Filistea y Tiro, a lo largo con Etiopía, y diré: 'Éste nació allí.'" 5 De Sion se dirá: "Cada uno de estos nació en ella; y el Altísimo mismo la establecerá." 6 El SEÑOR escribe en el libro de inscripción de las naciones, "Este nació allí." 7 Así que todos los cantores y danzores dicen juntos: "Todas mis fuentes están en Ti."

88

1 SEÑOR, Dios de mi salvación, yo clamo de día y de noche delante de Ti. 2 Escucha mi oración; ponle atención a mi llanto. 3 Porque estoy lleno de dificultades y mi vida ha llegado al Seol. 4 La gente me trata como a aquellos que bajan al abismo; yo soy un hombre sin fuerza. 5 Yo estoy abandonado entre los muertos; yo soy como los muertos que yacen en la sepultura, los cuales ya no cuidas porque han sido cortados de Tu poder. 6 Tú me colocas en la parte más baja del abismo, en los lugares oscuros y profundos. 7 Tu ira está pesada sobre mí, y todas Tus olas se estrellan sobre mí. 8 Debido a Ti, mis amistades me evitan. Tú me has hecho una impactante vista para ellos. Yo estoy acorralado y no me puedo escapar. 9 Mis ojos se cansan por la dificultad; Todo el día yo clamo a Ti, SEÑOR; yo extiendo mis manos hacia Ti. 10 ¿Harás Tú maravillas por los muertos? Aquellos que han muerto, ¿se levantarán y Te alabarán? 11 ¿Se proclamará tu fidelidad de pacto en la sepultura, Tu lealtad en el lugar de los muertos? 12 Tus obras maravillosas, ¿serán conocidas en la oscuridad, o Tu justicia en el lugar del olvido? 13 Pero yo clamo a Ti, SEÑOR; en la mañana mi oración viene delante de Ti. 14 SEÑOR, ¿por qué me rechazas? ¿Por qué escondes Tu rostro de mí? 15 Yo siempre he estado afligido y a punto de la muerte desde mi juventud. Yo he sufrido de Tus terrores; yo estoy en la desesperación. 16 Tus acciones de enojo han pasado sobre mí, y Tus obras aterradoras me han aniquilado. 17 Ellas me rodean como agua todo el día; todas ellas me han cercado. 18 Tú has removido todo amigo y conocido de mí. Mi única compañera es la oscuridad.

89

1 Yo cantaré por siempre de los actos de fidelidad del Señor a Su pacto. Yo proclamaré Tu verdad a las futuras generaciones. 2 Pues yo he dicho: "Fidelidad a Su pacto ha sido establecida para siempre; Tu verdad has establecido en los cielos." 3 Yo he hecho un pacto con Mi escogido, Yo he hecho un juramento a David mi siervo. 4 Yo estableceré a tus descendientes para siempre, y Yo estableceré Tu trono por todas las generaciones." 5 Los cielos alaban tus maravillas, SEÑOR; Tu fidelidad es alabada en la asamblea de los santos. 6 Pues, ¿quién en los cielos puede ser comparado al SEÑOR? ¿Quién entre los hijos de los dioses es como el SEÑOR? 7 Él es un Dios quien es grandemente honrado en el consejo de los santos y es increible entre todos los que Lo rodean. 8 SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿quién es fuerte como Tú, SEÑOR? Tu veracidad Te rodea. 9 Tú gobiernas el mar furioso; cuando las olas se levantan, Tú las calmas. 10 Tú aplastaste a Rahab como a uno que es asesinado. Tú dispersaste a Tus enemigos con Tu brazo fuerte. 11 Los cielos Te pertenecen a tí, y la tierra también. Tú hiciste el mundo y todo lo que contiene. 12 Tú creaste el norte y el sur. Tabor y Hermón se regocijan en Tu nombre. 13 Tú tienes un brazo poderoso y una mano fuerte, y Tu mano derecha es exhaltada. 14 La justicia y el derecho son el fundamento de Tu trono. La fidelidad del pacto y la intregridad vienen delante de Ti. 15 ¡Bendecidos son los pueblos que te adoran! SEÑOR, ellos caminan en la luz de Tu rostro. 16 Ellos se regocijan en Tu nombre todo el día, y en Tu justicia ellos Te exaltan. 17 Tú eres su fuerza majestuosa, y por Tu favor nosotros somos victoriosos. 18 Pues nuestro escudo Le pertenece al SEÑOR: nuestro rey le pertenece al Santo de Israel. 19 Tiempo atras Tú hablaste en una visión a Tus fieles; Tú dijiste: "Yo he puesto una corona sobre un poderoso; Yo he levantado un escogido de entre el pueblo. 20 Yo he escogido a David mi siervo; con Mi aceite santo Yo lo he ungido. 21 Mi mano lo sostendrá; Mi brazo lo fortalecerá. 22 Ningún enemigo lo engañará; ningún hijo de maldad lo oprimirá. 23 Yo aplastaré a sus enemigos delante de él; Yo mataré a aquellos quienes lo odian. 24 Mi verdad y Mi fidelidad al pacto estarán con él; por Mi nombre él será victorioso. 25 Yo colocaré su mano sobre el mar y su mano derecha sobre los ríos. 26 Él clamará a Mí: 'Tú eres mi Padre, mi Dios, y la roca de mi salvación.' 27 Yo también lo colocaré como Mi hijo primogénito, el más exaltado de los reyes de la tierra. 28 Yo extenderé la fidelidad de Mi pacto a él para siempre; y Mi pacto con él estará seguro. 29 Yo haré que sus descendientes duren para siempre y su trono tan duradero como los cielos. 30 Si sus hijos abandonan Mi ley y desobedecen Mis decretos, 31 si rompen Mis reglas y no guardan Mis mandamientos, 32 entonces Yo castigaré su rebelión con una vara y su iniquidad con azotes. 33 Pero Yo no quitaré mi amor constante de él ni seré infiel a Mi promesa. 34 Yo no romperé Mi pacto ni cambiaré las palabras de Mis labios. 35 De una vez y para siempre Yo he jurado por Mi santidad, Yo no le mentiré a David; 36 sus descendientes permanecerán para siempre y su trono por tanto tiempo como el sol delante de Mí. 37 Será establecido para siempre como la luna, el testigo fiel en el cielo." 38 Pero Tú lo has rechazado y desechado; Tú has estado enojado con Tu rey ungido. 39 Tú has renunciado al pacto de Tu siervo. Tú has profanado su corona tirandola en el suelo. 40 Tú has derribado todas sus murallas. Tú has arruinado sus fortalezas. 41 Todos los que han pasado le han robado. Él ha llegado a ser un objeto de asco a sus vecinos. 42 Tú has levantado la mano derecha de sus enemigos; Tú has hecho que se regocijen todos sus enemigos. 43 Tú doblas el filo de su espada y no has dejado que permanezca de pie cuando esta en batalla. 44 Tú has llevado su esplendor a su fin; Tú has derribado su trono a tierra. 45 Tú has acortado los días de su juventud. Tú lo has cubierto de vergüenza. 46 ¿Por cuánto mas, SEÑOR? ¿Te esconderás para siempre? ¿Por cuánto mas arderá tu ira como el fuego? 47 ¡Oh, piensa sobre lo corta que es mi vida, y para qué inutilidad has creado a todos los hijos de la humanidad! 48 ¿Quién puede vivir y no morir, o rescatar su propia vida de la mano del Seol? 49 Señor, ¿dónde están tus pasados actos de fidelidad a tu pacto que Tú juraste a David en Tu veracidad? 50 Trae a memoria, Señor, las burlas dirigidas en contra de Tus siervos y cómo yo cargo en mi corazón tantos insultos de las naciones. 51 Tus enemigos lanzan insultos, SEÑOR; ellos se burlan de las pisadas de tu ungido. 52 Bendecido sea el SEÑOR para siempre. Amén y Amén. Cuarto libro.

90

1 Señor, Tú has sido nuestro refugio por todas las generaciones. 2 Antes de que se formaran las montañas, o que Tú formaras la tierra y el mundo, desde la eternidad hasta la eternidad, Tú eres Dios. 3 Tú regresas el hombre al polvo, y Tú dices: "Regresen, ustedes los descendientes de la humanidad." 4 Pues mil años en Tu vista son como ayer, cuando ha pasado, y como una vigilia en la noche. 5 Tú los barres como con una inundación y ellos duermen; en la mañana ellos son como la hierba que brota. 6 En la mañana ella florece y crece; en la tarde se marchita y se seca. 7 Ciertamente, nosotros hemos sido consumidos en tu enojo, y en tu ira estamos aterrorizados. 8 Tú has puesto nuestras iniquidades delante de Ti, nuestros pecados ocultos en la luz de Tu presencia. 9 Nuestra vida pasa bajo de Tu ira; nuestros años pasan rápidamente como un suspiro. 10 Nuestros años son setenta, o aún ochenta si estamos saludables; pero aún nuestros mejores años están marcados por problemas y tristeza. Sí, ellos pasan rápidamente, y nosotros volamos. 11 ¿Quién conoce la intensidad de tu enojo, y tu ira que es igual al temor que se tiene de Ti? 12 Así que, enséñanos a considerar nuestra vida para que podamos vivir sabiamente. 13 ¡Vuelvete, SEÑOR! ¿Cuánto tiempo será? Ten piedad de Tus siervos. 14 Satisfácenos en la mañana con la fidelidad de Tu pacto, para que para que nosotros podamos regocijarnos y estar alegres todos nuestros días. 15 Haznos alégrar en proporción a los días que nos afligiste y a los años que hemos experimentado dificultades. 16 Permite que Tus siervos vean Tu obra, y permite que nuestros hijos vean Tu majestad. 17 Que el favor del Señor nuestro Dios sea nuestro; prospera la obra de nuestras manos; ciertamente, prospera la obra de nuestras manos.

91

1 Aquel que vive en el refugio del Altísimo permanecerá en la sombra del Todopoderoso. 2 Yo diré del SEÑOR: "Él es mi refugio y mi fortaleza, mi Dios, en quien yo confío." 3 Pues Él te rescatará de la trampa del cazador y de la plaga mortífera. 4 Él te cubrirá con sus alas, y bajo sus alas tu encontrarás refugio. Su integridad es un escudo y protección. 5 Tú no temerás al terror en la noche, ni de la fecha que vuela de día, 6 ni de la plaga que vaga alrededor en la oscuridad, ni de la enfermedad que viene al mediodía. 7 Mil pueden caer a tu lado y diez mil a tu mano derecha, pero esta no te alcanzará. 8 Tú solo observarás y verás el castigo de los malvados. 9 ¡Pues el SEÑOR es mi refugio! Hagan al Altisimo su refugio también. 10 Ningún mal te alcanzará; ninguna aflicción vendrá cerca de tu casa. 11 Pues Él dirigirá Sus ángeles para protegerte, para guardarte en todos tus caminos. 12 Ellos te levantarán con sus manos para que tu no golpees tus pies sobre una roca. 13 Tu quebrarás leones y víboras bajo tus pies; tu pisotearás sobre leones jóvenes y serpientes. 14 Porque él es devoto a Mí, Yo lo rescataré. Yo lo protegeré porque él es leal a Mí. 15 Cuando él Me llame, Yo le responderé. Yo estaré con él en los problemas; Yo le daré la victoria y lo honraré. 16 Yo le satisfaré con larga vida y le mostraré Mi salvación.

92

1 Es bueno el dar gracias al SEÑOR y cantar alabanzas a Su nombre, oh Altísimo, 2 proclamar la fidelidad al pacto en la mañana y Tu veracidad cada noche, 3 con un arpa de diez cuerdas y con la melodía de la lira. 4 Pues Tu, SEÑOR, Me has alegrado a traves de Tus obras. Yo Te cantaré por gozo por causa de las obras de Tus manos. 5 ¡Cuan grande son Tus obras, SEÑOR! Tus pensamientos son bien profundos. 6 Una persona necia no sabe, ni tampoco el tonto entiende esto: 7 Cuando el malvado brota como la hierba, y aún cuando los hacedores de maldad prosperan, todavía ellos estan condenados a destrucción eterna. 8 Pero tu, SEÑOR, reinarás por siempre. 9 Ciertamente, ¡mira a Tus enemigos, SEÑOR! Ciertamente, ¡mira a Tus enemigos! ¡Ellos perecerán! Todos esos que hacen maldad serán dispersados. 10 Tu has levantado mi cuerno como el cuerno de un buey salvaje; Yo estoy ungido con aceite fresco. 11 Mis ojos han visto la caída de mis enemigos; mis oídos han escuchado la condena de mis enemigos malvados. 12 Los justos florecerán como la palmera; ellos crecerán como el cedro en el Líbano. 13 Ellos están plantados en la casa del SEÑOR; ellos florecerán en las cortes de nuestro Dios. 14 Ellos cargan frutos aún cuando son viejos; ellos se mantienen frescos y verdes, 15 para proclamar que el SEÑOR es justo. Él es mi roca, y no hay injusticias en Él.

93

1 EL SEÑOR reina; Él SEÑOR está vestido en majestad. El SEÑOR se ha vestido y ceñido con fuerza. El mundo está firmemente establecido; el no puede ser movido. 2 Tu trono está establecido desde tiempos antiguos; Tú eres desde la eternidad. 3 Los oceános se levantan, SEÑOR; ellos han levantado sus voces; Las olas del oceáno chocan y rugen. 4 Por encima del ruido de las muchas olas, EL SEÑOR en las alturas es poderoso. 5 Tus solemnes mandamientos son muy confiables; la santidad adorna Tu casa SEÑOR, para siempre.

94

1 El Señor, Dios que toma venganza, Dios que toma venganza, resplandece sobre nosotros. 2 Levantate, juzga la tierra, da a los orgullosos lo que ellos merecen. 3 ¿Cúanto tiempo el malvado, Señor, cúanto tiempo el malvado se regocijará? 4 Ellos han derramado palabras arrogantes; todas aquellos que hacen alarde del mal. 5 Ellos aplastaron a tu gente, Señor'; ellos afligieron a la nación que te pertenece a tí. 6 Ellos matan a la viuda y al extranjero que vive en su país, y ellos matan al huérfano. 7 Ellos dicen, "El Señor no verá, el Dios de Jacob no se dará cuenta de ello." 8 ¡Entienden, ustedes gente estupida! ¿Ustedes tontos, cuándo ustedes van a aprender? 9 El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá? 10 El que discipula las naciones, ¿no correjirá? El es el que da el conocimiento al hombre. 11 El Señor conoce los pensamientos del hombre, que ellos son vapor. 12 Bendito es aquel a quien tú instruyes, Señor, aquel a quien tú enseñas de tu ley. 13 Tú le darás a él descanso en tiempos de problemas hasta que se cave un foso para los impíos. 14 Por que no abandonará el Señor a su gente o abandonará su herencia. 15 Por que el juicio volverá a ser justo; y todos los rectos de corazón le seguirán. 16 ¿Quién se levantará para defenderme de los malignos? ¿Quién se levantará por mi contra los malvados? 17 A menos que el Señor hubiera sido mi ayuda, yo estaría descanzando en el lugar del silencio. 18 Cuando yo diga, "mi pie esta resbalando'', Señor, sosténme, Tu pacto de fidelidad, Señor, me sostiene. 19 Cuando tus cuidados para conmigo son muchos, tus consolaciones me hacen feliz. 20 ¿Puede un trono de destrucción estar aliado contigo, aquel que crea injusticia por ley? 21 Ellos conspiran juntos para tomar la vida del recto y ellos condenan al inocente a muerte. 22 Pero el Señor ha sido mi torre alta, y mi Dios ha sido la roca de mi refugio. 23 El traerá sobre ellos su propia iniquidad y los cortará de su propia maldad. El Señor nuestro Dios los cortará.

95

1 Oh vamos, cantémos al SEÑOR; vamos a cantar alegremente a la Roca de nuestra Salvación. 2 Entremos a Su presencia con acciones de gracias; vamos a cantarle a Él con salmos de alabanza. 3 Porque el SEÑOR es un gran Dios y un gran Rey superior a todos los dioses. 4 En Sus manos están las profundidades de la tierra; las alturas de las montañas son Suyas. 5 El mar es Suyo, pues Él lo hizo, y Sus manos formaron la tierra seca. 6 Oh vamos, vamos a adorar y a inclinarnos; arrodillémonos ante el SEÑOR, nuestro creador. 7 Pues Él es nuestro Dios, y nosotros somos el pueblo de su prado y ovejas de Su mano. Hoy--oh, ¡si pueden ustedes oír Su voz! 8 No endurezcan su corazón, como en Meribá, o como en el día de Masáh en el desierto, 9 donde sus padres Me tentaron y probaron, aunque ellos habían visto Mis obras. 10 Por cuarenta años estuve molesto con esa generación y dije: 'Este es un pueblo cuyo corazón vaga por el camino; ellos no han conocido Mis caminos.' 11 Por lo tanto, Yo juré en Mi enojo que ellos nunca entrarían en Mi lugar de reposo."

96

1 Oh, canten al SEÑOR una nueva canción; cante al SEÑOR, toda la tierra. 2 Canten al SEÑOR, bendigan Su nombre, anuncien Su Salvación día tras día. 3 Declaren Su gloria entre las naciones, Sus maravillosas obras entre todas las naciones. 4 Pués el SEÑOR es grande y debe ser alabado grandemente. Él debe ser temido sobre todos los otros dioses. 5 Pués todos los dioses de las naciones son ídolos, pero es el SEÑOR quien hizo los cielos. 6 El esplendor y la majestad están en Su presencia. La fuerza y la belleza están en Su santuario. 7 Den alabanzas al SEÑOR, ustedes clanes del pueblo, den alabanzas al SEÑOR por Su gloria y fuerza. 8 Den al SEÑOR la gloria que Su nombre merece. Traigan ofrendas y vengan a Sus atrios. 9 Inclínense al SEÑOR vistiendo ropas que honren Su santidad. Tiemble ante Él toda la tierra. 10 Digan entre las naciones: "El SEÑOR reina." El mundo también está establecido, este no puede ser sacudido. Él juzga los pueblos rectamente. 11 Alégrense los cielos, y que la tierra se regocige; que el mar ruja y aquello que lo llena grite de alegría. 12 Que los campos se regocigen y todo lo que hay en ellos. Entonces, que todos los árboles en el bosque griten de gozo 13 ante el SEÑOR, pues Él viene. Él viene a juzgar la tierra. Él juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con Su fidelidad.

97

1 EL SEÑOR reina; que la tierra se regocige; que las muchas costas se alegren. 2 Nubes y oscuridad lo rodean a Él. Rectitud y justicia son el fundamento de Su trono. 3 Fuego va delante de Él y consume a Sus adversarios a cada lado. 4 Sus relámpagos alumbran al mundo; la tierra mira y tiembla. 5 Las montañas se derriten como cera ante el SEÑOR, el SEÑOR de toda la tierra. 6 Los cielos declaran Su justicia, y todas las naciones ven Su gloria. 7 Todos aquellos que adoran figuras talladas serán avergonzados, aquellos que se jactan en ídolos inútiles--inclinense ante Él, ¡todos ustedes dioses! 8 Sion escuchó y se alegró, y los pueblos de Judá se regocijaron a causa de tus decretos justos, SEÑOR. 9 Pues Tú, SEÑOR, eres el más alto sobre toda la tierra. Tú eres exaltado por encima de todos los dioses. 10 Ustedes que aman al SEÑOR, ¡aborrezcan el mal! Él proteje las vidas de Sus santos, y los libra de la mano de los malvados. 11 La luz es sembrada para los justos y la alegría para aquellos con corazones honestos. 12 Alégrate en el SEÑOR, su justicia; y den gracias cuando recuerden Su santidad.

98

1 Oh, canten al SEÑOR una nueva canción, pues Él ha hecho cosas maravillosas; Su mano derecha y Su santo brazo le han dado victoria. 2 El SEÑOR ha dado a conocer Su Salvación; Él ha mostrado abiertamente Su justicia a todas las naciones. 3 Él trae a memoria la lealtad y su Pacto de Fidelidad para la casa de Israel; todos los confines de la tierra verán la victoria de nuestro Dios. 4 Grite de alegría al SEÑOR, toda la tierra; entonen una canción, canten de gozo, y canten alabanzas. 5 Canten alabanzas al SEÑOR con arpa, con el arpa y con canciones melodiosas. 6 Con trompetas y el sonido del cuerno, hagan una algarabía de gozo ante el Rey, el SEÑOR. 7 Que el mar grite y todo en él, ¡el mundo y aquellos que viven en él! 8 Que los ríos aplaudan con sus manos, y las montañas griten de alegría. 9 El SEÑOR viene a juzgar la tierra; Él juzgará al mundo con justicia y las naciones con rectitud.

99

1 El SEÑOR reina; dejen que las naciones tiemblen. El se sienta entronizado sobre el querubín; la tierra tiembla. 2 El SEÑOR es grande en Sión; Él es exaltado sobre todas las naciones. 3 Deja que ellos alaben tu maravilloso y gran nombre; Él es santo. 4 El rey es fuerte, y Él ama la justicia. Tú has establecido la rectitud; Tú has hecho justicia en Jacob. 5 Alaba al SEÑOR nuestro Dios y adora en el estrado de sus pies. Él es santo. 6 Moisés y Aarón estaban entre sus sacerdotes, y Samuel estaba entre aquellos que le oraban a Él. Ellos oran al SEÑOR, y Él les responde a ellos. 7 Él les habla a ellos desde la columna de nube. Ellos mantuvieron sus solemnes mandamientos y ordenanzas que Él les dió. 8 Tú les respondiste, SEÑOR nuestro Dios. Un Dios perdonador fuiste para ellos, pero uno que castigaste sus andanzas pecaminosas. 9 Alaben al SEÑOR nuestro Dios, y alabenlo en su santo monte, porque El SEÑOR tú Dios es santo.

100

1 Grite alegrementemente al SEÑOR, toda la tierra. 2 Sirvan al SEÑOR con alegría; vengan ante Su presencia con cántico gozoso. 3 Conozcan que el SEÑOR es Dios; Él nos hizo, y nosotros somos suyos. Nosotros somos Su pueblo y la oveja de su prado. 4 Entren por Sus puertas con acción de gracias y a sus atrios con alabanza. Den gracias a Él y bendigan Su nombre. 5 Pués el SEÑOR es bueno; Su Pacto de Fidelidad dura por siempre y Su veracidad por todas las generaciones.

101

1 Yo cantaré de Su Pacto de Fidelidad y su justicia; a ti, SEÑOR, yo cantaré alabanzas. 2 Yo caminaré en camino de integridad. Oh, ¿cuándo Tú vendrás a mí? Yo caminaré con integridad en mi casa. 3 Yo no permitire el mal delante de mis ojos; yo aborrezco la maldad; esta no se aferrará a mí. 4 Las personas perversas me dejarán; yo no soy leal a la maldad. 5 Yo destruiré a cualquiera que secretamente calumnie a su vecino. Yo no toleraré a nadie que tenga un comportamiento orgulloso y una actitud arrogante. 6 Yo miraré al fiel de la tierra para que se siente a mi lado. Aquellos que caminan en el camino de integridad, pueden servirme. 7 Las personas engañosas no permanecerán en mi casa; los mentirosos no serán bienvenidos delante de mis ojos. 8 De mañana tras mañana, yo destruiré a todos los malvados de la tierra; yo removeré a todos los malechores de la ciudad del SEÑOR.

102

1 Escucha mi oración, SEÑOR; escucha mi llanto a ti. 2 No escondas tu rostro de mí en mi tiempo de problemas. Escúchame. Cuando te llamo, contéstame rápidamente. 3 Pués mis días pasan como humo, y mis huesos arden como fuego. 4 Mi corazón está destruido, y soy como la hierba que se ha marchitado. Yo me olvido de comer cualquier alimento. 5 Con mi constante gemir, me he vuelto muy delgado. 6 Soy como un pelícano del desierto; me he vuelto como un búho en las ruinas. 7 Como un pájaro solitario en el tejado, yo me acuesto, pero no duermo. 8 Mis enemigos me insultan todo el día; aquellos que se burlan de mí, usan mi nombre en maldiciones. 9 Yo como cenizas como pan y mezclo mi bebida con lágrimas. 10 A causa de tu furiosa ira, Tú me has levantado para derribarme. 11 Mis días son como una sombra que se desvanece, y yo me he marchitado como la hierba. 12 Pero Tú, SEÑOR, vives por siempre, y tú fama es por todas las generaciones. 13 Tú te levantarás y tendrás misericordoa en Sion. Ahora es el tiempo de tener misericordia sobre ella; el tiempo señalado ha llegado. 14 Pues tus siervos sostienen sus apreciadas piedras y sienten compasión por el polvo de sus ruinas. 15 Las naciones respetarán Tu nombre, SEÑOR, y todos los reyes de la tierra honrarán Tu gloria. 16 El SEÑOR reconstruirá Sion y aparecerá en Su gloria. 17 En ese tiempo, Él respondará a la oración del necesitado; Él no rechazará su oración. 18 Esto estará escrito para las generaciones futuras, y un pueblo aún no nacido, alabará al SEÑOR. 19 Pués Él ha mirado hacia abajo desde las santas alturas; desde el cielo el SEÑOR ha visto la tierra, 20 para escuchar el gemir de los prisioneros, para liberar aquellos que estaban condenados a muerte. 21 Entonces los hombres proclamarán el nombre del SEÑOR en Sion y su alabanza en Jerusalén 22 cuando los pueblos y reinos se junten para servir al SEÑOR. 23 Él ha quitado mi fuerza a la mitad de mi vida. Él ha acortado mis días. 24 Yo dije: "Mi Dios, no me lleves a la mitad de la vida; Tú estás aquí a través de todas las generaciones. 25 En tiempos antiguos Tú pusiste la tierra en su lugar; los cielos son el trabajo de Tus manos. 26 Ellos perecerán, pero Tú permanecerás; ellos todos envejecerán como la ropa; como vestimenta, Tú los removerás, y ellos desaparecerán. 27 Pero tú eres el mismo, y tus años no tendrán fin. 28 Los hijos de tus siervos vivirán, y sus descendientes vivirán en Tu presencia."

103

1 Yo doy alabanzas al SEÑOR con toda mi vida, y con todo lo que está dentro de mí, yo doy alabanza a Su santo nombre. 2 Yo doy alabanza al SEÑOR con toda mi vida, y yo recuerdo todas Sus buenas obras. 3 Él perdona todos tus pecados; Él sana todas tus enfermedades. 4 Él redime tu vida de la destrucción; Él te corona con el Pacto de Fidelidad y actos de tierna misericordia. 5 Él satisface tu vida con buenas cosas para que tu juventud sea renovada como el águila. 6 El SEÑOR hace lo que es recto y hace actos de justicia para todos lo que son oprimidos. 7 Él hizo conocer sus caminos a Moisés, sus obras a los descendientes de Israel. 8 El SEÑOR es misericordioso y clemente; Él es paciente; Él tiene gran lealtad al pacto. 9 Él no siempre disciplinará; Él no siempre está enojado. 10 Él no trata con nosotros tal como merecen nuestros pecados, o nos paga a nosotros por lo que demandan nuestros pecados. 11 Porque así como los cielos están altos sobre la tierra, así de grande es Su Pacto de Fidelidad hacia aquellos que lo honran. 12 Tan lejos como el este está del oeste, así es como lejos Él ha removido la culpa de nuestros pecados de nosotros. 13 Tal como un padre tiene compasión de sus hijos, así el SEÑOR tiene compasión sobre aquellos que lo honran. 14 Pues Él conoce cómo nosotros estamos echos; Él sabe que nosotros somos polvo. 15 En cuanto al hombre, sus días son como la hierba; él florece como una flor en un campo. 16 El viento sopla sobre ella, y ella desaparece, y nadie puede si quiera decir donde ella una vez creció. 17 Pero el Pacto de Fidelidad del SEÑOR es desde la eternidad a la eternidad sobre aquellos que lo honran. Su justicia se extiende a sus descendientes. 18 Ellos mantienen su pacto y recuerdan obedecer sus instrucciones. 19 El SEÑOR ha establecido Su trono en los cielos, y Su reino gobierna sobre todos. 20 Den alabanzas al SEÑOR, ustedes Sus ángeles, ustedes los poderosos que son fuertes y cumplen Su palabra, y obedecen el sonido de Su palabra. 21 Den alabanzas al SEÑOR, todas sus huestes, ustedes son sus siervos que llevan a cabo Su voluntad. 22 Den alabanzas al SEÑOR, todas Sus criaturas, en todos los lugares donde Él reina. Yo daré alabanzas al SEÑOR con toda mi vida.

104

1 Yo doy alabanza al SEÑOR con toda mi vida, SEÑOR mi Dios, Tú eres sumamente magnífico; Tú estás vestido de esplendor y majestad. 2 Tú Te cubres de luz como con un vestido; Tú despliegas los cielos como una cortina de tienda. 3 Tú colocas las vigas de Tus aposentos en las nubes; Tú haces de las nubes Tu carro; Tú caminas sobre las alas del viento. 4 Él hace de los vientos Sus mensajeros, a las llamas de fuego Sus sirvientes. 5 Él puso los fundamentos de la tierra, y ella nunca será movida. 6 Tú cubriste la tierra con agua como un vestido; el agua cubrió las montañas. 7 Tu reprensión hizo que las aguas retrocedieran; al sonido de Tu estruendosa voz ellas huyeron. 8 Las montañas se levantaron, y los valles se dispersaron a los lugares que Tú habías señalado para ellos. 9 Tú has establecido una frontera para ellas, que ellas no cruzarán; ellas no volverán a cubrir la tierra otra vez. 10 Él hizo que los manantiales fluyeran a los valles; las quebradas fluyen entre las montañas. 11 Ellas suplen agua para todos los animales del campo; los burros salvajes sacian su sed. 12 En las riveras de los ríos las aves construyen sus nidos; ellas cantan entre las ramas. 13 Él riega las montañas desde Sus depósitos de agua en el cielo. La tierra está llena del fruto de Su labor. 14 Él hace crecer la hierba para el ganado y plantas para que el hombre cultive para que así el hombre pueda producir alimento de la tierra. 15 Él hace vino para hacer que el hombre se alegre, aceite para hacer que su rostro brille, y alimento para sostener su vida. 16 Los árboles del SEÑOR reciben abundancia de lluvia; los cedros del Líbano que Él plantó. 17 Allí las pajaros hacen sus nidos. La cigüeña hace del ciprés su hogar. 18 Las cabras salvajes viven en las montañas altas; las alturas de las montañas son un refugio para los tejones. 19 Él puso a la luna para marcar las estaciones; el sol conoce a que hora ponerse. 20 Tú haces la oscuridad de la noche cuando todas las bestias del bosque salen. 21 Los leoncillos rugen por su presa y buscan su alimento de Dios. 22 Cuando el sol sale, ellos se retiran y duermen en sus guaridas. 23 Mientras tanto, la gente sale a su trabajo y labora hasta el anochecer. 24 SEÑOR, ¡que muchas y variadas son Tus obras! Con sabiduría las hiciste todas; la tierra se desborda con Tus obras. 25 Allá está el mar, profundo y ancho, repleto de innumerables criaturas, tanto pequeñas como grandes. 26 Los barcos navegan allí, y también el Leviatán allí está, el cual Tú formaste para juguar en el mar. 27 Todos estos miran para que a tiempo les des su alimento. 28 Cuando Tú se lo das, ellos se reúnen; cuando Tú abres Tu mano, ellos son satisfechos. 29 Cuando Tú escondes Tu rostro, ellos se angustian; si Tú les quitas su aliento, se mueren y vuelven al polvo. 30 Cuando Tú envías Tu Espíritu, ellos son creados, y Tú renuevas la tierra. 31 Que la gloria del SEÑOR dure para siempre; que el SEÑOR disfrute Su creación. 32 Él mira hacia abajo sobre la tierra, y ella tiembla; Él toca las montañas y ellas humean. 33 Yo cantaré al SEÑOR toda mi vida; yo cantaré alabanza a mi Dios mientras viva. 34 Que mis pensamientos sean dulces para Él; yo me regocijaré en el SEÑOR. 35 Que los pecadores desaparezcan de la tierra, y que los malvados no sean más. Yo doy alabanza al SEÑOR con toda mi vida. Alaben al SEÑOR.

105

1 Den gracias al SEÑOR, invoquen Su nombre; den a conocer Sus obras entre las naciones. 2 Canten a Él, canten alabanzas a Él; hablen de todas Sus maravillosas obras. 3 Jáctense en Su santo nombre; permitan que el corazón de aquellos que buscan al SEÑOR se regocije. 4 Busquen al SEÑOR y Su fuerza; busquen Su presencia continuamente. 5-6 Recuerden las cosas maravillosas que Él ha hecho, Sus milagros y los decretos de su boca, ustedes descendientes de Abraham, su siervo, ustedes pueblo de Jacob, Sus escogidos. 7 Él es el SEÑOR, nuestro Dios. Sus decretos están sobre toda la tierra. 8 Él recuerda Su pacto para siempre, la palabra que Él ordenó por mil generaciones. 9 Él recuerda el pacto que Él hizo con Abraham y su juramento a Isaac. 10 Esto es lo que Él confirmó a Jacob como estatuto y a Israel como pacto eterno. 11 Él dijo: "Yo te daré la tierra de Canaán como tu parte de tu herencia." 12 Él dijo esto cuando ellos eran solamente pocos en número, tan poquitos, y eran extraños en la tierra. 13 Ellos iban de nación a nación y de un reino a otro. 14 Él no le permitió a nadie que los oprimiera; Él reprendió a reyes por motivo de ellos. 15 Él dijo: "No toquen Mis ungidos, y no le hagan daño a Mis profetas." 16 Él envió a una hambruna sobre la tierra; Él cortó todo el suministro de pan. 17 Él envió a un hombre delante de ellos; a José, que fue vendido como sirviente. 18 Sus pies fueron atados con grilletes; y sobre su cuello se colocó un collar de hierro, 19 hasta el tiempo en que sus palabras se hicieron realidad, y la palabra del SEÑOR lo puso a prueba. 20 El rey envió sirvientes para liberarlo; el gobernante del pueblo lo liberó. 21 Él lo puso a cargo de su casa como jefe de todas sus posesiones 22 para instruir a sus príncipes como deseaba y para enseñar sabiduría a sus ancianos. 23 Entonces Israel llegó a Egipto, y Jacob vivió por un tiempo en la tierra de Cam. 24 El SEÑOR hizo a Su pueblo fructífero, y los hizo más fuertes que sus enemigos. 25 Él hizo que sus enemigos odiaran a Su pueblo, para que maltrataran a Sus siervos. 26 Él envió a Moisés, Su siervo, y a Aarón, a quien Él había escogido. 27 Ellos realizaron Sus señales entre los egipcios, sus maravillas en la tierra de Cam. 28 Él envió tinieblas e hizo esa tierra oscura, pero su gente no obedeció Sus mandamientos. 29 Él transformó su agua en sangre y mató sus peces. 30 Su tierra se llenó de ranas, aún en las habitaciones de sus gobernantes. 31 Él habló y enjambres de moscas y mosquitos vinieron a través de su país. 32 Él cambió su lluvia en granizo con el fuego ardiente sobre su tierra. 33 Él destruyó sus vides e higueras; Él partió los árboles de su país. 34 Él habló, y vinieron las langostas, muchas langostas. 35 Las langostas se comieron toda la vegetación de su tierra. Ellas se comieron todos los cultivos del suelo. 36 Él mató a cada primogénito en su tierra, los primeros frutos de toda su fuerza. 37 Él sacó a los israelitas con plata y oro; ninguna de Sus tribus tropezó en el camino. 38 Egipto se alegró cuando se fueron, pues los egipcios tenían miedo de ellos. 39 Él desplegó una nube como cubierta, e hizo fuego para alumbrar la noche. 40 Los israelitas pidieron comida, y Él envió codornices y los sació con pan del cielo. 41 Él partió la roca, y aguas brotaron de ella; ellas fluyeron en el desierto como un río. 42 Pués Él trajo a memoria Su santa promesa que Él le hizo a Abraham Su siervo. 43 Él sacó a Su pueblo con gozo, Sus escogidos con gritos de triunfo. 44 Él les dio las tierras de las naciones; ellos tomaron posesión de la riqueza de los pueblos 45 de manera que ellos pudieran guardar Sus estatutos y obedecer Sus leyes. Alaben al SEÑOR.

106

1 Alaben al SEÑOR. Den gracias al SEÑOR, porque Él es bueno, porque su Pacto de Fidelidad dura para siempre. 2 ¿Quién puede contar los poderosos actos del SEÑOR o proclamar completamente todas Sus loables obras? 3 Bendecidos son aquellos que hacen lo que es correcto, y aquellos cuyas obras siempre son justas. 4 Acuerdate de mí, SEÑOR, cuando muestres favor a Tu pueblo; ayúdame cuando Tú los salves a ellos. 5 Entonces yo veré la prosperidad de Tus escogidos, me gozaré en la alegría de Tu nación y me gloriaré con Tu heredad. 6 Nosotros hemos pecado como nuestros ancestros; nosotros lo hemos hecho mal y nosotros hemos hecho lo malo. 7 Nuestros padres no apreciaron Tus maravillosas obras en Egipto; ellos ignoraron Tus muchos actos del Pacto de Fidelidad; ellos fueron rebeldes en el mar, el Mar de las Cañas. 8 Sin embargo, Él los salvó por motivo de Su nombre, de manera que Él pudiera revelar Su poder. 9 Él reprendió el Mar de las Cañas, y este se secó. Entonces Él los condujo a través de sus profundidades, como por un desierto. 10 Él los salvó de la mano de aquellos que los odiaban, y Él los rescató de la mano del enemigo. 11 Mas las aguas cubrieron a sus adversarios; ni uno de ellos sobrevivió. 12 Entonces ellos creyeron Sus palabras, y cantaron Su alabanza. 13 Pero ellos olvidaron rápidamente lo que Él había hecho; ellos no esperaron por Sus instrucciones. 14 Ellos tuvieron antojos insaciables en el desierto, y desafiaron a Dios en el desierto. 15 Él les dio lo que pedían, pero envió una enfermedad que consumió sus cuerpos. 16 En el campamento ellos se pusieron celosos de Moisés y Aarón, el santo sacerdote del SEÑOR. 17 La tierra se abrió y se tragó a Datán y cubrió a los seguidores de Abiram. 18 Fuego ardió entre ellos; y consumió a los malvados. 19 Ellos hicieron un becerro en Horeb y adoraron una figura de metal fundido. 20 Ellos cambiaron la gloria de Dios por la imagen de un toro que come hierba. 21 Ellos olvidaron a Dios su Salvador, quien había hecho grandes obras en Egipto. 22 Él había hecho cosas maravillosas en la tierra de Cam y actos poderosos en el Mar de las Cañas. 23 Él habría decretado su destrucción a no ser que Moisés, Su escogido, hubiera intervenido con Él en la brecha para apartar Su enojo de la destrucción de ellos. 24 Entonces ellos despreciaron la tierra fructífera; ellos no creyeron en Su promesa, 25 sino que murmuraron en sus tiendas, y no obedecieron al SEÑOR. 26 Por lo tanto, Él levantó Su mano y les juró que Él los haría morir en el desierto, 27 dispersaría sus descendientes entre las naciones, y los dispersaría a ellos en tierras extranjeras. 28 Ellos adoraron a Baal Peor y comieron los sacrificios ofrecidos a los muertos. 29 Ellos Lo provocaron a la ira con sus acciones, y una plaga se desató entre ellos. 30 Entonces Fineas se levantó para intervenir, y la plaga se aplacó. 31 Esto le fue contado como una obra de justicia por todas las generaciones para siempre. 32 Ellos también enojaron al SEÑOR en las aguas de Meriba, y Moisés sufrió por causa de ellos. 33 Ellos amargaron a Moisés, y él habló precipitadamente. 34 Ellos no destruyeron las naciones como el SEÑOR les había ordenado, 35 sino que se mezclaron con las naciones y aprendieron sus costumbres 36 y adoraron sus ídolos, los cuales se volvieron una trampa para ellos. 37 Ellos sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios. 38 Ellos derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, quienes ellos sacrificaron a los ídolos de Canaán, profanando la tierra con sangre. 39 Ellos fueron contaminados por sus obras; en sus acciones ellos fueron como prostitutas. 40 Así que el SEÑOR se enojó con Su pueblo, y despreció a Su propio pueblo. 41 Él los entregó en las manos de las naciones, y aquellos que los odiaban gobernaron sobre ellos. 42 Sus enemigos los oprimieron, y fueron llevados en sujeción bajo su autoridad. 43 Muchas veces Él vino para ayudarlos, pero ellos siguieron rebelándose y fueron humillados por su propio pecado. 44 Sin embargo, Él prestó atención a su aflicción cuando escuchó su clamor por ayuda. 45 Él recordó Su pacto con ellos y cedió debido a Su obstinado amor. 46 Él hizo que todos sus conquistadores tuvieran compación de ellos. 47 Sálvanos, SEÑOR, nuestro Dios. Recógenos de entre las naciones para que así podamos dar gracias a Tu santo nombre y gloria en Tus alabanzas. 48 Que el SEÑOR, el Dios de Israel, sea alabado desde la eternidad hasta la eternidad. Todo el pueblo dijo: "Amén." Alaben al SEÑOR. Quinto Libro.

107

1 Den gracias al SEÑOR, pues Él es bueno, y Su Pacto de Fidelidad dura para siempre. 2 Que los redimidos del SEÑOR hablen, aquellos que Él rescató de la mano del enemigo. 3 Él los ha reunido desde las tierras extranjeras, desde el este y del oeste, desde el norte y del sur. 4 Ellos vagaron en el desierto por un camino desolado y no encontraron ninguna ciudad donde vivir. 5 Debido a que tuvieron hambre y sed, desmayaron del cansancio. 6 Entonces llamaron al SEÑOR en su aflicción, y Él los rescató de su angustia. 7 Él los dirigió por un camino directo a fin de que fueran a una ciudad a vivir. 8 ¡Oh, si la gente alabara al SEÑOR por Su Pacto de Fidelidad y por las cosas maravillosas que Él ha hecho por la humanidad! 9 Pues Él satisface los anhelos de aquellos que tienen sed, y los deseos de aquellos que tienen hambre Él sacia de cosas buenas. 10 Algunos se sentaron en la oscuridad y en melancolía, prisioneros en aflicción y cadenas. 11 Esto fue porque ellos se habían rebelado en contra de la palabra de Dios y rechazaron la instrucción del Altísimo. 12 Él humilló sus corazones por medio de la adversidad; ellos tropezaron y no había nadie que les ayudara a levantarse. 13 Entonces ellos clamaron al SEÑOR en su angustia, y Él los sacó de su apuro. 14 Él los sacó de la oscuridad y la melancolía y deshizo sus ataduras. 15 ¡Oh, si la gente alabara al SEÑOR por Su Pacto de Fidelidad y por las cosas maravillosas que Él ha hecho por la humanidad! 16 Pues Él ha roto las puertas de bronce y ha traspasado los barrotes de hierro. 17 Ellos fueron necios en sus caminos rebeldes, y afligidos debido a sus pecados. 18 Ellos perdieron su deseo de comer cualquier comida, y se acercaron a las puertas de la muerte. 19 Entonces ellos clamaron al SEÑOR en su dificultad, y Él los sacó de su aflicción. 20 Él envió Su palabra y los sanó, y los rescató de su destrucción. 21 ¡Oh, si la gente alabara al SEÑOR por Su Pacto de Fidelidad y por las cosas maravillosas que Él ha hecho por la humanidad! 22 Dejen que ofrezcan los sacrificios de acción de gracias y que proclamen Sus obras cantando. 23 Algunos viajan sobre el mar en barcos y hacen negocios en el extranjero. 24 Estos vieron las obras del SEÑOR y Sus maravillas en los mares. 25 Pues Él mandó y provocó el vendaval que agita los mares. 26 Ellos se alzaron hacia el cielo; descendieron a las profundidades. Sus vidas se derritieron en la angustia. 27 Se mecieron y se tambalearon como borrachos y estuvieron desesperados. 28 Entonces ellos clamaron al SEÑOR en su dificultad, y Él los sacó de su aflicción. 29 Él calmó la tormenta, y las olas fueron silenciadas. 30 Entonces ellos se regocijaron porque el mar estaba calmado, y Él los trajo a su puerto deseado. 31 ¡Oh si la gente alabara al SEÑOR por Su Pacto de Fidelidad y por las cosas maravillosas que Él ha hecho por la humanidad! 32 Que lo exalten en la asamblea del pueblo y Lo alaben en el consejo de los ancianos. 33 Él convierte los ríos en un desierto, manantiales de agua en tierra seca, 34 y una tierra fructífera en un lugar desolado debido a la maldad de su pueblo. 35 Él convierte un desierto en un estanque de agua y la tierra seca en manantiales de agua. 36 Él instala a los hambrientos allí, y ellos construyen una ciudad donde vivir. 37 Ellos construyen una ciudad para plantar sembradíos, plantar viñedos y para recoger una cosecha abundante. 38 Él los bendice para que sean muy numerosos. Él no permite que su ganado disminuya en número. 39 Ellos fueron disminuidos y humillados por la angustia dolorosa y por el sufrimiento. 40 Él derrama desprecio sobre los líderes y los hace vagar en el desierto, donde no hay caminos. 41 Mas Él protege a los necesitados de la aflicción y cuida de Sus familias como un rebaño. 42 Los rectos verán esto y se regocijarán, y toda maldad cerrará su boca. 43 Quienquiera sea sabio debe tomar nota de estas cosas y meditar en las obras de fidelidad del SEÑOR.

108

1 corazón está confiado, Dios; yo cantaré, sí, yo cantaré alabanzas también con mi corazón honrado. 2 Despierta, flauta y arpa; yo despertaré el amanecer. 3 Te daré las gracias a Ti, SEÑOR, entre los pueblos; yo te cantaré alabanzas entre las naciones. 4 Pues, Tu Pacto de Fidelidad es grande sobre los cielos; y Tu confianza alcanza los cielos. 5 Sé exaltado, Dios, sobre los cielos, y que Tu gloria sea exaltada sobre toda la tierra. 6 Para que esos que Tú amas sean rescatados, rescátanos con Tu mano derecha y respóndeme. 7 Dios ha hablado en Su santidad: "Yo me regocijo; Yo dividiré Siquén y partiré el valle de Sucot. 8 Galaad es Mío, y Manasés es Mío; Efráin también está en Mi yelmo; Judá es Mi cetro. 9 Moab es Mi lavadero; sobre Edom arrojaré Mi sandalia; Yo gritaré en truinfo por Filistea. 10 ¿Quién me llevará a la ciudad fuerte? ¿Quién me guiará hasta Edom?" 11 Dios, ¿no nos has rechazado? Tú no vas a la batalla con nuestro ejército. 12 Ayúdanos en contra del enemigo, pues la ayuda del hombre es inútil. 13 Nosotros triunfaremos con la ayuda de Dios; Él pisoteará a nuestros enemigos.

109

1 Dios a Quien alabo, no estés en silencio, 2 pues los malvados y los mentirosos me atacan; ellos hablan mentiras en contra mía. 3 Ellos me rodean y dicen cosas odiosas, y me atacan sin causa. 4 A cambio de mi amor ellos me calumnian, pero yo oro por ellos. 5 Ellos me pagan maldad por bien, y ellos odian mi amor. 6 Nombra a un hombre malvado sobre tal enemigo como éstas personas; nombra un acusador a que se pare en su mano derecha. 7 Cuando él sea juzgado, que sea hallado culpable; que su oración sea considerada pecaminosa. 8 Que sus días sean pocos; que otro tome su oficio. 9 Que sus hijos no tengan padre, y que su esposa sea viuda. 10 Que sus hijos vagen y ruegen, pidiéndo sobras mientras abandonan su hogar arruinado. 11 Que el cobrador tome todo lo que él tiene; que los extraños saqueen todo lo que gane. 12 Que nadie le extienda ninguna amabilidad a él; que nadie tenga pena a sus hijos sin padre. 13 Que sus hijos sean cortados, que sus nombres sean borrados en la próxima generación. 14 Que los pecados de sus ancestros sean mencionados al SEÑOR; que el pecado de su madre no sea olvidado. 15 Que su culpa siempre esté frente al SEÑOR, que el SEÑOR corte su memoria de la tierra. 16 Que el SEÑOR haga esto porque éste hombre nunca se molesto en mostrar ninguna fidelidad al pacto, pero en su lugar, hostigó al oprimido, al necesitado y al descorazonado hasta la muerte. 17 Él amaba el maldecir; que regrese eso sobre él. Él odiaba a los bendecidos; que ninguna bendición venga sobre él. 18 Él se vistió a sí mismo con maldición como su ropa, y su maldición vino a su interior como agua, como aceite sobre sus huesos. 19 Que su maldición esté sobre él como las ropas que viste para cubrirse a sí mismo, como el cinturón que él siempre usa. 20 Que esto sea la recompensa del SEÑOR para mis acusadores, para esos que dicen cosas malignas sobre mí. 21 SEÑOR mi Dios, trata amablemente conmigo, por amor a Tu nombre. Porque Tu Pacto de Fidelidad es bueno, sálvame. 22 Porque estoy oprimido y necesitado, y mi corazón está herido dentro de mí. 23 Estoy desvaneciéndome como una sombra en la tarde; estoy temblando como una langosta. 24 Mis rodillas están débiles por ayunar; me estoy volviéndo piel y huesos. 25 Yo soy odiado por mis acusadores; cuando ellos me ven sacuden sus cabezas. 26 Ayúdame, SEÑOR mi Dios, sálvame por Tu Pacto de Fidelidad. 27 Que ellos sepan que esta es Tu obra, que Tú, SEÑOR, has hecho esto. 28 Aunque ellos me maldigan, por favor, bendíceme; cuando ellos ataquen, que sean puestos en vergüenza, pero que tu siervo se goze. 29 Que mis enemigos sean vestidos con vergüenza; que ellos vistan su vergüenza como un manto. 30 Con mi boca yo doy grandes gracias al SENOR; yo lo alabaré en medio de una multitud. 31 Pues Él se parará a la mano derecha de aquel que está necesitado, para salvarlo de aquellos quienes lo juzgan.

110

1 El SEÑOR le dice a mi amo: "Siéntate a Mi mano derecha hasta que haya convertido a tus enemigos en tu banquillo para los pies." 2 El SEÑOR aguantará el cetro de tu fuerza desde Sion; gobernará entre tus enemigos. 3 Tu pueblo te seguirá en vestiduras santas de su libre voluntad en el día de Tu poder; desde el vientre del amanecer tu juventud será para ti como el rocío. 4 El SEÑOR ha jurado, y no cambiará: "Tú eres sacerdote para siempre, igual que Melquisedec." 5 El SEÑOR está a tu mano derecha. Él matará reyes en el día de Su enojo. 6 Él juzgará a las naciones; Él llenará los campos de batalla con cuerpos muertos; Él matará a los líderes en muchos países. 7 Él beberá del arroyo junto al camino, y entonces, pondrá en alto su cabeza tras la victoria.

111

1 Alaba al SEÑOR. Yo le daré gracias al SEÑOR con todo mi corazón en la asamblea de los rectos, en su reunión. 2 Las obras del SEÑOR son grandiosas, ansiosamente esperadas por aquellos que las desean. 3 Sus obras son majestuosas y gloriosas, y su justicia dura para siempre. 4 Él hace cosas maravillosas que serán recordadas; el SEÑOR es clemente y misericordioso. 5 Él da comida a Sus fieles seguidores. Él siempre recordará Su pacto. 6 Él mostró Sus poderosas obras a Su pueblo al darles la herencia de las naciones. 7 Las obras de Sus manos son confiables y justas; todas Sus instrucciones son seguras. 8 Están establecidas para siempre, para ser seguidas fielmente y propiamente. 9 Él le dió la victoria a Su pueblo; Él ordenó Su pacto para siempre; santo y maravilloso es Su nombre. 10 El honrar al SEÑOR es el principio de la sabiduría; esos que siguen Sus instrucciones tienen buen entendimiento. Su alabanza dura para siempre.

112

1 Alaba al SEÑOR. Bendito es el hombre que obedece al SEÑOR, que se deleita grandemente en Sus mandamientos. 2 Sus descendientes serán poderosos en la tierra; los descendientes del hombre piadoso serán bendecidos. 3 La abundancia y las riquezas están en su casa; su justicia durará para siempre. 4 La luz brilla en la oscuridad para la persona piadosa; él es clemente, misericordioso, y justo. 5 Le va bien al hombre que trata con clemencia y presta dinero; quien conduce sus acciones con honestidad. 6 Pues él nunca será movido; la persona justa será recordada para siempre. 7 Él no le teme a las malas noticias; él está seguro, confiando en el SEÑOR. 8 Su corazón está tranquilo, sin miedo, hasta que mira triunfante sobre sus adversarios. 9 Él generosamente da a los pobres; su justicia dura para siempre; él por siempre será exaltado con honor. 10 La persona maligna verá esto y se enojará; él rechinará crujirá sus dientes y se derretirá; el deseo de los malvados perecerá.

113

1 Alaba al SEÑOR. Alábenlo, ustedes siervos del SEÑOR; alaben el nombre del SEÑOR. 2 Bendito el nombre del SEÑOR, ahora y para siempre. 3 Desde el amanecer del sol hasta su anochecer, el nombre del SEÑOR debería ser alabado. 4 El SEÑOR es exaltado sobre todas las naciones, y Su gloria alcanza por encima de los cielos. 5 ¿Quién es como el SEÑOR nuestro Dios, que tiene Su asiento en lo alto, 6 que mira hacia abajo al cielo y a la tierra? 7 Él levanta al pobre del polvo y levanta al necesitado del montón de ceniza, 8 para que él pueda sentarse con príncipes, con los príncipes de su pueblo. 9 Él le da hogar a la mujer estéril de la casa, Él la hace una alegre madre de niños. ¡Alálabado sea el SEÑOR!

114

1 Cuando Israel dejó a Egipto, la casa de Jacob de ese pueblo extranjero, 2 Juda se convirtió en Su lugar santo, Israel Su reino. 3 El mar miró y huyó; el Jordán regresó. 4 Las montañas saltaron como carneros, las colinas como ovejas. 5 ¿Por qué huiste, mar? Jordán, ¿por qué te regresaste? 6 Montañas, ¿por qué saltaron como carneros? Ustedes pequeñas colinas, ¿por qué saltaron como ovejas? 7 Tiembla, tierra, delante del Señor, a la presencia del Dios de Jacob. 8 Él tornó la roca en un estanque de agua, la piedra dura en manantial de agua.

115

1 No a nosotros, SEÑOR, no a nosotros, pero a tu nombre da honor, por tu pacto de fidelidad y por tu integridad. 2 ¿Por qué deberían las naciones decir: "¿Dónde está tu Dios?" 3 Nuestro Dios está en el cielo; él hace lo que le place. 4 Los ídolos de las naciones son plata y oro, el trabajo de las manos de hombres. 5 Esos ídolos tienen bocas, pero ellos no hablan; ellos tienen ojos, pero ellos no ven; 6 ellos tienen oídos, pero ellos no escuchan; ellos tienen narices, pero ellos no huelen. 7 Esos ídolos tienen manos, pero no sienten; tienen pies, pero ellos no pueden caminar; no pueden hablar por sus bocas. 8 Aquellos que los hacen son como ellos, como todos los que confían en ellos. 9 Israel, confía en el SEÑOR, Él es tu ayuda y escudo. 10 Casa de Aarón, confia en el SEÑOR; Él es tu ayuda y tu escudo. 11 Ustedes quienes honran al SEÑOR, confíen en Él; Él es su ayuda y escudo. 12 El SEÑOR se fija en nosotros y nos bendecirá; Él bendecirá a la familia de Israel; Él bendecirá la familia de Aaron. 13 Él bendecirá a aquellos que lo honran, ambos, jóvenes y viejos. 14 Que el SEÑOR los aumente en número más y más, a ustedes y sus descendientes. 15 Que seas bendecido por el SEÑOR, quien hizo el cielo y la tierra. 16 Los cielos pertenecen al SEÑOR; pero a la tierra Él la entregó a la humanidad. 17 Los muertos no alaban al SEÑOR, ni quien desciende al silencio. 18 Pero nosotros bendeciremos al SEÑOR ahora y para siempre. Alaben al SEÑOR.

116

1 Yo amo al SEÑOR porque Él escucha mi voz y mis ruegos por misericordia. 2 Porque Él me escucha, lo llamaré mientras viva. 3 Las cuerdas de muerte me rodearon y las trampas del Seól me confrontaron; me sentí angustiado y adolorido. 4 Entonces llamé al nombre del SEÑOR: "Por favor SEÑOR, rescata mi vida." 5 El SEÑOR es misericordioso y justo; nuestro Dios es compasivo. 6 El SEÑOR protege al inocente; fui llevado bajo y Él me salvó. 7 Mi alma puede regresar a su lugar de descanso, porque el SEÑOR ha sido bueno conmigo. 8 Porque Tú rescataste mi vida de la muerte, mis ojos de las lágrimas y mis pies de tropezar. 9 Serviré al SEÑOR en la tierra de los vivientes. 10 Yo creía en Él, aún cuando yo decía: "estoy afligido grandemente." 11 Yo precipitadamente dije: "todos los hombres son mentirosos." 12 ¿Cómo le pagaré al SEÑOR por toda su bondad hacia mí? 13 Levantaré la copa de salvación y llamaré al nombre del SEÑOR. 14 Pagaré mis votos al SEÑOR en la presencia de todo su pueblo. 15 Preciosa es a la vista del SEÑOR la muerte de sus santos. 16 SEÑOR, ciertamente, yo soy tu siervo; yo soy tu siervo, el hijo de tu sierva; Tú quitaste mi cautiverio. 17 Yo te ofreceré sacrificio de agradecimiento e invocaré el nombre del SEÑOR. 18 Yo cumplire mis votos al SEÑOR en la presencia de todo su pueblo, 19 en los patios de la casa del SEÑOR, en medio de tí, Jerusalén. Alabanzas al SEÑOR.

117

1 Alaben al SEÑOR, todas las naciones; exáltenlo, todos los pueblos. 2 Porque su pacto de fidelidad es grande hacia nosotros y la integridad del SEÑOR perdura para siempre. Alaben al SEÑOR.

118

1 Den gracias al SEÑOR, pues Él es bueno, pues Su Pacto de Fidelidad permanece por siempre. 2 Dejen que Israel diga: "Su Pacto de Fidelidad dura por siempre." 3 Dejen que la casa de Aarón diga: "Su Pacto de Fidelidaddura por siempre." 4 Dejen que los seguidores fieles del SEÑOR digan: "Su Pacto de Fidelidad dura por siempre." 5 En mi angustia yo llamé al SEÑOR; el SEÑOR me contestó y me liberó. 6 El SEÑOR está conmigo; yo no tendré miedo; ¿qué puede hacerme el hombre? 7 El SEÑOR está de mi lado como mi ayudador; yo miraré en triunfo sobre aquellos que me odian. 8 Es mejor refugiarse en el SEÑOR que poner la confianza en un hombre. 9 Es mejor tomar refugio en el SEÑOR que poner la confianza de uno en príncipes. 10 Todas las naciones me rodean; en el nombre del SEÑOR yo los corto. 11 Ellos me rodean; sí, ellos me rodean; en el nombre del SEÑOR yo los corto. 12 Ellos me rodean como abejas; ellos desaparecieron tan rápido como el fuego entre espinos; en el nombre del SEÑOR yo los corto. 13 Ellos me atacaron para derribarme, pero el SEÑOR me ayudó. 14 El SEÑOR es mi fuerza y gozo, y Él es el único que me rescata. 15 El grito alegre de victoria es escuchado en las tiendas de los rectos; la mano derecha del SEÑOR conquista. 16 La mano derecha del SEÑOR es exaltada; la mano derecha del SEÑOR conquista. 17 Yo no moriré, pero viviré y declararé las obras del SEÑOR. 18 El SEÑOR me ha castigado duramente; pero Él no me ha entregado a la muerte. 19 Ábreme las puertas de rectitud; yo las entraré y yo daré gracias al SEÑOR. 20 Esta es la puerta del SEÑOR; los rectos entran por ella. 21 Yo te daré gracias, pues tú me has contestado, y tú te has vuelto mi salvación. 22 La piedra que los constructores rechazaron, se ha vuelto la piedra angular. 23 Esta es obra del SEÑOR; es maravilloso a nuestros ojos. 24 Este es el día en el cual el SEÑOR ha actuado; nosotros nos regocijaremos y estaremos contentos en eso. 25 Por favor, SEÑOR, ¡danos victoria! Por favor, SEÑOR, ¡danos éxito! 26 Bendito es Él que viene en el nombre del SEÑOR; nosotros te bendecimos desde la casa del SEÑOR. 27 El SEÑOR es Dios, y Él nos ha dado luz; ata el sacrificio con cuerdas a los cuernos del altar. 28 Tú eres mi Dios, y yo te daré gracias a ti; Tú eres mi Dios; yo te exaltaré. 29 Oh, den gracias al SEÑOR; pues Él es bueno; pues Su Pacto de Fidelidad dura por siempre.

119

1 Benditos aquellos cuyos caminos son inocentes, quienes caminan en la ley del SEÑOR. 2 Benditos quienes mantienen Sus solemnes mandamientos, quienes Lo buscan con todo su corazón. 3 Ellos no hacen el mal; ellos caminan en Sus caminos. 4 Tú nos has ordenado guardar Tus instrucciones para que nosotros podamos cuidadosamente seguirlas. 5 ¡O, que sea yo firmemente establecido en el cumplimiento de Tus estatutos! 6 Entonces, yo no sería puesto en vergüenza cuando piense en todos Tus mandamientos. 7 Yo te dare gracias a Ti con un corazón recto cuando aprenda tus justos decretos. 8 Yo seguiré Tus estatutos; no me abandones. 9 ¿Cómo puede una persona jóven mantener su camino puro? Al obedecer Tu palabra. 10 Con todo mi corazón yo Te buscaré; no dejes que me aparte de Tus mandamientos. 11 En mi corazón he guardado tu palabra, para no pecar contra Ti. 12 Bendito eres SEÑOR; enseñame Tus estatutos. 13 Con mi boca he declarado todos los justos decretos que Tú has revelado. 14 Yo me alegro en el camino de los decretos de Tu pacto, más que en todas las riquezas. 15 Yo meditaré enTus instrucciones y le pondré atención a Tus caminos. 16 Yo me deleito en Tus estatutos; yo no olvidaré Tu palabra. 17 Se amable con Tu siervo, para que así yo pueda vivir y guardar Tu palabra. 18 Abre mis ojos, para que vea las maravillas de Tu ley. 19 Yo soy un extranjero en la tierra; no escondas Tus mandamientos de mí. 20 Mis deseos son quebrantados por el ahnelo de conocer Tus justos decretos en todos los tiempos. 21 Tú rechazas al orgulloso, quienes están malditos, quienes se alejan de Tus mandamientos. 22 Sálvame de la desgracia y la humillación, pues yo he obedecido los decretos de Tu pacto. 23 Aunque los gobernantes conspiran en mi contra y me calumnian, Tu siervo medita en Tus estatutos. 24 Los decretos de Tu pacto son mi deleite, y ellos son mis consejeros. 25 ¡Mi vida se aferra al polvo! Dame vida con Tu palabra. 26 Yo te dije mis caminos, y Tú me respondiste; enseñame Tus estatutos. 27 Házme entender los caminos de Tus instrucciones; para que yo pueda meditar en Tus maravillosas enseñanzas. 28 ¡Yo estoy agobiado de dolor! Fortaléceme con Tu palabra. 29 Aleja de mí el camino del engaño; enseñame Tu ley con clemencia. 30 Yo he escogido el camino de la fidelidad; yo siempre he mantenido Tus justos decretos delante de mí. 31 Yo me aferro a los decretos de Tu pacto; SEÑOR, no dejes que sea avergonzado. 32 Yo correré en el camino de Tus mandamientos, pues Tú agrandas mi corazón para hacerlo. 33 Enseñame, SEÑOR, el camino de Tus estatutos, y yo los guardaré hasta el final. 34 Dame entendimiento, y yo guardaré Tu ley; yo la seguiré con todo mi corazón. 35 Guíame en el camino de Tus mandamientos, pues yo me deleíto en caminar en él. 36 Dirige mi corazón hacia los decretos de Tu pacto y lejos de ganancias injustas. 37 Aleja mis ojos de mirar cosas inútiles; revive en mí Tus caminos. 38 Cumple a Tus siervos la promesa que Tú le hiciste a esos quienes Te honran. 39 Llévate el insulto que detesto, pues Tu juicios fieles son buenos. 40 Mira, yo he ahnelado Tus instrucciones; revíveme en Tu justicia. 41 SEÑOR, dame Tu amor constante--Tu salvación, de acuerdo a Tu promesa; 42 entonces, yo tendré una respuesta para el que se burla de mí, pues yo confío en Tu palabra. 43 No quites la palabra de verdad de mi boca, pues yo he esperado por Tus justos decretos. 44 Yo seguiré Tu ley continuamente, por siempre y para siempre. 45 Yo caminaré confiado, pues busco Tus instrucciones. 46 Yo hablaré Tus solemnes mandamientos ante reyes y no seré avergonzado. 47 Yo me deleito en tus mandamientos, los cuales amo mucho. 48 Yo levantaré mis manos a Tus mandamientos, los cuales amo; yo meditaré en Tus estatutos. 49 RecuerdaTus promesas dada Tu siervo, porque Tú me has dado esperanza. 50 Éste es mi consuelo en mi aflicción: que Tus promesas me han mantenido vivo. 51 Los orgullosos se han burlado de mí, sin embargo yo no me he alejado de Tu ley. 52 Recuerdo Tus justos decretos desde tiempos antiguos, SEÑOR, y yo me consuelo a mí mismo. 53 Un furor me ha tomado, por los malvados que rechazan Tu ley. 54 Tus estatutos han sido mis canciones en la casa donde vivo por un tiempo. 55 Pienso en Tu nombre durante la noche, SEÑOR, y guardo Tu ley. 56 Esta ha sido mi práctica porque yo he seguido Tus instrucciones. 57 El SEÑOR es mi porción; yo me he determinado a observar tus palabras. 58 Yo sinceramente he solicitado tu favor con todo mi corazón; sé misericordioso conmigo, así como Tu palabra promete. 59 Yo examiné mis caminos y volví mis pies a tus decretos del pacto. 60 Yo me apresuro y no me atraso en mantener tus mandamientos. 61 Las cuerdas de los malvados me han enredado; yo no he olvidado tu ley. 62 A la medianoche yo me levanto a dar gracias a ti a causa de tus rectos decretos. 63 Yo soy un acompañante para todos aquellos que te honran, para todos aquellos que observan tus instrucciones. 64 La tierra, SEÑOR, está llena de tu fidelidad al pacto; enséñame tus estatutos. 65 Tú has hecho bien a tu siervo, SEÑOR, por medio de tu palabra. 66 Enséñame discernimiento adecuado y entendimiento, pues yo he creído en tus mandamientos. 67 Antes de que yo estuviera afligido, yo me descarrié, pero ahora yo guardo Tu palabra. 68 Tú eres bueno, y Tú eres quien hace bien; enséñame tus estatutos. 69 El arrogante me ha manchado con mentiras, pero yo mantengo tus instrucciones con todo mi corazón. 70 Sus corazones están endurecidos, pero yo me deleito en Tu ley. 71 Es bueno para mí que yo haya sufrido, para que así yo aprenda tus estatutos. 72 La instrucción de tu boca es más preciosa para mí, que mil piezas de oro y plata. 73 Tus manos me hicieron y me formaron; dame entendimiento para que yo pueda aprender tus mandamientos. 74 Aquellos que te honran se alegrarán cuando me vean porque yo he encontrado esperanza en tu palabra. 75 Yo sé, SEÑOR, que tus decretos son justos y que en fidelidad me afligiste. 76 Que tu pacto de fidelidad me consuele, como tu prometiste a tu siervo. 77 Muéstrame compasión para que yo pueda vivir, pues tu ley es mi deleite. 78 Que los orgullosos sean puestos en verguenza, pues ellos me han calumniado; pero yo meditaré en tus instrucciones. 79 Que aquellos que te honran regresen a mi, aquellos que conocen los decretos de tu pacto. 80 Haz mi corazón sin mancha respecto a tus estatutos para que no sea puesto en vergueza. 81 ¡Me desmayo con el anhelo de que puedas rescatarme! Yo tengo esperanza en tu palabra. 82 Mis ojos anhelan ver tu promesa; ¿cuándo me consolarás? 83 Me he convertido como un odre en el humo; yo no olvido tus estatutos. 84 ¿Cuánto tiempo debe soportar tu siervo esto; cuándo juzgarás aquellos quienes me persiguen? 85 Los orgullosos han cavado trampas para mi, desafiando tu ley. 86 Todos tus mandamientos son confiables; esas personas me persiguen injustamente; ayúdame. 87 Ellos casi me han acabado en la tierra, pero yo no rechazo tus instrucciones. 88 Por tu firme amor, mantenme con vida, para que yo pueda obedecer tus mandamientos. 89 Señor, Tu palabra se mantiene por siempre; Tu palabra está establecida firmemente en el cielo. 90 Tu lealtad dura por todas las generaciones; Tú has establecido la tierra, y ella permanece. 91 Todas las cosas continúan hasta este día, tal como Tú dijiste en Tus justos decretos, pues todas las cosas en la tierra te sirven a Tí. 92 Si Tu ley no hubiera sido mi deleite, yo hubiera perecido en mi aflicción. 93 Yo jamás olvidaré Tus instrucciones, pues através de ellas Tú me has mantenido con vida. 94 Yo soy tuyo; sálvame, pues yo busco Tu instrucción. 95 Los malvados se preparan para destruirme, pero yo busco entender los decretos de Tu pacto. 96 Yo he visto que todo tiene sus límites, pero Tus mandamientos son amplios, más allá de los límites. 97 ¡Oh, cuanto amo Tu ley! Es mi meditación todo el día. 98 Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos, pues Tus mandamientos siempre están conmigo. 99 Yo tengo más entendimiento que todos mis maestros, pues medito en los decretos de Tu pacto. 100 Yo entiendo más que aquellos que son mayores que yo; esto es porque yo obedezco Tus instrucciones. 101 Yo he alejado mis pies de cada camino malicioso para obedecer Tu palabra. 102 Yo no me he desvíado de Tus justos decretos, pues Tú me has instruido. 103 ¡Cuan dulce son Tus palabras a mi gusto, sí, más dulces que la miel a mi boca! 104 A través de Tus instrucciónes yo gano discernimiento; por lo tanto, yo odio cada falso camino. 105 Tu palabra es una lámpara para mis pies y una luz para mi camino. 106 Yo he jurado y he confirmado esto, porque yo obedeceré tus justos decretos. 107 Estoy muy afligido; manténme vivo, SEÑOR, como tu has prometido en Tu palabra. 108 SEÑOR, por favor acepta estas ofrendas voluntarias de mi boca, y enséñame tus justos decretos. 109 Mi vida siempre está en mi mano, aún así no olvido Tu ley. 110 El malvado ha preparado lazo para mi, pero yo no me he desviado de tus instrucciones. 111 Yo reclamo Tus decretos del pacto como mi herencia para siempre, pues estos son la alegría de mi corazón. 112 Mi corazón está decidido en obedecer tus estatutos para siempre hasta el final. 113 Yo odio a esos que tienen una mente doble, pero yo amo Tu ley. 114 Tu eres mi lugar de escondite y mi escudo; yo espero por tu palabra. 115 Aléjense de mi, ustedes malechores, para que pueda observar los mandamientos de mi Dios. 116 Susténtame por tu palabra para que yo pueda vivir y que no sea avergonzado de mi esperanza. 117 Sosténme, y yo estaré seguro; yo siempre meditaré en tus estatutos. 118 Tú has rechazado a todos aquellos que se desvían de Tus estatutos, pues esas personas son engañosas y poco confiables. 119 Tu quitas a todos los malvados de la tierra como escoria; por lo tanto, yo amo tus solemnes mandamientos. 120 Mi cuerpo tiembla temeroso de tí, y temo tus decretos justos. 121 Yo hago lo que es justo y correcto; no me abandones a mis opresores. 122 Garantiza el bienestar de tu siervo; no dejes que los orgullosos me opriman. 123 Mis ojos se cansan mientras espero por tu salvación y por tu justa palabra. 124 Muestra a tu siervo tu pacto de fidelidad y enséñame tus estatutos. 125 Yo soy tu siervo; dáme entendimiento para que yo pueda conocer los decretos de tu pacto. 126 Es el tiempo del SEÑOR para actuar, pues gente ha roto tu ley. 127 Verdaderamente yo amo tus mandamientos mas que el oro, más que el oro fino. 128 Por lo tanto, cuidadosamente sigo todas tus instrucciones y odio cada camino de falsedad. 129 Tus reglas son maravillosas, por eso las obedezco. 130 El despliegue de tus palabras dan luz; dan entendimiento a los inexpertos. 131 Yo abro mi boca y jadea, porque yo anhelo tus mandamientos. 132 Vuélvete a mí y ten misericordia de mi, como siempre lo haces por aquellos quienes aman tu nombre. 133 Dirige mis pasos por tu palabra; no dejes que ningún pecado me domine. 134 Redímeme de la opresión humana para que yo pueda observar tus instrucciones. 135 Haz tu rostro brillar en tu siervo y enséñame tus estatutos. 136 Corrientes de lagrimas corren desde mis ojos porque la gente no obedece tu ley. 137 Tú eres Justo, SEÑOR, y Tus decretos son justos. 138 Tú has dado Tus decretos del pacto justamente y lealmente. 139 El enojo me ha destruído porque mis enemigos olvidan Tus palabras. 140 Tu palabra ha sido muy probada, y Tu siervo la ama. 141 Yo soy insignificante y despreciado, pero yo no me olvido de Tus instrucciones. 142 Tu justicia siempre es correcta, y Tu ley es confiable. 143 Aunque la desgracia y la angustia me han encontrado, Tus mandamientos aún son mi deleite. 144 Los decretos de Tu pacto son justos por siempre; dame entendimiento para que yo pueda vivir. 145 Yo clamé con todo mi corazón: "Respóndeme, SEÑOR, yo guardaré Tus estatutos. 146 Yo clamo a Ti; sálvame, y yo seguiré los decretos de Tu pacto." 147 Me levanto antes del amanecer de la mañana y clamó por ayuda. Yo espero en Tus palabras. 148 Mis ojos están abiertos antes que amanezca para poder meditar en Tu palabra. 149 Escucha mi voz en la fidelidad de Tu pacto; mántenme vivo, SEÑOR, como has prometido en Tus justos decretos. 150 Esos que me persiguen se están acercando a mí, pero ellos están lejos de Tu ley. 151 Tú estás cerca, SEÑOR, y todos Tus mandamientos son confiables. 152 Hace mucho aprendí de los decretos de Tu pacto que Tú los haz puesto firmes por siempre. 153 Mira mi aflicción y ayudame, pues yo no he olvidado Tu ley. 154 Ruega por mi causa y redímeme; mantenme, como has prometido en Tu palabra. 155 La salvación está lejos de los malvados, pues no aman Tus estatutos. 156 Grandes son tus obras misericordiosas, SEÑOR, manténme vivo, como Tú siempre haces. 157 Mis perseguidores y mis enemigos son muchos, pero yo no me he alejado de los decretos de tu pacto. 158 Yo veo a los traidores con disgusto porque ellos no retienen Tu palabra. 159 Mira cuanto amo Tus instrucciones; mantenme vivo, SEÑOR, como has prometido en Tu pacto fiel. 160 La escencia de Tu palabra es verdadera; cada uno de tus decretos justos duran para siempre. 161 Príncipes me persiguen sin causa, mi corazón tiembla, teme el desobedecer Tu palabra. 162 Me regocijo en Tu palabra como uno que encuentra gran botín. 163 Odio y desprecio la falsedad, pero amo Tu ley. 164 Siete veces al día te alabo por Tus justos decretos. 165 Gran paz ellos tienen, esos que aman Tu ley; nada hace que ellos tropiezen. 166 Espero por Tu salvación, SEÑOR, y obedezco tus mandamientos. 167 Observo Tus solemnes mandatos, y los amo grandemente. 168 Yo guardo Tus instrucciones y Tus solemnes mandamientos, pues Tu estás al tanto de todo lo que hago. 169 Escucha mi clamor y ayudame, SEÑOR, dame entendimiento en Tu palabra. 170 Que mi plegaria venga ante Ti; ayudame, como Tu has prometido en Tu palabra. 171 Que mis labios derramen alabanza, pues Tú me enseñas Tus estatutos. 172 Que mi lengua cante de Tu palabra, pues todos tus mandamientos son rectos. 173 Que Tu mano me ayude, porque yo he elegido Tus instrucciones. 174 Anhelo Tu rescate, SEÑOR, y Tu ley es mi delicia. 175 Que yo viva y te alabe, y que Tus decretos justos me ayuden. 176 Me he extraviado como una oveja pérdida, busca a tu siervo, pues yo no he olvidado Tus mandamientos.

120

1 En mi angustia clamé al SEÑOR, y Él me contestó. 2 Rescata mi alma, SEÑOR, de esos que mienten con sus labios y engañan con sus lenguas. 3 ¿Cómo Él va a castigarte, y qué más Él te hará a tí, tu que tienes una lengua mentirosa? 4 Él te castigará con flechas de guerra afiladas sobre brasas ardientes del árbol de enebro. 5 ¡Ay de mí porque yo viví temporeramente en Mesec; yo viví previamente entre las tiendas de Cedar! 6 Por demasiado tiempo yo he vivido con esos que odian la paz. 7 Yo estoy para la paz, pero cuando yo hablo, ellos están para la guerra.

121

1 Levantaré mis ojos a los montes. ¿De dónde vendrá mi ayuda? 2 Mi ayuda viene del SEÑOR, quien hizo los cielos y la tierra. 3 Él no permitirá que tu pie resbale; Él que te protege no adormecerá. 4 Mira, el Guardián de Israel nunca se adormece ni duerme. 5 El SEÑOR es tu guardián; el SEÑOR es la sombra a tu mano derecha. 6 El sol no te hará daño de día, ni la luna de noche. 7 El SEÑOR te protegerá de todo daño, y Él protegerá tu vida. 8 El SEÑOR te protegerá en todo lo que hagas ahora y para siempre.

122

1 Yo estaba alegre cuando ellos me decían: "vayamos a la casa del SEÑOR" en Jerusalén. 2 ¡Nuestros pies están dentro de tus puertas! 3 ¡ Jerusalén construída como una ciudad cuidadosamente planificada! 4 Las tribus suben a Jerusalén, las tribus del SEÑOR, como testimonio de Israel, para dar gracias al nombre del SEÑOR. 5 Tronos de juicio se establecierón allí, tronos de la casa de David. 6 ¡Oren por la paz de Jerusalén! "Que los que te aman tengan paz. 7 Que haya paz entre los muros que te defienden, y que haya paz entre tus fortalezas." 8 Por el bien de mis hermanos y amigos yo diré: "Que haya paz entre ustedes." 9 Por el bien de la casa del SEÑOR nuestro Dios, yo buscaré el bien para tí.

123

1 Tí alzaré mis ojos, Tu que estás entronado en los cielos. 2 Mira, como los ojos de los siervos miran la mano de su señor, como las siervas miran la mano de su señora, así nuestros ojos miran al SEÑOR nuestro Dios hasta que él tenga misericordia de nosotros. 3 Ten piedad de nosotros, SEÑOR, ten misericordia de nosotros, pues estamos llenos de humillación. 4 Estamos más que llenos de la burla del insolente y con el desprecio de los orgullosos.

124

1 "Si el SEÑOR no hubiera estado de nuestro lado," deja que Israel diga ahora, 2 "si no hubiera sido el SEÑOR quien estaba de nuestro lado cuando los hombres se levantaron en contra nuestra, 3 entonces ellos nos hubieran tragado vivos cuando su ira se encendió contra nosotros. 4 Las aguas nos hubieran arrastrado lejos; el torrente nos hubiera abrumado. 5 Entonces las aguas furiosas nos hubieran ahogado." 6 Bendito sea el SEÑOR, que no ha permitido que seamos desgarrados con sus dientes. 7 Hemos escapdo como aves de las trampas de los cazadores; la trampa se ha roto, y hemos escapado. 8 Nuestra ayuda es en el SEÑOR, quien hizo los cielos y la tierra.

125

1 Aquellos que confían en el SEÑOR son como el Monte de Sion, inquebrantables y por siempre duraderos. 2 Como las montañas rodean a Jerusalén, así el Señor rodea a su pueblo, ahora y para siempre. 3 El cetro de la maldad no debe gobernar la tierra de los justos. Sino, los justos podrían hacer lo que está mal. 4 Haz el bien, SEÑOR, a aquellos que son buenos y a aquellos que son rectos en sus corazones. 5 Pero para aquellos que se desvían a sus caminos torcidos, el SEÑOR los apartará con los malhechores. Que la paz sea en Israel.

126

1 Cuando el SEÑOR restauró las fortunas de Sion, nosotros fuimos como aquellos que sueñan. 2 Entonces nuestras bocas fueron llenas con risa y nuestras lenguas con cántico. Entonces ellos dijeron entre las naciones: "El SEÑOR ha hecho grandes cosas por ellos." 3 El SEÑOR hizo grandes cosas por nosotros; ¡cuán contentos nosotros fuimos! 4 Restaura nuestras fortunas, SEÑOR, como las corrientes en el Neguev. 5 Aquellos que sembraron con lágrimas, cosecharán con gritos de gozo. 6 Él que sale llorando, llevando semilla para la siembra, regresará otra vez con gritos de gozo, trayendo sus gavillas con él.

127

1 A menos que el SEÑOR construya la casa, inutilmente trabajan los que la construyen. A menos que el SEÑOR vigile la ciudad, inútilmente hacen guardia los vigilantes. 2 Es inútil para ustedes levantarse temprano, para venir a casa tarde, o para comer el pan del duro trabajo, pues el SEÑOR provee para Sus amados mientras ellos duermen. 3 Vean, los hijos son una herencia del SEÑOR, y el fruto del vientre es una recompensa de Él. 4 Como flechas en la mano de un guerrero, así son los hijos de la juventud de uno. 5 Cuán bendecido es el hombre que tiene su carcaj (aljaba) lleno de ellos. Él no será puesto en vergüenza cuando él enfrente sus enemigos en la puerta.

128

1 Bendecido es todo aquel que honra al SEÑOR, quien anda en sus caminos. 2 Lo que tus manos proveen, tú disfrutarás; tú serás bendecido y prosperarás. 3 Tu esposa será como una vid fructífera en tu casa; tus hijos serán como plantas de olivo, mientras ellos se sientan alrededor de tu mesa. 4 Sí, en efecto, el hombre será bendecido, quien honra al SEÑOR. 5 Que el SEÑOR te bendiga desde Sion; que tú puedas ver la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. 6 Que tú puedas vivir para ver a los hijos de tus hijos. Que la paz sea sobre Israel.

129

1 "Muchas veces mis enemigos me han perseguido", desde mi juventud, dejen que Israel diga. 2 "Muchas veces desde mi juventud ellos me han perseguido, pero no me han derrotado. 3 Sobre mi espalda araron los aradores, y alargaron sus surcos largos. 4 El SEÑOR es recto; Él ha cortado las sogas de los malvados." 5 Que todos ellos sean puestos en vergüenza y regresados, aquelllos que odian a Sion. 6 Que ellos sean como la hierba en los techos, que se marchita antes de que crezca, 7 Que no pueda llenar la mano del segador ni el recogedor de gavillas sus brazos. 8 Que aquellos que pasan no digan: "Que la bendición del SEÑOR esté sobre ti; nosotros te bendecimos en el nombre del SEÑOR."

130

1 Desde lo más profundo, yo clamo a ti, SEÑOR. 2 Señor, escucha mi voz; deja que tus oídos estén atentos a mis súplicas por misericordia. 3 Si Tú, SEÑOR, tuvieras en cuenta las iniquidades, Señor, ¿quién podrá permanecer? 4 Pero hay perdón contigo, para que Tú puedas ser reverenciado. 5 Yo espero en el SEÑOR, mi alma espera, y en Su palabra yo tengo esperanza. 6 Mi alma espera por el Señor más que el vigilante espera por la mañana. 7 Israel, espera en el SEÑOR. El SEÑOR es misericordioso, y Él está muy dispuesto a perdonar. 8 Es Él quien redimirá a Israel de todos sus pecados.

131

1 SEÑOR, mi corazón no es orgulloso ni mis ojos altivos. Yo no tengo grandes esperanzas para mí, ni me precupo con cosas que están más allá de mí. 2 En efecto, yo me he calmado y he aquietado mi alma; como un hijo destetado de su madre, mi alma dentro de mí es como un hijo destetado. 3 Israel, espera en el SEÑOR ahora y por siempre.

132

1 SEÑOR, por el bien de David, recuerda todas sus aflicciones. 2 Recuerda cómo él prometió al SEÑOR, y al Poderoso de Jacob. 3 Él dijo: "Yo no entraré a mi casa, ni en mi lecho me acostaré, 4 yo no daré sueño a mis ojos o descansaré mis párpados 5 hasta que yo encuentre un lugar para el SEÑOR, un tabernáculo para el Poderoso de Jacob." 6 Vean, nosotros escuchamos sobre eso en Efrata; nosotros la encontramos en los campos de Jaar. 7 Nosotros entraremos al tabernáculo de Dios; nosotros adoraremos ante el estrado de sus pies. 8 ¡Levántate, SEÑOR, a tu lugar de descanso, tú y el arca de tu fortaleza! 9 Que tus sacerdotes sean vestidos con integridad; que tus fieles griten de gozo. 10 Por el bien de tu siervo David, no te alejes de tu rey ungido. 11 El SEÑOR hizo un juramento seguro a David, que Él no revocará: "Yo colocaré uno de tus descendientes en tu trono. 12 Si tus hijos mantienen mi pacto y las Leyes que Yo les enseñaré, sus hijos también se sentarán en Su trono para siempre jamás." 13 Ciertamente el SEÑOR ha escogido a Sion, Él la ha deseado para su asiento. 14 "Este es mi lugar de descando por siempre. Yo viviré aquí, pues Yo la deseo a ella. 15 Yo abundantemente la bendeciré con provisiones. Yo voy a satisfacer sus pobres con pan. 16 Yo vestiré a sus sacerdotes con salvación, sus fieles darán gritos de gozo. 17 Allí yo haré un cuerno de retoño para David y colocaré un lámpara para mi Ungido. 18 Yo vestiré sus enemigos con vergüenza, pero en Él, su corona brillará."

133

1 ¡Mirad, cuán bueno y cuán placentero es para los hermanos vivir juntos! 2 Es como el aceite fino sobre la cabeza derramándose en la barba, la barba de Aarón, y entonces se derrama en el collar de sus túnicas. 3 Es como el rocío del Hermón, el cual cae en las montañas de Sion. Pues ahí el SEÑÓR ordenó la bendición, vida para siempre.

134

1 Vengan, bendigan al SEÑOR, todos ustedes siervos del SEÑOR, ustedes quienes sirven durante la noche en la casa del SEÑOR. 2 Levanten sus manos hacia el lugar santo y bendigan al SEÑOR. 3 Que el SEÑOR los bendiga desde Sión, Él, quien hizo el cielo y la tierra.

135

1 Alaben al SEÑOR. Alaben el nombre del SEÑOR. Alábenlo, ustedes sirvientes del SEÑOR, 2 ustedes que se paran en la casa del SEÑOR, en los patios de la casa de nuestro Dios. 3 Alaben al SEÑOR, pues Él es bueno; canten alabanzas a Su nombre, por que es placentero hacerlo. 4 Pues el SEÑOR ha escogido a Jacob para sí mismo, Israel es Su posesión. 5 Yo sé que el SEÑOR es grande, que el Señor está por encima de todos los dioses. 6 Lo que quiera que el SEÑOR desee, Él lo hace en el cielo, en la tierra, en los mares y en las profundidades del océano 7 Él trae las nubes desde muy lejos, haciendo que los relámpagos acompañen la lluvia y trae el viento desde Su almacén. 8 Él asesinó al primogénito de Egipto, ambos de hombres y animales. 9 Él envió señales y maravillas en medio tuyo, Egipto, en contra del faraón y de todos sus sirvientes. 10 Él atacó muchas naciones y asesinó reyes poderosos, 11 Sión rey del los amorreos, y Og, rey de Basán, y de todos los reinos de Canaán. 12 Él nos dio su tierra como una herencia, una herencia a Israel Su pueblo. 13 Tu nombre, SEÑOR, dura por siempre; Tu renombre, SEÑOR, dura a través de todas las generaciones. 14 Pues el SEÑOR defiende a Su pueblo y tiene compasión de sus siervos. 15 Los ídolos de las naciones son de plata y oro, el trabajo de las manos de los hombres. 16 Aquellos ídolos tienen bocas, pero ellos no hablan; ellos tienen ojos, pero ellos no ven; 17 ellos tienen oídos, pero ellos no escuchan, ni tampoco hay aliento en sus bocas. 18 Aquellos que los hacen, son como ellos, así también son todos los que confían en ellos. 19 Los descendientes de Israel, bendigan al SEÑOR; descendientes de Aarón, bendigan al SEÑOR. 20 Descendientes de Leví, bendigan al SEÑOR; ustedes que honran al SEÑOR, bendigan al SEÑOR. 21 Bendito sea el SEÑOR en Sion, Él que vive en Jerusalén. Alaben al SEÑOR.

136

1 Oh, den gracias al SEÑOR; pues Él es bueno, porque Su fidelidad al pacto dura por siempre. 2 Oh, den gracias al Dios de dioses, pues Su fidelidad al pacto dura por siempre. 3 Oh, den gracias al Señor de señores, pues Su fidelidad al pacto dura por siempre. 4 Den gracias a ÉL, solo Él hace grandes maravillas, pues Su fidelidad al pacto dura por siempre, 5 a Él, quien por sabiduría hizo los cielos, pues Su fidelidad al pacto dura por siempre. 6 Den gracias a Él, quien extendió la tierra por encima de las aguas, pues Su fidelidad al pacto dura por siempre, 7 a Él, quien hizo grandes luces, pues Su fidelidad al pacto dura por siempre. 8 Den gracias a Él, quien dio al sol para gobernar por el día, pues Su fidelidad al pacto dura por siempre, 9 la luna y estrellas para gobernar por la noche, pues Su fidelidad al pacto dura por siempre. 10 Den gracias a Él, quien asesinó a los primogénitos de Egipto, pues Su fidelidad al pacto dura por siempre, 11 y sacó a Israel de entre ellos, pues Su fidelidad al pacto dura por siempre, 12 con una mano fuerte y un brazo levantado, pues su fidelidad al pacto dura por siempre. 13 Den gracias a Él, que dividió el Mar Rojo, pues Su pacto de fidelidad dura por siempre, 14 e hizo a Israel pasar a través de él, pues Su pacto de fidelidad dura por siempre, 15 pero lanzó al faraón y a su ejército en el Mar Rojo, pues Su pacto de fidelidad dura por siempre. 16 Den gracias a Él, quien lideró a Su pueblo a través del desierto, pues Su pacto de fidelidad dura por siempre, 17 a Él, quien asesinó grandes reyes, pues Su pacto de fidelidad dura por siempre. 18 Den gracias a Él, quien asesinó reyes famosos, pues Su pacto de fidelidad dura por siempre, 19 Sehón, rey de los amorreos, pues Su pacto de fidelidad dura por siempre, 20 y Og, rey de Basán, pues Su pacto de fidelidad dura por siempre. 21 Den gracias a Él, quien dio su tierra como una herencia, pues Su pacto de fidelidad dura por siempre, 22 una herencia a Israel, Su siervo, pues Su pacto de fidelidad dura por siempre, 23 a Él, quien nos recordó y nos ayudó en nuestra humillación, pues Su pacto de fidelidad dura por siempre. 24 Den gracias a Él, quien nos ha dado la victoria sobre nuestros enemigos, pues Su pacto de fidelidad dura por siempre, 25 quien da comida a todo ser viviente, pues Su pacto de fidelidad dura por siempre. 26 Oh, den gracias al Dios del cielo, pues Su pacto de fidelidad dura por siempre.

137

1 Por los ríos de Babilonia, nosotros nos sentamos y lloramos cuando nosotros pensábamos sobre Sion. 2 En los álamos de allí, nosotros colgamos nuestras arpas. 3 Allí nuestros captores solicitaron canciones de nosotros, y aquellos que se burlaron de nosotros nos pidieron estar felices, diciendo: "Cántenos uno de las canciones de Sion." 4 ¿Cómo podemos cantar una canción sobre el SEÑOR en una tierra extranjera? 5 Si yo ignoro tu memoria, Jerusalén, deja que mi mano derecha olvide su habilidad. 6 Deja que mi lengua se adhiera al paladar de mi boca si ya no pienso más en ti, si yo no prefiero a Jerusalén, más que a mis más grandes deleites. 7 Recuerda, SEÑOR, lo que los edomitas hicieron en el día que Jerusalén cayó. Ellos dijeron: "Derribenla, derribenla a sus cimientos." 8 Hija de Babilonia, pronta a ser destruida, que la persona sea bendecida, quien sea que les pague por lo que ustedes nos han hecho a nosotros. 9 Que la persona sea bendecida, quien sea que tome y estrelle a tus pequeños contra una roca.

138

1 Yo te daré gracias con todo mi corazón; ante los dioses yo cantaré alabanzas a Ti. 2 Yo me inclinaré hacia tu templo santo y daré gracias a Tu nombre por tu pacto de fidelidad y por Tu confiabilidad. Tú has hecho Tu palabra y Tu nombre más importante que cualquier otra cosa. 3 En el día que yo te llamé, Tú me contestaste; Tú me alentaste y fortaleciste mi alma. 4 Todos los reyes de la tierra te darán gracias, SEÑOR, pues ellos escucharán las palabras de Tu boca. 5 En efecto, ellos cantarán de las obras del SEÑOR, pues grande es la gloria del SEÑOR. 6 Pues aunque el SEÑOR es alto, sin embargo Él se preocupa por los humildes, pero al orgulloso lo conoce de lejos. 7 Aunque yo camine en medio del peligro, Tú preserverás mi vida; Tú extenderás tu mano contra la ira de mis enemigos, y Tu mano derecha me salvará. 8 El SEÑOR está conmigo hasta el fin; tu pacto de fidelidad, SEÑOR, dura por siempre. No abandones lo que Tus manos han hecho.

139

1 SEÑOR, Tú me has examinado, y Tú me conoces. 2 Tú sabes cuando me siento y cuando me levanto; Tú entiendes mis pensamientos desde lejos. 3 Tú observas mi caminar y mi descansar; todas mis maneras te son familiares. 4 Pues desde antes que haya una palabra en mi boca, Tú la conoces completamente, SEÑOR. 5 Tú me rodeas por delante y por detrás, y pones Tu mano sobre mí. 6 Tal conocimiento es demasiado para mí; está muy alto y yo no puedo alcanzarlo. 7 ¿A dónde puedo huir de Tu Espíritu? ¿Dónde puedo esconderme de Tu presencia? 8 Si yo subo a los cielos, allí estás Tú; si hago mi cama en el Seol, allí Tú estás. 9 Si yo vuelo en las alas de la mañana y voy a vivir en las partes más lejanas cruzando el mar, 10 incluso allí Tu mano me guiará, Tu mano derecha me agarrará. 11 Si yo dijera: "Ciertamente, la oscuridad me cubrirá, y la luz se volverá noche a mi alrededor," 12 aún la oscuridad no sería oscura para Ti. La noche brillaría como el día, pues la oscuridad y la luz son iguales para Ti. 13 Tú formaste mis partes internas; Tú me formaste en el vientre de mi madre. 14 Yo te alabaré a Ti, pues estoy maravillosamente hecho. Mi alma sabe esto muy bien. 15 Mis huesos no fueron escondidos de Ti cuando yo fuí hecho en privado, cuando fuí detalladamente hecho en las profundidades de la tierra. 16 Tú me viste dentro del vientre; todos los días asignados a mí fueron grabados en Tu libro antes de que el primero pasara. 17 ¡Cuan preciosos son Tus pensamientos para Mi, Dios! 18 ¡Cuan grande es Su suma! Si yo tratara de contarlos, ellos serían más en número que la arena. Cuando despierto, todavía estoy Contigo. 19 Dios si tan solo Tú mataras a los malvados; aléja de mí los hombres violentos. 20 Ellos se rebelan en contra Tuya y actúan engañosamente; Tus enemigos dicen mentiras. 21 ¿Acaso yo no odio a esos, SEÑOR que te odian a Ti? ¿Acaso yo no desprecio a esos quienes se levantan en contra Tuya? 22 Yo los odio completamente; ellos se han vuelto mis enemigos. 23 Exáminame, Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos. 24 Mira si hay algún camino maligno en mí, y guíame al camino eterno.

140

1 SEÑOR, rescátame de los malvados, guárdame de los hombres violentos. 2 Ellos planean maldad en sus corazones; ellos causan batallas cada días. 3 Sus lenguas hieren como serpientes; el veneno de las víboras está en sus labios. 4 Aléjame de las manos de los malvados, SEÑOR; guárdame de los hombres violentos que planean derribarme. 5 El orgulloso ha puesto una trampa para mí; ellos han tendido una red, ellos han puesto un lazo para mí. 6 Yo le dije al SEÑOR: "Tú eres mi DIos; escucha mis gritos por misericordia." 7 SEÑOR, mi Dios, Tú eres poderosamente capaz de sálvarme; Tú cubres mi cabeza en el día de la batalla. 8 SEÑOR, no apruebes los deseos de los malvados; no dejes que sus planes tengan éxito. 9 Esos que me rodean alzaron sus cabezas; deja que la malicia de sus propios labios los cubra. 10 Deja que carbones humeantes caigan sobre ellos; arrójalos al fuego, en pozos sin fondo, para que nunca más se levanten. 11 Que los hombres que hablan maldad de otros sin causa, no sean seguros en la tierra; que la maldad caze al hombre violento para azotarlo a muerte. 12 Yo sé que el SEÑOR juzgará a favor de los afligidos, y que Él le dará justicia al necesitado. 13 Ciertamente, la gente justa dara gracias en Tu nombre; los rectos vivirán en Tu presencia.

141

1 SEÑOR, estoy clamando a Ti; ven a mí pronto. Escúchame cuando te llame. 2 Que mi oración sea como incienso ante Ti; que mi mano levantada sea como el sacrificio de la tarde. 3 SEÑOR, pon un guardia sobre mi boca; cuida la puerta de mis labios. 4 No dejes que mi corazón desee ninguna cosa maligna o participar de actividades pecaminosa con hombres que se comportan maliciosamente. Que yo no coma ninguno de sus manjares. 5 Permite que un justo me golpee; eso sería un favor para mí. Déjalo que me corrija, eso sería aceite en mi cabeza; que mi cabeza no se niegue aceptarlo. Pero mi oración siempre está en contra de sus malignas obras. 6 Sus líderes serán arrojados de los topes de los precipicios; ellos escucharán que mis propias palabras son placenteras. 7 Ellos tendrán que decir: "Como cuando uno ara y rompe la tierra, también nuestros huesos han sido regados en la boca de Seol." 8 Ciertamente, mis ojos están en Ti, SEÑOR, Dios; en Ti yo tomo refugio; no dejes mi alma sin defensa. 9 Prótegeme de los lazos que ellos han puesto para mí, de las trampas de los malvados. 10 Deja que los malvados caigan en sus propias redes mientras yo escapo.

142

1 Con mi voz yo he clamado por ayuda al SEÑOR; con mi voz he rogado el favor del SEÑOR. 2 Yo derramo mi lamento ante Él; yo le digo mis problemas. 3 Cuando mi espíritu está débil dentro de mí, Tú conoces mi camino. En la ruta que camino, ellos han puesto una trampa a mí. 4 Yo miro a mi derecha y veo que no hay nadie que se preocupe por mí. No hay escape para mí; nadie se preocupa por mi vida. 5 Clamo a Ti, SEÑOR; yo digo: "Tú eres mi refugio, mi porción en la tierra de los vivos. 6 Escucha mi llamado, porque he sido llevado muy abajo; rescátame de mis perseguidores, pues ellos son más fuertes que yo. 7 Saca mi alma de la prisión para yo poder dar gracias en Tu nombre. Los justos se reunirán alrededor mío porque has sido bueno conmigo."

143

1 Escucha mi oración, SEÑOR; escucha mis súplicas. Por tu fidelidad y justicia, ¡respóndeme! 2 No entres a juicio con Tu siervo, pues a Tu vista nadie es justo. 3 El enemigo ha perseguido mi alma; él me ha empujado al suelo; él me ha hecho vivir en la oscuridad como aquellos que han estado muertos por años. 4 Mi espíritu está agobiado dentro de mí; mi corazón desfallece. 5 Yo me acuerdo de los días anteriores; yo medito en tus obras; yo reflexiono en tus logros. 6 Yo extiendo a Ti mis manos en oración; mi alma está sedienta de Ti en una tierra seca. 7 Respóndeme pronto, SEÑOR, porque mi espíritu se desmaya. No escondas Tu rostro de mí, o yo seré como aquellos que caen al hoyo. 8 Déjame escuchar Tu fidelidad del pacto en la mañana, porque yo confío en Ti. Muéstrame el camino donde debo andar, pues yo levanto mi alma a Ti. 9 Rescátame de mis enemigos, SEÑOR; corro a Ti para esconderme. 10 Enseñame a hacer Tu voluntad, pues Tú eres mi Dios. Que Tu buen Espíritu me guíe en la tierra de la rectitud. 11 SEÑOR, por amor a Tu nombre, mántenme vivo; en Tu justicia, saca mi alma de los problemas. 12 En la fidelidad de Tu pacto, corta a mis enemigos y destruye a todos los enemigos de mi vida, pues yo soy Tu siervo.

144

1 Bendito sea el SEÑOR, mi roca, quien entrena mis manos para la guerra y mis dedos para la batalla. 2 Tú eres mi pacto de fidelidad y mi fortaleza, mi torre alta y Aquel que me rescata, mi escudo y Aquel en quien tomo refugio, Aquel que doblega naciones debajo de mí. 3 SEÑOR, ¿qué es el hombre para que le tomes en consideración, o el hijo de hombre para que pienses en él? 4 El hombre es como un aliento; sus días son como una sombra pasando. 5 Haz que el cielo se hunda y se venga abajo, SEÑOR; toca las montañas y hazlas humo. 6 Envía destellos de relámpagos y esparce a mis enemigos; dispara tus flechas y regrésalos en confusión. 7 Extiende Tu mano desde arriba; rescátame de las muchas aguas, de la mano de extranjeros. 8 Sus bocas hablan mentiras, y su mano derecha es falsedad. 9 Yo cantaré una nueva canción a ti, Dios; en un arpa de diez cuerdas yo cantaré alabanzas a ti, 10 Quien da salvación a reyes, Quien rescata a David, tu siervo, de una espada malvada. 11 Rescátame y libérame de la mano de extranjeros. Sus bocas hablan mentiras, y su mano derecha es falsedad. 12 Que nuestros hijos sean como plantas que crecen a su tamaño completo en su juventud y nuestras hijas sean como pilares de esquina tallados, bien formados como los de un palacio. 13 Que nuestros almacenes estén llenos con cada tipo de producto, y que nuestras ovejas produzcan miles y diez miles en nuestros campos. 14 Entonces nuestros bueyes tendrán muchas crías. Nadie atravesará nuestras murallas; no habrá ningún exilio y ningún lamento en nuestras calles. 15 Bendito es el pueblo con tales bendiciones; feliz es el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR.

145

1 Yo te ensalzaré, mi Dios, Rey; Yo bendeciré Tu nombre por siempre y para siempre. 2 Cada día te bendeciré; Yo alabaré Tu nombre por siempre y para siempre. 3 Grande es el SEÑOR y grandioso para ser alabado; su grandeza es insondable. 4 Una generación alabará tus obras a la siguiente generación y proclamará tus poderosas acciones. 5 Yo meditaré en la majestad de tu gloria y tus maravillosas obras. 6 Ellos hablarán del poder de tus asombrosas obras, y yo declararé tu grandeza. 7 Ellos declararán tu abundante bondad, y ellos cantarán sobre tu rectitud. 8 El SEÑOR es clemente y misericordioso, lento para el enojo y abundante en la fidelidad al pacto. 9 El SEÑOR es bueno para todos; Sus tiernas misericordias están en todas Sus obras. 10 Todo lo que Tú has hecho te dará gracias a Ti, SEÑOR; tus fieles te bendecirán. 11 Tus fieles hablarán de la gloria de tu reino, y ellos hablarán de tu poder. 12 Ellos harán conocer a la humanidad las poderosas obras de Dios y del esplendor glorioso de Su reino. 13 Tu reino es un reino eterno, y tu dominio permanece a través de todas las generaciones. 14 El SEÑOR apoya a todo el que está cayendo y levanta a todos aquellos que están inclinados. 15 Los ojos de todos los que esperan por ti; Tú les das a ellos su comida en el momento correcto. 16 Tú abres Tu mano y satisfaces el deseo de cada cosa viviente. 17 El SEÑOR es recto en todos Sus caminos y clemente en todo lo que Él hace. 18 El SEÑOR está cerca de todo aquel que lo llama a Él, de todo quien lo llame a Él en integridad. 19 Él completa el deseo de aquellos que lo honran; Él escucha su llanto y los salva. 20 El SEÑOR vigila sobre todos aquellos que lo aman, pero Él destruirá a todos los malvados. 21 Mi boca hablará la alabanza del SEÑOR; dejen que toda la humanidad bendiga Su santo nombre por siempre y para siempre.

146

1 Alaba al SEÑOR. Alaba al SEÑOR, mi alma. 2 Yo doy gracias al SEÑOR con toda mi vida; Yo cantaré alabanzas a mi Dios mientras yo exista. 3 No pongas tu confianza en príncipes o en la humanidad, en quienes no hay salvación. 4 Cuando el aliento de vida de una persona se detiene, él regresa al suelo; en ese día sus planes terminan. 5 Bendito es él, quien tiene al Dios de Jacob, para su ayuda, cuya esperanza está en el SEÑOR su Dios. 6 El SEÑOR hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que está en ellos; Él observa confiabilidad por siempre. 7 Él ejecuta justicia para el oprimido y da comida al hambriento. El SEÑOR libera a los prisioneros; 8 el SEÑOR abre los ojos del ciego; el SEÑOR levanta aquellos que están inclinados; el SEÑOR ama a las personas rectas. 9 El SEÑOR protege a los extranjeros en la tierra; Él levanta al huérfano de padre y a la viuda; pero Él se opone al malvado. 10 El SEÑOR reinará por siempre, tu Dios, Sion, para todas las generaciones. Alaben al SEÑOR.

147

1 Alaben al SEÑOR, pues es bueno cantar alabanzas a nuestro Dios, es placentero, y la alabanza es adecuada. 2 El SEÑOR reconstruye a Jerusalén, Él junta a las personas esparcidas de Israel. 3 Él sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas. 4 Él cuenta las estrellas, Él da nombres a todas ellas. 5 Grande es nuestro Señor y asombroso en poder, Su entendimiento no puede ser medido. 6 El SEÑOR levanta al oprimido, Él derriba al malvado al suelo. 7 Canten al SEÑOR con acción de gracias, canten alabanzas a nuestro Dios con un arpa. 8 Él cubre los cielos con nubes y prepara la lluvia para la tierra, haciendo el pasto crecer en las montañas. 9 Él da comida a los animales y a los cuervos jóvenes cuandos ellos lloran. 10 Él no encuentra deleite en la fuerza de un caballo, Él no toma placer en las fuertes piernas de un hombre. 11 El SEÑOR toma placer en aquellos quienes lo honran, quienes esperan en Su pacto de fidelidad. 12 Alaba al SEÑOR, Jerusalén, alaba a tu Dios, Sion. 13 Pues Él fortalece las barras de tus puertas, Él bendice a tus hijos entre ustedes. 14 Él trae prosperidad dentro de tus fronteras, Él te satisface con el más fino de los trigos. 15 Él envía Su mandamiento a la tierra, Su mandato se apresura muy rápidamente. 16 Él hace la nieve como la lana, Él esparce la escarcha como cenizas. 17 Él administra el granizo como migas, ¿quién puede resistirse al frío que Él envía? 18 Él envía su mandato y los derrite, Él hace que el viento sople y el agua que fluya. 19 Él proclamó Su palabra a Jacob, Sus estatutos y Sus decretos rectos a Israel. 20 Él no ha hecho esto con ninguna otra nación, y en cuanto a Sus decretos, ellos no los conocen. Alaben al SEÑOR.

148

1 Alaba al SEÑOR. Alaba al SEÑOR, tú en los cielos; álabalo, tú en las alturas. 2 Álabenlo, todos Sus ángeles; álabenlo, todos Sus ejércitos angelicales. 3 Alábenlo, sol y luna; alábenlo, todas ustedes estrellas brillantes. 4 Alábenlo, altísimo cielo y tú, agua que estás sobre los cielos. 5 Déjenlos que alaben el nombre del SEÑOR, pues Él dió la órden, y ellos fueron creados. 6 Él también los estableció por siempre y para siempre; Él entregó un decreto que nunca cambiará. 7 Alábenlo desde la tierra, ustedes monstruos marinos y de todas las profundidades del óceano, 8 fuego y granizo, nieve y nubes, viento tormentoso cumpliendo Su palabra. 9 Alábenlo, montañas y todas las colinas, árboles de fruta y todos los cedros, 10 animales salvajes y domésticos, creaturas que se arrastran y pájaros. 11 Aláben al SEÑOR, reyes de toda la tierra y todas las naciones, príncipes y todo el que gobierna en la tierra, 12 tanto como hombres y mujeres jóvenes, como los ancianos y los niños. 13 Déjenlos alabar el nombre del SEÑOR, pues solo Su nombre es exaltado y Su gloria se extiende sobre la tierra y los cielos. 14 Él ha levantado el cuerno de Su gente para la alabanza de todos sus fieles, los israeltas, el pueblo cerca de Él. Alaba al SEÑOR.

149

1 Alaba al SEÑOR. Canta al SEÑOR una nueva canción; canta Su alabanza en la asamblea de los fieles. 2 Que Israel se alegre en quien los hizo; que la gente de Sion se alegre en su Rey. 3 Que ellos alaben Su nombre con baile; que ellos canten alabanzas a Él con pandero y arpa. 4 Pues el SEÑOR se complace en Su pueblo; Él glorifica al humilde con salvación. 5 Que los justos se alegren en victoria; que canten de alegría en sus camas. 6 Que las alabanzas a Dios estén en sus bocas y una espada de dos filos en sus manos 7 para ejecutar la venganza en las naciones y actos de castigo en los pueblos. 8 Ellos amarrarán sus reyes con cadenas y a sus nobles con grilletes de hierro. 9 Ellos ejecutarán el juicio como está escrito. Esto será un honor para todos Sus fieles. Alaba al SEÑOR.

150

1 Alaba al SEÑOR. Alaba al Señor en Su lugar santo; alábalo en los poderosos cielos. 2 Alábalo por Sus poderosas obras; alábalo por Su incomparable grandeza. 3 Alábalo con el sonido del cuerno, alábalo con la flauta y el arpa. 4 Alábalo con panderos y baile; alábalo con instrumentos de cuerda y instrumentos de viento. 5 Alábalo con ruidosos címbalos; alábalo con el alto sonido de címbalos. 6 Que todo lo que tiene aliento alabe al SEÑOR. Alaba al SEÑOR.

Proverbios
Proverbios
1

1 Los proverbios de Salomón, hijo de David, el rey de Israel. 2 Estos proverbios son para enseñar sabiduría e instrucción, para enseñar palabras hacia el interior, 3 que tú puedas recibir instrucción de modo que vivas haciendo lo que es correcto, justo, y favorable. 4 Estos proverbios también son para dar sabiduría al ingenuo, y para dar conocimiento y discreción a personas jóvenes. 5 Deja que personas sabias escuchen y aumenten su aprendizaje, y deja que personas que disciernen obtengan guianza, 6 para entender proverbios, dichos y palabras de personas sabias y sus preguntas. 7 El temor del SEÑOR es el principio del conocimiento, los tontos desprecian la sabiduría y la instrucción. 8 Hijo Mío, escucha la instrucción de tu padre y no hagas a un lado las reglas de tu madre; 9 ellas serán guirnalda de gracia para tu cabeza y collares colgando de tu cuello. 10 Hijo Mío, si pecadores tratan de seducirte en sus pecados, no los obedezcas. 11 Si ellos dicen: "Ven con nosotros a cometer asesinato, vamos a escondernos y atacar a personas inocentes sin razón. 12 Vamos a comérnoslos vivos, como el Seol se lleva aquellos que están saludables y los hace como aquellos que caen en el abismo. 13 Encontraremos toda clase de cosas valiosas; llenaremos nuestras casas con lo que robemos de otros. 14 Echa tu suerte con nosotros; todos nosotros tendremos un botín juntos." 15 Hijo Mío, no camines por la senda con ellos; no dejes que tu pie toque por donde ellos caminan; 16 sus pies corren a la maldad y ellos se apresuran a derramar sangre. 17 Porque es inútil lanzar la red para atrapar un ave mientras el ave está observando. 18 Estos hombres acechan y esperan para matarse ellos mismos; ellos tienden una trampa para ellos mismos. 19 También esos son los caminos de todos quienes ganan riquezas con injusticia; ganancia injusta toma las vidas de aquellos quienes se agarran a ella. 20 La sabiduría grita fuerte en las calles, ella levanta su voz en lugares abiertos; 21 al principio de las calles ruidosas ella grita, en la entrada de las puertas de la ciudad ella habla: 22 "¿Por cuánto tiempo, ustedes personas ingenuas, amarán ser ingenuas? ¿Por cuánto tiempo, ustedes burladores, se deleitarán en la burla, y por cuánto tiempo, ustedes tontos, odiarán el conocimiento? 23 Presta atención a mi corrección; Yo derramaré mis pensamientos sobre ti; Yo haré conocer mis palabras a ti. 24 Yo he llamado y tú te has negado a escuchar; Yo extendí mi mano, pero no había quien prestara atención. 25 Pero tú has ignorado todas mis instrucciones y no has prestado atención a mi corrección. 26 Yo me reiré de tu calamidad, Yo me burlaré de ti cuando venga el terror, 27 cuando tu miedo terrible venga como una tormenta y el desastre barra sobre tí como un torbellino, cuando la ansiedad y la angustia venga sobre ti. 28 Entonces ellos me llamarán, y yo no responderé; ellos desesperadamente me llamarán, pero ellos no me encontrarán. 29 Porque ellos odian el conocimiento y no escogieron el temor del SEÑOR, 30 ellos no siguieron mi instrucción y ellos despreciaron toda mi corrección. 31 Ellos comerán el fruto de sus caminos y con el fruto de sus artimañas serán llenos. 32 Porque los ingenuos son asesinados cuando se alejan, y la indiferencia de los tontos los destruirá. 33 Pero cualquiera que me escuche vivirá en seguridad y reposará seguro sin miedo al desastre."

2

1 Hijo mío, si recibes mis palabras y atesoras mis mandamientos en ti, 2 haciendo que tus oídos pongan atención a la sabiduría e inclinas tu corazón hacia el entendimiento. 3 Si clamas por entendimiento y alzas tu voz por ella, 4 si tú le buscas como buscarías la plata y buscas entendimiento según buscarías tesoros escondidos, 5 entonces entenderás el temor del SEÑOR y encontrarás el conocimiento de Dios. 6 Pues el SEÑOR da sabiduría, de Su boca viene conocimiento y entendimiento. 7 Él guarda sabiduría sana para aquellos que Le agradan, Él es un escudo para aquellos que caminan en integridad, 8 Él guarda los senderos de justicia y preservará el camino de aquellos que son fieles a Él. 9 Entonces tú entenderás, rectitud, justicia y equidad y todo buen camino. 10 Pues sabiduría vendrá a tu corazón, y conocimiento será agradable a tu alma. 11 La discreción te cuidará, el entendimiento te guardará. 12 Te rescatarán de los caminos malignos, de los que hablan cosas perversas, 13 quienes abandonan los senderos correctos y caminan en los caminos de oscuridad. 14 Ellos se regocijan cuando hacen maldad y se deleitan en las perversidades del mal. 15 Ellos siguen senderos torcidos y usando la decepción, esconden sus huellas. 16 Sabiduría y discreción te salvarán de la mujer adúltera, de la mujer inmoral y sus palabras halagadoras. 17 Ella abandona al compañero de su juventud y se olvida del pacto de su Dios. 18 Pues su casa lleva hacia la muerte y sus huellas te llevarán a los que están en la tumba. 19 Todos los que vayan a ella, no regresarán otra vez y no encontrarán los senderos de vida. 20 Pues tú caminarás en el camino de la gente buena y seguirás las sendas de la gente justa. 21 Aquellos haciendo lo justo harán un hogar en la tierra y los íntegros permanecerán en ella. 22 Pero los malvados serán apartados de la tierra y los desleales serán cortados de ella.

3

1 Hijo Mío, no olvides mis mandamientos y guarda mis enseñanzas en tu corazón, 2 pues ellos te añadirán largura de días y años de vida y paz. 3 No permitas que el pacto de la fidelidad y la confiabilidad te dejen jamás, átalas juntas alrededor de tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón. 4 Entonces tú encontrarás favor y una buena reputación a la vista de Dios y del hombre. 5 Confía en el SEÑOR con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento; 6 en todos tus caminos reconócelo y Él hará tus senderos rectos. 7 No seas sabio a tus propios ojos; teme al SEÑOR y aléjate de la maldad. 8 Será sanidad para tu carne y refrigerio para tu cuerpo. 9 Honra al SEÑOR con tu riqueza y con los primeros frutos de todos tus productos, 10 y tus casas de almacenamiento serán llenadas y tus tinas rebosarán, llenas de vino nuevo. 11 Hijo Mío, no desprecies la instrucción del SEÑOR y no odies Su reprensión, 12 pues el SEÑOR disciplina a aquellos que Él ama, como un padre trata con un hijo que lo complace. 13 Aquel que encuentra sabiduría es bendecido; él también obtiene entendimiento. 14 Lo que tú adquieras de la sabiduría es mejor de lo que la plata te dará y su ganancia es mejor que el oro. 15 La sabiduría es más preciada que las joyas y nada que tú desees puede compararse a ella. 16 Ella tiene largura de días en su mano derecha; en su mano izquierda hay riquezas y honor. 17 Sus caminos son caminos de amabilidad y todos sus senderos son paz. 18 Ella es un árbol de vida para aquellos que la sostienen, aquellos que se sostienen de ella son felices. 19 Por la sabiduría el SEÑOR fundó la tierra, por el entendimiento Él estableció los cielos. 20 Por Su conocimiento las profundidades se abrieron y las nubes dejaron caer su rocío. 21 Hijo Mío, guarda juicio sano y discernimiento y no los pierdas de vista. 22 Ellos serán vida a tu alma y un adorno de favor para usarlo alrededor de tu cuello. 23 Entonces tú andarás por tu camino en seguridad y tu pie no tropezará; 24 cuando te acuestes, no tendrás temor; cuando te acuestes, tu sueño será dulce. 25 No tengas temor del terror repentino o la devastación causada por los malvados, cuando ésta venga, 26 pues el SEÑOR estará a tu lado y guardará tu pie de ser atrapado en una trampa. 27 No retengas el bien de aquellos que lo merecen, cuando está en tu poder hacer algo. 28 No le digas a tu vecino: "Ve, regresa y mañana te lo daré," cuando tienes el dinero contigo. 29 No hagas un plan para hacerle daño a tu vecino, aquel que vive cerca y confía en ti. 30 No discutas con una persona sin razón, cuando él no ha hecho nada para lastimarte. 31 No envidies a una persona violenta ni escojas ninguno de sus caminos. 32 Pues el engañador es detestable al SEÑOR, pero Él trae a la persona recta dentro de Su confianza. 33 La maldición del SEÑOR está en la casa de la persona malvada, pero Él bendice el hogar de las personas justas. 34 Él se burla de los burladores, pero Él da Su favor a las personas humildes. 35 Las personas sabias heredan el honor, pero los tontos serán avergonzados.

4

1 Escuchen, hijos, a la instrucción de un padre, y presten atención para que ustedes puedan saber lo que es el entendimiento. 2 Yo les estoy dando a ustedes buenas instrucciones; no abandonen mis enseñanzas. 3 Cuando era el hijo de mi padre, el tierno y único hijo de mi madre; 4 él me enseñó y me dijo: "Deja que tu corazón retenga mis palabras; mantén mis mandamientos y vive. 5 Adquiere sabiduría y entendimiento; no olvides ni rechazes las palabras de mi boca; 6 no abandones la sabiduría y ella te cuidará; ámala y ella te mantendrá a salvo. 7 La sabiduría es la cosa más importante, así que, adquiere sabiduría y usa todo lo que posees para que obtengas entendimiento. 8 Aprecia la sabiduría y ella te va a exaltar; ella va a honrarte cuando la abraces. 9 Ella va a poner una corona de honor en tu cabeza; ella te va a dar una hermosa corona." 10 Escúchame, hijo Mío y presta atención a mis palabras y tú vas a tener muchos años de vida. 11 Yo voy a dirigirte en el camino de la sabiduría; yo te guiaré por caminos rectos. 12 Cuando tu camines, nadie se va a parar en tu camino y si corres, no te vas a tropezar. 13 Aférrate a la instrucción, no la dejes ir; guárdala, pues es tu vida. 14 No sigas el camino de los malvados y no vayas por el camino de aquellos quienes hacen lo malo. 15 Evítalo, no camines en él; apártate de él y ve por otro camino. 16 Pues ellos no pueden dormir hasta que hagan el mal y pierden el sueño hasta que hagan que alguien tropiece. 17 Pues ellos comen el pan de los malvados y beben del vino de la violencia. 18 Pero el camino de las personas justas es como la primera luz que aumenta en brillo; brilla más y más hasta que la plenitud del día venga. 19 La manera de los malvados es como la oscuridad, ellos no saben sobre lo que tropiezan. 20 Hijo Mío, presta atención a mis palabras; inclina tu oído a mis dichos. 21 No dejes que se alejen de tus ojos; manténlos en tu corazón. 22 Pues mis palabras son vida para aquellos que las encuentran y salud para todo su cuerpo. 23 Mantén tu corazón a salvo y guárdalo con toda diligencia, pues de él mana la vida. 24 Pon el discurso torcido lejos de ti y pon el hablar corrupto lejos de ti. 25 Deja que tus ojos miren directamente hacia el frente y fija tu mirada hacia adelante. 26 Haz un camino correcto para tus pies; entonces todos tus caminos van a ser seguros. 27 No te voltees a la derecha ni a la izquierda; aleja tu pies del mal.

5

1 Hijo Mío, pon atención a mi sabiduría; inclina tus oídos a mi entendimiento, 2 así aprenderás sobre la discreción y tus labios protegerán el conocimiento. 3 Porque los labios de la adúltera gotean con miel y su boca es más suave que el aceite, 4 pero al final ella es tan amarga como la polilla, cortando como espada afilada. 5 Sus pies descienden hasta la muerte; sus pasos van todo el camino al seol. 6 Ella no entiende el camino de la vida. Sus pasos tropiezan; ella no sabe para dónde va. 7 Y ahora, hijos míos, escúchenme; no dejen de escuchar las palabras de mi boca. 8 Mantengan su camino lejos de esa mujer y no se acerquen a la puerta de su casa. 9 En esa forma no le darás tu honor a otros ni años de tu vida a una persona cruel; 10 extraños no harán festín con tu riqueza; lo que has trabajado no se irá a la casa de los extraños. 11 Al final de tu vida tu gemirás cuando tu carne y tu cuerpo se consuman. 12 Tu dirás: ''¡Cómo he odiado la instrucción y mi corazón despreció la corrección! 13 Yo no obedeceré a mis maestros o inclinaré mi oído a mis instructores. 14 Yo estuve casi completamente arruinado en medio de la asamblea, entre la reunión del pueblo.'' 15 Toma agua de tu propia cisterna y toma agua que fluye de tu propio pozo. 16 ¿Deben tus manantiales derramarse por dondequiera y tus corrientes de agua en las plazas públicas? 17 Deja que sean solo para ti y no para extraños. 18 Sea tu fuente bendecida y regocíjatecon la esposa de tu juventud, 19 por que ella es amante cierva y graciosa gacela. Deja que sus senos te satisfagan todo el tiempo; que puedas estar continuamente intoxicado por su amor. 20 ¿Por qué debes tú, hijo mío, ser cautivado por una adúltera?; ¿por qué debes tú abrazar el seno de una mujer extraña? 21 El SEÑOR ve todo lo que una persona hace y observa todos los caminos que toma. 22 Una persona malvada será capturada por sus propias iniquidades; las cuerdas de su pecado lo mantendrán apretado. 23 Él morirá por que le falta instrucción; él es llevado por mal camino por su gran tontería.

6

1 Hijo mío, si tú separaste tu dinero como una garantía para el préstamo de tu vecino, si tú diste tu promesa para un préstamo de alguien que tú no conoces, 2 entonces has puesto una trampa para ti mismo por tu promesa y has sido atrapado por las palabras de tu boca. 3 Cuando tú estés atrapado por tus palabras, hijo mío, haz esto y sálvate a ti mismo, ya que has caído en la mano de tu vecino; vé, humíllate y discúlpate con él. 4 No le des descanso a tus ojos y a tus párpados no le des sueño. 5 Sálvate a ti mismo como una gacela de la mano del cazador, como un ave de la mano del cazador de aves. 6 Mira a la hormiga, tú, persona perezosa, considera sus caminos, y sé sabio. 7 No tiene quién la dirija, ofical, ni gobernante, 8 sin embargo, prepara su comida en el verano y durante la cosecha almacena lo que comerá. 9 ¿Cuánto tiempo dormirás, persona perezosa? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? 10 "Un poco de sueño, un poco de descanso, un poco de doblez de las manos para descansar" 11 y tu pobreza vendrá como un ladrón y tus necesidades como un soldado armado. 12 Una persona sin valor, un hombre malvado, vive por la corrupción de su discurso, 13 guiñando sus ojos, haciendo señales con sus pies y apuntando con sus dedos. 14 Él planifica la maldad con engaño en su corazón; él siempre agita la discordia. 15 Por lo tanto, su desastre lo alcanzará en un instante; en un momento el será dañado de manera que no podrá sanar. 16 Hay seis cosas que El SEÑOR odia, siete cosas que son repugnantes para Él. 17 Los ojos de una persona orgullosa, una lengua que miente, las manos que derraman la sangre de gente inocente, 18 un corazón que inventa maldades, pies que corren rápido para hacer maldad, 19 un testigo que respira mentiras y uno que siembra discordia entre hermanos. 20 Hijo mío, obedece el mandato de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre. 21 Siempre ámarralos a tu corazón; átalos alrededor de tu cuello. 22 Cuando camines, ellos te guiarán; cuando duermas, ellos velarán por tí; y cuando te despiertes, ellos te enseñarán. 23 Pues los mandamientos son una lámpara, y la enseñaza es una luz; las correcciones que vienen por la enseñanza son el camino de la vida. 24 Te guardan de la mujer inmoral, de las palabras suaves de la mujer inmoral. 25 No tengas lujuria en tu corazón tras su belleza y no dejes que ella te capture con sus pestañas. 26 Dormir con una prostituta puede costar el precio de un pedazo de pan, pero la esposa de otro te puede costar tu propia vida. 27 ¿Puede un hombre cargar un fuego en su pecho sin quemarse las ropas? 28 ¿Puede un hombre caminar sobre carbones calientes sin quemarse los pies? 29 Así mismo es el hombre que duerme con la esposa de su vecino; aquel que duerma con ella no se irá sin castigo. 30 La gente no detesta al ladrón si roba para satisfacer su necesidad cuando está hambriento. 31 Sin embargo, si es atrapado, él pagará con siete veces lo que robó; él debe entregar todo lo de valor de su casa. 32 Aquel que comete adulterio no tiene entendimiento; aquel que lo hace se destruye a sí mismo. 33 Heridas y vergüenza son lo que él merece y su desgracia no será limpiada. 34 Pues los celos hacen furioso a un hombre; él no mostrará misericordia cuando tome su venganza. 35 Él no aceptará ninguna compensación y no puede ser comprado, aunque tú le ofrezcas muchos regalos.

7

1 Hijo mío, guarda mis palabras y guarda mis mandatos dentro de ti. 2 Guarda mis mandatos y vive y guarda mi instrucción como la niña de tus ojos. 3 Amárralos a tus dedos, escríbelos en la tabla de tu corazón. 4 Dile a la sabiduría: "Tú eres mi hermana," y llama al entendimiento tu pariente, 5 a fin de guardarte de la mujer adúltera, de la mujer inmoral con sus suaves palabras. 6 En la ventana de mi casa yo estaba mirando a través del enrejado. 7 Yo miré a las personas ingenuas, y noté entre los hombres jóvenes, a un joven que no tenía entendimiento. 8 Ese hombre joven pasó por la calle cerca de la esquina, y él fue hacia la casa de ella. 9 Era la puesta del sol, en la tarde del día, en el tiempo de la noche y la oscuridad. 10 Allí una mujer lo encuentra, vestida como prostituta, con un corazón falso. 11 Ella era alborotadora y rebelde; sus pies no se quedaron en su casa. 12 Ahora en las calles, en el mercado y en cada esquina ella esperaba para el encuentro. 13 Así que ella lo agarró y lo besó a él, con un rostro fuerte le dijo: 14 "Yo hice mi ofrenda de paz hoy, yo pagué mis votos, 15 así que yo vine para encontrarte, para ansiosamente buscar tu cara y te he encontrado. 16 Yo he tendido mi cama con colchas, linos coloreados de Egipto. 17 Yo he rociado mi cama con mirra, áloes y canela. 18 Ven, vamos a beber nuestro amor hasta la mañana; vamos a tomar un gran placer en actos de amor. 19 Porque mi esposo no está en casa; él se ha ido en un largo viaje. 20 Él tomó una bolsa de dinero con él; volverá en el día de la luna llena." 21 Con mucho hablar ella lo convenció; con sus labios suaves lo engañó. 22 Él fue tras ella repentinamente como un buey al matadero, como un ciervo atrapado en la trampa, 23 hasta que una flecha perforó su hígado. Él era como un pájaro corriendo a su propia trampa. Él no sabía que le costaría su vida. 24 Ahora, hijos míos, escúchenme, presten atención a las palabras de mi boca. 25 Que tu corazón no se desvíe hacia los caminos de ella; no seas extraviado en sus caminos. 26 Ella ha causado que muchas personas caigan heridos; sus víctimas muertas son muchas. 27 Su casa está en los caminos para el Seol; ellos descienden a los cuartos oscuros de la muerte.

8

1 ¿No clama la Sabiduría? El Entendimiento ¿no levanta su voz? 2 En las cimas de los montes al lado de las calles, en los cruces, la Sabiduría ha tomado su posición. 3 Ante las puertas de la entrada a la ciudad, en las entradas a la ciudad, ella clama. 4 "Es a ustedes, gente que yo llamo; mi voz es para los hijos de la humanidad. 5 Ustedes que son ingenuos, aprendan sabiduría; y ustedes que son necios, deben entender. 6 Escuchen, porque hablaré cosas nobles, y cuando mis labios se abran diré cosas rectas. 7 Pues mi boca habla lo que es confiable, y la maldad es detestable a mis labios. 8 Todas las palabras de mi boca son justas; en ellas no hay nada torcido ni engañoso. 9 Todas ellas son rectas para la persona que entiende; mis palabras son honestas para aquellos que encuentran el conocimiento. 10 Adquieran mi instrucción antes que plata; adquieran conocimiento antes que oro puro. 11 Pues la Sabiduría es mejor que las joyas; no hay tesoro igual a ella. 12 Yo, la Sabiduría, vivo con la Prudencia, y Yo poseo conocimiento y discreción. 13 El temor del SEÑOR es odiar el mal. Yo odio el orgullo y la arrogancia, el mal camino, y el discurso perverso. Los odio. 14 Yo tengo buenos consejos y sana sabiduría; yo soy la intuición; la fuerza me pertenece a mí. 15 Por mí los reyes reinan, también los nobles, y todos los que gobiernan justamente. 16 Por mí los príncipes gobiernan, los nobles, y todos los que gobiernan con justicia. 17 Yo amo a aquellos que me aman, y aquellos que me buscan con diligencia me encuentran. 18 Conmigo están las riquezas y el honor, la riqueza duradera y la rectitud. 19 Mi fruto es mejor que el oro, aún que el oro fino; mi producto es mejor que la plata pura. 20 Yo ando en el camino de la rectitud, en medio de los caminos de la justicia. 21 Como resultado, Yo hago que aquellos que me aman hereden riquezas; Yo lleno sus tesoros. 22 El SEÑOR me creó en el principio, el primero de Sus hechos en aquel entonces. 23 Hace mucho tiempo fui hecha, desde el principio, desde los principios de la tierra. 24 Antes de que hubiera océanos, yo fui dada a luz, antes de que hubiera manantiales con abundante agua. 25 Antes de que las montañas se establecieran y antes que los montes, yo nací. 26 Yo nací antes de que el SEÑOR hiciera la tierra o los campos, o tan siquiera el primer polvo en el mundo. 27 Yo estuve ahí cuando Él estableció los cielos, cuando dibujó un círculo en la superficie de las profundidades. 28 Yo estuve allí cuando Él estableció las nubes arriba y cuando los manantiales en las profundidades fueron fijados. 29 Yo estuve allí cuando Él puso Su límite para el mar, para que las aguas no se dispersaran más allá de Su mandato, y cuando fue establecido el límite para los fundamentos de la tierra seca. 30 Yo estuve junto a Él, como un hábil artesano; yo era Su deleite día tras día, siempre regocijándome delante de Él. 31 Yo me alegraba en todo Su mundo, y mi deleite estaba en los hijos de la humanidad. 32 Ahora, hijos míos, escúchenme, pues aquellos que mantienen mis caminos serán bendecidos. 33 Escuchen mi instrucción y sean sabios; no la descuiden. 34 Aquel que me escuche será bendecido. Él estará velando todos los días en mis puertas, esperando junto a los postes de mis puertas. 35 Pues cualquiera que me encuentre, encuentra la vida, y encontrará el favor del SEÑOR. 36 Pero aquel que falle, hiere su propia vida; todos los que me odian, aman la muerte."

9

1 La sabiduría ha construído su propia casa; ella ha labrado siete pilares de las rocas. 2 Ella ha sacrificado sus animales; ella ha mezclado su vino; y ella ha preparado su mesa. 3 Ella ha envíado a sus siervas; ella llama desde de los puntos altos de la ciudad, 4 "¿Quién es ingenuo? ¡Deja que se desvíe aquí!" A aquel que le falte buen sentido ella le habla. 5 "Ven, come mi alimento y toma el vino que yo he mezclado. 6 Deja tus acciones ingenuas y vive; anda en el camino del entendimiento. 7 Quien disciplina a un burlador recibe abuso, y quien reprende a una persona malvada recibe insultos. 8 No reprendas a un burlador, o él te odiará; reprende a un hombre sabio, y él te amará. 9 Dale a una persona sabia, y él se volverá más sabio; enseña a una persona justa, y él añadirá a su aprendizaje. 10 El temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santo es entendimiento. 11 Porque a través de mí tus días serán multiplicados, y años de vida te serán añadidos. 12 Si tú eres sabio, tú eres sabio para tí mismo, y si tú te burlas, lo pagarás tu mismo." 13 La mujer insensata es ignorante; ella no tiene instrucción y no sabe nada. 14 Ella se sienta en la puerta de su casa, en una silla en los lugares altos del pueblo. 15 Ella llama aquellos que pasan por las calles, a personas caminando recto en su camino. 16 "Deja que cualquiera que sea ingenuo venga aquí," ella le dice a los que no tienen entendimiento. 17 "Las aguas robadas son dulces y el pan del secreto es delicioso." 18 Pero él no sabe que la muerte está ahí, que sus invitados están en las profundidades del Seol.

10

1 Los proverbios de Salomón. Un hijo sabio hace que su padre se alegre, pero un hijo necio trae dolor a su madre. 2 Los tesoros acumulados por la maldad no tienen valor, pero hacer lo correcto te cuida de la muerte. 3 El SEÑOR no deja que el alma de los justos pase hambre, pero Él frustra los antojos del malvado. 4 Una mano perezosa hace que una persona sea pobre, pero la mano de la persona diligente gana riquezas. 5 Un hijo sabio cultiva durante el verano, pero es vergonzoso para él dormir durante la cosecha. 6 Los regalos de Dios están sobre la cabeza de la persona justa, pero la boca de los malvados cubre la violencia. 7 La persona justa hace feliz a aquellos que lo recuerdan, pero el nombre del malvado se pudrirá. 8 Aquellos que son sensibles aceptan órdenes, pero un necio y hablador se arruinará. 9 Aquel que camina en integridad, camina en seguridad, pero aquel que hace sus caminos torcidos, él será encontrado. 10 Aquel que guiña el ojo causa dolor, pero un necio y hablador será derribado. 11 La boca de la persona justa es una fuente de agua de vida, pero la boca de los malvados será cubierta de violencia. 12 El odio agita los conflictos, pero el amor cubre todas las ofensas. 13 La sabiduría se encuentra en los labios de una persona de discernimiento, pero la vara es para la espalda de una persona que no tiene entendimiento. 14 Los hombres sabios acumulan conocimiento, pero la boca de un necio lleva a la destrucción. 15 La riqueza de un hombre rico es su ciudad fortificada, la pobreza del pobre es su destrucción. 16 La paga de la persona justa lleva a la vida; la paga de los malvados los guía a pecar. 17 Hay un sendero a la vida para el que siga la discplina, pero el que rechaza la corrección es desviado. 18 Cualquiera que oculte el odio tiene labios mentirosos, y cualquiera que esparce calumnias es un necio. 19 Cuando hay muchas palabras, la transgresión no falta, pero aquel que es cuidadoso en lo que dice, es sabio. 20 La lengua de la persona justa es plata pura; hay poco valor en el corazón del malvado. 21 Los labios de la persona justa alimentan a muchos, pero los necios mueren por su falta de entendimiento. 22 Los buenos regalos del SEÑOR traen riqueza y Él no añade dolor a ella. 23 La maldad es un juego que el necio juega, pero la sabiduría es un placer para el hombre de entendimiento. 24 El temor de la persona malvada lo dominará, pero el deseo de la persona justa será concedido. 25 Los malvados son como una tormenta que pasa, y ya no están, pero la persona justa permanece para siempre. 26 Como vinagre en los dientes y humo en los ojos, así es el haragán para aquellos que lo envían. 27 El temor del SEÑOR prolonga la vida, pero los años del malvado serán cortos. 28 La esperanza de la gente justa es su alegría, pero los años de la gente malvada serán cortos. 29 El camino del SEÑOR protege a aquellos que tienen integridad, pero es destrucción para el malvado. 30 La persona justa jamás será derribada, pero el malvado no se quedará en la tierra. 31 De la boca de la persona justa sale el fruto de la sabiduría, pero la lengua perversa será cortada. 32 Los labios de la persona justa saben lo que es aceptable, pero la boca del malvado, habla perversidades.

11

1 El SEÑOR odia las balanzas que no son precisas, pero se deleita en los pesos exactos. 2 Cuando llega el orgullo, entonces viene la desgracia, pero con la humildad viene la sabiduría. 3 La integridad de los justos los guía, pero los caminos torcidos de los traicioneros los destruyen. 4 La riqueza no tiene valor en el día de la ira, pero hacer el bien te guarda de la muerte. 5 La conducta recta de los libres de culpa hace su camino recto, pero los malvados caerán a causa de su propia maldad. 6 La conducta recta de aquellos que complacen a Dios los mantiene a salvo, pero los traicioneros son atrapados por sus antojos. 7 Cuando muere un hombre malvado, su esperanza perece y la esperanza que estaba en su fuerza viene a ser nada. 8 La persona justa se mantiene lejos de los problemas y estos en su lugar vienen sobre los malvados. 9 Con su boca, la persona que no tiene a Dios destruye a su vecino, pero a través del conocimiento los justos están a salvo. 10 Cuando los justos prosperan, la ciudad se regocija; cuando el malvado perece, allí hay gritos de gozo. 11 A través de las buenas dádivas de aquellos que agradan a Dios, la ciudad se engrandece; por la boca de los malvados la ciudad es derribada. 12 El hombre que siente desprecio por su amigo no tiene entendimiento, pero un hombre de entendimiento guarda silencio. 13 Cualquiera que anda calumniando revela secretos, pero la persona fiel mantiene el asunto sin revelar. 14 Donde no hay una dirección sabia, la nación cae, pero la victoria viene por consultar a muchos consejeros. 15 Cualquier que garantiza un préstamo a un extraño seguramente sufrirá daño, pero aquel que odia dar una promesa de ese tipo está a salvo. 16 Una mujer afable recibe honor, pero la gente cruel se aferra a la riqueza. 17 La persona amable se beneficia a sí misma, pero aquel que es cruel se hiere a sí mismo. 18 El malvado miente para obtener su salario, pero aquel que siembra lo que es correcto, cosecha el salario de la verdad. 19 Una persona honesta que hace lo que es correcto vivirá, pero aquel que persigue la maldad morirá. 20 El SEÑOR odia a aquellos cuyos corazones son perversos, pero Él se deleita en aquellos cuyos caminos son irreprochables. 21 Estén seguros de esto, el malvado no se irá sin castigo, pero los descendientes de los justos estarán a salvo. 22 Como un anillo de oro en el hocico de un puerco es una mujer hermosa sin discreción. 23 Los deseos de los justos resultan en bien, pero los malvados solo pueden esperar por la ira. 24 Hay uno que siembra semilla, él acumulará aún más; otro no sembró, él se empobrecerá. 25 La persona generosa prosperará y aquel que da agua a otros tendrá agua para sí mismo. 26 La gente maldice al hombre que se rehusa a vender grano, pero las buenas dádivas coronan la cabeza de aquel que lo vende. 27 Aquel que diligentemente busca el bien también está buscando favor, pero aquel que busca lo malo, lo encontrará. 28 Aquellos que confían en sus riquezas caerán, pero como las hojas, los justos florecerán. 29 Aquel que trae problemas sobre su propia casa heredará el viento y el necio será siervo del sabio de corazón. 30 El justo será como un árbol de la vida, pero la violencia quita vidas. 31 ¡Mirad! El justo recibe lo que merece; cuanto más el malvado y el pecador.

12

1 Cualquiera que ame la disciplina ama el conocimiento, pero el que odia la corrección es torpe. 2 El SEÑOR da favor al buen hombre, pero él condena a un hombre que hace planes malvados. 3 Una persona no puede ser establecerse en la maldad, pero la gente justa no puede ser arrancada. 4 Una esposa valiosa es la corona de su esposo, pero aquella que trae vergüenza es como una enfermedad que seca los huesos. 5 Los planes de los rectos son justos, pero el consejo del malvado es engañoso. 6 Las palabras de las personas malvadas son una emboscada esperando por una oportunidad para matar, pero las palabras del noble lo mantienen seguro. 7 Las personas malvadas son descartadas y desaparecen, pero la casa de la persona justa permanecerá. 8 Una persona es alabada por la cantidad de sabiduría que tiene, pero aquel que toma decisiones perversas es despreciado. 9 Mejor es tener una posición no importante, siendo solo un servidor, que presumir de su importancia, pero no tener comida. 10 La persona justa se ocupa de las necesidades de su animal, pero el malvado sin compasión es cruel. 11 Aquel que trabaja su tierra tendrá suficiente comida, pero cualquiera que persiga proyectos inútiles no tiene entendimiento. 12 La persona malvada desea lo que el hombre malo ha robado de otros, pero el fruto de las personas justas viene de ellos mismos. 13 Una persona malvada está atrapada por su hablar malvado, pero la persona justa escapa de los problemas. 14 Del fruto de sus palabras una persona está llena de buenas cosas, así como el trabajo de sus manos lo recompensa. 15 El camino de un necio está en sus propios ojos, pero un hombre sabio escucha el consejo. 16 Un necio muestra su enojo enseguida, pero uno que ignora un insulto es prudente. 17 Aquel que habla verdad dice lo que es correcto, pero un testigo falso dice mentiras. 18 Las palabras de uno que habla descuidadamente son como golpes de una espada, pero la lengua del sabio trae sanidad. 19 Labios veraces duran para siempre, pero una lengua mentirosa es solo por un momento. 20 Hay engaño en los corazones de aquellos que planifican hacer mal, pero gozo viene a los consejeros de paz. 21 Ningún mal viene a la persona justa, pero las personas malvadas son llenas de dificultades. 22 El SEÑOR odia los labios mentirosos, pero aquellos que viven fielmente son Su delicia. 23 Un hombre prudente oculta su conocimiento, pero el corazón del necio grita su necedad. 24 La mano del diligente gobernará, pero el vago será puesto a labor forzada. 25 La ansiedad en el corazón de una persona lo deprime, pero una buena palabra lo alegrará. 26 La persona justa es una guía para su amigo, pero el camino del malvado los desvía. 27 Las personas vagas no asan su propia presa, pero el hombre diligente obtendrá preciosa riqueza. 28 Aquellos que caminan de la manera correcta encuentran vida y en su camino no hay muerte.

13

1 Un hijo sabio escucha la instrucción de su padre, pero un burlador no va a escuchar la reprensión. 2 De los frutos de su boca, una persona disfruta las cosas buenas, pero el apetito de un traicionero es para violencia. 3 El que guarda su boca protege su vida, pero el que habla demasiado se arruinará a sí mismo. 4 El apetito de las personas perezosas desea mucho, pero no obtiene nada, pero el apetito de las personas diligentes será enriquecido satisfactoriamente. 5 La persona justa odia la mentira, pero una persona malvada se hace a sí mismo repugnante, y él hace lo que es vergonzoso. 6 La rectitud protege a aquellos que son impecables en sus caminos, pero la maldad aleja a aquellos que cometen pecado. 7 Hay quien se enriquece a sí mismo, pero no tiene nada en absoluto y hay quien lo da todo y sin embargo es verdaderamente rico. 8 El rescate de la vida de un hombre rico es su riqueza, pero una persona pobre no oye amenazas. 9 La luz de las personas justas regocija, pero la lámpara de las personas malvadas será apagada. 10 El orgullo solo produce conflicto, pero para aquellos que escuchan un buen consejo, allí hay sabiduría. 11 La riqueza disminuye cuando hay mucha vanidad, pero aquel que hace dinero trabajando con sus manos hará que su dinero crezca. 12 Cuando la esperanza es pospuesta, quebranta el corazón, pero un anhelo cumplido es un árbol de vida. 13 Aquel que desprecia la instrucción comoquiera estará sujeto a ella, pero aquel que honra el mandamiento será recompensado. 14 La enseñanza de una persona sabia es fuente de vida apartándola de las trampas de muerte. 15 La buena intuición gana favor, pero el camino del traicionero nunca acabará. 16 Las personas prudentes representan el conocimiento en cada decisión, pero un tonto exhibe su tontería. 17 Un mensajero malvado cae en problemas, pero un emisario fiel trae reconciliación. 18 Aquel que ignora la instrucción va a tener pobreza y vergüenza, pero honor vendrá a aquel que aprende de la corrección. 19 Un anhelo realizado es un deleite al apetito, pero los tontos odian apartarse de la maldad. 20 Camina con personas sabias y tú serás sabio, pero el compañero de los tontos sufrirá daño. 21 El desastre persigue a los pecadores, pero las personas justas son premiadas con bien. 22 Una buena persona deja una herencia a sus nietos, pero la riqueza de un pecador es guardada para las personas justas. 23 Un campo sin arar poseído por un pobre puede producir mucha comida, pero es barrido por la injusticia. 24 Aquel que no disciplina a su hijo, lo odia, pero aquel que ama a su hijo es cuidadoso en instruirlo. 25 Una persona justa come hasta que satisface su apetito, pero el estómago del malvado está siempre hambriento.

14

1 La mujer sabia construye su casa, pero una mujer tonta la derriba con sus propias manos. 2 Él que camina rectamente teme al SEÑOR, pero el que es deshonesto en sus caminos Lo desprecia. 3 De la boca del necio sale un retoño de su orgullo, pero los labios de los sabios los preservarán. 4 Donde no hay ganado, el pesebre está limpio, pero la abundancia de cultivo viene por la fuerza del buey. 5 Un fiel testigo no miente, pero un falso testigo respira mentiras. 6 Un burlador busca la sabiduría y no hay ninguna, pero el conocimiento llega fácilmente a aquel que discierne 7 Aléjate de la persona tonta porque no hallarás entendimiento en sus labios. 8 La sabiduría de la persona prudente es entender su propio camino, pero la locura de los tontos es la decepción. 9 Los tontos se burlan cuando la ofrenda de culpa es sacrificada, pero entre los rectos el favor es compartido. 10 El corazón conoce su propia amargura y ningún extraño comparte su gozo. 11 La casa de los malvados será destruida, pero la carpa de las personas rectas florecerá. 12 Hay un camino que parece correcto para el hombre, pero su final solo lleva hacia la muerte. 13 Un corazón puede reír pero aún sentir dolor y el gozo puede terminar siendo tristeza. 14 Aquel que no es fiel obtendrá lo que se merece, pero una persona buena obtendrá lo que es suyo. 15 El que es ingenuo lo cree todo, pero el hombre prudente razona sobre sus pasos. 16 Un hombre sabio teme y se aparta del mal, pero el tonto confiadamente descarta la advertencia. 17 Alguien que es rápido para enfadarse hace cosas tontas, y una persona que hace planes perversos es odiado. 18 El ingenuo hereda la tontería, pero las personas prudentes son coronadas con el conocimiento. 19 Las personas perversas se postran ante aquellos que son buenos y aquellos que son malvados se postrarán a las puertas de la persona justa. 20 La persona pobre es odiada aún por sus propios compañeros, pero las personas ricas tienen muchos amigos. 21 El que muestra desprecio por su vecino está pecando, pero aquel que muestra favor a los pobres es bendecido. 22 ¿No se descarrilan aquellos que planifican el mal? Pero aquellos que planifican el bien recibirán un pacto de fidelidad e integridad. 23 Con todo trabajo fuerte viene la ganancia, pero cuando solo se habla, se conduce a la pobreza. 24 La corona de las personas sabias es su riqueza, pero la locura de los tontos solo les trae más locura. 25 Un testigo confiable salva vidas, pero un testigo falso respira mentiras. 26 Cuando alguien le teme al SEÑOR, él tambien tiene mucha confianza en Él; estas cosas serán como un lugar fuerte de protección para los hijos de este hombre. 27 El temor al SEÑOR es una fuente de vida para que una persona se aparte de las trampas de la muerte. 28 La gloria de un rey se encuentra en el gran número de sus personas, pero sin personas el príncipe está arruinado. 29 Una persona paciente tiene gran entendimiento, pero la persona que se enfada rápido exalta la locura. 30 Un corazón tranquilo es vida para el cuerpo, pero la envidia pudre los huesos. 31 Aquel que oprime a los pobres maldice a su Creador, pero aquel que muestra favor al necesitado lo honra. 32 La persona malvada es derrotada por sus malas acciones, pero la persona justa tiene refugio aún en la muerte. 33 La sabiduría descansa en el corazón del que discierne, pero aún en medio de los tontos ella se hace conocer. 34 Haciendo lo correcto se exalta una nación, pero el pecado es una desgracia para cualquier persona. 35 El favor del rey está con el sirviente que actúa con prudencia, pero su enojo es para aquel que actúa vergonzosamente.

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1 Una respuesta afable calma la ira, pero una respuesta fuerte provoca enojo. 2 La lengua de las personas sabias complementa al conocimiento, pero la boca de los tontos derrama locura. 3 Los ojos del SEÑOR están en todos lados, manteniendo la mirada sobre el malvado y el bueno. 4 Una lengua sanadora es un árbol de vida, pero una lengua engañadora aplasta al espíritu. 5 Un tonto desprecia la enseñanza de su padre, pero aquel que aprende de la corrección es prudente. 6 En la casa de la persona justa, hay gran tesoro, pero las ganancias de la persona malvada le dan problema. 7 Los labios de las personas sabias dispersan conocimiento, pero no así el corazón de los tontos. 8 El SEÑOR odia los sacrificios de la gente malvada, pero la oración de la gente recta es Su deleite. 9 El SEÑOR odia el camino de la gente malvada, pero ama a aquel que persigue lo correcto. 10 La disciplina fuerte le espera a cualquiera que abandone el camino y aquel que odie la corrección morirá. 11 El Seol y la destrucción están expuestas ante el SEÑOR; ¿cuánto más el corazón de los hijos de la humanidad? 12 El burlador resiente la corrección; él no irá a los sabios. 13 Un corazón contento alegra el rostro, pero la angustia aplasta al espíritu. 14 El corazón del que discierne busca el conocimiento, pero la boca del tonto se alimenta de la locura. 15 Todos los días de la gente oprimida son miserables, pero el corazón alegre tiene un festín eterno. 16 Mejor es poco con el temor del SEÑOR que gran tesoro con confusión. 17 Mejor es una comida con vegetales donde hay amor, que un ternero cebado servido con odio. 18 Un hombre enojado provoca discusiones, pero una persona que es lenta para el enojo calma una pelea. 19 El sendero del perezoso es como una lugar con un cerco de espinas, pero el sendero del recto es una carretera en progreso. 20 Un hijo sabio trae gozo a su padre, pero una persona tonta desprecia a su madre. 21 La locura deleita a una persona que carece de sentido, pero aquel que tiene entendimiento camina en un paso recto. 22 Los planes van mal donde no hay consejo, pero con numerosos consejeros ellos tienen éxito. 23 Una persona encuentra gozo cuando da una respuesta pertinente; ¡cuán buena es una palabra oportuna! 24 El sendero de la vida lleva hacia arriba a la gente prudente para que ellos puedan alejarse del Seol abajo. 25 El SEÑOR arranca el legado del orgulloso, pero Él protege la propiedad de la viuda. 26 El SEÑOR odia los pensamientos de la gente malvada, pero las palabras de bondad son puras. 27 El ladrón trae problema a su familia, pero aquel que odia el chantaje vivirá. 28 El corazón de la persona justa, pondera antes sus respuestas, pero la boca de la gente malvada derrama toda su maldad. 29 El SEÑOR está lejos de la gente malvada, pero Él escucha la oración de la gente justa. 30 La luz de los ojos trae alegría al corazón y las buenas noticias son salud para el cuerpo. 31 Si tu prestas atención cuando alguien te corrige cómo vives, tú te mantendrás entre la gente sabia. 32 Aquel que rechaza la disciplina se desprecia a sí mismo, pero aquel que escucha la corrección gana entendimiento. 33 El temor al SEÑOR enseña que la sabiduría y la humildad vienen antes que el honor.

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1 Los planes del corazón pertenecen a una persona, pero del SEÑOR viene la respuesta de Su lengua. 2 Todos los caminos de una persona son puros ante sus propios ojos, pero el SEÑOR pesa los espíritus. 3 Encomienda tus obras al SEÑOR y tus planes tendran éxito. 4 El SEÑOR ha hecho todo para su propósito, hasta al malvado para el día del mal. 5 El SEÑOR odia a todo al que tiene un corazón arrogante, pero asegúrate de esto, ellos no quedarán sin castigo. 6 Por la fidelidad y la confiabilidad del pacto, la iniquidad es expiada, para que por el temor al Señor, el pueblo se apartará del mal. 7 Cuando los caminos de una persona son agradables al SEÑOR, Él hace que aún los enemigos de esa persona estén en paz con él. 8 Mejor es un poco con lo que es justo, que un gran ingreso con injusticia. 9 En su corazón una persona planifica su camino, pero el SEÑOR dirige sus pasos. 10 Decisiones profundas están en los labios de un rey; su boca no debe traicionar la justicia. 11 Las balanzas fiables vienen del SEÑOR; todas las pesas en la bolsa son Su obra. 12 Cuando los reyes hacen cosas malvadas, eso es algo despreciable, pues un trono es establecido haciendo lo que es correcto. 13 Un rey se deleita con labios que dicen lo que está bien y él ama al que habla directamente. 14 El furor de un rey es un mensajero de muerte pero un hombre sabio tratará de calmar su ira. 15 En la luz del rostro de un rey hay vida y su favor es como una nube que trae lluvia de primavera. 16 Cuánto mejor es adquirir la sabiduría que el oro. Adquirir entendimiento se debe escojer más que la plata. 17 La senda de la gente recta se aparta del mal; aquel que protege su vida guarda su camino. 18 El orgullo viene antes de la destrucción y un espíritu arrogante antes de una caída. 19 Es mejor ser humilde entre las personas pobres que dividir el botín con personas orgullosas. 20 El que contempla lo que se le enseña encontrará lo que es bueno, y aquellos que confían en el SEÑOR serán bendecidos. 21 El que es sabio de corazón es llamado alguien que discierne y la dulzura del habla mejora la habilidad para enseñar. 22 El entendimiento es una fuente de vida para el que lo tiene, pero la instrucción de los necios es su necedad. 23 El corazón de una persona sabia da lucidez a su boca y añade persuasión a sus labios. 24 Las palabras agradables son un panal de miel, dulce al alma y curativas a los huesos. 25 Hay un camino que parece derecho al hombre, pero su final es el camino a la muerte. 26 El apetito del trabajador trabaja para él; su hambre lo impulsa. 27 La persona inútil desentierra la maldad y sus palabras son como fuego abrasador. 28 Una persona perversa provoca el conflicto y un chismoso separa a los amigos cercanos. 29 Un hombre de violencia miente a su vecino y lo guía por un camino que no es bueno. 30 El que guiña el ojo está tramando cosas perversas; aquellos que aprietan los labios traerán el mal. 31 El cabello gris es una corona de gloria; se adquiere viviendo de la manera correcta. 32 Es mejor ser lento para la ira que ser un guerrero y aquel que domina su espíritu es más fuerte que el que conquista una ciudad. 33 La suerte se arroja al regazo, pero la decisión es del SEÑOR.

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1 Es mejor quedarse callado con un bocado de pan seco, que una casa llena de banquetes con contienda. 2 Un siervo sabio gobernará sobre un hijo que actúa desvergonzadamente y compartirá la herencia como uno de sus hermanos. 3 El crisol es para la plata y el horno para es para el oro, pero el SEÑOR refina corazones. 4 Una persona que hace maldad, presta atención a los labios malvados; un mentiroso presta su oído a la lengua destructiva. 5 Quienquiera que se burla del pobre insulta a su Hacedor, y aquel que se regocija en la desgracia no quedará sin castigo. 6 Los nietos son corona de los ancianos y los padres traen honor a sus niños. 7 El discurso elocuente no es apropiado para un tonto; mucho menos los labios mentirosos son apropiados para la realeza. 8 Un soborno es como una piedra mágica para el que lo da; dondequiera que él va, él triunfa. 9 Quienquiera que pasa por alto una ofensa busca el amor, pero el que repite un asunto, aparta amigos cercanos. 10 Una reprensión va más profundo dentro de una persona que tiene entendimiento, que cien azotes que se le den a un tonto. 11 Una persona malvada solo busca rebelión, así que un mensajero cruel será enviado contra él. 12 Es mejor encontrar a una osa a la que le robaron sus cachorros que encontrar a un tonto en su tontería. 13 Cuando alguien devuelve mal por bien, el mal nunca dejará su casa. 14 El principio del conflicto es como él que suelta agua por todas partes, así que aléjate de la disputa antes de que ésta comience. 15 Cualquiera que absuelva al malvado o condene a la persona justa, ambos son abominación al SEÑOR. 16 ¿Por qué un tonto debe pagar dinero para aprender acerca de la sabiduría, cuando él no tiene la habilidad para aprenderla? 17 Un amigo es amoroso en todo tiempo y un hermano nace para tiempos de problemas. 18 Un hombre insensato hace promesas comprometedoras y se ata a las deudas de su vecino. 19 Quienquiera que ama el conflicto ama el pecado; aquel que hace que el umbral de su puerta sea muy alto causa que los huesos se quebranten. 20 Una persona que tiene un corazón torcido no encuentra nada que sea bueno; el que tiene una lengua perversa cae en calamidad. 21 Quienquiera que sea pariente de un tonto, trae dolor sobre sí mismo; y el padre de un tonto no tiene alegría. 22 Un corazón alegre es buena medicina, pero un espíritu quebrantado seca los huesos. 23 Un hombre malvado acepta un soborno secreto para pervertir los caminos de justicia. 24 El que tiene entendimiento se enfoca hacia la sabiduría, pero los ojos de un tonto, se enfocan en los confines de la tierra. 25 Un hijo tonto es un dolor para su padre y amargura para la mujer que lo parió. 26 También, nunca es bueno castigar a la persona justa; ni tampoco es bueno azotar al hombre noble que tiene integridad. 27 Él que tiene conocimiento usa pocas palabras y él que tiene entendimiento es razonable. 28 Aún un tonto es considerado sabio si se mantiene en silencio; cuando él mantiene su boca cerrada, él es considerado inteligente.

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1 Él que se aísla a sí mismo busca su propio deseo y pelea contra todo buen juicio. 2 Un necio no encuentra placer en el entendimiento, sino solamente en revelar lo que está dentro de su propio corazón. 3 Cuando una persona malvada viene, el desprecio viene con él-- junto a la vergüenza y al reproche. 4 Las palabras de la boca de un hombre son aguas profundas; la fuente de la sabiduría es una corriente que fluye. 5 No es bueno ser parcial hacia la persona malvada, ni negarle la justicia a la persona justa. 6 Los labios de un necio le traen conflicto y su boca invita una a paliza. 7 La boca de un necio es su ruina y él se atrapa a sí mismo con sus labios. 8 Las palabras de un chisme son como bocados deliciosos y bajan a las partes internas del cuerpo. 9 También, él que es perezoso en su trabajo es un hermano para el que más destruye. 10 El nombre del SEÑOR es una torre fuerte; la persona justa corre hacia ella y está segura. 11 La riqueza del rico es su ciudad fortificada y en su imaginación es como una muralla alta. 12 Antes de su caída, el corazón de una persona es orgulloso, pero la humildad viene antes que el honor. 13 Él que responde antes de escuchar-- eso es su locura y vergüenza. 14 El espíritu de una persona sobrevivirá a la enfermedad, pero un espíritu quebrantado, ¿quién lo soporta? 15 El corazón del inteligente adquiere conocimiento y el oído de los sabios lo buscan. 16 El regalo de un hombre puede abrir el camino y traerlo delante de una persona importante. 17 El primero en defender su caso parece tener la razón, hasta que su adversario viene y lo cuestiona. 18 Echar la suerte resuelve disputas y separa a los oponentes fuertes. 19 Es más difícil ganarse a un hermano ofendido que a una cuidad fuerte y las disputas son como las barras de un castillo. 20 Del fruto de su boca, se llena el estómago; con la cosecha de sus labios él se satisface. 21 La muerte y la vida son controladas por la lengua, y aquellos que aman la lengua comerán de su fruto. 22 El que encuentra a una esposa, encuentra una cosa buena y recibe el favor del SEÑOR. 23 Una persona pobre ruega por la misericordia, pero una persona rica responde bruscamente. 24 El que adquire a muchos amigos es llevado a la ruina por ellos, pero hay un amigo que viene a ser más fiel que un hermano.

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1 Mejor es una persona pobre que camina en su integridad que el que es perverso en su hablar y es un tonto. 2 También, no es bueno tener deseo sin conocimiento y el que corre muy rápido, pierde el sendero. 3 La tontería de una persona arruina su vida y su corazón se enfurece contra el SEÑOR. 4 La riqueza añade a muchos amigos, pero una persona pobre es separada de sus amigos. 5 Un falso testigo no quedará sin castigo y aquel que respira mentiras no escapará. 6 Muchos pedirán un favor de una persona generosa y todos son amigos de aquel que da regalos. 7 Todos los hermanos de un hombre pobre lo odian; ¡cuánto más se irán sus amigos lejos de él! Él los llama, pero ellos se han ido. 8 Él que obtiene sabiduría ama su propia vida; él que guarda entendimiento encontrará lo que es bueno. 9 Un falso testigo no quedará sin castigo, pero el que respira mentiras perecerá. 10 No es adecuado para un tonto vivir en lujos, mucho menos para un esclavo gobernar sobre príncipes. 11 La discreción hace a una persona lenta para el enojo y es su gloria dejar pasar una ofensa. 12 La ira de un rey es como el rugir de un león joven, pero su favor es como rocío sobre la hierba. 13 Un hijo tonto es ruina para su padre y una esposa peleona es una gota de agua goteando constantemente. 14 Una casa y la riqueza se heredan de los padres, pero una esposa prudente es del SEÑOR. 15 La pereza lanza a una persona a un sueño profundo, pero el que no está dispuesto a trabajar, pasará hambre. 16 El que obedece el mandato guarda su vida, pero la persona que no piensa sobre la manera en que vive morirá. 17 Cualquiera que es amable con los pobres le presta al SEÑOR, y Él lo retribuye por lo que él haya hecho. 18 Disciplina a tu hijo, mientras haya esperanza, y no pongas tu deseo en matarlo. 19 Una persona temperamental debe pagar la penalidad; si tú lo rescatas, lo tendrás que hacer una segunda vez. 20 Escucha consejo y acepta instrucción para que así puedas convertirte en sabio al final de tu vida. 21 Muchos son los planes en el corazón de una persona, pero el propósito del SEÑOR es el que se impondrá. 22 La lealtad es lo que una persona desea y una persona pobre es mejor que un mentiroso. 23 La honra al SEÑOR guía a las personas a la vida; cualquiera que la tenga será satisfecho y no sufrirá por daño. 24 El haragán entierra su mano en el plato; él ni siquiera la volverá a traer a su boca. 25 Golpea a un burlador, y la persona ingenua se volverá prudente; disciplina al que discierne, y él ganará conocimiento. 26 El que roba a su padre y persigue a su madre es un hijo que trae vergüenza y reproche. 27 Hijo mio, si tú cesas de escuchar instrucción, tú te apartarás de las palabras de conocimiento. 28 Un testigo corrupto se burla de la justicia, y la boca del malvado traga iniquidad. 29 La condenación está lista para los burladores y la paliza para las espaldas de los tontos.

20

1 El vino es burlador y la bebida fuerte es alborotadora; cualquiera que se desvía por causa de la bebida no es sabio. 2 El temor de un rey es como el temor de un león cachorro que está rugiendo; quien lo hace enojar pierde su vida. 3 Es un honor para cualquiera el evitar el conflicto, pero todo tonto salta hacia un argumento. 4 La persona perezosa no ara en otoño; él busca cultivo en tiempo de cosecha, pero no lo hallará. 5 El propósito en el corazón humano es como aguas profundas, pero alguien con entendimiento lo sacará. 6 Muchas personas proclama que son leales, pero ¿quién puede encontrar a uno que sea fiel? 7 La persona justa camina en su integridad y sus hijos serán bendecidos. 8 Un rey que se sienta en el trono realizando los deberes de un juez está discerniendo todo el mal que está frente a él. 9 ¿Quién puede decir: "Yo he mantenido mi corazón limpio; yo estoy libre de mi pecado?" 10 Pesos discrepantes y medidas desiguales-- el SEÑOR los odia a ambos. 11 Inclusive a un joven se le conoce por sus acciones, ya sea por su conducta pura y recta. 12 Oídos que oyen y ojos que ven--- el SEÑOR los hizo a ambos. 13 No ames el sueño o te sobrevendrá la pobreza; abre tus ojos y tendrás comida en abundancia. 14 "¡Malo! ¡Malo!" dice el comprador, pero cuando él se va, él presume. 15 Hay oro y una abundancia de piedras costosas, pero los labios de entendimiento son piedras preciosas. 16 Toma una vestimenta de aquel que haya puesto fianza para un extranjero, y manténla en garantía cuando él ponga fianza para una mujer inmoral. 17 El pan adquirido por engaño sabe dulce, pero después su boca estará llena de gravilla. 18 Los planes son establecidos por causa del consejo y solamente con dirección sabia deberás hacer la guerra. 19 Un chisme revela secretos así que no deberías asociarte con personas que hablen demasiado. 20 Si una persona maldice a su padre o a su madre, su lámpara será extinguida en medio de la oscuridad. 21 Una herencia recibida antes de tiempo al final hará menos bien. 22 No digas: "¡Yo te pagaré por este mal!" Espera al SEÑOR y Él te rescatará. 23 El SEÑOR odia los pesos desiguales, y las escalas deshonestas no son buenas. 24 Los pasos de una persona son dirigidos por el SEÑOR; ¿cómo entonces puede él entender su camino? 25 Es una trampa para una persona decir apresuradamente: "Esta cosa es santa," y comenzar a pensar acerca de lo que significa solamente después de hacer su voto. 26 Un rey sabio separa a los malvados y gira una rueda de trillar sobre ellos. 27 El espíritu de una persona es la lámpara del SEÑOR escudriñando todas sus partes más internas. 28 El pacto de fidelidad y honradez conservan al rey; su trono es hecho seguro por el amor. 29 La gloria de un hombre joven es su fuerza y el esplendor de las personas mayores es su cabello gris. 30 Los golpes que hacen que una herida limpie de la maldad, y las palizas hacen limpias las partes más internas.

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1 El corazón del rey es una corriente de agua en la mano del SEÑOR; Él lo mueve dondequiera que Él desee. 2 El camino de cada persona es correcto en sus propios ojos, pero es el SEÑOR quien pesa los corazones. 3 El hacer lo que es correcto y justo es más aceptable para el SEÑOR que el sacrificio. 4 Los ojos arrogantes y un corazón orgulloso - la lámpara del malvado - son pecado. 5 Los planes del diligente llevan sólo a la prosperidad, pero todo el que actúe rápidamente llega solo a la pobreza. 6 Adquirir riquezas por una lengua mentirosa es un vapor pasajero y una trampa que mata. 7 La violencia de los malvados los arrastrará lejos porque ellos se niegan a hacer lo que es justo. 8 El camino de una persona culpable es torcido, pero el que es puro hace lo que es correcto. 9 Es mejor vivir en una esquina del techo que en una casa compartida con una esposa peleona. 10 El apetito de los malvados ansía la maldad; su vecino no ve amabilidad en sus ojos. 11 Cuando el burlador es castigado, el ingenuo se vuelve sabio, y cuando la persona sabia es instruída, él se aferra al conocimiento. 12 La persona justa vigila la casa de la persona malvada; él lleva a las personas malvadas al desastre. 13 El que cierra sus oídos al llanto de los pobres, él también llorará, pero no se le contestará. 14 Un regalo en secreto calma el enojo y un regalo oculto calma la fuerte ira. 15 Cuando se hace justicia, trae alegría a la persona justa, pero trae terror a los malhechores. 16 El que vaga fuera del camino del entendimiento, él descansará en la asamblea de los muertos. 17 Cualquiera que ame el placer se hará pobre; el que ama el vino y el aceite no será rico. 18 Una persona malvada es un rescate para la persona justa, y la persona traicionera es un rescate para las personas rectas. 19 Es mejor vivir en el desierto que con una esposa peleona y enojada. 20 Tesoro precioso y aceite están en la casa de los sabios, pero un hombre necio los desperdicia. 21 El que hace lo correcto y es amable; esta persona encuentra la vida, la justicia, y el honor. 22 Un hombre sabio escala la ciudad de los poderosos, y él derriba la fortaleza en la que ellos confiaron. 23 Cualquiera que guarde su boca y su lengua, se mantiene a sí mismo fuera de problemas. 24 La persona orgullosa y arrogante, "Burlador" es su nombre, actúa con arrogancia. 25 El deseo del perezoso lo mata porque sus manos se niegan a trabajar. 26 Durante todo el día él anhela y anhela más, pero la persona justa da y no se aguanta. 27 El sacrificio del malvado es detestable; es aún más detestable cuando él lo trae con motivos malvados. 28 Un falso testigo perecerá, pero el que escucha hablará por siempre. 29 Un hombre malvado endurece su rostro, pero una persona recta está segura de sus caminos. 30 No hay sabiduría, no hay entendimiento y no hay consejo que pueda estar en contra del SEÑOR. 31 El caballo está preparado para el día de la batalla, pero la victoria le pertenece al SEÑOR.

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1 Un buen nombre debe ser elegido por encima de grandes riquezas y el favor es mejor que la plata y el oro. 2 Las personas ricas y pobres tienen esto en común-- el SEÑOR es el hacedor de todos ellos. 3 Un hombre prudente ve el problema y se esconde, pero el ingenuo va y sufre por eso. 4 La recompensa por la humildad y el temor al SEÑOR es la riqueza, honor y vida. 5 Espinas y trampas se encuentran en el camino del perverso; quien sea que guarde su vida se mantendrá lejos de ellos. 6 Enséñale a un niño el camino por el que debe ir, y cuando sea viejo no se apartará de esa instrucción. 7 Los ricos gobiernan a los pobres y el que toma prestado es esclavo del que presta. 8 El que siembra la injusticia cosechará problemas y la vara de su furia se desvanecerá. 9 El que tiene un ojo generoso será bendecido, pues él comparte su pan con el pobre. 10 Aleja al burlador, y sale fuera la discordia; los conflictos y los insultos cesarán. 11 El que ama un corazón puro y cuyo discurso es amable, él tendrá al rey como su amigo. 12 Los ojos del SEÑOR vigilan el conocimiento, pero Él derriba las palabras de los traicioneros. 13 Las persona perezosa dice: "¡Hay un león en la calle! Yo seré asesinado en los lugares abiertos." 14 La boca de una adúltera es un hoyo profundo; la ira del SEÑOR es provocada contra cualquiera que caiga en él. 15 La tontería está ligada al corazón de un niño, pero la vara de la disciplina la aleja. 16 El que oprima a las personas pobres para aumentar su riqueza, o le de a las personas rica, vendrá a la pobreza. 17 Inclina tu oído y escucha las palabras del sabio y aplica tu corazón a mi conocimiento, 18 pues será placentero para ti si las mantienes dentro de ti, si todas ellas están listas en tus labios. 19 Para que tu confianza pueda estar en el SEÑOR, yo te las enseño hoy-- incluso a ti. 20 ¿No he escrito para ti treinta dichos de instrucción y conocimiento, 21 para enseñarte verdad en estas palabras confiables, para que tú puedas dar respuestas confiables a quienes te enviaron? 22 No le robes al pobre porque él es pobre, ni aplastes al necesitado en la puerta, 23 porque el SEÑOR defenderá su caso, y Él le robará la vida a los que le roben a ellos. 24 No te hagas amigo del que es gobernado por la ira y tú no debes andar con uno que se enfurece, 25 o aprenderás sus caminos y tomarás carnada para tu alma. 26 No seas uno que golpeas las manos con quien haces una promesa, o que pone una fianza para las deudas. 27 Si te hacen falta los medios para pagar, ¿qué le puede impedir a alguien quitarte la cama debajo de ti? 28 No remuevas la antigua piedra de la conlindancia que tus padres han establecido. 29 ¿Ves a un hombre hábil en su trabajo? Él estará de pie ante reyes; él no estará de pie ante la gente común.

23

1 Cuando te sientas a comer con un gobernante, observa cuidadosamente lo que está delante de ti, 2 y pon un cuchillo a tu garganta si eres una persona que gusta de comer mucha comida. 3 Que no se te antoje sus delicias, porque es comida de mentiras. 4 No trabajes demasiado fuerte para obtener riquezas; sé suficientemente sabio para saber cuando detenerte. 5 ¿Dejarás que tus ojos se enciendan sobre ellas? Ella desaparecerá porque seguramente tomará alas como un águila y volará al cielo. 6 No comas la comida de uno con ojo malvado- y no apetezcas sus delicias, 7 porque él es la clase de hombre que cuenta el precio de la comida. "¡Come y bebe!" él te dice a ti, pero su corazón no está contigo. 8 Vomitarás lo poco que has comido y habrás desperdiciado tus elogios. 9 No hables en la presencia de un tonto porque él despreciará la sabiduría de tus palabras. 10 No muevas una piedra antigua de colindancia o invadas en los campos de huérfanos, 11 porque el Redentor de ellos es fuerte y Él defenderá su caso contra tí. 12 Aplica tu corazón a la instrucción y tus oídos a las palabras del conocimiento. 13 No retengas instrucción de un niño porque si lo disciplinas, él no morirá. 14 Eres tú quien debe golpearlo con la vara y salvar su alma del Seol. 15 Hijo mio, si tu corazón es sabio, entonces mi corazón también estará contento; 16 mi ser más interno se regocijará cuando tus labios hablen lo que es correcto. 17 No dejes que tu corazón envidie a los pecadores, pero continúa en el temor del SEÑOR todo el día. 18 Seguramente hay un futuro y tu esperanza no será quitada. 19 ¡Escucha- tú! - hijo mio, y sé sabio y dirige tu corazón en el camino. 20 No te asocies con borrachos, o con glotones que comen carnes 21 porque el borracho y el glotón se vuelven pobres y el sueño los vestirá con harapos. 22 Escucha a tu padre que te engendró y no desprecies a tu madre cuando sea vieja. 23 Compra la verdad, pero no la vendas; compra sabiduría, instrucción, y entendimiento. 24 El padre de la persona justa se regocijará grandemente, y él que procrea un hijo sabio se alegrará en él. 25 Deja que tu madre y tu padre se alegren y deja que la que te concibió, se regocije. 26 Hijo mio, dame tu corazón y deja que tus ojos observen mis caminos. 27 Porque una prostituta es un abismo profundo, y una mujer inmoral es un pozo estrecho. 28 Ella yace a la espera como un ladrón y ella aumenta el número de los traicioneros entre la humanidad. 29 ¿Quién tiene aflicción? ¿Quién tiene tristeza? ¿Quién tiene peleas? ¿Quién tiene quejas? ¿Quién tiene heridas sin razón? ¿Quién tiene ojos ensangrentados? 30 Los que persisten sobre el vino, los que prueban el vino mixto. 31 No mires el vino cuando esté rojo, cuando brille en la taza y baje suavemente. 32 A lo último, muerde como una serpiente y pica como una culebra. 33 Tus ojos verán cosas extrañas y tu corazón pronunciará cosas perversas. 34 Tú serás como uno que duerme en alta mar o se acuesta en lo alto del mástil. 35 "Ellos me pegaron," tú dirás, "pero no fui herido. Ellos me golpearon, pero yo no lo sentí. ¿Cuándo me levantaré? Yo buscaré otra bebida."

24

1 No seas envidioso de los que son malignos, ni desees asociarte con ellos 2 porque sus corazones traman violencia y sus labios hablan sobre problemas. 3 Con la sabiduría una casa es construida y por el entendimiento es establecida. 4 Por conocimiento los cuartos son llenos con todas preciosas y placenteras riquezas. 5 Un guerrero de la sabiduría es fuerte, y un hombre de conocimiento incrementa su fuerza; 6 pues por sabia dirección puedes pelear tu guerra y con muchos consejeros hay victoria. 7 La sabiduría es muy elevada para un tonto; en la puerta él no abre su boca. 8 Hay uno que planea hacer el mal, la gente lo llama un maestro de intrigas. 9 Un plan tonto es pecado y los hombres desprecian a un burlador. 10 Si te vuelves débil con miedo en el día del problema, entonces tu fuerza es poca. 11 Rescata a los que son llevados a morir y guarda a los que se tambalean ante la masacre. 12 Si tú dices: "Mira, nosotros no sabíamos nada sobre esto," ¿acaso el que pesa el corazón no entiende lo que quieres decir? El que guarda tu vida, ¿no lo sabe? ¿No le dará Dios a cada uno lo que merece? 13 Hijo mío, come miel porque es buena, porque las gotas del panal son dulces a tu paladar. 14 Así es la sabiduría para tu alma, si la encuentras, habrá un futuro y tu esperanza no será cortada. 15 No te quedes esperando como la persona malvada que ataca la casa de la persona justa. ¡No destruyas su hogar! 16 Pues la persona justa se cae siete veces y se levanta otra vez, pero la gente malvada son derrumbadas por calamidad. 17 No celebres cuando tu enemigo caiga y no permitas que tu corazón se alegre cuando él se tropieza, 18 o el SEÑOR lo verá y desaprobará y quitará su ira de él. 19 No te preocupes por los malhechores, y no envidies a la gente malvada, 20 pues la persona malvada no tiene futuro y la lámpara del malvado se apagará. 21 Hijo mío, teman al SEÑOR, y teman al rey; no te asocies con los que se rebelan en contra de ellos, 22 pues de pronto su desastre vendrá y, ¿quién sabe el alcance de la destrucción que vendrá de los dos? 23 Estos también son dichos de los sabios. La parcialidad en el juicio de un caso en ley no es buena. 24 Quien sea que diga a la persona malvada: "Eres una persona justa," será maldito por pueblos y odiado por naciones. 25 Pero los que disciplinan a los malvados tendrán deleite y regalos de bondad le llegarán. 26 El que da una contestación honesta, da un beso en los labios. 27 Prepara tu trabajo de cultivo y prepara todo para ti en el campo; y después de eso construye tu casa. 28 No des testimonio falso en contra de tu vecino sin causa y no engañes con tus labios. 29 No digas: "Le haré a él lo que me ha hecho el a mí; le devolveré a él lo que ha hecho." 30 Pasé por el campo de un hombre perozoso pasando el viñedo del hombre insensato. 31 Las espinas habían crecido por todos lados; el suelo estaba cubierto de ortigas, y su pared de piedra estaba derribada. 32 Entonces lo vi y lo consideré; yo miré y recibí instrucción. 33 Dormir un poco, cabecear un poco, doblar las manos un poco para descansar, 34 y la pobreza y tus necesidades llegarán marchando sobre ti como un soldado armado.

25

1 Éstos son más proverbios de Solomón, copiados por los hombres de Ezequías, rey de Judá. 2 Es la gloria de Dios encubrir un asunto, pero es la gloria de los reyes investigarlo. 3 Como los cielos son para las alturas y la tierra es para la profundidad, así es el corazón de los reyes de inescrutable. 4 Remueve la escoria de la plata, y el trabajador de metal puede usar la plata en su arte. 5 Así que, remueve gente malvada de la presencia del rey, y su trono será establecido haciendo lo que es correcto. 6 No te hagas honor a tí mismo en la presencía del rey y no te pares en el lugar designado para las personas importantes. 7 Es mejor que él te diga: "Ven sube acá," a que él te humille ante un noble. 8 Lo que has observado no lo lleves rápido a juicio. Pues ¿Qué harás al final cuando tú vecino te avergüence? 9 Discute tu caso entre tú y tu vecino y no divulgues el secreto de otro, 10 sino el que te escucha traerá vergüenza y un informe malvado sobre tí que no se podrá silenciar. 11 Manzanas de oro en envases de plata es una palabra hablada en la situación correcta. 12 Una sortija de oro o una prenda hecha de oro fino es una sabía reprensión al oído atento. 13 Como el frío de la nieve en tiempos de cosecha es un mensajero fiel para los que lo enviaron; él le devuelve la vida a sus amos. 14 Nubes y viento sin lluvia es él que se jacta acerca de los regalos que él no da. 15 Con paciencia un jefe se puede persuadir; y una lengua suave puede quebrantar un hueso. 16 Si encuentras miel, come sólo lo necesario, -- de lo contrario, si comes mucha de ella, la vomitarás. 17 No pongas tu pie en la casa de tu vecino muy a menudo, él podrá cansarse de tí y odiarte. 18 Una persona que da un testimonio falso contra su vecino es como un mazo usado en la guerra, o una espada aguda o una flecha puntiaguda. 19 Un hombre infiel en el que uno confía en tiempos de problemas es como un diente dañado o un pie que resbala. 20 Como una persona que se quita la ropa en el tiempo frío, o como vinagre derramado sobre carbonato de soda, es el que canta canciones a un corazón triste. 21 Sí tu enemigo tiene hambre, dale comida para comer, y sí tiene sed, dale agua para beber, 22 porque le echarás palas de carbones encendidos sobre su cabeza y Él SEÑOR te recompesará. 23 Tan seguro como el viento del norte trae lluvia, así mismo una lengua que cuenta secretos, dará como resultado caras de enojo. 24 Es mejor vivir en una esquina del techo que en una casa compartida con una esposa peleona. 25 Como aguas frias para el que tiene sed, así son las buenas noticias de un país lejano. 26 Como un manantial turbio o una fuente en ruinas es una persona justa vacilante ante personas malvadas. 27 No es bueno comer demasiada miel; eso es como estar buscando honor tras honor. 28 Una persona sin autocontrol es como una ciudad agrietada y sin murallas.

26

1 Como nieve en el verano o lluvia en la cosecha, así mismo un tonto no merece honor. 2 Como el gorrión revolotea y la golondrina se lanzan mientras vuelan, así mismo una maldición inmerecida no se posa. 3 Un latigazo es para el caballo, una brida es para el burro y una vara es para la espalda de los tontos. 4 No contestes a un tonto según su necedad o te volverás como él. 5 Contéstale a un tonto y únete a su necedad, así él no se volverá sabio en sus propios ojos. 6 Cualquiera que envíe un mensaje de la mano de un tonto se corta a sí mismo sus propios pies y bebe violencia. 7 Como las piernas de un paralítico que cuelgan hacia abajo, es un proverbio en la boca de los tontos. 8 Como atar una roca en una honda es dar honor a un tonto. 9 Como una espina penetra en la mano de un borracho es un proverbio en la boca de los tontos. 10 Como un arquero que hiere a todos a su alrededor, es aquel que emplea a un tonto o a cualquiera que pase. 11 Como un perro que regresa a su propio vómito, así es un tonto que repite su necedad. 12 ¿Ves a alguien que sea sabio en sus propios ojos? Hay más esperanza para un tonto que para él. 13 La persona perezosa dice: ''¡Hay un león en el camino! ¡Hay un león entre los espacios abiertos!'' 14 Así como la puerta gira en sus goznes, así es la persona perezosa sobre su cama. 15 La persona perezosa pone su mano en el plato y todavía no tiene fuerza para levantarla a su boca. 16 La persona perezosa es sabia en sus propia opinión más que siete hombres con discernimiento. 17 Como uno que agarra las orejas de un perro es el caminante que se enoja sobre una disputa que no es suya. 18 Como un loco que dispara flechas prendidas en fuego, 19 es aquel que engaña a su vecino y dice: ''¿No estaba yo diciendo una chiste?'' 20 Por falta de madera, el fuego se apaga; y donde no hay chismosos la pelea cesa. 21 Como el carbón es para los carbones encendidos y la madera es para el fuego, así es una persona peleona para encender conflictos. 22 Las palabras del chismoso son como bocados deliciosos; que bajan a las partes más internas del cuerpo. 23 Como el recubrimiento de esmalte a una vasija de barro, así son los labios ardientes y un corazón malvado. 24 El que odia a otros disfraza sus sentimientos con sus labios y se engaña a sí mismo. 25 Él hablará graciosamente, pero no le creas a él, pues hay siete abobinaciones en su corazón. 26 Aunque su odio esté cubierto con decepción, su maldad será expuesta en la asamblea. 27 Quien cava un pozo caerá en él, y la piedra retrocederá hacia el que la empuja. 28 Una lengua mentirosa odia a la gente que abate y una boca halagadora trae ruina.

27

1 No presumas acerca del mañana, pues tú no sabes lo que un día pueda traer. 2 Deja que otro te alabe y no tu propia boca; un extraño y no tus propios labios. 3 Considera lo pesado de la roca y lo peso de la arena-- la provocación de un tonto es pesa más que ambas. 4 Exise la crueldad de la rabia y el torrente de ira, pero ¿quién puede permanacer de pie ante los celos? 5 Es mejor una reprensión expuesta que un amor oculto. 6 Confiables son las heridas causadas por un amigo, pero un enemigo puede engañarte besándote abundantemente. 7 Una persona que ha comido al máximo rechaza hasta la miel, pero para la persona hambrienta toda cosa amarga es dulce. 8 Como una ave que se aleja de su nido es un hombre que se aleja de donde vive. 9 El perfume y el incienso hacen al corazón regocijarse, pero la dulzura de un amigo proviene de su consejo sincero. 10 No olvides a tu amigo y al padre de tu amigo, y no vayas a la casa de tu hermano en el día de tu calamidad. Mejor es un vecino que esté cerca que un hermano que esté lejos. 11 Sé sabio, hijo mío, y haz que mi corazón se regocije; entonces le daré una respuesta al que se burle de mí. 12 Un hombre prudente ve problemas y se esconde, pero las personas ingenuas van y sufren a causa de eso. 13 Toma una vestimenta de alguien que haya puesto fianza para un extraño, y guárdalo como garantía cuando ponga la fianza para una mujer inmoral. 14 ¡Quien sea que le de a su vecino una bendición en voz alta temprano en la mañana, esa bendición será considerada una maldición! 15 Una esposa que discute es como un gotereo constante en un día lluvioso; 16 retenerla es como retener el viento, o tratar de recoger aceite en tu mano derecha. 17 El hierro afila al hierro; de la misma manera, un hombre afila a su amigo. 18 El que cuida un árbol de higuera se comerá su fruto, y el que protege a su amo será honrado. 19 Así como el agua refleja el rostro de una persona, así el corazón de una persona refleja a la persona. 20 Así como el Seol y el Abadón nunca están satisfechos, así los ojos de un hombre nunca están satisfechos. 21 Un crisol es para la plata y el horno es para el oro; y una persona es probada cuando es alabada. 22 Incluso si aplastas a un tonto con un mortero-- junto con el grano-- aun así su tontería no lo dejará. 23 Asegúrate de saber la condición de tu rebaño y preocúpate acerca de tu ganado, 24 pues la riqueza no es para siempre. ¿Dura una corona por todas las generaciones? 25 Cuando el heno desaparece y el crecimiento nuevo aparece, entonces la hierba de las colinas es recogida para los rebaños. 26 Esos corderos proveerán tu ropa y las cabras proveerán el precio del campo. 27 Habrá leche de cabra para tu comida-- la comida de tu casa-- y alimento para tus siervas.

28

1 Las personas malvadas huyen cuando nadie los persigue, pero las personas justas son tan atrevidas como un cachorro de león. 2 A causa de la rebelión de una tierra, tiene muchos gobernantes, pero con un hombre de entendimiento y conocimiento, durará un largo tiempo. 3 Una persona pobre que oprime a otras personas pobres es como una lluvia que golpea y no deja alimento. 4 Los que abandonan la ley alaban a las personas malvadas, pero los que guardan la ley luchan contra ellos. 5 Los hombres malvados no entienden la justicia, pero los que buscan al SEÑOR entienden todo. 6 Es mejor para una persona pobre que camina en su integridad, que para una persona rica que es torcida en sus caminos. 7 El que guarda la ley es un hijo que tiene entendimiento, pero el que es compañero de glotones avergüenza a su padre. 8 El que hace su fortuna cargando demasiados intereses junta su riqueza para otro que tendrá lástima de personas pobres. 9 Si uno aleja su oído de escuchar la ley, hasta su oración es detestable. 10 Quienquiera que desvíe a los rectos a un camino malvado caerá en su propio pozo, pero los inocentes tendrán una buena herencia. 11 La persona rica puede ser sabia en su propio pensamientos, pero una persona pobre que tiene entendimiento lo descubrirá. 12 Cuando hay victoria para las personas justas, hay gran gloria, pero cuando los malvados se levantan, las personas se esconden. 13 El que esconde sus pecados no prosperará, pero al que los confiesa y los abandona se le mostrará misericordia. 14 El que siempre vive con reverencia es bendecido, pero quienquiera que endurezca su corazón caerá en problemas. 15 Como un león rugiente o un oso atacando, es un gobernante malvado sobre las personas pobres. 16 El gobernante que carece de entendimiento es un opresor cruel, pero el que odia la deshonestidad prolongará sus días. 17 Si un hombre es culpable porque él ha derramado la sangre de alguien más, él será un fugitivo hasta la muerte y nadie lo ayudará. 18 Quienquiera que camine con integridad el SEÑOR lo protegerá, pero aquel cuyo camino es torcido de repente caerá. 19 El que trabaja su tierra tendrá mucha comida, pero quienquiera que persiga actividades inútiles tendrá mucha pobreza. 20 Un hombre fiel tendrá grandes bendiciones, pero el que se enriquece rápidamente no quedará sin castigo. 21 No es bueno mostrar parcialidad, pero por un pedazo de pan, un hombre pecará. 22 Un hombre tacaño persigue riquezas, pero él no sabe que la pobreza vendrá sobre él. 23 Quienquiera que discipline a alguien, después conseguirá más favor de el que lo halaga con su lengua. 24 Quienquiera que robe a su padre y a su madre, y dice: "Eso no es pecado," él es el compañero de aquel que destruye. 25 Un hombre codicioso promueve el conflictos, pero aquel que confía en el SEÑOR prosperará. 26 El que confía en su propio corazón es un tonto, pero el que camina en sabiduría se mantendrá alejado del peligro. 27 El que da al pobre, no carecerá de nada, pero el que cierra sus ojos a ellos recibirá muchas maldiciones. 28 Cuando las personas malvadas se levantan, los hombres se enconden, pero cuando las personas malvadas perecen, las personas justas aumentarán.

29

1 Una persona que ha recibido muchos reprimendas, pero las resiste, el SEÑOR lo romperá en un momento más allá de la sanidad. 2 Cuando los justos aumentan, la gente se alegra, pero cuando un malvado es el gobernante, la gente suspira. 3 Cualquiera que ame la sabiduría hace que su padre se regocije, pero el que mantiene la compañía con prostitutas, destruye su riqueza. 4 El rey estableció la tierra con justicia, pero el que demanda sobornos, la derrumba. 5 Un hombre que halaga a su vecino está esparce una red para sus pies. 6 En el pecado de una persona malvada está la trampa, pero la persona justa canta y se regocija. 7 La persona justa suplica por la causa de la gente pobre; la persona malvada no entiende tal conocimiento. 8 Los burladores le prenden fuego a la ciudad, pero los que son sabios se alejan de la ira. 9 Cuando una persona sabia tiene un argumento con un tonto, él se enoja y se ríe, y no habrá descanso. 10 Los sanguinarios odian al que es inocente y buscan la vida del recto. 11 Un tonto revela todo su enojo, pero un sabio lo retiene y se calma a sí mismo. 12 Si un gobernante le presta atención a las mentiras, todos sus oficiales serán malvados. 13 La persona pobre y el opresor son similares porque el SEÑOR le da luz a los ojos de ambos. 14 Si un rey juzga al pobre por la verdad, su trono será establecido para siempre. 15 La vara y el regaño dan sabiduría, pero un niño libre de disciplina pone a su madre en vergüenza. 16 Cuando la gente malvada está en el poder, la transgresión aumenta, pero la gente justa verá la caída de esa gente malvada. 17 Disciplina a tu hijo y él te dará descanso; él traerá deleites a tu vida. 18 En donde no hay visión profética, la gente corre salvaje, pero el que guarda la ley es bendecido. 19 Un esclavo no será corregido con palabras porque aunque él entienda, no habrá respuesta. 20 ¿Ves a un hombre apresurado en sus palabras? Hay más esperanza para un tonto que para él. 21 El que consiente a su esclavo desde la juventud al final habrá problemas. 22 Una persona molesta agita conflictos y un maestro de la ira comete muchos pecados. 23 El orgullo de una persona lo derriba, pero a quien tiene un espíritu humilde, se le dará el honor. 24 El que comparte con un ladrón odia su propia vida; él escucha la maldición y no dice nada. 25 El miedo de un hombre hace que caiga en una trampa, pero el que confía en el SEÑOR será protegido. 26 Muchos son los que buscan el rostro del gobernante, pero del SEÑOR viene la justicia para una persona. 27 Un hombre injusto es una abominación para la gente justa, pero aquel cuyo camino es recto es detestable para la persona malvada.

30

1 Las palabras de Agur, hijo de Jaqué-- la declaración: Este hombre le declaró a Itiel, a Itiel y Ucal: 2 Ciertamente, yo soy más como un animal que cualquier otro humano y yo no tengo el entendimiento de un ser humano. 3 Yo no he aprendido sabiduría, ni tampoco tengo conocimiento del Santo. 4 ¿Quién ha subido al cielo y ha bajado? ¿Quién ha reunido el viento en el hueco de sus manos? ¿Quién ha reunido las aguas en un manto? ¿Quién ha establecido los confines de la tierra? ¿Cuál es Su nombre y cuál es el nombre de Su hijo ¡Ciertamente tú sabes! 5 Toda palabra de Dios es probada; Él es un escudo para los que se refugian en Él. 6 No le añadas a Sus palabras o Él te disciplinará y se probará que tú eres un mentiroso. 7 Dos cosas he demandado de ti, no me las niegues antes de que yo muera: 8 Pon la vanidad y las mentiras lejos de mí. No me entregues ni pobreza ni riquezas, solo dame la comida que yo necesito. 9 Porque si tengo mucho, podría negarte y decirte: "¿Quién es el SEÑOR?" O si me convierto en pobre, yo podría robar y profanar el nombre de mi Dios. 10 No calumnies a un esclavo delante de su amo o él te maldecirá a ti y serás culpable. 11 Hay una generación que maldice a su padre y no bendice a su madre. 12 Hay una generación que son puros en su propia opinión, y todavía el SEÑOR no les ha perdonado sus pecados. 13 Hay una generación cuyos ojos están levantados, ¡y cuán alzados están sus párpados! 14 Hay una generación cuyos dientes son espadas, y cuyas quijadas son como cuchillos para que puedan devorar a los pobres de la tierra y a los necesitados entre la humanidad. 15 La sanguijuela tiene dos hijas: "Dame y dame" ellas lloran. Hay tres cosas que nunca satisfacen, cuatro que nunca dicen: "Suficiente": 16 el Seol; el útero estéril, la tierra que nunca satisfacen con agua; y el fuego que nunca dice: "¡Suficiente!" 17 El ojo que se burla de un padre y desprecia la obediencia de una madre, sus ojos serán picoteados por los cuervos del valle, y él será devorado por los buitres. 18 Hay tres cosas que son demasiado maravillosas para mí, cuatro que yo no entiendo: 19 el camino del águila en el cielo, el camino de la serpiente en la roca; el camino del barco en el corazón del mar; y el camino de un hombre con una mujer joven. 20 Este es el camino de la adúltera: ella come, se limpia la boca y dice: "No he hecho nada malo." 21 Bajo tres cosas la tierra tiembla, y bajo de cuatro no se puede resistir: 22 un esclavo cuando se convierte en rey; un tonto cuando se sacia de comida; 23 una mujer odiada cuando se casa; y una sirvienta cuando toma el lugar de su señora. 24 Cuatro cosas en la tierra que son pequeñas y sin embargo son bien sabias: 25 las hormigas son criaturas que no son fuertes, pero ellas preparan su comida en el verano, 26 los tejones de roca no son criaturas poderosas, pero hacen sus casas en las rocas. 27 Las langostas no tienen rey, pero todas ellas marchan en fila. 28 En cuanto a la lagartija, la puedes aguantar con tus dos manos, sin embargo son encontradas en los palacios de los reyes. 29 Hay tres cosas que son majestuosas en su paso y cuatro que son majestuosas en como caminan: 30 un león, el más fuerte entre los animales salvajes-- no se aleja de nada; 31 un gallo erguido; una cabra; y un rey cuyos soldados están junto a él. 32 Si tu has sido un tonto, exaltándote a ti mismo, o si has estado planeando el mal-- pon tu mano sobre tu boca. 33 Como la leche batida hace mantequilla y como una nariz sangra si se retuerce, así las acciones que se hacen bajo ira producen conflicto.

31

1 Las palabras del rey Lemuel-una instrucción que su madre le enseñó. 2 ¿Qué, mi hijo? ¿Qué es, hijo de mis entrañas? ¿Qué quieres, hijo de mis votos? - 3 No des tu fuerza a las mujeres, o tus caminos a los que destruyen reyes. 4 No es para reyes, Lemuel, no es para reyes el tomar vino, no es para gobernantes preguntar: "¿Dónde está la bebida fuerte?'' 5 No sea que se olviden de lo que han decretado y perviertan los derechos de los afligidos. 6 Da bebida fuerte al que está pereciendo y vino a esos en amarga angustia. 7 Él la tomará y él olvidará su pobreza y él no recordará sus problemas. 8 Habla por esos que no pueden hablar, por la causa de todos los que perecen. 9 Habla y juzga por la medida de lo que es recto y alega la causa del pobre y la gente necesitada. 10 ¿Quién encontrará a una esposa capaz? Su valor es por mucho más que las joyas. 11 El corazón de su esposo confía en ella, y él nunca será pobre. 12 Ella hace cosas buenas para él y no hace maldad todos los días de su vida. 13 Ella selecciona lana y lino, y trabaja con el deleite de sus manos. 14 Ella es como los barcos de un mercader; ella trae su comida desde muy lejos. 15 Ella se levanta en la noche y da comida a los de su casa, y ella distribuye el trabajo a sus siervas. 16 Ella examina un campo y lo compra; con el fruto de sus manos ella planta un viñedo. 17 Ella se viste con fortaleza y fortelece sus brazos trabajando. 18 Ella percibe lo que puede hacer un buen beneficio para ella; durante toda la noche su lámpara no se extingue. 19 Ella pone sus manos en el huso y sostiene el hilo mientras se retuerce. 20 Ella ayuda a la gente pobre; ella ayuda a la gente necesitada. 21 Ella no tiene temor de la nieve por los de su casa, pues todos los de su casa están vestidos en escarlata. 22 Ella hace cubiertas para su cama, y ella viste ropa de lino fino color púrpura. 23 Su esposo es conocido en las puertas cuando él se sienta con los ancianos de la tierra. 24 Ella hace vestidos de lino y los vende y ella suple cintos a los mercaderes. 25 Ella se viste con fuerza y honor, y ella se rie del tiempo que vendrá. 26 Ella abre su boca con sabiduria y la ley de bondad está en su lengua. 27 Ella vela por los caminos de su casa y no come del pan de la ociocidad. 28 Sus hijos se levantan y la llaman bendecida y su esposo la alaba a ella, diciendo: '' 29 Muchas mujeres han hecho bien, pero tú las sobrepasas a todas ellas.'' 30 La elegancia es engañosa, la belleza es vana, pero la mujer que teme al SEÑOR, esa será alabada. 31 Dénle del fruto de sus manos y dejen que la gente importante la alabe por su trabajo.

Eclesiastés
Eclesiastés
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1 Estas son las palabras del Maestro, el descendiente de David y rey en Jerusalén. 2 El Maestro dice esto. "Como un vapor de niebla, como una brisa en el viento, todo se desvanece, dejando muchas preguntas. 3 ¿Qué ganancia obtiene la humanidad de toda la obra que trabajan bajo el sol? 4 Una generación va, y otra generación viene, pero la tierra queda para siempre. 5 El sol sale y se pone y se apresura al lugar donde sale otra vez. 6 El viento sopla hacia el sur y circula hacia el norte, siempre yendo a lo largo de su camino y regresando otra vez. 7 Todos los ríos fluyen al mar, pero el mar nunca se llena. Al lugar donde los ríos van, allí van otra vez. 8 Todo se vuelve fastidioso, y nadie puede explicarlo. El ojo no está satisfecho con lo que ve, ni el oído se llena por lo que escucha. 9 Lo que sea que haya sido, es lo que va a ser, y lo que sea que haya sido hecho, es lo que será hecho. No hay nada nuevo bajo el sol. 10 ¿Hay algo sobre lo que se pueda decir: 'Mira, esto es nuevo?' Lo que sea que existe ya ha existido por un largo tiempo, durante siglos que fueron antes que nosotros. 11 Nadie parece recordar las cosas que pasaron en tiempos antiguos, y las cosas que pasaron mucho después, y eso que pasará en el futuro, probablemente tampoco será recordado." 12 Yo soy el Maestro, y he sido rey sobre Israel en Jerusalén. 13 Yo apliqué mi mente al estudio y a buscar la sabiduría de todo lo que está hecho bajo el cielo. Esa búsqueda es una pesada tarea que Dios le ha dado a los hijos de la humanidad para que estén ocupados. 14 Yo he visto todas las obras que son hechas bajo el sol, y mira, todas ellas son vapor y un intento de pastorear el viento. 15 ¡Lo torcido no puede ser enderezado! ¡Lo perdido no puede ser contado! 16 Yo le he hablado a mi corazón diciendo: "Mira, yo he adquirido mayor sabiduría que todos los que estaban antes que yo en Jerusalén. Mi mente ha visto gran sabiduría y conocimiento." 17 Así que, yo apliqué mi corazón a conocer sabiduría y también la insensatez y la tontería. Yo vine a entender que esto es también un intento de pastorear el viento. 18 Porque en la abundancia de sabiduría hay mucha frustración, y ese que incrementa su conocimiento, incrementa su dolor.

2

1 Dije en mi corazón: "Ven ahora, yo te probaré con alegría. Así que disfruta el placer.'' Pero mira, esto también es solo una brisa pasajera. 2 Dije acerca de la risa: ''Es locura,'' y sobre el placer: ''¿De que sirve?" 3 Exploré en mi corazón como satisfacer mis deseos con vino. Dejé que mi mente me guiara con sabiduría, aunque yo continuaba aferrándome a la tontería. Yo quería encontrar lo que era bueno que la gente hiciera debajo del cielo durante los días de sus vidas. 4 Realicé grandes cosas. Construí casas para mí y planté viñedos. 5 Construí para mí jardines y parques; yo planté toda clase de árboles frutales en ellos. 6 Yo creé estanques de agua para regar un bosque donde árboles crecerían. 7 Compré esclavos y esclavas; Tuve esclavos nacidos en mi palacio. También tuve grandes manadas y rebaños de ganado, mucho más que cualquier rey que gobernó antes de mí en Jerusalén. 8 También acumulé plata y oro para mí, los tesoros de reyes y provincias. Yo tengo cantores y cantoras para mí, las delicias de los hijos de la humanidad, y muchas concubinas. 9 Así que me volví más grande y más rico que todos los que estuvieron antes de mí en Jerusalén, y mi sabiduría permaneció conmigo. 10 Todo lo que mis ojos deseaban, yo no me retuve de ello. Yo no retuve mi corazón de ningún placer, porque mi corazón se regocijaba en todo mi trabajo y el placer era mi recompensa de todo mi trabajo. 11 Entonces miré todos los obras que mis manos habían realizado, y en el trabajo que había hecho, pero de nuevo, todo era vapor y un intento de pastorear el viento. No había ganancia debajo del sol en eso. 12 Entonces comencé a considerar la sabiduría, y también la locura y la tontería. ¿Qué puede hacer el próximo rey, que vendrá después del rey, que ya no haya sido hecho? 13 Entonces yo comencé a entender que la sabiduría tiene ventajas sobre la tontería, así como la luz es mejor que la oscuridad. 14 El hombre sabio usa sus ojos en su cabeza para ver a donde va, pero el tonto camina en la oscuridad, sin embargo, yo sé que el mismo destino está esperando por todos. 15 Entonces dije en mi corazón: ''Lo que le sucede al tonto, me sucederá también a mí. Entonces, ¿qué diferencia hay si soy muy sabio?'' Yo he concluído en mi corazón: ''Esto es también solo vapor.'' 16 Porque el hombre sabio, como el tonto, no será recordado por mucho tiempo. En los días venideros, todo habrá sido ya olvidado. El hombre sabio morirá, así como el tonto muere. 17 Así que detesté la vida porque todo el trabajo hecho debajo del sol era malo para mí. Esto era porque todo es vapor y un intento de pastorear el viento. 18 Odio todos mis logros por los cuales he trabajado debajo del sol porque los dejaré atrás, al hombre que viene después de mí. 19 Porque, ¿quién sabe si él será un hombre sabio o un tonto? Sin embargo, él será amo sobre todo lo que mi trabajo y sabiduria han construido debajo del sol. Esto también es vapor. 20 Por lo tanto, mi corazón comenzó a desesperar sobre todo el trabajo que hice debajo del sol. 21 Porque puede haber alguno que haya trabajado con sabiduría, con conocimiento, y destreza, pero, él dejará todo lo que tiene a un hombre que no ha hecho nada de eso. Esto también es vapor y una gran tragedia. 22 Porque, ¿qué beneficio gana la persona que trabaja duramente y trata en su corazón de completar su labor debajo del sol? 23 Cada día su trabajo es doloroso y lleno de tensión, y en la noche su alma no encuentra descanso. Esto es también vapor. 24 No hay nada mejor que simplemente comer y beber y estar satisfechos con todo lo que es bueno en su trabajo. Ví que esta verdad viene de la mano de Dios. 25 Porque, ¿quién puede comer o quién puede tener alguna clase de placer fuera de Dios? 26 Porque cualquiera que Lo complace, Dios le da sabiduría, conocimiento y gozo. Sin embargo, al pecador, Él le da el trabajo de reunir y almacenar para que él se lo dé a alguien que complace a Dios. Esto también es vapor y es un intento de pastorear el viento.

3

1 Para todo hay un tiempo señalado, y una temporada para cada propósito bajo el cielo. 2 Hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para sembrar y un tiempo para arrancar las plantas, 3 un tiempo para matar y un tiempo para sanar, un tiempo para derrumbar y un tiempo para construir. 4 Hay un tiempo para llorar y un tiempo para reir, un tiempo para estar de luto y un tiempo para bailar, 5 un tiempo para tirar piedras y un tiempo para recoger piedras, un tiempo para abrazar a otras personas y un tiempo para dejar de abrazar. 6 Hay un tiempo para buscar cosas y un tiempo para dejar de buscar, un tiempo para guardar cosas y un tiempo para tirar cosas, 7 un tiempo para desgarrar ropa, y un tiempo para reparar ropa, un tiempo para guardar silencio y un tiempo para hablar. 8 Hay un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz. 9 ¿Qué ganancia obtiene el obrero de su trabajo? 10 Yo he visto el trabajo que Dios le ha dado a los seres humanos para completar. 11 Dios ha hecho todo apropiado a su propio tiempo. Él también ha puesto la eternidad en sus corazones. Pero la humanidad no puede comprender las obras que Dios ha hecho, desde sus comienzos todo el camino hasta su final. 12 Yo sé que no hay nada mejor para cualquiera que regocijarse y hacer el bien mientras tenga vida, 13 y que todos deben comer y beber, y deben entender cómo disfrutar el bien que procede de su trabajo. Esto es un regalo de Dios. 14 Yo sé que cualquier cosa que Dios hace dura para siempre. Nada puede serle añadido o quitado, porque es Dios quien lo ha hecho para que la gente se acerque a Él con honor. 15 Cualquier cosa que existe ya ha existido; lo que existirá ya ha existido. Dios hace que los seres humanos busquen cosas escondidas. 16 Yo he visto la maldad que está debajo del sol, donde debe haber justicia, y en lugar de justicia, había maldad allí. 17 Yo dije en mi corazón: "Dios juzgará a los justos y a los malvados en el tiempo correcto para todo asunto y toda obra." 18 Yo dije en mi corazón: "Dios prueba a los seres humanos para demostrarles que son como animales." 19 Pues el destino de los hijos de la humanidad y el destino de los animales es el mismo destino. La muerte de uno es como la muerte del otro. El aliento es el mismo para todos ellos. No hay ventaja para la humanidad sobre los animales. ¿Pues no es todo un aliento? 20 Todo va para el mismo lugar. Todo procede del polvo, y todo regresa al polvo. 21 ¿Quién sabe si el espíritu de la humanidad va hacia arriba y el espíritu de los animales va hacia abajo dentro de la tierra? 22 Pues nuevamente me di cuenta que no hay nada mejor para alguien que tomar placer en su trabajo, pues esa es su mision. ¿Quién lo puede traer de vuelta para que vea lo que sucede después de él?

4

1 Otra vez yo pensé acerca de toda la opresión que es hecha bajo el sol. ¡Y vi, las lágrimas de la gente oprimida, y no tenían a alguien que los confortara! ¡El poder estaba en las manos de sus opresores, y no había alguien para confortarlos! 2 Así que yo felicito a la gente muerta, esos quienes ya han muerto, no los vivos, aquellos quienes están aún vivos. 3 Sin embargo, más afortunado que ambos es aquel quien no ha vivido aún, el que no ha visto ninguno de los actos malvados que son hechos debajo del sol. 4 Entonces yo vi que cada obra de trabajo y cada trabajo hábil vino a ser la envidia del vecino. Esto también es vapor y un intento de pastorear el viento. 5 El necio dobla sus manos y no trabaja, así que su comida es su propia carne. 6 Pero mejor es un puñado de ganancia con trabajo tranquilo que dos puñados con trabajo que trata de pastorear el viento. 7 Entonces yo pensé otra vez sobre más inutilidad, más vapor desapareciendo debajo del sol. 8 Está la clase de hombre que está sólo. Él no tiene a nadie, ni hijo ni hermano. No hay fin a todo su trabajo, y sus ojos no se satisfacen con obtener riqueza. Él piensa: "¿Para quién me estoy fatigando y privándome a mí mismo de placer?" Esto también es vapor, una mala situación. 9 Dos personas trabajan mejor que una; juntas pueden ganar una buena paga por su trabajo. 10 Porque si uno cae, el otro puede levantar a su amigo. Por otro lado, la tristeza le sigue al que está solo cuando cae, si no hay quien lo levante. 11 Si dos se acuestan juntos, pueden calentarse, pero ¿cómo puede calentarse uno solo? 12 Un hombre solo puede ser dominado, pero dos pueden soportar un ataque, y una soga de tres hilos no es rota rápidamente. 13 Es mejor ser un joven pobre pero sabio que un rey viejo y tonto que ya no sabe escuchar las advertencias. 14 Esto es verdad aún si el joven llega a ser rey desde la prisión, o aún si naciera pobre en su reino. 15 Sin embargo, yo vi a todos los que estaban vivos y caminando debajo del sol sometiéndose a otro hombre joven que se levantó como rey. 16 No hay fin para todas las personas que quieren obedecer al nuevo rey, pero más tarde muchas de ellas ya no lo alabarán. Sin duda esta situación es vapor y un intento de pastorear el viento.

5

1 Cuida tu conducta cuando vayas a la casa de Dios. Ve ahí para escuchar. Escuchar es mejor que cuando los tontos ofrecen sacrificios sin saber que lo que hacen en la vida es malvado. 2 No seas muy rápido en hablar con tu boca, y no dejes que tu corazón sea muy rápido en traer algún asunto ante Dios. Dios está en el cielo, pero tú estás en la tierra, así que deja que tus palabras sean pocas. 3 Si tienes muchas cosas que hacer y por qué preocuparte, probablemente tendrás pesadillas. Mientras más palabras hables, más tonterías probablemente dirás. 4 Cuando le hagas un voto a Dios, no te tardes en hacerlo, porque Dios no tiene placer en los tontos. Haz lo que prometes que vas a hacer. 5 Es mejor no hacer un voto, que hacer uno que no cumplas. 6 No le permitas a tu boca hacer que tu carne peque. No le digas al mensajero del sacerdote: "Ese voto fue un error." ¿Por qué airar a Dios al jurar falsamente, provocando a Dios a destruir el trabajo de tus manos? 7 Porque en muchos sueños, así como en muchas palabras, hay vapor sin sentido. Así que témele a Dios. 8 Cuando veas que los pobres están siendo oprimidos y robados del trato justo y correcto en tu provincia, no te asombres como si nadie lo supiera, porque hay gente en el poder que observa a los que están debajo de ellos, y hay otros aún más arriba de ellos. 9 Aún más, el producto de la tierra es para todos, y el rey mismo toma de los productos de los campos. 10 Cualquiera que ama la plata no será satisfecho con plata, y cualquiera que ame la riqueza siempre querrá más. Esto, también es vapor. 11 Según la prosperidad crece, así también crece la gente que la consume. ¿Qué ventaja en riquezas hay para el dueño, excepto el verla con sus ojos? 12 El sueño de un hombre trabajador es agradable, aunque coma mucho o poco, pero la riqueza de una persona rica no le permite dormir bien. 13 Hay una maldad severa que yo he visto bajo el sol: riquezas acumuladas por el dueño, resultando en su propia miseria. 14 Cuando el hombre rico pierde su riqueza por la mala suerte, su propio hijo, uno que ha engendrado, se queda con las manos vacías. 15 Así como un hombre nace desnudo del vientre de su madre, así también dejará esta vida desnudo. Él no puede llevar en su mano nada de su trabajo. 16 Otra maldad severa es que exactamente como una persona vino, así también se debe ir. Así que, ¿qué ganancia consigue alguno en trabajar para el viento? 17 Durante sus días, come con la oscuridad y está grandemente angustiado con enfermedad y enojo. 18 Mira, lo que yo he visto que es bueno y apropiado es comer y beber y disfrutar la ganancia de todo nuestro trabajo, mientras trabajamos bajo el sol, durante los días de esta vida que Dios nos ha dado. Porque esta es la mision del hombre. 19 Cualquiera a quien Dios le haya dado riquezas y abundancia y la habilidad de recibir su porción y regocijarse con su trabajo-- esto es un regalo de Dios. 20 Pues no trae a la memoria muy a menudo, los días de su vida, porque Dios hace que esté ocupado con las cosas que él disfruta hacer.

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1 Hay una maldad que he visto bajo el sol, y es severa para los hombres. 2 Dios pudiera dar riquezas, bienes, y honor a un hombre para que no le falte nada que desee para sí mismo, pero luego Dios no le da ninguna habilidad para disfrutarlo. En vez, alguien más usa sus cosas. Esto es vapor, una aflicción malvada. 3 Si un hombre es padre de cientos de hijos y vive por muchos años, para que los días de sus años sean muchos, pero si su corazón no es satisfecho con bien y no es sepultado con honor, entonces digo que un bebé que nace muerto está mejor que él. 4 Aun el bebé que nace en inutilidad y pasa a la oscuridad, y su nombre permanece oculto. 5 Aunque este niño no ve el sol o conoce nada, tiene descanso aunque ese hombre no lo tuvo. 6 Aún si un hombre viviera por dos mil años pero no aprende a disfrutar las cosas buenas, va al mismo lugar que todos los demás. 7 Aunque todo el trabajo de un hombre es para llenar su boca, sin embargo su apetito no es satisfecho. 8 Ciertamente, ¿qué ventaja tiene la persona sabia sobre el necio? ¿Qué ventaja tiene el hombre pobre aún si conoce cómo actuar en frente de otra gente? 9 Es mejor estar satisfecho con lo que los ojos ven que andar deseando un antojo, lo cual también es vapor y un intento de pastorear el viento. 10 Lo que sea que haya existido siempre se le ha dado su nombre, y como es la humanidad ya ha sido conocido. Así que se ha vuelto inútil estar en desacuerdo con aquél que es el juez poderoso de todos. 11 Mientras más palabras son dichas, más incrementa la inutilidad, ¿pues que ventaja es esa para un hombre? 12 Pues, ¿quién sabe qué es bueno para un hombre en su vida inutil durante sus contados días, por los que pasa como una sombra? ¿Quién puede decirle a un hombre qué vendrá bajo el sol después que el muera?

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1 Un buen nombre es mejor que un perfume costoso, y el día de la muerte es mejor que el día del nacimiento. 2 Es mejor ir a una casa de luto, que a una casa de fiesta, porque el luto viene a toda la gente al final de la vida, así que la gente viva debe poner esto en su corazón. 3 La aflicción es mejor que la risa, porque después de la tristeza del rostro viene la alegría del corazón. 4 El corazón del sabio está en la casa de luto, pero el corazón de los tontos está en la casa de la fiesta. 5 Es mejor escuchar el regaño de los sabios, que escuchar la canción de los tontos. 6 Porque como el crujido de las espinas quemándose bajo una olla, así también es la risa de los tontos. Esto, también, es vapor. 7 La extorsión ciertamente hace tonto a un hombre sabio, y un soborno corrompe el corazón. 8 El final de un asunto es mejor que el principio; y la gente paciente de espíritu es mejor que los orgullosos de espíritu. 9 No sean rápidos en enojarse en su espíritu, porque el enojo vive en el corazón de los tontos. 10 No digas: "¿Por qué los días de antes son mejores que estos?" Porque no es por sabiduría que tú haces esta pregunta. 11 La sabiduría es tan buena como las cosas valiosas que heredamos de nuestros antepasados. Provee beneficios para aquellos que ven el sol. 12 Porque la sabiduría provee protección, como el dinero puede proveer protección, pero la venjata del conocimiento es que la sabiduría da vida a quien sea que la tenga. 13 Consideren la obra de Dios: ¿quién puede enderezar lo que sea que Él ha hecho torcido? 14 Cuando los tiempos sean buenos, vivan felizmente en esos tiempos, pero cuando los tiempos sean malos, consideren esto: Dios ha permitido que ambos existan lado a lado. Por esta razón, nadie sabrá nada de lo que viene despues de él. 15 He visto muchas cosas en mis días insignificantes. Hay personas justas que mueren a pesar de su honradez, y hay personas malignas que viven una larga vida a pesar de su maldad. 16 No sean altivos, sabios en sus propios ojos. ¿Por qué habrían de destruirse ustedes mismos? 17 No sean muy malos o tontos. ¿Por qué habrían de morir antes de su tiempo? 18 Es bueno que ustedes se aferren a esta sabiduría, y que no dejen ir la justicia. Porque la persona que teme a Dios alcanzará todas sus deberes. 19 La sabiduría es poderosa en el hombre sabio, más que diez gobernantes en una ciudad. 20 No hay hombre justo en la tierra que haga lo bueno y nunca peque. 21 No escuches cada palabra que es hablada, porque podrías oír a tu siervo maldecirte. 22 De la misma manera, conoce tú mismo que en tu propio corazón tú has maldecido a otros con frecuencia. 23 Todo esto lo he probado con sabiduría. Yo digo: "Seré sabio," pero fue más de lo que yo pude ser. 24 La sabiduría está muy lejos y muy profundo. ¿Quién puede encontrarla? 25 Yo dirigi mi corazón a aprender y a examinar y a buscar la sabiduría y la explicacion de la realidad, y para entender que el mal es estúpido y la tontería es locura. 26 Yo encontré que cualquier mujer cuyo corazón está lleno de trampas y redes, cuyas manos son cadenas, es más amarga que la muerte. Quien sea que complace a Dios escapará de ella, pero el pecador será tomado por ella. 27 "Consideren lo que yo he descubierto," dice el Maestro. "Yo he estado añadiendo un descubrimiento a otro, para encontrar una explicación de la realidad. 28 Esto es lo que todavía estoy buscando, pero yo no la he encontrado. Yo encontré a un hombre justo entre mil, pero no encontré una mujer entre todas ellas. 29 Yo solo he descubierto esto: que Dios creó a la humanidad recta, pero ellos se han alejado, buscando muchas dificultades."

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1 ¿Quién es un hombre sabio? ¿Quién sabe qué significan los eventos en la vida? La sabiduría en un hombre hace que su rostro brille, y la dureza de su rostro es cambiada. 2 Yo te aconsejo que obedezcas el mandato del rey por el juramento de Dios a protejerlo. 3 No te apresures a irte de su presencia, y no te levantes en apoyo de algo erróneo, pues el rey hace todo lo que desea. 4 La palabra del rey gobierna, así que, ¿quién le dirá: "Qué estás haciendo?" 5 Quien sea que guarde los mandamientos del rey, evita el daño. El corazón de un hombre sabio, reconoce el curso apropiado y el tiempo de acción. 6 Pues para cada asunto hay una respuesta correcta y un tiempo para responder, porque los problemas del hombre son grandes. 7 Nadie sabe que vendra despues. ¿Quién puede decirle qué viene? 8 Nadie gobierna su aliento, como para detener el aliento, y nadie tiene poder sobre el día de su muerte. Nadie es despedido del ejército durante una batalla, y la maldad no rescatará a aquellos que son sus esclavos. 9 Yo me he dado cuenta de todo esto. Yo he aplicado mi corazón a toda clase de trabajo que se hace debajo del sol. Hay un tiempo cuando una persona oprime a otra hasta que la lastima. 10 Así que, vi a los malvados enterrados públicamente. Eran tomados del área santa y enterrados, y fueron alabados por gente en la ciudad donde habían hecho sus obras malvadas. Esto también es inutilidad. 11 Cuando una sentencia en contra de un crimen malvado no es ejecutada rápidamente, esto seduce a los corazones de los humanos a hacer el mal. 12 Aún si un pecador hace el mal cien veces y aún vive por un largo tiempo, aún sé que le irá bien a aquellos que respetan a Dios, quienes honran Su presencia con ellos. 13 Pero no le irá bien a un hombre malvado; su vida no será prolongada. Sus días son como una sombra fugaz porque no honra a Dios. 14 Hay otro vapor inútil, otra cosa más que se hace en la tierra. Cosas le pasan a las personas justas como le pasan a las personas malvadas, y cosas le pasan a las personas malvadas como le pasan a las personas justas. Yo digo que esto también es vapor inútil. 15 Así que, yo recomiendo la felicidad, porque un hombre no tiene mejor cosa debajo del sol que comer y beber y ser feliz. Es la felicidad lo que le acompañará en su obra todos los días de su vida que Dios le ha dado debajo del sol. 16 Cuando yo apliqué mi corazón para conocer sabiduría y para entender el trabajo que es hecho en la tierra, trabajo a menudo hecho sin sueño para los ojos de noche o de día, 17 entonces yo consideré todas las obras de Dios, y que el hombre no puede entender el trabajo que es hecho debajo del sol. No importa cuánto un hombre trabaje para encontrar la respuesta, no la encontrará. Aunque un hombre sabio pudiera creer que sabe, él realmente no sabe.

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1 Pues yo pensaba todas estas cosas en mi mente para poder entender sobre las personas justas y sabias y sus obras. Todas ellas están en las manos de Dios. Nadie sabe si el amor o el odio van a llegar a alguien. 2 Todos tienen el mismo destino. El mismo destino le espera a las personas justas y las malvadas, los buenos, los limpios y los impuros, y el que sacrifica y el que no sacrifica. Así como morirán las personas buenas, así también el pecador. Así como morirá la persona que jura, así también el hombre que teme hacer un juramento. 3 Hay un mal destino para todo lo que se hace debajo del sol, un destino para todos. Los corazones de los seres humanos están llenos de maldad, y la locura está en sus corazones mientras viven. Así que, después de eso van a los muertos. 4 Para cualquiera que está unido a todos los vivos, hay esperanza, así como un perro vivo es mejor que un león muerto. 5 Porque las personas vivas saben que van a morir, pero los muertos no saben nada. Ya no tienen ninguna recompensa porque su memoria es olvidada. 6 Su amor, odio y envidia se han desvanecido hace mucho tiempo. nunca volverán a tener un lugar en nada hecho bajo el sol. 7 Sigue tu camino, come tu pan con alegría, y bebe tu vino con un corazón alegre, pues Dios aprueba la celebración de buenas obras. 8 Deja que tus ropas siempre sean blancas y tu cabeza ungida con aceite. 9 Vive felizmente con la esposa a quien amas todos los días de tu vida de inutilidad, los días que Dios te ha dado debajo del sol durante tus días de inutilidad. Esa es tu recompensa en la vida por tu trabajo debajo del sol. 10 Lo que sea que tu mano encuentre para hacer, trabaja en ello con tu fuerza, porque no hay trabajo o explicación o conocimento o sabiduría en el Seol, a donde tú vas. 11 Yo he visto algunas cosas interesantes debajo del sol: La carrera no le pertenece a las personas rápidas. La batalla no le pertenece a las personas fuertes. El pan no le pertenece a las personas sabias. Las riquezas no le pertenecen a las personas de entendimiento. El favor no le pertenece a las personas de conocimiento. Por el contrario, el tiempo y la suerte les afecta a todos. 12 Pues nadie sabe su tiempo de morir, igual que los peces atrapados en una red de muerte, o como las aves atrapadas en una trampa. Como animales, los seres humanos están encarcelados en tiempos malos que repentinamente caen sobre ellos. 13 Yo también he visto la sabiduría debajo del sol de una manera que me pareció grandiosa. 14 Había una ciudad pequeña con sólo unos pocos hombres en ella, y un gran rey fue contra ella y la sitió y construyó grandes rampas contra ella. 15 Ahora, en la ciudad fue encontrado un hombre sabio pobre, quien, por su sabiduría salvó la ciudad. Pero luego, nadie recordó a ese mismo hombre pobre. 16 Así que, yo concluí: "La sabiduría es mejor que la fuerza, pero la sabiduría del hombre pobre es despreciada, y sus palabras no son escuchadas." 17 Las palabras de las personas sabias habladas suavemente son escuchadas mejor que los gritos de cualquier gobernante entre tontos. 18 La sabiduría es mejor que armas de guerra, pero un pecador puede arruinar mucho bien.

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1 Así como las moscas muertas causan que el perfume apeste, así mismo una pequeña tontería puede dominar la sabiduría y el honor. 2 El corazón de una persona sabia se inclina a la derecha, pero el corazón de una persona tonta se inclina a la izquierda. 3 Cuando una persona tonta camina por una ruta, su pensamiento es deficiente, probándole a todas las personas que él es un tonto. 4 Si las emociones de un gobernante se levantan en contra tuya, no dejes tu trabajo. La calma puede tranquilizar una gran furia. 5 Hay un mal que yo he visto debajo del sol, un tipo de error que proviene de un gobernante: 6 a los tontos les son dadas posiciones de liderazgo, mientras que a los hombres exitosos les son dadas posiciones bajas. 7 Yo he visto esclavos montados a caballo, y hombres exitosos caminando como esclavos sobre la tierra. 8 Cualquiera que excave un hoyo puede caer en él, y cuando sea que alguien derrumbe un muro, una serpiente lo puede morder. 9 Quien sea que corte piedras puede ser herido por ellas, y el hombre que corte madera está en peligro por ella. 10 Si una espada de hierro está sin afilar, y un hombre no la afila, entonces debe usar más fuerza, pero la sabiduría provee una ventaja para el éxito. 11 Si una serpiente muerde antes de ser encantada, entonces no hay ventaja para el encantador. 12 Las palabras de la boca de un hombre sabio son corteces, pero los labios de un tonto se lo tragan a él mismo. 13 Mientras las palabras comienzan a fluir de la boca de un tonto, la estupidez sale y al final su boca fluye con locura malvada. 14 Un tonto multiplica las palabras, pero nadie sabe lo que viene. ¿Quién sabe lo que viene después? 15 El trabajo duro de los tontos los cansa, de manera que ni tan siquiera saben el camino al pueblo. 16 ¡Ay de ti, tierra, si tu rey es un muchacho, y si tus líderes comienzan a festejar en la mañana! 17 ¡Pero bendita eres tú, tierra, si tu rey es el hijo de nobles, y si tus líderes comen en el tiempo correcto, para fortaleza y no para emborracharse! 18 Por causa de la pereza el techo se hunde, y por causa de las manos ociosas la casa gotea. 19 Las personas preparan comida para reírse, el vino trae disfrute a la vida, y el dinero provee para toda necesidad. 20 No maldigas al rey, ni tan siquiera en tu mente, y no maldigas a las personas ricas en tu habitación. Porque un pájaro del cielo puede cargar tus palabras; lo que sea que tenga alas puede esparcir el asunto.

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1 Envía tu pan sobre las aguas, pues lo encontrarás otra vez después de muchos días. 2 Compártelo con siete, aún ocho personas, porque tú no sabes qué desastres vendrán sobre la tierra. 3 Si las nubes están llenas de lluvia, se vacían a sí mismas sobre la tierra, y si un árbol cae hacia el sur o hacia el norte, hacia dondequiera el árbol caiga, allí permanecerá. 4 Cualquiera que observe el viento puede no sembrar, y cualquiera que observe las nubes puede que no coseche. 5 Así como tú no conoces el camino del viento, ni cómo los huesos de un bebé crecen en el vientre preñado, así tampoco puedes comprender la obra de Dios, quien creó todo. 6 En la mañana siembra tu semilla; hasta el atardecer, trabaja con tus manos según necesites, porque tú no conoces cuál prosperará, sea de mañana o de atardecer, o esto o aquello, o si ambos serán buenos por igual. 7 Ciertamente la luz es agradable, y es una cosa placentera para los ojos ver el sol. 8 Si alguien vive muchos años, déjale ser feliz en todos ellos, pero déjale pensar acerca de los días de oscuridad que vienen, porque serán muchos. Todo lo que viene es vapor desapareciendo. 9 Alégrate, hombre jóven, en tu juventud, y deja que tu corazón esté gozoso en los días de tu juventud. Persigue los buenos deseos de tu corazón, y cualquier cosa que esté a la vista de tus ojos. Sin embargo, conoce que Dios te traerá a juicio por todas estas cosas. 10 Aleja el enojo de tu corazón, e ignora cualquier dolor en tu cuerpo, porque la juventud y su fuerza son vapor.

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1 También recuerda a tu Creador en los días de tu juventud, antes de que los días de dificultad lleguen y antes de que los años lleguen cuando tú digas: "No tengo ningún placer en ellos;" 2 haz esto antes de que la luz del sol y la luna y las estrellas se oscurezca y nubes oscuras regresen después de la lluvia. 3 Ese será el tiempo cuando la guarda del palacio tiemble, y los hombres fuertes se joroben, y las mujeres dejen de moler porque son pocas, y aquellos que miran por las ventanas ya no vean claramente. 4 Ese será el tiempo cuando las puertas se cierren en la calle, y el sonido de las tiendas de moler se detiene, cuando los hombres son sorprendidos por la voz de un ave, y el cantar de las voces de las niñas se desvanece. 5 Ese será el tiempo cuando los hombres le tendrán miedo a las alturas y a los peligros en el camino, y cuando el árbol de almendra florecerá, y cuando las langostas se arrastrarán, y cuando los deseos naturales fallarán. Entonces el hombre va a su hogar eterno y los dolientes bajan por las calles. 6 Recuerda a tu Creador antes de que se corte el cordón de plata, o el envase dorado sea aplastado, o la jarra sea quebrada en el arroyo, o la rueda del molino sea rota en el pozo, 7 antes de que el polvo regrese a la tierra de donde vino, y el espíritu regrese a Dios que lo dio. 8 "Una neblina de vapor," dice el Maestro, "todo es vapor que se desvanece." 9 El Maestro era sabio y le enseñó conocimiento a la gente. Él estudió y comtempló y ordenó muchos proverbios. 10 El Maestro buscó escribir usando palabras vivas de verdad, y rectas. 11 Las palabras de las personas sabias son como aguijones. Como clavos metidos profundamente son las palabras de los maestros en el conjunto de sus proverbios, que son enseñados por un pastor. 12 Hijo mío, sé consciente de algo más: el hacer muchos libros, lo que no tiene fin, y el mucho estudio traen fatiga al cuerpo. 13 La conclusión del asunto luego de que todo haya sido escuchado, es que debes temer a Dios y guardar sus mandamientos, porque esto es el deber de la humanidad. 14 Pues Dios traerá toda obra a juicio, junto a toda cosa escondida, sea buena o mala.

Cántico de Salomón
Cántico de Salomón
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1 El Cantar de los Cantares, que Salomón escribió. La joven mujer hablando a su amado. 2 ¡Oh, si el me besara con sus besos de su boca, porque su amor es mejor que el vino! 3 Tus aceites de unción tienen una fragancia deleitosa; tu nombre es como un perfume que fluye, así las jóvenes mujeres te aman. 4 Llévame contigo y correremos. La mujer hablándo a sí misma: el rey me ha traído a sus habitaciones. La mujer hablando a su amado: yo me alegro y me regocijo por ti; déjame celebrar tu amor; es mejor que el vino. Es natural que otras mujeres te adoren. La mujer hablando a la otra mujer. 5 Soy morena pero hermosa, ustedes hijas de los hombres de Jerusalén, morena como las tiendas de Cedar, hermosa como las cortinas de Salomón. 6 No me mires fijamente porque mi piel es oscura, porque el sol me ha quemado. Los hijos de mi madre se enojaron conmigo; me hicieron la cuidadora de los viñedos, pero mi propio viñedo no cuidé. La mujer hablando a su amado. 7 Dime, tú a quien yo amo: ¿Dónde das de comer a tu rebaño? ¿Dónde haces descansar a tu rebaño al mediodía? ¿Porqué debería ser yo como alguien que vaga junto al rebaño de tus compañeros? Su amado le contesta: 8 Si no lo sabes, la más bella entre las mujeres, sigue las huellas de mi rebaño y pastorea tus cabritos cerca de las tiendas de los pastores. 9 Yo te comparo, mi amada, a una yegüa entre los caballos de los carros de Faraón. 10 Tus mejillas son hermosas con adornos, tu cuello con collares de joyas. 11 Yo haré para tí adornos de oro con cuentas de plata. La mujer hablando a sí misma. 12 Mientras el rey se recostaba en su cojín, mi nardo emitía su fragancia. 13 Mi amado es para mí como un saquito de mirra que pasa la noche descansando entre mis pechos. 14 Mi amado es para mí como un racimo de flores de alheña en los viñedos de En Gadi. El amado hablándole a ella. 15 En realidad, tu eres hermosa, mi amada; en realidad, tu eres hermosa; tus ojos son como palomas. La amada hablando a su amado. 16 En realidad, tu eres hermoso, mi amado, que bien parecido. Las abundantes plantas sirven como nuestro lecho. 17 Las vigas de nuestra casa son las ramas de los árboles de cedro y nuestro techo son ramas de ciprés.

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1 Yo soy sólo una flor en la llanura, sólo un lirio en el valle. El hombre hablándole a ella 2 Como un lirio entre espinos, así eres tú, mi amor, entre las hijas de los campesinos. La mujer hablando a sí misma 3 Como un árbol de albaricoque es entre los árboles del bosque, así es mi amado entre los hombres jóvenes. Yo me siento bajo su sombra con gran deleite y su fruto es dulce para mi gusto. 4 Él me trajo al salón de banquete y su bandera sobre mí fue su amor. La mujer hablando a su amado 5 Reanímame con tortas de pasas y refréscame con albaricoques, porque estoy débil de amor. La mujer hablándo a sí misma: 6 su mano izquierda está bajo mi cabeza y su mano derecha me abraza. La mujer hablándo a otras mujeres. 7 Quiero que me prometan, hijas de Jerusalén, por las gacelas y las ciervas de los campos, que ustedes no interrumpirán mientras hacemos el amor hasta que terminemos. La mujer hablando a sí misma 8 ¡Ahí está el sonido de mi amado! ¡Oh!, ahí viene, dando brincos sobre las montañas, saltando sobre las colinas. 9 Mi amado es como una gacela o como un cervatillo; miren, se detiene detrás de nuestro muro, mirando a través de la ventana, mirando a través del enrejado. 10 Mi amado me habló diciendo: "Levántate, mi amada; hermosa mía, ven conmigo. 11 Mira, el invierno ya pasó; la lluvia terminó y se fue. 12 Han aparecido las flores en la tierra; la temporada de poda y el canto de los pájaros ha llegado y el sonido de las palomas es escuchado en nuestra tierra. 13 El árbol de higos ha madurado sus higos verdes y los viñedos están florecidos; ellos dan su fragancia. Levántate mi amada, mi hermosa y ven. 14 Paloma mía, que estas en la grieta de la roca, en las secretas grietas de los riscos de la montaña, déjame ver tu rostro. Déjame escuchar tu voz, porque tu voz es dulce y tu rostro es hermoso." La mujer hablándo a sí misma. 15 Atrapa las zorras por nosotros, las zorras pequeñas que arruinan el viñedo, porque nuestro viñedo está floreciendo. 16 Mi amado es mío y yo soy de él; el pastorea entre los lirios con placer. La mujer hablando a su amado: 17 vete mi amado, antes que el viento suave del amanecer sople y las sombras desaparezcan. Vete; sé como una gacela o un joven ciervo en las escabrosas montañas.

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1 En la noche en mi cama yo estaba buscando al que amo; yo le busqué, pero no pude encontrarle. 2 Me dije a mí misma: "Me levantaré e ire a través de la ciudad, a través de las calles y las plazas; yo buscaré a mi amado." Yo lo busqué pero no lo encontré. 3 Los vigilantes me encontraron mientras hacían sus rondas en la ciudad. Yo les pregunté: "¿Ustedes han visto a mi amado?" 4 Fue poco después de haberlos pasado que encontré a aquel a quien ama mi alma. Lo agarré y no le deje ir hasta que lo llevé a la casa de mi madre, a la habitación de la que me concibió. La mujer hablando a las otras mujeres. 5 Quiero que ustedes juren, hijas de los hombres de Jerusalén, por las gacelas y los antílopes del campo, que no nos interrumpirán hasta que terminemos de hacer el amor. La joven mujer hablando a sí misma. 6 ¿Qué es lo que viene desde el desierto como una columna de humo, perfumado con incienso y mirra, con todos los polvos vendidos por mercaderes? 7 Miren, es la cama de Salomón; sesenta guerreros la rodean, sesenta soldados de Israel. 8 Ellos son expertos con la espada y diestros en guerra. Cada hombre tiene su espada a su lado, armados contra los terrores de la noche. 9 El rey Salomón hizo para sí un carruaje de madera del Líbano. 10 Sus postes eran hechos de plata; la parte trasera de oro y su silla en tela de púrpura. Su interior era decorado con amor por las hijas de los hombres de Jerusalén. La joven mujer hablando a las mujeres de Jerusalén: 11 sálgan hijas de los hombres de Sión, miren al rey Salomón luciendo la corona con la que su madre lo coronó el día de su boda, en ese feliz día de su vida.

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1 ¡Oh!, tú eres hermosa, mi amada; tú eres hermosa. Tus ojos son como palomas detrás de tu velo. Tu cabello como rebaño de cabras bajando el Monte de Galaad. 2 Tus dientes son como rebaños de ovejas recien cortadas, saliendo de su lugar de lavado. Cada una tiene una gemela y no falta ninguna entre ellas. 3 Tus labios como hilos de escarlata; tu boca es hermosa. Tus mejillas son como mitades de granadas tras tu velo. 4 Tu cuello como la torre de David construída en filas de piedras, con miles de escudos colgando de ella, todos escudos de soldados. 5 Tus pechos como dos cervatillos, como gemelos de gacelas, pastando entre los lirios. 6 Hasta que llegue el amanecer y las sombras se vayan, iré a la montaña de mirra y a la colina de incienso. 7 Eres hermosa en cada aspecto, mi amada y no hay defecto en ti. 8 Mi novia, ven conmigo al Líbano. Ven conmigo desde el Líbano; ven desde la cima del Amaná, desde la cumbre del Senir y del Hermón, desde las guaridas de los leones, desde las guaridas de los leopardos. 9 Tú has robado mi corazón, hermana mía, novia mía; tu has robado mi corazón, con solo mirarme, con solo una joya en tu collar. 10 ¡Cúan hermoso es tu amor, mi hemana, mi novia! Mucho mejor es tu amor que el vino y las fragancias de tu perfume más que cualquier especia. 11 Tus labios, mi novia, destilan miel; miel y leche bajo tu lengua. La fragancia de tus vestidos es como la fragancia del Líbano. 12 Mi hermana, mi novia es un jardín cerrado, un jardín cerrado, una primavera que está sellada. 13 Tus ramas son una ranura de árboles de granada con frutos escogidos, plantas de alheña y nardo, 14 nardo y azafrán, cálamo y canela con toda clase de especias, mirra y sábila con toda especia fina. 15 Tú eres un jardín de primavera, un pozo de agua fresca, corrientes que fluyen del Líbano. La joven mujer hablando a su amado 16 Despierta, viento del norte; ven viento del sur; sopla en mi jardín para que mis especias puedan ofrecer su aroma. Que mi amado venga a su jardín y coma algo de sus frutos escogidos.

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1 Yo he entrado a mi jardín, mi hermana, mi novia; yo he unido mi mirra con mi especia. Yo he comido mi panal con mi miel; yo he bebido mi vino con mi leche. Los amigos hablando a los amantes: coman, amigos; beban y embriáguense con amor. La mujer joven hablando con ella misma. 2 Yo estaba dormida, pero mi corazón estaba despierto en un sueño. Hay un sonido de mi amado llamando y diciendo: "Ábreme a mí, mi hermana, mi amor, mi paloma, mi perfecta, pues mi cabeza está mojada con rocío, mi cabello con la humedad de la noche." 3 "Yo me he quitado mi túnica; ¿debería yo ponermela otra vez? Yo me he lavado mis pies; ¿debería yo ensuciármelos?" 4 Mi amado puso sus manos a través de la apertura del cerrojo de la puerta y mi corazón fue movido por él. 5 Yo me levanté para abrirle la puerta para mi amado; mis manos estaban goteando mirra, mis dedos húmedos con mirra, en la manija de la puerta. 6 Yo abrí la puerta para mi amado, pero mi amado se había volteado e ido. Mi corazón se hundió; Yo me desanime. Yo lo busqué, pero no lo encontré a él; Yo lo llamé, pero él no me contestó. 7 El guardián quien fue cerca de la ciudad me encontró; ellos me golpearon y me hirieron; los guardias en las murrallas se llevaron mi manto. La mujer joven hablando a las mujeres de la ciudad. 8 Yo quiero que ustedes prometan, hijas de Jerusalén, que si ustedes encuentran a mi amado, díganle que yo estoy enferma por mi amor por él. Las mujeres de la ciudad hablando a la mujer joven. 9 ¿Cómo es tu amado mejor que otro hombre amado, tú quien eres hermosa entre las mujeres? ¿Por qué es tu amado mejor que otro amado, que tú nos pides hacer un pacto como este? La joven mujer hablando a las mujeres de la ciudad. 10 Mi amado es radiante y sonrosado, sobresaliendo entre diez mil. 11 Su cabeza es hermosa como el oro más puro; su pelo es rizo y negro como un cuervo. 12 Sus ojos son como palomas al lado de las corrientes de agua, lavados en leche, montados como joyas. 13 Sus cachetes son como una cama de especias, produciendo un aromático olor. Sus labios son como lirios, goteando mirra. 14 Sus brazos son redondos como el oro rodeado con joyas; su abdomen es márfil cubierto con safiros. 15 Sus piernas son como pilares de mármol, establecido sobre bases de oro puro; su apariencia es como el Líbano, deseado como los cedros. 16 Su boca es la más dulce; él es completamente encantador. Este es mi amado, y este es mi amigo, hijas de Jerusalén.

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1 ¿A dónde se ha ido tu amado, más hermosa de las mujeres? ¿En qué dirección se ha ido tu amado, para que podamos buscarlo contigo? La mujer joven hablando a sí misma. 2 Mi amado ha bajado hacia su jardín, a las camas de especias, para pastorear en el jardín y recoger lirios. 3 Yo soy de mi amado, y mi amado es mío; el pastorea alrededor de los lirios con placer. El amado de la mujer hablándole a ella. 4 Tú eres hermosa como Tirsa, mi amor, encantadora como Jerusalén, impresionante como un ejército abanderado. 5 Pon tus ojos lejos de mí, pues ellos me abruman. Tu cabello es como un rebaño de cabras bajando de los montes de Galaad, 6 Tus dientes son como un rebaño de ovejas que suben del lugar de lavado. Cada una tiene una gemela, y ninguna entre ellas está afligida. 7 Tus cachetes son como mitades de granadas detrás de tu velo. El amante de la mujer hablándose a sí mismo 8 Hay sesenta reinas, ochenta concubinas, y mujeres jóvenes sin número. 9 Mi paloma, mi perfecta, es la única; es la hija especial de su madre; ella es la favorita de las mujeres que la cargaron. Las hijas de mis compatriotas la miraron y la llamaron bendita; las reinas y las concubinas la miraron también y la alabaron. Lo que las reinas y concubinas dijeron: 10 "¿Quién es esta que aparece como el amanecer, tan hermosa como la luna, tan brillante como el sol, tan impresionante como un ejército abanderado?" El amante de la mujer hablándose a sí mismo. 11 Yo bajé al bosque de los árboles de nueces para ver el crecimiento joven en el valle, para ver si los viñedos han reverdecido, y si las granadas estaban en flor. 12 Yo estaba tan feliz que sentí que estaba montado en el carruaje de un príncipe. El amante de la mujer hablándole a ella. 13 Regresa, regresa, tú, mujer perfecta; regresa, regresa para que yo pueda mirarte. La mujer joven hablándole a su amado ¿Por qué me miras, la mujer perfecta, como si yo estuviera bailando entre dos filas de bailarinas?

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1 ¡Cuán hermosos tus pies lucen en tus sandalias, hija de príncipe! Las curvas de tus caderas son como joyas, el trabajo de las manos de un maestro artesano. 2 Tu ombligo es como un envase redondo; en donde siempre yo me regocije en su belleza. Tu barriga tiene un hermoso color y es redonda como un montón de trigo. 3 Tus dos pechos son como dos cervatillos, gemelos de una gacela. 4 Tu cuello es como una torre de marfil; tus ojos como los estanques en Hesbón junto a la puerta de Bat Rabim. Tu naríz es como la torre en el Líbano que mira hacia Damasco. 5 Tu cabeza en ti es como el Monte Carmelo; el cabello en tu cabeza es cómo púrpura oscura. Tu cabello que cuelga es tan bello que el rey no puede dejar de admirarlo. 6 ¡Cuán bella y hermosa tu eres, amada mía, con tus delicias! 7 Tu estatura es como aquella de una palma de dátiles, y tus pechos como racimos de fruta. 8 Yo pensé: "Yo quiero subir esa palmera; Yo tomaré de sus ramas." Que tus pechos sean como racimos de uvas, y que la fragancia de tu nariz sea como albaricoques. 9 Que tu boca sea como el mejor vino, fluyendo suavemente a mi amada, deslizándose sobre nuestros labios y dientes. La jóven mujer hablando a su amante. 10 Yo soy de mi amado, y él me desea a mí. 11 Ven, mi amado, vamos afuera en el campo; vamos pasemos la noche en las aldeas. 12 Levantémonos temprano para ir a los viñedos; veamos si las vides han florecido, si las flores han abierto, y si las granadas están florecidas. Allí yo te daré mi amor. 13 Las mandrágoras dan su fragancia; en la puerta donde nos estamos quedando hay toda clase de las mejores frutas; nuevas y viejas, que yo he almacenado para ti, mi amado.

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1 Desearía que fueras como mi hermano, quien se amamantó en los pechos de mi madre. Entonces, cuando sea que te encuentre afuera, yo podría besarte, y nadie me avergonzaría. 2 Yo te guiaría y te traería a la casa de mi madre, y tú me enseñarías. Te daría vino con especias y algo de jugo de mis granadas. La joven mujer habla consigo misma: 3 Su mano izquierda está bajo mi cabeza y su mano derecha me abraza. La mujer habla con las otras mujeres. 4 Yo quiero que me juren, hijas de los hombres de Jerusalén, que no interrumpirán nuestro hacer el amor hasta que se acabe. Las mujeres de Jerusalén hablando. 5 ¿Quién es este que viene subiendo del desierto, recostándose en su amada? La joven mujer está hablándole a su amante: yo te desperté bajo el árbol de melocotón, ahí donde tu madre te concibió, allí ella te dió a luz, ella te entregó. 6 Ponme como un sello sobre tu corazón, como un sello sobre tu brazo, pues el amor es tan fuerte como la muerte. La devoción apasionada es tan fuerte como el Seol; sus llamas estallaron, es una llama ardiendo, una llama más caliente que cualquier otro fuego. 7 Las aguas embravecidas no pueden apagar el amor, ni las inundaciones pueden barrerlo. Si un hombre da todas las posesiones en su casa por amor, la oferta sería absolutamente rechazada. Los hermanos de la joven mujer hablan entre ellos. 8 Tenemos una hermana menor, y sus pechos aún no han crecido. ¿Qué podemos hacer nosotros por nuestra hermana en el día cuando ella sea prometida en matrimonio? 9 Si ella es una pared, nosotros construiremos en ella una torre de plata. Si ella es una puerta, nosotros la adornaremos con tablas de cedro. La mujer joven habla consigo misma. 10 Yo era una pared, pero mis pechos son ahora como las torres de una fortaleza; entonces yo estoy completamente madura en sus ojos. La mujer joven habla consigo misma. 11 Salomón tenía un viñedo en Baal Hamón. Él alquiló el viñedo a aquellos que lo atenderían. Cada uno debía traer mil siclos de plata para su fruto. 12 Mi viñedo es propiamente mío; los mil siclos te pertenecen a tí, mi querido Salomón, y los doscientos siclos son para aquellos que lo atienden por su fruto. El amante de la mujer le está hablando a ella. 13 Tú que vives en los jardínes, mis compañeros están escuchando tu voz; déjame ser quien la escucha también. La mujer joven le habla a su amante. 14 Apúrate, mi amado, y sé como una gacela o un ciervo joven en las montañas de especias.

Isaías
Isaías
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1 La visión de Isaías hijo de Amoz, que él vió respecto a Judá y Jerusalén, en los días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá. 2 Oigan, cielos, y escucha, tierra; porque El SEÑOR ha hablado: 'Yo He alimentado y He criado niños, pero ellos se han revelado contra Mí. 3 El buey conoce su dueño, y el burro el establo de su amo, pero Israel desconoce, Israel no entiende. 4 ¡Ay! ¡Nación, pecadores, un pueblo cargado con iniquidad, descendientes de malhechores, hijos que actúan corruptamente! Ellos han abandonado EL SEÑOR, ellos han despreciado EL SANTO DE ISRAEL, se han alejado ellos mismos de Él. 5 ¿Por qué todavía están siendo castigados? ¿Por qué se revelan más y más? Toda la cabeza está enferma, el corazón entero está débil. 6 Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay nada sano, solamente heridas, moretones, y heridas recién abiertas; no han sido cerradas, limpiadas, vendadas, ni tratadas con aceite. 7 Su país está arruinado; sus ciudades están quemadas; sus campos - delante de ustedes, extraños están destruyéndolos - devastación perversa, derrocada por extraños. 8 La hija de Sion es abandonada como una choza en una viña, como una cabaña en un jardín de pepinos, como una ciudad sitiada. 9 Si El SEÑOR de los Ejércitos no nos hubiera dejado un pequeño remanente, hubiésemos sido como Sodoma, hubiésemos sido como Gomorra. 10 Oigan la Palabra del SEÑOR, ustedes gobernantes de Sodoma; escuchen a la ley de nuestro Dios, ustedes pueblo de Gomorra: 11 "¿Qué es para Mí la multitud de sus sacrificios?" dice El SEÑOR. "Ya He tenido suficiente sacrificios quemados de carneros, y la grasa de bestias cebadas; y en la sangre de bueyes, corderos, o cabras Yo no me deleito." 12 Cuando vienen a presentarse ante mí, ¿quién a requerido ésto de ustedes, el pisotear mis cortes? 13 No traigan más ofrendas insensatas; inciensio es una abominación para mí; su luna nueva y asambleas del día de reposo - Yo no puedo tolerar estas asambleas inicuas. 14 Aborrezco sus celebraciones de lunas nuevas y sus fechas designadas; son un carga para Mí; Yo estoy cansado de soportarlas. 15 Así que cuando extienden sus manos en oración, Yo escondo mis ojos de ustedes; aunque ustedes ofrezcan muchas oraciones, no escucharé; sus manos están llenas de sangre. 16 Lávense, límpiense, quiten la maldad de sus obras de delante de Mi vista, dejen de ser malvados; 17 aprendan hacer el bien, busquen la justicia, rectifiquen la opresión, hagan justicia a los huérfanos, defiendan la viuda. 18 "Vengan ahora, y razonemos juntos," dice El SEÑOR; "aunque sus pecados son como escarlata, éstos serán blancos como la nieve; aunque son rojos como el carmesí, éstos serán como la lana. 19 " Si ustedes quieren y obedecen, ustedes comerán lo mejor de la tierra, 20 pero si ustedes se rehúsan y revelan, la espada los devorará," pues la boca del SEÑOR lo ha dicho. 21 ¡Cómo la ciudad fiel se ha convertido en una prostituta! Ella que estaba llena de justicia - ella estaba llena de integridad, pero ahora ella está llena de asesinos. 22 Su plata se ha convertido en impureza, su vino mezclado con agua. 23 Sus príncipes son rebeldes y compañeros de ladrones; cada uno ama el soborno y corre tras las recompensas. Ellos no defienden los huérfanos, ni las plegarias legales de la viuda llegan ante ellos. 24 Por tanto, ésta es la declaración del SEÑOR de los Ejércitos, El Poderoso de Israel "¡Ay de ellos! Yo voy a tomar venganza contra Mis adversarios, y me vindicaré a Mí mismo contra Mis enemigos; 25 Volveré mi mano contra ustedes, refinaré tu escoria como con lejía, y quitaré toda tu escoria. 26 Restauraré tus jueces como al comienzo, y tus consejeros como al principio; después de esto tú serás llamada la Ciudad de Justicia, una ciudad fiel." 27 Sion será redimida mediante juicio, y sus arrepentidos por justicia. 28 Rebeldes y pecadores serán aplastados juntos, y aquellos que abandonan al SEÑOR serán eliminados. 29 "Pues tú te avergonzarás de los robles sagrados que deseaste, y tú tendrás vergüenza por los jardines que tú has escogido. 30 Pues tú serás como un roble cuya hoja se desvanece, y como un jardín que no tiene agua. 31 El hombre fuerte será como pajuela y su trabajo como una chispa; arderán juntos y no habrá quien los aplaque.

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1 Las cosas que Isaías, hijo de Amós, observó en una visión, respecto a Judá y Jerusalén. 2 Será en los últimos días que el monte de la casa del SEÑOR será establecido como el más alto de los montes, y será levantado sobre las colinas, y todas las naciones fluirán a el. 3 Muchos pueblos vendrán y dirán: "Vengan, vamos a subir al monte del SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob, para que Él nos pueda enseñar algunas de sus sendas, y que nosotros podamos andar en sus caminos." Porque de Sion saldrá la ley, y la palabra del SEÑOR saldrá de Jerusalén. 4 Él juzgará entre las naciones y tomará desiciones por muchos pueblos; ellos martillarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas; nación no levantará espada contra nación, ni ellos entrenarán más para la guerra. 5 Casa de Jacob, venid, y caminemos en la luz del SEÑOR. 6 Pues Tú has abandonado Tu pueblo, la casa de Jacob, porque ellos están llenos de costumbres del este y son lectores de augurios como los filisteos, y ellos estrechan sus manos con hijos de extranjeros. 7 Su tierra está llena de plata y oro, y no hay límite a su riqueza; su tierra también está llena de caballos, ni hay límite para sus carruajes. 8 Su tierra está llena de ídolos; ellos adoran las artesanías de sus propias manos, cosas que sus propios dedos han hecho. 9 La gente se inclinará, y los individuos caerán; por lo tanto, no los levanten. 10 Vayan a los lugares rocosos y escóndanse en la tierra, del temor del SEÑOR y de la gloria de Su majestad. 11 La mirada altanera del hombre será derribada, y el orgullo de los hombres será reducido, y sólo el SEÑOR será exaltado en aquel día. 12 Porque habrá un día del SEÑOR de los Ejércitos contra todo quien sea orgulloso y altanero, y contra todo quien es arrogante-- y él será demolido-- 13 y contra todos los cedros del Líbano que están altos y alzados, y contra todos los robles de Basán. 14 Ese día del SEÑOR de los Ejércitos será contra todas las montañas altas, y contra todos los cerros que están levantados, 15 y contra cada torre alta, y contra cada muralla impregnable, 16 y contra todos los botes de Tarsis, y contra todas las hermosas naves de navegación. 17 El orgullo del hombre será derribado, y la altivez de los hombres caerá; sólo el SEÑOR será exaltado en ese día. 18 Los ídolos desaparecerán completamente. 19 Los hombres entrarán en las cuevas de las rocas y en los hoyos en el piso, por el temor del SEÑOR, y de la gloria de Su majestad, cuando Él se levante para aterrorizar la tierra. 20 En ese día, la gente arrojará sus ídolos de plata y oro que hicieron ellos mismos para adorar-- ellos los lanzarán lejos a los topos y a los murciélagos. 21 La gente entrará en las aberturas en las piedras y en las hendiduras de las rocas rotas, del temor del SEÑOR y de la gloria de Su majestad, cuando Él se levante para aterrorizar la tierra. 22 Dejen de confiar en el hombre, cuyo aliento de vida está en su nariz, porque, ¿qué aspira él?

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1 Mirad, el SEÑOR de los Ejércitos, está a punto de quitar de Jerusalén y de Judá apoyo y personal: todo el suministro de pan, y todo el suministro de agua; 2 el hombre poderoso, el guerrero, el juez, el profeta, el lector de augurio, el anciano; 3 el capitán de cincuenta, el ciudadano respetado, el consejero, el artesano experto y el mago hábil. 4 "Yo colocaré meros jóvenes como sus líderes, y los jóvenes gobernarán sobre ellos. 5 Las personas serán oprimidas, cada una por otra, y cada uno por su vecino; el hijo insultará al anciano, y el depravado retará al honorable. 6 Un hombre aún tomará a su hermano en la casa de su padre y dirá: 'Tú tienes un abrigo; sé nuestro gobernante, y sea ésta ruina en tus manos.' 7 En ese día él gritará y dirá: 'Yo no voy a ser un sanador; yo no tengo pan o ropa. Tú no me harás gobernante del pueblo.'" 8 Pues Jerusalén ha tropezado y Judá ha caído, porque su lenguaje y sus acciones están contra el SEÑOR, desafiando los ojos de Su gloria. 9 La mirada en sus rostros testifica contra ellos; y ellos anuncian su pecado como Sodoma; ellos no lo esconden. ¡Ay de ellos! Pues ellos han causado una catástrofe para sí mismos. 10 Dile a la persona justa que le irá bien, pues ellos van a comer el fruto de sus obras. 11 ¡Ay para el malvado! Le irá mal, pues la recompensa de sus manos será hecha a él. 12 Pueblo mío-- niños son sus opresores, y mujeres gobiernan sobre ellos. Mi pueblo, aquellos que los guían a ustedes los llevan por mal camino y confunden la dirección de su camino. 13 El SEÑOR litiga una acusación; Él está en pie para acusar al pueblo. 14 El SEÑOR vendrá con juicio contra los ancianos de Su pueblo y sus líderes: "Ustedes han arruinado el viñedo; el saqueo de los pobres está en sus casas. 15 ¿Por qué aplastan ustedes a Mi pueblo y agobian las caras de los pobres?" Esta es la declaración del SEÑOR de los Ejércitos. 16 El SEÑOR dice que porque las hijas de Sion son orgullosas, caminan con sus cabezas erguidas, y coquetean con sus ojos, flirteando según van y haciendo un tintineo con sus pies, 17 por tanto, el Señor formará costras enfermas en las cabezas de las hijas de Sion, y el SEÑOR las hará calvas. 18 En aquel día el Señor removerá sus hermosas joyas del tobillo, cintas para la cabeza, adornos en forma de media luna, 19 colgantes de orejas, pulseras y velos; 20 los pañuelos, las cadenas de tobillo, las fajas y las cajas de perfumes, y los amuletos de suerte. 21 Él va a remover los anillos y las prendas de la nariz; 22 las túnicas festivas, los mantos, los velos, y los bolsos de mano; 23 los espejos de manos, el lino fino, las piezas que cubren las cabezas y los abrigos. 24 En lugar de dulce perfume habrá peste; en lugar de una banda, una soga; en lugar de cabello bien arreglado, calvicie; y en lugar de una túnica, una cubierta de cilicio; y marcas en lugar de belleza. 25 Sus hombres caerán por la espada, y sus hombres fuertes caerán en guerra. 26 Los portones de Jerusalén se lamentarán y gemirán; y ella estará sola y sentada en el suelo.

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1 En aquel día siete mujeres se aferrarán a un hombre y dirán: '' Nuestra propia comida nosotras comeremos, nuestra propia ropa nosotras vestiremos. Pero déjanos tomar tu nombre para remover nuestra vergüenza.'' 2 En aquel día la rama del SEÑOR será hermosa y gloriosa, y el fruto de la tierra será delicioso y placentero para aquellos sobrevivientes en Israel. 3 Ocurrirá que aquel quien sea dejado en Sion y aquel quien permanezca en Jerusalén será llamado santo, todos quienes estén escritos como vivientes en Jerusalén. 4 Esto ocurrirá cuando el Señor haya lavado la suciedad de las hijas de Sion, y haya limpiado las manchas de sangre desde el medio de Jerusalén, por medio del espíritu de juicio y del espíritu de fuego llameante. 5 Entonces sobre toda la localización del Monte de Sion y sobre su lugar de asamblea, el SEÑOR creará una nube y humo de día, y el brillo de un fuego llameante de noche; éste será un toldo sobre toda la gloria. 6 Será un refugio de sombra durante el día del calor, y un refugio y una cubierta de la tormenta y lluvia.

5

1 Déjame cantarle a Mi bien amado, una canción a Mi amado acerca de su viñedo. Mi bien amado tenía un viñedo en una colina muy fértil. 2 Él la labró, removió las piedras, y la plantó con un excelente tipo de vino. Él construyó una torre en medio de ella, y también construyó un lagar. Esperó por ella para que produjera uvas, pero sólo produjo uvas silvestres. 3 Así que, ahora, habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, juzguen entre Mí y mi viñedo 4 ¿Qué más pude haber hecho por Mi viñedo que Yo no haya hecho por ella? Cuando Yo la busqué para que produjera uvas, ¿por qué produjo ésta uvas silvestres? 5 Ahora Yo te diré lo que Yo haré a mi viñedo: Yo removeré el cerco, Yo la volveré en un pastizal, Yo derribaré sus paredes, y será pisoteada. 6 Yo la dejaré perder, y no será podada ni labrada. En cambio, zarzas y espinos brotarán. Yo También ordenaré a las nubes no llover sobre ella. 7 Porque el viñedo del SEÑOR de los Ejércitos es la casa de Israel, y el hombre de Judá su plantío placentero; Él esperó por justicia, pero en cambio, hubo matanza; por justicia, pero en cambio, un grito para ayuda. 8 ¡Ay de aquellos que unen casa con casa, que unen campo con campo, hasta que ningún espacio quede, y tú sólo quedes en la tierra! 9 El SEÑOR de los Ejércitos me dijo, muchas casas estarán vacías, aún aquellas grandes e impresionantes, sin habitante alguno. 10 Pues un viñedo de diez yugos producirá solamente un bato, y un homer de semilla producirá un efa. 11 ¡Ay de aquellos que se levantan temprano en la mañana para obtener bebida fuerte, aquellos que se quedan tarde en la noche hasta que el vino los enciende. 12 Ellos hacen banquete con arpas, laúd, tamborín, flauta, y vino, pero ellos no reconocen la obra del SEÑOR, ni han considerado las obras de Sus manos. 13 Por tanto, Mi pueblo ha entrado en cautividad por falta de entendimiento; sus líderes honorables pasan hambre, y su gente común no tienen qué tomar. 14 Por lo tanto el Seol ha agrandado su apetito y ha abierto su boca muy ancha; su élite, el pueblo, sus líderes, y los rebeldes y aquellos quienes están felices entre ellos, descienden al Seol. 15 El hombre será forzado a inclinarse, y la humanidad será humillada; los ojos de los altivos serán abatidos. 16 El SEÑOR de los Ejércitos será exaltado en Su justicia, y Dios EL SANTO se mostrará santo por Su justicia. 17 Entonces las ovejas se alimentarán como en su propio pastizal, y en las ruinas, corderos apacentarán como extranjeros. 18 Ay de aquellos quienes arrastran iniquidad con cuerdas vanas y quienes llevan pecado como si fuera un carro de soga. 19 Ay de aquellos que dicen: "Deja que Dios se apresure, deja que actúe rápidamente, para que podamos ver qué pasa; y deja que los planes del Santo de Israel vengan, para que podamos conocerlos." 20 ¡Ay de aquellos que llaman malo a lo bueno, y a lo bueno malo; quienes representan oscuridad como luz, y luz como oscuridad; quienes representan lo amargo como dulce, y lo dulce como amargo! 21 ¡Ay de aquellos quienes son sabios en sus propios ojos, y prudentes en su propio entendimiento! 22 ¡Ay de aquellos que son campeones tomando vino, y maestros mezclando bebidas fuertes; 23 a quienes absuelven al malvado por paga, y privan al inocente de sus derechos! 24 Por lo tanto según la lengua de fuego devora rastrojo, y según la hierba seca cae en llamas, así su raíz se pudrirá, y su florecimiento será soplado como polvo. Esto ocurrirá porque ellos han rechazado la ley del SEÑOR de los Ejércitos, y porque ellos han despreciado la palabra del Santo de Israel. 25 Por lo tanto, la ira del SEÑOR está encendida contra Su pueblo. Él ha extendido Su mano contra ellos y los ha castigado. Las montañas tiemblan, y sus cuerpos son como basura en las calles. En todas estas cosas, Su ira no se calma; en cambio, Su mano aún está extendida. 26 Él levantará una bandera de señal para naciones lejanas y silbará para aquellos al final de la tierra. Mira, ellos vendrán rápida y prontamente. 27 Ninguno se cansa o tambalea entre ellos; ninguno dormita o duerme. Tampoco son sus correas sueltas, o las correas de sus sandalias rotas. 28 Sus flechas están afiladas y todos sus arcos doblados; los cascos de sus caballos son como pedernal, y las ruedas de sus carruajes como torbellinos. 29 Sus rugidos serán como un león; rugirán como leoncillos. Ellos gruñirán y atraparán la presa y la arrastrarán lejos, con ninguno para rescatar. 30 En aquel día ellos rugirán contra la presa como ruge el mar. Si alguno mira sobre la tierra, él verá oscuridad y sufrimiento; incluso la luz será hecha oscura por las nubes.

6

1 En el año que murió el rey Uzías, yo vi al Señor sentado sobre un trono; Él era alto y sublime, y el borde de Su manto llenaba el templo. 2 Sobre Él estaban los serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían su cara, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3 Cada uno llamó a otro y dijo: "Santo, Santo, Santo, es el SEÑOR de los Ejércitos! Toda la tierra está llena de Su gloria." 4 Los cimientos de los umbrales se sacudían ante las voces de aquellos que exclamaban, y la casa estaba llena de humo. 5 Entonces yo dije: "¡Ay de mí! Pues estoy condenado porque yo soy un hombre de labios impuros, y yo vivo entre un pueblo de labios impuros, porque mis ojos han visto al Rey, al SEÑOR, el SEÑOR de los Ejércitos!". 6 Entoces uno de los serafines voló hacia mí; él tenía un carbón encendido en su mano, que él había tomado con las tenazas del altar. 7 Él tocó mi boca con éste y dijo: "Mira, esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido quitada, y tu pecado expiado." 8 Yo escuché la voz del Señor decir: "¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? Entonces yo dije: "Aquí estoy yo; envíame." 9 Él dijo: "Vé y dile a este pueblo: 'Escuchan, pero no entienden; ven, pero no perciben.' 10 Haz insensible el corazón de este pueblo, y sus oídos sordos, y ciega sus ojos. De otra manera, ellos podrán ver con sus ojos, escuchar con sus oídos, y entender con sus corazones, y entonces se tornen y sean sanos." 11 Entonces yo dije: "Señor, ¿por cuánto tiempo?" Él contestó: "Hasta que las ciudades se encuentren en ruinas y estén sin habitantes, y las casas estén sin gente, y la tierra caiga en un desierto desolado, 12 y hasta que el Señor haya enviado al pueblo muy lejos, y la soledad de la tierra sea grande. 13 Incluso si una décima parte de la gente permaneciera en ella, ésta será destruida nuevamente; pero, como un terebinto o un roble es cortado y cuyo tronco permanece, la semilla santa está en su tocón."

7

1 Durante los días de Acaz, hijo de Jotam, hijo de Uzías, rey de Judá, Rezín el rey de Aram, y Peka, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron a Jerusalén en guerra contra ella, pero ellos no prevalecieron contra ella. 2 Fue notificado a la casa de David que Aram se alió con Efraín. Su corazón tembló, y el corazón de su pueblo, así como los árboles del bosque se sacuden en el viento. 3 Entonces el SEÑOR dijo a Isaías: "Sal con tu hijo Sear Jasub a encontrarte con Acaz al final del canal del estanque superior, en la carretera hacia el Campo de Lavado. 4 Dile: 'Sé cuidadoso, mantén la calma, no temas o te intimides por estas ardientes llamas, por el enojo feroz de Rezín y Aram, y de Peka hijo de Remalías. 5 Aram, Efraín, y el hijo de Remalías han planeado maldad contra tí, ellos han dicho: 6 "Ataquemos a Judá y sea aterrorizada, entremos en ella y coloquemos nuestro rey allí, el hijo de Tabeel." 7 El SEÑOR Dios dice: "Esto no ocurrirá; no sucederá, 8 porque la cabeza de Aram es Damasco, y la cabeza de Damasco es Rezín. Dentro de sesenta y cinco años, Efraín será destrozado y no será más un pueblo. 9 La cabeza de Efraín es Samaria, y la cabeza de Samaria es el hijo de Remalías. Si tú no permaneces firme en fe, seguramente tú no permanecerás seguro."'" 10 El SEÑOR habló otra vez a Acaz: 11 "Pide una señal al SEÑOR tu Dios; pide por ella en las profundidades o en las alturas arriba." 12 Pero Acaz dijo: "Yo no la pediré, ni tampoco probaré al SEÑOR." 13 Así que, Isaías replicó: "Escucha, casa de David. ¿No es suficiente para tu pueblo probar la paciencia de la gente? ¿Debes también probar la paciencia de mi Dios? 14 Por lo tanto, el SEÑOR mismo le dará a tu pueblo una señal: mirad, la mujer joven concebirá, tendrá un hijo, y llamará su nombre Emanuel. 15 Él comerá cuajada y miel hasta que Él sepa rechazar el mal y escoger el bien. 16 Pues antes de que el niño sepa rechazar el mal y escoger el bien, la tierra a cuyos dos reyes tú temes será desolada. 17 El SEÑOR los traerá a tí, sobre tu pueblo, y sobre la casa de tu padre, días como ninguno desde que Efraín se apartó de Judá, Él te traerá al rey de Asiria." 18 En aquel tiempo el SEÑOR silbará a una mosca de las distantes corrientes de Egipto, y a una abeja de la tierra de Asiria. 19 Todas ellas vendrán y se establecerán en todos los barrancos, en las hendiduras de las rocas, en todos los arbustos espinosos, y en todos los pastos. 20 En aquel tiempo el Señor rasurará con una navaja que fue traída más allá del Río Eufrates, el rey de Asiria, la cabeza y el cabello de las piernas; ésta también cortará la barba. 21 En aquel día, un hombre mantendrá viva a una ternera y dos ovejas, 22 y a causa de la abundancia de leche de las cuales ellas darán, Él comerá cuajadas, pues todos los que queden en la tierra comerán cuajadas y miel. 23 En aquel tiempo, donde allí habían mil viñedos valorados en mil siclos de plata, no habrá nada sino zarzas y espinas. 24 Hombres irán allí a cazar con arcos, porque la tierra será de zarzas y espinas. 25 Ellos se mantendrán lejos de todas las colinas que fueron cultivadas con la azada, por miedo a las zarzas y espinas; pues será un lugar donde el ganado y las ovejas pazcan.

8

1 El SEÑOR me dijo a mí: "Toma una tabla grande y escribe en ella 'Maher Shalal Hash Baz.' 2 Yo citaré testigos fieles que testifiquen por mí, Urías el sacerdote, y Zacarías hijo de Jeberequías." 3 Yo fuí a la profetisa, y ella concibió y dió a luz un hijo. Luego el SEÑOR me dijo a mí: "Pónle por nombre Maher Shalal Hash Baz' 4 Pues antes de que el niño sepa clamar: 'Mi padre,' y 'mi madre,' las riquezas de Damasco y el botín de Samaria serán tomados por el rey de Asiria." 5 El SEÑOR me habló a mí otra vez: 6 "Porque este pueblo ha rehusado las apacibles aguas de Siloé, y están felices con Rezín y con el hijo de Remalías, 7 por tanto, el Señor está a punto de traer a ellos las aguas del Río, poderosas y muchas, el rey de Asiria y toda su gloria. Saldrá de todo su cauce y se desbordará de sus orillas. " 8 El Río barrerá adelante dentro de Judá, inundando y pasando por encima, hasta que alcance sus cuellos. Sus alas estiradas llenarán la anchura de su tierra, Emanuel." 9 Ustedes, gentes, serán rotas en pedazos. Escuchen, todos ustedes países distantes: ármense a sí mismos para la guerra, y sean rotos en pedazos; arménse a sí mismos y sean rotos en pedazos. 10 Formen un plan, pero éste no será ejecutado; emitan la orden, pero no será ejecutada, pues Dios está con nosotros. 11 El SEÑOR me habló a mí, con Su fuerte mano sobre mí, y me advirtió a no caminar en el camino de Su pueblo. 12 No llamen conspiración a nada que este pueblo llama conspiración, ustedes no temerán lo que ellos temen, y no sean aterrorizados. 13 Es El SEÑOR de los Ejércitos a quien ustedes honrarán como santo; Él es a quien deben temer y Él es a quien deben tenerle pavor. 14 Él se volverá un santuario; pero Él será una piedra para golpearse, y una piedra de tropiezo, para ambas casas de Israel, y Él será una trampa y un lazo para el pueblo de Jerusalén. 15 Muchos tropezarán con ella y caerán y serán quebrados, y serán atrapados y capturados. 16 Ata Mi testimonio, sella el registro oficial, y dáselo a mis discípulos. 17 Yo esperaré por el SEÑOR, quien esconde Su rostro de la casa de Jacob; yo esperaré por él. 18 Mirad, yo y los hijos quienes el SEÑOR me ha dado son para señales y para maravillas en Israel del SEÑOR de los Ejércitos, quien vive en el Monte Sion. 19 Ellos te dirán a tí: "Consulta con los agoreros y los magos," aquellos que surran y murmuran encantamientos. Sin embargo, ¿no debería un pueblo consultar a su Dios? ¿Deberían ellos consultar a los muertos de parte de los vivos? 20 ¡A la ley y al testimonio! Si ellos no dicen tales cosas, es porque no tienen ninguna luz del alba. 21 Ellos pasarán a través de la tierra grandemente angustiados y hambrientos. Cuando tengan hambre, ellos se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, mientras vuelven sus rostros hacia arriba. 22 Ellos mirarán a la tierra y verán angustia, oscuridad y penumbra opresiva. Ellos serán conducidos a una tierra de oscuridad.

9

1 La penumbra se disipará de ella, la que estaba en angustia. En un tiempo anterior Él humilló la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí, pero en el tiempo posterior Él la hará gloriosa, el camino al mar, más allá del Jordán, Galilea de las naciones. 2 El pueblo quien caminó en oscuridad ha visto una gran luz; aquellos que han vivido en la tierra de sombra de muerte, la luz ha brillado sobre ellos. 3 Tú has aumentado la nación; Tú has agrandado su regocijo. Ellos se regocijan ante Tí como la alegría del tiempo de la cosecha, como los hombres se regocijan cuando ellos dividen el saqueo. 4 Pues el yugo de su carga, la viga entre sus hombros, la vara de sus opresores, Tú has destrozado como en los días de Madián. 5 Pues cada bota que pise el tumulto y las ropas enrolladas en sangre serán quemadas, combustible para el fuego. 6 Pues para nosotros un niño ha nacido, a nosotros un hijo nos ha sido dado; y la soberanía estará sobre Su hombro; y Su nombre será llamado: Magnífico Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 7 Lo agrandado de Su gobierno y de paz allí no tendrá fin, tal como Él gobierna sobre el trono de David, y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y con derecho desde este tiempo en adelante y eternamente. El celo del SEÑOR de los Ejércitos hará esto. 8 El SEÑOR envió una palabra contra Jacob, y ésta cayó sobre Israel. 9 Toda la gente sabrá, incluso Efraín y los habitantes de Samaria, quienes dicen con orgullo y con un corazón arrogante: 10 ''Los ladrillos han caído, pero nosotros los reconstruiremos con piedra cincelada; los sicómoros han sido cortados, pero nosotros pondremos cedros en su lugar.'' 11 Por lo tanto el SEÑOR levantará en contra a Rezín, su adversario, e incitará sus enemigos, 12 los Arameos en el este, y los filisteos en el oeste. Ellos devorarán a Israel con boca abierta. En todas estas cosas, Su ira no se calma; en su lugar, todavía Su mano está extendida. 13 Todavía su pueblo no se vuelve a Él quien los golpeó, ni buscarán al SEÑOR de los Ejércitos. 14 Por lo tanto, el SEÑOR cortará de Israel cabeza y cola, rama de palma y caña, en un día. 15 El líder y el hombre noble son la cabeza; y el profeta que enseña mentira es la cola. 16 Esos que dirigen este pueblo los dirigen para desviarlos, y esos que son dirigidos por ellos son tragados. 17 Por lo tanto, el Señor no se regocijará sobre sus hombres jóvenes ni Él tendrá compasión de sus huerfános de padre y viudas, desde que cada uno es impío y un hacedor de maldad, y toda boca habla cosas necias. En todas estas cosas, Su ira no se calma, en su lugar, Su mano sigue extendida. 18 La maldad arde como un fuego; devora las zarzas y espinas; incluso quema los matorrales del bosque, los cuales se levantan en una columna de humo. 19 A través de la furia del SEÑOR de los Ejércitos la tierra es quemada, y el pueblo es como combustible para el fuego. Ningún hombre perdona a su hermano. 20 Ellos agarrarán comida en su mano derecha pero seguirán con hambre; ellos podrán comer alimento con la mano izquierda pero no serán satisfechos. Cada uno incluso comerá la carne de su propio brazo. 21 Manasés devorará a Efraín, y Efraín, a Manasés; y ellos juntos atacarán a Judá. En todas estas cosas, Su ira no se calma; en cambio, Su mano sigue extendida.

10

1 Ay de aquellos que promulgan leyes injustas y escriben decretos injustos. 2 ¡Ellos privan la justicia a los justos, roban a los pobres de mi pueblo sus derechos, saquean viudas, y hacen a los huérfanos sus presas! 3 ¿Qué harán ustedes en el día del juicio cuando la destrucción venga desde muy lejos? ¿A quién correrán por ayuda, y dónde dejarán sus riqueza? 4 Nada queda, y ustedes se agachan entre los prisioneros o caen entre los muertos. En todas estas cosas, Su enojo no se calma; por el contrario, Su mano aún está extendida. 5 ¡Ay de los asirios, el garrote de Mi enojo, la vara de quien empuño Mi furia! 6 Yo lo mandé contra una arrogante nación y contra el pueblo que procura Mi desbordante ira. Yo ordeno que él tome el despojo, que tome la presa, y que los pisotee como al lodo en las calles. 7 Pero ésto no es lo que él pretende, ni él piensa que sea de esta manera. Está en su corazón el destruir y eliminar muchas naciones. 8 Pues él dice: "¿No son todos mis príncipes reyes? 9 ¿No es Calmo como Carquemis? ¿No es Hamat como Arfad? ¿No es Samaria como Damasco? 10 Como mi mano ha vencido los reinos idólatras, quienes tallaron figuras que eran más grandes que aquellos de Jerusalén y Samaria, 11 justo como yo le hice a Samaria y sus ídolos sin valor, ¿no voy a hacer lo mismo con Jerusalén y sus ídolos?" 12 Cuando el Señor haya terminado su obra en el Monte de Sion y en Jerusalén, Yo voy a castigar el lenguaje del corazón arrogante del rey de Asiria y sus miradas orgullosas. 13 Pues él dice: "Por mi fuerza y por mi sabiduría, yo actué. Yo tengo entendimiento, y yo he removido los límites de los pueblos. Yo he robado sus tesoros, y como un toro yo he demolido a los habitantes. 14 Mi mano se ha apoderado, como del nido, las riquezas de naciones y como alguien reúne huevos abandonados, yo he reunido toda la tierra. Ninguno aleteó sus alas o abrió su boca o pió." 15 ¿Se jactará el hacha sobre sí misma en contra de quien la maneja? ¿Se alabará la sierra a sí misma más que el que corta con ella? Es como si una vara pudiera alzar a quienes la levantan, o como si un bastón de madera pudiera alzar a una persona. 16 Por lo tanto, El SEÑOR Dios de los Ejércitos va a enviar flojera a sus guerreros élites; y bajo Su gloria habrá un encendido ardiente como un fuego. 17 La luz de Israel se convertirá en fuego, y su Santo una llama; va a quemar y devorar sus espinas y zarzas en un día. 18 El SEÑOR consumirá la gloria de su bosque y de su tierra fructífera, ambas alma y cuerpo; serán como cuando la vida de un hombre enfermo se desperdicia. 19 El remanente de los árboles de su bosque va a ser tan poco, que un niño podría contarlos. 20 En aquel día, el remanente de Israel, la familia de Jacob que ha escapado, ya no tendrá que confiar en aquel que los venció, pero ciertamente dependerán en el SEÑOR, el Santo de Israel. 21 Un remanente de Jacob volverá al Dios poderoso. 22 Pues aunque tu pueblo, Israel, son como la arena en la costa, sólo un remanente de ellos regresará. La destrucción fue decretada, como demanda la justicia desbordante. 23 Pues el SEÑOR de los Ejércitos, está a punto de llevar a cabo la destrucción determinada a través de la tierra. 24 Por lo tanto el SEÑOR Dios de los Ejércitos dice: "Mi pueblo quien vive en Sion, no teman a los asirios. Él te atacará con la vara y levantará su bastón contra tí, como hicieron los egipcios. 25 No temas a él, pues en un muy corto tiempo Mi enojo contra tí acabará, y Mi enojo conducirá a su destrucción." 26 Entonces, El SEÑOR de los Ejércitos empuñará un látigo contra ellos, como cuando Él derrotó a Madián en la roca de Oreb. Él levantará Su vara sobre el mar y la alzará como Él hizo en Egipto. 27 En aquel día, Su carga se levanta de tus hombros y Su yugo de tu cuello, y el yugo será destruído por el engordamiento. 28 El enemigo ha venido a Ajat y ha pasado por Migrón; en Micmas él ha almacenado sus provisiones. 29 Ellos han cruzado sobre el paso y se asentaron en Geba. Ramá tembló y Guibeá de Saúl ha huído. 30 ¡Llora en voz alta, hija de Galim! ¡Presta atención, Lais! ¡Tú pobre Anatot! 31 Madmena está huyendo, y los habitantes de Gebim corren por seguridad. 32 Éste preciso día, él detendrá a Nob y sacudirá Su mano en el monte de la hija de Sion, la colina de Jerusalén. 33 Mirad, el SEÑOR Dios de los Ejércitos cortará las ramas con un terrible estruendo; los árboles más altos serán cortados y el noble será derribado. 34 Él cortará el espesor del bosque con un hacha, y Líbano en su majestuosidad caerá.

