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Juan
Juan
Capítulo 1

1 En el comienzo fue la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. 2 Él estaba con Dios antes de que Él creara todo. 3 Él es quien realizó la orden de Dios para crear todo-- sí, ¡absolutamente todo lo que fue hecho! 4 Toda vida está en la Palabra, para así Él poder darle vida a todo y a todo el mundo. La Palabra fue la Luz de Dios que brilló en todo el mundo, en todo lugar. 5 Esta Luz brilló en la oscuridad, y la oscuridad intentó apagarla, pero no pudo. 6 Dios envió a un hombre llamado Juan. 7 Él vino a testificarle a las personas acerca de la Luz. Lo que él dijo era verdadero, y él proclamó el mensaje para que todas las personas pudieran creer. 8 Juan mismo no era la Luz, pero él vino para decirle a las personas acerca de la Luz. 9 Esta fue la Luz verdadera que brilla en todas las personas, y esa Luz estaba llegando al mundo. 10 La Palabra estaba en el mundo y, aunque Él hizo el mundo, nadie de su pueblo sabía quién era Él. 11 Aunque Él vino al mundo del cual Él era dueño, aún su propio pueblo, los Judíos, lo rechazarón a Él. 12 Pero todos quienes que lo aceptaron en sus vidas y confiaron en Él, a ellos Él les dio el derecho de convertise en los hijos de Dios. 13 Éstos son hijos nacidos de Dios. Ellos no fueron nacidos por medio de un nacimiento humano normal, ni del deseo humano o elección, ni a causa del deseo de un esposo de convertirse en padre. 14 Ahora, la Palabra se convirtió en un ser humano real y vivió aquí en donde vivimos por un tiempo. Nosotros lo hemos visto a Él demostrar Su espléndida y asombrosa naturaleza, la naturaleza del único Hijo del Padre, quien nos demuestra a nosotros que Dios nos ama fielmente y nos enseña acerca de Su verdad. 15 Un día, Juan el Bautista estaba diciéndole a las personas acerca de la Palabra, y Jesús llegó a donde él. Juan le gritó a la multitud alrededor de él: "Yo les dije que alguien vendría después de mí, alguien que es mucho más importante que yo. Él existió mucho antes que yo, siglos eternos, antes de que yo naciera. ¡Este hombre de aquí! ¡Este es el hombre del que les estaba hablando!" 16 Todos nosotros nos hemos beneficiado mucho de lo que Él ha hecho. Una y otra vez, Él ha actuado muy amablemente hacia nosotros. 17 Moisés proclamó las Leyes de Dios al pueblo Judío. Jesucristo fue amable con nosotros, mucho más allá de lo que nosotros merecíamos, y nos enseñó cosas verdaderas acerca de Dios. 18 Nunca nadie ha visto a Dios. Pero el Único Hijo de Dios, Jesucristo, quien está siempre cerca del Padre; Él nos ha hecho conocerlo a Él. 19 Esto es lo que Juan dió como su testimonio: Los Judíos enviaron sacerdotes y a los Levitas desde Jesrusalén; ellos fueron para preguntarle a Juan: "¿Quién tú eres?" 20 Así que Juan les testificó a ellos y dijo: "¡Yo no soy el Cristo!" 21 Entonces ellos le preguntaron a él: "¿Qué dices acerca de tí mismo? ¿Eres Elías?" Él dijo: "No." Ellos preguntaron otra vez: "¿Eres tú el Profeta de quién los profetas dijeron que iba a venir?" Juan contestó: "No." 22 Así que ellos le preguntaron una vez más: "Entonces, ¿quién proclamas ser? Dínos, para así nosotros poder regresar y reportarle a quienes nos enviaron. ¿Qué dices acerca de tí mismo?" 23 Él contestó como el profeta Isaías había escrito: "YO SOY EL QUE GRITA EN EL DESIERTO, 'HAZ EL CAMINO APROPIADO PARA QUE EL SEÑOR VENGA A NOSOTROS.'" 24 Algunas de estas personas llegaron a Juan por los Fariseos. 25 Ellos le preguntaron: "Ya que dices que no eres el Cristo ni Elías ni el Profeta, entonces, ¿por qué tú estás bautizando?" 26 Juan contestó: "Yo estoy bautizando a las personas con agua, pero ahora hay alguien en medio de ustedes, a quien no conocen. 27 Él sigue después de mí, pero yo no soy lo suficientemente importante para incluso desatar sus sandalias." 28 Estas cosas ocurrieron en la aldea de Betania, en el lado este del Río Jordán. Ese es el lugar en donde Juan estaba bautizando. 29 Al próximo día, Juan vió a Jesús acercándose a él. Él le dijo a las personas: "¡Miren! El Cordero de Dios, quien dará su vida como sacrificio para llevarse los pecados del mundo. 30 Él es aquél de quien yo dije: 'Alguien vendrá después de mí, quien es más importante que yo, porque Él existió mucho antes que yo, siglos eternos, antes de que yo naciera.' 31 En un comienzo yo no lo conocía, pero ahora sé quién es Él. Mi trabajo era el venir y bautizar con agua a aquellos quienes estaban arrepentidos y se volvieron de sus pecados. Yo quiero que el pueblo de Israel conozca quién es Él." 32 Era el trabajo de Juan decirnos a nosotros lo que él vió. Él habló de esta manera: "Yo vi el Espíritu de Dios mientras Él descendía del cielo en forma de una paloma. El Espíritu bajó y permaneció con Jesús. 33 Al principio, yo mismo no lo conocía a Él, pero Dios me envió para bautizar a la personas con agua, las personas quienes decían que querían volverse de sus caminos pecaminosos. Dios me dijo a mí: 'El hombre sobre el cual tú veas mi Espíritu descender y permanecer, es Aquél quien bautizará a todos ustedes con el Espíritu Santo.' 34 Yo he visto, y les doy testimonio a ustedes, que Él es el Hijo de Dios." 35 Juan el Bautista estaba en el mismo lugar otra vez al próximo día con dos de sus discípulos. 36 Cuando él vió a Jesús pasar, él dijo: "¡Miren! El Cordero de Dios, ¡el Hombre a quien Dios señaló para dar Su vida, como un cordero matado por el pueblo de Israel como pago por sus pecados!" 37 Los dos discípulos de Juan, cuando escucharon a Juan, dejaron a Juan y lo siguieron a Él. 38 Jesús se volteó y los vió a ellos siguiéndolo, y les preguntó: "¿Qué están buscando ustedes?" Ellos le dijeron a Él: "Rabí (que significa 'maestro'), dínos en dónde te estás hospedando." 39 Él contestó, "¡Vengan conmigo, y verán!" Así que ellos fueron y vieron en dónde Jesús se estaba hospedando, y ellos se quedaron con Él ese día; se estaba haciendo tarde (era acerca de las 4pm). 40 Uno de aquellos dos discípulos que siguieron a Jesús, era llamado Andrés; él era el hermano de Simón Pedro. 41 Andrés se fue primero para encontrar a su hermano Simón. Cuando él llegó donde él, le dijo: "¡Hemos encontrado al Mesías (lo que significa 'Cristo')!" 42 Andrés llevó a Simón donde Jesús. Jesús miró atentamente a Pedro, y dijo: "Tú eres Simón. El nombre de tu padre es Juan. A ti te será dado el nombre de Cefas." Cefas es un nombre arameo que significa 'piedra sólida.' (Pedro significa lo mismo en griego.) 43 Al próximo día, Jesús decidió irse al valle del Río Jordán. Él se fue a la región alrededor de Galilea y encontró a un hombre llamado Felipe. Jesús le dijo a él: "Ven conmigo." 44 Felipe, Andrés, y Pedro eran todos del pueblo de Betsaida (en Galilea). 45 Entonces Felipe se fue a buscar a su amigo Natanael. Cuando él fue a donde él, él dijo: "Hemos encontrado de quien Moisés escribió, el Cristo. Los profetas profetizaron que Él vendría. El Cristo es Jesús. Él es del pueblo de Nazaret. El nombre de su padre es José." 46 Natanael contestó: "¿De Nazaret? ¿Puede algo bueno salir de Nazaret?" Felipe contestó: "¡Ven, y verás!" 47 Cuando Jesús vió a Natanael acercándose, Él describió a Natanael antes de conocerlo: "¡Aquí hay un Israelita honesto y bueno! ¡Él nunca engaña a alguien!" 48 Natanael le preguntó a Él: "¿Cómo conoces qué clase de hombre yo soy? Tú no me conoces." Jesús contestó: "Yo te vi antes de que Felipe te llamara, cuando estabas sólo sentado bajo el árbol de higuera." 49 Entonces Natanael declaró: "Maestro, ¡Tú tienes que ser el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel que hemos estado esperando!" 50 Jesús le contestó a él: "¿Crees en mí sólo porque te dije que te vi bajo el árbol de higuera? ¡Tú me verás hacer cosas mucho más grandes que eso!" 51 Luego Jesús le dijo: "Yo te estoy diciendo la verdad: Así como la visión que tu ancestro Jacob vió hace mucho tiempo atrás, algún día tú verás el cielo abrirse, y verás los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre mí, el Hijo del Hombre."

Capítulo 2

1 En el tercer día había celebración en Caná, en la región de Galilea. La madre de Jesús estaba ahí. 2 Ellos también invitaron a Jesús y a Sus discípulos a la boda. 3 Les sirvieron vino a aquellos que fueron a la boda y ellos bebieron todo el vino que tenían. La madre de Jesús le dijo: "Se les acabó el vino". 4 Jesús le respondió: "Señora, ¿qué tiene que ver eso conmigo? El tiempo escogido para empezar mi más importante trabajo aún no ha comenzado". 5 La madre de Jesús se dio vuelta y le dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que Él les diga". 6 Habían seis jarras de piedra vacías allí. Ellas guardaban agua para que las visitas y los sirvientes pudieran lavarse las manos y los pies, y así para que otros ritos de limpieza Judíos pudieran hacerse. Cada jarra podía contener de 75 a 115 litros. 7 Jesús le dijo a los sirvientes: "¡Llenen las jarras con agua!" Y ellos llenaron las jarras hasta el borde. 8 Entonces Él les dijo: "Ahora, saquen algo de agua de una jarra y llévenla al director del festín". Y entonces los sirvientes hicieron eso. 9 El director del festín probó el agua que ahora se había convertido en vino. Él no sabía de dónde había salido el vino, aunque los sirvientes sabían. Entonces él llamó a que el novio viniera a él. 10 "Todos sirven el mejor vino primero, y luego cuando los invitados han bebido mucho y el mejor se ha acabado, entonces ellos sirven el vino barato. Pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora". 11 Ese fue el primer milagro que Jesús hizo, uno que indicaba la verdad sobre Jesús. Lo hizo en la villa de Caná, en la región de Galilea. Ahí el mostró que podía hacer cosas maravillosas. Y los discípulos confiaban en Él. 12 Luego de esto Jesús y Su madre y Sus hermanos, junto con Sus discípulos, bajaron a la ciudad de Capernaúm y se quedaron allí unos días. 13 Ahora era casi el tiempo para la celebración de la Pascua Judía. Jesús y Sus discípulos fueron a Jerusalén. 14 Ahí en el patio del Templo vio hombres vendiendo ganado, ovejas y palomas. Los animales eran vendidos a aquellos quienes hacían sus sacrificios en el Templo. También vio hombres sentados en mesas vendiendo dinero del Templo. 15 Entonces Jesús hizo un látigo con algunas cuerdas de cuero y lo usó para sacar fuera las ovejas y el ganado del Templo. Viró las mesas de los vendedores y regó sus monedas en el suelo. 16 Él ordenó a aquellos que estaban vendiendo palomas: "¡Saquén estas palomas de aquí! ¡No conviertan la Casa de Mi Padre en un mercado!" 17 Esto le recordó a Sus discípulos lo que alguien había escrito en las Escrituras mucho antes: "YO AMO TU CASA TANTO, OH DIOS, QUE YO MORIRÍA POR ELLA." 18 Los líderes Judíos Le preguntaron: "¿Qué milagro puedes hacer por nosotros para probar que tienes permiso de Dios para hacer lo que estás haciendo?" 19 Jesús les respondió: "Destruir este Templo, y en tres días Yo lo reconstruiré otra vez." 20 "¿Estás diciendo que Tú vas a reconstruir este Templo entero en solo tres días?", ellos le preguntaron: "Tomó cuarenta y seis años en construir este templo". 21 Sin embargo, el Templo del que Jesús hablaba era Su propio Cuerpo, no la construcción del Templo. 22 Después, luego que Jesús había muerto y Dios lo había levantado de los muertos, Sus discípulos recordaron lo que Él había dicho sobre el Templo. Ellos creyeron en ambos lo que las Escrituras decían y lo que Jesús mismo había dicho. 23 Cuando Jesús estaba en Jerusalén durante el Festival de Pascua, mucha gente confiaba en Él porque ellos veían los milagros que indicaban la verdad acerca de Jesús. 24 No obstante, Jesús sabía cómo eran las personas, y cómo Él los conocía tan bien, no confiaba en ellos. 25 Él no necesitaba que nadie le dijera que clase de personas ellos eran. Él sabía todo acerca de ellos.

Capítulo 3

1 Había un hombre llamado Nicodemo. Él era un miembro de los Fariseos, un grupo muy estricto dentro de la fe Judía de ese día. Él era un hombre muy importante, un miembro del más alto concilio gubernamental Judío. 2 Él fue por la noche a ver a Jesús. Él le dijo a Jesús: "Maestro, sabemos que tú eres un maestro que viene de Dios. Nosotros sabemos esto porque nadie hace los milagros que tú haces a menos que Dios los ayudara." 3 Jesús respondió a lo que Nicodemo dijo: "Yo te digo la verdad, nadie puede entrar al reino de Dios a menos que nazca de nuevo." 4 Entonces Nicodemo le dijo: "¿Cómo una persona puede nacer de nuevo cuando es viejo? ¡Nadie puede entrar al útero de su madre y nacer una segunda vez!" 5 Jesús contestó: "Yo te garantizo que esto también es cierto, nadie puede entrar al reino de Dios a menos que nazca por agua y el Espíritu. 6 Si alguien nació de un humano, esa persona es un ser humano. Pero aquellos que nacieron de nuevo por el trabajo del Espíritu de Dios tienen una nueva naturaleza espiritual que Dios hace en ellos. 7 No te sorprendas cuando te diga que tienes que nacer de nuevo. 8 Es como esto: El viento sopla para donde quiera. Tú escucha el sonido del viento, pero no sabes de dónde viene o a dónde vá. Es así con todos los que son creados con vida por el Espíritu: el Espíritu les dá un nuevo nacimiento a quien lo desee. 9 Nicodemo le respondió: "¿Cómo esto puede ser cierto?" 10 Jesús respondió: "Tú eres un maestro importante en Israel, y ¿todavía no entiendes lo que estoy diciendo? 11 Yo te digo la verdad, nosotros decimos las cosas que sabemos que son ciertas, nosotros le decimos lo que hemos visto, todavía nadie de ustedes a quienes les hablamos de estas cosas confían en lo que estamos diciendo. 12 Si ustedes no confían en lo que Yo les digo cuando les digo sobre todas estas cosas de esta tierra, ¿cómo confiarán en lo que digo cuando les hable sobre las cosas del cielo? 13 Yo, el Hijo del Hombre, Soy el único que ha ido al cielo, y Soy el único que ha bajado aquí a la tierra. 14 Hace tiempo Moisés, cuando estaba en el desierto durante el Éxodo, alzó una serpiente venenosa de un palo y todo el que la viera seria salvado. De la misma manera, el Hijo del Hombre debe ser levantado 15 así que quien mire hacia arriba y confíe en Él tendrá vida eterna. 16 Dios amó al mundo de tal manera: Él le dio a Su único hijo, para quien confíe en Él no muera, si no que tenga vida eterna. 17 Dios no envió a Su hijo al mundo para pronunciarles condena, sino para salvarlo. 18 Todos los que crean en el Hijo, Dios nunca los condenará. Pero todo el que no crea en Dios ya puso en órden su condena, porque ellos no pusieron su confianza en el nombre del único Hijo de Dios. 19 Dios hizo su justicia por la gente pecaminosa para que todos vieran: que Su luz ha venido al mundo, pero las personas de este mundo han amado la oscuridad y se ocultan de La luz. Ellos aman la oscuridad porque lo que ellos estaban haciendo era feo y malo. 20 Todos los que hacen actos malos odian La luz, y ellos nunca vendrán a ella porque La luz expone lo que ellos hacen y revele cuán malvados son. 21 Pero aquellos que hacen lo que es bueno y verdadero vengan a La luz para que ellos se puedan ver por todos y así que todos pueden saber que ellos obedecieron a Dios cuando Él hizo estas cosas. 22 Después de que las cosas pasaron, Jesús y Sus discípulos fueron a la región de Judea. Él se quedó allí un tiempo con Sus discípulos y bautizó a mucha gente. 23 Juan el Bautista también estaba bautizando cerca de la aldea de Enón cerca de Salim en la región de Samaria. Había mucha agua en ese lugar, y así que muchas personas seguían yendo a donde Juan. 24 Esto era antes de que los enemigos de Juan lo metieran a prisión. 25 Un argumento se levantó entre los discípulos de Juan y un Judió en particular sobre lavarse uno mismo para hacerse aceptable a Dios. 26 Aquellos quienes argumentaban fueron hacia Juan y dijeron: "Maestro, habían un hombre que estaba contigo cuando estabas bautizando gente en el otro lado del Río Jordán. Tú lo apuntaste y nos dijiste quién era él. Bueno, ahora él está bautizando a través de el camino en Judea y muchas personas van hacia él." 27 Juan les respondió a ellos: "Una persona no puede recibir ni siquiera una cosa a menos que Dios se lo dé. 28 Ustedes sabían que yo decía la verdad cuando les dije: 'Yo no soy el Mesías, pero fuí enviado antes que Él para hacerle un buen camino para cuando Él venga." 29 Yo soy como el amigo del Novio. Yo estoy parado allí esperando a que el Novio venga. El amigo del Novio es muy feliz cuando él oye la voz del Novio cuando por fin llega. Por lo tanto, porque todo esto ha pasado, mi alegría sobrebordando de gran manera por que ha venido. 30 En el tiempo, Él crecerá en estátus e importancia, y yo me volveré menos y menos importante. 31 Jesús viene del cielo, y Él es más alto en posición que cualquier persona. Nosotros tenemos nuestro hogar en la tierra, y solo podemos hablar de las cosas que pertencen a la tierra. El que viene desde el cielo está por encima de todos en la tierra y de todo lo demás. 32 Ahora hay uno que dá su testimonio al que ha visto y ha oído, pero nadie acepta lo que Él dice o confía que es cierto. 33 Como sea, aquéllos quienes han confiado en lo que Él dijo, ellos testifican que Dios es la fuente de toda verdad, y que Él solamente es la medida y modelo de todo lo que es verdad. 34 Dios ha enviado Su portavoz, y lo que Él ha dicho es cierto, por que Él habla las palabras de Dios. Y Él da su Espíritu sin tener en cuenta de cuanto Él da. 35 El Padre ama el Hijo y Él pone todo bajo su poder. 36 Quien confíe en el Hijo de Dios tiene vida eterna. Quien no obedezca al Hijo de Dios nunca podrá tener vida eterna, y la justa furia de Dios por cada pecado que cada persona ha hecho permanecerá sobre él por siempre".

Capítulo 4

1 Jesús acabó de recibir un reporte sobre los Fariseos. Ellos se enteraron de que Jesús estaba adquiriendo más seguidores que Juan el Bautista y que Él estaba bautizando más gente de las que Juan bautizaba. 2 Pero Jesús mismo no estaba personalmente haciendo el trabajo de bautizar; sus discípulos estaban haciendo eso. 3 Así que Jesús y sus discípulos se fueron de la región de Judá y regresaron una vez más a Galilea. 4 Ahora ellos tenían que ir a través de la región de Samaria. 5 Así que ellos llegaron a una ciudad llamada Sicar en la región de Samaria. Sicar estaba cerca de la parcela de tierra que Jacobo le había dado a su hijo José tiempo atrás. 6 Justo afuera de la ciudad de Sicar estaba el pozo de Jacobo. Jesús estaba bien cansado de su largo viaje, y se sentó para descansar al lado del pozo. Era como el mediodía. 7 Una mujer de Samaria vino al pozo a sacar un poco de agua. Jesús le dijo a ella: "Dame de beber." 8 Ahora los discípulos lo dejaron a Él solo porque ellos se fueron a la ciudad para comprar comida. 9-10 La mujer le dijo a Él: "Yo estoy sorprendida de que Tú, un Judío, me estés preguntando por algo de beber." Jesús le contestó a ella: "Si tú conocieras el regalo que Dios quiere darte a ti y si tú supieras quién te está preguntando por algo de beber, tú me hubieras preguntado a Mí y Yo te habría dado agua viva." 11 "Señor, Tú no tienes un cubo o una soga con la que puedas sacar agua del pozo, y este pozo es hondo. ¿De dónde Tú vas a sacar esta agua viva? 12 Tú no puedes ser más grande que nuestro padre Jacob. Él cavó este pozo que nosotros usamos hoy, y el bebió del mismo, como hicieron sus hijos y sus animales." 13 Jesús le respondió a ella: "Todo el mundo que beba agua de este pozo tendrá sed otra vez, 14 pero aquellos quienes beban del agua que Yo les daré nunca tendrán sed otra vez. El agua que Yo doy se convertirá en manantial de agua que los llena y les trae vida eterna." 15 La mujer le dijo a Él: "Señor, dame de esta agua, así Yo nunca tendré sed o tendré que venir aquí a sacar agua otra vez. " 16 Jesús sabía que ella no entendía lo que Él estaba diciendo, así que le dijo a ella: "Señora, ve y llama a tu esposo y tráelo aquí." 17 La mujer le contestó a Él: "Yo no tengo un marido. "Jesús le dijo a ella: "Tú estás correcta en decir que tú no tienes marido 18 porque tú no has tenido uno, sino cinco maridos, y el hombre con el que estás viviendo ahora no es tu marido. Lo que Tú has dicho sobre de no tener un marido es cierto." 19 La mujer le dijo a Él: "Señor, Yo veo que eres un profeta. 20 Nuestros antepasados adoraron a Dios aquí mismo en esta montaña, pero los Judíos dicen que Jerusalén es el sitio en el que nosotros debemos adorar a Dios. ¿Quién está correcto?" 21 Jesús le dijo a ella: "Señora, créame cuando Yo digo que el tiempo vendrá cuando ni aquí en esta montaña, ni en Jerusalén, la gente va a adorar al Padre. 22 Ustedes en Samaria adoran lo que ustedes no saben. Los adoradores Judíos saben a quién nosotros adoramos porque la salvación viene de los Judíos. 23 La hora va a venir y ahora ha llegado cuando aquellos quienes verdaderamente adoran a Dios lo adorarán al Padre espiritualmente y en verdad. El Padre busca tales personas para que ellos pueden adorarlo a Él en esta forma. 24 Dios es Espíritu, y aquellos quienes lo deben de adorar a Él espiritualmente, y la verdad tienen que dirigirlos a ellos en adoración." 25 La mujer le dijo a Él: "Yo sé que el Mesías, el Cristo, viene. Cuando Él venga, Él nos dirá a nosotros todo lo que necesitamos escuchar." 26 Jesús le dijo a ella: "Yo, el que te habla ahora, Yo soy Él!" 27 Justo ese momento, los discípulos regresaron del pueblo. Ellos estaban asombrados de que Jesús estaba hablando con una mujer que no era parte de su familia. (Esto estaba en contra de las costumbres Judías.) No obstante, nadie tenía el valor suficiente de preguntarle a Él: "¿Qué Tú estábas haciendo hablando con una mujer solo? o"¿Porqué Tú estabas hablando con ella del todo?" 28 La mujer dejó el jarrón de agua allí y regresó al pueblo. Ella le dijo a las personas en el pueblo: 29 "¡Vengan y vean a un hombre que me dijo todo lo que he hecho! ¿Él no podrá ser el Cristo o si?" 30 Mucha gente comenzó a salir del pueblo en dirección a donde Jesús estaba. 31 Sus discípulos, que acababan de llegar con la comida, le insistieron: "Maestro, come algo." 32 Jesús les dijo a ellos: "¡Yo tengo comida para comer que la cual ustedes no conocen!" 33 Así que ellos se decían entre sí: "Nadie pudo haberle traído algo a Él para comer, ¿verdad?" 34 Jesús dijo: "Yo les diré de lo que Yo más hambre tengo: es hacer lo que Mi Padre quien me envió quiere y que complete todo su trabajo. 35 En este momento del año ustedes usualmente dicen: ´Quedan cuatro meses, y luego nosotros recogeremos la cosecha.' ¡Sin embargo miren alrededor de ustedes! Los campos están listos para la cosecha en este momento. Los que no son Judíos ahora quieren que Dios gobierne sobre ellos; ellos son como los campos que están listos para ser cosechados. 36 El que cree esto y está listo para trabajar en este tipo de cosecha está recibiendo su pago y está reuniendo mucho fruto para su vida eterna. Aquellos que sembraron la semilla y aquellos quienes recogieron la cosecha estarán alegres juntos. 37 Esta declaración es cierta: una persona siembra las semillas, y otra persona recolecta los cultivos. 38 Yo les envié para que recogieran la cosecha que no sembraron. Otros han trabajado bien fuerte, pero ustedes ahora se unen a su labor." 39 Muchos Samaritanos quienes vivían en la ciudad de Sicar pusieron su confianza en Jesús por lo que ellos habían escuchado sobre Él de la mujer. Ella dijo: "Él me dijo todo lo que Yo había hecho." 40 Cuando los Samaritanos vinieron a Jesús, ellos le insistieron a Él que se quedara más tiempo con ellos. Así que Él se quedó allí dos días más. 41 Muchos más de ellos confiarón en Jesús por lo que Él proclamo a ellos. 42 Ellos le dijeron a la mujer, "Ahora nosotros creemos en Jesús, no solo porque tú nos lo dijistes acerca de Él también hemos escuchado Su mensaje para nosotros mismos. Ahora nosotros sabemos que este hombre es realmente el salvador del mundo." 43 Después de esos dos días en Samaria, Jesús y sus discípulos salieron y fueron a la región de Galilea. 44 (Jesús mismo confirmó que un profeta recibe honra en muchos sitios pero nunca en el sitio donde él creció.) 45 Sin embargo, cuando Él llegó a Galilea, mucha de la gente ahí lo recibieron a Él. Ellos sabían quién era Él porque ellos vieron todas las cosas que Él había hecho en Jerusalén durante la reciente Fiesta de Pascua que se había celebrado ahí. 46 Jesús regresó otra vez a Caná en Galilea. (Esto era donde Él había convertido el agua en vino.) Había un oficial del rey que vivía en Capernaúm a penas veintisiete kilómetros de distancia, y su hijo estaba bien enfermo. 47 Cuando aquel hombre escuchó que Jesús había regresado a Galilea de Judá, él fue por Jesús en Caná y le rogó a Él: "Ven a Capernaúm y sana a mi hijo. ¡Él está por morirse!" 48 Jesús le dijo a él: " A menos que tú me veas hacer estas cosas que prueban quien soy Yo y me observes hacer milagros, tú no confiarás en Mí!" 49 Sin embargo el oficial le dijo a Él: "¡Señor, por favor venga a mi casa antes que mi hijo se muera!" 50 Jesús le dijo a el, ve tu hijo vive. El hombre confió en lo que dijo Jesús y él comenzó su camino hacia su casa. 51 Mientras él estaba viajando para su casa, sus siervos lo encontraron a él en el camino. Ellos le dijeron a él: "Tu hijo va a vivir." 52 Él le preguntó a ellos: "¿A qué hora mi hijo empezó a mejorar?" Ellos le dijeron a él: " Su fiebre paró en la tarde de ayer a la una de la tarde." 53 Entonces el padre del niño se dio cuenta de que esa fue la hora que Jesús le dijo a él: "Tú hijo vive." Así que él confió en Jesús, junto con cada uno de los que vivían es su casa. 54 Esta fue la segunda vez que Jesús hizo algo para probarle a la gente quién era Él. Él hizo esto durante el tiempo que Él vino a la región de Galilea, desde Judá.

Capítulo 5

1 Llegó el momento de otro festival Judío, y Jesús subió a Jerusalén para éste. 2 Hay en Jerusalén, adjunto de uno de los portones que llevaba hacia la ciudad, un lugar llamado el Portón de Ovejas. En ese portón hay un estanque llamada Betesda (como se le dice en Arameo). Al lado del estanque hay cinco pórticos techados o columnas. 3-4 Había un gran número de personas ahí quienes estaban enfermos, ciegos y que no podían caminar. Muchas personas de las que no podían caminar estaban acostados en el pórtico. 5 Un hombre quien no podía caminar había estado allí por treinta y ocho años. 6 Jesús lo vió acostado allí y se dio cuenta que él había estado en esa condición por largo tiempo. Él le dijo al hombre: "¿Quieres ser saludable y fuerte? 7 El hombre le respondió a Él: "Señor, no tengo a nadie aquí que me ayude bajar al estanque cuando el agua es movida. Mientras estoy tratando de llegar al estanque, siempre hay alguien más que baja al frente de mí." 8 Jesús le dijo: "¡Levántate! ¡Toma tu lecho y anda! 9 Inmediatamente, el hombre fue sanado y tomó su cama y caminó. Ahora, ese día era Sábado, el día de reposo. 10 Así que los líderes Judíos le dijeron al hombre quien había sido sanado: "Es día del reposo, y tú sabes que es en contra de nuestra ley que tú cargues tu lecho en este día de reposo." 11 El hombre que había sido sanado les dijo a ellos: "Pero Él que me sanó, me dijo, '¡Toma tu lecho y anda!'" 12 Ellos le preguntaron: "¿Quién era ese hombre?" 13 Ahora, aunque Jesús había sanado al hombre, éste no conocía Su nombre. Despúes de sanarlo, Jesús se había alejado del hombre y se había integrado a la multitud nuevamente. 14 Más tarde, Jesús encontró al hombre en el templo y le dijo a él: "Ves, estás bien ahora. No peques más, para que nada peor te suceda." 15 El hombre se marchó y dijo a los líderes Judíos que el hombre que lo había sanado era Jesús. 16 Así que los Judíos hicierom esfuerzos para detener a Jesús porque Él estaba haciendo cosas maravillosas y estaba mostrando Su poder y porque a menudo hacía estas obras en los días del reposo. 17 Jesús les dio esta respuesta: "Mi Padre esta trabajando aún ahora y yo también estoy trabajando." 18 Esta es la razón por la cual los Judíos intentaban más y más, dar muerte a Jesús, no sólo porque quebrantaba el día del reposo, pero también porque Él hasta llamaba a Dios su propio Padre, reclamando que Él era igual a Dios. 19 Jesús les contestó: "Yo les estoy diciendo la verdad: Yo, el Hijo del Hombre, puedo hacer nada en mi propia autoridad. Yo puedo hacer sólo lo que veo al Padre haciendo. Lo que sea que el Padre haga, eso es lo que Yo, el Hijo, hago. 20 El Padre me ama, el Hijo, y me muestra todo lo que está haciendo. Aún mayores obras que estas el Padre me mostrará, para que puedan ver lo que puedo hacer y estar asombrados. 21 Como el Padre levanta aquellos que han muerto y les da vida otra vez, así Yo, el Hijo, Le doy vida a quien Yo quiera. 22 El Padre no juzga a nadie, sino que ha dado todo juicio a Mí, 23 para que todo pueblo pueda honrarme, el Hijo, en la misma forma que honran al Padre. Quien no me honra a Mí, no puede honrar el Padre. 24 Yo les estoy diciendo la verdad: quien escucha Mi mensaje y confía que Dios el que me envió tiene vida eterna. Él no vendrá ante el jucio de Dios, sino que ha pasado de estar muerto, a estar vivo. 25 Yo les estoy diciendo la verdad: Un tiempo vendrá cuando aquellos que han muerto oirán Mi voz, esa de Mí, del Hijo de Dios, y aquellos que me escuchen, vivirán. 26 Puesto que el Padre es capaz de causar que la gente viva, de la misma manera Él me ha dado poder, el Hijo, para causarles que vivan. 27 El Padre me ha dado autoridad de hacer lo que sea que Él sabe que es justo, porque Yo soy el Hijo del Hombre. 28 No estén sorprendidos de esto porque habrá un tiempo cuando toda persona que haya muerto Me escuchará llamar, 29 y saldrán de sus tumbas. Dios levantará para vida eterna a aquellos que han hecho bien. Pero aquellos quienes han hecho el mal -- Dios los levantará, pero sólo para condenarlos y castigarlos para siempre. 30 Yo no puedo hacer nada por Mí mismo. Lo que escucho de Mi Padre, así es como juzgo, y juzgo de forma justa. Juzgo justamente porque Yo no trato de hacer lo que Yo quiero, pero lo que el Padre quiere, Él que me envió aquí. 31 Si Yo solo fuese el único que fuera testigo sobre Mí mismo, nadie creería Mi testimonio como cierto o seguro. 32 Sin embargo, hay otro que sostiene testimonio sobre Mí, y yo sé que su testimonio sobre Mí es cierto. 33 Ustedes enviaron mensajeros a Juan el Bautista, y él les dijo la verdad sobre Mí. 34 Yo en realidad no necesito que él o ningún otro testifique sobre Mí, pero Yo estoy diciendo estas cosas para que Dios los pueda salvar. 35 Juan el bautista era una lámpara que ardía y alumbraba, y estaban contentos de regocijarse por un tiempo en Su luz. 36 Sin embargo, el testimonio que doy sobre Mí mismo es aún mayor que el testimonio que Juan dio sobre Mí. Todas las cosas que el Padre me ha permitido hacer -- Yo hago esas cosas todos los días, y ustedes me ven haciéndolas --esas cosas dicen mucho de quien Yo soy; ellas explican Mi propósito en venir aquí. Ellas son prueba que el Padre me ha enviado. 37 Mi Padre, quien me envió, ha dado testimonio sobre Mí. Ustedes nunca han escuchado Su voz y ustedes nunca lo han visto físicamente. 38 La prueba que ustedes no tienen Su palabra viviendo en ustedes es que ustedes no confían en Mí, el que Él envió. 39 Ustedes estudían las Escrituras cuidadosamente porque ustedes creen que por estudiarlas encontrarán vida eterna, y esas Escrituras hablan de Mí. 40 Pero aún ustedes rehusan venir a Mí de manera que puedan recibir vida eterna de Mí. 41 Si las personas me alaban o felicitan, Yo los ignoro. 42 Yo sé esto sobre ustedes, ustedes no aman a Dios. 43 Yo he venido con la autoridad de mi Padre, pero todavía ustedes no Me reciben ni confían en Mí. Si alguien más viniera con su propia autoridad, ustedes lo escucharían. 44 ¿Cómo pueden confiar en Mí cuando trabajan tan fuerte para que otros entre ustedes los honren? Sin embargo, al mismo tiempo rehusan buscar el honor verdadero que viene del único y solo Dios. 45 No crean que Yo soy el que los acuso ante mi Padre. Ustedes creyeron que Moisés los defendería, así que en él han puesto su esperanza. Sin embargo, es Moisés quien los acusa. 46 Si hubiesen aceptado lo que Moisés dijo, ustedes hubieran recibido lo que Yo dije como la verdad. 47 Ya que ni siquiera creyeron en lo que Moisés escribió, ¡cómo les sería posible confiar en lo que Yo les he dicho!"