11

1 Un brote germinará del tocón de Isaí, y una rama de sus raíces dará fruto. 2 El Espíritu del SEÑOR reposará sobre Él, el espíritu de sabiduría, y entendimiento, el espíritu de enseñanza, y poder, el espíritu de conocimiento, y el de temor al SEÑOR. 3 Su deleite será el temor al Señor; Él no juzgará por lo que sus ojos ven, ni tampoco decidirá por lo que sus oídos escuchen. 4 En cambio, Él juzgará al pobre con justicia y decidirá justamente para con los humildes de la tierra. Él atacará la tierra con la vara de su boca, y con el aliento de sus labios Él matará los malvados. 5 La justicia será el cinturón de su cintura, y la fidelidad el cinturón alrededor de sus lomos. 6 El lobo vivirá con el cordero, y el leopardo descansará con la cabra joven, el becerro, el león joven y el becerro engordado, juntos. Un niño pequeño los liderará. 7 La vaca y el oso pastarán juntos, y sus crías descansarán juntos. El león comerá paja como el buey. 8 Un bebé jugará sobre el agujero de la culebra, y el niño destetado pondrá su mano en el nido de la serpiente. 9 Ellos no dañarán ni destruirán en todo Mi monte santo; pues la tierra será llena del conocimiento del SEÑOR, como las aguas cubren el mar. 10 En aquel día, la raíz de Isaí se levantará como una bandera para las gentes. Las naciones lo buscarán y su lugar de descanso será glorioso. 11 En aquel día, el Señor extenderá su mano otra vez para recuperar el remanente de su pueblo quienes permanecen en Asiria, Egipto, Patros, Cus, Elam, Sinar, Hamat y las islas del mar. 12 Él pondrá un estandarte para las naciones y juntará a los marginados de Israel y a los esparcidos de Judá de las cuatro esquinas de la tierra. 13 Él apartará la envidia de Efraín y hostilidades de Judá serán cortadas. Efraín no envidiará a Judá y Judá no será hostil con Efraín. 14 En cambio, ellos se abalanzarán sobre las colinas filisteas en el oeste, y juntos ellos saquearán el pueblo del este. Ellos atacarán a Edom y Moab, y el pueblo de Amón le obedecerá. 15 El SEÑOR destruirá completamente el golfo del Mar de Egipto. Con Su viento abrasador Él levantará Su mano sobre el Río Eufrates y lo dividirá en siete corrientes, para que pueda ser cruzado en sandalias. 16 Habrá un camino para el remanente de Su pueblo que regresa de Asiria, como así fue para Israel en su salida de la tierra de Egipto.

12

1 En aquel día dirás: "Daré gracias a tí, SEÑOR. Pues aunque estabas enojado conmigo, Tu ira se ha ido, y Tú me has consolado. 2 Mirad, Dios es mi salvación; yo confiaré y no temeré, pues el SEÑOR, sí, el SEÑOR es mi fuerza y mi canción. Él se ha convertido en mi salvación." 3 Con alegría sacarás agua de los pozos de salvación. 4 En aquel día dirás: "Den gracias al SEÑOR e invoquen Su nombre; declaren Sus obras entre los pueblos, proclamen que Su nombre es exaltado. 5 Canten al SEÑOR, pues Él ha hecho cosas gloriosas; dejen que esto sea conocido por toda la tierra. 6 Lloren en voz alta y griten de alegría, ustedes habitantes de Sion, porque grande es en medio de ustedes El Santo de Israel."

13

1 Una declaración sobre Babilonia, que Isaías, el hijo de Amós, recibió: 2 "En la montaña descubierta prepara una bandera de señal, grítales fuerte a ellos, agita tu mano para que ellos entren por las puertas de los nobles. 3 Yo he ordenado a Mis santos, sí, Yo he llamado a Mis hombres poderosos para que ejecuten Mi ira, incluso a Mis orgullosamente exaltados. 4 El ruido de una multitud en las montañas, ¡como de mucha gente! ¡El ruido de un tumulto de los reinos como muchas naciones reuniéndose juntas! El SEÑOR de los Ejércitos está convocando a Su ejército para la batalla. 5 Ellos vienen de un país lejano, de más allá del horizonte. Es el SEÑOR con sus intrumentos de juicio, para destruir toda la tierra. 6 Aúllen, porque el día del SEÑOR está cerca; viene con la destrucción del Todopoderoso. 7 Por lo tanto, todas las manos cuelguen flojas, y cada corazón se derrita. 8 Ellos estarán aterrorizados; dolor y agonía se apoderarán de ellos, como a una mujer en parto. Ellos se mirarán con asombro el uno al otro, sus rostros estarán ardiendo. 9 Mirad, el día del SEÑOR viene con ira cruel y enojo desbordante, para hacer de la tierra una desolación y a destruir a los pecadores en ella. 10 Las estrellas del cielo y las constelaciones no darán su luz. El sol estará oscurecido aún desde el alba, y la luna no brillará. 11 Yo castigaré al mundo por su maldad y a los malvados por su iniquidad. Yo pondré fin a la arrogancia del orgulloso y derribaré la arrogancia del despiadado. 12 Yo haré hombres más escazos que el oro fino y a la humanidad más díficil de encontrar que el oro puro de Ofir. 13 Por lo tanto, Yo haré que los cielos tiemblen, y la tierra será sacudida de su lugar, por la furia del SEÑOR de los Ejércitos, y en el día de Su enojo feroz. 14 Como una gacela cazada o como una oveja sin pastor, todo hombre se volverá hacia su propia gente y huirá hacia su propia tierra. 15 Todo el que sea hallado será muerto, y todo el que sea capturado morirá por la espada. 16 Sus niños también serán destrozados en pedazos ante sus ojos. Sus casas serán saqueadas y sus esposas violadas. 17 Mirad, Yo estoy a punto de provocar a los medos a que los ataquen, a quienes no les va a importar la plata, ni se complacen en el oro. 18 Sus flechas traspasarán a los hombres jóvenes. Ellos no tendrán piedad de los bebés y no perdonarán a los niños. 19 Entonces Babilonia, el más admirado de los reinos, el esplendor del orgullo caldeo, será derrocado por Dios como Sodoma y Gomorra. 20 No será habitado o vivido de generación en generación. El árabe no acampará en su tienda allí, ni los pastores tendrán a sus rebaños para descansar allí. 21 Pero los animales salvajes del desierto se acostarán allí. Sus casas estarán llenas de búhos; y avestruces y cabras salvajes saltarán por allí. 22 Las hienas gritarán en sus fortalezas, y los chacales en sus hermosos palacios. Su tiempo está cerca, y sus días no serán retrasados.

14

1 El SEÑOR tendrá compasión de Jacob; Él otra vez elegirá a Israel y los restaurará en su propia tierra. Los extranjeros se unirán con ellos y se unirán a la casa de Jacob. 2 Las naciones los traerán a su propio lugar. Entonces la casa de Israel los tomarán en la tierra del SEÑOR como sirvientes y sirvientas. Tomarán cautivos a aquellos quienes los han capturado a ellos, y gobernarán sobre sus opresores. 3 En el día que el SEÑOR te de descanso de tu sufrimiento y angustia, y del arduo labor el cual fuiste obligado a realizar, 4 tú cantarás esta canción burlona contra el rey de Babilonia: "¡Cómo el opresor ha llegado a su fin, la furia orgullosa terminó! 5 El SEÑOR ha roto la caña de los malvados, el cetro de aquellos gobernantes 6 que golpearon a los pueblos en ira con incesantes golpes, que gobernaron las naciones en enojo, con un ataque que fue desenfrenado. 7 Toda la Tierra está en descanso y está callada; ellos comienzan celebrando con cantos. 8 Aún los cipreses se regocijan a causa de tí con los cedros del Líbano; ellos dicen: 'Ya que tú estás talado, ningún leñador sube a cortarnos.' 9 El Seol abajo está ansioso de conocerte cuando vayas allá. Levanta a los muertos para tí, todos los reyes de la tierra, haciéndolos levantarse de sus tronos, todos los reyes de las naciones. 10 Todos ellos hablarán y te dirán: 'Te has vuelto tan débil como nosotros. Te has vuelto como nosotros. 11 Tu pompa ha sido bajada al Seol con el sonido de tus instrumentos de cuerdas. Las larvas se dispersan debajo de tí, y los gusanos te cubren.' 12 ¡Cómo tú caíste desde el cielo, estrella de la mañana, hijo de la mañana! ¡Cómo tú eres cortado al suelo, tú quien conquistaste las naciones! 13 Tú habías dicho en tu corazón: 'Yo ascenderé al cielo, exaltaré mi trono sobre las estrellas de Dios, y me sentaré en el monte de la asamblea, en los confines del norte. 14 Ascenderé por encima de las alturas de las nubes; me haré a mí mismo como el Más Alto Dios.' 15 Sin embargo, ahora tú has sido bajado al Seol, a las profundidades de la fosa. 16 Aquellos que te vean te mirarán y te prestarán atención. Ellos dirán: '¿Es éste el hombre que hizo a la tierra temblar, quien sacudió reinos, 17 quien hizo el mundo como un desierto, quien derrocó sus ciudades y no permitió que sus prisioneros fueran a sus hogares?' 18 Todos los reyes de las naciones, todos ellos se postran en honor, cada uno en su propia tumba. 19 Pero tú eres echado de tu tumba como una rama desechada. Los muertos te cubren como un vestido, aquellos atravesados por la espada, quienes bajan a las piedras de la fosa. 20 No te unirás a ellos en el entierro, porque tú has destruido tu tierra y has matado tu pueblo. La descendencia de malhechores nunca serán mencionados de nuevo." 21 Prepara tu matanza para sus hijos, por la iniquidad de sus ancestros, para que ellos no se levanten y posean la tierra y llenen todo el mundo con ciudades. 22 "Yo me levantaré contra ellos"- esta es la declaración del SEÑOR de los Ejércitos. "Yo cortaré de Babilonia nombre, descendiente, y posteridad"--- esta es la declaración del SEÑOR. 23 " Yo también la convertiré en posesión de búhos, y en estanques de agua, y la barreré con la escoba de la destrucción"--- esta es la declaración del SEÑOR de los Ejércitos. 24 El SEÑOR de los Ejércitos ha jurado: "Ciertamente, tal como Yo he destinado, así ocurrirá; y como Yo he propuesto, así será: 25 Yo quebraré al asirio en Mi tierra, y en Mis montañas lo aplastaré bajo pie. Entonces su yugo se levantará de ellos y sus cargas de sus hombros." 26 Este es el plan que es destinado para toda la Tierra, y ésta es la mano que es levantada sobre todas las naciones. 27 Pues el SEÑOR de los Ejércitos ha planeado esto; ¿quién lo detendrá? Su mano está levantada, ¿y quién la bajará? 28 En el año que el rey Acaz murió, esta declaración llegó: 29 "No se regocijen, todos ustedes filisteos, que la vara que los golpeó está rota. Pues de la raíz de la serpiente crecerá una víbora, y su descendiente será una ardiente serpiente voladora. 30 El primogénito del pobre pastará sus ovejas en mis pastos, y los necesitados se acostarán en seguridad. Yo mataré tu raíz con hambruna que hará morir todos tus sobrevivientes. 31 Aúlla, puerta; llora, ciudad; todos ustedes se derretirán, Filistea. Pues del norte viene una nube de humo, y allí no hay rezagado en sus filas. 32 ¿Cómo entonces uno le contestará a los mensajeros de esa nación? Que el SEÑOR ha fundado Sion, y en ella el afligido de Su pueblo encontrará refugio.

15

1 Una declaración sobre Moab. Ciertamente, en una noche Ar de Moab es devastada y destrozada; ciertamente, en una noche Kir de Moab es devastada y destrozada. 2 Ellos han subido al templo, el pueblo de Dibón subió a las alturas a llorar; Moab se lamenta por Nebo y por Medeba. Todas sus cabezas son rapadas y todas sus barbas son cortadas. 3 En sus calles ellos visten tela de saco; en sus techos y en las cuadras todo el mundo gime, derritiéndose en lágrimas. 4 Hesbón y Eleale piden ayuda; sus sonidos son escuchados tan lejos como hasta Jahaza. Así que los hombres armados de Moab piden ayuda; ellos tiemblan dentro de ellos. 5 Mi corazón llora por Moab; sus fugitivos huyen a Zoar y Eglat Selisiya. Ellos suben a la pendiente de Luhit llorando; en el camino a Horonaim ellos gimen fuertemente acerca de su destrucción. 6 Las aguas de Nimrim se han secado; el pasto está marchito y el pasto nuevo muere; nada está verde. 7 La abundancia que ellos hicieron crecer y almacenaron ellos se llevan sobre el arroyo de álamos. 8 El grito se ha ido al territorio de Moab; el gemido tan lejos como hasta Eglaim y Beer Elim. 9 Pues las aguas de Dimón están llenas de sangre; pero Yo voy a traer más sobre Dimón. Un león atacará a aquellos quienes escapen de Moab y también a aquellos quienes queden en la tierra.

16

1 Envíen carneros al gobernante de la tierra de Sela en el desierto, al monte de la hija de Sion. 2 Como aves errantes, como un nido esparcido, así las mujeres de Moab están en el cruce del Río Arnón. 3 "Den instrucción, ejecuten justicia; provean un poco de sombra como la noche en medio del día; escondan los fugitivos; no traicionen a los fugitivos. 4 Déjenlos vivir entre ustedes, los refugiados de Moab; sean un lugar de escondite para ellos del destructor." Pues la opresión se detendrá, y la destrucción terminará, aquellos quienes pisotean desaparecerán de la tierra. 5 Un trono será establecido en pacto de fidelidad; y uno de la tienda de David fielmente se sentará allí. Él juzgará mientras procura la justicia y hace lo recto. 6 Nosotros hemos escuchado del orgullo de Moab, su arrogancia, su jactancia y su enojo. Pero sus jactancias son palabras huecas. 7 Así que, Moab gime por Moab--- ¡todos ellos gimen! Laméntense, ustedes quienes son completamente destruidos, por los pasteles de pasa de Kir Hareset. 8 Los campos de Hesbón se han secado como también las viñas de Sibma. Los gobernantes de las naciones han pisoteado la variedad de viñas que llegaban hasta Jazer y se extendían al desierto. Sus brotes se extendieron por todas partes; se fueron al mar. 9 Ciertamente, Yo lloraré junto con Jazer por el viñedo de Sibma. Yo los regaré a ustedes con mis lágrimas, Hesbón y Eleale. Pues en sus campos de frutas de verano y cosecha yo he terminado los gritos de alegría. 10 Alegría y gozo son quitados de las arboledas frutales; y no hay canto ni gritos en los viñedos. Ninguno exprime vino en las prensas, pues Yo he puesto un fin a los gritos del que exprime. 11 Así que, Mi corazón suspira como un arpa por Moab, y Mi ser interior por Kir Hareset. 12 Cuando Moab se fatigue en el lugar alto y entre a su templo a orar, sus oraciones no lograrán nada. 13 Esta es la palabra que el SEÑOR habló previamente concerniente a Moab. 14 Otra vez, el SEÑOR habla: "Dentro de tres años, la gloria de Moab desaparecerá; en cuanto a su mucha gente, el remanente será bien poco e insignificante."

17

1 Una declaración sobre Damasco. 2 Las ciudades de Aroer serán abandonadas. Éstas serán lugares para que los rebaños descansen, y nadie las asustará. 3 Ciudades fortificadas desaparecerán de Efraín, el reino de Damasco, y el remanente de Aram-- éstas serán como la gloria del pueblo de Israel-- esta es la declaración del SEÑOR de los Ejércitos. 4 Sucederá en aquel día que la gloria de Jacob menguará, y el engordamiento de su carne enflaquecerá. 5 Esto será como cuando un segador reúne las espigas, y su brazo cosecha las cabezas del grano. Será como cuando se recoge las cabezas de grano en el Valle de Refaim. 6 Se dejarán espigas, sin embargo, como cuando el árbol de olivo es sacudido: dos o tres aceitunas en la parte superior de la rama de más arriba, cuatro o cinco en las ramas más altas de un árbol fructífero-- esta es la declaración del SEÑOR, el Dios de Israel. 7 En aquel día, los hombres se volverán a su Hacedor, y sus ojos mirarán al Santo de Israel. 8 Ellos no mirarán a los altares, la obra de sus manos, ni mirarán lo que sus dedos han hecho, los altares de Asera o las imágenes del sol. 9 En aquel día sus fuertes ciudades serán como laderas de madera abandonadas en las cumbres de las colinas, que fueron dejadas por el pueblo de Israel y que se convertirán en una desolación. 10 Por cuanto ustedes han olvidado el Dios de su salvación, y han ignorado la Roca de su fortaleza. Así ustedes siembran plantas placenteras, y las mezclan con ramas de vid recibidas de un extraño, 11 en el día que siembras y cercas y cultivas. Pronto su semilla crecerá, pero la cosecha fracasará en un día de duelo y de pena desesperada. 12 ¡Ay! ¡El rugido de muchas gentes, aquel rugido como el rugido de los mares, y la agitación de naciones, que se apresura como la aceleración de aguas poderosas! 13 Las naciones rugirán como el precipitar de muchas aguas, pero Dios los reprenderá. Ellos huirán muy lejos y serán ahuyentados como las hierbas muertas en las montañas con el viento, y como hierbas girando ante una tormenta. 14 ¡En el anochecer, mirad, terror! ¡Antes de la mañana ellas habrán desaparecido! Ésta es la porción de aquellos que nos despojan, la suerte de aquellos quienes nos roban.

18

1 Ay a la tierra del susurro de alas, la cual está a lo largo de los ríos de Etiopía; 2 quien envía embajadores por el mar, en barcos de papiro sobre las aguas. Vayan, mensajeros veloces, a una nación alta y suave, a un pueblo temible lejos y cerca, una nación fuerte y arrolladora, cuya tierra los ríos dividen. 3 Todos ustedes habitantes del mundo y ustedes quienes viven en la Tierra, cuando una señal se levante en las montañas, observen; y cuando la trompeta suene, escuhen. 4 Esto es lo que el SEÑOR me dijo: "Observaré silenciosamente desde mi casa, como el calor a fuego lento en el sol, como una nube de rocío en el calor de la cosecha. 5 Antes de la cosecha, cuando el florecimiento ha terminado, y la flor madura en una uva, Él cortará las ramas con la poda, y Él cortará y quitará las ramas que se extienden. 6 Se dejarán juntos para las aves de las montañas y para los animales de la tierra. Las aves harán verano en ellos, y todos los animales de la tierra harán invierno en ellos.'' 7 En aquel tiempo, tributo será traído al SEÑOR de los Ejércitos de los pueblos altos y suaves, de un pueblo temido lejos y cerca, una nación fuerte y arrolladora, aquellos cuya tierra los ríos dividen, al lugar del nombre del SEÑOR de los Ejércitos, al Monte de Sion.

19

1 Una declaración sobre Egipto. Mira, el SEÑOR cabalga en una nube veloz y viene a Egipto; los ídolos de Egipto tiemblan ante Él; y los corazones de los egipcios se derriten dentro de ellos mismos. 2 "Yo agitaré a los egipcios contra egipcios: un hombre peleará contra su hermano, y un hombre peleará con su vecino; ciudad estará en contra de ciudad, y reino contra reino. 3 El espíritu de Egipto será debilitado desde dentro. Yo destruiré su consejo, aunque ellos buscaron el consejo de ídolos, el espíritu de hombres muertos, agoreros y espiritistas. 4 Yo entregaré a los egipcios en la mano de un amo cruel, y un rey fuerte reinará sobre ellos-- esta es la declaración del SEÑOR de los Ejércitos." 5 Las aguas del mar se secarán, y el río se secará y se volverá vacío. 6 Los ríos se volverán asquerosos; las corrientes de Egipto van a disminuir y se secarán; las cañas y los juncos se marchitarán. 7 Las cañas junto al Nilo, por la boca del Nilo y todos los campos sembrados del Nilo se secarán, se convertirán en polvo, y serán soplados lejos. 8 Los pescadores van a gemir y llorar, y todos los que lanzen un anzuelo en el Nilo se lamentarán, y aquellos que extienden sus redes en el agua se afligirán. 9 Los trabajadores de lino peinado y aquellos que tejen telas blancas se pondrán pálidos. 10 Los trabajadores de telas en Egipto serán aplastados; todos quienes trabajan para contratar serán entristecidos en sí mismos. 11 Los príncipes de Zoán son completamente necios. El consejo de los asesores más sabios de Faraón se ha vuelto insensato. ¿Cómo puedes decirle al Faraón: "Yo soy el hijo de hombres sabios, un hijo de reyes antiguos?" 12 ¿Dónde están entonces tus hombres sabios? Deja que te cuenten y haz conocer los planes que tiene el SEÑOR de los Ejércitos acerca de Egipto. 13 Los príncipies de Zoán se han vuelto imprudentes, los príncipes de Menfis son engañados, ellos han hecho que Egipto se estravíe, quienes son las piedras angulares de sus tribus. 14 El SEÑOR ha mezclado un espíritu de distorsión en medio de ella, y ellos han guiado por mal camino a Egipto en todo lo que ella hace, como un borracho tambaleándose en su vómito. 15 No hay nada que nadie pueda hacer por Egipto, ya sea cabeza o cola, rama de palma o caña. 16 En aquel día, los egipcios serán como mujeres. Ellos temblarán y temerán por la mano levantada del SEÑOR de los Ejércitos que Él levanta sobre ellos. 17 La tierra de Judá se convertirá en causa de asombro para Egipto. Cada vez que alguien les recuerde sobre ella, ellos tendrán miedo, debido al plan del SEÑOR, que Él está planeando contra ellos. 18 En aquel día habrán cinco cuidades en la tierra de Egipto que hablen el lenguaje de Canaán y jurarán lealtad al SEÑOR de los Ejércitos. Una de esas ciudades será llamada La Ciudad del Sol. 19 En aquel día habrá un altar para el SEÑOR en medio de la tierra de Egipto, y un pilar de piedras en su frontera para el SEÑOR. 20 Será como un signo y un testigo para el SEÑOR de los Ejércitos en la tierra de Egipto. Cuando ellos clamen al SEÑOR por causa de sus opresores, Él les enviará un salvador y un defensor, y Él los librará. 21 Él SEÑOR será conocido en Egipto, y los egipcios reconocerán al SEÑOR en aquel día. Ellos adorarán con sacrificios y ofrendas, y harán votos para el SEÑOR y los cumplirán. 22 Él SEÑOR afligirá a Egipto, afligiendo y sanando. Ellos regresarán al SEÑOR; Él escuchará sus oraciones y los sanará. 23 En aquel día habrá una carretera de Egipto a Asiria, y los asirios vendrán a Egipto, y los egipcios a Asiria, y los egipcios adorarán con los asirios. 24 En aquel día, Israel será el tercero con Egipto y Asiria, una bención en medio de la tierra; 25 El SEÑOR de los Ejércitos los bendecirá y dirá: "Bendito sea Egipto, Mi pueblo; Asiria, la obra de Mis manos; e Israel, Mi herencia."

20

1 En el año que Tartán vino a Asod, cuando Sargón el rey de Asiria lo envió, él luchó contra Asod y lo tomó. 2 En ese tiempo, el SEÑOR habló por Isaías, hijo de Amós, y dijo: "Ve y quita la tela de saco de tu cintura, y quita las sandalias de tus pies." Él lo hizo, caminando desnudo y descalzo. 3 El SEÑOR les dijo: "Tal como mi siervo Isaías ha caminado desnudo y descalzo por tres años, esto es una señal y una profecía acerca de Egipto y sobre Etiopía-- 4 en esta manera el rey de Asiria guiará a los cautivos fuera de Egipto, y a los exiliados de Etiopía, jóvenes y viejos, desnudos y descalzos, y con las nalgas descubiertas, para la vergüenza de Egipto. 5 Ellos estarán consternados y avergonzados, por Etiopía, su esperanza, y por Egipto, su gloria. 6 Los habitantes de las costas dirán en ese día: 'Ciertamente, ésta era nuestra fuente de esperanza, a donde huimos por ayuda para ser rescatados del rey de Asiria, y ahora, ¿cómo podemos nosotros escapar?'"

21

1 Una declaración acerca del desierto junto al mar. Como vientos de tormenta barriendo a tráves del Neguev, viene pasando a tráves del desierto, desde una tierra terrible. 2 Se me ha dado una visión angustiosa: el hombre traicionero trata traicioneramente, y el destructor destruye. Sube y ataca, Elam; saquea, Media; Yo detendré todo su gemir. 3 Por lo tanto, mis lomos están llenos de dolor, dolores como los dolores de una mujer dando a luz me han tomado; yo estoy doblegado por lo que escucho; yo estoy perturbado por lo que veo. 4 Mi corazón late, yo tiemblo de miedo. Temprano en la tarde, mi tiempo favorito del día, me ha traído terror. 5 Ellos preparan la mesa, ellos extienden las alfombras y comen y beben; levántense, príncipes, unjan sus escudos con aceite. 6 Pues esto es lo que el SEÑOR me dijo a mí: "Ve, pon un vigía; él debe informar todo lo que él ve. 7 Cuando él vea un carruaje, un par de jinetes a caballo, jinetes en burros, y jinetes en camellos, entonces él debe prestar atención y estar muy alerta." 8 El vigía grita: "Señor, en la torre donde yo estoy todo el día, cada día, y en mi puesto yo estoy toda la noche." 9 Aquí viene un carruaje con un hombre y un par de jinetes a caballo. Él grita: "Babilonia ha caído, caído, y todas las figuras talladas de sus dioses están rotas en el suelo." 10 ¡Mis trillados y aventados, niños de mi piso de trillar! Lo que he escuchado del SEÑOR de los Ejércitos, el Dios de Israel, yo se lo he declarado a ustedes. 11 Una declaración sobre Duma. Uno me llama desde Seir: "Vigía, ¿qué queda de la noche? Vigía, ¿qué queda de la noche?" 12 El vigía dijo: "La mañana viene y también la noche. Si tú quieres preguntar, entonces pregunta; y regresa otra vez." 13 Una declaración sobre Arabia. En el desierto de Arabia ustedes pasan la noche, ustedes caravanas de dedanitas. 14 Traigan agua para el sediento; habitantes de la tierra de Tema, reciban los fugitivos con pan. 15 Porque ellos han huído de la espada, de la espada extendida, del arco doblado, y del peso de la guerra. 16 Porque esto es lo que el SEÑOR me dijo: "Dentro de un año, como el labrador contratado por un año lo vería, toda la gloria de Cedar terminará. 17 Sólo unos pocos de los arqueros, los guerreros de Cedar quedarán," porque el SEÑOR, Dios de Israel, ha hablado.

22

1 Una declaración acerca del Valle de la Visión: ¿Cuál es la razón por la que todos ustedes se han ido a los techos de las casas? 2 ¿Es para que puedan escuchar una ciudad llena de ruidos, un pueblo lleno de fiestas? Tus muertos no fueron muertos con la espada, y ellos no murieron en batalla. 3 Todos tus gobernantes huyeron juntos, pero ellos fueron capturados sin usar un arco; todos ellos fueron capturados juntos, aunque ellos habían huído muy lejos. 4 Por lo tanto, yo dije: "No me mires a mí, yo lloraré amargamente; no trates de consolarme acerca de la destrucción de la hija de mi pueblo." 5 Pues hay un día de tumulto, pisada y confusión pues el SEÑOR de los Ejércitos, en el Valle de la Visión, un derrumbamiento de las paredes, y gente clamando a las montañas. 6 Elam toma la aljaba, con carruajes de hombres y jinetes, y Kir deja el escudo al descubierto. 7 Sucederá que tus valles selectos estarán llenos de carruajes, y los jinetes tomarán sus posiciones a la puerta. 8 Él quitó la protección de Judá; y ustedes confiaron ese día en las armas en el Palacio del Bosque. 9 Ustedes vieron las brechas en la ciudad de David, que eran muchos, y ustedes colectaron el agua del estanque inferior. 10 Ustedes contaron las casas de Jerusalén, y ustedes derribaron las casas para fortalecer la pared. 11 Ustedes hicieron un embalse entre las dos paredes para el agua del estanque viejo. Pero ustedes no consideraron al Hacedor de la ciudad, quien la había planeado hace tiempo. 12 El SEÑOR de los Ejércitos llamó ese día para llanto, para lamento, para cabezas rapadas, y el uso de silicio. 13 Pero mirad, en cambio, celebración y contentura, matando ganado y sacrificando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino; comamos y bebamos, pues mañana moriremos. 14 Esto fue revelado en mis oídos por el SEÑOR de los Ejércitos: "Ciertamente, esta iniquidad no les será perdonada, incluso cuando mueran," dice el SEÑOR de los Ejércitos. 15 El SEÑOR de los Ejércitos dice esto: "Ve a este administrador, a Sebna, quien está sobre la casa, y di: 16 "¿Qué estás haciendo aquí y quién te dio permiso para que te hicieras una tumba para ti mismo, labrando una tumba en las alturas y esculpiendo un lugar de descanso en la roca?" 17 Mira, el SEÑOR está a punto de arrojarte, hombre poderoso, a punto de echarte abajo; él te sujetará apretadamente. 18 Él seguramente te dará vueltas y vueltas, y te tirará como una pelota a un país vasto. Allí morirás, y allí estarán tus carruajes gloriosos; ¡tú serás la vergüenza de la casa de tu Señor! 19 "Yo te empujaré de tu oficio y de tu estación. Tú serás derrumbado. 20 Sucederá en aquel día que Yo llamaré a mi siervo Eliaquim, hijo de Hilcías. 21 Yo lo vestiré con tu túnica y pondré sobre él tu banda, y yo transferiré tu autoridad a sus manos. Él será un padre a los habitantes de Jerusalén y a la casa de Judá. 22 Yo pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; el abrirá, y nadie cerrará, el cerrará y nadie abrirá. 23 Yo lo fijaré, una clavija en un lugar seguro, y él se volverá un asiento de gloria para la casa de su padre. 24 Ellos colgarán en él toda la gloria de la casa de su padre, sus retoños y descendientes, cada recipiente pequeño desde las tazas hasta los cántaros. 25 En aquel día, esta es la declaración del SEÑOR de los Ejércitos, la clavija clavada en un lugar firme se deshará, se romperá y se caerá, y el peso que estaba en ella será cortado, pues el SEÑOR ha hablado.

23

1 Una declaración sobre Tiro: Griten, ustedes barcos de Tarsis; porque no hay hogar ni puerto; que de la tierra de Chipre se les ha revelado a ellos. 2 Estén en silencio, ustedes habitantes de la costa; los comerciantes de Sidón, quienes navegan sobre el mar, los ha llenado a ustedes. 3 Sobre las grandes aguas estaba el grano de Sijor, las cosechas del Nilo fue su producto; y vino a ser el comercio de las naciones. 4 Sean avergonzados, Sidón; pues el mar ha hablado, el poderoso del mar. Él dice: "Yo no he estado de parto ni he parido, tampoco he criado hombres jóvenes ni mujeres jóvenes." 5 Cuando la noticia llegue a Egipto, ellos estarán afligidos a causa de Tiro. 6 Crucen hacia Tarsis; giman, ustedes habitantes de la costa. 7 ¿Te ha sucedido esto a tí, alegre ciudad, cuyo origen es de tiempos antiguos, cuyos pies la llevaron lejos a tierras extranjeras para establecerse? 8 ¿Quién ha planeado esto contra Tiro, el dador de coronas, cuyos mercaderes son príncipes, cuyos comerciantes son los honorables de la tierra? 9 El SEÑOR de los Ejércitos lo ha planeado así para deshonrar su orgullo y toda su gloria, para avergonzar todos sus honorables de la tierra. 10 Ara tu tierra, como alguien ara el Nilo, hija de Tarsis. Ya no hay ningún mercado en Tiro. 11 El SEÑOR ha extendido Su mano sobre el mar, y Él ha sacudido los reinos; Él ha dado una orden acerca de Fenicia, para destruir las fortalezas. 12 Él dijo: "Tú no te regocijarás otra vez, oprimida hija virgen de Sidón; levántate, pasa sobre Chipre; pero tampoco allí tú tendrás descanso." 13 Mira la tierra de los Caldeos. Esta gente ha dejado de ser; los asirios la han hecho desierto para los animales salvajes. Ellos levantaron sus torres de asedio; ellos demolieron sus palacios; ellos la hicieron un montón de ruinas. 14 Griten, ustedes barcos de Tarsis; porque su refugio ha sido destruido. 15 En aquel día, Tiro será olvidada por setenta años, como los días de un rey. Al final de los setenta años, sucederá en Tiro algo como en la canción de la prostituta. 16 Toma un arpa, ve por la ciudad, tú prostituta olvidada; toca bien, canta muchas canciones, para que puedas ser recordada. 17 Sucederá que después de setenta años, el SEÑOR ayudará a Tiro, y ella comenzará hacer dinero otra vez al hacer el trabajo de una prostituta, y ella ofrecerá sus servicios a todos los reinos de la tierra. 18 Sus ganancias e ingresos serán apartados para el SEÑOR. No serán almacenadas ni guardadas en tesorería, sus ganancias serán dadas a aquellos que viven en la presencia del SEÑOR y serán usadas para suplirles a ellos con abundante alimento y para que ellos puedan tener ropa de la mejor calidad.

24

1 Mirad, el Señor va a vaciar la tierra, para devastarla, estropear su superficie, y dispersar sus habitantes. 2 Vendrá eso, como con la gente, igual con el sacerdote; como con el siervo, como con el amo; igual con la doncella, como la amante; con el comprador, como con el vendedor; como con el acreedor, como con el deudor, como con el recibidor de intereses, igual con el dador de intereses. 3 La tierra será completamente devastada y completamente saqueada; porque el SEÑOR ha dicho ésta palabra. 4 La tierra se seca y se marchita, el mundo se encoge y desvanece, la gente prominente de la tierra se pierde. 5 La tierra está contaminada por sus habitantes porque ellos han transgredido las leyes, violaron los estatutos, y rompieron el pacto eterno. 6 Por eso una maldición devora la tierra, y sus habitantes son encontrados culpable. Los habitantes de la tierra se consumen, y poca gente queda. 7 El nuevo vino se seca, el vino deteriora, gimen todos los alegre de corazón. 8 El sonido alegre de las panderetas se detiene, y la fiesta de los que se alegran; cesa el júbilo de la lira. 9 Ellos ya no beben vino y cantan, y la cerveza es amarga para aquellos quienes la beben. 10 La ciudad del caos ha sido estropeada; toda casa está cerrada y vacía. 11 Hay llanto en las calles por el vino; todo gozo se oscurece, la alegría de la tierra ha desaparecido. 12 Lo que queda en la ciudad es desolación, y la puerta está hecha pedazos, en ruina. 13 Porque así será en la tierra completa entre las naciones, como cuando un árbol de olivo es sacudido, cuando las espigas de la cosecha de uvas está hecha. 14 Ellos levantarán sus voces y gritarán la majestad del SEÑOR, y gritarán jubilosamente desde el mar. 15 Por lo tanto, en el este glorifique al Señor, y en las islas del mar den gloria al nombre del SEÑOR, el Dios de Israel. 16 Desde los confines de la tierra hemos oído cánticos. "Gloria al único Justo! "Pero yo dije: "Yo me he consumido, yo me he consumido, ay de mi! Los traicioneros han obrado engañosamente; si, los traicioneros han obrado bien traidoramente." 17 Terror, el foso, y el lazo están sobre ustedes, habitantes de la tierra. 18 El que corre del sonido del terror caerá dentro del foso, y el que salga del medio del foso será atrapado en el lazo. Las ventanas del cielo serán abiertas y los cimientos de la tierra temblarán. 19 La tierra estará completamente hecha pedazos, la tierra será desgarrada; la tierra será sacudida violentamente. 20 La tierra se tambaleará como un hombre ebrio y se moverá hacia tras y adelante como un choza. Su pecado será pesado en ésta y se caerá y nunca se levantará. 21 Vendrá en aquel día que el SEÑOR castigará al ejército de las alturas en lo alto, y a los reyes de la tierra en la tierra. 22 Estarán reunidos juntos, prisioneros en un foso, y estarán encerrados en una prisión; y después de muchos días serán castigados. 23 Entonces la luna se abochornará, y el sol se avergonzará, pues el SEÑOR de los Ejércitos reinará en el Monte Sion y en Jerusalén, y ante de sus ancianos en gloria.

25

1 SEÑOR tú eres mi Dios; yo te exaltaré, yo alabaré Tu nombre; porque Tú has hecho cosas maravillosas, cosas planeadas hace mucho tiempo, en perfecta fidelidad. 2 Pues Tú has hecho la ciudad un montón, la ciudad fortificada, una ruina, y una fortaleza de extraños en ninguna ciudad. 3 Por lo tanto un pueblo fuerte Te glorificará, una ciudad de naciones implacables Te temerán. 4 Porque Tú has sido un lugar de seguridad para quien es pobre, un refugio para quien tiene necesidad en su angustia- un refugio de la tormenta y una sombra del calor. Cuando el aliento del implacable era como tormenta contra el muro, 5 y como calor en la tierra seca, Tú suavizaste el ruido de extranjeros, como el calor es suavizado por la sombra de la nube, así que la canción de los implacables es contestada. 6 En este monte el SEÑOR de los Ejércitos preparará para todos los pueblos un festín de las mejores comidas, de vinos añejos, de carnes tiernas, un festín sobre heces de vino. 7 Él destruirá en este monte la cobertura de todos los pueblos, la tela tejida sobre todas las naciones. 8 Él tragará la muerte para siempre, y el SEÑOR Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros; la deshonra de Su pueblo Él la sacará de toda la tierra, pues el SEÑOR lo ha dicho. 9 Se dirá en aquel día: ''Mirad, éste es nuestro Dios; hemos esperado por Él, y Él nos salvará. Éste es el SEÑOR; hemos esperado por Él, estaremos alegres y regocijados en Su salvación.'' 10 Pues en este monte la mano del SEÑOR descansará; y Moab será pisoteado en su lugar, así como la paja es pisoteada en un pozo lleno de estiércol. 11 Ellos extenderán sus manos en el medio de éste, como el nadador extiende sus manos para nadar. Pero el SEÑOR derribará su orgullo a pesar de la habilidad de sus manos. 12 Las paredes de sus altas fortalezas Él las derribará hasta el suelo, hasta el polvo.

26

1 En aquel día, esta canción será cantada en la tierra de Judá: Tenemos una ciudad fuerte; Dios ha hecho salvación a sus murrallas y a sus defensas. 2 Abran las puertas, para que la nación justa, la que permanece fiel, pueda entrar. 3 La mente que permanece en Tí, Tú le mantendrás en perfecta paz, porque él confía en Tí. 4 Confía en el SEÑOR por siempre; porque el SEÑOR es una Roca eterna. 5 Porque Él derribará a aquellos que viven orgullosamente; la ciudad fortificada Él humillará, Él la humillará hasta el suelo; Él la pondrá a nivel del polvo. 6 Será pisoteada por los pies de los pobres y las pisadas de los necesitados. 7 El camino del justo es plano, el Justo; el camino del justo Tú lo haces derecho. 8 Sí, en el camino de tus juicios, SEÑOR, nosotros esperamos en Tí; Tu nombre y Tu reputación es nuestro deseo. 9 Yo te he ahnelado en la noche; sí, mi espíritu dentro de mí te busca fervientemente. Porque cuando Tus juicios vienen sobre la tierra, los habitantes del mundo aprenden acerca de la justicia. 10 Que se muestre favor al maligno, pero él no aprenderá justicia. En la tierra de la nobleza, él actúa malignamente y no ve la majestad del SEÑOR. 11 SEÑOR, Tu mano está levantada, pero ellos no se dan cuenta. Pero ellos verán Tu celo por la gente y serán puestos en vergüenza, porque fuego de tus adversarios los devorará. 12 SEÑOR, Tú traerás la paz para nosotros; porque ciertamente, Tú has logrado todas Tus obras por nosotros. 13 SEÑOR nuestro Dios, otros amos además de Tí han gobernado sobre nosotros; pero nosotros alabamos sólo Tu nombre. 14 Ellos están muertos, ellos no vivirán; ellos están muertos, ellos no se levantarán. Ciertamente, Tú viniste en juicio y los destruiste a ellos, e hiciste que cada memoria de ellos pereciera. 15 Tú has agrandado la nación, SEÑOR, Tú has agrandado la nación; Tú eres honorable; Tú has extendido todos las fronteras de la tierra. 16 SEÑOR, en problemas ellos te han buscado a tí; ellos susurraron oraciones cuando tu disciplina estaba sobre ellos. 17 Como una mujer embarazada se acerca al tiempo de dar a luz, cuando ella está en dolor y grita en sus dolores de parto, así también nosotros hemos estado ante Tí, SEÑOR. 18 Hemos estado embarazados, hemos estado de parto, pero es como si nosotros sólo hubiéramos dado a luz al viento. Nosotros no hemos traído salvación a la tierra, y los habitantes del mundo no han caído. 19 Tus muertos vivirán; sus cuerpos muertos se levantarán. Despierta y canta de alegría, tú que vives en el polvo; pues tu rocío es rocío de luz, y la tierra traerá al frente a sus muertos. 20 Ve, pueblo mío, entra en tus habitaciones y cierra sus puertas detrás de tí; escóndete por un rato, hasta que la indignación haya pasado. 21 Pues, mirad, el SEÑOR está a punto de salir de Su lugar para castigar a los habitantes de la tierra por su iniquidad; la tierra descubrirá su matanza, y ya no esconderá su asesinato.

27

1 En aquel día el SEÑOR con su fuerte, gran y feroz espada castigará al Leviatán la deslizante serpiente, Leviatán la retorciente serpiente, y Él matará al monstruo que está en el mar. 2 En aquel día: Una viña de vino, cantará de esto. 3 "Yo, el SEÑOR, soy su protector; Yo la riego cada momento. Yo la guardo cada noche y día para que nadie le dañe. 4 ¡Yo no estoy enojado, oh, que hubiera zarzas y espinas! En batalla yo marcharía contra ellos; Yo los quemaría todos juntos; 5 a menos que ellos acojan Mi protección y hagan paz conmigo; que hagan la paz conmigo. 6 En el día venidero, Jacob tomará la raíz; Israel florecerá y brotará; y ellos llenarán la superficie del suelo con fruto." 7 ¿Ha atacado el SEÑOR a Jacob e Israel como Él ha atacado aquellas naciones que los atacó a ellos? ¿Han sido asesinados Jacob e Israel como en la matanza de aquellas naciones que fueron matadas por ellos? 8 En exacta medida ustedes han contendido, enviando a Jacob e Israel lejos; Él los ahuyentó con su viento severo, en el día del viento del este. 9 Así que de esta manera, la iniquidad de Jacob será perdonada, pues esto será el fruto completo de la remoción de su pecado: cuando Él hará todas las piedras del altar como tiza y trituradas en pedazos, y ningún poste de Asera o altares de incienso permanecerá de pie. 10 Por cuanto la ciudad fortificada está desolada, la habitación está desierta y abandonada como el desierto. Allí se alimenta el becerro, y allí se acuesta y consume sus ramas. 11 Cuando las ramas estén secas, ellas serán quebradas. Mujeres vendrán y harán fuego con ellas, pues esta no es gente con entendimiento. Por lo tanto su Hacedor no tendrá compasión de ellos, y aquel que los hizo no será misericordioso con ellos. 12 Ocurrirá en aquel día que el SEÑOR los trillará desde el Río Eufrates hasta el torrente de Egipto y tú, el pueblo de Israel, será reunido uno por uno. 13 En aquel día una gran trompeta será sonada; y los que perezcan en la tierra de Asiria vendrán, y los desterrados de la tierra de Egipto, ellos adorarán al SEÑOR en el santo monte de Jerusalén.

28

1 ¡Ay de la orgullosa corona de guirnalda que es usada por cada uno de los borrachos de Efraín, y de la flor que se desvanece de su gloriosa belleza, la guirnalda que es puesta sobre la cabeza del Valle abundante de aquellos que son vencidos por el vino! 2 Mirad, el Señor envía a uno que es poderoso y fuerte; como una tormenta de granizo y una tormenta de viento destructiva, como un torrencial de lluvia y aguas desbordadas; y Él lanzará al suelo cada corona de guirnalda. 3 La orgullosa guirnalda de los borrachos de Efraín será pisoteada bajo los pies. 4 La flor que se desvanece de su gloriosa belleza, que está en la cabeza del valle fértil; será como el primer higo maduro antes del verano, que, cuando alguien la ve, mientras todavía está en su mano, él se la traga. 5 En aquel día el SEÑOR de los ejércitos se convertirá en una corona hermosa y en una diadema de belleza para el remanente de Su pueblo, 6 un espíritu de justicia para Él, quien se sienta en el juicio, y fortaleza para aquellos quienes hacen retroceder a Sus enemigos en sus puertas. 7 Pero incluso éstos se tambalean con el vino, y dan traspié con la bebida fuerte. El sacerdote y el profeta se tambalean con una bebida fuerte, y ellos son tragados por el vino. Ellos dan traspié con la bebida fuerte, nublados en visión y tambaleando en decisión. 8 Verdaderamente, todas las mesas están cubiertas con vómito, tal que no hay un lugar limpio. 9 ¿A quién Él le enseñará conocimiento, y a quién Él le explicará el mensaje? ¿A aquellos que han sido destetados de la leche o a aquellos reicién retirados del pecho? 10 Pues es mandato sobre mandato, mandato sobre mandato, regla sobre regla, regla sobre regla; aquí un poco, allá un poco. 11 Ciertamente, con labios burlones y una lengua extranjera Él le hablará a su pueblo. 12 En el pasado Él les dijo: "Este es el descanso, dénle descanso a quien está cansado; y este es el refrigerio," pero ellos no escucharon. 13 Así la palabra del SEÑOR será para ellos mandato sobre mandato, mandato sobre mandato, regla sobre regla, regla sobre regla, aquí un poco, allá un poco; para que puedan ir y caerse hacia atrás, y ser quebrantados, atrapados y capturados. 14 Así que escuchen la palabra del SEÑOR, tú que te burlas, tú que reinas sobre este pueblo que está en Jerusalén. 15 Esto ocurrirá porque dijeron: "Hemos hecho un pacto con la muerte, y con el Seol hemos llegado a un acuerdo. Así que cuando el látigo abrumador pase, no nos alcanzará. Pues hemos hecho una mentira nuestro refugio, y tomado refugio en la falsedad." 16 Por lo tanto, el SEÑOR Dios dice: "Mirad, Yo voy a establecer en Sion una piedra fundamental, una piedra probada, una preciosa piedra angular, un fundamento seguro. Aquel quien crea no será avergonzado. 17 Yo haré la justicia la vara de medición, y a la rectitud la plomada. El granizo barrerá el refugio de las mentiras, y las inundaciones cubrirán el lugar de escondite. 18 Su pacto con la muerte se disolverá, y su acuerdo con el Seol no permanecerá. Cuando la inundación furiosa pase, ustedes serán cubiertos por ésta. 19 Cada vez que pase, los cubrirá, y mañana tras mañana pasará, y de día y de noche llegará. Cuando el mensaje sea entendido, causará terror. 20 Pues la cama es muy corta para que un hombre se estire, y la cobija es muy estrecha para que el se arrope con ella. " 21 El SEÑOR se levantará como lo hizo en el Monte Perazim, Él se despertará como en el Valle de Gabaón para hacer Su trabajo, Su trabajo extraño, y realizar Su extraña obra. 22 Ahora, por lo tanto no se burlen, o sus lazos serán apretados. Yo he escuchado del SEÑOR de los Ejércitos, un decreto de destrucción sobre la Tierra. 23 Presten atención y escuchen Mi voz, estén atentos y escuchen Mis palabras. 24 ¿El agricultor que ara todo el día para sembrar, sólo ara la tierra? ¿Continuamente rompe y rasga el campo? 25 Cuando él ha preparado la tierra, ¿no dispersa la semilla de eneldo, siembra el comino, y pone el trigo en hileras y la cebada en el lugar correcto, y el centeno en los bordes? 26 Su Dios lo instruye; y le enseña sabiamente. 27 Además, la semilla de eneldo no es trillada con un garrote, ni tampoco una rueda de carro rueda por encima del comino; sino que el eneldo es golpeado con un palo, y el comino con una vara. 28 El grano es molido para el pan pero no tan fino, y aunque las ruedas de su carro y sus caballos lo dispersa, sus caballos no lo trituran. 29 Esto también viene del SEÑOR de los Ejércitos, quien es maravilloso en enseñanza y excelente en sabiduría.

29

1 ¡Ay de Ariel, Ariel, la ciudad donde David acampó! Añadan año tras año; dejen que los festivales vengan. 2 Pero Yo sitiaré Ariel, ella estará llorando y lamentándose; y ella será para Mí como Ariel. 3 Yo acamparé contra tí en un círculo y pondré sitio contra tí con un vallado, Yo levantaré obras de asedio contra tí. 4 Tú serás derribada y hablarás desde el suelo, tu habla será bajo desde el polvo. Tu voz será como un fantasma saliendo del suelo, y tu habla será muy débil desde el polvo. 5 La muchedumbre de tus invasores será como polvo pequeño, y la multitud de los despiadados como paja que se va. Esto sucederá de repente, en un instante. 6 El SEÑOR de los Ejércitos vendrá a tí con trueno, terremoto, gran ruido, con vientos fuertes y tormenta violenta, y las llamas de un fuego devorador. 7 Será como un sueño, una visión de la noche: una muchedumbre de todas las naciones pelearán contra Ariel y su fortaleza. Ellos la atacarán a ella y a sus fortificaciones para presionar sobre ella. 8 Será como cuando un hombre hambriento sueña que él está comiendo, pero cuando él se despierta, su estómago está vacío. Será como cuando un hombre sediento sueña que él está bebiendo, pero cuando él se despierta, él se está desmayando, con su sed no aplacada. Sí, así será el gran número de naciones que pelea contra el Monte Sion. 9 ¡Sorpréndanse ustedes mismos y sean asombrados; ciéguense ustedes mismos y sean ciegos! Emborráchense, pero no con vino; tambaléense, pero no con cerveza. 10 Pues el SEÑOR ha derramado sobre ustedes el espíritu de sueño profundo. Él ha cerrado tus ojos, los profetas, y ha cubierto tus cabezas, los videntes. 11 Toda revelación se ha vuelto para ustedes como las palabras de un libro que está sellado, cuyos hombres puedan darles a uno quien es enseñado, diciendo: "Lee esto." Él también dice: "Yo no puedo, porque está sellado." 12 Si el libro es dado a uno quien no puede leer, diciendo: "Lee esto", él dice: "Yo no puedo leer." 13 El SEÑOR dijo: "Este pueblo se acerca a Mí con sus bocas y me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de Mí. Su honra para Mí es solamente un mandato de hombres que ha sido enseñado. 14 Por lo tanto, vean, Yo procederé a hacer una cosa maravillosa entre este pueblo, maravilla tras maravilla. La sabiduría de sus hombres sabios perecerá, y el entendimiento de sus hombres prudentes desaparecerá." 15 Ay de aquellos que profundamente ocultan sus planes del SEÑOR y cuyas obras están en oscuridad. Ellos dicen: "¿Quién nos ve, y quién nos conoce?" 16 ¡Ustedes hacen las cosas al revés! ¿Debe el alfarero ser considerado como arcilla, de modo que lo que se hace debe decir acerca de quien lo hizo, "Él no me hizo", o la cosa formada dice acerca de quien la formó: "Él no entiende"? 17 En sólo un rato, el Líbano será convertido en un campo, y el campo se convertirá en un bosque. 18 En aquel día el sordo oirá las palabras de un libro, y los ojos de un ciego verán desde de la profunda oscuridad. 19 El oprimido se regocijará otra vez en el SEÑOR, y el pobre entre los hombres se regocijará en el Santo de Israel. 20 Pues el despiadado cesará, y el burlador se desvanecerá. Todos aquellos quienes aman hacer el mal serán eliminados, 21 quienes por una palabra hacen que un hombre sea un infractor. Ellos colocan una trampa para él, quien busca justicia en la puerta y derrotan al justo con mentiras vacías. 22 Por lo tanto, esto es lo que el SEÑOR dice en cuanto a la casa de Jacob-- el SEÑOR, quien redimió a Abraham: "Jacob no se avergonzará más, ni tampoco su rostro palidecerá. 23 Pues cuando él ve a sus hijos, el trabajo de mis manos, ellos harán mi nombre Santo. Ellos harán santo el nombre del Santo de Jacob y ellos se quedarán maravillados del Dios de Israel. 24 Aquellos quienes erran en espíritu obtendrán entendimiento, y los quejosos aprenderán conocimiento."

30

1 "Ay de los niños rebeldes", esta es la declaración del SEÑOR. "Ellos hacen planes, pero no de Mi parte; ellos hacen alianzas con otras naciones, pero ellos no estaban dirigidos por Mi Espíritu, entonces ellos agregan pecado al pecado. 2 Ellos dispusieron descender a Egipto, pero no han pedido por Mi dirección. Ellos buscan protección del Faraón y se refugian en la sombra de Egipto. 3 Por lo tanto, la protección del Faraón va a ser su vergüenza, y el refugio en la sombra de Egipto, su humillación, 4 aunque sus príncipes están en Zoán, y sus mensajeros han venido a Hanes. 5 Ellos todos serán avergonzados por un pueblo que no puede ayudarlos, quienes no son ni ayuda ni socorro, pero una vergüenza, e incluso una deshonra." 6 Una declaración sobre las bestias de Neguev: A través de la tierra del problema y enojo, de la leona y el león, la víbora y la ardiente serpiente voladora, ellos cargan sus riquezas en los respaldos de burros, y sus tesoros en las jorobas del camello, a un pueblo que no puede ayudarlos. 7 Porque la ayuda de Egipto no tiene valor; por lo tanto, Yo la he llamado, Rahab, quien está sentada aún. 8 Ahora ve, escríbelo en su presencia en una tabla, e inscríbelo en el rollo, que pueda ser preservado cuando el tiempo venga como un testimonio. 9 Pues éstos son gente rebelde, niños rescostados, niños que no escuchan la enseñanza del SEÑOR. 10 Ellos dicen a los videntes: "No vean", y a los profetas: "No profeticen la verdad a nosotros; hablen palabras halagadoras a nosotros, profeticen ilusiones. 11 Apártense del camino, desvíense del sendero; causen que el Santo de Israel cese de hablar ante nuestro rostro." 12 Por lo tanto, el Santo de Israel dice: "Porque rechazas esta palabra y confías en la opresión y el engaño y te apoyas en ella, 13 así este pecado será para ustedes como una pieza rota lista para caer, como una elevación sobre una pared alta cuya caída sucederá de repente, en un instante." 14 Él la romperá como una vasija de alfarero es rota; Él no la perdonará, de modo que no sea encontrada entre sus piezas un fragmento con el cual raspar fuego de la chimenea, o para sacar agua fuera de la cisterna. 15 Pues, esto es lo que el Señor Dios, el Santo de Israel dice: "En volverse a Mí y confiar ustedes serán salvos; en tranquilidad y en confianza será tu fuerza. Pero ustedes no estaban dispuestos. 16 Ustedes dijeron: 'No, porque nosotros huiremos en caballos,' entonces ustedes huirán; y, 'Nosotros cabalgaremos sobre caballos veloces,' entonces aquellos que los persigan serán veloces. 17 Mil huirán ante la amenaza de uno; ante la amenaza de cinco ustedes huirán hasta que su remanente sea como asta de bandera en el tope de una montaña, o como una bandera en una colina." 18 Todavía el SEÑOR está esperando para ser clemente a ustedes, por lo tanto, Él está dispuesto para mostrarles misericordia. Pues, el SEÑOR es un Dios de justicia; bendecidos son todos aquellos que esperan por Él. 19 Pues, un pueblo vivivrá en Sion, en Jerusalén, y ustedes no llorarán más. Él seguramente será clemente con ustedes ante el sonido de su llanto. Cuando Él lo escuche, Él responderá. 20 Aunque el SEÑOR les da a ustedes el pan de adversidad y el agua de aflicción, aún así, su maestro no va a esconderse a sí mismo nunca más, pero ustedes verán a su maestro con sus propios ojos. 21 Sus oídos van a escuchar una palabra detrás de ustedes diciendo: "Este es el camino, camina en él," cuando te vuelvas a la derecha o cuando te vuelvas a la izquierda. 22 Ustedes profanarán sus figuras talladas cubiertas con plata y sus figuras de oro fundido. Ustedes las tirarán como a un trapo menstrual. Ustedes van a decirle a ellos: "Váyanse fuera de aquí." 23 Él dará la lluvia para su semilla cuando ustedes siembren en el suelo, y pan con abundancia del suelo, y las cosechas serán abundantes. En aquel día, tu ganado apacentará en amplios pastos. 24 Los bueyes y los burros, quienes araron el suelo, comerán alimento sazonado que ha sido aventado con una pala y un tenedor. 25 En toda montaña muy alta y en toda colina muy alta, habrá arroyos y corrientes de aguas, en el día del gran sacrificio cuando las torres caigan. 26 La luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces más brillante, como la luz solar de siete días. El SEÑOR unirá el rompimiento de Su pueblo y sanará los moretones de Sus heridas, que está hiriéndoles. 27 Mirad, el nombre del SEÑOR viene de un lugar distante, ardiendo con Su ira y en denso humo. Sus labios están llenos de furia, y Su lengua es como un fuego devorador. 28 Su aliento es como un torrente desbordante que alcanza la mitad del cuello, para cernir las naciones con el cernidor de la destrucción. Su aliento es una brida en las mandíbulas de su pueblo para causarles que vaguen lejos. 29 Ustedes tendrán una canción, como en la noche cuando un festín santo es observado, y alegría de corazón, como cuando uno se va con una flauta al monte del SEÑOR, a la Roca de Israel. 30 El SEÑOR hará que el esplendor de Su voz se escuche y mostrará el movimiento de Su brazo en una tormentosa ira y llamas de fuego, con tormenta de viento, tormenta de lluvia, y granizo. 31 Pues ante la voz del SEÑOR, Asiria será destrozada; Él los golpeará con un garrote. 32 Cada golpe de la determinada vara que el SEÑOR echará sobre ellos será acompañada con la música de tamborines y arpas mientras Él batalla y pelea con ellos. 33 Pues un lugar de sacrificio fue preparado hace mucho tiempo. En efecto, está preparado para el rey, y Dios lo ha hecho profundo y ancho. El montón está listo con un fuego y mucha madera. El aliento del SEÑOR, como una corriente de azufre, lo prenderá en fuego.

31

1 Ay de aquellos que bajan a Egipto en busca de ayuda, y se apoyan en caballos y confían en caruajes (porque son muchos) y en jinetes (porque son muchos). Pero ellos no se preocupan por el Santo de Israel, ¡ni buscan al SEÑOR! 2 Aún así Él es sabio, y traerá desastre y no se retractará de sus palabras. Él se levantará contra la casa del mal y contra los ayudantes de aquellos quienes cometen pecado. 3 Egipto es un hombre y no un dios, sus caballos son carne y no espíritu. Cuando el SEÑOR los alcance con Su mano, ambos, el que ayuda, se tambaleará, y quien es ayudado, caerán; ambos perecerán juntos. 4 Esto es lo que el SEÑOR me dijo: ''Como un león, aún un león joven, ruge sobre su presa desgarrada, cuando un grupo de pastores se levanta contra ellos, pero no tiembla ante sus voces, ni se asusta por el sonido; así el SEÑOR de los Ejércitos descenderá a pelear en el Monte de Sion, en esa colina. 5 Como las aves en vuelo, así el SEÑOR de los Ejércitos protegerá a Jerusalén; Él los protegerá y rescatará mientras Él pasa sobre ellos y los preserva. 6 Vuelvan a Él, de quien ustedes profundamente se han alejado, pueblo de Israel. 7 Pues en aquel día cada uno se deshacerá de sus ídolos de plata y de sus ídolos de oro que con sus propias manos han pecaminosamente hecho. 8 Asiria caerá por la espada; una espada no empuñada por hombre lo consumirá. Huirá de la espada, y sus hombres jóvenes serán forzados a hacer trabajo duro. 9 Ellos perderán la confianza por el terror, y sus príncipes temerán al ver la bandera de guerra del SEÑOR- esta es la declaración del SEÑOR, cuyo fuego está en Sion y cuyo crisol de fuego está en Jerusalén.''

32

1 Mirad, un rey reinará en rectitud, y príncipes reinarán en justicia. 2 Cada uno será como un refugio del viento y un refugio de la tormenta, como corrientes de agua en un lugar seco, como la sombra de una gran roca en una tierra de agotamiento. 3 Luego los ojos de aquellos quienes ven no serán oscurecidos, y los oídos de aquellos quienes oyen, oirán atentamente. 4 El imprudente pensará cuidadosamente con entendimiento, y el tartamudo hablará distintivamente y con facilidad. 5 El necio no será más llamado honorable, ni el engañador será llamado de principios. 6 Pues el necio habla locuras, y su corazón planea maldad y acciones impías, y él habla mal en contra del SEÑOR. él hace al hambriento vacío, y al sediento él le causa carecer de bebida. 7 Los métodos del engañador son malignos. El crea esquemas malvados para arruinar al pobre con mentiras, aún cuando el pobre dice lo que es correcto. 8 Pero el hombre honorable hace planes honorables; y por causa de sus acciones honorables, él estará en pie. 9 Levántense, ustedes mujeres que estan cómodas, y escuchen mi voz; ustedes hijas despreocupadas, escúchenme. 10 Pues en poco más de un año, su confianza será quebrada, ustedes mujeres despreocupadas, pues la cosecha de uvas fracasará, la cosecha no vendrá. 11 Tiemblen, ustedes mujeres que están cómodas; preocúpense, ustedes las confiadas; quítense sus vestiduras finas y desnúdense; pónganse tela de saco alrededor de sus cinturas. 12 Ustedes van a clamar por los campos apacibles, por las vides fructíferas. 13 La tierra de mi pueblo estará descuidada con espinas y zarzas, aún en todas las casas que alguna vez fueron jubilosas en la ciudad de las fiestas. 14 Pues el palacio será abandonado, la ciudad llena de gente estará desierta; la colina y la torre de vigilancia se volverán cuevas para siempre, una alegría para burros salvajes y pastizal para los rebaños; 15 hasta que el Espíritu sea derramado sobre nosotros de lo alto, y el desierto se vuelva un campo fructífero, y el campo fructífero sea considerado como un bosque. 16 Luego la justica residirá en el desierto, y la rectitud vivirá en el campo fructífero. 17 El trabajo de la rectitud será la paz; y el resultado de la rectitud, tranquilidad y confianza para siempre. 18 Mi pueblo vivirá en una habitación pacífica, en hogares seguros y en lugares de descanso tranquilo. 19 Pero incluso si graniza y el bosque es destruido, y la ciudad es completamente aniquilada, ustedes que siembran al lado de todas las corrientes serán bendicidos, 20 ustedes quienes envían a su buey y su burro a pastar.

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1 ¡Ay de tí, destructora que no has sido destruida! ¡Ay del traidor a quien ellos no han traicionado! Cuando dejes de destruir, serás destruida. Cuando dejes de traicionar, ellos te traicionarán. 2 SEÑOR, sé clemente con nosotros; esperamos por Tí; sé nuestro brazo cada mañana, nuestra salvación en el tiempo de problema. 3 Ante el ruido fuerte los pueblos huyen; cuando Tú te levantas, las naciones son esparcidas. 4 Tu botín es juntado como los saltamontes se juntan; como los saltamontes saltan, los hombres saltan sobre ella. 5 El SEÑOR es exaltado. Él vive en un lugar alto. Él llenará Sion con justicia y rectitud. 6 Él será la estabilidad en tus tiempos, abundancia de salvación, sabiduría, y conocimiento; el temor del SEÑOR es su tesoro. 7 Mira, sus mensajeros lloran en las calles; los diplomáticos lloran amargamente esperando la paz. 8 Las carreteras están desiertas; ya no hay más viajeros. Los pactos son rotos, los testigos son despreciados y la humanidad no es respetada. 9 La tierra llora y se marchita; el Líbano es avergonzado y se marchita; Sarón es como una llanura desértica; y Basán y Carmelo sacuden sus hojas. 10 "Ahora Yo me levantaré," dice el SEÑOR. "Ahora Yo seré levantado; ahora Yo seré elevado. 11 Tú concibes paja, y das a luz rastrojo; tu aliento es un fuego que te consumirá. 12 Los pueblos serán quemados a cenizas, como los arbustos con espinas son cortados y quemados. 13 Tú que estás muy lejos, escucha lo que Yo he hecho; y, tú que estás cerca, reconoce Mi poder." 14 Los pecadores en Sion tienen miedo; el temblor ha agarrado a los impíos. ¿Quién entre nosotros puede hospedarse con un fuego furioso? ¿Quién entre nosotros puede hospedarse con hogueras eternas? 15 El que camina rectamente y habla honestamente; el que desprecia la ganancia del opresor, quien se niega a aceptar un soborno, quien no planea un crimen violento, y no mira lo malo-- 16 él hará su hogar sobre las alturas; su lugar de defensa será la fortaleza de rocas; su comida y agua estará en suministro estable. 17 Tus ojos verán al rey en su belleza; ellos admirarán una tierra amplia. 18 Tu corazón recordará el terror; ¿dónde está el escriba; dónde está él, quien pesó el dinero? ¿Dónde está él, quien contó las torres? 19 Tú ya no verás a la gente desafiante, a la gente de un idioma extraño, quien tú no comprendes. 20 Mira a Sion, la ciudad de nuestros banquetes; tus ojos verán a Jerusalén como una vivienda tranquila, una tienda que no será removida, cuyas estacas nunca serán arrancadas ni ninguna de sus cuerdas serán rotas. 21 En cambio, el SEÑOR en majestad estará con nosotros, en un lugar de ríos extensos y corrientes. Ningún barco de guerra con remos los atravesarán y ningún barco grande los navegará. 22 Pues el SEÑOR es nuestro juez, el SEÑOR es nuestro dador de justicia, el SEÑOR es nuestro rey; Él nos salvará. 23 Tus aparejos están flojos; ellos no pueden sujetar el mástil en su lugar; ellos no pueden expandir la vela; cuando el gran botín es dividido, incluso el cojo arrastrará el botín. 24 Los habitantes no dirán: "Estoy enfermo;" las personas que viven allí serán perdonadas por su iniquidad.

34

1 ¡Acérquense, ustedes naciones, y escuchen; presten atención, ustedes pueblo! La Tierra y todo lo que la llena debe escuchar, el mundo, y todas las cosas que vienen de él. 2 Pues el SEÑOR está enojado con todas las naciones, y furioso contra todos sus ejércitos; Él los ha destruído completamente, Él los ha entregado a la matanza. 3 Los cuerpos de sus muertos serán arrojados. La peste de los cadáveres estará por todos lados; y las montañas absorberán su sangre. 4 Todas las estrellas del cielo se desvanecerán, y el cielo estará enrollado como un pergamino; y todas las estrellas se desvanecerán, como la hoja se desvanece de la viña, y como los higos demasiado maduros de la higuera. 5 Pues cuando Mi espada haya bebido hasta llenarse en el cielo; mirad, entonces descenderá en Edom, en la gente que Yo he separado para la destrucción. 6 La espada del SEÑOR está goteando sangre y está cubierta de grasa, goteando con la sangre de los corderos y las cabras, cubierta con la grasa de los riñones de los carneros. Pues el SEÑOR tiene un sacrificio en Bosra y una gran matanza en la tierra de Edom. 7 Los bueyes salvajes serán asesinados junto a ellos, y los toros jóvenes con los mayores. Su tierra estará embriagada con sangre, y su polvo será hecho grasa con la grosura. 8 Pues será un día de venganza para el SEÑOR y un año en el cual Él retribuirá por la causa de Sion. 9 Las corrientes de Edom se convertirán en brea, su polvo en azufre, y su tierra se convertirá en brea ardiente. 10 Quemará día y noche; su humo subirá por siempre; de generación en generación será una tierra baldía; nadie pasará por ella, por siempre y para siempre. 11 Pero las aves silvestres vivirán allí; el búho y el cuervo harán sus nidos allí. Él extenderá sobre ella la línea de medición de la ruina y la plomada de la destrucción. 12 Sus nobles no tendrán nada para llamarle reino, y todos sus príncipes serán nada. 13 Las espinas cubrirán sus palacios, ortigas y cardos sus fortalezas. Será una habitación de chacales y lugar de avestruzes. 14 Los animales silvestres y las hienas se encontrarán allí, y las cabras silvestres se llamarán entre ellas. Los animales nocturnos se establecerán allí y encontrarán para ellos lugar de descanso. 15 Los búhos harán nidos, pondrán sus huevos, nacerán y protegerán sus crías. Sí, allí se encontrarán los halcones, cada uno con su pareja. 16 Busca a través del pergamino del SEÑOR; ninguno de éstos faltará. Ninguno quedará sin pareja; pues Su boca lo ha ordenado, y Su espíritu los ha reunido. 17 Él ha echado suertes por sus lugares, y Su mano los ha medido por una cuerda. Ellos la poseerán para siempre; de generación en generación ellos vivirán allí.

35

1 El desierto y el Arabá estarán contentos; y el desierto se regocijará y florecerá. Como la rosa, 2 florecerá abundantemente y se regocijará con alegría y canción; la gloria del Líbano le será dada, el esplendor del Carmelo y Sarón; ellos verán la gloria del SEÑOR, el esplendor de nuestro Dios. 3 Fortalezcan las manos débiles, y estabilicen las rodillas que tiemblan. 4 Dí a aquellos que tienen un corazón temeroso,'' ¡Sean fuertes, no tengan temor! Vean, Su Dios vendrá con venganza, con la recompensa de Dios. Él vendrá y les salvará.'' 5 Entonces los ojos del ciego verán, y los oidos del sordo oirán. 6 Entonces el hombre cojo saltará como un ciervo, y la lengua enmudecida cantará, y las aguas brotarán en el Arabá, y corrientes en el desierto. 7 La ardiente arena se convertirá en estanque, y el sediento suelo, en manantiales de agua; en la habitación de chacales, donde una vez ellos se acostaron, habrá pastos con cañas y juncos. 8 Una carretera será allí llamada el Santo Camino. El inmundo no la recorrerá. Pero será para quien ande en ella. Ningún necio irá allí. 9 Ningún león estará allí, ninguna bestia feroz estará en ella; ellos no serán encontrados allí, pero el redimido caminará allí. 10 Los rescatados del SEÑOR regresarán y vendrán con cánticos a Sion, y eterno regocijo estará en sus cabezas; alegría y júbilo les sobrecogerá, dolor y gemido huirán.

36

1 En el año catorce del Rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, atacó todas las ciudades fortificadas de Judá y las capturó. 2 Entonces el rey de Asiria envió al comandante en jefe desde Laquis a Jerusalén al rey Ezequías con un gran ejército. El se acercó al acueducto del estanque superior, en el camino hacia el campo del lavandero, y se paró allí. 3 Los oficiales israelitas quienes salieron de la ciudad para hablar con ellos eran Eliaquim hijo de Hilcías, el administrador del palacio, Sebna el secretario del rey, y Joa, el hijo de Asaf, quien escribió las decisiones del gobierno. 4 El comandante en jefe les dijo a ellos: "Díganle a Ezequías que el gran rey, el rey de Asiria, dice: '¿Cuál es la fuente de tu confianza? 5 Tú hablas sólo palabras inútiles, diciendo que hay consejo y fuerza para la guerra. Ahora, ¿en quién estás confiando? ¿Quién te ha dado valor para revelarte contra mí? 6 Mira, tú estás confiando en Egipto, esa caña quebrada que tú usas como un bastón para caminar, pero si un hombre se apoya en él, se adherirá en su mano y la perforará. Eso es lo que el Faraón rey de Egipto es para cualquiera que confía en él. 7 Pero si ustedes me dicen a mí, "Nosotros estamos confiando en el SEÑOR nuestro Dios," ¿no es Él cuyos lugares altos y altares Ezequias ha quitado, y ha dicho a Judá y a Jerusalén, "Deben adorar en este altar en Jerusalén"? 8 Ahora, por lo tanto, yo quiero hacerte una buena oferta de parte de mi señor el rey de Asiria. Yo te daré dos mil caballos, si tú puedes conseguir jinetes para ellos. 9 ¿Cómo pudiste resistir incluso un capitán de los menores de los siervos de mi señor? ¡Has puesto tu confianza en Egipto para tener carros y hombres de a caballo! 10 Ahora pues, ¿he viajado aquí sin Él SEÑOR para pelear contra esta tierra y destruirla? Él SEÑOR me dijo: "Ataca esta tierra y destrúyela." 11 Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, y Sebna, y Joa le dijeron al comandante en jefe, "Por favor, habla a tus siervos en el lenguaje arameo, porque nosotros lo entendemos. No hable con nosotros en el lenguaje de Judá a los oidos del pueblo quien está en la muralla" 12 Pero el comandante en jefe dijo, "¿Me ha enviado mi señor a tu señor y a tí para hablar estas palabras? ¿No me ha enviado a mí a los hombres que están en la muralla, quienes tendrán que comer sus propios excrementos y tomar su propia orina contigo?" 13 Entonces el comandante en jefe se paró y gritó en voz alta en el lenguaje de los judíos, diciendo: "Escuchen las palabras del gran rey, el rey de Asiria. 14 El rey dice, 'No dejen que Ezequías los engañe, porque él no podrá rescatarlos. 15 No dejen que Ezequías los hagan confiar en el SEÑOR diciendo: "El SEÑOR seguramente nos rescatará; esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria." 16 No escuchen a Ezequías, porque esto es lo que el rey de Asiria dice: 'Hagan paz conmigo y vengan a mí. Entonces cada uno de ustedes comerán de su propio vino y de su propio árbol de higo, y tomarán del agua en su propia cisterna. 17 Ustedes harán esto hasta que yo venga y los lleve a una tierra como su propia tierra, una tierra de grano y vino nuevo, una tierra de pan y viñas.' 18 No dejen que Ezequías los engañe, diciendo, 'Él SEÑOR nos rescatará.' ¿Algunos de los dioses de los pueblos los ha rescatado a ellos de las manos del rey de Asiria? 19 ¿Dónde están los dioses de Hamat y Arfad? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim? ¿Han rescatado a Samaria de mi poder? 20 Entre todos los dioses de estas tierras, existe algún dios que haya rescatado su tierra de mi poder, como si Él SEÑOR pudiera salvar a Jerusalén de mi poder?" 21 Pero el pueblo se mantuvo callado y no respondió, porque la orden del rey era, "No le respondan a él." 22 Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, quién estaba sobre la casa, Sebna el escriba, y Joa, hijo de Asaf, el cronista, vinieron a Ezequías con sus ropas desgarradas, e informaron a él las palabras del comandante en jefe.

37

1 Vino a ser que cuando el rey Ezequías escuchó sus informes, él desgarró sus ropas, se cubrió a sí mismo con silicio, y entró a la casa del SEÑOR. 2 Él envió a Eliaquim, quien estaba a cargo de la casa, y Sebna el escriba, y los ancianos de los sacerdotes, todos cubiertos con silicio, a Isaías hijo de Amoz, el profeta. 3 Ellos le dijeron: "Ezequías dice: 'Este día es un día de angustia, reprensión, y desgracia, como cuando un niño está listo para nacer, pero la madre no tiene fuerzas para dar a luz a su hijo. 4 Puede ser que el SEÑOR tu Dios oiga las palabras del jefe comandante, quien el rey de Asiria, su amo, ha enviado a desafiar al Dios viviente, y reprenderá las palabras las cuales el SEÑOR tu Dios ha escuchado. Ahora levanta tu oración para el remanente que aún está aquí.'" 5 Así que los sirvientes del rey Ezequías vinieron a Isaías, 6 e Isaías les dijo: "Díganle a su amo: 'El SEÑOR dice: "No tengas miedo de las palabras que tú has escuchado, con las cuales los siervos del rey de Asiria Me han insultado. 7 Mira, Yo pondré un espíritu en él, y él escuchará un cierto informe y regresará a su propia tierra. Yo le causaré caer por la espada en su propia tierra. "'" 8 Entonces el jefe comandante regresó y encontró al rey de Asiria peleando contra Libna, pues él ha escuchado que el rey se ha ido lejos de Laquis. 9 Entonces Senaquerib escuchó que Tirhaca, rey de Etiopía y Egipto, se habían movilizado a pelear contra él, así que él envió mensajeros otra vez a Ezequías con un mensaje: 10 "Díganle a Ezequías, rey de Judá: 'No dejes que tu Dios en el cual tú confías, te engañe, diciendo: "Jerusalén no se dará a la mano de la mano del rey de Asiria." 11 Mira, tú has escuchado lo que los reyes de Asiria han hecho a todas las tierras, destruyéndolas completamente. Así que, ¿serás tú rescatado? 12 ¿Acaso los dioses de las naciones los han rescatado, las naciones que mis padres destruyeron: Gozán, Harán, Resef, y el pueblo de Edén en Telasar? 13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de las ciudades de Sefarvaim, de Hena e Iva?'" 14 Ezequías recibió esta carta de la mano de los mensajeros y la leyó. Entonces él subió a la casa del SEÑOR y la extendió ante Él. 15 Ezequías oró al SEÑOR: 16 "El SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel, Tú que te sientas encima del querubín, Tú eres sólo Dios sobre todos los reinos de la tierra. Tú hiciste los cielos y la tierra. 17 Inclina Tu oído, SEÑOR, y escucha. Abre Tus ojos, SEÑOR, y ve, y escucha las palabras de Senaquerib, las cuales él ha enviado para burlarse del Dios viviente. 18 Es cierto, SEÑOR, los reyes de Asiria han destruido todas las naciones y sus tierras. 19 Ellos han puesto a sus dioses en el fuego, pero ellos no eran dioses, sino el trabajo de la mano de los hombres, solamente madera y piedra. Así los asirios los han destruido. 20 Así que ahora, SEÑOR nuestro Dios, sálvanos de su poder, para que así todos los reinos de la tierra puedan saber que solo TÚ eres SEÑOR." 21 Entonces Isaías, hijo de Amoz, envió un mensaje a Ezequías, diciendo: "El SEÑOR, el Dios de Israel dice: 'Porque tú has orado a Mí en cuanto a Senaquerib, rey de Asiria, 22 esta es la palabra que el SEÑOR ha hablado sobre él: "La hija virgen de Sion te desprecia y se ríe con desdén; la hija de Jerusalén sacude su cabeza hacia tí. 23 ¿A Quién has desafiado e insultado? ¿Contra Quién has exaltado tu voz y levantado tus ojos en orgullo? Contra el Santo de Israel. 24 Pero tus siervos han desafiado al SEÑOR y han dicho: 'Con la multitud de mis carruajes yo he ido a las alturas de las montañas, a las elevaciones más altas del Líbano. Yo cortaré sus cedros altos y escogeré árboles de ciprés allí, y yo entraré a sus lugares altos más lejanos, su bosque más fructífero. 25 Yo he cavado pozos y bebido agua; yo he secado todos los ríos de Egipto bajo las plantas de mis pies.' 26 ¿No has escuchado cómo Yo lo determiné hace mucho tiempo y lo trabajé en tiempos antiguos? Ahora Yo lo estoy dejando pasar. Tú estás aquí para reducir ciudades resistentes a montones de ruinas. 27 Sus habitantes, de poca fuerza, son destrozados y avergonzados. Ellos son plantas en el campo, pasto verde, el pasto en el techo o en el campo, ante el viento del este. 28 Pero Yo sé que te estás sentando, te estás yendo, estás saliendo, y tu furia es contra Mí. 29 A causa de tu furia contra Mí, y porque tu arrogancia ha alcanzado Mis oídos, Yo pondré Mi anzuelo en tu nariz, y Mi freno en tu boca; Yo te viraré de vuelta al camino por donde viniste." 30 Esta será la señal para ti: Este año tú comerás lo que crece silvestre, y en el segundo año lo que crece de eso. Pero en el tercer año tú debes plantar y cosechar, planta viñedos y comer su fruto. 31 El remanente de la casa de Judá que sobrevive, echará raíces otra vez y dará fruto. 32 Pues de Jerusalén un remanente saldrá; del Monte Sion sobrevivientes vendrán. El celo del SEÑOR de los Ejércitos hará esto.'" 33 Por lo tanto, el SEÑOR dice esto acerca del rey de Asiria: "Él no entrará en esta ciudad, ni disparará una flecha aquí. Ni tampoco vendrá ante ella con escudo o construirá una rampa de asedio contra ella. 34 La manera en la cual él vino, será la misma manera en la cual él se irá; él no entrará a esta ciudad-- esta es la declaración del SEÑOR. 35 Pues Yo defenderé esta ciudad y la rescataré, por Mi propio bien y por el bien de Mi siervo, David." 36 Entonces el ángel del SEÑOR salió y atacó el campamento de los asirios, poniendo a muerte 185, 000 soldados. Cuando los hombres se levantaron temprano en la mañana, había cadáveres por todas partes. 37 Así que Senaquerib, rey de Asiria, dejó Israel y fue a casa y se que quedó en Nínive. 38 Después, mientras él estaba adorando en la casa de Nisroc, su dios, sus hijos, Adramelec y Sarezaer, lo mataron con la espada. Luego ellos escaparon a la tierra de Ararat. Entonces Esar Hadón, su hijo, reinó en su lugar.

38

1 En aquellos días Ezequías enfermó a punto de muerte. Así que Isaías hijo de Amoz, el profeta, vino a él y le dijo: "el SEÑOR dice, 'Pon tu casa en orden, porque vas a morir, no vivirás." 2 Entonces Ezequías volteó su rostro hacia la pared y oró a el SEÑOR. 3 Él dijo: "Por favor, SEÑOR, trae a la memoria lo fiel que he caminado ante Tí con todo mi corazón, y como he hecho lo bueno ante tus ojos." Entonces Ezequías lloró en voz alta. 4 Entonces la palabra del SEÑOR vino a Isaías, diciendo: 5 Ve y dile a Ezequías, el líder de mi pueblo: 'Esto es lo que el SEÑOR, el Dios de David tu ancestro, dice: Yo he escuchado tu oración, y he visto tus lágrimas. Mira, Yo voy añadir quince años a tu vida. 6 Entonces Yo te rescataré a tí y esta ciudad de la mano de el rey de Asiria, y defenderé esta ciudad. 7 Esta será la señal para tí de parte de el SEÑOR, que Yo haré lo que te he prometido. 8 Mira, Yo causaré que la sombra en las escaleras de Acaz vuelva diez pasos hacia atrás." Así la sombra retrocederá diez pasos hacia atrás de las escaleras sobre las cuales había avanzado. 9 Esta fue la oración escrita de Ezequías rey de Judá, cuando estuvo enfermo y luego recuperó: 10 "Yo dije que a mitad de mi vida iré a través de las puertas del Seol; yo soy enviado allí por el resto de mis años. 11 Yo dije que no volvería a ver más a el SEÑOR, el SEÑOR en la tierra de los vivientes; ya no miraré más a la humanidad o a los habitantes del mundo. 12 Mi vida es quitada y llevada de mí como la tienda del pastor; yo he enrollado mi vida como un tejedor; Tú me estás cortando del telar; entre día y noche Tú estas terminando mi vida. 13 Yo lloré hasta la mañana; como un león Él rompió todos mis huesos. Entre día y noche Tú estás terminando mi vida. 14 Como una golondrina chirreo; yo arrullo como una paloma; mis ojos se cansan de mirar a lo alto. Señor, yo estoy oprimido; ayúdame. 15 ¿Qué diré? Si Él es quien me lo ha dicho y lo ha hecho; yo caminaré pausadamente todos los años de mi vida porque estoy vencido por el dolor. 16 Señor, los sufrimientos que Tú envías son buenos para mí; sea mi vida devuelta a mí; Tú has restaurado mi vida y salud. 17 Fue para mi beneficio que experimenté tal dolor. Tú me rescataste del pozo de la destrucción; pues Tú has arrojado todos mis pecados detrás de Tus espaldas. 18 Pues el Seol no te agradece; la muerte no te alaba a Ti; aquellos quienes descienden al sepulcro no tienen esperanza en Tu fidelidad. 19 La persona viviente, el que vive, él es el que te da las gracias, así como lo hago yo este día; el padre le hace saber a los niños Tu fidelidad. 20 "El SEÑOR está por salvarme, y nosotros celebraremos con música todos los días de nuestra vida en la casa del SEÑOR." 21 Ahora Isaías ha dicho: "Tomen un trozo de higo y póngalo en la llaga, y él se recuperará.'' 22 Ezequías dice: "¿Cuál será la señal para que yo suba a la casa del SEÑOR?"

39

1 En los tiempos de Merodac Baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y regalos a Ezequías; porque él había oído que Ezequías había estado enfermo y se había recuperado. 2 Ezequías se complació con estas cosas; él le mostró a los mensajeros su almacén de cosas valiosas-la plata, el oro, las especias y los preciados aceites, el almacén de sus armas, y todo lo que se encontraba en sus almacenes. No hubo nada en su casa, tampoco en todo su reino, que Ezequías no le mostrase a ellos. 3 Entonces Isaías el profeta vino al Rey Ezequías y le preguntó: '' ¿Qué estos hombres te dijeron a tí? ¿De dónde vinieron ellos?'' Ezequías dijo: ''Ellos vinieron a mí desde el país distante de Babilonia.'' 4 Isaías preguntó: ¿Qué vieron ellos en tu casa?'' Ezequías respondió: Ellos han visto todo en mi casa. No hubo nada entre mis valiosas cosas que yo no les haya mostrado a ellos.'' 5 Entonces Isaías le dijo a Ezequías: ''Escucha la palabra del SEÑOR de los Ejércitos: 6 'Mira, los días están por llegar cuando todo en tu palacio, las cosas que tus ancestros han almacenado hasta el día presente, será llevado a Babilonia. Nada será dejado, dice el SEÑOR. 7 Y los hijos nacidos de tí, a quienes tú mismo has engendrado -ellos se llevarán y ellos serán hechos eunucos en el palacio del rey de Babilonia.''' 8 Entonces Ezequías dijo a Isaiás: ''La palabra del SEÑOR que tú has hablado es buena.'' Por que él pensó:'' Habrá paz y estabilidad en mis días.''

40

1 "Consuelen, consuelen, a Mi pueblo", dice su Dios. 2 "Hablen tiernamente a Jerusalén; y proclamen a ella que su lucha ha terminado, que su iniquidad es perdonada, que ella ha recibido doble de la mano del SEÑOR por todos sus pecados." 3 Una voz clama: "En el desierto preparen camino para el SEÑOR; enderezen, en el Arabá, una carretera para nuestro Dios." 4 Todo valle será levantado, y toda montaña y colina será nivelada; y la tierra escabrosa será nivelada, y los lugares toscos una llanura; 5 y la gloria del SEÑOR será revelada, y todas las personas la verán juntas; pues la boca del SEÑOR lo ha hablado. 6 Una voz dice: "Clama." Otra responde: "¿Qué debo clamar?" "Toda carne es hierba, y toda la fidelidad de su pacto es como la flor del campo. 7 La hierba se seca y la flor se marchita cuando el aliento del SEÑOR sopla sobre ella; ciertamente la humanidad es hierba. 8 La hierba se seca, la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanecerá para siempre." 9 Sube a una alta montaña, Sion, portadora de buenas noticias. Grita fuerte, Jersusalén. Tú que traes buenas noticias, levanta tu voz, no tengas miedo. Dile a las ciudades de Judá: "¡Aquí está su Dios!" 10 Mirad, El SEÑOR Dios viene como un guerrero victorioso, y su brazo fuerte gobierna por Él. Mirad, Su recompensa está con Él, y aquellos a quienes ha rescatado van delante de Él. 11 Él va a alimentar a Su rebaño como un pastor, Él reunirá en Sus brazos a los corderos, y los cargará cerca de su corazón, y tiernamente guiará a las ovejas que amamantan a sus crías. 12 ¿Quién a medido las aguas en el hueco de su mano, o medido el cielo con la palma de su mano, sostuvo el polvo de la Tierra en una canasta, o pesó las montañas en básculas, o las colinas en una balanza? 13 ¿Quién ha comprendido la mente del SEÑOR, o le ha instruído como Su consejero? 14 ¿De quién Él ha recibido instrucción? ¿Quién le enseñó la manera correcta de hacer las cosas, y le enseñó conocimiento, o le enseñó el camino al entendimiento? 15 Mirad, las naciones son como una gota en un cubo, y se consideran como el polvo en las básculas; mira, Él pesa las islas como una partícula. 16 El Líbano no es combustible suficiente para una ofrenda quemada. 17 Todas las naciones son insuficientes ante ÉL; ellas son consideradas por Él como nada. 18 ¿A quién entonces ustedes compararán a Dios? ¿A qué ídolo lo igualarán? 19 ¡Un ídolo! Un artesano lo moldea: el orfebre lo cubre con oro y lo forja con cadenas de plata. 20 Para hacer una ofrenda uno escoge una madera que no se pudra; él busca un artesano hábil para hacer un ídolo que no se caiga. 21 ¿Acaso no han sabido? ¿No han escuchado? ¿No les ha sido dicho desde el principio? ¿No han entendido desde las fundaciones de la Tierra? 22 Él es Aquel Quien se sienta sobre el horizonte de la tierra; y los habitantes son como saltamontes ante Él. Él extiende los cielos como una cortina y los esparce como un tienda para vivir. 23 Él reduce a los gobernantes a nada y hace a los gobernantes de la Tierra insignificantes. 24 Ellos están apenas plantados, apenas sembrados, su tallo apenas ha echado raíces en la tierra, cuando Él sopla en ellos y ellos se marchitan, y el viento se los lleva como paja. 25 "¿A quién entonces Me compararán, a quién Me parezco?" dice El Santo. 26 ¡Mirad al cielo! ¿Quién ha creado las estrellas? Él dirige sus formaciones y a todas llama por nombre. Por la grandeza de Su poderío y por la fuerza de Su poder, ninguna falta. 27 ¿Por qué tú dices, Jacob, y declaras, Israel: "Mi camino está escondido del SEÑOR, y mi Dios no está interesado por mi vindicación?" 28 ¿No has sabido? ¿No has escuchado? El Dios eterno, el SEÑOR, El Creador de lo último de la Tierra, no Se cansa, ni Se agota, no hay límite para Su entendimiento. 29 Él da fuerza al cansado; y al débil Él da energía renovada. 30 Aún la gente joven se cansa y se agota, y los hombres jóvenes se tropiezan y caen: 31 pero aquellos que esperan por el SEÑOR renovarán su fuerza; ellos volarán con alas como águilas; ellos correrán y no se agotarán; ellos caminarán y no desmayarán.

41

1 Escuchen ante Mí en silencio, ustedes tierras de la costa; permítanle a las naciones renovar su fuerza; permítanle acercarse y hablar; permítannos acercarnos juntos para argumentar una disputa. 2 ¿Quién ha agitado uno del este, llamándolo en justicia a Su servicio? ÉL entrega naciones a él y le ayuda a dominar reyes. ÉL los vuelve polvo con Su espada, como viento que sopla hojarasca con Su arco. 3 ÉL los persigue y pasa sin peligro, por un camino rápido que sus pies apenas toca. 4 ¿Quién ha realizado y ejecutado estas obras? ¿Quién ha convocado las generaciones desde el principio? Yo, el SEÑOR, el Primero, y con los últimos, Yo soy ÉL. 5 Las islas han visto y tienen miedo; los finales de la tierra se estremecen; ellos se acercan y vienen. 6 Cada uno ayuda a su vecino, y cada uno le dice el uno al otro: 'Sé alentado.' 7 Así el carpintero alienta el orfebre, y el que trabaja con el martillo alienta a el que trabaja con el yunque, diciendo de la soldadura: 'Es buena.' Ellos la sujetan con clavos para que no caiga. 8 Pero tú, Israel, mi siervo, Jacob, a quien Yo he escogido, la descendencia de Abraham, mi amigo, 9 tú a quien Yo traigo de vuelta desde los fines de la tierra, y a quien Yo he llamado desde lugares muy lejanos, y a quien dije: 'Tú eres mi siervo;' Yo te he escogido y no te he rechazado. 10 No temas, porque Yo estoy contigo. No estes ansioso, porque Yo soy tu Dios. Yo te fortaleceré, y te ayudaré, y te sostendré con mi justa mano derecha. 11 Ve, ellos serán avergonzados y deshonrados, todos aquellos quienes están enojados contigo; serán como nada y perecerán, aquellos quienes se te oponen. 12 Tú buscarás y no encontrarás aquellos quienes pelearon contigo; aquellos quienes guerrearon en contra tuya ustedes serán como nada, abosolutamente nada. 13 Pues Yo, el SEÑOR tu Dios, sostendré tu mano derecha, diciéndote: 'No temas; Yo te estoy ayudando.' 14 No temas, Jacob, tú gusano, y ustedes hombres de Israel; Yo te ayudaré-- esta es la declaración de el SEÑOR, tu Redentor, el Santo de Israel. 15 Mira, te estoy haciendo como un afilado trineo de trilla, nuevo y con dos filos; tú trillarás las montañas y las aplastarás; harás las colinas como paja. 16 Tú los aventarás a ellos, y el viento los cargará lejos; el viento los esparcirá. Tú te regocijarás en el SEÑOR, tú te regocijarás en el Santo de Israel. 17 El oprimido y el necesitado buscan el agua, pero no hay nada, y sus lenguas están secas por sed; Yo, el SEÑOR, responderé a sus oraciones; Yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. 18 Yo haré corrientes que fluyan por las laderas, y manantiales en el medio de los valles; Yo haré el desierto como un estanque de agua, y la tierra seca como manantiales de agua. 19 En el desierto yo pondré el cedro, la acacia, el mirto, y el olivo. Yo pondré el ciprés en la planicie del desierto, con los pinos y árboles de caja de ciprés. 20 Yo haré esto para que la gente pueda ver, reconocer, y entender juntos, que la mano de el SEÑOR ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado. 21 "Presenten su caso,'' dice el SEÑOR. "Presenten sus mejores argumentos por sus ídolos,'' dice el Rey de Jacob. 22 Que ellos traigan sus propios argumentos; háganlos venir hacia adelante y declararnos a nosotros que sucederá, así nosotros sabremos estas cosas bien. Hagan a ellos decirnos tempranas declaraciones predictivas, así nosotros podremos reflejarnos en ellos y saber cómo ellos fueron realizados. 23 Digan cosas acerca del futuro, para que nosotros sepamos si ustedes son dioses; hagan algo bueno o malo, para que nosotros estemos atemorizados o impresionados. 24 Mirad, ustedes ídolos no son nada y sus obras son nada; el que los escoja es detestable. 25 Yo he levantado a uno del norte, y él viene; desde la salida del sol Yo lo convoco a él quien llama Mi nombre, y él pisoteará los gobernantes como lodo, como el alfarero quien está pisando la arcilla. 26 ¿Quién anunció esto desde el principio, para que podamos saber? Antes de este tiempo, para que nosotros podamos decir: ''¿Él está correcto?" Ciertamente ninguno de ellos decretó esto, sí, ninguno te escuchó decir algo. 27 Yo primero dije a Sion: ''Mira, aquí ellos están; '' Yo he enviado un heraldo a Jerusalén. 28 Cuando Yo miro, no hay ninguno, ni uno entre ellos quien pueda dar buen consejo, quien, cuando Yo pregunto, pueda contestar una palabra. 29 Mira, todos ellos son nada, y sus obras son nada; sus figuras de metal fundido son viento y vacuidad.

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1 Este es Mi siervo a quien Yo sostengo; Mi Elegido, en Él me deleito. He puesto Mi espíritu sobre Él; traerá justicia a las naciones. 2 Él no gritará ni alzará su voz, ni hará oir su voz en las calles. 3 La caña triturada Él no destruirá, y a la mecha que arde débilmente no apagará; Él fielmente ejecutará justicia. 4 Él no desmayará ni desanimará hasta haber establecido justicia en la tierra; y las costas esperan por su ley. 5 Esto es lo que el SEÑOR Dios dice- Él que creó los cielos y los extendió, Él que creó la tierra y todo lo que produce, Él que dió aliento de vida a la gente y a todo lo que habita en ésta. 6 "Yo, El SEÑOR, Te llamo en justicia y sostengo Tu mano. Te guardaré y Te estableceré por pacto con el pueblo, como Luz para los gentiles, 7 para que abras los ojos de los ciegos, para que liberes los prisioneros del calabozo y de la casa de encierro a aquellos quienes se sientan en oscuridad. 8 Soy El SEÑOR, éste es Mi nombre; y Mi gloria no compartiré con otro ni Mi alabanza con ídolos tallados. 9 Vean, las cosas anteriores ya pasaron, ahora Yo estoy por declarar nuevos acontecimientos. Antes de que ocurran Yo les diré sobre éstos. 10 Canten al SEÑOR una nueva canción, y su alabanza desde el fin de la tierra; ustedes los que descienden al fondo del mar, y todo lo que está en el, las costas y aquellos quienes vivien allí. 11 ¡Que grite el desierto y las ciudades, las villas donde vive Kedar, griten de alegría! Que los habitantes de Sela canten; que ellos griten desde las cumbres de las montañas. 12 Que den gloria al SEÑOR y declaren Su alabanza en las costas. 13 El SEÑOR saldrá como guerrero; como hombre de guerra agitará su celo. Gritará, si, Él rugirá un grito de guerra; Él mostrará a sus enemigos Su poder. 14 Yo he guardado silencio por largo tiempo; He estado quieto y Me he restringido; ahora, Yo gritaré como mujer de parto; Yo jadearé y resoplaré. 15 Yo arrasaré montañas y colinas y secaré toda su vegetación; y Yo convertiré los ríos en islas y secaré los pantanos. 16 Yo traeré a los ciegos por un camino que ellos no conocen; en caminos que ellos no concen los guiaré. Yo cambiaré la oscuridad en luz delante de ellos, y haré derechos los lugares torcidos. Estas cosas Yo haré, y Yo no los abandonaré. 17 Ellos serán vuelto atrás, ellos serán puestos en completa vergüenza, aquellos quienes confían en figuras talladas, quienes dicen a figuras de metal fundidas: " Ustedes son nuestros dioses" 18 Oigan, ustedes sordos; y miren, ustedes ciegos, tal que puedan ver. 19 ¿Quién es ciego sino mi siervo? ¿O sordo como mi mensajero que Yo envié? ¿Quién es tan ciego como mi compañero de pacto, o ciego como el siervo de SEÑOR? 20 Ustedes ven muchas cosas, pero no comprenden; sus oídos están abiertos pero nadie oye. 21 Le agradó al SEÑOR alabar Su justicia y glorificar Su ley. 22 Pero este es un pueblo robado y saqueado; ellos están todos atrapados en fosas, retenidos cautivos en prisiones; ellos están como despojo sin nadie que los rescate, y ninguno dice: "Traigánlos de vuelta!" 23 ¿Quién entre ustedes escuchará ésto? ¿Quién escuchará y oirá en el futuro? 24 ¿Quién entregó a Jacob al ladrón, e Israel a los saqueadores? ¿No fue el SEÑOR, contra quien hemos pecado, en cuyos caminos ellos se negaron a caminar, y cuya ley ellos negaron obedecer? 25 Por tanto El derramó su ira contra ellos, con la devastación de guerra. Resplandeció alrededor de ellos; aún así no lo entendieron, los consumió, pero no lo tomaron en serio.

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1 Pero ahora esto es lo que dice el SEÑOR, Aquel quien te creó, Jacob, y Él quien te formó, Israel: "No tengas miedo, pues te he redimido; te he llamado por tu nombre, tú eres mío. 2 Cuando tú pases por las aguas, estaré contigo; y por los ríos, ellos no te abrumarán. Cuando tú camines por el fuego no serás quemado, y las llamas no te destruirán. 3 Pues Yo soy el SEÑOR tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Yo he dado a Egipto por tu rescate, Etiopía y Seba a cambio de tí. 4 Por cuanto tú eres precioso y especial a Mi vista, Yo te amo; por lo tanto, daré gente a cambio de tí, y otros pueblos a cambio por tu vida. 5 No tengas miedo, pues Yo estoy contigo; Yo traeré a tu descendencia desde el este, y los recogeré desde el oeste. 6 Yo diré al norte: 'Devuélvelos;' y al sur: 'No retengas a ninguno.' Traigan a mis hijos desde lejos, y a mis hijas desde las regiones remotas de la tierra, 7 todo aquel quien es llamado por Mi nombre, quien Yo he creado para Mi gloria, quien Yo he fomado, sí, quien Yo he hecho. 8 Traigan la gente quienes son ciegas, aunque ellos tienen ojos, y los sordos, aunque ellos tienen oídos. 9 Todas las naciones se reúnen, y los pueblos se congregan. ¿Quién entre ellos pudo haber declarado ésto y anunciado a nosotros acontecimientos anteriores? Déjenlos que traigan sus testigos para probarse a sí mismos rectos, déjen que escuchen y afirmen: 'Es verdad.' 10 "Ustedes son Mis testigos," declara el SEÑOR: " y Mi sirviente a quien Yo he elegido, para que así conozcan y crean en Mí, y entiendan que Yo soy Él. Antes de Mí no había dios formado, y no habrá ninguno después de Mí. 11 Yo, Yo soy el SEÑOR, y no hay salvador excepto Yo. 12 "Yo lo anuncié y lo proclamé: Yo los he salvado; y no hay otro dios entre ustedes. Ustedes son mis testigos," declara el SEÑOR: "Yo soy Dios. 13 De este día en adelante Yo soy Él, y nadie puede rescatar a ninguno de Mi mano. Yo actúo, y ¿quién puede revocarlo?" 14 Esto es lo que dice el SEÑOR, tu Redentor, el Santo de Israel: "Por causa tuya envío a Babilonia y los guío a ellos como fugitivos, cambiando las expresiones de regocijo de los babilonios en canciones de lamento. 15 Yo soy el SEÑOR, el Santo de ustedes, el Creador de Israel, tu Rey." 16 Esto es lo que dice el SEÑOR (quien abrió una vía por el mar y un camino en las poderosas aguas, 17 quien sacó al carruaje y caballo, al ejército y la poderosa hueste. Ellos cayeron juntos; nunca se volverán a levantar; han sido extinguidos, apagados como una mecha ardiente.) 18 "No piensen en estas cosas anteriores, ni consideren las cosas de hace mucho tiempo. 19 Mirad, estoy a punto de hacer algo nuevo; ahora comenzará a ocurrir; ¿no lo perciben? Haré un camino en el desierto y corrientes de agua en la tierra salvaje. 20 Los animales salvajes del campo me honrarán, los chacales y los avestruces, porque Yo doy agua en la tierra salvaje, y ríos en el desierto, para que mi gente elegida beba, 21 esta gente quien formé para Mí mismo, para que puedan narrar mis alabanzas. 22 Pero tú no Me has llamado, Jacob; te has cansado de Mí, Israel. 23 No Me has traído ninguna de tus ovejas como ofrendas quemadas, o Me has honrado con tus sacrificios. Yo no te he cargado con ofrendas de grano, ni te he cansado con demandas de incienso. 24 No Me has comprado caña con olor con dinero, ni has tú derramado para Mí la grosura de tus sacrificios; pero sí Me has cargado con tus pecados, me has cansado con tus obras malvadas. 25 Yo, sí, Yo soy Él, quien borra tus ofensas por Mi propia causa; y Yo no volveré a recordar tus pecados. 26 Recuérdame lo que pasó. Vamos a debatir juntos; presenta tu causa, tal que puedas resultar inocente. 27 Tu primer padre pecó, y tus líderes han pecado contra Mí. 28 Por lo tanto, profanaré a los santos funcionarios; entregaré a Jacob a destrucción completa, e Israel a humillación abusiva."

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1 Ahora escucha, Jacob mi siervo, e Israel, a quien Yo he escogido: 2 Esto es lo que el SEÑOR dice, Él Quien te hizo y te formó en el vientre y Quien te ayudará: "No temas, Jacob mi siervo; y tú, Jesurún, a quien Yo he escogido. 3 Pues Yo derramaré agua en el suelo sediento, y arroyos que fluyen en suelo seco; Yo derramaré Mi Espíritu en tus descendientes, y Mi bendición en tus niños. 4 Ellos brotarán entre la hierba, como sauces junto a las corrientes de agua. 5 Uno dirá: 'Yo le pertenezco al SEÑOR,' y otro clamará al nombre de Jacob, y otro escribirá en su mano 'Pertenencia del SEÑOR,' y se llamará a sí mismo por el nombre de Israel." 6 Esto es lo que dice el SEÑOR-- el Rey de Israel y su Redentor, el SEÑOR de los Ejércitos: "Yo soy el Primero y el Último; y no hay otro Dios además de Mí. 7 ¿Quién es como Yo? Dejen que lo anuncie y me explique los eventos que ocurrieron desde que Yo establecí a Mi pueblo antiguo, y déjenlo declarar los eventos por venir. 8 No teman, o tengan miedo. ¿No lo he declarado Yo hace mucho tiempo, y lo he anunciado? Ustedes son mis testigos: ¿Hay algún Dios además de Mí? No hay ninguna otra Roca; Yo no sé de ninguna." 9 Todos quienes diseñan ídolos son nada; las cosas en las que se deleitan son sin valor; sus testigos no pueden ver o saber algo, y ellos serán puestos en vergüenza. 10 ¿Quién formaría un dios o fundiría un ídolo que es sin valor? 11 Mirad, todos sus cómplices serán puestos en vergüenza, los artesanos son sólo hombres. Dejen que estén en pie juntos; ellos se acobardarán y serán puestos en vergüenza. 12 El herrero trabaja con sus herramientas, formándolo, trabajando sobre los carbones. Él lo forma con martillos y lo trabaja con su fuerte brazo. Él está hambriento, y su fuerza desvanece; él no toma agua y se desmaya. 13 El carpintero mide la madera con una línea, y la marca con una aguja. Él le da forma con sus herramientas y la marca con un compás. Él le da forma según la figura de un hombre, como un humano atractivo, para que se pueda quedar en una casa. 14 Él corta cedros, o escoge un árbol de ciprés o un árbol de roble. Él mismo escoge los árboles en el bosque. Él planta un árbol conífero y la lluvia lo hace crecer. 15 Entonces un hombre lo usa para un fuego y se calienta a sí mismo. Sí, el enciende un fuego y hornea pan. Entonces, él hace de eso un dios y se inclina ante él; él hace un ídolo y se inclina ante él. 16 Él quema parte de la madera para el fuego, asando su carne sobre eso. Él come y está satisfecho. Él se calienta a sí mismo y dice: "Ah, estoy caliente, he visto el fuego." 17 Con el resto de la madera él hace un dios, su imagen tallada; él se inclina ante ella y le hace reverencia; y le ora a ella diciendo: "Réscatame, porque tú eres mi dios." 18 Ellos no saben, ni entienden, porque sus ojos están ciegos y no pueden ver, y sus corazones no pueden percibir. 19 Nadie piensa, ni ellos comprenden y dicen: "Yo he quemado parte de la madera en el fuego; sí, yo también he horneado pan sobre sus carbones. Yo he asado carne sobre sus carbones y he comido. Ahora, ¿debo hacer la otra parte de la madera en algo repugnante para adorar? ¿Debo yo inclinarme ante un bloque de madera?" 20 Es como si él estuviera comiendo cenizas; su corazón engañoso lo extravía. Él no puede rescatarse a sí mismo, ni tampoco él dice: "Esta cosa en mi mano derecha es un dios falso." 21 Piensa en estas cosas, Jacob, e Israel, porque tú eres mi siervo: Yo te he formado a tí; tú eres Mi siervo: Israel, tú no serás olvidado por Mí. 22 Yo he borrado, como una nube densa, tus obras rebeldes, y como una nube, tus pecados; regresa a Mí, pues Yo te he redimido. 23 Canten, ustedes cielos, pues el SEÑOR ha hecho esto; griten, ustedes, profundidades de la tierra. Rompan en cántico, ustedes montañas, tú, bosque con cada árbol en él; pues el SEÑOR ha redimido a Jacob, y mostrará Su gloria en Israel. 24 Esto es lo que dice el SEÑOR, tu Redentor, Él quien te formó desde el vientre: "Yo soy el SEÑOR, Quien hizo todo, Quien solo, extendió los cielos, Quien solo, diseñó la tierra. 25 Yo, Quien hago frustrar los presagios de los interlocutores vacíos y Quien deshonra a esos que leen augurios; Yo Quien anula la sabiduría del sabio y hace su consejo necio. 26 Yo, el SEÑOR, Quien confirma las palabras de Su siervo y hace que se realicen las predicciones de Sus mensajeros, Quien dice de Jerusalén: 'Ella será habitada,' y de los pueblos de Judá, 'Ellos serán construidos otra vez, y Yo la levantaré de sus ruinas;' 27 Quien dice al mar profundo: 'Sécate, y Yo secaré tus corrientes.' 28 El SEÑOR es Quien dice de Ciro: 'Él es mi pastor, él hará todos mis deseos; él decretará sobre Jerusalén: 'Ella será reconstruida,' y sobre el templo: 'Que sus cimientos sean puestos.'"

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1 Esto es lo que el SEÑOR dice a Su ungido, a Ciro, cuya mano derecha Yo sostengo, para someter naciones delante de él, para desarmar reyes, y para abrir puertas delante de él, tal que las puertas permanezcan abiertas: 2 "Yo iré delante de tí y nivelaré las montañas; Yo romperé en pedazos las puertas de bronce y cortaré en pedazos sus barras de hierro, 3 y Yo te daré los tesoros ocultos y riquezas escondidas, para que tú puedas saber que soy Yo, el SEÑOR, quien te llama por tu nombre, Yo, el Dios de Israel. 4 Pues por el bien de Mi siervo Jacob, e Israel Mi escogido, Yo te he llamado a tí por tu nombre: dándote un título de honor, aunque no me hayas conocido. 5 Yo soy Él SEÑOR, y no hay otro; no hay Dios sino Yo. Yo te armaré para la batalla, aunque no me hayas conocido; 6 para que las personas sepan desde el levantamiento del sol y desde el oeste, que no hay dios sino Yo: Yo soy Él SEÑOR, y no hay otro. 7 Yo formo la luz y creo la oscuridad; Yo traigo paz y creo el desastre; Yo soy el SEÑOR, Quien hace todas estas cosas. 8 ¡Ustedes cielos, lluevan desde arriba! Que los cielos lluevan justicia. Que la tierra la absorba, para que la salvación pueda brotar y la justicia germine junto con ella. Yo, el SEÑOR, las he creado a ambas. 9 ¡Ay de todo aquel que discute con quien lo formó, él quien es como una vasija terrenal entre todas las vasijas terrenales en la tierra! Acaso le dice el barro al alfarero: '¿Qué estás haciendo?' o ¿'Tu trabajo no tiene asideros en éste?' 10 ¡Ay del que le dice a un padre: '¿Qué estás engendrando?' o a una mujer, '¿Qué estás dando a luz?' 11 Esto es lo que Él SEÑOR dice: El Santo de Israel, su Creador: '¿Por qué haces preguntas acerca de lo que Yo haré para Mis hijos? ¿Tú me dices qué hacer en cuanto al trabajo de Mis manos?' 12 'Yo hice la tierra y creé al hombre sobre ella. Fueron Mis manos que extendieron los cielos, y Yo ordené a todas las estrellas aparecer. 13 Yo desperté a Ciro en justicia, y Yo allanaré todos sus caminos. Él construirá Mi ciudad; Él permitirá a mi pueblo exiliado ir a casa, y no por precio ni soborno,'" dice Él SEÑOR de los Ejércitos. 14 Esto es lo que Él SEÑOR dice: "Las ganancias de Egipto y la mercancía de Etiopía junto con los Sabeos, hombres de estatura alta, serán traídos a ti. Ellos serán tuyos. Ellos irán tras de tí, encadenados. Ellos se inclinarán a tí y te suplicarán diciendo: 'Ciertamente Dios está contigo, y no hay otro excepto Él.'" 15 Verdaderamente Tú eres un Dios quien se esconde, Dios de Israel, Salvador. 16 Todos ellos estarán avergonzados y deshonrados juntos; aquellos quienes tallan ídolos caminarán en humillación. 17 Pero Israel será salvado por Él SEÑOR con una salvación eterna; ustedes nunca volverán a ser avergonzados o humillados. 18 Esto es lo que el SEÑOR dice, Quien creó los cielos, el verdadero Dios, Quien creó la tierra y la hizo, Quien la estableció. Él la creó, no como un desperdicio, sino que la designó para ser habitada: "Yo soy el SEÑOR, y no hay otro. 19 Yo no he hablado en privado, en algún lugar escondido; Yo no le dije a los descendientes de Jacob: '¡Búsquenme en vano!' Yo soy Él SEÑOR, Quien habla sinceramente; Yo declaro las cosas que son justas. 20 ¡Congréguesen y vengan! ¡Júntense, ustedes refugiados de entre las naciones! Ellos no tienen conocimiento, esos que cargan imágenes y le oran a dioses que no pueden salvar. 21 ¡Acérquense y declárenmelo a Mí, traigan la evidencia! Que conspiren juntos. ¿Quién ha mostrado esto desde hace mucho tiempo atrás? ¿Quién lo anunció? ¿No fui Yo, Él SEÑOR? No hay Dios excepto Yo, un Dios justo y un Salvador; no hay nadie aparte de Mí. 22 Vuélvanse a Mí y sean salvos, todos los confines de la tierra; porque Yo soy Dios, y no hay otro. 23 Por Mí mismo Yo juro, hablando Mi decreto justo, y no será revocado. Ante Mí toda rodilla se doblará, cada lengua jurará. 24 Ellos dirán de Mí: 'Solamente en El SEÑOR está la salvación y la fuerza.'" Todos ellos serán avergonzados, quienes están enojados con Él. 25 En El SEÑOR todos los descendientes de Israel serán justificados; ellos se enorgullecerán en Él.

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1 Bel se postra, Nebo se encorva; sus ídolos son cargados por animales y bestias de carga. Estos ídolos que ustedes llevan son una pesada carga para animales agotados. 2 Juntos se agachan, se arrodillan; no pueden rescatar las imágenes, y ellos mismos se han ido en cautividad. 3 Escúchame, casa de Jacob, todo el remanente de la casa de Israel, quien ha sido cargado por Mí desde antes que nacieran, llevados desde el vientre. 4 Aún hasta tu vejez Yo Soy Él, y hasta que tu cabello esté gris Yo te cargaré. Yo te hice y te sostendré; Yo te cargaré y Yo te rescataré. 5 ¿Con quién Me compararás? ¿A quién crees tú que Yo me asemejo, tal que seamos comparados? 6 Las personas derraman oro de la bolsa y pesan plata en la balanza. Ellos contratan a un orfebre, y lo hacen en un dios; se postran y lo adoran. 7 Lo levantan sobre sus hombros y lo cargan; lo colocan en su lugar, y permanece en su lugar y no se mueve de allí. Ellos claman a él, pero no puede contestar ni salvar a nadie de sus problemas. 8 ¡Piensen acerca de estas cosas; nunca las ignoren, ustedes rebeldes! 9 Piensen sobre las cosas anteriores, aquellas de tiempos pasados, pues Yo Soy Dios, y no hay ningún otro como Yo. 10 Yo anuncio el fin desde el principio, y de antemano lo que aún no ha sucedido; Yo digo: "Mi plan se cumplirá, y Yo haré según Mi deseo." 11 Yo llamo un ave de rapiña del este, el hombre de mi elección desde tierra distante; sí, Yo he hablado; Yo también lo lograré; Yo he propuesto, Yo también lo haré. 12 Escúchenme, ustedes gente terca, quienes están lejos de hacer lo que es correcto. 13 Yo estoy trayendo Mi justicia cerca; no está lejos, y Mi salvación no espera; y Yo daré salvación a Sion y Mi belleza a Israel.

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1 Ven y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia; siéntate en el suelo sin un trono, hija de los caldeos. Tú no serás llamada fina y delicada. 2 Toma la piedra de molino y muele harina; quítate el velo, desnudáte de tu túnica que ondea, descubre tus piernas, cruza las corrientes. 3 Tu desnudez será descubierta, sí, tu vergüenza será vista: Yo tomaré venganza y no perdonaré a ningún hombre. 4 Nuestro Redentor, el SEÑOR de los Ejércitos es Su nombre, El Santo de Israel. 5 Siéntate en silencio y entra en tiniebla, hija de los caldeos; pues tú no serás más llamada reina de reinos. 6 Yo estaba enojado con mi pueblo; Yo profané mi heredad y la entregué en tu mano, pero tú no les mostraste misericordia; tú pusiste un yugo muy pesado en la gente vieja. 7 Tú dijiste: ''Yo los regiré por siempre como soberana reina.'' Tú no llevaste estas cosas a tu corazón, ni tú consideraste como ellas habrían de resultar. 8 Así que ahora escucha esto: tú amas el placer y te sientas segura; tú quien dijo en su corazón: Yo existo y no hay nadie como yo; yo nunca me sentaré como una viuda, ni experimentaré la pérdida de hijos.'' 9 Pero estas dos cosas vendrán a tí en un momento en un día: la pérdida de hijos y la viudez; en toda su fuerza ellos vendrán a tí, a pesar de tus hechicerías y de tus muchos encantamientos y amuletos. 10 Tú has confiado en tu maldad; tú has dicho: Nadie me ve''; tu sabiduría y tu conocimiento te han llevado por mal camino, pero tú dices en tu corazón: '' yo existo, y no hay nadie más como yo.'' 11 El desastre vendrá sobre tí; tú no serás capaz de ahuyentarlo con tus encantamientos. La destrucción caerá sobre tí; tú no serás capaz de evitarla. La calamidad te golpeará de repente, antes de que lo sepas. 12 Persiste en emitir tus encantamientos y tus muchas hechicerías las cuales fielmente has recitado desde tu niñez; quizás seas exitosa; tal vez puedas espantar el desastre. 13 Tú estas cansada con tus muchas consultas; que esos hombres se pongan en pie y te salven- esos quienes trazan los cielos y miran a las estrellas, esos quienes declaran las lunas nuevas- déjalos que te salven de lo que te sucederá. 14 Ve, ellos se convertirán en rastrojo. El fuego los quemará a ellos. Ellos no podrán salvarse ellos mismos de la mano de la llama. ¡Allí no habrá carbones que los calienten y ningún fuego para ellos sentarse! 15 Eso es lo que ellos se han convertido para tí, esos con los que tú has trabajado, y tú has comprado y vendido con ellos cuando eras joven, y todos ellos siguen haciendo sus mismas cosas necias; y cuando tú clamas por ayuda, no hay nadie que pueda rescatarte.''

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1 Oye esto, casa de Jacob, quienes son llamados por el nombre Israel, y han venido de la esperma de Judá; ustedes quienes juran por el nombre del SEÑOR e invocan el Dios de Israel, pero no en sinceridad ni de manera justa. 2 Pues ellos se llaman a sí mismos gente de la santa ciudad y confían en el Dios de Israel. El SEÑOR de los Ejércitos es Su nombre. 3 "Yo he declarado las cosas desde hace mucho tiempo; ellas salieron de Mi boca, y Yo las he hecho saber; luego de repente Yo las hice, y ellas vinieron a pasar. 4 Porque Yo sabía que tú eras obstinado, los músculos de tu cuello rígidos como hierro, y tu frente como bronce, 5 Por lo tanto, Yo declaré estas cosas a tí de antemano; antes de que te pasaran Yo te informé a tí, para que así no pudieras decir: 'Mi ídolo las ha hecho', o 'Mi figura tallada y Mi figura de metal fundido ha ordenado estas cosas.' 6 Tú escuchaste acerca de estas cosas; mirad toda esta evidencia; y tú ¿no vas a admitir que lo que Yo digo es verdad? De ahora en adelante, Yo estoy mostrándote cosas nuevas, cosas ocultas que tú no has conocido. 7 Ahora, y no previamente, ellas vienen a ser, y antes de hoy tú no has escuchado sobre ellas, así que, tú no vas a poder decir: 'Sí, yo sabía acerca de ellas.' 8 Tú nunca habías escuchado; tú no sabías; estas cosas no fueron desplegadas a tus oídos de antemano. Pues, Yo sabía que tú has sido muy mentiroso, y que tú has sido un rebelde de nacimiento. 9 Por el bien de Mi nombre Yo voy a postergar mi coraje, y para Mi honra Yo voy a contenerme de destruirte a tí. 10 Mira, Yo te he refinado, pero no como plata; Yo te he purificado en el horno de la aflicción. 11 Por Mi propia causa, por Mi propia causa Yo actuaré; pues, ¿cómo puedo Yo permitir que Mi nombre sea deshonrado? Yo no voy a darle Mi gloria a nadie más. 12 Escúchame a Mi, Jacob, e Israel, a quien Yo llamo; Yo soy Él; Yo soy el primero, Yo también soy el último. 13 Sí, Mi mano sentó las bases de la Tierra, y Mi mano derecha esparció los cielos; cuando Yo los llamo, ellos se levantan juntos. 14 ¡Congréguense ustedes mismos, todos ustedes, y escuchen! ¿Quién entre ustedes ha anunciado estas cosas? El aliado del SEÑOR cumplirá Su propósito contra Babilonia. Él llevará a cabo la voluntad del SEÑOR contra los caldeos. 15 Yo, Yo he hablado, sí, Yo lo he convocado a él, Yo lo he traído a él, y él tendrá éxito. 16 Ven cerca de Mí, escucha esto: Desde el principio Yo no he hablado en secreto; cuando pasa, Yo estoy ahí." Ahora el SEÑOR me ha enviado a mí, y Su Espíritu. 17 Esto es lo que el SEÑOR, tú Redentor, El Santo de Israel dice: " Yo soy el SEÑOR tú Dios, quien les enseña a ustedes cómo tener éxito, quien te dirige por el camino que tú debes seguir. 18 ¡Si sólo tu hubieras obedecido Mis mandamientos! Estonces tu paz y prosperidad hubieran fluido como un río, y tu salvación como las olas del mar. 19 Tus descendientes hubieran sido tan numerosos como la arena, y los hijos de tu vientre numerosos como los granos de arena; sus nombres no hubiesen sido cortados ni borrados ante Mí. 20 ¡Sal de Babilonia! ¡Huye de los caldeos! ¡Con el sonido de un grito resonante anúncialo! ¡Da a conocer ésto, haz que salga hasta los confines de la Tierra! Dí:' El SEÑOR ha redimido a su siervo Jacob.' 21 Ellos no tuvieron sed cuando Él los dirigió a través del desierto; Él hizo las aguas fluir de una roca para ellos; Él partió la roca, y el agua brotó. 22 No hay paz para los malvados, dice El SEÑOR."

49

1 ¡Escúchenme a Mí, ustedes tierras de la costa! Ahora denme su atención, ustedes pueblos distantes. El SEÑOR me ha llamado desde el nacimiento por mi nombre, cuando mi madre me trajo a este mundo. 2 Él ha hecho mi boca como una espada afilada; Él me escondió en la sombra de Su mano; Él me ha convertido en una flecha pulida; en su bolsa para flechas Él me ha escondido. 3 Él me dijo a mí: "Tú eres mi siervo, Israel, a través del cual Yo muestro Mi gloria." 4 Pero yo respondí: "Aunque yo pensé que yo he trabajado en vano, yo he gastado mi energía para nada, a pesar de todo, mi justica es con el SEÑOR, y mi recompensa está con mi Dios.'' 5 Ahora el SEÑOR ha hablado-- Aquel quien me formó desde el nacimiento para ser su siervo, para restaurar a Jacob otra vez a sí mismo, para que Israel se reuniera con Él, porque yo soy honorable en los ojos del SEÑOR, y mi Dios se ha convertido en mi fuerza-- 6 y Él dice: "Es muy poca cosa para tí que seas Mi siervo para restablecer las tribus de Jacob, y restaurar los sobrevivientes de Israel. Yo te haré luz para los gentiles, para que seas Mi salvación hasta los confines de la Tierra.'' 7 Esto es lo que El SEÑOR dice, El Redentor de Israel, su Santo, para aquellos quienes sus vidas son despreciadas, odiadas por las naciones, y esclavos de gobernantes: "Reyes te verán y se levantarán, príncipes te verán y se postrarán, por causa del SEÑOR quien es fiel, hasta el Santo de Israel, quien te ha escogido." 8 Esto es lo que dice el SEÑOR: "Al tiempo que Yo decida mostrar mi favor Yo te contestaré, y en un día de salvación Yo te ayudaré; Yo te protegeré, y te daré como un pacto para el pueblo, para reconstruir la tierra, para reasignar la herencia desolada. 9 Tú le dirás a los prisioneros: 'Salgan fuera;' a aquellos en los calabozos oscuros: 'Muéstrense.' Ellos mirarán a lo largo de los caminos; y en todas las laderas descubiertas estarán sus pastos. 10 Ellos no tendrán hambre o sed, ni tampoco el calor del sol los golpeará, porque Aquel quien tiene misericordia de ellos los guiará; Él los guiará a manantiales de agua. 11 Luego Yo haré todas Mis montañas un camino, y nivelaré Mis carreteras." 12 Mirad, éstos vendrán desde muy lejos, algunos del norte y otros del oeste, y otros de la tierra de Sinim. 13 ¡Canten, cielos, y regocíjate, Tierra, rompan en canto, ustedes las montañas! Porque el SEÑOR consuela Su pueblo, y tendrá compasión en Sus afligidos. 14 Pero Sion dijo: "El SEÑOR me ha abandonado, y el Señor se ha olvidado de mí." 15 ¿Puede una mujer olvidar a su bebé, amamantado en su pecho, entonces ella no tiene compasión del hijo que ella ha tenido? Sí, ellas podrán olvidarse, pero Yo no me olvidaré de tí. 16 Mira, Yo he inscrito tu nombre en Mis palmos; tus muros están continuamente delante de Mí. 17 Tus hijos están volviendo con prisa, mientras aquellos que te destruyeron se van. 18 Mira alrededor y observa, todos ellos se están juntando y llegando a tí. Tan cierto como Yo vivo-- esta es la declaración del SEÑOR-- tú seguramente te vestirás con ellos como joyas, y te los pondrás como una novia. 19 Aunque tú eras un desperdicio y una desolación, una tierra que estaba en ruinas, ahora serás demasiada pequeña para los habitantes, y aquellos quienes te devoraron estarán muy lejos. 20 Los niños nacidos durante el tiempo de tu duelo, te dirán al oído: 'El lugar es demasiado estrecho para nosotros, has espacio para nosotros, para que podamos vivir aquí.' 21 Luego, te preguntarás a tí mismo: '¿Quién ha dado a luz a estos niños por mí? Yo estaba en duelo y era estéril, exiliada y divorciada. ¿Quién ha criado estos niños? Mira, me habían dejado completamente sola; ¿de dónde llegaron éstos?''' 22 Esto es lo que dice el SEÑOR: ''Mira, Yo levantaré Mi mano a las naciones, Yo levantaré Mi bandera de señal a los pueblos. Ellos traerán a tus hijos en sus brazos y cargarán a tus hijas en sus hombros. 23 Reyes serán sus padres adoptivos, y sus reinas las niñeras; ellos se postrarán a tí con sus rostros hacia la tierra y lamerán el polvo de tus pies; y tú sabrás que Yo soy el SEÑOR; aquellos quienes esperan por Mí no serán avergonzados." 24 ¿Se puede quitar el botín a un guerrero, o pueden ser los cautivos rescatados del feroz? 25 Pero esto es lo que dice el SEÑOR: "Sí, los cautivos le serán quitados al guerrero, y el botín será rescatado; porque Yo me opondré a tu adversario y salvaré a tus hijos. 26 Yo alimentaré a tus opresores con su propia carne; y ellos se emborracharán con su propia sangre, como si fuera vino. Luego, toda la humanidad sabrá que Yo, el SEÑOR, soy tu Salvador y tu Redentor, el Poderoso de Jacob."

50

1 Esto es lo que El SEÑOR dice: "¿Dónde está el certificado de divorcio por el cuál Yo me divorcié de tu madre? ¿A cuál de mis acreedores te vendí? Mira, tú fuistes vendida por tus pecados y por tu rebelión, tu madre fue enviada lejos. 2 ¿Por qué vine sino había nadie allí? ¿Por qué llamé y nadie contestó? ¿Era Mi mano muy corta para rescatarte? ¿No había poder dentro de Mí para rescatarte? Mira, a Mi reprensión Yo voy secar el mar; Yo hago de los ríos un desierto; sus peces mueren por falta de agua y se pudren. 3 Yo visto los cielos de oscuridad; Yo lo cubro con cilicio." 4 El SEÑOR me ha dado una lengua como a uno de esos que son enseñados, para que yo hable una palabra de sustento al fatigado; Él me levanta mañana tras mañana; Él despierta mi oído para escuchar como esos que son enseñados. 5 El SEÑOR ha abierto mi oído, y yo no fui rebelde, ni dí vuelta atrás. 6 Le dí mi espalda a los que me azotaban, y mis mejillas a quienes arrancaban mi barba; no escondí mí rostro de actos de vergüenza y de escupitajos. 7 Pues, ÉL SEÑOR me ayudará; por lo tanto no he caído en desgracia; por eso he puesto mi rostro como pedernal, y sé que no seré avergonzado. 8 Aquel quien me justificará está cerca. ¿Quién se opondrá a mí? Levantémonos y confortémonos uno al otro. ¿Quién es mí acusador? Dejálo que se acerque a mí. 9 Vean, el SEÑOR me ayudará. ¿Quién me declarará culpable? Vean, ellos se desgastarán como un vestido; la polilla se los comerá. 10 ¿Quién entre ustedes teme al SEÑOR? ¿Quién obedece la voz de su siervo? ¿Quién camina en la oscuridad sin tener luz? El debe confiar en el nombre del SEÑOR y apoyarse en su Dios. 11 Vean, todos los que encienden fuegos, los que se equipan con antorchas: caminen en la luz de su fuego y en las llamas que han encendido. Esto es lo que has recibido de mí: tú yacerás en un lugar de dolor.

51

1 Escúchenme, ustedes que van tras la justicia, ustedes que buscan a SEÑOR: miren a la roca de la que fueron cincelados y de la cantera de la que fueron cortados. 2 Miren a Abraham, su padre, y a Sara, quien les dio a luz; pues cuando era un solo individuo, Yo lo llamé. Yo lo bendije y lo multipliqué. 3 Sí, el SEÑOR consolará a Sion; Él consolará todos sus lugares desolados; su desierto Él hizo como Edén, y sus llanuras desérticas al lado del valle del Río Jordán, como el jardín del SEÑOR; gozo y contentamiento se encontrará en ella, acción de gracias, y el sonido de canción. 4 "¡Está atento a Mí, Mi pueblo; y escúchame, Mi pueblo! Pues Yo emitiré un decreto, y Yo haré que Mi justica sea una luz para las naciones. 5 Mi justicia está cerca; Mi salvación saldrá, y Mi brazo juzgará las naciones; las tierras costeras esperarán por Mí; pues Mi brazo ellos inquietamente esperarán. 6 Levanten sus ojos al cielo, y miren a la tierra abajo, pues los cielos desvanecerán como humo, la Tierra se quitará como una prenda, y sus habitantes morirán como moscas. Pero Mi salvación continuará para siempre, y mi justica nunca cesará de obrar. 7 Escúchenme a Mí, ustedes que saben lo que es correcto, ustedes, pueblo, que tienen Mi ley en su corazón: No teman los insultos del hombre, ni sean desalentados por su abuso. 8 Pues, la polilla se los comerá como un vestido, y el gusano se los comerá como lana; pero Mi justicia será para siempre, y Mi salvación para todas las generaciones." 9 Despierta, despierta, vístete con fuerza, brazo del SEÑOR. Despierta como en los días de antaño, las generaciones de tiempos antiguos. ¿No eres Tú quien aplastó a Rahab, Tú quien traspasó al monstruo? 10 ¿No secaste Tú el mar, las aguas de la gran profundidad, e hiciste la profundidad del mar un camino para que los redimidos atravesaran? 11 Los rescatados del SEÑOR regresarán y vendrán a Sion con llantos de alegría y con gozo para siempre en sus cabezas; y el gozo y la alegría les sobrepasarán, y el dolor y el lamento huirán. 12 "Yo, Yo soy Quien los consuela. ¿Por qué le temen a hombres, quienes morirán, los hijos de la raza humana, quienes son hechos como la hierba? 13 ¿Por qué se han olvidado del SEÑOR su Creador, quien extendió los cielos y estableció los fundamentos de la Tierra? Ustedes están en terror constante cada día por causa de la ardiente furia del opresor cuando decide destruir. ¿Dónde está la furia del opresor? 14 Aquel quien esté inclinado, el SEÑOR se apresurará a liberar, él no morirá y descenderá al sepulcro, y tampoco carecerá de pan. 15 Pues, Yo Soy el SEÑOR su Dios, Quien agita el mar de modo que rujan sus olas, el SEÑOR de los Ejércitos es Su nombre. 16 Yo he puesto Mis palabras en tu boca, y Yo te he cubierto en la sombra de Mi mano, para que Yo pueda establecer los cielos, sentar las bases de la Tierra, y decirle a Sion: 'Ustedes son Mi pueblo.' 17 Despierta, despierta, levántate, Jerusalén, tú que has bebido de la mano del SEÑOR del recipiente de Su enojo, tú que has bebido del recipiente, hasta el residuo de la copa del mareo. 18 No hay ninguno entre todos los hijos que a ella le han nacido que la guíe; no hay ninguno entre todos los hijos que ella ha criado que la tome por la mano. 19 Estos dos problemas te sucedieron a tí-¿Quién hará duelo contigo? Desolación y destrucción, y la hambruna y la espada. ¿Quién te consolará? 20 Tus hijos han desmayado; ellos yacen en cada esquina de la calle, como un antílope en una red; ellos están llenos con la ira del SEÑOR, la reprensión de tu Dios. 21 Pero, ahora escucha esto, tú oprimida y ebria, pero no ebria por vino: 22 Tú SEÑOR Dios, tú Dios, quien aboga la causa de su pueblo dice esto: "Mira, yo he tomado la copa del mareo de tu mano, el recipiente, el cual es la copa de Mi enojo, para que tú no bebas de él otra vez." 23 Yo lo pondré en la mano de tus atormentadores, aquellos quienes dijeron a tí: 'Acuéstate, para que podamos caminar sobre tí'; hiciste tu espalda como el suelo y como la calle para que ellos caminaran sobre."

52

1 Despierta, despierta, vístete de tu poder, Sion; ponte tus vestidos hermosos, Jerusalén, ciudad santa; pues nunca más los incircuncisos o los inmundos entrarán. 2 "Sacudate tú del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; quítate la cadena del cuello, cautiva, hija de Sion. 3 Pues esto es lo que el SEÑOR dice: "Tú fuiste vendida por nada, y tú serás redimida sin dinero." 4 Pues esto es lo que dice el SEÑOR Dios: "En el principio Mi pueblo descendió a Egipto para vivir temporeramente; Asiria los había oprimido recientemente. 5 ¿Ahora qué es lo que tengo aquí - esta es declaración del SEÑOR -- viendo que Mi pueblo se lo llevan sin causa? Los que gobernaban sobre ellos se burlaban--esta es declaración del SEÑOR- y Mi nombre es calumniado continuamente todo el día. 6 Por lo tanto, Mi pueblo conocerá Mi nombre, ellos conocerán en aquel día que Yo soy quien dice, "Sí, soy Yo!" 7 Que hermosos son los pies del mensajero sobre las montañas que trae buenas noticias, que anuncia paz, que lleva buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sion, "¡Tu Dios reina!" 8 Escucha, tus centinelas alzan sus voces, juntos gritan con júbilo, porque ellos verán, cada ojo de ellos, el regreso del SEÑOR a Sion. 9 Estallen juntos en un grito de júbilo, ustedes ruinas de Jerusalén; Porque el SEÑOR ha consolado a Su pueblo; El ha redimido a Jerusalén. 10 El SEÑOR ha descubierto Su santo brazo a la vista de todas la naciones; toda la tierra verá la salvación de nuestro Dios. 11 Apártense, apártense, salgan de allí; no toquen nada inmundo: salgan en medio de ella, purifíquense, ustedes que llevan las vasijas de el SEÑOR. 12 Pues ustedes no saldrán en apuro, ni ustedes se irán en un pánico; pues el SEÑOR irá delante de ustedes, y el Dios de Israel será su retaguardia. 13 Mirad, mi siervo actuará sabiamente; él será enaltecido y levantado, y él será exaltado. 14 Cómo muchos se horrorizaron de tí - su apariencia estaba tan desfigurada más que la de cualquier hombre, y su forma ya no parecía como algo humano. 15 Ciertamente, mi siervo rociará muchas naciones y reyes cerrarán sus bocas por causa de Él. Pues lo que no les habían contado, ellos verán, y lo que no habían oído, ellos entenderán.

53

1 ¿Quién ha creído lo que ellos escucharon de nosotros, y a quién el brazo del SEÑOR le ha sido revelado? 2 Pues Él creció ante el SEÑOR como un retoño, y como un brote de tierra seca; Él no tenía notable apariencia o esplendor; cuando Le vimos a Él, no había belleza que nos atrajera. 3 Él fue despreciado y rechazado por gente; un hombre de sufrimientos, y familiarizado con el dolor. Como uno de quien los hombres esconden sus rostros, Él fue despreciado; y nosotros Le consideramos insignificante. 4 Pero seguramente Él ha soportado nuestras enfermedades y cargado nuestros sufrimientos; aún así pensamos que Él estaba siendo castigado por Dios, herido por Dios, y afligido. 5 Pero Él fue traspasado por causa de nuestras acciones rebeldes; Él fue molido por causa nuestros pecados. El castigo de nuestra paz fue sobre Él, y con Sus heridas nosotros somos sanados. 6 Todos nosotros, como ovejas que se han perdido; cada uno de nosotros se desvió por su propio camino, y el SEÑOR ha puesto en Él la iniquidad de todos nosotros. 7 El fue oprimido; a pesar de todo, cuando se humilló a Sí mismo, Él no abrió su boca; como un cordero que es llevado al matadero, y como oveja que antes de ser esquilada está en silencio, así mismo Él no abrió su boca. 8 Por coerción y juicio fue condenado; ¿quién de aquella generación ya no pensó más en Él? Pues Él fue cortado de la tierra de los vivientes; por causa de las ofensas de Mi pueblo la reprimenda fue puesta sobre Él. 9 Ellos colocaron Su tumba con los criminales, con un hombre rico en Su muerte, aunque Él no había hecho violencia, ni había engaño en Su boca. 10 Sin embargo, fue voluntad del SEÑOR aplastarlo y enfermarlo. Cuando haga de Su vida una ofrenda por el pecado, Él verá a Su descendencia, Él prolongará Sus días y el propósito del SEÑOR se logrará a través de Él. 11 Después del sufrimiento de Su vida, Él verá la luz y estará satisfecho por Su conocimiento. Mi siervo justo justificará a muchos; Él cargará sus iniquidades. 12 Por lo tanto, Yo daré Su porción entre las multitudes, y Él dividirá los botines con los muchos, porque se expuso a Sí mismo a muerte y fue contado con los transgresores. El llevó el pecado de muchos e hizo intercesión por los transgresores.

54

1 ''Canta, tú mujer estéril, tú que no has dado a luz; rompe en un cántico jubiloso y grita en alta voz, tú quien nunca has estado de parto. Pues los hijos de la despreciada son más que los hijos de la mujer casada,'' dice el SEÑOR. 2 ''Haz tu carpa más grande y extiende tus cortinas más lejos, abundantemente; alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. 3 Pues tú te esparcirás hacia la derecha y a la izquierda, y tus descendientes conquistarán naciones y restablecerán ciudades desoladas. 4 No temas pues no serás avergonzada, ni te desalientes pues no serás deshonrada; tú olvidarás la vergüenza de tu juventud y la deshonra de tu abandono. 5 Pues tu Creador es tu esposo; el SEÑOR de los Ejércitos es Su nombre. El Santo de Israel es tu Redentor; Él es llamado el Dios de toda la Tierra. 6 Pues el SEÑOR te ha llamado de vuelta como una esposa abandonada y quebrantada de espíritu, como una mujer casada joven y rechazada,'' dice tu Dios. 7 '' Por un tiempo corto Te abandoné, pero con gran compasión te recogeré. 8 En un caudal de ira escondí Mi rostro de tí momentáneamente; pero con pacto eterno de fidelidad tendré misericordia de tí- dice el SEÑOR, Aquel quien te rescata. 9 Pues, esto es como las aguas de Noé para Mí: Juré que las aguas de Noé nunca más pasarán sobre la Tierra, así que, he jurado no estar enojado contigo o reprenderte. 10 Aunque las montañas se derrumben y las colinas tiemblen, aún Mi amor constante no se apartará de tí, ni Mi pacto de paz será trastornado- dice el SEÑOR, quien tiene misericordia de tí. 11 Afligida, atormentada e inconforme, mira, Yo estableceré tu sendero en turquesa y sentaré tus bases con safiro. 12 Yo haré tus pináculos de rubíes y tus puertas de piedras brillantes, y tu pared exterior de piedras preciosas. 13 Luego, todos tus hijos serán enseñados por el SEÑOR; y la paz de tus hijos será absoluta. 14 En justicia Yo te restableceré. Ya tú no experimentarás persecución, pues no tendrás miedo, y nada aterrador se acercará a tí. 15 Mira, si alguien te causa problema, no será de parte Mía; cualquiera quien te cause problema, caerá en derrota. 16 Mira, He creado al herrero, aquel quien sopla los carbones y forja armas como su trabajo, y Yo he creado el destructor para destruir. 17 Ninguna arma que sea forjada contra tí triunfará; y condenarás a todo aquel quien te acuse. Esta es la herencia de los siervos del SEÑOR, y su absolución de Mí- esto es la declaración del SEÑOR.''

55

1 ''¡Vengan, todo aquel que esté sediento, venga a las aguas! ¡Y ustedes quienes no tienen dinero, vengan, compren y coman! Vengan, compren vino y leche sin dinero y sin costo. 2 ¿Por qué pesan plata por lo que no es pan? ¿Y laboran por lo que no satisface? Escúchenme cuidadosamente y coman lo que es bueno, y deléitense en carnosidad. 3 ¡Vuelvan sus oídos y vengan a Mí! ¡Escuchen, tal que puedan vivir! Yo haré un pacto eterno con ustedes; Mi fehaciente, amor fidedigno prometido a David. 4 Miren, Yo le he puesto a él como testigo a las naciones, como un líder y comandante a los pueblos. 5 Mira, tú llamarás a una nación que no conocías; y una nación que no te conocía correrá hacia tí a causa del SEÑOR tu Dios, EL SANTO DE ISRAEL, quien te ha glorificado." 6 Busquen al SEÑOR mientras puede ser hallado; llámenlo mientras está cerca. 7 Que el malvado deje su camino, y el hombre de pecado sus pensamientos. Que regrese al SEÑOR, y Él tendrá piedad de él, y a nuestro Dios, quien lo perdonará abundantemente. 8 Pues Mis pensamientos, no son sus pensamientos, ni sus caminos Mis caminos- esta es la declaración del SEÑOR- 9 porque así como los cielos son más altos que la tierra, así son Mis caminos más altos que sus caminos, y Mis pensamientos más que sus pensamientos. 10 Pues como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no regresan allá hasta que no saturan la tierra y la hacen producir y brotar y dar semilla al agricultor que siembra y pan al que come, 11 así será también Mi palabra que sale de Mi boca: no retornará a Mí vana, pero sí cumplirá lo que Yo deseo, y tendrá éxito para la cual Yo la he enviado. 12 Pues irán con alegría y serán conducidos juntos pacíficamente; las montañas y las colinas romperán en gritos de júbilo ante ustedes, y todos los árboles de los campos aplaudirán sus manos. 13 En lugar de los arbustos de espinos, los cipreses crecerán; y en lugar de las zarzas, el árbol de mirto crecerá, y esto será para el SEÑOR, por Su nombre, como una señal eterna que no será cortada.''

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1 Esto es lo que el SEÑOR dice: "Observa lo que es correcto, haz lo que es justo; pues mi salvación está cerca, y mi justicia está a punto de ser revelada. 2 Bendito es el hombre que hace ésto, y quien se aferra a ello. Él observa el Día de Reposo, no lo profana, y mantiene su mano de hacer cualquier mal." 3 No permitan que el extranjero, quien se ha vuelto un seguidor del SEÑOR diga: "El SEÑOR ciertamente me excluirá de Su pueblo." El eunuco no debe decir: "Vean, yo soy un árbol seco." 4 Pues esto es lo que el SEÑOR dice: "A los eunucos que observan mis Días de Reposo y escogen lo que Me agrada, y retienen firmemente Mi pacto, 5 para ellos Yo colocaré en Mi casa y dentro de Mis murallas un destacamiento que es mejor que tener hijos e hijas. Yo les daré un destacamiento eterno que nunca será cortado. 6 También a los extranjeros que se unen a sí mismos al SEÑOR, para servirle, y a quienes aman el nombre del SEÑOR, para adorarlo, todo aquel que observa el Día del Reposo y quien se guarda de profanarlo, y quien se aferre firmemente a Mi pacto, 7 Yo los traeré a Mi monte santo y los haré jubilosos en Mi casa de oración; sus ofrendas quemadas y sus sacrificios serán aceptados en Mi altar. Pues Mi casa será llamada una casa de oración para todas la naciones, 8 esta es la declaración del Señor Dios, quien recoge a los marginados de Israel, Yo todavía recogeré a otros además de ellos." 9 ¡Todos ustedes bestias salvajes del campo, vengan y devoren, todos ustedes bestias en el bosque! 10 Todos sus vigilantes están ciegos, ellos no entienden. Ellos son todos perros mudos que no ladran. Ellos sueñan, y acostados, aman dormir. 11 Los perros tienen grandes apetitos; ellos nunca pueden tener suficiente; ellos son pastores sin discernimiento; ellos se han vuelto a sus propios caminos, cada uno codicioso por ganancia injusta. 12 "Vengan", ellos dicen, "bebamos vino y licor. Mañana será como hoy, un día grandioso sin medida."

57

1 El justo perece, pero nadie lo considera, y el pueblo de fidelidad al pacto es arrebatado, pero nadie entiende que el justo es arrebatado del mal. 2 Él entra en paz; ellos descansan en sus camas, aquellos que caminan en su rectitud. 3 Pero vengan aquí, ustedes hijos de la hechicera, hijos de la adúltera y de la mujer que se ha prostituido a sí misma. 4 ¿De quién ustedes se mofan alborozamente? ¿En contra de quién están abriendo la boca y sacando la lengua? ¿No son ustedes hijos de rebelión, hijos de mentira? 5 Se enardecen ustedes mismos durmiendo juntos debajo de robles, debajo de cada árbol verde, ustedes quienes matan a sus hijos en los cauces secos del río, debajo de las hendiduras de las peñas. 6 Entre los fluentes del valle del río están las cosas que han sido atribuidas a ustedes. Ellas son el objeto de su devoción. Ustedes derraman su bebida ofreciéndoles a ellos y levantan un grano ofrecido. ¿En estas cosas debo tomar placer? 7 Ustedes prepararon su lecho en una alta montaña; ustedes también fueron allá arriba para ofrecer sacrificios. 8 Detrás de la puerta y del umbral ustedes colocaron sus símbolos; ustedes me abandonaron, se desnudaron, y subieron; hicieron su lecho amplio. Hicieron un pacto con ellos; amaron sus lechos; ustedes vieron sus partes privadas. 9 Acudieron a Moloc con óleo; y muchos perfumes. Enviaron sus embajadores muy lejos; ustedes descendieron al Seol. 10 Estaban cansados de su largo viaje, pero ustedes nunca dijeron: "Es funesto." Ustedes encontraron vida en su mano; por lo tanto, ustedes no se debilitaron. 11 "¿Por quién están preocupados? ¿A quién ustedes temen tanto que ha causado que actúen tan engañosamente, tanto que ustedes no me recuerdan o piensan en Mí? Porque Yo estuve en silencio por tanto tiempo, ya ustedes no Me tienen miedo. 12 Yo proclamaré todos sus actos rectos y diré a todos lo que han hecho, pero ellos no te ayudarán. 13 Cuando ustedes griten, que la colección de sus ídolos los rescaten. En lugar de eso el viento los llevará lejos, un aliento los llevará a todos lejos. Aun así quien toma refugio en Mí heredará la tierra y tomará posesión de Mi santo monte. 14 El dirá: '¡Construyan, construyan! ¡Despejen el camino! ¡Remuevan todas las rocas tropezaderas del camino de Mi pueblo!" 15 Pues esto es lo que el Alto y Sublime dice, Quien vive eternamente, cuyo nombre es Santo: "Yo vivo en el eminente y santo lugar, con el quien es de espíritu quebrantado y humilde, para revivir el espíritu de los humildes, y revivir el corazón de los contritos. 16 Pues Yo no acusaré para siempre, tampoco estaré enojado por siempre, porque entonces el espíritu del hombre desmayaría delante de Mí, las vidas que Yo he hecho. 17 Debido al pecado de su violenta ganancia, Yo estaba enojado, y Yo lo castigué; Yo escondí mi rostro y estaba enojado, pero él retrocedió en el camino de su corazón. 18 Yo he visto su camino, pero Yo lo sanaré. Yo lo guiaré y lo aliviaré y consolaré aquellos quienes se lamentan por él, 19 y Yo crearé el fruto de los labios. Paz, paz, a aquellos quienes están lejanos y aquellos que están cerca- dice El SEÑOR- Yo los sanaré. 20 Pero los malvados son como el mar ondulado, el cual no puede reposar, y cuyas aguas revuelven fango y lodo. 21 No hay paz para el malvado- dice Dios."

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1 "Clama en alta voz; no te contengas. Levanta tu voz como trompeta. Confronta a Mi pueblo con su rebelión, y a la casa de Jacob con sus pecados. 2 Aún me buscan diariamente y se deleitan en el conocimiento de mis caminos, como una nación que practicó justicia y no abandonó la ley de su Dios. Me piden juicios justos; ellos se complacen con el pensamiento de que Dios se acerca. 3 '¿Por qué hemos ayunado?' dicen ellos, '¿Pero Tú no lo ves? ¿Por qué nos hemos humillado, pero no Te das cuenta?' Mirad, en el día de su ayuno encuentran su propio placer y oprimen a todos sus trabajadores. 4 Mirad, ustedes ayunan para pleitar y pelear, y para golpear con su puño de iniquidad; ustedes no ayunan hoy para que sus voces sean escuchadas arriba. 5 ¿Es éste verdaderamente el tipo de ayuno que Yo quisiera: Un día para que cualquiera se humille a sí mismo, para que incline su cabeza como un junco, y para esparcir silicio y cenizas debajo de sí mismo? ¿De verdad llaman a esto un ayuno, un día que agrada al SEÑOR? 6 ¿No es éste el ayuno que Yo elijo: Para soltar ligaduras de perversidad, para deshacer las cuerdas del yugo, para liberar a los oprimidos, y para romper todo yugo? 7 ¿No es para partir su pan con los hambrientos y para traer a los pobres y sin hogar a su casa?" Cuando vean a alguien desnudo, deberían vestirlo; y no deberían esconderse de sus propios familiares. 8 Entonces su luz amanecerá como la salida del sol y su sanidad brotará rápidamente; su justicia irá delante de ustedes, y la gloria del SEÑOR será su retaguardia. 9 Entonces llamarían, y el SEÑOR contestaría; gritarían por ayuda, y Él diría: "Aquí estoy." Si quitan de entre ustedes el yugo, el dedo acusador, y el lenguaje de maldad, 10 si ustedes mismos proveen para los hambrientos y satisfacen la necesidad de los afligidos; entonces su luz se levantará en la oscuridad, y su oscuridad será como el mediodía. 11 Entonces el SEÑOR los guiará continuamente y los saciará en regiones donde no hay agua, y El fortalecerá sus huesos. Ustedes serán como un jardín regado, y como un manantial de agua, cuyas aguas nunca faltan. 12 Algunos de ustedes reconstruirán las ruinas antiguas; ustedes levantarán las ruinas de muchas generaciones; serán llamados "Los reparadores de la muralla", "Los restauradores de las calles para vivir." 13 Supongamos que apartan sus pies de viajar en el Día de Reposo, y de hacer los que les plazca en Mi día santo. Supongamos que llaman el Día de Reposo un deleite, y que llaman los asuntos del SEÑOR santos y honrados. Supongamos que honran el Día de Reposo dejando su propio negocio, y no buscando su propios placeres, y no hablando sus propias palabras. 14 "Entonces hallarán deleite en el SEÑOR; y Yo les haré andar por las alturas de la tierra; Yo les alimentaré de la herencia de Jacob su padre, pues la boca del SEÑOR ha hablado."

59

1 Mirad, la mano del SEÑOR no es tan corta que no pueda salvar; ni su oído tan sordo que no pueda oir. 2 Sus actos pecaminosos, por el contrario, los han separado de su Dios, y sus pecados Le ha hecho esconder Su rostro de ustedes y de escucharlos. 3 Pues, sus manos están manchadas con sangre y sus dedos con pecado. Sus labios hablan mentiras y su lengua habla maliciosamente. 4 Nadie llama la justicia, y nadie aboga su causa en la verdad. Ellos confían en palabras huecas, y dicen mentiras; ellos conciben malicia y dan a luz pecado. 5 Ellos incuban huevos de serpientes venenosas y tejen una tela de araña. Quien sea que coma de sus huevos muere, y si un huevo es quebrado, sale del cascarón una serviente venenosa. 6 Sus telas no pueden ser utilizadas para vestidos, ni pueden cubrirse a sí mismos con sus obras. Sus obras son obras de pecado, y acciones de violencia están en sus manos. 7 Sus pies corren a lo malo, y ellos corren para derramar sangre inocente. Sus pensamientos son pensamientos de pecado; violencia y destrucción son sus vías. 8 Ellos no conocen el camino de paz, y no hay justica en sus sendas. Ellos han hecho sendas torcidas; quien sea que viaje por estas sendas no conoce la paz. 9 Por lo tanto, la justica está lejos de nosotros, ni la rectitud nos alcanza. Nosotros esperamos por luz, pero vemos oscuridad; buscamos por claridad, pero caminamos en oscuridad. 10 Nosotros tanteamos por la pared como los ciegos, como aquellos quienes no pueden ver. Nosotros tropezamos al medio día como en el ocaso; entre los fuertes nosotros somos como hombres muertos. 11 Nosotros gruñimos como osos y gemimos como palomas; nosotros esperamos por justicia, pero no hay ninguna, por rescate, pero está lejos de nosotros. 12 Pues, nuestras muchas transgresiones están delante de Tí, y nuestros pecados testifican contra nosotros; pues, nuestras transgresiones están con nosotros, y conocemos nuestros pecados. 13 Nosotros nos hemos rebelado, negando al SEÑOR y apartándonos de seguir a nuestro Dios. Nosotros hemos hablado extorsión y apartado, concibiendo quejas del corazón y palabras de mentira. 14 La justica es vuelta atrás, y la rectitud se mantiene lejana; pues, la verdad tropieza en la plaza pública, y lo correcto no puede venir. 15 La integridad se ha ido lejos, y aquel quien se aparta de la maldad se hace a sí mismo una víctima. El SEÑOR lo vió y estaba disgustado de que no había justicia. 16 Él vió que no había ningún hombre, y se preguntó que no había nadie para intervenir. Por lo tanto, Su propio brazo trajo salvación para él, y Su rectitud lo sostuvo. 17 Él puso Su rectitud como coraza y casco de salvación sobre su cabeza. Él se vistió a sí mismo con vestidos de venganza y llevaba celo como un manto. 18 Él les retribuyó por lo que habían hecho, juicio de furor a sus adversarios, venganza para sus enemigos, a las islas, castigo como su recompensa. 19 temerán al nombre del SEÑOR desde el oeste, y Su gloria desde la salida del sol; pues Él vendrá como una corriente arrasadora, impulsada por el aliento de Dios. 20 "Un Redentor vendrá a Sion y a aquellos quienes se vuelvan de sus obras rebeldes en Jacob-- esta es la declaración del SEÑOR. 21 En cuanto a Mí, éste es Mi pacto con ellos-- dice el SEÑOR-- Mi Espíritu quien está sobre ustedes, y Mis palabras, las cuales he puesto en su boca, no dejarán su boca, o se irán de la boca de sus hijos, o se irán de la boca de los hijos de sus hijos-- dice el SEÑOR-- desde este tiempo y para siempre."

60

1 Lévantate, resplandece; porque tu luz ha llegado, y la gloria del SEÑOR se ha levantado sobre tí. 2 Aunque la oscuridad cubrirá la tierra, y una densa oscuridad a las naciones; aun así el SEÑOR se levantará sobre tí, y Su gloria se verá en tí. 3 Naciones vendrán a tu luz, y reyes a tu brillante luz que se está levantando. 4 Mira alrededor y ve. Todos ellos se reúnen y vienen a tí. Tus hijos vendrán desde lejos, y tus hijas serán cargadas en los brazos de éstos. 5 Entonces tú mirarás y serás radiante, y tu corazón se regocijará y se desbordará, porque la abundancia del mar será derramada sobre tí, la riqueza de las naciones vendrá a tí. 6 Caravanas de camellos te cubrirán, los dromedarios de Madián y Efa; todos ellos vendrán desde Seba; ellos traerán oro e incienso, y cantarán las alabanzas del SEÑOR. 7 Todos los rebaños de Cedar serán reunidos ante tí, los carneros de Nebayot atenderán tus necesidades; ellos serán ofrendas aceptables en Mi altar; y Yo glorificaré mi gloriosa casa. 8 ¿Quiénes son éstos que vuelan como una nube, y como las palomas a sus refugios? 9 Las tierras costeras Me buscan, y los barcos de Tarsis son los primeros, en traer a tus hijos desde lejos, su plata y su oro con ellos, por el nombre del SEÑOR tu Dios, y por el Santo de Israel, porque Él los ha honrado a ustedes. 10 Hijos de extranjeros reconstruirán tus paredes, y sus reyes te servirán; aunque en Mi ira Yo te castigué, aun así en mi favor Yo tendré misericordia de tí. 11 Tus puertas también se mantendrán abiertas continuamente; ellas no serán cerradas día o noche, para que la riqueza de las naciones pueda ser traída, con sus reyes dirigiéndoles. 12 En efecto, naciones y reinos que no te sirvan perecerán; esas naciones serán completamente destruidas. 13 La gloria del Líbano vendrá a tí, el árbol de ciprés, el conífero, y el árbol de caja de ciprés a una, para embellecer Mi santuario; y Yo glorificaré el lugar de Mis pies. 14 Ellos vendrán a tí para inclinarse, los hijos de aquellos quienes te humillaron; ellos se inclinarán a tus pies; ellos te llamarán la Cuidad del SEÑOR, Sion del Santo de Israel. 15 En lugar de permanecer abandonada y odiada, con nadie que pase a través de tí, Yo haré de tí una cosa de orgullo para siempre, un gozo de generación en generación. 16 Tú también beberás la leche de las naciones, y mamarás del seno de reyes; tú sabrás que Yo, el SEÑOR, soy tu Salvador y tu Redentor, el Poderoso de Jacob. 17 En lugar de bronce Yo traeré oro, en lugar de hierro Yo traeré plata; en lugar de madera, bronce, y en lugar de piedras, hierro. Yo nombraré la paz como tus gobernantes, y la justicia tus soberanos. 18 La violencia ya no se oirá más en tu tierra, o devastación ni destrucción dentro de tus fronteras; pues tú llamarás a tus paredes Salvación, y a tus puertas Alabanza. 19 El sol ya no será tu luz de día, ni el resplandor de la luna brillará sobre tí; sino que el SEÑOR será tu Luz eterna, y tu Dios tu gloria. 20 Tu sol ya no se pondrá, ni tu luna se retirará y desaparecerá; porque el SEÑOR será tu Luz eterna, y los días de tu llanto se terminarán. 21 Toda tu gente será justa; ellas tomarán posesión de la tierra durante todo tiempo, la rama de mi plantación, la obra de mis manos, para que Yo sea glorificado. 22 El pequeño se convertirá en mil, y el menos una nación fuerte, Yo, el SEÑOR, realizaré rápidamente estas cosas cuando el tiempo venga.

61

1 El Espíritu del Señor Dios está sobre Mí, porque el SEÑOR Me ha ungido para proclamar buenas noticias a los afligidos. Él Me ha enviado a sanar a los de corazón roto, a proclamar libertad a los cautivos, y la abertura de la prisión a aquellos quienes están confinados. 2 Él me ha enviado a proclamar el año del favor del SEÑOR, el día de venganza de nuestro Dios, y a consolar a todos los que lloran. 3 Él me ha enviado, a dar a aquellos quienes lloran en Sion, darles un turbante en lugar de cenizas, óleo de gozo en lugar de llanto, un manto de alabanza en lugar de un espíritu fatuo, para llamarlos robles de justicia, la plantación del SEÑOR, para que Él sea glorificado. 4 Ellos reconstruirán las ruinas antiguas; ellos restaurarán las desolaciones de antaño. Ellos restaurarán las cuidades arruinadas, las desolaciones de muchas generaciones de antaño. 5 Extranjeros se levantarán y alimentarán tus rebaños, e hijos de extranjeros trabajarán tus campos y viñedos. 6 Ustedes serán llamados los sacerdotes del SEÑOR; ellos los llamarán a ustedes siervos de nuestro Dios. Ustedes comerán las riquezas de las naciones, y ustedes se jactarán en sus riquezas. 7 En lugar de tu vergüenza, tú tendrás doble; y en lugar de deshonra, ellos se regocijarán por su parte. Así que, ellos tendrán una doble parte de su tierra; gozo eterno serán suyos. 8 Pues Yo, el SEÑOR, amo la justicia, y Yo odio el robo y la injusticia violenta. Yo fielmente les reciprocaré, y Yo haré un pacto eterno con ellos. 9 Sus descendientes serán conocidos entre las naciones, y su hijos entre los pueblos. Todos quienes los vieron, los reconocerán, que ellos son el pueblo a quien el SEÑOR ha bendecido. 10 Yo grandemente me regocijaré en el SEÑOR; en mi Dios yo estaré muy contento. Pues, Él me ha vestido con las vestiduras de salvación; Él me ha vestido con la túnica de justicia, como a un novio que se adorna a sí mismo con un turbante, y como a una novia que se adorna a sí misma con sus joyas. 11 Pues, así como la tierra produce sus plantas que brotan, y como el jardín hace a su plantación crecer, así el Señor Dios causará justicia y alabanza brotar frente a todas las naciones.

62

1 Por amor a Sion no estaré en silencio, y por el bien de Jerusalén no estaré callado, hasta que su justicia avance brillantemente y su salvación como antorcha encendida. 2 Las naciones verán su justicia, y todos los reyes su gloria. Serán llamados con nuevo nombre, el cual el SEÑOR escogerá. 3 También serás una corona de belleza en las manos del SEÑOR, y un turbante de dignidad real en la mano de tu Dios. 4 Ya no se dirá de tí "Abandonada"; ni de tu tierra se dirá más "Desolada." En efecto, serás llamada "Mi deleite está en ella" y tu tierra "Desposada," porque el SEÑOR se deleita en tí, y tu tierra será desposada. 5 Ciertamente, como un joven desposa a una joven, así tus hijos se deposarán contigo, y así como el novio se regocija con su novia, tu Dios se regocijará en tí. 6 He puesto guardias en los muros de Jerusalén; no estarán en silencio día o noche. Ustedes quienes siguen recordándole al SEÑOR no pausen. 7 No permitan que Él descanse hasta que Él restablezca Jerusalén y la haga una alabanza en la tierra. 8 El SEÑOR juró con Su mano derecha y la fuerza de Su brazo: "Seguramente no daré sus granos como alimento a sus enemigos. Los forasteros no beberán tu vino nuevo, por el cual ustedes han trabajado. 9 Pues aquellos quienes cosechan el grano, lo comerán, y alabarán al SEÑOR, y aquellos quienes recojen las uvas, beberán el vino en las cortes de Mi santo santuario". 10 ¡Vengan, vengan a las puertas! ¡Preparen el camino para el pueblo! ¡Construyan, construyan el camino! ¡Junten las piedras! ¡Levanten una bandera como señal para las naciones! 11 Ved, El SEÑOR anuncia a los confines de la tierra: "Digan la hija de Sion: ¡Ved, tu Salvador viene! Vean, su recompensa está con Él, y su recompensa le antecederá". 12 Ellos te llamarán: "La gente santa; los redimidos del SEÑOR," y serás llamada "Deseada; una ciudad no abandonada."

63

1 ¿Quién es Éste que viene de Edom, vestido de rojo desde Bosra? ¿Quién es Él en ropas reales, marchando confiadamente por causa de Su gran fuerza? Este soy Yo, hablando justicia y poderosamente capaz de salvar. 2 ¿Por qué son Tus ropas rojas, y por qué parece que haz estado pisando uvas en un lagar? 3 Yo solo He pisado uvas en el lagar, y ninguna de las naciones se ha unido a Mí. Yo las pisé en Mi enojo y pisoteé en Mi furia. Su sangre salpicó en Mis ropas y manchó todos Mis vestidos. 4 Pues Yo esperaba el día de la venganza, y el año de Mi redención ha llegado. 5 Yo miré, y allí no había nadie para ayudar. Yo me preguntaba que no había nadie para ayudar, pero Mi propio brazo Me trajo la victoria a Mí, y Mi fuerte furia me impulsó. 6 Yo pisoteé las gentes en mi enojo y las embriagué en Mi ira, y derramé su sangre en la tierra. 7 Yo hablaré de los hechos de fidelidad de pacto de El SEÑOR, las obras dignas de alabanza de El SEÑOR. Yo hablaré de todo lo que El SEÑOR ha hecho por nosotros, y de Su gran bondad a la casa de Israel. Esta compasión que Él nos ha mostrado por causa de Su misericordia, y con muchas obras de fidelidad de pacto. 8 Pues Él dijo: "Ciertamente ellos son Mi pueblo, niños que no son desleales.'' Él se convirtió en su Salvador. 9 A través de todo el sufrimiento de ellos, Él sufrió también, y el ángel de Su presencia los salvó. En Su amor y misericordia Él los salvó, y Él los levantó y los llevó a través de los todos los tiempos antiguos. 10 Pero ellos se rebelaron y entristecieron Su Espíritu Santo. Así que Él se volvió su enemigo y peleó contra ellos. 11 Su pueblo pensó acerca de los tiempos antiguos de Moisés. Ellos dijeron: ''¿Dónde está Dios, Quien los sacó del mar con los pastores de Su rebaño? ¿Dónde está Dios, Quien puso su Espíritu Santo entre ellos? 12 ¿Dónde está Dios, Quien hizo Su glorioso poder ir con la mano derecha de Moisés, y dividió el agua ante ellos, para hacerse un eterno nombre para Sí mismo? 13 ¿Dónde está Dios, Quien los guió por las aguas profundas? Como un caballo corriendo en tierra llana, ellos no tropezaron. 14 Como el ganado que desciende al valle, el Espíritu de el SEÑOR les dio reposo. Así Tú guíaste a Tu pueblo, para hacerte a Tí mismo un nombre de alabanza. 15 Mira abajo desde el cielo y presta atención desde Tu santa y gloriosa habitación. ¿Dónde está Tu celo y Tus actos poderosos? Tu misericordia y Tus actos compasivos son alejados de nosotros. 16 Pues Tú eres nuestro Padre, aunque Abraham no nos conoce, e Israel no nos reconoce, Tú, SEÑOR, eres nuestro Padre. 'Nuestro Redentor' ha sido tu nombre desde tiempos antiguos. 17 SEÑOR, ¿por qué nos haces deambular de Tus caminos y endurecer nuestros corazones, tal que nosotros no te obedezcamos? Regresa por el bien de tus siervos, las tribus de tu herencia. 18 Tu pueblo poseyó Tu santo lugar por un corto tiempo, pero luego nuestros enemigos lo pisotearon. 19 Nosotros nos hemos vuelto como aquellos sobre quienes Tú nunca gobernaste, como aquellos quienes nunca fueron llamados por Tu nombre.''

64

1 "¡Oh, si hubieras abierto los cielos y descendido! Las montañas hubieran temblado a Tu presencia, 2 como cuando el fuego enciende la maleza, o el fuego hace que el agua hierva. ¡Oh, que Tu nombre sea conocido por Tus adversarios, que las naciones tiemblen a Tu presencia! 3 Previamente, cuanto Tú hiciste cosas maravillosas que nosotros no habíamos esperado, Tú descendías, y las montañas temblaban a Tu presencia. 4 Desde tiempos antiguos nadie ha oído o percibido, ni ojo ha visto a ningún Dios aparte de Tí, Quien hace cosas por aquel quien espera por Él. 5 Tú vienes a ayudar a aquellos quienes se regocijan en hacer lo que es correcto, aquellos quienes recuerdan Tus caminos y los obedecen. Tú te enojaste cuando nosotros pecamos. En Tus caminos nosotros siempre seremos rescatados. 6 Pues, todos nosotros hemos llegado a ser como alguien que es inmundo, y todas nuestras obras justas son como un paño menstrual. Todos nosotros nos hemos marchitado como hojas; nuestras iniquidades, como el viento, nos llevan lejos. 7 No hay nadie quien invoque Tu nombre, quien haga un esfuerzo para asirse de Tí. Pues Tú has escondido Tu cara de nosotros y nos has hecho consumir en la mano de nuestras iniquidades. 8 Sin embargo, SEÑOR, Tú eres nuestro padre; nosotros somos el barro. Tú eres nuestro alfarero; y todos nosotros somos la obra de Tus manos. 9 No estés tan enojado, SEÑOR, ni nos recuerdes siempre nuestros pecados. Por favor, míranos a todos, Tú pueblo. 10 Tus ciudades santas se han convertido un desierto; Sion se ha convertido un desierto, Jerusalén una desolación. 11 Nuestro santo y hermoso templo, donde nuestros padres Te alababan, ha sido destruido por el fuego, y todo lo que era tan querido para nosotros está en ruinas. 12 ¿Cómo puedes Tú aún contenerte, SEÑOR? ¿Cómo puedes Tú permanecer en silencio y continuar humillándonos?"

65

1 "Yo estaba preparado para ser buscado por aquellos que no preguntaron; Yo estaba preparado para ser encontrado por aquellos que no buscaron. Yo dije: '¡Estoy aquí! ¡Estoy aquí!' a una nación que no llamó mi Nombre. 2 ¡Yo he extendido Mis manos todo el día a un pueblo obstinado, quien camina en una manera que no es buena, quien ha caminado tras sus propios pensamientos y planes! 3 Ellos son un pueblo que contínuamente me ofenden, ofrendando sacrificios en jardines, y quemando incienso en bloques de ladrillos. 4 Ellos se sientan entre las tumbas y se mantienen velando toda la noche, y comen cerdo con caldo de carne asquerosa en sus platos. 5 Ellos dicen: 'Aléjate, y no vengas cerca de mí, porque yo soy más santo que Tú.' Estas cosas son humo a Mi nariz, un fuego que Me quema todo el día. 6 Mirad, está escrito delante de Mí: Yo no me quedaré callado, pues Yo me vengaré; Yo les reciprocaré en su regazo, 7 debido a sus pecados y los pecados de sus padres juntos," dice SEÑOR. "Yo les reciprocaré por sus quemas de incienso en las montañas y por burlarse de Mí en las colinas. Por lo tanto, Yo mediré sus acciones pasadas en sus regazos." 8 Esto es lo que El SEÑOR dice: "Como cuando el jugo es encontrado en un racimo de uvas, cuando uno dice: 'No lo arruines, porque hay bien en éste,' Esto es lo que Yo voy a hacer por el bien de mis sirvientes: Yo no los arruinaré a todos. 9 Yo traeré descendientes de Jacob, y de Judá unos que poseerán Mis montañas. Mis escogidos poseerán la tierra, y mis sirvientes vivirán allí. 10 Sarón se convertirá en pastos para bandadas, y el Valle de Acor un lugar de reposo para mis rebaños, para Mi pueblo quien me busca. 11 Pero ustedes quienes abandonaron al SEÑOR, quienes olvidaron Mi santo monte, quienes prepararon una mesa para el dios Fortuna, y llenaron copas de vino mezclado para el dios llamado Destino. 12 Yo los destinaré a la espada, y ustedes se inclinarán al sacrificio, porque cuando Yo llamé, ustedes no contestaron; cuando yo hablé, ustedes no escucharon. Pero ustedes hicieron lo malo a mi vista y escogieron hacer lo que Me desagrada." 13 Esto es lo que El SEÑOR Dios dice: "Mirad, mis sirvientes comerán, pero ustedes tendrán hambre; mirad, mis sirvientes beberán, pero ustedes tendrán sed; mirad, mis sirvientes se regocijarán, pero ustedes serán puestos en vergüenza. 14 Mirad, mis sirvientes gritarán con gozo por la alegría de corazón, pero ustedes llorarán por el dolor de su corazón, y gemirán bebido al crujir de su espíritu. 15 Ustedes dejarán atrás su nombre como una maldición para que Mis escogidos digan; Yo, el SEÑOR Dios, los mataré; Yo llamaré Mis sirvientes por otro nombre. 16 Cualquiera que pronuncie una bendición en la tierra será bendita por Mí, el Dios de verdad. Cualquiera que jurare en la tierra jurará por Mí, el Dios de verdad, porque las molestias de antaño serán olvidadas, pues éstas serán encubiertas de Mis ojos. 17 Pues vean, Yo estoy a punto de crear cielos nuevos y una tierra nueva; y las cosas de antaño no serán recordadas o traídas a mente. 18 Pero ustedes estarán alegres y regocijados para siempre en lo que Yo estoy a punto de crear. Mirad, Yo estoy a punto de crear a Jerusalén como un gozo, y su pueblo como un deleite. 19 Yo Me regocijaré sobre Jerusalén y estaré alegre sobre Mi pueblo; llanto y gemido de angustia no será más oído en ella. 20 Nunca más un infante vivirá allí sólo unos pocos días; ni un hombre anciano morirá antes de su tiempo. Uno quien muera de cien años será considerado una persona joven. Cualquiera quien no alcance la edad de cien años será considerado maldito. 21 Ellos edificarán casas y las habitarán, y ellos plantarán viñedos y comerán su fruto. 22 Nunca más edificarán una casa y otro vivirá en ésta; ellos no plantarán, y otros comerán; pues como el día de los árboles serán los días de Mi pueblo. Mis escogidos plenamente perdurará el trabajo de sus manos. 23 Ellos no trabajarán en vano, ni darán a luz en desaliento. Pues ellos son los hijos de aquellos bendecidos por El SEÑOR, y sus descendientes con ellos. 24 Antes que ellos llamen, Yo contestaré; y mientras ellos aún estén hablando, Yo escuharé. 25 El lobo y la oveja apacentarán juntos, y el león comerá paja como el buey; pero el polvo será el bocado de la serpiente. Ellos ya no herirán ni destruirán en todo Mi santo monte," dice El SEÑOR.

66

1 Esto es lo que el SEÑOR dice: "El cielo es Mi trono, y la tierra es Mi banquillo para pies. ¿Dónde está, entonces, la casa que ustedes construirán para Mí? ¿Dónde está el lugar donde Yo pueda descansar? 2 Mi mano ha hecho todas estas cosas; así es cómo estas cosas llegaron a ser, esta es la declaración del SEÑOR. Este es el hombre a quien Yo apruebo, el quebrantado y contrito de espíritu, y que tiembla ante Mi palabra. 3 El que masacra un buey también asesina un hombre; el que sacrifica un cordero también quiebra el cuello de un perro; el que ofrece una ofrenda de grano ofrece sangre de cerdo; el que ofrece un memorial de incienso también honra la maldad. Ellos han escogido sus propios caminos, y ellos se placen en sus abominaciones. 4 De la misma manera Yo escogeré su propio castigo; Yo traeré sobre ellos lo que ellos temen, porque cuando Yo llamé, nadie respondió; cuando Yo hablé, nadie escuchó. Ellos hicieron lo que era malo a Mi vista, y escogieron hacer lo que Me desagrada." 5 Oigan la palabra del SEÑOR, ustedes que tiemblan ante Su palabra: "Sus hermanos que los odian y los excluyen por amor a Mi nombre han dicho: 'Sea el SEÑOR glorificado, entonces veremos su gozo,' pero ellos serán puestos en vergüenza. 6 Un sonido de tumulto de batalla viene de la ciudad, un sonido desde el templo, el sonido del SEÑOR vengando Sus enemigos. 7 Antes de ponerse de parto, ella da a luz; antes de que el dolor le alcance, ella dio a luz un hijo. 8 ¿Quién ha escuchado tal cosa? ¿Quién ha visto tales cosas? ¿Nacerá una tierra en un día? ¿Puede una nación ser establecida en un momento? Sin embargo, tan pronto Sion se pone de parto, ella da a luz sus hijos. 9 ¿Traigo Yo un bebé a la apertura de nacimiento y no permito que nazca el niño? pregunta el SEÑOR. ¿O traigo un niño al momento de alumbramiento y entonces lo detengo? pregunta tu Dios. 10 ¡Regocíjense con Jerusalén y estén alegres por ella, todos ustedes que la aman; regocíjense con ella, todos ustedes que lamentaron sobre ella! 11 Porque ustedes lactarán y serán satisfechos; con sus senos ustedes serán consolados; pues ustedes beberán de ellos hasta la saciedad y se deleitarán con la abundancia de su gloria. 12 Esto es lo que el SEÑOR dice: "Yo estoy a punto de propagar la prosperidad sobre ella como un río, y las riquezas de las naciones como un arroyo desbordado. Ustedes lactarán al lado de ella, serán llevados en sus brazos, y saltarán sobre sus rodillas. 13 Así como una madre consuela a su hijo, así Yo los consolaré, y ustedes serán consolados en Jerusalén. 14 Ustedes verán esto, y su corazón se regocijará, y sus huesos brotarán como hierba tierna. La mano del SEÑOR se dará a conocer a Sus siervos, pero Él mostrará Su enojo contra Sus enemigos. 15 Pues mirad, el SEÑOR viene con fuego, y Sus carruajes vienen como la tormenta de viento para traer el calor de Su enojo y Su reprensión con llamas de fuego. 16 Porque el SEÑOR ejecuta el juicio sobre la humanidad con fuego y con Su espada. Aquellos asesinados por el SEÑOR serán muchos. 17 Ellos se consagran a sí mismos y se hacen a sí mismos puros, tal que ellos puedan entrar a los jardines, siguiendo a quien está en medio de aquellos que comen la carne de cerdo y cosas abominables como ratones." Ellos vendrán a un final, esta es la declaración del SEÑOR. 18 Pues Yo conozco sus hechos y sus pensamientos. El tiempo viene cuando Yo reuniré a todas las naciones y lenguas. Ellas vendrán y verán Mi gloria. 19 Yo pondré una poderosa señal entre ellas. Entonces Yo enviaré sobrevivientes de ellos a las naciones: a Tarsis, Fut, y Lud, arqueros quienes tensan sus arcos, a Tubal, Javán, y a las tierras costeras distantes donde ellos no han escuchado de Mí ni han visto Mi gloria. Ellos proclamarán Mi gloria entre las naciones. 20 Ellos traerán de vuelta a todos sus hermanos de entre todas las naciones, como ofrenda al SEÑOR. Ellos vendrán a caballo, y en carruajes, en carretas, en mulas, y en camellos, a Mi monte santo Jerusalén, dice el SEÑOR. Pues el pueblo de Israel traerá una ofrenda de grano en una vasija limpia a la casa del SEÑOR. 21 A algunos de éstos, incluso los escogeré como sacerdotes y levitas, dice el SEÑOR. 22 Porque de la misma manera en que los cielos nuevos y la tierra nueva que Yo haré permanecerán delante de Mí, esta es la declaración del SEÑOR, así permanecerán sus descendientes, y su nombre permanecerá. 23 De un mes al próximo, y de un día de reposo al próximo, toda gente vendrá a inclinarse ante Mí, dice el SEÑOR. 24 Ellos saldrán y verán los cuerpos muertos de los hombres que se han rebelado contra Mí, porque los gusanos que los comen no morirán, y el fuego que los consume no será apagado, y será una abominación a toda carne."

Jeremías
Jeremías
1

1 Estas son las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, uno de los sacerdotes en Anatot en la tierra de Benjamín. 2 La palabra de Jehová vino a él en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá, en el año décimotercero de su reinado. 3 También vino en los días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, hasta el quinto mes del año undécimo de Sedequías, hijo de Josías, rey de Judá, cuando el pueblo de Jerusalén fue tomado como prisionero. 4 La palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 5 "Antes que Yo te formara en la matriz, Yo te escogí; antes que salieras de la matriz Yo te aparté; Yo te hice un profeta a las naciones." 6 ¡Oh, SEÑOR Jehová!" Yo dije: "Yo no sé cómo hablar, pues yo soy muy joven." 7 Pero el SEÑOR me dijo: "No digas: 'Yo soy muy joven.' ¡Tú irás a todo lugar Yo te envíe, y tú dirás todo lo que Yo te ordene! 8 No tengas miedo a ellos, pues Yo estoy contigo para rescatarte; ésta es la declaración del SEÑOR." 9 Entonces el SEÑOR extendió su mano, tocó mi boca, y me dijo: "Ahora, Yo he puesto mi palabra en tu boca. 10 Yo te estoy comisionando hoy sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y romper, destruir y tirar, para construir y plantar." 11 La palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: "¿Qué ves Jeremías?" Yo dije: "Veo una rama de almendro." 12 El SEÑOR me dijo: "Tú has visto bien, porque Yo estoy vigilando sobre mi palabra para llevarla a cabo." 13 La palabra del SEÑOR vino a mí una segunda vez, diciendo: "¿Qué ves?" Yo dije: "Yo veo una olla caliente, cuya superficie se está volcando, inclinándose desde el norte." 14 El SEÑOR me dijo: "Desastre se abrirá desde el norte sobre todos los que viven en esta tierra. 15 Porque Yo estoy llamando a todas las tribus de los reinos del norte, declara el SEÑOR. Ellos vendrán, y todos van a establecer su trono en la entrada de las puertas de Jerusalén, contra todas las paredes que la rodean, y contra todas las ciudades de Judá. 16 Yo pronunciaré sentencia en contra de ellos por toda su maldad al abandonarme, al quemar incienso a otros dioses, y al adorar lo que ellos han hecho con sus propias manos. 17 ¡Preparaté! ¡Levántate y dile a ellos todo lo que Yo te ordene. No temas delante de ellos, o Yo te haré temer delante de ellos! 18 ¡Mirad! Hoy Yo te he hecho una ciudad fortificada, un pilar de hierro, y pared de bronce en contra de toda la tierra, en contra de los reyes de Judá, sus oficiales, sus sacerdotes, y las personas de la tierra. 19 Ellos van a luchar contra ti, pero ellos no te vencerán, porque Yo estaré contigo para rescatarte. Esta es la declaración del SEÑOR."

2

1 La palabra del SEÑOR vino a mí, diciéndo: 2 "Ve y proclama en la asamblea de Jerusalén. Di: 'El SEÑOR dice: He traido a la memoria tu parte del pacto de fidelidad en tu juventud, tu amor en aquel tiempo cuando estábamos comprometidos, cuando fuiste tras de mí en el desierto, la tierra que no estaba arada. 3 Israel fue separado para el SEÑOR, ¡las primicias de Su cosecha! Todo aquel que comiera de las primicias era culpable; destrucción venía sobre ellos- esta es la declaración del SEÑOR.'" 4 Escucha la palabra del SEÑOR, casa de Jacob y todas las familias de la casa de Israel. 5 El SEÑOR dice: "¿Qué encontraron mal tus padres en Mí que se apartaron y no me siguieron? ¿Que se fueron tras ídolos inútiles y se volvieron inútiles ellos mismos? 6 Ellos no dijeron: '¿Dónde está el SEÑOR, quien nos sacó de la tierra de Egipto? ¿Dónde está el SEÑOR, quien nos guió al desierto, en la tierra de los árabes y los pozos, en una tierra de sequía y oscuridad profunda, una tierra por la cual nadie pasa y donde nadie vive?' 7 Pero Yo los traje a la tierra de Carmelo, ¡para comer sus frutos y otras cosas buenas! Aún cuando vinieron, contaminaron mi tierra, ¡hicieron de mi herencia una abominación! 8 El sacerdote no dijo: '¿Dónde está el SEÑOR? y ¡a los expertos en la Ley no les importé! Los pastores transgredieron en mi contra. Los profetas profetizaron para Baal y caminaron tras cosas inútiles. 9 Así que Yo te acusaré aún- esta es la declaración del SEÑOR- y Yo acusaré a los hijos de tus hijos. 10 Pues cruzen a la costa de Quitim (Chipre) y miren. Envíen mensajeros a Cedar y busquen y vean si alguna vez antes ha ocurrido algo así. 11 ¿Ha habido una nación que ha cambiado dioses, aún cuando no eran dioses? Pero mi pueblo ha cambiado su gloria por lo que no les puede ayudar. 12 ¡Estremézcanse, cielos, por causa de esto! Sean conmocionados y espántense- esta es la declaración del SEÑOR. 13 Pues mi pueblo ha cometio dos males contra Mí: Ellos han abandonado los manatiales de aguas vivas, y han cabado cisternas para ellos mismos, cisternas rotas que no pueden retener agua. 14 ¿Es Israel un esclavo? ¿Nació en la casa de su amo? Entonces, ¿por qué ha sido saqueado? 15 Leones jóvenes han rugido en contra él. Ellos han hecho mucho ruido y convertieron su tierra en un espanto. Sus ciudades fueron destruidas sin ningún habitante. 16 También, los pueblos de Menfis y Tafnes te afeitarán la cabeza. 17 ¿No se hicieron esto a ustedes mismos cuando abandonaron al SEÑOR tu Dios, mientras Él los estaba guiando? 18 Así que ahora, ¿por qué toman el camino a Egipto y beben de las aguas del Nilo? ¿Por qué toman el camino a Asiria y beben aguas del Río Eufrates? 19 Tu maldad te reprende y tu falta de fe te castiga. Así que piensa en esto y comprende que es malvado y amargo cuando abandonas al SEÑOR tu Dios, y no temes a mí- esta es la declaración del SEÑOR de los Ejércitos. 20 Pues Yo rompí tu yugo que tenías en tiempos antiguos; rompí tus cadenas. Aún dijiste: '¡No te serviré!' desde que te inclinaste en cada colina alta debajo de todo árbol frondoso, tú, adúltero. 21 Te planté como viña escogida, completamente de una semilla pura. ¿Cómo entonces te haz cambiado en una viña corrupta, vid sin valor? 22 Pues aun si te limpias en el río o te lavas con un jabón fuerte, tu iniquidad es una mancha ante Mí- esta es la declaración del SEÑOR Dios. 23 ¿Cómo puedes decir: '¡Yo no estoy contaminado! No he caminado tras los baales'? ¡Mira lo que hicistes en los valles! Considera lo que haz hecho- ¡eres una camella rápida corriendo aquí y allá, 24 un asna salvaje acostumbrada al desierto, en su calor oliendo el viento! ¿Quién puede detener su lujuria? Ninguno de los machos necesita agotarse para perseguirla; al tiempo de apareo ellos la encontrarán. 25 ¡Debes guardar tus pies de quedar desnudos y tu garganta de tener sed! Pero tú dijiste: '¡No hay esperanza! No, ¡Yo amo a los extraños y voy tras ellos!' 26 Como la vergüenza de un asaltante cuando es hallado, ¡así la casa de Israel será avergonzada- ellos, sus reyes, sus príncipes, y sus sacerdotes y profetas! 27 Estos son los que le dicen al árbol: 'Tú eres mi padre,' y a la piedra: 'Tú me diste a luz.' Pues me han dado su espalda y no sus rostros. No obstante, en tiempos de problemas dicen: '¡Levántate y sálvanos!' 28 Pero entonces ¿dónde están los dioses que hicieron para ustedes mismos? ¡Deja que ellos se levanten si ellos desean salvarlos en tus tiempos de problemas, pues tus ídolos equivalen el número de tus ciudades, Judá! 29 Entonces ¿por qué me acusas de hacer el mal? Todos ustedes han pecado contra Mí- esta es la declaración del SEÑOR. 30 Yo he castigado a tu pueblo en vano. Ellos no aceptan la disciplina. ¡Tu espada ha devorado tus profetas como un león destructivo! 31 Tú quien perteneces a esta generación! ¡Pon atención a Mi palabra, la palabra del SEÑOR! ¿He sido un desierto para Israel? o ¿Una tierra de gran oscuridad? ¿Por qué el pueblo dice: 'Vamos a divagar, no iremos donde Ti nunca más'? 32 ¿Acaso una virgen olvidará sus joyas, una esposa su velo? ¡Sin embargo, mi pueblo me ha olvidado por días sin número! 33 Cuan bien haces tus caminos para buscar amor. Incluso haz enseñado el camino de la mujer malvada. 34 La sangre que era la vida de los inocentes, gentes pobres han sido halladas en tus ropas. Estas gentes no fueron halladas en actos de robo. 35 Sin embargo dices: 'Yo soy inocente; seguramente su coraje se ha alejado de mí.' ¡Pero mira! Traeré juicio sobre ti porque dices: 'Yo no he pecado.' 36 ¿Por qué tratas tan livianamente este cambio en tus caminos? Tú también serás decepcionada por Egipto, así como lo fuiste por Asiria. 37 Tú también saldrás de allí abatida con las manos en la cabeza, pues el SEÑOR ha rechazado a aquellos en quienes confiaste, así que no serás ayudada por ellos."

3

1 "Si un hombre se divorcia de su esposa y ella se aleja de él y se convierte en la esposa de otro hombre, ¿regresará él a ella otra vez? ¿No sería eso una tierra contaminada grandemente? Tú has vivido como una prostituta con muchos amantes; ¿y regresarás a Mí? --esta es la declaración del SEÑOR. 2 ¡Alza tus ojos a las alturas vacías y mira! ¿Hay algún lugar en dónde no hayas tenido sexo ilícito? Al lado de los caminos te sentaste a esperar a tus amantes, como un árabe en el desierto. Tú has contaminado la tierra con tu prostitución y malicia. 3 Así, las lluvias de primavera fueron detenidas y las lluvias tardías no llegaron. Pero tu rostro es arrogante, como el rostro de una mujer promiscua. Tú te rehúsas a sentir vergüenza. 4 ¿Acaso no acabas de llamarme a Mí: '¡Mi Padre! ¡Mi Amigo más cercano, aún desde mi juventud! ¿Estará Él siempre molesto? 5 ¿Acaso mantendrá Su furia por siempre hasta el final?' ¡Mira! Esto es lo que tú has dicho, pero tú haces todo el mal que puedes hacer!" 6 Entonces, el SEÑOR me dijo a mí en los días de Josías el rey: "¿Has visto lo que la infiel de Israel ha hecho? Ella ha subido a cada colina alta y bajo cada árbol frondoso, y allí ella ha actuado como prostituta. 7 Yo dije: 'Luego que ella haga todas estas cosas, ella regresará a Mí,' pero ella no regresó. Entonces, su infiel hermana Judá vio estas cosas. 8 Así que, Yo ví eso, en la misma manera que la infiel Israel había cometido adulterio y Yo la había enviado lejos y le había dado un certificado de divorcio en contra de ella, su infiel hermana Judá no tuvo miedo; ella también salió y actuó como prostituta. 9 Su prostitución fue nada para ella; ella contaminó la tierra, y ella cometió adulterio con piedras y árboles. 10 Entonces, después de todo esto, su infiel hermana Judá regresó a Mí, no con todo su corazón, pero con una mentira--esta es la declaración del SEÑOR." 11 Entonces, el SEÑOR me dijo a mí: "¡La infiel Israel ha sido más justa que la infiel Judá! 12 Ve y proclama estas palabras en el norte. Di: '¡Regresa, infiel Israel! --esta es la declaración del SEÑOR--Yo no siempre estaré enojado contigo. Ya que soy fiel--esta es la declaración del SEÑOR--Yo no estaré enojado por siempre. 13 Reconoce tu iniquidad, pues tú has pecado en contra del SEÑOR tu Dios; ¡tú has compartido tus caminos con extraños bajo cada árbol frondoso! ¡Porque tú no has escuchado Mi voz! --esta es la declaración del SEÑOR. 14 ¡Regresen, pueblo infiel! --esta es la declaración del SEÑOR--¡Yo soy tu esposo! Yo te tomaré, uno de una ciudad y dos de una familia, y Yo te traeré a Sion! 15 Yo te daré pastores según Mi corazón, y ellos te pastorearán con conocimiento y visión. 16 Entonces, será que tú crecerás y darás fruto en la tierra en esos días--esta es la declaración del SEÑOR--ellos ya no dirán: "¡El arca del pacto del SEÑOR!" Este asunto ya no vendrá a sus corazones o será recordado; no será extrañado, y algún otro no será hecho.' 17 En aquel tiempo, ellos proclamarán sobre Jerusalén: 'Este es el trono del SEÑOR,' y todas las otras naciones se reunirán en Jerusalén en el nombre del SEÑOR. Ellos ya no caminarán en la terquedad de sus corazones malignos. 18 En esos días, la casa de Judá caminará con la casa de Israel. Ellos se juntarán desde la tierra del norte hasta la tierra que le di a tus ancestros como herencia. 19 Como para Mí, Yo digo: 'Cómo quiero Yo honrarte a ti como Mi hijo y darte una tierra agradable, ¡una herencia más hermosa que lo que hay en cualquier otra nación! Yo hubiera dicho: 'Tú me llamarás: "Mi Padre".' Yo hubiera dicho que tú no dejarías de seguirme. 20 Pero como una mujer infiel a su esposo, tú me has traicionado, casa de Israel--esta es la declaración del SEÑOR." 21 Una voz se oye en las planicies, ¡el llanto y el ruego de la gente de Israel! Pues ellos han cambiado sus caminos; ellos se han olvidado del SEÑOR su Dios. 22 "¡Regresen, pueblo infiel! ¡Yo los sanaré de la traición!" "¡Mira! ¡Nosotros vendremos a Ti, porque Tú eres el SEÑOR nuestro Dios! 23 Ciertamente, las mentiras vienen de las montañas, un sonido confuso desde las montañas; ciertamente, el SEÑOR nuestro Dios es la salvación de Israel. 24 Aún así, vergonzosos ídolos han consumido lo que nuestros antepasados han conseguido trabajando--¡sus rebaños y ganados, sus hijos y sus hijas! 25 Vamos a acostarnos en vergüenza. Que nuestra vergüenza nos cubra, ¡pues hemos pecado en contra del SEÑOR, nuestro Dios! Nosotros mismos y nuestros antepasados, desde el tiempo de nuestra juventud hasta ese día presente, ¡no hemos escuchado la voz del SEÑOR, nuestro Dios!"

4

1 "Si tú vuelves, Israel, esta es la declaración del SEÑOR, entonces debe ser a Mí que vuelvas. Si tú remueves tus cosas detestables de delante de Mí y no te extravías de Mí otra vez, 2 tú deberás ser franco, justo, y recto cuando jures: 'Yo declaro, tan cierto como el SEÑOR vive.' Las naciones se bendecirán ellas mismas en Él, y en Él se gloriarán." 3 Pues el SEÑOR dice esto a cada persona en Judá y Jerusalén: 'Ara tu propia tierra, y no siembres entre espinas. 4 Circuncídense ustedes mismos al SEÑOR, y remuevan los prepucios de su corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén, sino Mi furia saldrá como fuego, y quemará sin nadie que lo apague, a causa de la maldad de sus hechos. 5 Repórtense en Judá y hagan que se escuche en Jerusalén. Digan: "Toquen la trompeta en la tierra." Proclamen: "Júntense. Iremos a las ciudades fortificadas." 6 ¡Levanten la bandera de señal y apúntenla hacia Sion, y corran por su seguridad! No se queden, pues Yo traeré desastre desde el norte y un gran colapso. 7 Un león está saliendo de su matorral y alguien que destrozará naciones está estableciéndose. Él está saliendo de su lugar para traer horror a su tierra, para convertir sus ciudades en ruinas, donde nadie vivirá. 8 Por esto, arrópense en silicio, laméntense y giman. Pues la fuerza de la ira del SEÑOR no se ha retirado de nosotros. 9 Entonces ocurrirá en ese día, esta es la declaración del SEÑOR, que los corazones del rey y sus oficiales morirán. Los sacerdotes estarán aterrados y los profetas estarán horrorizados.'" 10 Así que yo dije: "¡Oh! SEÑOR Dios. Seguramente Tú engañaste completamente a estas gentes y a Jerusalén diciéndoles: 'Habrá paz para ustedes.' Pero aún la espada está golpeando contra su vida." 11 En aquel tiempo será dicho de esta gente y Jerusalén: "Un ardiente viento de las planicies del desierto hará su camino hacia las hijas de mi pueblo. Éste no los aventará ni los lavará. 12 Un viento mucho más fuerte que ese vendrá por mi comando, y Yo ahora pasaré sentencia contra ellos. 13 Mira, él está atacando como nubes, y sus carros son como una tormenta. Sus caballos son más rápidos que las águilas. ¡Ay de nosotros, pues seremos devastados! 14 Lava tu corazón de maldad, Jerusalén, para que puedas ser salvada. ¿Por cuánto más serán tus pensamientos más profundos sobre cómo pecar? 15 Pues una voz está trayendo noticias desde Dan, y el desastre que viene se oye desde las montañas de Efraín. 16 Haz que las naciones piensen sobre esto: Miren, anuncien a Jerusalén que los sitiadores vienen de una tierra lejana para gritar en batalla contra las ciudades de Judá. 17 Ellos serán como los guardas de un campo cultivado en contra de ella a su alrededor, ya que ella ha sido rebelde contra Mí, esta es la declaración del SEÑOR, 18 y tu conducta y tus actos han causado estas cosas a ustedes. Este será su castigo. ¡Cuan terrible será! Este golpeará su mismo corazón. 19 ¡Mi corazón! ¡Mi corazón! Yo estoy en angustia en mi corazón. Mi corazón está turbulento dentro de Mí. No puedo callar pues escucho el sonido de la trompeta, una alarma para batalla. 20 Desastre sigue al desastre; pues toda la tierra está en ruinas. Repentinamente Mis tiendas son destruidas, Mis cortinas en un momento. 21 ¿Por cuánto más veré el estándarte? ¿Escucharé el sonido de la trompeta? 22 Por la necedad de Mi pueblo, ellos no Me conocen. Ellos son personas idiotas y no tienen entendimiento. Tienen habilidades para el mal, pero no saben hacer bien. 23 Yo vi la tierra. ¡He aquí! Era sin forma y vacía. Pues no había luz en los cielos. 24 Miré a las montañas. He aquí, estaban temblando, y todas las colinas estaban temblando. 25 Yo miré. He aquí, no había nadie, y todas las aves de los cielos habían huido. 26 Yo miré. He aquí, los huertos eran tierra salvaje y todas las ciudades habían sido traidas abajo ante el SEÑOR, ante la furia de su ira." 27 Esto es lo que el SEÑOR dice: "Toda la tierra se convertirá en devastación, pero Yo no la destruiré por completo. 28 Por esta razón, la tierra lamentará, y los cielos se oscurecerán. Pues Yo he declarado Mis intenciones; no me retractaré; Yo no cambiaré al llevarlas a cabo. 29 Toda ciudad huirá del ruido de la caballería y de los arqueros con sus arcos; ellos correrán hacia los bosques. Cada ciudad escalará hacia los lugares rocosos. Las ciudades serán abandonadas, pues no habrá nadie que las habite. 30 Ahora que has sido devastada, ¿que harás? Pues aunque te vistas de escarlata, te adornes con joyas doradas, y hagas que tus ojos se vean más grandes con pintura, los hombres que te deseaban ahora te rechazan. Por lo contrario, están tratando de quitarte la vida. 31 Pues escucho el sonido de la angustia, aflicción como en el nacimiento de un primogénito, el sonido de la hija de Sion. Ella está buscando aliento. Ella estira sus manos: '¡Ay de mí! Estoy desmayando por causa de estos asesinos.'"

5

1 Aprésurate por las calles de Jerusalén; busca también en las plazas de la ciudad. Luego mira y piensa en esto: si puedes encontrar a un hombre o alguien que esté actuando justamente, y tratando de actuar fielmente, entonces perdonaré a Jerusalén. 2 Aunque ellos dicen: 'Yo declaro, tan cierto como el SEÑOR vive,' sin embargo ellos están jurando falsamente." 3 SEÑOR, ¿será que Tus ojos no buscan la fidelidad? Tú castigas a la gente, pero ellos no sienten dolor. Tú los has vencido por completo, pero ellos todavía se niegan a recibir disciplina. Ellos endurecen sus rostros más que una roca, pues ellos niegan arrepentirse. 4 Así que, yo dije: "Seguramente, ellos son sólo gente pobre. Ellos son necios, pues no conocen los caminos del SEÑOR, ni tampoco los decretos de su Dios. 5 Yo iré a las personas importantes y declararé el mensaje de Dios a ellos, pues ellos al menos conocen los caminos del SEÑOR, los decretos de su Dios." Pero todos ellos rompieron juntos su yugo; todos ellos arrancaron las cadenas que los ataban a Dios, 6 Así que, un león de los matorrales los atacará. Un lobo de Arabah los arruinará. Una pantera al acecho vendrá en contra de sus ciudades. Cualquiera que vaya afuera de su ciudad será despedazado. Pues sus transgresiones aumentan. Sus actos de infidelidad son sin límites. 7 ¿Por qué debería Yo perdonar a esta gente? Sus hijos me han abandonado y han hecho juramentos por los que no son dioses. Yo los alimenté completamente, pero ellos cometieron adulterio y caminaron en gran número a las casas de prostitutas. 8 Ellos eran caballos en calor. Ellos vagaron queriendo aparearse. Cada hombre relinchando a la esposa de su vecino. 9 Así que, ¿no debería Yo castigarlos? Esta es la declaración del SEÑOR ¿Y no debería Yo mismo vengarme de una nación que es así? 10 Sube a las terrazas de viñedos de ella y destruye. Pero no traigas completa destruccción a ellas. Poda sus viñas, ya que esas viñas no vienen del SEÑOR. 11 Pues las casas de Israel y Judá me han traicionado completamente. Esta es la declaración del SEÑOR. 12 Ellos han hablado falsamente del SEÑOR y ellos han dicho: "Él no hará nada; ningún mal vendrá sobre nosotros, y nosotros no veremos ni espada o hambruna. 13 Los profetas se volverán viento, la palabra no está en ellos, así que, lo que ellos digan sea hecho a ellos." 14 Así que, el SEÑOR, el Dios de los ejércitos, dice esto: "Porque ustedes han dicho esto, verán, estoy a punto de poner Mi palabra en tu boca. ¡Será como fuego, y este pueblo será como madera! Pues los consumirá. 15 ¡Miren! Estoy a punto de traer una nación en contra ustedes desde lejos, casa de Israel. Esta es la declaración del SEÑOR. ¡Es una nación fuerte, una nación antigua! Es una nación, cuyo idioma no conocen, ni tampoco entederás lo que ellos digan." 16 Su bolsa para flechas es como una tumba abierta. Todos ellos son soldados. 17 Así que tu cosecha será consumida, tus hijos e hijas también, y tus comidas. Ellos se comerán tus rebaños y ganados; ellos se comerán el fruto de tus viñédos y árboles de higo. Ellos derribarán con una espada tus ciudades fortificadas, en las que tú confiaste. 18 Pero aún en aquellos días, esta es la declaración del SEÑOR, Yo no intento destruirlos por completo. 19 Cuando ustedes, Israel y Judá, digan: '¿Por qué el SEÑOR nuestro Dios nos ha hecho todas estas cosas?' entonces tú, Jeremías, les dirás a ellos: 'Así como ustedes abandonaron al SEÑOR y han servido a dioses extranjeros en su tierra, así también ustedes servirán a extraños en una tierra que no es la suya.' 20 Comunica esto a la casa de Jacob y que sea escuchado en Judá. Di: 21 'Escuchen esto, ustedes gente necia que no tienen entendimiento; quienes tienen ojos pero no pueden ver, y tienen oídos pero no pueden escuchar. 22 ¿No Me temen ustedes, esta es la declaración del SEÑOR, o tiemblan ante Mi rostro? He colocado un límite de arena en contra del mar, un decreto en marcha que no es violentado, incluso cuando el mar se levanta y cae, no lo violenta. Incluso cuando sus olas rugen, ellas no lo cruzan. 23 Pero este pueblo tiene un corazón terco. Se torna en rebelión y se va. 24 Pues ellos no dicen en su corazón: "Vamos a temer al SEÑOR, nuestro Dios, aquel que trae lluvia, la lluvia temprana y las lluvias tardías, en su tiempo correcto, manteniendo fijas las semanas de la cosecha para nosotros." 25 Sus iniquidades evitaron que esto sucediera. Sus pecados han detenido que lo bueno venga a ustedes. 26 Pues la gente malvada se encuentran entre Mi pueblo. Ellos miran como alguien que se agacha para capturar pájaros; ellos colocan una trampa y atrapan a la gente. 27 Como una jaula llena de pájaros, sus casas están llenas de engaño. Así que, ellos crecen y se hacen ricos. 28 Ellos se han vuelto gordos; ellos brillan con bienestar. Ellos cruzaron todos los límites de la maldad. Ellos no defienden la causa de la gente, o la causa del huérfano. Ellos prosperan aunque no han dado justicia al necesitado. 29 ¿No debería Yo castigarlos por estas cosas, esta es la declaración del SEÑOR, y no tomaré Yo venganza en una nación así? 30 Atrocidades y horrores han ocurrido en la tierra. 31 Los profetas profetizan con engaño, y los sacerdotes gobiernan con su propio poder. Mi pueblo ama esta manera, pero ¿qué pasará al final?"

6

1 Encuentren refugio, pueblo de Benjamín, al irse de Jerusalén. Soplen una trompeta en Tecoa. Levanten sobre Bet Haquerem una señal, desde que la maldad esté apareciendo desde el norte; una gran destrucción se aproxima. 2 La hija de Sion, la hermosa y delicada mujer, será destruida. 3 Los pastores y sus rebaños irán a ellos; ellos levantarán sus tiendas contra ella rodeándola; cada hombre pastoreará con su propia mano. 4 "Dedíquense ustedes mismos a los dioses para la batalla. Levántense, déjenos atacar en la tarde. Es muy malo que la luz del día se esté acabando, porque las sombras de la tarde están cayendo. 5 Pero déjanos atacar en la noche y destruir sus fortalezas." 6 Porque el SEÑOR de los ejércitos dice: Córten sus árboles, y amontonen montículos de tierra contra Jerusalén. Esta es la ciudad correcta para atacar, porque está llena con opresión. 7 Como un pozo derrama agua fresca, así esta ciudad continúa produciendo maldad. Violencia y desorden son escuchados desde ella; la enfermedad y heridas están continuamente ante mi rostro. 8 Acepta la disciplina, Jerusalén, o Yo Me alejaré de ustedes y los convertiré en ruinas, una tierra no habitada."' 9 El SEÑOR de los ejércitos dice, "Ellos ciertamente espigarán aquellos que son dejados en Israel como un viñedo. Alcancen de nuevo con su mano para recoger uvas de los viñedos. 10 ¿A quienes debo declarar y adviertir para que oigan? ¡Mira! ¡Sus oídos son incircuncisos; ellos no son capaces de prestar atención! ¡Mira! ¡La palabra del Señor ha venido a ellos para corregirlos, pero ellos no la quieren.'' 11 Pero Yo estoy lleno de la furia del SEÑOR. Yo estoy cansado de contenerla. Él me dijo, "Derrámala a los niños en las calles y en cada grupo de hombres jóvenes. Porque cada hombre será quitado de su esposa; y cada persona muy anciana. 12 Sus casas serán entregadas a otros, ambos sus campos y sus esposas juntas. Porque Yo voy a atacar los no habitados de la tierra con Mi mano-- esta es la declaración del SEÑOR. 13 El SEÑOR declara que desde el menor hasta el mayor, todos ellos codician la ganancia deshonesta. Desde el profeta hasta el sacerdote, todos ellos practican engaño. 14 Ellos han sanado heridas de Mi pueblo ligeramente, diciendo, 'Paz, paz', cuando no había ninguna paz. 15 ¿Estaban avergonzados cuando practicaban la abominación? Ellos no fueron avergonzados; ¡Así ellos no sabían cómo avergonzarse! Es por que caerán entre los caídos; ellos serán derribados cuando sean castigados, dice el SEÑOR. 16 El SEÑOR dice esto, "Párense en el cruce de caminos y miren; pregunten por las sendas antiguas. '¿Dónde está éste buen camino?' Después vayan por él y encuentren un lugar de descanso para ustedes mismos. Pero el pueblo dijo, 'Nosotros no iremos.' 17 Yo los escogí a ustedes vigilantes para que escucharan la trompeta. Pero ellos dijeron, 'Nosotros no escucharemos.' 18 ¡Por lo tanto, naciones, escuchen! Vean, ustedes testigos, que les va a pasar a ellos. 19 ¡Escuchen, Tierra! Vean, Yo estoy a punto de traer desastre a este pueblo-- el fruto de sus pensamientos. Ellos no prestaron atención a Mi palabra o Mi ley, sino que ellos en cambio la rechazaron." 20 "¿Qué significa este incienso que sube de Sabá hacia Mí? o ¿estos olores dulces desde una tierra lejana? Sus ofrendas quemadas no son aceptables para Mí, tampoco sus sacrificios. 21 Entonces el SEÑOR dice esto, 'Mira, Yo estoy por colocar un bloque de tropiezo contra este pueblo. Ellos tropezarán sobre él-- padres e hijos juntos. Los habitantes y sus vecinos también perecerán.' 22 El SEÑOR dice esto, 'Mira, un pueblo viene desde una tierra norteña. Pues una gran nación ha sido agitada para venir de una tierra lejana. 23 Ellos recogerán arcos y lanzas. Ellos son crueles y no tienen compasión. Su sonido es como el rugido del mar, y ellos están montando en caballos en formación como luchadores, hija de Sion.' 24 "Nosotros hemos escuchados noticias de ellos. Nuestras manos flaquearon en ansiedad. La angustia nos acecha como una mujer teniendo un hijo. 25 No vayan fuera de los campos, y no caminen en las carreteras, porque las espadas del enemigo y el terror están todo alrededor. 26 Hija de mi pueblo, cúbranse en cicilio y rueda en el polvo de un funeral para un hijo único. Realiza un funeral amargo para tí misma, porque el destructor vendrá repentinamente sobre nosotros. 27 "Yo te he hecho, Jeremías, aquel quien prueba a mi pueblo como uno que prueba metal, entonces tú vas a inspeccionar y probar sus caminos. 28 Ellos son todas las personas más obstinadas, quienes se pasan calumniando a otros. Todos ellos son bronce y hierro, actuando corruptamente. 29 Los fuelles son salpicados por el fuego que está quemándolos; el plomo es consumido en las llamas. La refinación continúa entre ellos, pero es inútil, porque la maldad no es removida. 30 Ellos serán llamados plata rechazada, porque el SEÑOR los ha rechazado."

7

1 La palabra que vino a Jeremías del SEÑOR: 2 "¡Párate en el puerta de la casa del SEÑOR y proclama ésta palabra! Di: 'Escucha la palabra del SEÑOR, todos ustedes de Judá, ustedes quienes entran por estas puertas para adorar al SEÑOR. 3 El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: Hagan sus caminos y practiquen el bien, y Yo les voy a dejar continuar viviendo en este lugar. 4 No se encomienden a sí mismos a las palabras engañosas y digan: "¡Templo del SEÑOR! ¡Templo del SEÑOR! ¡Templo del SEÑOR!" 5 Pues, si ustedes realmente hacen sus caminos y practican el bien; si ustedes ejecutan completa la justicia entre un hombre y su vecino-- 6 si ustedes no explotan al que se está quedando en la tierra, el huérfano, o la viuda y no derraman sangre inocente en este lugar, y no caminan tras otros dioses para hacer su propio daño-- 7 entonces Yo voy a dejar que se queden en este lugar, en la tierra que Yo le di a sus ancestros desde los tiempos antiguos y para siempre. 8 ¡Miren! Ustedes están encomendándose a palabras engañosas que no les ayudan. 9 ¿Acaso ustedes roban, matan y cometen adulterio? Y ¿Acaso ustedes juran engañosamente y ofrecen incienso a Baal y caminan tras otros dioses quienes ustedes no han conocido? 10 Entonces, ¿acaso ustedes vienen delante de Mí en esta casa donde mi nombre es proclamado y dicen: "Nosotros somos salvos", para que puedan hacer todas estas abominaciones? 11 ¿Es ésta es la casa que lleva mi nombre, una cueva de ladrones en tus ojos? Pero miren, Yo he visto esto-- esta es la declaración del SEÑOR. 12 'Así que, vayan a mi lugar que estaba en Silo, donde permití que Mi nombre se quedara allí en el principio, y miren lo que Yo le hice por la maldad de mi pueblo Israel. 13 Así que ahora, a cuenta de sus obras con todas estas prácticas-- esta es la declaración del SEÑOR- Yo hablé a ustedes una y otra vez, pero ustedes no escucharon. Yo les convoqué, pero ustedes no contestaron. 14 Por lo tanto, lo que Le hice a Silo, también Lo haré a esta casa que es llamada por mi nombre, la casa en la cual ustedes han confiado, este lugar que Yo les di a ustedes y sus ancestros. 15 Pues, Los sacaré de delante de Mí, así como había sacado a todos sus hermanos, y descendientes de Efraín. 16 Y tú, Jeremías, no ores por este pueblo, y no levantes un gemido de lamentaciones o digas una oración de su parte, y no me pidas, pues, no Voy a escucharte. 17 ¿Acaso no ves lo que ellos están haciendo en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? 18 ¡Los hijos están reuniendo madera y los padres encendiendo el fuego! Las mujeres están amasando la masa para hacer pan para la reina de los cielos y derramando ofrendas de bebida para otros dioses así que, ellos van a provocarme. 19 ¿Están ellos verdaderamente provocándome? --esta es la declaración del SEÑOR-- ¿acaso no es a ellos mismos a quienes están provocando, así que, la vergüenza está en ellos? 20 Por lo tanto, el SEÑOR Dios dice esto: 'Miren, mi enojo e ira seráderramada como torrente en este lugar, en ambos, hombre y bestia, en el árbol en los campos y el fruto en el suelo. Arderá y nunca se extinguirá. 21 El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: 'Añadan sus ofrendas quemadas a sus sacrificios y la carne de ellos. 22 Pues, cuando Traje a sus ancestros fuera de la tierra de Egipto, no solicité nada de ellos. Yo no les di ninguna orden sobre los asuntos de las ofrendas quemadas y sacrificios. 23 Yo sólo les di esta orden: "Escuchen Mi voz, y Yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo. Así que, caminen en todos los caminos que Yo les estoy ordenando, para que les vaya bien." 24 Pero ellos no escucharon o prestaron atención. Ellos vivieron por sus propios tercos planes de sus corazones malvados, así que, fueron para atrás, no adelante. 25 Desde el día cuando sus ancestros salieron de la tierra de Egipto hasta este día, Yo les he enviado a cada uno de mis siervos, mis profetas, a ustedes. Yo persistí en enviarlos. 26 Pero no Me escucharon. Ellos no prestaron atención. Al contrario, ellos endurecieron sus cuellos. Ellos fueron más malvados que sus ancestros.' 27 Así que, proclámales todas estas palabras, pero ellos no escucharán. Proclámales estas cosas, pero ellos no contestarán. 28 Diles: Esta es una nación que no escucha la voz del SEÑOR su Dios y no recibe disciplina. La verdad es destruida y cortada de sus bocas. 29 Córtate el cabello y afeítate, y arroja tu cabello. Canta una canción de funeral en los lugares abiertos. Pues, el SEÑOR ha rechazado y abandonado esta generación en su ira. 30 Pues, los hijos de Judá han hecho el mal en mis ojos--esta es la declaración del SEÑOR-- ellos han puesto sus cosas detestables en la casa donde Mi nombre es proclamado, con el fin de profanarla. 31 Entonces, ellos construyeron un lugar alto en Tofet que está en el Valle de Ben Hinom. Ellos hicieron esto para quemar a sus hijos e hijas en fuego--algo que Yo no ordené ni entró en mi mente. 32 Así que mira, días vienen-- esta es la declaración del SEÑOR-- cuando no va a ser llamado Tofet ni el Valle de Ben Hinom. Va a ser el Valle de Matanza; ellos van a enterrar cuerpos en Tofet hasta que no haya más espacio. 33 Los cuerpos de este pueblo serán comida para los pájaros en los cielos y las bestias de la tierra, y no habrá nadie para que los espante. 34 Yo voy a poner un fin a las ciudades de Judá y las calles de Jerusalén, el sonido de exaltación y júbilo, el sonido del esposo y la esposa; ya que la tierra se va a convertir una desolación."

8

1 "En aquel tiempo--esta es la declaración del Señor--ellos traerán fuera de las tumbas los huesos de los reyes de Judá y sus oficiales, los huesos de los sacerdotes y los profetas, y los huesos de los habitantes de Jerusalén. 2 Entonces ellos los esparcirán a la luz del sol y luna y todas las estrellas de los cielos; éstas cosas en el cielo que ellos han seguido y servido, que ellos han caminado detrás de y buscado, y que ellos han adorado. Los huesos no se juntarán o enterrarán otra vez. Ellos serán como estiércol en la superficie de la tierra. 3 En cada otro lugar donde Yo los he conducido, ellos escogerán la muerte en vez de la vida para ellos mismos, todos los que aún quedan de esta nación malvada--esta es la declaración del SEÑOR de los ejércitos. 4 Así que dile a ellos: 'El SEÑOR dice esto: ¿Acaso alguno se cae y no se levanta? ¿Acaso alguno se pierde y no trata de regresar? 5 ¿Por qué este pueblo, Jerusalén, se ha alejado en infidelidad permanente? Se aferran a la traición y rehúsan arrepentirse. 6 Yo presté atención y escuché, pero ellos no hablaron correctamente; ninguno estaba apenado por su maldad, ninguno que diga: "¿Qué he hecho?" Todos ellos van donde ellos desean, como un semental avanzando hacia la batalla. 7 Aún la cigüeña en el cielo sabe los tiempos correctos; y las palomas, vencejos y grullas. Éstos van en sus migraciones en el tiempo correcto, pero mi pueblo no conoce los decretos del SEÑOR. 8 ¿Cómo pueden ustedes decir: "Nosotros somos sabios, puesto que la ley del SEÑOR está con nosotros"? De hecho, ¡miren! La pluma engañosa de los escribas ha creado engaño. 9 Los hombres sabios serán avergonzados. Ellos están consternados y atrapados. ¡Miren! Ellos rechazan la palabra del SEÑOR, así que ¿qué uso tiene su sabiduría? 10 Pues daré sus esposas a otros, y sus campos a aquellos que los poseerán, porque desde el menor al mayor, ¡todos ellos son codiciosos por ganacia deshonesta! Desde el profeta al sacerdote, todos ellos practican engaño. 11 Ellos sanaron las heridas de Mi pueblo ligeramente, diciendo: "Paz, Paz," cuando no había paz. 12 ¿Estaban ellos avergonzados cuando practicaban abominaciones? Ellos no estaban avergonzados; ¡ellos no sabían cómo sonrojarse! Así que ellos caerán entre los caídos; ellos serán derribados cuando sean castigados, dice el SEÑOR. 13 Yo los eliminaré completamente--esta es la declaración del SEÑOR--no habrán uvas en la vid, ni habrá higos en las higueras. Porque la hoja se marchitará, y lo que Yo les he dado pasará. 14 ¿Por qué estamos sentados aquí? Juntémonos; vayamos a las ciudades fortificadas, y nos tornaremos en silencio allí en muerte. Puesto que el SEÑOR nuestro Dios nos silenciará. Él nos hará beber veneno, ya que hemos pecado en Su contra. 15 Estamos esperando paz, pero no habrá nada bueno. Estamos esperando un tiempo de sanidad, pero vean, habrá terror. 16 El resoplar de sus sementales se escucha desde Dan. Toda la tierra tiembla al sonido del relinchar de sus fuertes caballos. Porque ellos vendrán y consumirán la tierra y su riqueza, la ciudad y los que viven en ella. 17 Pues ve, Yo estoy enviando serpientes entre ustedes, víboras que ustedes no pueden encantar. Ellas te morderán--esta es la declaración del SEÑOR.'" 18 Mi pesar no tiene fin, y mi corazón está enfermo. 19 ¡Miren! ¡La voz gritando de la hija de Mi pueblo desde una tierra muy lejana! ¿No está el SEÑOR en Sion? o ¿no está su rey en ella? ¿Por qué entonces ellos me ofenden con sus figuras talladas e ídolos extranjeros sin valor? 20 La cosecha ha pasado, el verano se acabó. Pero nosotros no hemos sido salvos. 21 Yo estoy herido por la herida de la hija de mi pueblo. Yo gimo ante las cosas horribes que le han sucedido a ella; Yo estoy consternado. 22 ¿Acaso no hay medicina en Galaad? ¿Acaso no hay sanador allí? ¿Por qué será que la sanidad de la hija de mi pueblo no sucede?

9

1 ¡Si tan sólo mi cabeza pudiera producir agua, y mis ojos fueran una fuente de lágrimas! Pues yo deseo llorar día y noche por aquellos entre la hija de mi pueblo que han sido asesinados. 2 Si tan sólo alquien me diera un lugar para viajeros en el desierto para quedarme, donde yo pudiera ir para abandonar a mi pueblo. ¡Si tan sólo yo pudiera dejarlos, ya que todos ellos son adúlteros, son una banda de traidores! 3 El SEÑOR declara: "Ellos tensan sus arcos de mentiras con sus lenguas, pero no es a causa de alguna fidelidad de ellos que ellos se fortalecen en la tierra. Ellos van de un acto malvado a otro. Ellos no me conocen." 4 Cada uno de ustedes, esté en guardia contra su vecino y no confíen en ningún hermano. Pues cada hermano es ciertamente engañador, y cada vecino camina en calumnia. 5 Cada hombre se burla de su vecino y no habla la verdad. Sus lenguas enseñan cosas engañosas. Ellos están exaustos de cometer inquidad. 6 Tus moradas están en medio del engaño; en su engaño ellos se rehúsan a reconocerme--esta es la declaración del SEÑOR. 7 El SEÑOR de los ejércitos dice esto: "Miren, Yo estoy a punto de refinarlos y probarlos, ¿pues qué más puedo Yo hacer, por causa de lo que Mi pueblo ha hecho? 8 Sus lenguas son flechas afiladas; ellos hablan cosas infieles. Con sus bocas ellos proclaman paz con sus vecinos, pero con sus corazones ellos los asechan. 9 ¿No debería Yo castigarlos por causa de estas cosas--esta es la declaración del SEÑOR--y no debería Yo vengarme en una nación así? 10 Yo cantaré una canción de luto y lamento por las montañas, y una canción fúnebre será cantada por las praderas. Pues ellas fueron quemadas para que nadie pueda pasar por ellas. Ellos no escucharán el sonido de ningún ganado. Los pájaros del cielo y los animales han volado lejos. 11 Así que Yo convertiré a Jerusalén en un montón de ruinas, un escondite de chacales. Yo haré de las ciudades de Judá lugares arruinados sin habitantes." 12 ¿Qué hombre es suficientemente sabio para entender esto? ¿A quién ha hablado la boca del SEÑOR, y El lo declare? ¿Por qué la tierra ha perecido y ha sido destruida como el desierto que nadie puede pasar? 13 El SEÑOR dice: "Esto es porque han abandonado mi ley, la cual puse delante de ellos, porque ellos no esuchan mi voz ni caminan por ella. 14 Esto es porque ellos han caminado según sus corazones tercos y han seguido a los baales así como sus padres les enseñaron a hacer. " 15 Por lo tanto, El SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel, dice esto: 'Miren, Yo estoy a punto de hacer que este pueblo coma ajenjo y beba agua venenosa. 16 Luego, los esparciré entre las naciones que ellos no han conocido, ni ellos ni sus ancestros. Yo enviaré una espada tras ellos hasta que los haya destruido completamente." 17 El SEÑOR de los ejércitos dice esto: "Piensa en esto: Convoca a cantantes de funeral; deja que ellos vengan. Busquen a mujeres hábiles para el lamento; deja que vengan. 18 Deja que se apresuren y canten canciones de lamento sobre nosotros, para que nuestras lágrimas corran por nuestros ojos y de nuestros párpados fluya agua." 19 Pues el sonido de gemido es escuchado en Sion: 'Cómo estamos devastados. Nosotros estamos grandemente avergonzados, pues nosotros hemos abandonado la tierra desde que ellos derribaron nuestras casas.' 20 Así que ustedes mujeres, escuchen la palabra del SEÑOR; presten atención a los mensajes que vienen de Su boca. Luego, enseñen a sus hijas una canción de lamento, y a cada vecina una canción de funeral. 21 Pues la muerte ha venido a través de nuestras ventanas; ésta va dentro nuestros palacios. Esta destruye a los niños desde afuera, y a hombre jóvenes en las plazas de la ciudad. 22 Declara esto: 'Esta es la declaración del SEÑOR--los cadáveres de los hombres caerán como excremento en los campos, y como tallos de granos detrás de los segadores, y no habrá ninguno para recogerlos."' 23 El SEÑOR dice esto: "No permitan que el hombre sabio se enorgullezca en su sabiduría, o el guerrero en su fuerza. No permitan que el hombre rico se enorgullezca en sus riquezas. 24 Pues si un hombre se enorgullece de algo, deja que sea en esto: que tiene visión y Me conoce. Pues Yo soy el SEÑOR, quien actúa con lealtad al pacto, justicia y honradez en la tierra. Pues es en esto que me complazco--esta es la declaración del SEÑOR." 25 "Miren, vienen días--esta es la declaración del SEÑOR--cuando Yo voy a castigar a todos los circuncidados que lo están sólo en sus cuerpos. 26 Yo castigaré a Egipto y Judá, Edom, el pueblo de Amón, Moab, y todo el pueblo que se corta el cabello de sus cabeza muy corto. Pues todas estas naciones son incircuncisas, y toda la casa de Israel tiene un corazón incircunciso."

10

1 "Escucha la palabra que el SEÑOR te está anunciando, casa de Israel. 2 El SEÑOR dice esto: 'No aprendas los caminos de las naciones, y no te espantes por las señales en los cielos, porque las naciones son consternadas por éstas." 3 Pues las costumbres religiosas de esta gente son indignas. Ellos cortan un árbol en el bosque, y el artesano talla la madera. 4 Entonces, ellos la decoran con plata y oro. Ellos la fortalecen con martillo y clavos para que no se caiga. 5 Lo que ellos hacen con sus manos son como espantapájaros en un huerto de pepinos, porque ellos, también, pueden decir nada, y tienen que ser cargados porque no pueden caminar. No les teman a ellos, porque ellos no pueden provocar el mal, ni son capaces de hacer nada bueno.'" 6 No hay nadie como Tú, SEÑOR. Tú eres grande, y Tu nombre es grande en poder. 7 ¿Quién no te teme, Rey de las naciones? Porque esto es lo que Tú mereces, porque no hay nadie como Tú entre todos los hombres sabios de las naciones o en todos sus reinos reales. 8 Todos ellos son iguales, ellos son brutos y estúpidos, discípulos de ídolos que no son más que madera. 9 Ellos traen plata martillada de Tarsis, y oro de Ufaz hecho por artífices, las manos de refinadores. Sus ropas son telas azules y púrpuras. Sus hombres llenos de destreza hacen estas cosas. 10 Pero el SEÑOR es el verdadero Dios. Él es Dios Viviente y el Rey Eterno. La tierra tiembla por Su enojo, y las naciones no pueden resistir Su enojo. 11 Ustedes les hablaran a ellos así: "Los dioses que no hicieron los cielos y la tierra perecerán de la tierra y de debajo de estos cielos." 12 Pero fue Él quien hizo los cielos y la tierra con Su poder, y Él estableció el mundo por Su sabiduría, y por Su entendimiento Él estiró los cielos. 13 Su voz hace el rugir de las aguas en el cielo, y Él sube el rocío de los confines de la tierra. Él hace el relámpago para la lluvia y envía al viento fuera de Su almacén. 14 Cada hombre se ha vuelto ignorante, sin conocimiento. Cada trabajador de metales es puesto en vergüenza por sus ídolos. Pues sus imágenes fundidas son un fraude; no hay vida en ellos. 15 Ellos son inútiles, el trabajo de burladores; ellos perecerán al tiempo de su castigo. 16 Pero Dios, la porción de Jacob, no es como éstos, pues Él es el Creador de todas las cosas. Israel es la tribu de Su herencia; el SEÑOR de los Ejércitos es Su nombre. 17 Recogan sus pertenencias y abandonen la tierra, ustedes pueblo, quienes han estado viviendo sitiados. 18 Pues, el SEÑOR dice esto: "Miren, Yo estoy a punto de arrojar a los habitantes de esta tierra este tiempo. Yo les causaré angustia, y ellos verán lo que será." 19 ¡Ay de mí! A causa de mis huesos rotos, mi herida está infectada. Entonces, yo digo: "Ciertamente, esto es agonía, pero debo soportarla." 20 Mi tienda está devastada, y todas mis sogas de la tienda están cortadas en dos. Ellos se han llevado a mis hijos lejos de Mí, así que ellos ya no existen. Ya no hay nadie para expandir mi tienda o levantar las cortinas de mi tienda. 21 Pues los pastores son estúpidos y ellos no buscan al SEÑOR; así que ellos no han prosperado, y todos sus rebaños han sido regados. 22 El informe de noticias ha llegado: "¡Mira! Viene, un gran terremoto está viniendo de la tierra del norte para convertir las ciudades de Judá en ruinas, escondites para chacales." 23 Yo sé, SEÑOR, que el camino del hombre no viene de sí mismo. Ninguna persona caminando dirige sus propios pasos. 24 Disciplíname, SEÑOR, con justicia, no en Tu enojo o Tu me destruirías. 25 Derrama Tu furia en las naciones que no te conocen y en las familias que no claman a Tu nombre. Pues ellos han devorado a Jacob y lo han consumido hasta destruirlo completamente y demoler su habitación.

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1 La palabra que vino a Jeremías del SEÑOR, y Él dijo: 2 "Escucha las palabras de este pacto, y decláralas a cada hombre en Judá y a los habitantes de Jerusalén. 3 Dile a ellos: 'El SEÑOR, Dios de Israel dice esto: Maldito es cualquiera quien no escucha las palabras de este pacto. 4 Este es el pacto que Yo ordené a sus antepasados para guardar el día que Yo los saqué de la tierra de Egipto, del horno para la fundición de hierro. Yo dije: "Escuchen mi voz y hagan todas estas cosas justo como Yo se las he ordenado, pues ustedes serán Mi pueblo y Yo seré su Dios." 5 Obedézcanme para que así Yo pueda confirmar el juramento que Yo les juré a sus antepasados, el juramento que Yo les daría la tierra que fluye con leche y miel, donde ustedes viven hoy." Entonces yo, Jeremías, constesté y dije: "¡Sí, SEÑOR!" 6 El SEÑOR me dijo: "Proclama todas estas cosas en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Di: 'Escucha a las palabras de este pacto y llévalas a cabo. 7 Pues, Yo he estado dando órdenes solemnes a tus antepasados desde el día que Yo los saqué de la tierra de Egipto hasta este tiempo presente, advirtiéndoles persistentemente y diciéndoles: "Escúchen mi voz."' 8 Pero ellos no escucharon ni prestaron atención. Cada persona ha estado caminando en la terquedad de su malvado corazón. Así que Yo traje todas las maldiciones en este pacto que Yo ordené venir contra ellos. Pero las personas todavía no obedecieron." 9 Después el SEÑOR me dijo: "Una conspiración ha sido descubierta entre los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén. 10 Ellos se han tornado a las iniquidades de sus primeros antepasados, quienes se rehusaron a escuchar Mi palabra, quienes al contrario caminaron tras otros dioses para adorarlos. La casa de Israel y la casa de Judá rompió mi pacto que Yo establecí con sus antepasados. 11 Por lo tanto, el SEÑOR dice esto: 'Mira, Yo estoy a punto de traer desastre sobre ellos, desastre del cual ellos no van a ser capaces de escapar. Luego, ellos van a llamarme a Mí, pero Yo no los voy a escuchar a ellos. 12 Las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén irán y llamarán a los dioses a los cuales ellos le han dado ofrendas, pero ellos ciertamente no van a ser salvos por ellos en el tiempo de su desastre. 13 Pues, el número de dioses ha incrementado para igualar el mismo número de tus ciudades, Judá. Y ustedes han hecho el número de altares vergonzosos en Jerusalén, altares de incenso para Baal, al igual que el número de calles. 14 Así que, tú mismo, Jeremías, no debes orar por este pueblo. Tú no debes gemir ni orar a favor de ellos. Pues, Yo no voy a estar escuchando cuando ellos me llamen en su desastre. 15 ¿Por qué es mi amado, el que ha tenido tantas intenciones malvadas, en Mi casa? La carne de sus sacrificios no te puede ayudar. Tú te regocijas por tu malas acciones. 16 En el pasado el SEÑOR te llamó un árbol de olivo frondoso, bello con hermosos frutos. Pero Él lo va a encender con un fuego que va a sonar como el rugir de una tormenta; sus ramas serán quebradas. 17 Pues, El SEÑOR de los ejércitos, el que te plantó, ha decretado un desastre en tu contra por los malos actos que la casa de Israel y la casa de Judá han cometido, ellos Me han enojado al darle ofrendas a Baal."' 18 El SEÑOR me hizo saber estas cosas, así que, yo las sé. Tú, SEÑOR, me has hecho ver sus actos. 19 Yo era como un cordero tierno siendo llevado a un carnicero. Yo no sabía que ellos había formado un plan en contra mía: "¡Déjanos destruir el árbol con sus frutos! Déjanos cortarlo a él de la tierra de los vivos para que su nombre no sea recordado." 20 Aún así, el SEÑOR de los ejércitos es el juez justo quien examina el corazón y la mente. Yo voy a presenciar Tu venganza en contra de ellos, pues yo he presentado mi caso ante Ti. 21 Por lo tanto, El SEÑOR dice esto concerniente a las personas de Anatot quienes están en busca de tu vida: "Ellos dicen: 'Tú no debes profetizar en el nombre del SEÑOR, o tú vas a morir por nuestra mano.' 22 Por lo tanto, el SEÑOR de los ejércitos dice esto: 'Mira, Yo estoy a punto de castigarlos a ellos. Sus jóvenes vigorozos van a morir por la espada. Sus hijos e hijas van a morir por hambruna. 23 Ninguno de ellos quedará, porque Yo voy a traer desatre en contra de las personas de Anatot, un año de su castigo."'

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1 Tu eres justo, SEÑOR, cada vez que yo vengo con disputas a Ti. Yo ciertamente te diré mi razón para quejarme: ¿Por qué los caminos de los malvados tienen éxito? Todas las personas infieles son exitosas. 2 Tú las plantaste y ellas echaron raíces. Ellas continúan produciendo frutos. Tu estás cerca de ellas en sus bocas, pero muy lejos de sus corazones. 3 Más Tú, SEÑOR, me conoces. Tú me ves y pruebas mi corazón hacia ti. ¡Llévatelos como ovejas para el matadero, y apártalos para el día de matanza! 4 ¿Hasta cuándo la tierra seguirá secándose, y las plantas en cada campo se marchitarán por la maldad de sus habitantes? Bestias y pájaros han sido llevado lejos. Ciertamente, la gente dice: "Dios no sabe lo que pasará con nosotros." 5 El SEÑOR dice: "Ciertamente, si tú, Jeremías, has corrido con soldados a pie y ellos te han fatigado, ¿Cómo puedes competir contra caballos? Si te caes en un campiña segura, ¿cómo harás en los matorrales a lo largo del Jordán? 6 Porque incluso tus hermanos y la familia de tu padre te han traicionado y te han denunciado en voz alta. No confíes en ellos, aunque ellos te digan cosas bonitas. 7 Yo he abandonado mi casa; Yo he dejado mi herencia. Yo he entregado a mi propio pueblo querido en las manos de sus enemigos. 8 Mi herencia se ha convertido para mí como un león en unos matorrales; ella se establece en contra de mí con su propia voz, así que Yo la odio. 9 ¿No se ha convertido mi preciada posesión en un pájaro manchado, que otras aves de presa van en contra de ella por todo alrededor? Ve y reúne todas las bestias salvajes y llévalas a ellas para devorarlas. 10 Muchos pastores han destruido mi viñedo. Ellos han pisoteado toda mi porción de la tierra; ellos han convertido la porción en donde me deleito, en un desierto, en desolación. 11 Ellos la han hecho en una desolación. Yo me lamento por ella, ella está desolada. Toda la tierra se ha hecho desolada, pues no hay nadie que lo lleve al corazón. 12 Destructores han venido en contra de todos los lugares vacíos en el desierto, porque la espada del SEÑOR esta devorando desde un extremo de la tierra al otro extremo. No hay ninguna seguridad en la tierra para ningún ser viviente. 13 Ellos han sembrado trigo pero han cosechado arbustos espinosos. Ellos estan cansados del trabajo pero no han ganado nada. Así que avergúenzense de sus ganacias por causa del enojo del SEÑOR." 14 El SEÑOR dice esto en contra de todos mis vecinos, los malvados que atacan las posesiones que Yo he hecho que mi pueblo Israel herede: "Miren, YO soy el que está a punto de desarraigarlos de su propia tierra, y Yo levantaré la casa de Judá por medio de ellos. 15 Luego de que Yo desarraigue esas naciones, ocurrirá que Yo tendré compasión de ellos y los traeré de vuelta; Yo los voy a devolver, cada hombre a su herencia y a su tierra. 16 Acontecerá que si estas naciones cuidadosamente aprenden las formas de mi pueblo, a jurar en mi nombre 'Yo declaro, tan cierto como el SEÑOR vive' así como ellos le han enseñado a mi pueblo a jurar por baal, entonces ellos serán levantados en medio de mi pueblo. 17 Pero si ninguno escucha, entonces Yo voy desarraigar esa nación. Ciertamente será desarraigada y destruida, esta es la declaración del SEÑOR."

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1 El SEÑOR me dijo esto: "Ve y compra ropa interior de lino y ponla alrededor de tu cintura, pero no la pongas en agua primero." 2 Así que compré ropa interior como el SEÑOR ordenó, y la puse alrededor de mi cintura. 3 Entonces la palabra del SEÑOR vino a mí una segunda vez, diciendo: 4 "Toma la ropa interior que compraste que está alrededor de tu cintura, levántate y viaja al Éufrates. Escóndela allí en la hendidura de una piedra." 5 Así que fui y la escondí en el Éufrates justo como el SEÑOR me había ordenado. 6 Después de muchos días, el SEÑOR me dijo: "Levántate y vuelve al Éufrates. Toma de allí la ropa interior que te dije que escondieras." 7 Así que volví al Éufrates y saqué la ropa interior de donde la había escondido. ¡Pero he aquí! La ropa interior había sido destruida; no servía para nada. 8 Entonces la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 9 "El SEÑOR dice esto: De esta misma manera destruiré la gran arrogancia de Judá y Jerusalén. 10 Esta gente malvada que se rehusan a escuchar Mi palabra, que caminan en la dureza de su corazón, que siguen a otros dioses para adorarlos y postrarse ante ellos--ellos serán como esta ropa interior que no sirve para nada. 11 Pues así como una ropa interior se aguanta de las caderas de alguien, así he hecho que toda la casa de Israel y toda la casa de Judá se aguanten de Mí--esta es la declaración del SEÑOR--para ser Mi pueblo, para traerme fama, alabanza, y honor. Pero ellos no me escuchan a Mí. 12 Así que debes hablar esta palabra a ellos: 'SEÑOR, el Dios de Israel, dice esto: cada jarra será llena de vino.' Ellos te dirán: '¿No sabemos nosotros que cada jarra será llenada de vino?' 13 Así que dile a ellos: 'El SEÑOR dice esto: Vean, Yo estoy a punto de llenar con embriaguez a cada habitante de esta tierra, los reyes que se sientan en el trono de David, los sacerdotes, los profetas, y todos los habitantes de Jerusalén. 14 Entonces aplastaré a cada hombre contra el otro, padres e hijos juntos--esta es la declaración del SEÑOR-- Yo no tendré pena de ellos ni tendré compasión, y no los perdonaré de la destrucción.'" 15 Escuchen y presten atención. No sean arrogantes, pues el SEÑOR ha hablado. 16 Den honor al SEÑOR su Dios antes de que traiga oscuridad, y antes de que cause que sus pies tiemblen en las montañas al crepúsculo. Pues están esperando luz, pero Él convertirá este lugar en una oscuridad profunda, en una nube oscura. 17 Así que si ustedes no escuchan, lloraré solo por su arrogancia. Mis ojos ciertamente llorarán y fluirán con lágrimas, pues el rebaño del SEÑOR ha sido tomado cautivo. 18 "Dile al rey y a la madre reina: 'Humíllense y siéntense, pues la corona está en sus cabezas, su orgullo y gloria, se han caído.' 19 Las ciudades en el Neguev serán calladas, sin nadie que las abra. Judá será tomada cautiva, todo de ella en exilio. 20 Levanten sus ojos y miren a los que vienen del norte. ¿Dónde está el rebaño que Él les dió, el rebaño que era tan hermoso para tí? 21 ¿Que dirás cuando Dios ponga sobre tí a aquellos que les habías enseñado a ser tus amigos? ¿No son estos los principios de los dolores de parto que te agarrarán como una mujer dando a luz? 22 Entonces, puedes decir en tu corazón: '¿Por qué me están sucediendo estas cosas?' Será por la multitud de tus iniquidades que tus faldas están alzadas y has sido violada. 23 ¿Puede la gente de Cus cambiar el color de su piel, o un leopardo cambiar sus manchas? Si es así, pues tú mismo, aunque estás acostumbrado a tu maldad, podrías hacer el bien. 24 Así que yo los dispersaré como paja que perece en el viento del desierto. 25 Esto es lo que Yo les he dado, la porción que Yo he decretado para ustedes--esta es la declaración del SEÑOR--porque me han olvidado y han creído en el engaño. 26 Así que también Yo mismo desvestiré tus faldas y tus partes privadas serán vistas. 27 ¡Yo he visto tu adulterio y relincho, la maldad de tu prostitución en las colinas y los campos, y Yo he visto estas cosas detestables! ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿Cuánto más hasta que seas limpia otra vez?"

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1 Esta es la palabra del SEÑOR que vino a Jeremías en cuanto a la sequía: 2 "Deja a Judá lamentarse; deja que sus puertas se derrumben. Ellos están gimiendo por la tierra; sus gritos por Jerusalén están subiendo. 3 Sus poderosos envían a sus siervos por agua. Cuando ellos van a los zanjas, ellos no pueden encontrar agua. Todos ellos regresan sin éxito; ellos cubren sus cabezas avergonzados y deshonrados. 4 Por esto, la tierra está agrietada, pues no hay lluvia en la tierra. Los aradores están avergonzados y cubren sus cabezas. 5 Pues hasta la cierva deja a sus crías en los campos y los abandona, porque no hay pasto. 6 Los burros salvajes se paran en llanuras vacías y ellos jadean en el viento como chacales. Sus ojos no funcionan para trabajar, pues no hay vegetación." 7 Aunque nuestras iniquidades testifiquen en contra de nosotros, SEÑOR, obra por amor a Tu nombre. Pues nuestras acciones infieles aumentan; nosotros hemos pecado en contra de Ti. 8 Esperanza de Israel, Aquel que lo salva a él en tiempos de angustia, ¿por qué serás Tú como un extraño en la tierra, como un extranjero vagabundo que se estira y se queda solo una noche? 9 ¿Por qué serás Tú como un hombre confundido, como un guerrero que no es capaz de rescatar a nadie? ¡Pues Tú estás en medio de nosotros, SEÑOR! Tu nombre ha sido proclamado sobre nosotros. No nos dejes. 10 El SEÑOR le dice esto a Su pueblo: "Ya que ellos aman el vagar, ellos no han refrenado sus pies de hacerlo." El SEÑOR no está complacido con ellos. Ahora, Él se acuerda de sus iniquidades y ha castigado sus pecados. 11 El SEÑOR me dijo: "No ores por el bien a nombre de este pueblo. 12 Pues si ellos ayunan, Yo no escucharé sus gemidos, y si ellos ofrecen sus ofrendas quemadas y ofrendas de alimento, Yo no me complaceré en ellos. Pues Yo les pondré fin por la espada, hambruna y plaga." 13 Entonces, dije: "¡Oh, SEÑOR Dios! ¡Mira! Los profetas le están diciendo a la gente: 'Ustedes no verán la espada; no habrá hambruna para ustedes, pues Yo les daré verdadera seguridad en éste lugar.'" 14 El SEÑOR me dijo: "Los profetas profetizan engaño en Mi nombre. Yo no los envíe, ni les di ninguna orden ni les hablé. Pero las visiones engañosas e inútiles, adivinaciones engañosas viniendo de sus propias mentes, son lo que ellos les están profetizando a ustedes." 15 Por lo tanto, el SEÑOR dice esto: "Acerca de los los profetas profetizando en Mi nombre pero a quienes Yo no envié--esos que dicen que no habrá espada o hambruna en esta tierra: Estos profetas perecerán por espada y hambruna. 16 Entonces, la gente a quienes ellos le profetizaron serán arrojados en las calles de Jerusalén por causa de la hambruna y espada, pues no habrá nadie que los sepulte--a ellos, sus esposas, sus hijos o sus hijas--pues Yo derramaré su maldad sobre ellos. 17 Diles esta palabra a ellos: 'Deja que las lágrimas fluyan de Mis ojos, día y noche. No dejen que se detengan, pues habrá un gran colapso en la hija vírgen de Mi gente--una gran e incurable herida. 18 Si Yo salgo al campo, ¡ahí están los que fueron asesinados por la espada! Si Yo vengo a la ciudad, ahí están las enfermedades que son causadas por la hambruna. Tanto el profeta como el sacerdote vagan por la tierra, y ellos no saben.'" 19 ¿Has rechazado Tú completamente a Judá? ¿Odias a Sion? ¿Por qué nos afligirás cuando no haya sanación para nosotros? Nosotros esperamos la paz, pero no había nada bueno--y por un tiempo de sanación, pero mira, solo hay terror. 20 Nosotros admitimos, SEÑOR, nuestras ofensas, la iniquidad de nuestros ancenstros, pues nosotros hemos pecado en contra tuya. 21 ¡No nos rechazes! Por amor a Tu nombre, no hagas de Tu glorioso trono una desgracia. Recuerda y no rompas Tu pacto con nosotros. 22 ¿Hay entre los ídolos de las naciones alguien que pueda hacer los cielos dar la lluvia de primavera? ¿No eres Tú, SEÑOR nuestro Dios, Quien hace esto? Nosotros esperamos en Ti, pues Tú has hecho todas estas cosas.

15

1 Después el SEÑOR dijo: "Aún si Moisés o Samuel estuviesen parados frente a Mí, Yo aún no estará en favor de este pueblo. Envíalos lejos de Mí, para que ellos se vayan. 2 Pasará que te dirán: '¿A dónde debemos irnos?' Después debes decirles, 'El SEÑOR dice esto: Aquellos destinados a muerte deben ir a morir; aquellos destinados para la espada deben ir a la espada. Aquellos destinados a la hambruna deben ir a la hambruna; y aquellos destinados para el cautiverio deben ir al cautiverio.' 3 Pues Los voy a asignar en cuatro grupos--esta es declaración del SEÑOR--la espada para matar algunos, los perros arrastrarán a algunos, las aves de los cielos y las bestias de la tierra van a consumir y destruir a algunos. 4 Yo haré de ellos una cosa horrible a todos los reinos de la tierra, por lo que Manasés hijo de Ezequías, rey de Judá, hizo en Jerusalén. 5 ¿Quién tendrá compasión de ti, Jerusalén? ¿Quién se afligirá por ti? ¿Quién irá a preguntar sobre tu bienestar? 6 Ustedes Me han abandonado--esta es declaración del SEÑOR--tú te has alejado de Mí. Entonces Yo voy a atacarte con Mi mano y te destruiré. Yo estoy cansado de tener misericordia de ti. 7 Entonces, Yo voy a sacudirlos con un trillo en las puertas de la tierra. Yo voy a afligirlos. Yo voy a destruir Mi pueblo ya que ellos no se vuelven de sus caminos. 8 Yo haré que el número de sus viudas sea más que las arenas de las orillas del mar. Contra las madres de los hombres jóvenes Yo enviaré al destructor al atardecer. Yo haré que el asombro y el horror desciendan rápidamente sobre ellos. 9 La madre a quien le nacieron siete hijos le serán consumidos. Ella jadeará. Su sol se pondrá mientras aún esté de día. Ella estará apenada y avegonzada, porque Yo voy a darle a aquellos quienes queden de la espada en la presencia de sus enemigos--esta es declaración del SEÑOR." 10 ¡Ay de mí, mi madre! Porque tú me pariste, Yo que soy un hombre de controversia y argumento a través de toda la tierra. Yo no he prestado, ni alguno me ha prestado, pero todos me maldicen. 11 El SEÑOR dijo: "¿No te rescataré para bien? Yo ciertamente hago que tus enemigos rueguen por ayuda en el tiempo de calamidad y ansiedad. 12 ¿Podrá uno aplastar el hierro?¿Especialmente el hierro del norte que está mezclado con bronce? 13 Yo voy a darle a tus enemigos tus riquezas y tesoros como un saqueo gratuito. Yo voy a hacer esto a causa de todos tus pecados cometidos entre todas sus fronteras. 14 Después, Yo te haré servir a tus enemigos en una tierra que tú no conoces, para que un fuego comience, encendido en Mi ira contra ti." 15 ¡SEÑOR, tú sabes! Recuérdame y ayúdame. Trae venganza para mí en contra de aquellos que me persiguen. Tú eres paciente, pero no permitas que ellos me lleven; conoce que yo sufro reproche por Tu causa. Tus palabras han sido encontradas, y yo las consumí. 16 Tus palabras se han vuelto para mí alegría y delicia a mi corazón, pues llevo tu nombre, SEÑOR, Dios de los ejércitos. 17 Yo no me senté en el círculo de aquellos que celebraron o se regocijaron. Yo me senté en soledad a causa de Tu poderosa mano, porque Tú me llenas con indignación. 18 ¿Por qué mi dolor no se va y mi herida es incurable, negándose a ser sanada? ¿Serás como aguas engañosas para mí, aguas que se secan? 19 Por lo tanto El SEÑOR dice esto: "Si tú te arrepientes, Jeremías, entonces Yo voy a restaurarte, y tú estarás frente a Mí y me servirás. Pues si tú separas las cosas tontas de las cosas preciosas, tú serás como Mi boca. El pueblo vendrá nuevamente a ti, pero tú mismo no irás a ellos. 20 Yo voy a hacerte como una pared de bronce impenetrable para este pueblo, y ellos levantarán guerra contra ti. Pero ellos no te derrotarán, porque Yo estoy contigo para salvarte y rescatarte--esta es declaración del SEÑOR-- 21 porque Yo voy a rescatarte de la mano del malvado y te redimiré de la mano del tirano."

16

1 Entonces la palabra del SEÑOR vino a mí diciendo: 2 "No tomes esposa para ti, y no tengas hijos o hijas para tí en este lugar. 3 Pues el SEÑOR dice esto para los hijos e hijas que son nacidos en este lugar, para las madres que los cargan, y a los padres que han causado que sean nacidos en esta tierra: 4 'Ellos morirán por muertes de enfermedad. No se hará luto por ellos o entierro. Ellos serán como excremento en el suelo. Pues ellos vendrán a un fin por la espada y la hambruna, y sus cadáveres serán comida para las aves de los cielos y las bestias de la Tierra.' 5 Pues la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 'No entres a una casa donde hay luto. No vayas a lamentarte ni a mostrar simpatía por ellos, pues He quitado Mi paz de este pueblo, Mi amor firme y misericordia - Esta es la declaración del SEÑOR. 6 Ambos, el grande y el pequeño morirán en esta tierra. Ellos no serán enterrados, y nadie se lamentará por ellos, o se cortarán o se afeitarán la cabeza por ellos.' 7 Nadie debe compartir nada de comida en luto para consolarlos a ellos por causa de las muertes, y nadie debe dar una copa de consuelo a su padre o madre para consolarlos a ellos. 8 Tú no deberás ir a un banquete de alguna casa para sentarte con ellos, para comer o beber.' 9 Pues el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: 'Mira, ante tus ojos, en tus días y en este lugar, estoy a punto de poner un final al sonido de gozo y el sonido de alegría, el sonido del novio y el sonido de la desposada.' 10 Luego pasará que vas a informar estas palabras al pueblo, y ellos te dirán: '¿Por qué el SEÑOR decretó todo este gran desastre contra nosotros? ¿Cuál es nuestra iniquidad y pecado que pecamos en contra del SEÑOR nuestro Dios?' 11 Así que, diles: 'Por cuanto tus antepasados me abandonaron - y ellos fueron detrás de otros dioses y adoraron y se postraron ante ellos. Ellos me abandonaron y no han guardado Mi Ley.' 12 Pero ustedes mismos han traído más maldad que sus antepasados, pues miren, cada persona está caminando por la terquedad de su corazón malvado; no hay nadie que Me escuche. 13 Así que Yo los echaré de esta tierra a una tierra que ustedes no han conocido, ni ustedes ni sus antepasados, y ustedes adorarán a otros dioses allí día y noche, pues Yo no les daré ningún favor a ustedes. 14 Por lo tanto, miren, los días vienen - este es la declaración del SEÑOR - donde no será más dicho: 'Yo declaro, tan cierto como el SEÑOR vive, Aquel que trajo al pueblo de Israel de la tierra de Egipto.' 15 Pero: 'Yo declaro, tan cierto como el SEÑOR vive, Aquel que trajo al pueblo de Israel de la tierra del norte y de la tierra donde Él los había esparcido. 'Pues los traeré de regreso a la tierra que le di a sus antepasados. 16 ¡Miren! Yo enviaré muchos pescadores - esta es la declaración del SEÑOR - para que ellos pesquen la gente fuera. Después de esto, Yo enviaré a muchos cazadores para que ellos los cazen entre las montañas y las colinas, y en las hendiduras de las rocas. 17 Pues Mi ojo está en todos sus caminos; ellos no pueden ser excusados de delante de Mí. Su iniquidad no puede ser excusada delante de Mis ojos. 18 Yo primero pagaré el doble por su iniquidad y pecado por la contaminación de Mi tierra con sus asquerosas figuras de ídolos, y porque ellos llenan Mi herencia con sus asquerosos ídolos. 19 SEÑOR, Tú eres mi fortaleza y mi refugio, mi lugar de seguridad en el día de angustia. Las naciones irán a Ti desde los confines de la tierra y dirán: 'Seguramente nuestros antepasados heredaron engaño. Ellos están vacíos; no hay ninguna ganancia en ellos. 20 ¿La gente hace dioses para sí mismos? Pero ellos no son dioses.' 21 Por lo tanto, ¡Miren! Yo causaré que ellos sepan en este tiempo, Yo causaré que ellos conozcan Mi mano y Mi poder, para que ellos sepan que el SEÑOR es Mi nombre.

17

1 " El pecado de Judá está escrito con aguja de hierro con una punta de diamante. Está grabado en la tabla de su corazón y en los cuernos de sus altares. 2 Aún, sus hijos recuerdan sus altares y sus postes de Asera que estaban junto a los árboles frondosos en las altas colinas. 3 Los postes de Asera estaban en Mi montaña a campo abierto. Tus riquezas y todos tus tesoros Yo los daré como botín, junto a tus altos lugares, a causa del pecado que haz cometido en todos tus territorios. 4 Perderás la herencia que te di. Te daré por esclavo a tus enemigos en una tierra que no conoces, pues haz encendido un fuego en mi ira, en el cual te quemarás por siempre." 5 El SEÑOR dice: "La persona que confíe en la humanidad es maldita; él hace su carne su fuerza pero su corazón se aleja del SEÑOR. 6 Pues, él será como un pequeño arbusto en el Áraba y no verá nada bueno venir. Él se quedará en lugares pedregozos en el desierto, tierra estéril sin habitantes. 7 Pero la persona quien confía en el SEÑOR es bendita, pues, el SEÑOR es su razón de confianza. 8 Pues, él será como árbol plantado en aguas, sus raíces se esparcirán por la corriente. No temerá del calor cuando venga, pues, sus hojas siempre están verdes. No está ansioso en un año de sequía, no parará de producir frutos. 9 El corazón es más engañoso que cualquier otra cosa. Está enfermo; ¿quién puede entenderlo? 10 Yo soy el SEÑOR, Aquel quien escudriña la mente, quien prueba los corazones. Yo le doy a cada persona según sus caminos, de acuerdo a los frutos de sus hechos. 11 Una perdiz empolla un huevo que ella no puso. Alguien podrá hacerse rico injustamente, pero cuando la mitad de sus días se hayan acabado, aquellos ricos lo abandonarán, y al final él será un necio." 12 El lugar de nuestro templo es un trono glorioso, alzado desde el principio. 13 El SEÑOR es la esperanza de Israel. Todos lo que te abandonen serán avergonzados. Aquellos en la tierra quienes se alejaron de ti, serán escritos en el polvo. Pues ellos están abandonando al SEÑOR, la fuente de aguas vivas. 14 ¡Sáname, SEÑOR, y yo seré sanado! Rescátame, y seré rescatado. Pues tú eres mi canción de alabanza. 15 Mira, ellos me están diciendo a mí: '¿Dónde está la palabra del SEÑOR?' 16 En cuanto a mí, Yo no huí de ser un pastor siguiéndote. Yo no ansío el día del desastre. Tú sabes las proclamaciones que vienen de mis labios. Ellas fueron hechas en tu presencia. 17 No seas un terror para mí. Tú eres mi refugio en el día de calamidad. 18 Sean mis perseguidores avergonzados, pero no dejes que me avergüenzen. Sean ellos espantados, pero no dejes que me espante. Envía el día del desastre contra ellos y destrózalos con una doble parte de la destrucción." 19 El SEÑOR me dijo esto: "Vayan y párense en la puerta del pueblo donde los reyes de Judá entran y donde ellos salen, luego dentro de todas las puertas de Jerusalén. 20 Dí a ellos: 'Escuchen la palabra del SEÑOR, reyes de Judá y todo el pueblo de Judá, y todo residente de Jerusalén quienes entran a través de estas puertas. 21 El SEÑOR dice esto: "Tengan cuidado por el bien de sus vidas y no lleven cargas el Día del Reposo para traerlos por las puertas de Jerusalén. 22 No traigas una carga fuera de tu casa en el Día de Reposo. No hagas ningún trabajo, sino que aparta el Día del Reposo, así como Yo ordené a tus antepasados hacerlo.'" 23 Ellos no escucharon o prestaron atención, sino que endurecieron sus cuellos para que ellos no Me escucharan ni aceptaran disciplina. 24 Sucederá que si realmente Me escuchan- esta es la declaración del SEÑOR- y no traigas una carga a las puertas de la ciudad en el Día de Reposo; sino que, aparta el Día de Reposo al SEÑOR y no hagas ningún tipo de trabajo, 25 entonces reyes, príncipes, y aquellos quienes se sientan en el trono de David vendrán a las puertas de esta ciudad en carruajes y con caballos, ellos y sus líderes, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén, y esta ciudad será habitada por siempre. 26 Ellos vendrán desde las ciudades de Judá y alrededor de todo Jerusalén, de la tierra de Benjamín y las llanuras, de las montañas, y del Neguev, trayendo ofrendas quemadas y sacrificios, ofrendas de grano e incienso, ofrendas de gratitud a la Casa del SEÑOR. 27 Pero si no Me escuchas- a separar el Día del Reposo y no llevar carga pesada y no entrar por las puertas de Jerusalén en el Día del Reposo- entonces Yo encenderé un fuego en sus puertas, y consumirá la fortaleza de Jerusalén, y no podrá apagarse."

18

1 La palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR, diciendo: 2 "Levántate y ve a la casa del alfarero, para que escuches mi Palabra allí." 3 Así que salí a la casa del alfarero, y ¡mira! El alfarero estaba trabajando en la rueda del alfarero. 4 Pero el objeto de arcilla que él estaba moldeando fue arruinado en sus manos, así que el cambió su opinión e hizo otro objeto que pareciera bueno a sus ojos hacer. 5 Entonces la Palabra del SEÑOR vino a mi diciendo: 6 "¿No debería Yo ser capaz de actuar como el alfarero contigo, casa de Israel? Esta es declaración del SEÑOR. ¡Mira! como arcilla en las manos del alfarero, así eres tú en mis manos, casa de Israel. 7 En un momento, Yo puedo proclamar algo acerca de una nación o un reino, que yo voy a expulsar, arrancar o destruir. 8 Pero si la nación que acerca de la cual Yo hice aquella proclamación se vuelve de su maldad, entonces Yo desistiré del desastre que estaba planeando traer sobre ella. 9 En otro momento, Yo puedo proclamar algo acerca de una nación o un reino, que Yo construiré o plantaré. 10 Pero si hace el mal en mis ojos al no escuchar Mi voz, entonces Yo detendré el bien que Yo había dicho que haría con ellos. 11 Y ahora, habla a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén y di: 'El SEÑOR dice esto: Vean, Yo estoy a punto de formar un desastre contra tí. Yo estoy a punto de idear un plan contra ti. Arrepiéntase, cada persona de sus malos caminos, tal que, sus caminos y sus prácticas les traiga bien a ustedes.' 12 Pero ellos dirán: 'Esto no sirve de nada. Nosotros actuaremos de acuerdo a nuestros planes. Cada uno de nosotros hará según los deseos malvados y perversos del corazón.' 13 Por lo tanto el SEÑOR dice esto: 'Pregunta a las naciones, ¿quién ha oído hablar de algo como ésto? La virgen de Israel ha cometido un horrible acto. 14 ¿Será que la nieve en el Líbano alguna vez deja de lado las rocas de las colinas? ¿Son las corrientes que vienen desde lejos de las montañas destruidas?¿Esas frías corrientes? 15 Sin embargo mi pueblo me ha olvidado. Ellos han hecho ofrendas a ídolos inútiles y los han hecho tropezar en sus caminos; ellos han dejado los caminos antiguos para caminar por senderos. 16 Sus tierras se convertirán en horror, un objeto de silbido eterno. Todos los que pasen por ella temblarán y sacudirán su cabeza. 17 Los esparciré ante sus enemigos como viento oriental. Yo les mostraré mi espalda, y no mi rostro, en el día de su desastre." 18 Así que el pueblo dijo: "Vengan, hagamos trampas contra Jeremías, ya que la ley del sacerdote nunca perecerá, o el consejo del hombre sabio, o las palabras del profeta. Vengan vamos a atacarlo a él con nuestras palabras y ya no prestar atención a nada de lo que él proclame." 19 Préstame atención SEÑOR, y escucha la voz de mis enemigos. 20 ¿Será el desastre de ellos mi recompensa por ser bueno con ellos? Porque han cavado un hoyo para mí. Recuerda como yo me he parado ante Tí para hablar por su bienestar, para hacer que Tu furia se alejara de ellos. 21 Por lo tanto entrega sus hijos a la hambruna, y entrégalos en las manos de aquellos que usan la espada. Así deja que sus mujeres lleguen a ser desconsoladas y viudas, y sus hombres sean asesinados, y sus hombres jóvenes sean muertos por la espada en batalla. 22 Deja que un grito de angustia sea escuchado desde sus casas, cuando de repente traiags asaltantes contra ellos. Pues ellos han cavado un hoyo para capturarme y tienen trampas ocultas para mis pies. 23 Pero Tu, SEÑOR, Tu sabes todos sus planes contra mí para matarme. No perdones sus iniquidades y pecados. No borres sus pecados lejos de tí. En lugar de eso, déjalos ser echados abajo ante ti. Actúa contra ellos en el tiempo de tu ira.

19

1 El SEÑOR Dios dijo esto: "Ve y compra un frasco de barro de un alfarero mientras tú estás con los ancianos del pueblo y los sacerdotes. 2 Luego ve al Valle de Ben Hinom, a la entrada de la Puerta de las Vasijas Rotas, y allí proclama las palabras que Yo te diré. 3 Di: '¡Escuchen la voz del SEÑOR, reyes de Judá y habitantes de Jerusalén! El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: "Miren, que Yo estoy a punto de traer desastre sobre este lugar, y los oídos de todos los que escuchen sobre esto zumbarán. 4 Yo haré esto porque ellos me han abandonaron y profanaron este lugar. En este lugar ellos ofrecen sacrificios a otros dioses que ellos no conocieron. Ellos, sus ancestros, y los reyes de Judá también han llenado este lugar con sangre inocente. 5 Ellos construyen los lugares altos de Baal para quemar a sus hijos en el fuego como ofrenda quemada para él--algo que Yo no ordené o mencioné, ni me pasó por la mente. 6 Así que, miren, los días vienen--esta es la declaración del SEÑOR--cuando este lugar no se llamará más Tofet, el Valle de Ben Hinom, sino que será Valle de la Matanza. 7 En este lugar Yo haré los planes de Judá y Jerusalén inútiles. Yo los haré caer por la espada ante sus enemigos y por la mano de los que buscan sus vidas. Después le daré sus cadáveres como comida a las aves de los cielos y las bestias de la tierra. 8 Después haré de esta ciudad una ruina y el objeto de silbido, pues todo aquel que pase por ella se estremecerá y silbará respecto a todas estas plagas. 9 Yo haré que ellos coman la carne de sus hijos e hijas; cada hombre consumirá la carne de su vecino durante el asedio y en la agonía traída a ellos por sus enemigos y de aquellos que buscan sus vidas.'" 10 Después tú romperás el frasco de barro a la vista de los hombres que fueron contigo. 11 Tú les dirás a ellos: "El SEÑOR de los ejércitos dice esto: Yo les haré esto mismo a esta gente y a esta ciudad--esta es la declaración del SEÑOR--así como Jeremías destrozó el frasco de barro de arcilla para que no se pudiera reparar de nuevo. La gente enterrará a los muertos en Tofet hasta que no quede lugar para otro muerto más. 12 Esto es lo que Yo haré a este lugar y a sus habitantes cuando Yo haga a esta ciudad como Tofel--esta es la declaración del SEÑOR-- 13 así las casas de Jerusalén y de los reyes de Judá serán como Tofel--todas las casas en cuyos techos la gente inmunda adora a todas las estrellas de los cielos y derraman ofrendas de bebidas a otros dioses.'" 14 Después Jeremías fue desde Tofel, donde el SEÑOR lo había enviado a profetizar. Se paró en el patio de la casa del SEÑOR y le dijo a todas las gentes: 15 "El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: "Miren, Yo estoy a punto de traer a esta ciudad y a todos sus pueblos todo el desastre que Yo he proclamado en su contra, ya que han endurecido su cuello y se han rehusado escuchar Mis palabras.'"

20

1 Pasur, hijo de Imer el sacerdote--él era un oficial principal-- escuchó a Jeremías profetizando estas palabras delante de la casa del SEÑOR. 2 Así que Pasur golpeó a Jeremías el profeta y luego lo puso en el cepo que se encontraba en la puerta superior de Benjamín en la casa del SEÑOR. 3 Ocurrió en el próximo día que Pasur sacó a Jeremías del cepo. Luego Jeremías le dijo a él: "El SEÑOR no te ha llamado por tu nombre Pasur, sino que eres Magor Misabib. 4 Porque EL SEÑOR dice esto: 'Mira, Yo te haré un objeto de horror, tú y todos tus seres amados, pues ellos caerán por la espada de sus enemigos y tus ojos lo verán. Yo daré a toda Judá en mano del rey de Babilonia. Él los hará prisioneros o los atacará con la espada. 5 Yo le daré toda la fortuna de esta ciudad y todas sus riquezas, todos sus objetos preciosos y todos los tesoros de los reyes de Judá. Yo pondré estas cosas en la mano de tus enemigos, y ellos se apoderarán de ellas. Ellos las tomarán y las llevarán a Babilonia. 6 Pero tu, Pasur, y todos los habitantes de tu casa serán llevados en cautividad. Tú irás a Babilonia y morirás allí. Tú y todos tus seres queridos a quienes tú profetizaste cosas engañosas serán enterrados allí."' 7 "SEÑOR, Tú me engañaste, y yo fui engañado. Tú eres más fuerte que yo, y Tú me has dominado. Yo me he convertido en un hazmerreír todo el día; todos se burlan de mí. 8 Porque cada vez que he hablado, yo he llamado y proclamado: 'Violencia y destrucción.' Entonces la palabra del SEÑOR se ha convertido en reproche para mí y burlándose todos los días. 9 Si yo digo: 'Yo no pensaré más en el SEÑOR. Yo no hablaré más tiempo en Su nombre.' Entonces es como un fuego en mi corazón, retenido dentro de mis huesos. Así que yo lucho para contenerlo pero no puedo. 10 He escuchado rumores de terror de muchas personas alrededor. '¡Informar! ¡Debemos informarlo!' Aquellos que están cerca de mí me observan para ver si caigo. 'Tal vez el puede ser estafado. Si es así, nosotros podemos dominarlo y vengarnos de él.' 11 Pero el SEÑOR está conmigo como poderoso guerrero, así que los que me persiguen van a tambalear. Ellos no me vencerán. Ellos serán grandemente avergonzados, porque ellos no tendrán éxito. Ellos tendrán vergüenza sin fin, ésta nunca será olvidada. 12 Pero Tú, SEÑOR de los ejércitos, Tú que examinas al justo y que ves la mente y el corazón. Déjame ver Tú venganza en ellos ya que te he mostrado mi caso. 13 ¡Canten al SEÑOR! ¡Alaben al SEÑOR! Porque Él ha rescatado las vidas de aquellos que son oprimidos de la mano de los malhechores. 14 Deja que el día en que yo nací sea maldito. No dejes que el día que mi madre me dio a luz sea bendito. 15 Deja que el hombre que le informó a mi padre sea maldito, el que dijo: 'Un varón te ha nacido,' causándote gran gozo. 16 Deja que ese hombre sea como las ciudades que el SEÑOR derrocó y Él no tuvo misericordia con ellas. Deja que escuche un grito de ayuda en el amanecer, un grito de guerra al mediodía, 17 porque él no me mató en el vientre, haciendo mi madre ser mi tumba, un vientre que estaba embarazado para siempre. 18 ¿Por qué fue que yo salí del vientre para ver problemas y agonía, para que mis días estuvieran llenos con vergüenza?"

21

1 La Palabra que vino a Jeremías del SEÑOR cuando el rey Sedequías envío a Pasur hijo de Malquías y a Sofonías hijo de Maasías el sacerdote a él. Ellos le dijeron: 2 "Busca consejo del SEÑOR en nuestro nombre, pues Nabucodonosor rey de Babilonia nos está haciendo guerra. Quizás el SEÑOR hará milagros por nosotros, como en los tiempos pasados, y hará que él se aleje de nosotros.'' 3 Así que Jeremías dijo a ellos:'' Esto es lo que le deben decir a Zedequías: 4 El SEÑOR, Dios de Israel, dice esto: ¡Mira, Yo estoy a punto de haver volver los instrumentos de guerra que están en sus manos, con las cuales ustedes estan peleando contra el rey de Babilonia y los Caldeos están sitiándoles desde las afueras de los muros! Pues Yo los reuniré en medio de la ciudad. 5 Entonces Yo mismo pelearé contra ustedes con una mano levantada y un brazo fuerte, y con ira, furia, y gran enojo. 6 Porque Yo atacaré los habitantes de esta ciudad, ambos hombre y bestia. Ellos morirán de una plaga severa. 7 Después de esto, esta es la declaración del SEÑOR, Sedequías rey de Judá, sus siervos, el pueblo, y quien sea que permanezca en la ciudad después de la plaga, la espada, y la hambruna, Yo los daré en las manos de Nabucodonosor rey de Babilonia, y en la mano de sus enemigos, y en la mano de aquellos que buscan sus vidas. Entonces él los matara a filo de espada. Él no tendrá pena de ellos, ni los perdonará, ni tendrá compasión.' 8 Entonces a este pueblo le debes decir: 'el SEÑOR dice esto: Miren, Yo estoy a punto de poner ante tí el camino de vida y el camino de muerte. 9 Quien quede en la ciudad morirá a espada, hambre y plaga; pero quien salga y caiga sobre sus rodillas ante los caldeos quienes los han sitiado vivirán. Él escapará con su vida. 10 Pues Yo he puesto mi cara contra esta ciudad a fin de traer desastre y no traer bien, esta es la declaración del SEÑOR. Se le ha dado en la mano al rey de Babilonia y él la quemará.' 11 Con relación a la casa del rey de Judá, escuchen la palabra del SEÑOR. 12 Casa de David, el SEÑOR dice: 'Traigan justicia en la mañana. Rescaten al que ha sido robado por la mano del opresor, o Mi furia saldrá como fuego y quemará, y ahí no habrá nadie que pueda aplacarlo, por sus malos hechos. 13 ¡Miren, habitantes del valle! Yo estoy en contra de tí, roca de la llanura. Esta es la declaración del SEÑOR. Yo estoy contra cualquiera que diga: ¿Quién bajará a atacarnos?'' o ¿''Quién entrará en nuestras casas?'' 14 Yo he asignado el fruto de sus prácticas a venir contra ustedes, esta es la declaración del SEÑOR, y yo encenderé un fuego en los matorrales, y éste consumirá todo alrededor.'''

22

1 Esto es lo que el SEÑOR dice: "Baja a la casa del rey de Judá y proclama esta palabra allí. 2 Di: 'rey de Judá, escucha la palabra del SEÑOR - tú que te sientas en el trono de David - tú, y tus sirvientes, y tu pueblo que pasa por estas puertas. 3 El SEÑOR dice esto: "Haz justicia y rectitud, y cualquiera quien haya sido robado - rescátalo de la mano del opresor. No maltrates a ningún extranjero en tu tierra, ni algún huérfano o viuda. No cometas violencia ni derrames sangre inocente en este lugar. 4 ¡Pues si tú en verdad haces estas cosas, entonces reyes sentados en el trono de David entrarán por las puertas de esta casa montados en carruajes y en caballos, él, sus siervos, y su pueblo! 5 Pero si tú no escuchas estás palabras de Mí que Yo he anunciado - esta es la declaración del SEÑOR- entonces esta casa real se convertirá en una ruina.'" 6 Pues, el SEÑOR dice esto con respecto a la casa del rey de Judá: 'Tú eres como Galaad, o como la cumbre del Líbano para Mí. Sin embargo, Yo te convertiré en un desierto, en ciudades sin habitantes. 7 ¡Por que Yo he designado destructores que vengan contra ti! Hombres con sus armas cortarán lo mejor de tus cedros y los dejarán caer en el fuego. 8 Entonces, muchas naciones pasarán junto a esta ciudad. Cada persona le dirá a la próxima: "¿Por qué ha actuado el SEÑOR en esta manera hacia esta gran ciudad?" 9 Entonces, la otra le contestará: "Porque ellos abandonaron el pacto del SEÑOR su Dios y se postraron delante otros dioses y los adoraron." 10 No lloren por el que está muerto ni hagan duelo por él; pero lloren amargamente por el que se va a ir, porque él nunca regresará y y verá su tierra nativa otra vez.' 11 Porque el SEÑOR dice esto sobre Joacaz hijo de Josías rey de Judá, quien sirvió como rey en lugar de Josías su padre: 'Él se ha ido de este sitio y no volverá. 12 Él morirá allí en el lugar donde ellos lo exiliaron, y nunca más verá esta tierra.' 13 ¡Ay del que edifica su casa por injusticia, sus aposentos altos por injusticia, que hace a su vecino trabajar por nada, y no le da su sueldo; 14 él dice: 'Yo construiré para mí mismo una casa grande con espaciosos aposentos altos.' Así corta ventanas grandes para esto, y él los cubre con paneles de cedro, y él los pinta en rojo.' 15 ¿Es esto lo que te hace un buen rey, que tú quieras tener paneles de cedro? ¿No comió y bebió tu padre también, aún haciendo justicia y rectitud? Entonces, las cosas fueron bien para él. 16 Él juzgó a favor de los pobres y los necesitados. Eso fue bueno entonces. ¿No es esto lo que quiere decir el conocerme a Mí? - esta es la declaración del SEÑOR. 17 Pero no hay nada en tus ojos y corazón excepto preocupaciones por tus ganancias injustas y por haber derramado sangre inocente, por producir opresión y aplastamiento a otros. 18 Por lo tanto, dice el SEÑOR acerca de Joacim hijo de Josías, rey de Judá: Ellos no van a lamentarlo a él diciendo, '¡Ay, mi hermano!' o '¡Ay, mi hermana!' Ellos no van a lamentar por él diciendo. '¡Ay mi maestro!' o '¡Ay, mi majestad!' 19 Él será sepultado con un entierro de asno, arrastrado lejos y lanzado más allá de las puertas de Jerusalén. 20 Sube a las montañas del Líbano y grita. Alza tu voz en Basán. Grita desde las montañas de Abarim, pues, todos tus amigos serán destruidos. 21 Yo te hablé cuando tú estabas seguro, pero tú dijiste: 'No escucharé.' Esta era tu costumbre desde tu juventud, porque tú no has escuchado mi voz. 22 El viento pastoreará lejos todos tus pastores, y tus amigos irán al cautiverio. Entonces, ciertamente tú serás avergonzado y humillado por todos tus hechos malignos. 23 ¡Tú que vives en el 'Líbano', quien está úbicado en edificios de cedro, cómo serás compadecido cuando los dolores de parto lleguen sobre ti, dolor como el de la mujer que está en parto!" 24 "Mientras Yo viva - esta es la declaración del SEÑOR - aunque tú, Conías, hijo de Joacim rey de Judá, fuera el sello en mi mano derecha, Yo lo arrancaría. 25 Pues, Yo te he dado a la mano de los que buscaban tu vida y a la mano de aquellos delante de quien tú tienes miedo, hasta la mano de Nabucodonosor rey de Babilonia y de los Caldeos. 26 Te lanzaré a ti y a tu madre que te parió a otra tierra, a un país donde tú no naciste, y allí tú morirás. 27 Acerca de esta tierra donde ellos querrán volver, ellos no volverán aquí. 28 ¿Es ésta una vasija despreciada y destrozada? ¿Es este hombre, Conías, una vasija que no complace a nadie? ¿Por qué han sido arrojados él y sus descendientes, y han sido vertidos en una tierra desconocida por ellos? 29 ¡Tierra, Tierra, Tierra! ¡Escucha la palabra del SEÑOR! 30 El SEÑOR dice esto: 'Escribe sobre este hombre Conías: Será sin hijos. No prosperará durante sus días, y ninguno de sus descendientes alcanzarán éxito ni volverán a sentarse en el trono de David y gobernar sobre Judá.'"

23

1 "Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi prado -- esta es la declaración del SEÑOR." 2 Por tanto el SEÑOR, el Dios de Israel, dice esto concerniente a los pastores que están pastoreando su pueblo, "Tú has dispersado mi rebaño y los has alejado. Tú no has cuidado de ellos. Así que Yo estoy próximo a castigarte por el mal que tú has hecho -- esta es la declaración del SEÑOR. 3 Yo mismo reuniré al remanente de mi rebaño desde todas las tierras donde Yo los he expulsado, y Yo los regresaré a un lugar de pastoreo, donde ellos serán fructíferos e aumentarán. 4 Entonces Yo levantaré pastores sobre ellos que los pastorearán para que ellos ya no teman más ni sean dispersados. Ninguno de ellos desaparecerá -- esta es la declaración del SEÑOR. 5 Miren, los días vendrán -- esta es la declaración del SEÑOR--cuando Yo levante para David un ramo justo. Él reinará como rey; él actuará sabiamente y causará derecho y justicia en la tierra. 6 En sus días Judá será rescatada e Israel vivirá en seguridad. Entonces este es el nombre por el cual él será llamado: el SEÑOR es nuestra justicia. 7 Por tanto mira, días vienen--esta es la declaración del SEÑOR--cuando ellos ya no dirán más, 'Vive el SEÑOR, quien sacó el pueblo de Israel fuera de la tierra de Egipto.' 8 En cambio ellos dirán, 'Vive el SEÑOR, quien sacó y dirigió de regreso los descendientes de la casa de Israel de la tierra del norte y de todas las tierras donde ellos habían sido expulsados.' Entonces ellos vivirán en su propia tierra." 9 En cuanto a los profetas, mi corazón está roto dentro de mí, y todos mis huesos tiemblan. Me he convertido como en un hombre ebrio, como un hombre a quien el vino ha dominado, por causa del SEÑOR y sus palabras santas. 10 Pues la tierra está llena de adúlteros. Por causa de estos la tierra está seca. Los prados en el desierto se secan. Los senderos de estos profetas son malvados; su poder no es usado en una manera correcta. 11 Pues ambos los profetas y los sacerdotes están contaminados. ¡Yo hasta encontré su maldad en Mi casa! --esta es la declaración del SEÑOR-- 12 Por tanto su camino será como un lugar resbaladizo en la oscuridad. Ellos serán empujados abajo. Ellos caerán en él. Pues Yo enviaré desastre en contra de ellos en el año de su castigo--esta es la declaración del SEÑOR. 13 Pues Yo he visto los profetas en Samaria haciendo lo que es repulsivo: ellos profetizaron por Baal y dirigieron mi pueblo Israel por mal camino. 14 Entre los profetas en Jerusalén Yo he visto cosas horribles: Ellos cometen adulterio y caminan en engaño. Ellos fortalecen las manos de los malhechores; ninguno torna atrás de su maldad. Todos ellos se han convertido como Sodoma para Mí ¡y sus habitantes como Gomorra! 15 Por tanto el SEÑOR de los ejércitos dice esto concerniente a los profetas, "Mira, Yo estoy por hacerlos comer ajenjo y tomar agua venenosa, pues la contaminación ha salido de los profetas de Jerúsalen a toda la tierra." 16 El SEÑOR de los ejércitos dice esto, "No escuchen las palabras de los profetas que les profetizen a ustedes. ¡Ellos los han engañado! Ellos están anunciando visiones de sus propias mentes, no de la boca del SEÑOR. 17 Ellos están constantemente diciendo a esos que Me deshonran: 'el SEÑOR declara que habrá paz para ustedes.' Pues todo el que camina en la terquedad de su propio corazón dice: 'El desastre no vendrá sobre ustedes.' 18 Pero, ¿Quién se ha parado en la reunión de consejo del SEÑOR? ¿Quién ve y oye Su palabra? ¿Quién presta atención a Su palabra y escucha? 19 Miren, ¡hay una tormenta que viene del SEÑOR! Su furia sale, y una tempestad está girando alrededor. Está girando alrededor de las cabezas de los malvados. 20 La ira del SEÑOR no regresará hasta que haya llevado a cabo y traído a existencia las intenciones de Su corazón. En los días finales, ustedes entenderán ésto. 21 Yo no envié a estos profetas. Ellos sólo aparecieron. Yo no les proclamé nada, pero ellos todavía han profetizado. 22 Pues si ellos se hubieran estado en mi reunión de consejo, ellos hubieran causado que Mi pueblo oyera Mi palabra; ellos hubieran causado que ellos se alejaran de sus malvados caminos y prácticas corruptas. 23 ¿Soy Yo sólo un Dios cercano--esta es la declaración del SEÑOR--y no también un Dios lejano? 24 ¿Puede alguno esconderse en un lugar secreto para que yo no pueda verlo a él? --esta es la declaración del SEÑOR--y, ¿no lleno Yo los cielos y la tierra? --esta es la declaración del SEÑOR. 25 Yo he escuchado lo que los profetas han dicho, aquellos que estaban profetizando engaño en Mi nombre. Ellos dijeron: '¡Yo tuve un sueño! ¡Yo tuve un sueño!' 26 ¿Por cuánto tiempo continuará esto, profetas que profetizan mentiras de sus mentes, y quienes profetizan desde el engaño de sus corazones? 27 Ellos están planificando hacer que Mi pueblo olvide Mi nombre con los sueños que ellos informan, cada uno a su vecino, tal como sus ancestros olvidaron Mi nombre a favor del nombre de Baal. 28 El profeta que tiene un sueño, deja que él informe el sueño. Pero al que Yo le he declarado algo, deja que él declare Mi palabra verdaderamente. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano? --esta es la declaración del SEÑOR-- 29 ¿No es Mi palabra como el fuego--esta es la declaración del SEÑOR--y como un martillo que quiebra una piedra en pedazos? 30 Pues mira, Yo estoy en contra de los profetas--esta es la declaración del SEÑOR--cualquiera que robe palabras de otra persona y diga que ellas vienen de Mí. 31 Miren, Yo estoy en contra de los profetas--esta es la declaración del SEÑOR--que usan sus lenguas para profetizar proclamaciones. 32 Miren, Yo estoy en contra de los profetas que sueñan engañosamente--esta es la declaración del SEÑOR--y entonces los proclaman y de esta manera conducen erróneamente a Mi pueblo con su engaño y su jactancia. Yo estoy contra de ellos, pues Yo no los he enviado a ellos ni les he dado a ellos órdenes. Así que ellos ciertamente no ayudarán a este pueblo--esta es la declaración del SEÑOR. 33 Cuando esta gente, o un profeta, o un sacerdote te pregunte: 'Cuál es la carga del SEÑOR?', tú le dirás a ellos: 'Tú eres la carga, y yo te echaré fuera'--esta es la declaración del SEÑOR. 34 En cuanto a los profetas, sacerdotes y la gente que está diciendo, 'Esta es la profecía del SEÑOR' Yo castigaré a ese hombre y su casa. 35 Tú continuas diciendo, cada persona a su vecino y cada hombre a su hermano: '¿Qué contestó el SEÑOR?' y '¿Qué declaró el SEÑOR?' 36 Pero no debes ya más hablar de la 'carga del SEÑOR' pues la carga es la palabra de cada hombre, y ustedes han pervertido las palabras del Dios viviente, el SEÑOR de los ejércitos, nuestro Dios. 37 Esto es lo que ustedes dirán al profeta: '¿Qué contestación les dió el SEÑOR?' o 'Qué dijo el SEÑOR?' 38 Pero si ustedes dicen: 'La profecía del SEÑOR', esto es lo que dice el SEÑOR: 'Por cuanto ustedes han dicho estas palabras, 'La profecía del SEÑOR,' cuando Yo les envié a ustedes, diciendo, 'Ustedes no dirán, "La profesía del SEÑOR,''' 39 por lo tanto, vean, Yo estoy a punto de levantarlos a ustedes y arrojarlos a ustedes lejos de Mí, junto con la ciudad que Yo les di a ustedes y a sus ancestros. 40 Entonces Yo pondré vergüenza perpetua e insulto sobre ustedes, que no será olvidado.'''