Capítulo 6

1 Jesús cruzó el lago hacia el otro lado. El nombre del lago era el "Mar de Galilea" para algunas personas; otras personas le llamaban el "Mar de Tiberias." 2 Una gran multitud le seguía porque habían visto las maravillas que Él había hecho sanando a los que estaban muy enfermos. 3 Jesús subió a un precipicio en la ladera de la colina y se sentó con Sus discípulos. 4 Ahora era el tiempo del año para el Festival de la Pascua, una celebración especial de los Judíos. 5 Jesús miró hacia arriba y vió una gran multitud de personas caminando hacia Él. Jesús le dijo a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para que toda esta gente tengan algo que comer?" 6 Él le hizo a Felipe esta pregunta para probarlo, para ver qué tipo de contestación el le daría. Sin embargo, Jesús ya sabía lo que haría sobre este problema. 7 Felipe le respondió: "Aún si tuvieramos el dinero que un hombre pudiera ganar en doscientos días de trabajo, no sería suficiente dinero para comprar pan para darle a cada persona de esta gran multitud si quiera un pequeño pedazo para comer." 8 Otro de Sus discípulos, Andrés, quién era hermano de Simón Pedro, le dijo a Jesús: 9 "Hay por ahí un niño que tiene cinco pequeños pedazos de panes de cebada y dos pequeños peces. ¿Aún, cómo tan poquita comida podría alimentar a tanta gente?" 10 El lugar donde la gente se estaban juntando tenía mucha hierba. Así que Jesús dijo: "Díganles que se sienten, y luego que los discípulos contaron la multitud, encontraron que eran alrededor de cinco mil personas. 11 Entonces Jesús tomó las pequeñas hogazas de pan y los peces, y Él agradeció a Dios por ellos. Entonces Él pasó el pan y el pescado, entre todos los que estaban sentados en el suelo. La gente comió todo el pescado y el pan que quisieron. 12 Cuando cada uno hubo terminado de comer, Él le dijo a los discípulos: "Recojan todos los pedazos del pan de cebada que la gente no comió. No dejen que nada se desperdicie." 13 Así que recogieron los pedazos de las cinco hogazas de pan, y ellos llenaron doce cestos grandes llenas de los sobrantes. 14 Luego que la gente vió el milagro que Jesús había hecho frente a ellos, ellos decían: "¡Verdaderamente Él es el Profeta de Dios que habría de ser enviado al mundo!" 15 Jesús sabía lo que la gente planeaba; ellos iban a venir a forzarle para que fuera su rey. Así que les dejó y se fue arriba de la montaña Él solo. 16 Cuando fue la tarde, sus discípulos bajaron al Mar de Galilea, 17 subieron a un bote, y comenzaron a navegar a través del mar hacia la ciudad de Capernaúm. Ahora estaba oscuro, y Jesús no estaba con ellos. 18 Un viento fuerte comenzó a soplar, y las olas del mar se hicieron bastante agitadas. 19 Después que habían remado por cinco o seis kilómetros, los discípulos vieron a Jesús caminando sobre el agua y acercándose al bote. ¡Ellos estaban aterrorizados! 20 Jesús les dijo: "¡No estén asustados!" 21 Ellos estaban muy alegres de subirlo al bote. Tan pronto como Él estuvo con ellos, su bote llegó al lugar al que ellos iban. 22 El próximo día la multitud que se quedó en el otro lado del lago se percató que ahí había llegado un solo bote el día anterior. Ellos también sabían que Jesús no se había ido en el bote con sus dicípulos. 23 Algunos hombres vinieron a través del lago desde la ciudad de Tiberias en otros botes que tenían. Ellos pusieron su bote cerca del lugar donde la gente había comido el pan, ese pan por el cual el Señor le había dado gracias a Dios. 24 Cuando la multitud se percató que ni Jesús, ni Sus discípulos estaban allí, algunos de ellos subieron a esos botes y navegaron hacia Capernaúm a encontrar a Jesús. 25 Buscaron y encontraron a Jesús en Capernaúm al otro lado del Mar de Galilea. Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo has venido aquí?" 26 Jesús les dijo: "Les digo la verdad: ustedes no Me buscan porque han visto los milagros que He permorfado que les demuestran quién Yo soy. ¡No! Ustedes Me buscan solamente porque ustedes comieron hasta estar llenos de las hogazas de pan. 27 ¡Dejen de preocuparse por la comida que pronto se va dañar! En cambio, ¡preocúpense por la comida que les traerá vida eterna! Ese es el pan que Yo les daré. porque Dios el Padre ha aprobado de Mi cada manera. 28 Entónces la gente Le preguntó: "¿Qué trabajo y servicio debemos hacer para complacer a Dios? 29 Jesús les dijo: "Lo que Dios quiere de ustedes es esto: crean en Mí, el único que Él ha enviado." 30 Así que ellos Le dijeron: "Entonces performa otro milagro que pruebe quien eres, de tal forma que lo veamos y creamos que Tú vienes de Dios. ¿Que harás para nosotros? 31 Nuestros ancestros comieron maná, así como dicen las Escrituras: 'DIOS LES DIÓ PAN DEL CIELO PARA QUE COMIERAN.'" 32 Jesús les dijo: "Yo les digo la verdad: no fue Moisés quien les dió a sus ancestros ese pan del cielo. No, fue Mi Padre, el mismo que les está dando el verdadero pan del cielo a ustedes. 33 El verdadero pan de Dios Soy Yo, El que ha bajado del cielo para poder hacer que cada uno en el mundo pueda verdaderamente vivir". 34 Ellos le dijeron: "Señor danos siempre de ese pan." 35 Jesús les dijo: "Yo soy el Pan que les hará vivir. Cualquiera que viene a Mí, nunca tendrá hambre. Cualquiera que confíe en Mí nunca tendrá sed. 36 Sin embargo, Yo les digo que, aunque me han visto, aún no creen Mí. 37 Toda la gente que Mi Padre me ha dado vendrá a Mí, y nunca echaré fuera a nadie que venga a Mí. 38 Yo bajé del cielo, no para hacer lo que Yo quiero, sino para hacer la voluntad de Él Quién Me envió. 39 Esto es lo que el que Me envió quiere, que Yo no pierda a ninguno de esos que Me han sido dados, y que Yo los levante a todos en el último día. 40 Porque esto es lo que Mi Padre quiere, que cada uno que Me vea con fé, al Hijo, y quien confía en Mí, tendrá vida eterna. Yo los levantaré en el último día." 41 Los Judíos comenzaron a murmurar acerca de Jesús porque Él dijo: "Yo soy el pan quien bajó del cielo." 42 Ellos dijeron: "¿No es este Jesús cuyo padre es José? ¿No conocemos a su padre y madre? ¿Cómo puede Él decir con alguna verdad: 'Yo he venido del cielo'?" 43 Jesús les contestó: "Dejen de murmurar entre ustedes. 44 Ninguno puede venir a Mi hasta que El Padre quien Me envió les permita venir a Mí. Aquel que viene a Mi, Yo lo levantaré en el último día. 45 Está escrito en los Profetas: 'DIOS LES ENSEÑARÁ TODO A ELLOS.' Todo aquel que oye y aprende del Padre, viene a Mí. 46 Ninguno ha visto al Padre excepto Yo, el Único que viene de Dios. Solo Yo he visto al Padre. 47 Les digo la verdad, todo aquel que cree en Mí tiene vida eterna. 48 Yo soy el Pan que dá verdadera vida. 49 Sus ancestros comieron del maná en el desierto, pero aún así murieron. 50 Como quiera, el pan del que Yo les estoy hablando que viene del cielo, y el que lo come nunca morirá. 51 Yo soy el pan que hace que la gente verdaderamente viva, el pan que bajó del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre. El pan que Yo doy para la vida del mundo es la muerte de Mi Cuerpo físico." 52 Los Judíos quienes escucharon a Jesús ahora estaban discutiendo con enojo entre ellos. Ellos no podían entender cómo alguien prometía que otros podrían comer Su propio cuerpo. 53 Así que Jesús los confrontó con palabras difíciles: "Yo les estoy diciendo la verdad, hasta que ustedes no coman Mi carne, del Hijo del Hombre, y beban Mi sangre, ustedes no vivirán para siempre. 54 Esos que coman Mi Carne y beban Mi Sangre vivirán para siempre, y Yo les haré vivir de nuevo en el último día 55 porque Mi carne es verdadera comida y Mi sangre es verdadera bebida. 56 Cualquiera que coma Mi carne y beba Mi sangre se Me unirá, y Yo Me le uniré a él. 57 Mi Padre, quien hace que todo el mundo viva, Me ha enviado, y Yo vivo porque Mi Padre me lo ha permitido. De igual manera, esos que se alimenten de Mi vivirán para siempre por lo que haré por ellos. 58 Yo soy el verdadero pan que bajó del cielo. Cualquiera que comiera de Mí—este pan—nunca morirá, ¡pero vivirá para siempre! Lo que haré no es como lo que sucedió con sus ancestros porque ellos comieron maná y murieron." 59 Jesús dijo estas cosas mientras enseñaba en la sinagoga de la ciudad de Capernaúm. 60 Muchos de Sus discípulos dijeron: "Lo que Él está enseñando es difícil de entender. ¿Cómo podrá alguien aceptar lo que Él está diciendo?" 61 Jesús estaba atento a lo que algunos de Sus discípulos estaban discutiendo, así que les dijo: "¿Lo que enseñó les ofende? 62 ¿Qué dirían si me ven, al Hijo del Hombre, subir de vuelta al cielo? 63 Solo lo que el Espíritu da puede hacer a alguien vivir para siempre. La naturaleza humana no es de ayudar en esta situación. Las palabras que Yo les enseño son Espíritu, y ellas hacen a la gente vivir para siempre. 64 Aún así hay algunos de ustedes que no creen lo que les enseño." Jesús dijo esto porque Él sabía desde el principio de Su trabajo sabía quién era el que no confiaba en Él, y Él sabía quién era la persona que le traicionaría. 65 Entonces dijo: " Por eso es que les digo que ninguno puede venir a Mí y vivir para siempre, a menos que el Padre le permita venir a Mí." 66 Desde ese tiempo en adelante, muchos de los discípulos de Jesús dejaron de seguirle. 67 Así que Él le dijo a los doce: "¿Ustedes también quieren dejarme?" 68 Simón Pedro replicó: " Señor, ¿a quién iremos? ¡Solo Tú tienes el mensaje que nos permite vivir para siempre! 69 ¡Nosotros confiamos en Ti, y sabemos con certeza que Tú eres el Santo a quien Dios envió!" 70 Jesús les contestó: "¿No les escogí Yo, a los doce discípulos? ¡Y todavía uno de ustedes es un diablo!" 71 Él estaba hablando de Judas, el hijo de Simón Iscariote. Aún cuando Judas era uno de los Doce, él era el que después lo habría de traicionar.

Capítulo 7

1 Después de ésto, Jesús fue a otras áreas en la región de Galilea. Él evitó viajar a Judea porque las autoridades Judías buscaban una manera de acusarlo de algún crimen para tener que llevarlo a muerte. 2 Ahora, era el tiempo del festival judío de las Enramadas. Esto era un tiempo para recordar cuando el pueblo Judío vivió en carpas durante el Éxodo hace mucho tiempo atrás. 3 Los hermanos de Jesús le dijeron: "Vete de aquí y ve a Judea para que tus otros seguidores puedan ver las obras poderosas que Tú puedes hacer. 4 Nadie esconde su trabajo si él quiere que la gente conozca que clase de persona él es. ¡Muéstrate al mundo! 5 Porque ni siquiera sus propios hermanos confiaban en Él o pensaban que Él estaba diciendo la verdad. 6 Así que Jesús les dijo: "Todavía no es momento para que yo ponga fin a mi trabajo. Sin embargo, ustedes pueden escoger cualquier momento que ustedes quieran para realizar lo que ustedes deseen. 7 Las personas que viven para sí mismas y aman las cosas de este mundo no pueden odiarlos a ustedes, pero ellos sí me odian a Mí. Yo soy el que les dice a ellos que lo que ellos hacen con sus vidas es malo. 8 Ustedes vayan y adelántense al festival. Yo no voy a subir ahora; no es el tiempo correcto para Mí." 9 Después que Él dijo eso, Jesús se quedó un poco más en Galilea. 10 Sin embargo, unos días después que sus hermanos salieron para el festival, Él también fue, pero fue cuidadoso de no decirle a nadie que iría. 11 Los Judíos que se oponían a Jesús lo estaban buscando, esperando encontrarle en el festival. Ellos le preguntaban a las personas: "¿Dónde está Jesús? ¿Está aquí?" 12 Entre las multitudes, muchas personas estaban hablando calladamente unos con otros acerca de Jesús. Algunos estaban diciendo: "¡Él es un buen hombre!" Otros en su lugar decían: "¡No! ¡Él está engañando y confundiendo a las multitudes!" 13 Porque ellos tenían miedo de los Judíos enemigos de Jesús, nadie hablaba de Él en un lugar público donde otros podían escuchar lo que ellos decían. 14 Cuando el Festival de las Enramadas estaba a punto de terminar, Jesús fue al patio del templo y comenzó a enseñar allí. 15 Los Judíos estaban asombrados de lo que Él estaba diciendo. Ellos dijeron: "¡Este hombre nunca estudió nuestras doctrinas con un instructor aprobado; Él nunca se inscribió en nuestras escuelas! ¿Cómo es que sabe tanto? 16 Jesús les contestó: "Lo que Yo enseño no viene de mí mismo. Viene de Aquel que me envió. 17 Si alguno escoge hacer lo que Dios quiere, éste sabrá si lo que Yo enseño viene de Dios o si Yo sólo hablo por mi propia autoridad. 18 Cualquiera que habla bajo su propia autoridad habla para que otros lo honren sólo a él. Sin embargo, si un sirviente trabaja duro para honrar a la persona que lo envió, para darle a él una buena reputación como un hombre de integridad, no hay falta alguna en esa clase de sirviente. 19 ¿No fue Moisés quien les entregó la Ley? Aún así, ninguno de ustedes hace lo que la Ley demanda. ¡Ustedes son los que están conspirando para asesinarme ahora mismo! 20 Alguien en la multitud respondió: "¡Tú tienes un demonio! ¡Nombra a la persona que quiere llevarte a la muerte!" 21 Jesús le contestó a la multitud: "Porque Yo hice una obra de poder para que ustedes vieran, todos ustedes se maravillaron. 22 Moisés les entregó una Ley, y esa Ley dice que deben circuncidar a sus hijos varones y que deben hacerlo exactamente siete días después del nacimiento del niño. (Para ser exacto, este rito era de sus antepasados: Abraham, Isaac y Jacob, y no de Moisés, quien escribió la Ley sobre esta práctica.) Por causa de ese requerimiento de la Ley, ustedes en ocasiones tienen que circuncidar a un bebé en el día de reposo, ¡y eso está funcionando también! 23 Ustedes en ocasiones circuncidan niños en el día de reposo para así no violar la Ley de Moisés. Así que, ¡¿porqué ustedes están enojados conmigo, diciendo que yo trabajo en el día de reposo cuando estaba sanando a un hombre!? ¡Sanar a alguien es más maravilloso, y es una obra mayor que circuncidar a un bebé! 24 ¡Dejen de decidir si sanar a un hombre es correcto o incorrecto de acuerdo a una falsa aplicación de la Ley de Dios, y eso sin ninguna consideración! En cambio, decidan lo que una persona debería hacer y cómo debería ser juzgado por el principio de lo que es correcto y lo que es de acuerdo a Dios, no al hombre. 25 Algunas de las personas de Jerusalén decían: "¿No es éste el hombre que ellos tratan de llevar a muerte? 26 Él esta diciéndo estas cosas públicamente, pero las autoridades no están diciendo algo para oponerse a Él. ¿Será porque ellos saben que Él es el Cristo? 27 Pero este no puede ser el Cristo, porque nosotros sabemos de dónde vino este hombre. Cuando el Cristo venga, nadie sabrá de dónde Él viene." 28 Así que, mientras Jesús estaba enseñando en el patio del templo, levantó su voz y enseñó: "Sí, ustedes dicen conocerme, y ustedes piensan que saben de dónde Yo vengo. Pero Yo he venido aquí no porque Yo lo haya determinado. En cambio, el que Me envió carga la verdad como Su testimonio, y ustedes no lo conocen a Él. 29 Yo le conozco porque Yo he venido desde Él. Él es quien Me envió." 30 Entonces, ellos trataron de poner sus manos sobre Él, pero ninguno pudo arrestarlo porque aún no era el tiempo para Él completar su trabajo y para que su vida terminara. 31 Muchos en la multitud, después de escucharlo y ver sus obras, pusieron su confianza en Él. Ellos dijeron: "Cuando el Cristo venga, ¿será capaz de hacer más señales milagrosas de las que este hombre ha hecho?" 32 Los Fariseos los escucharon a ellos hablando calladamente estas cosas acerca de Jesús. Así que, los líderes de los sacerdotes y Fariseos, juntamente, enviaron oficiales para arrestarlo a Él. 33 Entonces Jesús dijo: "Yo estaré con ustedes sólo por un corto tiempo. Luego, Yo volveré a Aquel quien me envió. 34 Ustedes me buscarán, pero no me encontrarán. A donde yo voy, ustedes no pueden venir." 35 Entonces los Judíos que eran Sus enemigos se dijeron a sí mismos: "¿A dónde puede ir este hombre que no podamos encontrarlo? ¿Pretende ir a donde los Judíos están dispersos a en el mundo Griego, y enseñará a las personas allí estas nuevas cosas? 36 ¿Qué quiso decir Él cuando dijo: 'Ustedes me buscarán, pero no podrán encontrarme,' y cuando dijo: 'A donde yo voy, ustedes no pueden venir?'" 37 Así que, en el último día del festival, el gran día, Jesús se levantó, lloró clamando con una voz fuerte: "Si alguno está sediento, venga a Mí y beba." 38 Cualquiera que confíe en Mí, como dice la Escritura: 'DESDE SU CORAZÓN FLUIRÁN RÍOS DE AGUA VIVIENTE.'" 39 Él dijo esto acerca del Espíritu, a quien el Padre estaba por entregarle a aquellos que confiaron en Él. Dios aún no había enviado el Espíritu para que viviera en aquellos quienes confiaron en Él porque Jesús todavía no había terminado Su trabajo, ese trabajo el cual brindaría gran honor a Dios mediante la salvación de su pueblo a través de Su muerte. 40 Cuando algunos de la multitud escucharon esas palabras, ellos dijeron: "Éste es verdaderamente el Profeta que nosotros estábamos esperando." 41 Otros dijeron: "El Cristo no puede venir de Galilea. 42 ¿No dice la Escritura que el Cristo vendría a través de los descendientes de David y que Él tenía que nacer en Belén, la aldea que era el hogar de David?" 43 Así que, había una división de opiniones acerca de Jesús. 44 Algunas de las personas querían arrestarlo, aunque ninguno ponía las manos sobre Él. 45 Así que los oficiales regresaron donde los jefes de los sacerdotes y los Fariseos. Estos eran los oficiales que los gobernantes habían enviado para arrestar a Jesús. Los Fariseos dijeron a los oficiales: ¿Porque ustedes no lo agarraron y lo traeron aquí? 46 Los oficiales respondieron: "Nadie nunca ha hablado como este hombre." 47 Entonces los Fariseos respondieron: "¿Ustedes han sido engañados también? 48 Ninguna de las autoridades Judías o los Fariseos han confiado en Jesús. 49 Esta multitud que no conoce las enseñanzas de nuestras Leyes, ¡déjalos que sean malditos!" 50 Entonces, Nicodemo habló. Él fue aquel quien había ido a ver a Jesús en la noche para hablar con Él. Él era uno de los Fariseos, y les dijo a ellos: 51 "No está permitido en nuestra Ley Judía condenar a un hombre antes de haberlo escuchado. Primero, los escuchamos, y tenemos que saber acerca de lo que Él ha hecho." 52 Ellos le respondieron a Él: "¿Eres Tú también de Galilea? ¡Busca cuidadosamente y lee lo que está escrito en las Escrituras! Tú encontrarás que ningún profeta proviene de Galilea." 53 Entonces, todos ellos se fueron a sus propias casas.

Capítulo 8

1 Jesús fue con Sus discípulos al Monte de los Olivos y se quedaron allí esa noche. 2 Temprano en la próxima mañana, regresaron al patio del templo. Mucha gente se reunieron alrededor de Jesús y Él se sentó para enseñarles. 3 Entonces hombres que enseñaban las leyes Judías y algunos quienes eran Fariseos le trajeron una mujer. Ella había sido sorprendida en el acto de adulterio—ella había estado durmiendo con un hombre que no era su esposo. Ellos le hicieron pararse en frente de este grupo para que pudiesen cuestionarla. 4 Ellos dijeron a Jesus, "maestro, esta mujer fue sorprendida cometiendo adulterio con un hombre, alguien que no es su esposo. 5 Ahora Moises nos ordenó a nosotros en la Ley que nosotros debamos ejecutar a dicha mujer con piedras. Sin embargo, que ustedes dicen que debamos hacer?" 6 Ellos hicieron esta pregunta como una trampa para que ellos pudieran acusarlo a Él de decir algo erroneo. Si Él dijo que ellos no deben matarla, ellos pueden decir que Él deshonro la Ley de Moises. Sin embargo, si Él dice que ellos deben matarla, Él estaría rompiendo la ley Romana que reserva al gobernador el poder de ejecutar gente. Sin embargo, Jesús se inclinó y escribió algo en la tierra con su dedo. 7 Mientras ellos continuaban para cuestionarlo, Él se levantó y les dijo: "Cualquiera de ustedes que nunca haya pecado, usted debe ser quien lidere a los demás para cartigarla. ¡Usted tire la primera piedra!" 8 Entonces Jesús se bajó de nuevo y escribió algo más en la tierra. 9 Después que ellos escucharon lo que Él dijo, aquellos que lo cuestionaban empezaron a irse, uno a uno, los ancianos primero y luego los más jóvenes. Ellos sabían que todos ellos eran pecadores. Finalmente, solo Jesús quedó con la mujer. 10 Jesús se levantó y le preguntó a ella: "Mujer, ¿Dónde estan los que te acusan? ¿Alguien ha traido una acusación en tu contra por la cual debas ser castigada?" 11 Ella dijo: "No, Señor, nadie." Entonces Jesús le dijo: "Yo no te condeno tampoco. ¡Vete a tu casa ahora, y desde ahora en adelante, no peques así otra vez!" 1 12 Jesús se dirigió a la gente nuevamente. Él les dijo: "Yo soy la luz del mundo. Cualquiera que me siga tendrá la luz que da vida, y nunca caminará en oscuridad otra vez. 13 Así que los Fariseos le dijeron a Él: "¡Suena que estás tratando de convencernos a que confiemos en Ti, al hablar de Ti mismo, más y más! ¡Lo que dices de ti mismo no prueba nada!" 14 Jesús les respondió: "Aún si Yo fuera el único que dijera estas cosas sobre Mi mismo, lo que digo es cierto porque Yo sé de dónde vengo y sé a donde voy. Sin embargo, ustedes no saben de dónde vine ni a donde voy. 15 Ustedes juzgan a la gente de acuerdo a estandares humanos y leyes de hombres. Yo no he venido en este tiempo a juzgar a nadie. 16 Cuando Yo juzgo, será justo porque Yo no soy el único que traeré justicia. Yo y el Padre, quien me envió, nosotros ejecutaremos justicia juntos. 17 Está escrito en la ley que un asunto puede ser resuelto solo cuando hayan por lo menos dos testigos que den evidencia en el caso. 18 Yo les estoy trayendo evidencia sobre mi mismo, y mi Padre quien me envió también trae evidencia sobre mi. Pues, deben creer que lo que le decimos es cierto." 19 Entonces ellos le preguntaron: "¿Donde está Tu Padre?" Jesús les respondió: "Ustedes no me conocen y no conocen a mi Padre. Si me conocieran, también conocieran a Mi Padre." 20 Él dijo estas cosas cuando estaba cerca del tesoro dentro del patio del templo, el lugar donde la gente traía sus ofrendas. Y aún, nadie lo arrestó porque aún no era el tiempo para que Él muriera. 21-22 Jesús también les dijo: "Yo me iré, y me buscarán pero de cierto que morirán en sus pecados. Donde Yo voy, ustedes no podrán venir." Sus oponentes Judíos se decían entre si: "¿Se matará el mismo? ¿Es esto lo que Él quiere decir cuando dice, 'Donde Yo voy, ustedes no podrán venir'? 23 Jesús continuó diciéndoles: "Ustedes son de esta tierra, pero Yo soy de los cielos arriba. Ustedes pertenecen a este mundo. Yo no pertenezco a este mundo. 24 Yo les he que ustedes morirán y que Dios los condenará por sus pecados. Esto ciertamente ocurrirá, a menos que confíen que Yo soy Dios, como Yo digo que soy." 25 "¿Quién eres?", ellos le preguntaron. Jesús les dijo: "¡Desde el principio, Yo les he estado diciendo! 26 Yo puedo juzgarlos y decir que ustedes son culpables de muchas cosas. En cambio, Yo solo les diré esto: Él que me envió, dice la verdad, y Yo les digo a la gente en el mundo solo lo que he escuchado de Él." 27 Ellos no entendieron que Él estaba hablando del Padre. 28 Pues, Jesús dijo: "Cuando ustedes me levanten en una cruz para matarme - a Mí, el Hijo del Hombre, - ustedes sabrán que Yo soy Dios, y sabrán que Yo no hago nada de Mi propia autoridad. En cambio, Yo solo digo lo que mi Padre me ha enseñado a decir. 29 Él que me envió, está conmigo, y Él no me ha dejado solo porque Yo hago solo las cosas que lo deleitan." 30 Al Jesús decir estas cosas, mucha mas gente confió en Él. 31 Entonces, Jesús le dijo a los Judíos quienes ahora decían que confiaban en Él: " Si escuchan todo lo que les enseño y viven por estas en todo lo que hacen, ustedes realmente serán Mis discípulos. 32 Ustedes sabrán la verdad y la verdad los dirijirá a ser libres de todo lo que los había hecho esclavos." 33 Ellos le contestaron: "Nosotros somos los descendientes de Abraham, y nosotros nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Por qué dices que necesitamos ser libres? 34 Jesús respondió: "Yo les estoy diciendo la verdad: todos los que pecan, obedecen a sus deseos pecaminosos tal como un esclavo es obligado a obedecer a su amo. 35 Los esclavos no permanecerán como miembros permanentes de una familia pero pueden ser liberados para que puedan regresar a su hogar o vendidos. Sin embargo, un hijo es un miembro de la familia para siempre. 36 Pues, si el Hijo los libera, serán absolutamente libres. 37 Yo sé que ustedes están en la familia de Abraham; ustedes son sus descendientes. Y aún así, su pueblo están intentando de darme muerte. Ustedes no confiarán en nada de lo que Yo diga. 38 Yo les digo todo sobre las maravillas y sabiduría que mi Padre me ha mostrado, pero ustedes solo están haciendo lo que su padre les dijo que hicieran." 39 Ellos le respondieron: "Abraham es nuestro ancestro." Jesús le dijo: "Si fueran los descendientes de Abraham, ustedes estarían haciendo las cosas que él hizo. 40 Yo le he estado diciendo la verdad que he escuchado de Dios, pero ustedes están tratando de darme muerte. Abraham no hizo cosas como esas. 41 ¡No! Ustedes estan haciendo las cosas que su verdadero padre hizo." Ellos le dijeron: "Nosotros no conocemos sobre Ti, pero nosotros no somos hijos ilegítimos. Nosotros solo tenemos un Padre, y ese es Dios." 42 Jesús les dijo: "Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían porque Yo vine de Dios y ahora Yo he venido aquí, a este mundo. Yo no vine porque Yo mismo decidí venir, sino porque Él me envió. 43 Yo les diré el porqué ustedes no entienden lo que Yo les digo. Es porque ustedes no aceptan mi mensaje o mis enseñanzas. 44 Ustedes pertenecen a su padre, el diablo, y ustedes desean hacer lo que él desea. Él fue un asesino desde el primer momento en que las personas pecaron. Él ha abandonado la verdad de Dios; no está en él. Cuandoquiera que él miente, él está hablando de acuerdo a su carácter porque él es un mentiroso; todos los que mienten hacen lo que el diablo desea que ellos hagan. 45 ¡Porque Yo les digo la verdad, ustedes no creen en Mí! 46 ¿Quién de ustedes me encuentra culpable de pecado? Ya que, Yo les digo la verdad, ¿qué razon dan para no confiar en Mí? 47 Aquellos que pertenecen a Dios escuchan y obedecen lo que Él les dice. La razón por la que ustedes no escuchan ni obedecen Su mensaje es que ustedes no le pertenecen a Dios." 48 Sus enemigos Judíos le respondieron: "¡Nosotros estamos en lo cierto al decir que Tú eres un Samaritano—¡Tú, en realidad, no eres un verdadero Judío para nada!—Y que un demonio vive en Ti!" 49 Jesús respondió: "¡Un demonio no vive en Mí! ¡Yo honro a Mi Padre, y ustedes me deshonran! 50 Yo no intento persuadir gente para que me alaben. Hay alguien más que desea darme lo que Yo merezco, y Él será el que juzgue todo lo que Yo digo y hago. 51 ¡Yo les digo la verdad: si alguien guarda firmemente Mi palabra y confía en ella tal como la he dado, esa persona nunca morirá!" 52 Entonces Sus enemigos Judíos le dijeron: "¡Ahora estamos seguros que un demonio vive dentro de Ti! ¡Abraham y los profetas murieron mucho tiempo atrás! ¡Y aún, Tú dices que cualquiera que se sostenga firmemente a lo que Tú enseñas, no morirá! 53 Tú no eres más grande que nuestro padre Abraham. Él murió y todos los profetas murieron con él. Así que, ¿quién te crees que eres?" 54 Jesús les respondió: "Si Yo intentara que la gente me alabara, eso sería inútil. Es mi Padre, el que me alaba, mi carácter y bondad, y aún Él es del cual ustedes dicen: 'Él es nuestro Dios.' 55 Aunque cuando no lo conocen, Yo lo conozco. Si Yo dijera que no lo conozco, Yo sería un mentiroso como ustedes. Yo lo conozco y Yo siempre obedezco lo que Él dice. 56 Su padre Abraham era feliz cuando, como profeta, miró hacia adelante y vio lo que Yo podía hacer." 57 Entonces los líderes Judíos le dijeron: "¡Tú no tienes cincuenta años de edad aún! ¿Tú has visto a Abraham?" 58 Jesús les dijo: " Yo les digo la verdad: antes de que fuera Abraham, YO SOY." 59 Entonces recogieron piedras para darle muerte. Sin embargo, Jesús se escondió, salió del templo y se fue a otro lugar.


1Los mejores manoscritos más antiguos no tienen Juan 7:35 - 8:11

Capítulo 9

1 Mientras Jesús caminó a lo largo, Él vio a un hombre que había estado ciego toda su vida, desde el día en que nació. 2 Los discípulos le preguntaron a Él: "¿Maestro, el pecado de quién causó que este hombre naciera ciego? ¿Fue este mismo hombre quien pecó, o fueron sus padres?" 3 Jesus respondió: "No fue que este hombre o sus padres pecaron. El nació ciego para que hoy las personas puedan ver la poderosa obra que Dios hará en él. 4 Tenemos que hacer las obras de Aquél que me envió mientras aún está de día. La noche está de camino y cuando llegue, nadie será capaz de trabajar. 5 Mientras yo esté en el mundo, Yo soy la Luz del mundo." 6 Cuando Él dijo esto, escupió en la suelo. Él hizo barro con su saliva, y lo aplicó como una medicina en los ojos del hombre. 7 Luego Jesús le dijo a él: "¡Ve y lávate en el estanque de Siloé!" (El nombre del estanque quiere decir 'enviado'). Así que el hombre fue y se lavó en el estanque. Cuando él volvió, era capaz de ver. 8 Los vecinos del hombre y otros que lo habían visto a él cuando mendigaba, dijeron: "¿No es ése el hombre que solía sentarse aquí y mendigaba?" 9 Algunos dijeron: "Él es el hombre". Otros decían: "No, pero se parece a ese hombre". Sin embargo, el mismo hombre dijo: "¡Sí, Yo soy el hombre!" 10 Así que ellos le dijeron a él: "¿Cómo es que ahora tú eres capaz de ver?" 11 Él respondió: "El hombre llamado Jesús hizo barro, y lo usó como medicina, y lo puso en mis ojos. Después, Él me dijo que fuera al estanque de Siloé y me lavara. Así que fui allí y me lavé, y después yo pude ver por primera vez". 12 Ellos le dijeron a él: "¿Dónde está ese hombre?" Él dijo: "Yo no sé." 13 Algunas de las personas llevaron al hombre a una reunión de los Fariseos. 14 Ahora, era el día de reposo cuando Jesús hizo este milagro. 15 Así que los Fariseos le preguntaron al hombre otra vez sobre como él ahora era capaz de ver. Él les dijo a ellos: "El hombre puso barro en mis ojos y yo me lavé, y ahora veo". 16 Algunos de los Fariseos dijeron: "Nosotros sabemos que este hombre Jesús no viene de Dios porque Él no guarda el día de reposo". Otros de ese grupo preguntaron: "Si Él fuese un pecador, ¿como Él pudo hacer tales obras de poder que todas las personas ven?" Así que, había una diferencia de opiniones entre los Fariseos. 17 Ellos le preguntaron al ciego otra vez: "¿Qué dices tú sobre Él, ya que Él es quien ha restaurado tu vista?" El hombre dijo: "Él es un profeta". 18 Ahora, los Judíos que se oponían a Jesús no le creyeron al hombre que había sido ciego y que después era capaz de ver. Así que, ellos enviaron a alguien para que traera a los padres del hombre, para que ellos pudieran ser interrogados también. 19 Ellos le preguntaron a sus padres: "¿Es éste su hijo? ¿Ustedes dicen que él era ciego desde el día que nació? ¿Cómo, entonces, él es capaz de ver?" 20 Sus padres respondieron: "Nosotros sabemos que este es nuestro hijo. Sabemos que él era ciego cuando nació. 21 Aun así, no sabemos como él es capaz de ver ahora. También no sabemos quién sanó sus ojos. Pregúntenle a él, él es lo suficientemente adulto para hablar por sí mismo". 22 Los Judíos, que estaban en contra de Jesús, anteriormente habían acordado entre ellos que tomarían a cualquiera que declarase que Jesús era el Cristo y lo expulsarían de la sinagoga. 23 Esto es porque sus padres dijeron: "Pregúntenle a él, él es lo suficientemente adulto para hablar por sí mismo". 24 Así que ellos llamaron al hombre que había sido ciego, y le preguntaron que viniera delante de ellos una segunda vez. Cuando él llegó allí, ellos le dijeron: "¡Jura por Dios que hablarás solo la verdad! Sabemos que este hombre que te sanó es un pecador y que Él no mantiene la Ley que Moisés nos dio". 25 Él respondió: "Si es un pecador o no, yo no lo sé. Una cosa que sí sé, es que yo solía ser ciego, pero ahora veo". 26 Así que ellos le dijeron a él: "¿Qué te hizo Él a ti? ¿Cómo Él te sanó para que así pudieras ver ahora?" 27 Él les respondió a ellos: "Ya se los he dicho, pero ustedes no me creen. ¿Para qué quieren que les diga otra vez? ¿En verdad ustedes también quieren ser Sus discípulos?" 28 Entonces, ellos se enojaron y lo insultaron a él: "¡Tú eres el discípulo de ese hombre, pero nosotros somos discípulos de Moíses! 29 Nosotros sabemos que Dios le habló a Moisés; pero acerca de este hombre, ni siquiera sabemos de dónde viene." 30 El hombre respondió: "¡Eso es muy asombroso! ¡Ustedes no saben de dónde viene, pero Él es el único que abrió mis ojos para que así yo pudiera ver! 31 Sabemos que Dios no escucha las oraciones de los pecadores, aquellos que ignoran Su Ley, pero Él escucha a las personas quienes lo adoran a Él y quienes hacen lo que Él quiere. 32 ¡No desde que el comienzo del mundo había sido escuchado, que dondequiera que alguien fuera capaz de abrir los ojos de un hombre quien era ciego de nacimiento! 33 ¡Si este hombre no ha venido de Dios, Él no podría hacer nada como eso!" 34 Ellos le respondieron a él: "¡Tú eres nacido en pecado y has vivido tu vida entera en pecado! ¿Tú piensas que estás cualificado para enseñarnos?" Después, ellos lo expulsaron de la sinagoga. 35 Jesús escuchó acerca de lo que los Fariseos le hicieron al hombre que Él sanó, cómo ellos lo arrojaron fuera de la sinagoga. Así que Él se fue y buscó al hombre. Cuando Él lo encontró, le dijo a él: "¿Tú crees en mí, el Hijo del Hombre?" 36 El hombre respondió. "Señor, ¿quién es Él? Dime, para así yo poder creer en Él". 37 Jesús le dijo a él: "Tú lo has visto. Él es el que te está hablando ahora". 38 El hombre dijo: "Señor, yo creo." Entonces, él se postró de rodillas y le adoró. 39 Jesús dijo: "Yo he venido a este mundo a juzgar al mundo para que aquellos que no ven, puedan ver, y para que así aquellos quienes ven, se vuelvan ciegos". 40 Algunos de los Fariseos que estaban con Él lo escucharon decir esto, y ellos le preguntaron a Jesús: "¿Nosotros también somos ciegos?" 41 Jesús le dijo a ellos: "Si ustedes fueran ciegos, no tuviesen culpa. Sin embargo, porque ustedes ahora se defienden a ustedes mismos y dicen: 'Nosotros vemos', su culpa se está quedando con ustedes.