24

1 El SEÑOR me mostró algo. Mira, dos canastas de higos fueron puestas ante el templo del SEÑOR. (Esta visión sucedió después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, llevó al exilio a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, los oficiales de Judá, los artesanos y forjadores de metal de Jerusalén y los trajeron a Babilonia.) 2 Una canasta de higos estaba muy buena, como primeros higos maduros, pero la otra canasta de higos estaba muy mala, tanto que no podían ser comidos. 3 El SEÑOR me dijo: "¿Qué ves, Jeremías?" Yo dije: "Higos. Higos que están muy buenos e higos que están muy malos tanto que no pueden comerse." 4 Entonces la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 5 "El SEÑOR, Dios de Israel, dice esto: Yo miraré a los exiliados de Judá para su beneficio, así como estos higos buenos, los exiliados a quienes Yo he enviado fuera de este lugar a la tierra de los Caldeos. 6 Yo fijaré Mis ojos en ellos para bien y los restauraré a esta tierra. Yo los edificaré, y no los derribaré. Yo los plantaré, y no los arrancaré a ellos. 7 Entonces Yo les daré un corazón para conocerme, pues Yo soy el SEÑOR. Ellos serán Mi pueblo y Yo seré su Dios, así que ellos se volverán a Mí con todo su corazón. 8 Pero como los higos malos que son muy malos para ser comidos-- esto es lo que el SEÑOR dice--Yo actuaré de esta forma con Sedequías, hijo de Judá, con sus oficiales, y con el resto de Jerusalén quienes permanecen en esta tierra o quienes se van a quedar en la tierra de Egipto. 9 Yo los convertiré en algo atemorizante, un desastre, ante la vista de todos los reinos de la Tierra, una desgracia y un objeto de proverbios, burlas y maldiciones en cada lugar donde Yo los he de conducir. 10 Yo enviaré espada, hambruna, y plaga en contra de ellos, hasta que ellos sean destruidos de la tierra que Yo les di y a sus ancestros."

25

1 Esta es la palabra que vino a Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá. Sucedió que en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá. Ese fue el primer año de Nabucodonosor, rey de Babilonia. 2 Jeremías el profeta proclamó esto a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén. 3 Él dijo: "Por veintitres años, desde el año decimotercero de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, hasta este día, las palabra del SEÑOR han estado viniendo a mí y he hablado a ustedes una y otra vez, pero ustedes no han escuchado. 4 El SEÑOR envió a todos sus siervos los profetas una y otra vez, pero ustedes no han escuchado o han prestado ninguna atención" 5 Estos profetas dijeron: 'Que cada hombre se vuelva de su malvado camino y de la corrupción de sus prácticas y regrese a la tierra que el SEÑOR entregó en tiempos antiguos a tus antepasados y a ustedes, como un regalo permanente. 6 Así que no caminen tras otros dioses para adorarlos o postrarse ante ellos, y no lo provoquen con la obra de sus manos para que Él les haga daño.' 7 Pero ustedes no me han escuchado- ésta es la declaración del SEÑOR - Así que, ustedes Me han provocado, con la obra de sus manos, a que les haga daño. 8 Así que El SEÑOR de los ejércitos dice esto: 'Porque no escucharon mis palabras, 9 miren, estoy a punto de enviar una orden para reunir a todos los pueblos del norte- esta es la declaración del SEÑOR - Con Nabucodonosor, mi siervo, rey de Babilonia, y traerlos contra esta tierra y sus habitantes, y contra todas las naciones a tu alrededor. Pues Yo los apartaré para destrucción. Yo los volveré un horror, un objeto para silbar, una desolación sin fin. 10 Yo pondré un final al sonido de gozo y al sonido de alegría, el sonido del novio y de la desposada, el sonido de la piedra de molino y la luz de la lámpara. 11 Luego toda esta tierra se volverá una desolación y un horror, y estas naciones servirán al rey de Babilonia por setenta años. 12 Luego ocurrirá cuando setenta años sean completados, que Yo castigaré al rey de Babilonia y a esa nación, la tierra de los caldeos - Esta es la declaración del SEÑOR - por su iniquidad y la haré una desolación sin fin. 13 Luego Yo llevaré en contra de esa tierra todas las palabras que he hablado, y todo lo escrito en este libro que Jeremías ha profetizado en contra de todas las naciones. 14 Pues, también, muchas otras naciones y grandes reyes harán esclavos de estas naciones. Yo les pagaré por sus obras y el trabajo de sus manos."' 15 Pues, el SEÑOR, Dios de Israel, me dijo esto: "Toma esta copa del vino de la furia de mi mano, y haz que todas las naciones a las que te estoy enviando la tomen. 16 Pues ellos beberán y luego tropezarán y vociferarán locamente ante la espada que Yo estoy enviando en medio de ellos." 17 Así que tomé la copa de la mano del SEÑOR, e hice que todas las naciones a las que el SEÑOR me envió que bebieran: 18 Jerusalén, las ciudades de Judá y sus reyes y oficiales - que los convirtiera en ruinas y algo atemorizante, y en objetos para silbar y maldecir, como son en el día presente. 19 Otras naciones también tuvieron que tomarlo: Faraón, el rey de Egipto y sus siervos; sus oficiales y todo su pueblo; 20 todo el pueblo de herencia mixta, y todos los reyes de la tierra de Uz; todos los reyes de la tierra de Filistea - Ascalón, Gaza, Ecrón y el remanente de Asdod; 21 Edom y Moab y el pueblo de Amón. 22 Los reyes de Tiro y Sidón, los reyes de las costas en el otro lado del mar, 23 Dedan, Tema, y Buz con todos aquellos que se cortan su cabellos en los lados de sus cabezas, ellos también tuvieron que beber de ésta. 24 Este pueblo también tuvo que beber de ésta: todos los reyes de Arabia y todos los reyes de pueblos de herencia mixta, quienes viven en el desierto; 25 todos los reyes de Zimri, todos los reyes de Elam, y todos los reyes de Media; 26 todos los reyes del norte, aquellos de cerca y aquellos de lejos - todo el mundo con su hermano y todos los reinos del mundo que están en la superficie de la Tierra. Finalmente, el rey de Babilonia la beberá después de todos ellos. 27 El SEÑOR me dijo: "Ahora tú, debes decirles: 'El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: Beban y emborráchense, luego vomiten, caigan y no se levanten ante la espada que Yo envío entre ustedes.' 28 Luego sucederá que si ellos se niegan a tomar la copa de tu mano para beber, tú les dirás: 'El SEÑOR de los ejércitos dice esto: Ustedes deben ciertamente beberlo. 29 Pues verán, Yo estoy a punto de traer desastre a la ciudad que es llamada por Mi nombre, ¿y ustedes mismos deberán ser libres del castigo? Ustedes no serán libres, ¡pues Yo estoy llamando una espada en contra de todos los habitantes de la tierra! - esta es la declaración del SEÑOR de los ejércitos.' 30 Tú debes profetizar todas estas palabras contra ellos, y decirles: 'el SEÑOR rugirá desde las alturas y Él gritará con su voz desde Su santa morada, y Él rugirá poderosamente contra su redil; y Él gritará, como aquellos que pisan las uvas contra todos aquellos que viven en la Tierra. 31 El sonido de batalla resonará hasta los confines de la Tierra, pues el SEÑOR trae cargos contra las naciones, y Él trae juicio a toda carne. Él le entregará los malvados a la espada - esta es la declaración del SEÑOR. 32 El SEÑOR de los ejércitos dice esto: 'Miren, el desastre va de nación en nación, y una gran tormenta está comenzando desde las partes más lejanas de la Tierra. 33 Entonces, aquellos muertos por el SEÑOR se extenderán en ese día de un extremo de la tierra al otro; ellos no serán llorados, recogidos o enterrados. Ellos serán como excremento en el suelo. 34 ¡Giman, pastores, y griten por ayuda! Rueden sobre el polvo, ustedes líderes del rebaño, pues los días de su matanza han llegado; ustedes serán esparcidos cuando caigan como cerámica fina. 35 No hay refugio para los pastores, no habrá escapatoria para los líderes del rebaño. 36 Escuchen los gritos de los pastores y los gemidos de los líderes del rebaño, pues el SEÑOR está destruyendo sus pastos. 37 Así que los pastos apacibles serán devastados por la ira feroz del SEÑOR. 38 Como un león joven, Él ha dejado su guarida, pues su tierra se volverá un horror por el enojo del opresor, por causa de Su enojada ira.

26

1 En el principio del reinado de Joacim, hijo de Josías, vino esta palabra del SEÑOR, diciendo: 2 "El SEÑOR dice esto: Párate en el patio de Mi casa y habla sobre todas las ciudades de Judá que vienen a adorar a Mi casa. Proclama todas las palabras que te he ordenado a decirles. ¡No acortes ni una palabra! 3 Puede ser que escuchen, que cada hombre se aleje de sus caminos malvados, tanto que Yo voy a ceder en cuanto al desastre que estoy planificando enviarles por la maldad de sus prácticas. 4 Así que debes decirles: 'El SEÑOR dice esto: Si no me escuchan como para caminar en Mi ley que he puesto ante ustedes - 5 si no escuchan las palabras de mis siervos, los profetas quienes Yo persistentemente les estoy enviando - ¡pero ustedes no han escuchado! - 6 entonces Yo haré esta casa como Silo; Yo convertiré a esta ciudad en una maldición a la vista de todas las naciones en la tierra.'" 7 Los sacerdotes, los profetas, y todas las personas escucharon a Jeremías anunciando estas palabras en la casa del SEÑOR. 8 Y aconteció que cuando Jeremías había terminado de anunciar todo lo que el SEÑOR le había ordenado decir a todas las gentes, sacerdotes, y profetas, y todo el pueblo lo agarraron y dijeron: "¡Tú ciertamente morirás! 9 ¿Por qué has profetizado en el nombre del SEÑOR y dicho que esta casa será como Silo y esta ciudad estará desolada, sin habitantes?" Pues todo el pueblo había formado un motín contra Jeremías en la casa del SEÑOR. 10 Entonces los oficiales de Judá escucharon estas palabras y subieron desda la casa del rey hasta la casa del SEÑOR. Ellos se sentaron en la entrada de la Nueva Puerta de la casa del SEÑOR. 11 Los sacerdotes y los profetas hablaron a los oficiales y a todo el pueblo. Ellos dijeron: "¡Es justo que este hombre muera, pues ha profetizado contra esta ciudad, justo como lo han escuchado con sus propios oídos!" 12 Así que Jeremías habló a todos los oficiales y a todo el pueblo y dijo: "El SEÑOR me ha enviado a profetizar en contra de esta casa y esta ciudad, para decir todas las palabras que ustedes han escuchado. 13 Pues ahora mejoren sus caminos y sus prácticas, y escuchen la voz del SEÑOR su Dios para que se aplaque acerca del desastre que Él ha proclamado contra ustedes. 14 Yo mismo - ¡Mírenme! - estoy en sus manos. Háganme a mí lo que es bueno y justo en sus ojos. 15 Pero deberían seguramente saber que si me matan, entonces están echando sangre inocente sobre ustedes mismos y sobre esta ciudad y sus habitantes, pues el SEÑOR verdaderamente me ha enviado a proclamar estas palabras para sus oídos." 16 Entonces los oficiales y todas las personas dijeron a los sacerdotes y a los profetas: "No es justo que este hombre muera, pues él ha proclamado cosas a nosotros en el nombre del SEÑOR nuestro Dios." 17 Entonces, hombres de los ancianos de la tierra se levantaron y hablaron a toda la asamblea del pueblo. 18 Ellos dijeron: "Miqueas de Moréset estaba profetizando en los días de Ezequías rey de Judá. El habló a todas las personas de Judá y dijo: 'El SEÑOR de los Ejércitos dice esto: Sion será arado como un campo, Jerusalén se convertirá en un montón de escombros, y el monte del templo se convertirá en una colina cubierta de matorrales.' 19 ¿Acaso Ezequías, rey de Judá, y todo Judá, lo llevaron a la muerte? ¿No tuvo él temor del SEÑOR y apaciguó el rostro del SEÑOR para que el SEÑOR cediera en relación al desastre que Él les había proclamado? ¿Haremos nosotros el mal en contra de nuestras propias vidas?" 20 Mientras tanto hubo otro hombre que profetizó en el nombre del SEÑOR - Urías hijo de Semaías de Quiriat Jearim - él también profetizó contra su ciudad y esta tierra, de acuerdo con todas las palabras de Jeremías. 21 Pero cuando el rey Joacim y todos sus soldados y oficiales escucharon su palabra, entonces el rey trató de matarlo, pero Urías escuchó y tuvo miedo, así que huyó y fue a Egipto. 22 Entonces el rey Joacim envió hombres hacia Egipto - a Elnatán, hijo de Acbor, y a otros hombres para ir a Egipto por Urías. 23 Sacaron a Urías de Egipto y lo trajeron al rey Joacim. Entonces Joacim lo mató con una espada y envió su cuerpo hacia las tumbas de la gente ordinaria. 24 Pero la mano de Ahicam, hijo de Safán estaba con Jeremías, así que no fue entregado a la mano de la gente para ser llevado a la muerte.

27

1 En el principio del reinado de Sedequías, hijo de Josías, rey de Judá, esta palabra vino a Jeremías del SEÑOR. 2 Ésto fue lo que el SEÑOR me dijo: "Hazte grilletes y un yugo. Colócalos en tu cuello. 3 Entonces envíalos al rey de Edom, el rey de Moab, el rey del pueblo de Amón, el rey de Tiro y al rey de Sidón. Envíalos a ellos por la mano de los embajadores de los reyes quienes han venido de Jerusalén a Sedequías, rey de Judá. 4 Dale órdenes a ellos por sus maestros y diles: 'el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, les dice ésto: Ésto es lo que ustedes deben decir a sus maestros, 5 "Yo mismo hice el planeta tierra por mi gran fuerza y mi brazo alzado. Yo también hice las gentes y los animales en la tierra, y Yo doy a cualquiera quien sea justo ante mis ojos. 6 Y ahora, Yo mismo estoy entregando todas estas tierras en la mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo. Además, Yo estoy entregando los seres vivos en los campos a él para servirlo. 7 Pues todas las naciones le servirán, sus hijos y sus nietos hasta que el tiempo para su tierra llegue. Entonces, muchas naciones y grandes reyes lo dominarán. 8 Así que la nación y el reino que no sirva a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que no coloque por debajo de su cuello el yugo del rey de Babilonia- Yo castigaré esa nación con espada, hambruna y plaga- esta es la declaración del SEÑOR- hasta que los haya destruido por su mano. 9 Así que no escuchen a sus profetas, sus adivinadores, sus videntes, sus adivinos, y sus hechiceros, quienes han estado hablando a ustedes y diciendóles: 'No sirvan al rey de Babilonia.' 10 Pues ellos están profetizando mentiras a ustedes a fin de que los envíen muy lejos de sus tierras, porque los llevaré lejos, y ustedes morirán. 11 Pero la nación que ponga su cuello debajo del yugo del rey de Babilonia y le sirva, Yo dejaré que descanse en su tierra- esta es la declaración del SEÑOR- y ellos lo cultivaran y harán sus casas en ésta." 12 Así que hablé a Sedequías, rey de Judá y le dí este mensaje: "Pongan sus cuellos debajo del yugo del rey de Babilonia y sirvan a él y a su pueblo, y ustedes vivirán. 13 ¿Porqué morirás- tú y tu pueblo- por la espada, hambruna y plaga, tal como yo he declarado sobre la nación que rehuse a servir al rey de Babilonia? 14 No escuches a las palabras de los profetas quienes hablan contigo y dicen: 'No sirvan al rey de Babilonia,' por que ellos están profetizando mentiras hacia a tí. 15 Por que yo no les enviado fuera- esta es la declaración del SEÑOR- por que ellos están profetizando engaño en mi nombre para que yo te envíe a tí y tú perezcas, ambos, tú y los profetas quienes están profetizándote.'" 16 Yo proclamé esto a los sacerdotes y a todo el pueblo y dije: "El SEÑOR dice ésto: No escuchen a las palabras de sus profetas quienes les profetizan: '¡Mira! ¡Los obsequios que pertenecen a la casa del SEÑOR ahora están siendo devueltos de Babilonia!' Ellos están profetizando mentiras hacia a ustedes. 17 No escuchen a ellos. Ustedes deben servir al rey de Babilonia y vivir. ¿Porqué esta ciudad debe convertirse en una ruina? 18 Si ellos son profetas, y si la palabra del SEÑOR en verdad les ha venido, deja que ellos rueguen al SEÑOR de Ejércitos no enviar a Babilonia los utensilios que quedaron en su casa, la casa del rey de Judá, y Jerusalén. 19 El SEÑOR de los ejércitos dice esto sobre los pilares, el mar y las basas, y el resto de los utensilios que quedaron en esta ciudad- 20 los utensilios que Nabucodonosor, rey de Babilonia, no se llevó cuando él llevó a Jeconías, hijo de Joacim, rey de Judá, en cautiverio de Jerusalén a Babilonia con todos los nobles de Judá y Jerusalén. 21 El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto sobre los utensilios que quedan en la casa del SEÑOR, la casa del rey de Judá y Jerusalén: 22 'Ellos van a ser traídos a Babilonia, y ellos quedarán allí hasta el día que yo he fijado para venir por ellos- esta es la declaración del SEÑOR- entonces Yo los traeré y los restauraré en este lugar.'"

28

1 Ocurrió en aquel año, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, en el cuarto año y el quinto mes, Hananías hijo de Azur el profeta, que era de Gabaón, habló a mí en la casa de el SEÑOR en frente de los sacerdotes y toda la gente. El dijo: 2 "El SEÑOR de los ejercitos, Dios de Israel, dice esto: Yo he roto el yugo impuesto por el rey de Babilonia. 3 Dentro de dos años Yo traeré de vuelta a este lugar todos los utensilios que pertenecen a la casa del SEÑOR, que Nabucodonosor rey de Babilonia tomó de este lugar y transportó a Babilonia. 4 Luego Yo volveré a traer a este lugar a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los cautivos de Judá que fueron enviados a Babilonia, esta es la declaración del SEÑOR Dios, pues Yo romperé el yugo del rey de Babilonia." 5 Así que Jeremías el profeta habló a Hananías el profeta al frente de los sacerdotes y a toda la gente que estaban de pie ante la casa del SEÑOR. 6 Jeremías el profeta dijo: "¡Así lo haga el SEÑOR! Así el SEÑOR confirme las palabras que tu profetizastes y traiga otra vez a este lugar los objetos que pertenecen a la casa de el SEÑOR, y a todos los cautivos de Babilonia. 7 Sin embargo, escuchen las palabras que yo proclamo a tus oídos y a los oídos de toda la gente. 8 Los profetas que existieron antes de mí y ustedes desde hace mucho tiempo atrás también profetizaron acerca de muchas naciones y contra grandes reinos, sobre guerras, hambruna, y plagas. 9 Así, el profeta que profetize que allí habrá paz, si su palabra se vuelve verdad, entonces será sabido que él es en verdad un profeta enviado por el SEÑOR. 10 Pero Hananías el profeta tomó el yugo del cuello de Jeremías el profeta y lo rompió. 11 Entonces Hananías habló en frente a toda la gente y dijo: "El SEÑOR dice esto: Así como esto, dentro de dos años Yo romperé del cuello de toda nación el yugo impuesto por Nabucodonozor rey de Babilonia." Después el profeta Jeremías siguió su camino. 12 Después que Hananías el profeta rompió el yugo del cuello de Jeremías el profeta, la palabra del SEÑOR vino a Jeremías, diciendo: 13 "Ve y habla a Hananías y dile, "El SEÑOR dice esto: Tú rompistes un yugo de madera, pero Yo haré en su lugar uno de hierro.' 14 Pues el SEÑOR de los ejercitos, Dios de Israel, dice esto: "Yo he puesto un yugo de hierro en el cuello de todas estas naciones para que sirvan a Nabucodonozor rey de Babilonia, y ellos le servirán. Yo también le he dado a él las bestias salvajes en los campo para gobernarlos. 15 Luego Jeremías el profeta le dijo a Hananías el profeta: "¡Escucha Hananías! El SEÑOR no te ha enviado a ti, pero tú mismo causaste que esta gente creyera en mentiras. 16 Así que el SEÑOR dice esto: Mira, Yo estoy a punto de enviarte fuera de la tierra. Tú morirás este año, porque desde que tú proclamaste la rebelión contra el SEÑOR." 17 En el séptimo mes del mismo año, Hananías el profeta murió.

29

1 Estas son las palabras en el pergamino que Jeremías el profeta envió a Jerusalén a los ancianos que quedan entre los cautivos y los sacerdotes, profetas, y toda la gente que Nabucodonosor había exhiliado de Jerusalén a Babilonia. 2 Esto fue después que Jeconías el rey, la madre reina, y los altos oficiales, los líderes de Judá y Jerusalén, y los artesanos habían sido enviados fuera de Jerusalén. 3 Él envió este pergamino por mano de Elasa hijo de Safán y Gemarías hijo de Hilcías, a quien Sedequías, rey de Judá, había enviado a Nabucodonosor rey de Babilonia. 4 El pergamino decía: "El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto a todos los cautivos a quienes Yo hice exiliar de Jerusalén a Babilonia, 5 'Contruyan casas y vivan en ellas. Planten jardines y coman su fruto. 6 Tomen esposas y den a luz hijos e hijas. Luego tomen esposas para sus hijos y den sus hijas a esposos. Que ellas den a luz hijos e hijas y crezcan allí para que no lleguen a ser muy pocos. 7 Procuren la paz de la ciudad a donde Yo los hice exiliar, e intercedan conmigo a nombre de ellos ya que habrá paz para ustedes si allí hay paz.' 8 Porque el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: 'No dejen que sus profetas quienes están entre ustedes y sus adivinos los engañen, y no escuchen a los sueños que ustedes mismos están teniendo. 9 Porque ellos les están profetizando engañosamente a ustedes en mi nombre. Yo no los envié. Esta es la declaración del SEÑOR.' 10 Pues el SEÑOR dice esto: 'Cuando Babilonia los haya gobernado por setenta años, Yo los ayudaré y llevaré a cabo Mi buena palabra a ustedes para traerles de vuelta a este lugar. 11 Pues Yo mismo conozco los planes que Yo tengo para ustedes, esta es la declaración del SEÑOR, planes para paz y no para desastre, para darte un futuro y esperanza. 12 Entonces me llamarán a Mí, e irán y orarán a Mí, y Yo les escucharé a ustedes. 13 Puesto que me buscarán y me encontrarán, ya que me buscarán con todo su corazón. 14 Entonces Yo seré hallado por ustedes, esta es la declaración del SEÑOR, y Yo traeré de vuelta sus fortunas; Yo los recogeré a ustedes de todas las naciones y lugares donde Yo los esparcí, esta es la declaración del SEÑOR, puesto que Yo los traeré de vuelta al lugar de donde Yo los hice exiliar.' 15 Como ustedes dijeron que el SEÑOR ha levantado profetas para nosotros en Babilonia. 16 El SEÑOR dice esto al rey quien se sienta en el trono de David y a todo el pueblo que se está quedando en esa ciudad, sus hermanos quienes no han salido con ustedes a la cautividad. 17 El SEÑOR de ejércitos dice esto: 'Vean, Yo estoy a punto de enviar espada, hambre y enfermedades sobre ellos. Pues Yo los haré como higos dañados que están muy malos para ser comidos. 18 Entonces Yo los perseguiré a ellos con espada, hambre y plaga y les haré horrible a la vista de todos los reinos de la tierra, un horror, un objeto de maldiciones y silbidos, y una cosa vergonzosa entre todas las naciones donde Yo los esparcí. 19 Esto es porque ellos no escucharon mi palabra, esta es la declaración del SEÑOR, que Yo envié a ellos a través de mis servidores los profetas. Yo los envié repetidamente, pero ustedes no escuchaban. Esta es la declaraión del SEÑOR.' 20 Así que ustedes mismos escuchen la palabra del SEÑOR, todos ustedes exhiliados a quien Él ha enviado de Jerusalén a Babilonia, 21 'El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto sobre Acab hijo de Colaías y Sedequías hijo de Maasías, quienes profetizan falsamente a ustedes en Mi nombre: Vean, Yo estoy a punto de ponerlos en las manos de Nabucodonosor rey de Babilonia. Él los matará frente a sus ojos. 22 Entonces una maldición será hablada sobre estas personas por todos los cautivos de Judá en Babilonia. La maldición dirá: Que el SEÑOR te haga como a Sedequías y Acab, a quien el rey de Babilonia asó en el fuego. 23 Esto sucederá por las cosas vergonzosas que ellos hicieron en Israel cuando ellos cometieron adulterio con las esposas de sus vecinos y declararon palabras falsas en mi nombre, cosas que Yo nunca le mandé a decir. Porque Yo soy el que sé; Yo soy el testigo. Esta es la declaración del SEÑOR'" 24 "Sobre Semaías el nehelamita dice esto: 25 'El Señor de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: Porque tú has enviado cartas en tu propio nombre a todo el pueblo en Jerusalén, a Sofonías hijo de Maasías el sacerdote, y a todos los sacerdotes y dijiste: 26 "El SEÑOR te ha hecho sacerdote en vez de Joiada el sacerdote, para tú estar a cargo de la casa del SEÑOR. Tú estás en control de toda la gente que se levanta y se hace a sí mismos profetas. Tú debes ponerlos en cepos y cadenas. 27 Y ahora, ¿por qué no has reprendido a Jeremías de Anatot, quien se hace a sí mismo un profeta contra tí? 28 Porque él ha enviado a nosotros en Babilonia y dijo: 'Esto será por largo tiempo. Construyan casas y vivan en ellas, y planten jardines y coman su fruto."'" 29 Sofonías el sacerdote leyó esta carta a los oídos de Jeremías el profeta. 30 Entonces la palabra del SEÑOR vino a Jeremías, diciendo: 31 "Envía palabra a todos los exiliados y di: 'El SEÑOR dice esto sobre Semaías de Nehelam: Porque Semaías ha profetizado a ustedes cuando Yo mismo no lo envié a él, y les ha conducido a creer mentiras, 32 por lo tanto el SEÑOR dice esto: Miren, Yo estoy a punto de castigar a Semaías de Nehelam y sus descendientes. No habrá un hombre para él que quede entre este pueblo. Él no verá el bien que Yo haré a mi pueblo, esta es la declaración del SEÑOR, porque él ha proclamado rebelión en contra del SEÑOR.'"

30

1 La palabra que vino a Jeremías del SEÑOR, diciendo, 2 "Esto es lo que el SEÑOR, Dios de Israel, dice, 'Escribe para tí en un rollo todas las palabras que Yo te he declarado en un rollo. 3 Pues mira, vienen días-- esta es la declaración del SEÑOR-- cuando Yo restaure las fortunas de mi pueblo, Israel y Judá. Yo, el SEÑOR, lo he dicho. Porque Los traeré de vuelta a la tierra que Le entregué a sus antepasados, y ellos la poseerán."' 4 Estas son las palabras que el SEÑOR declaró acerca de Israel y Judá, 5 "Pues el SEÑOR dice esto, 'Nosotros hemos escuchado una voz temblorosa de pavor y no de paz. 6 Pregunta y ve si un hombre da a luz a un niño. ¿Por qué Yo veo a todos los hombres jóvenes con sus manos en los lomos como una mujer que da a luz a un niño? ¿Por qué todas sus caras se han convertido pálidas? 7 ¡Ay! Pues ese día será grande, como ninguno. Será un tiempo de ansiedad para Jacob, pero él será rescatado de éste. 8 Pues será en aquel día-- esta es la declaración del SEÑOR de los ejércitos-- que Yo romperé el yugo de tu cuello, y destrozaré tus cadenas, así que los extranjeros ya no los esclavizarán. 9 Pero ellos adorarán al SEÑOR su Dios y servirán a David su rey, a quien Yo haré rey sobre ellos. 10 Así tú, mi siervo Jacob, no tengas miedo-- esta es la declaración del SEÑOR-- y no te desalientes, Israel. Pues ve, Yo estoy a punto de traerte desde muy lejos, y a tus descendientes desde la tierra de tu cautividad. Jacob volverá y estará en paz; él estará seguro, y no habrá más terror. 11 Porque Yo estoy contigo-- esta es la declaración del SEÑOR-- para salvarte. Luego Yo traeré el fin completo a todas las naciones en donde te dispersé. Pero ciertamente Yo no te pondré un fin, a tí aunque Te he disciplinado justamente y ciertamente no te he dejado sin castigo.' 12 Porque el SEÑOR dice esto, 'Tu lesión es incurable; tu herida está infectada. 13 No hay nadie que alegue tu caso; no hay remedio para que tu herida te cure. 14 Todos tus amantes se han olvidado de ti. Ellos no te van a buscarte; pues yo te he herido con la herida de un enemigo y la disciplina de un maestro cruel debido a tus muchas iniquidades y tus pecados innumerables. 15 ¿Por qué llamas por ayuda para tu lesión? Tu dolor es incurable. Debido a tus muchas iniquidades y tus pecados innummerables, Yo te he hecho estas cosas a tí. 16 Así que todo el mundo que te consuma será consumido, y todos tus adversarios serán llevados en cautividad. Pues los que te han saqueado serán saqueados, y Yo haré de todos los que te han despojado un despojo. 17 Pues Yo Te traeré sanidad; Yo sanaré tus heridas--esta es la declaración del SEÑOR-- Yo haré esto porque ellos te llamaron: marginado. A nadie le importa esta Sion."' 18 El SEÑOR dice esto, "Mira, Yo estoy a punto de traer de vuelta las fortunas de las tiendas de Jacob y tener compasión en sus casas. Entonces una ciudad será construida de un montón de ruinas, y una fortaleza volverá a existir nuevamente donde solía estar. 19 Entonces una canción de alabanza y un sonido de regocijo saldrá de ellos, porque Yo los aumentaré y no los disminuiré; Yo los voy a honrar para que ellos no sean humillados. 20 Entonces su pueblo será como era antes, y su asamblea será establecida delante de mí cuando Yo castigue a todos los que ahora los atormentan. 21 Su líder vendrá de en medio de ellos. Él surgirá entre ellos cuando Yo lo acerque y cuando él se acerque a mí. Si Yo no hago esto ¿Quién se atrevería a acercarse a mí? --esta es la declaración del SEÑOR. 22 Entonces ustedes serán mi pueblo, y Yo seré su Dios. 23 Miren, la tempestad del SEÑOR, Su furia, ha salido. Es una tempestad continua. Ésta girará en las cabezas de las gentes malvadas. 24 La ira del SEÑOR no se volverá hasta que no cumpla y haga realidad las intenciones de Su corazón. En los días finales, ustedes lo entenderán."

31

1 "En aquel tiempo-- esto es declaración del SEÑOR-- Yo voy a ser el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo." 2 El SEÑOR dice esto: "El pueblo que ha sobrevivido la espada ha encontrado favor en el desierto; Yo saldré para dar descanso a Israel." 3 El SEÑOR se apareció a mí en el pasado y dijo, "Yo los he amado, Israel, con amor eterno. Entonces Yo los he traído hacia Mí con pacto de fidelidad. 4 Yo voy a reconstruirlos para que esten construídos, virgen de Israel. Ustedes recogerán nuevamente sus tamborines y saldrán con felices bailes. 5 Ustedes plantarán viñedos nuevamente en las montañas de Samaria; los granjeros plantarán y pondrán el fruto para un buen uso. 6 Pues un día llegará cuando los vigilantes en las montañas de Efraín proclamarán, 'Levantémonos, y vayamos a Sion al SEÑOR nuestro Dios.' 7 Porque El SEÑOR dice esto, "¡Griten de alegría por Jacob! ¡Griten con alegría por la gente principal de las naciones! Permitan que la alabanza sea escuchada. Di, 'El SEÑOR ha rescatado a su pueblo, el remanente de Israel.' 8 Miren, Yo estoy a punto de traerlos desde las tierras norteñas. Yo voy a reunirlos desde las partes más lejanas de la tierra. El ciego y cojo estarán entre ellos; la mujer embarazada y aquellas que estén a punto de parir estarán con ellos. Una gran asamblea volverá aquí. 9 Ellos vendrán llorando; Yo los dirigiré según ellos hacen sus ruegos. Yo les haré viajar a las corrientes de las aguas en un camino derecho. Ellos no tropezarán en ellas, pues Yo seré padre para Israel, y Efraín será mi primogénito." 10 " Escuchen la palabra del SEÑOR, naciones. Informen a lo largo de las costas en la distancia. Ustedes naciones deben decir, 'Aquel que dispersó a Israel la está reuniendo y manteniéndola como un pastor cuida a sus ovejas.' 11 Porque El SEÑOR rescató a Jacob y lo redimidió de la mano que era muy fuerte para Él. 12 Entonces ellos vendrán y se regocijarán en las alturas de Sion. Sus rostros van a resplandecer por la bondad del SEÑOR, sobre el maíz y el vino nuevo, sobre el aceite y los descendientes de sus rebaños y ganados. Pues sus vidas van a venir a ser como jardín regado, y ellos nunca más sentirán tristeza. 13 Entonces las vírgenes se regocijarán con baile, y los jóvenes y ancianos estarán juntos. Pues Yo voy a cambiar su lamento en celebración. Yo voy a tener compasión en ellos y les provocaré regocijo en vez de pesar. 14 Luego, Yo voy a saturar las vidas de los sacerdotes en abundancia. Mi pueblo se llenarán ellos mismos con mi bondad-- esto es declaración del SEÑOR. 15 El SEÑOR dice esto: "Una voz es escuhada en Rama, gemidos y llanto amargo. Ésta es Raquel que está llorando por sus hijos. Ella rehúsa ser confortada por ellos, pues ellos no viven más." 16 El SEÑOR dice esto, "Retengan su voz de gemir y sus ojos de las lágrimas; porque hay una recompensa por tu sufrimiento-- esto es declaración-- tus hijos regresarán de la tierra del enemigo. 17 Hay esperanza para tu futuro-- esto es declaración del SEÑOR-- tus descendientes van a regresar dentro de sus fronteras." 18 "Yo ciertamente he oído el lamento de Efraín, 'Tú me has castigado, y yo he sido castigado como un becerro sin entrenar. Traéme de vuelta y yo volveré, porque Tú eres SEÑOR Mi Dios. 19 Porque después que me volví a Ti, lo lamenté; después que me ejercité, Yo golpeé mi cadera. Yo fui avergonzado y humillado, porque yo concebí la culpa de mi juventud.' 20 ¿No es Efraín Mi precioso hijo? ¿No es él Mi querido, deleitoso hijo? Pues siempre que Yo hablo contra él, Yo ciertamente aún lo recuerdo en mi mente amorosa. De esta manera Mi corazón lo anhela. Yo ciertamente tendré compasión de él-- esto es declaración del SEÑOR." 21 Coloca rótulos en la calle para ti mismo. Prepara los postes de guía para ti mismo. Fija tu mente en el camino correcto, el camino que debes tomar. ¡Regresa, virgen Israel! Regresa a estas ciudades de ustedes. 22 ¿Hasta cuando vas a vacilar, incrédula niña? Porque El SEÑOR ha creado algo nuevo en la tierra-- una mujer rodea a un hombre fuerte. 23 El SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel, dice esto, "Cuando Yo traiga de vuelta al pueblo a su tierra, ellos van a decir esto en las tierras de Judá y sus ciudades, 'Que El SEÑOR los bendiga, tu lugar justo donde Él vive, tu monte santo.' 24 Pues Judá y todas sus ciudades vivirán juntos allí, como granjeros y pastores con sus rebaños. 25 Pues Yo daré a los cansados agua para tomar y Yo saciaré a todos los que sufren de sed." 26 Después de esto Yo desperté, y entendí que mi sueño había sido refrescante. 27 "Mira, los días vienen-- esto es declaración del SEÑOR-- cuando yo plantaré las casas de Israel y Judá con desciendentes de hombre y bestias. 28 En el pasado, Yo los mantuve bajo vigilancia para desarraigarlos y derribarlos, derrocarlos, destruirlos, y traerles daño. Pero en los días que vienen, Yo cuidaré de ellos, para poder construirlos y plantarlos-- esto es declaración del SEÑOR. 29 En aquellos días ninguno más dirá, ' Los Padres han comido uvas agrias, pero los dientes de los hijos están mellados.' 30 Porque cada hombre morirá en su propia iniquidad; todos los que coman uvas agrias, sus dientes estarán mellados. 31 ¡Mira, los días están llegando-- esto es declaración del SEÑOR-- cuando Yo establezca un nuevo pacto con la casa de Israel y la casa de Judá. 32 Éste no será como un pacto que Yo establezco con otros padres en los días cuando Yo los tomé por sus manos y los traje fuera de la tierra de Egipto. Aquellos fueron los días cuando ellos rompieron el pacto, aunque Yo fui esposo para ellos-- esto es declaración del SEÑOR. 33 Pero este es el pacto que Yo voy a establecer con la casa de Israel después de estos días-- esto es declaración del SEÑOR: Yo colocaré Mi ley entre ellos y la voy a escribir en su corazón, porque Yo seré su Dios, y ellos serán Mi pueblo. 34 Entonces cada hombre no enseñará más a su vecino, o un hombre enseñará a su hermano y dirá, '¡Conoce al SEÑOR!' Pues todos ellos, desde el menor al mayor, sabrán de Mí-- esto es declaración del SEÑOR-- porque Yo voy a perdonar su iniquidad y no recordarán más su pecado." 35 El SEÑOR dice esto-- SEÑOR, El que hace que el sol brille en el día y coloca la luna y comienza a brillar por la noche. Él es el que prepara el mar en movimiento para que sus olas rujan. El SEÑOR de los ejércitos en su nombre. Él dice esto, 36 "Sólo si estas cosas permanentes desaparecieran de Mi vista-- esto es declaración del SEÑOR-- los descendientes de Israel nunca serán para siempre una nación ante Mí." 37 El SEÑOR dice esto, "Sólo si el cielo más alto pudiera ser medido, y sólo si la fundación de la tierra profunda pudiera ser descubierta, voy a rechazar todos los descendientes de Israel por todo lo que ellos han hecho-- esto es declaración del SEÑOR." 38 "Mira, los días vienen-- esto es declaración del SEÑOR-- cuando la ciudad será reconstruida por Mí, desde la Torre de Hananel hasta la Puerta del Ángulo. 39 Entonces la línea de medición saldrá otra vez más lejos, hasta la colina de Gareb y alrededor de Goa. 40 Todo el valle de cuerpos muertos y las cenizas, y todos los campos en terrazas van a salir al Valle de Cedrón tan lejos como la esquina de la Puerta de los Caballos en el este, serán separados para EL SEÑOR. Esta ciudad no será arrancada o derribada nuevamente, jamás."

32

1 La palabra vino a Jeremías del SEÑOR en el año diez de Sedequías, rey de Judá, en el año dieciocho de Nabucodonosor. 2 En aquel tiempo, el ejército del rey de Babilonia estaba sitiando Jerusalén, y Jeremías el profeta estaba encarcelado en el patio de la guardia en la casa del rey de Judá. 3 Sedequías, rey de Judá, lo había encarcelado y dijo: "¿Por qué profetizas y dices: 'El SEÑOR dice esto: Mira, estoy a punto de entregar esta ciudad en la mano del rey de Babilonia, y él la capturará. 4 Sedequías, rey de Judá, no escapará de la mano de los caldeos, pues él ciertamente será entregado en la mano del rey de Babilonia. Su boca le hablará a la boca del rey, y sus ojos verán los ojos del rey. 5 Él llevará a Sedequías a Babilonia, y él se quedará allí hasta que Yo haya cerrado el trato con él--esta es la declaración del SEÑOR. Aunque tú pelees contra los caldeos, tú no tendrás éxito.'" 6 Jeremías dijo: "La palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 7 'Mira, Hanamel, hijo de Salum, tu tío vendrá a ti y dirá: "Compra mi campo que está en Ananot para tí mismo, pues el derecho de comprarlo te pertenece a ti."'" 8 Entonces, como el SEÑOR había declarado, Hanamel, el hijo de mi tío, vino a mí en el patio de la guardia, y él me dijo: 'Compra mi campo que está en Ananot, en la tierra de Benjamín, pues el derecho de la herencia es tuyo, y el derecho de comprarlo te pertenece. Cómpralo para tí mismo.' Entonces supe que esta era la palabra del SEÑOR. 9 Así que compré el campo de Ananot de Hanamel, el hijo de mi tío, y le pesé la plata, diecisiete siclos en peso. 10 Entonces, yo escribí en un rollo y lo sellé, y tuve un testigo presenciándolo. Entonces, yo pesé la plata en las balanzas. 11 Luego, tomé el título de compra que estaba sellado, siguiendo la órden y los estatutos, igual que el título sellado. 12 Yo dí el rollo sellado a Baruc, hijo de Nerías, hijo de Maasías, al frente de Hanamel, el hijo de mi tío, y el testigo que había escrito en el rollo sellado, y en frente de todos los judíos que se sentaban en el patio de la guardia. 13 Así que dí una órden a Baruc ante ellos. Yo dije: 14 'El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: Toma estos documentos, tanto el recibo de compra que está sellado y las copias sin sello del título de compra, y pónlos en una jarra de barro para que duren por mucho tiempo. 15 Pues el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: Casas, campos, y viñedos serán otra vez comprados en esta tierra." 16 Luego que yo di el recibo de compra a Baruc, hijo de Nerías, oré al SEÑOR y dije: 17 '¡Ay, SEÑOR DIOS! ¡Mira! Solo Tú has hecho los cielos y la tierra con Tu gran fuerza y con Tu brazo alzado. Nada que Tú digas es demasiado díficil para Tí hacerlo. 18 Tú muestras fidelidad al pacto a miles y derramas la culpa de los hombres en los regazos de sus niños después de ellos. Tú eres el gran y poderoso Dios; SEÑOR de los ejércitos es Tu nombre. 19 Tú eres grande en sabiduría y poderoso en obras, pues Tus ojos están abiertos a todos los caminos de la gente, para darle a cada hombre lo que su conducta y hechos merece. 20 Tú hiciste señales y maravillas en la tierra de Egipto. Hasta este día presente aquí en Israel y entre toda la humanidad, Tú has hecho tu nombre famoso. 21 Pues Tú trajiste a Tu pueblo de Israel fuera de la tierra de Egipto con señales y maravillas, con una mano fuerte, y con un brazo alzado, y con gran terror. 22 Entonces, les diste esta tierra--la cual Tú habías jurado a sus ancestros que les daría a ellos--una tierra que fluye con leche y miel. 23 Así ellos entraron y tomaron posesión de ella. Pero ellos no obedecieron Tu voz, ni vivieron en obediencia a Tu Ley. Ellos no hicieron nada de lo que Les ordenaste hacer, así que trajiste todo este desastre sobre ellos. 24 ¡Mira! Los montículos de asedio han llegado hasta la ciudad para capturarla. Pues, a causa de la espada, la hambruna y la plaga, la cuidad ha sido entregada en la mano de los caldeos, quienes están luchando contra ella. Pues lo que dijiste que iba a pasar, está pasando, y, mira, Tú estás observando. 25 Entonces, Tú mismo me dijiste: "Compra un campo para ti mismo con plata y ten un testigo presenciándolo, aunque está ciudad esté siendo entregada en las manos de los caldeos."'" 26 La palabra del SEÑOR vino a Jeremías, diciendo: 27 "¡Mira! Yo soy el SEÑOR, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo muy díficil para Mí hacer? 28 Por lo tanto, el SEÑOR dice esto: 'Mira, estoy a punto de entregar esta ciudad en las manos de los caldeos y Nabucodonosor, rey de Babilonia. Él la capturará. 29 Los caldeos que están luchando en contra de esta ciudad vendrán y le prenderán fuego a esta ciudad y la quemarán, junto con las casas en los techos donde la gente adoraba a Baal y derramaban ofrendas de bebida a otros dioses con el fin de provocarme. 30 Ya que ciertamente la gente de Israel y Judá han sido malignos ante mis ojos desde su juventud. La gente de Israel ciertamente Me ha ofendido con las prácticas de sus manos-- esta es la declaración del SEÑOR. 31 El SEÑOR declara que esta ciudad ha sido una provocación para Mi ira y furia desde el día que ellos la construyeron. Ha sido eso precisamente hasta este día presente. Así que Yo la removeré de Mi rostro 32 por toda la maldad de la gente de Israel y Judá, las cosas que ellos han hecho para provocarme --ellos, sus reyes, príncipes, sacerdotes, profetas, y cada persona en Judá y los habitantes de Jerusalén. 33 Ellos me volvieron sus espaldas a mí en vez de sus rostros, aunque Yo les enseñé ávidamente. Yo traté de enseñarles, pero ninguno de ellos escuchó a fin de recibir corrección. 34 Ellos pusieron sus abominables ídolos en la casa que es llamada por Mi nombre, para contaminarla. 35 Ellos construyeron lugares altos para Baal en el valle de Ben Hinom para poner a sus hijos e hijas en el fuego para Moloc. Yo no le ordené a ellos. Nunca pasó por Mi mente que ellos debieran hacer esta cosa detestable y hacer que Judá pecara.' 36 Ahora, por lo tanto, Yo, el SEÑOR, el Dios de Israel, digo esto en cuanto a esta ciudad, la ciudad sobre la que ustedes están diciendo: 'Es entregada en la mano del rey de Babilonia por la espada, la hambruna o la plaga.' 37 Miren, Yo estoy a punto de reunirlos a ellos desde toda tierra a donde los he llevado en Mi ira, furia y gran enojo. Estoy a punto de traerlos de vuelta a este lugar y permitirles vivir en seguridad. 38 Entonces, ellos serán Mi pueblo, y Yo seré su Dios. 39 Yo les daré un corazón y un camino para honrarme todos los días, para que sea bueno para ellos y sus descendientes después de ellos. 40 Entonces, Yo Haré con ellos un pacto eterno, que no rechazaré el hacerles bien. Yo pondré honor por Mí en sus corazones, para que ellos nunca se alejen de Mí. 41 Entonces, Me alegraré en hacerles bien a ellos. Yo fielmente los plantaré en esta tierra con todo Mi corazón y toda Mi vida. 42 Pues, el SEÑOR dice esto: 'Tal como he traído todo este gran desastre en esta gente, también traeré sobre ellos todas las cosas buenas que Yo he dicho que haré por ellos. 43 Entonces, campos serán comprados en esta tierra, sobre de las cuales ustedes dicen: "Esta es una tierra arruinada, la cual no tiene hombre ni bestia. Ésta ha sido entregada a la tierra de los caldeos." 44 Ellos comprarán campos con plata y escribirán en rollos sellados. Ellos reunirán testigos en la tierra de Benjamín, alrededor de todo Jerusalén y las cuidades de Judá, en las ciudades en la colina del país y en las llanuras, y en las ciudades de Neguev. Pues Yo traeré de regreso sus fortunas--esta es la declaración del SEÑOR.'"

33

1 Entonces la palabra del SEÑOR vino a Jeremías por segunda vez, mientras él todavía estaba encerrado en el patio del guardia, diciendo: 2 "El SEÑOR Creador, dice esto, el SEÑOR, quien forma a fin de establecer- el SEÑOR es Su nombre: 3 'Llámame, y Yo te responderé. Te demostraré cosas grandes, misterios que no entiendes.' 4 Pues el SEÑOR, Dios de Israel, dice esto acerca de las casas en esta ciudad y las casas de los reyes de Judá que están destruidas a causa de las rampas de asedio y la espada: 5 'Los caldeos vienen a pelear y a llenar las casas con cadáveres de las gentes a quienes Yo mataré en Mi ira y furia, cuando Yo esconda Mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad. 6 Pero mira, Yo estoy por traer sanidad y una cura, pues Yo los sanaré y les traeré abundancia, paz y fidelidad. 7 Pues les traeré las fortunas de Judá e Israel; los edificaré como al principio. 8 Entonces Yo los purificaré de toda la iniquidad que han cometido contra Mí. Yo perdonaré todas las iniquidades que han cometido contra Mí, y todas las maneras en las que se han rebelado. 9 Pues esta ciudad será un objeto de gozo, una canción de alabanza y honor a todas las naciones de la Tierra quienes oirán de las cosas buenas que Yo haré para ella. Entonces ellos temerán y temblarán por todas las cosas buenas y la paz que Yo le daré.' 10 El SEÑOR dice esto: 'En este lugar que ustedes ahora dicen: "Está desolado, un lugar sin hombre ni bestia," en las ciudades de Judá, y en las calles de Jerusalén que están desoladas sin tener hombre ni bestia, se oirá otra vez 11 el sonido de gozo, el sonido de alegría, el sonido del novio y la desposada, el sonido de aquellos que dicen, mientras traen ofrendas de gratitud a la casa del SEÑOR: "¡Den gracias al SEÑOR de los ejércitos, pues el SEÑOR es bueno, y su amor que no falla dura para siempre!" Pues Yo restauraré las fortunas de la tierra a lo que eran antes,' dice el SEÑOR. 12 El SEÑOR de los Ejércitos dice esto: 'En este lugar desierto, donde ahora no hay hombre ni bestia- en todas estas ciudades habrá pastos de nuevo para que los pastores puedan descansar sus rebaños. 13 En las ciudades de las colinas, las llanuras, y en el Neguev, en la tierra de Benjamín y todo alrededor de Jerusalén, en todas las ciudades de Judá, los rebaños pasarán bajo las manos de aquellos quienes las cuentan,' dice el SEÑOR. 14 '¡Miren! Días vienen- esta es la declración del SEÑOR- cuando Yo voy a hacer lo que prometí a la casa de Israel y a la casa de Judá. 15 En aquellos días y en aquel tiempo Yo haré que el ramo justo crezca para David, y él llevará la justicia y honradez en la tierra. 16 En aquellos días Judá será salvada y Jerusalén vivirá en seguridad, pues esto será lo que ella llame: "El SEÑOR es nuestra honra.'" 17 Pues el SEÑOR dice esto: 'Un hombre de la línea de David nunca faltará de sentarse en el trono en la casa de Israel, 18 ni un hombre de los sacerdotes levitas faltará ante Mí para levantar ofrendas quemadas, para quemar ofrendas de comida, y para realizar ofrendas de granos todo el tiempo.'" 19 La palabra del SEÑOR vino Jeremías, diciendo: 20 "El SEÑOR dice esto: 'Si tú puedes romper Mi pacto con día y noche para que no haya días ni noches a sus propios tiempos, 21 entonces podrás romper Mi pacto con David, Mi siervo, para que él no tenga un hijo que se sienta en su trono, y Mi pacto con los sacerdotes levitas, mis siervos. 22 Como los ejércitos del cielo no pueden ser contados, y como la arena de la orilla del mar no puede ser medida, así voy a aumentar los descendientes de David, Mi siervo, y a los levitas quienes sirven delante de mí.'" 23 La palabra del SEÑOR vino a Jeremias, diciendo: 24 "¿No has considerado lo que este pueblo ha declarado cuando dicen: 'Las dos familias que el SEÑOR eligió, ¿ahora las ha rechazado?' De esta forma ellos detestan a Mi pueblo, diciendo que ya no son una nación a su vista. 25 Yo, el SEÑOR, digo esto: 'Si Yo no he establecido el pacto en día y noche, y si no he arreglado las leyes de los cielos y la Tierra, 26 entonces Yo hubiera rechazado a los descendientes de Jacob y David, Mi siervo, y no traeré una persona de ellos que gobierne a los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob. Pues Yo restauraré sus fortunas y les mostraré misericordia.'"

34

1 La palabra que vino a Jeremías del SEÑOR, cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, y todo su ejército, junto con todos los reinos de la tierra, los dominios bajo su poder, y toda su gente estaban en guerra contra Jerusalén y todas sus ciudades, diciendo: 2 'El SEÑOR, Dios de Israel, dice esto: Vayan y hablen con Sedequías, rey de Judá, y díganle: "El SEÑOR dice esto: Miren, Yo estoy a punto de entregar esta ciudad a la mano del rey de Babilonia. Él la quemará. 3 Ustedes no escaparán de su mano, pues ustedes ciertamente serán detenidos y entregados en su mano. Sus ojos mirarán a los ojos del rey de Babilonia; él les hablará directamente a ustedes mientras ustedes van hacia Babilonia.' 4 ¡Escucha la palabra del SEÑOR, Sedequías, rey de Judá! El SEÑOR dice esto en relación a ti: 'Tú no morirás por la espada. 5 Tú morirás en paz. Así como quemaron los cadáveres de tus ancestros, los reyes que estaban antes que tú, ellos quemarán tu cuerpo. Ellos dirán: "¡Ay, maestro!" Ellos te lamentarán. Ahora Yo he hablado - esta es la declaración del SEÑOR." 6 Así Jeremías el profeta proclamó a Sedequías, rey de Judá, todas estas palabras en Jerusalén. 7 El ejército del rey de Babilonia hizo guerra contra Jerusalén y todas las ciudades que quedaron de Judá: Laquis y Azeca. Estas ciudades de Judá quedaron como ciudades fortificadas. 8 La palabra que vino a Jeremías del SEÑOR luego de que el Rey Sedequías hiciera un pacto con todo el pueblo de Jerusalén, para proclamar la libertad a ellos, 9 que cada hombre deberá liberar a sus esclavos hebreos, ambos hombre y mujer, para que ninguno haga de un judío un esclavo, que era su hermano. 10 Así que todos los líderes y personas entraron al pacto de que cada persona liberaría sus esclavos, hombres y mujeres, para que no estuvieran esclavizados más. Ellos obedecieron y los liberaron. 11 Pero luego de esto cambiaron de opinión. Ellos volvieron a traer a los esclavos que habían liberado. Ellos los forzaron a ser esclavos otra vez. 12 Así que la palabra del SEÑOR vino a Jeremías, diciendo: 13 "El SEÑOR, Dios de Israel, dice esto: 'Yo mismo hice un pacto con sus ancestros en el día que los saqué de la tierra de Egipto, fuera de la casa de la esclavitud. Ahí fue cuando dije: 14 "Al final de cada siete años, cada hombre deberá enviar fuera a su hermano, su compañero hebreo que se había vendido a sí mismo a ustedes y les sirvió por seis años. Envíalo fuera en libertad." Pero sus ancestros no me escucharon ni inclinaron sus oídos hacia Mí. 15 Ahora ustedes mismos se arrepintieron y comenzaron a hacer lo que es justo a Mis ojos. Ustedes proclamaron libertad, cada hombre a su vecino, e hicieron un pacto ante Mí en la casa que es llamada por Mi nombre. 16 Pero entonces se alejaron y contaminaron Mi nombre; ustedes causaron que cada hombre volviera a traer a sus esclavos hombres y mujeres, a quienes habían enviado a salir a donde ellos desearan. Ustedes los forzaron a que fueran esclavos otra vez.' 17 Por lo tanto, el SEÑOR dice esto: 'Ustedes mismos no Me han escuchado. Ustedes debieron haber proclamado la libertad, cada uno de ustedes, a sus hermanos y compañeros israelitas. ¡Asi que miren! Estoy a punto de proclamarles la libertad - esta es la declaración del SEÑOR- libertad para la espada, la plaga, y hambruna, pues Yo voy a hacerles una cosa horrible a la vista de cada reino en la tierra. 18 Entonces Yo me encargaré de las personas que han roto Mi pacto, que no guardaron las palabras del pacto que ellos establecieron ante Mí cuando cortaron a un toro en dos y caminaron entre sus partes, 19 y entonces los líderes de Judá y Jerusalén, los eunucos y los sacerdotes, y todo el pueblo de la tierra caminó entre las partes del toro. 20 Yo los entregaré en la mano de sus enemigos y en la mano de aquellos que buscan sus vidas. Sus cuerpos serán alimento para las aves de los cielos y las bestias de la tierra. 21 Así que Yo entregaré a Sedequías, rey de Judá, y a sus líderes a la mano de sus enemigos y a la mano de aquellos que buscan sus vidas, y a la mano del ejército del rey de Babilonia que se ha levantado en contra de ustedes. 22 Miren, estoy a punto de dar este orden - esta es la declaración del SEÑOR - y Yo los devolveré a esta ciudad para hacer la guerra contra ella y la tomen, y la quemen. Pues Yo convertiré a las ciudades de Judá en lugares arruinados en donde no habrá habitantes.'"

35

1 La palabra del SEÑOR vino a Jeremías en los días de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, diciendo: 2 "Ve a la familia de los recabitas y habla con ellos. Entonces tráelos a Mi casa, en uno de los cuartos, y dales vino para beber." 3 Entonces tomé a Jazaanías, hijo de Jeremías, hijo de Habasinías y sus hermanos, a todos sus hijos, y a toda la familia de los recabitas. 4 Yo los llevé a la casa del SEÑOR, a los cuartos de los hijos de Hanán, hijo de Igdalías, el hombre de Dios. Estos cuartos estaban al lado del cuarto de los líderes, que estaba sobre el cuarto de Maasías, hijo de Salum, el guarda de la puerta. 5 Entonces puse envases y copas en frente a los recabitas y les dije: "Beban algo de vino." 6 Pero ellos dijeron: "No beberemos ningún vino, pues nuestro ancestro, Jonadab, hijo de Recab, nos ordenó: 'No beban ningun vino, ni tú ni ninguno de tus descendientes, para siempre. 7 También, no construyan ninguna casa, ni rieguen ninguna semilla, o planten ningunas viñas; esto no es para tí. Pues deben vivir en tiendas todos tus días, para que vivas muchos días en la tierra donde se están quedando como extranjeros.' 8 Nosotros hemos obedecido la voz de Jonadab, hijo de Recab, nuestro ancestro, en todo lo que él nos ordenó, a nunca beber vino en todos nuestros días, nosotros, nuestras esposas, nuestros hijos, y nuestras hijas. 9 Nosotros nunca construiremos casas para vivir, y no habrá viña, campo, o semilla en nuestra posesión. 10 Nosotros hemos vivido en tiendas y hemos obedecido y hecho todo lo que Jonadab, nuestro ancestro, nos ordenó. 11 Pero cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, atacó nuestra tierra, dijimos: 'Vengan, debemos ir a Jerusalén para escapar de los ejércitos de los caldeos y los arameos.' Así estamos viviendo en Jerusalén." 12 Luego la palabra del SEÑOR vino a Jeremías, diciendo: 13 "SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: 'Ve y dile a los hombres de Judá y a los habitantes de toda Jerusalén, "¿No recibirán ustedes la corrección y escucharán Mis palabras? --esta es la declaración del SEÑOR. 14 Las palabras de Jonadab, hijo de Recab, que él le dio a sus hijos como una órden, de que no beban ningún vino, han sido observadas hasta este mismo día. Ellos han obedecido la órden de su ancestro. Pero en cuanto a Mí, Yo mismo les he estado haciendo proclamaciones persistentes a ustedes, pero ustedes no Me han escuchado. 15 Yo les envié a ustedes a todos Mis siervos, los profetas. Yo fui persistente al enviarlos para decirles: 'Que toda persona se vuelva de su mal camino y haga buenas obras; que ninguno camine más tras otros dioses y los adore. En cambio, regresen a la tierra que Yo les di a ustedes y a sus ancestros.' Sin embargo, ustedes no Me escuchan ni Me prestan atención. 16 Pues los descendientes de Jonadab, hijo de Recab, han observado los mandamientos de su ancestro que él les dio, pero este pueblo rehusa escucharme a Mí.'" 17 Así que el SEÑOR, Dios de los ejércitos y Dios de Israel, dice esto: 'Miren, Yo estoy trayendo sobre Judá y sobre todos los habitantes de Jerusalén, todos los desastres que he pronunciado contra ellos porque Yo les hablé, pero ellos no escucharon; Yo los llamé, pero ellos no contestaron.'" 18 Jeremías le dijo a la familia de los recabitas: "El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: 'Ustedes han escuchado los mandamientos de Jonadab, su ancestro, y los han obedecido todos-- han obedecido todo lo que él les ordenó hacer-- 19 así que SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: 'Siempre habrá un descendiente de Jonadab, hijo de Recab, que Me sirva.'"

36

1 Sucedió en el año cuarto de Joacim, hijo de Josías rey de Judá, que esta palabra vino a Jeremías del SEÑOR, y él dijo: 2 "Toma un rollo para tí mismo y escribe en él todas las palabras que yo te he dicho sobre Israel y Judá, y toda nación. Haz ésto por todo lo que he dicho de estos días de Josías hasta este justo día. 3 Quizás el pueblo de Judá escucharán a todos los desastres que yo intento traerles a ellos. Quizás todos se alejarán de su camino malvado, para que yo pueda perdonar sus iniquidades y sus pecados." 4 Entonces Jeremías llamó a Baruc, hijo de Nerías, y Baruc escribió en un rollo, al dictado de Jeremías, todas las palabras del SEÑOR habladas a él. 5 Después Jeremías dió una orden a Baruc. Él dijo: "Yo estoy en la carcel y no puedo ir a la casa del SEÑOR. 6 Así que tú debes ir y leer desde el rollo que tú escribiste a mi dictado. En el día del ayuno, tú debes leer las palabras del SEÑOR en la audiencia del pueblo en su casa, y también en la audiencia de toda Judá quienes han venido desde sus ciudades. Proclama estas palabras a ellos. 7 Quizás sus ruegos por misericordia vendrán ante el SEÑOR. Quizás cada persona se alejará de su camino malvado, ya que la ira y la furia del SEÑOR que se ha proclamado contra su pueblo es severa." 8 Así que Baruc, hijo de Nerías, hizo todo lo que Jeremías el profeta había mandado a él que hiciera. Él leyó en voz alta las palabras del SEÑOR en la casa del SEÑOR. 9 Sucedió en el año quinto y el mes noveno de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, que todo el pueblo en Jerusalén y el pueblo quienes vinieron a Jerusalén desde las ciudades de Judá proclamaron un ayuno en honor al SEÑOR. 10 Baruc leyó en voz alta las palabras de Jeremías en la casa del SEÑOR, desde el cuarto de Gemarías, hijo de Safán el escriba, en el patio superior, por el portón de la entrada de la casa del SEÑOR. Él hizo ésto en la audiencia de todo el pueblo. 11 Ahora Micaías, hijo de Gemarías, hijo de Safán, escuchó todas las palabras del SEÑOR en el rollo. 12 Él fue de la casa del rey, al cuarto del secretario. Mira, todos los oficiales estaban sentados allí: Elisama el secretario, Delaía, hijo de Semaías, Elnatán, hijo de Acbor, Gemarías, hijo de Safán, y Sedequías, hijo de Ananías, y todos los oficiales. 13 Entonces Micaías le informó a ellos todas las palabras que él había escuchado que Baruc leyó a voz alta en la audiencia del pueblo. 14 Así que todos los oficiales enviaron a Jehudí, hijo de Netanías, hijo de Selemías, hijo de Cusi, a Baruc. Jehudí dijo a Baruc: "Toma el rollo en tu mano, el rollo desde el cual tú estabas leyendo en la audiencia del pueblo, y ven." Así que Baruc, hijo de Nerías, tomó el rollo en su mano y fue a los oficiales. 15 Entonces ellos dijeron a él: "Siéntate y lee ésto en nuestra audiencia." Así que Baruc leyó el rollo. 16 Sucedió que cuando ellos escucharon todas estas palabras, cada hombre se volvió atemorizado a quien estaba al lado de él y dijo a Baruc: "Ciertamente debemos informar todas estas palabras al rey." 17 Entonces ellos preguntaron a Baruc: "Dínos, ¿cómo viniste a escribir todas estas palabras a dictado de Jeremías?" 18 Baruc dijo a ellos: "Él me dictó todas estas palabras a mí, y yo lo escribí a tinta en este rollo." 19 Entonces los oficiales dijeron a Baruc: "Ve, escóndete y Jeremías también. No dejes que nadie sepa dónde ustedes están. 20 Así que ellos pusieron el rollo en el cuarto de Elisama, el secretario, y ellos fueron al rey en el patio y ellos informaron todo en la audiencia del rey. 21 Entonces el rey envió a Jehudí a tomar el rollo. Jehudí lo tomó del cuarto de Elisama, el secretario. Entonces él lo leyó en la audiencia del rey y de todos los oficiales quienes estaban parados junto a él. 22 Ahora el rey se estaba quedando en la casa de invierno en el mes noveno, y un brasero se estaba quemando en frente de él. 23 Sucedió que cuando Jehudí leyó tres o cuatro columnas, el rey quería cortarlo con un cuchillo y lo tiró dentro el fuego en el brasero hasta que todo el rollo fue destruido. 24 Pero ni el rey ni los siervos quienes escucharon todas estas palabras estaban asustados, ni rasgaron sus ropas. 25 Elnatán, Delaía y Germarías hasta instaron al rey de no quemar el rollo, pero él no los escuchó. 26 Entonces el rey mandó a Jerameel, un pariente, Seraías, hijo de Azriel, y Selemías, hijo de Abdeel que arrestara a Baruc el escriba y a Jeremías el profeta, pero el SEÑOR lo había escondido. 27 Entonces la palabra del SEÑOR vino a Jeremías después que el rey había quemado el rollo y las palabras que Baruc había escrito al dictado de Jeremías, diciendo: 28 "Vuelve, toma otro rollo para tí, y escribe en él todas las palabras que estaban en el rollo original, el rollo que quemó Joacim, rey de Judá. 29 Entonces tú debes decir ésto a Joacim, rey de Judá: 'Tú quemaste el rollo, diciendo: "¿Porqué tú escribiste en él 'El rey de Babilonia ciertamente vendrá y destruirá esta tierra, ya que él destruirá ambos hombre y la bestia en él'?"'" 30 Por lo tanto, el SEÑOR dice ésto sobre tí, Joacim, rey de Judá: "Ningun descendiente tuyo jamás se sentará en el trono de David. En cuanto a tí, tu cadáver será tirado dentro del calor del día y en el frío del noche. 31 Por que yo voy a castigarte a tí, a tus descendientes y a tus siervos por la iniquidad de todos ustedes. Yo traeré en todos los habitantes de Jerusalén, y a toda persona en Judá todos los desastres con los cuales yo te he amenazado con, pero a lo cuales tú no has prestado atención." 32 Así que Jeremías tomó otro rollo y se lo entregó a Baruc, hijo de Nerías, el escriba. Baruc escribió en él a dictado de Jeremías todas las palabras que estaba en el rollo quemado por Joacim, rey de Judá. Además, muchas otras palabras similares eran añadidas a este rollo.

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1 Ahora, Sedequías hijo de Josías reinaba como rey en lugar de Conías hijo de Joacim. Nabucodonosor, rey de Babilonia, había hecho a Sedequías rey sobre la tierra de Judá. 2 Pero Sedequías, sus siervos, y el pueblo de su tierra no escucharon las palabras del SEÑOR que él proclamó por la mano de Jeremías el profeta. 3 Así que, el rey Sedequías, Jucal hijo de Selemías, y Sofonías hijo de Maasías el sacerdote envió un mensaje a Jeremías el profeta. Ellos dijeron: ''Ora a nuestro favor al SEÑOR nuestro Dios.'' 4 Ahora Jeremías iba y venía entre la gente, porque aún no había sido puesto en prisión. 5 El ejército del faraón vino desde Egipto, y los caldeos quienes estaban sitiando a Jerusalén escucharon las noticias sobre ellos y dejaron Jerusalén. 6 Entonces, la palabra del SEÑOR vino a Jeremías el profeta diciendo: 7 "El SEÑOR Dios de Israel, dice esto: Esto es lo que dirán al rey de Judá, porque él les ha enviado a buscar consejo de Mí: ' Miren el ejército de faraón, el cual vino a ayudarte, esta a punto de irse a Egipto, su propia tierra. 8 Los caldeos volverán. Ellos pelearán contra esta ciudad, la capturarán, y la quemarán.' 9 El SEÑOR dice esto: No se engañen ustedes mismos diciendo: ' Seguramente los caldeos nos están dejando. 10 Aún si ustedes derrotaran a todo el ejército de los caldeos que los combaten para que sólo queden hombres heridos en sus tiendas, ellos se levantarán y quemarán estas ciudades.'' 11 Así fue cuando el ejército de los caldeos dejó a Jerusalén mientras el ejército de Faraón venía, 12 entonces, Jeremías salió de Jerusalén para ir a la tierra de Benjamín. Él quería tomar posesión de una zona de tierra entre su pueblo. 13 Mientras él estaba en la puerta de Benjamín, un jefe de la guardia estaba ahí. Su nombre era Irías hijo de Selemías hijo de Hananías. Él agarró a Jeremías el profeta y dijo: ''Tú estás desertando a los caldeos.'' 14 Pero Jeremías dijo: ''Eso no es verdad. Yo no estoy desertando a los caldeos.'' Pero Irías no le escuchó. Él tomó a Jeremías y lo trajo a los oficiales. 15 Los oficiales estaban enojados con Jeremías. Ellos lo golpearon y lo pusieron en prisión, la cual había sido la casa de Jonathan el escriba, pero ellos la habían convertido en prisión. 16 Así que, Jeremías fue puesto en una celda bajo tierra, donde estuvo por muchos días. 17 Entonces, el rey Sedequías envió alguien que lo trajo al palacio. En su casa, el rey le preguntó en privado, ¿Hay alguna palabra de parte del SEÑOR?'' Jeremías le contestó: '' Hay una palabra: Tú serás entregado en la mano del rey de Babilonia.'' 18 Luego Jeremías dijo al rey Sedequías: ''¿Cómo he pecado contra tí, tus siervos, o tu pueblo que me has puesto en prisión? 19 ¿Dónde están tus profetas, aquellos que profetizaban para tí y decían que el rey de Babilonia no vendría contra tí o contra tu tierra? 20 Pero ahora atiende, ¡mi amo el rey! Deja que mis súplicas vengan ante tí. No me regreses a la casa del escriba Jonatán, o yo moriré allí.'' 21 Así que, el rey Sedequías dió una orden. Sus siervos confinaron a Jeremías en el patio de la guardia. Le daban una hogaza de pan cada día de la calle de los panaderos, hasta que el pan de la ciudad se acabó. Así, Jeremías estuvo en el patio de la guardia.

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1 Sefatías, hijo de Matán, Gedalías, hijo de Pasur, Jucal, hijo de Selamías, y Pasur, hijo de Malquías, escucharon las palabras que Jeremías estaba declarando a todo el pueblo. Él estaba diciendo: 2 "El SEÑOR dice esto: "Cualquiera que se quede en esta ciudad será asesinado por la espada, hambruna y plaga. Pero cualquiera que vaya afuera a los caldeos sobrevivirá. Él escapará con su propia vida, y vivirá. 3 El SEÑOR dice esto: Esta ciudad será entregada a la mano del ejército del rey de Babilonia, y él la capturará." 4 Así que, los oficiales le dijeron al rey: "Deja que este hombre muera, pues en esta manera él está debilitando las manos de los hombres luchadores que quedan en esta ciudad, y las manos de todo el pueblo. Él esta proclamando estas palabras, pues este hombre no está trabajando para la seguridad de este pueblo, sino para el desatre. 5 Así que, el rey Zedequías dijo: "Mira, él está en tu mano, ya que no hay rey que pueda resistirte." 6 Luego, ellos tomaron a Jeremías y lo tiraron dentro del pozo de Malaquías, hijo del rey. El pozo estaba en el patio del guardia. Ellos bajaron a Jeremías en cuerdas. No había agua en el pozo, pero estaba fangoso, y él se hundió en el fango. 7 Ahora, Ebed Melec el cusita era uno de los eunucos en la casa del rey. Él escuchó que ellos habían puesto a Jeremías en el pozo. Ahora, el rey estaba sentado en la puerta de Benjamín. 8 Así que, Ebed Melec fue de la casa del rey y habló con el rey. Él dijo: 9 "Mi maestro el rey, estos hombres han hecho mal con el profeta. Ellos lo arrojaron dentro del pozo para que él muriera en el de hambre, ya que no hay más comida en la ciudad." 10 Luego, el rey dio una orden a Ebed Melec el cusita. Él dijo: "Toma el mando de treinta hombres de aquí y saca a Jeremías el profeta del pozo, antes de que se muera." 11 Así que, Ebed Melec tomó el mando de esos hombres y fue a la casa del rey, a un almacén, por ropa, debajo de la casa. De ahí el tomó unos trapos, y ropa usada y luego las bajo con cuerdas a Jeremías en la cisterna. 12 Ebed Melec el cusita le dijo a Jeremías: "Pon los trapos y la ropa usada debajo de tus brazos y encima de las cuerdas." Así que, Jeremías lo hizo. 13 Luego ellos halaron a Jeremías por las cuerdas. De esta manera, ellos sacaron de la cisterna. Así que, Jeremías se quedó en el patio del guardia. 14 Luego, el rey Zedequías envío un mensaje y trajo a Jeremías el profeta a sí mismo, a la tercera entrada en la casa del SEÑOR. El rey le dijo a Jeremías: "Quiero preguntarte algo. No guardes la respuesta de mí." 15 Jeremías le dijo a Zedequías: "Si te respondo, ¿ciertamente me matarás? Pero si te doy un consejo, tu no me escucharás." 16 Pero el rey Zedequías le juró a Jeremías en privado y dijo: "Yo declaro, tan cierto como el SEÑOR vive, Aquel que nos hizo, yo no te mataré o te daré a la mano de esos hombre que están buscando tu vida." 17 Así que, Jeremías le dijo a Zedequías: "El SEÑOR, Dios de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: Si tú, ciertamente, sales con los oficiales del rey de Babilonia entonces vivirás, y esta ciudad no será quemada. Tú y tu familia vivirán. 18 Pero si tú no sales con los oficiales del rey de Babilonia, entonces esta ciudad será entregada a las manos de los caldeos. Ellos la quemarán y tú no escaparás de su mano." 19 El rey Zedequías le dijo a Jeremías: "Pero yo tengo miedo del pueblo de Judá, quienes se han desertado a los caldeos, porque yo quizás seré entregado a su mano, para que ellos me traten mal. 20 Jeremías dijo: "No te entregarán a ellos. Obedece el mensaje del SEÑOR que yo te estoy diciendo, para que las cosas vayan bien para tí, y para que puedas vivir. 21 Pero si tú te rehúsas a salir, esto es lo que el SEÑOR me ha mostrado." 22 ¡Mira! Todas las mujeres que quedan en tu casa, rey de Judá, serán llevadas a los oficiales del rey de Babilonia. Estas mujeres te dirán a ti: 'Tu has sido engañado por tus amigos; ellos te han arruinado. Tus pies ahora están hundidos en el fango, y tus amigos correrán.' 23 Pues, todas tus esposas e hijos serán llevados a los caldeos, y tú mismo no escaparás de su mano. Tú serás capturado por la mano del rey de Babilonia, y esta ciudad será quemada. 24 Luego, Zedequías le dijo a Jeremías: "No le informes a nadie de estas palabras, para que tú no mueras. 25 Si los oficiales oyen que he hablado contigo, y si ellos vienen y te dicen: 'Dinos que le dijiste al rey y no lo escondas de nosotros o te mataremos.' 26 entonces debes decirles: 'Yo hice una humilde súplica ante el rey, para que el no me entregara a la casa de Jonatán para morir allí."' 27 Luego, todos los oficiales vinieron a Jeremías y lo interrogaron, para que el respondiera como el rey le había instruído. Así que, ellos dejaron de hablar con el, porque ellos no habían escuchado la conversación entre Jeremías y el rey. 28 Así que, Jeremías se mantuvo en el patio del guardia hasta el día que Jerusalén fue capturada.

39

1 En el noveno año y décimo mes de Sedequías rey de Judá, Nabucodonosor el rey de Babilonia vino con todo su ejército en contra de Jerusalén y la sitiaron. 2 En el undécimo año y el cuarto mes de Sedeqías, en el noveno día del mes, la ciudad fue invadida. 3 Entonces todos los oficiales del rey de Babilonia vineron y se sentaron en la puerta central: Nergal Sarezel, Sambar Nebo, Sarse Quim y un importante oficial. Nergal Sarezel era un alto oficial y todos los demás eran oficiales del reino de Babilonia. 4 Aconteció que cuando Sedequías, rey de Judá, y todos sus hombres de guerra los vieron, ellos escaparon. Ellos salieron de noche de la ciudad por el camino de los jardines del rey, por las puertas entre las dos paredes. El rey salió en dirección al Arabá. 5 Pero el ejército de los caldeos los persiguieron y capturaron a Sedequías en los llanos de Jordán, un Valle del río cerca de Jericó. Entonces lo capturaron y lo trajeron ante Nabucodonosor, rey de Babilonia, en Ribla en la tierra de Hamat, donde Nabucodonosor pasó sentencia sobre él. 6 El rey de Babilonia degolló a los hijos de Sadequías ante sus propios ojos en Ribla. El también degolló a todos los hombres nobles de Judá. 7 Después le sacó los ojos a Sedequías y lo ató con cadenas de bronce de manera que lo pudiera llevar a Babilonia. 8 Después los Caldeos quemaron la casa del rey y las casas del pueblo. Tambien derribaron las paredes de Jerusalen. 9 Nabuzaradán, el capitán de la guardia del rey, llevó cautivo al resto de la gente que quedaron en la ciudad. Esto incluía a la gente que desertaron hacia los Caldeos y al resto de la gente que quedaron en la ciudad. 10 Pero Nabusaradán el capitán de la guardia del rey le permitió a la gente más pobre que no tenían nada para sí mismos, que se quedaran en la tierra de Judá. Les dió viñedos y campos ese mismo día. 11 Nabucodonosor el rey de Babilonia había dado una orden sobre Jeremías a Nabuzaradán el comandante de la guardia del rey. Él le dijo: 12 "Tómalo y cuídalo. No le hagas daño. Has cualquier cosa que te pida." 13 Así que Nabuzaradán el comandante de la guardia del rey, Nebusazbán el alto eunúco, Nergal Sarezer el alto oficial, y todos los oficiales más importantes del rey de Babilonia enviaron a sus hombres. 14 Sus hombres cogieron a Jeremías del patio de la guardia y lo pusieron al cuidado de Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, para que lo llevara a su casa, así Jeremías se quedó junto al pueblo. 15 Ahora la voz del SEÑOR vino a Jeremías mientras el se encontraba arrestado en el patio de la guardia, diciendo, 16 Háblale a Ebed Melec el cusita y dile: El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: Mira, Yo estoy a punto de llevar acabo mis palabras en contra de esta ciudad, para traer desastre y no para su bien. Así se llevará acabo ante ti en ese día. 17 Pero Yo te rescataré en ese día, esta es la declaración del SEÑOR, y no serás entregado en manos de los hombres a quienes les temes. 18 Pues ciertamente Yo te recataré. Tú no caerás a espada. Tú escaparás con vida, puesto que has confiado en Mí, esta fue la declaración del SEÑOR.'"

40

1 La palabra vino a Jeremías del SEÑOR luego que Nabuzaradán el comandante de los guardaespaldas del rey lo había liberado en Rama. Él había encontrado a Jeremías atado con cadenas entre todos los cautivos de Jerusalén y Judá quienes estaban siendo llevados al exilio a Babilonia. 2 El jefe de la guardia se llevó a Jeremías y le dijo: "El SEÑOR tu Dios decretó este desastre para este lugar. 3 Así que, el SEÑOR lo trajo a cumplimiento. Él hizo así como había decretado, ya que ustedes pecaron en contra de Él y no obedecieron Su voz. Esta es la razon por que les ha sucedido esto a ustedes. 4 ¡Pero ahora mira! Yo te he liberado hoy de las cadenas que estaban en tus manos. Si está bien a tus ojos venir a Babilonia conmigo, ven, y yo cuidaré de ti. Pero si no está bien en tus ojos venir conmigo a Babilonia, entonces no lo hagas. Mira a toda la tierra ante ti. Ve donde sea bueno y correcto ante tus ojos ir." 5 Cuando Jeremías no respondió, Nabuzaradán dijo: "Ve donde Gedalías hijo de Ahicam hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto a cargo de las ciudades de Judá. Quédate con él entre la gente o ve donde sea bueno a tus ojos ir." El comandante de los guardaespaldas del rey le dio comida y un regalo, y luego lo envió. 6 Así que, Jeremías fue a Gedalías hijo de Ahicam a Mizpa. Se quedó con él entre la gente que quedó atrás en la tierra. 7 Ahora algunos comandantes de soldados judíos quienes estaban aún en el campo -- ellos y sus hombres -- escucharon que el rey de Babilonia había hecho a Gedalías hijo de Ahicam, gobernador sobre la tierra. Ellos también escucharon que él lo puso a cargo de los hombres, mujeres, y niños quienes eran la gente más pobre en la tierra, aquellos quienes no habían sido exiliados a Babilonia. 8 Así que, ellos fueron a Gedalías en Mizpa. Estos hombres eran Ismael hijo de Netanías; Johanán y Jonatán, hijos de Carea; Seraías hijo de Tanhumet; los hijos de Efai netofatita; y Jezanías hijo del maacateo -- ellos y sus hombres. 9 Gedalías hijo de Ahicam hijo de Safán les hizo un juramente a ellos y sus hombres diciendo: "No tengan miedo servir a los oficiales caldeos. Vivan en la tierra y sirvan al rey de Babilonia, y les irá bien a ustedes. 10 Miren, yo estoy viviendo en Mizpa para encontrarme con los caldeos quienes vinieron a nosotros. Así que, cosechen vino, frutas de verano, y aceite y guárdenlo en sus contenedores. Vivan en las ciudades que ustedes han ocupado." 11 Entonces, todos los judíos en Moab, entre la gente de Amón, y en Edom, y en cada tierra escucharon que el rey de Babilonia había permitido un remanente de Judá a quedarse, que él había designado a Gedalías hijo de Ahicam hijo de Safán sobre ellos. 12 Así que, todos los judíos regresaron desde cada lugar donde ellos habían sido esparcidos. Ellos volvieron a la tierra de Judá, a Gedalías en Mizpa. Ellos cosecharon vino y fruta de verano en gran abundancia. 13 Johanán hijo de Carea y todos los comandantes del ejército en el campo vinieron a Gedalías en Mizpa. 14 Ellos le dijeron a él: "¿Te has dado cuenta que Baalis rey del pueblo de Amón envió a Ismael hijo de Netanías a matarte?" Pero Gedalías hijo de Ahicam no les creyó. 15 Así que, Johanan hijo de Carea habló privadamente a Gedalías en Mizpa y dijo: "Permíteme ir a matar a Ismael hijo de Netanías. Nadie sospechará de mí. ¿Por qué él debería matarte? ¿Por qué permitir que toda Judá que ha sido reunida contigo sea esparcida y el remanente de Judá destruido?" 16 Pero Gedalías hijo de Ahicam dijo a Johanán hijo de Carea: "No hagas esta cosa, ya que tú estás diciendo mentiras de Ismael."

41

1 Pero ocurrió que en el séptimo mes Ismael hijo de Netanías hijo de Elisama, de la familia real, y algunos oficiales del rey, vinieron-- diez hombres estaban con él-- hacia Gedalías hijo de Ahicam, en Mizpa. Ellos comieron juntos allí en Mizpa. 2 Pero Ismael hijo de Netanías, y los diez hombres que estaban con él se levantaron y atacaron a Gedalías hijo de Ahicam hijo de Safán, con la espada. Ismael mató a Gedalías, a quien el rey de Babilonia había puesto a cargo de la tierra. 3 Entonces Ismael mató a todos los judíos que estaban con Gedalías en Mizpa y los guerreros Caldeos que se encontraban allí. 4 Entonces era el segundo día luego del asesinato de Gedalías, pero nadie lo sabía. 5 Algunos hombres vinieron desde Siquem, desde Silo y desde Samaria-- ochenta hombres que se habían afeitado las barbas, roto sus vestiduras y se habían cortado ellos mismos-- con ofrendas de comida e incienso en sus manos para ir a la casa del SEÑOR. 6 Así que Ismael hijo de Netanías salió de Mizpa para encontrarlos mientras ellos iban, caminando y llorando. Luego ocurrió que cuando se encontró con ellos, él les dijo, "¡Vengan a Gedalías hijo de Ahicam! 7 Ocurrió que cuando ellos vinieron a la ciudad, Ismael hijo de Netanías los masacró y los arrojó a un pozo, él y los hombres que estaban con él. 8 Pero habían diez hombres en medio de ellos que le dijeron a Ismael, "No nos mates, pues hay provisiones de nosotros en un campo; trigo y cebada, aceite y miel." Así que él no los mató con sus otros compañeros. 9 La cisterna en donde Ismael tiró todos los cuerpos muertos que él había matado, era una cisterna grande que el rey Asa excavó para defenderse en contra del rey Baasa de Israel. Ismael hijo de Netanías la llenó con los muertos. 10 Luego Ismael capturó todas las otras personas que estaban en Mizpa, las hijas del rey y todas las personas que dejaron en Mizpa quien Nabuzaradán el jefe de guardia había asignado a Gedalías hijo de Ahicam. Así que Ismael hijo de Netanías los capturó y fue a cruzar hacia el pueblo de Amón. 11 Pero Jonanán hijo de Carea y todos los comandantes del ejército con él escucharon de todo el daño que Ismael hijo de Netanías había hecho. 12 Así que tomaron todos sus hombres y fueron a luchar en contra de Ismael hijo de Netanías. Ellos lo encontraron en el gran estanque de Gabaón. 13 Entonces sucedió que cuando todas las personas que estaban con Ismael vieron a Jonanán hijo de Carea y todos los comandantes del ejército que estaban con él, ellos estaban bien felices. 14 Así que todas las personas que Ismael había capturado en Mizpa se volteraron y fueron a Jonanán hijo de Carea. 15 Pero Ismael hijo de Netanías huyó con ocho hombres de Jonanán. Él se fue al pueblo de Amón. 16 Jonanán hijo de Carea y todos los comandantes del ejército que estaban con él tomaron de Mizpa a todas las personas que habían sido rescatados de Ismael hijo de Netanías. Esto fue luego de que Ismael hubiera asesinado a Gedalías hijo de Ahicam. Jonanán y sus compañeros tomaron a los hombres fuertes, los hombres de guerra, las mujeres y los niños, y los eunucos que habían sido rescatados en Gabaón. 17 Entonces ellos se fueron y se quedaron por un tiempo en Gerut Quimam, lo cual está cerca de Belén. Ellos iban a ir a Egipto 18 por causa de los Caldeos. Ellos le tenían miedo desde que Ismael hijo de Netanías había asesinado a Gedalías hijo de Ahicam, quien el rey de Babilonia había puesto a cargo de la tierra.

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1 Entonces todos los comandantes del ejército y Johanán, hijo de Carea, Jezanías, hijo de Osaías, y todas las personas desde el menor hasta el mayor se acercaron a Jeremías el profeta. 2 Ellos le dijeron a él: "Permite que nuestras súplicas vengan ante ti. Ora por nosotros al SEÑOR tu Dios por esta gente que permanece ya que somos tan pocos en número, como puedes ver. 3 Pídele al SEÑOR tu Dios que nos diga hacia dónde debemos ir y qué debemos hacer." 4 Así que Jeremías el profeta les dijo a ellos: "Los he escuchado. Miren, le oraré al SEÑOR su Dios como lo han pedido. Lo que sea que el SEÑOR conteste, se lo diré. No retendré nada de ustedes." 5 Ellos le dijeron a Jeremías: "Ojalá y el SEÑOR sea un verdadero y fiel testigo en contra de nosotros, si nosotros no hacemos todo lo que el SEÑOR tu Dios nos diga que hagamos. 6 Sea algo bueno o malo, nosotros obedeceremos la voz del SEÑOR nuestro Dios, a Quien te estamos enviando, para que nos vaya bien cuando obedezcamos la voz del SEÑOR nuestro Dios." 7 Al final de diez días, la palabra del SEÑOR vino a Jeremías. 8 Así que Jeremías llamó a Johanán, hijo de Carea y a todos los comandantes del ejército con él, y a toda la gente desde el menor hasta el mayor. 9 Entonces él le dijo a ellos: "Esto es lo que el SEÑOR, el Dios de Israel - a quien ustedes me enviaron para yo poder plantearle sus súplicas ante Él - dice: 10 'Si ustedes vuelven y viven en esta tierra, entonces yo los edificaré y no los derribaré; Yo los sembraré y no los sacaré, pues Yo alejaré el desastre que Yo he traído sobre ustedes. 11 No le teman al rey de Babilonia, a quien ustedes están temiendo. No le teman - esta es la declaración del SEÑOR - ya que Yo estoy con ustedes para salvarlos y para rescatarlos de su mano. 12 Pues Yo les daré misericordia. Yo tendré compasión de ustedes, y Yo los regresaré a su tierra. 13 Pero supongamos que ustedes digan: "No nos quedaremos en esta tierra" - si ustedes no escuchan Mi voz, la voz del SEÑOR su Dios. 14 Supongamos que ustedes digan: "¡No! Nosotros iremos a la tierra de Egipto, donde no veremos ninguna guerra, donde no oiremos el sonido de la trompeta, y no tendremos hambre. Nosotros viviremos allí." 15 Ahora escuchen esta palabra del SEÑOR, ustedes, remanente de Judá. El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: 'Si ustedes realmente se van hacia Egipto, para ir a vivir allí, 16 entonces la espada a la que temen los derrotará allá en la tierra de Egipto. La hambruna por la cual se preocupan los perseguirá hasta Egipto, y morirán allí. 17 Así acontecerá que todos los hombres que se vayan a Egipto para vivir allí morirán por espada, hambruna, o plaga. No habrá sobreviviente de ellos, nadie para escapar el desastre que traeré sobre ellos. 18 Pues el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: Así como Mi ira y Mi furia fueron derramadas sobre los habitantes de Jerusalén, de la misma manera Mi furia será derramada sobre ustedes si se van a Egipto. Se convertirán en un objeto de maldición y horror, un objeto para hablar maldiciones, y algo deshonroso, y no volverán a ver este lugar.'" 19 Entonces Jeremías dijo: "El SEÑOR ha hablado concerniente a ustedes - el remanente de Judá. ¡No vayan a Egipto! Ustedes ciertamente saben que yo he sido un testigo en contra de ustedes hoy. 20 Pues ustedes se engañaron fatalmente cuando me enviaron al SEÑOR su Dios y dijeron: 'Ora al SEÑOR nuestro Dios por nosotros. Todo lo que el SEÑOR diga, dinos, y nosotros lo llevaremos a cabo.' 21 Pues yo me he reportado a ustedes hoy, pero ustedes no han escuchado la voz del SEÑOR su Dios ni de nada de lo cual Él me envió a ustedes. 22 Así que ahora, ustedes saben ciertamente que morirán por espada, hambruna y plaga en el lugar a donde quisieron ir a vivir."

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1 Sucedió que Jeremías terminó de proclamar a todo el pueblo todas las palabras de el SEÑOR su Dios que el SEÑOR su Dios le dijo a él que dijera. 2 Azarías, hijo de Osaías, Johanán, hijo de Carea, y todos los hombres arrogantes le dijeron a Jeremías: "Tú estás diciendo mentiras. El SEÑOR nuestro Dios no te ha enviado a decir: 'No vayan a Egipto para vivir ahí.' 3 Sino que Baruc, hijo de Nerías, te esta incitando a ti contra nosotros para llevarnos a la mano de los caldeos, para que tú causes nuestra muerte y hacernos cautivos en Babilonia." 4 Así que, Johanán, hijo de Carea, todos los príncipes del ejército, y todo el pueblo se rehusó a escuchar la voz del SEÑOR para vivir en la tierra de Judá. 5 Johanán, hijo de Carea y todos los comandantes del ejército se llevaron todo el remanente de Judá que había regresado de todas las naciones que ellos habían sido dispersados para vivir en la tierra de Judá. 6 Ellos tomaron a los hombres y las mujeres, los niños y las hijas de los reyes, y toda persona que Nabuzaradán, el comandante de los guardaespaldas del rey, habían dejado permanecer con Gedalías, hijo de Ajicán, hijo de Safán. Ellos también se llevaron a Jeremías el profeta y Baruc, hijo de Nerías. 7 Ellos fueron a la tierra de Egipto, a Tafnes, porque ellos no escucharon la voz de el SEÑOR. 8 Así que, la palabra de el SEÑOR vino a Jeremías en Tafnes, diciendo: 9 "Toma algunas piedras grandes en tu mano, y a la vista del pueblo de Judá, escóndelas en el cemento en el pavimento a la entrada de la casa del Faraón en Tafnes." 10 Luego, diles a ellos: "El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: 'Mira, Yo estoy a punto de enviar mensajeros para que traigan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, como mi sirviente. Yo pondré su trono sobre estas piedras que tú, Jeremías, has enterrado. Nabucodonosor pondrá su pabellón sobre ellas. 11 Porque él vendrá a atacar la tierra de Egipto. Quien sea asignado a la muerte será entregado a la muerte. Quien sea asignado a la cautividad será llevado cautivo. Quien sea asignado a la espada se dará a la espada. 12 Entonces Yo encenderé un fuego en el templo de los dioses de Egipto. Nabucodonosor los quemará o los capturará. Él limpiará la tierra de Egipto como los pastores limpian sabandijas de sus ropas. Él se irá de ese lugar en victoria. 13 Él quebrará los pilares de piedra en el Heliópolis en la tierra de Egipto. Él quemará el templo de los dioses de Egipto.'"

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1 La palabra que vino a Jeremías en cuanto a todos los judíos que vivían en la tierra de Egipto, los que se quedaban en Migdol, Tafnes, Menfis y en la tierra de Patros. 2 "El SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel, dice esto: Ustedes mismos han visto todos los desastres que Yo he traído sobre Jerusalén y todas las ciudades de Judá. Miren, están en ruinas hoy. No hay nadie que viva en ellas. 3 Esto es por las cosas maliciosas que ellos hicieron para ofenderme al ir a quemar incienso y adorar otros dioses. Estos eran dioses que ni ellos mismos, ni ustedes, ni sus antepasados conocieron. 4 Así que Yo repetidamente envié a todos Mis siervos los profetas a ellos. Los envié a decir: 'Dejen de hacer estas cosas abominables que Yo odio.' 5 Pero ellos no escucharon. Ellos se rehusaron a prestar atención o a alejarse de su maldad al quemar incienso a otros dioses. 6 Así que Mi furia y Mi ira fue derramada y encendió un fuego en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Así ellos se volvieron ruinas y devastación, como en este tiempo presente." 7 Entonces, ahora el SEÑOR, el Dios de los ejércitos y el Dios de Israel, dice esto: "¿Por qué ustedes están haciendo gran maldad en contra de ustedes mismos? ¿Por qué están ustedes mismos haciendo que sean cortados de entre Judá, hombres, mujeres, niños y bebés? Ningún remanente de ustedes quedará vivo. 8 Por su maldad ustedes me han ofendido con la obra de sus manos, al quemar incienso a otros dioses en la tierra de Egipto, a donde se han ido a vivir. Ustedes han ido ahí para ser destruídos, para ser una maldición y una decepción entre todas las naciones de la tierra. 9 ¿Han olvidado la maldad cometida por sus ancestros y la maldad cometida por los reyes de Judá y sus esposas? ¿Han olvidado la maldad cometida por ustedes mismos y sus esposas en la tierra de Judá y en las calles de Jerusalén? 10 Hasta este día, ellos aún no son humillados. Ellos no honran Mi Ley o decretos que Yo pongo ante ellos y sus ancestros, ni caminan en ellos." 11 Por lo tanto, el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: "Miren, Y estoy a punto de poner Mi rostro en contra de ustedes para traerles desastre y destruir a toda Judá. 12 Pues Yo tomaré el remanente de Judá que se ha propuesto salir a la tierra de Egipto para vivir allí. Yo lo haré para que todos ellos perezcan en la tierra de Egipto. Ellos caerán por la espada y la hambruna. Desde el más pequeño hasta el más grande, ellos perecerán por la espada y la hambruna. Ellos morirán y se convertirán en objeto de insultos, maldición, decepción y cosa horrible. 13 Pues Yo castigaré a la gente habitando en la tierra de Egipto tal como Yo castigué a Jerusalén con la espada, la hambruna y la plaga. 14 Ni fugitivo ni sobreviviente del remanente de Judá quienes van a vivir allí en la tierra de Egipto regresará a la tierra de Judá, aunque ellos quieran regresar y vivir ahí. Ninguno de ellos regresará, excepto por unos pocos quienes escaparán de ahí." 15 Entonces, todos los hombres que sabían que sus esposas estaban quemando incienso a los otros dioses, y todas las mujeres que estaban en la gran asamblea, y toda la gente que estaba viviendo en la tierra de Egipto en Patros le respondió a Jeremías. 16 Ellos dijeron: "Sobre la palabra que no has dicho en nombre del SEÑOR--no te escucharemos a ti. 17 Porque nosotros ciertamente haremos todas las cosas que decimos que haremos--quemarle incienso a la reina del cielo y derramar ofrendas de bebidas a ella tal como nosotros, nuestros ancestros, nuestros reyes y nuestros líderes hicieron en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Entonces nosotros nos llenaremos de comida y prospéraremos, sin experimentar ningún desastre. 18 Cuando nosotros nos negamos de hacer estas cosas, el no ofrecerle incienso a la reina del cielo y no derramarle ofrenda de bebida a ella, nosotros estabamos sufriendo de pobreza y estabamos muriendo por la espada y la hambruna. 19 Las mujeres dijeron: "Cuando estabamos haciendo estas cosas ante la reina del cielo y derramando ofrenda de bebida a ella, ¿Fue en contra de nuestros esposos que nosotras hicimos estas cosas, haciendo pasteles a imagen de ella y derramando ofrenda de bebida a ella?" 20 Entonces, Jeremías le dijo a toda el pueblo, a los hombres y a las mujeres, y a toda la gente que le respondió a él, él proclamó y dijo: 21 "¿Acaso el SEÑOR no se acordó del incienso que ustedes quemaron en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén--ustedes y sus ancestros, sus reyes y sus líderes, y la gente de la tierra? Porque el SEÑOR se recuerda; eso viene a Sus pensamientos. 22 Entonces, Él ya no era capaz de resistir por las prácticas malignas, por la abominación que ustedes hicieron. Entonces, su tierra se volvió una desolación, un horror, una maldición para que no hubiera ya un habitante como en ese día presente. 23 Porque ustedes quemaron incienso y pecaron en contra del SEÑOR, y porque no escucharon Su voz, Su Ley, Sus estatutos, o los decretos de Su pacto, este desastre en contra de ustedes ha pasado hasta este día presente." 24 Entonces, Jeremías le dijo a toda la gente y a todas las mujeres: "Escuchen la palabra del Señor, toda Judá que está en la tierra de Egipto. 25 El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: 'Ustedes y sus esposas, ambos han dicho con sus bocas y hecho con sus manos lo que dicen: "Nosotros ciertamente cumpliremos los votos que hicimos para adorar a la reina del cielo, de derramar ofrenda de bebida e ella." Ahora, lleven a cabo sus votos; cúmplanlos.' 26 Pues, entonces, escuchen la palabra del SEÑOR, toda Judá que se está quedando en la tierra de Egipto: 'Miren, Yo he jurado por Mi gran nombre--dice el SEÑOR. Mi nombre ya no será llamado de las bocas de ninguno de los hombres de Judá en toda la tierra de Egipto, ustedes quienes ahora dicen: "Yo declaro, tan cierto como el SEÑOR vive. 27 "Miren, Yo estoy mirando sobre ellos para el desastre y no para bien. Cada persona de Judá en la tierra de Egipto perecerá por la espada y la hambruna hasta que todos se hayan acabado. 28 Entonces los sobrevivientes de la espada regresarán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá, solo un pequeño número de ellos. Así que todos los remanentes de Judá que fueron a vivir a la tierra de Egipto sabrán cual palabra se hará realidad: la Mía o la de ellos. 29 Esto será una señal para ustedes--ésta es la declaración del SEÑOR--que Yo me estoy preparando en este lugar en contra de ustedes, así ustedes sabrán que Mis palabras ciertamente los atacarán a ustedes con desastre. 30 El SEÑOR dice esto: 'Miren, estoy a punto de entregar al faraón Hofra, rey de Egipto, en la mano de sus enemigos y en la mano de esos que buscan matarlo. Será lo mismo que cuando entregué a Sedequías, rey de Judá, en la mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, su enemigo que buscó su vida.'"

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1 Esta es la palabra que Jeremías el profeta le dijo a Baruc hijo de Nerías. Esto ocurrió cuando él escribió en un rollo estas palabras en el dictado de Jeremías, este era el cuarto año de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, y él dijo: 2 "El SEÑOR, Dios de Israel, te dice esto a tí, Baruc: 3 Tú has dicho: '¡Ay de mí! Pues el SEÑOR ha sumado agonía a mi dolor. Mis gemidos me han cansado; yo no encuentro descanso.' 4 Esto es lo que tú debes decirle a él: "El SEÑOR dice esto: Mira, lo que Yo construí, ahora lo estoy derribando. Lo que Yo planté, ahora estoy arrancando, Yo haré esto a través de toda la Tierra. 5 ¿Pero esperas por grandes cosas para ti? No esperes por eso. Pues, verás, el desastre viene a toda la humanidad, esta es la declaración del SEÑOR, pero Yo te estoy dando tu vida como tu botín donde quiera que vayas."

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1 Esta es la palabra del SEÑOR que vino a Jeremías el profeta concerniente a las naciones. 2 Para Egipto: "Esto es acerca del ejército del Faraón Necao, rey de Egipto, que estuvo en Carquemis al lado del Río Eufrates. Este fue el ejército que Nabucodonosor, rey de Babilonia, derrotó en el cuarto año de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá: 3 Preparen los escudos pequeños y los escudos grandes, y vayan a pelear. 4 Pongan el arnés sobre los caballos; móntense sobre los caballos y tomen su posición con sus cascos puestos; pulan las espadas y pónganse su armadura. 5 ¿Qué estoy viendo aquí? Ellos están llenos de terror y están huyendo, pues sus soldados están derrotados. Están corriendo para asegurarse y no están mirando para atrás. El terror está todo alrededor, esta es la declaración del SEÑOR, 6 los rápidos no pueden huir, y los soldados no pueden escapar. Ellos tambalean en el norte y caen al lado del Río Eufrates. 7 ¿Quién es éste que sube como el Nilo, cuyas aguas se mecen arriba y abajo como los ríos? 8 Egipto sube como el Nilo, como los ríos de agua que suben y bajan. Egipto dice: 'Yo subiré y cubriré la tierra. Yo destruiré ciudades y sus habitantes. 9 Suban, caballos. Enójense, ustedes carros. Dejen que salgan los soldados, Cus y Put, hombres diestros con un escudo y Lud, hombres diestros doblando sus arcos.' 10 Ese día será el día de la venganza para el SEÑOR Dios de los ejércitos, y Él se vengará de Sus enemigos. La espada devorará y quedará satisfecha. Beberá hasta saciarse de la sangre de ellos. Pues habrá un sacrificio al SEÑOR Dios de los ejércitos en la tierra del norte al lado del Río Eufrates. 11 Sube a Galaad, y obtén medicina, hija virgen de Egipto. Es inútil que te pongas mucha medicina sobre ti misma. No hay remedio para ti. 12 Las naciones han oído de tu desgracia. La tierra está llena de tus lamentos, pues un soldado tropieza contra otro soldado, ambos se caen juntos." 13 Esta es la palabra que el SEÑOR le dijo a Jeremías el profeta cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino y atacó la tierra de Egipto. 14 "Anuncien en Egipto, y proclamen en Migdol, Menfis y Tafnes. 'Tomen su posición y prepárense, pues la espada devorará a los que están alrededor tuyo.' 15 ¿Por qué están sus poderosos de cara al suelo? Ellos no se pondrán de pie porque Yo, el SEÑOR, los he empujado al suelo. 16 Él aumenta el número de aquellos que tambalean. Cada soldado cae contra el próximo. Ellos están diciendo: 'Levántense. Vayamos a casa. Regresemos a nuestra propia gente, a nuestra tierra natal. Abandonemos esta espada que nos está oprimiendo.' 17 Ellos prolamaron allí: 'Faraón, el rey de Egipto es solo un ruido, uno que ha dejado que su oportunidad se le escape.' 18 "Así como vivo Yo," declara el Rey, cuyo nombre es el SEÑOR de los ejércitos, alguien vendrá como el Monte Tabor y el Monte Carmelo a la orilla del mar. 19 Preparen para ustedes mismos equipaje para llevar al exilio, ustedes que viven en Egipto. Porque Menfis se convertirá en desolación, yacerá en ruinas y nadie vivirá allí. 20 Egipto es una joven vaca muy hermosa, pero un insecto punzante viene del norte. Viene. 21 Los soldados mercenarios en medio de ella son como un toro engordado, pero ellos también virarán y huirán. No se pondrán de pie juntos, pues el día de su desastre viene contra ellos, el tiempo de su castigo. 22 Egipto sisea como una serpiente y huye deslizándose, pues sus enemigos están marchando contra ella. Ellos van hacia ella como leñadores con hachas. 23 Ellos talarán los bosques, esta es la declaración del SEÑOR, aunque es muy denso. Pues los enemigos serán más numerosos que langostas, sin poder ser contados. 24 La hija de Egipto será avergonzada. Ella será entregada en la mano de gente del norte." 25 SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: "Miren, estoy a punto de castigar a Amón de Tebas, Faraón, Egipto y sus dioses, sus reyes los Faraones, y aquellos que confían en ellos. 26 Yo los estoy entregando en la mano de los que están buscando las vidas de ellos, y en la mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia y sus sirvientes. Entonces luego de esto, Egipto será habitada como en días anteriores, esta es la declaración del SEÑOR. 27 Pero tú, mi siervo Jacob, no temas. No desmayes, Israel, pues mira, Yo estoy a punto de traerte de regreso desde lejos, y a tus hijos desde la tierra de su cautiverio. Entonces Jacob regresará, encontrará paz, y estará seguro, y no habrá nadie que lo terrorice. 28 Tú, mi siervo, Jacob, no temas, esta es la declaración del SEÑOR, porque Yo estoy contigo, así que traeré destrucción completa en contra de las naciones donde Yo te dispercé. Pero Yo no te destruiré completamente. Mas Yo te disciplinaré justamente y de seguro no te dejaré sin castigo.

47

1 Esta es la palabra del SEÑOR que vino a Jeremías el profeta concerniente a los filisteos. Esta palabra vino a él antes que Faraón atacara a Gaza. 2 "El SEÑOR dice esto: 'Miren, diluvios de agua están subiendo en el norte. ¡Ellas serán como un río desbordado! Entonces ellas se derramarán sobre la tierra y todo lo que en ella hay, sus ciudades y sus habitantes.! Así que todo el mundo clamará pidiendo ayuda, y todos los habitantes de la tierra se lamentarán. 3 Al sonido del pisoteo de las pezuñas fuertes de los caballos, al rugir de sus carros y el ruido de sus ruedas, los padres no ayudarán a sus hijos debido a su propia debilidad. 4 Pues el día viene que devastará a todos los filisteos, para impedir de Tiro y Sidón a todo sobreviviente que quiera ayudarlos. Pues el SEÑOR está devastando a los filisteos, aquellos que permanecen de la isla de Caftor. 5 La calvicie le sobrevendrá a Gaza. En cuanto a Ascalón, la gente que se ha quedado en su valle será silenciada. ¿Por cuánto tiempo te sajarás por el luto? 6 ¡Ay, espada del SEÑOR! ¿Cuánto tiempo hasta que estés en silencio? ¡Regresa a tu vaina! Detente y haz silencio. 7 ¿Cómo puedes estar callada, pues el SEÑOR te ha dado órdenes? Él te ha convocado para atacar a Ascalón y en contra de las tierras costeras a la orilla del mar."

48

1 A Moab, el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: "¡Ay de Nebo, porque ha sido devastada! Quiriataim ha sido capturada y humillada. Su fortaleza ha sido aplastada y deshonrada. 2 El honor de Moab no es más. Sus enemigos en Hesbón han tramado desastre contra ella. Ellos dijeron: 'Vengan y destruyámosla como una nación. Madmena también perecerá, una espada te perseguirá.' 3 ¡Escuchen! Un sonido de gritos viene desde Horonaim, donde hay ruina y gran destrucción. 4 Moab ha sido destruída. Sus niños han dejado oir sus gritos. 5 Ellos suben la colina de Luhit llorando, porque camino abajo hacia Horonaim, se oyen los gritos debido a la destrucción. 6 ¡Huyan! Salven sus vidas y sean como un arbusto de enebro en el desierto. 7 Pues debido a tu confianza en tus prácticas y en tu riqueza, tú también serás capturada. Entonces Quemos se irá al cautiverio, junto con sus sacerdotes y líderes. 8 Pues el destructor vendrá a cada ciudad; ninguna ciudad escapará. De manera que el valle perecerá y el llano será devastado, tal como el SEÑOR ha dicho. 9 Den alas a Moab, pues seguramente se irá volando. Sus ciudades se convertirán en tierra desolada, donde no hay quien viva en ella. 10 ¡Sea maldito cualquiera que sea perezoso en hacer el trabajo del SEÑOR! ¡Sea maldito cualquiera que detenga su espada de derramar sangre! 11 Moab se ha sentido segura desde que era joven. Ella es como su vino que nunca ha sido vertido de olla en olla. Nunca ha ido al cautiverio. Por lo tanto, tiene buen sabor como nunca; su gusto se mantiene sin cambio. 12 Así que vean, los días vienen, esta es la declaración del SEÑOR, cuando Yo le enviaré a aquellos que lo volcarán y derramarán todas sus ollas y destrozarán sus frascos. 13 Entonces Moab se avergonzará de Quemos así como la casa de Israel se avergonzó de Betel, su objeto de confianza. 14 ¿Cómo pueden decir ustedes, 'Nosotros somos soldados, hombres guerreros poderosos'? 15 Moab será devastada y sus ciudades atacadas. Pues sus mejores jóvenes han descendido al lugar de la matanza. ¡Esta es la declaración del Rey! El SEÑOR de los ejércitos es Su nombre! 16 El desastre de Moab pronto acontecera; la calamidad avanza rápidamente. 17 Todos ustedes que están alrededor de Moab, giman; y todos ustedes que conocen su fama, griten: 'Ay, la vara fuerte, el báculo honrado, ha sido roto.' 18 Desciende de tu lugar honrado y siéntate en el suelo seco, tú, hija viviendo en Dibón. Porque el que destruirá a Moab te está atacando, el que destruirá tus fortalezas. 19 Estén en el camino y observen, ustedes, pueblo que vive en Aroer. Pregunten a los que están huyendo y escapando. Digan: '¿Qué ha sucedido?' 20 Moab ha sido avergonzado, pues ha sido destrozado. Aúllen y lamenten, griten por ayuda. Díganselo a la gente al lado del Río Arnón que Moab ha sido devastada. 21 Ahora el castigo ha venido a la zona montañosa, a Holón, Jahaza, y Mefaat, 22 a Dibón, Nebo y Bet Deblataim, 23 a Quiriataim, Bet Gamul y Bet Meón, 24 a Queriot y Bosra y a todas las ciudades en la tierra de Moab, las ciudades más lejanas y más cercanas. 25 El cuerno de Moab ha sido macheteado; su brazo ha sido roto, esta es la declaración del SEÑOR. 26 Emborráchenlo, porque ha actuado arrogantemente en contra del SEÑOR. Que Moab nade en su vómito, y que sea un objeto de escarnio. 27 ¿Pues no se hizo Israel un objeto de mofa para ti? ¿Fue él hallado entre ladrones, de manera que tú meneabas tu cabeza contra él cada vez que hablabas de él? 28 Abandonen las ciudades y acampen en los barrancos, habitantes de Moab. Háganse como una paloma que está anidando sobre la boca de un hueco en las rocas. 29 Nosotros hemos escuchado acerca del orgullo de Moab, su arrogancia, su altivez, su orgullo, su auto-estima inflada y el engreimiento en su corazón. 30 Esta es la declaración del SEÑOR, Yo mismo conozco su hablar desafiante, que no conduce a nada, igual que sus obras. 31 Asi que Yo aullaré un lamento por Moab, y gritare de tristeza por toda Moab. Yo lloraré por el pueblo de Kir Hares. 32 Lloraré por ti más de lo que lo hice por Jazer, viña de Sibma. Tus ramas pasaron a través del Mar Salado y alcanzaron tan lejos como Jazer. Los destructores han atacado tu fruto de verano y tu vino. 33 De manera que la celebración y el regocijo han sido quitados de los árboles frutales y de la tierra de Moab. Yo he puesto fin al vino de sus prensas. Ellos no pisarán con gritos de júbilo. Cualquier grito no será de gozo. 34 Desde los gritos de Hesbón hasta tan lejos como Eleale, su sonido es escuchado en Jahaza, desde Zoar hasta Horonaim y Eglat Selisiya, ya que aún las aguas de Nimrim se han secado. 35 Pues Yo pondré fin a cualquiera en Moab que haga sacrificios en los lugares altos y queme incienso a sus dioses, esta es la declaración del SEÑOR. 36 Así que Mi corazón está lamentando por Moab como una flauta. Mi corazón está lamentando como flautas por el pueblo de Kir Hares. Las riquezas que ganaron se fueron. 37 Pues cada cabeza está rapada y cada barba afeitada. Hay incisiones en cada mano, y silicio está alrededor de sus cinturas. 38 Hay lamento dondequiera, en cada techo de Moab y en las plazas de Moab. Porque Yo he destruido a Moab como ollas que nadie quiere, esta es la declaración del SEÑOR. 39 ¡Cómo ha sido destrozado! ¡Cómo aúllan en su lamentación! ¡Moab muestra su espalda en vergüenza! Asi que Moab se convertirá en objeto de burla y un terror a todos aquellos que están alrededor de ella. 40 Pues el SEÑOR dice esto: "Vean, el enemigo vendrá volando como águila, extendiendo sus alas sobre Moab. 41 Queriot ha sido capturada, y sus fortalezas han sido agarradas. Porque ese día los corazones de los soldados de Moab serán como los corazones de mujeres dando a luz. 42 Así que Moab será destruida y ya no será más un pueblo, porque se hizo a sí misma grande en contra del SEÑOR. 43 El terror y el hoyo, y una trampa vendrán sobre ti, habitante de Moab, esta es la declaración del SEÑOR. 44 Cualquiera que huya debido al terror caerá en el hoyo, y cualquiera que salga del hoyo quedará atrapado, pues Yo traeré esto sobre ellos en el año de Mi venganza en contra de ellos, esta es la declaración del SEÑOR. 45 Los que huyan estarán de pie en la sombra de Hesbón sin ninguna fuerza, porque el fuego saldrá de Hesbón, llama desde el medio de Sehón. Devorará la frente de Moab y el tope de las cabezas del pueblo altivo. 46 ¡Ay de ti, Moab! El pueblo de Quemos está destruido. Pues tus hijos son llevados como cautivos y tus hijas al cautiverio. 47 Pero Yo restauraré las fortunas de Moab en días postreros, esta es la declaración del SEÑOR." El juicio sobre Moab termina aquí.

49

1 Acerca del pueblo de Amón, el SEÑOR dice esto: "¿No tiene Israel hijos? ¿No hay nadie que herede algo en Israel? ¿Por qué Milcom ocupa Gad, y su gente vive en sus ciudades? 2 Así que mira, los días vienen, esta es la declaración del SEÑOR, cuando Yo sonaré la señal para batallar en contra de Rabá entre el pueblo de Amón, para que se convierta en un montón desolado y sus aldeas se prendan en fuego. Pues Israel poseerá a aquellos que lo poseyeron" dice el SEÑOR. 3 ¡Aúlla en lamentos, Hesbón, porque Hai será devastada! ¡Clamen, hijas de Rabá! Vístanse de cilicio. Lamenten y corran de aquí a allá futilmente, porque Milcom va al destierro, junto con sus sacerdotes y líderes. 4 ¿Por qué te jactas de tus valles, tus valles que son tan fructíferos, hija infiel? ¿Tú que confías en tu riqueza y dices: '' Quién vendrá contra mí?' 5 Mira, Yo estoy a punto de traer terror sobre ti, esta es la declaración del SEÑOR Dios de los ejércitos, este terror vendrá de todos aquellos que te rodean. Cada uno de ustedes se dispersará delante de él. No habrá nadie para recoger a aquellos que están huyendo. 6 Pero después de esto, Yo restauraré las fortunas del pueblo de Amón, esta es la declaración del SEÑOR." 7 Acerca de Edom, el SEÑOR de los ejércitos dice esto: "¿Ya no se hallará alguna sabiduría en Temán? ¿Ha desaparecido el buen consejo de aquellos que tienen entendimiento? ¿Se ha corrompido su sabiduria? 8 ¡Huyan! ¡Regresen! Quédense en hoyos en el suelo, habitantes de Dedán. Porque Yo estoy trayendo el desastre de Esaú sobre él en el tiempo en que Yo lo castigo. 9 Si vinieran a ti los cosechadores de uvas, ¿no dejarían atrás un poco? Si ladrones llegaran de noche, ¿no robarían solamente cuanto quisieran? 10 Pero Yo he dejado desnudo a Esaú. Yo he revelado sus escondites. De manera que él no podrá esconderse. Sus hijos, sus hermanos, y sus vecinos están destruidos, y él se ha ido. 11 Dejen atrás a sus huérfanos. Yo me encargaré de sus vidas y sus viudas pueden confiar en Mí." 12 Pues el SEÑOR dice así: "Miren, aquellos que no lo merecieron ciertamente deberán beber algo de la copa. ¿Piensas tú mismo que te irás sin castigo? No irás, pues ciertamente beberás. 13 Porque Yo he jurado por Mí mismo, esta es la declaración del SEÑOR, que Bosra se convertirá en horror, en desgracia, en devastación, y en un objeto para la maldición. Todas sus ciudades se convertirán en devastaciones para siempre. 14 Yo he oído noticias del SEÑOR, y un mensajero ha sido enviado a las naciones, 'Reúnanse y atáquenla. Prepárense para la batalla.' 15 "Pues mira, Yo te he hecho pequeño comparado con las otras naciones, despreciado por la gente. 16 En cuanto a su ferocidad, el orgullo de su corazón les ha engañado, habitantes de lugares en el barranco, ustedes que han ocupado las colinas más altas para poder hacer su nido alto como un águila. Yo les bajaré desde allí, esta es la declaración del SEÑOR. 17 Edom se convertirá en un horror para todo el que pase al lado de ella. Cada persona así temblará y siseará debido a todos sus desastres. 18 Como el derrocamiento de Sodoma y Gomorra y sus vecinos," dice el SEÑOR, "nadie vivirá allí; ninguna persona se quedará allí. 19 Mira, él subirá como un león desde los bosques del Jordán hasta los pastizales verdes. Porque rápidamente Yo haré que Edom huya de él, y Yo pondré a alguien que será escogido a cargo de él. ¿Pues quién es como Yo, y quién me convocará a juicio? ¿Qué pastor es capaz de resistirme?" 20 Así que escucha los planes que el SEÑOR ha decidido en contra de Edom, los planes que Él ha formado en contra de los habitantes de Temán. Ellos ciertamente serán arrastrados, aún el rebaño más pequeño. Sus pastizales se convertirán en lugares arruinados. 21 Al sonido de su caída tiembla la tierra. El sonido de gritos angustiados se oye en el Mar de Cañas. 22 Mira, alguien atacará como un águila, y bajará de picada y abrirá sus alas sobre Bosra. Entonces en ese día, los corazones de los soldados de Edom se harán como el corazón de una mujer de parto." 23 Acerca de Damasco: "Hamat y Arfad se avergonzarán, porque han oído noticias de desastre. ¡Ellas se derriten! Se perturban tanto como el mar, el cual no puede mantenerse en calma. 24 Damasco se ha vuelto muy débil. Se vuelve para huir; el terror la agarra. La aflicción y el dolor la agarran, como el dolor de una mujer dando a luz. 25 ¿Cómo no ha quedado abandonada la ciudad de la alabanza, el pueblo de mi gozo? 26 Por lo tanto, sus hombres jóvenes caerán en sus plazas, y todos los guerreros perecerán en ese día, esta es la declaración del SEÑOR de los ejércitos." 27 "Pues Yo encenderé un fuego en la muralla de Damasco, y devorará las fortalezas de Ben Adad." 28 Acerca de Cedar y los reinos de Hazor, el SEÑOR dice esto a Nabucodonosor (ahora, Nabucodonosor, rey de Babilonia, iba a atacar estos lugares): "Levántense y ataquen a Cedar y destruyan a esa gente del este. 29 Sus tiendas y sus rebaños serán tomados, junto con las cortinas de sus tiendas y todo su equipo; sus camellos se llevarán de ellos, y hombres les gritarán: "¡El terror está por todos lados!" 30 ¡Huyan! ¡Deambulen lejos! Quédense en hoyos en el suelo, habitantes de Hazor, esta es la declaración del SEÑOR, pues Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha trazado un plan en contra de ustedes. ¡Huyan! ¡Regresen! 31 ¡Levántense! Ataquen a la nación en su reposo, a los que viven en seguridad," dice el SEÑOR. "Ellos no tienen portones ni barrotes, y su gente vive a solas. 32 Pues sus camellos se convertirán en botín, y la abundancia de su propiedad será botín de guerra. Entonces Yo dispersaré a los vientos a aquellos que se recortan las esquinas de su cabello, y Yo les traeré desastre desde todos los lados, esta es la declaración del SEÑOR. 33 Hazor se convertirá en guarida de chacales, una tierra de despojos permanente. Nadie vivirá allí; ningún ser humano se quedará allí." 34 Esta es la palabra del SEÑOR que vino a Jeremías el profeta acerca de Elam. Esto ocurrió al comienzo del reinado de Sedequías, rey de Judá, y Él dijo: 35 "El SEÑOR de los ejércitos dice esto: Mira, Yo estoy a punto de romper los arqueros de Elam, la parte principal de su poder. 36 Pues Yo traeré los cuatro vientos desde las cuatro esquinas de los cielos, y Yo dispersaré el pueblo de Elam a todos esos vientos. No hay nación a donde aquellos dispersados de Elam no irán. 37 Asi que Yo destrozaré a Elam delante de sus enemigos y delante de aquellos que buscan sus vidas. Pues Yo traeré desastre en contra de ellos, la furia de Mi ira, esta es la declaración del SEÑOR, y Yo enviaré la espada tras ellos hasta que Yo los haya aniquilado. 38 Entonces Yo pondré Mi trono en Elam y destruiré sus reyes y líderes de allí, esta es la declaración del SEÑOR, 39 y acontecerá en días postreros que Yo devolveré las fortunas de Elam, esta es la declaración del SEÑOR."

50

1 Esta es la palabra que el SEÑOR declaró acerca de Babilonia, la tierra de los caldeos, por la mano de Jeremías el profeta: 2 "Reporten a las naciones y háganles escuchar. Levanten una señal y háganles escuchar. No lo escondan. Digan: 'Babilonia ha sido tomada. Bel es avergonzado. Merodac está consternado. Sus ídolos son avergonzados; sus imágenes están consternadas.' 3 Una nación del norte se levantará contra ella, a fin de hacer de su tierra una desolación. Nadie, ni hombre ni bestia, vivirá en ella. Huirán. 4 En esos días y en ese tiempo, esta es la declaración del SEÑOR, el pueblo de Israel y el pueblo de Judá vendrán a unirse para ir llorando y buscar al SEÑOR su Dios. 5 Ellos preguntarán el camino a Sion y se dirigirán a él, diciendo: 'Nosotros iremos y nos uniremos al SEÑOR en un pacto eterno que no será olvidado.' 6 Mi pueblo ha sido un rebaño perdido. Sus pastores los han dirigido a perderse en las montañas; ellos los han virado de colina en colina. Ellos fueron, olvidaron el lugar donde habían vivido. 7 Todos los que fueron a ellos los devoraron. Sus adversarios dijeron: 'Nosotros no somos culpables, porque ellos pecaron contra el SEÑOR, su hogar verdadero, el SEÑOR, la esperanza de sus ancestros.' 8 Salgan de en medio de Babilonia; salgan de la tierra de los caldeos; sean como machos cabríos que se van antes que el resto del rebaño lo hace. 9 Pues vean, Yo estoy a punto de poner en movimiento y levantar a un grupo de grandes naciones del norte en contra de Babilonia. Ellos se organizarán en contra de ella. Babilonia será capturada desde allí. Sus flechas son como un guerrero diestro que no regresa con las manos vacías. 10 Caldea se convertirá en botín. Todos aquellos que la saquean serán satisfechos, esta es la declaración del SEÑOR. 11 Ustedes se regocijan, ustedes celebran el saqueo de Mi herencia; ustedes saltan como un becerro pisoteando en su pastizal; ustedes relinchan como un caballo poderoso. 12 Así que su madre será grandemente avergonzada, la que los parió será avergonzada. Miren, ella será la menor de las naciones, una tierra salvaje, una tierra seca, y un desierto. 13 Debido a la ira del SEÑOR, Babilonia no será habitada, sino que será una total devastación. Todo el que pase se estremecerá debido a Babilonia y siseará debido a todas sus heridas. 14 Organícense en contra de Babilonia todo alrededor de ella. Todo el que dobla el arco debe dispararle. No retengan ninguna de sus flechas, pues ella ha pecado contra el SEÑOR. 15 ¡Alcen un grito en contra de ella todo alrededor! Ella se ha rendido; sus torres han caído, sus murallas están derrumbadas, pues esta es la venganza del SEÑOR. ¡Vénganse de ella! ¡Háganle a ella justamente como ella ha hecho! 16 Destruyan tanto al agricultor que siembra la semilla como al que usa la hoz en el tiempo de la cosecha en Babilonia. Dejen que cada persona regrese a su propia gente ante la espada del opresor; dejen que huyan a su propia tierra. 17 Israel es un rebaño de ovejas dispersas y ahuyentadas por leones. Primero, el rey de Asiria lo devoró; entonces, después de esto, Nabucodonosor, rey de Babilonia, rompió sus huesos. 18 Por lo tanto, el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel, dice esto: "Miren, Yo estoy a punto de castigar al rey de Babilonia y su tierra, así como castigué al rey de Asiria. 19 Yo restauraré a Israel a su tierra natal; pastará en el Carmelo y en Basán. Entonces se saciará en el campo montañoso de Efraín y Galaad. 20 'En esos días y a ese tiempo,' dice el SEÑOR, 'la iniquidad se buscará en Israel, pero ninguna se hallará. Yo preguntaré acerca de los pecados de Judá, pero ninguno se hallará, pues Yo perdonaré al remanente que Yo libro.'" 21 "Levántate contra la tierra de Merataim, contra ella y los que habitan Pecod. Mátalos con la espada y apártalos para la destrucción, esta es la declaración del SEÑOR, haz todo lo que Yo te estoy ordenando. 22 Los sonidos de batalla y de enorme destrucción están en la tierra. 23 Cómo el martillo de todas las tierras ha sido cortado y destruido. Cómo Babilonia ha llegado a ser un horror entre las naciones. 24 ¡Yo he puesto una trampa para ti y fuiste atrapada, Babilonia, y no lo supiste! Tú fuiste hallada y capturada, porque te opusiste al SEÑOR. 25 El SEÑOR ha abierto su arsenal y está sacando las armas para llevar a cabo Su ira. Hay trabajo para el SEÑOR Dios de los ejércitos en la tierra de los caldeos. 26 Atáquenla desde lejos. Abran sus graneros y amontónenla como pilas de grano. Apártenla para la destrucción. No dejen ningún remanente de ella. 27 Maten todos sus toros. Mándenlos al lugar del matadero. Ay de ellos, pues su día ha llegado, el tiempo para su castigo. 28 Está el sonido de aquellos que están huyendo, de aquellos que son sobrevivientes, de la tierra de Babilonia. Estos reportarán la venganza del SEÑOR nuestro Dios para Sion, y venganza por Su templo." 29 Convoquen a los arqueros en contra de Babilonia, todos aquellos que doblan sus arcos. Acampen en contra de ella, y que no se escape nadie. Devuélvanle por lo que ella ha hecho. Háganle conforme a la medida que ella ha usado. Pues ella había desafiado al SEÑOR, el Santo de Israel. 30 Así que sus hombres jóvenes caerán en las plazas de la ciudad, y todos sus guerreros serán destruidos en ese día, esta es la declaración del SEÑOR." 31 "Miren, Yo estoy en contra tuya, orgullosa, esta es la declaración del SEÑOR Dios de los ejércitos, pues tu día ha llegado, orgullosa, el tiempo cuando Yo te castigaré. 32 Así que los orgullosos tropezarán y caerán. Nadie los levantará. Yo encenderé un fuego en sus ciudades el cual devorará todo alrededor suyo. 33 El SEÑOR de los ejércitos dice esto: El pueblo de Israel está oprimido, junto al pueblo de Judá. Todos los que los capturaron todavía los retienen; rehúsan dejarlos ir. 34 El que los rescata es fuerte. El SEÑOR de los ejércitos es Su nombre. Él verdaderamente defenderá su caso, a fin de traer descanso a la tierra, y traer conflicto a los que están habitando en Babilonia. 35 Una espada está en contra de los caldeos, esta es la declaración del SEÑOR, y en contra de los habitantes de Babilonia, sus líderes y sus hombres sabios. 36 Una espada viene contra aquellos que dicen palabras de adivinación, para que se revelen a sí mismos como necios. Una espada viene contra sus soldados, de manera que se llenarán de terror. 37 Una espada viene contra sus caballos, sus carros y toda la gente que está en medio de Babilonia, de manera que llegarán a ser como mujeres. Una espada viene contra sus almacenes, y serán saqueados. 38 Una sequía viene sobre sus aguas, de manera que se secarán. Porque ella es una tierra de ídolos sin valor, y se comportan como gente enloquecida por sus ídolos espantosos. 39 Así que bestias del desierto, junto con los chacales, habitarán allí, y las críás de las avestruces vivirán en ella. Por tiempo eterno, ella ya no será habitada. De generación a generación, no se vivirá en ella. 40 Así como Dios derrocó a Sodoma y Gomorra y sus vecinos, esta es la declaración del SEÑOR, nadie vivirá allí; ninguna persona se quedará en ella." 41 "Miren, una gente viene del norte, pues una gran nación y muchos reyes han sido incitados desde una tierra lejana. 42 Ellos tomarán arcos y espadas. Ellos son crueles y no tienen compasión. Su sonido es como el rugir del mar, y están cabalgando a caballo en formación como hombres guerreros, en contra tuya, hija de Babilonia. 43 El rey de Babilonia ha escuchado su informe y sus manos han caído débiles de aflicción. La angustia lo agarra como mujer dando a luz. 44 ¡Miren! Él sube como un león desde las alturas del Jordán hasta el lugar de pastar duradero. Pues Yo causaré rápidamente que ellos huyan de él, y Yo pondré a alguien que será escogido a cargo de él. Pues, ¿quién es como Yo, y quién me convocará? ¿Qué pastor es capaz de resistirme? 45 Por lo tanto, escuchen los planes que el SEÑOR ha decidido contra Babilonia, los planes que Él ha planificado contra la tierra de los caldeos. Ellos ciertamente serán arrastrados, aún el rebaño más pequeño. Sus pastizales se convertirán en lugares arruinados. 46 Al sonido de la Babilonia conquistada, tiembla la tierra, y su grito de angustia es oído entre las naciones."

51

1 "El SEÑOR dice esto: Miren, Yo estoy a punto de agitar un viento de destrucción contra Babilonia y contra aquellos que viven en Leb Camay. 2 Yo enviaré extranjeros a Babilonia. Ellos la dispersarán y devastarán su tierra, pues ellos vendrán contra ella de todo alrededor en el día del desastre. 3 No dejen que los arqueros tensen sus arcos; no dejen que se pongan la armadura. No dejen libres a sus hombres jóvenes; aparten a su ejército completo para la destrucción. 4 Porque la gente herida caerá en la tierra de los caldeos; aquellos que son matados caerán en sus calles. 5 Pues Israel y Judá no son abandonados por su Dios, por el SEÑOR de los ejércitos, aunque su tierra está llena de ofensas cometidas contra el Santo de Israel. 6 Huyan de en medio de Babilonia; sálvese cada hombre. No perezcan en su iniquidad. Pues es el tiempo de la venganza del SEÑOR. Él le recompensará todo a ella. 7 Babilonia era una copa dorada en la mano del SEÑOR que emborrachaba al mundo entero; las naciones bebieron su vino y se enloquecieron. 8 Babilonia caerá de repente y será destruida. ¡Giman por ella! Denle medicina para su dolor; tal vez pueda ser sanada. 9 Nosotros quisimos sanar a Babilonia, pero ella no es sanada. Todos dejémosla y vayámonos, a nuestra propia tierra. Pues su culpa alcanza hasta los cielos; está amontonada hasta las nubes. 10 El SEÑOR ha declarado nuestra inocencia. Vengan, contemos en Sion las obras del SEÑOR nuestro Dios. 11 Afilen las flechas y tomen los escudos. El SEÑOR está incitando el espíritu del rey de los medos con un plan para destruir a Babilonia. Esto es para la venganza del SEÑOR, venganza por la destrucción de Su templo. 12 Alzen una bandera sobre las murallas de Babilonia; fortalezcan la guardia; pongan vigilantes; preparen las emboscadas; porque el Señor hará lo que ha dicho concerniente a los habitantes de Babilonia. 13 Ustedes, gente que vive al lado de muchos manantiales de agua, ustedes, gente que son ricos con tesoros, su fin ha llegado. El hilo de su vida es acortado ahora. 14 El SEÑOR de los ejércitos ha jurado por Su propia vida: 'Yo los llenaré sus enemigos, como una plaga de langostas; ellos levantarán un grito de batalla contra ustedes.' 15 Él ha hecho la tierra por Su poder; Él estableció el mundo por Su sabiduría. Por Su entendimiento Él extendió los cielos. 16 Cuando Él truena, hay el rugir de aguas en los cielos, pues Él hace subir la neblina desde los confines de la tierra. Él hace relámpago para la lluvia y envía fuera el viento desde Sus almacenes. 17 Cada hombre se ha vuelto ignorante, sin conocimiento. Cada trabajador de metal es avergonzado por sus ídolos. Pues sus imágenes fundidas son fraudes, y no hay ninguna vida en ellos. 18 Ellas son inútiles, la obra de burladores; perecerán en el tiempo de su castigo. 19 Pero Dios, la porción de Jacob, no es como estos, pues Él es el moldeador de todas las cosas. Israel es la tribu de Su herencia; el SEÑOR de los ejércitos es Su nombre. 20 Tú eres Mi martillo de guerra, Mi arma para la batalla. Contigo Yo destrozaré naciones y destruiré reinos. 21 Contigo Yo destrozaré caballos y sus jinetes; contigo Yo destrozaré carros y sus conductores. 22 Contigo Yo destrozaré a cada hombre y mujer; contigo Yo destrozaré viejos y jóvenes. Contigo destrozaré a los hombres jóvenes y a las muchachas vírgenes. 23 Contigo destrozaré a los pastores y sus rebaños; contigo destrozaré a los labradores y sus yuntas. Contigo destrozaré a gobernantes y oficiales. 24 Pues a la vista de ustedes Yo le pagaré a Babilonia y a todos los habitantes de Caldea por todo el mal que hicieron en Sion, esta es la declaración del SEÑOR. 25 Vean, Yo estoy contra ti, montaña de destrucción, esta es la declaración del SEÑOR, la cual destruye toda la tierra. Yo extenderé Mi mano contra ti, y te rodaré desde los barrancos y te haré una montaña quemada. 26 Para que no tomen de ti cualquier piedra para construir la esquina de un edificio o un cimiento; pues tú llegarás a ser una devastación eterna, esta es la declaración del SEÑOR. 27 Levanten una bandera sobre la tierra. Toquen la trompeta sobre las naciones. Llamen a las naciones para atacarla; Ararat, Mini y Asquenaz. Señalen a un comandante para atacarla; hagan subir caballos como enjambres de langostas. 28 Preparen a las naciones para atacarla; los reyes de los medos y sus gobernantes, todos sus oficiales y todas las tierras bajo su dominio. 29 Pues la tierra temblará y estará en angustia, ya que los planes del SEÑOR continúan contra Babilonia, para hacer de la tierra de Babilonia un desierto donde no haya ningún habitante. 30 Los soldados en Babilonia han dejado de pelear; ellos se quedan en sus fortalezas. Su fuerza ha fallado; han llegado a ser como mujeres, sus hogares están encendidos, los barrotes de sus puertas están rotos. 31 Un mensajero corre a proclamarle a otro mensajero, y un corredor le dice a otro corredor que informe al rey de Babilonia que su ciudad ha sido tomada de extremo a extremo. 32 Así que los vados del río son tomados; el enemigo está quemando los pantanos de cañas, y los guerreros de Babilonia están confundidos. 33 Porque el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice esto: La hija de Babilonia es como un piso de trillar. Es el tiempo para pisotearla abajo. En un corto rato, el tiempo de la cosecha llegará a ella. 34 Nabucodonosor, rey de Babilonia, me ha devorado; me ha llevado a la confusión y me ha hecho como una olla vacía; como monstruo me ha tragado; llenó su estómago con mis comidas deliciosas; me ha enjuagado. 35 El que vive en Sion dirá: 'Que la violencia hecha sobre mí y mi carne sea sobre Babilonia.' Jerusalén dirá: 'Que mi sangre sea sobre los habitantes de Caldea.' 36 Por lo tanto, el SEÑOR dice esto: Vean, Yo estoy a punto de defender tu caso y traer la venganza para ti. Pues Yo secaré las aguas de Babilonia y haré que sus manantiales se sequen. 37 Babilonia se convertirá en montones de escombros, una guarida de chacales, un horror, un objeto de burla, donde no hay habitantes. 38 Los babilonios rugirán juntos como leones jóvenes. Gruñirán como cachorros de león. 39 Cuando se calienten de avaricia, Yo les haré una fiesta; Yo los embriagaré para que se alegren, y luego dormirán un sueño interminable y no despertarán, esta es la declaración del SEÑOR, 40 Yo los enviaré para abajo como corderos para el matadero, como carneros con machos cabríos. 41 ¡Cómo se ha capturado a Babilonia! ¡De manera que la alabanza de toda la tierra es detenida! Cómo Babilonia se ha convertido en lugar arruinado entre las naciones. 42 ¡El mar se ha subido sobre Babilonia! Ella está cubierta con sus olas rugientes. 43 Sus ciudades han llegado a ser una desolación, una tierra seca y un desierto, una tierra que nadie habita, y por donde ningún ser humano pasa. 44 Así que castigaré a Bel en Babilonia; Yo extraeré de su boca lo que él tragó, y las naciones ya no fluirán hacia él con sus ofrendas. Las murallas de Babilonia caerán. 45 Salgan de en medio de ella, pueblo Mío. Que cada uno de ustedes salve su propia vida de la furia de Mi ira. 46 No dejen que sus corazones sean tímidos ni teman las noticias que se oyen en la tierra, pues las noticias llegarán un año. Después de ella, en el año siguiente habrá noticias, y la violencia estará en la tierra. Gobernante estará contra gobernante. 47 Por lo tanto, vean, los días vienen cuando Yo castigare los ídolos tallados de Babilonia. Toda su tierra será avergonzada, y todos sus muertos caerán en medio de ella. 48 Entonces los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos se regocijarán sobre Babilonia. Porque destructores vendrán por ella desde el norte, esta es la declaración del SEÑOR. 49 Así como Babilonia ha hecho caer a los muertos de Israel, así también los muertos de toda su tierra caerán en Babilonia. 50 ¡Sobrevivientes de la espada, váyanse! No se queden quietos. Recuerden al SEÑOR desde lejos; recuerden a Jerusalén. 51 Estamos avergonzados, pues nosotros hemos oído insultos; el oprobio ha cubierto nuestros rostros; pues los extranjeros han entrado a los lugares santos de la casa del SEÑOR. 52 Por lo tanto, vean, los días vienen, esta es la declaración del SEÑOR, cuando Yo castigaré sus ídolos tallados, y las personas heridas gemirán en toda su tierra. 53 Pues aunque Babilonia subiera a los cielos y fortificara sus fortalezas más altas, los destructores vendrían de Mí a ella, esta es la declaración del SEÑOR. 54 Un grito de angustia vino de Babilonia, un gran colapso desde la tierra de los caldeos. 55 Pues el SEÑOR está destruyendo a Babilonia. Él está causando que su voz fuerte perezca. Sus enemigos rugen como las olas de muchas aguas; su ruido se hace muy fuerte. 56 ¡Porque los destructores han venido contra ella, contra Babilonia! Y sus guerreros han sido capturados. Sus arcos están rotos, pues el SEÑOR es el Dios de la venganza; Él ciertamente llevará a cabo Su retribución. 57 Pues Yo emborracharé a sus príncipes, sus sabios, sus oficiales, y sus soldados, y ellos dormirán un sueño interminable y nunca despertarán, esta es la declaración del Rey: el SEÑOR de los ejércitos es Su nombre. 58 El SEÑOR de los ejércitos dice esto: Las murallas gruesas de Babilonia serán completamente derribadas, y sus puertas altas serán quemadas. Entonces las gentes que vienen a ayudarle trabajarán inútilmente; todo lo que las naciones traten de hacer para ella será quemado." 59 Esta es la palabra que Jeremías el profeta ordenó a Seraías, hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando él fue con Sedequías, rey de Judá, a Babilonia en el cuarto año de su reinado. Ahora, Seraías era un oficial principal. 60 Porque Jeremías había escrito en un rollo acerca del desastre que iba a acontecer en Babilonia, todas estas palabras que fueron escritas acerca de Babilonia. 61 Jeremías dijo a Seraías: "Cuando vayas a Babilonia, entonces tú verás y leerás estas palabras en voz alta. 62 Entonces dirás: 'El SEÑOR, Tú mismo has declarado que Tú destruirías este lugar, y que ningún hombre ni animal vivirá en él, y que será desolado para siempre.' 63 Entonces cuando hayas terminado de leer este rollo, amárrale una piedra y lánzalo al medio del Eufrates. 64 Di: 'Babilonia se hundirá así. No se levantará debido al desastre que Yo estoy enviando contra ella, y caerán.'" Las palabras de Jeremías terminan aquí.

52

1 Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar; él reinó once años en Jerusalén. El nombre de su madre era Hamutal; ella era la hija de Jeremías de Libna. 2 Él hizo lo que era malo a la vista del SEÑOR; él hizo todo lo que Joacim había hecho. 3 Por medio de la ira del SEÑOR, todos estos eventos ocurrieron en Jerusalén y Judá, hasta que Él los sacó de delante de Sí mismo. Entonces Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia. 4 Sucedió que en el noveno año del reinado del Rey Sedequías, en el décimo mes, y en el décimo día del mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino con todo su ejército contra Jerusalén. Acamparon al lado opuesto, y construyeron una muralla de asedio alrededor de ella. 5 Así que la ciudad fue sitiada hasta el undécimo año del reinado de Rey Sedequías. 6 En el cuarto mes, en el noveno día de ese año, la hambruna fue tan severa en la ciudad que no había comida para el pueblo de la tierra. 7 Entonces invadieron la ciudad, y todos los guerreros huyeron y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta que estaba entre las dos murallas, al lado del jardín del rey, aunque los caldeos estaban todo alrededor de la ciudad. Así que fueron en dirección del Arabá. 8 Pero el ejército de los caldeos persiguió al rey y alcanzó a Sedequías en los llanos del valle del Río Jordán cerca de Jericó. Todo su ejército fue dispersado lejos de él. 9 Ellos capturaron al rey y lo trajeron al rey de Babilonia en Ribla en la tierra de Hamat, donde lo sentenció. 10 El rey de Babilonia mató a los hijos de Sedequías delante de sus propios ojos, y en Ribla también mató a todos los líderes de Judá. 11 Entonces le sacó los ojos a Sedequías, lo ató con cadenas de bronce, y lo trajo a Babilonia. El rey de Babilonia lo puso en prisión hasta el día de su muerte. 12 Ahora, en el quinto mes, en el décimo día del mes, el cual fue el año diecinueve del reinado del Rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nabuzaradán vino a Jerusalén. Él era el comandante de los guardaespaldas del rey y un sirviente del rey de Babilonia. 13 Él quemó la casa del SEÑOR, el palacio del rey, y todas las casas de Jerusalén; también quemó todo edificio importante en la ciudad. 14 En cuanto a los muros alrededor de Jerusalén, todo el ejército de los babilonios que estaban con el comandante de los guardaespaldas, los destruyeron. 15 En cuanto a la gente más pobre, el resto de la gente que fue dejada en la ciudad, aquellos que habían desertado al rey de Babilonia, y el resto de los artesanos, Nabuzaradán, el comandante de los guardaespaldas, se llevó a algunos al exilio. 16 Pero Nabuzaradán, el comandante de los guardaespaldas, dejó a algunos de los más pobres de la tierra para trabajar los viñedos y campos. 17 En cuanto a los pilares de bronce que pertenecieron a la casa del SEÑOR, y las bases y el mar de bronce que estaban en la casa del SEÑOR, los caldeos les hicieron añicos y se llevaron todo el bronce de regreso a Babilonia. 18 Las ollas, palas, despabiladeras, los tazones, y todos los utensilios de bronce con los cuales los sacerdotes habían servido en el templo, los caldeos se los llevaron todos. 19 Las cuencas y los quemadores de incienso, los tazones, ollas, candelabros, las ollas, y cuencas que fueron hechos de oro y aquellos hechos de plata, el comandante de la guardia del rey se los llevó de igual manera. 20 Los dos pilares, el mar, y los doce toros de bronce que estaban debajo de las bases, cosas que Salomón había hecho para la casa del SEÑOR, contenían más bronce de lo que podía pesarse. 21 Los pilares eran de dieciocho codos de alto cada uno, y una línea alrededor de cada uno medía doce codos. Cada uno tenía el espesor de cuatro dedos y hueco. 22 Un capitel de bronce estaba en el tope. El capitel era de cinco codos de alto, con una malla y granadas alrededor. Estaba todo hecho de bronce. El otro pilar y sus granadas eran igual que el primero. 23 Así que había noventa y seis granadas en el lado del capitel, y cien granadas sobre la malla circundante. 24 El comandante de los guardaespaldas tomó por prisionero a Seraías, el sumo sacerdote, junto con Sofonías, el segundo sacerdote y tres porteros. 25 De la ciudad él tomó por prisionero a un oficial que estaba a cargo de soldados, y siete hombres de aquellos que aconsejaban al rey, que aún estaban en la ciudad. También tomó por prisionero al oficial del ejército del rey, responsable de reclutar a hombres para el ejército, junto a sesenta hombres importantes de la tierra que estaban en la ciudad. 26 Entonces Nabuzaradán, el comandante de los guardaespaldas, los tomó y los trajo al rey de Babilonia en Ribla. 27 El rey de Babilonia los mató en Ribla en la tierra de Hamat. De esta manera, Judá salió de su tierra al exilio. 28 Estas son las personas que Nabucodonosor llevó al exilio: en el séptimo año, 3, 023 judíos. 29 En el año dieciocho de Nabucodonosor, él se llevó a 832 personas de Jerusalén. 30 En el año veintitrés de Nabucodonosor, Nabuzaradán, el comandante de los guardaespaldas del rey, llevó al exilio a 745 personas judías. Todas las personas exiliadas eran un total de 4, 600. 31 Sucedió más tarde en el año treinta y siete del exilio de Joaquín, rey de Judá, en el duodécimo mes, en el día veinticinco del mes, que Evil Merodac, rey de Babilonia liberó a Joaquín, rey de Judá de la prisión. Esto sucedió en el año que Evil Merodac comenzó a reinar. 32 Él le habló amablemente y le dio un asiento más honorable que el de los otros reyes que estaban con él en Babilonia. 33 Evil Merodac removió la ropa de preso de Joaquín, y Joaquín comió regularmente en la mesa del rey por el resto de su vida, 34 y se le dio una ración regular de comida cada día por el resto de su vida hasta su muerte.

Lamentaciones
Lamentaciones
1

1 La ciudad que una vez estuvo llena de personas, ahora está sola. Se ha convertido como una viuda, aunque era una nación poderosa. Era una princesa entre las naciones, pero ahora es forzada a la esclavitud. 2 Ella llora y gime en la noche, y sus lágrimas cubren sus mejillas. Ninguno de sus amantes la consuela. Todos sus amigos la han traicionado. Ellos se han convertido en sus enemigos. 3 Después de la pobreza y la aflicción, Judá se ha ido al exilio. Vive entre las naciones y no encuentra descanso. Todos sus perseguidores la tomaron en su desesperación. 4 Los caminos de Sion se lamentan porque nadie viene a las celebraciones fijadas. Todas sus puertas están desoladas. Sus sacerdotes gimen. Sus vírgenes están apenadas y ella misma está en completa angustia. 5 Sus adversarios se han vuelto sus amos; sus enemigos prosperan. EL SEÑOR la ha afligido por sus muchos pecados. Sus niños pequeños van a ser esclavos de sus enemigos. 6 Y la belleza ha dejado a la hija de Sión. Sus príncipes han venido a ser como ciervos que no pueden encontrar pasto, y van sin fuerzas delante de su perseguidor. 7 En los días de su aflicción y desamparo, Jerusalén recordará todos sus tesoros preciosos que tuvo en días anteriores. Cuando su pueblo cayó en la mano del adversario, nadie la ayudó. Los adversarios la vieron y se rieron de su destrucción. 8 Jerusalén pecó grandemente, por lo tanto, ha sido despreciada como algo sucio. Todos los que la honraron, ahora la desprecian ya que han visto su desnudez. Ella gime y trata de alejarse. 9 Se ha vuelto impura debajo de sus faldas. No piensa sobre su futuro. Su caída fue terrible. No hubo nadie que la consolara. Ella clamó: "¡Mira mi aflicción, SEÑOR, pues el enemigo se ha vuelto muy grande!" 10 El enemigo ha puesto su mano en todos nuestros tesoros preciosos. Ella ha visto las naciones entrar a su santuario, aún cuando Tú has ordenado que ellos no deben entrar en tu lugar de asamblea. 11 Todo su pueblo gime mientras ellos buscan pan. Ellos han dado sus tesoros preciosos por comida para restaurar sus vidas. Mira, SEÑOR, y considérame, pues yo no tengo valor. 12 ¿No es nada para ustedes lo qué me pasa a mi? Mira y ve si la amargura de alguien más es como la amargura que me está siendo impuesta, ya que EL SEÑOR me ha tormentado en el día de su enojo feroz. 13 ÉL ha enviado fuego desde lo alto que ha consumido mis huesos. ÉL ha extendido una red para mis pies y me hizo volver. ÉL me ha hecho constantemente desolada y débil. 14 EL yugo de mis trangresiones está atado por Su mano. Ellas están enlazadas juntas y colocadas sobre mi cuello. ÉLha hecho fallar mi fuerza. EL Señor me ha entregado a sus manos, y no soy capaz de pararme. 15 ELSeñor ha hechado a un lado a todos mis hombres poderosos que me defendieron. ÉL ha llamado una asamblea en contra mía para pisotear mis hombres vigorosos. EL SEÑOR ha pisoteado la hija virgen de Judá en el lagar. 16 Por estas cosas yo lloro. Agua fluye de mis ojos desde que el consolador, quien debería restaurar mi vida, está muy lejos de mí. Mis hijos están desolados porque el enemigo ha triunfado. 17 Sión ha extendido sus manos ampliamente; no hay nadie para consolarla. EL SEÑOR ha ordenado que aquellos alrededor de Jacob deberían ser sus adversarios. Jerusalén es algo impuro para ellos. 18 EL SEÑOR es justo, pues yo me he rebelado en contra de su mandato. Escuchen, todos ustedes pueblos, y vean mi amargura. Mis vírgenes y mis hombres vigorosos se han ido a cautiverio. 19 Yo llamé a mis amigos, pero ellos fueron traicioneros hacia mí. Mis sacerdotes y mis ancianos perecieron en la ciudad, mientras ellos buscaban comida para restaurar sus vidas. 20 Mira, SEÑOR, pues yo estoy en angustia; mi estómago se revuelve, mi corazón está perturbado dentro de mí, pues yo he sido muy rebelde. Afuera, la espada desconsuela una madre, dentro de la casa hay solamente muerte. 21 Ellos han escuchado mi gemir, pero no hay nadie para consolarme. Todos mis enemigos han escuchado de mi problema y ellos están contentos que TU lo hayas hecho. TU has traído el día que has prometido; ahora hazlos como yo. 22 Permite que toda su maldad venga delante de TI. Haz con ellos como haz hecho conmigo a causa de todas mis transgresiones. Mis gemidos son muchos y mi corazón desfallece.

2

1 EL SEÑOR ha cubierto la hija de Sión bajo la nube de su enojo. ÉL ha arrojado el esplandor de Israel del cielo a la tierra. No se ha acordado de su banquillo en el día de su enojo. 2 EL SEÑOR ha tragado y no ha tenido compasión de todos los pueblos de Jacob. En los días de su enojo, ÉL ha derrumbado las ciudades fortificadas de la hija de Judá; en deshonra ÉL ha derribado al suelo el reino y sus gobernantes. 3 Con enojo feroz ÉL ha cortado cada cuerno de Israel. Ha retirado su mano derecha de delante del enemigo. Ha quemado a Jacob como un fuego ardiente que devora todo a su alrededor. 4 Como un enemigo ÉL ha doblado su arco hacia nosotros, con su derecha está listo para disparar. Ha matado a todos quienes han sido tan agradables para ÉL, en la tienda de la hija de Sión; y ha derramado su ira como fuego. 5 EL SEÑOR se ha vuelto como un enemigo. ÉL se ha tragado a Israel y todos sus palacios. ÉL ha destruido sus fortalezas. Ha aumentado el luto y la lamentación dentro de la hija de Judá. 6 Ha atacado su tabernáculo como a una cabaña de jardín. Ha destruido el lugar de la asamblea solemne. EL SEÑOR ha causado que ambos, la asamblea solemne y el día de reposo sean olvidados en Sión, pues ha despreciado a ambos, al rey y al sacerdote en la indignación de su enojo. 7 EL SEÑOR ha rechazado su altar y repudiado su santuario. ÉL ha dado los muros de sus palacios en la mano del enemigo. Ellos han levantado un grito en la casa del SEÑOR, como en el día de una fiesta señalada. 8 EL SEÑOR decidió destruir la ciudad amurallada de la hija de Sión. ÉL ha estirado la línea de medición y no ha retenido su mano de destruir la muralla. Y ha hecho las murallas y el muro para lamentar; juntos ellos se desperdician. 9 Sus puertas se han hundido en el suelo; ÉL ha destruido y roto las barras de su puerta. Su rey y sus príncipes están entre las naciones, la ley ya no está y sus profetas no encuentran visión del SEÑOR. 10 Los ancianos de la hija de Sión se sientan en el suelo en silencio. Ellos han arrojado polvo en sus cabezas y se han puesto tela áspera. Las vírgenes de Jerusalén inclinaron sus cabezas al suelo. 11 Mis ojos han fallado de sus lágrimas; mi estómago se revuelve; mis partes interiores se derraman al suelo a causa de la destrucción de la hija de mi pueblo, hijos e infantes desfallecen en las calles de la ciudad. 12 Ellos dicen a sus madres: "¿Dónde está el grano y el vino?" mientras ellos desfallecen como un hombre herido en las calles de la ciudad, sus vidas son derramadas en el seno de sus madres. 13 ¿Qué puedo decirte a ti, hija de Jerusalén? ¿A qué puedo yo compararte, que pueda yo consolarte, hija virgen de Sión? Tu herida es tan grande como el mar. ¿Quién puede sanarte? 14 Tus profetas han visto falsas e indignas visiones para ti. Ellos no han expuesto tu iniquidad para restaurar tus fortunas, pero por ti ellos han dado declaraciones que son falsas y engañosas. 15 Todos aquellos que pasan junto al camino aplauden sus manos a ti. Ellos sisean y sacuden sus cabezas en contra de la hija de Jerusalén y dicen: "¿Es ésta la ciudad que ellos llamaron ´La Perfección de la Belleza´, ´El Gozo de Toda la Tierra´?" 16 Todos tus enemigos abren sus bocas y se mofan de ti. Ellos comentan despectivamente y rechinan sus sientes y dicen: "¡Nos la hemos tragado! ¡Este es el día que nosotros hemos esperado! ¡Hemos vivido para verlo!" 17 EL SEÑOR ha hecho lo que ha planificado hacer. ÉL ha cumplido Su palabra. ÉL te ha derrocado sin piedad, pues ha permitido que el enemigo se regocije sobre ti; ÉL ha levantado el cuerno de tus enemigos. 18 ¡Sus corazones clamaron al Señor, murallas de la hija de Sión! Hagan que sus lágrimas fluyan como un río día y noche. No se den a ustedes mismos alivio, a sus ojos no den alivio. 19 ¡Levántate, clama en la noche, al comienzo de las vigilias nocturnas! Derrama tu corazón como agua delante del rostro del SEÑOR. Levanta tus manos a ÉL por las vidas de tus hijos que desfallecen de hambre en la esquina de cada calle." 20 Mira, SEÑOR, y considera aquellos a quienes has tratado de esta manera. ¿Deberían las mujeres comer el fruto de sus vientres, los hijos a quienes ellos han cuidado? ¿Debería el sacerdote y el profeta ser asesinados en el santuario del SEÑOR? 21 Ambos, el joven y el viejo se acuestan en el polvo de las calles. Mis mujeres jóvenes y mis hombres jóvenes han caído por la espada; TÚ los has matado sin misericordia. 22 Tú has convocado, como si vinieran a una fiesta, a mis atacantes de todos lados. En el dia del enojo del SEÑOR nadié escapó o sobrevivió; aquellos quienes crié y sustente mi enemigo los destruyó.

3

1 Yo soy un hombre que ha visto miseria bajo la vara de la furia del SEÑOR. 2 ÉL me exilió y me hizo caminar en oscuridad en lugar de en luz. 3 Ciertamente ÉL volteó su mano en mi contra una y otra vez, el día entero. 4 Hizo que mi carne y piel se desgastaran; Y quebró mis huesos. 5 ÉL construyó obras de asedio en mi contra, y me rodeó con amargura y privación. 6 ÉL me hizo vivir en lugares oscuros, como aquellos que murieron hace mucho. 7 ÉL construyó una muralla alrededor de mí y no pude escapar. Hizo mis cadenas pesadas 8 y a pesar de que clamo y pido ayuda, ÉL silencia mi oración. 9 ÉL obstruyó mi camino con una muralla de piedra labrada; hizo mis caminos torcidos. 10 Es como un oso esperando emboscarme, un león escondido; 11 ÉL puso a un lado mis caminos, y me ha desolado. 12 ÉL tensó su arco y me puso como un objetivo para su arco. 13 ÉL perforó mis riñones con los arcos de su aljaba. 14 Me convertí en un hazmerreír para todo mi pueblo, el objeto de su burla el día entero. 15 ÉL me llenó de amargura y me forzó a beber ajenjo. 16 ÉL aplastó mis dientes con gravilla; me ha empujado al suelo. 17 Mi alma es privada de paz; he olvidado lo que es la felicidad. 18 Así que yo digo: "¡SEÑOR! mi fuerza y esperanza han perecido". 19 Recuerden mi aflicción y mis andanzas, el ajenjo y amargura. 20 Yo continuamente los recuerdo y estoy inclinado dentro de mí. 21 Pero yo recuerdo esto y tengo espeanza. 22 EL amor firme del SEÑOR nunca acaba y su compasión nunca termina, 23 ellos son nuevos cada día; tu fidelidad es grande. 24 "Yo dije EL SEÑOR es mi herencia", por lo tanto en ÉL esperaré. 25 EL SEÑOR es bueno con aquellos que esperan por ÉL, con aquel que lo busca. 26 Es bueno esperar calladamente por la salvación del SEÑOR. 27 Es bueno que un hombre sufra en su juventud. 28 Dejen que se sienta solo en silencio, porque fue DIOS quien le permitió sufrir. 29 Dejen que ponga su boca en el polvo, quizás todavía haya esperanza. 30 Dejen que dé su mejilla al que lo golpeó, y dejen que sea lleno con desgracia. 31 Pues EL SEÑOR no nos rechazará por siempre, 32 pues aunque Él causa dolor, Él tendrá compasión de acuerdo a la abundancia de su amor firme. 33 Pues ÉL no aflige ni atormenta a los hijos de la humaidad. 34 Para aplastar bajo el pie a todos los prisioneros de la tierra, 35 para negar a un hombre justicia en la presencia del MAS ALTO, 36 para negar justicia a una persona, ¡EL SEÑOR no aprobaría tales cosas! 37 ¿Quién ha hablado y decretado a meos que EL SEÑOR lo ordene? 38 ¿No es de la boca del MAS ALTO que vienen ambas cosas, calamidades y bien? 39 ¿Cómo puede alguna persona viva quejarse? ¿Cómo puede una persona quejarse por el castigo de sus pecados? 40 Permítannos examinar nuestros caminos y probarlos, y regresar al SEÑOR. 41 Permítannos levantar nuestros corazones y nuestras manos a DIOS en los cielos: 42 "Hemos transgredido y rebelado, y TÚ no has perdonado. 43 Te has cubierto a TÍ mismo con enojo y nos haz perseguido, TÚ has matado y no haz perdonado. 44 Te haz cubierto a ti mismo con una nube para que ninguna oración pueda atravesarla. 45 Nos haz hecho como sucia escoria y desperdicios entre las naciones. 46 Todos nuestros enemigos nos maldicen, 47 pánico y trampas han venido sobre nosotros, ruina y destruccción. 48 Mis ojos fluyen con corrientes de lágrimas porque mi pueblo es destruido. 49 Mis ojos derramarán lágrimas sin cesar; sin alivio, 50 hasta que ÉL miré hacia abajo y EL SEÑOR vea desde el cielo. 51 Mis ojos tienen dolor a causa de todas las hijas de mi ciudad. 52 He sido cazado como a un pájaro, aquellos que eran mis enemigos; me cazaron sin ninguna razón. 53 Ellos me han lanzado a un pozo y lanzaron una piedra sobre mí, 54 y aguas se vierten sobre mi cabeza. Yo dije: "¡Ha llegado mi fin!" 55 Llamé a tu nombre, SEÑOR, desde las profundidades del pozo. 56 TÚ escuchaste mi voz cuando yo dije: "No cierres tu oído a mi llanto por ayuda." 57 TÚ te acercaste en el día que yo te llamé; Tú dijiste: "No temas." 58 ¡SEÑOR, TÚ defendiste mi caso, salvaste mi vida! 59 SEÑOR, has visto el mal que ellos me han hecho; juzga mi caso. 60 TÚ has visto sus insultos, todos sus conspiraciones en mi contra, 61 TÚ has escuchado su desprecio, SEÑOR, y todos sus planes con respecto a mí. 62 Los labios de aquellos que se levantan en mi contra, y sus acusaciones, viene en mi contra todo el día. 63 Mira cómo ellos se sientan y se levantan; ellos se burlan de mí con sus canciones. 64 Devuélveles, SEÑOR, de acuerdo a lo que ellos han hecho. 65 ¡TÚ harás que sus corazones sean avergonzados! ¡Que tu condenación sea sobre ellos! 66 ¡TÚ los persigues en ira y los destruyes de debajo de los cielos, SEÑOR!

4

1 El oro se ha empañado; ¡cómo ha cambiado el oro más puro! Las piedras santas son esparcidas en la esquina de cada calle. 2 Los hijos preciosos de Sión valían su peso en oro puro, pero ahora no valen más que jarras de arcilla, ¡el trabajo de las manos de un alfarero! 3 Incluso los chacales ofrecen su pecho para amamantar sus cachorros, pero la hija de mi pueblo se ha vuelto cruel, como las avestruces en el desierto. 4 La lengua del bebé lactante se pega al techo de su boca de sed; los niños piden comida, pero no hay nada para ellos. 5 Aquéllos que solían festejar con comidas caras ahora mueren de hambre en las calles; aquéllos que fueron traídos vistiendo vestiduras púrpuras, ahora se acuestan sobre pilas de basura. 6 El castigo de la hija de mi pueblo es más grande que el de Sodoma, y fue volcado en un momento y nadie levantó una mano para ayudarla. 7 Sus líderes eran más puros que la nieve, más blancos que la leche; sus cuerpos fueron más rojizos que el coral, su forma era como el zafiro. 8 Su apariencia ahora es más oscura que el hollín; ellos no son reconocidos en las calles. Su piel se ha marchito en sus huesos; se han vuelto tan secos como madera. 9 Aquellos que han sido asesinados por espada eran más felices que aquellos asesinados por hambre, quienes fueron desgastados, por la falta de cualquier cosecha del campo. 10 Las manos de la mujer compasiva han hervido a sus propios hijos; ellos se volvieron su comida durante el tiempo cuando la hija de mi pueblo estaba siendo destruida. 11 EL SEÑOR mostró toda su ira; ÉL derramó su enojo feroz. ÉL encendió un fuego en Sión que consumió sus fundamentos. 12 Los reyes de la tierra no creyeron, ni tampoco los habitantes del mundo, los enemigos u oponentes podían entrar a las puertas de Jerusalén. 13 Esto pasó a causa de los pecados de sus profetas y las iniquidades de sus sacerdotes quienes derramaron la sangre de los justos en medio de ella. 14 Ellos vagaron, ciegos, por las calle. Fueron tan contaminados por esa sangre que a ninguno le era permitido tocar sus vestiduras. 15 "¡Aléjense! ¡Impuros!" el pueblo les gritó. "¡Aléjense! ¡Aléjense! ¡No toquen!" Así que ellos deambularon; las personas dijeron entre las naciones: "Ellos no pueden quedarse aquí más tiempo." 16 EL SEÑOR mismo los esparció; no los vigila más. Ellos no honran a los sacerdores y no mostraron ningún favor a los ancianos. 17 Nuestros ojos fallaron, mirando en vano por ayuda; desde nuestras torres de vigilancia, nosotros velamos por una nación que no podía rescartarnos. 18 Ellos siguieron nuestros pasos, nosotros no podíamos caminar en nuestras calles. Nuestro fin estaba cerca y nuestros días fueron contados, nuestro fin había venido. 19 Nuestros perseguidores eran más ágiles que las águilas en el cielo. Ellos nos persiguieron a las montañas y nos acecharon en el desierto. 20 El aliento en nuestras fosas nasales, el ungido del SEÑOR, ÉL fue capturado en sus pozos; de quien fue dicho: "Bajo su sombra nosotros viviremos entre las naciones." 21 Regocíjense y estén contentos, hija de Edom, ustedes que viven en la tierra de Uz. Pero la copa tambien pasarán a ustedes, se emborracharán y se desnudarán. 22 Hija de Sión, tu castigo vendrá a un fin, ÉL no extenderá tu exilio. Pero a la hija de Edom, castigará y destapará sus pecados.

5

1 Recuerda, SEÑOR, lo que nos ha pasado, mira y observa nuestra desgracia. 2 Nuestra herencia ha sido devuelta a extraños; nuestras casas a extranjeros. 3 Nos hemos vuelto huérfanos, sin padres, y nuestras madres son como viudas. 4 Debemos pagar plata para el agua que bebemos y para tener nuestra propia madera. 5 Aquellos que nos persiguen, están cerca detrás de nosotros; estamos fatigados y no podemos encontrar descanso. 6 Nos hemos dado nosotros mismos a Egipto y a Asiria para tener suficiente comida. 7 Nuestros padres pecaron, y ya no están, y nosotros cargamos sus iniquidades. 8 Esclavos gobiernan sobre nosotros, y no hay nadie que nos libere de su tierra. 9 Tomamos nuestro pan arriesgando nuestras vidas, por causa de la espada en el desierto. 10 Nuestra piel esta tan caliente como un horno a causa del ardor del hambre. 11 Mujeres son violadas en Sión, y vírgenes en las ciudades de Judá. 12 Príncipes son colgados de sus propias manos, y no muestran honor a los ancianos. 13 Los hombres jóvenes son forzados a moler granos con una piedra de molino, y niños se tambalean cargando un montón de de madera. 14 Los ancianos han dejado la puerta de la ciudad, y los hombres jóvenes han dejado su música. 15 El gozo de nuestro corazón ha cesado y nuestro baile se ha vuelto en lamento. 16 La corona se ha caído de nuestra cabeza; ¡Ay de nosotros, pues hemos pecado! 17 Por esto nuestro corazón se ha enfermado, y nuestros ojos se han oscurecido, por estas cosas nuestros ojos se han empañado, 18 pues el Monte Sión está desolado, con chacales merodeando sobre él 19 Pero TÚ, SEÑOR, reinas por siempre, y te sentarás sobre tu trono de generación en generación. 20 ¿Por qué nos olvidas por siempre? ¿Por qué nos abandonas por tantos días? 21 Restaúranos para TÍ mismo, SEÑOR, y nosotros seremos restaurados. Renueva nuestros días como al principio. 22 Nos haz rechazado por completo y estás enojado con nosotros en gran manera

Ezequiel
Ezequiel
1

1 En el año treinta, el cuarto mes, y el quinto día del mes, ocurrió que yo estaba viviendo entre los cautivos cerca del Canal Quebar. Los cielos se abrieron, y yo vi visiones de Dios. 2 En el quinto día de ese mes- era el quinto año del exilio del rey Joaquín- 3 la palabra del SEÑOR vino a Ezequiel hijo de Buzi el sacerdote, en la tierra de los caldeos cerca del Canal de Quebar, y la mano del SEÑOR estaba sobre él allí. 4 Entonces yo miré, y había una tormenta huracanada que venía del norte; una gran nube con fuego relampagueando dentro de ella y una brillantez rodeándola y dentro de ella, y dentro de la nube el fuego era de color ámbar. 5 En el centro estaba el aspecto de cuatro seres vivientes. Esta era su apariencia: tenían la apariencia de un hombre, 6 pero tenían cuatro rostros cada uno, y cada una de las criaturas tenían cuatro alas. 7 Sus piernas eran derechas, pero las plantas de sus pies eran como las pezuñas de un ternero que brillaba como bronce pulido. 8 Pero aun así ellas tenían manos humanas debajo de sus alas en todos los cuatro lados. Para todos los cuatro, sus rostros y alas eran así: 9 sus alas estaban tocando las alas de la siguiente criatura, y no se volteaban según ellos iban; en cambio, cada uno iba hacia adelante. 10 El aspecto de sus rostros era como el rostro de un hombre. Los cuatro de ellos tenían el rostro de un león al lado derecho, y cuatro de ellos tenían el rostro de un buey en el lado izquierdo. Los cuatro también tenían el rostro de un águila. 11 Sus rostros eran así, y sus alas estaban extendidas hacia arriba, así que cada criatura tenía un par de alas que tocaba el ala de otra criatura, y también un par de alas que cubrían sus cuerpos. 12 Cada uno iba hacia adelante, así que dondequiera que el Espíritu los dirigía ir, ellos iban sin volverse. 13 En cuanto al aspecto de los seres vivientes, su apariencia era como brasas de fuego ardiendo, como la apariencia de antorchas; fuego brillante también se movía entre las criaturas, y había destellos de rayos. 14 ¡Las criaturas vivientes se estaban moviendo suavemente hacia atrás y hacia adelante, y tenían la apariencia de rayos! 15 Entonces miré a las criaturas vivientes; había una rueda en el suelo al lado de las criaturas vivientes. 16 Esta era la apariencia y estructura de las ruedas: cada rueda era como el berilo, y las cuatro tenían el mismo aspecto; su apariencia y estructura era como una rueda dentro de otra rueda. 17 Cuando las ruedas se movían, ellas iban sin girar en ninguna dirección que las criaturas iban. 18 En cuanto a sus llantas, eran altas y temibles, porque las llantas estaban llenas de ojos alrededdor. 19 Dondequiera que las criaturas vivientes se movían, las ruedas se movían al lado de ellas. Cuando las criaturas vivientes se alzaban de la tierra, las ruedas también se alzaban. 20 Dondequiera que el Espíritu se movía, ellas iban, y las ruedas se alzaban al lado de ellas, por cuanto el espíritu de las criaturas vivientes estaba en las ruedas. 21 Dondequiera que las criaturas se movían, las ruedas también se movían; y cuando las criaturas se detenían, las ruedas se detenían; cuando las criaturas se levantanban de la tierra, las ruedas se levantaban al lado de ellas, porque el espíritu de las criaturas vivientes estaba en las ruedas. 22 Sobre las cabezas de los criaturas vivientes estaba el aspecto de una extensa cúpula; parecía como un cristal impresionante que se extendía sobre sus cabezas. 23 Debajo de la cúplula, cada una de las alas de las criaturas se extendían derechas y tocaban el ala de otra criatura. Cada una de las criaturas vivientes también tenían un par de alas para cubrirse ellas mismas; cada una tenía un par de alas para cubrir su propio cuerpo. 24 Entonces escuché el sonido de sus alas. Como el ruido de muchas aguas. Como la voz del Todopoderoso dondequiera que ellos se movían. Como el sonido de vientos huracanados. Como el sonido de un ejército. Dondequiera que se detenían, ellos bajaban sus alas. 25 Una voz venía desde lo alto de la cúpula sobre sus cabezas, dondequiera que se detenían y bajaban sus alas. 26 Por encima de la cúpula sobre sus cabezas estaba el aspecto de un trono que era como la apariencia de una piedra de zafiro, y en el aspecto del trono estaba el aspecto como la apariencia de un hombre. 27 Yo vi una figura con la apariencia de metal brillante, con fuego desde la apariencia de sus caderas; yo vi de la apariencia de sus caderas hacia abajo la apariencia de fuego y brillantez alrededor. 28 Como la apariencia de un arcoiris en las nubes en un día lluvioso, estaba la apariencia de una luz brillante rodeándola. Era la apariencia del aspecto de la gloria del SEÑOR. Cuando yo la vi, me caí sobre mi rostro, y escuché una voz hablando.

2

1 Él me dijo: "Hijo del hombre, párate sobre tus pies; entonces Yo te hablaré." 2 Entonces, mientras Él me hablaba, el Espíritu entró en mí y me puso sobre mis pies, y yo lo oí hablándome. 3 Él me dijo: "Hijo del hombre, Yo te estoy enviando al pueblo de Israel, a naciones rebeldes que se han rebelado contra Mí, ¡tanto ellos y sus ancestros han pecado contra Mí hasta este mismo día! 4 Sus descendientes tienen caras tercas y corazones endurecidos. Yo te estoy enviando a ellos, y tú les dirás a ellos: 'Esto es lo que el SEÑOR dice.' 5 Ya sea que ellos escuchén o no escuchén. Ellos son una casa rebelde, pero al menos sabrán que un profeta ha estado entre ellos. 6 'Tú, hijo de hombre, no les tengas miedo a ellos ni a sus palabras. No temas, aunque tú estés entre zarzas y espinos y aunque vivas con escorpiones. No les temas sus palabras o estés abatido por sus rostros, ya que son una casa rebelde. 7 Pero tú hablarás Mis palabras a ellos, aunque ellos escuchen o no, porque ellos son lo más rebelde. 8 Pero tú, hijo de hombre, escucha lo que Yo te estoy diciendo. No seas rebelde como esa casa rebelde. ¡Abre tu boca y come lo que Yo estoy a punto de darte!" 9 Entonces yo miré, y una mano me fue extendida; en ella había un rollo escrito. 10 Él lo desplegó delante de mí; había sido escrito por delante y por detrás, y escrito sobre él había lamentaciones, luto, y abatimiento.

3

1 El me dijo: "Hijo de hombre, come lo que has encontrado. Cómete el rollo, luego ve y habla a la casa de Israel." 2 Así que Yo abrí mi boca, y el me dió a comer ese rollo. 3 Él me dijo: "¡Hijo de hombre, alimenta tu vientre y llena tu estomago con este rollo que yo te he dado!" Así que lo comí, y fue tan dulce como la miel en mi boca. 4 Entonces Él me dijo: "Hijo de hombre, ve a la casa de Israel y habla mis palabras a ellos. 5 ¡Pues tú no has sido enviado a un pueblo de hablar extraño o lenguaje dificil, sino a la casa de Israel, 6 no a una nación poderosa de hablar extraño o de lenguaje extraño cuyas palabras tú no puedas entender! Aunque si yo te envío a ellos, ellos te escucharían. 7 Pero la casa de Israel no estará dispuesta a oirte, pues ellos no estan dispuestos a oirme a mí. Así toda la casa de Israel es terca y de duro corazón. 8 ¡Por tanto! Yo he hecho tu cara obstinada como sus caras y tu frente tan dura como sus frentes. 9 ¡Yo he hecho tu frente como diamante, mas dura que el pedernal! No les temas o te desalientes por sus caras, ya que ellos son una casa rebelde. 10 Entonces Él me dijo, "¡Hijo de hombre, todas las palabras que yo te anuncie, tomalas en tu corazón y escuchalas con tus oidos! 11 Entonces ve a los cautivos, a tu pueblo, y háblales. Dile a ellos: 'Así dice Dios el SEÑOR:' ya sea que te escuchen o no." 12 Entonces el Espíritu me levantó, y yo escuché detrás de mí un sonido de un gran terremoto: "¡Bendita sea la gloria del SEÑOR desde Su lugar!" 13 Era el sonido de las alas de las criaturas vivientes mientras ellos se tocaban unos a otros, y el sonido de ruedas que estaban con ellos, y el sonido de un gran terremoto. 14 El Espíritu me levantó y me llevó, y yo fui con amargura en la furor de mi espíritu, ¡porque la mano del SEÑOR me estaba presionando poderosamente! 15 Así que fuí a los cautivos en Tel Abib quienes vivían entre el canal de Quebar, y me quedé allí entre ellos por siete días, abrumado en asombro. 16 Entonces sucedió después de siete días que la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 17 "Hijo de hombre, yo te he hecho un centinela para la casa de Israel, así que cuando escuches la palabra de mi boca, dales mi advertencia. 18 Cuando Yo le diga al malvado: 'Tú seguramente morirás' y tú no le advirtieras al malvado acerca de sus malas obras para que el pueda vivir, el malvado morirá por su pecado, pero yo demandaré su sangre de tu mano. 19 Pero si tú le adviertes al malvado, y el no se aparta de sus malas obras, entonces el morirá por su pecado, pero tú habras rescatado tu propia vida. 20 Si un hombre justo deja de ser justo y actúa de manera injusta, y yo le pongo ante él una piedra de tropiezo, este morirá. Porque tú no le advertiste, este morirá en su pecado, y Yo no le recordaré las buenas obras que hizo, pero demandaré su sangre de tu mano. 21 Pero si tú le adviertes a ese hombre justo que deje de pecar, para que así él ya no peque más, este seguramente vivirá ya que fue advertido; y tú habrás rescatado tu propia vida." 22 Así que la mano del SEÑOR estaba sobre mí, y me dijo: "¡Levántate! ¡Ve a la llanura, y Yo hablaré contigo allí! 23 Yo me levanté y fui a la llanura, y allí estaba la gloria del SEÑOR, como la gloria que yo había visto al lado del río Quebar; así que me postré sobre mi rostro. 24 El Espíritu vino a mí y me levantó sobre mis pies; y habló conmigo, y me dijo: "Ve y enciérrate en tu casa, 25 por ahora, hijo de hombre, ellos van a atarte con sogas para que no salgas y estés entre ellos. 26 Yo haré que tu lengua se pegue a tu paladar, para que enmudescas, y no puedas reprenderlos, porque son una casa rebelde. 27 Pero cuando Yo hable contigo, te abriré la boca para que le digas a ellos: 'Esto es lo que el SEÑOR Dios dice'. Los que escuchen, escucharán; los que no escuchen no oirán, ¡porque son una casa rebelde!"

4

1 "Pero, tú, hijo de hombre, toma un ladrillo para ti mismo y pónlo delante de ti. Luego, talla la ciudad de Jerusalén en él. 2 Entonces, cércala, y construye fuertes contra ella. Levanta rampas de asalto contra ella y pon campamentos alrededor. Pon arietes (máquinas para derribar) alrededor de ella. 3 Luego toma para ti mismo un sartén de hierro y úsalo como una pared de hierro entre ti y la ciudad, y pon tu rostro contra ella, pues estará cercada, y tú estás para poner el cerco contra ella. Esto será una señal para la casa de Israel. 4 Luego, recuéstate en tu lado izquierdo y pon el pecado de la casa de Israel en él; tú cargarás su pecado por el número de días que tú estés recostado en contra de la casa de Israel. 5 Yo mismo estoy asignándote un día para representar cada año de su castigo: ¡390 días! De esta manera, tú cargarás el pecado de la casa de Israel. 6 Cuando tú hayas completado estos días, entonces recuéstate una segunda vez en tu lado derecho, pues tú cargarás el pecado de la casa de Judá por cuarenta días. Yo estoy asingnándote un día por cada año. 7 Coloca tu rostro hacia Jerusalén que está cercada, y con tu brazo descubierto profetiza contra ella. 8 ¡Porque he aquí! Yo estoy colocando ataduras en ti para que no puedas moverte de un lado a otro hasta que hayas completado los días de tu cerco. 9 Toma para ti trigo, cebada, frijoles, lentejas, millo y centeno; pónlos en un solo contenedor y haz pan para ti mismo de acuerdo al número de días que estarás recostado en tu lado. Por 390 días tú lo comerás. 10 La comida que comerás será por peso, veinte siclos por día, y lo comerás en tiempos establecidos cada día. 11 Luego, tú beberás agua medida a medio litro, y la beberás en tiempos establecidos. 12 ¡Tú lo comerás como pan de cebada, pero tú lo hornearás en excremento de estiércol humano a la vista de ellos!" 13 Pues el SEÑOR dijo: "Esto significa que el pan que el pueblo de Israel comerá será inmundo, allí entonces entre las naciones Yo los desterraré." 14 Pero yo dije: "¡Ay, SEÑOR DIOS! ¡Yo nunca he sido inmundo! ¡Yo nunca he comido nada que ha muerto o que haya sido matado por animales, desde mi juventud hasta ahora, y carne sucia nunca ha entrado en mi boca!" 15 Así que Él me dijo: "¡Mira! Yo te he dado estiércol de vaca en vez de estiércol humano para que puedas preparar tu pan sobre eso." 16 Él también me dijo a mí: "¡Hijo de hombre! ¡He aquí! Yo estoy rompiendo la provisión de pan en Jerusalén, y ellos comerán pan mientras lo racionan en ansiedad y beben agua mientras la racionan con temblor. 17 Porque les faltará pan y agua, cada hombre estará consternado con su hermano y se consumirán a causa de su iniquidad."

5

1 Entonces, tú, hijo de hombre, toma una espada afilada como una navaja de barbero para ti mismo, y pasa la navaja sobre tu cabeza y tu barba, entonces toma tus balanzas para pesar y divide tu cabello. 2 Quema una tercera parte de este con fuego en el medio de la ciudad en los días del cerco sean completados, y toma una tercera parte del cabello y golpea con la espada alrededor de la ciudad. Luego esparce una tercera parte de este al viento, y Yo sacaré una espada para perseguir al pueblo. 3 Pero toma un pequeño número de cabellos de estos y átalos en los dobleces de tu manto. 4 Luego toma mas del cabello y lánzalos en medio del fuego; y quémalos en el fuego; desde ahí el fuego saldrá a toda la casa de Israel." 5 El SEÑOR Dios dice esto: "Esto es Jerusalen en medio de las naciones, donde Yo la he colocado, y donde Yo la he rodeado con otras tierras. 6 Pero ella ha rechazado con malicia mis decretos mas de lo que lo han hecho las naciones, y Mis estatutos mas que otros paises que la rodean. El pueblo ha rechazado mis juicios y no han caminado en mis estatutos." 7 Por tanto, el SEÑOR Dios dice esto: "Porque eres mas problemática que las naciones que te rodean y no has caminado en mis estatutos o actuado acorde a Mis decretos, ni has actuado de acuerdo a los decretos de las naciones que te rodean," 8 por eso el SEÑOR Dios dice esto: "Mirad, Yo mismo actuaré encontra de ustedes. Yo ejecutaré juicios dentro de ti para que las naciones vean. 9 Yo voy hacerte lo que Yo no he hecho y lo cual no volveré hacer, por todas tus acciones abominables. 10 Por lo tanto, los padres se comerán los hijos en medio de ti, y los hijos se comerán a sus padres, pues Yo ejecutaré juicio en ti y regaré hacia toda dirección todo lo que queda de ti. 11 Por lo tanto, mientras Yo viva, esta es la declaración del SEÑOR Dios, ciertamente es porque tu has contaminado Mi santuario con todas tus cosas odiosas y con todas tus abominaciones, que Yo mismo te reduciré en números; Mi ojo no va a tener pena de ti, y Yo no te perdonaré. 12 Un tercio de ti va a morir por plagas, y ellos van a ser consumidos por hambruna en medio de ti. Un tercio va a caer por la espada rodeándote. Luego, Yo voy a esparcir un tercio en cada dirección, y sacaré una espada para que los persigan a ellos también. 13 Entonces, mi ira va a ser completada, y Yo voy hacer que mi furia caiga sobre ellos. Yo voy a ser satisfecho, y ellos van a saber que Yo, EL SEÑOR, he hablado en mi ira cuando Yo haya completado mi furia en contra de ellos. 14 Yo te haré una desolación y un reproche para las naciones que te rodean a la vista de todos los que pasen. 15 Así que, Jerusalén va a convertirse en algo para que las otras personas condenen y se burlen, una advertencia y un horror para las naciones que te rodean. Yo voy a ejecutar juicio en contra tuya en Mi ira y furia, con furiosa reprención. ¡Yo, EL SEÑOR he declarado esto! 16 Yo voy a enviar flechas duras de hambruna en contra de ti que se convertirá en el medio con el cual te destruiré. Pues, Yo voy a aumentar la hambruna en ti y romperé tu provisión de pan. 17 Yo voy a enviar hambruna y desastres en contra de ti, así que, tu estarás sin hijos. Plagas y sangre van a pasar a través de ti, y Yo voy a traer espada en contra tuya. Yo, EL SEÑOR, he declarado esto."

6

1 La palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Hijo de hombre, pon tu rostro contra las montañas de Israel y profetízales. 3 Di: '¡Montañas de Israel, escuchen la palabra del SEÑOR Dios! Así dice el SEÑOR Dios a las montañas y a las colinas, a los arroyos, y a los valles: ¡Miren! Yo traeré una espada en contra de ustedes, y Yo destruiré sus lugares altos. 4 Entonces, sus altares se volverán desolados y sus imágines serán destruidas, y Yo derribaré a sus muertos en frente de sus ídolos. 5 Yo pondré los cuerpos muertos del pueblo de Israel ante sus ídolos, y esparciré sus huesos alrededor de sus altares. 6 Dondequiera que vivan, las ciudades serán devastadas y los lugares altos arruinados, así sus altares serán devastados y desolados. Entonces, serán ellos rotos y desaparecerán, sus ídolos serán cortados y sus obras serán eliminadas. 7 Los muertos caerán en medio de ustedes y sabrán que Yo Soy el SEÑOR. 8 Pero Yo preservaré un remanente entre ustedes, y habrán algunos quienes escaparán de la espada entre las naciones, cuando ustedes sean esparcidos a través de los países. 9 Luego, aquellos quienes escapen pensarán en Mí entre las naciones donde ellos serán cautivos, Yo estaré afligido por sus corazones promiscuos que se alejaron de Mí, y por sus ojos que se prostituyeron ante sus ídolos. Luego, ellos mostrarán desprecio en sus rostros por la maldad que ellos han cometido con todas sus abominaciones. 10 Así ellos conocerán que Yo Soy el SEÑOR. Fue por tal razón que Yo dije que traería esta maldad sobre ellos. 11 El SEÑOR Dios dice esto: ¡Aplaudan sus manos y golpeen con sus pies! Digan: '¡Ay'! ¡por causa de todas las malas abominaciones de la casa de Israel! Porque ellos caerán por la espada, hambruna, y plaga. 12 El que está lejos caerá por la plaga, y el que está cerca caerá por la espada. Aquellos quienes queden y sobrevivan morirán por la hambruna. De esta manera Yo lograré Mi furor en contra de ellos. 13 Entonces, ustedes sabrán que Yo Soy el SEÑOR, cuando sus muertos estén entre sus ídolos, alrededor de sus altares, sobre cada colina alta, en todos los picos de las montañas, y bajo cada árbol florecido y roble grueso, los lugares donde ellos le quemaron incienso a todos sus ídolos. 14 Yo golpearé con Mi mano y haré la tierra desolada y un desperdicio, desde el desierto hasta Diblat, en todos los lugares donde ellos viven. Entonces, ellos sabrán que Yo soy el SEÑOR."

7

1 La palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Tú, hijo del hombre, así dice el SEÑOR Dios a toda la tierra de Israel." '¡El fin! El fin ha llegado a los cuatro extremos de la tierra. 3 Ahora el fin esta ante ti, pues yo estoy enviando mi ira en contra de ti, y te juzgaré de acuerdo a tus caminos; entonces traeré todas tus abominaciones ante ti. 4 Pues mis ojos no tendrán compasión de ti, y yo no te perdonaré. En vez, traeré tus caminos ante ti, y tus abominaciones estarán en medio de ti, así sabrás que soy el SEÑOR. 5 El SEÑOR Dios dice esto: "¡Desastre! ¡Un único desastre! He aquí, está de camino. 6 El fin seguramente esta llegando. El fin se ha levantado en contra de ti. ¡He aquí, está de camino! 7 La destrucción viene hacia los que habitan la tierra. El tiempo ha llegado; el día de la destrucción está cerca, y las montañas nunca más serán alegres. 8 Ahora pronto, derramaré Mi furia en contra de ustedes y llenaré Mi ira ante ustedes cuando los juzgue de acuerdo a sus caminos y traeré sus abominaciones ante ustedes. 9 Pues Mi ojo no verá con compasión, y no los perdonaré. Así como han hecho, Yo haré a ustedes; y sus abominaciones estarán en medio de ustedes para que sepan que Yo soy el SEÑOR, el que los está castigando. 10 ¡He aquí, el día! ¡He aquí, esta llegando! ¡La destrucción ha salido! ¡La vara ha florecido, la arrogancia está germinando! 11 La violencia ha crecido como vara de maldad, ¡ninguno de ellos, y ninguno de su multitud, nada de su riqueza, y nada de su importancia durará! 12 El tiempo está llegando; el día está cerca. ¡No dejes que el comprador se regocije, ni que el vendedor lamente, ya que mi ira es con toda la multitud! 13 Pues los vendedores nunca volverán a aquello que vendieron, por cuanto vivan, ya que la visión es en contra de toda la multitud. ¡Ellos no volverán, pues ningún hombre viviendo en su pecado será fortalecido! 14 Ellos han tocado la trompeta y han dejado todo listo, pero nadie marcha a la batalla; ya que mi enojo es con toda la multitud. 15 La espada está en las afueras, y hay plagas y hambruna dentro de la ciudad. Aquellos que están en el campo morirán por la espada, mientras la hambruna y las plagas consumirán a los de la ciudad. 16 Pero algunos sobrevivientes se escaparán entre ellos, y se irán a las montañas. Como las palomas de los valles, todos ellos gemirán - cada hombre por su iniquidad. 17 Cada mano se debilitará y toda rodilla será débil como agua, 18 y vestirán cilicio, y el terror los cubrirá; y habrá vergüenza en cada cara, y calvicie en todas sus cabezas. 19 Tirarán su plata a la calle y su oro será refutado. Su plata y su oro no será capaz de rescatarlos en el día de la ira del SEÑOR. Sus vidas no serán salvadas, y su hambre no será satisfecha, por que su iniquidad se ha convertido en un bloque de tropiezo. 20 En su orgullo ellos se llevaron la bellezas de sus joyas ornamentales, y con ellas hicieron sus figuras idólatras, y sus cosas abominables. Por lo tanto, Yo convertiré estos en una cosa inmunda para ellos. 21 Entonces, Yo les daré esas cosas en las manos de los extraños como botín y a los malvados de la Tierra como botín, y ellos los contaminarán. 22 Luego, Yo apartaré mi rostro de ellos cuando ellos hayan contaminado Mi lugar preciado; bandidos entrarán y lo profanarán. 23 Hagan una cadena, porque la tierra está llena con el juicio de sangre, y la ciudad está llena de violencia. 24 Así que, traeré a las naciones más malvadas, y ellos poseerán sus casas, y Yo traeré el fin al orgullo del poderoso, ¡pues su lugar santo será contaminado! 25 ¡Miedo vendrá! Ellos buscarán la paz, pero no habrá ninguna. 26 Desastre sobre desastre vendrá, y habrá rumor tras rumor. Entonces, ellos buscarán una visión del profeta, pero la Ley perecerá del sacerdote y el consejo de los ancianos. 27 El rey llorará y el príncipe se vestirá de desespero, mientras que las manos de las personas de la tierra temblarán en miedo. ¡De acuerdo a sus propios caminos Yo les haré esto a ellos! Los juzgaré con sus propios preceptos hasta que ellos conozcan que Yo Soy SEÑOR."

8

1 Así que vino cerca del sexto año y el sexto mes, en el quinto día del mes, mientras me senté en mi casa y los ancianos de Judá se sentaron ante mi, que la mano del SEÑOR DIOS cayó de nuevo sobre mi allí. 2 Así que yo miré, y ví, había allí una figura con la apariencia de un hombre. Desdede sus caderas hacia abajo tenía la apariencia de fuego. Y desde sus caderas hacia arriba tenía la apariencia de algo brillando, como metal reluciente. 3 Luego él extendió algo en forma de una mano y me tomó por el pelo de mi cabeza; el Espíritu me levantó entre la tierra y el cielo, y en visiones de Dios, él me trajo a Jerusalén, a la entrada de la puerta norte, donde el idolo que provoca gran celo estaba en pie. 4 He aquí, la gloria de Dios estaba allí, de acuerdo con la visión que vi en la llanura. 5 Luego Él me dijo: ''Hijo de hombre, levanta tus ojos al norte.'' Así que yo levanté mis ojos al norte, y al norte de la puerta que conduce al altar, allí en la entrada, estaba el idolo de los celos. 6 Entonces Él me dijo: ''Hijo de hombre, tu puedes ver lo que ellos están haciendo? Éstas son grandes abobinaciones que la casa de Israel está haciendo aquí para que Yo me aleje de Mí propio santuario. Pero te darás vuelta y verás aún más abobinaciones." 7 Entonces él me trajo a la puerta del patio, y miré, y había allí un agujero en la pared. 8 Él me dijo: '' Hijo de hombre, cava en esta pared.'' Así que cavé en la pared, y allí había una puerta. 9 Entonces él me dijo a mi: ''Vé y mira las malvadas abobinaciones que ellos están haciendo aquí.'' 10 Así que fuí dentro y miré! Había allí toda forma de reptiles y bestía detestable! Cada ídolo de la casa de Israel estaba tallado en la pared todo alrededor. 11 Setenta ancianos de la casa de Israel estaban allí, y Jaazanías hijo de Safán estaba en pie en medio de ellos. Ellos estaban en pie en frente de las imagenes, y cada hombre tenía su incensario en su mano así que el olor de la nube de incienso subió. 12 Él me dijo: "Hijo de hombre, ¿estás viendo lo que los ancianos de la casa de Israel hacen en la oscuridad? Cada uno hace esto en el cuarto oscuro de su ídolo, pues ellos dicen: '¡El SEÑOR no nos ve! El SEÑOR ha abandonado la tierra.'" 13 Entonces Él me dijo: "Voltéate otra vez y mira abominaciones aún mayores que esta." 14 Entonces Él me llevó hacia la entrada de la puerta de la casa del SEÑOR que estaba al lado norte, y he aquí que las mujeres estaban sentadas llorando por Tamuz. 15 Así que Él me dijo: "¿Ves esto, hijo de hombre? Voltéate y mira abominaciones aún mayores que esta." 16 Él me trajo hacia el patio interior de la casa del SEÑOR, y, a la entrada del templo del SEÑOR, entre el pórtico y el altar, habían unos veinticinco hombres con sus espaldas hacia el templo del SEÑOR y sus caras hacia el este, y ellos estaban adorando al sol. 17 Él me dijo: "¿Ves esto, hijo de hombre? ¿Es cosa pequeña para la casa de Judá el hacer estas abominaciones que están haciendo aquí? Pues ellos han llenado la tierra con violencia y se han alejado para provocar Mi ira, poniendo el ramo hacia sus narices. 18 Así que también actuaré entre ellos; mi ojo no tendrá compasión, y Yo no los libraré. Aunque ellos lloren en Mis oídos con gran voz, Yo no los oiré."

9

1 Entonces Él gritó en mi oído con gran voz, y dijo:" Que los guardias vengan a la ciudad, cada uno con su arma de destrucción en su mano." 2 Entonces, seis hombres venían por el camino de la puerta superior que mira al norte, cada uno con su arma en su mano. Había un hombre en el medio vestido de lino con un equipo de escriba a su lado. Entonces ellos fueron y se detuvieron junto al altar de bronce. 3 Entonces la gloria del Dios de Israel subió del querubín donde había estado, hacía el umbral de la casa. Él llamó al hombre vestido de lino que tenía el equipo de escriba a su lado. 4 El SEÑOR le dijo:" Pasa por en medio de la ciudad, en medio de Jerusalén, y has una marca en la frente de todos los que gimen y suspiran por todas las abominaciones que son realizadas en medio de la ciudad." 5 Entonces escuché que Le habló a los otros: "Pasen a través de la ciudad detrás de él y maten. No dejen que sus ojos tengan compasión, y no perdonen al 6 hombre viejo, joven, virgen, niño pequeño o mujer. ¡Maten a todos! Pero no se acerquen a cualquiera que tenga la marca en su cabeza. ¡Comiencen en Mi Santuario! Así que comenzaron con los ancianos quienes estaban al frente de la Casa. 7 Él dijo:" ¡Deshonren la casa, y llenen sus patios con sus muertos. ¡Procedan! Así que ellos salieron y atacaron la ciudad. 8 Mientras ellos estaban atacándola, me encontré solo y caí sobre mi rostro y lloré y dije:" Ah, SEÑOR Dios, ¿Destruirás todo el remanente de Israel en el derramamiento de Tú ira sobre Jerusalén?" 9 Él me dijo:" La iniquidad de la casa de Israel y Judá es extremadamente grande. La tierra está llena de sangre y la ciudad llena de perversiones, ya que dicen: '¡Él SEÑOR ha olvidado la tierra, y él SEÑOR no ve!' 10 Por lo que, Mi ojo no mirará con compasión, y no los perdonará. Yo en cambio lo traeré sobre sus cabezas." 11 Entonces, el hombre vestido de lino que tiene el equipo de escriba a su lado regresó. Él reportó y dijo:" Yo he hecho todo lo que has mandado."

10

1 Cuando miré hacia la cúpula que estaba por encima de las cabezas de los querubines; algo apareció sobre ellos como un zafiro con la apariencia de una semejanza de un trono. 2 Entonces, el SEÑOR habló al hombre vestido de lino y dijo: "Pasa entre las ruedas debajo de los querubines, y llena ambas manos con carbones ardientes de entre los querubines y dispérsalos sobre la ciudad." Entonces el hombre entró mientras yo miraba. 3 Los querubines estaban de pie en el lado derecho de la casa cuando el hombre entró, y una nube llenó el patio interior. 4 La gloria del SEÑOR subió de los querubines y se detuvo sobre el umbral de la casa. Llenó la casa con la nube, y el patio estaba lleno del brillo de la gloria del SEÑOR. 5 El sonido de las alas de los querubines fue oído tan lejos como hasta el patio exterior, como la voz del Dios Todopoderoso cuando Él habla. 6 Sucedió, cuando Dios ordenó al hombre vestido de lino y dijo: "Toma fuego de entre las ruedas que están entre los querubines," el hombre entró y se detuvo junto a una rueda. 7 Un querubín extendió su mano entre los querubines hacia el fuego que estaba en medio de los querubines, y lo levantó y lo colocó dentro de las manos del que estaba vestido de lino. El hombre lo tomó y volvió a salir. 8 Yo vi en los querubines algo como la mano de un hombre por debajo de sus alas. 9 Así que miré, y Cuatro ruedas estaban junto a los querubines, una rueda junto a cada querubín, y la apariencia de las ruedas era como una piedra de berilo. 10 Su apariencia era la misma semejanza para los cuatro de ellos, como una rueda dentro de otra rueda. 11 Cuando ellos se movían, ellos ibán en cualquiera de las cuatro direcciones sin volverse en cualquier otra dirección. En cambio, dondequiera que la cabeza estaba mirando, ellos la seguían. Ellos no se volvíeron en ninguna otra dirección mientras iban. 12 Sus cuerpos completos, incluyendo sus espaldas, sus manos y sus alas, estaban cubiertos de ojos, y ojos cubrían las cuatro ruedas a todo alrededor también. 13 Mientras yo escuchaba, las ruedas fueron llamadas "Torbellinos." 14 Ellos tenían cuatro caras cada uno; la primera cara era la cara de un querubín, la segunda cara era la cara de un hombre, la tercera la cara de un león, y la cuarta la cara de un águila. 15 Entonces los querubines, estos eran las criaturas vivas que yo había visto por el río Quebar, se levantaron. 16 Cuando los querubines se movían, las ruedas se iban junto a ellos, y cuando los querubines levantaban sus alas para ascender sobre la tierra, las ruedas no se viraban. Ellas se quedaban aún junto a ellos. 17 Cuando los querubines se quedaban quietos, las ruedas se quedaban quietas, y cuando ellos ascendían, las ruedas ascendían con ellos, porque el espíritu de la criatura viva estaba en las ruedas. 18 Entonces la gloria del SEÑOR salió desde sobre el umbral de la casa y se detuvo sobre los querubines. 19 Los querubines levantaron sus alas y ascendieron desde de la tierra a mi vista cuando ellos salieron, y las ruedas hicieron lo mismo junto a ellos. Ellos se detuvieron a la entrada del este de la casa del SEÑOR, y la gloria del Dios de Israel vino sobre ellos desde arriba. 20 Estos fueron las criaturas vivas que yo había visto debajo del Dios de Israel junto al río Quebar, ¡así que yo sabía que ellos eran querubines! 21 Ellos tenían cada uno cuatro caras, y cada uno cuatro alas, y la semejanza de manos humanas por debajo de sus alas, 22 y la semejanza de sus caras era como las caras que yo había visto en la visión en el río Quebar, y cada uno de ellos fue directo al frente.

11

1 Entonces el Espíritu me levantó y me llevó a la puerta del este de la casa de SEÑOR, mirando hacia al este, y he aquí, en el camino de la puerta habían veinticinco hombres. Yo vi a Jaazanías, hijo de Azur, y Pelatías, hijo de Benaía, líderes del pueblo, entre ellos. 2 Dios me dijo: "Hijo de hombre, estos son los hombres que inventan iniquidad, y quienes deciden los planes malvados en esta ciudad. 3 Ellos están diciendo: 'El tiempo para construir casas no es ahora; esta ciudad es la olla, y nosotros la carne.' 4 Por lo tanto profetiza contra ellos. Profetiza, hijo de hombre." 5 Después el Espíritu de SEÑOR cayó sobre mí y Él me dijo: "Diles: Así dicel el SEÑOR: 'así hablan ustedes, oh casa de Israel; Sé lo que pasa por su mente. 6 Ustedes han multiplicado las personas que han matado en esta ciudad y llenado sus calles con ellos. 7 Por lo tanto, el Señor DIOS dice esto: La gente que has matado, cuyos cuerpos ustedes han puesto en medio de Jerusalén, son la carne, y esta ciudad la olla. Pero ustedes van a ser sacados de en medio de esta ciudad. 8 Ustedes han temido la espada, entonces Yo traigo espada sobre ustedes, esto es declaración del SEÑOR DIOS. 9 Yo voy a sacarlos del medio de la ciudad, y los pondré en manos de los extranjeros, Yo traeré juicio contra ustedes. 10 Ustedes van a caer por la espada. Yo voy a juzgarlos entre las fronteras de Israel, para que ustedes sepan que Yo soy el SEÑOR. 11 Esta ciudad no será su olla de cocinar, ni ustedes serán la carne en medio de ella. Yo voy a juzgarlos entre las fronteras de Israel. 12 Luego ustedes sabrán que Yo soy el SEÑOR, Aquél en cuyos estatutos ustedes no han caminado y cuyos decretos no han cumplido. En cambio, han cumplido los decretos de las naciones que los rodean." 13 Sucedió que según yo profetizaba, Pelatías hijo de Benaía, murió. Entonces caí postrado sobre mi cara y lloré en alta voz, y dije: "Ay, SEÑOR DIOS, ¿Tú vas a destruir completamente el remanente de Israel?" 14 La palabra de SEÑOR vino a mí, diciendo: 15 "Hijo de hombre, ¡tus hermanos! ¡Tus hermanos! ¡Los hombres de tu clan y toda la casa de Israel! ¡Ellos son a quienes les fue dicho por los que viven en Jerusalén: 'Aléjense del SEÑOR! Esta tierra fue dada a nosotros como nuestra posesión.' 16 Por lo tanto di: "El SEÑOR DIOS dice esto: 'Aunque Yo los he removido lejos de entre las naciones, y aunque Yo los dispersé entre las tierras, He sido un santuario para ellos por un corto tiempo en las tierras donde ellos han ido.' 17 Por lo tanto di: 'El SEÑOR DIOS dice esto: Yo los recogeré de entre los pueblos, y reuniré de entre las tierras donde ustedes fueron dispersos, y Yo voy a darles la tierra de Israel. 18 Después, ellos irán allá y removerán cada cosa detestable y cada abominación de aquel lugar. 19 Yo voy a darles un corazón, y Yo voy a poner un nuevo espíritu en ellos. Yo voy a sacar el corazón de piedra de su carne y les daré un corazón de carne, 20 entonces ellos van a caminar en Mis estatutos, ellos van a cumplir Mis decretos y los harán. Entonces serán Mi pueblo, y Yo seré su Dios. 21 Pero a aquellos que caminan con afecto hacia sus cosas detestables y sus abominaciones, Yo voy a traer sus conductas sobre sus cabezas.'" esta es la declaración del SEÑOR Dios. 22 Los querubines levantaron sus alas y las ruedas que estaban bajo ellas, y la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos. 23 Después la gloria de SEÑOR se elevó en el medio de la ciudad y se detuvo en la montaña al este de la ciudad. 24 El Espíritu me levantó y me trajo a Caldea, a los exiliados, en la visión del Espíritu de Dios, y la visión que Yo había visto se fue de mí. 25 Después yo le hablé a los exiliados todas las cosas del SEÑOR que he visto.

12

1 La palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Hijo de hombre, tu vives en medio de una casa rebelde, donde ellos tienen ojos para ver, pero ellos no ven; y donde ellos tienen oídos para oír, pero ellos no escuchan, porque son una casa rebelde. 3 Por lo tanto en cuanto ti, hijo de hombre, prepara tus cosas para el exilio, y comienza a irte durante el día ante su vista, pues Yo te enviaré ante vista de tu lugar a otro lugar. Quizás ellos comiencen a ver, aunque sean una casa rebelde. 4 Tú sacarás tus cosas para el exilio de día ante su vista; sal en la tarde ante su vista en el camino en que cualquiera entra al exilio. 5 Cava un agujero a través del muro ante su vista, y ve a través de él. 6 En su vista, carga tus cosas en tus hombros, y sácalos en la oscuridad. Cubre tu rostro, pues tú no debes ver la tierra, ya que, Yo te he establecido como señal a la casa de Israel. 7 Así que lo hice, como me fue encomendado. Yo saqué mis cosas del exilio a la luz del día, y en la tarde cavé un agujero a través del muro a mano. Yo saqué mis cosas en la oscuridad y las cargué sobre mis hombros a la vista de ellos. 8 Luego la palabra del SEÑOR vino a mí en la mañana, diciendo: 9 "Hijo de hombre, la casa de Israel, esa casa rebelde, no pregunta: '¿Qué haces?' 10 Diles: 'El SEÑOR Dios dice esto: Esta acción profética concierne al príncipe en Jerusalén, y toda la casa de Jerusalén, y toda la casa de Israel en cuyo medio ellos están.'" 11 "Di: 'Yo soy una señal para ustedes. Como he hecho, eso les será hecho a ellos; ellos entrarán al exilio y a la cautividad. 12 El prínicipe, quien está entre medio de ellos, cargará sus cosas en sus hombros en la oscuridad, y saldrán a través del muro. Ellos cavarán un agujero y sacarán sus cosas. Él cubrirá su rostro, pues no verá la tierra con sus ojos. 13 Yo extenderé mi red sobre él y él será atrapado en mi trampa; luego Yo lo traeré a Babilonia, la tierra de los caldeos, pero él no lo verá. Él morirá allí. 14 Yo también esparciré en cada dirección a todos aquellos a su alrededor que debían ayudarlo y a su ejército entero, y enviaré una espada tras él. 15 Entonces ellos sabrán que Yo Soy el SEÑOR, cuando los esparza entre las naciones y los disperse en todas las tierras. 16 Pero yo preservaré a algunos hombres de la espada, hambruna, y la plaga, para que ellos puedan contar todas sus abominaciones en las tierras a donde Yo los lleve, para que ellos sepan que Yo Soy el SEÑOR."' 17 La palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 18 "Hijo de hombre, come tu pan con temblor, y bebe tu agua con temblores y preocupación. 19 Luego dile al pueblo de la tierra: 'El SEÑOR Dios dice esto acerca de los habitantes de Jerusalén, y de la tierra de Israel: "Ellos comerán su pan con temblor y beberán su agua, mientras tiemblan, ya que la tierra será despojada de su plenitud, por causa de la violencia de todos los que viven allí. 20 Así que, las ciudades que fueron habitadas serán desoladas, y la tierra se volverá residuos; para que sepan que Yo Soy el SEÑOR.'" 21 Otra vez, la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 22 "Hijo de hombre, ¿cuál es este proverbio que ustedes tienen en la tierra de Israel que dice: 'Los días son prolongados, y cada visión falla'? 23 Por lo tanto, dile a ellos: 'El SEÑOR Dios dice esto: Yo pondré final a este proverbio, y el pueblo de Israel no lo volverá a usar.' Dile a ellos: 'Los días se han acercado cuando cada visión será completada. 24 Pues ya no habrá falsas visiones, o adivinaciones favorables dentro de la casa de Israel. 25 ¡Pues Yo Soy el SEÑOR! Yo hablo, y Yo cumplo las palabras que hablo. El asunto ya no será atrasado. ¡Pues Yo hablaré esta palabra en tus días, casa rebelde, y yo la cumpliré!' Esta es la declaración del SEÑOR Dios."' 26 Otra vez, la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 27 "¡Hijo de hombre! Mira, la casa de Israel ha dicho: 'La visión que él ve es para muchos días a partir de ahora, y él profetiza para tiempos lejanos.' 28 Por lo tanto, dile a ellos: 'El SEÑOR Dios dice esto: Mis palabras ya no serán restrasadas, pero la palabra que he hablado será hecha.''' Esta es la declaración del SEÑOR Dios.

13

1 Otra vez, la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Hijo de hombre, profetiza en contra de los profetas que están profetizando en Israel, y le dicen a esos a quienes les profetizan desde su propia imaginación: 'Escuchen la palabra del SEÑOR. 3 El SEÑOR DIOS dice esto: ¡Ay de los profetas necios quienes siguen su propio espíritu, pero no han visto nada! 4 Israel, tus profetas han sido como chacales en tierras estériles. 5 Ustedes no han ido a las rupturas de la pared alrededor de la casa del Israel para repararlas, para resistir en la batalla del día del SEÑOR. 6 La gente tiene visiones falsas, y hacen predicciones falsas, estos que dicen: "Tal y tal es la declaración del SEÑOR." Y el SEÑOR no los ha enviado, pero igual ellos han hecho a la gente desear que sus mensajes se hagan realidad. 7 ¿No han tenido visiones falsas y hecho predicciones falsas, tú que dices: "Tal y tal es la declaración del SEÑOR," cuando Yo mismo no he hablado?' 8 Por lo tanto, el SEÑOR DIOS dice esto: 'Porque han tenido visiones falsas y han dicho mentiras, por lo tanto esta es la declaración del SEÑOR en contra de ustedes: 9 Mi mano será en contra de los profetas quienes tienen visiones mentirosas y hacen predicciones falsas. Ellos no estarán en la asamblea de Mi pueblo, ni registrados en el libro de la casa de Israel; ni entrarán a la tierra de Israel. ¡Pues ustedes sabrán que Yo soy el SEÑOR DIOS! 10 A causa de esto, y porque desviaron a Mi gente y dijeron: "¡Paz!" cuando no hay paz, ellos están construyendo una pared que pintaran con lodo.' 11 Dile a esos que están pintado la pared: 'Ella caerá; habrá una lluvia torrencial, y Yo enviaré granizo para hacerla caer, y una tormenta de viento para romperla. 12 Mira, la pared caerá. Que otros no les digan a ustedes: "¿Dónde está el lodo que le pusieron?" 13 Por lo tanto, el SEÑOR DIOS dice esto: ¡Yo traeré una tormenta de viento en Mi ira, y habrán inundaciones de lluvia en mi furia! Granizadas en Mi ira la destruirán completamente. 14 Pues Yo derribaré la pared que ustedes han cubierto con lodo, y la demoleré hasta el suelo y dejaré descubiertas sus fundaciones. Así caerá, y ustedes serán aniquilados en medio de todo esto. Entonces, ustedes sabrán que Yo soy el SEÑOR. 15 Pues Yo aniquilaré en mi furor la pared y a esos que la pintaron. Y les diré a ustedes: "La pared ya no existe, ni los que la pintaron tampoco, 16 ni los profetas de Israel, quienes profetizaron sobre Jerusalén y tuvieron visiones de paz por ella. ¡Pero no hay paz! Ésta es la declaración del SEÑOR DIOS.'" 17 Entonces, tú, hijo de hombre, pon tu rostro en contra de las hijas de tu pueblo que profetizan de sus propias mentes, profetiza en contra de ellas. 18 Y diles: 'El SEÑOR DIOS dice esto: Ay de las mujeres que cosen amuletos mágicos en cada parte de sus manos y hacen velos para sus cabezas de todo tamaño, usados para cazar a la gente. ¿Ustedes cazaran a Mi pueblo pero salvarán sus propias vidas? 19 Ustedes me han profanado entre Mi pueblo por manojos de cebada y migajas de pan, para matar gente que no debería morir, y preservar las vidas de aquellos que no deberían continuar viviendo, mintiendo a Mi pueblo que los escuchan. 20 Por lo tanto, el SEÑOR DIOS dice esto: Yo estoy en contra de los amuletos mágicos que ustedes han usado para atrapar las vidas de la gente como si ellos fueran pájaros. De hecho, Yo arrancaré de sus brazos; a la gente que han atrapado como pájaros, Yo los dejaré libres. 21 Yo arrancaré sus velos y rescataré a Mi pueblos de sus manos, para que ya no estén atrapados en sus manos. Ustedes sabrán que Yo soy el SEÑOR. 22 Porque ustedes desalientan el corazón de gente justa con mentiras, aunque Yo no deseaba desalentarlos, y en su lugar apoyan las acciones de la persona malvada para que él no se aleje de este camino y pueda salvar su vida. 23 Por lo tanto, ustedes ya no tendrán visiones falsas ni continuarán haciendo predicciones, pues Yo rescataré a Mi pueblo de su mano. Ustedes sabrán que Yo soy el SEÑOR.'"

14

1 Algunos de los ancianos de Israel vinieron a mí y se sentaron frente a mí. 2 Luego la palabra del Señor vino a mí, diciendo: 3 "Hijo de hombre, estos hombres han llevado sus ídolos dentro de sus corazones y han puesto la piedra de tropiezo de su iniquidad ante sus propios rostros. ¿Debo ser Yo cuestionado por ellos? 4 Por lo tanto anúnciales esto a ellos y diles: 'El SEÑOR DIOS dice esto: Todo hombre de la casa de Israel que pone sus ídolos dentro de su corazón, o quien pone la piedra de tropiezo de su iniquidad ante su rostro, y quien luego viene al profeta, Yo, SEÑOR, le contestaré de acuerdo al número de sus ídolos, 5 Yo haré esto para poder retomar la casa de Israel en sus corazones que fueron apartados de mí debidob a sus ídolos.' 6 Por lo tanto di a la casa de Israel: 'El SEÑOR Dios dice esto: ¡Arrepiéntanse y apártense de sus ídolos! Tornen sus rostros de todas sus abominaciones. 7 Porque cualquiera de la casa de Israel y cada uno de los forasteros quedándose en Israel quien me abandona, quien pone sus ídolos a su corazón y pone la piedra de tropiezo de su iniquidad ante su propio rostro, y que luego va al profeta a buscarme, Yo El Señor, le contestaré Yo mismo. 8 Yo pondré mi rostro en contra de ese hombre y lo convertiré en una señal y un proverbio, puesto que lo cortaré de entre el pueblo y ustedes sabrán que yo soy el Señor. 9 Si un profeta es engañado y habla un mensaje, entonces Yo, el SEÑOR, engañé al profeta; Yo le alcanzaré con mi mano en su contra y lo destruiré en medio de mi pueblo Israel. 10 Ellos cargarán su propia iniquidad; la iniquidad del profeta será la misma que la iniquidad del que le preguntó a él. 11 Debido a esto, la casa de Israel no vagará más lejos de Mí ni se deshonrarán más a sí mismos a través de todas sus transgresiones. Ellos serán mi pueblo, y Yo seré su Dios. Esta es la declaración del SEÑOR Dios.'" 12 Luego la palabra del Señor vino a mí, diciendo: 13 "Hijo de hombre, cuando una tierra peca en Mi contra cometiendo pecado de modo que yo extiendo mi mano en su contra y rompo el sustento de su pan, y envío sobre ella hambruna y corto a ambos, hombre y bestia de la tierra; entonces, 14 aún cuando estos tres hombres: Noé, Daniel y Job, estuviesen en medio de la tierra, ellos sólo podrían rescatar sus propias vidas por su integridad. Esta es la declaración del SEÑOR Dios. 15 Si Yo envío bestias a través de esa tierra y la hago estéril para que se vuelva devastada donde ningún hombre pueda pasar por ella debido a las bestias, entonces, 16 aún si estos mismos tres hombres estuviesen en ella, así como Yo vivo, declara el SEÑOR DIOS, ellos no podrían rescatar ni sus propios hijos o hijas; sólo sus propias vidas serían rescatadas, pero la tierra se convertiría en desperdicio. 17 O si yo traigo espada en contra de esa tierra y digo: 'Espada, ve a través de la tierra y corta ambos hombre y bestia de esta', 18 entonces, aún si estos tres hombres estuviesen en medio de la tierra, así como vivo Yo, declara el SEÑOR Dios, ellos no podrían rescatar aun sus propios hijos o hijas; sólo sus propias vidas serían rescatadas. 19 O si Yo envío una plaga en contra de esta tierra y derramo mi furia en su contra a través del derramamiento de sangre, para cortar a ambos hombre y bestia, 20 entonces, aún si Noé, Daniel y Job estuviesen en esta tierra, vivo Yo, declara el SEÑOR Dios, ellos no serían capaces de rescatar aun sus propios hijos o hijas; sólo sus propias vidas serían rescatadas por su integridad. 21 Puesto que el SEÑOR Dios dice esto: Yo de cierto haré cosas peores enviando mis cuatro castigos: hambruna, espada, animales salvajes y plaga en contra de Jerusalén para cortar a ambos, hombre y bestia, de ella. 22 ¡Sin embargo! Un remanente quedará en ella, sobrevivientes que saldrán con hijos e hijas. Ellos saldrán a ustedes, y ustedes verán sus caminos y acciones y serán consolados en cuanto al castigo que Yo he enviado a Jerusalén, y sobre todo lo demás que Yo he enviado en contra de la tierra. 23 ¡Los sobrevivientes los consolarán cuando vean sus caminos y sus acciones, para que ustedes sepan todas estas cosas que Yo he hecho en contra de ella, que no he hecho en vano! Esta es la declaración del SEÑOR Dios."

15

1 Entonces la Palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Hijo de hombre, ¿cómo es que una vid es mejor que cualquier árbol con ramas que se encuentra entre los árboles en un bosque? 3 ¿Acaso la gente toma madera de una vid para hacer cualquier cosa? ¿O, acaso ellos hacen una estaca para colgar algo de ella? 4 Y si es lanzada al fuego como combustible, y si el fuego ha quemado sus dos puntas y también el centro, ¿es buena para algo? 5 ¡Mira! Cuando estaba entera, no podía hacer ninguna cosa; seguramente entonces, cuando el fuego la haya quemado, entonces no servirá para hacer nada útil. 6 Por lo tanto, el SEÑOR DIOS dice así: Al contrario de los árboles en el bosque, Yo he dado la vid como combustible para el fuego; Yo actuaré de la misma manera hacia los habitantes de Jerusalén. 7 Pues pondré Mi rostro contra ellos. Aunque salgan del fuego, aún el fuego los consumirá; así sabran que Yo soy el SEÑOR, cuando ponga Mi rostro contra ellos. 8 Entonces Yo convertiré la tierra en un terreno estéril porque ellos han cometido pecado. Esta es la declaración del SEÑOR DIOS."

16

1 Entonces, la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Hijo del hombre, informa a Jerusalén sobre sus abominaciones, 3 y declara: 'El SEÑOR Dios dice así a Jerusalén: Tu principio y tu nacimiento tuvieron lugar en la tierra de Canaán; tu padre era un amorreo, y tu madre era una hetea. 4 En el día de tu nacimiento, tu madre no cortó tu cordón umbilical, ni te purificó en agua ni te restregó con sal, ni te cubrió con telas. 5 Ningún ojo tuvo compasión de ti para hacer estas cosas para ti, para ser compasivo hacia ti. En el día que tú naciste, con odio hacia tu vida, fuiste lanzada fuera hacia el campo abierto. 6 Pero Yo pasé por donde ti, y te vi retorciéndote en tu propia sangre, así que te dije en tu sangre: "¡Vive!" Yo te dije a ti en tu propia sangre, "¡Vive!" 7 Yo te hice crecer como una planta en el campo. Te multiplicaste y te hiciste grande, y te convertiste en la joya de las joyas. Tus senos se hicieron firmes, y tu pelo creció grueso, aunque habías estado desnuda y descubierta. 8 Yo pasé por donde ti otra vez, y te vi. El tiempo del amores vino a ti, así que, puse Mi manto sobre ti y cubrí tu desnudez. Entonces, Yo te juré y entré en pacto contigo, esta es la declaración del SEÑOR Dios, y te hice Mía. 9 Así que te lavé con agua y enjuagué la sangre de ti, y te ungí con aceite. 10 Yo te vestí con ropas bordadas y puse sandalias de cuero en tus pies. Te envolví en lino fino y te cubrí con seda. 11 Luego, te adorné con joyas, y te puse brazaletes en tus manos, y una cadena en tu cuello. 12 Te puse un anillo en la nariz y pantallas en las orejas, y una hermosa corona en tu cabeza. 13 Así que fuiste adornada con oro y plata, y fuiste vestida de lino fino, seda, y ropas bordadas; comiste harina fina, miel, y aceite, y eras muy hermosa, y te convertiste en una reina. 14 Tu fama llegó a las otras naciones por tu belleza, pues era perfecta en la majestad que Yo te había dado. Esta es la declaración del SEÑOR Dios. 15 Pero tú confiaste en tu propia belleza, y actuaste como una prostituta debido a tu fama; tú derramaste tus actos de prostitución sobre todos los que pasaban, de manera que tu belleza se hizo suya. 16 Entonces, tú tomaste tus ropas y con ellas hiciste lugares altos para ti misma decorados con varios colores, y ahí actuaste como prostituta. Esto no debió haber pasado. Ni debería existir tal cosa. 17 Tú tomaste las joyas finas del oro y la plata que Yo te di, e hiciste para ti misma figuras varoniles, e hiciste con ellas lo que haría una prostituta. 18 Tú tomaste tus vestidos bordados y los cubriste, y pusiste Mis aceites y perfumes delante de ellos. 19 Mi pan que Yo te di, hecho con harina fina, aceite y miel, tú lo pusiste delante de ellos como aroma fragante, esto fue lo que sucedió. Esta es la declaración del SEÑOR Dios. 20 Entonces, tú tomaste a tus hijos e hijas los cuales pariste para Mí, y los sacrificaste a las imágenes para ser devorados como comida. ¿Son tus actos de prostitución un asunto pequeño? 21 Tú sacrificaste a Mis hijos y los pusiste en el fuego. 22 En todas tus abominaciones y tus actos de prostitución tú no has pensado en los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta mientras te revolcabas en tu sangre. 23 ¡Ay! ¡Ay de ti! Esta es la declaración del SEÑOR Dios, por lo tanto, en adición a toda esta maldad, 24 tú te construíste un aposento cerrado en cada lugar público. 25 Tú construiste tu lugar alto en la cabecera de cada calle y profanaste tu belleza, pues tú ofreciste tu cuerpo a todo el que pasaba e hiciste muchos más actos de prostitución. 26 Tú has actuado como una prostituta con los egipcios, tus vecinos lujuriosos, y cometiste muchos más actos de prostitución, para provocarme a la ira. 27 Yo te golpearé con Mi mano y te quitaré tu alimento. Yo entregaré tu vida a tus enemigos, las hijas de los filisteos, que se avergonzaron de tu comportamiento obsceno. 28 Tú has actuado como una prostituta con los asirios porque no podías ser satisfecha. Tú actuaste como una prostituta y todavía no estabas satisfecha. 29 Tú también hiciste muchos más actos de prostitución en la tierra de los comerciantes de Caldea, y ni esto te satisfizo. 30 ¿Cuán enfermo está tu corazón, esta es la declaración del SEÑOR Dios, que hicieras todas estas cosas, actos de una prostituta desvergonzada? 31 Tú has construido tus lugares altos en la cabecera de toda calle y has hecho tu aposento encerrado en cada lugar público. Pero tú no eras como una prostituta porque te rehusabas a recibir paga. 32 Tú, mujer adúltera, tú aceptas a extraños en vez de a tu esposo. 33 La gente le paga a toda prostituta, pero tú das tu salario a todos tus amantes y los sobornas para que vengan a ti de todo lugar para tus actos de prostitución. 34 Así que hay una diferencia entre ti y esas otras mujeres, ya que nadie va a ti para pedirte que duermas con ellos. En cambio, tú les pagas a ellos. Nadie te paga a ti. 35 Por lo tanto, tú, prostituta, escucha la palabra del SEÑOR. 36 El SEÑOR Dios dice así: Porque has derramado tu deseo y has expuesto tus partes privadas a través de tus actos de prostitución con todos tus amantes y con todos tus ídolos asquerosos, y debido a la sangre de tus hijos que diste a tus ídolos, 37 por lo tanto, Yo reuniré a todos tus amantes que has conocido, a todos los que has amado y a todos los que has odiado, y Yo los reuniré a todos en contra de ti a cada lado. Yo expondré tus partes privadas a ellos para que todos puedan ver tu desnudez. 38 Pues, Yo te castigaré por adulterio y por el derramamiento de sangre, y traeré sobre ti el derramamiento de sangre de Mi ira y celo. 39 Yo te entregaré a sus manos para que derriben tu aposento cerrado y hagan caer tus lugares altos y ellos rasgarán tus vestidos y tomarán todas tus joyas. Ellos te dejarán desnuda y descubierta. 40 Entonces, traerán una multitud en contra de ti y te apedrearán con piedras, y te cortarán con sus espadas. 41 Ellos quemarán tus casas y harán muchos actos de castigo en ti a la vista de muchas mujeres, pues detendré tu prostitución, y ya no le pagarás a tus amantes. 42 Entonces, yo calmaré Mi furor en contra de ti; Mi ira se alejará de ti, pues Yo estaré satisfecho, y ya no estaré más enojado. 43 ¡Porque no trajiste a tu mente los días de tu juventud y Me has hecho temblar de ira por todas estas cosas, por lo tanto, Yo por Mi cuenta haré descender sobre tu propia cabeza el castigo por lo que has hecho, esta es la declaración del SEÑOR Dios. ¿No has añadido la prostitución a todas tus otras prácticas detestables? 44 Todo el que hable proverbios referentes a ti dirán: "Como es la madre, así es la hija." 45 Tú eres la hija de tu madre, que detestaba a su esposo y a sus hijos, y eres la hermana de tus hermanas que detestaban a sus esposos y a sus hijos. Tu madre era una hitita, y tu padre un amorreo. 46 Tu hermana mayor era Samaria y sus hijas eran las que vivían en el norte, mientras que tu hermana menor era la que vivía al sur de ti, esa es, Sodoma y sus hijas. 47 Tú no solo caminaste en sus pasos y copiaste su comportamiento y sus prácticas, sino que en todos tus caminos has sido peor que ellas. 48 Vivo Yo, dice el SEÑOR Dios, que tu hermana Sodoma y sus hijas, no han hecho tanta maldad como tú y tus hijas han hecho. 49 Este fue el pecado de tu hermana Sodoma: ella fue arrogante en su ocio, descuidada y despreocupada de cualquier cosa. Ella no fortaleció las manos de los pobres y los necesitados. 50 Ella fue arrogante y cometió acciones asquerosas delante de Mí, así que, me los llevé así como has visto. 51 ¡Ni Samaria cometió la mitad de tus pecados; a cambio, tú has hecho más cosas abominables que ellas, y has demostrado que tus hermanas eran mejor que tú por todas las cosas abominables que haces! 52 Especialmente tú, muestra tu propia vergüenza; de esta manera has demostrado que tus hermanas eran mejor que tú, por los pecados que cometiste en todas esas maneras aabominables. Tus hermanas ahora se ven mejor que tú. Especialmente tú, muestra tu propia vergüenza, pues, de esta manera tú has demostrado que tus hermanas eran mejores que tú. 53 Pues, Yo restauraré sus fortunas, las fortunas de Sodoma y sus hijas, y las fortunas de Samaria y sus hijas; pero tus fortunas estarán entre ellas. 54 Por causa de estas cosas mostrarás tu propia vergüenza; tú serás humillada por todo lo que has hecho, y de esta manera serás de consuelo para ellas. 55 Así que, tu hermana Sodoma y sus hijas serán restauradas a su condición pasada, y Samaria y sus hijas serán restauradas a su herencia pasada. Entonces, tú y tus hijas serán restauradas a tu condición pasada. 56 Sodoma, tu hermana, no fue ni siquiera mencionada por tu boca en los días de tu orgullo, 57 antes de que tu maldad fuera revelada. Pero ahora eres un objeto de desdén a las hijas de Edom y a todas las hijas de los filisteos alrededor de ella. La gente de alrededor te desprecian. 58 ¡Tú mostrarás tu vergüenza y tus acciones aabominables! ¡Esta es la declaración del SEÑOR! 59 El SEÑOR Dios dice esto: Yo haré contigo como te mereces, tú que has despreciado tu juramento rompiendo el pacto. 60 Pero Yo mismo recodaré Mi pacto hecho contigo en los días de tu juventud, y estableceré un pacto eterno contigo. 61 Entonces, tú recordara tus caminos y te avergonzarás cuando recibas a tus hermanas mayores y menores. Yo te las daré como hijas, pero no debido a tu pacto. 62 Yo mismo estableceré Mi pacto contigo, y sabrás que Yo soy el SEÑOR. 63 Debido a estas cosas, recordarás y te avergonzarás, de manera que ya tú no abrirás tu boca para hablar debido a tu vergüenza, cuando Yo te haya perdonado por todo lo que has hecho. Esta es la declaración del SEÑOR Dios."

17

1 La palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo, 2 "Hijo de hombre, presenta un acertijo y habla una parábola a la casa de Israel. 3 Di: 'El SEÑOR Dios dice esto: un águila grande con alas grandes y largos piñones, lleno de plumas, y que era multicolor fue al Líbano y agarró el tope de un árbol de cedro. 4 Él le partió las puntas de las ramas y las llevó a la tierra de Canaán; él la plantó en una ciudad de mercaderes. 5 Él también tomó alguna semilla de la tierra y la sembró en tierra fértil. Él la puso junto a un gran cuerpo de agua como un sauce. 6 Entonces retoñó y se convirtió en una vid que se extendía bajo en el suelo. Sus ramas se giraron hacia él, y sus raíces crecieron debajo de él. Así que se convirtió en una vid y produjo ramas y retoñó. 7 Pero había otra gran águila con grandes alas y mucho plumaje. Esta vid giró sus raíces hacia el águila, y extendió sus ramas hacia el águila desde el lugar en donde había sido plantada para que fuera regada con agua. 8 Ella había sido plantada en buena tierra al lado de un gran cuerpo de agua para que produjera ramas y brotara fruto, para convertirse en una vid magnífica.' 9 Di al pueblo: 'El SEÑOR Dios dice esto: ¿Prosperará? ¿No será desarraigado y despojado de su fruto para que se marchite, y todo su crecimiento fresco se marchitará? Ningún brazo fuerte ni mucha gente será necesario para arrancarlo por sus raíces. 10 Por tanto, después de que haya sido plantado, ¿crecerá? ¿No se marchitará cuando el viento del este lo toqué? Se marchitará completamente en su parcela."' 11 Entonces la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 12 "Habla a la casa rebelde: '¿No saben ustedes lo que significan estas cosas? ¡Mirad! El rey de Babilonia vino a Jerusalén y se llevó a su rey y sus príncipes y los trajo con él a Babilonia. 13 Entonces él tomó un descendiente real, hizo un pacto con él, y lo puso bajo juramento. Él se llevó la gente poderosa de la tierra, 14 de modo que el reinado se humillara y no se levantara. Al mantener su pacto sobrevivirá. 15 Pero el rey de Jerusalén se rebeló contra él enviando sus embajadores a Egipto para adquirir caballos y un ejército. ¿Tendrá éxito? ¿Escapará el que hace estas cosas? ¿Escapará si rompe el pacto? 16 ¡Vivo yo! Esta es la declaración del SEÑOR Dios, que de cierto morirá en la tierra del rey que lo hizo rey, el rey cuyo juramento él despreció, y cuyo pacto él rompió. Él morirá en medio de Babilonia. 17 Faraón con su ejército poderoso, ni el reunir de muchos hombres para guerra, no lo protegerá a él en batalla, cuando el ejército babilónico construya cercos de montículos y cercos de muros para destruir muchas vidas. 18 Pues el rey despreció su juramento al romper el pacto. Él estrechó su mano a ellos para hacer una promesa, sin embargo, él hizo todas estas cosas. Él no escapará. 19 Por lo tanto el SEÑOR Dios dice esto: Vivo Yo, ¿no fue Mi juramento que él despreció y Mi pacto que él rompió? Así que, ¡Yo traeré su castigo sobre su cabeza! 20 Tenderé Mi red sobre él, y él será atrapado en Mi red de cazar. Entonces, ¡Yo lo traeré a Babilonia y ejecutaré juicio sobre él ahí por su traición que él cometió cuando Me traicionó! 21 Todos sus refugiados en sus ejércitos caerán por la espada, y los que permanezcan serán dispersados en todas direcciones. Entonces ustedes sabrán que Yo soy el SEÑOR; Yo he declarado que esto sucedería." 22 El SEÑOR Dios dice esto: 'Así que Yo mismo me llevaré la parte más alta del árbol de cedro, y Yo lo plantaré lejos de sus tiernas ramas. Yo lo arrancaré, y Yo mismo lo plantaré en una montaña alta. 23 Yo lo plantaré en las montañas de Israel para que eche ramas y produzca fruto, y él se convertirá en un cedro majestuoso, de manera que toda ave con alas vivirá debajo de él. Ellas anidarán en la sombra de sus ramas. 24 Entonces todos los árboles del campo sabrán que Yo soy el SEÑOR. Yo derrumbo los árboles altos y levanto los árboles bajos. Yo marchito el árbol regado con agua y causo que el árbol seco florezca. Yo soy el SEÑOR, Yo he declarado que esto sucederá; y Yo lo haré.'"

18

1 La palabra del Señor vino a mí otra vez, diciendo, 2 ''¿Qué quieres decir tú, quien usas este proverbio con respecto a la tierra de Israel, y dices: 'Los padres comen las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera?' 3 Vivo Yo, esta es la declaración de el SEÑOR Dios, ciertamente no habrá ninguna ocasión para que tú tengas que usar éste proverbio en Israel." 4 ¡He aquí! Cada vida me pertenece, la vida del padre como la vida del hijo, las dos me pertenecen a mí!! El alma que peca esa morirá! 5 ¿Qué se puede decir acerca del hombre que es justo y que practica justicia y la rectitud, 6 el que no come sobre las montañas, ni alza sus ojos a los ídolos de la casa de Israel, y no mancha a la mujer de su vecino, ni se acerca a una mujer durante su período mensual? ¿es él un hombre justo? 7 ¿Qué se puede decir sobre un hombre que no oprime a nadie, y le devuelve al deudor la garantía que puso por su préstamo y no roba sino que da su comida a los que tienen hambre y cubre a los desnudos con ropa? ¿es él un hombre justo? 8 ¿Qué se puede decir de un hombre que no cobra mucho interés por el dinero que presta, y no saca demasiado provecho por lo que vende? De él se dice que hace justicia y establece fidelidad entre las personas. 9 Si ese hombre camina en Mis estatutos y guarda Mis decretos para actuar fielmente, entonces la promesa para este hombre justo es esta: "¡Ciertamente él vivirá! Esta es la declaración del SEÑOR Dios 10 Pero supongamos que él tiene un hijo violento que derrama sangre y hace muchas de las cosas que se listan aquí, 11 aunque su padre no hizó ningunas de estas cosas, pero él come sobre las montañas y contamina la mujer de su prójimo, ¿qué se puede decir sobre él? 12 Este hombre oprime a los pobres y necesitados, y se apodera y roba, y no devuelve una promesa, y él levanta sus ojos a los ídolos y comete acciones repugnantes, 13 y presta dinero con intereses muy altos y hace demasiado beneficio en lo que vende, ¿debería vivir ese hombre? ¡Seguramente no lo hará! Ciertamente él morirá y su sangre estará sobre él mismo porque él ha hecho todas estas cosas detestables. 14 ¡Pero he aquí! Supongamos que hay un hombre que tiene un hijo, y su hijo ve todos los pecados que su padre ha cometido, y aunque él los ve, él no hace esas cosas. 15 Ese hijo no come sobre las montañas, y no levanta sus ojos a los ídolos de la casa de Israel, y no mancha la mujer de su prójimo, ¿Qué se puede decir sobre él? 16 Ese hijo no oprime a nadie, ni se apodera de una promesa, ni cosas robadas. Pero en su lugar da su comida a los que tienen hambre y cubre los que están desnudos con ropa. 17 Ese hijo no oprime a nadie ni se apropia de intereses demasiado altos ni se hace de demasiado beneficios de un préstamo, pero él lleva Mis decretos y camina según Mis estatutos; ese hijo no morirá por el pecado de su padre: ¡Él ciertamente vivirá! 18 Su padre, puesto que él oprimió a otros por extorsión y le robó a su hermano, e hizo lo que no es bueno entre su pueblo, He aquí, el morirá en su iniquidad. 19 Pero tú dices: "¿Por qué no lleva la iniquidad de su padre el hijo?" Porque el hijo lleva a cabo la justicia y la rectitud y guarda todos mis estatutos; él los hace. ¡Él ciertamente vivirá! 20 El que peca, ese es el que morirá El hijo no llevará las iniquidades de su padre, y el padre no llevará las iniquidades de su hijo. La rectitud del que actúa correctamente estará sobre él mismo, y la maldad del malo estará sobre él mismo. 21 Pero si el malvado deja todos sus pecados que ha cometido, y sigue todos Mis estatutos y realiza justicia y rectitud, entonces ciertamente él vivirá y no morirá. 22 Todas las transgresiones que él ha cometido no serán traídas a la memoria contra él. Él vivirá por la rectitud que él practica. 23 ¿Me regocijo yo por la muerte de los malígnos? Esta es la declaración del SEÑOR Dios. ¿y no en el apartarse de su camino para que él pueda vivir? 24 Pero si la persona recta se aparta de su rectitud y hace iniquidad y practíca abominaciones como todas las abominaciones que la persona maligna hace, entonces ¿vivirá él? Toda la rectitud que él había hecho no será traída a la memoria cuando él me traicione en su traición. Pues él morirá en los pecados que cometió. 25 Pero tú dices: '¡El camino del Señor no es justo!' ¡Escucha casa de Israel! ¿Son mis caminos injustos? ¿No son sus caminos los injustos? 26 Cuando el hombre recto se aparta de su rectitud, y hace iniquidad y muere por ellas, entonces él morirá en la iniquidad que ha hecho. 27 Pero cuando el hombre malvado se aparta de sus iniquidades que ha hecho y hace justicia y rectitud, entonces él preservará su vida. 28 Pues él ha visto y se ha apartado de todas las transgresiones que él ha hecho. Él seguramente vivirá, y él no morirá. 29 Pero el pueblo de Israel dice: '¡El camino del Señor no es justo!' ¿Cómo no es justo mi camino, casa de Israel? Es tú camino el que no es justo. 30 Por lo tanto ¡Yo juzgaré a cada hombre entre ustedes según su camino, casa de Israel! Esta es la declaración del SEÑOR Dios. Arrepiéntanse y apártense de todas sus trangresiones para que ellas no sean piedras de tropiezo de iniquidad contra tí. 31 Arrojen de ustedes mismos todas las trangresiones que han cometido; háganse para ustedes un corazón nuevo y un nuevo espíritu." ¿Por qué deberían ustedes morir, casa de Israel? 32 Pues Yo no me deleito en la muerte de aquel que muere. Esta es la declaración del SEÑOR Dios. Así que arrepiéntete y vive!"

19

1 "Y tú, eleva una lamentación contra los líderes de Israel 2 y diles: '¿Quién era tu madre? Una leona, ella vivía con los hijos de un león; en medio de leones jóvenes, ella criaba sus cachoros. 3 Y ella crió a uno de sus cachoros para que se convirtiése en un joven león quien aprendió a desgarrar a sus víctimas. Él devoraba hombres. 4 Luego, las naciones escucharon sobre él. Él fue atrapado en una trampa, y ellos lo trajeron con ganchos a la tierra de Egipto. 5 Entonces, ella vió que aunque ella había esperado por su regreso, sus esperanzas ahora se habían ido, así que, ella tomó otro de sus cachorros y lo crió para convertirse en un joven león. 6 Este joven león vagabundeaba en medio de leones. Él era un joven león y aprendió a desgarrar a sus víctimas; él devoraba hombres. 7 Entonces, él violaba a sus viudas y arruinaba sus ciudades. La tierra y su plenitud fue abandonada por el sonido de su rugir. 8 Pero las naciones fueron en contra de él desde las provincias que lo rodeaban; ellos esparcieron redes sobre él. Él fue atrapado en su trampa. 9 Ellos los pusieron en una jaula con ganchos y lo trajeron al rey de Babilonia. Ellos lo trajeron a él a las fortalezas de la montaña para que su voz no fuese escuchada más en las montañas de Israel. 10 Tu madre era como una liana plantada en tu sangre al lado de las aguas, ella era fructífera y llena de ramas por la abundancia del agua. 11 Ella tenía ramas fuertes para los cetros de los gobernantes, y su altura fue exaltada entre las ramas del matorral. 12 Pero la liana fue desarraigada en furia y tirada a la tierra, y un viento del este secó sus frutos. Sus ramas fuertes fueron rotas y marchitas; fuego las consumió. 13 Así que, ahora ella está plantada en el desierto, en la tierra de sequía y sed. 14 Pues, fuego salió de sus grandes ramas y consumió sus frutos. No hay ramas fuertes en ella, no hay cetro para gobernar.' Esto es una lamentación y va a ser cantada como una lamentación."

20

1 Vino a ser el año séptimo, en el día décimo del quinto mes, cuando los ancianos de Israel vinieron a indagar sobre el SEÑOR y se sentaron frente a mí. 2 Entonces la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 3 "Hijo de hombre, declara a los ancianos de Israel y diles: 'El SEÑOR Dios dice esto: ¿Han venido a preguntarme a Mí? Mientras viva, ¡no seré consultado por ustedes! Esta es la declaración del SEÑOR Dios.' 4 ¿Los juzgarás? ¿Los juzgarás, tú hijo de hombre? Déjale saber sobre las abominaciones de sus padres. 5 Diles esto: 'El SEÑOR Dios dice esto: En el día que escogí a Israel y levanté mi mano para hacer juramento con los descendientes de la casa de Jacob, me hice conocer en la tierra de Egipto, cuando levanté mi mano para hacer juramento a ellos. Yo dije: "Yo Soy el SEÑOR tu Dios"- 6 en aquel día levanté mi mano para jurar a ellos que yo los iba a sacar fuera de la tierra de Egipto hacia una tierra que Yo escogí, con mucho cuidado, para ellos. Que fluía leche y miel; era la más hermosa entre todas las tierras. 7 Yo les dije: "Que todo hombre eche fuera todas las cosas abominables de sus ojos y los ídolos de Egipto. No se hagan más inmundos; Yo Soy el SEÑOR su Dios." 8 Pero se rebelaron contra Mí y estaban indipuestos a escucharme, Cada hombre no echó fuera las cosas detestables de sus ojos ni olvidó los ídolos de Egipto, así que Me propuse derramar Mi ira sobre ellos y satisfacer Mi furia entre ellos en medio de la tierra de Egipto. 9 Actué por el bien de Mi nombre para que no sea profanado en ojos de las naciones entre quienes vivían. Me hice conocer a ellos, a sus ojos, al sacarlos de la tierra de Egipto. 10 Así que los envié fuera de la tierra de Egipto y los llevé al desierto. 11 Entonces les di mis estatutos y decretos a ellos, por el cual un hombre vivirá si los obedece. 12 También les di el Día de Reposo como señal entre ellos y Yo, para que ellos conocieran que Yo Soy el SEÑOR quien los santifíca. 13 Pero la casa de Israel se rebeló contra Mí en el desierto. Ellos no caminaron en mis estatutos; en cambio, rechazaron mis decretos, por los cuales un hombre vivirá si los obedece. Ellos profanaron mis Días del Reposo, así que derramaré mi furia sobre ellos en el desierto para acabarlos. 14 Pero actué por el bien de Mi nombre para que no sea profanado en los ojos de las naciones, a cuya vista Yo los saqué de Egipto. 15 Así que también levanté mi mano y juré en el desierto no llevarlos a la tierra que les iba a dar, una tierra donde fluye la leche y miel, la que era más bella de todas las tierras. 16 Yo juré esto porque ellos habían rechazado mis decretos y no caminaron en mis estatutos, y ellos profanaron mis Días de Reposo, desde que sus corazones caminaron en pos de sus ídolos. 17 Pero Mi ojo los perdonó de su destrucción y no los aniquilé en el desierto. 18 Le dije a sus hijos e hijas en el desierto: "No caminen de acuerdo a los estatutos de sus padres, no mantengan sus decretos o se contaminen con sus ídolos. 19 Yo Soy el SEÑOR su Dios, caminen en Mis estatutos; mantengan Mis decretos y obedézcanlos. 20 Mantengan Mis Días de Reposo santo para que ellos sean una señal entre ustedes y Yo, para que así conozcan que Yo Soy el SEÑOR su Dios." 21 Pero sus hijos e hijas se rebelaron contra Mí. Ellos no caminaron en Mis estatutos ni guardaron Mis decretos, por los cuales un hombre podía vivir si los obedecía. Ellos profanaron Mis Días de Reposo, así que estoy determinado a derramar Mi furia sobre ellos para satisfacer Mi ira contra ellos en el desierto. 22 Pero retiré Mi mano y actué por el bien de Mi nombre, para que no sea profanado a los ojos de las naciones a cuya vista saqué a los israelitas. 23 Yo también levanté Mi mano para jurarles en el desierto, que los iba a separar entre las naciones y dispersaría entre las tierras. 24 Decidí hacer esto ya que ellos no obedecían Mis decretos, y desde que ellos rechazaron Mis estatutos y profanaron Mis Días de Reposo. Sus ojos anhelaban a los ídolos de sus padres. 25 Entonces Yo también les di estatutos que no eran buenos, y decretos por los cuales ellos no podrían vivir. 26 Yo los hice impuros por sus regalos cuando ellos hacían sacrificios de cada primogénito del vientre y los ponían en el fuego. ¡Yo hice esto para aterrarlos y que ellos puedan conocer que Yo Soy el SEÑOR!' 27 Por lo tanto, hijo de hombre, habla a la casa de Israel y diles: 'El SEÑOR Dios dice esto: En esto también sus padres blasfemaron en contra Mía cuando Me fueron infieles. 28 Cuando los traje hacia la tierra que prometí darles, y entonces dondequiera ellos vieran una colina alta y un árbol con hojas, ellos ofrecieron sacrificios, y ellos Me provocaron por sus ofrendas, y allí ellos también quemaron incienso fragante y derramaron sus bebidas en ofrenda. 29 Entonces les dije: "¿Qué es este lugar alto donde ustedes llevan ofrendas?" Así que el nombre es Bama hasta este día.' 30 Así que dile a la casa de Israel: 'El SEÑOR Dios dice esto: ¿Por qué se hacen impuros a ustedes mismo con el camino de sus padres? ¿Por qué actúan como las prostitutas, buscando cosas detestables? 31 Pues cuando ustedes ofrecen sus regalos y ponen a sus hijos sobre fuego, hasta este día se han vuelto impuros con todos sus ídolos. Entonces ¿por qué les debo dejar que me cuestionen, casa de Israel? Vivo Yo, esta es la declaración del SEÑOR Dios, Yo no los dejaré que me cuestionen. 32 Lo que están pensando en sus mentes nunca ocurrirá. Ustedes dicen: "Déjanos ser como las otras naciones, como los clanes en las otras tierras quienes adoran a la madera y la piedra." 33 Vivo Yo, esta es la declaración del SEÑOR Dios, Yo ciertamente reinaré sobre ustedes con mano poderosa, un brazo alzado, y una furia que será derramada sobre ustedes. 34 Yo les traeré desde los otros pueblos y les reuniré desde los países a fueron ustedes esparcidos. Haré esto con mano poderosa y furia derramada. 35 Entonces los traeré en el desierto de los pueblos, y allí los juzgaré cara a cara. 36 Como he juzgado a tus padres en el desierto de la tierra de Egipto, así también los juzgaré a ustedes, esta es la declaración del SEÑOR Dios. 37 Yo causaré que pases bajo mi vara, y haré que obedezcas los requisitos del pacto. 38 Yo los limpiaré a ustedes de entre los rebeldes y de aquellos quienes se levantaron en contra de Mí. Yo los enviaré fuera de las tierras donde ellos están viviendo como forasteros, pero ellos no entrarán a la tierra de Israel. Entonces ustedes conocerán que Yo Soy el SEÑOR. 39 Para ustedes, casa de Israel, el SEÑOR Dios dice esto: Cada uno de ustedes vaya a sus propios ídolos. Adórenlos si van a rechazar el escucharme, pero no deben continuar profanando Mi santo nombre con sus regalos e ídolos. 40 Pues en Mi monte santo, en el pico del monte de Israel, esta es la declaración del SEÑOR Dios, toda la casa de Israel me adorará aquí en la tierra. Yo estaré complacido de requirir sus ofrendas allí, y también las primicias de su tributo con todas las cosas santas. 41 Yo los aceptaré como incienso fragante cuando Yo los saque de los pueblos y los reúna de los países de donde fueron esparcidos. Me mostraré santo entre ustedes para que las naciones vean. 42 Entonces, cuando les traiga a la tierra de Israel, a la tierra donde les he levantado la mano para jurar lo que les iba a dar a sus padres, ustedes conocerán que, Yo Soy el SEÑOR. 43 Entonces recordarán de sus malos caminos, y de todas sus obras por los cuales se han vuelto impuros, y ustedes se odiarán en sus propios ojos por todas las acciones malas que usteden han cometido. 44 Entonces conocerán que Yo Soy el SEÑOR cuando les haga esto por el bien de Mi nombre, no por sus malos caminos o sus obras corruptas, casa de Israel, esta es la declaración del SEÑOR Dios.'" 45 Entonces la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 46 "Hijo de hombre, gira tu rostro hacia las tierras sureñas, y habla en contra del sur; profetiza en contra el bosque de Neguev. 47 Di al bosque de Neguev: 'Esta es la declaración del SEÑOR, el SEÑOR Dios dice esto: Yo encenderé un fuego entre ustedes. Devorará cada árbol fresco y cada árbol seco entre ustedes. Las llamas flamantes no serán apagadas; cada rostro desde el sur hasta norte será quemado. 48 Entonces toda carne verá que Yo Soy el SEÑOR cuando encienda el fuego, y no será apagado.'" 49 Entonces dije: "¡Ah! SEÑOR Dios, ellos dicen: '¿Él solo es un contador de parábolas?'"

21

1 Luego, la palabra del SEÑOR vino a mí diciendo: 2 "Hijo de hombre, coloca tu rostro hacia Jerusalén, y habla en contra de los santuarios; profetiza en contra de la tierra de Israel. 3 Dile a la tierra de Israel: 'El SEÑOR dice esto: ¡Mira! ¡Estoy en contra tuya! ¡Yo sacaré mi espada de la vaina y cortaré a ambos, tanto los justos como a los malvados de ti!'" 4 Para que yo pueda cortar a ambos, tanto los justos como los malvados de ti, mi espada saldrá de su vaina en contra de toda carne desde el sur hasta el norte. 5 Entonces, toda carne sabrá que Yo, el SEÑOR, he sacado mi espada de su vaina. ¡Ya no se aguantará más! 6 En cuanto a ti, hijo de hombre, ¡gime hasta que tus lomos se rompan! ¡En amargura gime ante sus ojos! 7 Entonces ocurrirá que te preguntarán:'¿Por qué razón gimes?' entonces tu dirás: 'Por las noticias de lo que viene, ¡pues todo corazón se desvanecerá, y toda mano va a desfallecerse! Todo espíritu va a desvanecerse, y toda rodilla fluirá como el agua. ¡Mira! ¡Viene y así será! Esta es la declaración del SEÑOR Dios.' 8 Luego la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 9 "Hijo de hombre, profetiza y di esto: 'El Señor dice esto: Di: ¡Una espada! ¡Una espada! ¡Será afilada y pulida! 10 ¡Será afilada para poder participar de una gran matanza! ¡Será pulida para poder ser como un rayo! ¿Deberíamos regocijarnos? ¡Cuando el cetro de Mi hijo y toda vara es despreciado por la espada! 11 Así que la espada será entregada para ser pulida, y luego para ser tomada por la mano! ¡La espada está afilada y pulida y estará para ser dada a la mano de uno que mata!' 12 ¡Llama por ayuda y laméntate, hijo de hombre! ¡Pues la espada viene en contra de Mi pueblo! Esta es en contra de todos los líderes de Israel. Ellos son arrojados a la espada junto con mi pueblo. Por lo tanto, ¡golpea tu muslo! 13 Porque es probado, ¿pero y qué tal si el cetro no dura? Esta es la declaración del SEÑOR. 14 Ahora tú, hijo de hombre, profetiza y golpea tus dos manos juntas, ¡pues la espada atacará hasta una tercera vez! ¡Una espada para aquellos que serán asesinados! Es una espada para que muchos sean masacrados, ¡traspasándolos por todos lados! 15 Para poder desmayar sus corazones y multiplicar sus caídos, he colocado la matanza de la espada delante de sus puertas! ¡Ay! ¡Está hecha como un rayo, liberada para el carnicero! 16 ¡Tú, espada! ¡Golpea a la derecha! ¡Golpea a la izquierda! Ve a donde sea que tu rostro de vuelta. 17 Pues Yo tambien golpearé mis dos manos juntas, y luego yo llevaré mi furia a descanso! ¡Yo, el SEÑOR, lo declaro! 18 La palabra del SEÑOR vino nuevamente a mí diciendo: 19 "Ahora, tú, hijo de hombre, asigna dos caminos para que la espada del rey de Babilonia venga. Los dos caminos comenzarán en la misma tierra, y un poste marcará uno de ellos como conduciendo hacia una ciudad. 20 Marca un camino para el ejército babilonio para que venga hacia Rabá, ciudad de los amonitas. Marca el otro para que conduzca a los soldados a Judá y a la ciudad de Jerusalén, la cual está fortificada. " 21 Pues el rey de Babilonia se detendrá en el cruce de los caminos, en la unión, para poder practicar la adivinación. El agitará algunas flechas y pedirá dirección a algunos ídolos y examinará un hígado. 22 En su mano derecha estará un presagio acerca de Jerusalén, para poner arietes en su contra, para abrir su boca, para ordenar una matanza, para levantar torres de asedio contra sus puertas, para edificar una rampa, y para levantar torres de sitio. 23 Parecerá ser un presagio inútil a los ojos de aquellos en Jersualén, para aquellos que han jurado un juramento a los babilonios! ¡Pero el rey los acusará de violar su tratado para poder sitiarlos! 24 Por lo tanto, el SEÑOR Dios dice esto: Porque traes tu iniquidad a Mi memoria, ¡tus trangresiones serán reveladas! ¡Tus pecados serán visto en todas tus acciones! ¡Por esta razón le recordarás a todos que serás capturado por la mano de tus enemigos! 25 En cuanto a ti, malvado e impuro gobernador de Israel, al que días de juicio le han llegado, y al que el tiempo de cometer inquidad ha terminado, 26 el SEÑOR Dios les dice esto: ¡Remueve tu turbante y quitate la corona! ¡Las cosas ya no serán igual! ¡Exalta al pobre y humilla al exaltado! 27 ¡Una ruina! ¡Una ruina! ¡Yo los haré una ruina! No será restaurada hasta que venga uno quien está asignado a realizar el juicio. 28 Así que tú, hijo de hombre, profetiza y di: 'El SEÑOR Dios le dice esto al pueblo de Amón en referencia a su desgracia venidera: Una espada, ¡Una espada es desenvainada! ¡Está afilada para la matanza en orden para devorar, así que será como un rayo! 29 Mientras los profetas ven visiones vacías para ti, mientras ellos hagan rituales para inventarse mentiras para ti, esta espada reposará en el cuello de los malvados quienes están a punto de ser asesinados, a quienes el día del castigo a llegado y a quienes el tiempo de la inquidad está por terminar. 30 Devuelve la espada a su vaina. En lugar de su creación, en la tierra de su origen, ¡Yo te juzgaré! 31 ¡Derramaré Mi indignación sobre ti! ¡Yo avivaré el fuego de Mi ira contra tí y te ajoraré en mano de hombres crueles, artesanos de la destrucción! 32 ¡Te convertirás en la gasolina del fuego! Tu sangre estará en medio de la tierra. ¡No serás recordado, pues Yo, el SEÑOR, lo he declarado!'"

22

1 Entonces, la palabra del SEÑOR Dios vino a mí, diciendo: 2 "Ahora, hijo de hombre, ¿juzgarás tú? ¿Juzgarás tú la ciudad de sangre? Hazle saber a ella todas sus abominaciones. 3 Tú debes decir esto: 'El SEÑOR DIOS dice así: Ésta es una ciudad que derrama sangre entre ella para que su tiempo pueda venir; una ciudad que hace ídolos para hacerse a sí misma impura. 4 Eres culpable por la sangre que haz derramado, y eres impura por los ídolos que haz hecho. Pues haz avanzado tus días y acercado tus últimos años. Así que te haré reprochable ante las naciones y un escarnio ante los ojos de toda tierra. 5 Tanto aquellos que están cerca y como aquellos que estan lejos se burlarán de ti, ciudad inpura, con una reputación que se conoce en todos lados como una que está llena de confusión. 6 Los gobernantes de Israel, cada uno por su propio poder, han venido a ti para derramar sangre. 7 Han deshonrado padres y madres entre ustedes, y han causado opresión a los extranjeros entre ustedes. Han tratado mal a las viudas y a los huérfanos entre ustedes. 8 Tú haz despreciado Mis cosas santas y profanado el día de reposo. 9 Hombres calumniadores han venido en medio de ti para derramar sangre, y comer en tus montes. Haciendo maldad en medio de ti. 10 La desnudez de su padre es revelada ante ti. Ellos han abusado de la mujer inmunda en medio de ti durante su impureza. 11 Hombres que cometieron abominaciones con la esposa de su vecino, y hombres que han hecho vergonzosamente impuras a sus yernas, hombres que abusan de sus propias hermanas, hijas de sus propios padres, todos estos están dentro de ti. 12 Estos hombres reciben sobornos para derramar sangre dentro de ti. Han tomado intéres y adquirido demasiadas ganancia, han dañado a sus vecinos con opresiones, y se han olvidado de Mí, ésta es la declaración del SEÑOR DIOS. 13 ¡Mira! Con Mi mano he golpeado la ganancia deshonesta que ustedes han hecho, y el derramamiento de sangre que hay en medio de ti. 14 ¿Acaso se levantará tu corazón, serán tus manos se fuertes en el día en que Yo mismo venga contra ti? Yo, el SEÑOR, estoy declarando esto, y Yo lo haré. 15 Les dispersaré entre las naciones y los regaré por las tierras. Y de esta manera, limpiaré sus impurezas. 16 Así te volverás inmunda a los ojos de las naciones. Entonces sabrás que Yo soy el SEÑOR.'" 17 Luego, vino la palabra de el SEÑOR a mí diciendo: 18 "Hijo de hombre, la casa de Israel ha venido a ser escoria para mi. Todos ellos son las sobras de bronze y estaño, y hierro y plomo en medio tuyo. Ellos serán como escoria de plata en tu horno. 19 Por lo tanto, el SEÑOR Dios dice esto: 'Ya que todos ustedes han venido a ser como escoria, así que, ¡prepárense! Estoy a punto de reunirlos en el centro de Jerusalén. 20 Como una colección de plata y bronce, hierro y plomo y estaño en medio del horno debe tener fuego soplando contra ella, Yo te derretiré. Así te recojeré en Mi ira y en Mi furia. Yo te pondré ahí y prenderé el fuego para derretirte; así los juntare en Mi furor y en Mi ira, y te pondré ahí y te derramaré. 21 Así los juntaré y soplaré contra ustedes con el fuego de mi ira para que se derrame en medio de ella. 22 Como derritiendo plata en medio de un horno, ustedes se derretirán en medio de ella, y sabrás que Yo, el SEÑOR, ¡he derramado Mi furia contra ustedes!" 23 La palabra del SEÑOR DIOS vino a mí, diciendo: 24 "Hijo de hombre, dile a ella: 'Tu eres una tierra que no ha sido limpiada. ¡No hay lluvia en el día de la ira! 25 Hay una conspiración de sus profetas en medio de ella, como un león rugiente cuando desgarra su víctima. Ellos consumen la vida y toman riquezas preciadas; ¡ellos hacen muchas viudas dentro de ella! 26 Sus sacerdotes violentan Mi ley, y ellos profanan las cosas sagradas. Ellos no distinguen entre cosas santas y cosas profanas, y no enseñan la diferencia que hay entre lo impuro y lo puro. Ellos esconden sus ojos de Mis Días de Reposo, para que Yo sea profanado en medio de ellos. 27 Sus príncipes son como lobos destrozando a sus victimas. Ellos derraman sangre y destruyen la vida, para hacer ganancias deshonestas. 28 Sus profetas pintaron sobre ellos con cal; ellos ven visiones falsas y les predicen falsedades a ellos. Ellos dicen: "El SEÑOR DIOS dice esto", cuando el SEÑOR no ha hablado. 29 La gente de la tierra han oprimido usando la extorción y saqueando a través de robos, y han tratado mal al pobre y al necesitado, y han oprimido al extranjero sin justicia. 30 Así que busqué a un hombre entre ellos que construyera muro y que se pusiera delante de Mí en su brecha por la tierra para que Yo no los destruyera, pero Yo no encontré ninguno. 31 Así que derramaré Mi indignación sobre ellos. Yo los terminaré con el fuego de Mi indignación y estableceré sus caminos sobre sus propias cabezas, esta es la declaración del SEÑOR.

23

1 La palabra del SEÑOR vino a Mí, diciendo: 2 " Hijo de hombre: había dos mujeres, hijas de la misma madre. 3 Ellas actuaban como prostitutas en Egipto en el tiempo de su juventud. Ellas actuaban como prostitutas allí. Su pecho era exprimido y sus pezones vírgenes eran acariciados allí. 4 Sus nombres eran Aholá, la hermana mayor, y Alohibá, su hermana más joven. Entonces ellas vinieron a ser Mías y dieron a luz hijos e hijas. Sus nombres significan esto: Aholá significa Samaria, y Alohibá significa Jerusalén. 5 Pero Aholá actuaba como una prostituta aún cuando ella era Mía; ella tenía lujuria por sus amantes, por los asirios quienes eran los dominantes, 6 el gobernador quien vestía de violeta, y por sus oficiales, quienes eran fuertes y hermosos, hombres todos ellos cabalgando. 7 Así que ella se dio a sí misma como una prostituta a ellos, a todos los mejores hombres de Asiria, y ella se hizo a sí misma inmunda con todos los que ella sentía lujuria, y con todos sus ídolos. 8 Pues no había dejado su conducta de prostitución atrás en Egipto, cuando ellos durmieron con ella cuando ella era una jovencita, cuando ellos comenzaron a acariciar sus senos vírgenes, cuando ellos primero comenzaron a derramar su conducta promiscua sobre ella. 9 Por lo tanto la di en la mano de sus amantes, en la mano de los asirios por los cuales ella sentía lujuria. 10 Ellos descubrieron su desnudez. Ellos tomaron sus hijos e hijas, y la mataron con la espada, y ella se convirtió en verguenza para otras mujeres, así que pasaron juicio sobre ella. 11 Su hermana Aholibá vio esto, pero su lujuria era aún más apasionada y actuaba como una prostituta aún más que su hermana. 12 Ella sentía lujuria por los asirios, los gobernantes y los oficiales dominantes quienes vestían impresionantemente, quienes eran hombres que cabalgaban. Todos ellos eran hombres fuertes y hermosos. 13 Yo ví que ella se había hecho a sí misma inmunda. Era lo mismo con ambas hermanas. 14 Entonces ella aumentó su prostitución aún más. Ella vio hombres tallados en las paredes, figuras de los caldeos pintados en rojo, 15 usando correas alrededor de sus cinturas, con turbantes flotando en sus cabezas. Todos ellos tenían la apariencia de oficiales de tropas de carros, la semejanza de hijos de Babilonia, cuya tierra nativa es Caldea. 16 Tan pronto como sus ojos los vieron, ella sintió lujuria por ellos, así que ella envió a ellos mensajeros en Caldea. 17 Entonces los babilonios vinieron a ella y a su cama de lujuria, y ellos la hicieron inmunda con su promiscuidad. Por lo que ella hizo, ella fue hecha inmunda, así que ella se alejó de ellos en disgusto. 18 Ella desplegó sus actos de prostitución y ella mostró su cuerpo desnudo, así que Mi alma se volvió de ella, así como Mi alma se volvió de su hermana. 19 Entonces ella cometió muchos más actos de prostitución, según ella trajo a su mente e imitó los días de su juventud, cuando ella se comportaba como una prostituta en la tierra de Egipto. 20 Así que ella sintió lujuria por sus amantes, cuyas partes privadas eran como las de los asnos, y cuyas emisiones reproductivas eran como las de los caballos. 21 Así es como tú cometiste actos vergonzosos de tu juventud, cuando los egipcios acariciaban tus pezones y exprimían tus jóvenes senos. 22 Por lo tanto, Aholibá, el SEÑOR Dios dice esto: ¡Mira! Yo volveré tus amantes contra ti. Aquellos de los cuales tú te alejaste, Yo los traeré contra ti desde todos lados: 23 los babilonios y todos los caldeos, los de Pecod, los soa, y los coa, y todos los asirios con ellos, fuertes, hombres hermosos, gobernantes y comandantes, todos ellos son oficiales y hombres de reputación, todos ellos cabalgando. 24 Ellos vendrán contra ti con armas, y con carros y carretas, y con una gran multitud de personas. Ellos establecerán grandes escudos, pequeños escudos, y cascos contra ti por todo alrededor. Yo les daré la oportunidad de castigarte, y ellos te castigarán con sus acciones. 25 Pues Yo pondré Mi celosa ira sobre ti, y ellos tratarán contigo en furia. Ellos cortarán tus narices y tus orejas, y tus sobrevivientes caerán por la espada. Ellos se llevarán tus hijos y tus hijas, y tus sobrevivientes serán devorados por fuego. 26 Ellos te desnudarán de tus ropas y te quitarán toda tu joyería. 27 Así que Yo removeré tu conducta vergonzosa de ti y tus actos de prostitución de la tierra de Egipto. Tú no levantarás tus ojos hacia ellos con anhelo, y tú ya no más pensarás en Egipto.' 28 Porque el SEÑOR Dios dice esto: '¡Mira! Yo te entregaré en la mano de los que tú odias, de vuelta en la mano de quienes tú te habías vuelto. 29 Ellos tratarán contigo odiosamente; ellos tomarán todas tus posesiones y te abandonarán desnuda y descubierta. La vergüenza desnuda de tu prostitución será revelada, tu conducta vergonzosa y tus promiscuidades. 30 Estas cosas te serán hechas a ti en tu actuar como una prostituta, con lujuria tras las naciones por las cuales te hiciste inmunda con sus ídolos. 31 Tú has caminado en el camino de tu hermana, así que pondré su copa de castigo en tu mano.' 32 El SEÑOR Dios dice esto: 'Tú tomarás la copa de tu hermana que es honda y grande. Tú te convertirás en hazmereír y en un sujeto para burla, esta copa contiene una gran capacidad. 33 Tú serás llena con borrachera y dolor, la copa de horror y devastación; la copa de tu hermana Samaria. 34 Tú la tomarás la drenarás vacía; entonces tú la romperás y rasgarás tus senos con los pedazos. Pues Yo lo he declarado, esta es la declaración del SEÑOR.' 35 Por lo tanto, el SEÑOR Dios dice esto: 'Porque tú me has olvidado y tirado fuera detrás de ti, así también tú cargarás las consecuencias de tu conducta desvergonzada y actos de inmoralidad sexual.''' 36 El SEÑOR me dijo: "Hijo de hombre, ¿juzgarás a Aholá y a Aholibá? Así que preséntale a ellas sus asquerosas acciones, 37 porque han cometido adulterio, y porque hay sangre en sus manos. Ellas han cometido adulterio con sus ídolos, y ellas hasta han puesto sus hijos en el fuego, como comida para sus ídolos. 38 Entonces ellas continúan haciéndome esto a Mí: Ellas hacen Mi santuario inmundo, y en el mismo día ellas contaminan Mis días de reposo. 39 Porque cuando ellas habían sacrificado sus niños para sus ídolos, ¡entonces ellas vinieron a Mi Santuario en el mismo día para deshonrarlo! Así que ¡mira! Esto es lo que ellas han hecho en medio de Mi casa. 40 Ustedes enviaron por hombres que vinieron desde lejos, a los que mensajeros habían sido enviados. Ellos en efecto vinieron, esos por los que ustedes se bañaron, pintaron sus ojos, y se adornaron con joyas. 41 Ahí ustedes se sentaron en una hermosa cama y a una mesa arreglada ante ella donde pusieron Mi incienso y Mi aceite. 42 Así el sonido de una ruidosa multitud estaba alrededor de ella; incluyendo toda clase de hombres, aún los sabeos fueron traidos del desierto, y ellos pusieron brazaletes en sus manos y hermosas coronas en sus cabezas. 43 Entonces Yo dije de ella que estaba desgastada por el adulterio: 'Ahora ellos serán sexualmente inmorales con ella y ella con ellos.' 44 Ellos entraron a ella y durmieron con ella según los hombres entran para estar con una prostituta. De esta manera ellos durmieron con Aholá y Aholibá, quienes eran mujeres inmorales. 45 Pero los hombres justos pasarán juicio y las castigarán como adúlteras, y ellos las castigarán con la sentencia para los que han derramado sangre, porque ellas son adúlteras y sangre hay en sus manos. 46 Así dijo el SEÑOR Dios: Yo levantaré una compañía contra ellos y los daré para que sean aterrorizados y saqueados. 47 Entonces esa compañía los apedreará con piedras y los cortará con su espada. Ellos matarán sus hijos e hijas y quemarán sus casas. 48 Porque Yo removeré la conducta vergonzosa de la tierra y disciplinaré todas las mujeres para que no actuen más como las prostitutas. 49 Así ellas establecerán tu conducta vergonzosa contra ti. Ustedes soportarán la culpa de sus pecados con sus ídolos, y de esa manera ustedes sabrán que Yo soy el SEÑOR Dios.''

24

1 La palabra del SEÑOR vino a mí en el año noveno, en el mes décimo, y en el décimo día del mes, diciendo: 2 "Hijo del hombre, escribe para ti mismo el nombre de este día, este día exacto, porque este mismo día el rey de Babilonia ha sitiado Jerusalén. 3 Así que habla un proverbio contra esta casa rebelde, una parábola. Dile a ellos: 'El SEÑOR Dios dice esto: Colóca la olla de cocinar. Colócala y échale agua. 4 Recolecta piezas de comida dentro de ella, cada pedazo bueno, la cadera y el hombro y llénala con los mejores huesos. 5 Toma lo mejor del rebaño y acumula huesos debajo de ella. Hiérvela y cocina los huesos dentro de ella. 6 Por lo tanto el SEÑOR Dios dice esto: Aflige a la ciudad de sangre, una olla de cocinar que tiene moho por dentro y ese moho no saldrá de ella. Toma pedazo a pedazo de ella, pero no eches suertes sobre ella. 7 Pues su sangre está en medio de ella. Ella lo ha puesto en la roca lisa; ella no la ha echado fuera en el piso para cubrirlo con polvo, 8 así que trae la furia hasta a la venganza exacta. Yo he colocado su sangre en la roca lisa para que no pueda ser cubierta. 9 Por lo tanto, el SEÑOR Dios dice ésto: Aflige a la ciudad de sangre. Yo engranderé la pila de madera. 10 Apila la madera y encienda el fuego. Cocina la carne bien y mézclalo ahí las especias y deja que los huesos sean carbonizados. 11 Entonces pon la olla en sus carbones vacíos, en orden que se caliente y queme su bronce, para que su inmundicia en medio de ella sea derretida, su corrosión consumida.' 12 Ella se ha vuelto cansada por su esfuerzo, pero su corrosión no ha estado fuera de ella por el fuego. 13 Tu comportamiento vergonzoso está en tu inmundicia, porque Yo te he limpiado, pero como quiera no quieres volverte pura. Tú no estarás libre de tu inmundicia hasta que Mi furia descanse de ti. 14 Yo, el SEÑOR, lo he declarado, y Lo haré. Yo no cederé o descansaré de él. Como eran tus caminos, y por tus actividades, ¡ellos te juzgarán! Esta es la declaración del SEÑOR DIOS." 15 Entonces la palabra del SEÑOR vino a mí diciendo: 16 "¡Hijo de hombre! Mirad, yo quito el deseo de tus ojos con una plaga, pero tú no debes lamentar, ni llorar, y tus lágrimas no deben fluir. 17 Tú debes gemir silenciosamente. No presentes un funeral para los muertos. Amarra tu turbante en ti y coloca tus sandalias en tus pies, pero no cubras tu pelo facial ni comas el pan de hombres que se lamentan por perder sus esposas." 18 Así que hablé al pueblo en la mañana, y mi esposa murió en la noche. En la mañana yo hice lo que me han mandado hacer. 19 El pueblo me preguntaba: "¿No nos dirá que estas cosas significan, las cosas que tú estás haciendo?" 20 Así que yo les dije: "La palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 21 'Dile a la casa de Israel, el SEÑOR DIOS dice esto: ¡Mirad! Yo profonaré mi santuario, el orgullo de su poder, el deleite de tus ojos, y el anhelo de tu alma, y sus hijos y sus hijas quienes dejaste atrás caerán por la espada. 22 Entonces harás exactamente como lo he hecho: ¡tú no peinarás tu pelo facial, o comerás pan de hombres lamentosos! 23 En cambio, sus turbantes estarán en sus cabezas, y sus sandalias en sus pies; tú no lamentarás o llorarás, por que te consumirás en tus iniquidades, y cada hombre gemirá por su hermano. 24 Así que Ezequiel será una señal para ustedes, como todo lo que él ha hecho ustedes lo harás cuando ésto venga. ¡Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR Dios!" 25 "Pero tú, hijo de hombre, en el día en el que Yo quite su templo, que es su gozo, su orgullo, y lo que ellos ven y anhelan, y cuando Yo les quite sus hijos e hijas, 26 en ese día, ¡un refugiado vendrá a ti a darte las noticias! 27 En ese día, tu boca se abrirá a ese refugiado y tú hablarás, ya no serás silenciado. Tú serás una señal para ellos para que sepan que Yo soy SEÑOR."

25

1 Entonces palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Hijo de hombre, pon tu rostro contra la gente de Amón y profetiza contra ellos. 3 Di a las gente de Amón: 'Escucha la palabra de el SEÑOR Dios. Esto es lo que el SEÑOR Dios dice: Porque ustedes dijeron: "¡Ajá!" contra Mi santuario cuando fue profanado, y contra la tierra de Israel cuando fue desolada, y contra la casa de Judá cuando fueron llevados al exilio, 4 por lo tanto, he aquí, Yo los estoy entregando a ustedes a un pueblo en el este como su posesión. Ellos armarán campamento contra ustedes y estableceran sus tiendas entre ustedes. Ellos comerán tus frutos y beberán tu leche. 5 Yo haré de Rabá un pastizal para camellos y el pueblo de Amón un campo para rebaños. Entonces ustedes sabrán que Yo soy el SEÑOR. 6 El SEÑOR Dios dice: Ustedes han aplaudido con sus manos y pisoteado con sus pies, y se regocijan con todo el desprecio dentro de ustedes contra la tierra de Israel. 7 Por lo tanto, ¡he aquí! Yo los golpearé con mi mano y los daré a ustedes como botín a las naciones. ¡Yo te separaré de los pueblos y te haré perecer de entre los países! Yo los destruiré a ustedes, y ustedes sabrán que Yo soy el SEÑOR.' 8 El SEÑOR Dios dice esto: 'Porque Moab y Seir dicen: La casa de Judá es como todas las naciones." 9 Por lo tanto, ¡espera! Yo abriré el lado de Moab, comenzando en sus ciudades en la frontera, el esplendor de Bet Jesimot, Baal Meón y Quiriataim, 10 al pueblo del este quien ha estado en contra del pueblo de Amón. Los entregaré como a una posesión para que la gente de Amón no sea recordada entre las naciones. 11 Entonces haré juicios contra Moab, y ellos sabrán que Yo soy el SEÑOR.' 12 El SEÑOR Dios dice: 'Edom ha tomado venganza contra la casa de Judá y ha cometido un error haciendo esto. 13 Por lo tanto, el SEÑOR Dios dice: Yo golpearé a Edom con Mi mano y destruiré a cada persona y animal ahí. Yo los convertiré en un lugar arruinado y abandonado, desde Temán hasta Dedán. Ellos caerán por la espada. 14 Yo pondré Mi venganza sobre Edom por la mano de Mi pueblo Israel, y ellos le harán a Edom de acuerdo con Mi ira y Mi furia, y ellos conocerán Mi venganza, esta es la declaración del SEÑOR Dios. 15 El SEÑOR Dios dice: 'Los filisteos han tomado venganza con malicia y por su propia cuenta ellos trataron destruir a Judá una y otra vez. 16 Así que esto es lo que el SEÑOR Dios dice: ¡Mirad! Yo extenderé Mi mano contra los filisteos, y Yo cortaré a los cereteos y destruiré al remanente que esté a lo largo de la costa del mar. 17 Porque Yo tomaré grande venganza contra ellos con furiosos actos de castigo, para que ellos sepan que Yo soy el SEÑOR, cuando tome Mi venganza sobre ellos."

26

1 Entonces fue en el año once, en el primer día del mes, que la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Hijo de hombre, porque Tiro ha dicho contra Jerusalén, '¡Aja! ¡Las puertas del pueblo están rotas! Ella se volvió a mí; Me llenaré porque ella está arruinada.' 3 Por lo tanto el SEÑOR dice esto: '¡Miren! Yo estoy contra ti, Tiro, y voy a levantar muchas naciones contra ti como el mar levanta sus olas. 4 Ellos van a destruir las paredes de Tiro y tirarán abajo sus torres. Yo voy a barrer su polvo fuera y la haré como una roca desnuda. 5 Ella se convertirá en lugar para que las redes se sequen en medio del mar, ya que Yo lo he declarado, esta es la declaración del SEÑOR Dios, y ella se convertirá en saqueo para las naciones. 6 Sus hijas quienes están en los campos serán sacrificadas por las espadas, y ellos van a saber que Yo Soy el SEÑOR.' 7 Porque esto es lo que el SEÑOR dice: Mira, desde el norte Yo traígo a Nabucodonosor rey de Babilonia, rey de reyes, contra Tiro, con caballos y carros, y con jinetes y muchas personas. 8 Él va a matar tus hijas en el campo. Él va a trabajar asedio y a construir una rampa contra tus paredes y levantará escudos contra ti. 9 Él va a colocar sus arietes para golpear contra tus paredes, y sus herramientas van a derribar tus torres. 10 Sus caballos van a ser tantos que su polvo te cubrirá. Tus paredes van a temblar con el sonido de caballos, vagones y carros. Cuando él entre por tus puertas, él va a entrar como los hombres vienen a la ciudad cuyas paredes han sido derribadas. 11 Las pezuñas de sus caballos van a pisotear todas tus calles. Él va a matar tu pueblo con la espada y tus poderosos pilares de piedra van a caer al suelo. 12 Ellos van a saquear tus riquezas y tomarán tus mercancías. Ellos van a derribar tus paredes y destruirán tus lujosas casas. Tus piedras, tu madera, y el escombro será tirado a las aguas. 13 Yo voy a detener el sonido de tus canciones. El sonido de tus arpas no se oírá más. 14 Yo voy a hacerte roca desnuda, tú te convertirás en un lugar donde las redes son tendidas para que se sequen. Tú nunca serás reconstruído nuevamente, porque Yo, el SEÑOR Dios he hablado, esta es la declaración del SEÑOR Dios. 15 El SEÑOR Dios dice esto a Tiro: '¿No temblarán las islas con el sonido de tu caída, y con los gemidos de dolor cuando la terrible matanza esté en medio de tí? 16 Entonces todas los príncipes del mar bajarán de sus tronos y se quitarán sus túnicas y desecharán sus prendas bordadas. Ellos se vestirán con temblor, ellos se sentarán en el suelo y temblarán cada momento, y ellos estarán horrorizados a causa tuya. 17 Ellos levantarán un lamento para ti y dirán: ¡Cómo tú, quien eras habitado por marineros, has sido destruido. La famosa ciudad que fue tan fuerte, está ahora fuera del mar! Aquellos que vivían en ella esparcieron terror, acerca de ellos, sobre todo el que vivía cerca. 18 Ahora las costas tiemblan en el día de tu caída. Las islas en el mar están espantadas, porque tú has muerto.' 19 Porque el SEÑOR Dios dice esto: Cuando yo haga de ti una ciudad desolada, como las otras ciudades que no están habitadas, cuando Yo levante las profundidades contra ti, y cuando las grandes aguas te cubran, 20 entonces Yo te traeré a los pueblos de tiempos antiguos, como los otros que han bajado al pozo; porque yo te haré vivir en los reinos más bajos de la Tierra como en las ruinas de los tiempos antiguos. Debido a esto tú no regresarás y te pararás en la tierra de los vivientes. 21 Yo voy a traer desastre sobre tí, y tú no vas a ser nunca más. Después tú vas a ser buscado, pero no serás encontrado nunca jamás, esto es la declaración del SEÑOR Dios."

27

1 Otra vez, la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Ahora tú, hijo del hombre, comienza una lamentación acerca de Tiro, 3 y di a Tiro, quien vive entre las puertas del mar, comerciantes de los pueblos entre muchas islas, el SEÑOR Dios te dice esto: Tiro, tú has dicho: 'yo soy perfecta en belleza.' 4 Tus fronteras están en el corazón de los mares; tus constructores han perfeccionado tu belleza. 5 Ellos han hecho todas tus tablas con ciprés del Monte Senir; ellos tomaron cedro del Líbano para hacerte un mastil. 6 Ellos hicieron tus remos de los robles de Basán; ellos hicieron tus cubiertas de madera de ciprés de Chipre, y ellos los cubrieron con marfil. 7 ¡Tus velas eran lino colorido de Egipto que eran como tus banderas! 8 Aquellos que vivían en Sidón y Arvad eran tus remeros; los sabios de Tiro estaban entre ustedes; eran sus pilotos. 9 Artesanos altamente experimentados de Gebal llenaron tus costuras; todos los barcos del mar y sus marineros entre ustedes cargaban tu mercancía para intercambio. 10 Persia, Lud y Fut estaban en tu ejército, tus hombres de guerra. Ellos colgaron escudo y casco dentro de ti; ellos mostraban tu esplendor. 11 Los hombres de Arvad y Helec en tu ejército estaban en tus paredes rodeándote, y los gamadeos estaban en tus torres. ¡Ellos colgaron sus escudos en tus paredes alrededor de ti! Ellos completaron tu belleza. 12 Tarsis era un socio de comercio contigo por tu abundante riqueza de bienes para vender: plata, hierro, estaño y plomo. 13 ¡Ellos compraron y vendieron tus mercancías! Javán, Tubal y Mesec, ellos intercambiaron esclavos y artículos hechos de bronce. Ellos manejaban tu mercadería. 14 Los de Bet Togarmá brindaron caballos, semental y mulas como tu mercancía. 15 Los hombres de Dedán eran tus comerciantes en muchas costas. ¡La mercancía estaba en tu mano; ¡ellos enviaron de vuelta cuerno, marfil y ébano como tributo! 16 Aram era un distribuidor de tus muchos productos; ellos proporcionaban esmeraldas, púrpura, paños a color, tela fina, perlas y rubíes como tu mercancía. 17 Judá y la tierra de Israel comerciaban contigo. Ellos proporcionaron trigo de Minit, tortas, miel, aceite y bálsamo como tu mercancía. 18 Damasco era un vendedor de todos tus productos, de toda tu enorme riqueza, y del vino de Helbón y la lana de Sahar. 19 Dán y Javán de Uzal te proporcionaron mercancía de hierro forjado, canela y cálamo. Esto se convirtió en mercancía para ti. 20 Dedán era tu distribuidor de mantas finas de silla de montar. 21 Arabia y los jefes de Cedar eran comerciantes contigo; ellos te trajeron corderos, carneros y cabras. 22 Los comerciantes de Sabá y Raama vinieron a venderte lo mejor de cada especia y todo tipo de piedras preciosas; ellos intercambiaron oro por tu mercancía. 23 Harán, Cane y Edén eran comerciantes contigo, así como Sabá, Asiria y Quilmad. 24 Estos eran tus distribuidores en túnicas adornadas de paños violetas con colores tejidos, y en sábanas multicolores, bordadas y telas bien tejidas en tus mercados. 25 ¡Los barcos de Tarsis eran los que transportaban tu mercancía! ¡Así que estabas llena, muy cargada con mercancía en el corazón de los mares! 26 Tus remeros te han traído a extensos mares; el viento del este te ha roto en medio de ellos. 27 Tus riquezas, mercancías y bienes de intercambio; tus marineros y pilotos, y constructores de barcos; tus comerciantes de mercancía y todo los hombres de guerra que están en ti, y toda tu tripulación, ellos se hundirán hacia las profundidades del mar en el día de tu destrucción. 28 Ciudades en el mar temblarán al sonido del grito de tus pilotos. 29 Todos aquellos que manejan los remos bajarán de sus barcos; marineros y todos los pilotos del mar se levantarán en la tierra. 30 Entonces, ellos te harán escuchar su voz y gemirán amargamente; ellos lanzarán polvo sobre sus cabezas. Se revolcarán en cenizas. 31 Ellos razurarán sus cabezas calvas para ti y se atarán a sí mismos con tela de saco, y llorarán amargamente sobre ti y ellos gritarán. 32 Levantarán sus quejas de lamento para ti y cantarán endechas sobre ti. ¿Quién es cómo Tiro que ha sido ahora llevado a silencio en el medio del mar? 33 ¡Cuando tu mercancía llegó a la tierra del mar, satisfizo a muchas personas! ¡tú enriqueciste a los reyes de la tierra con tu gran riqueza y mercancía! 34 ¡Pero cuando fuiste destrozado por los mares, por aguas profundas, tu mercancía y toda tu tripulación se hundió! 35 ¡Todos los habitantes de las costas se espantaron de ti, y sus reyes se estremecieron de horror! ¡Sus rostros temblaron! 36 Los mercaderes del pueblo te silban; tú te has convertido en un horror, y tú no serás más para siempre."

28

1 Entonces, la palabra del SEÑOR vino a mí y dijo: 2 "Hijo de hombre, dile al gobernante de Tiro: 'El SEÑOR Dios dice esto: ¡Tu corazón es arrogante! Tú has dicho: "¡Yo soy un dios! ¡Yo me voy a sentar en el asiento de los dioses en el corazón de los mares!" Aunque tú eres un hombre y no un dios, tú haces de tu corazón como el de un dios; 3 ¡tú piensas que tú eres más sabio que Daniel, y que ningún secreto te sorprende! 4 ¡Tú te has hecho rico en sabiduría y habilidad, y obtuviste oro y plata en tus tesorerías! 5 Por gran sabiduría y por tu intercambio, tú has multiplicado tus riquezas, así que, tu corazón es arrogante por tus riquezas. 6 Por lo tanto, el SEÑOR Dios dice esto: Porque tú has hecho tu corazón como el corazón de un dios, 7 Yo voy, por lo tanto, a traer extranjeros en contra tuya, hombres aterradores de otras naciones. Y ellos van a traer sus espadas en contra de la belleza de tu sabiduría, y ellos van a profanar tu esplendor. 8 Ellos van a enviarte a la foza, y tú vas a morir la muerte de aquellos quienes mueren en el corazón de los océanos. 9 ¿Verdaderamente tú vas a decir: "Yo soy un dios" en la cara de quien te mate? Tú eres un hombre y no Dios, y tú vas a estar en la mano de quien te atraviese. 10 Tú vas a morir la muerte de los no circuncidados por la mano de un extranjero, pues, Yo lo he declarado, esta es la declaración del SEÑOR Dios.'" 11 La palabra del SEÑOR vino a mi otra vez y dijo: 12 "Hijo de hombre, levanta un lamento para el rey de Tiro y dile: ' El SEÑOR Dios dice esto: Tú eras un modelo de perfección, lleno de sabiduría y perfecto en belleza. 13 Tú estabas en Edén, el jardín de Dios. Cada piedra preciosa te cubría: rubí, topaz, esmeralda, crisolito, onix, jaspe, safiro, turquesa, y berilo. Tus configuraciones y montajes eran echos de oro. Fue en el día que tú fuiste creado que ellos fueron preparados. 14 Yo te coloqué en el monte santo de Dios como el querubín Yo te ungí. Tú estabas en el medio de las piedras ardientes donde caminabas. 15 Tú tenías integridad en tus caminos desde el día que tú fuiste creado hasta que la injusticia fue encontrada dentro de ti. 16 Por las grandes cantidades tus intercambios fuiste lleno con violencias, así que, pecaste. Yo te he echado como profanado del monte de Dios y te he destruido a ti, tú, guardián querubín, de entre las piedras ardientes. 17 Tú corazón era arrogante con tu belleza; tú arruinaste tu sabiduría por tu esplendor. Yo te he bajado a la Tierra. Yo te he colocado ante reyes para que ellos puedan verte. 18 Porque por tus muchos pecados y tus intercambios deshonestos, tú has profanado tus lugares santos. Así que, Yo he hecho fuego salir de ti; que te va a consumir. Voy a convertirte en cenizas en la Tierra a la vista de todos quienes te miran. 19 Todos los que una vez te conocían de entre los pueblos van a estremecerse; ellos van a estar horrorizados, y tú jamás vas a volver a existir otra vez.'" 20 Luego, la palabra del SEÑOR vino a mí y dijo: 21 "Hijo de hombre, pon tu cara en contra de Sidón y profetiza en contra de ella. 22 Di: 'El SEÑOR Dios dice: ¡Mira! ¡Yo estoy en contra tuya, Sidón! Pues, Yo voy a ser glorificado en medio de ti porque así tu gente va a saber que Yo soy El SEÑOR, cuando Yo ejecute justicia dentro de ti. Yo voy a ser santificado en ti. 23 Yo voy a enviar una plaga en ti y sangre en tus calles, y los muertos van a caer en medio de ti. Cuando la espada vaya en contra tuya de todos lados, entonces tú vas a saber que Yo soy El SEÑOR. 24 Entonces, no va haber más espinas punzantes ni espinas dolorosas en la casa de Israel de todos aquellos alrededor de ella quienes desprecian a sus personas. ¡Porque ellos sabrán que Yo soy el SEÑOR Dios! 25 El SEÑOR Dios dice esto: 'Cuando Yo reuna la casa de Israel de los pueblos entre quienes ellos fueron esparcidos, y cuando Yo me separe de entre ellos, para que las naciones puedan ver. Entonces, ellos harán sus casas en la tierra que Yo le voy a dar a mi siervo Jacob. 26 Luego, ellos van a vivir seguros dentro de ella y construirán casas, sembrarán viñedos, y vivirán seguros cuando Yo ejecute justicia en todos aquellos quienes ahora los desprecian de todos lados. ¡Entonces ellos sabrán que Yo soy El SEÑOR su Dios!'"

29

1 En el año diez, en el día doce del mes diez, la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Hijo de hombre, pon tu rostro en contra del Faraón, el rey de Egipto; profetiza en contra de él y en contra de todo Egipto. 3 Declara y di: 'El SEÑOR Dios dice esto: ¡Mira! Yo estoy en contra tuya, Faraón, rey de Egipto. Tú, el gran monstruo de mar que acecha en medio del río, que dice: "Mi río es mío. Yo lo he hecho para mí mismo." 4 Pues Yo pondré anzuelos en tu quijada, y los peces de tu Nilo se pegarán a tus escamas; Yo te levantaré desde el centro de tu río junto con todos los peces del río que se pegan a tus escamas. 5 Yo te arrojaré en el desierto, a ti y a todos los peces de tu río. Tú caerás en el campo abierto; tú no serás recogido ni levantado. Yo te daré a ti como comida para las cosas vivas de la tierra y para los pájaros de los cielos. 6 Entonces, todos los habitantes de Egipto sabrán que Yo soy el SEÑOR, porque ellos han sido un tallo de caña para la casa de Israel. 7 Cuando ellos te tomaron en su tierra, tú rompiste y abriste su hombro; y cuando ellos se recostaron en ti, tú estabas roto, y tú hiciste que sus piernas fueran inestables. 8 Por lo tanto, el SEÑOR Dios dice esto: ¡Mira! Yo traigo una espada en contra tuya. Yo cortaré tanto a hombre como bestia de ti. 9 Para que la tierra de Egipto se vuelva desolada y una ruina. Entonces, ellos sabrán que Yo soy el SEÑOR, porque el monstruo marino ha dicho: "El río es mío, pues yo lo he hecho." 10 Por lo tanto, ¡mira! Yo estoy en contra tuya y en contra de tu río, pues Yo le daré la tierra de Egipto a la desolación y a la pérdida, y ustedes serán vueltos a una tierra estéril desde Migdol hasta Sevene y las fronteras de Cus. 11 Ningún pie de hombre pasará por ella, ni la pata de ningún animal salvaje pasará por ella. No será habitada por cuarenta años. 12 Pues Yo haré la tierra de Egipto una desolación en medio de tierras deshabitadas, y sus ciudades en el medio de ciudades destruidas se volverán una desolación por cuarenta años; entonces Yo regaré a Egipto entre las naciones, y los dispersaré a través de las tierras. 13 Pues el SEÑOR Dios dice esto: Al final de los cuarenta años, Yo reuniré a Egipto de entre los pueblos en donde fueron regados. 14 Yo restauraré las fortunas de Egipto y los traeré de vuelta a la región de Patros, a la tierra de su origen. Entonces, ellos serán un reino humilde allí. 15 Será el más humilde de los reinos, y no será levantado otra vez de entre las naciones. Yo los rebajaré a ellos para que ya no puedan gobernar sobre las naciones. 16 Los egipcios ya no serán una razón de confianza para la casa de Israel. En cambio, ellos serán un recordatorio de la iniquidad que Israel cometió cuando ellos fueron a Egipto por ayuda. Entonces, ellos sabrán que Yo Soy el SEÑOR Dios." 17 Entonces, pasó que en el año veintisiete, en el primer día del mes, la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 18 "Hijo de hombre, Nabucodonosor, el rey de Babilonia puso a su ejército a hacer un trabajo forzado en contra de Tiro. Cada cabeza fue frotada hasta que se hizo calva, y cada hombro se hizo carne viva. Aún así, él y su ejército no recibieron pago de Tiro por el duro trabajo que él llevó a cabo en contra de ella. 19 Por lo tanto, el SEÑOR Dios dice esto: '¡Mira! Yo le estoy dando la tierra de Egipto a Nabucodonosor, el rey de Babilonia, y él se llevará toda su riqueza, saqueará sus posesiones, y cargará con todo lo que él encuentre allí; eso serán los pagos de su ejército. 20 Yo le he dado a él la tierra de Egipto como los pagos por el trabajo que él hizo por Mí, esta es la declaración del SEÑOR Dios. 21 En ese día, Yo haré crecer un cuerno de la casa de Israel, y Yo te haré hablar de en medio de ellos, para que ellos sepan que Yo Soy el SEÑOR.'"

30

1 La palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Hijo de hombre, profetiza y di, 'El SEÑOR dice: Giman, "Ay del día que viene." 3 El día está cerca. El día está cerca para el SEÑOR. Será un día de nubes, un tiempo de fatalidad para las naciones. 4 Entonces una espada vendrá en contra de Egipto, y habrá angustia en Etiopía cuando la gente caiga muerta en Egipto, cuando tomen sus riquezas, y cuando sus fundamentos sean arruinados. 5 Etiopía, Put y Lud, y todos los extranjeros, junto con el pueblo perteneciente al pacto, todos ellos caerán por la espada. 6 El SEÑOR dice: Así que los que apoyan a Egipto caerán, y el orgullo de su fuerza bajará. Desde Migdol hasta Sevene sus soldados caerán por la espada, esta es la declaración del SEÑOR. 7 Ellos estarán horrorizados en medio de las tierras abandonadas, y sus ciudades estarán en medio de todas la ciudades arruinadas. 8 Entonces ellos sabrán que Yo Soy el SEÑOR, cuando prenda fuego en Egipto, y cuando todos sus ayudantes estén destruidos. 9 En ese día mensajeros saldrán de delante de Mí en naves para aterrorizar una Etiopía segura, y habrá angustia entre ellos en el día de la fatalidad de Egipto. Pues, ¡Miren! El día vendrá. 10 El SEÑOR Dios dice: Yo traeré un final da las multitudes de Egipto por la mano de Nabucodonosor, el rey de Babilonia. 11 Él y su ejército, el terror de naciones, serán traídos para destruir la tierra; ellos sacarán sus espadas en contra de Egipto y llenarán la tierra con gente muerta. 12 Yo convertiré los ríos en tierra seca, y venderé la tierra en la mano de hombres malvados. Yo haré la tierra y su llenura desolada por la mano de extranjeros, Yo, el SEÑOR, he hablado. 13 El SEÑOR Dios dice: Yo destruiré ídolos, y pondré fin a los ídolos sin valor de Menfis. Ya no habrá más príncipe en la tierra de Egipto, y Yo pondré terror sobre la tierra de Egipto. 14 Entonces haré desolada a Patros y prenderé fuego en Zoán, y Yo ejecutaré actos de juicio en Tebas. 15 Pues Yo derramaré mi furia sobre Sin, la fortaleza de Egipto, y cortaré la multitud de Tebas. 16 Entonces Yo prenderé fuego en Egipto; Sin estará en agonía severa, Tebas será rota, y Menfis enfrentará enemigos todos los días. 17 Los hombres jóvenes en On y Pi Besset caerán por la espada, y sus ciudades irán a cautiverio. 18 En Tafnes, el día retendrá su luz cuando Yo rompa el yugo de Egipto ahí, y el orgullo de su fuerza se acabará. Habrá una nube cubriéndola, y sus hijas caminarán hacia el cautiverio. 19 Yo ejecutaré actos de juicio en Egipto, para que sepan que Yo Soy el SEÑOR."' 20 Entonces sucedió en el año once, en el primer mes, en el séptimo día del mes, que la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo, 21 "Hijo de hombre, Yo he roto el brazo del Faraón, el rey de Egipto. ¡Mira! No ha sido vendado, o fijado para sanar con un vendaje, de manera que se pondrá suficientemente fuerte para agarrar una espada. 22 Por lo tanto el SEÑOR dice, 'Miren, Yo estoy en contra de Faraón, el rey de Egipto. Pues yo romperé su brazo, tanto el fuerte como el roto, y Yo haré la espada caer de su mano. 23 Entonces yo esparciré a Egipto entre las naciones y los dispersaré entre las tierras. 24 Yo fortaleceré los brazos del rey de Babilonia y pondré mi espada en su mano de modo que Yo pueda destruir los brazos de Faraón. Él gemirá ante el rey de Babilonia con los gemidos de un hombre moribundo. 25 Pues Yo fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, mientras los brazos de Faraón caerán. Entonces ellos sabrán que Yo Soy el SEÑOR, cuando ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia; pues él atacará la tierra de Egipto con ella. 26 Así que Yo esparciré Egipto entre las naciones y los dispersaré por las tierras. Entonces ellos sabrán que Yo Soy el SEÑOR."'

31

1 Entonces, vino a ser el año once, en el tercer mes, en el primer día del mes, que la palabra del SEÑOR vino a mi y dijo: 2 "Hijo de hombre, dile al faraón, rey de Egipto, y a sus sirvientes alrededor de él: 'En tu grandeza, ¿a quién te pareces? 3 ¡Mira! Asiria era un cedro en el Líbano con ramas hermosas, un dosel arbolado, y en gran altura. Y el tope de los árboles era entre las nubes. 4 Muchas aguas lo hicieron alto; las aguas profundas lo hicieron enorme. Rios fluían por todo su lugar, pues los canales se habían estirado a todos los árboles en el campo. 5 Su gran altura era más que cualquiera de los otros árboles en el campo, y sus ramas se convirtieron en muchas; sus ramas crecieron largas por las muchas aguas mientras ellas crecían. 6 Cada pájaro de los cielos anidó en sus ramas, mientras cada cosa viviente del campo daba a luz a sus crías bajo su frondosidad. Todas de las muchas naciones vivieron bajo su sombra. 7 Pues, era hermoso en su grandeza y la longitud de sus ramas, pues, sus raíces estaban en muchas aguas. 8 Los cedros en el jardín de Dios no podían igualarlo. Ninguno entre los árboles de cipreses igualaban sus ramas, y los árboles planos no podían igualar sus ramas. No había ningún otro árbol en el jardín de Dios que fuera como ese en su belleza. 9 Yo lo hice hermoso con muchas ramas y todos los árboles del Edén que estaban en el jardín de Dios lo envidiaban. 10 Por lo tanto, el SEÑOR Dios dice esto: Porque tú eras tan alto, y porque creció alto y ponía su tope entre las nubes, 11 Yo lo entregué a las manos de una nación poderosa, para que lo maneje de acuerdo a lo que su maldad merece. Yo lo he desechado. 12 Extranjeros quienes eran el terror de todas las naciones lo cortaron y lo dejaron para morir. Sus ramas cayeron en las montañas y todos los valles, y todas sus ramas permanecieron rotas en todos los barrancos de la tierra. Luego, todas las naciones de la Tierra van a salir de abajo de su sombra y se alejarán de ella. 13 Todos los pájaros de los cielos han descansado en su tronco y todas las bestias del campo se sentaban en sus ramas. 14 Esto pasaba para que así ninguno de los otros árboles regados con agua pudiesen crecer a esa altura, para que ellos no pudieran levantarse hasta el tope de los árboles encima de su frondosidad, pues, ningún otro árbol que haya bebido agua crecerá otra vez así de alto. Pues, ellos fueron todos entregados a la muerte abajo, a los lugares más bajos de la tierra, en medio de los pueblos de la humanidad quienes bajan al fozo. 15 El SEÑOR Dios dice esto: En el día cuando el cedro bajó al Seol Yo traje el llanto a la tierra. Yo cubrí las aguas profundas sobre él, y detuve las aguas del océano. Mantuve atrás las aguas grandiosas, y Yo traje un gemido al Libano por él. Por lo tanto, todos los árboles del campo gimieron por cause de él. 16 Yo traje un temblor a las naciones al sonido de su caída, cuando lo derrumbé hacia el Seol con aquellos que se cayeron al fozo. Y Yo consolé a todos los árboles del Edén en las partes más profundas de la tierra. Estos habían sido los seleccionados y los mejores árboles del Líbano, los árboles que bebían las aguas. 17 Pues ellos también se fueron abajo con él al Seol, a aquellos quienes fueron muertos a espada. Estos fueron sus brazos fuertes, aquellas naciones que han vivido a su sombra. 18 ¿Cuál de los árboles del Edén era semejante a tu gloria y grandeza? Pues tú seras derrumbado con los árboles del Edén a las partes más profundas de la tierra junto a los incircuncisos; vivirás con aquellos quienes fueron asesinados a espada.' Este es el faraón y todos sus sirvientes, esta es la declaración del SEÑOR Dios."

32

1 Entonces ocurrió en el duodécimo mes del duodécimo año, en el primer día del mes, que la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Hijo del hombre, levanta un lamento sobre Faraón, el rey de Egipto; dile a él: 'Tú eres como un león joven entre las naciones, pero eres como un monstruo en los mares; tú agitas el agua, tú revuelves las aguas con tus pies y enlodas sus aguas. 3 El SEÑOR Dios dice esto: Extenderé Mi red sobre ti en la asamblea de muchos pueblos, y te levantarán en Mi red. 4 Te abandonaré en la tierra. Te lanzaré a un campo y haré que todas las aves del campo se posen en ti; el hambre de todo animal viviente en la tierra será satisfecho por ti. 5 Pues pondré tu carne en las montañas, y llenaré los valles con tu cadáver lleno de gusanos. 6 Entonces derramaré tu sangre sobre las montañas, y los fondos de los arroyos serán llenados con tu sangre. 7 Entonces te extinguiré, cubriré los cielos y oscureceré sus estrellas; cubriré el sol con nubes, y la luna no brillará su luz. 8 Todas las luces brillantes en los cielos las oscureceré sobre ti, y pondré oscuridad sobre tu tierra - esta es la declaración del SEÑOR Dios. 9 Así que aterrorizaré los corazones de muchos pueblos en tierras que no conoces, cuando Yo traiga el colapso tuyo entre las naciones, hasta tierras que no conoces. 10 Horrorizaré a muchos pueblos por causa de lo que te vaya a pasar; sus reyes se estremecerán con horror acerca de ti cuando mueva Mi espada ante ellos. En todo momento cada uno de ellos temblará, en el día de tu perdición. 11 Pues el SEÑOR Dios dice esto: La espada del rey de Babilonia vendrá contra de ti. 12 Yo causaré que tus multitudes caigan por las espadas de guerreros, cada guerrero un terror de naciones. Estos guerreros devastarán el orgullo de Egipto y destruirán todas sus multitudes. 13 Pues Yo destruiré todo el ganado alrededor de las abundantes aguas; el pie del hombre no volverá a revolver las aguas, ni las pezuñas de las reses las revolverán. 14 Entonces yo calmaré sus aguas y haré que sus ríos corran como aceite - esta es la declaración del SEÑOR Dios. 15 Cuando Yo haga la tierra de Egipto un lugar abandonado, cuando la tierra quede despojada de toda su abundancia, cuando Yo ataque todos los habitantes de ella, ellos sabrán que Yo Soy el SEÑOR. 16 Habrá lamento; las hijas de las naciones se lamentarán sobre ella; se lamentarán sobre Egipto, sobre todas sus multitudes ellas se lamentarán, esta es la declaración del SEÑOR Dios.'" 17 Entonces ocurrió en el duodécimo año, en el día quince del mes, que la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 18 "Hijo del hombre, llora por las multitudes de Egipto y tráelas abajo, ella y las hijas de naciones majestuosas, a la tierra más baja con aquellos que han bajado a la fosa. 19 '¿De verdad eres más hermosa que cualquier otra? Ve abajo y acuéstate con los no circuncidados.' 20 Ellos caerán entre aquellos que murieron por la espada. ¡La espada ha sido sacada! Egipto ha sido dado a la espada; ellos la sujetarán a ella y sus multitudes. 21 Los guerreros más fuertes del Seol declararán por Egipto y sus aliados: '¡Ellos han bajado hasta aquí! Ellos se yacen con los no circuncidados, con aquellos que murieron por la espada.' 22 Asiria está allí con toda su asamblea. Sus tumbas la rodean; todos ellos murieron por la espada. 23 Aquellos cuyas tumbas están puestas en lo profundo de la fosa están allí, con toda su asamblea. Sus tumbas rodean a todos aquellos que murieron, que cayeron por la espada, aquellos que trajeron terror a la tierra de los vivientes. 24 Elam está allí con todas sus multitudes. Sus tumbas la rodean; todos ellos murieron. Aquellos que cayeron por la espada, que han bajado siendo no circuncidados a las partes más bajas de la tierra, que trajeron su terror en la tierra de los vivientes y que cargan su propia vergüenza, junto a los que bajan a la fosa. 25 Ellos han hecho un lecho para Elam y todas sus multitudes en medio de los asesinados; sus tumbas la rodean. Todos ellos son no circuncidados, traspasados por la espada, porque habían traído sus terrores a la tierra de los vivientes. Así que cargan su propia vergüenza, junto a los que bajarán a la fosa entre todos los que han muerto. Elam está entre aquellos que fueron asesinados. 26 ¡Mesec, Tubal, y todas sus multitudes están allí! Sus tumbas los rodean. Todos ellos son no circuncidados, muertos por la espada, porque habían traído sus terrores en la tierra de los vivientes. 27 Ellos no yacen con los guerreros caídos de los no circuncidados que han bajado al Seol con todas sus armas de guerra, y con sus espadas puestas bajo sus cabezas y sus iniquidades sobre sus huesos. Pues ellos eran el terror de los guerreros en la tierra de los vivientes. 28 ¡Así que tú, Egipto, serás roto en medio de los no circuncidados! Tú te yacerás junto a aquellos que fueron traspasados por la espada. 29 Edom está allí con sus reyes y todos sus líderes. Ellos han sido puestos en su fuerza con aquellos que murieron por la espada. Con los no circuncidados ellos están acostados, con aquellos que han bajado a la fosa. 30 Los príncipes del norte están allí, todos ellos y todos los sidonios que cayeron con los que fueron traspasados. Ellos eran poderosos e hicieron que otros tuvieran miedo, pero ahora están avergonzados, los no circuncidados, con aquellos que fueron traspasados por la espada. Ellos cargan su propia vergüenza, junto con los que bajan a la fosa. 31 Faraón mirará y será consolado sobre todas sus multitudes que fueron traspasados por la espada, Faraón y todo su ejército, esta es la declaración del SEÑOR Dios. 32 Yo lo puse como mi terror en la tierra de los vivientes, pero descenderá en medio de los no circuncidados, entre aquellos que fueron traspasados por la espada, Faraón y todas sus multitudes, esta es la declaración del SEÑOR Dios."

33

1 Luego la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Hijo de hombre, declara esto a tu pueblo; dile a ellos: 'Cuando Yo traiga una espada en contra de cualquier país, entonces el pueblo de esa tierra tome a un hombre de entre ellos mismos y lo hagan guardián para ellos. 3 ¡Él viera la espada mientras viene a la tierra, y él sopla su cuerno para advertir al pueblo! 4 Si el pueblo escucha el sonido del cuerno, pero no presta atención, y si la espada viene y los mata, entonces la sangre de cada uno está en su propia cabeza. 5 Si alguien escucha el sonido del cuerno y no presta atención, su sangre está sobre él; pero si presta atención, él salvará su propia vida. 6 Sin embargo, si el guardián ve la espada mientras viene, pero no sopla el cuerno, con el resultado que la gente no está apercibida, y si la espada viene y toma la vida de cualquiera, entonces la persona muere en su propio pecado, pero yo demandaré su sangre al guardián.' 7 ¡Ahora, tú mismo, hijo de hombre! Yo te he hecho un guardián para la casa de Israel; tú oirás las palabras de mi boca y les advertirás de mi parte. 8 Si Yo le digo a una persona malvada: '¡Malvado, tú de seguro morirás!' pero si tú no anuncias esto para advertir al malvado sobre su camino, entonces el que es malvado morirá en su pecado, pero ¡Yo demandaré su sangre de tu mano! 9 Pero tú, si adviertes al malvado sobre su camino, para que él pueda volverse de este, y si él no se vuelve de su camino, entonces él morirá en su pecado, pero tú, habrás salvado tú propia vida. 10 Así que tú, hijo de hombre, di a la casa de Israel, 'Tú estás dices esto: "¡Nuestras transgresiones y nuestros pecados están sobre nosotros, y nosotros estamos pudriéndonos en ellos! ¿Cómo podremos vivir?'" 11 Dile a ellos: 'Vivo Yo', esta es la declaración del SEÑOR Dios, Yo no me deleito en la muerte del malvado, puesto que si el malvado se arrepiente de su camino, ¡entonces él vivirá! ¡Arrepiéntete! ¡Arrepiéntete de tus caminos malvados! Porque ¿por qué deberías morir, oh casa de Israel? 12 Así que ahora tú, hijo de hombre, dile a tu pueblo: '¡La justicia de una persona justa no lo salvará si pecare! ¡La maldad de una persona malvada no causará que perezca si él se arrepiente de su pecado! Porque la persona justa no podrá vivir por su justicia si peca. 13 Si Yo le digo al justo: "¡De seguro vivirás!" y si él confía en su justicia y luego comete injusticia, Yo no traeré a la mente ninguna de sus justicias. Él morirá por la maldad que cometió. 14 Así que, si digo al malvado: "Tú seguramente morirás," pero si él entonces se arrepiente por sus pecados y hace lo que es justo y recto, 15 si él restaura la garantía del préstamo la cual él demandó perversamente, o si él hace restitución de lo que él ha robado, y si él anda en los estatutos que dan vida y no comete más pecado, entonces él de seguro vivirá. No morirá. 16 Ninguno de los pecados que él ha cometido serán traidos a la memoria por él. ¡Él ha actuado justa y rectamente, y así, él de seguro vivirá! 17 Pero tu pueblo dice: "¡El camino del Señor no es justo!" ¡pero son sus caminos los que no son justos! 18 ¡Cuando la persona justa se vuelve de su justicia y comete pecado, entonces él morirá en este! 19 Cuando el malvado se vuelve de su propia maldad y hace lo que es justo y recto, ¡él vivirá por estas cosas! 20 Pero ustedes dicen: "¡El camino del Señor no es justo!" ¡Yo los juzgaré a cada uno, de acuerdo a su camino, oh casa de Israel!'" 21 Sucedió en el año duodécimo, en el quinto día del décimo mes de nuestra cautividad, que un fugitivo vino a mí desde Jerusalén y dijo: "¡La ciudad ha sido capturada!" 22 La mano del SEÑOR Dios había estado sobre mí en la tarde antes que el fujitivo viniese, y mi boca fue abierta cuando él vino a mí al amanecer. Así que mi boca estaba abierta; ¡Yo ya no estaba mudo! 23 Entonces la palabra del SEÑOR Dios vino a mí, diciendo: 24 "Hijo de hombre, aquellos que habitan esas ruinas en la tierra de Israel están hablando y dicen: '¡Abraham era sólo una persona, y él heredó la tierra, pero nosotros somos muchos! La tierra nos ha sido dada como posesión.' 25 Por lo tanto diles: 'El SEÑOR Dios dice: Ustedes comen sangre y alzan sus ojos hacia sus ídolos, luego ustedes derraman la sangre de la gente. ¿Deberían ustedes poseer la tierra? 26 Ustedes han dependido de sus espadas y han hecho cosas asquerosas; cada hombre profana a la esposa de su vecino. ¿Deberían ustedes poseer la tierra?' 27 Tú dirás esto: 'El SEÑOR Dios dice: Mientras YO viva, les aseguro que aquellos en las ruinas caerán por la espada, y Yo le daré a aquellos que viven en los campos a las criaturas vivientes como comida, y a aquellos en las fortalezas y en las cuevas morirán de plagas. 28 Entonces Yo convertiré la tierra en una desolación y horror, y el orgullo de su fuerza acabará, puesto que las montañas de Israel estarán desiertas, y no habrá ni uno que pase a través de ellas.' 29 Así que ellos sabrán que Yo soy el SEÑOR Dios, cuando Yo convierta la tierra en desolación y horror por todas las abominaciones que ellos han hecho. 30 Así que ahora tú, hijo de hombre, tu pueblo está diciendo cosas sobre ti al lado de las paredes y las puertas de las casas, y se dicen uno al otro, cada hombre a su hermano: '¡Vayamos y escuchemos la palabra del profeta que viene del SEÑOR Dios!' 31 Así que mi pueblo vendrá a ti, como muchas veces hacen, y se sentarán frente a ti y escucharán tus palabras, pero ellos no las obedecerán. Palabras correctas están en sus bocas, pero sus corazones van tras ganancia injusta. 32 Puesto que tú eres como una canción de amor para ellos, un lindo sonido que está siendo tocado bien en un instrumento de cuerda, así que escucharán tus palabras, pero ninguno de ellos las obedecerán. 33 Así que cuando todo esto suceda, ¡Y esto sucederá! Entonces ellos sabrán que un profeta ha estado entre ellos."

34

1 Entonces la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel. Profetiza y diles: 'El SEÑOR dice esto a los pastores: Ay de los pastores de Israel quienes se están pastoreando a ellos mismos. ¿No deberían los pastores cuidar el rebaño? 3 Ustedes comen las porciones de grosuras y se visten en lana. Ustedes matan los animales engordados del rebaño. Ustedes no pastorean en nada. 4 Ustedes no han fortalecido a aquellos que tienen enfermedades, ni han sanado a aquellos que están heridos. Ustedes no han restablecido a aquellos que están rotos, y ustedes no han restaurado a los marginados o buscado los perdidos. En cambio, ustedes reinan sobre ellos a través de fuerza y violencia. 5 Después ellos fueron dispersos sin pastor, y ellos se convirtieron en alimento para todas las bestias vivientes en los campos, después de ser esparcidos. 6 Mi rebaño se desvía en todas las montañas y en cada colina, y está dispersada sobre toda la superficie de la tierra. Y aún nadie los busca. 7 Por lo tanto, pastores, escuchen la palabra del SEÑOR: 8 'Vivo Yo', esto es declaración del SEÑOR Dios, porque Mi rebaño se ha convertido en saqueo y comida para todas las bestias en los campos, porque no había pastor y ninguno de Mis pastores veló Mi rebaño, sino que los pastores se cuidaron a sí mismos y no pastorearon Mi rebaño. 9 Por lo tanto, pastores, escuchen la palabra del SEÑOR: 10 El SEÑOR Dios dice esto: ¡He aquí! Yo estoy contra los pastores, y Yo voy a demandar Mi rebaño de sus manos. Después Yo voy a destituirlos del pastoreo de rebaños; tampoco los pastores se pastorearán a ellos mismos porque que Yo arrebataré Mi rebaño de sus bocas, para que Mi rebaño ya no sea alimento para ellos. 11 Porque el SEÑOR Dios dice esto: ¡Miren! Yo mismo buscaré Mi rebaño y Yo voy a buscar Mi rebaño y Yo voy a cuidar de ellos, 12 como un pastor buscando a su rebaño en el día que él está en medio de su rebaño esparcido. Así Yo voy a buscar Mi rebaño, y Yo voy a rescatarlos de todos los lugares donde fueron esparcidos en el día de nubes y oscuridad. 13 Entonces Yo voy a sacarlos de entre los pueblos; Yo voy a reunirlos desde las tierras y los traeré a su tierra. Yo los pondré en pastos en las laderas de las montañas de Israel, por las corrientes, y en cada asentamiento en la tierra. 14 Yo voy a ponerlos en buenos pastos; las altas montañas de Israel serán sus lugares de pastar. Ellos van a descansar en lugares buenos para pastar, en abundancia de pasto, y ellos pastarán en las montañas de Israel. 15 Yo mismo voy a pastorear a Mi rebaño, y Yo mismo voy a hacerlos descansar, esto es la declaración del SEÑOR Dios. 16 Yo voy a buscar a los perdidos y restauraré a los marginados. Yo restauraré la oveja quebrantada y sanaré la oveja enferma pero la fuerte y gorda Yo las destruiré. Yo voy a pastorear con justicia. 17 Por lo tanto ahora ustedes, Mi rebaño, esto es lo que SEÑOR Dios dice, miren, Yo seré juez entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos. 18 ¿No es suficiente alimentarse de buen pasto, para que ustedes tengan que pisotear con sus pies lo que quede del pasto; y tomar de las aguas claras, para que ustedes enfanguen los ríos con sus pies? 19 ¿Deben Mis ovejas comer lo que ustedes han pisoteado con sus pies, y beber lo que ustedes han enfangado con sus pies? 20 Por lo tanto el SEÑOR Dios dice esto a ellos: ¡Miren! Yo mismo voy a juzgar entre las ovejas gordas y las flacas, 21 porque ustedes las han empujado con sus costados y hombros, y ustedes han corneado a todas las débiles con sus cuernos hasta que las han esparcido lejos de la tierra. 22 ¡Yo voy a salvar a Mi rebaño y ellos no serán más saqueados, y juzgaré entre una oveja y la otra! 23 Yo voy a colocar sobre ellos a un pastor, a mi siervo David. Él los pastoreará, él los alimentará, y él será su pastor. 24 Porque Yo, el SEÑOR, seré su Dios, y mi siervo David será príncipe entre ellos, Yo, el SEÑOR, he declarado esto. 25 Después Yo voy a hacer un pacto de paz con ellos y removeré los animales salvajes y malvados de la tierra, para que ellos puedan vivir seguros en el desierto y duerman seguros en los bosques. 26 Yo voy a traer también bendiciones sobre ellos y en los lugares alrededor de mi colina, pues Yo voy a enviar lluvias a su debido tiempo. Estas serán lluvias de bendición. 27 Entonces los árboles del campo producirán sus frutos, y la tierra ofrecerá su producto. Mis ovejas estarán seguras en su tierra; entonces ellas sabrán que Yo soy el SEÑOR, cuando Yo rompa las vigas de su yugo, y cuando Yo las rescate de la mano de aquellos que las esclavizaron. 28 Ellas no serán más saqueadas por las naciones, y los animales salvajes en la tierra ya no las devorarán. Porque ellas vivirán seguras, y nadie las atemorizará. 29 Porque Yo voy a crear un lugar de plantío pacífico para ellas, para que ellas ya no pasen hambre en la tierra, y las naciones no traerán insultos contra ellas. 30 Entonces ellos sabrán que Yo, el SEÑOR su Dios, estoy con ellos. Ellos son mi pueblo, la casa de Israel, esto es la declaración del SEÑOR Dios. 31 Porque ustedes son Mis ovejas, el rebano de Mis pastos, y Mi pueblo, y Yo Soy su Dios, esto es la declaración del SEÑOR Dios.'"

35

1 Luego la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 2 "Hijo del hombre, pon tu rostro en contra del Monte de Seir y profetiza en contra de este. 3 Dile: 'El SEÑOR Dios dice esto: Eh aquí, Yo estoy en contra de ti, Monte de Seir, y Yo te golpearé con mi mano y te convertiré en una desolación y un horror. 4 Haré de tus ciudades ruinas, y tú, tú mismo, te convertirás en desolación; entonces tú sabrás que Yo Soy el SEÑOR. 5 Porque tú siempre has sido hostil con el pueblo de Israel, y porque tú los entregaste en manos de la espada en el tiempo de su angustia, en el tiempo en que su castigo estaba en su momento mayor. 6 Por lo tanto, Vivo Yo, está es la declaración del SEÑOR Dios. ¡Yo te prepararé para el derramamiento de sangre y el derramamiento de sangre te perseguirá! Ya que no odiaste el derramamiento de sangre, el derramamiento de sangre te perseguirá. 7 Yo haré del Monte Seir una completa desolación cuando corte de este a cualquiera que pase a través y retorne otra vez. 8 Luego llenaré sus montañas con sus muertos. Tus altas colinas y valles y todas tus corrientes, aquellos muertos por la espada caerán en ellas. 9 Yo te convertiré en una desolación perpetua. Tus ciudades no serán habitadas, pero tú sabrás que Yo soy el SEÑOR. 10 Tú has dicho: "Estas dos naciones y estas dos tierras serán mías, y nosotros las poseeremos," aún cuando el SEÑOR estaba presente con ellos. 11 Por lo tanto, 'Vivo Yo', está es la declaración del SEÑOR Dios, así haré según tu enojo y según tu celo que tuviste en tu odio a Israel, y Yo me mostraré a ellos cuando Te juzgue. 12 Así que sabrás que Yo Soy el SEÑOR. He escuchado todos los insultos que hablaste en contra de las montañas de Israel, cuando dijiste: "Ellos han sido destruidos; ellos nos han sido entregados para devorar." 13 Tú te exaltaste en contra Mía con lo que dijiste, y tú multiplicaste las palabras que dijiste en Mi contra; y Yo lo escuché todo. 14 El SEÑOR Dios dice esto: Yo haré de ti una desolación, mientras la Tierra entera se regocija. 15 Como te regocijaste sobre la herencia del pueblo de Israel debido a su desolación, Yo te haré lo mismo. Tú te convertirás en una desolación, Monte Seir, y todo Edom, ¡todo ello! Luego ellos sabrán que Yo soy el SEÑOR.'"

36

1 "Ahora tú, hijo de hombre, profetiza a las montañas de Israel y diles: 'Montañas de Israel, escuchen a la Palabra del SEÑOR. 2 El SEÑOR Dios dice esto: El enemigo ha dicho de ti, "¡Ajá!" y "Los antiguos lugares altos se han convertido en nuestra posesión.'" 3 Por lo tanto profetiza y di: 'El SEÑOR Dios dice así: Debido a tu desolación y debido a los ataques que te han llegado de todas partes, tú haz venido a ser posesión de otras naciones; tú haz venido a ser tema de difamaciones en labios y lenguas, y de historias de los pueblos. 4 Por lo tanto, montañas de Israel, escuchen a la Palabra del SEÑOR Dios: El SEÑOR Dios dice esto a las montañas y las altas colinas, los lechos de los ríos y los valles, a las desolaciones deshabitadas y las ciudades abandonadas que se han convertido en un botín y un tema de burla para las otras naciones que les rodean a ellos. 5 Por lo tanto el SEÑOR Dios dice esto: Yo ciertamente he hablado en el fuego de mi furia contra las otras naciones, contra Edom y todo el que tome mi tierra para ellos como su posesión, contra todos aquellos que tenían ambos: gozo en su corazón y desprecio en su espíritu, como cuando se apoderaron mi tierra para reclamar sus pastizales para sí mismos.' 6 Por lo tanto, profetiza a la tierra de Israel y di a las montañas y a las altas colinas, a los lechos de las colinas y a los valles, ' el SEÑOR Dios dice esto: ¡Miren! En mi furia y en mi coraje Yo he declarado esto porque ustedes han llevado los insultos de las naciones. 7 Por lo tanto, el SEÑOR Dios dice esto: Yo levantaré mi mano para jurar, que las naciones que los rodean a ustedes, ciertamente cargarán su propia vergüenza. 8 Pero ustedes, montes de Israel, en ustedes crecerán ramas y darán fruto para mi pueblo Israel, ya que pronto regresaré a ustedes. 9 Pues mira, Yo estoy para ustedes, y Yo los favoreceré; ustedes serán arado y sembrados con semillas. 10 Así que, Yo multiplicaré en ustedes, montes, los hombres en toda la casa de Israel, todo ella. Las ciudades serán habitadas y las ruinas reconstruidas. 11 Yo multiplicaré hombres y bestias en tus montes para que así ellos se multipliquen y sean fructíferos. Entonces, Yo haré que tú seas habitada como anteriormente tú lo eras, y te haré próspera más de lo que fuiste en el pasado, para que sepas que Yo Soy el SEÑOR. 12 Yo traeré hombres, Mi pueblo de Israel, para que caminen sobre ti. Ellos te poseerán, y tú serás su herencia, y ya no harás morir a sus hijos. 13 El SEÑOR Dios dice esto: Porque ellos te dicen: "Tú devoras a las personas, y los hijos de tu nación han muerto," 14 Por lo tanto, no consumirás más personas por más tiempo, y ni harás que tu nación llore más tus muertos. Esto es lo que dice el SEÑOR Dios. 15 Ni permitiré que escuches los insultos de las naciones por más tiempo; ni soportarás más la vergüenza de las personas o ni harás que tu nación caiga más, esta es la declaración del SEÑOR Dios." 16 Entonces, la Palabra de el SEÑOR, vino a mi diciendo: 17 "Hijo de hombre, cuando la casa de Israel habitaba sus tierras, ellos la profanaron con sus caminos y sus hechos. Sus caminos eran como la menstruación inmunda de una mujer ante Mí. 18 Entonces, derramé Mi furia contra ellos por la sangre que ellos habían derramado en la tierra y por haberla contaminado con sus ídolos. 19 Los dispersé entre las naciones; ellos fueron dispersados por las tierras. Yo los jugué según sus caminos y sus acciones. 20 Ellos fueron a las naciones, y dondequiera que ellos fueron, profanaron Mi santo nombre cuando la gente decía de ellos: '¿Realmente este es el pueblo de el SEÑOR? Pues ellos han sido arrojados fuera de sus tierras.' 21 Pero Yo tengo compasión de Mi santo nombre, que la casa de Israel había profanado entre las naciones, cuando ellos fueron allí. 22 Por lo tanto, di a la casa de Israel: 'El SEÑOR Dios dice esto: Yo no estoy haciendo esto por su bien, casa de Israel, pero por Mi santo nombre, que ustedes han profanado entre las naciones a donde fueron. 23 Porque haré santo Mi gran nombre, que ustedes han profanado entre las naciones, en medio de las naciones, ustedes lo profanaron. Entonces, las naciones sabrán que Yo Soy el SEÑOR, esta es declaración de el SEÑOR Dios, cuando ustedes vean que Yo soy santo. 24 Yo los sacaré de las naciones y los reuniré de todas las tierra, y Yo los llevaré a sus tierras. 25 Entonces, Yo les rociaré encima con agua pura y serán purificados de todas sus impurezas, y Yo los purificaré de todos sus ídolos. 26 Yo les daré un nuevo corazón y un nuevo espíritu dentro de ustedes, y les quitaré el corazón de piedra de sus carnes. Porque les daré un corazón de carne. 27 Yo pondré Mi Espíritu en ustedes y los permitiré caminar en mis estatutos y mantener mis decretos, así ustedes lo harán. 28 Entonces, ustedes habitarán la tierra que Yo le di a sus ancestros; ustedes serán Mi pueblo, y Yo seré su Dios. 29 Porque Yo los salvaré de todas sus inmundicias. Yo convocaré al trigo y lo multiplicaré. Yo ya no pondré mas hambruna sobre ustedes. 30 Yo multiplicaré el fruto de los árboles y el producto del campo para que así no tengan que soportar la vergüenza de hambruna entre las naciones. 31 Entonces, ustedes pensarán de sus malos caminos y sus obras que no son buenas, y ustedes mostrarán aversión en sus caras por sus propios pecados y sus hechos desagradables. 32 Yo no estoy haciendo esto por su bien, esta es la declaración del SEÑOR Dios, sepánlo ustedes. Así que, estén avergonzados y deshonrados por sus maneras, casa de Israel. 33 El SEÑOR Dios dice esto: En el día que Yo los purifique de todas sus iniquidades, Yo causaré que ustedes habiten las ciudades y reconstruyan lugares arruinados. 34 Porque ustedes ararán la tierra arruinada hasta que ya no sea más una ruina ante los ojos de todo el que pase. 35 Entonces ellos dirán: "Esta tierra fue desolada, pero se ha convertido como el jardín del Edén; las ciudades desoladas y deshabitadas ruinas que fueron derribadas son ahora fortificadas y habitadas. 36 Entonces, las otras naciones alrededor de ustedes sabrán que Yo soy el SEÑOR, que Yo levanto las ruinas y replanto los lugares abandonados. Yo Soy el SEÑOR. Yo lo he declarado y Yo lo haré. 37 El SEÑOR Dios dice esto: Nuevamente, la casa de Israel me pedirá que haga esto por ellos, para aumentarlos como un rebaño de hombres. 38 Como el rebaño se aparta para sus sacrificios, como el rebaño en Jerusalén señalados para sus fiestas, así serán las ciudades en ruinas llenas de rebaños de hombres y ellos sabrán que Yo Soy el SEÑOR."

37

1 La mano del SEÑOR estaba sobre mí, y me sacó en el espíritu del SEÑOR y me puso en medio de un valle; que estaba lleno de huesos. 2 Entonces me hizo pasar en medio de ellos, en derredor de ellos. He aquí muchos de ellos estaban en el valle. ¡Mira! Ellos estaban bien secos. 3 Él me dijo: "Hijo del hombre, ¿pueden estos huesos vivir otra vez?" Así que dije: "SEÑOR Dios, solo tú sabes." 4 Entonces me dijo, "Profetiza sobre estos huesos y dile: 'Huesos secos. Escuchen la palabra del SEÑOR. 5 El SEÑOR Dios dice a estos huesos: ¡Mira! Yo estoy apunto de poner aliento en ustedes, y vivirán. 6 Yo voy a colocar tendones sobre ustedes y traeré carne sobre ustedes. Yo les cubriré con piel y pondré aliento en medio de ustedes para que puedan vivir. Entonces ustedes sabrán que Yo Soy el SEÑOR.'" 7 Asi que profeticé como se me ordenó; mientras profetizaba, he aquí, vino un sonido, el de un temblor. Luego los huesos se juntaron, hueso contra hueso. 8 Yo miré y, eh aquí, tendones estaban ahora en ellos, y la carne creció y la piel los cubrió. Pero todavía no habia aliento en ellos. 9 Entonces el SEÑOR me dijo: "Profetiza al aliento, profetiza, hijo del hombre, y dile al aliento: 'El SEÑOR Dios dice: Aliento, ven de los cuatro vientos, y alienta a aquellos quienes han sido muertos, para que ellos puedan vivir.'" 10 Así que profetizé como me han mandado; el aliento vino a ellos y ellos vivieron. Entonces ellos se pusieron de pie, un ejército bien grande. 11 Entonces el SEÑOR me dijo: "Hijo del hombre, estos huesos son la casa completa de Israel. ¡Mira! Ellos están diciendo: 'Nuestros huesos han sido secos, y nuestra esperanza se fue. Hemos sido cortados.' 12 Por lo tanto, profetiza y diles: 'El SEÑOR Dios dice: ¡Mira! Yo abriré sus tumbas y los sacaré fuera, pueblo Mío. Y Les llevaré a ustedes otra vez a la tierra de Israel. 13 Entonces tu sabrás que Yo Soy SEÑOR, cuando abra sus tumbas y los sacaré fuera, pueblo Mío. 14 Yo pondré Mi Espíritu en medio de ustedes para que puedan vivir, y Yo les daré descanso en su tierra cuando ustedes sepan que Yo Soy SEÑOR. Yo lo declaré y lo hice, esta es la declaración del SEÑOR.'" 15 Entonces, la palabra del SEÑOR vino a mí diciendo: 16 "Así que ahora, hijo del hombre, toma una vara para tí mismo y escribe en ella, 'Para Judá y para el pueblo de Israel, sus compañeros.' Entonces toma otra vara y escríbe en ella, 'Para José, la rama de Efraín, y para todo el pueblo de Israel, sus compañeros.' 17 Trae ambos de ellos juntos en una sola vara, para que ellos se conviertan en uno en tu mano. 18 Cuando tu pueblo te hable y digan: '¿No nos dirás que significan estas cosas tuyas?' 19 entonces diles: 'El SEÑOR Dios dice: ¡Mira! Yo estoy tomando la rama de José que está en la mano de Efraín y las tribus de Israel sus compañeros y uniéndose a la rama de Judá, para que ellos puedan hacer una rama, y que ellos se conviertan en uno en Mi mano.' 20 Sostén en tu mano las ramas que tu escribistes ante sus ojos. 21 Diles, 'El SEÑOR Dios dice: ¡Miren! Yo estoy apunto de tomar el pueblo de Israel de entre las naciones donde ellos fueron. Yo los reuniré de las tierras del alrededor y los traeré a su tierra. 22 Los haré una nación en la tierra, en las montañas de Israel, y estará un rey como rey sobre todos ustedes, y ya no serán dos naciones. Ya no serán divididos en dos reinos. 23 Entonces ellos ya no van a contaminarse con sus ídolos, sus cosas abominables, o cualquiera de sus otros pecados. Por que yo los salvaré de todas las acciones desleales con las cuales han pecado, y los purificaré, para que ellos sean Mí pueblo y Yo seré su Dios. 24 David mi siervo será rey sobre ellos. Así que habrá un pastor sobre todos ellos, y caminarán de acuerdo a mis decretos y guardarán mi estatutos y los obedecerán. 25 Ellos vivirán en la tierra que Yo he dado a mi siervo Jacob, donde sus padres han quedado. Ellos vivirán en ella para siempre, ellos, sus hijos, y sus nietos, por que David mi siervo será su jefe para siempre. 26 Yo estableceré un pacto de paz con ellos. Será un pacto eterno con ellos. Yo los estableceré y los multiplicaré y pondré Mí lugar santo en el centro para siempre. 27 Mí morada será con ellos; Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 28 Entonces las naciones sabrán que Yo Soy el SEÑOR quien separa a Israel, cuando Mi lugar santo esté entre ellos para siempre.'"

38

1 La palabra del Señor Dios vino a mí, diciendo: 2 ''Hijo de hombre, coloca tu rostro hacia Gog, la tierra de Magog, el príncipe de Mesec y Tubal; y profetiza contra él. 3 Di: 'El Señor Dios dice esto: ¡Mira! Yo estoy contra ti, Gog, príncipe de Mesec y Tubal. 4 ¡Así que Yo te haré regresar y te pondré anzuelos en tu quijada; Yo te sacaré con todo tu ejército, caballos, y jinetes, todos ellos vestidos con sus armaduras completas, una gran compañía con grandes escudos y pequeños escudos, todos ellos sosteniendo sus espadas! 5 ¡Persia, Cus y Libia están con ellos, todos ellos con escudos y cascos! 6 ¡Gomer y todas sus tropas, Bet Togarmá, de las partes lejanas del norte y todas sus tropas! ¡Muchos pueblos están contigo! 7 ¡Prepárense! Sí, prepárate tú y reúne tus tropas contigo y sé su comandante. 8 Tú serás llamado después de muchos días, y después de muchos años irás a una tierra que se ha recuperado de la espada y ha sido recogida de entre muchos pueblos, recogida de regreso a los montes de Israel que habían sido una ruina constante. Pero este pueblo fue sacadode entre otros pueblos, y ellos vivirán seguros, ¡todos ellos! 9 Así que tú subirás como sube una tormenta; tú serás como una nube que cubre la tierra, tú y todas tus tropas, y los muchos soldados contigo. 10 El SEÑOR Dios dice esto: Pasará en ese día, que planes se formarán en tu corazón, y tú crearás conspiraciones malignas.' 11 Entonces tú dirás: 'Yo subiré a la tierra abierta; yo iré a la gente tranquila, viviendo en seguridad, todos ellos que viven en donde no hay paredes ni barras, y en donde no hay puertas de ciudad. 12 Yo capturaré botín y saquearé, para poder traer mi mano en contra de las ruinas que están habitadas hace poco, y en contra de el pueblo reunido de entre las naciones, que están adquiriendo ganado y propiedades, y quienes están viviendo en el centro de la tierra.' 13 Sabá y Dedán, y los comerciantes de Tarsis, junto con todos sus jóvenes guerreros, te dirán a ti: '¿Has venido a saquear? ¿Has reunido a tus ejércitos para tomar el botín, para llevarte la plata y el oro, para tomar su ganado y propiedad y arrastrar mucha ganancia?' 14 Por lo tanto, profetiza, hijo de hombre, y dile a Gog: 'El SEÑOR Dios dice esto: En ese día, cuando Mi pueblo de Israel esté viviendo seguramente, ¿no sabrás tú de ellos? 15 Tú vendrás de tu lugar lejano en el norte con un gran ejército, todos ellos montando a caballos, una gran compañía, un gran ejército. 16 Tú atacarás a Mi pueblo de Israel como una nube que cubre la tierra. En los días venideros, Yo te traeré a ti en contra de Mi tierra, para que las naciones puedan conocerme a Mí cuando me muestre a Mí mismo a través de ti, oh Gog, para ser Santificado frente a sus ojos. 17 El SEÑOR Dios dice esto: ¿No eres tú a quien Yo le hablé en días pasados por la mano de Mis siervos, los profetas de Israel, quienes profetizaron en su propio tiempo por años, que Yo te llevaría a ti en contra de ellos? 18 Pues, pasará en ese día cuando Gog ataque la tierra de Israel, esta es la declaración del SEÑOR Dios, subirá Mi ira y Mi enojo. 19 En Mi celo y en el fuego de Mi enojo, Yo declaro que en ese día que habrá un gran terremoto en la tierra de Israel. 20 Ellos temblarán ante Mí, los peces del mar y los pájaros del cielo, las bestias de los campos, y todas las criaturas que se arrastran en la tierra, y cada hombre que está en la superficie de la tierra. Las montañas serán derribadas y los precipicios caerán, hasta que toda pared caiga en la tierra. 21 Yo convocaré una espada en contra de él en todas Mis montes, esta es la declaración del SEÑOR Dios, la espada de cada hombre estará en contra de su hermano. 22 Entonces, Yo lo juzgaré con plaga y sangre; y lluvia desbordante y granizo; y azufre ardiente caerá sobre él y sus tropas y las muchas naciones que están con él. 23 Pues Yo mostraré Mi grandeza y Mi santidad y Me haré a Mí mismo conocido en los ojos de muchas naciones, y ellos sabrán que Yo soy el SEÑOR.'"

39

1 "Ahora tú, hijo de hombre, profetiza contra Gog y diles: 'El SEÑOR Dios dice esto: ¡Mirad! Yo estoy contra tuya, Gog, jefe de Mesec y Tubal. 2 Yo te cambiaré y te guiaré, Yo te subiré desde el lejano norte y te traeré hasta las montañas de Israel. 3 Luego, tumbaré el arco de tu mano izquierda y haré que las flechas se caigan de tu mano derecha. 4 Caerás muerto en los montes de Israel, tú y todas tus tropas y los soldados que estan contigo. Te daré a las aves de rapiña y a los animales salvajes del campo por comida. 5 Tú caerás muerto en la superficie del campo, pues Yo mismo lo he hablado, esta es la declaración del SEÑOR DIOS. 6 Después, enviaré fuego a Magog y sobre aquellos que viven seguros en las costas, y ellos sabrán que Yo soy el SEÑOR. 7 Pues Yo haré que Mi santo nombre sea conocido en medio de mi pueblo Israel, y ya no permitiré que Mi nombre SANTO sea profanado; las naciones sabrán que Yo soy el SEÑOR, El SANTO de Israel. 8 ¡Mirad! El día viene, y se cumplirá, esta es la declaración del SEÑOR Dios. 9 Los que viven en las ciudades de Israel saldrán y usarán armas para encender y hacer fuegos y quemarlos, escudos pequeños, escudos grandes, arcos, flechas, mazos y lanzas; ellos encenderán fuegos con ellos por siete años. 10 Ellos no recogerán madera de los campos ni cortarán los árboles de los bosques, ya que quemarán sus armas; ellos despojarán a los que querían despojarlos; ellos saquearán a los que querían saquearlos a ellos, ésta es la declaración de el SEÑOR Dios." 11 Entonces sucederá en ese día que Yo haré un lugar allí para Gog, una tumba en Israel, un valle para los que hacen jornadas por el este del mar. Esto obstruirá el paso de los que quieran pasar por encima. Allí ellos sepultarán a Gog con todas sus multitudes. Ellos la llamarán el Valle de Hamón Gog. 12 Por siete meses la casa de Israel los estará enterrando para así poder purificar la tierra. 13 Pues toda la gente de la tierra los enterrara; será un día memorable para ellos cuando Yo sea glorificado, ésta es la declaración del SEÑOR Dios. 14 Entonces, ellos designarán hombres para que continuamente vayan a lo largo de la tierra, para encontrar a los que estaban viajando por ella, pero que mueran y sus cuerpos queden en la superficie de la tierra, para que ellos los entierren, para que así sea purificada la tierra. Al finalizar el séptimo mes, ellos comenzarán la búsqueda. 15 Mientras estos hombres pasan por la tierra, cuando vean cualquier hueso humano, ellos lo marcarán, hasta que los sepultureros vengan a enterrarlos en el valle de Hermon Gog. 16 Allí habrá una ciudad llamada Hamona. De esta manera purificarán la tierra. 17 Ahora a tí, hijo de hombre, el SEÑOR Dios dice esto: Dile a todos los pájaros alados y a todos las bestias salvajes del campo, 'Junténse y vengan. Junténse de todos los alrededores para el sacrificio que Yo mismo estoy haciendo para ustedes, un gran sacrificio sobre los montes de Israel, para que puedan comer carne y beber sangre. 18 Comerán la carne de los guerreros y beberán la sangre de los príncipes de la tierra; ellos serán: carneros, ovejas, cabras, y toros, todos ellos ellos fueron engrodados en Basán. 19 Después comerán grasa hasta satisfacerce; beberán sangre hasta que se emborrachen; éste será el sacrificio que Yo mataré para ustedes. 20 Ustedes se saciarán en Mi mesa con caballos, carruajes, guerreros, y todo hombre de guerra, ésta es la declaración de el SEÑOR Dios. 21 Yo pondré Mi gloria entre las naciones, y todas las naciones verán Mi juicio que Yo hago y Mi mano que Yo he puesto en contra de ellos. 22 La casa de Israel sabrá que Yo soy el SEÑOR su Dios desde ese día en adelante. 23 Las naciones sabrán que la casa de Israel fue a cautiverio por causa de su iniquidad por la cual me traicionarón, así que Yo escondí mi rostro de ellos y los pusé en manos de sus adversarios para que todos ellos cayeran por la espada. 24 Yo hice con ellos conforme a sus impurezas y sus pecados, cuando Yo escondí mi rostro de ellos. 25 Así que el SEÑOR Dios dice esto: Ahora restauraré las fortunas de Jacob, y tendré compasión en toda la casa de Israel, cuando Yo actúe con celo por Mi Santo nombre. 26 Entonces, ellos vestiran su vergüenza y toda la traición con la cual Me traicionaron. Ellos se olvidarán de todo esto cuando estén descansando en sus tierras de manera segura, sin que nadie los aterrorize. 27 Cuando Yo les restaure de entre los pueblos y los reuna de entre las tierras de sus enemigos, Yo Me mostraré a Mi mismo Santo a los ojos de muchas naciones. 28 Entonces ellos sabrán que Yo soy el SEÑOR su Dios, pues los envié en cautividad entre las naciones, pero luego los juntaré otra vez en su tierra. No dejaré a ninguno de ellos entre las naciones. 29 Ya no esconderé Mi rostro de ellos cuando Yo derrame Mi Espíritu en la casa de Israel, esta es la declaración del SEÑOR DIOS."

40

1 En el año veinticinco de nuestra cautividad en el principio del año en el décimo día del mes, en el año catorce luego que la ciudad fuese capturada, en ese mismo día, la mano del SEÑOR estaba sobre mí, y Él me llevó allá. 2 En visiones de Dios Él me llevó a la tierra de Israel. Él me llevó a en un monte muy alto; al sur había lo que parecían ser edificios de una ciudad. 3 Entonces Él me llevó allí. He aquí, un hombre! Su apariencia era como la apariencia de bronce. Un cordón de lino y una vara de medir estaban en su mano, y él se paró en la puerta de la ciudad. 4 El hombre me dijo: ''Hijo de hombre, mira con tus ojos y escucha con tus oídos, y fija tu mente en todo lo que te estoy revelando, porque has sido traído aquí para que yo te lo pueda revelar a ti. Reporta todo lo que veas a la casa de Israel.'' 5 Había un muro rodeando el área del templo. El largo de la caña de medir en la mano del hombre era de seis codos de largo, el largo de cada codo era un codo y un palmo menor. Él midió el muro; era una caña de ancho y una caña de alto. 6 Entonces él fue a la puerta del templo de cara al este. Él subió los escalones y midió el umbral de la puerta, una caña de profundidad y una caña de alto. 7 Los cuartos de los guardias eran cada uno una caña de longitud y una caña de ancho; había cinco codos entre cada dos de los cuartos, y el umbral del portón del templo por el pórtico de la puerta del templo era una caña de profundidad. 8 Él midió el pórtico de la entrada; era una caña de largo. 9 Él midió el pórtico de la entrada. Era una caña de profundidad. Los postes de la puerta eran dos codos de ancho. Este era el pórtico de la entrada de cara al templo. 10 Había tres cuartos de los guardias a cada lado de la puerta del este, y cada uno de ellos tenía la misma medida, y los muros que los separaban tenían la misma medida. 11 Entonces el hombre midió el ancho de las puertas de entrada, diez codos; y él midió el largo de la puerta de entrada, trece codos. 12 Él midió el muro que estaba bordeando el frente de los cuartos, un codo de alto. Los cuartos medían seis codos en cada lado. 13 Entonces él midió la puerta desde el techo de un cuarto hasta el próximo cuarto, veinticinco codos, desde la entrada del primer cuarto hasta el segundo. 14 Entonces él midió el muro que iba entre los cuartos de los guardias- sesenta codos de largo; él midió tan lejos como hasta el pórtico de la puerta. 15 La entrada desde el frente de la puerta hasta el otro extremo del pórtico de la puerta era cincuenta codos. 16 Había ventanas estrechas hacia los cuartos y hacia sus pilares dentro de las puertas todo alrededor; e igualmente para las entradas. Había ventanas por todo alrededor del interior, y cada quicial estaba decorado con palmeras. 17 Entonces el hombre me trajo al patio exterior del templo. Mira, había cuartos, y había pavimento en el patio, con treinta cuartos al lado del pavimento. 18 El pavimento subía al lado de las puertas, y su ancho era el mismo que el largo de las puertas. Este era el pavimento bajo. 19 Entonces el hombre midió la distancia desde el frente de la puerta baja hasta el frente de la puerta interior; era cien codos en el lado este, y lo mismo en el lado norte. 20 Entonces él midió el largo y el ancho de la puerta que estaba al norte del patio exterior. 21 Allí había tres cuartos en cada lado de la puerta, y la puerta y su pórtico medían lo mismo que la puerta principal: cincuenta codos en el largo total y veinticinco codos de ancho. 22 Sus ventanas, pórtico, cuartos, y palmeras correspondían a la puerta que mira al este. Siete escalones subían a éste y a su pórtico. 23 Había una puerta al patio interior al frente de la puerta mirando al norte, así como también había una puerta al este; el hombre midió de una puerta a la otra puerta, cien codos de distancia. 24 Entonces el hombre me trajo a la puerta de la entrada del sur, y sus muros y pórtico medían lo mismo que las puertas de afuera. 25 Había ventanas cerradas en la puerta y su pórtico igual que en el portón. La puerta del sur y su pórtico medían cincuenta codos de largo y veinticinco codos de ancho. 26 Había siete escalones hacia arriba hacia la puerta y su pórtico, y había tallados de palmeras en los muros a cada lado. 27 Había una puerta hacia el patio interior en el lado sur, y el hombre midió desde esa puerta hasta la puerta de la entrada del sur, cien codos de distancia. 28 Entonces el hombre me llevó al patio interior por la puerta del sur, la cual tenía las mismas medidas de las otras puertas. 29 Sus cuartos, muros, y pórticos medían lo mismo que las otras puertas; había ventanas todas alrededor en el pórtico. La puerta interior y su pórtico medían cincuenta codos de largo y veinticinco codos de ancho. 30 Había también pórticos por todo alrededor de la puerta interior; estas eran veinticinco codos de largo y cinco codos de ancho. 31 Este pórtico daba al patio de afuera con palmeras talladas en sus muros y ocho escalones subiendo hasta ahí. 32 Entonces el hombre me llevó al patio interior por el camino del este y midió la puerta, la cual tenía las mismas medidas que las otras puertas. 33 Sus cuartos, muros, y pórtico medían lo mismo que las otras puertas, y había ventanas por todo alrededor. La puerta interior y su pórtico medían cincuenta codos de largo y veinticinco codos de ancho. 34 Su pórtico daba hacia el frente del patio; tenía palmeras en cada lado de él y ocho escalones hacia arriba. 35 Luego el hombre me trajo a la puerta del norte y la midió; midió lo mismo que las otras puertas. 36 Sus cuartos, muros, y pórtico medían lo mismo que las otras puertas, y había ventanas alrededor. La puerta y su pórtico medían cincuenta codos de largo y veinticinco de ancho. 37 Su pórtico daba al patio exterior; tenía palmeras en cada lado de él y ocho escalones subiendo. 38 Había un cuarto con una puerta al lado de cada una de las entradas interiores. Esto era donde ellos lavaban las ofrendas quemadas. 39 Había dos mesas en cada lado de cada pórtico, en las cuales las ofrendas quemadas se sacrificaban, y también las ofrendas por el pecado y las ofrendas por la culpa. 40 Al lado del muro del patio, subiendo a la puerta del norte, había dos mesas. También al otro lado había dos mesas en el pórtico de la puerta. 41 Había cuatro mesas en cada lado de la puerta; ellos sacrificaban animales en las ocho mesas. 42 Había cuatro mesas de piedra cortada para las ofrendas quemadas, un codo y medio de largo, un codo y medio de ancho, y un codo de alto. Sobre ellos pusieron las herramientas con las que ellos mataban las ofrendas quemadas para los sacrificios. 43 Ganchos de dos puntas del largo de la palma de la mano fueron sujetados en el pórtico alrededor, y la carne de las ofrendas estaba puesta en las mesas. 44 Cerca de la puerta interior, en el patio interior, había cuartos para los cantores. Uno de estos cuartos estaba en el lado norte, y uno en el sur. 45 Entonces el hombre me dijo: ''Este cuarto mirando al sur es para los sacerdotes quienes están en servicio en el templo. 46 El cuarto mirando al norte era para los sacerdotes en servicio en el altar. Esos son los hijos de Sadok quienes se acercan al SEÑOR para servirle a Él; ellos se encuentran entre los hijos de Leví.'' 47 Luego él midió el patio- cien codos de largo y cien codos de ancho en un cuadrado, con el altar en frente de la casa. 48 Entonces el hombre me trajo al pórtico de la casa y midió los marcos de las puertas, ellos eran de cinco codos de grueso en cada lado. La entrada en sí era de catorce codos de ancho, y los muros a cada lado de ella eran de tres codos de ancho. 49 El largo del pórtico era de veinte codos, y su profundidad era once codos. Había escalones que subían a él y columnas paradas a cada lado de él.

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1 Entonces, el hombre me llevó al lugar santo del templo y midió los marcos de la puerta, seis codos de ancho en cada lado. 2 El ancho de la entrada de la puerta era de diez codos; la pared a cada lado era de cinco codos de largo. Entonces, el hombre midió las dimensiones del lugar santo, cuarenta codos de largo y veinte codos de ancho. 3 Entonces, el hombre entró en el mismísimo lugar santo y midió los marcos de la entrada de la puerta, dos codos, y la entrada de la puerta era de seis codos de ancho. Las paredes a cada lado eran de siete codos de ancho. 4 Entonces, él midió el largo del cuarto, veinte codos. Su ancho, veinte codos hasta el frente del salón del templo. Entonces, él me dijo: "Éste es el lugar santísimo." 5 Entonces, el hombre midió la pared de la casa, era de seis codos de grosor. El ancho de cada esquina del cuarto alrededor de la casa era de cuatro codos de ancho. 6 Habían cuartos de esquina en tres niveles, un cuarto sobre el otro, treinta cuartos en cada nivel. Habían plataformas alrededor de la pared de la casa, para apoyar a todos los cuartos de esquina, pues no había soporte puesto en la pared de la casa. 7 Pues, los cuartos de esquina se ampliaron y fueron hacia arriba por alrededor, ya que la casa se hacia alta y más alta; los cuartos se ampliaron mientras la casa subía, y una escalera subía al nivel más alto, a través del nivel del medio. 8 Entonces vi una parte levantada alrededor de la casa, los cimientos de las cámaras del lado; medía una vara completa en altura, seis codos. 9 El ancho de la pared de los cuartos de esquina de afuera era de cinco codos. Había un espacio abierto afuera de estos cuartos en el santuario. 10 Al otro lado de este espacio abierto estaban los cuartos del lado exterior de los sacerdotes; este espacio era de veinte codos de ancho en todo alrededor del santuario. 11 Habían puertas hacia los cuartos de esquina, una entrada estaba en el lado norte, y la otra en el lado sur. El ancho de esta área abierta era de cinco codos en todo alrededor. 12 El edificio que miraba al patio en el lado oeste era de setenta codos de anchura. Sus paredes medían cinco codos de grosura en todo alrededor, y era de noventa codos de largo. 13 Entonces, el hombre midió el santuario, cien codos de largo. El edificio separado, su pared, y el patio también medían cien codos de largo. 14 El ancho del frente del patio en frente del santuario era también de cien codos. 15 Entonces, el hombre midió el largo del edificio detrás del santuario, a su oeste, y y las galerías al otro lado, cien codos. El lugar santo y el pórtico, 16 las paredes interiores y las ventanas, incluyendo las ventanas estrechas, y las galerías en todo alrededor de los tres niveles, estaban panelados/cubiertos con madera. 17 Sobre la entrada hacia el santuario interior y distribuido a lo largo de las paredes había un patrón medido. 18 Estaba decorado con querubines y árboles de palma; con un árbol de palma entre cada querubín, y cada querubín tenía dos caras: 19 la cara de un hombre miraba hacía el árbol de palma a un lado, y la cara de un joven león miraba hacia un árbol de palma en el otro lado. Ellos estaban tallados alrededor de la casa entera. 20 Desde el suelo hasta encima de la entrada, los querubines y los árboles de palma estaban tallados y en la pared de afuera de la casa. 21 Los postes de la entrada al lugar santo eran cuadrados. Su apariencia era como la apariencia 22 del altar de madera al frente del lugar santo, el cual era de tres codos de alto y dos codos de ancho en cada lado. Sus postes de las esquinas, base, y enmarcado estaban hechos de madera. Entonces, el hombre me dijo a mí: "Ésta es la mesa que se pone delante el SEÑOR." 23 Había puertas dobles hacia el lugar santo y al lugar santísimo. 24 Estas puertas tenían dos paneles con bisagras cada uno, dos paneles por cada puerta y dos paneles por la otra. 25 Tallados en ellas, en las puertas del lugar santo, había querubines y árboles de palma tal como estaban decoradas las paredes, y había un techo de madera sobre el pórtico al frente. 26 Había ventanas estrechas y árboles de palma a cada lado del pórtico. Estos eran los cuartos al lado de la casa, y también tenían techos sobresalientes.

42

1 Luego el hombre me envió al patio exterior en el lado norte, y me trajo a las habitaciones frente al patio exterior y la pared del norte exterior. 2 Aquellas habitaciones eran de cien codos a lo largo en su frente y cincuenta codos de ancho. 3 Algunos de esos cuartos enfrentaban el patio interior y estaban a veinte codos de distancia del santuario. Habían tres niveles de habitaciones, y los de arriba miraban hacia las habitaciones que estaban abajo y estaban abiertos a ellos, teniendo una pasillo. Algunas de las habitaciones miraban hacia el patio exterior. 4 Un corredor de diez codos en ancho y cien codos en largo corría delante de las habitaciones. Las puertas de las habitaciones estaban en dirección hacia el norte. 5 Pero las salas superiores eran pequeñas, porque los pasillos les quitaban más espacio que en los niveles más bajos y medianos del edificio. 6 Porque los pasillos en el tercer piso no tenían columnas, a diferencia de los patios, los cuales tenian columnas. Así que las habitaciones de los niveles mas altos era más pequeños en comparación con las habitaciones en los niveles bajos y medianos. 7 La pared de afuera corría a lo largo de las habitaciones del patio exterior, el patio que está frente a las habitaciones. Esa pared era de cincuenta codos de longitud. 8 La longitud de los cuartos del patio exterior eran de cincuenta codos, y las habitaciones frente al santuario eran de cien codos de longitud. 9 Había una entrada para las habitaciones más bajas del lado este, que procedía del patio exterior. 10 A lo largo de la pared del patio exterior en el lado derecho del patio exterior, al frente del santuario del patio interior, tambien habían habitaciones 11 con un pasillo en frente de ellos. Ellos eran como la apariencia de las habitaciones del lado norte. Ellos tenían la misma longitud y amplitud y las mismas salidas y arreglos y puertas. 12 En el lado sur habían puertas que daban a los cuartos similares a los que habían en el lado norte. Un pasillo en el interior tenía una puerta en su cabecera, y el pasillo abierto hacia varias habitaciones. En el lado este había una entrada al pasillo en un extremo. 13 Luego el hombre me dijo: "Las habitaciones del norte y las habitaciones del sur que están frente al patio exterior son las habitaciones santas donde los sacerdotes que trabajan más cerca a Jehová pueden comer la ofrendas santísimas. Ellos pondrán las cosas santísimas allí, la ofrenda de grano, la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa, porque este es un lugar santo. 14 Cuando los sacerdotes entren allí, ellos no deberán salir del lugar santo para el patio exterior, sin dejar a un lado las vestiduras en las cuales ellos sirvieron, ya que estas son santas. Así que deberán vestirse con otra ropa antes de acercarse al pueblo" 15 El hombre terminó midiendo la parte interior de la casa y luego me llevó afuera para la puerta que daba para el este y midió todo alrededor allí. 16 Él midió el lado este con una caña de medir, quinientos codos con la caña de medir. 17 Él midió el lado norte, quinientos codos con la caña de medir. 18 Él también midió el lado sur, quinientos codos con la vcañaa de medir. 19 Él también se dio vuelta y midió el lado oeste, quinientos codos con la caña de medir. 20 Él lo midió en cuatro lados. Tenía un muro alrededor que era de quinientos codos de longitud, y quinientos codos de anchura, para separar lo santo de aquello que es común.

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1 El hombre entonces me trajo a la puerta que abría hacia el este. 2 ¡He aquí! La gloria del Dios de Israel vino del este; su voz era como el sonido de muchas aguas, y la tierra brilló con su gloria. 3 Era de acuerdo a la apariencia de la visión que vi, de acuerdo a la visión que vi cuando Él había venido a destruir la ciudad, y las visiones eran como la visión que vi en el Canal de Quebar, y caí en mi cara. 4 Así que la gloria del SEÑOR Dios vino a la casa entrando por la puerta que abría hacia el este. 5 Entonces el Espíritu me levantó y me trajo a la corte interna. ¡He aquí! La gloria del SEÑOR Dios estaba llenando la casa. 6 El hombre estaba parado junto a mí, y escuché a alguien más hablándome desde la casa. 7 Él me dijo: "Hijo del hombre, este es el lugar de Mi trono y el lugar para las suelas de Mis pies, donde Yo viviré en medio Mi pueblo de Israel por siempre. La casa de Israel nunca más profanará Mi nombre Santo, ellos ni sus reyes, con su falta de fe o con los cadáveres de sus reyes en sus lugares altos. 8 Ellos nunca más profanarán Mi Santo nombre poniendo su umbral junto a Mi umbral, y sus postes junto a mis postes, con solo una pared entre ellos y Yo. Ellos profanaron Mi Santo nombre con sus acciones abominables, así que los consumí con Mi ira. 9 Remuevan su infidelidad y los cadáveres de sus reyes de delante de Mí, y viviré en medio de ellos por siempre. 10 Hijo del hombre, tú mismo debes decirle a la casa de Israel sobre esta casa para que estén avergonzados de sus iniquidades. Ellos deberían pensar acerca de esta descripción. 11 Pues si ellos están avergonzados de todo lo que han hecho, entonces revélales a ellos el diseño de la casa, sus detalles, sus salidas, sus entradas, y todos sus diseños, y todos sus decretos y reglas. Entonces escribe esto ante sus ojos para que mantengan todo su diseño y todas sus reglas, para que así las obedezcan. 12 Esta es la regulación de la casa: Desde el pico de la colina hasta todo el borde alrededor de él, será lo más santo. ¡He aquí! Esta es la regulación para la casa. 13 Estas serán las medidas para el altar en codos, ese codo siendo un codo regular y un palmo menor en longitud. Así que la canaleta alrededor del altar tendrá un codo de profundidad, y su ancho también será de un codo. El borde que lo rodea será de un palmo. Esta será la base del altar. 14 Desde la canaleta en el nivel de la tierra hasta el alero debajo del altar son dos codos, y ese mismo alero mide un codo de ancho. Entonces desde el alero pequeño hasta el borde grande del altar, son cuatro codos, y el borde grande mide un codo de ancho. 15 El fogón en el altar para las ofrendas quemadas mide cuatro codos de altura, y hay cuatro cuernos apuntando hacia arriba en el fogón. 16 El fogón mide doce codos de longitud y doce codos de ancho, un cuadrado. 17 Su borde es de catorce codos de largo y catorce codos de ancho en cada uno de los cuatro lados, y su orilla mide medio codo de ancho. La canaleta mide un codo de ancho alrededor con sus pasos hacia el este." 18 Luego Él me dijo: "Hijo del hombre, el SEÑOR Dios dice esto: Estas son las regulaciones para el altar en el día que lo hagan, para ofrecer la ofrenda quemada en él, y para rociar sangre en él. 19 Darás un toro del ganado como ofrenda de pecado por los sacerdotes Levíticos que son descendientes de Sadoc, aquellos que se acercan a Mí para servirme, esta es la declaración del SEÑOR Dios. 20 Entonces tú tomarás un poco de su sangre y la pondrás en los cuatro cuernos del altar y los cuatro bordes y la orilla que lo rodea; lo lavarás y harás expiación para él. 21 Entonces toma el toro como ofrenda de pecado y quémalo en la parte fijada del área del templo fuera del santuario. 22 Entonces en el segundo día tú ofrecerás un cabro sin manchas de las cabras como ofrenda por el pecado; los sacerdotes lavarán el altar así como lo lavaron con el toro. 23 Cuando termines con su lavado, ofrece un toro sin mancha del ganado y un carnero sin macha del rebaño. 24 Ofrécelos ante el SEÑOR; los sacerdotes les tirarán sal a ellos y los ofrecerán como ofrenda quemada al SEÑOR. 25 Tú debes preparar un cabro como ofrenda por el pecado cada día por siete días, y los sacerdotes también deben preparar un toro sin macha del ganado y un carnero sin mancha del rebaño. 26 Ellos deberán expiar para el altar por siete días y purificarlo, y de esta manera ellos deberán consagrarlo. 27 Ellos deberán completar estos días, y en el octavo día en adelante acontecerá que los sacerdotes prepararán tus ofrendas quemadas en el altar, y Yo te aceptaré, esta es la declaración del SEÑOR Dios."

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1 Entonces el hombre me trajo de vuelta a la puerta de afuera del santuario que daban hacia el este; estaba cerrada fuertemente. 2 El SEÑOR Dios me dijo: "Esta puerta ha sido cerrada herméticamente; y no se abrirá. Ningún hombre entrará por ella, porque el SEÑOR, el Dios de Israel, ha entrado por ella, así que ha sido cerrada herméticamente. 3 El gobernante de Israel se sentará en ella para comer delante de el SEÑOR. Él entrará por la entrada de el pórtico de la puerta y saldrá por el mismo lugar." 4 Despues Él me trajo por el camino de la puerta del norte que queda frente a la casa. Así que miré y he aquí, la gloria de el SEÑOR que llenaba la casa de el SEÑOR, y caí sobre mi rostro. 5 Entonces el SEÑOR me dijo: "Hijo de hombre, pon tu corazón y mira con tus ojos y escucha con tus oídos a todas las cosas que Yo te declaro, a todos los estatutos de la casa del SEÑOR y a todas sus regulaciones. Piensa sobre las entradas y salidas de la casa. 6 Luego diles a los rebeldes, la casa de Israel: "El SEÑOR Dios dice esto: Todas tus abominaciones son suficientes para ti, oh casa de Israel, 7 trajistes extranjeros con corazones incircuncisos y con carne incircuncisa para que estuvieran en Mi santuario, profanando Mi casa, mientras tú Me ofrecias pan, grasa y sangre, tú rompíste Mi pacto con todas tus abominaciones. 8 Tú no haz llevado acabo tus deberes respecto a Mis cosas santas, pero designastes a otros para que tomaran tus deberes, y les asignastes para que cuidaran de Mi lugar santo. 9 El SEÑOR Dios dice esto: Ningún extranjero, incircunsiso de corazón y carne, de entre cualquiera que vive entre el pueblo de Israel, pueden entrar a Mi lugar santo. 10 Aún así los levitas se apartaron de mi, se alejaron de Mi, llendo tras sus ídolos, pero ellos pagarán por sus pecados. 11 Ellos son sirvientes en Mi santuario, que velan las puertas de la casa y sirven en la casa y masacran las ofrendas quemadas y los sacrificios del pueblo, y ellos estarán ante el pueblo y les servirán. 12 Pero por causa de que ellos hacían sacrificios ante sus ídolos, ellos se convirtieron en una piedra de tropiezo para pecar para la casa de Israel. Así que Yo levantaré Mí mano para jurar un juramento en contra de ellos, esta es la declaración del SEÑOR Dios, ellos llevarán su castigo. 13 Ellos no se acercarán a Mi para ser Mis sacerdotes o para acercarce a ninguna de Mis cosas santas, las cosas santísimas. Por el contrario, ellos llevarán su reproche y su culpa por las abominaciones que ellos han hecho. 14 Pero Yo los pondré como guardas del trabajo en la casa, en todas sus tareas y en todo lo que se haga en ella. 15 Entonces los sacerdotes Levitas, esos hijos de Sodoc que completaron las tareas de Mi santuario cuando el pueblo de Israel vagaba lejos de Mi, ellos se acercarán a Mi para adorarme. Ellos estarán de pie ante Mi para ofrecerme la grasa y la sangre, esta es la declaración del SEÑOR Dios. 16 Ellos vendrán a Mi santuario; ellos se acercarán a Mi mesa para rendirme culto y para llevar a cabo sus tareas para Mi. 17 Así será que cuando ellos vengan a las puertas del patio interior, ellos tendrán que vestir con ropas de lino, pues ellos no deberán entrar con lana dentro de las puertas del atrio interior y la casa. 18 Deberán tener turbantes de lino en sus cabezas y ropa interior de lino en sus caderas. Ellos no deberán vestirse en ropa que los haga sudar. 19 Cuando ellos salgan para los patios externos, externos de manera que puedan ir al pueblo, ellos deben quitarse la ropa que usaron cuando servían; ellos deberán quitársela y ponerlas en un cuarto santo, para que no hagan santos al pueblo por el contacto con sus ropas especiales. 20 Tampoco deben afeitarse sus cabezas, ni dejar sus cabellos sueltos, pero deben recortarse los cabellos de sus cabezas. 21 Ningún sacerdote debe beber vino cuando entre al patio interno, 22 ni tomar a una viuda o a una mujer divorciada como esposa para sí mismo, sino tan solo una virgen por el linaje de la casa de Israel o una viuda que previamente estuvo casada con un sacerdote. 23 Pues ellos ensañarán a Mi pueblo la diferencia entre lo santo y lo profano; ellos le harán saber lo inmundo de lo limpio. 24 Durante un pleito ellos se pararán a juzgar con Mis decretos; ellos deberán ser justos. Ellos guardaran Mis leyes y Mis estatutos en todas las fiestas, y ellos celebrarán Mi santo día de reposo. 25 Ellos no irán a donde una persona muerta para hacerse inmundo, a menos que sea su padre o madre, hijo o hija, hermano o una hermana que no ha dormido con un hombre; de lo contrario, ellos se tornarán inmundos. 26 Después que un sacerdote se ha vuelto inmundo, ellos contarán un periodo de siete días para él. 27 En el día en que el entre en el lugar santo, en los patios internos para servir en el lugar santo, él deberá traer una ofrenda por su propio pecado, esta es la declaración de el SEÑOR Dios. 28 Esta será su herencia: Yo soy su herencia, y ustedes no deben darles ninguna propiedad en Israel; Yo seré su propiedad! 29 Ellos comerán las ofrendas de los granos, las ofrendas por los pecados, las ofrendas por sus culpas, y todo lo dedicado al SEÑOR de Israel, será de ellos. 30 Lo mejor de los primeros frutos de todas las cosas y toda contribución, cualquier cosa de todas tus contribuciones pertenecerá a los sacerdotes para que la bendición se pose en la casa de ustedes. 31 El sacerdote no comerá ningún cadáver o animal destrozado por una fiera, sea pájaro o bestia.

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1 Cuando repartan por suertes la tierra como herencia, tienen que hacer una ofrenda al SEÑOR; esta ofrenda será una parte sagrada de la tierra, veinticinco mil codos de longitud, y diez mil codos de ancho. Será santa, toda su área alrededor. 2 De ahí, habrán quinientos codos por quinientos codos cuadrados rodeando el Lugar Santo, con un borde circundante de cincuenta codos de ancho. 3 De esta área tú medirás una porción que es veinticinco mil codos de largo y diez mil en ancho; será el Santuario, el Lugar Santo. 4 Será un Lugar Santo en la tierra para los sacerdotes que le sirven al SEÑOR, que se acercan al SEÑOR para servirle. Será un lugar para sus casas y un lugar sagrado para el Santuario. 5 Así que será veinticinco mil codos de largo y diez miel de ancho, y será para pueblos para los levitas que sirven en la casa. 6 Tú designarás un área para la ciudad, cinco mil codos de ancho y veinticinco mil de largo, estará junto a la zona reservada para el Lugar Santo; esta ciudad pertenecerá a toda la casa de Israel. 7 La tierra del príncipe estará en ambos lados de la zona reservada para el Lugar Santo y la ciudad. Será hacia el occidente y a su oriente. La longitud le correspondá a la longitud de una de las partes, desde el occidente al oriente. 8 Esta tierra será propiedad para el príncipe en Israel. Mis príncipes ya no oprimirán a Mí pueblo; en su lugar, ellos le darán la tierra a la casa de Israel, para sus tribus. 9 El SEÑOR Dios dice así: "¡Basta ya, príncipes de Israel! ¡Dejen la violencía y los conflictos; hagan justicia y rectitud! ¡Dejen de desalojar a mi pueblo! Esta es la declaración del SEÑOR Dios. 10 ¡Ustedes tienen que tener balanzas exactas, canastas exactas, y recipientes exactos! 11 La canasta para medir el cosas secas y el recipiente para medir líquidos serán de la misma medida, de modo que el recipiente sea un décimo del homer; la canasta será un décimo del homer. Sus medidas serán corespondiente a la del homer. 12 El siclo será veinte geras; sesenta siclos hará una mina para ustedes. 13 Ésta es la contribución que tienes que presentar: una sexta parte de una canasta por cada homer de trigo, y darás una sexta parte de la canasta por cada homer de cebada. 14 La regulación de la ofrenda de aceite será una décima parte de un recipiente por cada coro (que son diez recipientes), o por cada homer, porque un homer es también diez recipientes. 15 Una oveja o una cabra del rebaño por cada doscientos animales de los abrevaderos de Israel serán usadas para cualquier holocausto u ofrenda de paz para hacer expiación por el pueblo, ésta es la declaración del SEÑOR Dios. 16 Todas las personas de la tierra darán esta contribución al príncipe en Israel. 17 Será la responsibilidad del príncipe de suplir animales para el holocaustos, la ofrenda de grano, y las ofrendas de bebidas en las fiestas y en las celebraciones de las lunas nuevas, y en los Días de Reposo, todos las fiestas señalados por la casa de Israel. Él proveerá la ofrenda por el pecado, la ofrenda del grano, la ofrenda quemada y la ofrenda de paz para hacer expiación por la casa de Israel. 18 El SEÑOR Dios dice así: en el primer mes, en el primer día del mes, tomarás del rebaño un novillo sin mancha y harás una ofrenda por el pecado por el santuario. 19 El sacerdote tomará parte de la sangre de la ofrenda por el pecado y la pondrá en los postes de las puertas de la casa y las cuatro esquinas del borde del altar, y en los postes de las puerta del atrio interior. 20 Harás esto en el séptimo día del mes por el pecado de cada persona por accidente o ignorancia; de ésta manera tú expiarás por el templo. 21 En el primer mes, en el día catorce del mes, habrá para ti una fiesta solemne, una fiesta de siete días. Comerás pan sin levadura. 22 En aquel día, el príncipe preparará para él y para todo el pueblo de la tierra un novillo como ofrenda por el pecado. 23 Durante los siete días del festival, el príncipe preparará un holocausto para el SEÑOR: siete novillos y siete carneros sin manchas cada día por siete días, y un macho cabrío cada día como una ofrenda de pecado. 24 Entonces el príncipe ofrecerá de grano de una canasta por cada novillo y una canasta por cada carnero con un hin de aceite por cada efa. 25 En el séptimo mes en el día quince del mes, en el festival, el príncipe realizará ofrendas en estos siete días: ofrendas por pecados, holocaustos, ofrendas de grano, y ofrendas de aceite.

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1 El SEÑOR Dios dice esto: La puerta del patio interior, de frente al este, estará cerrada los seis días de trabajo, pero en el Día de Reposo estará abierta, y en el día de la luna nueva estará abierta. 2 El príncipe entrará al patio exterior por medio de la puerta y su pórtico desde afuera, y él se parará ante el marco de la puerta interior mientras los sacerdotes llevan a cabo su ofrenda quemada y ofrenda de paz. Entonces él adorará en el umbral de la puerta interior y saldrá, pero la puerta no se cerrará hasta la noche. 3 El pueblo de la tierra también adorará ante el SEÑOR a la entrada de la puerta en el Día de Reposo y lunas nuevas. 4 La ofrenda quemada que el príncipe ofrece al SEÑOR en el Día de Reposo serán seis corderos sin mancha y un carnero sin mancha. 5 La ofrenda de grano con carnero será una canasta, y la ofrenda de grano con los corderos será lo que él desee ofrecer, y un hin de aceite con cada canasta de grano. 6 En el día de la luna nueva él debe ofrecer un toro sin mancha de una manada, seis corderos y un carnero sin macha. 7 Él debe dar una canasta de ofrenda de grano por el toro y una canasta por el carnero, y lo que él desee dar por los corderos y un hin de aceite por cada canasta de grano. 8 Cuando el príncipe entre por el camino de la puerta y su pórtico, él debe salir por el mismo camino. 9 Pero cuando el pueblo de la tierra venga ante el SEÑOR en las fiestas designadas, cualquiera que entre a través de la puerta del norte para adorar saldrá a través de la puerta del sur; y cualquiera que entre a través de la puerta del sur debe salir a través de la puerta del norte. Nadie puede volverse a la puerta a través de la cual entró, puesto que debe salir de frente. 10 El príncipe debe estar en el centro; cuando ellos vayan adentro, él debe entrar, y cuando ellos salgan, él debe salir. 11 En las fiestas, la ofrenda de grano debe ser una canasta de grano por el toro y una canasta de carnero, y lo que él desee dar con los corderos, y un hin de aceite por cada canasta. 12 Cuando el príncipe dé una ofrenda por voluntad propia, sea una ofrenda quemada o una ofrenda de paz al SEÑOR, la puerta de frente al este será abierta para él. Él ofrecerá su ofrenda quemada o su ofrenda de paz como lo hace en el Día de Reposo. Luego, él debe salir, y cuando haya salido fuera la puerta será cerrada. 13 En adición, tú ofrecerás un cordero sin mancha de un año de edad como una ofrenda quemada al SEÑOR diariamente; tú harás esto mañana tras mañana. 14 Y con éste tú darás una ofrenda de grano mañana tras mañana, la sexta parte de una canasta y la tercera parte de un hin de aceite para humedecer la harina de la ofrenda de grano para el SEÑOR, de acuerdo al estatuto permanente. 15 Ellos prepararán el cordero, la ofrenda de grano, y el aceite mañana tras mañana, una ofrenda quemada permanente. 16 El SEÑOR Dios dice esto: Si el príncipe da un regalo a alguno de sus hijos, esta es su herencia. Esta será la propiedad de sus hijos, es una herencia. 17 Pero si él regala de su herencia a uno de sus sirvientes, entonces será del sirviente hasta el año de libertad, y luego retornará al príncipe. Su herencia ciertamente será para sus hijos. 18 El príncipe no tomará las propiedades de la herencia del pueblo; él debe proveerle a sus hijos de su propia propiedad para que Mi pueblo no sea disperso, cada hombre dé su propia propiedad.'" 19 Luego el hombre me llevó a través de la entrada en la puerta de los cuartos santos de los sacerdotes, los cuales estaban frente al norte y ¡He aquí! Había un lugar hacia el oeste. 20 Él me dijo: "Este es el lugar donde los sacerdotes deben hervir la ofrenda por la culpa y la ofrenda por el pecado y ellos deben hornear la ofrenda de grano. Ellos no deben traer la ofrenda al patio exterior, porque entonces el pueblo estará consagrado." 21 Luego él me trajo al patio exterior y él me dirigió pasando las cuatro esquinas del patio, y yo ví que en cada esquina del patio había otro patio. 22 En las cuatro esquinas de los patios exteriores habían cuatro pequeños patios, cuarenta codos de longitud y treinta de ancho. Son la misma dimensión para todos los cuatro patios. 23 Había una fila hecha de piedra toda alrededor de ellos cuatro, y fogones de cocina estaban debajo de la fila de piedra. 24 El hombre me dijo: "Estos son los lugares donde los sirvientes del templo hervirán los sacrificios del pueblo."

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1 Entonces, el hombre me llevó nuevamente a la entrada del templo, y allí había agua fluyendo fuera por debajo del umbral del templo de la casa hacia el este, pues el frente del templo enfrentaba el este, y el agua estaba fluyendo bajo el lado sur del templo, hacia la derecha del altar. 2 Así que, él me trajo a través de la puerta del norte y me llevó alrededor de la puerta que da al este, y ahí el agua estaba fluyendo desde esta entrada en su lado sur. 3 Mientras el hombre estaba yendo hacia el este, había un cordel de medir en su mano; él midió mil codos y me trajo a través del agua a aguas hasta el tobillo de profundas. 4 Entonces, él midió mil codos otra vez y me trajo através del agua a aguas hasta las rodillas de profundas; y él midió otros mil codos y me trajo a agua de profundidad hasta la cadera. 5 Después él midió otros mil codos, pero era un río que yo no podía cruzar porque el agua se había elevado y estaba lo suficientemente profundo para nadar, era un río que no se podía cruzar. 6 El hombre me dijo: "Hijo de hombre, ¿tu ves ésto?" y él me trajo fuera y me hizo volver a caminar junto a la orilla del río. 7 Mientras yo caminaba de vuelta, allí la orilla del río tenía muchos árboles en su lado y también en el otro lado. 8 El hombre me dijo: "Esta agua está saliendo al territorio del este y abajo al Arabá; esta agua fluye hacia el mar Muerto y lo hará fresco. 9 Será que cada criatura viva que nada vivirá donde el agua fluya; habrán muchos peces, por que estas aguas fluyen allí. Hará el agua salada fresca. Todo vivirá donde quiera que el río vaya. 10 Entonces, sucederá que los pescadores de En Gadi estarán por el agua, y tendrán un lugar para secar los redes de pescar por En Eglaim. Habrán muchos tipos de peces en el mar Muerto, como los peces en el Mar Grande por su abundancia. 11 Pero los pantanos y las ciénagas del mar Muerto no serán hechos fresco, ellos serán para proveer sal. 12 Al lado de este río en sus orillas, en ambos lados, todo tipo de árboles crecerán y darán fruto. Sus hojas no se marchitarán y su fruto nunca dejará de crecer. Cada mes los árboles darán frutos, porque el agua del santuario fluye hacia ellos. Su fruto será para comida, y sus hojas serán para curación. 13 El SEÑOR Dios dice esto: Esta será la forma que ustedes van a dividir la tierra para las doce tribus de Israel: José tendrá dos porciones. 14 Ustedes deben dividir equitativamente lo que Yo he jurado, con Mi mano levantada, dar a sus padres. Esta tierra vendrá a ustedes como una herencia. 15 Este será el límite de la tierra por el norte desde el Mar Grande hasta Hetlón, y luego hasta Zedad. 16 Luego, el límite irá a Berota, a Sibraim, lo cual está en medio de Damasco y Hamat, y luego a Hazar Haticón, que está al lado del límite de Haurán. 17 Entonces, el límite será desde el mar hasta Hazar Enán en la frontera con Damasco y Hamat para el norte. Este será el lado norte. 18 En el lado este, entre Haurán y Damascos, y en medio de Galaad y la tierra de Israel estará el río Jordan. Ustedes deben medir desde la frontera hacia el mar oriental; todo esto será la frontera del este. 19 Luego el lado sur: al sur de Tamar hacia las aguas de Meriba de Cades, el arroyo de Egipto hacia el Mar Grande, y el lado sur hacia el sur. 20 Luego, el límite oeste será el Mar Grande hacia donde se opone el Lebo Hamat. Este será el lado oeste. 21 De esta forma, ustedes van a dividir la tierra para ustedes, para las tribus de Israel. 22 Así que, ustedes distriburán la herencia para ustedes y para los extranjeros en medio de ustedes, aquellos que han dado a luz a niños en medio de ustedes y quienes son, contigo, como el nativo nacido pueblo de Israel. Ustedes van a dar mucha herencia en medio de las tribus de Israel. 23 Entonces, ocurrirá que el extranjero va a estar con la tribu entre quienes él está viviendo. Ustedes deben darle una herencia. Esta es la declaración del SEÑOR Dios."

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1 Estos son los nombres de las tribus. La tribu de Dan recibirá una porción de tierra; su límite correrá junto al límite del norte de Israel por camino de Hetlón y Lebo Hamat. Su límite seguirá hasta Hazar Enán y junto a la frontera con Damasco hacia el norte y luego hacia Hamat. El límite de Dan irá del este todo el camino hasta el Gran Mar. 2 Contiguo a la frontera de Dan, desde el lado este al oeste, Aser tendrá una porción. 3 Contiguo a la frontera de Aser desde el lado este hasta el oeste, Neftalí tendrá una porción. 4 Contiguo a la frontera de Neftalí desde el lado este hasta el oeste, Manasés tendrá una porción. 5 Contiguo a la frontera de Manasés desde el lado este al oeste, Efraín tendrá una porción. 6 Contiguo a la frontera de Efraín desde el lado este al oeste, Rubén tendrá una porción. 7 Contiguo a la frontera de Rubén desde el lado al oeste, Judá tendrá una porción. 8 La ofrenda de tierra que tú harás será junto a la frontera con Judá y se extiende desde el lado este al lado oeste; será veinticinco mil codos de ancho. Su largo corresponderá a la porción de una tribu desde el lado este al lado oeste, y el templo estará en el medio de ella. 9 Esta tierra que tú ofrecerás al SEÑOR será de veinticinco mil codos de largo y diez mil codos de ancho. 10 Estas serán las asignaciones de esta porción santa de tierra: los sacerdotes tendrán tierras asignadas a ellos midiendo veinticinco mil codos de largo en el lado norte; diez mil codos de ancho en el lado oeste; diez mil codos de ancho en el lado este; y veinticinco mil codos de largo en el lado sur, con el lugar santo del SEÑOR en el medio de él. 11 Esto será para la consagración de los sacerdotes de la línea de Sadoc, que Me han servido fielmente y que no se descarriaron cuando el pueblo de Israel se descarrió, según hicieron los levitas. 12 La ofrenda para ellos será una porción de esta tierra santa, extendiéndose hasta la frontera de los levitas. 13 La tierra de los levitas junto a la frontera con la tierra de los sacerdotes será veinticinco mil codos de largo y diez mil codos de ancho. El largo entero de las dos extensiones de tierra será veinticinco mil codos de largo y veinte mil codos de ancho. 14 Ellos no podrán venderlo o intercambiarlo; ninguna de estas primicias de la tierra de Israel podrá jamás ser separada de estas extensiones, pues todo ello es santo al SEÑOR. 15 La tierra restante, cinco mil codos de ancho y veinticinco mil codos de largo, será para el uso colectivo de la ciudad, las casas, y el pastizal; la ciudad estará en su medio. 16 Estas serán las medidas de la ciudad: el lado norte será 4, 500 codos de largo; el lado sur sera 4, 500 codos de largo, el lado este será 4, 500 codos de largo y el lado oeste será 4, 500 codos de largo. 17 Habrá pastizal para la ciudad hacia el norte, 250 codos de profundo; al sur, 250 codos de profundo; al este, 250 codos de profundo, y al oeste, 250 codos profundo. 18 El área restante de la ofrenda santa se extenderá por diez mil codos al este y diez mil codos al oeste. Se extenderá a lo largo de la frontera de la ofrenda santa, y sus cultivos serán alimento para aquéllos trabajando en la ciudad. 19 La gente que trabaja en la ciudad, gente perteneciente a todas las tribus de Israel, cultivará esa tierra. 20 Toda la ofrenda de tierra medirá veinticinco mil codos por veinticinco mil codos. De esta manera harán la ofrenda santa de la tierra, junto con la tierra para la ciudad. 21 El restante de la tierra a ambos lados de la ofrenda santa y el área de la ciudad será para el príncipe. La extensión de tierra del príncipe hacia el este se extenderá por veinticinco mil codos desde el límite de la ofrenda santa hasta el borde este, y su extensión de tierra hacia el oeste se extenderá por veinticinco mil codos hacia la frontera oeste. En el medio estará la santa ofrenda, y el santo lugar del templo estará en su medio. 22 La tierra extendiéndose desde la propiedad de los levitas y el área de la ciudad en su medio será para el príncipe; será entre la frontera de Judá y la frontera de Benjamín, esta tierra será para el príncipe. 23 En cuanto a las tribus restantes, sus porciones tambíen correrán del lado este al lado oeste. Benjamín recibirá una porción. 24 Contiguo a la frontera de Benjamín del lado este al oeste, Simeón tendrá una porción. 25 Contiguo a la frontera de Simeón desde el lado este al oeste, Isacar tendrá una porción. 26 Contiguo a la frontera de Isacar desde el lado este al oeste, Zabulón tendrá una porción. 27 Hacia el sur del límite de Zabulón, corriendo desde el lado este al lado oeste, será la tierra de Gad, una porción. 28 El límite sur de Gad se extenderá desde Tamar hasta la aguas de Meriba de Cades, y más lejos hasta el arroyo de Egipto, y entonces hasta el Gran Mar. 29 Esta es la tierra por la cual echarán suertes; ella será la herencia de las tribus de Israel. Estas serán sus porciones. Esta es la declaración del SEÑOR Dios. 30 Estas serán las salidas de la ciudad: en el lado norte, la cual medirá 4, 500 codos de largo, 31 habrá tres puertas, con nombres de las tribus de Israel: una puerta por Rubén, una puerta por Judá y una puerta por Leví. 32 En el lado este, la cual medirá 4, 500 codos de largo, habrá tres puertas: una puerta por José, una puerta por Benjamín y una puerta por Dan. 33 En el lado este, la cual medirá 4, 500 codos de largo, habrá tres puertas: una puerta por Simeón, una puerta por Isacar y una puerta por Zabulón. 34 En el lado oeste, la cual medirá 4, 500 codos, habrá tres puertas: una puerta por Gad, una puerta por Aser y una puerta por Neftalí. 35 La distancia alrededor de la ciudad será de dieciocho mil codos; desde ese día en adelante, el nombre de la ciudad será el SEÑOR Está Allí."

Daniel
Daniel
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1 En el tercer año del reinado de Joacim, rey de Judá, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén y rodeó la ciudad para impedir todos los suministros hacia ella. 2 El Señor le dio la victoria a Nabucodonosor sobre el rey Joacim, rey de Judá, y parte de los objetos sagrados de la casa de Dios. Él los trajo a la tierra de Babilonia, a la casa de su dios, y colocó los objetos sagrados en la casa del tesoro de su dios. 3 El rey habló a Aspenaz, su oficial principal, a que trajera a algunos del pueblo de Israel, tanto de la familia real como de la nobleza, 4 hombres jóvenes sin tacha, atractivos en apariencia, diestros en toda sabiduría, llenos de conocimiento, entendimiento, y calificados para trabajar en el palacio del rey. Él debía enseñarles la literatura y la lengua de los babilonios. 5 El rey les repartió una porción diaria de sus manjares y algo del vino que él bebía. Estos hombres jóvenes serían enseñados por tres años, y después de eso, ellos servirían al rey. 6 Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, algunos del pueblo de Judá. 7 El oficial principal les dio nombres: a Daniel lo llamó Beltsasar; a Ananías lo llamó Sadrac, a Misael lo llamó Mesac, y a Azarías lo llamó Abed Nego. 8 Pero Daniel decidió en su mente que él no se contaminaría con los manjares del rey ni con el vino que él bebía. Así que le pidió permiso al oficial principal para no contaminarse. 9 Dios hizo que se ganara el afecto del oficial principal. 10 El oficial principal le dijo a Danel: "Yo le tengo miedo a mi amo el rey. Él ha ordenado qué ustedes deben tener comida y bebida. ¿Por qué debe él ver que ustedes se vean peor que los demás jóvenes de su edad? El rey podría mandar a cortar mi cabeza debido a ustedes." 11 Entonces Daniel le habló al mayordomo, a quien el oficial principal había asignado sobre Daniel, Ananías, Misael y Azarías. 12 Él dijo: "Por favor, prueba a tus siervos por diez días. Dános solamente algunos vegetales para comer y agua para beber. 13 Luego compara nuestra apariencia con la apariencia de los jóvenes que comen los manjares del rey, y trátanos, a tus siervos, basado en lo que veas." 14 Entonces el mayordomo acordó con él hacer esto, y los probó por diez días. 15 Al cabo de los diez días la apariencia de ellos era más saludable, y estaban mejor nutridos que todos los hombres jóvenes que comían de los manjares del rey. 16 Así que el mayordomo se llevaba sus manjares y su vino y les dio sólo vegetales. 17 En cuanto a estos cuatro jóvenes, Dios les dio conocimiento y entendimiento en toda literatura y sabiduría, y Daniel pudo comprender toda clase de visiones y sueños. 18 Al terminar el tiempo establecido por el rey para hacerlos entrar, el oficial principal los trajo ante Nabucodonosor. 19 El rey habló con ellos, y entre todo el grupo no había ninguno que se comparara con Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Ellos estaban de pie delante del rey, listos para servirle. 20 En toda pregunta de sabiduría y entendimiento que el rey les hizo, los encontró diez veces mejor que todos los magos y aquellos que decíán hablar con los muertos, quienes estaban en todo su reino. 21 Daniel estuvo allí hasta el primer año del Rey Ciro.

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1 En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, él tuvo sueños. Su mente estaba atribulada, y no podía dormir. 2 Entonces el rey convocó a los magos y a los que decían hablar con los muertos. También llamó a los hechiceros y a los sabios. Él quería que le hablaran de sus sueños. Así que entraron y estuvieron de pie delante del rey. 3 El rey les dijo: "He tenido un sueño, y mi mente está inquieta por saber qué significa el sueño." 4 Entonces los sabios le hablaron al rey en arameo: "¡Larga vida al rey! Díganos el sueño y nosotros sus siervos revelaremos el significado." 5 El rey respondió a los sabios: "Este asunto ha sido determinado. Si ustedes no me revelan el sueño y lo interpretan, sus cuerpos serán despedazados y sus casas se convertirán en montones de basura. 6 Pero si me dicen el sueño y su significado, recibirán regalos de mí parte, una recompensa, y gran honor. Así que, díganme el sueño y su significado." 7 Ellos respondieron otra vez y dijeron: "Que el rey nos diga a sus siervos el sueño y nosotros le diremos el significado." 8 El rey contestó: "Sé ciertamente que ustedes quieren más tiempo porque ven lo firme que es mi decisión sobre esto. 9 Pero si no me dicen el sueño, hay solo una sentencia. Ustedes han decidido preparar palabras falsas y engañosas para decirme hasta que cambie de parecer. Así que, díganme el sueño, y así yo sabré que me lo podrán interpretar." 10 Los sabios respondieron al rey: "No hay ningún hombre sobre la tierra que pueda cumplir con la demanda del rey. No hay rey grande y poderoso que haya demandado tal cosa de ningún mago, o de nadie que pretenda hablar con los muertos, o de un hombre sabio. 11 Lo que demanda el rey es difícil, y no hay nadie que pueda contárselo al rey, excepto los dioses, y ellos no viven entre los humanos." 12 Esto puso al rey enojado y muy furioso, y dio una orden para destruir a todos los que eran conocidos por su sabiduría en Babilonia. 13 Así que salió la ley de que todos los que eran conocidos por su sabiduría serían llevados a la muerte. Debido a esta ley, buscaron a Daniel y a sus amigos para llevarlos a la muerte. 14 Entonces Daniel respondió con prudencia y discreción a Arioc, el comandante de seguridad del rey, que había venido a matar a todos los que eran conocidos como sabios en Babilonia. 15 Daniel le preguntó al comandante del rey: "¿Por qué es tan urgente el decreto del rey?" Así que Arioc le contó a Daniel lo que había sucedido. 16 Entonces Daniel entró y pidió una cita con el rey para poderle presentar la interpretación. 17 Daniel fue a su casa y le explicó a Ananías, Misael y Azarías lo que había sucedido. 18 Él los motivó a buscar misericordia del Dios del cielo acerca de este misterio a fin de que ninguno de ellos fuera asesinado con el resto de los hombres que eran conocidos como sabios en Babilonia. 19 Esa noche el misterio fue revelado a Daniel en una visión. Entonces Daniel alabó al Dios del cielo 20 y dijo: "Alaben el nombre de Dios por siempre y para siempre; pues la sabiduría y el poder le pertenecen. 21 Él cambia los tiempos y las temporadas; Él remueve los reyes y coloca los reyes en sus tronos. Él da sabiduría a los sabios y conocimiento a aquellos que tienen entendimiento. 22 Él revela las cosas profundas y escondidas porque Él conoce lo que está en la oscuridad, y la luz vive con Él. 23 Dios de mis antepasados, yo te doy gracias y te alabo por la sabiduría y el poder que me diste. Ahora Tú me has dado a conocer lo que pedimos de Ti; Tú nos diste a conocer el asunto que concierne al rey." 24 Entonces Daniel fue a ver a Arioc al que el rey nombró para matar a todo sabio en Babilonia. Y le dijo: "No mates a los hombres sabios en Babilonia. Llévame al rey y le mostraré la interpretación de su sueño." 25 Entonces Arioc trajo rápidamente a Daniel delante del rey y dijo: "He encontrado entre los exiliados de Judá a un hombre que revelará el significado del sueño del rey." 26 El rey dijo a Daniel, a quien se llamaba Beltsasar: "¿Eres capaz de decirme el sueño que yo vi y su significado?" 27 Daniel respondió al rey y dijo: "El misterio del cual el rey ha preguntado no puede ser revelado por aquellos que tienen sabiduría, ni por los que dicen que hablan con los muertos, ni por magos, ni por astrólogos. 28 Sin embargo, hay un Dios que vive en los cielos, que revela misterios, y Él le ha dado a conocer a usted, Rey Nabucodonosor, lo que sucederá en los días por venir. Este fue su sueño y las visiones de su mente mientras dormía en su cama. 29 En cuanto a usted, rey, sus sueños eran acerca de cosas por venir, y el único que revela misterios le ha dado a conocer lo que está por suceder. 30 Este misterio me fue revelado a mi no porque tenga mayor sabiduría que cualquier otra persona viva. Este misterio me fue revelado a mí para que usted, rey, pueda comprender el significado, y para que pueda conocer los pensamientos profundos dentro de usted. 31 Rey, usted miró y vio una estatua grande. Esta estatua, que era muy poderosa y brillante, estaba en pie delante de usted. Su brillo era aterrarrador. 32 La cabeza de la estatua estaba hecha de oro fino. Su pecho y sus brazos eran de plata. Su parte del medio y sus muslos estaban hechos de bronce, 33 y sus piernas estaban hechas de hierro. Sus pies estaban hechos en parte de hierro y en parte de barro. 34 Usted miró y una piedra fue cortada, aunque no por manos humanas, y golpeó la estatua en sus pies de hierro y barro, y los destrozó. 35 Entonces el hierro, el barro, el bronce, la plata, y el oro, a la misma vez, fueron rotos en pedazos y se hicieron como la cascarilla en los pisos de trillar en el verano. El viento se los llevó y no quedaron trazos de ellos. Pero la piedra que golpeó la estatua se convirtió en una gran montaña y llenó toda la tierra. 36 Este fue su sueño. Ahora le diremos al rey el significado. 37 Usted, rey, es rey de los reyes a quien el Dios del cielo le ha dado el reino, el poder, la fortaleza, y el honor. 38 Él ha puesto en su mano el lugar donde viven los seres humanos. Él le ha entregado los animales de los campos y las aves de los cielos en sus manos, y Él le ha hecho a usted gobernar sobre todos ellos. Usted es la cabeza de oro de la estatua. 39 Después de usted, otro reino se levantará que es inferior a usted, y aún un tercer reino de bronce gobernará sobre toda la tierra. 40 Habrá un cuarto reino, fuerte como el hierro, porque el hierro rompe otras cosas en pedazos y destroza todo. Destrozará todas estas cosas y las aplastará. 41 Tal como usted vio, los pies y los dedos de los pies fueron hechos en parte de barro horneado y parte fueron hechos de hierro, así que será un reino dividido; algo de la fuerza del hierro estará en él, tal como usted vio el hierro mezclado con el barro blando. 42 Así como los dedos de los pies fueron hechos en parte de hierro y parte de barro, así el reino será fuerte en parte y frágil en parte. 43 Como usted vio el hierro mezclado con barro blando, así el pueblo será una mezcla; ellos no se mantendrán juntos, así como el hierro no se mezcla con el barro. 44 En los días de esos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido, ni tampoco será conquistado por otro pueblo. Romperá los otros reinos en pedazos y acabará con todos ellos, y permanecerá para siempre. 45 Tal como usted vio, una piedra fue cortada de la montaña, pero no por manos humanas. Rompió el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro en pedazos. El gran Dios le ha dado a conocer a usted, rey, lo que sucederá después de esto. El sueño es verdadero y esta interpretación es confiable." 46 El Rey Nabucodonosor cayó sobre su rostro delante de Daniel y lo honró; él ordenó que se hiciera una ofrenda y que el incienso fuera ofrecido a él. 47 El rey dijo a Daniel: "Ciertamente tu Dios es el Dios de los dioses, el Señor de los reyes, y Aquel que revela misterios, pues has sido capaz de revelar este misterio." 48 Entonces el rey honró altamente a Daniel y le dio muchos regalos maravillosos. Lo hizo gobernante sobre toda la provincia de Babilonia. Daniel vino a ser el principal gobernante sobre los hombres más sabios de Babilonia. 49 Daniel le hizo un pedido al rey, y el rey nombró a Sadrac, Mesac y Abed Nego para ser administradores sobre la provincia de Babilonia. Pero Daniel permaneció en el palacio del rey.

3

1 El Rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro que era 27 metros de alto y dos metros con setetenta centímetros de ancho. Él la levantó en el Llano de Dura en la provincia de Babilonia. 2 Entonces Nabucodonosor envió mensajes para reunir a los gobernadores de provincias, los regionales, y los locales, junto con los consejeros, tesoreros, jueces, magistrados, y todos los altos oficiales de las provincias para venir a la dedicación de la estatua que él había levantado. 3 Entonces los gobernadores de provincias, los regionales y los locales, junto con los consejeros, tesoreros, jueces, magistrados y todos los altos oficiales de las provincias se reunieron para la dedicación de la estatua que Nabucodonosor había levantado. Ellos estuvieron de pie delante de ella. 4 Entonces el mensajero del rey gritó fuertemente: "Se les ordena, pueblos, naciones y lenguas, 5 que en el momento en que ustedes oigan el sonido de los cuernos, flautas, cítaras, liras, arpas y pipas, y toda clase de música, tienen que inclinarse y postrarse hacia la estatua dorada que el Rey Nabucodonosor ha levantado. 6 Cualquiera que no se incline y adore, en ese mismo momento, será lanzado en un horno abrasador." 7 Así que cuando todos los pueblos oyeron el sonido de los cuernos, flautas, cítaras, liras, arpas, y pipas, y toda clase de música, todos los pueblos, naciones y lenguas cayeron y se postraron hacia la estatua dorada que Nabucodonosor el rey había levantado. 8 En este tiempo ciertos caldeos vinieron y trajeron acusaciones en contra de los judíos. 9 Ellos le dijeron a Nabucodonosor el rey: "¡Qué viva el rey! 10 Usted, rey, ha hecho un decreto que toda persona que oiga el sonido de los cuernos, flautas, cítaras, liras, arpas, y pipas, y toda clase de música, tiene que inclinarse y postrarse hacia la estatua de oro. 11 Quienquiera que no se postre y adore tiene que ser echado a un horno abrasador. 12 Hay ciertos judíos a quienes usted ha nombrado sobre los asuntos de la provincia de Babilonia; sus nombres son Sadrac, Mesac y Abed Nego. Estos hombres, rey, no le hacen caso. Ellos ni adoran ni sirven a sus dioses, ni se postran delante la estatua de oro que usted ha levantado." 13 Entonces Nabucodonosor, lleno de enojo y furia, mandó que les trajeran a Sadrac, Mesac y Abed Nego. Así que trajeron a estos hombres delante del rey. 14 Nabucodonosor les dijo: "¿Han decidido, Sadrac, Mesac, y Abed Nego, que no adorarán mis dioses ni se postrarán ante la estatua dorada que yo he levantado? 15 Ahora, si ustedes están listos a inclinarse y postrarse ante la estatua que he hecho, cuando oigan el sonido de los cuernos, flautas, cítaras, liras, arpas, y pipas, y toda clase de música, todo estará bien. Pero si ustedes no adoran, serán echados inmediatamente a un horno abrasador. ¿Quién es el dios que puede rescatarlos de mis manos?" 16 Sadrac, Mesac, y Abed Nego le contestaron al rey: "Nabucodonosor, nosotros no tenemos ninguna necesidad de contestarle sobre este asunto. 17 Si es que hay una respuesta, es que nuestro Dios al cual servimos, es capaz de guardarnos seguros del horno abrasador, y Él nos rescatará de su mano, rey. 18 Pero si no, que se le haga saber a usted, rey, que nosotros no adoraremos sus dioses, y no nos postraremos delante de la estatua de oro que usted ha levantado." 19 Entonces Nabucodonosor se llenó de furia; la semblanza en su rostro cambió en contra de Sadrac, Mesac, y Abed Nego. Él mandó que el horno debiera calentarse siete veces más caliente de lo que normalmente se calentaba. 20 Entonces mandó que algunos hombres muy fuertes de su ejército amarraran a Sadrac, Mesac, y Abed Nego, y que los lanzaran al horno abrasador. 21 Ellos fueron amarrados aún vestidos con sus mantos, túnicas, turbantes, y otras ropas, y fueron lanzados al horno abrasador. 22 Debido a que el mandato del rey fue estrictamente seguido, y el horno estaba muy caliente, las llamas mataron a los hombres que llevaron a Sadrac, Mesac, y Abed Nego. 23 Estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abed Nego, cayeron dentro del horno abrasador aún estando amarrados. 24 Entonces Nabucodonosor el rey se maravilló y se puso de pie rápidamente. Él le preguntó a sus consejeros: "¿No lanzamos nosotros a tres hombres amarrados al fuego?" Ellos respondieron al rey: "Ciertamente, rey." 25 Él dijo: "Pero yo veo a cuatro hombres que no están amarrados, paseando dentro del fuego, y no están heridos. La brillantez del cuarto es como un hijo de los dioses." 26 Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno abrasador y gritó: "Sadrac, Mesac, y Abed Nego, siervos de Dios Altísimo, ¡salgan! ¡Vengan aquí!" Entonces Sadrac, Mesac, y Abed Nego salieron del fuego. 27 Los gobernadores de las provincias, los regionales, otros gobernadores, y los consejeros del rey que se habían reunido vieron a estos hombres. El fuego no les había hecho daño a sus cuerpos; el cabello en sus cabezas no se había chamuscado; sus mantos no estaban dañados, y no hubo olor a fuego en ellos. 28 Nabucodonosor dijo: "Alabemos al Dios de Sadrac, Mesac, y Abed Nego, quien ha enviado a Su mensajero y ha dado su mensaje a sus siervos. Ellos confiaron en Él cuando ignoraron mi mandato, y entregaron sus cuerpos antes que adorar o postrarse ante cualquier dios excepto su Dios. 29 Por lo tanto, yo hago una ley de que todo pueblo, nación o lengua que hable cualquier cosa en contra del Dios de Sadrac, Mesac, y Abed Nego, deberá ser despedazado, y sus casas deben convertirse en montones de basura porque no hay otro dios que puede salvar así." 30 Entonces el rey promovió a Sadrac, Mesac, y Abed Nego en la provincia de Babilonia.

4

1 El Rey Nabucodonosor envió este decreto a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitaban en la tierra: "Que aumente su paz. 2 Me ha parecido bien a mí contarles acerca de las señales y maravillas que el Altísimo ha hecho por mí. 3 ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán poderosas son sus maravillas! Su reino es un reino eterno, y su dominio dura de generación a generación." 4 Yo, Nabucodonosor, estaba viviendo felizmente en mi casa, y estaba disfrutando de la prosperidad en mi palacio. 5 Pero un sueño que tuve me dio miedo. Mientras estaba acostado allí, las imágenes que yo vi y las visiones en mi mente me perturbaron. 6 Así que di un decreto para que se me trajeran ante mí todos los hombres de Babilonia que tenían sabiduría para que pudieran interpretar el sueño por mí. 7 Entonces vinieron los magos, aquellos que clamaban hablar con los muertos, los hombres sabios, y los astrólogos. Yo les conté el sueño, pero ellos no pudieron interpretármelo. 8 Pero a lo último entró Daniel, el que se llama Beltsasar como el nombre de mi dios, y en quien está el espíritu de los dioses santos, y yo le conté el sueño. 9 "Beltsasar, jefe de los magos, yo sé que el espíritu de los dioses santos está en ti y que ningún misterio es demasiado difícil para ti. Dime lo que yo vi en mi sueño y qué significa. 10 Estas son las visiones que yo vi en mi mente mientras estaba acostado en mi cama: Yo miré, y había un árbol en el centro de la tierra, y su altura fue muy grande. 11 El árbol creció y se hizo fuerte. Su parte más alta llegaba a los cielos, y podía verse hasta los fines de la tierra entera. 12 Sus hojas eran bellas, su fruto era abundante, y en él había comida para todos. Los animales salvajes encontraban sombra debajo de él, y las aves de los cielos vivían en sus ramas. Todas las criaturas vivientes fueron alimentadas de él. 13 Yo vi en mi mente mientras yacía en mi cama, y un mensajero santo descendió de los cielos. 14 El gritó y dijo: 'Derriben el árbol y córtenle sus ramas, arránquenle sus hojas, y desparramen su fruto. Que huyan los animales de debajo de él y que las aves vuelen de sus ramas. 15 Dejen el tocón de sus raíces en la tierra, atado con una franja de hierro y bronce, en el medio de la hierba tierna del campo. Déjenlo mojado con el rocío de los cielos. Dejen que viva con los animales entre las plantas sobre la tierra. 16 Dejen que sea cambiada su mente de la mente del hombre, y dejen que la mente de un animal le sea dada hasta que siete años pasen. 17 Esta decisión es por el decreto que fue informado por el mensajero. Es una decisión tomada por los santos para que así, aquellos que están vivos puedan saber que el Altísimo gobierna sobre los reinos de los pueblos y se los da a cualquiera a quien Él quiera poner sobre ellos, aun a los hombres más humildes.' 18 Yo, Rey Nabucodonosor, tuve este sueño. Ahora tú, Beltsasar, dime la interpretación, porque ninguno de los hombres con sabiduría en mi reino me lo puede interpretar. Pero tú lo puedes hacer, porque el espíritu de los santos dioses está en ti." 19 Entonces Daniel, quien también tenía por nombre Beltsasar, se turbó grandemente por un rato, y sus pensamientos lo alarmaron. El rey dijo: "Beltsasar, no dejes que el sueño o su interpretación te alarmen." Beltsasar respondió: "Mi amo, que el sueño sea para aquellos que lo odian a usted; que su interpretación sea para sus enemigos. 20 El árbol que usted vio, el cual creció y se hizo fuerte, y cuya parte mas alta alcanzó hasta los cielos, y que se podía ver hasta los fines de la tierra entera, 21 cuyas hojas eran hermosas, y cuyo fruto era abundante, de manera que en él había comida para todos, y debajo de él los animales del campo encontraban sombra, y en el cual las aves de los cielos vivían, 22 este árbol es usted, rey, usted que ha crecido tan fuerte. Su grandeza ha crecido y alcanza hasta los cielos, y su autoridad llega hasta los fines de la tierra. 23 Usted, rey, vio un mensajero santo descendiendo del cielo y diciendo: "Derriba el árbol y destrúyelo, pero deja el tocón de sus raíces en la tierra, atado con una franja de hierro y bronce, en el medio de la hierba tierna del campo. Que esté mojado con el rocío de los cielos. Deja que viva con los animales salvajes en los campos hasta que pasen siete años.' 24 Esta es la interpretación, rey. Es un decreto del Altísimo que le ha llegado a usted, mi amo, el rey. 25 Usted será echado de entre los hombres, y usted vivirá con los animales salvajes en los campos. Se le obligará a usted comer hierba como un buey, y usted estará mojado con el rocío de los cielos, y siete años pasarán hasta que usted reconozca que el Altísimo gobierna sobre los reinos de los pueblos y que Él los da a cualquiera que Él desee. 26 Así como fue ordenado dejar el tocón de las raíces del árbol, de esta manera su reino se le devolverá a usted desde el momento en que usted aprenda que el cielo gobierna. 27 Por lo tanto, rey, permita que mi consejo sea aceptable a usted. Deje de pecar y haga lo que es correcto. Aléjese de sus iniquidades, mostrando misericordia a los oprimidos, y puede ser que su prosperidad sea extendida." 28 Todas estas cosas le sucedieron al Rey Nabucodonosor. 29 Doce meses después, él estaba caminando en el techo del palacio real en Babilonia, 30 y él dijo: "¿No es ésta la gran Babilonia, la cual yo he construido para mi residencia real, para la gloria de mi majestad?" 31 Mientras las palabras estaban todavía en los labios del rey, una voz vino del cielo: "Rey Nabucodonosor, se le anuncia a usted que este reino se le ha quitado a usted. 32 Usted será alejado de la gente, y su hogar será con los animales salvajes en los campos. A usted se le obligará comer hierba como a un buey. Siete años pasarán hasta que usted reconozca que el Altísimo gobierna sobre los reinos de los pueblos y Él los da a quienquera que él desee." 33 Este decreto contra Nabucodonosor fue llevado a cabo inmediatamente. Él fue echado lejos de la gente. Él comió hierba como un buey, y su cuerpo estaba mojado con el rocío de los cielos. Su cabello creció tan largo como las plumas de águilas, y sus uñas llegaron a ser como las garras de las aves. 34 Al final de los días, yo, Nabucodonosor, levanté mis ojos hacia el cielo, y mi cordura me fue devuelta. "Yo alabé al Altísimo, y yo honré y glorifiqué al que vive para siempre. Porque su reinado es un reinado eterno, y su reino permanece desde todas las generaciones hasta todas las generaciones. 35 Todos los habitantes de la tierra son considerados por Él como nada; Él hace entre el ejército del cielo y los habitantes de la tierra según su voluntad. Nadie lo puede detener ni retar. Nadie le puede decir: "¿Por qué has hecho esto?" 36 A la misma vez que mi cordura regresó a mí, mi majestad y esplendor me regresaron para la gloria de mi reino. Mis consejeros y nobles buscaron mi favor. Me fue devuelto mi trono, y aun más grandeza me fue dada. 37 Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, ensalzo, y honro al Rey del cielo, porque todas sus obras son correctas, y sus caminos son justos. Él puede humillar a aquellos que caminan en su propio orgullo.

5

1 Belsasar el rey hizo una gran fiesta para mil de sus nobles, y bebió vino frente a los mil de ellos. 2 Mientras Belsasar saboreaba el vino, él dio órdenes para que se le trajeran los contenedores hechos de oro o plata que Nabucodonosor su padre, había sacado del templo en Jerusalén, de los cuales él, sus nobles, y sus esposas y concubinas pudieran beber. 3 Los sirvientes trajeron los contenedores de oro que se habían sacado del templo, la casa de Dios, en Jerusalén. El rey, sus nobles, y sus esposas y concubinas bebieron de ellos. 4 Ellos bebieron el vino y alabaron sus ídolos hechos de oro y plata, bronce, hierro, madera, y piedra. 5 En ese momento los dedos de una mano humana aparecieron frente al candelabro y escribieron en la pared de yeso en el palacio del rey. El rey pudo ver parte de la mano mientras escribía. 6 Entonces el rostro del rey cambió y sus pensamientos lo asustaron; sus extremidades no lo pudieron sostener, y sus rodillas chocaban entre sí. 7 El rey gritó una orden para hacer entrar a aquellos que decían que hablaban con los muertos, los hombres sabios, y los astrólogos. El rey les dijo a aquellos conocidos por su sabiduría en Babilonia: "Quienquiera que explique este escrito y su significado será vestido de púrpura y tendrá una cadena de oro alrededor de su cuello. Él tendrá la autoridad del tercero en mando en el reino." 8 Entonces todos los hombres del rey que eran conocidos por su sabiduría entraron, pero ellos no pudieron leer el escrito ni explicar su significado al rey. 9 Entonces el Rey Belsasar se alarmó grandemente y la mirada en su rostro cambió. Sus nobles se quedaron perplejos. 10 Ahora la reina entró a la casa del banquete debido a lo que el rey y los nobles habían dicho. La reina dijo: "¡Rey, viva para siempre! No deje que sus pensamientos lo inquieten. No deje que la mirada en su rostro cambie. 11 Hay un hombre en su reino que posee el espíritu de los dioses santos. En los días de su padre, la luz, el entendimiento y la sabiduría como la sabiduría de los dioses fueron hallados en él. El Rey Nabucodonosor, su padre el rey, lo hizo jefe de los magos, así también como jefe de los que hablan con los muertos, de los hombres sabios, y de los astrólogos. 12 Un espíritu excelente, conocimiento, entendimiento, interpretación de sueños, explicación de adivinanzas y solución de problemas; todas estas cualidades fueron halladas en este hombre Daniel, a quien el rey llamó Beltsasar. Ahora llame a Daniel y él le dirá el significado de lo que ha sido escrito." 13 Entonces Daniel fue traído ante el rey. El rey le dijo: "Tú eres ese Daniel, uno de entre el pueblo de los exiliados de Judá, a quien mi padre, el rey, sacó de Judá. 14 Yo he escuchado acerca de ti, que el espíritu de los dioses está en ti, y que luz, entendimiento y una excelente sabiduría se hallan en ti. 15 Ahora los hombres conocidos por sabiduría y aquellos que claman hablar con los muertos han sido traídos delante de mí para leer este escrito y darme a conocer su interpretación, pero ellos no me pudieron dar a conocer su interpretación. 16 Yo he escuchado que tú puedes dar interpretaciones y resolver problemas. Ahora, si tú puedes leer el escrito y decirme su significado, tú serás vestido de púrpura y tendrás una cadena de oro colocada alrededor de tu cuello, y tendrás la autoridad del tercero en mando en el reino." 17 Entonces Daniel contestó delante del rey: "Que sus regalos sean para usted mismo, y déle sus recompensas a otra persona. Sin embargo, yo le leeré el escrito, rey, y le diré su significado. 18 En cuanto a usted, rey, el Dios Altísimo le dio a Nabucodonosor, su padre, el reino, la grandeza, el honor y la majestad. 19 Debido a la grandeza que Dios le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaron y le temieron. Él mandó a matar a aquellos que él quería que murieran, y dejó vivir a los que él quería que vivieran. Él exaltó a los que él deseaba, y humilló a los que él deseaba. 20 Pero cuando su corazón fue arrogante y su espíritu fue endurecido de manera que actuó pretenciosamente, él fue derribado de su trono real, y le quitaron su majestad. 21 Fue echado de la humanidad, tuvo la mente de un animal, y vivió con los asnos salvajes. Comió hierba como un buey. Su cuerpo estaba mojado con el rocío de los cielos hasta que aprendió que el Dios Altísimo gobierna sobre los reinos de los pueblos y que él coloca sobre ellos a cualquiera que él desea. 22 Usted, su hijo, Belsasar, no ha humillado su corazón, aunque usted sabía todo esto. 23 Usted se ha levantado en contra del Señor del cielo. De su casa le han traído a usted los contenedores de los cuales usted, sus nobles, sus esposas y sus concubinas bebieron vino, y usted alabó los ídolos hechos de plata y oro, bronce, hierro, madera y piedra, ídolos que no ven, oyen, ni saben nada. Usted no ha honrado al Dios que sostiene su aliento en su mano y quien conoce todos sus caminos. 24 Entonces Dios envió una mano de su presencia y este escrito fue hecho. 25 Esto es el escrito que fue hecho: 'Mene, Mene, Tekel, y Parsin.' 26 Esto es su significado: 'Mene,' 'Dios ha contado su reino y lo ha traído a su final.' 27 'Tekel,' 'Usted fue pesado en la balanza y es hallado falto.' 28 'Parsin,' 'Su reino está dividido y es entregado a los medos y persas.'" 29 Entonces Belsasar dio una orden, y vistieron a Daniel de púrpura. Una cadena de oro fue puesta alrededor de su cuello, y el rey hizo una proclama acerca de él de que tendría la autoridad del tercero en mando en el reino. 30 Esa noche Belsasar, el rey de Babilonia, fue asesinado, 31 y Darío, el Medo, recibió el reino cuando tenía cerca de sesenta y dos años.

6

1 Le agradó a Darío nombrar sobre el reino, a 120 gobernadores de provincia quienes gobernarían sobre todo el reino. 2 Sobre ellos había tres administradores principales, y Daniel fue uno de ellos. Estos administradores principales fueron nombrados para que pudieran supervisar a los gobernadores de provincia, para que el rey no sufriera ninguna pérdida. 3 Daniel fue distinguido sobre los otros administradores principales y los gobernadores de provincia, porque tenía un espíritu extraordinario. El rey estaba planificando ponerlo a él sobre todo el reino. 4 Entonces los otros administradores principales y los gobernadores de provincia buscaron errores en el trabajo que Daniel hacía para el reino, pero no pudieron encontrar ninguna corrupción o falta en su deber porque él era fiel. Ningún error o negligencia fueron hallados en él. 5 Entonces estos hombres dijeron: "Nosotros no podemos encontrar ninguna razón para quejarnos contra este Daniel, a menos que encontremos algo contra él respecto a la ley de su Dios." 6 Entonces estos administradores y gobernadores trajeron un plan delante del rey. Ellos le dijeron: "Rey Darío, ¡viva usted para siempre! 7 Todos los administradores principales del reino, los gobernadores regionales, y los gobernadores de provincias, los consejeros, y los gobernadores han consultado entre sí y han decidido que usted, el rey, debe emitir un decreto y hacerlo cumplir, que cualquiera que haga un pedido a cualquier dios u hombre por treinta días, excepto a usted, rey, esa persona deberá ser lanzada en el foso de los leones. 8 Ahora, Rey, emita un decreto y firme el documeto de manera que no pueda ser cambiado, según las leyes de los medos y persas, para que no pueda ser revocado." 9 Así que el Rey Darío firmó el documeto convirtiendo el decreto en una ley. 10 Cuando Daniel supo que el documento había sido firmado convirtiéndolo en ley, él entró a su casa (ahora sus ventanas en su aposento alto estaban abiertas hacia Jerusalén), y se arrodilló, como lo hacía tres veces al día, y oró y dio gracias delante de su Dios, como lo había hecho antes. 11 Entonces estos hombres que habían hecho la trama entre sí vieron a Daniel hacer pedidos y buscar ayuda de Dios. 12 Entonces se acercaron al rey y hablaron con él acerca de su decreto: "¿No hizo usted un decreto de que todo el que haga un pedido a cualquier dios o ser humano durante los próximos treinta días, excepto a usted, rey, deberá ser lanzado al foso de los leones?" El rey contestó: "El asunto está decidido, según la ley de los medos y persas; no puede ser revocado." 13 Entonces ellos le respondieron al rey: "Esa persona, Daniel, quien es una de las personas del exilio de Judá, no le hace caso a usted, rey, ni al decreto que usted ha firmado. Él ora a su Dios tres veces al día." 14 Cuando el rey oyó esto, se afligió terriblemente, y concentró su mente para rescatar a Daniel de este fallo. Él trabajó hasta la puesta del sol para tratar de salvar a Daniel. 15 Entonces estos hombres que habían hecho este complot se reunieron con el rey y le dijeron: "Sepa usted, rey, que es una ley de los medos y persas, que ningún decreto o estatuto que el rey emite puede ser cambiado." 16 Entonces el rey dio una orden, y trajeron a Daniel, y lo lanzaron al foso de los leones. El rey le dijo a Daniel: "Que tu Dios, a Quien tú sirves continuamente, te rescate." 17 Una piedra fue traída sobre la entrada al foso, y el rey la selló con su propio anillo grabado y con los anillos grabados de sus nobles para que nada pudiera ser cambiado respecto a Daniel. 18 Entonces el rey fue a su palacio y pasó la noche ayunando. Ningún entretenimiento fue traído delante de él, y el sueño se le escapó. 19 Entonces a la salida del sol, el rey se levantó y rápidamente fue al foso de los leones. 20 Mientras se acercaba al foso, él llamó a Daniel con una voz triste, diciéndole a Daniel: "Daniel, siervo del Dios viviente, ¿ha podido tu Dios, a quien tú sirves continuamente, salvarte de los leones?" 21 Entonces le dijo Daniel al rey: "¡Rey, viva para siempre! 22 Mi Dios ha enviado a su mensajero y ha cerrado las bocas de los leones, y no me han lastimado. Porque fui hallado inocente delante de Él y también delante de usted, rey, y yo no le he hecho ningún daño a usted." 23 Entonces el rey se alegró mucho. Él dio una orden para que sacaran a Daniel del foso. Así que Daniel fue sacado del foso. No le encontraron ningún daño en él, porque él había confiado en su Dios. 24 El rey dio una orden, y le trajeron a aquellos hombres que habían acusado a Daniel y los lanzaron al foso de los leones, a ellos, sus niños y sus esposas. Antes de que llegaran al piso, los leones se apoderaron de ellos y rompieron todos sus huesos en pedazos. 25 Entonces el Rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que moraban en toda la tierra: "Aumente la paz sobre ustedes. 26 Por la presente, yo hago un decreto de que en todo el dominio de mi reino, tiemblen y teman los hombres ante el Dios de Daniel, porque El es el Dios viviente y vive para siempre, y su reino no será destruido; su dominio será hasta el final. 27 Él nos guarda y nos rescata, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; Él ha guardado a Daniel de la fuerza de los leones." 28 Así que Daniel prosperó durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el Persa.

7

1 En el primer año de Belsasar, rey de Babilonia, Daniel tuvo un sueño y visiones en su mente mientras estaba acostado en su cama. Entonces él escribió lo que había visto en el sueño. Él escribió los eventos más importantes: 2 Daniel explicó: "En mi visión en la noche yo vi que los cuatro vientos del cielo estaban agitando el mar grande. 3 Cuatro animales grandes, cada uno diferente del otro, salieron del mar. 4 El primero era como un león pero tenía alas de águila. Mientras yo miraba, sus alas fueron arrancadas y el fue levantado de la tierra y obligado a pararse sobre dos patas, como un hombre. La mente de un hombre le fue dada. 5 Entonces allí había un segundo animal, como un oso, y estaba agachado; tenía tres costillas entre sus dientes dentro de su boca. Se le dijo: 'Levántate y devora mucha gente.' 6 Después de esto miré otra vez. Había allí otro animal, uno que parecía un leopardo. Sobre su espalda tenía cuatro alas, como alas de ave, y tenía cuatro cabezas. Le fue dada autoridad para gobernar. 7 Después de esto yo vi en mi sueño en la noche un cuarto animal, aterrador, espantoso, y muy fuerte. Este tenía grandes dientes de hierro; devoraba, despedazaba y pisoteaba bajo sus patas lo que quedaba. Este era diferente a los otros animales, y tenía diez cuernos. 8 Mientras yo estaba considerando los cuernos, miré y vi otro cuerno crecer entre ellos, un cuerno pequeño. Tres de los primeros cuernos fueron arrancados de raíz. Yo vi en este cuerno ojos, como los ojos de un hombre, y una boca que se estaba jactando acerca de grandes cosas. 9 Mientras yo miraba, tronos fueron colocados en su lugar, y el Anciano de Días tomó su asiento. Su vestidura era tan blanca como la nieve, y el cabello de su cabeza era como lana pura. Su trono era llamas de fuego, y sus ruedas eran fuego ardiendo. 10 Un río de fuego fluyó de delante de Él; millones Le servían, y cien millones estaban de pie delante de Él. La corte estaba en sesión, y los libros fueron abiertos. 11 Yo continué mirando a causa de las palabras jactanciosas dichas por el cuerno. Yo miré mientras mataban el animal y su cuerpo era destruído, y fue entregado para ser quemado. 12 En cuanto al resto de los cuatro animales, sus autoridadades para gobernar les fueron quitadas, pero sus vidas fueron prolongadas por un período de tiempo. 13 Esa noche en mis visiones, vi uno que venía con las nubes del cielo como un Hijo de Hombre; Él vino al Anciano de Días y fue presentado delante de Él. 14 Autoridad para gobernar y gloria y poder real les fueron dadas a él para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su autoridad para gobernar es una autoridad eterna que no terminará, y su reino es uno que nunca será destruído. 15 En cuanto a mí, Daniel, mi espíritu estaba afligido dentro de mí, y las visiones que yo vi en mi mente me perturbaron. 16 Yo me acerqué a uno de los que estaban allí parados y le pedí que me mostrara el significado de estas cosas. 17 Estos grandes animales, cuatro en número, son cuatro reyes que se levantarán de la tierra. 18 Pero el pueblo santo del Altísimo recibirá el reino, y ellos lo poseerán para siempre y siempre. 19 Entonces yo quise saber más acerca del cuarto animal; era tan diferente a los demás y muy horrible con sus dientes de hierro y garras de bronce; devoraba, despedazaba y pisoteaba lo que quedaba con sus patas. 20 Yo quise saber acerca de los diez cuernos sobre su cabeza, y sobre el otro cuerno que creció, y ante el cual los otros tres cuernos cayeron. Yo quería saber acerca del cuerno que tenía ojos y acerca de la boca que se jactaba acerca de grandes cosas y que parecia ser más grande que sus compañeros. 21 Mientras yo miraba, este cuerno hizo la guerra en contra del pueblo santo y lo estaba derrotando 22 hasta que el Anciano de Días vino, y le hizo justica al pueblo santo del Altísimo. Entonces llegó el tiempo cuando el pueblo santo recibió el reino. 23 Esto es lo que esa persona dijo: 'En cuanto al cuarto animal, este será un cuarto reino sobre la tierra que será diferente a todos los otros reinos. Devorará toda la tierra, y la pisoteará y la despedazará. 24 En cuanto a los diez cuernos, de este reino se levantarán diez reyes, y otro se levantará después de ellos. Él será diferente a los anteriores, y conquistará a los tres reyes. 25 Él dirá palabras contra del Altísimo y oprimirá al pueblo santo del Altísimo. Él tratará de cambiar los festivales y la ley. Estas cosas le serán dadas a su mano por un año, dos años, y medio año. 26 Pero la corte estará en sesión, y ellos le quitarán su poder real para ser consumido y destruído en el fin. 27 El reino y el dominio, y la grandeza de los reinos debajo de todo el cielo, le será dados a las personas que pertenecen al pueblo santo del Altísimo. Su reino es un reino eterno, y todos los demás reinos le servirán y obedecerán.' 28 Aquí está el final del asunto. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me alarmaron grandemente y mi rostro cambió en apariencia. Pero yo guardé estas cosas para mí."

8

1 En el tercer año del reinado del Rey Belsasar, yo, Daniel, me apareció una visión (después de la que se me apareció al principio). 2 Yo vi en la visión, mientras miraba, que estaba yo en la fortaleza de Susa en la provincia de Elam. Yo vi en la visión que yo estaba al lado del Canal Ulai. 3 Yo levante la vista y vi delante de mí un carnero con dos cuernos, parado junto al canal. Un cuerno era más largo que el otro, pero el más largo crecía más lentamente que el más corto por cual, este le sobrepasó en longitud. 4 Yo vi el carnero arremetiendo al oeste, luego al norte, y luego al sur; ningún otro animal podía mantenerse de pie delante de él. Ninguno de ellos fue capaz de rescatar a nadie de su mano. Él hizo todo lo que quizo hacer, y se hizo grande. 5 Mientras yo pensaba en esto, vi un macho cabrío venir del oeste, quien iba atravesando toda la superficie de la tierra, corriendo rápido, no parecía tocar la tierra. El macho cabrío tenía un cuerno grande entre sus ojos. 6 Él fue hacía el carnero que tenía dos cuernos; yo había visto el carnero parado en la orilla del canal, y el macho cabrío corrió hacia el carnero con una furia poderosa. 7 Yo vi al macho cabrío acercarse al carnero. Él estaba muy enojado con el carnero, golpeó el carnero y le rompió sus dos cuernos. El carnero estaba sin fuerzas para pararse frente a él. El macho cabrío lo tumbó al suelo y lo pisoteó. No hubo nadie que pudiera rescatar al carnero de su poder. 8 Entonces el macho cabrío se hizo muy grande. Pero cuando se hizo fuerte, el cuerno grande se rompió, y en su lugar otros cuatro cuernos grandes crecieron, los cuales apuntaban hacia los cuatro vientos de los cielos. 9 De uno de ellos, creció otro cuerno, pequeño al principio, pero que se hizo muy grande en el sur, en el este y en la tierra de la hermosura. 10 Se hizo tan grande como para enfrascarse en guerra con el ejército del cielo. Algunos de ese ejército y algunas de las estrellas fueron arrojadas a la tierra, y este las pisoteó. 11 Se hizo a sí mismo, tan grande como el comandante del ejército. Este quitó de él la ofrenda quemada de costumbre, y el lugar de Su santuario fue contaminado. 12 A causa de la rebelión, el ejército será entregado al cuerno del macho cabrío, y la ofrenda quemada será detenida. El cuerno tirará la verdad al suelo, y tendrá éxito en lo que haga. 13 Entonces escuché a un santo hablando, y a otro santo contestándole: "¿Cuánto tiempo durarán estas cosas, esta visión acerca de la ofrenda quemada, el pecado que trae destrucción, la entrega del santuario, y el ejército del cielo pisoteado?" 14 Él me dijo: "Esto durará 2, 300 tardes y mañanas. Después de eso, el santuario será purificado." 15 Cuando yo, Daniel, vi la visión, yo traté de entenderla. Entonces allí, parado delante de mí habia uno que parecía un hombre. 16 Yo oí la voz de un hombre llamando entre las orillas del Canal de Ulai. Él dijo: "Gabriel, ayúdale a este hombre a entender la visión." 17 Así que él vino cerca de donde yo estaba parado. Cuando él vino, yo tuve miedo y me postré en la tierra. Él me dijo: "Entiende, hijo de hombre, que la visión es para el tiempo del fin." 18 Cuando él me habló, caí en un sueño profundo con mi rostro al suelo. Entonces él me tocó, he hizo que me pusiera de pie. 19 Él dijo: "Mira, yo te mostraré lo que sucederá mas tarde en el tiempo de la ira, porque la visión es concerniente al tiempo señalado para el fin. 20 En cuanto al carnero que viste, el que tenía dos cuernos, ellos son los reyes de Media y de Persia. 21 El macho cabrío es el rey de Grecia. El cuerno grande entre sus ojos es el primer rey. 22 En cuanto al cuerno que fue roto, en el lugar del cual se levantaron otros cuatro, cuatro reinos surgirán de su nación, pero no con su gran poder. 23 En el tiempo postrero de esos reinos, cuando los transgresores habrán alcanzado su límite, un rey de rostro serio, uno que es muy inteligente, se levantará. 24 Su poder será grande, pero no por su propio poder. Él será asombroso en lo que destruye; él actuará y tendrá éxito. Él destruirá gente poderosa, personas de entre los santos. 25 Por su astucia hará que el engaño prospere bajo su mano. Él llegará a ser grande en su propia mente. Él destruirá inesperadamente a mucha gente. Él aun se levantará en contra del Rey de reyes, y él será quebrantado, pero no por ninguna mano humana. 26 La visión acerca de las tardes y las mañanas que se te ha contado es cierta. Pero sella la visión, pues se refiere a muchos días en el futuro." 27 Entonces yo, Daniel, fui sobrecogido y estuve acostado por varios días. Entonces me levanté, y seguí atendiendo los negocios del rey. Pero fui horrorizado por la visión, y no hubo nadie que la entendiera.

9

1 Darío era el hijo de Asuero, un descendiente de los Medos. Fue Asuero quién habíá sido hecho rey sobre el reino de los babilonios. 2 Ahora, en el primer año del reinado de Darío, yo, Daniel, estaba estudiando los libros que contenían la palabra del SEÑOR, la palabra que había venido a Jeremías el profeta. Yo observé que pasarían setenta años hasta que el abandono de Jerusalén debía terminar. 3 Yo volví mi rostro al Señor Dios, para buscarlo con oración y ruegos, con ayuno, vistiendo ropas ásperas, y sentado en cenizas. 4 Yo oré al SEÑOR mi Dios, e hice confesión de nuestros pecados. Yo dije: "Por favor, Señor, Tú eres el Dios grande y asombroso, Tú eres aquel que guarda el pacto y eres fiel para amar a aquellos que Te aman y guardan Tus mandamientos. 5 Nosotros hemos pecado y hemos hecho lo malo. Hemos actuado malvadamente y nos hemos rebelado, dejando a un lado Tus mandatos y decretos. 6 Nosotros no hemos escuchado a Tus siervos los profetas quienes hablaron en Tu nombre a nuestros reyes, nuestros líderes, nuestros antepasados y a todo el pueblo de la tierra. 7 A ti, Señor, pertenece la justicia. A nosotros hoy, sin embargo, nos pertenece la vergüenza sobre nuestros rostros, para el pueblo de Judá y en aquellos que viven en Jerusalén, y a todo Israel. Esto incluye a aquellos que están cerca y aquellos que están lejos en todas las tierras donde los esparciste. Esto es debido a la gran traición que nosotros cometimos contra tí. 8 A nosotros, SEÑOR, pertenece la vergüenza sobre nuestros rostros, a nuestros reyes, y a nuestros líderes, y a nuestros antepesados, porque nosotros hemos pecado contra tí. 9 Al Señor nuestro Dios pertenecen la compasión y el perdón, porque nosotros nos hemos rebelado contra Él. 10 Nosotros no hemos obedecido a la voz del SEÑOR nuestro Dios al caminar en Sus leyes que él nos dió por medio de Sus siervos los profetas. 11 Todo Israel ha transgredido tu ley y se ha echado a un lado, rehusando obedecer tu voz. La maldición y el juramento que están escritos en la ley de Moisés, el siervo de Dios, han sido derramados sobre nosotros, pues hemos pecado contra él. 12 El SEÑOR ha confirmado las palabras que él habló contra nosotros y contra los gobernantes sobre nosotros, al traer sobre nosotros un gran desastre. Porque debajo de todo el cielo no se ha hecho nada que pueda compararse con lo que se le ha hecho a Jerusalén. 13 Como está escrito en la ley de Moisés, todo este desastre ha venido sobre nosotros, sin embargo, nosotros no hemos suplicado por misericordia del SEÑOR, nuestro Dios, alejándonos de nuestras iniquidades y poniendo atención a tu verdad. 14 Por lo tanto, el SEÑOR ha mantenido listo el desastre y lo ha traído sobre nosotros, pués el SEÑOR nuestro Dios es justo en todas las obras que él hace, sin embargo, nosotros no obedecimos Su voz. 15 Ahora, Señor, nuestro Dios, tú sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te has hecho un nombre famoso para ti mismo, como hasta hoy. Pero aún, nosotros pecamos; hemos hecho cosas malas. 16 Señor, por todas tus obras justas, deja que tu enojo y tu ira se alejen de tu ciudad Jerusalén, tu montaña santa. Debido a nuestros pecados, y debido a todos las iniquidades de nuestros antepasados, Jerusalén y tu pueblo han llegado a ser un objeto de desprecio para todos aquellos alrededor de nosotros. 17 Ahora, nuestro Dios, escucha la oración de tu siervo y sus plegarias por misericordia; por tu bien, Señor, haz resplandecer tu rostro en tu santuario que está desolado. 18 Mi Dios, abre tus oídos y escucha; abre tus ojos y ve. Nosotros hemos sido devastados; mira la ciudad que es llamada por tu nombre. Nosotros no rogamos por tu ayuda debido a nuestra justicia, sino por tu gran misericordia. 19 Señor, ¡escucha! Señor, ¡perdona! Señor, ¡presta atención y toma acción! Por tu propio bien, no tardes, mi Dios, pués tu ciudad y tu pueblo son llamados por tu nombre." 20 Mientras yo estaba hablando, orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y presentando mis ruegos delante del SEÑOR mi Dios en favor del monte santo de Dios, 21 mientras yo oraba, el hombre, Gabriel, a quién yo había visto en la visión al principio, voló hacia mí rápidamente, al tiempo del sacrificio de la tarde. 22 Él me dio entendimiento y me dijo: "Daniel, yo he salido ahora para darte visión y entendimiento. 23 Cuando tú empezaste a pedir misericordia, la orden fue dada y yo he venido para darte la respuesta, pues tú eres grandemente amado. Por lo tanto, considera esta palabra y entiende la revelación. 24 Setenta semanas de años son decretadas para que tu pueblo y tu ciudad santa para que termine su culpa y pongan fin al pecado, para expiar la maldad, para traer justicia eterna, para llevar a cabo la visión y la profecía, y para consagrar el lugar santísimo. 25 Conoce y entiende que desde que se dé la orden de salida para restaurar y reconstruir a Jerusalén, hasta la venida del ungido (quien será un líder), habrá siete semanas y sesenta y dos semanas de años ( 70 semanas). Jerusalén será reconstruída con calles y un foso, a pesar de los tiempos de aflicción. 26 Después de las sesenta y dos semanas de años, el ungido será destruído y no tendrá nada. El ejército de un gobernante que viene destruirá la ciudad y el lugar santo. Su fin vendrá con una inundación y habrá guerra aún hasta el fin. Desolaciones han sido decretadas. 27 Él confirmará un pacto con muchos por siete años. A la mitad de los siete años, él pondrá fin al sacrificio y la ofrenda. Sobre las alas de abominaciones vendrá alguien que hace desolación. Un fin completo y destrucción son decretados para ser derramados sobre el que ha hecho la desolación."

10

1 En el tercer año de Ciro, rey de Persia, un mensaje fue revelado a Daniel, quién también era llamado Beltsasar. Este mensaje era cierto. Era acerca de una gran guerra. Daniel comprendió el mensaje cuando tuvo entendimiento de la visión. 2 En esos días yo, Daniel, estuve de luto por tres semanas. 3 Yo, no comí manjares, no comí carne, no bebí vino, y no me ungí a mí mismo con aceite, hasta completar las tres semanas enteras. 4 En el día veinticuatro del primer mes, mientras yo estaba al lado del gran río (esto es, el Tigris), 5 yo alce la vista y vi a un hombre vestido de lino, con un cinturón alrededor de su cintura hecho de oro puro de Ufaz. 6 Su cuerpo era como el topacio, y su rostro era como un relámpago. Sus ojos eran como antorchas ardientes, y sus brazos y sus pies eran como bronce pulido. El sonido de sus palabras era como el sonido de una gran multitud. 7 Solo yo Daniel, vi la visión, pués los hombres que estaban conmigo no vieron la visión. Sin embargo, un gran terror vino sobre ellos, y ellos huyeron para esconderse. 8 Así que yo quedé solo y vi esta gran visión. Ninguna fuerza quedó en mí; mi apariencia radiante se convirtió en una apariencia arruinada, y no quedó fuerza dentro de mí. 9 Entonces yo oí sus palabras, y mientras las oía, caí sobre mi rostro en un sueño profundo con mi cara hacia el suelo. 10 Una mano me tocó, y me hizo temblar en mis rodillas y las palmas de mis manos. 11 El ángel me dijo: "Daniel, hombre altamente estimado, entiende las palabras que yo te estoy diciendo. Párate derecho, pués yo he sido enviado a tí." Cuando me dijo este mensaje, me levante temblando. 12 Entonces él me dijo: "No tengas miedo, Daniel. Desde el primer día en que te decidiste a entender y a humillarte delante de tu Dios, tus palabras fueron oídas, y yo he venido debido a tus palabras. 13 El príncipe del reino de Persia me resistió, y fui mantenido allí, con los reyes de Persia, por veintiún días. Pero Miguel, uno de los príncipes jefes, vino a ayudarme. 14 Ahora Yo he venido para ayudarte a entender lo que le sucederá a tu pueblo en los últimos días. Pués la visión es para los días aún por venir." 15 Mientras él me hablaba usando estas palabras, volví mi rostro hacia el suelo y fui incapaz de hablar. 16 Uno que era como los hijos de hombre tocó mis labios, y yo abrí mi boca y le hablé a aquel que estaba parado delante de mí: "Mi amo, yo estoy en agonía por causa de la visión; no me quedan fuerzas. 17 Yo soy tu siervo. ¿Cómo puedo yo hablar con mi amo? Pués yo ahora no tengo fuerza, y no queda aliento dentro de mí." 18 Otra vez, aquel con apariencia de hombre me tocó y me fortaleció. 19 Él dijo: "No tengas miedo, hombre altamente estimado. ¡La paz sea contigo! ¡Sé fuerte ahora, sé fuerte!" Mientras él me hablaba, yo fui fortalecido. Yo dije: "Hable mi amo, pues usted me ha fortalecido." 20 Él dijo: "¿Sabes tú, por qué yo he venido a tí? Pronto yo regresaré a pelear contra el príncipe de Persia. Cuando yo me vaya, el príncipe de Grecia vendrá. 21 Pero yo te diré lo que está escrito en el Libro de la Verdad. No hay nadie que se muestre tan fuerte conmigo en contra de ellos, excepto Miguel, el príncipe de ustedes."

11

1 En el primer año de Darío el Medo, yo mismo vine a apoyar y a proteger a Miguel. 2 Ahora yo te diré la verdad. Tres reyes se levantarán en Persia, y un cuarto será mucho más rico que los otros. Cuando él haya alcanzado poder por medio de sus riquezas, él provocará a todos en contra del reino de Grecia. 3 Un rey poderoso se levantará, quién gobernará un reino muy grande, y actuará según sus deseos. 4 Cuando se haya levantado, su reino será roto y dividido a los cuatro vientos del cielo, pero no a sus propios descendientes, ni con el poder con el cual él había gobernado. Pués su reino será desarraigado para otros aparte de sus descendientes. 5 El rey del Sur se hará fuerte, pero uno de sus comandantes llegará a ser aún más fuerte que él y gobernará su reino con gran poder. 6 Después de algunos años, cuando sea el tiempo correcto, ellos harán una alianza. La hija del rey del Sur vendrá al rey del Norte para confirmar el acuerdo. Pero ella no mantendrá la fuerza de su brazo, ni él se pondrá de pie, o su brazo. Ella será abandonada, ella y aquellos que la trajeron, y su padre, y el que la apoyaba en aquellos tiempos. 7 Pero un retoño de sus raíces se levantará en su lugar. Él atacará el ejército y entrará a la fortaleza del rey del Norte. Él peleará contra ellos, y los conquistará. 8 Él se llevará a Egipto sus dioses junto a sus figuras de metal fundido y sus preciosas vasijas de plata y oro. Por algunos años él se mantendrá lejos del rey del Norte. 9 Entonces el rey del Norte invadirá el reino del rey del Sur, pero él se retirará a su propia tierra. 10 Sus hijos se prepararán y reunirán un gran ejército. Seguirán avanzando e inundarán todo; pasarán a lo largo del camino hacia su fortaleza. 11 Entonces, el rey del Sur se enojará mucho; él irá y peleará contra el rey del Norte. El rey del Norte levantará un gran ejército, pero el ejército será entregado en su mano. 12 El ejército será llevado cautivo, y el corazón del rey del Sur se enaltecerá, y él hará que caigan decenas de miles de sus enemigos, pero él no saldrá victorioso. 13 Entonces, el rey del Norte levantará otro ejército, más grande que el primero. Después de algunos años, el rey del Norte seguramente vendrá con un gran ejército con mucho equipo. 14 En esos tiempos muchos se levantarán en contra del rey del Sur. Los hijos de los violentos de entre tu pueblo, se establecerán a fin de hacer cumplir una visión, pero ellos tropezarán. 15 El rey del Norte vendrá, derramará tierra para formar montículos contra las murallas, y capturará una ciudad rompiendo sus murallas. Las fuerzas del Sur no serán capaces de permanecer, ni aún sus mejores soldados. Allí no habrá fuerzas para permanecer. 16 En cambio, el que viene, actuará contra él de acuerdo a sus deseos; nadie se interpondrá en su camino. Él permanecerá en la tierra de la hermosura, y la destrucción estará en su mano. 17 El rey del Norte afirmará su rostro para venir con la fuerza de todo su reino, y con él habrá un acuerdo que él hará con el rey del Sur. Él le dará una hija de sus mujeres en matrimonio para arruinar el reino del Sur. Pero el plan no tendrá éxito, ni le ayudará. 18 Después de esto, el rey del Norte se fijará en las costas y capturará muchas de ellas. Pero un comandante le pondrá fin a su arrogancia y causará que su arrogancia le haga daño a él. 19 Entonces él se fijará en las fortalezas de su propia tierra, pero él tropezará y caerá; él no será hallado. 20 Entonces alguien se levantará en su lugar, quién hará que un recaudador de impuestos pase a hacer la gente pagar impuestos por el bien del esplendor del reino. Pero en los días subsiguientes, él será destrozado, pero no en ira o en batalla. 21 En su lugar se levantará una persona despreciable a quién el pueblo no le habrá dado el honor del poder real; él vendrá inesperadamente y tomará el reino por engaño. 22 Un ejército será barrido como un diluvio delante de él. Ambos, ese ejército y el líder del pacto serán destruídos. 23 Desde el momento en que se haga una alianza con él, él actuará engañosamente; con sólo un pequeño número de personas él se hará fuerte. 24 Sin aviso, él vendrá a la parte más rica de la provincia, y él hará lo que ni su padre, ni su abuelo hicieron. Él repartirá entre sus seguidores el botín, los despojos, y la riqueza. Él planeará el derrocamiento de fortalezas, pero sólo por un tiempo. 25 Él despertará su poder y su corazón en contra del Rey del Sur con un gran ejército. El Rey del Sur hará guerra con un ejército grande y muy poderoso, pero no prevalecerá porque otros conspirarán contra él. 26 Aún aquellos que comen sus manjares tratarán de destruirlo. Su ejército será barrido como un diluvio, y muchos de ellos caerán asesinados. 27 Estos dos reyes, con sus corazones decididos a hacer mal el uno contra el otro, se sentarán en la misma mesa y se mentirán el uno al otro, pero será inútil. Porque el fin vendrá a la hora que se ha fijado. 28 Entonces el Rey del Norte regresará a su tierra con grandes riquezas, con su corazón puesto contra del pacto santo. Él actuará y entonces regresará a su propia tierra. 29 En el tiempo señalado, él regresará y vendrá contra el Sur nuevamente. Pero esta vez no será como antes. 30 Pués barcos de Quitim vendrán contra él, y a él le dará miedo y se retirará. Él estará furioso en contra del pacto santo, y mostrará favor a aquellos que abadonen el pacto santo. 31 Sus fuerzas se levantarán y profanarán el santuario de la fortaleza. Ellos eliminarán la ofrenda quemada regular, y pondrán la abominación que causa desolación. 32 En cuanto a aquellos que actuaron malvadamente en contra del pacto, él los engañará y corromperá. Pero el pueblo que conoce a su Dios será fuerte y tomará acción. 33 Los sabios de entre el pueblo harán que muchos entiendan. Pero ellos tropezarán por la espada y por la llama; ellos tropezarán dentro de la cautividad y sus enemigos le robarán sus posesiones. 34 En su tropiezo, ellos serán ayudados con un poco de ayuda. En hipocresía muchos se les unirán. 35 Algunos de los sabios tropezarán a fin de que sean refinados, y limpiados, y purificados, hasta el tiempo del fin. Porque el tiempo señalado está aún por venir. 36 El rey actuará de acuerdo a sus deseos. Él se exaltará y se hará grande a sí mismo sobre cada dios. Contra el Dios de dioses, él dirá cosas asombrosas, pués él tendrá éxito hasta que la ira sea completada. Pués lo que se ha decretado será hecho. 37 Él no pondra atención a los dioses de sus antepasados, ni al dios deseable de las mujeres. Tampoco pondrá atencion a ningún otro dios. Porque por encima de todos, él se hará grande a sí mismo. 38 Él honrará al dios de las fortalezas en vez de a estos. Es a un dios a quien sus padres no reconocieron, al que él honrará con oro y plata, con piedras preciosas y regalos valiosos. 39 Él atacará las fortalezas más fuertes con la ayuda de un dios extranjero. A cualquiera que lo reconozca a él, él le dará mucho honor. Él los hará gobernantes sobre mucha gente, y él dividirá la tierra como recompensa. 40 En el tiempo del fin el rey del Sur atacará. El rey del Norte tronará contra él con carros y jinetes, y con muchos barcos. Él irá contra tierras, las inundirá, y las pasará. 41 Él entrará a la tierra de la hermosura, y decenas de millares de israelitas caerán. Pero estos escaparán de su mano: Edom, Moab, y el restante del pueblo de Amón. 42 Él extenderá su mano dentro de las tierras; la tierra de Egipto no será rescatada. 43 Él tendrá el control sobre los tesoros de oro y plata, y sobre todas las riquezas de Egipto; los libios y los etíopes seguirán sus pasos. 44 Pero las noticias del este y del norte lo asustarán, y él saldrá con gran furia para destruir completamente y para apartar a muchos para la destrucción. 45 Él establecerá la tienda de su residencia real entre los mares y la montaña de la hermosura de la santidad. Él vendrá a su fin, y no habrá ayudador para él.

12

1 "Para ese tiempo, Miguel, el gran príncipe que guarda a tu pueblo, se levantará. Habrá un tiempo de problemas como nunca ha habido desde el comienzo de cualquier nación hasta ese tiempo. Para ese tiempo, tu pueblo será salvado, todos cuyos nombres se hallan escritos en el libro. 2 Muchos de aquellos que duermen en el polvo de la tierra se levantarán, algunos para vida eterna y algunos para la vergüenza y el desprecio eterno. 3 Aquellos que son sabios brillarán como la brillantez del cielo arriba, y aquellos que lleven a muchos a la justicia, son como las estrellas por los siglos de los siglos. 4 Pero tú, Daniel, cierra estas palabras; mantén sellado el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y el conocimiento aumentará." 5 Entonces yo, Daniel, miré, y habían otros dos de pie. Uno estaba parado en la orrilla este lado del río, y uno estaba parado en la orrilla al otro lado del río. 6 Uno de ellos le dijo al hombre vestido de lino, al que estaba río arriba al lado del río: "¿Cuánto tiempo pasará hasta el fin de estos eventos sorprendentes?" 7 Yo oí al hombre vestido de lino, quien estaba río arriba al lado del río, él levantó su mano derecha y su mano izquierda al cielo y juró por Aquel que vive para siempre que sería por un tiempo, tiempos, y medio tiempo. Cuando el poder del pueblo santo finalmente haya sido roto, todas estas cosas serán completadas. 8 Yo oí, pero no entendí. Así que pregunté: "Mi amo, ¿cuál será el resultado de todas estas cosas?" 9 Él dijo: "Sigue tu camino, Daniel, pués las palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. 10 Muchos serán purificados, limpiados, y refinados, pero los malvados actuarán malvadamente. Ninguno de los malvados entenderán, pero aquellos que son sabios entenderán. 11 Desde el tiempo en que la ofrenda quemada regular sea quitada y se establezca la abominación que causa completa desolación, habrá 1, 290 días. 12 Bendecido es aquel que espera hasta el fin de los 1, 335 días. 13 Tú debes seguir tu camino hasta el fin, y tú descansarás. Tú subirás al lugar asignado para ti, en el fin de los días."

Oseas
Oseas
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1 Ésta es la palabra del SEÑOR que vino a Oseas hijo de Beeri en los días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá y en los días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel. 2 Cuando El SEÑOR habló por primerea vez a través de Oseas, Él le dijo: "Ve, toma una esposa quien es una prostituta. Ella va a tener hijos quienes son el resultado de su prostitución. Pues el pueblo está cometiendo gran prostitución al olvidar al SEÑOR." 3 Así que, Oseas fué y se casó con Gomer hija de Diblaim y ella le concibió un hijo. 4 El SEÑOR le dijo a Oseas: "Llámalo Jezreel. Pues por un pequeño momento Yo voy a castigar la casa de Jehú por la matanza en Jezreel y Yo voy a poner fin al reino de la casa de Israel. 5 Va a pasar en el día que Yo rompa el arco de Israel en el Valle de Jezreel." 6 Gomer concebió otra vez y dio a luz una hija. Luego El SEÑOR le dijo a Oseas: "Llámala Lo Ruhamá, pues Yo no voy a seguir teniendo misericordia con la casa de Israel, que Yo no los perdonaré. 7 Aún así, Yo voy a tener misericordia con la casa de Judá y Yo voy a salvarlos, Yo mismo, El SEÑOR su Dios. Yo no voy a salvarlos a ellos por arco, espada, guerra, caballos ni jinetes." 8 Ahora, después que Gomer había destetado a Lo Ruhamá, ella concebió y dió a luz a otro hijo. 9 Entonces El SEÑOR dijo: "Llámalo Lo Ammí, pues ustedes no son Mi pueblo y Yo no soy su Dios. 10 Aún así, el número de personas de Israel va a ser como la arena en la costa, la cual no puede ser medida ni contada. Ésto será donde fué dicho a ellos: "Ustedes no son Mi pueblo', va a ser dicho a ellos: ''Ustedes son el pueblo viviente de Dios.'' 11 El pueblo de Judá y el pueblo de Israel van a ser reunidos. Ellos van a escoger un líder y van a subir de la tierra pues va a ser un día grande el día de Jezreel.

2

1 Díle a tus hermanos, ''¡Pueblo Mío!'' y a tus hermanas, ''A ustedes se le ha mostrado compasión.'' 2 Acúsen a su madre, acúsenla, ya que ella no es mi esposa, y tampoco soy su esposo. Deja que ella quite la prostitución de ella, y sus actos de adulterio de entre sus pechos. 3 Si no, yo la desnudaré y le mostraré su desnudez como en el día que ella nació. La haré como un desierto, como una tierra sin agua y la haré morir de sed. 4 No tendré ninguna misericordia sobre sus hijos, ya que son hijos de prostitución. 5 Ya que su madre ha sido prostituta, y ella los concebió actuando sin verguenza. Ella dijo: "Yo buscaré a mis amantes, ya que ellos me dan mi pan y agua, mi lana y lino, mi aceite y bebida.'' 6 Por tanto, Yo construiré un muro con espinas para no permitir su paso. Yo construiré una pared en contra de ella para que no pueda encontrar su camino. 7 Ella buscará sus amantes, pero no podrá alcanzarlos. Ella los buscará pero no los encontrará. Luego ella dirá: "Yo me regresaré a mi primer marido, porque fue mejor para mí antes de lo que es ahora." 8 Pues ella no supo que era Yo quien le daba su trigo, el vino nuevo, y el aceite, y quien le prodigaba en su plata y oro, el cual ellos luego usaban para Baal. 9 Pues Yo le recuperaré su trigo en tiempo de la cosecha y Mi vino nuevo en su tiempo. Yo le quitaré Mi lana y lino que fueron usados para cubrir su desnudez. 10 Luego la desnudaré a la vista de sus amantes, y nadie la salvará de Mi mano. 11 Yo también haré que todas sus diversiones terminen, sus fiestas, de celebración de luna nueva, sus Días de Reposo, y todos los festivales asignados. 12 Yo destruiré sus viñas y sus árboles de higos, de los cuales ella dijo: 'Éstos son el pago que mis amantes me dieron.' Yo le haré un bosque, y los animales del campo se los comerán. 13 Yo la castigaré por los días festivos de los Baales, cuando ella quemaba incienso a ellos, cuando ella se adornaba con sus anillos y sus joyas y salía tras sus amantes y se olvidó de Mí, esta es la declaración del SEÑOR." 14 Pues Yo me la voy a ganar de nuevo. Yo la llevaré al desierto y le hablaré tiernamente. 15 Yo le devolveré sus viñas, y su Valle de Acor como una puerta de esperanza. Ella me contestará como lo hizo en sus días de juventud, como en los días en que ella salió de Egipto. 16 Será en ese día, declaró El SEÑOR, que tú Me llamarás, 'Mi marido', y tu jamás Me llamarás, 'Mi Baal'. 17 Pues yo quitaré los nombres de los Baales de la boca de ella; sus nombres no serán recordados jamás." 18 En ese día yo haré pacto para ellos con las bestias del campo, con las aves del cielo, y con las cosas que se arrastan en la tierra. Yo desviaré el arco, la espada, y la batalla de su tierra, y los dejaré acostarse con seguridad. 19 Yo prometeré ser tu esposo para siempre. Yo prometeré ser tu esposo justo, recto, pacto de fidelidad, y misericordia. 20 Yo me comprometeré contigo en fidelidad, y tu conocerás al SEÑOR. 21 En ese día, Yo responderé, ésta es la declaración del SEÑOR, Yo responderé a los cielos, y ellos responderán la tierra. 22 La tierra reponderá al grano, el vino nuevo y el aceite y luego ellos reponderán a Jezreel. 23 Yo la pondré para Mi en la tierra, y tendré misericordia en Lo Ruhamá. Yo le diré a Lo Ammí: 'Ustedes son Ammí Attá, y ellos me dirán, 'TU eres Mi SEÑOR.'"

3

1 El SEÑOR me dijo a mí: "Ve otra vez, ama una mujer, amada por su esposo, pero quien es una adúltera. Ámala tal como Yo, El SEÑOR, amó a la gente de Israel, aunque se vayan con otros dioses y les ofrezcan tortas de pasas." 2 Así que la compré para Mí por quince piezas de plata, un gomer y un letek de cebada. 3 Yo le dije a ella: "Tú debes vivir Conmigo por muchos días. Tú no serás una prostituta o serás de ningún otro hombre. En la misma manera, Yo estaré contigo." 4 Porque la gente de Israel vivirá por muchos días sin un rey, príncipe, sacrificio, pilar de piedra, efod o ídolos en el hogar. 5 Luego, la gente de Israel regresará y buscará al SEÑOR su Dios y a David su rey, y en los últimos días, ellos vendrán temblando ante El SEÑOR y Su bondad.

4

1 Escucha la voz del SEÑOR, ustedes, pueblo de Israel. El SEÑOR tiene una acusación en contra de ustedes, los habitantes de la tierra, porque no hay verdad o fidelidad al pacto, no hay conocimieto de Dios en la tierra. 2 Hay maldición, mentira, asesinato, robo y adulterio. El pueblo ha roto todos los límites, y matanza tras matanza. 3 Así que la tierra se está secando, y todos los que están viviendo en ella se están consumiendo; las bestias en los campos y las aves en el cielo, incluso los peces en el mar, están muriendo. 4 Pero no le permitan a nadie que traiga una acusación; no dejen que nadie acuse a nadie más. Pues son ustedes, los sacerdotes, a quienes Yo acuso. 5 Ustedes sacerdotes desobedecerán durante el día; los profetas también desobedecerán con ustedes durante la noche, y Yo destruiré a Israel que es como tu madre. 6 Mi pueblo está siendo destruído por la falta de conocimiento. Porque ustedes, sacerdotes, han rechazado el conocimiento, Yo también los rechazaré a ustedes como mis sacerdotes. Porque ustedes han olvidado mi ley, aunque Yo soy su Dios, Yo también me olvidaré de sus hijos. 7 Cuanto más los sacerdotes se multipliquen, más han pecado contra Mí. Ellos intercambiaron su honor por vergüenza. 8 Ellos se alimentan del pecado de mi pueblo; ellos codician más por su maldad. 9 Será lo mismo para el pueblo, como para los sacerdotes; Yo los castigaré a todos por sus obras; Yo les devolveré según sus hechos. 10 Ellos comerán pero no tendrán suficiente; ellos cometerán prostitución pero no tendrán hijos, porque se han ido lejos del SEÑOR. 11 Ellos aman la promiscuidad sexual, el vino, y el vino nuevo, lo cual se ha llevado su entendimiento. 12 Mi pueblo consulta a sus ídolos de madera, y sus bastones les dan profecías. Pues una mente de promiscuidad los ha guiado mal, y ellos han actuado como prostitutas en vez de ser fieles a su Dios. 13 Ellos sacrifican en las cimas de las montañas y queman incienso en las colinas, debajo de los robles, los álamos y terebintos, porque la sombra es buena. Así que, sus hijas cometen inmoralidad sexual, y sus nueras cometen adulterio. 14 Yo no castigaré a sus hijas cuando ellas elijan cometer inmoralidad sexual, ni a sus nueras, cuando cometan adulterio. Pues los hombres también se dan a sí mismos a prostitutas, y ellos ofrecen sacrificos para que puedan cometer actos inmorales con prostitutas sagradas. Así que, este pueblo, que no entiende será derribado. 15 Aunque tú, Israel, has cometido adulterio, que Judá no se vuelva culpable. No vayan a Gilgal, ustedes; no vayas a Bet Avén, y no juren diciendo: "Como El SEÑOR vive." 16 Pues Israel se ha comportado tercamente, como un vaquilla terca. ¿Cómo El SEÑOR puede traerlos a pastar como corderos en un prado? 17 Efraín se unió a sí mismo con ídolos; déjenlo solo. 18 Incluso cuando su bebida fuerte se haya ido, ellos siguen cometiendo adulterio; sus gobernantes aman su vergüenza. 19 El viento lo envolverá en sus alas; y ellos serán avergonzados por causa de sus sacrificos.

5

1 ¡''Oigan esto, sacerdotes! ¡Pongan atención, casa de Israel! ¡Escuchen, casa del rey! Porque juicio viene contra todos ustedes. Ustedes han sido una trampa en Mizpa y una red extendida sobre Tabor. 2 Los rebeldes se han sumergido profundamente en la matanza, pero los castigaré a todos ellos. 3 Yo conozco a Efraín, e Israel no está escondida de Mí. Efraín, ahora te has convertido en una prostituta; Israel esta contaminada. 4 Sus obras no les permiten volverse a Dios, porque la mente de adulterio está en ellos, y ellos no conocen al Señor. 5 El orgullo de Israel lo condena; asi Israel y Efraín tropezarán con su pecado; y Judá también tropezará con el. 6 Ellos se irán con sus manadas y rebaños a buscar al SEÑOR, pero no lo encontrarán, porque Él se ha alejado de ellos. 7 Ellos eran infieles al SEÑOR, porque ellos han engendrado hijos ilegítimos. Ahora los nuevos festivales de la luna los devorarán junto con sus campos. 8 Toquen la bocina en Gibeá, y la trompeta en Ramá. Sonido de batalla lloró en Bet Avén: ¡Nosotros te seguiremos tí Benjamín! 9 Efraín se destruirá en el día del castigo. Entre las tribus de Israel Yo he declarado lo que de seguro pasará. 10 Los líderes de Judá son como esos quienes quieren extender los límites de sus territorios. Yo derramaré Mi ira en ellos como agua. 11 Efraín está aplastado; él está taplastado en juicio, porque él ha caminado voluntariamente tras los ídolos. 12 Yo seré como una polilla a Efraín, y como pudrición a la casa de Judá. 13 Cuando Efraín vió su enfermedad y Judá vió su herida, entonces Efraín fue a Asiria y Judá envió mensajeros al gran rey. Pero el no era capaz de curarlos a ustedes o sanar sus heridas. 14 Yo seré como un león a Efraín, y como un leoncillo a la casa de Judá. Yo, incluso, destruiré y Me iré; los lejos, y no habrá nadie que los rescate. 15 Yo iré y regresaré a Mi lugar, hasta que ellos reconozcan su culpa y busquen Mi rostro, hasta que Me busquen en sus angustias.

6

1 "Vengan, volvamos al SEÑOR. Pues Él nos ha roto en pedazos, pero Él nos va a sanar; Él nos ha herido, pero Él va a vendar nuestras heridas. 2 Después de dos días Él nos va a revivir; Él nos va a levantar en el tercer día y nosotros vamos a vivir delante de Él. 3 Déjanos saber, SEÑOR; déjanos conocer al SEÑOR. Su venida es tan segura como el amanecer; Él va a venir a nosotros como lloviznas, como las lluvias de primavera que mojan la tierra." 4 ¿Qué haré contigo Efraín? ¿Qué haré contigo Judá? Tu fidelidad es como una nube de la mañana, como la niebla que se va temprano. 5 Así que, Yo he cortado en pedazos a los profetas, Yo los he matado con las palabras de Mi boca. Tu ley es como la luz que brilla. 6 Pues Yo deseo fidelidad y no sacrificio y el conocimiendo de Dios más que ofrendas quemadas. 7 Como Adán, ellos han roto el pacto; ellos fueron infieles a Mí. 8 Galaad es una ciudad de malhechores con huellas de sangre. 9 Como grupo de ladrones que espera a alguien, así es el grupo de sacerdotes que se junta para cometer un asesinato de camino a Siquem; ellos han cometido un crimen vergonzoso. 10 En la casa de Israel Yo he visto cosas horribles; la prostitución de Efraín está allí e Israel se ha vuelto impura. 11 Pues ustedes también, Judá, su cosecha será escogida, cuando Yo restaure la fortuna de Mi pueblo.

7

1 Cuando Yo he querido sanar a Israel, el pecado de Efraín ha sido descubierto, igual que los actos malvados de Samaria, porque ellos practican el engaño; un ladrón entra, y una banda de asaltantes ataca las calles. 2 Ellos no se dan cuenta en sus corazones que Yo recuerdo todos sus actos malvados. Ahora sus actos los rodean; ellos estan frente a mi rostro. 3 Con sus maldades ellos hacen al rey feliz, y a los oficiales con sus mentiras. 4 Todos ellos son adúlteros, como un horno calentado por el panadero, quien deja de revolver el fuego de la masa hasta que se levante. 5 En el día de nuestro rey, los oficiales se enfermaron con el calor del vino. Él extiende la mano a esos que estaban burlándose. 6 Porque con corazones como un horno, ellos hacen sus planes engañosos. Su enojo se calma toda la noche; en la mañana arde como un alto fuego. 7 Todos ellos arden como un horno, y devoran a aquellos que gobiernan sobre ellos. Todos sus reyes han caído; ninguno de ellos clama a Mí. 8 Efraín se mezcla a sí mismo entre la gente. Efraín es una tortilla que no ha sido volteada. 9 Extranjeros han devorado sus fuerzas, pero él no lo sabe. Canas han sido esparcidas en su cabeza, pero él no lo sabe. 10 El orgullo de Israel testifica en contra de él; sin embargo, ellos no han regresado al SEÑOR su Dios, ni lo han buscado, a pesar de todo ésto. 11 Efraín es como una paloma, tonta y sin entendimiento, clamando por Egipto, y luego escápando a Asiria. 12 Cuando ellos vayan, Yo abriré mi red sobre ellos, Yo los derribaré como aves del cielo. Yo los castigaré todos juntos. 13 ¡Ay de ellos! Porque ellos se han alejado de Mí. ¡La destrucción viene a ellos! ¡Ellos se han rebelado en contra Mía! Yo los hubiera rescatado, pero ellos hablan mentiras en contra Mía. 14 Ellos no han clamado a Mí con todo su corazón, pero ellos han llorado en sus camas. Ellos se juntan por el grano y vino nuevo, y ellos me han dado la espalda. 15 Aunque Yo les adiestré y les fortalecí los brazos, ellos ahora están planeando maldad en contra Mía. 16 Ellos van y vienen, pero no regresan a Mí, El Altísimo. Ellos son como un arco flojo. Sus oficiales caerán por la espada debido a la insolencia de sus lenguas. Ésta se volverá su burla en la tierra de Egipto.

8

1 "¡Coloca una trompeta en tus labios! Un águila viene sobre la casa del SEÑOR porque el pueblo ha roto Mi pacto y se ha rebelado en contra de Mi ley. 2 Ellos claman a Mí: 'Mi Dios, nosotros en Israel te conocemos.' 3 Pero Israel ha rechazado lo que es bueno, y su enemigo lo perseguirá. 4 Ellos han puesto reyes, pero no por Mí. Ellos han hecho prínicipes, pero sin Mi conocimiento. Con su plata y su oro han hecho ídolos para sí mismos, pero sólo para su destrucción." 5 "Su becerro ha sido rechazado, Samaria. Mi enojo arde en contra de estas personas. ¿Por cuánto tiempo permanecerán culpables? 6 Pues este ídolo vino de Israel; un obrero lo hizo; ¡no es Dios! El becerro de Samaria será roto en pedazos. 7 Pues el pueblo sembró el viento y cosechó tempestad. Los granos no tienen espigas, no producen harina. Si no llega a madurez, los extranjeros los devorarán. 8 Israel ha sido devorado; ahora están entre las naciones como algo inútil. 9 Pues ellos fueron hasta Siria como un burro salvaje, solo. Efraín ha alquilado amantes para ella misma. 10 Incluso cuando ellos han alquilado amantes entre las naciones, Yo ahora los reuniré a todos juntos. Ellos comenzarán a consumirse por causa de la opresión de los reyes y de los príncipes. 11 Pues Efraín ha multiplicado los altares para ofrendas de pecado, pero en vez, ellos se han vuelto altares para cometer pecado. 12 Yo pudiera escribir Mi ley diez mil veces, pero ellos lo verían como algo extraño para ellos. 13 En cuanto a los sacrificios de mis ofrendas, ellos sacrifican carne y se la comen, pero Yo, El SEÑOR, no lo acepto. Ahora Yo pensaré en su maldad y castigaré sus pecados. Ellos regresarán a Egipto. 14 Israel se ha olvidado de Mí, su Creador, y han construído palacios. Judá ha fortificado muchas ciudades, pero Yo enviaré fuego a sus ciudades; destruirá sus fuertes.

9

1 No te alegres, Israel, con gozo como las otras personas. Pues ustedes han sido infieles, olvidando a su Dios. Ustedes aman pagar el salario de una prostituta sobre las eras de trillar. 2 Pero las eras de trillar y los lagares no los van a alimentar; el nuevo vino va a fallarles. 3 Ellos no van a seguir viviendo en la tierra del SEÑOR; por el contrario, Efraín va a volver a Egipto y un día ellos van a comer comida impura en Asiria. 4 Ellos no van a derramar ofrendas de vino al SEÑOR, ni tampoco ellos le serán agradables a Él. Sus sacrificios van a ser para ellos como la comida de luto: todo que lo coman los volverá impuros. Pues su comida va a ser para ellos solamente; no van a venir a la casa del SEÑOR. 5 ¿Qué harán ustedes en el día elegido para la fiesta, en el día de la fiesta para El SEÑOR? 6 Pues, mira, si ellos escapan de la destrucción, Egipto los va a reunir, y Menfis los va a enterrar. Las ortigas poseerán sus tesoros de plata y las espinas llenarán sus casas. 7 Los días de castigo están llegando; los días de pagar están viniendo. Deja que todo Israel sepa todas estas cosas. El profeta es un tonto y el hombre inspirado es un hombre loco, por su gran maldad y gran odio. 8 El vigilante es el guardián para Dios sobre Efraín. La gente hace una trampa para el donde quiera que el va. 9 Ellos se han corrompido profundamente como en los días de Guibeá. Dios va a traer a memoria su maldad y Él los va a castigar por sus pecados. 10 El SEÑOR dice: "Cuando Yo encontré a Israel, fué como encontrar uvas en el desierto. Como la primera fruta de la temporada del árbol de higo, Yo encontré a sus padres. Pero ellos fueron donde Baal Peor y ellos se dedicaron a ese ídolo vergonzoso. Ellos se volvieron detestables como el ídolo que ellos amaron. 11 Mientras por Efraín, su gloria va a volar como un pájaro. No va haber ningún nacimiento, ningún embarazo y ninguna concepción. 12 Aunque ellos hayan traído niños, Yo voy a llevármelos para que ninguno quede. ¡Ay de ellos cuando Yo me aleje de ellos! 13 Yo he visto a Efraín, está como Tiro, plantado en una pradera, pero Efraín va a llevar sus hijos a alguien que los va a asesinar." Dáles, SEÑOR-- ¿qué les darás? 14 Dáles a ellas un aborto en el vientre y senos que no den leche. 15 "Por toda su maldad en Gilgal, que es donde Yo comencé a odiarlos. Por sus actos malvados, Yo los voy a sacar de Mi casa. Yo no los voy amar más; sus gobernantes son rebeldes. 16 Efraín es una enfermedad y sus raíces están secas; ellas no llevan frutos. Aún si ellos tienen hijos, Yo voy a poner sus amados hijos a muerte." 17 Mi Dios los va a rechazar porque ellos no le obedecieron a Él. Ellos se convertirán en nómadas entre las naciones.

10

1 Israel es una vid frondosa que produce su fruto. Mientras su fruto aumentaba, más altares él construía. Mientras su tierra más producía, él mejoró sus pilares. 2 Su corazón es engañoso; ahora ellos deben soportar su culpa. El SEÑOR demolerá sus altares; ellos destruirán sus pilares. 3 Pues entonces ellos dirán: "No tenemos ningún rey---¿qué podría hacer él por nosotros?" 4 Ellos hablan palabras vacías y hacen pactos jurando falsamente. Así que, la justicia brota como hierbas venenosas en los surcos de un campo. 5 Los habitantes de Samaria estarán con miedo por los becerros de Bet Avén. Su gente se lamentó sobre ellos, así como aquellos sacerdotes idólatras que se habían alegrado sobre ellos y su esplendor ya no está ahí. 6 Ellos serán llevados a Asiria como regalo para el rey. Efraín será desgraciada, e Israel será avergonzada de su ídolo. 7 El rey de Samaria será destruído, como un astilla de madera sobre la superficie del agua. 8 Los lugares altos de maldad serán destruídos. ¡Éste es el pecado de Israel! Espinas y cardos crecerán sobre sus altares. Las personas dirán a las montañas: "¡Cúbranos!" y a las colinas: "¡Caigan sobre nosotros!" 9 "Israel, has pecado desde los días de Guibeá; ahí te has mantenido. ¿Acaso la guerra no los alcanzará en Guibeaá a los hijos del mal? 10 Cuando Yo lo desee, Yo los disciplinaré a ellos. Las naciones se reunirán contra ellos y los atarán por su doble maldad. 11 Efraín es una vaquilla domesticada que ama trillar el grano, así que, Yo pondré un yugo en su hermoso cuello. Yo pondré un yugo en Efraín; Judá arará; Jacob jalará la grada por sí mismo. 12 Siembra justicia por sí mismos, y cosechen el fruto de su fiel pacto. Rompan sus terrenos sin labrar, pues es tiempo de buscar a El SEÑOR, hasta que Él venga y llueva justicia sobre ustedes. 13 Ustedes han arado maldad, y cosecharon injusticia. Ustedes han comido el fruto de la mentira porque confiaron en sus planes y en sus muchos soldados. 14 Entonces la confusión se levantará de entre su gente, y todas sus ciudades fortificadas serán destruídas. Será como Salmán destruyó Bet Arbel en un día de batalla, donde madres fueron cortadas en pedazos con sus hijos. 15 Así les pasará a ustedes, Betel, debido a su gran maldad. Al amanecer el rey de Israel será completamente destruído."

11

1 Cuando Israel era un niño, Yo lo amé, y Yo llamé a Mi hijo fuera de Egipto. 2 Mientras más los llamaba, ellos más se alejaban de Mí. Ellos sacrificaron a los baales y quemaron incienso a sus ídolos. 3 Sin embargo, fuí Yo quien le enseñó a Efraín a caminar. Fuí Yo quien lo levantó en brazos, pero ellos no sabían que Yo cuidé de ellos. 4 Yo los guié con cuerdas de humanidad, con lazos de amor. Yo fuí para ellos como alguien que aligera el yugo de sus quijadas, y Yo me incliné a ellos y los alimenté. 5 ¿No regresarán ellos a la tierra de Egipto? ¿No gobernará Asiria sobre ellos, porque ellos se niegan a regresar a Mí? 6 La espada caerá en sus ciudades y destruirá las cerraduras de sus puertas; los destruirá por sus propios planes. 7 Mi gente está decidida a alejarse de Mí. Aunque ellos claman por El Altísimo, nadie les ayudará a ellos. 8 ¿Cómo puedo renunciar a tí, Efraín? ¿Cómo puedo Yo entregarte, Israel? ¿Cómo puedo Yo hacerlos como Adma? ¿Cómo puedo Yo hacerlos como Zeboim? Mi corazón ha cambiado dentro de Mí; todas mis compasiones han sido agitadas. 9 Yo no ejecutaré mi enojo feroz; Yo no destruiré denuevo a Efraín. Pues Yo soy Dios y no un hombre; Yo soy el Santo entre ustedes, y Yo no vendré en ira. 10 Ellos seguirán al SEÑOR; y Él rugirá como un león. Cuando Él ruge, sus hijos vendrán temblando del oeste. 11 Ellos vendrán temblando como un ave de Egipto, como una paloma de la tierra de Asiria. Yo los haré vivir en sus hogares--esta es la declaración del SEÑOR. 12 Efraín me rodea con falsedad, y la casa de Israel con engaño. Pero Judá todavía está lejos de Dios, aún, en contra del Santo."

12

1 Efraín se alimenta en el viento y sigue tras el viento del este. Él contínuamente multiplica sus mentiras y violencia. Ellos hacen pacto con Asiria y llevan aceite de olivo a Egipto. 2 Él SEÑOR también ha hecho demanda contra Judá y castigará a Jacob por lo que ha hecho; Él le pagará por sus hechos. 3 En el vientre Jacob agarró a su hermano por el talón, y en su hombría el luchó con Dios. 4 Él luchó contra el ángel y ganó. Él lloró y suplicó por Su favor. Él conoció a Dios en Betel; allí Dios le habló a él. 5 Éste es él SEÑOR, El Dios de los ejércitos; "SEÑOR'' es Su nombre por el cuál deben llamarlo. 6 Así que vuélvanse a su Dios. Mantengan fielmente el pacto y la justicia, y esperen continuamente por su Dios. 7 Los comerciantes tienen balanzas falsas en sus manos; ellos aman el fraude. 8 Efraín dijo: ''Yo ciértamente me he vuelto muy rico; yo he encontrado riquezas para mi mismo. En todo mi trabajo ellos no hallarán iniquidad en mí, nada que pudiera ser pecado.'' 9 "Yo soy el SEÑOR su Dios desde la tierra de Egipto. Yo les haré volver a vivir en tiendas, como en los días del festival establecido. 10 Yo hablé a los profetas, y les dí muchas visiones para ustedes. Por las manos de los profetas Yo les dí parábolas.'' 11 Si hay maldad en Galaad, seguramente los pueblos serán sin valor. En Gilgal ellos sacrifican toros; sus altares serán como montones de piedras en los surcos de los campos. 12 Jacob huyó a la tierra de Aram; Israel trabajó para poder tener una esposa; y él cuidó rebaños de ovejas para tener una esposa. 13 Él SEÑOR sacó a Israel fuera de Egipto por el profeta, y por el profeta Él los cuidó. 14 Efraín ha irritado amargamente al SEÑOR. Así que su SEÑOR le dejará su sangre sobre él y le devolverá su desgracia.

13

1 "Cuando Efraín habló, hubo un temblor. Él se exaltó a sí mismo en Israel, pero él se volvió culpable por la adoración a Baal y él murió. 2 Ahora, ellos pecan más y más. Ellos hacen figuras de metal con su plata, ídolos tan hábilmente trabajados, como sea posible, todos ellos trabajo de los artesanos. Las personas dicen de ellos: "Estos hombres quienes sacrifican besan los terneros.' 3 Así que ellos serán como las nubes en la mañana, como el rocío que se va temprano, como la paja que es impulsada por el viento lejos del piso para el trillado, y como el humo de una chimenea. 4 Pero Yo soy EL SEÑOR su Dios de la tierra de Egipto. Ustedes no deben reconocer ningún dios sino a Mí; ustedes deben reconocer que aparte de Mí, no hay otro salvador. 5 Yo los conocí en el desierto, en la tierra de gran sequía. 6 Cuando ustedes tenían pastos, entonces ustedes se llenaron; y cuando ustedes se llenaron, sus corazones se alzaron. Por esa razón ustedes Me olvidaron. 7 Yo voy a convertirme como un león para ellos; como un leopardo, Yo voy a vigilarlos por el camino. 8 Yo voy a atacarlos como un oso al que le han robado un cachorro. Yo les voy a abrir el pecho y allí Yo voy a devorarlos como un león, como una bestia salvaje los romperé en pedazos. 9 Yo voy a destruirlos a ustedes, Israel;¿ quién va a poder salvarlos? 10 ¿Ahora dónde está su rey, puede él sarvalos a ustedes en todas las ciudades? ¿Dónde está sus gobernadores, sobre quienes ustedes me dijeron a Mí: 'Dános un rey y un príncipe? 11 Yo les dí a ustedes un rey en mi enojo y yo lo saqué en mi coraje. 12 La iniquidad de Efraín ha sido acumulada; su culpa ha sido acumulada. 13 Dolores de nacimiento van a llegar a él, pero él es un hijo necio, pues cuando sea el tiempo de nacer, él no va a salir del vientre. 14 ¿Los rescataré Yo a ellos de las manos del Seol? ¿Los rescataré Yo a ellos de la muerte? ¿Dónde, muerte, están tus plagas? ¿Dónde, Seol, está tu destrucción? La compasión está escondida de mis ojos. 15 Aunque Efraín sea próspero entre sus hermanos, un viento del este vendrá; el viento del SEÑOR va a soplar en el desierto. La primavera de Efraín va a secarse y su pozo no va a tener agua. Sus enemigos van a saquear de sus almacenes cada objeto precioso. 16 Samaria va a ser culpable, pues ella se ha rebelado contra su Dios. Ellos van a caer por la espada; sus hijos pequeños van a ser destrozados en pedazos y sus mujeres embarazadas van a ser desgarradas.

14

1 Israel, vuelve al SEÑOR tu Dios, pues haz caído debido a tu iniquidad. 2 Toma contigo tus palabras y vuelve al SEÑOR. Di a Él: "Quíta de nosotros toda nuestra iniquidad y acepta lo que es bueno, para que podamos ofrecer a Ti el fruto de nuestros labios. 3 Asiria no nos salvará; nosotros no montaremos en caballos a la guerra. Tampoco diremos nosotros más al trabajo de nuestras manos: 'Ustedes son nuestros dioses,' pues en Ti la persona huérfana de padre encuentra compasión" 4 "Yo sanaré el alejamiento de ellos; Yo los amaré a ellos líbremente, pues Mi enojo se ha alejado de él. 5 Yo seré como el rocío para Israel; él florecerá como el lirio y echa raíz como el cedro en el Líbano. 6 Sus ramas se esparcerán; su belleza será como los árboles de olivas, y sus fragancias como el cedro en el Líbano. 7 La gente que vive en su sombra volverá; ellos resucitarán como el grano y florecerán como viñas. Su fama será como el vino del Líbano. 8 ¿Efraín, qué tengo Yo que ver con ídolos? Yo te responderé y te cuidaré. Yo soy como un ciprés, cuyas hojas siempre son verdes; de Mí viene tu fruto." 9 ¿Quién es sabio que él pueda entender estas cosas? ¿Quién entiende estas cosas para que él pueda conocerlas? Pues los caminos del SEÑOR son rectos, y los rectos caminarán en ellos, pero los rebeldes se tropezarán en ellos.

Joel
Joel
1

1 Esta es la palabra del SEÑOR que vino a Joel, hijo de Petuel. 2 Oigan esto, ustedes ancianos, y escuchen, ustedes todos los habitantes de la tierra. ¿Ha sucedido esto alguna vez en sus días o en los días de sus antepasados? 3 Háblenle de esto a sus hijos, y que sus hijos se lo cuenten a sus hijos, y sus hijos a la próxima generación. 4 Lo que el enjambre de langostas ha dejado, la gran langosta se ha comido; lo que la gran langosta ha dejado, el saltamontes se ha comido; y lo que el saltamontes ha dejado, la oruga se ha comido. 5 ¡Despierten, borrachos, y lloren! Giman, todos los bebedores de vino, porque el vino dulce se les ha quitado. 6 Pues una nación se ha levantado sobre mi tierra, fuerte y sin número. Sus dientes son los dientes de un león, y tiene los dientes de una leona. 7 Ha convertido mi viña en un lugar terrible y ha rapado mi higuera. Le ha quitado su corteza y la ha desechado; las ramas están blancas. 8 Lamentense como una virgen vestida con un saco por la muerte de su joven esposo. 9 La ofrenda de grano y la ofrenda de bebida han sido cortadas de la casa del SEÑOR. Los sacerdotes, los siervos del SEÑOR, lamentense. 10 Los campos han sido devastados, y la tierra se ha debilitado. Porque el grano ha sido destruído, el vino nuevo se ha secado, y el aceite está dañado. 11 Avergüéncense, agricultores, y giman, viñadores, por el trigo y la cebada. Porque la cosecha de los campos se ha perdido. 12 Las vides se han marchitado y las higueras se han secado, los árboles de granadas y también las palmeras, y los manzanos-- todos los árboles del campo se han secado. Pues el gozo se ha secado de los descendientes de la humanidad. 13 ¡Vístanse con sacos y estén de luto, sacerdotes! Giman, siervos del altar. Vengan, pasen toda la noche en un saco, ustedes siervos de mi Dios. Porque la ofrenda de grano y la ofrenda de bebida han sido quitadas de la casa de su Dios. 14 Declaren un ayuno santo, y convoquen una santa asamblea. Reúnan a los ancianos y a todos los habitantes de la tierra a la casa del SEÑOR su Dios, y clamen al SEÑOR. 15 ¡Ay del día! Porque el día del SEÑOR ya casi está aquí. Con él vendrá la destrucción de parte del Todopoderoso. 16 ¿No se ha cortado el alimento frente a nuestros ojos, y el gozo y la alegría de la casa de nuestro Dios? 17 Las semillas se pudren debajo de sus terrones, los graneros están desolados, y los corrales han sido derribados, porque el grano se ha secado. 18 ¡Como gimen los animales! Los rebaños de ganado están sufriendo porque no tienen pastos. También los rebaños de ovejas sufren. 19 SEÑOR, yo clamo a Ti. Pues el fuego ha devorado los pastos del desierto, y las llamas han quemado todos los árboles de los campos. 20 Hasta los animales de los campos braman por Ti, pues los manantiales se han secado, y el fuego ha devorado los pastos del desierto.

2

1 ¡Soplen la trompeta en Sion, y suenen una alarma en Mi monte santo! Que todos los habitantes de la tierra tiemblen de miedo, porque ya viene el día del SEÑOR; de hecho, está cerca. 2 Es un día de oscuridad y tristeza, un día de nubes y densas tinieblas. Como el amanecer que se dispersa en las montañas, un gran y poderoso ejército se acerca. Nunca ha habido un ejército como éste, y nunca más lo habrá, aún después de muchas generaciones. 3 Un fuego está consumiendo todo lo que está frente a él, y detrás de él una llama está quemándose. La tierra es como el huerto del Edén frente a él, pero detrás hay un desierto arruinado. Por cierto, nada se le escapará. 4 La apariencia del ejército es como de caballos, y corren como jinetes. 5 Saltan con un ruido como el de los carros en las cimas de las montañas, como el ruido de llamas encendidas que devoran la hojarasca, como un poderoso ejército listo para la batalla. 6 En su presencia la gente está en angustia y a todos les palidecen los rostros. 7 Corren como poderosos guerreros; escalan las murallas como soldados; marchan, cada uno a su paso, y no se salen de sus filas. 8 Ninguno empuja al otro hacia el lado; ellos marchan, cada uno en su senda; penetran las defensas y no se salen de fila. 9 Se apresuran sobre la ciudad, corren sobre la muralla, se trepan en las casas, y penetran las ventanas como ladrones. 10 La tierra se sacude frente a ellos, los cielos tiemblan, el sol y la luna se oscurecen, y las estrellas dejan de brillar. 11 El SEÑOR alza Su voz delante de Su ejército, porque Sus guerreros son numerosos; porque son fuertes, esos que ejecutan Sus mandatos. Porque el día del SEÑOR es grande y muy terrible. ¿Quién lo sobrevivirá? 12 "Aún ahora," dice el SEÑOR, "regresen a Mí de todo corazón. Ayunen, lloren y lamentense." 13 Rasguen su corazón y no solo sus vestidos, y regresen a el SEÑOR su Dios. Porque Él es bondadoso y misericordioso, lento para airarse y abundante en la fidelidad del pacto, y Él quisiera dejar de inflir castigo. 14 ¿Quién sabe? ¿Quizas cambiará y tendrá compasión, y dejará una bendición tras Él, una ofrenda de grano y una ofrenda de bebida para el SEÑOR su Dios? 15 Toquen la trompeta en Sion, convoquen un ayuno santo, y convoquen una santa asamblea. 16 Reúnan al pueblo, convoquen una asamblea santa. Reúnan a los ancianos, junten a los niños y a los infantes de pecho. Dejen que los novios salgan de sus habitaciones, y las novias de sus cámaras nupciales. 17 Dejen que los sacerdotes, los siervos del SEÑOR, lloren entre el pórtico y el altar. Dejen que digan: "Ten piedad de Tu pueblo, SEÑOR, y no avergüences a Tu herencia, de manera que las naciones se enseñoreen sobre ellos. ¿Por qué habrían de decir entre las naciones: '¿Dónde está su Dios?'" 18 Entonces el SEÑOR sintió celo por Su tierra y tuvo piedad de Su pueblo. 19 El SEÑOR le contestó a Su pueblo: "Miren, Yo les enviaré grano, vino nuevo y aceite. Ustedes estarán satisfechos con ellos, y Yo ya no los convertiré en una desgracia entre las naciones. 20 Quitaré los atacantes del norte lejos de ustedes. y los conduciré a una tierra seca y abandonada. La parte delantera de su ejército entrará al mar oriental, y la parte postrera al mar occidental. Su hedor subirá, y su olor apestoso ascenderá." Ciertamente, Él ha hecho cosas grandes. 21 No temas, tierra, alégrate y regocíjate, porque el SEÑOR hará cosas grandes. 22 No teman, bestias del campo, porque los pastos del desierto brotarán, los árboles darán su fruto, y las higueras y las vides producirán su cosecha completa. 23 Alégrate, pueblo de Sion, y regocíjense en el SEÑOR su Dios. Porque Él les dará las lluvias de otoño a su tiempo y dejará caer lluvias para ustedes, la lluvia otoñal y la lluvia primaveral como antes. 24 Los pisos donde se trilla el grano se llenarán de trigo, y las tinajas rebosarán de vino nuevo y aceite. 25 "Yo les restauraré los años de cosechas que el enjambre de langostas se ha comido - la gran langosta, la langosta devoradora, y la langosta destructora - Mi poderoso ejército que Yo envié entre ustedes. 26 Ustedes comerán en abundancia y se saciarán, y alabarán el nombre de el SEÑOR su Dios, Quien ha hecho maravillas entre ustedes, y Yo jamás volveré a traer vergüenza sobre Mi pueblo. 27 Ustedes sabrán que Yo estoy entre Israel, y que soy el SEÑOR su Dios, y que no hay nadie más, y nunca más avergonzaré a Mi pueblo. 28 Acontecerá luego que Yo derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y sus hijos y sus hijas profetizarán. Sus ancianos soñarán sueños, sus hombres jóvenes verán visiones. 29 También sobre los siervos y siervas, en aquellos días derramaré mi Espíritu. 30 Mostraré maravillas en los cielos y sn la tierra, sangre, fuego y pilares de humo. 31 El sol se convertirá en tinieblas y la luna se convertirá en sangre, antes de que llegue el gran y terrible día del SEÑOR. 32 Acontecerá que todos los que invoquen el nombre del SEÑOR serán salvos. Porque en el Monte Sion y en Jerusalén habrá quienes escaparán, como ha dicho el SEÑOR, y entre los sobrevivienes, aquellos a quienes el SEÑOR llama.

3

1 Miren, en aquellos días y en ese tiempo, cuando Yo devuelva los exiliados de Judá y Jerusalén, 2 Yo reuniré a todas las naciones, y los bajaré al valle de Josafat. Yo los juzgaré allí, por causa de Mi pueblo y Mi heredad Israel, a quienes ellos dispersaron entre las naciones, y porque dividieron Mi tierra. 3 Ellos echaron suertes por Mi pueblo, cambiaron un niño por una prostituta, y vendieron una niña por vino para poder beber. 4 Ahora, ¿por qué están airados conmigo, Tiro, Sidón y todas las regiones de Filistea? ¿Se vengarán de Mí? Aunque se venguen de Mí, inmediatamente Yo devolveré su venganza sobre su propia cabeza. 5 Porque ustedes tomaron Mi plata y Mi oro, y trajeron Mis tesoros preciosos dentro de sus templos. 6 Ustedes vendieron a la gente de Judá y de Jerusalén a los griegos para removerlos lejos de su territorio. 7 Miren, estoy a punto de removerlos del lugar donde ustedes los vendieron, y les devolveré a ustedes el pago sobre sus propias cabezas. 8 Venderé sus hijos y sus hijas, por la mano del pueblo de Judá. Ellos los venderán a los Sabeos, a una nacion distante. Porque el SEÑOR ha hablado. 9 Proclamen esto entre las naciones: 'Prepárense ustedes mismos para la guerra, despierten a los hombres fuertes, dejen que se acerquen, dejen que todos los hombres de batalla suban. 10 Conviertan sus arados en espadas y sus cuchillos de podar en lanzas. Dejen que diga el débil: "Yo soy fuerte." 11 Avanzen y vengan, todas ustedes naciones cercanas, reúnanse allí. SEÑOR, trae a Tus poderosos guerreros.' 12 Dejen que las naciones se despierten a sí mismas y suban al valle de Josafat. Porque allí Me sentaré a juzgar a todas las naciones de alrededor. 13 Metan la hoz, porque la cosecha está madura. Vengan, aplasten las uvas, porque el lagar está lleno. Las tinajas rebosan, pues su maldad es enorme." 14 Hay un tumulto, un tumulto en el valle del Juicio. Porque el día del SEÑOR está cerca en el valle del Juicio. 15 El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retienen su brillantez. 16 El SEÑOR rugirá desde Sion, y alzará Su voz desde Jerusalén. Los cielos y la tierra temblarán, mas el SEÑOR será un refugio para Su pueblo, y una fortaleza para el pueblo de Israel. 17 "Así conocerán que Yo soy el SEÑOR su Dios que vivo en Sion, Mi monte santo. Entonces Jerusalén será santa, y ningún ejército volverá a marchar en medio de ella otra vez. 18 Acontecerá ese día que las montañas deramarán vino dulce, las colinas fluirán con leche, todos los arroyos de Judá fluirán con agua, y una fuente saldrá de la casa del SEÑOR y regará el valle de Sitim. 19 Egipto se convertirá en una devastación abandonada, y Edom se convertirá en un desierto abandonado, por la violencia infligida sobre el pueblo de Judá, porque derramaron sangre inocente en su tierra. 20 Mas Judá será habitada para siempre, y Jerusalén será habitada de generación a generación. 21 Yo vengaré su sangre que todavía no he vengado," pues el SEÑOR habita en Sion.

Amós
Amós
1

1 Estas son las cosas referentes a Israel que Amós, uno de los pastores en Tecoa, recibió en revelación. Él recibió estas cosas en los días de Uzías, rey de Judá, y también en los días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto. 2 Él dijo: "El SEÑOR rugirá desde Sión; Él levantará Su voz desde Jerusalén. Los pastizales de los pastores se secarán; la cima del Monte Carmelo se marchitará." 3 Esto es lo que el SEÑOR dice: "Por tres pecados de Damasco, incluso por cuatro, Yo no revocaré el castigo, porque ellos trillaron Galaad con instrumentos de hierro. 4 Yo enviaré fuego a la casa de Hazael, y devorará las fortalezas de Ben Adad. 5 Yo romperé las cerraduras de Damasco y cortaré al hombre que vive en Biqat-aven, y también al hombre que sostiene el cetro en Bet Edén. El pueblo de Aram irá cautivo a Kir," dice el SEÑOR. 6 Esto es lo que el SEÑOR dice: "Por tres pecados de Gaza, incluso cuatro, Yo no revocaré el castigo, porque ellos se llevaron cautivos un pueblo completo, para entregarlos a Edom. 7 Yo enviaré fuego sobre los muros de Gaza, y devorará su fortaleza. 8 Yo cortaré al hombre que viva en Asdod y al hombre que sostiene el cetro de Ascalón. Yo voltearé mi mano en contra de Ecrón, y el resto de los filisteos perecerán," dice el SEÑOR. 9 Esto es lo que el SEÑOR dice: "Por tres pecados de Tiro, incluso cuatro, Yo no revocaré el castigo, porque ellos han entregado un pueblo completo a Edom, y ellos rompieron su pacto de hermandad. 10 Yo enviaré fuego sobre los muros de Tiro, y devorará su fortaleza." 11 Esto es lo que el SEÑOR dice: "Por tres pecados de Edom, incluso cuatro, Yo no revocaré el castigo, porque él persiguió a su hermano con la espada y arrojó toda compasión. Su enojo rugió continuamente y su ira duró para siempre. 12 Yo enviaré fuego sobre Temán, y devorará los palacios de Bosra." 13 Esto es lo que el SEÑOR dice: "Por tres pecados del pueblo de Amón, incluso cuatro, Yo no revocaré el castigo, porque ellos desgarraron a las mujeres embarazadas de Galaad, para ellos poder agrandar sus fronteras. 14 Yo encenderé un fuego en los muros de Rabá, y devorará los palacios, con un grito en el día de batalla, con una tempestad en el día del torbellino. 15 Su rey irá cautivo, él junto con sus oficiales," dice el SEÑOR.

2

1 Esto es lo que el SEÑOR dice: "Por tres pecados de Moab, aún por cuatro, Yo no revocaré el castigo, porque él quemó los huesos del rey de Edom hasta calcinarlos. 2 Yo enviaré fuego sobre Moab, y devorará la fortaleza de Queriot. Moab morirá en un alboroto, con gritos y el sonido de trompeta. 3 Yo destruiré al juez en ella, y mataré a todos los príncipes con él," dice el SEÑOR. 4 Esto es lo que el SEÑOR dice: "Por tres pecados de Judá, aún por cuatro, Yo no revocaré el castigo, porque ellos rechazaron la ley del SEÑOR y no guardaron sus estatutos. Sus mentiras causaron que ellos se desviaran, detrás de las cuales sus padres también caminaron. 5 Yo enviaré fuego a Judá, y devorará las fortalezas de Jerusalén." 6 Esto es lo que el SEÑOR dice: "Por tres pecados de Israel, aún por cuatro, Yo no revocaré el castigo, porque ellos vendieron al inocente por plata y al necesitado por un par de sandalias. 7 Ellos pisotean sobre las cabezas de los pobres como la gente pisotea sobre polvo en el suelo; ellos echan lejos al oprimido. Un hombre y su padre duermen con la misma muchacha y así profanan Mi Santo nombre. 8 Ellos se acuestan junto a cada altar en ropas tomadas como promesas, y en la casa de los dioses de ellos beben el vino de aquellos quienes fueron castigados. 9 Aún así, Yo destruí a los amorreos delante de ellos, cuya altura era como la altura de los cedros; él era fuerte como los robles. Aún así, Yo destruí sus frutos arriba y sus raíces abajo. 10 También, Yo los traje a ustedes de la tierra de Egipto y los guié por cuarenta años en el desierto para poseer la tierra de los amorreos. 11 Yo levanté profetas de entre sus hijos y nazareos de sus hombres jóvenes. ¿No es así, gente de Israel?, esta es la declaración del SEÑOR. 12 Pero ustedes convencieron a los nazareos de beber vino y ordenaron a los profetas a no profetizar. 13 Miren, Yo los aplastaré a ustedes como un carreta que está llena de grano y puede aplastar a alguien. 14 La persona ágil no encontrará escape; el fuerte no le añadirá a su propia fuerza; tampoco ni el poderoso podrá salvarse a sí mismo. 15 El arquero no resistirá; el corredor rápido escapará; el jinete no se salvará a sí mismo. 16 Aún los soldados más valientes huirán desnudos en ese día, esta es la declaración del SEÑOR.

3

1 Escuchen esta palabra que el SEÑOR ha hablado contra ustedes, pueblo de Israel, en contra de toda la familia que yo traje de la tierra de Egipto: 2 "Yo los escogí solo a ustedes de todas las familias de la tierra. Por lo tanto, Yo los castigaré por todos sus pecados." 3 ¿Caminaran dos juntos a menos que ellos lo hayan acordado? 4 ¿Rugirá el leon en el bosque cuando él no tenga una víctima?¿Gruñirá un joven león desde su guarida si él no ha atrapado nada? 5 ¿Puede un ave caer en una trampa sobre el suelo cuando no hay carnada puesta para él? ¿Puede una trampa saltar de la tierra cuando ésta no ha atrapado nada? 6 ¿Sonará la trompeta en una ciudad y el pueblo no temblará? ¿Vendrá un desastre a una ciudad que el SEÑOR no haya enviado? 7 Ciertamente el SEÑOR Dios no hará nada a menos que Él revele Su plan a sus siervos los profetas. 8 El león ha rugido, ¿quién no temerá? El SEÑOR Dios ha hablado, ¿quién no profetizará? 9 Proclamen esto en las fortalezas en Asdod y en las fortalezas en la tierra de Egipto, digan: "Reúnanse ustedes mismos en las montañas de Samaria y vean que gran confusión hay en ella y que opresión hay en ella. 10 Porque ellos no saben como hacer el bien, esta es la declaración del SEÑOR. Ellos acumulan violencia y destrucción en sus fortalezas." 11 Por lo tanto, esto es lo que dice el SEÑOR Dios: "Un enemigo rodeará la tierra. Él derribará tus baluartes y saqueará tus fortalezas." 12 Esto es lo que el SEÑOR dice: "Como el pastor rescata de la boca del león solo dos patas, o un pedazo de oreja de la oveja, así será rescatado el pueblo de Israel que vive en Samaria, con solo la esquina de un sofá, o solo la esquina de una cama." 13 Escucha y testifica contra la casa de Jacob, esta es la declaración del SEÑOR Dios, el Dios de los ejércitos: 14 " Porque en el día que Yo castigue los pecados de Israel, Yo tambien castigaré los altares de Betel. Los cuernos del altar serán cortados y caerán a tierra. 15 Yo destruiré la casa de invierno con la casa de verano. Las casas de marfíl perecerán y las casas grandes se desvanecerán. Esta es la declaración del SEÑOR."

4

1 Escuchen esta palabra, ustedes vacas de Basán, ustedes que están en la montaña de Samaria, ustedes quienes oprimen a los pobres, ustedes que aplastan a los necesitados, ustedes que dicen a sus maridos: "Traiganos bebidas." 2 El Señor Dios ha jurado por su santidad: "Mira, los días vendrán sobre ustedes cuando se les llevará lejos con ganchos, y a los últimos de ustedes con anzuelos. 3 Ustedes saldrán a través de las grietas en la muralla de la ciudad, cada una de ustedes irá a través de ella, y serán arrojadas hacia Harmón, esta es la declaración del Señor." 4 "Vayan a Betel y pequen, a Gilgal y multipliquen el pecado, traigan sus sacrificios cada mañana, sus diezmos cada tres días. 5 Ofrezcan un sacrificio de acción de gracias con pan; anuncien ofrendas voluntarias; anunciénlas, por sus lugares, ustedes gente de Israel, esta es la declaración del Señor Dios. 6 Yo les di limpieza de dientes en todas tus ciudades y falta de pan en todos tus lugares. Sin embargo no te has vuelto a mí, esta es la declaración del Señor. 7 Yo también detuve la lluvia cuando todavía quedaban tres meses para la cosecha. Yo hice llover en una ciudad, y que no lloviera en otra ciudad. En un pedazo de tierra llovió, pero el pedazo de tierra donde no llovió se seco. 8 Dos o tres ciudades se tambalearon a otra ciudad para beber agua, pero no estaban satisfechos. Sin embargo ustedes no se han vuelto a mí, esta es la declaración del Señor. 9 Yo te afligí con tizón y moho. Las multitudes de tus jardines, tus viñedos, tus árboles de higo, y tus arboles de olivo, las langostas los devoraron a todos. Sin embargo ustedes no se han vuelto a mí, esta es la declaración del Señor 10 Yo te envie una plaga como en Egipto. Yo maté a tus jóvenes con la espada, se llevaron lejos tus caballos, e hice que el hedor de su campamento llegara hasta sus fosas nasales. Sin embargo ustedes no se han vuelto a mí, esta es la declaración del Señor. 11 Yo derribé ciudades entre ustedes, como cuando Dios derribó Sodoma y Gomorra. Fueron como una antorcha ardiente sacada del fuego. Sin embargo ustedes no se han vuelto a mí, esta es la declaración del Señor. 12 Por lo tanto Yo haré algo terrible a ustedes, Israel; y porque haré algo terrible a ustedes, ¡prepárate para conocer a tu Dios, Israel! 13 Pues, mira, Él que formó las montañas tambien creó el viento, revela sus pensamientos a la humanidad, hace de mañana la oscuridad, y pisa en los lugares altos de la Tierra. Señor, Dios de los ejercitos es su nombre."

5

1 Escucha esta palabra que yo levanto como lamento sobre ti, casa de Israel. 2 La virgen de Israel ha caído; ella no se levantará más; ella es abandonada en su tierra; no hay nadie para levantarla. 3 Porque esto es lo que el SEÑOR Dios dice: "La ciudad que se fue con miles le quedarán cien, y la que se fue con cien le quedrán diez, pertenecientes a la casa de Israel." 4 Porque esto es lo que el SEÑOR le dice a la casa de Israel: "¡Búscame y vive! 5 No busques a Betel; ni entres a Gilgal; ni te aventures a Beerseba. Pues Gilgal ciertamente irá cautiva, y Betel se convertirá en nada. 6 Busca al SEÑOR y vive, o Él irrumpirá como fuego en la casa de José. Devorará, y no habrá quien lo apague en Betel. 7 ¡Aquellas personas convertirán la justicia en una cosa amarga y lanzarán la rectitud al suelo!" 8 Dios hizo las Pléyades y el Orión; Él convierte la oscuridad en la mañana; Él hace al día oscuro con la noche y llama a las aguas del mar; Él las derrama sobre la faz de la tierra. ¡El SEÑOR es Su nombre! 9 Él trae destrucción repentina sobre el fuerte para que la destrucción venga sobre las fortalezas. 10 Ellos odian a cualquiera que los corrige en la puerta de la ciudad, y aborrecen a quien habla la verdad. 11 Porque tú pisoteas al pobre y tomas las porciones de trigo de él, aunque has construido casas de piedra elaborada, tú no vivirás en ellas. Tienes viñedos encantadores, pero no beberás sus vinos. 12 Porque Yo sé cuántas son tus ofensas y cuán grande son tus pecados, tú que afliges al justo, tomas sobornos y haces a un lado al necesitado en la puerta de la ciudad. 13 Por lo tanto, cualquier persona prudente está silenciosa en tal tiempo, porque es un tiempo maligno. 14 Busca el bien y no el mal, para que puedas vivir. Así el SEÑOR, el Dios de los ejércitos, realmente estará contigo, mientras tú digas 'Él es.' 15 Odia el mal, ama el bien, establece justicia en la puerta de la ciudad. Quizás el SEÑOR, el Dios de los ejércitos, será gentil al remanente de José. 16 Por lo tanto, esto es lo que el SEÑOR dice, el Dios de los ejércitos, el Señor: "Llorando estarán en todas las esquinas, y ellos dirán en todas las calles: '¡Ay! ¡Ay!' Ellos llamarán a los granjeros para el luto y a los dolientes a llorar. 17 En todos los viñedos habrá llanto, porque Yo pasaré entre medio de ti," dice el SEÑOR. 18 ¡Ay para tí quien deseas el día del SEÑOR! ¿Por qué deseas el día del SEÑOR? Habrá oscuridad y no luz, 19 como cuando un hombre huye de un león y un oso lo encuentra, o va a una casa y pone su mano sobre el muro y una serpiente lo muerde. 20 ¿No será el día del SEÑOR oscuridad y no luz? ¿Tristeza y no resplandor? 21 "Yo odio, Yo desprecio tus festivales, Yo no me deleito en tus asambleas formales. 22 Aunque Me ofrezcas tus ofrendas quemadas y ofrendas de grano, Yo no las aceptaré, tampoco miraré a las ofrendas de compañerísmo de tus animales gordos. 23 Quita de Mí el ruido de tus canciones; Yo no escucharé el sonido de tus arpas. 24 En cambio, que la justicia fluya como agua, y la rectitud como un arroyo constantemente fluyendo. 25 ¿Me traíste sacrificios y ofrendas en el desierto por cuarenta años, casa de Israel? 26 Levantarán a Sicut como su rey, y Quiyún, su dios estrella, ídolos que han hecho para ustedes mismos. 27 Por lo tanto, Yo te exiliaré más allá de Damasco," dice el SEÑOR, cuyo nombre es el Dios de los ejércitos.

6

1 ¡Ay de aquellos que están cómodos en Sión, y de aquellos que están seguros en el país montañoso de Samaria, los hombres notables de lo mejor de las naciones, a quienes la casa de Israel viene por ayuda! 2 Sus líderes dicen: "Vayan a Calne y miren; de ahí vayan a Hamat, la gran ciudad; entonces desciendan a Gat de los filisteos. ¿Son ellos mejores que sus dos reinos? ¿Es su frontera más grande que la frontera de ustedes?" 3 ¡Ay de aquellos que posponen el día del desastre y hacen que el trono de la violencia se acerque! 4 Ellos se acuestan en camas de marfíl y descansan en sus sofás. Ellos comen corderos del rebaño y becerros del establo. 5 Ellos cantan canciones tontas al son del arpa; ellos improvisan con instrumentos como David hizo. 6 Ellos beben vino de envases y se ungen a sí mismos con los más finos aceites, pero ellos no se afligen sobre la ruina de José. 7 Así que ellos ahora irán al exilio con los primeros exiliados, y el festín de aquellos quienes reposan ya pasará. 8 "Yo, el SEÑOR Dios, me he jurado a Mí mismo, esta es la declaración del SEÑOR Dios, el Dios de los ejércitos, Yo detesto el orgullo de Jacob; Yo odio sus fortalezas. Por lo tanto, Yo entregaré la ciudad con todo lo que hay en ella." 9 Y vendrá a ser que si quedan diez hombres en una casa, todos morirán. 10 Cuando el pariente de un hombre venga a recoger sus cuerpos, el que ha de cremarlos luego de sacar los cuerpos fuera de la casa, si él le dice a la persona en la casa: "¿Hay alguien contigo?" Si la persona dice: "No." Entonces, él dirá: "Estén callados, porque no debemos mencionar el nombre del SEÑOR." 11 Pues, miren, el SEÑOR dará una orden, y la casa grande será destrozada en pedazos, y la casa pequeña en pedacitos. 12 ¿Acaso los caballos corren en riscos rocosos? ¿Acaso alguno ara ahí con bueyes? Aún así, ustedes han convertido la justicia en veneno y la fruta de la virtud en amargura. 13 Ustedes quienes se alegran sobre Lo-debar, quienes dicen: "¿No hemos tomado Karnaim por nuestra propia fuerza?" 14 Pero miren, Yo levantaré contra ustedes una nación, casa de Israel, esta es la declaración del SEÑOR Dios, el Dios de los ejércitos. Ellos los afligirán a ustedes desde Lebo-hamat hasta el arroyo de Arabá.

7

1 Esto es lo que el SEÑOR Dios me mostró a mí. Miren, el formó un enjambre de langostas cuando comenzó a brotar la cosecha de la primavera, y miren, esta fue la cosecha tardía luego de la cosecha del rey. 2 Cuando ellas terminaron de comer la vegetación de la tierra, entonces yo dije: "SEÑOR Dios, por favor perdona; ¿Cómo sobrevivirá Jacob? Pues él es muy pequeño." 3 El SEÑOR cedió en cuanto a esto. "Esto no pasará", Él dijo. 4 Esto es lo que el SEÑOR Dios me mostró: Miren, el SEÑOR DIOS llamó al fuego para juzgar. Este secó la extensa y profunda agua debajo de la tierra y habría devorado la tierra también. 5 Pero yo dije: "SEÑOR Dios, por favor detente;¿Cómo Jacob sobrevivirá? Pues él es muy pequeño." 6 El SEÑOR cedió en cuanto a esto, "Esto tampoco sucederá." dice el SEÑOR Dios. 7 Esto es lo que Él me mostró: Miren, el SEÑOR estaba de pie al lado del muro, con una plomada en su mano. 8 El SEÑOR me dijo: "¿Amós, qué tu ves? Yo dije: "Una plomada." Entonces el SEÑOR dijo: "Mira, Yo pondré una plomada entre mi pueblo de Israel. Yo no los perdonaré más. 9 Los lugares altos de Isaac serán destruídos, los santuarios de Israel serán arruinados, y Yo me levantaré contra la casa de Jeroboan con la espada. 10 Entonces Amasías, el sacerdore de Betel, envió un mensaje a Jeroboan, rey de Israel: "Amós ha conspirado contra tí en medio de la casa de Israel. La tierra no puede soportar todas sus palabras. 11 Pues esto es lo que Amós dijo: 'Jeroboan morirá por la espada, e Israel seguramente irá al exilio lejos de su tierra." 12 Amasías dijo a Amós: "Vidente, vete, vuelve corriendo a la tierra de Juda y allí come pan y profetiza. 13 Pero no profetices nunca más aquí en Betel, pues este es el santuario del rey y una casa real." 14 Entoces Amós le dijo a Amasías: "Yo no soy un profeta ni hijo de profeta. Yo soy un pastor, y cuido de los árboles de higos de sicómoro. 15 Pero el SEÑOR me tomó del pastoreo del rebaño y me dijo: 'Ve, profetiza a mi pueblo Israel.' 16 Ahora escucha la voz del SEÑOR. Tu dices: 'No profetices contra Israel y no hables contra la casa de Isaac.' 17 Por lo tanto esto es lo que el SEÑOR dice: 'Tu esposa será una prostituta en la ciudad; tus hijos y tus hijas caerán por la espada; tu tierra será medida y dividida; tu morirás en una tierra inmunda, e Israel seguramente irá al exilio desde esta tierra.'"

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1 Esto es lo que el Señor Dios me mostró. ¡Mira, una canasta de frutas de verano! 2 Él dijo: "¿Qué es lo que ves, Amos?" Yo dije: "Una canasta de frutas de verano." Luego el Señor me dijo: "El final ha llegado para mi pueblo Israel; Yo no voy a perdónarlos más. 3 Las canciones del templo se convertirán en gemidos en ese día," esta es la declaración del Señor Dios. "Los cadáveres serán muchos, en cada lugar ellos los lanzarán en silencio!" 4 Escuchen esto, ustedes que pisotean a los necesitados y eliminan los pobres de la tierra. 5 Ellos dicen: "¿Cuándo pasará la luna nueva, para poder vender grano de nuevo? ¿Cuándo terminará el día de reposo, para que podamos vender trigo? Nosotros haremos la medida pequeña y aumentaremos el precio, mientras hacemos trampa con balanzas falsas. 6 Esto es para que podamos vender trigo malo, comprar al pobre con plata, y al necesitados para un par de sandalias." 7 El Señor ha jurado por el orgullo de Jacob: "Ciertamente Yo nunca olvidaré ninguna de sus acciones." 8 ¿No temblará por esto la tierra, y todo el que viva en ella llorará? Todo se levantará como el Río Nilo, y será lanzado y hundido, como el río de Egipto. 9 "Vendrá en este día, esta es la declaración del Señor Dios: Yo haré la puesta del sol a mediodía, y Yo voy a oscurecer la tierra a la luz del día. 10 Yo voy a cambiar sus festivales en luto y todas sus canciones en lamentación. Yo haré que todos ustedes vistan tela de costal y tengan calvicie en cada cabeza. Yo haré que sea como luto por un hijo unigénito, y amargura en su día final. 11 Mira, los días estan viniendo, esta es la declaración del Señor Dios, cuando Yo enviaré una hambruna en la tierra, no una hambre de pan, ni sed de agua, pero por oír las palabras del Señor. 12 Ellos tambalearán de mar a mar; ellos correrán desde el norte hacia el este para buscar la palabra del Señor, pero no la encontrarán. 13 En ese día, las hermosas vírgenes y los jóvenes se desmayarán de sed. 14 Aquellos que juran por el pecado de Samaria, ellos caerán y nunca volverán a levantarse."

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1 Yo ví al Señor parado al lado del altar, y Él dijo, " Golpea la parte superior de los pilares para que los cimientos se sacudan. Rómpelos en pedazos sobre todas sus cabezas, y yo mataré a los últimos de ellos con la espada. Ninguno de ellos irá lejos, ninguno de ellos escapará. 2 Aunque caven en el Seol, de allí mi mano los tomará. Aunque suban al cielo, de allí los haré descender. 3 Aunque ellos se escondan en la cima del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré. Aunque ellos están ocultos a mi vista en el fondo del mar, allí daré órdenes a la serpiente, y ella los morderá. 4 Aunque ellos vayan al cautiverio, conducidos por sus enemigos ante ellos, allí daré órdenes a la espada, y ella los matará. Yo mantendré mis ojos en ellos para mal y no para bien." 5 El SEÑOR, Dios de los ejércitos toca la tierra y se derrite; todos los que viven en ella lloran; todo crecerá como el rio, y vuelve a hundirse como el rio de Egipto. 6 Es él quien construye sus pasos en los cielos, y ha establecido su bóveda sobre la tierra. El llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la superficie de la tierra, y su nombre es el SEÑOR. 7 ¿No son ustedes como la gente de Etiopía para mí, pueblo de Israel? esta es la declaración del SEÑOR. ¿No saqué a Israel de la tierra de Egipto, a los filisteos de Creta y a los arameos de Kir? 8 Miren, los ojos del señor Dios están sobre el reino pecaminoso, y yo lo destruiré de la faz de la tierra, excepto que no destruiré totalmente la casa de Jacob; esta es la declaración del SEÑOR. 9 Miren, Yo daré una orden, y Yo haré temblar la casa de Israel entre todas las naciones, como se sacude el grano en un colador, para que ni la piedra más pequeña caiga al suelo. 10 Todos los pecadores de mi pueblo morirán por la espada, aquellos que dicen, ' El desastre no sobrevendrá ni nos alcanzará a nosotros.' 11 En ese día levantaré la tienda de David que ha caído y cerraré sus brechas. Yo levantaré sus ruinas, y lo reconstruiré como en los días pasados. 12 Para que puedan poseer el remanente de Edom, y todas las naciones que son llamadas por mi nombre, esta es la declaración del SEÑOR, él hace esto. 13 Miren, vendrán días, esta es la declaración del SEÑOR, cuando el labrador alcanzará al segador, y el pisador de uvas alcanzará al que siembra. Las montañas derramarán vino dulce, y todas las colinas fluirán con él. 14 "Haré volver del cautiverio a mi pueblo Israel. Ellos construirán las ciudades arruinadas y las habitarán, plantarán viñas y beberán su vino, y ellos harán huertos y comerán sus frutos. 15 Los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de la tierra que yo les he dado", dice el SEÑOR tu Dios.

Abdias
Abdias
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1 La Visión de Abdías. El Señor Dios dice esto sobre Edom: Nosotros hemos escuchado un reclamo del SEÑOR y un embajador ha sido enviado entre las naciones, diciendo: "¡Levántense! ¡Levantémonos contra ella para la batalla! 2 Mira, Yo te haré pequeño entre las naciones, tú serás despreciado en gran manera. 3 El orgullo de tu corazón te ha engañado, tú que vives en las hendíduras de la roca, en tu noble casa; que dices en tu corazón: "¿Quién me derribará a tierra?" 4 Aunque te eleves alto como el águila y aunque tu nido se encuentra entre las estrellas, te derribaré de allí, dice el SEÑOR. 5 Si los ladrones vinieran a ti, si los robadores vinieran de noche (¡cómo ustedes serán eliminados!), ¿Robarían solo lo suficiente para ellos mismos? Si los recogedores de uvas vinieran a ti, ¿Dejarían ellos algunas espigas? 6 ¡Cómo Esaú ha sido saqueado y sus tesoros escondidos buscados! 7 Todos tus hombres aliados te enviarán camino hacia la frontera. Los hombres que estaban en paz contigo te han engañado, y prevalecieron contra ti. Los que comen tu pan te han tendido una trampa. No hay entendimiento en él. 8 "En ese día," dice el SEÑOR, " ¿destruiré los hombres sabios de Edom y el entendimiento desde la montaña de Esaú? 9 Tus hombres poderosos serán atemorizados, Temán, así que cada hombre sea cortado de la montaña de Esaú por la masacre. 10 Debido a la violencia hecha a tu hermano Jacob, estarás cubierto de vergüenza, y serás cortado para siempre. 11 El día que te pusiste a un lado, el día en que extraños se llevaron su riqueza, y los extranjeros entraron por sus puertas, y echaron suertes por Jerusalén, tú eras como uno de ellos. 12 Pero no te alegres en el día de tu hermano, en el día de su desgracia, y no te regocijes sobre Judá en el día de su destrucción; no te jactes en el día de su angustia. 13 No entres en la puerta de Mi pueblo en el día de su desgracia; no te regocijes de su aflicción en el día de su desastre, no hagas botín de su riqueza en el día de su ruina. 14 No te pares en las encrucijadas, para acabar a sus fugitivos y no entregues a sus sobrevivientes en el día de angustia. 15 Porque el día de el SEÑOR está cerca sobre todas las naciones. Como has hecho, se te hará; tus actos regresarán en tu propia cabeza. 16 Porque como tuviste bebiendo en Mi santo monte, beberán todas las naciones continuamente. Beberán y tragarán y serán como si nunca hubieran existido. 17 Pero en el Monte Sión habrá aquellos que escapen y estos serán santos; y la casa de Jacob recuperará sus posesiones. 18 La casa de Jacob será un fuego, y la casa de José una llama, y la casa de Esaú será hojarasca, y ellos los quemarán y consumirán. No habrá sobrevivientes en la casa de Esaú, porque el SEÑOR lo ha dicho." 19 Los del Neguev poseerán el monte de Esaú y los del Sefela la tierra de los filisteos. Ellos poseerán la tierra de Efraín y la tierra de Samaria; y Benjamín poseerá Galaad. 20 Los desterrados del ejército del pueblo de Israel poseerán la tierra de Canaán tan lejos como Sarepta. Los exiliados de Jerusalén, que están en Sefarad, poseerán las ciudades del Neguev. 21 Los libertadores subirán al Monte Sión para gobernar la región montañosa de Esaú, y el reino pertenecerá al SEÑOR.

Jonás
Jonás
1

1 Ahora la palabra de EL SEÑOR vino a Jonás hijo de Amitai, diciendo: 2 "Levántate y ve a Nínive, la gran cuidad, y profetiza en contra de ella, porque su maldad ha llegado delante de Mí." 3 Pero Jonás se levantó para huir de la presencia de EL SEÑOR y se fue a Tarsis. Él bajó a Jope y encontró un barco que iba a Tarsis. Así que pagó el boleto y abordó el barco para salir a Tarsis, lejos de la presencia de EL SEÑOR. 4 Pero EL SEÑOR envió un gran viento en el mar y se convirtió en una fuerte tormenta. Pronto parecía que el barco se iba a romper. 5 Los marineros se asustaron mucho y cada uno comenzó a clamar a su propio dios. Ellos echaron la carga del barco al mar para hacerlo más liviano. Pero Jonás había bajado al fondo del barco y estaba acostado profundamente dormido. 6 Así que el capitán vino a él y le dijo, "¿Qué tú haces durmiendo? ¡Levántate! ¡ Clama a tu dios! Puede ser que tu dios nos tome en cuenta y no nos haga morir" 7 Todos se dijeron unos a otros: " Vengan, vamos a echar suerte, para así saber quién es el causante de este mal que nos está ocurriendo." Así que echaron suerte, y ésta cayó en Jonás. 8 Luego ellos le dijeron a Jonás, " Por favor, dinos quién es el causante de este mal que nos está ocurriendo. ¿Cúal es tu trabajo, y de dónde vienes? ¿Cúal es tu país y de qué pueblo vienes?" 9 Jonás le dijo," Yo soy hebreo; y temo al SEÑOR, el Dios de los cielos, quién hizo el mar y la tierra seca." 10 Entonces los hombres sintieron más miedo y le dijeron a Jonás," ¿Qué es lo que has hecho? Los hombres sabían que él estaba huyendo de la presencia del SEÑOR, pues Jonás le había dicho. 11 Luego le dijeron a Jonás, "¿Qué te haremos para que el mar se calme para nosotros? Pues el mar se había vuelto más y más violento. 12 Jonás les dijo," Levánteme y echénme al mar. Luego el mar se calmará para ustedes, pues sé que es por mí que se ha levantado esta gran tormenta contra ustedes." 13 Sin embargo, los marineros remaron fuerte para volver a tierra, pero no pudieron porque el mar se volvía más y más violento contra ellos. 14 Luego, clamaron al SEÑOR y dijeron, "Te rogamos SEÑOR, te rogamos, no nos dejes morir y no permitas que carguemos la culpa de su muerte, porqué Tú, SEÑOR, has hecho como tú has querido." 15 Así que levantaron a Jonás y lo echaron al mar y este se calmo. 16 Luego, los hombres temieron mucho al SEÑOR. Ellos ofrecieron sacrificios al SEÑOR e hicieron votos. 17 Ahora, EL SEÑOR preparó un gran pez para que se tragara a Jonás y Jonás estuvo en el estómago del pez por tres días y tres noches.

2

1 Luego, Jonás le oró al SEÑOR, su Dios, desde el vientre del pez. 2 Él dijo: "Clamé al SEÑOR acerca de mi gran tristeza y Él me contestó; ¡desde el vientre del Seol grité por auxilio! Tú escuchaste mi voz. 3 Me habías echado a las profundidades, dentro del corazón de los mares, y las corrientes me rodearon; todas Tus olas y ondas pasaron sobre mí. 4 Y yo dije: "Estoy fuera de tus ojos; aún así volveré a mirar hacia tu santo templo." 5 Las aguas se cerraron a mi alrededor hasta mi cuello; la profundidad me rodeaba; las plantas marinas se arropaban alrededor de mi cabeza. 6 Bajé hasta las bases de las montañas; la tierra con sus barrotes me encerraron para siempre. ¡Más Tú rescataste mi vida de lo profundo, SEÑOR, mi Dios! 7 Cuando mi alma se desmayó dentro de mí, yo llamé desde mi mente al SEÑOR; luego mi oración llegó a Ti, a tu santo templo. 8 Aquellos quienes prestan atención a los dioses inútiles rechazan tu fidelidad hacia ellos mismos. 9 Pero en cuanto a mí, yo haré sacrificio a Ti con voz de acción de gracias; yo cumpliré aquello que he prometido. ¡La salvación viene del SEÑOR! 10 Luego, EL SEÑOR le habló al pez y vomitó a Jonás sobre la tierra seca.

3

1 La palabra del SEÑOR vino a Jonás una segunda vez, diciendo: 2 "Levántate, ve a Nínive, esa gran ciudad, y proclama el mensaje que te ordené que dieras." 3 Así que Jonás se levantó y fue a Nínive en obediencia a la palabra del SEÑOR. Nínive era una ciudad grande, que tomaba tres días para caminarla. 4 Jonás comenzó a entrar a la ciudad y después de un día de viaje él habló fuerte y dijo: "En cuarenta días Nínive será destituída." 5 La gente de Nínive le creyó a Dios y proclamaron un ayuno. Todos ellos se vistieron de cilicio, desde el mayor de ellos hasta el menor. 6 Pronto las noticias llegaron al rey de Nínive. Él se levantó de su trono, se quitó su túnica, se cubrió de cilicio y se sentó en cenizas. 7 Él envió una proclamación que decía: "En Nínive, por la autoridad del rey y sus nobles, no permitan que ningún hombre o animal, manada o rebaño, pruebe algo. Que ellos no coman ni tomen agua. 8 Pero permitan que tanto hombre y animal se cubran de cilicio y clamen en alta voz a Dios. Permitan que todos se vuelvan de sus malos caminos y de la violencia que hay en sus manos. 9 ¿Quién sabe si Dios se arrepienta y cambie de opinión y aleje su ira feroz para que no muramos." 10 Dios vió lo que ellos hicieron, que se volvieron de sus malos caminos. Así que Dios cambió de opinión, acerca del castigo que Él había dicho que les haría a ellos, y no lo hizo.

4

1 Pero esto no le gusto a Jonás y se enojo mucho. 2 Así que Jonás oró a SEÑOR y dijo, "Ah, SEÑOR, "¿no fue esto lo que dije cuando estaba en mi propia tierra? Por eso yo actué así y traté de huir a Tarsis- porque sé que eres un Dios de gracia, de compasión, lento para la ira, de gran fidelidad y te arrepientes de enviar desastres. 3 Por tanto, ahora SEÑOR, te ruego que me quites la vida, pues es mejor para mi morir que estar vivo." 4 El SEÑOR dijo, "¿Es bueno que estés tan enojado?" 5 Luego Jonás salió de la ciudad y se sentó en la parte este de la ciudad. Allí construyó un refugio y se sentó debajo de él, en la sombra para ver que le podría pasar a la cuidad. 6 EL SEÑOR Dios preparó una planta trepadora e hizo que creciera sobre Jonás para que sirviera de sombra sobre su cabeza para aliviar su gran tristeza. Jonás estaba muy agradecido por la planta. 7 Pero Dios tenía listo un gusano al amanecer del siguiente día. Este atacó la planta y esta se marchitó. 8 Sucedió que cuando el sol salió la siguiente mañana, Dios preparó un viento caliente que venía del este. También, el sol castigó la cabeza de Jonás y se desmayó. Luego Jonás deseó morir. Se dijo a sí mismo," Es mejor para mí morir que vivir." 9 Luego Dios le dijo a Jonás: "¿Esta bien que te enojes por causa de la planta?" Jonás le contestó: "Es bueno que esté enojado, aún hasta la muerte." 10 EL SEÑOR dijo, "Tú has tenido compasión por la planta, por la cual no trabajastes ni la hicistes crecer. Creció en una noche y se murió en una noche. 11 En cuanto a Mí, ¿no debo tener compasión por Nínive, la gran cuidad, en la cual hay más de cientoveintemil personas que no saben la diferencia entre su mano derecha y su mano izquierda, y tambíen mucho ganado?"

Miqueas
Miqueas
1

1 Esta es la palabra del Señor que vino a Miqueas el de Moréset, en los días de Jotam, Acaz, y Ezequías, reyes de Judá, la palabra que él vio concerniente a Samaria y Jerusalén. 2 Escuchen, todos los pueblos. Escucha, tierra, y todo lo que está en ti. Dejen que el SEÑOR Dios sea testigo contra ustedes, el Señor desde Su santo templo. 3 Miren, el SEÑOR sale de Su lugar; Él descenderá y pisará sobre los lugares altos de la tierra. 4 Las montañas se derretirán debajo de Él; los valles se romperán como cera ante el fuego, como las aguas que se vierten en un lugar empinado. 5 Todo esto es por causa de la rebelión de Jacob, y por causa de los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál fue la razón de la rebelión de Jacob? ¿No fue Samaria? ¿Cuál fue la razón para los lugares altos de Judá? ¿No fue Jerusalén? 6 "Yo haré a Samaria un montón de ruinas en el campo, como un lugar para plantar viñedos. Voy a tirar sus piedras de construcción en el valle; voy a descubrir sus cimientos. 7 Todas las figuras talladas de ella serán destrozadas en pedazos; y todas las ofrendas a ella serán quemadas. De todos sus ídolos haré una ruina. Ella los reunió con las ganancias de su prostitución, y como el pago a una prostituta ellos regresarán.'' 8 Por esta razón me lamentaré y gemiré; iré descalzo y desnudo; aullaré como chacales y lamentaré como buhos. 9 Porque su herida es incurable, pues ha llegado a Judá. Ha alcanzado la puerta de mi pueblo, a Jerusalén. 10 No lo digas en Gat; no lloren por nada. En Bet Le Afrá yo me revuelco en el polvo. 11 Pasen por ahí, habitantes de Safir, en desnudez y vergüenza. Los habitantes de Zaanán no salgan. Bet Esel lamenta, pues su protección les es quitada. 12 Porque los habitantes de Marot esperan ansiosamente buenas noticias, porque el desastre ha bajado del SEÑOR a las puertas de Jerusalén. 13 Amarren el carro al equipo de caballos, habitantes de Laquis. Tú, Laquis, fuiste el comienzo del pecado de la hija de Sion, porque las transgresiones de Israel fueron encontradas en ti. 14 Así que tú le darás un regalo de despedida a Moréset Gat; el pueblo de Aczib decepcionará a los reyes de Israel. 15 Yo volveré a traerles un conquistador, habitantes de Maresa; el esplendor de Israel volverá a Adulam. 16 Afeítate la cabeza y córtate el cabello por los niños en quienes te deleitas. Hazte tan calvo como las águilas, porque tus hijos irán al exilio lejos de ti.

2

1 Ay de aquellos quienes planifican iniquidad, a aquellos quienes planifican en sus camas para hacer el mal. En la luz de la mañana lo hacen porque tienen poder. 2 Ellos desean campos y se apoderan de ellos; ellos desean casas y las toman. Ellos oprimen a un hombre y su casa, a un hombre y su heredad. 3 Por lo tanto, el SEÑOR dice esto: "Miren, Yo estoy a punto de traer desastre en contra de este clan, del cual ustedes no removerán sus cuellos. Ustedes no caminarán arrogantemente, porque será un tiempo de maldad. 4 En ese día sus enemigos cantarán una canción acerca de ustedes, y lamentarán con una lamentación angustiosa. Ellos cantarán: 'Nosotros los israelitas estamos completamente arruinados; el SEÑOR cambia el territorio de mi pueblo. ¿Cómo puede Él quitármelo? ¡Él reparte nuestros campos a los traidores!'" 5 Por lo tanto, ustedes, gente rica, no tendrán descendientes para dividir el territorio por suertes en la asamblea del SEÑOR. 6 "No profeticen," dicen ellos. "Ellos no deben profetizar estas cosas; reproches no deben venir." 7 ¿Realmente debería ser dicho, casa de Jacob: "Está el Espíritu del SEÑOR enojado? ¿Realmente son éstas Sus obras?" ¿Acaso Mis palabras no le hacen bien a cualquiera que camine rectamente? 8 Últimamente Mi pueblo se ha levantado como un enemigo. Ustedes quitan la túnica, la vestidura, de aquellos quienes pasan sin sospechar nada, como soldados que regresan de la guerra a lo que ellos creen que es seguridad. 9 Ustedes sacan a las mujeres que le pertenecen a Mi pueblo de sus agradables casas; ustedes quitan Mi bendición de sus niños para siempre. 10 Levántense y váyanse, porque este no es un lugar donde ustedes se pueden quedar, a causa de su inmundicia; está destruido con total destrucción. 11 Si alguien viene a ustedes en un espíritru de falsedad y miente diciendo: "Yo les profetizaré sobre vino y bebida fuerte," él sería considerado como profeta para este pueblo. 12 Yo seguramente los reuniré a todos ustedes, Jacob. Yo seguamente reuniré el remanente de Israel. Yo los traeré a todos juntos como ovejas en un redil, como un rebaño en medio de su pasto. Allí habrá un fuerte ruido a causa de la multitud. 13 Alguien que abre el camino para ellos, irá delante de ellos. Ellos forzarán la puerta y saldrán; su Rey pasará delante de ellos. El SEÑOR estará a la cabeza,

3

1 Yo dije: "Ahora escuchen, ustedes líderes de Jacob y gobernantes de la casa de Israel: ¿no es correcto para ustedes entender la justicia? 2 Ustedes, que odian el bien y aman el mal, ustedes que les quitan su piel, su carne de sus huesos-- 3 ustedes que también comen la carne de Mi pueblo, y les arrancan su piel, rompen sus huesos, y los cortan en pedazos, tal como carne para una olla, tal como carne en un caldero. 4 Entonces, ustedes gobernantes, clamarán al SEÑOR, pero Él no les responderá. Él ocultará Su rostro de ustedes en ese tiempo, porque han hecho obras malas." 5 El SEÑOR dice esto acerca de los profetas que hacen que Mi pueblo deambule: "Para aquellos que los alimentan, ellos anuncian: 'Habrá prosperidad.' Pero para aquellos que nada ponen en sus bocas, ellos empiezan una guerra en su contra. 6 Por lo tanto, será para ustedes noche sin visión; será oscura para que ustedes no hagan ninguna adivinación. El sol se ocultará sobre los profetas, y el día será oscuro sobre ellos. 7 Los videntes serán puestos en vergüenza, y los adivinos serán confundidos. Todos ellos se cubrirán sus labios, pues no hay respuesta de Mí." 8 Pero en cuanto a mí, yo estoy lleno de poder por el Espíritu del SEÑOR, y estoy lleno de justicia y fuerza, para declarar a Jacob su transgresión, y a Israel su pecado. 9 Ahora, escuchen esto, ustedes líderes de la casa de Jacob, y gobernantes de la casa de Israel, ustedes, los que detestan la justicia, y pervierten todo lo correcto. 10 Ustedes construyen Sion con sangre y Jerusalén con iniquidad. 11 Sus líderes juzgan por un soborno, sus sacerdotes enseñan por un precio, y sus profetas hacen adivinación por dinero. Aún así, se apoyan en el SEÑOR y dicen: "¿No está el SEÑOR con nosotros? Ningún mal vendrá sobre nosotros." 12 Por lo tanto, a causa de ustedes, Sion será arado como un campo, Jerusalén será un montón de escombros, y la colina del templo será como una colina boscosa.

4

1 Pero en los últimos días sucederá que el monte de la casa del SEÑOR será establecido sobre los otros montes. Será extaltado sobre las colinas, y pueblos fluirán a él. 2 Muchas naciones irán y dirán: "Vengan, subamos al monte del SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob. Él nos enseñará Sus caminos, y nosotros caminaremos en sus senderos." Pues desde Sion la ley saldrá, y la palabra del SEÑOR desde Jerusalén. 3 Él juzgará de entre muchos pueblos y decidirá concerniente a numerosas naciones lejanas. Ellos forjarán sus espadas en azadas y sus lanzas en hoces. Una nación no levantará espada contra otra nación, ni se entrenarán más para la guerra. 4 En cambio, ellos sentarán a cada persona debajo de su viña y debajo de su higuera. Nadie los asustará, porque la boca del SEÑOR de los ejércitos ha hablado. 5 Pues todos los pueblos caminan, cada uno, en el nombre de su dios. Pero nosotros caminaremos en el nombre del SEÑOR nuestro Dios por siempre y para siempre. 6 "En ese día," dice el SEÑOR, "Yo juntaré al cojo y reuniré al marginado, aquellos a quienes Yo he afligido. 7 Yo convertiré al cojo en un remanente, y a los expulsados en una nación fuerte, y Yo, el SENOR, reinaré sobre ellos en el Monte Sion, ahora y para siempre. 8 En cuanto a ti, vigilante para el rebaño, colina de la hija de Sión, a ti vendrá, tu antiguo dominio será restaurado, el reino que le pertenece a la hija de Jerusalén. 9 Ahora, ¿por qué gritas tan alto? ¿No hay rey entre ustedes? ¿Su consejero ha muerto? ¿Es esto el por qué el dolor te aflige como a una mujer de parto? 10 Ten dolor y trabaja para dar a luz, hija de Sion, como una mujer de parto. Pues ahora irás fuera de la ciudad, vivirás en el campo e irás a Babilonia. Allí serás rescatada. Allí el SEÑOR te rescatará de la mano de tus enemigos. 11 Ahora, muchas naciones se han juntado en contra tuya; ellas dicen: 'Déjala que sea profanada; deja que nuestros ojos se jacten sobre Sion.'" 12 El profeta dice: "Ellos no conocen los pensamientos del SEÑOR, ni tampoco entienden Sus planes, pues Él los ha reunido como gavillas para la era." 13 El SEÑOR dice: "Levántate y trilla, hija de Sion, porque Yo haré que tu cuerno sea de hierro, y haré que tus pezuñas sean de bronce. Tú aplastarás a muchos pueblos. Yo dedicaré su injusta riqueza a Mí mismo, el SEÑOR, sus posesiones para Mí, el Señor de toda la tierra."

5

1 Ahora, júntense en rangos de batalla, hija de soldados; los soldados han levantado un sitio alrededor de la ciudad, con una vara ellos golpearán al juez de Israel en la mejilla. 2 Pero tú, Belén Efrata, a pesar de que tú eres pequeña entre los clanes de Judá, de ti uno vendrá para gobernar en Israel, cuyo orígen es desde los tiempos antiguos, desde la eternidad. 3 Por lo tanto, Dios los entregará, hasta el tiempo cuando ella, quien está de parto de a luz un niño, y el resto de sus hermanos, regresen al pueblo de Israel. 4 Él se levantará y pastoreará Su rebaño en la fuerza del SEÑOR, en la majestad del nombre del SEÑOR Su Dios. Ellos permanecerán, pues entonces Él será grande hasta los confines de la tierra. 5 Él será nuestra paz. Cuando los asirios vengan a nuestra tierra, cuando ellos marchen contra nuestras fortalezas, entonces nosotros nos levantaremos contra ellos a siete pastores y ocho líderes sobre los hombres. 6 Ellos pastorearán la tierra de Asiria con la espada, y la tierra de Nimrod en sus puertas. Él nos rescatará de los asirios, cuando ellos vengan a nuestra tierra, cuando ellos marchen dentro de nuestras fronteras. 7 El remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos, como rocío del SEÑOR, como lluvia sobre la hierba, que no espera por un hombre, y ellos no esperan por los hijos de los hombres. 8 El remanente de Jacob será entre las naciones, entre muchos pueblos, como un león entre los animales del bosque, como un leoncillo entre rebaños de ovejas. Cuando él pasa entre ellos, él los pisoteará y los rasgará en pedazos, y no habrá quien los salve. 9 Tu mano se levantará contra tus enemigos, y los destruirá. 10 "Esto sucederá en aquel día," dice el SEÑOR, "que Yo destruiré tus caballos de entre ustedes y demoleré tus carros. 11 Yo destruiré las ciudades en tu tierra y derribaré todas tus fortalezas. 12 Yo destruiré la hechicería en tu mano, y tú nunca más tendrás ningún adivino. 13 Yo destruiré tus figuras talladas y tus pilares de piedra de entre ustedes. Tú nunca más adorarás la fabricación de tus manos. 14 Yo arrancaré de raíz las imágenes de Asera de entre ustedes y Yo destruiré tus ciudades. 15 Yo ejecutaré venganza con ira y furia en las naciones que no han escuchado."

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1 Ahora escuchen lo que el SEÑOR dice: "Levántate y presenta tu caso ante las montañas; deja que las colinas escuchen tu voz. 2 Escuchen la acusación del SEÑOR, ustedes montañas, y ustedes cimientos duraderos de la tierra. Porque el SEÑOR tiene una acusación con su pueblo, y Él peleará en la corte contra Israel." 3 "Pueblo mío, ¿qué te he hecho? ¿Cómo te he agobiado? ¡Testifica contra Mí! 4 Porque Yo te hice subir de la tierra de Egipto y te rescaté de la casa de esclavitud. Envié a Moisés, Aarón y Miriam a tí. 5 Pueblo mío, recuerda lo que Balac, rey de Moab tramó, y cómo Balaam, hijo de Beor, le respondió a él mientras ibas desde Sitim hasta Gilgal, para que pudieras conocer los hechos justos del SEÑOR." 6 ¿Qué debería traer yo al SEÑOR, mientras me inclino al Dios Altísimo? ¿Debería venir a Él con ofrendas quemadas, con terneros de un año? 7 ¿El SEÑOR estará complacido con miles de carneros o con diez mil ríos de aceite? ¿Debería dar mi primogénito por mi transgresión, el fruto de mi cuerpo por mi propio pecado? 8 Él te ha dicho, hombre, lo que es bueno y lo que el SEÑOR requiere de tí: Actúa justamente, ama la bondad y camina humildemente con tu Dios. 9 La voz del SEÑOR está haciendo una proclamación a la ciudad, aún ahora, la sabiduría reconoce Tu nombre: "Presta atención a la vara y al que la ha puesto en su lugar. 10 Hay riqueza en las casas de los malvados que es deshonesta, y falsas medidas que son abominables. 11 ¿Debería Yo considerar inocente a una persona que usa balanzas fraudulentas, con un saco de pesas engañosas? 12 Los hombres ricos están llenos de violencia, los habitantes han hablado mentiras y su lengua en su boca es engañosa. 13 Por lo tanto, Yo te he golpeado con una herida severa, te he hecho una ruina por causa de tus pecados. 14 Tú comerás pero no estarás satisfecho; tu vacío permanecerá dentro de ti. Tú almacenarás bienes, pero no están a salvo, y lo que salves, Yo lo entregaré a la espada. 15 Tú sembrarás, pero no cosecharás; Tú pisaras las aceitunas, pero no té ungirás con el aceite; prensaras las uvas pero no tomarás el vino. 16 Los mandamientos hechos por Omri han sido guardados, y todas las obras de la casa de Acab. Tú caminas por sus consejos. Así que Yo té haré, ciudad, una ruina, y ustedes, habitantes, un objeto de burla, y ustedes cargarán desprecio como mi pueblo.

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1 ¡Ay de mí! Pora mí es como cuando la cosecha de los frutos de verano ha terminado, y aún la recolección del sobrante de uvas en los viñedos. No hay más racimos de frutas para ser encontrados, ninguno de los higos tempranos que yo deseo. 2 La gente fiel ha desaparecido de la tierra, no hay persona recta en toda la humanidad. Todos ellos están al acecho para derramar sangre, cada uno caza a su propio hermano con una red. 3 Sus manos son muy buenas haciendo daño: el gobernante pide dinero, el juez está listo para los sobornos, y el hombre poderoso le dice a otros lo que él desea obtener. Así, ellos conspiran juntos. 4 El mejor de ellos es como el zarzal, el más recto es como el arbusto de espinos. Este es el día anunciado por tus vigilantes, el día de tu castigo. Ahora es el tiempo de su confusión. 5 No confíen en ningún vecino, no pongan confianza en ningún amigo. Sean cuidadosos sobre lo que ustedes dicen aún a la mujer que descansa en tus brazos. 6 Pues un hijo deshonra a su padre, una hija se levanta en contra de su madre, y una nuera en contra de su suegra. Los enemigos del hombre son la gente de su propia casa. 7 Pero en cuanto a mí, yo miraré al SEÑOR. Yo esperaré por el Dios de mi salvación, mi Dios me escuchará. 8 No te regocijes sobre mí, mi enemigo. Luego de yo caer, yo me levantaré. Cuando me siente en la oscuridad, el SEÑOR será una luz para mí. 9 Debido a que yo pequé en contra del SEÑOR, yo soportaré Su ira hasta que Él defienda mi causa, y ejecute el juicio para mí. Él me traerá a la luz, y yo Lo veré rescatándome en Su justicia. 10 Entonces mi enemiga lo verá y vergüenza cubrirá a la que me dijo: "¿Dónde está el SEÑOR tu Dios?" Mis ojos la verán, ella será pisoteada como el lodo en las calles. 11 El día de construir tus murallas vendrá, en ese día las fronteras se extenderán bien lejos. 12 En aquel día tu pueblo vendrá a tí, desde Asiria y las ciudades en Egipto, desde Egipto hasta el gran río, el Eufrates, de mar a mar, y de montaña a montaña. 13 Esas tierras serán abandonadas debido al pueblo que está viviendo ahí ahora, debido a los frutos de sus obras. 14 Pastorea a Tu pueblo con Tu vara, el rebaño de Tu heredad. Ellos viven solos en un bosque, en el medio de la plantación. Que ellos pasten en Basán y en Galaad como en los días pasados. 15 Como en los días cuando ustedes salieron de la tierra de Egipto, Yo les mostraré a ellos maravillas. 16 Las naciones verán y se avergonzarán de todo su poder. Ellos pondrán sus manos en sus bocas; sus oídos serán ensordecidos. 17 Ellos lamerán el polvo como una serpiente, como las criaturas que se arrastran sobre la tierra. Ellos vendrán fuera de sus guaridas con miedo; ellos vendrán con miedo a Ti, SEÑOR nuestro Dios, y ellos se asustarán debido a Ti. 18 ¿Quién es un Dios como Tú, Tú que quitas el pecado, Tú que pasas por alto la transgresión del remanente de tu heredad? Tú no guardas Tu ira para siempre, porque Tú amas enseñarnos Tu pacto de fidelidad. 19 Tú tendrás otra vez compasión de nosotros; Tú pisotearás nuestras iniquidades bajo Tus pies. Tú lanzarás todos nuestros pecados en las profundidades del mar. 20 Tú le darás la verdad a Jacob y el pacto de fidelidad a Abraham, como Tú juraste a nuestros ancestros en los días pasados.

Nahúm
Nahúm
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1 La declaración sobre Nínive. El Libro de la Visión de Nahúm, el Elcosita. 2 El SEÑOR es un Dios celoso y se desquita; el SEÑOR se venga y está lleno de ira; el SEÑOR toma venganza de Sus adversarios, y prolonga su ira hacia sus enemigos. 3 El SEÑOR es lento para airarse y grande en poder; de ninguna manera declarará inocente a sus enemigos. El SEÑOR se mueve en el torbellino y en la tormenta, y las nubes son el polvo de sus pies. 4 Él reprende el mar y lo hace secar; Él seca todos los ríos. Basán es debil, y también Carmel; las flores del Líbano son débiles. 5 Las montañas tiemblan en su presencia, y las colinas se derriten; la tierra colapsa en su presencia, de hecho, el mundo y toda la gente que lo habitan. 6 ¿Quién puede pararse frente a su ira? ¿Quién puede resistir la fureza de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y las piedras son partidas por Él. 7 El SEÑOR es bueno, una fortaleza en el día del problema; y es fiel con los que buscan refugio en Él. 8 Pero acabará completamente con sus enemigos con una inundación abrumadora; Él los perseguirá hasta dentro de las tinieblas. 9 Que tramas contra Jehova? 10 El arrasara y no tomara venganza dos veces de su enemigo! Cual espinas entretejidas y cual borrachos en su embriaguez, seran consumidos como paja seca. 11 De ti salio un consejero de Balial que tramo el mal contra Jehovah. 12 Esto dice el SEÑOR: "Aunque ellos estén en su fuerza máxima y en su mayor numero, aún así serán cortados; su pueblo no será más. Mas tú, Judá: aunque Yo te haya afligido, ya no te afligiré más. 13 Ahora yo romperé el yugo de ellos de encima de ti; Yo quebraré tus cadenas." 14 Y el SEÑOR ha dado un mandato acerca de ustedes, Nínive: "No habrá más descendientes que lleven tu nombre. Yo echaré las figuras talladas y las figuras de metal de las casas de tus dioses. Yo excavaré tus tumbas porque ustedes son despreciables." 15 Miren, ¡en las montañas están los pies de alguien que está trayendo buenas noticias; que está anunciando la paz! Celebren sus festivales, Judá, y cumplan sus votos, pues el malo no les invadirá más; está completamente cortado de entre ustedes.

2

1 El que los hara pedazos se está levantando contra ustedes. Pongan guardias en las murallas de la ciudad, protejan los caminos, háganse fuertes, reúnan sus ejércitos. 2 Pues el SEÑOR está restaurando la majestad de Jacob, como la majestad de Israel, aunque los saqueadores los debastaron y destruyeron las ramas de sus vides. 3 Los escudos de sus hombres fuertes son rojos, y los valientes están vestidos de escarlata; los carros brillan con su metal en el día que se preparan, y las lanzas de ciprés se tiran al aire. 4 Los carros de caballos avanzan por las calles; van y vienen por las calles anchas. Parecen antorchas y corren como relámpago. 5 El que los quebrará en pedazos a ustedes llama a sus oficiales; ellos tropiezan contra ellos mismos al marchar; avanzan para atacar la muralla de la ciudad. El escudo grande se prepara para proteger a estos atacantes. 6 Las puertas en los ríos se abren con fuerza y el palacio cae en ruinas. 7 Huzzab es despajada de sus ropas y es quitada. Sus sirvientas gimen como palomas golpeándose sus pechos. 8 Nínive es como un estanque de agua que se desborda con su gente que huye como agua rápida. Otros gritan: "Paren, paren," pero nadie mira hacia atrás. 9 Tomen el botín de plata, tomen el botín de oro, pues no tiene fin el esplendor de todas las cosas hermosas de Nínive. 10 Nínive está vacía y en ruinas. El corazón de todos se derrite; tiemblan las rodillas de todos y la angustia está en todos; sus rostros están pálidos. 11 ¿Dónde está ahora la guarida de los leones, el lugar donde lactan los cachorros, el lugar donde el león y la leona andan con los cachorros, donde no le temían a nada? 12 El león destrozó a sus víctimas por sus cachorros; estranguló a sus víctimas por sus leonas, y llenó su cueva de víctimas, sus guaridas de osamenta destrozadas. 13 "Miren, Yo estoy contra ustedes - esta es la declaración de el SEÑOR de los ejércitos. Yo haré arder los carros de ustedes en el humo, y la espada devorará a sus leones jóvenes. Yo quitaré el botín de la tierra de ustedes, y las voces de sus mensajeros no se escucharán más."

3

1 ¡Ay de la ciudad llena de sangre! Está llena de mentiras y propiedades robadas; siempre hay víctimas en ella. 2 Pero ahora es el sonido de latigazos y el ruido del alboroto de ruedas, y los brincos de carros de caballos. 3 Hay hombres de a caballo atacando, espadas flameantes, lanzas brillantes, grandes montones de cuerpos muertos. Son innumerables; sus atacantes tropiezan con ellos. 4 Esto está sucediendo debido a las acciones lujuriosas de la hermosa prostituta, la experta en brujería, que vende naciones con su prostitución, y pueblos con sus actos de brujería. 5 Miren, Yo estoy contra ti - esta es la declaración del SEÑOR de los ejércitos - alzaré tu falda sobre tu rostro y mostraré tus partes privadas a las naciones, tu vergüenza a los reinos. 6 Lanzaré suciedad repugnante sobre ti y te haré detestable; te convertiré en alguien que todos mirarán. 7 Acontecerá que todo el que te mire huirá de ti y dirá: 'Nínive está destruida; ¿quién llorará por ella?' ¿Dónde hallaré a alguien que te consuele?" 8 Nínive, ¿eres tú mejor que Tebas, que fue construida sobre el Río Nilo, que tenía agua alrededor de ella, cuya defensa fue el océano, cuya muralla fue el mismo mar? 9 Etiopía y Egipto eran su fortaleza, y no habia final en esto; Fut y Libia fueron aliadas para ella. 10 Sin embargo, Tebas fue llevada; fue al cautiverio; sus niños pequeños fueron destrozados en pedazos a la entrada de cada calle; sus enemigos echaron suertes por sus hombres honorables, y todos sus grandes hombres fueron encadenados. 11 Tú también te emborracharás; tratarás de esconderte y tú también buscarás refugio de tus enemigos. 12 Todas tus fortalezas serán como árboles de higos con los higos maduros: que si son sacudidos, caen en la boca del que come. 13 Mira, la gente entre ustedes son mujeres; las puertas de tu tierra han sido abiertas de par en par ante tus enemigos; el fuego ha devorado sus vigas. 14 Ve a saca agua para el asedio; refuerza tus fortalezas; entra al barro y pisa el mortero; recoge los moldes para los ladrillos. 15 El fuego te devorará allí, y la espada te destruirá. Te devorará como las langostas jóvenes que lo devoran todo. multipliquense ustedes tantos como las langostas jóvenes, tantos como las langostas maduras. 16 Has multiplicado a tus mercaderes más que las estrellas en los cielos; pero son como langostas jóvenes: saquean la tierra y luego se van volando. 17 Tus príncipes son tantos como las langostas maduras, y tus generales son como enjambres de ellas que acampan en las murallas en un día frío. Pero cuando sale el sol, se van volando a dónde nadie sabe. 18 Rey de Asiria, tus pastores están dormidos; tus gobernantes están descansando. Tu pueblo está disperso por las montañas, y no hay quien lo reúna. 19 No hay sanidad posible para tus heridas. Tus heridas son severas. Todo el que oiga las noticias acerca de ti aplaudirá con gozo sobre ti. ¿Quién ha escapado de tu maldad constante?

Habacuc
Habacuc
1

1 El mensaje que recibió Habacuc el profeta, 2 "SEÑOR, ¿he llorado por Tú ayuda por mucho tiempo, y tú actuas como si no me escucharás? He gritado con horror, "¡Violencia!" pero tú no me salvas. 3 ¿Por qué me haces ver la iniquidad y ver malas acciones? La destrucción y la violencia están delante de mí; hay lucha, y peleas en todas partes. 4 Por lo tanto, la ley se debilita, y la justicia no dura por mucho tiempo. Pues los malos rodean a los justos; por lo tanto, la falsa justicia sale." EL SEÑOR le responde a Habacuc: 5 "Mira a las naciones y examínalas; ¡Quedate maravillado y asombrado! Pues ciertamente haré algo en tús días que tú no creerás cuando se te informe. 6 ¡Pues mira! Estoy por levantar a los Caldeos, esa nación feroz e impetuosa. Ellos marchan por todo lo ancho de la tierra para apoderarse de las casas que no son de ellos. 7 Son terribles y espantosos; su juicio y esplendor salen de ellos mismos. 8 Sus caballos también son más veloces que los leopardos, más rápidos que los lobos nocturnos. De manera que sus caballos galopean y sus jinetes vienen de una gran distancia, vuelan como un águila avanzando para comer. 9 Todos ellos vienen por violencia; sus multitudes se van como el viento del desierto, y se reúnen cautivos como arena. 10 Así que se burlan de los reyes, y los gobernantes son sólo una burla para ellos. Se ríen de cada fortaleza, pues amontonan tierra y se la llevan. 11 Entonces el viento soplará con prisa; este destruirá. Son hombres culpables y su fuerza es su dios." Habacuc le hace otra pregunta al SEÑOR: 12 ¿No eres tú de los tiempos antiguos, SEÑOR mi Dios, Mi Santo? Nosotros no moriremos. El SEÑOR ha ordenado juicio para ellos, y tu, ROCA, tú los has puesto para correción de ellos. 13 Tus ojos son demasiado puros para mirar al mal, y no puedes mirar la maldad con favor; ¿por qué entonces has mirado favorablemente a esos quienes traicionan? ¿Por qué guardas silencio mientras los malvados destruyen a los que son más justos que ellos? 14 Tú creas a los hombres como peces en el mar, como cosas que se arrastran sin alguien que los gobierne a ellos. 15 Ellos los sacan a todos con anzuelos; arrastran a los hombres y los recogen en su red. Esto es el porque ellos se regocijan y gritan con entusiasmo. 16 Es por esto que hacen sacrificio a sus redes de pescar y queman incienso a su malla, pues las bestias gordas son su porción y las carnes grasientas son su alimento. 17 ¿Irán ellos entonces a vaciar sus redes y continuar la masacre de las naciones, no sintiendo compasión?

2

1 Me pararé en mi puesto de guardia y me colocaré en la torre de vigilancia, y yo velaré con cuidado para ver qué él me dirá y yo debo dejar de quejarme y estar de acuerdo con Dios. 2 El SEÑOR me contestó y dijo: "Escribe esta visión, y escribe sin duda en las tablas para que él que esté leyendo entonces pueda correr. 3 Porque la visión es aún para un tiempo futuro y va finalmente a hablar y no fallará. Aunque se demore, espéralo. Pues ciertamente vendrá y no tardará. 4 ¡Mira! Aquel cuyos deseos no están bien dentro de él, está hinchado. Pero el justo vivirá por su fé. 5 Porque el vino es un traidor del jóven hombre arrogante, de manera que no se mantenga, sino que agrande su deseo como el sepulcro y, como la muerte, nunca satisfecha. Él toma para sí mismo a toda nación y reúne para sí mismo a todas las personas. 6 No creará todo esto un dicho para ridiculizarlo y una canción burlona acerca de él, diciendo: ¡Ay de aquel que está aumentando lo que no es de él! Pues, ¿por cuánto tiempo aumentarán el peso de las promesas que ustedes han tomado? 7 ¿Los que están enojados contigo vendrán otra vez, de los que tú temes comenzarán a atacar? Llegarás a ser una víctima para ellos. 8 Porque tú has asaltado a muchos pueblos, todo el remanente de los pueblos te asaltarán a ti. Porque has derramado sangre humana y has actuado con violencia en contra de la tierra, las ciudades. y todos los que viven en ellas. 9 ¡Ay! para el quien crea ganancias deshonestas para su casa, para así poner en alto su nido para guardarse a sí mismo de la mano del mal. 10 Porque tú cortaste muchos pueblos, provocarás vergüenza para tu familia y para tí mismo. 11 Porque las piedras clamarán desde el muro, y las vigas de madera les responderán. 12 ¡Ay! de aquel que edifica una ciudad con sangre, y establece un pueblo en injusticia. 13 ¿No viene del SEÑOR de los ejércitos que los pueblos trabajen para el fuego y que todas las otras naciones se fatiguen para nada? 14 Mas la tierra será llena del conocimiento de la gloria del SEÑOR como las aguas cubren el mar. 15 ¡Ay!, de aquel que hace que beba su vecino, tú que añades tu veneno a la bebida hasta emborracharlos para poder mirar su desnudez. 16 Serás lleno de vergüenza en vez de gloria. Bebe de el también, y revela tu propia desnudez. La copa de la mano derecha del SEÑOR llegará en su turno a tí, y la desgracia cubrirá tu honor. 17 La violencia hecha al Líbano te incomodará y la destrucción de animales te horrorizará. Porque has derramado sangre humana y has actuado con violencia contra la tierra, las ciudades, y todos los que viven en ellas. 18 ¿De qué te sirve la figura tallada? Porque el que la ha tallado, o el que funde una figura de metal fundido, es un maestro de mentiras; porque confía en su propia obra cuando hace estos dioses mudos. 19 ¡Ay! de aquel que le dice a la madera: "¡Despierta! O a la piedra muda: "¡Levántate!" ¿Estas cosas enseñan? Mira, está cubierta de oro y plata, pero no hay ningún aliento en ella. 20 ¡Mas el SEÑOR está en Su santo templo! Guarde silencio delante de Él toda la tierra."