Capítulo 10

1 " Yo les estoy diciendo la verdad: el que entra en el corral de las ovejas, debe siempre entrar por el portón. Si él trepa en cualquier otra forma, él no es quién le importan las ovejas, sino que es un ladrón y un criminal que roba las ovejas. 2 El hombre que entra en el corral a través del corral es el verdadero pastor, porque él tiene cuidado de las ovejas. 3 El hombre contratado quien guarda el portón cuando el pastor está lejos abrirá el portón por él cuando venga. Sin embargo, las ovejas reconocen solo la voz del pastor y solo cuando él las llama por su nombre. Entonces él las guía afuera del corral para alimentarlas y para darles agua. 4 Después de que él haya traído afuera todas sus propias ovejas, él irá al frente de ellas. Sus ovejas están ansiosas a seguirlo a él porque ellas conocen su voz. 5 Ellos nunca seguirán a un extraño que los llama. Ellos irán a correr lejos de él porque ellos no reconocen la voz del extraño. 6 Jesús usó esta ilustración de el trabajo de los pastores. No obstante, Sus discípulos no entendieron lo que Él estaba diciéndoles. 7 Por lo que Jesús les habló otra vez: "Yo les estoy diciendo la verdad: Yo Soy la puerta por donde todas las ovejas entran en el corral. 8 Todos los que vinieron ante Mí, ellos eran ladrones y criminales que se robaron la oveja; pero la oveja no los escuchó a ellos, y ellos no la iban a seguir. 9 Yo mismo soy como esa puerta. Si cualquiera entra por la puerta y va al corral donde las ovejas están, él estará a salvo, y él irá fuera y encontrará buenos pastos. Yo lo llevaré a esos pastos ricos. 10 El ladrón viene solo para robar, matar, y destruir; Yo he venido para que así ellos puedan tener vida y la tengan sin que les falte nada. 11 Yo soy como un buen pastor. El buen pastor morirá en orden de proteger y salvar a Sus ovejas. 12 Alguien paga el dinero al hombre contratado para vigilar a las ovejas. Él no trata a las ovejas como si pertenecieran a él; él es solamente un empleado haciendo un trabajo. Por lo que cuando él ve venir un lobo a matar las ovejas, él no arriesga su vida. Él deja a las ovejas y huye lejos para que sea posible para el lobo atacar a las ovejas, apoderándose de algunas de ellas y dispersando otras. 13 El hombre contratado corre lejos porque él solo trabaja por el dinero. Él no le importa sobre que le pase a las ovejas. 14 Yo soy, Yo mismo, el buen pastor. Yo conozco Mis propias ovejas, y Mis propias ovejas me conocen, 15 así como Yo conozco a mi Padre, y mi Padre me conoce. Debido a eso, Yo estoy dispuesto a morir por Mis ovejas. 16 Yo tengo otras ovejas que no pertenecen al mismo grupo de ovejas que ustedes sí pertenecen. Yo voy a causar que me escuchen a Mí también. Ellos van a escucharme, así que ellos eventualmente serán solo una manada de ovejas debajo de Mí, el único pastor. 17 La razón por la que Mi Padre me ama es que Yo sacrificaré Mi vida. Yo daré Mi vida, y Yo la tomaré para vivir otra vez. 18 Nadie está causándome a quitarme Mi vida. Yo he escogido sacrificarme a Mí mismo. Yo tengo la autoridad para quitar Mi vida y tengo la autoridad para tomarla otra vez para vivir. Esta obra es de mi Padre, y Él me ha ordenado hacerlo." 19 Después de escuchar estas palabras que Jesús había estado hablando, los Judíos estaban divididos en su opinión sobre él. 20 Muchos de ellos dijeron: "¡Un demonio está controlándolo y ha causado que se vuelva loco. No gasten tiempo escuchándolo!" 21 Otros dijeron: "¡Lo que Él dice no es algo que un hombre oprimido por un demonio podría si quiera decir. No hay demonio que pueda abrir los ojos de un hombre ciego!" 22 El tiempo de celebración llamado el Festival de la Dedicación había venido ahora, el tiempo cuando el pueblo Judío recordó cuando sus ancestros purificaron el templo en Jerusalén y se lo dieron a Dios otra vez. Era en el invierno. 23 Jesús estaba caminando en el patio del templo en el lugar llamado Pórtico de Salomón. 24 Los Judíos oponentes de Jesús se reunieron alrededor de Él y dijeron: "¿Cuánto tiempo nos mantendrás preguntándonos sobre quién eres Tú? Si Tú eres el Cristo, dínoslo simplemente para que así sepamos". 25 Jesús les respondió a ellos: "Ya les he dicho, pero ustedes no me quieren creer. Ustedes saben quien soy porque los milagros y otras cosas que Yo hago las hago por el nombre de mi Padre y Su autoridad. Esas cosas les dicen a ustedes todo lo que necesitan para saber sobre Mí. 26 Ustedes no creen en Mí porque ustedes no me pertenecen. Ustedes son ovejas que pertenecen a otro pastor. 27 Mis ovejas escuchan Mi voz. Yo conozco a cada una de ellas por su nombre; ellas Me siguen y Me obedecen. 28 Yo les doy a ellas vida eternal. Nadie nunca puede destruirlas a ellas, y nadie nunca será capaz de robármelas de mí. 29 Mi Padre me las dio a Mí; Él es más grande que cualquiera, así que nadie es capaz de robarlas lejos de Él. 30 Yo y el Padre somos uno." 31 Los enemigos de Jesús tomaron otra vez piedras para tirárselas a Él y ponerle muerte. 32 Jesús le dijo a ellos: "Ustedes me han visto hacer muchas buenas obras, cosas que mi Padre me ha dicho que haga. ¿Por cuáles de ellas me van a apedrear?" 33 Los Judíos opositores respondieron: "¡Nosotros estamos queriendo tomar Tu vida, no porque Tú hiciste cualquier buena obra, pero porque Tú, solo un hombre, está insultando a Dios y estás haciéndote a Ti mismo Dios!" 34 Jesús les respondió a ellos: "En las Escrituras está escrito que Dios dijo a los gobernantes que Él había señalado: 'YO HE DICHO QUE USTEDES SON COMO DIOSES (con gran honor y con poder sobre muchos)'. 35 Dios dijo eso a aquellos líderes cuando Él los había señalado a ellos. Nadie se opuso a eso, y nada de eso que está en la Escritura se puede demostrar que es falso. 36 Yo Soy el único que Mi Padre apartó por completo y solo suyo. Él es Aquel que me envió a este mundo. Así que, ¿por qué ustedes están enojados conmigo por decir que Yo soy igual con Dios cuando dije: '¿Yo soy el Hijo de Dios'? 37 Si Yo no estuviera haciendo los trabajos que mi Padre me dijo que hiciera, Yo no esperaría que crean en Mí. 38 Sin embargo, porque Yo estoy haciendo estos trabajos, coloquen su confianza en lo que dicen estas obras sobre Mí aunque ustedes no confíen en lo que yo digo. Si hacen eso, entonces sabrán y entenderán que mi Padre está en Mí y que Yo soy en mi Padre". 39 Luego que ellos escucharon eso, ellos trataron de apoderarse de Jesús otra vez, pero Él huyó de ellos una vez más. 40 Entonces Jesús volvió a través por el lado este del Río Jordán. Él fue al lugar donde Juan el Bautista había bautizado muchas personas al principio de su ministerio. Jesús se quedó allí por varios días. 41 Muchas personas vinieron a Él. Ellos estaban diciendo: "¡Juan el Bautista nunca realizó un milagro, pero Este hombre ha realizado muchos milagros! ¡Todo lo que Juan dijo sobre Este hombre es cierto!" 42 Muchas personas llegaron a creerle a Él; ellos pusieron su confianza en quien Él era y en lo que Él podía hacer por ellos.

Capítulo 11

1 Un hombre llamado Lázaro se sentía muy enfermo. Él vivía en la aldea de Betania donde María y Marta vivían. 2 Esta es la misma María que luego derramó perfume sobre el Señor para mostrarle amor y honor a Él, y también lavó los pies de Jesús con su cabello. Era su hermano Lázaro quien estaba enfermo. 3 Así que las dos hermanas enviaron a alguien que le dijera a Jesús sobre Lázaro; ellas dijeron: "Señor, el que usted ama está enfermo." 4 Cuando Jesús escuchó sobre la enfermedad de Lázaro Él dijo: "Esta enfermedad no acabará en la muerte de Lázaro. El propósito de esta enfermedad es para que las personas vean y sepan cuán grande es Dios cuando Él hace cosas maravillosas y también yo, el Hijo de Dios, mostraré su gran poder también." 5 Ahora bien, Jesús amaba a Marta, a su hermana María y Lázaro. 6 Sin embargo, cuando Jesús escuchó que Lázaro estaba enfermo, Él se retrasó en ir a verlo. Él se quedó donde estaba por dos días más. 7 Luego Él nos dijo a nosotros sus discípulos: "Vayamos de vuelta a Judea." 8 Los discípulos dijeron: "Maestro, hace un corto tiempo atrás los Judíos que se oponían a Tí querían matarte con piedras, ¡y ahora usted quiere volver allá!" 9 Jesús les contestó, "Ustedes saben que hay doce horas de luz en el día, ¿no es cierto? El que camina durante el día caminará seguramente porque él puede ver lo que hay en el camino. 10 Sin embargo, cuando una persona camina durante la noche, él puede tropezar fácilmente porque no puede ver." 11 Después de decir estas cosas, él les dijo a ellos: "Nuestro amigo Lázaro se ha quedado dormido, pero yo iré allá para despertarlo." 12 Los discípulos le dijeron: "Señor, si se ha quedado dormido, él se pondrá bien." 13 Jesús realmente estaba hablando de la muerte de Lázaro, pero los discípulos pensaron que Él estaba hablando del sueño que todos sabemos que nos da descanso. 14 Luego Él les dijo claramente: "Lázaro ha muerto; 15 pero, para el beneficio de ustedes, yo estoy alegre de no haber estado allí cuando él murió para que ustedes puedan ver por qué pueden creer en Mí. Ahora es el tiempo; vayamos donde él." 16 Luego Tomás, quien se conocía como 'El gemelo', les dijo al resto de los discípulos: "Iremos con Jesús para que nosotros podamos morir con él." 17 Cuando Jesús llegó a Betania, Él encontró que Lázaro ya había muerto y que había estado en la tumba por cuatro días. 18 Ahora Jerusalén quedaba a tres kilómetros desde Betania. 19 Muchos Judíos conocían a Lázaro y a su familia, y ellos vinieron desde Jerusalén para comfortar a Marta y María por la muerte de su hermano. 20 Cuando Marta escuchó a alguien decir que Jesús estaba cerca, ella fue al camino para encontrarse con Él. María no se levantó pero se quedó en la casa. 21 Cuando Marta vió a Jesús, ella le dijo a Él: "Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no hubiese muerto. 22 Aún, ahora mismo que yo sé que cualquier cosa que le pidas a Dios, Dios te la dará." 23 Jesús le dijo a ella: "Tu hermano se levantará otra vez." 24 Marta le dijo a Él: "Yo sé que el vivirá otra vez en el día que Dios levante a todos los muertos en el último día." 25 Jesús le dijo a ella: "Yo soy el que levanta a las personas de la muerte; yo soy el que les da vida. Cualquiera que confía en Mí, aún si muere, él vivirá otra vez. 26 Todos aquellos que reciben vida se unen a Mí y quienes creen en Mí—ellos nunca morirán. ¿Tú me crees?" 27 Ella le dijo: "¡Sí, Señor! Yo creo lo que dijiste y yo creo en quién Tú eres, que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que Dios prometió que vendría al mundo. 28 Después que ella dijo esto, ella regresó a la casa y se llevó a María su hermana a un lado privadamente y le dijo a ella: "El maestro está aquí, y Él te está llamando." 29 Cuando María esuchó esto, ella se levantó rapidamente y fue donde Él. 30 Ahora Jesús no había todavía llegado a la aldea; Él estaba todavía en el lugar donde Marta lo había encontrado. 31 Las personas que habían ido a la casa para comfortar a las hermanas vieron que María se levantó rapidamente y fue afuera. Así que ellos la siguieron, pensando que ella iba a la tumba donde habían sepultado a Lázaro con el fin de sufrir por su hermano ahí. 32 María fue al lugar donde se encontraba Jesús; cuando ella lo vió, ella se desplomó frente a Él a sus pies y dijo: "Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no hubiera muerto." 33 Cuando Jesús la vió sufriendo y llorando, y que los dolientes que habían venido con ella también estaban llorando, Él lloró en profunda angustia en su espíritu, y Él estaba muy perturbado. 34 Él dijo: "¿Dónde han dejado su cuerpo?" Ellos le dijeron: "Señor, ven y ve." 35 Jesús lloró. 36 Así que los Judíos dijeron: "¡Miren lo mucho que amaba a Lázaro!" 37 Aún así, otros decían: "¿Él no abrió los ojos del hombre ciego? ¿Por qué no pudo apartar a este hombre de morir?" 38 Jesús estaba físicamente estremecido y emocionalmente perturbado cuando fue a la tumba. Era una cueva, y la entrada estaba cubierta por una piedra grande. 39 Jesús les dió una orden a aquellos que estaban parados allí: "Quiten la piedra." De manera que Marta objetó: "Señor, ya en este tiempo habrá un olor a pudrición, debido a que lleva muerto cuatro días." 40 Jesús le dijo a ella: "¿No te dije la verdad cuando te dije que que si confiabas en Mí, tú verías quién es Dios y tú sabrías lo que Dios puede hacer?" 41 Así que ellos quitaron la piedra. Jesús miró al cielo y dijo: "Padre, te doy gracias porque Tú me has oído. 42 Yo sé que siempre me escuchas. Yo digo esto por el beneficio de las personas que están aquí para que ellos pongan su confianza en Tí y tengan confianza en el hecho de que Tú me enviaste." 43 Despúes que dijo eso, Él gritó en voz alta: "¡Lázaro, ven fuera!" 44 ¡El hombre que había muerto vino fuera! Sus manos todavía estaban atadas y sus pies estaban unidos con tiras de tela de lino, y habían telas alrededor de su rostro también. Jesús le dijo a ellos: "Quítenle las tiras de tela que lo amarran y desátenlo. Déjenlo ir." 45 Como resultado, muchos de los Judíos que habían venido a ver a María y que habían sido testigo de lo que Jesús había hecho, pusieron su confianza en Él. 46 Sin embargo, otros fueron donde los Fariseos y le dijeron lo que Jesús había hecho. 47 Así que los principales sacerdotes y los Fariseos reunieron a todos los miembros del Concilio Judío. Ellos estaban diciéndose unos a otros: "¿Qué vamos a hacer? Este hombre está haciendo muchos milagros. 48 Si le permitimos que los siga haciendo, todos creerán en Él y se rebelarán contra Roma. ¡Luego el ejército Romano vendrá y destruirá a ambos, nuestro templo y nuestra nación! 49 Uno de ellos en el Concilio era Caifás, el sacerdote más importante en ese año. Él les dijo a ellos: "¡Ustedes no saben nada! 50 No han entendido que es mejor que un hombre muera por la gente en lugar de que perezca toda una nación." 51 Él dijo esto, no porque lo haya pensado él mismo. En cambio, como era el sacerdote más importante ese año, él estaba profetizando que Jesús moriría por la nación 52 Judía. Pero también estaba profetizando que Jesús moriría, no solamente por la nación Judía, si no que también los uniría en una sola nación a todos los hijos de Dios, todos aquellos que viven en otras tierras en todas partes. 53 Así desde ese día en adelante, el Concilio comenzó a buscar cualquier forma para poder arrestar a Jesús y llevarlo a la muerte. 54 Por esa razón, Jesús no volvió a viajar alrededor de sus oponentes Judíos públicamente. En cambio, Él dejó Jerusalén, y con sus discípulos, fueron a una ciudad llamada Efraín en un área cerca del desierto y una región desértica. Se quedó ahí con sus discípulos por un tiempo. 55 Ahora era casi el tiempo de celebración de la Pascua Judía, y muchos adoradores vinieron desde las ciudades y aldeas de Jerusalén. Ellos se lavarían ellos mismos en preparación, para hacerce ellos mismos limpios de acuerdo a las Reglas Judías, de forma que a ellos se les permitiera celebrar la Pascua. 56 Los adoradores que venían a Jerusalén para el Festival de la Pascua estaban buscando a Jesús. Cuando ellos venían y se paraban en el templo, ellos se decían a unos a otros: "¿Qué tu piensas? Él no vendrá a la Pascua, ¿vendrá? 57 El jefe de los sacerdotes Judíos y los Fariseos habían emitido órdenes de que si alguien descubría dónde estaba Jesús, ellos debían reportárlo a ellos, para que ellos pudieran arrestarlo.