3

1 La oración de Habacuc el profeta: 2 SEÑOR, he oído tu noticia, y tengo miedo. SEÑOR, aviva tu obra en medio de estos tiempos; en medio de estos tiempos hazla conocer; recuerda tener compasión en tu ira. 3 Dios vino de Temán, y el Santo, del Monte Parán. Selah. Su gloria cubrió los cielos, y la tierra estaba llena de Su alabanza. 4 Los dos rayos de Su mano eran tan brillantes como el relámpago, donde Su fuerza estaba escondida. 5 La enfermedad mortal fue delante de Él, y la plaga iba detrás de Sus pies. 6 Se puso de pie y midió la tierra; miró y sacudió las naciones. Aún las montañas eternas fueron despedazadas, y las colinas perpetuas se postraron. Su camino es eterno. 7 Vi las tiendas de Cusán en aflicción, y las telas de las tiendas en la tierra de Madián temblar. 8 ¿Estaba el SEÑOR enojado con los ríos? ¿Estaba tu ira contra los ríos, o tu furia contra el mar, cuando cabalgaste sobre tus caballos y tus carros victoriosos? 9 ¡Has sacado tu arco sin cubierta; pusiste flechas en tu arco! Selah. Dividiste la tierra con ríos. 10 Las montañas te vieron y se torcieron de dolor. Los diluvios de agua pasaron sobre ellas; el mar profundo levantó un clamor. Alzó sus olas. 11 El sol y la luna se detuvieron arriba en sus lugares altos a la luz de tus flechas y volaron, al resplandor del relámpago de tu lanza. 12 Has marchado sobre la tierra con indignación. En ira has trillado las naciones. 13 Saliste para la salvación de tu pueblo, para la salvación de tu ungido. Destrozaste la cabeza de la casa de los malvados para exponer la base del cuello. 14 Has perforado la cabeza de sus guerreros con sus propias flechas ya que vinieron como una tormenta para dispersarnos, su vanagloria es como uno que devora al pobre en un escondite. 15 Has viajado sobre el mar con tus caballos, y amontonado las grandes aguas. 16 ¡Escuché, y mis entrañas temblaron! Mis labios temblaron al sonido. La descomposición entra en mis huesos, y debajo de mí mismo tiemblo mientras espero en silencio para que el día de la gran tristeza llegue sobre el pueblo que nos invade. 17 Aunque la higuera no florezca y no haya fruto en las viñas; y aunque el producto del olivo decepcione y los campos no produzcan alimento; y aunque el rebaño esté separado de la manada y no haya ganado en los corrales, esto es lo que haré. 18 Pero, yo me regocijaré en el SEÑOR. Estaré gozoso debido al Dios de mi salvación. 19 El SEÑOR Dios es mi fortaleza y hace mis pies como de venados. Él me hace seguir adelante en mis lugares altos.

Sofonías
Sofonías
1

1 Esta es la palabra de SEÑOR que vino a Sofonías hijo de Cushi, hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá. 2 "YO destruiré por completo todo sobre la superficie de la tierra, esta es la declaración del SEÑOR. 3 YO voy a destruir hombres y bestias; YO voy a destruir las aves del cielo y los peces del mar, haré ruinas a los malvados. Quitaré a los hombres de la superficie de la tierra, esta es la declaración del SEÑOR 4 Levantaré mi mano sobre Judá y todos los habitantes de Jerusalén. Yo cortaré cada remanente de Baal de este lugar y los nombres de las personas idólatras entre sus sacerdotes, 5 las personas que en sus casas adoran los cuerpos celestiales, y las personas que adoran y juran al SEÑOR, pero también juran por su rey. 6 Yo también voy a cortar a aquellos que se han apartado de seguir al SEÑOR, los que ni buscan al SEÑOR ni piden su dirección." 7 ¡Estén en silencio ante el SEÑOR! Porque el día del SEÑOR está cerca; el SEÑOR ha preparado el sacrificio, y separó sus invitados. 8 "Ocurrirá en el día del sacrificio del SEÑOR, que YO castigaré a las princesas y a los hijos del rey, y a todos los que están vestidos en vestimenta de extranjero. 9 En ese día, voy a castigar a todos aquellos que adoran a Dagón, los que llenan las casas de sus amos con violencia y engaño. 10 Y será en aquel día, esta es la declaración de SEÑOR, que un clamor vendrá de la entrada del Pez, desde el Segundo Distrito, y un quebrantamiento desde las colinas. 11 Laméntensen, habitantes del mercado, porque todos los mercaderes van a ser arruinados; todos esos que pesan plata serán cortados. 12 Y acontecerá en ese tiempo que YO voy a buscar a Jerusalén con lámparas, y castigaré a los hombres que han reposado como el vino, y que dicen en sus corazones, el SEÑOR no hará nada, bueno, o malo.' 13 ¡Sus bienes serán arrebatados, y sus casas serán abandonadas en ruinas! Ellos construirán casas, pero no vivirán en ellas, y plantarán viñedos pero no beberán de sus vinos. 14 ¡El gran día del SEÑOR está cerca, muy cerca! 15 ¡El sonido del día de SEÑOR será el de un guerrero que llora profundamente! Ese día será el día de furia, un día de quebranto y angustia; un día de tormenta y devastación, un día de oscuridad y tinieblas, un día de nubes y profunda oscuridad. 16 Será un día de trompetas y alarmas contra las ciudades fortificadas y las altas murallas. 17 Porque traeré tribulación sobre los hombres, para hacerlos caminar como hombres ciegos, porque cometieron pecado contra el SEÑOR. Su sangre será derramada como polvo, y su carne interna como basura. 18 Ni su plata ni su oro podrá salvarlos en el día de la furia de SEÑOR. En el fuego de su celo toda la tierra será consumida, porque Él traerá un completo y terrible fin para todos los habitantes de la tierra."

2

1 Congréguense y reúnanse, nación no avergonzada, 2 antes que el decreto tenga efecto, y el día pase como el tamo; antes que la furia de la ira del SEÑOR venga sobre ustedes, antes que el día de la ira del SEÑOR venga sobre ustedes. 3 ¡Busquen al SEÑOR, toda la gente humilde en la tierra, obedezcan este decreto! Busquen la justicia. Busquen humildad y quizás ustedes serán protegidos en el día de la ira del SEÑOR. 4 ¡Porque Gaza será abandonada, y Ascalón será asolada. Ellos expulsarán a Asdod en el mediodía, y sacarán de raíz a Ecrón! 5 Dolor fuerte a los habitantes en la costa del mar, la nación de los queretitas. El SEÑOR ha hablado contra ustedes, Canaán, tierra de los filisteos. YO voy a destruirlos hasta que no quede ningún habitante. 6 Entonces la costa del mar va a convertirse en pastos para los pastores, y corrales para las ovejas. 7 La región de la costa será para el remanente de la casa de Judá, quien va a pastorear sus rebaños allí. En el atardecer, el pueblo dormirá en las casas de Ascalón, porque el SEÑOR su Dios va a cuidar de ellos y restaurará sus fortunas. 8 "YO he escuchado las burlas de Moab, y las maldiciones del pueblo de Amón, cuando ellos se burlaron de mi pueblo, y violaron sus límites. 9 Por lo tanto, mientras YO viva, esta es la declaración de SEÑOR de los ejercitos, Dios de Israel, Moab va a convertirse como Sodoma, y el pueblo de Amón como Gomorra; un lugar de ortigas y pilas de sal, desierto por siempre. Pero el remanente de mi pueblo les va a robar, y el resto de mi nación tomará posesión de ellos. 10 Esto le pasará a Moab y a Amón por causa de su orgullo, porque afrentaron y se burlaron del pueblo del SEÑOR de los ejércitos. 11 Entonces ellos van a temer al SEÑOR, porque él se burlará de todos los dioses de la tierra. Desde cada costa, todos van a adorarlo a Él, cada uno desde su propio lugar. 12 Ustedes etíopes también serán traspasados por mi espada 13 y la mano de Dios atacará el norte y destruirá Asiria, para que Nínive se convierta en desastre abandonado, tan seca como un desierto. 14 Luego, rebaños se recostarán allí, cada animal de las naciones, ambos, el búho del desierto, y el erizo, van a descansar en la parte alta de sus columnas. Un llamado saldrá de las ventanas; escombros estarán en los caminos de las puertas; sus vigas de árboles talladas serán expuestas. 15 Esta es la ciudad regocijada que vivía sin temor, que dijo en su corazón, "Yo soy, y nada me es igual." Como ella se ha convertido en un horror, un lugar para que las bestias se recuesten en ella. Cualquiera que pase junto a ella silbará y agitará su puño.

3

1 ¡Aflicción para la ciudad rebelde! La violenta ciudad es deshonra. 2 Ella no ha escuchado la voz de Dios, ni ha aceptado la corrección del SEÑOR. Ella no ha creído al SEÑOR. Ella no confía en el SEÑOR y no va a acercarse a Dios. 3 Sus príncipes son leones rugiendo en medio de ella. Sus jueces son lobos de tardes que no dejan nada para ser mordido en la mañana. 4 Sus profetas son insolentes y hombres traidores. Sus sacerdotes han profanado lo que es santo, y han violentado la ley. 5 El SEÑOR es justo en medio de ella. Él no puede hacer nada malo. ¡Mañana tras mañana, va ha dispensar su justicia! No será escondida en la luz, pero todavía las personas injustas no conocen la vergüenza. 6 " Yo he destruído naciones; sus fortalezas son ruinas. Yo he hecho arruinar sus calles, para que nadie pase por ellas. Sus ciudades están destruídas para que allí no habite nadie. 7 Yo dije, ' Ciertamente me temerán; aceptarán la corrección, y no será destruida su morada por todo lo que he planeado.' Sin embargo, ellos estaban ansiosos por iniciar cada mañana corrompiendo todo sus actos. 8 Por lo tanto esperen por mí, dice el SEÑOR, hasta que yo me levante a destruir la víctima. Porque mi decisión es reunir las naciones, reunir los reinos, y dejar salir mi enojo contra ellos, toda mi ira furiosa, para que toda la tierra sea devorada por el fuego de mi enojo. 9 Pero entonces yo voy a dar labios puros a las personas, para llamarlos en el nombre del SEÑOR, para que me sirvan hombro a hombro. 10 Desde más allá del río de Etiopía, mis adoradores, mi pueblo esparcido, va a traerme ofrendas. 11 En aquel día no serás puesto en vergüenza por todos tus actos que cometiste contra mí, porque yo removeré de entre ustedes aquellos que celebraron tu orgullo, porque ustedes no van a actuar más arrogantemente en mi santo monte. 12 Y voy a dejarlos como un pueblo humilde y pobre, y ustedes van a tomar refugio en el nombre del SEÑOR. 13 El remanente de Israel nunca más cometerá injusticia o hablará mentira, y ninguna lengua engañosa será encontrada en sus bocas; entonces serán apacentados y se recostarán, y ninguno los hará temer. 14 ¡Canta, hija de Sión! ¡Grita, Israel! Sé agradecido y regocíjate con todo tu corazón, hija de Jerusalén. 15 El SEÑOR ha quitado tu castigo; Él ha expulsado tus enemigos! El SEÑOR es el rey de Israel entre ti. ¡Tú nunca jamás temerás al mal! 16 En aquel día ellos van a decir a Jerusalén, " No temás, Sión. No dejes que tus manos desfallezcan. 17 El SEÑOR tu Dios está en medio de ti, poderoso para salvarte. Él va a celebrar sobre ti, y con gozo hará silencio sobre ti en su amor. Se alegrará sobre ti, y gritará de gozo, 18 como en el día de su fiestas señaladas. Yo voy a quitar el desastre de ti; tu no volverás a soportar la vergüenza. 19 Mira, YO estoy a punto de trabajar con tus opresores. En aquella hora, YO voy a rescatar a los cojos y a recoger los marginados. YO voy a hacerlos como alabanza, y YO voy a cambiar sus vergüenzas en fama en toda la tierra. 20 En aquel tiempo, YO voy a dirigirte; en ese tiempo, YO voy a reunirte. Yo voy a hacer que todas las naciones de la tierra te respeten y te alaben, cuando tú veas eso YO te restaurare," dice el SEÑOR.

Hageo
Hageo
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1 En el segundo año del rey Darío, en el sexto mes, en el primer día del mes, la palabra del SEÑOR vino por la mano de Hageo, el profeta, para el gobernador de Judá, Zorobabel hijo de Salatiel, y para el sacerdote principal, Josué hijo de Jehosadac, diciendo: 2 "El SEÑOR de los ejércitos dice esto: Esté pueblo dice: 'No es el tiempo para nosotros venir o construir la casa del SEÑOR."' 3 Luego la palabra del SEÑOR vino por la mano de Hageo el profeta, diciendo: 4 "¿Es tiempo para ustedes mismos vivir en sus casas terminadas, mientras esta casa permanece arruinada? 5 Así que ahora el SEÑOR de los ejércitos dice esto: ¡Consideren sus caminos! 6 ¡Ustedes han sembrado mucha semilla, pero traen poca cosecha; ustedes comen, pero no tienen suficiente; ustedes beben, pero no pueden emborracharse. Ustedes visten ropa, pero no pueden calentarse a ustedes mismos, y el asalariado gana dinero sólo para ponerlo en un bolso lleno de agujeros! 7 El SEÑOR de los ejércitos dice esto: "¡Consideren sus caminos! 8 ¡Suban a la montaña, traigan madera y construyan mi casa; luego Me complaceré en ella, y Yo seré glorificado! -- dice el SEÑOR." 9 "¡Ustedes buscan mucho, pero miren! ¡Ustedes han traído poco a la casa, y yo lo esparcí soplando! ¿Porqué?", declara Él SEÑOR de los ejércitos. "Porque mi casa permanece en ruinas, mientras cada uno de ustedes está trabajando en su propia casa. 10 Por causa de ustedes es que los cielos retienen el rocío y la tierra retiene su producto. 11 ¡Yo he invocado una sequía sobre la tierra y sobre las montañas, sobre el grano y sobre el vino nuevo, sobre el aceite y sobre la cosecha de la tierra, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo el trabajo de sus manos! 12 Luego Zorobabel hijo de Salatiel, y el sacerdote principal, Josué hijo de Jehosadac, junto con todo el remanente del pueblo, obedecieron la voz del SEÑOR su Dios y las palabras de Hageo el profeta, porque el SEÑOR su Dios lo había enviado a él y el pueblo temía al rostro del SEÑOR. 13 Luego Hageo, el mensajero del SEÑOR, llevó el mensaje al pueblo y dijo: "¡Yo estoy con ustedes! ¡Esta es la declaración de SEÑOR!" 14 Así que, el SEÑOR despertó el espíritu del gobernador de Judá, Zorobabel hijo de Salatiel, y el espíritu del sacerdote principal Josué hijo de Jehosadac, y el espíritu de todo el remanente de las personas, para que ellos fueran y trabajaran en la casa de SEÑOR de los ejércitos, su Dios, en el día veinticuatro del sexto mes, 15 en el segundo año de Darío el rey.

2

1 En el séptimo mes en el día veintiuno del mes, la palabra de SEÑOR vino por la mano de Hageo el profeta, diciendo: 2 "Habla a el gobernador de Judá, Zorobabel hijo de Salatiel, y al sumo sacerdote Josué hijo de Jehosadac, y al remanente del pueblo. Díciendo, 3 '¿Quién queda entre ustedes que vio esta casa en su pasada gloria? ¿Cómo ustedes la ven ahora? ¿No está como nada a sus ojos? 4 ¡Ahora, sé fuerte, Zorobabel! esta es la declaración del SEÑOR, ¡y sé fuerte, sumo sacerdote Josué hijo de Jehosadac; y sean fuertes, todo el pueblo en la tierra! Esta es la declaración del SEÑOR, y trabajen, ¡para que Yo esté con ustedes! Esta es la declaración del SEÑOR de los ejércitos. 5 Este es el pacto que yo establecí con ustedes cuando ustedes salieron de Egipto, y mi Espíritu permanece con ustedes. ¡No teman! 6 Pues el SEÑOR de los ejércitos dice esto: ¡En un corto tiempo yo nuevamente sacudiré cielos y tierra, el mar y la tierra seca! 7 Yo sacudiré cada nación, y cada nación va a traer sus cosas preciosas a mí, y Yo voy a llenar esta casa con gloria, dice el SEÑOR de los ejércitos. 8 ¡La plata y oro son míos! Esta es la declaración del SEÑOR de los ejércitos. 9 ¡La gloria de esta casa va a ser mayor en el futuro que en el principio, dice el SEÑOR de los ejércitos, y Yo daré paz en este lugar! Esta es la declaración del SEÑOR de los ejércitos." 10 En el día veinticuatro del noveno mes, en el segundo año de Darío, la palabra del SEÑOR vino por Hageo el profeta, diciendo: 11 "El SEÑOR de los ejércitos dice esto: Pregunten a los sacerdotes sobre la ley y digan: 12 Si un hombre carga la carne que está separada para el SEÑOR en las faldas de sus prendas, y las faldas tocan pan o estofado, vino o aceite, o cualquier tipo de comida, ¿Esto se convierte santo?" Los sacerdotes contestaron y dijeron: "No." 13 Luego Hageo dijo: "Si alguien que es inmundo por el contacto con un cadáver y toca cualquiera de estas cosas, ¿estas se vuelve inmunda?" Los sacerdotes contestaron y dijeron: "Sí, se vuelve inmunda." 14 Entonces Hageo contestó y dijo: "¡Así es con este pueblo y esta nación ante de mí! Esta es la declaración del SEÑOR, y así es con todo lo hecho por sus manos: lo que ellos me ofrecen a mí es inmundo. 15 Entonces ahora, piensen en sus mentes sobre el pasado que nos ha traído a este préciso día. Antes de que piedra fuera puesta sobre piedra en el templo del SEÑOR, 16 ¿Cómo era antes? Cuando ustedes vinieron al montón de veinte medidas de granos, eran solo diez; y cuando ustede vinieron a la tina de vino para sacar cincuenta medida, eran solo veinte. 17 Yo los he afligido a ustedes y a todo el trabajo de sus manos con plagas y hongos, pero aún así no se volvieron hacia mí, esta es la declaración del SEÑOR. 18 Consideren desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que la fundación del templo del SEÑOR fue puesta. ¡Consideren esto! 19 ¿Hay todavía semilla en el almacén? ¡La vid, el árbol de higo, el granado, y el árbol de olivo no han producido! ¡Pero desde este día Yo voy a bendecirlos! 20 Luego la palabra del SEÑOR vino por segunda vez a Hageo en el día veinticuatro del mes y dijo: 21 ''Habla al gobernador de Judá, Zorobabel, y dile: 'Yo haré temblar los cielos y la tierra. 22 ¡Porque Yo derribaré el trono de los reinos y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones! Yo derribaré los carros y sus jinetes; los caballos y sus jinetes se caerán, cada uno por la espada de su hermano. 23 En aquel día, esta es la declaración del SEÑOR de los ejércitos, Yo te tomaré a ti, Zorobabel, hijo de Salatiel, como Mi siervo, esta es declaración del SEÑOR. ¡Yo te haré a ti como un anillo de sello, porque te He elegido! ¡Esta es la declaración del SEÑOR de ejércitos!'"

Zacarías
Zacarías
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1 En el octavo mes del segundo año del reinado de Darío, la palabra del SEÑOR vino a Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Iddo, el profeta, diciendo: 2 "¡EL SEÑOR estaba extremadamente enojado con sus padres! 3 Díganles a ellos: "EL SEÑOR de los ejércitos dice esto: "¡Régresen a Mí!", esta es la declaración del SEÑOR de los Ejércitos, "Y yo regresaré a ustedes", dice el SEÑOR de los ejércitos." 4 No sean como sus padres, a quienes los profetas les advirtieron previamente diciendo: "El SEÑOR de los Ejércitos dice esto: "¡Apártense de sus malvados caminos y sus malas prácticas!" Pero ellos no me prestaron atención a Mí. Esta es la declaración del SEÑOR". 5 Sus padres, ¿dónde están? Dónde están los profetas, están aquí por siempre? 6 Pero mis palabras y decretos, que YO le ordené a mis siervos los profetas, ¿no han sobrepasado a sus padres? Entonces, ellos se arrepintieron y dijeron: "Tal como EL SEÑOR de los Ejércitos planeó hacernos a nosotros, lo que nuestras maneras y acciones merecían, así ÉL ha hecho con nosotros." 7 En el día veinticuatro del undécimo mes, el cual es el mes de Sebat, en el segundo año del reinado de Darío, la palabra del SEÑOR vino a Zacarías, hijo de Beraquías, hijo de Iddo, el profeta, diciendo: 8 "En la noche yo ví, y, ¡mira! Un hombre estaba montando un caballo rojo, y él estaba entre los árboles de mirto que están en el valle; y detrás de él habían caballos rojos, marron, rojizos, y blancos. 9 Yo dije: "¿Qué son estas cosas, SEÑOR?" Entonces el ángel del SEÑOR que hablaba conmigo me dijo a mí: "Yo te mostraré a tí lo que son estas cosas". 10 Entonces el hombre que se paró entre los árboles de mirto, respondió y dijo: "Estos son aquellos que EL SEÑOR ha enviado a vagar por la tierra". 11 Ellos respondieron al ángel del SEÑOR que se paró entre los árboles de mirto; ellos le dijeron a él: "Hemos estado vagando por la tierra; mira, toda la tierra esta sentada tranquila y esta descansando". 12 Entonces, el ángel del SEÑOR respondió y dijo: "SEÑOR de los Ejércitos, ¿por cuánto más Tú no le mostrarás compasión a Jerusalén y a las ciudades de Judá que han sufrido indignación estos setenta años?" 13 El SEÑOR le respondió al ángel que hablaba conmigo, con buenas palabras, palabras de consuelo. 14 Entonces, el ángel que había estado hablando conmigo me dijo a mí: "Clama y dí: El SEÑOR de los Ejércitos dice esto: ¡Yo he estado celoso de Jerusalén y por Sión con una gran pasión! 15 Yo estoy muy molesto con las naciones que descansan. Cuando Yo estaba solo un poco enojado con ellos, ellos hicieron el desastre peor. 16 Por lo tanto, EL SEÑOR de los ejércitos dice esto: YO he regresado a Jerusalén con misericordias. ¡Mi casa será construída en ella; esta es la declaración del SEÑOR. Y la cinta de medir será estirada para alcanzar sobre Jerusalén!" 17 Otra vez, clama, diciendo: "El SEÑOR de los ejércitos dice esto: Mis ciudades otra vez sobreabundarán con bien, y el SEÑOR otra vez consolará a Sión, y Él otra vez escogerá a Jerusalén". 18 Entonces, ¡levanté mis ojos y ví cuatro cuernos! 19 Yo le hablé al ángel que habló conmigo: "¿Qué son estos?" Él respondió: "Estos son los cuernos que han dispersado a Judá, Israel y Jerusalén". 20 Entonces EL SEÑOR me mostró a cuatro artesanos. 21 Yo dije: "¿Qué vienen a hacer estas personas?" Él respondió, y dijo: "Estos son los cuernos que dispersaron a Judá, para que ningún hombre pudiera levantar la cabeza. Pero esta gente viene a sacarlos, a derribar los cuernos de las naciones que levantaron cualquier cuerno en contra de la tierra de Judá para dispersarla a ella".

2

1 Luego, Yo levanté mis ojos y ví a un hombre con una línea de medición en sus manos. 2 Yo dije: "¿A dónde tu vas?" Así que, él me dijo a mí: "A medir Jerusalén, para determinar su ancho y largo". 3 Luego, el ángel que me había hablado se fue y otro ángel salió a encontrarse con él. 4 El segundo ángel le dijo a él: "Corre y habla a ese hombre joven; dí: "Jerusalén se sentará en el campo abierto por causa de la multitud de hombres y bestias en ella". 5 Pues Yo (esta es la declaración del SEÑOR) me volveré para ella una pared de fuego a su alrededor, y Yo seré la gloria en medio de ella. 6 ¡Arriba! ¡Arriba! ¡Huyan a la tierra del norte. Esta es la declaración del SEÑOR. Pues yo los he esparcido como los cuatro vientos de los cielos! Esta es la declaración del SEÑOR. 7 ¡Arriba! ¡Escapen de Sión, ustedes que viven con la hija de Babilonia!" 8 Pues después de que EL SEÑOR de los Ejércitos, me honró y me envió en contra de las naciones que los han saqueado, pues, quien sea que los toque, ¡toca a la niña del ojo de Dios! Luego de que EL SEÑOR hizo esto, ÉL dijo: 9 "Yo mismo alzaré mi mano sobre ellos, y ellos serán saqueados por sus esclavos". Entonces sabrán que EL SEÑOR de los ejércitos me ha enviado. 10 "¡Canta de alegría hija de Sión, pues Yo mismo estoy a punto de venir y acampar a tu alrededor! Esta es la declaración del SEÑOR". 11 Luego, grandes naciones se unirán al SEÑOR ese día. ÉL dice: "Entonces ellos se volverán mi pueblo; pues YO voy a acampar en medio de ustedes", y ustedes sabrán que el SEÑOR de los Ejércitos me ha enviado a ustedes. 12 Pues EL SEÑOR heredará a Judá como una posesión legítima en la Tierra Santa, y volverá una vez más a elegir Jerusalén para sí mismo. 13 Esté en silencio, toda carne, ante EL SEÑOR, pues Él ha sido despertado de Su lugar Santo.

3

1 Luego EL SEÑOR me mostró a Josué el alto sacerdote parado ante el ángel del SEÑOR y satanás estaba parado a su mano derecha para acusarlo a él de pecado. 2 El ángel del SEÑOR le dijo a satanás: "¡Que EL SEÑOR te reprenda a tí, satanás; que EL SEÑOR, quien ha escogido a Jerusalén, te reprenda a tí! ¿No es esta un tizón sacado del fuego?" 3 Josué estaba vestido con prendas sucias mientras estaba parado ante el ángel. 4 El ángel habló y dijo a aquellos quienes se pararon ante él: "Remueve las prendas sucias de él". Luego ÉL le dijo a Josué: "¡Mira! YO he causado que tu iniquidad pase de tí y YÖ voy a vestirte a ti en rompa fina!" 5 Él dijo: "¡Deja que ellos pongan un turbante limpio en su cabeza!" Así que, ellos pusieron un turbante limpio en la cabeza de Josué y lo vistieron a él con prendas limpias mientras el ángel del SEÑOR estaba ahí. 6 Después el ángel del SEÑOR solemnemente ordenó a Josué y dijo: 7 "EL SEÑOR de los Ejércitos dice esto: "Si tú caminaras en mis caminos y si tú mantuvieras mis mandamintos, entonces gobernarás mi casa y vigilarás mi corte, pues YO voy a permitirte a tí ir y venir entre estos quienes se paran ante Mí. 8 ¡Escucha, Josué el Alto Sacerdote, tú y tus compatriotras quienes viven contigo! Pues estos hombres son una señal, pues YO mismo voy a levantar mi siervo el Renuevo. 9 Ahora mira la piedra que YO he puesto ante Josué. Hay siete ojos en esta sola piedra y YO voy a grabar una inscripción; esto es una declaración del SEÑOR de los Ejércitos, y YO voy a remover el pecado de esta tierra en un día. 10 En ese día; esta es la declaración del SEÑOR de los Ejércitos, cada hombre invitará a su vecino a sentarse bajo su vid y debajo de su higuera.

4

1 Entonces el ángel quien estaba hablando conmigo vino a mi y me levantó como un hombre que ha sido levantado de su sueño. 2 Él me dijo a mí: "Qué ves tú?" Yo dije: "Yo veo un candelabro hecho completamente de oro, con un envase encima. Tiene siete lámparas encima de él y siete tubos de lámpara encima de cada lámpara. 3 Dos árboles de olivo están cerca de él, uno al lado derecho del envase y el otro al lado izquierdo". 4 Así que yo hablé con el ángel quien estaba hablándome a mí. Yo dije: "Qué significan estas cosas, mi señor?" 5 El ángel quién estaba hablando conmigo me contestó y me dijo: "¿Sabes lo que estas cosas significan?" Yo dije: "No, mi señor". 6 Así que él me dijo: "Esta es la palabra del SEÑOR a Zorobabel: No es por fuerza, ni por poder, pero por MI ESPÍRITU, dice el SEÑOR de los Ejércitos. 7 ¿Qué eres tú, gran montaña? Ante Zorobabel tu te convertirás en una llanura, y él sacará la piedra de arriba entre gritos de "¡Gracia! ¡Gracia a ella!" 8 La Palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 9 "Las manos de Zorobabel han sentado el fundamento de esta casa y sus manos la completarán. Entonces sabrás que EL SEÑOR de los Ejércitos me ha enviado a tí. 10 ¿Quién ha despreciado el día de cosas pequeñas? Este pueblo se alegrará y verá la plomada en la mano de Zorobabel. (Estas siete lámparas son los ojos del SEÑOR que recorren toda la tierra.)" 11 Entonces yo le pregunté al ángel: "¿Qué son estos árboles de olivo que están a la izquierda y a la derecha del candelabro?" 12 Una vez más yo le pregunté a él: "¿Qué son estas dos ramas al lado de los dos tubos de oro que tienen aceite dorado derramándose fuera de ellos?" 13 Entonces, él me dijo a mí: "¿No sabes tú lo que estos son?" Yo dije: "No, mi señor." 14 Así que él dijo: "Estos son los dos hijos a quienes se les ungió con de oliva fresco, quién están de pie delante del SEÑOR de toda la tierra."

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1 Entonces yo levanté mis ojos, y yo vi, he aquí, ¡un rollo que volaba! 2 El ángel me dijo:''¿Qué ves tú?'' Yo contesté". Yo veo un rollo que vuela, veintidos codos de largo o sea cuarenta y cuatro metros, y diez codos de ancho o sea cinco metros''. 3 Luego él me dijo: ''Esta es la maldición que sale por la superficie de toda la tierra, porque cada ladrón será cortado fuera de ahora en adelante basado en lo que se dice en ese lado, mientras que a todos los que juran falsamente serán cortados basado en lo que dice en el otro lado, de acuerdo a sus palabras. 4 "Yo los sacaré afuera, esta es la declaración del SEÑOR de los ejércitos, así que, va a entrar en la casa del ladrón y en la casa del que jura falsamente en Mí Nombre. Esto permanecerá en su casa y consumirá su madera y sus piedras''. 5 Entonces el angel quién estaba hablando conmigo salió y me dijo: ¡''Levanta tus ojos y mira que está viniendo! 6 Yo dije:"¿Qué es eso?" Él dijo: "Esto es una canasta conteniendo un efa (treinta ysiete litros) lo que está viniendo. Esta es su iniquidad en toda la tierra.'' 7 Entonces una cubierta de plomo fue levantada fuera de la cesta y ¡había una mujer debajo sentada en ella! 8 El ángel dijo:''¡Esta es la maldad! Él la lanzó de nuevo en la cesta, y él lanzó la cubierta de plomo sobre la abertura. 9 Yo levanté mis ojos y ví dos mujeres viniendo hacia mí, y viento era en sus alas, porque tenían alas como de cigüeña. Ellas levantaron la cesta entre la tierra y el cielo. 10 Así que, yo le dije al ángel quien me estaba hablando: ''¿A dónde están llevando la canasta?'' 11 Él me dijo: ''Para construir un templo en la tierra de Sinar para ellas, así que, cuando el templo esté listo, la canasta será puesta allí, en su base preparada.''

6

1 Luego Yo me giré y levanté mis ojos y ví cuatro carros jalados por caballos, que venían saliendo desde dos montañas; y las dos montañas estaban hechas de bronce. 2 El primer carro tenía caballos rojos, el segundo carro tenía caballos negros, 3 el tercer carro tenía caballos blancos, y el cuarto carro tenía caballos grises con manchas. 4 Entonces yo respondí y le dije al ángel que hablaba conmigo: "¿Qué son estos, mi amo?" 5 El ángel respondió y me dijo: "Estos son los cuatro vientos del cielo que salen del lugar de donde ellos estaban parados ante EL SEÑOR de toda la tierra. 6 El de los caballos negros sale para la región norte; los caballos blancos salen para la región oeste; y los caballos grises con manchas salen para la región sur." 7 Estos fuertes caballos salieron y buscaron ir a rodear sobre la tierra, y el ángel le dijo: "¡Vayan y rodeen sobre la tierra!" y ellos salieron por toda la tierra. 8 Luego él me llamó y habló conmigo y dijo: "Mira los que están saliendo para la región norte; ellos calmaran mi espíritu concerniente a la región norte." 9 Luego la Palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 10 "Lleva una ofrenda desde los exiliados, desde Heldai, Tobías, y de Jedaías, y ve ese mismo día y llévala a la casa de Josías, hijo de Sofonías, quien ha venido desde Babilonia. 11 Luego toma plata y oro, haz una corona y colócala sobre la cabeza de Josué, hijo de Josadac, el mayor de los sacerdotes. 12 Háblale a él y dile: '¡El SEÑOR de los Ejércitos dice esto: ¡Este hombre, su nombre es Rama! Él crecerá de donde él es y luego construirá el templo del SEÑOR! 13 Es él quien construirá el templo del SEÑOR y levantará su esplendor; luego él se sentará y reinará en su trono. Él será un sacerdote sobre su trono y el entendimiento de paz existirá entre ellos dos. 14 Una corona será colocada en el Templo del SEÑOR para honrar a Heldai, Tobías y a Jedaías y como un recuerdo de generosidad de los hijos de Sofonías. 15 Luego, aquellos que están más lejos vendrán y construirán el Templo del SEÑOR, y ustedes sabrán que EL SEÑOR de los ejércitos me ha enviado a ustedes; y esto sucederá si ustedes ciertamente escuchan la Voz del SEÑOR SU DIOS!"

7

1 Cuando el rey Darío había gobernado por cuatro años, en el cuarto día de Quisleu (el cual era el noveno mes), la Palabra del SEÑOR vino a Zacarías. 2 La gente de Betel había enviado a Sarezer y a Regem Melec y a sus hombres a rogar ante el Rostro del SEÑOR. 3 Ellos le hablaron a los sacerdotes quienes estaban en la casa del SEÑOR de los Ejércitos y a los profetas; ellos dijeron: "¿Debería yo lamertarme en el quinto mes por medio de un ayuno, como lo he hecho estos muchos años?" 4 Entonces, la Palabra del SEÑOR de los Ejércitos vino a mí, diciendo: 5 "Háblale a toda la gente de la tierra y a los sacerdotes y dí: "Cuando ustedes ayunaron y se lamentaron en el quinto y el sexto por estos setenta años, ¿estaban realmente ayunando por Mí? 6 Cuando ustedes comieron y bebieron, ¿no comieron y bebieron para ustedes mismos? 7 ¿No fueron estas las mismas palabras que EL SEÑOR proclamó de la boca de los profetas anteriores, cuando ustedes aún habitaban en Jerusalén y las ciudades alrededor en prosperidad y estaban establecidos en Neguev, y en las colinas al oeste?"' 8 La Palabra del SEÑOR vino a Zacarías, diciendo: 9 "El SEÑOR de los Ejércitos dice así: "Juzguen con verdadera justicia, fidelidad del pacto, y misericordia. Dejen que cada hombre haga esto por su hermano. 10 A cerca de la viuda y el húerfano, el extranjero, y la persona pobre, no los opriman, no dejen a ninguno de ustedes planificar ningún daño en contra de otro en su corazón". 11 Pero ellos se negaron a prestar atención y asentaron sus hombros tercamente. Ellos cerraron sus oídos para no escuchar. 12 Ellos hicieron sus corazones tan duros como la roca, para no escuchar la ley o las palabras del SEÑOR de los Ejércitos. ÉL había enviado estos mensajes a la gente por su Espíritu en momentos anteriores, por la boca de sus profetas. Pero la gente se negó a escuchar, así que, EL SEÑOR de los Ejércitos estaba muy enojado con ellos. 13 Ocurrió que cuando ÉL llamó, ellos no escucharon. En la misma manera, dijo EL SEÑOR de los Ejércitos: "ellos clamarán a Mí, pero YO no los escucharé. 14 Pues YO los esparciré a ellos con un torbellino a todas las naciones que ellos no han visto, y la tierra estará desolada detrás de ellos. Porque nadie pasará a través de la tierra o regresará a ella, ya que la gente ha convertido su agradable tierra en un baldío".

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1 La palabra del SEÑOR de los Ejércitos vino a mí, diciendo: 2 "EL SEÑOR de los Ejércitos dice esto: ¡Estoy apasionado por Sión con gran celo y estoy apasionado por ella con gran enojo! 3 EL SEÑOR de los Ejércitos dice esto: ¡YO regresaré a Sión y yo viviré en medio de Jerusalén, pues Jerusalén será llamada La Ciudad de la Verdad y la Montaña del SEÑOR de los Ejércitos será llamada la Santa Montaña!" 4 EL SEÑOR de los Ejércitos dice esto: Ancianos y ancianas, otra vez estarán en las calles de Jerusalén y cada persona necesitará un bastón en sus manos porque se han vuelto tan viejos. 5 Las calles de la ciudad estarán llenas de niños y niñas jugando en ellas. 6 EL SEÑOR de los Ejércitos dice esto: ¿Si algo parece imposible en los ojos del remanente de este pueblo en aquellos días, también debería parecer imposible en Mis Ojos?, esta es la declaración del SEÑOR. 7 EL SEÑOR de los Ejércitos dice esto: ¡Miren, Estoy a punto de rescatar a Mi pueblo de la tierra del amanecer y de la tierra del atardecer! 8 ¡Pues YO los traeré de regreso, y ellos vivirán en medio de Jerusalén, así que ellos otra vez serán mi pueblo, y YO seré su DIOS en verdad y justicia! 9 EL SEÑOR de los Ejércitos dice esto: Ustedes que saben, continúan oyendo las mismas palabras que vienen de la boca de los profetas cuando el fundamento de Mi Casa fue puesto, ésta casa Mía, El SEÑOR de los Ejércitos: Fortalezcan sus manos, para que el templo pueda ser construído. 10 Pues, antes de esos días ningún cultivo fue recogido por nadie, no había ganancia, ni para el hombre o bestia, y no hubo paz de ningún enemigo para nadie yendo o viniendo. YO había puesto a cada persona en contra de su vecino. 11 Pero ahora, no será como en los días pasados, será con el remanente de este pueblo, esta es la declaración del SEÑOR de los Ejércitos. 12 Pues las semillas de paz serán sembradas; la vid trepadora dará su fruto y la tierra dará su producto; los cielos darán su rocío, pues YO haré que el remanente de este pueblo herede todas estas cosas. 13 Ustedes eran un ejemplo a otras naciones de una maldición, casa de Judá y casa de Israél. Así que, yo los rescataré y ustedes serán una bendición. No tengan miedo; ¡dejen que sus manos sean fuertes! 14 Pues El SEÑOR de los Ejércitos dice: Así como planifiqué hacerles daño cuando sus ancestros provocaron Mi enojo, dice EL SEÑOR de los Ejércios, y no cedió, 15 ¡así también YO planificaré en estos días hacerles bien otra vez a Jerusalén y a la casa de Judá! ¡No teman! 16 Estas son las cosas que deben hacer: Hablen verdad cada persona con su vecino. Juzguen con verdad, justica, y paz en sus puertas. 17 No planifiquen hacer el mal dentro de su corazón uno contra el otro, y no amen falsos juramentos, ¡pues estas son las cosas que YO odio!, esta es la declaración del SEÑOR". 18 Luego la palabra del SEÑOR de los Ejércitos vino a mí, diciendo: 19 "EL SEÑOR de los Ejércitos dice esto: Los ayunos del cuarto mes, del quinto mes, del séptimo mes, y del décimo mes, se volverán tiempos de gozo, alegría ¡y felices festivales para la casa de Judá!" ¡Por lo tanto, amen la verdad y la paz! 20 EL SEÑOR de los ejérctios dice esto: La gente vendrá otra vez, incluso aquellos que viven en muchas diferentes ciudades. 21 Los habitantes de una ciudad irán a otra ciudad y dirán: "¡Déjanos ir rápido a rogar ante el rostro del SEÑOR y a buscar al SEÑOR de los Ejércitos! Nosotros mismos también vamos. 22 ¡Muchas personas y naciones poderosas vendrán a buscar al SEÑOR de los Ejércitos en Jerusalén y rogarán por el favor del SEÑOR!" 23 EL SEÑOR de los Ejércitos dice esto: "En esos días, diez hombres de cada lengua y nación agarrán el dobladillo de tu túnica y dirán: '¡Déjanos ir contigo, pues hemos escuchado que DIOS está contigo!"

9

1 Esta es una declaración de la palabra del SEÑOR concerniente a a la tierra Hadrac y Damasco. Pues el Ojo del SEÑOR está en toda la humanidad, y también en todas las tribus de Israél. 2 Esta declaración también concierne a Hamat, que limita en Damasco, y esto concierne a Tiro y Sidón, aunque son muy sabias. 3 Tiro ha construído ella misma una fortaleza y ha amontonado plata como el polvo y el oro refinado como el lodo en las calles. 4 ¡Mira! EL SEÑOR desposeerá su fuerza en el mar, así que ella será devorada por fuego. 5 ¡Ascalón verá y se asustará! ¡Gaza también temblará grandemente! ¡Ecrón, sus esperanzas serán decepcionadas! ¡El rey perecerá de Gaza, y Ascalón ya no será más habitada! 6 ¡Extraños harán sus hogares en Asdod y YO cortaré el orgullo de los filisteos. 7 Pues YO quitaré su sangre de sus bocas y sus abominaciones de entre sus dientes. Después, ellos se convertirán en un remanente para nuestro DIOS como un clan en Judá, y Ecrón se volverá como el jebuseo. 8 YO acamparé alrededor de mi tierra en contra de ejércitos enemigos para que nadie pueda pasar a través o regresar, pues ya ningún opresor pasará a través de ella. ¡Pues ahora YO velaré sobre mi tierra con mis propios Ojos! 9 ¡Grita con gran gozo, hija de Sión! ¡Grita con felicidad, hija de Jerusalén! ¡Mirad! Tu Rey viene a tí con justicia y te está rescatando. ÉL es Humilde y está montado en un burro, en el potro de un burro. 10 Luego cortaré el carruaje de Efraín y el caballo de Jerusalén, y el arco será cortado de la batalla; ¡pues ÉL hablará paz a las naciones y Su dominio será de mar a mar y desde el río hasta los fines de la tierra! 11 En cuanto a tí, debido a la sangre de Mi Pacto contigo, YO haré a tus prisioneros libres del pozo donde no hay agua. 12 ¡Vuelvan a la fortaleza, prisioneros de esperanza! también hoy Estoy declarando que YO te devolveré el doble a tí, 13 pues He doblado a Judá como Mi arco. He llenado Mi bolso de flechas con Efraín. YO he despertado a tus hijos Sión, contra tus hijos Grecia, y te He hecho a tí, Sión, ¡como la espada de un guerrero! 14 EL SEÑOR se aparecerá a ellos, ¡y Sus flechas se dispararán como rayos! Pues mi SEÑOR soplará la trompeta y se adelantará con las tormentas de Temán. 15 EL SEÑOR de los Ejércitos los defenderá a ellos, y ellos los devorarán a ellos y derrotarán las piedras de las hondas. Después, ellos beberán y gritarán como hombres borrachos en vino, y ellos serán llenos con vino como tazones, como las esquinas del altar. 16 Así que EL SEÑOR SU DIOS los rescatará a ellos en ese día; ellos serán como un rebaño que contiene a Su pueblo, pues ellos erán como joyas de una corona, levantada sobre Su tierra. 17 ¡Cuán buenos y cuán hermosos serán ellos! ¡Los hombres jóvenes florecerán en grano y las vírgenes en vino dulce!

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1 Pídele por lluvia al SEÑOR en la época de las lluvias de primavera, EL SEÑOR quien hace las tormentas, y ÉL da lloviznas a todos y vegetación en los campos. 2 Pues los ídolos domésticos hablan falsamente; las visiones de los adivinos son mentiras; ellos dicen sueños engañosos y dan consuelos vacíos, así que ellos se extravían como una oveja y sufren porque no hay pastor. 3 Mi ira arde en contra de los pastores; estos son los machos cabríos, líderes que YO voy a castigar. ¡EL SEÑOR de los Ejércitos también va a atender a Su rebaño, la casa de Judá, y los hará a ellos como Sus caballos de guerra en batalla! 4 De ellos va a venir la Piedra Angulár; de ellos va a venir la clavija de tienda; de ellos va a venir el arco de guerra; de ellos van a venir todos los líderes unidos. 5 Ellos van a ser como guerreros, quienes pisotean a sus enemigos en el fango en las calles de batallas; ellos van hacer guerra, pues EL SEÑOR está con ellos, y ellos van a avergonzar aquellos quienes montan caballos de guerra. 6 YO Voy a fortalecer la casa de Judá y a salvar la casa de José; pues YO Voy a restaurarlos a ellos y Voy a tener misericordia con ellos. Ellos van a ser como si YO no los hubiera descartado, pues YO SOY EL SEÑOR SU DIOS, y YO Voy a responderle a ellos. 7 ¡Luego, Efraín va a ser como un guerrero, y sus corazones se van a regocijar como con vino; sus hijos van a ver y se regocijarán! ¡Sus corazones van a regocijarse en Mí! 8 ¡YO Voy a silvar por ellos y los reuniré a ellos, pues YO Voy a rescatarlos a ellos, y ellos volverán a ser tan grandes como ellos eran antes! 9 YO los He sembrado a ellos entre las personas, así ellos y sus hijos van a vivir y volver. 10 Pues YO Voy a restaurarlos a ellos de la tierra de Egipto y los reuniré a ellos de Asiria. YO Voy a traerlos a ellos a la tierra de Galaad y del Líbano hasta que no haya más espacio para ellos. 11 YO Voy a pasar a través del mar de su aflicción; YO Voy a atacar las olas de ese mar y Voy a secar todas las profundidades del Nilo. La majestad de Asiria será derribada y el cetro de Egipto se irá de los egipcios. 12 YO Voy a fortalecerlos a ellos en Mí Mismo y ellos van a caminar en Mí Nombre esta es la declaración del SEÑOR.

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1 ¡Abre tus puertas Líbano, que el fuego devore tus cedros! 2 ¡Lamenténse árboles de ciprés, por cuánto los árboles de ciprés han caído! ¡Lo que era majestuoso ha sido devastado! Laméntense ustedes robles de Basán, por cuánto el fuerte bosque ha caído. 3 ¡Los pastores gritan, por cuánto su gloria ha sido destruída! ¡La voz de los leones jóvenes rugen, por cuanto el orgullo del río Jordán ha sido devastado! 4 Esto es lo que EL SEÑOR MI DIOS Dice: "¡Como un pastor, vigila sobre el rebaño destinado para el matadero! 5 (Aquellos que los compran los matan y no son castigados, y los que los venden dicen: "¡Bendecido sea EL SEÑOR! ¡Yo me he vuelto rico!" por cuánto los pastores trabajando para los dueños de los rebaños no tienen piedad de ellos.) 6 Porque YO nunca más tendré piedad de los habitantes de la tierra! Esta es la declaración del SEÑOR. ¡mira! YO Mismo Estoy a punto de entregar cada persona en las manos de su vecino y en las manos de su rey, y ellos destruirán la tierra y no libraré a ninguno de ellos de sus manos." 7 Así que YO Me Volví el Pastor del rebaño destinado para la matanza, por aquellos quienes se ocupaban de las ovejas. YO Tomé dos cayados; un cayado YO Llamé "Favor" y el otro YO lo Llamé "Unidad." De esta manera YO Pastorié el rebaño. 8 En un mes YO Destruí los tres pastores, porque YO Perdí la paciencia con ellos, y ellos Me odiaron también. 9 Entonces YO le Dije a los dueños: "YO no Trabajaré ya como un pastor para ustedes. Las ovejas que están muriendo déjalas morir; las ovejas que están siendo destruídas déjalas ser destruídas. Deja las ovejas que quedan, comer de la carne de su vecino". 10 Así que Tomé Mi cayado "Favor" y lo Rompí para romper el pacto que YO Hice con todas las tribus. 11 En ese día el Pacto fué roto, y aquellos que comercian con ovejas y quienes estaban observándome sabían que EL SEÑOR había hablado. 12 YO le Dije a ellos: "Si te parece bien a tí, págame mis salarios. Pero si no, no lo hagas." Así que ellos pesaron Mi salario treinta piezas de plata. 13 Entonces EL SEÑOR me dijo a mí: "¡Deposita la plata en tesorería, el precio excelente en el cual te valoraron a tí!" Así que Yo tomé treinta piezas de plata y las deposité en tesorería en la Casa del SEÑOR. 14 Entonces YO Rompí el segundo cayado, "Unidad," para romper la hermandad entre Judá e Israél. 15 El SEÑOR me dijo a mí: "Otra vez, toma el equipo de un pastor tonto para tí, 16 para que veas, YO Estoy a punto de colocar a un pastor en la tierra. Él no le importará las ovejas que perecen. Él no buscará las ovejas que no aparecen, ni sanará la oveja quebrantada. Él no alimentará las ovejas saludables, pero comerá la carne de las ovejas engordadas y arrancará sus pezuñas. 17 ¡Aflicción al pastor inútil quién abandona el rebaño! ¡Que la espada venga en contra de su brazo y de su ojo derecho! ¡Que su brazo se marchite y que su ojo derecho se enceguezca!"

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1 Esta es la declaración de la Palabra del SEÑOR sobre Israél, una declaración del SEÑOR, Quien extendió los cielos y Pusó la base de la tierra, Quien diseña el espíritu de la humanidad dentro del hombre: 2 "Mira, YO Estoy a punto de convertir a Jerusalén en una copa, haciéndo a las personas de su alrededor tambalearse. También así será para Judá durante el asedio contra de Jerusalén. 3 En ese día, YO Haré a Jerusalén una piedra pesada para todas las personas. Cualquiera que trate de levantar esa piedra se lastimará a sí mismo muchísimo, y todas las naciones de la tierra se levantarán en contra de esa ciudad. 4 En ese día, esta es la declaración del SEÑOR; YO Golpearé cada caballo con terror y a cada jinete con locura. YO Miraré con favor sobre la casa de Judá y Haré ciego a cada caballo del enemigo. 5 Entonces, los líderes de Judá dirán en sus corazones: "Los habitantes de Jerusalén son nuestra fuerza por EL SEÑOR de los Ejércitos, su DIOS". 6 En ese día, YO Haré a los líderes de Judá como a braseros entre madera y como una antorcha ardiente entre grano apilado, porque ellos consumirán a todas las personas alrededor, a su derecha y a su izquierda. Jerusalén otra vez vivirá en su propio lugar 7 EL SEÑOR Salvará las tiendas de Judá primero, para que el honor de la casa de David y el honor de aquellos que viven en Jerusalén no sea más grande que el resto de Judá. 8 En ese día, EL SEÑOR Será el Defensor de los habitantes de Jerusalén, y en ese día aquellos que son débiles entre ellos serán como David, mientras la casa de David será como Dios, como el ángel del SEÑOR delante de ellos. 9 "En ese día que YO comenzaré a destruir a todas las naciones que vengan en contra de Jerusalén. 10 Pero YO Derramaré un espíritu de compasión y súplica en la casa de David y en los habitantes de Jerusalén, para que ellos me miren a Mí, al que han traspasado. Ellos se lamentarán por Mí, como alguien que se lamenta por un hijo único; ellos se lamentarán amargamente por él, como aquellos que se lamentan por la muerte de un hijo primogénito. 11 En ese día, los lamentos en Jerusalén serán como los lamentos en Hadad Rimón en el llano de Meguido. 12 La tierra se lamentará, cada clan separado de otros clanes. El clan de la casa de David será separado y sus esposas serán separadas de los hombres. El clan de la casa de Natán se separará y sus esposas serán separadas de los hombres. 13 El clan de la casa de Leví será separado y sus esposas serán separadas de los hombres. El clan de los simeítas será separado y sus esposas serán separadas de los hombres. 14 Cada clan de los clanes restantes, cada clan será separado y las esposas serán separadas de los hombres.

13

1 "En ese día una primavera será abierta para la casa de David y los habitantes de Jerusalén, por su pecado e impureza. 2 En ese día, esto es una declaración del SEÑOR de los Ejércitos, que YO Voy a cortar los nombres de los ídolos de la tierra para que ellos ya no sean traídos a la mente. YO también Voy a causar que los falsos profetas y sus espíritus impuros se vayan de la tierra. 3 Si cualquier hombre continúa profetizando, su padre y madre quienes lo cargaron van a decirle a él: "¡Tú no vas a vivir pues tú hablas mentiras en el nombre del SEÑOR!" Luego el padre y la madre quienes lo cargaron lo van a perforar cuando él profetice. 4 En ese día cada profeta va a estar avergonzado de su visión cuando él este a punto de profetizar. Estos profetas no van a seguir utilizando capas peludas, con el fin de engañar a las personas. 5 Pues cada uno va a decir: "¡Yo no soy un profeta! ¡Yo soy un hombre que trabaja en el suelo, pues la tierra se convirtió en mi trabajo mientras Yo era un hombre joven!" 6 Pero alguien va a decirle a él: "¿Qué son estas heridas entre tus brazos?" y él va a contestar: 'Yo fui herido con esas en la casa de mi amigo". 7 "¡Espada! Despiérate contra mi pastor, el hombre que está cerca de mÍ, esta es la declaración del SEÑOR de los Ejércitos. ¡Golpea al pastor y el rebaño se va a dispersar! Pues yo voy a volver mi mano contra los humilde. 8 Entonces ocurrirá eso en toda la tierra, esto es la declaración del SEÑOR, ¡que dos tercios de ella serán cortados! Aquellas personas van a perecer; solo un tercio va a permanecer ahí. 9 YO Voy a traer ese tercio a través del fuego y refinarlos a ellos como la plata es refinada; YO Voy a probarlos a ellos como el oro es probado. Ellos van a llamar mi nombre y YO Voy a contestarle a ellos y dire: "¡Este es mi pueblo!" y ellos van a decir: "¡EL SEÑOR es mi Dios!"

14

1 ¡Miren! Un día por El SEÑOR viene donde tu saqueo será dividido en medio de tí. 2 Pues YO reuniré cada nación en contra de Jerusalén para batallas y la ciudad será capturada. La casas serán saqueadas y las mujeres serán violadas. Mitad de la ciudad se irá cautiva, pero el remanente del pueblo no será cortado de la ciudad. 3 Pero EL SEÑOR saldrá y hará guerra en contra de aquellas naciones como cuando ÉL hace la guerra en el día de batalla. 4 En ese día Sus Pies se pararán en el Monte de Olivos, el cual está al lado de Jerusalén al este. El Monte de Olivos será dividido a la mitad entre el este y el oeste en un gran valle y mitad de la montaña volverá hacia el norte y mitad hacia el sur. 5 Luego ustedes huirán por el valle entre las montañas del SEÑOR, pues el valle entre esas montañas alcanzará hasta Azal. Ustedes huirán así como huyeron del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá. Entonces EL SEÑOR MI DIOS vendrá y todos los santos estarán con ÉL. 6 En ese día que no habrá luz, pero ningún frío, ni escarcha tampoco. 7 En ese día, un día conocido sólo por EL SEÑOR, ya no habrá un día o noche, pues la tarde será un tiempo de luz. 8 En ese día aguas vivas fluirán de Jerusalén. Mitad de ellas fluirán hacia el mar oriental, y mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno. 9 EL SEÑOR será rey sobre toda la tierra. En ese será EL SEÑOR, el Único DIOS, y Su Nombre Solo. 10 Toda la tierra, será como el Arabá, desde Gueba has Rimón, sur de Jerusalén. Y Jerusalén continuará siendo elevada. Ella vivirá en su propio lugar, desde la Puerta de Benjamín, hasta el lugar donde estaba la primera puerta, hasta la Puerta de Esquina, y desde la Torre de Jananel, hasta el lagar del rey. 11 El pueblo vivirá en Jerusalén y no habrá más destrucción completa de DIOS en contra de ellos. Jerusalén vivirá en paz. 12 Esta será la plaga con la cual EL SEÑOR atacará a todas las personas que hicieron la guerra contra de Jerusalén: su carne se pudrirá, incluso aunque se estén parando sobre sus pies. Sus ojos no se pudrirán en sus cabezas y sus lenguas se pudrirán en sus bocas. 13 En ese día ese gran miedo del SEÑOR vendrá sobre ellos. Cada uno buscará la mano de otro, y la mano de uno será levantada en contra de la mano de otro. 14 Judá, también peleará en contra de Jerusalén. Ellos reunirán las riquezas de todas las naciones que los rodean, oro, plata y ropas finas en gran abundancia. 15 Una plaga también estará sobre los caballos y las mulas, los camellos y los burros, y en cada animal en esos campamentos tambien sufrirán la msima plaga. 16 Luego pasará que todos aquellos que queden en esas naciones que vinieron en contra de Jerusalén, por el contrario irán de año en año para adorar al rey, EL SEÑOR de los Ejércitos y a mantener la fiesta de las Enramadas. 17 Y pasará que si nadie de todas las naciones de la tierra no suben a Jerusalén para adorar al rey, EL SEÑOR de los Ejércitos, luego EL SEÑOR no traerá lluvia en ellos. 18 Y si la nación de Egipto no sube, entonces ellos no recibirán lluvia. Una plaga del SEÑOR atacará las naciones que no suben, ni mantienen la Fiesta de las Enramadas. 19 Este será el castigo de Egipto y el castigo para cada nación que no sube la Fiesta de las Enramadas. 20 Pero en ese día, las campanas de los caballos dirían: "Separa para EL SEÑOR," y los lavabos en la casa del SEÑOR serán como los envases frente al altar. 21 Pues cada tarro en Jerusalén y en Judá será apartado para EL SEÑOR de los Ejércitos y cada cual que traiga un sacrificio comerá de ellos y hervirá en ellos. En ese día los comerciantes no estarán más en la casa del SEÑOR de los Ejércitos.

Malaquías
Malaquías
1

1 La declaración de la palabra del SEÑOR a Israel por la mano de Malaquías. 2 "Los he amado," dice el SEÑOR. Pero ustedes dicen: "¿Cómo nos has amado?" "¿No era Esaú hermano de Jacob?" declara el SEÑOR. "Aún Yo he amado a Jacob, 3 pero a Esaú lo he odiado. He hecho de sus montañas una devastación abandonada, y he hecho de su herencia un lugar para los chacales del desierto." 4 Si Edom dice: "Estamos derrotados, pero nosotros reconstruiremos las ruinas," el SEÑOR de los ejércitos dice: "Ellos pueden reconstruir, pero Yo los derribaré otra vez. Otros pueden llamarlos: 'El país de la maldad' y 'La gente a quienes el SEÑOR maldijo para siempre.' 5 Sus propios ojos verán esto, y ustedes dirán: 'El SEÑOR es grande más allá de los bordes de Israel.'" 6 Un hijo honra al padre, y un siervo honra al amo. Si yo, entonces, soy un Padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy un amo, ¿dónde está la reverencia por mí?" dice el SEÑOR de los ejércitos a sus sacerdotes, quienes desprecian mi nombre. "Pero ustedes dicen: '¿Cómo hemos despreciado tu nombre?' 7 Al ofrecer pan contaminado en mi altar. Y ustedes dicen: '¿Cómo te hemos contaminado?' Al decir que el altar del SEÑOR es insignificante." 8 "Cuando ofrecen animales ciegos para sacrificio, ¿eso no es maligno? Y cuando ofrecen animales torpes y enfermos, ¿eso no es maligno? Preséntenle eso a su gobernante, ¿los aceptará él o les levantará la cara?" dice el SEÑOR de los ejércitos. 9 Ahora, sigan buscando el rostro de Dios, que Él quizás sea clemente con nosotros. Si ustedes me ofrecen sacrificios que nos son aceptables a mí, ¿porqué yo debo ayudarles? 10 "¡Oh, si sólo hubiera uno de ustedes que cierre las puertas del templo, para que ustedes no enciendan fuegos en el altar en vano! Yo no agrado de ustedes," dice el SEÑOR de los ejércitos, "y no aceptaré ninguna ofrenda de sus manos. 11 Porque desde la salida del sol hasta que se va, Mi nombre será grande entre las naciones y en cada lugar será ofrecido incienso y ofrendas puras en mi nombre. Porque mi nombre será grande entre las naciones," dice el SEÑOR de los ejércitos. 12 "Pero ustedes lo están profanando cuando dicen que la mesa del SEÑOR está contaminada, y que su fruto, y su comida, es para ser despreciada. 13 Ustedes también dicen: 'Que agotador es esto,' y resoplas por esto," dice el SEÑOR de los ejércitos. "Ustedes traen lo que ha sido tomado por un animal salvaje, o es torpe o enfermo; y esto lo que ustedes traen como su ofrenda. ¿Debería aceptar esto de su mano?" dice el SEÑOR. 14 "Que el mentiroso sea maldito, quien tiene un animal macho en su rebaño y jurá darmelo a mí, y sin embargo me sacrifica a mí, el SEÑOR, ¡un animal que es imperfecto! Porque Yo soy un gran Rey," dice el SEÑOR de los ejércitos, "y mi nombre será honrado entre las naciones."

2

1 Y ahora, ustedes sacerdotes, esto les ordeno. 2 Si ustedes no escuchan, y si ustedes no inclinan su corazón para darme honor a mí," dice el SEÑOR de los ejércitos, "entonces les enviaré una maldición a ustedes, y yo maldeciré sus bendiciones. Ciertamente, yo los maldije, porque ustedes no están poniéndo mi mandato en su corazón. 3 Miren, estoy cerca de rechazar a sus descendientes, y Yo les hecharé excremento en sus rostros, el excremento de sus festivales, y el los enviaré lejos con él. 4 Y ustedes sabrán que Yo les he dado esta orden, y mi pacto continuará estando con Leví," dice el SEÑOR de los ejércitos. 5 Mi pacto con él era vida y paz, y YO se los dí a él; YO le dí temor, y él tuvo temor de mí, y él estuvo maravillado de mi nombre. 6 Verdadera instrucción estaba en su boca, y nada falso se encontró en sus labios. Él caminó conmigo en paz y justicia y él sacó a muchos del pecado. 7 Porque los labios de un sacerdote deben mantener el conocimiento y la gente debe buscar instrucción de su boca, porque él es mensajero del SEÑOR de los Ejércitos. 8 Pero ustedes se han salido del camino verdadero. Ustedes han causado que muchos tropiecen con respecto a la ley. Ustedes han roto el pacto de Leví," dice el SEÑOR de los ejércitos. 9 "Entonces yo también, les he hecho despreciables y viles ante todo el pueblo, porque ustedes no han mantendido mis órdenes, pero en su lugar han enseñado a la gente diferentes cosas de acuerdo a cúan importantes son." 10 ¿Acaso no hay un Padre para todos nosotros? ¿No nos ha creado un solo Dios? ¿Por qué somos incrédulos cada hombre contra su hermano, profanando el pacto de nuestros padres? 11 Judá ha sido incrédulo. Una cosa asquerosa ha sido cometida en Israel y en Jerusalén. Porque Judá ha profanado el lugar santo del SEÑOR, el cual el ama, y se ha casado con la hija de un dios extranjero. 12 Que el SEÑOR corte de las tiendas de Jacob al hombre que haga esto, aquel que está despierto y al que responda, aún si él está trayéndole ofrenda al SEÑOR de los ejércitos. 13 Y también hacen esto: ustedes cubren el altar del SEÑOR con lágrimas, con llanto y quejas, porque todavía el no mira la ofrenda o la acepta con favor de sus manos. 14 Pero ustedes dicen: "¿Por qué el no lo hace?" Porque el SEÑOR fue testigo entre tú y la esposa de tu juventud, contra quien has sido desleal, aunque ella fue tu compañera y tu esposa por pacto. 15 ¿No los hizo el uno, con una porción de su Espíritu? ¿Y por qué los hizo uno? Porque el buscaba un descendiente de Dios. Así que guárdense en su espíritu, y no le sean infieles a la esposa de su juventud. 16 "Porque odio el divorcio," dice el SEÑOR, el Dios de Israel, "y aquel que cubre sus ropas con violencia," dice el SEÑOR de los ejércitos. "Así que guárdense en su espíritu y no sean infieles." 17 Han cansado al SEÑOR con sus palabras. Pero ustedes dicen: ¿Cómo le hemos cansado?" Cuando ustedes dicen: "Todo el que hace mal es bueno en los ojos del SEÑOR, y el se agrada en ellos," o "¿Dónde está el Dios de la justicia?"

3

1 "Mirad, estoy a punto de enviar a mi mensajero, y él preparará el camino delante de mí. Y el SEÑOR, a quién buscan, vendrá de repente a su templo. Y el mensajero del pacto en quien ustedes se deleitan, mirad, él vendrá," dice el SEÑOR de los ejércitos. 2 Pero, ¿quién será capaz de soportar el día de su llegada? ¿Y quién será capaz de estar de pie cuando el aparezca? Porque el será como un fuego que refina o como un jabón de lavar ropa. 3 Él se sentará como un refinador y purificador de plata, y el purificará a los hijos de Leví. Él los refinará como oro y plata, y ellos traerán ofrendas de justicia al SEÑOR. 4 Entonces las ofrendas de Judá y Jerusalén serán agradables al SEÑOR, como en los días antiguos, y como en años antiguos. 5 "Entonces me acercaré a ustedes para juicio. Yo me volveré testigo rápidamente contra los hechiceros, adúlteros, los falsos testigos, y en contra de esos quienes oprimen al trabajador contratado en sus pagos, esos quienes oprimen a la viuda y al huérfano, en contra de esos quienes devuelven al extranjero, y en contra de esos que no me honran," dice el SEÑOR de los ejércitos. 6 "Porque Yo, el SEÑOR, no he cambiado, por lo tanto ustedes, hijos de Jacob, no han llegado a su fin. 7 Desde los días de sus padres ustedes se han apartado de mis ordenanzas y no las han mantenido. Regresen a mí, y Yo me regresaré a ustedes," dice el SEÑOR de los ejércitos. "Pero ustedes dicen: '¿ Cómo regresaremos?' 8 ¿Una persona robará a Dios? Si, ustedes me estan robando. Pero ustedes dicen: '¿Cómo te hemos robado?' En diezmos y ofrendas. 9 Ustedes están malditos con maldición, por que me estan robando, la nación entera. 10 Traígan el diezmo completo al almacén, para que haya comida en mi casa. Y pruébenme ahora en esto," dice el SEÑOR de los ejércitos, "Si yo no les abro las ventanas del cielo y derramo una bendición sobre ustedes hasta que ya no haya espacio para ella. 11 Otra vez hablaré en contra de esos quienes destruyen sus cosechas, para que ellos no destruyan la cosecha en su tierra. Sus viñedos en los campos no perderán su fruto," dice el SEÑOR de los ejércitos. 12 "Todas las naciones les llamarán bendecidos, porque ustedes serán una tierra de alegría," dice el SEÑOR de los ejércitos. 13 "Sus palabras en contra de mí han sido fuertes," dice el SEÑOR. "Pero ustedes dicen: '¿Qué hemos dicho entre nosotros en tu contra?' 14 Ustedes han dicho: 'Es inútil servirle a Dios. ¿Qué ganacía hay en que hayamos guardado sus ordenanzas o caminemos con tristeza por hablar contra el SEÑOR de los ejércitos? 15 Entonces ahora nosotros llamamos a los orgullosos bendecidos. Los que hacen maldad no solo prósperan, pero hasta prueban a Dios y escapan.'" 16 Entonces esos que le temen al SEÑOR hablen el uno con el otro. El SEÑOR presta atención y escucha, y un libro de memorias fue escrito ante el, acerca de esos quienes le temen al SEÑOR y honran su nombre. 17 "Ellos serán míos," dice el SEÑOR de los ejércitos, "Mi propia posesión atesorada, en el día que actué. Yo me compadeceré de ellos, como un hombre que se compadece por su propio hijo que le obedece. 18 Entonces una vez más ustedes verán la diferencia entre los justo y los malos, entre uno que adora a Dios y uno que no le adora.

4

1 "Mirad, el día viene, quemándo como una hoguera, cuando todos los arrogantes y malignos se volverán paja. El día que viene los quemará," dice el SEÑOR de los ejércitos, "y no los dejará como raíz ni como rama. 2 Pero para ustedes que le temen a mi nombre, el sol de la justicia se levantará con sanidad en sus alas. Ustedes saldrán, y saltarán como becerros del establo. 3 Y ustedes atropellarán a los malvados, porque ellos serán ceniza bajo la suela de sus pies en el día que yo actúe," dice el SEÑOR de los ejércitos. 4 Recuerden las enseñánzas de mi siervo Moisés que le dí en Horeb para todo Israel, los estatutos y las reglas. 5 Miren, les enviaré a ustedes a Elías, el profeta, antes de la venida del gran y temible día del SEÑOR. 6 Él cambiará el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres, para que Yo no venga y ataque la tierra con completa destrucción."

Mateo
Mateo
Capítulo 1

1 Libro de la genealogía de Jesucristo, el Hijo de David, el Hijo de Abraham. 2 Abraham fue el padre de Isaac, e Isaac el padre de Jacob, y Jacob el padre de Judá y sus hermanos, 3 Judá el padre de Fares y Zara a través de Tamar, Fares el padre de Esrom, Esrom el padre de Aram, 4 Aram fue el padre de Aminadab, Aminadab el padre de Naasón, Naasón el padre de Salmón. 5 Salmón fue el padre de Booz a través de Rahab, Booz el padre de Obed por medio de Rut, Obed el padre de Isaí, 6 Isaí fue el padre de David el rey. David fue el padre de Salomón por medio de la esposa de Urías. 7 Salomón fue el padre de Roboam, Roboam el padre de Abías, Abías el padre de Asa, 8 Asa el padre de Josafat, Josafat fue el padre de Jorám y Jorám el padre de Uzías. 9 Uzías el padre de Jotam, Jotam el padre de Acaz, Acaz el padre de Ezequías. 10 Ezequías fue el padre de Manasés, Manasés el padre de Amón, Amón el padre de Josías. 11 Josías el padre de Jeconías y sus hermanos al tiempo de la deportación a Babilonia. 12 Y después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue el padre de Salatiel, Salatiel el ancestro de Zorobabel. 13 Zorobabel el padre de Abiud, Abiud el padre de Eliaquim, Eliaquim el padre de Azor. 14 Azor fue el padre de Sadoc, Sadoc fue el padre de Aquim, Aquim el padre de Eliud. 15 Eliud el padre de Eleazar, Eleazar el padre de Matán, Matán el padre de Jacob. 16 Jacob el padre de José el esposo de María, por medio de quién Jesús nació, a quién es llamado Cristo. 17 Las generaciones desde Abraham a David fueron catorce, desde David a la deportación a Babilonia catorce, y de la deportación a Babilonia a Cristo catorce generaciones. 18 El nacimiento de Jesucristo sucedió de la siguiente forma. Su madre María estaba comprometida para casarse con José, pero antes de que se juntasen, ella se encontró embarazada por medio del Espíritu Santo. 19 Su esposo José era un hombre justo, pero no quiso avergonzarla públicamente. Así que decidió terminar con su compromiso con ella secretamente. 20 Mientras él pensaba sobre estas cosas, un ángel del Señor le apareció en sueños diciendo: "José, hijo de David, no temas tomar a María como tu esposa, porque el que está concebido dentro de ella fue concebido por el Espíritu Santo. 21 Ella dará a luz un Hijo y tú lo llamarás Jesús, pues Él salvará a su pueblo de sus pecados." 22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo hablado por el Señor a través del profeta, diciendo: 23 "MIRAD, LA VIRGEN CONCEBIRÁ Y DARÁ A LUZ UN HIJO, Y LLAMARÁN SU NOMBRE EMMANUEL, QUE SIGNIFICA 'DIOS CON NOSOTROS." 24 José despertó de su sueño e hizo como el ángel del Señor le había mandado y la tomó como su esposa. 25 Sin embargo, él no durmió con ella hasta que dio a luz a su hijo. Y él llamó su nombre Jesús.

Capítulo 2

1 Después que Jesús nació en Belén de Judea en los días del rey Herodes, hombres sabios de oriente llegaron a Jerusalén diciendo: 2 "¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido a adorarle". 3 Cuando el rey Herodes escuchó esto, se turbó y toda Jerusalén con él. 4 Herodes reunió a todos los sacerdotes principales y escribas del pueblo y les preguntó: "¿Dónde nacerá el Cristo?" 5 Ellos le respondieron: "En Belén de Judea, porque esto es lo que estaba escrito por el profeta: 6 'Y TÚ, BELÉN, EN TIERRA DE JUDÁ, NO ERES LA MENOR ENTRE LOS PRINCIPES DE JUDÁ, PUES DE TI VENDRÁ UN GOBERNANTE QUE PASTOREARÁ MI PUEBLO DE ISRAEL.'" 7 Entonces Herodes secretamente llamó a los sabios para preguntarles exactamente en qué momento apareció la estrella. 8 Él los envió a Belén diciendo: "Vayan y busquen cuidadosamente al Niño. Cuando lo encuentren, déjenme saber para que yo vaya y también lo adore." 9 Después que ellos escucharon al rey continuaron su camino y la estrella que vieron en el oriente iba delante de ellos y se mantuvo sobre donde estaba el Niño. 10 Cuando vieron la estrella se alegraron con gran gozo. 11 Ellos fueron a la casa y vieron al Niño con María su madre. Ellos se inclinaron y lo adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra. 12 Dios les advirtió en un sueño de no regresar a Herodes; por eso se fueron a su tierra por otro camino. 13 Después que ellos se fueron, un ángel del Señor se le apareció a José en un sueño y le dijo: "Levántate, toma al Niño y a su madre y huye a Egipto. Quédate allí hasta que te Yo diga, porque el rey Herodes buscará al Niño para matarlo." 14 Esa noche José se levantó y tomó al niño y a su madre y partieron hacia Egipto. 15 Él se mantuvo allí hasta que Herodes falleció. Esto cumplió lo que Dios había dicho a través del profeta, "DE EGIPTO LLAMÉ A MI HIJO." 16 Entonces cuando Herodes se dio cuenta que había sido burlado por los hombres sabios se enojó grandemente. Él mandó a matar a todos los niños varones que tuvieran dos años o menos, que estubieran en Belén y en toda aquella región, de acuerdo al tiempo que él había determinado exactamente de los sabios. 17 Entonces se cumplió todo lo que se había dicho a través del profeta Jeremías: 18 "SE ESCUCHÓ UNA VOZ EN RAMA, LLANTO Y UNA GRAN LAMENTACIÓN, ES RAQUEL LLORANDO POR SUS HIJOS Y REHUSÓ SER CONSOLADA PORQUE ELLOS NO VIVIAN MÁS." 19 Cuando Herodes murió, he aquí un ángel del Señor se le apareció en un sueño a José en Egipto y le dijo: 20 "Levántate y toma al Niño y a su madre y ve a la tierra de Israel, porque aquellos que buscaban matar al Niño han muerto." 21 José se levantó y tomó al Niño y a su madre y regreso a la tierra de Israel. 22 Pero cuando escuchó que Arquelao estaba reinando en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Después que Dios le advirtió en un sueño, partió a la región de Galilea 23 y fue y vivió en la ciudad llamada Nazaret. Esto cumplió lo que había sido dicho por los profetas que Él sería llamado Nazareno.

Capítulo 3

1 En aquellos días Juan el Bautista vino predicando en el desierto de Judea diciendo: 2 "Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca. 3 Porque él fue de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: "LA VOZ DE ALGUIEN QUE GRITA EN EL DESIERTO, 'PREPAREN EL CAMINO DEL SEÑOR, ENDERECEN SUS CAMINOS.'" 4 Juan vestía ropa de pelo de camello, y un cinturón de cuero alrededor de su cintura. Su comida era langostas y miel silvestre. 5 Entonces Jerusalén, toda Judea, y toda la región alrededor del Río Jordán acudian a él. 6 Ellos eran bautizados en el Río Jordán, mientras confesaban sus pecados. 7 Pero cuando él vio a muchos de los Fariseos y Saduceos llegando a él para ser bautizados, él les dijo: "Ustedes camada de viboras venenosas, ¿quién les advirtió para que huyeran de la ira que vendrá? 8 Produzcan fruto digno de arrepentimiento. 9 Y no piensen en decir entre ustedes: 'Nosotros tenemos a Abraham por nuestro padre.' Aunque yo les digo que Dios es capaz de levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10 Ya el hacha ha sido puesta contra la raíz de los árboles. Así que todo árbol que no produce buen fruto es cortado y lanzado en el fuego. 11 Yo los bautizo con agua para arrepentimiento. Pero Él que viene después de mí, es más poderoso que yo y no soy digno ni de llevar Sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. 12 Su aventador está en Su mano para limpiar a fondo Su era y para recoger Su trigo en el granero. Pero Él quemará la paja con fuego que nunca se puede apagar." 13 Entonces Jesús vino de Galilea al Río Jordán para ser bautizado por Juan. 14 Pero Juan seguía tratando de detenerlo, diciendo: "Yo necesito ser bautizado por Ti, y ¿Tú vienes a mí?" 15 Jesús respondió y Le dijo: "Permítelo ahora, porque es justo para nosotros que cumplamos toda justicia." Entonces Juan se lo permitió. 16 Después que Él fue bautizado, Jesús salió inmediatamente del agua, y he aquí, los cielos fueron abiertos. Él vio el Espíritu de Dios descender como una paloma y posarse sobre Él. 17 He aquí, una voz vino de los cielos diciendo: "Este es Mi Hijo amado. Estoy muy complacido con Él."

Capítulo 4

1 Luego Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. 2 Cuando hubo ayunado por cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. 3 El tentador vino y le dijo: "Si tú eres el Hijo de Dios, ordenale a estas piedras que se conviertan en pan". 4 Pero Jesús respondió y le dijo: "Escrito está, 'NO SÓLO DE PAN VIVIRÁ EL HOMBRE, SINO DE TODA PALABRA QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS.'" 5 Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa y lo puso en el punto más alto del templo, 6 y le dijo: "Si tú eres el Hijo de Dios, lánzate hacia abajo, pues escrito está: 'ÉL ORDENARÁ A SUS ÁNGELES A CUIDAR DE TI,' y, 'ELLOS TE LEVANTARÁN EN SUS MANOS, DE MANERA QUE NO GOLPEES TU PIE CONTRA UNA PIEDRA'" 7 Jesús le dijo: "Nuevamente escrito está: 'NO PONDRÁS A PRUEBA AL SEÑOR TU DIOS'". 8 Nuevamente, el diablo lo llevó a un lugar alto y le mostró todos los reinos del mundo junto con todo su esplendor. 9 Él le dijo: "Todas estas cosas te daré, si te postras ante mí y me adoras." 10 Entonces Jesús le dijo: "¡Vete de aquí, Satanás! Porque escrito está: 'ADORARÁS AL SEÑOR TU DIOS, Y SÓLO A ÉL SERVIRÁS'". 11 Entonces el diablo lo dejó, y entonces, vinieron ángeles y le sirvieron. 12 Cuando Jesús escuchó que a Juan lo habían arrestado, regresó a Galilea. 13 Él salió de Nazaret y fue a vivir en Capernaúm, que está cerca del Mar de Galilea, en los territorios de Zabulón y de Neftalí. 14 Esto sucedió para que se cumpliera lo que se había dicho a través del profeta Isaías: 15 ''¡LA TIERRA DE ZABULÓN Y LA TIERRA DE NEFTALÍ, CAMINO AL MAR, MÁS ALLÁ DEL JORDÁN, GALILEA DE LOS GENTILES! 16 EL PUEBLO ASENTADO EN TINIEBLAS HA VISTO UNA GRAN LUZ, Y AQUELLOS QUE VIVIAN EN REGIÓN Y SOMBRA DE MUERTE, SOBRE ELLOS, LUZ RESPLANDECIO.'' 17 Desde ese tiempo Jesús comenzó a predicar y a decir: "Arrepiéntanse, pues el reino de los cielos se ha acercado." 18 Mientras Él caminaba junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón que es llamado Pedro, y su hermano Andrés, que lanzaban una red en el mar, pues eran pescadores. 19 Jesús les dijo: "Vengan y síganme, y yo los haré pescadores de hombres". 20 Inmediatamente ellos dejaron las redes y lo siguieron. 21 Mientras Jesús salía de allí él vio a otros dos hermanos, Jacobo el hijo de Zebedeo, y Juan, su hermano. Ellos estaban en la barca junto a su padre, Zebedeo; estaban zurciendo sus redes. Él los llamó, 22 E inmediatamente dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron. 23 Jesús fue por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino, sanando todo tipo de enfermedades y toda clase de dolencias entre la gente. 24 Las noticias acerca de Él se propagaron por toda Siria, y la gente le traían todos aquellos que estaban enfermos, con varias afecciones y dolores, aquellos poseídos por demonios, y los epilépticos y paralíticos. Jesús los sanaba. 25 Grandes multitudes le seguían desde Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea, y más allá del Jordán.

Capítulo 5

1 Cuando Jesús vio las multitudes, subió al monte; cuando se sentó, Sus discípulos vinieron a Él. 2 Él abrió Su boca y Les enseñó; El dijo: 3 "Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. 4 Bienaventurados aquellos que lloran, porque ellos serán consolados. 5 Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. 6 Bienaventurados los hambrientos y sedientos de justicia, porque ellos serán saciados. 7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos obtendrán misericordia. 8 Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios. 9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados ustedes cuando la gente los insulte y los persiga, o falsamente digan toda clase de cosas malas en su contra por Mi causa. 12 Regocíjense y alégrense mucho, porque grande es su recompensa en el cielo. Porque así la gente persiguió a los profetas que vivieron antes de ustedes. 13 Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, ¿como podrá hacerse salada de nuevo? No es buena para nada, excepto para ser tirada y pisoteada por la gente. 14 Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada en un monte no se puede ocultar. 15 Tampoco la gente enciende una lámpara y la coloca debajo de un cajon, sino en un candelero, alumbra a todos en la casa. 16 Dejen que su luz brille delante de la gente de tal manera que vean sus buenas obras y alaben al Padre que está en el cielo. 17 No piensen que Yo he venido a destruir la ley o a los profetas; no he venido para destruirlos, sino para cumplir. 18 Porque verdaderamente les digo que hasta que el cielo y la tierra pasen, ni una jota, ni una tilde en ninguna manera pasarán de la ley, hasta que todas las cosas se hayan consumado. 19 Por lo tanto cualquiera que rompa el más pequeño de estos mandamientos y enseñe a otros a hacerlo, será llamado menos importante en el reino de los cielo. Pero cualquiera que los guarde y los enseñe será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Porque Yo les digo que a menos que su justicia exceda la justicia de los escribas y Fariseos, de ninguna manera entrarán al reino de los cielos. 21 Ustedes han escuchado que se les dijo en tiempos antiguos: 'NO MATARÁS', y 'Cualquiera que mate estará en peligro de juicio.' 22 Pero Yo les digo que todo el que esté enojado con su hermano estará en peligro de juicio; y cualquiera que le diga a su hermano: '¡Tú eres una persona que no vale nada!' estará en peligro de ser juzgado por el concilio; y cualquiera que le diga: '¡Tú tonto!', estará en peligro del fuego del infierno. 23 Por lo tanto si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí en frente del altar, y anda. Primero reconcíliate con tu hermano, y entonces ven y ofrece tu regalo. 25 Ponte de acuerdo con tu acusador mientras vas con él de camino a la corte, o tu acusador tal vez te entregue al juez, y el juez tal vez te entregue al oficial, y tú tal vez seas arrojado a la prisión. 26 Verdaderamente les digo, que nunca saldrás de allí hasta que hayas pagado la última parte del dinero que debes. 27 Ustedes han escuchado que fue dicho: 'NO COMETERÁS ADULTERIO.' 28 Pero Yo les digo a todo aquel que mira a una mujer para desearla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. 29 Y si tu ojo derecho te causa tropiezo, arráncalo y échalo lejos de ti; porque es mejor para ti que una parte de tu cuerpo perezca, a que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te causa tropiezo, córtala y échala lejos de ti; porque es mejor para ti que una parte de tu cuerpo perezca, a que todo tu cuerpo vaya al infierno. 31 También fue dicho: 'CUALQUIERA QUE REPUDIE A SU ESPOSA, QUE LE DE UN CERTIFICADO DE DIVORCIO.' 32 Pero Yo les digo que todo aquel que se divorcie de su esposa, excepto por causa de inmoralidad sexual, la hace a ella una adúltera; y cualquiera que se case con ella después que esta se ha divorciado comete adulterio. 33 Otra vez, han oído que les fue dicho en tiempos antiguos: 'NO JURARAS FALSAMENTE, SINO CUMPLE TUS JURAMENTOS AL SEÑOR.' 34 Pero yo les digo, no jures por nada; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el estrado de Sus pies; ni por Jerusalén, porque es LA CIUDAD DEL GRAN REY. 36 Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer un pelo blanco o negro. 37 Pero deja que tu hablar sea, 'Sí, sí,' o 'No, no.' Todo lo que es más que esto viene del maligno. 38 Has oído decir: 'OJO POR OJO, Y DIENTE POR DIENTE.' 39 Pero yo les digo, no resistas al que es malo; en su lugar, cualquiera que te golpea en tu mejilla derecha, también vuélvele la otra. 40 Y si alguien desea ir a la corte contigo y te quita tu camisa, deja que se lleve también tu capa. 41 Y el que te obliga a ir un kilómetro, ve con él dos. 42 Da a todo aquel que te pide, y no le des la espalda al que desea pedirte prestado. 43 Han oído que fue dicho: 'AMARÁS A TU VECINO Y ODIARÁS A TU ENEMIGO.' 44 Pero les digo, amen a sus enemigos y oren por aquellos que los persiguen, 45 para que puedan ser hijos del Padre que está en los cielos. Porque Él hace salir el sol sobre los malos y los buenos, y manda la lluvia sobre los justos y los injustos. 46 Si aman a los que los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿No hacen así mismo los cobradores de impuestos? 47 Y si solo saludan a sus hermanos, ¿qué hacen más que los otros? ¿No así mismo hacen los Gentiles? 48 Por tanto sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto.

Capítulo 6

1 Ten cuidado, que no hagas tus obras de justicia ante las personas para ser visto por ellas, o no tendrás recompensa de tu Padre que está en los cielos. 2 Pero cuando des limosnas, no toquen trompeta ante ustedes como los hipócritas hacen en las sinagogas y en las calles, para recibir alabanza de la gente. De cierto te digo, ellos ya han recibido su recompensa. 3 Pero cuando des limosnas, no permitas que tu mano izquierda sepa lo que está haciendo tu mano derecha, 4 así que tu limosna sea dada en secreto. Entonces tu Padre que ve en secreto te recompensará. 5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas, porque ellos aman estar de pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, de esa manera puedan ser vistos por la gente. De cierto te digo, ellos ya han recibido su recompensa. 6 Pero tú, cuando tú ores, entra en tu habitación. Cierra la puerta, y ora a tu Padre que está en lo secreto. Entonces tu Padre que ve en secreto te recompensará a ti. 7 Y cuando ores, no hagas vanas repeticiones como lo hacen los Gentiles, porque ellos piensan que serán oídos por su mucho hablar. 8 Por lo tanto, no seas como ellos, porque tu Padre conoce las cosas que necesitas antes que tu le preguntes. 9 Por lo tanto, ora de esta manera: "Padre nuestro en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino, 10 tu voluntad sea hecha, en la tierra como en el cielo. 11 Danos hoy nuestro pan diario. 12 Perdona nuestras deudas, así como nosotros también hemos perdonado a nuestros deudores. 13 Y no nos dejes caer en tentación, pero líbranos del mal. 14 Porque si tú perdonas a la gente por sus ofensas, tu Padre celestial también te perdonará. 15 Pero si tú no perdonas sus ofensas, tampoco tu Padre te perdonará tus ofensas. 16 Además, cuando ayunes, no tengas una cara de afligido, como hacen los hipócritas, porque ellos demudan sus rostros para que se vea ante la gente que están ayunando. De cierto te digo, que ellos ya han recibido su recompensa. 17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu cara. 18 Así no mostrarás a las personas que estás ayunando, pero solo a tu Padre que está en secreto. Y tu Padre, que te ve en secreto, te recompensará. 19 No guardes tesoros para ti en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen, y donde los ladrones irrumpen y roban. 20 Mas bien, acumula para ti tesoros en el cielo, donde ni polilla ni el moho destruyen, y donde los ladrones no irrumpen y roban. 21 Porque donde está tu tesoro, también allí estará tu corazón . 22 El ojo es la lámpara del cuerpo. Sin embargo, si tu ojo es bueno, el cuerpo entero está lleno con luz. 23 Pero si tu ojo es malo, tu cuerpo entero está lleno de oscuridad. Sin embargo, si la luz que está en ti es actualmente oscuridad, ¿cuán grande es esa oscuridad? 24 Ninguno puede servir a dos señores, porque odiará a uno y amará el otro, o será devoto a uno y despreciará al otro. Tú no puedes servir a Dios y las riquezas. 25 Sin embargo yo te digo, no se preocupen por tu vida, por qué comerás o qué beberás o acerca de tu cuerpo, que vestirás. ¿Porque no es la vida más que comida, y el cuerpo más que la ropa? 26 Mira a las aves del cielo. Ellas ni siembran, ni recogen, ni reúnen en los graneros, pero tu Padre celestial les da comida. ¿No son ustedes más valiosos de lo que ellas son? 27 ¿Cuál de ustedes por ser ansiosos pueden añadir una hora al término de vida? 28 ¿Y por qué están ustedes ansiosos acerca de su vestimenta? Piensen acerca de los lirios en el campo, como ellos crecen. Ellos no trabajan, no hilan su ropa. 29 Y aún así te digo, que ni siquiera Salomón en toda su gloria no fue vestido como uno de estos. 30 Si Dios viste la hierba en el campo, que hoy existe y mañana es tirada en el horno, ¿cuánto más Él les vestirá a ustedes, gente de poca fe? 31 Entonces no estén ansiosos y digan: '¿qué comeremos?' o, '¿qué beberemos?' o, '¿con qué nos vestiremos?' 32 Porque todas estas cosas las buscan los Gentiles; pero tu Padre celestial conoce que las necesitan. 33 Mas busquen primero el reino de Dios y Su justicia entonces todas estas cosas te serán dadas a ti. 34 Por lo tanto, no estén ansiosos por el mañana, porque el mañana será ansioso por sí mismo. Cada día tiene suficientes problemas en sí mismo.

Capítulo 7

1 No juzguen y ustedes no serán juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzguen, serán juzgados y con la medida con que midan, serán medidos. 3 ¿Y por qué miran la pequeña paja que está en el ojo de su hermano, pero no se fijan en la viga que tienen en su propio ojo? 4 ¿Cómo pueden decir a su hermano: 'Déjame sacar la paja de tu ojo,' mientras tienen la viga en su propio ojo? 5 ¡Hipócritas! Primero saquen la viga de su propio ojo y así podrán ver la paja en el ojo de su hermano. 6 No des lo que es santo a los perros y no tires tus perlas frente a los cerdos, porque quizás las pueden pisotear bajo sus patas y luego despedazarte. 7 Pidan y se les dará; busquen, y hallarán; toquen y se les abrirá. 8 Porque todo el que pide, recibe y el que busca, encuentra y al que toca, se le abre. 9 ¿O qué hombre entre ustedes, si su hijo le pide un pedazo de pan, le dará una piedra? ¿ 10 O si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11 De manera, que si ustedes siendo malos saben dar buenos regalos a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en el cielo les dará las cosas buenas que le pidan? 12 De manera que cualquier cosa que quieran que otros hagan por ustedes, así mismo harán ustedes por ellos; porque ésta es la Ley y los profetas. 13 Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplio el camino que lleva a la destrucción, y muchos pasan por ella. 14 Porque angosta es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos la encuentran. 15 Cuídense de los falsos profetas, quienes se acercan vestidos de ovejas, pero realmente son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de entre los cardos? 17 De la misma manera, un buen árbol produce buenos frutos, pero uno malo produce malos frutos. 18 Un buen árbol no produce malos frutos, ni árbol malo que produce buenos frutos. 19 Todo árbol que no produzca buenos frutos será cortado y lanzado al fuego. 20 Por lo tanto, por sus frutos los conocerán. 21 No todo el que me dice: 'Señor, Señor,' entrará en el reino de los cielos, sino sólo aquellos que hacen la voluntad de Mi Padre que está en el cielo. 22 En aquel día muchos Me dirán: 'Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hemos hecho maravillas?' 23 Entonces les diré: '¡Nunca les conocí! ¡Aléjense de Mí, hacedores de maldad!' 24 Así mismo, todo aquel que oye Mis palabras y las obedece, será como el hombre sabio que construyó su casa en la roca. 25 La lluvia cayó, los torrentes llegaron, los vientos soplaron y golpearon la casa; pero la casa no se cayó, porque estaba construida sobre roca. 26 Pero todo el que escucha Mis palabras y no las obedece, será cómo el hombre insensato que construyó su casa en la arena. 27 La lluvia cayó, los torrentes llegaron, los vientos soplaron y destruyeron la casa; y la casa cayó y fue grande su caída." 28 Sucedió que cuando Jesús terminó de hablar estas palabras, la multitud estaba asombrada por Sus enseñanzas, 29 porque Él enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Capítulo 8

1 Cuando Jesús había bajado de la montaña, grandes multitudes Lo siguieron. 2 He aquí un leproso vino, se inclinó ante Él, diciendo: "Señor, si Tú quieres, puedes hacerme limpio." 3 Jesús extendió su mano y lo tocó, diciendo: "Yo quiero. Sé limpio." Inmediatamente fue limpiado de su lepra. 4 Jesús le dijo a él: "Mira no digas nada a nadie. Ve por tu camino, y muéstrate al sacerdote, y ofrece la ofrenda que Moisés ordenó, para testimonio a ellos." 5 Cuando Jesús había entrado a Capernaúm, un centurión vino a Él pidiéndole, 6 diciendo: "Señor, mi siervo descansa en la casa, paralizado y en terrible dolor." 7 Jesús le dijo: "Yo iré y lo sanaré." 8 El centurión contestó y dijo: "Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; sólo dí la palabra y mi siervo será sanado. 9 Pues yo también soy un hombre bajo autoridad y tengo soldados a mi cargo. Yo le digo a éste: 've,' y él va; y a otro, 'ven,' y él viene; y a mi siervo: 'haz esto,´ y él lo hace." 10 Cuando Jesús escuchó esto, estaba maravillado y le dijo a aquellos que le estaban siguiendo: "Ciertamente les digo, que no he encontrado nadie con tal fe en Israel. 11 Les digo, muchos vendrán del este y el oeste, y se inclinarán en la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el reino de los cielos. 12 Pero los hijos del reino serán arrojados a la oscuridad de afuera, donde habrá llanto y crujir de dientes." 13 Jesús le dijo al centurión: "¡Márchate! Según has creído, así será hecho para ti." Y el siervo fue sanado en esa misma hora. 14 Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, vio a la suegra de Pedro acostada con fiebre. 15 Jesús tocó su mano, y la fiebre la abandonó. Entonces ella se levantó y comenzó a servirle. 16 Cuando llegó la tarde, la gente le llevó a Jesús muchos endemoniados. Él expulsó los espíritus con una palabra, y sanó a todos los que estaban enfermos. 17 De esta manera se cumplió aquello que había sido dicho por Isaías, el profeta, diciendo: "ÉL MISMO TOMÓ NUESTRAS ENFERMEDADES Y CARGÓ NUESTRAS DOLENCIAS." 18 Ahora, cuando Jesús vio la multitud alrededor de Él, dio instrucciones para que se fueran al otro lado del Mar de Galilea. 19 Luego un escriba llegó a Él y le dijo: "Maestro, yo te seguiré a donde quiera que tú vayas." 20 Jesús le dijo: "Las zorras tienen agujeros, y las aves de los cielos tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene lugar donde recostar su cabeza." 21 Otro de Sus discípulos le dijo: "Señor, permíteme primero ir a enterrar a mi padre." 22 Pero Jesús le dijo: "Sígueme, y deja los muertos que entierren a sus propios muertos." 23 Cuando Jesús había entrado a una barca, Sus discípulos le siguieron. 24 He aquí, allí se levantó una gran tormenta en el mar, de modo que la barca estaba cubierta con las olas. Pero Jesús estaba dormido. 25 Los discípulos vinieron a Él y lo despertaron, diciendo: "Sálvanos, Señor; ¡estamos a punto de morir!" 26 Jesús les dijo: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?" Luego Él se levantó y reprendió los vientos y el mar. Después hubo una gran calma. 27 Los hombres se maravillaron y dijeron: "¿Qué clase de hombre es éste, que aún los vientos y el mar le obedecen?" 28 Cuando Jesús llegó al otro lado y estaba en el pueblo de los Gadarenos, dos hombres que eran controlados por los demonios se encontraron con Él. Ellos habían salido de las tumbas y eran muy violentos, así que ningún viajero podía pasar por ese camino. 29 He aquí, ellos gritaron y dijeron: "¿Qué tenemos que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?" 30 Ahora, un hato de muchos cerdos estaba allí alimentándose no muy lejos de ellos. 31 Los demonios continuaban implorándole a Jesús diciendo: "Si Tú nos echas fuera, envíanos a ese hato de cerdos." 32 Jesús les dijo: "¡Vayan!" Los demonios salieron y entraron a los cerdos. Y he aquí, el hato completo, se precipitó por la colina abajo al mar y murieron en el agua. 33 Los que cuidaban a los cerdos huyeron. Y cuando ellos entraron a la ciudad, reportaron todo, especialmente lo que pasó con los endemoniados . 34 He aquí, toda la ciudad salió a encontrarse con Jesús. Cuando ellos lo vieron, ellos le rogaron que abandonara su región.

Capítulo 9

1 Jesús entró a una barca, y cruzando al otro lado, llegó a su propia ciudad. 2 He aquí, le trajeron un hombre paralítico acostado en una camilla. Viendo la fe de ellos, Jesús le dijo al hombre paralítico: "Hijo, ten buen ánimo, tus pecados te han sido perdonados." 3 He aquí, algunos de los escribas se dijeron entre sí; "Este hombre está blasfemando" 4 Jesús conociendo sus pensamientos les dijo: "¿Por qué piensan mal en sus corazones? 5 ¿Que es más fácil decir: 'Tus pecados te son perdonados' o: 'Levántate y anda?' 6 Pero para que conozcan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, Él le dijo al paralítico: 'Levántate, recoge tu camilla, y vete a tu casa."' 7 Entonces el hombre se levantó y se fue a su casa. 8 Cuando las multitudes vieron esto, estaban asombradas y glorificaron a Dios, quien le había dado tal autoridad a los hombres. 9 Al Jesús salir de ahí, vio un hombre llamado Mateo, que estaba sentado en el lugar de cobro de impuestos; Él le dijo: "Sígueme." Él se levantó y le siguió. 10 Al Jesús sentarse a comer en la casa, he aquí muchos recaudadores de impuestos y pecadores vinieron y cenaron con Jesús y sus discípulos. 11 Cuando los Fariseos vieron esto, le dijeron a Sus discípulos: "¿Por qué su Maestro cena con recaudadores de impuestos y con pecadores?" 12 Cuando Jesús escuchó esto dijo: "Los sanos no necesitan médico, sólo las personas que están enfermas necesitan uno. 13 Ustedes deben aprender qué significa esto: 'Yo quiero misericordia y no sacrificio.' Pues yo vine, no a llamar a los rectos al arrepentimiento, sino a los pecadores." 14 Los discípulos de Juan vinieron a Él y dijeron: "¿Por qué nosotros y los Fariseos ayunamos a menudo, pero Tus discípulos no ayunan?" 15 Jesús les dijo: "¿Pueden los invitados de una boda estar de luto, mientras el novio aún está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán. 16 Ningún hombre coloca un remiendo de tela nuevo en un vestido viejo, ya que el remiendo se desgarrará del vestido, y la rotura será peor. 17 Tampoco las personas ponen vino nuevo en odres viejos; si lo hacen, la piel se romperá, el vino se derramará, y el odre será destruido. En cambio, si ponen vino nuevo en odres nuevos, ambos serán preservados." 18 Mientras Jesús les decía estas cosas, he aquí, vino un oficial y se inclinó a Él. Le dijo: "Mi hija acaba de morir, pero ven y pon tu mano sobre ella, y ella vivirá." 19 Entonces Jesús se levantó y le siguió, y también Sus discípulos. 20 He aquí, una mujer que tenía un sangrado severo por doce años, vino detrás de Jesús y tocó el borde de su manto. 21 Pues se había dicho a sí misma: "Si tan solo tocare su manto, seré sana." 22 Jesús volteándose la miró, y le dijo: "Hija, ten ánimo; tu fe te ha sanado." Y la mujer al instante fue sanada. 23 Cuando Jesús entró a la casa del oficial, vio a los que tocaban flautas y a la multitud que hacía mucho ruido. 24 Él les dijo: "Váyanse, la niña no está muerta, si no que duerme." Pero ellos se rieron, burlándose de Él. 25 Cuando la multitud fue echada fuera, Él entró y la tomó de la mano, y la niña se levantó. 26 La noticia sobre esto se esparció por toda la región. 27 Mientras Jesús pasaba por ahí, dos hombres ciegos le seguían. Ellos gritaban y le decían: "¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros!" 28 Cuando Jesús entró a la casa, los hombres ciegos vinieron a Él. Jesús les dijo: "¿Ustedes creen que Yo puedo hacer esto?" Ellos respondieron: "Sí, Señor." 29 Entonces Jesús tocó sus ojos y les dijo: "Que sea hecho en ustedes según su fe." 30 Y sus ojos fueron abiertos. Entonces Jesús les ordenó rigurosamente: "Velen que nadie conozca sobre esto." 31 Pero los dos hombres fueron y difundieron la noticia por toda la región. 32 Mientras los dos hombres salían de aquel lugar, he aquí un hombre mudo, poseído por un demonio, fue traído a Jesús. 33 Cuando el demonio fue echado fuera, el hombre mudo habló. La multitud estaba asombrada y dijo: "¡Esto nunca antes se había visto en Israel!" 34 Pero los Fariseos decían: "Por el príncipe de los demonios, echa fuera los demonios." 35 Jesús fue por todas las ciudades y aldeas. Él continuó enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino, y sanando todo tipo de dolencias y todo tipo enfermedades. 36 Cuando Él vio la multitud, tuvo compasión de ellos, porque estaban turbados y desalentados. Ellos eran como ovejas sin pastor. 37 Él le dijo a sus discípulos: "A la verdad la cosecha es mucha, pero son pocos los obreros. 38 Por lo tanto oren al Señor de la cosecha, que envíe obreros a su cosecha."

Capítulo 10

1 Jesús llamó a Sus doce discípulos y les dio autoridad sobre espíritus impuros, para expulsarlos, y para sanar toda clase de dolencia y toda clase de enfermedad. 2 Ahora, los nombres de los doce apóstoles eran éstos: el primero, Simón (quien también se llamaba Pedro), y Andrés su hermano, Santiago, el hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, 3 Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el cobrador de impuestos, Santiago el hijo de Alfeo y Tadeo, 4 Simón el Zelote y Judas Iscariote, quien lo traicionaría. 5 A estos doce Jesús envió. Les enseñó y Les dijo: "No vayan a cualquier lugar donde los Gentiles viven, y no entren a cualquier pueblo de los Samaritanos. 6 En su lugar, vayan a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7 Y mientras vayan, prediquen y digan: 'El reino de los cielos se ha acercado.' 8 Sanen al enfermo, resuciten al muerto, limpien al leproso, y echen fuera demonios. Generosamente han recibido, generosamente darán. 9 No reciban oro, plata, ni metales para sus monederos. 10 No lleven equipaje para su viaje, tampoco túnicas, ni sandalias, ni un bastón, porque el obrero se merece su sostén. 11 En cualquier ciudad o aldea que entren, busquen quien sea digno, y quédense allí hasta que se vayan. 12 Cuando entren en la casa, saluden"paz a esta casa". 13 Si la casa es digna, que la paz de ustedes venga sobre ella; pero si la casa no es digna, que su paz regrese a ustedes. 14 Sobre aquellos, quienes no los reciban a ustedes o escuchen sus palabras, cuando se vayan de esa casa o ciudad, sacudan el polvo de sus pies. 15 Porque ciertamente les digo que en el día del juicio el sufrimiento será menor para la tierra de Sodoma y Gomorra que para esa ciudad. 16 Vean, que Yo los envío como a ovejas en medio de lobos, así que sean astutos como las serpientes y mansos como las palomas. 17 ¡Tengan cuidado con las personas!, Porque los entregarán a los concilios, y en las sinagogas los azotarán. 18 Los llevarán ante los gobernantes y reyes por Mi causa, como testimonio para ellos mismos y para los Gentiles. 19 Cuando los entreguen, no estén ansiosos acerca de qué o cómo hablarán, porque lo que dirán les será revelado en ese momento. 20 Porque no serán ustedes quienes hablarán, sino el Espíritu de su Padre quien hablará a través de ustedes. 21 Un hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo. Los hijos se levantarán en contra de sus padres y les causarán su muerte. 22 Ustedes serán odiados por todos a causa de Mi nombre. Pero quien se mantenga fiel hasta la muerte, esa persona será salva. 23 Cuando los persigan en una ciudad, huyan a la próxima; porque ciertamente les digo, que ustedes terminaran de recorrer las ciudades de Israel antes de que el Hijo del Hombre haya regresado. 24 Un discípulo no es más importante que su maestro, ni un sirviente está por encima de su amo. 25 Le debe ser suficiente al discípulo ser como su maestro, y al sirviente ser como su amo. ¡Si ellos han llamado al maestro de la casa, Beelzebú, cuánto más a los de su casa! 26 Por lo tanto, no le tengan miedo a ellos, porque no hay cosa oculta que no haya de ser revelada, y nada escondido que no será conocido. 27 Lo que Yo les diga en la oscuridad, díganlo a la luz del día, y lo que escuchen suavemente en su oído, proclámenlo sobre los techos de las casas. 28 No le tengan miedo a esos quienes matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. En cambio, ténganle miedo a Aquél que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno. 29 ¿No son dos gorriones vendidos por una pequeña moneda? Aún así, ninguno de ellos cae al suelo sin que su Padre lo sepa. 30 Porque incluso todos los cabellos de la cabeza de ustedes son contados. 31 No tengan miedo. Ustedes son más valiosos que muchos gorriones. 32 Por eso, aquel que me confiese delante de los hombres, Yo también le confesaré ante mi Padre quien está en el cielo; 33 pero aquel que me niegue delante de los hombres, Yo también le negaré ante mi Padre quien está en el cielo. 34 No piensen que he venido a traer paz sobre la tierra. Yo no he venido a traer paz, sino una espada. 35 Porque vine a poner al hombre en contra de su padre, a la hija en contra de su madre, y a la nuera en contra de su suegra. 36 Los enemigos del hombre serán aquellos de su propia casa. 37 Aquel quien ame a su padre más que a Mí no es merecedor de Mí. Aquel quien ame a un hijo o a una hija más que a Mí, no es merecedor de Mí. 38 Aquel quien no tome su cruz y Me siga, no es merecedor de Mí. 39 Quien halla su vida la perderá; pero quien pierda su vida por Mi causa, la hallará. 40 Aquel quien los reciba a ustedes me recibirá a Mí, y aquel quien Me reciba, también recibe a quien me envió. 41 Aquel quien reciba a un profeta, por cuanto es profeta, recibirá la recompensa del profeta. Aquel quien reciba a un hombre justo recibirá la recompensa del hombre justo. 42 Cualquiera que le dé a uno de estos mis pequeñitos, aunque sea un vaso de agua fría para tomar, porque es Mi discípulo, ciertamente les digo que de ninguna manera se quedará sin su recompensa.

Capítulo 11

1 Cuando Jesús terminó de instruir a Sus doce discípulos, se fue de allí para enseñar y predicar en sus ciudades. 2 Ahora, cuando Juan escuchó en la prisión sobre los hechos del Cristo, le envió un mensaje con sus discípulos 3 y Le dijo: "¿Eres Tú el que ha de venir, o es a otra persona que debemos esperar?" 4 Jesús respondió y les dijo: "Vayan e informen a Juan lo que ven y oyen. 5 Los ciegos reciben la vista, los cojos caminan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos resucitan y los menesterosos reciben las buenas nuevas. 6 Bendecido el que no encuentra ocasión de tropezar en mí." 7 Cuando estos hombres se fueron por su camino, Jesús empezó a hablar a las multitudes sobre Juan: "¿Qué fueron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 8 Pero ¿qué fueron a ver? ¿a un hombre vestido en ropas finas? En verdad, aquellos que visten ropas finas viven en palacios de reyes. 9 Pero, ¿qué salieron a ver? ¿a un profeta? Sí, les digo, y mucho más que un profeta. 10 Este es aquel de quien se escribió: 'VEAN, YO LES ENVÍO MI MENSAJERO DELANTE DE TU FAZ, QUIÉN PREPARARÁ TU CAMINO DELANTE DE TI.' 11 Les digo sinceramente, que entre aquellos nacidos de mujer, ninguno es más grande que Juan el Bautista. Y aún así la persona menos importante en el reino de los cielos es más grande que él. 12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los hombres violentos lo toman a la fuerza. 13 Porque los profetas y la Ley profetizaron hasta Juan. 14 Y si ustedes están dispuestos a recibirlo, este es Elías, aquel que había de venir. 15 El que tenga oídos para escuchar, que escuche. 16 ¿Con qué debo comparar a esta generación? Son como niños jugando en un mercado, que se sientan y se llaman unos a otros 17 y dicen: 'Nosotros tocamos la flauta para ustedes, y ustedes no bailaron. Estuvimos de luto, y ustedes no lloraron.' 18 Porque Juan no vino comiendo pan, ni bebiendo vino, y dicen: 'El tiene un demonio.' 19 El Hijo del Hombre vino comiendo y bebiendo y ellos dicen: '¡Miren, él es un hombre glotón y un borracho, amigo de los cobradores de impuestos y pecadores! Pero la sabiduría es justificada por sus acciones.'" 20 Entonces Jesús empezó a reprender las ciudades en las que la mayor parte de sus milagros habían ocurrido, porque no se habían arrepentido. 21 "¡Pobre de ti, Corazín! ¡Pobre de ti, Betsaida! Porque si los milagros que se hicieron en ustedes hubiesen sido hechos en Tiro y Sidón, ellas se habrían arrepentido hace tiempo con ropas de saco y con cenizas. 22 Pero habrá más tolerancia para Tiro y Sidón en el día del juicio que para ustedes. 23 Y tú, Capernaúm, ¿crees que serás exaltada al cielo? No, tú serás llevada abajo al Hades; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se hicieron en ti, ella hubiera prevalecido hasta hoy. 24 Pero les digo que será más fácil el día del juicio para Sodoma que para ti." 25 En ese tiempo Jesús dijo: "Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y la tierra, porque Tú ocultaste estas cosas a los sabios y entendidos y se las revelaste a aquellos quienes son, como los niños. 26 Sí, Padre, porque así te agradó. 27 Todas las cosas Me han sido entregadas por Mi Padre. Y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y cualquiera a quien el Hijo desee revelarlo. 28 Vengan a Mí, todos los que trabajan y están muy cargados, y Yo les daré descanso. 29 Lleven Mi yugo y aprendan de Mí, porque Yo soy manso y humilde de corazón, y ustedes encontrarán descanso para sus almas. 30 Porque Mi yugo es fácil y ligera Mi carga."

Capítulo 12

1 En aquel tiempo Jesús pasaba por los sembradíos de grano en el día Sábado. Sus discípulos tenían hambre y comenzaron a arrancar espigas de grano y a comerlas. 2 Cuando los Fariseos vieron eso, le dijeron a Jesús: "Ves, Tus discípulos hacen lo que es contra la ley hacer en el día Sábado." 3 Pero Jesús les dijo: "¿No han leído lo que hizo David, cuando tuvo hambre y los hombres que estaban con él? 4 ¿Cómo él entró a la casa de Dios y comió el pan consagrado, que era ilegal para él comer e ilegal para los que estaban con él, pero legal solo para los sacerdotes? 5 ¿Y no han leído en la Ley, que en el día Sábado los sacerdotes en el templo profanan el Sábado pero no son culpables? 6 Pero Yo les digo que hay Uno más grande que el templo aquí. 7 Si hubieran sabido lo que esto significaba: ' MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIO,' no habrían condenado a los que no tienen culpa. 8 Pues el Hijo del Hombre es el Señor del día Sábado." 9 Entonces Jesús se fue de allí y entró a la sinagoga de ellos. 10 He aquí, había un hombre con una mano seca. Los Fariseos le preguntaron a Jesús, diciendo: "¿Es legal curar en el día Sábado?" para que así pudieran acusarlo de pecado. 11 Jesús les dijo: "¿Qué hombre habría entre ustedes, que si tuviera sólo una oveja, y esta oveja cayera en un hoyo profundo en el día Sábado, no la agarra y la sacaría de allí? 12 !Cuanto más vale un hombre, que una oveja! De modo que es legal hacer el bien en el día Sábado." 13 Entonces Jesús le dijo al hombre: "Extiende tu mano." Él la extendió y fue restaurada, sana, igual que la otra mano. 14 Pero los Fariseos salieron y conspiraban contra Él. Ellos estaban buscando cómo podrían matarlo. 15 Al Jesús percibir esto, se alejó de allí. Mucha gente Lo seguía y Él los sanaba a todos. 16 Él les ordenó que no Lo dieran a conocer a otros, 17 para que pudiera hacerse realidad lo que fue dicho por medio del profeta Isaías, diciendo: 18 "VEAN, MI SIERVO A QUIEN YO HE ESCOGIDO; MI AMADO, EN QUIEN MI ALMA ESTÁ MUY COMPLACIDA. PONDRÉ MI ESPÍRITU SOBRE ÉL, Y ÉL ANUNCIARÁ JUICIO A LOS GENTILES. 19 ÉL NO LUCHARÁ NI CLAMARÁ; NI ESCUCHARÁN SU VOZ EN LAS CALLES. 20 ÉL NO ROMPERÁ LA CAÑA QUEBRADA; ÉL NO APAGARÁ NINGUNA MECHA HUMEANTE, HASTA QUE LLEVE A LA VICTORIA LA JUSTICIA. 21 Y EN SU NOMBRE PONDRAN LAS NACIONES SU ESPERANZA." 22 Entonces alguien mudo y ciego, poseído por un demonio, fue traído a Jesús. Él lo sanó con el resultado de que el hombre mudo habló y vio. 23 Todas las multitudes estaban asombradas y dijeron: "¿Sera este hombre el Hijo de David?" 24 Pero cuando los Fariseos escucharon acerca de este milagro, dijeron: "Este hombre no hecha fuera demonios sino por Beelzebú, el príncipe de los demonios." 25 Pero Jesús conocía sus pensamientos y les dijo: "Todo reino dividido contra sí mismo queda desolado y cada ciudad o casa dividida contra sí misma no permanecerá. 26 Si Satanás hecha fuera a Satanás, él está dividido contra sí mismo: ¿Cómo permanecerá su reino? 27 Y si Yo echára fuera demonios por Belcebú: ¿Por quién los echan fuera sus seguidores? Por esto, ellos serán sus jueces. 28 Pero si Yo echo fuera demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a ustedes. 29 ¿Y cómo alguien puede entrar a la casa de un hombre fuerte y robarle sus pertenencias sin atar al hombre fuerte primero? Entonces él le robará las pertenencias de su casa. 30 El que no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. 31 Por lo tanto, Yo les digo, cada pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. 32 Y cualquiera que hable alguna palabra contra el Hijo del Hombre, ésta le será perdonada. Pero cualquiera que hable contra el Espíritu Santo, eso no le será perdonado, ni en este mundo, ni en el venidero. 33 O haces un árbol bueno y su fruto bueno, o haces el árbol malo y su fruto malo, porque un árbol es conocido por su fruto. 34 Ustedes, generación de víboras, ya que son malos, ¿cómo pueden decir cosas buenas, siendo malos? Porque del contenido del corazón habla la boca. 35 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón, saca lo que es bueno; y el hombre malo, del tesoro malo de su corazón, saca aquello que es malo. 36 Y Yo les digo que en el día del juicio la gente dará cuenta de cada palabra vana que hayan dicho. 37 Porque por sus palabras ustedes serán justificados, y por sus palabras serán condenados." 38 Entonces algunos escribas y Fariseos le contestaron a Jesús y dijeron: "Maestro, deseamos ver una señal de ti." 39 Pero Jesús les contestó diciéndoles: "Una generación mala y adúltera busca una señal. Pero ninguna señal le será dada excepto la señal de Jonás el profeta. 40 Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en la barriga del pez grande, también el Hijo del Hombre estará tres días y tres noches en el corazón de la tierra. 41 Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio contra esta generación de gente y la condenará. Porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás, y miren, Alguien más grande que Jonás está aquí. 42 La Reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de ésta generación y los condenará. Ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y miren, Alguien más grande que Salomón está aquí. 43 Cuando un espíritu inmundo ha salido de un hombre, pasa por lugares áridos y busca descanso, pero no lo encuentra. 44 Entonces dice: 'Regresaré a mi casa de donde salí.' Habiendo regresado, encuentra la casa barrida y en orden. 45 Entonces sale y lleva con él otros siete espíritus peores que él, y todos ellos vienen a vivir allí. Entonces la condición final de ese hombre viene a ser peor que al principio. Así mismo será con ésta generación malvada." 46 Mientras Jesús aún le hablaba a las multitudes, he aquí, Su madre y Sus hermanos estaban afuera, buscando hablar con Él. 47 Alguien Le dijo: "Mira, Tu madre y hermanos están afuera, buscando hablar Contigo." 48 Pero Jesús le contestó, diciéndole a quien se lo dijo: "¿Quién es Mi madre? ¿Y quiénes son Mis hermanos?" 49 Entonces extendió Su mano hacia Sus discípulos y dijo: "¡Miren, aquí está Mi madre y Mis hermanos! 50 Porque cualquiera que haga la voluntad de Mi Padre que está en los cielos, esa persona es Mi hermano, hermana y madre."

Capítulo 13

1 En ese día Jesús salió de la casa y se sentó al lado del mar. 2 Una gran multitud se reunió a su alrededor, así que entró a una barca y se sentó en ella. Toda la multitud se mantuvo en la playa. 3 Entonces Jesús les dijo muchas cosas en parábolas. Él dijo: "He aquí, un sembrador salió a sembrar. 4 Mientras él sembraba, algunas semillas cayeron al lado del camino, y las aves vinieron y las devoraron. 5 Otras semillas cayeron en terreno rocoso, donde no tenían mucho suelo. Inmediatamente brotaron porque el suelo no tenía mucha profundidad. 6 Pero cuando el sol salió, se quemaron porque no tenían raíces, y se secaron. 7 Otras semillas cayeron entre las plantas de espinos. Las plantas de espinos crecieron y las ahogaron. 8 Otras semillas cayeron en terreno bueno y produjeron grano, algunas cien veces mas, algunas sesenta, y algunas treinta. 9 Aquel que tenga oídos, oiga. 10 Los discípulos vinieron y le dijeron a Jesús: "¿Por qué les hablas a la multitud en parábolas?" 11 Jesús les respondió: "A ustedes se les ha dado el privilegio de entender misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha dado. 12 Porque cualquiera que tiene, le será dado más, y tendrá en abundancia. Pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. 13 Por eso les habló a ellos en parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. 14 Para ellos la profecía de Isaías está cumplida, la cual dice: 'MIENTRAS OIGAS, OIRÁS, PERO DE NINGUNA MANERA ENTENDERÁS; MIENTRAS VEAS, VERÁS, PERO DE NINGUNA MANERA PERCIBIRÁS. 15 PORQUE EL CORAZÓN DE ESTE PUEBLO SE HA VUELTO INSENSIBLE, Y SUS OÍDOS SON PESADOS PARA OÍR, Y HAN CERRADO SUS OJOS, ASÍ QUE NO PUEDEN VER CON SUS OJOS, Y OÍR CON SUS OÍDOS, O ENTENDER CON SUS CORAZONES, ASÍ QUE ELLOS SE CONVIERTAN, Y YO LOS SANE' 16 Pero benditos son sus ojos, porque ven; y sus oídos, porque oyen. 17 Verdaderamente Yo les digo que muchos profetas y hombres justos desearon ver las cosas que ustedes ven, y no las vieron. Ellos desearon escuchar las cosas que ustedes oyen, y no las oyeron. 18 Escuchen lo que significa la parábola del sembrador. 19 Cuando alguien oye la palabra del reino pero no la entiende, entonces el maligno viene y arrebata lo que ha sido sembrado en su corazón. Ésta es la semilla que fue sembrada junto al camino. 20 Aquel que fue sembrado en el suelo rocoso es aquel que escucha la palabra y la recibe con gozo inmediatamente. 21 Pero como él que no tiene raíces en sí mismo solo permanece por poco tiempo. Cuando tribulación o persecución surgen por causa de la palabra, él se aparta inmediatamente. 22 Aquel que fue sembrado entre las plantas de espinos, éste es aquel que oye la palabra, pero las preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y viene a ser sin fruto. 23 Aquel que fue sembrado en terreno bueno, es aquel que oye la palabra y la entiende. Éste es el que verdaderamente da fruto y lo produce; cien veces más, sesenta, y algunos treinta." 24 Jesús les presentó otra parábola a ellos. Les dijo: "El reino del cielo es como un hombre que sembró buena semilla de trigo en su terreno. 25 Pero mientras las personas dormían, su enemigo vino y también sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Cuando las semillas de trigo germinaron y produjeron su cultivo, entonces la cizaña también apareció. 27 Los siervos del dueño del terreno vinieron y le dijeron: 'Señor, ¿no sembró usted buena semilla en su terreno? ¿Cómo ahora tiene cizaña?' 28 Él les dijo: 'Un enemigo ha hecho esto.' Los sirvientes le dijeron: ¿quieres que vayamos y las arranquemos?' 29 El dueño del terreno dijo: 'No, cuando la cizaña, puedes arrancar el trigo con ella. 30 Deja que ambos crezcan juntos hasta la cosecha. En el tiempo de la cosecha yo le diré a los segadores: 'Recojan primero la cizaña y amárrenla en manojos para quemarla, pero guarden el trigo en mi granero.'" 31 Entonces Jesús les presentó otra parábola a ellos. Él dijo: "El reino del cielo es como una semilla de mostaza la cual un hombre se llevó y la sembró en su terreno. 32 Esta semilla es en efecto la más pequeña de todas las semillas. Pero cuando ha crecido, es más grande que todas las plantas del huerto. Se convierte en un árbol, tanto así que las aves del cielo vienen y hacen nido en sus ramas." 33 Jesús entonces les dijo a ellos otra parábola. "El reino del cielo es como levadura que una mujer se llevó y mezcló con tres medidas de harina hasta que fermento toda la masa." 34 Todas estas cosas Jesús las dijo a la multitud en parábolas; y sin parábolas Él no les dijo nada. 35 Esto era para que lo que fue dicho a través del profeta viniese a ser verdad, cuando él dijo: "ABRIRÉ MI BOCA EN PARÁBOLAS. DIRÉ COSAS QUE FUERON ESCONDIDAS DESDE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO." 36 Entonces Jesús dejó la multitud y entró en la casa. Sus discípulos vinieron a Él y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el terreno." 37 Jesús les respondió y dijo: "Aquel que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. 38 El terreno es el mundo; y la buena semilla son los hijos del reino. La cizaña son los hijos del maligno, 39 y el enemigo que las sembró es el diablo. La cosecha es el fin del mundo, y los cosechadores son los ángeles. 40 De este modo, mientras la cizaña es juntada y quemada con fuego, en el fin del mundo. 41 El Hijo del Hombre enviará a Sus ángeles, y ellos recogerán de su reino a todos los que causan el pecado, y a aquellos que cometieron iniquidad. 42 Entonces ellos serán arrojados al horno de fuego, donde habrá llanto y crujir de dientes. 43 Entonces las personas justas brillarán como el sol en el reino de su Padre. Aquel que tiene oídos, oigan. 44 El reino del cielo es como un tesoro escondido en el campo. Un hombre lo encontró y lo escondió. En su gozo va, vende todo lo que posee, y compra ese campo. 45 De nuevo, el reino del cielo es como un hombre que es un mercader y está buscando perlas valiosas. 46 Cuando encontró una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que poseía y la compró. 47 De nuevo, el reino del cielo es como una red la cual se lanza en el mar, y recoge todo tipo de peces. 48 Cuando está llena, los pescadores la arrastran hasta la playa. Entonces sentados, recolectan los buenos en canastas, pero los malos los arrojan fuera. 49 De esta forma en el fin del mundo. Los ángeles vendrán y separarán a los malvados de entre los justos, 50 y ellos los arrojarán al horno de fuego, donde habrá llanto y crujir de dientes. 51 ¿Han entendido todas estas cosas?" Los discípulos le dijeron: "Sí." 52 Entonces Jesús les dijo a ellos: "todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino del cielo, es como un hombre que es dueño de una casa, el cual saca cosas viejas y cosas nuevas de su tesoro." 53 Entonces vino a ser que cuando Jesús terminó estas parábolas, Él se fue de aquel lugar. 54 Entonces Jesús entró a su propia región y enseñó a las personas en su sinagoga. El resultado fue que ellos quedaron atónitos y dijeron: "¿De dónde este hombre saca su sabiduría y estos milagros? 55 ¿No este hombre el hijo del carpintero? ¿No es su madre María? ¿Y sus hermanos no son Santiago, José, Simón y Judas? 56 ¿Y sus hermanas, no están todas entre nosotros? Así que, ¿de dónde este hombre saca todas estas cosas?" 57 Ellos estaban ofendidos, pero Jesús les dijo: "Un profeta no es sin honra, excepto en su propio tierra y en su propia familia." 58 Y no hizo muchos milagros allí por causa de su incredulidad.

Capítulo 14

1 Por aquel tiempo Herodes el tetrarca escuchó las noticias sobre Jesús. 2 Él dijo a sus sirvientes: "Este es Juan el Bautista; que ha resucitado de los muertos. Por eso estos poderes están obrando en Él." 3 Porque Herodes había tomado a Juan; lo encadenó y lo metió en prisión, por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe. 4 Pues Juan le había dicho: "No te es lícito tenerla a ella como esposa." 5 Herodes le hubiera dado muerte, pero le temía al pueblo, porque lo consideraban como un profeta. 6 Pero cuando llegó el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio y le plació a Herodes. 7 En respuesta, él le prometió con juramento darle cualquier cosa que ella pidiera. 8 Después de haber sido instruida por su madre, ella le dijo: "Dame, en un plato, la cabeza de Juan el Bautista." 9 El rey estaba muy triste por su pedido, pero a causa de su juramento, y por causa de todos en la cena con él, él ordenó que eso fuera hecho. 10 Ordenó decapitar a Juan en la prisión. 11 Entonces su cabeza le fue traída en un plato y entregada a la niña, y ella se la llevó a su madre. 12 Entonces sus discípulos vinieron, levantaron el cuerpo y lo enterraron. Luego de esto, fueron y le dijeron a Jesús. 13 Cuando Jesús escuchó esto, se retiró de allí a un lugar aislado. Cuando la multitud oyó de esto, lo siguieron a pie desde las ciudades. 14 Entonces Jesús vino ante ellos, y vio la gran multitud. Él tuvo compasión de ellos y sanó los enfermos. 15 Cuando la noche llegó, los discípulos vinieron a Él y le dijeron: "Este es un lugar desierto, y el día ya ha terminado. Despide a esta multitud, para que vayan a las aldeas y compren comida para ellos." 16 Pero Jesús les dijo: "Ellos no tienen necesidad de irse. Denle ustedes algo de comer." 17 Ellos le dijeron: "Nosotros tenemos aquí más que cinco hogazas de pan y dos peces." 18 Jesús dijo: "Tráiganmelos a mí." 19 Entonces Jesús ordenó a la multitud que se sentara en la hierba. Él tomó las cinco hogazas y los dos peces. Mirando arriba al cielo, Él bendijo y partió las hogazas de pan y las dio a los discípulos. Los discípulos la repartieron a la multitud. 20 Ellos todos comieron, y estaban saciados. Entonces recogieron lo que quedó de los pedazos hasta llenar doce canastas. 21 Aquellos que comieron fueron como cinco mil hombres, además de las mujeres y niños. 22 Inmediatamente Él hizo que sus discípulos se montaran en la barca y se fueran antes que Él al otro lado, mientras Él mismo despedia a la multitud. 23 Después de despedir la multitud, Él subió al monte a orar. Cuando llegó la noche, Él estaba allí solo. 24 Pero la barca estaba en el medio del mar, azotada por las olas, porque el viento era contrario. 25 A la cuarta vigilia de la noche, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el mar. 26 Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el mar, estaban aterrorizados y dijeron: "Es un fantasma", y gritaron de miedo. 27 Pero Jesús les habló en seguida y dijo: "¡Sean valientes! ¡Soy Yo! ¡No tengan miedo!" 28 Entonces Pedro le respondió y dijo: "Señor, si eres tú, ordéname que vaya a ti sobre las aguas." 29 Jesús dijo:" Ven." Así que Pedro salió de la barca y caminó sobre las aguas para llegar a Jesús. 30 Pero cuando vio el fuerte viento, tuvo miedo. Mientras se hundía, gritó: " ¡Señor, sálvame!" 31 Jesús inmediatamente estiró su mano, y agarró a Pedro y le dijo: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?" 32 Entonces cuando Jesús y Pedro subieron a la barca y el viento cesó de soplar. 33 Entonces los discípulos en la barca adoraban a Jesús y decían: "Verdaderamente eres el Hijo de Dios." 34 Cuando habían cruzado, llegaron a la tierra de Genesaret. 35 Cuando los hombres en aquel lugar reconocieron a Jesús, enviaron mensajes por todos lados en el área de alrededor, y entonces les trajeron a Él todos los que estaban enfermos. 36 Ellos le suplicaban que les dejara tocar sólo el borde de su vestidura, y tantos como lo tocaban eran sanados.

Capítulo 15

1 Entonces algunos Fariseos y escribas vinieron a Jesús desde Jerusalén; y le dijeron: 2 "¿Por qué Tus discípulos violan las tradiciones de los ancianos? Pues ellos no se lavan sus manos cuando van a comer." 3 Jesús les contestó diciendo: " Y ustedes, ¿Por qué violan los mandamientos de Dios a causa de sus tradiciones? 4 Porque Dios dijo: "HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE,' y 'AQUEL QUIEN HABLE MAL DE SU PADRE O SU MADRE, SEGURAMENTE MORIRÁ.' 5 Pero ustedes dicen: 'Cualquiera que diga a su padre o madre, "Cualquier ayuda que tú podrías recibir de mí es ahora una ofrenda a Dios", esta persona no necesita honrar a sus padres." 6 De esta manera ustedes invalidaron la palabra de Dios por causa de sus tradiciones. 7 Ustedes hipócritas, bien dijo Isaías cuando profetizó acerca de ustedes, 8 'ESTAS PERSONAS ME HONRAN CON SUS LABIOS, MAS SU CORAZÓN ESTÁ LEJOS DE MÍ. 9 ELLOS HACEN CULTO HACIA MÍ EN VANO, PORQUE ENSEÑAN COMO DOCTRINAS, MANDATOS DE HOMBRE." 10 Entonces, él llamando a la multitud, les dijo: "Escuchen y entiendan, 11 nada de lo que entra en la boca contamina a la persona. Más bien, lo que sale de la boca, eso es lo que contamina la persona." 12 Entonces los discípulos vinieron a Jesús y le dijeron : ¿Sabes que los Fariseos se ofendieron cuando escucharon esta palabra? 13 Jesús les contestó y dijo: "Toda planta que mi Padre celestial no ha sembrado, será arrancada. 14 Apártense de ellos; ellos son guías ciegos. Si un ciego guía a otro ciego, ambos van a caer en un hoyo." 15 Pedro respondió y dijo a Jesús: "Explícanos esta parábola a nosotros." 16 Jesús les dijo: "¿Aún ustedes continúan sin entender? 17 ¿No ven ustedes que cualquier cosa que entra a su boca pasa a su vientre y es echado fuera en la letrina? 18 Pero las cosas que salen de su boca provienen del corazón. Estas son las cosas que contaminan a la persona. 19 Del corazón provienen las cosas malas, los asesinatos, el adulterio, la inmoralidad sexual, el robo, el falso testimonio y los insultos. 20 Estas son las cosas que contaminan a la persona. Pero comer con las manos sin ser lavadas no contamina la persona." 21 Entonces Jesús se apartó de ellos y se dirigió a las regiones de Tiro y Sidón. 22 Entonces, una mujer Cananea salió de esa región, y comenzó a gritar diciendo: "Ten misericordia de mí, Señor, hijo de David; mi hija está siendo atormentada por un demonio." 23 Pero, Jesús no respondió palabra alguna. Sus discípulos vinieron y le rogaron diciendo: "Dile que se vaya, porque sigue dando gritos tras nosotros." 24 Pero Jesús contestó y dijo: "Yo no fui enviado a nadie excepto a las ovejas perdidas de la casa de Israel." 25 Pero ella se acercó y se postró a sus pies, diciendo: "Señor, ayúdame." 26 Él contestó y dijo: "No es correcto tomar el pan de los hijos y tirárselo a los perrillos." 27 Ella dijo: "Sí, Señor, pero los perrillos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos." 28 Entonces Jesús contestó y le dijo: " Mujer, grande es tu fe. Te será hecho según tu deseo." Y su hija fue sanada en esa hora. 29 Jesús dejó aquel lugar y se dirigió cerca del mar de Galilea. Entonces subió a una colina y se sentó allí. 30 Se le acercó mucha gente; traían con ellos cojos, ciegos, mudos, mancos, gente lisiada y otros muchos enfermos. Ellos los presentaban a los pies de Jesús, y Él los sanaba. 31 Sucedía que la muchedumbre se maravillaba viendo a los mudos hablar, a los lisiados sanados, a los cojos andando y a los ciegos viendo. Y glorificaban al Dios de Israel. 32 Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Tengo compasión por la muchedumbre, porque me han seguido por tres días y no tienen qué comer. No quiero despedirlos sin comer, de modo que no desfallezcan en el camino ." 33 Los discípulos le dijeron: " ¿Dónde podremos conseguir suficientes panes, para alimentar a una muchedumbre tan grande en un lugar desierto como éste?" 34 Jesús les dijo: " ¿Cuántos panes tienen ustedes? Ellos dijeron: " Siete, y varios peces pequeños." 35 Entonces Jesús mandó a la muchedumbre a sentarse en el suelo. 36 Él tomó los siete panes y los peces, y luego de dar gracias, los partió y se los entregó a los discípulos. Ellos a su vez lo repartieron a la muchedumbre. 37 Todas las personas comieron y fueron satisfechas. Luego ellos recogieron los pedazos que sobraron, llenando siete cestas. 38 Los que comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y niños. 39 Entonces Jesús despidió a la muchedumbre y se fue en un bote a la región de Magdala.

Capítulo 16

1 Los Fariseos y Saduceos vinieron a Él y lo probaron pidiéndole que les mostrara una señal del cielo. 2 Pero Él contestó y dijo: "Cuando es de tarde, ustedes dicen: 'Estará despejado, porque el cielo está rojizo.' 3 Y por la mañana ustedes dicen: 'Habrá mal tiempo, porque el cielo está rojizo y amenazador'. Ustedes saben como interpretar la apariencia del cielo, pero no pueden interpretar las señales de los tiempos. 4 Una generación malvada y adúltera busca una señal, pero ninguna señal le será dada excepto la señal de Jonás." Entonces Jesús los dejó y se fue. 5 Los discípulos vinieron al otro lado, pero olvidaron llevar pan. 6 Jesús les dijo: "Pongan atención y tengan cuidado de la levadura de los Fariseos y Saduceos." 7 Los discípulos comentaban entre sí y dijeron: "Es porque no llevamos pan." 8 Jesús estaba atento de esto y dijo: "Ustedes hombres de poca fe, ¿por qué dicen entre ustedes que es porque no han llevado pan? 9 ¿Todavía no entienden ni recuerdan los cinco panes para los cinco mil, y cuántas canastas ustedes reunieron? 10 ¿Ni los siete panes para los cuatro mil, y cuántas canastas recolectaron? 11 ¿Cómo es que ustedes no entienden que Yo no estaba hablándoles acerca de la levadura? Sino de tener cuidado de la levadura de los Fariseos y Saduceos." 12 Entonces entendieron que Él no estaba hablándoles sobre cuidarse de la levadura en el pan, sino de tener cuidado de las enseñanzas de los Fariseos y Saduceos. 13 Ahora cuando Jesús llegó a las partes de Cesarea de Filipo, Él preguntó a Sus discípulos, diciendo: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?" 14 Ellos dijeron: "Algunos dicen Juan el Bautista; algunos, Elías; y otros, Jeremías, o uno de los profetas." Él les dijo: 15 "Pero, ¿quién dicen ustedes que soy Yo?" 16 Contestando, Simón Pedro dijo: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente." 17 Jesús respondió y le dijo: "Bendito eres, Simón hijo de Jonás, porque carne y sangre no te revelaron esto, sino Mi Padre que está en el cielo. 18 También te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca construiré Mi iglesia; las Puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 19 Yo te daré las llaves del reino de los cielos. Cualquier cosa que tú ates en la tierra será atada en el cielo, y cualquier cosa que desates en la tierra será desatada en el cielo." 20 Entonces Jesús ordenó a sus discípulos que no debían decirle a nadie que Él era el Cristo. 21 Desde ese tiempo Jesús comenzó a decirle a Sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas a manos de los ancianos y los principales sacerdotes y escribas, ser asesinado, y ser resucitado en el tercer día. 22 Entonces Pedro lo tomó a un lado y lo amonestó, diciendo: "Que esto esté lejos de Ti, Señor; que esto nunca te pase." 23 Pero Jesús se volvió y le dijo a Pedro: "¡Apártate de Mí, Satanás! Eres una piedra de tropiezo para Mí, porque no tienes cuidado de las cosas de Dios, sino de las cosas de los hombres." 24 Entonces dijo Jesús a Sus discípulos: "Si alguno quiere seguirme, debe negarse a sí mismo, tomar su cruz, y seguirme. 25 Porque quien quiera salvar su vida la perderá, y quien pierda su vida por Mi causa la encontrará. 26 Porque ¿qué aprovecha una persona si gana el mundo entero pero pierde su vida?¿Qué puede dar una persona a cambio de su vida? 27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de Su Padre con Sus ángeles. ENTONCES ÉL PAGARÁ A CADA PERSONA DE ACUERDO A SUS ACCIONES. 28 De verdad les digo, hay algunos de ustedes que están aquí, que no van a probar la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre viniendo en Su reino.

Capítulo 17

1 Seis días después, Jesús tomó con Él, a Pedro, y a Jacobo (Santiago), y a Juan su hermano, y solos subieron a un monte alto. 2 Él se transfiguró ante ellos. Su rostro brilló como el sol y Sus vestiduras se volvieron tan brillantes como la luz. 3 He aquí, con ellos aparecieron Moisés y Elías hablando con Él. 4 Pedro respondió y le dijo a Jesús: "Señor, es bueno que estemos aquí. Si deseas, haré tres enramadas, una para Ti, un para Moisés y otra para Elías". 5 Mientras Él aún hablaba, he aquí, una nube brillante los ensombreció, y se escuchó una voz saliendo de la nube diciendo: "Este es Mi Hijo amado, en quien estoy complacido, escúchenlo". 6 Cuando los discípulos lo oyeron, cayeron sobre sus rostros y tuvieron mucho miedo. 7 Entonces Jesús vino y los tocó y dijo: "Levántense y no tengan miedo". 8 Entonces ellos miraron arriba y no vieron a nadie, excepto a Jesús. 9 Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó, diciendo: "No le digan nada a nadie de esta visión hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los muertos". 10 Sus discípulos le preguntaron, diciendo: "¿Por qué entonces los escribas dicen que Elías debe venir primero?" 11 Jesús respondió y dijo: "Elías de seguro viene y restaurará todas las cosas. 12 Pero yo les digo, Elías ya vino, pero no lo reconocieron; en su lugar hicieron lo que quisieron con él. De la misma manera, el Hijo del Hombre también sufrirá en sus manos." 13 Entonces los discípulos entendieron que Él estaba hablándoles de Juan el Bautista. 14 Cuando llegaron a la multitud, un hombre se le acercó, se arrodilló frente a Él, y le dijo: 15 "Señor, ten piedad de mi hijo, porque es epiléptico y sufre severamente. Él a menudo se cae en el fuego o en el agua. 16 Yo lo llevé a Tus discípulos, pero ellos no pudieron curarlo." 17 Jesús respondió y dijo: "Generación incrédula y corrupta, ¿cuánto más Me tendré que quedar con ustedes? ¿Cuánto más debo soportarles? Tráiganlo aquí." 18 Jesús lo reprendió y el demonio salió de él. El muchacho fue curado desde esa hora. 19 Entonces los discípulos vinieron a Jesús en privado y dijeron: "¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?" 20 Jesús les dijo: "Por su poca fe. Porque Yo de cierto les digo, si tuvieran fe aunque fuera tan pequeña como un grano de mostaza, ustedes podrían decirle a esta montaña: 'Quítate de aquí y ve allá', y se movería. Nada sería imposible para ustedes. 21 Pero esta clase de demonio no se va excepto con oración y ayuno." 22 Mientras ellos estaban en Galilea, Jesús le dijo a Sus discípulos: "El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres, 23 y ellos lo matarán, y al tercer día resucitará." Los discípulos se pusieron muy tristes. 24 Cuando llegaron a Capernaúm, los hombres que recaudaban los impuesto del templo vinieron a Pedro y dijeron: "¿Acaso tu Maestro no paga el impuesto del templo?" 25 Él dijo: "Sí." Pero cuando Pedro entró a la casa, Jesús habló primero con él y le dijo: "¿Qué opinas, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes ellos reciben impuesto o tributo? ¿De sus súbditos o de extranjeros?" 26 Cuando Pedro dijo: "De los extranjeros", Jesús le dijo: "Entonces los súbditos son libres de pagar. 27 Pero para no escandalizar a los cobradores de impuestos, ve al mar, arroja un gancho, y agarra al pez que venga primero. Cuando le hayas abierto la boca, vas a encontrar una moneda. Tómalo y entrégaselo a los cobradores de impuestos por Mí y por ti."

Capítulo 18

1 En aquel tiempo los discípulos vinieron hacia Jesús y dijeron: "¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?" 2 Jesús llamó a un niño para que viniera hacia Él y lo colocó entre ellos 3 y dijo: "De verdad les digo, al menos que ustedes cambien y se conviertan como niños, de ninguna manera entrarán al reino de los cielos. 4 Así que cualquiera que se humilla como este niño, será el más grande en el reino de los cielos. 5 Y cualquiera que recibe a un niño como éste en Mi nombre, a Mí me recibe. 6 Y cualquiera que cause que uno de estos pequeños que cree en MÍ peque, sería mejor para él que una gran piedra de molino fuera atada a su cuello, y que fuera lanzado a las profundidades de la mar. 7 ¡Ay del mundo por los tropiezos! Porque es inevitable que esos tropiezos vengan; pero, ¡ay de la persona por quien esos tropiezos vienen! 8 Si tu mano o tu pie te hace tropezar, córtalo y tíralo lejos de ti. Es mejor para ti que entres a la vida mutilado o cojo, que ser tirado en un fuego eterno teniendo las dos manos o los dos pies. 9 Si tu ojo te hace tropezar, arráncalo y tíralo lejos de ti. Es mejor para ti que entres a la vida con un solo ojo, que ser tirado en el fuego eterno teniendo ambos ojos. 10 Miren que no desprecien a ninguno de estos pequeños. Porque Yo les digo que en el cielo, Sus ángeles siempre miran el rostro de mi Padre quien está en los cielos. 11 Porque el Hijo del Hombre vino a salvar lo que estaba perdido. 12 ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no dejará él las noventa y nueve en el rebaño y va a buscar la oveja que se perdió? 13 Y si él la encuentra, de verdad les digo que se regocijará más por ésta, que por las noventa y nueve que no se perdieron. 14 De la misma manera, no es la voluntad de tu Padre que está en los cielos que uno de estos pequeños perezca. 15 Si tu hermano peca contra ti, ve y muéstrale su falta a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano. 16 Pero si no te escucha, lleva contigo uno o dos hermanos más, para que así por la boca de dos o tres testigos, cada palabra pueda ser verificada. 17 Y si él se niega a escucharlos, di el asunto a la iglesia. Y si él rehúsa escuchar a la iglesia, que sea para ti como un gentil o un recaudador de impuestos. 18 De verdad les digo, que todas las cosas que aten en el mundo, serán atadas en el cielo. Y todas las cosas que desaten en el mundo, será desatado en el cielo. 19 Aún más les digo, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra sobre cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. 20 Porque donde están dos o tres reunidos en Mi nombre, ahí estoy Yo en medio de ellos." 21 Después Pedro vino y dijo a Jesús: "Señor, ¿cuántas veces mi hermano pecará contra mí y yo lo perdonaré? ¿Hasta siete veces?" 22 Jesús le dijo: "Yo no te digo siete veces, sino hasta setenta veces siete." 23 Por tanto, el reino de los cielos es similar a cierto rey que quería ajustar las cuentas con sus siervos. 24 Al comenzar a ajustarlas, le fue traído un siervo, que le debía diez mil talentos. 25 Pero como él no tenía con qué pagar, su señor le ordenó que lo vendieran junto con su esposa e hijos y todo lo que tenía, y que así hiciera el pago. 26 Entonces el siervo cayó, se postró ante él y le dijo: 'Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo.' 27 Y el señor de aquel siervo, tuvo compasión, lo soltó y le perdonó la deuda. 28 Pero aquel siervo fue y encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios. El siervo agarró al consiervo, lo tomó por el cuello y dijo: 'Págame lo que me debes.' 29 Pero su compañero cayó y rogó a él diciendo: 'Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo.' 30 Pero el primer siervo rehusó y en vez, él fue y lo tiró en la cárcel, hasta que el consiervo le pagará lo que le debía. 31 Cuando los demás consiervos vieron lo que sucedió, se pusieron bien tristes; vinieron y dijeron a su señor todo lo que había pasado. 32 Entonces el señor de aquel siervo lo llamó y le dijo: 'Siervo malvado, te perdoné todo lo que me debías porque me rogaste. 33 ¿No deberías haber tenido misericordia de tu consiervo, tanto como yo he tenido misericordia de ti?' 34 Su señor se enojó y lo entregó a los torturadores hasta que él pudiera pagar todo lo que él debía. 35 Así también mi Padre celestial hará con ustedes, si no perdonan con su corazón cada uno a su hermano.

Capítulo 19

1 Aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, salió de Galilea, y llego a la frontera de Judea, más allá del Río Jordán. 2 Grandes multitudes le seguían, y allí Él los sanaba. 3 Los Fariseos vinieron a Él para probarle y le dijeron: "¿Es permitido que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier razón?" 4 Jesús les contestó y dijo: "¿Ustedes no han leído que en el principio DIOS LOS CREÓ HOMBRE Y MUJER? 5 ¿Y que también Él dijo: 'POR ESTA RAZÓN UN HOMBRE DEJARÁ A SU PADRE Y A SU MADRE Y SE UNIRÁ A SU ESPOSA, Y LOS DOS SE CONVERTIRÁN EN UNA SOLA CARNE'? 6 Entonces ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido, no dejen que nadie lo separe". 7 Ellos Le dijeron: "Pues, ¿por qué Moisés MANDO QUE DEMOS UN CERTIFICADO DE DIVORCIO PARA LUEGO REPUDIARLA? 8 "Él les dijo: "Por la dureza de su corazón, Moisés les permitió divorciarse de sus mujeres, pero en el principio no era así. 9 Yo les digo que cualquiera que se divorcie de su esposa, excepto por inmoralidad sexual, y se casa con otra, comete adulterio; y el hombre que se casa con una mujer divorciada, comete adulterio". 10 Los discípulos le dijeron a Jesús: "Si ese es el caso de un hombre y su esposa, no es bueno casarse". 11 Pero Jesús les dijo: "No todos pueden aceptar esta enseñanza, sino solamente aquellos que se les permite recibirla". 12 Porque hay eunucos que nacieron así desde el vientre de su madre. Y hay otros eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres. Y hay eunucos que se hicieron ellos mismos eunucos a causa del reino de los cielos. El que pueda recibir esta enseñanza, que la reciba." 13 Entonces Le trajeron unos niños para que Él pusiera sus manos sobre ellos y orara; pero los discípulos los reprendian. 14 Pero Jesús les dijo: "Permitan a los niños venir a Mí, y no se los impidan, porque el reino de los cielos les pertenece a ellos." 15 Y Él puso Sus manos sobre ellos, y luego salió de allí. 16 Entonces, un hombre vino a Jesús y dijo: "Maestro, ¿qué cosa buena tengo que hacer para tener vida eterna?" 17 Jesús le dijo: "¿Por qué me preguntas lo que es bueno? Solo Uno es bueno, pero si tú deseas entrar en la vida, guarda los mandamientos." 18 El hombre le dijo: "¿Cuáles mandamientos?" Jesús dijo: "NO MATARÁS; NO COMETERÁS ADULTERIO; NO ROBARÁS; NO DIRÁS FALSO TESTIMONIO; 19 HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE; Y AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO." 20 El muchacho le dijo: " Todas esas cosas las he obedecido; ¿qué más necesito?" 21 Jesús le dijo: "Si tú deseas ser perfecto, ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoros en el cielo. Después ven, y sígueme." 22 Pero cuando el joven oyó lo que Jesús dijo, se fue triste, porque él tenía grandes posesiones." 23 Jesús dijo a sus discípulos: "A la verdad les digo, es difícil que un hombre rico entre al reino de los cielos. 24 Otra vez les digo, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que un rico entre al reino de Dios." 25 Cuando los discípulos oyeron esto, se quedaron sorprendidos y dijeron: "¿Quién podrá ser salvo? 26 "Jesús los miró y dijo: "Para la gente esto es imposible, pero para Dios todo es posible." 27 Entonces Pedro contestó y le dijo: "Mira, nosotros dejamos todo para seguirte; entonces, ¿qué tendremos nosotros? 28 Jesús les dijo: "A la verdad les digo, a ustedes que me han seguido, en la regeneración de las cosas, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de Su gloria, ustedes también se sentarán sobre doce tronos, juzgando las doce tribus de Israel. 29 Todos aquellos que dejado sus casas, sus hermanos, sus hermanas, su padre, su madre, hijos, o su tierra por causa de Mi nombre, recibirán cien veces más y heredarán la vida eterna. 30 Pero muchos que son primeros ahora serán últimos, y muchos que son últimos serán primeros.

Capítulo 20

1 Porque el reino de los cielos es como un dueño de tierras que salió temprano en la mañana a contratar trabajadores para su viña. 2 Después de acordar con los trabajadores pagarles un denario por día, los envió a su viña. 3 Volvió a salir cerca de la hora tercera y vio a otros trabajadores desocupados en el mercado. 4 A esos les dijo: 'Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo.' Así que ellos se fueron a trabajar. 5 De nuevo salió cerca de la hora sexta, y nuevamente a la hora novena, e hizo lo mismo. 6 Otra vez salió cerca de la hora undécima y encontró a otros desocupados. Les dijo: '¿Por qué están aquí, ociosos todo el día?' 7 Ellos le dijeron: 'Porque nadie nos ha contratado.' Él les dijo: 'Vayan ustedes también a la viña.' 8 Cuando llegó la noche, el dueño de la viña le dijo a su mayordomo: 'Llama a los trabajadores y págales su salario, comenzando desde el último hasta el primero.' 9 Cuando vinieron los trabajadores que habían sido contratados a la hora undécima, cada uno recibió un denario. 10 Al llegar los primeros trabajadores, pensaron que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. 11 Cuando recibieron sus salarios, se quejaron del dueño de la propiedad. 12 Dijeron: 'Estos últimos trabajadores sólo han trabajado una hora, pero tú los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga del día y el calor que quema.' 13 Pero el dueño respondió, diciendo a uno de ellos: 'Amigo, yo ningún mal te hago. ¿Acaso no acordamos un denario? 14 Recibe lo que te corresponde y sigue tu camino; a mí me place dar a estos últimos trabajadores contratados exactamente lo mismo que a ti. 15 ¿No es legítimo que haga lo que quiero con mis pertenencias? ¿O tienes envidia porque yo soy bueno? 16 Así que los últimos serán primeros, y los primeros, serán últimos." 17 Mientras Jesús subía a Jerusalén, tomó aparte a los doce, y en el camino les dijo: 18 "Vean, subiremos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas. Ellos Lo condenarán a muerte 19 y Lo entregarán a los Gentiles para que Lo ridiculicen, Le den latigazos y Lo crucifiquen. Pero al tercer día resucitará." 20 Entonces la madre de los hijos de Zebedeo vino a Jesús con sus hijos. Ella se postró ante Él y le pidió que le concediera algo. 21 Jesús le dijo: "¿Qué deseas?" Ella Le dijo: "Ordena que estos dos hijos míos se sienten, uno a Tu derecha y otro a Tu izquierda, en Tu reino." 22 Pero Jesús respondió y dijo: "Ustedes no saben lo que están pidiendo. ¿Son ustedes capaces de beber la copa que estoy a punto de beber?" Ellos Le dijeron: "Somos capaces." 23 Él les dijo: "Sin duda, beberán Mi copa. Pero el sentarse a Mi mano derecha y a Mi mano izquierda no es Mío para darlo, sino que es para aquellos para los cuales ha sido preparado por Mi Padre." 24 Cuando los otros diez discípulos escucharon esto, se disgustaron mucho con los dos hermanos. 25 Pero Jesús los llamó hacia Él y les dijo: "Ustedes saben que los gobernantes de los Gentiles los someten, y sus hombres importantes ejercen autoridad sobre ellos. 26 Pero no debe ser así entre ustedes. Más bien, el que quiera ser grande entre ustedes debe ser su servidor, 27 y el que quiera ser primero entre ustedes deberá ser su siervo. 28 Así como el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir, y a dar su vida en rescate por muchos." 29 Mientras salían de Jericó, Le siguió una gran multitud. 30 Y vieron que dos ciegos estaban sentados junto al camino. Cuando oyeron que Jesús pasaba por allí, gritaron, diciendo: "¡Señor, Hijo de David, ten piedad de nosotros!" 31 Pero la multitud los reprendió, diciéndoles que callaran. Sin embargo, ellos gritaban más, diciendo: "¡Señor, Hijo de David, ten piedad de nosotros!" 32 Entonces Jesús se detuvo y los llamó y dijo: "¿Qué quieren que haga por ustedes?" 33 Ellos le dijeron: "Señor, que nuestros ojos sean abiertos." 34 Entonces Jesús, movido a compasión, tocó sus ojos. Inmediatamente ellos recibieron su vista y lo siguieron.

Capítulo 21

1 Entonces Jesús y sus discípulos estaban cerca a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al Monte de los Olivos, entonces Jesús envió a dos discípulos, 2 diciendo: " Vayan a la próxima aldea que está cerca e inmediatamente encontrarán un asna atada allí y un pollino con ella. Desátenlos y traiganlos. 3 Si alguien les dice algo sobre esto, ustedes le dirán, "El Señor las necesita", y esa persona inmediatamente las enviará con ustedes." 4 Esto sucedió para que lo que fue dicho por el profeta se cumplirá. Él dijo: 5 "DILE A LA HIJA DE SIÓN: MIRA, TU REY VIENE A TI, HUMILDE Y MONTADO EN UN BURRO, EN UN POLLINO, HIJO DE ASNA." 6 Entonces los discípulos fueron e hicieron como Jesús les había instruido. 7 Trajeron un asna y un pollino, pusieron sus aparejos sobre ellos , y Jesús lo montó. 8 La mayoría de la multitud tendieron sus mantos en el camino, y otros cortaban ramas y las tendían en el camino. 9 Las multitudes que iban antes que Jesús y aquellos que lo seguían, gritaban, diciendo: "¡HOSANNA AL HIJO DE DAVID!, ¡BENDECIDO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR. HOSANNA EN LAS ALTURAS!" 10 Cuando Jesús entró a Jerusalén, toda la ciudad se agitó y dijo: "¿Quién es éste?" 11 Y la multitud contestó diciendo:, "Éste es Jesús el profeta de Nazaret en Galilea." 12 Entonces Jesús entró al templo de Dios. Él sacó a todos lo que compraban y vendían en el templo. Él también volcó las mesas de los que cambiaban dinero y las sillas de aquellos que vendían palomas. 13 Él les dijo: "Escrito está: 'MI CASA SERÁ LLAMADA CASA DE ORACIÓN'; PERO USTEDES LA HAN HECHO UNA CUEVA DE LADRONES." 14 Entonces los ciegos y los cojos vinieron a él en el templo, y Él los sanó. 15 Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que él hizo, y escucharon a los muchachos gritar en el templo y diciendo: "Hosanna al hijo de David", ellos se indignaron. 16 Y le dijeron: " ¿Escuchas lo que está diciendo esta gente?" Jesús les respondió: " ¡Sí! ¿Pero nunca han leído: 'DE LA BOCA DE LOS PEQUEÑOS Y DE LOS NIÑOS DE PECHO HAS PERFECCIONADO ALABANZA'?" 17 Entonces Jesús los dejó y fue a la ciudad de Betania y durmió allí. 18 Por la mañana, mientras regresaba a la ciudad, tuvo hambre. 19 Vio una higuera al lado del camino; fue a donde ella, pero no encontró nada excepto hojas. Entonces le dijo: "No saldrá más fruto de ti". Inmediatamente la higuera se secó. 20 Cuando los discípulos vieron esto, se asombraron y le dijeron: "¿Cómo es que esa higuera se secó inmediatamente?" 21 Jesús respondió y les dijo: "Verdaderamente Yo les digo, que si ustedes tienen fe y no dudan, no solamente harán lo que Yo hice con este árbol de higuera, sino que le dirán a este monte, 'Quítate y arrójate al mar', y así mismo será hecho. 22 Todo lo que pidas en oración creyendo, lo recibirán". 23 Cuando Jesús fue al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo vinieron a él mientras enseñaba y dijeron: "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te dio esta autoridad?" 24 Jesús les contestó y dijo: "Yo también les haré una pregunta. Si me dicen, les diré de igual manera con que autoridad Yo hago estas cosas. 25 El bautismo de Juan, ¿de dónde proviene, del cielo o de los hombres?" Ellos discutieron entre sí, diciendo: "Si nosotros decimos, 'del cielo', Él nos dirá: '¿Por qué no creyeron en él?' 26 Pero si decimos: de los hombres, tememos a la multitud, porque ellos ven a Juan como un profeta." 27 Entonces ellos contestaron a Jesús diciendo: "Nosotros no sabemos". Él también les dijo: "Yo tampoco les diré con qué autoridad yo hago estas cosas. 28 Pero, ¿qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Él fue al primero y le dijo: 'Hijo, ve y trabaja hoy en el viñedo'. 29 El hijo le contestó y dijo: 'Yo no iré', pero después cambió de opinión y fue. 30 Y el hombre fue a su segundo hijo y le dijo lo mismo. Este hijo contestó y dijo: 'Sí señor, yo iré,' pero no fue. 31 ¿Cuál de estos hijos hizo la voluntad de su padre? Ellos dijeron: 'el primero.' " Jesús les dijo: "Ciertamente Yo les digo, que los cobradores de impuestos y las prostitutas entrarán al reino de Dios primero que ustedes. 32 Pues Juan vino a ustedes en camino de justicia, pero ustedes no le creyeron; mientras que los recaudadores de impuestos y prostitutas creyeron en él. Y ustedes, cuando vieron esto, no se arrepintieron para creerle. 33 Escuchen otra parábola. Había un hombre, una persona con una gran extensión de tierra. El plantó un viñedo, creó un seto alrededor, cavó en ella un lagar, construyó una torre de vigilancia, y la arrendó a unos cultivadores de uvas. Entonces se fue a otro país. 34 Cuando el tiempo de la cosecha de las uvas estaba cerca, el envió a algunos sirvientes a los cultivadores a buscar sus frutos. 35 Pero los cultivadores tomaron a sus sirvientes, golpearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. 36 Una vez más, el dueño envió otros sirvientes, más que la primera vez, pero los cultivadores los trataron de la misma manera. 37 Después de esto, el dueño envió a su propio hijo a ellos, diciendo: 'Ellos respetarán a mi hijo.' 38 Pero cuando los cultivadores de uvas vieron el hijo, se dijeron entre sí: 'Este es el heredero; vengan, vamos a matarlo y tomemos su herencia. 39 Así que se lo llevaron, lo echaron fuera del viñedo, y lo mataron. 40 Ahora, cuando el dueño de la viña venga, ¿qué él le hará a esos cultivadores?" 41 La gente le decía: "Él destruirá a esos miserables hombres en la forma más severa, y arrendará el viñedo a otros labradores, hombres que le paguen por los frutos cuando éstas sean cosechadas". 42 Luego Jesús les dijo: "Acaso ustedes nunca han leído en las escrituras: 'LA PIEDRA QUE LOS CONSTRUCTORES RECHAZARON, SE HA CONVERTIDO EN LA PIEDRA ANGULAR. ESTO FUE DEL SEÑOR, Y ES MARAVILLOSO PARA NUESTROS OJOS'? 43 Por tanto les digo, El reino de Dios le será quitado y será dado a un pueblo que cultive sus frutos. 44 Cualquiera que caiga sobre esta piedra será hecho en pedazos. Y cualquiera sobre quien caiga la piedra será hecho polvo. 45 Cuando los principales sacerdotes y los Fariseos escucharon estas parábolas, vieron que estaba hablando de ellos. 46 Pero cada vez que trataban de poner las manos sobre Él, tenian miedo de la multitud, porque la gente lo veía como un profeta.

Capítulo 22

1 Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo: 2 "El reino del cielo es como cierto rey que hizo una fiesta de bodas para su hijo. 3 Envió fuera a sus siervos a llamar aquellos que estaban invitados a venir a la fiesta de bodas, pero ellos no quisieron venir. 4 Otra vez el rey envió otros sirvientes, diciendo: 'Diles a los que han sido invitados: "He preparado mi cena. Mi buey y terneros gordos han sido matados, y todas las cosas están listas. Vengan a la fiesta de bodas."' 5 Pero aquellas personas no tomaron con seriedad su invitación. Algunos se fueron de vuelta a sus fincas, y otros regresaron a sus lugares de negocios. 6 Otros tomaron a los sirvientes del rey, los trataron vergonzosamente, y los mataron. 7 Entonces el rey se enojado. Él envió a sus ejércitos, mataron a esos asesinos, y quemaron su ciudad. 8 Entonces dijo a sus sirvientes: "La boda está lista, pero aquellos que fueron invitados no eran dignos. 9 Por lo tanto vayan a los cruces de caminos e inviten a la fiesta de bodas a tantas personas como ustedes puedan encontrar. 10 Los siervos fueron por los caminos y juntaron a toda la gente que encontraron, ambos, malos y buenos. Así que el salón de bodas estaba lleno de invitados. 11 Pero cuando el rey vino a ver los invitados, vio allí un hombre que no se había puesto un traje de boda. 12 El rey le dijo: 'Amigo, ¿cómo entraste aquí sin ropa de bodas?´ Y el hombre se quedó sin poder hablar. 13 Entonces el rey dijo a sus sirvientes: 'Aten a este hombre de manos y pies, y tírenlo en las tinieblas de afuera, donde habrá lloro y el crujir de dientes.´ 14 Porque muchas personas son llamadas, pero pocas son escogidas." 15 Entonces los fariseos fueron y planificaron cómo podían atrapar a Jesús en su propia conversación. 16 Entonces lo enviaron sus discípulos, junto con los Herodianos. Ellos dijeron a Jesús: "Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con verdad. Que no te importa la opinión de nadie, y no muestras parcialidad entre las personas. 17 Así que dinos, ¿qué piensas? ¿Es legal pagar impuestos al César o no?" 18 Pero Jesús entendió su maldad y les dijo: "¿Por qué me están probando, hipócritas? 19 Enséñenme una moneda". Entonces le trajeron un denario. 20 Jesús les dijo: "¿De quién es esta imagen y nombre?" 21 Ellos le respondieron: "Del César". Entonces Jesús les dijo: "Entonces da al César las cosas que son del César y a Dios las cosas que son de Dios". 22 Cuando lo oyeron, se maravillaron. Entonces ellos lo dejaron y se fueron. 23 En ese día algunos de los Saduceos vinieron a Él, aquellos que dicen que no hay resurrección. Ellos le preguntaron, 24 "Maestro, Moisés dijo: 'Si un hombre muere, sin tener hijos, su hermano debe casarse con su esposa y tener un hijo para su hermano.' 25 Allí había siete hermanos. El primero se casó y murió, sin dejar hijos. Él dejó su esposa a su hermano. 26 Entonces al segundo hermano le pasó lo mismo, y al tercero, y así igual todos hasta el séptimo hermano. 27 Después de todos ellos, la mujer murió. 28 Ahora en la resurrección, ¿de quién será esposa la mujer de los siete hermanos? Porque todos la tuvieron." 29 Pero Jesús les contestó: "Ustedes están equivocados, porque no conocen las escrituras, ni el poder de Dios. 30 Porque en la resurrección no se casarán ni se darán en matrimonio, sino serán como ángeles en el cielo. 31 Pero concerniente a la resurrección de los muertos, ¿no han leído lo que les fue dicho a ustedes por Dios, diciendo: 32 'YO SOY EL DIOS DE ABRAHAM, DIOS DE ISAAC Y EL DIOS DE JACOB.'? Dios no es Dios de los muertos, sino de los vivos." 33 Cuando la multitud escuchó esto, estaban sorprendidos de su enseñanza. 34 Pero cuando los Fariseos oyeron que Jesús había hecho callar a los Saduceos, se reunieron. 35 Uno de ellos, intérprete de la ley, le hizo una pregunta, para probarlo: 36 "Maestro ¿cuál es el gran mandamiento de la ley?" 37 Jesús le dijo: "'AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN Y CON TODA TU ALMA Y CON TODA TU MENTE.' 38 Este es el gran y primer mandamiento. 39 Y el segundo mandamiento es parecido 'AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.' 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas." 41 Ahora mientras los Fariseos aún estaban reunidos, Jesús les hizo una pregunta. 42 "¿Qué ustedes piensan sobre el Cristo? ¿De quién es Hijo?" Ellos le dijeron: "De David." 43 Entonces Jesús les dijo: "¿Cómo es que David hablando en el Espíritu lo llama Señor, 44 EL SEÑOR DIJO A MI SEÑOR: 'SIÉNTATE A MI MANO DERECHA, HASTA QUE PONGA A TUS ENEMIGOS DEBAJO DE TUS PIES'? 45 Si David entonces llama al Cristo 'Señor', ¿cómo puede ser hijo de David?" 46 Nadie fue capaz de contestarle palabra alguna, y nadie se atrevió a hacerle más preguntas desde ese día.

Capítulo 23

1 Entonces Jesús le habló a la multitud y a sus discípulos. 2 Él dijo: "Los escribas y los Fariseos se sientan en la catedra de Moisés. 3 Por lo tanto cualquier cosa que ellos ordenan a ustedes hacer, hagan las y obsérvenlas. Pero no imiten sus actos, ya que ellos dicen cosas, pero entonces no las hacen. 4 Ellos atan cargas pesadas que son difíciles de cargar, y entonces las ponen en los hombros de los hombres. Pero ellos mismos no moverían un dedo para cargarlas. 5 Todos sus actos, los hacen para ser vistos por la gente. Pues ellos hacen sus filacterias anchas y agrandan los bordes de sus vestiduras. 6 Aman los mejores lugares en los banquetes y los mejores asientos en las sinagogas, 7 y saludos especiales en los mercados, y ser llamados 'Rabí' por la gente. 8 Pero ustedes no deben ser llamados 'Rabí', porque solo tienen un maestro, y todos ustedes son hermanos. 9 Y no llamen a ningún hombre en la tierra padre, porque ustedes solo tienen un Padre, y Él que está en el cielo. 10 Tampoco pueden ser llamados 'maestro´, ya que ustedes tienen un solo maestro, el Cristo. 11 Pero aquel que es más grande entre ustedes será su servidor. 12 Quienquiera que se exalta a sí mismo será humillado. Y cualquiera que se humilla a sí mismo será exaltado. 13 ¡Pobre de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Ustedes cierran el reino del cielo en contra de las personas. Pues ustedes no entran ustedes mismos, y tampoco permiten a aquellos que están a punto de entrar, hacerlo. 14 ¡Pobre de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Ustedes que despojan a las viudas. 15 ¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Pues ustedes que van por mar y tierra para convertir a uno. Y cuando se ha convertido, lo hacen doblemente hijo del infierno al igual que ustedes. 16 Pobre de ustedes, ustedes guías ciegos, ustedes que dicen: ´Cualquiera que jure por el templo, no es nada. Pero cualquiera que jura por el oro del templo, ése está atado a su juramento.' 17 Ustedes tontos ciegos, ¿qué es más importante, el oro, o el templo que santifica el oro? 18 Y, ´Cualquiera que jura por el altar, no es nada. Pero cualquiera que jura por la ofrenda que está sobre él, se ata a su juramento. 19 Ciegos, ¿qué es más grande, la ofrenda o el altar que santifica la ofrenda? 20 Por lo tanto, aquel que jura por el altar, jura por todas las cosas que están en él. 21 Y aquel que jura por el templo, jura por él y por quien habita en él. 22 Y aquel que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Él que se sienta en él. 23 ¡Pobre de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Pues ustedes diezman menta, eneldo y comino, pero han dejado de hacer los asuntos de más peso de la ley: justicia, misericordia y fe. Pero éstas debiste haber hecho, sin dejar de hacer las otras. 24 ¡Ustedes guías ciegos, ustedes que cuelan el mosquito pero se tragan el camello! 25 ¡Pobre de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Pues ustedes limpian por fuera el vaso y el plato, pero por dentro están llenos de robo y excesos. 26 Ustedes Fariseos ciegos, limpien primero por dentro el vaso y el plato, para que lo de afuera sea limpiado también. 27 ¡Pobre de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Pues ustedes son como sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero dentro están llenos de huesos de muertos y toda cosa inmunda. 28 De la misma manera, ustedes también por fuera parecen justos ante hombres, pero están llenos de hipocresía e iniquidad. 29 ¡Pobre de ustedes escribas y Fariseos, hipócritas! Pues ustedes construyen los sepulcros de los profetas y adornan los monumentos de los justos. 30 Ustedes dicen: 'Si hubiéramos vivido en los tiempos de nuestros padres, nosotros no hubiéramos sido participantes con ellos en derramar la sangre de los profetas.' 31 Por lo tanto, ustedes testifican contra ustedes mismos que son hijos de quienes mataron a los profetas. 32 Ustedes terminen de llenar la cuota de los pecados de sus padres. 33 Serpientes, generación de víboras, ¿cómo van a escapar al juicio del infierno? 34 Por lo tanto, vean, Yo les envío a ustedes profetas, hombres sabios y escribas. A algunos de ellos ustedes los matarán y crucificarán. Y a otros los azotarán en sus sinagogas y perseguirán de ciudad a ciudad. 35 El resultado será que sobre ustedes vendrá toda la sangre de los justos derramada en tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías el hijo de Berequías, a quienes ustedes mataron entre el santuario y el altar. 36 Ciertamente Yo les digo a ustedes, que todas estas cosas ocurrirán a esta generación. 37 ¡Jerusalén, Jerusalén, ustedes que matan los profetas y apedrean a aquellos que son enviados a ustedes! ¡Cuántas veces anhelé reunir a tus hijos, como las gallinas reúne a sus pollitos bajo sus alas, pero tú no quisiste! 38 Mira, tu casa es dejada abandonada. 39 Por lo que Yo les digo, ustedes no me verán más de ahora en adelante, hasta que digan: 'Bendito el que viene en nombre del Señor.'"

Capítulo 24

1 Jesús salió del templo e iba en su camino. Sus discípulos se le acercaron para mostrarle los edificios del templo. 2 Pero Él contestó y les dijo: "¿Ustedes ven todas estas cosas? Verdaderamente Yo les digo, ni una piedra quedará sobre otra que no sea derribada." 3 Mientras, se sentó en el Monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron privadamente y dijeron: "Dinos, ¿cuándo pasarán estas cosas? ¿Cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?" 4 Jesús les contestó y les dijo: "Tengan cuidado que nadie los engañe. 5 Porque muchos vendrán en mi nombre. Ellos dirán: 'Yo soy el Cristo,' y guiarán muchos al engaño. 6 Ustedes oirán de guerras y rumores de guerras. Vean que no se atribulen, porque estas cosas tienen que pasar; pero todavía no es el fin. 7 Porque nación se levantará contra nación, y reino contra reino. Habrá hambrunas y terremotos en varios lugares. 8 Pero todo esto es solo el principio de dolores. 9 Entonces los entregarán a ustedes para tribulación y los matarán. Serán odiados por todas las naciones por mi nombre. 10 Entonces muchos se tambalearán y traicionarán los unos a los otros, y se odiarán unos a los otros. 11 Muchos falsos profetas se levantarán y guiarán a muchos al engaño. 12 Porque la iniquidad se multiplicará, se enfriará el amor de muchos. 13 Pero aquel que resista hasta el final, ése será salvo. 14 Este evangelio del reino será predicado en todo el mundo como testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin. 15 Por lo tanto, cuando ustedes vean la ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN, de la que habló el profeta Daniel, en el lugar santo, (el que lea entienda), 16 Los que están en Judea huyan a las montañas, 17 El que se encuentre en el techo de su casa, no baje a buscar nada en su casa, 18 y el que esté en el campo no regrese a buscar su capa. 19 Pero, ¡pobre de aquellas que están en cinta y las que estén lactando infantes en esos días! 20 Oren para que su huida no ocurra en el invierno, ni en el día de descanso. 21 Porque habrá gran tribulación, tal como no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni tampoco lo habrá. 22 A menos que aquellos días sean acortados, ninguna carne se salvará. Pero por el bien de los elegidos, aquellos días serán acortados. 23 Entonces si alguno les dijera a ustedes: 'Mira, ¡aquí está el Cristo!' o, '¡Allá está Cristo!' no lo creas. 24 Porque falsos cristos y falsos profetas vendrán y mostrarán grandes señales y maravillas, para engañar, si fuera posible, aún a los elegidos. 25 Miren, Yo se los he advertido con tiempo. 26 Por lo tanto, si te dicen, 'Mira, el Cristo está en el desierto,' no salgas. O, 'Mira, Él está en las habitaciones de adentro,' no lo creas. 27 Porque como el relámpago brilla del este y alumbra hasta el oeste, así será la venida del Hijo del Hombre. 28 Donde esté el cadaver, allí se reunirán los buitres. 29 Pero inmediatamente después de la tribulación de esos días el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo, y los poderes de los cielos se sacudirán. 30 Entonces la señal del Hijo del Hombre aparecerá en el cielo, y todas las tribus de la tierra se lamentarán. Ellos verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes del cielo con poder y gran gloria. 31 Él enviará sus ángeles con un gran sonido de trompeta, y ellos reunirán a sus elegidos desde los cuatro vientos, de un extremo del cielo al otro. 32 Aprende una lección de higuera. Tan pronto la rama se pone tierna y salen sus hojas, ustedes saben que el verano está cerca. 33 Así también, cuando vean todas estas cosas, ustedes deberían saber que Él está cerca, a las puertas. 34 Verdaderamente les digo, esta generación no pasará, hasta que todas estas cosas hayan ocurrido. 35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras nunca pasarán. 36 Pero concerniente al día y la hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, tampoco el Hijo, sino solo el Padre. 37 Cómo fueron los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 38 Porque como en aquellos días antes del diluvio ellos estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio hasta el día que Noé entró en el arca, 39 y no supieron nada hasta que el diluvio llegó y se los llevó a todos, así será la venida del Hijo del Hombre. 40 Entonces dos hombres estarán en un campo, uno será tomado el otro será dejado. 41 Dos mujeres estarán moliendo; una será tomada, y la otra será dejada. 42 Por lo tanto estén en su guardia, porque no sabes en qué día el Señor vendrá. 43 Pero sepan esto, si el amo de la casa supiera en qué hora el ladrón vendría, estaría en guardia y no permitiría que entrara en su casa. 44 Por lo tanto, ustedes también tienen que estar preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que ustedes no esperan. 45 Así que, ¿quién es el sirvo fiel, y prudente, a quien su amo le ha dejado encargado de su casa, para servirles la comida en el momento correcto? 46 Bendecido es aquel siervo, que cuando su amo llegue lo encuentre haciendo eso. 47 Verdaderamente Yo les digo que el amo lo pondrá a cargo de todo lo que posee. 48 Pero si un siervo malo dice en su corazón: 'Mi amo se ha retrasado,' 49 y empieza a golpear a sus compañeros y come y bebe con borrachos, 50 el amo de este sirviente llegará en un día que el siervo no espera, y a una hora que él no sabe. 51 Su amo lo castigará severamente y su destino, el mismo que el de los hipócritas, donde habrá llanto y crujir de dientes.

Capítulo 25

1 Entonces el reino de los cielos es como diez vírgenes que tomaron sus lámparas y fueron a encontrarse con el novio. 2 Cinco de ellas fueron necias y cinco fueron sabias. 3 Pero cuando las vírgenes necias tomaron sus lámparas, no tomaron ningún aceite con ellas. 4 Pero las vírgenes sabias, tomaron frascos de aceite juntamente con sus lámparas. 5 Mientras el novio estuvo retrasado, a todas ellas les dio sueño y se durmieron. 6 Pero a medianoche hubo un clamor: '¡Miren, el novio! Salgan a encontrarse con él.' 7 Entonces todas las vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. 8 Las necias les dijeron a las sabias: 'Dennos algo de su aceite porque a nuestras lámparas se les está acabando.' 9 Pero las sabias contestaron diciendo: 'No, no sea que no haya suficiente para nosotras y ustedes, vayan a los que venden y compren algo para ustedes mismas.' 10 Mientras ellas se fueron a comprar, el novio vino, y aquellas quienes estaban preparadas se fueron con él para la fiesta de matrimonio, y la puerta se cerró. 11 Luego, las otras vírgenes también vinieron y dijeron: 'Maestro, maestro, ábrenos.' 12 Pero Él contestó: Ciertamente les digo, yo no las conozco. 13 Velen pues, porque ustedes no conocen el día ni la hora. 14 Es como un hombre que estaba a punto de ir a otro país. Él llamó a sus sirvientes y les entregó sus riquezas. 15 A uno de ellos le entregó cinco talentos, a otro le entregó dos, y a otro le entregó un talento. Cada uno recibió una cantidad de acuerdo a su capacidad, y el hombre se fue a su viaje. 16 Inmediatamente, el que recibió los cinco talentos fue y los invirtió y produjo otros cinco talentos. 17 Igualmente el que recibió dos talentos hizo otros dos. 18 Pero el sirviente que recibió un talento fue y cavó un hoyo en la tierra, y escondió el dinero de su señor. 19 Ahora después de un largo tiempo el señor de esos sirvientes regresó y ajustó cuentas con ellos. 20 El sirviente que había recibido cinco talentos vino y trajo otros cinco talentos, él dijo: 'Señor, tú me entregaste cinco talentos. Mira, Yo hice cinco talentos más.' 21 Su señor le dijo: "¡Bien hecho, buen y fiel sirviente! Tú has sido fiel sobre pocas cosas. Yo te pondré a ti a cargo sobre muchas cosas. Entra en el gozo de tu señor.' 22 El sirviente que recibió dos talentos vino y dijo: 'Señor, tú me entregaste dos talentos. Mira, yo hice dos talentos más. 23 Su señor le contestó: '¡Bien hecho, buen y fiel sirviente! Tú has sido fiel sobre pocas cosas. Yo te pondré a cargo de muchas cosas. Entra en el gozo de tu señor.' 24 Entonces el sirviente que recibió un talento vino y dijo: 'Señor, yo sé que tú eres un hombre estricto. Tú siegas donde no sembraste, y cosechas donde no esparciste. 25 Yo tuve miedo, así que fui y escondí tu talento en la tierra. Mira, tienes aquí lo que te pertenece.' 26 Pero su señor le contestó diciendo: 'Tú malvado y vago sirviente, tú sabías que yo siego donde no sembré y cosecho donde no esparcí. 27 Entonces tú debiste darle mi dinero a los banqueros, y a mi regreso yo hubiera recibido mi dinero con intereses. 28 Por tanto quítenle el talento y entréguenlo al siervo que tiene diez talentos. 29 Porque a todo el que posee, más se le entregará -aún más abundantemente. Pero aquellos quienes no poseen nada, aún, lo que poseen les será quitado. 30 Al sirviente inútil échenlo a las tinieblas de afuera, donde será el lloro y rechinar de dientes.' 31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con Él, entonces Él se sentará en su trono glorioso. 32 Delante de Él estarán reunidas todas las naciones, y Él separará la gente el uno del otro, como un pastor separa sus ovejas de las cabras. 33 Él pondrá las ovejas a Su mano derecha, pero las cabras a Su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los que están a Su mano derecha: 'Vengan, ustedes quienes han sido bendecidos por Mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber; fui un extraño y ustedes me acogieron; 36 Estuve desnudo, y ustedes Me vistieron; estuve enfermo y ustedes me cuidaron; estuve en prisión y me visitaron. 37 Entonces los justos responderán y dirán: 'Señor, ¿cuándo Te vimos hambriento y Te alimentamos? ¿O sediento y Te dimos de beber? 38 Y ¿cuándo Te vimos como a un extraño, y Te acogimos? ¿O desnudo y Te vestimos? 39 ¿Y cuándo Te vimos enfermo, o en prisión, y te visitamos? 40 Y el Rey contestará diciéndoles: Ciertamente Yo les digo, lo que hicieron por el más pequeño de mis hermanos aquí, a Mí lo hicieron.' 41 Entonces Él dirá a los que están a su mano izquierda: 'Apártense de Mí, ustedes malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles, 42 porque tuve hambre pero ustedes no me alimentaron; Yo tuve sed pero no me dieron de beber, 43 fui extraño pero ustedes no me acogieron; estuve desnudo pero no Me vistieron; enfermo y en prisión y no cuidaron de Mí.' 44 Entonces ellos también responderán y dirán: Señor, ¿cuándo Te vimos hambriento, o sediento, o como extraño, o desnudo, o enfermo, o en prisión, y no Te servimos?' 45 Entonces Él les contestará y dirá: 'Ciertamente les digo, lo que no hicieron por uno de estos pequeños, no lo hicieron por Mí.' 46 Estos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna."

Capítulo 26

1 Sucedió que cuando Jesús había terminado de hablar todas estas palabras, Le dijo a Sus discípulos: 2 "Ustedes saben que luego de dos días llegará la Pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado." 3 Entonces los principales sacerdotes y los ancianos de la gente estaban reunidos en el palacio del sumo sacerdote, llamado Caifás. 4 Ellos conspiraban cómo arrestar a Jesús sigilosamente y matarle. 5 Porque ellos decían: "No durante la fiesta para que no se levante un disturbio entre la gente." 6 Ahora, mientras Jesús estaba en Betania en la casa de Simón el leproso, reclinado sobre la mesa, 7 se le acercó una mujer con un frasco de alabastro con un perfume muy costoso y se lo derramó en Su cabeza. 8 Pero cuando Sus discípulos lo vieron, se enojaron y dijeron: "¿Cuál es la razón de este desperdicio? 9 Se pudo haber vendido por mucho dinero y dado a los pobres." 10 Pero Jesús, sabiendo esto, les dijo: "¿Por qué molestan a esta mujer? Ella ha hecho algo hermoso por Mí. 11 Siempre tendrán a los pobres entre ustedes, pero no siempre me tendrán a Mí. 12 Porque cuando ella derramó este ungüento en mi cuerpo, ella lo hizo para mi entierro. 13 En verdad les digo, dondequiera que sea predicado este evangelio en todo el mundo, se hará memoria de esta mujer al hablar de lo que ha hecho." 14 Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sacerdotes principales 15 y dijo: "¿Qué están dispuestos a darme por entregárselo?" Ellos le pagaron treinta piezas de plata por Él. 16 Desde ese momento, él buscó la oportunidad para entregárselo. 17 Ahora, en el primer día del pan sin levadura los discípulos vinieron a Jesús y dijeron: "¿Dónde quieres que preparemos la cena de la Pascua?" 18 Él les dijo: "Vayan a la ciudad a cierto hombre y díganle: 'El Maestro dice: 'Mi hora está cercana. Celebraré la Pascua en tú casa con Mis discípulos.'" 19 Los discípulos hicieron como Jesús les dijo, y le prepararon la cena de la Pascua. 20 Al anochecer, Él se sentó a comer con los doce discípulos. 21 Mientras comían Les dijo: "En verdad les digo que uno de ustedes me traicionará." 22 Ellos se entristecieron muchísimo y cada uno comenzó a preguntarle: "Seguramente yo no, ¿Señor?" 23 Él respondió: "El que mete la mano en el plato conmigo es el que Me traicionará. 24 El Hijo del Hombre se irá, tal como está escrito acerca de Él; pero ¡ay de ese hombre por el cual el Hijo del Hombre es traicionado! Sería mejor para ese hombre si no hubiese nacido." 25 Judas, quien lo iba a traicionar dijo: "¿Seré yo, Rabí?" Él le dijo: "Tú mismo lo has dicho." 26 Mientras comían, Jesús tomó pan, lo bendijo y lo partió. Se lo dio a los discípulos y dijo: "Tomen y coman. Este es Mi cuerpo." 27 Él tomó una copa y dio gracias, y se la dio y dijo: "Bébanlo, todos ustedes. 28 Porque ésta es Mi sangre del pacto que es derramada por muchos para el perdón de los pecados. 29 Pero Yo les digo, no beberé de nuevo de este fruto de la vid hasta el día cuando Lo beba nuevo con ustedes en el reino de Mi Padre." 30 Cuando hubieron cantado un himno, se fueron al Monte de los Olivos. 31 Entonces Jesús les dijo: "Todos ustedes se apartarán esta noche por causa Mía, porque está escrito: 'GOLPEARÉ AL PASTOR Y LAS OVEJAS DEL REBAÑO SERÁN DISPERSADAS.' 32 Pero, después de resucitar, iré delante de ustedes a Galilea." 33 Entonces Pedro le dijo: "Aunque todos se aparten por causa de Ti, yo nunca me apartaré." 34 Jesús le dijo: "En verdad te digo, que esta misma noche, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces." 35 Pedro Le dijo: "Aún si debo morir contigo, no te negaré." Y todos los otros discípulos dijeron lo mismo. 36 Entonces Jesús fue con ellos a un lugar llamado Getsemaní y dijo a Sus discípulos: "Siéntense aquí mientras que voy allá y oro." 37 Llevó a Pedro y los dos hijos de Zebedeo con Él y comenzó a entristecerse y angustiarse. 38 Luego les dijo: "Mi alma está profundamente entristecida, aún hasta la muerte. Permanezcan aquí y vigilen conmigo." 39 Se adelantó un poco más y postrandose de cara oró y dijo: "Padre Mío, si es posible, que pase esta copa de Mí; sin embargo, no se haga lo que Yo deseo, sino lo que Tú deseas." 40 Vino a los discípulos y los halló durmiendo, y le dijo a Pedro: "¿Qué, no pudieron vigilar conmigo por una hora? 41 Vigilen y oren para que no entren en tentación. El espíritu en efecto está dispuesto, pero la carne es débil." 42 Él se alejó por segunda vez y oró; dijo: "Padre, si esto no puede pasar sin que Yo beba esta copa, que sea hecha Tu voluntad." 43 Él volvió de nuevo y los encontró durmiendo, porque sus ojos estaban pesados. 44 Entonces se fue y los dejó nuevamente; oró una tercera vez y dijo las mismas palabras. 45 Entonces Jesús vino a los discípulos y les dijo: "¿Todavía están durmiendo y descansando? Miren, la hora está por llegar y el Hijo del Hombre está siendo traicionado en manos de los pecadores. 46 Levántense y vámonos. Miren, el que Me traiciona está cerca." 47 Mientras aún estaba hablando, Judas llegó, uno de los doce. Una gran multitud de los sacerdotes principales y ancianos del pueblo vino con él. Vinieron con espadas y palos. 48 Ahora el hombre que iba a traicionar a Jesús les había dado una señal, diciendo: "Al que yo bese, Él es. Deténganlo." 49 Inmediatamente vino a Jesús y dijo: "¡Saludos, Rabí!" Y Lo besó. 50 Jesús le dijo: "Amigo, haz lo que has venido a hacer." Entonces ellos vinieron, le echaron mano y lo agarraron. 51 En eso, uno de los que estaba con Jesús extendió la mano, sacó su espada y golpeó al sirviente del sumo sacerdote y le cortó la oreja. 52 Entonces Jesús le dijo: "Guarda tu espada en su lugar, porque todos aquellos que toman la espada morirán por la espada. 53 ¿Crees que Yo no podría clamar a Mi Padre, y Él me mandaría más de doce legiones de ángeles? 54 Pero, ¿cómo entonces se cumplirían las escrituras, siendo que esto debe suceder?" 55 En ese momento Jesús dijo a la multitud: "¿Han salido con espadas y palos para prenderme como si fuera un ladrón? Me senté a diario en el templo enseñando, y no me arrestaron. 56 Pero todo esto ha sucedido para que los escritos de los profetas puedan ser cumplidos." Luego, todos los discípulos lo dejaron y huyeron. 57 Los que prendieron a Jesús Lo llevaron a Caifás el sumo sacerdote, donde los escribas y ancianos se habían reunido. 58 Pero Pedro Lo siguió a distancia al patio del sumo sacerdote. Entró y se sentó con los guardias para ver cuál era el veredicto. 59 Ahora los principales sacerdotes y todo el Concilio estaban buscando falso testimonio en contra de Jesús, para que Le pudieran condenar a muerte. 60 Pero no encontraron ninguno, aunque muchos falsos testigos se presentaron. Luego vinieron dos 61 y dijeron: "Este Hombre dijo: 'Puedo destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días.'" 62 El sumo sacerdote se levantó y Le dijo: "¿No tienes alguna respuesta? ¿Qué es lo que están testificando en contra Tuya?" 63 Pero Jesús guardó silencio. El sumo sacerdote Le dijo: "Te ordeno por el Dios Viviente, dinos si eres el Cristo, el Hijo de Dios." 64 Jesús le respondió: "Tú mismo lo has dicho; pero te digo que de aquí en adelante verás al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Padre, y viniendo en las nubes del cielo." 65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus ropas y dijo: "Él ha hablado blasfemia. ¿Por qué todavía necesitamos testigos? Miren, ahora han escuchado la blasfemia. 66 ¿Qué piensan?" Ellos respondieron y dijeron: "Él es digno de muerte." 67 Entonces lo escupieron en Su cara y Lo golpearon, y Lo abofetearon, 68 y le decían: "Profetízanos, Tú Cristo. ¿Quién Te ha golpeado?" 69 Pedro estaba sentado afuera en el patio, y una sirvienta vino a él y dijo: "Tú también estabas con Jesús de Galilea." 70 Pero él lo negó delante de todos, diciendo: "No sé de qué me estás hablando." 71 Cuando él salió a la puerta de entrada, otra sirvienta lo vio y les dijo a los que estaban allí: "Este hombre también estaba con Jesús de Nazaret." 72 Y de nuevo él lo negó con un juramento: "No conozco al hombre." 73 Después de un rato, los que estaban parados cerca vinieron y le dijeron a Pedro: "Seguramente tú también eres uno de ellos, porque tu acento te delata." 74 Entonces, él empezó a maldecir y a decir groserías: "Yo no conozco al hombre," e inmediatamente un gallo cantó. 75 Pedro recordó las palabras que Jesús había dicho: "Antes de que el gallo cante me habrás negado tres veces." Entonces salió y lloró amargamente.

Capítulo 27

1 Cuando llegó la mañana, todos los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo conspiraron contra Jesús para darle muerte. 2 Ellos lo ataron, lo llevaron y lo entregaron a Pilato el gobernador. 3 Entonces cuando Judas, quien lo había traicionado, vio que Jesús fue condenado, se arrepintió y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y los ancianos, 4 y dijo: "Yo he pecado al traicionar sangre inocente." Pero ellos dijeron: "¿Qué es eso para nosotros? Es asunto tuyo." 5 Entonces él tiró las piezas de plata en el templo, salió fuera y se ahorcó. 6 Los jefes de los sacerdotes tomaron las piezas de plata y dijeron: "No es legal poner esto en el tesoro, porque es precio de sangre." 7 Ellos discutieron el asunto juntos y con el dinero compraron el Campo del Alfarero para enterrar extranjeros en él. 8 Por esta razón ese campo se le conoce como: "Campo de Sangre" hasta hoy. 9 Entonces lo que fue dicho por el profeta Jeremías se cumplió, diciendo: "ELLOS TOMARON LAS TREINTA MONEDAS DE PLATA, EL PRECIO FIJADO SOBRE ÉL POR LOS ISRAELITAS 10 Y LO ENTREGARON PARA EL CAMPO DEL ALFARERO, COMO EL SEÑOR ME HABÍA ORDENADO." 11 Ahora Jesús estaba frente al gobernador y el gobernador le preguntó: "¿Eres Tú el Rey de los Judíos?" Jesús le respondió: "Tú lo dices." 12 Pero cuando Él fue acusado por los jefes de los sacerdotes y los ancianos, no respondió nada. 13 Entonces Pilato le dijo: "¿No escuchas todos los cargos en tu contra?" 14 Pero Él no contestó ni una sola palabra, así que el gobernador estaba grandemente asombrado. 15 En la fiesta era costumbre del gobernador liberar a un prisionero escogido por la multitud. 16 En ese tiempo ellos tenían a un prisionero muy conocido llamado Barrabás. 17 Así que cuando ellos se reunieron, Pilato les dijo: "¿A quién quieren que yo libere? ¿A Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo? 18 Porque él sabía que ellos lo habían entregado por envidia. 19 Mientras él estaba sentado en la silla del juicio, su esposa le envió un mensaje diciendo: "No tengas nada que ver con ese hombre inocente; porque hoy he sufrido mucho en un sueño por causa de Él." 20 Ahora los jefes sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud a pedir a Barrabás y que asesinaran a Jesús. 21 El gobernador les preguntó: "¿A quién de los dos quieren que les libere?" Ellos dijeron: "A Barrabás." 22 Pilato les dijo: "¿Qué debería yo hacer con Jesús llamado el Cristo?" Todos ellos contestaron: "Crucifícalo." 23 Y él dijo: "¿Por qué, qué crimen ha cometido? Pero ellos gritaron aún más fuerte: "Crucifícalo". 24 Así que cuando Pilato vio que no podría hacer nada, y que en su lugar estaba comenzando un motín, tomó agua, lavó sus manos frente a la multitud y dijo: "Yo soy inocente de la sangre de este Hombre inocente; alla ustedes." 25 Todas las personas dijeron: "Que Su sangre sea sobre nosotros y nuestros hijos." 26 Entonces él liberó a Barrabás, azotó a Jesús y se los entregó para ser crucificado. 27 Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al Pretorio y reunieron a toda la compañía de soldados. 28 Ellos Lo desnudaron y pusieron un manto púrpura sobre Él. 29 Entonces hicieron una corona de espinas, la pusieron sobre Su cabeza, y colocaron en Su mano derecha un bastón, se arrodillaron frente a Él y se burlaron de Él diciendo: "¡Viva, Rey de los Judíos!" 30 Lo escupieron tomaron el bastón y le golpearon en la cabeza. 31 Despues de haberse burlado de Él, le quitaron el manto, le pusieron Sus propias vestiduras y lo llevaron para crucificarle. 32 Cuando salieron, encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón, a quien forzaron a ir con ellos para que cargara la cruz. 33 Ellos llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa: "El Lugar de la Calavera." 34 Le dieron a beber vino mezclado con hiel. Pero cuando Él lo probó, no lo bebió. 35 Cuando lo habían crucificado, se repartieron Sus vestiduras echando suertes; 36 se sentaron y lo vigilaron. 37 Sobre Su cabeza colocaron la acusación en Su contra la cual leía: "ÉSTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS." 38 Dos ladrones fueron crucificados con ÉL, uno a Su derecha y uno a Su izquierda. 39 Los que pasaban Lo insultaban, moviendo sus cabezas 40 y diciendo: "Tú que destruirías el templo y lo reconstruirías en tres días, sálvate a Ti mismo. Si eres el Hijo de Dios, baja de esa cruz." 41 De la misma manera los principales sacerdotes se burlaban de Él, junto con los escribas y los ancianos, y decían: 42 "Él salvó a otros, pero no puede salvarse a Sí mismo. Él es el Rey de Israel; dejen que baje de la cruz y entonces creeremos en Él. 43 Él confía en Dios. Que Dios Lo rescate ahora si quiere, porque Él dijo: 'Yo soy el Hijo de Dios.'" 44 Y los ladrones que fueron crucificados con Él, también Le dijeron los mismos insultos. 45 Desde la hora sexta vino oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena. 46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó en voz alta y dijo: "ELI, ELI, ¿LAMA SABACTANI?" lo que significa: "DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿PORQUÉ ME HAS ABANDONADO?" 47 Cuando algunos de los que estaban allí de pie lo escucharon, dijeron: "Él está llamando a Elías." 48 Inmediatamente uno de ellos corrió y tomó una esponja, la empapó con vino amargo y poniéndola en una caña, le dio a beber. 49 El resto de ellos dijeron: "Déjenlo solo; vamos a ver si Elías viene a salvarle." 50 Entonces Jesús clamó otra vez en voz alta y entregó Su espíritu. 51 Entonces, la cortina del templo se rasgó en dos desde arriba hacia abajo. La tierra tembló y las rocas se partieron. 52 Los sepulcros fueron abiertos, y los cuerpos de muchos santos que habian muerto resucitaron. 53 Ellos salieron de los sepulcros y después de la resurrección de Jesús, entraron a la santa ciudad y aparecieron a muchos. 54 Ahora cuando el centurión y aquellos que vigilaban a Jesús vieron el terremoto y las cosas que habían ocurrido, ellos tuvieron mucho miedo y dijeron: "Verdaderamente Éste era el Hijo de Dios". 55 Muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para cuidarle, estaban allí mirando de lejos. 56 Entre ellas se encontraba María Magdalena, María la madre de Jacobo y José, y la madre de los hijos de Zebedeo. 57 Al anochecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, quien era también discípulo de Jesús. 58 Él se acercó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato ordenó que le entregaran el cuerpo. 59 José tomó el cuerpo, lo envolvió en telas de lino limpias 60 y lo acostó en su propio sepulcro, que era nuevo y que él la había cortado en la roca. Entonces rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó. 61 María Magdalena y la otra María estaban allí sentadas frente al sepulcro. 62 Al día siguiente, que fue el día después de la Preparación, los jefes sacerdotes y los Fariseos se reunieron con Pilato. 63 Ellos le dijeron: "Señor, nosotros recordamos que cuando ese engañador estaba vivo, Él dijo: 'Después de tres días resucitaré.' 64 Por lo tanto ordene que la tumba sea asegurada hasta el tercer día; de otra manera Sus discípulos podrían llegar a robarlo y decirle a las personas: 'Él ha resucitado de la muerte' y el último engaño será peor que el primero." 65 Pilato les dijo: "Lleven una guardia. Vayan y asegúrenlo lo mejor que puedan". 66 Así que ellos fueron y aseguraron la tumba, sellando la piedra y colocando una guardia.

Capítulo 28

1 Ya tarde, durante el día de reposo, cuando estaba empezando el amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro. 2 He aquí, hubo un gran terremoto, porque un Ángel del Señor descendió desde el cielo; vino y movió la piedra, y se sentó sobre ella. 3 Su apariencia era como relámpago, y su vestido blanco como la nieve. 4 Los guardias temblaban de miedo y se quedaron como muertos. 5 El ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: "No tengan miedo, porque yo se que ustedes buscan a Jesús, quien ha sido crucificado. 6 Él no está aquí, sino que ha resucitado, justo como Él dijo. Vengan a ver el lugar donde el Señor fue puesto. 7 Vayan rápido y díganle a sus discípulos: 'Él ha resucitado de entre los muertos. Va delante de ustedes a Galilea. Allí ustedes lo verán. 'He aquí, yo se los he dicho." 8 Rápidamente las mujeres dejaron el sepulcro con miedo y gran gozo, y corrieron a decirle a sus discípulos. 9 De repente, Jesús las encontró y dijo: "Saludos." Las mujeres se acercaron, abrazaron sus pies, y le adoraron. 10 Entonces Jesús les dijo: "No tengan miedo. Vayan y díganle a Mis hermanos que salgan para Galilea; allí Me verán." 11 Mientras las mujeres se iban, he aquí, algunos de los guardias fueron a la ciudad y le dijeron a los principales sacerdotes todas las cosas que habían ocurrido. 12 Cuando los sacerdotes se reunieron con los ancianos y discutieron lo que había acontecido, ellos le dieron una gran cantidad de dinero a los soldados 13 y le dijeron: "Díganle a otros, 'los discípulos de Jesús vinieron durante la noche y se robaron su cuerpo mientras dormíamos.' 14 Si este reporte llega al gobernador, nosotros lo convenceremos y le evitaremos dificultades a ustedes." 15 Entonces los soldados tomaron el dinero e hicieron como le habían instruido. Este reporte se divulgó extensamente entre los judíos y continúa hasta hoy. 16 Los once discípulos fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. 17 Cuando ellos lo vieron, lo adoraron, pero algunos dudaron. 18 Jesús vino a ellos y les dijo: "Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. 19 Vayan entonces, y hagan discípulos de todas las naciones. Bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. 20 Enséñenles a obedecer todo lo que Yo les He ordenado. Y vean, Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo."

Marcos
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1 Este es el comienzo del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios. 2 Como está escrito en Isaías el profeta: "MIREN, YO ESTOY ENVIANDO MI MENSAJERO DELANTE DE TI, EL QUE TE PREPARARÁ TU CAMINO. 3 LA VOZ DEL QUE LLAMA EN EL DESIERTO: 'PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR, HAZ SUS CAMINOS RECTOS'" 4 Juan vino, bautizando en el desierto y predicando un bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. 5 Toda la nación de Judea y toda la gente de Jerusalén salían hacia él. Ellos eran bautizados por él en el río Jordán, al estos confesar sus pecados. 6 Juan vestía un abrigo de pelo de camellos, un cinturón de cuero en su cintura y él comía saltamontes y miel silvestre. 7 Él predicaba y decía: "Alguien viene después de mí, quien es más poderoso que yo, y yo no soy digno ni de tan siquiera bajarme a desatar las tirillas de Sus sandalias. 8 Yo les bauticé a ustedes con agua, pero Él les bautizará con el Espíritu Santo". 9 Aconteció en esos días que Jesús vino de Nazaret en Galilea, y Él fue bautizado por Juan en el río Jordán. 10 Al Jesús salir de las aguas, Él vio los cielos abrirse y el Espíritu descendía sobre Él como una paloma. 11 Y una voz salía de los cielos: "Tú eres mi Hijo amado. Yo estoy muy complacido contigo." 12 Entonces el Espíritu inmediatamente lo impulsó a salir al desierto. 13 Él estuvo en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás. El estaba con los animales salvajes y los ángeles le servían. 14 Luego que Juan fue arrestado, Jesús vino a Galilea y proclamando el evangelio de Dios, 15 y diciendo: "El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios está cerca. Arrepiéntanse y crean en el evangelio." 16 Y al pasar junto al mar de Galilea, Él vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, tirando una red al mar, porque ellos eran pescadores. 17 Jesús les dijo: "Vengan y síganme y Yo los haré a ustedes pescadores de hombres." 18 Inmediatamente ellos dejaron sus redes y fueron tras de Él. 19 Mientras Jesús caminaba un poco más lejos, Él vio a Jacobo (Santiago), hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano; ellos estaban en el bote remendando las redes. 20 Él inmediatamente los llamó; ellos dejaron a su padre Zebedeo en el bote con los trabajadores y ellos Lo siguieron. 21 Y ellos entrando a Capernaúm, y, en el Sábado, Jesús entró a la sinagoga y enseñó. 22 Ellos estaban sorprendidos de su enseñanza, pues Él les enseñaba como uno que tiene autoridad y no como los escribas. 23 Justo allí estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y gritaba: 24 "¿Qué nosotros tenemos que hacer contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quien tú eres. ¡Tú eres Él Santo de Dios!" 25 Jesús reprendió al demonio y le dijo: "¡Cállate y sal de él!" 26 Y el espíritu inmundo lo tiró al suelo, y salió de él gritando en voz alta. 27 Toda la gente estaba maravillada, así que ellos se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto? ¡Una nueva enseñanza con autoridad! Él ordena aún a los espíritus inmundos y ellos Le obedecen." 28 Inmediatamente las noticias acerca de Él salieron por todos los lugares, a toda la región de Galilea. 29 Y después que ellos salieron de la sinagoga, fueron a casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan. 30 Ahora la suegra de Simón estaba acostada enferma con fiebre e inmediatamente ellos le dijeron a Jesús sobre ella. 31 Así que Él vino, la tomó de la mano y la levantó; la fiebre se le fue y ella empezó a servirles. 32 Esa noche, después que se puso el sol, ellos Le trajeron todos los que estaban enfermos o poseídos por demonios. 33 La ciudad completa se reunió a la puerta. 34 Él sanó muchos que estaban enfermos con varias enfermedades y echó fuera muchos demonios, pero Él no dejaba a los demonios hablar porque ellos lo conocían. 35 Él se levantó bien temprano, mientras aún estaba oscuro; salió y fue a un lugar solitario y allí oró. 36 Simón y los que estaban con él, lo buscaban. 37 Ellos Lo encontraron y Le dijeron: "Todos Te están buscando." 38 Él dijo: "Vayamos a otra parte, hacia los pueblos vecinos, para que Yo pueda predicar allí también. Por eso Yo vine aquí." 39 Él fue por toda Galilea, predicó en sus sinagogas y expulsaba demonios. 40 Un leproso vino a Él; y le rogaba a Él mientras se arrodillaba, y le dijo: "Si estás dispuesto, Tú me puedes limpiar." 41 Movido con compasión, Jesús extendió Su mano y lo tocó, diciéndole: "Yo estoy dispuesto. Sé limpio." 42 Inmediatamente la lepra lo dejó y él fue hecho limpio. 43 Jesús estrictamente le advirtió y lo mandó a irse inmediatamente, 44 y le dijo: "Asegúrate no decir nada a nadie, pero ve, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu limpieza las cosas que Moisés ordenó, como testimonio a ellos." 45 Pero él salió afuera y comenzó a decirle a todos, regó la palabra tanto que Jesús no pudo ir libremente a ningún pueblo. Así que Él tuvo que quedarse en lugares solitarios y la gente venía a Él de todas partes.

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1 Cuando Él regresó a Capernaúm luego de unos días, la gente ahí escuchó que Él estaba en la casa. 2 Así que muchos se reunieron, tantos que no había espacio, ni aún junto a la puerta, y Jesús les habló la palabra. 3 Entonces algunos hombres vinieron a Él y trajeron a un hombre paralítico; cuatro personas lo cargaban. 4 Cuando ellos no pudieron llegar cerca de Él por la multitud, ellos removieron el techo de encima de donde Él estaba parado. Y cuando ellos cavaron un agujero en el, ellos bajaron la cama en la que el hombre paralítico descansaba. 5 Viendo su fe, Jesús dijo al hombre paralítico: "Hijo, tus pecados son perdonados." 6 Pero había algunos de los escribas que estaban sentados allí pensaban en sus corazones: 7 "¿Cómo puede este hombre hablar de esta manera? ¡Él blasfema! ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?" 8 E inmediatamente Jesús, conoció en Su espíritu lo que ellos estaban pensando dentro de sí mismos. Él les dijo: "¿Por qué están pensando esto en sus corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al hombre paralítico, 'Tus pecados son perdonados, o decir: Levántate, toma tu cama, y camina?' 10 Pero para que ustedes sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados", Él dijo al paralítico: 11 "Yo te digo a ti: levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa." 12 Él se levantó e inmediatamente tomó su lecho, y salió de la casa frente a todos, así que ellos estaban asombrados y le dieron gloria a Dios, y dijeron: "Nosotros nunca vimos algo así." 13 Él salió nuevamente hacia el lago, y toda la multitud vino a Él, y Él les enseñaba. 14 Mientras Él pasaba, Él vió a Leví, hijo de Alfeo, sentado en el lugar donde se colectaban los impuestos y le dijo: "Sígueme." Él se levantó y Lo siguió. 15 Y cuando Jesús estaba comiendo en la casa de Leví, muchos recaudadores de impuestos y gente pecadora estaban comiendo con Jesús y Sus discípulos, pues había muchos y ellos Lo seguían. 16 Cuando los escribas, quienes eran Fariseos, vieron que Jesús estaba comiendo con gente pecadora y recaudadores de impuestos, ellos dijeron a Sus discípulos: "¿Por qué Él come con los recaudadores de impuestos y gente pecadora? 17 Cuando Jesús escuchó esto, le dijo a ellos: "Personas que son fuertes de cuerpo no necesitan médico, sólo personas que están enfermas necesitan de uno. Yo no vine para llamar gente justa, sino personas pecadoras." 18 Los discípulos de Juan y los Fariseos estaban ayunando. Ellos vinieron y le dijeron: "¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los Fariseos ayunan, pero Tus discípulos no ayunan?" 19 Jesús les dijo, "¿Pueden los asistentes de una boda ayunar mientras el novio está todavía con ellos? Mientras tengan al novio con ellos, no pueden ayunar." 20 Pero los días vendrán cuando el novio les será quitado lejos de ellos y en esos días, ellos sí ayunarán. 21 Ningún hombre cose una pieza de tela nueva en una vestimenta vieja, de otra manera el remiendo se rasgará de ella, la nueva de la vieja y se hará una rotura peor. 22 Ningún hombre echa vino nuevo dentro de odres viejos. Si lo hace, el vino reventaría las pieles y el vino se perdería, y los odres también. En su lugar, echen el vino nuevo dentro de odres nuevos." 23 En el día del Sábado, Jesús pasó por algunos campos de granos y Sus discípulos comenzaron a recoger espigas de trigo. 24 Y los Fariseos le dijeron a Él: "Mira, ¿por qué están haciendo algo que es ilícito hacer en el día del Sábado?" 25 Él les dijo: "¿Ustedes nunca han leído lo que hizo David cuando estaba necesitado y hambriento, él y los hombres que estaban con él? 26 ¿Cómo entró a la casa de Dios cuando Abiatar era el sumo sacerdote y comió el pan de la presencia, el cual es ilícito para cualquier persona comer excepto para los sacerdotes, y él dio una parte a los que estaban con él?" 27 Jesús dijo: "Él Sábado fue hecho para la humanidad, no la humanidad para el Sábado. 28 Así que, el Hijo del Hombre es Señor, también del Sábado."

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1 Y nuevamente Él entró a la sinagoga, y un hombre con la mano seca estaba ahí. 2 Algunos Lo observaban atentamente a ver si Él lo sanaba en el Sábado de manera que ellos pudieran acusarlo. 3 Jesús le dijo al hombre de la mano seca: "Levántate y párate aquí en medio de todos". 4 Entonces Le dijo a la gente: "¿Es lícito hacer bien en día Sábado o hacer daño; salvar una vida o matar? Pero ellos estaban en silencio. 5 Él miró alrededor de ellos con coraje, atribulado ante la dureza de sus corazones, y le dijo al hombre: "Estira tu mano." Él la estiró y Jesús restauró su mano. 6 Los Fariseos salieron e inmediatamente comenzaron a conspirar con los Herodianos, contra Él para darle muerte. 7 Entonces Jesús se retiró con Sus discípulos al mar. Y una gran multitud de gente le siguieron de Galilea y Judea, 8 de Jerusalén, Idumea y más allá del Jordán y alrededor de Tiro y Sidón. La gran multitud escuchó todo lo que Él estaba haciendo y vinieron a Él. 9 Y Él pidió a Sus discípulos que tuvieran un bote listo para Él por causa de la multitud, para que no pudiera aplastarlo. 10 Como él sanó a muchos, todos los que tenían aflicciones se abalanzaban sobre Él; para tocarle. 11 Cada vez que los espíritus inmundos Lo veían, caían ante Él, gritaban, y decían: "Tú eres el hijo de Dios." 12 Él les ordenó firmemente no darlo a conocer. 13 Él subió a la montaña, y llamó a aquéllos a quienes Él quería y ellos vinieron a Él. 14 Él nombró a los doce (a quienes llamó apóstoles), para que pudiera estar con Él y Él pudiera enviarlos a predicar, 15 y tener autoridad para echar fuera a los demonios. 16 El nombró a los doce: Simón a quien le dio el nombre de Pedro; 17 Jacobo, hijo de Zebedeo, y Juan el hermano de Jacobo, a quienes les dio el nombre de Boanerges, esto es, Hijos del Trueno, 18 y Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, el hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el Zelote, 19 y Judas Iscariote, quien habría de traicionarlo. 20 Entonces Él se fue a Su casa, y la multitud se congregó otra vez tanto que no pudieron ni tan siquiera comer pan. 21 Cuando Su familia escuchó sobre esto, ellos salieron a hacerse cargo de Él, pues dijeron: "Él está demente." 22 Los escribas que descendieron de Jerusalén dijeron: "Él está poseído por Belcebú," y, "Por el gobernante de los demonios Él expulsa a los demonios". 23 Jesús los llamó hacia Él y les dijo en parábolas: ¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? 24 Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no prevalecerá. 25 Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá prevalecer. 26 Si Satanás se ha levantado contra sí mismo y está dividido, él no es capaz de prevalecer, sino que ha llegado al fin. 27 Pero nadie podrá entrar a la casa de un hombre fuerte y robarle sus pertenencias sin atar al hombre fuerte primero y entonces él podrá saquear su casa. 28 Ciertamente les digo, todos los pecados de los hijos de los hombres pueden perdonarse, incluso las blasfemias que ustedes dicen; 29 pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón, pues es culpable de un pecado eterno." 30 Jesús dijo esto porque ellos estaban diciendo que, "Él tiene un espíritu inmundo." 31 Su madre y Sus hermanos vinieron y permanecieron afuera. Ellos enviaron por Él. 32 Y un grupo se sentó alrededor de Él, y le dijeron: "Tu madre y Tus hermanos están afuera, y ellos te están buscando." 33 Él les contestó: "¿Quiénes son Mi madre y Mis hermanos?" 34 Él miró alrededor a aquéllos que estaban sentados en un círculo alrededor de Él y dijo: "¡Vean, aquí están Mi madre y Mis hermanos! 35 Pues cualquiera que haga la voluntad de Dios, esa persona es Mi hermano, y hermana, y madre."

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1 De nuevo Él comenzó a enseñar al lado del lago. Una gran multitud se reunió alrededor de Él, entonces subió a un bote en el mar, y se sentó. Toda la multitud estaba al lado del mar en la costa. 2 Él les enseñaba muchas cosas en parábolas, Él dijo a ellos en su enseñanza, 3 "Escuchen, el sembrador salió a sembrar. 4 Mientras sembraba, algunas semillas cayeron en el camino, y vinieron las aves y las devoraron. 5 Otras semillas cayeron en tierra rocosa, donde ellas no tenían mucho terreno. Inmediatamente ellas brotaron, porque el terreno no era profundo. 6 Pero cuando el sol salió, ellas se quemaron porque no tenían raíz, y se secaron. 7 Otras semillas cayeron entre las plantas de espinos. Los espinos crecieron y las ahogaron. La semilla no rindió ningún fruto. 8 Otras semillas cayeron en tierra buena y produjo grano al brotar y crecer, esas semilla produjeron algunas a treinta, algunas a sesenta y algunas a cien veces lo que fue plantado." 9 Él dijo: "Quien tenga oídos para oír, que oiga." 10 Cuando Jesús estaba solo, aquellos que estaban cerca de Él y con los doce, Le preguntaron acerca de las parábolas. 11 Él les dijo: "A ustedes les es dado el misterio del reino de Dios. Pero a los de afuera todo se les dice en parábolas, 12 DE MANERA QUE CUANDO ELLOS MIREN, SI ELLOS MIRAN, PERO NO VEN, Y PARA QUE CUANDO ELLOS OIGAN, SI ELLOS OYEN, PERO NO ENTIENDEN, DE OTRA MANERA, ELLOS SE CONVERTIRÍAN Y DIOS LOS PERDONARÍA." 13 Él dijo: "¿Ustedes no entienden esta parábola? ¿Cómo entenderán el resto de las parábolas? 14 El sembrador que siembra su semilla, es aquel que siembra la palabra. 15 Algunos son los que cayeron junto al camino, donde la palabra fue sembrada, y cuando ellos oyeron, inmediatamente Satanás viene y les quita la palabra que fue sembrada en ellos. 16 Algunos son los sembrados en terreno pedregoso, quienes, cuando escucharon la palabra, inmediatamente la recibieron con gozo. 17 Ellos no tienen raíz en ellos mismo, pero resisten por un tiempo; luego, cuando la tribulación o persecución surge por causa de la palabra, ellos tropiezan inmediatamente. 18 Y otros son los sembrados entre los espinos. Estos oyen la palabra, 19 pero los afanes del mundo, el engaño de las riquezas, y los deseos por otras cosas, entraron y ahogaron la palabra, y se tornó estéril. 20 Entonces estan los que fueron sembrados en buen terreno, ellos son los que oyeron la palabra y la recibieron y produjeron fruto, algunos a treinta, y algunos a sesenta, y algunos a cien veces lo que fue plantado." 21 Jesús les dijo: "¿Acaso ustedes traen una lámpara dentro de la casa para ponerla debajo de un cesto o debajo de la cama? Ustedes la traen y la ponen en un candelero. 22 Pues nada está oculto, que no será revelado, ni nada en secreto, que no salga a lo abierto. 23 Si alguno tiene oído para oír, que oiga." 24 Él les dijo: "Pongan atención a lo que escuchan, pues según la medida que ustedes usen, es la medida que recibirán; y aún tendrán más. 25 Porque al que tiene, a él se le dará más, y al que no tiene, aún lo que tiene se le quitará." 26 Y Él dijo: "El reino de Dios es como un hombre que sembró su semilla en la tierra. 27 Él duerme en la noche y se levanta en el día, y la semilla brota y crece, aunque él no sabe cómo. 28 La tierra produce grano por sí misma, primero la hoja, luego la espiga, luego el grano maduro en la espiga. 29 Y cuando el grano está maduro, inmediatamente él saca la hoz porque la cosecha ha llegado." 30 Él dijo: "¿Con qué podemos comparar el reino de Dios y qué parábola podemos usar para explicarlo? 31 Es como una semilla de mostaza, que cuando es sembrada es la más pequeña de todas las semillas sembradas en la tierra. 32 Sin embargo, cuando se siembra, crece y viene a ser más grande que todas las plantas del huerto, y forma grandes ramas, de manera que las aves de los cielos pueden hacer sus nidos bajo su sombra." 33 Con muchas parábolas como ésta, Él hablaba la palabra a ellos, tantas como ellos podian entender. 34 Pero Él no hablaba a ellos sin una parábola. Pero en privado Él les explicaba todo a sus discípulos. 35 En ese día, cuando la tarde había llegado, Él les dijo: "Vámonos al otro lado." 36 Así que ellos dejaron la multitud, y se llevaron a Jesús con ellos, puesto que Él ya estaba en el barco. Otros barcos estaban también con Él. 37 Allí comenzó una tormenta violenta con viento, y las olas rompían dentro del barco, así que el barco estaba lleno de agua. 38 Jesús estaba en la popa, dormido sobre un almohadón. Ellos lo despertaron diciendo: "¿Maestro, acaso no te importa que estamos a punto de morir?" 39 El despertó, reprendió el viento y dijo al mar: "Permanece en paz." Y los vientos cesaron, y hubo una gran calma. 40 Él les dijo: "¿Por qué tienen miedo? ¿Todavía ustedes no tienen fe?" 41 Ellos estaban llenos de gran temor y se decían entre sí: "¿Quién entonces es Éste, porque incluso los vientos y el mar le obedecen?"

5

1 Ellos vinieron al otro lado del lago, a la región de los Gadarenos. 2 E inmediatamente cuando Jesús se bajó del barco, un hombre con un espíritu inmundo vino a Él de las tumbas. 3 El hombre vivía en las tumbas. Ya nadie podía retenerlo, ni siquiera con una cadena. 4 Había estado atado muchas veces con cadenas. Él rompía las cadenas, y los grilletes eran destrozados. Nadie tenía la fuerza para dominarlo. 5 Cada noche y día en las tumbas y en las montañas, él gritaba y se cortaba a sí mismo con piedras afiladas. 6 Cuando él vio a Jesús en la distancia, corrió hacia Él y se arrodilló ante Él. 7 Él gritó en voz alta: "¿Qué tengo yo que hacer contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego por Dios mismo, no me atormentes." 8 Porque Jesús le estaba diciendo: "Sal del hombre, espíritu inmundo." 9 Él le preguntó: "¿Cuál es tu nombre?" Él le dijo: "Mi nombre es Legión, porque somos muchos." 10 Él le rogó una y otra vez que no los enviara fuera de la región. 11 Ahora un hato de cerdos estaba allí alimentándose en una colina, 12 y ellos Le rogaron, diciendo: "Envíanos dentro de los cerdos; déjanos entrar en ellos." 13 Él se lo permitió, los espíritus inmundos salieron y entraron en los cerdos, y ellos corrieron colina abajo hacía el mar, y como unos dos mil cerdos se ahogaron en el mar. 14 Y aquellos que alimentaban los cerdos huyeron y reportaron lo que sucedió en la ciudad y en el campo. Entonces muchas personas salieron a ver lo que había ocurrido. 15 Vinieron a Jesús, y cuando vieron al hombre que había sido poseído por demonios -quien tenía una Legión- sentado, vestido y en su sano juicio, y tuvieron miedo. 16 Aquellos que vieron lo que le había ocurrido al hombre que fue poseído por demonios, contaron a los otros lo que le pasó a el y también dijeron acerca de los cerdos. 17 Ellos comenzaron a rogarle a Jesús que se fuera de su región. 18 Y cuando El subía a la barca, el hombre que fue poseído vino a Jesús. El hombre le rogaba que le permitiera ir con Él. 19 Jesús no se lo permitió, pero le dijo: "Ve a tu casa y a tu gente, y diles lo que el Señor hizo por ti, y la misericordia que te dio." 20 Así que el hombre se fue y proclamó las grandes cosas lo que Jesús hizo por él en Decápolis. Y todos se maravillaron. 21 Cuando Jesús cruzó otra vez en el barco hacia el otro lado, una gran multitud lo rodeó, y Él estaba parado al lado del mar. 22 Uno de los líderes de la sinagoga, llamado Jairo, vino y cuando vio a Jesús, cayó a Sus pies. 23 Le rogó una y otra vez, diciendo: "Mi hija pequeña está cerca de la muerte. Te ruego, vengas y pongas Tus manos sobre ella para que sane y viva." 24 Así que Él fue con él y una gran multitud lo siguió, y lo apretaban a Su alrededor. 25 Había allí una mujer que sufría un flujo de sangre desde hace doce años. 26 Ella había sufrido mucho bajo el cuidado de muchos médicos y gastó todo el dinero que tenía, pero en lugar de mejorarse ella solo empeoraba. 27 Ella había escuchado noticias de Jesús. Así que ella fue tras Él cuando estaba caminando entre la multitud, y tocó Su manto. 28 Porque ella había dicho: "Si tan solo toco Sus ropas, voy a ser sanada." 29 Cuando ella Lo tocó, el sangrado paró, y ella sintió que su cuerpo quedó sano de su aflicción. 30 De inmediato Jesús supo en Sí mismo que poder había salido de Él, y Él se dio vuelta en la multitud y preguntó: "¿Quién tocó Mis ropas?" 31 Sus discípulos le dijeron: "Ves esta multitud apretada a Tu alrededor y dices: '¿Quién Me tocó?'" 32 Pero Jesús miró a su alrededor para ver quien lo había hecho. 33 La mujer sabiendo lo que le había pasado, tuvo miedo y tembló. Ella vino y cayó delante de Jesús y Le dijo toda la verdad. 34 Él le dijo: "Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz y sanada de tu enfermedad." 35 Mientras Él hablaba, vinieron personas desde la casa del líder de la sinagoga, diciendo: "Tu hija está muerta. ¿Por qué molestar más al Maestro?" 36 Pero cuando Jesús escuchó lo que decían, Jesús le dijo al líder de la sinagoga: "No temas. Solo cree." 37 Él no le permitió a nadie que lo acampañara, excepto Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo. 38 Ellos vinieron a la casa del líder de la sinagoga. Jesús vio muchas personas afligidas, personas llorando y gimiendo. 39 Cuando Él entro a la casa, les dijo: "¿Por qué están afligidos y por qué lloran? La niña no está muerta, solo duerme." 40 Ellos se rieron de Él. Pero Él los sacó a todos y tomó al padre y la madre de la niña y aquellos que estaban con Él, y fueron al cuarto donde estaba la niña. 41 Él tomo la mano de la niña, y le dijo: "Talita cumi," que significa, "Pequeña niña, yo te digo, levántate." 42 Inmediatamente la niña se levantó y caminó (porque tenía doce años de edad). Ellos estaban atónitos y asombrados. 43 Él les ordenó estrictamente que nadie debía saber acerca de esto. Y les dijo que le dieran a ella algo de comer.

6

1 Cuando salió de allí y vino a Su pueblo, y Sus discípulos Lo siguieron. 2 Cuando vino el Sábado, Él enseñó en la sinagoga. Muchos lo escuchaban y se maravillaban. Ellos decían: "¿De dónde Él obtiene estas enseñanzas? ¿Qué es esta sabiduría que le ha sido dada? ¿Qué son estos milagros que Él hace con Sus manos? 3 ¿No es Éste el carpintero, el hijo de María, y hermano de Jacobo (Santiago), y José, y Judas y Simón? ¿No están Sus hermanas aquí con nosotros?" Y ellos se sintieron ofendidos por Jesús. 4 Jesús les dijo: "Un profeta sin honra sino en su propio pueblo, y entre los suyos y en su propia casa." 5 Él no fue capaz de hacer ninguna obra poderosa allí, excepto poner Sus manos en algunos enfermos y los sanó. 6 Su incredulidad Le asombró. Él recorrió sus aldeas enseñando. 7 Él llamó a los doce y comenzó a enviarlos, de dos en dos; y Él les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, 8 y los instruyó a que no tomaran nada para su viaje excepto solo por un bastón: no debían llevar ni pan, ni bolso y ningún dinero en sus correas, 9 pero sí calzar sandalias, y no vestir dos túnicas. 10 Y Él les dijo: "Cuando entren a una casa, quédense ahí hasta que se vayan del lugar. 11 Y si en algún pueblo no los reciben o escuchan, salgan de ese lugar, sacúdanse el polvo debajo de sus pies, como testimonio a ellos." 12 Ellos salieron y proclamaron que las personas deberían volverse de sus pecados. 13 Expulsaron muchos demonios, y ungieron con aceite, y sanaron muchos enfermos. 14 El rey Herodes escuchó esto, pues el nombre de Jesús se había hecho muy conocido. Algunos estaban diciendo: "Juan el Bautista se ha levantado de la muerte y por eso, estos poderes milagrosos están obrando en Él." 15 Otros dijeron: "Él es Elías." Y aún otros dijeron: "Él es un profeta, como uno de los profetas de tiempos antiguos." 16 Pero cuando Herodes escuchó esto y dijo: "Juan, a quien yo decapité, se ha levantado." 17 Pues Herodes mismo envío a arrestar a Juan y lo encadenó en prisión, por causa de Herodías, (la esposa de su hermano Felipe), pues Herodes se había casado con ella. 18 Pues Juan le dijo a Herodes: "No es lícito para ti tener a la esposa de tu hermano." 19 Herodías se puso en contra de Juan y quería matarlo, pero ella no podía, 20 porque Herodes temía a Juan, y él sabía que él era un hombre justo y santo, y lo mantuvo a salvo. Cuando él escuchaba a Juan predicar, su mensaje le molestaba, y aún así él todavía se agradaba de oírlo. 21 Pero llegó un día que fue una oportunidad para Herodías actuar: en el cumpleaños de Herodes, él hizo una cena para sus oficiales, sus comandantes, y los líderes de Galilea. 22 La hija de Herodías vino y bailó para ellos, y ella complació a Herodes y a sus invitados en la cena. El rey le dijo a la joven: "Pídeme cualquier cosa que quieras y yo te la daré." 23 Él le juró a ella diciendo: "Lo que sea que me pidas, yo te daré, hasta la mitad de mi reino." 24 Ella salió y le dijo a su madre: "¿Qué debo pedirle?" Ella dijo: "La cabeza de Juan el Bautista." 25 Inmediatamente ella entró apresuradamente hacia el rey y le pidió: "Yo quiero que me des de una vez, sobre un plato, la cabeza de Juan el Bautista." 26 El rey se puso muy triste, pero debido a sus juramentos, y por sus invitados, él no pudo rechazar su petición. 27 Así que el rey envió un soldado de su guardia y le ordenó que le trajera la cabeza de Juan. El guardia fue y lo decapitó en la prisión. 28 Él le trajo la cabeza en un plato y se la dio a la joven, y la joven se la dio a su madre. 29 Escuchando esto, los discípulos de Juan vinieron y tomaron su cuerpo y lo colocaron en una tumba. 30 Los apóstoles se reunieron alrededor de Jesús, y le dijeron todo lo que ellos habían hecho y enseñado. 31 Él les dijo: "Apártense ustedes mismos a un lugar solitario y descansen por un tiempo." Pues muchos iban y venían, y ellos no tomaron tiempo aparte para descansar, ni siquiera tiempo para comer. 32 Ellos se fueron lejos en el bote hacia un lugar solitario por sí solos. 33 Pero muchas personas los vieron irse y les reconocieron. Las personas corrieron juntas a pie desde todos los pueblos, y llegaron allí antes que ellos. 34 Cuando llegaron a la orilla, Jesús vio una gran multitud, Él tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor. Así que Él empezó a enseñarles muchas cosas. 35 Cuando ya era tarde, Sus discípulos vinieron a Él y Le dijeron: "Este es un lugar solitario y la hora ya es tarde. 36 Despídelos para que puedan ir a los campos cercanos y a las aldeas y comprar algo de comer para ellos." 37 Pero Él les contestó y dijo: "Denles ustedes algo para comer." Ellos le dijeron: "¿Podemos nosotros ir y comprar doscientos denarios de pan y dárselos a ellos para que coman?" 38 Él les dijo: "¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan y vean." Cuando lo supieron, ellos dijeron: "Cinco panes y dos peces." 39 Él les mandó a todas las personas a que se sentaran en grupos sobre la hierba verde. 40 Ellos se sentaron en grupos, grupos de cien y de cincuenta. 41 Mientras Él tomó los cinco panes y los dos peces, mirando al cielo, los bendijo y partió los panes y se los dio a los discípulos para que los dieran a la multitud frente a ellos. Los dos peces Él los dividió entre todos ellos. 42 Todos ellos comieron hasta que estuvieron satisfechos. 43 Los discípulos recogieron los pedazos de pan, doce canastas llenas, y todos los pedazos de pescado. 44 Allí habían cinco mil hombres quienes comieron los panes. 45 Inmediatamente Él hizo que Sus discípulos entraran en el bote y fueran al otro lado antes que Él, hacia Betsaida, mientras Él mismo despedía a la multitud. 46 Cuando ellos se fueron, Él subió a la montaña a orar. 47 La noche llegó, y el bote estaba ahora en medio del mar, y Él estaba solo en tierra. 48 Él vio que ellos se estaban esforzando con los remos, pues el viento estaba en contra de ellos. Como a la cuarta vigilia de la noche Jesús vino hacia ellos, caminando sobre el mar, y quería pasarlos de largo. 49 Pero cuando ellos Lo vieron caminando sobre el mar, pensaron que Él era un fantasma y gritaron, 50 porque todos ellos lo vieron y estaban aterrorizados. Pero inmediatamente Él les habló y les dijo: "¡Sean valientes! ¡Soy yo! No teman." 51 Él subió al bote con ellos, y el viento cesó de soplar; y ellos estaban completamente asombrados de Él. 52 Pues ellos no habían entendido sobre los panes, porque sus mentes eran lentas para entender. 53 Cuando ellos habían cruzado, vinieron a la tierra en Genesaret y anclaron el bote. 54 Cuando salieron del bote, la gente inmediatamente reconoció que era Jesús. 55 La gente corrió por medio de toda la región y comenzaron a traerle enfermos en camillas donde quiera que escuchaban que Él venía. 56 Dondequiera que Él entraba en las aldeas, o ciudades, o en los campos, ellos colocaban a los enfermos en los mercados, y Le rogaban si solamente podían tocar el borde de Su vestidura, y cuántos lo tocaban, eran sanados.

7

1 Los Fariseos y algunos de los escribas que habían venido de Jerusalén se reunieron alrededor de Él. 2 Ellos vieron que algunos de Sus discípulos comían su pan con manos contaminadas, esto es, sin lavarse. 3 (Porque los Fariseos y todos los Judíos, no comen a menos que laven sus manos completamente; ellos mantienen la tradición de los ancianos. 4 Cuando los Fariseos vienen del mercado, no comen a menos que se laven. Y hay otras reglas que siguen de forma estricta incluyendo el lavado de tazas, jarros, vasijas de cobre e incluso los colchones para comer.) 5 Los Fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: "¿Por qué Tus discípulos no viven de acuerdo a la tradición de los ancianos, pues ellos comen su pan sin lavar sus manos? 6 Él dijo: "Isaías profetizó bien sobre ustedes los hipócritas. Él escribió: 'ESTAS PERSONAS ME HONRAN CON SUS LABIOS, PERO SUS CORAZONES ESTÁN LEJOS DE MÍ. 7 ME OFRECEN UNA ADORACIÓN VACÍA, ENSEÑANDO REGLAS DE HOMBRES COMO SUS DOCTRINAS.'" 8 "Ustedes abandonan el mandato de Dios y se aferran fuertemente a la tradición de los hombres." 9 Y Él les dijo: "¡Ustedes convenientemente rechazan los mandamientos de Dios para poder mantener su tradición! 10 Pues Moisés dijo: 'HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE' y 'AQUEL QUE HABLE MALDAD DE SU PADRE O SU MADRE, DE SEGURO MORIRÁ. 11 Pero ustedes dicen: 'Si un hombre le dice a su padre o su madre, 'Cualquier ayuda que hubieras podido recibir de mí es Corbán' (quiere decir, 'dedicado a Dios'), 12 entonces ustedes ya no le permiten hacer nada por su padre o su madre. 13 Ustedes están anulando el mandamiento de Dios por su tradición la cual han transmitido. Y hacen muchas otras cosas semejantes a éstas." 14 Él llamó nuevamente a la multitud y les dijo: "Escúchenme todos y entiendan. 15 No hay nada de fuera de una persona que pueda contaminarle cuando entre en él. Es lo que sale de la persona lo que puede contaminarle. 16 Si algún hombre tiene oídos para oír, que oiga." 1 17 Cuando Jesús dejó a la multitud y entró a la casa, Sus discípulos le preguntaron sobre la parábola. 18 Jesús dijo: "¿Aún siguen sin entendimiento? ¿Acaso no ven que no hay nada de fuera del hombre que pueda entrar en él y pueda contaminarle, 19 porque no entra a su corazón, sino que entra a su estómago y luego sale al inodoro?" Con esta declaración Jesús hizo limpios todos los alimentos. 20 Él dijo: "Es lo que sale de una persona lo que puede contaminarle. 21 Pues desde adentro de una persona, desde el corazón, proceden pensamientos malignos, inmoralidad sexual, robos, asesinatos, 22 adulterio, codicia, malicia, engaño, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo, locura. 23 Todos estos males provienen del interior, y son los que contaminan a la persona." 24 Él se levantó de allí y fue a la región de Tiro y Sidón. Entró en una casa y no quería que nadie supiera que estaba allí, pero Él no pudo ocultarse. 25 Pero inmediatamente una mujer cuya pequeña hija tenía un espíritu inmundo, escuchó acerca de Él, vino y cayó a sus pies. 26 Ahora la mujer era Griega, de descendencia Sirofenicia. Ella le suplicó que arrojara fuera el demonio de su hija. 27 Él le dijo: "Deja que los hijos se alimenten primero. Porque no es correcto tomar el pan de los hijos y tirarlo a los perros." 28 Pero ella respondió y le dijo: "Sí, Señor, pero aún los perros debajo de la mesa comen las migajas de los hijos." 29 Él le dijo: "Porque has dicho esto, eres libre para irte. El demonio ha salido de tu hija." 30 Ella volvió a su casa y encontró a la pequeña acostada en la cama y el demonio se había ido. 31 Entonces Él salió de la región de Tiro y vino a través de Sidón hacia el mar de Galilea en la región de Decápolis. 32 Ellos Le trajeron a uno que era sordo y que tenía un impedimento del habla y Le suplicaron que pusiera sus manos sobre él. 33 Él lo tomó aparte de la multitud, en privado, y puso Sus dedos dentro de sus oídos, y luego de escupir, Él tocó su lengua. 34 Él miró al cielo, suspiró y le dijo: "¡Effatá!" lo que significa "¡Ábrete!" 35 Inmediatamente sus oídos fueron abiertos y lo que tenía su lengua amarrada fue destruído, y él podía hablar claramente. 36 Él les encargó que no le dijeran nada a nadie. Pero mientras más Él les ordenaba que callaran, más ellos hablaban al respecto. 37 Ellos estaban absolutamente atónitos, diciendo: "Él ha hecho todo bien. Él incluso hace que los sordos escuchen y los mudos hablen."


1Las copias más antiguas omiten el vs. 16

8

 1 En aquellos días, hubo nuevamente una gran multitud, y ellos no tenían nada que comer. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: 2 "Tengo compasión de la multitud, porque continúan estando conmigo ya por tres días y no tienen nada que comer." 3 Si yo les envío a sus casas sin comer, van a desmayarse por el camino. Y algunos de ellos han venido de un largo camino." 4 Sus discípulos Le preguntaron: "¿Dónde podemos conseguir suficientes panes en un lugar desértico como éste para satisfacer esta gente?" 5 Él les preguntó: "¿Cuántas panes tienen ustedes?" Ellos dijeron: "Siete." 6 Él ordenó a la multitud a sentarse en el suelo. Tomó los siete panes, y dió gracias, y los partió. Él los dio a sus discípulos para servirlos, y así ellos sirvieron a la multitud. 7 Ellos también tenían unos pocos peces pequeños y después que Él dio gracias por ellos, ordenó a sus discípulos a servir estos también. 8 Ellos comieron y fueron satisfechos. Y recogieron lo que sobró de los pedazos partidos, siete canastas llenas. 9 Eran allí como cuatro mil personas. Jesús les envió de regreso. 10 Inmediatamente Él subió al bote con sus discípulos, y fueron a la región de Dalmanuta. 11 Entonces los Fariseos salieron y comenzaron a discutir con Él. Ellos buscaron de Él una señal del cielo, para probarle. 12 Él suspiró profundamente en Su espíritu y les dijo: "¿Por qué esta generación busca una señal? Verdaderamente les digo a ustedes, ninguna señal le será dada a esta generación." 13 Entonces Él se fue, entró de nuevo en el bote, y partió al otro lado del lago. 14 Entonces los discípulos se olvidaron de traer pan con ellos. Ellos no tenían más de un pan en el bote. 15 Él les advirtió y les dijo: "Manténganse vigilantes y tengan cuidado con la levadura de los Fariseos y la levadura de Herodes." 16 Los discípulos razonaron entre ellos: "Esto es porque nosotros no tenemos pan." 17 Jesús estaba consciente de esto y les dijo: "¿Por qué ustedes están razonando sobre no tener pan? ¿No se han dado cuenta todavía? ¿Ustedes no entienden? ¿Se han apagado sus corazones? 18 USTEDES TIENEN OJOS, ¿PERO NO VEN? USTEDES TIENEN OÍDOS, ¿PERO NO OYEN? ¿Ustedes no recuerdan? 19 Cuando yo partí los cinco panes entre los cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de pedazos de pan recogieron?" Ellos dijeron: "Doce." 20 Y cuando Yo partí los siete panes entre los cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas recogieron?" Ellos dijeron: "Siete." 21 Él dijo: "¿Ustedes no entienden todavía?" 22 Ellos llegaron a Betsaida. La gente de allí Le trajo un hombre ciego y Le rogó a Jesús que le tocara. 23 Jesús tomó al hombre ciego por la mano, y le condujo fuera de la aldea. Cuando Él escupió sobre sus ojos y puso sus manos sobre él, Le preguntó: "¿Ves algo?" 24 Él miró hacia arriba, y dijo: "Yo veo hombres que parecen árboles que caminan." 25 Entonces Jesús puso sus manos nuevamente sobre sus ojos, y el hombre abrió sus ojos, su vista fue restaurada, y vio todas las cosas claramente. 26 Jesús lo envió de regreso a su casa y le dijo: " No entres al pueblo." 27 Jesús salió con sus discípulos a las aldeas de Cesárea de Filipo. En el camino Él le preguntó a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que soy Yo?" 28 Ellos le contestaron y dijeron: "Juan el Bautista. Otros dicen: 'Elías' y otros: 'Uno de los profetas.'" 29 Él les preguntó: "Pero ustedes ¿quién dicen que soy Yo?" Respondiendo, Pedro le dijo: "Tú eres el Cristo." 30 Jesús les advirtió que no le dijeran a nadie sobre Él. 31 Él comenzó a enseñarles que el Hijo del Hombre tenía que sufrir muchas cosas, y ser rechazado por los ancianos y los jefes de los sacerdotes y los escribas, y que sería asesinado, y levantado nuevamente a la vida luego de tres días. 32 Él dijo esto claramente. Entonces Pedro Le llevó aparte y comenzó a reprenderlo. 33 Pero Jesús se volvió y miró a sus discípulos y entonces reprendió a Pedro y dijo: "¡Ponte detrás de mí, Satanás! Tú no cuidas de las cosas de Dios, sino de las cosas de la gente." 34 Entonces Él llamó a la multitud y a sus discípulos juntos, y les dijo: "Si alguno desea seguirme, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme. 35 Porque quien desee salvar su vida la perderá, y quien pierda su vida por Mi causa y por el evangelio la salvará. 36 ¿Cómo se beneficia una persona, si gana todo el mundo y luego pierde su vida? 37 ¿Qué puede dar una persona a cambio de su vida? 38 Cualquiera que se avergüence de Mí y de Mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles."

9

1 El les dijo: "Verdaderamente les digo, hay algunos de ustedes que están aquí que no experimentarán la muerte antes de que vean el reino de Dios venir con poder." 2 Seis días después, Jesús se llevó con Él a Pedro, Santiago, y a Juan y los llevó y los hizo subir a una montaña alta. Luego se transfiguró ante ellos. 3 Sus túnicas se volvieron radiantemente brillantes, extremadamente blancas, más blanco de lo que cualquier blanqueador en la tierra pudiera blanquearlos. 4 Luego Elías con Moisés se aparecieron ante ellos, y estaban hablando con Jesús. 5 Pedro preguntó y le dijo a Jesús: "Rabí, es bueno para nosotros que estemos aquí, así que permítenos hacer tres albergues. Déjanos hacer uno para Ti, uno para Moisés, y otro para Elías" 6 (Pedro no sabía que decir, pues los discípulos estaban todos aterrorizados.) 7 Una nube vino y los cubrió con una sombra. Luego una voz salió de la nube: "Este es Mi Hijo amado. Escúchenlo." 8 De pronto, cuando miraron a su alrededor, ya no veían a nadie con ellos, sino sólo a Jesús. 9 Mientras bajaban del monte, Él les ordenó no contarles a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre fuera levantado de entre los muertos. 10 De manera que mantuvieron el asunto para ellos, pero discutieron entre ellos sobre que podría significar "ser levantado de entre los muertos." 11 Ellos le preguntaron: "¿Por qué los escribas dicen que Elías debe venir primero?" 12 Él les dijo: "Elías con seguridad viene primero para restaurar todas las cosas. Entonces ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre debe sufrir muchas cosas y ser odiado? 13 Pero les digo que Elías ya vino, y ellos le hicieron todo lo que quisieron, tal como dicen las escrituras sobre él." 14 Cuando ellos regresaron donde los otros discípulos, vieron una gran multitud alrededor de ellos, y los escribas estaban discutiendo con ellos. 15 Y cuando ellos lo vieron a Él, la gran multitud estaba asombrada y corrieron a Él y le dieron la bienvenida. 16 Él le preguntó a sus discípulos: "¿Acerca de qué están discutiendo con ellos?" 17 Uno de la multitud le dijo: "Maestro, te he traído a mi hijo; él tiene un espíritu que le impide hablar, 18 y le causa convulsiones y lo tira al suelo; suelta espuma por la boca, rechina sus dientes y lo vuelve rígido. Le pedí a tus discípulos que lo sacaran de él, pero no pudieron." 19 Él les preguntó a ellos: "Generación incrédula, ¿por cuánto tiempo tengo que quedarme entre ustedes? ¿Cuánto más debo aguantarlos? Tráiganlo a Mí." 20 Ellos le trajeron al niño a Él. Cuando el espíritu vio a Jesús, él inmediatamente le provocó una convulsión. El niño cayó al piso y empezó a soltar espuma por la boca. 21 Jesús le preguntó a su padre: "¿Por cuánto tiempo ha estado así?" El padre dijo: "Desde su niñez. 22 Algunas veces él lo ha tirado en el fuego o en las aguas y ha tratado de destruirlo. Si puedes hacer algo, ten piedad de nosotros y ayúdanos." 23 Jesús le dijo: "¿Que si soy capaz? Todas las cosas son posibles para los que creen." 24 Inmediatamente el padre del niño gritó y dijo: "¡Yo creo! ¡Ayuda mi incredulidad!" 25 Cuando Jesús vio la multitud correr a ellos, ÉL reprendió al espíritu inmundo y dijo: "Tú, espíritu mudo y sordo, te ordeno, sal de él, y no vuelvas a entrar de nuevo." 26 El espíritu gritó y convulsó al niño fuertemente y luego salió de él. El niño se veía como alguien que estuviera muerto, así que eso decía la mayoría de la gente: "Él está muerto." 27 Pero Jesús lo tomó de mano y lo levantó, y el niño se puso de pie." 28 Cuando Jesús entró a la casa, sus discípulos le preguntaron en privado: "¿Por qué no pudimos expulsarlo?" 29 Él les dijo: "Esta clase no puede ser expulsada sino con oración." 30 Ellos salieron de allí y pasaron por Galilea. Él no quería que nadie supiera donde estaban, 31 porque estaba enseñándole a sus discípulos. Él les dijo: "El Hijo del Hombre será entregado en las manos de los hombres, y ellos Lo llevarán a la muerte. Cuando Lo hayan llevado a la muerte, despúes de tres días Él se levantaría." 32 Pero ellos no entendían esta declaración, y tenían miedo de preguntarle. 33 Ellos vinieron a Capernaúm. Cuando Él estaba en la casa les preguntó: "¿Qué estaban discutiendo a lo largo del camino?" 34 Pero ellos estaban callados. Porque estaban discutiendo los unos con los otros a lo largo del camino acerca de quién era el mas grande. 35 Él se sentó y llamó a los doce juntos, y Él les dijo: " Si alguno quiere ser el primero, él debe ser el último de todos y sirviente de todos." 36 Él tomó un niño pequeño y lo colocó en medio de ellos. Él tomó el niño en sus brazos y les dijo: 37 "Cualquiera que reciba a un niño en mi nombre, también Me recibe a mí, y si alguien me recibe, no Me recibe a Mí solo, sino también al que Me envió." 38 Juan le dijo: "Maestro, vimos a alguien expulsando demonios en Tu nombre y lo detuvimos, porque él no nos sigue." 39 Pero Jesús dijo: "No lo detengan. Porque no hay nadie que pueda hacer una obra poderosa en Mi nombre y que pronto sea capaz de decir algo malo de Mí. 40 Cualquiera que no esté en contra de nosotros está con nosotros. 41 Cualquiera que les dé un vaso de agua a ustedes para beber porque le perteneces a Cristo, verdaderamente les digo, él no perderá su recompensa. 42 Cualquiera que le cause tropiezo a uno de estos pequeñitos que cree en Mí, será mejor para él tener una piedra grande de molino amarrada a su cuello y ser tirado al mar. 43 Si tu mano te causa tropiezo, córtala. Es mejor entrar en la vida manco que tener las manos e irse al infierno, al fuego que nunca se apaga. 44 DONDE EL GUSANO NUNCA MUERE Y EL FUEGO NO SE APAGA" 45 Si tu pie te hace tropezar, córtalo. Porque es mejor entrar en la vida cojo, que tener los dos pies, y ser lanzado al infierno. 46 DONDE EL GUSANO NUNCA MUERE Y EL FUEGO NO SE APAGA. ] 47 Si tu ojo te causa tropiezo, sácatelo. Es mejor para ti entrar en el reino de Dios con un ojo, que tener los dos y ser lanzado al infierno, 48 DONDE EL GUSANO NUNCA MUERE Y EL FUEGO NO SE APAGA. 49 Pues todos serán salados con fuego. 50 La sal es buena, pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo la puedes volver a poner salada otra vez? Tengan sal en ustedes, y estén en paz los unos con los otros."

10

1 Jesús dejó ese lugar y fue a la región de Judea y más allá del área del río Jordán, y las multitudes vinieron a Él otra vez. Él estaba enseñándoles de nuevo, como era su costumbre. 2 Los Fariseos vinieron a Él para probarle y le preguntaron: "¿Es lícito para un esposo divorciarse de su esposa?" 3 Él contestó: "¿Qué les ordenó Moisés?" 4 Ellos dijeron: "Moisés permitió al hombre escribir una carta de divorcio y luego echarla." 5 "Fue a causa de sus corazones duros que él escribió esta ley," les dijo Jesús. 6 "Pero desde el inicio de la creación, 'DIOS LOS CREÓ HOMBRE Y MUJER. 7 POR ESTA RAZÓN DEJARÁ UN HOMBRE A SU PADRE Y MADRE Y SE UNIRÁ A SU ESPOSA, 8 Y LOS DOS VENDRÁN A SER UNA CARNE.' Así que ya no serán más dos, sino una carne. 9 Por tanto, lo que Dios ha unido, que ningún hombre lo separe." 10 Cuando ellos estaban en la casa, los discípulos le preguntaron sobre esto de nuevo. 11 Él les dijo: "Cualquiera que se divorcie de su mujer y se case con otra mujer comete adulterio en contra de ella. 12 Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro hombre, ella comete adulterio." 13 Y traían a sus pequeños niños para que Él pudiera tocarlos, pero los discípulos los reprendieron. 14 Pero cuando Jesús vio esto, se molestó con ellos, y les dijo: "Permitan que los pequeños niños vengan a Mí, y no se lo prohíban, porque les pertenece el reino de Dios a aquellos que son como ellos. 15 Ciertamente les digo, cualquiera que no reciba el reino de Dios como un niño definitivamente no entrará en él." 16 Luego Él tomó a los niños en sus brazos y los bendijo mientras posaba sus manos sobre de ellos. 17 Cuando Él inició su viaje, un hombre corrió a Él y se arrodilló frente a Él, y le preguntó: "Buen Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?" 18 Y Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, excepto solo Dios. 19 Tú conoces los mandamientos: 'NO MATARÁS, NO COMETERÁS ADULTERIO, NO ROBARÁS, NO DARÁS FALSO TESTIMONIO, NO DEFRAUDARÁS, HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE.'" 20 El hombre dijo: "Maestro, todas estas cosas he obedecido desde el tiempo de mi juventud." 21 Jesús lo miró y lo amó. Él le dijo: "Una cosa te falta. Debes vender todo lo que tienes y dárselo a los pobres, y tú tendrás tesoros en los cielos. Luego ven, sígueme." 22 Pero él se desalentó debido a esta declaración; él se marchó muy entristecido pues tenía muchas posesiones. 23 Jesús miró alrededor y le dijo a sus discípulos: "¡Cuán difícil es para aquéllos que son ricos el entrar en el reino de Dios!" 24 Los discípulos estaban atónitos ante Sus palabras. Pero Jesús les dijo de nuevo: "Niños, ¡cuán difícil es entrar en el reino de Dios! 25 Es más fácil que un camello pase a través del ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de Dios." 26 Ellos estaban asombrados en gran manera y decían entre sí: "Entonces, ¿quién puede ser salvo?" 27 Jesús los miró y dijo: "Con el hombre es imposible, pero con Dios no. Pues todas las cosas son posibles para Dios." 28 Pedro empezó a decirle: "Mira, nosotros hemos dejado todo y Te hemos seguido." 29 Jesús dijo: "De cierto les digo, no hay uno que haya dejado su casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o tierras, por mi causa, y por el evangelio, 30 quien no recibirá cien veces más ahora en este mundo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras, aunque con persecuciones, y en el mundo venidero, la vida eterna. 31 Pero muchos de los que son primeros serán últimos, y los últimos serán primeros." 32 Estaban ellos caminando por el camino que subía hacia Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos. Los discípulos estaban maravillados, y aquellos quienes les seguían de lejos tenían temor. Entonces Jesús tomó a los doce aparte de nuevo y comenzó a decirles lo que pronto le ocurriría a Él: 33 "Miren, nosotros vamos a subir a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los escribas. Ellos lo van a condenar a muerte y lo entregarán a los Gentiles. 34 Ellos lo humillarán, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán. Pero luego de tres días Él se levantará." 35 Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, vinieron a Él y dijeron: "Maestro, queremos que hagas por nosotros cualquier cosa que te pidamos." 36 Él les dijo: "¿Qué desean que haga por ustedes?" 37 Ellos Le dijeron: "Permítenos sentarnos contigo en Tu gloria, uno a Tu mano derecha y el otro a Tu mano izquierda." 38 Pero Jesús les contestó: "Ustedes no saben lo que están pidiendo. ¿Son ustedes capaces de beber la copa que estoy a punto de beber, o soportar el bautismo con el cual Yo seré bautizado?" 39 Ellos Le dijeron: "Somos capaces." Jesús les dijo: "La copa que voy a beber, ustedes la beberán. Y el bautismo con el que soy bautizado, ustedes también serán bautizados. 40 Pero quien estará sentado a Mi derecha o a Mi izquierda no es Mío darlo, sino es para aquellos para quienes ha sido preparado." 41 Cuando los otros diez discípulos escucharon sobre esto, comenzaron a enojarse mucho contra Jacobo y Juan. 42 Jesús los llamó donde Él y dijo: "Ustedes conocen que quienes se consideran gobernantes de los Gentiles los dominan a ellos, y sus personas importantes ejercen autoridad sobre ellos. 43 Pero no será ésta la manera entre ustedes. Aquel que desee ser grande entre ustedes deberá ser su sirviente, 44 y aquel que desee ser primero entre ustedes debe ser esclavo de todos. 45 Porque el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir, y a dar su vida como rescate de muchos." 46 Ellos llegaron a Jericó. Y cuando Él salía de Jericó junto a Sus discípulos y una gran multitud, el hijo de Timeo, Bartimeo, un mendigo ciego estaba sentado junto al camino. 47 Cuando él escuchó que era Jesús el Nazareno, él comenzó a gritar y decir: "¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!" 48 Muchos reprendieron al hombre ciego, diciéndole que se callara. Pero él gritó más fuerte aún: "¡Hijo de David, ten misericordia de mí"! 49 Jesús se detuvo y ordenó que lo llamaran. Ellos llamaron al hombre ciego, diciéndole: "¡Sé valiente! ¡Levántate! Él está llamándote." 50 Él tiró su manto a un lado, se levantó, y vino a Jesús. 51 Jesús le contestó y le dijo: "¿Qué deseas que Yo haga por ti?" El hombre ciego dijo: "Rabí, yo quiero recibir mi vista." 52 Y Jesús le dijo: "Ve. Tu fe te ha sanado." Inmediatamente él recibió su vista, y Lo siguió por todo el camino.

11

1 Ahora mientras ellos venían a Jerusalén, estaban cerca de Betfagé y Betania, en el Monte de los Olivos, y Jesús envió a dos de sus discípulos 2 y les dijo: "Vayan a la aldea opuesta a nosotros. Tan pronto ustedes entren, encontrarán un pollino que nunca ha sido montado. Desátenlo y tráiganmelo. 3 Y si alguien les dice: '¿Por qué están haciendo esto?', ustedes deben decir: 'El Señor lo necesita e inmediatamente lo devolverá aquí.'" 4 Ellos se fueron y encontraron un pollino atado en una puerta afuera en la calle abierta, y lo desataron. 5 Varias personas que estaban allí les dijeron: "¿Qué están ustedes haciendo desatando ese pollino?" 6 Ellos hablaron como Jesús les dijo, y las personas los dejaron ir por su camino. 7 Los dos discípulos llevaron el pollino a Jesús y tiraron sus mantos sobre él para que Jesús pudiera montarlo. 8 Muchas personas tendieron sus mantos en la calle, y otros tendieron ramas que ellos habían cortado de los campos. 9 Aquellos que fueron delante de Él y aquellos que le seguían gritaban: "¡Hosanna! BENDITO ES AQUEL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR; 10 Bendito es el reino que viene de nuestro padre David; ¡Hosanna en las alturas!" 11 Entonces, Jesús entró a Jerusalén y fue al templo y miró todo alrededor. Ahora, siendo ya tarde, Él salió para Betania con los doce. 12 Al día siguiente, cuando ellos regresaron de Betania, Él tuvo hambre. 13 Él vio un árbol de higuera afuera a la distancia que estaba brotando hojas, así que Él fue a ver si podía encontrar cualquier fruta en ella. Cuando llegó al árbol, Él no encontró nada más que hojas, porque no era la época de higos. 14 Él le habló al árbol: "Nadie jamás comerá frutas de ti." Sus discípulos escucharon lo que Él dijo. 15 Ellos vinieron a Jerusalén, y Él entró al templo y comenzó a sacar a los vendedores y compradores fuera del templo. Él volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los asientos de aquellos quienes vendían palomas. 16 Él no permitió a nadie cargar ninguna cosa a través del templo que pudiera ser vendido. 17 Él les enseñó y les dijo: "¿No está escrito: 'MI CASA SERÁ LLAMADA CASA DE ORACIÓN PARA TODAS LAS NACIONES'? Pero ustedes la han convertido en una CUEVA DE LADRONES." 18 Los jefes de los sacerdotes y los escribas oyeron lo que Él había dicho, y buscaban la manera de matarlo. Pues ellos temían porque la multitud entera estaba maravillada por sus enseñanzas. 19 Cada noche Jesús y Sus discípulos dejaban la ciudad. 20 Mientras ellos caminaban por la mañana, vieron el árbol de la higuera marchito hasta sus raíces. 21 Pedro recordó y dijo: "Rabí, mira, el árbol de higuera que maldijiste se marchitó." 22 Jesús les respondió: "Tengan fe en Dios. 23 Verdaderamente les digo, cualquiera que diga a esta montaña: 'Levántate y arrójate hacia el mar', y si él no duda en su corazón sino que cree que lo que ha dicho pasará, eso es lo que Dios hará. 24 Por tanto les digo; todo lo que oren y pidan, crean que lo recibieron, y será suyo. 25 Cuando se levanten y oren, deben perdonar cualquier cosa que ustedes tengan en contra de alguien, para que su Padre quien está en los cielos igualmente les perdone sus pecados. 26 Pero si ustedes no perdonan, tampoco su Padre quien está en los cielos perdonará sus transgresiones. 27 Ellos vinieron otra vez a Jerusalén. Mientras Jesús estaba caminando en el templo, los jefes de los sacerdotes, los escribas, y los ancianos vinieron a Él. 28 Ellos Le dijeron: "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te dio la autoridad para hacerlas?" 29 Jesús les dijo: "Yo les haré una pregunta. Díganme y les diré a ustedes con qué autoridad hago estas cosas. 30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respóndanme." 31 Ellos discutieron entre sí y argumentaron y dijeron: "Si nosotros decimos 'del cielo', Él dirá: '¿Entonces por qué no creyeron en él?' 32 ¿Pero si decimos 'de los hombres'...?" Ellos le temían a la gente, porque todos ellos sostenían que Juan era un profeta. 33 Luego le contestaron a Jesús y dijeron: "Nosotros no sabemos." Entonces Jesús les dijo: "Yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas."

12

1 Entonces Jesús comenzó a enseñarles en parábolas. Él dijo: "Un hombre PLANTÓ UNA VIÑA, FIJÓ UNA CERCA ALREDEDOR DE ÉL, Y CAVÓ UN POZO PARA UN LAGAR. Él construyó una torre de vigilancia y le arrendó el viñedo a los cultivadores de las uvas. Entonces se fue de viaje. 2 En el tiempo oportuno, envió un sirviente a los cultivadores para recibir de ellos algo del fruto del viñedo. 3 Pero ellos lo agarraron, lo golpearon, y lo enviaron sin nada. 4 Otra vez él les envió a otro sirviente, y ellos lo hirieron en la cabeza y lo avergonzaron. 5 El envió a otro más y a éste lo mataron. Ellos trataron a muchos otros de la misma manera, golpeando a unos y matando a otros. 6 Él tenía todavía una persona más que enviar, su hijo amado. Ése fue el último que les envió. Él dijo: "Ellos respetarán a mi hijo." 7 Pero los arrendatarios se dijeron unos a otros: "Este es el heredero. Vengan, vamos a matarlo, y la herencia será nuestra." 8 Ellos lo agarraron, lo mataron, y lo lanzaron fuera del viñedo. 9 Por lo tanto, ¿qué hará el dueño del viñedo? Él volverá y destruirá a los cultivadores de la vid y dará la viña a otros. 10 ¿No han leído la Escritura: 'ESTA PIEDRA, LA CUAL LOS CONSTRUCTORES RECHAZARON, HA SIDO HECHA LA PIEDRA ANGULAR. 11 ESTO PROVINO DEL SEÑOR, Y ES MARAVILLOSO A NUESTROS OJOS."? 12 Ellos desearon arrestar a Jesús, pero tuvieron miedo de la multitud, porque sabían que Él había hablado esta parábola en contra de ellos. Así que lo dejaron y se fueron. 13 Luego enviaron a Él algunos de los Fariseos y Herodianos, para entramparlo con palabras. 14 Cuando llegaron, le dijeron: ''Maestro, sabemos que no Le importa la opinión de nadie, y que no muestra parcialidad entre las personas. Usted verdaderamente enseña el camino de Dios. ¿Es lícito pagarle los impuestos a César o no?" 15 Pero Jesús conocía su hipocresía y les dijo: "¿Por qué Me ponen a prueba? Tráiganme un denario para Yo poder mirarlo." 16 Ellos le llevaron uno a Jesús. Él les dijo: "¿A quién se parece esta inscripción?" Ellos dijeron: "A César." 17 Jesús dijo: "Denle a César las cosas que son de César, y a Dios las cosas que son de Dios." Ellos se maravillaron de Él. 18 los Saduceos, esos quienes dicen que no hay resurrección, vinieron a Él. Ellos Le preguntaron, diciendo: 19 "Maestro, Moisés escribió a nosotros: 'SI EL HERMANO DE UN HOMBRE MUERE Y DEJA UNA ESPOSA ATRÁS, SIN HIJO, EL HOMBRE DEBERÍA TOMAR LA ESPOSA DE SU HERMANO Y TENER HIJO POR SU HERMANO.' 20 Había siete hermanos; el primero tomó una esposa y luego murió, sin dejar hijos. 21 Luego el segundo la tomó y murió, sin dejar hijos. Y el tercero igualmente. 22 Y así los siete no dejaron descendencia. Al final la mujer también murió. 23 En la resurrección, cuando ellos se levanten otra vez, ¿de cuál de ellos será esposa? Pues todos los siete hermanos la tuvieron como su esposa. 24 Jesús les dijo: ¿No es ésta la razón por la cual están equivocados, porque no conocen las escrituras ni el poder de Dios? 25 Porque cuando ellos se levanten de los muertos, ni se casarán ni serán dados en casamiento; pues serán como ángeles en el cielo. 26 Pero concerniente a los muertos, que son levantados, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el pasaje acerca del arbusto, cómo Dios le habló y le dijo: 'YO SOY EL DIOS DE ABRAHAM, EL DIOS DE ISAAC, Y EL DIOS DE JACOB.'? 27 Él no es el Dios de los muertos, sino de los vivos. Ustedes están muy equivocados. 28 Uno de los escribas vino y escuchó la discusión de ellos; él vio que Jesús les respondió bien. Él le preguntó: "¿Cuál mandamiento es el más importante de todos?" 29 Jesús le respondió: "El más importante es: 'ESCUCHA, ISRAEL; EL SEÑOR, NUESTRO DIOS, EL SEÑOR UNO ES. 30 USTEDES DEBEN AMAR AL SEÑOR SU DIOS CON TODO SU CORAZÓN, CON TODA SU ALMA, CON TODA SU MENTE Y CON TODAS SUS FUERZAS.' 31 El segundo mandamiento es éste: 'USTEDES DEBEN AMAR A SU PRÓJIMO COMO A USTEDES MISMOS.' No hay ningún otro mandamiento más grande que éstos." 32 El escriba dijo: "¡Bien, Maestro! Verdaderamente has dicho que DIOS ES UNO, Y QUE NO HAY OTRO ADEMÁS DE ÉL. 33 AMARLO CON TODO EL CORAZÓN Y CON TODO EL ENTENDIMIENTO Y CON TODAS LAS FUERZAS Y AMAR AL PRÓJIMO COMO A UNO MISMO, es mucho más importante que todos los holocaustos y sacrificios." 34 Cuando Jesús vio que él le dio una sabia respuesta, le dijo: "Tu no estás lejos del reino de Dios." Después de eso, nadie más se atrevió a hacerle más preguntas. 35 Y Jesús respondió, mientras estaba enseñando en el templo, y les dijo: "¿Cómo es que los escribas dicen que el Cristo es hijo de David? 36 David mismo, en el Espíritu Santo, dijo: 'EL SEÑOR DIJO A MI SEÑOR: SIÉNTATE A MI MANO DERECHA, HASTA PONER A TUS ENEMIGOS DEBAJO DE TUS PIES.' 37 David mismo llama al Cristo 'Señor', así que, ¿cómo es que Él es hijo de David?" La gran multitud le escuchó con gusto. 38 En su enseñanza Jesús dijo: "Cuidado con los escribas, quienes desean caminar en largas túnicas, y recibir saludos en los mercados, 39 y los mejores asientos en las sinagogas, y los lugares principales con los jefes en los banquetes. 40 Ellos también devoran las casas de las viudas, y oran largas oraciones para que la gente vea. Éstos hombres recibirán mayor condenación." 41 Entonces Jesús se sentó frente a una caja de ofrendas en el área del templo; Él estuvo observando a la gente mientras depositaban sus monedas en la caja. Muchas personas ricas echaban una gran cantidad de dinero. 42 Entonces una viuda pobre vino y echó dos pequeñas monedas, del valor de un centavo. 43 Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Verdaderamente les digo, esta viuda pobre ha echado más que todos aquellos quienes contribuyeron a la caja de ofrenda. 44 Porque todos ellos dieron de su abundancia. Pero esta viuda, dio de su pobreza, echó todo el dinero que tenía para vivir."

13

1 Mientras Jesús caminaba alejándose del templo, uno de sus discípulos le dijo, "¡Maestro, mira estas maravillosas piedras y maravillosos edificios!" 2 El le dijo, "¿Ves estos grandiosos edificios? Ni una sola piedra quedará que no sea destruida". 3 Mientras estaba sentado en el Monte de los Olivos en el lado opuesto al templo, Pedro, Santiago, Juan y Andrés le preguntaron en privado, 4 "Dinos, ¿cuándo ocurrirán estas cosas? ¿Cuál será la señal cuando todas estas cosas ocurran?" 5 Jesús empezó a decirles, "Cuídense de que nadie los engañe. 6 Muchos vendrán en mi nombre y dirán 'Yo soy Él,' y desviarán a muchos. 7 Cuando escuchen sobre guerras y rumores de guerra no se preocupen; esas cosas tienen que ocurrir, pero todavía no será el fin. 8 Pues se levantará nación contra nación y reinado contra reinado. Habrán terremotos en muchos lugares y hambrunas. Estos serán los comienzos de los dolores de parto. 9 Estén alerta. Ellos los llevarán a ustedes ante los concilios y los azotarán en las sinagogas. Se enfrentarán a ambos, gobernadores y reyes por mi causa, como un testimonio a ellos. 10 Pero el evangelio debe ser primero predicado a todas las naciones. 11 Cuando los arresten y los entreguen, no se preocupen por lo que deben decir. Porque en esa hora, lo que deban decir les será dado; no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu Santo. 12 Hermano entregará al hermano a la muerte, y el padre a su hijo. Los hijos se rebelarán contra sus padres y causarán que los sometan a muerte. 13 Ustedes serán odiados por causa de mi nombre. Pero cualquiera que persevere hasta el final esa persona será salva. 14 Cuando vean la abominación de la desolación posarse donde no debe posarse (el que lea entienda), permitan que quienes estén en Judea escapen a las montañas, 15 hagan que el que está en el techo de la casa no baje al interior de la casa, o saque nada de la casa, 16 y hagan que el que está en el campo no regrese a buscar su capa. 17 ¡Pero que lástima de aquellas que tengan niños o que estén amamantando en esos días! 18 Oren porque eso no ocurra en el invierno. 19 Porque habrá gran tribulación, como nunca ha ocurrido desde el comienzo, cuando Dios creó al mundo, hasta ahora, no, no volverá a ocurrir de nuevo. 20 A no ser que el Señor acorte los días, no se salvará ninguna carne, pero para beneficio de los elegidos, los que Él escogió, Él acortó el número de días. 21 Así que, si alguno les dice, '¡Miren, aquí está el Cristo!' o, '¡Miren, ahí está!' no le crean. 22 Porque aparecerán falsos Cristos y falsos profetas que harán señales y maravillas, para engañar, si es posible, hasta los elegidos. 23 ¡Estén alertas! Les he dicho todas estas cosas por adelantado." 24 Pero después de la tribulación de esos días, EL SOL SE OSCURECERÁ, LA LUNA NO DARÁ SU LUZ, 25 LAS ESTRELLAS CAERÁN DEL CIELO, y los poderes que están en los cielos serán sacudidos. 26 Entonces ellos verán al HIJO DEL HOMBRE VENIR EN LAS NUBES CON GRAN PODER Y GLORIA. 27 Entonces Él enviará a sus ángeles y reunirá a sus elegidos desde los cuatro vientos, desde el final de la tierra hasta el final del cielo. 28 Aprendan la lección de la higuera. Tan pronto como la rama se torna tierna y le brotan sus hojas, ustedes saben que el verano esta acerca. 29 Así también, cuando ustedes vean estas cosas sucediendo, ustedes sabrán que Él está cerca, cierren los portones. 30 Ciertamente, les digo, está generación no pasará hasta que no ocurran estas cosas. 31 El cielo y la tierra pasarán pero mi palabra no pasará. 32 Pero concerniente a ese día o esa hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino el Padre. 33 ¡Estén alerta! Vigilen, porque ustedes no saben la hora que es. 34 Esto es como un hombre que se va de viaje: él deja su casa y pone a sus criados a cargo de la casa, cada uno con su tarea. Y él le encomienda al vigilante permanecer despierto. 35 ¡Por lo tanto vigilen! Porque no saben cuando el dueño de la casa regresará, si al anochecer, a la medianoche, cuando cante el gallo, o en la mañana. 36 Si él viene de repente, no permitan que les encuentre durmiendo. 37 Lo que le digo a ustedes se lo digo a todos: ¡Vigilen!

14

1 Era ahora dos días antes de la Pascua y la Fiesta de los Panes sin Levadura. Los principales sacerdotes y los escribas estaban considerando en secreto como arrestar a Jesús y después matarlo. 2 Por cuanto ellos decían, "No durante la fiesta, para que no se levantara un disturbio entre la gente." 3 Mientras Jesús estaba en Betania en la casa de Simón el leproso, estando recostado en la mesa, vino una mujer con un frasco de alabastro de un líquido muy costoso, que era nardo puro. Ella rompió el frasco y lo derramó sobre su cabeza. 4 Pero habían algunos que estaban enojados. Ellos hablaban entre ellos y decían, "¿Cuál es la razón para este desperdicio? 5 Este perfume pudiera haberse vendido por mas de trescientos denarios y dado a los pobres." Y ellos la reprendían. 6 Pero Jesús dijo, "déjenla quieta. ¿Por qué la molestan? Ella ha hecho una cosa hermosa por mí. 7 Ustedes siempre tendrán a los pobres con ustedes, y cuando ustedes deseen les podrán hacer el bien a ellos, pero a Mí no siempre me tendrán. 8 Ella ha hecho lo que ha podido: ella ha ungido mí cuerpo para la sepultura. 9 Verdaderamente Yo le digo a ustedes, dondequiera que el evangelio se predique en todo el mundo, también se hablará de lo que ella ha hecho, para memoria de ella. 10 Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para ver como podía entregarles a Jesús. 11 Cuando los principales sacerdotes lo oyeron, se alegraron y prometieron darle dinero. Y él comenzó a buscar ver una oportunidad para entregarlo a ellos. 12 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de la Pascua, sus discípulos le dijeron, "¿Dónde quieres que vayamos a preparar la cena de la Pascua para que comas?" 13 Él envió a dos de sus discípulos y les dijo, "Vayan a la ciudad y un hombre que lleva un cántaro de agua les encontrará. Síganlo. 14 Donde él entre a una casa, síganlo adentro y digan al dueño de esa casa, 'El Maestro dice, "¿Dónde está mi habitación de huésped donde comeré la Pascua con mis discípulos?"' 15 Él les mostrará un gran aposento alto que esta preparado. Hagan los preparativos para nosotros allí. 16 Los discípulos salieron y se fueron a la ciudad; y ellos encontraron todo tal como Él les había dicho, y ellos prepararon la cena de la Pascua. 17 Cuando era el atardecer, Él llegó con los Doce. 18 Y mientras estaban reclinados en la mesa comiendo, Jesús dijo, "En verdad les digo que uno de ustedes que come conmigo me traicionará." 19 Todos ellos estaban muy tristes, y le decían uno a uno "¿seguramente no soy yo?" 20 Jesús les respondió y dijo, "es uno de los doce, el que moja el pan conmigo en el plato. 21 Porque el Hijo del Hombre recorrerá el camino de la manera en que la Escritura dice de El. Pero, ¡ay de aquel hombre por quién el Hijo del Hombre es traicionado! Mejor hubiera sido para el si el no hubiera nacido." 22 Mientras comían, Jesús tomó pan, lo bendijo y lo partió. Se lo dio a ellos, y dijo: "Tomen esto. Éste es Mi cuerpo." 23 Tomó una copa, dio gracias, y se la dio a ellos, y todos tomaron de ella. 24 Él les dijo: "Ésta es Mi sangre del pacto, la sangre que es derramada por muchos. 25 De cierto les digo, no volveré a tomar de este fruto de la vid hasta aquel día cuando lo tome de nuevo en el reino de Dios." 26 Después que ellos cantaron un himno, ellos salieron para el Monte de los Olivos. 27 Jesús les dijo a ellos, "Todos ustedes se apartarán, pues escrito está, 'HERIRÉ AL PASTOR, Y LAS OVEJAS SE DISPERSARAN!' 28 Pero después de que Yo sea levantado, iré delante de ustedes a Galilea. 29 Pedro le dijo a el, "Aunque todos se aparten, yo no lo haré." 30 Jesús le dijo a él, "En verdad te digo que esta noche, antes que el gallo cante dos veces, tú me negarás tres veces." 31 Pero Pedro dijo, "Si tengo que morir junto a ti, no te negaré." Todos ellos hicieron la misma promesa. 32 Llegaron a un lugar que se llamaba Getsemaní, y Jesús dijo a sus discípulos, "Siéntense aquí mientras Yo oro." 33 Tomó con Él a Pedro, Santiago, y Juan y comenzó a afligirse y angustiarse mucho. 34 Él les dijo, " Mi alma está en gran aflicción, incluso al punto de la muerte. Quédense aquí y velen." 35 Jesús se adelantó un poco, se postró en tierra y oró, si fuera posible, que está hora pasara de El. 36 Él dijo," Abba, Padre, todas las cosas son posibles contigo. Aparta de Mí esta copa. Pero no se haga mi voluntad, sino la Tuya." 37 El regresó y los encontró durmiendo, y le dijo a Pedro, "Simón, ¿estas durmiendo? ¿No has podido velar ni una hora? 38 Velen y oren para que no entren en tentación. "El espíritu en efecto está dispuesto, pero la carne es débil." 39 El se fue otra vez y oró, diciendo las mismas palabras. 40 Y vino Él de nuevo y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban muy cargados de sueño, y ellos no sabían que decirle. 41 Vino por tercera vez, y les dijo, "¿Todavía están durmiendo y tomando un descanso? ¡Suficiente! La hora ha llegado. ¡Miren! El Hijo del Hombre es traicionado en manos de los pecadores. 42 Levántense, vámonos. Vean, el que me está traicionando ya está cerca. 43 Immediatamente mientras Él aún estaba hablando, Judas, uno de los doce, llegó, y una gran multitud estaba con él con espadas y palos, de los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos. 44 El que lo traicionó les había dado una señal, diciendo, "aquel que yo bese, ése es; agárrenlo y llévenlo bajo custodia. 45 Cuando Judas llegó, inmediatamente se acercó a Jesús, y le dijo, "¡Rabí!" Y lo besó. 46 Entonces ellos echaron manos a Jesús y lo agarraron. 47 Pero uno de los que estaba allí sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja. 48 Jesús les dijo a ellos, "¿han salido ustedes, como contra un ladrón contra mí, con espadas y palos para capturarme? 49 Cuando yo estaba diariamente con ustedes y yo estaba enseñando en el templo, y no me arrestaron. Pero esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras. 50 Y todos los que estaban con Jesús lo dejaron y huyeron. 51 Un joven lo seguía a Él, que vestía solamente una pieza de ropa alrededor de su cuerpo; lo agarraron pero 52 él, dejando la prenda de lino, se fue huyendo desnudo. 53 Ellos llevaron a Jesús al sumo sacerdote. Allí se reunieron todos los principales sacerdotes, los ancianos, y los escribas con él. 54 Ahora Pedro lo seguía a distancia, hasta el patio del sumo sacerdote. El se sentó entre los guardias, quienes estaban cerca del fuego para calentarse. 55 Ahora los principales sacerdotes y todo el Concilio buscaban testimonios contra Jesús para poder condenarlo a muerte. Pero ellos no lo encontraban. 56 Pues muchos traían falsos testimonios en contra de Él, pero incluso sus testimonios no coincidían. 57 Algunos levantándose traían falso testimonio contra ÉL, ellos decían: 58 "Nosotros le oímos decir: ' Yo destruiré este templo hecho por manos, y en tres días Yo edificaré otro hecho sin manos." 59 Y ni siquiera su testimonio estaba de acuerdo. 60 El sumo sacerdote se levantó en medio de ellos y preguntó a Jesús, "¿Tu no respondes nada? ¿Qué estos hombres testifican contra ti?" 61 Pero Él se quedó callado y nada respondía. Y otra vez el sumo sacerdore volvió a preguntarle y dijo: "¿Eres Tú el Cristo, el Hijo del Bendecido?" 62 Jesús le contestó:" Yo soy. Y ustedes verán al Hijo Del Hombre cuando él este sentado a la mano derecha del poder y viniendo con las nubes del cielo." 63 El sumo sacerdote, rasgo sus ropas, y dijo, "¿Aún necesitamos testigos?" 64 Ustedes han oído la blasfemia. ¿Cuál es su decisión?" Y todos lo condenaron, como a uno que merecía la muerte. 65 Algunos empezaron a escupirlo y le cubrían el rostro y golpeándolo le decían, " ¡Profetiza!" Los oficiales se lo llevaron y lo golpearon. 66 Estando Pedro abajo en el patio, llegó a él una de las sirvientas del sumo sacerdote. 67 Ella vio a Pedro mientras estaba parado junto al fuego para mantenerse caliente, y se acercó a mirarlo. Entonces ella dijo "¿Tú también estabas con Jesús el Nazareno?" 68 Pero él lo negó, diciendo: " Ni sé, ni entiendo de que estás hablando." Entonces él salió al patio. 69 Pero cuando la sirvienta le vio de empezó a decir a los que estaban parados allí, "¡Éste hombre es uno de ellos!". 70 Pero él lo negó otra vez. Después de un corto tiempo los que estaban parados allí le decían a Pedro, " Seguramente tu eres uno de ellos, por cuanto tu también eres de Galilea." 71 Pero él comenzó a maldecir y a jurar: " Yo no conozco a éste hombre de quien ustedes están hablando!". 72 Y entonces el gallo cantó por segunda vez. Entonces Pedro, recordó lo que Jesús le había dicho:" Antes que el gallo cante dos veces tu me negarás tres veces." Y el se quebranto y lloró.

15

1 Temprano en la mañana se reunieron los principales sacerdotes junto con los ancianos y escribas y todo el Concilio Judío. Entonces ellos ataron a Jesús y se lo llevaron. Ellos lo entregaron a Pilato. 2 Pilato le preguntó a Él, "¿Tú eres el Rey de los Judíos?" El le contestó, "tú lo dijiste". 3 Los principales sacerdotes presentaron muchos cargos en contra de Jesús. 4 Pilato otra vez le preguntó a El, "¿Tú no me contestas? ¿Ves todos los cargos que ellos presentan en tu contra? 5 Pero Jesús no contestó a Pilato, y eso le asombró a él. 6 Ahora en el tiempo del banquete Pilato usualmente soltaba un prisionero, el prisionero que ellos escogieran. 7 Allí con los rebeldes en prisión, entre los asesinos detenidos por su parte en la rebelión, había un hombre llamado Barrabás. 8 La multitud llegó a Pilato y comenzó a pedirle a él que hiciera con ellos como había hecho en el pasado. 9 Pilato les contestó y les dijo, "¿Ustedes quieren que suelte al Rey de los Judíos?" 10 Pues el sabía que era por envidia de los principales sacerdotes que habían llevado a Jesús ante él. 11 Pero el principal de los sacerdotes incitó a la multitud a gritar que Barrabás debería ser soltado. 12 Pilato les preguntó otra vez y dijo, "¿Qué debo hacer con el Rey de los Judíos? 13 Ellos gritaron otra vez, ¡"Crucifícalo"! 14 Pilato les dijo, "¿Qué mal Él ha hecho? Pero ellos gritaban más y más, "Crucifícalo." 15 Pilato quiso complacer la multitud, así que él les soltó a Barrabás. Él azotó a Jesús y entonces lo ataron para llevarlo a ser crucificado. 16 Los soldados le llevaron al patio interior (eso es las barracas), y llamaron a toda la tropa de soldados. 17 Ellos pusieron una túnica púrpura a Jesús, y ellos tejieron una corona de espinas y se la pusieron a El. 18 Ellos empezaron a saludarlo y decían, "¡Salve, Rey de los Judíos!" 19 Ellos golpearon su cabeza con una caña y lo escupieron. Ellos se arrodillaban en forma de homenaje. 20 Cuando ellos se burlaron de él, ellos le quitaron la túnica púrpura y le pusieron sus propios vestidos y lo llevaron afuera para crucificarlo. 21 Ellos presionaron a un transeúnte a que sirviera, uno que venía del campo, llamado Simón de Cirene (padre de Alejandro y Rufo); y ellos lo forzaron a cargar la cruz de Jesús. 22 Los soldados trajeron a Jesús al sitio llamado Gólgota (que interpretado significa, Lugar de la Calavera). 23 Ellos le dieron vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó. 24 Ellos le crucificaron y dividieron sus vestidos echando suerte para determinar que pieza cada soldado tomaría. 25 Era la tercera hora cuando ellos lo crucificaron. 26 En un letrero ellos escribieron el cargo contra él, "EL REY DE LOS JUDÍOS." 27 Con Él crucificaron dos ladrones, uno a la derecha y uno a la izquierda. 28 Y se cumplió lo que dice la Escritura que, ÉL FUE CONTADO CON LOS TRANSGRESORES. 29 Todo el que pasaba lo insultaba, moviendo sus cabezas y diciendo, "¡Ajá! Tú que decías que destruirías el templo y lo reconstruirías en tres días, 30 sálvate a ti mismo y baja de la cruz!" 31 De la misma forma los principales sacerdotes se burlaban de Él entre ellos, y decían, "Él salvó a otros pero no puede salvarse a sí mismo. 32 Permite que El Cristo, el Rey de Israel, descienda de la cruz, para que veamos y creamos". Y los que estaban crucificados con Él también se burlaban de Él. 33 En la sexta hora, se oscureció toda la tierra hasta la novena hora. 34 A la novena hora Jesús gritó a gran voz,"Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?" lo cual es interpretado, "Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado? 35 Algunos de los que estaban cerca, lo oyeron y dijeron, "Mira, El está llamando a Elías". 36 Alguien corrió, puso vino agrio en una esponja, lo puso en una vara, y le dieron a beber. El hombre dijo, "veamos si Elías, viene a bajarlo". 37 Entonces Jesús gritó en alta voz y murió. 38 La cortina del templo se partió en dos de arriba abajo. 39 Y cuando el centurión quien estuvo parado frente a Jesús vio que Él había muerto de esa forma, él dijo, "Ciertamente este hombre era el Hijo de Dios." 40 Allí estaban algunas mujeres mirando a la distancia. Entre ellas estaban María Magdalena, María (la madre de Santiago el menor y José), y Salomé. 41 Cuando Él estaba en Galilea ellos le seguían y le servían. Muchas otras mujeres también vinieron con Él a Jerusalén. 42 Cuando llegó el atardecer, porque era el día de la preparación, o sea, el día antes del sábado, 43 José de Arimatea llegó, él era un miembro respetado del Concilio, quien esperaba por el Reino de Dios. El valientemente fue donde Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. 44 Pilato se asombró de que Jesús ya estuviera muerto; él llamó al centurión y le preguntó si Jesús había muerto. 45 Cuando el supo por medio del centurión que Él había muerto le dio el cuerpo a José. 46 José había comprado una tela de lino. Él lo bajó de la cruz, lo envolvió en la tela de lino, y lo depositó en una tumba que cavaron en una roca. Entonces él rodó una piedra contra la entrada de la tumba. 47 María Magdalena y María la madre de José vieron el lugar donde Jesús fue colocado.