Capítulo 12

1 Jesús llegó a Betania seis días antes de que el Festival de la Pascua comenzara. 2 Betania era la aldea donde Lázaro vivía, el hombre que Jesús había hecho vivir otra vez después que él había muerto. Allí en Betania, ellos dieron una cena para honrar a Jesús. Marta hizo preparaciones para la cena, y Lázaro estaba entre aquellos quienes estaban sentados juntos y comiendo. 3 Entonces María tomó una botella de perfume costoso (llamado nardo) y, para honrar a Jesús, ella lo derramó en Sus pies y entonces limpió Sus pies con su cabello. La fragancia de perfume llenó la casa entera. 4 Sin embargo, uno de Sus discípulos, Judas Iscariote, (él fue quien rompió la confianza que Jesús tenía en él, y pronto daría a Jesús a Sus enemigos) -él se opuso y dijo: 5 "Nosotros debimos haber vendido este perfume por trescientos días de salario y dado el dinero a los pobres." 6 Él dijo esto, no porque le preocupaban las personas pobres, pero porque él era un ladrón. Él se encargaba del bolso que contenía el dinero de ellos, pero él tomaba dinero para su propio uso cada vez que quería. 7 Entonces Jesús dijo: "¡Déjenla en paz! Ella compró este perfume para el día cuando yo muera y ellos me entierren. 8 Ustedes siempre tendrán a los pobres con ustedes, pero no siempre me tendrán a Mí." 9 Una gran multitud de Judíos en Jerusalén escuchó que Jesús estaba en Betania, así que ellos fueron allí. Ellos vinieron no solamente porque Jesús estaba allí, pero también para ver a Lázaro, a quien Jesús había hecho vivir. 10 Entonces los jefes sacerdotes decidieron que era necesario poner muerte a Lázaro, también, 11 pues era por causa de él que muchos de los Judíos ya no estaban creyendo en lo que los jefes sacerdotes estaban enseñando, en cambio, ellos estaban poniendo su confianza en Jesús. 12 Al día siguiente, la gran multitud que había venido para el Festival de la Pascua escuchó que Jesús estaba en su camino hacia Jerusalén. 13 Así que ellos cortaron ramas de palma y salieron a recibirlo mientras Él entraba a la ciudad. Ellos estaban gritando: "¡HOSANNA! ¡ALABEN A DIOS! ¡DIOS BENDIGA AL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR! ¡BIENVENIDO, REY DE ISRAEL!" 14 Cuando Jesús vino cerca de Jerusalén, Él encontró un burro joven y se sentó en él, montándolo a la ciudad. Haciendo esto, Él cumplió lo que se había escrito en las Escrituras: 15 "NO TENGAN MIEDO, USTEDES QUE VIVEN EN JERUSALÉN. ¡MIREN! SU REY VIENE. ÉL ESTÁ MONTANDO UN POLLINO DE ASNA!" 16 Cuando esto sucedió, Sus discípulos no entendieron que esto era el cumplimiento de una profecía. Sin embargo, después que Jesús había finalizado Su trabajo y había recibido otra vez Sus poderes completos como Dios, ellos miraron atrás y recordaron lo que los profetas habían escrito sobre Él y lo que las personas le habían hecho a Él. 17 La multitud que estaba siguiendo junto con Jesús, se mantenían diciéndole a otros lo que habían visto: que Jesús había llamado a Lázaro fuera de la tumba y lo había hecho vivir otra vez. 18 La otra multitud de personas, aquellos quienes salieron fuera de la puerta de la ciudad para recibir a Jesús, lo habían hecho porque ellos escucharon que Él había hecho grandes cosas para mostrarles Su poder. 19 Así que los Fariseos se dijeron unos a los otros: "¡Vean! Nosotros no estamos ganando ventaja aquí. ¡Miren! ¡Todo el mundo está siguiéndolo!" 20 Entre aquellos quienes subieron a Jerusalén durante el Festival de la Pascua, algunos eran Griegos. 21 Ellos vinieron a Felipe, quien era de Betsaida en el distrito de Galilea. Ellos tenían algo que preguntarle a él; y dijeron: "Señor, ¿nos introducirías a Jesús?" 22 Así que Felipe reportó esto a Andrés, y ambos fueron y le contaron a Jesús. 23 Jesús les contestó a Felipe y Andrés: "Es el tiempo de Dios para mostrar a las personas toda cosa que Yo, el Hijo de Hombre, he hecho y contarles a todos lo que Yo he dicho. 24 Les estoy contando a ustedes la verdad: a menos que una semilla de trigo sea plantada en la tierra y muera, solamente permanece una semilla; pero después que muere en el suelo, entonces crecerá y producirá una cosecha de muchas semillas. 25 Cualquiera que intente vivir para complacerse a sí mismo fallará, pero cualquiera que no viva para complacerse a sí mismo mantendrá su vida por siempre. 26 Si alguno quiere servirme, él debe también seguirme, porque Mi sirviente debe estar donde Yo estoy. El Padre honrará a todo el que me sirve a Mí. 27 Ahora mi alma está grandemente atribulada. Debo decir: '¿Padre, sálvame de este tiempo cuando Yo sufra y muera?' No, pues esta es la razón por la que Yo vine a este mundo. 28 Mi Padre, muestra cuán poderoso Tú eres en todo lo que has dicho, en todo lo que has hecho, en todo lo que eres!" Entonces Dios habló desde el cielo: "Yo ya he desplegado Mi Naturaleza, Mis Palabras, y Mis Obras; y lo haré otra vez!" 29 La multitud que estaba allí escuchó la voz de Dios, pero algunos dijeron que había sido solamente un trueno. Otros dijeron que un ángel le había hablado a Jesús. 30 Jesús les contestó: "La voz que ustedes escucharon hablando era la voz de Dios. Sin embargo, Él no habló para Mi beneficio, sino para el de ustedes! 31 Ahora es el tiempo para Dios juzgar al mundo. Ahora es el tiempo cuando Él expulsará fuera a Satanás, quien gobierna este mundo. 32 En lo que respecta a Mí, cuando las personas Me levanten alto en una cruz, Yo los uniré a todos a Mí mismo." 33 Él dijo esto para dejarle saber a las personas cómo Él moriría. 34 Alguien en la multitud Le contestó: "Nosotros entendemos de las Escrituras que el Mesías vivirá por siempre. Así que, ¿por qué dices que el Hijo del Hombre morirá? ¿Quién es este ´Hijo de Hombre´?" 35 Jesús contestó: "Mi Luz brillará en ustedes solamente un poco más. Caminen en la luz mientras ustedes tienen Mi Luz, o la oscuridad los alcanzará. ¡Aquellos que caminan en la oscuridad no pueden ver a donde van! 36 Confíen en esa luz mientras ustedes tienen esa luz; entonces ustedes pertenecerán a la luz". Después que Él dijera aquellas cosas, Jesús los dejó y se ocultó de ellos. 37 Aunque Jesús había hecho muchos milagros, la mayoría de las personas no creyeron lo que Él les había contado. 38 Esto era para hacer realidad lo que Isaías el profeta había escrito tiempo atrás: "SEÑOR, ¿QUIÉN HA CREÍDO ALGO DE LO QUE HAN ESCUCHADO DE NOSOTROS? ¡EL SEÑOR NOS HA MOSTRADO CUAN PODEROSAMENTE PUEDE RESCATARNOS!" 39 Incluso así, ellos no podían confiar en Él por la razón que Isaías había escrito: 40 "EL SEÑOR LOS HA HECHO PARA QUE NO PUEDAN VER, Y LOS HA HECHO TERCOS; ELLOS NO PUEDEN SI QUIERA VER CON SUS OJOS. SI PUDIERAN, ELLOS ENTENDERÍAN, ELLOS SE ARREPENTIRÍAN Y ORARAN POR MÍ PARA QUE LOS PERDONE. ¡POR ESTA RAZÓN, YO NO PUEDO SANARLOS!" 41 Isaías escribió aquellas palabras hace mucho porque él entendió que Cristo serviría a Dios poderosamente. 42 Aunque esto era verdad, mucho de los líderes del pueblo Judío pusieron su confianza en Jesús. No obstante, ellos temían grandemente que los Fariseos los desterrarían de las sinagogas, así que ellos no hablaron sobre confiar en Jesús. 43 Ellos prefirieron que otras personas los alabaran y respetaran en lugar de que Dios los alabara a ellos. 44 Jesús exclamó a la multitud que se había reunido: "Aquellos quienes pusieron su confianza en Mí, no solamente están poniendo su confianza en Mí pero también están poniendo su confianza en el Padre quien Me envió. 45 Cuando ustedes me ven, ustedes están viendo también al que Me envió. 46 He venido al mundo como la Luz del mundo; quien quiera que ponga su confianza en Mí no permanecerá en la oscuridad. 47 Yo no juzgo a aquellos quienes escuchan a Mis palabras, pero se niegan a obedecerme. Yo no vine al mundo para condenar al mundo. 48 Incluso así, hay algo que condenará aquellos quienes Me rechazan y no siguen Mi mensaje. Ellos están condenados por el mensaje que Yo les he hablado a ellos. 49 Cuando Yo enseñé sobre Dios, Yo no estuve meramente diciendo lo que Yo pensaba. El Padre, quien Me envió, Me dio claras instrucciones en lo que Yo debía decir y como debía decirlo. 50 Yo sé que las instrucciones más importantes de Mi Padre son que las que enseñan a las personas como vivir para siempre, y Yo he dicho exactamente lo que Mi Padre me ha dicho que diga."

Capítulo 13

1 Era ahora, el día antes del Festival de la Pascua estaba por comenzar. Jesús sabía que era tiempo para Él dejar este mundo y regresar a su Padre. Él mostró cuánto Él amaba a aquéllos que estaban con Él aquí en este mundo, y Él los amó a ellos hasta el fin de su vida. 2 Antes de que Jesús y sus discípulos tuvieran su cena de noche, el diablo ya había puesto el pensamiento en la mente de Judas Iscariote, el hijo de Simón, que él iba a entregar a Jesús sobre sus enemigos. 3 Aún, Jesús sabía que su Padre le había dado a Él completo poder y autoridad sobre todo. Él también sabía que Él mismo había venido de Dios y pronto regresaría a Dios. 4 Jesús se levantó de la cena. Él se quitó su ropa exterior y se amarró una toalla alrededor de su cintura. 5 Él derramó agua en una vasija y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a dejarlos secos con la toalla. 6 Él fue donde Simón Pedro, el cual le dijo a Él: " Señor, ¿me vas a lavar mis pies? 7 Jesús le contestó a él: "Tú ahora no entiendes lo que Yo estoy haciendo por ti, pero más tarde tú lo entenderás." 8 Pedro dijo: "¡Tú nunca limpiarás mis pies!" Jesús le contestó a él, "Si yo no te lavo a ti, entonces tú no tienes nada que hacer conmigo." 9 Así que Simón Pedro le dijo a Él, "Señor, ¡no laves solamente mis pies! ¡Lava mis manos y mi cabeza también!" 10 Jesús le dijo a él: "Aquél que ha tomado un baño solo necesita lavar sus pies. El resto de su cuerpo está ya limpio. Tú estás limpio, pero no todos ustedes." 11 Él sabía quien lo iba a entregar. Esa es la razón que Él dijo: "No todos ustedes están limpios." 12 Después que Él terminó de limpiar sus pies, Él se puso su ropa exterior de nuevo. Entonces Él se sentó de nuevo en su lugar y dijo: "¿Ustedes entienden lo que Yo he hecho por ustedes? 13 Ustedes me llaman a Mí 'maestro' y 'Señor'. Ustedes están correctos en decir esto, pues esto es lo que Yo soy. 14 Si Yo, su maestro y Señor, he lavado sus pies, ustedes también deberían lavar los pies unos a otros. 15 Yo les he dado un ejemplo a seguir para que ustedes hagan como Yo he hecho para ustedes. 16 Yo les estoy diciendo la verdad: un sirviente no es mayor que su maestro, ni es un mensajero mayor que aquél quien lo ha enviado. 17 Si ustedes saben estas cosas, cuán afortunado serán si ustedes las hacen. 18 Yo no estoy diciendo esto sobre todos ustedes. Yo sé de aquéllos que Yo he escojido. Sin embargo, lo que está escrito en las Escrituras se debe hacer realidad: 'AQUEL QUE COMIÓ DE MI COMIDA COMO UN AMIGO, ÉL SE HA VUELTO EN CONTRA MÍA Y ME TRATÓ COMO UN ENEMIGO.' 19 Yo les digo esto a ustedes ahora, antes de que él Me entregue, así que cuando ocurra, ustedes puedan creer que Yo soy Dios. 20 Yo les estoy diciendo la verdad: "Si ustedes reciben aquél quien Yo les he mandado a ustedes, ustedes también me están recibiendo a Mí; y quien sea me reciba a Mí, está también recibiendo a Mí Padre, aquel que me envió a Mí." 21 Después que Jesús dijo esto, Él estaba turbado dentro de sí mismo. Él declaró solemnemente: "Yo les digo a ustedes la verdad: uno de ustedes me entregará a Mí a mis enemigos." 22 Los discípulos se miraron los unos a los otros. Ellos estaban confundidos sobre quién de ellos Él estaba hablando. 23 Uno de los discípulos, Juan, aquel quien Jesús especialmente amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús. 24 Simón Pedro le hizo seña a Juan que él debía preguntarle a Jesús de cuál discípulo Él estaba hablando. 25 Así que Juan se recostó de Jesús y le preguntó a Él calladamente: "Señor, ¿quién es?" 26 Jesús le respondió: "Es uno a quien Yo le daré este pedazo de pan luego de que lo sumerga en este recipiente." Entonces Él sumergió el pan y se lo dió a Judas, el hijo de Simón Iscariote. 27 Tan pronto como Judas tomó el pedazo de pan, Santanás entró en él y tomó control de él. Jesús le dijo a él: "Cualquier cosa que tengas que hacer, hazla rápido." 28 Nadie más en la mesa supo por qué Jesús le había dicho eso a él. 29 Algunos pensaron que porque Judas tenía la bolsa de monedas, Jesús le estaba diciendo a él que fuera y comprara algunas cosas necesarias para el Festival de la Pascua. Otros pensaron que Jesús le estaba diciendo Judas que le diera algo a los pobres. 30 Después de recibir el pan, inmediantamente Judas se fue afuera. Era de noche. 31 Después que Judas se fue, Jesús dijo: "Ahora Dios hará que la gente sepa lo que Yo, el Hijo del Hombre, estoy haciendo. Yo, el Hijo del Hombre, va a hacer que la gente sepa lo que Dios está haciendo también, y la gente lo alabará a Él por esto. 32 Desde que Yo, el Hijo del Hombre, hago que Dios conozca la gente y como Yo lo honro a Él, Dios me honrará a Mí también. Dios hará esto inmediatamente. 33 Pequeños niños, Yo estaré con ustedes sólo un poco más de tiempo. Ustedes me buscarán a Mí; pero, justo como le dije a los Judíos, y como les estoy diciendo ahora a ustedes, a donde Yo voy, ustedes no pondrán venir. 34 Yo les daré este nuevo mandato: Deberán amarse los unos a los otros, tal como Yo les he amado a ustedes. 35 Si ustedes se aman los unos a los otros, todas las personas sabrán que ustedes son mis discípulos." 36 Simón Pedro le dijo a Él: "Señor, ¿A dónde vas a ir? Jesús le contestó: "Donde Yo voy a ir, ustedes no podrán ir conmigo ahora; pero ustedes vendrán después." 37 Pedro dijo: "Señor, ¿por qué no puedo ir contigo ahora? ¡Yo daría mi vida por ti!" 38 Jesús le respondió: ¿Podrías tú verdaderamente dar tu vida por Mí, Pedro? Yo te digo la verdad: ¡el gallo no habrá cantado en la mañana, antes de que tú digas tres veces que tú no me conoces!"

Capítulo 14

1 "No estén preocupados o ansiosos. Ustedes están confiando en Dios; confíen también en Mí. 2 Donde mi Padre vive hay muchos lugares donde vivir. Si esto no fuera cierto, Yo no se los hubiera dicho. Yo me voy a prepararles un lugar para ustedes. 3 Si Yo me voy a allá a prepararles un lugar para ustedes, Yo voy a regresar y me los llevaré para que estén conmigo, para que donde Yo esté, ustedes también estén conmigo. 4-7 Ustedes saben a donde Yo voy, y ustedes conocen el camino." Tomás le dijo: "Señor, nosotros no conocemos a donde Tú vas. ¿Cómo podemos conocer el camino?" Jesús le dijo: "Yo soy el camino, Yo soy la verdad, Yo soy la vida. Nadie puede venir al Padre y vivir con Él a menos que venga por medio de Mi. Si me conocistes, ustedes también conocieron al Padre. De ahora en adelante, ustedes Lo conocen y Lo han visto." 8 Felipe le dijo a Jesús: "Señor, ¡enseñanos al Padre y esto será todo lo que nosotros vamos a querer!" Jesús le dijo: "Felipe, Yo he estado con ustedes tanto tiempo, y aún así ustedes no me conocen. Aquellos que me hayan visto, han visto a mi Padre. 9 Así que, ¿porqué dicen 'Enseñanos al Padre'? 10 ¿Ustedes no creen que Yo estoy unido a mi Padre y que mi Padre está unido a Mí? Las cosas que Yo les he dicho- Yo no pensé en estas cosas; más bien, es mi Padre quien me ha enviado a decirles todas estas cosas, porque mi Padre está unido a Mí y trabaja a través de Mí. 11 Confíen en Mí porque Yo les he dicho que estoy unido al Padre y que el Padre está unido a Mí, sino confíen en Mí por todas las señales y actos poderosos que ustedes me han visto hacer. 12 Yo les estoy diciendo la verdad: quien quiera que confíe en Mí también hará las cosas que Yo hago. Él hará aún más grandes trabajos porque Yo estaré con el Padre. 13 Todo lo que pidan en Mi nombre, eso Yo haré. Yo haré ésto con el fin de que todos puedan honrar al Padre y que ellos puedan conocer al Padre por todas las cosas que Yo, Su Hijo, hace. 14 Si ustedes piden al Padre por cualquier cosa porque ustedes Me pertenecen, Yo lo haré. 15 Si ustedes me aman, ustedes vivirán como Yo les he enseñado. 16 Luego Yo le pediré al Padre para que les de otro regalo, y Él les enviará otro Ayudador, uno que vendrá a su lado para que estar con ustedes por siempre. 17 Él es el Espíritu quien dice la verdad sobre Dios. Las personas incrédulas de este mundo nunca le darán la bienvenida a Él. El mundo no puede verlo o conocerlo. Ustedes lo conocen porque Él vive con ustedes y Él estará unido a ustedes. 18 Yo no los abandonaré y no los dejaré sin que alguien cuide de ustedes; Yo volveré a ustedes. 19 Pronto el mundo no me verá más, pero ustedes me verán. Porque Yo vivo, ustedes vivirán. 20 Cuando me vean otra vez, ustedes sabrán que estoy unido al Padre y que ustedes están unidos a Mí y Yo a ustedes. 21 Todos los que hayan escuchado Mis mandamientos y obedecido, ellos son los que Me aman. Y aquellos que me aman, Mi Padre también los amará; Yo los amaré y Me revelaré a ellos." 22 Entonces Judas (no Iscariote, sino el otro discípulo con el mismo nombre) le habló a Jesús. Él dijo: "Señor, ¿Cómo te revelarás solo a nosotros y no al mundo en general?" 23 Jesús le contestó: "Así es como ustedes pueden decir si las personas me aman: si ellos hacen lo que Yo les he dicho que hagan. Cualquier persona como estas, Mi Padre les amará. Él y Yo vendremos a ellos y viviremos con ellos. 24 Y aquellos quienes no me aman, ellos no obedecerán lo que Yo les he dicho que hagan. Las cosas que Yo les he dicho no son cosas que Yo he decidido decirlas por Mí mismo; en cambio, son cosas que Mi Padre me ha enviado a decirlas a ustedes. 25 Yo les he dicho estas cosas mientras Yo todavía estoy con ustedes. 26 El Ayudador, aquel que viene para estar con ustedes- Mi Padre lo enviará en Mi nombre. Él les enseñará todo lo que ustedes deben conocer. Él también causará que ustedes recuerden todas las cosas que Yo les he dicho. 27 Como Yo les dejo con la paz, esta es Mi paz la que Yo les doy. Yo les doy un tipo de paz que nadie y nada que pertenece a este mundo puede darles. Así que no estén preocupados ni ansiosos; y no tengan miedo. 28 Ustedes me han oído decirles que Yo me voy a ir y que después volveré a ustedes. Si ustedes me aman, ustedes estarán contentos de que Yo vuelva al Padre porque el Padre es más grandiosos de lo que Yo soy. 29 Yo les he dicho estas cosas ahora antes de que ocurran, para que cuando ocurran, ustedes continúen confiando en Mí. 30 No podré hablar con ustedes por más tiempo porque el gobernador de este mundo está por venir. Sin embargo, él no tiene poder sobre 31 Mi, y Yo haré lo que el Padre me ha ordenado hacer. Esto es para que el mundo conozca por siempre que Yo amo al Padre. Vengan, vámonos de aquí."

Capítulo 15

1 "Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. 2 Toda rama que en Mí no crezca fruto, Mi Padre la cortará y la echará fuera. Por toda rama que dé buen fruto, Él la hará limpia podándola para que así pueda producir frutos aún más frutos. 3 Ustedes ya son puros debido al mensaje que Yo les he hablado. 4 Si ustedes se mantienen unidos a Mí, Yo me mantendré unidos a ustedes. Así como las ramas no pueden dar frutos por sí mismas, tampoco lo pueden hacer ustedes a menos que se mantengan unidos a Mí y dependan de Mí para todo. 5 Yo soy la viña; ustedes son las ramas. Si ustedes se mantienen unidos a Mí y yo me mantengo unido a mi Padre, ustedes darán mucho fruto, pero apartados de Mí no podrán hacer nada en absoluto. 6 Todo el que no se mantenga unido a Mí y siga su vida lejos de Mí, será lanzado lejos como una rama muerta. Esas ramas serán tomadas juntas y lanzadas dentro del fuego y serán quemadas. 7 Si ustedes se mantienen unidos a Mí y viven según Mi mensaje, le podrán pedir a Dios por cualquier cosa, y Él lo hará. 8 Cuando ustedes producen muchos frutos, esto hace que las personas honren al Padre. Entonces ustedes serán Mis discípulos. 9 Así como el Padre me amó, así Yo los he amado a ustedes. Continúen permitiéndome que los ame. 10 Si ustedes obedecen lo que yo les digo que hagan, ustedes continuarán permitiendo que Yo les ame. De esta manera ustedes serán como Yo: Yo obedezco a mi Padre en lo que requiere que haga, y debido a mi obediencia, Yo he permanecido en Su amor. Esto será verdad de ustedes, también. 11 Yo les he dicho estas cosas para que Mi gozo sea en ustedes, y así ustedes se regocijen a la medida más completa. 12 Lo que Yo les ordeno a usedes hacer es esto: Aménse cada uno en la manera en que Yo les he amado. 13 Ustedes no podrán tener mayor amor que este, el que ustedes den su vida por sus amigos. 14 Ustedes son Mis amigos no solo si escuchan Mis mandamientos sino si también viven por ellos. 15 Yo no los llamo más mis siervos, pues los siervos no entienden lo que su amo está haciendo. Ahora Yo los llamo amigos, pues todo lo que Yo he oído de Mi Padre Yo se los he hecho saber a ustedes de manera que ustedes puedan también entenderlo. 16 Ustedes no me escogieron a Mí, pero Yo los escogí por una razón, para que salgan y den mucho fruto y que así su fruto deba durar para siempre. Como resultado, todo lo que le pidan al Padre en Mi nombre, Él lo hará por ustedes. 17 Esto es lo que les ordeno: Aménse los unos a los otros. 18 Si el mundo los desprecia, ustedes deben entender que me odiaron a Mi primero. 19 Si ustedes pertenecieran los no creyentes en este mundo, el mundo los amaría, y ustedes amarían lo que ellos aman y lo que ellos hacen. Pero ustedes no pertenecen a ellos; por el contrario, Yo los escogí a ustedes para que salieran de entre ellos. Esta es la razón por la cual los no creyentes de este mundo los desprecian. 20 Acuérdense cuando Yo les enseñé a ustedes esto: 'Un sirviente no es más grande que su amo.' Desde que ellos me han hecho sufrir, ustedes pueden estar seguros que ellos sufrirán también. Si alguno de ellos recibiera mis enseñanzas y las siguiera, ellos también seguirán lo que ustedes le enseñen. 21 Los no creyentes en este mundo le harán horribles cosas a ustedes porque ustedes Me representan y porque ellos no conocen a Mi Padre, quien Me ha enviado a ustedes. 22 Si Yo no hubiera venido y hablado el mensaje de Dios a ellos, ellos no fueran culpables de rechazarme a Mí y a Mi mensaje. Sin embargo, ahora Yo he venido y les he dicho el mensaje de Dios, y ellos no tienen excusas por sus pecados. 23 Cualquiera que me odia a Mí, también odia a Mi Padre. 24 Si yo no hubiera hecho aquellas cosas entre ellos, esas cosas en las que mostré Mi poder, cosas que nadie más ha hecho nunca, ellos no serían culpables de su pecado. Pero ahora que ellos Me han visto, ellos me odian y odian a Mi Padre también. 25 Estas palabras están escritas en su Ley y ahora han venido a ser ciertas: 'ELLOS ME ODIARON SIN NINGUNA RAZÓN.' 26 Cuando el Ayudador venga, el es quien vendrá del Padre y quien les confortará a ustedes. Él es el Espíritu quien dirá la verdad acerca del Padre y de Mí. El les dirá a todos quien soy Yo, y Él le mostrará a todos lo que Yo he hecho. 27 Ustedes también deben decir a todos lo que ustedes conocen sobre Mí pues ustedes han estado conmigo todo el tiempo desde los primeros días cuando Yo comencé a enseñar a la gente y hacer milagros."

Capítulo 16

1 Yo les dije estas cosas para que no tropiecen o paren de confiar en mí por las dificultades que deben enfrentar. 2 Días difíciles están por venir. Sus enemigos les van a detener de adorar en las sinagogas. Sin embargo, algo peor va a suceder. Los días van a venir cuando las personas los matarán y pensarán que están complaciendo a Dios. 3 Ellos harán esto porque ellos no han conocido al Padre ni a Mí. 4 Yo les he dicho estas cosas para que en el tiempo cuando estas dificultades vengan, ustedes recuerden que Yo les advertí. Yo no les dije las cosas en el principio porque Yo estaba con ustedes en aquellos momentos. 5 Ahora Yo voy de vuelta al Padre. Él es el quien Me ha enviado. Aún ninguno de ustedes se atreve a preguntarme: '¿Hacia dónde vas?' 6 Porque Yo les he dicho estas cosas a ustedes, ahora la tristeza ha llenado sus corazones. 7 Yo les digo la verdad, es bueno para ustedes que Yo me vaya. A menos que Yo me vaya, el Ayudador quien los consuela a ustedes no va a venir. Si yo me voy, Yo se Lo enviaré a ustedes. 8 Cuado el Ayudador venga, Él los va a convencer de los pecados que ellos han cometido; Él les mostrará a ellos que no alcanzan los niveles de bondad de Dios; y Él les promete a ellos que Dios los va a juzgar porque ellos hicieron lo que Dios les ordenó que no hicieran. 9 La culpa de pecado de ellos viene porque ellos no pudieron poner su confianza en Mí. 10 Su fracaso de llegar a la altura de los niveles de bondad de Dios es confirmado porque Yo voy de vuelta a mi Padre, y ustedes no me van a ver más. 11 Sus cuentas finales vendrán cuando Dios traiga Su castigo contra ellos por sus pecados. Esto se muestra por el castigo que Satanás, el principe de este mundo, va a recibir porque él peleó contra Dios. 12 Yo tengo muchas cosas más que quiero decirles. Sin embargo, si Yo les digo ahora, ustedes no serán capaces de vivir bien sabiendo estas cosas. 13 Cuando el Espíritu de la verdad venga, Él los va a guiar hacia toda la verdad que ustedes necesitan saber. Él no hablará por su propia autoridad, sino que todo lo que Él escuche, Él se los va a decir, y Él les va a decir antes de tiempo las cosas que van a suceder. 14 El Espíritu me honrará a Mí al decirles quién soy Yo y mostrándoles lo que Yo he hecho. Él les va a explicar todo lo que de Mí Él escuchó. 15 Todo lo que mi Padre tiene me pertenece a Mí. Por eso es que Yo dije que el Espíritu va a tomar todo lo que Él recibe de Mí y se lo explicará a ustedes. 16 En poco tiempo, ustedes no me verán. Luego, después de un tiempo, ustedes me volverán a ver." 17 Así que algunos de Sus discípulos se dijeron unos a otros: "¿A qué se refiere Jesús cuando Él nos dice a nosotros: 'En poco tiempo, ustedes no me verán, y después de un poco de tiempo, me verán otra vez', y a qué Él se refiere al decir: 'Porque yo voy de vuelta a Mi Padre'?" 18 Ellos siguieron preguntando: "¿A qué Él se refiere diciendo: 'Después de un poco de tiempo'? Nosotros no entendemos lo que Él está diciendo." 19 Jesús vió que ellos querían hacerle más preguntas. Así que Él dijo a los discípulos: "¿Por qué ustedes se preguntan unos a otros a qué Yo me refiero? Yo dije que en poco tiempo ustedes no me verían, y luego, después de un poco de tiempo ustedes me verían otra vez. 20 Yo les estoy diciendo la verdad: ustedes van a llorar y a lamentarse, pero aquellos que pertenecen a este mundo se regocijarán. Ustedes van a atravesar una gran tristeza, pero su tristeza se convertirá en gozo. 21 Esto es como una mujer que está sufriendo los dolores del embarazo al dar a luz a un hijo. Después que su bebé nace, ella se olvida de su angustia por el gozo que ella tiene de que su hijo ha nacido al mundo. 22 Ustedes, como ella, tienen tristeza ahora, pero Yo los veré otra vez y Dios va a darles un gran gozo, un gozo que nadie se los podrá quitar. 23 En aquel día, ustedes no tendrán más preguntas que hacerme. Yo les estoy diciendo la verdad: lo que ustedes le pidan al Padre, Él se los va a dar cuando ustedes lo pidan porque están unidos a Mí. 24 Hasta ahora ustedes no han pedido por nada así. Pidan y ustedes lo van a recibir, y Dios les dará a ustedes un gozo que llena todo. 25 Yo he estado hablando estas cosas usando el lenguaje de las parábolas y los cuentos, pero habrá pronto un tiempo que Yo no continuaré usando ese tipo de lenguaje. En su lugar, Yo les diré todo sobre Mi Padre en un lenguaje que ustedes pueden entender claramente. 26 En ese momento ustedes harán sus pedidos a Dios en mi nombre y de acuerdo los propósitos de Dios. Yo no le tendré que pedir al Padre que atienda sus necesidades, 27 porque el Padre mismo los ama porque ustedes me han amado a Mí y han puesto su confianza en Mí y porque ustedes saben que Yo vine de Dios. 28 Yo vine del Padre, y Yo entré a este mundo. Ahora Yo dejo este mundo, y Yo voy de vuelta hacia el Padre." 29 Luego sus discípulos dijeron: "¡Al fin! Ahora Tú estás hablando claramente y no estás usando un lenguaje figurativo. 30 Ahora nosotros entendemos que Tú lo sabes todo. No hay necesidad de hacerte preguntas. Es por esto que nosotros te dimos nuestra confianza, y nosotros sabemos ciertamente que Tú viniste de Dios." 31 Jesús les contestó a ellos: "¿Ustedes ahora finalmente ponen su confianza en Mí? 32 ¡Miren! ¡Viene el tiempo cuando otros los esparcirán por todos lados! Cada uno irá tras su propio hogar, y ustedes me dejarán. Sin embargo, Yo no estaré solo, porque el Padre está siempre conmigo. 33 Yo les he dicho estas cosas para que ustedes puedan tener paz en Mí. En el mundo ustedes tienen pruebas y tristezas, pero ¡sean valientes! ¡Yo he conquistado al mundo!

Capítulo 17

1 Luego que Jesús dijo estas cosas, miró al cielo y dijo: "Padre, es tiempo que para anuncies a todos y les digas que Yo, Tu Hijo, Soy, y que les muestres todo lo que he hecho. Haz esto para que Yo, Tu Hijo, pueda revelarte a todos quién realmente Tú eres, el Gran Rey que todo lo puede hacer. 2 Haz esto tal cómo me has permitido a Mí, Tu Hijo, a gobernar sobre toda la gente. Padre, has hecho esto en orden de que Yo sea capaz de permitirles vivir por siempre --todos quienes me diste. 3 Esto es vida eterna: el conocerte, Padre --a Ti, quien eres el Único Dios Verdadero, y el conocerme a Mí, Jesúcristo, a quién enviaste al mundo. 4 Te he traído todo tipo de gente para enseñarles todo sobre Ti. Hice esto al terminar el trabajo que me diste. 5 Padre, dame honor al llevarme a Tu misma Presencia, como éramos antes del tiempo cuando creamos al mundo. 6 Aquellos quienes escogiste de entre todos en este mundo para que me pertenecieran-- les he enseñado quien verdaderamente eres y como eres Tú. Ellos te pertenecen a Ti y Tú me los has dado a Mí. Ellos han creído lo que les has dicho, y lo han obedecido. 7 Ahora ellos saben que todo lo que me has dado proviene de Ti. 8 Yo les dí el mensaje que Tú me diste. Ellos lo aceptaron, y ahora ellos saben de seguro que Yo vengo de Ti, y creen que Tú me enviaste. 9 Estoy orando por ellos. No estoy orando por aquellos que pertenecen a este mundo, esos que continúan oponiéndose a Ti. Estoy orando por esos que Me diste porque ellos pertenecen a Ti. 10 Todo lo que Yo tengo Te pertenece a Ti, y todo lo que Tú tienes es Mío. Ellos saben quien Yo soy, y ellos sinceramente dicen la verdad acerca de quién soy. 11 Ya no me quedaré más en el mundo. Voy a Ti. No obstante, ellos se quedan en el mundo. Santo Padre, manténlos seguros; manténlos que pertenezcan a Ti por el mismo poder que Me diste para que sean unidos, tal como somos Nosotros. 12 Mientras estaba con ellos, los mantuve seguros y los vigilé con Tu poder. Ninguno de ellos se perdió, excepto el cual destinaste para destrucción, como las Escrituras predijeron hace mucho. 13 Ahora voy a Ti, Padre. He dicho estas cosas mientras estoy aquí en el mundo para poder darles Mi gozo completo. 14 Les he hablado de Tus mensajes, y aquellos que son parte de este mundo odian a Tu gente porque ellos no pertenecen al mundo. 15 No te estoy pidiendo que los quites de este mundo, pero en su lugar protégelos del mal que el Malvado les pueda hacer. 16 Ellos no pertenecen al mundo, tal como Yo tampoco. 17 Sepáralos para Ti al enseñarles la verdad acerca de Ti. Enséñales lo que necesitan saber para que puedas separarlos, ya que Tus Mensajes son completamente verdaderos. 18 Como me enviaste al mundo, Yo los estoy enviando al mundo. 19 Yo me he entregado completamente a Ti por su bien para que ellos puedan de verdad entregarse a sí mismos a Ti. 20 Estoy orando no solo por estos, pero también estoy orando por esos quienes confiarán en Mi cuando escuchen su mensaje. 21 Oro para que todos ellos puedan unirse, tal como Tú y Yo estamos unidos. Padre, Tú estás unido a Mí, y Yo a Ti --que ellos tambiém estén unidos a nosotros. Haz esto para que el mundo sepa que Tú Me enviaste. 22 Les he mostrado quien Soy, y han visto lo que He hecho. Les he enseñado esto para que puedan ser unidos juntos, como Tú y Yo estamos unidos. 23 Yo estoy unido a ellos y Tú estás unido a Mí. He hecho esto para que ellos puedan ser unidos perfectamente juntos y para que los no-creyentes puedan saber que Tú me enviaste y que los amas, como me amas a Mí. 24 Padre, quiero que estos que me has dado estén conmigo simpre a dónde Yo vaya para que puedan ver el esplendor y la majestad que Me darás cuando esté Contigo. Tú haces esto porque Me has amado desde antes del tiempo que creamos el mundo. 25 Oh Padre Justo, el mundo no te conoce, pero Yo te conozco; y estos aquí Conmigo saben que Me enviaste a ellos. 26 Les he hecho saber quien Tú eres. Continuaré haciendo esto para que puedas amarlos como Me has amado y para que Yo pueda ser unido con ellos".

Capítulo 18

1 Cuando Jesús terminó su oración, Él fue con Sus discípulos y atravesó el Valle de Cedrón. En el otro lado había una arboleda de olivos, y ellos entraron a ella. 2 Judas, el que iba a entregar a Jesús a sus enemigos, sabía dónde estaba ese lugar porque Jesús iba a menudo con Sus discípulos. 3 Ahora los principales sacerdotes y los Fariseos habían ordenado a algunos soldados y oficiales que fueran a ese lugar con Judas. Así que ellos fueron al jardín con linternas, antorchas, y armas. 4 Jesús sabía lo que le iba a suceder a Él, así que Él se adelantó y le preguntó a ellos: "¿A quién ustedes buscan?" 5 Ellos le contestaron a Él: "Jesús el Nazareno." Jesús les dijo a ellos: "Yo soy esa persona." (Ahora Judas, el que lo estaba entregando, estaba parado con ellos.) 6 Cuando Jesús les dijo a ellos: "Yo soy esa persona," ellos repentinamente se movieron hacia atrás y cayeron al suelo. 7 Así que Él les preguntó otra vez: "¿A quién ustedes buscan?" Ellos contestaron: "Jesús el Nazareno." 8 Jesús les contestó a ellos: "Yo les dije a ustedes que Yo soy esa persona. Como Yo soy el que ustedes buscan, dejen que estos otros hombres se vayan." 9 Esto pasó con el fin de cumplir las palabras que Él había dicho cuando Él estaba orando a su Padre: "No perdí ni a uno de aquellos que Tú me diste." 10 Luego Simón Pedro sacó una pequeña espada y atacó al sirviente del alto sacerdote, un hombre llamado Malco, y le cortó su oreja derecha. 11 Jesús le dijo a Pedro: "¡Pon tu espada de nuevo en su vaina!" Por supuesto Yo voy a sufrir en la manera que mi Padre ha planificado que Yo hiciera." 12 Luego el grupo de soldados, junto con su capitán y algunos de los soldados del templo, capturaron a Jesús y lo amarraron para prevenir que escapar. 13 Luego ellos lo llevaron a Anás, el suegro de Caifás, quien era el alto sacerdote ese año. 14 Era Caifás quien había aconsejado a otros líderes que sería mejor que un hombre muriera por las personas a que todas las personas perecieran. 15 Simón Pedro siguió a Jesús, y también otro discípulo. El otro discípulo era conocido del alto sacerdote, así que él tenía permiso de entrar en el patio del alto sacerdote cuando los soldados se llevaron a Jesús. 16 Pedro tuvo que pararse afuera, en la puerta. Así que el otro discípulo salió otra vez y le habló a la niña sirviente que estaba vigilando la puerta y ella dejó que Pedro entrara. 17 Aquella niña sirviente le dijo a Pedro: "Tú eres uno de los discípulos del hombre a quien ellos han arrestado, ¿no lo eres tú?" Él dijo: "No, yo no lo soy." 18 Estaba frío, así que los sirvientes del alto sacerdote y los guardias del templo hicieron una fogata y estaban parados y calentándose alrededor de ella. Pedro también estaba allí con ellos. Él estaba parado y calentándose. 19 El alto sacerdote interrogó a Jesús sobre Sus discípulos y lo que Él les había estado enseñando. 20 Jesús les contestó: " Yo les he hablado abiertamente a todos. Yo siempre he enseñado en las sinagogas y en el templo, en los lugares en donde nuestra gente se reúne. Yo nada he dicho en secreto. 21 Así que ¿por qué me hacen estas preguntas? Pregúntenle a las personas que escucharon lo que Yo les enseñé. Ellos saben lo que Yo dije." 22 Cuando Jesús dijo estas cosas, uno de los guardias del templo que estaba parado cerca de Él le dió duro con su mano. Él dijo: "Esa no es la forma correcta de contestarle al alto sacerdote." 23 Jesús le contestó a él: "Si yo he dicho algo mal, dime lo que fue. Sin embargo, si lo que yo dije era correcto, ¡tú no deberías abofetearme!" 24 Luego Anás envió a Jesús, quien todavía estaba atado, hacia Caifás el alto sacerdote. 25 Simón Pedro todavía estaba parado y calentándose. Otra persona le dijo a él: "¿Tú eres uno de los discípulos del hombre que ellos han arrestado, no lo eres tú?" Él dijo: "No, yo no lo soy." 26 Uno de los sirvientes del alto sacerdote, un pariente del hombre cuya oreja Pedro había cortado, le dijo a él: "Ciertamente yo te vi en la arboleda de los olivos con el hombre que ellos han arrestado, ¿o acaso no? 27 Pedro otra vez lo negó, e inmediatamente un gallo cantó. 28 Luego los soldados dirigieron a Jesús desde la casa de Caifás a la jefatura de Pilato, el gobernador Romano. Era temprano en la mañana. Pilato no era Judío, así que los acusadores de Jesús pensaron que si ellos entraban a la jefatura, ellos se podrían contaminar y podían ser incapaces de celebrar el Festival de la Pascua. Así que ellos no entraron. 29 Por lo tanto, Pilato salió para hablar con ellos. Él dijo: "¿De qué están acusando este hombre?" 30 "Si este hombre no fuese criminal, ¡nosotros no te lo hubieramos traído!", contestaron ellos. 31 Luego Pilato les dijo a ellos: "Llévenselo ustedes, y júzguenlo por su propia ley." Luego los líderes Judíos dijeron: "Nosotros queremos ejecutarlo, pero tu ley Romana nos impide a nosotros hacer eso." 32 Ellos dijeron esto con el fin de hacer cierto lo que Jesús había dicho sobre el tipo de muerte de la que Él iba a morir. 33 Pilato entonces regresó adentro de sus cuarteles. Él llamó a Jesús y Le dijo: "¿Eres Tú el Rey de los Judíos?" 34 Jesús le contestó: "¿Estás tú preguntando porque tú mismo deseas saber, u otros te dijeron que me hicieras esta pregunta?" 35 Pilato le contestó: "¡Yo no soy Judío! Tu propia nación y los jefes de los sacerdotes te han traído a Ti donde mí. ¿Qué has hecho mal?" 36 Jesús le contestó: "Mi Reino no es de este mundo. Si Mi Reino fuera de este mundo, Mis siervientes hubieran peleado para cuidarme a Mí de ser entregado a Mis oponentes Judíos, pero Mi Reino no es de este mundo." 37 Entonces Pilato Le dijo: "¿Así que eres un Rey?" Jesús le contestó: "Sí. La razón de que Yo naciera y viniera a este mundo era para decirles a las personas la verdad acerca de Dios. Todo el que ama la verdad me escucha." 38 Pilato le preguntó: "¿Cuál es la verdad?" Después que Pilato hizo esa pregunta, él salió afuera y les habló a los líderes Judíos nuevamente. Él les dijo: "Yo no encuentro que Él haya quebrantado ley alguna. 39 Pero, ustedes Judíos tienen la costumbre donde cada año durante La Pascua, ustedes me piden que suelte un hombre que esté en prisión. Así que, ¿quisieran ustedes que yo les suelte al Rey de los Judíos?" 40 Ellos gritaban de nuevo: "¡No, no nos sueltes a este hombre, sino suelta a Barrabás!" Barrabás era un revolucionario.