16

1 Cuando el día sábado terminó, María Magdalena y María la madre de Santiago, y Salomé, trajeron especies aromáticas, para ellas poder venir y ungir el cuerpo de Jesús para el entierro. 2 Muy temprano en el primer día de la semana, ellas fueron a la tumba cuando el sol salía. 3 Ellas iban diciéndose una a la otra, "¿Quién rodará la piedra de la entrada de la tumba por nosotras?" 4 Cuando ellas miraron, ellas vieron que alguien había rodado la piedra, que era muy grande. 5 Ellas entraron a la tumba y vieron a un hombre joven vestido en una túnica blanca, sentado al lado derecho, y ellas estaban atónitas. 6 Él les dijo a ellas: "No teman. Ustedes buscan a Jesús, el Nazareno, quien fue crucificado. ¡Él ha resucitado! El no está aquí. Miren el lugar donde ellos le habían puesto. 7 Pero vayan, díganle a sus discípulos y a Pedro que El irá adelante de ellos a Galilea. Allí ustedes le verán, tal como Él les dijo." 8 Ellas salieron y corrieron desde la tumba; ellas estaban temblando y maravilladas. Ellas no dijeron nada a nadie porque ellas tenían mucho miedo. 9 Temprano en el primer día de la semana, después que Él se levantó, Él apareció primero a María Magdalena, de la cual Él había sacado siete demonios. 10 Ella fue y lo dijo a los que habían estado con él, mientras ellos estaban lamentándose y llorando. 11 Ellos escucharon que Él estaba vivo y que Él había sido visto por ella, pero ellos no creían. 12 Luego de estas cosas Él apareció en una forma diferente a dos otras personas, mientra ellos iban caminando fuera hacia el campo. 13 Ellos fueron y le dijeron al resto de los discípulos, pero ellos no le creyeron. 14 Jesús apareció más tarde a los once cuando ellos estaban reclinados sobre la mesa, y les reprendió por su incredulidad y dureza de corazón, porque ellos no habían creído a aquellos que le habían visto después que Él fue levantado de los muertos. 15 El les dijo a ellos: " Vayan a todo el mundo y prediquen el evangelio a la entera creación. 16 El que cree y es bautizado será salvo, y aquel que no cree será condenado." 17 Estas señales irán con aquellos que crean. En mi nombre echaran fuera demonios. Ellos hablarán en nuevas lenguas. 18 Ellos tomarán serpientes con sus manos, y si toman cualquier cosa mortífera no les hará daño. Ellos impondrán manos sobre los enfermos, y ellos sanarán." 19 Después que el Señor les habló a ellos, Él fue tomado al cielo y se sentó a la mano derecha de Dios. 20 Los discípulos fueron y predicaron dondequiera, mientras el Señor trabajó con ellos y confirmó la palabra por las señales milagrosas que les seguían.

Lucas
Lucas
Capítulo 1

1 Muchos han tratado de poner en orden una narrativa sobre aquellos asuntos que se han cumplido entre nosotros, 2 tal como nos lo han entregado a nosotros, quienes desde el principio han sido testigos y siervos del mensaje. 3 Pues, a mí también me pareció bueno habiendo investigado detalladamente el curso de todas las cosas desde el principio escribirlo en orden correcto para ti, excelentísimo Teófilo. 4 Esto es para que sepas la verdad sobre las cosas que se te han enseñado. 5 En los días de Herodes, rey de Judea, había un cierto sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías. Su esposa era de las hijas de Aarón y su nombre era Elisabet. 6 Ambos eran justos ante Dios, obedeciendo todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. 7 Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril y ambos eran muy viejos en ese tiempo. 8 Aconteció que cuando oficiaba Zacarías en la presencia de Dios, cargando sus responsabilidades en el orden de su grupo. 9 según la costumbre de escoger qué sacerdote serviría, él había sido escogido entre muchos para entrar en el templo de Dios a quemar incienso. 10 Toda la multitud estaba afuera orando a la hora cuando el incienso era quemado. 11 Ahora un ángel del Señor apareció ante él, y se paró al lado derecho del altar de incienso. 12 Cuando Zacarías lo vio se asustó y temor cayó sobre él. 13 Pero el ángel le dijo a él: "No temas, Zacarías, porque tu oración ha sido escuchada. Tu esposa Elisabet concebirá un hijo. Y lo llamarás Juan. 14 Tendrás gozo y alegría y muchos se regocijarán en su nacimiento. 15 Él será grande a la vista del Señor. No deberá nunca beber vino ni bebida fuerte, y será lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre. 16 Y muchos de los hijos de Israel se volverán al Señor su Dios. 17 Él irá delante del Señor en el espíritu y poder de Elías. Él hará esto para volver los corazones de los padres a los hijos, para que los desobedientes puedan caminar en la sabiduría del justo para preparar al pueblo para el Señor." 18 Zacarías dijo al ángel: "¿Cómo puedo saber esto? Pues yo soy un hombre viejo y mi esposa es muy vieja." 19 El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel, quien se para en la presencia de Dios. Yo fui enviado a hablarte, a traer buenas noticias. 20 Y he aquí, te quedarás mudo estarás en silencio, sin hablar, hasta el día que estas cosas acontezcan. Esto es porque tú no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo." 21 Mientras el pueblo estaba esperando por Zacarías. Ellos estaban sorprendidos que él pasara tanto tiempo en el templo. 22 Pero cuando él salió, no podía hablarles. Ellos se dieron cuenta que había tenido una visión mientras estaba en el templo. Él continuó haciéndoles señas y se mantuvo en silencio. 23 Sucedió que cuando el tiempo de servicio pasó, él fue a su casa. 24 Después de estos días, su esposa Elisabet concibió. Ella se recluyó por cinco meses. Ella dijo: 25 "Esto es lo que el Señor ha hecho por mí cuando me miró con favor en orden para quitar mi vergüenza ante la gente." 26 En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad en Galilea llamada Nazaret, 27 a una virgen que estaba comprometida a un hombre llamado José. Él pertenecía a la casa de David, y el nombre de la virgen era María. 28 Él vino a ella y dijo: "Saludos, ¡tú quién eres muy favorecida! El Señor está contigo." 29 Pero ella estaba bien confundida por sus palabras y se preguntaba qué tipo de saludo podría ser éste. 30 El ángel le dijo: "No tengas miedo, María, porque has hallado gracia delante de Dios. 31 Y mira, tú concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo. Lo llamarás 'Jesús'. 32 Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. Dios El Señor le dará el trono de su antepasado David. 33 Él reinará sobre la casa de Jacob para siempre y no habrá fin para su reino." 34 María le dijo al ángel: "¿Cómo sucederá esto, siendo que yo no me he acostado con ningún hombre?" 35 El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo vendrá sobre ti. Así el santo que nacerá será llamado el Hijo de Dios." 36 Y mira, tu pariente Elisabet, también concibió un hijo en su vejez. Este es el sexto mes para ella, la que era llamada estéril. 37 Pues nada es imposible para Dios." 38 María dijo: "He aquí yo soy la sierva del Señor. Hágase conmigo de acuerdo con tu mensaje." Y el ángel la dejó. 39 Entonces María se levantó en aquellos días y rápidamente fue a la región montañosa, a una ciudad en Judea. 40 Entró a la casa de Zacarías y saludó a Elisabet. 41 Cuando Elisabet escuchó el saludo de María, el bebé en su vientre saltó y Elisabet fue llena del Espíritu Santo. 42 Ella alzó su voz y dijo: "Bendita eres tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. 43 ¿Y por qué me ha pasado esto que la madre de mi Señor venga a mí? 44 Pues mira, cuando la voz de tu saludo vino a mis oídos, el bebé en mi vientre saltó de alegría. 45 Y bendita es ella, quien creyó que habrá un cumplimiento de las cosas que le fueron dichas por el Señor." 46 María dijo: "Mi alma alaba al Señor 47 y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. 48 Porque Él ha mirado la humilde condición de su sierva. Pues mira, desde ahora en adelante todas las generaciones me llamarán bendecida. 49 Pues Él quien es poderoso ha hecho grandes cosas por mí y su nombre es santo. 50 Su misericordia es de generación en generación para aquellos que le temen. Él ha hecho proezas con su brazo fuerte; 51 Él ha esparcido a los soberbios en los pensamientos de sus corazones. 52 Él ha derribado reyes de sus tronos y ha levantado a los humildes. 53 Él ha saciado a los hambrientos con cosas buenas, pero al rico lo ha dejado vacío. 54 Él ayudado a su siervo Israel, a fin de recordarles cómo mostró misericordia 55 (así como les dijo a sus padres) a Abraham y sus descendientes para siempre." 56 María se quedó con Elisabet cerca de tres meses y después regresó a su casa. 57 Ahora el tiempo ha llegado para Elisabet de parir su bebé y ella dio a luz a su hijo. 58 Sus vecinos y parientes escucharon que el Señor había mostrado su gran misericordioso con ella y se regocijaron. 59 Ahora ocurrió que al octavo día ellos llegaron a circuncidar al niño. Ellos lo llamarían "Zacarías", como el nombre de su padre. 60 Pero su madre respondió diciendo: "No. Él será llamado Juan." 61 Ellos le dijeron: "No hay nadie entre tus parientes que se llame por ese nombre." 62 Ellos hicieron señas a su padre preguntándole cómo él quería que fuese llamado. 63 Su padre pidió una tabla para escribir y escribió: "Su nombre es Juan." Todos ellos se sorprendieron con esto. 64 Inmediatamente su boca fue abierta y su lengua fue liberada. Él habló y alabó a Dios. 65 Temor sobrevino a todos los que vivían alrededor de ellos. Todas estas cosas fueron comentadas a través de toda la zona montañosa de Judea. 66 Y todos los que escucharon lo guardaron en sus corazones y dijeron "¿En qué se convertirá este niño?" Pues la mano del Señor estaba con él. 67 Su padre Zacarías fue lleno con el Espíritu Santo y profetizó, diciendo: 68 "Alabado sea el Señor, el Dios de Israel, porque Él ha venido a ayudar y Él ha redimido a su pueblo. 69 Él ha levantado un cuerno de salvación para nosotros en la casa de su siervo David, 70 tal como Él habló a través de la boca de sus santos profetas quienes vinieron en tiempos antiguos. 71 Él traerá salvación de nuestros enemigos y de la mano de todos quienes nos odian. 72 Él hará esto para mostrar misericordia a nuestros padres y para recordar su santo pacto, 73 el juramento que Él hizo a Abraham nuestro padre. 74 Él juró concedernos que nosotros, habiendo sido liberados de la mano de nuestros enemigos, le sirvamos sin temor, 75 en santidad y justicia ante Él todos nuestros días. 76 Sí, y tú, niño, serás llamado un profeta del Más Alto, pues tú irás delante del Señor para preparar su camino. 77 para dar conocimiento de salvación a su pueblo mediante el perdón de sus pecados. 78 Esto ocurrirá por la tierna misericordia de nuestro Dios, por la cual la aurora de lo alto vendrá a ayudarnos, 79 para brillar en aquellos que se sientan en oscuridad y en sombra de muerte. Él hará esto para guiar nuestros pies a los caminos de paz." 80 Ahora el niño crecía se hacía fuerte en espíritu y vivía en el desierto hasta el día de su aparición pública a Israel.

Capítulo 2

1 En aquellos días, sucedió que César Augusto envió un decreto ordenando un censo de todas las personas viviendo en el mundo. 2 Este fue el primer censo hecho mientras Cirino era gobernador de Siria. 3 Así que todos se fueron a su propio pueblo para ser registrados para el censo. 4 José también partió de Galilea, desde la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David la cual es llamada Belén, porque él era un descendiente de la familia de David. 5 Él fue para registrarse juntamente con María, quien estaba comprometida con él y estaba encinta. 6 Aconteció que mientras estaban allí, vino el tiempo para que ella pariera su bebé. 7 Ella dio a luz un hijo, su hijo primogénito y lo envolvió en paños largos de tela y lo acostó en un pesebre, porque allí no había lugar para ellos en el mesón. 8 Allí había pastores de esa región que estaban quedándose en los campos, vigilando sus rebaños en la noche. 9 Un ángel del Señor se les apareció y la gloria del Señor brilló alrededor de ellos por lo que estaban terriblemente asustados. 10 Entonces el ángel les dijo a ellos: "No tengan miedo porque yo les traigo buenas noticias que les traerán gran gozo para todos. 11 ¡Hoy, un Salvador ha nacido para ustedes en la ciudad de David! ¡Él es Cristo el Señor! 12 Esta es la señal que le será dada, a ustedes, encontrarán al bebé envuelto en tiras de tela y acostado en un pesebre." 13 De repente, con el ángel, hubo un gran número del ejército celestial alabando a Dios y diciendo: 14 "Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra entre los hombres con quienes Él esté complacido." 15 Y sucedió que cuando los ángeles se habían ido al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: "Vayamos ahora a Belén y veamos esto que ha sucedido, lo cual el Señor nos ha revelado". 16 Ellos se apresuraron allí y encontraron a María y a José y vieron al bebé acostado en el pesebre. 17 Después de haberlo visto, ellos le hicieron conocer lo que se había dicho sobre este niño. 18 Todos los que escucharon esto estaban asombrados de lo que le habían hablado los pastores. 19 Pero María seguía pensando sobre todas las cosas que ella había escuchado, atesorándolas en su corazón. 20 Los pastores regresaron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que ellos habían escuchado y visto, tal y como se les había hablado a ellos. 21 Al octavo día, Él fue circuncidado, fue nombrado Jesús, el nombre que le había sido dado por el ángel antes de que Él fuese concebido en el vientre. 22 Cuando el número de días requeridos para la purificación de ellos había pasado, de acuerdo con la Ley de Moisés, José y María lo trajeron al templo en Jerusalén para presentarlo al Señor. 23 Como está escrito en la ley del Señor: "Cada varón que abra el vientre será separado para el Señor." 24 Así que ellos ofrecieron sacrificio de acuerdo con lo que decía la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichonas". 25 He aquí, había un hombre en Jerusalén cuyo nombre era Simeón y este hombre era justo y devoto. Él estaba esperando la consolación de Israel y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26 Había sido revelado, a él, por el Espíritu Santo, que él no vería muerte antes de ver al Cristo del Señor. 27 Dirigido por el Espíritu, Simeón entró al templo. Cuando los padres trajeron al infante Jesús, para hacer con Él de acuerdo a la costumbre de la ley, 28 él tomó al niño en sus brazos y alabó a Dios y dijo: 29 "Ahora deja que tu siervo parta en paz, Señor, de acuerdo con tu palabra. 30 Pues mis ojos han visto tu salvación, 31 la cual Tú has preparado en presencia de todos los pueblos. 32 Una luz para revelación a los gentiles, y gloria a tu pueblo Israel. 33 El padre y la madre del niño estaban asombrados por las cosas que fueron dichas concernientes a Él. 34 Simeón los bendijo y dijo a María su madre: "He aquí, este niño está escogido para la caída y levantamiento de muchos en Israel y una señal que es rechazada- 35 y una espada traspasará tu propia alma para que los pensamientos de muchos corazones puedan ser revelados." 36 Una profetisa llamada Ana estaba allí. Ella era la hija de Fanuel de la tribu de Aser. Ella era muy anciana. Había vivido con su esposo por siete años después de su virginidad 37 y fue una viuda por ochenta y cuatro años. Ella nunca dejó el templo, sino que servía con ayunos y oraciones, noche y día. 38 En esa misma hora, ella vino hacia ellos y comenzó a darle gracias a Dios y ella habló acerca del niño a todos los que habían estado esperando por la redención de Jerusalén. 39 Cuando terminaron todo lo que se les requería hacer de acuerdo a la ley del Señor, ellos regresaron a Galilea, a su propio pueblo de Nazaret. 40 El niño creció y se fortaleció, incrementando en sabiduría y la gracia de Dios estaba sobre Él. 41 Sus padres fueron cada año a Jerusalén para las fiestas de la Pascua. 42 Cuando Él tenía doce años, ellos otra vez subieron para el tiempo acostumbrado para la fiesta. 43 Después que ellos se habían quedado el número de días completo para la fiesta, comenzaron a regresar a su hogar. Pero el niño Jesús se quedó atrás en Jerusalén y sus padres no lo sabían. 44 Ellos se imaginaron que Él estaba con el grupo que estaba viajando con ellos, así que viajaron un día de jornada. Entonces comenzaron a buscarlo entre sus familiares y amigos. 45 Cuando no lo encontraron, regresaron a Jerusalén y comenzaron a buscarlo allí. 46 Sucedió que después de tres días, ellos lo encontraron en el templo, sentado en el medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47 Todos los que le escucharon estaban maravillados de su entendimiento y sus respuestas. 48 Cuando ellos lo vieron, estaban asombrados. Su madre le dijo: "Hijo, ¿por qué nos has tratado de esta manera? Escucha, tu padre y yo hemos estado buscándote ansiosamente". 49 Él les dijo: "¿Por qué me están buscando? ¿Acaso no saben que Yo debo estar en la casa de mi Padre? 50 Pero ellos no entendieron lo que Él quiso decir con esas palabras. 51 Entonces Él regresó a su casa con ellos a Nazaret y fue obediente a ellos. Su madre atesoró todas estas cosas en su corazón. 52 Pero Jesús continuó creciendo en sabiduría y estatura e incrementando en favor para con Dios y los hombres.

Capítulo 3

1 En el año quince del reinado de Tiberio César- mientras Poncio Pilato era gobernador de Judea, Herodes era tetrarca de Galilea, su hermano Felipe era tetrarca de la región de Iturea y Traconítide, y Lisanias era tetrarca de Abilene, 2 durante el sumo sacerdocio de Anás y Caifás- la palabra de Dios vino a Juan hijo de Zacarías, en el desierto. 3 Él fue a toda la región alrededor del Jordán, predicando un bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. 4 Como está escrito en el libro del profeta Isaías: "UNA VOZ DE UNO LLAMANDO EN EL DESIERTO: 'TENGAN LISTO EL CAMINO DEL SEÑOR, HAGAN SUS CAMINOS DERECHOS. 5 TODO VALLE SERA RELLENADO Y TODA MONTAÑA Y COLINA SERA REBAJADO Y LOS CAMINOS TORCIDOS SERÁN HECHOS RECTOS Y LOS LUGARES DESIGUALES SERÁN CONSTRUIDOS EN CAMINOS 6 Y TODA CARNE VERÁ LA SALVACIÓN DE DIOS.'" 7 Entonces Juan dijo a las grandes multitudes que salían para ser bautizados por él: "¡Ustedes, generación de víboras!, ¿Quién les advirtió a huir de la ira que está por venir? 8 Por lo tanto, produzcan frutos que sean dignos de arrepentimiento y no comiencen a decir entre ustedes mismos: 'Nosotros tenemos a Abraham por nuestro padre', porque yo les digo que Dios es capaz de levantar hijos para Abraham de estas piedras. 9 Ahora el hacha ya ha sido puesta contra la raíz de los árboles. Así que todo árbol que no produce buen fruto es cortado y lanzado en el fuego." 10 Entonces la multitud le preguntaba: "¿Entonces qué debemos hacer?" 11 Él les contestó: "Si alguien tiene dos túnicas, debe compartir una con la persona que no tiene ninguna y el que tenga comida debe hacer lo mismo." 12 Los recaudadores de impuestos también vinieron para ser bautizados y ellos le dijeron: "Maestro, ¿qué debemos hacer?" 13 Él les dijo a ellos: "No cobren más dinero de lo que ustedes han sido ordenados a cobrar". 14 Algunos soldados también le preguntaron: "¿Y qué sobre nosotros? ¿Qué debemos hacer?" Él dijo: "No tomen dinero de nadie por la fuerza y no acusen a nadie falsamente. Estén contentos con sus salarios." 15 Ahora como la gente estaba ansiosa esperando que el Cristo viniera, todos se preguntaban en sus corazones sobre sí Juan, sería el Cristo. 16 Juan contestó diciendo a todos ellos: "En cuanto a mí, yo los bautizo a ustedes con agua, pero alguien viene que es más poderoso que yo y yo no soy digno ni siquiera de desatar las correas de Sus sandalias. Él los bautizará a ustedes con el Espíritu Santo y con fuego. 17 Su aventador está en Su mano para limpiar completamente su era y para recoger el trigo en Su granero. Pero Él quemará la paja con fuego que nunca puede ser apagado." 18 Con muchas otras exhortaciones, además, Juan predicaba buenas noticias a las personas. 19 Cuando Herodes el tetrarca fue reprendido por casarse con la esposa de su hermano, Herodías, y por todas las cosas malas que Herodes había hecho, 20 él añadió esto a sus crímenes: encerró a Juan en prisión. 21 Ahora vino a ser que, cuando todas las personas fueron bautizadas, Jesús también fue bautizado. Y mientras él estaba orando, los cielos se abrieron 22 y El Espíritu Santo bajó sobre Él en forma de paloma y una voz salió de los cielos: "Tú eres mi Hijo, a quien Yo amo. Yo estoy complacido contigo." 23 Cuando Jesús comenzó su ministerio, él era como de treinta años de edad. Él era el hijo (como se suponía) de José, el hijo de Elí, 24 el hijo de Matat, el hijo de Leví, el hijo de Melqui, el hijo de Jana, el hijo de José. 25 José era el hijo de Matatías, el hijo de Amós, el hijo de Nahúm, el hijo de Esli, el hijo de Nagai, 26 el hijo de Maat, el hijo de Matatías, el hijo de Semei, el hijo de José, el hijo de Judá. 27 Judá era el hijo de Joana, el hijo de Resa, el hijo de Zorobabel, el hijo de Salatiel, el hijo de Neri, 28 el hijo de Melqui, el hijo de Adi, el hijo de Cosam, el hijo de Elmodam, el hijo de Er, 29 el hijo de Josué, el hijo de Eliezer, el hijo de Jorim, el hijo de Matat, el hijo de Leví. 30 Leví era el hijo de Simeón, el hijo de Judá, el hijo de José, el hijo de Jonán, el hijo de Eliaquim, 31 el hijo de Melea, el hijo de Mainán, el hijo de Matata, el hijo de Natán, el hijo de David, 32 el hijo de Isaí, el hijo de Obed, el hijo de Booz, el hijo de Salmón, el hijo de Naasón. 33 Naasón era el hijo de Aminadab, el hijo de Admín, el hijo de Aram, el hijo de Esrom, el hijo de Fares, el hijo de Judá, 34 el hijo de Jacob, el hijo de Isaac, el hijo de Abraham, el hijo de Taré, el hijo de Nacor, 35 el hijo de Serug, el hijo de Ragau, el hijo de Peleg, el hijo de Heber, el hijo de Sala. 36 Sala era el hijo de Cainán, el hijo de Arfaxad, el hijo de Sem, el hijo de Noé, el hijo de Lamec, 37 el hijo de Matusalén, el hijo de Enoc, el hijo de Jared, el hijo de Mahalaleel, el hijo de Cainán, 38 el hijo de Enós, el hijo de Set, el hijo de Adán, el hijo de Dios.

Capítulo 4

1 Entonces Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Río Jordán y fue dirigido por el Espíritu al desierto 2 donde por cuarenta días Él fue tentado por el diablo. Él no comió nada durante esos días y al final de ese tiempo Él tenía hambre. 3 El diablo le dijo: "Si Tú eres el Hijo de Dios, manda que estas rocas se conviertan en pan." 4 Jesús le contestó "Escrito está: 'NO SÓLO DE PAN VIVIRÁ EL HOMBRE.'" 5 Entonces el diablo dirigió a Jesús a un lugar alto y mostró todos los reinos del mundo en un instante. 6 El diablo le dijo: "Te daré toda esta potestad y todo su esplendor, pues ellos me han sido dados a mí y yo puedo darlos a quien yo quiera. 7 Por lo tanto, si Tú te postras y me adoras, será tuyo." 8 Pero Jesús le contestó: "Escrito está: 'ADORARÁS AL SEÑOR TU DIOS Y LE SERVIRÁS SÓLO A ÉL.'' 9 Luego, el diablo dirigió a Jesús a Jerusalén y lo puso en el punto más alto del edificio del templo y le dijo: "Si Tú eres el Hijo de Dios, tírate de aquí. 10 Pues, escrito está: 'ÉL MANDARÁ A SUS ÁNGELES PARA CUIDAR DE TI, PARA PROTEGERTE', 11 y 'ELLOS TE LEVANTARÁN EN SUS MANOS, PARA QUE NO TROPIECE TU PIE CON PIEDRA.'" 12 Y contestándole, Jesús le dijo: "Está dicho: 'NO PONGAS AL SEÑOR TU DIOS A PRUEBA.'" 13 Cuando el diablo terminó de tentar a Jesús, se fue y lo dejó por un tiempo. 14 Luego Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu y noticias sobre Él se esparcieron por todas las regiones de alrededor. 15 Él comenzó a enseñar en las sinagogas y era alabado por todos. 16 Él vino a Nazaret, la ciudad donde lo habían criado, y como era su costumbre, entró a la sinagoga en el día de reposo, como su costumbre, y se levantó a leer en voz alta. 17 El rollo del profeta Isaías le fue entregado. Abrió el rollo y encontró el lugar donde estaba escrito: 18 "EL ESPÍRITU DEL SEÑOR ESTÁ SOBRE MÍ, PORQUE ÉL ME HA UNGIDO PARA DECIR LAS BUENAS NUEVAS A LOS POBRES. ÉL ME HA ENVIADO A PROCLAMAR LIBERTAD A LOS CAUTIVOS Y A RECOBRAR LA VISTA A LOS CIEGOS, A LIBERTAR A AQUELLOS QUIENES ESTÁN OPRIMIDOS, 19 A PROCLAMAR EL AÑO FAVORABLE DEL SEÑOR." 20 Luego, enrolló el manuscrito, lo dio de vuelta al asistente y se sentó. Los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en Él. 21 Él comenzó a hablarles: "Hoy esta Escritura se ha cumplido en su presencia." 22 Todos fueron testigos de lo que Él dijo y todos estaban asombrados de las palabras con gracia que habían salido de su boca. Decían: "No es este el hijo de José," 23 Él les dijo: "Ciertamente ustedes citaran este refrán: "Médico, cúrate a ti mismo. Lo que sea que hayamos oído que tú hiciste en Capernaúm, haz lo mismo en tu ciudad." 24 Pero Él dijo: "Ciertamente les digo que, ningún profeta es bienvenido en su propia ciudad. 25 Pero Yo les digo en verdad, que había muchas viudas en Israel durante el tiempo de Elías, cuando el cielo se cerró por tres años y medio, cuando una hambruna vino sobre toda la tierra. 26 Pero Elías no fue enviado a ninguna de ellas, sino sólo a Sarepta en Sidón, a una viuda viviendo allí. 27 Y había muchos leprosos en Israel durante el tiempo del profeta Elías, pero ninguno de ellos fue sanado, excepto Naamán el Sirio." 28 Todas las personas en la sinagoga se llenaron de ira cuando escucharon estas cosas. 29 Se levantaron y lo forzaron a salir de la ciudad y lo dirigieron a la cumbre del monte en el cual su ciudad fue construida, para ellos poder tirarlo por el precipicio. 30 Pero Él pasó por en medio de ellos y fue a otro lugar. 31 Entonces Él bajó a Capernaúm, una ciudad en Galilea, y comenzó a enseñarles en el día de reposo. 32 Ellos estaban asombrados en su enseñanza, porque habló con autoridad. 33 Ahora, en la sinagoga, había un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo y gritaba en alta voz: 34 " ¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? ¡Yo sé quién eres Tú eres el Santo de Dios!" 35 Jesús reprendió al demonio, diciendo: "¡No hables y sal de él!" Cuando el demonio arrojó al hombre al suelo en medio de ellos, salió de él, y no lo dañó en ninguna manera. 36 Toda la gente estaba muy asombrada y continuaban hablando sobre eso los unos con los otros. Ellos dijeron: "¿Qué clase de palabras son éstas? Pues con autoridad y poder Él manda a los espíritus impuros y ellos salen." 37 Así que las noticias sobre Él comenzaron a esparcirse a todas partes de la región de alrededor. 38 Entonces Jesús salió de la sinagoga y entró a la casa de Simón. Ahora, la suegra de Simón estaba sufriendo con una fiebre alta y ellos suplicaron a Él en nombre de ella. 39 Así que, Él se inclinó sobre ella y reprendió la fiebre y la fiebre la dejó. Inmediatamente, ella se levantó y comenzó a servirles. 40 Cuando el sol se ponía, gente le trajeron a Jesús todos los que estaban enfermos con varias clases de enfermedades. Él ponía sus manos sobre ellos, sobre cada uno de ellos y los sanaba. 41 Demonios también salieron de muchos de ellos, gritando y diciendo: "¡Tú eres el Hijo de Dios!" Jesús reprendía los demonios y no los dejaba hablar porque ellos sabían que Él era el Cristo. 42 Cuando el alba vino, Él fue a un lugar solitario. Multitudes de gente lo estaban buscando y vinieron al lugar donde Él estaba. Ellos intentaron evitar que se alejara de ellos. 43 Pero Él les dijo: "Yo también debo predicar las buenas nuevas del reino de Dios a muchas otras ciudades, porque esta es la razón por la cual Yo he sido enviado aquí." 44 Entonces continuó predicando en la sinagogas por Judea.

Capítulo 5

1 Ahora sucedió que, mientras las personas estaban amontonadas alrededor de Jesús escuchando la palabra de Dios, 2 Él estaba parado junto al lago de Genesaret. Él vio dos barcas a la orilla del lago. Los pescadores habían salido de ellas y estaban lavando sus redes. 3 Jesús se metió en una de las barcas, que era de Simón y le pidió que la alejara a una corta distancia de la orilla. Entonces Él se sentó y enseñó a las personas fuera de la barca. 4 Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón: "Lleva la barca a aguas profundas y echa tus redes para pescar." 5 Simón le dijo: "Maestro, nosotros trabajamos toda la noche y nada hemos pescado, pero en tu palabra, yo echaré las redes." 6 Cuando lo hicieron, reunieron una cantidad muy grande de peces y sus redes se estaban rompiendo. 7 Entonces hicieron gestos a sus compañeros en las otras barcas para que vinieran y los ayudaran. Ellos vinieron y llenaron ambos barcos, así que comenzaron a hundirse. 8 Pero Simón Pedro, cuando vio esto, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: "Apártate de mí, porque soy un hombre pecador, Señor." 9 Pues él, y todos los que estaban con él, estaban asombrados por la pesca que ellos habían hecho. 10 Esto incluía a Jacobo (Santiago) y Juan, hijos de Zebedeo, quienes eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo a Simón: "No tengas miedo, porque desde ahora serás pescador de hombres." 11 Cuando ellos trajeron sus barcas a tierra, dejaron todo y lo siguieron. 12 Sucedió, que mientras Él estaba en una de las ciudades, un hombre lleno de lepra estaba allí. Cuando el vio a Jesús, él cayó sobre su rostro y le imploró, diciendo: "Señor, si quieres, Tú puedes limpiarme" 13 Entonces Jesús extendió su mano y lo tocó, diciendo: "Yo quiero. Sé limpio." E inmediatamente la lepra lo dejó. 14 Él le dio instrucciones de no decirle a nadie, pero le dijo: "Ve por tu camino y muéstrate al sacerdote y ofrece un sacrificio por tu limpieza, de acuerdo con lo que Moisés mandó, para testimonio de ellos." 15 Pero la noticia sobre Él se difundió aún más lejos y grandes multitudes vinieron para escucharlo enseñar y para ser sanados de sus enfermedades. 16 Pero Él a menudo se retiraba a los lugares desiertos y oraba. 17 Y sucedió que uno de esos días en que Él estaba enseñando, y había allí Fariseos y maestros de la ley sentados quienes habían venido de diferentes pueblos de las regiones de Galilea y Judea y también de la ciudad de Jerusalén. El poder del Señor estaba con Él para sanar. 18 Ahora, vinieron algunos hombres, cargando en una camilla a un hombre que era paralítico y ellos buscaban traerlo al interior con el fin de acostarlo frente a Jesús. 19 Ellos no pudieron, por causa de la multitud, así que subieron a la azotea y bajaron al hombre a través de un hueco en el tejado, en su camilla, en medio de las personas, justo frente a Jesús. 20 Viendo su fe, Jesús dijo: "Hombre, tus pecados son perdonados". 21 Los escribas y los fariseos comenzaron a preguntar esto, diciendo: "¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino solamente Dios?" 22 Pero Jesús, percibiendo lo que ellos estaban pensando, contestó y dijo: "¿Por qué cuestionan esto en sus corazones? 23 ¿Qué es más fácil decir: 'Tus pecados son perdonados,' o decir: 'Levántate y camina?' 24 Pero para que ustedes sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, Yo te digo a ti: 'Levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa.'" 25 Inmediatamente él se levantó frente a todos ellos, recogió la camilla donde él se acostaba; regresó a su casa, glorificando a Dios. 26 Todos estaban asombrados y glorificaban a Dios. Estaban llenos de miedo, diciendo: "Nosotros hemos visto cosas extraordinarias hoy." 27 Después que estas cosas pasaron, Jesús salió de allí y vio un colector de impuestos llamado Leví sentado en la tienda de los colectores de impuestos. Él le dijo: "Sígueme." 28 Así que Leví se levantó y lo siguió, dejando todo atrás. 29 Entonces Leví preparó un gran banquete para Jesús. Allí había muchos recaudadores de impuestos y otras personas quienes estaban reclinadas a la mesa y comiendo con ellos. 30 Pero los fariseos y los escribas se quejaban a sus discípulos, diciendo: "¿Por qué ustedes comen y beben con los recaudadores de impuestos y otras personas pecadoras? 31 Jesús les contestó: "Las personas que están en buena salud no necesitan un médico, sólo las personas que están enfermas necesitan uno. 32 Yo no vine a llamar a personas justas para arrepentirse, sino a llamar pecadores para arrepentirse." 33 Ellos le dijeron: "Los discípulos de Juan a menudo ayunan y oran y los discípulos de los fariseos hacen lo mismo. Pero tus discípulos comen y beben." 34 Jesús dijo a ellos: "¿Puede alguno hacer que los asistentes de la boda ayunen, mientras el novio está todavía con ellos? 35 Pero los días vendrán cuando el novio les será quitado, entonces en estos días ellos ayunarán." 36 Entonces Jesús también dijo una parábola a ellos: "Ningún hombre corta un pedazo de tela de una prenda nueva y la utiliza para arreglar una prenda vieja. Si hace esto, él desgarraría la prenda vieja pues el pedazo de ropa de la nueva se encojerá. 37 Además, ningún hombre pone un vino nuevo dentro de un odre viejo. Si él hace esto, el vino nuevo romperá los odres y el vino se derramaría y el odre se perdería. 38 Pero el vino nuevo debe ser puesto en odres nuevos. 39 Ningún hombre, después de beber vino viejo, desea el vino nuevo, porque dice: 'El viejo es mejor.'"

Capítulo 6

1 Ahora, sucedió en un día de reposo, que Jesús iba por unos campos sembrados y sus discípulos recogían las espigas, frotándolas entre sus manos y comiendo el grano. 2 Pero algunos de los fariseos decían: "¿Por qué hacen algo que no les es lícito hacer en el día del día de reposo?" 3 Jesús, contestándoles, dijo: "¿Ustedes aún no han leído lo que David hizo cuando tuvo hambre, él y los hombres quienes estaban con él? 4 Él entró a la casa de Dios y tomó el pan de la presencia y comió algunos de ellos y también dio algunos a los hombres que estaban con él para que comieran, aunque solo le era lícito a los sacerdotes comerlo." 5 Luego Él les dijo: "El Hijo del Hombre es Señor del día de reposo." 6 Sucedió en otro sábado, que Él entró a la sinagoga y enseñó a la gente de allí. Había allí un hombre cuya mano derecha estaba seca. 7 Los escribas y fariseos velaban de cerca para ver si Él sanaba alguien en el sábado, para que así ellos pudieran encontrar una razón para acusarlo. 8 Pero Él sabía lo que ellos estaban pensando y le dijo al hombre cuya mano estaba seca: "Levántate, y párate aquí en medio de todos." Así el hombre se levantó y estuvo allí de pie. 9 Jesús les dijo a ellos: "Yo les pregunto, ¿es lícito en el sábado hacer bien o hacer daño, para salvar una vida o para destruirla?" 10 Luego, miró alrededor a todos ellos y le dijo al hombre: "Extiende tu mano." Él lo hizo, y su mano fue restaurada. 11 Pero ellos estaban llenos de ira, y hablaban entre ellos sobre qué podrían hacerle a Jesús. 12 Pasó en esos días que Él salió al monte para orar. Él continuó orando a Dios toda la noche. 13 Cuando se hizo de día, Él llamó a sus discípulos y seleccionó doce de ellos, a quienes Él también llamó apóstoles. 14 Los nombres de los apóstoles eran Simón (a quien Él también llamó Pedro) y su hermano, Andrés, Jacobo (Santiago), Juan, Felipe, Bartolomé, 15 Mateo, Tomás, Jacobo (Santiago) el hijo de Alfeo, Simón, quién era llamado el Zelote, 16 Judas, el hijo de Jacobo (Santiago) y Judas Iscariote, quien se convirtió en un traidor. 17 Luego Jesús bajó del monte con ellos y se paró en un lugar llano, con una gran multitud de Sus discípulos y un gran número de gente de Judea, Jerusalén y de la costa del mar de Tiro y Sidón. 18 Ellos habían venido a escucharlo y ser sanados de sus enfermedades. Gente que estaba perturbada con espíritus impuros también fue sanada. 19 Todos en la multitud siguieron intentando tocarlo porque poder para sanar salía de Él y los sanaba a todos ellos. 20 Entonces Él miró a Sus discípulos, y dijo: "Bienaventurados son ustedes que son pobres, pues de ustedes es el reino de Dios. 21 Bienaventurados los que tienen hambre ahora, pues ustedes serán saciados. Bienaventurados son ustedes que ahora lloran, pues ustedes reirán. 22 Bienaventurados son ustedes cuando la gente los odie y cuando ellos los excluyan y los insulten, a causa del Hijo del Hombre. 23 Regocíjense en ese día y salten de gozo, porque ustedes seguramente tendrán una gran recompensa en el cielo, pues sus antepasados trataron los profetas en la misma manera. 24 Pero ¡ay de ustedes quienes son ricos!, pues ya han tenido su consuelo. 25 ¡Ay de ustedes quienes ahora están llenos!, pues tendrán hambre luego. ¡Ay de ustedes quienes ríen ahora!, pues se lamentarán y llorarán luego. 26 ¡Ay de ustedes!, cuando todos los hombres hablen bien de ustedes, pues así trataron sus antepasados a los falsos profetas. 27 Pero yo les digo a ustedes quienes están escuchando, amen a sus enemigos y hagan bien a quienes los odian. 28 Bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los maltratan. 29 Al que les golpee en una mejilla, ofrézcanle también la otra. Si alguien les quita su capa, no le retengas tampoco tu túnica. 30 Denle a todos los que le pidan. Si alguien les quita algo que es de ustedes, no le pidas que te lo devuelva. 31 Como ustedes quieren que la gente les hagan a ustedes, háganle igual a ellos. 32 Si ustedes solo aman a la gente que los aman, ¿qué mérito tiene esto para ustedes? Pues aún los pecadores aman a quienes los aman. 33 Si ustedes solamente hacen bien a las personas que les hacen bien, ¿qué mérito tiene esto para ustedes? Pues aún los pecadores hacen lo mismo. 34 Si ustedes solamente le prestan cosas a gente que ustedes esperan que se las devuelvan, ¿qué mérito tiene esto para ustedes? Aún los pecadores prestan a pecadores y esperan que le devuelvan la misma cantidad. 35 Pero amen a sus enemigos y háganles bien. Presten, no esperando nada devuelto y su recompensa será grande, y ustedes serán hijos del Altísimo, pues Él mismo es amable con los ingratos y la gente malvada. 36 Sean misericordiosos, tal como su Padre es misericordioso. 37 No juzguen y ustedes no serán juzgados. No condenen y no serán condenados. Perdonen a otros y serán perdonados. 38 Den, y se les dará a ustedes. Una cantidad generosa, compactada, remecida y derramada, será vertida en su regazo. Pues con la medida que ustedes midan, serán medidos ustedes." 39 Entonces Él también les dijo una parábola. "¿Puede un ciego guiar a otro ciego? Si lo hiciera, ambos caerían a un hoyo, ¿no es así? 40 Un discípulo no es mayor que su maestro, pero todos, cuando son completamente instruidos, serán como su maestro. 41 ¿Y por qué ustedes miran la paja que está en el ojo de tu hermano, pero no notan el tronco que está en sus propios ojos? 42 ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, ¿déjame sacar la paja que está en tu ojo,” cuando tú mismo no ves el tronco que está en tu propio ojo? ¡Ustedes hipócritas! Primero saquen el tronco de sus propios ojos, y luego ustedes verán claramente para sacar la paja, que está en el ojo de su hermano. 43 Pues, no hay árbol bueno que produzca fruto malo, ni tampoco hay un árbol malo que produzca buen fruto. 44 Pues, cada árbol es conocido por el tipo de fruto que produce. Pues, la gente no recoge higos de un espino, ni recoge uvas de una zarza. 45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón produce lo que es bueno, y el hombre malo, del tesoro malo de su corazón produce lo que es malo. Pues, de la abundancia de su corazón habla su boca. 46 ¿Por qué ustedes me llaman, "Señor, Señor”, y, sin embargo, ¿no obedecen las cosas que yo les digo? 47 Toda persona que viene a mí y escucha mis palabras y las obedece, yo les diré como es. 48 Él es como un hombre que construye una casa, que cavó profundo en la tierra y construyó el fundamento de la casa sobre roca sólida. Cuando vino una inundación, la corriente de las aguas fluyó contra esa casa, pero no pudo sacudirla, porque había sido bien construida. 49 Pero la persona que oye mis palabras y no las obedece, es como un hombre que construyó una casa sobre la tierra sin un fundamento. Cuando el torrente de agua dió contra esa casa, ésta inmediatamente colapsó, y la ruina de esa casa fue completa."

Capítulo 7

1 Después que Jesús terminó todo lo que estaba diciéndole a la gente, entró a Capernaúm. 2 Ahora un centurión tenía un siervo, que era altamente preciado para él, estaba enfermo y a punto de morir. 3 Cuando el centurión escuchó acerca de Jesús, envió ancianos de los judíos, pidiéndole que viniera y sanara a su siervo. 4 Cuando ellos vinieron a Jesús, le pidieron encarecidamente, diciendo: "Él es digno de que hagas esto por él, 5 porque él ama a nuestra nación y es el que construyó la sinagoga para nosotros." 6 Así que Jesús continuó su camino con ellos. Pero cuando Él no estaba lejos de la casa, el centurión envió amistades para decirle: "Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo. 7 Por esta razón ni siquiera me consideré digno de venir a ti, pero sólo di una palabra y mi siervo será sanado. 8 Pues yo también soy un hombre que está bajo autoridad, con soldados bajo mi mando. Le digo a éste: "Ve", y él va, y a otro, "Ven", y él viene, y a mi siervo, "Haz esto," y él lo hace." 9 Cuando Jesús escuchó esto, estaba asombrado de él y tornándose a la multitud que le seguía dijo: "Les digo, ni siquiera en Israel he hallado tal fe." 10 Y cuando aquellos que fueron enviados retornaron a la casa, ellos encontraron al siervo sano. 11 Algún tiempo después de eso Jesús fue a un pueblo llamado Naín, y sus discípulos y una gran multitud fue con Él. 12 Según Él se acercaba a puerta del pueblo, he aquí, un hombre que había muerto era cargado, el único hijo de su madre (quien era una viuda), y una gran multitud del pueblo estaba con ella. 13 Cuando el Señor la vio, fue profundamente movido a compasión por ella y le dijo: "No llores." 14 Entonces Él se acercó y tocó el marco de madera en el cual cargaban el cuerpo, y aquellos que lo cargaban se detuvieron. Él dijo: "Joven, a ti te digo, levántate." 15 El hombre muerto se sentó y comenzó a hablar y Jesús lo entregó a su madre. 16 Entonces el temor sobrevino a todos, y continuaron alabando a Dios, diciendo: "Un gran profeta se ha levantado entre nosotros", y "Dios ha cuidado a Su gente." 17 Esta noticia acerca de Jesús se esparció a través de toda Judea y las regiones vecinas. 18 Los discípulos de Juan le dijeron sobre todas estas cosas. 19 Entonces Juan llamó dos de sus discípulos y los envió al Señor para decir: "¿Eres tú el que habrá de venir, o hay algún otro que deberíamos esperar?" 20 Cuando ellos se acercaron a Jesús, le dijeron: "Juan el Bautista nos ha enviado para preguntarte: "¿Eres tú el que habría de venir o debemos esperar a otro? ´" 21 En esa hora Él sanó a mucha gente de enfermedades y aflicciones y de espíritus malignos, y a muchas personas ciegas le dio la vista. 22 Jesús contestó y les dijo: "Después de haber seguido su camino, informen a Juan lo que han visto y oído. Gente ciega está recibiendo la vista, gente coja está caminando, leprosos están siendo limpiados, gente sorda está escuchando, gente muerta está siendo regresada a la vida, y gente necesitada se les está diciendo las buenas nuevas. 23 La persona que no deja de creer en mí debido a mis acciones, es bendecida." 24 Después que los mensajeros de Juan se habían ido, Jesús comenzó a decir a las multitudes acerca de Juan: "¿Qué ustedes salieron a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 25 Pero ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido de vestiduras suaves? Miren, esos que visten con ropas espléndidas y viven en lujos, están en los palacios de reyes. 26 Pero ¿qué ustedes salieron a ver? ¿Un profeta? Sí, Yo les digo, y mucho más que un profeta. 27 Este es de quien se ha escrito: HE AQUÍ, ESTOY ENVIANDO A MI MENSAJERO DELANTE DE TU FAZ, QUIEN HA DE PREPARAR TU CAMINO DELANTE DE TI.' 28 Te digo, entre aquellos nacidos de mujer, ninguno es más grande que Juan. Sin embargo, la persona menos importante en el reino de Dios es mayor que él." 29 Cuando toda la gente escuchó esto, incluyendo a los recaudadores de impuestos, declararon que Dios es justo, habiendo sido bautizados con el bautismo de Juan. 30 Pero los fariseos y los expertos en la ley judía rechazaron el propósito de Dios para sí mismos, porque ellos no habían sido bautizados por Juan. 31 "¿A qué entonces, puedo yo comparar a la gente de esta generación? ¿Cómo son ellos? 32 Ellos son como niños jugando en el mercado, que se sientan y se llaman el uno al otro y dicen: "Nosotros tocamos la flauta para ustedes, y ustedes no bailaron. Nosotros cantamos una canción fúnebre, y ustedes no lloraron." 33 Pues Juan el Bautista no llegó comiendo pan ni bebiendo vino, y ustedes dicen: "Él tiene un demonio." 34 Vino El Hijo del Hombre que come y bebe y ustedes dicen: "¡Mira, Él es un hombre glotón y un borracho, un amigo de los recaudadores de impuestos y pecadores! 35 Pero la sabiduría es justificada por todos sus hijos." 36 Ahora, uno de los fariseos invitó a Jesús a comer con él. Así que después que Jesús entró a la casa del fariseo, se reclinó en la mesa a comer. 37 He aquí, había una mujer de la ciudad que era una pecadora. Cuando ella supo que Él estaba reclinado en la mesa de la casa del fariseo, trajo un jarro de alabastro con aceite perfumado. 38 Mientras, ella se paró detrás de Él, cerca de sus pies, llorando, comenzó a mojar sus pies con sus lágrimas, y los secó con los cabellos de su cabeza y besó sus pies, y los ungió con aceite perfumado. 39 Cuando el fariseo que había invitado a Jesús vio esto, él pensó para sí mismo, diciendo: "Si este hombre fuese un profeta, entonces sabría quién y qué tipo de mujer lo está lo está tocando sabría que ella es una pecadora." 40 Jesús respondió y le dijo: "Simón, tengo algo que decirte." Él dijo: "¡Dime, Maestro!" 41 Jesús dijo: "Cierto prestamista tenía dos deudores. Uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta. 42 Cuando ellos no pudieron pagarle, él los perdonó a ambos. Así que, ¿cuál de ellos lo amará más?" 43 Simón le respondió y dijo: "Yo supongo que al que él le perdonó más." Jesús dijo: "Tú has juzgado correctamente." 44 Jesús se volvió a la mujer y le dijo a Simón: "Ves a esta mujer. Yo he entrado a tu casa. Tú no me distes agua para mis pies, pero ella con sus lágrimas ha mojado mis pies y los secó con sus cabellos. 45 Tú no me diste un beso, pero desde que llegué, ella no ha cesado de besar mis pies." 46 "Tú no ungiste mi cabeza con aceite, pero ella ha ungido mis pies con aceite perfumado. 47 Por tanto te digo, sus pecados, que eran muchos, han sido perdonados, pues ella amó mucho. Pero a quien poco se le perdona, ama poco." 48 Luego él le dijo a ella: "Tus pecados son perdonados." 49 Aquellos, reclinándose entre sí comenzaron a decirse: "¿Quién es Este que aun perdona pecados?" 50 Entonces Jesús dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado. Ve en paz."

Capítulo 8

1 Sucedió poco después que Jesús comenzó a viajar alrededor de diferentes ciudades y aldeas, predicando y proclamando las buenas nuevas del reino de Dios. Los doce fueron con Él, 2 como también ciertas mujeres que habían sido sanadas de malos espíritus y enfermedades: María que era llamada Magdalena, de la cual siete demonios habían sido expulsados, 3 Juana, esposa de Chuza, administrador de Herodes, Susana y muchas otras mujeres, quienes de sus posesiones proveían para sus necesidades. 4 Mientras una gran multitud se reunía, y la gente venían, a Él de pueblo en pueblo, Él contó una parábola: 5 "Un sembrador salió a sembrar su semillas. Mientras sembraba, algunas cayeron al lado del camino y fueron pisoteadas y las aves del cielo las devoraron. 6 Algunas cayeron sobre piedra y tan pronto crecieron se marchitaron, porque no tenían humedad. 7 Y algunas cayeron entre espinos, y los espinos crecieron juntos con las semillas y las ahogaron. 8 Pero algunas cayeron en buena tierra y produjo una cosecha que fue cien veces mayor." Después que Jesús había dicho estas cosas, Él exclamó: "El que tenga oídos para oír, que oiga." 9 Sus discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola. 10 Él dijo: "El conocimiento de los secretos del reino de Dios les ha sido dado a ustedes, pero a otros yo les hablo en parábolas, para que 'VIENDO, NO VEAN, Y OYENDO, NO ENTIENDAN.' 11 Ahora esto es lo que la parábola significa: la semilla es la palabra de Dios. 12 Las que cayeron por el camino, son aquellos que han escuchado, pero entonces el diablo viene y les quita la palabra de su corazón, para que ellos no crean y sean salvos. 13 Las que están sobre la piedra, cuando escuchan la palabra, la reciben con gozo, pero ellos no tienen raíces; ellos creen por un momento y en el tiempo de la prueba se apartan. 14 Las semillas que cayeron entre los espinos, es gente que escuchan la palabra, pero según ellos siguen su camino, se ahogan con las preocupaciones, riquezas y placeres de esta vida, y su fruto no madura. 15 Pero las semillas que cayeron en terreno bueno, estas son aquellas que, escuchando con un corazón honesto y bueno, se agarran a ella con seguridad y producen fruto con su perseverancia. 16 Ahora, nadie cuando ha encendido una lámpara, la cubre con una vasija o la coloca debajo de una cama. Más bien, la coloca sobre un candelero, para que todo el que entre pueda ver la luz. 17 Pues nada está oculto, que no será dado a conocer, ni hay nada secreto, que no sea revelado y salga a la luz. 18 Así que escuchen atentamente, porque al que tiene, se le dará más, y al que no tenga, incluso lo que él piensa que tiene, le será quitado." 19 Entonces su madre y sus hermanos vinieron a Él, pero no pudieron acercarse a Él debido a la multitud. 20 Y le dijeron: "Tu madre y tus hermanos están parados afuera deseando verte." 21 Pero Jesús respondió y les dijo: "Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios, y la cumplen." 22 Ahora, un día Él entró a una barca con sus discípulos y les dijo: "Vayamos al otro lado del lago." Entonces ellos zarparon. 23 Pero mientras navegaban, Él se durmió. Una terrible tormenta de viento vino sobre el lago, y su barco se estaba llenando de agua, y ellos estaban en peligro. 24 Entonces los discípulos de Jesús vinieron a Él y lo despertaron, diciendo: "¡Maestro, Maestro! ¡Estamos a punto de morir!" Él despertó y reprendió los vientos y las aguas embravecidas y ellas cesaron, y hubo una calma. 25 Entonces Él les dijo: "¿Dónde está su fe?" Y ellos tuvieron miedo y mientras estaban también asombrados, y se preguntaron unos a otros: "¿Quién es Éste, que manda aun a los vientos y las aguas, y ellos le obedecen?" 26 Ellos navegaron a la región de los Gadarenos, que está al cruzar el lago de Galilea. 27 Cuando Jesús desembarcó en tierra, él se encontró con cierto hombre de la ciudad que tenía demonios. Por un largo tiempo él no había vestido ropa, ni vivía en una casa, sino en las tumbas. 28 Cuando vio a Jesús, clamó y cayó delante de Él y dijo con una voz potente: "¿Qué tienes Tú conmigo Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Yo te ruego, no me atormentes." 29 Pues Jesús había ordenado al espíritu impuro que saliera fuera del hombre. Pues muchas veces lo había poseído y aunque estaba atado con cadenas y grillos y mantenido en vigilancia, él rompía las cadenas y era dirigido por el demonio al desierto. 30 Entonces Jesús le preguntó: "¿Cuál es tu nombre?" Y él dijo: "Legión," porque muchos demonios habían entrado en él. 31 Ellos le seguían implorando que no los mandara al abismo. 32 Entonces, un hato de muchos cerdos estaba allí comiendo en la colina. Los demonios le imploraron que les permitiera entrar en ellos, y Él les dio permiso. 33 Así que los demonios salieron del hombre y entraron en los cerdos, y el hato avanzó bajando la colina empinada hacia el lago y se ahogaron. 34 Cuando los que estaban atendiendo los cerdos vieron lo que había pasado, huyeron y lo contaron en la ciudad y en los campos. 35 Entonces la gente salió a ver lo que había sucedido. Y cuando vinieron a Jesús y encontraron al hombre de quien los demonios habían salido, sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su sano juicio, ellos tuvieron miedo. 36 Entonces aquellos que lo habían visto, les dijeron como el hombre que había sido controlado por demonios había sido sanado. 37 Entonces toda la gente de la región de los Gadarenos le pidieron a Jesús que se fuera de entre ellos, pues a ellos les sobrecogió gran temor. Así que Él entró en la barca para poder regresar. 38 El hombre de quien los demonios habían salido le rogó a Jesús que le permitiera ir con Él, pero Jesús lo despidió, diciendo: 39 "Regresa a tu casa y cuenta todas las cosas que Dios ha hecho contigo." El hombre siguió su camino, proclamando por toda la ciudad lo que Jesús había hecho por él. 40 Ahora, cuando Jesús regresó, la multitud le dio la bienvenida, porque todos lo estaban esperando. 41 He aquí, un hombre llamado Jairo, que era uno de los líderes de la sinagoga, vino y se arrodilló a los pies de Jesús y le imploró que fuera a su casa, 42 porque su única hija, una niña como de doce años de edad, se estaba muriendo. Mientras Jesús iba de camino las multitudes lo oprimían. 43 Entonces, allí se encontraba una mujer que había estado sangrando por doce años y había gastado todo su dinero en médicos, pero que no pudo ser sanada por ninguno de ellos. 44 Ella vino por detrás de Jesús y tocó el borde de su vestido, e inmediatamente su sangrado paró. 45 Jesús dijo: "¿Quién fue quien me tocó?" Cuando todos lo negaron, Pedro dijo: "Maestro, las multitudes te rodean y te oprimen." 46 Pero Jesús dijo: "Alguien sí me tocó, pues sé qué poder ha salido de mí." 47 Cuando la mujer vio que no podía escapar sin ser notada, vino temblando y cayó delante de Él. Ella declaró, en la presencia de toda la gente, porqué lo había tocado y cómo fue sanada inmediatamente. 48 Entonces Él le dijo: "Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz." 49 Mientras Él aún estaba hablando, alguien vino de la casa del líder de la sinagoga, diciendo: "Tu hija está muerta. No molestes más al Maestro." 50 Pero cuando Jesús escuchó esto, le dijo a Jairo: "No tengas miedo; sólo cree, y ella será sanada." 51 Cuando Él llegó sino a la casa, no permitió que nadie entrará, excepto Pedro, Juan y Jacobo (Santiago), y el padre de la niña y su madre. 52 Ahora, todos estaban lamentándose y gimiendo por ella, pero Él dijo: "No giman. Ella no está muerta, sino dormida." 53 Pero ellos se rieron de Él, sabiendo que ella estaba muerta. 54 Pero Él, tomando la niña de la mano, dio voces, diciendo: "Niña, levántate." 55 El espíritu de ella regresó, y ella se levantó inmediatamente. Él mandó que le dieran algo de comer. 56 Sus padres estaban asombrados, pero Él les mandó que no le dijeran a nadie lo que había sucedido.

Capítulo 9

1 Él llamó a los doce, y les dio poder y autoridad sobre los demonios y para curar enfermedades. 2 Él los envió a predicar el reino de Dios y curar a los enfermos. 3 Él les dijo: " No tomen nada para el viaje, ni bastón, ni bolso, ni pan, ni dinero, ni túnica extra. 4 En cualquier casa que entren, permanezcan allí hasta que salgan. 5 Dondequiera que no los reciban, cuando ustedes salgan de ese pueblo, sacudan el polvo de sus pies como testimonio contra ellos." 6 Entonces ellos salían e iban por las aldeas, proclamando la buena noticia y sanando por todas partes. 7 Ahora Herodes, el tetrarca, escuchó todo lo que estaba pasando y estaba perplejo, porque algunos decían que Juan el Bautista había resucitado de los muertos, 8 y era dicho que Elías había aparecido, y aún otros que un profeta de los antiguos había resucitado. 9 Herodes dijo: "Yo decapité a Juan, pero ¿quién es éste de quien oigo tales cosas?" Y él trató de verlo. 10 Cuando los apóstoles regresaron, ellos le dijeron a Jesús todo lo que habían hecho. Entonces Él los tomó aparte, y se fueron, a un pueblo llamado Betsaida. 11 Pero cuando la multitud escuchó sobre esto, lo siguieron. Él los recibió, y les habló sobre el reino de Dios, y Él sanó a aquellos que necesitaban sanidad. 12 Ahora, el día estaba por llegar a su fin, y los doce vinieron Él y dijeron: "Despide a la multitud para que ellos vayan a las aldeas y campos cercanos para que encuentren alojamiento y comida, porque estamos en un lugar aislado". 13 Pero Él les dijo: "Ustedes denles algo para comer." Ellos dijeron: "Nosotros no tenemos más que cinco panes y dos pescados, a menos que vayamos y compremos comida para todas estas personas". 14 (Había alrededor de cinco mil hombres.) Él les dijo a sus discípulos: "Hagan que se sienten en grupos como de cincuenta cada uno." 15 Así que lo hicieron, e hicieron a la gente sentarse. 16 Él tomando los cinco panes y los dos pescados; Él miró al cielo, los bendijo y los partió en pedazos, los dio a los discípulos para ponerlos frente a la multitud. 17 Todos ellos comieron y fueron satisfechos, y lo que sobró fue recogido, doce canastas. 18 Surgió, que mientras Jesús estaba orando a solas, los discípulos estaban con Él. Él les cuestionó, diciendo: "¿Quién dice las multitudes que soy Yo?" 19 Ellos contestaron: "Juan el Bautista. Pero otros dicen Elías, y otros dicen que eres uno de los profetas de los tiempos antiguos que ha resucitado." 20 Entonces Él les dijo: "Pero ¿quién dicen ustedes que soy Yo?" Pedro contestó: "El Cristo de Dios." 21 Pero Él les advirtió fuertemente, que no dijeran esto a nadie, 22 diciendo: "El Hijo del Hombre debe padecer muchas cosas y ser rechazado por los ancianos y principales sacerdotes y escribas, y será muerto y al tercer día resucitará". 23 Él les dijo a todos ellos: "Si alguno quiere seguirme, debe negarse a sí mismo, tomar su cruz cada día y seguirme. 24 Aquel que quiera salvar su vida la perderá, pero el que quiera perderla por Mi causa la salvará. 25 ¿De qué le sirve al hombre si gana todo el mundo, si se pierde o se destruye a sí mismo? 26 Aquel que quiera que se avergüence de mí y de mis palabras, el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga en su propia gloria, y la gloria del Padre y la de los santos ángeles. 27 Pero en verdad les digo, que hay algunos de ustedes de los que están aquí, que no probarán la muerte sin que vean el reino de Dios." 28 Ahora, cerca de ocho días después, Jesús habló estas palabras, tomó con Él a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña a orar. 29 Mientras Él oraba, la apariencia de su rostro cambió, y sus ropas se volvieron blancas resplandecientes. 30 He aquí, dos hombres estaban hablando con Él, Moisés y Elías, 31 quienes aparecieron en esplendor glorioso. Ellos hablaban de su partida, la cual Él estaba próximo a cumplir en Jerusalén. 32 Ahora Pedro y aquellos que estaban con Él, tenían mucho sueño pesado, pero cuando ellos estuvieron completamente despiertos, vieron Su gloria y a los dos hombres que estaban con Él. 33 Mientras ellos se alejaban de Jesús, Pedro le dijo: "Maestro, es bueno para nosotros estar aquí. Vamos a construir tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y otra para Elías" (él no sabía lo que estaba diciendo.) 34 Mientras Él decía esto, una nube vino y los cubrió, y ellos se asustaron mientras entraron en la nube. 35 Una voz salió de la nube, diciendo: "Éste es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo." 36 Cuando la voz hubo hablado, Jesús se encontró solo. Ellos guardaron silencio, y no dijeron a nadie en esos días nada de lo que ellos habían visto. 37 Ahora en el siguiente día, cuando ellos bajaron de la montaña, una gran multitud se reunió con Él. 38 He aquí, un hombre de la multitud gritó diciendo: "Maestro, te suplico que mires a mi hijo, porque es el único que tengo. 39 Mira, un espíritu toma control sobre él y de repente grita; le causa convulsiones y le sale espuma de su boca. A duras penas lo deja y lo maltrata gravemente. 40 Yo le supliqué a tus discípulos que se lo sacaran, pero ellos no pudieron." 41 Jesús contestó y dijo: "Ustedes generación incrédula y depravada, ¿por cuánto tiempo voy a tener que estar con ustedes y soportarlos? Trae a tu hijo aquí". 42 Mientras el muchacho se acercaba, el demonio lo tiró al piso y lo sacudió con convulsiones. Pero Jesús reprendió al espíritu inmundo y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre. 43 Entonces ellos estaban todos asombrados por la grandeza de Dios. Mientras todos estaban todavía maravillándose de todo lo que Él estaba haciendo, dijo a sus discípulos: 44 "Permitan que estas palabras penetren profundamente en sus oídos: el Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres." 45 Pero ellos no entendieron esta declaración. Estaba oculta a ellos, para que ellos no conocieran su significado. Todavía ellos tenían miedo de preguntar sobre esta declaración. 46 Entonces empezó una disputa entre ellos sobre cuál de ellos sería el más grande. 47 Pero Jesús, conociendo el razonamiento en sus corazones, tomó a un niño pequeño y lo puso a su lado, 48 y les dijo: "Quienquiera que recibe a este niño en mi nombre, me recibe a Mí; y quienquiera que me recibe a Mí, recibe a Quien me envió. Pues quien sea el más pequeño entre todos ustedes, es quien es el grande". 49 Juan contestó: "Maestro, vimos a uno sacando demonios en Tu nombre y se lo impedimos, porque él no nos sigue." 50 "No lo detengan" dijo Jesús: "porque aquel que quiera que no está contra ustedes, está por ustedes." 51 Cuando se acercaron los días en que Él había de subir al cielo, Él decidió firmemente ir a Jerusalén. 52 Él envió mensajeros delante de Él, y fueron y entraron a una aldea en Samaria para preparar todo para Él. 53 Pero la gente de allí, no le recibió porque Él iba a Jerusalén. 54 Cuando los discípulos Santiago y Juan vieron esto, ellos dijeron: "Señor, ¿quieres que ordenemos que baje fuego del cielo y los destruya?" 55 Pero Él se volvió y los reprendió, y 56 ellos siguieron a otra aldea. 57 Mientras ellos se dirigían a su destino, alguien le dijo: " Yo te seguiré donde quiera que Tú vayas" 58 Jesús le dijo: " LAS ZORRAS TIENEN GUARIDAS, Y LOS PÁJAROS DEL CIELO TIENEN SUS NIDOS, PERO EL HIJO DEL HOMBRE NO TIENE LUGAR DONDE DESCANSAR SU CABEZA." 59 Entonces Él le dijo a otro: "Sígueme." Pero él dijo: "Señor, permíteme primero ir a enterrar a mi padre." 60 Pero Él le dijo: "Deja que los muertos entierren a sus muertos. Pero en cuanto a ti, ve y proclama en todas partes el reino de Dios." 61 Entonces otra persona también dijo: "Yo te seguiré, Señor, pero primero permíteme decir adiós a aquellos que viven en mi casa." 62 Jesús le respondió: "Ninguno, que ha puesto su mano en el arado y mira para atrás, es apto para el reino de Dios."

Capítulo 10

1 Ahora, después de estas cosas, el Señor señaló a otros setenta, y los envió de dos en dos, delante de Él, en cada pueblo y lugar donde Él mismo tenía destinado a ir. 2 Él dijo: "La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Por lo tanto, pídanle al Señor de la cosecha que envíe obreros a su cosecha. 3 Vayan ustedes. Miren, Yo los envío como ovejas en medio de lobos. 4 No lleven bolsas de dinero, ni bolsas de viajero, ni sandalias, y no saluden a nadie en el camino. 5 En cualquier casa a que ustedes entren, primero digan: '¡Sea la paz en esta casa!' 6 Si una persona de paz está allí, tu paz reposará sobre él, pero si no, retornará a ustedes. 7 Manténganse en esa casa, comiendo y bebiendo lo que ellos provean, pues el obrero es digno de su salario. No se muevan de casa en casa. 8 En cualquier pueblo que ustedes entren, y ellos les reciban, coman lo que se ponga frente a ustedes, 9 y sanen a los enfermos que están en allí. Y díganle: "El reino de Dios se ha acercado a ustedes." 10 Cuando ustedes entren a un pueblo, y ellos no los reciban, vayan afuera por sus calles y digan: 11 '¡Hasta el polvo de su pueblo, que se pega a nuestros pies, nosotros nos lo sacudimos frente a ustedes! Pero sepan esto: que el reino de Dios se ha acercado.' 12 Yo les digo que el día del juicio será más tolerable para Sodoma que para ese pueblo. 13 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Si los milagros que fueron hechos en ustedes hubieran sido hechos en Tiro y Sidón, ellas se hubieran arrepentido hace mucho tiempo, sentándose en sacos y cenizas. 14 Pero será más tolerable para Tiro y Sidón en el juicio que para ustedes. 15 Y tú, Capernaúm, ¿piensas que serás exaltada hasta el cielo? No, tú descenderás hasta el Hades. 16 Aquel que los escuche a ustedes me escucha a Mí, y aquel que los rechace a ustedes me rechaza a mí, y aquel que me rechace a Mí, rechaza a Aquel que me envió." 17 Los setenta regresaron con regocijo, diciendo: "Señor, aun los demonios se sometieron a nosotros en Tu nombre." 18 Jesús les dijo: "Yo veía a Satanás descender del cielo como un relámpago. 19 Vean, Yo les he dado autoridad para pisar serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada, en ninguna manera les lastimará. 20 No obstante no se regocijen solo en esto, que los espíritus se someten a ustedes, sino regocíjense aún más, en que sus nombres estén escritos en el cielo." 21 Al mismo tiempo Él se regocijó grandemente en el Espíritu Santo, y dijo: "Te alabo, oh, Padre, Señor de los cielos y de la tierra, porque Tú ocultaste estas cosas de los sabios y entendidos, y las revelaste a aquellos quienes no saben, como a niños pequeños. Sí, Padre, porque así te a agradó." 22 "Todas las cosas han sido confiadas a Mí por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo excepto el Padre, y nadie sabe quién es el Padre excepto el Hijo, y cualquiera a quien el Hijo escoja revelarlo." 23 Entonces volviéndose a los discípulos, Él dijo privadamente: "Benditos son aquellos que ven las cosas que ustedes ven. 24 Yo les digo, muchos profetas y reyes desearon ver las cosas que ustedes ven, y no las vieron, y escuchar las cosas que ustedes escuchan, y ellos no las escucharon." 25 He aquí, cierto maestro de la ley judía se levantó para probarlo, diciendo: "Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?" 26 Jesús le dijo: "¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?" 27 Respondiendo él dijo: "Tú debes amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza, y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo." 28 Jesús le dijo: "Tú has contestado correctamente. Haz esto, y vivirás." 29 Pero el maestro, deseando justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: "¿Y quién es mi prójimo?" 30 Respondiendo Jesús dijo: "Cierto hombre estaba descendiendo desde Jerusalén a Jericó. El cayó entre ladrones, quienes le despojaron de sus pertenencias, y lo golpearon, y lo dejaron medio muerto. 31 Por casualidad, cierto sacerdote estaba descendiendo por ese camino, y cuando lo vio, pasó por el otro lado. 32 Así mismo un levita, cuando él llegó al lugar y lo vio, pasó por el otro lado. 33 Pero cierto samaritano, mientras viajaba, vino a donde él estaba. Cuando lo vio, fue movido a compasión. 34 Él se acercó a él y vendó sus heridas, vertiendo aceite y vino sobre ellas. Él lo acomodó en su cabalgadura, y lo llevó a una posada, y cuidó de él. 35 El siguiente día sacó dos denarios, y se los dio al encargado del hospedaje, y dijo: 'Cuida de él y cualquier cosa extra que tú gastes, cuando yo regrese, te lo pagaré.' 36 ¿Cuál de estos tres, tú piensas, era un prójimo para el que cayó entre los ladrones?" 37 El maestro dijo: "Aquel quien mostró misericordia a él." Jesús le dijo: "Ve y haz lo mismo." 38 Ahora mientras ellos estaban viajando, Él entró en cierto pueblo, y una cierta mujer llamada Marta le dio la bienvenida en su casa. 39 Ella tenía una hermana llamada María, quien se sentó a los pies del Señor y escuchó Su palabra. 40 Pero Marta estaba demasiado ocupada preparándose para servir una comida. Ella se le acercó a Jesús y dijo: "Señor, ¿no te preocupa que mi hermana me dejó servir sola? 41 Por tanto, dile a ella que me ayude." Pero el Señor respondió y le dijo a ella: "Marta, Marta, tú estás ansiosa sobre muchas cosas, 42 pero solo una cosa es necesaria. María ha seleccionado lo que es mejor, la cual no será quitada de ella."

Capítulo 11

1 Sucedió que cuando Jesús estaba orando en cierto lugar, uno de sus discípulos dijo: "Señor, enséñanos a orar tal como Juan les enseñó a sus discípulos." 2 Jesús les dijo: "Cuando ustedes oren digan: 'Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. 3 Danos cada día nuestro pan. 4 Perdona nuestros pecados, así como nosotros perdonamos a quien está en deuda con nosotros. No nos dejes caer en tentación." 5 Jesús les dijo: "¿Quién de ustedes tendrá un amigo que va a medianoche, y le dice: ‘Amigo, préstame tres panes, 6 ya que un amigo que acaba de llegar del camino, y no tengo nada que ofrecerle’? 7 Entonces el que está adentro puede que le contesté: 'No me molestes. La puerta ya está cerrada, y mis hijos, junto a mí, están en cama. No estoy disponible para levantarme y darte pan.' 8 Yo les digo, que aun si él no se levanta y le da pan, porque es su amigo, debido a su persistencia se levantará, y le dará cuántos panes necesites. 9 Yo también les digo, pidan, y les será dado; busquen, y encontrarán; toquen, y se les abrirá. 10 Pues toda persona que pide recibe; y la persona que busca encuentra; y a la persona que toca, se le abre. 11 ¿Cuál padre entre ustedes, si su hijo le pide un pescado, le dará una serpiente en lugar de pescado? 12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? 13 Por lo tanto, si ustedes quienes son malvados saben cómo darles buenas cosas a sus hijos, cuánto más, su Padre en los cielos, ¿les dará el Espíritu Santo a aquellos quienes se lo pidan?" 14 Más tarde, Jesús estaba sacando un demonio, y era mudo. Sucedió que cuando el demonio salió, el hombre mudo habló. ¡Las multitudes estaban asombradas! 15 Pero algunas de las personas dijeron: "Él echa fuera demonios por Belcebú, el gobernador de los demonios". 16 Otros lo probaron y buscaron de Él una señal del cielo. 17 Pero Jesús conocía sus pensamientos y les dijo: "Todo reino dividido contra sí mismo es desolado, y una casa dividida contra sí misma se cae. 18 Si Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo su reino permanecerá? Pues ustedes dicen que yo saco demonios por Belcebú. 19 Si yo echo fuera demonios por Beelzebú, ¿por quién sus seguidores los echan fuera? Por esto, ellos serán sus jueces. 20 Pero si yo saco demonios por el dedo de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a ustedes. 21 Cuando un hombre fuerte, que está completamente armado vigila su casa, sus bienes están a salvo, 22 pero cuando un hombre más fuerte derrota, el hombre más fuerte le quita la armadura, y le roba las posesiones. 23 El que no está conmigo, está en contra de mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. 24 Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, éste pasa a través de lugares secos y busca donde descansar. No encontrando ninguno dice: 25 'Voy a volver a la casa de donde vine.' Habiendo regresado, éste encuentra la casa barrida y puesta en orden. 26 Entonces va y trae con él siete espíritus más malvados que él mismo y todos ellos van a vivir allí. Luego, la condición final de ese hombre se vuelve peor que la primera." 27 Sucedió que, según Él decía estas cosas, cierta mujer alzó su voz por encima de la multitud y le dijo: "Bendito el vientre que te concibió y los pechos que te criaron". 28 Pero Él dijo: "Más bien, benditos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la guardan". 29 Mientras las multitudes reunían aún más personas, Él comenzó a decir: "Esta generación es una generación malvada. Busca una señal, aunque ninguna señal le será dada, excepto la señal de Jonás. 30 Pues, así como Jonás vino a ser una señal para los ninivitas, así también el Hijo del Hombre será una señal para esta generación. 31 La Reina del Sur se levantará en juicio contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y vean, alguien mayor que Salomón está aquí. 32 Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio contra esta generación y los condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás, y miren, Alguien mayor que Jonás está aquí. 33 Nadie, luego de encender una lámpara, la coloca en un lugar escondido o debajo de una canasta, sino sobre un candelabro para que todo el que entre pueda tener luz. 34 Su ojo es la lámpara del cuerpo. Cuando su ojo está bien, todo el cuerpo está lleno de luz. Pero cuando su ojo está mal, todo el cuerpo está lleno de obscuridad. 35 Por lo tanto, ten cuidado de que la luz que hay en ti, no sea oscuridad. 36 Si todo tu cuerpo está lleno de luz, sin ninguna parte en oscuridad, entonces estará iluminado como cuando una lámpara alumbra sobre ti". 37 Cuando Él terminó de hablar, un fariseo le pidió a Él que comiera en su casa, así que Jesús entró y se reclinó. 38 Y el fariseo se sorprendió de que Él primero no se lavó sus manos antes de cenar. 39 El Señor le dijo: "Ahora bien, ustedes los fariseos, limpian el exterior de los vasos y platos, pero el interior de ustedes está lleno de maldad. 40 ¡Ustedes hombres insensatos! ¿Acaso aquel que hizo el exterior no hizo también el interior? 41 Den al pobre de lo que está adentro, y luego todas las cosas serán limpias para ustedes. 42 Pero ¡ay de ustedes fariseos!, porque diezman la menta y la ruda y cualquier otra hierba de jardín, pero descuidan la justicia y el amor de Dios. Es necesario actuar justamente y amar a Dios, sin dejar de hacer las otras cosas también. 43 ¡Ay de ustedes fariseos!, porque ustedes aman los asientos principales de las sinagogas y los saludos respetuosos en las plazas. 44 ¡Ay de ustedes!, porque son como sepulcros que no se ven, que las personas caminan sobre ellos sin saberlo." 45 Y un cierto maestro de la ley le contestó y dijo: "Maestro, lo que dices también nos insulta." 46 Jesús dijo: "¡Y ay de ustedes, maestros de la ley! Porque cargan a los hombres con cargas difíciles de llevar, pero ustedes ni siquiera tocan esas cargas con uno de sus propios dedos. 47 ¡Ay de ustedes!, porque construyen tumbas conmemorando a los profetas, y sin embargo fueron sus antepasados quienes los mataron. 48 Así que son testigos y consienten las obras de sus antepasados, porque de hecho ellos mataron a los profetas, cuyas tumbas ustedes construyeron para conmemorarlos. 49 Por esta razón también, la sabiduría de Dios dijo: 'Les enviaré a ellos profetas y apóstoles, y los perseguirán y matarán algunos de ellos.' 50 Esta generación, entonces será hecha responsable por toda la sangre derramada por los profetas desde el inicio del mundo; 51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, quien fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les digo a ustedes, esta generación será hecha responsable. 52 ¡Ay de ustedes maestros de la ley!, porque ustedes han quitado la llave del conocimiento; ustedes mismos no entran, y entorpecen a aquellos que están entrando." 53 Después que Jesús se fue de ahí, los escribas y los fariseos se le opusieron y le discutían acerca de muchas cosas, 54 tratando de atraparlo en Sus propias palabras.

Capítulo 12

1 Mientras tanto, cuando miles de personas estaban reunidas, tantos que se atropellaban unos a otros, Él empezó a decirles a sus discípulos primero que a todos: "Cuidado con la levadura de los fariseos, la cual es hipocresía. 2 Pero no hay nada oculto, que no sea revelado, y nada escondido, que no se sepa. 3 Así que cualquier cosa dicha en las tinieblas será escuchada en la luz, y lo que has hablado al oído en los cuartos de adentro, será proclamado desde las azoteas. 4 Yo les digo a ustedes mis amigos, no tengan miedo de aquellos quienes matan el cuerpo, y después de eso ellos no tienen nada más que hacer. 5 Pero les advertiré a ustedes acerca de a quién temer. Teman a aquel que, después de matar, tiene autoridad para tirarlos en el infierno. Sí, Yo les digo, témanle. 6 ¿No son vendidos cinco gorriones por dos pequeñas monedas? Todavía ninguno de ellos es olvidado a la vista de Dios. 7 Pero aún todos los cabellos de su cabeza son contados. No tengan miedo. Ustedes son más valiosos que muchos gorriones. 8 Yo les digo, quien me confiesa delante de los hombres, el Hijo del Hombre también le confesará ante los ángeles de Dios, 9 pero el que me niegue ante los hombres será negado ante los ángeles de Dios. 10 Cualquiera que hable una palabra en contra del Hijo del Hombre, le será perdonado, pero para aquel que blasfeme contra el Espíritu Santo, eso no le será perdonado. 11 Cuando los lleven ante las sinagogas, los gobernantes y las autoridades, no se preocupen acerca de cómo hablar en su defensa, o que dirán, 12 porque el Espíritu Santo les enseñará en esa hora qué deberán decir." 13 Entonces alguien de la multitud le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que divida su herencia conmigo." 14 Jesús le dijo: "Hombre, ¿quién me hizo juez o mediador sobre ti?" 15 Y Él les dijo: "Velen que ustedes se guarden de todo deseo de avaricia, porque la vida de una persona no consiste en la abundancia de sus posesiones." 16 Luego Jesús les contó una parábola, diciendo: "La tierra de un hombre rico había producido abundantemente, 17 y él pensó dentro de sí, diciendo: '¿Qué haré, porque no tengo un lugar para guardar mis cosechas? 18 Él dijo: 'Esto es lo que haré. Destruiré mis graneros y construiré unos más grandes, y allí guardaré todos mis granos y otros bienes. 19 Yo le diré a mi alma: "Alma, tienes muchos bienes guardados para muchos años. Descansa tranquila, come, bebe, alégrate." 20 Pero Dios le dijo: 'Hombre necio, esta noche pedirán tu alma, y las cosas que has preparado, ¿de quién serán?' 21 Así es alguien que guarda tesoros para sí mismo y no es rico delante de Dios." 22 Jesús les dijo a sus discípulos: "Por tanto les digo a ustedes, no se preocupen por su vida, qué comerán, o acerca de sus cuerpos, qué vestirán. 23 Porque la vida es más que comida, y el cuerpo es más que la ropa. 24 Consideren los cuervos, ellos no siembran ni cosechan. Ellos no tienen cuarto para almacenar o granero, pero Dios los alimenta. ¡Cuánto más valiosos son ustedes que las aves! 25 ¿Y cuáles de ustedes por estar ansiosos pueden añadir una hora a sus años de vida? 26 Si después ustedes no son capaces de hacer ni las cosas más pequeñas, ¿por qué han de preocuparse por lo demás? 27 Consideren los lirios, cómo crecen. Ellos no laboran, ni siquiera hilan. Todavía les digo, que ni Salomón en toda su gloria no se vistió como uno de estos. 28 Si Dios viste así la hierba de los campos, la cual existe hoy, y mañana es tirada al horno, cuánto más los vestirá a ustedes, ¡oh ustedes hombres de poca fe! 29 No se preocupen por lo que han de comer, o lo que han de beber, y no estén ansiosos. 30 Porque toda la gente del mundo mira estas cosas, y su Padre sabe que ustedes necesitan estas cosas. 31 Pero busquen su reino, y todas estas cosas serán añadidas. 32 No tengan miedo, manada pequeña, porque a su Padre le ha complacido en darles el reino. 33 Vendan sus posesiones y repartan a los pobres. Háganse carteras las cuales no se gasten, tesoros en los cielos que no se agotan, donde ningún ladrón se acerque, y ninguna polilla destruye. 34 Porque donde sus tesoros estén, allí estarán también sus corazones. 35 Estén siempre preparados, y dejen que sus lámparas se mantengan encendidas, 36 y sean como las personas que están esperando que su maestro regrese de la boda, para que cuando él venga y toque, ellos inmediatamente abran la puerta para él. 37 Benditos son esos siervos, a quienes el señor les encontrará vigilando cuando él venga. Verdaderamente les digo que ceñirá su túnica en su correa, les hará sentar a la mesa, y vendrá y les servirá. 38 Si el señor viene en la segunda vigilia de la noche, o si aún en la tercera vigilia, y los encuentra listos, benditos serán esos siervos. 39 Más aún sepan esto, que si el señor de la casa supiera la hora en que el ladrón vendría, él no hubiera permitido que la casa fuera robada. 40 Estén preparados también, porque ustedes no saben la hora cuando el Hijo del Hombre venga." 41 Pedro dijo: "Señor, ¿estás diciendo esta parábola sólo a nosotros, o también a todos?" 42 El Señor dijo: "Pues, ¿quién es el fiel y sabio mayordomo a quien su señor pondrá por encima de sus otros siervos para darle su porción de comida en el tiempo correcto? 43 Bendito es ese siervo, a quien su señor encuentre haciendo eso cuando él venga. 44 Verdaderamente les digo que él lo pondrá a cargo de toda su propiedad. 45 Pero si ese siervo dice en su corazón: 'Mi señor retrasa su regreso,' y comienza a golpear a los siervos y siervas, y a comer y a beber, y a emborracharse, 46 el señor de ese siervo vendrá en un día cuando él no lo espera, y en una hora que él que no sabe, y lo castigará y señalará para él un lugar con los incrédulos. 47 Ese siervo, habiendo conocido la voluntad de su señor, y no habiendo preparado o hecho de acuerdo con su voluntad, será golpeado con muchos azotes. 48 Pero él que no sabía, e hizo cosas merecedoras de golpes, será golpeado con pocos azotes. Todo aquel a quien se le da mucho, mucho se le requiere, y a quien se le confía mucho, le pedirán aún más de él. 49 Yo vine para echar fuego sobre la tierra, y cómo deseo que ya estuviese encendido. 50 Pero tengo un bautismo para ser bautizado, y ¡como yo estoy afligido hasta que sea completado! 51 ¿Piensas que yo vine a traer paz a la tierra? No, yo les digo, pero en cambio división. 52 Pues de ahora en adelante serán cinco en una casa, tres personas contra dos, y dos personas contra tres. 53 Ellos estarán divididos: padre contra hijo, hijo contra padre, madre contra hija e hija contra madre; suegra contra nuera y nuera contra suegra." 54 Jesús también les decía a las multitudes: "Cuando ustedes ven una nube levantándose en el oeste, ustedes dicen inmediatamente: 'Viene lluvia' y así sucede. 55 Y cuando el viento del sur está soplando, ustedes dicen: 'Hará un calor abrasador' y así sucede. 56 Hipócritas, sí ustedes saben cómo interpretar las apariencias de la tierra y de los cielos, ¿cómo es que ustedes no saben cómo interpretar el tiempo presente? 57 ¿Por qué no juzgan lo que es correcto para ustedes mismos? 58 Porque cuando ustedes van con su adversario ante el magistrado, en el camino hacen un esfuerzo por resolver el asunto con él, para que él no los arrastre hasta el juez, y para que así el juez no les entregue al oficial, y el oficial no los tire en la cárcel. 59 Yo les digo, ustedes nunca saldrán de ahí hasta que hayan pagado lo más mínimo del dinero."

Capítulo 13

1 En ese tiempo, algunas personas allí le hablaron acerca de los galileos cuya sangre Pilato mezcló con sus propios sacrificios. 2 Jesús respondió y le dijo: "¿Ustedes piensan que estos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos porque sufrieron de esta manera? 3 Yo les digo, que no. Pero si ustedes no se arrepienten, todos ustedes van a perecer de la misma manera. 4 O aquellas dieciocho personas en Siloé sobre las cuales cayó una torre y los mató, ¿ustedes piensan que ellos eran más pecadores que los otros hombres en Jerusalén? 5 No. Pero si ustedes no se arrepienten, todos ustedes también perecerán". 6 Jesús contó esta parábola: "Alguien tenía un árbol de higos plantado en su viñedo y vino y buscó frutos en él, pero no encontró ninguno. 7 El hombre le dijo al jardinero: 'Mira, por estos tres años yo he venido y he tratado de encontrar frutos en este árbol de higuera y no he encontrado ninguno. Córtalo. ¿Por qué dejarlo malgastar la tierra?' 8 El jardinero contestó y dijo: 'Déjalo solo por este año mientras yo cave alrededor de él y le pongo estiércol. 9 Y si produce fruto el próximo año, bien; pero si no, ¡córtalo!” 10 Ahora, Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas durante el sábado. 11 He aquí, una mujer que por dieciocho años había tenido un espíritu maligno de debilidad, y estaba jorobada y no era capaz de enderezarse. 12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: "Mujer, eres libre de tu debilidad". 13 Él puso sus manos sobre ella, e inmediatamente se enderezó y glorificó a Dios. 14 Pero el jefe de la sinagoga estaba indignado porque Jesús había sanado en sábado. Así que él dijo a la multitud: "Hay seis días en que es necesario trabajar. Vengan y sean sanados entonces, no en el sábado." 15 El Señor le respondió y dijo: "¡Hipócritas! ¿Acaso alguno de ustedes no desata su burro o vaca del establo y lo lleva a beber en el sábado? 16 ¿Pues también esta hija de Abraham, a quien Satanás amarró por dieciocho largos años, no deberían sus ligaduras ser sueltas en sábado?" 17 Y mientras decía estas cosas, todos esos que se oponían a Él estaban avergonzados, pero la muchedumbre entera estaba regocijándose por las cosas gloriosas que Él hacía. 18 Entonces Jesús dijo: "¿Cómo es el reino de Dios, y a que se le puede comparar? 19 Es como un grano de mostaza que un hombre tomó y arrojó en su jardín, y creció en un gran árbol, y las aves del cielo construyeron en él sus nidos". 20 Otra vez les dijo: "¿A qué puedo Yo comparar el reino de Dios? 21 Es como levadura que una mujer tomó y mezcló con tres medidas de harina hasta que creció." 22 Jesús visitó cada pueblo y villa de camino a Jerusalén y les enseñaba. 23 Alguien le dijo: "Señor, ¿son pocas las personas que serán salvadas?" Entonces Él les dijo: 24 "Luchen por entrar por la puerta estrecha, porque muchos van a tratar, y no lograrán entrar". 25 Una vez que el dueño de la casa se levanta y cierra la puerta, ustedes se pararán afuera y golpearán la puerta y dirán: 'Señor, Señor, déjanos entrar'. Y Él les responderá y les dirá: 'Yo no sé quiénes son ni de dónde vienen'. 26 Entonces ustedes dirán: 'Nosotros comimos y bebimos contigo y Tú enseñaste en nuestras calles.' 27 Pero Él les responderá: 'Yo les digo, yo no sé de dónde son. ¡Aléjense de Mí, malhechores!' 28 Habrá llanto y crujir de dientes cuando vean a Abraham, Isaac, Jacob y a todos los profetas del reino de Dios, pero ustedes, serán arrojados afuera. 29 Vendrán del este, oeste, norte y sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. 30 Y sepan esto, los últimos son los primeros y los primeros serán los últimos". 31 Poco después, algunos fariseos vinieron y le dijeron a Él: "Vete de aquí porque Herodes quiere matarte". 32 Jesús dijo: "Vayan y díganle a ese zorro: 'Miren, yo echo fuera demonios y haré sanidades hoy y mañana, y en el tercer día voy a alcanzar mi meta'. 33 Sin embargo, es necesario para Mí que continúe hoy, mañana y en el día siguiente, porque no es aceptable que maten a un profeta lejos de Jerusalén. 34 Jerusalén, Jerusalén, quien mata a los profetas y apedreas a los enviados a ti. Cuán a menudo he deseado reunir tus hijos, en la manera que una gallina reúne sus polluelos bajo sus alas, pero ustedes no desearon esto. 35 Miren, su casa está abandonada. Yo les digo, ustedes no me verán hasta que digan: 'Bendecido es Él que viene en el nombre del Señor'".

Capítulo 14

1 Ocurrió un sábado, cuando Él fue a la casa de uno de los líderes de los fariseos para comer pan, que ellos le miraban de cerca. 2 He aquí, frente a Él había un hombre que estaba sufriendo de hidropesía. 3 Jesús les preguntó a los expertos en la ley judía y a los fariseos: "¿Es legal sanar en el sábado, o no?" 4 Pero se mantuvieron en silencio. Así que Jesús lo sostuvo, lo sanó y lo despachó. 5 Él les dijo a ellos: "¿Quién de ustedes tiene un hijo o un buey que cae en un pozo en el día del reposo, e inmediatamente no lo sacan?" 6 Ellos no fueron capaces de dar una respuesta a estas cosas. 7 Cuando Jesús notó cómo aquellos que fueron invitados escogieron los asientos de honor, Él conto una parábola, diciéndoles: 8 "Cuando ustedes estén invitados por alguien a un banquete de bodas, no se sienten en el lugar de honor, porque alguien que es más honorable que ustedes, pudo haber sido invitado. 9 Cuando la persona que los invitó a ambos llega, él les dirá a ustedes: 'Dale a esta otra persona tu lugar,' y entonces en vergüenza, ustedes procederán a tomar el lugar más bajo. 10 Pero cuando ustedes estén invitados, vayan y siéntense en el lugar más bajo, para que así cuando el que los invitó a ustedes venga, él les pueda decir: 'Amigo, vaya más arriba.' Entonces ustedes serán honrados en la presencia de todos los que se sentaron en la mesa con ustedes. 11 Porque todo aquel que se exalte a sí mismo será humillado, y el que se humilla a sí mismo será exaltado." 12 Jesús también le dijo al hombre que lo invitó: "Cuando tú des una comida o una cena, no invites a tus amigos o a tus hermanos o a tus parientes o a tus vecinos ricos, porque ellos pueden devolverte la invitación, y tú recibirás el pago de vuelta. 13 Pero cuando tú des un banquete, invita a los pobres, los cojos, los lisiados, y los ciegos, 14 y tú serás bendecido, porque ellos no pueden pagarte de vuelta. Pero tú serás recompensado en la resurrección de los justos." 15 Cuando uno de los que se sentó a la mesa con Jesús escuchó estas cosas, le dijo: "¡Bendito sea aquel quien coma pan en el reino de Dios!" 16 Pero Jesús le dijo: "Cierto hombre preparó una gran cena e invitó a muchos. 17 Cuando la cena fue preparada, Él envió a su sirviente a decir a aquellos quienes estaban invitados, 'Vengan, porque todo está listo ahora.' 18 Todos ellos a la vez comenzaron a dar excusas. El primero le dijo a él: 'He comprado un campo, voy afuera a verlo. Por favor excúseme.' 19 Y otro dijo: 'He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos. Por favor excúseme.' 20 Y otro hombre dijo: 'Me he casado, y por lo tanto no puedo ir.' 21 El sirviente vino y le dijo a su amo estas cosas. Entonces el amo de la casa se puso furioso y le dijo a su sirviente: 'Ve rápidamente por las calles y caminos del pueblo y trae aquí a los pobres, los lisiados, los ciegos y los cojos.' 22 El sirviente dijo: 'Amo, lo que tú ordenaste ha sido hecho, y aun así queda espacio.' 23 El amo dijo al sirviente: 'Ve a las carreteras y cercados y oblígalos a venir, que se llene mi casa. 24 Pues yo te digo, ninguno de aquellos hombres quienes fueron invitados probará mi cena.'" 25 Ahora grandes multitudes iban con Él, y Él se volvió y les dijo: 26 "Cualquiera que viene a Mí y no aborrece a su propio padre, madre, esposa, hijos, hermanos y hermanas, y hasta su propia vida, él no puede ser Mi discípulo. 27 Quien no cargue su propia cruz y me siga, no puede ser Mi discípulo. 28 Pues, ¿quién de ustedes, que desea construir una torre, no se sienta primero y cuenta el costo y calcula lo que tiene y necesita para completarlo? 29 De otra manera, cuando él haya puesto un fundamento y no sea capaz de terminar, todos quienes lo vean empezarán a burlarse de él, 30 diciendo: 'Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de terminar.' 31 O, ¿qué rey mientras va a encontrarse con otro rey en la guerra, no se sentará primero y tomará consejo para saber si es capaz de pelear con diez mil hombres con el otro rey que viene contra él con veinte mil hombres? 32 Y sino, mientras el otro ejército está aún lejos, envía a un embajador y pregunta por condiciones de paz. 33 Así entonces, cualquiera de ustedes que no deje todo lo que tenga no puede ser Mi discípulo. 34 La sal es buena, pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo puede ser salada otra vez? 35 No sirve ni para el terreno o siquiera para la pila de estiércol. Se desecha. El que tenga oídos para oír, que escuche."

Capítulo 15

1 Entonces todos los recaudadores de impuestos y otros pecadores estaban viniendo a Jesús para escucharlo a Él. 2 Ambos, los fariseos y los escribas murmuraban uno al otro, diciendo: "Este hombre les da la bienvenida a pecadores, y hasta come con ellos". 3 Jesús les habló esta parábola a ellos, diciendo: 4 "¿Cuál de ustedes, si tiene cien ovejas y entonces pierde una de ellas, no dejará las noventa y nueve en el desierto, y va detrás de la pérdida hasta que la encuentra? 5 Luego, cuando la encuentra, él la coloca entre sus hombros y se regocija. 6 Cuando va a su casa, junta a sus amigos y vecinos, diciéndoles: 'Regocíjense conmigo, pues he encontrado mi oveja perdida.' 7 Yo les digo aún más, habrá más alegría en el cielo cuando un pecador se arrepiente, que por noventa y nueve personas justas que no necesitan arrepentirse. 8 O, ¿qué mujer que tiene diez monedas de plata, si perdiera una moneda, no prendería una lámpara, barrería la casa, y buscaría diligentemente hasta que la encuentre? 9 Y cuando la encuentra, ella llama a todos sus amigos y vecinos, diciéndoles: 'Regocíjense conmigo, pues he encontrado la moneda que yo había perdido'. 10 Así les, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente". 11 Luego Jesús dijo: "Cierto hombre tenía dos hijos, 12 y el más joven le dijo a su padre: 'Padre, dame ahora toda la porción de bienes que me toca.' Así que él dividió sus propiedades entre ellos. 13 No muchos días más tarde, el más joven empacó todo lo que poseía y se fue para un país lejano, y él malgastó su dinero, comprando cosas que no necesitaba, y malgastando su dinero en una vida desenfrenada. 14 Entonces cuando hubo gastado todo, una gran hambruna ocurrió en ese país, y él empezó a pasar necesidad. 15 Él fue y solicitó trabajo a uno de los ciudadanos de ese país, quien lo envió a sus campos para cuidar cerdos. 16 Y él con gusto se hubiera comido las semillas de las algarrobas que los cerdos comían, pero nadie le daba nada de comer. 17 Pero cuando el joven volvió en sí, se dijo: '¡Cuántos sirvientes que mi padre contrata tienen suficiente comida, y yo estoy aquí, muriendo de hambre! 18 Me voy de aquí e iré a mi padre, y le diré a él: "Padre, he pecado contra el cielo, y contra ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como uno de tus jornaleros". 20 Así que el hijo joven se marchó y vino hacia su padre. Mientras aún él estaba lejos, su padre lo vio, y sintió compasión, y corrió, y lo abrazó y lo besó. 21 El hijo le dijo: 'Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. No soy digno de ser llamado tu hijo.' 22 El padre les dijo a sus sirvientes: 'Traigan rápido la mejor túnica, y póngala sobre él, y pongan un anillo en su mano, y sandalias en sus pies. 23 Luego traigan el becerro más gordo y mátenlo. ¡Celebremos con una fiesta! 24 Pues mi hijo había muerto, y ahora está vivo. Él estaba perdido, y ahora fue encontrado'. Y ellos comenzaron a celebrar. 25 Ahora su hijo mayor, estaba afuera en los campos, mientras venía y se acercaba a la casa, escuchó música y baile. 26 Él llamó a uno de los sirvientes y le preguntó, qué cosas son estas. 27 El sirviente le dijo: 'Tu hermano ha vuelto a casa y tu padre ha matado el becerro gordo, debido a que él ha regresado seguro'. 28 El hijo mayor estaba enojado, y no entró, su padre salió, y le suplicó. 29 Pero el hijo mayor le contestó y le dijo a su padre: 'Mira, por muchos años yo me esclavice para ti, y nunca rompí una de tus reglas, sin embargo, tú nunca me diste ni un cabrito para que yo pudiera celebrar con mis amigos, 30 pero cuando tu hijo, que lo ha gastado viviendo con prostitutas, tú mataste para él, el becerro gordo'. 31 El padre le dijo al hijo: 'Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo. 32 Pero era lo propio para nosotros festejar y estar contentos, pues tu hermano había muerto, y ahora está vivo; él estaba perdido y ahora fue encontrado'".

Capítulo 16

1 Jesús también les dijo a sus discípulos: "Había un cierto hombre rico quien tenía un administrador, y le fue informado que este administrador estaba derrochando sus posesiones. 2 Así que el hombre rico lo llamó y le dijo a él: '¿Qué es esto que he escuchado de ti? Dame un informe de lo que manejas, porque tú ya no puedes ser administrador.' 3 El administrador se dijo a sí mismo: "¿Qué debo hacer, ya que mi amo me está quitando mi trabajo de administrador? Yo no tengo fuerza para cavar, y me avergüenza mendigar. 4 Ya sé lo que voy a hacer, para cuando me quiten de mi trabajo de administrador, las personas me reciban en sus casas.' 5 Entonces el administrador llamó a cada uno de los deudores de su amo, y le preguntó al primero: "¿Cuánto le debes a mi amo?" 6 Él le dijo: 'Cien medidas de aceite de oliva'. Y él le dijo a él: 'Toma tu cuenta, siéntate rápido, y escribe cincuenta.' 7 Entonces el administrador le dijo al otro: '¿Y cuánto tú debes?' Él le dijo: 'Cien medidas de harina.' Él le dijo: 'Toma tu cuenta, y escribe ochenta.' 8 El amo elogió al administrador injusto porque había actuado con perspicacia. Es que los hijos de este mundo son más perspicaces con su propia gente que los hijos de la luz. 9 Les digo, háganse amigos por medio de la riquezas mundanas, para que cuando se terminen, les puedan dar la bienvenida en la morada eterna. 10 Ese quien es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y ese que es injusto en lo poco, también es injusto en lo mucho. 11 Si ustedes no han sido fieles usando las riquezas mundanas, ¿quién les confiará la verdadera riqueza? 12 Y si ustedes no han sido fieles usando el dinero de otras personas, ¿quién les dará dinero propio? 13 Ningún siervo puede servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o igual le será devoto a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a la riqueza." 14 Ahora los fariseos, quienes amaban el dinero, escucharon todas estas cosas, y lo ridiculizaron. 15 Y Él les dijo: "Ustedes se justifican a los ojos de los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Eso que es exaltado entre los hombres es detestable a los ojos de Dios. 16 La ley y los profetas estaban en efecto hasta que Juan llegó. De ese tiempo en adelante, el evangelio del reino de Dios es predicado, y todos tratan de forzar su entrada en él. 17 Pero es más fácil que pasen el cielo y la tierra, que una tilde de una letra de la ley se vuelva inválida. 18 Todo aquel que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio, y el que se casa con una divorciada, comete adulterio. 19 Ahora había un cierto hombre rico quien estaba vestido de púrpura y lino fino y disfrutaba de su gran riqueza cada día. 20 Un cierto mendigo llamado Lázaro estaba echado en su puerta, cubierto de llagas, 21 y él anhelaba ser alimentado con lo que se caía de la mesa del hombre, y además de eso, los perros venían y lamían sus llagas. 22 Sucedió que el mendigo murió y fue cargado por los ángeles hasta al lado de Abraham. El hombre rico también murió y fue sepultado, 23 y en el hades, estando en tormento, alzó sus ojos y vio a Abraham muy lejos y a Lázaro sobre su pecho. 24 Así que él gritó y dijo: 'Padre Abraham, ten misericordia de mí y envía a Lázaro, que él pueda mojar la punta de su dedo en agua y refrescar mi lengua, porque estoy en angustia en esta llama'. 25 Pero Abraham le dijo: 'Hijo, recuerda que en tu vida recibiste tus bienes, y Lázaro, cosas malas. Pero ahora él está confortado aquí y tú estás en agonía. 26 Además de todo esto, un gran abismo fue puesto, para que esos que quieren cruzar de aquí hacia ti no lo puedan lograr, y nadie sea capaz de cruzar de ahí hasta nosotros.' 27 El hombre rico dijo: 'Te ruego, Padre Abraham, que lo envíes a casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que él pueda advertirles, de modo que no vengan a este lugar de tormento.' 29 Pero Abraham le dijo: "Ellos tienen a Moisés y los profetas; déjalos que los escuchen a ellos.' 30 El hombre rico respondió: 'No, Padre Abraham, pero si alguien fuera a ellos desde los muertos, ellos se arrepentirán.' 31 Pero Abraham le dijo: 'Si ellos no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadir aunque alguno se levante de los muertos.'''

Capítulo 17

1 Jesús dijo a sus discípulos: "Es seguro que habrá cosas que nos llevan a pecar, pero ¡ay de aquel por medio de quien vienen! 2 Sería mejor para él si una piedra de molino fuera puesta alrededor de su cuello y fuera echado al mar, a que él causara a uno de estos pequeños tropezar. 3 Velen ustedes. Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. 4 Si peca contra ti siete veces al día, y siete veces vuelve a ti, diciendo: 'Me arrepiento', ¡debes perdonarlo!" 5 Los apóstoles dijeron al Señor: "aumenta nuestra fe." 6 El Señor les dijo: "Si tuvieras fe como una semilla de mostaza, tú dirías a este árbol de sicomoro: 'Sé desarraigado, y sé plantado en el mar', y te obedecería. 7 Pero ¿quién de ustedes, tiene un siervo arando o velando ovejas, le dice cuando haya vuelto del campo: 'Ven inmediatamente y siéntate a comer.'? 8 No le dirá él a éste: '¿Prepárame algo para yo comer, y pon un cinturón alrededor de tu ropa y sírveme hasta que yo haya terminado de comer y beber, entonces luego tú comerás y beberás’? 9 ¿Agradece al siervo porque éste hizo las cosas que se le mandaron? 10 Así también, cuando hayas hecho todo lo que te fue ordenado, debes decir: 'Somos siervos inútiles. Solamente hemos hecho lo que debíamos hacer.'" 11 Sucedió que mientras Él viajaba a Jerusalén, estaba viajando a través de las fronteras de Samaria y Galilea. 12 Mientras entraba a cierta aldea, allí se encontró con diez hombres que eran leprosos. Se pararon lejos de Él 13 y alzaron sus voces, diciendo: "Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros." 14 Cuando Él los vio, Él les dijo: "Vayan y muéstrense a los sacerdotes." Y sucedió que mientras iban, fueron limpiados. 15 Cuando uno de ellos vio que fue sanado, se tornó de vuelta, con voz fuerte glorificando a Dios. 16 Se postró a los pies de Jesús, dándole gracias. Él era samaritano. 17 Jesús contestándole, dijo: "¿No fueron limpios los diez? 18 ¿Dónde están los nueve? ¿No había otros que regresaran a dar gloria a Dios, excepto este extranjero?" 19 Él le dijo: "Levántate, y ve. Tu fe te ha sanado." 20 Siendo cuestionado por los fariseos sobre cuando el reino de Dios vendría, Jesús le contestó y dijo: "El reino de Dios no llegará con señales que puedan ser observadas. 21 Ni tampoco dirán: '¡Mira aquí!' o, '¡Mira allá!', porque el reino de Dios ya está entre ustedes." 22 Él dijo a los discípulos: "Los días vendrán cuando ustedes desearán ver uno de los días del Hijo del Hombre, pero no lo verán. 23 Entonces les dirán a ustedes: '¡Mira, allí! ¡Mira, aquí!' Pero no salgan o corran tras ellos, 24 pues como el relámpago aparece cuando resplandece de una parte del cielo a otra parte del cielo, así el Hijo del Hombre será en su día. 25 Pero primero, Él debe sufrir muchas cosas y ser rechazado por esta generación. 26 Como sucedió en los días de Noé, así también sucederá en los días del Hijo del Hombre. 27 Ellos comieron, tomaron, se casaron, y fueron dados en matrimonio, hasta el día que Noé entró al arca, y el diluvio llegó y los destruyó a todos. 28 Asimismo, como sucedió en los días de Lot, ellos comieron, bebieron, compraron, vendieron, sembraron, y edificaron. 29 Pero en el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre desde el cielo y los destruyó a todos. 30 De la misma manera será el día que el Hijo del Hombre sea revelado. 31 En ese día, el que esté en la azotea, no baje a sacar sus bienes de la casa. Y que el que esté en el campo aquí no regrese. 32 Recuerda a la esposa de Lot. 33 Quien busque ganar su vida la perderá, pero quien pierda su vida la salvará. 34 Te digo, en esa noche habrá dos personas en una cama. Uno será tomado, y el otro será dejado. 35 Habrán dos mujeres moliendo juntas. Una será tomada, y la otra será dejada." 36 Habrá dos en el campo; uno será tomado y el otro dejado. 37 Ellos le preguntaron: "¿Dónde, Señor?" Y Él les dijo: "Donde esté el cadáver, allí también se reunirán los buitres."

Capítulo 18

1 Entonces él les contó una parábola sobre cómo siempre deben orar, y no desanimarse, 2 diciendo: "Había en una cierta ciudad, un cierto juez que no le temía a Dios y no respetaba a las personas. 3 Ahora en esa ciudad había una viuda y ella con frecuencia iba al juez diciéndole: 'Ayúdame a obtener justicia contra mi oponente.' 4 Por mucho tiempo él no estuvo dispuesto a ayudarla, pero después de un tiempo él se dijo a sí mismo: 'A pesar de que no temo a Dios ni respeto a los hombres, 5 porque esta viuda me está dando problemas le ayudaré y le haré justicia, para que no me harte con sus constantes visitas. '" 6 Entonces el Señor dijo: "Escuchen lo que el juez injusto dijo. 7 ¿Dios no traerá también justicia a sus escogidos que le claman día y noche? ¿Se tardará Él? 8 Yo les digo que les hará justicia rápidamente. Así también cuando el Hijo del Hombre vuelva, ¿ciertamente, encontrará fe en la tierra?" 9 Entonces él también les habló esta parábola a algunos que estaban persuadidos de que eran justos y despreciaban a otras personas: 10 "Dos hombres subieron al templo a orar, uno era un fariseo y el otro era un cobrador de impuestos. 11 El fariseo se paró a orar y oraba estas cosas de sí mismo: 'Dios, te doy gracias porque no soy como otras personas que son ladrones, personas injustas, adúlteros o hasta como este cobrador de impuestos. 12 Yo ayuno dos veces en la semana. Yo doy diezmo de todo lo que gano.' 13 Pero el cobrador de impuesto, parado a la distancia, ni siquiera levantó sus ojos al cielo, pero golpeaba su pecho diciendo: 'Dios, sé misericordioso conmigo, un pecador.' 14 Yo les digo a ustedes, este hombre fue a su casa justificado antes que el otro, porque cualquiera que se exalte a sí mismo será humillado, pero cualquiera que se humille a sí mismo será exaltado." 15 Las personas también les llevaban a sus infantes, para que Él los tocara, pero cuando sus discípulos vieron esto, los reprendieron. 16 Entonces Jesús los llamó, diciendo: "Permítanles a los niños que vengan a mí, no se lo prohíban. Pues el reino de Dios pertenece a ellos. 17 Verdaderamente les digo, quien quiera que no reciba el reino de Dios como un niño, definitivamente no entrará." 18 Un hombre prominente le preguntó, diciendo, "Maestro bueno, ¿qué puedo hacer para heredar la vida eterna?" 19 Jesús le dijo, "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, excepto sólo Dios. 20 Tú conoces los mandamientos - no cometas adulterio, no mates, no robes, no testifiques falsamente, honra a tu padre y a tu madre." 21 El hombre dijo: " He obedecido todas estas cosas desde que era joven." 22 Cuando Jesús escuchó esto le dijo a el: "Una cosa aún te falta. Debes vender todo lo que tienes y distribuirlo a los pobres y tendrás tesoros en el cielo y ven y sígueme." 23 Pero cuando el hombre rico escuchó esas cosas, se puso muy triste, porque era muy rico. 24 Entonces Jesús, viéndolo, también se puso muy triste y dijo: "¡Cuán difícil es para aquellos que son ricos entrar al reino de Dios! 25 Es más fácil para un camello entrar por el ojo de una aguja, que un rico entrar en el reino de Dios." 26 Aquellos escuchando dijeron: "¿Entonces quién puede ser salvo?" 27 Jesús contestó: "Las cosas que son imposibles con los hombres son posibles con Dios." 28 Pedro dijo: "Bueno, nosotros hemos dejado todo lo que es nuestro y te hemos seguido." 29 Jesús entonces les dijo: "Verdaderamente, les digo que no hay nadie que no haya dejado casa, esposa, hermanos, padres, o niños, por el bien del reino de Dios, 30 que no reciba mucho más en este mundo, y en el reino venidero, vida eterna." 31 Luego Él reunió a los doce, les dijo: "Miren, vamos a subir a Jerusalén, y todas las cosas que han escrito los profetas sobre el Hijo del Hombre serán cumplidas. 32 Pues Él será entregado a los gentiles, y será burlado, y será tratado humillantemente, y escupido. 33 Después de darle latigazos, ellos lo matarán, pero al tercer día, Él resucitará." 34 Ellos no entendieron nada de estas cosas, pues esta palabra fue escondida de ellos, y no entendían las cosas que fueron dichas. 35 Aconteció, que mientras Jesús se acercaba a Jericó, un cierto hombre ciego estaba sentado al lado del camino rogando, 36 y escuchando la multitud que pasaba, él preguntó qué estaba pasando. 37 Ellos le dijeron que Jesús de Nazaret estaba pasando. 38 El hombre ciego clamó, diciendo: "Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí." 39 Los que estaban caminando delante de él lo reprendían, diciéndole que permaneciera callado. Pero él clamó aún más: "Hijo de David ten misericordia de mí." 40 Jesús se detuvo y ordenó que el hombre fuera traído a Él. Entonces cuando el hombre ciego estuvo cerca, Jesús le preguntó: 41 "¿Qué deseas que haga por ti?" Él dijo: " Señor, quiero recibir mi vista." 42 Jesús le dijo: "Recibe tu vista. Tu fe te ha sanado." 43 Inmediatamente él recibió su vista, y lo siguió, glorificando a Dios. Viendo esto, todas las personas alabaron a Dios.

Capítulo 19

1 Jesús y estaba pasando por Jericó y entró. 2 He aquí, había un hombre llamado Zaqueo. Él era un jefe recaudador de impuestos y era rico. 3 Él estaba tratando de ver quién era Jesús, pero no podía ver por encima de la multitud, porque él era pequeño en estatura. 4 Entonces él corrió adelantándose a la gente y se subió a un árbol de sicómoro para verlo, porque Jesús estaba por pasar por allí. 5 Cuando Jesús llegó al lugar, Él miró hacia arriba y Le dijo: "Zaqueo, baja rápidamente, porque hoy debo quedarme en tu casa." 6 Así que él se apresuró y bajó y lo recibió alegremente. 7 Cuando todos vieron esto, se quejaron, diciendo: "Él ha ido a visitar a un hombre que es un pecador." 8 Zaqueo se paró y le dijo al Señor: "Mira, Señor, la mitad de mis bienes lo doy a los pobres, y si en algo he engañado a alguien, yo le repondré cuatro veces la cantidad." 9 Jesús le dijo, hoy la salvación ha llegado a esta casa, porque él también es hijo de Abraham. 10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar la gente que se había perdido." 11 Mientras ellos escuchaban estas cosas, Él continuó hablando y contó una parábola, porque Él estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que inmediatamente Él reino de Dios iba aparecer. 12 Él dijo: "Un cierto hombre noble fue a un país lejano a recibir un reino, para luego regresar. 13 Llamó a diez de sus siervos, y les dio diez minas, y les dijo: 'Dirijan los negocios hasta que yo regrese.' 14 Pero sus ciudadanos lo odiaban y enviaron una delegación de embajadores tras él, diciendo: 'No queremos a este hombre gobernando sobre nosotros.' 15 Sucedió que, al regresar, después de recibir el reino, él mandó a llamar a sus siervos a quiénes les había entregado el dinero, para saber qué ganancias habían hecho a través del negocio. 16 El primero vino delante de él: diciendo: 'Señor, tu mina ha hecho diez minas más.' 17 El hombre noble le dijo: 'Bien hecho, buen siervo. Porque fuiste fiel en lo poco, tendrás autoridad sobre diez ciudades.' 18 El segundo vino, diciendo: 'Tu mina, señor, ha hecho cinco minas.' 19 El hombre noble le dijo: 'Tú toma autoridad sobre cinco ciudades.' 20 Y otro vino, diciendo: 'Señor, aquí está tu mina, la cual he guardado segura en un paño, 21 porque tuve miedo de ti, porque sé que eres un hombre severo. Tú recoges lo que no depositaste, y cosechas lo que no sembraste.' 22 El hombre noble le dijo: 'Por tus propias palabras te juzgaré, tú, siervo malvado. Tú sabías que yo soy un hombre severo, que recojo lo que no deposité, y cosecho lo que no sembré. 23 Entonces ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco, para que cuando yo regresara lo hubiera recogido con intereses?' 24 El hombre noble les dijo a ellos los que estaban cerca: 'Quítenle la mina, y denla al que tiene diez minas.' 25 Ellos le dijeron: 'Señor, él tiene diez minas.' 26 'Yo les digo, que a cualquiera que tiene se le dará más, pero de aquel que no tiene, incluso lo que tiene se le quitará. 27 Pero a estos enemigos míos, aquellos que no querían que gobernara sobre ellos, tráiganlos aquí y mátenlos delante de mí.'" 28 Cuando Él dijo estas cosas, siguió adelante, subiendo a Jerusalén. 29 Ocurrió que cuando Él se acercó a Betfagé y Betania, en el monte llamado Olivos, Él envió dos de sus discípulos, 30 diciendo: "Vayan a la siguiente aldea. Cuando entren, encontrarán un burrito que nunca ha sido montado. Desátenlo y tráiganlo. 31 Si alguien les pregunta: '¿por qué lo están desatando?' digan: 'El Señor lo necesita.'" 32 Aquellos que fueron enviados, fueron y encontraron el burrito como Jesús les había dicho. 33 Mientras estaban desatando el burrito, los dueños les dijeron: "¿Por qué están desatando el burrito?" 34 Ellos le dijeron: "El Señor lo necesita." 35 Ellos lo trajeron a Jesús, y ellos tiraron sus mantos sobre el burrito y montaron a Jesús sobre él. 36 Mientras él iba, la gente tendía sus mantos en el camino. 37 Mientras se acercaban al lugar donde el Monte de los Olivos desciende, toda la multitud de discípulos empezó a regocijarse y alabar a Dios con voz fuerte por todas las maravillas que habían visto, 38 diciendo: "¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!" 39 Algunos de los fariseos en la multitud le dijeron: "Maestro, reprende tus discípulos." 40 Jesús respondió y dijo: "Yo les digo, si estos estuvieran callan, las piedras gritarían." 41 Cuando Jesús se acercó a la ciudad, lloró sobre ella, 42 diciendo: "¡Si tú hubieras sabido en este día, las cosas que te traen paz! Pero ahora ellas están ocultas a tus ojos. 43 Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos construirán un muro a tu alrededor, y te rodearán, y te presionarán de cada lado. 44 Ellos te derribaran y tus hijos dentro de ti. Ellos no dejarán una piedra sobre otra, porque no reconociste cuando Dios estaba tratando de salvarte." 45 Jesús entró el templo y comenzó a expulsar aquellos que estaban vendiendo, 46 diciéndole: "Escrito está, 'MI CASA SERÁ UNA CASA DE ORACIÓN,' pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones." 47 Así Jesús enseñaba diariamente en el templo. Los principales sacerdotes y los escribas y los líderes de la gente querían matarlo, 48 pero ellos no podían encontrar una manera para hacerlo, porque toda la gente lo escuchaban a Él atentamente.

Capítulo 20

1 Aconteció un día, que mientras Jesús enseñaba a la gente en el templo y predicaba el evangelio, vinieron a Él los sacerdotes principales, los escribas y los ancianos. 2 Y Le hablaron, diciéndole: "Dinos ¿con qué autoridad haces todas estas cosas? ¿O quién es ese que te otorgó dicha autoridad?" 3 Él les respondió y les dijo: "Yo también les haré una pregunta. Díganme, a cerca 4 del bautismo de Juan, ¿fue del cielo o del hombre? 5 Ellos discutieron entre sí, diciendo: "Si decimos, 'del cielo', Él dirá: 'Entonces, ¿por qué no le creyeron?' 6 Pero si decimos: 'de los hombres' la gente nos apedreará, pues han sido persuadidos de que Juan era un profeta." 7 Así que ellos respondieron que no sabían de dónde había venido. 8 Jesús les dijo a ellos: "Tampoco yo les diré por cuál autoridad es que hago estas cosas." 9 Le dijo a la gente esta parábola: "Un hombre plantó un viñedo, lo arrendó a unos viticultores, y se fue a otro país por mucho tiempo. 10 En el tiempo determinado, envió un sirviente a los viticultores, que debían darle del fruto del viñedo. Pero los viticultores le golpearon, y lo enviaron con las manos vacías. 11 Entonces, él envió otro sirviente y ellos también le golpearon, lo trataron de manera vergonzosa, y lo enviaron con las manos vacías. 12 Él también envió todavía un tercero y también lo hirieron, y lo expulsaron. 13 Entonces el señor del viñedo dijo: "¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado. Tal vez ellos lo respeten.' 14 Pero cuando los viticultores lo vieron, se dijeron entre sí, 'Este es el heredero. Matémoslo, para que su herencia sea nuestra.' 15 Lo expulsaron del viñedo, y lo mataron. Entonces, ¿qué le hará el señor del viñedo a ellos? 16 Él vendrá y destruirá a los viticultores, y les dará el viñedo a otros." Cuando ellos oyeron esto, dijeron: "¡Dios libre!" 17 Pero Jesús los miró a ellos, y dijo: "¿Qué significa esta escritura? ¿'LA ROCA QUE LOS CONSTRUCTORES RECHAZARON, HA SIDO HECHA LA ROCA ANGULAR'? 18 Todo el que caiga en esa roca será hecho pedazos. Pero sobre quien ésta caiga, lo aplastará." 19 Así que los escribas y los sacerdotes principales trataban poner manos sobre Él en aquella misma hora, pues sabían que la parábola era contra ellos. Pero temían a la gente. 20 Y acechándolo, enviaron espías que fingían ser justos, para que hallaran falta en su mensaje, a fin de entregarlo al gobierno y a la autoridad del gobernador. 21 Le preguntaban, diciendo: "Maestro, sabemos que enseñas y hablas correctamente, y no estás influenciado por la posición de nadie, sino que enseñas la verdad acerca del camino de Dios. 22 ¿Es legal que paguemos impuestos al César, o no?" 23 Pero Jesús, entendió su astucia, y les dijo: 24 "Enséñame un denario. ¿De quién es la imagen y la inscripción que está en ella?" Dijeron: "La de César." 25 Él les dijo: "Entonces, denle a César las cosas que son de César, y a Dios, las cosas que son de Dios." 26 Ellos no fueron capaces de criticar lo que Él había dicho frente a la gente. Se quedaron allí maravillados de su respuesta y no dijeron nada. 27 Cuando algunos de los saduceos, quienes dicen que no hay resurrección fueron a Él, 28 ellos le preguntaron: diciendo "Maestro, Moisés nos escribió que, SI EL HERMANO DE UN HOMBRE MUERE, TENIENDO ESPOSA, Y SIN TENER HIJOS, EL HOMBRE DEBE TOMAR LA ESPOSA DE SU HERMANO, Y TENER UN HIJO POR SU HERMANO. 29 Había siete hermanos y el primero tomó una esposa, y murió sin hijos, 30 y el segundo también. 31 La tomó el tercero, y así mismo los siete no dejaron hijos, y murieron. 32 Luego la mujer también murió. 33 En la resurrección, ¿de quién será ella esposa? Pues los siete la tuvieron de esposa." 34 Jesús les dijo: "Los hijos de este mundo se casan, y son dados en matrimonio. 35 Pero aquellos que sean en aquel tiempo considerados como dignos de recibir la resurrección de los muertos, ni se casarán, ni serán dados en matrimonio. 36 Ni pueden morir más, pues son iguales a los ángeles y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección. 37 Pero pobre que los muertos resucitan, Moisés lo enseñó, en el pasaje relacionado con la zarza, donde él llama al Señor, EL DIOS DE ABRAHAM Y EL DIOS DE ISAAC Y EL DIOS DE JACOB. 38 Él no es el Dios de los muertos, sino de vivos, porque todos viven para Él." 39 Algunos de los escribas respondieron: "Maestro, has respondido bien." 40 Pues no se atrevían a hacerle más preguntas. 41 Jesús les dijo: "¿Cómo dicen que el Cristo es el hijo de David? 42 Pues el mismo David dice en el libro de los Salmos, El Señor le dijo a mi Señor: 'SIÉNTATE A MI MANO DERECHA, 43 HASTA QUE HAGA A TUS ENEMIGOS COMO ESTRADO A TUS PIES.' 44 Por lo tanto David llama al Cristo 'Señor', ¿pues cómo sería Él, hijo de David?" 45 A oídos de toda la gente le dijo a sus discípulos: 46 "Cuidado con los escribas, quienes desean caminar en túnicas largas, y aman saludos especiales en los mercados, y sillas principales en las sinagogas, y lugares principales en las fiestas. 47 Ellos también devoran las casas de las viudas, y de manera presumida hacen oraciones largas. Estos recibirán mayor condenación."

Capítulo 21

1 Jesús alzó la mirada y vio a los hombres ricos poniendo sus ofrendas en el tesoro. 2 Él vio a cierta viuda pobre poniendo dos pequeñas monedas de cobre. 3 Así que Él dijo: "De cierto les digo, esta pobre viuda puso más que todos ellos. 4 Todos estos dieron ofrendas de su abundancia. Pero esta viuda, de su pobreza, puso todo el dinero que ella tenía para vivir." 5 Mientras algunos hablaban del templo, cómo estaba decorado con hermosas piedras y ofrendas, Él dijo: 6 "Estas cosas que ustedes ven, vendrán los días en que ni una piedra quedará sobre otra que no será derribada" 7 Entonces le preguntaron, diciendo: "Maestro, ¿cuándo sucederán estas cosas? ¿Y cuál será la señal de cuando estas cosas estén próximas a suceder?" 8 Jesús contestó: "Tengan cuidado de que ustedes no sean engañados. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: 'Yo soy Él,' y, 'El tiempo está cerca.' No vayan tras ellos. 9 Cuando escuchen de guerras y motines, no se aterroricen, porque estas cosas tienen que ocurrir primero, pero el final no ocurrirá inmediatamente." 10 Entonces Él les dijo: "Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. 11 Habrá grandes terremotos, y en varios lugares hambrunas y plagas. Habrá eventos espantosos y grandes señales del cielo. 12 Pero antes de todas estas cosas, ellos echarán mano de ustedes y los perseguirán, entregándoles a las sinagogas y prisiones, trayéndolos ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre. 13 Esto les dará una oportunidad de testificar. 14 Por lo tanto, resuelvan en sus corazones preparar sus defensas antes de tiempo, 15 porque Yo les daré palabras y sabiduría, la cual sus adversarios no serán capaces de resistir o contradecir. 16 Pero ustedes serán aun entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de ustedes. 17 Por todo serán odiados por causa de mi nombre. 18 Pero ni un cabello de su cabeza se perderá. 19 En su perseverancia ganarán sus almas. 20 Cuando vean a Jerusalén rodeada por ejércitos, entonces sabrán que su destrucción está cerca. 21 Entonces los que estén en Judea huyan a las montañas, y los que estén en la ciudad, váyanse, y que los que estén en el campo no entren en ella. 22 Porque estos son días de venganza, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. 23 ¡Ay de aquellas que estén embarazadas y amamantando en esos días! Porque habrá gran angustia sobre la tierra y sobre esta gente irá. 24 Y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que el tiempo de los gentiles sea cumplido. 25 Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas. Y en la tierra habrá angustia de las naciones y desesperación por el rugido del mar y las olas. 26 Habrá hombres desfalleciendo del miedo y la expectación de las cosas que están vendrán sobre el mundo. Porque los poderes de los cielos serán estremecidos. 27 Entonces, ellos verán al Hijo del Hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria. 28 Pero cuando estas cosas empiecen a ocurrir, pónganse de pie, y levanten sus cabezas, porque su liberación se acerca." 29 Jesús les dijo una parábola: "Miren al árbol de higos y a todos los árboles. 30 Cuando echan retoños, ustedes ven y saben que el verano está cerca. 31 Así mismo, cuando vean estas cosas suceder, ustedes sabrán que el reino de Dios se acerca. 32 Verdaderamente, Yo les digo, esta generación no pasará, hasta que todas estas cosas ocurran. 33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras nunca pasarán. 34 Pero pongan atención, para que sus corazones no sean agobiados con libertinaje, embriaguez y las preocupaciones de la vida. Porque ese día vendrá sobre ustedes de repente 35 como una trampa. Porque vendrá sobre todos los que viven sobre la faz de la tierra. 36 Pero ustedes estén alerta en todo momento, orando para que sean lo suficientemente fuertes, para escapar a todas estas cosas que ocurrirán y estar delante del Hijo de Hombre." 37 Así que durante el día Él enseñaba en el templo y en la noche salía, y pasaba la noche en el monte que se llamaba de los Olivos. 38 Toda la gente venía temprano por la mañana a escucharlo en el templo.

Capítulo 22

1 Ahora, la Fiesta de los Panes sin Levadura estaba cerca, la cual es llamada la Pascua. 2 Los principales sacerdotes y los escribas discutieron sobre cómo podían matar a Jesús, pero tenían miedo de la gente. 3 Satanás entró en Judas el Iscariote, uno de los doce. 4 Judas fue y discutió con los principales sacerdotes y los capitanes acerca de cómo podía entregarles a Jesús. 5 Ellos estaban contentos y acordaron darle dinero. 6 Él consintió, y buscó una oportunidad para entregarlo lejos de la multitud. 7 El día de los panes sin levadura llegó, en el cual el cordero de Pascua debía ser sacrificado. 8 Jesús envió a Pedro y Juan, diciéndoles: "Vayan y preparen para nosotros la comida de la Pascua, para comerla." 9 Ellos le preguntaron: "¿Dónde quieres que hagamos los preparativos?" 10 Él les respondió; "Escuchen, cuando ustedes entren en la ciudad, un hombre que carga un cántaro de agua les encontrará. Síganlo hacia la casa que él entre. 11 Entonces díganle al señor de la casa: 'El Maestro te dice: "¿Dónde es la habitación de huéspedes, donde Yo comeré la Pascua con mis discípulos?'" 12 Él les mostrará una habitación superior amueblada. Hagan los preparativos allí." 13 Así que ellos fueron, y hallaron todo como Él les había dicho. Entonces ellos prepararon la Pascua. 14 Cuando llegó la hora, Él se sentó con los apóstoles. 15 Entonces les dijo: "Yo he deseado grandemente comer esta Pascua con ustedes antes de que Yo sufra. 16 Porque les digo a ustedes, Yo no la comeré otra vez, hasta que sea cumplida en el reino de Dios." 17 Entonces Jesús tomó una copa y cuando hubo dado gracias dijo: "Tómenla, y compártanla entre ustedes. 18 Porque Yo les digo a ustedes, Yo no beberé del fruto de la vid otra vez, hasta que el reino de Dios venga." 19 Entonces Él tomó pan y habiendo dado gracias, lo partió, y lo dio a ellos, diciendo: "Este es mi cuerpo, el cual es dado por ustedes. Hagan esto en memoria de Mí." 20 De la misma manera Él tomó la copa después de la cena, diciendo: "Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, la cual es vertida por ustedes. 21 Pero presten atención. El que me traiciona está conmigo en la mesa. 22 Pues el Hijo del Hombre ciertamente va como ha sido determinado. ¡Pero ay de aquel hombre por medio del cual Él es traicionado!" 23 Y ellos comenzaron a preguntarse entre sí, cuál de ellos sería el que haría tal cosa. 24 Entonces surgió una disputa entre ellos acerca de cuál de ellos era considerado el más grande. 25 Él les dijo: "Los reyes de los gentiles tienen señorío sobre ellos, y aquellos que tienen autoridad sobre ellos, son llamados gobernantes honorables. 26 Pero entre ustedes no debe ser así. En cambio, dejen que el más grande entre ustedes sea como el menor. Y dejen que el que sea más importante sea como el que sirve. 27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Aun así, Yo estoy entre ustedes como uno que sirve. 28 Pero ustedes son los que han continuado conmigo en mis pruebas. 29 Yo les doy a ustedes un reino, tal como mi Padre me ha dado un reino, 30 en el que ustedes pueden comer y beber en mi mesa en mi reino. Y ustedes se sentarán en tronos juzgando a las doce tribus de Israel. 31 Simón, Simón, sé consciente, Satanás pidió tenerte, para zarandearte como el trigo. 32 Pero Yo he orado por ti, para que tu fe no falle. Cuando regreses, fortalece a tus hermanos." 33 Pedro le dijo a Él: "Señor, yo estoy listo para ir contigo a ambos, a la prisión y a la muerte." 34 Jesús replicó: "Yo te digo, Pedro, el gallo no cantará este día, antes que hayas negado tres veces que me conoces." 35 Luego Jesús les dijo a ellos: "Cuando yo les envié sin un bolso, saco de provisión, o zapatos, ¿les faltó algo a ustedes?" Y ellos contestaron: "Nada." 36 Entonces Él les dijo: "Pero ahora, el que tiene bolso, que lo lleve y también un saco de provisiones. El que no tiene una espada debería vender su manto y comprar una. 37 Pero Yo les digo, lo que está escrito acerca de Mí debe cumplirse. 'Y ÉL FUE CONSIDERADO COMO UN DELINCUENTE.' Pues lo que ha sido predicho de Mí se está cumpliendo." 38 Entonces ellos dijeron: "¡Señor, mira! Aquí hay dos espadas." Y Él les dijo: "Es suficiente." 39 Después de la cena, Jesús fue, como a menudo hacía, al Monte de los Olivos, y los discípulos lo siguieron. 40 Cuando llegaron, Él les dijo: "Oren para que ustedes no entren en tentación." 41 Él se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de piedra, se arrodilló y oró, 42 diciendo: "Padre, si es Tu voluntad, pasa esta copa de mí. Nunca se haga Mi voluntad, sino que se haga la tuya." 43 Entonces un ángel del cielo se le apareció fortaleciéndolo. 44 Estando en agonía, Él oró más fervientemente y Su sudor se convirtió como grandes gotas de sangre cayendo hasta el suelo. 45 Cuando Él se levantó de Su oración, fue a los discípulos y los encontró durmiendo a causa de su tristeza, 46 y les preguntó: "¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren, para que no entren en tentación." 47 Cuando Él aún estaba hablando, he aquí una multitud apareció con Judas, uno de los doce, guiándolos. Él se acercó a Jesús para besarlo, 48 pero Jesús le dijo: "Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del Hombre?" 49 Cuando los que estaban alrededor de Jesús vieron lo que ocurría dijeron: "Señor, ¿atacamos con la espada?" 50 Entonces uno de ellos golpeó al sirviente del sumo sacerdote, y le cortó su oreja derecha. 51 Jesús dijo: "Basta ya." Y Él tocó su oreja, y lo curó. 52 Jesús dijo a los sacerdotes principales, capitanes del templo y a los ancianos que venían contra Él: "¿Ustedes vienen, como contra un ladrón, con espadas y garrotes? 53 Cuando Yo estaba diariamente con ustedes en el templo, ustedes no pusieron sus manos sobre Mí. Pero esta es su hora y de la autoridad de la oscuridad." 54 Capturándolo, lo llevaron a la casa del sumo sacerdote. Pedro los siguió desde lejos. 55 Después que ellos encendieron un fuego en medio del patio y se sentaron juntos, Pedro se sentó entre ellos. 56 Una cierta criada lo vio mientras se sentaba a la luz del fuego y lo miró directamente y dijo: "Este hombre también estaba con Él." 57 Pero Pedro lo negó, diciendo: "Mujer, yo no lo conozco." 58 Después de un tiempo, alguien más lo vio y dijo: "Tú también eres uno de ellos." Pero Pedro dijo: "Hombre, no soy." 59 Cerca de una hora después otro hombre insistió y dijo: "Ciertamente este hombre también estaba con Él, porque él es galileo." 60 Pero Pedro dijo: "Hombre, yo no sé lo que me estás diciendo." E inmediatamente, mientras él estaba hablando, un gallo cantó. 61 Girándose, el Señor miró a Pedro. Y Pedro recordó la palabra del Señor, cuando Él le dijo: "Antes que el gallo cante hoy tú me negarás tres veces." 62 Saliendo, Pedro lloró amargamente. 63 Entonces los hombres custodiando a Jesús se burlaron y lo golpearon. 64 Luego de vendarle los ojos, ellos le pidieron, diciéndole: "¡Profetiza! ¿Quién es el que te ha golpeado?" 65 Ellos hablaron muchas otras cosas en contra de Jesús, blasfemando. 66 Tan pronto como fue de día, los ancianos del pueblo se reunieron, ambos sacerdotes superiores y escribas. Lo llevaron al Concilio, 67 y dijeron: "Si tú eres el Cristo, dínos." Pero Él les dijo: "Si Yo les digo, ustedes no me creerán, 68 y si Yo les pregunto, ustedes no responderán. 69 Pero de ahora en adelante, el Hijo del Hombre estará sentado a la derecha del poder de Dios." 70 Todos ellos dijeron: ¿Entonces Tú eres el Hijo de Dios?" Y Jesús les dijo: "Ustedes dicen que Yo lo soy." 71 Ellos dijeron: "¿Por qué necesitamos un testigo? Pues nosotros mismos hemos oído de Su propia boca."

Capítulo 23

1 Toda la asamblea de ellos se levantaron, y llevaron a Jesús frente a Pilato. 2 Ellos comenzaron a acusarle, diciendo: "Encontramos a este hombre pervirtiendo nuestra nación, prohibiendo dar tributo a César, y diciendo que Él mismo es Cristo, un rey." 3 Pilato le preguntó, diciendo: "¿Eres Tú el Rey de los Judíos?" Y Jesús le contestó y dijo: "Tú lo dices." 4 Pilato dijo a los principales sacerdotes y las multitudes: "Yo no encuentro falta en este hombre." 5 Pero ellos estaban insistiendo, diciendo: "Él alborota la gente, enseñando a través de toda Judea, comenzando en Galilea incluso hasta en este lugar." 6 Así que cuando Pilato escuchó esto, preguntó si el hombre era galileo. 7 Cuando descubrió que Él estaba bajo la autoridad de Herodes, envió a Jesús a Herodes, quien también estaba en Jerusalén en esos días. 8 Cuando Herodes vio a Jesús, le dio mucho gusto, porque él había querido verle por un largo tiempo. Él había escuchado sobre Él y esperaba verle realizar algún milagro. 9 Herodes le preguntó a Jesús muchas cosas, pero Jesús no le contestó nada. 10 Los principales sacerdotes y escribas se pararon, acusándolo violentamente. 11 Herodes con sus soldados lo insultaron, y se burlaron de Él, y le vistieron con ropa hermosa, luego lo enviaron de vuelta a Pilato. 12 Herodes y Pilato se hicieron amigos ese mismo día (antes ellos habían sido enemigos). 13 Luego Pilato llamó a los principales sacerdotes y los gobernantes y la multitud de gente, 14 y les dijo: "Ustedes me trajeron este hombre como uno que dirige a la gente a actuar mal, y vean, yo, habiéndole cuestionado ante ustedes, no encuentro falta en este hombre sobre las cosas por las cuales ustedes le acusan. 15 No, ni Herodes, por lo que lo envió de vuelta a nosotros, y vean, nada digno de muerte ha sido hecho por Él. 16 "Yo, por lo tanto, lo castigaré y lo soltaré." 17 Pilato estaba obligado a soltarles a los judíos un prisionero en la fiesta. 18 Pero ellos gritaron todos, diciendo: "¡Fuera con este hombre, y suéltanos a Barrabás!" 19 Barrabás fue un hombre que había sido puesto en prisión por cierta rebelión en la ciudad y por homicidio. 20 Pilato se dirigió a ellos otra vez, deseando soltar a Jesús. 21 Pero ellos gritaron, diciendo: "Crucifícalo, crucifícalo." 22 Él les dijo a ellos una tercera vez: "¿Por qué? ¿Qué maldad ha hecho este hombre? No he hallado algo en Él que merezca la pena de muerte. Por lo tanto, luego de castigarlo, lo soltaré." 23 Pero ellos fueron insistentes con fuertes voces, exigiendo que Él fuera crucificado. Y sus voces convencieron a Pilato. 24 Así que Pilato decidió conceder su demanda. 25 Él soltó al que ellos pedían, el cual había sido puesto en prisión por amotinarse y homicidio. Pero les entregó a Jesús a la voluntad de ellos. 26 Mientras le llevaban fuera, agarraron a Simón de Cirene, que venía del campo, y pusieron la cruz sobre él para que la cargara, siguiendo a Jesús. 27 Una gran multitud de gente y de mujeres quienes lloraban y lamentaban por Él, le seguían. 28 Pero volviéndose a ellos, Jesús dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloren por Mí, lloren por ustedes mismas y por sus hijos. 29 Pues vean, vienen días en los cuales ellos dirán: 'Benditas las estériles y las matrices que no concibieron y los pechos que no amamantaron.' 30 Luego ellos comenzarán a decir a las montañas: 'Caigan sobre nosotros,' y a los collados: 'Cúbrenos.' 31 Pues si hacen estas cosas mientras el árbol está verde, ¿qué pasará cuando esté seco?" 32 Otros hombres, dos criminales, fueron llevados con Él para ser muertos. 33 Cuando llegaron al lugar que se llama "La Calavera", allí ellos le crucificaron junto a los criminales, uno a la derecha y el otro a su izquierda. 34 Jesús dijo: "Padre, perdónalos, porque ellos no saben lo que hacen." Y ellos echaron suertes, dividiendo sus vestidos. 35 La gente permaneció observando mientras los gobernantes también se burlaban de Él, diciendo: "Él salvó a otros. Que se salve a sí mismo, si Él es el Cristo de Dios, el Escogido." 36 Los soldados también lo ridiculizaron, acercándose a Él, ofreciéndole vinagre, 37 y diciendo: "Si Tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo." 38 También había un cartel sobre Él: "Este es el rey de los judíos." 39 Uno de los criminales quien estaba crucificado, le insultó, diciendo: "¿No eres Tú el Cristo? Sálvate a ti mismo y a nosotros." 40 Pero el otro lo reprendió: "¿Acaso no temes tú a Dios, ya que estás bajo la misma condena? 41 Nosotros sin duda estamos aquí justamente, porque estamos recibiendo lo que merecemos por nuestras acciones. Pero este hombre no hizo nada malo." 42 Y él añadió: "Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino." 43 Jesús le dijo: "Ciertamente Yo te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso." 44 Ahora era como la hora sexta y la oscuridad vino sobre toda la tierra hasta la hora novena 45 mientras que la luz del sol se oscureció. Entonces la cortina del templo se rompió por la mitad. 46 Gritando con una fuerte voz, Jesús dijo: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu." Habiendo dicho esto, Él murió. 47 Cuando el centurión vio lo sucedido, él glorificó a Dios, diciendo: "Seguramente este era un hombre justo." 48 Cuando todas las multitudes quienes se reunieron a presenciar este evento vieron las cosas que se habían hecho, ellos regresaron golpeándose sus pechos. 49 Pero todos sus conocidos y las mujeres quienes lo siguieron desde Galilea se mantuvieron a la distancia, observando estas cosas. 50 He aquí, había un hombre llamado José, perteneciente al Concilio, un hombre bueno y justo 51 (él no había estado de acuerdo con la decisión y su acción), él cual era de Arimatea en Judea, él estaba esperando por el reino de Dios. 52 Este hombre, acercándose a Pilato, pidió el cuerpo de Jesús. 53 Él lo bajó y lo envolvió en lino fino y lo colocó en una tumba que había sido cortada en la piedra, donde nadie había sido colocado. 54 Era el Día de la Preparación y el día de reposo estaba por comenzar. 55 Las mujeres, quienes salieron con Él de Galilea, le siguieron después y vieron la tumba y cómo su cuerpo fue puesto. 56 Ellas volvieron a sus casas y prepararon especias y ungüentos. Luego, en el día de reposo ellas descansaron de acuerdo al mandamiento.

Capítulo 24

1 Bien temprano en el primer día de la semana, ellas fueron a la tumba, trayendo las especias que habían preparado. 2 Ellas encontraron que la piedra había sido removida de la tumba. 3 Entraron, pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. 4 Sucedió que, mientras ellas estaban confundidas sobre esto, repentinamente, dos hombres, con vestiduras resplandecientes, aparecieron de pie a su lado. 5 Las mujeres se llenaron de miedo e inclinaron sus rostros al suelo y ellos le dijeron a las mujeres: "¿Por qué buscan al que está vivo entre los muertos? 6 ¡Él no está aquí, Él resucito! Recuerden cómo Él les habló a ustedes mientras Él estaba todavía en Galilea, 7 diciendo que el Hijo del Hombre debe ser entregado en las manos de hombres pecadores y ser crucificado y en el tercer día, resucitaría. 8 Las mujeres recordaron sus palabras 9 regresaron de la tumba y le contaron todas estas cosas a los once y al resto. 10 Ahora María Magdalena, Juana, María la madre de Santiago y las otras mujeres con ellas, les contaron estas cosas a los apóstoles. 11 Pero este mensaje parecía habladuría rara para los apóstoles, y ellos no les creyeron a las mujeres. 12 Pero Pedro se levantó y corrió a la tumba, deteniéndose y mirando dentro, vio solo las vestiduras de lino. Entonces Pedro se fue a su casa, pensando qué había pasado. 13 He aquí, dos de ellos iban ese mismo día a una aldea llamada Emaús, la cual estaba a once kilómetros de Jerusalén. 14 Ellos comentaban entre si sobre todas las cosas que habían pasado. 15 Y sucedió que, mientras discutían y se cuestionaban entre ellos, Jesús mismo se les acercó y fue con ellos. 16 Pero sus ojos estaban impedidos de reconocerlo. 17 Jesús les dijo: "¿De qué están hablando ustedes dos mientras caminan?" Ellos se quedaron allí tristes. 18 Uno de ellos, llamado Cleofás, le contestó: "¿Acaso eres la única persona en Jerusalén que no sabe las cosas que han estado sucediendo allí en estos días?" 19 Jesús les dijo a ellos: "¿Qué cosas?" Ellos respondieron: "Las cosas sobre Jesús el nazareno, que era profeta, poderoso en obra y palabra ante Dios y todas las personas. 20 Y cómo los principales sacerdotes y nuestros gobernadores lo entregaron para ser condenado a muerte y le crucificaron. 21 Pero nosotros esperábamos que fuera Él quién liberará a Israel. Sí, y además de todo esto, hoy es el tercer día desde que han pasado estas cosas. 22 Pero también, algunas mujeres de nuestro grupo nos sorprendieron, cuando fueron a la tumba temprano en la mañana. 23 Cuando ellas no encontraron su cuerpo, vinieron, diciendo que también tuvieron una visión de ángeles quienes dijeron que Él estaba vivo. 24 Algunos hombres quienes estaban con nosotros fueron a la tumba y la encontraron justo como las mujeres contaron. Pero no lo vieron." 25 Jesús les dijo: "¡Oh hombres tontos y tardos de corazón en creer en todo lo que los profetas han dicho! 26 "¿No era necesario que el Cristo sufriera estas cosas y entrara en su gloria?" 27 Luego, comenzando con Moisés y a través de los profetas, Jesús les interpretó a ellos todas las cosas sobre sí mismo en todas las escrituras. 28 Mientras se acercaban a la aldea, a donde ellos iban, Jesús actuó como que continuaría más adelante. 29 Pero ellos le instaron diciendo: "Quédate con nosotros, porque está cerca la noche y el día está casi terminando." Así que Jesús entró y se quedó con ellos. 30 Sucedió que, cuando Él se sentó con ellos a comer, Él tomó el pan, lo bendijo y partiéndolo, se lo entregó a ellos. 31 Luego sus ojos fueron abiertos y ellos lo reconocieron y Él desapareció de su vista. 32 Se dijeron el uno al otro: "¿No estaba nuestro corazón ardiendo dentro de nosotros, mientras Él nos hablaba en el camino, mientras Él nos abría las escrituras?" 33 Ellos se levantaron en esa misma hora y regresaron a Jerusalén. Ellos encontraron a los once reunidos y los que estaban con ellos, 34 diciendo: "El Señor ciertamente ha resucitado y se le ha aparecido a Simón." 35 Así que ellos contaron las cosas que le pasaron en el camino y cómo Jesús se les mostró a ellos cuando Él partió el pan. 36 Mientras hablaban de estas cosas, Jesús mismo se paró en medio de ellos y les dijo: "Paz a ustedes." 37 Pero ellos estaban aterrorizados y llenos de temor y pensaron que vieron un espíritu. 38 Jesús les dijo: "¿Por qué están preocupados? ¿Por qué se levantan cuestionamientos en sus corazones? 39 Vean mis manos y mis pies, Soy Yo. Tóquenme y vean. Pues un espíritu no tiene carne y huesos, como ven que tengo." 40 Cuando Él dijo esto, les mostró sus manos y sus pies. 41 Mientras ellos todavía estaban incrédulos con alegría, y maravillados, Jesús les dijo: "¿Tienen algo para comer?" 42 Ellos le dieron un pedazo de pescado asado. 43 Jesús lo tomó y lo comió delante de ellos. 44 Él les dijo: "Cuando estaba con ustedes, les dije que todo lo que estaba escrito en la ley de Moisés, y los profetas, y en los Salmos, tenía que cumplirse." 45 Entonces Él les abrió sus mentes, para que pudieran entender las escrituras. 46 Él les dijo: "Por lo tanto está escrito, que el Cristo debe sufrir y resucitar de los muertos al tercer día. 47 Y arrepentimiento y perdón de pecados debe ser predicado en su nombre en todas las naciones, comenzando por Jerusalén. 48 Ustedes son testigos de estas cosas. 49 Miren, yo estoy enviando sobre ustedes lo que Mi Padre prometió. Pero permanezcan en la ciudad hasta que sean investidos con poder de lo alto." 50 Entonces Jesús los condujo fuera hasta cerca de Betania. Él levantó sus manos y los bendijo. 51 Sucedió que, mientras Él los bendecía, Él los dejó y fue llevado arriba al cielo. 52 Así que le adoraron y regresaron a Jerusalén con gran gozo. 53 Ellos estaban continuamente en el templo, alabando a Dios.

Juan
Juan
Capítulo 1

1 En el principio era la Palabra y la Palabra era con Dios y la Palabra era Dios. 2 Éste era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas fueron hechas por Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. 4 En Él estaba la vida y esa vida era la Luz de todos los hombres. 5 La luz brilla en la oscuridad y la oscuridad no la extinguió. 6 Hubo un hombre enviado de Dios, cuyo nombre era Juan. 7 Él vino como testigo para testificar acerca de la Luz, para que todos pudiesen creer por medio de él. 8 Juan no era la luz, pero vino para poder testificar acerca de la Luz. 9 Ésta era la Luz verdadera, que da luz a todo hombre, y esta luz viene al mundo. 10 Él estaba en el mundo y el mundo fue hecho por medio de Él y el mundo no lo conoció. 11 Él vino a lo suyo, y los suyos no lo recibieron. 12 Pero a todos los que le recibieron, quienes creen en su nombre, Él les dió el derecho de ser hijos de Dios. 13 Estos no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios. 14 Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Hemos visto Su gloria, gloria como del Único que vino del Padre, lleno de gracia y verdad. 15 Juan testificó acerca de Él y clamaba diciendo: "Éste es de quien yo hablaba: 'El que viene después de mí es más que yo, pues Él era antes que yo.' 16 Porque de su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia. 17 Porque la ley fue dada a través de Moisés. La gracia y la verdad llegaron a través de Jesucristo. 18 Nadie ha visto a Dios en ningún momento. El Hijo Único, quien está en el regazo del Padre, Él lo ha dado a conocer. 19 Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos le enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén para preguntarle: "¿quién eres tú?" 20 Libremente les declaró y no negó, sino que confesó: "Yo no soy el Cristo." 21 Así que ellos le preguntaron: "¿Quién eres entonces? ¿Eres Elías?" Él dijo: "Yo no soy." Ellos dijeron: "¿Eres tú el Profeta?" Él contestó: "No." 22 Entonces ellos le dijeron: "¿Quién eres tú?, para que podamos dar una respuesta a aquéllos quienes nos enviaron. ¿Qué dices acerca de ti mismo?" 23 Él dijo: "Yo soy una voz, que clama en el desierto: 'Enderezad el camino del Señor', como dijo Isaías el profeta". 24 Y los que fueron enviados eran de los fariseos. 25 Y preguntaron y le dijeron a él: "¿Por qué bautizas, entonces, si no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?" 26 Y Juan les contestó diciéndoles: "Yo bautizo con agua. Pero, entre ustedes está Uno que ustedes no conocen; 27 Éste es el que viene después de mí, a quien no soy digno de desatar la correa de su sandalia." 28 Estas cosas sucedieron en Betania al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba. 29 El próximo día, Juan vio a Jesús acercándose a él y dijo: "¡He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo! 30 Éste es de quien yo dije: 'Después de mí viene un hombre que es antes que yo, porque era primero que yo.' 31 Yo no lo conocía, pero por esto yo vine bautizando con agua para que Él pudiera ser revelado a Israel." 32 Juan testificó, diciendo: "Yo ví el Espíritu descendiendo como una paloma del cielo y permaneció sobre Él. 33 Y yo no le conocía, pero El que me envió a bautizar en agua me dijo: 'Sobre quien veas el Espíritu descender y permanecer sobre Él, ése es el que bautiza en el Espíritu Santo.' 34 Yo he visto y testificado que Éste es el Hijo de Dios." 35 Nuevamente, al otro día, mientras Juan estaba con dos de sus discípulos, 36 viendo a Jesús pasar, dijo: "¡Mirad, el Cordero de Dios!" 37 Y los dos discípulos oyéndole decir esto, siguieron a Jesús. 38 Entonces Jesús se volvió y viendo que le seguían, les dijo: "¿Qué buscan?" Ellos contestaron: "Rabí (que traducido significa 'maestro'), ¿dónde moras?" 39 Él les dijo: "Vengan y verán." Luego ellos vinieron y vieron dónde vivía; y se quedaron con Él ese día, porque era casi la hora décima. 40 Uno de los dos que escuchó a Juan hablar y luego siguió a Jesús fue Andrés, el hermano de Simón Pedro. 41 Él encontró primero a su propio hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías" (que traducido es Cristo). 42 Entonces lo trajo a Jesús. Jesús lo miró, y dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan. Tú serás llamado Cefas" (que se traduce Pedro). 43 El siguiente día, cuando Jesús quiso salir hacia Galilea, encontró a Felipe y le dijo: "Sígueme." 44 Felipe era de Betzaida, la ciudad de Andrés y de Pedro. 45 Felipe encontró a Natanael y le dijo: "Hemos hallado a Aquél de quien escribió Moisés en la ley y los profetas, a Jesús, el hijo de José de Nazaret." 46 Natanael le dijo: "¿Podrá alguna cosa buena salir de Nazaret?" Felipe le dijo: "Ven y ve." 47 Jesús vio a Natanael acercándose a Él y dijo acerca de él: "Miren, un verdadero israelita, en quien no hay engaño!" 48 Natanael le dijo: "¿de dónde me conoces?" Jesús contestó y le dijo: "Antes de que Felipe te llamara, cuando te encontrabas bajo la higuera, Yo te vi." 49 Natanael contestó: "¡Rabí, Tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel!" 50 Jesús contestó y le dijo: "Porque te dije: '¿Te vi debajo de la higuera’, ahora crees? Cosas mayores que éstas verás." 51 Y Él les dijo: "De verdad, de verdad les digo a ustedes: Que verán el cielo abierto, y los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre."

Capítulo 2

1 Tres días después, hubo una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. 2 Jesús y sus discípulos fueron invitados a la boda. 3 Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo: "Ellos no tienen vino." 4 Jesús le dijo: "Mujer, ¿por qué vienes a Mí? Mi tiempo aún no ha llegado." 5 Su madre les dijo a los sirvientes: "Cualquier cosa que Él les diga, háganlo." 6 Allí había seis vasijas de piedra, utilizadas para la purificación (lavado ceremonial) de los judíos; en cada vasija cabían de setenta a ciento quince litros. 7 Jesús les dijo: "Llenen las vasijas con agua." Así que las llenaron hasta el borde. 8 Entonces les dijo a los sirvientes: "Saquen un poco ahora y llévenlo al maestresala." Y así lo hicieron. 9 El maestresala probó el agua que había sido convertida en vino, pero no sabía de dónde había venido (pero los sirvientes que habían extraído el agua sabían). Entonces él llamó al novio 10 y le dijo: "Todo hombre sirve primero el buen vino y cuando ya han tomado bastante, sirve el vino barato. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora." 11 Esta primera señal la hizo Jesús en Caná de Galilea, y reveló su gloria, y sus discípulos creyeron en Él. 12 Después de esto, Jesús, su madre, sus hermanos, y sus discípulos, bajaron a Capernaúm y allí se quedaron por varios días. 13 La Pascua de los judíos estaba cerca, y Jesús subió a Jerusalén. 14 Y encontró en el templo a vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas de dinero allí sentados. 15 Así que preparó un látigo de cuerdas y sacó a todos del templo, incluyendo a las ovejas y los bueyes. Él desparramó las monedas de los cambistas y volcó sus mesas. 16 les dijo a los que vendían palomas: "Sacad estas cosas de aquí. Dejen de hacer de la casa de Mi Padre un mercado." 17 Sus discípulos recordaron que estaba escrito: "EL CELO DE TU CASA ME CONSUME". 18 Entonces las autoridades judías le respondieron: "¿Qué señal nos muestras, ya que haces estas cosas?" 19 Jesús les respondió: "Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré." 20 Entonces las autoridades judías dijeron: "¿Tomó cuarenta y seis años construir este templo, y tú lo levantarás en tres días?" 21 Pero Él hablaba sobre el templo de Su cuerpo. 22 Así que, después que fue levantado de entre los muertos, sus discípulos recordaron que Él había dicho esto, y creyeron la Escritura y en la palabra que Jesús les había hablado. 23 Ahora cuando Él se encontraba en Jerusalén en la Pascua, durante la fiesta, muchos creyeron en Su nombre cuando vieron las señales milagrosas que Él hizo. 24 Pero Jesús no confiaba en ellos porque Él conocía a todos, 25 porque no necesitaba que nadie le testificara acerca del hombre, porque Él sabía lo que había en el hombre.

Capítulo 3

1 Ahora, había un fariseo el cual se llamaba Nicodemo, un líder judío. 2 Este hombre vino a Jesús de noche y le dijo: "Rabí, sabemos que eres un maestro enviado por Dios, porque ninguna persona puede hacer las señales que Tú haces a menos que Dios esté con él." 3 Jesús le contestó: "Verdaderamente te aseguro, a menos que alguien no nazca de nuevo, no podrá ver el reino de Dios." 4 Nicodemo le dijo: "¿Cómo puede un hombre volver a nacer siendo viejo? ¿Acaso puede el hombre entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? ¿Puede? 5 Jesús le contestó: "Verdaderamente, a menos que alguien no nazca del agua y del Espíritu, no podrá entrar en el reino de Dios. 6 Porque lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te haya dicho: 'Tienes que nacer de nuevo.' 8 El viento sopla hacia donde quiere, tú escuchas su sonido, pero tú no sabes de dónde viene o hacia dónde va. Así también es todo aquel que es nacido del Espíritu." 9 Nicodemo preguntó: "¿Cómo pueden ser estas cosas?" 10 Jesús le respondió: "¿Eres tú maestro de Israel y aun así no entiendes estas cosas? 11 Verdaderamente, a ti te digo, que hablamos lo que sabemos, y testificamos de lo que hemos visto. Sin embargo, ustedes no reciben nuestro testimonio. 12 Si les he hablado de cosas terrenales y no creen, ¿cómo creerán si les hablo las cosas celestiales? 13 Nadie ha subido al cielo excepto Aquél que descendió del cielo: el Hijo del Hombre. 14 Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado 15 para que todo el que cree en Él, tenga vida eterna. 16 Porque Dios amó tanto al mundo, que dió a Su único Hijo, para que cualquiera que cree en Él no muera, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no envió al Hijo al mundo a fin de condenar al mundo, sino para salvar al mundo a través de Él. 18 Aquel que cree en Él no es condenado, pero aquel que no cree ya es condenado, porque no cree en el nombre del único Hijo de Dios. 19 Esta es la razón para el juicio: que la Luz ha venido al mundo y los hombres amaron más la oscuridad que la Luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo el que hace lo malo odia la Luz y no viene a la Luz para que sus obras no sean expuestas. 21 Sin embargo, aquel que practica la verdad viene a la Luz para que sus obras, que se realizan en Dios, sean reveladas." 22 Después de esto, Jesús y sus discípulos fueron a la tierra de Judea. Allí paso algún tiempo con ellos y bautizaba. 23 Ahora, Juan también estaba bautizando en Enón, cerca de Salim, porque había muchas aguas allí. La gente venía a él y eran bautizadas, 24 porque Juan todavía no había sido puesto en prisión. 25 Entonces se levantó una disputa entre algunos de los discípulos de Juan y un judío, acerca de lavarse para ser aceptables a Dios. 26 Ellos fueron a Juan y le dijeron: "Rabí, el que estaba contigo en el otro lado del Río Jordán, de quien diste testimonio, está bautizando y todos están yendo a Él." 27 Juan respondió: "Un hombre nada puede recibir a menos que le sea dado desde el cielo. 28 Ustedes mismos pueden testificar que dije: 'yo no soy el Cristo', sino que dije: 'yo he sido enviado delante de Él.' 29 La esposa le pertenece al esposo. Mas el amigo del esposo, que está a su lado y lo oye, se goza grandemente por la voz del esposo. Así entonces, este mi gozo es completado. 30 Es necesario que Él crezca, pero que yo decrezca. 31 Aquel que viene de arriba, está por encima de todos. Aquel que es de la tierra, de la tierra es y de la tierra habla. Aquel que viene desde el cielo, está sobre todos. 32 Él testifica de lo que ha visto y oído, pero nadie acepta Su testimonio. 33 Aquel que ha recibido su testimonio, ha confirmado que Dios es verdad. 34 Porque Aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios. Porque Él no da el Espíritu por medida. 35 El Padre ama al Hijo y le ha dado todas las cosas en su mano. 36 Aquel que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero aquel que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él."

Capítulo 4

1 Ahora cuando Jesús supo que los fariseos habían oído que Él estaba haciendo y bautizando más discípulos que Juan 2 (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino sus discípulos), 3 Él dejó Judea y regreso nuevamente a Galilea. 4 Pero era necesario para Él pasar a través de Samaria. 5 Entonces Él llegó a un ciudad de Samaria, llamado Sicar, cerca de la porción de tierra que Jacob le había dado a su hijo José. 6 El pozo de Jacob se encontraba allí. Jesús estaba cansado del camino y se sentó junto del pozo. Era cerca de la hora sexta. 7 Una mujer samaritana vino a sacar agua, y Jesús le dijo: "Dame un poco de agua para beber." 8 Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar comida. 9 Entonces la mujer samaritana le dijo a Él: "¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí, que soy una mujer samaritana, algo de beber?" Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos. 10 Jesús le contestó a ella: "Si conocieses el don de Dios, y quién es, el que te dice: 'Dame de beber,' tú le pedirías a Él, y Él te daría agua viva." 11 La mujer le contestó: "Señor, no tienes con que sacarla, y el pozo es profundo. ¿Dónde, entonces, tienes el agua viva? 12 ¿Tú no eres más grande que nuestro padre Jacob, quien nos dio este pozo del cual él mismo tomó, como también lo hicieron sus hijos y su ganado o lo eres? 13 Jesús le contestó: "Todo el que bebe de esta agua tendrá sed otra vez, 14 pero quienquiera que tome del agua que Yo le daré, no volverá a tener sed jamás. En cambio, el agua que Yo le daré se volverá una fuente de agua en él, brotando para vida eterna." 15 La mujer le dijo: "Señor, dame de esta agua para que ya no tenga sed y no tenga que volver aquí a sacar agua." 16 Jesús le dijo: "Ve, llama a tu esposo, y vuelve acá." 17 La mujer contestó, diciendo: "No tengo esposo." Jesús le respondió: "Tienes razón al decir: 'No tengo esposo', 18 porque has tenido cinco esposos, y el que ahora tienes, no es tu esposo. Lo que has dicho es cierto." 19 La mujer le dijo: "Señor, veo que eres profeta. 20 Nuestros padres adoraron en esta montaña, pero tú dices que Jerusalén es el lugar donde la gente debe adorar." 21 Jesús le dijo: "Mujer, créeme, que la hora vendrá en que ustedes no adorarán al Padre ni en esta montaña ni en Jerusalén. 22 Ustedes adoran lo que no conocen. Nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. 23 Sin embargo, la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre está buscando a tales personas para que sean sus adoradores. 24 Dios es espíritu, y la gente que le adora debe adorarle en espíritu y verdad." 25 La mujer le dijo: "Sé que el Mesías viene, el que es llamado Cristo. Cuando Él venga, Él nos explicará todas las cosas." 26 Jesús le dijo: "Yo soy, el que habla contigo." 27 En ese momento sus discípulos regresaron. Ahora, ellos se preguntaban porque Él estaba hablando con una mujer, pero ninguno preguntó: "¿Qué quieres?" o "¿Por qué hablas con ella?" 28 Así que la mujer dejó su cántaro de agua, y regresó a la ciudad, y dijo a la gente: 29 "Vengan, vean a un hombre que me ha dicho todas las cosas que he hecho ¿No será éste el Cristo"? 30 Ellos salieron de la ciudad y vinieron a Él. 31 Mientas tanto, los discípulos le insistieron diciendo: "Rabí, come." 32 Pero Él, les dijo: "Tengo una comida para comer que ustedes no conocen." 33 Así que, los discípulos se decían unos a otros: "¿Nadie le ha traído algo para comer, o ellos sí?'' 34 Jesús les dijo: "Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y completar su trabajo. 35 ¿No dicen ustedes: 'Faltan cuatro meses más y entonces llega la cosecha?' Yo les digo: '¡levanten la mirada y vean los campos, que ya están maduros para la cosecha! 36 Aquel que cosecha recibe pago y recoge frutos para vida eterna, de manera que el que siembra y el que cosecha puedan regocijarse juntos. 37 "Pues en esto, el dicho: 'Uno siembra y otro cosecha,' es cierto. 38 Yo les envié a cosechar lo que no han trabajado. Otros han trabajado, y ustedes han entrado en su labor." 39 Muchos de los samaritanos en esa ciudad creyeron en Él por lo que la mujer testificó hablando de Él: "Él me dijo todo lo que he hecho." 40 Así que cuando los samaritanos vinieron a Él, le imploraron que se quedara con ellos, y Él se quedó allí por dos días. 41 Y muchos más creyeron por Su palabra. 42 Ellos le decían a la mujer: "No creemos solamente por lo que dijiste, sino que nosotros mismos hemos escuchado, y sabemos que Éste es en verdad el Salvador del mundo." 43 Después de esos dos días Él salió de allí hacia Galilea. 44 Porque Jesús mismo había declarado que un profeta no tiene honor en su propia tierra. 45 Cuando Él llegó a Galilea, los galileos le dieron la bienvenida. Ellos habían visto todas las cosas que Él había hecho en la fiesta, en Jerusalén, porque ellos también habían ido a la fiesta. 46 Ahora, Él volvió a Caná de Galilea, donde convirtió el agua en vino. Había allí un oficial real cuyo hijo estaba enfermo en Capernaúm. 47 Cuando escuchó que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a Jesús y le imploró que bajara y sanara a su hijo que estaba a punto de morir. 48 Jesús entonces le dijo: "A menos que vean señales y prodigios, ustedes no creerán." 49 El oficial le dijo: "Señor, ven antes que mi hijo muera" 50 Jesús le dijo: "Vete; tu hijo vive." El hombre creyó la palabra que Jesús le dijo y se fue. 51 Cuando él iba bajando, sus sirvientes le salieron al encuentro, diciéndole que su hijo vivía. 52 Así que él les preguntó la hora en que comenzó a mejorar. Ellos le contestaron: "Ayer, como a la séptima hora la fiebre lo abandonó." 53 Entonces el padre se dio cuenta que esa fue la hora en que Jesús le dijo: "Tu hijo vive." Así que él y toda su casa creyeron. 54 Esta fue la segunda señal que Jesús hizo cuando salió de Judea a Galilea.

Capítulo 5

1 Después de esto, era la fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. 2 Ahora, en Jerusalén al lado de la puerta de las ovejas, hay un estanque llamado Betesda en hebreo, que tenía cinco pórticos. 3 Un gran número de personas que estaban enfermas, ciegos, cojos o paralíticos que estaban allí, esperaban el movimiento del agua. 4 Porque un ángel del Señor bajaba y movía las aguas en ciertos momentos, y cualquiera que entrara al agua, mientras el agua estaba turbulenta, era sanado de cualquier enfermedad que sufriera. 5 Había allí cierto hombre que había estado enfermo por treinta y ocho años. 6 Cuando Jesús lo vio acostado allí, y después de darse cuenta que había estado allí por un largo tiempo, Él dijo: "¿Quieres ser sano?" 7 El hombre enfermo contestó: "Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada. Cuando yo llego, otro entra antes que yo." 8 Jesús le dijo: "levántate, toma tu camilla, y anda." 9 De inmediato el hombre fue sanado, tomó su camilla, y caminó. Pero ese día era un día de reposo. 10 Así que los judíos le dijeron al que fue sanado: "Este es el día de reposo y no te es permitido cargar tu camilla." 11 Él contestó: "El que me sanó, me dijo: 'Toma tu camilla y anda.'" 12 Ellos le preguntaron: "¿Quién es el hombre que te dijo: 'Toma tu camilla y anda'?" 13 Pero, el que fue sanado no sabía quién era; porque Jesús se había ido secretamente, pues había una multitud en el lugar. 14 Más tarde, Jesús encontró al hombre en el templo y le dijo: "¡Mira tú has sido sanado! No peques más, no sea que algo peor te ocurra." 15 El hombre se fue y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. 16 Ahora, por estas cosas, los judíos perseguían a Jesús, porque Él hacía estas cosas en el día de reposo. 17 Jesús les contestó a ellos: "Mi Padre, hasta ahora trabaja y Yo también trabajo." 18 Por esto, los judíos procuraban matarle aún más, porque no sólo violaba el día de reposo, sino que también llamaba a Dios Su Padre, haciéndose igual a Dios. 19 Jesús les contestó: "De cierto de cierto les digo: No puede el Hijo hacer nada por Sí mismo, excepto lo que Él ve al Padre hacer, porque todo lo que el Padre hace, eso hace el Hijo de igual manera. 20 Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todas las cosas que Él mismo hace, y Él le mostrará cosas más grandes que éstas para que ustedes se maravillen. 21 Porque como el Padre levanta a los muertos y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. 22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que ha dado todo juicio al Hijo, 23 de modo que todos honren al Hijo así como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió. 24 Verdaderamente, el que oye Mi palabra y cree al que Me envió tiene vida eterna y no será condenado, sino que ha pasado de muerte a vida. 25 Verdaderamente, les digo que la hora viene, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oyeren vivirán. 26 Porque, así como el Padre tiene vida en Sí mismo, así también Él le ha dado al Hijo tener vida en Sí mismo, 27 y el Padre le ha dado autoridad al Hijo para ejecutar juicio porque Él es el Hijo del Hombre. 28 No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas escucharán Su voz 29 y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que hicieron lo malo, a resurrección de juicio. 30 Yo no puedo hacer nada por Mí mismo. Como oigo, juzgo, y Mi juicio es justo porque no busco Mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió. 31 Si Yo doy testimonio de Mí mismo, Mi testimonio no sería verdadero. 32 Otro es el que testifica acerca de Mí y Yo sé que el testimonio que Él da de Mí es verdadero. 33 Ustedes han enviado mensajeros a Juan, y él ha testificado de la verdad. 34 Pero el testimonio que Yo recibo no es de hombre. Yo digo estas cosas para que ustedes puedan ser salvos. 35 Juan era una lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron gozarse en su luz por un tiempo. 36 Sin embargo, el testimonio que Yo tengo es más grande que el de Juan, porque las obras que el Padre me ha dado para realizar, las mismas obras que Yo hago, testifican sobre Mí, que el Padre me ha enviado. 37 El Padre que me envió, Él mismo ha testificado acerca de Mí. Ustedes no han escuchado Su voz ni han visto Su forma en ningún momento. 38 Y Su palabra no permanece en ustedes, porque no creen en Aquél que Él ha enviado. 39 Ustedes escudriñan las Escrituras porque en ellas ustedes piensan que tienen vida eterna, y esas mismas Escrituras testifican acerca de Mí, 40 y ustedes no quieren venir a Mí para que puedan tener vida eterna. 41 Yo no recibo alabanzas de hombres, 42 pero Yo he conocido que ustedes no tienen el amor de Dios en ustedes mismos. 43 He venido en el nombre de Mi Padre y ustedes no me reciben. Si otro viene en su propio nombre, ustedes lo recibirán. 44 ¿Cómo pueden creer, ustedes que aceptan alabanzas unos de otros, pero no buscan la alabanza que viene del único Dios? 45 No piensen que Yo los acusaré ante el Padre. El que los acusa es Moisés, en quien ustedes han puesto sus esperanzas. 46 Si creyeran a Moisés, me creerían a Mí porque él escribió acerca de Mí. 47 Si ustedes no creen a sus escritos, ¿cómo van a creer mis palabras?"

Capítulo 6

1 Después de estas cosas, Jesús se fue al otro lado del Mar de Galilea, también llamado el Mar de Tiberias. 2 Una gran multitud lo estaba siguiendo, porque estaban viendo las señales que Él hacía en aquellos que estaban enfermos. 3 Jesús se fue a un lado de la montaña y se sentó allí con sus discípulos. 4 (Ahora, la Pascua, la fiesta de los judíos, estaba cerca.) 5 Cuando Jesús levantó Su mirada y vio una gran multitud viniendo hacia Él, le dijo a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para que éstos puedan comer?" 6 (Pero Jesús dijo esto para probar a Felipe, porque Él sabía lo que Él mismo iba a hacer.) 7 Felipe le contestó: "Doscientos denarios de pan no serían suficientes para que cada uno tenga aunque sea un poco." 8 Uno de los discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo a Jesús: 9 "Aquí hay un niño que tiene cinco hogazas de cebada y dos peces, pero ¿qué son estos entre tantos?" 10 Jesús dijo: "Hagan que las personas se sienten." (Ahora, había mucha hierba en el lugar.) Así que los hombres se sentaron, cerca de cinco mil en número. 11 Entonces, Jesús tomó las hogazas y después de dar gracias, los dió a aquéllos que estaban sentados, y de la misma manera los peces, tanto como ellos quisieron. 12 Cuando se saciaron, Él dijo a sus discípulos: "Junten los pedazos que quedan, para que nada se pierda." 13 Así que juntaron y llenaron doce cestas con los pedazos que habían quedado de las cinco hogazas de pan de cebada; los pedazos que sobraron de los que habían comido. 14 Entonces, cuando las personas vieron esta señal que Él hizo, dijeron: "Éste verdaderamente es el profeta que ha de venir al mundo." 15 Cuando Jesús se dio cuenta que ellos estaban a punto de venir y agarrarlo a la fuerza para hacerlo rey, Él se retiró a solas a la montaña otra vez. 16 Cuando la tarde llegó, sus discípulos bajaron al mar. 17 Entrando ellos a una barca, navegaron por el mar hacia Capernaúm. Estaba oscuro a esa hora, y Jesús aún no había llegado a donde ellos. 18 Y soplaba un fuerte viento y el mar se estaba agitando. 19 Cuando habían remado cerca de cinco o seis kilómetros, ellos vieron a Jesús caminando sobre el mar acercándose a la barca y tuvieron miedo. 20 Pero Él les dijo: "¡Soy Yo! No tengan miedo." 21 Ellos entonces querían recibirlo en la barca e inmediatamente la barca llegó a la tierra a donde se dirigían. 22 Al próximo día, la multitud que había estado al otro lado del mar, vio que no había otra barca allí, excepto una, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían ido solos. 23 Sin embargo, había algunas barcas que llegaron desde Tiberias, cerca del lugar donde ellos habían comido el pan, luego de que el Señor había dado gracias. 24 Cuando la multitud descubrió que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, ellos mismos entraron a las barcas y fueron a Capernaún buscando a Jesús. 25 Después de haberlo encontrado en el otro lado del mar, ellos le dijeron: "Rabí, ¿cuándo llegaste aquí?" 26 Jesús les contestó, diciendo: "De cierto, de cierto, ustedes me buscan, no porque vieron señales, sino porque comieron de los panes y se saciaron. 27 No trabajen por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna, la cual el Hijo del Hombre les dará; porque Dios el Padre ha puesto Su sello en Él. 28 Entonces ellos le dijeron: "¿Qué debemos hacer para poder hacer las obras de Dios?" 29 Jesús contestó: "Esta es la obra de Dios: que ustedes crean en Aquel a quien Él ha enviado." 30 Así que ellos le dijeron: "¿Qué señal harás Tú entonces, para que podamos ver y creer en Ti? ¿Qué harás? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, porque como está escrito: 'DIOS LES DIÓ A COMER PAN DEL CIELO.' " 32 Luego Jesús les dijo: "De cierto, de cierto os digo, que no fue Moisés quien les dio el pan del cielo, sino que es Mi Padre el que da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan de Dios, es el que baja del cielo y da vida al mundo." 34 Así que ellos le dijeron: "Señor, danos siempre de este pan." 35 Jesús les dijo: "Yo soy el pan de vida; el que a Mí viene no tendrá hambre, y el que cree en Mí nunca tendrá sed jamás. 36 Pero Yo les he dicho que me han visto, y no creen. 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a Mí, y al que viene a Mí, Yo ciertamente no lo echo fuera. 38 Porque he bajado del cielo, no para hacer Mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y ésta es la voluntad del que me envió, que Yo no pierda ni uno de los que Él me ha dado, sino que los resucite en el día final. 40 Porque ésta es la voluntad de mi Padre, que todo aquel que ve al Hijo y cree en Él, tendrá vida eterna y Yo lo resucitaré en el día final." 41 Entonces los judíos murmuraron de Él porque Él había dicho: "Yo soy el pan que ha bajado del cielo." 42 Ellos dijeron: "¿No es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo, entonces, es que Él dice ahora: 'Yo he bajado del cielo'?" 43 Jesús contestó: "Dejen de murmurar entre ustedes. 44 Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, quien me envió, lo atraiga a mí, y Yo lo resucitaré en el día final. 45 Está escrito en los profetas: 'TODOS SERÁN ENSEÑADOS POR DIOS.' Todos los que hayan escuchado y aprendido del Padre vienen a Mí. 46 No que alguien haya visto al Padre, excepto Aquél que vino de Dios, Éste ha visto al Padre. 47 De cierto, de cierto os digo, el que cree, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de vida. 49 Los padres de ustedes comieron el maná en el desierto, y murieron. 50 Éste es el pan que baja del cielo, y el que coma de Él, no morirá. 51 Yo soy el pan viviente que bajó del cielo. Cualquiera que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que Yo les daré es mi carne por la vida del mundo." 52 Los judíos se enojaron y discutían entre ellos, diciendo: "¿Cómo puede este hombre darnos de Su carne para comer?" 53 Entonces Jesús les dijo: "De cierto, de cierto les digo, a menos que coman la carne del Hijo del Hombre y beban Su sangre, ustedes no tendrán vida en ustedes mismos. 54 El que come Mi carne y bebe Mi sangre, tiene vida eterna; y Yo lo resucitaré en el día final. 55 Porque Mi carne es verdadera comida, y Mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come Mi carne y bebe Mi sangre permanece en Mí, y Yo en Él. 57 Así como el Padre que da vida Me envió y así como vivo por causa de Mi Padre; así también aquel que come de mí, vivirá también por Mí. 58 Éste es el pan que ha bajado del cielo, no como el que los padres comieron, y murieron. Quien coma este pan vivirá para siempre." 59 Esto dijo Jesús en la sinagoga, mientras enseñaba en Capernaúm. 60 Entonces muchos de sus discípulos que oyeron esto, dijeron: "Ésta es una enseñanza difícil; ¿quién puede aceptarla?" 61 Porque Jesús mismo sabía que sus discípulos estaban murmurando de esto, les dijo a ellos: "¿Esto los ofende? 62 Entonces, ¿si vieran al Hijo del Hombre subiendo a donde estaba antes? 63 Es el Espíritu Quien da vida; la carne nada beneficia. Las palabras que les he hablado son espíritu, y son vida. 64 Sin embargo, hay algunos de ustedes que no creen." Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién era el que lo traicionaría. 65 Él dijo: "Es debido a esto que les dije que nadie puede venir a Mí, a menos que le sea dado por el Padre." 66 A causa de esto, muchos de sus discípulos se fueron y ya no caminaban con Él. 67 Jesús entonces les dijo a los doce: "¿Quieren irse ustedes también?" 68 Simón Pedro le contestó: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna, 69 y hemos creído y sabemos que Tú eres el Santo de Dios." 70 Jesús les dijo: "¿No los escogí Yo a ustedes, los doce, y uno de ustedes es un diablo?" 71 Ahora Él hablaba de Judas, el hijo de Simón Iscariote, porque era él, uno de los doce, quien traicionaría a Jesús.

Capítulo 7

1 Después de estas cosas Jesús viajó por Galilea, pero no quería entrar a Judea porque los judíos lo estaban buscando para matarlo. 2 Ahora, la fiesta de los judíos, la de los Tabernáculos, estaba cerca. 3 Por lo tanto sus hermanos le dijeron: "Deja este lugar y ve a Judea, para que Tus discípulos también puedan ver las obras que Tú haces. 4 Ninguno hace algo en privado si él mismo desea darse a conocer abiertamente. Si haces estas cosas, muéstrate Tú mismo al mundo." 5 Porque ni aún sus hermanos creían en Él. 6 Por lo tanto, Jesús les dijo: "Mi hora aún no ha llegado, pero cualquier tiempo es bueno para ustedes. 7 El mundo no los puede odiar a ustedes, pero me odia a Mí, porque Yo testifico de él, que sus obras son malas." 8 "Ustedes suban a la fiesta; Yo no voy a esa fiesta, porque Mi hora aún no se ha cumplido." 9 Luego de haberles dicho estas cosas a ellos, permaneció en Galilea. 10 Pero cuando sus hermanos habían subido a la fiesta, entonces Él también subió, pero no públicamente sino en secreto. 11 Los judíos lo buscaban en la fiesta y dijeron: "¿Dónde está Él?" 12 Había mucha discusión entre la multitud acerca de Él. Algunos decían: "Él es un buen hombre." Otros decían: "No, Él lleva a la multitud por mal camino." 13 Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de Él por miedo a los judíos. 14 Cuando la fiesta estaba a mitad, Jesús subió al templo y comenzó a enseñar. 15 Entonces los judíos se maravillaron diciendo: "¿Cómo es que este hombre sabe tanto? Él nunca ha sido educado." 16 Jesús les contestó y dijo: "Mi enseñanza no es Mía, sino que es de Aquél que me envió. 17 Si alguno desea hacer Su voluntad, él sabrá acerca de esta enseñanza, si viene de Dios o si Yo hablo de Mí mismo. 18 El que hable de sí mismo busca su propia gloria, pero cualquiera que busque la gloria del que lo envió, esa persona es verdadera, y no hay en Él injusticia. 19 ¿Acaso no les dio Moisés la ley? Sin embargo, ninguno de ustedes la cumple. ¿Por qué ustedes procuran matarme? 20 La multitud contestó: "¡Tienes un demonio! ¿Quién busca matarte?" 21 Jesús contestó y les dijo: "Una sola obra hice, y ustedes están maravillados a causa de esto. 22 Moisés les dio la circuncisión (no porque fuera de Moisés, sino de sus padres); y en el día de reposo ustedes circuncidan a un hombre. 23 Si un hombre recibe la circuncisión en el día de reposo, de manera que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿por qué ustedes están enojados conmigo porque sané a un hombre en el día de reposo? 24 No juzguen por la apariencia, sino juzguen rectamente." 25 Algunos de Jerusalén decían: "¿No es Éste el que buscan para matar? 26 Y miren, Él habla abiertamente, y ellos nada le dicen. ¿Habrán reconocido los gobernantes que éste es el Cristo? 27 Pero nosotros sabemos de dónde viene Éste. Mas cuando el Cristo venga, nadie sabrá de dónde viene." 28 Jesús clamó en el templo, enseñando y diciendo: "Ustedes me conocen y además saben de donde soy. Yo no he venido de Mí mismo, pero Aquél quien me envió es verdadero, y ustedes no lo conocen. 29 Yo lo conozco porque Yo vengo de Él y Él me envió." 30 Ellos trataban de arrestarlo, pero ninguno le ponía una mano encima porque Su hora no había llegado. 31 Pero muchos de la multitud creyeron en Él, y decían: "Cuando el Cristo venga, ¿hará Él más señales de las que Éste ha hecho? 32 Los fariseos escucharon a la multitud murmurando estas cosas acerca de Jesús, y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron oficiales para arrestarlo. 33 Entonces Jesús dijo: "Yo estoy con ustedes todavía un poco más de tiempo, y entonces Yo iré a Aquél que me envió." 34 Ustedes me buscarán, pero no me encontrarán; a donde voy ustedes no podrán venir." 35 Los judíos entonces decían entre ellos: "¿A dónde irá este hombre que no podamos encontrarlo? ¿Será que se irá a la dispersión entre los griegos y les enseñará a los griegos? 36 Que es esta palabra que Él dijo: 'Ustedes me buscarán, pero no me encontrarán; ¿a dónde voy ustedes no podrán venir’?" 37 Ahora en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús, puesto de pie, dijo a gran voz: "Si alguien tiene sed, que venga a Mí y beba. 38 Aquel que cree en Mí, como dice la escritura, ríos de agua viva brotarán de su vientre." 39 Pero Él decía esto del Espíritu, el cual los que habían creído en Él habrían de recibir; pues el Espíritu aún no había sido dado porque Jesús todavía no había sido glorificado. 40 Algunos de la multitud, cuando escucharon estas palabras, dijeron: "Verdaderamente Éste es el Profeta." 41 Otros decían: "Éste es el Cristo." Pero algunos decían: "¿El Cristo vendrá de Galilea? 42 ¿No han dicho las escrituras que el Cristo vendrá de los descendientes de David y de Belén, la aldea de donde era David?" 43 Así que surgió una división en la multitud a causa de Él. 44 Algunos de ellos lo querían arrestar, pero nadie le ponía las manos encima. 45 Entonces los oficiales regresaron a los principales sacerdotes y fariseos, quienes les dijeron: "¿Por qué no lo trajeron?" 46 Los oficiales respondieron: "Nunca nadie ha hablado así." 47 Así que los fariseos les contestaron: "¿Ustedes también han sido engañados? 48 ¿Acaso alguno de los gobernantes le ha creído o alguno de los fariseos? 49 Pero esta multitud que no conoce la ley, ellos están malditos." 50 Nicodemo (uno de los fariseos, quien vino a Él anteriormente) les dijo: 51 "¿Acaso nuestra ley juzga a un hombre antes de escucharlo y sabe lo que ha hecho?" 52 Ellos contestaron y le dijeron: "¿Eres tú también de Galilea? Busca y mira que ningún profeta viene de Galilea." 53 Entonces cada uno se fue a su propia casa.

Capítulo 8

1 Jesús fue al Monte de los Olivos. 2 Temprano en la mañana Él vino al templo otra vez, y toda la gente vino a Él; y sentándose Él, les enseñaba. 3 Los escribas y los fariseos trajeron a una mujer sorprendida en el acto del adulterio. Ellos la pusieron en el medio. 4 Entonces ellos le dijeron a Jesús: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto de adulterio. 5 Ahora, en la ley Moisés nos mandó a apedrear a tales personas; ¿qué dices Tú sobre ella?" 6 Ellos decían esto para tentarlo y tener algo de qué acusarlo, pero Jesús se inclinó y escribió en el suelo con Su dedo. 7 Cuando continuaron preguntándole, Él se paró y les dijo: "El que esté sin pecado entre ustedes, deje que sea éste el primero en arrojarle la piedra a ella." 8 Nuevamente bajándose, escribió en el suelo con Su dedo. 9 Cuando ellos escucharon esto, se marcharon uno por uno, comenzando por los más viejos. Finalmente, dejaron a Jesús solo y a la mujer que habían puesto entre ellos. 10 Jesús se paró y le dijo: "Mujer, ¿dónde están los que te acusan? ¿Nadie te condenó? 11 Ella dijo: "Nadie, Señor." Jesús le dijo: "Ni Yo tampoco te condeno. Ve y no peques más." 12 Nuevamente Jesús les habló diciendo: "Yo soy la luz del mundo; el que Me sigue no caminará en oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida." 13 Los fariseos le dijeron: "Tú das testimonio de Ti mismo; Tu testimonio no es verdadero." 14 Jesús les contestó y les dijo: "Aún si doy testimonio de Mí mismo, Mi testimonio es verdadero. Sé de dónde vine y adónde voy, pero ustedes no saben de dónde vine ni adónde voy. 15 Ustedes juzgan según la carne; Yo no juzgo a nadie. 16 Aún si juzgo, Mi juicio es verdadero porque no estoy solo, porque estoy con el Padre que me envió. 17 Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. 18 Yo soy Aquél que da testimonio acerca de Sí mismo, y el Padre que Me envió da testimonio de Mí." 19 Ellos le dijeron: "¿Dónde está tu Padre?" Jesús contestó: "Ustedes no me conocen a Mí ni a mi Padre; si ustedes me conocieran, también a Mi Padre conocerían." 20 Él dijo estas palabras en el lugar de las ofrendas mientras enseñaba en el templo, y nadie lo arrestó porque Su hora aún no había llegado. 21 Él les dijo otra vez: "Yo me voy y me buscarán, y en su pecado morirán. Adonde Yo voy, ustedes no pueden venir." 22 Los judíos dijeron: "¿Se matará a Sí mismo? ¿Es por eso por lo que dijo: 'Adonde Yo iré ustedes no pueden venir'?" 23 Jesús les dijo: "Ustedes son de abajo; Yo soy de arriba. Ustedes son de este mundo; Yo no soy de este mundo. 24 Por lo tanto, Yo les digo a ustedes que morirán en sus pecados. Porque a menos que ustedes crean que YO SOY, ustedes morirán en sus pecados." 25 Por lo tanto, ellos le dijeron: "¿Quién eres Tú?" Jesús les dijo: "Lo que les he dicho desde el principio. 26 Yo tengo muchas cosas que hablar y juzgar acerca de ustedes. Sin embargo, Aquél que Me envió es verdadero; y las cosas que he escuchado de Él, estas cosas Yo se las hablo al mundo." 27 Ellos no entendían que Él les estaba hablando acerca del Padre. 28 Jesús dijo: "Cuando ustedes levanten al Hijo del Hombre, entonces sabrán que YO SOY, y que Yo no hago nada por Mí mismo. Así como el Padre me enseñó, Yo hablo estas cosas. 29 Él que me envió está conmigo, y Él no me ha dejado solo, porque Yo siempre hago lo que le agrada." 30 Mientras Jesús decía estas cosas, muchos creyeron en Él. 31 Jesús les dijo a aquellos judíos que creyeron en Él: "Si ustedes permanecen en Mi palabra, entonces ustedes son verdaderamente mis discípulos; 32 y ustedes conocerán la verdad, y la verdad los hará libres." 33 Ellos le respondieron: "Nosotros somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie; ¿cómo puedes decir: 'Ustedes serán libres'?" 34 Jesús les respondió: "De cierto, de cierto les digo, que cualquiera que cometa pecado, es esclavo del pecado. 35 Y el esclavo no permanece en la casa para siempre; el hijo si permanece para siempre. 36 De este modo, si el Hijo los hace libres, serán verdaderamente libres. 37 Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham; pero buscan matarme, porque mi palabra no encuentra lugar en ustedes. 38 Yo les hablo lo que Yo he visto con Mi Padre, y ustedes hacen las que han escuchado de vuestro padre." 39 Ellos le respondieron y dijeron: "Nuestro padre es Abraham." Jesús les dijo: "Si fueran hijos de Abraham, ustedes harían las obras de Abraham. 40 Sin embargo, ahora me buscan para matarme, un Hombre que les ha hablado la verdad, la cual he escuchado de Dios. Abraham no hizo esto. 41 Ustedes hacen las obras de vuestro padre." Ellos le dijeron: " Nosotros no hemos nacido de la inmoralidad sexual; un Padre tenemos: Dios." 42 Jesús les dijo: "Si Dios fuera vuestro Padre, ustedes me amarían, porque Yo he salido de Dios y estoy aquí; porque no vengo de mí mismo, sino que Él me envió. 43 ¿Por qué no entienden mis palabras? Es porque no pueden escuchar mis palabras. 44 Ustedes son de vuestro padre, el diablo, y desean hacer los deseos de vuestro padre. Él fue un asesino desde el principio, y no permanece en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando él habla mentira, él habla desde su propia naturaleza; porque él es mentiroso, y el padre de la mentira. 45 Sin embargo, porque hablo la verdad, ustedes no creen en Mí. 46 ¿Quién de ustedes me acusa de pecado? Si Yo hablo la verdad, ¿por qué no me creen? 47 Aquél que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oyen ustedes, porque no son de Dios." 48 Los judíos respondieron y le dijeron: "¿No tenemos razón en decir que Tú eres samaritano y que tienes un demonio?" 49 Jesús les respondió: "Yo no tengo un demonio; sino que honro a Mi Padre, y ustedes me deshonran a mí. 50 Yo no busco mi gloria; hay Uno que la busca y juzga. 51 De cierto, de cierto les digo, si alguno guarda mi palabra, éste nunca verá la muerte." 52 Los judíos le dijeron: "Ahora sabemos que tú tienes un demonio. Abraham y los profetas murieron; pero tú dices: 'Si alguno guarda mi palabra, éste nunca saboreará la muerte.' 53 Tú no eres mayor que nuestro padre Abraham quien murió, ¿o lo eres? y los profetas también murieron. ¿Quién te haces a ti mismo?" 54 Jesús contestó: "Si Yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es ; mi Padre es el que me glorifica, el que ustedes dicen que es su Dios. 55 Y ustedes no lo han conocido, pero Yo lo conozco a Él. Si Yo dijera: 'Yo no lo conozco a Él', Yo sería como ustedes, un mentiroso. Sin embargo, Yo lo conozco a Él y guardo Su palabra. 56 El padre de ustedes, Abraham, se regocijó al ver mi día; y lo vio, y se alegró. 57 Los judíos le dijeron: "Tú no tienes aún cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?" 58 Jesús les dijo: "De cierto, de cierto les digo: antes que Abraham fuera, YO SOY." 59 Entonces ellos tomaron piedras para lanzárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

Capítulo 9

1 Ahora mientras Jesús pasaba, vio a un hombre ciego de nacimiento. 2 sus discípulos le preguntaron: "Rabí, ¿quién pecó, este hombre o sus padres, para que él naciera ciego?" 3 Jesús contestó: "Ni él, ni sus padres pecaron, sino para que las obras de Dios se revelaran en él. 4 Nosotros debemos hacer las obras de Aquél que me envió mientras es de día. La noche viene cuando nadie podrá trabajar. 5 Mientras estoy en el mundo, Yo soy la luz del mundo. " 6 Después que Jesús dijo estas cosas, escupió en la tierra, hizo lodo con la saliva y untó el lodo en los ojos del ciego. 7 Él le dijo: "ve, lávate en el estanque de Siloé (que traducido es 'enviado')." Entonces el hombre fue, y se lavó y volvió viendo. 8 Entonces los vecinos del hombre y los que lo habían visto previamente como mendigo, decían: "¿No es éste el hombre que solía sentarse y mendigar? 9 Algunos decían: "Es él." Otros decían: "No, pero se parece a él." Pero él decía: "Soy yo." 10 Ellos le dijeron: "Entonces, ¿cómo fueron abiertos tus ojos?" 11 Él les contestó: "El hombre llamado Jesús hizo lodo y me lo untó en los ojos y me dijo: 've a Siloé y lávate.' Pues, fui y me lavé y recobré la vista. 12 Ellos le dijeron: "¿Dónde está Él?" Él respondió: "Yo no sé." 13 Ellos llevaron al hombre que era ciego a los fariseos. 14 Era el día de reposo cuando Jesús hizo el lodo y le abrió los ojos. 15 Entonces, nuevamente, los fariseos le preguntaron cómo él había recibido la vista. Él les dijo: "Él puso lodo en mis ojos, me lavé y ahora puedo ver." 16 Algunos de los fariseos dijeron: "Este hombre no es de Dios porque Él no guarda el día de reposo." Otros decían: "¿Cómo puede un hombre que es un pecador hacer tales señales?" Así que hubo una división entre ellos. 17 Así que le preguntaron al ciego nuevamente: "¿Qué dices sobre Él porque te abrió los ojos?" El hombre ciego dijo: "Es un profeta." 18 Ahora los judíos aún no creían acerca de él de que era ciego y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista. 19 Ellos les preguntaron a los padres: "¿Es éste su hijo quien ustedes dicen que nació ciego? ¿Cómo entonces él puede ver?" 20 Entonces sus padres les contestaron: "Nosotros sabemos que éste es nuestro hijo y que nació ciego. 21 Cómo ve ahora, nosotros no sabemos, y quién le abrió los ojos, no lo conocemos. Pregúntenle a él. Él es un adulto. Él puede hablar por sí mismo." 22 Sus padres dijeron estas cosas porque tenían miedo de los judíos. Pues los judíos habían acordado que, si alguien confesara que Jesús era el Cristo, éste debería ser echado de la sinagoga. 23 Por esto, sus padres dijeron: "Él es un adulto. Pregúntenle a él." 24 Así que, por segunda vez, ellos llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: "Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que este hombre es pecador." 25 Entonces ese hombre respondió: "Yo no sé si Él es un pecador. Una cosa sí sé: que yo era ciego, y ahora veo." 26 Entonces ellos le dijeron: "¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió Él los ojos? 27 Él les contesto: "¡Ya les he dicho, y no escucharon! ¿Por qué quieren oírlo otra vez? ¿O desean ustedes convertirse en sus discípulos también? 28 Ellos lo insultaron y dijeron: "Tú eres su discípulo, pero nosotros somos discípulos de Moisés. 29 Sabemos que Dios ha hablado a Moisés, pero no sabemos de dónde viene Éste." 30 El hombre les contestó y dijo: "Esto es lo asombroso, que ustedes no sepan de dónde Él es, y aun así Él abrió mis ojos. 31 Nosotros sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero si alguien es temeroso de Dios y hace su voluntad, Él lo escucha. 32 Desde que comenzó el mundo, no se ha oído que alguien le abra los ojos a un ciego de nacimiento. 33 Si este hombre no fuera de Dios, Él no podría hacer nada." 34 Ellos contestaron diciéndole: "Tú naciste completamente en pecado, ¿y nos estás enseñando a nosotros?" Entonces ellos lo echaron fuera. 35 Jesús escuchó que lo habían echado fuera de la sinagoga, y encontrándole le dijo: "¿Crees en el Hijo del Hombre?" 36 Él respondió y dijo: "Quién es, Señor, ¿para que yo pueda creer en Él?" 37 Jesús le dijo: "Tú lo has visto, y es Él que está hablando contigo." 38 El hombre dijo: "Señor, yo creo," y lo adoró. 39 Jesús dijo: "Para juicio Yo vine a este mundo, para que aquellos que no ven puedan ver y para aquellos que ven sean cegados." 40 Algunos de los fariseos que estaban con Él, escucharon estas cosas y le preguntaron: "¿Nosotros también estamos ciegos?" 41 Jesús les dijo: "Sí fueran ciegos, no tendrían pecado, pero ahora dicen: 'Nosotros vemos,' así que su pecado permanece.

Capítulo 10

1 "De cierto, de cierto les digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, pero que sube por otro lado, ese hombre es un ladrón y bandido. 2 Aquel que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. 3 A éste abre el portero, y las ovejas escuchan su voz, y él llama a las suyas por nombre y las saca afuera. 4 Cuando ha sacado a todas las suyas, él camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. 5 Al extraño no seguirán, al contrario, huirán de él porque no conocen la voz de los extraños." 6 Jesús les habló esta parábola, pero ellos no entendieron qué cosas eran éstas que Él les decía. 7 Entonces Jesús les dijo nuevamente: "De cierto, de cierto les digo Yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que vinieron antes de Mí, eran ladrones y bandidos, pero las ovejas no los escucharon. 9 Yo soy la puerta; si alguno entra a través de Mí, éste se salvará. Entrará y saldrá y encontrará pasto. 10 El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundantemente. 11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor pone Su vida por las ovejas. 12 El asalariado y que no es pastor y de quien no son propias las ovejas, él ve venir el lobo y abandona las ovejas y escapa, y el lobo las arrebata y las dispersa; 13 él huye porque es un asalariado y no le importan las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor, y Yo conozco los míos y los míos me conocen. 15 El Padre me conoce y Yo conozco al Padre, y pongo mi vida por las ovejas. 16 Tengo otras ovejas que no son de este redil; debo traerlas también, y ellas oirán Mi voz para que haya un rebaño y un pastor. 17 Es por esto que el Padre me ama: Porque Yo pongo mi vida para volver a tomarla. 18 Nadie me la quita, sino que Yo de mí mismo la pongo. Tengo autoridad para ponerla, y tengo autoridad para volverla a tomar. Este mandamiento he recibido de Mi Padre." 19 Una división ocurrió otra vez entre los judíos por causa de estas palabras. 20 Mucho de ellos dijeron: "Él tiene un demonio y está loco. ¿Por qué le escuchan?" 21 Otros dijeron: "Éstas no son las palabras de un hombre poseído por un demonio. ¿Puede un demonio abrirles los ojos a los ciegos?" 22 Entonces era el tiempo de la fiesta de la Dedicación en Jerusalén. 23 Era invierno, y Jesús caminaba por el pórtico del templo de Salomón. 24 Entonces los judíos lo rodearon y le dijeron: "¿Cuánto tiempo nos mantendrás en duda? Si Tú eres el Cristo, dínoslo claramente." 25 Jesús les contestó: "Yo les dije, pero ustedes no creen. Las obras que hago en el nombre de Mi Padre, estas testifican de Mí. 26 Pero aún, ustedes no creen porque no son mis ovejas. 27 Mis ovejas oyen mi voz; Yo las conozco, y ellas me siguen. 28 Yo les doy vida eterna; ellas jamás morirán, y nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre, quien me las ha dado, es más grande que todos los demás, y nadie se las puede arrebatar de la mano del Padre. 30 Yo y el Padre somos uno." 31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearlo. 32 Jesús les contestó: "Yo les he mostrado muchas buenas obras del Padre. ¿Por cuál de estas obras me apedrean?" 33 Los judíos le contestaron: "Nosotros no te apedreamos por ninguna buena obra, sino por blasfemia, porque Tú, un hombre, te estás haciendo Dios." 34 Jesús les contestó: "¿No está escrito en su ley: 'YO DIJE: ¿USTEDES SON DIOSES’? 35 ¿Si él los llamó dioses, a quien la palabra de Dios vino (y las escrituras no pueden ser quebrantadas), 36 ustedes le dicen A quien el Padre separó y envió al mundo ‘: Tú estás blasfemando', porque Yo dije: 'Yo soy el Hijo de Dios'? 37 Si Yo no estoy haciendo las obras de Mi Padre, no me crean. 38 Pero, sin embargo, si las estoy haciendo, aunque no me crean a mí, crean en las obras para que conozcan y entiendan que el Padre está en Mí y que Yo estoy en el Padre." 39 Ellos, nuevamente, trataron de agarrar a Jesús, pero Él se escapó de sus manos. 40 Jesús se marchó otra vez al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan primero bautizaba, y se quedó allí. 41 Mucha gente vino a Él y decían: "Juan en verdad no hizo señales, pero todas las cosas que Juan ha dicho sobre este hombre son ciertas." 42 Mucha gente creyó en Él allí.

Capítulo 11

1 Ahora, un cierto hombre llamado Lázaro estaba enfermo. Él era de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana. 2 Fue María, la que ungió al Señor con perfume y le secó sus pies con sus cabellos, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo. 3 Las hermanas entonces enviaron a por Jesús diciendo: "Señor, mira, aquel a quien tu amas está enfermo." 4 Cuando Jesús escuchó esto, Él dijo: "Esta enfermedad no es para muerte, sino para la Gloria de Dios, para que el Hijo de Dios pueda ser glorificado por ello." 5 Ahora, Jesús amaba a Marta y a su hermana y a Lázaro. 6 Así que cuando Él escuchó que Lázaro estaba enfermo, Jesús se quedó dos días más en el lugar donde Él estaba. 7 Entonces después de esto, Él dijo a los discípulos, "Vayamos a Judea otra vez." 8 Los discípulos le dijeron a Él, "Rabí, ahora los Judíos buscan apedrearte, ¿y otra vez vas allá?" 9 Jesús contestó: "¿No hay doce horas de luz en el día? Si alguno camina de día, no tropieza, porque él ve, por la luz de este mundo. 10 Sin embargo, si él camina de noche, tropieza, porque la luz no está en él." 11 Estas cosas Él dijo, y después de esto les dijo a ellos, "Nuestro amigo Lázaro se ha dormido, pero voy para poder despertarlo." 12 Los discípulos por tanto le dijeron a Él, "Señor, si él se ha dormido, él se recuperará." 13 Ahora, Jesús había hablado de su muerte, pero ellos pensaron que Él estaba hablando acerca del descanso del sueño. 14 Entonces Jesús les dijo a ellos claramente, "Lázaro está muerto. 15 Me alegro por el bien vuestro, que Yo no estuviera allí para que ustedes puedan creer. Vayamos a él." 16 Tomás, que era llamado Dídimo, les dijo a sus compañeros discípulos, "Vayamos nosotros también para que muramos con él." 17 Cuando Jesús vino, Él encontró que Lázaro ya estaba en la tumba hacia cuatro días. 18 Ahora, Betania estaba cerca de Jerusalén, como a ciento ochenta y cinco metros de distancia. 19 Muchos de los Judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por lo de su hermano. 20 Entonces Marta, cuando ella escuchó que Jesús venía, fue a encontrarse con Él; pero María permanecía sentada en la casa. 21 Marta entonces le dijo a Jesús, "Señor, si Tu hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22 Aún así, yo sé que cualquier cosa que le pidas a Dios, Él te la dará." 23 Jesús le dijo a ella, "Tu hermano resucitará." 24 Marta le dijo a Él, "Yo sé que él resucitará en la resurrección en el día final." 25 Jesús le dijo a ella, "Yo soy la resurrección y la vida; Él que cree en Mí, aunque muera, vivirá; 26 y cualquiera que vive y cree en Mí nunca morirá. ¿Tú crees esto?" 27 Ella le dijo, "Sí, Señor, yo creo que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que viene al mundo." 28 Cuando ella había dicho esto, se fue y llamó a su hermana María en privado diciéndole: "El Maestro está aquí y te está llamando." 29 Cuando ella escuchó esto, se levantó rápidamente y fue a Él. 30 Todavía, Jesús no había llegado a la aldea pues aún estaba en el lugar donde Marta lo había encontrado. 31 Así que cuando los Judíos que estaban con ella en la casa y quienes la estaban consolando, vieron a María levantándose rápidamente y saliendo, la siguieron; pensando que ella iba a la tumba a llorar allí. 32 María entonces, cuando llegó a donde Jesús estaba y lo vio, cayó a sus pies y le dijo: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no hubiera muerto." 33 Cuando Jesús la vio llorando, y los Judíos que vinieron con ella también llorando, Él estaba profundamente conmovido en Su Espíritu y estaba perturbado; 34 Él dijo: "¿Dónde lo han puesto?" Ellos le dijeron: "Señor, ven y ve." 35 Jesús lloró. 36 Entonces, los Judíos dijeron: "¡Vean cuánto Él amaba a Lázaro!" 37 Pero algunos dijeron: "¿No pudo este hombre, que abrió los ojos a un hombre ciego, también haber hecho que este hombre no muriera?" 38 Entonces Jesús otra vez, estando profundamente conmovido en sí mismo, fue a la tumba. Ahora bien, era una cueva, y una piedra descansaba contra ésta. 39 Jesús dijo: "Quiten la piedra." Marta, la hermana de Lázaro, el que había estado muerto, le dijo a Jesús: "Señor, a este momento, el cuerpo se estará descomponiendo, pues él ha estado muerto por cuatro días." 40 Jesús le dijo a ella: "¿No te dije a ti que, si tu creías, tu verías la Gloria de Dios?" 41 Así que ellos quitaron la piedra. Jesús alzó sus ojos y dijo: "Padre, Yo te doy gracias porque me escuchaste. 42 Yo sabía que Tú siempre me escuchas; pero por causa de la multitud que me rodea dije esto, para que ellos puedan creer que Tú Me has enviado." 43 Después que Él les había dicho esto, exclamó en voz alta: "¡Lázaro, ven fuera!" 44 El muerto salió, sus pies y manos estaban atados con tiras de tela, y su rostro cubierto con una tela. Jesús les dijo a ellos: "Desátenlo y déjenlo ir." 45 Entonces, muchos de los Judíos que vinieron a María y vieron lo que Jesús hizo, creyeron en Él; 46 pero algunos de ellos fueron a los Fariseos y les dijeron las cosas que Jesús había hecho. 47 Entonces, los sacerdotes principales y los Fariseos reunieron al concilio y dijeron: "¿Qué haremos? Este hombre hace muchas señales. 48 Si nosotros Lo dejamos así, todos creerán en Él; los Romanos vendrán y nos quitarán ambos, nuestro lugar y nuestra nación." 49 Sin embargo, un cierto hombre entre ellos, Caifás, quien era el sumo sacerdote ese año, les dijo: "Ustedes no saben nada. 50 Ustedes no consideran que sea mejor para nosotros que un hombre muera por el pueblo a que toda la nación perezca." 51 Ahora, él no dijo esto de su propia cuenta; sino que siendo sumo sacerdote ese año, profetizó que Jesús debía morir por la nación; 52 y no sólo por la nación, sino para que los hijos de Dios que están dispersos puedan reunirse a todos juntos en uno. 53 Así, desde ese día en adelante, ellos planificaron como llevar a Jesús a la muerte. 54 Nunca más Jesús caminó abiertamente entre los Judíos, sino que se marchó de allí a una región cercana al desierto, a un pueblo llamado Efraín. Allí se quedó con los discípulos. 55 Ahora la Pascua de los Judíos estaba cerca, y muchos de la región subieron a Jerusalén antes de la Pascua para ellos mismos purificarse. 56 Ellos estaban buscando a Jesús, y decían unos a otros mientras ellos estaban en el templo: "¿Qué ustedes piensan? ¿Qué Él no vendrá a la fiesta?" 57 Ahora, los sacerdotes principales y los Fariseos habían dado una orden que si cualquiera sabía dónde estaba Jesús, éste debía notificarlo para que ellos pudieran arrestarlo.

Capítulo 12

1 Seis días antes de la Pascua, Jesús vino a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Él había levantado de entre los muertos. 2 Así que ellos le hicieron a Él una cena allí, y Marta estaba sirviendo, y Lázaro era uno de los que estaban recostados a la mesa con Jesús. 3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió los pies de Jesús con él, y secó sus pies con su cabello. La casa se llenó con la fragancia del perfume. 4 Judas Iscariote, uno de sus discípulos, aquel que lo traicionaría dijo: 5 "¿Por qué no fue vendido este perfume por trescientos denarios y dado a los pobres?". 6 Pero, él dijo esto, no porque le preocuparan los pobres, sino porque era un ladrón: él tenía la bolsa de dinero y robaba de lo que se ponía en ella. 7 Jesús dijo: "Dejadla; pues, para el día de mi sepultura ha guardado esto. 8 Ustedes siempre tendrán los pobres con ustedes; pero no siempre me tendrán a Mí". 9 Ahora una gran multitud de los Judíos supieron que Jesús estaba allí, y ellos vinieron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien Jesús había levantado de los muertos. 10 Los sacerdotes principales conspiraron juntos, para ellos también poder matar a Lázaro; 11 porque por causa de él muchos de los Judíos se fueron y creyeron en Jesús. 12 Al siguiente día una gran multitud vino a la fiesta. Cuando ellos oyeron que Jesús venía a Jerusalén, 13 ellos tomaron ramas de palmeras y fueron a encontrarse con Él, y exclamaron: "¡HOSANNA! BENDITO ES QUIEN VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR, REY DE ISRAEL". 14 Jesús encontró a un burrito y se sentó en él; como estaba escrito: 15 "NO TEMAS, HIJA DE SION; MIRA, TU REY ESTÁ VINIENDO, SENTADO SOBRE UN BURRITO". 16 Sus discípulos no entendieron estas cosas al principio; pero cuando Jesús fue glorificado, ellos recordaron que estas cosas habían sido escritas acerca de Él y que ellos habían hecho estas cosas para Él. 17 Ahora la multitud que había estado con Él, cuando había llamado a Lázaro fuera de la tumba y lo había levantado de los muertos, testificaba. 18 Fue también por esta razón que la multitud fue a recibirlo porque escucharon que Él había hecho esta señal. 19 Los Fariseos por eso dijeron entre ellos mismos, "Mira, ustedes no pueden hacer nada; mirad, el mundo se ha ido tras Él". 20 Ahora ciertos Griegos estaban entre aquellos quienes subían a la fiesta a adorar. 21 Éstos fueron a Felipe, quien era de Betsaida de Galilea, y le preguntaron, diciendo: "Señor, queremos ver a Jesús". 22 Felipe fue y lo dijo a Andrés; Andrés fue con Felipe, y ellos lo dijeron a Jesús. 23 Jesús les respondió y dijo: "La hora ha llegado para que el Hijo del Hombre sea glorificado. 24 De cierto, de cierto Yo les digo, que a menos que el grano de trigo no caiga a la tierra y muera, queda él solo; pero si muere dará mucho fruto. 25 Él que ama su vida la perderá; pero el que odia su vida en este mundo, la guardará para vida eterna. 26 Si alguien me sirve, sígame; y donde Yo estoy, ahí también mi servidor estará. Si alguno me sirve, Mi Padre lo honrará. 27 Ahora mi alma está turbada: ¿qué debería decir? ¿'¿Padre, sálvame de esta hora’? Por esta razón Yo vine a esta hora. 28 Padre, glorifica Tu nombre". Entonces una voz vino del cielo y dijo, "Yo lo he glorificado y lo glorificaré otra vez". 29 Entonces la multitud que estaba allí y lo oyó dijo que había sido un trueno. Otros dijeron: "Un ángel le ha hablado a Él". 30 Jesús respondió y dijo, "Esta voz no ha venido por Mí, sino por ustedes. 31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el gobernante de este mundo será echado fuera. 32 Y Yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a Mí mismo". 33 Él dijo esto para indicar de qué manera moriría. 34 La multitud le respondió a Él, "Nosotros hemos escuchado de la ley que el Cristo permanecerá por siempre. ¿Cómo puedes decir, 'El Hijo del Hombre' tiene que ser levantado'? ¿Quién es este Hijo del Hombre?". 35 Jesús entonces les dijo a ellos, "La luz todavía estará con ustedes por un poco más de tiempo. Caminen mientras tengan la luz, para que la oscuridad no los sorprenda. El que camina en la oscuridad no sabe a dónde va. 36 Mientras tengan la luz, crean en la luz para que sean hijos de luz". Jesús dijo estas cosas y entonces se fue y se escondió de ellos. 37 Aunque Jesús había hecho muchas señales ante ellos, aún ellos no creían en Él 38 para que la palabra de Isaías el profeta fuera cumplida, en la cual él dijo, "SEÑOR, ¿QUIÉN HA CREÍDO LO QUE ESCUCHARON DE NOSOTROS? ¿A QUIÉN EL BRAZO DEL SEÑOR HA SIDO REVELADO?". 39 Por esta razón ellos no podían creer, pues Isaías también había dicho, 40 "ÉL HA CEGADO SUS OJOS, Y ÉL HA ENDURECIDO SUS CORAZONES; DE OTRA MANERA ELLOS VERÍAN CON SUS OJOS Y ENTENDERÍAN CON SUS CORAZONES, Y SE CONVERTIRÍAN Y YO LOS SANARÍA". 41 Isaías dijo estas cosas porque él vio la gloria de Jesús y habló de Él. 42 Pero a pesar de eso, muchos de los gobernantes creyeron en Jesús; pero por causa de los Fariseos, ellos no lo admitieron para que no fuesen rechazados de la sinagoga. 43 Ellos amaron más las alabanzas que vienen de la gente que la alabanza que viene de Dios. 44 Jesús exclamó y dijo, "Él que cree en Mí, no solo cree en Mí, sino también en Él que me envió, 45 y el que me ve a Mí, ve a quien me envió''. 46 Yo he venido como una luz al mundo, para que quien crea en Mí no permanezca en la oscuridad. 47 Si alguno escucha Mis palabras, pero no las guarda, Yo no lo juzgo; porque Yo no he venido a juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. 48 El que me rechaza a Mí y no recibe Mis palabras, tiene quien lo juzga: es la palabra que Yo he hablado la que le juzgará a él en el último día. 49 Pues Yo no hable por mi propia cuenta, sino que es el Padre quien me envió, quien me ha dado mandamiento sobre qué decir y qué hablar. 50 Y sé que este mandamiento es vida eterna; pues lo que hablo tal como Él Padre me ha dicho a Mí, así lo hablo".

Capítulo 13

1 Ahora, antes de la Fiesta de la Pascua, cuando Jesús supo que Su hora ya había llegado y que Él debería salir de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. 2 Ahora, el diablo había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, traicionar a Jesús. 3 Él sabía que el Padre había entregado todas las cosas en sus manos, y que Él había venido de Dios y a Dios iba. 4 Él se levantó de la cena y se quitó Su ropa exterior. Después cogió una toalla y se la envolvió alrededor de sí. 5 Entonces Él derramó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla que había puesto alrededor de sí. 6 Él vino a Simón Pedro, y Pedro le dijo: "¿Señor, vas a lavar tú mis pies?" 7 Jesús le contestó y le dijo a Él: "Lo que yo estoy haciendo a ustedes, no lo entienden ahora, pero lo entenderán después." 8 Pedro le dijo: "Tú jamás vas a lavar mis pies". Jesús le contestó: "Si yo no te lavo, tú no tendrás parte conmigo." 9 Simón Pedro dijo a Él: "Señor, no solamente lava mis pies, sino mis manos y mi cabeza también." 10 Jesús le dijo a él: "El que está bañado no tiene necesidad, excepto de lavar sus pies, pues está completamente limpio; y ustedes limpios están, pero no todos." 11 (Porque Jesús sabía quién lo iba a traicionar; por eso Él dijo: "No todos ustedes están limpios.") 12 Cuando Jesús había lavado sus pies y cogió Su ropa, se sentó otra vez y les dijo a ellos: "¿Saben lo que les he hecho ? 13 Ustedes me llaman 'Maestro' y 'Señor', y están hablando correctamente, porque Yo lo Soy. 14 Si Yo pues, el Señor y el Maestro, he lavado sus pies, ustedes también deben lavar los pies uno del otro. 15 Porque yo les he dado ejemplo para que ustedes hagan también así, como yo, les he hecho a ustedes. 16 De verdad, de verdad les digo, un siervo no es mayor que su Señor; tampoco es un mensajero mayor que la persona que lo envió. 17 Si saben estas cosas, serán bienaventurados si las hacen. 18 Yo no estoy hablando acerca de todos ustedes, porque Yo conozco aquellos a quienes he escogido; pero Yo digo esto para que las escrituras sean cumplidas: 'EL QUE COME MI PAN, LEVANTÓ SU TALÓN CONTRA MÍ.' 19 Yo les digo esto ahora antes de que pase, para que cuando suceda, crean que YO SOY. 20 De verdad, de verdad les digo, el que recibe a cualquiera que Yo envié, me recibe a Mí, y el que me recibe a Mí, recibe a Aquel que me envió." 21 Cuando Jesús dijo esto, se estremeció en su espíritu, y Él testificó y dijo: "De verdad, de verdad les digo que uno de ustedes me traicionará." 22 Los discípulos se miraron los unos a los otros, preguntándose de quién estaba Él hablando. 23 Uno de los discípulos, el que Jesús amaba, estaba recostado a la mesa sobre el pecho de Jesús. 24 Simón Pedro, por lo tanto, hizo señales a este discípulo y le dijo: "Preguntalé de quién está hablando." 25 Así que él se inclinó hacia el pecho de Jesús y le dijo a Él: "Señor, ¿quién es?" 26 Entonces Jesús contestó: "Es aquel para quien Yo mojaré el pedazo de pan y se lo daré." Así que cuando Él había mojado el pedazo de pan, se lo dió a Judas, hijo de Simón Iscariote. 27 Y entonces, después del bocado de pan, Satanás entró en él. Así que Jesús le dijo a él: "Lo que tú vas a hacer, hazlo rápidamente." 28 Pero, nadie recostado a la mesa sabía por qué Él dijo esto a él. 29 Algunos pensaron que era porque Judas tenía la bolsa de dinero, ya que Jesús le dijo a él: "Compra las cosas que necesitamos para la fiesta", o que él debía dar algo para los pobres. 30 Después que Judas recibió el pan, él salió inmediatamente. Era de noche. 31 Cuando Judas se fue, Jesús dijo: "Ahora el Hijo del Hombre es glorificado, y Dios es glorificado en Él; 32 Si Dios fue glorificado en Él, también Dios le glorificará en Él mismo, y enseguida le glorificará. 33 Hijitos, Yo todavía estoy con ustedes por un poco de tiempo. Ustedes me buscarán, y como dije a los judíos, también a ustedes les digo: 'A donde Yo voy, ustedes no pueden venir.' 34 Yo les estoy dando un nuevo mandamiento, que deben amarse unos a otros; así como Yo los he amado, así también deben amarse unos a otros. 35 Por esto todos sabrán que ustedes son mis discípulos, si ustedes tienen amor unos por otros." 36 Simón Pedro le dijo a Él: "Señor, ¿a dónde vas Tú?" Jesús contestó: "A donde Yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero tú vas a seguirme después." 37 Pedro le dijo a Él: "Señor, ¿por qué yo no puedo seguirte ahora? Yo entregaría mi vida por Ti." 38 Jesús contestó: "¿Entregarías tu vida por Mí? De verdad, de verdad te digo, el gallo no cantará antes que tú me hayas negado tres veces."

Capítulo 14

1 "No dejen que se turbe su corazón. Crean en Dios; también crean en Mí. 2 En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Si no fuese así, Yo se los hubiese dicho, porque voy a preparar un lugar para ustedes. 3 Si yo me voy, y preparo un lugar para ustedes, yo regresaré y los recogeré Yo mismo para que donde Yo este, ustedes estén también. 4 Ustedes saben el camino a donde Yo voy." 5 Tomás le dijo a Jesús: "Señor, nosotros no sabemos para donde vas; ¿cómo podemos saber el camino?" 6 Jesús le dijo a él: "Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al Padre excepto por medio de Mí. 7 Si me hubieran conocido, también habrían conocido a mi Padre. Desde ahora lo conocen y lo han visto." 8 Felipe le dijo a Jesús: "Señor, muéstranos al Padre y eso será suficiente para nosotros." 9 Jesús le dijo a él: "He estado con ustedes por tanto tiempo, ¿y aún no me conoces, Felipe? Cualquiera que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decir: 'Muéstranos al Padre'? 10 ¿No crees tú que Yo estoy en el Padre y el Padre está en Mí? Las palabras que Yo les hablo, no las hablo desde mi propia autoridad, sino es el Padre viviendo en Mí, quien hace su trabajo. 11 Creéme, que Yo soy en el Padre, y el Padre es en Mí, o si no, crean por las obras mismas. 12 De verdad, de verdad, Yo les digo, el que cree en Mí, hará las obras que Yo hago, y él hará también mayores obras, porque Yo me voy al Padre. 13 Cualquier cosa que pidan en Mi nombre, Yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si me piden cualquier cosa en Mi nombre, Yo lo haré. 15 Si ustedes me aman, guardarán Mis mandamientos. 16 Y Yo oraré al Padre, y Él les dará otro Consolador para que esté con ustedes para siempre: 17 el Espíritu de verdad. A quien el mundo no puede recibir, porque no lo ven, ni lo conocen. Pero ustedes lo conocen, pues Él está con ustedes y estará en ustedes. 18 Yo no los dejaré solos; Yo volveré a ustedes. 19 En un poco tiempo, y el mundo no me verá más, pero ustedes me verán. Porque Yo vivo, ustedes también vivirán. 20 En ese día conocerán que Yo soy en mi Padre, y que ustedes están en Mí, y que Yo estoy en ustedes. 21 Aquel que tenga mis mandamientos y los guarda, ése es quien me ama; y quien me ama será amado por Mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él." 22 Judas (no el Iscariote) le dijo a Jesús: "Señor, ¿por qué es que te manifestarás a nosotros, pero no al mundo?" 23 Jesús contestó y le dijo a él: "Si alguno Me ama, Mi palabra guardará, y Mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada con él. 24 Aquel que no me ama, no guarda Mi palabra; y la palabra que ustedes escuchan no proviene de Mí, sino del Padre que me envió. 25 Yo les he dicho estas cosas a ustedes, mientras permanezco con ustedes. 26 Sin embargo, el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en Mi nombre, Él les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que Yo les dije. 27 les dejo paz a ustedes, Yo les doy Mi paz; Yo no la doy como el mundo la da. No dejen que se turbe sus corazones, y no tengan miedo. 28 Ustedes escucharon que les dije: 'Yo me voy, y volveré a ustedes.' Si me amaran, se alegrarían porque Yo voy al Padre, pues el Padre es mayor que Yo. 29 Ahora se los he dicho antes de que suceda, para que cuando suceda, crean. 30 Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque el gobernante de este mundo viene. Él no tiene poder sobre Mí, 31 pero para que el mundo conozca que Yo amo al Padre, hago tal como el Padre me ha mandado, levantémonos y vayámonos de aquí."

Capítulo 15

1 "Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2 Él quita toda rama que en Mí no produce fruto, y Él poda cada rama que produce fruto, para que produzca más fruto. 3 Ustedes ya están limpios por el mensaje que Yo les he hablado. 4 Permanezcan en Mí, y yo en ustedes. Así como la rama no puede dar fruto por sí misma, a menos que permanezca en la vid, así tampoco ustedes podrán, si no permanecen en Mí. 5 Yo soy la vid, ustedes las ramas. El que permanece en Mí y Yo en él, esa persona dará mucho fruto, porque separado de Mí no podrán hacer nada. 6 Si alguno no permanece en Mí, ése es lanzado fuera como una rama y se seca; y ellos, recogen las ramas y las echan al fuego, y son quemadas. 7 Si ustedes permanecen en Mí, y si mis palabras permanecen en ustedes, pidan cualquier cosa que deseen, y les será hecho. 8 Mi Padre es glorificado en esto: en que ustedes den mucho fruto y que sean ustedes mis discípulos. 9 Así como el Padre me ha amado, Yo también los he amado; permanezcan en mi amor. 10 Si ustedes guardan mis mandamientos, ustedes permanecerán en mi amor, así como Yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en Su amor. 11 Yo les he hablado estas cosas para que mi gozo esté en ustedes y para que su gozo sea completo. 12 Este es mi mandamiento, que ustedes se amen unos a otros, así como Yo los he amado. 13 Ninguno tiene mayor amor que éste, que de su vida por sus amigos. 14 Ustedes son mis amigos si hacen las cosas que Yo les mando. 15 Ya no los llamó siervos, porque el siervo no sabe lo que su amo hace. Yo los he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, las he dado a conocer a ustedes. 16 Ustedes no me escogieron a Mí, pero yo los escogí a ustedes, para que así vayan y den fruto, y su fruto permanezca, para que cualquier cosa que pidan al Padre en mi nombre, Él se las dará. 17 Estas cosas les he mandado: que se amen unos a otros. 18 Si el mundo los odia a ustedes, sepan que, a Mí, me ha odiado antes que ustedes. 19 Si ustedes pertenecieran al mundo, el mundo los amaría como suyo. Pero porque ustedes no son del mundo y porque yo los escogí del mundo, por eso el mundo los odia. 20 Recuerden la palabra que les dije: 'Un siervo no es mayor que su amo.' Si a Mí me persiguieron, a ustedes también los perseguirán; si ellos guardaron mi palabra, ellos también guardarán la de ustedes. 21 Pero ellos les harán estas cosas por causa de mi nombre, porque ellos no conocen a Aquel que me envió. 22 Si yo no hubiese venido y hablado a ellos, ellos no tendrían pecado, pero ahora ellos no tienen excusa por sus pecados. 23 El que me odia a Mí, también odia a mi Padre. 24 Si yo no hubiese hecho las obras que nadie más hizo entre ellos, ellos no tendrían pecado, pero ya han visto y me odian a Mí y a mi Padre. 25 Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: 'ELLOS ME ODIARON SIN CAUSA.' 26 Cuando el Consolador, a quien enviaré a ustedes del Padre, esto es, el Espíritu de verdad, quien procede del Padre, venga, Él dará testimonio de Mí. 27 También ustedes testificarán porque han estado conmigo desde el principio.

Capítulo 16

1 "Les he hablado estas cosas a ustedes para que no tropiecen. 2 Ellos los echarán de las sinagogas. Pero la hora se acerca cuando cualquiera que los mate pensará que está ofreciendo un servicio a Dios. 3 Ellos harán estas cosas porque no han conocido al Padre ni a Mí. 4 Les he hablado estas cosas a ustedes, para que cuando llegue su hora, ustedes recordarán que Yo les hable acerca de ellos. No les hable acerca de estas cosas en el principio porque Yo estaba con ustedes. 5 Pero ahora voy a Aquel que me envió, sin embargo, ninguno de ustedes me pregunta: '¿A dónde vas?' 6 Pero porque Yo les he dicho estas cosas a ustedes, tristeza ha llenado su corazón. 7 Pero les digo la verdad: es mejor para ustedes que Yo me vaya. Pues si Yo no me voy, el Consolador no vendrá a ustedes, pero si me voy, lo enviaré a ustedes. 8 Cuando Él venga, el Consolador probará al mundo que está equivocado, acerca del pecado, de justicia y de juicio, 9 de pecado, porque no creen en Mí; 10 de justicia, porque Yo voy al Padre y ustedes no me verán más; 11 y de juicio, porque el gobernante de este mundo ha sido juzgado. 12 Tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las entenderían ahora. 13 Pero cuando Él, el Espíritu de Verdad, venga, Él los guiará en toda la verdad, porque Él no hablará por Sí mismo. Pero Él dirá cualquier cosa que Él escuche, y Él les dirá a ustedes lo que vendrá. 14 Él me glorificará, pues Él tomará de lo que es Mío y se las declarará a ustedes. 15 Todas las cosas que el Padre tiene son mías. Por tanto, Yo dije que el Espíritu tomará de lo que es Mío y se las declarará a ustedes. 16 En un poco más de tiempo ustedes no me verán más, y después de otro poco más de tiempo, ustedes me verán." 17 Entonces, algunos de sus discípulos se dijeron uno al otro: "¿Qué es esto que Él nos dice: 'En un poco más de tiempo ustedes no me verán más, y después de otro poco más de tiempo, ustedes me verán,' y 'Porque Yo voy al Padre'?" 18 Ellos se decían: "¿Qué es esto que Él dice: 'Un poco más de tiempo'? No sabemos de qué Él está hablando." 19 Jesús vio que ellos querían preguntarle, y Él les dijo: "¿Es esto lo que se preguntan entre ustedes sobre lo que Yo que dije: 'En un poco más de tiempo, ustedes no me verán más y después de un poco más de tiempo, me verán'? 20 De verdad, de verdad les digo, ustedes llorarán y lamentarán, pero el mundo se regocijará; ustedes estarán llenos de tristeza, pero su pena se convertirá en gozo. 21 Cuando una mujer da a luz, ella tiene tristeza porque su hora ha llegado, pero cuando ha dado a luz al niño, ella ya no recuerda su dolor debido a su alegría de que un hombre ha nacido en el mundo. 22 Así que ustedes tienen tristeza ahora, pero Yo los veré de nuevo, y su corazón se regocijará, y nadie podrá quitar de ustedes su alegría. 23 En ese día ustedes no me pedirán nada. De verdad, de verdad les digo, si ustedes piden cualquier cosa del Padre en mi nombre, Él se las dará. 24 Hasta ahora ustedes no han pedido nada en Mi nombre. Pidan, y recibirán, para que su gozo sea cumplido. 25 Yo les he hablado estas cosas en lenguaje figurado, pero la hora está llegando cuando ya no les hablaré más en lenguaje figurado, pero en cambio les diré claramente acerca del Padre. 26 En ese día ustedes pedirán en Mi nombre y Yo no les digo que oraré al Padre por ustedes, 27 pues el Padre mismo los ama porque ustedes me han amado y porque han creído que Yo vine del Padre. 28 Yo vine del Padre, y he venido al mundo. De nuevo, Yo estoy dejando el mundo y voy al Padre." 29 Sus discípulos dijeron: "Ves, ahora estás hablando claro; no estás hablando en lenguaje figurado. 30 Ahora sabemos que Tú sabes todas las cosas, y que no tienes necesidad de que nadie te haga preguntas. Por esto, creemos que has venido de Dios. 31 Jesús les contestó: "¿Ahora creen?" 32 Miren, se acerca la hora, sí, y sin duda, ha llegado, cuando ustedes serán dispersados, cada uno a sus propias casas, y me dejarán solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. 33 Les he hablado estas cosas a ustedes para que en Mí puedan tener paz. En el mundo ustedes tienen problemas, pero tengan valor: Yo he vencido al mundo."

Capítulo 17

1 Después que Jesús dijo estas cosas, Él levantó sus ojos a los cielos y dijo: "Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo para que el Hijo te glorifique, 2 así como Tú le diste autoridad sobre toda carne para que Él pueda dar vida eterna a todos aquellos que le has dado. 3 Esta es la vida eterna: que ellos te conozcan, el único Dios verdadero, y a quien Tú has enviado, Jesucristo. 4 Yo te glorifiqué en la tierra. He terminado la obra que Tú me has dado para hacer. 5 Ahora, Padre, glorifícame junto contigo mismo con la gloria que Yo tuve contigo antes que el mundo fuera creado. 6 Yo revele Tu nombre a las personas a quien Tú me diste del mundo. Ellos eran tuyos; y Tú me los diste a Mí, y ellos han guardado Tu palabra. 7 Ahora ellos saben que todo lo que me has dado viene de ti, 8 porque Yo les he dado a ellos todas las palabras que me has dado. Ellos las recibieron y verdaderamente supieron que Yo vine de ti, y ellos creyeron que Tú me enviaste. 9 Yo oro por ellos. No oro por el mundo sino por aquellos que Tú me has dado, porque ellos son Tuyos. 10 Todas las cosas que son Mías son Tuyas, y las tuyas son Mías, y Yo soy glorificado en ellas. 11 Yo no estoy más el mundo, pero estas personas están en el mundo, y yo estoy yendo a Ti. Padre Santo, guárdalos en Tu nombre que me has dado para que ellos sean uno, así como Nosotros somos uno. 12 Mientras estaba con ellos, Yo los guardé en Tu nombre que Tú me has dado. Yo los protegí, y ninguno de ellos ha sido destruido, excepto el hijo de destrucción, para que las escrituras pudieran ser cumplidas. 13 Ahora estoy yendo a ti; pero Yo estoy diciendo estas cosas en el mundo para que ellos puedan tener mi gozo completado en ellos mismos. 14 Yo les he dado a ellos Tu palabra; el mundo los ha odiado porque ellos no son del mundo, así como Yo no soy del mundo. 15 Yo no pido que los quites del mundo, sino que los guardes del maligno. 16 Ellos no son del mundo, así como Yo no soy del mundo. 17 Sepáralos a ellos por medio de la verdad. Tu palabra es verdad. 18 Así como Tú me enviaste al mundo, así Yo los he enviado al mundo. 19 Por su causa Yo me he separado para que ellos mismos puedan también ser separados en verdad. 20 No oro solamente por éstos, pero también por aquellos que creerán en Mí a través de su palabra 21 para que ellos puedan ser todos uno, así como Tú, Padre, estás en Mí, y Yo estoy en Ti. Yo oro que ellos puedan también estar en nosotros para que el mundo crea que Tú me has enviado. 22 La gloria que me has dado, Yo se las he dado a ellos, para que ellos puedan ser uno, así como nosotros somos uno; 23 Yo en ellos, y Tú en Mí. Para que ellos puedan ser completos en uno; para que el mundo conozca que Tú me enviaste, y los amaste, así como Tú me amaste. 24 Padre, Yo quiero que aquellos que Tú me has dado a Mí también estén conmigo donde Yo estoy para que ellos vean Mi gloria, la cual Tú me has dado. Porque Tú me has amado antes de la creación del mundo. 25 Padre Justo, el mundo no te conoció, pero Yo te conozco; y éstos conocen que Tú me enviaste. 26 Yo he dado a conocer Tu nombre a ellos, y Yo lo daré a conocer para que el amor con que Tú me has amado esté en ellos, y Yo esté en ellos."

Capítulo 18

1 Después que Jesús dijo estas palabras, Él salió con sus discípulos al otro lado del valle de Cedrón, donde había un huerto al cual Él y sus discípulos entraron. 2 Ahora Judas, quien iba a traicionarlo, también conocía el lugar, ya que Jesús a menudo iba allí con sus discípulos. 3 Entonces Judas, habiendo recibido un grupo de soldados de los sacerdotes principales y de los fariseos, y oficiales, llegaron allí con linternas, antorchas y armas. 4 Entonces Jesús, que sabía todas las cosas que estaban sucediendo, fue adelante y les preguntó: "¿A quién están buscando?" 5 Ellos le contestaron: "Jesús de Nazaret." Jesús les dijo: "Yo Soy." Judas, quien lo traicionó, estaba también parado con los soldados. 6 Así que cuando Él les dijo: "Yo Soy," ellos retrocedieron y cayeron a la tierra. 7 Entonces Él volvió a preguntarles: "¿A quién están buscando?" Ellos volvieron a responder, "Jesús de Nazaret." 8 Jesús contestó: "Yo les dije que Yo Soy. Así que, si me están buscando a Mí, dejen ir a éstos." 9 Esto fue para que se cumpliera la palabra que Él dijo: "DE AQUELLOS QUE ME DISTE, NO PERDÍ NINGUNO." 10 Entonces Simón Pedro, quien tenía una espada, la sacó y golpeó al sirviente del sumo sacerdote y cortó su oreja derecha. El nombre del sirviente era Malco. 11 Jesús le dijo a Pedro: "Pon la espada de vuelta en su funda. ¿Acaso no he de beber la copa que el Padre me ha dado?" 12 Así que el grupo de soldados y el capitán, y los oficiales de los judíos, agarraron a Jesús y lo ataron. 13 Ellos lo llevaron primero a Anás, quien era el suegro de Caifás, quien era el sumo sacerdote ese año. 14 Ahora Caifás era quien había dado el consejo a los judíos que era mejor que un hombre muriera por el pueblo. 15 Simón Pedro siguió a Jesús, al igual que otro discípulo. Ahora ese discípulo era conocido del sumo sacerdote, y él entró con Jesús a la corte del sumo sacerdote; 16 pero Pedro estaba parado a la puerta afuera. Así que el otro discípulo, quien era conocido por el sumo sacerdote, salió y habló a la portera y él entró a Pedro. 17 Entonces la sierva, la portera, dijo a Pedro: "¿No eres tú también uno de los discípulos de este hombre?" Él dijo: "No lo soy." 18 Ahora los siervos y los guardias estaban parados allí; y ellos habían hecho un fuego, porque estaba frío, y ellos se estaban calentando. Pedro también estaba con ellos, parado y calentándose. 19 El sumo sacerdote entonces preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y sus enseñanzas. 20 Jesús le contestó: " Yo he hablado abiertamente al mundo. Yo siempre he enseñado en sinagogas y en el templo donde todos los judíos se reúnen. No he dicho nada en secreto. 21 ¿Por qué me preguntas? Pregúntales a aquellos que me han escuchado sobre lo que dije. Mire, esas personas saben las cosas que dije." 22 Cuando Jesús había dicho esto, uno de los oficiales parado allí golpeó a Jesús y dijo: "¿Es así como contestas al sumo sacerdote?" 23 Jesús le contestó: "Si Yo hable incorrectamente, da testimonio de lo incorrecto, pero si hable correctamente, ¿por qué me golpeas?" 24 Anás entonces envió a Jesús atado a Caifás, el sumo sacerdote. 25 Ahora Simón Pedro estaba parado y calentándose. Las personas entonces le dijeron: "¿No eres tú también uno de sus discípulos?" Él lo negó y dijo: "Yo no lo soy." 26 Uno de los sirvientes del sumo sacerdote, quien era un pariente del hombre al que Pedro le había cortado la oreja, dijo: "¿No te vi yo en el huerto con Él?" 27 Pedro entonces lo volvió a negar e inmediatamente el gallo cantó. 28 Entonces ellos llevaron a Jesús desde Caifás al cuartel del gobierno. Era temprano en la mañana, y ellos mismos no entraron al palacio del gobernador para que ellos no se contaminaran y pudieran comer la Pascua. 29 Entonces Pilato salió hasta donde ellos y dijo: "¿Qué acusación están trayendo ustedes contra este hombre?" 30 Ellos le respondieron y le dijeron: "Si este hombre no fuera malhechor, nosotros no te lo habríamos entregado." 31 Pilato entonces les dijo: "Llévenlo ustedes, y júzguenlo de acuerdo con su ley." Los judíos le dijeron: "No nos es permitido dar muerte a ningún hombre." 32 Ellos dijeron esto para que la palabra de Jesús fuera cumplida, la palabra que Él había dicho que indicaba la clase de muerte que iba a morir. 33 Entonces Pilato entró al cuartel del gobierno de nuevo y llamó a Jesús y le dijo a Él: "¿Eres Tú el Rey de los Judíos?" 34 Jesús le contestó: "¿Hablas por ti mismo, u otros te hablaron acerca de Mí?" 35 Pilato respondió: "No soy un judío, ¿o sí? Tu propia nación y el jefe de los sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?" 36 Jesús contestó: "Mi reino no es de este mundo. Si Mi reino fuera parte de este mundo, entonces mis siervos pelearían para que Yo no fuera entregado a los judíos. Pero ahora Mi reino no viene de aquí." 37 Pilato entonces le dijo a Él: "¿Entonces, eres Tú un rey? Jesús contestó: "Tú dices que Yo soy rey. Para este propósito he nacido Yo, y por este propósito he venido a este mundo para poder dar testimonio de la verdad. Todo aquel que pertenece a la verdad escucha Mi voz." 38 Pilato le dijo a Él: "¿Qué es la verdad?" Cuando dijo esto, él salió otra vez a los judíos y les dijo: "No encuentro ningún delito en este hombre. 39 Ustedes tienen la costumbre de que les suelte a un hombre en la Pascua. Así que, ¿quieren que les suelte a ustedes al Rey de los judíos?" 40 Entonces ellos gritaron y dijeron: "No a este hombre, sino a Barrabás." Barrabás era un ladrón.

Capítulo 19

1 Entonces Pilato tomó a Jesús y lo azotó. 2 Los soldados tejieron una corona de espinas. Ellos la colocaron en la cabeza de Jesús y lo vistieron con una vestidura púrpura. 3 Vinieron a Él y dijeron: "¡Salve, Rey de los judíos!" y ellos le abofetearon. 4 Entonces Pilato salió otra vez y dijo a la gente: "Vean, yo lo estoy trayendo afuera a ustedes para que ustedes puedan saber que yo no encuentro ninguna culpa en Él". 5 Salió Jesús, llevando puesta la corona de espinas y la vestidura púrpura. Entonces Pilato dijo a ellos: "¡Vean, al Hombre!" 6 Por lo tanto, cuando los principales sacerdotes y los oficiales vieron a Jesús, ellos exclamaron y dijeron: "¡Crucifíquenlo, crucifíquenlo!" Pilato les dijo a ellos: "Tómenlo ustedes mismos y crucifíquenlo, porque yo no encuentro culpa en Él." 7 Los judíos le contestaron: "Nosotros tenemos una ley, y de acuerdo con esa ley, Él tiene que morir porque Él se proclamó a sí mismo el Hijo de Dios." 8 Cuando Pilato escuchó esa declaración, él tuvo aún más temor, 9 y entró en el cuartel del gobierno otra vez y dijo a Jesús: "¿De dónde vienes?" Sin embargo, Jesús no le respondió. 10 Pilato entonces le dijo a Él: "¿Tú no me hablas a mí? ¿Acaso no sabes Tú, que tengo el poder para dejarte libre, y poder para crucificarte?" 11 Jesús le contestó: "Tú no tienes ningún poder sobre Mí excepto el que te ha sido dado de lo alto. Así que, aquel que me entregó a ti tiene el mayor pecado." 12 Ante esta respuesta, Pilato trató de dejarle libre, pero los judíos levantaron su voz diciendo: "Si tú sueltas a este hombre, tú no eres amigo del César, cualquiera que se hace a sí mismo rey habla en contra del César." 13 Cuando Pilato escuchó estas palabras, él trajo a Jesús afuera y se sentó en la silla del tribunal en un lugar llamado "El Empedrado", pero en hebreo, "Gábata". 14 Ahora era el día de la preparación de la Pascua, como la hora sexta. Pilato les dijo a los judíos: "¡Miren, aquí está su Rey!" 15 Ellos gritaron: "¡Fuera con Él! ¡Fuera con Él! ¡Crucifícalo a Él!" Pilato les dijo a ellos: "¿Acaso voy a crucificar a su Rey?" El jefe de los sacerdotes contestó: "Nosotros no tenemos ningún rey sino a César." 16 Entonces Pilato le entregó a Jesús a ellos para que lo crucificaran. 17 Tomaron consigo a Jesús, cargando el mismo la cruz, al lugar llamado "El Lugar de la Calavera", que en hebreo se llama "Gólgota". 18 Ellos crucificaron a Jesús ahí, y con Él otros dos hombres, uno a cada lado, con Jesús en el medio. 19 Pilato además escribió un letrero y lo colocó en la cruz. Ahí estaba escrito: "JESÚS DE NAZARET, EL REY DE LOS JUDÍOS". 20 Muchos de los judíos leyeron el letrero porque el lugar donde crucificaron a Jesús era cerca de la ciudad. El letrero fue escrito en hebreo, en latín y en griego. 21 Luego el jefe de los sacerdotes de los judíos le dijo a Pilato: "No escribas 'Rey de los judíos', mejor que diga: 'Él dijo: 'Yo Soy Rey de los Judíos'" 22 Pilato contestó: "Lo que he escrito, he escrito." 23 Después que los soldados crucificaron a Jesús, ellos agarraron sus vestiduras y las hicieron cuatro partes; una parte para cada soldado, y la túnica. Ahora la túnica estaba sin costuras, tejida en una sola pieza. 24 Luego se dijeron unos a otros: "No la desgarremos, mejor echemos suertes para ver de quien será." Esto pasó para que se cumpliera la Escritura que dice: "REPARTIERON ENTRE SI MIS VESTIDOS, Y SOBRE MI ROPA ECHARON SUERTES." 25 Los soldados hicieron estas cosas. La madre de Jesús, la hermana de su madre, María la esposa de Cleofas, y María Magdalena estaban paradas junto a la cruz de Jesús. 26 Cuando Jesús vio a su madre y al discípulo que Él amaba parados cerca, Él le dijo a su madre: "¡Mujer, mira, tu hijo!" 27 Entonces Él le dijo al discípulo: "¡Mira, tu madre!" Desde esa hora el discípulo se la llevó a su propia casa. 28 Después de esto Jesús, porque Él sabía que todas las cosas estaban ahora completadas, a fin de completar las Escrituras, dijo: "Yo tengo sed." 29 Un recipiente lleno de vino amargo había sido colocado allí, así que ellos colocaron una esponja llena de vino amargo en un hisopo y fue llevado hasta su boca. 30 Cuando Jesús probó el vino amargo, Él dijo: "Todo está cumplido". Él inclinó su cabeza y entregó su espíritu. 31 Entonces los judíos, porque era el día de la preparación, y para que así los cuerpos no permanecieran en la cruz durante el Sábado (Porque el Sábado era un día especialmente importante), le pidieron a Pilato quebrar sus piernas y que los removieran. 32 Entonces los soldados vinieron y quebraron las piernas del primer hombre y del segundo hombre que fue crucificado junto a Jesús. 33 Cuando fueron a donde Jesús, ellos vieron que ya estaba muerto, así que no quebraron sus piernas. 34 Sin embargo, uno de los soldados atravesó su costado con una lanza, e inmediatamente salió sangre y agua. 35 Aquel que lo vio dió testimonio, y su testimonio es verdad. Él sabe que lo que él dijo es cierto para que también ustedes crean. 36 Pues estas cosas sucedieron para que se cumpliera la escritura: "NI UNO SOLO DE SUS HUESOS SERÁ QUEBRADO." 37 Otra vez, la escritura dice: "ELLOS LO VERÁN A ÉL, A QUIEN ATRAVESARON." 38 Luego de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, (pero en secreto porque temía a los judíos), le preguntó a Pilato si podía llevarse el cuerpo de Jesús. Pilato le dio permiso. Así que José fue y tomó el cuerpo y se lo llevó. 39 Nicodemo también vino, él que primero fue a Jesús de noche. Él trajo una mezcla de mirra y sábila, alrededor de cien litros de peso. 40 Así que ellos se llevaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en tela de lino con las especias, como era costumbre de los judíos para sepultar muertos. 41 Ahora en el lugar donde Él fue crucificado había ahí un jardín; y en el jardín había un sepulcro nuevo en el que no se había sepultado a nadie aún. 42 Porque era el día de la preparación para los judíos y porque el sepulcro estaba cerca, ellos acostaron a Jesús dentro de él.

Capítulo 20

1 Ahora temprano en el primer día de la semana, mientras todavía estaba oscuro, María Magdalena vino a la tumba y ella vio la piedra rodada de la tumba. 2 Así que corrió y vino a donde Simón Pedro y al otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: " Ellos se han llevado el cuerpo del Señor de la tumba, y no sabemos en dónde lo han puesto." 3 Entonces Pedro y el otro discípulo salieron, y fueron a la tumba. 4 Los dos corrieron juntos, el otro discípulo corrió más rápido que Pedro y llegó primero a la tumba. 5 E inclinándose, él miró las telas de lino puestas allí, pero no entró. 6 Simón Pedro entonces llegó después de él y entró en la tumba. Él vio las telas de lino puestas allí 7 y la tela que había estado en su cabeza. No estaba junto a las telas de lino sino doblada y puesta aparte sola. 8 Entonces el otro discípulo entró también, el que llegó primero a la tumba; él vio y creyó. 9 Porque hasta ese momento ellos no conocían la escritura, que Él se levantaría de entre los muertos. 10 Así que los discípulos regresaron a sus hogares otra vez. 11 Pero María estaba parada afuera de la tumba llorando. Mientras lloraba, ella se inclinó dentro de la tumba. 12 Ella vio dos ángeles de blanco sentados, uno en la cabeza, y uno a los pies donde el cuerpo de Jesús había estado. 13 Ellos le dijeron a ella: "Mujer, ¿por qué estás llorando?" Ella les dijo: "Porque ellos se han llevado a mi Señor, y yo no sé dónde lo han puesto." 14 Cuando ella dijo esto, ella se volteó y vio a Jesús parado allí, pero ella no sabía que era Jesús. 15 Jesús le dijo a ella: "Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién estás buscando?" Ella pensó que Él era el jardinero, por eso le contestó a él: "Señor, si tú te lo has llevado, dime donde lo has puesto, y yo me lo llevaré." 16 Jesús le dijo a ella: "María." Ella se volteó, y le dijo en arameo: "Raboní," (que significa, "Maestro.") 17 Jesús le dijo: "No me toques, porque aún no he ascendido al Padre; pero ve a mis hermanos y dile a ellos que Yo voy a ascender a mi Padre y su Padre, y mi Dios y su Dios." 18 María Magdalena fue y le dijo a los discípulos: "Yo he visto al Señor", y que Él le había dicho estas cosas a ella. 19 Cuando era la tarde, de ese día, el primer día de la semana, y las puertas donde estaban los discípulos, estaban cerradas por miedo a los judíos, Jesús llegó y se paró en medio de ellos y les dijo: "Paz sea con ustedes." 20 Cuando hubo dicho esto, Él les enseñó sus manos y su costado. Entonces cuando los discípulos vieron al Señor, ellos se alegraron. 21 Jesús entonces les dijo a ellos de nuevo: "Que la paz sea con ustedes. Como el Padre me ha enviado a Mí, así también Yo los estoy enviando a ustedes." 22 Cuando Jesús hubo dicho esto, Él sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo. 23 A quienes ustedes les perdonen sus pecados, sus pecados les serán perdonados; a quienes ustedes retengan sus pecados, ellos le serán retenidos." 24 Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 25 Los otros discípulos más tarde le dijeron a él: "Nosotros hemos visto al Señor." Él les dijo a ellos: "A menos que yo vea en sus manos la marca de los clavos, y ponga mi dedo en la marca de los clavos, y ponga mi mano dentro de Su costado, yo no creeré." 26 Después de ocho días sus discípulos estaban adentro de nuevo, y Tomás estaba con ellos. Jesús vino mientras las puertas estaban cerradas, y se paró entre ellos, y dijo: "Que la paz esté con ustedes." 27 Entonces Él le dijo a Tomás: "Acerca aquí tus dedos, y mira mis manos, alcanza aquí con tu mano, y ponla dentro mi costado, no seas incrédulo, más cree." 28 Tomás respondió y le dijo: "Mi Señor y mi Dios". 29 Jesús le dijo: "Porque tú me has visto a Mí, tú has creído. Bendecidos son aquellos que no han visto, sin embargo, creyeron." 30 Ahora Jesús hizo muchas otras señales en presencia de los discípulos, señales que no han sido escritas en este libro, 31 pero éstas han sido escritas para que ustedes puedan creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y creyendo así, tengan vida en Su nombre.

Capítulo 21

1 Después de estas cosas Jesús se presentó otra vez a los discípulos en el Mar de Tiberias. Así es como Él se presentó a sí mismo: 2 Simón Pedro estaba junto con Tomás llamado el Dídimo, Natanael de Caná en Galilea, los hijos de Zebedeo, y dos otros discípulos de Jesús. 3 Simón Pedro les dijo: "Yo voy a pescar." Ellos le dijeron: "Nosotros, también, iremos contigo." Ellos fueron y entraron en la barca, pero ellos no pescaron nada durante toda esa noche. 4 Ahora, cuando ya era temprano en la mañana, Jesús se paró en la playa, pero los discípulos no sabían que era Jesús. 5 Jesús entonces dijo a ellos: "Hombres jóvenes, ¿tienen algo de comer?" Ellos contestaron a Él: "No." 6 Él les dijo: "Tiren su red en el lado derecho de la barca, y ustedes encontrarán algunos." Así que ellos tiraron su red, pero ellos no pudieron sacarla por la gran cantidad de pescado. 7 Entonces el discípulo a quien Jesús amaba le dijo a Pedro: "Él es el Señor." Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, él ató su vestidura exterior (porque él estaba desvestido), y se tiró dentro del mar. 8 Los otros discípulos vinieron al bote (ellos no estaban lejos de la tierra, como a noventa metros de distancia), y ellos estaban halando la red llena de peces. 9 Cuando ellos salieron a la tierra, ellos vieron un fuego de carbón ahí y pescado sobre él, con pan. 10 Jesús les dijo a ellos: "Traigan algunos de los pescados que acaban de pescar." 11 Simón Pedro entonces subió y movió la red a la tierra, llena de grandes peces; 153 de ellos. Pero a pesar de que había muchos, la red no se rompió. 12 Jesús les dijo a ellos: "Vengan y desayunen." Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle a Él: "¿Quién eres Tú?" Ellos sabían que era el Señor. 13 Jesús vino, tomó el pan, y se los dió a ellos, y el pescado también. 14 Esta fue la tercera vez que Jesús se presentó a sí mismo a los discípulos después que Él había resucitado de entre los muertos. 15 Después que ellos habían desayunado, Jesús dijo a Simón Pedro: "¿Simón, hijo de Juan, tú me amas más que estos?" Pedro le dijo a Él: "Sí, Señor; Tú sabes que Yo te amo." Jesús le dijo a él: "Alimenta mis corderos." 16 Él le dijo a él otra vez por segunda ocasión: "Simón, hijo de Juan, ¿tú me amas?" Pedro le dijo a Él: "Sí, Señor; Tú sabes que Yo te amo." Jesús le dijo a él: "Cuida mis ovejas." 17 Él le dice por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿tú me amas a Mí? Pedro estaba triste porque Jesús le había dicho a él la tercera vez: "¿Tú me amas? Él dijo a él: "Señor, 'Tú sabes todas las cosas, Tú sabes que Yo te amo." Jesús le dijo a él: "Alimenta Mis ovejas. 18 En verdad, en verdad, Yo te digo a ti, cuando tú eras joven, tú acostumbrabas a vestirte y caminar a donde tú querías, pero cuando tú te pongas viejo, tú extenderás tus manos, y otra persona te pondrá ropa y te llevará a donde tú no quieres ir." 19 Ahora Jesús dijo esto para indicar con qué clase de muerte Pedro glorificaría a Dios. Habiendo dicho esto, le dijo a Pedro: "Sígueme." 20 Pedro dio la vuelta y vio al discípulo a quien Jesús amaba siguiéndole a ellos; el cual se había inclinado en el pecho de Jesús en la cena y dijo: "Señor, ¿quién es el que te traicionara a Ti? 21 Pedro le vio y entonces le dijo a Jesús: "Señor, ¿qué va a hacer este hombre?" 22 Jesús le dijo: "Si Yo deseo que él se quede hasta que Yo regrese, ¿qué es eso para ti? Sígueme." 23 Por lo tanto esta declaración se extendió entre los hermanos, que ese discípulo no moriría. Sin embargo, Jesús no le dijo a Pedro que el otro discípulo no moriría, sino: "Si Yo deseo que él se quede hasta que yo venga, ¿qué es eso para ti?" 24 Este es el discípulo quien es testigo sobre estas cosas, y quien escribió estas cosas, y nosotros sabemos que el testimonio es cierto. 25 Hay también muchas otras cosas que Jesús hizo. Si cada una hubiera sido escrita, yo supongo que el mismo mundo no podría contener los libros que se escribirían.

Hechos
Hechos
1

1 El libro anterior que escribí, Teófilo, contaba todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar, 2 hasta el día en que fue recibido arriba. Esto fue después de que Él había dado un mandato por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que Él había escogido. 3 Después de Su sufrimiento, Él se presentó vivo a ellos con muchas pruebas convincentes. Por cuarenta días Él se apareció a ellos, y habló acerca del reino de Dios. 4 Cuando Él estaba reunido con ellos, Él les ordenó que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran por la promesa del Padre, acerca de la cual, Él dijo: "Ustedes escucharon de Mí, 5 que Juan en efecto bautizaba con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo en unos pocos días." 6 Cuando ellos estaban reunidos en asamblea Le preguntaron: "¿Señor, éste es el tiempo en que tú restaurarás el reino a Israel?" 7 Él les dijo: "No es para ustedes saber los tiempos ni las estaciones las cuales el Padre ha determinado por su propia autoridad. 8 Pero ustedes recibirán poder, cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, y serán Mis testigos en Jerusalén y en toda Judea y Samaria y hasta los fines de la tierra." 9 Cuando el Señor Jesús había dicho estas cosas, mientras ellos estaban mirando arriba, Él fue levantado y una nube Lo escondió de sus ojos. 10 Mientras ellos miraban intensamente al cielo cuando Él se iba, de repente, dos hombres se pararon junto a ellos con vestiduras blancas. 11 Ellos dijeron: "Ustedes, hombres de Galilea, ¿por qué están aquí parados mirando al cielo? Este Jesús quien ascendió al cielo regresará de la misma manera como lo vieron yendo al cielo." 12 Entonces ellos regresaron a Jerusalén desde el Monte de los Olivos, el cual está cerca de Jerusalén, una jornada de día Sábado. 13 Cuando ellos llegaron, subieron al aposento alto, donde se estaban quedando. Ellos eran Pedro, Juan, Jacobo, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hijo de Jacobo. 14 Todos ellos estaban unidos como uno, mientras ellos diligentemente continuaban en oración. Incluidas estaban las mujeres, María la madre de Jesús y sus hermanos. 15 En aquellos días Pedro se paró en medio de los hermanos, cerca de 120 personas y dijo: 16 "Hermanos, fue necesario que se cumpliera la Escritura, la cual el Espíritu Santo habló de antemano por boca de David acerca de Judas, quien guió a los que arrestaron a Jesús. 17 Pues él fue uno de nosotros y recibió su parte de los beneficios de este ministerio." 18 (Ahora este hombre compró un terreno con las ganancias que él recibió de su maldad, y de allí él cayó de cabeza y su cuerpo se reventó y todas sus entrañas se regaron. 19 Todos aquellos que vivían en Jerusalén oyeron acerca de esto, así que ellos llamaron aquel campo en su lengua "Acéldama," eso es, "Campo de Sangre.") 20 "Porque está escrito en el libro de Salmos: 'QUE SU TERRENO SEA DESOLADO, Y NO PERMITAN QUE NI SIQUIERA UNA PERSONA VIVA ALLÍ.' 'QUE ALGUIEN MÁS OCUPE SU POSICIÓN DE LIDERAZGO.' 21 Es necesario, por lo tanto, que uno de los hombres que nos acompañaron todo el tiempo en que el Señor Jesús entraba y salía de entre nosotros, 22 comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que Él fue llevado de nosotros hacia arriba, tiene que ser un testigo con nosotros de Su resurrección." 23 Ellos pusieron adelante a dos hombres, José, llamado Barsabás, quien también era llamado Justo y a Matías. 24 Ellos oraron y dijeron: "Tú, Señor, conoces los corazones de toda la gente, así que revélanos cuál de estos dos es a quien Tú has escogido 25 para tomar lugar en este ministerio y apostolado del cual Judas transgredió para ir a su propio lugar." 26 Ellos echaron suertes sobre ellos; y la suerte cayó sobre Matías y él fue contado con los once apóstoles.

2

1 Cuando vino el día del Pentecóstes, ellos estaban todos juntos en el mismo lugar. 2 De repente vino del cielo un sonido como una ráfaga violenta de viento, y llenó toda la casa donde ellos estaban sentados. 3 Les aparecieron a ellos lenguas como de fuego que fueron distribuídas y se posaron sobre cada uno de ellos. 4 Ellos fueron llenos con el Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros lenguas, como el Espíritu les daba para hablar. 5 Ahora había Judíos que vivían en Jerusalén, hombres piadosos, de toda nación debajo del cielo. 6 Cuando este sonido fue escuchado, la multitud se reunió y estaba confundida porque cada uno los escuchaba hablar en su propia lengua. 7 Ellos estaban sorprendidos y maravillados; y dijeron: "¿No son realmente Galileos todos los que están hablando? 8 ¿Por qué es que los estamos escuchando, a cada uno en nuestra lengua en la cual nacimos? 9 Partos, Medos y Elamitas, y ésos que viven en Mesopotamia, Judea y Capadocia, del Ponto y de Asia, 10 de Frigia, de Panfilia, de Egipto y de regiones de Libia alrededor de Cirene, y visitantes de Roma, 11 Judíos y prosélitos, Cretenses y Árabes, nosotros los escuchamos decir en nuestras lenguas acerca de las poderosas obras de Dios". 12 Ellos estaban sorprendidos y perplejos; y se dijeron unos a otros: "¿Qué significa esto?" 13 Pero otros se burlaron y dijeron: "Ellos están llenos de vino nuevo". 14 Pero Pedro se paró con los once, alzó su voz, y les dijo: "Hombres de Judea y todos ustedes que viven en Jerusalén, sepan ustedes esto; prestén atención a mis palabras. 15 Pues esta gente no está borracha como ustedes asumen, porque es sólo la tercera hora del día. 16 Pero es lo que fue dicho a través del profeta Joel: 17 'SERÁ EN LOS ÚLTIMOS DÍAS', DICE DIOS, 'YO DERRAMARÉ MI ESPÍRITU SOBRE TODA PERSONA. SUS HIJOS Y SUS HIJAS PROFETIZARÁN, SUS JOVENES VERÁN VISIONES Y SUS VIEJOS SOÑARÁN SUEÑOS. 18 TAMBIÉN EN MIS SIERVOS Y EN MIS SIERVAS EN ESOS DÍAS YO DERRAMARÉ MI ESPÍRITU, Y ELLOS PROFETIZARÁN. 19 YO LES MOSTRARÉ MARAVILLAS ARRIBA EN EL CIELO Y SEÑALES ABAJO EN LA TIERRA, SANGRE, FUEGO, Y VAPOR DE HUMO. 20 EL SOL SE VOLVERÁ OSCURIDAD Y LA LUNA EN SANGRE, ANTES DEL GRAN Y NOTABLE DÍA DE LA VENIDA DEL SEÑOR. 21 Y SUCEDERÁ QUE TODO EL QUE INVOQUE EL NOMBRE DEL SEÑOR SERÁ SALVO.' 22 Hombres de Israel, escuchen estas palabras: Jesús de Nazaret, un hombre aprobado por Dios para ustedes por las poderosas obras y maravillas y señales las cuales Dios hizo a través de Él en medio de ustedes, así como ustedes mismos saben, 23 debido al plan determinado y al previo conocimiento de Dios, Él fue entregado, y ustedes, por la mano de hombres sin leyes, Lo crucificaron y asesinaron; 24 a quien Dios levantó, habiendolo liberado de los dolores de muerte, porque no era posible que Él estuviese retenido por ellos. 25 Pues David dice acerca de Él: 'YO VI AL SEÑOR SIEMPRE ANTE MI ROSTRO, PORQUE ÉL SIEMPRE ESTÁ A MI MANO DERECHA PARA QUE YO NO SEA MOVIDO. 26 POR LO TANTO, MI CORAZÓN ESTABA CONTENTO Y MI LENGUA REGOCIJADA. TAMBIÉN, MI CARNE VIVIRÁ EN CONFIANZA. 27 PORQUE TÚ NO ABANDONARÁS MI ALMA EN EL HADES, TAMPOCO PERMITIRÁS QUE TU SANTO VEA CORRUPCIÓN. 28 TÚ ME REVELASTE A MÍ LOS CAMINOS DE LA VIDA; TÚ ME LLENARÁS DE CONTENTURA CON TU ROSTRO'. 29 Hermanos, yo les puedo hablar confiadamente acerca del patriarca David: él murió y fue enterrado, y su tumba está con nosotros hasta el día de hoy. 30 Por lo tanto, él era un profeta y sabía que Dios había jurado con una promesa a él, que Él establecería uno del fruto de su cuerpo sobre su trono. 31 Él vio esto de antemano y habló de la resurrección del Cristo: 'ÉL NO FUE NI ABANDONADO AL HADES, NI TAMPOCO SU CARNE VIO CORRUPCIÓN.' 32 Este Jesús, Dios lo levantó, de lo cual todos nosotros somos testigos. 33 Por lo tanto, habiendo sido levantado a la mano derecha de Dios y habiendo recibido la promesa del Espíritu Santo del Padre, Él ha derramado esto, que ustedes ven y escuchan. 34 Porque David no ascendió al cielo, pero él dice: 'EL SEÑOR DIJO A MI SEÑOR: ''SIÉNTATE A MI MANO DERECHA, 35 HASTA QUE YO HAGA A TUS ENEMIGOS EL BANQUILLO PARA TUS PIES'''. 36 Por lo tanto, dejen que toda la casa de Israel ciertamente conozca que Dios Lo ha hecho ambos, Señor y Cristo, a este Jesús a quien ustedes crucificaron". 37 Ahora cuando ellos oyeron esto, fueron traspasados en sus corazones y dijeron a Pedro y al resto de los apóstoles: "Hermanos, ¿qué debemos hacer?". 38 Y Pedro les dijo a ellos: "Arrepiéntanse y sean bautizados cada uno de ustedes, en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados, y ustedes recibirán el don del Espíritu Santo. 39 Para ustedes es la promesa y para sus hijos y a todos los que están lejos, a tantas personas como el Señor nuestro Dios llame". 40 Con muchas otras palabras él testificó y los exhortó diciendo: "Sálvense de esta generación malvada". 41 Entonces ellos recibieron su palabra y fueron bautizados, y fueron añadidas en ese día cerca de tres mil almas. 42 Ellos continuaron en las enseñanzas de los apóstoles, en el compañerismo, en el partimiento del pan y en las oraciones. 43 Temor vino sobre toda alma, y muchas maravillas y señales fueron hechas por medio de los apóstoles. 44 Todos los que creyeron estaban juntos y tenían todas las cosas en común, 45 y ellos vendieron sus propiedades y posesiones y las distribuyeron a todos, de acuerdo a las necesidades que cualquiera tuviera. 46 Así que día tras día ellos continuaban con un solo próposito en el templo, y partían el pan en los hogares y compartían la comida con gozo y humildad de corazón; 47 ellos alababan a Dios y tenían el favor de todas las personas. El Señor añadía día a día los que estaban siendo salvos.

3

1 Ahora Pedro y Juan subían al templo a la hora de la oración, la hora novena. 2 Cierto hombre, cojo desde su nacimiento, era llevado cada día y lo ponían a la puerta del templo, llamada la Hermosa, para que él pudiera mendigar limosnas de las personas que iban al templo. 3 Cuando él vió a Pedro y a Juan a punto de entrar al templo, él les pidió limosna. 4 Pedro, junto con Juan, fijando sus ojos sobre él, dijo: "Míranos." 5 El cojo los miró, esperando recibir algo de ellos. 6 Pero Pedro le dijo: "Plata y oro no tengo, pero lo que tengo, yo te daré. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, camina." 7 Pedro lo tomó de la mano derecha, y lo levantó; e imediatamente sus pies y los huesos de sus tobillos recibieron fuerzas. 8 Saltando, el cojo se paró y empezó a caminar; y él entró con Pedro y Juan al templo, caminando, saltando y alabando a Dios. 9 Todas las personas lo vieron caminando y alabando a Dios. 10 Ellos notaron que era el hombre que había estado sentado para recibir limosnas en la puerta del templo, La Hermosa y ellos fueron llenos de asombro y admiración a causa de lo que le había ocurrido a él. 11 Mientras él estaba aguantándose de Pedro y Juan, todas las personas corrieron a ellos al pórtico que es llamado de Salomón, asombrándose mucho. 12 Cuando Pedro vio esto, le contestó a la gente: "Ustedes, hombres de Israel, ¿por qué se maravillan? ¿Por qué fijan sus ojos en nosotros, como si nosotros hubiésemos hecho que él caminara por nuestro propio poder o piedad?" 13 El Dios de Abraham, y de Isaac, y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a Su Siervo, Jesús. Él es Aquel a quien ustedes entregaron y rechazaron ante el rostro de Pilato, cuando él había decidido librarlo. 14 Ustedes rechazaron al Santo y Justo, y pidieron en su lugar a un asesino para ser liberado. 15 Ustedes mataron al Principe de la Vida, a quien Dios levantó de los muertos, y nosotros somos testigos de esto. 16 Ahora, por la fe en Su nombre, este hombre a quien ustedes ven y conocen, este mismo nombre lo ha hecho fuerte. La fe que es mediante Jesús le dio a él esta completa salud en la presencia de ustedes. 17 Ahora, hermanos, yo sé que ustedes actuaron en ignorancia, como también hicieron sus gobernantes. 18 Pero las cosas que Dios anunció de antemano por la boca de todos los profetas, que Su Cristo debía sufrir, Él ahora las ha cumplido. 19 Arrepiéntanse, por lo tanto, y cambien, para que sus pecados sean borrados, para que puedan llegar períodos de refrigerio desde la presencia del Señor; 20 y que Él pueda enviar al Cristo, que ha sido designado para ustedes, Jesús. 21 Él es Aquel que el cielo tiene que recibir hasta el tiempo de la restauración de todas las cosas, de las cuales Dios habló hace tiempo por la boca de Sus santos profetas. 22 Moisés ciertamente dijo: 'EL SEÑOR DIOS LEVANTÁRA UN PROFETA COMO YO DE ENTRE SUS HERMANOS. USTEDES ESCUCHARÁN TODO LO QUE ÉL LES HABLARÁ. 23 SUCEDERÁ QUE TODA PERSONA QUE NO ESCUCHE A ESE PROFETA SERÁ COMPLETAMENTE DESTRUIDA DE ENTRE EL PUEBLO.' 24 Sí, y todos los profetas desde Samuel y los que vinieron después de él, todos hablaron y anunciaron estos días. 25 Ustedes son los hijos de los profetas y del pacto que Dios hizo con sus ancestros, como Él dijo a Abraham: 'EN TU SIMIENTE TODAS LA FAMILIAS DE LA TIERRA SERÁN BENDECIDAS.' 26 Después que Dios resucitó a Su siervo; Él Lo envió primeramente a ustedes, a fin de bendecirlos al apartarse cada uno de ustedes de su maldad."

4

1 Mientras Pedro y Juan hablaban con la gente, los sacerdotes y el capitán del templo y los Saduceos vinieron a ellos. 2 Ellos estaban profundamente preocupados porque Pedro y Juan estaban enseñando a la gente y proclamando en Jesús, la resurección de entre los muertos. 3 Ellos los arrestaron y los pusieron en la cárcel hasta la mañana siguiente, ya que era de noche. 4 Pero mucha de la gente que había escuchado el mensaje creyeron; y el número de los hombres que creyeron era como cinco mil. 5 Sucedió al siguiente día, que sus gobernantes, ancianos y escribas se reunieron en Jerusalén. 6 Anás, el sumo sacerdote estaba allí, y Caifás, y Juan, y Alejandro, y todos los que eran parientes del sumo sacerdote. 7 Cuando ellos habían puesto a Pedro y a Juan en medio de ellos, les preguntaron: "¿Con qué poder, o en qué nombre, ustedes han hecho esto?" 8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: "Ustedes, gobernantes del pueblo y ancianos, 9 si nosotros este día estamos siendo interrogados acerca de la buena obra hecha a un hombre enfermo, ¿por qué medios fue este hombre sanado? 10 Que esto sea conocido a todos ustedes y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesúcristo de Nazaret, a quien ustedes crucificaron, y a quien Dios levantó de los muertos, es por Él, que este hombre está aquí de pie sano delante de ustedes. 11 Jesucristo es la piedra que ustedes como constructores despreciaron pero que ha sido hecha piedra angular. 12 No hay salvación en ninguna otra persona, pues no hay otro nombre bajo el cielo, que es dado entre los hombres, por el cual nosotros tenemos que ser salvos.'' 13 Ahora cuando vieron la audacia de Pedro y Juan, y se dieron cuenta de que ellos eran hombres ordinarios y sin educación, ellos se sorprendieron, percatándose de que Pedro y Juan habían estado con Jesús. 14 Pues al ver ellos al hombre que fue curado de pie junto a ellos, ellos no tenían nada que decir contra esto. 15 Pero luego de que ellos habían ordenado a los apóstoles que salieran de la reunión del concilio, ellos hablaron entre sí. 16 Ellos dijeron: "¿Qué le haremos a estos hombres? Porque el hecho de que un milagro admirable ha sido hecho por medio de ellos es conocido por todos los que viven en Jerusalén y no podemos negarlo. 17 Pero a fin de que esto no se difunda más entre la gente, vamos a advertirles que no hablen más a nadie en este Nombre". 18 Ellos llamaron a Pedro y a Juan a que entraran y les ordenaron no hablaran nada ni enseñar en el nombre de Jesús. 19 Pero Pedro y Juan respondieron y les dijeron: "Si es correcto a la vista de Dios obedecerlos a ustedes en lugar de a Él, juzguen ustedes. 20 Porque no podemos evitar hablar acerca de las cosas que nosotros hemos visto y escuchado." 21 Después de muchas advertencias a Pedro y Juan, ellos los dejaron ir. Ellos no fueron capaces de encontrar alguna excusa para castigarlos, porque todas las personas estaban alabando a Dios por lo que había sido hecho. 22 El hombre que había experimentado el milagro de sanidad tenía más de cuarenta años. 23 Después que ellos fueron liberados, Pedro y Juan vinieron a su propia gente y informaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. 24 Cuando ellos lo escucharon, alzaron juntos sus voces a Dios y dijeron: "Señor, Tú que HICISTE LOS CIELOS Y LA TIERRA Y EL MAR, Y TODO LO QUE ESTA EN ELLOS, 25 Tú que por el Espíritu Santo, por la boca de nuestro padre David Tu siervo, dijiste: '¿POR QUÉ LAS NACIONES GENTILES SE ENFURECEN, Y LOS PUEBLOS IMAGINAN COSAS VANAS? 26 LOS REYES DE LA TIERRA SE AGRUPARON, Y LOS GOBERNANTES SE REUNIERON EN CONTRA DEL SEÑOR, Y EN CONTRA DE SU CRISTO.' 27 En efecto, ambos, Herodes y Poncio Pilato, junto a los Gentiles y el pueblo de Israel, se reunieron en esta ciudad en contra de Tu santo Siervo, Jesús, a quien Tú ungiste. 28 Ellos se reunieron para hacer todo lo que Tu mano y Tu deseo decidieron de antemano que pasaría. 29 Ahora, Señor, considera sus advertencias y permítele a tus siervos hablar Tu palabra con toda valentía. 30 Así que mientras Tú extiendes Tu mano para sanar, señales y maravillas podrán suceder por medio del nombre de tu Santo Siervo Jesús." 31 Cuando ellos terminaron de orar, el lugar donde ellos estaban reunidos fue sacudido, y todos ellos fueron llenos con el Espíritu Santo, y ellos hablaron la palabra de Dios con valentía. 32 El gran número de aquellos que creyeron eran de un corazón y alma, y ni siquiera uno de ellos dijo que cualquier cosa que él poseía era realmente suyo; en efecto, ellos tenían todas las cosas en común. 33 Con gran poder los apóstoles proclamaban su testimonio acerca de la resurección del Señor Jesús, y gran gracia estaba sobre todos ellos. 34 No había ninguna persona entre ellos a quien le faltara algo, porque todo aquel que poseía títulos de propiedad de tierras o casas los vendía y traía el dinero de las cosas que eran vendidas y 35 lo ponían a los pies de los apóstoles. Y la distribución se hacía a cada creyente, de acuerdo a las necesidades de cada uno. 36 José, un Levita, un hombre de Chipre, le fue dado el nombre de Bernabé por los apóstoles (eso es, siendo interpretado, hijo de consolación). 37 Teniendo un terreno, él lo vendió y trajo el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles.

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1 Ahora un cierto hombre llamado Ananías, con Safira su esposa, vendió una parte de su propiedad, 2 y él se quedó con parte del dinero de la venta (su esposa también lo sabía), y trajo la otra parte y lo puso a los pies de los apóstoles. 3 Pero Pedro dijo: "Ananías, ¿por qué Satanás llenó tu corazón para mentirle al Espíritu Santo y quedarte con parte del precio del terreno? 4 Mientras se mantuvo sin vender, ¿acaso no siguió siendo tuyo? Y después de ser vendido, ¿no estaba bajo tu control? ¿Cómo es que pensaste esta cosa en tu corazón? Tú no le has mentido a los hombres, sino a Dios". 5 Escuchando estas palabras, Ananías cayó y respiró su último aliento. Y un gran temor vino sobre todos los que lo escucharon. 6 Los jóvenes llegaron al frente, lo envolvieron, lo cargaron afuera y lo enterraron. 7 Como tres horas después, su esposa entró, no sabiendo lo que había pasado. 8 Pedro le dijo a ella: "Dime si ustedes vendieron el terreno por esta cantidad." Ella dijo: "Sí, fue por esa cantidad." 9 Entonces Pedro le dijo a ella: "¿Cómo es que han acordado ustedes poner a prueba al Espíritu del Señor? Mira, los pies de esos que han enterrado a tu esposo están a la puerta, y ellos te sacarán también a tí." 10 Ella instantáneamente cayó a sus pies, y respiró su último aliento, y los jóvenes entraron y la encontraron muerta; ellos la cargaron afuera y la enterraron a ella al lado de su esposo. 11 Gran temor sobrevino a toda la iglesia, y sobre todos los que escucharon estas cosas. 12 Muchas señales y maravillas estaban ocurriendo entre la gente a través de las manos de los apóstoles. Ellos estaban todos juntos en el pórtico de Salomón. 13 Pero nadie más tenía el valor de unirse a ellos; sin embargo, ellos eran tenidos en alta estima por el pueblo. 14 Aún más creyentes eran añadidos al Señor, multitudes de hombres y mujeres, 15 a tal punto que hasta cargaban los enfermos a las calles y los acostaban en camas y camillas, para que al pasar Pedro, su sombra pudiera caer sobre algunos de ellos. 16 También se reunió un gran número de personas desde los pueblos alrededor de Jerusalén, trayendo a los enfermos y a aquellos afligidos con espíritus inmundos, y todos ellos eran sanados. 17 Pero el sumo sacerdote se levantó, y todos los que estaban con él (que son los Saduceos); y se llenaron de celo 18 y echaron mano a los apóstoles, y los pusieron en la cárcel pública. 19 Pero durante la noche un ángel del Señor abrió las puertas de la carcel y los dirigió afuera, y dijo: 20 "Vayan, párense en el Templo y hablen a las personas todas las palabras de esta Vida." 21 Cuando ellos escucharon esto, ellos entraron en el Templo cerca del amanecer y enseñaron. Pero el sumo sacerdote y los que estaban con él vinieron, y convocaron al concilio, y a todos los ancianos del pueblo de Israel, y mandaron a traer a los apóstoles de la cárcel. 22 Pero los oficiales que fueron no los encontraron en la prisión, y ellos regresaron e informaron: 23 "Nosotros encontramos la cárcel cerrada de forma segura y a los guardias parados en la puerta, pero cuando nosotros la abrimos, no encontramos a nadie dentro." 24 Ahora cuando el capitán del templo y los principales sacerdotes escucharon estas palabras, ellos estaban muy perplejos concerniente a ellos, y qué podría salir de esto. 25 Entonces alguien vino y les dijo: "Los hombres que ustedes pusieron en la cárcel estan parados en el Templo enseñándo al pueblo." 26 Así que el capitán fue con los oficiales, y los trajo de vuelta, pero sin violencia, pues ellos temían que la gente los apedreara. 27 Cuando ellos los trajeron, los pusieron frente al concilio. El sumo sacerdote los interrogó, 28 diciendo: "Nosotros estrictamente les encargamos que no enseñaran en este Nombre, y todavía, ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas, y desean traer la sangre de este Hombre sobre nosotros." 29 Pero Pedro y los apóstoles respondieron: "Debemos obedecer a Dios en vez de a los hombres. 30 El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a Quien ustedes mataron, colgándolo de un árbol. 31 Dios lo exaltó a Su mano derecha para ser Príncipe y Salvador, para darle arrepentimiento a Israel, y el perdón de pecados. 32 Nosotros somos testigos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, a que Dios ha dado a aquellos que Le obedecen." 33 Cuando los miembros del concilio escucharon esto, ellos estaban furiosos y querían matar a los apóstoles. 34 Pero un Fariseo llamado Gamaliel, un maestro de la ley, quien era honrado por todo el pueblo, se levantó y ordenó que se llevaran a los apóstoles afuera por un momento. 35 Entonces él les dijo: "Hombres de Israel, presten mucha atención a lo que ustedes se proponen hacer con estas personas. 36 Hace algún tiempo, Teudas se levantó pretendiendo ser alguien, y un número de hombres, como cuatrocientos, se le unieron. Él fue asesinado, y todos los que le obedecieron fueron esparcidos y quedaron en nada. 37 Después de este hombre, Judas de Galilea, se levantó en los días del censo y se llevó alguna gente tras él. Él también pereció y todos los que lo obedecían fueron esparcidos. 38 Ahora yo les digo, apártense de estos hombres y déjenlos solos, porque si este plan u obra es de hombres, va a ser destruido. 39 Pero si es de Dios, ustedes no serán capaces de destruirlos; quizás hasta encuentren que ustedes están peleando en contra de Dios." Así ellos fueron persuadidos. 40 Entonces ellos llamaron a los apóstoles y los golpearon y les ordenaron no hablar en el nombre de Jesús, y los dejaron ir. 41 Ellos se fueron del concilio alegres de ser contados como merecedores de sufrir deshonra por el Nombre. 42 De ese día en adelante, en el Templo y de casa en casa, ellos continuamente enseñaban y predicaban acerca de Jesús como el Cristo.

6

1 Ahora en aquellos días, cuando el número de los discípulos se multiplicaba, surgió una queja de los Greco-Judíos contra los Hebreos, porque sus viudas estaban siendo desatendidas en la distribución diaria de los alimentos. 2 Los doce llamaron a la multitud de los discípulos y dijeron: "No es correcto para nosotros que abandonemos la palabra de Dios para servir las mesas. 3 Por lo tanto, ustedes deben escoger, hermanos, a siete hombres de entre ustedes, hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, a quienes podamos designar para atender este asunto. 4 Respecto a nosotros, siempre continuaremos en oración y en el ministerio de la palabra." 5 Sus palabras agradaron a toda la multitud. Así que escogieron a Esteban, un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas, Nicolás, un prosélito de Antioquía. 6 Los creyentes trajeron a estos hombres ante los apóstoles, quienes oraron y pusieron sus manos sobre ellos. 7 Así que la palabra de Dios creció; y el número de los discípulos se multiplicó en extremo en Jerusalén; y un gran número de los sacerdotes se hicieron obedientes a la fe. 8 Ahora Esteban, lleno de gracia y poder, hacía grandes maravillas y señales entre la gente. 9 Pero se levantaron algunas personas que pertenecían a la sinagoga llamada la sinagoga de los Libertos, de los Cireneos y Alejandrinos, y algunos de Cilicia y Asia. Estas personas discutían con Esteban. 10 Pero ellos no eran capaces de levantarse en contra de la sabiduría y el Espíritu con el cual Esteban hablaba. 11 Entonces ellos persuadieron en secreto a algunos hombres para decir: "Nosotros hemos escuchado a Esteban decir palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios." 12 Ellos incitaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y ellos confrontaron a Esteban, lo agarraron y lo llevaron al concilio. 13 Ellos trajeron testigos falsos, quienes dijeron: "Este hombre no deja de hablar palabras contra este lugar sagrado y la Ley. 14 Porque lo hemos oído decir que este Jesús de Nazaret destruirá este lugar y cambiará las costumbres que Moisés nos dejó." 15 Todos los que se sentaron en el concilio fijaron sus ojos en él y vieron que su cara era como la cara de un ángel.

7

1 El sumo sacerdote dijo: "¿Son estas cosas ciertas?" 2 Esteban dijo: "Hermanos y padres, escúchenme: El Dios de gloria se apareció a nuestro padre Abraham cuando él estaba en Mesopotamia, antes que él viviera en Harán; 3 Él le dijo: 'DEJA TU TIERRA Y TUS PARIENTES Y VE A LA TIERRA QUE YO TE MOSTRARÉ.' 4 Después él dejó la tierra de los Caldeos y vivió en Harán; desde allí, después de morir su padre, Dios lo trajo a esta tierra, donde ustedes viven ahora. 5 No le dio nada de esto en herencia a él, no, ni siquiera lo suficiente para poner un pie. Pero Él prometió, aunque Abraham no tenía hijos todavía, que ÉL LE DARÍA LA TIERRA COMO UNA POSESIÓN PARA ÉL Y SUS DESCENDIENTES DESPUÉS DE ÉL. 6 Dios le hablaba a él así: 'QUE SUS DESCENDIENTES VIVIRÍAN DURANTE UN TIEMPO EN UNA TIERRA EXTRANJERA, Y QUE LOS HABITANTES DE ALLÍ LOS LLEVARÍAN A LA ESCLAVITUD Y LOS MALTRATARÍAN POR CUATROCIENTOS AÑOS. 7 'Y YO JUZGARÉ A LA NACIÓN EN LA CUAL ELLOS SERÁN ESCLAVOS,' dijo Dios, 'Y DESPUÉS DE ESTO ELLOS SALDRÁN Y ME ADORARÁN EN ESTE LUGAR.' 8 Y Él le dio a Abraham el pacto de la circuncisión, así Abraham vino a ser el padre de Isaac y lo circuncidó al octavo día; Isaac vino a ser el padre de Jacob, y Jacob el padre de los doce patriarcas. 9 Los patriarcas fueron motivados por la envidia contra José y lo vendieron a Egipto, y Dios estuvo con él, 10 y lo rescató de todos sus sufrimientos, y le dio favor y sabiduría en la presencia del Faraón, rey de Egipto. Faraón entonces le hizo gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa. 11 Ahora, vino una hambruna sobre todo Egipto y Canaán y gran sufrimiento y nuestros padres no encontraron alimento. 12 Pero cuando Jacob escuchó que en Egipto había trigo, él envió a nuestros antepasados la primera vez. 13 A la segunda vez José se mostró a sí mismo a sus hermanos; y la familia de José fue conocida por el Faraón. 14 José envió a sus hermanos de vuelta para decirle a Jacob su padre que viniera a Egipto, junto a todos sus parientes, setenta y cinco personas en total. 15 Así que Jacob bajó a Egipto; después él murió, él mismo y nuestros antepasados. 16 Ellos fueron llevados a Siquem y fueron depositados en la tumba que Abraham compró por precio en plata de los hijos de Hamor en Siquem. 17 Mientras el tiempo de la promesa se acercaba, la promesa que Dios le había hecho a Abraham, el pueblo crecía y se multiplicaba en Egipto, 18 hasta que se levantó otro rey en Egipto, un rey quien no conocía acerca de José. 19 Ese mismo rey engañó a nuestro pueblo y maltrató a nuestros antepasados tan duramente, que ellos tenían que exponer a sus infantes al peligro esperando que ellos sobrevivieran. 20 Para ese tiempo Moisés nació; él era precioso ante Dios y fue sustentado por tres meses en la casa de su padre. 21 Cuando él fue puesto afuera, la hija del Faraón lo adoptó y lo crió como su propio hijo. 22 Moisés fue educado en todas las enseñanzas de los Egipcios; y él fue poderoso en sus palabras y hechos. 23 Pero cuando él tenía cerca de cuarenta años de edad, vino a su corazón visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. 24 Viendo que un Israelita estaba siendo maltratado, Moisés lo defendió y vengó a aquel que fue oprimido matando al Egipcio. 25 Él pensó que sus hermanos entenderían que Dios por su mano estaba rescatándolos, pero ellos no entendieron. 26 Al otro día él vino a unos Israelitas mientras ellos estaban discutiendo; él trató de ponerlos en paz entre ellos; él dijo: 'Señores, ustedes son hermanos; ¿por qué se hieren el uno al otro?' 27 Pero el que le hizo daño a su prójimo, lo empujó y dijo: '¿QUIÉN TE HA HECHO GOBERNANTE Y JUEZ SOBRE NOSOTROS? 28 ¿TE GUSTARÍA MATARME, COMO MATASTE AL EGIPCIO AYER?' 29 Moisés huyó después de escuchar ésto; él se convirtió en extranjero en la tierra de Madián, donde él vino a ser padre de dos hijos. 30 Cuando cuarenta años habían pasado, un ángel se le apareció en el desierto del Monte Sinaí, en una llama de fuego en un arbusto. 31 Cuando Moisés vio el fuego, se maravilló con la visión, y mientras que él se acercaba para mirarla, vino la voz del Señor diciendo: 32 'YO SOY EL DIOS DE TUS PADRES, EL DIOS DE ABRAHAM Y DE ISAAC Y DE JACOB'. Moisés tembló y no se atrevía a mirar. 33 El Señor le dijo a él: 'QUITA TUS SANDALIAS, PORQUE EL LUGAR EN DONDE ESTÁS PARADO ES TIERRA SANTA. 34 CIERTAMENTE YO HE VISTO EL SUFRIMIENTO DE MI PUEBLO QUE ESTÁ EN EGIPTO; YO HE OÍDO SUS GEMIDOS, Y YO HE BAJADO A RESCATARLOS; AHORA VEN; YO TE ENVIARÉ A EGIPTO.' 35 Este Moisés, a quien ellos rechazaron cuando le dijeron: '¿QUIÉN TE HA HECHO GOBERNANTE Y JUEZ?' Él era aquel a quien Dios envió tanto como gobernador y libertador. Dios lo envió por la mano del ángel que apareció en el arbusto. 36 Moisés los guió a ellos fuera de Egipto, después de hacer milagros y señales en Egipto y en el Mar Rojo, y en el desierto durante cuarenta años. 37 Es el mismo Moisés quien dijo al pueblo de Israel: 'DIOS LEVANTARÁ UN PROFETA PARA USTEDES, ENTRE SUS HERMANOS, UN PROFETA COMO YO.' 38 Éste es el hombre que estaba en asamblea en el desierto con el ángel quien le habló a él en el Monte Sinaí. Éste es el hombre quien estaba con nuestros antepasados; éste es el hombre quien recibió palabras vivas para dárnoslas a nosotros. 39 Éste es el hombre a quien nuestros antepasados se negaron a obedecer; ellos lo apartaron de sí mismos, y en sus corazones se volvieron a Egipto. 40 En aquel tiempo dijeron a Aaron: 'HAZNOS DIOSES PARA QUE NOS GUIEN. EN CUANTO A ÉSTE MOISÉS, QUIEN NOS DIRIGIÓ FUERA DE LA TIERRA DE EGIPTO, NO SABEMOS QUE LE HA PASADO.' 41 Así, en aquellos días ellos hicieron un becerro y trajeron un sacrificio al ídolo, y se regocijaron debido a la obra que hicieron con sus manos. 42 Pero Dios se apartó y los entregó a adorar las estrellas en el cielo; así como está escrito en el libro de los profetas: '¿ACASO ME OFRECIERON USTEDES A MÍ BESTIAS MUERTAS Y SACRIFICIOS POR CUARENTA AÑOS EN EL DESIERTO, CASA DE ISRAEL? 43 USTEDES ACEPTARON EL TABERNÁCULO DE MOLOC Y LA ESTRELLA DEL DIOS RENFAN Y LAS IMÁGENES QUE USTEDES CREARON PARA ADORARLOS, Y YO LOS LLEVARÉ MÁS ALLÁ DE BABILONIA.' 44 Nuestros antepasados tuvieron el tabernáculo del testimonio en el desierto, tal como Dios mandó cuando Él le habló a Moisés, que él debía hacerlo como el patrón que él había visto. 45 Ésta es la tienda que nuestros antepasados, a su vez, trajeron a la tierra con Josué. Esto pasó cuando ellos tomaron posesión de las naciones que Dios expulsó ante la presencia de nuestros antepasados. Esto era así hasta los días de David, 46 quien halló favor a la vista de Dios; él pidió encontrar una morada para el Dios de Jacob. 47 Pero Salomón construyó una casa para Dios. 48 Sin embargo, el Altísimo no vive en casas hechas con manos; esto es como dice el profeta: 49 'EL CIELO ES MI TRONO, Y LA TIERRA EL ESTRADO PARA MIS PIES. ¿QUÉ CLASE DE CASA ME PUEDEN CONSTRUIR USTEDES? dice el Señor: ¿O DÓNDE ESTÁ EL LUGAR PARA MI REPOSO? 50 ¿NO HIZO MI MANO TODAS ESTAS COSAS?' 51 Ustedes que son tercos e incircuncisos de corazón y oídos, ustedes siempre resisten el Espíritu Santo; ustedes actúan como sus antepasados actuaban. 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados? Ellos asesinaron a los profetas quienes aparecieron antes de la llegada del Justo; y ahora ustedes se han hecho traidores y asesinos de Él también. 53 Ustedes quienes recibieron la Ley que los ángeles establecieron, pero ustedes no la guardaron." 54 Ahora cuando los miembros del concilio escucharon estas cosas, ellos se enojaron en extremo, y crujían los dientes contra Esteban. 55 Pero él, siendo lleno del Espíritu Santo, miró fijamente hacia el cielo y vio la gloria de Dios; y él vio a Jesús parado a la mano derecha de Dios. 56 Esteban dijo: "Miren, yo veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre parado a la mano derecha de Dios." 57 Pero los miembros del concilio gritaron a alta voz y se taparon sus oídos y se lanzaron juntos hacia él. 58 Ellos lo echaron fuera de la ciudad y lo apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas exteriores a los pies de un joven llamado Saulo. 59 Mientras ellos apedreaban a Esteban, él seguía clamando al Señor y diciendo: "Señor Jesús, recibe mi espíritu." 60 Él se arrodilló y gritó en voz alta: "Señor, no tomes este pecado contra ellos." Cuando él dijo esto, se durmió.

8

1 Saulo estaba de acuerdo con su muerte. Así que ese día comenzó una gran persecución en contra de la iglesia que estaba en Jerusalén; y los creyentes estaban todos esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles. 2 Hombres devotos sepultaron a Esteban e hicieron gran lamentación por él. 3 Pero Saulo le hizo gran daño a la iglesia; él entraba casa por casa y arrastraba afuera a hombres y mujeres, y los ponía en la cárcel. 4 Sin embargo, los creyentes que habían sido esparcidos, iban predicando la palabra. 5 Felipe bajó a la ciudad de Samaria y les proclamaba de Cristo. 6 Cuando multitudes de personas oyeron y vieron las señales que Felipe hacía, ellos juntos prestaron atención a lo que él decía. 7 Porque de muchas personas que los tenían, espíritus impuros salían fuera mientras gritaban a gran voz; y muchas personas paralíticas y cojas eran sanadas. 8 Y hubo mucho gozo en esa ciudad. 9 Pero había cierto hombre en la ciudad llamado Simón, quien anteriormente había estado practicando brujería; él acostumbraba asombrar a la gente de Samaria, mientras reclamaba ser una persona importante. 10 Todos los Samaritanos, desde los más pequeños hasta los mas grandes, prestaban atención a él. Ellos decían: "Este hombre es ese poder de Dios el cual es llamado Grande." 11 Ellos lo escuchaban, porque los había asombrado por mucho tiempo con sus brujerías. 12 Pero cuando ellos creyeron lo que Felipe predicaba sobre el evangelio concerniente al Reino de Dios y al nombre de Jesucristo, ellos fueron bautizados, tanto hombres como mujeres. 13 Y Simón mismo también creyó. Después que él fue bautizado, él continuaba estando con Felipe; cuando él vio señales y obras poderosas haciéndose, él quedó sorprendido. 14 Ahora cuando los apóstoles en Jerusalén escucharon que Samaria había recibido la palabra de Dios, ellos les enviaron a Pedro y Juan. 15 Cuando ellos descendieron, oraron por ellos, para que ellos recibieran al Espíritu Santo. 16 Porque hasta ese tiempo, el Espíritu Santo no había venido sobre ninguno de ellos; ellos sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. 17 Entonces Pedro y Juan pusieron sus manos sobre ellos, y ellos recibieron el Espíritu Santo. 18 Ahora, cuando Simón vio que el Espíritu Santo fue dado a través de la imposición de las manos de los apóstoles, él les ofreció a ellos dinero. 19 Él dijo: "Denme ese poder también, que a cualquiera sobre quien yo ponga mis manos, pueda recibir el Espíritu Santo." 20 Pero Pedro le dijo: "Que tu plata perezca junto contigo, porque tú pensaste obtener el don de Dios con dinero. 21 Tú no tienes parte ni participación en este asunto, porque tu corazón no es recto con Dios. 22 Por lo tanto, arrepiéntete de esta maldad tuya, y ora al Señor, para que Él pueda tal vez perdonarte por la intención de tu corazón. 23 Porque veo que tú estás en el veneno de la amargura y en los lazos del pecado." 24 Simón contestó y dijo: "Oren al Señor por mí, que ninguna de esas cosas de las cuales ustedes han hablado me sucedan a mí." 25 Cuando Pedro y Pablo habían testificado y habían hablado de la palabra del Señor, ellos regresaron a Jerusalén. En el camino, ellos predicaban el evangelio a muchas villas de los Samaritanos. 26 Ahora un ángel del Señor habló a Felipe y le dijo: "Levántate y ve hacia el sur, al camino que desciende desde Jerusalén a Gaza." (Este camino está en el desierto.) 27 Él se levantó y fue. He aquí, había allí un hombre de Etiopía, un eunuco de gran autoridad bajo Candace, reina de los Etíopes. Él estaba a cargo de todos sus tesoros. Él había venido a Jerusalén para adorar. 28 Él regresaba sentado en su carruaje y estaba leyendo al profeta Isaías. 29 El Espíritu dijo a Felipe: "Ve allá y acércate a este carruaje." 30 Entonces Felipe corrió hacia él, y lo escuchó leyendo al profeta Isaías, y dijo: ¿"Entiendes lo que estás leyendo?" 31 El Etíope dijo: "¿Cómo podré, a menos que alguien me guie?" Él le rogó a Felipe para que subiera al carruaje y se sentara con él. 32 Ahora el pasaje de la Escritura el cual el Etíope estaba leyendo era éste: "ÉL FUE LLEVADO COMO OVEJA A LA MATANZA; Y COMO CORDERO, DELANTE DE SU TRASQUILADOR HIZO SILENCIO, ÉL NO ABRE SU BOCA. 33 EN SU HUMILLACIÓN, SU JUICIO FUE QUITADO: ¿QUIÉN DECLARARÁ SU GENERACIÓN? PORQUE SU VIDA FUE QUITADA DE LA TIERRA." 34 Entonces el eunuco preguntó a Felipe y dijo: "Yo te ruego, ¿de quién habla el profeta? ¿De sí mismo, o de alguna otra persona? 35 Felipe comenzó a hablar; Él empezó con esta escritura en Isaías para predicarle acerca de Jesús. 36 Mientras ellos iban por el camino, ellos llegaron a cierta agua; el eunuco dijo: "Mira, hay agua aquí, ¿qué me impide ser bautizado? 37 Felipe dijo: "Si tú crees con todo tu corazón, puedes ser bautizado". El Etíope contestó: "Yo creo que Jesucristo es el Hijo de Dios." 38 Entonces el Etíope ordenó detener el carruaje. Ellos descendieron al agua, ambos Felipe y el eunuco, y Felipe lo bautizó. 39 Cuando ellos salieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó a Felipe, el eunuco no lo vio más, y se fue por su camino regocijándose. 40 Pero Felipe apareció en Azoto. El pasó por esa región y predicó el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea.

9

1 Pero Saulo, aún hablando amenazas incluso de muerte en contra de los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote 2 y le pidió cartas para las sinagogas en Damasco, a fin de que si él encontraba a cualquiera que perteneciera a este Camino, fuera hombre o mujer, él los podría traer presos a Jerusalén. 3 Mientras él estaba viajando, sucedió que llegando cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz brillante desde el cielo; 4 y cayó en el suelo y escuchó una voz diciéndole: "Saulo, Saulo, ¿por qué Me estás persiguiendo?" 5 Saulo respondió: "¿Quién eres Tú, Señor?" El Señor le dijo: "Yo Soy Jesús a quien tú estás persiguiendo; 6 pero levántate, entra a la ciudad, y se te dirá lo que tienes que hacer." 7 Los hombres que viajaban con Saulo se pararon sin hablar, escuchando a la voz, pero sin ver a nadie. 8 Saulo se levantó del suelo, y cuando abrió sus ojos, él no podía ver nada; así que ellos le guiaron por la mano y lo llevaron a Damasco. 9 Por tres días él estaba sin vista, y él tampoco comía ni bebía. 10 Ahora había un discípulo en Damasco llamado Ananías, y el Señor le habló a él en una visión: "Ananías." Y él dijo: "Mira, estoy aquí, Señor." 11 El Señor le dijo a él: "Levántate, y ve a la calle llamada Derecha, y en la casa de Judas pregunta por un hombre de Tarso llamado Saulo, pues él está orando; 12 y él ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías viniendo y poniéndo sus manos sobre él de modo que él pueda recibir su vista." 13 Pero Ananías respondió: "Señor, yo he oído de muchos sobre este hombre, cuánto daño él ha hecho a tus santos en Jerusalén. 14 Él tiene autoridad de los principales sacerdotes para arrestar aquí a todos los que invocan Tu nombre." 15 Pero el Señor le dijo: "Ve, porque él es mi instrumento escogido, para llevar mi nombre delante de los Gentiles y de reyes, y de los hijos de Israel; 16 porque Yo le mostraré a él cuánto tiene que sufrir por causa de Mi nombre." 17 Así que, Ananías partió y entró en la casa. Poniendo sus manos sobre él, dijo: "Hermano Saulo, el Señor Jesús, quien se te apareció en el camino cuando tú venías, me ha enviado a mí para que tú puedas recibir tu vista y ser lleno del Espíritu Santo." 18 Inmediatamente algo parecido a escamas cayeron de los ojos de Saulo, y él recibió su vista; él se levantó y fue bautizado; 19 y comió y recobró fuerzas. Él se quedó con los discípulos en Damasco por varios días. 20 En seguida él proclamó a Jesús en las sinagogas, diciendo que Él es el Hijo de Dios. 21 Todos los que lo oían estaban sorprendidos, y decían: "¿No es éste el hombre que destruía a aquellos en Jerusalén quienes invocaban en este nombre? Y él ha venido a aquí, para llevarlos atados ante los principales sacerdotes 22 Pero Saulo se hizo más y más poderoso y causaba angustía entre los Judíos que vivían en Damasco al probar que este Jesús es el Cristo. 23 Después de muchos días, los Judíos planificaron juntos matarlo. 24 Pero su plan fue conocido por Saulo. Y ellos vigilaban las puertas de día y de noche a fin de matarlo. 25 Pero sus discípulos lo tomaron por la noche y lo bajaron por el muro, bajándolo en una canasta. 26 Cuando él había venido a Jerusalén, Saulo trató de juntarse con los discípulos, pero ellos estaban todos atemorizados de él, no creyendo que él era un discípulo. 27 Pero Bernabé lo tomó a él y lo trajo a los apóstoles. Y él les contó a ellos como Saulo había visto al Señor en el camino y que el Señor le había hablado a él, y como en Damasco Saulo había predicado valientemente en el nombre de Jesús. 28 Él se encontró con ellos mientras ellos entraban y salían de Jerusalén. Él hablaba valientemente en el nombre del Señor Jesús 29 y debatía con los Greco Judíos; pero éstos seguían tratando de matarlo. 30 Cuando los hermanos supieron de esto, lo llevaron a Cesarea, y lo enviaron lejos a Tarso. 31 Así entonces, la iglesia por toda Judá, Galilea y Samaria tenía paz y era edificada; y caminaba en el temor del Señor, y en el consuelo del Espíritu Santo, la iglesia crecía en números. 32 Ahora aconteció que mientras Pedro iba por toda la región, él también descendió a los creyentes que habitaban en la ciudad de Lida. 33 Allí él encontró a cierto hombre llamado Eneas, quien había estado en su cama por ocho años, porque él era paralítico. 34 Pedro le dijo: "Eneas, Jesucristo te sana a ti. Levántate, y haz tu cama." Y en seguida él se levantó. 35 Así que todos los que habitaban en Lida y en Sarón vieron al hombre y se convirtieron al Señor. 36 Ahora había en Jope cierta discípula llamada Tabita, el cual se traduce como "Dorcas." Esta mujer estaba llena de buenas y misericordiosas obras que ella hacía por los pobres. 37 Y sucedió en aquellos días que ella cayó enferma y murió; cuando ellos la habían lavado, la pusieron en un aposento alto. 38 Ya que Lida estaba cerca de Jope, y los discípulos habían escuchado que Pedro estaba allá, ellos le enviaron dos hombres, suplicándole: "Ven a nosotros sin demora." 39 Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando él hubo llegado, lo llevaron al aposento alto. Y todas las viudas, estaban paradas al lado de él, llorando y mostrándole las túnicas y los vestidos que Dorcas había hecho cuando ella estaba con ellas. 40 Pedro las sacó a todas del cuarto, se arrodilló, y oró. Entonces, volviéndose hacia el cuerpo, él dijo: "Tabita, levántate." Ella abrió sus ojos, y cuando ella vio a Pedro se sentó. 41 Pedro entonces le dio a ella su mano y la levantó; y cuando él llamó a los creyentes y a las viudas, él la presentó a ellos viva. 42 Este asunto se dio a conocer por todo Jope, y muchas personas creyeron en el Señor. 43 Aconteció que Pedro se quedó muchos días en Jope con un hombre llamado Simón, un curtidor.

10

1 Ahora, había un cierto hombre en la ciudad de Cesarea, de nombre Cornelio, un cinturión del que era llamado el regimiento el italiano. 2 Él era un hombre devoto, uno que adoraba a Dios con toda su casa; él daba mucho dinero al pueblo Judío y siempre estaba orando a Dios. 3 Como a la novena hora del día, él claramente vio en una visión, un ángel de Dios viniendo a él. El ángel le dijo: "¡Cornelio!" 4 Cornelio miró al ángel y estaba bien atemorizado y dijo: "¿Qué es, señor?" El ángel le dijo: "Tus oraciones y tus limosnas a los pobres han subido como ofrenda memorial a la presencia de Dios." 5 Ahora, envía hombres a la ciudad de Jope para que traigan a un hombre llamado Simón, quien es llamado Pedro. 6 Él se está quedando con un curtidor llamado Simón, cuya casa está junto al mar." 7 Cuando el ángel que habló con él se fue, Cornelio llamó a dos de sus sirvientes, y a un soldado que adoraba a Dios entre los soldados que también lo servían. 8 Cornelio les dijo todo lo que había sucedido y los mandó a Jope. 9 Ahora al día siguiente, cerca de la sexta hora, mientras ellos estaban de camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió al techo de la casa para orar. 10 Entonces él tuvo hambre y deseó algo para comer, pero mientras la gente estaban cocinando algo de comer, a él le fue dada una visión; 11 y él vio el cielo abierto y cierto recipiente descendiendo, algo parecido a una gran sábana bajando a la tierra, siendo bajada por sus cuatro esquinas. 12 En ella habían todo tipo de animales de cuatro patas y cosas que se arrastraban sobre la tierra, y aves del cielo. 13 Entonces una voz le habló: "Levántate Pedro, mata y come." 14 Pero Pedro dijo: "de ninguna manera, Señor; porque yo nunca he comido nada profano e inmundo." 15 Pero la voz volvió a él por segunda vez: "Lo que Dios ha limpiado, no lo llames profano." 16 Esto pasó tres veces; entonces el recipiente fue immediatamente devuelto arriba al cielo. 17 Ahora, mientras Pedro estaba muy confuso sobre cual podría ser el significado de la visión que había tenido, observó a los hombres que habían sido enviados por Cornelio parados frente a la puerta, después que ellos habían procurado por el camino a la casa. 18 Y ellos llamaron y preguntaron si Simón, que también era llamado Pedro, se estaba quedando allí. 19 Mientras Pedro aún estaba pensando acerca de la visión, el Espíritu le dijo: "Mira, tres hombres te buscan. 20 Levántate y baja y ve con ellos. No dudes en ir con ellos, porque Yo los he enviado." 21 Entonces, Pedro bajó donde los hombres y dijo: "Yo soy a quien ustedes buscan. ¿Por qué han venido?" 22 Ellos dijeron: "Un centurión llamado Cornelio, un hombre justo y uno que adora a Dios, y se habla bien de él por toda la nación de los Judíos, le fue dicho por un ángel santo de Dios a que enviara por tí, para que fueras a su casa, y así él pueda escuchar tu mensaje." 23 Entonces, Pedro los invitó a entrar y a quedarse con él. A la mañana siguiente, él se levantó y fue con ellos, y algunos de los hermanos de Jope lo acompañaron. 24 Al día siguiente, ellos llegaron a Cesarea. Cornelio los estaba esperando; él había reunido a sus familiares y a sus amigos cercanos. 25 Y sucedió que cuando Pedro entró, Cornelio se encontró con él y se postró a sus pies para adorarle. 26 Pero Pedro lo ayudó a levantarse diciendo: "Levántate! Yo también soy un hombre." 27 Mientras Pedro estaba hablando con él, el entró y encontró mucha gente reunida. 28 Él les dijo: "Ustedes mismos saben que no es lícito para un Judío asociarse con, o visitar a alguien de otra nación. Pero Dios me ha mostrado que yo no debo llamar a ningún hombre profano o inmundo. 29 Es por esto que yo vine sin argumentar, cuando enviaron por mí. Entonces, yo les pregunto porque me han enviado a buscar." 30 Cornelio dijo: "Cuatro días atrás a esta misma hora, yo estaba orando a la novena hora en mi casa; y ví, a un hombre parado frente a mí con ropas brillantes. 31 Él dijo: 'Cornelio, tu oración ha sido escuchada por Dios, y tus limosnas a los pobres le han recordado a Dios sobre tí. 32 Entonces envía a alguien a Jope, y busca a un hombre llamado Simón, que también es llamado Pedro. Él se está quedando en la casa de un curtidor llamado Simón, junto al mar.' 33 Entonces, de inmediato yo envié por ti. Eres amable por haber venido. Ahora entonces, estamos todos aquí presentes ante la mirada de Dios, para escuchar todo en lo que has sido instruído por el Señor a decir." 34 Entonces, Pedro abrió su boca y dijo: "Ciertamente, percibo que Dios no favorece a nadie. 35 En su lugar, en cada nación, cualquiera que adora y hace obras de justicia es aceptable a Él. 36 Ustedes conocen el mensaje que Él envió al pueblo de Israel, cuando Él anunció las buenas nuevas de paz por medio de Jesucristo, quien es Señor de todo, 37 ustedes mismos conocen los eventos que sucedieron, cuales ocurrieron por toda Judea, comenzando en Galilea, después del bautismo que Juan anunció; 38 los eventos concernientes a Jesús de Nazaret, y como Dios lo ungió con el Espíritu Santo y con poder. Él anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él. 39 Nosotros somos testigos de todas las cosas que Él hizo en la nación de los Judíos y en Jerusalén, este Jesús a quien ellos mataron, colgándolo en un árbol. 40 A este hombre Dios lo levantó al tercer día y le concedió ser conocido, 41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que fueron escogidos de antemano por Dios, nosotros mismos, que comimos y bebimos con Él después de haberse levantado de los muertos. 42 Él nos ordenó a predicar al pueblo y a testificar que Éste es aquel que ha sido escojido por Dios para ser el Juez de los vivos y de los muertos. 43 Es de Él que todos los profetas testificaban, para que todos los que creen en Él puedan recibir perdón de pecados mediante Su Nombre." 44 Mientras Pedro todavía estaba diciendo estas cosas, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que estaban escuchando su mensaje. 45 La gente que pertenecía al grupo de los creyentes en la circunsición, todos los que habían venido con Pedro, estaban sorprendidos, a causa de que el regalo del Espíritu Santo fuera derramado tambien sobre los gentiles. 46 Porque ellos escuchaban a esos gentiles hablar en otras lenguas y alababando a Dios. Entonces Pedro contesto: 47 "¿Puede alguno negarle agua a estas personas para que no deban ser bautizadas, a estas personas que han recibido el Espíritu Santo al igual que nosotros?" 48 Entonces él les ordenó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Entonces, ellos le pidieron que se quedara con ellos varios días.

11

1 Ahora los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, escucharon que los gentiles también habían recibido la palabra de Dios. 2 Cuando Pedro había subido a Jerusalén, ellos que pertenecían al grupo de la circunsición lo criticaron; 3 ellos dijeron: "¡Tú te asociaste con hombres incircuncisos y comiste con ellos!" 4 Pero Pedro comenzó a explicarles el asunto en detalle; él dijo: 5 "Yo estaba orando en la ciudad de Jope y tuve una vision de un recipiente bajando, como una sábana grande siendo bajada desde el cielo por sus cuatro esquinas; ésta descendía hacia mí. 6 Yo observé y pensé sobre ésto; yo ví los animales de cuatro patas de la tierra, bestias salvajes, animales que se arrastran, y aves del cielo. 7 Entonces yo escuché una voz que me dijo: "¡Levántate Pedro; mata y come!" 8 Yo dije: "De ninguna manera, Señor: porque nada profano o inmundo ha entrado en mi boca." 9 Pero la voz respondió de nuevo desde el cielo: "Lo que Dios ha declarado limpio no llames inmundo." 10 Esto sucedió tres veces, y entonces todo fue devuelto al cielo de nuevo. 11 Observé, en aquel momento que habían tres hombres parados al frente de la casa donde estábamos; ellos habían sido enviados a mí desde Cesarea. 12 El Espíritu me ordenó a ir con ellos, y que no debía hacer ninguna distinción entre ellos. Estos seis hermanos fueron conmigo, y nosotros fuimos a la casa del hombre. 13 El nos contó como el había visto al ángel parado en su casa y diciendo: "Envía hombres a Jope y traigan de vuelta a Simón, que es llamado Pedro. 14 Él les hablará un mensaje por el cual ustedes serán salvos, tú y toda tu casa." 15 Al comenzar a hablarles, el Espíritu Santo vino sobre ellos, tal como fue sobre nosotros al principio. 16 Yo recordé las palabras del Señor, como Él dijo: "Juan de cierto bautizó con agua; pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo." 17 Entonces, si Dios les dió el mismo regalo como nos lo dió a nosotros cuando creímos en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo, para oponerme a Dios?" 18 Cuando ellos escucharon estas cosas, ellos dijeron nada en respuesta, sino que ellos adoraron a Dios y dijeron: "Entonces Dios ha dado arrepentimiento para vida a los Gentiles también." 19 Ahora, aquellos que habian sido dispersados por causa de la persecución que comenzó con la muerte de Esteban fueron esparcidos tan lejos como Fenicia, Chipre, y Antioquía, pero ellos hablaron el mensaje sobre Jesús solamente solo a los Judíos. 20 Pero algunos de ellos, hombres de Chipre y Cirene, llegaron a Antioquía y le hablaron también a los Griegos, contandoles a ellos las buenas nuevas sobre el Señor Jesús. 21 Y la mano del Señor estaba con ellos; y un gran número creyó y se convirtieron al Señor. 22 Noticias de ellos llegaron a los oídos de la iglesia en Jerusalén: y ellos enviaron a Bernabé tan lejos como Antioquía. 23 Cuando él llegó y vio el regalo de Dios, él se alegró; y los motivó a todos a permanecer con el Señor, con todo sus corazón. 24 Porque él era un hombre bueno y lleno del Espíritu Santo y de fe, y muchas personas fueron añadidas al Señor. 25 Entonces Bernabé fue a Tarso a buscar a Saulo. 26 Cuando él lo encontró, lo trajo a Antioquía. Fue cerca de un año entero ellos se reunieron juntos con la iglesia y enseñaron a muchas personas. Los discípulos fueron llamados Cristianos por primera vez en Antioquía. 27 Ahora en aquellos días algunos profetas bajaron de Jerusalén a Antioquía. 28 Uno de ellos, de nombre Agabo, se paró e indicó por el Espíritu Santo que una gran hambruna iba a ocurrir en todo el mundo. Esto sucedió en los días de Claudio. 29 Entonces, los discípulos, según cada uno era capaz, decidieron enviar ayuda a los hermanos en Judea. 30 Ellos hicieron esto; ellos enviaron dinero a los ancianos por manos de Bernabé y Saulo.

12

1 Ahora, en aquel tiempo el rey Herodes echó mano de algunos que pertenecían a la iglesia para que el pudiera maltratarlos. 2 Él mató con la espada a Santiago el hermano de Juan. 3 Después que él vio que ésto le agradó a los Judíos, él procedió a arrestar a Pedro también. Eso fue durante los días de los panes sin levadura. 4 Después de arrestrarlo, lo puso en prisión y asignó cuatro escuadrones de soldados para vigilarlo; él intentanba presentarlo al pueblo despúes de la Pascua. 5 Entonces Pedro fue dejado en prisión, pero oración por él fue hecha fervientemente a Dios por aquellos en la iglesia. 6 El día antes que Herodes lo presentara, esa noche Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas; y guardias frente a la puerta estaban vigilando la prisión. 7 Miren, un ángel del Señor de repente se le apareció, y una luz brilló en la celda. Él tocó a Pedro en un costado y lo despertó diciéndole: "Levántate rápido." Entonces sus cadenas cayeron de sus manos. 8 El ángel le dijo: "Vístete y ponte las sandalias." Pedro lo hizo. El ángel le dijo: "Ponte tu vestimenta exterior y sígueme." 9 Entonces Pedro siguió al ángel y salió. Él no sabía que lo que fue hecho por el ángel era real. Él pensó que estaba viendo una visión. 10 Después que ellos habían pasado la primera y la segunda guardia, ellos llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad; ésta se abrió por sí sola. Ellos salieron y fueron calle abajo, y el ángel lo dejó inmediatamente. 11 Cuando Pedro volvió en sí, él dijo: "Ahora ciertamente sé que el Señor ha enviado a Su Ángel y me liberó de la mano de Herodes, y de toda expectación del pueblo Judío." 12 Cuando él se dio cuenta de ésto, él fue a la casa de María la madre de Juan tambien llamado Marcos; muchos creyentes estaban reunidos allí y estaban orando. 13 Cuando el tocó a la puerta de entrada, una jóven sirvienta llamada Rode salió a responderle. 14 Cuando ella reconoció la voz de Pedro, de gozo ella falló en abrir la puerta; en su lugar, ella llegó corriendo dentro del cuarto; ella dijo que Pedro estaba parado a la puerta. 15 Entonces ellos le dijeron: "Tú estás loca." Pero ella insistió que era así. Ellos dijeron: "Es su ángel." 16 Pero Pedro continuó tocando, y cuando ellos abrieron la puerta, lo vieron y estaban sorprendidos. 17 Pedro les hizo señas con su mano para que estuvieran en silencio, y él les contó como el Señor lo había sacado de la cárcel. Él dijo: "Informa estas cosas a Santiago y los hermanos." Entonces él se fue a otro lugar. 18 Ahora cuando se hizo de día, había una gran conmoción entre los soldados, en cuanto a lo que había sucedido con Pedro. 19 Después que Herodes haberlo buscado y no poderlo encontrar, él interrogó a los guardias y ordenó que los mataran. Entonces él salió de Judea a Cesarea y se quedó allí. 20 Ahora Herodes estaba muy enojado con la gente de Tiro y Sidón. Ellos fueron juntos a él. Ellos persuadieron a Blasto, el asistente del rey, para que los ayudara. Entonces ellos pidieron paz, porque su país recibió sus provisiones del país del rey. 21 En el día señalado, Herodes se vistió de ropa real y se sentó en el trono; y les dio un discurso. 22 La gente gritaba: "¡Esta es la voz de un dios, no de un hombre!" 23 Inmediatamente un ángel del Señor lo hirió, porque no le había dado gloria a Dios; él fue comido por gusanos y murió. 24 Pero la palabra de Dios creció y se multiplicó. 25 Después que Bernabé y Saulo completaron su misión en Jerusalén, ellos regresaron; ellos tomaron con ellos a Juan, también llamado Marcos.

13

1 Ahora en la iglesia de Antioquía, había algunos profetas y maestros. Ellos eran Bernabé, Simón (llamado el Negro), Lucio de Cirene, Manaén (hermano adoptivo de Herodes el tetrarca), y Saulo. 2 Mientras ellos estaban adorando al Señor y ayunando, el Espíritu Santo dijo: "Apártenme a Bernabé y Saulo, para que hagan el trabajo para el cual Yo los llamé." 3 Después que ellos habían ayunado, orado, e impuesto las manos sobre estos hombres, los enviaron. 4 Entonces Bernabé y Saulo obedecieron al Espíritu Santo y descendieron a Seleucia; desde donde ellos embarcaron a la isla de Chipre. 5 Cuando ellos estaban en la ciudad de Salamina, proclamaron la palabra de Dios en las sinagogas de los Judíos. Ellos también tenían a Juan Marcos como su asistente. 6 Cuando ellos habían ido a través de toda la isla hasta Pafos, encontraron a cierto mago, un falso profeta Judío, cuyo nombre era Barjesús. 7 Este mago asosciado con el procónsul, Sergio Paulo, quien era un hombre inteligente. Este hombre hizo venir a Bernabé y Saulo, porque él quería oír la palabra de Dios. 8 Pero Elimas "el mago" (así es como su nombre es traducido) se opuso a ellos; él trató de desviar al procónsul de la fe. 9 Pero Saulo, que también era llamado Pablo, lleno del Espíritu Santo; mirándolo fijamente 10 y dijo: "Tú hijo del diablo, tu estás lleno de toda clase de engaño y maldad. Tú eres un enemigo de toda clase de justicia. Tú nunca dejarás de torcer los caminos rectos del Señor, ¿lo harás tú? 11 Ahora mira, la mano del Señor está sobre tí, y te quedarás ciego. Tú no verás el sol por un tiempo." Inmediatamente cayó sobre Elimas una niebla y oscuridad; él comenzó a dar vueltas pidiéndole a la gente que lo guiaran por la mano. 12 Después que el procónsul vio lo que había sucedido, él creyó, porque él estaba atónito de las enseñanzas acerca del Señor. 13 Ahora Pablo y sus amigos se embarcaron desde Pafos y llegaron a Perge en Panfilia. Pero Juan los dejó y regresó a Jerusalén. 14 Pablo y sus amigos viajaron desde Perge y vinieron a Antioquía de Pisidia. Allí ellos fueron a la sinagoga en el día del Sábado y se sentaron. 15 Después de la lectura de la Ley y de los profetas, los líderes de las sinagogas les enviaron un mensaje diciéndole: "Hermanos, si ustedes tienen algún mensaje de exhortación para la gente aquí, díganlo." 16 Entonces Pablo estando de pie y moviendo sus manos; dijo: "Hombres de Israel y ustedes que honran a Dios, escuchen. 17 El Dios de este pueblo de Israel escogió nuestros antepasados e hizo un pueblo numeroso cuando ellos estaban en la tierra de Egipto, y con brazo levantado él los dirijió fuera de allí. 18 Por cerca de cuarenta años él los soportó en el desierto. 19 Después que él destruuyó siete naciones en la tierra de Canaán, Él le dio a nuestro pueblo la tierra por herencia. 20 Todos estos eventos tuvieron lugar por cerca de cuatrocientos cincuenta años. Después de todas estas cosas, Dios les dio jueces hasta Samuel el profeta. 21 Entonces, el pueblo pidió rey, y Dios les dio a Saulo el hijo de Cis, un hombre de la tribu de Benjamín, para ser rey por cuarenta años. 22 Después que Dios lo removió del reinado, Él levantó a David para ser su rey. Fue acerca de David que Dios dijo: 'Yo he encontrado que David el hijo de Jesé es un hombre conforme a mi corazón; que hará todo lo que Yo quiero que haga.' 23 De los descendientes de este hombre Dios trajo a Israel un Salvador, Jesús, como él lo prometió hacer. 24 Esto comenzó a suceder cuando, antes de que Jesús viniera, Juan primero anunció el bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel. 25 Mientras Juan estaba terminando su trabajo, él dijo: '¿Quién piensan ustedes que soy? Yo no soy el Escogido. Pero escuchen, viene uno después de mí, a quien yo no soy digno de desatarle los zapatos de sus pies.' 26 Hermanos, hijos de la línea de Abraham, y aquellos entre ustedes que adoran a Dios, es para nosotros que el mensaje de esta salvación ha sido enviado. 27 Porque para ellos, que viven en Jerusalén, y para sus gobernantes que no le reconocen, ellos cumplieron las palabras de los profetas que se leen todos los Sábados al condenarlo. 28 Aún cuando ellos no encontraron una buena causa para matarlo, pidieron a Pilato que Lo matara. 29 Cuando ellos completaron todas las cosas que estaban escritas acerca de Él, Lo bajaron del madero y Lo pusieron en un sepulcro. 30 Pero Dios Lo levantó de los muertos. 31 Él fue visto por muchos días por aquellos que habían venido con Él de Galilea a Jerusalén. Ahora estas personas son Sus testigos para el pueblo. 32 Así que nosotros les estamos trayendo a ustedes las buenas nuevas acerca de las promesas hechas a nuestros antepasados. 33 Dios las ha mantenido estas promesas para nosotros, sus hijos, en que Él levantó a Jesús de vuelta a la vida. Esto también está escrito en el segundo Salmo: "TÚ ERES MI HIJO, HOY YO HE VENIDO A SER TU PADRE." 34 Tambien acerca del hecho que Él lo levantó de los muertos para que su cuerpo no vuelva a corrupción, Él ha hablado de esta manera: "YO LES DARÉ A USTEDES LAS SANTAS Y SEGURAS BENDICIONES DE DAVID." 35 Por esto Él también dice en otro salmo: 'TÚ NO PERMITIRÁS QUE TU SANTO VEA CORRUPCIÓN.' 36 Pues después que David sirvió en su propia generación los deseos de Dios, él durmió, y fue sepultado con sus padres, y vio corrupción, 37 pero Él a quien Dios levantó, no vio corrupción. 38 Sea conocido a ustedes, hermanos, que a través de este Hombre se proclama a ustedes perdón de pecados. 39 Por Él todo el que cree es justificado de todas las cosas por las cuales la Ley de Moisés no puede justificarlos. 40 Así que tengan cuidado de que lo que los profetas hablaron no le suceda a ustedes: 41 'MIREN, USTEDES QUE DESPRECIAN, Y SEAN ASOMBRADOS Y ENTONCES PEREZCAN; PUES YO ESTOY HACIENDO UNA OBRA EN SUS DÍAS, UNA OBRA EN LA CUAL NUNCA CREERÁN, AÚN SI ALGUIEN SE LOS ANUNCIARA.'" 42 Mientras Pablo y Bernabé se iban, la gente les rogaba que le hablaran estas mismas palabras el próximo Sábado. 43 Cuando terminó la reunión en la sinagoga, muchos de los Judíos y prosélitos devotos siguieron a Pablo y Bernabé, quienes les hablaron y urgieron a continuar en la gracia de Dios. 44 El próximo Sábado, casi toda la ciudad estaba reunida para escuchar la palabra del Señor. 45 Cuando los Judíos vieron la multitud, se llenaron de celos y hablaron en contra de las cosas que fueron dichas por Pablo y lo insultaron. 46 Pero Pablo y Bernabé hablaron valientemente y dijeron: "Fue necesario que la palabra de Dios se hablara primeramente a ustedes. Viendo que ustedes la rechazaron y se consideraron ustedes mismos indignos de la vida eterna, miren, nosotros nos volveremos a los Gentiles. 47 Pues así el Señor nos lo ha ordenado, diciéndo: 'Yo los he puesto como una luz para los Gentiles, que ustedes deben traer salvación a las partes más lejanas de la tierra.'" 48 Mientras los Gentiles escuchaban esto, ellos estaban alegres y alababan la palabra del Señor. Todos los que estaban señalados para la vida eterna creyeron. 49 La palabra del Señor fue esparcida por toda la región. 50 Pero los Judíos urgieron a las mujeres devotas e importantes, así como también a los hombres más prominentes de la ciudad. Éstos desataron una persecusión en contra de Pablo y Bernabé y los expulsaron más allá de la frontera de su ciudad. 51 Pero Pablo y Bernabé sacudieron el polvo de sus pies en contra de ellos. Entonces ellos fueron a la ciudad de Iconio. 52 Y los discípulos fueron llenos de gozo y con el Espíritu Santo.

14

1 Aconteció en Iconio que Pablo y Bernabé entraron juntos a la sinagoga de los Judíos y hablaron de tal manera que una gran multitud de ambos, Judíos y Griegos, creyeron. 2 Pero los Judíos que fueron desobedientes incitaron las mentes de los Gentiles y los amargaron contra sus hermanos. 3 Así que ellos se quedaron allí mucho tiempo, hablando valientemente con el poder del Señor, mientras Él daba evidencia sobre el mensaje de Su gracia. Él hizo esto concediendoles señales y maravillas para ser hechas por las manos de Pablo y Bernabé. 4 Pero la mayoría de la ciudad estaba dividida; algunas personas del lado de los Judíos, y otros con los apóstoles. 5 Cuando ambos, Gentiles y Judíos, intentaron de persuadir a sus líderes para maltratar y apredear a Pablo y Bernabé, 6 ellos se dieron cuenta y huyeron a las ciudades de Licaonia, Listra y Derbe y a las regiones que las rodeaban, 7 y allí ellos predicaban el evangelio. 8 En Listra un cierto hombre sentado, sin fuerza en sus pies, un lisiado desde el vientre de su madre, quien nunca había caminado. 9 Este hombre escuchó a Pablo hablando. Pablo fijó sus ojos en él y vio que tenía fe para ser curado. 10 Así que le dijo en voz alta: "Ponte de pie." Y el hombre saltó y caminó. 11 Cuando la multitud vio lo que Pablo había hecho, levantaron su voz, diciendo en el dialecto de Licanoa: "Los dioses han bajado a nosotros en forma de hombres." 12 Ellos llamaron a Bernabé " Zeus", y a Pablo, "Hermes," porque él era el que traía el mensaje. 13 El sacerdote de Zeus, cuyo templo estaba justo fuera de la ciudad, trajo bueyes y coronas de flores a las puertas; él y la multitud querían ofrecer sacrificio. 14 Pero cuando los apóstoles, Bernabé y Pablo, escucharon esto, rasgarraron sus ropas y rápido fueron a la multitud, gritando 15 y diciendo: "Hombres, ¿por qué ustedes están haciendo estás cosas? Nosotros también somos seres humanos con los mismos sentimientos que ustedes. Nosotros les traemos a ustedes buenas noticias, que ustedes se deben volver de estas cosas inútiles al Dios vivo, que hizo los cielos, la tierra, y el mar, y todo lo que está en ellos. 16 En el tiempo pasado, Él permitió que las naciones que caminaran en sus propios caminos. 17 Pero todavía, Él no ha quedado sin testigos, en aquello que Él hizo bien y les dio las lluvias del cielo y temporadas fructíferas, llenando sus corazones con alimento y alegría". 18 Aún con estas palabras, Pablo y Bernabé apenas evitaron que la multitud les ofrecieran sacrifisios. 19 Pero algunos Judíos de Antioquía e Iconio llegaron y persuadieron a la multitud. Ellos apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. 20 Todavía mientras los discípulos estaban alrededor de él, él se levantó y entró a la ciudad. Al día siguiente, él se fue a Derbe con Bernabé. 21 Después que ellos habían predicado el evangelio en aquella ciudad e hicieron muchos discípulos, ellos regresaron a Listra, a Iconio y a Antioquía. 22 Ellos mantuvieron fortalecidas las almas de los discípulos y los animaron a continuar en la fe, diciendo: "Nosotros tenemos que entrar al Reino de Dios por medio de muchos sufrimientos." 23 Cuando ellos habían designado para ellos ancianos en cada iglesia, y habían orado con ayuno, ellos los encomendaron al Señor, en Quien ellos habían creído. 24 Entonces ellos pasaron a través de Pisidia y llegaron a Pamfilia. 25 Después de haber hablado la palabra en Perge, descendieron a Atalia. 26 De allí embarcaron a Antioquía, donde ellos habían sido encomendados a la gracia de Dios para el trabajo al cual ellos ahora habían completado. 27 Cuando llegaron a Antioquía y reunieron a la iglesia, ellos informaron todas las cosas que Dios había hecho con ellos, y como Él abrió una puerta de fe para los Gentiles. 28 Ellos se quedaron por mucho tiempo con los discípulos.

15

1 Algunos hombres bajaron desde Judea hasta Antioquia y enseñaron a los hermanos, diciendo: "A menos que ustedes sean circuncidados según la costumbre de Moisés, ustedes no pueden ser salvos." 2 Esto provocó que Pablo y Barnabé tuvieran una intensa disputa y debate con ellos. Asi que Pablo y Bernabé junto a algunos otros de entre ellos fueron asignados para ir a Jerusalen para reunirse con los apostoles y los ancianos acerca de éste asunto. 3 Por lo tanto ellos, habiendo sido enviados por la iglesia, pasaron a través de ambos, Fenicia y Samaria, y anunciaban la conversión de los Gentiles. Ellos trajeron gran gozo a todos los hermanos. 4 Cuando ellos llegaron a Jerusalén, fueron bienvenidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, e informaron todas las cosas que Dios había hecho con ellos. 5 Pero algunos hombres que creyeron, quienes pertenecían al grupo de Fariseos, se pararon y dijeron: "Es necesario circuncidarlos y ordenarles que guarden la Ley de Moisés." 6 Entonces los apóstoles y los ancianos se reunieron para considerar este asunto. 7 Despues de mucho debate, Pedro se levantó y les dijo: "Hermanos, ustedes saben que un buen tiempo atrás Dios hizo una elección entre ustedes, para que por mi boca los Gentiles escucharan la Palabra del Evangelio, y creyeran. 8 Dios, que conoce el corazón, les testifica a los gentiles, dándoles el Espíritu Santo, tal como Él hizo con nosotros; 9 y Él no hizo distinción entre nosotros y ellos, haciendo sus corazones limpios por la fe. 10 Ahora por lo tanto, ¿por qué ustedes prueban a Dios, poniendo un yugo en los cuellos de los discípulos, que ni siquiera nuestros padres ni nosotros somos capaces de soportar? 11 Pero nosotros creemos que seremos salvos por medio de la gracia del Señor Jesús, tal como fueron ellos." 12 Toda la multitud guardó silencio mientras ellos escuchaban a Bernabé y a Pablo informar acerca de las señales y maravillas que Dios había obrado entre los Gentiles a través de ellos. 13 Después que terminaron de hablar, Jacobo (Santiago) contestó, diciendo: "Hermanos, escúchenme. 14 Simón ha dicho cómo Dios primero ayudó a los Gentiles para tomar de ellos un pueblo para Sú Nombre. 15 Las palabras de los profetas están de acuerdo con esto, como está escrito: 16 'DESPUÉS DE ESTAS COSAS YO REGRESARÉ, Y CONSTRUIRÉ OTRA VEZ LA TIENDA DE DAVID, QUE HA CAÍDO; LA LEVANTARÉ Y RESTAURARÉ SUS RUINAS NUEVAMENTE, 17 PARA QUE EL REMANENTE DE HOMBRES PUEDAN BUSCAR AL SEÑOR, INCLUYENDO TODOS LOS GENTILES LLAMADOS POR MI NOMBRE.' 18 Esto es lo que el Señor dice, quien ha hecho estas cosas que han sido conocidas desde tiempos antiguos." 19 Por lo tanto, mi opinión es, que nosotros no debemos poner tropiezo a aquellos de los Gentiles que se vuelven a Dios. 20 Pero le escribiremos que ellos se tienen que mantener alejados de la contaminación de los ídolos, de la immoralidad sexual, de la carne de animales estrangulados, y de la sangre. 21 Pues Moisés ha sido proclamado en cada ciudad desde los tiempos antiguos y se lee las leyes judias en las sinagogas cada Dia de reposo. 22 Entonces esto le pareció bien a los apóstoles y los ancianos, con toda la iglesia, el escoger a Judas llamado Barsabás y Silas, quienes eran líderes de la iglesia, y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. 23 Ellos escribieron esto: "De los apóstoles y ancianos, sus hermanos, a los hermanos Gentiles en Antioquía, Siria y Cilicia: ¡Saludos! 24 Hemos escuchado que ciertos hombres han salido de entre nosotros, a quienes nosotros no le hemos dado ninguna orden, y les han perturbado con enseñanzas que han causado molestia a sus almas. 25 Siendo esto asi, todos nosotros acordamos escoger a hombes y enviarlos a ustedes acompañados por nuestros amados Bernabé y Pablo, 26 hombres que han arriesgado sus propias vidas por el Nombre de nuestro Señor Jesucristo. 27 Por lo tanto nosotros estamos enviando a Judas y a Silas, quienes personalmente les hablarán lo mismo sobre lo que hemos escrito en sus propias palabras. 28 Pues le ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros, no poner sobre ustedes mayor carga que estas cosas necesarias: 29 que ustedes se aparten de cosas sacrificadas a ídolos, sangre, cosas estranguladas, y de la immoralidad sexual. Si ustedes se guardan de esto, será bueno para ustedes. Hasta luego." 30 Entonces ellos, cuando fueron despedidos, bajaron a Antioquía; después que ellos reunieron la multitud, entregaron la carta. 31 Cuando la habieron leído, ellos se regocijaron por causa del estímulo. 32 Judas y Silas, también profetas, animaron a los hermanos con muchas palabras y los fortalecieron. 33 Después que ellos habían pasado un tiempo allí, los hermanos los enviaron en paz de regreso a quienes se los habían enviado. 34 Pero le pareció bueno a Silas quedarse allí. 35 Pero Pablo y Bernabé se quedaron en Antioquía junto a muchos otros, donde enseñaron y predicaron la Palabra del Señor. 36 Después de algunos días, Pablo le dijo a Bernabé: "Regresemos ahora y visitemos los hermanos en cada ciudad donde hemos proclamado la palabra del Señor, y veamos como están. 37 Bernabé, también quería llevarse a Juan que era llamado Marcos. 38 Pero Pablo pensó que no era bueno llevarse a Marcos, que los había dejado en Panfilia y no continuó adelante con ellos en la obra. 39 Entonces surgió un gran desacuerdo, así que se separaron uno del otro, y Bernabé tomó a Marcos con él y embarcaron hacia Chipre. 40 Pero Pablo seleccionó a Silas y se marchó, después que el fue encomendado por los hermanos a la gracia del Señor. 41 Despues el fue por Siria y Cilicia, fortaleciendo las iglesias.

16

1 Pablo también llegó a Derbe y a Listra; y miren, allí estaba cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer Judía creyente, y su padre era Griego. 2 De él hablaban bien los hermanos que estaban en Listra e Iconio. 3 Pablo quiso que él viajara con él; así que él lo tomó y lo circuncidó por causa de los Judíos que estaban en esas partes, porque todos conocían que su padre era Griego. 4 Mientras ellos pasaban por las ciudades, ellos les entregaban a las iglesias las instrucciones que debían obedecer, las instrucciones que habían sido escritas por los apóstoles y los ancianos en Jerusalén. 5 Asi que las iglesias eran fortalecidas en la fe y crecían en número diariamente. 6 Pablo y sus acompañantes fueron a través de las regiones de Frigia y Galicia, ya que les habia sido prohibido por el Espíritu Santo predicar la Palabra en la provincia de Asia. 7 Cuando ellos llegaron cerca de Misia, ellos intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús se lo impidió. 8 Así que pasando por Misia, ellos descendieron a la ciudad de Troas. 9 Una visión le apareció a Pablo en la noche: un hombre de Macedonia estaba parado allí, llamándole y diciendo: " Pasa a Macedonia y ayúdanos." 10 Cuando Pablo vió la visión, inmediatamente nos preparamos para ir a Macedonia, concluyendo que Dios nos había llamado para predicarles el Evangelio a ellos. 11 Preparándonos para zarpar de Troas, fuimos directamente a Samotracia, y el día siguiente llegamos a Neápolis. 12 De allí fuimos a Filipos, que es una ciudad de Macedonia, la ciudad más importante en el distrito y una colonia Romana, y nos quedamos en la ciudad por varios días. 13 En el día de reposo salimos fuera de las puertas por el río, donde pensábamos que habría un lugar para orar. Nos sentamos y le hablamos a las mujeres que habían llegado juntas. 14 Una cierta mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura de la ciudad de Tiatira, quien adoraba a Dios, nos escuchaba. El Señor abrió su corazón para prestar atención a las cosas las cuales eran dichas por Pablo. 15 Cuando ella y los miembros de su casa fueron bautizados, ella nos pidió diciéndo: " Si ustedes han juzgado que yo soy fiel al Señor, vengan a mi casa, y quédense allí." Y ella nos persuadió. 16 Aconteció, que mientras íbamos al lugar de oración, una cierta mujer joven que poseía un espíritu de adivinación se encontró con nosotros. Ella le traía grandes ganancias a sus amos, adivinando. 17 Esta mujer seguía detrás Pablo y nosotros y gritaba, diciendo: "Estos hombres son siervos del Dios Altísimo. Ellos les proclaman el camino de salvación." 18 Ella hizo esto por muchos días. Pero Pablo, estando muy molesto con ella, se volteó y le dijo al espíritu: "Yo te ordenó en el nombre de Jesucristo que salgas de ella." Y en aquel mismo momento salió fuera. 19 Cuando sus amos vieron que se había ido la esperanza de sus ganancias, ellos agarraron a Pablo y a Silas y los arrastraron hasta el mercado delante de las autoridades. 20 Cuando ellos los llevaron ante los magistrados, ellos dijeron: "Estos hombres, están revolucionando nuestra ciudad. Ellos son judios. 21 Ellos proclaman costumbres que no son lícitas para los romanos aceptar o practicar." 22 Entonces la multitud se levantó unida contra Pablo y Silas; los magistrados rasgaron sus vestidos y ordenaron que ellos fueran golpeados con varas. 23 Cuando ellos les habían dado muchos golpes, los echaron en la cárcel y le ordenaron al carcelero que los mantuviera seguros. 24 Después de recibir esta orden, el carcelero los arrojó a ellos a la prisión interior y les sujetó los pies en el cepo. 25 Alrededor de la media noche Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, y los demás prisioneros los estaban escuchando. 26 De repente hubo un gran terremoto, y los cimientos de la cárcel fueron sacudidos; inmediatamente todas las puertas se abrieron, y las cadenas de todos fueron sueltas. 27 El carcelero fue despertado del sueño y vio abiertas las puertas de la cárcel; él tomó su espada y estuvo a punto de matarse, porque él pensó que los prisioneros se habían escapado. 28 Pero Pablo gritó con fuerte voz, diciendo: "No te hagas daño, porque todos estamos aquí." 29 El carcelero pidiendo luz y precipitadamente entró, y temblando de miedo, cayó delante de Pablo y de Silas, 30 y los llevó fuera y les dijo: "Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo?" 31 Ellos dijeron: "Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y tu casa." 32 Ellos le hablaron la Palabra del Señor, a todos en su casa. 33 Entonces, el carcelero los tomó en aquella misma hora de la noche, y lavó sus heridas, y él y toda su casa fueron bautizados inmediatamente. 34 Entonces mientras el trajo a Pablo y a Silas arriba a su casa y les sirvió comida, él se regocijó grandemente con los de su casa, de que el había creido en Dios. 35 Ahora cuando era de día, los magistrados enviaron mensaje a los guardias diciéndoles: "Dejen a esos hombres ir." 36 El carcelero le comunicó estas palabras a Pablo diciendo: "Los magistrados me han enviado mensaje diciéndo que los deje ir: ahora por lo tanto salgan, y vayan en paz. 37 Pero Pablo les dijo: "Ellos nos golpearon públicamente sin hacernos juicio, aun siendo nosotros ciudadanos romanos y nos echaron en la cárcel. ¿Quieren ellos ahora soltarnos secretamente? ¡No! Que vengan ellos mismos y nos saquen". 38 Los guardias le informaron este mensaje a los magistrados; los magistrados se asustaron cuando escucharon que Pablo y Silas eran Romanos. 39 Los magistrados vinieron y se disculparon con ellos y los sacaron, pidiéndoles que se fueran de la ciudad. 40 Entonces, Pablo y Silas salieron de la cárcel y fueron a la casa de Lidia. Cuando Pablo y Silas vieron a los hermanos, los animaron y entonces partieron de la ciudad.

17

1 Ahora cuando ellos habían pasado por las ciudades de Anfípolis y Apolonia, ellos llegaron a la ciudad de Tesalónica, donde había una sinagoga de los Judíos. 2 Pablo, como era su costumbre, fue a ellos, y por tres dias de reposo discutió con ellos de las Escrituras. 3 Él estaba abriendo las Escrituras y explicando que era necesario que el Cristo sufririera y se levantara de los muertos. El dijo: "Éste Jesús de quien yo predico a ustedes es el Cristo". 4 Algunos de los Judíos fueron persuadidos y se unieron a Pablo y Silas, incluyendo un gran número de griegos devotos y no pocas de las mujeres líderes. 5 Pero los Judíos incrédulos, siendo movidos con celos, tomaron algunos hombres malvados del mercado, reunieron una multitud, y alborotaron la ciudad. Asaltando la casa de Jasón, ellos querían entregar a Pablo y Silas al pueblo. 6 Pero cuando no los encontraron, ellos arrastraron a Jasón y a algunos hermanos ante los oficiales de la ciudad, gritando: "Estos hombres que han volteado el mundo boca abajo han venido también aquí. 7 Estos hombres a quienes Jasón les dió la bienvenida actúan contra los decretos de César; ellos dicen que hay otro rey, Jesús." 8 La multitud y los oficiales de la ciudad se molestaron cuando escucharon estas cosas. 9 Pero después que los oficiales hicieron que Jasón y los demas pagaran dinero como fianza, los dejaron ir. 10 Esa noche los hermanos enviaron a Pablo y Silas a Berea. Cuando ellos llegaron allí, fueron a la sinagoga de los Judíos. 11 Ahora esa gente eran más nobles que aquellos en Tesalónica, porque ellos recibieron la palabra con la mente dispuesta, examinando las Escrituras diariamente para ver si estas cosas eran así. 12 Por lo tanto muchos de ellos creyeron, incluyendo algunas mujeres griegas influyentes y muchos hombres. 13 Pero cuando los Judíos de Tesalónica descubrieron que Pablo también estaba proclamando la palabra de Dios en Berea, ellos fueron allá y agitaron y alborotaron la multitud. 14 Entonces inmediatamente, los hermanos enviaron a Pablo al mar, pero Silas y Timoteo se quedaron allí. 15 Aquellos que habían guiado a Pablo lo llevaron tan lejos como la ciudad de Atenas. Tan pronto lo dejaron allí, ellos recibieron instrucciones de él para Silas y Timoteo para que venieran tan rápido como fuera posible. 16 Ahora mientras Pablo esperaba por ellos en Atenas, su espíritu se encolerizó dentro de él cuando vio la ciudad llena de ídolos. 17 Así que él discutía en la sinagoga con los Judíos y aquellos que adoraban a Dios y también en el mercado con aquellos que estuvieran alli. 18 Pero también algunos de los filósofos Epicúreos y Estoicos se econtraron con él. Algunos dijeron: "¿Qué está tratando de decir este charlatan?" Otros decían: "El parece ser uno que llama a las personas a seguir dioses extraños," porque él estaba predicando acerca de Jesús y la resurrección. 19 Ellos tomaron a Pablo y lo llevaron al Areópago, diciendo, "¿Podemos saber de esta nueva enseñanza de la cual estabas hablando? 20 Porque tú traes algunas cosas extrañas a nuestros oídos. Por lo tanto, queremos saber que significan estas cosas." 21 (Ahora todos los Atenienses y los extranjeros que vivian allí gastaban su tiempo en nada, sino hablando o escuchando acerca de algo nuevo). 22 Entonces Pablo se paró en el centro del Areópago y dijo, "Ustedes hombres de Atenas, veo que ustedes son muy religiosos en todas las maneras. 23 Pues mientras pasaba y observaba los objetos de su adoración, Yo encontré un altar con esta inscripción: "A UN DIOS DESCONOCIDO". Por lo tanto lo que ustedes adoran en ignorancia, esto yo les anuncio. 24 El Dios que hizo la tierra y todo lo que hay en ella, ya que Él es Señor del cielo y la tierra, no vive en templos construidos con manos. 25 Ni Él es servido por las manos de los hombres, como si Él necesitara algo, ya que Él mismo da vida y aliento a las personas y todo lo demás. 26 Por un hombre Él hizo cada nación de personas para vivir sobre la superficie de la tierra, habiendo determinado sus tiempos señalados y los limites de los lugares donde vivir, 27 para que ellos busquen a Dios, si es que talvez, ellos puedan anciarlo y encontrarlo. Aunque Él no está lejos de ninguno de nosotros. 28 Porque en Él vivimos y nos movemos y tenemos nuestro ser, tal como uno de sus propios poetas ha dicho, 'Porque nosotros también somos Su descendencia'. 29 Por lo tanto, ya que nosotros somos descendencia de Dios, no debemos pensar que las cualidades de su deidad son como el oro, o la plata, o piedras esculpidas - imágenes creadas por el arte e imaginación de hombre. 30 Por lo tanto, Dios pasó por alto los tiempos de la ignorancia, pero ahora Él ordena a todos los hombres en todo lugar a arrepentirse. 31 Esto es porque Él ha fijado un día cuando Él juzgará al mundo con justicia por medio del Hombre que Él ha escogido. Dios ha dado testimonio de este Hombre a todos, levantándolo de los muertos". 32 Ahora cuando los hombres de Atenas escucharon de la resurrección de los muertos, algunos se burlaron de Pablo; pero otros dijeron: "Nosotros te escucharemos de nuevo acerca de este asunto". 33 Después de eso, Pablo los dejó. 34 Pero algunos se unieron a él y creyeron, incluyendo a Dionisio el Areopagita, una mujer llamada Damaris, y otros con ellos.

18

1 Después de estas cosas Pablo dejó Atenas y fue a Corinto. 2 Allí él conoció a cierto Judío llamado Aquila, un hombre que por raza era de Ponto; él recientemente había llegado de Italia con su esposa Priscila, porque Claudio había ordenado que todos los Judíos se fueran deRoma. Pablo fue a ellos, 3 y porque él era del mismo oficio, él se quedó con ellos y trabajó, pues ellos eran hacedores de tiendas. 4 Entonces Pablo debatía en la sinagoga cada Sábado. El persuadía a ambos, Judíos y Griegos. 5 Pero cuando Silas y Timoteo descendieron de Macedonia, Pablo fue impulsado por el Espíritu a testificarles a los Judíos que Jesús era el Cristo. 6 Cuando los Judíos se le opusieron y lo insultaron, Pablo sacudió su vestidura por ellos y les dijo a ellos; " Sea su sangre sobre sus propias cabezas; yo soy inocente. Desde ahora en adelante iré a los Gentiles." 7 Entonces él se fue de ahí y fue a casa de Ticio Justo, un hombre que adoraba a Dios. Su casa estaba al lado de la sinagoga. 8 Crispo, el lider de la sinagoga y toda su casa creyeron en el Señor. Muchos de los Corintos que oyeron a Pablo creyeron y fueron bautizados. 9 Él Señor le dijo a Pablo en una visión nocturna; "No tengas miedo, sino habla y no estés en silencio. 10 Porque Yo estoy contigo, y nadie tratará de dañarte, porque tengo mucha gente en está ciudad." 11 Pablo vivió allí por un año y seis meses, enseñando la Palabra de Dios entre ellos. 12 Pero cuando Galio se convirtió en gobernador de Acaya, los Judíos se levantaron en contra de Pablo y lo llevaron ante de la silla de juicio; 13 ellos dijeron, " Este hombre persuade a las personas a adorar a Dios contrario a la ley." 14 Todavia cuando Pablo estaba a punto de hablar, Galio dijo a los Judíos: "Ustedes Judíos, si en verdad fuera un asunto incorrecto o un crimen, sería razonable tratarlo con ustedes. 15 Pero ya que estas son preguntas sobre palabras y nombres y su propia ley, resuélvanlo ustedes mismos. Yo no deseo ser el juez de este asuntos." 16 Galio hizo que ellos dejaran la silla de juicio. 17 Pero todos ellos agarraron a Sóstenes, el gobernador de la sinagoga, y lo golpearon frente a la silla de juicio. Pero a Galión no le importó lo que ellos hicieron. 18 Pablo, después de quedarse allí por muchos días más, dejó a los hermanos y embarcó para Siria con Priscila y Aquila. Antes de dejar el puerto de Cencrea, él se afeitó la cabeza porque había tomado un voto. 19 Cuando ellos llegaron a Éfeso, Pablo dejó allí a Priscila y Aquila, pero él fue a la sinagoga y debatió con los Judíos. 20 Cuando ellos le pidieron a Pablo que se quedara más tiempo, él declinó. 21 Pero despidiéndose de ellos, dijo: " Yo regresaré otra vez a ustedes si es la voluntad de Dios." A continuación zarpó de Éfeso. 22 Cuando Pablo arribó a Cesaréa, subió y saludó a la iglesia de Jerusalén y después bajó a Antioquía. 23 Después de haber pasado un tiempo allí, Pablo partió y fue a través de las regiones de Galacia y de Frigia y animó a todos los discípulos. 24 Ahora cierto Judío llamado Apolos, nacido en Alejandría, vino a Éfeso. Él era elocuente hablando y poderoso en las Escrituras. 25 Apolos había sido instruído en las enseñanzas del Señor. Siendo ferviente en espíritu, él habló y enseñó con exactitud las cosas concernientes a Jesús, pero él solo conocía el bautismo de Juan. 26 Apolos empezó a hablar valientemente en la sinagoga. Pero cuando Priscila y Aquila lo escucharon, lo llamaron aparte y le explicaron el Camino de Dios con más exactitud. 27 Cuando él deseó pasar por Acaya, los hermanos lo animaron y le escribieron a los discípulos en Acaya que lo recibieran. Cuando él llegó, él ayudó grandemente a aquellos que habían creído por gracia. 28 Apolos poderosamente refutaba con los Judios en debate público, mostrando por las Escrituras que Jesús es el Cristo.

19

1 Y sucedió que cuando Apolo estaba en Corinto, Pablo pasaba a través de las regiones superiores del país y llegó a la ciudad de Éfeso y encontró a ciertos discípulos allí. 2 Pablo les dijo: "¿Ustedes recibieron al Espíritu Santo cuando creyeron?" Ellos le dijeron: "No, nosotros ni siquiera hemos escuchado sobre el Espíritu Santo." 3 Pablo dijo: "¿en qué entonces fueron ustedes bautizados?" Ellos dijeron: "en el bautismo de Juan." 4 Entonces Pablo respondió: "Juan bautizaba con el bautismo de arrepentimiento. Él le decía a la gente que ellos debían creer en Aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús." 5 Cuando la gente escuchó esto, ellos fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6 Entonces cuando Pablo les impuso sus manos sobre ellos, el Espiritu Santo vino sobre ellos y hablaron en otras lenguas y profetizaron. 7 En total ellos eran unos doce hombres. 8 Pablo entró a la sinagoga y habló valientemente por espacio de tres meses, enseñando y persuadiendo a la gente acerca del Reino de Dios. 9 Pero cuando algunos Judíos fueron endurecidos y desobedientes, ellos empezaron a hablar mal del Camino de Cristo ante la multitud. Entonces Pablo los dejó, y se llevó a los creyentes lejos de ellos. Él empezó a enseñarles cada día en el salón de lectura de Tirano. 10 Esto continuó por dos años, para que todos los que vivían en Asia escucharan la Palabra del Señor, ambos Judíos y Griegos. 11 Dios estaba haciendo obras poderosas por las manos de Pablo, 12 de modo, que hasta los pañuelos y delantales que lo habian tocado fueron llevados a los enfermos y sus enfermedades fueron curadas y los malos espíritus salieron fuera de ellos. 13 Pero allí habían exorcistas Judíos viajando a través del área. Ellos tomaban el Nombre de Jesús para su propio uso para tener poder sobre espiritus malignos cuando decían: "Por el Jesús que Pablo predica, yo te ordeno que salgas." 14 Los que hacían esto eran los siete hijos de un sacerdote principal Judío, llamado Esceva. 15 Un espíritu maligno les contestó: "A Jesús conozco, y a Pablo conozco; pero ¿quiénes son ustedes?" 16 El espíritu maligno en el hombre saltó sobre los exorcistas y los dominó y los golpeó. Entonces ellos huyeron de esa casa desnudos y heridos. 17 Esto se hizo conocido a todos, ambos Judíos y Griegos, que vivían en Efeso. Ellos se asustaron mucho, y el nombre del Señor Jesús fué honrado. 18 También, muchos de los creyentes vinieron y confesaron y admitieron las cosas malas que ellos habían hecho. 19 Muchos que practicaban artes mágicas trajeron sus libros y los quemaron a la vista de todos. Cuando ellos calcularon el valor de ellos, eran cincuenta mil piezas de plata. 20 Entonces la palabra de el Señor se esparcía ampliamente en formas poderosas. 21 Ahora después que Pablo completó su ministerio en Efeso, él decidió en el Espíritu pasar a Macedonia y a Acaya en su camino a Jerusalén; él dijo: "Después de estar allí, también tengo que ver Roma." 22 Pablo envió a Macedonia dos de sus discípulos, Timoteo y Erasto, quienes lo habían ayudado. Pero él mismo se quedó en Asia por un tiempo. 23 Por aquel tiempo hubo un no pequeño disturbio en Éfeso conscerniente al Camino. 24 Cierto platero llamado Demetrio, quien hacía estatuas de Diana en plata, trajo mucho negocio para los artesanos. 25 Entonces él reunió a los trabajadores de esa ocupación y dijo: "Señores, ustedes saben que en este negocio nosotros hacemos mucho dinero. 26 Ustedes ven y escuchan que, no solo en Efeso, pero casi en toda Asia, este Pablo ha persuadido y apartado a muchas personas. El está diciendo que no hay dioses que sean hechos con las manos. 27 Y no solo hay ahí peligro de que nuestro oficio no se necesite más, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea considerado sin valor. Entonces incluso ella pueda perder su grandeza, ella a quien toda Asia y el mundo adora." 28 Cuando ellos escucharon esto, se llenaron de coraje y gritaron, diciendo: "¡Grande es Diana de los Efesios!" 29 La ciudad entera fue llena de confusión, y las personas se apresuraron al teatro. Ellos habían agarrado a los compañeros de viaje de Pablo, Gayo y Aristarco, que vinieron de Macedonia. 30 Pablo quería entrar entre la multitud de personas, pero los discípulos lo impidieron. 31 También, algunos de los oficiales locales de la Provincia de Asia que eran amigos de Pablo le enviaron un mensaje solicitándole fuertemente que no entrara al teatro. 32 Algunas personas gritaban una cosa, y algunas otra, pues la multitud estaba en confusión. La mayoría de ellos ni siquiera sabían por qué ellos se habían reunido. 33 Algunos de entre la multitud informaron a Alejandro, a quien los judios estaban empujaban hacia el frente, asi que, Alejandro movió su mano queriendo dar una explicación a los que estaban reunidos. 34 Pero cuando se dieron cuenta que él era Judío, todos gritaron a una voz por alrededor de dos horas: "¡Grande es Diana de los Efesios!" 35 Cuando el secretario del pueblo había calmado la multitud, el dijo: "Ustedes hombres de Éfeso, ¿qué hombre aquí no sabe que la ciudad de los Efesios es guardiana del templo de la Gran Diana y de la imagen que bajó del cielo? 36 Viendo entonces que estas cosas eran innegables, ustedes deben de estar callados y no hagan nada precipitadamente. 37 Porque ustedes han traído a estos hombres a esta corte que no son ladrones de templos ni blasfemos de nuestra diosa. 38 Por lo tanto, si Demetrio y los artesanos quienes estan con él tienen una acusación contra alguien, las cortesn está abiertas y ahí hay procónsules. Déjenlos que se acusen ellos unos a otros. 39 Pero si ustedes buscan algo sobre otros asuntos, éste debe ser decidido en la asamblea regular. 40 Porque ciertamente estamos en peligro de ser acusados con respecto al disturbio de hoy. No hay causa para este desorden, y nosotros no seríamos capaces de explicarlo." 41 Cuando él dijo esto, él despidió la asamblea.

20

1 Después que terminó el alboroto, Pablo mandó por sus discípulos y los animó, se despidió de ellos y se marchó para ir a Macedonia. 2 Cuando hubo ido a esas regiones y habiéndoles hablado palabras de ánimo, fue a Grecia. 3 Después de haber estado allí tres meses, una conspiració fue formada en su contra por los Judíos mientras él estaba a punto de embarcar a Siria, así que decidió regresar por Macedonía. 4 Acompañándolo tan lejos como Asia estaba Sópater hijo de Pirro de Berea; Aristarco y Segundo, ambos creyentes de Tesalónica; Gayo de Derbe; Timoteo; y Tíquico y Trófimo de Asia. 5 Pero estos hombres habían partido antes que nosotros y nos estaban esperando en Troas. 6 Nosotros zarpamos de Filipos despúes de los días de los panes sin levadura, y en cinco días llegamos a Troas. Allí nos quedamos por siete días. 7 En el primer día de la semana, cuando estábamos reunidos para partir el pan, Pablo habló a los creyentes. Él estaba planificando partir al próximo día, así que continuó hablando hasta la medianoche. 8 Había muchas lámparas en el aposento alto donde nos habíamos reunido. 9 En la ventana estaba sentado un joven llamado Eutico, quien cayó en un sueño profundo. Mientras Pablo hablaba aún más, este joven, todavía dormido, cayó desde el tercer piso y lo recogieron muerto. 10 Pero Pablo bajó, se tendió sobre él y lo abrazó. Entonces dijo: "No se preocupen más, porque él esta vivo." 11 Entonces él subió las escaleras nuevamente y partió pan y comió. Despúes de hablar con ellos por un largo tiempo hasta el amanecer, él se fue. 12 Ellos trajeron de regreso al muchacho vivo y fueron muy confortados. 13 Nosotros mismos nos adelantamos a Pablo por barco y embarcamos rumbo a Asón, donde planeamos traer a Pablo abordo. Esto es lo que él mismo quería hacer, porque él había planificdo ir por tierra. 14 Cuando nos encontró en Asón, lo trajímos al barco y salimos para Mitilene. 15 Entonces embarcamos de allí y llegamos al siguiente día a la parte opuesta de la isla de Quío. Al día siguiente tocamos la isla de Samos, y al día despúes llegamos a la cuidad de Mileto. 16 Porque Pablo había decidido pasar de largo a Éfeso y así no pasar ningún tiempo en Asia; porque tenía prisa en llegar a Jerusalén para el día de Pentecostés, si fuera del todo posible para él hacerlo así. 17 Desde Mileto él envió hombres a Éfeso y llamó a los ancianos de la iglesia. 18 Cuando ellos llegaron, él les díjo: "Ustedes mismos saben que desde el primer día que puse el pie en Asia, cómo siempre invertí mi tiempo con ustedes. 19 Yo me mantuve sirviendo al Señor con toda humildad de mente y con lágrimas, y en sufrimientos que me ocurrieron a mí por causa de la conspiración de los Judíos. 20 Ustedes saben cómo yo no me contuve de declararles algo que les fuera útil, y cómo yo les enseñé en público y también yendo de casa en casa, 21 testificando a ambos Judios y Griegos sobre el arrepentimiento hacia Dios y la fe en nuestro Señor Jesús. 22 Ahora, miren, yo voy a Jerusalén, ligado al Éspiritu, sin saber las cosas que allí me pasarán, 23 excepto que el Espíritu Santo me testifica en cada cuidad y dice que cadenas y sufrimientos me esperan. 24 Pero yo no considero que mi vida es valiosa para mí mismo, si es que solo yo pueda terminar la carrera y cumpletar el ministerio que recibi del Señor Jesús, para testificar del Evangelio de la Gracia de Dios. 25 Y ahora, miren, yo sé que todos ustedes, entre quienes yo estuve predicando el reino, no verán mi cara más. 26 Por lo tanto, yo les testifico este día, que yo soy inocente de la sangre de cualquier hombre. 27 Porque yo no me contuve de declararles a ustedes toda la voluntad de Dios. 28 Por lo tanto tengan cuidado de ustedes mismos, y de todo el rebaño del cual el Espíritu Santo los ha hecho obispos. Tengan cuidado al pastorear la iglesia de Dios la cúal Él compró con Sú propia Sangre. 29 Yo sé que despúes de mi partida, lobos viciosos entrarán entre ustedes, y no perdonarán al rebaño. 30 Yo sé que incluso entre ustedes mismos algunos hombres vendrán y distorcionarán la verdad para alejar los discípulos y sigan tras ellos. 31 Así que estén en guardia. Recuerden que por tres años yo no dejé de instruir a cada uno de ustedes con lágrimas noche y día. 32 Y ahora yo los encargo a Dios, y a la Palabra de Su gracia, la cual es capaz de edificarlos y darles la herencia entre todos aquellos que están siendo santificados. 33 Yo no codicié plata, oro, ni ropa de ningún hombre. 34 Ustedes mismos saben que estas manos proveyeron para mis propias necesidades y las necesidades de aquellos que estaban conmigo. 35 En todas las cosas yo les he dado ejemplo de cómo ustedes deben ayudar al débil trabajando, y de cómo ustedes deben recordar las palabras del Señor Jesús, Palabras que Él mismo dijo: " Es más bendición dar que recibir." 36 Despúes que él había hablado de esta manera, él se arrodilló y oró con todos ellos. 37 Todos lloraron mucho y abrazaron a Pablo y lo besaron. 38 Muchos de ellos estaban tristes por lo que él les había dicho, de que ellos nunca mas verían su rostro. Entonces ellos lo escoltaron al barco.

21

1 Cuando nosotros nos separamos de ellos y nos preparamos para embarcar, fuimos directamente a la ciudad de Cos, y el proxímo día a la ciudad de Rodes, y de ahí a la ciudad de Pátara. 2 Cuando encontramos un barco cruzando sobre Fenicia, subimos a bordo y nos preparamos para zarpar. 3 Despues que vimos a Cipre, pasándola de largo por el lado izquierdo del barco, navegamos a Siria y desenbarcamos en Tiro, donde el barco debia descargar el cargamento. 4 Después que encontramos a los discípulos, nos quedamos ahí por siete días. A causa del Espíritu los discípulos advertían a Pablo que no fuera a Jerusalén. 5 Cuando nuestros dias alli se cumplieron, nos fuimos y continamos nuestro viaje, y todos ellos, con sus esposas e hijos, nos acompañaron fuera de la ciudad. Entonces nos arrodillamos en la playa, oramos, 6 y nos despedimos de cada uno. Entonces subimos al barco, y ellos regresaron a sus hogares. 7 Cuando nosotros habíamos terminado el viaje desde Tiro, llegamos a Tolemaida. Allí saludamos a los hermanos y nos quedamos con ellos por un día. 8 Al próximo día partímos y fuímos a Cesarea. Entramos a la casa de Felipe, el evangelista, quien era uno de los siete, y nos quedamos con él. 9 Ahora este hombre tenía cuatro hijas vírgenes quienes profetizaban. 10 Al quedamos ahí por varios días, descendió de Judea cierto profeta llamado Agabo. 11 Él vino a nosotros y tomó el cinturón de Pablo. Con él se amarró sus propios pies y manos y dijo: "Así dice el Espirítu Santo: 'Así los Judíos en Jerusalén amarrarán al hombre que es dueño de este cinturón, y ellos lo entregarán en las manos de los Gentiles." 12 Cuando nosotros oímos estas cosas, ambos, nosotros y la gente que vive en ese lugar le rogamos a Pablo que no subiera a Jerusalén. 13 Entonces Pablo contestó: "¿Qué están ustedes haciendo, llorando y rompiendo mi corazón? Pues yo estoy listo, no solo para ser amarrado, sino también para morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús. 14 Ya que Pablo no deseaba ser persuadido, nosotros dejamos de insistir y dijimos: "Sea la voluntad del Señor hecha." 15 Después de estos días, tomamos nuestros bultos y subímos a Jerusalén. 16 También fueron con nosotros algunos de los discípulos de Cesarea. Ellos trajeron con ellos un hombre llamado Mnasón, un hombre de Chipre, uno de los primeros discípulos, con quien nos quedaríamos. 17 Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos dieron la bienvenida alegremente. 18 El próximo día Pablo fue con nosotros a Santiago, y todos los ancianos estaban presente. 19 Cuando él los hubo saludado, él les informó una por una las cosas que Dios había hecho entre los Gentiles a través de su ministerio. 20 Cuando ellos oyeron esto, alabaron a Dios, y le dijeron: "Tu ves, hermano, cuántos miles han creído entre los Judíos. Todos ellos determinaron guardar la ley. 21 A ellos les fue dicho de ti, que tú enseñas a todos los Judíos que viven entre los Gentiles que abandonen a Moisés, y que tú les dices que no circunciden a sus hijos, y que no sigan las costumbres antiguas. 22 ¿Qué debemos hacer? Ellos ciertamente escucharán que tú vinistes. 23 Así que has lo que nosotros te decimos. Tenemos cuatro hombres que hicieron un voto. 24 Toma estos hombres y purificate con ellos, y paga sus gastos, para que ellos puedan raparse sus cabezas. De modo que todos sepan que las cosas que han dicho sobre tí son falsas. Ellos sabrán que tú también guardas la ley. 25 Pero en cuanto a los Gentiles que han creído, nosotros escribímos y dimos instrucciones de que ellos deben guardarse de las cosas sacrificadas a los ídolos, de sangre, de lo que es estrangulado, y de inmoralidad sexual." 26 Entonces Pablo tomó los hombres, y al día siguiente purificándose él mismo con ellos, fue al templo, anunciando el periodo de los días de purificación, hasta que la ofrenda fuera ofrecida por cada uno de ellos. 27 Cuando los siete días casi terminan, algunos Judíos de Asia vieron a Pablo en el templo, e incitaron a la multitud, y le echaron mano. 28 Ellos estaban gritando: "Hombres de Israel, ayúdenos. Este es el hombre que enseña a todos los hombres en todos los lugares cosas que son contra nuestro pueblo, la ley, y este lugar. Además, él también ha traído Griegos dentro del templo y ha profanado este santo lugar." 29 Porque previamente ellos habían visto a Trófimo el efesio con él en la ciudad, y ellos pensaron que Pablo lo había traído dentro del templo. 30 Toda la ciudad estaba alterada, y la gente corrió y agarraron a Pablo. Ellos lo arrastraron fuera del templo, e inmediatamente las puertas fueron cerradas. 31 Mientras ellos trataban de matarlo, llegaron noticias al capitán de la guardia que todo Jerusalén estaba alborotada. 32 Enseguida él tomó soldados y centuriones y corrió a la multitud. Cuando la gente vió al capitán y los soldados, dejaron de golpear a Pablo. 33 Entonces el capitán de la guardia se acercó y agarró a Pablo, y ordenó que fuera atado con dos cadenas. Entonces le preguntó quien él era y qué había hecho. 34 Algunos en la multitud estaban gritando una cosa y otros otra. Ya que el capitán no podía decir nada por causa del ruido, él ordenó que Pablo fuera llevado dentro del fortaleza. 35 Cuando él llegó a los escalones, él fue cargado por los soldados debido a la violencia de la multitud. 36 Pues la multitud los seguían y se mantenían gritando: "¡Mátenlo!" 37 Mientras Pablo estaba a punto de ser llevado dentro de la fortaleza, él le dijo al jefe de la guardia: "¿Le puedo decir algo? El capitán dijo: "¿Tú hablas Griego? 38 ¿No eres tú entonces el egipcio, que previamente guió a los cuatro mil hombres asesinos al desierto? 39 Pablo dijo: "Yo soy Judío, de la ciudad de Tarso en Cilicia. Yo soy ciudadano de una importante ciudad. Yo le pregunto, permítame hablar al pueblo." 40 Cuando el capitán le dió permiso, Pablo se paró en los escalones e hizo señal con su mano al pueblo. Cuando hubo un silencio profundo, él les habló en el idioma Hebreo. Él dijo:

22

1 "Hermanos y padres, escuchen mi defensa la que haré ahora a ustedes." 2 Cuando la multitud escuchó a Pablo hablarles en el lenguaje Hebreo, ellos se callaron. Él dijo: 3 Yo soy un judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad a los pies de Gamaliel. Fuí instruido conforme a la estricta forma de la ley de nuestos antepasados. Soy celoso de Dios, tal como todos ustedes lo son hoy. 4 Yo perseguí este Camino hasta la muerte; yo até ambos, hombres y mujeres y los llevé a la cárcel, 5 como el sumo sacerdote y todos los ancianos pueden dar testimonio de esto. Yo recibí cartas de ellos para los hermanos en Damasco, y fui allí para traerlos de regreso atados a Jerusalén para que ellos fuesen castigados. 6 Sucedió que cuando yo estaba viajando y acercándome a Damasco, cerca del medio día de repente una gran luz del cielo comenzó a brillar a mi alrededor. 7 Yo caí al suelo y escuché una voz que me dijo: 'Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues?' 8 Yo contesté: '¿Quién Tú eres, Señor?' Él me dijo: 'Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues.' 9 Aquellos que estaban conmigo vieron la luz, pero ellos no entendieron la voz de Quién me habló. 10 Yo dije: '¿Qué debo hacer, Señor?' El Señor me dijo: 'Levántate y ve a Damasco; allí se te dirá todo lo que debes hacer.' 11 Yo no podía ver por causa de la brillantez de la luz, así que yo fui a Damasco, siendo dirigido por las manos de aquellos que estaban conmigo. 12 Ahí me encontré un hombre llamado Ananías, un devoto conforme a la ley y que se hablaba bien de él por todos los judíos que vivían ahí. 13 Él vino a mí, se paró a mi lado, y dijo: 'Hermano Saulo, recibe la vista.' En esa misma hora yo lo vi. 14 Después él dijo: 'El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para que conozcas Su voluntad, para que veas al Justo, y para que escuches la voz que viene de Su propia boca. 15 Pues tú serás testigo de Él para todos los hombres sobre lo que has visto y escuchado. 16 Y ahora '¿por qué estás esperando? Levántate, sé bautizado, y límpiate de tus pecados, llamando en Su Nombre.' 17 Después que yo había regresado a Jerusalén, y mientrás oraba en el templo, sucedió que me fue dada una visión. 18 Lo vi deciendome, 'Avanza y deja Jerusalén rápidamente, porque ellos no aceptarán tu testimonio sobre Mí.' 19 Yo dije, 'Señor, ellos mismos saben que yo apresé y golpeé aquellos que creyeron en Ti en cada sinagoga. 20 Cuando la sangre de Esteban, Tu testigo, fue derramada, yo también estaba parado y consintiendo, y yo estaba guardando las ropas de aquellos que lo mataron.' 21 Pero Él me dijo a mí, 'Vete, porque yo te enviaré lejos a los gentiles.' " 22 La gente le permitió a él hablar hasta este punto. Pero entonces ellos gritaron y dijeron, "Quita a tal compañero de la tierra: pues no está bien que él viva" 23 Mientrás ellos gritaban, soltando sus prendas de vestir, y lanzando polvo al aire, 24 el jefe de la guardia ordenó que se trajera a Pablo a la fortaleza. Él ordenó que debían cuestionarle con latigazos, para que él mismo pudiese conocer porqué estaban gritando ellos en contra de él de esa forma. 25 Cuando ellos lo habían atado con correas de piel, Pablo le dijo al centurión quien estaba parado a su lado, "¿Es legal para ustedes azotar a un hombre que es romano y sin haber sido enjuiciado?" 26 Cuando el centurión escuchó esto, él fue al capitán y le dijo, "¿Qué estás a punto de hacer? Pues este hombre es un ciudadano romano." 27 El jefe de la guardia vino y le dijo a él, "¿Dime, eres tú un ciudadano romano?" Pablo dijo: "Sí." 28 El capitán contestó: "Fue sólo por una gran cantidad de dinero que yo adquirí la ciudadanía. Pero Pablo dijo, Yo nací ciudadano Romano." 29 Entonces los hombres que lo iban a interrogar lo dejaron inmediatamente. El jefe de la guardia también tuvo miedo, cuando supo que Pablo era un ciudadano romano, porque él lo había atado. 30 Al día siguiente, el jefe de la guardia quería saber la verdad sobre las acusaciones de los judíos en contra de Pablo. Así que él desató sus ataduras y ordenó los sacerdotes principales y a todo el concilio que se reuniera. Entonces él bajó a Pablo y lo colocó en el medio.

23

1 Pablo miró directamente a los miembros del concilio y les dijo, "Hermanos, yo he vivido ante Dios en toda buena consciencia hasta este día." 2 El sumo sacerdote Ananías ordenó a los que estaban junto a él a que lo golpearan en la boca. 3 Entonces Pablo le dijo, "Dios te golpeara a ti, tu pared blanqueada. ¿Tú estás sentado para juzgarme por la ley, sin embargo ordenas que me golpeen, contra de la ley?" 4 Aquellos que estaban parados junto a él dijeron, " ¿Así es como tú insultas al sumo sacerdote de Dios?" 5 Pablo dijo, " Yo no sabía, hermanos, que él era el sumo sacerdote. Pues escrito está, TU NO HABLARÁS MAL DE LOS QUE GOBIERNAN DE TU PUEBLO." 6 Cuando Pablo vió que una parte del concilio eran Saduceos y los otros Fariseos, el habló fuertemente en el concilio, " Hermanos, yo soy Fariseo, hijo de Fariseos. Es porque confiadamente espero la resurreción de los muertos que estoy siendo juzgado." 7 Cuando él dijo esto, comenzó una discución entre los Fariseos y los Saduceos, y la multidud se dividió. 8 Pues los Saduceos dicen que no hay resurreción, ni ángeles, ni espirítus, pero los Fariseos reconocen todas estas cosas. 9 Entonces ocurrió un gran alboroto, y algunos de los escribas que pertenecían a los Fariseos se levantaron y discutieron, diciendo: "Nosotros no hemos encontrado nada malo con este hombre. "¿Qué si un espirítu o ángel le ha hablado a el? 10 Cuando se levantó una gran discución, el jefe de la guardia temió que Pablo fuera despedazado por ellos, así que el ordenó a los soldados a bajar y tomarlo por la fuerza de entre los miembros del concilio, y llevarlo a la fortaleza. 11 La siguente noche el Señor se paró junto a él y le dijo, " No tengas miedo, pues como has testificado sobre Mí en Jerusalén, así tienes también que llevar testimonio en Roma." 12 Cuando se hizo de día, algunos judíos formaron una conspiración y declararon una maldicion sobre ellos mismos con pacto de no comer ni beber nada hasta que hubieran matado a Pablo. 13 Ellos eran más de cuarenta hombres quienes hicieron esta conspiración. 14 Ellos fueron a los principales sacerdotes y ancianos y dijeron, "Nosotros mismo nos hemos puesto bajo una gran maldición, de no comer nada hasta que hayamos matado a Pablo. 15 Ahora, por lo tanto, permitan que el concilio le diga al capitán que lo baje a ustedes, mientras ustedes deciden su caso más prescisamente. Pero nosotros, estaremos listos para matarlo antes que el venga aquí." 16 Pero el hijo de la hermana de Pablo escuchó que ellos estaban al acecho, así que él fue y entró a la fortaleza y le contó a Pablo. 17 Pablo llamó a uno de los centuriones y le dijo, "lleva a este joven al capitán, porque tiene algo que contarle. " 18 Así que el centurión tomó al joven y se lo llevó al capitán y le dijo: "Pablo el prisionero me llamó, y me pidió que le trajera este joven. El tiene algo que decirle." 19 El capitán lo tomó de la mano a un lugar privado y le preguntó: "¿Qué es lo que tiene que decirme?" 20 El joven dijo: "Los judíos han acordado el pedirle que lleve a Pablo mañana al concilio, como si ellos fueran a interrogarlo más precisamente sobre su caso. 21 Pero no se lo entregue a ellos, porque hay más de cuarenta hombres al acecho esperando por él. Ellos mismos se han puesto bajo maldición, de ni siquiera comer ni beber hasta que ellos lo hayan matado. Incluso ahora están listos, esperando por su concentimiento. 22 Así que el capitán dejó ir al joven, despúes de darle instruciones: "No le digas a nadie que me has contado estas cosas." 23 Entonces el llamó a dos de sus centuriones y dijo: "Busquen docientos soldados listos para ir tan lejos como hasta Cesarea, y también setenta hombres de a caballo, y docientos lanceros. Ustedes saldrán a la tercera hora de la noche." 24 También él les ordenó que proveyeran animales que Pablo pudiera montar, y ser llevarlo con seguridad al gobernador Félix. 25 Entonces el escribió una carta como esta: 26 "Claudio Lisias para el excelentísimo gobernador Félix, saludos. 27 Este hombre fue arrestado por los judíos y estuvo a punto de ser asesinado por ellos, cuando yo llegué a ellos con soldados y lo rescaté, ya que supe que él era un cuidadano Romano. 28 Yo quise saber por qué ellos lo acusaban, así que lo llevé al concilio. 29 Yo supe que él estaba siendo acusado acerca de unas preguntas relacionadas a su propia ley, pero no había ninguna acusación contra él que mereciera la muerte o encarcelamiento. 30 Entonces me dejaron saber que había una conspiración en contra del hombre, así que yo inmediatamente te lo envié, y también instruí a sus acusadores a que trajeran sus cargos en contra de él a tu presencia. Me despido." 31 Así que los soldados obedecieron sus ordenes. Ellos tomaron a Pablo y lo llevaron por la noche a Antípatris. 32 Al día siguiente, la mayoría de los soldados dejaron a los hombres de a caballo ir con él y ellos regresaron a la fortaleza. 33 Cuando los hombres de a caballo llegaron a Cesarea y le entregaron la carta al gobernador, ellos también le presentaron a Pablo. 34 Cuando el gobernador leyó la carta, él preguntó de que provincia era Pablo. Cuando supo que él era de Cilicia, 35 dijo: "Yo te escucharé completamente cuando tus acusadores lleguen aquí." Entonces él le ordenó que lo mantuvieran en los cuárteles generales del gobierno de Herodes.

24

1 Después de cinco días, Ananías el sacerdote principal, algunos ancianos, y un orador llamado Tértulo, llegaron allí. Estos hombres trajeron al gobernador cargos contra Pablo. 2 Cuando Pablo se paró delante del gobernador, Tértulo comenzó a acusarlo y le dijo al gobernador: "Por cuasa tuya tenemos gran paz; y tu previsión trae buena reforma a nuestra nación; 3 por eso con toda gratitud damos la bienvenida a todo lo que tú haces, excelentísimo Félix. 4 Así que no te entretendré más, yo te pido con amabilidad que me escuches brevemente. 5 Pues nosotros hemos encontrado a este hombre ser una plaga y uno que provoca a todos los Judíos en todo el mundo a rebelarse. Él es el líder de la secta de los Nazarenos. 6 Él incluso trató de profanar el templo; así que lo arrestamos porque queriamos juzgarlo de acuerdo a nuestra ley. 7 Pero Lisias, el oficial, vino y con gran violencia nos lo quitó de nuestras manos. 8 Envíandonos a tí. Cuando tú cuestiones a Pablo sobre todos estos asuntos, tú, también, podrás aprender de que lo acusamos." 9 Los Judíos accusaron a Pablo, también, y dijeron que estas cosas eran ciertas. 10 Pero cuando el gobernador le hizo señas a Pablo para hablar, Pablo contestó: "Yo entiendo que por muchos años tú has sido un juez a esta nación, así que con gusto le explicaré a usted. 11 Usted puede verificar que no han pasado más de doce días desde que subí a adorar en Jerusalen; 12 y cuando ellos me encontraron en el templo, yo no discutí con nadie, y yo no incité a la multitud, ni en las sinagogas, ni en la cuidad. 13 Ellos no pueden probarle las acusaciones que ellos ahora hacen contra mi. 14 Pero yo le admito esto, que de acuerdo a los del Camino que ellos llaman una secta, en ese mismo Camino yo sirvo al Dios de mis antepasados. Yo soy fiel a todo lo que está en la ley y en los escritos de los profetas. 15 Yo tengo la misma confianza en Dios, tal como estos hombres también la esperán, la resurrección venidera de los muertos, de ambos, de los justos y de los injustos. 16 Por esto, yo siempre me esfuerzo para tener una conciencia clara ante Dios y los seres humanos. 17 Ahora, después de muchos años yo vine a traer ayuda a mi nación y dinero como regalo. 18 Cuando yo hice esto, algunos Judíos de Asia me encontraron en una ceremonia de purificación en el templo, no con una multitud o en un alboroto. 19 Estos hombres deberían estar delante de tí ahora y decir lo que ellos tienen en mi contra, si ellos tienen algo. 20 Si no, estos mismos hombres deberían decir que mal ellos encontraron en mí cuando me paré frente al Concilio de los Judíos; 21 a menos que sea acerca de una cosa que yo dije en voz alta cuando me paré en medio de ellos: 'Es sobre la resurrección de los muertos que hoy yo estoy siendo juzgado por ustedes." 22 Entonces Felix, quien estaba bien informado acerca del Camino, suspendió la audiencia. Él dijo:"Cuando el comandante Lisias baje de Jerusalén, yo decidiré tu caso." 23 Entonces él ordenó al centurión vigilar a Pablo, pero que tuviese alguna libertad para que ninguno de sus amigos fueran privados de atender sus necesidades. 24 Después de algunos días, Felix volvió con Drusila su esposa, una mujer Judía, y él envió por Pablo y escuchó de él acerca de la fe en Cristo Jesús. 25 Pero cuando Pabló debatió con él sobre justicia, el dominio propio, y el juicio venidero, Felix se atemorizó y dijo: "Vete por ahora. Pero más tarde cuando yo tenga tiempo de nuevo, te llamaré." 26 Al mismo tiempo, él estaba esperando que Pablo le diera dinero, por lo que a menudo enviaba por él y hablaba con él. 27 Pero cuando pasaron dos años, Porcio Festo llegó a ser el gobernador después de Felix, pero Felix quería ganar favor con los Judíos, así que dejó a Pablo continuar bajo vigilancia.

25

1 Ahora, Festo entró a la provincia, y luego de tres días, fue desde Cesarea hasta Jerusalén. 2 El sacerdote principal y los judíos prominentes trajeron acusaciones en contra de Pablo, y le hablarón fuertemente, 3 Y ellos le pidieron un favor que pondria a Pablo en peligro, que Festo convocara a que trajeran a Pablo a Jerusalén para que ellos lo pudieran matar por el camino. 4 Pero Festo le respondió que Pablo era un prisionero en Cesarea, y que él mismo está pronto a regresar a allá. 5 "Por lo tanto, aquellos que puedan," dijo él: "deben ir allá con nosotros. Si hay algo mal con el hombre, ustedes deben acusarlo a él." 6 Festo se quedo no más de ocho o diez días y luego se fue a Cesarea, y al día siguiente, se sentó en la silla del juicio y ordenó que le trajeran a Pablo. 7 Cuando él llegó, los judíos de Jerusalén se pararon cerca, y ellos presentaron muchos cargos serios los cuales ellos no podían probar. 8 Pablo se defendió así mismo y dijo: "Yo no he hecho nada malo en contra de la ley de los judíos o en contra del templo, o en contra del César." 9 Pero Festo quería ganarse el favor de los judíos, y entonces él le contestó a Pablo y dijo: "¿Quieres subir a Jerusalén y ser juzgado por mí acerca de estas cosas allá?" 10 Pablo dijo: "Yo estoy parado ante la silla de juicio de César donde tengo que ser juzgado. Yo no he agraviado a ningún judío, tal como tú bien conoces. 11 Pero si he hecho algo malo y si he hecho que merezca la muerte, yo no me rehúso a morir. Pero si sus acusaciones son nada, nadie puede entregarme a ellos. Yo apelo al César." 12 Después que Festo habló con el concilio, el respondió: "Tú apelas al César; tú irás al César." 13 Ahora, luego de varios días, el Rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea para pagar una visita oficial a Festo. 14 Después de él haber estado allí muchos días, Festo presentó el caso de Pablo al rey; y dijo: "Un cierto hombre fue dejado aquí por Felix como un prisionero. 15 Cuando yo estuve en Jerusalén, los principales sacerdotes y los ancianos de los judíos me presentaron cargos contra este hombre, y pidieron que lo condenara. 16 Yo les respondí que no era la costumbre de los Romanos el entregar a ninguno antes de enfrentar a sus acusadores y haber tenido la oportunidad de defenderse de los cargos. 17 Por lo tanto, cuando ellos llegaron aquí, yo no esperé, sino que al día siguiente yo me senté en la silla del juicio y ordené que me trajeran al hombre. 18 Cuando los acusadores se pusieron de pie y lo acusaron, yo pensé que ninguno de los cargos presentados contra él eran serios. 19 En su lugar, ellos tuvieron ciertas disputas con él acerca de su propia religión y sobre un cierto Jesús que estuvo muerto, y quien Pablo reclama que está vivo. 20 No estuve seguro acerca de cómo investigar este asunto, asi que le pregunté si estaba dispuesto para ir a Jerusalén y ser juzgado allá acerca de estas cosas. 21 Pero cuando Pablo pidió que lo mantuvieran bajo guardia hasta la decisión del Emperador, yo ordené a que lo retuvieran hasta que yo lo enviara al César." 22 Agripa le dijo a Festo: "Yo también quisiera escuchar a este hombre." "Mañana," dijo Festo: "Tú lo escucharás." 23 Así que al día suguiente, Agripa y Bernice llegaron con mucha ceremonia; ellos entraron al salón con los oficiales militares y con los hombres prominentes de la ciudad. Y cuando Festo dio la orden, Pablo fue traído a ellos. 24 Festo dijo: "Rey Agripa, y todos los hombres que están aquí con nosotros, ustedes ven a este hombre; toda la multitud de judíos me consultaron en Jerusalén y también aquí, y ellos me gritaron que él no debía vivir más. 25 Pero yo supe que él no había hecho nada que mereciera la muerte; pero como él apeló al emperador, yo decidí enviarselo. 26 Pero no tengo ninguna cosa definitiva que escribirle al emperador. Por esta razón, yo lo he traído a ustedes, especialmente a tí, rey Agripa, para que yo tenga algo más que escribir acerca del caso. 27 Pues me parece irrazonable enviar un prisionero y no establecer también los cargos que están su contra.

26

1 Así que Agripa dijo a Pablo: "Tu puedes hablar por tí mismo." Entonces Pablo extendiendo su mano e hizo su defensa. 2 "Yo me considero a mí mismo felíz, Rey Agripa, de defender mi caso hoy ante usted contra todas las acusacionces de los Judíos; 3 especialmente, porque usted es un experto en todas las costumbres judias y enseñanzas. Así que le pido que me oiga pacientemente. 4 Verdaderamente, todos los Judíos saben como yo viví desde mi juventud en mi propia nación y en Jerusalén. 5 Ellos me conocen desde el principio y deben de admitir que yo viví como un Fariseo, una secta bien estricta de nuestra religión. 6 Ahora yo estoy parado aquí para ser juzgado porque yo persigo la promesa que Dios hizo a nuestros padres. 7 Porque esta es la promesa que nuestras doce tribus esperaban recibir mientras ellos ferviertemente adoraban a Dios noche y día. Es por esta esperanza, rey Agripa, que los Judíos me acusan. 8 ¿Por qué debe alguno de ustedes pensar que es increible que Dios levante los muertos? 9 En un tiempo yo pensé para mí mismo que debía hacer muchas cosas en contra del nombre de Jesús de Nazaret. 10 Yo hice esto en Jerusalén. Yo encerré muchos de los creyentes en la cárcel por la autoridad que recibí de los principales sacerdotes, y cuando ellos fueron asesinados, yo dí mi voto contra ellos. 11 Yo los castigué muchas veces en todas las sinagogas y trate de forzarlos a blasfemar. Estaba furiosamente enojado con ellos y los perseguí incluso hasta cuidades extranjeras. 12 Mientrás yo hacía esto, fuí a Damasco con autoridad y órden de los principales sacerdotes; 13 y en camino allá, a medio día, Rey, yo vi una luz del cielo que era más brillante que el sol y brillaba alrededor de ambos, de mí y de los hombres que viajaban conmigo. 14 Cuando todos caímos al suelo, escuché una voz hablándome que dijo en lenguaje hebreo: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Es difícil para tí patear un aguijón. 15 Entonces yo dije: '¿Quién eres tu, Señor?' El Señor respondió: 'Yo soy Jesús a quién tu persigues. 16 Ahora levántate y ponte sobre tus pies; porque para este propósito me he aparecido a tí, para designarte a ser siervo y un testigo concerniente a las cosas que tu conoces sobre Mí ahora y las cosas que te mostraré después; 17 y te rescataré de la gente y de los Gentiles a quienes te estoy enviando, 18 para abrir sus ojos y hacerlos volver de las tinieblas a la Luz y del poder de Satanás a Dios, para que reciban de Dios el perdón de sus pecados y la herencia que yo les doy a quienes son santificados por su fe en Mí.' 19 Por lo tanto, rey Agripa, Yo no desobedecí la visión celestial; 20 pero, para aquellos en Damasco primero, y luego en Jerusalén, y por toda la región de Judea, y también a los Gentiles, yo les prediqué que debían arrepentirse y convertirse a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento. 21 Por esto los Judíos me arrestaron en el templo y trataron de matarme. 22 Dios me ha ayudado hasta ahora, así que me paro y le testifico a la gente común y a los grandes solo lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería; 23 que el Cristo tenía que sufrir, y que Él sería el primero en levantarse en la resurección de los muertos y proclamar luz al pueblo Judío y a los Gentiles. 24 Mientrás Pablo terminaba su defensa, Festo dijo en voz alta: "Pablo, tu estás loco; tu gran conocimiento te ha vuelto loco." 25 Pero Pablo dijo: "Yo no estoy loco, su excelentísimo Festo; pero con valor yo hablo palabras de verdad y sobriedad. 26 Pues el rey conoce acerca de estás cosas; y por eso, yo le hablo libremente, porque yo estoy persuadido que nada de esto está escondido de él; porque esto no ha sido hecho en secreto. 27 ¿Usted le cree a los profetas, rey Agripa? Yo se que usted cree." 28 Agripa le dijo a Pablo: "¿En poco tiempo podrías persuadirme y hacerme un cristiano?" 29 Pablo dijo: "Yo oro a Dios, que ya sea en corto o en largo tiempo, no solo tú, sino también todos los que me oyen hoy, puedan ser como yo, pero sin estas cadenas de prisión." 30 Entonces el rey se puso de pie, y también el gobernador y Berenice, y aquellos que estaban sentados con ellos; 31 cuando dejaron el salón, ellos hablaron entre ellos y dijeron: "Este hombre no hace nada digno de muerte o de ataduras." 32 Agripa dijo a Festos: "Este hombre pudiera ser liberado si él no hubiera apelado a Cesar."

27

1 Cuando se decidió que nosotros debiamos navegar para Italia, ellos pusieron a Pablo y algunos otros prisioneros bajo el cuidado de un centurión llamado Julio, del Regimiento Augusta. 2 Nosotros abordamos un barco desde Adramitena, que estaba a punto de zarpar a lo largo de la costa de Asia. Así que nos hicimos a la mar. Aristarco de Tesalónica en Macedonia fue con nosotros. 3 Al día siguiente desembarcamos en la ciudad de Sidón, donde Julio trató a Pablo amablemente y le permitió ir a sus amigos para recibir sus cuidados. 4 De allí, fuimos por mar y navegamos alrededor de la Isla de Chipre, cerca de la isla, porque los vientos estaban contra nosotros. 5 Cuando habíamos navegado por las aguas cerca de Cilicia y Panfilia, llegamos a Mira, una ciudad de Licia. 6 Allí el centurión encontró un barco de Alejandría que iba a navegar a Italia. Él nos puso en el. 7 Cuando habiamos navegado lentamente por muchos días y finalmente llegamos con dificultad cerca de Gnido, el viento no nos permitió seguir por ese camino, así que navegamos a lo largo del lado protegido de Creta, opuesto a Salmón. 8 Nosotros navegamos a lo largo de la costa con dificultad, hasta que llegamos a un lugar llamado Buenos Puertos que es cerca de la cuidad de Lasea. 9 Nosotros ahora habíamos tomado mucho tiempo, tambien el tiempo del ayuno Judío había pasado, y se había vuelto peligroso navegar. Así que Pablo les advirtió, 10 y les dijo: "Hombres, yo veo que el viaje que estamos a punto de tomar será con daño y mucha pérdida, no solo de la carga y del barco, sino también de nuestras vidas." 11 Pero el centurión puso más atención al capitán y al dueño del barco, que a aquellas cosas que fueron dichas por Pablo. 12 Debido a que en el puerto no era fácil para pasar el invierno, la mayoría de los marineros aconsejaron zarpar de allí, por si de alguna manera fuera posible llegar a la cuidad de Fenice, para pasar el invierno allí. Fenice es un puerto en Creta, orientado hacia el noreste y sureste. 13 Cuando el viento del sur comenzó a soplar suavemente, los marineros pensaron que ellos tenían que lo que necesitaban. Así que ellos elevaron ancla y navegaron a lo largo de Creta, cerca a la costa. 14 Pero luego de poco tiempo un viento tormentoso, llamados vientos del noreste, comenzó a azotar sobre nosotros viniendo desde la isla. 15 Cuando el barco fue atrapado y no lo podíamos mantener de cara al viento, nos dejamos llevar y fuimos a la deriva. 16 Nosotros fuimos llevados a lo largo del lado protegido de una isla pequeña llamada Cauda; y con dificultad fuimos capaces de asegurar el bote salvavidas. 17 Cuando ellos lo subieron, usaron cuerdas para atar el casco de la nave. Ellos temían que fueramos a encayar en los bancos de arena de Sirte, así que soltaron el ancla y fuimos llevados a lo largo. 18 Fuimos muy abatidos por la tormenta, así que al día siguiente los marineros comenzaron a lanzar la carga sobre la borda. 19 Al tercer día los marineros tiraron sobre la borda los aparejos del barco con sus propias manos. 20 Cuando el sol y las estrellas no brillaban sobre nosotros por muchos días, y la gran tormenta todavía azotaba sobre nosotros, cualquier esperanza de que nosotros seríamos salvados fue abandonada. 21 Cuando ellos se quedaron sin comida, Pablo entonces se paró entre los marineros y dijo: "Hombres, ustedes debieron haberme escuchado, y no haber zarpado de Creta, y así no haber tenido este daño y pérdida. 22 Ahora yo los animo que tengan valor, porque no habrá ninguna pérdida de vida entre ustedes, sino solo la pérdida del barco. 23 Pues anoche un ángel de el Dios a quién yo pertenezco, a quién también adoro, Su ángel se paró a mi lado 24 y dijo: "No temas, Pablo. Tú tienes que presentarte ante César, y mira, Dios en su bondad, te ha dado a todos aquellos que están navegando contigo. 25 Por lo tanto, hombres, tengan valor, porque yo confío en Dios, eso es lo que sucederá tal como me fue dicho. 26 Pero nosotros tenemos que encayar en alguna isla." 27 Cuando llegó la noche catorce, mientras eramos guiados de esta manera en el mar Adriático, cerca de la media noche los marineros pensaron que se estaban acercando a alguna tierra. 28 Ellos sondearon y encontraron veinte brazas; un poco después ellos volvieron a sondear y encontraron quince brazas. 29 Ellos estaban temerosos de que pudiéramos chocar contra las rocas, así que ellos bajaron cuatro anclas desde la popa y oraron que la mañana llegara pronto. 30 Los marineros estaban buscando la manera de abandonar el barco y habían bajado el bote salvavidas en el mar, y pretendían que ellos podrían tirar las anclas desde la proa. 31 Pero Pablo le dijo al centurión y a los soldados: "A menos que estos hombres se queden en el barco, ustedes no podran salvarse." 32 Entonces los soldados cortaron las sogas del bote y dejaron que se alejara. 33 Cuando la luz del día se acercaba, Pablo les insistió a que tomaran algún alimento. Él dijo: "Este es el día catorce que ustedes esperan y no comen; ustedes no han comido nada. 34 Así que yo les ruego que tomen algún alimento, pues esto es para su sobreviviencia. Pues ninguno de ustedes perderá ni un solo cabello de su cabeza." 35 Cuando él hubo dicho esto, él tomó pan y le dio gracias a Dios a la vista de todos. Entonces él partió el pan y comenzó a comer. 36 Entonces, todos ellos fueron animados y también tomaron alimento. 37 Nosotros eramos 276 personas en el barco. 38 Cuando ellos habían comido suficiente, ellos aligeraron el barco tirando al mar el trigo. 39 Cuando fue de día, ellos no reconocían la tierra, pero ellos vieron una bahía con una playa, y discutieron si podrían conducir la nave a ella. 40 Así ellos cortaron las anclas y las dejaron en el mar. Al mismo tiempo ellos desataron las cuerdas de los timones y levantaron la vela de proa al viento; y así se dirigieron a la playa. 41 Pero ellos llegaron a un lugar donde dos corrientes se encuentran, y el barco encayó. La proa del barco se atascó allí y permaneció inmóvil, pero la popa comenzó a romperse debido a la violencia de las olas. 42 El plan de los soldados era matar los prisioneros para que ninguno de ellos pudiera nadar y escapar. 43 Pero el centurión quería salvar a Pablo, así que detuvo su plan; y él ordenó a aquellos que podían nadar a saltar sobre la borda primero y llegar a tierra. 44 Luego el resto de los hombres debían seguirlos, algunos en tablones y otros en otras cosas del barco. De esta manera sucedió que todos llegamos seguros a tierra.

28

1 Cuando fuimos llevados seguramente, supímos que la isla se llamaba Malta. 2 La gente nativa nos ofrecieron no sólo amabilidad ordinaria, sino que encendieron un fuego y nos recibieron, debido a la constante lluvia y el frío. 3 Pero cuando Pablo reunió un manojo de palos y los puso en el fuego, una víbora salió debido al calor, y se le enrredó en su mano. 4 Cuando la gente nativa vio al animal colgando de la mano, se dijeron unos a otros: "Este hombre seguramente es un asesino que escapó del mar, y aún así la justicia no le permite vivir." 5 Pero entonces él sacudió el animal al fuego y no sufrió ningun daño. 6 Ellos estaban esperando que él ardiera en fiebre o que de repente cayera muerto. Pero luego de haberlo vigilado por un largo tiempo y ver que nada era inusual con él, cambiaron de opinión y dijeron que él era un dios. 7 Ahora en un lugar cercano habían tierras pertenecientes al jefe de la isla, un hombre llamado Publio. Él nos dio la bienvenida y amablemente nos proveyó por tres días. 8 Sucedió que el padre de Publio se había enfermado con fiebre y disentería. Cuando Pablo fue a él, oró, le impuso sus manos, y lo sanó. 9 Despues que esto sucedidó, el resto de la gente de la isla que estaban enfermos también vinieron y fueron sanados. 10 La gente también nos honró con muchos honores. Cuando nos preparabamos para navegar, nos dieron lo que necesitábamos. 11 Después de tres meses, embarcamos en un barco de Alejandría que había pasado el invierno en la isla, cuya insignia era Los Hermanos Gemelos. 12 Despues que desembarcamos en la ciudad de Siracusa, nos quedamos ahí por tres días. 13 De allí zarpamos y llegamos a la ciudad de Regio. Después de un día un viento del sur sopló, y en dos días llegamos a la ciudad de Puteoli. 14 Allí encontramos algunos hermanos y fuimos invitados a quedarnos con ellos por siete días. De esta manera llegamos a Roma. 15 Desde allí los hermanos, luego de haber escuchado de nosotros, vinieron a nosotros de tan lejos como el Mercado de Apio y de las Tres Tavernas. Cuando Pablo vio los hermanos, él agradeció a Dios y tomó valor. 16 Cuando entramos a Roma, a Pablo se le permitió vivir solo bajo la vigilancia de un soldado. 17 Entonces surgió que despues de tres días Pablo convocó a aquellos hombres quienes eran los líderes entre los Judíos. Cuando se reunieron, él les dijo: "Hermanos, aunque no he hecho nada malo contra el pueblo o las costumbres de nuestros antepasados, fui enviado como prisionero desde Jerusalén a las manos de los romanos. 18 Despues que ellos me interrogaron, ellos deseaban dejarme libre, porque no había causa en mí para una pena de muerte. 19 Pero cuando los judíos hablaron en contra de sus deseos, fui forzado a apelar al César, aunque no es como si yo estuviera llevando alguna acusación contra mi nación. 20 Debido a mi apelación, entonces, yo pedí verlos y hablarle a ustedes. Es a causa de lo que Israel está confiado que yo estoy atado con esta cadena." 21 Entonces ellos le dijeron: "Nosotros ni hemos recibido cartas de Judea acerca de tí, ni ninguno de los hermanos vinieron y reportaron o dijeron nada malo sobre tí. 22 Pero queremos escuchar de tí lo que tú piensas acerca de esta secta, porque es conocido por nosotros que se ha hablado en contra de ella en todo lugar. 23 Cuando ellos habían señalado un día para él, más personas vinieron a él a su lugar de vivienda. Él les presentó el asunto, y testificó acerca del reino de Dios. Él trató de persuadirlos acerca de Jesús, ambos, desde la ley de Moisés y hasta los profetas, desde la mañana al atardecer. 24 Algunos fueron convencidos de las cosas que fueron dichas, mientrás otros no creían. 25 Cuando ellos no estuvieron de acuerdo unos con otros, se fueron después que Pablo hubo dicho esta única palabra: "El Espíritu Santo habló bien a través de Isaías el profeta a sus antepasados. 26 Él dijo: 'VÉ A ESTA GENTE Y DÍ "POR ESCUCHAR USTEDES OIRÁN, PERO NO ENTENDERÁN; Y VIENDO USTEDES VERÁN, PERO NO PERCIBIRÁN. 27 PUES EL CORAZÓN DE ESTA GENTE SE HA VUELTO INSENSIBLE, SUS OÍDOS HAN ESCUCHADO CON DIFICULTAD, ELLOS HAN CERRADO SUS OJOS, PARA QUE ELLOS NO PUEDAN PERCIBIR CON SUS OJOS, Y OIR CON SUS OIDOS, Y ENTENDER CON SUS CORAZONES Y SE VUELVAN DE NUEVO Y YO LOS SANARÉ." 28 Por lo tanto, debes saber que esta Salvación de Dios ha sido enviada a los Gentiles, y ellos escucharán. 29 Cuando él dijo estas cosas, los Judíos se fueron, ellos estaban teniendo una gran disputa entre ellos. 30 Pablo vivió por dos años enteros en su propia casa rentada, y él recibía todo aquel que venía a él. 31 Él estaba predicando el reino de Dios y estaba enseñando las cosas acerca del Señor Jesucristo con toda valentía. Nadie lo detenía.

Romanos
Romanos
Capítulo 1

1 Pablo, un siervo de Jesucristo, llamado a ser un apóstol, separado para el evangelio de Dios. 2 Este es el evangelio que él prometió de antemano por sus profetas en las Sagradas Escrituras. 3 Es sobre Su hijo, quien nació de los descendientes de David según la carne. 4 Por la resurrección de entre los muertos, Él fue declarado ser el poderoso Hijo de Dios por el Espíritu de santidad, Jesucristo nuestro Señor. 5 Por medio de Él hemos recibido gracia y apostolado para obediencia de la fe entre todas las naciones, a causa de su nombre. 6 Entre estas naciones, ustedes también han sido llamados para pertenecer a Jesucristo. 7 Esta carta es para todos quienes están en Roma, los amados de Dios, quienes son llamados a ser santos. Que la gracia sea con ustedes, y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 8 Primero, agradezco a mi Dios por medio de Jesucristo por todos ustedes, porque su fe es proclamada por el mundo entero. 9 Pues Dios es mi testigo, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de cómo continuamente yo hago mención de ustedes. 10 Yo siempre pido en mis oraciones que, por cualquier medio, yo pueda al fin ser exitoso ahora, por la voluntad de Dios, en llegar a ustedes. 11 Pues yo deseo verlos, para poder darles algún regalo espiritual, para fortalecerlos. 12 Eso es, añoro ser mutuamente alentado entre ustedes, mediante la fe de cada uno, la suya y la mía. 13 Ahora yo no quiero que estén inadvertidos, hermanos, que yo a menudo intenté ir a ustedes (pero estuve obstaculizado hasta ahora), a fin de tener una cosecha entre ustedes, tal como también la he tenido entre el resto de los Gentiles. 14 Yo soy un deudor de ambos, griegos y extranjeros, ambos, al sabio y al necio. 15 Así que, respecto a mí, estoy listo para proclamar el evangelio también a ustedes que están en Roma. 16 Pues yo no estoy avergonzado del evangelio, porque es el poder de Dios para salvación de todos quienes creen, primero al judío y para al griego. 17 Pues la justicia de Dios se revela por fe y para fe, según ha sido escrito: "EL JUSTO POR FE VIVIRÁ". 18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia del hombre, quien injustamente detiene la verdad, 19 Esto es, porque aquello que se conoce acerca de Dios es visible a ellos. Porque Dios los ha iluminado. 20 Pues sus atributos invisibles, a saber, su eterno poder y naturaleza divina, han sido vistas claramente aún desde la creación del mundo, en las cosas que han sido creadas. Así que son sin excusa. 21 Esto es porque, aunque ellos conocían acerca de Dios, ellos no lo glorificaron a Él como Dios, ni le dieron gracias. En cambio, ellos se volvieron necios en sus pensamientos, y sus insensibles corazones fueron oscurecidos. 22 Ellos reclamaron ser sabios, pero vinieron a ser necios. 23 Ellos intercambiaron la gloria del Dios inmortal por la semejanza de una imagen de hombre mortal, de aves, de bestias de cuatro patas, y de cosas que se arrastran. 24 Por consiguiente, Dios los entregó a la lujuria de sus corazones para impureza, para que sus cuerpos sean deshonrados entre ellos mismos. 25 Son ellos quienes intercambiaron la verdad de Dios por una mentira, y quienes adoraron y sirvieron la creación en vez de al Creador, quien es alabado por siempre. Amén. 26 Por causa de esto, Dios los entregó a pasiones deshonrosas, pues sus mujeres intercambiaron su función natural por aquello que es contra la naturaleza. 27 De igual manera, los hombres también dejaron su función natural con las mujeres y se encendieron en su lujuria unos con otros. Éstos eran hombres que cometieron actos vergonzosos con hombres y recibieron para sí mismos el castigo que merecían por su perversión. 28 Porque ellos no aprobaron tener a Dios en su conciencia, Él los entregó a una mente depravada, para que ellos hagan aquellas cosas que no son apropiadas. 29 Ellos han sido llenos con toda injusticia, maldad, codicia y malicia. Ellos están llenos de envidia, asesinato, contienda, engaño y malas intenciones. 30 Ellos son chismosos, calumniadores, enemigos de Dios. Ellos son violentos, arrogantes, jactanciosos. Ellos son inventores de cosas malvadas, y son desobedientes a sus padres. 31 Ellos no tienen entendimiento; son indignos de confianza, sin afecto natural y despiadados. 32 Ellos entienden las regulaciones de Dios, que aquellos quienes practican tales cosas son dignos de muerte. Pero no sólo hacen estas cosas, sino que también aprueban a otros quienes las practican.

Capítulo 2

1 Por lo tanto, tú estás sin excusa, tú hombre, tú quien juzgas, lo que tú juzgas en otro, te condena a ti mismo. Pues tú que juzgas, practicas las mismas cosas. 2 Pero nosotros sabemos que el juicio de Dios es de acuerdo con la verdad cuando cae sobre aquellos quienes practican tales cosas. 3 Pero considera esto, tú hombre, tú quien juzgas a aquellos que practican tales cosas, aun cuando tú haces las mismas cosas. ¿Escaparás tú del juicio de Dios? 4 ¿O menosprecias las riquezas de Su bondad, retrasando Su castigo, y Su paciencia no sabiendo que su bondad pretende conducirles a ustedes al arrepentimiento? 5 Pero esto es por la dureza de tu corazón no arrepentido que tú estás almacenando para ti mismo ira para el día de la ira, que es, el día de la revelación del juicio justo de Dios. 6 Él pagará a toda persona la misma medida de sus acciones: 7 a aquellos quienes de acuerdo con las consistentes buenas acciones han procurado alabanza, honor e incorruptibilidad, él les dará vida eterna. 8 Pero a aquellos quienes son ambiciosos, quienes desobedecen la verdad, pero obedecen la injusticia, la ira y una furia feroz vendrá. 9 Dios traerá tribulación y angustia, en cada alma humana que ha practicado maldad, al Judío primero y también al Griego. 10 Pero alabanza, honor, y paz vendrá a todos quienes practican el bien, primero al Judío y también al Griego. 11 Pues no hay parcialidad con Dios. 12 Pues tantos como los que han pecado sin la Ley también perecerán sin la Ley, y tantos como los que han pecado con respecto a la Ley, serán juzgados por la Ley. 13 Ya que no son los oidores de la Ley quienes son justos delante de Dios, sino los hacedores de la Ley quienes serán justificados. 14 Pues cuando los Gentiles, quienes no tienen la Ley, hacen por naturaleza las cosas de la Ley, ellos son ley a sí mismos, aunque ellos no tienen la Ley. 15 Por esto, ellos muestran que las acciones requeridas por la Ley están escritas en sus corazones. Sus conciencias también les atestigua a ellos, y sus propios pensamientos, les acusan o les defienden a sí mismos 16 y también a Dios. Eso ocurrirá en el día cuando Dios juzgará los secretos de toda la gente, de acuerdo con mi evangelio, mediante Jesucristo. 17 Pero si tú te llamas a ti mismo Judío, y te apoyas en la Ley y te jactas en Dios, 18 y conoces Su voluntad, y apruebas aquello que es excelente. 19 Y si estás convencido de que tú mismo eres un guía al ciego, una luz a esos quienes están en tinieblas, 20 un corrector del necio, un maestro de infantes, y que tú tienes en la Ley la forma de conocimiento y de la verdad, entonces ¿cómo esto se ve en la manera que tú vives tu vida? 21 Tú quien enseñas a otros, ¿tú no te enseñas a tí mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿tú robas? 22 Tú que dices no cometas adulterio, ¿cometes tú adulterio? Tú que detestas los ídolos, ¿tú saqueas sus templos? 23 Tú quien te regocijas orgullosamente en la Ley, ¿tú deshonras a Dios mediante tu transgresión de la Ley? 24 Pues "EL NOMBRE DE DIOS ES DESHONRADO ENTRE LOS GENTILES POR CAUSA TUYA," tal como ha sido escrito. 25 Pues la circuncisión en efecto te beneficia si tú obedeces la Ley, pero si tú violas la Ley, tu circuncisión se torna incircuncisión. 26 Si, entonces, la persona incircuncisa guarda los requerimientos de la Ley, ¿no será su incircuncisión considerada como circuncisión? 27 ¿Y no será aquel quien es naturalmente incircunciso quien te condene si él cumple la Ley? ¡Esto es porque tú tienes la letra de la Ley y la circuncisión; y aún así violas la Ley! 28 Pues no es Judío quien lo es meramente en su exterior; tampoco es la circuncisión aquello que es meramente externo en la carne. 29 Pero es un Judío quien lo es internamente, y la circuncisión es la del corazón, en el Espíritu, no en la letra. La alabanza de tal persona no viene de la gente, sino de Dios.

Capítulo 3

1 Entonces, ¿qué ventaja tiene el Judío? ¿Y cuál es el beneficio de la circuncisión? 2 Es grande en toda manera. Primero que todo, a ellos se les encomendó la revelación de Dios. 3 ¿Y qué si algunos Judíos estaban sin fe? ¿Su incredulidad haría la fidelidad de Dios inválida? 4 Que nunca sea así. Antes bien, dejen que Dios sea hallado veraz, aunque todo hombre es un mentiroso. Como ha sido escrito: "QUE USTEDES PUEDAN MOSTRARSE JUSTOS EN SUS PALABRAS, Y PUEDAN PREVALECER, CUANDO USTEDES VENGAN AL JUICIO." 5 Pero si nuestra injusticia muestra la justicia de Dios, ¿qué podemos nosotros decir? Podemos decir que Dios es injusto cuando Él inflige su ira, ¿lo es? (Yo estoy usando un argumento humano). 6 ¡Qué nunca sea así! Pues entonces, ¿cómo Dios juzgaría al mundo? 7 Pero si la verdad de Dios mediante mi mentira provee abundante alabanza para Él, ¿por qué soy yo aún juzgado como un pecador? 8 ¿Por qué no decir, así como nosotros somos falsamente calumniados de decir, y como algunos afirman que nosotros decimos: "Permítanos hacer lo malo, ¿para que el bien venga?" El juicio a ellos es justo. 9 ¿Qué entonces? ¿Nos excusamos a nosotros mismos? Para nada. Pues nosotros ya hemos acusado tanto a Judíos y Griegos, todos ellos, de estar bajo pecado, 10 como está escrito: "NO HAY NINGUNO JUSTO, NI UNO." 11 NO HAY NADIE QUIEN ENTIENDA. NO HAY NADIE QUIEN BUSQUE A DIOS. 12 TODOS ELLOS SE HAN DESVIADO. ELLOS JUNTOS SE HAN VUELTO INÚTILES. NO HAY NADIE QUIEN HAGA EL BIEN, NO, NI SIQUIERA UNO. 13 SUS GARGANTAS SON TUMBAS ABIERTAS. SUS LENGUAS HAN ENGAÑADO. EL VENENO DE SERPIENTES ESTÁ DEBAJO DE SUS LABIOS. 14 SUS BOCAS ESTÁN LLENAS DE MALDICIÓN Y AMARGURA. 15 SUS PIES SON LIGEROS PARA DERRAMAR SANGRE. 16 DESTRUCCIÓN Y SUFRIMIENTO ESTÁN EN SUS SENDEROS. 17 ESTA GENTE NO HA CONOCIDO UN CAMINO DE PAZ. 18 NO HAY TEMOR DE DIOS ANTE SUS OJOS. 19 Ahora, nosotros sabemos que lo que sea que la Ley dice, le habla a aquellos quienes están bajo la Ley. Esto es para que toda boca sea cerrada, y todo el mundo sea hecho responsable ante Dios. 20 Esto es porque ninguna carne será justificada por las obras de la Ley delante de Él. Pues por medio de la Ley viene el conocimiento del pecado. 21 Pero ahora separados de la Ley, la justicia de Dios se ha hecho conocida. Ésta ha sido atestiguada por la Ley y los Profetas, 22 esto es, la justicia de Dios mediante la fe en Jesucristo para todos aquellos quienes creen. Pues no hay distinción. 23 Pues todos han pecado y no alcanzan la gloria de Dios. 24 Ellos son libremente justificados por Su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús. 25 Pues Dios ha provisto a Cristo Jesús como propiciación, mediante la fe en Su sangre. Él ofreció a Cristo como prueba de Su justicia, pasó por alto los pecados anteriores 26 en Su paciencia. Todo esto ocurrió para la demostración de Su justicia en este tiempo presente. Esto fue para Él mostrarse a sí mismo justo, y demostrar que Él es quien justifica a cualquiera a causa de la fe en Jesús. 27 ¿Dónde entonces está el jactarse? Está excluido. ¿En qué fundamentos? ¿De obras? No, pero en los fundamentos de la fe. 28 Nosotros concluimos, por tanto, que una persona es justificada por la fe, sin las obras de la Ley. 29 ¿O es Dios el Dios de los Judíos solamente? ¿No es Él también el Dios de los Gentiles? Sí, de los Gentiles también. 30 Si en efecto Dios es uno, Él justificará la circuncisión por la fe, y la incircuncisión por medio de la fe. 31 Entonces, ¿anulamos nosotros la Ley por medio de la fe? ¡Que nunca sea así! Antes bien, nosotros defendemos la Ley.

Capítulo 4

1 Entonces, ¿qué podríamos decir sobre lo que Abraham, nuestro antepasado conforme a la carne, encontró? 2 Pues si Abraham fue justificado por sus obras, él tendría una razón para jactarse, pero no ante Dios. 3 Pues ¿qué dicen las Escrituras? "ABRAHAM CREYÓ A DIOS, Y FUE CONSIDERADO JUSTO" 4 Ahora para el que trabaja, el salario no es considerado como un obsequio, sino como deuda. 5 Pero para quien no hace obras, y en su lugar cree en Aquel que justifica al impío, su fe es considerada como justicia. 6 David también pronuncia bendición sobre el hombre a quien Dios cuenta como justo sin hacer obras, 7 él dijo: "BENDECIDOS SON AQUELLOS A QUIENES LES PERDONAN SUS INIQUIDADES, Y CUYOS PECADOS LES SON CUBIERTOS. 8 BENDECIDO ES EL HOMBRE A QUIEN EL SEÑOR NO LE CUENTA PECADO." 9 Entonces, ¿es esta bendición pronunciada solamente sobre los de la circuncisión, o también sobre los de la incircuncisión? Pues nosotros decimos: "LA FE LE FUE CONSIDERADA A ABRAHAM COMO JUSTICIA". 10 Así que, ¿cómo le fue considerada? ¿Cuándo Abraham estaba en circuncisión, o en incircuncisión? No fue en la circuncisión, sino en la incircuncisión. 11 Abraham recibió la señal de la circuncisión. Esto fue un sello de la justicia de la fe que ya poseía cuando estaba en incircuncisión. El resultado de esta señal fue que él vino a ser padre de todos aquellos que creen, aún cuando ellos estén en incircuncisión. Esto significa que la justicia se les tomará en cuenta a ellos. 12 Esto también significa que Abraham vino a ser el padre de la circuncisión para aquellos quienes vienen no solamente de la circuncisión, sino también para aquellos quienes siguen en los pasos de fe de nuestro padre Abraham, antes de que fuera circuncidado. 13 Pues la promesa a Abraham y a sus descendientes, de que él sería el heredero del mundo, no vino por la Ley, sino mediante la justicia de la fe. 14 Pues si aquellos quienes viven por la Ley han de ser herederos, la fe se hace inútil, y la promesa se anula. 15 Pues la ley inflige ira, pero donde no hay ley, tampoco hay desobediencia. 16 Por esta razón esto sucede por fe, para que pueda ser por gracia. Y como resultado, la promesa está asegurada a todos los descendientes. Y en estos descendientes se incluyen, no solamente aquellos quienes conocen la Ley, sino también a aquellos quienes comparten la fe de Abraham. Él es el padre de todos nosotros, 17 como está escrito: "TE HE HECHO EL PADRE DE MUCHAS NACIONES." Abraham estaba en la presencia de Aquel en quien él confió, esto es, Dios, quien da vida a los muertos y llama las cosas que no existen a la existencia. 18 A pesar de toda circunstancia, Abraham con seguridad confió en Dios para el futuro. Así que, él vino a ser padre de muchas naciones, de acuerdo con lo que fue hablado: "ASÍ SERÁN TUS DESCENDIENTES". 19 Él no fue débil en fe. Abraham entendió que su propio cuerpo era incapaz de tener hijos, (porque él era como de cien años). Él también reconoció que la matriz de Sara era incapaz de tener hijos. 20 Pero a causa de la promesa de Dios, Abraham no titubeó en incredulidad. Antes bien, él fue fortalecido en fe, y dio alabanza a Dios. 21 Él estaba completamente convencido que lo que Dios prometió, Él también era capaz de cumplir. 22 Por lo tanto, esto también le fue contado a él como justicia. 23 Ahora, ésto que le fue contado a él, no fue escrito solamente para su beneficio. 24 También fue escrito para nosotros, a quienes nos sería contado, nosotros, que creemos en Él que levantó a Jesús nuestro Señor de los muertos. 25 Este es Aquel quien fue entregado por nuestras transgresiones y fue levantado para nuestra justificación.

Capítulo 5

1 Desde que somos justificados por fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. 2 Por medio de Él nosotros también tenemos nuestro acceso por la fe en esta gracia en la cual estamos. Nos alegramos en la esperanza que Dios nos da para el futuro, la esperanza que nosotros compartiremos en la gloria de Dios. 3 No solamente esto, pero también nos alegramos en nuestro sufrimiento. Nosotros sabemos que el sufrimiento produce resistencia. 4 La resistencia produce aprobación, y la aprobación produce esperanza para el futuro. 5 Esta esperanza no decepciona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo, que nos fue dado. 6 Mientras todavía éramos débiles, en el tiempo preciso, Cristo murió por los impíos. 7 Pues alguien difícilmente muere por un justo. Es decir, quizás alguien se atreva a morir por una buena persona. 8 Pero Dios prueba su amor hacia nosotros, porque mientras todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Mucho más, ahora que somos justificados por Su sangre, nosotros seremos salvados por ella, de la ira de Dios. 10 Pues, mientras éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de Su Hijo, mucho más, después de haber sido reconciliados, seremos salvados por Su vida. 11 No sólo esto, pero también nosotros nos alegraremos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, mediante Él nosotros ahora hemos recibido esta reconciliación. 12 Así entonces, por medio de un hombre el pecado entró al mundo, de esta manera la muerte entró a través del pecado. Y la muerte se esparció a todas los hombres, porque todos pecaron. 13 Las personas en el mundo pecaron antes de que Dios le diera Su Ley a Moisés, pero Dios no registró ningún pecado contra la Ley antes de que Él diera Ley. 14 No obstante, la muerte gobernó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre aquellos que no pecaron como la desobediencia de Adán, quien es una figura similar de Aquel quien fue anunciado a venir. 15 Aun así, el regalo no es como la transgresión. Pues si por la transgresión de uno los muchos murieron, mucho más la gracia de Dios y el don por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, abundó para los muchos. 16 Pues el regalo no es como la consecuencia de aquel quien pecó. Por un lado, el juicio de la condenación vino por causa de la transgresión de un hombre. Pero, por otro lado, el regalo resultante en la justificación vino después de muchas transgresiones. 17 Pues, si por la transgresión de uno, la muerte gobernó, mucho más aquellos, que reciben la abundancia de la gracia y del regalo de la justicia, gobiernan a través de la vida de uno, de Jesucristo. 18 Así pues, mediante una transgresión todas las personas vinieron a condenación, así también mediante un acto de justicia vino la justificación de vida para todas las personas. 19 Pues mediante la desobediencia de un hombre los muchos fueron hechos pecadores, incluso así mediante la obediencia de Aquel, muchos vendrán a ser justificados. 20 Pero la Ley vino después, para que la transgresión abundara. Pero donde el pecado abundó, la gracia abundó mucho más. 21 Esto ocurrió para que, así como el pecado gobernó en muerte, incluso así, la gracia gobierna por medio de la justicia para la vida eterna, mediante Jesucristo nuestro Señor.

Capítulo 6

1 ¿Qué diremos entonces? ¿Deberíamos continuar en pecado para que la gracia pueda abundar? 2 Que jamás sea así. Nosotros quienes hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos aún vivir en ello? 3 ¿No saben ustedes que tantos como muchos fueron bautizados en Cristo Jesús, fueron bautizados en Su muerte? 4 Nosotros fuimos sepultados con Él, mediante el bautismo en la muerte. Esto sucedió de manera que, así como Cristo fue levantado de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros podríamos también caminar en nueva vida. 5 Pues si nosotros nos hemos unido con Él en la semejanza de su muerte, nosotros también seremos unidos con Su resurrección. 6 Sabemos esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él, de modo que el cuerpo de pecado fuera destruido. Esto sucedió para que nosotros no seamos más esclavizados al pecado. 7 Quien muere, es declarado justo con respecto al pecado. 8 Pero si nosotros hemos muerto con Cristo, nosotros creemos que también viviremos juntamente con Él. 9 Sabemos que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, y que Él ya no está muerto. La muerte ya no gobierna sobre Él. 10 Por lo que respecta a Su muerte, Él murió al pecado, murió de una vez por todas. Sin embargo, la vida que Él vive, la vive para Dios. 11 De la misma manera también ustedes tienen que considerarse muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. 12 Por lo tanto no dejen que el pecado gobierne en sus cuerpos mortales de manera que ustedes puedan obedecer su lujuria. 13 No presenten las partes de su cuerpo al pecado, como herramientas utilizadas para la injusticia. Pero preséntense ustedes mismos a Dios, como muertos que ahora viven. Y presenten las partes de sus cuerpos a Dios como herramientas utilizadas para la justicia. 14 No permitan que el pecado gobierne sobre ustedes. Pues ustedes no están bajo la ley, sino bajo la gracia. 15 ¿Qué entonces? ¿Deberíamos pecar porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? Que jamás sea así. 16 ¿No saben ustedes que aquel a quien ustedes se presentan a sí mismos como siervos es el mismo a quien ustedes son obedientes, al mismo a quien ustedes tienen que obedecer? Esto es cierto si ustedes son servidores al pecado, que conduce a muerte, o servidores a la obediencia, que conduce a justicia. 17 ¡Pero gracias sean dadas a Dios! Pues ustedes eran siervos del pecado, pero ustedes han obedecido desde el corazón la forma de la enseñanza que les fue dada. 18 Ustedes han sido hechos libres del pecado, y ahora son siervos de justicia. 19 Les hablo como hombre por causa de la debilidad de su carne. Pues, así como ustedes presentaban las partes de sus cuerpos, como esclavos a la inmundicia y a la maldad, ahora de la misma manera, presenten las partes de sus cuerpos como esclavos de justicia para santificación. 20 Pues cuando ustedes eran esclavos del pecado, ustedes eran libres de justicia. 21 En aquel tiempo, ¿qué frutos tenían ustedes de las cosas que ahora les avergüenzan? Porque la consecuencia de esas cosas es la muerte. 22 Pero ahora, que ustedes han sido libres del pecado y son hechos siervos a Dios, ustedes tienen su fruto para santificación. El resultado es vida eterna. 23 Pues la paga del pecado es muerte, pero el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor.

Capítulo 7

1 ¿O ustedes no saben, hermanos (porque estoy hablando a personas que conocen de la ley), que la ley controla a la persona mientras vive? 2 Pues la mujer casada está ligada por ley a el esposo mientras él vive, pero si su esposo muere, ella es liberada de la ley del matrimonio. 3 Así que, mientras su esposo vive, si ella vive con otro hombre, ella sería llamada una adúltera. Pero si el esposo muere, ella es libre de la ley, así que ella no es una adúltera si se casa con otro hombre. 4 Por lo tanto, mis hermanos, ustedes fueron hechos muertos a la ley mediante el cuerpo de Cristo. Esto es para que ustedes se pudieran unir a otro, esto es, a Él, quien fue levantado de los muertos, de modo que nosotros podamos producir fruto para Dios. 5 Pues cuando nosotros estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas, inducidas por la ley, actuaban en nuestros miembros mediante la ley para producir fruto de muerte. 6 Pero ahora hemos sido librados de la ley. Nosotros hemos muerto a aquello que nos tenía cautivos. Esto es para que pudiéramos servir en lo fresco del Espíritu, y no en lo rancio de la letra. 7 ¿Qué diremos nosotros entonces? ¿Es la ley en sí misma pecado? Nunca lo será. Sin embargo, yo no hubiera conocido el pecado, si no fuera por medio de la Ley. Porque yo no hubiera conocido la codicia, a no ser que la Ley hubiera dicho: "NO DEBES CODICIAR". 8 Pero el pecado, tomó la ocasión mediante el mandamiento y causó toda la lujuria en mí. Pues sin la ley, el pecado está muerto. 9 En cierto tiempo estuve vivo sin la ley, pero cuando el mandamiento vino, el pecado recobró vida y yo morí. 10 El mandamiento, el cual era para traer vida, resultó ser muerte para mí. 11 Pues el pecado, tomó la ocasión mediante el mandamiento y me engañó. Mediante el mandamiento, fui muerto. 12 Así que la Ley es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno. 13 Así que, ¿lo que es bueno vino a ser muerte para mí? ¡De ninguna manera! Pero el pecado, a fin de mostrarse como pecado, mediante algo bueno, causó muerte en mí. Fue así que, mediante el mandamiento, el pecado llegó a ser pecaminoso más allá de toda medida. 14 Pues nosotros sabemos que la Ley es espiritual, pero yo carnal. Yo he sido vendido bajo servidumbre al pecado. 15 Pues lo que yo hago, realmente no lo entiendo. Pues lo que quiero hacer, no lo hago, y lo que odio, eso hago. 16 Pero si hago lo que no quiero hacer, estoy de acuerdo con la Ley, en que la Ley es buena. 17 Pero ahora no soy yo quien lo hace, sino el pecado que vive en mí. 18 Pues yo sé que, en mí, en mi naturaleza pecaminosa, no vive nada bueno. Pues el deseo por lo bueno está conmigo, pero no puedo hacerlo. 19 Pues lo bueno que yo quiero, no lo hago, pero lo malo que yo no quiero hacer, eso hago. 20 Ahora, si yo hago lo que no quiero hacer, entonces no soy yo quien está actuando, sino más bien el pecado que vive en mí. 21 Yo encuentro entonces este principio en mí, que quiero hacer lo que es bueno, pero la maldad está actualmente presente en mí. 22 Pues yo me regocijo en la Ley de Dios con el hombre interior. 23 Sin embargo, veo un principio diferente en las partes de mi cuerpo. Esto pelea contra el nuevo principio en mi mente. Eso me toma cautivo por el principio del pecado que está en las partes de mi cuerpo. 24 ¡Yo soy un hombre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? 25 Pero doy gracias a Dios mediante Jesucristo nuestro Señor. Así entonces, yo mismo sirvo a la Ley de Dios con mi mente. Sin embargo, con la carne sirvo al principio del pecado.

Capítulo 8

1 Entonces, por lo tanto, ahora no hay condenación para aquellos que están en Cristo Jesús. 2 Pues el principio del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha hecho libre del principio de pecado y muerte. 3 Pues lo que la Ley era incapaz de hacer, ya que era débil mediante la carne, Dios lo hizo. Él envió a su propio Hijo en semejanza de carne pecaminosa para ser una ofrenda por el pecado, y Él condenó el pecado en la carne. 4 Él hizo esto para que los requerimientos de la Ley pudieran ser cumplidos en nosotros, quienes caminamos, no de acuerdo con la carne, sino de acuerdo con el Espíritu. 5 Aquellos que viven de acuerdo con la carne prestan atención a las cosas de la carne, pero aquellos que viven de acuerdo con el Espíritu prestan atención a las cosas del Espíritu. 6 Pues la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz. 7 Esto es porque la mente puesta en la carne es hostil hacia Dios, pues no está sujeta a la Ley de Dios, ni es capaz de serlo. 8 Aquellos que están en la carne no pueden agradar a Dios. 9 Sin embargo, ustedes no están en la carne, sino en el Espíritu, si es verdad que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Pero si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, esa persona no le pertenece a Él. 10 Si Cristo está en ustedes, por un lado, el cuerpo está muerto con respecto al pecado, pero el Espíritu está vivo con respecto a la justicia. 11 Si el Espíritu de Él, quien levantó a Jesús de los muertos, habita en ustedes, Él quien levantó a Cristo de los muertos dará vida también a sus cuerpos mortales a través de Su Espíritu, quien vive en ustedes. 12 Así que, hermanos, somos deudores, pero no a la carne para vivir de acuerdo con la carne. 13 Pues si ustedes viven de acuerdo con la carne, ustedes están por morir, pero si por el Espíritu, ustedes dan muerte a las acciones del cuerpo, ustedes vivirán. 14 Pues todos quienes son guiados por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. 15 Pues ustedes no recibieron el espíritu de esclavitud de nuevo para tener miedo. En su lugar, ustedes recibieron el espíritu de adopción, por el cual clamamos: "¡Abba, Padre!" 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. 17 Si nosotros somos hijos, entonces también somos herederos, herederos de Dios. Y somos coherederos con Cristo, de hecho, nosotros sufrimos con Él, para que también seamos glorificados con Él. 18 Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos será revelada a nosotros. 19 Pues el anhelo profundo de la creación espera por la revelación de los hijos de Dios. 20 Pues la creación fue sujetada a futilidad, no por su propia voluntad, sino por Él, quien la sujetó en la esperanza 21 de que la creación misma será liberada de la servidumbre de corrupción, a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. 22 Pues sabemos que toda la creación gime y sufre dolores de parto incluso ahora. 23 No solamente eso, sino aún nosotros mismos, quienes tenemos los primeros frutos del Espíritu: incluso nosotros gemimos dentro de nosotros, esperando por nuestra adopción, la redención de nuestro cuerpo. 24 Pues por esta esperanza fuimos salvados. Pero, aquello que estamos confiados que ocurrirá todavía no ha sido visto, porque ¿quién espera con confianza lo que él ya puede ver? 25 Pero si nosotros estamos confiados acerca de lo que nosotros todavía no vemos, entonces nosotros esperamos con paciencia por eso. 26 Del mismo modo, el Espíritu también nos ayuda en nuestra debilidad. Porque nosotros no sabemos cómo debemos orar, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inexpresables. 27 Él, que escudriña los corazones, conoce la mente del Espíritu, porque Él intercede a favor de los creyentes de acuerdo con la voluntad de Dios. 28 Nosotros sabemos que para aquellos que aman a Dios, Él trabaja en todas las cosas para bien, para aquellos quienes son llamados de acuerdo con su propósito. 29 Porque aquellos a quienes Él conoció de antemano, Él también les predestinó para que sean conformados a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Aquellos a quienes Él predestinó, a ésos también Él llamó. Aquellos a quienes Él llamó, a éstos también Él justificó. Aquellos a quienes Él justificó, a ésos Él también glorificó. 31 ¿Qué entonces nosotros podremos decir sobre estas cosas? Si Dios es por nosotros, ¿quién está en contra de nosotros? 32 Él, quien no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a favor de todos nosotros, ¿cómo Él no nos dará gratuitamente también con Él todas las cosas? 33 ¿Quién traerá alguna acusación contra los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es aquel que murió por nosotros, y más importante aún, Él también fue resucitado. Él está gobernando con Dios, en el lugar de honor, y quien también intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Tal como está escrito: "POR TU BENEFICIO MORIMOS TODOS LOS DÍAS. NOSOTROS SOMOS CONSIDERADOS COMO OVEJAS PARA EL MATADERO." 37 En todas estas cosas nosotros somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. 38 Pues yo he sido convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni gobiernos, ni cosas presentes, ni cosas por venir, ni poderes, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada, podrá ser capaz de separarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús nuestro Señor.

Capítulo 9

1 Yo digo la verdad en Cristo. Yo no miento, y mi conciencia da testimonio junto conmigo en el Espíritu Santo, 2 que para mí hay gran tristeza e incesante dolor en mi corazón. 3 Pues yo podría desear que yo mismo sea maldito y sea apartado de Cristo por el bien de mis hermanos, aquellos de mi propia raza según la carne. 4 Ellos son Israelitas. Ellos tienen adopción, la gloria, los pactos, el regalo de la ley, la adoración a Dios, y las promesas. 5 De ellos son los padres de quienes ha venido Cristo con respecto a la carne - Él cual es Dios, sobre todo. Sea Él alabado por siempre. Amén. 6 Pero no es como si las promesas de Dios han fallado. Pues no son todos en Israel quienes verdaderamente pertenecen a Israel. 7 Ni tampoco son todos los descendientes de Abraham verdaderamente sus hijos. Sino que: "ES MEDIANTE ISAAC QUE TUS DESCENDIENTES SERÁN LLAMADOS." 8 Esto es, los hijos de la carne no son los hijos de Dios. Pero los hijos de la promesa son considerados como descendientes. 9 Pues esta es la palabra de la promesa: "EN ESTE TIEMPO YO VENDRÉ, Y UN HIJO SERÁ DADO A SARA." 10 No sólo esto, sino que después que Rebeca también hubo concebido de uno, nuestro padre Isaac- 11 pues los niños no habían nacido aún, ni tampoco habían hecho algo bueno o malo, para que el propósito de Dios de acuerdo con la elección pudiera permanecer, no a causa de acciones, sino por causa de Él, quien llama- 12 le fue dicho a ella: "EL MAYOR SERVIRÁ AL MENOR." 13 Es como fue escrito: "YO AMÉ A JACOB , PERO ABORRECÍ A ESAÚ." 14 ¿Qué diremos nosotros entonces? ¿Habrá injusticia en Dios? Que nunca la haya. 15 Porque Él dice a Moisés: "YO TENDRÉ MISERICORDIA DE QUIENES YO TENGA MISERICORDIA, Y YO TENDRÉ COMPASIÓN DE QUIENES YO TENGA COMPASIÓN." 16 Así que, no es por causa de él, quién desea, ni tampoco, por causa de aquel quien corre, sino por Dios, quien muestra misericordia. 17 Pues la escritura dice a Faraón: "POR ESTE PROPÓSITO YO TE LEVANTÉ, PARA QUE YO PUDIERA DEMOSTRAR MI PODER EN TI, Y PARA QUE ASÍ MI NOMBRE PUDIERA SER PROCLAMADO EN TODA LA TIERRA." 18 Así que, Dios tiene misericordia de quienes Él desea, y por aquellos con quienes Él desea, los hace obstinados. 19 Ustedes luego me dirán: "¿Por qué Él todavía encuentra faltas? Pues, ¿quién alguna vez ha resistido Su voluntad?" 20 Por el contrario, hombre, ¿quién eres tú, que respondes contra Dios? ¿O acaso el que ha sido moldeado le dirá a aquel que lo moldea: "¿Por qué me hiciste de esta manera?" 21 ¿No tiene el alfarero derecho sobre el barro para hacer desde la misma masa un envase para uso especial y otro envase para uso diario?" 22 ¿Qué tal si Dios, quien está dispuesto a mostrar Su ira y hacer conocer Su poder, soporta con mucha paciencia envases de ira preparados para destrucción? 23 ¿Qué tal si Él hizo esto para que Él pudiera hacer las riquezas de Su gloria sobre envases de misericordia, que Él había previamente preparado para gloria? 24 ¿Qué tal si Él hizo esto también por nosotros, quienes Él también llamó, no sólo de entre los judíos, sino también de entre los Gentiles? 25 Como Él también dice en Oseas: "YO LLAMARÉ MI PUEBLO A QUIENES NO ERAN MI PUEBLO, Y SU AMADA 'QUIEN NO ERA AMADA'. 26 Y SERÁ QUE DONDE FUE DICHO A ELLOS, 'USTEDES NO SON MI PUEBLO', ALLÍ ELLOS SERÁN LLAMADOS HIJOS DEL DIOS VIVIENTE" 27 Isaías clamó referente a Israel: "SI EL NÚMERO DE LOS HIJOS DE ISRAEL FUERA COMO LA ARENA DEL MAR, SOLAMENTE UN REMANENTE SERÁ SALVO; 28 PUES EL SEÑOR TRAERÁ SU PALABRA A LA TIERRA, PRONTO Y COMPLETAMENTE." 29 Y es como Isaías dijo antes: "SI EL SEÑOR DE LAS HUESTES NO HUBIERA DEJADO DESCENDIENTES, NOSOTROS NOS HUBIÉRAMOS VUELTO COMO SODOMA, Y NOS HABRÍAMOS CONVERTIDO COMO GOMORRA. 30 ¿Qué diremos entonces? Que los Gentiles, quienes no estaban procurando justicia, obtuvieron justicia, la justicia de la fe. 31 Pero Israel, quien procuró la ley de la justicia, no llegó a ella. 32 ¿Por qué no? Porque ellos no la procuraron por fe, sino por obras. Ellos tropezaron sobre la piedra de tropiezo, 33 como ha sido escrito: "MIREN, ESTOY DEJANDO EN SIÓN UNA PIEDRA DE TROPIEZO Y UNA ROCA DE OFENSA. EL QUE CREA EN ÉSTA NO SERÁ AVERGONZADO."

Capítulo 10

1 Hermanos, el deseo de mi corazón y mi pedido a Dios es por ellos, por su salvación. 2 Pues yo testifico acerca de que ellos tienen un celo por Dios, pero no de acuerdo con el conocimiento. 3 Porque ellos no conocen la justicia de Dios, y ellos buscan establecer su propia justicia; ellos no se sometieron a la justicia de Dios. 4 Porque Cristo es el cumplimiento de la ley para la justicia a todos quienes creen. 5 Pues Moisés escribe acerca de la justicia que viene de la ley: "EL HOMBRE QUE HACE LA JUSTICIA DE LA LEY, VIVIRÁ POR ESTA JUSTICIA." 6 Pero sobre la justicia que viene de la fe dice esto: "NO DIGAS EN TU CORAZÓN: '¿QUIÉN SUBIRÁ AL CIELO?' (Esto es, para hacer bajar a Cristo) 7 y no dice: '¿QUIÉN BAJARÁ AL ABISMO?'" (Esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos.) 8 Pero ¿qué dice?: "LA PALABRA ESTÁ CERCA DE TI, EN TU BOCA Y TU CORAZÓN." Esa es la palabra de fe, la cual nosotros proclamamos. 9 Pues si tú reconoces con tu boca a Jesús como Señor, y crees en tu corazón, que Dios lo levantó de entre los muertos, tú serás salvo. 10 Pues con el corazón el hombre cree para justicia, y con la boca lo reconoce para salvación. 11 Pues la Escritura dice: "TODO AQUEL QUIEN CREE EN ÉL NO SERÁ PUESTO EN VERGÜENZA." 12 Porque no hay diferencia entre judío y griego. Pues el mismo Señor, es Señor de todo y es rico a todo aquel que le invoca. 13 Pues: "TODO AQUEL QUIEN INVOCA EL NOMBRE DEL SEÑOR SERÁ SALVO." 14 ¿Cómo entonces pueden invocarlo, en quien ellos no han creído? ¿Cómo creerán en Él, de quien ellos no han escuchado? ¿Cómo pueden escuchar sin un predicador? 15 Entonces, ¿cómo pueden predicar, a menos que sean enviados? Tal como está escrito: "¡CUÁN HERMOSOS SON LOS PIES DE AQUELLOS QUIENES PROCLAMAN ALEGRES NOTICIAS DE COSAS BUENAS!" 16 Pero no todos ellos escucharon el evangelio. Pues Isaías dice: "SEÑOR, ¿QUIÉN HA CREÍDO NUESTRO MENSAJE?" 17 Así que la fe viene del oír, y por oír la palabra de Cristo. 18 Pero yo digo: "¿No escucharon ellos?" Sí, seguramente. "SUS SONIDOS SALIERON POR TODA LA TIERRA Y SUS PALABRAS HASTA LOS CONFINES DEL MUNDO." 19 Además, yo digo: "¿No supo Israel? " Primero Moisés dice: "YO LES PROVOCARÉ A CELO POR GENTE QUE NO ES NACIÓN, POR MEDIO DE UN PUEBLO SIN ENTENDIMIENTO, YO LES PROVOCARÉ A IRA." 20 Entonces Isaías fue muy enfático cuando dice: "YO FUI ENCONTRADO POR AQUELLOS QUE NO ME BUSCARON. YO ME APARECÍ A AQUELLOS QUIENES NO PREGUNTARON POR MÍ. 21 Pero a Israel, Él dice: "TODO EL DÍA YO EXTENDÍ MIS MANOS A GENTE DESOBEDIENTE Y OBSTINADA."

Capítulo 11

1 Yo digo entonces, ¿Rechazó Dios a su gente? Nunca sea así. Porque yo también soy un israelita, un descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. 2 Dios no rechazó a su gente, a quienes Él conocía. ¿No saben ustedes lo que las escrituras dicen de Elías, cómo él suplicó a Dios contra Israel? 3 "SEÑOR, ELLOS HAN MATADO A TUS PROFETAS, ELLOS HAN ROTO TUS ALTARES, Y SÓLO QUEDO YO, Y ELLOS BUSCAN MI VIDA." 4 Pero ¿cuál fue la respuesta de Dios para él? "HE RESERVADO PARA MÍ SIETE MIL HOMBRES QUIENES NO HAN DOBLADO RODILLA A BAAL" 5 Aun así entonces, en este tiempo presente también hay un remanente a causa de la elección por gracia. 6 Pero si es por gracia, ya no es más por obras. De otra manera la gracia no sería gracia. 7 ¿Entonces qué? Lo que Israel estaba buscando, eso no obtuvieron, pero los escogidos lo obtuvieron, y el resto fueron endurecidos. 8 Es tal como está escrito: "DIOS LES DIÓ UN ESPÍRITU DE CEGUERA, OJOS QUE NO PUEDEN VER, Y OÍDOS QUE NO PUEDEN ESCUCHAR, HASTA ESTE MISMO DÍA." 9 También David dice: "PERMITE QUE SU MESA SE CONVIERTA EN UNA RED, UNA TRAMPA, UNA PIEDRA DE TROPIEZO Y UNA REPRESALIA CONTRA ELLOS. 10 PERMITE QUE SUS OJOS SEAN OSCURECIDOS PARA QUE ELLOS NO PUEDAN VER. SIEMPRE MANTÉN DOBLADAS SUS ESPALDAS" 11 Yo les digo entonces: "¿Tropezaron ellos como para caer? Nunca sea así. En vez, por su fracaso, la salvación ha llegado a los gentiles, de manera que les provoque celos. 12 Ahora bien, si su fracaso es riquezas para el mundo, y si su pérdida, las riquezas de los gentiles, ¿cuánto más grande será su admisión? 13 Pero ahora yo les estoy hablando a ustedes gentiles, mientras yo sea apóstol para los gentiles, yo tengo respeto propio por mi ministerio. 14 Quizás yo provocaré celos a aquellos que son mi propia carne. Quizás nosotros salvemos algunos de ellos. 15 Pues si el rechazo de ellos es la reconciliación del mundo, ¿qué no será su aceptación, sino vida de entre los muertos? 16 Si las primicias están reservadas, así también la masa. Si la raíz es reservada, así también las ramas. 17 Pero si algunas de las ramas fueron desprendidas, y ustedes, una rama de olivo silvestre, fueron injertadas entre ellos, y si comparten con ellas en la raíz rica del árbol de olivo, 18 no se jacten sobre las ramas. Pero si se jactan, no son ustedes los que sostienen la raíz, sino es la raíz la que los sostiene a ustedes. 19 Entonces ustedes dirán: "Las ramas fueron arrancadas de manera que yo pudiera ser injertado." 20 Eso es cierto. Porque por su incredulidad ellos fueron cortados, pero ustedes están en pie por causa de su fe. No piensen muy elevado de ustedes mismos, sino teman. 21 Pero si Dios no perdonó las ramas naturales, tampoco los perdonará a ustedes. 22 Estén atentos, entonces, a las acciones amables y a la severidad de Dios. Por un lado, la severidad vino sobre los judíos quienes cayeron. Pero por otro lado, la bondad de Dios viene sobre ustedes, si ustedes permanecen en su bondad. De otra manera ustedes también serán cortados. 23 E incluso ellos, si no continúan en su incredulidad, serán injertados de nuevo. Pues Dios es capaz de injertarlos nuevamente. 24 Pues si ustedes fueron cortados de lo que es por naturaleza un árbol de olivo silvestre, y contrario a la naturaleza fueron injertados en un buen árbol de olivo, ¿cuánto más estos judíos, quienes son las ramas naturales, serán injertados de nuevo en su propio árbol de olivo? 25 Pues yo no quiero que ignoren, hermanos, este misterio, de manera que no sean sabios en su propio pensamiento. Este misterio es que ha ocurrido un endurecimiento parcial en Israel, hasta que la admisión de los gentiles venga. 26 Así todo Israel será salvo, tal como ha sido escrito: "DESDE SIÓN VENDRÁ EL LIBERTADOR. ÉL REMOVERÁ LA IMPIEDAD DE JACOB. 27 Y ESTE ES MI PACTO CON ELLOS, CUANDO QUITE SUS PECADOS." 28 Por un lado concerniente al evangelio, ellos son enemigos por causa de ustedes. Pero, por otro lado, de acuerdo con la elección de Dios, ellos son amados por causa de sus antepasados. 29 Pues los dones y el llamado de Dios son inmutables. 30 Pues, así como ustedes fueron anteriormente desobedientes a Dios, pero ahora han recibido misericordia por causa de su desobediencia. 31 De la misma manera ahora estos judíos han sido desobedientes. El resultado fue que, por la misericordia mostrada a ustedes, ellos también ahora reciban misericordia. 32 Pues Dios encerró a todos en desobediencia, de manera que pueda mostrar misericordia a todos. 33 ¡Oh, la profundidad de las riquezas tanto de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, y sus caminos más allá de descubrir! 34 Porque ¿quién ha conocido la mente del Señor? O, ¿quién se ha convertido en Su consejero? 35 O, ¿quién le ha dado algo primero a Dios, para que le fuera devuelto? 36 Pues de Él, y a través de Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por siempre. Amén.

Capítulo 12

1 Yo les insto, por lo tanto, hermanos, por las misericordias de Dios, que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, aceptable a Dios. Este es su culto racional. 2 No se conformen a este mundo, sino sean transformados a través de la renovación de sus mentes. Hagan esto para que conozcan cuál es la buena, aceptable, y perfecta voluntad de Dios. 3 Pues yo les digo, que por la gracia que me fue dada, todos quienes están entre ustedes no deben pensar más altamente de sí mismos de lo que deben pensar. En su lugar, ellos deben pensar de manera sabia, tal como Dios ha dado a cada uno, una cierta cantidad de fe. 4 Pues nosotros tenemos muchos miembros en un solo cuerpo, pero no todos los miembros tienen la misma función. 5 De la misma manera nosotros, quienes somos muchos, somos un cuerpo en Cristo, y somos individualmente miembros los unos de los otros. 6 Nosotros tenemos diferentes dones de acuerdo con la gracia que nos ha sido dada. Si el don de alguno es profecía, que sea hecho de acuerdo con el tamaño de su fe. 7 Si el don de alguno es servicio, dejen que sirva. Si uno tiene el don de la enseñanza, permítanle enseñar. 8 Si el don de alguno es exhortación, permítanle exhortar. Si alguno tiene el don de dar, permítanle hacerlo generosamente. Si el don de alguno es liderar, que sea hecho con cuidado. Si el don de alguno es mostrar misericordia, que sea hecho con alegría. 9 Dejen que el amor sea sin hipocresía. Aborreciendo lo que es malo; apéguense a aquello que es bueno. 10 Concerniente al amor de hermanos, sean afectivos los unos con los otros. Concerniente al honor, respétense unos a otros. 11 Concerniente a la diligencia, no sean perezosos; concerniente al espíritu, sean fervientes. Concerniente al Señor, sírvanle. 12 Regocíjense en la esperanza que ustedes tienen acerca del futuro. Sean pacientes en sus problemas. Manténganse orando. 13 Participen en las necesidades de los creyentes. Encuentren muchas maneras de mostrar hospitalidad. 14 Bendigan aquellos quienes los persiguen, bendigan y no maldigan. 15 Regocíjense con aquellos quienes se regocijan; lloren con aquellos que lloran. 16 Sean de un mismo pensar uno hacia el otro. No piensen de manera orgullosa, sino que acepten a las personas humildes. No sean sabios en sus propios pensamientos. 17 No devuelvan a nadie mal con mal. Hagan cosas buenas delante de todas las personas. 18 Si es posible, tanto como de ustedes dependa, estén en paz con todas las personas. 19 No se venguen ustedes mismos, amados, sino den lugar a la ira de Dios. Porque escrito está: "MÍA ES LA VENGANZA, YO PAGARÉ" dice el Señor. 20 "PERO SI TU ENEMIGO TIENE HAMBRE, DALE DE COMER. Y SI ESTÁ SEDIENTO, DALE DE TOMAR. PUES SI HACES ESTAS COSAS, TU ACUMULARÁS CARBONES DE FUEGO SOBRE SU CABEZA". 21 No seas vencido por el mal, sino vence al mal con el bien.

Capítulo 13

1 Deja que toda alma sea obediente a las autoridades superiores, pues no hay ninguna autoridad que no haya venido de Dios. Las autoridades que existen han sido constituidas por Dios. 2 Por lo tanto, aquel quien resiste la autoridad se opone al mandato de Dios, y aquellos quienes se oponen a ésta, recibirán juicio sobre sí mismos. 3 Pues los gobernantes no son un terror para los que hacen el bien, sino para los que hacen el mal. ¿Deseas no temer a aquel en autoridad? Haz lo que es bueno, y tú recibirás su aprobación. 4 Pues él es un servidor de Dios a ti para bien. Pero si tú haces lo que es malo, teme; pues él no carga la espada sin causa. Pues él es un servidor de Dios, un vengador para ira sobre aquellos que hacen mal. 5 Por lo tanto, ustedes tienen que obedecer, no sólo por causa de la ira, sino también por causa de la consciencia. 6 Porque por esto pagas impuestos también. Pues las autoridades son servidores de Dios, quienes atienden a esto continuamente. 7 Paga a todos lo que le debes: impuesto a quienes debes impuesto, tributo a quienes debes tributo, temor a quienes debes temer, honor a quienes honor es debido. 8 No le deban nada a nadie, excepto amarse unos a otros. Pues aquel que ama a su prójimo ha cumplido la ley. 9 Pues: "NO COMETERÁS ADULTERIO, NO MATARÁS, NO ROBARÁS, NO CODICIARÁS", y si hay otro mandamiento también, está resumido en esta oración: "AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO TI MISMO." 10 El amor no daña al prójimo. Por lo tanto, el amor es el cumplimiento de la ley. 11 Debido a esto, ustedes conocen el tiempo, que ya es hora para que se despierten del sueño. Pues ahora nuestra salvación está más cerca que cuando creímos por primera vez. 12 La noche ha avanzado, y el día se ha acercado. Dejemos, por lo tanto, a un lado las obras de las tinieblas, y vistámonos con la armadura de luz. 13 Caminemos apropiadamente, como de día, no en celebraciones desenfrenadas o borracheras. No caminemos en inmoralidades sexuales ni en lujuria descontrolada, y tampoco en contiendas o envidia. 14 Pero vistámonos del Señor Jesucristo, y no hagan provisión para la carne, ni para satisfacer sus lujurias.

Capítulo 14

1 Reciban a cualquiera que esté débil en fe, sin juzgar sobre argumentos. 2 Una persona tiene fe para comer todo, otra que es débil, come sólo vegetales. 3 Que el que coma de todo no desprecie al que no come de todo. Y el que no come de todo, no juzgue al que come de todo. Porque Dios lo ha aceptado. 4 ¿Quiénes son ustedes, que juzgan a un siervo que pertenece a otro? Es delante de su propio amo, que él permanece en pie o cae. Pero Él lo hará permanecer de pie, pues el Señor es capaz de mantenerlo en pie. 5 Una persona valora un día sobre otro. Otra valora cada día igualmente. Dejen que cada persona esté convencida en su propia mente. 6 El que observa el día, obsérvelo para el Señor. Y el que come, come para el Señor, porque él da gracias a Dios. El que no come, se abstiene de comer para el Señor. Él también da gracias a Dios. 7 Pues ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo. 8 Pues si nosotros vivimos, vivimos para el Señor. Y si nosotros morimos, morimos para el Señor. Por lo tanto, si vivimos o morimos, del Señor somos. 9 Pues para este propósito Cristo murió y vivió otra vez, para que Él sea Señor de ambos, de los muertos y de los que viven. 10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? Y tú, ¿por qué desprecias a tu hermano? Pues todos nosotros compareceremos ante del tribunal de Dios. 11 Porque escrito está: "COMO YO VIVO, DICE EL SEÑOR, SE DOBLARÁ ANTE MÍ TODA RODILLA, Y TODA LENGUA ALABARÁ A DIOS." 12 Así entonces, cada uno de nosotros le dará cuenta a Dios de sí mismo. 13 Por lo tanto, no nos juzguemos más unos a otros, pero en cambio decidan esto, que nadie ponga una piedra de tropiezo o una trampa a su hermano. 14 Yo sé y estoy persuadido en el Señor Jesús, que nada es impuro en sí mismo. Solamente para aquel que considera cualquier cosa impura, para él es impura. 15 Si por la comida, tu hermano es herido, ya no caminas más en amor. No destruyas con tu comida a alguien por quien Cristo murió. 16 Así que, no permitan que lo que ustedes consideran ser bueno se hable como malo. 17 Pues el reino de Dios no se trata de comida y bebida, sino se trata de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. 18 Pues quien sirve a Cristo de esta manera es aceptable a Dios y aprobado por las personas. 19 Así entonces, vamos a procurar las cosas de paz, y las cosas que edifican el uno al otro. 20 No destruyas la obra de Dios a causa de la comida. Todas las cosas ciertamente son limpias, pero es malo para la persona que come y causa tropiezos. 21 Es bueno no comer carne, ni beber vino, ni cualquier cosa por la cual tu hermano se ofenda. 22 La fe que tú tienes, mantenla entre tú y Dios. Bendecido es aquel que no se condena a sí mismo con respecto a lo que él aprueba. 23 El que duda es condenado si come, porque no lo hace con o por la fe. Y cualquier cosa que no es por la fe, es pecado.

Capítulo 15

1 Ahora nosotros, quienes somos fuertes, debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no debemos agradarnos a nosotros mismos. 2 Dejen que cada uno de nosotros agrade a su prójimo con aquello que es bueno, de modo que lo edifique. 3 Pues ni siquiera Cristo se agradó a sí mismo. En su lugar, fue exactamente como está escrito: "LOS INSULTOS DE AQUELLOS QUIENES TE INSULTARON CAYERON SOBRE MÍ". 4 Pues todo lo que fue previamente escrito, fue escrito para nuestra enseñanza, de modo que por medio de la paciencia y por medio del aliento de las Escrituras, nosotros pudiéramos tener esperanza. 5 Ahora, que el Dios de paciencia y aliento les conceda a ustedes ser del mismo pensar con cada uno, de acuerdo con Cristo Jesús. 6 Que Él lo haga de modo que con una mente ustedes puedan alabar a una voz, al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. 7 Por lo tanto recíbanse uno al otro, así como Cristo también los recibió a ustedes, para la alabanza de Dios. 8 Pues yo digo que Cristo ha sido hecho un servidor de la circuncisión en nombre de la verdad de Dios, para confirmar las promesas dadas a los padres, 9 y para que los gentiles glorifiquen a Dios por Su misericordia. Es como está escrito: "POR TANTO YO TE ALABARÉ ENTRE LOS GENTILES Y CANTARÉ ALABANZA A TU NOMBRE." 10 Dice otra vez: "REGOCÍJENSE, USTEDES GENTILES, CON SU GENTE." 11 Y otra vez: "ALABEN AL SEÑOR, TODOS USTEDES GENTILES; DEJEN QUE TODAS LAS PERSONAS LO ALABEN." 12 Otra vez, Isaías dijo: "HABRÁ DE LA RAÍZ DE ISAÍ, Y EL QUE SE LEVANTARÁ PARA GOBERNAR SOBRE LOS GENTILES. LOS GENTILES TENDRÁN ESPERANZA EN ÉL". 13 Ahora que el Dios de esperanza los llene de todo gozo y paz al creer, para que ustedes puedan abundar en esperanza, por el poder del Espíritu Santo. 14 Yo mismo también estoy convencido sobre ustedes, mis hermanos. Yo estoy convencido que también ustedes mismos están llenos de bondad, llenos con todo conocimiento. Yo estoy convencido de que ustedes también son capaces de exhortarnos unos a otros. 15 Pero yo estoy escribiendo osadamente a ustedes sobre algunas cosas para recordarles otra vez, por causa del don que me fue dado por Dios. 16 Este don fue que yo debo ser un siervo de Cristo Jesús enviado a los gentiles, para ofrecer como un sacerdote el evangelio de Dios. Yo debo hacer esto para que la ofrenda de los gentiles pueda ser aceptable, consagrada por el Espíritu Santo. 17 Pues mi deleite está en Cristo Jesús y en las cosas de Dios. 18 Pues yo no me atreveré a hablar de nada excepto de lo que Cristo ha logrado por medio de mí para la obediencia de los gentiles. Estas son cosas hechas por palabra y acción, 19 por el poder de señales y maravillas, y por el poder del Espíritu Santo. Esto para que desde Jerusalén y hasta los alrededores tan lejanos como Ilírico, yo pueda llevar completamente el evangelio de Cristo. 20 De esta manera, mi deseo ha sido proclamar el evangelio, pero no donde el nombre de Cristo es conocido, de modo que yo no pueda construir sobre el fundamento de otro hombre. 21 Esto es como está escrito: "AQUELLOS A QUIENES NINGUNA NOTICIA DE ÉL LES HA LLEGADO LO VERÁN, Y AQUELLOS QUIENES NO HAN ESCUCHADO, ENTENDERÁN." 22 Por lo tanto yo también fui obstaculizado muchas veces de llegar a ustedes. 23 Pero ahora, yo ya no tengo ningún lugar en estas regiones, y he estado anhelando por muchos años llegar a ustedes. 24 Así que cuando yo vaya a España, espero verles cuando pase, y ser enviado en mi camino por ustedes, después que yo disfrute de su compañía por un tiempo. 25 Pero ahora voy a Jerusalén para servir a los creyentes. 26 Pues fue un gran placer para Macedonia y Acaya, hacer cierta contribución a los pobres, de entre los creyentes quienes están en Jerusalén. 27 Sí, esto fue su buen placer y en efecto, ellos son sus deudores. Pues si los gentiles han compartido sus cosas espirituales, también deben servirles en cosas materiales. 28 Por lo tanto, cuando yo haya logrado esto y haya certificado este fruto a ellos, yo seguiré por medio de ustedes a España. 29 Yo sé que cuando yo llegue a ustedes, vendré en la llenura de la bendición de Cristo. 30 Ahora les insto a ustedes, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo, y por el amor del Espíritu, que ustedes se esfuercen junto conmigo en sus oraciones a Dios por mí. 31 Oren para que yo sea librado de aquellos quienes son desobedientes en Judea, y que mi servicio a Jerusalén pueda ser aceptable a los creyentes. 32 Oren para que yo pueda venir a ustedes en gozo mediante la voluntad de Dios, y que yo pueda, junto a ustedes, encontrar reposo. 33 Que el Dios de paz sea con todos ustedes. Amén.

Capítulo 16

1 Yo les encomiendo a Febe nuestra hermana, quien es servidora de la iglesia que está en Cencrea, 2 de manera que ustedes la reciban en el Señor. Hagan esto en una manera digna de los creyentes, y apóyenla en cualquier cosa que ella pueda necesitar de ustedes. Pues ella misma se ha vuelto una ayudante de muchos, como también de mí mismo. 3 Saluden a Priscila y Aquila, mis compañeros de trabajo en Cristo Jesús, 4 quienes por mi vida arriesgaron sus propias vidas. Yo doy las gracias a ellos, y no solamente yo, sino también todas las iglesias de los gentiles. 5 Saluden a la iglesia que está en su casa. Saluden a mi querido Epeneto, quien es el primer fruto de Asia para Cristo. 6 Saluden a María, quien ha trabajado duro para ustedes. 7 Saluden a Andrónico y a Junías, mis parientes y mis compañeros de prisión. Ellos son prominentes entre los apóstoles, quienes también estuvieron en Cristo antes que yo. 8 Saluden a Amplias, mi amado en el Señor. 9 Saludos a Urbano, nuestro compañero de trabajo en Cristo, y a Estaquis, mi amado. 10 Saludos a Apeles, el aprobado en Cristo. Saluden a esos quienes son de la casa de Aristóbulo. 11 Saluden a Herodión, mi pariente. Saluden a esos de la casa de Narciso, quienes están en el Señor. 12 Saluden a Trifena y Trifosa, quienes trabajan fuertemente en el Señor. Saluden a Pérsida la amada, quien ha trabajado mucho en el Señor. 13 Saluden a Rufo, escogido en el Señor, y a su madre y mía también. 14 Saludos a Asíncrito, Flegonte, Hermes, Patrobas, Hermas y a los hermanos quienes están con ellos. 15 Saludos a Filólogo y Julia, a Nereo y su hermana, y a Olimpas, y a todos los creyentes que están con ellos. 16 Salúdense unos a otros con un beso santo. Todas las iglesias de Cristo les saludan. 17 Ahora les insto, hermanos, que piensen sobre esos que están causado divisiones y tropiezo. Ellos están yendo más allá de la enseñanza que ustedes han aprendido. Aléjense de ellos. 18 Pues gente como ésta no sirve a Cristo nuestro Señor, sino a su propio estómago. Por su hablar suave y halagador, engañan los corazones de los inocentes. 19 Pues su ejemplo de obediencia alcanza a todos. Yo me regocijo, por lo tanto, sobre ustedes, pero yo quiero que sean sabios sobre lo que es bueno e inocentes sobre lo que es malo. 20 El Dios de paz pronto aplastará a Satán debajo de sus pies. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes. 21 Timoteo, mi compañero de trabajo, les saluda y Lucio, Jasón, y Sosípater, mis parientes. 22 Yo Tercio, quien escribo esta epístola, los saludo en el Señor. 23 Gayo, mi hospedador, y toda la iglesia les saluda. Erasto, el tesorero de la ciudad, les saluda, y el hermano Cuarto. 24 Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes. Amén. 25 Ahora gloria sea a Él, quien es capaz de hacerles permanecer de acuerdo con mi evangelio y a la predicación de Jesucristo, de acuerdo con la revelación del misterio que ha sido mantenido en secreto por mucho tiempo, 26 pero que ahora ha sido revelado y hecho conocido por las escrituras proféticas, de acuerdo con la orden del Dios eterno, para la obediencia de la fe. 27 Al único sabio Dios, por medio de Jesucristo, sea la gloria para siempre. Amén.

1 Corintios
1 Corintios
Capítulo 1

1 Pablo, llamado por Cristo Jesús para ser apóstol por la voluntad de Dios y Sóstenes nuestro hermano, 2 a la iglesia de Dios en Corinto, aquellos que en Cristo Jesús han sido santificados, quienes son llamados a ser santos. También escribimos a todos los que invocan en todo lugar el nombre de nuestro Señor Jesucristo, su Señor y el nuestro. 3 Que la gracia y paz de Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo sea a ustedes. 4 Siempre le doy gracias a mi Dios por ustedes, por causa de la gracia de Dios que Cristo Jesús les dio a ustedes. 5 Él les ha hecho ricos en toda forma, en toda palabra y todo conocimiento, 6 así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado como cierto entre ustedes. 7 Por lo tanto ustedes no carecen de ningún don espiritual, mientras esperan ansiosamente la revelación de nuestro Señor Jesucristo. 8 Él también los mantendrá firmes hasta el final, para que así no tengan culpa alguna el día del Señor Jesucristo. 9 Dios es fiel, quien les llamó para comunión con su Hijo, Jesucristo nuestro Señor. 10 Ahora les exhorto a ustedes, hermanos, por medio de nuestro Señor Jesucristo, que se pongan de acuerdo, y que no haya divisiones entre ustedes. Les insto a que se unan con la misma mente y con el mismo propósito. 11 Pues me ha quedado claro, mis hermanos, por la gente de Cloé que hay divisiones entre ustedes. 12 Esto quiero decir: cada uno de ustedes dice: "Yo estoy con Pablo", o "Yo estoy con Apolos", o "Yo estoy con Cefas", o "Yo estoy con Cristo." 13 ¿Está Cristo dividido? ¿Fue Pablo crucificado por ustedes? ¿Fueron bautizados en el nombre de Pablo? 14 Le doy gracias a Dios que no bauticé a ninguno de ustedes, excepto a Crispo y a Gayo. 15 Esto fue para que ninguno dijera que fue bautizado en mi nombre. 16 (También bauticé a la familia de Estéfano. Mas allá de eso, no sé si bauticé algunos otros.) 17 Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio. Él no me envió a predicar con palabras de sabiduría humana, para que la cruz de Cristo no sea vaciada de su poder. 18 Pues el mensaje acerca de la cruz es necedad para los que se pierden. Pero entre aquellos a quienes Dios está salvando, es el poder de Dios. 19 Pues escrito está: "YO DESTRUIRÉ LA SABIDURÍA DE LOS SABIOS; YO FRUSTRARÉ EL ENTENDIMIENTO DEL INTELIGENTE." 20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el estudioso? ¿Dónde está el que debate en este mundo? ¿No ha convertido Dios la sabiduría del mundo en necedad? 21 Ya que el mundo en su sabiduría no conoció a Dios, le agradó a Dios salvar a través de la locura de predicar a aquellos que creen. 22 Pues los judíos piden señales milagrosas y los griegos buscan sabiduría. 23 Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, una piedra de tropiezo para los judíos y necedad para los griegos. 24 Pero para aquéllos que Dios llamó, tanto judíos como griegos, a Cristo es el poder y la sabiduría de Dios. 25 Porque la necedad de Dios es más sabía que la sabiduría de la gente, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza de la gente. 26 Miren a su llamado, hermanos. No muchos de ustedes eran sabios según normas humanas. No muchos de ustedes eran poderosos. No muchos de ustedes eran de nacimiento noble. 27 Pero Dios escogió las cosas necias del mundo para avergonzar a los sabios. Dios escogió lo que es débil en el mundo para avergonzar a lo que es fuerte. 28 Dios escogió lo que es bajo y menospreciado en el mundo. Hasta escogió cosas que se consideran como nada, para anular cosas que se estiman como valiosas. 29 Él hizo esto para que nadie tenga razón para jactarse ante Él. 30 Debido a lo que Dios hizo, ahora ustedes están en Cristo Jesús, quien se vino a ser para nosotros sabiduría de Dios. Él vino a ser nuestra justicia, santidad y redención. 31 Como resultado, como dice la Escritura: "AQUEL QUE SE JACTA, JÁCTESE EN EL SEÑOR."

Capítulo 2

1 Cuando fuí a ustedes a proclamarles, hermanos, no fuí con elocuencia de palabra o sabiduría. 2 Pues decidí no saber de nada cuando estaba entre ustedes, excepto de Jesucristo, y Él crucificado. 3 Y estuve con ustedes en debilidad, y en temor, y en mucho temblor. 4 Y mi mensaje y mi proclamación no fueron con palabras persuasivas de sabiduría. Sino que fueron con demostración del Espíritu y de poder, 5 para que la fe de ustedes no estuviera fundada en la sabiduría humana, sino en el poder de Dios. 6 Ahora, nosotros hablamos sabiduría entre los maduros, pero no la sabiduría de este mundo, ni de los gobernantes de este siglo, quienes van desapareciendo. 7 Sino hablamos la sabiduría de Dios en la verdad oculta, la sabiduría oculta que Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria. 8 Ninguno de los gobernantes de este siglo conoció esta sabiduría, porque si la hubiesen conocido en ese tiempo, no hubiesen crucificado al Señor de la gloria. 9 Pero como está escrito: "COSAS QUE NINGÚN OJO HA VISTO, NINGÚN OÍDO HA ESCUCHADO, NINGUNA MENTE HA IMAGINADO, LAS COSAS QUE DIOS HA PREPARADO PARA AQUELLOS QUE LE AMAN." 10 Estas son las cosas que Dios ha revelado a nosotros por el Espíritu. Pues el Espíritu todo lo escudriña, hasta las cosas profundas de Dios. 11 Porque, ¿quién conoce los pensamientos de una persona, excepto el espíritu de la persona en él? Así también, nadie conoce las cosas profundas de Dios, excepto el Espíritu de Dios. 12 Pero nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que podamos conocer las cosas dadas gratuitamente a nosotros por Dios. 13 Hablamos de estas cosas en palabras las cuales la sabiduría del hombre no puede enseñar, sino las cuales el Espíritu nos enseña. El Espíritu interpreta palabras espirituales con sabiduría espiritual. 14 La persona no espiritual no recibe las cosas que le pertenecen al Espíritu de Dios, porque para él son necedades. Él no puede conocerlas porque ellas son discernidas espiritualmente. 15 El que es espiritual juzga todas las cosas, pero él no está sujeto al juicio de otros. 16 "PUES, ¿QUIÉN PUEDE CONOCER LA MENTE DEL SEÑOR, PARA QUE LO INSTRUYA?" Pero nosotros tenemos la mente de Cristo.

Capítulo 3

1 Y yo, hermanos, no pude hablarles a ustedes como a personas espirituales, sino como a personas carnales, como a bebés en Cristo. 2 Los alimenté con leche y no con carne, porque no estaban listos para comer carne. Y aún ahora no están listos. 3 Pues ustedes aún son carnales. Pues habiendo celos y conflictos entre ustedes, ¿acaso no están viviendo de acuerdo con la carne y no están andando por normas humanas? 4 Pues cuando uno dice: "Yo sigo a Pablo," y otro dice: "Yo sigo a Apolos," ¿no están viviendo como humanos? 5 Entonces, ¿quién es Apolos? ¿Y quién es Pablo? Sirvientes por medio de quienes ustedes creyeron, a cada uno según el Señor les dió tareas. 6 Yo planté, Apolos regó, pero Dios dió el crecimiento. 7 Así que, ni el que planta, ni el que riega son algo. Pues es Dios quien da el crecimiento. 8 Ahora, el que planta y el que riega son iguales, y cada uno recibirá su propio salario de acuerdo con su propia labor. 9 Porque somos compañeros de trabajo de Dios. Ustedes son el jardín de Dios, la construcción de Dios. 10 De acuerdo a la gracia de Dios que me fue dada a mi, como a un maestro constructor diestro, puse el fundamento y otro está construyendo sobre el mismo. Pero dejen que cada persona cuide como construye. 11 Pues nadie puede poner otro fundamento sino el que ha sido puesto, es decir, Jesucristo. 12 Ahora, si alguno construye sobre el fundamento con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno o paja, 13 su trabajo será revelado, porque la luz del día lo revelará. Porque será revelado en el fuego. El fuego probará la calidad de lo que cada uno haya hecho. 14 Si el trabajo de alguno permanece, él recibirá una recompensa; 15 pero si la obra de alguien se quema, él sufrirá pérdida; pero él mismo se salvará, como si escapara a través del fuego. 16 ¿No saben ustedes que son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios vive en ustedes? 17 Si alguien destruye el templo de Dios, Dios destruirá a esa persona. Porque el templo de Dios es santo y ustedes lo son también. 18 Que nadie se engañe a si mismo. Si alguno entre ustedes se considera sabio en este siglo, déjenlo que se vuelva un "necio", para que pueda llegar a ser sabio. 19 Porque la sabiduría de este mundo es necedad para con Dios. Porque escrito está: "ÉL ATRAPA AL SABIO EN SU PROPIA ASTUCIA." 20 Y de nuevo: "EL SEÑOR SABE QUE EL RAZONAMIENTO DEL SABIO ES INÚTIL." 21 Así que, ¡no más jactancia acerca de las personas! Porque todas las cosas son de ustedes, 22 sea: Pablo, o Apolos o Cefas, o el mundo, o la vida o la muerte, o cosas presentes o cosas futuras. Todas las cosas son de ustedes, 23 y ustedes son de Cristo, y Cristo es de Dios.

Capítulo 4

1 Así es como una persona debe considerarnos, como siervos de Cristo y mayordomos de las verdades escondidas de Dios. 2 Ahora bien es un requisito para los mayordomos que ellos sean confiables. 3 Pero para mi es poca cosa que yo sea juzgado por ustedes o por cualquier corte humana. Porque yo ni siquiera me juzgo a mí mismo. 4 Yo no estoy consciente de algún cargo siendo echo en mi contra, pero eso no significa que yo soy inocente. Es el Señor quien me juzga. 5 Por eso yo no pronuncio juicio acerca de cosa alguna antes del tiempo, antes de que el Señor venga. Él traerá a la luz las cosas escondidas de la oscuridad y revelará los propósitos del corazón. Luego cada uno recibirá su alabanza de parte de Dios. 6 Ahora, hermanos, yo apliqué estos principios a mí mismo y a Apolos por el bien de ustedes, para que de nosotros ustedes puedan aprender el significado del dicho: "No vayas más allá de lo que está escrito." Esto es para que ninguno de ustedes sea arrogante a favor de uno contra otro. 7 Pues ¿quién ve alguna diferencia entre ustedes y otros? ¿Qué tienen ustedes que no recibieran gratuitamente? Si ustedes lo han recibido gratuitamente, ¿por qué ustedes se jactan como si no hubieran hecho así? 8 ¡Ya ustedes tienen todo lo que quisieran! ¡Ya ustedes son ricos! ¡Ustedes empezaron a reinar y eso bastante aparte de nosotros! Ciertamente, yo quisiera que reinaran, para que así nosotros reináramos con ustedes. 9 Pues yo pienso que Dios nos ha puesto como apóstoles en exhibición como los últimos en la línea de procesión y como hombres sentenciados a muerte. Nosotros hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, para los ángeles y para la humanidad. 10 Nosotros somos necios por causa de Cristo, pero ustedes son sabios en Cristo. Nosotros somos débiles, pero ustedes son fuertes. Ustedes son tenidos en honor, pero nosotros somos tenidos en deshonor. 11 Hasta esta hora presente nosotros estamos hambrientos y sedientos, pobremente vestidos, brutalmente azotados, y sin hogar. 12 Nosotros trabajamos duro, trabajando con nuestras propias manos. Cuando somos injuriados, nosotros bendecimos. 13 Cuando somos perseguidos, soportamos. Cuando somos calumniados, hablamos con amabilidad. Nosotros nos hemos llegados a ser, y todavía somos considerados a ser, la basura del mundo y lo más sucios de todas las cosas. 14 Yo no escribo estas cosas para avergonzarlos, sino para corregirlos como a mis amados hijos. 15 Porque aunque ustedes tuviesen diez mil guardianes en Cristo, ustedes no tienen muchos padres. Pues yo me he convertido en su padre en Cristo Jesús, a través del evangelio. 16 Así que yo les insto a ustedes a que sean imitadores de mí. 17 Es por eso que les envié a Timoteo, mi amado y fiel hijo en el Señor. Él les va a recordar de mis caminos en Cristo, así como yo los enseño en todas partes y en cada iglesia. 18 Ahora algunos de ustedes se han vueltos arrogantes, actuando como si yo no fuera a donde ustedes. 19 Pero yo iré pronto a ustedes, si el Señor quiere. Entonces yo sabré no meramente la habladuría de estos quienes son tan arrogantes, sino que veré su poder. 20 Porque el reino de Dios no consiste en habladuría sino en poder. 21 ¿Qué quieren ustedes? ¿Debería yo ir a ustedes con una vara o con amor y en un espíritu de gentileza?

Capítulo 5

1 Nosotros escuchamos un informe de que hay inmoralidad sexual entre ustedes, el tipo de inmoralidad que ni siquiera es permitida entre los gentiles. El informe es que uno de ustedes se está acostando con la esposa de su padre. 2 ¡Ustedes son tan arrogantes! ¿En su lugar, no deberían ustedes lamentarse? Aquel que hizo esto tiene que ser expulsado de entre ustedes. 3 Pues, aunque yo estoy ausente en el cuerpo, pero presente en el espíritu, yo ya he juzgado a aquel que hizo esto, justo como si yo estuviera allí. 4 Cuando ustedes se reúnan en el nombre de nuestro Señor Jesús, y mi espíritu esté allí también, en el poder de nuestro Señor Jesús, yo ya he juzgado a esta persona. 5 Yo he hecho esto para entregar a este hombre a Satanás para destrucción de la carne, para que su espíritu sea salvado en el día del Señor. 6 Su jactancia no es buena. ¿No saben ustedes que una poca de levadura puede leudar todo el pan? 7 Límpiense ustedes mismos de la vieja levadura para que así ustedes sean nueva masa, para que ustedes sean pan sin levadura. Pues Cristo, nuestro cordero de Pascua, ha sido sacrificado. 8 Entonces, dejen que nosotros celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, la levadura de mala conducta y maldad. En su lugar, celebremos nosotros con el pan sin levadura de la sinceridad y la verdad. 9 Yo les escribí a ustedes en mi carta que no se asocien con personas sexualmente inmorales. 10 En ninguna manera quise decir las personas inmorales de este mundo, o los codiciosos, o los estafadores, o los idólatras, pues para alejarse de ellos ustedes necesitarían irse de este mundo. 11 Pero ahora yo les estoy escribiendo a ustedes que no se asocien con nadie quien, llamándose hermano, pero que está viviendo en inmoralidad sexual, o quien es codicioso, o es un idólatra, o es verbalmente abusivo, o es un borracho, o un estafador. Ni tan siquiera coman con tal persona. 12 Pues, ¿cómo estoy yo involucrado en juzgar a aquellos que están fuera de la iglesia? En su lugar, ¿no deben ustedes juzgar al que está dentro de la iglesia? 13 Pues Dios juzgará a todos aquellos que están afuera. "EXPULSEN A LA PERSONA MALVADA DE ENTRE USTEDES"

Capítulo 6

1 Cuando uno de ustedes tenga un desacuerdo con otro, ¿se atreverá ir a la corte civil ante un juez incrédulo en lugar de ir ante los creyentes? 2 ¿No saben ustedes que los creyentes juzgarán al mundo? Y si ustedes van a juzgar al mundo, ¿no son capaces de resolver asuntos sin importancia? 3 ¿No saben ustedes que nosotros juzgaremos a los ángeles? ¿Cuánto más, entonces, podremos juzgar asuntos de esta vida? 4 Si entonces ustedes tienen que hacer juicios que pertenecen a la vida diaria, ¿por qué dejan casos como estos ante aquellos que no tienen posición en la iglesia? 5 Digo esto para su vergüenza. ¿No hay entre ustedes alguien suficientemente sabio para resolver un desacuerdo entre hermanos? 6 Pero como está establecido, ¡un creyente va a la corte contra otro creyente, y ese caso es llevado ante un juez que es un incrédulo! 7 El hecho de que haya cualquier desacuerdo entre cristianos ya esto es una derrota para ustedes. ¿Por qué no mejor sufrir el mal? ¿Por qué no mejor permitirnos ser engañados? 8 Pero ustedes han agraviado y engañado a otros, ¡y estos son sus propios hermanos! 9 ¿No saben ustedes que los injustos no heredarán el reino de Dios? No crean mentiras. Los sexualmente inmorales, idólatras, adúlteros, hombres prostitutos, aquellos que practican la homosexualidad, 10 ladrones, los codiciosos, borrachos, calumniadores y estafadores, ninguno de ellos heredará el reino de Dios. 11 Y eso eran algunos de ustedes. Pero han sido limpiados, y han sido santificados, ustedes han sido justificados para con Dios en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios. 12 "Todo es lícito para mí", pero no todo es beneficioso. "Todo es lícito para mí," pero yo no seré dominado por nada de ello. 13 "El alimento es para el estómago, y el estómago para el alimento," pero Dios acabará con ambos. El cuerpo no está hecho para la inmoralidad sexual. Sin embargo, el cuerpo es para el Señor, y el Señor proveerá para el cuerpo. 14 Dios hizo ambos, levantó al Señor y también nos levanta a nosotros por Su poder. 15 ¿No saben ustedes que sus cuerpos son miembros de Cristo? ¿Entonces tomaré los miembros de Cristo y los uniré a una prostituta? ¡Que no sea así! 16 ¿No saben ustedes que quien se une a una prostituta viene a ser una carne con ella? Como dice la Escritura: "LOS DOS SE HARÁN UNA CARNE." 17 Pero aquel que está unido al Señor viene a ser un espíritu con Él. 18 ¡Huyan de la inmoralidad sexual! Cualquier otro pecado que una persona comete está fuera del cuerpo, pero la persona sexualmente inmoral peca contra su propio cuerpo. 19 ¿No saben ustedes que su cuerpo es un templo del Espíritu Santo, quién vive dentro de ustedes y que ustedes recibieron de Dios? ¿Ustedes no saben que ustedes no se pertenecen a ustedes mismos? 20 Pues ustedes fueron comprados con un precio. Por lo tanto, glorifiquen a Dios con su cuerpo.

Capítulo 7

1 Ahora, respecto a los asuntos que ustedes me escribieron: "Hay tiempos en los cuales bueno abstenerse de dormir juntos en el matrimonio." 2 Pero por causa de las tentaciones, por muchos actos inmorales, cada hombre debe tener su propia esposa y cada mujer debe tener su propio esposo. 3 El esposo debe dar a la esposa sus derechos conyugales, e igualmente la esposa a su esposo. 4 No es la esposa quien tiene autoridad sobre su propio cuerpo, es el esposo. De igual manera, el esposo no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la esposa. 5 No se priven cada uno, excepto por acuerdo mutuo y por un periodo específico de tiempo. Hagan esto para que así ustedes puedan dedicarse a la oración. Entonces ustedes deben unirse otra vez, de manera que Satanás no pueda tentarlos a ustedes por su falta de auto-control. 6 Pero yo les digo estas cosas a ustedes como una concesión y no como un mandato. 7 Yo desearía que todos fuesen como yo. Pero cada uno tiene su propio don de Dios. Uno tiene esta clase de don, y otro, otra clase. 8 A los solteros y a las viudas, yo les digo que es bueno permanecer sin casarse, como yo. 9 Pero si no pueden ejercer el auto-control, ellos deben casarse. Pues es mejor para ellos casarse que quemarse con pasión. 10 Ahora, a los casados les doy este mandato, no yo, sino el Señor: "LA ESPOSA NO DEBE SEPARARSE DE SU ESPOSO." 11 Pero si ella se separa de su esposo, ella debe permanecer sin casarse o de lo contrario reconciliarse con él. Y, "EL ESPOSO NO DEBE DIVORCIARSE DE SU ESPOSA." 12 Pero al resto yo les digo, no el Señor, que, si algún hermano tiene una esposa quien es incrédula y ella está contenta de vivir con él, él no debe divorciarse de ella. 13 Si una mujer tiene un esposo incrédulo, y él está contento de vivir con ella, ella no debe divorciarse de él. 14 Porque el esposo incrédulo es guardado por causa de su esposa, y una esposa incrédula es guardada por su esposo. De otra manera sus hijos serían inmundos, pero de hecho son santos. 15 Pero si el compañero no cristiano se va, déjenlo ir. En esos casos, el hermano o la hermana no está atado a sus votos. Dios nos ha llamado a vivir en paz. 16 Pues, ¿cómo sabes tú, mujer, si salvarás a tu esposo? O ¿cómo sabes tú, hombre, si tú salvarás a tu esposa? 17 Solo dejen a cada uno vivir la vida que el Señor le haya asignado, cada cual como Dios lo ha llamado. Esta es mi regla en todas las iglesias. 18 ¿Fue alguien circuncidado cuando fue llamado a creer? Él no debe tratar de aparentar incircuncisión. ¿Fue alguno incircunciso cuando fue llamado a la fe? Él no debería tratar de ser circuncidado. 19 Pues no es la circuncisión ni la incircuncisión lo que importa. Lo que importa es obedecer los mandamientos de 20 Cada uno debe permanecer en el llamado en que estaba cuando Dios lo llamó a creer. 21 ¿Eran ustedes esclavos cuando Dios los llamó? No se preocupen por eso. Pero si pueden ser libres, tomen ventaja de esto. 22 Pues aquel quien fue llamado por el Señor como un esclavo, es hombre libre del Señor. De igual manera quien era libre cuando fue llamado a creer es esclavo de Cristo. 23 Ustedes han sido comprados con un precio, así que no se hagan esclavos de los hombres. 24 Hermanos, en la vida que cada uno de nosotros estábamos cuando fuimos llamados a creer, permanezcamos así. 25 Ahora, en cuanto a esos quienes nunca se casaron, yo no tengo mandamiento del Señor. Pero yo doy mi opinión como uno quien, por la misericordia del Señor, es confiable. 26 Por lo tanto, yo pienso que, debido a la crisis inminente, es bueno para el hombre permanecer como él está. 27 ¿Estás tú atado a una mujer? No busquen quedar libre de ella. ¿Estás libre de una esposa? No busques una esposa. 28 Pero si te casas, tú no has cometido un pecado. Y si una mujer soltera se casa, ella no ha cometido pecado. Sin embargo, aquellos quienes se casen tendrán muchos tipos de problemas mientras vivan, y me gustaría librarlos de ellos. 29 Pero esto digo, hermanos: El tiempo es corto. De ahora en adelante, dejen que aquellos que tienen esposas vivan como si no tuvieran ninguna. 30 Esos quienes lloran, deberían actuar como si no estuvieran llorando; y aquellos quienes se regocijan como si no se regocijaran; y aquellos quienes compraron cualquier cosa, como si no poseyeran nada. 31 Y aquellos quienes hacen uso del mundo, no deben actuar como si estuvieran haciendo uso total de él, pues el sistema de este mundo está llegando a su fin. 32 A mí me gustaría que ustedes sean libres de preocupaciones. El hombre no casado está preocupado de las cosas del Señor, como complacerle a Él. 33 Pero el hombre casado está preocupado con las cosas de este mundo, y en como complacer a su esposa. 34 Él está dividido. La mujer que no está casada o la virgen está preocupada por las cosas del Señor, como ser guardada en cuerpo y en espíritu. Pero la mujer casada también está preocupada de las cosas del mundo, en como complacer a su esposo. 35 Yo digo esto para su propio beneficio, y no para ponerles ninguna restricción sobre ustedes. Yo digo esto por lo que es correcto, para que así sean devotos al Señor sin ninguna distracción. 36 Pero si un hombre piensa que está actuando impropio hacia su prometida ya que a ella se le está pasando su juventud, y si tiene que ser así, déjenlo hacer lo que el deseé, el no pecará. Que ella se case. 37 Pero aquel que permanece firme en su corazón, que no está bajo ninguna restricción, sino que tiene autoridad sobre su propia voluntad, ha decidido esto en su propio corazón, mantener a su propia hija virgen, él hará bien. 38 Así que ambos, aquel que da a su hija virgen en matrimonio hace bien y aquel que no la da en matrimonio hará mejor. 39 Una mujer está unida a su esposo mientras él viva. Pero si su esposo muere, ella es libre de casarse con cualquiera que ella desee casarse, pero sólo en el Señor. 40 Sin embargo, a mi juicio ella sería más feliz si se quedara sola como está. Y yo creo que yo también tengo el Espíritu de Dios.

Capítulo 8

1 Ahora, sobre los alimentos sacrificados a los ídolos: Nosotros sabemos que "nosotros tenemos el conocimiento." El conocimiento envanece, pero el amor edifica. 2 Si cualquiera piensa que él conoce algo, esa persona todavía no conoce como debería conocer. 3 Pero si alguien ama a Dios, esa persona es conocido por Él. 4 Así que acerca de comer comida sacrificada a ídolos: nosotros sabemos que "un ídolo en este mundo no es nada" y que "no hay Dios, sino, uno." 5 Pues tal vez los llamados dioses existen, ya sea en el cielo o en la tierra, así como hay muchos "dioses" y "señores", 6 Sin embargo para nosotros, "hay un solo Dios el Padre, de Él son todas las cosas, y por quien nosotros vivimos, y un Señor Jesucristo, mediante el cual todas las cosas existen, y mediante quien nosotros existimos." 7 Sin embargo, este conocimiento no está en todos. En cambio, algunos previamente practicaron adoración a ídolos, y ellos comieron esta comida como si fuera algo sacrificado a un ídolo. Su conciencia es de este modo contaminada porque es débil. 8 Pero la comida no nos presentará a nosotros a Dios. Nosotros no somos peor si no comemos, ni mejor si comemos. 9 Pero tengan cuidado de que su libertad no se convierta en una razón para que alguien quien es débil en la fe tropiece. 10 Pues supongan que alguien los ve, quien tiene conocimiento, comiendo una comida en el templo de un ídolo. ¿No es su débil conciencia motivada a comer lo que fue ofrecido a los ídolos? 11 Pero por causa de tu entendimiento acerca de la verdadera naturaleza de los ídolos, los débiles, el hermano por quien Cristo murió, se perderá. 12 Y así, cuando ustedes pecan contra sus hermanos y hieren sus débiles conciencias, ustedes pecan contra Cristo. 13 Por lo tanto, si la comida causa que mi hermano tropiece, nunca comeré carne de nuevo, para que yo no cause que mi hermano caiga.

Capítulo 9

1 ¿No soy yo libre? ¿No soy yo un apóstol? ¿No he visto yo a Jesús nuestro Señor? ¿No son ustedes mi mano de obra en el Señor? 2 Si yo no soy un apóstol a otros, al menos lo soy para ustedes. Pues ustedes son la prueba de mi apostolado en el Señor. 3 Esta es mi defensa contra aquellos que me examinan: 4 ¿No tenemos nosotros el derecho a comer y beber? 5 ¿No tenemos nosotros el derecho para tomar con nosotros a una esposa que sea una creyente, como hacen el resto de los apóstoles y los hermanos del Señor, y Cefas? 6 ¿O sólo somos Bernabé y yo quienes tienen trabajar? 7 ¿Quién sirve como un soldado a expensa propia? ¿Quién planta una viña y no come su fruto? ¿O quién cuida un rebaño y no bebe leche de él? 8 ¿Digo yo estas cosas basado en autoridad humana? ¿No dice también esto la ley? 9 Pues está escrito en la Ley de Moisés: "NO PONGAS BOZAL AL BUEY CUANDO ESTÁ PISANDO EL GRANO." ¿Es realmente de los bueyes de lo que Dios tiene cuidado? 10 ¿No está Él hablando de nosotros? Esto fue escrito para nosotros, porque el que ara debe arar en esperanza, y el que desgrana debe desgranar en la expectativa de compartir en la cosecha. 11 Si nosotros sembramos cosas espirituales entre ustedes, ¿es demasiado para nosotros que cosechemos cosas materiales de ustedes? 12 Si otros ejercieron este derecho sobre ustedes, ¿no tenemos nosotros aun más? Sin embargo, nosotros no reclamamos este derecho. En su lugar, soportamos todo antes que ser estorbo para el evangelio de Cristo. 13 ¿No saben ustedes que aquellos que sirven en el templo obtienen su alimento del templo? ¿No saben ustedes que aquellos que sirven en el altar comparten de lo que se ofrece en el altar? 14 De la misma manera, el Señor ordenó que aquellos que proclaman el evangelio deben recibir su sustento del evangelio. 15 Pero yo no he reclamado ninguno de estos derechos. Y no escribo esto para que se haga algo por mí. Yo preferiría morir a que cualquiera me prive a mí de este alarde. 16 Porque si predico el evangelio, no tengo razón para hablar con orgullo, porque yo tengo que hacer esto. ¡Ay de mí si yo no predico el evangelio! 17 Pues si yo hago esto con agrado, yo tengo una recompensa. Pero si lo hago sin agrado, yo aún tengo una responsabilidad que me fue confiada a mí. 18 ¿Cuál, entonces, es mi recompensa? Que cuando yo predique, yo pueda ofrecer el evangelio sin recibir paga y así no hacer pleno uso de mi derecho en el evangelio. 19 Pues, aunque yo soy libre de todos, yo me hice un servidor de todos, a fin de que yo pueda ganar a más personas. 20 A los Judíos me hice como un Judío, a fin de ganar a Judíos. A aquellos bajo la Ley, me hice como uno bajo la Ley, a fin de ganar a aquellos bajo la Ley. Yo hice esto aunque yo mismo no estaba bajo la ley. 21 Para aquellos fuera de la Ley, me hice como uno fuera de la Ley, aunque yo mismo no estaba fuera de la Ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo. Yo hice esto para poder ganar a aquellos fuera de la Ley. 22 A los débiles me hice débil, para que yo pueda ganar a los débiles. Yo me he hecho todas las cosas para toda la gente, para poder por todos los medios salvar a algunos. 23 Yo hago todas las cosas por motivo del evangelio, para poder participar en sus bendiciones. 24 ¿No saben ustedes que en una carrera todos los corredores corren la carrera, pero sólo uno recibe el premio? Así que corran para ganar el premio. 25 Un atleta ejercita dominio propio en todo su entrenamiento. Ellos lo hacen para recibir una corona que es perecedera, pero nosotros corremos para poder recibir una corona imperecedera. 26 Por lo tanto, yo no corro sin propósito, ni peleo golpeando el aire. 27 Someto mi cuerpo y lo hago un esclavo, para que después que haya predicado a otros, yo mismo no sea descalificado.

Capítulo 10

1 Quiero que sepan, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos pasaron a través del mar. 2 Todos fueron bautizados en Moisés en la nube y en el mar, 3 y todos comieron la misma comida espiritual. 4 Todos bebieron la misma bebida espiritual. Porque ellos tomaron de una roca espiritual que los siguió, y esa roca era Cristo. 5 Pero Dios no estaba muy complacido con la mayoría de ellos, y sus cadáveres fueron dispersos en el desierto. 6 Ahora estas cosas eran ejemplo para nosotros, para que no añoráramos las cosas malas, como ellos hicieron. 7 No sean idólatras, así como algunos de ellos fueron. Esto es como está escrito: " LA GENTE SE SENTÓ PARA COMER Y BEBER, Y SE LEVANTÓ PARA JUGAR." 8 No cometamos inmoralidad sexual, como muchos de ellos lo hicieron. En un día veintitrés mil personas murieron por causa de ello. 9 Tampoco pongamos a Cristo a prueba, como muchos de ellos hicieron y fueron destruidos por serpientes. 10 Además, no murmuren, como muchos de ellos lo hicieron, y fueron destruidos por el ángel de la muerte. 11 Ahora, estas cosas les sucedieron a ellos como ejemplo para nosotros. Fueron escritas para nuestra instrucción, para nosotros, sobre quienes el fin de los tiempos ha venido. 12 Por lo tanto, que todo el que piensa que está de pie tenga cuidado de que no se caiga. 13 Ninguna tentación les ha sobrevenido a ustedes que no sea común a toda la humanidad. En cambio, Dios es fiel. Él no dejará que ustedes sean tentados más allá de su habilidad. Con la tentación, Él también proveerá la manera de escapar, para que ustedes puedan ser capaces de soportarla. 14 Por lo tanto, mis amados, huyan de la idolatría. 15 Yo les hablo como gente pensante, para que puedan juzgar lo que digo. 16 La copa de bendición que nosotros bendecimos, ¿no es un compartir en la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es un compartir en el cuerpo de Cristo? 17 Porque debido a que hay una hogaza de pan, nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo. Nosotros todos tomamos de la hogaza de pan juntos. 18 Miren a la gente de Israel: ¿no son ellos quienes comen los sacrificios y participan en el altar? 19 ¿Qué estoy diciendo entonces? ¿Que un ídolo es algo? ¿O que la comida sacrificada a un ídolo es algo? 20 Pero yo digo acerca de las cosas que los gentiles paganos sacrifican, que ellos ofrecen estas cosas a demonios y no a Dios. ¡Yo no quiero que ustedes sean partícipes con demonios! 21 Ustedes no pueden beber la copa del Señor y la copa de los demonios. Ustedes no pueden tener compañerismo en la mesa del Señor y en la mesa de los demonios. 22 ¿O provocamos nosotros al Señor a celos? ¿Somos más fuertes de lo que Él es? 23 Todo es legal, pero no todo es beneficioso. Todo es legal, pero no todo edifica a la gente. 24 Nadie debe buscar su propio bien. En lugar de esto, cada uno debe buscar el bien de su vecino. 25 Ustedes pueden comer cualquier cosa que se venda en el mercado, sin preguntas de conciencia. 26 Pues "LA TIERRA ES DEL SEÑOR, Y LA PLENITUD DE ELLA." 27 Si un incrédulo los invita comer, y ustedes desean ir, coman cualquier cosa que se les ponga delante sin hacer preguntas de conciencia. 28 Pero si alguien te dice: "Esta comida era de un sacrificio pagano," no la comas. Esto es por causa de aquel que te lo informó, y por motivos de conciencia. 29 Yo no me refiero a tu propia conciencia, sino a la conciencia de la otra persona. Pues ¿por qué mi libertad debe ser juzgada por la conciencia de otro? 30 Si yo participo de la comida con gratitud, ¿por qué soy yo insultado por aquello por lo cual yo dí gracias? 31 Por lo tanto, sea que coman o beban, o cualquier cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios. 32 No ofendan a Judíos ni a Griegos, ni a la iglesia de Dios. 33 Yo trato de complacer a todos en todas las cosas. No busco mi beneficio, sino el de muchos. Hago esto para que ellos sean salvos.

Capítulo 11

1 Sean imitadores de mí, así como yo soy imitador de Cristo. 2 Yo les alabo porque ustedes se acuerdan de mí en todo. Les alabo porque ustedes se adhieren bien a las tradiciones tal como yo se las entregué a ustedes. 3 Ahora yo quiero que ustedes entiendan que Cristo es la cabeza de todo hombre, que un hombre es la cabeza de una mujer, y que Dios es la cabeza de Cristo. 4 Cualquier hombre que ora o profetiza con su cabeza cubierta deshonra su cabeza. 5 Pero cualquier mujer que ora o profetiza con su cabeza descubierta deshonra su cabeza. Porque es una y la misma cosa como si su cabeza estuviera rapada. 6 Pues si una mujer no cubre su cabeza, ella debe cortar su pelo corto. Si es vergonzoso para una mujer cortarse el cabello o raparse su cabeza, que se cubra la cabeza. 7 Un hombre no debe tener su cabeza cubierta, ya que es la imagen y gloria de Dios. Pero la mujer es la gloria del hombre. 8 Porque el hombre no fue hecho de la mujer. Por lo contrario, la mujer fue hecha del hombre. 9 Porque tampoco fue el hombre creado para la mujer. Por el contrario, la mujer fue creada para el hombre. 10 Por esto es que la mujer debe tener un símbolo de autoridad sobre su cabeza, debido a los ángeles. 11 Sin embargo, en el Señor, la mujer no es independiente del hombre, ni el hombre es independiente de la mujer. 12 Pues así como la mujer viene del hombre, así el hombre viene de la mujer. Y todas las cosas vienen de Dios. 13 Juzguen por ustedes mismos: ¿Es apropiado que una mujer le ore a Dios con su cabeza descubierta? 14 ¿La misma naturaleza no les enseña a ustedes que si un hombre tiene el cabello largo, es una deshonra para él? 15 ¿La naturaleza no les enseña a ustedes que si una mujer tiene el cabello largo, ésa es su gloria? Porque su cabello se le dio para cubrirse. 16 Pero si alguien quiere discutir acerca de esto, nosotros no tenemos ninguna otra práctica, ni las iglesias de Dios. 17 Pero en las siguientes instrucciones, no los alabo. Pues cuando ustedes se reúnen, no es por lo mejor, sino por lo peor. 18 Pues en primer lugar, yo escucho que cuando ustedes se reúnen en la iglesia, hay divisiones entre ustedes, y en parte yo lo creo. 19 Pues debe haber también disensiones entre ustedes, para que aquellos quienes son aprobados sean reconocidos entre ustedes. 20 Pues cuando ustedes se reúnen, no es la Cena del Señor la que comen. 21 Cuando ustedes comen, cada uno come su propia comida antes que los otros tengan la suya. Uno tiene hambre y otro se embriaga. 22 ¿No tienen ustedes casas para comer y beber? ¿O desprecian ustedes la iglesia de Dios y humillan a aquellos que no tienen nada? ¿Qué debo decirles? ¿Los debo alabar? ¡No los alabaré por esto! 23 Porque yo recibí del Señor lo que también les enseñé a ustedes, que el Señor Jesús, en la noche que fue traicionado, tomó pan. 24 Después de haber dado gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que es para ustedes. Hagan esto para recordarme." 25 En la misma manera Él tomó la copa después de cenar, y dijo: "Esta copa es el nuevo pacto en Mi sangre. Hagan esto cuantas veces ustedes la beban, para recordarme." 26 Porque cada vez que coman este pan y beban esta copa, ustedes proclaman la muerte del Señor hasta que Él venga. 27 Cualquiera, por lo tanto, que coma el pan o beba la copa del Señor de una manera indigna, será culpable del cuerpo y la sangre del Señor. 28 Permítan que la persona se examine a sí misma primero, y de esta manera permítanle comer del pan y beber de la copa. 29 Pues quien come y bebe sin discernir el cuerpo, come y bebe juicio para sí mismo. 30 Por esto es que muchos entre ustedes están débiles y enfermos, y algunos de ustedes duermen. 31 Pero si nos examinamos a nosotros mismos, no seremos juzgados. 32 Pero cuando somos juzgados por el Señor, somos disciplinados, de manera que no seamos condenados juntos con el mundo. 33 Por lo tanto, mis hermanos, cuando se reúnan para comer, esperen el uno por el otro. 34 Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que cuando se reúnan esto no sea para juicio. Y acerca de las otras cosas que ustedes escribieron, les daré direcciones cuando ya.

Capítulo 12

1 Acerca de los dones espirituales, hermanos, no quiero que ustedes estén desinformados. 2 Ustedes saben que cuando eran paganos, ustedes de una manera u otra fueron descarriados a los ídolos mudos. 3 Por lo tanto, yo quiero que ustedes sepan que nadie que habla por el Espíritu de Dios puede decir: "Jesús es maldito." Nadie puede decir: "Jesús es el Señor," excepto por el Espíritu Santo. 4 Ahora hay diferentes dones, pero el Espíritu es El. 5 Hay diferentes ministerios, pero el Señor es El. 6 Y hay diferentes tipos de trabajo, pero es el mismo Dios quien las hace posibles en todos. 7 Ahora, a cada uno le es dado la manifestación visible del Espíritu para el provecho de todos. 8 Porque a uno le es dado por el Espíritu la palabra de sabiduría, y a otro la palabra de conocimiento por el mismo Espíritu. 9 A otro, le es dado fe por el mismo Espíritu, y a otro, dones de sanidad por el mismo Espíritu. 10 A otro le es dado obras de poder, y a otro profecía. A otro le es dada la habilidad de distinguir entre espíritus, a otro variedad de tipos de lenguas, y a otro, la interpretación de lenguas. 11 Pero el mismo y único Espíritu trabaja en todos éstos, entregando los dones a cada uno individualmente, como Él escoge. 12 Pues así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos son miembros del mismo cuerpo, así es con Cristo. 13 Pues por el Espíritu de Cristo fuimos todos bautizados en un solo cuerpo, sean judíos o griegos, sean cautivos o libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. 14 Porque el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15 Si el pie dice: "Como no soy la mano, yo no soy parte del cuerpo," no por eso es menos que una parte del cuerpo. 16 Y si la oreja dijera: "Como no soy un ojo, yo no soy parte del cuerpo," no por eso es menos que una parte del cuerpo. 17 Si todo el cuerpo fuera un ojo, ¿dónde estaría el sentido del oído? Si todo el cuerpo fuera un oído, ¿dónde estaría el sentido del olfato? 18 Pero Dios acomodó cada parte del cuerpo como Él lo diseñó. 19 Y si todos fueran el mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20 Pues ahora hay muchos miembros, pero un solo cuerpo. 21 El ojo no puede decirle a la mano: "Yo no tengo necesidad de ti." Ni la cabeza puede decirles a los pies: "Yo no tengo necesidad de ti." 22 Pero los miembros del cuerpo que aparentan ser más débiles son esenciales. 23 Y las partes del cuerpo que nosotros pensamos que son menos honorables, nosotros les damos mayor honra, y nuestros miembros que no son presentables tienen más dignidad. 24 Ahora nuestros miembros presentables no necesitan ser tratados con dignidad, porque ellos ya tienen dignidad. Pero Dios ha unido a todos los miembros, y Él les dio más honor a esos que les faltaba. 25 Él hizo esto para que no haya división dentro del cuerpo, sino que los miembros deben cuidarse los unos a los otros con el mismo afecto. 26 Y cuando un miembro sufre, todos los miembros sufren juntos. O cuando un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan juntos. 27 Ahora ustedes son el cuerpo de Cristo, y miembros de él individualmente. 28 Y Dios ha señalado en la iglesia primero apóstoles, segundo profetas, tercero maestros, después aquellos que hacen obras poderosas, después dones de sanidad, aquellos que proveen ayudas, aquellos que hacen el trabajo de administración, y aquellos que tienen varios de tipos de lenguas. 29 ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Todos hacen obras poderosas? 30 ¿Todos ellos tienen dones de sanidad? ¿Todos ellos hablan en lenguas? ¿Todos ellos interpretan lenguas? 31 Celosamente busquen los donesmayores. Pero yo les mostraré a ustedes un camino más excelente.

Capítulo 13

1 Supongan que yo hablo en lenguas de hombres y de ángeles. Pero si no tengo amor, he venido a ser un metal ruidoso o un címbalo que retiñe. 2 Supongan que yo tengo el don de la profecía y entiendo todas las verdades escondidas y el conocimiento, y que tengo toda la fe como para remover montañas. Pero si no tengo amor, no soy nada. 3 Y supongan que yo doy todo lo que poseo para alimentar a los pobres, y que doy mi cuerpo para ser quemado. Pero si no tengo amor, yo nada gano. 4 El amor es paciente y amable. El amor no envidia ni se jacta. No es arrogante 5 ni rudo. No busca servirse a sí mismo. No se enoja fácilmente, ni guarda cuentas de errores. 6 Él no se alegra en la injusticia. En su lugar, se goza en la verdad. 7 El amor soporta todas las cosas, cree todas las cosas, tiene confianza acerca de todas las cosas, y sufre todas las cosas. 8 El amor nunca acaba. Si hay profecías, ellas acabarán. Si hay lenguas, ellas cesarán. Si hay conocimiento, éste se acabará. 9 Porque conocemos en parte y profetizamos en parte. 10 Pero cuando venga lo perfecto, lo que está incompleto pasará. 11 Cuando yo era un niño, hablaba como un niño, pensaba como un niño, razonaba como un niño. Cuando me convertí en un adulto, yo puse a un lado las cosas infantiles. 12 Porque ahora nosotros vemos indirectamente en un espejo, pero después cara a cara. Ahora conozco en parte, pero después conoceré completamente, así como yo he sido conocido completamente. 13 Pero ahora estas tres cosas permanecen: fe, esperanza y el amor. Pero el mayor de éstos es el amor.

Capítulo 14

1 Sigan el amor y deseen fervientemente los dones espirituales, especialmente que ustedes puedan profetizar. 2 Porque el que habla en lenguas no habla a la gente sino a Dios. Pues nadie le entiende porque habla cosas escondidas en el Espíritu. 3 Pero el que profetiza, habla a la gente para edificarlos, para motivarlos y consolarlos. 4 El que habla en lenguas se edifica a sí mismo, pero el que profetiza edifica a la iglesia. 5 Ahora, yo deseo que todos ustedes hablen en lenguas. Pero aún más que eso, deseo que ustedes pudieran profetizar. El que profetiza es mayor que el que habla en lenguas (a menos que alguien interprete para que la iglesia sea edificada). 6 Pero ahora, hermanos, si yo vengo a ustedes hablando en lenguas, ¿cómo los voy a beneficiar? No puedo, a menos que les hable con revelación, o conocimiento, o profecía o enseñanza. 7 Si instrumentos inertes producen sonidos, como la flauta o el arpa, y ellos no producen diferentes tonos, ¿cómo sabrá alguien qué melodía está tocando la flauta o el arpa? 8 Pues si la trompeta se toca con un sonido incierto, ¿cómo sabrá alguien cuándo es hora de prepararse para la batalla? 9 Así es con ustedes. Si pronuncian palabras que no se entienden, ¿cómo podrá alguien comprender lo que han dicho ustedes? Estarán hablando, y nadie les entenderá. 10 Indudablemente existen muchos idiomas diferentes en el mundo, y ninguno carece de significado. 11 Pero si yo no conozco el significado de un idioma, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí. 12 Igualmente con ustedes. Ya que ustedes están deseosos por las manifestaciones del Espiritu, deseen fervientemente abundar en la edificación de la iglesia. 13 Así que el que habla en lenguas debe orar para que la pueda interpretar. 14 Pues si yo oro en lenguas, mi espíritu ora, pero mi mente queda sin fruto. 15 ¿Qué haré? Oraré con mi espíritu, pero también oraré con mi mente. Cantaré con mi espíritu, y cantaré también con mi mente. 16 De otra manera, si alaban a Dios con el espíritu, ¿cómo podrá el de afuera decir "Amén" cuando ustedes están dando gracias si él no sabe lo que ustedes están diciendo? 17 Pues ustedes ciertamente hacen bien en dar gracias, pero la otra persona no es edificada. 18 Le doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos ustedes. 19 Pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento para poder instruir a otros, que diez mil palabras en lenguas. 20 Hermanos, no sean niños en su manera de pensar. Más bien, en lo que respecta al mal, sean como niños. Pero en su forma de pensar sean maduros. 21 En la ley está escrito: "POR HOMBRES DE LENGUA EXTRAÑA Y POR LABIOS DE EXTRAÑOS YO HABLARÉ A ESTE PUEBLO. AÚN ENTONCES ELLOS NO ME OIRÁN," dice el Señor. 22 Por lo tanto, las lenguas son una señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos. Mas la profecía es por señal, no para incrédulos, sino para creyentes. 23 Si, por lo tanto, toda la iglesia se reuniera todos hablaran en lenguas, y entraran los de afuera e incrédulos, ¿no dirían ellos que ustedes están locos? 24 Pero si todos ustedes estuvieran profetizando y entrara un incrédulo o uno de afuera, sería convencido por todo lo que oye. Él sería juzgado por todo lo que se ha dicho. 25 Los secretos de su corazón serían revelados. Como resultado, él caería sobre su rostro y adoraría a Dios. Él declararía que Dios realmente está entre ustedes. 26 ¿Qué sigue entonces, hermanos? Cuando ustedes se reúnan, cada uno tenga un salmo, una enseñanza, una revelación, una lengua o una interpretación. Hagan todo para que ustedes edifiquen la iglesia. 27 Si alguno habla en una lengua, que sean dos o máximo tres, y cada uno por turno. Y alguien debe interpretar lo dicho. 28 Pero si no hay quien interprete, que cada uno guarde silencio en la iglesia. Que cada uno hable a sí mismo y a Dios. 29 Que dos o tres profetas hablen, y que los demás escuchen con discernimiento lo que se dice. 30 Pero si una revelación es dada a alguien que está sentado en el servicio, que el que había estado hablando guarde silencio. 31 Pues cada uno de ustedes puede profetizar uno a la vez a fin de que cada cual aprenda y que todos sean alentados. 32 Pues los espíritus de los profetas están bajo el control de los profetas. 33 Pues Dios no es un Dios de confusión, sino de paz. Esta es la regla en todas las iglesias de los creyentes. 34 Las mujeres deben guardar silencio en las iglesias. Porque a ellas no les es permitido hablar. Por el contrario, ellas deben estar en sumisión, así como dice la Ley. 35 Si hay algo desean aprender, que le pregunten a sus esposos en su casa. Porque es indecoroso para una mujer hablar en la iglesia. 36 ¿La Palabra de Dios vino de ustedes? ¿O solo a ustedes ha alcanzado? 37 Si alguno piensa de sí mismo ser profeta o espiritual, debe reconocer que las cosas que yo les escribo a ustedes son un mandato del Señor. 38 Pero si alguno no reconoce esto, que tal persona no sea reconocida. 39 Así entonces, hermanos, deseen fervientemente profetizar, y no prohíban a nadie hablar en lenguas. 40 Pero que todas las cosas sean hechas con propiedad y en orden.

Capítulo 15

1 Ahora les recuerdo a ustedes, hermanos, el evangelio que yo les proclamé, el cual ustedes recibieron y sobre el cual ustedes se mantienen. 2 Es por este evangelio que ustedes están siendo salvos, si ustedes se sostienen firmemente a la palabra que yo les prediqué, a menos que ustedes hayan creído en vano. 3 Pues yo les entregué como de importancia primordial lo que yo también recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, 4 que Él fue enterrado y que fue levantado al tercer día de acuerdo a las Escrituras. 5 Cristo se le apareció a Cefas, y y entonces a los doce; 6 entonces se le apareció a más de quinientos hermanos a la vez. La mayoría de ellos todavía están vivos, pero algunos han muerto. 7 Despues se apareció a Santiago y luego a todos los apóstoles. 8 Por último, Él se me apareció, como si fuera un niño nacido en el tiempo equivocado. 9 Pues yo soy el menor de los apóstoles. Soy indigno de ser llamado un apóstol porque perseguí la iglesia de Dios. 10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y Su gracia en mí no fue en vano. En cambio, yo trabajé más fuerte que todos ellos. Sin embargo, no fui yo, sino la gracia de Dios que está conmigo. 11 Por lo tanto, sea yo, o ellos, así nosotros predicamos y así ustedes creyeron. 12 Ahora si Cristo es proclamado como levantado de los muertos, ¿cómo pueden algunos de ustedes decir que no hay resurrección de los muertos? 13 Pues si no hay resurrección de los muertos, entonces ni siquiera Cristo ha sido levantado. 14 Y si Cristo no ha sido levantado, entonces nuestra predicación es en vano y su fe también es en vano. 15 Además somos hallados siendo falsos testigos de Dios, porque nosotros testificamos contra Dios, diciendo que Él levantó a Cristo, cuando Él no lo hizo. 16 Porque si los muertos no son levantados, ni siquiera Cristo ha sido levantado. 17 Y si Cristo no ha sido levantado, la fe de ustedes es en vano y ustedes todavía están en sus pecados. 18 Entonces aquellos quienes han muerto en Cristo también han perecido. 19 Si solamente en esta vida nosotros tenemos confianza por el futuro en Cristo, de toda las personas, somos los más dignos de lástima. 20 Pero Cristo ha sido levantado de los muertos, las primicias de aquellos que murieron. 21 Pues ya que la muerte vino por un hombre, por un hombre también vino la resurrección de los muertos. 22 Pues como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su propio orden: Cristo, las primicias; y luego aquellos que pertenecen a Cristo serán hechos vivos en Su venida. 24 Entonces será el fin, cuando Cristo entregará el reino a Dios el Padre. Esto es luego de Él abolir toda regla, toda autoridad y poder. 25 Porque Él tiene que reinar hasta que Él haya puesto a todos sus enemigos bajo Sus pies. 26 El último enemigo en ser destruido es la muerte. 27 Pues: "ÉL HA PUESTO TODO BAJO SUS PIES." Pero cuando dice: "ÉL HA PUESTO TODO," es claro que esto no incluye a Aquél que puso todo en sujeción a Sí mismo. 28 Cuando todas las cosas sean sujetas a Él, entonces el Hijo mismo se sujetará a Aquel que sujetó todo a Él. Esto sucederá para que Dios el Padre pueda ser todo en todo. 29 Si no, ¿qué harán aquellos que son bautizados por los muertos? Si los muertos no son levantados del todo, ¿por qué entonces se bautizan por ellos? 30 ¿Y por qué entonces, estamos nosotros en peligro a toda hora? 31 ¡Todos los días enfrento la muerte! Esto es tan cierto, como al jactarme en ustedes, lo cual he hecho en Cristo Jesús nuestro Señor. 32 ¿Qué gano yo, desde el punto de vista humano, al yo pelear con bestias en Éfeso, si los muertos no son levantados? "Comamos y bebamos, pues mañana nosotros moriremos." 33 No sean engañados: "La mala compañía corrompe las buenas costumbres." 34 ¡Sean sobrios! ¡Vivan rectamente! No sigan pecando. Pues algunos de ustedes no tienen conocimiento de Dios. Yo les digo esto para su vergüenza. 35 Pero alguien dirá: "¿Cómo son los muertos levantados? ¿Con qué tipo de cuerpo ellos vendrán?" 36 ¡Ustedes son tan ignorantes! Lo que ustedes siembran no comenzará a crecer a menos que muera. 37 Y lo que ustedes siembran no es el cuerpo que será, sino la simple semilla. Ésta puede llegar a convertirse en trigo o algo diferente. 38 Pero Dios le dará un cuerpo como Él escoja, y a cada semilla su propio cuerpo. 39 No toda carne es igual. Sino que hay una carne de seres humanos y otra carne para los animales, y otra carne para las aves, y otra para los peces. 40 Hay también cuerpos celestiales y cuerpos terrenales. Pero la gloria del cuerpo celestial es un tipo y la gloria del terrenal es otra. 41 Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas. Pues una estrella difiere de otra estrella en gloria. 42 Así también es la resurrección de los muertos. Lo que se siembra es perecedero, y lo que es levantado es imperecedero. 43 Es sembrado en deshonra; es levantado en gloria. Es sembrado en debilidad; es levantado en poder. 44 Es sembrado un cuerpo natural; es levantado un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual. 45 Así también está escrito: "EL PRIMER HOMBRE ADÁN VINO A SER UN ALMA VIVIENTE." El último Adán vino a ser un espíritu que da vida. 46 Pero lo espiritual no vino primero sino lo natural, y luego lo espiritual. 47 El primer hombre es de la tierra, hecho de polvo. El segundo Hombre es del cielo. 48 Así como aquel hecho de polvo es, así también son aquellos que son hechos del polvo. Y así como el Hombre del cielo es, así también son aquellos que son del cielo. 49 Así como nosotros hemos llevado la imagen del hombre de polvo, también llevaremos la imagen del Hombre del cielo. 50 Ahora esto digo, hermanos, que la carne y sangre no puede heredar el reino de Dios. Ni tampoco lo perecedero hereda lo imperecedero. 51 ¡Miren! Les digo una verdad secreta: no todos moriremos, pero todos seremos cambiados. 52 Nosotros seremos cambiados en un momento, en el parpadeo de un ojo, a la última trompeta. Pues la trompeta sonará y los muertos serán levantados imperecederos, y nosotros seremos cambiados. 53 Pues este cuerpo perecedero tiene que revestirse de lo imperecedero, y este cuerpo mortal tiene que revestirse de inmortalidad. 54 Pero cuando este cuerpo perecedero se haya revestido de lo que es imperecedero y este cuerpo mortal se haya revestido de inmortalidad, entonces se cumplirá el dicho que está escrito: "LA MUERTE ES TRAGADA EN VICTORIA." 55 "¿MUERTE, DONDE ESTÁ TU VICTORIA? ¿MUERTE, DONDE ESTÁ TU AGUIJÓN?" 56 El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la Ley. 57 ¡Pero gracias a Dios, quien nos da a nosotros la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo! 58 Por lo tanto, mis queridos hermanos, sean firmes e inmovibles. Siempre abunden en la obra del Señor, porque ustedes saben que su trabajo en el Señor no es Vano.

Capítulo 16

1 Ahora, concerniente a la ofrenda para los creyentes, como yo instruí a las iglesias de Galacia, así ustedes deben hacer. 2 En el primer día de la semana, cada uno de ustedes deberá apartar algo y guardarlo, de acuerdo con su capacidad. Hagan esto para que cuando yo llegue no se recojan ofrendas. 3 Y cuando yo llegue, con quien ustedes aprueben, yo enviaré sus ofrendas a Jerusalén. 4 Y si es apropiado para mí, ir también, ellos irán conmigo. 5 Pero yo vendré a ustedes, cuando pase por Macedonia. Pues pasaré por Macedonia. 6 Tal vez pueda quedarme con ustedes o aún pasar el invierno, para que ustedes me ayuden en mi viaje, dondequiera que yo vaya. 7 Pues no deseo verlos a ustedes por un corto tiempo. Pues espero pasar algún tiempo con ustedes, si el Señor lo permite. 8 Pero me quedaré en Efeso hasta el Pentecostés, 9 pues una puerta ancha se ha abierto para mí, y hay muchos adversarios. 10 Ahora cuando Timoteo venga, vean que él esté con ustedes sin temor, porque él está haciendo el trabajo del Señor, al igual que yo. 11 No dejen que nadie lo desprecie. Ayúdenlo en su camino en paz, para que él pueda venir a mí. Pues yo estoy esperando que él venga junto con los hermanos. 12 Ahora, concerniente a nuestro hermano Apolos, fuertemente lo animé a visitarles a ustedes con los hermanos. Pero no era del todo su voluntad venir ahora. Sin embargo, él vendrá cuando el tiempo sea oportuno. 13 Estén alerta, manténganse firmes en la fe, actúen como hombres, sean fuertes. 14 Que todo lo que ustedes hagan sea hecho en amor. 15 Ustedes conocen la casa de Estéfanas, que ellos fueron los primeros convertidos en Acaya y que ellos se pusieron a sí mismos al servicio de los creyentes. Ahora, yo les insto a ustedes, hermanos, 16 que estén en sumisión a personas como éstas y a todos aquellos que ayudan en el trabajo y en las labores con nosotros. 17 Y yo me regocijo con la venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico. Ellos han suplido lo que faltaba en la ausencia de ustedes. 18 Pues han refrescado mi espíritu y el de ustedes. Así que, reconozcan a personas como éstas. 19 Las iglesias de Asia les envían saludos a ustedes. Aquila y Priscila les saludan en el Señor, con la iglesia que está en su casa. 20 Todos los hermanos les saludan. Salúdense unos a otros con un beso santo. 21 Yo, Pablo, escribo esto con mi propia mano. 22 Si alguien no ama al Señor, que sea maldito. ¡Que nuestro Señor venga! 23 La gracia del Señor Jesús esté con ustedes. 24 Mi amor esté con todos ustedes en Cristo Jesús.

2 Corintios
2 Corintios
Capítulo 1

1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y Timoteo nuestro hermano, a la iglesia de Dios que está en Corinto, y a todos los creyentes en la región de Acaya. 2 Que la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo sea para ustedes. 3 Que el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo sea alabado. Él es el Padre de misericordias y el Dios de todo consuelo. 4 Dios nos consuela en todas nuestras aflicciones, para que nosotros podamos consolar a aquellos que están en cualquier aflicción. Nosotros consolamos a otros con el mismo consuelo que Dios usó para consolarnos. 5 Porque, así como los sufrimientos de Cristo abundan por nuestra causa, así también nuestro consuelo abunda por medio de Cristo. 6 Pero si nosotros estamos afligidos, es para el consuelo y la salvación de ustedes, y si somos consolados, es para el consuelo de ustedes. El consuelo de ustedes está obrando efectivamente cuando ustedes pacientemente comparten los mismos sufrimientos que nosotros también sufrimos. 7 Nuestra confianza acerca de ustedes es segura, pues nosotros sabemos que a medida que ustedes comparten los sufrimientos, también comparten el consuelo. 8 Porque nosotros no queremos que ustedes ignoren, hermanos, acerca de los problemas que tuvimos en Asia. Nosotros estuvimos completamente abatidos más allá de lo que podíamos soportar, tanto que ni siquiera tuvimos esperanza de seguir viviendo. 9 De hecho, tuvimos la sentencia de muerte sobre nosotros. Pero eso era para que no pusiéramos nuestra confianza en nosotros mismos, sino en Dios, Quien levanta a los muertos. 10 Él nos rescató de tal peligro de muerte, y Él nos rescatará otra vez. Nosotros hemos puesto nuestra confianza en que Él nos librará otra vez. 11 Él hará esto a medida que ustedes también nos ayuden con su oración. Entonces muchos darán gracias a favor nuestro por el don misericordioso dado a nosotros por medio de las oraciones de muchos. 12 Estamos orgullosos de esto: el testimonio de nuestra conciencia. Es por motivos puros y de la sinceridad que viene de Dios que nos hemos conducido en el mundo. Nosotros hemos hecho esto especialmente con ustedes, no con sabiduría humana, sino por la gracia de Dios. 13 Nosotros no les escribimos nada que ustedes no puedan leer o entender. Espero, 14 que, así como ustedes nos han entendido en parte, nosotros seremos la razón por la cual ustedes tendrán orgullo en el día de nuestro Señor Jesús, así como ustedes serán la razón de nuestro orgullo. 15 Confiado en esto, quería venir a donde ustedes primero, para que pudieran recibir el beneficio de dos visitas. 16 Yo estaba planificando visitarlos camino a Macedonia. Entonces deseaba visitarles otra vez en mi viaje de regreso de Macedonia, y luego que ustedes me encaminaron a Judea. 17 Cuando estaba pensando así, ¿estaba titubeando? ¿Acaso planifico las cosas según las normas humanas, para poder decir "Sí, sí” y “No, ¿no” a la misma vez? 18 Pero, así como Dios es fiel, nosotros no decimos "Sí" y "No" a la misma vez. 19 Pues el Hijo de Dios, Jesucristo, a quien Silvano, Timoteo y yo proclamamos entre ustedes, no es "Sí" y "No." Al contrario, Él siempre es "Sí." 20 Porque todas las promesas de Dios son "Sí" en Él. Por eso también a través de Él decimos "Amén" a la gloria de Dios. 21 Ahora, es Dios Quien nos confirma con ustedes en Cristo, y Él nos comisionó. 22 Él puso Su sello en nosotros y nos dio el Espíritu en nuestros corazones como garantía de lo que Él luego nos daría. 23 En su lugar, yo llamo a Dios para que dé testimonio de mí, de que la razón por la cual no vine a Corinto fue para no incomodarlos. 24 Esto no es porque estamos tratando de controlar cuál debería ser su fe. Por lo contrario, estamos colaborando con ustedes para que tengan gozo, mientras permanecen en su fe.

Capítulo 2

1 Así que, decidí por mí mismo que no volvería a ustedes en circunstancias dolorosas. 2 Si les causé dolor, ¿quién podría alegrarme, sino el mismo que fue lastimado por mí? 3 Yo escribí como lo hice, para que cuando viniera a ustedes, no fuera lastimado por aquellos que debieron haberme regocijado. Tengo confianza en todos ustedes de que mi gozo es el mismo gozo que todos ustedes tienen. 4 Porque les escribí a ustedes con mucha aflicción, y angustia en el corazón, y con muchas lágrimas. Yo no quise causarles dolor. Al contrario, quería que ustedes conocieran la profundidad del amor que tengo por ustedes. 5 Si alguien ha causado dolor, él no me lo ha causado sólo a mí, sino en alguna medida, para no decirlo con demasiada dureza, también a todos ustedes. 6 El castigo de esa persona por la mayoría de ustedes es suficiente. 7 Así que ahora, en lugar de castigo, ustedes deben perdonarlo y consolarlo. Hagan esto de manera que él no sea abrumado con demasiada tristeza. 8 Así que yo les aliento a que públicamente afirmen su amor por él. 9 Esta fue la razón por la cual les escribí, para que yo pudiera probarlos a ustedes y supiera si ustedes son obedientes en todo. 10 Si ustedes perdonan a alguien, yo perdono a esa persona también. Lo que yo he perdonado, si es que yo haya perdonado cualquier cosa, esto es perdonado por amor a ustedes en la presencia de Cristo. 11 Esto es así para que Satanás no nos engañe. Porque nosotros no somos ignorantes de sus planes. 12 Una puerta fue abierta para mí por el Señor cuando vine a la ciudad de Troas a predicar allí el evangelio de Cristo. 13 Aun así, yo no tenía tranquilidad mental, porque no encontré a mi hermano Tito allí. Así que los dejé y regresé a Macedonia. 14 Pero gracias a Dios, quien en Cristo siempre nos guía al triunfo. A través de nosotros esparce el dulce aroma del conocimiento de Él en todo lugar. 15 Porque nosotros somos para Dios el dulce aroma de Cristo, tanto entre aquellos que se salvan, como entre aquellos que perecen. 16 Para las personas que perecen, es un aroma de muerte para muerte. Para los que se salvan, es un aroma de vida para vida. ¿Quién es merecedor de estas cosas? 17 Porque nosotros no somos como tantas personas que venden la palabra de Dios para ganancia. En su lugar, con pureza de motivos, nosotros hablamos en Cristo, así como nosotros somos enviados de Dios, delante de Dios.

Capítulo 3

1 ¿Otra vez estamos comenzando a alabarnos a nosotros mismos? Nosotros no necesitamos cartas de recomendación para ustedes o de ustedes, como algunas personas, ¿o las necesitamos? 2 Ustedes mismos son nuestra carta de recomendación, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todas las personas. 3 Ustedes demuestran que ustedes son una carta de Cristo, entregada por nosotros. Fue escrita no con tinta sino por el Espíritu del Dios vivo. No fue escrita en tablas de piedra, sino en tablas de corazones humanos. 4 Y ésta es la confianza que tenemos por medio de Cristo delante de Dios. 5 No somos competentes en nosotros mismos para reclamar algo como si viniera de nosotros. Por lo contrario, nuestra competencia proviene de Dios. 6 Es Dios quien nos capacitó para ser siervos de un nuevo pacto. Este es un pacto no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. 7 Ahora el ministerio que produjo la muerte, grabada en letras sobre piedras, vino en tal gloria que el pueblo de Israel no podía mirar directamente al rostro de Moisés. Esto es debido a la gloria de su rostro, una gloria que se desvanecía. 8 ¿Cuánto más glorioso será el ministerio que el Espíritu hace? 9 Porque si el ministerio de la condenación tuvo gloria, ¡cuánto más el ministerio de la justicia abunda en gloria! 10 Porque en efecto, aquello que una vez fue hecho glorioso ya no es glorioso en este sentido, debido a la gloria que lo supera. 11 Porque si aquello que se estaba desvaneciendo tuvo gloria, ¡cuánto más tendrá gloria aquello que es permanente! 12 Ya que tenemos esta confianza, nosotros somos muy atrevidos. 13 No somos como Moisés, quien puso un velo sobre su rostro, para que el pueblo de Israel no pudiera mirar directamente el final de una gloria que se estaba desvaneciendo. 14 Pero sus mentes estaban cerradas. Aún hasta el día de hoy, el mismo velo permanece sobre la lectura del viejo pacto. El velo no está abierto, porque solo en Cristo es quitado. 15 Pero aún hoy, cuando se lee a Moisés, un velo cubre sus corazones. 16 Pero cuando una persona se vuelve al Señor, el velo es quitado. 17 Porque el Señor es el Espíritu. donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 18 Ahora todos nosotros, con rostros sin velo, vemos la gloria del Señor. Estamos siendo transformados a la misma semejanza gloriosa de un grado de gloria a otro, como por el Señor, quien es el Espíritu.

Capítulo 4

1 Por tanto, debido a que por misericordia hemos recibido este ministerio, no nos desanimamos. 2 En cambio, hemos renunciado a los caminos vergonzosos y ocultos. No vivimos por astucia, y no manejamos mal la palabra de Dios. Al presentar la verdad, nos recomendamos a nosotros mismos, a la conciencia de todo el mundo delante de Dios. 3 Pero si nuestro evangelio está velado, está velado sólo para aquellos que están pereciendo. 4 En su caso, el dios de este mundo ha cegado sus mentes incrédulas. Como resultado, ellos no son capaces de ver la luz del evangelio de la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios. 5 Porque nosotros no nos proclamamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como sirvientes de ustedes por amor a Jesús. 6 Porque Dios es el que dijo: "LA LUZ BRILLARÁ DESDE LAS TINIEBLAS." Él ha brillado en nuestros corazones, para dar la luz del conocimiento de la gloria de Dios en la presencia de Jesucristo. 7 Pero tenemos este tesoro en jarras de barro, para que esté claro que el poder extremadamente grande le pertenece a Dios y no a nosotros. 8 Nosotros estamos afligidos de las todas maneras, pero no abrumados. Estamos perplejos, pero no llenos de desesperanza. 9 Somos perseguidos, pero no abandonados. Estamos derribados, pero no destruidos. 10 Siempre llevamos en nuestros cuerpos la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús también pueda ser vista en nuestros cuerpos. 11 Nosotros que estamos vivos estamos siempre cargando en nuestros cuerpos la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús se pueda mostrar en nuestros cuerpos humanos. 12 Así que, la muerte obra en nosotros, pero la vida obra en ustedes. 13 Pero tenemos el mismo espíritu de fe según lo que está escrito: "YO CREÍ, POR TANTO, HABLÉ." Nosotros también creemos, y por lo tanto, también hablamos. 14 Nosotros sabemos que Aquel que levantó al Señor Jesús, también nos levantará con Jesús. Nosotros sabemos que Él nos llevará con ustedes a Su presencia. 15 Todo es por el bien de ustedes, de manera que, así como la gracia es esparcida a muchas personas, las acciones de gracias puedan aumentar para la gloria de Dios. 16 Así que nosotros no nos desalentamos. Aunque por fuera nosotros nos desgastamos, por dentro estamos siendo renovados día a día. 17 Porque esta momentánea y ligera aflicción nos está preparando para una gloria eterna que excede a toda medida. 18 Porque nosotros no estamos observando las cosas que se ven, sino aquellas que no se ven. Las cosas que podemos ver son temporeras, pero las cosas que no se ven son eternas.

Capítulo 5

1 Nosotros sabemos que si la morada terrenal en la que vivimos es destruida, tenemos de Dios un edificio. Es una casa no hecha por manos humanas, sino una casa eterna, en el cielo. 2 Porque en esta tienda nosotros gemimos, deseando estar vestidos con nuestra morada celestial. 3 Nosotros anhelamos esto, porque al ponérnosla no seremos hallados desnudos. 4 Porque ciertamente, mientras nosotros estamos en esta tienda, gemimos, siendo agobiados. Nosotros no queremos estar desnudos. Por el contrario, queremos estar vestidos, de manera que lo que es mortal pueda ser absorbido por la vida. 5 El que nos preparó para esto es Dios, quien nos dio el Espíritu como una promesa de lo que está por venir. 6 Por lo tanto, siempre estén confiados. Estén conscientes de que mientras habitamos en el cuerpo, nosotros estamos alejados del Señor. 7 Porque nosotros caminamos por fe, no por vista. 8 Así que nosotros tenemos confianza. Nosotros preferiríamos estar fuera del cuerpo y presentes con el Señor. 9 Así que, estemos nosotros presentes o ausentes, el complacerlo a Él, lo hacemos nuestra meta. 10 Porque todos nosotros debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno pueda recibir lo merecido por las cosas hechas en el cuerpo, sea para bien o para mal. 11 Por lo tanto, conociendo el temor del Señor, nosotros persuadimos a la gente. Lo que somos es claramente visto por Dios. Yo espero que también esté claro a la consciencia de ustedes. 12 Nosotros no estamos tratando de persuadirlos a ustedes otra vez de que nos vean como personas sinceras. Por el contrario, les estamos dando una razón para sentirse orgullosos de nosotros, para que ustedes tengan una respuesta para aquellos que se jactan acerca de las apariencias, pero no acerca de lo que está en el corazón. 13 Porque si nosotros estamos locos, esto es para Dios. Y si estamos cuerdos, es para el beneficio de ustedes. 14 Pues el amor de Cristo nos obliga, porque estamos seguros de esto: que una persona murió por todos, y que, por lo tanto, todos han muerto. 15 Él murió por todos, para que aquellos que viven ya no vivan más para sí mismos, sino para Aquel que por amor a ellos murió y resucitó. 16 Por esta razón, desde ahora en adelante nosotros no juzgamos a nadie de acuerdo con normas humanas, aun cuando nosotros una vez opinábamos de Cristo de esta manera. Pero ahora nosotros ya no juzgamos a nadie de esta manera. 17 Por lo tanto, si alguno está en Cristo, una nueva creatura es. Las cosas viejas pasaron. Vean, ellas se han convertido en nuevas. 18 Todas estas cosas son de Dios. Él nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos ha dado el ministerio de la reconciliación. 19 Esto es, en Cristo, Dios está reconciliando el mundo para consigo mismo, no contando sus transgresiones en contra de ellos. Él nos está confiando el mensaje de la reconciliación. 20 Así que nosotros somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara a través de nosotros. Nosotros les rogamos a ustedes, por amor a Cristo: "¡Reconcíliense con Dios!" 21 Él hizo que Cristo se convirtiera en el sacrificio por nuestro pecado. Él es el que nunca pecó. Él hizo esto para que nosotros pudiéramos ser la justicia de Dios en Él.

Capítulo 6

1 Trabajando unidos con Él, también les instamos a que no reciban la gracia de Dios en vano. 2 Porque Él dice: "EN TIEMPO FAVORABLE YO LES PRESTÉ ATENCIÓN, Y EN EL DÍA DE SALVACIÓN YO LES AYUDÉ." Miren, ahora es el tiempo favorable. Miren, ahora es el día de salvación. 3 No ponemos piedra de tropiezo delante de nadie, porque no deseamos que nuestro ministerio caiga en desprestigio. 4 Al contrario, probamos quiénes somos con todas nuestras acciones, somos siervos de Dios. Somos Sus siervos en mucha resistencia, aflicción, angustia, adversidad, 5 azotes, encarcelamientos, motines, en trabajo duro, en noches de desvelos, en hambre, 6 en pureza, conocimiento, paciencia, amabilidad, en el Espíritu Santo, en amor genuino. 7 Somos sus siervos en la palabra de verdad, en el poder de Dios, con de justicia a diestra y siniestra. 8 Nosotros trabajamos en honra y deshonra, en calumnia y alabanza. Nos acusan de ser engañadores y sin embargo, somos veraces. 9 Trabajamos como si fuéramos desconocidos, y somos bien conocidos. Trabajamos como moribundos y ¡vean! seguimos viviendo. Trabajamos como siendo castigados por nuestras acciones, pero no como condenados a muerte. 10 Trabajamos como afligidos, pero siempre nos regocijamos. Trabajamos como pobres, pero hacemos ricos a muchos. Trabajamos como teniendo nada y, sin embargo, poseyéndolo todo. 11 Hemos hablado toda la verdad a ustedes, Corinto, y nuestro corazón está abierto de par en par. 12 Sus corazones no están restringidos por nosotros, pero están restringidos por sus propios sentimientos. 13 Ahora en un intercambio justo, les hablo como a niños, abran sus corazones de par en par. 14 No estén atados con los incrédulos. Porque, ¿qué asociación tiene la justicia con la rebeldía? ¿Y qué compañerismo tiene la luz con la oscuridad? 15 ¿Qué acuerdo puede tener Cristo con Belial? ¿O qué comparte un creyente con un incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo existe entre el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios viviente, tal como Dios dijo: "HABITARÉ ENTRE ELLOS Y CAMINARÉ ENTRE ELLOS. YO SERÉ SU DIOS, Y ELLOS SERÁN MI PUEBLO." 17 Por tanto: "SALGAN DE ENTRE ELLOS, Y APÁRTENSE," dice el Señor. "NO TOQUEN COSA INMUNDA, Y YO LES DARÉ LA BIENVENIDA. 18 YO SERÉ UN PADRE PARA USTEDES Y USTEDES SERÁN MIS HIJOS E HIJAS," dice el Señor Todopoderoso.

Capítulo 7

1 Amados, ya que tenemos estas promesas, limpiémonos de todo aquello que nos hace impuros en nuestro cuerpo y espíritu. Procuremos la santidad en el temor de Dios. 2 ¡Hagan lugar para nosotros! A nadie le hemos hecho mal. No le hemos hecho daño a nadie, ni tomado ventaja de nadie. 3 No digo esto para condenarlos. Porque ya he dicho que ustedes están en nuestros corazones, para morir juntos y para vivir juntos. 4 Tengo gran confianza en ustedes y estoy orgulloso de ustedes. Yo estoy lleno de consuelo. Me desbordo de gozo aún en todas nuestras aflicciones. 5 Cuando llegamos a Macedonia, nuestros cuerpos no tuvieron descanso. En su lugar, estábamos preocupados en gran manera, por conflictos externos y temores internos. 6 Pero Dios, que consuela a los desanimados, nos consoló con la llegada de Tito. 7 No fue sólo con su llegada que Dios nos consoló. Fue también por el consuelo que Tito había recibido de ustedes. Él nos dijo del gran afecto de ustedes, de su tristeza y de su profunda preocupación por mí. Así que me regocijé aún más. 8 Aun cuando mi carta les entristeció, no lo lamento. Pero sí me lamenté cuando vi que mi carta les entristeció. Pero ustedes estuvieron tristes solo por un corto tiempo. 9 Ahora estoy alegre, no porque ustedes estuvieran afligidos, sino porque su tristeza los trajo al arrepentimiento. Ustedes experimentaron una tristeza divina, así que no sufrieron ninguna pérdida por causa de nosotros. 10 Porque la tristeza divina resulta en arrepentimiento que logra la salvación sin remordimiento. La tristeza mundana, sin embargo, trae muerte. 11 Miren cuán grande determinación produjo en ustedes esta tristeza divina. Cuán grande fue la determinación en ustedes para probar que eran inocentes. ¡Cuán grande era su indignación, su temor, su anhelo, su celo y su deseo de ver que la justicia fuera hecha! En todo ustedes se han probado a sí mismos ser inocentes en este asunto. 12 Aunque yo les escribí a ustedes, no escribí por causa del que hizo mal, ni por aquel que sufrió el mal. Escribí para que la sinceridad de ustedes hacia nosotros fuera entre ustedes, ante los ojos de Dios. 13 Es por esto que nosotros estamos animados. Además de nuestro propio consuelo, nosotros también nos regocijamos aún más por el gozo de Tito, porque su espíritu fue renovado por todos ustedes. 14 Porque si yo me jacté ante él acerca de ustedes, no fui avergonzado. Por el contrario, así como todo lo que le dijimos a ustedes era verdad, nuestra jactancia acerca de ustedes ante Tito probó ser verdadera. 15 Su afecto por ustedes es aún mayor, porque Él recuerda la obediencia de todos ustedes, cómo ustedes le recibieron con temor y temblor. 16 Yo me regocijo porque tengo completa confianza en ustedes.

Capítulo 8

1 Hermanos queremos que ustedes sepan acerca de la gracia de Dios que ha sido dada a las iglesias de Macedonia. 2 Durante una gran prueba de aflicción, la abundancia de su gozo y su extrema pobreza han producido grandes riquezas de generosidad. 3 Porque doy testimonio de que ellos dieron lo más que pudieron y hasta más allá de lo que ellos eran capaces. Y de su propia libre voluntad, 4 con mucha súplica, nos rogaron por el privilegio de compartir en esta ayuda para los creyentes. 5 Esto no ocurrió como nosotros habíamos esperado. En su lugar, primero se entregaron al Señor. Luego, se dieron a sí mismos a nosotros por la voluntad de Dios. 6 Así que instamos a Tito, quien ya había empezado esta tarea, para que completara este acto de generosidad de parte de ustedes. 7 Pero ustedes abundan en todo: en fe, en palabra, en conocimiento, en toda diligencia y en su amor por nosotros. Así que también asegúrense que ustedes abunden en esta obra generosa. 8 Digo esto no como un mandato. Por el contrario, lo digo a fin de probar la sinceridad de su amor comparándolo con el entusiasmo de otras personas. 9 Porque ustedes conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo. Aunque Él era rico, por el bien de ustedes Él se hizo pobre, para que por medio de Su pobreza ustedes pudieran llegar a ser ricos. 10 En este asunto les daré un consejo que les ayudará. Hace un año atrás, ustedes no solamente empezaron a hacer algo, sino que desearon hacerlo. 11 Ahora termínenlo. Para que así como hubo el entusiasmo y el deseo de hacerlo entonces, también puedan culminarlo, tan pronto como puedan. 12 Porque si ustedes anhelan hacer esta obra, es una cosa buena y aceptable. Esto debe estar basado en lo que una persona tiene, no en lo que no tiene. 13 Porque esta obra no es para que otros sean aliviados y ustedes sean cargados. En vez de esto, debe haber justicia. 14 La abundancia de ustedes en el tiempo presente suplirá lo que ellos necesitan. Esto es también para que la abundancia de ellos pueda suplir las necesidades de ustedes, y así haya justicia. 15 Esto es como está escrito: "AL QUE TENÍA MUCHO NO LE SOBRÓ NADA, PERO AL QUE TENÍA POCO NO LE FALTÓ NADA." 16 Pero gracias a Dios, quien puso en el corazón de Tito el mismo cuidado diligente que yo tengo por ustedes. 17 Porque él no solamente aceptó nuestra solicitud, sino que fue muy diligente acerca de esto. Él vino a ustedes por su propia voluntad. 18 Y nosotros hemos enviado con él al hermano que es alabado entre todas las iglesias por su trabajo en proclamar el evangelio. 19 No solamente esto, sino que él fue seleccionado por las iglesias para viajar con nosotros a fin de llevar a cabo esta obra de generosidad. Esto es para el honor del Señor mismo y para mostrar nuestro anhelo en ayudar. 20 Nosotros estamos evitando la posibilidad de que cualquiera pueda quejarse de nosotros respecto a esta generosidad que estamos realizando. 21 Nosotros cuidamos de hacer lo honorable, no solamente ante el Señor, sino también ante las personas. 22 Nosotros también estamos enviando con ellos a otro hermano; frecuentemente le hemos probado, y le hemos hallado diligente para muchas tareas. Ahora él es aún más diligente por la gran confianza que él tiene en ustedes. 23 En cuanto a Tito, él es mi compañero y colaborador de trabajo para con ustedes. En cuanto a nuestros hermanos, ellos son enviados por las iglesias. Ellos son un honor para Cristo. 24 Así que muéstrenles su amor, y muestren a las iglesias la razón de nuestra jactancia sobre ustedes entre las otras iglesias.

Capítulo 9

1 En relación a la ayuda para los creyentes, no es necesario que yo les escriba. 2 Yo conozco el deseo de ustedes, del cual yo me jacté ante la gente de Macedonia. Yo les dije que los de Acaya han estado preparándose desde el año pasado. El entusiasmo de ustedes ha motivado a la mayoría de ellos a actuar. 3 Pero he enviado a los hermanos para que nuestra jactancia respecto a ustedes no sea en vano, y así ustedes estén listos, como yo dije que ustedes lo estarían. 4 De otra manera, si algunos macedonios vienen conmigo y les encuentran sin preparar, nosotros estaríamos avergonzados, y ustedes estarían más avergonzados, por haber confiado tanto en ustedes. 5 Así que creí necesario instar a los hermanos a que fueran a ustedes primero e hicieran arreglos de antemano para la ayuda que ustedes prometieron. Esto es así para que esté listo como una bendición, y no como algo forzado. 6 El punto es éste: el que siembra escasamente también cosechará escasamente, y el que siembra con el propósito de bendecir también cosechará bendición. 7 Que cada uno dé como él ha planeado en su corazón. Que no dé por tristeza o por obligación. Pues Dios ama al dador alegre. 8 Y Dios es capaz de hacer que cada bendición se multiplique para ustedes, para que siempre, en todas las cosas, ustedes puedan tener todo lo que necesiten. Esto será así para que ustedes puedan abundar en cada buena obra. 9 Es como está escrito: "ÉL HA DISTRIBUIDO SUS RIQUEZAS Y LAS HA DADO A LOS POBRES. SU JUSTICIA PERMANECE PARA SIEMPRE." 10 Aquel que suple la semilla al sembrador que siembra, y pan para comida, también suplirá y multiplicará la semilla de ustedes para la siembra. Él aumentará la cosecha de la justicia de ustedes. 11 Ustedes serán enriquecidos de todas maneras para que puedan ser generosos. Esto traerá agradecimiento hacia Dios a través de nosotros. 12 Porque llevar a cabo esta ayuda no solo suple las necesidades de los creyentes. También se multiplica en muchas acciones de gracias a Dios. 13 Debido a que ustedes han sido probados y aprobados por esta ayuda, ustedes también glorificarán a Dios siendo obedientes a la confesión que ustedes hicieron al evangelio de Cristo. Ustedes también glorificarán a Dios por la generosidad de la ayuda de ustedes para ellos y para todos. 14 Ellos les anhelan a ustedes y están orando por ustedes. Ellos hacen esto por la misma enorme gracia de Dios que está sobre ustedes. 15 ¡Gracias sean a Dios por Su don inefable!

Capítulo 10

1 Yo, Pablo, apelo a ustedes, por la humildad y gentileza de Cristo. Yo soy manso cuando estoy en presencia de ustedes, pero soy osado con ustedes cuando estoy lejos. 2 Les ruego, que cuando yo esté presente entre ustedes, no necesite ser osado con confianza en mí mismo. Porque pienso que necesitaré ser osado cuando me oponga a aquellos que asumen que nosotros vivimos según la carne. 3 Pues, aunque nosotros andamos en la carne, no hacemos la guerra conforme a la carne. 4 Pues las armas con las que nosotros peleamos no son carnales. Por lo contrario, ellas tienen poder divino para destruir fortalezas. Convierten en nada los argumentos engañosos. 5 Nosotros también destruimos cada cosa altiva que se levanta en contra del conocimiento de Dios. Llevamos cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. 6 Y nos preparamos para castigar todo acto de desobediencia, hasta tanto la obediencia sea completa. 7 Miren lo que está claramente frente a ustedes. Si alguien está convencido que es de Cristo, que se recuerde a sí mismo que así como él es de Cristo, así también nosotros lo somos. 8 Pues aunque yo haga un poco alarde sobre nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio para edificación de ustedes y no para destruirles, yo no me avergonzaré. 9 Yo no quiero que parezca que estoy atemorizándolos con mis cartas. 10 Porque algunas personas dicen: "Sus cartas son serias y poderosas, pero físicamente él es débil. No vale la pena escuchar sus palabras." 11 Que esas personas tengan en cuenta que lo que somos en las palabras de nuestras cartas cuando estamos ausentes, es lo que seremos en nuestras acciones cuando estemos allí. 12 Nosotros no vamos a contarnos ni a compararnos con aquellos que se alaban a sí mismos. Pero cuando ellos mismos se miden entre sí y se comparan entre ellos mismos, ellos carecen de entendimiento. 13 Nosotros, sin embargo, no haremos alarde más allá de los límites. Por el contrario, lo haremos solo dentro de los límites que Dios nos ha designado, límites que alcanzan tan lejos como a ustedes. 14 Pues nosotros no nos excedimos cuando los alcanzamos hasta ustedes. Nosotros fuimos los primeros en llegar tan lejos, como para alcanzarlos a ustedes con el evangelio de Cristo. 15 Nosotros no hemos hecho alarde de las labores de otros más allá de los límites. Por el contrario, nosotros esperamos que mientras la fe de ustedes crece, que nuestra propia área de trabajo sea grandemente expandida, y todavía dentro de los límites adecuados. 16 Deseamos esto, a fin de que podamos predicar el evangelio aún en regiones más allá de ustedes. Nosotros no vamos a jactarnos del trabajo que se está llevando a cabo en el área de otro. 17 "PERO DEJE QUE EL QUE SE JACTA, SE JACTE EN EL SEÑOR." 18 Pues no es el que se alaba a sí mismo quien es aprobado. Por el contrario, es aquel a quien el Señor alaba.

Capítulo 11

1 Desearía que ustedes pudieran tolerarme en alguna tontería. ¡Pero realmente ustedes me están tolerando! 2 Porque celoso estoy de ustedes. Yo tengo un celo de Dios por ustedes, desde que yo los comprometí en matrimonio con un esposo. Yo prometí presentarlos como una virgen pura a Cristo. 3 Pero yo tengo miedo que de alguna manera, como la serpiente engañó a Eva con su astucia, que los pensamientos de ustedes puedan ser llevados por mal camino lejos de una sincera y pura devoción a Cristo. 4 Porque supongamos que alguien venga y proclame a otro Jesús diferente al que nosotros predicamos. O supongamos que ustedes reciban un espíritu diferente al que ustedes recibieron. O supongamos que ustedes reciban un evangelio distinto al que ustedes recibieron. ¡Ustedes toleran estas cosas bastante bien! 5 Pues yo pienso que yo no soy en lo mínimo inferior a aquellos supuestamente llamados eminentes apóstoles. 6 Pero aunque yo no esté adiestrado en dar discursos, no carezco de capacitación en el conocimiento. De todas las maneras y en todas las cosas, nosotros les hemos hecho saber esto a ustedes. 7 ¿Pequé yo al humillarme para que ustedes pudieran ser exaltados? Porque yo les prediqué gratuitamente a ustedes el evangelio de Dios. 8 Despojé a otras iglesias, aceptando apoyo de ellas para poder servirles a ustedes. 9 Cuando yo estuve con ustedes y estuve en necesidad, no fui carga para nadie. Porque mis necesidades fueron suplidas por los hermanos que vinieron de Macedonia. En todo me he guardado de no ser una carga para ustedes, y seguiré haciéndolo. 10 Puesto que la verdad de Cristo está en mí, este alarde mío no será silenciado en las partes de Acaya. 11 ¿Por qué? ¿Porque no los amo? Dios lo sabe. 12 Y lo que yo hago, lo seguiré haciendo, a fin de que pueda poner fin al reclamo de los que me critican y al reclamo por el cual ellos quieren jactarse, de que ellos están haciendo el mismo trabajo que nosotros. 13 Porque tales personas son falsos apóstoles y obreros engañosos. Ellos se disfrazan como apóstoles de Cristo. 14 Y esto no es ninguna sorpresa, porque aún Satanás se disfraza como un ángel de luz. 15 No es una gran sorpresa si sus siervos también se disfrazan como siervos de justicia. Su destino será el que sus obras merecen. 16 De nuevo digo: Que nadie piense que yo soy un necio. Pero si lo hacen, recíbanme como a un necio para que yo pueda jactarme un poco. 17 Lo que estoy diciendo sobre esta confianza jactanciosa no es aprobada por el Señor, sino que yo estoy hablando como un necio. 18 Ya que mucha gente se jacta según la carne, yo también me jactaré. 19 Porque ustedes con alegría aguantan a los necios, ¡creyéndose ustedes mismos sabios! 20 Porque ustedes soportan a alguien si él los esclaviza, si los devora, si se aprovecha de ustedes, si se considera mejor que ustedes, o si los abofetea en la cara. 21 Yo diré avergonzado que nosotros fuimos muy débiles para hacer eso. Aún si alguno se jacta, estoy hablando como un necio, yo también me jactaré. 22 ¿Son ellos hebreos? Yo también. ¿Son ellos israelitas? Yo también. ¿Son ellos descendientes de Abraham? Yo también. 23 ¿Son ellos siervos de Cristo? (Yo hablo como si yo estuviera loco.) Yo soy más. Yo he estado en trabajos aún más duros, en muchas más prisiones, en golpizas sin medida, enfrentando muchos peligros de muerte. 24 De los judíos recibí cinco veces los "cuarenta azotes menos uno." 25 Tres veces fui golpeado con varas. Una vez fui apedreado. Tres veces he naufragado. He pasado una noche y un día en alta mar. 26 He estado en viajes frecuentes, en peligro de ríos, en peligro de ladrones, en peligro de mi propia gente, en peligro de los gentiles, en peligro en la ciudad, en peligro en el desierto, en peligro en el mar, en peligro de falsos hermanos. 27 Yo he estado en trabajo duro y en apuros, en muchas noches sin dormir, en hambre y sed, muchas veces en ayunas, en frío y desnudez. 28 Aparte de todo lo demás, está la presión diaria sobre mí de mi ansiedad por todas las iglesias. 29 ¿Quién es débil, sin que yo sea débil? ¿A quién le han hecho tropezar, y yo no ardo de coraje? 30 Si tengo que jactarme, me jactaré acerca de lo que muestra mis debilidades. 31 El Dios y Padre del Señor Jesús, Aquel Quien es alabado por siempre, ¡sabe que yo no miento! 32 En Damasco, el gobernador bajo el Rey Aretas estaba vigilando la ciudad de Damasco para arrestarme. 33 Pero me bajaron en una canasta a través de una ventana en el muro y escapé de sus manos.

Capítulo 12

1 Tengo que jactarme, pero nada es ganado por ello. Pero seguiré con las visiones y revelaciones del Señor. 2 Conozco a un hombre en Cristo quien catorce años atrás, sea en el cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sé, Dios sabe, fue arrebatado al tercer cielo. 3 Y sé que este hombre, sea en el cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sé, Dios sabe, 4 fue arrebatado al paraíso y escuchó cosas demasiado sagradas como para que alguien las diga. 5 Detal hombre me jactaré. Pero de mi parte no me jactaré, excepto de mis debilidades. 6 Si yo quisiera jactarme, no sería necio, pues estaría hablando la verdad. Pero me abstendré de jactarme, para que nadie piense más de mí de lo que ve en mí, o escuchó de mí. 7 También me abstendré de jactarme debido a la naturaleza extraordinaria de esas revelaciones. Por lo tanto, para que yo no me hinchara de orgullo, me fue dado un aguijón en la carne, un mensajero de Satanás para hostigarme, para que yo no me volviera demasiado orgulloso. 8 Tres veces le rogué al Señor acerca de esto, para que me lo quitara. 9 Pero Él me dijo: "Mi gracia es suficiente para ti, porque mi poder se perfecciona en la debilidad." Así que prefiero más jactarme de mi debilidad, para que el poder de Cristo pueda residir sobre mí. 10 Por lo tanto, estoy contento por causa de Cristo, en debilidades, en insultos, en problemas, en persecuciones y en situaciones angustiantes. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. 11 ¡Me he vuelto un tonto! Ustedes me forzaron a serlo, pues yo debería haber sido alabado por ustedes. Puesen nada soy inferior a los supuestamente llamados eminentes apóstoles, aunque yo no soy nada. 12 Las verdaderas señales de un apóstol fueron realizadas entre ustedes con toda paciencia, señales y maravillas y poderosas obras. 13 Pues ¿cómo eran ustedes menos importantes que el resto de las iglesias, excepto de que yo no fuera una carga para ustedes? ¡Perdónenme por este error! 14 ¡Miren! Estoy preparado para ir a ustedes por tercera vez. No seré una carga para ustedes, pues no deseo lo que es de ustedes. Yo los deseo a ustedes. Pues los hijos no deberían ahorrar para los padres, sino que los padres deberían ahorrar para los hijos. 15 Pues yo con mucho gusto gastaré lo mío, e incluso me gastaré por sus almas. Si les amo más a ustedes, ¿seré yo amado menos? 16 Pero tal como es, yo no les fui carga. Pero, como soy tan astuto, los atrapé en el engaño. 17 ¿Acaso yo me aproveché de ustedes con alguno que yo les envié? 18 Yo le rogué a Tito a que fuera a ustedes, y yo envié al otro hermano con él. ¿Acaso Tito se aprovechó de ustedes? ¿No caminamos nosotros de la misma manera? ¿No anduvimos en los mismos pasos? 19 ¿Ustedes piensan que durante todo este tiempo nosotros nos hemos estado defendiendo ante ustedes? A la vista de Dios, nosotros hemos estado en Cristo diciendo todo para su edificación. 20 Pues temo que cuando vaya no los encuentre como deseo. Temo que ustedes no me encuentren a mí como desean. Temo que pueda haber discusiones, celos, arranques de enojo, ambición egoísta, chisme, orgullo y desorden. 21 Temo que cuando yo vuelva, mi Dios me humille delante de ustedes. Temo que podría ser afligido por muchos de aquellos que hayan pecado antes, y que no se arrepintieron de su impureza e inmoralidad sexual y complacencia lujuriosa que ellos practicaban.