Capítulo 19

1 Entonces Pilato envió por Jesús. Él tenía a sus soldados golpeandole severamente usando látigos. 2 Los soldados también hicieron una corona torcida y se la pusieron en Su cabeza. También le pusieron una túnica 3 púrpura. Ellos se burlaron de Él y dijeron: "¡Saludos, Rey de los Judíos! " y lo golpearon una y otra vez. 4 Pilato vino afuera otra vez y le dijo a las personas: "Miren, lo estoy trayendo afuera para ustedes para que ustedes conozcan que no encuentro razón para castigarle." 5 Así que Jesús vino fuera, vistiendo la corona de espinas y la túnica púrpura. Pilato le dijo a ellos: "Miren, ¡Aquí está el hombre!" 6 Cuando el jefe de los sacerdotes y los guardias del templo lo vieron, gritaron: "¡Crucifíquenlo! ¡Crucifíquenlo!" Pilato les dijo: "¡Llévenselos ustedes mismos y crucifíquenlo! En cuanto a mí, no encuentro razón para castigarlo. 7 Los Líderes Judíos le contestaron a Pilato: "Nosotros tenemos cierta ley que dice que Él debe morir porque Él dice ser el Hijo de Dios." 8 Cuando Pilato escuchó esto, él tuvo más miedo. 9 Él entró en su sede una vez más y llamó a sus soldados para que trajeran a Jesús adentro. Entonces él le dijo a Jesús: "¿De dónde Tú vienes?" En cambio, Jesús no le dió respuesta. 10 Así que Pilato le dijo: "¿No me hablarás? ¿Acaso no sabes que tengo la autoridad para soltarte, y que yo tengo la autoridad para crucificarte?" 11 Jesús le contestó: "Tú no tendrías autoridad sobre Mí del todo, si Dios no te la hubiera dado. Así que aquel quien me entregó a ustedes es culpable del peor pecado." 12 Desde ese momento, Pilato continuó intentando soltar a Jesús. Sin embargo, los Líderes Judíos gritaron: "¡Si sueltas este hombre, no eres amigo del César! Quienquiera que se haga a sí mismo rey, se opone al César." 13 Cuando Pilato escuchó eso, trajo a Jesús afuera. Luego Pilato se sentó ante Él en la silla del juicio, el lugar donde usualmente anunciaba los veredictos. Esto fue llamado "La Piedra del Empedrado," y en Arameo era "Gabata". 14 Ahora era el día antes de la Fiesta de Pascua, el día de la preparación. Era casi la tarde cuando Pilato le dijo a los Judíos: "Miren, ¡Aquí está su rey!" 15 Ellos gritaron: "¡Llévenselo! ¡Llévenselo! ¡Crucifíquenlo!" Pilato les dijo: "¿Debo crucificar a su Rey?" El jefe de los sacerdotes contestó: "¡No tenemos otro rey sino 16 César!" Así que Pilato les entregó a Jesús, y ellos se lo llevaron. 17 Él salió, cargando su propia cruz por sí mismo al lugar llamado "El lugar de la Calavera", que en Arameo es llamado "Gólgota." 18 Allí ellos Lo crucificaron, y al mismo tiempo ellos también clavaron a otros dos criminales a sus cruces. Uno estaba a cada lado, con Jesús en el medio. 19 Pilato también le dijo a alguien que escribiera en una tabla una noticia y que la sujetara a la cruz de Jesús. Leía, 'Jesús de Nazaret, el Rey de los Judíos.' 20 Muchos Judíos leyeron este letrero, porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la cuidad, y el letrero estaba escrito en tres lenguajes: Arameo, Latín, y Griego. 21 El jefe de los sacerdotes volvió donde Pilato y le dijo: "Tú no debistes haber escrito, 'Rey de los Judíos', sino, 'Este hombre dice: "¡Yo soy el Rey de los Judíos!'" 22 Pilato contestó: "Tú debes dejar el letrero exactamente como lo escribí." 23 Después que los soldados pusieron a Jesús en la cruz, ellos tomaron sus ropas y se las divieron en cuatro partes, una parte para cada soldado. En cambio, ellos mantuvieron su túnica separada. Esta túnica fue tejida de arriba a abajo como una sola pieza de ropa. 24 Así que ellos se decían entre sí: "No la rompamos. En cambio, vamos a decidir quien se queda con esta pieza tirando suertes por aquel quien la obtendrá." Esto pasó para hacer cierta lo que dice la Escritura: "ELLOS SE DIVIDIERON MI ROPA ENTRE ELLOS. ELLOS HECHARON SUERTE POR MIS ROPAS". 25 La madre de Jesús, la hermana de su madre, María la esposa de Cleofas, y María Magdalena estaban paradas cerca de Su cruz. 26 Cuando Jesús observó a su madre parada allí y a Juan, el discípulo a quien Él amaba, estando cerca, Él le dijo a Su madre, "Madre, aquí está aquel quien actuará como un hijo para ti." 27 Y Le dijo a su discípulo: "¡Aquí está tu madre!" Así que desde ese mismo momento ese discípulo la tomó para que viva en su hogar. 28 Un tiempo después, Jesús conoció que todo lo que Dios lo envió a hacer ya estaba hecho, y con el fin de hacer verdadera una última cosa que las Escrituras habían predicho, Él dijo: "¡TENGO SED!" 29 Una jarra de vino amargo estaba ahí, así que ellos tomaron una rama corta de una planta de hisopo y colocaron una esponja en ella, y la hundieron en el vino amargo y lo alzaron hasta la boca de Jesús. 30 Después que Jesús tomó el vino amargo, Él dijo: "Está terminado", e inclinó Su cabeza y murió. 31 Esto fue en el día de la preparación de la Pascua y al día siguiente era el día de reposo. Era contrario a la Ley dejar a los cuerpos muertos en las cruces en el día de reposo, así que ellos fueron a Pilato y le preguntaron para romperle las piernas a los tres hombres para que ellos muerieran rápido y poder bajar sus cuerpos. 32 Así que los soldados vinieron y rompieron las piernas del primero y luego del otro, los dos hombres que estaban crucificados con Jesús. 33 Cuando ellos fueron donde Jesús, ellos vieron que Él ya estaba muerto. Así que ellos no le rompieron Sus piernas. 34 En cambio, uno de los soldados traspasó el costado de Jesús con una lanza, y rápidamente sangre y agua salió de Su cuerpo. 35 Aquel quien vió esto atestigua -su testimonio es cierto, y él conoce que él está diciendo la verdad- para que ustedes puedan poner su confianza en Jesús. 36 Estas cosas pasaron con el fin de cumplir lo que estaba en las Escrituras: "NADIE ROMPERÁ NINGUNO DE SUS HUESOS." 37 Y ellos cumplieron otra Escritura que lee: 'ELLOS MIRARÁN A AQUEL QUIEN ELLOS TRASPASARON.' 38 Después de estas cosas, José de Aritmetea, un discípulo de Jesús, pero un discípulo secreto porque él tenía miedo de los Judíos, fue donde Pilato y le preguntó si podía llevarse el cuerpo de Jesús. Pilato le dió permiso a José, así que él vino y se llevó el cuerpo de Jesús. 39 Nicodemo, quien una vez vino a Jesús de noche, también vino y trajo consigo una mezcla de mirra y especies de aloe para preparar el cuerpo para el entierro. Las especias pesaban unos 34 kilogramos. 40 Ellos se llevaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en tiras de tela de lino, y ellos empacaron las envolturas con todas las especias. 41 Ahora en el lugar donde Jesús fue crucificado era un jardín, y al borde del jardín había una tumba nueva en la cual nadie había sido enterrado. 42 La Pascua estaba apunto de comenzar esa noche, y ellos escogieron esta tumba porque estaba cerca a la mano y porque ellos pudíann enterrar a Jesús rápidamente. Así que ellos pusieron a Jesús ahí.

Capítulo 20

1 Era el primer día de la semana, María Magdalena fue a la tumba bien temprano en el día, mientras aún estaba oscuro. Ella vio que alguien había movído la piedra lejos de la tumba. 2 Así que corrió a Jerusalén, donde Simón Pedro y otro discípulo, el que Jesús amaba, se estabán quedando, y les dijo a ellos: "¡Ellos han tomado al Señor de la tumba, y nosotras no sabemos donde lo han puesto a Él!" 3 Cuando ellos escucharon esto, Pedro y otro discípulo se apresuraron hacia la tumba. 4 Ellos estaban ambos corriendo, pero el otro discípulo era más rápido que Pedro y llegó a la tumba primero. 5 Él se inclinó y miró dentro de la tumba; él vio las tiras de lino puestas allí, pero él vaciló para entrar. 6 Entonces Simón Pedro, quien estaba corriendo detrás de él, llegó al lugar, pero él entró a la tumba. Él, también, vio las tiras de lino puestas allí, 7 pero también vio las cubiertas de tela que estaban sobre la cabeza de Jesús, dobladas y puestas a un lado, separadas de las tiras de lino. 8 Entonces el otro discípulo también entró; él vio estas cosas y comenzó a creer que Jesús se había levantado de la muerte. 9 Ellos aún no entendían las Escrituras que decían que Jesús iba a levantarse de los muertos. 10 Así que los discípulos regresaron a sus casas. 11 María se quedó parada justo afuera de la tumba, llorando. Mientras lloraba, ella se inclinó y miró dentro de la tumba. 12 Ella vio dos ángeles vestidos con túnicas blancas sentados en el mismo lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabeza, otro a los pies. 13 Ellos le dijeron: "¿Mujer, por qué estás llorando?" Ella les dijo: "¡Ellos han tomado a mi Señor, y yo no sé donde ellos lo han puesto!" 14 Luego que ella dijo esto, ella miró alrededor y vió a Jesús parado allí, pero ella no sabía que era Él. 15 Él le dijo: "Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas? Ella pensó que el hombre que le hablaba era el jardinero, y Le dijo a él: "Señor, si usted Lo movió de aquí, dígame donde usted Lo puso, y yo Lo tomaré." 16 Jesús le dijo: "María." Ella se volteó y le dijo a Él en Arameo: "¡Rabboni!" (que significa "Maestro"). 17 Jesús le dijo: "No me toques, porque aún no he ido arriba al cielo para estar con Mi Padre. Ve a Mis discípulos y dile a ellos: 'Yo estoy a punto de regresar al cielo para estar con Mi Padre y su Padre, al único que es Mi Dios y su Dios'" 18 María Magdalena fue a los discípulos y anunció: "Yo he visto al Señor" y ella le reportó a ellos lo que Jesús le dijo a ella. 19 En la tarde de ese día, el primer día de la semana, las puertas estaban cerradas, y los discípulos estaban quedándose adentro debido a que tenían miedo de que las autoridades Judías los pudieran arrestar. De repente Jesús vino y se puso en medio del grupo; Él les dijo: "Que Dios les dé paz." 20 Luego de Él decir esto, Él les mostró a ellos Sus manos y Su costado. ¡Los discípulos tuvieron gran gozo cuando ellos vieron al Señor! 21 Jesús les dijo a ellos de nuevo: "Que Dios les dé paz. Así como el Padre me envió a Mí, ahora Yo los envío a ustedes." 22 Luego de Él decir esto, sopló sobre ellos y dijo: "Reciban al Espíritu Santo. 23 Si ustedes perdonan el pecado de alguno, Dios los perdonará. Si no perdonan el pecado de otro, estos estarán atados en contra de ellos." 24 Ahora Tomás, uno de los Doce, quien era llamado "El Gemelo", no estaba con los otros discípulos cuando Jesús vino a ellos. 25 Los otros discípulos le dijeron a él: "Hemos visto al Señor." Pero, él les dijo a ellos: " A menos que yo vea las marcas de los clavos en Sus manos y ponga mis dedos en los huecos hechos por los clavos, y a menos que yo ponga mi mano en la herida de Su costado, yo nunca pondré mi creencia en Él." 26-27 Ocho días después, Sus discípulos estaban dentro de sus casa otra vez, y esta vez Tomás estaba con ellos. A pesar de que las puertas estaban cerradas, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y Él les dijo a todos: "Que Dios les de paz." Entonces Él le dijo a Tomás: "¡Coloca tu dedo aquí y mira mis manos, y saca tu mano y colócala en mi costado! Deja de dudar que Soy Yo, pon tu confianza en Mí." 28 Tomás le contestó: "¡Mi Señor y mi Dios!" 29 Jesús le dijo: "Ahora tú crees que Yo he resucitado porque Me viste. Que Dios le dé gran contentamiento a aquellos que no han visto y aún así creen." 30 Ahora Jesús hizo otras obras de poder y milagros que probaban que era Él. Los discípulos fueron testigos de estos, pero eran tan numerosos que yo no he escrito todos ellos en este libro. 31 No obstante, yo he escrito estos para que ustedes tengan completa confidencia que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y así que confiando en Él, ustedes puedan tener vida eterna en Su nombre.

Capítulo 21

1 Después de eso, Jesús se apareció a los discípulos por el Lago de Tiberias (también conocido como el Mar de Galilea). Él se dio a conocer de esta manera: 2 Simón Pedro, Tomás (llamado el Gemelo), Natanael de Caná en Galilea, los hijos de Zebedeo (Juan y Jacobo), y dos otros discípulos, que estaban juntos. 3 Simón Pedro dijo a los otros: "Me voy a pescar". Ellos dijeron: "Nosotros iremos contigo". Ellos fueron y se montaron en el bote, pero esa noche no pescaron nada. 4 Por la mañana, cuando amanecía, Jesús se paró en la costa, pero los discípulos no sabían que era Jesús. 5 Jesús les dijo a ellos: "Mis amigos, ¿tienen algún pescado?" Ellos dijeron: "No". 6 Él les dijo a ellos: "Tiren sus redes por el lado derecho del bote y encontrarán algo". ¡Ellos la tiraron como él les dijo, y ellos pescaron tantos peces en la red que ellos eran incapaces de halar la red dentro del bote! 7 Juan, el discípulo que Jesús amó especialmente, le dijo a Pedro: "¡Es el Señor!" Cuando Simón Pedro lo escuchó decir esto, él plegó su prenda exterior alrededor de sí mismo (el no había vestido casi nada de ropa mientras trabajaba), y saltó al agua. 8 Los otros discípulos vinieron a la orilla en el bote, halando detrás la red llena de peces. Ellos no estaban muy lejos de la orilla, solo sobre noventa metros de distancia. 9 Cuando ellos llegaron a la orilla, ellos vieron un fuego de carbón preparado y caliente, con peces cocinándose en él, y había algunos panes. 10 Jesús les dijo a ellos: "¡Traigan algunos de los peces que ustedes acaban de agarrar!" 11 Simón Pedro regresó al bote y arrastró la red a la orilla, llena de peces grandes. Habían allí ciento cincuenta y tres (153) de ellos. Aún así, la red no se desgarró. 12 Jesús les dijo a ellos: "¡Vengan y coman desayuno!" Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle a Él: "¿Quién eres Tú?" Ellos supieron que era el Señor. 13 Jesús vino y tomó pan y se lo dió a ellos. Y lo mismo hizo con el pescado. 14 Esta era la tercera vez que Jesús se le apareció a los discípulos después de que Dios lo había traído a Él de vuelta de los muertos. 15 Cuando ellos terminaron de desayunar, Jesús le dijo a Simón Pedro: "¿Simón, hijo de Juan, me amas más, que estos otros me aman a Mí?" Pedro le dijo a Él: "Sí, Señor, Tú sabes que te amo". Jesús dijo: "Alimenta mis corderos". 16 Jesús le dijo a él una segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?" Él respondió: "Si, Señor, Tú sabes que te amo". Jesús le dijo a él: "Sé un pastor a mis ovejas". 17 Jesús le dijo a él una tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?" Pedro estaba apenado porque Jesús le había preguntado tres veces: "¿Me amas?" Pedro dijo: "Señor, Tú lo sabes todo. Tú sabes que te amo". Jesús dijo: "Alimenta mis ovejas". 18 Yo te estoy diciendo la verdad: cuando tú eras joven, te ponías tus propias ropas y caminabas sobre cualquier lugar al que quisiste ir. Sin embargo, cuando tú seas viejo, tú estirarás tus manos, y alguien te vestirá y te guiará a donde tú no quieras ir". 19 Jesús dijo esto para indicar cómo Pedro iba a morir en orden para honrar a Dios. Después Jesús le dijo: "Sígueme". 20 Pedro se dio la vuelta y vio a Juan, el discípulo que Jesús amó especialmente siguiéndolos a ellos. Él era el que se recostó cerca a Jesús en la mesa y dijo: "¿Señor, quién es el que te va a entregar a Tus enemigos?" 21 Cuando Pedro lo vi a él, él le dijo a Jesús: "Señor, ¿qué es lo que le pasará a este hombre?" 22 Jesús le dijo a él: "¡Si yo quiero que se mantenga vivo hasta que yo vuelva, eso no te conscierne! Tú sígueme." 23 Así que el reporte circuló entre los hermanos en Cristo, que este discípulo no iba a morir; todavía así Jesús no dijo que él no moriría. Él solo dijo: "¡Si yo quiero que se quede vivo hasta que yo regrese, eso no te conscierne!" 24 Yo, Juan, soy el discípulo que da testimonio sobre todas estas cosas, y yo las he escrito. Sabemos que su testimonio es cierto. 25 Jesús hizo muchas otras cosas, tantas que si todas ellas fueran escritas, yo supongo que todo el mundo no podría contener los libros que se habrían de escribir.