Capítulo 13

1 Esta es la tercera vez que voy a ustedes. "CADA ACUSACIÓN DEBE ESTABLECERSE CON LA EVIDENCIA DE DOS O TRES TESTIGOS." 2 Ya les he dicho a aquellos que han pecado antes y a todos los demás cuando estuve ahí la segunda vez, y lo digo otra vez: Cuando yo vuelva, no los libraré. 3 ls digo esto porque ustedes están buscando evidencia de que Cristo está hablando a través de mí. Él no es débil hacia ustedes. Al contrario, Él es poderoso en ustedes. 4 Porque Él fue crucificado en debilidad, pero está vivo por el poder de Dios. Pues nosotros también somos débiles en Él, pero viviremos con Él por el poder de Dios entre ustedes. 5 Examínense a ustedes mismos para ver si ustedes están en la fe. Pruébense a ustedes mismos. ¿Acaso no se dan cuenta de esto acerca de ustedes, de que Jesucristo está en ustedes? A menos que ustedes hayan fracasado la prueba. Él está, a menos que ustedes no estén aprobados. 6 Y yo estoy confiado de que ustedes reconozcan que nosotros no hemos fracasado. 7 Ahora nosotros oramos a Dios que ustedes no puedan hacer ningún mal. No oro para que nosotros parezcamos haber aprobado la prueba. Por lo contrario, oro para que ustedes puedan hacer lo que es correcto, aunque nosotros podamos parecer haber fracasado en la prueba. 8 Pues nosotros no podemos hacer nada en contra de la verdad, sino solamente a favor de la verdad. 9 Porque nosotros nos gozamos cuando somos débiles y ustedes son fuertes. También oramos para que ustedes sean perfeccionados. 10 Yo escribo estas cosas mientras estoy lejos de ustedes, para que cuando esté con ustedes no tenga que actuar duramente en el uso de mi autoridad, la cual el Señor me dio, para edificarlos y no para destruirlos. 11 Finalmente, hermanos, ¡regocíjense! Trabajen para la restauración, sean alentados, estén de acuerdo el uno con el otro, vivan en paz. Y el Dios de amor y paz estará con ustedes. 12 Salúdense cada uno con un beso santo. 13 Todos los creyentes les saludan. 14 Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sea con todos ustedes.

Gálatas
Gálatas
Capítulo 1

1 Pablo, apóstol no de hombres ni por la mano de hombres sino por medio de Jesucristo y Dios el Padre, quien lo levantó de los muertos, 2 y todos los hermanos conmigo, a las iglesias de Galacia: 3 La gracia sea para ustedes y la paz de Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo, 4 Quien se entregó a Sí mismo por nuestros pecados, para poder liberarnos de este presente tiempo malvado, según la voluntad de nuestro Dios y Padre, 5 a Él sea la gloria por siempre y siempre. Amén. 6 Estoy asombrado que ustedes se estén alejando de Él que los llamó por la gracia de Cristo. Estoy asombrado de que ustedes se están cambiando a un evangelio diferente. 7 Esto no es que haya otro evangelio, pero hay algunos hombres que les causan problemas a ustedes y quieren cambiar el evangelio de Cristo. 8 Pero aún si nosotros, o un ángel del cielo, les anunciara otro evangelio diferente al que nosotros les proclamamos, ése sea maldito. 9 Como hemos dicho antes, ahora vuelvo a decir: "Si alguno les proclama a ustedes un evangelio que no sea el que ustedes recibieron, ése sea maldito." 10 Pues, ¿estoy buscando ahora la aprobación de los hombres o de Dios? ¿Estoy buscando complacer a los hombres? Si aún estoy tratando de complacer a los hombres, yo no sería un siervo de Cristo. 11 Porque quiero que sepan, hermanos, que el evangelio que yo proclamo no es un evangelio de hombre. 12 No lo recibí de ningún hombre, ni me lo enseñaron. Por el contrario, fue por revelación de Jesucristo. 13 Ustedes han escuchado acerca de mi vida pasada en el judaísmo, cómo yo perseguía a la iglesia de Dios sin medida y como trataba de destruirla. 14 Yo avanzaba en el judaísmo más allá que muchos de los que eran de mi propia edad, de los de mi propio pueblo. Así de extremadamente celoso era yo de las tradiciones de mis padres. 15 Pero cuando Dios, quien me había separado desde el vientre de mi madre, y quien me llamó por Su gracia, 16 se complació en revelar a su Hijo en mí, para que yo le anunciara entre los gentiles, no consulté inmediatamente con carne ni sangre. 17 Yo no subí a Jerusalén a aquellos que habían llegado a ser apóstoles antes de mí, sino que fui a Arabia y después regresé a Damasco. 18 Luego después de tres años fui a Jerusalén a conocer a Cefas, y me quedé con él quince días. 19 Pero no ví a ninguno de los otros apóstoles, excepto a Santiago, el hermano del Señor. 20 En lo que les escribo, yo les aseguro delante de Dios que no estoy mintiendo. 21 Después fui a las regiones de Siria y Cilicia. 22 Yo todavía no era conocido personalmente por las iglesias de Judea que están en Cristo. 23 Ellas solamente escuchaban decir: "El hombre que una vez nos perseguía, ahora está proclamando la fe que una vez trató de destruir." 24 Así que ellos glorificaban a Dios por causa mía.

Capítulo 2

1 Entonces, después de catorce años subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, tomando también a Tito conmigo. 2 Subí debido a una revelación, y les presenté el evangelio que yo proclamo entre los gentiles. Les hablé en privado a aquellos que parecían ser importantes, para estar seguro de que no estaba corriendo, ni que había corrido en vano. 3 Pero ni siquiera Tito, quien estaba conmigo y que era griego, fue obligado a circuncidarse. 4 Los falsos hermanos vinieron secretamente para espiar sobre la libertad que tenemos en Cristo Jesús. Ellos deseaban hacernos esclavos, 5 pero nosotros no cedimos en sumisión ante ellos en ningún momento, para que la verdad del evangelio permaneciera con ustedes. 6 Pero aquellos que parecían ser importantes, lo que eran, no me importa, pues Dios no hace acepción de personas, esos, digo yo, esos que parecían importantes nada nuevo me impusieron. 7 Al contrario, ellos vieron que se me había confiado el evangelio para aquellos que son incircuncisos, así como a Pedro le fue confiado el evangelio para aquellos que son circuncisos. 8 Pues Dios, quien trabajó en Pedro para el apostolado a aquellos que son circuncisos, también trabajó en mí para los gentiles. 9 Cuando Santiago, Cefas, y Juan, que eran reconocidos como columnas en la iglesia, entendieron la gracia que se me había dado, nos dieron la mano derecha del compañerismo a Bernabé y a mí. Ellos hicieron esto para que nosotros fuéramos a los gentiles, y que ellos fueran a los que están circuncidados. 10 Ellos solamente nos pidieron que recordáramos a los pobres, la misma cosa que yo estaba deseoso de hacer. 11 Pero cuando Cefas vino a Antioquía, me opuse a él frente a su cara porque estaba obrando mal. 12 Antes de que ciertos hombres vinieran de parte de Santiago, Cefas estaba comiendo con los gentiles. Pero cuando estos hombres vinieron, él se separó y se mantuvo lejos de los gentiles. Él tuvo miedo de aquellos que estaban exigiendo la circuncisión. 13 También el resto de los judíos se unieron en esta hipocresía. Aun Bernabé fue llevado por mal camino con ellos por su hipocresía. 14 Pero cuando yo vi que el comportamiento de ellos no estaba de acuerdo la verdad del evangelio, le dije a Cefas frente a todos ellos: "Si tú eres judío, pero estás viviendo como un gentil y no como un judío, ¿cómo puedes obligar a los gentiles a vivir como judíos?" 15 Nosotros mismos somos judíos de nacimiento y no pecadores gentiles; 16 sin embargo, nosotros sabemos que ninguna persona está justificado por las obras de la ley, sino mediante la fe en Jesucristo. Nosotros también llegamos a la fe en Cristo Jesús para que nosotros pudiésemos ser justificados por la fe en Cristo y no por las obras de la ley. Porque por las obras de la ley ninguna carne será justificada. 17 Pero si, mientras nosotros procuramos ser justificados en Cristo, nosotros también, somos hallados ser pecadores, ¿entonces Cristo promueve el pecado? ¡Absolutamente no! 18 Porque si yo reconstruyo aquellas cosas que una vez destruí, yo demuestro que soy un transgresor. 19 Porque por medio de la ley, yo morí a la ley, para poder vivir para Dios. 20 Yo he sido crucificado con Cristo. Ya no soy yo quien vive, sino Cristo vive en mí. La vida que yo vivo ahora en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y se dio a sí mismo por mí. 21 Yo no desecho la gracia de Dios, porque si la justicia pudiera obtenerse a través de la ley, ¡entonces Cristo murió para nada!

Capítulo 3

1 ¡Gálatas tontos! ¿Quién ha puesto un hechizo sobre ustedes? Ante los ojos de ustedes, Jesucristo fue presentado claramente como crucificado. 2 Esto es lo único que quiero saber de ustedes: ¿Recibieron el Espíritu por las obras de la ley o por creer en lo que oyeron? 3 ¿Ustedes son tan insensatos? Habiendo empezado por el Espíritu, ¿ahora van a terminar por la carne? 4 ¿Han sufrido tantas cosas para nada, si en efecto fue por nada? 5 Aquél que les da el Espíritu a ustedes y hace milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe? 6 Así como Abraham: "LE CREYÓ A DIOS Y LE FUE CONTADO COMO JUSTICIA," 7 de la misma manera, entiendan, entonces, que aquellos de la fe, son los hijos de Abraham. 8 La escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, predicó el evangelio de antemano a Abraham diciendo: "EN TI TODAS LAS NACIONES SERÁN BENDECIDAS." 9 Así que, aquellos de los de la fe son bendecidos junto con Abraham, el hombre de fe. 10 Todos los que confían en las obras de la ley están bajo una maldición; y así está escrito: "MALDITO ES TODO AQUEL QUE NO CUMPLE TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA LEY, PARA HACERLAS." 11 Ahora está claro que nadie es justificado delante de Dios por la ley, porque: "EL JUSTO VIVIRÁ POR LA FE". 12 Pero la ley no proviene de la fe, sino que: "LA PERSONA QUE HACE LAS OBRAS DE LA LEY, TENDRÁ QUE VIVIR POR ELLAS." 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues así está escrito: "MALDITO ES TODO AQUEL QUE ES COLGADO EN UN ÁRBOL." 14 para que la bendición de Abraham pudiera venir a los gentiles en Cristo Jesús, para que nosotros pudiésemos recibir la promesa del Espíritu. 15 Hermanos, déjenme hablar en términos humanos. Un contrato hecho por hombres, nadie puede anularlo o añadirle, una vez se haya ratificado. 16 Ahora las promesas fueron habladas a Abraham y a su descendencia. No dice: "a sus descendientes," refiriéndose a muchos, sino solamente a uno sólo, " y a tu descendencia," quien es Cristo. 17 Ahora lo que yo quiero decir es esto: La ley, que vino 430 años después, no echa a un lado el pacto previamente establecido por Dios. 18 Porque si la herencia viene por la ley, entonces ya no viene por la promesa. Pero Dios se la dio a Abraham por una promesa. 19 ¿Cuál fue, entonces, el propósito de la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que el descendiente de Abraham viniera a quienes la promesa se había hecho. La ley fue puesta en vigor mediante ángeles por un mediador. 20 Ahora, cuando una persona habla directamente con otra, no hay mediador. Y Dios mismo hizo Sus promesas directamente a Abraham. 21 Así que, ¿es la ley contraria a las promesas de Dios? ¡Absolutamente no! Porque si una ley pudiese dar vida, entonces la justicia ciertamente hubiera venido por la ley. 22 Pero la escritura encerró todo bajo pecado. Dios hizo esto para que la promesa de salvarnos por la fe en Jesucristo pudiera ser dada a los que creen. 23 Ahora, antes que viniera la fe, estábamos cautivos bajo la ley, encarcelados hasta que la fe fuera revelada. 24 Así que la ley se convirtió en nuestro tutor hasta que Cristo vino, para que pudiéramos ser justificados por la fe. 25 Pero ahora que la fe ha venido, ya no estamos bajo un tutor. 26 Porque todos ustedes son hijos de Dios por medio de la fe en Cristo Jesús. 27 Por cuanto muchos de ustedes fueron bautizados en Cristo, ustedes han recibido a Cristo. 28 No hay judíos ni griegos, no hay esclavos ni libres, no hay hombre ni mujer, porque ustedes todos son uno en Cristo Jesús. 29 Si ustedes pertenecen a Cristo, ustedes son descendientes de Abraham, y herederos según la promesa.

Capítulo 4

1 Estoy diciendo que el heredero, mientras sea niño, no es diferente a un esclavo, aunque sea el dueño de toda la propiedad. 2 Pero él está bajo la tutela de tutores y administradores hasta que se cumpla la fecha establecida por su padre. 3 Así también, cuando nosotros éramos niños, estábamos esclavizados a los principios elementales del mundo. 4 Pero cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a Su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley. 5 Él hizo esto para redimir a aquellos bajo la ley, para que pudiéramos recibir adopción como hijos. 6 Y porque ustedes son hijos, Dios ha enviado al Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, el cual clama: "Abba, Padre." 7 Así que ya no eres un esclavo, sino un hijo, y si eres un hijo, también eres un heredero de Dios por medio de Cristo. 8 Pero en aquel tiempo, cuando ustedes no conocían a Dios, ustedes fueron obligados a ser esclavos de aquellos, quienes, por sus poderes naturales, no son dioses en lo absoluto. 9 Pero ahora que ustedes han llegado a conocer a Dios, o, mejor dicho, que son conocidos por Dios, ¿cómo es posible que estén regresando a los principios débiles y sin valor? ¿Quieren estar esclavizados de nuevo? 10 Ustedes guardan días especiales, lunas nuevas, estaciones y años. 11 Siento temor por ustedes, de que de alguna manera mi trabajo con ustedes pudo haber sido en vano. 12 Les suplico, hermanos, háganse como yo, porque yo también me he hecho como ustedes. Ustedes no me hicieron ningún mal. 13 Pero ustedes saben que fue por una enfermedad física que yo predique el evangelio a ustedes la primera vez. 14 Aunque mi condición física los puso a prueba, ustedes no me despreciaron o rechazaron. Por lo contrario, ustedes me recibieron como si yo hubiera sido un ángel de Dios, como si hubiera sido Jesucristo mismo. 15 ¿Dónde, entonces, está su bendición ahora? Porque les testifico que, si fuese posible, ustedes se hubiesen sacado sus propios ojos para dármelos a mí. 16 Entonces, ¿me he vuelto enemigo de ustedes porque les estoy diciendo la verdad? 17 Ellos son celosos para ganarlos a ustedes, pero no para ningún bien. Ellos quieren separarlos de mí, para que ustedes los prefieran a ellos. 18 Siempre es bueno ser apasionado por una buena causa, y no solo cuando yo estoy presente con ustedes. 19 Mis niñitos, otra vez estoy sufriendo dolores de parto por ustedes hasta que Jesucristo sea formado en ustedes. 20 Me gustaría estar ahí presente con ustedes ahora y cambiar mi tono, porque estoy perplejo con ustedes. 21 Díganme, ustedes que desean estar bajo la ley, ¿no escuchan lo que dice la ley? 22 Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos, uno con la mujer esclava y otro con la mujer libre. 23 Pero uno nació de la muchacha esclava según la carne, pero el otro nació de la mujer libre mediante una promesa. 24 Estas cosas pueden ser interpretadas como una alegoría, pues estas dos mujeres representan dos pactos. Una de ellas es del Monte Sinaí y ella da a luz hijos que son esclavos. Esta es Agar. 25 Ahora Agar representa el Monte Sinaí en Arabia; y ella representa la actual Jerusalén, pues ella está en la esclavitud con sus hijos. 26 Pero la Jerusalén que está arriba es libre, y ella es nuestra madre. 27 Porque está escrito: "ALÉGRATE, TÚ, ESTÉRIL, QUE NO DAS A LUZ. CLAMEN Y GRITEN DE ALEGRÍA, USTEDES QUE NO ESTÁN SUFRIENDO DOLORES DE PARTO. PORQUE LOS HIJOS DE LA MUJER ABANDONADA SON MÁS NUMEROSOS QUE LOS DE LA MUJER QUE TIENE ESPOSO." 28 Pero ustedes, hermanos, como Isaac, son hijos de la promesa. 29 En aquel tiempo, el que nació de acuerdo a la carne persiguió al que nació de acuerdo al Espíritu. Es lo mismo ahora. 30 Pero, ¿qué dice la Escritura? "ECHA FUERA A LA MUCHACHA ESCLAVA Y A SU HIJO. PORQUE EL HIJO DE LA MUCHACHA ESCLAVA NO COMPARTIRÁ LA HERENCIA CON EL HIJO DE LA MUJER LIBRE." 31 Por lo tanto, hermanos, nosotros no somos hijos de una muchacha esclava, sino de la mujer libre.

Capítulo 5

1 Es para libertad que Cristo nos hizo libres. Por lo tanto, manténganse firmes y no vuelvan a estar bajo el control de un yugo de esclavitud. 2 Miren, yo, Pablo, les digo a ustedes que, si ustedes se dejan circuncidar, Cristo no les beneficiará de ninguna manera. 3 Otra vez, yo testifico a todo hombre que se deja circuncidar que está obligado a obedecer toda la ley. 4 Ustedes están separados de Cristo, ustedes que buscan ser justificados por la ley; ustedes ya no experimentan la gracia. 5 Porque mediante el Espíritu, por la fe, nosotros esperamos con ganas la esperanza segura de la justicia. 6 En Cristo Jesús, ni la circuncisión, ni la incircuncisión significan nada, sino solo la fe trabajando mediante el amor. 7 Ustedes estaban corriendo bien. ¿Quién les impidió obedecer la verdad? 8 ¡Esta persuasión no viene del que los llama! 9 Un poco de levadura hace que toda la masa suba. 10 Yo tengo confianza en el Señor que ustedes no tendrán ningún otro punto de vista. El que les está perturbando será castigado, quienquiera que sea. 11 Hermanos, si yo todavía proclamo la circuncisión, ¿por qué todavía estoy siendo perseguido? En ese caso, la piedra de tropiezo de la cruz ha sido removida. 12 En cuanto a los que los están perturbando a ustedes, yo deseo que se castraran a sí mismos. 13 Porque ustedes fueron llamados a la libertad. Pero no usen su libertad como oportunidad para la naturaleza pecaminosa; en su lugar, mediante el amor, sírvanse los unos a los otros. 14 Porque toda la ley se cumple en un solo mandamiento: "TÚ DEBES AMAR A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO." 15 Pero si ustedes se muerden y se devoran unos a otros , velen que ustedes no se consuman unos a otros. 16 Pero yo digo, caminen en el Espíritu y no llevarán a cabo los deseos de la naturaleza pecaminosa. 17 Porque los deseos de la naturaleza pecaminosa están en contra del Espíritu, y los deseos del Espíritu están en contra de la naturaleza pecaminosa. Pues estos están en conflicto entre sí, de manera que ustedes no pueden hacer las cosas que desean hacer. 18 Pero si ustedes son guiados por el Espíritu, ustedes no están bajo la ley. 19 Ahora las obras de la naturaleza pecaminosa son evidentes: la inmoralidad sexual, la impureza, la lujuria, 20 la idolatría, la brujería, las hostilidades, las luchas, los celos, los arrebatos de iras, rivalidad, disensión, divisiones, 21 envidia, borracheras, disturbios, y otras cosas como éstas. Les advierto, como les advertí antes, que quienes practiquen estas cosas no heredarán el reino de Dios. 22 Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, y dominio propio; contra tales cosas no hay ley. 24 Aquellos que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado los deseos de la naturaleza pecaminosa con sus pasiones y deseos. 25 Si nosotros vivimos por el Espíritu, caminemos también por el Espíritu. 26 No seamos presumidos, provocándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.

Capítulo 6

1 Hermanos, si un hombre es atrapado en algún pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo en un espíritu de gentileza. Preocúpense por ustedes mismos, para que ustedes tampoco sean tentados. 2 Lleven las cargas los unos a los otros y así cumplan la ley de Cristo. 3 Porque si alguien cree ser algo cuando no es nada, se engaña a sí mismo. 4 Cada uno debe examinar su propio trabajo, y entonces su razón para jactarse estará en sí mismo solamente y no en nadie más. 5 Porque cada uno llevará su propia carga. 6 Al que se le enseña la palabra debe compartir todas las cosas buenas con el que le enseña. 7 No sean engañados. Dios no es burlado, porque cualquier cosa que un hombre siembra, eso también lo recogerá. 8 Porque aquel que siembra semilla para su propia naturaleza pecaminosa, recogerá destrucción. El que siembra semilla al Espíritu, recogerá vida eterna del Espíritu. 9 No nos cansemos de hacer el bien, porque en el tiempo correcto recogeremos una cosecha, si no nos damos por vencidos. 10 Pues entonces, en la medida que tengamos la oportunidad, hagamos el bien a todas las personas, especialmente a los que pertenecen a la casa de la fe. 11 Vean cuán grandes letras yo les escribo con mi propia mano. 12 Aquellos que quieren dar una buena impresión en la carne están tratando de obligarlos a ustedes a circuncidarse. Ellos hacen esto solamente para evitar ser perseguidos por la cruz de Cristo. 13 Porque ni siquiera los que se circuncidan guardan la ley, pero ellos quieren que ustedes se circunciden para poder jactarse en la carne de ustedes. 14 Pero que yo jamás me jacte excepto en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado a mí y yo al mundo. 15 Porque ni la circuncisión cuenta para nada, ni la incircuncisión, sino lo que cuenta es una creación nueva. 16 A todos los que viven según esta norma, la paz y la misericordia sean sobre ellos, aún sobre el Israel de Dios. 17 De ahora en adelante que nadie me moleste, pues yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús. 18 Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con el espíritu de ustedes, hermanos. Amén.

Efesios
Efesios
Capítulo 1

1 Pablo, un apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios y para los santos en Éfeso y fieles en Cristo Jesús. 2 Gracia y paz sean para ustedes de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 3 Que el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo sea alabado, quien nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. 4 Dios nos ha escogido desde el principio del mundo, para que nosotros podamos ser santos y sin culpa a su vista. 5 Dios nos predestinó para adopción como hijos a través de Jesucristo, de acuerdo al agrado de su voluntad. 6 Nuestra adopción resulta en la alabanza de su gloriosa gracia, que Él libremente nos ha dado en Aquel que Él ama. 7 En Jesucristo tenemos redención a través de su sangre y el perdón de pecados, de acuerdo a las riquezas de su gracia. 8 Él derrochó su gracia sobre nosotros con toda sabiduría y entendimiento. 9 Dios nos hizo conocer el propósito escondido de su voluntad, de acuerdo a su agrado, el cual Él demostró en Cristo, 10 con la vista en el plan en el cumplimiento de los tiempos, para traer todas las cosas juntas, todas las cosas en el cielo y en la tierra, bajo una cabeza, Cristo. 11 En Cristo fuimos elegidos como herederos, predestinados de acuerdo al plan de Él, que trabaja todo de acuerdo al propósito de su voluntad. 12 Dios nos eligió como herederos para que nosotros pudiéramos ser los primeros en tener esperanza confiable en Cristo, para que nosotros pudiéramos ser para la alabanza de su gloria. 13 En Cristo, ustedes también, cuando hayan escuchado la palabra de verdad, el evangelio de su salvación y cuando hayan creído en Él y sean sellados con la promesa del Espíritu Santo, 14 quién es la garantía de nuestra herencia, hasta que tomemos completa posesión de ella, para la alabanza de su gloria. 15 Por esta razón, desde que yo escuché sobre su fe en el Señor Jesús, y de su amor para con todo el pueblo santo de Dios, 16 yo no he dejado de dar gracias a Dios por ustedes cuando los menciono en mis oraciones. 17 Yo oro que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, les dé a ustedes un espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento de Él. 18 Yo oro para que los ojos de sus corazones puedan ser iluminados, que puedan conocer la esperanza a la cual Él los ha llamado y las riquezas de su gloriosa herencia entre el pueblo santo de Dios. 19 Y en mis oraciones yo pido que ustedes puedan conocer la extraordinaria grandeza de su poder en nosotros quienes creemos, de acuerdo al trabajo de su gran fortaleza. 20 Este es el mismo poder que Dios trabajó en Cristo, cuando Él lo levantó de los muertos y lo sentó con Él a su mano derecha en los lugares celestiales. 21 Él sentó a Cristo sobre todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y todo nombre que es nombrado. Cristo gobernará no solamente este tiempo, sino también en el tiempo venidero. 22 Dios puso todas las cosas bajo los pies de Cristo, y lo dio a la iglesia como cabeza sobre todas las cosas. 23 La iglesia es Su cuerpo, la plenitud de Él quien llena todo en todo.

Capítulo 2

1 En cuanto a ustedes, estaban muertos en sus delitos y sus pecados. 2 Eran en estos, que una vez ustedes caminaron, de acuerdo al tiempo de este mundo. Ustedes estaban caminando de acuerdo al gobernador de las autoridades del aire. Este es el espíritu de aquel que está trabajando en los hijos de desobediencia. 3 Nosotros todos una vez estuvimos viviendo entre esta gente, llenando los deseos malvados de nuestra carne, haciendo la voluntad de los deseos de la carne y de la mente. Nosotros éramos por naturaleza hijos de ira, como el resto de la humanidad. 4 Pero Dios es rico en misericordia a causa de Su gran amor con el cual nos amó a nosotros. 5 Mientras estábamos muertos en delitos, Él nos trajo a nueva vida con Cristo. Es por gracia que ustedes han sido salvados. 6 Dios nos levantó y nos hizo sentar juntos en lugares celestiales con Jesucristo, 7 para que en los tiempos venideros Él pudiera mostrarnos las grandes riquezas de Su gracia, expresadas por medio de su bondad en Jesucristo. 8 Pues por gracia han sido ustedes salvos por medio de la fe, y esto no vino de ustedes, es un regalo de Dios, 9 no por obras para que nadie se jacte. 10 Porque nosotros somos hechura de Dios, creados en Jesucristo para hacer buenas obras que Dios planificó hace mucho tiempo atrás, para que nosotros podamos caminar en ellas. 11 Por lo tanto recuerden que una vez ustedes fueron gentiles en la carne. Ustedes son llamados "incircuncisos" por lo que es llamado la circuncisión en la carne hecha por manos humanas. 12 Porque en ese tiempo ustedes estaban separados de Cristo, extranjeros al pueblo de Israel, extraños a los pactos de la promesa,sin esperanza y sin Dios en el mundo. 13 Pero ahora en Jesucristo, ustedes que una vez estuvieron muy lejos de Dios, han sido traídos cerca de Dios por la sangre de Cristo. 14 Porque Él es nuestra paz, Él hizo a los dos, uno. Por su carne Él destruyó la pared de hostilidad que nos dividía. 15 Esto es, Él abolió la ley de los mandamientos y las regulaciones para que Él pueda crear un nuevo hombre en Él mismo, haciendo la paz. 16 Él hizo esto para reconciliar a ambos pueblos, en un cuerpo para Dios a través de la cruz, dio muerte a la hostilidad. 17 Jesús vino y proclamó paz a ustedes que estaban muy lejos y paz a los que estaban cerca. 18 Por medio de Jesús, ambos tenemos acceso en un Espíritu al Padre. 19 Así entonces, ahora ustedes gentiles ya no son extraños y extranjeros. En cambio ustedes son compañeros ciudadanos con aquellos separados por Dios y miembros de la familia de Dios. 20 Ustedes han sido edificados en la fundación de los apóstoles y profetas, y Jesucristo mismo es la piedra angular. 21 En Él, todo el edificio encaja y crece como un templo en el Señor. 22 Es en Él, que ustedes también están siendo construidos juntos como un lugar de habitación para Dios en el Espíritu.

Capítulo 3

1 Debido a esto, yo, Pablo, prisionero de Jesucristo por ustedes los gentiles, 2 yo supongo que han oído acerca de la tarea de la gracia de Dios, que Él me ha dado para ustedes. 3 Yo estoy escribiendo de acuerdo a la revelación que se me dio a conocer. Esta es la verdad escondida sobre la cual yo escribí brevemente en otra carta. 4 Cuando lean acerca de esto, podrán entender mi percepción sobre esta verdad escondida acerca de Cristo. 5 En otras generaciones esta verdad no fue dada a conocer a los hijos de hombres. Pero ahora ha sido revelada por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas. 6 Esta verdad escondida es que los gentiles son coherederos y compañeros del cuerpo. Ellos son copartícipes en la promesa en Jesucristo por medio del evangelio. 7 Pues yo me convertí en siervo de este evangelio por el don de la gracia de Dios dado a mí por medio de la obra de Su poder. 8 Yo aún siendo el más pequeño de los santos, me fue dada esta gracia, de predicar a los gentiles el evangelio de las insondables riquezas de Cristo, 9 y traer luz a toda persona acerca de cuál es el plan, el misterio escondido desde los siglos por Dios, quien creó todas las cosas. 10 Este plan es dado a conocer por medio de la iglesia para que los gobernantes y las autoridades en los lugares celestiales vengan a conocer la multiforme naturaleza de la sabiduría de Dios. 11 Esto sucederá de acuerdo al plan eternal que Él completó en Jesucristo nuestro Señor. 12 Porque en Cristo tenemos osadía y acceso con confianza a causa de nuestra fe en Él. 13 Por lo cual, les pido que no se desalienten por mis sufrimientos por ustedes. Estos son su gloria. 14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre, 15 por el cual toda familia en el cielo y en la tierra es nombrada. 16 Yo oro para que Él les conceda, de acuerdo a las riquezas de su gloria, que sean fortalecidos con poder por medio de su Espíritu, quien está en ustedes. 17 Yo oro que Cristo viva en sus corazones por medio de fe y que ustedes sean arraigados y cimentados en su amor, 18 para que puedan entender, junto con todos los santos, cuál es el ancho, el largo, la altura y la profundidad del amor de Cristo, 19 y puedan conocer el amor de Cristo, que excede conocimiento, para que ustedes sean llenos de toda la plenitud de Dios. 20 Ahora a Él quien es capaz de hacer todas las cosas, más allá de todo lo que pedimos o pensamos, según el poder que obra en nosotros, 21 a Él sea la gloria en la Iglesia y en Jesucristo para todas las generaciones por siempre y siempre. Amén.

Capítulo 4

1 Yo, por tanto, como prisionero en el Señor, les insisto a caminar dignamente en el llamado por el cual fueron llamados. 2 Vivan con gran humildad, gentileza y paciencia, soportándoos unos a otros en amor. 3 Hagan lo mejor para mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. 4 Hay un cuerpo y un Espíritu, así como también ustedes fueron llamados en una a una esperanza. 5 Y hay un Señor, una fe, un bautismo 6 y un Dios y Padre de todos, que es sobre todo, a través de todo y en todo. 7 A cada uno de nosotros ha sido entregado un don de acuerdo a la medida del don de Cristo. 8 Es como dice la Escritura: "CUANDO ÉL ASCENDIÓ A LAS ALTURAS, ÉL LLEVÓ LOS CAUTIVOS A LA CAUTIVIDAD, Y DIO DONES AL PUEBLO." 9 ¿Cuál es el significado de: "Él ascendió," excepto que Él también descendió a las profundidades de la tierra? 10 Aquel quien descendió, es la misma persona que también ascendió muy por encima de todos los cielos. Él hizo esto para que así Él pudiera llenar todas las cosas. 11 Cristo entregó algunos como apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, 12 para equipar a los santos para el trabajo del servicio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos nosotros alcancemos la unidad de la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, para que así maduremos y alcancemos la estatura completa de Cristo. 14 Esto es para que nosotros ya no seamos más como niños, no seamos arrastrados de aquí para allá por las olas, no seamos llevados por todo viento de doctrina y atrapados por gente astuta con artimañas de error. 15 En su lugar, hablando la verdad en amor, creceremos en todas las maneras hacia Él quién es la cabeza, Cristo. 16 Cristo une todo el cuerpo de creyentes y está unido por cada ligamento, de modo que todo el cuerpo crece y se edifica a sí mismo en amor. 17 Por lo tanto, yo digo esto y les exhorto en el Señor, que ustedes no caminen más como los gentiles que caminan en la futilidad de sus mentes. 18 Ellos son de pensamiento oscurecido, enajenados de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos por causa de la dureza de sus corazones. 19 Ellos no sienten vergüenza y se han entregado a sí mismos a la sensualidad practicando todo tipo de acción impura con codicia. 20 Pero esto no es lo que ustedes aprendieron acerca de Cristo. 21 Yo supongo que ustedes han escuchado acerca de Él. Yo supongo que ustedes han sido enseñados en Él, como la verdad está en Jesús. 22 Ustedes tienen que deshacerse de su conducta anterior, el viejo hombre. Este es el viejo hombre que se corrompe por causa de sus deseos engañosos. 23 Dejen a un lado su viejo hombre de modo que ustedes puedan ser renovados en el espíritu de sus mentes, 24 y puedan revestirse del nuevo hombre, que ha sido creado a la imagen de Dios en justicia y santidad. 25 Por lo tanto, desechen las mentiras y dejen que cada uno hable la verdad a su vecino, porque somos miembros los unos de los otros. 26 Enojense, pero no pequen. No permitan que se ponga el sol sobre su enojo. 27 No den lugar al diablo. 28 Cualquiera que robe, no debe robar más. En su lugar, él tiene que trabajar, trabajar útilmente con sus manos, para que así sea capaz de compartir con la persona que tiene necesidad. 29 Ninguna mala expresión debe salir de tu boca. Usa solo palabras que sean buenas para la edificación de aquellos que las necesiten, para que tus palabras provean gracia a los oyentes. 30 Y no entristezcan al Espíritu Santo de Dios, pues es por Él que ustedes han sido sellados para el día de la redención. 31 Pongan a un lado toda amargura, ira, enojo, gritería e insultos, junto con toda clase de maldad. 32 Sean amables unos con otros, tiernos de corazón, perdónense unos a otros, así como Dios en Cristo les perdonó.

Capítulo 5

1 Por lo tanto, conviértanse en imitadores de Dios, como sus hijos amados. 2 Y caminen en amor, así como Cristo nos amó y se dio a sí mismo por nosotros. Él fue una ofrenda y sacrificio, para ser un aroma agradable a Dios. 3 Inmoralidad sexual o cualquier impureza o codicia sensual no deben ser mencionadas entre ustedes, pues esto es inapropiado para los santos de Dios. 4 No deben ser mencionadas obscenidades, conversaciones necias o chistes degradantes, los cuales son inapropiados. Más bien debería haber agradecimientos. 5 Pues ustedes saben y pueden estar seguros que ninguna persona sexualmente inmoral, impura o codiciosa, que es idólatra, tiene ninguna herencia en el reino de Cristo y Dios. 6 No dejen que nadie les engañe con palabras vacías. Por causa de estas cosas el enojo de Dios está llegando sobre los hijos de desobediencia. 7 Así que no sean partícipes con ellos. 8 Pues antes ustedes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor, así que caminen como hijos de luz, 9 pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad, 10 prueben y descubran lo que es agradable al Señor. 11 No participen en las obras infructuosas de la oscuridad, en su lugar, expónganlas. 12 Pues las cosas hechas por ellos en secreto, son demasiado vergonzosas para siquiera mencionarlas. 13 Todas las cosas, cuando son reveladas por la luz, quedan expuestas. 14 Pues todo lo revelado es iluminado. Por lo tanto, dice: "Despierta, tú que duermes, y levántate de los muertos y Cristo brillará en ti." 15 Por lo tanto tengan cuidado como andan, no como gente necia, sino sabia. 16 Rediman el tiempo, porque los días son malos. 17 No sean tontos, en su lugar, entiendan cuál es la voluntad de Dios. 18 Y no se emborrachen con vino, porque eso los lleva a una conducta imprudente. En lugar de esto, sean llenos del Espíritu Santo, 19 hablen a cada uno con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando y alabando al Señor con todo su corazón, 20 siempre den gracias por todas las cosas en el nombre de nuestro Señor Jesucristo a Dios el Padre, 21 sometidos unos a otros en reverencia por Cristo. 22 Esposas, sométanse a sus esposos, así como al Señor. 23 Pues el esposo es la cabeza de la esposa, así como Cristo también es la cabeza de la Iglesia, Él mismo siendo el Salvador del cuerpo. 24 Así como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las esposas deben estarlo a sus esposos en todo. 25 Esposos, amen a sus esposas como también Cristo amó la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, 26 para que Él la santifique, limpiandola por el lavamiento del agua con la palabra, 27 y así presentarse a sí mismo una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga, ni cualquier otra cosa, sino santa y sin falta. 28 Del mismo modo, los esposos deben amar a sus propias esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su propia esposa, se ama a sí mismo. 29 Nadie nunca odio su propio cuerpo, sino que lo nutre y lo trata con cuidado, así como Cristo también nutre y trata a la iglesia con cuidado, 30 pues nosotros somos miembros de Su cuerpo. 31 Por esta causa un hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, y los dos se convertirán en una sola carne. 32 Ésta es una gran verdad escondida, pero yo estoy hablando sobre Cristo y la iglesia. 33 Sin embargo, cada uno de ustedes debe amar a su mujer como a sí mismo, y la esposa debe honrar a su esposo.

Capítulo 6

1 Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor, porque esto es correcto. 2 "HONREN A SU PADRE Y MADRE" (el cual es el primer mandamiento con promesa), 3 "PARA QUE LES PUEDA IR BIEN A USTEDES, Y PUEDAN VIVIR LARGAMENTE EN LA TIERRA." 4 Y, ustedes padres, no provoquen a sus hijos a enojo. En cambio, críenlos en la disciplina e instrucción del Señor. 5 Esclavos, sean obedientes a sus amos terrenales con profundo respeto y temblor, en la honestidad de su corazón. Sean obedientes a ellos como lo serían a Cristo. 6 Sean obedientes no sólo cuando sus amos los están observando para complacerlos. En su lugar, sean obedientes como esclavos de Cristo. Hagan la voluntad de Dios desde su corazón. 7 Sirvan con todo su corazón, como si estuvieran sirviendo al Señor y no a las personas. 8 Ustedes deben saber que por cualquier buena obra que cada persona hace, él recibirá una recompensa del Señor, bien sea el esclavo o el libre. 9 Y ustedes amos, hagan las mismas cosas por sus esclavos. No los amenacen. Ustedes saben que Él, quien es tanto Amo de ustedes como de ellos, está en el cielo. Ustedes saben que no hay favoritismo con Él. 10 Finalmente, sean fuertes en el Señor y en la fuerza de Su poder. 11 Pónganse toda la armadura de Dios, para que ustedes puedan resistir contra los intrigantes planes del diablo. 12 Pues nuestra batalla no es contra carne y sangre. Sino contra gobiernos y autoridades espirituales y gobernadores del reino de la malvada oscuridad, contra los espíritus malignos en lugares celestiales. 13 Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que ustedes puedan ser capaces de permanecer firmes contra el mal en este tiempo de maldad. Después que hayan hecho todo, ustedes permanecerán firmes. 14 Por lo tanto, permanezcan firmes, con el cinturón de verdad puesto en su cintura y puesta la coraza de justicia y 15 con sus pies calzados con la preparación que trae la proclamación del evangelio de paz. 16 En toda circunstancia tomen el escudo de fe, por el cual ustedes serán capaces de apagar las flechas llameantes del maligno. 17 Y tomen el casco de salvación y la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios. 18 Con cada oración y petición, orando en todo tiempo en el Espíritu. Con este pensamiento, siempre estén vigilantes con toda perseverancia mientras ofrecen sus oraciones por todos los santos. 19 Y oren por mí, para que el mensaje me sea dado cuando yo abra mi boca. Oren para que yo pueda dar a conocer con audacia la verdad escondida respecto al evangelio. 20 Es por el evangelio que yo soy embajador en cadenas, para que en esto yo pueda hablar audazmente, como yo debo hablar. 21 Tíquico, el hermano amado y fiel siervo en el Señor, les hará saber a ustedes todas las cosas, para que ustedes sepan como me va. 22 Yo lo he enviado a ustedes para este propósito, para que ustedes puedan saber cómo estamos y para que él pueda consolar sus corazones. 23 Que la paz sea con los hermanos, y amor con fe, de Dios el Padre y el Señor Jesucristo. 24 Que la gracia sea con todos aquellos quienes aman a nuestro Señor Jesucristo con un amor que nunca muere.

Filipenses
Filipenses
Capítulo 1

1 Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los separados en Cristo Jesús que están en Filipos, con los ancianos y los diáconos. 2 La gracia sea con ustedes y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 3 Le doy gracias a mi Dios en cada recuerdo de ustedes. 4 Siempre en todas mis oraciones por todos ustedes, es con gozo que hago mi oración. 5 Yo doy gracias por el compañerismo de ustedes en el evangelio desde el primer día hasta ahora. 6 Estoy confiado de esto, que Aquel que comenzó un buen trabajo en ustedes continuará hasta completarlo hasta el día de Jesucristo. 7 Es bueno que yo me sienta de esta manera acerca de todos ustedes porque los tengo en mi corazón. Todos ustedes han sido mis compañeros en la gracia, tanto en mi encarcelamiento, mi defensa y confirmación del evangelio. 8 Porque Dios es mi testigo, de cuánto los añoro a todos ustedes con la compasión de Cristo Jesús. 9 Yo estoy orando así: que el amor de ustedes abunde más y más en conocimiento y en todo entendimiento, 10 para que ustedes puedan aprobar excelente, y así puedan ser sinceros e inocentes en el día de Cristo, 11 llenos con el fruto de la justicia que viene por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. 12 Ahora yo quiero que ustedes sepan, hermanos, que lo que me ha pasado realmente ha servido para adelantar el evangelio. 13 Como resultado, mis cadenas en Cristo salieron a la luz ante toda la guardia del palacio y ante todos los demás. 14 Casi todos los hermanos tienen mucha más confianza en el Señor por causa de mis cadenas, y tienen valor para hablar sin miedo la palabra. 15 Algunos a la verdad hasta proclaman a Cristo por envidia y contienda, y también otros de buena voluntad. 16 Los últimos lo hacen por amor, sabiendo que yo estoy puesto aquí por la defensa del evangelio. 17 Pero los primeros proclaman a Cristo por ambiciones egoístas y no sinceramente. Ellos piensan que me pueden afligir mientras me encuentro en cadenas. 18 ¿Entonces qué? Solo que, de todos modos, si con pretensiones o en verdad, Cristo es proclamado, y en esto yo me regocijo. Sí, yo me regocijaré, 19 pues yo sé que esto resultará en mi liberación mediante las oraciones de ustedes y la ayuda del Espíritu de Jesucristo. 20 Es de acuerdo con mi ansiosa expectativa y esperanza certera en que yo no seré de ninguna manera avergonzado, y aún más, con toda audacia, ahora como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo, sea para vida o para muerte. 21 Pues para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. 22 Pero si yo he de vivir en la carne, eso significa trabajo fructífero para mí. Entonces, ¿cuál escojo? No sé. 23 Pues estoy muy presionado entre ambas alternativas. Mi deseo es partir y estar con Cristo, lo cual es mucho mejor. 24 Sin embargo, permanecer en la carne es más necesario por el bien de ustedes. 25 Estando convencido de esto, yo sé que permaneceré y continuaré con todos ustedes, para su progreso y gozo en la fe. 26 Para que en mí ustedes puedan tener mayores razones para jactarse en Cristo Jesús cuando yo vuelva a ustedes otra vez. 27 Sólo condúzcanse de manera digna del evangelio de Cristo, para que si yo voy a verlos o estoy ausente, pueda escuchar acerca de ustedes, que permanecen firmes en un espíritu, en un mismo pensamiento, esforzándose juntos por la fe del evangelio. 28 No estén asustados de ninguna manera de aquellos que son sus oponentes. Esto es una señal para ellos de su destrucción, pero, de la salvación de ustedes, y esto proviene de Dios. 29 Porque esto se les ha sido concedido a ustedes, por amor a Cristo; no sólo creer en Él, sino también sufrir por amor a Él, 30 teniendo el mismo conflicto que vieron en mí, y ahora oyen de mí.

Capítulo 2

1 Si hay algún aliento en Cristo, si algún consuelo de Su amor, si hay algún compañerismo del Espíritu, si hay algunas tiernas misericordias y compasiones, 2 entonces hagan completo mi gozo pensando igual, teniendo el mismo amor, estando unidos en espíritu, y teniendo el mismo propósito. 3 No hagan nada por egoísmo o vanagloria vacía. Por lo contrario, con humildad consideren a los demás como mejores que ustedes. 4 Cada uno de ustedes debe tener cuidado no solo de sus propias necesidades, sino también por las necesidades de otros. 5 Piensen en la manera que también hubo en Cristo Jesús. 6 El existía en la forma de Dios, pero no consideró Su igualdad con Dios como algo a que aferrarse. 7 Por lo contrario, Él se vació a sí mismo. Él tomó la forma de un siervo. Él apareció en la semejanza de los hombres. Él fue hallado en apariencia como un hombre. 8 Él se humilló a Sí mismo y se hizo obediente hasta el punto de la muerte, ¡aún la muerte de cruz! 9 Por lo tanto, Dios también lo exaltó hasta lo sumo. Él le dio el nombre que es sobre todo nombre. 10 Él hizo esto para que en el nombre de Jesús toda rodilla se doble, las rodillas de aquellos en el cielo, sobre la tierra y debajo de la tierra. 11 Él hizo esto para que toda lengua confesara que Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios el Padre. 12 Así entonces, mis amados, así como ustedes siempre obedecen, no solo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia, trabajen por su propia salvación con temor y temblor. 13 Pues es Dios quien está trabajando en ustedes tanto para que deseen como para que trabajen por Su buena voluntad. 14 Hagan todas las cosas sin quejarse y sin discutir. 15 Actúen de esta manera para que sean impecables y honestos, hijos de Dios sin manchas. Actúen de esta manera para que brillen como luces en el mundo, en medio de una torcida y depravada generación. 16 Agárrense fuertemente a la palabra de vida, para que yo tenga razones para gloriarme en el día de Cristo. Pues entonces sabré que no corrí en vano, ni en vano fue mi labor. 17 Pero aún si yo fuera derramado como una ofrenda sobre el sacrificio y servicio de la fe de ustedes, yo me regocijo, y me regocijo con todos ustedes. 18 De la misma manera, ustedes también regocíjense, y regocíjense conmigo. 19 Espero en el Señor Jesús enviarles pronto a Timoteo, para que también yo sea alentado cuando conozca las cosas acerca de ustedes. 20 Pues no tengo a nadie más con la misma actitud, quien realmente esté preocupado por ustedes. 21 Porque todos ellos buscan sus propios intereses, no las cosas de Jesucristo. 22 Pero ustedes conocen su valor, porque, así como un niño sirve a su padre, así él sirvió conmigo en el evangelio. 23 Por tanto, yo espero enviarlo tan pronto vea cómo irán las cosas conmigo. 24 Pero estoy confiado en el Señor que también yo mismo iré pronto. 25 Pero yo pienso que es necesario enviarles de vuelta a Epafrodito. Él es mi hermano y compañero de trabajo y compañero de milicia, y mensajero de ustedes y siervo para mis necesidades. 26 Porque él estuvo muy afligido y deseaba estar con todos ustedes, pues ustedes oyeron que él estaba enfermo. 27 Pues ciertamente él estuvo tan enfermo que casi muere. Pero Dios tuvo misericordia de él, y no sólo de él, sino también de mí, para que yo no tuviera tristeza sobre tristeza. 28 Así que es con aún más entusiasmo que lo estoy enviando, para que cuando ustedes lo vean de nuevo, se regocijen y yo estaré más libre de ansiedad. 29 Reciban a Epafrodito en el Señor con todo gozo. Honren a las personas como él. 30 Pues fue por la obra de Cristo que él estuvo cerca de la muerte. Él arriesgó su vida para servirme y completar lo que ustedes no podían hacer en servicio para mí.

Capítulo 3

1 Finalmente, mis hermanos, regocíjense en el Señor. Para mí escribirles las mismas cosas otra vez no es molestia. Estas cosas los mantendrán seguros. 2 Cuidado con los perros. Cuidado con los trabajadores malvados. Cuidado con la mutilación. 3 Pues nosotros somos la circuncisión. Somos nosotros los que adoramos por el Espíritu de Dios. Somos nosotros los que nos enorgullecemos en Cristo Jesús, y quienes no tenemos ninguna confianza en la carne. 4 Aun así, yo mismo podría tener confianza en la carne. Si alguno piensa que tiene confianza en la carne, yo podría tener aún más. 5 Yo fui circuncidado en el octavo día, del pueblo de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; con respecto a la ley, un fariseo. 6 En cuanto, al celo, yo perseguí la iglesia; respecto a la justicia bajo la ley, era irreprochable. 7 Pero cualesquiera cosas que fueron ganancia para mí, las consideré como pérdida por causa de Cristo. 8 De hecho, yo cuento todas las cosas como pérdidas por causa de la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor. Por Él he descartado todas las cosas. Yo las considero basura para que yo pueda ganar a Cristo 9 y ser hallado en Él. Yo no tengo una justicia mía propia por la ley. En lugar de esto, tengo la justicia que es mediante la fe en Cristo, la justicia que es de Dios basada en la fe. 10 Así que ahora yo lo quiero conocer a Él, el poder de Su resurrección y acompañarlo en sus sufrimientos. Yo quiero ser transformado en la semejanza de su muerte, 11 para que de algún modo yo pueda experimentar la resurrección de los muertos. 12 No es cierto que yo ya haya recibido estas cosas, o que yo haya llegado a estar completo. Pero sigo esforzándome, de manera que pueda alcanzar aquello por lo cual fui alcanzado por Cristo Jesús. 13 Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya alcanzado todavía. Pero hay una cosa: Yo olvido lo que está atrás y me esfuerzo por lo que está adelante. 14 Yo prosigo hacia la meta para ganar el premio del llamamiento de arriba de parte de Dios en Cristo Jesús. 15 Todos nosotros quienes somos maduros, pensemos de esta manera; y si ustedes piensan diferente sobre cualquier cosa, Dios también revelará eso a ustedes. 16 Sin embargo, lo que sea que nosotros hayamos alcanzado, aferrémonos a eso. 17 Sean imitadores de mí, hermanos. Observen de cerca a aquellos que están caminando según el ejemplo que ustedes tienen en nosotros. 18 Muchos están caminando, aquellos de quienes a menudo yo les he dicho, y que ahora les digo con lágrimas, como enemigos de la cruz de Cristo. 19 Su destino es destrucción. Pues su dios es su estómago, y su orgullo está en su vergüenza. Ellos piensan sobre cosas terrenales. 20 Pero nuestra ciudadanía está en el cielo, de donde también esperamos por un Salvador, el Señor Jesucristo. 21 Él transformará nuestros cuerpos simples en cuerpos formados como Su glorioso cuerpo, formados por el poder de Su fuerza para sujetar todas las cosas a Sí mismo.

Capítulo 4

1 Por lo tanto, mis amados hermanos a quienes añoro, mi regocijo y corona, de esta manera manténganse firmes en el Señor, amados amigos. 2 Estoy rogando a Evodia, y estoy rogando a Síntique, que sean del mismo parecer en el Señor. 3 Ciertamente, yo te suplico a ti también, mi verdadero compañero de labores; ayuda a estas mujeres. Pues ellas trabajaron conmigo esparciendo el evangelio junto a Clemente y el resto de mis compañeros trabajadores, cuyos nombres están en el Libro de la Vida. 4 Regocíjense en el Señor siempre. Nuevamente les digo, regocíjense. 5 Dejen que su amabilidad sea conocida por todas las personas. El Señor está cerca. 6 No estén ansiosos por nada. En su lugar, en todo, con oraciones y peticiones, con acciones de gracias, que sus peticiones sean conocidas por Dios, 7 y la paz de Dios, la cual excede todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. 8 Finalmente, hermanos, cualquier cosa que sea cierta, cualquier cosa que sea honorable, cualquier cosa que sea justa, cualquier cosa pura, cualquier cosa amable, cualquier cosa de buena reputación, si hay algo excelente, si hay algo que se pueda alabar, piensen en estas cosas. 9 Las cosas que han aprendido y recibido y oído y visto en mí, hagan estas cosas, y el Dios de paz estará con ustedes. 10 Yo me regocijo grandemente en el Señor porque ahora al fin ustedes han renovado su preocupación por mí. De hecho, ustedes se preocuparon por mí anteriormente, pero no hubo oportunidad para que me ayudaran. 11 No estoy diciendo esto porque yo esté en necesidad. Porque he aprendido a estar contento en todas las circunstancias. 12 Yo sé lo que es ser pobre, y también sé lo que es tener abundancia. De todas maneras y en todas las cosas he aprendido el secreto de cómo estar bien alimentado o como estar hambriento, y cómo tener abundancia o estar en necesidad. 13 Yo puedo hacer todas las cosas por medio de Aquel que me fortalece. 14 Sin embargo, ustedes hicieron bien en compartir conmigo durante mis dificultades. 15 Ustedes, filipenses, saben que en el principio del evangelio, cuando dejé Macedonia, ninguna iglesia me apoyó en el asunto de dar y recibir excepto ustedes solamente. 16 Aun cuando yo estaba en Tesalónica, ustedes me enviaron ayuda para mis necesidades más de una vez. 17 No es que yo procure la ofrenda. Por lo contrario, yo procuro el fruto que aumenta a su cuenta. 18 Yo he recibido todas las cosas, y tengo abundancia. Yo he sido bien suplido ahora que he recibido de Epafrodito las cosas que ustedes enviaron. Ellas son un dulce aroma, un sacrificio aceptable, agradable a Dios. 19 Mi Dios suplirá cada necesidad de ustedes de acuerdo con sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. 20 Ahora a nuestro Dios y Padre sea la gloria por siempre y siempre. Amén. 21 Saluden a cada creyente en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo los saludan. 22 Todos los creyentes aquí los saludan, especialmente los de la casa de César. 23 Que la gracia del Señor Jesucristo sea con su espíritu.

Colosenses
Colosenses
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1 Pablo, un apóstol de Cristo Jesús mediante la voluntad de Dios y Timoteo nuestro hermano, 2 a los creyentes y fieles hermanos en Cristo quienes están en Colosas. Gracia sea a ustedes y paz de Dios nuestro Padre. 3 Nosotros damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo y siempre oramos por ustedes. 4 Nosotros hemos escuchado de su fe en Jesucristo y del amor que tienen para todos aquellos separados para Dios. 5 Ustedes tienen este amor por causa de la expectativa confiable reservada para ustedes en el cielo. Ustedes escucharon de esta expectativa confiable antes en la palabra de verdad, el evangelio, 6 el cual ha venido a ustedes. Este evangelio está produciendo fruto y está creciendo por todo el mundo. Ha estado haciendo esto en ustedes también, desde el día que lo escucharon y aprendieron sobre la gracia de Dios en verdad. 7 Este es el evangelio como ustedes lo aprendieron de Epafras, nuestro amado consiervo, quien es un fiel siervo de Cristo en nuestro a nuestro favor. 8 Epafras nos ha hecho saber de su amor en el Espíritu. 9 Por causa de este amor, desde el día que escuchamos esto no hemos cesado de orar por ustedes. Nosotros hemos estado pidiendo que ustedes sean llenos con el conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y entendimiento espiritual. 10 Nosotros hemos estando orando para que ustedes caminen dignamente en el Señor en forma complaciente. Nosotros hemos estado orando que ustedes produzcan fruto en toda buena obra y que ustedes crezcan en el conocimiento de Dios. 11 Nosotros oramos para que ustedes sean fortalecidos en cada habilidad de acuerdo al poder de su gloria en toda perseverancia y paciencia. 12 Nosotros oramos que ustedes gozosamente den gracias al Padre, quien los ha hecho aptos para compartir la herencia de los creyentes en luz. 13 Él nos ha rescatado del dominio de la oscuridad y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo. 14 En su Hijo tenemos redención, el perdón de pecados. 15 El Hijo es la imagen del Dios invisible. Él es el primogénito de toda creación. 16 Pues por Él todas las cosas fueron creadas, aquellas en los cielos y aquellas en la tierra, las cosas visibles y las invisibles. Sean tronos, dominios, gobiernos, autoridades, todas las cosas fueron creadas por Él y para Él. 17 Él es antes que todas las cosas, y en Él todas las cosas se sostienen juntas. 18 Y Él es la cabeza del cuerpo, la iglesia. Él es el principio y el primogénito de entre los muertos, así que Él tiene el primer lugar entre todas las cosas. 19 Pues Dios estaba complacido de que toda su plenitud deba vivir en Él, 20 y para reconciliar mediante el Hijo todas las cosas en sí mismo. Dios hizo la paz mediante la sangre de su cruz. Dios reconcilió todas las cosas en sí mismo, sean las cosas en la tierra o las cosas en el cielo. 21 En un tiempo, ustedes también, fueron extraños para Dios y fueron sus enemigos en mente y en malas obras. 22 Pero ahora, Él los ha reconciliado a ustedes por su cuerpo físico mediante su muerte. Él hizo esto en para poder presentarlos santos, sin culpa y sin reproche ante Él, 23 si ustedes continúan en la fe estables y firmes, sin apartarse de la expectativa de confianza en el evangelio que ustedes escucharon. Este es el evangelio que fue proclamado a toda persona creada debajo del cielo. Este es el evangelio por el cual yo, Pablo, me hice siervo. 24 Ahora yo me regocijo en mis sufrimientos por ustedes, y completo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por el bien de su cuerpo, que es la iglesia. 25 Es de esta iglesia que yo soy siervo, de acuerdo a la responsabilidad de Dios que me fue dada a mí para ustedes, para completar la palabra de Dios. 26 Esta es la verdad secreta que fue escondida por edades y por generaciones. Pero ahora esta ha sido revelada a aquellos que creen en Él. 27 Es a ellos que Dios quiso hacer conocer las riquezas de la gloria de esta verdad secreta entre los gentiles. Es que Cristo está en ustedes, la confianza de la gloria futura. 28 Este es Él a quien nosotros proclamamos. Nosotros amonestamos a toda persona con toda sabiduría, tal que nosotros presentemos a toda persona completa en Cristo. 29 Por esto yo trabajo y me esfuerzo de acuerdo a su energía que está trabajando en mí en poder.

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1 Porque yo deseo que sepan la grande lucha que he tenido por ustedes y por aquellos en Laodicea y por muchos que no me han visto cara a cara. 2 Yo trabajo para que sus corazones sean alentados por ser traídos juntos en amor y a todas las riquezas de la seguridad completa del entendimiento, en el conocimiento de la verdad secreta de Dios, que es, Cristo. 3 En Él todos los tesoros de sabiduría y conocimiento están escondidos. 4 Les digo esto para que nadie pueda engañarlos con palabras persuasivas. 5 Aunque yo no estoy con ustedes en la carne, sí lo estoy en espíritu. Yo me regocijo de ver su buen orden y la fortaleza de su fe en Cristo. 6 Así como ustedes recibieron a Cristo el Señor, caminen en Él. 7 Estén firmemente plantados en Él, sean edificados en Él, estén establecidos en la fe así como ustedes fueron enseñados y abunden en acciones de gracias. 8 Velen que nadie los capture mediante la filosofía y la falsedad vacía de acuerdo a la tradición de los hombres, conforme a los elementos del mundo, y no conforme a Cristo. 9 Porque en Él vive toda la plenitud del Dios corporal. 10 Y ustedes están completos en Él. Él es la cabeza de todo poder y autoridad. 11 En Él ustedes fueron también circuncidados con una circuncisión no hecha por humanos en la remoción del cuerpo de carne, sino en la circuncisión de Cristo. 12 Ustedes fueron enterrados con Él en el bautismo, y en Él ustedes fueron levantados mediante la fe en el poder de Dios, quien lo levantó a Él de los muertos. 13 Cuando ustedes estaban muertos en sus transgresiones y en la incircusición de su carne, Él los hizo a ustedes vivos junto con Él y nos perdonó todas nuestras transgresiones. 14 Él borró el registro escrito de deudas y las regulaciones que estaban contra nosotros. 15 Él las removió todas y las clavó en la cruz. Él desarmó los poderes y autoridades, Él hizo un espectáculo público de ellos, siendo victorioso sobre ellos por la cruz. 16 Así entonces, no permitan que nadie los juzgue a ustedes por lo que estén comiendo o bebiendo, o sobre un día festivo o luna nueva, o sobre los días del Sabat. 17 Estas son sombras de las cosas por venir, pero la sustancia es Cristo. 18 No dejen a nadie que quiere humildad y la adoración de ángeles los guíe a ustedes fuera de su premio. Tal persona entra en las cosas que ha visto y se infla por el pensamiento carnal. 19 Él no se sujeta a la cabeza. Es desde la cabeza que todo el cuerpo mediante sus coyunturas y ligamentos es nutrido y mantenido junto; este crece con el crecimiento dado por Dios. 20 Si ustedes mueren junto con Cristo a los elementos del mundo, ¿por qué ustedes viven como si estuvieran obligados al mundo: 21 "No lo cojas, no pruebes, no toques"? 22 Todas estas cosas están destinadas para corrupción con el uso, de acuerdo a las instrucciones y enseñanzas de hombres. 23 Estas reglas tienen la sabiduría de una religión hecha por sí misma y humildad y severidad del cuerpo. Pero ellas no tienen valor contra la indulgencia de la carne.

3

1 Si entonces Dios los ha levantado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la mano derecha de Dios. 2 Piensen en las cosas de arriba, no en lo que está en la tierra. 3 Pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo aparezca, quien es su vida, entonces ustedes también aparecerán con Él en gloria. 5 Mueran, entonces, a sus miembros que están sobre la tierra, inmoralidad sexual, impureza, pasión, malos deseos y codicia, lo cual es idolatría. 6 Es por estas cosas que la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia. 7 Es en estas cosas que ustedes también una vez caminaron cuando ustedes vivían en ellas. 8 Pero ahora ustedes tienen que deshacerse de todas estas cosas, ira, enojo, malas intenciones, insultos y palabras obscenas de sus bocas. 9 No se mientan el uno al otro, ya que ustedes se han despojado del viejo hombre con sus prácticas, 10 y se han puesto el nuevo hombre que ha sido hecho nuevo en el conocimiento de acuerdo a la imagen de Aquel que lo creó. 11 Esto es donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircurcisión, bárbaro, Escita, esclavo, libre, sino que Cristo es todo y está en todo. 12 Revístanse, entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, misericordiosos en todo tiempo, amables, humildes, mansos y pacientes. 13 Soportándose unos a otros. Sean afables unos con otros. Si alguno tiene alguna queja contra algún otro, perdonen en la misma manera que el Señor los ha perdonado a ustedes. 14 Por sobre todas estas cosas, tengan amor, el cual es el vínculo de la perfección. 15 Dejen que la paz de Cristo gobierne en sus corazones. Fue por esta paz que ustedes fueron llamados en un cuerpo. Y sean agradecidos. 16 Dejen que la palabra de Cristo viva en ustedes ricamente. Con toda sabiduría enseñen y amonéstense unos a otros con salmos e himnos y canciones espirituales. Canten con agradecimiento en sus corazones a Dios. 17 Y cualquier cosa que ustedes hagan, de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús. Den gracias a Dios el Padre por medio de Él. 18 Esposas, sométanse a sus esposos, como es apropiado en el Señor. 19 Esposos, amen a sus esposas, y no sean amargos en contra de ellas. 20 Niños, obedezcan a sus padres en todas las cosas, pues esto es agradable en el Señor. 21 Padres, no provoquen a sus niños, para que no sean desalentados. 22 Esclavos, obedezcan a sus amos según la carne en todas las cosas, no sirviendo para que lo vean como persona complaciente, sino con corazón sincero. Teme al Señor. 23 Cualquier cosa que hagan, trabajen desde el alma como para el Señor y no para las personas. 24 Ustedes saben que recibirán del Señor la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien Ustedes sirven. 25 Porque cualquiera que haga injusticia recibirá la pena por la injusticia que hizo y eso no hay parcialidad.

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1 Amos, denles a sus siervos lo que es correcto y justo, y sepan que ustedes también tienen un amo en el cielo. 2 Continúen firmemente en oración. Permanezcan alerta en ella en acción de gracias. 3 Oren juntos por nosotros también, para que Dios nos pueda abrir una puerta para la palabra, para hablar la verdad secreta de Cristo. Por causa de esta, yo estoy encadenado. 4 Y oren que yo pueda hacerlo de forma clara, como yo debería hablar. 5 Caminen en sabiduría hacia aquellos de afuera, y rediman el tiempo. 6 Dejen que sus palabras siempre sean con gracia. Dejen que sean sazonadas con sal, para que puedan conocer cómo ustedes deben responderle a cada persona. 7 En cuanto a las cosas referentes a mí, Tíquico se las hará saber ellos. Él es un amado hermano, un siervo fiel, y compañero en la esclavitud en el Señor. 8 Yo lo envié a ustedes por esto, para que ustedes puedan conocer los asuntos acerca de nosotros, y para que Él pueda alentar sus corazones. 9 Yo lo envié junto con Onésimo, el fiel y amado hermano, quien es uno de ustedes. Ellos les dirán todo lo que ha pasado aquí. 10 Aristarco, mi compañero de prisión, los saluda, así como Marcos, el primo de Bernabé (de quien ustedes recibieron órdenes; si él llega a ustedes, recíbanlo), 11 y también Jesús quien es llamado El Justo. Solo estos de la circuncisión (Judíos) son mis compañeros de trabajo para el reino de Dios. Ellos han sido un consuelo para mí. 12 Epafras les saluda. Él es uno de ustedes y un esclavo de Jesucristo. Él siempre lucha por ustedes en oración, para que ustedes estén completos y seguros en toda la voluntad de Dios. 13 Porque yo doy testimonio de él, que él ha trabajado duro por ustedes, por aquellos en Laodicea y por aquellos en Hierápolis. 14 Lucas, el amado médico y Demas les saludan. 15 Saluden a los hermanos en Laodicea y a Ninfa y a la iglesia que está en su casa. 16 Cuando esta carta sea leída entre ustedes, léanla también en la iglesia de Laodicea y velen que ustedes también por leer la carta de Laodicea. 17 Díganle a Arquipo, "Fíjate en el ministerio que has recibido en el Señor, para que puedas completarlo." 18 Este saludo es con mi propia mano -Pablo. Recuerden mis cadenas. La gracia esté con ustedes.

1 Tesalonicenses
1 Tesalonicenses
Capítulo 1

1 Pablo, Silvano y Timoteo a la iglesia de los Tesalonicenses en Dios el Padre y el Señor Jesucristo. Que la gracia y paz sea con ustedes. 2 Nosotros siempre le damos gracias a Dios por todos ustedes; mencionandoles a ustedes en nuestras oraciones. 3 Nosotros recordamos sin cesar, ante nuestro Dios y Padre, su obra de fe, trabajo de amor y paciencia en la confianza en un futuro en nuestro Señor Jesucristo. 4 Hermanos amados por Dios, 5 conocemos su llamado, cómo nuestro evangelio vino a ustedes no sólo en palabra, sino también en poder, en el Espíritu Santo y con convicción. De esta misma forma ustedes conocen la clase de persona que fuimos entre ustedes por el amor que le tenemos. 6 Ustedes se hicieron imitadores de nosotros y del Señor, mientras recibieron la palabra en mucha tribulación con el gozo del Espíritu Santo. 7 Como resultado, ustedes se convirtieron en ejemplo para todos los creyentes en Macedonia y Acaya. 8 Porque saliendo de ustedes, la palabra del Señor se ha escuchado, y no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todo lugar hacia donde su fe en Dios ha salido. Como resultado, nosotros ya no necesitamos decir nada. 9 Porque ellos mismos cuentan, la clase de recibimiento que tuvimos de ustedes. Ellos cuentan cómo ustedes cambiaron de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero 10 y como esperan a su Hijo desde el cielo, a quien Él levantó de los muertos, Jesús, quien nos liberó de la ira que está por venir.

Capítulo 2

1 Porque ustedes mismos saben, hermanos, que nuestra llegada a ustedes no fue inútil, 2 Ustedes saben que nosotros previamente sufrimos y fuimos tratados vergonzosamente en Filipo. Pero fuimos capaces en nuestro Dios, de hablarles a ustedes del evangelio de Dios en medio de mucho conflicto. 3 Nuestra exhortación no es por error, ni por impureza, ni por engaño. 4 Sino que, hemos sido aprobados por Dios para que nos confiara el evangelio, por esto hablamos. Hablamos, no para complacer a hombres, sino para complacer a Dios. Él es quien examina nuestros corazones. 5 Ya que nosotros en ningún momento usamos palabras para adular, como ustedes saben, ni como pretexto para codicia, Dios es nuestro testigo. 6 Ni procuramos gloria humana, de ustedes ni de otros. Nosotros podríamos haber reclamado privilegios como apóstoles de Cristo. 7 En lugar de eso, nosotros fuimos tan tiernos entre ustedes como una madre consuela a sus propios hijos. 8 Así nosotros tuvimos afecto por ustedes. Nosotros estuvimos agradecidos de compartir con ustedes, no sólo el evangelio de Dios sino nuestras propias vidas. Pues ustedes llegaron a ser muy amados para nosotros. 9 Ustedes recuerdan, hermanos, nuestra labor y esfuerzo. Nosotros trabajamos noche y día para no ser carga a ninguno de ustedes, mientras le predicamos el evangelio de Dios. 10 Ustedes son testigos, y Dios también, de cuán santo, justo e irreprochable fue nuestra conducta hacia ustedes los creyentes. 11 De la misma manera, ustedes saben que nosotros les exhortamos y los animamos a cada uno de ustedes, tal como un padre lo haría con sus propios hijos, exhortándolos, confortándolos y testificándoles 12 que ustedes deben caminar de un modo que honre a Dios, quien les llama a Su propio reino y gloria. 13 Por esta razón nosotros damos también gracias a Dios constantemente. Porque cuando ustedes recibieron el mensaje de Dios que escucharon de nosotros, ustedes lo aceptaron no como palabra humana, sino, la recibieron como verdaderamente es, la palabra de Dios. Esta es la palabra que también trabaja entre ustedes los que creen. 14 Porque ustedes, hermanos, se convirtieron en imitadores de las iglesias de Dios que están en Judea en Cristo Jesús. Ustedes también sufrieron las mismas cosas de sus propios compatriotas, como ellos lo padecieron de los judíos. 15 Fueron los judíos quienes asesinaron tanto al Señor Jesús como a los profetas. Fueron los judíos quienes nos expulsaron. Ellos no agradan a Dios. Sino que son hostiles a toda la gente. 16 Ellos nos prohíben hablar a los gentiles para que sean salvos. El resultado es que ellos siempre se llenan de sus pecados hasta el límite. Pero la ira les alcanzará al final. 17 Nosotros, hermanos, fuimos separados de ustedes por un breve tiempo, en presencia, no de corazón. Nosotros estábamos ansiosos por el deseo de ver sus rostros. 18 Porque deseábamos llegar a ustedes, de hecho, yo mismo Pablo, una y otra vez, pero Satanás nos lo impidió. 19 Porque ¿cuál es nuestra confianza para el futuro, o gozo, o corona de gloria, delante de nuestro Señor Jesús en su venida? ¿No son ustedes como los demás? 20 Porque ustedes son nuestra gloria y nuestro gozo.

Capítulo 3

1 Entonces, cuando ya no podíamos resistir, pensamos que era bueno que nos dejaran atrás, solos en Atenas. 2 Enviamos a Timoteo, nuestro hermano y ministro de Dios en el evangelio de Cristo, para fortalecerlos y consolarlos respecto a su fe. Hicimos esto para que nadie fuera perturbado por estas aflicciones. 3 Pues ustedes saben que para esto fuimos elegidos. 4 Verdaderamente, cuando estábamos con ustedes, le dijimos de antemano que estábamos prontos a sufrir aflicción, y eso pasó, como ya saben. 5 Por esta razón, cuando ya no pude soportarlo, envié a Timoteo para poder saber acerca de su fe. Quizás el tentador los hubiera tentado y nuestra labor hubiese sido en vano. 6 Pero Timoteo vino a nosotros de parte de ustedes y nos trajo buenas noticias de su fe y amor. Nos dijo que ustedes siempre tienen buenas memorias de nosotros, y que ustedes desean vernos tanto como nosotros deseamos verlos a ustedes. 7 Por esto, hermanos, fuimos consolados por ustedes por medio de su fe, en toda nuestra angustia y aflicción. 8 Por ahora nosotros vivimos, si ustedes se mantienen firmes en el Señor. 9 ¿Qué gracias podemos nosotros darle a Dios por ustedes, por toda la alegría que tenemos delante de nuestro Dios sobre ustedes? 10 Noche y día nosotros oramos muy fuerte que podamos ver sus caras y proveer lo que está faltando en su fe. 11 Que el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesús, dirija nuestro camino hacia ustedes. 12 Que el Señor haga que el amor crezca y abunde entre unos y otros y hacia toda la gente, como nosotros a ustedes. 13 Que Él haga esto para fortalecer sus corazones libres de culpa en santidad ante nuestro Dios y Padre, en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos.

Capítulo 4

1 Finalmente hermanos, les animamos y exhortamos en el Señor Jesús, que, así como recibieron instrucciones de nosotros mismos sobre cómo deben caminar y agradar a Dios, así como están caminando, háganlo aún más. 2 Porque ustedes conocen las instrucciones que les entregamos a través del Señor Jesús. 3 Ésta es la voluntad de Dios: la santificación de ustedes, que se abstengan de la inmoralidad sexual; 4 que cada uno de ustedes sepa poseer a su propia esposa en santidad y honor. 5 No tengan a sus esposas en pasiones lujuriosas (como los gentiles que no conocen a Dios). 6 Que ningún hombre transgreda y haga el mal a su hermano en este asunto. Porque el Señor es vengativo en todas estas cosas, como también les advertimos y testificamos. 7 Dios no nos llamó a nosotros a impureza, sino a santidad. 8 Por lo tanto, aquél que rechaza esto no rechaza a las personas, sino a Dios, quien entrega su Espíritu Santo a ustedes. 9 Respecto al amor fraternal no tienen necesidad de que nadie les escriba a ustedes, porque ustedes mismos han sido enseñados por Dios a amarse unos a otros. 10 En efecto, ustedes lo hacen con todos los hermanos que están en toda Macedonia. Pero nosotros le exhortamos a ustedes, hermanos, que lo hagan aún más. 11 Nosotros también les exhortamos a que aspiren a vivir tranquilos, preocúpense de sus propios negocios y trabajen con sus manos, así como les ordenamos. 12 Hagan esto para que puedan caminar propiamente en respeto con aquellos que están fuera de la fe, para que ustedes no tengan necesidad de nada. 13 Nosotros no queremos que malentiendan, hermanos, acerca de los que duermen, para que ustedes no se entristezcan como el resto que no tienen certeza del futuro. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó nuevamente, así Dios traerá con Jesús aquellos que han dormido en Él. 15 Nosotros les decimos esto por la palabra del Señor, que nosotros que estamos vivos, aquellos que quedan hasta la venida del Señor, seguramente no van a preceder aquellos que han dormido. 16 El Señor mismo descenderá del cielo. Él vendrá con un grito, con la voz del arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. 17 Entonces nosotros los que estemos vivos, los que quedemos, estaremos junto con ellos, alcanzándolos en las nubes, para encontrarnos con el Señor en el aire. Para así estar siempre con el Señor. 18 Por lo tanto, aliéntense unos a otros con estas palabras.

Capítulo 5

1 Ahora sobre los tiempos y las estaciones, hermanos, ustedes no tienen necesidad de que nada se les escriba. 2 Porque ustedes mismos saben perfectamente que el día del Señor viene como un ladrón en la noche. 3 Cuando ellos digan: "Paz y seguridad", entonces destrucción repentina vendrá sobre ellos. Cómo los dolores de parto en una mujer embarazada. Ellos de ninguna forma escaparan. 4 Pero ustedes, hermanos, no están en la oscuridad para que ese día los alcance como un ladrón. 5 Porque todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día. Nosotros no somos hijos de la noche o de la oscuridad. 6 Pues entonces, no vayamos a dormir como los demás. Más bien, vamos a mantener vigilia y sobriedad. 7 Porque los que duermen lo hacen de noche, y los que se embriagan lo hacen en la noche. 8 Pero como somos hijos del día, estemos sobrios. Pongámonos una coraza de fe y amor por casco, la certeza de una futura salvación. 9 Porque Dios no nos destinó para la ira, sino para obtener la salvación mediante nuestro Señor Jesucristo. 10 Él es quien murió por nosotros para que así, aunque estemos despiertos o dormidos, pudiéramos vivir junto a Él. 11 Por esto consuélense unos a los otros y edifíquense unos a los otros, tal como ya lo hacen. 12 Les pedimos, hermanos, reconozcan a aquellos que trabajan entre ustedes y quienes están sobre ustedes en el Señor, quienes los exhortan. 13 También les pedimos que los consideren altamente amados por su trabajo. Estén en paz entre ustedes. 14 Los exhortamos, hermanos: adviertan a los desordenados, alienten a los desalentados, apoyen a los débiles, tengan paciencia con todos. 15 Velen que ninguno devuelva mal con mal a nadie. Al contrario, siempre esfuércense por lo que sea bueno para los otros y para todos. 16 Alégrense siempre. 17 Oren sin cesar. En todo den gracias. 18 Porque esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús para ustedes. 19 No apaguen el Espíritu. 20 No desprecien las profecías. 21 Prueben todas las cosas. Retengan de lo que sea bueno. 22 Eviten todo tipo de maldad. 23 Que el mismo Dios de paz los santifique completamente. Que todo tu espíritu, alma y cuerpo esté preservado sin culpa para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es el que te llama, quien lo hará también. 25 Hermanos, oren también por nosotros. 26 Reciban a todos sus hermanos con un beso santo. 27 Les pido por el Señor que esta carta sea leída a todos los hermanos. 28 Que la gracia de Nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes.

2 Tesalonicenses
2 Tesalonicenses
Capítulo 1

1 Pablo, Silvano, y Timoteo, a la iglesia de los Tesalonicenses en Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo. 2 Que la gracia sea con ustedes y la paz de Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo. 3 Debemos dar gracias a Dios siempre por ustedes, hermanos. Pues es apropiado, porque su fe está creciendo mucho, y el amor de cada uno de ustedes los une hacia el otro. 4 Así nosotros mismos hablamos orgullosamente sobre ustedes entre las iglesias de Dios. Nosotros hablamos de su paciencia y fe en todas sus persecuciones. Nosotros hablamos de las aflicciones que ustedes soportan. 5 Ésta es una señal del juicio justo de Dios. El resultado es que ustedes serán considerados dignos del reino de Dios, por el cual ustedes sufren. 6 Porque de hecho, es justo para Dios devolver aflicción a aquellos a quienes los afligen, 7 y aliviarlos a ustedes que son afligidos como nosotros, cuando el Señor Jesús se revele desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en llamas de fuego, tomando venganza en aquellos que no conocen a Dios y en aquellos que no obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús. 9 Ellos sufrirán el castigo de la eterna destrucción, lejos de la presencia del Señor y de la gloria de Su poder. 10 Él hará esto cuando Él venga en ese día, para ser glorificado por su pueblo, para ser maravillado por todos aquellos quienes creyeron, porque nuestro testimonio fue creído por ustedes. 11 Por esto nosotros también oramos continuamente por ustedes. Oramos para que nuestro Dios los considere dignos de su llamamiento. Oramos para que cumpla todo deseo de bondad y toda obra de fe con poder. 12 Oramos estas cosas para que el nombre de nuestro Señor Jesús pueda ser glorificado en ustedes. Oramos para que ustedes sean glorificados por Él, por causa de la gracia de nuestro Dios y el Señor Jesucristo.

Capítulo 2

1 Ahora con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestro encuentro junto a Él, nosotros les solicitamos, hermanos, 2 que ustedes no sean fácilmente perturbados ni preocupados, sea por espíritu, por mensaje, o por carta como si viniera de nosotros, acerca de que el día del Señor ya ha venido. 3 No permitan que nadie les engañe en modo alguno. Pues no vendrá hasta después que venga la caída, y el hombre del pecado sea revelado, el hijo de la destrucción. 4 Éste es quien se opone y se exalta a sí mismo en contra de todo lo que se llama Dios o lo que es adorado. De manera que, se sienta en el templo de Dios y se muestra a sí mismo como Dios. 5 ¿No recuerdan que cuando yo estaba con ustedes les dije estas cosas? 6 Ahora ustedes saben lo que lo detiene, para que él sea revelado sólo en el tiempo exacto. 7 Porque el misterio del desorden está ya trabajando, sólo hay Uno quien lo restringe ahora hasta que él sea sacado del camino. 8 Entonces el hombre del pecado será revelado, a quien el Señor Jesús matará con el soplo de Su boca. El Señor lo convertirá en nada por la revelación de Su venida. 9 La venida del hombre de pecado será debido a la obra de Satanás, con todo poder, señales y falsas maravillas, 10 y con toda clase de maldad que engañan a aquellos que están pereciendo, porque ellos rechazaron el amor de la verdad para poder ser salvados. 11 Por este motivo Dios está enviándoles un poderoso engaño para que ellos crean una mentira, 12 y así todos ellos sean condenados, aquellos que no creyeron en la verdad, sino que se complacieron en la injusticia. 13 Pero nosotros siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados del Señor. Pues Dios les escogió a ustedes como los primeros frutos de salvación en santificación del Espíritu y creer en la verdad. 14 Él les llamó por medio de nuestro evangelio para así ustedes obtener la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 15 Así entonces, hermanos, permanezcan firmes y retengan las tradiciones que les fueron enseñadas, sea mediante palabra o por nuestra carta. 16 Ahora, que nuestro Señor Jesucristo mismo, y Dios nuestro Padre, que nos amó y nos dio eterno consuelo y buena esperanza mediante la gracia, 17 consuele y fortalezca sus corazones en toda buena obra y palabra.

Capítulo 3

1 Ahora, hermanos, oren por nosotros, para que la palabra del Señor sea esparcida rápidamente y sea glorificada, así como lo fue con ustedes. 2 Oren para que podamos ser liberados de las personas perversas y malvadas, pues no todos tienen fe. 3 Pero el Señor es fiel, quien les establecerá y guardará del maligno. 4 Nosotros tenemos confianza en el Señor en cuanto a ustedes, que ustedes hacen y continuarán haciendo las cosas que nosotros le ordenamos. 5 Que el Señor dirija sus corazones al amor de Dios y a la perseverancia en Cristo. 6 Ahora les ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que ustedes eviten a todo hermano que viva ociosamente, no de acuerdo a las tradiciones que ustedes recibieron de nosotros. 7 Pues ustedes mismos saben que es propio para ustedes imitarnos. Nosotros no vivimos entre ustedes como alguien que no tenía disciplina. 8 Y no comimos la comida de nadie sin pagar por ella. En su lugar, trabajamos noche y día en trabajos difíciles y con esfuerzo, para no ser una carga a ninguno de ustedes. 9 Hicimos esto, no porque no tenemos autoridad. Al contrario, hicimos esto para ser un ejemplo a ustedes, para que así ustedes puedan imitarnos. 10 Cuando estuvimos con ustedes les ordenamos: "Si alguno no quiere trabajar, él no debería comer". 11 Porque nosotros escuchamos que algunos entre ustedes caminan ociosamente. Ellos no trabajan pero en su lugar son entrometidos. 12 Ahora nosotros les ordenamos a esos y les exhortamos en el Señor Jesucristo, que deben trabajar silenciosamente y comer su propia comida. 13 Pero ustedes, hermanos, no se desanimen en hacer lo que es correcto. 14 Si alguno no obedece nuestra palabra en esta carta, tomen nota de él, y no se asocien con él, para que él pueda avergonzarse. 15 No lo consideren un enemigo, pero adviértanle como a un hermano. 16 Que el mismo Dios de paz les dé paz en todo momento en sus caminos. El Señor sea con todos ustedes. 17 Éste es mi saludo, Pablo, con mi propia mano, la cual es la firma en toda carta. Así es como yo escribo. 18 Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes.

1 Timoteo
1 Timoteo
Capítulo 1

1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús de acuerdo a los mandamientos de Dios nuestro Salvador y Cristo Jesús nuestra esperanza, 2 a Timoteo, un verdadero hijo en la fe: gracia, misericordia y paz de nuestro Dios el Padre y Cristo Jesús nuestro Señor. 3 Como te rogué hacer cuando me estaba marchando a Macedonia, permanece en Éfeso para que puedas ordenarles a ciertas personas no enseñar una doctrina diferente. 4 Tampoco deben prestar atención a historias e interminables genealogías. Esto causa controversias en lugar de ayudar al plan de Dios, el cual es por fe. 5 Ahora la meta del mandamiento es el amor de un corazón puro, de una buena conciencia, y de una fe sincera. 6 Algunas personas se han desviado del camino y se han apartado de estas cosas hacía conversaciones vanas. 7 Ellos quieren ser maestros de la ley, pero no entienden lo que dicen, o en lo que insisten. 8 Pero nosotros sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente. 9 Y sabemos esto, que la ley no está hecha para los hombres justos, sino para las personas desobedientes y rebeldes, para las personas impías y pecadoras, y para aquellos sin Dios y profanos. Está hecha para ésos que matan a sus padres y madres, para asesinos, 10 para personas sexualmente inmorales, para homosexuales, para aquellos que secuestran personas para esclavizarlos, para mentirosos, para falsos testigos, y para cualquier cosa que esté en contra de la sana doctrina. 11 Esta instrucción está de acuerdo al glorioso evangelio del Dios bendito, el cual me ha sido encargado. 12 Y yo le doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor. Él me fortaleció, porque Él me consideró fiel y me colocó en el servicio. 13 Yo era un blasfemador, un perseguidor y un hombre violento. Pero recibí misericordia porque actué ignorantemente en incredulidad. 14 Pero la gracia de nuestro Señor se desbordó con fe y amor, que es en Cristo Jesús. 15 Este mensaje es confiable y digno de toda aceptación, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores. Yo soy el peor de éstos. 16 Pero por esta razón yo primeramente recibí misericordia, para que en mí, el peor, Cristo Jesús pudiera demostrar toda paciencia. Él hizo esto como un ejemplo para aquellos que fueran a creer en Él para vida eterna. 17 Ahora al rey de los siglos, el inmortal, invisible, al único Dios, sea el honor y la gloria por siempre y para siempre. Amén. 18 Yo pongo esta ordenanza ante ti, Timoteo, mi hijo. Estoy haciendo esto de acuerdo con las profecías que se hicieron previamente relacionadas a ti, para que sea posible que te comprometas en la buena batalla. 19 Hazlo para que así puedas tener fe y buena conciencia. Algunas personas han rechazado esto y han naufragado con respecto a la fe. 20 Tales como Himeneo y Alejandro, a quienes yo entregué a Satanás para que puedan ser enseñados a no blasfemar.

Capítulo 2

1 Por lo tanto primero que todo, yo les exhorto que hagan plegarias, oraciones, intercesiones, y acciones de gracias por todas las personas, 2 por los reyes y todo aquel que esté en autoridad, de manera que vivamos una vida quieta y en paz en toda piedad y dignidad. 3 Esto es bueno y aceptable ante Dios nuestro Salvador. 4 Él desea que todas las personas se salven y vengan al conocimiento de la verdad. 5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús el hombre. 6 Quien se dio a Sí mismo en rescate por todos, como testimonio en el tiempo correcto. 7 Con este propósito, yo mismo, fui hecho heraldo y apóstol. Yo estoy diciendo la verdad. No estoy mintiendo. Yo soy un maestro para los gentiles en fe y verdad. 8 Por lo tanto, yo quiero que todo hombre en todo lugar ore y levante manos santas, sin ira o discusión. 9 De igual manera, quiero que las mujeres se vistan con ropas apropiadas, con modestia y autocontrol, no deben tener peinados de lujo u oro, o perlas, o ropa costosa, 10 que ellas se vistan con lo que sea apropiado para las mujeres que profesan piedad a través de buenas obras. 11 La mujer debe aprender en silencio y con toda sumisión. 12 Yo no permito a la mujer enseñar o ejercer autoridad sobre un hombre, sino que se mantenga en silencio. 13 Porque Adán fue formado primero, luego Eva. 14 Y Adán no fue engañado, pero la mujer fue engañada por completo en transgresión. 15 Sin embargo, ella será salva por medio de dar a luz niños, si ellas continúan en fe, amor y en santificación con sensatez de mente.

Capítulo 3

1 Este dicho es digno de confianza: Si alguien desea ser un supervisor, desea un buen trabajo. 2 Por lo tanto, el supervisor debe ser irreprochable. Él tiene que ser esposo de una esposa. Él tiene que ser moderado, sensible, ordenado, hospitalario. Él tiene que ser capaz de enseñar. 3 Él no debe ser adicto al vino, ni alborotador, sino al contrario, amable, pasivo. Él no debe ser amante al dinero. 4 Él debe manejar bien su propia casa y sus hijos deben obedecerlo con todo respeto. 5 Pues si un hombre no sabe manejar bien su propia casa, ¿cómo podrá cuidar la iglesia de Dios? 6 Él no debe de ser un recién convertido, para que así él no se llene de orgullo y caiga en condenación como el diablo. 7 Él también debe tener una buena reputación con los de afuera, para que él no caiga en desgracia y en la trampa del diablo. 8 Los diáconos, igualmente, deben ser dignos, no de doble palabra. Ellos no deben beber mucho vino, y no ser codiciosos. 9 Deben mantener la verdad revelada de la fe con una conciencia limpia. 10 Deben también ser aprobados primero, luego ellos deben servir porque ellos son irreprensibles. 11 Las mujeres, de la misma manera, deben ser dignas. No deben ser calumniadoras. Deben ser moderadas y fieles en todas las cosas. 12 Los diáconos deben ser esposos de una sola esposa. Ellos tienen que manejar bien sus hijos y su hogar. 13 Porque aquellos quienes han servido bien adquieren para sí mismo una posición honrosa y una gran confianza en la fe que es en Cristo Jesús. 14 Yo te escribo estas cosas a ti y espero llegar a ti pronto. 15 Pero si me tardo, te escribo para que tu sepas cómo comportarse en la casa de Dios, la cual es la iglesia del Dios vivo, el pilar y el soporte de la verdad. 16 Y es indiscutible que la verdad revelada de la piedad es grande: "Él apareció en la carne, fue justificado por el Espíritu, visto por los ángeles, fue proclamado entre las naciones, fue creído en el mundo y fue tomado en gloria"

Capítulo 4

1 Ahora, el Espíritu claramente dice que en los tiempos postreros algunas personas dejarán la fe y prestarán atención a falsos espíritus, a las enseñanzas de demonios y 2 en mentiras hipócritas. Sus propias conciencias serán cauterizadas. 3 Ellos prohibirán casarse y recibir comidas que Dios creó para compartir con acción de gracias entre los creyentes quienes vinieron a conocer la verdad. 4 Porque todo lo creado por Dios es bueno, y nada que tomemos con acción de gracias debe ser rechazado. 5 Porque es dedicado por medio de la Palabra de Dios y de la oración. 6 Si tú presentas estas cosas ante los hermanos, serás un buen siervo de Jesucristo. Porque estás siendo nutrido por las palabras de la fe y por la buena enseñanza que has seguido. 7 Pero rechaza las historias profanas amadas por las mujeres ancianas. Más bien, entrénate en piedad. 8 Porque el entrenamiento físico es poco útil, pero la piedad es útil para todas las cosas. Y tiene promesa para esta vida y la vida que está por venir. 9 Este mensaje es confiable y merece completa aceptación. 10 Es por esto que luchamos y trabajamos muy duro. Porque tenemos confianza en el Dios vivo, quien es el Salvador de todas las personas, pero especialmente de los creyentes. 11 Proclama y enseña estas cosas. 12 No permitas que nadie desprecie tu juventud. En cambio, sé un ejemplo para aquellos que creen, en palabra, conducta, amor, fe y pureza. 13 Hasta que yo vuelva, ocúpate en la lectura, en la exhortación y en la enseñanza. 14 No descuides el don que está en ti, que fue dado a ti a través de la profecía, con la imposición de manos de los ancianos. 15 Cuida estas cosas. Permanece en ellas, para que tu progreso sea evidente a todas las personas. 16 Presta cuidadosa atención de ti mismo y de la enseñanza. Continúa en estas cosas. Porque haciendo esto te salvarás a ti mismo y a quienes te escuchan.

Capítulo 5

1 No regañes al anciano. Más bien exhórtalo como si fuera un padre. Exhorta a los jóvenes como si fueran hermanos. 2 Exhorta a las ancianas como a madres, y las jovencitas como hermanas en toda pureza. 3 Honra a las viudas, a las verdaderas viudas. 4 Pero si una viuda tiene hijos o nietos, permite que ellos primero aprendan a mostrar honor en sus propios hogares. Permitan que recompensen a sus padres, porque esto complace a Dios. 5 Pero una verdadera viuda se ha quedado completamente sola. Ella pone su confianza en Dios. Ella siempre espera en Él con peticiones y oraciones tanto de noche como de día. 6 Sin embargo, la mujer que vive para el placer está muerta, aunque aún esté viva. 7 Predica estas cosas para que ellos puedan ser irreprochables. 8 Pero si alguno no le provee a sus propios familiares, especialmente a los de su propia casa, él ha negado la fe y es peor que un incrédulo. 9 Permite que se inscriba como viuda a la mujer que no sea menor de sesenta años, esposa de un solo esposo. 10 Ella debe ser conocida por sus buenas obras, si es que ella ha cuidado a niños, o haya sido hospitalaria con extraños, o ha lavado los pies de los creyentes, o ha aliviado al afligido, o haya sido devota a toda buena obra. 11 Pero a las viudas más jóvenes, no permitas que se inscriban en la lista. Porque cuando venga sobre ellas los deseos carnales contrarios a Cristo, ellas querrán casarse. 12 De esta manera ellas resultan culpables, porque revocan su primer compromiso. 13 Además, se acostumbrarán a ser ociosas. Ellas van de casa en casa. No sólo se vuelven ociosas, sino que también se vuelven chismosas y entrometidas. Ellas dicen cosas que no deben decir. 14 Por lo tanto, quiero que las mujeres jóvenes se casen, para que tengan hijos, administren la casa, para así no darle oportunidad alguna al adversario de acusarnos por hacer el mal. 15 Pues algunas ya se han movido al lado de Satán. 16 Si alguna mujer creyente tiene viudas entre sus familiares, permitan que ella le ayude, así la iglesia no será cargada y podrá ayudar a las verdaderas viudas. 17 Permite que los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, especialmente aquellos que trabajan con la palabra y la enseñanza. 18 Porque las Escrituras dicen: "NO PONDRÁS BOZAL AL BUEY MIENTRAS TRILLA EL GRANO" y "EL OBRERO ES DIGNO DE SU SALARIO." 19 No recibas una acusación contra algún anciano a menos que haya dos o tres testigos. 20 Corrige al pecador a la vista de todos de manera que los demás teman. 21 Yo solemnemente te ordeno delante de Dios, de Cristo Jesús, y de los ángeles escogidos, que mantengas estas reglas sin prejuicio, y que no hagas nada por favoritismo. 22 No pongas tus manos sobre alguien apresuradamente. No participes en los pecados de otra persona. Tú debes mantenerte puro. 23 No debes beber agua. En su lugar deberías tomar un poco de vino para tu estómago y tus frecuentes enfermedades. 24 Los pecados de algunas personas son abiertamente conocidos y van frente a ellos al juicio. Pero algunos siguen luego. 25 Así mismo, algunas buenas obras son abiertamente conocidas, pero incluso las otras no podrán ser ocultas.

Capítulo 6

1 Dejen que todos los que estén bajo el yugo como esclavos consideren sus propios amos como dignos de todo honor. Ellos deben hacer esto para que el nombre de Dios y la enseñanza no sea blasfemada. 2 Aquellos esclavos quienes tengan amos creyentes, no deben faltarles el respeto, porque ellos son hermanos. Por el contrario, ellos deben servirle al máximo. Porque los amos que son ayudados por su trabajo son creyentes y son amados. Enseña y declara estas cosas. 3 Supongamos que alguien les enseñe distinto y no acepta nuestras sanas palabras, estas son, las palabras de nuestro Señor Jesucristo. Supongamos que ellos no acepten la enseñanza que lleva a la piedad. 4 Esta persona es orgullosa y no sabe nada. Por el contrario, está enfermo con controversias y argumentos sobre palabras. Estas palabras resultan en envidia, contiendas, insultos, sospechas malignas, y 5 en constante conflicto entre las personas con mentes depravadas. Ellos se alejaron de la verdad. Piensan que la piedad es un medio de enriquecerse. 6 Pero la piedad con contentamiento es gran ganancia. 7 Pues nosotros no hemos traído nada a este mundo, ni tampoco podemos sacar algo de él. 8 Por el contrario, estemos satisfechos con la comida y ropa. 9 Ahora aquellos quienes quieren hacerse ricos caen en tentación, dentro de una trampa. Ellos caen dentro de muchas pasiones tontas y dañinas, y dentro de cualquier otra cosa que hace que las personas se hundan en la ruina y destrucción. 10 Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Algunas personas que lo desean se han desviado de la fe y se han traspasado ellos mismos con mucho dolor. 11 Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas. Persigue la justicia, la piedad, la fidelidad, el amor, la resistencia, y la dulzura. 12 Pelea la buena batalla de la fe. Toma mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado. Es sobre la cual diste testimonio ante muchos testigos en cuanto a lo que es bueno. 13 Yo te ordeno ante Dios, quien causa que todas las cosas vivan, y ante Cristo Jesús, quien habló lo que es la verdad a Poncio Pilato. 14 Guarda el mandamiento perfectamente, irreprochable, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo. 15 Dios revelará su aparición en el tiempo correcto. Dios, el Bendecido, el Único Poder, el Rey que reina y el Señor que gobierna. 16 Solo Él tiene inmortalidad y habita en una luz inaccesible. Ningún hombre lo ve o es capaz de verlo. A Él sea el honor y el poder eterno. Amén. 17 Diles a los ricos de este mundo que no sean orgullosos, ni tengan la esperanza en las riquezas que son inciertas. En vez de eso, ellos deben tener su esperanza en Dios. Él nos ofrece a todos nosotros la verdadera riqueza para disfrutar. 18 Diles que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, generosos, y dispuestos a compartir. 19 De esta manera, ellos acumularán para sí mismos un buen fundamento para lo que está por venir, para que ellos tomen la vida real. 20 Timoteo, protege lo que te fue dado a ti. Evita la tonta habladuría y argumentos contradictorios de lo que falsamente es llamado conocimiento. 21 Algunos hombres proclaman estas cosas y así ellos se desvían de la fe. Que la gracia esté contigo.

2 Timoteo
2 Timoteo
Capítulo 1

1 Pablo, un apóstol de Cristo Jesús a través de la voluntad de Dios, de acuerdo a la promesa de vida la cual está en Cristo Jesús, 2 para Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz de Dios el Padre y Cristo Jesús nuestro Señor. 3 Le agradezco a Dios, a quien sirvo desde mis antepasados con una conciencia pura, mientras te recuerdo constantemente en mis oraciones, de noche y día. 4 Mientras recuerdo tus lágrimas, ansío verte, y así poder estar lleno de gozo. 5 Recuerdo tu fe genuina, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y tu madre Eunice. Y estoy convencido que vive en ti también. 6 Por esta razón te recuerdo que avives el don de Dios en ti a través de la imposición de mis manos. 7 Porque Dios no nos dio un espíritu de miedo, sino uno de poder, amor y disciplina. 8 Así que no estés avergonzado del testimonio acerca de nuestro Señor, ni de mí, Pablo, su prisionero. Si no comparte el sufrimiento del evangelio de acuerdo al poder de Dios. 9 Es Dios quien nos salvó, y nos llamó con un santo llamamiento. Él hizo esto, no de acuerdo a nuestras obras, sino de acuerdo a su propio plan y gracia. Él nos dio estas cosas en Cristo Jesús antes de que los tiempos comenzaran. 10 Pero ahora la salvación de Dios ha sido revelada por la aparición de nuestro Salvador, Cristo Jesús, quien puso fin a la muerte y trajo vida e inmortalidad a la luz a través del evangelio. 11 Es por esto que fui nombrado predicador, apóstol y maestro. 12 Por esta causa yo también sufro en estas cosas. Pero no estoy avergonzado; porque lo conozco a Él, en quien he creído. Y estoy convencido que Él es capaz de guardar eso que le he encargado, hasta aquel día. 13 Mantén el modelo de las sanas palabras, las cuales escuchaste de mí, y en la fe y amor el cual es en Cristo Jesús. 14 Guarda a través del Espíritu Santo, quien vive en nosotros, lo bueno que Dios depositó en ti. 15 Tú sabes, que todos los que viven en Asia me abandonaron. En este grupo están Figelo y Hermógenes. 16 Que el Señor les conceda misericordia a la casa de Onesíforo, porque a menudo me reanimó y no estaba avergonzado de mis cadenas. 17 Por el contrario, cuando él estaba en Roma, él me buscó diligentemente, y me encontró. 18 El Señor le conceda encontrar misericordia de Él en ese día. Tú conoces muy bien de todas las formas en las que me ayudó en Éfeso.

Capítulo 2

1 Por lo tanto, hijo mío, fortalécete en la gracia que es en Cristo Jesús. 2 Y las cosas que escuchaste sobre mí entre muchos testigos, encomiéndalas a personas fieles, quienes sean capaces de enseñar a otros también. 3 Sufre dificultades conmigo, como un buen soldado de Cristo Jesús. 4 Ningún soldado sirve mientras está enredado en los asuntos de esta vida, para que así él pueda complacer a su oficial superior. 5 También, si alguien compite como atleta, él no será coronado a menos que compita por las reglas. 6 Es necesario que el labrador reciba su porción de la cosecha primero. 7 Piensa acerca de lo que estoy diciendo, para que Dios te dé entendimiento en todo. 8 Recuerda a Jesucristo, de la línea familiar de David, quien fue resucitado de entre los muertos. Esto es de acuerdo a mi mensaje del evangelio, 9 por el cual yo sufro a tal punto de ser encadenado como un criminal. Pero la palabra de Dios no está encadenada. 10 Por lo tanto, resisto todas estas cosas por aquéllos que fueron escogidos, para que también puedan obtener la salvación que es en Cristo Jesús, con gloria eterna. 11 Confiable es este dicho: "Si hemos muerto con Él, con Él también viviremos. 12 Si nosotros resistimos, también reinaremos con Él. Si nosotros le negamos, Él también nos negará. 13 Si nosotros somos infieles, Él se mantiene fiel, porque Él no puede negarse a Sí Mismo." 14 Mantente recordándoles a ellos estas cosas. Adviérteles delante de Dios a no discutir sobre palabras. Porque hacer eso no es beneficioso. Por esto es que hay destrucción sobre aquéllos que lo escuchan. 15 Haz lo mejor para presentarte a ti mismo aprobado ante Dios como un trabajador sin vergüenza. Manejando correctamente la palabra de verdad. 16 Evita el hablar profano, lo que lleva más y más a la perdición. 17 Sus palabras se difundirán como gangrena. Entre los cuales están Himeneo y Fileto. 18 Estos son hombres que se han desviado de la verdad. Ellos dicen que la resurrección ya ha sucedido. Ellos destruyen la fe de algunos. 19 Sin embargo, el fundamento firme de Dios permanece. Tiene esta inscripción: "El Señor conoce aquellos quienes son de Él," y "Todo aquel que nombra el nombre del Señor tiene que apartarse de toda maldad". 20 En una casa rica no sólo hay vasijas de oro y plata. Sino también hay vasijas de madera y arcilla. Algunas para uso honorable y algunas para uso común. 21 Si alguno se limpia a sí mismo del uso deshonroso, él es una vasija honorable. Es colocado aparte, útil para el Maestro, y preparado para toda buena obra. 22 Huye de las pasiones juveniles. Persigue la rectitud, fe, amor y paz, junto a aquellos que claman al Señor con corazones limpios. 23 Pero rechaza las preguntas tontas e ignorantes. Tu sabes que estas causan pleito. 24 El siervo del Señor no debe pelear. Por el contrario el debe ser amable ante todo, capaz de enseñar y tolerante, 25 corrigiendo a sus oponentes con gentileza. Quizás Dios les diera arrepentimiento por el conocimiento de la verdad. 26 Ellos podrían ser sobrios otra vez y salir de la trampa del diablo, habiendo estado cautivos por él y su voluntad.

Capítulo 3

1 Pero conoce esto: en los últimos días vendrán tiempos difíciles. 2 Debido a personas amantes de ellos mismos, amantes del dinero, jactanciosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impuros. 3 Ellos serán sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin autocontrol, violentos, no amantes de la verdad. 4 Ellos serán traidores, testarudos, engreídos, amantes de los placeres en vez de amantes de Dios. 5 Ellos tienen apariencia de piedad, pero negarán el poder de ésta. Aléjate de estas personas. 6 Pues algunos de ellos son hombres quienes entran en las casas y cautivan a las mujeres tontas. Estas son mujeres que están abrumadas con pecados y que se dejan llevar por diversas pasiones. 7 Estas mujeres siempre tratan de aprender, pero nunca serán capaces de venir al conocimiento de la verdad. 8 De la misma manera que Janes y Jambre se levantaron contra Moisés. De esta manera estos falsos maestros también se levantan contra la verdad. Ellos son hombres con mentes destruidas y no son aprobados en relación a la fe. 9 Pero ellos no van llegar muy lejos. Porque sus tonterías serán obvias a todos, igual como las tonterías de aquellos dos hombres. 10 Pero tú has seguido mis enseñanzas, conducta, propósito, fe, padecimiento, amor, paciencia, 11 persecuciones, sufrimientos, y lo que me pasó en Antioquía, en Iconio y en Listra. He resistido tales persecuciones. He salido de todas ellas, el Señor me salvó. 12 Todo aquél que quiere vivir en una manera santa en Cristo Jesús será perseguido. 13 Gente malvada e impostora se volverán aún peor. Ellos guían a otros a la perdición. Ellos mismos son llevados a la perdición. 14 Pero concerniente a ti, continúa en las cosas que has aprendido y que firmemente has creído. Tu conoces de quién has aprendido. 15 Tú sabes que desde tu infancia has conocido las sagradas escrituras. Estas son capaces de hacerte sabio para salvación a través de la fe que es en Cristo Jesús. 16 Toda la escritura ha sido inspirada por Dios. Es provechosa para la doctrina, para la convicción, para la corrección, y para el entrenamiento en rectitud. 17 Esto es para que el hombre de Dios sea competente, equipado para toda buena obra.

Capítulo 4

1 Yo doy este mandato solemne en presencia de Dios y de Cristo Jesús, quien está por juzgar al vivo y al muerto, y a causa de Su aparición y Su reino. 2 Predica la palabra. Está listo cuando sea conveniente y cuando no. Reprende, censura, exhorta, con toda paciencia y enseñanza. 3 Porque el tiempo llegará cuando las personas no soporten el sonido de la enseñanza. En cambio, se rodearán de maestros quienes enseñarán de acuerdo a su propia lujuria. De esta manera tendrán comezón en sus oídos. 4 Apartaran sus oídos de la verdad, y se volverán a los mitos. 5 Pero tú, sé de mente sobria en todas las cosas. Sufre dificultades, haz el trabajo de evangelista, cumple tu ministerio. 6 Porque yo estoy siendo derramado. El tiempo de mi partida ha llegado. 7 He peleado la buena batalla, he terminado la carrera; he conservado la fe. 8 La corona de justicia ha sido reservada para mí, la corona que el Señor, el juez justo, me dará en aquel día. Y no solamente a mí, sino también a todos aquellos quienes han amado Su aparición. 9 Haz tu mejor esfuerzo por venir a mí rápidamente 10 Porque Demas me ha abandonado. Él ama este mundo presente y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito fue a Dalmacia. 11 Solamente Lucas está conmigo. Consigue a Marco y tráelo contigo porque él me es útil en la obra. 12 A Tíquico lo envié a Éfeso. 13 La capa que dejé en Troas con Carpo, tráela cuando vengas, y los libros, especialmente los pergaminos. 14 Alejandro, el artesano de cobre, demostró mucha mala voluntad hacia mí. El Señor le devolverá de acuerdo a sus obras. 15 Tú también debes cuidarte de él, porque él se mantuvo muy en contra de nuestras palabras. 16 En mi primera defensa, nadie se mantuvo conmigo. Sino que todo el mundo me dejó. Que a ninguno eso le sea contado en su contra. 17 Pero el Señor se mantuvo a mi lado y me fortaleció para que, a través de mí, la proclamación pudiera ser totalmente completada y que todos los gentiles pudieran escuchar. Fui rescatado de la boca del león. 18 El Señor me rescatará de toda obra maligna y me salvará para Su reino celestial. A Él sea la gloria por siempre y para siempre. Amén. 19 Saluda a Prisca, Aquila, y a la casa de Onesíforo. 20 Erasto permaneció en Corinto, pero a Trófimo lo dejé enfermo en Mileto. 21 Haz tu mejor esfuerzo por venir antes del invierno. Eubulo te saluda, también Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos. Que el Señor esté con tu espíritu. 22 Que la gracia esté con ustedes. 5

Tito
Tito
Capítulo 1

1 Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, según la fe del pueblo escogido de Dios y el conocimiento de la verdad que concuerda con la piedad, 2 con la esperanza de la vida eterna que Dios, quien no miente, prometió desde antes de todos los tiempos. 3 En el momento adecuado, Él reveló Su palabra a través de la proclamación a la cual me ha sido confiada de acuerdo al mandato de Dios nuestro Salvador. 4 A Tito, un verdadero hijo en nuestra fe común. Gracia y paz de Dios el Padre y de Cristo Jesús nuestro Salvador. 5 Para este propósito te dejé en Creta, para que pusieras en orden las cosas que no han sido completadas y nombres ancianos en cada ciudad como te instruí. 6 Un anciano debe ser irreprensible, esposo de una sola mujer, con hijos fieles, que no sean acusados de ser malos o indisciplinados. 7 Es necesario que el obispo, como administrador de la casa de Dios, sea irreprensible. No debe ser escandaloso o desenfrenado. No se debe enojar fácilmente, ni ser un borracho, ni un alborotador, ni un codicioso. 8 En su lugar, debe ser hospitalario, amigo de lo que es bueno. Debe ser sensible, justo, piadoso y tener dominio propio. 9 Debe aferrarse fuertemente al mensaje confiable que le fue enseñado, de modo que él pueda motivar a otros con sana enseñanza y corregir a aquellos que se le oponen. 10 Porque hay muchas personas rebeldes, especialmente aquellos de la circuncisión. Sus palabras no tienen valor. Ellos engañan y guían a las personas en la dirección equivocada. 11 Es necesario detenerlos. Ellos enseñan lo que no deberían enseñar por ganancias deshonestas y dividen familias enteras. 12 Uno de ellos de sus propios profetas, dijo: "Los Cretenses son siempre mentirosos, bestias malvadas, glotones ociosos." 13 Esta declaración es verdadera. Así que corrígelos severamente para que puedan estar firmes en la fe, 14 no prestando atención a falsas creencias judías o a mandamientos de hombres que se desvían de la verdad. 15 Para aquellos que son puros, todas las cosas son puras. Pero para aquellos que son corruptos e incrédulos, nada es puro, porque sus mentes y conciencias han sido manchadas. 16 Ellos profesan conocer a Dios, pero lo niegan por sus obras. Son detestables, desobedientes y están desaprobados para cualquier buena obra.

Capítulo 2

1 Pero tú, habla lo que esté de acuerdo con la fiel instrucción. 2 Los ancianos deben ser moderados, dignos, sensibles, firmes en la fe, el amor y la perseverancia. 3 Las ancianas también deben presentarse a sí mismas como reverentes, no chismosas. No deben ser esclavas a mucho vino. Deben enseñar lo que es bueno 4 y enseñar a las mujeres más jóvenes a amar sensiblemente a sus propios esposos e hijos. 5 Deben enseñarles a ser sensibles, puras, buenas amas de casa y obedientes a sus propios esposos. Ellas deben hacer estas cosas para que la Palabra de Dios no sea blasfemada. 6 De la misma manera, exhorta a los hombres más jóvenes a ser sensibles. 7 En todas las cosas preséntate como un modelo de buenas obras; y cuando enseñes, muestra integridad y dignidad. 8 Habla un mensaje que sea saludable e irreprensible, para que cualquiera que se oponga sea puesto en vergüenza, porque no tiene nada malo que decir de nosotros. 9 Los esclavos deben ser sumisos a sus amos en todo, para complacerlos y no discutir con ellos, 10 no deben robarles, por el contrario, deben mostrar toda buena fe, para que en toda manera puedan dar crédito a la enseñanza acerca de Dios nuestro Salvador. 11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación de todas las personas. 12 Ella nos enseña a rechazar la impiedad y las pasiones mundanas, a vivir de forma autocontrolada, recta, y piadosa en esta época, 13 mientras miramos adelante para recibir nuestra bendita esperanza, la aparición de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. 14 Jesús se entregó a Sí mismo por nosotros para redimirnos de todo desorden y purificar, para Sí mismo a personas especiales quienes estén deseosas de hacer buenas obras. 15 Habla sobre estas cosas, exhorta a las personas a hacerlas y corrige con toda autoridad. No permitas que nadie te menosprecie.

Capítulo 3

1 Recuérdales someterse a los gobernantes y autoridades, obedecerles y para estar listos para toda buena obra, 2 que no insulten a nadie, ni sean pendencieros, sino amables, mostrando humildad a todas las personas. 3 Porque una vez nosotros mismos fuimos desconsiderados y desobedientes, extraviados y esclavizados por varias pasiones y placeres, vivíamos en maldad y envidia, éramos detestables y nos odiábamos unos a otros. 4 Pero cuando la bondad de Dios nuestro Salvador y Su amor por la humanidad apareció, 5 no fue por obras de justicia que nosotros hicimos, sino por su misericordia que Él nos salvó, a través del lavado del nuevo nacimiento y renovación por el Espíritu Santo, 6 el cual Dios derramó abundantemente en nosotros a través de nuestro Salvador Jesucristo, 7 así que habiendo sido justificados por Su gracia, pudiéramos ser herederos teniendo la esperanza de la vida eterna. 8 Este mensaje es muy cierto. Quiero que insistas sobre estas cosas, para que aquéllos que confían en Dios puedan mantenerse ocupados en buenas obras. Estas cosas son buenas y beneficiosas para todas las personas. 9 Pero evita debates necios y de genealogías; y contiendas y conflictos sobre la ley. Estas cosas no tienen valor ni provecho. 10 Rechaza a cualquiera que esté causando divisiones entre ustedes, después de una o dos advertencias, 11 y conoce que uno como ese se ha desviado del buen camino y está pecando y se condena a sí mismo. 12 Cuando yo te envíe a Artemas o Tíquico, apresúrate y ven a mí en Nicópolis, donde he decidido pasar el invierno. 13 Apresúrate y encamina a Zenas, el abogado y Apolos, de manera que no les falte nada. 14 Nuestra gente debe aprender a ocuparse en buenas obras que atiendan las necesidades apremiantes para que no sean infructíferos. 15 Todos esos que están conmigo te saludan. Saluda a los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos ustedes.

Filemón Filemón
Filemón Filemón
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1 Pablo, un prisionero de Cristo Jesús y Timoteo nuestro hermano, a Filemón nuestro amado hermano y compañero de trabajo, 2 y a Apia nuestra hermana, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia en tu casa: 3 Gracia a ustedes y paz de Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo. 4 Yo siempre doy gracias a mi Dios, al mencionarte en mis oraciones, 5 al escuchar de la fe que tienes en el Señor Jesús y de tu amor por todos los creyentes. 6 Yo oro para que al compartir tu fe pueda ser efectiva, para que así tengas un entendimiento completo de toda cosa buena que tenemos en Cristo. 7 Ya que he tenido mucho gozo y consuelo en tu amor, porque los corazones de los creyentes han sido confortados por ti, hermano. 8 Por lo cual, aunque he tenido toda autoridad en Cristo para ordenarte que hagas lo que debes hacer, 9 aun así por causa del amor, en vez de eso te lo estoy suplicando, siendo como soy Pablo el anciano, y ahora también prisionero por causa de Cristo Jesús. 10 Te pido con relación a mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis cadenas. 11 Porque antes él no era de beneficio para ti, pero ahora es beneficioso tanto para ti como para mí. 12 Yo, lo envío a él, quién es mi propio corazón, de regreso a ti. 13 Desearía poder quedarme con él, para que él pudiera servirme en tu lugar, mientras que estoy en cadenas por el bien del evangelio. 14 Pero no quise hacer nada sin tu consentimiento. Hice esto para que ninguna buena obra fuera hecha porque yo te forcé, sino porque tú querías hacerlo. 15 Porque la razón por la que él fue separado de ti por un tiempo era para que pudieras tenerle para siempre. 16 Ya no como un esclavo, sino más que un esclavo, como un amado hermano, especialmente para mí, y mucho más aún para ti, ambos en la carne y en el Señor. 17 Si me consideras como un compañero, recíbelo a él como me recibirías a mí. 18 Pero si él te ha hecho mal de algún modo, o te debe algo, cárgalo a mi cuenta. 19 Yo, Pablo, te escribo con mi propia mano: Yo lo pagaré, sin mencionar que tú me debes tu propia vida. 20 Sí, hermano, déjame tener gozo en el Señor de tí; refresca mi corazón en Cristo. 21 Confiando en tu obediencia, al escribirte, sabiendo que tú harás mucho más de lo que te pido. 22 Al mismo tiempo, prepara un cuarto de huéspedes para mí, porque tengo la esperanza de que a través de tus oraciones yo pueda ser capaz de visitarte pronto. 23 Epafras, mi compañero de prisiones en Cristo Jesús te saluda; 24 también lo hacen Marcos, Aristarco, Demas, Lucas y mis compañeros de trabajo. 25 Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con tu espíritu. Amén.

Hebreos
Hebreos
Capítulo 1

1 Hace tiempo Dios habló a nuestros ancestros por medio de los profetas en muchas ocasiones y de muchas maneras. 2 Pero en estos últimos días, Él nos ha hablado por medio de un Hijo, a quien Él designó para ser heredero de todas las cosas. Es por medio de Él que Dios también hizo el universo. 3 Él es el resplandor de la gloria de Dios, el mismo carácter de Su esencia. Él incluso sostiene todas las cosas unidas por la palabra de Su poder. Luego que Él hubo hecho limpieza de pecados, se sentó a la mano derecha de la Majestad en las alturas. 4 Él se ha convertido igual de superior a los ángeles, así como el nombre que Él ha heredado es más excelente que el nombre de ellos. 5 Porque ¿a cuál de sus ángeles Dios le ha dicho alguna vez: "TÚ ERES MI HIJO, HOY ME HE CONVERTIDO EN TU PADRE." "YO SERÉ UN PADRE PARA ÉL, Y ÉL SERÁ UN HIJO PARA MÍ?" 6 Pero otra vez, cuando Dios trae al Primogénito al mundo, Él dice: "TODOS LOS ÁNGELES DE DIOS DEBEN ADORARLE." 7 Sobre los ángeles Él dice: "EL QUE HACE A SUS ÁNGELES ESPÍRITUS, Y A SUS SIRVIENTES LLAMAS DE FUEGO." 8 Pero sobre el Hijo Él dice: "TU TRONO, DIOS, ES PARA SIEMPRE Y POR SIEMPRE. EL CETRO DE TU REINO ES EL CETRO DE JUSTICIA. 9 TÚ HAS AMADO JUSTICIA Y ODIADO LA INIQUIDAD. POR ESO DIOS, TU DIOS, TE HA UNGIDO CON EL ACEITE DEL GOZO MÁS QUE A TUS COMPAÑEROS." 10 "EN EL PRINCIPIO, SEÑOR, TÚ ESTABLECISTE EL FUNDAMENTO DE LA TIERRA. LOS CIELOS SON LA OBRA DE TUS MANOS. 11 ELLOS PERECERÁN, PERO TÚ CONTINUARÁS. TODOS ELLOS SE DESGASTARÁN COMO UNA PIEZA DE ROPA. 12 TÚ LOS ENROLLARÁS COMO A UN MANTO, Y ELLOS SERÁN CAMBIADOS COMO UNA PIEZA DE ROPA. PERO TÚ ERES EL MISMO Y TUS AÑOS NO TERMINAN." 13 Pero, ¿a cuál de los ángeles Dios ha dicho en algún momento: "SIÉNTATE A MI MANO DERECHA HASTA QUE YO HAGA A TUS ENEMIGOS COMO UN ESCAÑO PARA TUS PIES"? 14 ¿No son todos los ángeles espíritus que sirven, y son enviados para cuidar de aquellos que heredarán la salvación?

Capítulo 2

1 Por lo tanto, nosotros debemos prestar mucha más atención a lo que hemos escuchado, para que no nos alejemos de ello. 2 Porque si el mensaje que fue hablado a través de los ángeles es válido y cada transgresión y desobediencia recibe justo castigo, 3 ¿cómo entonces podremos escapar nosotros si ignoramos una salvación tan grande? Esta es la salvación que primero fue anunciada por el Señor y confirmada a nosotros por aquellos quienes la escucharon. 4 Al mismo tiempo Dios testificó de ella con señales, maravillas y milagros, y distribuyendo los dones del Espíritu Santo de acuerdo con Su voluntad. 5 Porque no fue a los ángeles que Dios sujetó al mundo venidero, del cual estamos hablando. 6 En cambio, alguien en algún lugar testificó, diciendo: "¿QUÉ ES EL HOMBRE, PARA QUE TÚ TENGAS DE ÉL MEMORIA? ¿O UN HIJO DE HOMBRE, PARA QUE TÚ TE PREOCUPES POR ÉL? 7 TÚ HICISTE AL HOMBRE POCO MENOS QUE LOS ÁNGELES; LO CORONASTE DE GLORIA Y HONOR. TÚ PUDISTE SUJETAR TODO BAJO SUS PIES." 8 Porque fue a Él a quien Dios sujetó todas las cosas. Él no ha dejado nada sin sujetarlo a Él. Pero todavía nosotros no vemos todo sujetado a Él. 9 Pero vemos Aquél quien fue hecho un poco inferior a los ángeles, por un periodo breve de tiempo, a Jesús, quien por causa de Su sufrimiento y muerte ha sido coronado con gloria y honor. Así que ahora, por la gracia de Dios, Él ha probado muerte por cada hombre. 10 Porque convenia que Dios, por quien son todas las cosas y por quien son todas las cosas, para traer muchos hijos a la gloria, era apropiado hacer al Autor de su salvación perfecto por medio de Sus sufrimientos, 11 Porque ambos, Aquél quien santifica y aquéllos que son santificados, tienen un mismo Padre. Así que Él no se avergüenza de llamarlos hermanos. 12 Él dice: " PROCLAMARÉ TU NOMBRE A MIS HERMANOS; CANTARÉ ACERCA DE TI DESDE ADENTRO DE LA ASAMBLEA." 13 Y otra vez: " CONFIARÉ EN ÉL." Y otra vez: "VEAN, AQUÍ ESTOY CON LOS HIJOS A QUIENES DIOS ME HA DADO." 14 Por tanto, ya que los hijos de Dios comparten carne y sangre, Jesús también compartió las mismas cosas con ellos, para que a través de su muerte Él pudiera eliminar a aquél quien tuvo el poder de la muerte, esto es, al diablo. 15 Esto fue para que Él pudiera liberar TODOS aquellos, quienes, por miedo a la muerte, vivieron todas sus vidas en esclavitud. 16 Por supuesto, no es por los ángeles que Él está preocupado; sino, por la semilla de Abraham. 17 Por tanto, era necesario para Él hacerse como sus hermanos en todas las maneras, para que fuera un sumo sacerdote, misericordioso y fiel en cuanto a las cosas de Dios, así que Él pudiera traer consigo el perdón por los pecados de las personas. 18 Pues Jesús mismo, habiendo sufrido, fue tentado, es capaz de ayudar a aquéllos quienes son tentados.

Capítulo 3

1 Por tanto, hermanos santos, ustedes comparten un llamado celestial. Piensen sobre Jesús, el Apóstol y Gran Sacerdote de nuestra confesión. 2 Él fue fiel a Dios quién le escogió, como Moisés también fue fiel en la casa de Dios. 3 Pero Jesús ha sido considerado merecedor de mayor gloria que Moisés, porque el que construye una casa tiene más honor que la casa en sí misma. 4 Pues toda casa está construida por alguien, pero el que construyó todo es Dios. 5 Por un lado, Moisés fue fiel como un servidor de Dios en toda Su casa. Él dio un testimonio de las cosas de las que habría de hablarse en el futuro. 6 Pero Cristo es el Hijo a cargo de la casa de Dios. Nosotros somos Su casa, si nos mantenemos firmes nuestra confianza y esperanza segura. 7 Por lo cual, tal como el Espíritu Santo dice: "HOY, SI USTEDES OYEN SU VOZ, 8 NO ENDUREZCAN SUS CORAZONES COMO EN LA REBELIÓN, EN EL TIEMPO DE LA PRUEBA EN EL DESIERTO. 9 ESTO FUE CUANDO SUS ANCESTROS SE REBELARON PROBÁNDOME, AUN CUANDO DURANTE CUARENTA AÑOS, ELLOS VIERON MIS OBRAS. 10 POR LO TANTO, YO ESTUVE DISGUSTADO CON ESA GENERACIÓN. YO DIJE: 'ELLOS SIEMPRE ESTÁN SIENDO EXTRAVIADOS EN SUS CORAZONES. ELLOS NO HAN CONOCIDO MIS CAMINOS.' 11 ES JUSTO COMO YO JURÉ EN MÍ ENOJO: ELLOS NUNCA ENTRARÁN EN MI REPOSO. '" 12 Sean cuidadosos, hermanos, que entre ustedes no haya nadie con un corazón malvado de incredulidad, un corazón que se aleja del Dios vivo. 13 En cambio, anímense unos a otros diariamente, así como es llamado "HOY", para que ninguno de ustedes sea endurecido por el engaño del pecado. 14 Pues nos hemos convertido en compañeros de Cristo, si mantenemos firmemente nuestra confianza en Él desde el principio hasta el fin. 15 Acerca de esto se ha dicho: "HOY, SI USTEDES ESCUCHAN SU VOZ, NO ENDUREZCAN SUS CORAZONES COMO EN LA REBELIÓN." 16 ¿Quién fue el que escuchó a Dios y se rebeló? ¿No fueron todos aquellos que salieron de Egipto por medio de Moisés? 17 ¿Con quién estuvo Él enojado por cuarenta años? ¿No fue con aquellos que pecaron, cuyos cuerpos muertos cayeron en el desierto? 18 ¿A quiénes Él juró que no entrarían en Su reposo, sino fue a esos que le desobedecieron? 19 Vemos que ellos no fueron capaces de entrar en Su reposo por su incredulidad.

Capítulo 4

1 Por tanto, seamos muy cuidadosos para que ninguno de ustedes parezca haber fallado en alcanzar la promesa, dejada a ustedes, de entrar al reposo de Dios. 2 Porque nos dijeron las buenas noticias tal como eran. Pero ese mensaje no benefició a aquellos que no se unieron en fe con aquellos que obedecieron. 3 Porque nosotros los que hemos creído seremos los que entraremos a ese reposo, tal como Él dijo: "COMO JURÉ EN MI IRA, 'ELLOS NUNCA ENTRARÁN EN MI REPOSO.'" Aunque, Sus obras fueron terminadas desde la fundación del mundo. 4 Porque Él ha dicho, en algún lugar, acerca del séptimo día: "DIOS REPOSÓ EN EL SÉPTIMO DÍA DE TODAS SUS OBRAS." 5 Otra vez, Él ha dicho: "ELLOS NUNCA ENTRARÁN EN MI REPOSO." 6 Por cuanto, todavía está reservado para algunos entrar en su reposo, y desde que muchos Israelitas, quienes escucharon las buenas noticias, no entraron a él por su desobediencia, 7 Dios ha establecido nuevamente un cierto día llamado: "HOY." Después de muchos días Él habló por medio de David, como había sido dicho antes: "HOY SI USTEDES ESCUCHAN SU VOZ, NO ENDUREZCAN SUS CORAZONES." 8 Porque si Josué les hubiera dado descanso, Dios no hubiera hablado acerca de otro día. 9 Por lo que todavía existe un día de reposo reservado para el pueblo de Dios. 10 Porque el que entra al reposo de Dios, también ha reposado de sus obras, tal como Dios lo hizo de las suyas. 11 Por lo tanto, anhelemos entrar a ese reposo, para que ninguno caiga en ese tipo de desobediencia en la que ellos cayeron. 12 Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Ésta penetra hasta partir el alma y el espíritu y las coyunturas de la médula. Es capaz de conocer los pensamientos e intenciones del corazón . 13 Nada creado está escondido delante de Dios. Todo está expuesto y delante de los ojos de Aquel a quien nosotros daremos cuentas. 14 Por tanto, siendo que tenemos un gran Sumo Sacerdote quien ha ido a los cielos, Jesús el Hijo de Dios, vamos a mantenernos firmes en nuestras creencias. 15 Porque nosotros no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda sentir compasión por nuestras debilidades. Sino que, tenemos a Alguien quien ha sido tentado en todas maneras como nosotros lo somos, excepto que Él no pecó. 16 Entonces vayamos con confianza al trono de la gracia, para que recibamos misericordia y hallemos gracia para ayuda en tiempo de necesidad.

Capítulo 5

1 Porque cada sumo sacerdote, escogido entre la gente, es nombrado para actuar a favor de las personas en las cosas concernientes a Dios, para que él pueda ofrecer tanto ofrendas, como sacrificios por los pecados. 2 Él puede tratar con delicadeza al ignorante y extraviado ya que él mismo está sujeto a debilidad. 3 Por esto, él también está obligado a presentar sacrificios por sus propios pecados, tal como lo hace por los pecados de las personas. 4 No es para sí mismo que ninguno toma este honor. En su lugar, él es llamado por Dios, tal como fue Aarón. 5 Del mismo modo, tampoco Cristo se honró a Sí mismo al hacerse sumo sacerdote. En su lugar, Aquél que estaba hablando con Él dijo: "TÚ ERES MI HIJO; HOY YO ME HE CONVERTIDO EN TU PADRE." 6 Es como Él también dice en otro lugar: "TÚ ERES UN SACERDOTE PARA SIEMPRE SEGÚN LA CLASE DE MELQUISEDEC." 7 Durante los días de Su carne, Cristo ofreció oraciones y peticiones, ambas, con clamor y lágrimas a Dios, el Único capaz de salvarlo de la muerte. Él fue escuchado por su piedad. 8 Aunque Él era Hijo, aprendió obediencia por las cosas que sufrió. 9 Él fue hecho perfecto y vino a ser, para todos quienes le obedecen, la causa de eterna salvación. 10 Él fue nombrado por Dios como sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. 11 Nosotros tenemos mucho que decir acerca de Jesús, pero es difícil de explicar, ya que ustedes se han vuelto torpes al escuchar. 12 Pues aunque para este tiempo ustedes deberían ser maestros, ustedes todavía tienen necesidad de que alguien les enseñe los principios básicos del mensaje de Dios. ¡Ustedes necesitan leche, no comida sólida! 13 Porque cualquiera que solo toma leche es inexperto en el mensaje de justicia, porque aún es un bebé. 14 Pero la comida sólida es para los adultos. Estos son aquéllos quienes por su madurez tienen su entendimiento entrenado para distinguir lo bueno de lo malo.

Capítulo 6

1 Pues entonces, vamos a dejar a un lado los comienzos del mensaje de Cristo y avancemos a la madurez. No echemos nuevamente el fundamento del arrepentimiento de obras muertas y de la fe en Dios, 2 ni el fundamento de enseñanza sobre bautismos, imposición de manos, la resurrección de los muertos, y el juicio eterno. 3 Nosotros también haremos esto si Dios lo permite. 4 Porque es imposible para aquellos quienes una vez fueron alumbrados, que probaron el regalo celestial, que compartían el Espíritu Santo, 5 y quienes probaron la buena palabra de Dios y los poderes del tiempo por venir, 6 pero quienes luego se alejaron, es imposible restaurarlos de nuevo al arrepentimiento. Esto es porque ellos han crucificado al Hijo de Dios para sí mismos nuevamente, y públicamente lo avergüenzan. 7 Pues la tierra que bebe la lluvia que a menudo cae sobre ella, y da vida a las plantas útiles para aquéllos, por quienes la tierra fue trabajada, esta es la tierra que recibe una bendición de Dios. 8 Pero si produce espinas y cardos, es inútil y está cerca de ser maldecida. Su fin es ser quemada. 9 Pero nosotros estamos convencidos de cosas mejores respecto a ustedes, amados, cosas que conciernen a la salvación, aunque hablamos así. 10 Pues Dios no es tan injusto como para olvidar el trabajo y el amor que ustedes han mostrado por Su nombre, porque ustedes sirvieron a los creyentes y aun les sirven. 11 En gran manera nosotros deseamos que cada uno de ustedes pueda mostrar la misma diligencia hasta el final, por la causa de una completa seguridad de la esperanza. 12 Esto es para que ustedes no se vuelvan perezosos, sino imitadores de aquellos que por fe y paciencia heredan las promesas. 13 Porque cuando Dios hizo Su promesa a Abraham, Él juró por Sí mismo, pues Él no podía jurar por alguien más grande. 14 Él dijo: "YO CIERTAMENTE TE BENDECIRÉ, Y TE AUMENTARÉ GRANDEMENTE." 15 De esta manera, Abraham obtuvo lo que fue prometido, después de haber esperado pacientemente. 16 Pues la gente jura por alguien más grande que ellos mismos. Al final de cada una de sus disputas, un juramento sirve para confirmación. 17 Cuando Dios decidió mostrar más claramente a los herederos de la promesa la cualidad inalterable de Su propósito, Él lo garantizó con un juramento. 18 Él hizo esto por dos cosas inalterables, con las cuales es imposible para Dios mentir, nosotros, que hemos escapado por refugio, tendremos un fuerte estímulo para aferrarnos firmemente a la esperanza que ha sido puesta ante nosotros. 19 Nosotros tenemos esta esperanza como un ancla seguro y firme de nuestras almas, esperanza que entra en el lugar más adentro detrás de la cortina. 20 Jesús entró en ese lugar como un precursor por nosotros, habiéndose convertido en sumo sacerdote para siempre, seguir el orden de Melquisedec.

Capítulo 7

1 Este fué Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, quien se encontró con Abraham regresando de la matanza de los reyes y lo bendijo. 2 Fue a él que Abraham le dió el diezmo de todo. Su nombre "Melquisedec" significa "rey de justicia". Su otro título es "rey de Salem", que es "rey de paz." 3 Él no tenía padre, ni madre, ni ancestros, tampoco comienzos de días ni fin de vida. El se asemeja al Hijo de Dios, porque permanece sacerdote por siempre. 4 Miren cuán grande era este hombre. Nuestro ancestro Abraham la dió el diezmo de las cosas que él había tomado en batalla. 5 Por un lado, los hijos de Leví quienes reciben el sacerdocio tienen el mandato de la Ley para recolectar diezmos de la gente, esto es, de sus hermanos, aunque ellos también han venido del cuerpo de Abraham. 6 Sin embargo, Melquisedec, cuya descendencia no era rastreada hasta ellos, recibió diezmos de Abraham y bendijo a aquél que tenía las promesas. 7 No hay duda de que la persona menos importante es bendecida por la más importante . 8 Aquí hombres mortales reciben diezmos, pero en aquel caso dio a uno del que dice sigue viviendo. 9 Y, por decirlo así, Leví, quien recibió diezmos, también pagó diezmos a través de Abraham, 10 porque Leví estaba en el cuerpo de su ancestro cuando Melquisedec se encontró con Abraham. 11 Ahora si la perfección fuera posible a través del sacerdocio Levítico (pues bajo éste el pueblo recibió la Ley) ¿qué otra necesidad habría de que otro sacerdote se levantara, según la clase de Melquisedec, y no ser considerado según la clase de Aarón? 12 Porque cuando el sacerdocio se cambia, la ley también debe ser cambiada. 13 Porque Aquel de quien estas cosas son dichas pertenece a otra tribu, de la cual nadie nunca ha servido en el altar. 14 Ahora claramente, es de Judá que nuestro Señor nació, una tribu que Moisés nunca mencionó concerniente al sacerdocio. 15 Lo que decimos es más claro todavía si se levanta otro sacerdote a semejanza de Melquisedec. 16 Esto no fue por medio de la ley de descendencia carnal que Él se convirtió en un sacerdote, sino por la base del poder de una vida indestructible. 17 Porque la Escritura testifica sobre Él: "TÚ ERES UN SACERDOTE POR SIEMPRE SEGÚN LA CLASE DE MELQUISEDEC." 18 Así que hubo una cancelación del mandamiento anterior, porque era débil e inútil. 19 Porque la Ley no hizo nada perfecto. Sin embargo, hay una introducción a una mejor confianza para el futuro a través de la cual nosotros nos acercamos a Dios. 20 Y esto no ocurrió sin tomar un juramento. Por un lado, aquellos otros se hacen sacerdotes sin ningún juramento. 21 Pero por otro lado, Este, Jesús, se hizo sacerdote con un juramento de Quien le dijo a Él: "EL SEÑOR JURÓ Y NO CAMBIARÁ SU MENTE: 'TÚ ERES UN SACERDOTE PARA SIEMPRE.'" 22 Por esto Jesús también ha dado la garantía de un mejor pacto. 23 Por un lado, muchos se convierten en sacerdotes, pero por causa de la muerte no pueden continuar. 24 Por otro lado, como Jesús permanece para siempre, Él tiene un sacerdocio permanente. 25 Por lo tanto, Él también es capaz de salvar completamente a aquellos que se acercan a Dios por medio de Él, porque Él siempre vive para interceder por ellos. 26 Porque tal sumo sacerdote es el adecuado para nosotros. Él es sin pecado, sin culpa, puro, separado de los pecadores y se ha convertido más alto que los cielos. 27 Él no necesita, a diferencia de los sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios diarios primero por sus propios pecados, y entonces por los pecados del pueblo. Él hizo esto de una vez y por todas, cuando se ofreció a Sí mismo. 28 Pues la Ley nombra como sumos sacerdotes a hombres que tienen debilidades. Pero la palabra del juramento, que vino después de la Ley, nombró al Hijo, Quien ha sido hecho perfecto para siempre.

Capítulo 8

1 Ahora, el punto de lo que estamos diciendo es este, nosotros tenemos un Sumo Sacerdote que se ha sentado a la mano derecha del trono de la Majestad en los cielos. 2 Él sirve en el lugar santo, el Verdadero Tabernáculo que el Señor preparó, no un hombre. 3 Porque todo sumo sacerdote es asignado para ofrecer ambos, ofrendas y sacrificios. Por lo tanto, es necesario tener algo para ofrecer. 4 Ahora si Cristo estuviera en la tierra, Él no sería un sacerdote en lo absoluto, pues aquí ya hay quienes ofrecen ofrendas de acuerdo a la Ley. 5 Ellos sirven en un tabernáculo, que es una copia y sombra de las cosas celestiales. Es tal como Moisés fue advertido por Dios cuando él estaba a punto de construir el tabernáculo: Dios dijo, "PROCURA HACER TODO DE ACUERDO CON EL PLAN QUE TE FUE MOSTRADO EN LA MONTAÑA." 6 Pero ahora Cristo ha recibido un ministerio mucho mejor. Pues Él también es el mediador de un mejor pacto, el cual está basado en mejores promesas. 7 Pues si aquel primer pacto hubiese sido sin faltas, no habría necesidad de un segundo pacto. 8 Pero cuando Dios encontró faltas en el pueblo, Él dijo: "MIREN, VIENEN DÍAS, DICE EL SEÑOR, CUANDO YO HARÉ UN NUEVO PACTO CON LA CASA DE ISRAEL Y CON LA CASA DE JUDÁ. 9 ESTE NO SERÁ COMO EL PACTO QUE YO HICE CON SUS ANCESTROS EN EL DÍA QUE LOS TOMÉ POR LA MANO, PARA GUIARLOS FUERA DE LA TIERRA DE EGIPTO. PORQUE ELLOS NO CONTINUARON EN MI PACTO, Y YO LES IGNORE, DICE EL SEÑOR. 10 ESTE ES EL PACTO QUE YO HARÉ CON LA CASA DE ISRAEL DESPUÉS DE AQUELLOS DÍAS, DICE EL SEÑOR: "YO PONDRÉ MIS LEYES EN SUS MENTES Y TAMBIÉN LAS ESCRIBIRÉ EN SUS CORAZONES. YO SERÉ SU DIOS Y ELLOS SERÁN MI PUEBLO. 11 ELLOS NO ENSEÑARÁN CADA UNO A SU VECINO, NI CADA UNO A SU HERMANO, DICIENDO: 'CONOCE AL SEÑOR'. PORQUE TODOS ME CONOCERÁN, DESDE EL MÁS PEQUEÑO HASTA EL MÁS GRANDE. 12 PORQUE YO SERÉ MISERICORDIOSO CON SUS ACTOS DE INJUSTICIA, Y NO VOY A RECORDAR SUS PECADOS NUNCA MÁS."' 13 Al decir "NUEVO", Él ha hecho el primer pacto viejo y lo que está anticuado y viejo está por desaparecer.

Capítulo 9

1 Ahora, aún el primer pacto tenía regulaciones para adorar y un santuario terrenal. 2 Pues un tabernáculo fue preparado. El primer cuarto, donde se encontraba el candelabro, la mesa y el pan de la presencia, era llamado el lugar santo. 3 Detrás de la segunda cortina había otro cuarto, llamado el lugar más santo. 4 Tenía un altar dorado para el incienso. También tenía el arca del pacto, el cual estaba completamente cubierto con oro. Adentro había una vasija dorada que contenía el maná, la vara de Aarón que floreció, y las tablas del pacto. 5 Sobre el arca del pacto, querubines gloriosos cubrían la tapa del arca, dando sombra con sus alas, de la cual no podemos hablar ahora en detalle. 6 Despúes que estas cosas eran preparadas, los sacerdotes entraban continuamente al cuarto exterior del tabernáculo para realizar sus servicios. 7 Pero sólo el sumo sacerdote entra al segundo cuarto una vez cada año, con sangre que él ofrecía por sí mismo y por los pecados involuntarios del pueblo. 8 El Espíritu Santo mostró que el camino al lugar santísimo no había sido aún revelado mientras el primer tabernáculo todavía permaneciera. 9 Esta es una ilustración para el tiempo presente. Ambos, las ofrendas y los sacrificios que se están ofreciendo ahora, no son capaces de perfeccionar la conciencia del adorador. 10 Solo constan en comida y bebida, y varios tipos de lavamientos ceremoniales. Estas eran regulaciones para la carne, fueron provistas hasta que el nuevo orden fuera creado. 11 Cristo vino como sumo sacerdote de las cosas buenas que han venido. Él vino a través del mejor y más perfecto tabernáculo, que no fue hecho por manos humanas, uno que no pertenece a este mundo. 12 No fue por la sangre de cabras y carneros, sino por Su propia sangre, que Él entró al lugar más santo, una vez y para siempre por todos y aseguró nuestra redención eterna. 13 Pues si la sangre de las cabras y los toros y el rociar de las cenizas de novilla sobre aquellos que se hicieron inmundos, los separa para Dios, para la limpieza de su carne, 14 ¿cuánto mucho más podrá la sangre de Cristo, Quien a través del Espíritu Eterno se ofreció a Sí mismo sin mancha a Dios, limpia nuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo? 15 Por esta razón, Él es el mediador de un nuevo pacto. Esto es, para que, ya que una muerte tomó lugar, para libertar de sus pecados aquellos bajo el primer pacto, aquellos que son llamados recibieran la promesa de una herencia eterna. 16 Porque donde hay un testamento, la muerte de la persona que lo hizo, debe ser probada. 17 Porque un testamento solamente está en vigor cuando ha ocurrido una muerte, porque no está en vigor mientras quien lo hizo todavía vive. 18 Así que, ni aun el primer pacto fue establecido sin sangre. 19 Porque cuando Moisés había dado todos los mandamientos de la Ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los carneros y de los machos cabríos, con agua, lana roja, e hisopo y roció ambos; el rollo y a todo el pueblo. 20 Entonces dijo: "ÉSTA ES LA SANGRE DEL PACTO QUE DIOS HA ORDENADO PARA USTEDES." 21 De la misma manera, él roció la sangre sobre el tabernáculo y sobre todos los recipientes usados en el servicio. 22 De acuerdo a la Ley, casi todo es limpiado con sangre. Sin el derramamiento de sangre no hay perdón. 23 Por lo tanto, era necesario que las copias de las cosas en el cielo fueran limpiadas con el sacrificio de esos animales. Sin embargo, las cosas celestiales mismas tenían que ser limpiadas con sacrificios mucho mejores. 24 Pues Cristo no entró al lugar santísimo hecho por manos, el cual es solo una copia del verdadero. En cambio, Él entró al mismo cielo para mostrarse ahora, en la presencia de Dios, por nosotros. 25 Él no fue allí para ofrecerse muchas veces, como hace el sumo sacerdote, quien entra al lugar santísimo cada año con la sangre ajena. 26 Si ese hubiera sido el caso, entonces hubiera sido necesario para Él que sufriera muchas veces desde la fundación del mundo. Pero ahora, es solo una vez al final de las edades, que ha sido revelado para desechar el pecado por el sacrificio de Sí mismo. 27 Cada persona está destinada a morir una sola vez y luego viene el juicio. 28 De la misma manera, Cristo también, Quien fue ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos, aparecerá una segunda vez, no para lidiar con el pecado, sino para la salvación de aquellos que están esperado pacientemente por Él.

Capítulo 10

1 Pues la Ley es sólo una sombra de las buenas cosas por venir, no las formas reales de esas mismas cosas. Aquellos que se acercan a Dios, nunca podrán ser hechos perfectos por medio de los mismos sacrificios que los sacerdotes continuamente traen año tras año. 2 ¿De otra manera esos sacrificios, no hubieran cesado de ofrecerse, ya que los adoradores en ese caso, si ellos hubieran sido limpiados de una vez y por todas, los adoradores, no hubieran estado conscientes del pecado. 3 Pero con esos sacrificios hay un recordatorio de los pecados año tras año. 4 Pues es imposible que la sangre de toros y machos cabríos quite los pecados. 5 Cuando Cristo vino al mundo, Él dijo: "NO FUERON LOS SACRIFICIOS NI LAS OFRENDAS LO QUE TÚ DESEABAS. SINO, ES UN CUERPO QUE TÚ HAS PREPARADO PARA MÍ. 6 NI EN TODAS LAS OFRENDAS QUEMADAS NI EN LOS SACRIFICIOS POR EL PECADO, TE HAS COMPLACIDO. 7 Luego yo dije: 'MIRA, AQUÍ ESTOY PARA HACER TU VOLUNTAD, COMO ESTÁ ESCRITO SOBRE MÍ EN EL ROLLO."' 8 Primero el Él dijo: "NO SON LOS SACRIFICIOS NI LAS OFRENDAS COMPLETAMENTE QUEMADAS, NI LOS SACRIFICIOS POR EL PECADO LO QUE TÚ DESEASTE. NI TE COMPLASISTE EN ELLOS." Estos son sacrificios que son ofrecidos según la Ley. 9 Luego Él dijo: "MIRA, AQUÍ ESTOY PARA HACER TU VOLUNTAD." Él quita la primera práctica para establecer la segunda práctica. 10 Por esa voluntad hemos sido santificados, a través del ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo, de una vez por todas. 11 Ciertamente, todo sacerdote se levanta día a día para servir a Dios. Él siempre está ofreciendo los mismos sacrificios, aunque ellos nunca pueden quitar los pecados. 12 Por otro lado, Cristo se ofreció en sacrificio por los pecados para siempre; Él se sentó a la diestra de Dios. 13 Él está esperando hasta que sus enemigos sean hechos un estrado para sus pies. 14 Pues por una ofrenda, Él ha perfeccionado para siempre a aquellos que están siendo santificados. 15 El Espíritu Santo también testifica a nosotros. Pues primero Él dijo: 16 "ÉSTE ES EL PACTO QUE YO HARÉ CON ELLOS LUEGO DE AQUELLOS DÍAS, DICE EL SEÑOR. PONDRÉ MIS LEYES EN SUS CORAZONES, Y LAS ESCRIBIRÉ EN SUS MENTES. 17 NUNCA MÁS RECORDARÉ SUS PECADOS E INIQUIDADES." 18 Ahora, donde hay perdón para estos, no hace falta más ningún sacrificio por el pecado. 19 Por eso, hermanos, nosotros tenemos confianza de entrar al lugar santísimo por la sangre de Jesús. 20 Ese es el camino nuevo y vivo que Él ha abierto para nosotros a través de la cortina, esto es mediante Su carne. 21 Y porque tenemos un Sumo Sacerdote sobre la casa de Dios, 22 vamos a acercanos con corazones verdaderos en la plena confianza de fe, teniendo nuestros corazones rociados y limpios de una mala conciencia y teniendo nuestros cuerpos lavados con agua pura. 23 Aferremonos, también, firmemente en la confesión de nuestra esperanza, sin titubear, porque Dios, Quien ha prometido, es fiel. 24 Consideremos cómo motivarnos unos a otros al amor y a las buenas obras. 25 No dejemos de congregarnos, como algunos han hecho. En cambio, anímense unos a otros más y más, y aún más, según ustedes vean el día acercándose. 26 Porque si nosotros seguimos deliberadamente pecando, después de haber recibido el conocimiento de la verdad, un sacrificio por los pecados ya no existe. 27 En su lugar, solo hay una expectativa temerosa de juicio y una furia de fuego que consumirá a los enemigos de Dios. 28 Cualquiera que haya rechazado la Ley de Moisés muere sin misericordia ante el testimonio de dos o tres testigos. 29 ¿Cuánto mayor castigo creen ustedes que merece alguien que haya pisoteado al Hijo de Dios, que trató la sangre del pacto como algo impío, la sangre por la cual Él fue santificado, e insultado al Espíritu de Gracia? 30 Pues conocemos a Quien dijo: "LA VENGANZA ME PERTENECE; YO PAGARÉ." Y de nuevo: "EL SEÑOR JUZGARÁ A SU PUEBLO." 31 ¡Es una cosa horrenda caer en las manos del Dios viviente! 32 Pero recuerden los días pasados, después que ustedes fueron iluminados, como soportaron una gran lucha en el sufrimiento. 33 Ustedes fueron expuestos al ridículo públicamente por insultos y persecución, y compartían con aquellos que pasaron tal sufrimiento. 34 Pues ustedes tuvieron compasión de aquellos que eran prisioneros, y aceptaron con gozo la toma de sus pertenencias. Sabían que ustedes mismos tenían una mejor y permanente posesión. 35 Así que no tiren a la basura su confianza, la cual tiene una gran recompensa. 36 Pues ustedes necesitan paciencia, para que puedan recibir lo que Dios ha prometido, después de haber hecho Su voluntad. 37 "PORQUE EN UN BREVE MOMENTO, AQUÉL QUE VIENE, DE HECHO, VENDRÁ, Y NO TARDARÁ. 38 MI JUSTO VIVIRÁ POR LA FE. SI ÉL SE VUELVE ATRÁS, YO NO ESTARÉ COMPLACIDO CON ÉL." 39 Pero nosotros no somos ninguno de esos que se vuelven atrás para destrucción. Al contrario, somos algunos de esos que tienen fe para guardar nuestra alma.

Capítulo 11

1 Ahora bien, la fe es la certeza acerca de las cosas que se esperan con confianza. Es la convicción sobre eventos que aún no se ven. 2 Porque por su fe los ancestros fueron aprobados. 3 Por la fe nosotros entendemos que el universo fue creado por el mandato de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas que eran visibles. 4 Fue por la fe que Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de ser justo. Dios habló bien de él por sus ofrendas y, por fe, Abel todavía habla a pesar de que está muerto. 5 Fue por fe que Enoc fue levantado para que no viera muerte. Él no fue encontrado, porque Dios lo tomó. Pues antes de que él fuera tomado, se testificó que él había complacido a Dios. 6 Ahora, sin fe es imposible agradarle. Porque es necesario que cualquiera, que, viniendo a Dios, crea que Él existe y que recompensa a los que lo buscan. 7 Por la fe Noé, habiendo sido dado un mensaje divino acerca de cosas aun no vistas, con reverencia piadosa construyó un barco para salvar su familia. Al hacer esto, él condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que es de acuerdo con la fe. 8 Por la fe Abraham, cuando fue llamado, obedeció y salió al lugar que él estaba por recibir como herencia. Salió, no sabiendo a dónde iba. 9 Por la fe Él vivió en la tierra prometida como extranjero. Él vivió en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa. 10 Pues él estaba viendo hacia adelante, a la ciudad que tiene fundamentos, la ciudad cuyo arquitecto y constructor es Dios. 11 Por la fe, a pesar de que Sara era estéril, que ella recibió la habilidad de concebir. Esto sucedió a pesar de ella ser muy vieja, pues ella consideró fiel a Aquél quien le dio la promesa. 12 Por lo tanto, de este hombre, que estaba casi muerto, nacieron aquellos que serían COMO LAS ESTRELLAS EN EL CIELO POR SU MULTITUD Y COMO LOS GRANOS DE ARENA DE LA ORILLA DEL MAR, QUE SON INCONTABLES. 13 Fue en fe que todos ellos murieron sin recibir las promesas. En su lugar, después de ver y saludarlas desde lejos, ellos admitieron que eran extranjeros y exiliados en la tierra. 14 Porque los que dicen tales cosas hacen claro que ellos están buscando una patria. 15 Si ellos hubieran estado pensando en el país del cual ellos salieron, hubieran tenido oportunidad de regresar. 16 Pero ellos deseaban una patria mejor, esto es, una celestial. Por lo cual, Dios no se avergüenza de ser llamado Dios de ellos, ya que Él ha preparado una ciudad para ellos. 17 Por la fe que Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac. Fue a su único hijo a quien él ofreció, él que había recibido las promesas. 18 Fue Abraham a quien le fue dicho: "ES A TRAVÉS DE ISAAC QUE TUS DESCENDIENTES SERÁN LLAMADOS." 19 Abraham razonó que Dios era capaz de levantar a Isaac de entre los muertos, y hablando en sentido figurado, fue de entre ellos que él lo volvió a recibir. 20 Fue también por la fe, sobre las cosas por venir, que Isaac bendijo a Jacob y a Esaú. 21 Fue por la fe que Jacob, cuando estaba muriendo, bendijo a cada hijo de José. Jacob adoró, inclinándose sobre el tope de su bastón. 22 Fue por la fe que José, cuando su fin estaba cerca, habló acerca de la salida de los hijos de Israel de Egipto y les instruyó sobre sus huesos. 23 Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por tres meses por sus padres porque vieron que era un niño hermoso. Ellos no temieron la ordenanza del rey. 24 Por la fe Moisés, después que había crecido, rechazó ser llamado hijo de la hija de Faraón. 25 En su lugar, él escogió sufrir con el pueblo de Dios, en lugar de disfrutar los placeres del pecado por un momento. 26 Él razonó que la desgracia de seguir a Cristo, eran mayores riquezas que los tesoros de Egipto. Pues él estaba fijando los ojos en su recompensa. 27 Por la fe Moisés se fue de Egipto. No temía a la ira del rey, porque soportó como si él estuviera viendo a Aquél quien es invisible. 28 Por la fe él guardó la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el destructor de los primogénitos no tocará a los hijos primogénitos de los Israelitas. 29 Por la fe ellos pasaron a través del Mar Rojo como sobre tierra seca. Cuando los egipcios trataron de hacer esto, ellos fueron tragados. 30 Fue por la fe que las murallas de Jericó cayeron, después de haber sido rodeadas por siete días. 31 Fue por la fe, que Rahab la prostituta no murió con aquellos que eran desobedientes, porque ella había recibido en paz a los espías. 32 ¿Qué más puedo decir? Pues el tiempo me faltaría para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y de los profetas. 33 Fue por la fe que ellos conquistaron reinos, hicieron justicia y recibieron promesas. Ellos detuvieron las bocas de leones, 34 apagaron el poder del fuego, escaparon del filo de la espada, fueron sanados de enfermedades, se convirtieron poderosos en la guerra y derrotaron a ejércitos extranjeros. 35 Las mujeres volvieron a recibir a sus muertos por resurrección. Otros fueron torturados, no aceptando liberación a fin de que ellos obtuvieran una mejor resurrección. 36 Otros fueron probados en burlas y azotes, y hasta cadenas y encarcelamiento. 37 Ellos fueron apedreados. Fueron aserrados en dos. Fueron muertos con la espada. Anduvieron en pieles de ovejas y de cabras. Fueron destituidos, oprimidos, maltratados. 38 El mundo no era digno de ellos. Ellos vagaron en desiertos, montañas, cuevas y en los hoyos en la tierra. 39 A pesar de que toda esta gente fue aprobada por Dios por su fe, ellos no recibieron la promesa. 40 Dios planificó algo mejor para nosotros, para que ellos no hubieran sido hechos perfectos, sin nosotros

Capítulo 12

1 Por tanto, ya que estamos rodeados por tan grande nube de testigos, dejemos a un lado todo peso y fácil enredo del pecado. Corramos pacientemente la carrera que está puesta ante nosotros. 2 Prestemos atención a Jesús, el autor y perfeccionador de la fe. Por el gozo que fue puesto delante de Él, soportó la cruz, menospreció su vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios. 3 Así que consideren, Aquel que ha soportado tal oposición de pecadores contra Él mismo, para que ustedes no se cansen en sus corazones y se rindan. 4 Ustedes aún no han resistido ni luchado contra el pecado hasta el punto de derramar sangre. 5 Y ustedes han olvidado la exhortación que les instruye como a hijos: "MI HIJO, NO PIENSES LIGERAMENTE SOBRE LA DISCIPLINA DEL SEÑOR, NI TE CANSES CUANDO ERES CORREGIDO POR Él. 6 PORQUE EL SEÑOR DISCIPLINA A TODOS LOS QUE ÉL AMA, Y CASTIGA A TODO HIJO A QUIEN ÉL RECIBE". 7 Soporten el sufrimiento como disciplina. Dios trata con ustedes como hijos. Pero ¿qué hijo hay a quien su padre no disciplina? 8 Pero si ustedes están sin disciplina, la cual toda la gente comparte, entonces ustedes son ilegítimos y no Sus hijos. 9 Más aún, nosotros tuvimos padres terrenales que nos disciplinaron, y nosotros los respetábamos. ¿No deberíamos entonces obedecer mucho más al Padre de los espíritus, y vivir? 10 Porque, nuestros padres nos disciplinaron por unos pocos días, como les pareció correcto a ellos. Pero por otra, Dios lo hace, para nuestro bien, para que podamos compartir Su santidad. 11 Ninguna disciplina parece placentera al momento, sino bastante dolorosa. Sin embargo, después produce el fruto pacífico de justicia para aquellos quienes han sido entrenados por ella. 12 Así que fortalezcan sus manos caídas y sus rodillas debilitadas. 13 Hagan caminos rectos para sus pies, para que lo cojo no sea torcido, sino que sea sanado. 14 Busquen la paz con todos, y también la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 15 Tengan cuidado para que a nadie le falte la gracia de Dios, y que ninguna raíz de amargura brote para causar problemas, de modo que muchos no sean contaminados por ella. 16 Tengan cuidado que no haya ninguna inmoralidad sexual o persona impía como Esaú, quién por una comida vendió sus derecho de hijo mayor. 17 Porque ustedes saben que después, cuando él quiso heredar la bendición, fue rechazado, porque no encontró oportunidad para el arrepentimiento, aunque lo buscó con lágrimas. 18 Porque ustedes no se han acercado a una montaña que puede ser tocada, una montaña de fuego ardiente, oscuridad, penumbra y tormenta. 19 Ustedes no han venido a un toque de trompeta, ni a una voz que habla palabras cuyos oyentes suplicaron que ninguna otra palabra les fuera hablada. 20 Porque ellos no pudieron soportar lo que les fue ordenado: "SI INCLUSO UN ANIMAL TOCA LA MONTAÑA, DEBE SER APEDREADO". 21 Tan temerosa fue esta visión que Moisés dijo: "ESTOY ATERRADO Y TEMBLANDO". 22 En su lugar, ustedes han venido al Monte Sion y a la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén celestial, y a decenas de millares de ángeles en celebración. 23 Ustedes han venido a la asamblea de los primogénitos que han sido registrados en el cielo. Han venido a Dios, el Juez de todos, y a los espíritus de los justos que han sido perfeccionados. 24 Ustedes han venido a Jesús, el Mediador de un nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la sangre de Abel. 25 Velen que ustedes no rechazen a aquél que está hablando. Pues si ellos no escaparon cuando rechazaron a aquel que les advirtió en la tierra, mucho menos escaparemos nosotros, si nos alejamos de Aquél que nos está advirtiendo desde el cielo. 26 En un momento, Su voz estremeció la tierra. Pero ahora, Él ha prometido y dicho: "UNA VEZ MÁS, YO ESTREMECERÉ NO SOLO LA TIERRA, SINO TAMBIÉN LOS CIELOS." 27 Estas palabras: "UNA VEZ MÁS", significan la remoción de las cosas que pueden ser estremecidas, eso es, de las cosas que han sido creadas, para que las cosas que no pueden ser estremecidas permanezcan. 28 Por lo tanto, recibiendo un reino que no puede ser estremecido, seamos agradecidos y de esta manera adoremos a Dios con reverencia y temor. 29 Porque nuestro Dios es un fuego consumidor.

Capítulo 13

1 Dejen que el amor fraternal permanezca. 2 No olviden la hospitalidad hacia los extraños. Pues a través de esto, algunos han mostrado hospitalidad a ángeles sin saberlo. 3 Recuerden a los presos, como si ustedes estuvieran presos con ellos. Recuerden a aquellos quienes son maltratados, como si ustedes también fueran ellos en el cuerpo. 4 Que el matrimonio sea respetado por todos. Que la cama matrimonial sea pura, pues Dios juzgará a las personas sexualmente inmorales y adúlteros. 5 Que su conducta sea libre del amor al dinero. Estén contentos con las cosas que tienen, porque Dios mismo ha dicho: "NUNCA TE DEJARÉ, NI TE ABANDONARÉ." 6 Estemos contentos para que podamos decir: "EL SEÑOR ES MI AYUDADOR; NO TEMERÉ. ¿QUÉ ME PODRÁ HACER EL HOMBRE?" 7 Consideren a sus líderes, aquellos quienes les hablaron la palabra de Dios y consideren el resultado de su conducta. Imiten su fe. 8 Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por siempre. 9 No sean llevados por diversas enseñanzas extrañas. Pues es bueno que el corazón sea fortalecido por la gracia, no por criterios sobre la comida, que no ayudan a quienes viven por ellos. 10 Tenemos un altar del cual los que sirven en el tabernáculo no tienen el derecho de comer. 11 Pues la sangre de los animales, sacrificados por los pecados, es traída al lugar santo, mientras que sus cuerpos son quemados fuera del campamento. 12 De la misma manera, Jesús también sufrió fuera de la puerta de la ciudad, a fin de santificar al pueblo por medio de Su propia sangre. 13 Vayamos, pues, con Él fuera del campamento, asumiendo Su vergüenza. 14 Pues no tenemos ninguna ciudad permanente aquí. En su lugar, buscamos una ciudad que está por venir. 15 Mediante Él, entonces, ofrezcamos siempre sacrificios de alabanza a Dios, alabanza que es el fruto de labios que reconocen Su nombre. 16 Y no olvidemos hacer bien y ayudarse unos a otros, pues tales sacrificios son los que agradan mucho a Dios. 17 Obedezcan y sométanse a sus líderes, porque ellos velan por sus almas, como aquellos quienes darán cuentas. Obedezcan para que sus líderes hagan esto con gozo y no con lamento, lo cual no tendría sentido para ustedes. 18 Oren por nosotros, pues estamos seguros de que tenemos una clara conciencia, y que deseamos vivir honrosamente en todas las cosas. 19 Yo los animo a ustedes aún más a hacer esto, de manera que yo pueda regresar pronto a ustedes. 20 Ahora, que el Dios de paz, quien resucitó de los muertos al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús, por la sangre de un pacto eterno, 21 les perfeccione con toda cosa buena para hacer Su voluntad. Que Él obre en nosotros lo que es muy agradable ante Él, por medio de Jesucristo, a Quien sea la gloria por siempre y siempre. Amén. 22 Ahora los animo, hermanos, que consideren la palabra de exhortación que les he escrito brevemente. 23 Sepan que nuestro hermano Timoteo ha sido puesto en libertad, con quien yo vendré a verles si él regresa pronto. 24 Saluden a todos sus líderes y a todos los santos. Los de Italia les saludan. 25 La gracia sea con todos ustedes.

Santiago
Santiago
Capítulo 1

1 Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión, saludos. 2 Consideren con gozo, mis hermanos cuando experimenten varios problemas, 3 sabiendo que la prueba de su fe, produce resistencia. 4 Dejen que la resistencia complete su obra, para que sean completamente maduros, y no les falte nada. 5 Pero si alguno de ustedes necesita sabiduría, pídala a Dios que la da, generosamente y sin reproche a todo al que la pida, y Él se la concederá. 6 Pero pidan con fe, sin dudar, porque el que duda es como una ola en el mar, conducida por el viento y lanzada. 7 Pero esa persona no debe pensar que él recibirá su solicitud del Señor; 8 el tal; es una persona de doble ánimo, inestable en todos sus caminos. 9 El hermano pobre debe gloriarse en su alta posición, 10 mientras el hermano rico en su humillación, porque él morirá como una flor silvestre en el campo. 11 El sol se levanta con calor abrasador y seca la planta, y la flor cae y su belleza muere. De la misma manera, las personas ricas se desvanecerán en medio de sus actividades. 12 Bendecido es el hombre quien resiste la prueba, porque después que él haya pasado la prueba, él recibirá la corona de vida, que ha sido prometida a aquellos quienes aman a Dios. 13 Nadie debe decir cuando es tentado: "Esta tentación es de Dios," porque Dios no es tentado por el mal, y Dios en sí mismo no tienta a nadie. 14 Cada persona es tentada por sus propios malos deseos los cuales lo atraen y lo arrastran fuera. 15 Entonces después, los deseos pecaminosos conciben, el pecado nace, y después que el pecado ha crecido completamente, resulta en muerte. 16 No se engañen, amados hermanos míos. 17 Todo buen regalo y todo don perfecto viene de arriba, descendiendo del Padre de las luces. Con Él no hay cambio ni sombras de rotación. 18 Dios escogió darnos a nosotros la vida por la palabra de verdad, para que así nosotros pudiéramos ser los primeros frutos entre Sus criaturas. 19 Ustedes conocen esto, mis amados hermanos. Todo hombre debe ser pronto para oír, lento para hablar, y lento para la ira, 20 pues la ira del hombre no trabaja en la justicia de Dios. 21 Por lo tanto, desechen toda suciedad pecaminosa y el mal que está en todas partes, y en humildad reciban la palabra implantada, que es capaz de salvar sus almas. 22 Obedezcan la palabra, no sólo la escuchen, no se engañen a ustedes mismos. 23 Pues si cualquiera escucha la palabra y no la hace, es como un hombre que examina su rostro natural en un espejo. 24 Él examina su rostro, y se va y pronto se olvida de cómo lucía. 25 Pero la persona que observa cuidadosamente en la ley perfecta, la ley de libertad, y continúa obedeciéndola; no es sólo un oidor que la olvida, este hombre será bendecido en lo que hace. 26 Si alguno piensa en sí mismo que es religioso, pero no controla su lengua, él engaña su corazón y su religión es vana. 27 La religión pura e incorruptible delante de nuestro Dios y Padre es ésta: ayudar al huérfano y a las viudas en sus aflicciones, y protegerse a sí mismo de la corrupción del mundo.

Capítulo 2

1 Mis hermanos, no favorezcan a ciertas personas a nombre de la fe de nuestro Señor Jesucristo, el Señor de gloria. 2 Si alguien entra a su reunión vistiendo anillos de oro y ropa fina, y también entra un hombre pobre con ropas sucias, 3 y enfocas tu atención en la persona vistiendo ropas finas, y dices: "Por favor, siéntese aquí, en un lugar agradable," pero le dices al hombre pobre: "Tú, párate por allá," o "Siéntate a mis pies," 4 ¿no estarán haciendo juicio entre ustedes mismos, y convirtiéndose en jueces con pensamientos malos? 5 Escuchen, mis amados hermanos, ¿no escogió Dios a los pobres del mundo para ser ricos en fe y hereden el reino que le prometió a aquellos que lo aman? 6 ¡Pero ustedes han deshonrado al pobre! ¿No es el rico quien los oprime, y no son ellos los que los arrastran al tribunal? 7 ¿No blasfeman los ricos el buen Nombre por el cual son llamados? 8 Sin embargo, si tú cumples la Ley real, como está escrita en la Escritura: "AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO," haces bien. 9 Pero si favoreces a ciertas personas, tú estás cometiendo pecado, convicto por la ley como delincuentes. 10 ¡Quien obedece la ley completa, pero aún tropieza en sólo un punto, éste es culpable de romper toda la ley! 11 Pues Dios quien dijo: "NO COMETAS ADULTERIO," también dijo: "NO MATARÁS." Si no cometes adulterio, pero matas, te has convertido en transgresor de la ley. 12 Pues, habla y obedece como quienes estarían próximos de ser juzgados por la ley de libertad. 13 Porque juicio viene sin misericordia a aquellos que no hayan demostrado misericordia. ¡La misericordia triunfa sobre el juicio! 14 ¿Qué bien es este, mis hermanos, si alguien dice que tiene fe, pero éste no tiene obras? ¿Puede la fe salvarlo? 15 Si un hermano o hermana está en necesidad de ropa y comida diaria, 16 y uno de ustedes les dice: "Ve en paz, caliéntate y sáciate," pero no le das las cosas necesarias para el cuerpo, ¿qué bien es ese? 17 De la misma manera la fe por sí misma, si no tiene obras, es muerta. 18 Aun así alguien dirá: "Tú tienes fe y yo tengo obras." Enséñame tu fe sin las obras, y yo te enseñaré mi fe por mis obras. 19 Ustedes creen que hay un sólo Dios; están en lo correcto. Pero los demonios también creen eso y tiemblan. 20 ¿Acaso deseas saber, hombre necio, como es que la fe sin obras es inútil? 21 ¿No fue Abraham nuestro patriarca, justificado por obras cuando ofreció a Isaac, su hijo, en el altar? 22 Tu ves que la fe obró con sus acciones, y por obras su fe alcanzó su propósito. 23 Las escrituras fueron cumplidas cuando dice: "ABRAHAM LE CREYÓ A DIOS, Y SE LE FUE CONTADO COMO JUSTICIA." Y Abraham fue llamado amigo de Dios. 24 Ven ustedes que por obras un hombre es justificado, y no sólo por fe. 25 De la misma manera, ¿no fue Rahab la prostituta justificada por sus obras, cuando les dio la bienvenida a los mensajeros y los envió por otro camino? 26 Porque como el cuerpo, separado del espíritu está muerto, también la fe separada de las obras está muerta.

Capítulo 3

1 No muchos de ustedes vendrán a ser maestros, mis hermanos, sabiendo que recibirán un mayor juicio. 2 Porque todos nosotros tropezamos en muchas formas. Si alguno no tropieza en sus propias palabras, este es un hombre perfecto, capaz de controlar también su cuerpo entero. 3 Ahora si nosotros ponemos freno en la boca de los caballos ellos nos obedecen y podemos girar sus cuerpos enteros. 4 Noten también los barcos, a pesar de que ellos son muy grandes y son conducidos por fuertes vientos, son dirigidos por un pequeño timón dondequiera que el piloto desee girar. 5 De igual forma, la lengua es una pequeña parte del cuerpo, y aun así se jacta de grandes cosas. ¡Noten como un pequeño fuego puede encender un gran bosque! 6 La lengua es también un fuego, un mundo de pecado puesto entre nuestras partes del cuerpo, que es lo que deshonra todo el cuerpo y enciende en fuego el camino de vida, y la misma está encendida por el infierno. 7 Toda clase de animal salvaje, ave, reptil y criatura del mar es domado y ha sido domado por la humanidad, 8 pero ninguno entre los hombre es capaz de domar la lengua; es un mal incontrolable, lleno de veneno mortal. 9 Con la lengua nosotros alabamos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, quienes han sido hechos a la imagen de Dios. 10 Con la misma boca es hablada bendición y maldición. Mis hermanos, estas cosas no pueden ser así 11 ¿Acaso una fuente produce ambas aguas, dulce y amarga? 12 Mis hermanos, ¿puede un árbol de higos hacer crecer aceitunas, o la vid producir higos? Tampoco la fuente de agua salada puede producir agua dulce. 13 ¿Quién entre ustedes es sabio y entendido? Dejen que esa persona demuestre una buena vida por sus obras en la humildad que viene de la sabiduría. 14 Pero si alguno tiene celos amargos y ambición egoísta en sus corazones, no se jacten y mientan contra la verdad. 15 Esta no es una sabiduría que desciende de arriba, sino en cambio es terrenal, no-espiritual, demoníaca. 16 Donde hay celos y ambición egoísta, allí hay confusión y toda práctica vil. 17 Pero la sabiduría de arriba es primeramente pura, entonces pacífica, amable, benigna, llena de misericordia, y buen fruto, imparcial, y sincera. 18 Y el fruto de justicia se siembra en paz por aquellos que hacen la paz.

Capítulo 4

1 ¿De dónde vienen los desacuerdos y disputas entre ustedes? ¿No es de sus malos deseos que combaten en sus miembros? 2 Ustedes desean lo que no tienen. Ustedes matan y persiguen lo que no son capaces de tener. Ustedes pelean y discuten. Ustedes no tienen porque no le piden a Dios. 3 Ustedes piden y no reciben, porque piden mal, con el fin de usarlas para complacer sus malos deseos. 4 ¡Adúlteros! ¿No saben ustedes que la amistad con el mundo es enemistad contra Dios? De modo que, cualquiera que decida ser amigo del mundo se hace así mismo enemigo de Dios. 5 ¿O ustedes piensan que la Escritura no tiene sentido cuando dice que el Espíritu que Él colocó en nosotros, es celoso y nos anhela profundamente? 6 Pero Dios da aún más gracia, por lo cual la escritura dice: "DIOS RESISTE AL ORGULLOSO, PERO DA GRACIA AL HUMILDE." 7 Así que, sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. 8 Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes. Limpien sus manos, ustedes pecadores, y purifiquen sus corazones, ustedes de doble ánimo. 9 ¡Aflíjanse, laméntense y lloren! Conviertan su risa en lamento y su gozo en tristeza. 10 Humíllense a sí mismos ante Dios, y Él los levantará. 11 No hablen en contra el uno del otro, hermanos. La persona que habla en contra de un hermano o juzga a su hermano, habla en contra de la ley y juzga la Ley de Dios. Si tú juzgas la ley, tú no estás obedeciendo la ley, sino siendo un juez de ella. 12 Sólo hay Uno que es dador de la ley y juez, Dios, Él que es capaz de salvar y de destruir. ¿Quién eres tú quien juzgas a tu vecino? 13 Escuchen, ustedes quienes dicen: "Hoy o mañana nosotros iremos a esta ciudad, y estaremos un año allí, y negociaremos, y haremos ganancias." 14 ¿Quién sabe lo que pasará mañana, y qué es tu vida después de todo? Pues tú eres como una niebla que aparece por un poco de tiempo y después se desvanece. 15 En cambio, ustedes deberían decir: "Si el Señor me lo permite, viviremos y haremos esto o aquello." 16 Pero ahora ustedes se jactan de sus planes. Toda jactancia es mala. 17 Así que, el que sabe hacer lo bueno, pero no lo hace; para él es pecado.

Capítulo 5

1 Vengan ahora, ustedes que son ricos, lloren en voz alta por las miserias que vienen sobre ustedes. 2 Sus riquezas se han podrido y sus ropas comidas por la polilla. 3 Su oro y su plata han quedado sin valor, y su corrosión testificará contra ustedes y consumirá sus carnes como fuego. Ustedes han acumulado su tesoro en los últimos días. 4 Miren, la paga de los labradores que cosechaban sus tierras, a quienes no han pagado, lloran en voz alta. Y los llantos de quienes cosecharon sus cultivos han alcanzado los oídos del Señor de los ejércitos. 5 Ustedes han vivido en lujos sobre la tierra y se han consentido a ustedes mismos. Ustedes han engordado sus corazones para el día de la matanza. 6 Han condenado y matado al hombre justo, quien no les resiste. 7 Por lo tanto sean pacientes, hermanos, hasta el regreso del Señor, como el agricultor espera la cosecha valiosa de la tierra, esperando pacientemente por ella, hasta que la lluvia temprana y tardía caiga. 8 Ustedes también sean pacientes; arreglen sus corazones, porque el regreso del Señor está cerca. 9 No se quejen, hermanos, unos contra los otros, para que no sean juzgados. Miren, el juez está parado en la puerta. 10 Tomen ejemplo, hermanos, del sufrimiento y la paciencia de los profetas quienes hablaron en el nombre del Señor. 11 Miren, nosotros llamamos aquellos que perseveraron, "bendecidos." Ustedes han oído de la paciencia de Job, y saben del propósito del Señor con Job, como el Señor está lleno de compasión y misericordia. 12 Sobre todo, mis hermanos, no juren, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por otro juramento. Pero dejen que su "sí" "signifique "sí" y su "no" signifique "no", para que no caigan bajo juicio. 13 ¿Hay alguno entre ustedes sufriendo?, que ore. ¿Hay alguno alegre?, que cante alabanzas. 14 ¿Hay alguno entre ustedes enfermo?, que llame a los ancianos de la iglesia, y dejen que los ancianos oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor, 15 y la oración de fe librará a la persona enferma, y el Señor lo levantará. Si la persona ha cometido pecado, Dios lo perdonará. 16 Entonces, confiesen sus pecados los unos a los otros, y oren los unos por los otros, para que puedan ser sanados. La oración del justo produce grandes efectos. 17 Elías era un hombre como nosotros. El oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió en la tierra por tres años y seis meses. 18 Y nuevamente oró, y los cielos derramaron lluvia sobre la tierra y la tierra produjo la cosecha. 19 Mis hermanos, si alguno de ustedes se extravía de la verdad, pero alguien lo hiciera volver, 20 esa persona debe saber que cualquiera que haga volver a un pecador de su camino de error, le salvará de la muerte y cubrirá una multitud de pecados.

1 Pedro
1 Pedro
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1 Pedro, un apóstol de Jesucristo, a los extranjeros de la dispersión, los escogidos, por todo Ponto, Galacia Capadocia, Asia, y Bitania, 2 de acuerdo al conocimiento de Dios el Padre, por la santificación del Espíritu Santo, por obediencia a Jesucristo y por el derramamiento de su sangre. Que la gracia sea en ustedes y que su paz se agrande. 3 Que el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo sea bendecido. En su gran misericordia, Él nos dió un nuevo nacimiento para la confianza de una herencia a través de la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4 porque la herencia que no perece no se contaminará, ni se borrará. Está reservada en el cielo para ustedes. 5 Por el poder de Dios ustedes están protegidos a través de la fe para la salvación que está lista para ser revelada en los últimos tiempos. 6 Ustedes regocíjense en esto, aunque ahora es necesario que sientan sufrimiento en muchas diferentes pruebas. 7 Esto es para que su fe sea probada, la fe que es más preciosa que el oro, el cual perece en el fuego que prueba su fe. Esto ocurre para que su fe sea encontrada como resultado de alabanza, gloria y honor ante la revelación de Jesucristo. 8 Ustedes no lo han visto a Él, pero ustedes le aman. Ustedes no lo ven ahora, pero ustedes creen en Él y ustedes están muy alegres con un gozo inexplicable que está lleno de gloria. 9 Ustedes están recibiendo el resultado de su fe, la salvación de sus almas. 10 Los profetas buscaron y preguntaron cuidadosamente sobre esta salvación, sobre la gracia que será de ustedes. 11 Ellos buscaron para saber que clase de salvación vendría. Ellos también buscaban para saber cuando el Espíritu de Cristo en ellos les estaba hablando a ellos. Esto estaba pasando mientras Él les estaba diciendo por adelantado sobre los sufrimientos de Cristo y las glorias que le seguirían. 12 Se le reveló a los profetas que ellos estaban sirviendo estas cosas, no para ellos mismos, sino para ustedes, la narración de estas cosas a través de aquellos que traen el evangelio a ustedes por medio del Espíritu enviado desde el cielo, cosas que hasta los ángeles quisieran se les revelaran. 13 Por lo tanto ceñid los lomos de nuestro entendimiento. Sed sobrios es su pensamiento. Tengan plena confianza en la gracia que les será traída a ustedes por la revelación de Jesucristo. 14 Como niños obedientes, no se conformen a los deseos que seguían cuando no tenían conocimiento. 15 Mas así como el que los llamó a ustedes es santo, ustedes, también, sed santos en toda su conducta en la vida. 16 Porque está escrito: "SED SANTOS, PORQUE YO SOY SANTO". 17 Y si ustedes llaman "Padre" al que juzga imparcialmente de acuerdo al trabajo de cada persona, pasen el tiempo de su viaje en reverencia. 18 Ustedes saben que no fue con oro ni plata, cosas perecederas, que ustedes han sido redimidos del comportamiento tonto que aprendieron de sus padres, 19 pero la sangre preciosa de Cristo, como la de un cordero sin tacha ni mancha. 20 Cristo fue elegido desde antes de la fundación del mundo, pero ahora en estos últimos tiempos, Él ha sido revelado a ustedes. 21 Ustedes creen en Dios por medio de Él, quien Dios levantó de los muertos y quien le dió gloria para que la fe y confianza estén puestas en Dios. 22 Ustedes hicieron sus almas puras por la obediencia a la verdad con el propósito del sincero amor fraternal, así que aménse uno al otro con amor sincero del corazón. 23 Ustedes han nacido otra vez, no de semilla que perece, más bien de semilla imperecedera, por la palabra viva y restante de Dios. 24 "PORQUE TODA CARNE ES COMO YERBA Y TODA SU GLORIA ES COMO LA FLOR DE LA YERBA. LA YERBA PERECE Y LA FLOR SE CAE, 25 PERO LA PALABRA DEL SEÑOR PREVALECE PARA SIEMPRE". Este es el mensaje que les fue proclamado como el evangelio a ustedes.

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1 Por lo tanto pongan a un lado toda maldad, engaño, hipocresía, y calumnia. 2 Sean como niños recién nacidos, deseando la leche pura espiritual, de modo que ustedes puedan crecer en salvación, 3 si es que has probado que el Señor es bueno. 4 Vengan a Él quienes sean piedras vivientes que hayan sido rechazadas por la gente, pero quienes fueron escogidos por Dios y son valiosos para él. 5 Ustedes también son piedras vivientes que están siendo construídas para ser casa espiritual, de modo que sea un santo sacerdocio para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por Cristo Jesús. 6 Dice la Escritura," MIRAD, YO PONGO EN SIÓN UNA PIEDRA ANGULAR, PRINCIPAL Y ESCOGIDA Y PRECIOSA. QUIEN CREA EN ÉL NO SERÁ AVERGONZADA." 7 Entonces el honor es para ustedes que creen. Pero, "LA PIEDRA QUE FUE RECHAZADA POR LOS CONSTRUCTORES, ÉSTA SE HA CONVERTIDO EN LA CABEZA DE LA ESQUINA", 8 y "UNA PIEDRA DE TROPIEZO Y ROCA DE TROPIEZO." Ellos tropiezan, desobedeciendo la palabra, por la cual ellos también fueron señalados. 9 Pero ustedes son una raza escogida, un real sacerdocio, una nación santa, una gente de posesión de Dios, por lo que ustedes anunciarán las acciones maravillosas de aquel que los llamo de la obscuridad a la luz maravillosa. 10 Ustedes una vez no eran gente, pero ahora ustedes son la gente de Dios. Ustedes no recibieron misericordia, pero ahora ustedes han recibido misericordia. 11 Amados, Yo les llamo como extranjeros y vagabundos para que se abstengan de deseos pecaminosos, por cuanto guerrean contra su alma. 12 Ustedes deben tener buen comportamiento entre los Gentiles, para que, si hablan de ustedes como habiendo hecho cosas malas, ellos puedan observar y alabar a Dios en el día de su venida. 13 Obedecer toda autoridad humana por la causa del Señor, ya sea al rey como supremo, 14 ya sea los gobernantes que han sido enviados a castigar a los malechores y alaben aquellos que hacen el bien. 15 Por tal es la voluntad de Dios, que al hacer el bien tu callas el hablar ignorante de la gente necia. 16 Como gente libre, no usen su libertad como pretexto para cubrir maldad, pero sean como siervos de Dios. 17 Honren toda la gente. Ama la hermandad. Teme a Dios. Honra al rey. 18 Sievos, estén sujetos a sus amos con todo respeto, no sólo a los amos buenos y gentiles, pero también a los maliciosos. 19 Por cuanto es loable si alguien padece dolor mientras sufre injusticia por conciencia ante Dios. 20 ¿Cuánto crédito hay si tu pecas y luego sufres al ser castigado? Pero si tú haz hecho bien y luego sufres siendo castigado, esto es loable ante Dios. 21 Para esto tu has sido llamado, porque Cristo también sufrió por tí, dejando un ejemplo para que puedas seguir en sus pisadas. 22 Él no cometió ningún pecado; tampoco se encontró engaño en su boca. 23 Cuando fue maldecido, Él no maldijo para atrás. Cuando Él sufrió, Él no amenazo para atrás, pero Él se dió así mismo a quien juzga justamente. 24 El mismo cargó nuestros pecados en su cuerpo al árbol, para que nosotros no tengámos mas parte en pecado, y para que podamos vivir para rectitud. Por sus contusiones ustedes han sido sanado. 25 Todos ustedes han estado vangando como ovejas perdidas, pero ahora han regresado al pastor y guardian de sus almas.

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1 En esta manera, ustedes que son esposas deben someterse a sus propios maridos, para que, aún si algunos son desobedientes a la palabra, por la conducta de sus esposas, ellos sean ganados sin alguna palabra, 2 porque ellos han visto tu conducta pura con honores para sí mismos. 3 No se realice esto con adornos externos, cabellos elaborados, joyas de oro, o ropas de modas. 4 Pero en su lugar la persona interna del corazón en incorrupción de un espíritu gentil y quieto, el que es precioso a los ojos de Dios. 5 Pues mujeres santas una vez se hayan ataviada de esta manera. Ellas tienan confianza en Dios y ellas se sometieron a sus propios esposos. 6 De esta manera Sarah obedeció a Abraham y lo llamó Señor. Ahora, ustedes son sus hijas, si ustedes hacen lo que bueno y si ustedes no le tienen miedo a los problemas. 7 De la misma manera, ustedes maridos deben vivir con sus esposas segun el conocimiento como la pareja femenina más debil, reconociéndolas como compañeras recipientes del regalo de vida. Hagan esto para que sus orarciones no sean estorbadas. 8 Finalmente, todos ustedes, sean afín, compasivos, amables como hermanos, de corazones tiernos, y humildes. 9 No pagen mal por mal o insulto por insulto; por el contrario, continuen bendiciendo, porque para esto ustedes fueron llamados, para que ustedes puedan heredar bendiciones. 10 EL QUE QUIERA AMAR LA VIDA Y VER DÍAS BUENOS DEBE PARAR SU LENGUA DEL MAL Y SUS LABIOS DE HABLAR ENGAÑO. 11 DEBE ALEJARSE DE LO QUE ES MALO Y HACER LO QUE ES BUENO. DEBE BUSCAR LA PAZ Y LA SEGUIRLA. 12 LOS OJOS DEL SEÑOR VEN LO RECTO Y SUS OIDOS ESCUCHAN SUS PLEGARIAS. PERO EL ROSTRO DEL SEÑOR ESTÁ ENCONTRA DE AQUELLOS QUE HACEN EL MAL." 13 ¿Quién es el que te hará daño, si tu deseas lo que es bueno? 14 Pero si tú sufres por causa de la justicia, tú eres bendecido. NO TEMAS LO QUE ELLOS TEMEN. NO SE TURBEN. 15 En lugar, pon aparte a Cristo el Señor como preciado en sus corazones. Siempre estes preparado para contestarle a todos quienes les pregunten porque tu tienes confianza en Dios. 16 Hagan esto con mansedumbre y respeto. Tengan una buena consciencia para que la gente que insulte su buena vida en Cristo puedan ser avergonzados porque ellos están hablando en contra de ti como si fueras un malhechor. 17 Es mejor, si Dios desea, que tú sufras por hacer el bien que por hacer el mal. 18 Cristo también sufrió una vez por pecados. Él que es recto sufrió por nosotros, quienes eramos perversos, para que Él nos trajera a Dios. Él fue puesto a muerte en la carne, pero Él fue hecho vivo en el Espiritu. 19 Él fue a predicarle a los espiritus los cuales ahora estan en prision. 20 Ellos fueron desobedientes cuando la paciencia de Dios estaba esperando en los dias de Noe, en los días de la construcción del arca, y Dios salvó a poca gente -ocho almas- por el agua. 21 Este es el símbolo del bautismo que los salva ahora, no como un lavado de sucio del cuerpo, pero como la apelación de una buena consciencia a Dios, por medio de la resurección de Jesucristo. 22 Él está a la mano derecha de Dios. Él se fue al cielo. Ángeles, autoridades y poderes tienen que someterse a Él.

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1 Por lo tanto, porque Cristo sufrió en la carne, armense ustedes con la misma intención. Quien haya sufrido en la carne ha cesado de pecar. 2 Esa persona ya no vive para deseos humanos, pero para la voluntad de Dios, por el resto de su vida. 3 Porque ha pasado suficiente tiempo para hacer lo que los Gentiles gustan de hacer: sensualidad, lujurias, borrachera, bacanales, orgías, fiestas salvajes e idolatrías abomibables. 4 Ellos creen que es extraño que ustedes ya no hagan esas cosas con ellos, así que ellos hablan mal de ustedes. 5 Ellos rendirán cuentas a aquel que está listo para juzgar a los vivos y a los muertos. 6 Con ese propósito el evangelio fue predicado a aquellos quienes habían muerto, que aunque habían sido juzgado en sus cuerpos como humanos, puedan vivir de acuerdo con Dios en el espíritu. 7 El final de todas las cosas viene. Por lo tanto, sean de mente prudente, y sean sobrios en sus pensamientos por el bien de sus oraciones. 8 Ante todas las cosas, sean fervientes en su amor unos con otros, porque el amor no busca descubrir los pecados de los otros. 9 Muestren hospitalidad unos a otros sin quejarse. 10 Como cada uno de ustedes ha recibido un don, úsenlo para servirse uno a otro, como buenos mayordomos de los regalos gratis de Dios. 11 Si alguien habla, que sea como el oráculo de Dios; si alguien ofrece un servicio, sea como la fortaleza que Dios provee, así que en todas las cosas, Dios sea glorificado por medio de Jesucristo. La gloria y el poder pertenecen a Él por siempre y para siempre. Amén. 12 Amados, no consideren el juicio ardiente que viene como algo extraño, como si cosa extraña les estuviera ocurriendo. 13 Pero cuanto mucho ustedes experimenten los sufrimientos de Cristo, regocíjense, para que así puedan regocijarse y estar alegres ante la revelación de Su gloria. 14 Si son insultados por el nombre de Cristo, ustedes son bendecidos porque el Espíritu de gloria y el Espíritu de Dios está sobre ustedes. 15 Pero que ninguno de ustedes sufra como un asesino, un ladrón, un malhechor, o un entrometido. 16 Sin embargo, si alguno sufre como cristiano, que no se sienta avergonzado, sino déjenlo que glorique a Dios en ese nombre. 17 Porque éste es el tiempo para que el juicio comience con la casa de Dios. Y si comienza con nosotros, ¿cúal sería el resultado para éstos quienes no obedecen el evangelio de Dios? 18 Y si el hombre justo es salvo mediante dificultades, ¿qué vendrá para la persona impía y pecadora? 19 Por lo tanto, aquellos quienes sufren conforme a la voluntad de Dios confíen sus almas al fiel Creador, mientras ellos hacen el bien.

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1 Exhorto a los ancianos entre ustedes, yo, quien soy también un anciano y un testigo del sufrimiento de Cristo, y quien soy también participante de la gloria que ha de ser revelada. 2 Por lo tanto, yo los exhorto, ancianos, atiendan al rebaño de Dios que está entre ustedes. Cuiden de ellos, no porque sea su obligación, sino porque desean hacerlo, de acuerdo a Dios. Velen por ellos, no por dinero deshonesto, pero voluntariamente. 3 No actúen como amos con la gente que está bajo su cuidado, más bien sean un ejemplo para el rebaño. 4 Cuando el Pastor Principal sea revelado, recibirán una corona de gloria que no desmerece. 5 De la misma forma, ustedes hombres jóvenes, sométanse a los hombres mayores. Todos ustedes cíñanse con humildad y sírvanse unos a otros, pues Dios resiste al orgulloso, más Él da gracia al humilde. 6 Por lo tanto humíllense bajo la mano poderosa de Dios para que Él les exalte en su debido tiempo. 7 Depositen toda su anciedad en Él, porque Él cuida de ustedes. 8 Sean sobrios y sean vigilantes. Su adversario, el diablo, es como un león rugiente, está asechando en derredor, buscando a alguno para devorarlo. 9 Levántense en contra del él. Sean fuertes en su fe. Sepan que su hermandad que está en el mundo están soportando los mismos sufrimientos. 10 Después que sufran por un rato, el Dios de toda gracia, quien los llamó a su gloria eternal en Cristo, les perfeccionará, les establecerá y les forlalecerá. 11 A Él sea el dominio por siempre y siempre. Amén. 12 Yo considero a Silvano como un hermano fiel, y yo les he escrito a ustedes brevemente por medio de él. Yo les exhorto y les testifico que lo que yo les he escrito es la verdadera gracia de Dios. Descansen en ella. 13 La que está en Babilonia, quien es elegida junto con ustedes, les saluda. 14 Salúdense unos a los otros con un beso de amor. Que la paz sea con ustedes todos los que están en Cristo.

2 Pedro
2 Pedro
Capítulo 1

1 Simón Pedro, un esclavo y apóstol de Jesucristo, a aquéllos que han recibido la misma preciosa fe como nosotros hemos recibido, fe en la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo. 2 Que la gracia y la paz aumente la medida del conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor. 3 Todas las cosas concernientes al divino poder para la vida y la devoción han sido dadas a nosotros a través del conocimiento de Dios, Quien nos llamó a través de Su propia gloria y virtud. 4 A través de éstos, Él nos dio preciosas y grandes promesas, para que ustedes pudieran ser partícipes en la naturaleza divina, mientras ustedes escapan de la corrupción que está en el mundo de deseos perversos. 5 Por esta razón, hagan lo mejor para añadir virtud mediante su fe, y mediante su virtud, conocimiento. 6 Mediante su conocimiento, añaden dominio propio, y mediante su dominio propio, añaden resistencia, y mediante su resistencia, añaden devoción. 7 Mediante su devoción, añaden afecto fraternal, y por su afecto fraternal, añaden amor. 8 Si estas cosas están en ustedes y crecen en ustedes, no serán estériles o sin fruto en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 9 Pero cualquiera que carezca de estas cosas sólo ve lo que está cerca; es ciego. Él ha olvidado la limpieza de sus viejos pecados. 10 Por tanto, hermanos, hagan lo mejor para hacer su llamado y elección seguros para ustedes mismos. Si ustedes hacen estas cosas, no tropezaran. 11 De esta manera, una entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo será ricamente concedida a ustedes. 12 Por tanto yo estaré siempre preparado para recordarles a ustedes estas cosas, a pesar de que ustedes las conocen y a pesar de que están firmes en la verdad ahora. 13 Yo pienso que es justo para mí animarlos y recordarles sobre estas cosas, mientras yo estoy en esta tienda. 14 Porque yo sé que pronto removeré mi tienda, como el Señor Jesucristo me ha mostrado. 15 Yo haré lo mejor para que ustedes siempre recuerden estas cosas luego de mi partida. 16 Pues nosotros no seguimos mitos hábilmente inventados cuando nosotros les contamos sobre el poder y la aparición del Señor Jesucristo. En su lugar fuimos testigos oculares de Su majestad. 17 Pues Él recibió de Dios el Padre honor y gloria cuando una voz fue expresada a Él por la majestuosa Gloria diciendo: "Éste es mi Hijo, el Amado, del cual estoy muy complacido." 18 Nosotros escuchamos esta voz que provino del cielo, mientras estábamos con Él en la montaña santa. 19 Tenemos esta palabra profética hecha más segura. Ustedes hacen bien prestando atención. Es como una lámpara brillando en un lugar oscuro hasta que llegue la mañana y la estrella de la mañana amanezca en sus corazones. 20 Sepan esto primero, que ninguna profecía es para la propia interpretación. 21 Porque ninguna profecía jamás vino de la voluntad del hombre. En su lugar, hombres movidos por el Espíritu Santo quienes hablaron de Dios.

Capítulo 2

1 Falsos profetas vinieron al pueblo, y falsos maestros también vendrán a ustedes. Ellos secretamente traerán con ellos herejías destructivas, y ellos negarán al Maestro quien los compró. Ellos están trayendo rápida destrucción sobre sí mismos. 2 Muchos seguirán sus sensualidades, y por medio de ellos el camino a la verdad será blasfemado. 3 Con codicia ellos harán ganancias de ustedes con palabras engañosas. Su condenación tardará mucho; su destrucción no duerme. 4 Pues Dios no perdonó a los ángeles que pecaron. Por lo contrario, los envió abajo a Tártaro para mantenerlos encadenados en profunda oscuridad hasta el juicio. 5 Tampoco perdonó el mundo antiguo. En su lugar preservó a Noé, un heraldo de la justicia, junto con otros siete, cuando trajo una inundación sobre el mundo de los impíos. 6 Dios también redujo las ciudades de Sodoma y Gomorra a cenizas y las condenó a destrucción, como ejemplo de lo que le pasará a los impíos. 7 Pero para Lot el justo, quien estaba grandemente afligido por la conducta de los hombres sin ley, en sensualidades, Dios lo rescató. 8 Pues ese hombre justo, quien vivió entre ellos día tras día, estaba atormentando su alma justa por lo que él veía y escuchaba. 9 El Señor sabe cómo rescatar a hombres piadosos de las pruebas, y cómo retener a hombres injustos para el castigo en el día del juicio. 10 Esto es especialmente cierto para aquellos que continúan en sus deseos corruptos de la carne y desprecian la autoridad. Ellos son audaces y obstinados. Ellos no están temerosos de blasfemar a los gloriosos. 11 Los ángeles tienen mayor fuerza y poder, pero ellos no traen juicios insultantes contra ellos al Señor. 12 Pero estos animales imbéciles son naturalmente hechos para la captura y destrucción. Ellos no saben lo que insultan. Ellos serán destruidos. 13 Ellos recibirán la paga de sus malas acciones. Ellos piensan que lujos durante el día son un placer. Ellos son manchas y tachas. Ellos disfrutan sus placeres engañosos mientras festejan con ustedes. 14 Ellos tienen los ojos llenos de mujeres adúlteras; nunca se sacian del pecado. Ellos seducen las almas inestables a hacer cosas malas, y tienen sus corazones instruidos en codicia. ¡Son hijos de una maldición! 15 Ellos han abandonado el camino recto. Se desviaron y han seguido el camino de Balaam, hijo de Beor, quien amó recibir pago por injusticia. 16 Pero él obtuvo una reprensión por su propia transgresión. Un burro mudo hablando con una voz humana detuvo la locura del profeta. 17 Estos hombres son como manantiales sin agua. Son como nubes que una tormenta dirige. Densa oscuridad está reservada para ellos. 18 Ellos hablan con vana arrogancia, ellos seducen a las personas a través de las lujurias de la carne. Ellos seducen a las personas que tratan de escapar de aquéllos que viven en error. 19 Les prometen libertad, pero ellos mismos son esclavos de la corrupción. Pues un hombre es esclavo de cualquier cosa que lo domina. 20 Cualquiera que escape las deshonras del mundo a través del conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, y entonces regresa a aquéllas deshonras otra vez, su último estado será para ellos peor que el primero. 21 Sería mejor para ellos no haber conocido el camino de la justicia que conocerlo y alejarse del mandato sagrado que les fue entregado. 22 Este proverbio es cierto para ellos: "El perro regresa a su propio vómito. El puerco lavado regresa al lodo."

Capítulo 3

1 Ahora, yo les escribo a ustedes, amados, esta segunda carta para remover su entendimiento sincero, 2 de modo que ustedes puedan recordar las palabras dichas antes por los santos profetas y del mandamiento de nuestro Señor y Salvador dado mediante sus apóstoles. 3 Sepan esto primero, burladores vendrán en los últimos días. Ellos se burlaran y procederán conforme a sus propios deseos. 4 Ellos dirán: "¿Dónde está la promesa de Su regreso? Desde que nuestros padres duermen, todas las cosas permanecen igual, desde el principio de la creación." 5 Ellos intencionalmente olvidan que los cielos y la tierra vinieron a existir fuera del agua y por medio del agua, hace mucho, por orden de Dios, 6 y que mediante estas cosas, el mundo en aquel tiempo, fue destruido siendo inundado por el agua. 7 Pero ahora los cielos y la tierra están reservados por esa misma orden para el fuego. Ellos están reservados para el día del juicio y la destrucción de los impíos. 8 Esto no debe escapar a su atención, amados, que un día con el Señor es como mil años y mil años como un día. 9 El Señor no se mueve lentamente con respecto a Sus promesas, como algunos consideran que es lentitud. En su lugar es paciente hacia ustedes. Él no desea que ninguno de ustedes perezca, pero sí desea dar espacio para que todos se arrepientan. 10 Sin embargo, el día del Señor vendrá como un ladrón. Los cielos pasarán con un gran ruido. Los elementos serán quemados con fuego, y la tierra y las obras en ella serán reveladas. 11 Ya que todas estas cosas serán destruidas de esta manera, ¿qué clase de personas deben ser ustedes? Ustedes deben vivir vidas santas y devotas. 12 Deben esperar y apresurar la llegada del día de Dios. En ese día, los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se derretirán en intenso calor. 13 Pero de acuerdo a Su promesa, nosotros esperamos por los cielos nuevos y la tierra nueva, donde mora la justicia. 14 Por lo tanto, amados, mientras ustedes esperan estas cosas, hagan lo mejor para que sean hallados sin manchas e inocentes ante Él, en paz. 15 También, consideren la paciencia de nuestro Señor para salvación, tal como nuestro amado hermano Pablo les escribió a ustedes, de acuerdo a la sabiduría que a él le fue dada. 16 Pablo habla de estas cosas en todas sus cartas, en las que hay cosas que son difíciles de entender. Hombres ignorantes e inestables tuercen estas cosas, como también ellos hacen a otras escrituras, para su propia destrucción. 17 Por lo tanto, amados, como ya saben estas cosas, guárdense ustedes mismos para que no se extravíen por el engaño de la gente sin ley y ustedes pierdan su propia fidelidad. 18 Pero crezcan en la gracia y conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Que la gloria sea a Él, ahora y siempre. ¡Amén!

I Juan
I Juan
Capítulo 1

1 Aquello que fue desde el principio, lo que hemos escuchado, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y que nuestras manos han tocado, es acerca de la palabra de vida. 2 También, la vida fue manifestada, y hemos visto, y damos testimonio de ella. Nosotros les anunciamos a ustedes la vida eterna, la cual estuvo con el Padre, y que fue manifestada a nosotros. 3 Aquello que hemos visto y escuchado, le declaramos también a ustedes, a fin de que ustedes puedan tener compañerismo con nosotros. Nuestro compañerismo es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo. 4 También les escribimos estas cosas a ustedes para que nuestro gozo sea completo. 5 Este es el mensaje que hemos escuchado de Él y les anunciamos a ustedes: Dios es luz y en Él no hay nada de oscuridad. 6 Si decimos que tenemos compañerismo con Él y andamos en la oscuridad, estamos mintiendo y no practicamos la verdad. 7 Pero si caminamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos compañerismo con otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. 9 Pero si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda injusticia. 10 Si decimos que no hemos pecado, Lo hacemos a Él mentiroso, y Su palabra no está en nosotros.

Capítulo 2

1 Hijos, les escribo estas cosas para que no pequen. Pero si alguien peca, tenemos un abogado con el Padre, Jesucristo --el que es Justo. 2 Él es la propiciación por nuestros pecados, y no por los nuestros solamente, sino también por el mundo entero. 3 Por esto sabemos que Lo conocemos, si guardamos Sus mandamientos. 4 El que dice: "Conozco a Dios," pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. 5 Pero quien siempre guarda Su palabra, ciertamente, es en esa persona que el amor de Dios ha sido perfeccionado. Por esto sabemos que estamos en Él. 6 El que dice que permanece en Dios debe caminar como Jesucristo caminó. 7 Amados, no les estoy escribiendo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo que ustedes han tenido desde el principio. El mandamiento antiguo es la Palabra que ustedes escucharon. 8 Sin embargo, les estoy escribiendo un mandamiento nuevo, que es cierto en Cristo y en ustedes, porque la oscuridad está pasando, y la verdadera luz ya está brillando. 9 El que dice que está en la luz y odia a su hermano, aún está en la oscuridad. 10 Quien ama a su hermano permanece en la luz y no hay ocasión de tropiezo en él. 11 Pero el que odia a su hermano está en la oscuridad y camina en la oscuridad; él no sabe a dónde va, porque la oscuridad ha cegado sus ojos. 12 Les escribo, estimados hijos, porque sus pecados han sido perdonados por causa de Su nombre. 13 Les escribo a ustedes, padres, porque ustedes conocen a Aquél que es desde el principio. Les escribo a ustedes, jóvenes, porque ustedes han vencido al maligno. Les he escrito a ustedes, niñitos, porque ustedes conocen al Padre. 14 Les he escrito a ustedes, padres, porque conocen a Aquél que es desde el principio. Les he escrito a ustedes, jóvenes, porque son fuertes, y la Palabra de Dios permanece en ustedes, y porque han vencido al maligno. 15 No amen al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que está en el mundo --el deseo de la carne, el deseo de los ojos, y la arrogancia de la vida-- no son del Padre, sino del mundo. 17 El mundo y sus deseos están pasando. Mas quien hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 18 Niñitos, ésta es la última hora. Así como han escuchado que viene el anticristo, ahora muchos anticristos han venido. Por esto sabemos que es la última hora. 19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros. Porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros. Pero cuando salieron, eso mostró que ellos no son de nosotros. 20 Pero ustedes tienen una unción del Santo, y todos ustedes conocen la verdad. 21 No les escribo porque no conocen la verdad, sino porque ustedes sí la conocen y porque ninguna mentira es de la verdad. 22 ¿Quién es el mentiroso sino aquel que niega que Jesús es el Cristo? Esta persona es el anticristo, ya que niega al Padre y al Hijo. 23 Nadie quien niega al Hijo tiene al Padre. Aquel que reconoce al Hijo tiene también al Padre. 24 En cuanto a ustedes, permitan que lo que escucharon desde el principio permanezca en ustedes. Si lo que ustedes escucharon desde el principio permanece en ustedes, permanecerán en el Hijo y en el Padre. 25 Y esta es la promesa que Él nos dio: la vida eterna. 26 He escrito estas cosas a ustedes acerca de los que pudieran desviarlos. 27 Y en cuanto a ustedes, la unción que recibieron de Él permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Pero así como su unción les enseña acerca de todas las cosas y es verdad y no es mentira, y así como les ha enseñado, permanezcan en Él. 28 Y ahora, amados hijos, permanezcan en Él, para que cuando Él aparezca, podamos nosotros mostrar osadía y no vergüenza ante Él en Su venida. 29 Si ustedes saben que Él es justo, saben que todo el que hace lo que es justo es nacido de Él.

Capítulo 3

1 Miren qué clase de amor el Padre nos ha dado a nosotros, que podemos ser llamados hijos de Dios, y esto es lo que somos. Por esta razón, el mundo no nos conoce, porque no lo conocen a Él. 2 Amados, ahora nosotros somos hijos de Dios, y aún no ha sido revelado lo que seremos. Sabemos que cuando Cristo aparezca, seremos como Él, pues Le veremos a Él tal cual es. 3 Y todo aquel que tiene esta confianza en el futuro fijada en Él se purifica a sí mismo, así como Él es puro. 4 Todo el que continúa pecando está haciendo lo que es ilegal, porque el pecado es no obedecer la ley. 5 Ustedes saben que Cristo fue revelado a fin de quitar los pecados. Y en Él no hay pecado. 6 Nadie que permanece en Él continúa pecando. Nadie que continúa pecando Lo ha visto ni Le conoce. 7 Apreciados hijos, no permitan que nadie los extravíe. El que hace justicia es justo, así como Cristo es justo. 8 El que peca es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. Por esta razón el Hijo de Dios fue revelado, a fin de poder destruir las obras del diablo. 9 Quien haya nacido de Dios no peca porque la semilla de Dios permanece en él. Él no puede seguir pecando porque ha nacido de Dios. 10 En esto los hijos de Dios y los hijos del diablo se dan a conocer. Quien no haga lo que es justo no es de Dios, tampoco lo es quien que no ame a su hermano. 11 Pues este es el mensaje que ustedes escucharon desde el principio, que nos amemos los unos a los otros, 12 no como Caín que era del maligno y mató a su hermano. Y ¿por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano eran justas. 13 No se sorprendan, mis hermanos, si el mundo los odia. 14 Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. Cualquiera que no ama permanece muerto. 15 Cualquiera que odia a su hermano es un asesino. Y ustedes saben que la vida eterna no permanece en un asesino. 16 Por esto conocemos el amor, porque Cristo dio Su vida por nosotros. Nosotros también debemos dar nuestra vida por los hermanos. 17 Pero quien tenga los bienes del mundo, viendo a su hermano en necesidad y cierra su corazón de compasión hacia él, ¿cómo permanece el amor de Dios en él? 18 Mis queridos hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con hechos y verdad. 19 En esto sabemos que somos de la verdad y aseguramos nuestro corazón ante Él. 20 Porque si nuestros corazones nos condenan, Dios es más grande que nuestros corazones, y conoce todas las cosas. 21 Amados, si nuestros corazones no nos condenan, tenemos confianza hacia Dios. 22 Todo lo que le pedimos, lo recibiremos de Él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables ante Él. 23 Y este es Su mandamiento --que debemos creer en el nombre de Su Hijo Jesucristo y que nos amemos unos a otros-- así como Él nos dio este mandamiento. 24 El que guarda los mandamientos de Dios permanece en Él, y Dios permanece en él. Por esto sabemos que Él permanece en nosotros, por el Espíritu que Él nos dio.

Capítulo 4

1 Amados, no crean a todo espíritu, sino prueben los espíritus para ver si provienen de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo. 2 En esto ustedes conocerán el Espíritu de Dios -- todo espíritu que reconoce que Jesucristo ha venido en la carne es de Dios, 3 y todo espíritu que no reconoce a Jesús no es de Dios. Este es el espíritu del anticristo, que ustedes han escuchado que viene, y que ya está en el mundo. 4 Ustedes son de Dios, amados hijos, y los han vencido, porque Aquél que está en ustedes es mayor que aquél que está en el mundo. 5 Ellos son del mundo, por lo tanto, lo que ellos dicen es del mundo y el mundo los escucha. 6 Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha. Quien no es de Dios no nos escucha. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error. 7 Amados, vamos a amarnos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. 8 La persona que no ama no conoce a Dios, pues Dios es amor. 9 En esto el amor de Dios fue revelado entre nosotros, en que Dios ha enviado a Su Hijo Unigénito al mundo para que podamos vivir por causa de Él. 10 En esto consiste el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados. 11 Amados, si Dios nos amó tanto, nosotros también nos debemos amar los unos a los otros. 12 Nadie nunca ha visto a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y Su amor es perfeccionado en nosotros. 13 En esto sabemos que permanecemos en Él y Él en nosotros, porque nos ha dado de Su Espíritu. 14 También, nosotros hemos visto y hemos dado testimonio de que el Padre ha enviado a Su Hijo para ser el Salvador del mundo. 15 Cualquiera que reconozca que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. 16 También sabemos y hemos creído el amor que Dios nos tiene. Dios es amor, y todo el que permanece en este amor, permanece en Dios, y Dios permanece en él. 17 Por esto, este amor se ha perfeccionado entre nosotros, para que podamos tener confianza en el día del juicio, porque así como Él es, así somos nosotros en el mundo. 18 No hay temor en el amor. Sino que el amor perfecto echa fuera el temor, porque el temor tiene que ver con el castigo. Pero el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. 19 Nosotros amamos, porque Dios nos amó primero. 20 Si alguien dice: "Amo a Dios," pero odia a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a Quien no ha visto. 21 Así que este es el mandamiento que tenemos de Él: el que ama a Dios tiene también que amar a su hermano.

Capítulo 5

1 Cualquiera que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios. Y cualquiera que ama al Padre también ama a Aquél que fue nacido de Él. 2 En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y obedecemos sus mandamientos. 3 Porque esto es el amor para Dios; que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son gravosos. 4 Porque todo el que es nacido de Dios vence al mundo. Y esta es la victoria que ha vencido el mundo, nuestra fe. 5 ¿Quién es aquél que vence el mundo? El que cree que Jesús es el Hijo de Dios. 6 Este es Aquél que ha venido por agua y sangre, el mismo Jesucristo, no solo por agua, sino por agua y por sangre. 7 Pues son tres los que dan testimonio: 8 el Espíritu, el agua y la sangre. Estos tres están de acuerdo. 9 Si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor. Pues el testimonio de Dios es éste, que ha dado testimonio acerca de Su Hijo. 10 Todo aquel que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo. Todo aquel que no cree a Dios Lo ha hecho mentiroso, porque no ha creído el testimonio que Dios ha dado acerca de Su Hijo. 11 Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en Su Hijo. 12 Aquel que tiene al Hijo tiene vida; aquel que no tiene al Hijo de Dios no tiene vida. 13 Les he escrito estas cosas a ustedes, que creen en el Nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen la vida eterna. 14 También, esta es la confianza que tenemos ante Él, que, si Le pedimos cualquier cosa de acuerdo a Su voluntad, Él nos escucha. 15 Y si sabemos que Él nos escucha, cualquier cosa que Le pedimos, sabemos que tenemos las peticiones que Le hayamos presentado. 16 Si alguien ve a su hermano cometer un pecado que no resulta en muerte, debe orar, y Dios le dará vida me refiero a aquellos que pecan, pero no de muerte. Hay un pecado que resulta en muerte, no digo que él deba orar sobre eso. 17 Toda injusticia es pecado; pero hay un pecado que no es de muerte. 18 Sabemos que cualquiera que es nacido de Dios no peca; pero la persona que ha nacido de Dios, Dios la guarda del mal, y el maligno no puede lastimarlo. 19 Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero yace bajo el control del maligno. 20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha brindado entendimiento, para que podamos conocer a quien es verdadero. También estamos en Él aquel que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios y la vida eterna. 21 Hijos, guárdense de los ídolos.

2 Juan
2 Juan
Capítulo 1

1 Del anciano para la dama elegida y a sus hijos; a quienes yo amo en verdad y no solo yo, sino también todos aquellos quienes han conocido la verdad. 2 Por causa de la verdad que permanece en nosotros y estará con nosotros para siempre. 3 Gracia, misericordia y paz serán con nosotros, de Dios el Padre y de Jesucristo, El Hijo del Padre, en verdad y amor. 4 Me regocijo mucho al haber encontrado algunos de tus hijos caminando en verdad; justo como nosotros hemos recibido este mandato del Padre. 5 Y ahora yo le suplico a usted dama, no como si yo le escribiera un mandato nuevo, sino el que hemos tenido desde el principio, que debemos amarnos unos a los otros. 6 Y esto es el amor, que debemos caminar según Sus mandamientos. Éste es el mandamiento, según usted lo escuchó desde el principio, que usted debe caminar en él. 7 Pues muchos engañadores han salido al mundo, y ellos no confiesan que Jesucristo vino en la carne. Este es el engañador y el anticristo. 8 Miren así mismo, que ustedes no pierdan las cosas por las cuales todos nosotros hemos trabajado, para que ustedes reciban una recompensa completa. 9 Cualquiera que se excede y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios. Aquel que permanece en la enseñanza tiene ambos, al Padre y al Hijo. 10 Si alguien viene a usted y no le trae esta enseñanza, no lo reciba en su casa y no le salude. 11 Porque aquel que lo saluda participa en sus malas obras. 12 Tengo muchas cosas que escribirles, pero no deseo escribirlas en papel y tinta. Pero espero ir a ustedes y hablarles cara a cara para que nuestro gozo sea completo. 13 Los hijos de su hermana elegida le saludan.

3 Juan
3 Juan
Capítulo 1

1 El anciano al amado Gayo, a quien amo en verdad. 2 Amado, yo oro para que tú seas prosperado en todas las cosas y estés en salud, así como prospera tu alma. 3 Porque me regocijé grandemente cuando los hermanos vinieron y dieron testimonios de tu verdad, así como de tu caminar en la verdad. 4 Yo no tengo mayor gozo que este, escuchar que mis niños caminan en la verdad. 5 Amado, tú practicas la fidelidad donde quiera que tu trabajas para los hermanos y los extraños, 6 quienes han dado testimonio de tu amor delante de la iglesia. Tú haces bien en enviarlos en su viaje de una manera digna de Dios, 7 porque por causa del Nombre ellos salieron, sin tomar nada de los gentiles. 8 Nosotros por lo tanto debemos acoger a tales personas, de modo que podamos ser compañeros de trabajo en la verdad. 9 Yo escribí algo a la congregación, pero Diótrefes, quien ama ser el primero entre ellos, no nos recibió. 10 Por lo tanto, si yo fuere, recordaré las obras que hace, como él dice cosas ridículas contra nosotros con palabras malvadas. Y no contento con estas obras, él mismo no recibe a los hermanos. Él les prohíbe a los que así desean hacerlo y los dirige fuera de la congregación. 11 Amado, no imites lo que es malo sino lo que es bueno. El que hace lo bueno es de Dios. El que hace la maldad no ha visto a Dios. 12 De Demetrio es dado testimonio por todos y por la verdad misma. Nosotros también damos testimonio, y ustedes saben que nuestro testimonio es verdadero. 13 Yo tengo muchas cosas que escribirles, pero yo no deseo escribirlas con pluma y tinta. 14 Pero yo espero verles pronto, y hablaremos cara a cara. 15 La paz sea con ustedes. Los amigos les saludan. Saluden a los amigos por nombre.

Judas
Judas
Capítulo 1

1 Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a ésos que son llamados, amados en Dios el Padre, y guardados para Jesucristo: 2 que la misericordia y la paz y el amor les sean multiplicados. 3 Amados, mientras hacía todo esfuerzo para escribirles acerca de nuestra salvación en común, yo les tenía que escribir para exhortarlos a luchar esforzadamente por la fe que una vez le fue dada a los creyentes. 4 Porque ciertos hombres se han metido secretamente entre ustedes. Estos son hombres que fueron marcados para la condenación. Ellos son hombres impíos, quienes cambian la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Amo y Señor, Jesucristo. 5 Ahora les quiero recordar, aunque ustedes una vez lo sabían todo, que el Señor salvó a una gente sacándolos de la tierra de Egipto, pero que después destruyó a aquellos que no creyeron. 6 También a los ángeles que no guardaron su propia posición de autoridad, que abandonaron su propia morada, Dios los ha mantenido en cadenas eternas, en la más absoluta oscuridad, para el juicio en el gran día. 7 Es como Sodoma y Gomorra y las ciudades a su alrededor, que en manera similar se dieron a sí mismos a inmoralidad sexual y persiguieron deseos antinaturales. Fueron exhibidos como ejemplo de esos quienes sufren el castigo en el fuego eterno. 8 De igual manera, estos soñadores también contaminan sus cuerpos. Rechazan la autoridad, y hablan difamaciones en contra de los seres gloriosos. 9 Pero hasta el arcángel Miguel, cuando discutía con el diablo y contendía con él sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió a traer juicio difamatorio en contra de él. En su lugar dijo: "¡Que el Señor te reprenda!" 10 Pero esta gente insulta todas las cosas que no entienden. Y lo que sí entienden-- lo que los animales irracionales saben por instinto-- estas cosas son las que los destruyen. 11 ¡Ay de ellos! Porque ellos han caminado en los pasos de Caín, y se han hundido en los errores de Balaam por recompensa. Ellos han perecido en la rebelión de Coré. 12 Estos son aquellos que son arrecifes ocultos en sus fiestas de amor. Ellos festejan desvergonzadamente, alimentándose solo ellos mismos. Ellos son nubes sin agua, llevadas por vientos. Ellos son árboles de otoño sin fruto, doblemente muertos, arrancados por las raíces. 13 Son olas violentas en el mar, espumeando su propia vergüenza. Son estrellas errantes, para quienes la oscuridad de las tinieblas ha sido reservada para siempre. 14 Enoc, el séptimo desde Adán profetizó acerca de ellos, diciendo: "¡Miren! el Señor viene con miles y miles de Sus santos. 15 Él viene a ejecutar juicio sobre todos. Él viene a condenar a todos los impíos de todos los trabajos que han hecho de una manera impía, y de todas las palabras duras, las cuales los pecadores impíos han hablado en contra de Él." 16 Éstos son murmuradores, quejumbrosos, quienes persiguen sus deseos malignos. Ellos son ruidosos jactanciosos, quienes, para su beneficio, alaban a otros. 17 Pero ustedes, amados, recuerden las palabras que les fueron habladas en el pasado por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. 18 Ellos les dijeron a ustedes: "En el último tiempo habrá burladores, quienes van tras sus propios deseos impíos." 19 Estos son personas que causan división; son mundanos, y no tienen el Espíritu. 20 Pero ustedes, amados, edifíquense en su santa fe orando en el Espíritu Santo. 21 Manténganse en el amor de Dios y esperen por la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, que les trae vida eterna. 22 Sean misericordiosos con aquellos que dudan. 23 Salven a otros arrebatándolos del fuego. A otros muestren misericordia con temor. Odien aún las vestiduras manchadas por la carne. 24 Ahora a Aquél que es capaz de mantenerlos sin tropezar, y para hacerlos pararse ante Su gloriosa presencia, sin mancha y con gran gozo, 25 al único Dios nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea gloria, majestad, dominio y poder, ante todo tiempo, ahora, y por siempre. Amén.

Apocalipsis
Apocalipsis
Capítulo 1

1 Esta es la revelación de Jesucristo, que Dios le dio para mostrar a sus servidores lo que pronto deberá ocurrir. Él lo hizo saber enviando su ángel a su siervo Juan. 2 Juan dio testimonio acerca de todo lo que vio sobre la palabra de Dios y sobre el testimonio dado sobre Jesucristo. 3 Bendito el que lee, y quienes oyen las palabras de esta profecía y quienes obedecen lo que está escrito en ella, porque el tiempo está cerca. 4 Juan, a las siete iglesias en Asia: Gracia a ustedes y paz de Aquel que es, y que era, y que vendrá, y de los siete espíritus que están delante de su trono, 5 y de Jesucristo, quien es el Testigo fiel, el Primogénito de los muertos, y el gobernante de los reyes de la tierra. Aquel quien nos ama y nos ha libertado de nuestros pecados por su sangre, 6 Él nos ha hecho un reino, sacerdotes para su Dios y Padre —a Él sea la gloria y el poder por siempre y para siempre. Amén. 7 Miren, Él viene con las nubes; todo ojo lo verá, incluyendo a aquellos que lo traspasaron. Todas las tribus de la tierra llorarán por Él. Sí, Amén. 8 "Yo soy el Alfa y la Omega," dice el Señor Dios, "el que es y el que era, y el que ha de venir, el Todopoderoso." 9 Yo, Juan —su hermano y el que comparte con ustedes en el sufrimiento y reino y en la paciente perseverancia que son en Jesús —estaba en la isla llamada Patmos por causa de la palabra de Dios y el testimonio acerca de Jesús. 10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor. Yo escuché detrás de mí una voz alta como una trompeta. 11 Dijo: "Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias —a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia, y a Laodicea." 12 Me volteé para ver de quién era la voz que me hablaba, y al voltearme vi siete candeleros de oro. 13 En medio de los candeleros había uno como un Hijo de Hombre, vistiendo una túnica larga que alcanzaba hasta sus pies, y un cinturón de oro alrededor de su pecho. 14 Su cabeza y cabello eran tan blancos como lana —tan blancos como nieve, y sus ojos eran como una llama de fuego. 15 Sus pies eran como bronce bruñido, como bronce que ha sido refinado en un horno, y su voz era como el sonido de muchas corrientes de agua. 16 Él tenía en su mano derecha siete estrellas, y saliendo de su boca una espada afilada de doble filo. Su rostro estaba resplandeciente como el sol en su brillo más fuerte. 17 Cuando lo ví, caí a sus pies como un hombre muerto. Él puso su mano derecha sobre mí y dijo: "No temas. Yo soy el Primero y el Último, 18 y Aquel que vive. Yo estuve muerto, pero mira, ¡Yo vivo para siempre! Y yo tengo las llaves de la muerte y del Hades. 19 Por lo tanto, escribe lo que tú has visto, lo que es ahora, y lo que ocurrirá después de esto. 20 En cuanto al significado escondido de las siete estrellas que viste en mi mano derecha, y los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros son las siete iglesias."

Capítulo 2

1 "Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: 'Éstas son las palabras del que sostiene las siete estrellas en su mano derecha y quien camina entre los siete candeleros de oro: 2 "Yo conozco lo que tu has hecho, tu duro trabajo, tu paciente perseverancia, que no puedes tolerar a esa gente malvada, y que has probado a esos quienes dicen que son apóstoles, pero no lo son, y los has hallado falsos. 3 Yo sé que tienes perseverancia, y has pasado por mucho por causa de mi nombre, y no te has cansado. 4 Pero tengo en contra de ti que has dejado atrás tu primer amor. 5 Recuerda por lo tanto de dónde has caído. Arrepiéntete y haz las cosas que hiciste primero. A menos que te arrepientas, Yo vendré a ti y removeré tu candelero de su lugar. 6 Pero tienes esto: tu odias lo que los Nicolaítas han hecho, lo cual yo también odio. 7 El que tiene oído, escucha lo que el Espíritu dice a las iglesias. Aquel que conquiste, le permitiré comer del árbol de la vida, el cual está en el paraíso de Dios' ". 8 Escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: 'Éstas son las palabras de Aquel que es el Primero y el Último- quién estaba muerto y quién volvió a la vida otra vez: 9 "Yo conozco tus sufrimientos y tu pobreza pero tú eres rico. Yo conozco las calumnias de esos que dicen ser judíos pero no lo son, ellos son una sinagoga de Satanás. 10 No temas lo que estás por sufrir. ¡Miren! El diablo está cerca de arrojar a algunos de ustedes en prisión para que puedan ser probados, y van a sufrir por diez días. Se fiel hasta la muerte, y Yo te daré la corona de la vida. 11 El que tiene oídos, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias. Aquel que conquiste no será herido por la segunda muerte'. 12 "Escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: 'Estas son las palabras de Aquel que tiene la afilada espada de doble filo: 13 "Yo sé dónde vives, dónde está el trono de Satanás. Aún así te aferras firmemente a mi nombre. Yo sé que no has negado tu fe en mí, aun en los días de Antipas, mi testigo fiel, quien fue muerto entre ustedes, ahí donde Satanás vive. 14 Pero Yo tengo unas cuantas cosas contra ti, que tienes algunos que se aferran firmemente a las enseñanzas de Balaam, quien le enseñó a Balac a arrojar una piedra de tropiezo delante de los hijos de Israel, para que así ellos comieran alimento sacrificado a ídolos y fueran sexualmente inmorales. 15 De la misma manera, ustedes tienen algunos que se aferran firmemente a las enseñanzas de los Nicolaítas. 16 ¡Por lo tanto, arrepiéntete! Si no lo haces, Yo vendré a tí pronto, y haré la guerra contra tí con la espada que sale de mi boca. 17 El que tiene oídos, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias. Aquel que conquiste, Yo le daré del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca y sobre la piedrecita un nuevo nombre escrito, un nombre que nadie conoce, sino el que lo recibe' ". 18 "Escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: 'Estas son las palabras del Hijo de Dios, quién tiene ojos como llama de fuego y pies como bronce bruñido: 19 "́ Yo conozco lo que has hecho: Tu amor y fe y servicio y paciente perseverancia. Yo conozco lo que has hecho recientemente, más que lo que hiciste primero. 20 Pero, tengo esto en contra de tí: tú toleras a la mujer Jezabel, quién se llama así misma profetisa. Por sus enseñanzas ella engaña a mis siervos a cometer inmoralidad sexual y a comer alimento sacrificado a ídolos. 21 Yo le dí tiempo de arrepentirse, pero ella no desea arrepentirse de su inmoralidad. 22 ¡Miren! Yo la arrojaré en un lecho de enfermedad, y a quienes cometieron adulterio con ella en gran sufrimiento, a menos que se arrepientan de hacer lo que ella hace. 23 Yo heriré a sus hijos de muerte, y todas las iglesias sabrán que Yo soy Aquel que escudriña los pensamientos y deseos. Yo le daré a cada uno de acuerdo a lo que han hecho. 24 Pero al resto de ustedes en Tiatira, quienes no guardan esta enseñanza, y no conocen lo que algunos llaman las cosas profundas de Satanás- a ustedes les digo: 'Yo no les pongo ninguna otra carga'. 25 En todo caso, ustedes deben resistir firmemente hasta que Yo llegue. 26 Aquel que conquiste y que hace lo que Yo he hecho hasta el fin, a él le daré autoridad sobre las naciones. 27 Él las gobernará con un cetro de hierro, y destruirá a sus enemigos completamente como rompiendo jarras de barro en pedazos. 28 Tal como yo la recibí de mi Padre, Yo también le daré la estrella de la mañana. 29 El que tiene oídos, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias'.

Capítulo 3

1 "Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: 'Esta son las palabras de Aquel que sostiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas. "Yo conozco lo que has hecho. Tu tienes una reputación de estar vivo, pero estás muerto. 2 Sé vigilante y fortalecete en lo que queda, pues estás a punto de morir, porque no he encontrado tus obras completas a la vista de mi Dios. 3 Recuerda, por lo tanto, lo que has recibido y escuchado. Obedece esto y arrepiéntete. Pero si no despiertas,vendré como un ladrón, y no sabrás a qué hora vendré contra ti. 4 Pero hay unos pocos nombres en Sardis que no mancharon sus ropas y ellos caminarán conmigo, vestidos de blanco, porque ellos son dignos. 5 Aquel que conquiste, será vestido con ropas blancas, y nunca borraré su nombre del Libro de la Vida y Yo confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles. 6 El que tiene oídos , escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias' ". 7 Escribe al ángel de la iglesia de Filadelfia: "Estas son las palabras del que es santo y verdadero - Él sostiene la llave de David, Él que abre y nadie cierra, Él que cierra y nadie puede abrir. 8 Yo conozco tus obras. Mira, Yo he puesto delante de tí una puerta abierta que nadie puede cerrar. Yo sé que tienes poca fuerza, y aún has obedecido mi palabra y no has negado mi nombre. 9 ¡Mira! Yo haré que esos que pertenecen a la sinagoga de Satanás, esos que se llaman asi mismos judíos pero no lo son, sino que mienten, los haré que vengan a inclinarse ante tus pies, y sepan que Yo te he amado. 10 Por cuanto has guardado mi orden de resistir pacientemente, Yo también te guardaré de la hora de prueba que viene en el mundo entero, para probar a esos que viven en la tierra. 11 Yo vengo pronto. Sostén con firmeza lo que tienes para que nadie te pueda quitar tu corona. 12 Al que venciere le haré una columna en el templo de mi Dios. Nunca se saldrá de allí y escribiré en él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios (la nueva Jerusalén, que baja del cielo desde mi Dios), y mi nuevo nombre. 13 El que tiene oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias' ". 14 Escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: 'Estas son las palabras del Amén, el confiable y verdadero testigo, el gobernador sobre la creación de Dios. 15 Yo conozco tus obras, y que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! 16 Así que, por que eres tibio -ni caliente ni frío- estoy por vomitarte de mi boca. 17 Porque tú dices: " Soy rico, he tenido muchas posesiones materiales, y de nada tengo necesidad". Pero no conoces que eres muy miserable, desdichado, pobre, ciego y desnudo. 18 Escucha mi consejo: compra de mí oro refinado por fuego para que te vuelvas rico, y ropas blancas brillantes para que puedas vestirte y no muestres la vergüenza de tu desnudez, y bálsamo para ungir tus ojos para que puedas ver. 19 A todos los que amo los reprendo y los castigo. Por lo tanto, sé fervoroso y arrepiéntete. 20 Mira, Yo estoy a la puerta y toco. Si alguno escucha mi voz y abre la puerta, Yo entraré en su casa, y cenaré con él, y él conmigo. 21 Aquel que conquiste, Yo le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, tal como yo también conquisté y me senté con mi Padre en su trono. 22 El que tiene oídos , escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias' ".

Capítulo 4

1 Después de estas cosas, miré, y vi una puerta abierta en el cielo. La primera voz que oí, me habló como una trompeta, dijo: "Sube aquí, y te mostraré lo que debe ocurrir después de estas cosas. 2 Al instante estaba yo en el Espíritu, y vi que había un trono puesto en el cielo, con uno sentado en él. 3 El que estaba sentado se veía como de jaspe y cornalina. Había un arcoiris alrededor del trono. El arcoiris parecía como una esmeralda. 4 Alrededor del trono había veinticuatro tronos, y sentados en los tronos había veinticuatro ancianos, vestidos con ropas blancas, y coronas de oro en sus cabezas. 5 Del trono salían relámpagos, estruendos y voces de truenos. Siete lámparas estaban ardiendo delante del trono, lámparas que eran los siete espíritus de Dios. 6 Delante del trono había un mar transparente, como de cristal. En medio del trono había cuatro seres vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás. 7 La primera criatura viviente era como un león, la segunda criatura viviente era como un becerro, la tercera criatura viviente tenía la cara como de un hombre, y la cuarta criatura viviente era como un águila volando. 8 Las cuatro seres vivientes tenían cada una seis alas, llenas de ojos por arriba y por debajo. Día y noche no paraban de decir: "SANTO, SANTO, SANTO, ES EL SEÑOR DIOS TODOPODEROSO, el que era, el que es y el que ha de venir." 9 Cuando los seres vivientes dan la gloria, honor y gracias a aquel que está sentado en el trono, el que vive por siempre y para siempre, 10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono y adoran al que vive por siempre y para siempre. Ellos arrojan sus coronas delante del trono, diciendo:" 11 "Digno eres, Señor nuestro y Dios nuestro, de recibir la gloria, y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad, existen y fueron creadas."

Capítulo 5

1 Entonces ví en la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono, un rollo escrito por la parte del frente y la parte de atrás, sellado con siete sellos. 2 Ví un poderoso ángel proclamando a alta voz: "¿Quién es digno de abrir el rollo y romper sus sellos?" 3 Nadie en el cielo o en la tierra o debajo de la tierra era capaz de abrir el rollo o leerlo. 4 Yo lloré amargamente porque no encontraron a nadie digno de abrir el rollo o leerlo. 5 Pero uno de los ancianos me dijo: "No llores ¡Mira! El León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido. Él es capaz de abrir el rollo y sus siete sellos. " 6 Ví un Cordero de pie en el medio del trono y entre los cuatro seres vivientes y en medio de los ancianos, como si hubiera sido degollado. Él tenía siete cuernos y siete ojos; estos son los siete espíritus de Dios enviados sobre toda la tierra. 7 Él fue y tomó el rollo de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. 8 Cuando Él tomó el rollo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron en el suelo delante del Cordero. Cada uno de ellos tenía un arpa y una copa de oro llena de incienso, que son las oraciones de los santos. 9 Ellos cantaban una nueva canción: "Tú eres digno de tomar el rollo y abrir sus sellos. Porque Tú fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste personas para Dios de toda tribu, lengua, pueblo y nación. 10 Tú hiciste de ellos un reino y sacerdotes para servir a Dios, ellos gobernarán en la tierra. " 11 Entonces vi y escuché el sonido de muchos ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era miríadas de miríadas y millares de millares. 12 Ellos dijeron a gran voz: "Digno es el Cordero que ha sido sacrificado para recibir poder, riqueza, sabiduría, fuerza, honra, gloria, y alabanza. " 13 Yo escuché toda cosa creada que estaba en el cielo y en la tierra, debajo de la tierra, y en el mar, todo en ellos, diciendo: "Al que se sienta en el trono y al Cordero, sea alabanza, honor, gloria, y el poder para gobernar por siempre y siempre. " 14 Los cuatro seres vivientes dijeron, "¡Amén!" y los ancianos se postraron y adoraron.

Capítulo 6

1 Vi cuando el Cordero abrió uno de los siete sellos, y escuché a uno de los cuatro seres vivientes decir en una voz que sonó como trueno: ¡Ven y mira! 2 "Miré y había un caballo blanco. Su jinete sostenía un arco, y se le dio una corona. Él salió como un conquistador a fin de conquistar. 3 Cuando el Cordero abrió el segundo sello, escuché al segundo ser viviente decir: "¡Ven!" 4 Entonces salió otro caballo, rojo. A su jinete se le dio permiso de quitar la paz de la tierra, para que su gente se mataran unos a otros, a él se le dio una espada enorme. 5 Cuando el Cordero abrió el tercer sello, escuché al tercer ser viviente decir: "¡Ven!" Vi un caballo negro, y su jinete sostenía una balanza en sus manos. 6 Escuché lo que parecía ser una voz entre los cuatro seres vivientes decir: "Una medida de trigo por un denario, y tres medidas de cebada por un denario. Pero no dañes el aceite y el vino. " 7 Cuando el Cordero abrió el cuarto sello, escuché la voz del cuarto ser viviente decir: "¡Ven!" 8 Entonces vi un caballo amarillento. Su jinete se llamaba Muerte, y el Hades lo seguía. A ellos se les dio autoridad sobre una cuarta parte de la tierra, para matar con espada, hambruna y enfermedad, y con los animales salvajes de la tierra. 9 Cuando el Cordero abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de aquellos que habían muerto a causa de la palabra de Dios y del testimonio que habían sostenido. 10 Ellos clamaron a una gran voz: "¿Cuánto tiempo, Soberano sobre todo, Santo y Verdadero, hasta que Tú juzgues a los que viven en la tierra y vengues nuestra sangre?" 11 Entonces a cada uno de ellos le fue dado una túnica blanca, y se les dijo que debían esperar un poco más hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos que habrían de ser muertos así como ellos lo habían sido. 12 Cuando el Cordero abrió el sexto sello, yo observé y hubo un gran terremoto. El sol se tornó tan negro como un vestido de saco, y la luna llena se tornó como sangre. 13 Las estrellas en los cielos cayeron a la tierra, así como un árbol de higos que deja caer sus frutos verdes cuando son sacudidos por un viento tormentoso. 14 El cielo se desvaneció como un rollo que fue enrollado hacia arriba. Toda montaña e isla fue removida de su lugar. 15 Entonces los reyes de la tierra y la gente importante, y los comandantes, los ricos, los poderosos, y todos los demás, esclavos y libres, se escondieron en cuevas y junto a las rocas de las montañas. 16 Ellos dijeron a las montañas y las rocas: "¡Caigan sobre nosotros! Escóndannos de la cara del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero. 17 Pues el gran día de su ira ha llegado, y ¿quién será capaz de mantenerse en pie?"

Capítulo 7

1 Después de esto, vi cuatro ángeles de pie en las cuatro esquinas de la tierra, deteniendo firmemente los cuatro vientos de la tierra para que así ningún viento soplara sobre la tierra, el mar, o contra ningún árbol. 2 Vi otro ángel subiendo del este, que tenía el sello del Dios viviente. Él gritó con una voz alta a los cuatro ángeles a quienes se les había dado permiso para dañar a la tierra y al mar: 3 "No dañen a la tierra, al mar o los árboles hasta que le hayamos puesto un sello en la frente de los siervos de nuestro Dios." 4 Yo escuché el número de aquellos quienes fueron sellados: 144,000, quienes fueron sellados de cada tribu del pueblo de Israel: 5 12,000 de la tribu de Judá fueron sellados, 12,000 de la tribu de Rubén, 12,000 de la tribu de Gad. 6 12,000 de la tribu de Aser, 12,000 de la tribu de Neftalí, 12,000 de la tribu de Manasés. 7 12,000 de la tribu de Simeón, 12,000 de la tribu de Leví, 12,000 de la tribu de Isacar, 8 12,000 de la tribu de Zabulón, 12,000 de la tribu de José, y 12,000 de la tribu de Benjamín fueron sellados. 9 Después de estas cosas yo miré, y ví una gran multitud que nadie podía contar, de toda nación, tribu, pueblo y lengua, parados delante del trono y delante del Cordero. Ellos estaban vistiendo ropas blancas y sosteniendo ramas de palma en sus manos, 10 y ellos estaban clamando a gran voz: "¡La salvación le pertenece a nuestro Dios, quien está sentado en el trono, y al Cordero!" 11 Todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono y alrededor de los ancianos y de los cuatro seres vivientes y cayeron sobre sus rostros delante del trono. Ellos adoraron a Dios, 12 diciendo: "¡Amén! ¡Alabanza, gloria, sabiduría, gracias, honor, poder, y fortaleza sean a nuestro Dios por siempre y para siempre! ¡Amén!" 13 Entonces uno de los ancianos me preguntó: "¿Quiénes son éstos, vestidos con ropas blancas, y de dónde vinieron? 14 Yo le dije: "Señor, tú lo sabes" y él me dijo: "Estos son los que han salido de la gran tribulación. Ellos han lavado sus ropas y las han hecho blancas en la sangre del Cordero. 15 Por esta razón, están delante del trono de Dios, y lo adoran día y noche en su templo. Aquel que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. 16 Ellos no tendrán hambre otra vez, ni tampoco tendrán sed otra vez. El sol no los fatigara, ni ningún calor. 17 Pues el Cordero en el medio del trono será su pastor, y Él los guiará a fuentes de agua viva, y Dios limpiará cada lágrima de sus ojos."

Capítulo 8

1 Cuando el Cordero abrió el séptimo sello, hubo un silencio en el cielo como por media hora. 2 Entonces ví a los siete ángeles que estaban parados delante de Dios, le fueron dadas siete trompetas. 3 Otro ángel vino, sujetando un incensario de oro, parado en el altar. Se le dio mucho incienso, para que lo ofreciera con las oraciones de todos los santos de Dios en el altar de oro delante del trono. 4 El humo del incienso, con las oraciones de los santos de Dios, subió delante de Dios de la mano del ángel. 5 El ángel tomó el incensario de oro y lo llenó con fuego del altar. Entonces él lo lanzó hacia la tierra, y hubo truenos, estruendos, relámpagos y un terremoto. 6 Los siete ángeles que tenían las siete trompetas se prepararon para tocarlas. 7 El primer ángel sonó su trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre. Y fueron arrojados a la tierra para que una tercera parte de ella fuera quemada, una tercera parte de los árboles fueron quemados y toda la hierba verde fue quemada. 8 El segundo ángel sonó su trompeta, y algo como una gran montaña ardiendo en fuego fue arrojada al mar. La tercera parte en el mar se convirtió en sangre, 9 una tercera parte de las seres vivientes en el mar murieron, y una tercera parte de los barcos fueron destruidos. 10 El tercer ángel sonó su trompeta y una enorme estrella cayó del cielo, ardiendo como una antorcha, sobre la tercera parte de los ríos y los manantiales de agua. 11 El nombre de la estrella era Ajenjo. La tercera parte de las aguas se tornaron en ajenjo y muchas personas murieron a causa de las aguas que se tornaron amargas. 12 El cuarto ángel sonó su trompeta, y la tercera parte del sol fue herido, así como la tercera parte de la luna, y una tercera parte de las estrellas. Así que la tercera parte de ellos se oscureció; una tercera parte del día y una tercera parte de la noche no tenía luz. 13 Miré, y oí un águila que estaba volando en medio del cielo, llamando con una gran voz: "Ay, ay, ay aquellos que viven en la tierra, a causa del toque de las trompetas que faltan, que están a punto de ser tocadas por los tres ángeles."

Capítulo 9

1 Entonces, el quinto ángel sonó su trompeta. Vi una estrella del cielo que había caído en la tierra. A la estrella le fue dada la llave del pozo que llevaba al abismo sin fin. 2 Él abrió el pozo del abismo sin fin y una columna de humo subió fuera del pozo como el humo de un gran horno. El sol y el aire se oscurecieron por el humo que salía del pozo. 3 Del humo salieron langostas hacia la tierra, y se les dio poder como el de los escorpiones de la tierra. 4 Se les dijo que no dañaran la hierba en la tierra ni ninguna planta verde o árbol, sino sólo a las personas que no tenían el sello de Dios en sus frentes. 5 No les fue dado permiso para matar aquellas personas, sino sólo torturarlos por cinco meses. Su agonía vendría a ser como el aguijón de un escorpión cuando ataca a una persona. 6 En aquellos días, las personas buscarán la muerte, pero no la encontrarán. Desearán morir, pero la muerte huirá de ellos. 7 Las langostas parecían caballos preparados para batalla. En sus cabezas había algo como coronas de oro y sus caras eran como caras humanas. 8 Tenían cabellos como los cabellos de mujer y sus dientes eran como de leones. 9 Tenían corazas como corazas de hierro y el sonido de sus alas eran como el sonido hecho por muchos carruajes y caballos corriendo a la batalla. 10 Tenían colas con aguijones, como de escorpiones; en sus colas tenían el poder de dañar a las personas por cinco meses. 11 Tenían como rey sobre ellos al ángel del abismo sin fin. Su nombre en hebreo era Abadón, en griego tenía el nombre Apolión. 12 El primer Ay ha pasado. ¡Miren! Después de esto habrán de venir dos desastres más. 13 El sexto ángel sonó su trompeta y escuché una voz viniendo de los cuernos del altar de oro que está presente delante de Dios. 14 La voz dijo al sexto ángel que tenía la trompeta: "Liberen los cuatros ángeles que están encadenados en el gran río Eúfrates." 15 Los cuatro ángeles que habían sido preparados para esa hora, ese día, ese mes y ese año, fueron liberados para matar a un tercio de la humanidad. 16 El número de soldados a caballo era de 200,000,000. Yo escuché su número. 17 Así es como vi los caballos en mi visión y aquellos que los cabalgaban: Sus corazas eran rojo como fuego, azul oscuro y amarillo como azufre. Las cabezas de los caballos se asemejaban a las cabezas de leones, y de sus bocas salían fuego, humo y azufre. 18 Un tercio de las personas fueron muertas por estas tres plagas: el fuego, el humo y el azufre que salía de sus bocas. 19 Pues el poder de los caballos estaba en sus bocas y en sus colas- pues sus colas eran como serpientes, y ellas tenían cabezas con las cuales infligían heridas a las personas. 20 El resto de la humanidad, aquellos que no fueron muertos por estas plagas, no se arrepintieron de las obras que ellos habían hecho, ni tampoco dejaron de adorar demonios e ídolos de oro, plata, bronce, piedra y madera -cosas que no podían ver, escuchar o caminar. 21 Tampoco ellos se arrepintieron de sus homicidios, sus hechicerías, su inmoralidad sexual ni de sus conductas de robos.

Capítulo 10

1 Entonces, vi otro ángel poderoso que descendía del cielo. Él fue envuelto en una nube y había un arcoíris sobre su cabeza. Su cara era como el sol y sus pies eran como columnas de fuego. 2 Él sostenía un pequeño rollo en su mano que estaba abierto, él colocó su pie derecho en el mar y su pie izquierdo en la tierra. 3 Entonces él gritó con una voz fuerte como un león rugiendo, y cuando gritó, los siete truenos emitieron su sonido. 4 Cuando los siete truenos emitieron su sonido, yo estaba apunto de escribir, pero escuché una voz del cielo diciendo: "Mantén en secreto lo que los siete truenos dijeron. No lo escribas." 5 Entonces el ángel que vi parado en el mar y la tierra, levantó su mano derecha al cielo 6 y juró por Aquél que vive por siempre y siempre - Aquél que creó los cielos y todo lo que está en él, la tierra y todo lo que está en ella, y el mar y todo lo que está en él: "No habrá más demora. 7 Pero el día cuando el séptimo ángel esté apunto de sonar su trompeta, entonces el misterio de Dios va a ser cumplido, así como Él proclamó a sus siervos, los profetas." 8 La voz que escuché del cielo me habló nuevamente: "Ve, toma el rollo abierto que está en la mano del ángel parado en el mar y en la tierra." 9 Entonces, fui al ángel y le dije que me diera el pequeño rollo. Él me dijo: "Toma el rollo y cómetelo. En tu estómago será amargo, pero en tu boca será tan dulce como la miel." 10 Yo tomé el pequeño rollo de la mano del ángel y me lo comí. Era tan dulce como la miel en mi boca, pero despúes que lo comí, mi estómago se hizo amargo. 11 Entonces, alguien me dijo: "Tú debes profetizar otra vez sobre muchas personas, naciones, lenguas, y reyes."

Capítulo 11

1 Una caña me fue dada para usarla como vara de medir. Y se me dijo: "Levántate y mide el templo de Dios, y el altar, y aquellos que adoran en él. 2 Pero no midas el patio que está afuera del templo, porque ha sido entregado a los Gentiles. Ellos hollarán la ciudad santa por cuarenta y dos meses. 3 Yo le daré a mis dos testigos autoridad para profetizar por 1,260 días, vestidos en sacos." 4 Estos testigos son los dos olivos y los dos candeleros que están puestos delante del Señor de la tierra. 5 Si alguno quiere dañarlos, fuego sale de la boca de ellos, y devora a sus enemigos. Cualquiera que desee hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. 6 Estos testigos tienen autoridad para cerrar el cielo, para que ninguna lluvia caiga durante el tiempo que ellos profetizan. Ellos tienen el poder para cambiar el agua en sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga, cuando ellos lo deseen. 7 Cuando ellos hayan terminado su testimonio, la bestia que sube del abismo sin fin hará guerra contra ellos. Él los vencerá y los matará. 8 Sus cuerpos estarán tendidos en la calle de la gran ciudad (la cual, simbólicamente, es llamada Sodoma y Egipto) donde su Señor fue crucificado. 9 Por tres días y medio, gente de todo pueblo, tribu, lengua, y nación, mirarán sus cuerpos. Ellos no permitirán que sean puestos en una tumba. 10 Aquellos que viven en la tierra se regocijarán sobre ellos y celebrarán. Ellos hasta se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas atormentaron a aquellos que vivían en la tierra. 11 Pero después de tres días y medio, un aliento de vida de Dios entrará en ellos y se pondrán sobre sus pies. Gran temor caerá sobre aquellos que los veian. 12 Entonces, ellos escucharán una voz fuerte del cielo decirles: "¡Suban hasta acá!". Entonces ellos subirán al cielo en una nube, mientras sus enemigos los miran. 13 En aquella hora, habrá un gran terremoto, y una décima parte de la ciudad colapsará. Siete mil personas serán muertas en el terremoto y los sobrevivientes estarán aterrorizados y le darán gloria al Dios del cielo. 14 El segundo Ay pasó. ¡Miren! ¡Que el tercer Ay viene rápidamente. 15 Entonces, el séptimo ángel sonó su trompeta, y fuertes voces del cielo hablaron y dijeron: "El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo. Él reinará por siempre y siempre." 16 Entonces, los veinticuatro ancianos quienes estaban sentados en sus tronos en la presencia de Dios, se postraron en el suelo, con sus rostros abajo, y adoraron a Dios. 17 Ellos dijeron: "Te damos gracias a ti, Señor Dios Todopoderoso, Aquel quien es y Aquel quien era, porque Tú has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar. 18 Las naciones se enfurecieron, pero tu ira ha llegado. El tiempo ha llegado, para que los muertos sean juzgados y para que recompenses a tus siervos los profetas, aquellos que son creyentes y aquellos que temieron tu nombre; ambos, los pequeños y los grandes. El tiempo ha llegado, para que Tú destruyas aquellos que están destruyendo la tierra." 19 Entonces, el templo de Dios en el cielo fue abierto y el arca de su pacto fue vista dentro de su templo. Y hubo destellos de luz, estruendos, truenos, un terremoto, y una gran tormenta de granizo.

Capítulo 12

1 Una gran señal se vio en el cielo: una mujer vestida con el sol y con la luna debajo de sus pies; y una corona de doce estrellas estaba sobre su cabeza. 2 Ella estaba encinta y estaba gritando con dolores de parto, en la angustia de dar a luz. 3 Entonces otra señal fue vista en el cielo: ¡Miren! Había un enorme dragón rojo que tenía siete cabezas y diez cuernos y había siete coronas sobre sus cabezas. 4 Su cola arrastró lejos una tercera parte de las estrellas en el cielo y las lanzó a la tierra. El dragón se paró frente a la mujer que estaba a punto de dar a luz, a fin de que cuando diera a luz, pudiera devorar a su niño. 5 Ella dio a luz a un hijo, un varón, el cual gobernará todas las naciones con una vara de hierro. Su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono 6 y la mujer huyó al desierto, donde Dios había preparado un lugar para ella, para que así pudiera ser cuidada por 1,260 días. 7 Ahora, hubo guerra en el cielo. Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón; y el dragón y sus ángeles devolvieron el ataque. 8 Pero el dragón no era lo suficientemente fuerte para ganar. Así que, ya no había ningún lugar en el cielo para él y sus ángeles. 9 El gran dragón -- esa antigua serpiente llamada el diablo o Satanás quien engaña al mundo entero -- fue lanzado abajo a la tierra y sus ángeles fueron lanzados abajo con él. 10 Entonces oí una voz fuerte en el cielo: "Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo. Porque el acusador de nuestros hermanos ha sido lanzado abajo, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. 11 Ellos lo vencieron por la sangre del Cordero y por la palabra de su testimonio, porque no amaron tanto sus vidas, aún hasta la muerte. 12 Por lo tanto, regocíjense, ustedes cielos y todos los que residen en ellos. Pero aflicción para la tierra y el mar, porque el diablo ha descendido a ustedes. Está lleno de terrible ira, porque él sabe que le queda poco tiempo. 13 Cuando el dragón se dio cuenta que había sido lanzado abajo a la tierra, él persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón. 14 Pero a la mujer le fueron dadas las dos alas de un gran águila, para que pudiera volar al lugar preparado para ella en el desierto. Este es el lugar donde se le cuidaría por un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo -- fuera del alcance de la serpiente. 15 La serpiente vertió agua de su boca como un río, para hacer una inundación y arrastrarla a ella. 16 Pero la tierra ayudó a la mujer. La tierra abrió su boca y se tragó el río que el dragón vertió de su boca. 17 Entonces, el dragón se enfureció con la mujer y se fue a hacer guerra contra el resto de los descendientes de ella, aquellos quienes obedecen los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio acerca de Jesús. 18 Entonces el dragón se paró en la arena de la orilla del mar.

Capítulo 13

1 Entonces vi a una bestia saliendo del mar. Tenía diez cuernos y siete cabezas. En sus cuernos habían diez coronas y en sus cabezas habían nombres que eran ofensivos a Dios. 2 Esta bestia que vi parecía un leopardo. Sus pies eran como los pies de un oso y su boca era como la boca de un león. El dragón le dió su poder y su trono y su gran autoridad para gobernar. 3 Una de las cabezas de la bestia parecía herida de muerte . Pero esa herida mortal había sido sanada y toda la tierra se maravilló y siguió a la bestia. 4 Ellos también adoraron al dragón, porque él había dado su autoridad a la bestia y adoraron a la bestia, diciendo: "¿Quién como la bestia?" y "¿Quién puede pelear contra ella?". 5 A la bestia le fue dada una boca que podía hablar palabras orgullosas e insultos. Le fue permitido ejercer autoridad por cuarenta y dos meses. 6 En los cuales, la bestia abrió su boca para hablar insultos contra Dios, insultando su nombre, el lugar donde Él vive y aquellos quienes viven en el cielo. 7 A la bestia se le permitió hacer la guerra contra los creyentes y a vencerlos. También, se le dio autoridad sobre cada tribu, gente, lengua y nación. 8 Todos los que viven en la tierra lo adorarán, todos los que no tengan su nombre escrito, desde la creación del mundo, en el libro de la vida, que pertenece al Cordero, que fue sacrificado. 9 El que tenga oídos , que oiga. 10 Si alguno es llevado para ser cautivo, a cautividad él irá. Si alguno es para ser asesinado con una espada, con una espada él será asesinado. Aquí hay un llamado a la paciencia duradera y la fe de esos quienes son santos. 11 Entonces vi otra bestia saliendo de la tierra. Tenía dos cuernos como un cordero y hablaba como un dragón. 12 Esta bestia ejercía toda la autoridad de la primera bestia en su presencia y hacía que la tierra y los habitantes de ella, adoraran a la primera bestia- cuya herida mortal había sido curada. 13 La bestia realizaba poderosos milagros, aún haciendo caer fuego a la tierra desde el cielo frente a las personas. 14 Por las señales que le era permitido hacer, él engañaba a los que vivían en la tierra, diciéndoles que hicieran una imagen en honor de la bestia que fue herida por la espada, pero aún vivía. 15 A él le fue permitido darle aliento a la imagen de la bestia para que esa imagen pudiera hablar y causar que a todo el que se negara a adorar a la bestia fuera asesinado. 16 También obligó a todos, a los pequeños y a los grandes , a ricos y a pobres, a libres y esclavos, a recibir la marca en la mano derecha o en la frente. 17 Era imposible para cualquiera comprar o vender a menos que tuviera la marca de la bestia, eso es, el número que representa su nombre. 18 Ésto llama a la sabiduría. Si alguno tiene entendimiento , déjelo calcular el número de la bestia. Porque este es el número de un hombre. Su número es 666.

Capítulo 14

1 Miré y vi al Cordero parado en el Monte Sión. Con Él habían 144,000 que tenían Su Nombre y el Nombre de Su Padre escritos en sus frentes. 2 Escuché una voz del cielo sonando como un estruendo de muchas aguas y un fuerte trueno. El sonido que escuché también era como arpistas tocando sus arpas. 3 Cantaban una nueva canción ante el trono y delante de las cuatro seres vivientes y de los ancianos. Nadie podía aprender la canción con excepción de los 144,000 quienes habían sido redimidos de la tierra. 4 Estos son los que no se han contaminado con mujeres, porque se han guardado sexualmente puros. Estos son los que siguen al Cordero dondequiera que Él va. Éstos fueron redimidos de la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero. 5 Ninguna mentira fue hallada en sus bocas, pues ellos son sin culpa delante del trono de Dios. 6 Vi a otro ángel volando en el aire, que tenía el mensaje eterno de las Buenas Nuevas para proclamar a aquellos que viven en la tierra - a cada nación, tribu, lengua y gente. 7 Él clamó con fuerte voz: "Teman a Dios y dénle la gloria. Porque la hora de Su juicio ha llegado. Adórenlo a Él, Aquel que creó el cielo, la tierra, el mar, y los manantiales de agua." 8 Otro ángel - un segundo ángel - siguió diciendo: "Cayó, cayó, Babilonia la grande, quien hizo que todas las naciones bebieran del vino de la pasión de su inmoralidad. 9 Otro ángel - un tercer ángel - los siguió, diciendo con fuerte voz: "Si alguno adora a la bestia y su imagen y recibe la marca en su frente o en su mano, 10 beberá el vino de la ira de Dios, el vino que ha sido vertido sin diluir en la copa de Su ira. La persona que la beba será atormentada con fuego y azufre delante de Sus santos ángeles y delante del Cordero. 11 El humo de su tormento sube por siempre y para siempre y ellos no descansan día o noche - estos adoradores de la bestia y su imagen, y todos quienes reciban la marca de su nombre. 12 Aquí hay un llamado para la paciencia duradera de los santos, aquellos que obedecen los mandamientos de Dios y fe en Jesús." 13 Escuché una voz del cielo decir: "Escribe esto: ‘Benditos son los muertos que mueren en el Señor." "Sí," dice el Espíritu, "porque ellos podrán descansar de sus labores, pues sus obras les seguirán." 14 Miré y vi allí que había una nube blanca. Sentado en la nube había uno semejante a Hijo de Hombre. Él tenía una corona de oro en Su cabeza y una hoz afilada en Su mano. 15 Entonces, otro ángel salió del templo y llamó con fuerte voz al que estaba sentado en la nube: "Toma Tu hoz y empieza a segar. Pues el tiempo de la cosecha ha llegado, siendo que la cosecha de la tierra está madura." 16 Entonces, el que estaba sentado en la nube balanceó Su hoz sobre la tierra, y la tierra fue cosechada. 17 Otro ángel salió fuera del templo en el cielo; él también tenía una hoz afilada. 18 Entonces, otro ángel salió del altar de incienso, quien tenía autoridad sobre el fuego. Llamó con una fuerte voz al ángel que tenía la hoz afilada: "Toma tu hoz afilada y junta en los racimos de uvas de las viñas de la tierra, pues sus uvas ya están maduras." 19 El ángel balanceó su hoz a la tierra y juntó la cosecha de uvas de la tierra y la lanzó dentro de la gran tina de vino de la ira de Dios. 20 El lagar fue pisado fuera de la ciudad y sangre salió de ella hasta la altura de los frenos de los caballos por 1,600 estadios.

Capítulo 15

1 Luego vi otra señal en el cielo, grandiosa y maravillosa: Habían siete ángeles con siete plagas, las cuales eran las plagas finales, pues con ellas la ira de Dios es completada. 2 Vi lo que parecía un mar de cristal mezclado con fuego. Parados al lado del mar, aquellos que habían sido victoriosos sobre la bestia, su imagen y sobre el número de su nombre. Ellos estaban sosteniendo arpas dadas por Dios. 3 Cantaban la canción de Moisés, el siervo de Dios, y la canción del Cordero: "Grandiosas y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso, quién gobierna sobre todo. Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de las naciones. 4 ¿Quién no te temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Pues sólo Tú eres Santo. Todas las naciones vendrán y adorarán frente a Ti porque Tus actos justos se han hecho conocer." 5 Luego de estas cosas miré y el lugar el santuario, donde estaba la tienda de testigos, estaba abierto en el cielo. 6 Saliendo del santuario vinieron los siete ángeles con las siete plagas. Estaban vestidos con lino puro brillante y con cintos dorados alrededor de sus pechos. 7 Una de las seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro llenos de la ira de Dios, quién vive por siempre y para siempre. 8 El santuario estaba lleno con humo de la gloria de Dios y de su poder. Nadie podía entrar en él hasta que las siete plagas de los siete ángeles fuesen completadas.

Capítulo 16

1 Escuché una gran voz llamar desde el Santuario y decirle a los siete ángeles: "Vayan y derramen a las siete copas de la ira de Dios." 2 El primer ángel fue y derramó su copa sobre la tierra; feas y dolorosas úlceras vinieron sobre las personas que tenían la marca de la bestia, aquellos que adoraron su imagen. 3 El segundo ángel derramó su copa sobre mar. Este se volvió como la sangre de una persona muerta, y toda cosa viva en el mar murió. 4 El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos y manantiales de agua; y se convirtieron en sangre. 5 Escuché al ángel de las aguas decir: "Tú eres Justo -- El que es y que era, Él Santo-- pues Tú has traído estos juicios. 6 Porque ellos derramaron la sangre de los creyentes y profetas, le has dado a ellos sangre para beber; es lo que ellos merecen." 7 Escuché desde el altar responder: "Sí, Señor Dios Todopoderoso, que gobierna sobre todo, tus juicios son verdaderos y justos." 8 El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, y fue dado permiso para quemar a la gente con fuego. 9 Ellos fueron quemados por el terrible calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene el poder sobre estas plagas. No se arrepintieron o dieron gloria. 10 El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia, y oscuridad cubrió su reino. Ellos mordieron sus lenguas por causa del dolor. 11 Insultaron al Dios del cielo por su dolor y úlceras y se rehusaron a arrepentirse por lo que hicieron. 12 El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río, el Éufrates. Su agua fue secada para así poder preparar el camino para los reyes que vienen del este. 13 Vi tres espíritus inmundos que se veían como ranas saliendo de la boca del dragón, de la bestia y del falso profeta. 14 Estos son espíritus de demonios que realizaban señales milagrosas. Ellos salieron hacia los reyes de todo el mundo para así reunirlos todos juntos para la batalla del gran día del Dios Todopoderoso. 15 ("¡Miren! ¡Yo vengo como ladrón! Bendito es el que se mantiene vigilando, y con sus vestidos puestos, no sea que salga desnudo y vean su condición vergonzosa.") 16 Los llevaron juntos al lugar llamado en hebreo, Armagedón. 17 Entonces el séptimo ángel derramó su copa al aire. Luego una voz alta salió del templo y del trono, diciendo: "¡Está hecho!" 18 Hubo relámpagos, estruendos, truenos y un terrible terremoto--un terremoto mayor que cualquiera que haya pasado desde que los seres humanos han estado en la tierra, así tan grandioso fue el terremoto. 19 La gran ciudad fue separada en tres partes, y las ciudades de las naciones colapsaron. Luego Dios recordó a Babilonia la grandiosa, y le dio a esa ciudad la copa llena de vino hecho de Su ira furiosa. 20 Toda isla desapareció y las montañas ya no se hallaban. 21 Grandes piedras de granizo, teniendo el peso de un talento, bajaron del cielo sobre la gente. Ellos maldijeron a Dios por la plaga del granizo, porque la plaga fue muy terrible.

Capítulo 17

1 Uno de los siete ángeles que había sostenido las siete copas vino y me dijo: "Ven y yo te mostraré la condenación de la gran prostituta que está sentada sobre muchas aguas, 2 es con ella que los reyes de la tierra cometieron inmoralidad sexual. Es con su vino de inmoralidad sexual que los habitantes de la tierra se emborracharon." 3 Entonces el ángel me llevó en el Espíritu al desierto y vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres blasfemos. La bestia tenía siete cabezas y diez cuernos. 4 La mujer estaba vestida en púrpura y escarlata y estaba adornada con oro, piedras preciosas y perlas. Ella estaba sosteniendo en su mano una copa de oro llena de cosas detestables y de impurezas de su inmoralidad sexual. 5 En su frente estaba escrito un nombre con un significado misterioso : "BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE PROSTITUTAS Y DE LAS COSAS DETESTABLES DE LA TIERRA." 6 Vi que la mujer estaba borracha con la sangre de los creyentes y con la sangre de los mártires por Jesús. Cuando la vi, quedé grandemente asombrado. 7 Pero el ángel me dijo: "¿Por qué te asombras o? Te explicaré el significado de la mujer y de la bestia que la carga, de la bestia que tiene las siete cabezas y los diez cuernos. 8 La bestia que viste existía, pero no existe ahora, pero está a punto de subir de lo profundo, del abismo sin fin. Después irá hacia a la destrucción. Aquellos que viven en la tierra, cuyos nombres no han sido escritos en el Libro de la Vida desde la fundación del mundo -- ellos se asombrarán cuando vean la bestia que existía, y que no existe ahora, pero está por venir. 9 Esto requiere una mente que tenga sabiduría. Las siete cabezas son siete colinas en las cuales la mujer está sentada. 10 Ellas también son siete reyes. Cinco reyes han caído, uno existe y el otro aún no ha venido; cuando venga, él debe permanecer sólo por un rato. 11 La bestia que existía, pero que no existe ahora, es también el octavo rey; pero él es uno de los siete reyes y van a la destrucción. 12 Los diez cuernos que viste, son diez reyes que no han recibido todavía un reino, pero recibirán autoridad como reyes por una hora junto a la bestia. 13 Estos tienen un mismo propósito , y ellos darán su poder y autoridad a la bestia. 14 Ellos harán la guerra en contra del Cordero. Pero el Cordero los vencerá, porque Él es el Señor de señores y Rey de reyes- y con Él están los llamados, los escogidos, y los fieles." 15 El ángel me dijo: "Las aguas que viste, donde la prostituta está sentada, son pueblos, multitudes, naciones y lenguajes. 16 Los diez cuernos que viste - ellos y la bestia odiarán a la prostituta. Ellos la desolarán y desnudarán , devorarán su carne y la quemarán completamente con fuego. 17 Porque Dios ha puesto en sus corazones llevar a cabo su propósito se pondrán de acuerdo dándole su poder para gobernar a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios. 18 La mujer que viste es la gran ciudad que gobierna sobre los reyes de la tierra."

Capítulo 18

1 Después de estas cosas, vi otro ángel descendiendo del cielo. Tenía mucho poder y la tierra era iluminada por su gloria. 2 Él gritaba con una voz poderosa, diciendo: "Cayó, cayó Babilonia la grande! Ella se ha convertido en una morada para demonios, un refugio para todo espíritu inmundo y un refugio para cada ave inmunda y detestable. 3 Porque todas las naciones se han embriagado con el vino de su pasión inmoral. Los reyes de la tierra han cometido inmoralidad con ella. Los mercaderes de la tierra se hicieron ricos por el poder de su manera sensual de vivir." 4 Entonces, oí otra voz del cielo diciendo: "Sal de ella, pueblo mío, para que no compartas sus pecados y para que no recibas ninguna de sus plagas. 5 Sus pecados se han amontonado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus malas acciones. 6 Páguenle así como ella le ha pagado a los demás y páguenle el doble de lo que ella ha hecho; en la copa en que ella ha mezclado bebidas, mezcla el doble de la cantidad para ella. 7 Tanto como ella se glorificaba y vivía en lujos, dale justamente tanta tortura y pena. Porque dice en su corazón: 'Yo estoy sentada como una reina; yo no soy una viuda, y nunca veré luto.' 8 Por lo tanto, en un día sus plagas la alcanzarán; muerte, luto y hambre. Ella será consumida por fuego, porque el Señor Dios es poderoso y Él es su juez." 9 Los reyes de la tierra que cometieron inmoralidad sexual y perdieron el control con ella llorarán y lamentarán sobre ella cuando vean el humo de su incendio. 10 Ellos se apartarán a distancia, temerosos de su tormento, diciendo: "¡Ay, ay de la gran ciudad, Babilonia, la ciudad poderosa! Porque en una sola hora su castigo ha llegado." 11 Los comerciantes de la tierra llorarán y se lamentaron por ella, ya que nadie compra su mercancía - 12 mercancía de oro, plata, piedras preciosas, perlas, lino fino, púrpura, seda, escarlata y toda clase de maderas aromaticás, cada vasija de marfil y toda vasija hecha de la más preciosa madera, bronce, hierro, mármol, 13 canela, especias, incienso, mirra, incienso perfumado, vino, aceite, harina fina, trigo, ganado y ovejas, caballos y carros y esclavos y almas humanas. 14 El fruto que tanto deseabas con todas tus fuerzas se ha ido de ti. Todo tu lujo y esplendor han desaparecido, para nunca ser encontrados de nuevo. 15 Los comerciantes de estos bienes que se enriquecieron por ella se apartarán de ella a la distancia por el temor de su tormento, llorando y lamentando fuertemente. 16 Ellos dirán: "Ay, ay a la gran ciudad que fue vestida en lino fino, en púrpura, en escarlata, y fue adornado con oro, joyas preciosas y perlas! 17 En una sola hora toda esa riqueza fue desperdiciada." Cada capitán de barco, cada hombre de mar, marineros y todos aquellos cuyo sustento proviene del mar, se apartaron a la distancia. 18 Ellos gritaron al ver el humo de ella quemándose. Dijeron: "¿Qué ciudad es como la gran ciudad?" 19 Ellos echaron polvo en sus cabezas y gritaban, llorando y lamentando: "Ay, ay de la gran ciudad donde todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de su riqueza. Pero en una sola hora ha quedado destruida." 20 "¡Regocíjate sobre ella, cielo, ustedes creyentes, apóstoles y profetas, porque Dios ha traído juicio contra ella por ustedes!" 21 Un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino y la arrojó al mar, diciendo: "De esta manera, Babilonia, la gran ciudad, será tirada abajo con gran violencia y ya no será vista jamás. 22 El sonido de arpistas, músicos, flautistas y de trompetistas no se oirán más en ti. Ni artesano de ningún tipo se hallará en ti. Ni sonido de molino se oirá más en ti. 23 La luz de la lámpara no alumbrará más en ti. Las voces del novio y la novia no se oirán más en ti, porque tus mercaderes eran los príncipes de la tierra, y las naciones fueron engañadas por tus hechicerías. 24 En ella se halló la sangre de los profetas y de los creyentes y la sangre de todos los que han sido asesinados en la tierra."

Capítulo 19

1 Despúes de estas cosas, escuché lo que sonó como una ruidosa voz de un gran número de personas en el cielo; diciendo: "Aleluya. La salvación, la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios. 2 Sus juicios son verdaderos y justos , porque Él ha juzgado a la gran prostituta que corrompió la tierra con su inmoralidad sexual. Él ha tomado venganza por la sangre de sus siervos, que ella misma derramó." 3 Ellos hablaron una segunda vez: "¡Aleluya! El humo de ella subió por siempre y para siempre." 4 Los venticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios quién estaba sentado en el trono. Decían: "Amén. ¡Aleluya!" 5 Entonces, una voz salió del trono, diciendo: "Alaben a nuestro Dios, todos sus siervos, ustedes los que le temen, ambos, los pequeños y los grandes ." 6 Entonces escuché lo que sonó como la voz de un gran número de personas, como el rugir de muchas aguas y como fuertes truenos, diciendo: "¡Aleluya! Pues el Señor reina, el Dios que gobierna sobre todo. 7 Regocijémonos, estén alegres y denle la gloria a Él, porque la celebración de la boda del Cordero ha llegado y su novia se ha preparado." 8 A ella se le ha permitido vestirse en brillante y limpio lino fino" (pues el lino fino son los actos de justicia de su pueblo santo). 9 El ángel me dijo: "Escribe esto: Benditos son los que son invitados al banquete de las bodas del Cordero." Él también me dijo: "Estas son palabras verdaderas de Dios". 10 Me postré ante sus pies para adorarlo, pero él me dijo: "¡No hagas eso!" soy un siervo igual como tú y tus hermanos, que s sostienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios, pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía." 11 Entonces, vi el cielo abierto y miré, y allí estaba un caballo blanco. El que lo montaba es llamado Fiel y Verdadero. Es con justicia que Él juzga y hace guerra. 12 Sus ojos son como una llama de fuego , y en Su cabeza hay muchas coronas. Él tiene un Nombre escrito, que nadie conoce, sino sólo Él. 13 Él usa una túnica que fue sumergida en sangre, y Su Nombre es llamado La Palabra de Dios. 14 Los ejércitos del cielo lo seguían en caballos blancos, vestidos en lino fino, blanco y limpio. 15 Salía de Sú boca una espada afilada con la cual hería las naciones y las gobernará con una vara de hierro. Él pisotea en el lagar de la furia de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Él tiene escrito en Su túnica y en Su muslo: "Rey de reyes y Señor de señores." 17 Vi un ángel parado en el sol. Gritó a gran voz a todas las aves volando por encima: "Vengan, reúnanse todas para la gran cena de Dios. 18 Vengan, coman la carne de reyes, carne de comandantes, carne de los hombres poderosos, carne de caballos y sus jinetes, y carne de todo hombre, ambos libres y esclavos, el pequeño y el grande." 19 Vi la bestia y a los reyes de la tierra con sus ejércitos. Ellos se estaban reuniendo para hacer la guerra contra Aquel que montaba el caballo con su ejército. 20 La bestia fue capturada y con ella, el falso profeta que realizaba señales en su presencia. Con estas señales, él engañó a aquellos que habían recibido la marca de la bestia y quienes adoraban su imagen. Ellos dos fueron lanzados vivos al ardiente lago de azufre abrasador. 21 El resto de ellos fueron asesinados por la espada que venía de la boca del que montaba el caballo. Todas las aves se saciaron de sus carnes.

Capítulo 20

1 Entonces, vi un ángel que descendía del cielo. Tenía la llave del abismo sin fin y tenía una gran cadena en su mano. 2 El ángel apresó al dragón, la vieja serpiente, la cual es el diablo, o Satanás y lo ató por mil años. 3 Lo tiró a él en el abismo sin fin, lo cerró, y lo selló sobre él. Esto fue para que él no pudiera engañar a las naciones nunca más, hasta que los mil años pasaran. Después de esto, él será dejado libre por un poco tiempo. 4 Entonces vi tronos. Sentados en ellos estaban aquellos a quienes se les había dado autoridad para juzgar. También vi las almas de aquellos quienes habían sido decapitados por el testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. Ellos no habían adorado a la bestia o a su imagen y se habían rehusado a recibir la marca en sus frentes o mano. Ellos vinieron a la vida y reinaron con Cristo por mil años. 5 El resto de los muertos no vinieron a la vida hasta que los mil años terminaron. Esta es la primera resurrección. 6 ¡Bendecido y santo es cualquiera que tome parte en la primera resurrección! Sobre estos la segunda muerte no tiene poder. Ellos serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con Él por mil años. 7 Cuando los mil años vengan a un final, Satanás será liberado de su prisión. 8 Él irá a engañar a las naciones por las cuatro esquinas de la tierra - Gog y Magog- para traerlos juntos para la batalla. Ellos serán tantos como arena del mar. 9 Ellos fueron sobre la superficie de la tierra y rodearon el campamento de los santos, la ciudad amada. Pero, fuego bajó del cielo y los devoró.. 10 El diablo, quién los engañó a ellos, fue lanzado al lago de ardiente azufre, donde la bestia y el falso profeta habían sido lanzados. Ellos serán atormentados de día y de noche por siempre y para siempre. 11 Luego vi un gran trono blanco y Aquel que estaba sentado en él. La tierra y el cielo huyeron de su presencia, pues no había lugar para ellos allí. 12 Vi los muertos- el grande y el pequeño, - parados delante del trono, y los libros fueron abiertos. Entonces otro libro fue abierto- el Libro de la Vida. Los muertos fueron juzgados por lo que fue escrito en los libros, de acuerdo a sus obras. 13 El mar entregó los muertos que estaban en el. La Muerte y el Hades entregaron los muertos que estaban en ellos y los muertos fueron juzgados según lo que habían hecho. 14 La Muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la segunda muerte- el lago de fuego. 15 Si el nombre de alguien no era encontrado en el Libro de la Vida, él era lanzado al lago de fuego.

Capítulo 21

1 Entonces, vi un nuevo cielo y una nueva tierra, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no fue más. 2 Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de Dios, preparada como una novia adornada para su esposo. 3 Escuché una gran voz desde el trono diciendo: "¡Miren! La morada de Dios está entre los seres humanos y Él vivirá con ellos. Ellos serán su pueblo y el mismo Dios estará con ellos y será su Dios. 4 Él enjugará todalágrima de sus ojos y allí ya no habrá más muerte, lamento, llanto o dolor. Las cosas pasadas han dejado de ser. 5 El que estaba sentado en el trono dijo: "¡Miren! He hecho todas las cosas nuevas." Él dijo: "Escribe esto porque estas palabras son confiables y verdaderas." 6 Él me dijo: "¡Estas cosas son hechas! Yo soy el Alfa y el Omega, el principio y el fin. Al que tenga sed, Yo les daré de beber sin costo alguno del manantial del agua de vida. 7 El que venciere podrá heredar estas cosas y Yo seré su Dios y él será mi hijo. 8 Pero a los cobardes, los faltos de fe, los detestables, los asesinos, los sexualmente inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos, su lugar será en el lago de fuego de ardiente azufre. Esa es la segunda muerte." 9 Uno de los siete ángeles vino a mí, el que tenía las siete copas llenas de las últimas siete plagas y dijo: "Vengan aquí. Yo les mostraré la novia, la esposa del Cordero." 10 Entonces me llevó en el Espíritu a una grande y alta montaña y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, descendiendo del cielo de Dios. 11 Jerusalén tenía la gloria de Dios y su brillo era como una joya muy preciosa, como una piedra de jaspe de claro cristal. 12 Tenía un muro alto con doce puertas , con doce ángeles en las puertas. En las puertas estaban escritos los nombres de las doce tribus de Israel. 13 Al Este había tres puertas, en el Norte tres puertas, en el Sur tres puertas, y en el Oeste tres puertas. 14 El muro de la ciudad tenían doce cimientos, y en ellos estaban escritos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. 15 El que habló conmigo tenía una vara de medir hecha de oro para medir la ciudad, sus puertas, y sus muros. 16 La ciudad estaba asentada en un cuadrado; su largo es el mismo que su ancho. Él midió la ciudad con su vara de medir,12,000 estadios de largo (su largo, ancho y altura eran lo mismo). 17 Él también midió su muro, 144 codos de grosor en medidas de hombre (que también es la medida de los ángeles). 18 El muro estaba construido de jaspe y la ciudad de oro puro, como claro cristal. 19 Los cimientos del muro estaban adornados con toda clase de piedras preciosas. La primera era jaspe, la segunda era zafiro, la tercera era ágata, la cuarta era esmeralda, 20 la quinta era ónice, la sexta era sardio, la séptima era crisólito, la octava era berilio, la novena era topacio, la décima crisopraso, la undécima jacinto, la duodécima era amatista. 21 Las doce puertas eran doce perlas, cada puerta era hecha de una sola perla. Las calles de la ciudad eran de oro puro, como cristal transparente. 22 Yo no vi templo en la ciudad, porque el Señor Dios Todopoderoso, y el Cordero, son su templo. 23 La ciudad no necesita luz del sol o de la luna que brille en ella, porque la gloria de Dios la ilumina , y el Cordero es la lámpara. 24 Las naciones caminarán a la luz de la ciudad. Los reyes de la tierra traerán su esplendor a ella. 25 Sus puertas no cerrarán durante el día y allí no habrá noche. 26 Ellos traerán el esplendor y honor de las naciones a ella, 27 y nada sucio jamás entrará en ella. Tampoco ninguno que cometa cualquier cosa vergonzosa o decepcionante entrará, sino sólo aquellos cuyos nombres están escritos en el Libro de la Vida del Cordero.

Capítulo 22

1 Entonces, el ángel me mostró un río de agua de vida, clara como cristal. Salia fluyendo del trono de Dios y del Cordero 2 por el medio de la calle de la ciudad. A cada lado del río estaba el árbol de la vida, produciendo doce cosechas y produce su cosecha cada mes. Las hojas del árbol son para la sanidad de las naciones. 3 Ya no habrá ninguna maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad y sus siervos le servirán. 4 Ellos verán su rostro y su nombre estará escrito en sus frentes. 5 Ya no habrá más noche; ya no tendrán necesidad por la luz de una lámpara o luz de sol porque el Señor Dios brillará en ellos. Ellos reinarán por siempre y para siempre. 6 El ángel me dijo: "Estas palabras son confiables y verdaderas. El Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, envió su ángel para mostrar a sus siervos lo que debe suceder pronto". 7 "¡Mira! ¡Yo vengo pronto! Bendito es el que obedece las palabras de la profecía de este libro". 8 Yo, Juan, soy el que escuchó y vió estas cosas. Cuando las escuché y las ví, yo mismo me arrodillé ante los pies del ángel a adorarlo, el ángel que me mostró estas cosas. 9 Él me dijo : "¡No hagas eso! Yo soy un consiervo contigo , con tus hermanos los profetas, y con esos quienes obedecen las palabras de este libro. ¡Adora a Dios!". 10 Él me dijo: "No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 11 El que es injusto déjalo continuar haciendo injusticia. El que es moralmente sucio, déjalo continuar siendo moralmente sucio. El que es justo, déjalo continuar haciendo lo que es justo. El que es santo, déjalo continuar siendo santo". 12 ”¡Mira! Yo vengo pronto. Mi recompensa es conmigo, para pagar a cada uno de acuerdo a lo que ha hecho. 13 Yo soy el Alfa y el Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin.” 14 Benditos aquellos que cumplen Sus mandamientos para tener el derecho de comer del árbol de la vida y entrar en la ciudad por las puertas. 15 Afuera están los perros, los hechiceros, los sexualmente inmorales, los asesinos, los idólatras, y todo aquel que ama y practica la falsedad. 16 Yo, Jesús, he enviado a mi ángel a testificarte acerca de estas cosas para las iglesias. Yo soy la raíz y el descendiente de David, la brillante Estrella de la Mañana." 17 El Espíritu y la Novia dicen: "¡Ven!" Y el que escucha diga: "¡Ven!" Quien tenga sed, venga, y quien desee, déjenlo que beba el agua de vida libremente. 18 Yo testifico a todos quienes escuchen las palabras de la profecía de este libro: Si alguien le añade a ello, Dios le añadirá a ese las plagas descritas en este libro. 19 Si alguien le quita palabras a este libro de profecías, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y en la ciudad santa, de lo cual se ha escrito en este libro. 20 Quién testifica a estas cosas dice: "¡Sí! Yo vengo pronto". ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús! 21 Que la gracia del Señor Jesús sea con todos. Amén.